el mundo - Universidad Complutense de Madrid

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LETIZIA
100 DÍAS DE REINA
BAJO LA LUPA
LEIRE PAJÍN VUELVE A ESPAÑA DE
LA MANO DE PEDRO ALONSO PÁGINA 8
TATIANA MUÑOZ, LA ‘CUÑADA’ ESPAÑOLA
DE CAMILLA PARKER BOWLES PÁGINA 12
2 LA OTRA CRONICA
EL MUNDO SÁBADO 20 SEPTIEMBRE 2014
100 DÍAS DE REINA
LETIZIA
PROGRESA
ADECUADAMENTE
Aunque ha asumido muchos de los
actos de Doña Sofía, ya ha dejado
entrever su carácter como Reina.
Más empática y segura de sí
misma, quiere llegar al corazón con
sus discursos y busca una causa
acorde con sus intereses. Sólo un
‘pero’: entender que en su vida
privada también es Reina
CONSUELO FONT
S
i hubiera que escoger una imagen
para la posteridad de aquel histórico 19 de junio de 2014, probablemente sea ese paseo por Madrid en
Rolls descubierto de los recién estrenados
monarcas. Felipe VI en pie, con uniforme de
gala, acaparando el calor de los ciudadanos,
mientras la Reina Letizia, radiante y con una
sonrisa de oreja a oreja, permanecía sentada para ceder el protagonismo a su marido,
a quien miraba embelesada. Esa Letizia pletórica, cercana y sobre todo feliz, en nada
recordaba a aquella princesa distante y poco empática que alimentaba las plumas de
doble filo con sus escapadas sin el Príncipe,
el blindaje de su vida privada o su empeño
en funcionarizar su papel acotándolo al horario oficial. La flamante Soberana parecía
haber sufrido una trasfiguración bíblica en
su persona. ¿Consecuencia de la emoción
del momento? Parece que no, pese a que sus
detractores no acaban de fiarse. Y es que
cuando se van a cumplir 100 días de su llegada al Trono (el próximo sábado 27), Letizia ha logrado diluir gran parte de los borrones de su década como Princesa de Asturias y, lo que es más importante, formar
equipo con Felipe VI para acallar las crecientes voces que cuestionaban la monarquía. He aquí sus cinco grandes aciertos de
este primer examen y dos errores.
ACIERTOS
SU NUEVO TALANTE
Dicen los que la conocen que la Soberana
es incapaz de fingir, por tanto hay que creer que esa actitud cercana y sonriente que
hoy exhibe no es una pose. El mejor ejemplo es que, además de buscar el contacto
con la gente, su alergia de antaño a fotografiarse fuera de actos protocolarios ha dado
paso a que la apoden la «Reina del selfie»,
pues son incontables ahora sus instantáneas con ciudadanos. La razón, según su
entorno, es que lejos de haber asumido una
carga, se ha quitado un gran peso de enci-
Según las
agujas del reloj:
La Reina en
Lisboa, de gris
en Marruecos,
muy ‘sexy’ en
Málaga y en un
acto en
Valladolid.
ma al acceder a la Corona como consorte.
Dos cosas le causaban zozobra: estar bajo
la bota de Zarzuela, en definitiva de su familia política, y ser blanco permanente de
feroces críticas en la prensa. Respecto a lo
primero, es del dominio público que con el
único miembro del clan Borbón que ha tenido relación fluida, aunque no tan idílica
como cuentan, es con la Reina Sofía. Con
Don Juan Carlos nunca ha pasado de correcta, pero distante, y con las Infantas Elena y Cristina, ahora fuera de la Familia Real, tirando a mala, sobre todo a raíz del escándalo Urdangarin. Según fuentes de su
círculo, «Letizia no se sentía suficientemente valorada, y lo que es peor, consideraba
que había excesiva condescendencia con
Urdangarin y la Infanta Cristina, que han sido un auténtico cáncer para la Corona y
una amenaza para el ascenso de su marido
al Trono. Además, personalmente le repugnaban los trapicheos del yernísimo, algo
que comparte con Felipe VI, y de ahí que no
quieran verles ni en pintura, algo que los
ciudadanos valoran».
