Entrevista con Lynne Patterson, Cofundadora y Directora de Pro Mujer

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Microfinanzas
Entrevista con Lynne Patterson, Cofundadora y Directora de Pro Mujer
Conducida por la Dra. Erna Karrer-Rüedi, PB ISP Microfinance
Julio del 2011
Lynne Patterson
Lynne pasó la primera parte de su carrera en Estados Unidos
promoviendo programas educativos para familias y niños de bajos
ingresos, como administradora y maestra en los sistemas de escuela
pública de la ciudad de Nueva York y Port Washington en Long
Island. En 1990 se mudó con su familia a Bolivia donde sumó fuerzas
con Carmen Velasco para desarrollar programas de capacitación
para mujeres que recibían donaciones de alimentos. Lynne y Carmen
desarrollaron un programa inclusivo e integral basado en lo que las
mujeres insistían que eran sus necesidades principales. Los
programas de capacitación en desarrollo de negocios, desarrollo
infantil, salud y planificación familiar llevaron finalmente a la
fundación de Pro Mujer, una organización de microfinanzas y
desarrollo de la mujer que combina servicios financieros con los
programas de capacitación que las mujeres necesitan para construir
vidas sostenibles para sí y sus familias. El programa, que empezó en
Bolivia, se ha expandido y replicado exitosamente en Nicaragua
(1996), Perú (1999), México (2001) y Argentina (2005). Lynne tiene
títulos en Gobierno (Bachiller, Principia College), Educación
(Maestría, Teachers College, Columbia University); Historia
Americana (Maestría, New York University) y Administración
Educativa (Doctorado en Educación, New York University).
Acerca de Pro Mujer
Lynne Patterson y Carmen Velasco, una educadora boliviana,
querían ayudar a las mujeres más pobres en Bolivia a lograr
bienestar económico y social. Una donación concedida por USAID
del gobierno de Estados Unidos ayudó a Lynne y Carmen a
comenzar. Se encontraban con mujeres en casas y patios y les
proporcionaban capacitaciones de empoderamiento, planificación
financiera y educación infantil. En 1990, Lynne y Carmen fundaron
Pro Mujer, una organización dedicada al desarrollo de la mujer y las
microfinanzas que hoy ofrece microfinanzas, capacitaciones de
negocios y empoderamiento, educación de salud preventiva y
servicios de salud primarios altos en calidad y bajos en costos para
mujeres de comunidades empobrecidas de América Latina. Pro
Mujer ha replicado su modelo y lo ha ajustado a las condiciones
locales en Nicaragua en 1996, Perú en 1999, México en 2001 y
Argentina en el 2005.
En los últimos 20 años, Pro Mujer ha desembolsado más de
USD$950 millones de dólares en pequeños préstamos, promediando
USD$324 por préstamo, llegando a más 1 millón de mujeres y 5
millones de hijos y familiares. Hoy en día, Pro Mujer está ayudando a
las mujeres más empobrecidas en América Latina a aumentar sus
ingresos, desarrollar su potencial y reclamar sus derechos humanos
básicos.
Entrevista
Erna Karrer: Lynne, ¿cuáles han sido los tres cambios
más importantes en Pro Mujer de los últimos 20
años, desde que tú, junto con Carmen Velasco,
fundaron la organización dedicada a lograr el
bienestar económico y social de las mujeres?
Lynne Patterson: A mi parecer, los tres cambios más
importantes por los que Pro Mujer ha pasado en los
últimos 20 años son: cuando Carmen y yo
empezamos a usar microfinanzas como una
herramienta para ayudar a las mujeres; cuando
Rosario Pérez fue nombrada Directora Ejecutiva en el
2008, y cuando comenzamos a poner un énfasis en
los servicios de salud.
