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Recursos energéticos
Hidrocarburos no convencionales.
Situación actual
El conocimiento y la tecnología al servicio del progreso humano
Se comentan las recientes evaluaciones de recursos extraíbles que de hidrocarburos no convencionales han
realizado, en los últimos dos años, diversas instituciones y/o entidades internacionales, y también españolas.
Las estimaciones realizadas se refieren a los recursos extraíbles, técnicamente explotables con la tecnología
actualmente disponible, tanto de gas como de petróleo no convencional. Estas cifras preliminares no precisan
cuál puede llegar a ser el volumen total de las reservas de hidrocarburos no convencionales (gas y petróleo)
disponible por la humanidad, pero dejan entrever a las claras que estamos ante un recurso energético muy
importante. Al hilo de lo que pueda suponer —o dejar de suponer— para nuestro colectivo, la decisión que aquí
se tome sobre la exploración-producción de hidrocarburos no convencionales en España, el autor reflexiona
sobre el futuro de nuestra profesión en lo relacionado con la exploración-producción de recursos geológicos.
Texto | Juan García Portero1. Geólogo. Colegiado nº 573 del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos. Responsable
de exploración en Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA).
Es ya obvio que los hidrocarburos no convencionales serán muy importantes, especialmente en
el caso del gas no convencional, que además
muestra una distribución geográfica mucho más
amplia y favorable a los países occidentales que
los recursos de hidrocarburos convencionales.
Según esas primeras estimaciones, también
nuestro país, España, con recursos de hidrocarburos convencionales, aunque con producciones
históricas que no han superado nunca la barrera
de lo marginal, presenta una gran potencialidad
para gas no convencional; incluso para petróleo
no convencional, aunque en menor medida.
En cierta forma, es una “revolución” para la
humanidad aunque, bien mirado, con el tema de
los hidrocarburos no está pasando nada distinto
a lo que no haya ocurrido con otros recursos
geológico-mineros que presentan una más larga
historia de extracción y aprovechamiento.
La disponibilidad de hidrocarburos no convencionales marcará el futuro energético de la
humanidad en las próximas décadas; y el geoestratégico; y el industrial; y el económico; y el
social; y el político y, también, el medioambiental. Realmente, marcará el devenir de muchos
países puesto que el aprovechamiento de ese
volumen energético inmenso llevará asociado
creación de riqueza en magnitudes proporcionales. Es por ello que los países que dispongan de
potenciales recursos de hidrocarburos no convencionales se enfrentan a una decisión que
condicionará, quizá en mayor medida que muchas
otras, su propio futuro. Son ese tipo de decisiones en las que no se puede fallar, en las que, si
nos equivocamos, lo pagaremos caro, nosotros y
nuestros hijos.
Introducción
En el año 2012 tuve el honor de publicar en esta
misma revista un artículo sobre los hidrocarburos
no convencionales, que finalmente vio la luz en
dos entregas. En aquellas fechas, en España los
hidrocarburos no convencionales y, fundamentalmente el fracking, empezaban a situarse en el
centro de un debate público y técnico, más quizá
de lo primero que de lo segundo, que actualmente continúa, incluso con mayor intensidad.
En estos dos años han ocurrido muchas cosas.
Se ha progresado en el análisis de los potenciales
recursos de cada uno de los diferentes tipos de
hidrocarburos no convencionales. Con la realización de inventarios de recursos no convencionales,
genéricos unos, detallados otros, se ha progresado tanto a escala global, como de país y de cuencas geológicas. Los volúmenes que se han obtenido en todos los casos son muy significativos, lo
que lleva a ratificar el empleo del término “revolución” y/o “revolución energética” al referirse al
papel, o más bien a la consecuencia de la entrada
en escena de los hidrocarburos no convencionales. El autor está de acuerdo con ello, pero considera que con los hidrocarburos no está pasando
nada que no haya ocurrido anteriormente con
muchos otros recursos geológicos.
Palabras clave:
Recursos energéticos, recursos explotables,
inventario de recursos mundiales, recursos
europeos, recursos españoles, hidrocarburos
Esta progresión en la cuantificación de los
recursos, y especialmente en la distribución
geográfica que el conocimiento de la existencia
de esos recursos está sacando a la luz, permite
vislumbrar que, además de poder aportar grandes volúmenes de recursos energéticos, los
hidrocarburos no convencionales (especialmente
el gas no convencional) pueden cambiar en el
futuro los delicados equilibrios comerciales que
actualmente existen. En este sentido, el ejemplo
de Estados Unidos que, con la entrada en escena
de los hidrocarburos no convencionales, ha pasado de ser un neto importador de gas y petróleo a
ser actualmente autosuficiente en gas natural,
con capacidad futura de exportación, y a reducir
su dependencia externa del petróleo, puede
tener réplicas similares en algunos otros países
occidentales. Obviamente, cuando unos ganan
algo, otros lo pierden y si lo que está en juego es
que un jugoso porcentaje del valor de transacción del volumen mundial de hidrocarburos cambie de manos, nadie puede esperar que la transición se realice sosegadamente, sin dificultades,
presiones, ni enfrentamientos (cualesquiera que
sean las formas que adopten). En esto estamos y
seguiremos estando en los próximos años.
En España, a finales del año 2012 concluyó
la primera evaluación detallada de los potenciales recursos extraíbles de hidrocarburos no
convencionales, que incluye igualmente la de
hidrocarburos convencionales. El estudio fue realizado por ACIEP-GESSAL y cuantifica los recursos
1. Aunque el autor se honra en pertenecer a las instituciones arriba mencionadas, en ningún caso actúa aquí como representante ni portavoz de ninguna de ellas, por lo que el presente artículo recoge exclusivamente los puntos de vista y las opiniones personales del firmante.
Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014 • 7
Hidrocarburos no convencionales. Situación actual
extraíbles de cada tipo de hidrocarburo, analizando cuenca geológica por cuenca geológica, desglosando y asignando los volúmenes estimados a
formaciones geológicas específicas y/o a megasecuencas sedimentarias. Las cifras obtenidas
para nuestro país, especialmente en el apartado
de gas no convencional, son muy importantes,
son espectaculares y representan un claro aldabonazo, una llamada de atención que nadie debe
desoír. Nos alerta de la importancia que el tema
puede tener en el futuro de nuestro país y, en
consecuencia, de la necesidad de diseñar e
implementar una correcta gestión de, primero, la
exploración, y posteriormente si procediese, de
la producción de nuestros hidrocarburos no convencionales.
En cuanto a las tendencias globales para la
exploración y producción de este tipo de recursos, algunos países han dado pasos significativos en ese sentido, otros están definiendo las
estrategias de cómo afrontar dichas tareas,
algunos mantienen moratorias y/o prohibiciones,
tanto en su exploración como para su producción.
No obstante, paulatinamente van tomando
cuerpo una serie de convicciones que, en opinión
del autor, inclinarán finalmente la balanza hacia
la producción masiva de este tipo de recursos,
especialmente en los países occidentales. La
primera de ellas es de índole económica y se
refiere al plus de competitividad, de generación
de riqueza y de empleo (todo va de la mano) que
los hidrocarburos no convencionales, especialmente el gas no convencional, han proporcionado al único país que de momento lo produce
masivamente, Estados Unidos, sin ningún menoscabo para su medio ambiente. La segunda podría
formularse diciendo que los recursos de hidrocarburos no convencionales (especialmente el gas
no convencional) constituyen y van a constituir
en las próximas décadas uno de los principales
componentes de la cesta energética mundial y,
por ende, de la de muchos países, entre los que
se encontrarán la mayor parte de los países
OCDE, los occidentales. Toma cuerpo igualmente
la idea de que el gas no convencional jugará un
papel predominante en la ordenada transición
energética que la humanidad debe realizar hacia
el empleo de fuentes de energía con menor huella en carbono. En esto, el ejemplo vuelve a ser
Estados Unidos en donde la producción y consumo masivo de gas no convencional ha sustituido
a una parte del consumo de carbón y ha conseguido disminuir muy significativamente sus emisiones de CO2 (IPCC, 2013).
Todo lo anterior está provocando que sea ya
generalizada la asunción de que los hidrocarburos no convencionales están aquí y hayan venido
para quedarse, y de que poseen ingentes recursos extraíbles, lo que prolongará su uso en el
tiempo. Esto genera que en algunos medios,
sectores y personas, esté creciendo un casi irrefrenable temor a lo que pudiera considerarse “la
perpetuación del modelo energético basado en
las energía fósiles”. Desde esos sectores se
argumenta que la disponibilidad masiva de recursos de hidrocarburos (convencionales y no convencionales) entorpecerá el desarrollo de las
energías renovables y su significativa ganancia
de participación en la cesta energética mundial.
El firmante del presente artículo no comparte
este temor, por el contrario considera que la
capacidad inversora de los países (también la de
las personas y las empresas) está ligada a la
disponibilidad de riqueza. Este y no otro es el
factor clave que posibilita, cataliza y acelera las
inversiones que los países, compañías y particulares realizan. Considera que, en realidad, lo que
los países como España necesitan es generar
riqueza por encima del nivel que actualmente lo
hacen, para destinar parte de esa riqueza a sus
programas de I+D+i, de energías renovables, de
gasto social, del Estado de bienestar o de cualquier otro tema en el que sea razonable, económica y socialmente, invertir. Por tanto, la falta de
riqueza disponible es lo que realmente está frenando la generación del conocimiento necesario
para poner a punto las nuevas energías. La transición hacia las energía renovables del futuro
(cualesquiera que éstas acaben siendo) será
encabezada por los países que sean más ricos y
posiblemente los que disponiendo de recursos de
hidrocarburos no convencionales los gestionen
adecuadamente, estarán entre los más ricos.
Situación actual en cuanto a
producción-consumo de hidrocarburos
no convencionales
Después del éxito económico que la exploración
y producción de hidrocarburos no convencionales
ha supuesto en Estados Unidos, en donde actualmente representan uno de los motores de la
competitividad del país, muchas otras naciones
están tratando de reproducir algo parecido. Se
está progresando a ritmos acelerados; al menos,
algunos lo están haciendo; otros, van con un
cierto retraso.
En los siguientes epígrafes de este artículo
se comentan las evaluaciones de recursos prospectivos (extraíbles) realizadas muy recientemente. Sin embargo, la producción de hidrocarburos no convencionales (especialmente de gas
no convencional) usando la fracturación hidráulica es hoy en día un hecho, es un proceso industrial maduro y es una realidad a escala global.
Lo es, fundamentalmente, en los países occidentales que, básicamente, coinciden con las
naciones integrantes de la OCDE (Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos;
España pertenece a la OCDE desde su fundación
en el año 1961). Somos los consumidores tradicionales de hidrocarburos y aquellos en los que
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los recursos de hidrocarburos convencionales
(los que se han producido siempre) no son importantes (excepto en unos pocos países). Los países no-OCDE son el resto y, entre ellos, destacan
los grandes productores de hidrocarburos convencionales, los que históricamente nos han
suministrado porcentajes muy importantes de
nuestros consumos.
Merece la pena detenerse en este aspecto y
analizar la importancia que tiene y que puede tener
para todos nosotros el hecho de que en los países
occidentales se acabe desarrollando o no la producción de hidrocarburos no convencionales.
La realidad industrial y económica se sintetiza en la tabla de la figura 1. Los datos de dicha
figura están tomados de OECD/IEA (2012) y de
EIA (2013a) y describen la situación actual y,
fundamentalmente, definen lo que será la tendencia futura en cuanto a la producción de gas
natural no convencional.
Los datos actuales son muy similares, no ha
cambiado mucho la fotografía desde el año 2010.
En el mundo se producen ya anualmente unos
472 BCM (billones de metros cúbicos, en sentido
anglosajón, nuestros miles de millones, nuestros
millardos). Esa es una cifra muy importante, que
representa aproximadamente el 14% de la producción de gas natural en el mundo (datos del
año 2010). Pero la aportación del gas no convencional a la producción total de gas natural crecerá significativamente en el futuro. Pasará a ser
de unos 848 BCM en el año 2020, lo que representará ya el 21% del total del gas natural producido. En el horizonte del año 2035, se estima
que en todo el planeta se produzcan unos 713,4
BCM de gas natural no convencional, el 32% de
la producción mundial.
Volviendo al presente, es obvio que gran
parte de la producción mundial de gas no convencional se debe a la aportación de Estadios
Unidos (359 BCM). En cualquier caso, obsérvese
que otros países occidentales han iniciado ya la
producción de gas no convencional (Canadá,
México, Australia, etc.) y que juntos suman unos
71 BCM anuales. Eso conlleva que en los países
OCDE, la producción de gas natural no convencional alcanza ya el 36% de todo el gas natural
producido en estos países. Por contra, en los
países no-OCDE representa solamente el 2% del
gas natural que producen (entre ellos hay muchos
con enormes volúmenes de producción de gas
natural convencional). Esta diferencia se acentuará en el futuro. En el horizonte del año 2035,
los países occidentales producirán unos 955
BCM de gas no convencional (el 60% de su producción total de gas natural), frente a los 713,4
BCM de gas no convencional que producirán los
países no-OCDE (solamente el 20% de su producción de gas natural).
Del análisis de las cifras expuestas en la tabla
de la figura 1 se desprenden varias conclusiones.
Recursos energéticos
La primera es que el gas no convencional es ya
una realidad energética en el mundo, los hidrocarburos no convencionales son ya recursos económicos a escala global que van a aumentar paulatinamente su aportación a la producción mundial de
energía con el paso de los años.
La segunda es que los países occidentales
son los que más claramente han apostado por el
desarrollo y aprovechamiento de estos recursos
no convencionales. Lo hacen en un intento de
liberarse del yugo de los países tradicionalmente
suministradores, los OPEP y otros, básicamente
algunos de los no-OCDE. Las dependencias extremas no son nunca recomendables y, en el caso
del suministro energético, son francamente indeseables. Algunas de las naciones integrantes de
la OCDE las tenemos, y muy acusadas, así que lo
que esta tabla representa, lo que esos números
sugieren, es casi un grito de libertad, de independencia energética, de los países occidentales
frente al resto del mundo. En cualquier caso, los
hidrocarburos no convencionales son una oportunidad para todos nosotros. Como país, como
economía, Estados Unidos se dio cuenta del
potencial energético que suponen y de su importancia geoestratégica, debido a la distribución
geográfica que presentan sus recursos. A partir
de ese convencimiento, en los últimos veinte
años, está liderando el aprovechando esa oportunidad.
La tercera conclusión es quizá más sutil,
pero igual de trascendente. Se puede formular
como sigue. Si los países OCDE consiguen convertir en recursos económicos parte de sus
importantes recursos extraíbles de hidrocarburos
no convencionales (ver más adelante), los actuales equilibrios comerciales se verán indefectiblemente distorsionados, modificados. Obviamente,
algunos países que tradicionalmente han sido
grandes productores y exportadores de hidrocarburos (convencionales), algo pueden perder en
esta historia, quizá puedan perder mucho, pero
no van a permitir que eso ocurra sin luchar, sin
resistirse. Los occidentales pueden, como ha
hecho Estados Unidos, reducir sus dependencias
energéticas y sus pagos al exterior por compra
de hidrocarburos; entonces algo podemos ganar
con esta “revolución” energética y es, al menos
en la modesta opinión de este autor, nuestra
obligación pelear por ello. En este camuflado
escenario que se ha levantado como de la nada
en los últimos años es en el que se enmarcan las
declaraciones del anterior secretario general de
la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, pronunciadas
el 19 de junio de 2014 en su intervención en
Londres, perfectamente trascritas y documentadas. En ellas, hace públicas las denuncias de
varios países occidentales miembros de la Alianza que acusan a Rusia de estar apoyando a
organizaciones no gubernamentales y a grupos
ecologistas que en Europa occidental se oponen
Figura 1. Producciones de GAS NATURAL NO CONVENCIONAL por países y áreas geopolíticas y porcentaje de esas
producciones sobre las producciones totales de gas natural.
al desarrollo de los proyectos de shale gas. Es
una parte del debate que se encuentra fuera del
alcance del presente artículo, pero es muy interesante y el lector no debiera perder de vista esa
perspectiva.
