Tema 3-Transform econ y soc

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Transformaciones económicas y sociales durante el siglo XIX y
primer tercio del siglo XX. El arranque del movimiento obrero
El siglo XIX es el siglo de la industrialización, que supuso el nacimiento de un nuevo modelo de economía
y de sociedad, debido a un cambio radical en las formas de producir y en las formas de propiedad y en el modo de
organizarse la sociedad que recibió el nombre de capitalista.
Reino Unido, Francia, Alemania, participaron de estas transformaciones, pero España presentó un
evolución diferente, parecida a los países del Este y del Sur, quedando al margen de la consolidación de la sociedad
industrializada.
CAMBIOS DEMOGRÁFICOS.
La población española se incrementó a lo largo de este período, aunque en menor medida que en los países
más desarrollados. Hasta 1870, las tasas de natalidad y mortalidad siguieron siendo muy altas (régimen demográfico
antiguo). Los factores que influyeron en el mantenimiento del régimen tradicional fueron;
•
'atalidad alta: comportamiento impuesto por una férrea moral religiosa. Además, los hijos eran
considerados como una fuerza de trabajo que aportaba ingresos a la unidad familiar.
•
Altas tasas de mortalidad: relacionadas con las precarias condiciones sanitarias.
•
Mortalidad catastrófica: consecuencia de periódicas crisis de substistencia y la persistencia de epidemias
como la del cólera (1834, 1855, en esta última murieron más de 200.000 personas).
A partir de 1870, el comportamiento demográfico inició una transformación que se prolongó durante buena
parte del s. XX. Tuvo lugar la llamada transición demográfica que producirá un notable incremento de la población.
Esto se produjo gracias a una disminución de las tasas de mortalidad. Se redujeron las epidemias, hubo médicos
mejor preparados y se desarrollaron las instalaciones sanitarias.
También, la mejor articulación del mercado nacional gracias a los avances de los transportes, evitó los
efectos de las crisis de subsistencia.
Las migraciones exteriores se paralizaron un tanto al acabar los procesos de independencia de las colonias
americanas. Pero al finalizar el s. XIX se volvieron a producir migraciones masivas de españoles a estos nuevos
países, entonces muy ricos, como Argentina y Chile, debido a que el aumento de población en España hizo que
faltaran puestos de trabajo en el campo y obligaron a emigrar a muchas personas.
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Las migraciones interiores se producían desde el campo a las ciudades (8éxodo rural), y desde ls regiones
interiores hacia las exteriores (sobre todo hacia el norte, concretamente a las áreas industriales de las provincias
vascas y Cataluña).
A partir de 1900, la población creció considerablemente. España llegó a los 18,5 millones de habitantes, y
en 1930 se llegó hasta los 23,5 millones. Pese a todo, la modernización demográfica de la población tuvo un retraso
en comparación con la del resto de Europa. Sólo las zonas más industrializadas de Cataluña, Levante y Cantabria
tuvieron unas tasas similares a las europeas. La tasa de mortalidad descendió en España del 30,5‰ al21,3‰, debido
a la mejora de la alimentación, la higiene y la sanidad, gracias a la mejora del alcantarillado, la potabilidad del agua
y la mejora de los alimentos. La esperanza de vida aumentó entre 1900 y 1930 de 34,8 a 50 años. El descenso de la
natalidad se inició a partir de la segunda década del siglo XX, como consecuencia de unos mayores niveles de
urbanización y mejor planificación familiar. La natalidad pasó del 33,8‰ en 1900 al 30,3‰ en 1930.
EVOLUCIÓ' ECO'ÓMICA
La evolución económica española del siglo xix se puede dividir en dos etapas: una de mayor estancamiento
(1800-1860), en la que se produjeron descensos de precios, guerras y la pérdida de las colonias americanas; y otra
(1860-1901) caracterizada por un ritmo de crecimiento más rápido.
Desde el punto de vista económico, la marginación de España del proceso industrializador europeo se explica por:
• El escaso desarrollo del sector agrario
• Sector artesanal en decadencia que se industrializó de forma tardía y muy dependiente de las inversiones
extranjeras
• Un sistema de comunicaciones y transportes en mal estado, y un FFCC que se empieza a desarrollar en la
segunda mitad del siglo XIX de forma lenta.
• El sistema financiero capitalista fue muy dependiente del Francia e Inglaterra.
Desde el punto de vista de las transformaciones sociales España hasta finales de siglo sigue siendo un país
esencialmente rural. Las reformas legislativas liberales, lejos de hacer surgir una fuerte clase media urbana,
fortaleció la oligarquía terrateniente que surgió de la alianza de clase entre la nobleza y la alta burguesía (ndustrial y
financiera) y que controló el poder con la ayuda del Ejército y de la Iglesia.
AGRICULTURA
La situación de partida dificultaba la transformación económica de un país en el que la agricultura era la
principal fuente de recursos y trabajo. Los factores que condicionaban la agricultura eran:
•
La mala calidad de buena parte de la tierra de cultivo, las adversas condiciones climáticas (sequía) y una
difícil orografía.
•
Una estructura de la propiedad y de explotación inadecuadas (sin innovación ni inversiones)
•
Mucha mano de obra barata.
En definitiva, en 1800, la agricultura española era una agricultura atrasada y de muy baja productividad.
Para poder contribuir a la industrialización era imprescindible la reforma agraria (del régimen de propiedad)
y la introducción de innovaciones técnicas, de cultivos y de gestión.
La reforma de la propiedad se emprendió a través de la desamortización. Iniciada por Godoy, fue retomada
durante el Trienio Liberal; pero fueron sin duda los procesos desamortizadores de Mendizábal (1836-1837) y
Madoz (1855) los que provocaron los cambios más profundos. Las sucesivas desamortizaciones consolidaron una
estructura latifundista de la propiedad agraria, impidiendo la creación de una clase media en el ámbito rural. Con los
procesos desamortizadores, la abolición del régimen señorial y la supresión de los mayorazgos se liberalizó la
agricultura, permitiendo que la tierra pudiera circular libremente en el mercado, y se eliminaron los frenos que
impedían el desarrollo de una agricultura capitalista dirigida al mercado. La mayor parte de la tierra pasó a manos
de propietarios privados individuales.
El proceso de desamortización más importante fue el de los bienes eclesiásticos iniciado en 1836 por el
progresista Mendizábal, que luego vino a ser completado por el también progresista Pascual Madoz durante el
Bienio Progresista (1854-1856) con la desamortización de los bienes comunales de los municipios.
Juan Álvarez de Mendizábal, bien desde el cargo de ministro de Hacienda o presidiendo el Gobierno, inició
la desamortización de los bienes y tierras eclesiásticas amortizadas en 1836, además de suprimir muchas órdenes
religiosas (clero regular).
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La desamortización consistió básicamente en la expropiación de los bienes desamortizados y su
nacionalización y posterior venta en pública subasta al mejor postor.
La desamortización tuvo varios objetivos:
•
El objetivo principal fue financiero. Buscar ingresos para pagar la deuda pública del Estado, además se
conseguirían fondos para la guerra carlista.
•
Había también un objetivo político: ampliar la base social del liberalismo con los compradores de bienes
desamortizados. Además, buena parte del clero regular apoyaba a los carlistas.
•
Finalmente, se planteó de forma muy tímida un objetivo social: crear una clase media agraria de
campesinos propietarios.