Originalmente, los programas que ofrecíamos a las
mujeres en El Alto, Bolivia se centraban alrededor de
la educación y capacitación de negocios, pero
conforme las mujeres a las que ayudábamos se
convertían en mujeres avanzadas y fortalecidas, las
escuchábamos decir que a pesar de que todos
nuestros servicios eran de gran ayuda, lo que ellas
realmente necesitaban era el acceso al crédito para
poder
implementar
aquello
que
estaban
aprendiendo. Cuando entramos en el mundo de las
microfinanzas, muchas personas nos decían que
dejáramos de ofrecer los servicios de salud y
desarrollo humano pero nosotras decidimos marcar
nuestro propio camino y enfocarnos en la
microfinanciación. Estábamos comprometidas a
proveer a las mujeres con las herramientas que
pudieran ayudarlas en todos los aspectos de su vida
tanto en sus hogares como en sus comunidades- no
sólo en sus bolsillos.
El nombramiento de Rosario Pérez ha sido otro gran
hito en la historia de Pro Mujer. Rosario, quien fue
miembro del Consejo Directivo de Pro Mujer antes de
ser nombrada Directora Ejecutiva, pasó su carrera en
diversos puestos de liderazgo dentro de JP Morgan.
Trajo consigo décadas de invaluable experiencia en el
sector privado cuando se unió a Pro Mujer y
realmente ha transformado la organización. Bajo su
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liderazgo hemos hecho inversiones claves en todos los
niveles de la organización, particularmente en tecnología,
recursos humanos, comunicaciones y salud, entre otros.
Todas estas inversiones nos permitirán continuar
aumentando la profundidad y alcance de nuestros
servicios mientras avanzamos nuestra misión de ayudar a
las mujeres a construir una mejor y más digna vida para
ellas, sus hijos y sus familias.
Finalmente, la salud siempre ha sido una parte integral de
nuestros servicios pero desde que Rosario fue nombrada
Directora Ejecutiva, nos hemos enfocado aún más a esta
área que cada vez es más importante y la estamos
llevando al siguiente nivel. Tal vez podré hablar más
respecto a esto en otra ocasión.
Erna Karrer: Hoy, el sector está siendo cuestionado en
varios lugares, ya sea en Andhra Pradesh, en Nicaragua:
¿cómo pondría estos estos acontecimientos en
perspectiva?
De nuestros 1,494 empleados, 71% de ellos son mujeres y
el 75% de todas las posiciones de liderazgo son ocupadas
por mujeres. Además, el 11% de nuestros empleados
fueron clientes anteriormente. Esta íntima y estrecha
relación, así como los servicios financieros, de salud y
desarrollo humano, son los factores más grandes que nos
diferencian en este sector tan competitivo.
Erna Karrer: ¿Cuáles son los desafíos más grandes para
Pro Mujer hoy en día?
Lynne Patterson: Los mayores desafíos para la industria
en general y Pro Mujer son saturación del mercado,
sobreendeudamiento de clientes y medición de impacto.
Debido a nuestro enfoque holístico y la base del segmento
de la pirámide a la cual servimos, no consideramos a otras
instituciones de microfinanzas como "competencia".
Nuestro enfoque de género, acceso fácil y conveniente a
los servicios multidimensionales que ofrecemos, son
verdaderamente únicos. Sin embargo, la entrada de
entidades microfinancieras en los mercados donde
Lynne
Patterson:
Lamentablemente,
todas
las
organizaciones que trabajan en microfinanzas han sido
puestas en la misma categoría independientemente de su
enfoque, impacto o comportamiento.
El sector ha fracasado en reconocer el importante rol que
las instituciones microfinancieras comerciales con fines de
lucro han jugado al expandir el acceso al crédito para
millones de personas. Al igual que en el mundo
corporativo, hay buenos y malos jugadores. IMF con fines
de lucro han ayudado a llenar el vacío que las IMF sin fines
de lucro nunca hubiesen podido alcanzar por falta de
escalabilidad.
