Tema 11: LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA

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Apuntes de Historia de España
tema 11. El estado franquista
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Tema 11: LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA. FUNDAMENTOS
IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES (1939 - 1975)
Introducción
La victoria de los sublevados sobre la República en 1939 da paso a un régimen político que había
sido ya ensayado en la zona "nacional" y que se mantiene hasta la muerte de Franco en 1975.
Esta forma de Estado, llamada "franquismo" por los historiadores, se caracterizó por ser una
dictadura personal, sin participación política alguna, que suprimió derechos y libertades, reprimió
con extrema dureza todo amago de oposición o crítica hasta conseguir la despolitización de la
sociedad mediante la represión y el miedo. Se identificó con los principios del ultranacionalismo
centralista, el catolicismo y el tradicionalismo, aunque a lo largo de los 40 años el régimen fue
adaptándose a las circunstancias cambiantes del contexto internacional y a los intereses de las
"familias del régimen" para su propia preservación.
1. LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA
1.1. Las instituciones franquistas
Tras la Guerra Civil, España se encontraba económica y socialmente destrozada. La victoria
militar sobre el adversario permitió a los vencedores imponer sus condiciones. El nuevo poder,
que emprendió una feroz represión, se dispuso a implantar un nuevo sistema político, ideológico y
social, basado en el poder personal de Franco, cuyos principales rasgos son:
a) Una monarquía sin rey: formalmente el Estado se definió como una "Monarquía tradicional,
católica, social y representativa". Pero fue una monarquía sin rey.
b) La Jefatura del Estado: El estado franquista se fundamenta en la concentración de todos los
poderes en la persona de Francisco Franco: Jefe del Estado, Jefe de Gobierno, Jefe del
Movimiento y Generalísimo de los Ejércitos, "Caudillo". Franco solo renunció formalmente a la
Jefatura de Gobierno en 1973 cuando nombra presidente de gobierno al almirante Carrero Blanco
y, tras su asesinato por ETA en diciembre de 1974, a Carlos Arias Navarro. Gozó de pleno poder
ejecutivo y legislativo, quedando además el poder judicial subordinado al ejecutivo.
c) El Movimiento Nacional: es el aparato político del Estado que nutre de cuadros a las diferentes
instituciones y administraciones. Subordinado a Franco, permitía el encuadramiento y
adoctrinamiento de la población. La cúspide la ocupa el propio Franco como Jefe Nacional del
Movimiento, secundado por un miembro del gobierno llamado Ministro Secretario General del
Movimiento. Los más destacados miembros eran los integrantes de una asamblea denominada
Consejo Nacional del Movimiento. La red se difundía hacia abajo por todas las instituciones
llegando a los gobernadores civiles y hasta los alcaldes de cada pueblo, nombrados por aquel, que
actuaban como Jefes locales del Movimiento.
Estaba integrado por:
 Un partido único: Para institucionalizar el nuevo Estado, el franquismo se valió de FET y de
las JONS (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional
Sindicalista), el partido único creado en 1937 cuando el Decreto de Unificación integró a
todos los grupos que habían apoyado la insurrección militar.
 La Organización Sindical, los sindicatos verticales de obligada afiliación, de concepción
corporativa que agrupaban, bajo el control del Estado, tanto a empresarios como a
trabajadores, la existencia de cuyos intereses particulares pretendía negar.
 Múltiples organismos de encuadramiento social, que pretendían hacerse omnipresentes en la
vida pública y privada: el Frente de Juventudes (que encuadraba a los niños y adolescentes:
Falange Española), la Sección Femenina (con una celebrada sección de Coros y Danzas para
rescatar el folclore, y un programa de Servicio Social requisito obligatorio para las mujeres
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que quisieran hacer una carrera universitaria), el Auxilio Social (que organizaba el reparto de
alimentos, la asistencia a huérfanos...), Educación y Descanso, etc.