Los resultados no fueron todo lo positivos que se podría haber esperado:
•
'o solucionó el grave problema de la deuda pública
•
En el terreno político, el liberalismo ganó partidarios, pero también se creó una opinión pública católica
antiliberal
•
En el terreno social, la mayor parte de los bienes desamortizados fueron comprados por nobles y
burgueses adinerados. Los campesinos pobres no pudieron pujar en las subastas. Se consolidó una
estructura latifundista de la propiedad agraria, impidiendo la creación de una clase media rural.
•
La desamortización no sirvió para mitigar la desigualdad social, de hecho, muchos campesinos pobres
vieron como los nuevos propietarios burgueses subieron las rentas de las tierras.
Los resultados de la desamortización explican por qué la nobleza, en general, apoyó al liberalismo, y por
qué muchos campesinos se hicieron antiliberales (carlistas), al verse perjudicados por las reformas.
La Iglesia vio desmanteladas las bases económicas de su poder. A cambio de la expropiación el Estado se
comprometió a subvencionar económicamente al clero. El primer ejemplo presupuestario fue la Dotación de Culto y
Clero de 1841 (durante la regencia de Espartero).
La última gran desamortización se inició en 1855 mediante una ley elaborada por Pascual Madoz. Afectó
esencialmente a las tierras comunales de los municipios y supuso la liquidación definitiva de la propiedad
amortizada en España.
Sus resultados tampoco fueron muy positivos:
•
Arruinó a los ayuntamientos, que, entre otras cosas, estaban al cargo de la instrucción pública
•
No solucionó el eterno problema de la deuda pública.
•
Perjudicó a los vecinos más pobres que se vieron privados del aprovechamiento libre de las tierras
comunales.
Pese a sus insuficiencias y errores, las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz cambiaron la situación
del campo español. Baste con señalar que afectaron a una quinta parte del conjunto del suelo. Lamentablemente, el
atraso técnico y el desigual reparto de la propiedad de la tierra siguieron siendo problemas clave de la sociedad y la
economía españolas. Así, en la España meridional se acentuó la concentración de la propiedad, creándose un nuevo
latifundismo en Andalucía y Extremadura, con nuevos propietarios absentistas y un aumento del proletariado
(jornaleros) que protagonizará numerosos conflictos. Por otro lado, en el norte de España, el minifundismo y la
mala calidad de la tierra obligaron a la emigración.
A principios del siglo XX, la agricultura española tuvo que enfrentarse a las consecuencias de la crisis
agraria que se extendió por Europa a finales del siglo XIX. La causa fue la llegada a Europa de productos agrícolas
más baratos procedentes de países con una agricultura extensiva más competitiva (EEUU, Canadá, Rusia). De esta
manera, disminuyeron los beneficios de los productores nacionales, lo que provocó una reducción de salarios. Esto
generalizó las protestas entre los propietarios cerealistas pidiendo aranceles proteccionistas. La crisis cerealista fue
acompañada de una crisis vitivinícola por una plaga procedente de América, la filoxera. La variedad autóctona de
viña desapareció totalmente y tuvo que ser sustituida por una cepa de California inmune a este insecto.
La crisis agrícola se solucionó gracias al establecimiento de aranceles y al crecimiento de la producción: se
incrementó el uso de fertilizantes, aumentó la mecanización y el regadío, y disminuyó el uso del barbecho. Se
introdujeron nuevos cultivos destinados a mejorar la ganadería, lo que aumentó la existencias de carne y leche. Se
especializaron los cultivos del olivo, la vid y los cítricos, dedicados en gran parte a la exportación. Sin embargo, los
rendimientos por hectárea del sector primario español siguieron entre los más bajos de Europa. Los cereales fueron
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el principal cultivo español, pero al tener rendimientos bajos, los precios aumentaron, y a finales de 1920 el precio
del trigo en España era mucho mayor que en el resto de Europa. Esto significó la reducción del nivel adquisitivo de
los españoles en productos manufacturados y ralentizó el desarrollo de la industria.
Los gobiernos españoles fueron conscientes del atraso del campo español y de las consecuencias que ello
tenía (bajo desarrollo económico, conflictos sociales, pobreza). Por lo que se aprobó en 1902 un Plan de Obras
Públicas donde se estimulaba la implantación de cultivos de regadío en zonas de secano. También se crearon las
Confederaciones Hidrográficas durante la dictadura de Primo de Rivera y el Plan de Obras Hidráulicas en la
Segunda República en 1933. Sin embargo, el problema era la gran cantidad de campesinos sin tierra. Unas leyesen
1907 y 1917 permitieron repartir pequeñas propiedades entre ellos, pero fueron insuficientes. Los grandes
propietarios impidieron que se llevase a cabo una verdadera reforma agraria hasta 1932, en la Segunda República
EL PROCESO DE I'DUSTRIALIZACIÓ'
En la industria España vio como la revolución que se había iniciado en Gran Bretaña y se extendía a otras
zonas del continente, sólo afectaba de forma muy localizada al país en Cataluña y País Vasco, y en dos sectores
fundamentales: textil y siderurgia.
Diversos factores explican este retraso:
•
Escasez de carbón y materias primas
•
Atraso tecnológico y dependencia del capital extranjero ante la falta de una burguesía emprendedora
que, al igual que la nobleza, prefirió invertir en tierras.
•
Falta de articulación de un mercado interior caracterizado por las dificultades de comunicación y por el
bajo poder adquisitivo de grandes masas de la población que no permitía el desarrollo del mercado y, por lo
tanto, de la industrialización.
•
Factores políticos como la pérdida del mercado colonial, los destrozos de la guerra de la Independencia o
la inestabilidad política.
•
Las políticas proteccionistas que pretendían defender a la industria nacional, aunque al final significaron
un lastre, ya que gravaron tanto a los productos extranjeros que las materias primas importadas acabaron
por encarecer los costes de la producción
Sectores:
El nacimiento de la industria moderna se vincula a la industria textil y algodonera catalana. El
desarrollo inicial se trunca con la Guerra de la Independencia y la pérdida del mercado americano (independencia de
las colonias), pero vuelve a arrancar a partir de 1830: mecanización (máquina de vapor); triunfo del sistema fabril;
impulso de la demanda interior; burguesía emprendedora; legislación proteccionista... son algunos de los factores
que la impulsaron. Se concentró en Barcelona, Sabadell y Tarrasa. Fue la clave de laindustrialización catalana. La
industria lanera de Castilla y la sedera de Valencia y Murcia perdieron importancia.
La industria siderúrgica, fue otro de los sectores punteros en la revolución industrial, localizándose en
Asturias y el País Vasco. La siderurgia vasca se caracterizó por el alto grado de concentración de las empresas,
apareciendo los Altos Hornos. A partir de esta industria, se consolidó en el País Vasco una red de empresas de
construcciones mecánicas y navales. Los recursos mineros (hierro en Málaga, Vizcaya y Santander, cobre y pirita
en Huelva, plomo en Cartagena, cinc en Asturias) apenas se explotaban antes de la Ley de Minas (1868) debido a
que:
•
•
•
El carbón era escaso, de mala calidad y con costes de explotación muy altos. Con la política librecambista
de 1869,que liberalizó el mercado, su producción se vinculó a ayudas estatales.
La demanda nacional fue muy reducida por lo que, sobre todo la siderurgia vasca, se destinó a la
exportación hacia Reino Unido desarrollándose una importante actividad industrial y comercial. Los
beneficios de este desarrollo fue reinvertido por el empresariado vasco que diversificó y creó toda una
industria de bienes de equipo, construcciones mecánicas, navales, para lo que contó además con el apoyo
financiero de un sector bancario representado por el Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya
La falta de inversiones hizo que se dependiera de capital extranjero, lo que provocó que los beneficios
empresariales salieran de España fortaleciendo las economías de otros países.