En el caso de Nicaragua, nuestras operaciones no sólo
sobrevivieron el movimiento "No pago" y la consecuente
crisis- debido a nuestro enfoque multidimensional de
microfinanzas,
negocios
y
capacitación
de
empoderamiento, educación sanitaria preventiva y
atención primaria de salud de alta calidad y bajo costo –
quedamos entre los mejores jugadores. Esto es gracias a
la estrecha relación que tenemos con nuestras clientas. En
varias ocasiones hemos presenciado como nuestras
clientas nos defendieron y apoyaron en sus comunidades
debido a que habían recibido intervenciones de salud que
de lo contrario no hubiesen podido recibirlas. Las vidas de
nuestras clientas y empleados
están íntimamente
entrelazadas. No solamente interactúan en los centros
donde ofrecemos nuestros servicios sino que también
viven en las mismas comunidades donde se ven todos los
días.
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operamos, obviamente tiene un efecto sobre la oferta y la
demanda. Habiendo dicho esto, estoy segura de que
mientras sigamos innovando, expandiendo la amplitud y
profundidad de nuestros servicios, escuchando a nuestras
clientas, y manteniendo los fuertes lazos emocionales que
tenemos con ellas, estaremos bien posicionados para
enfrentar este desafío.
Papanicolaou. Otras mujeres tenían miedo de hablar en
público o bajaban la cabeza y miraban al lado cuando se
les hablaba. Muchas no habían tenido acceso a crédito o
una cuenta de ahorros porque no tenían garantía o un
garante que requieren las instituciones tradicionales. Al
proveer nuestros servicios a nuestras clientas,
efectivamente les estamos diciendo, "Creemos en ti".
El sobreendeudamiento es otro desafío para nosotros y
por sobre todo para nuestras clientas. Como una
organización sin fines de lucro, impulsada por nuestra
misión, nos enfocamos en el bienestar personal y
financiero de nuestras clientas. Ellas llegan primero a Pro
Mujer para formar una asociación de banca comunal que
son grupos de 20 a 30 mujeres. Usamos oficinas de crédito
en donde existen, para asegurarnos que no estén sobre
endeudadas. Una vez que esto esté establecido, les
ayudamos a desarrollar un plan de negocios informal y un
plan de repago de sus créditos. Cuando las clientas
reciben un crédito son para generar ingresos, por ejemplo,
para empezar o invertir en un negocio en vez de un
crédito al consumidor.
Si ofrecemos créditos
suplementales para servicios de salud, educación,
inversiones a negocios de temporada y mejoras para las
viviendas, pero todos los créditos están ligados al crédito
de negocios primario que genera ingresos.
Que alguien les diga eso, generalmente les conduce a que
crean en ellas mismas. Nuestro enfoque para aliviar la
pobreza y empoderar a la mujer es holístico. Les
ayudamos a cambiar su manera de pensar a través de
capacitaciones de negocios, empoderamiento y educación
de salud preventiva. Les ayudamos a cambiar sus cuerpos
proporcionándoles servicios de la salud a los cuales no
tenían acceso y les ayudamos a cambiar sus almas, porque
muchas de nuestras clientas cambian su perspectiva de
vida. Dejan de ser mujeres a las cuales la vida les pasa por
al lado. Se convierten en mujeres que participan
activamente de sus vidas.
También evitamos el sobreendeudamiento ofreciendo
‘créditos escalonados’ que son créditos cuyas cantidades
aumentan dependiendo de la historia de repago. Esto
asegura que las clientas obtengan un crédito que puedan
manejar y asegura que puedan repagar sus créditos
responsablemente.
Por último, medir el impacto es otro desafío no sólo para
Pro Mujer sino para cualquier organización. Estamos muy
interesadas en realizar estudios de impacto para medir
cómo nuestros servicios afectan las vidas de nuestras
clientas, sin embargo, requiere una gran cantidad de
fondos y capacidad para implementarlos. Además,
mientras seguimos reforzando los elementos comerciales,
debemos permanecer vigilantes y no perder de vista las
razones sociales de nuestra existencia que son de
proporcionar a las mujeres un acceso fácil y conveniente a
los servicios que les permitan desarrollar su propio
potencial como propietarias de negocios, madres y
miembros activos de sus comunidades, creando así una
vida mejor.