Debían pertenecer al Movimiento todos los cargos públicos del Estado, incluidos los militares
profesores universitarios o los miembros de las Reales Academias. Todos los funcionarios tenían
que jurar fidelidad a los Principios recogidos en la Ley de Principios del Movimiento Nacional, en
teoría inmutables.
d) Cortes Españolas: creadas en 1943, definidas como “órgano superior de participación del
pueblo español en las tareas del Estado”. Aunque en teoría tenían como función la elaboración y
aprobación de las leyes, el poder legislativo efectivo estuvo en manos del Jefe del Estado, por lo
que solo tuvieron un carácter consultivo. Los procuradores podían ser: miembros natos en función
del cargo civil, militar o religioso ocupado; designados por el Jefe del Estado; o elegidos entre las
entidades corporativas (Organización Sindical, Ayuntamientos), y desde 1967 también se elige un
"tercio familiar", dos procuradores por provincia, elegido por los cabezas de familia y mujeres
casadas (hubo dos elecciones al tercio familiar -1967 y 1971- sin garantías democráticas).
El régimen denominó a este sistema "democracia orgánica", basada en la familia, el municipio y el
sindicato, unidades naturales que representaban a la sociedad, en un fiel reflejo del corporativismo
fascista. Es decir, frente al sufragio directo e individual de la democracia occidental -calificada
peyorativamente como inorgánica-, se defendía el sufragio indirecto y corporativo, y el partido
único frente al pluripartidismo democrático.
1.2. Las Leyes Fundamentales del Reino
A falta de una constitución, el franquismo basó su ordenamiento jurídico en las siete Leyes
Fundamentales promulgadas entre 1938 y 1967, que reflejan a la vez la adaptación del régimen a
las circunstancias internacionales:
• El Fuero del Trabajo (1938): aprobado en plena Guerra Civil, regulaba las relaciones
laborales según los fundamentos ideológicos de Falange, prohibiendo las huelgas y la
sindicación libre.
• Ley de Cortes (1942): creaba las Cortes Españolas, meramente consultivas, formadas por
procuradores natos (alcaldes, ministros, jerarquía eclesiástica, etc.), los nombrados por Franco
y los elegidos por los sindicatos verticales.
• Fuero de los Españoles (1945): declaración de derechos y deberes, sin garantías, que el
gobierno podía suspender cuando lo considerase oportuno. Fue una respuesta a la condena
internacional al régimen una vez concluida la II Guerra Mundial, como simulacro de apertura
hacia la democracia.
• Ley de Referéndum Nacional (1945): por la que se podía someter a referéndum las cuestiones
que el Jefe del Estado considerase oportunas.
• Ley de Sucesión (1947): definía a España como un “Estado católico, social y representativo
que se constituye en Reino” y autorizaba a Franco, como Jefe de Estado vitalicio, a nombrar
sucesor. Esta ley alejó del régimen a los monárquicos, que veían postergados los derechos de
D. Juan de Borbón. Fue una respuesta al Manifiesto de Lausana (1945), en el que D. Juan
había abogado por la vuelta a la monarquía constitucional y condenado el totalitarismo
franquista.
• Ley de Principios Fundamentales del Movimiento (1958): calificaba al Estado de monarquía
tradicional, católica, social y representativa, y reconocía como cauces de participación política
la familia, el municipio y el sindicato.
• Ley Orgánica del Estado (1967); que definía el sistema político español como una
“democracia orgánica”, reafirmaba los principios del Movimiento y establecía que en las
Cortes hubiera un tercio de procuradores electivos, representantes de las familias.
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2. Los fundamentos ideológicos
Así como Hitler o Mussolini fueron creadores de una ideología concreta, no existe propiamente
una ideología franquista. El Franquismo debe entenderse, pues, como un modo particular de
ejercer el poder político y mantenerlo en sus manos sin ningún tipo de limitaciones.
A pesar de esta falta de ideología clara, el régimen contó con un aparato ideológico cuyos rasgos
más reseñables serán su anticomunismo y antiliberalismo, el catolicismo -que otorgó un gran
poder a la Iglesia a cambio de la legitimidad que ésta aportó al régimen-, y el tradicionalismo.
Por tanto, sí se pueden reconocer una serie de principios en los que se asentó el régimen y en cuya
defensa coincidieron tanto Franco como los distintos grupos socio-políticos vencedores de la
guerra. Entre ellos, destacan como más importantes:
a) EL AUTORITARISMO. Es decir, el ejercicio de manera autoritaria del poder político, que
recae en la persona de Franco. Autoritarismo necesario para luchar contra los “enemigos” de
España y para resolver los problemas. Un autoritarismo que desembocará en la exaltación
continua de la figura de Franco, que se presenta como el Caudillo, el salvador de la patria en la
guerra civil y el que la guía con mano firme.
b) EL ANTILIBERALISMO. El Franquismo se declaró contrario a las ideas e instituciones del
liberalismo político y de la democracia parlamentaria, identificados como propios de la
Masonería. El sistema liberal y los partidos políticos liberales fueron señalados como los
causantes de la decadencia de España. Fruto de este antiliberalismo serán:
 La negación de la división de poderes y la defensa del autoritarismo, es decir, de la
concentración de todo el poder en la persona de Franco.