Actualización de la evaluación de recursos
no convencionales tipo shale gas y shale
oil a escala global
En junio del año 2013 se publicó el informe titulado Technically recoverable Shale Oil and Shale
Gas Resources: an assessment of 137 Shale formations in 41 countries outside the United States, que fue elaborado por la Energy Information
Administration (EIA) del Gobierno de Estados
Unidos.
En realidad, se trata de una actualización de
las evaluaciones que este organismo viene
haciendo periódicamente sobre los recursos
extraíbles de shale gas y shale oil. Es un catálogo
a escala global y en él se incluyen solamente
formaciones geológicas (secuencias y/o megasecuencias deposicionales) que: 1) tienen una extensión regional, digamos a escala de cuenca geológica o de sector amplio de la cuenca, y 2) están
lo suficientemente estudiadas como para garantizar la corrección de los datos que se publican.
Por recursos extraíbles se entiende los recursos (el volumen) que la humanidad es capaz de
producir con la tecnología actualmente disponible. No es sinónimo de reservas puesto que por
reservas debe entenderse el volumen de recurso
ya probado, demostrado, que puede ser producido con rendimiento económico, comercialmente,
obviamente suele ser menor que el valor volumétrico del recurso extraíble.
Los términos shale gas y shale oil hacen
referencia al gas y al petróleo contenidos de
rocas generadoras de hidrocarburos (rocas
madres), no solamente shales (lutitas), sino que
aquí se engloban también las margas orgánicas
y las limolitas ricas en materia orgánica. En
cualquier caso, se trata solamente de un tipo
muy específico de hidrocarburos no convencionales.
En otras palabras, el informe no está contemplando otras clases de gas y petróleo no
convencional como el tight gas, el tight oil, el
Coal Bed Methane (CBM), ni el petróleo en
arenas bituminosas. Todos ellos, con recursos
extraíbles también cuantificados en unas primeras evaluaciones, con resultados muy importantes.
No obstante, solamente las cifras que EIA,
2013b obtiene para el shale gas son espectaculares y dignas de mención y de un comentario
explicativo sobre las connotaciones energéticas,
económicas y de suministro que llevan implícitas, especialmente para algunos países y/o
áreas geopolíticas. Las relativas al shale oil son
también importantes, por su volumen (aunque
este es menos espectacular que el referido al
gas, se sitúan claramente en otro rango de escala), por el valor de la potencial producción y porque pueden hacer, y de hecho hacen en algunos
casos, rentables explotaciones de shale gas
cuando éstas producen también petróleo (shale
oil), al poseer el hidrocarburos líquido un valor
añadido mucho mayor que el del gas.
Se analizaron solamente 137 formaciones
geológicas tipo gas shale (rocas generadoras,
rocas madre) repartidas por cuencas geológicas
de todo el mundo. La situación geográfica de las
que han sido evaluadas, realmente de las cuencas geológicas en las que se engloban, y los
resultados numéricos obtenidos para shale gas y
shale oil se muestran en el mapa de la figura 2.
Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014 • 9
Hidrocarburos no convencionales. Situación actual
Figura 2. Estimación de recursos extraíbles de ‘shale gas’ y ‘shale oil’ realizada por la Energy Information Administration del Gobierno de Estados Unidos. Cuencas, formaciones
geológicas, evaluadas y ‘ranking’ de países con los mayores recursos. Tomado y modificado de EIA (2013b).
Son las que se representan, amalgamadas,
reunidas, en color rojo en dicho mapa.
Esas 137 formaciones geológicas tipo gas
shale y/o oil shale no son todas las que existen
en el mundo, ni muchísimo menos. Básicamente
faltan algunos tipos de formaciones:
• Las grandes productoras de cuencas geológicas o de zonas como Oriente Medio, Rusia,
golfo de Guinea, etc., que, al disponer esos
países de ingentes recursos de hidrocarburos convencionales en rocas almacén convencionales, es decir, porosas y permeables,
ni siquiera han sido evaluadas de momento.
Algunas de ellas son las que en el mapa de
la figura 2 se representan en color verde,
pero no son todas puesto que faltan las de
Oriente Medio y todas las situadas en mar
adentro (offshore).
• Las de tamaño más modesto en cualquier
cuenca geológica (hay varias en diversas cuencas geológicas españolas) no han sido contempladas en este catálogo a escala mundial.
• Aquellas de las que, independientemente de
su tamaño, no se dispone de suficientes
datos como para realizar con una cierta fiabilidad la estimación de sus recursos.
Por lo tanto, el inventario es todavía muy
preliminar, con muchas formaciones geológicas no
contempladas, no evaluadas. En consecuencia, el
lector debe considerar que los números resultantes de recursos técnicamente recuperables tanto
de shale gas como shale oil que se comentan a
continuación, van a crecer en el futuro. Muy posiblemente lo harán de forma considerable, por dos
razones: primero, porque el inventario es muy
preliminar y, segundo, porque los recursos siempre crecen al mejorar la tecnología y el conocimiento, y ambos aspectos evolucionan en la
actualidad, en todos los campos del conocimiento
y específicamente en este, a ritmos trepidantes.
Estimación de recursos mundiales
extraíbles de shale gas
Las cifras que representan los recursos evaluados de los diez (10) países con mayores recursos
y el total acumulado para todas las formaciones
geológicas contempladas en el proyecto (137,
fuera de Estados Unidos, más las de los Estados
Unidos estudiadas), se muestran en la figura 2.
Con el fin de interpretar correctamente esos
números, el lector debe conocer los siguientes
datos:
• TCF significa trillions cubic feet; es decir, trillones de pies cúbicos. Pero en sentido anglosajón, nuestros billones, nuestros millones de
millones. Si se multiplica la cifra por 1012, se
obtiene su equivalencia en pies cúbicos.
• 1 TCF equivale (aproximadamente) a 28.316,846
millones de metros cúbicos.
• TCM significa trillions cubic metres; es decir,
trillones de metros cúbicos. Pero también en
sentido anglosajón, nuestros billones, nuestros millones de millones. Si se multiplica la
cifra por 1012, se obtiene los metros cúbicos.
• BCM significa billions cubic metres; es decir,
billones de metros cúbicos. Pero en sentido
anglosajón, nuestros miles de millones,
nuestros millardos. Si se multiplica la cifra
por 109, se obtiene los metros cúbicos.
• En base a lo anterior, 1 TCF es equivalente a
28,31 BCM y a 28,31 x 109 metros cúbicos.
10 • Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014
• El mundo consume anualmente unos 3.347,6
BCM de gas (esa cifra equivale a 3,34 TCM
y a 3.347.600.000.000 metros cúbicos), cifras
tomadas de BP (2014).
• La Europa de los veintisiete consume anualmente unos 438,1 BCM de gas (438.100.000.000
metros cúbicos), datos de la misma fuente (BP,
2014). Esta cifra representa el 13% del consumo mundial de gas.
• España consume anualmente unos 29 BCM
de gas (29.000.000.000 metros cúbicos), BP
(2014). Esta cifra representa el 6,61% del
consumo europeo de gas y el 0,86% del
consumo mundial.
Ahora vamos con las cifras de recursos mundiales técnicamente recuperables de shale gas.
Se estimaron 7.795 TCF (trillones de pies cúbicos),
ver figura 2, equivalentes a unos 220 TCM (trillones de metros cúbicos, trillones en sentido anglosajón, x 1012). La cifra es muy importante porque
representa aproximadamente el consumo mundial
de gas natural de sesenta y seis (66) años (a ritmos actuales de consumo). Sólo con los recursos
técnicamente extraíbles de shale gas, puesto que
aquí no están adicionados los recursos extraíbles
de ningún otro tipo de gas natural (ni gas natural
convencional, ni tight gas, ni Coal Bed Methane).
Los resultados de esa evaluación también
son importantes por otra razón que nos atañe a
todos. Fíjense en el ranking de los países con
mayores recursos extraíbles y en el mapa: Estados Unidos, primero con 1.161 TCF (32.867 BCM),
Argentina, tercero con 802 TCF (22.704 BCM),
Canadá, quinto con 573 TCF (16.221 BCM), México, sexto con 545 TCF (15.429 BCM), Australia,
séptimo con 437 TCF (12.371 BCM), Sudáfrica,
Recursos energéticos
octavo con 390 TCF (11.040 BCM), Brasil, décimo
con 245 TCF (6.936 BCM). Todos ellos son países
occidentales, la mayoría incluso integrantes de
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Además, En “Otros”,
decimoprimero con 1.535 TCF (43.455 BCM),
también se encuentran muchos países occidentales, incluso de la Europa de los veintisiete (ver
más adelante).
Es decir, la evaluación de shale gas realizada
por EIA (2013) pone de manifiesto que los recursos de gas natural tipo shale gas pueden llegar a
ser enormes y que un porcentaje significativo de
ellos se encuentra en los países occidentales.
Es una buena noticia. El gas natural constituye
una de las energías de referencia en todas las
cestas energéticas actuales, más en los países
occidentales (OCDE) que en los países no-OCDE.
Todos tienden a aumentar el porcentaje de participación del gas natural en detrimento de las participaciones del carbón y del petróleo. Según BP
(2014), en los países OCDE llega al 26,10% del
consumo de energía primaria; en Estados Unidos
es del 29,61%; en la Unión Europea alcanza el
23,53%; en España es del 19,52% (nosotros comenzamos a consumir masivamente el gas natural con
un cierto retraso histórico); en los países no-OCDE
se sitúa en el 21,90%; en China solamente alcanza
el 5,13% y en la India el 7,78%. Obviamente en
países emergentes como China e India, los bajos
consumos de gas natural están compensados por
participaciones muy altas del carbón en sus cestas
energéticas (el 67,11% y el 54,50% respectivamente; en España, la participación del carbón en la
cesta energética alcanza solamente el 7,70%,
mientras que en la UE llega al 17,03%).
El hecho de que China aparezca en segundo
lugar en el listado de los países poseedores de los
mayores recursos extraíbles de shale gas, con
1.115 TCF (31.573 BCM) también es una buena
noticia para todos, por dos motivos. El primero es
que China va a demandar volúmenes crecientes de
gas natural. Según OECD/IEA (2013), el consumo
de gas en China pasará de los 132 BCM/año en la
actualidad a 529 BCM/año en el horizonte de la
anualidad 2035, con ratios de crecimientos anuales
sostenidas en el entorno del 6%. Será, con meridiana diferencia, el país del mundo que experimentará un mayor incremento en el consumo de energía. De hecho, desde hace unos años, China es ya
el país que más energía consume en el mundo.
Adelantó a Estados Unidos, el otro gran consumidor de energía, en el año 2013 con 2.852,4 Mtoe
(millones de toneladas equivalentes de petróleo),
frente a los 2.265,8 Mtoe de Estados Unidos (BP,
2014). Aunque China explotase sus recursos de
gas no convencional, todavía tendría que comprar
gas en el mercado internacional. Si ellos no tuvieran recursos significativos de gas natural, tendrían que comprar en el mercado todo el gas que
consumiesen. Lo comprarían, detrayéndolo de la
disponibilidad de ese mercado, en competencia
con otros (nosotros estaríamos entre esos “otros”)
y sería difícil, y fundamentalmente caro, competir
por volúmenes enormes de gas con países que, con
toda seguridad, van a disponer de niveles de riqueza mucho mayores que los que España, y en general el mundo occidental, podrá disponer. Al respecto, conviene recordar que el año 2013 marca el
momento en el que gigante asiático ha logrado
acabar con 144 años de supremacía mundial de la
economía norteamericana en cuanto a liderazgo en
riqueza generada (producto interior bruto, PIB).
Según el Fondo Monetario Internacional, el pasado
año el PIB chino alcanzó los 17.632 billones de
dólares, mientras que el estadounidense se quedó
en 17.416 billones de dólares (en este caso, billones en nuestra acepción española, millones de
millones). La tendencia se mantendrá en el futuro,
según OECD/IEA (2013); en China crecerá a un ritmo del 5,7% anual hasta el horizonte 2035, mientras que Estados Unidos lo hará en cifras más
modestas (el 2,5%), pero la UE solamente será
capaz de hacerlo al 1,6% anual. Vamos a empobrecernos con respecto a Estados Unidos y, sobre
todo, con respecto a China.
El segundo es que China ya es hoy en día el
país del mundo con mayores emisiones de CO2.
Según OECD/IEA (2013), en el año 2012 las emisiones de CO2 del sector energético chino fueron un
60% mayores que las correspondientes a Estados
Unidos, pero serán algo más que el doble de las
americanas en el horizonte 2035. China necesitará
gas natural para disminuir la enorme participación
actual del carbón en su cesta energética, que fue
del 67,11% en el año 2013 (BP, 2014) y aumentar la
exigua participación del gas, que tan solo alcanzó
el 5,13% en el mismo año y según la misma fuente.
Es bueno que China tenga grandes recursos de
shale gas; los va a necesitar, los va a investigar y,
eventualmente, los va a explotar, independientemente de los que hagamos en este otro rincón del
mundo, y será bueno para todos. Aún así, la tentación para China será seguir utilizando sus enormes
reservas de carbón como combustible barato, es el
mayor productor e importador mundial de este
combustible, como base de su cesta energética. El
análisis es similar para el caso de India, el quinto
mayor productor y el tercer mayor consumidor
mundial de carbón. Hasta donde se extienden los
análisis, el horizonte del año 2035, los consumos
de carbón en China y la India seguirán creciendo a
ritmos anuales sostenidos, hasta alcanzar los
3.050 Mtoe (millones de toneladas equivalentes de
petróleo) y las 972 Mtoe, respectivamente (OECD/
IEA, 2013). Entre ellos dos, alcanzarán el 63% del
consumo mundial de carbón. Es mejor para todos
que el gas natural sea una fuente energética abundante y barata; cuanto más abundante y más
barata sea, se posibilitará que la sustitución de
carbón por gas natural se realice de manera más
organizada, completa y rápida.
Un último apunte en este epígrafe. En el
inventario de EIA (2013b), para España, solo se
contempla una formación geológica: la Megasecuencia del Jurásico Marino (MJM), específicamente el Lías superior margoso de la Cuenca
Vasco-Cantábrica (CVC). No significa que en
nuestro país no existan más formaciones geológicas tipo gas/oil shales (ver apartado correspondiente), sencillamente sólo se contempló ésa por
ser de la que más información se dispone en el
dominio público.
Los resultados arrojaron una cifra de 8 TCF
(226 BCM) de shale gas técnicamente recuperable, que es equivalente al consumo español de
gas de unos siete años.
Estimación de recursos mundiales
extraíbles de shale oil
Con las mismas formaciones geológicas, la misma
metodología y la misma fuente (EIA, 2013b), las
cifras obtenidas son también muy importantes,
aunque claramente en otros rangos de magnitudes, si se comparan con las de shale gas.
Los recursos mundiales técnicamente recuperables de shale oil (petróleo en rocas generadoras) ascienden a unos 335 billones de barriles
(billones en sentido anglosajón, nuestros millardos: 335 x 109). El barril es una unidad de volumen habitualmente empleada en la industria de
exploración-producción de hidrocarburos que equivale a 158,987 litros.