En los últimos 20 años, he escuchado cientos de
testimonios de clientas sobre cómo Pro Mujer tuvo un
impacto positivo en sus vidas. Antes de llegar a Pro Mujer,
algunas mujeres nunca tuvieron una prueba de
Erna Karrer: ¿Cuáles son los costos operacionales de Pro
Mujer en Bolivia y en Perú, sólo para darnos una idea de
los estados financieros?
Lynne Patterson: Para darte un ejemplo, para el 2011, el
presupuesto operativo previsto para Pro Mujer en Bolivia
es de USD$9,083,000. Pro Mujer reinvierte sus ingresos en
el país, por ejemplo, para expansión.
Erna Karrer: Las microfinanzas actualmente enfrentan
mayor presión para mostrar evidencias. ¿Cuál es su
experiencia en esto?
Lynne Patterson: Las microfinanzas fueron creadas para
proporcionar acceso a servicios financieros vitales y
necesarios a personas de tal manera que puedan salir de
la pobreza. Creo que como industria, sentimos cierta
presión para mostrar evidencia que las microfinanzas, así
como otros servicios, sí funcionan.
Pro Mujer hace esto dándole seguimiento y evaluando los
progresos logrados a través de una serie de plataformas
integrales incluyendo: evaluaciones de impacto
financiadas desde el exterior, informes periódicos de
progreso, visitas y comunicaciones frecuentes. Nuestras
operaciones locales ofrecen informes que incluyen 37
indicadores financieros que van desde las tasas de
retención del cliente a prestatarios por asesor de crédito,
así como datos sobre la salud y otros servicios no
financieros.
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También realizamos encuestas regularmente de
satisfacción del cliente y utilizamos estudios internos y
externos para evaluar qué servicios están en demanda y si
cumplen con las necesidades de las clientas. Por ejemplo,
el estudio de investigación de satisfacción sobre las
asociaciones de banca comunal en Bolivia en el 2009,
resultó en una modernización de nuestros servicios de
ahorros. Las investigaciones sobre el uso de producto de
créditos para clientas de alto rendimiento y préstamos
rurales en Perú resultaron en la discontinuación del
primer producto y expansión del último, entre otras
mejoras.
Durante los años, agencias internacionales calificadas para
la evaluación de instituciones microfinancieras y expertos
han reconocido el impacto financiero y social de las
actividades de Pro Mujer en las vidas de las personas a
quienes servimos. Por ejemplo, MicroRate, un evaluador
externo de microfinanzas, identifica a seis áreas de
rendimiento y riesgo, incluyendo: perfil financiero,
operaciones microfinancieras, calidad de la cartera,
organización y gestión, gobernanza y posicionamiento
estratégico, y el punto de vista social. De las operaciones
de Pro Mujer evaluadas en el 2009, Pro Mujer recibió una
A en Perú, A- en Bolivia, B + en Nicaragua y una B- en
México.
MicroRate también analiza los resultados de las
operaciones de la organización y el grado de
cumplimiento de la misión social, es decir, la profundidad
y la diversidad de servicios, costo, eficiencia y
sostenibilidad, así como su enfoque social, orientación y
su gestión del desempeño social. De los países calificados
en el 2010, este sistema de calificación de desempeño
social, basado en un máximo de cinco estrellas, le dio a las
operaciones de Pro Mujer tres estrellas y media a México
y Nicaragua, cuatro estrellas a Bolivia y cuatro estrellas y
media a Perú.
Además, se han realizado otras evaluaciones externas por
organizaciones como CGAP, un consorcio de donantes de
microfinanzas bajo los auspicios del Banco Mundial, y
FINRURAL, una asociación de organizaciones de
microfinanzas bolivianas.
Erna Karrer: ¿Qué impacto han tenido las microfinanzas
en la vida de sus usuarios?
