11/05/2015 - Iglesia Galilea

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Elegidos para llevar fruto
Juan 15:16
INTRODUCCIÓN: Dios está en medio nuestro anhelando ser protagonista a
través de cada uno de sus hijos. El profeta Oseas, en el Antiguo testamento
fue llamado para la casi imposible misión de anunciar la Palabra de Dios. Sin
dudas, es hermoso alabar a Dios dentro del santuario, declarando cosas
como: “¡Cuan Grande el Él!”, “No hay nadie como Tu”, etc. Dios se agrada de
esto; pero mucho más, si en las calles de nuestra ciudad la gente supiese de
boca nuestra lo grande y misericordioso que es nuestro Dios. Si parafraseamos
la porción de Oseas 4:6 en el contexto del presente de nuestras ciudades
modernas, podríamos decir: “Mi pueblo carece de impacto porque le falta
autoridad”.
Dios nos llama a una vida compasiva a favor de aquellos que aún no tienen
la oportunidad de orar como nosotros, alabar como nosotros, ofrendar como
nosotros. Nuestra ciudad debe liberarse (desatarse) de este conformismo
maligno que la inhibe de enfrentar los desafíos que Dios le ha puesto. Debe
desatarse también de la incredulidad, extendiéndose a trabajar mientras
declara que no hay Dios como el Señor.
Hay una razón fundamental por la cual Dios nos tiene aún a usted y a mí en
este mundo. Cada cosa que nos suceda (sea esta buena o mala) ciertamente
nos terminará ayudando para bien. El texto bíblico que leímos al inicio nos
señala con claridad que Dios nos ha elegido para una vida de frutos. Dios nos
ha llamado a una cosecha abundante para Él. El fruto es el simple resultado
de todo aquello que hayamos plantado: el fruto es dulce o amargo, grande
o pequeño, escaso o abundante. Léase Gálatas 6:7-9.
Hay cuatro aspectos importantes que debemos destacar en el estudio de esta
semana:
DESARROLLO
1) Jesucristo tomó la iniciativa: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os
elegí a vosotros” (v.16ª). Como hemos leído, el Señor dio el primer paso para
llamarnos, para cambiarnos, para perdonarnos. Tiene además una misión
para que la cumplamos usted y yo. Jesús desea que usted haga algo más
grande de lo que está ejecutando ahora, Dios tiene muchos sueños y desea
llevarlos a cabo contando con su ayuda. Somos embajadores de Dios, un
embajador de Dios que conozca bien a Su Señor, jamás tendrá temor y abrirá
puertas con la mediación del Señor adondequiera que vaya.
2) Jesús completó a cabalidad Su obra: Cuando Jesús estaba próximo a morir
en la cruz, expresó: “Consumado es” (griego Tetelestai), dando a entender
que Su obra como Salvador de la humanidad, había sido completada a
cabalidad. Además Jesús, en Jn 17:4 señaló: “Yo te he glorificado en la tierra;
he acabado la obra que me diste que hiciese”. En este último pasaje, Jesús
habla acerca de su contribución como hombre aquí en la tierra. A sus
discípulos los escogió, los equipó, los cuidó, los comisionó y los envió a cumplir
una misión. Dios también tiene una misión esperando por usted, puede
empezar por casa, pero también extendiendo su misión al trabajo, la
universidad, su organización. Sea cuidadoso de poder decir como Jesús, he
acabado mi misión.
3) La voluntad de Jesús es que llevemos fruto: Un sabio pensamiento reza: “Vivir
con un propósito es la forma de vivir realmente, lo demás es solo existir”.
Muchos ecuatorianos reniegan de haber nacido en esta nación, haciendo
esto resisten la sabiduría de Dios pues Él ha dispuesto que vivamos en este país
por una razón específica. No hemos nacido en esta nación a causa de las
probabilidades matemáticas. Léase Jeremías 1:1, 4-5. Este profeta luchaba
por entender cuál era el propósito de Dios para su vida. Debemos aceptar
que Dios nos conoce aún antes de haber nacido. Fue Dios quien dispuso que
naciéramos en la familia donde nacimos, que estudiásemos en la escuela o
colegio en que estudiamos, que trabajemos en el sitio donde actualmente
laboramos. Es en ese sitio, con esa gente que debemos empezar a impactar
el mensaje de salvación de Dios. De no hacerlo viviremos resistiendo a Dios y
perdiendo las oportunidades como le sucedió al profeta Jonás. Dios podría
disciplinarnos duramente, si teniendo clara la misión que Dios espera que
cumplamos, decidimos postergarla o simplemente dejarla de lado.
En la biblia hay pasajes que contienen doctrina; es decir, enseñanzas
cardinales por medio de las cuales sabemos cómo llegar a Dios, como recibir
perdón, como lidiar con el resentimiento, la amargura, acerca del amar al
prójimo. Otros pasajes contienen hermosas promesas de Dios, para que
vivamos por ellas por medio de la fe. Pero di dudamos, si acaso nos dejamos
mover por las circunstancias que nos rodean, y estas realidades echan tierra
sobre las promesas, jamás las llegaremos a ver hechas realidad en nuestras
vidas.
4) Jesús desea que nuestro fruto permanezca: “y vuestro fruto permanezca”
(Jn 15:16). Dios desea utilizarlo a usted, Él tiene sueños y expectativas con
usted. Dios no desea que nuestro caminar en la fe sea intermitente, a manera
de “hipos espirituales”, un día en victoria y el otro en derrota. Dios desea que
su vida muestre frutos de carácter permanente. Ponga su vida a disposición
de Dios de modo continuo, simplemente dispóngase a obedecer al Señor.
Cuando atraviese adversidades no diga: “¿Por qué Señor sucede esto en mi
vida?”. Más bien, cuestiónese: “¿Para qué ha sucedido esto en mi vida? ¿Qué
propósito de Dios puedo hallar en medio de esta circunstancia?”. Recuerde
la promesa del Señor Jesús: “para que todo lo que pidiereis al Padre en mi
nombre, él os lo dé”.
APLICACIÓN: De modo que mi hermano/a, pídale a Dios el poder hallar el
propósito Suyo para su vida, cuando lo descubra encontrará que tendrá
sobradas razones para vivir, créale a Dios y espere en Él. Dios se encargará de
los detalles. Amen.
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