También en el caso del petróleo no convencional tipo shale oil, es bueno que Estados Unidos y China dispongan de recursos significativos.
Estos dos países son los líderes mundiales en
consumo de petróleo. El primero ronda los 6.893
millones de barriles por año (Mbbl/año) y China
ha llegado ya a los 4.000 Mbbl/año.
El mundo consume anualmente unos 33,33
Bbbl (billones de barriles, en sentido anglosajón) de
petróleo al año (unos 91,33 millones de barriles al
día), cifras correspondientes al año 2013, tomadas
de BP (2014). Por lo tanto, la cifra de 335.000.000.000
barriles de shale oil evaluados equivale al consumo
mundial de petróleo de unos 10 años, a ritmos
actuales. No está mal, no es desdeñable, y la cifra
probablemente aumente. Estas cifras corresponden
únicamente a la categoría shale oil, uno de los tipos
de petróleo no convencional.
Es verdad que la cifra no es tan espectacular
como la correspondiente al shale gas, pero es
importante en sí misma y también lo es porque la
presencia de shale oil junto al shale gas es relativamente frecuente, lo cual aumenta la rentabilidad en la producción de hidrocarburos de esas
formaciones no convencionales.
En todas las proyecciones de futuro que se
realizan sobre el consumo de energía hasta horizontes tipo año 2035 o año 2040, el consumo mundial
de petróleo no deja de aumentar a ritmos anuales
crecientes y sostenidos. Una de las razones radica
Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014 • 11
Hidrocarburos no convencionales. Situación actual
en el hecho de que resulta complicado reducir el
consumo de petróleo puesto que su uso está muy
anclado por el sector transporte, en el que es todavía difícil, casi imposible, articular soluciones alternativas a gran escala y que sean de rápida implementación. El mundo va a seguir necesitando
petróleo en las siguientes décadas, es importante
para todos que se disponga de recursos que puedan
ir entrando en producción.
En el caso de España, el inventario estima
que los recursos técnicamente recuperables de
petróleo no convencional tipo shale oil de la
Megasecuencia del Jurásico Marino (MJM), la
única contemplada y evaluada en nuestro país
por EIA (2013b), ascienden a cien (100) millones
de barriles (100 Mbbl).
El consumo de petróleo en España ronda los
438 Mbbl/año (1,2 Mbbl/día), datos tomados de
BP (2014), cifra que representa aproximadamente
el 1,31% del consumo mundial de petróleo. En
consecuencia, la cifra de recursos extraíbles de
shale oil en España (100 Mbbl) representa escasamente el consumo de tres meses en nuestro país.
En cualquier caso, el valor del recurso, a la
cotización actual (mediados de octubre del año
2014: 89,21 $/barril Brent), alcanza los 8.921
millones de dólares. Una cifra nada despreciable.
Actualización de la evaluación de gas
natural y petróleo (convencional y no
convencional) en el mundo. Algunas
consideraciones al respecto
A continuación se exponen y se comentan las
cifras actualizadas referidas a los recursos extraíbles de gas natural (convencional y no convencional) y de petróleo (convencional y no convencional).
Los volúmenes evaluados, tanto para el gas natural
como para el petróleo, son sensacionales, grandiosos, quizá sorprendentes, sin duda alguna, inimaginables solamente hace veinte o treinta años.
Recursos extraíbles de gas natural
La evaluación del volumen de recursos extraíbles
(técnicamente recuperables) comentada en el epígrafe anterior (exclusivamente de shale gas) debe
completarse con una similar para tight gas y para
Coal Bed Methane (CBM). Sólo de esta forma podría
obtenerse el valor total estimado del recurso de gas
natural no convencional técnicamente recuperable.
En OECD/IEA (2013) puede encontrarse la
evaluación más reciente. Recoge los datos que
estaban disponibles a finales del año 2012, y esas
cifras se han completado, para el caso del shale
gas, con los datos de EIA (2013b) ya comentados:
7.795 TCF, equivalentes a unos 220 TCM. Esta
fuente, OECD/IEA (2013), tiene la ventaja adicional de incluir igualmente la estimación de los
recursos extraíbles de gas natural convencional.
Es decir, da una estimación del total del recurso
gas natural (convencional más no convencional)
técnicamente extraíble por la humanidad.
Mix energético global por décadas
Porcentaje
100
Otras
renovables
Nuclear
Hidroeléctrica
80
Gas
60
40
Petróleo
20
Carbón
0
Biomasa
1800
1850
1900
1950
2000
2040
Fuente: SnII, Energy Transitions (1800-1960)
Figura 3.- Evolución del empleo de diversas fuentes energéticas por parte de la humanidad a lo largo de la historia
reciente. Tomado y modificado de ExxonMobil (2012).
Las cifras son las siguientes (en TCM, trillones de metros cúbicos, en sentido anglosajón):
• GAS NATURAL CONVENCIONAL 468
• GAS NATURAL NO CONVENCIONAL 351
–– Tight Gas
81
–– Shale Gas
220 (*)
–– CBM
50
• TOTAL GAS NATURAL 819
(*) Dato tomado de EIA, (2013b).
La cifra de ochocientos diecinueve (819) trillones de metros cúbicos (TCM. 819 x 1012 m3)
representa el consumo mundial de gas natural de
unos 244 años, a ritmos actuales de consumo,
teniendo en cuenta que el mundo está consumiendo unos 3,347 TCM por año (BP, 2014).
Es un volumen muy importante de un recurso energético básico en el momento histórico en
que nos encontramos. El GAS NATURAL se está
configurando como una de las principales fuentes energéticas para el futuro de la humanidad.
Con estas cifras de recursos extraíbles, que tal y
como ya se ha mencionado aquí, crecerán, incluso podría llegar a ser mucho más grandes,
OECD/IEA (2013), puesto que los recursos de
gas no convencional de regiones ricas en gas
convencional como Eurasia y el Oriente Medio
apenas han empezado a evaluarse y pueden ser
mucho más grandes que las cifras actualmente
disponibles.
Todo lo anterior tiene su importancia. La
tiene porque son recursos muy significativos de
un combustible “limpio”, poco contaminante,
que muy posiblemente está llamado a marcar un
hito en la historia, en la evolución, energética de
la humanidad. Permítanme utilizar para el gas
natural el título de “combustible de cuarta generación”. No es una designación caprichosa, ni
mucho menos, muy posiblemente describa con
precisión lo que este combustible va a representar para todos nosotros.
12 • Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014
Al respecto, recuerden que la historia y la
evolución energética de la humanidad se podría
resumir en que ha estado sostenida por:
• El consumo de biomasa, madera, que hasta
mediado del siglo XIX era nuestro combustible de referencia.
• El consumo de carbón como fuente energética
básica, que sostuvo la revolución industrial en
los países occidentales, desde mediados del
siglo XIX hasta mediados del siglo XX.
• El consumo de petróleo desde mediados del
siglo XX hasta la actualidad.
• El consumo de gas natural, ya con un importante porcentaje en las cestas energéticas
de muchos países, que aumentará sustancialmente en las próximas décadas.
Todo ello, toda esta evolución, este “salto”
de un combustible a otro, queda bien reflejado
en el gráfico de la figura 3, tomada de ExxonMobil (2012).
La “quinta generación” serán los combustibles del futuro, cualesquiera que acaben siendo,
los que consigan desplazar, paulatina pero definitivamente, a todas y cada una de las versiones
de los recursos fósiles (carbón, petróleo y gas
natural). Quizá lo sean algunas de las energías
renovables que actualmente utilizamos, quizá
otras que no acertamos ni a vislumbrar ni incluso
a imaginar, quizá sean energías sin huella en
carbono, o quizá con ella, si en el futuro este
aspecto no se entendiese digno de la consideración que hoy se le atribuye. Es un muy interesante tema de pensamiento y de debate, pero dejemos la “quinta generación” y centrémonos en el
presente y en el futuro energético inmediato, en
el gas natural.
Cuarta generación de combustibles, cada
una de ellas caracterizada por utilizar una fuente
energética de referencia, más limpia, menos
contaminante, que la anterior, más eficiente que
Recursos energéticos
la que paulatinamente va quedando en desuso. A
partir de mediados del siglo XIX, han sido los
países occidentales los que han marcado el paso
en esta transición-evolución energética. Actualmente, en los países occidentales, la participación del carbón en sus cestas energéticas es
mucho menor de lo que fue en el pasado, ha
cedido protagonismo en favor del gas natural. El
hecho está enraizado en la historia reciente de
Occidente. A la finalización de la Segunda Guerra Mundial, con una buena visión de futuro, los
países occidentales eligieron el gas natural como
uno de sus combustibles de referencia y reconstruyeron sus ciudades y sus emporios industriales entretejidos con las redes de gasoductos.
Básicamente lo hicieron por seis razones:
1. porque es el menos contaminante de los
combustibles fósiles,
2. porque es el que proporciona mayor calor
por unidad de peso,
3. porque no precisa refino, solamente un sencillo proceso previo a su empleo,
4. porque siempre ha sido fácil de transportar,
actualmente incluso a escala transoceánica,
5. porque las reservas inicialmente evaluadas
(que eran solamente de gas convencional) ya
superaban considerablemente a las del petróleo,
6. porque la distribución geográfica de dichas
reservas (gas natural convencional) era mucho
más amplia (geográficamente mucho más
extensa y repartida) que las del petróleo, bien
es verdad, que mayoritariamente se encontraban en países no occidentales.
Fue una decisión acertada, que hoy emulan
todos los países del mundo. De tal suerte que el
gas natural se está configurando como la fuente
energética clave en el proceso de transición
hacia las energías del futuro, que llegarán quizá
antes de lo que pensamos. La humanidad necesitará gas natural para culminar dicho proceso de
transición y los recursos disponibles de gas natural no convencional parecen matemáticamente
indispensables para conseguirlo.
Finalmente, la disponibilidad de los volúmenes enormes de recursos extraíbles de gas
natural anteriormente mencionados no significa
necesariamente que la humanidad vaya a seguir
consumiendo gas natural como uno de sus principales recursos energéticos durante los próximos doscientos años. En absoluto. Significa,
sencillamente, que durante algunos decenios,
quizá pocos al ritmo exponencial que caracteriza
hoy día el desarrollo tecnológico humano, la
humanidad podrá apoyarse en una fuente energética limpia, abundante y relativamente barata.
Significa que podrá disponer de un recurso energético como el gas natural para seguir generando
riqueza en la que soportar su meteórico progreso
tecnológico. Significa que podrá invertir parte de
la abundancia creada en desarrollar nuevas
fuentes de suministro energético.
Al respecto, les propongo que piensen en lo
siguiente: ¿quiénes creen ustedes que serán los
países que desarrollen las energías del futuro, las
energías que desplacen definitivamente a los recursos fósiles? Les recuerdo que no es una tarea ni
fácil ni barata, que todavía queda mucho esfuerzo y
muchos recursos económicos por invertir en ello.
Generalizando, sin duda alguna, lo serán los países
(también las corporaciones, las grandes empresas
energéticas, tecnológicas) que ahora y en las próximas décadas consigan generar, de forma sostenida,
mayores cantidades de riqueza y que reinviertan
parte de esa riqueza en innovación energética.
Aunque con lo expuesto anteriormente no bastará,
nunca basta sólo con esto. Las inversiones que se
destinen a alcanzar ese tipo de objetivos, o para
cualquier otro, deberán ser adecuadas y deberán
realizarse a los ritmos que sea económicamente
razonable invertir. Seguro que los lectores de este
artículo guardan en su memoria el recuerdo de
inversiones multi-mil-millonarias realizadas en
energías renovables, u en otros fines, que no cumplieron adecuadamente ambas premisas y cuyos
resultados fueron más que dudosos. Y cuando son
dudosos, acaban siendo ruinosos.
Los que consigan desarrollar las nuevas
fuentes de energía, que tendrán que ser medioambientalmente mejores que los recursos fósiles
y más baratas, serán países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido, quizá China,
quizá Rusia, quizá también los países árabes.
Todos ellos, estados (y grandes empresas) ricos
que dispongan de capacidad inversora y, aunque
hay muchas formas de generar riqueza, es muy
posible que muchos de ellos deberán esa capacidad de invertir, al menos en parte, a la correcta
gestión que hayan realizado del inmenso valor
añadido que tengan sus recursos de hidrocarburos (convencionales y no convencionales). Despreciar ese valor añadido es suicida, ridículo.
Lo que es seguro es que nadie podrá hacerlo
asentado en la pobreza. Es prácticamente imposible
que lo consigan hacer países (ni empresas) en
decadencia, que se encuentren permanentemente
en el límite de la rentabilidad, de la viabilidad económica, en la frontera de su propia subsistencia.
En otras palabras, y para tranquilidad de las
personas que pudieran estar preocupadas por el
hecho de que disponer de volúmenes considerables de hidrocarburos no convencionales (especialmente de gas no convencional) pudiera implicar una supuesta perpetuación del modelo
energético actual, se contrapone aquí la sugerencia de que quizá el enfoque más correcto es
justamente el contrario: considerar que los recursos no convencionales representan una ventaja y
no un inconveniente para lograr dicha transición
energética.
Recursos extraíbles de petróleo
Adicionando los recursos convencionales y los no
convencionales, las cifras resultantes son también muy importantes, merecen conocerse por
las implicaciones energéticas que tienen y tendrán en las próximas décadas. Las estimaciones
son las siguientes (en billones de barriles, billones en sentido anglosajón, nuestros millardos),
según datos de OECD/IEA (2013):
RECURSOS EXTRAÍBLES DE PETRÓLEO
• Petróleo convencional
2.668
• Petróleo no convencional
3.287
–– Pizarras bituminosas
1.073 (*)
–– Shale Oil 335 (**)
–– Extrapesado
1.879 (***)
• Total petróleo
5.955
RESERVAS PROBADAS DE PETRÓLEO 1.702
(*) Se refiere a lutitas que contienen materia orgánica (bitumen, kuerógeno) que son necesarias calentar para extraer el petróleo.
(**) Dato tomado de EIA, (2013).
(***) Petróleos pesados, básicamente en arenas bituminosas,
uno de los principales tipos de petróleo no convencional.
Lo primero que llama la atención de estas
cifras es que, al igual que ocurre en el caso del gas
natural, los recursos extraíbles de petróleo no
convencional igualan y/o superan a los recursos
extraíbles de petróleo convencional. Esto implica
que la entrada en escena de los hidrocarburos no
convencionales ha supuesto doblar la estimación
de recursos extraíbles de petróleo. En el caso del
petróleo no convencional extrapesado, es cierto
que no son algo nuevo, que sus inmensos recursos
son conocidos (y explotados) desde antiguo.
La segunda consideración que merecen estas
cifras es que representan, también al igual que lo
comentado para el caso del gas natural, una
enorme reserva energética a disposición de la
humanidad. Al respecto, téngase en cuenta que
el mundo está consumiendo unos 33,33 billones
de barriles de petróleo al año (BP, 2014). Las
reservas actualmente probadas (1.700 billones
de barriles) equivalen al consumo mundial de
petróleo de unos 51 años (a ritmos actuales). En
cuanto a los recursos extraíbles (5.955 billones
de barriles) representan un volumen equivalente
al consumo mundial de petróleo de 178 años.