El otro gran lastre para la Soberana fue
convertirse en blanco permanente de feroces críticas por parte de los medios de comunicación. Según la anterior fuente, «como periodista, no entendía esa descalificación permanente de su persona. Llegó a
obsesionarse tanto, que escudriñaba en internet toda referencia a ella y tenía incluso advertido a su círculo íntimo para que
le alertaran de posibles topos en su entorno. Está claro que las cosas han cambiado,
además, ahora que es la Soberana, a ver
quién se atreve a criticarla de forma tan
implacable».
REESCRIBIENDO SU PAPEL
A pesar del respeto que siente por Doña Sofía, Letizia huye de ser una fotocopia de su
suegra. Según su entorno, lo que desea es
marcar su propia impronta y dar aires modernos a su papel, en consonancia con otras
consortes europeas como Máxima de Holanda o Mary Donaldson de Dinamarca.
Hasta el momento, y pese al parón de
agosto, ha llevado a cabo una veintena de
actos oficiales como Reina, a los que hay
que añadir los cuatro viajes de presentación con Don Felipe al Vaticano, Portugal,
Marruecos y Francia. Seis actos ha protagonizado en solitario y en ellos ya se ha
percibido un cambio de aires, sobre todo
en los discursos, donde además de una
notable oratoria, ha huido de lugares comunes, para comunicar directo al corazón
de su audiencia: en julio, con motivo de
los 150 años de Cruz Roja, impactó con
ese «gracias por ayudar a ciegas mirando
a los ojos» con que saludó a los voluntarios. Y el pasado lunes, día de su 42 cum-
LA OTRA CRONICA 3
EL MUNDO SÁBADO 20 SEPTIEMBRE 2014
En el sentido
de las agujas:
Doña Letizia en
Oviedo,
durante una
visita a París y
de audiencias
en Santiago y
Madrid.
REINA IMPOLUTA. El blanco es el color favorito de Letizia. Lo advertimos ya en su pedida de
mano hace 11 años, cuando se puso un sastre de Armani de ese tono. Pero desde que es Reina,
adora aún más el blanco nuclear. Se lo pone siempre en actos importantes como la entronización,
su viaje a Marruecos, en la recepción al presidente de Panamá y en Palma. / FOTOS: GTRES
pleaños, durante la entrega en el Senado
del premio Carandell de periodismo, hizo
una encendida defensa del periodismo
«valiente e independiente», que claramente era una crítica a los tiempos que corren.
Algo que llamó la atención esa fecha fue
que no le acompañara Felipe VI. ¿Tendrá
alguna relación con el diseño de sus futu-
ras funciones? En su entorno aseguran
que en un plazo no muy largo compatibilizará su agenda de actos con alguna tarea
de calado a medida de sus inquietudes.
De momento, no ha habido cambios
sustanciales por la premura y también
porque ha asumido muchos actos de Doña Sofía, así que, según indican en Zar-
zuela, Doña Letizia está volcada en preparar los importantes compromisos que le
esperan este otoño. Además de viajar con
Don Felipe a Estados Unidos (que esta semana intervendrá en la ONU) al Benelux,
Italia, Alemania y México, la Soberana estrenará agenda propia en el extranjero en
Viena, en un encuentro sobre enfermeda-
des raras, y después recalará en Lisboa.
Pero aunque «las cosas en palacio van
despacio», la brisa fresca que empieza a
soplar a cargo de la joven pareja, con gestos como recibir al colectivo gay en Zarzuela o invitar a profesionales y ciudadanos de mérito a las recepciones, ha tenido
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excelente acogida.
