"El tabaco que le regalé a Churchill era el mejor"

"El tabaco que le regalé a Churchill era el mejor" - La Palma - Canarias Ahora - El primer periódico digital de Canarias
la-palma | 21 de Febrero de 2013 (13:36 h.)
RECIBIÓ UNA CARTA DE AGRADECIMIENTO
"El tabaco que le regalé a Winston Churchill era el
mejor del mundo"
El tabaquero Roque Concepción.
El purero Roque Concepción obsequió al estadista británico con un mazo de 25
gruesos cigarros de manufactura propia cuando visitó La Palma en 1959.
“Era de hoja de Breña y Caldera y de la marca La Troya, el mejor tabaco del
mundoâ€. Roque Concepción, un reconocido y apreciado purero de Santa Cruz de
La Palma, a sus 82 años, recuerda con nitidez el momento en que, el 24 de
febrero de 1959, entregó a Winston Churchill un mazo de puros de manufactura
propia. “Lo estuve esperando en el muelle una hora por lo menos, porque se
habÃa ido en un taxi a hacer un recorrido por Fuencaliente, y cuando llegó, lo
saludé, le di los puros y le dije que los habÃa hecho yoâ€. La conversación entre
el chinchalero palmero, que estaba a punto de cumplir 29 años, y el que fuera
primer ministro británico, que tenÃa 85, se llevó a cabo en “un inglés
chapurriadoâ€. “Yo le expliqué que habÃa estudiado cuatro años ese idioma
en el Bachiller, pero que el profesor era americano y por eso mi inglés era maloâ€,
rememora Roque Concepción en una conversación con LA PALMA AHORA.
El 24 de febrero de 1959 fue un dÃa histórico para La Palma. El estadista
británico y Premio Nobel de Literatura Winston Churchill, su esposa Lady
Clementine y el multimillonario Onasis llegaron al puerto de Santa Cruz de La Palma
a bordo del yate Christina, propiedad del magnate griego. “Yo venÃa de la playa,
porque iba en invierno y en verano, y me encontré en la calle con el consignatario
Miguel Cabrera, que me dijo que llegaba el yate de Onasis con Winston Churchillâ€,
comenta Roque. La noticia corrió por la ciudad. “Yo lo que hice, en vez de irme
para casa, fue virar para detrás y decÃrselo a todo el que veÃaâ€, añade.
Y la embarcación con los ilustres visitantes entró en la bocana. “Yo me puse
en el muro y empezó a venir gente; del yate bajaron un barquito más pequeño en
el que llegó al puerto Churchill, que bajó a tierra por la segunda meseta; era
mayor, venÃa fumando un puro gordo y con un bastónâ€, relata Roque. â
€œNosotros le aplaudimos, pero me llamó la atención que al muelle no fuera ni el
alcalde ni ninguna autoridad, yo creo que lo ignoraron por la cosa de la guerraâ€,
supone el chinchalero, que regentó un famoso estanco en la Calle Pérez Volcán
en cuyas paredes exhibÃa fotografÃas de aquella visita.
Churchill y sus acompañantes se subieron a un taxi, conducido por Nelson
Pestano, y se dirigieron al municipio de Fuencaliente, donde visitaron una bodega.
Mientras el estadista británico realizaba la excursión, Roque preparó con esmero
el regalo. “Yo me fui a casa y de los cien puros por encargo que habÃa hecho
para el director de Prisiones, que era un sibarita y fumaba puros gordos como
Churchill, cogà 25, hice un mazo con la etiqueta La Troya y fui al muelle a esperar
que vinieraâ€, recuerda. “Cuando llegó, me dirigà a él y le entregué los
puros; me los aceptó, se echó a reÃr y me dio las graciasâ€.
Pasados algunos meses de la ilustre visita, el progenitor de Roque recibió una
carta cuyo remitente era el mismÃsimo primer ministro británico. “VenÃa a
nombre de Tabacos La Troya, la marca de mi padre, Manuel Concepción Pérez;
nos daba las gracias y nos decÃa que los puros eran excelentesâ€, señala con
orgullo. “Pues claro que eran excelentes, eran los mejores del mundo, buení
simos, tenÃan una mezcla de hoja de Breña y Caldera cultivada en La Palmaâ€,
resalta el octogenario purero quien, a pesar de la edad y de los achaques de salud,
se declara incapaz de dejar de fumar. “Pues sÃ, la verdad es que me hizo
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