Todas estas cifras, recursos extraíbles, reservas probadas, tanto de gas natural como de petróleo, no son valores estáticos, van a estar variando,
oscilando, posiblemente de manera un tanto irregular, casi alocada, en las próximos años, en las
próximas décadas. El lector debe saberlo y no
perder de vista este aspecto. Posiblemente oiga
mensajes en el sentido de que esas cifras, las de
los recursos extraíbles, pueden variar sustancialmente a la baja, incluso tanto como para anular
los planteamientos que el autor de este artículo
formula aquí en lo referente al inmenso potencial
Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014 • 13
Hidrocarburos no convencionales. Situación actual
energético que los hidrocarburos no convencionales representan y representarán para la humanidad. A ese respecto, la opinión del firmante es la
contraria, es que muy posiblemente varíen al alza,
a medida que se incremente nuestro conocimiento
sobre los hidrocarburos no convencionales, todavía en una fase muy incipiente, ver más adelante.
Actualización de la evaluación de recursos
no convencionales en el continente europeo
El ya comentado informe de EIA (2013) Technically
recoverable Shale Oil and Shale Gas Resources: an
assessment of 137 Shale formations in 41 countries
outside the United States contiene la evaluación de
un cierto número de formaciones geológicas tipo
gas shale y/o oil shale localizadas en el continente
europeo. Comoquiera que la cubicación se realiza
para cada una de las formaciones geológicas identificadas, se pueden inferir los volúmenes de shale
gas y shale oil para cada uno de los países. Los
resultados son importantes, tanto individualmente
para determinados países, como para la suma total
de la Unión Europea. Si se incluyen Rusia y Ucrania
en la contabilidad, el volumen de recurso shale gas
es sencillamente espectacular. Las cifras se muestran en la tabla de la figura 4.
Con respecto a esta estimación de recursos
extraíbles en el continente europeo deben realizarse las tres aclaraciones que son comunes a
todas las estimaciones de recursos no convencionales que proporciona EIA (2013b):
• Se evaluaron solamente los recursos tipo
shale gas (y shale oil); EIA (2013b) no evaluó
otros recursos no convencionales de hidrocarburos tipo tight gas (y tight oil), ni Coal
Bed Methane (CBM).
• Representan una primera aproximación a la
realidad y se han quedado fuera de la evaluación muchas formaciones geológicas tipo
gas shale (y oil shale); este punto queda
perfectamente ilustrado con la diferencia en
la cubicación (y en el número de formaciones
geológicas analizadas) que suministra para
shale gas en España el informe EIA (2013) y
la evaluación realizada por ACIEP-GESSAL
(2012) (ver más adelante). Esto hará que,
muy probablemente, los recursos que finalmente se evalúen en cada país aumenten.
• los recursos también aumentarán a medida
que el desarrollo tecnológico y la productividad, a medida que nuestro conocimiento, lo
haga. Hoy en día esta evolución es rapidísima.
Vayamos con las cifras. Para los países de
Europa occidental, digamos la Europa de los
veintisiete, los recursos extraíbles de gas natural
tipo shale gas evaluados por EIA (2013b) ascienden a 13.362 BCM (billones de metros cúbicos en
sentido anglosajón, nuestros millardos); sólo de
shale gas.
Figura 4. Estimación de recursos extraíbles de ‘shale gas’ en Europa y ‘ranking’ de países con los mayores recursos
realizada por la Energy Information Administration del Gobierno de Estados Unidos. Cuencas, formaciones
geológicas, evaluadas. Tomado y modificado de EIA (2013).
En OECD/IEA (2013) se recogen estos datos
referentes a la cuantificación de los recursos
extraíbles de shale gas y se añaden los correspondientes a tight gas y a CBM. Con las mismas
matizaciones realizadas anteriormente. Las cifras
son las siguientes (en TCM, trillones de metros
cúbicos, en sentido anglosajón):
• Gas natural no convencional
en la Unión Europea
–– Tight Gas –– Shale Gas
–– CBM • TOTAL GAS NATURAL
NO CONVENCIONAL
4
13 (*)
2
19
(*) Dato tomado de EIA, (2013).
Es una cifra muy importante. Al respecto,
téngase en cuenta que el consumo anual de gas
en la Unión Europea alcanza los 438,1 BCM (BP,
2014) por lo que esos diecinueve mil billones de
metros cúbicos representan unos 43 años de
consumo de gas en la Europa de los veintisiete,
a ritmos actuales de consumo.
En sí mismo, ese dato es muy revelador de la
potencial importancia que la disponibilidad de
recursos no convencionales de hidrocarburos
puede tener para el presente y especialmente
para el futuro de la Unión Europea. Pero en nuestro continente, este dato, esta potencial disponibilidad del recurso energético gas natural deviene de capital interés puesto que la Unión Europea
tiene en la energía uno de sus problemas sin
14 • Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014
resolver, una espada de Damocles, que está lastrando la competitividad de su industria y que
amenaza con devaluar la calidad de vida de sus
ciudadanos. Nuestra calidad de vida. Las debilidades europeas en cuestión de energía pueden
resumirse en los siguientes puntos y, al respecto,
el lector debe tener presente que en el caso de
España cada uno de esos puntos, de esos problemas, se encuentra corregido y aumentado, por lo
que nuestra situación es considerablemente peor
que la que exhibe la media de la Unión Europea.
• PRODUCCIÓN Y CONSUMO. La Unión Europea muestra una peligrosa dependencia
externa en cuanto al suministro de energía,
especialmente en lo referido a los hidrocarburos. Tal y como ya se ha comentado, el consumo anual de gas de la Europa de los veintisiete se sitúa en torno a los 438,1 BCM, mientras
que su producción anual apenas llega a los
146,8 BCM, datos de BP (2014). Producimos
escasamente el 33,5% del gas natural que
consumimos, importamos el 66,5% restante.
Ningún otro espacio geopolítico del mundo
muestra una dependencia tan alta. Estados
Unidos es hoy en día el primer productor
mundial de gas natural, extrayendo de sus
cuencas geológicas prácticamente todo el gas
natural que consume; América del Norte
(Canadá, EE.UU., México), lo mismo, son
autosuficientes; en América del Sur (incluyendo Centroamérica), la producción supera al
consumo, por lo que presenta capacidad
exportadora neta; Rusia (Federación Rusa), el
Recursos energéticos
Precios ($/MBTU)
18
Precio medio en el Henry Hub de EE.UU.
Precio medio de importación en Alemania.
15
Precio medio en el NBP de Rino Unido.
Precio medio de GNL en Japón.
12
9
US $ / MBTU
segundo productor mundial de gas, presenta
una enorme capacidad exportadora al ser su
producción netamente superior a su consumo;
Oriente Medio y África pintan un panorama
similar y son dos de los grandes exportadoressuministradores mundiales de gas natural;
Asia y Pacífico (incluyendo aquí a Japón,
China e India) es, junto con Europa, aunque en
menor medida, la región geopolítica con
mayor dependencia externa en cuanto suministro de gas natural, puesto que solamente
producen el 76,5% de lo que consumen; necesitan importar el 23,5% restante.
• RESERVAS PROBADAS. En el caso de la
Unión Europea, y en el de las demás regiones
geopolíticas, se refieren solamente al gas
natural convencional puesto que los recursos
extraíbles de gas natural no convencional
anteriormente comentados no han alcanzado
aún la categoría de “reservas probadas”. En
este aspecto, la situación de la Europa de los
veintisiete muestra igualmente una situación
incómoda, muy deficitaria y, sobre todo, peligrosa. Nuestras reservas probadas se han
cuantificado en 1,6 TCM (trillones de metros
cúbicos, en sentido anglosajón, nuestros
billones), datos tomados de BP (2014), equivalente a 1.600 BCM, lo que representa escasamente el consumo de 3,6 años. Al igual que
en el caso de producción/consumo, comparado con el resto de los espacios geopolíticos
mundiales, la Unión Europea es la que presenta la ratio más pobre en cuanto a reservas
probadas/consumo anual, con una notable y
preocupante diferencia.
• PRECIOS DEL GAS NATURAL. Las carencias,
deficiencias y dependencias exteriores mostradas en los dos anteriores subepígrafes se
traducen en un precio alto del recurso gas
natural en la Unión Europea.
Llegados a este punto, el lector debe tener
presente que el precio del gas natural está
diferenciado-desglosado por grandes áreas
y/o regiones productoras/consumidoras. Lo
que está ocurriendo es que en los países y/o
regiones geopolíticas con capacidad exportadora, por ejemplo, América del Norte desde que Estados Unidos (también Canadá) ha
empezado a producir masivamente gas natural no convencional, el precio del gas presenta tendencias bajistas y valores absolutos
inferiores o muy inferiores a los característicos de áreas importadoras. Lo anterior queda
claramente expuesto en el gráfico de la figura
5, tomada de BP (2014).
Por hacer corto algo que tiene sus complicaciones, puede decirse que, en los últimos
nueve años, digamos que desde 2005 a 2014,
el precio del gas natural en Estados Unidos ha
pasado de 8,79 $/MBTU a 3,71 $/MBTU. El
acrónimo MBTU significa millones de britisth
6
3
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
0
AÑOS
Figura 5. Evolución del precio del gas natural en diferentes países. Tomado y modificado (traducido) de BP (2014).
thermal units, 1 BTU equivale a unos 25 m3 de
gas natural, cifra que varía ligeramente
dependiendo del poder calorífico del gas. Es
decir, en ese corto periodo de tiempo, el precio del gas natural en Estados Unidos ha
experimentado un abaratamiento de casi un
60%. Por el contrario, en Europa ha sufrido un
encarecimiento de aproximadamente un 61%,
situándose actualmente en unos 10,675 $/
MBTU en Europa, casi tres veces superior al
precio que tiene en Estados Unidos (3,71 $/
MBTU) y Canadá (2,93 $/MBTU).
Si a esto se suma el hecho de que el precio de
la electricidad en Europa dobla al que se paga
en Estados Unidos (obviamente ambos hechos,
precio del gas y precio de la electricidad, están
relacionados), se comprende fácilmente el
problema energético, y sobre todo económico y
social, con que se enfrenta Europa en este
principio de siglo. En otras palabras, y teniendo
en cuenta que en una parte muy sustancial es
debido a su gestión en la exploración-producción de los hidrocarburos no convencionales, el
hecho puede resumirse en que el precio de la
energía es una tremenda ventaja competitiva
para Estados Unidos y es una tremenda desventaja competitiva para nosotros, Europa en
general. En el caso de España es, sencillamente, un desastre, puesto que los precios de la
electricidad en nuestro país se sitúan entre los
más elevados de Europa.
Evaluación de recursos de hidrocarburos
convencionales y no convencionales
en España
Es un aspecto que está centrando el interés de
todos los agentes sociales, empresas de exploración-producción y administraciones, puesto que
resulta un factor clave en cualquier discusión y
planificación que se realice sobre el aprovechamiento de este tipo de recursos energéticos.
Esta inquietud es común a todos los países,
puesto que todos necesitan, y van a seguir necesitando, hidrocarburos en las próximas décadas
como elementos principales de sus cestas energéticas. Los que no sean capaces de producir
esos hidrocarburos, los van a tener que comprar,
y son productos caros, aunque esta última afirmación pudiera ser objeto de algunas matizaciones que no carecerían de sentido.
En cualquier caso, la preocupación es más
acuciante (o tendría que serlo) en países como
España que son cien por cien dependientes
(99,98%, si se quiere ser absolutamente estricto)
del aprovisionamiento externo de hidrocarburos.
La gran dependencia externa que soportamos
en cuanto al suministro de hidrocarburos, y el valor
intrínsecamente alto de estos productos, hace que
su compra anual sea un sumando muy oneroso en
el debe de nuestra balanza comercial. Al respecto,
el lector debe conocer que nuestro país dedica
anualmente unos sesenta y dos mil millones de
euros a la compra de productos energéticos (petróleo, gas y carbón) en el exterior, casi el 25% del
monto total de nuestras importaciones (Banco de
España, 2013). Los ingresos en libros por turismo
ascienden “solamente” a cuarenta y cinco mil o
cincuenta mil millones de euros anuales. Gastamos
más en aprovisionarnos de petróleo, gas y carbón
que lo que ingresamos por turismo y, fundamentalmente, gastamos mucho dinero anualmente en la
compra de hidrocarburos. Aumentar la producción
nacional de hidrocarburos debiera ser una prioridad estratégica de todo gobierno en nuestro país,
lo es en la de cualquier otra nación de nuestro
entorno y de cualquier otro ámbito geográfico,
político, cultural y económico. Hay decisiones de
gobierno que pueden ser difíciles, arriesgadas o
simplemente incómodas de adoptar, pero si son
necesarias o aunque fueran “simplemente” importantes, el no hacerlo traerá consecuencias negativas para todo el país, básicamente, pérdida de
Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014 • 15
Hidrocarburos no convencionales. Situación actual
competitividad y empobrecimiento. Ningún error
sale gratis, siempre hay alguien que acaba pagándolo, pero los errores en las decisiones importantes las acabamos pagando todos los ciudadanos
(es verdad que a veces con un desfase temporal
que suele resultar políticamente muy oportuno y
extraordinariamente fácil de gestionar).
Obviamente, en la consecución del objetivo
“aumentar a producción de hidrocarburos autóctonos” estaremos condicionados por la geología, por
la productividad de nuestras cuencas geológicas.
En consecuencia, la primera tarea a realizar debe
ser la evaluación de los recursos existentes, de los
que pueden ser extraíbles en nuestro país con la
tecnología actual. Un enfoque similar al comentado en epígrafes anteriores.
Sorprendentemente, hasta hace un par de años,
nunca se había realizado un inventario de nuestros
recursos de hidrocarburos, ni siquiera de los convencionales. Ha sido la entrada en escena de los hidrocarburos no convencionales, y la inmediata percepción de que España atesora un importante potencial
en gas no convencional, lo que ha empujado a abordar este tema y a generar, en el reducido lapso
temporal de dos años, las primeras evaluaciones,
que actualmente son ya tres. Se comentan a continuación los enfoques, características y resultados de
cada una de ellas, en orden cronológico de publicación y/o presentación pública.
Extrapolación a España de los recursos
exploratorios de shale gas existente en los
Estados Unidos (COIMCE)
Esta extrapolación fue realizada por el Colegio de
Ingenieros de Minas del Centro (COIMCE) y vio la
luz pública en febrero del año 2013. Los resultados
se obtuvieron a base de comparar realidades distintas y solamente se analizaron en el estudio los
potenciales recursos de shale gas; no se contempló
ni el tight gas, ni el CBM, ni el petróleo no convencional, ni los hidrocarburos convencionales.
La idea era sencilla, en realidad era muy
simple, pero también muy lejana del simplismo
con el que estamos acostumbrados a ver tratar
temas de importancia. Se extrapoló una realidad
relativamente bien conocida, la productividad de
shale gas en las cuencas geológicas de Estados
Unidos, a otra realidad no conocida: la potencialidad-productividad de las cuencas geológicas
españolas para shale gas.
El equipo de trabajo seleccionó las cuencas
geológicas, incluso los sectores dentro de cada
una de ellas, que en España presentan características similares a las que exhiben las productoras de shale gas en Estados Unidos. Obviamente
ésas, y solo esas cuencas y/o sectores, son sobre
las que puede realizarse la extrapolación. Se
desecharon los dominios ígneos, metamórficos,
etc., y se delimitó una superficie (acabó siendo
de unos 200.000 km2), que es la que fue considerada como adecuada para extrapolar sobre ella
los datos de productividad de las cuencas americanas con producción de shale gas. La superficie
mencionada no debe interpretarse como la extensión estimada de las formaciones de tipo shale
gas en España, sino como la superficie de “cuenca geológica extrapolable” seleccionada.
