guía básica del tratamiento artritis reumatoide

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GUÍA BÁSICA
DEL TRATAMIENTO
ARTRITIS REUMATOIDE
GUÍA BÁSICA DEL
TRATAMIENTO
ARTRITIS REUMATOIDE
CONTENIDOS
ARTRITIS REUMATOIDE
¿Qué es la artritis reumatoide?
¿Se adquiere o se hereda?
Su origen
Factores de riesgo
Síntomas y signos
Entendiendo el impacto físico, psicológico
y social
de la artritis reumatoide
Grupos de apoyo al paciente
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DIAGNÓSTICO
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Importancia del diagnóstico
¿Cómo se diagnostica la artritis reumatoide?
¿Qué hacer después del diagnóstico?
¿Quiénes lo pueden apoyar?
Médico
Familia
Roche
TRATAMIENTOS
Enfrentando la artritis reumatoide
Tratamientos
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ARTRITIS
REUMATOIDE
¿Qué es la Artritis Reumatoide?
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad sistémica,
autoinmune, progresiva y crónica, caracterizada por la
inflamación de la membrana articular. Esta inflamación
causa pérdida de la forma y alineación de las articulaciones,
resultando en dolor, hinchazón y sensibilidad y llevando
finalmente a la destrucción irreversible de la articulación
y discapacidad. Las características de la AR incluyen
enrojecimiento, hinchazón, dolor y limitación del
movimiento en articulaciones de manos, pies, rodillas,
hombros y cuello, principalmente. En los casos más
graves, los ojos, pulmones y vasos sanguíneos pueden
verse afectados. La AR puede también reducir la
esperanza de vida de los pacientes por la afección de los
principales órganos y sistemas.
¿Se adquiere o se hereda?
La causa exacta de la AR es desconocida y hasta el
momento, no existe cura. Sin embargo, ahora se sabe
que las personas con AR inician con daño progresivo
y permanente de las articulaciones desde etapas
tempranas de la enfermedad, mucho antes de que los
cambios, como la deformación articular, sean visibles.
Dentro de los primeros 2 años de la enfermedad, más
del 70% de los pacientes tiene evidencia radiológica de
destrucción articular.
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Sabemos que los factores hereditarios y probablemente
algún tipo de infección viral pueden desencadenar la
enfermedad. Cabe mencionar que no es un padecimiento
contagioso y el riesgo de heredar la susceptibilidad a
padecer la enfermedad es bajo.
Tratándose de una enfermedad en la que no se conoce
su causa específica, no es posible proporcionar un
tratamiento “curativo”. Los tratamientos disponibles
ayudan a mantener la enfermedad bajo control,
reduciendo en lo posible el dolor, la inflamación y la rigidez
de las articulaciones. El objetivo principal del tratamiento
debe ser detener la progresión de la enfermedad. Para
esto hay diversas terapias llamadas “modificadores de la
enfermedad”.
Su origen
Al tratar de explicar la causa de las enfermedades
reumáticas, en primer lugar se debe establecer que no
se trata solamente de un padecimiento, ya que existen
múltiples enfermedades en el área de reumatología
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(artritis reumatoide, lupus eritematoso generalizado,
espondiloartropatías, etc). Por ello, cada una tiene
un origen, una causa, un diagnóstico y tratamiento
diferentes.
También es importante establecer que una enfermedad
puede manifestarse en diferentes grados y existir
subgrupos dentro de ella, por ejemplo: hay casos con
una evolución leve, que progresa lentamente, otros
que tienen un curso agresivo y que pueden avanzar
rápidamente. Esto explica por qué dos pacientes con
el mismo diagnóstico pueden requerir tratamientos
diferentes.
Factores de riesgo
En términos generales se pueden considerar dos causas
principales:
Factor genético (herencia): Se heredan las
características físicas, las intelectuales, las aptitudes
(como por ejemplo para la música, las matemáticas
o el dibujo); también las características de nuestras
células, su funcionamiento y la predisposición a
algunas enfermedades. La artritis reumatoide es una
enfermedad en cuyo origen existe una predisposición
hereditaria. Esta variación en la herencia explica por
qué dichas enfermedades tienen diferentes
manifestaciones clínicas y distinta gravedad.
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El factor ambiental: Existen factores ambientales
desencadenantes que en conjunto con el factor
genético determinan el desarrollo de la enfermedad.