 La negación de la participación libre y directa de los ciudadanos en los asuntos del Estado a
través del sufragio. En algunas ocasiones se concedió el voto a los ciudadanos para elegir
procuradores en las Cortes o para decidir sobre asuntos importantes mediante referendos,
aunque siempre amañados y sin garantías de libertad.
 La negación de los derechos y libertades individuales de los ciudadanos.
 La negación de un sistema político multipartidista. Los partidos políticos fueron prohibidos
y se estableció un régimen de partido único.
c) EL ANTICOMUNISMO. En el que se engloban no sólo a los comunistas, sino a todas las
fuerzas defensoras del movimiento obrero, es decir, socialistas, anarquistas, sindicalistas, etc.
El Franquismo fue un sistema contrarrevolucionario que negó a la clase trabajadora sus
instrumentos de defensa y todas sus reivindicaciones. Así, la huelga fue entendida como una
traición a la patria y las demandas obreras fueron completamente desoídas.
Se acusa al "comunismo" de conspirar contra el régimen, lo que justificaba una represión
continua y muy dura contra los líderes sindicales y activistas de izquierda, las declaraciones del
estado de guerra y la utilización del ejército para reprimir las huelgas o cualquier tipo de
reivindicación obrera. Además, cualquier tipo de expresión, movimiento progresista o
democrático fue inmediatamente identificado con el comunismo y, por tanto, duramente
reprimido. Este anticomunismo militante permitirá al Franquismo romper su aislamiento
internacional a partir de los años 50 con el desarrollo de la Guerra Fría.
d) EL NACIONALISMO. Un nacionalismo que presenta dos características básicas: 1) Es
profundamente centralista, lo que implica la represión de cualquier tipo de idea o sentimiento
autonómico. 2) Se basa en el tradicionalismo, añorándose y exaltándose épocas anteriores de la
Historia de España, como la de los Reyes Católicos, cuyos símbolos, el yugo y las flechas
fueron empleados por el régimen, o la época imperial de Carlos V y Felipe II. Por todo esto, la
“unidad de la patria” y sus esencias imperecederas (el idioma, la cultura, la historia, la religión
y la raza) se convirtió en un valor sacrosanto del régimen. Se prohibió y persiguió el uso en
público de otras lenguas (catalán, gallego, euskera...), así como las banderas y demás símbolos
nacionalistas.
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e) EL CATOLICISMO O NACIONALCATOLICISMO. La Iglesia se identificó plenamente
con Franco, al que concedió el inaudito privilegio de entrar bajo palio en los recintos sagrados.
A cambio, la religión católica se convirtió en la religión oficial del Estado y se la consideró
como parte esencial del “alma española”. El franquismo se apoyó en el nacional-catolicismo
cuando, terminada la II Guerra Mundial, tuvo que evitar la vinculación con el fascismo. Solo a
raíz del Concilio Vaticano II (1962-65) se produjo cierto distanciamiento entre Franco y la
jerarquía eclesiástica. De todos modos, el dominio que ejerció la iglesia en la vida social
española fue total:
 todos los actos civiles y militares estuvieron acompañados de una fuerte simbología religiosa
y presididos por obispos;
 las escuelas, institutos y universidades tenían la religión como asignatura obligatoria;
 el matrimonio eclesiástico fue el único válido desde 1939;
 la Iglesia tenía grandes poderes en materia de censura y una presencia constante en los medios
de comunicación;
 se impuso una estricta moral católica, pública y privada, cuyo incumplimiento era castigado
por el código penal;
 la Iglesia contó con un elevado presupuesto pagado por el Estado y sus altas jerarquías
(obispos y arzobispos) fueron miembros natos de las Cortes y del Consejo del Reino.