Con este sencillo método, obtuvieron un
resultado de 1.339 BCM (47,3 TCF) de recursos
exploratorios de shale gas en España. El lector
debe tener claro que el estudio Extrapolación a
España de los recursos exploratorios de shale
gas existentes en los Estados Unidos no asocia
esos recursos exploratorios a ninguna formación
geológica en particular, sencillamente es el resultado de la extrapolación geológico-productora de
Estados Unidos al conjunto de las cuencas geológicas españolas.
En cualquier caso, es un volumen muy importante de gas natural. A los ritmos actuales de
consumo, unos 29 BCM por año, representa el
volumen de gas natural consumido en España
durante cuarenta y seis (46) años.
El enfoque y realización de este estudio suministra un ejemplo perfecto de la grandeza de las
ideas sencillas, cuando éstas son seleccionadas
engarzadas, tratadas y conjugadas con criterios
técnicos correctos, adecuados y sólidos. El tiempo
y los resultados de posteriores estudios más detallados y realizados con más medios han demostrado lo acertado de este estudio pionero sobre la
potencialidad de recursos de gas no convencional.
Evaluación preliminar de los recursos prospectivos
de hidrocarburos convencionales y no
convencionales en España (ACIEP-GESSAL, 2013)
ACIEP es la Asociación Española de Compañías de
Investigación, Exploración y Producción de Hidrocarburos y Almacenamiento Subterráneo (www.
aciep.com) que alberga en su seno a la mayor
parte de las compañías de exploración-producción
de hidrocarburos con implantación en España.
GESSAL (www.gessal.com) es una empresa
de consultoría española que desarrolla su actividad profesional en la exploración y geológica y
geofísica del subsuelo. Cuenta con una dilatada
y exitosa tradición de servicios de consultoría,
apoyo y soporte a las compañías que operan en
territorio español centradas en la investigación y
producción de hidrocarburos, almacenamiento
geológico de gas natural, de CO2 y de residuos,
geotermia, etc., así como para la Administración.
Posee un conocimiento muy completo de la geología y de la dinámica petrolífera de las cuencas
geológicas españolas.
ACIEP, consciente de la necesidad de disponer
de una evaluación de los recursos prospectivos de
hidrocarburos para el conjunto de las cuencas
geológicas españolas, encargó a GESSAL la realización de un estudio detallado. El objetivo del
trabajo era obtener una cuantificación, lo más
precisa posible, de los recursos prospectivos de
16 • Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014
hidrocarburos, gas y petróleo, tanto convencionales como no convencionales, en tierra (onshore) y
en mar (offshore), con desglose por cuencas geológica y evaluación realizada sobre las formaciones geológicas y/o secuencias sedimentarias
específicas, conocidas, lo que permite asignar los
recursos obtenidos a las formaciones analizadas.
Se trataba de que, tanto las administraciones
españolas como las empresas interesadas en la
exploración y producción de hidrocarburos en
territorio español, dispusieran de una evaluación
objetiva, basada en criterios puramente técnicos,
lo más detallada y veraz posible de la potencialidad que nuestro país ofrece para hidrocarburos.
El trabajo fue entregado a ACIEP en diciembre de 2012, aunque no fue publicado (presentado en público) hasta marzo de 2013; es por ello,
que el lector puede encontrar ambas fechas
como referencia para este trabajo.
Constituye la evaluación de recursos de hidrocarburos más detallada de las que actualmente
disponemos en España y su obtención ha representado un paso adelante en el conocimiento de la
potencialidad que para hidrocarburos ofrecen las
cuencas geológicas españolas. Lo que en ella se
evalúa, los volúmenes de hidrocarburos que se
obtienen y que a continuación se comentan en este
artículo, son recursos prospectivos. Por recursos
prospectivos debe entenderse los volúmenes de
hidrocarburos recuperables (con la tecnología
actual), incluso en acumulaciones no descubiertas
(la metodología empleada permite obtener esa
proyección). Es decir, no son reservas; son volúmenes no probados, son estimaciones probabilísticas,
basados en datos fiables de las formaciones geológicas analizadas y de otras formaciones análogas
bien conocidas. Obviamente, los resultados obtenidos en el trabajo de ACIEP-GESSAL, que son realmente espectaculares, necesitan de los correspondientes trabajos de investigación, perforación,
fracturación hidráulica (para el caso de los hidrocarburos no convencionales), obtención de testigos,
análisis de gas contenido que sean capaces de
liberar, estimación de volumétricos, etc., con objeto
de despejar incertidumbres y, básicamente, realizar
el paso de recursos recuperables a reservas.
Los resultados de la evaluación se desglosan, se asignan a las siguientes categorías:
shale gas, tight gas, Coal Bed Methane (CBM),
gas convencional y petróleo convencional.
La estimación realizada para recursos no
convencionales necesita dos aclaraciones: 1)
solamente se evaluaron recursos en tierra (onshore), y 2) solamente se evaluaron los recursos
de gas no convencional, no se evaluaron potenciales recursos de petróleo no convencional,
recuerde el lector que el inventario EIA (2013b)
que ya ha sido comentado en un epígrafe anterior, si evalúa para la Megasecuencia del Jurásico Marino de la Cuenca Vasco-Cantábrica los
recursos extraíbles de shale oil.
Recursos energéticos
La estimación realizada para los recursos
convencionales contempla tanto gas como petróleo, y tanto en tierra como en mar.
Se utilizaron metodologías distintas para
evaluar los recursos que acabaron asignándose a
cada una de las categorías que contempla el
estudio de ACIEP-GESSAL: shale gas, tight gas,
Coal Bed Methane (CBM), gas convencional y
petróleo convencional.
Metodología empleada y cifra de recursos
extraíbles para la categoría shale gas
Se empleó la siguiente metodología, que es
absolutamente habitual o normalizada en la
evaluación de recurso de este tipo de formaciones geológicas.
• Según los datos geológicos disponibles, fundamentalmente de pozos perforados históricamente para objetivos convencionales en
cada una de las diferentes cuencas geológicas españolas, se identificaron las formaciones geológicas que pueden ser consideradas
como rocas madre, rocas generadoras de
hidrocarburos.
• Realmente, la mayor parte de ellas, las que
presentan mayor extensión, son conocidas. Al
respecto, el lector debe tener en cuenta que
en España se han perforado en los últimos
cien años (lo que abarca nuestra historia
exploratoria) más de ochocientos (800) pozos
para investigación-producción de hidrocarburo
(Álvarez de Buergo, 2005). Sólo en la Cuenca
Vasco-Cantábrica, históricamente unas de
las más prometedoras del país, el número de
sondeos asciende a doscientos veintiuno
(221) (García Portero y Esteban Arispe, 2014).
Muchos de estos pozos cortaron las diferentes
rocas generadoras existentes en nuestras
cuencas geológicas; además, la mayor parte de
estas formaciones geológicas presentan extensos afloramientos sobre sectores amplios de
las cuencas. Son formaciones que se vienen
estudiando desde hace décadas, básicamente
para conocer su productividad en los sistemas
con hidrocarburos convencionales. Se conocen
sus contenidos en materia orgánica (medido en
tanto por ciento sobre el peso total y expresado
como TOC, Total Organic Carbón), en qué pozos
han suministrado indicios de petróleo, en cuáles de gas, con mayor o menor detalle se
conoce su disposición estructural en las diferentes cuencas, a qué profundidades se sitúan
las ventanas de petróleo y/o las ventanas de
gas. Adicionalmente, se dispone de muchos
datos sobre su composiciones mineralógicas,
composiciones químicas, propiedades petrofísicas, características de los medios de sedimentación en los cuales se depositaron, sobre
la presencia o no de elementos químicos no
deseables, de SH2 (ninguna lo tiene), etc. En
•
•
•
•
•
•
•
absoluto son formaciones geológicas desconocidas, como parece sugerirse en algunas
afirmaciones, declaraciones y/o escritos que
circulan últimamente en contra de la exploración-producción de hidrocarburos no convencionales.
De las formaciones geológicas identificadas
consideradas aptas, se seleccionaron solamente aquellas con potencia mínima de 50
m y que se situasen (que su techo se situase)
a menos de 4.000 m de profundidad.
Se cuantificó el volumen recuperable de hidrocarburo teniendo en consideración el volumen,
área por potencia, de la formación geológica
(deducido en base a los mapeos sísmicos); la
densidad promedio de la roca se tomó directamente de los valores de la diagrafía density (de
todas las formaciones se ha obtenido, a lo largo de la historia exploratoria, un gran número
de registros, diagrafias o logs).
Con los datos de volumen y de densidad, se
calculó las toneladas de roca sobre las que
se realizaría la evaluación-cuantificación.
Según los estudios específicos de las diagrafías para cada formación geológica, y también según los valores de formaciones geológica americanas análogas, bien conocidas,
se obtuvo un valor de metros cúbicos de gas
por tonelada de roca y se diferenció entre
gas libre (en la porosidad, poros y microfracturas) y gas adsorbido (básicamente en la
materia orgánica).
Con el protocolo anterior se obtuvo el volumen de Gas-In-Place (GIP) para cada formación geológica.
A ese volumen de GIP se le aplicó un factor
de recuperación; realmente se aplicaron tres
valores, uno bajo, otro medio y otro alto;
aquí se empleó la información de formaciones análogas americanas bien conocidas
(Barnett Shale).
El resultado se corrigió a la baja aplicando
un factor de confianza que fue diferente,
decreciente y siempre menor que la unidad,
para formaciones muy conocidas, medianamente conocidas y poco conocidas.
No son las únicas formaciones tipo gas
shale que existen en nuestro país, pero sí son
posiblemente las más evidentes y quizá las más
voluminosas. Pero hay más, que irán apareciendo
en proyecto exploratorios específicos y/o en
posteriores inventarios que se realicen.
En cualquier caso, el resultado de la evaluación preliminar de ACIEP-GESSAL fue espectacular para la categoría shale gas. Se trabajó con
dieciséis (16) formaciones geológicas repartidas
en siete (7) cuencas geológicas y se obtuvo una
cifra de 1.977 BCM de shale gas recuperable,
aplicando los valores medios obtenidos para el
GIP. Representa el consumo de gas natural en
España de 68 años, a ritmos actuales de consumo (29 BCM/año).
Hay un comentario adicional que debe realizarse en relación con la evaluación de los recursos
extraíbles de shale gas en España; es importante
para acercar al lector a la fiabilidad de los resultados aportados. Tal y como ya se ha comentado, la
Energy Information Administration del Gobierno
de Estados Unidos (EIA) realizó el inventario Technically recoverable Shale Oil and Shale Gas
Resources: an assessment of 137 Shale formations in 41 countries outside the United States,
que fue publicado en junio del año 2013. En dicho
inventario se atribuye a la Megasecuencia del
Jurásico Marino de la Cuenca Vasco-Cantábrica
un volumen de shale gas técnicamente recuperable de 8 TCF, equivalente a 226 BCM. La Evaluación preliminar de los recursos prospectivos de
hidrocarburos convencionales y no convencionales
en España (ACIEP-GESSAL, 2013) se realizó en
paralelo, sin intercambio de información con la
EIA, de hecho, finalizó antes y obtuvo, para la
misma formación geológica, un volumen de shale
gas extraíble de 209 BCM (valor medio). Prácticamente el mismo valor en los dos inventarios, una
buena señal sobre la calidad con que están realizados y sobre la fiabilidad de los resultados.
Metodología empleada y cifra de recursos
extraíbles para la categoría tight gas
Se contemplaron solamente formaciones tipo
tight conocidas. Se empleó la siguiente metodología, también estandarizada en el cálculo de
volumétricos.
• Se identificaron las formaciones geológicas
que pueden ser consideradas como gas tight,
fundamentalmente en base a la información
de los pozos históricamente perforados.
• Se cuantificó el volumen de roca (de forma
similar a la descrita anteriormente).
• Se evaluó el volumen de Gas-In-Place (GIP). Las
rocas tight no tienen contenidos apreciables de
materia orgánica, por lo que todo el gas debe
estar contenido en la porosidad, microporosidad, ya sea matricial (normalmente muy baja) o
de fractura. Mediante el estudio de los logs,
para cada formación se estimó el volumen de
la porosidad, la saturación en gas y se aplicó el
factor de compresibilidad de gas más adecuado a cada caso concreto según los datos de
profundidad y de presión de poro.
• A los valores de gas contenido en la roca se
le aplicaron tres valores de factor de recuperación, basados en los datos conocidos de
formaciones análogas, uno mínimo, otro
medio y otro máximo.
Para el tight gas, los resultados son mucho
menos importantes que los obtenidos para el shale
gas. El estudio contempló ocho (8) formaciones
Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014 • 17
Hidrocarburos no convencionales. Situación actual
geológicas tipo tight repartidas en cuatro (4) cuencas geológicas españolas. Se obtuvo un valor mínimo de 1 BCM recuperable de tight gas, un valor
medio de 7 BCM y un valor máximo de 61 BCM.
En cualquier caso, en opinión del firmante de
este artículo, muy posiblemente las estimaciones futuras de tight gas en España aumentarán
puesto que hay bastantes formaciones geológicas, en las proximidades de las rocas generadoras y/o intercaladas con ellas que no poseen
características de rocas reservorios convencionales y que podrán situarse en la categoría de
reservorios tight.
Metodología empleada y cifra de recursos
extraíbles para la categoría Coal Bed Methane
(CBM)
Comoquiera que ya existía un inventario de los
recursos extraíbles de CBM (IGME, 2004), la
Evaluación preliminar de los recursos prospectivos de hidrocarburos convencionales y no convencionales en España (ACIEP-GESSAL, 2013)
adoptó directamente los valores del inventario
del IGME.
En consecuencia, la cifra de recursos prospectivos de CBM en España se establece en 41,3
BCM, que corresponde en su totalidad a los carbones del Paleozoico en el Macizo Hespérico.
Estimación de recursos extraíbles de gas no
convencional en España
Sumando las cifras de gas no convencional obtenidas para cada una de las categorías (shale gas,
tight gas y CBM) en la Evaluación preliminar de
los recursos prospectivos de hidrocarburos convencionales y no convencionales en España
(ACIEP-GESSAL, 2013) se obtiene que, utilizando
los valores medios resultantes de la evaluación,
el VOLUMEN DE GAS NO CONVENCIONAL TÉCNICAMENTE EXTRAÍBLE EN ESPAÑA ASCIENDE
A 2.026 BCM.
Es una cifra muy importante que representa
las necesidades españolas de gas natural durante unos 69 años, a ritmos actuales de consumo.
La conclusión obvia es que España tiene una
gran potencialidad en cuanto a gas natural no
convencional, por lo que el valor de la producción
puede ser enorme y no debe despreciarse la
contribución que este recurso pueda hacer a la
economía del país. El lector debe considerar que
en España, el precio del metro cúbico de gas
natural puesto en el mercado ronda los 0,3 euros;
la puesta en valor de esos recursos extraíbles
representaría más de seiscientos mil millones de
euros.