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LA OTRA CRONICA
100 DÍAS DE REINA
Viene de página 3
PAREJA UNIDA
Lejos de la polémica que envolvió a los entonces príncipes en el verano de 2013, cuando el plantón de la princesa a su marido en
Mallorca provocó que hasta la prensa afín a
la monarquía se hiciera eco de una posible
crisis, hoy la pareja real está viviendo una
segunda luna de miel, algo que los ciudadanos valoran, quizá por contraste con las convulsiones matrimoniales de Don Juan Carlos y Doña Sofía. Aunque según sus allegados, la tal crisis fue producto de la presión a
que se sentía sometida la princesa, que repercutía en su relación matrimonial. Sea lo
que fuere, Doña Letiza no está dispuesta a
renunciar a una vida personal feliz. «La Reina Sofía ha vivido muy aislada y no tenía
apenas amigas, salvo su hermana Irene. La
actual Soberana no quiere encerrarse en una
jaula de oro, aspira a llevar una vida lo más
normal posible», aseguran sus allegados.
Esto pasa por escaparse con Don Felipe
al cine, sentarse con él en una terraza a tomar un refresco o llevar a merendar a sus
hijas, como ha hecho hasta ahora. Pero
también por mantener su círculo de amigas
de soltera, con las que una vez al mes suele salir a cenar, sobre todo a restaurantes
de Malasaña y aledaños, practica zumba
los festivos o asiste a conciertos, como el
sábado pasado, que se escapó a un recital
indie de Beck en la Universidad Complutense aprovechando que su marido estaba
en Santander. «Los Reyes tienen amigos
comunes, pero por su diferente trayectoria,
también otros de más difícil encaje, por lo
que a veces quedan con ellos por separado.
Esto no sólo es normal hoy en día, sino incluso bastante sano para cualquier pareja
consolidada».
‘SUPERMAMÁ’
Durante los actos de proclamación de Felipe VI, y también este verano en Mallorca,
ha destacado la impecable educación que
exhibían la Princesa de Asturias, Leonor, y
la Infanta Sofía. No es usual que con 8 y 6
años se mantuvieran horas sentadas sin
moverse ni armar bulla, y además atendiesen sin chistar las indicaciones de su madre, que les instaba con gestos a que cerraran las piernas o se pusieran derechas, como ocurrió en el acto de abdicación de Don
Juan Carlos. Por no hablar de cuando estrecharon la mano al medio centenar de informadores que acudieron a Marivent para la
foto. Algo que lleva rúbrica de Letizia. «Los
días previos a la proclamación hizo a las niñas ensayar una y otra vez lo que tenían
que hacer, y además estuvo muy pendiente
de ellas, algo que algunos criticaron por poco regio, pero que es un ejemplo de normalidad». A Letizia se le tilda de madre obsesiva, pero en su círculo sostienen que se desvive por sus hijas. «Da la vida por ellas,
pero ha asumido el rol de mala de la película, porque no quiere que sean crías altivas
ni mimadas, sin embargo su padre las consiente más. Cuando tiene que ausentarse
llama a su madre, Paloma Rocasolano, para
que se instale en palacio, porque no se fía
de que llamen a un timbre y por ejemplo un
mayordomo les traiga un vaso de leche con
una reverencia. Es verdad que es muy estricta en materia de disciplina, hora de acostarse, dieta, deberes, pero el resultado ha
trascendido incluso a la prensa extranjera».
VACACIONES EN MALLORCA
Aunque el calor y los deportes náuticos no
sean su fuerte, la Reina no tiene nada contra
Mallorca. Más bien se trata de que en una isla cuajada de turistas y paparazzi al acecho,
tiene más crudo desconectar de su rutina co-
tidiana que en la propia Zarzuela, a la que
resguarda un parque natural. Reconocen en
su entorno que hubiera preferido un enclave más recóndito, como la costa almeriense
de Aguamarga, pero ello hubiera desatado
una polémica poco aconsejable recién proclamado Rey Felipe VI, además de un desaire a una isla que ofrece palacio gratis en
tiempo de crisis. Letizia lo comprendió y se
mantuvo la tradición del veraneo en Mallorca, por así llamarlo, pues en la decena de días que duró su estancia, no hubo salida ni
actividad en que no quedaran inmortalizados. El acierto por parte de Zarzuela fue
aprovechar esta plataforma mediática para
hacer una operación de marketing de los
nuevos Monarcas, cuya presencia emuló a
las estrellas de Hollywood. Aquí Doña Letizia dio el Do de pecho, ya que sobrellevó el
aluvión mediático con impecable talante,
venciendo además su reparo a que sus hijas
compartieran el protagonismo. Así, Mallorca se convirtió en la mejor campaña de promoción para la nueva Familia Real.