Dentro de los factores ambientales se incluyen:
localización geográfica/clima, nivel de desarrollo,
tabaquismo, nivel hormonal y algunas infecciones
principalmente por virus. No es que estas
enfermedades sean directamente consecuencia de
una infección, sino que la infección altera las células
del sistema inmune. Estas células, llamadas linfocitos,
son las encargadas normalmente de producir
anticuerpos, que son parte importante del sistema
de “defensa” del organismo. Los virus hacen que las
células funcionen defectuosamente, por lo que los
anticuerpos que producen son anormales y en lugar
de servir de defensa del organismo, producen lesión
en otras células y órganos del cuerpo.
Síntomas y signos
El síntoma principal es la inflamación articular que se
aprecia a simple vista y que causa dolor en la persona
que la padece. Además, aparecen abultamientos duros
(nódulos reumatoides) en las zonas de roce de la piel,
como los codos, el dorso de los dedos de las manos y de
los pies; también pueden localizarse en órganos internos.
Con el tiempo se produce una deformidad debido al
deterioro progresivo de las articulaciones afectadas.
Cuando se inicia con el padecimiento, se manifiesta como
inflamación simétrica de las pequeñas articulaciones
(manos, muñecas y pies) que suelen encontrarse
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rígidas por la mañana. Al cabo de dos años de tener
el diagnóstico, se pueden encontrar las articulaciones
deformadas por la inflamación crónica.
Signos y síntomas que se presentan en la
artritis reumatoide:
Dolor articular.
Inflamación articular.
Rigidez articular: generalmente aparece por la
mañana y va desapareciendo progresivamente a
medida que el paciente ejerce su actividad diaria; su
duración e intensidad son variables.
Otros síntomas son:
Cansancio
Fiebre
Dolor de cuello
Hormigueo en las manos y los pies
Dolor en el pecho
Depresión (debido al dolor propio de la enfermedad
y la incapacidad que produce)
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La AR frecuentemente se asocia con una enfermedad
llamada Síndrome de Sjögren que ocasiona inflamación
y posterior atrofia de las glándulas que fabrican las
lágrimas, la saliva, los jugos digestivos o el flujo vaginal, lo
que provoca sequedad de la piel, boca, ojos, vagina, etc.
Por lo anterior, es necesario identificar estos síntomas e
informarlos al médico especialista para el seguimiento y
tratamiento de esta enfermedad.
Entendiendo el impacto físico,
psicológico y social de la artritis
reumatoide
Además de los problemas físicos, la AR puede causar
un impacto personal significativo en el paciente. Con
frecuencia los pacientes se encuentran con restricciones
en su vida social debido a las molestias y la disminución
de la movilidad debidas a su estado actual.
Estudios recientes han demostrado que muchas personas
con AR creen que su enfermedad tiene efectos negativos
en la relación con su familia y pareja e incluso, en su vida
sexual. Por ello, si la enfermedad no se trata de manera
eficaz y temprana, la progresión hacia la discapacidad
es inevitable, por lo que es necesaria su participación
con el seguimiento de las visitas médicas y la toma de
los medicamentos según le indique su médico. De lo
contrario, ocurre que muchas personas son incapaces
de realizar tareas diarias como quehaceres domésticos,
conducción de automóviles e inclusive, pueden volverse
incapacitados para trabajar. Después de 10 años de
evolución, con tratamiento inadecuado o mal llevado,
menos del 10% de los pacientes puede trabajar o realizar
las tareas de su vida diaria normalmente.
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Es importante mencionar que, como resultado directo
de la AR en etapas avanzadas, los pacientes pueden
requerir cirugías de reemplazo articular, lo que conlleva
visitas regulares al hospital para los procedimientos y los
cuidados post-operatorios, por lo que requieren cuidado
especial y apoyo de la familia y grupo médico para
obtener mejores resultados.
De ahí la importancia de un tratamiento integral que les
ayude a mejorar su calidad de vida.
Grupos de apoyo al paciente
Es importante saber que existen grupos de apoyo donde
puede informarse más sobre la artritis reumatoide;
además, en ellos logrará compartir y conocer experiencias
de otras personas que le pueden beneficiar en su día a
día.
También encontrará especialistas que colaboran con
dichos grupos y quienes le ayudarán a comprender la
enfermedad y su entorno.
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DIAGNÓSTICO
Importancia del diagnóstico
Seguramente antes de que el médico le informara sobre
la existencia de la artritis reumatoide, le hicieron una serie
de pruebas y estudios para determinar el padecimiento.
Este proceso da como resultado el diagnóstico, que
también permite establecer el tratamiento más adecuado
para usted.
¿Cómo se diagnosticó la artritis
reumatoide?
El diagnóstico de AR puede ser un reto, debido a que
regularmente tiene un inicio gradual con síntomas
sutiles. Típicamente los primeros síntomas pueden
incluir: aumento de temperatura, hinchazón, dolor de las
articulaciones y fatiga.