Metodología empleada y cifra de recursos
extraíbles para las categorías gas convencional
y petróleo convencional
En base al conocimiento disponible se seleccionaron y evaluaron treinta (30) formaciones geológicas,
Figura 6. Síntesis de los resultados obtenidos en las evaluaciones realizadas sobre el potencial, recursos extraíbles,
de hidrocarburos en España, realizadas por ACIEP-GESSAL (2013) y EIA (2013b).
reservorios convencionales porosos y permeables,
que se distribuyen en quince (15) dominios geológicos, ocho (8) en tierra y siete (7) en mar. La estimación de los recursos se realizó para cada dominio,
como suma de las estimaciones de sus subdominios, comprobándose la existencia de los diversos
componentes geológicos (roca madre, roca reservorio convencional, roca sello) y procesos geológicos
(generación, migración primaria, migración secundaria, entrampamiento efectivo) que constituyen los
diferentes Sistemas con Hidrocarburos implicados
en los diversos subdominios analizados. Se consideró también el tamaño de los campos ya descubiertos, la densidad de pozos con indicios-acumulaciones y los secos (para cada una de las
formaciones geológicas consideradas) y la densidad de la malla sísmica existente. Todo ello condiciona la fiabilidad de la información de partida
que, obviamente, es diferente en cada dominio,
para cada formación geológica considerada. Con
todos los datos, mediante la aplicación del cálculo
probabilístico, se realizó la estimación de recursos
recuperables para cada formación, desglosado en
las diferentes acumulaciones que quedan por descubrir (con estimaciones de sus tamaños), lo cual
permite ya obtener, mediante adición, el total de los
recursos prospectivos, a los que se aplicó un factor
de probabilidad de éxito.
Los resultados obtenidos son también importantes, incluso muy importantes. En cuanto al
gas natural convencional, para valores medios,
cuantifica 410 BCM, de los cuales 369 BCM se
sitúan en el dominio marino y 41 BCM en el
dominio terrestre. Es equivalente al consumo de
gas de todo el país a lo largo de catorce (14)
años.
Para el petróleo convencional, la estimación
asciende a 1.945 millones de barriles, de los
cuales 1.789 millones corresponden al domino de
mar adentro (entre ellos, Canarias es claramente
18 • Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014
el más importante con 1.200 millones de barriles)
y 156 millones de barriles al dominio de tierra. La
cifra total corresponde al consumo del país
durante cuatro años, a ritmos actuales. No son
muchos años, pero cada año compramos fuera el
100% de lo que consumimos y el valor de esos
recursos potenciales evaluados por ACIEP-GESSAL es muy elevado, unos ciento setenta y tres
millones de dólares.
Síntesis de los resultados obtenidos en la
evaluación realizada por ACIEP-GESSAL
Lo expuesto en los epígrafes anteriores queda
ordenado en la tabla de la figura 6.
Los volúmenes estimados provienen de los
dos inventarios previamente comentados en este
artículo: Technically recoverable Shale Oil and
Shale Gas Resources: an assessment of 137
Shale formations in 41 countries outside the
United States (EIA, 2013) y de la Evaluación preliminar de de los recursos prospectivos de hidrocarburos convencionales y no convencionales en
España (ACIEP-GESSAL, 2012).
Para HIDROCARBUROS CONVENCIONALES las cifras son:
• Gas natural: 410 BCM de gas técnicamente
recuperables. El valor de su producción puede alcanzar los ciento veintitrés mil millones
de euros (considerando el precio del metro
cúbico de gas a 0,3 €).
• Petróleo: 1.944 millones de barriles. El valor
de su producción puede alcanzar los ciento
setenta y tres millones de dólares (barril
Brent a 89,21 $).
No están mal. España ha sido históricamente,
y sigue siendo, un país insuficientemente explorado
para hidrocarburos, que paga un precio muy alto por
el gas y el petróleo que importa cada año.
Recursos energéticos
Para HIDROCARBUROS NO CONVENCIONALES las cifras son:
• Gas natural: 2.026 BCM de gas técnicamente recuperables. El valor de su producción
puede alcanzar los seiscientos siete mil
millones de euros.
• Petróleo: 100 millones de barriles. El valor
de su producción puede alcanzar los ocho
mil novecientos millones de dólares.
¡Está muy bien! Los 2.026 BCM de gas no
convencional recuperables constituyen un recurso energético y económico de primera mag­
nitud.
SON CIFRAS MUY IMPORTANTES. La exploración y producción de hidrocarburos siempre ha
sido una asignatura pendiente en este país.
Ahora, con la entrada en escena de los hidrocarburos no convencionales, abordar este asunto
deviene ya una cuestión de prioridad nacional
ineludible.
La supuesta revolución energética
El hecho de que, solamente en una década, la
humanidad haya aumentado los recursos extraíbles de gas en aproximadamente 400 TCM (trillones de metros cúbicos), todos ellos de gas natural no convencional (shale gas, tight gas y CBM),
haciendo que esos recursos de este combustible
(gas natural) cubran unos doscientos cincuenta
años de consumo y que haya aumentado en 335
Bbbl (billones de barriles) los recursos extraíbles
de petróleo (sólo con el shale oil), es una revolución energética. Este aspecto es innegable. El
lector puede afianzar la idea de que la entrada en
escena de los hidrocarburos no convencionales
(especialmente en lo referido al gas no convencional) es una verdadera revolución energética
para la humanidad. Era totalmente impensable
hace veinte o treinta años. Contradecía el conocimiento técnico, el saber académico e incluso el
propio “sentido común”. Cuando el firmante de
este artículo cursó la asignatura de Geología del
Petróleo, a finales de los años setenta del pasado siglo, se estimaba que las reservas de petróleo se agotarían allá por el año 2020 (el mañana
de hoy) y que las de gas natural lo harían sobre
mediados del siglo XXI (el pasado mañana de
hoy). Después, llegaron los espectaculares incrementos en los consumos, tanto de petróleo como
de gas, que caracterizaron a los dos últimos
decenios del siglo XX y a lo que llevamos de la
presente centuria, consumos que fueron y son
mayores que los que se estimaron cuando se
realizaron los cálculos citados. Sin embargo,
hemos llegado a la mitad de la segunda década
del siglo XXI y nos encontramos con que los
recursos extraíbles de gas natural pueden cubrir
el consumo mundial de gas natural durante más
dos centurias y que el petróleo tiene todavía un
largo recorrido antes de llegar a su agotamiento.
A primera vista parece algo sorprendente,
inusual y, por la trascendencia que puede tener
para la humanidad, pudiera parecer incluso algo
milagroso. Pero no es así, en absoluto. En realidad, si hubiéramos aprendido de lo que ha venido ocurriendo sistemáticamente con el resto de
las materias primas minerales a lo largo de la
historia de la humanidad, ni siquiera debiera
sorprendernos.
Comencemos por el final, por lo más cercano
en el tiempo. El petróleo es un recurso geológico
que sólo muy recientemente está siendo utilizado por la humanidad. En realidad lo venimos
consumiendo a lo largo de los últimos ciento
cincuenta años. De manera masiva, solamente
en los últimos setenta años (desde finales de la
Segunda Guerra Mundial). En el caso del gas
natural, el comienzo de su uso generalizado es
incluso más reciente, en los últimos cuarenta o
cincuenta años. Es nada si lo comparamos con la
historia del uso de otros recursos geológico-mineros (hierro, plomo, cinc, cobre, etc.). En otras
palabras, la historia del consumo de hidrocarburos se encuentra todavía en fases muy iniciales.
Bien mirado, tiene su lógica que esté pasando lo
que está pasando.
Lo que está pasando es que, a medida que el
consumo aumenta (más exactamente, a medida
que el consumo se ha disparado), a medida que
ya se han destruido volúmenes muy significativos del recurso (ver consumos anuales de gas y
petróleo en el correspondiente epígrafe de este
artículo), la cuantía de los recursos, y de las
reservas, aumenta.
Pues bien, eso es exactamente lo que ya ha
ocurrido históricamente con el resto de los recursos geológicos (y/o de otros tipos, como los alimentos) que presentan una más larga historia de
extracción, aprovechamiento y consumo masificado. Se puede resumir en lo siguiente: LAS
RESERVAS DE TODOS ELLOS AUMENTAN A
MEDIDA QUE AUMENTAN LAS RESERVAS DEL
CONOCIMIENTO HUMANO.
Ésta es la clave del éxito de la historia del
hombre sobre la faz de la Tierra: el conocimiento
humano nunca ha dejado de aumentar, y lo ha
hecho siempre en progresión geométrica, de
forma realmente impresionante a lo largo de los
últimos cien años, pero muy posiblemente ridícula, si se compara con lo que será su evolución
futura. Y aquí viene lo mejor: las reservas de
conocimiento humano son infinitas; mejor dicho,
podemos hacer que lleguen a ser infinitas. Las
generaciones anteriores han progresado siempre
en esa dirección, y lo han hecho de forma cada
vez más acelerada. En realidad, lo que han conseguido es que las reservas de conocimiento
crezcan a un ritmo sustancialmente más rápido
que el declino de las reservas de materias primas
(y de comida o de su capacidad para generarla).
El conocimiento humano ha hecho aumentar los
recursos/reservas de materias primas y de alimentos (aquí, léase la capacidad de generarlos).
Como especie (o lo que la humanidad sea),
hemos creado más conocimiento que recursos
hemos consumido. A pesar de los que solemos
oír habitualmente hoy en día, la humanidad
siempre se ha caracterizado por (y se ha sustentado en) su capacidad de creación, cuantitativa y
cualitativamente muy superior a la destrucción,
al consumo, de recursos naturales que realiza.
Así pues, en cierta forma, los recursos (al
menos los recursos económicos, los que utilizamos), los creamos nosotros, las personas. Los
crean nuestra inteligencia y el conocimiento que
ella genera, nuestra capacidad de inventar, los
crea la innovación que introducimos en nuestro
devenir como especie. En definitiva, los crea la
capacidad que tenemos los humanos de transformar nuestro mundo a la vez que trasformamos
nuestra propia vida y nuestra propia historia.
Los recursos naturales (los que se encuentran en la naturaleza) no son recursos útiles
hasta que el hombre descubre cómo utilizarlos
en su beneficio; es decir, cómo convertirlos en
recursos económicos. En este sentido, somos
nosotros quienes “creamos” los recursos y, es
una constante en la historia de la humanidad
que, desde ese momento, su disponibilidad
aumenta a medida que aumenta nuestro conocimiento de cómo obtenerlos (que es mayor que la
rapidez con la que los consumimos). A lo largo de
la historia, el nuevo conocimiento, las nuevas
herramientas, el desarrollo tecnológico, han
hecho que la obtención de los recursos (de cualquiera de ellos) sea paulatinamente más fácil y
más barata y no hay nada (ni mucho menos el
crecimiento demográfico) que invite a pensar que
esta tendencia se pueda invertir en el futuro.
Lo anterior ha propiciado que los consumos actuales de materias primas, y también de
comida (enormes en algunos casos), no hayan
puesto en peligro el suministro para cubrir las
presentes necesidades, y ha propiciado que los
recursos-reservas de todas las materias primas
(incluidos los hidrocarburos) estén creciendo. En
consecuencia, ha propiciado que las materias
primas estén deviniendo no escasas, sino todo lo
contrario, abundantes. La prueba son los precios
que pagamos por ellas: históricamente tienden
al abaratamiento, tanto en moneda constante,
como en el esfuerzo que cualquiera de nosotros
tenemos que realizar para adquirir esas materias
primas. En un mercado libre, el precio es siempre
el mejor baremo para medir la abundancia y/o
escasez de un bien o servicio. El razonamiento
está perfectamente expuesto y desarrollado en
Simon (1996) (The Ultimate Resource 2). El recurso principal a que hace alusión el título es, por
supuesto, el hombre, su inteligencia, su capacidad
Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014 • 19
Hidrocarburos no convencionales. Situación actual
de invención, su ilimitada capacidad para transformar recursos naturales (finitos) en recursos económicos, que nunca llegan a agotarse, al menos en
el sentido económico del término.
Es la historia que se repite con todos los recursos naturales. Independientemente de que algebraicamente sus volúmenes sean finitos, nunca
llegan a agotarse; antes de que ello ocurra, ese
ultimate resource siempre encuentra otros mejores que entran en relevo de los anteriores.
Es lo que está pasando con los hidrocarburos
en ésta, todavía, juvenil etapa de su empleo por
la humanidad y lo que, previsiblemente, ocurrirá
en el futuro.
En resumen, dejando claro que en el sentido
económico y energético los hidrocarburos no
convencionales sí son una revolución, en este
otro sentido, en el sentido de la posible singularidad en la relación del hombre con los recursos
geológico-mineros, nada nuevo, o al menos, una
revolución habitual en la historia de la humanidad, una “revolución” de pitiminí.
Lo que ocurrió con la entrada en escena de
los hidrocarburos no convencionales, específicamente con el shale gas y el shale oil, es que
propiciaron un cambio conceptual que tendrá su
impronta en la historia de la humanidad. El cambio puede sintetizarse en que las rocas madres
de hidrocarburos pueden ser también excelentes
rocas reservorio. Fue un cambio de pensamiento
que implicó una ganancia radical de conocimiento que, indefectiblemente como es el sino en la
evolución humana, llevó implícito un crecimiento
(mayúsculo y repentino, históricamente casi instantáneo) del volumen disponible del recurso
económico (gas y petróleo). Pero esto ha ocurrido
previamente con todos los recursos geológicomineros.
En el campo de los HIDROCARBUROS NO
CONVENCIONALES, ese aumento del conocimiento se lo debemos a los Estados Unidos de
América; lo bueno es que acabaremos aprovechándolo toda la humanidad, lo estamos aprovechando ya, como siempre ha sucedido en la historia del progreso humano.
Lo que previsiblemente se puede estimar
que ocurra en el futuro es que, a pesar del masivo y creciente consumo de hidrocarburos, durante cierto tiempo, los recursos extraíbles (también
las reservas) aumentarán. El consumo masivo,
que además será creciente en los próximos años
(en el mundo hay más de mil millones de personas sin acceso, o con acceso muy restringido a la
energía) hará que el volumen de recursos y de
reservas comience a disminuir. Entonces los
hidrocarburos se encarecerán y eso incentivará
el desarrollo de nuevas fuentes de energía. Está
fuera del alcance de este artículo, pero merecería la pena reflexionar sobre los aspectos que
activan y catalizan la innovación humana (al
menos, cuando al hombre se le da la suficiente
libertad para ser el mismo), lo activan los precios
altos, pero también los precios bajos, más parece algo que sale de dentro y no que viene de
fuera.
Los hidrocarburos, al igual que cualquier
otro recurso económico empleado por el hombre,
nunca llegarán a agotarse, como no se ha agotado ningún recurso geológico (minero) que la
humanidad haya estado utilizando en las últimas
veinte centurias. En caso de que cualquiera de
ellos, hidrocarburos incluidos, llegará a hacerlo,
ése sería un momento sin trascendencia económica alguna, sin trascendencia histórica. El ultimate resource ya habrá descubierto algo nuevo,
algo mejor. Siempre ha sido así.
Al final quedará el legado y el de los hidrocarburos va a ser imponente. Quedarán asociados al periodo (un siglo o dos) en los que la
humanidad habrá experimentado el más vertiginoso progreso económico, científico, técnico y
social en su historia (la que hasta la aparición de
los hidrocarburos fue su historia, muy posiblemente no de la subsiguiente, que será mucho
más acelerada). Mirado con la necesaria perspectiva histórica, el punto en el devenir del
tiempo durante el que se extendió el empleo de
los hidrocarburos por la humanidad acabará
marcando algún tipo de frontera en la historia del
propio desarrollo humano.
Ese desarrollo técnico y económico espectacular que estamos viviendo en el último siglo
está soportado, al menos en parte (quizá en una
parte muy sustancial), por el enorme valor añadido que la humanidad está obteniendo con el uso
de los hidrocarburos. La riqueza y el desarrollo
tecnológico que se está generando será lo que
propicie que el recurso principal acabe encontrando “algo” que sustituya a los hidrocarburos y,
muy posiblemente, lo acabe encontrando mucho
antes de lo que intuitivamente pudiéramos imaginarnos. Cuanto más ricos seamos (la humanidad), antes encontraremos soluciones, antes descubriremos las nuevas fuentes energéticas, las
energías del futuro, antes burlaremos nuestras
propias limitaciones humanas. Cuanto más pobres
continuemos siendo, más tiempo seguiremos
anclados a los recursos energéticos ya descubiertos y a los que sean más baratos; el carbón
es el que mejor cumple ambas premisas.