ERRORES
IMAGEN DESCUIDADA
Aunque Doña Letizia suele acertar con sus
indumentarias en los actos oficiales, también es cierto que en privado apuesta por ropa muy casual. Pero una cosa es lo que haga de puertas para adentro de Zarzuela,
donde puede pulular hasta en bata de boatiné si le da la real gana, y otra fuera de palacio, aunque se trate de actividades privadas.
Precisamente dos de los modelos que ha lucido tras las vacaciones han vuelto a desatar
polémica: el primero cuando fue inmortalizada a la salida del cine con Don Felipe, luciendo un desaliñado megamix que combinaba pantalones rotos con toscas zapatillas
de deporte. El segundo fue en septiembre,
cuando acompañó a sus hijas en su primer
día de colegio luciendo una sudadera, eso sí,
de marca (The Hip Tee), y unos vaqueros
que le arrastraban sobre sus bailarinas planas a sabiendas de la presencia de fotógrafos. Ninguno de los dos conjuntos parece
propio para una Soberana reinante, y cabe
recordar que la ropa casual, elegida con gusto, resulta tan elegante o más que la de gala.
OBSESIÓN POR LA PRIVACIDAD
Ese primer día de colegio de sus hijas, la
Reina cometió otro error: evadir el tradicional posado de la que es ya Princesa de Asturias, Leonor, y su hermana Sofía, una
imagen habitual en la monarquías europeas. La Reina, que hiperprotege a sus hijas
del foco mediático para que tengan una infancia normal, debe ser consciente del interés lógico que despierta en los ciudadanos
la que un día será Reina. La excusa de no
molestar al resto de los padres no parece
creíble, pues quienes llevan a sus hijos a
Los Rosales han sobrellevado más de una
vez este tipo de situaciones.
Un fallo similar fue abandonar Mallorca
casi a hurtadillas este verano, sin informar
ni siquiera a posteriori de la fecha. Si los Reyes y sus hijas regresaron a Zarzuela a trabajar, no hay nada que ocultar. El problema
es que tanto secretismo desató los consabidos rumores de que, como otros años, habían continuado vacaciones en un lugar secreto. Algo que, pese a parecer una nimiedad, no encaja con el compromiso de
transparencia con que Felipe VI ha inaugurado su reinado. Y lo que es peor, puede resucitar resquemores que en el pasado nada
beneficiaron a una entonces princesa Letizia
cuyo desempeño correcto de su papel oficial
no siempre se vio correspondido por la valoración de los ciudadanos.
MEJOR
FORMAL
QUE
INFORMAL
Expertos en moda
coinciden: Letizia
debería vestir más
variedad de marcas
L
BEATRIZ MIRANDA
a Reina Letizia (42 años)
es consciente de que no
deja indiferente a nadie
por distintas razones: es
joven, bella, esbelta... Pero sobre
todo es muy reconocible; la mujer
más famosa de España, la esposa
del Rey Felipe. Nuestra mejor
embajadora (o al menos debe
serlo). En su espejo de Palacio se
mira España y el resto del mundo
mira a España en ella. Su actitud,
su proceder y su aspecto es, para
muchos, el termómetro de la
monarquía de este país. Aunque,
desgraciadamente para ella, es en
su indumentaria y en su físico, no
tanto en su trabajo, donde los
medios ponen la lupa. Desde que
es Reina, Letizia se ha relajado, si
bien sigue sin ser considerada la
consorte más natural de Europa.
LA OTRA CRONICA 5
Impreso por Francisco Rincón Durán. Prohibida su reproducción.
EL MUNDO SÁBADO 20 SEPTIEMBRE 2014
De gustos fijos a la hora de llenar
su armario, permanece fiel a la
hora de escoger lo que llama ella
misma «su ropa de trabajo» tanto a
su modista de cámara, Felipe
Varela, como a su zapatero de
cabecera, Pepe Amat, presidente
de Magrit. Sus looks desde hace
100 días han cambiado poco; sigue
reciclando modelos, no estrena
muchos pero los nuevos se
perciben más luminosos por su
obvia querencia al color blanco.