El paciente debe ser evaluado por un reumatólogo
especialista en AR, con la experiencia y conocimientos
para diagnosticar y tratar adecuadamente la
enfermedad.
No existe un examen sencillo y único para confirmar el
diagnostico; este se establece cuando el reumatólogo
relaciona la presencia de los síntomas y signos, hallazgos
en la exploración física, pruebas de laboratorio y
radiografías.
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Otras pruebas clínicas que los reumatólogos solicitan
regularmente para confirmar el diagnóstico de AR son:
Velocidad de sedimentación globular (VSG): Es
una prueba que mide la rapidez con la que los
glóbulos rojos descienden en un tubo de sangre
durante una hora. La VSG es un indicador de
inflamación y se incrementa por diversas causas,
entre ellas la AR.
Proteína C reactiva (PCR): Consiste en la detección
de una proteína que se encuentra en la sangre y
que es producida en el hígado, la cual se eleva
cuando hay inflamación importante como en la AR,
pero también puede elevarse en caso de infecciones,
infartos, traumatismos y otras enfermedades
reumatológicas.
Factor Reumatoide (FR): El FR es un autoanticuerpo que se identifica en un examen de sangre.
El reporte de una cifra elevada, junto con los hallazgos
clínicos típicos, indica un posible diagnóstico de AR.
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¿Qué hacer después del diagnóstico?
En primer lugar, es importante que esté enterado de que
es una enfermedad que –de detectarse a tiempo– puede
controlarse y prevenir la discapacidad y el daño a otros
órganos; por lo tanto, los primeros pasos que debe seguir
después del diagnóstico son:
Aceptarlo y comprender la enfermedad: Esto le
permitirá enfrentar de una mejor manera la
enfermedad, además de que podrá encontrar las
mejores soluciones para conllevar la situación.
Compartirlo con la familia: La familia es un
soporte para todo paciente, ya que generalmente le
acompaña a las consultas y en el desarrollo del
padecimiento.
Acudir con el médico especialista: Es importante
que no deje de acudir a ninguna consulta, así como
también es necesario que atienda sus indicaciones,
para que obtenga los mejores resultados.
Comenzar un tratamiento integral: Un tratamiento
integral le ayudará enfrentar en todos los aspectos
la enfermedad, así como también le dará una mejor
calidad de vida.
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¿Quiénes lo pueden apoyar?
Médico
No debe dejar de lado que el médico especialista
es el ÚNICO que puede prescribir un tratamiento,
ya que solo él conoce las condiciones generales del
paciente y sin duda, elegirá el que mejor se ajuste a
sus necesidades.
El médico siempre evaluará las condiciones clínicas
específicas que presente el paciente. Por lo tanto, es
vital que la comunicación entre ambos sea constante
y efectiva, es decir, que usted exprese todas sus dudas
con la mayor confianza, que informe al especialista
los cambios que experimente, que le cuente cómo
se siente y los efectos o reacciones que se presenten
después de cada examen o tratamiento.
Familia
La familia es un factor determinante para que logre
superar de mejor manera esta etapa de su vida, ya
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que le puede ofrecer comprensión y apoyo que lo
motiven a salir adelante.
Generalmente contribuye a enfrentar los problemas
físicos, emocionales y sociales que vienen con la
enfermedad, así como también cada miembro se
convierte en su compañero de consultas y visitas al
hospital.
Roche
En Roche comprendemos que las necesidades de salud
de la población van mas allá de un tratamiento
farmacológico y que se requiere de una atención integral
que tenga un impacto real en la calidad de vida.
Roche ofrece a los pacientes un apoyo integral por
medio del cual reciben la atención en el aspecto físico/
nutricional, psicológico y social necesaria para que
puedan mejorar su calidad de vida. Cabe resaltar que
todos los apoyos de este programa son GRATUITOS.
Si usted padece AR o conoce a alguien que la tenga, lo
invitamos a participar en el Programa de Apoyo que
tiene como objetivo el bienestar del paciente con artritis
reumatoide y el de su familia.
Es muy fácil pertenecer a este programa, únicamente debe
comunicarse con Roche y registrarse.
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TRATAMIENTOS
Enfrentando la artritis reumatoide
Tras ser diagnosticado con artritis reumatoide, usted
debe considerar visitar al médico especialista, quien le
ayudará y podrá darle un tratamiento adecuado que le
permita tener una mejor calidad de vida.
Cabe mencionar que cada uno de los tratamientos
presenta un mecanismo de acción diferente y se
aplica según las condiciones del padecimiento y las
recomendaciones del doctor que lo atiende, siempre
y cuando exista un consenso entre el especialista y el
paciente.