En el resto del territorio español, predominan las actividades industriales tradicionales: alimentación,
confección, calzado, papelera..., y Madrid se convertiría en el tercer foco de desarrollo industrial.
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Progresos de la industria en el primer tercio del siglo XX. Cambio energético y
avances tecnológicos
La principal causa de los cambios de la economía española fue la difusión de la electricidad y del petróleo,
mediante los cuales se pudo superar la barrera energética. El uso de la electricidad y la invención del transformador
facilitaron la mecanización de toda la producción industrial, abaratando los costes. Además, aparecieron nuevas
industrias y se consolidaron las ya existentes. Entre los sectores tradicionales, el textil catalán continuó su
expansión. Aunque las industrias alimentarias contaban con la expansión de las conservas retrocedieron un poco. La
industria siderúrgica creció, especialmente en Vizcaya. Entre las nuevas industrias destaca el crecimiento de la
industria eléctrica. La industria química evolucionó gracias a la fabricación de fertilizantes, medicamentos y
explosivos. La industria metalúrgica tuvo un gran auge debido al automóvil y a los electrodomésticos. La primera
empresa automovilística en España fue la HispanoSuiza (1904) que fabricaba coches de lujo. La industria
automovilística creció tras la Gran Guerra, que a su vez estimuló el crecimiento de las plantas de refinado de
petróleo como CAMPSA (1927. Además de Cataluña y País Vasco, la industrialización llegó a zonas como Galicia,
Zaragoza, Sevilla, Valencia, Alicante y Madrid, que pasó a ser la tercera región industrial debido en parte a su
crecimiento demográfico y la demanda de bienes de consumo.
La recuperación económica tras el 98
El siglo XX comenzó con las consecuencias del "desastre de 1898", que significó la pérdida de las últimas
colonias españolas. La desaparición de los mercados coloniales perjudicó las exportaciones y encareció los bienes
importados de ellas. Sin embargo, y a pesar de la deuda contraída por la guerra, la crisis se solucionó con rapidez: la
reducción de la deuda pública y la repatriación de muchos capitales estimularon la creación de nuevos bancos y
empresas.
El período de la primera guerra mundial
La neutralidad española durante la Primera Guerra Mundial propició una importante expansión económica, ya
que la guerra redujo la capacidad productiva de los países participantes. España se convirtió en suministradora de
productos agrarios e industriales. Debido a ello, la balanza de pagos tuvo por fin un valor positivo en mucho tiempo.
Sin embargo, el crecimiento de la demanda implicó un aumento general y continuado de los precios (inflación).Los
grandes negocios de la guerra y el fácil enriquecimiento no siempre se aprovecharon para mejorar los sistemas
productivos. Por otro lado, el nivel de vida de las clases populares empeoró, pues el incremento de los precios no
fue acompañado por una subida de los salarios. Esto produjo una oleada de huelgas y reivindicaciones obreras. Con
el fin de la guerra terminó la demanda exterior y se produjo una fuerte crisis. El mercado interno no pudo sustituir a
las exportaciones y muchas empresas tuvieron que cerrar. Las clases obreras tuvieron que enfrentarse ahora al
aumento del desempleo. Esto provocó de nuevo el descontento social, que se expresó mediante prolongadas
huelgas.
La crisis de 1929
En 1929 se produjo una depresión económica mundial como consecuencia del crac de la Bolsa de Nueva
York debido al hundimiento del valor de la acciones. Esta crisis tuvo repercusiones en la economía española, pero
fueron menores que en los demás países occidentales debido al escaso valor del comercio exterior español y ala
pérdida de valor de la peseta, que hizo más competitivos los productos españoles. La crisis se dejó notar en los
sectores que principalmente exportaban, como los productos agrícolas (vino, cítricos, aceite de oliva) y los
minerales (pirita).
TRA'SPORTES Y COMU'ICACIO'ES
Una red de transportes y de comunicaciones moderna era vital para la integración de las actividades
económicas nacionales. Las comunicaciones se habían visto perjudicadas por el relieve peninsular y por los
frecuentes conflictos bélicos de comienzos de siglo (Guerra de la Independencia, guerras carlistas). Finalmente, la
creación de una red ferroviaria, tardía, precipitada, poco planificada y muy dependiente del capital francés, fue
impulsada por la Real Orden sobre Creación de Ferrocarriles (1844), que permitió la construcción de las primeras
líneas: Barcelona - Mataró (1848) y Madrid-Aranjuez. Se tomó entonces la lamentable decisión de, por razones
militares, establecer un mayor ancho de vía para nuestros ferrocarriles.Tras la promulgación de la Ley General de
Ferrocarriles en 1855 tuvo lugar un verdadero "boom" del ferrocarril. Se optó por una ordenación radial, por
motivos políticos, que tenía a Madrid como eje de la estructura ferroviaria y, sobre todo, se permitió la intervención
de empresas extranjeras (francesas sobre todo) que aportaron el capital y la tecnología necesaria. Pero la
construcción se ralentizó tras la crisis financiera de 1866 que hundió las acciones del ferrocarril en la Bolsa. Se
reemprendió la construcción desde 1876, pero dependía de la protección del Estado con subvenciones a las
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compañías por km. construido. La necesidad de grandes inversiones favoreció la entrada de capitales extranjeros,
sobre todo franceses.
Algunos aspectos de esta construcción de ferrocarriles condicionaron la Historia económica de España en el
siguiente siglo:
•
la estructura radial de la red ferroviaria con centro en Madrid, como deseo de consolidar un Estado
centralizado,
•
la mayor anchura de los raíles con respecto a Europa lo que dificultó los intercambios
•
la autorización a las compañías para importar libres de aranceles, todos los materiales utilizados en la
construcción, hecho que supuso un oportunidad perdida para la industrialización española puesto que se
compró mas barato en el extranjero en vez de fomentar el sector la siderúrgico o de maquinaria en España.
Las repercusiones económicas de la construcción del ferrocarril fueron muy importantes: Fue un elemento
decisivo en la modernización económica, a pesar de los numerosos errores cometidos (como el ancho de la vía o la
radialización). La construcción de las líneas implicó una importante demanda de trabajo. Pero también debido a la
legislación de 1855, la construcción del ferrocarril tuvo una repercusión insignificante para las industrias
siderúrgicas y metalúrgicas de España.
El fomento de infraestructuras durante el s. XX
Respecto al transporte fue necesaria la mejora de los caminos y carreteras. Entre1900 y 1930, los kilómetros de
carreteras crecieron considerablemente debido a los tramos asfaltados para vehículos y se electrificaron los
ferrocarriles. También creció la red telegráfica que mejoró la calidad de las transmisiones. El número de abonados
en la telefonía aumentó por la creación de la empresa pública Compañía Telefónica Nacional de España
La política comercial.
Durante todo el siglo XIX se produce una gran lucha entre el proteccionismo y el librecambismo, que
respondía a intereses económicos distintos. La burguesía demandaba el proteccionismo, mientras que los
terratenientes pedían el librecambismo. La política comercial fue en general proteccionista. Las leyes arancelarias
de 1841 y 1849 favorecieron los intereses de los industriales del textil catalán y de los terratenientes castellanos
cultivadores de trigo. Sólo durante el Sexenio Democrático se intentó una política liberal con el Arancel Figuerola
de 1869. La Restauración significó de nuevo la vuelta al proteccionismo debido a la crisis agraria de finales del
siglo XIX.