El nacionalcatolicismo, basado en una serie de principios muy sencillos, fue bien asimilado por las
masas y se convirtió en una de las mejores armas del régimen para controlar al pueblo llano.
f) EL NACIONALSINDICALISMO. Opuesto al capitalismo (en teoría) y al comunismo, el
régimen franquista planteó en el terreno ideológico (teórico) una tercera vía, el
nacionalsindicalismo, que quedó reducido a la formulación de algunas leyes y el desarrollo de
algunos de sus principios en varios discursos de Franco. En la práctica, el régimen franquista
fue una mezcla de principios del capitalismo sobre la propiedad y del fascismo sobre el control
de sindicatos y el mundo laboral por el Estado. De ahí, por ejemplo, que surgieran los
sindicatos verticales que unían a obreros y patronos y que estuvieron dirigidos por la Falange.
El control ideológico
La Iglesia y el Movimiento se encargaron del adoctrinamiento político-ideológico de los españoles
a través de la propaganda, la educación y la censura. La moral católica se impuso en espacios
públicos y privados. Los sacerdotes establecían en sus homilías el largo de faldas y escotes,
condenaban bailes y diversiones por pecaminosos, catalogaban las películas, censuraban las
publicaciones y otorgaban certificados de buena conducta sin los que era imposible conseguir un
trabajo, y relegaron a las mujeres al papel de sumisas esposas y madres, que debían ser siempre
sacrificadas y devotas.
Por su parte, Falange se encargó de trasmitir la doctrina política del franquismo a los jóvenes
través de la “Formación del Espíritu Nacional”, asignatura obligatoria en los centros de enseñanza.
Los medios de comunicación, controlados por el aparato del Estado, trasmitían las noticias
convenientemente filtradas. Radio Nacional de España, nacida durante la guerra como órgano de
propaganda del bando nacional y principal medio de comunicación de masas, monopolizó hasta
1977 la información, que emitía a través del “parte”, recuerdo de los tiempos de la guerra, con el
que tenían que conectar obligatoriamente todas las emisoras autorizadas.
La figura de Franco fue exaltada hasta el ridículo, presentado como un ser superior sin el que los
españoles estarían perdidos. Convertido en “caudillo por la gracia de Dios”, como rezaba en las
monedas, su llegada al poder había salvado a España de las garras del comunismo, la masonería y
demás amenazas extranjeras, para devolver al país más católico de Europa su papel trascendente
en la Historia. El retrato de Franco y los símbolos falangistas adornaban calles, escuelas, edificios
públicos, etc. y el himno de Falange, el Cara al Sol se entonaba en esos mismos espacios con
asiduidad.
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La represión
El triunfo de Franco dio lugar a una dura represión contra los perdedores de la Guerra Civil. El
medio millón de españoles que se exiliaron corrieron distintas suertes, en el mejor caso acabaron
en Hispanoamérica; en el peor, en los campos de exterminio nazis. En el interior, se mantuvo el
estado de guerra hasta 1948 y los tribunales militares aplicaron con dureza la legislación represiva.
La Ley de Responsabilidades Políticas (1939), la Ley de Represión de la Masonería y el
Comunismo (1940) y la Ley para la Seguridad del Estado (1941) perseguían a quienes eran
sospechosos de afinidad con la República. Por la primera, aplicada con carácter retroactivo, se
condenó “por rebelión miliar” a quienes habían apoyado al legítimo gobierno republicano, a los
militantes de partidos y sindicatos, a las autoridades o a los militares que no se sumaron al
pronunciamiento militar. El objetivo era borrar toda huella republicana. Los delitos de opinión
eran juzgados por tribunales militares y, en aplicación de sus sentencias, fueron ejecutadas entre
35.000 y 50.000 personas al acabar la guerra, mientras que unos 300.000 presos políticos llenaban
las cárceles y los campos de trabajo. Además, miles de funcionarios republicanos fueron
depurados y sustituidos por “adeptos” al régimen.
Eliminada de esta forma la oposición, prohibidos los partidos y sindicatos, la única resistencia
durante estos años estuvo representada por los maquis (unos 10.000 individuos), guerrillas
organizadas y armadas por comunistas y anarquistas, refugiados en las áreas montañosas, con la
esperanza puesta en una intervención de las potencias democráticas. La aceptación del régimen
franquista por el bloque occidental al iniciarse la década de los 50, puso de manifiesto la
inviabilidad de este objetivo.