Lynne Patterson: Gracias a los resultados al acceso a las
microfinanzas, mejoras en las vidas de las mujeres son
inmediatamente aparentes y crean un efecto
multiplicador. Clientas establecen e invierten en sus
negocios y aumentan sus ingresos y ahorros. No sólo
crean redes de seguridad financieras, sino también crean
un historial crediticio.
Nuestras asociaciones de banca comunal (grupos de 20 a
30 mujeres que se organizan y se avalan entre sí los
préstamos individuales como grupo) y nuestros centros
focales se han convertido en un sistema de apoyo social
para nuestras clientas. Estas plataformas de entrega
ayudan a las mujeres a tener confianza y autoestima,
aprender habilidades de liderazgo que les ayudan en
todos los aspectos de sus vidas. Todas estas enseñanzas
son transferidas a sus hijos y a otros miembros de la
familia.
Erna Karrer: ¿Se están llevando a cabo estudios a largo
plazo que demuestran en forma diferenciada cómo
pueden mejorar vidas: económicamente, socialmente –
con las microfinanzas?
Lynne Patterson: Siempre estamos tratando de aprender
cómo podemos tener un impacto positivo en las vidas de
las mujeres a quienes servimos a través de los servicios de
salud, financieros y de desarrollo humano que ofrecemos.
Estamos muy interesadas en realizar estudios a largo plazo
para medir el impacto de nuestros servicios pero debido a
cuestiones relacionadas con costos y capacidad no
tenemos ningún estudio a largo plazo por el momento. Sin
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embargo, actualmente estamos desarrollando nuestro
proyecto de perfil del cliente que nos permitirá recopilar,
analizar y catalogar mejor los datos claves biográficos y
económicos. Esta información nos proveerá una
maravillosa base de la cual podremos extraer información
para estudios a largo plazo.
de crédito y fueron basados en la experiencia de salud de
la organización en los pasados 20 años. Pro Mujer
identificó los siguientes criterios claves para el desarrollo
de este nuevo modelo: capacidad de respuesta, potencial
de impacto en la salud, comodidad de acceso, viabilidad
operativa y sostenibilidad económica del mercado.
Erna Karrer: ¿Hay evidencia empírica de cómo Pro Mujer
ha cambiado la vida de las mujeres en Bolivia o
Nicaragua? ¿Qué cree que es lo más importante para el
futuro de Pro Mujer?
A fin de garantizar la cobertura óptima, sostenibilidad
financiera y escalabilidad, todas las clientas de Pro Mujer
fueron inscritas en el nuevo programa y pagaron el costo
del paquete al comienzo de cada ciclo de préstamo. En la
iteración actual del piloto, el costo es de USD$2.43 por
clienta, por mes. Esto cubre educación, servicios de
prevención y diagnóstico temprano de las enfermedades
crónicas, consultas, asesoramiento y referencias. Antes
de unirse a Pro Mujer, muchas de estas clientas nunca
habían tenido una prueba de Papanicolaou u otras
intervenciones médicas importantes.
Lynne Patterson: Atención primaria de salud siempre ha
sido y seguirá siendo, una iniciativa fundamental para la
planificación estratégica de Pro Mujer. En Pro Mujer nos
dimos cuenta pronto de que la pobreza y la salud están
estrechamente vinculadas. Si una mujer o un miembro de
su familia se enferma, no será capaz de ejecutar su
negocio y sus ahorros - si tienen ahorros - se agotarán y
potencialmente aniquilarán sus medios de subsistencia.
Por supuesto, esto tiene un impacto en sus hijos, su
educación y el bienestar general de su familia.
Los programas de salud de Pro Mujer no sólo tienen un
impacto en los cinco países de América Latina donde
operamos, también tiene el potencial de afectar la
comunidad internacional de desarrollo. Mediante el
desarrollo de un programa de servicios de salud
sistemático, autosuficiente y amplio, Pro Mujer sigue
creando programas que son fácilmente replicables a
través de los países y poblaciones diversas. Pro Mujer se
compromete a compartir sus aprendizajes claves con otras
organizaciones para proporcionar estas ofertas al mayor
número de personas.