•
COMERCIO INTERIOR: a finales del siglo XIX aún no existe un mercado único y bien articulado.
•
COMERCIO EXTERIOR: dos etapas.
o
Antes de la desaparición de las colonias (hasta 1824): España exporta a América sus mercancías y
las producidas en Europa y monopoliza la exportación hacia Europa de los productos americanos.
o
Desde 1824, España deja se reexportar a Europa los producto americanos y las exportaciones
españolas de tejidos catalanes se resienten bastante.
Proteccionismo y librecambismo
Son las dos prácticas de la política comercial de un país. Hablamos de proteccionismo cuando el estado
protege la producción de un país poniendo aranceles -impuestos en frontera-, limitación de la cantidad importada, o
diversas ayudas fiscales o económicas a la producción. El librecambismo se da cuando el estado opta en no
intervenir en la política comercial.
En el siglo XIX se va a producir una lucha constante entre los partidarios del proteccionismo - los
industriales catalanes y vascos apoyados por el partido progresista- y los partidarios del librecambismo - los
exportadores latifundistas del centro-oeste y sur de España, apoyados por el partido conservador. A finales del siglo
XIX, en el contexto de la crisis agraria, esa lucha se decanta por el proteccionismo con el arancel de Cánovas. Este
proteccionismo dominará la política española durante casi todo el siglo XX (con recrudecimiento en las dictaduras
de Primo de Rivera y Franco que se llega hasta la autarquía). El Estado invirtió en tecnología y aumentó el
proteccionismo para evitar la competencia con el exterior. Estas medidas tuvieron efectos negativos, como una
productividad baja y poca competitividad con el extranjero; y efectos positivos como el avance tecnológico y la
mejora del mercado interior.
En cuanto a las ventajas y desventajas de esta política comercial proteccionista, debemos destacar la
idoneidad para una industrialización incipiente, ya que al estar empezando la industrialización, necesita defenderse
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de otras economías más competitivas, pero esto implica la dificultad de introducir productos españoles en estos
países, incrementándose la falta de competitividad de la economía española.
La mayoría de los historiadores opinan que la plena modernización económica, social y cultural no se
produce en España hasta la década de los sesenta en el siglo XX. Las causas de estas dificultades habría que
buscarlas en lo tumultuoso de la historia contemporánea española, abundando las guerras civiles -independencia,
carlista, civil...- los golpes de estado y pronunciamientos militares, el protagonismo militar y la debilidad de la vida
política española, el caciquismo...
BA'CA Y HACIE'DA PÚBLICA
La Reforma de Mon-Santillán de 1845 sienta las bases de una Hacienda moderna: simplificación del
sistema de impuestos y extensión a todos los ciudadanos, si bien fue una reforma que no alcanzó equidad en la
contribución ni la suficiencia de ingresos, puesto que quienes más riqueza tenían contribuían muy por debajo de lo
que les correspondía. En consecuencia, el Estado estaba en permanente endeudamiento.
En el terreno financiero este período se caracteriza por las dificultades de la Hacienda estatal agobiada por
la Deuda Pública. Pese a estos problemas en este período se adoptaron algunas decisiones históricas:
• En 1856 se creó el Banco de España que vino a sustituir al Banco Español de San Fernando. En
1874 quedó configurado como banco nacional con el monopolio de la emisión de papel moneda.
También se crearon bancos y sociedades de crédito especializados en créditos comerciales a corto y
largo plazo Los bancos financiaron, sobre todo, las compañías ferroviarias y la deuda pública del
Estado (Bancos de Barcelona, 1844-1922; Santander, 1857; y Bilbao, 1857).
• En octubre de 1868 se adoptó la peseta como nueva unidad del sistema monetario. Hasta 1830
circulaban monedas de distintas épocas, regiones y valor, incluyendo monedas extranjeras, con la
dificultad consiguiente de calcular las equivalencias entre ellas y la lentitud de las transacciones
comerciales.
E' RESUME': Al proceso de industrialización se le ha denominado fracaso o retraso de la revolución industrial
en España, debido a que habrá que esperar a 1950 para que se produzca una industrialización completa.
•
•
•
•
•
Importancia del capital extranjero, que a su vez poseía los recursos mineros.
Desequilibrios territoriales y sectoriales
Escaso mercado cualitativo
Dependencia tecnológica y escasa investigación
Mucha población activa agraria, con escasa capacidad de consumo y descontenta.
Evolución social. El arranque del movimiento obrero
La evolución social
La nueva sociedad
La sociedad industrial supuso la aparición de grupos nuevos: empresarios y obreros. Se caracterizó por la
igualdad, al menos en teoría, y por la movilidad. La fortuna decidía el nivel social del individuo (sociedad de clases)
y nobleza y clero perdieron privilegios.
La nobleza perdió influencia, se sentían poco inclinados a arriesgar sus fortunas en empresas industriales.
Sostener con rentas agrarias un estilo de vida lujoso llevó a algunas casas nobiliarias a la ruina. A pesar de ello, los
nobles consiguieron pasar el siglo relativamente inmunes, fundamentalmente porque asumieron dos estrategias: el
enlace matrimonial con las grandes familias burguesas y la alianza con los empresarios. En el terreno político los
nobles siempre se mantuvieron próximos al trono, monopolizando cargos en el Palacio Real, ocupando puestos en el
Senado o formando parte, sobre todo, de los primeros Gobiernos liberales. Además la Corona concedió de forma
generosa títulos nobiliarios durante el siglo a hombres de empresa, como el marqués de Salamanca, militares como
Narváez (duque de la Torre), O´Donnell (duque de Tetuán), Prim (marqués de Castillejos), aunque nadie acumuló
tantos títulos como Espartero (duque de la Victoria y príncipe de Vergara). En el terreno económico la nobleza entró
en los consejos de administración de las empresas como presidentes o consejeros, más que por la aportación de
capital debido a su cercanía las grandes esferas de decisión. En el terreno social la burguesía imitó los hábitos
aristocráticos, a diferencia del resto de Europa.
El clero fue el grupo social que recibió la más fuerte embestida del régimen liberal. La eliminación de sus
privilegios, especialmente en el campo económico con las sucesivas desamortizaciones privaron a la Iglesia de sus
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propiedades agrarias y la extinción del diezmo cerró otra fuente de financiación. A partir de 1840 el clero dependía
de un presupuesto muchas veces insuficiente lo que hizo disminuir de forma notable al clero regular, monjas y
frailes, no así tanto al clero secular, el que atendía catedrales y parroquias. En 1837 la Hacienda pagaba la
manutención de 24.000 frailes, en 1854 se había reducido a unos 8.000. El bajo clero defendió el carlismo,
especialmente en 1833-1840, por su parte la jerarquía se mostró hostil a cualquier avance hacia la tolerancia
religiosa (1856), la libertad de cultos (1869) o la separación entre Iglesia y Estado (1873). Aún así, en las
poblaciones pequeñas el clero mantenía un protagonismo del que carecía ya en las grandes ciudades.
El término burguesía englobaba fundamentalmente en este periodo a hombres de negocios. Los burgueses
obtuvieron beneficios diversificando sus actividades,:prestaban al Estado, con la administración de servicios
urbanos y suministros al Ejército. Banqueros y administradores tuvieron en Madrid su centro de actividad. En
Barcelona y Bilbao, las fortunas se debieron a inversiones en actividades industriales y comerciales.
Las clases medias estaban integradas fundamentalmente por una serie de profesionales liberales como los
abogados, muchos de los cuales posteriormente hacían carrera política. Algunos disfrutaron de una gran influencia.