Tono propio de esta estación y que
le favorece, huelga decir.
LOC ha consultado a dos
expertos para evaluar la imagen de
la Reina Letizia desde que dejó de
ser Princesa de Asturias. Carlos
García-Calvo, crítico de moda de
Yo Dona, y Maite Sebastiá,
redactora jefa de moda de Telva.
García-Calvo califica de «gran
desilusión» la transición de Letizia
de Princesa a Reina. Sin embargo,
Sebastiá opina que «se la ve más
segura y eso se traslada a su
imagen. Está más guapa ahora».
Ambos especialistas coinciden en
los dos colores que le sientan
mejor: el blanco y el negro. «Mejor
que los estampados», sostiene
Maite Sebastiá, y García-Calvo:
«Como queda bien es con traje
pantalón negro y camisa blanca».
Con respecto a lo que podría
mejorar Letizia, García-Calvo es
más juzgón con la Reina. «Debería
llevar más joyas de la Familia Real y
decidirse a ponerse cosas de
Loewe, aunque hoy sea una marca
francesa. También podría escoger a
Carolina Herrera y Óscar de la
Renta, dos diseñadores hispanos
que han recibido la Medalla de Oro
a las Bellas Artes». No perdona a la
De izda. a dcha.: Doña
Letizia, de Felipe Varela,
con falda larga y blusa
blanca tipo Rania de
Jordania; con un vestido
de Hugo Boss; con ‘ripped
jeans’ y con sudadera de
The Hip Tee. / GTRES
Reina cuando ha sido fotografiada
de sport. Su look con ripped jeans
(pantalones rotos) puso en jaque a
los monárquicos más
conservadores. «Las críticas
estaban justificadas, tenía un
aspecto desaliñado impropio de la
mujer de un Jefe de Estado». En
relación con sus zapatos, según
Carlos García-Calvo «lleva los más
feos del mundo. ¿Para cuándo unos
Blahnik? ¡Manolo es una de
nuestras glorias nacionales!».
Maite Sebastiá, sin embargo,
emplea otro tono. «La clave está en
el equilibrio, en saber combinar
moda española con moda
internacional. En España hay
mucho talento y su armario podría
reflejar más variedad. Alvarno,
Juanjo Oliva para Elogy, Juan
Vidal, Ángel Schlesser o Pedro del
Hierro Madrid son algunos
ejemplos. Sería estupendo que
vistiera firmas extranjeras y los
españoles no deberíamos sentirnos
ofendidos si lo hiciera». Sebastiá da
su beneplácito a los vaqueros
destripados de Letizia para acudir
al cine con el Rey. «No entiendo la
ferocidad de los comentarios, los
ripped jeans los vemos en los
desfiles de Chanel y nos encantan».
Al igual que García-Cavo, Sebastiá
le tira un guante a la Reina para
que cambie de estilo a la hora de
calzarse: «La plataforma cuando es
excesiva puede resultar tosca. Me
gustan más para ella los botines de
tacón por encima del tobillo con
faldas o sandalias de tiras tipo
botín con pantalones tobilleros».
Sebastiá y García-Calvo
consideran que la Reina Letizia no
acierta tanto, de momento, como lo
hizo la Reina Sofía a su edad.
«Letizia es más camaleónica, ahora
debería definir un estilo propio»,
desliza Maite, a quien le gustan
mucho los looks de Mary de
Dinamarca. Carlos, que se inclina
por el gusto de Eugenia de Montijo
y Diana de Gales, sentencia: «Doña
Sofía fue el colmo de la elegancia
con Jean Dessès (griego afincado
en París), Pertegaz, Berhanyer,
Gonçalves, Valentino...». También
es verdad que Sofía vivió sus años
de juventud en plena eclosión de la
Alta Costura en España, hoy
desaparecida a excepción de
Caprile y poco más....
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