VEJEZ INTRODUCCIÓN Hemos realizado unas conclusiones sobre esta etapa del ciclo vital humano en base a unas entrevistas pasadas a distintos sujetos ubicados en esta edad. Después de realizar un vaciado y extraer de ellas las ideas más importantes hemos concluido una serie de características comunes y diferenciales sobre esta etapa. CONCLUSIONES La vejez es la última etapa de nuestra vida. Está basada en el reconocimiento de que el paso del tiempo produce efectos en la persona, la cual entra en una etapa distinta a las vividas anteriormente, pero a la vez similar a otras como pueden ser la niñez o la adolescencia. La vejez constituye una etapa más de la experiencia humana y, por lo tanto, puede ser positiva tanto desarrollo individual y social. El inicio de esta etapa no se puede concretar en una edad ni podemos atribuirlo al momento de la jubilación, sino que podemos decir que empieza cuando se comienzan a deteriorar las habilidades físicas y cognitivas, como son la pérdida de memoria paulatina, un mayor cansancio, dificultades a la hora de realizar faenas en casa o de ir a comprar, ect., y estos cambios son percibidos por la persona. Por otro lado, esta etapa está llena de serenidad, juicio y madurez vital, gracias a sus experiencias ya vividas, que compensan este deterioramiento de facultades. La jubilación es una de las características de esta edad, constituyendo para el individuo y también para la sociedad un signo de que algo importante ha cambiado y se trata de uno de los acontecimientos más importantes en la vida de una persona. En general, la jubilación, supone consecuencias positivas, aportando a la persona libertad que antes no tenía, para hacer y deshacer a su gusto. Las personas jubiladas tienden a buscar actividades complementarias que sustituyan al trabajo que antes tenían. Estas actividades adquieren una relevancia especial, dado que aumenta el tiempo libre y pueden ser, por ejemplo, clases de informática, cultivo de un huerto, etc. En las actividades de ocio podemos destacar el hecho de que sean compartidas, de que conozcan a otras personas de su misma edad y, seguramente, en su misma situación, con las que pasan estos momentos de tranquilidad y ocio. Podemos llamar a esta relación amistad, aunque, en realidad, se trata más de compañeros. Los mayores relacionan más el concepto de amistad con la propia familia que no con las personas externas a ella. Esto puede ser debido a que el concepto que ellos tienen de la amistad es muy diferente del que podemos tener nosotros ahora, ya que para las personas mayores un amigo era un vecino, alguien que ayudaba en momentos difíciles si podía, un compañero de trabajo, y actualmente a un amigo le atribuimos las características de plena confianza, relación de intimidad y compartimiento de intereses y metas. Las personas de esta edad no han cambiado su manera de pensar, aunque la sociedad sí haya cambiado a su alrededor. Para ellos no es fácil adaptar su pensamiento a todos los cambios que actualmente se han producido, los han aceptado y conviven con ellos, forzosamente, aunque no estén de acuerdo, cómo si no les quedase otra alternativa. En cuanto a la familia, se focaliza en la atención hacia las personas que les aportan afecto y apoyo, que generalmente son los hijos y nietos. Al tener más tiempo libre, se dedican más al cuidado de estas personas, a comunicarse con ellos, a crear un vínculo que les mantenga unidos y pueda contar con ellos. 1 Además, hijos y nietos también actúan de manera que la persona mayor no se sienta sola, le ofrecen su apoyo y le prestan la atención necesaria, en especial, si hay pérdida del cónyuge. En la relación de pareja ya no se da tanta importancia a los contactos físicos, como sería el sexo, sino que se vuelve una relación más profunda y se traslada esta importancia al hecho de darse afecto y compañía. La pareja es la figura de apego más importante en esta etapa, y en el caso de que no esté, el papel se traslada a los hijos y, a veces también los nietos ocupa un lugar muy importante en la vida de estos individuos. Las expectativas de vida que estas personas han podido tener estaban basadas en lo socialmente establecido, desde jóvenes han sabido lo que tenían que hacer u cuáles eran sus deberes en la vida. No han gozado de la oportunidad de escoger entre diferentes caminos, tal y como nosotros podemos tenerlo ahora. Esto puede relacionarse con el trabajo, ya que únicamente trabajaban para vivir y para mantener a su familia. La mayoría no ha trabajado en lo que realmente les hubiese gustado y se han conformado con lo que la vida les proporcionaba en aquellos momentos. BIBLIOGRAFÍA Beauvoir, S. La vejez. Editorial Edhasa. 1970 Bueno, B. et al. (1990). Desarrollo social a partir de la mitad de la vida. Capítulo 23. A Palacios, J.; Marchesi, A. y Coll, C. Desarrollo psicológico y educación. Psicología Evolutiva. Madrid. Alianza. Comfort, A. (1984). Una buena edad. Editorial Debate Madrid. Díaz Plaja, F. El arte de envejecer. Ediciones Nobel Izquierdo Moreno, C. La ancianidad. Ediciones Mensajero. 1994 Juventud: la infancia más larga. Dominical El País Semanal número extra 1023 Mayo, 1996. López, A. (1989). Evolución de la noción familia en el niño. A Moreno, M. La pedagogía operatoria. 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