Con la extensión de la enseñanza, la cátedra, y por antonomasia la de universidad, se convirtió en otro puesto de
relevancia social. Los funcionarios configuraron uno de los grupos más inestables, sobre todo con la figura del
“cesante” cada vez que cambiaba el Gobierno.
En una sociedad agraria como la española del siglo XIX, el núcleo más amplio de la población estaba
formado por campesinos. Los jornaleros representaban un amplio colectivo, con tasa de analfabetismo del 80% en
Sevilla y del 78% en Cádiz. En las áreas urbanas existía un amplio artesanado lo que explica la debilidad del
obrerismo español. Otros grupos de las clases populares eran los criados y dependientes, sobre todo los primeros, ya
que las familias de clase alta disponían de un elevado número de servidores domésticos. Por su parte los
dependientes del pequeño comercio tenían una categoría similar a la de los criados.
Los orígenes del movimiento obrero en España.
El limitado proceso de industrialización implicó que el número de obreros existentes en España fuese
cuantitativamente menor que el de las sociedades más industrializadas. La mayoría se encontraba en Barcelona,
aumentando en otros lugares como País Vasco, Valencia y Asturias.
Las primeras asociaciones con carácter sindical nacieron en Cataluña. Se convocaron reuniones y se
eligieron representantes con el objetivo de negociar con los patronos. De este movimiento nació el primer sindicato
de España, la Sociedad de Tejedores, fundada en Barcelona en 1840. El sindicalismo conoció un cierto desarrollo a
lo largo de la década de los años 40. Estos primeros sindicatos eran federaciones que agrupaban a los trabajadores
por oficios, además de su función reivindicativa para conseguir mejores condiciones laborales y salariales,
funcionaban como Sociedades de Socorro Mutuo.
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Se produjeron conflictos laborales en diversas ciudades españolas: Granada en 1839, Madrid 1842,
Valencia 1843, las fábricas laneras de Béjar en 1856 y en 1857 en Alcoy y Antequera. Fue durante el Bienio
Progresista (1854-1856) cuando tuvo lugar, en Barcelona, la primera huelga general. En julio de 1855, la
introducción de unas nuevas máquinas hiladoras, las selfactinas, desató una huelga obrera con manifestaciones. La
represión generó un movimiento de solidaridad, mientras algunos radicales asaltaron fábricas y destruyeron la
maquinaria. La protesta fue de tal magnitud que el capitán general de Cataluña llegó a prohibir el uso de aquellas
máquinas. Los patronos se negaron a cumplir la orden, pero se formó un comité paritario de patronos y obreros que
llegó a un acuerdo sobre la base del aumento de los salarios. Significó un salto cualitativo en la toma de conciencia
del proletariado y marcó el inicio del sindicalismo de clase, a la vez que consolidó la huelga como instrumento más
eficaz de defensa de las reivindicaciones obreras.
Fue también a partir del bienio progresista, después de que la nueva desamortización hizo pasar la mayoría
de las antiguas tierras comunales a manos privadas, cuando las insurrecciones agrarias se convirtieron en una
constante en el campo andaluz. Los levantamientos campesinos tomaron generalmente la forma de ocupaciones
ilegales de tierras y de su reparto entre los jornaleros, incendio de los registros notariales de la propiedad y, a
menudo, enfrentamiento con las fuerzas de orden público.
En 1855 tuvo lugar en Andalucía, Aragón y Castilla un fuerte movimiento de ocupación de tierras, en 1857
en Utrera y Arahal Y entre 1861 y 1867 se mantuvo en tensión la totalidad del campo andaluz. Seiscientos
campesinos se alzaron en Loja, levantaron a cuarenta y tres pueblos de las provincias de Málaga, Granada, Almería
y Jaén y formaron un ejército de 10.000 hombres armados y otros tantos sin armar. La falta de un verdadero
respaldo político y el miedo a la radicalidad del movimiento acabaron por hacerle fracasar.
El movimiento obrero durante el Sexenio Democrático. La llegada del internacionalismo
La revolución de septiembre de 1868 abrió un periodo que permitió que las fuerzas obreras pudiesen salir
de la clandestinidad y actuar públicamente. Llegaron a España las ideas socialistas y anarquistas a la vez que se
formaron los primeros núcleos vinculados a la Primera Internacional (Londres 1864)
La importación de las doctrinas socialistas a España se produjo a través de Cádiz, desde donde se difundió
el pensamiento de algunos socialistas utópicos como Saint-Simon y Fourier. La figura más notable del socialismo
español del siglo XIX fue Joaquín Abreu, fourierista gaditano, que defendió la creación de falansterios.
Mayor penetración que el utopismo tuvo la difusión de las ideas democráticas, y en concreto del
republicanismo federal, que encontró un amplio eco entre las clases medias y las masas obreras y campesinas más
politizadas. Esta ideología defendía un programa centrado básicamente en la exigencia de un régimen republicano,
la descentralización del Estado y un reformismo social que implicase una mejora de las condiciones laborales.
La Primera Internacional empezó a ser conocida en España a partir del viaje que aquí hizo Giuseppe
Fanelli, enviado por el dirigente anarquista Bakunin, en octubre de 1868. Éste viajó a Madrid y Barcelona donde
creó los primeros núcleos afiliados a la AIT. Fanelli, que era miembro de la anarquista Alianza Internacional de la
Democracia Socialista, difundió los ideales bakuninistas como si fuesen los de la AIT. Así, los primeros afiliados
españoles a la AIT pensaron que el programa de la Alianza (supresión del Estado, colectivización, apoliticismo,
etc.) eran los principios de la Internacional, fenómeno que ayudó a la expansión y arraigo de las ideas anarquistas
entre el proletario catalán y los campesinos andaluces.
En 1870, se celebró el Congreso de Barcelona donde se fundó la Federación Regional Española de la AIT
y se aprobó el recurso a la huelga como medio de acción y la necesidad de preparar al obrero para la revolución
social. La dirección de la sección española de la AIT quedó en manos de un congreso federal, con sede en Madrid y
después en Alcoy. A mediados de 1869 se habían creado unos 195 sindicatos con 25.000 afiliados; en 1873 eran
cerca de 40.000 en unas 200 asociaciones, con sede en Madrid, Valladolid, Carmona, Jerez, Málaga, Alcoy, etc.
La difusión de las teorías marxistas en España vino de la mano de Paul Lafargue, yerno de Marx, que se
instaló en Madrid en 1871. Impulsó un grupo de internacionalistas madrileños más favorables a las posiciones
marxistas. Entre sus miembros destacaba Pablo Iglesias, desarrollando una campaña a favor de la necesidad de la
conquista del poder político por la clase obrera. En 1872 se produjo la expulsión del grupo madrileño de la FRE y la
creación de la 'ueva Federación Madrileña, de carácter marxista, y en 1879 fundan el primer partido obrero del
país, el PSOE.
El internacionalismo tuvo su momento álgido durante la Primera República cuando diversos grupos de
anarquistas adoptaron una posición insurreccional con la esperanza de provocar la revolución y el derrumbe del
Estado. A partir de 1874 el nuevo régimen de la Restauración la declaró ilegal, obligándola a organizarse en la
clandestinidad.
Durante la década de los 90 se produjeron los actos más destacados de violencia social: atentados contra
personajes clave de la vida política (Cánovas y Martínez Campos); bombas en el Liceo de Barcelona o contra la
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Procesión del Corpus, etc. El anarquismo fue acusado de estar de todos estos atentados por lo que el estado aplicó
una gran represión, muchas veces indiscriminada, contra los anarquistas. Un momento clave fueron los procesos de
Montjuïc, celebrados en 1897 en Barcelona, en los que resultaron condenados y ejecutados cinco anarquistas.