Si hay algo que pudiera caracterizar los últimos setenta años de historia humana es el progreso acelerado que ha experimentado en todas
las ramas del conocimiento. Ese progreso está
basado sencillamente en la utilización (más o
menos adecuada) de parte de la riqueza que la
humanidad ha sido capaz de generar en ese
mismo periodo. Capacidad que: primero, no tiene
parangón si se compara con cualquier otra etapa
histórica y, segundo, crece de forma acelerada.
Los descubrimientos necesitan de inversión, en
el caso que nos ocupa (cambiar de unas fuentes
20 • Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014
energéticas a otras), de inversiones enormes. Lo
que en cada momento se encuentra disponible
para invertir es una parte, más o menos marginal, de la riqueza que se consigue generar. Si no
se crea riqueza, no habrá inversión, si no hay
inversión, no habrá descubrimientos, no habrá
progreso.
Por eso es bueno crear riqueza. Es lo que
permitirá al recurso principal encontrar, descubrir, quizá mucho antes de los que imaginamos,
“algo distinto y mejor” que sustituya a los hidrocarburos. Tal y como ya se ha comentado, no
estaría haciendo nada nuevo, sería sencillamente continuar con lo que ha hecho siempre a la
largo de su historia, pero ahora de forma más
veloz, porque ahora es capaz de generar riqueza
y conocimiento mucho más rápidamente y en
volúmenes mucho mayores.
En el correspondiente epígrafe de este artículo se ha mencionado que, con el volumen
actualmente evaluado de recursos extraíbles de
gas natural (el convencional más el no convencional), la humanidad dispondría del recurso
equivalente a más de doscientos años de consumo (a ritmos actuales). La pregunta es ¿seguirá
utilizando gas natural durante esos dos siglos y
medio? Obviamente, nadie conoce la respuesta
correcta y precisa, pero probablemente, no. Seguramente, no, y lo que es seguro es que el cambio
se realizará más rápidamente cuanto mayor
riqueza disponible exista.
Finalmente, merece comentarse que ese
ultimate resource y sus ilimitadas capacidades
es lo que falla, lo que siempre ha fallado, en
todos los escenarios malthusianos que a lo largo
de los dos últimos siglos no han dejado de plantearse sistemáticamente (entiéndase el propio
Malthus, ya ha más de doscientos años, el Club
de Roma en la segunda mitad del siglo XX, los
Ehrlich, Meadows, Stren, Mann, Boulding, Monbiot, las propuestas habituales del actual ecologismo militante, etc.). Según la mayoría de dichas
propuestas, querido lector, a estas fechas, usted
y yo tendríamos que estar muertos de hambre o
de cualquier otra desgracia medioambiental, y el
planeta completamente arrasado. El recurso
principal es lo que siempre acaba disociando
esas predicciones catastrofistas de la prosaica
pero a la vez elevada realidad del ser humano. Es
lo que hasta ahora las ha hecho errar sistemáticamente y lo que las seguirá haciendo equivocarse en el futuro.
Aunque sea un aspecto que se encuentra
fuera del alcance de este artículo, el autor no
quiere dejar de hacer constar que, en su opinión,
es dicha malthusiana falta de fe en la humanidad
la que caracteriza actualmente a una parte importante de la sociedad occidental (en unos países
más que en otros), es lo que se encuentra detrás
de nuestra imposibilidad (o al menos dificultad
extrema) en realizar un enfoque medianamente
Recursos energéticos
racional de la gestión de nuestros recursos geológicos y, en consecuencia, lo que está agravando
nuestra decadencia.
El CONOCIMIENTO y el DESARROLLO TECNOLÓGICO es lo único que limita el crecimiento,
el futuro de la humanidad, y NADA DE ESO TIENE
LÍMITES NATURALES. En consecuencia, es obvio
que todo eso es lo que la humanidad no debe
parar de incrementar. Por tanto, el autor considera que sería nefasto para todos, como humanidad, como ciudadanos de nuestros respectivos
países y como personas, seguir los dictámenes
de quienes hoy en día abogan por reducir nuestro
desarrollo tecnológico, nuestra generación de
riqueza y volver a posiciones cuasi preindustriales. Sería un desastre para todos.
En opinión del firmante de este artículo, en
el DESARROLLO TECNOLÓGICO y en la CREACIÓN DE RIQUEZA asociada está la solución a
cualquiera de los problemas con los que la humanidad se ha tenido que enfrentar en el pasado, en
el presente y con los que tendrá que pelear en el
futuro. Incluidos, entre todos los demás, el suministro de materias primas (también de alimentos)
y los problemas ambientales. En consecuencia,
es la firme creencia de este colegiado que no
debemos frenar nuestro desarrollo tecnológico,
en ningún campo del saber, tampoco en el de
los HIDROCARBUROS NO CONVENCIONALES, que pueden incidir de forma mayúscula en
la creación de riqueza a escala global, sin
menoscabo del medio ambiente.
Ambos, el desarrollo tecnológico y la riqueza
constituyen EL MEJOR LEGADO QUE PODEMOS
HACER A NUESTROS DESCENDIENTES. Al final,
lo importante es siempre el legado; es en lo que
no se puede, en lo que no se debe fallar. El legado que nosotros hemos recibido de nuestros
antecesores no es malo: generación tras generación, ellos siempre fueron capaces de traspasar
a sus descendientes una situación mejor, de
mayor riqueza, que la que habían encontrado.
Comentario adicional sobre la
exploración-producción de hidrocarburos
no convencionales y de otros recursos
geológicos en España
Históricamente, en España, la minería (metálica,
no metálica y energética) no ha sido una industria marginal. Más bien al contrario, ha sido
importante en cuanto al valor de su producción y
en cuanto a los puestos de trabajo que generaba
(con una extensa cobertura geográfica que abarcaba la práctica totalidad de la superficie del
país). En definitiva, hemos poseído una industria
minera significativa en lo referente a su aportación al PIB, a la creación de riqueza y como oferente de empleo.
Sin embargo, actualmente ha quedado reducida a una actividad muy marginal, sin apenas
posibilidades de apertura de nuevos centros de
producción que entren en relevo de los que van
agotando sus reservas. El autor de estas líneas
considera que, en parte, se debe a la aplicación
de las desmedidas restricciones medioambientales a las que se encuentra sometida la exploración y producción de recursos geológicos.
De lo anterior no debe inferirse que el autor
considere que no deban existir reglamentaciones
medioambientales que se apliquen a los trabajosproyectos que interaccionen con el medio, sino
que deben ser racionales y deben aplicarse de
forma racional. Lo que el firmante de este artículo
sostiene es que actualmente la aplicación de normativas medioambientales en España se está
realizando de forma inapropiada y fundamentalmente, muy restrictiva, sin consideración alguna
de los beneficios económicos, sociales y humanos
que la actividad de exploración-producción de
recursos geológicos puede aportar al país.
Considera que las normativas medioambientales implantadas en nuestro país son excesivamente garantistas y normalmente presuponen la
existencia de riesgos muy elevados de que se
produzcan daños muy graves, riesgos y daños
que, en general, no corresponden a la realidad,
como demuestra la actividad extractiva que se
realiza en los países, muchos de ellos occidentales y más desarrollados que nosotros, a los cuales acabamos comprando los recursos geológicos
que no producimos aquí (hidrocarburos y minerales) y cuyo medioambiente goza de tan buena
salud como el nuestro, o incluso mejor. Adicionalmente, el autor estima que esas normativas
se están aplicando sin realizar siquiera una valoración realista de los potenciales “daños” medioambientales que los trabajos pudieran realmente
ocasionar.
Estas decisiones y actuaciones que aquí se
califican como inadecuadas son, en cualquier
caso, impropias de una sociedad a la que se le
presupone una alta cualificación técnica, política
y de gestión. Están originando dos consecuencias que ya son, y muy presumiblemente lo seguirán siendo, quizá todavía en mayor grado, nefastas para el conjunto de España, y también para
nuestra profesión. A saber:
• Están impidiendo el acceso del país a sus
recursos geológicos: hidrocarburos, minerales, hidrogeológicos, geotérmicos (sobre todo
profundos), almacenamientos geológicos,
etc. Al respecto debe considerarse que
necesitamos competir con el resto de países
de nuestro entorno, y de entornos alejados,
que estamos inmersos en una economía
global y necesitamos explotar los recursos
que nuestros competidores produzcan (siempre y cuando dispongamos de ellos), y otros,
si fuese posible. El país no puede decidir
unilateralmente prescindir de sus recursos
geológicos; otros estados no lo van a hacer,
no podemos conceder esa ventaja. Nadie
debe conceder esa ventaja, menos un país
como España cuyo sistema productivo y laboral sigue presentando unos desequilibrios
evidentes que lastran nuestra competitividad y nuestra economía.
• Están destruyendo un sector significativo del
mercado de trabajo de calidad para nuestro
colectivo, los geólogos, y para otros habitualmente involucrados en la exploraciónproducción de recursos geológico-mineros.
Este es, posiblemente, el sector productivo
para el que mejor dotada se encuentra nuestra profesión y nuestros profesionales, ése
en el que poseemos mayores ventajas competitivas, en el que nuestros profesionales
podrían ocupar posiciones prominentes. Sin
embargo, es en el que dramáticamente se ha
venido recortando y/o impidiendo su expansión a lo largo de los últimos años, en parte
por la aplicación abusiva de normativas-figuras de protección ambiental.
Si la tendencia actual persistiese, el sector de
la exploración-producción de recursos geológicos
continuará siendo generador de desempleo en el
futuro. Otro más. La recuperación de este sector,
de esta actividad productiva del país, es un requisito necesario para garantizar el futuro de nuestra
profesión y de un mejor funcionamiento de la
economía nacional. El revertir esta situación tendría que ser uno de los principales cometidos que
todos, incluido nuestro Colegio profesional, tendríamos que fijar entre nuestras prioridades.
Tampoco estaría de más reflexionar si en el pasado, como profesión, hicimos todo lo que hubiéramos podido hacer para evitar el deterioro de este
sector y aplicar las conclusiones a nuestras acciones del presente y del futuro.
Si no cambiamos esa tendencia sólo nos
quedará seguir formando a nuestros universitarios, a nuestros geólogos (formación que se realizará fundamentalmente en centros públicos,
con cargo al dinero de todos los españoles). Pero,
una vez finalizados sus estudios universitarios,
para poder trabajar tendrán que marcharse al
extranjero. De hecho, si en el futuro no encuentran atractiva la situación, posiblemente pocos
querrán ser geólogos.
Los que acaben siéndolo y se marchen fuera,
trabajarán, fundamentalmente, en exploración y
producción de recursos geológicos: en minería
metálica, muchos en América del Sur; quizá en
minería no metálica; seguro que en el campo de
los hidrocarburos convencionales y no convencionales, por todo el mundo, Europa incluida. Trabajarán mayoritariamente en el sector que en su país
de origen casi habrá dejado de existir. Los formaremos nosotros, con nuestro dinero; pero trabajarán en otros países generando allí riqueza y prosperidad. Además, que nadie olvide que el círculo
Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014 • 21
Hidrocarburos no convencionales. Situación actual
no se cerrará así, se completará cuando nosotros,
España, acabemos comprando parte de esa producción de recursos geológicos (metales, no metales, gas y petróleo), algunos porque ciertamente
no se podrán producir aquí, la mayoría porque
nuestras decisiones habrán impedido que los
podamos seguir produciendo en nuestro país.
Mientras tanto, España puede acabar convirtiéndose en un país en el que prácticamente no
se pueda producir ningún recurso geológico del
suelo y/o subsuelo. Perderemos el valor de la
potencial producción, el valor del empleo directo
e indirecto (el de nuestros profesionales sería de
los más cualificados), perderemos el conocimiento que se genera con la actividad de exploración
y extracción. Podría quedarnos el consuelo de
que, al menos, viviremos en un país muy verde,
muy ecológico (cualquiera que sea el significado
de esta palabra). Pues muy probablemente, no
nos quedará ni siquiera eso, por la sencilla razón
de que la protección del medio ambiente y la
pobreza no casan bien, son difíciles de conjugar.
Lo contrario sí suele ir generalmente de la mano:
los países más ricos suelen ser los que disfrutan
de un medio ambiente mejor protegido y conservado, básicamente por haber sabido integrar, de
forma más racional y eficiente, la riqueza que
genera la extracción de sus recursos geológicos
en el conjunto de sus economía. No resulta muy
arriesgado aventurar que, entre los países occidentales que produzcan sus recursos de hidrocarburos no convencionales (Estados Unidos, Canadá, México, Australia, Gran Bretaña, Alemania,
etc.) encontremos muchos ejemplos de países
ricos con medio ambiente mucho mejor que el de
los que acabarán poseyendo los países con peor
renta per cápita.
En lo que a España respecta, nada casa,
nada encaja bien en nuestro futuro (ni la protección del medio ambiente, ni el mantenimiento de
nuestro Estado de bienestar, ni la implementación de programas públicos de I+D+i, ni el mantenimiento del empleo de nuestro colectivo profesional, etc.) si el país no es capaz de producir
riqueza en magnitudes sustancialmente mayores
que las que actualmente consigue generar.
A este respecto, si pudiéramos tomar algún
concepto como axiomático, tendría que ser que
primero es la economía y luego puede venir todo
lo demás. Primero generar riqueza y después
reinvertir parte de ella en cubrir necesidades, en
paliar problemas, en ayudar al que lo necesite,
en enseñarle y apoyarle a ayudarse a sí mismo,
en extender la riqueza a los países pobres. Es la
única solución, también en nuestra relación con
los países pobres, debemos utilizar parte de la
riqueza que generemos y nuestro conocimiento
para enseñarles y enriquecerles a ellos, de lo
contrario su pobreza acabará haciéndonos pobres
a nosotros. El que suscribe considera que ese
debe ser el argumento central sobre el que se
organice un estado occidental como el nuestro (y,
en general, cualquier nación), en modo alguno
debiera hacerse sobre la protección del medio
ambiente, tal y como parece deducirse de algunas declaraciones que, con el paso de los años,
se escuchan y se leen con mayor insistencia, y/o
de legislaciones que acaban implementándose
en nuestro país. Si no conseguimos instituir un
sistema productivo y económico que funcione,
que genere riqueza, no podremos resolver ninguno de los problemas sociales que acucian (y
seguirán haciéndolo) a nuestro país: educación,
sanidad, protección a los más desfavorecidos,
también cuidado del medio ambiente, etc. Todos
estos conceptos son aplicaciones de fondos y
para aplicar los fondos, primero es necesario
generarlos.
Es un aspecto marginal al contenido de este
artículo, pero el autor considera importante mencionarlo. Todos en el país debiéramos tener como
principal objetivo poner a funcionar nuestra economía, hacerla competitiva entre las más competitivas. También los geólogos, con nuestro conocimiento, en los ámbitos de nuestras actuaciones.