En los países donde opera Pro Mujer existe un aumento
de la prevalencia de enfermedades crónicas. Según la
Organización Mundial de la Salud, 73.1% de las mujeres
adultas en Nicaragua son obesas o tienen sobrepeso y el
país tiene una de las mayores tasas de muerte femeninas
de diabetes en el mundo. Mientras que el Gobierno ha
hecho progresos importantes en la salud materno-infantil,
todavía hay una carencia de programas eficaces para la
detección de enfermedades crónicas.
En noviembre del 2010, Pro Mujer lanzó un piloto modelo
de nuevos servicios de salud en León, Nicaragua para
mejorar y satisfacer las necesidades de sus clientas y
familias. El objetivo principal de nuestro modelo
sistemático de salud es de alcanzar a 100% de nuestras
clientas con servicios de alto impacto, sostenibles y
basados en sus necesidades. Estos servicios serán
proporcionados en nuestros centros focales para llegar a
la audiencia captiva de las mujeres durante sus reuniones
Hemos aprendido muchas lecciones en los cortos seis
meses desde que el programa fue lanzado. Más de 3,200
mujeres se han inscrito en el programa. De las clientas que
han sido examinadas, 70% sufren de sobrepeso o son
obesas, 17% tienen altas tasas de pre-diabetes, diabetes e
hipertensión. Teniendo los médicos en las clínicas de
nuestros centros nos ha permitido dar seguimiento a los
casos positivos que ha conducido a un aumento de la
satisfacción de las clientas. La lección más importante ha
sido que los programas de formación han sido vitales para
aumentar la conciencia del valor de la intervención
temprana y proporcionan herramientas para mejorar el
estilo de vida de las clientas.
Con la colaboración de nuestros socios PATH y Global
Partnerships, Pro Mujer ha desarrollado un sistema simple
y eficaz de supervisión y evaluación, que realiza un
seguimiento de los indicadores siguientes: cambio de
comportamiento e impacto, productividad y eficiencia,
proceso de flujo, cobertura y uso, resultados de salud,
calidad y satisfacción, referencias, capacitación y un
impacto en sus servicios financieros.
En términos de cifras, en el 2010, Pro Mujer proporcionó
una gama de servicios de atención médica de alta calidad
y bajo costo a través de sus cinco países incluyendo a
222,687 consultas médicas, 25,000 exámenes de
Papanicolaou, entre los cuales 822 casos positivos fueron
detectados incluyendo posibles lesiones de cáncer
cervical, 52,000 consultas de planificación familiar y unos
40,000 consultas pediátricas.
Más de 200,000 mujeres reciben capacitaciones de salud
preventiva cada año. Una vez finalizada la primera fase del
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proyecto piloto en agosto del 2011, Pro Mujer podrá
implementar la segunda fase con la participación de
clínicas móviles en las zonas rurales, así como comenzar a
replicar el modelo en nuestros otros centros en Nicaragua
y en todos los demás países, incluyendo a Bolivia.
Erna Karrer: ¿Cuál es el punto de vista de Pro Mujer sobre
las oportunidades de ahorro y la capacidad de ahorrar
para futuras inversiones o para ser más resistentes a
eventos inesperados?
Lynne Patterson: Ahorrar es absolutamente vital para el
segmento de la población a quien servimos. Les permite
crear como un amortiguador para situaciones
catastróficas de la vida como desastres naturales,
problemas relacionados con la salud, recesiones
económicas y muerte de seres queridos. En el caso de su
propia muerte, pueden dejar algo a sus seres queridos.
Donde esté disponible como en Bolivia, Nicaragua y Perú:
más de 172,970 de nuestras clientas (de 212,000 en total)
tienen más de USD$19.8 millones de dólares en ahorros,
con un promedio de USD$114.
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