La proliferación de atentados llevó a al división del anarquismo entre los partidarios de continuar con la
acción directa (actividad individual y violenta del anarquismo de carácter terrorista) y los contrarios al terrorismo
que propugnaron la necesidad de fundar organizaciones de carácter sindical, lo que se conoce como
anarcosindicalismo, y que tuvo como principal defensor a Anselmo Lorenzo. De esta última corriente nacería
Solidaridad Obrera (1907), que pasará a convertirse en la CNT (Confederación Nacional de Trabajadores) en 1910.
El movimiento obrero durante el primer tercio del siglo XX
En el primer tercio del siglo XX crecen de manera significativa el sindicalismo y su capacidad de
movilización. En 1907 nace Solidaridad Obrera en Barcelona, que pasará a convertirse en la Confederación
Nacional de Trabajadores (CNT, 1910 – 1911). Mientras los sindicatos anarquistas optaban por la huelga como
forma habitual de lucha (anarcosindicalismo), los socialistas prefirieron convocarlas como último recurso. Ambos
ganaron en capacidad de convocatoria, como se manifestó en las huelgas de 1909 y 1917, pero la organización de la
UGT siempre fue más disciplinada. Los intentos de organizar sindicatos católicos libres, ajenos al control de la
Iglesia, fracasaron.
Entre 1918 y 1921 asistimos a años muy virulentos de la lucha de clases. La recesión inmediata al fin de la
guerra europea provocó un enfrentamiento radical entre las asociaciones patronales y los sindicatos. Son años
marcados en Barcelona y en otras ciudades por los enfrentamientos entre los pistoleros de la patronal y los sectores
más radicales del anarquismo. Los numerosos asesinatos acabaron por debilitar a los sindicatos, especialmente a la
CNT.
El PSOE, que en 1918 conseguía 6 diputados, experimentaba una crisis interna y una división en torno a la
disyuntiva de sumarse o no al movimiento comunista. En 1917 la revolución había triunfado en Rusia, que en 1919
organizó la III Internacional, a la que invitó a los partidos socialistas de todo el mundo. En el PSOE las bases se
dividieron entre los partidarios de continuar adscritos a la Internacional Socialista, y los llamados terceristas, que
abandonaron el PSOE, y en noviembre de 1921 fundaron el Partido Comunista de España (PCE).
Durante la Dictadura, el movimiento obrero quedó adormecido. Los años de huelgas, la mejoría de vida a
partir de 1921, y la lucha entre anarcosindicalistas y pistoleros, habían desarmado a los sindicatos. El anarquismo se
dividió entre partidarios de la lucha pacífica y de la insurrección armada, estos últimos fundaron clandestinamente
en 1927 la Federación Anarquista Ibérica (FAI). El PCE, pese a aumentar continuadamente su afiliación, aún no
tenía fuerza suficiente, en 1930, como para inquietar a las clases dirigentes.
Transformaciones culturales. Cambios en la mentalidad. La educación y la
prensa. (1875-1902)
La vida cotidiana: cambios de mentalidad
Mientras el campo se mantenía como refugio de las tradiciones seculares, la vida en las ciudades cambió
durante el siglo XIX. Los nuevos edificios emblemáticos eran ahora mercados, galerías, centros administrativos,
estaciones de ferrocarril, etc. Y los ayuntamientos costearon obras como el abastecimiento de agua y el
alcantarillado. Pero la vida cambió más con la electricidad, la energía de la Segunda Revolución industrial. En 1885
la electricidad empezó a emplearse en las fábricas de Barcelona y en la década del los 90 se electrificaron los
tranvías de Madrid y Barcelona.
Los salones eran los centros de reunión de la nobleza y la nueva burguesía. Hubo salones de carácter
artístico, aunque en general eran lugares de ocio y diversión. Otro centro de la vida pública fueron los cafés, lugares
de tertulia de los políticos, mientras las clases más bajas frecuentaban las tabernas.
Otros centros de ocio fueron los Casinos, los Círculos de Bellas Artes o Ateneos. La ópera se convirtió en
lugar destacado como el Teatro Real o el Liceo de Barcelona. .El principal rasgo de este período es la paulatina
desaparición de la sociedad estamental y su sustitución por una sociedad de clases basada en el derecho de
propiedad y en la igualdad ante la ley. Esta nueva sociedad permitió mucha mayor movilidad social, bien por el
éxito en los negocios, bien por la carrera administrativa y, sobre todo, militar.
Hacia 1930 se ha producido una clara diferenciación entre las zonas agrarias y las ciudades. Entre el
campesinado español el analfabetismo, la dureza del trabajo y el hambre chocan con el ocio y la inquietud cultural
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de las ciudades. Los tendidos eléctricos sólo llegan a los núcleos medianos, y únicamente en algunos cafés de las
ciudades de provincia hay a veces un teléfono o un aparato de radio.
Muy distinta es la vida de las capitales. En 1930, Madrid y Barcelona rondan el millón de habitantes, y otras
ocho ciudades superan los 100.000: Valencia, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Bilbao, Murcia, Granada y Córdoba. El
crecimiento se ha debido al desarrollo industrial, con la aparición de barrios sin condiciones de habitabilidad, y el
desarrollo de los ensanches. El aumento de población es simultáneo a la difusión de la información, la
multiplicación de medios de transporte, etc. Aparecen los tranvías eléctricos. Se inauguran las primeras líneas del
Metro. Se extiende la electrificación. Al terminar la década de 1920 había ya muchas casas en las grandes ciudades
que tenían agua corriente, pero pocas contaban con un cuarto de baño moderno. Otros inventos de más difusión: las
máquinas de escribir, las máquinas de coser, aparecen también el termo, el colchón de muelles, etc. El teléfono
adquiere gran difusión. El otro gran invento del siglo, el automóvil, tuvo una repercusión muy limitada. Más rápida
fue la difusión de compañías de transporte por carretera, que usaban vehículos de más de veinte asientos. En 1904
se fundó en Barcelona “Hispano-Suiza”. Los años de la Gran Guerra abarataron la producción y multiplicaron el
número de coches.
Otra de las novedades que revolucionó la vida de los españoles fue el cine, su bajo precio lo convirtió en
una de las distracciones favoritas de las clases medias y populares urbanas, y pronto, gracias a los noticiarios, en un
medio de información suplementario. La aparición del sonoro, en 1928, acabaría por consagrar su éxito. También
proliferan medios de prensa modernos y revistas ilustradas.
La radio llegó más tarde. La primera estación española fue abierta en Barcelona en 1924. Empezaban a
llegar noticiarios y, ya en los años treinta, mítines políticos, conciertos etc.
Los llamados felices años veinte lo fueron para una parte de la sociedad, pero trajeron consigo algunos
cambios significativos que afectaron a la mentalidad y a los hábitos de todos los españoles.
Un pequeño número de mujeres abría paso al futuro: ya en 1910 obtuvieron el libre acceso a la Universidad;
en 1924 la Dictadura concedió el voto en las elecciones municipales a las mujeres mayores de 23 años que fueran
independientes; y durante los años veinte surgieron revistas, asociaciones y clubes de mujeres que comenzaron a
difundir el ideario feminista.
La Educación.