Es la opinión del firmante que, en estos momentos y como tarea de futuro, como organización
colegial, quizá de las mejores acciones que
podríamos emprender para nuestra profesión y
para nuestro país, solos o mejor en compañía de
otros colegios profesionales y/o colectivos, es
ayudar a corregir cualquier mal funcionamiento
que pudiera existir en la aplicación abusiva e
indiscriminada de reglamentaciones y figuras de
protección medioambiental que perjudiquen el
racional aprovechamiento de nuestros recursos
geológicos. La finalidad sería que, una vez subsanados esos malos funcionamientos, se propiciase que el sector de la exploración-producción
de recursos geológicos cambiase su tendencia
declinante de las últimas décadas y volviese a
ser una actividad productiva de relevancia económica creciente para el país, con cierta capacidad como oferente de trabajo, especialmente
para nuestra profesión.
España siempre ha tenido un déficit estructural en lo referente al conocimiento del subsuelo, lo que ha limitado especialmente el acceso a
los recursos de hidrocarburos, que suelen ser los
que yacen más profundos, así como el desarrollo
de proyecto de almacenamiento geológico de
gas natural, de CO2 y de otros residuos. En esto,
como en muchas otras cosas, vamos por detrás
de muchas de las naciones de nuestro entorno.
Con la entrada en escena de los hidrocarburos no
convencionales, la ruptura puede ser definitiva e
insalvable, por la siguiente razón. Los países que
decidan investigar y producir sus recursos de
hidrocarburos no convencionales (van a ser casi
todos, posiblemente todos, los occidentales y
todos los emergentes) obtendrán dos ventajas
sobre el resto: aumentarán su riqueza, sin ningún
22 • Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014
menoscabo para el medio ambiente, y aumentarán exponencialmente su conocimiento del subsuelo: téngase en cuenta que anualmente se
realizan en el mundo más de 35.000 operaciones
de fracturación hidráulica, que en el futuro se
realizarán más, y que todas están y estarán perfectamente monitorizadas por lo que la generación de datos estratigráficos, sedimentológicos,
petrológicos, petrofísicos, estructurales y, en
general, sobre la dinámica de los hidrocarburos y
del subsuelo, será ingente, enorme. Y es en el
subsuelo donde se centrará la exploración geológica de futuras generaciones, el trabajo de
muchos geólogos, ya sea por razones puramente
científicas, industriales, energéticas, etc.
Equivocarnos en este tema significará aumentar el desfase negativo de riqueza y de conocimiento que ya tenemos con los principales países occidentales y adquirir esa desventaja con
respecto a países actualmente emergentes con
los que hoy todavía podemos codearnos. Una
apuesta segura hacia la indigencia económica y
del conocimiento.
Les invito a mirar al futuro, a reflexionar
sobre lo que pasará si la tendencia continúa.
Imaginen que en nuestro país se continúa impidiendo, o restringiendo considerablemente, la
inversión en una parte importante del sector primario (la minería, la producción de recursos
geológicos en general), imaginen que el sector
secundario de la economía (industria manufacturera, transformación de materias primas, fabricación de herramientas, etc.) continúe lastrado,
seriamente amenazado y/o condenado, por el
elevado precio de la energía en España. Entonces, ¿alguien podrá extrañarse de que el dinero
disponible acabe moviéndose entre la fuga y la
especulación?, ¿alguien podrá extrañarse de que
en el país se empobrezca? A menudo se suele oír
que siempre nos quedará el turismo. Ojalá fuese
así, quiera Dios que no nos falte nunca. Pero
aunque lo sigamos teniendo, no será suficiente,
y no podemos condenar a las generaciones venideras a que su máxima aspiración sea un empleo
en el sector de los servicios turísticos, por muy
honorables que todos ellos sean, que lo son.
Para terminar este epígrafe, permítanme una
reflexión y perdónenme dos palabras. Pónganse
en la piel, métanse en los zapatos de esos jóvenes geólogos españoles que se ven y se verán en
la necesidad de emigrar a otros países para
poder ejercer su profesión, para poder trabajar
en la exploración y producción de recursos geológicos. Tendría que ser fácil ponerse en el lugar
de esos jóvenes, algunos serán nuestros propios
hijos, nuestros familiares o familiares de nuestros amigos. En muchas otras naciones así ocurriría. Su futuro debería aterrar nuestro presente,
como indefectiblemente lastrará el devenir económico del país. Pero aquí, la sensibilidad de
amplios sectores de la sociedad parece como
Recursos energéticos
Figura 7. Pozo de exploración para hidrocarburos.
Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014 • 23
Hidrocarburos no convencionales. Situación actual
anestesiada, quizá pueda deberse a que amplios
sectores de la sociedad crean tener su futuro
más o menos asegurado al cobijo de un empleo
público. Pero el empleo público no crea riqueza;
siendo muy benevolentes, se podría decir que
distribuye y reinvierte la que otros generan. Ni si
siquiera esos empleos podrán subsistir si el país
no es capaz de generar riqueza en magnitudes
mayores que las actuales.
¿Qué creen ustedes que pensarán esos jóvenes de los dirigentes políticos, de los líderes que
gestionan la educación, de las personas que
están dirigiendo el país y los ámbitos profesionales? Yo creo que nos pondrán de gilipuertas y de
joputas para arriba, y creo que tendremos merecidos ambos epítetos.
Conclusiones
En la situación actual en la que se encuentra la
exploración-producción de hidrocarburos no convencionales en el mundo, contemplando e incluyendo la especificidad del caso español, cabe
destacar o plantear las siguientes conclusiones:
• LOS HIDROCARBUROS NO CONVENCIONALES SON YA EL MAYOR ELEMENTO DE
COMPETITIVIDAD DE LA INDUSTRIA Y DE
LA ECONOMÍA NORTEAMERICANA
Lo son además sin ningún menoscabo para
su medio ambiente. Su producción está
generando riqueza para el país y para los
ciudadanos, por tres vías complementarias:
mediante la importante reducción de los
precios de la energía que pagan sus ciudadanos, mediante la reducción de la factura
por compras al exterior, y mediante la atracción de inversiones y creación de empresas,
de puestos de trabajo, con la consiguiente
aportación al producto interior bruto.
• CON SU GESTIÓN DE LOS HIDROCARBUROS
NO CONVENCIONALES, ESTADOS UNIDOS
HA VUELTO A DEMOSTRAR QUE LA TECNOLOGÍA Y EL CONOCIMIENTO SON LAS MEJORES
HERRAMIENTAS DE LAS QUE LA HUMANIDAD DISPONE PARA CREAR RIQUEZA Y SOLUCIONAR SUS PROBLEMAS
El conocimiento humano y el progreso científico, tecnológico e industrial que se crea con
el desarrollo y aplicación de dicho conocimiento son el mejor activo del que disponemos las personas, las sociedades, la humanidad en su conjunto, para solucionar los
problemas que en cualquier momento pudieran acuciarnos, incluyendo los ambientales.
Quizá una de las mejores características que
definen a las personas y a los países pragmáticos sea su capacidad de axiomatizar
que la solución de los problemas y el progreso económico y social son consecuencia de
la riqueza creada. Si no se crea riqueza, solo
existirá pobreza, acumularla o repartirla es
“La humanidad necesitará gas natural para realizar
la transición hacia las energías del futuro, más limpias,
probablemente con menor contenido en carbono. Los
recursos disponibles de gas natural no convencional son
y serán una gran ayuda para que la humanidad logre ese
objetivo; son un recurso energético ‘limpio’ en el que
basar la transición hacia las energías del futuro”
el mismo sinsentido. En consecuencia, crear
riqueza debiera ser la prioridad principal de
los gobiernos (y de cada uno de los ciuda­
danos).
• EL GAS NATURAL ES UNA ENERGÍA DE
FUTURO
La humanidad necesitará gas natural para
realizar la transición hacia las energías del
futuro, más limpias, probablemente con
menor contenido en carbono. Los recursos
disponibles de gas natural no convencional
son y serán una gran ayuda para que la
humanidad logre ese objetivo; son un recurso energético “limpio” en el que basar la
transición hacia las energías del futuro.
• LA PRODUCCIÓN DE HIDROCARBUROS NO
CONVENCIONALES USANDO LA FRACTURACIÓN HIDRÁULICA ES UN PROCESO
INDUSTRIAL MADURO
Es absolutamente viable, tanto técnica, como
económica y medioambientalmente. La tecnología que emplea es madura, muy moderna y en un constante y frenético proceso de
I+D+i. Esto último es el factor común a toda
la tecnología empleada en la exploración de
hidrocarburos, en el proceso de fracturación
hidráulica y en el seguimiento y control de
todas las operaciones. Es sofisticada, pero
no mucho más (o quizá ni siquiera tanto) como
la que se emplea actualmente en multitud
de sectores industriales, técnicos y/o científicos, médicos, etc.
Los países occidentales están plenamente
capacitados para gestionar adecuadamente
todos los aspectos técnicos y medioambientales relacionados con la exploración y producción de hidrocarburos no convencionales.
• MUCHOS DE LOS PAÍSES OCCIDENTALES Y
DE LOS EMERGENTES SEGUIRÁN EL EJEMPLO AMERICANO: GESTIONARÁN ADECUADAMENTE SUS RECURSOS NO CONVENCIONALES Y CREARÁN RIQUEZA Y PROGRESO
Es obvio que Estados Unidos ha marcado la
tendencia en cuanto a la introducción (descubrimiento), desarrollo y producción de
24 • Tierra y tecnología, nº 45, 7-25 • Primer y segundo semestre de 2014
hidrocarburos no convencionales (tanto gas
como petróleo), pero otros países, muy posiblemente la inmensa mayoría de los que
dispongan de recursos y especialmente los
occidentales, seguirán su ejemplo y se unirán a la “revolución” energética que constituyen estos hidrocarburos.
Obviamente, para todos esos países (los occidentales hasta el momento son muy dependientes de suministros energéticos externos), la producción de volúmenes más o
menos significativos de hidrocarburos representará una enorme ventaja competitiva, de
la misma forma que ya lo es para Estados
Unidos. La mayor parte de los países no van
a desaprovechar esta oportunidad, producirán sus recursos y lo harán sin ningún
menoscabo para el medio ambiente. Disminuirán su dependencia energética, aumentarán la competitividad de sus industrias y
elevarán el nivel de vida de sus ciudadanos.
• ESPAÑA NO DEBE PLANIFICAR Y RESOLVER
EL FUTURO DE LA EXPLORACIÓN-PRODUCCIÓN DE SUS HIDROCARBUROS NO CONVENCIONALES COMO SI ESTUVIÉSEMOS
AISLADOS DEL MUNDO
Europa ya ha cometido ese error en su planificación industrial y energética, el resultado
ha sido la carestía en el precio de la energía
y la pérdida de competitividad de su industria, lo cual conlleva indefectiblemente a la
disminución del nivel de vida de los europeos. En España, los errores cometidos en el
pasado en cuestión de planificación energética están en la mente de todos, y en los
bolsillos. Los estamos pagando mes a mes
en nuestra factura energética.
Ni Europa ni España pueden volver a equivocarse en un tema como éste, con una muy
marcada incidencia en la competitividad de
los países y en el nivel de vida futuro de sus
habitantes. Cualquier nuevo error, aumentará nuestra decadencia industrial, económica,
social y política. Cualquier nuevo error, nos
hará más pobres.
Recursos energéticos
• DISPONEMOS DE LA TECNOLOGÍA Y DE LOS
MECANISMOS DE CONTROL DE LAS OPERACIONES PARA EXPLORAR Y PRODUCIR
HIDROCARBUROS NO CONVENCIONALES
Lo racional, lo inteligente, lo que debiera
exigirse e implementarse en una sociedad
como la española (la occidental en general),
moderna, tecnológica y necesariamente en
constante competencia con el resto del
mundo, es usar de forma inteligente dicho
conocimiento para:
––
––
Acceder a nuestros recursos geológicos (a todos ellos, aunque el contenido
de este artículo esté centrado en los
hidrocarburos), producirlos y aprovechar el valor añadido que poseen (en el
caso de los hidrocarburos en España
puede ser enorme).
Diseñar y poner en práctica el seguimiento y control racional de las operaciones de exploración-producción de
hidrocarburos no convencionales. La
Administración debe realizar este cometido en cooperación con las empresas y
basándose en el conocimiento que ya
existe.
• NO DEBEMOS FRENAR NUESTRO DESARROLLO. NO DEBEMOS RENUNCIAR A LA
TECNOLOGÍA NI AL CONOCIMIENTO
La tecnología, el conocimiento y el progreso
científico y técnico han sido siempre los
mejores aliados de la humanidad para solucionar sus problema: los energéticos, los
económicos, los relacionados con la producción de alimentos, los medioambientales,
etc. Lo va a seguir siendo, cada día más, y en
todos los campos del conocimiento humano.
Lo tiene que seguir siendo, para bien de la
humanidad en su conjunto.
También en el campo energético y muy especialmente en el de la producción de hidrocarburos no convencionales. En este aspecto,
España tiene una buena potencialidad y no
podemos quedarnos atrás. La vida, la economía es ya, y lo va a seguir siendo, global.
Tenemos que competir con todos los países
del mundo; por lo tanto, tenemos que aprovechar todos los recursos que ellos aprovechen
(y los que ellos no tengan y nosotros sí). Es
una oportunidad extraordinaria, el riesgo es
adoptar decisiones erróneas porque otros
serán capaces de adoptar las correctas.
No podemos frenar nuestro desarrollo: el
conocimiento, la tecnología, la riqueza y la
libertad (van de la mano) son el mejor legado
que podemos dejar a nuestros descendientes. La pobreza, la ignorancia y la opresión
son los peores (y también van de la mano).
• LOS HIDROCARBUROS NO CONVENCIONALES SON UNA MAGNÍFICA OPORTUNIDAD
PARA ESPAÑA
En la situación económica en la que actualmente se encuentra nuestro país, se necesita de manera perentoria: atraer capital,
generar riqueza y amortizar deuda.
Aprovechar nuestro potencial en hidrocarburos no convencionales debe ser un sumando
en la consecución de dichos objetivos. Lo
que como país necesitamos es:
– Aprovechar el potencial de nuestros recursos
naturales (específicamente los geológicos:
hidrocarburos, mineros, hidrogeológicos,
geotérmicos someros y profundos, almacenamientos geológicos profundos, etc.). Ahora más que nunca, tenemos que investigarlos
y producirlos para generar riqueza,
– Aprovechar el potencial de la inversión
extranjera. Si el sector industrial de los
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hidrocarburos no convencionales se desarrollase en España, sería un importante
nicho de inversión extranjera. Es un aspecto positivo a todas luces. No tienen sentido las reticencias con que, en determinados foros y ocasiones, se trata a la inversión
foránea. Ahora más que nunca nuestro
país necesita inversión, la propiedad del
capital es un aspecto secundario, en realidad siempre lo es, lo realmente importante es el empleo que crea y la riqueza que
aporta.
En definitiva, en relación con los hidrocarburos no convencionales, como país no podemos desaprovechar esta oportunidad. Se
trata de decidir entre progreso, desarrollo y
creación de riqueza o estancamiento económico y expansión de la pobreza. No tendría
que ser difícil para las autoridades, para los
que lideran el país, saber cuáles son las
decisiones acertadas y aplicarlas.
Para el resto de las personas, para la
mayoría de los lectores de este artículo, que
posiblemente desarrollen su actividad profesional (y vital) muy lejos del tema que aquí
se trata, quizá puedan encontrar algo más
difícil: decidir cuál debe ser el posicionamiento del país (y de las autoridades) al
respecto.
Para unos y otros, para todos ellos,
la modesta recomendación del autor de
estas líneas es que piensen, que estudien,
que imiten lo que al respecto hagan nuestros competidores industriales (Estados
Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Europa en
su conjunto, Japón, China, etc.) y que no
tomen decisiones peores que las que ellos
adopten, porque si nuestras decisiones
como país fuesen peores, las consecuencias serán nefastas para todos.
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