LA NUEVA LEY DE RADIOTELEVISIÓN VALENCIANA Por Mariano

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LA NUEVA LEY DE RADIOTELEVISIÓN VALENCIANA
Por Mariano Ayuso Ruiz-Toledo
Abogado, socio de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira.
Las Cortes Valencianas aprobaron el pasado 12 de julio de 2012 la nueva Ley de
Radiotelevisión Valenciana, que puede consultarse –a la espera de que se
publique en el BOE y en el Diario Oficial de la Comunidad- en el Boletín de
dichas Cortes Valencianas.
La reforma que opera del estatuto jurídico de la radio y televisión pública de la
Comunidad Valenciana es muy importante. Suprime en el ente gestor de ésta
hasta la fecha –la entidad pública Radiotelevisión Valenciana- y crea una nueva
estructura: Radiotelevisión Valenciana S.A., sociedad de capital enteramente
público en la que se fusionan las dos sociedades que hasta ahora –bajo la
dependencia de la entidad pública- gestionaban la Radio y la Televisión públicas
–Televisión Autonómica Valenciana, S.A. y Radio Autonomía Valenciana, S.A.- y
a la que se encomienda expresamente en la Ley la prestación del servicio
público de radio y televisión de ámbito autonómico.
Precisamente, este concepto de servicio público
-y su caracterización y
configuración- es el objeto esencial de la Ley y al que se dedican varios
preceptos. La configuración del servicio público es amplia, pues comprende no
sólo contenidos de índole informativa y educativa, sino también divulgativa y de
entretenimiento,
viniendo
caracterizado
más
por
los
objetivos
que
debe
perseguir, que por la tipología de contenido.
Radiotelevisión Valencia S.A. (en adelante, RTVV SA) tiene por objeto social la
prestación de ese servicio público, pero también puede desarrollar actividad
audiovisual fuera de ese servicio. Las dos actividades deben –no obstantequedar netamente separadas y tener cuentas separadas y financiaciones
distintas, “a fin de que la financiación pública no sostenga contenido ni
actividades ajenas al cumplimiento de la función esencial de servicio público ”
dice el Preámbulo de la Ley.
Esta cuestión de la financiación y de la viabilidad económica es la moti vación
esencial del cambio de modelo, pues a nadie se le oculta la complicada situación
económica del modelo actual –en estos días se está tramitando un expediente
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de regulación de empleo que afecta a más de de mil empleados del ente público y la nueva sociedad va a intentar evitar estos problemas en el futuro.
Para evitarlos, precisamente, se establecen en la Ley amplias posibilidades de
externalización en la producción y edición de contenidos, que puede llegar –
incluso- a los informativos. Obviamente, la externalización se prevé desde una
óptica de control por RTVV SA, en especial en la parte de servicio público.
En la misma línea de optimización económica y financiera, se prevé la
posibilidad de obtener rendimientos de los activos de la sociedad por prestación
de servicios a otras entidades o al sector privado.
La estructura de RTVV SA es sencilla y responde a un principio de control público
e independiente del servicio público. Así, la Junta General se corresponde con el
Consejo de Gobierno (Consell) de la Generalidad Valenciana –al ser ésta el único
accionista, en principio-, pero el Consejo de Administración, de nueve miembros,
debe ser elegido por las Cortes Valencianas por mayoría de tres quintos. Uno de
los consejeros es el Director General de RTVV SA que también es elegido por las
Cortes por mayoría de tres quintos. Esta designación parlamentaria por mayoría
de tres quintos debería ser suficiente garantía de imparcialidad del servicio
público.
La mayor parte de las competencias residen en el Consejo de Administración,
excepto las ejecutivas que –lógicamente- están residenciadas en el Director
General. La Junta General no tiene apenas competencias -hay que suponer que
para garantizar la independencia política, hasta donde lo hayan dispuesto los
electores al asignar con sus votos los escaños parlamentarios-, pues la relación
entre RTVV SA y el Consell se establece no en la cualidad de éste de Junta
General de la sociedad, sino en la suscripción de un contrato programa entra
ambas instituciones.
Este contrato programa establece los objetivos y obligaciones concretas que
debe cumplir la programación de de los diferentes canales de radio y de
televisión, así como los servicios conexos e interactivos. Este contrato programa
debe desarrollar y enmarcarse en otro instrumento más amplio de señalamiento
de objetivos generales y de programación que es el mandato marco, que
aprueban las Cortes Valencianas. El primer mandato marco se contiene en la
propia Ley, en su disposición adicional primera, y debe revisarse cada nueve
años.
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Si
observamos dicha disposición adicional, vemos como es
–como cabe
presumir- genérico, pero ciertamente contiene el suficiente número de mandatos
con concreción suficiente para constituir una norma programática suficientemente determinada en su función de conformar la política de programación y
contenidos de RTVV SA. Dado su nivel de concreción, hay margen, naturalmente, para que el contrato programa pueda diseñar los aspectos esenciales y el
Consejo y la Dirección General puedan concretarlos, pero todo ello con unos
márgenes bastante precisos, sobre todo en orden a garantizar un respeto a la
independencia, imparcialidad y respeto a los principios básicos que se enumeran
como función y objetivos generales de RTVV SA en el artícul o 2 de la Ley.
Hay otras cuestiones de interés en esta primera aproximación a la nueva Ley:
como los breves plazos –tres meses- para implantar el nuevo modelo, la
racionalización económico financiera con la previsión de reservas específicas y la
distinción entre los medios de financiación, la compensación por el servicio
público
y
otras
varias.
Pero
podemos
resumirlas
diciendo
que
parece,
inicialmente al menos, un instrumento eficaz para implantar no solo un nuevo
modelo de organización y gestión, sino para permitir una evolución hacia más
formas de desarrollo más eficaces –y respetuosas con el sentido del servicio
público- del sector público audiovisual.
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