La difusión de la cultura liberal se realiza solo entre élites por lo que será muy limitada, la mayoría de la
población es muy pobre y analfabeta. En 1860 el 85 por ciento de la población era analfabeta y otro 10 por ciento
sólo sabía leer y escribir. La Educación sólo llega a pequeños grupos, a pesar de que se empieza a considerar como
un asunto de interés público, necesario para el desarrollo del país en su vertiente económica (necesidad de formar
obreros especializados) social (necesidad de formar individuos con unas determinadas formas de pensar) y política
(necesidad de formar ciudadanos).
Para conseguir estos objetivos se realiza una política educativa que empieza a poner en pie la enseñanza
pública. Durante el reinado de Isabel II se promulgan las dos primeras leyes de enseñaza
1845: Plan Pidal que establece enseñanza primaria y secundaria pública y privada, y
enseñanza Universitaria sólo pública.
1857: Ley de Instrucción Pública de Claudio Moyano (Ley Moyano). Organiza la educación
Universitaria en 5 facultades y establece el Cuerpo de Catedráticos y las oposiciones de secundaria.
Pero estas leyes tienen muy poco desarrollo porque aunque la enseñanza se concebía como un derecho, ni el
Estado podía financiarlo, ni la población infantil dejar de trabajar. Además los Ayuntamientos, a los que se encarga
de la construcción de escuelas, se encontraban pobres y sin recursos por la desamortización de comunales de
Pascual Madoz de 1.855. La enseñanza secundaria era atendida por las diputaciones que tenían la obligación de
mantener un Instituto por cada capital de provincia. La enseñanza universitaria concentraba la mayor parte de la
inversión estatal en educación.
La enseñanza privada para los hijos de los ricos sí se desarrolla, quedando en manos de la Iglesia, que
encontró en ella una forma de recuperar influencias en la sociedad controlando la mentalidad de los futuros
gobernantes.
Los moderados consideran el catolicismo como elemento fundamental de la identidad nacional y como
freno moral para conseguir orden frente al radicalismo político y social. El Concordato de 1851 además de paralizar
la desamortización y excluir a cualquier otro culto, permitía a la Iglesia católica intervenir en la educación pública y
en la libertad de imprenta e incluso sobre la actividad de maestros y profesores.
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Durante los años ochenta del siglo llegaron a España numerosas congregaciones religiosas de carácter
educativo, los maristas, los salesianos, los marianistas o las ursulinas. El fenómeno de privatización de la educación
secundaria no se produjo sin embargo en la enseñanza primaria, donde mayoritariamente las instituciones escolares
eran públicas. En cualquier caso el coste de obtener el titulo de bachiller hacía estos estudios inaccesibles a la clase
obrera.
La libertad de cátedra en la Universidad, fue muy criticada por la Iglesia. Varios profesores empezaron a
plantear el Integrismo Católico que defendía la unidad católica del Estado y la preponderancia de la fe sobre la
razón.
En 1875 se supeditó desde el gobierno la libertad de cátedra a la doctrina y el dogma católico. Frente al
decreto reaccionaron algunos profesores universitarios, que fueron sancionados y separados del servicio. Algunos
de estos profesores sancionados fundarían la Institución Libre de Enseñanza (Giner de los Ríos).
Mientras tanto en la Universidad comienzan a desarrollarse las teorías conocidas como Krausismo; ideas
introducidas por Julián Sanz del Río, catedrático y discípulo del filósofo Alemán Krause, y por Francisco Giner de
los Ríos, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Madrid, que defendía:
•
•
•
•
Un humanismo racional, laico y moral.
La fe en el progreso a través de la educación.
El ejercicio de la razón y el desarrollo de la ciencia.
La democracia.
La principal aportación de lo seguidores del Krausismo en España fue la creación de la Institución Libre de
Enseñanza (1876-1936). Este Instituto se origina en los primeros momentos de la Restauración e introdujo en
España la Coeducación, el Darwinismo y el Positivismo En esta institución se educó la mayor parte del personal
republicano dirigente durante la II República, y de la intelectualidad liberal que produce el resurgimiento cultural
del primer tercio del Siglo XX.
Fue necesario esperar hasta 1901 para que Romanones decidiera incluir los pagos de salarios a los maestros
de escuela en los presupuestos del Estado, de manera que los gastos educativos pasaron del 1% al 4% del
presupuesto público anual. A fines de siglo, solo había 18.000 alumnos universitarios en toda España y menos de
30.000 en secundaria.
La prensa
Fue uno de los principales vehículos de expresión y creación de estados de opinión y de difusión de las
corrientes culturales europeas. A través de la prensa se dieron a conocer las obras de los principales escritores e
intelectuales y, sobre todo, los acontecimientos más destacados de la época.
Ya tuvo una resonante importancia durante el Trienio Liberal, llegándose a publicar más de medio centenar
de periódicos. Sin embargo, es a partir de los años 30 cuando la prensa adquiere una dimensión nacional. En la
época isabelina destacan diarios como “La Época”, “La Iberia”, “El Clamor Público” o “La Democracia”, a través
de los cuales se difunde el liberalismo.
Desde los años 60, la madurez y el pluralismo de la prensa española se manifiesta en la aparición de un
nuevo tipo de periódicos de información general, como “El Imparcial” o “La Correspondencia de España” y de
nuevas publicaciones de prensa especializada y de revistas ilustradas como “La Ilustración Española y Americana”
de 1869.
Las manifestaciones literarias y artísticas.
En literatura distinguimos en el siglo XIX dos periodos separados por el Sexenio Democrático. En el
primero el romanticismo, impulsado por la influencia de Chateubriand y Walter Scott, da lugar a un romanticismo
tradicionalista y antiliberal. El romanticismo liberal aparecerá hacia 1834, influido por la obra de Victor Hugo,
siendo sus principales representantes Larra, Martínez de la Rosa y José de Espronceda.
A mediados de siglo se impone el realismo, representado por las obras costumbristas de Fernán Caballero.
No obstante el Romanticismo continuará tanto en la obra de Bécquer como en la de Rosalía de Castro.
El segundo periodo el realismo se impone en su vertiente naturalista, destacando Benito Pérez Galdós,
Leopoldo Alas “Clarín”, Valera, Blasco Ibáñez o Pardo Bazán que nos muestran una España urbana y rural desde
un punto de vista crítico.
Entre los años 1898 y 1914 triunfan las tesis modernistas de los hombres de la generación del 98 y del
regeneracionismo.
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Se produce en la música un auténtico afán nacionalista, inspirado en la riqueza del folklore: Sarasate,
Albéniz, Granados, Turina y, sobre todo, Falla y Rodrigo.
La arquitectura compaginó elementos modernistas (ensanches de Barcelona y Madrid) con la historicista
(neoclásico, neogótico, neomudéjar). A finales del siglo XIX tiene en el arquitecto catalán Antonio Gaudí el
máximo exponente de la arquitectura modernista.
La pintura fue más rica y variada. El neoclasicismo dio pasó a los románticos Alenza y Lucas. Hacia
mediados de siglo se impone el academicismo de tipo histórico, destacando Eduardo Rosales, Gisbert, Pradilla y
Mariano Fortuny. A finales de siglo, influenciados por las corrientes europeas, destacan Casas, Rusiñol, Nonell,
Zuloaga y un joven Picasso. También se puede hablar de un arte de exaltación del regionalismo en autores como
Pinazo y Sorolla (Valencia), Romero de Torres (Andalucía) o Zubiarte y Arteta (País Vasco).
La Institución Libre de Enseñanza fue una excepción. Lo que predominó durante la Restauración fue la
enseñanza tradicional, basada en métodos anticuados y poco críticos, y sometida a la vigilancia de la Iglesia
Católica. Más de 50.000 religiosos y religiosas se dedicaban a la enseñanza, sobre todo en la educación primaria
donde apenas intervenía el estado.