3. Los apoyos sociales
3.1. Las “familias” del Régimen
El dictador se rodeó de una serie de grupos de poder, denominados “familias”, entre los que
procuró mantener siempre un equilibrio:
• Los militares: El ejército fue siempre la columna vertebral del régimen, protagonista
indiscutible del “alzamiento” y del triunfo en la guerra. Sus altos mandos estuvieron siempre
presentes en los gobiernos y ocuparon las carteras relacionadas con la defensa del Estado. Como
encargado de velar por el orden franquista, el Ejército ejerció jurisdicción sobre los delitos de
opinión, siendo militares los tribunales que juzgaban los delitos políticos. Los valores militares
(disciplina, jerarquía, orden) y la simbología castrense (desfiles, uniformes, actos de exaltación a
la bandera) tuvieron un papel destacado en todas las manifestaciones del régimen, dada la idea
de que el ejército representaba la esencia de la nación y de las virtudes frente a los políticos
profesionales
• Falangistas (los "azules") proporcionan al régimen su ideología y sus símbolos, además de las
organizaciones que permitían encuadrar a toda la sociedad: los jóvenes en el Frente de
Juventudes, las mujeres en la Sección Femenina, los trabajadores en la Organización Sindical,
etc. En los años 40 fue el principal grupo de poder, con el cuñado de Franco, Ramón Serrano
Suñer, al frente, pero tras la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial, su influencia fue
decayendo, y su organización, bajo el férreo control del Caudillo, fue utilizada convenientemente
por éste en su provecho.
• Carlistas o Tradicionalistas: aunque mantuvieron sus señas de identidad se integraron en el
partido único
• Los católicos: La Iglesia proporcionó cuadros dirigentes a través de la ACNP (Asociación
Católica Nacional de Propagandistas, fundada en 1909 para difundir el pensamiento católico) y,
posteriormente, del Opus Dei, organización ultraconservadora a la que pertenecían los
tecnócratas que dirigieron la apertura al exterior desde los años 60.
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3.2. Apoyos sociales
Por lo que respecta a los grupos y clases sociales, respaldaron al régimen:
 los grandes propietarios agrícolas, industriales y banqueros, quienes recuperaron su
hegemonía económica, social y política.
 Surgió, además, una clase de nuevos ricos cuya fortuna procedía del estraperlo en el mercado
negro, y por tanto su propia existencia sólo era posible por la corrupción permitida por el
régimen.
 A este núcleo se fueron sumando las clases medias rurales y la pequeña burguesía urbana.
 Se irán identificando también con el régimen los funcionarios de la administración, los
militares y los maestros que, por su adhesión al nuevo estado, superan las depuraciones
realizadas al término de la guerra civil.
 Por otra parte, la fuerte represión y las duras condiciones de vida impedían cualquier
contestación de la clase obrera, y el régimen consiguió que el “apoliticismo” se extendiera
entre la mayor parte de la población.
Todos ellos presentaban unos rasgos comunes: mentalidad conservadora, defensora de la familia,
la propiedad privada, la religión católica y la nostalgia del orden público: la necesidad de eliminar
la conflictividad laboral e interclasista por la vía de la fuerza. Por contra, su respaldo fue casi nulo
entre los jornaleros, el proletariado industrial y buena parte de las clases medias urbanas.
CONCLUSION
El régimen de Franco tuvo siempre como principal legitimación de origen el haber surgido de la
victoria en la guerra civil y trató siempre de resaltar los rasgos que le oponían a la vencida
República. Desde un principio se declaró como antiliberal y antimarxista y reforzó los aspectos
externos que le identificaban con los fascismo europeos -hasta 1942, aunque tal vez el rasgo más
peculiar del régimen fue su identificación con la iglesia católica y su marcada influencia clerical
(nacional catolicismo). Nacido de la fuerza, se apoyó siempre en una despiadada represión contra
los que se le oponían.
Por todo ello, podemos considerar al Franquismo como uno de los periodos más turbios de la
Historia de España, ya que a pesar del desarrollo económico que vivió España, sobre todo a partir
de la década de 1960, desde el punto de vista político, supuso un retroceso con respecto a los
logros de libertades y derechos conseguidos en la II República, y desde el punto de vista cultural,
supuso la implantación de una fuerte censura cuyo objetivo era imponer los valores de los
vencedores e impedir la difusión de ideas que supusieran un peligro para el régimen establecido...
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