La enseñanza secundaria se circunscribía a 50 institutos en toda España, destinados a los hijos de las
familias más ricas.
Esta situación del sistema educativo provocó un gran atraso en el desarrollo científico y la investigación. A
la falta de apoyos materiales de las instituciones públicas y privadas se vino a añadir una mentalidad atrasada y
tradicional en las clases dirigentes del país. Un buen ejemplo fue la polémica creada ante las teorías de Darwin y su
condena por parte de la Iglesia.
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DOCUME'TOS:
Programa del PSOE
“Considerando que la sociedad actual tiene tan solo por fundamento el antagonismo de clases; que este ha
alcanzado en nuestro días su mayor grado de desarrollo, como bien claro lo revela el cada vez más
reducido número de los inmensamente ricos y el siempre creciente de los inmensamente pobres; que la
explotación que ejercen aquellos sobre estos es debida únicamente a la posesión de los primeros de la
tierra, máquinas y demás instrumentos de trabajo; que dicha posesión está garantizada por el poder
político, hoy en manos de la clase explotadora; es decir de la clase media (…)
Por todas estas razones, el Partido Socialista Obrero Español declara que su aspiración es: Abolición de
clases, o sea, emancipación completo de los trabajadores. Transformación de la propiedad individual en
propiedad social o de la sociedad entera. Posesión del poder político por la clase trabajadora.
Y como medios inmediatos para acercar nos a la realización de este ideal los siguientes: Libertades
políticas. Derecho de coalición o legalidad de las huelgas. Reducción de las horas. Prohibición del trabajo
de los niños menores de nueve años (...). Leyes protectoras de la vida y la salud de los trabajadores (…).
Creación de comisiones de vigilancia, elegidas por los obreros, que visitarán las habitaciones en que estos
vivan, las minas, las fábricas y los talleres (...). Creación de escuelas gratuitas para la primera y segunda
enseñanza y de escuelas profesionales (...). Servicio de las armas obligatorio y universal y milicia popular
(...). Adquisición por el Estado de todos los medios de transporte y de circulación así como de las minas,
bosques, etc.
Madrid, 9 de julio de 1879
Examen PAU, 2010.2011
"Don Alfonso XIII por la gracia de Dios y la C onstitución Rey de España;
A todos los que la presente vieren y entendieren, sabed: que las Cortes han decretado y Nos sancionado lo siguiente:
Artículo 1º. En los contratos por cuenta del Estado para toda clase de servicios y obras públicas serán
admitidos únicamente los artículos de producción nacional. S in embargo, el Gobierno podrá disponer que se
admitan proposiciones de la industria extranjera por los motivos siguientes:
Primero. Por imperfección del producto nacional, declarada después de practicar análisis o ensayos con
intervención de los interesados.
Segundo. Por notable deficiencia del coste del producto nacional en el lugar de su destino con relación al
producto extranjero.
Tercero. Por reconocida urgencia, que no puede satisfacer la industria española.
Cuarto. Por no existir la producción nacional respectiva
Ley de protección a la industria nacional, Gaceta de Madrid, 15 de febrero de 1907.
Documento 2
"La protección frente al exterior es la medida que de manera má s insistente e imperativa reclamaron las
organizaciones empresariales a la Administración. S in embargo, cubierto este objetivo, a los industriales españoles
se les planteó el problema de cómo mantener unos niveles de beneficios aceptables siendo tan débil y poco
dinámica la demanda interior (a causa del atraso agrario).
La solución vendría por la vía de la ayuda directa del Estado, bien mediante exenciones y privilegios fiscales, bien a
través de primas y ayudas, o bien por medio de compras públicas. Un ejemplo característico de esta tendencia es la
Ley de F omento de Industria de 1907 (que se repetirá, corregida y aumentada, en 1917 ). Antes de continuar, hay
que decir que en el resto de países sucedía algo parecido.
Sin embargo, y tal como sucede con la protección arancelaria, lo que caracteriza a España es la intensidad y
amplitud con la que se recurre a estas medidas de asistencia a los sectores industriales, siempre que no tengan un
coste directo en los presupuestos públicos. Y también se distingue porque las medidas y planes gubernamentales no
fomentan en absoluto estructuras de costes más competitivas.
Albert Carreras y Xavier Tafunell, Historia económica de la España contemporánea, Crítica, Barcelona, 2004.
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COMENTARIO GRÁFICA FÁBRICAS ALGODONERAS EN CATALUÑA
1. Se trata de un gráfico de barras verticales que recoge la evolución de una sola variable: el número
de fábricas algodoneras catalanas entre 1740 y 1786. El eje de abscisas representa el eje
cronológico. Es una fuente secundaria y de temática económica.
2. La primera conclusión que podemos extraer es la existencia de una clara tendencia al alza. Entre
1740 y 1786 el número de fábricas de tejido no dejó de aumentar. Así, mientras que en 1740
existían 4 fábricas de algodón, en 1786 llegaron aproximadamente a 115. Pero podemos distinguir
varias etapas:
a. 1740-1759: se produce un crecimiento continuo y acelerado. Se pasó de 4 a 18 fábricas. No
obstante, hay que señalar que el punto de partida era muy bajo.
b. 1759-1778: el crecimiento absoluto es más intenso, aunque la aceleración es menor,
pasando de 18 factorías a 72. En esta etapa se produce el gran despegue de las
manufacturas de algodón.
c. 1778-1786: prosigue el crecimiento cuantitativo aunque en términos relativos se produjo
una clara desaceleración. Se pasó de 72 a 115 fábricas.
3. El documento gráfico pone en evidencia el proceso de crecimiento del sector textil algodonero en
Cataluña durante el siglo XVIII. El paso inicial fue la estampación de tejidos importados para evolucionar
posteriormente hacia la fabricación de tejidos de algodón que imitaban a los procedentes de la India, por lo
que fueron llamados indianas.
La manufactura catalana de algodón logró mantenerse fuera del control gremial al tratarse de una actividad
nueva y no reglamentada aún, lo que favoreció su expansión. La mayor parte de la producción se orientaba hacia el
mercado interior. La prohibición de importar tejido de algodón reservaba todo el mercado nacional a la producción
catalana, que pudo crecer al asegurarse así la venta de su producción.
A partir de 1778, los decretos que liberalizaban el comercio con América posibilitaron la introducción de los
tejidos de algodón catalanes en las colonias americanas.
La desaceleración del último período se debió a la saturación del mercado español. Al mismo tiempo, para bajar
los costes de producción, surgieron manufacturas de hilados que abarataban la producción de tejidos. Este proceso
de mecanización del hilado aceleró el proceso industrializador del sector textil catalán.
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PÁGI'AS WEB:
Ciencia y cultura en Madrid. Siglo XX. Edad de Plata 1890-1936
http://www.ucm.es/info/hcontemp/leoc/ciencia%20en%20madrid.htm
¿Qué es el anarcosindicalismo?
http://flag.blackened.net/huelga/texts/que.htm
Texto de Germina Esgleas, secretario general de la A.I.T. (1956-1963)
Clases de Historia
http://www.claseshistoria.com/
Directorio del Socialismo
http://www.democratie-socialiste.net/annuaire.html
Historia del Anarquismo
http://ateneovirtual.alasbarricadas.org/historia/
Historia del Socialismo - Pablo Iglesias Posse
http://www.psoecoruna.org/historia-Socialista.htm
Historia y figuras del socialismo español
http://www.geocities.com/juvsocclineal/Histfig.html
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