Por ello, tome en cuenta que las condiciones clínicas
que presente cada persona, la reacción a la terapia
recomendada y el progreso que vaya teniendo son
factores determinantes para el tipo de tratamiento que
recibirá, ya que cada caso es distinto.
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Tratamientos
Para determinar el tipo y las dosis de los medicamentos
del paciente con artritis reumatoide se requiere tomar en
cuenta varios factores:
Diagnóstico: Si la enfermedad se diagnosticó
tempranamente, el número de medicamentos y las
dosis serán diferentes a los casos que se presentan
en etapas avanzadas y con secuelas importantes.
Gravedad: Entre más grave sea el padecimiento,
mayor será la dosis para controlarlo. Usualmente se
comenzará con la dosis efectiva más baja del
medicamento y se incrementará según sea necesario
para controlar el dolor, la inflamación o el propio
proceso de la enfermedad. Posteriormente, conforme
los síntomas aminoren, se podrá reducir la dosis.
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Talla: A pesar de que el peso corporal por lo general
no es un factor importante al prescribir fármacos
para adultos, sí es clave para determinar la dosis en
niños; sin embargo, existen algunos medicamentos
cuya dosis para adultos se basa en el peso.
Edad: Mientras que a un niño siempre se le dará
una dosis menor de medicamento que a un adulto,
la dosis de medicamento prescrito para los adultos
también puede diferir dependiendo de la edad. A
los adultos mayores generalmente se les prescribe
una dosis menor que a los adultos jóvenes. La razón
es que muchos fármacos son procesados por el
hígado y eliminados por los riñones. Dado que las
funciones de dichos órganos cambian con la edad,
un medicamento puede alcanzar mayores niveles
en el cuerpo y permanecer ahí por más tiempo. Con
el envejecimiento también aumenta la sensibilidad
de algunos sistemas corporales a los efectos del
medicamento. Es necesario destacar que una dosis
apropiada para un adulto joven puede resultar una
sobredosis para un adulto mayor.
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Tipos de tratamiento de AR
Actualmente existen múltiples tratamientos disponibles
para manejar la AR, incluyendo los utilizados para el
manejo de síntomas y otros que modifican el curso de la
enfermedad y estos son:
Antiinflamatorios no esteroideos (AINE):
Controlan los signos y síntomas de la AR, como son
dolor e inflamación, pero no alteran el curso de la
enfermedad ni disminuyen la progresión de la
destrucción articular.
Glucocorticoides
(corticoesteroides):
Son
medicamentos antiinflamatorios de grupo del
cortisol –un esteroide producido naturalmente en el
cuerpo– que actúan deteniendo la inflamación. Sin
embargo, los múltiples efectos colaterales de estos
medicamentos (elevación de la glucosa, osteoporosis,
aumento de la presión arterial y de peso, cataratas,
problemas de sueño, pérdida de masa muscular,
hematomas y susceptibilidad a las infecciones)
pueden limitar su uso en AR.
Fármacos
antirreumáticos
tradicionales
modificadores de la enfermedad (FARME):
Alivian los síntomas y son efectivos para controlar y
modificar el curso de la enfermedad; sin embargo,
algunos
pacientes
fallan
o
responden
inadecuadamente al tratamiento. Con el uso de
estos medicamentos es necesaria una vigilancia
médica muy estrecha, debido a que se asocian con
eventos adversos que, en ocasiones, pueden limitar
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su uso. Estos tratamientos son regularmente
utilizados en combinación o con agentes biológicos
para mejorar la respuesta del paciente.
Medicamentos biológicos modificadores de la
enfermedad/Agentes
Biológicos:
Son
medicamentos producidos genéticamente dirigidos
contra sustancias específicas del sistema inmune,
las cuales participan en el desarrollo de la
enfermedad.
A medida que avanza la investigación sobre las causas
de esta enfermedad, han surgido nuevas aproximaciones
al tratamiento. Actualmente existe un tratamiento dirigido
contra un tipo de células llamadas linfocitos B, que
tienen un importante papel en el desarrollo de la AR y ha
mostrado buenos resultados en los estudios clínicos.
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Fuentes de información
Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la
Piel (NIAMS), Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU.
http://www.niams.nih.gov/hi/topics/arthritis/ffrheumatoid_espanol.htm
Familydoctor.org http://familydoctor.org/e876.xml
Artritis Foundation http://www.arthritis.org/afstore/artritisreumatoidea/
artritisreumatoidea-main.asp
Lo que usted necesita saber sobre la artritis, Asociación Americana de
Terapia Física http://www.apta.org/AM/Images/APTAIMAGES/ContentImages/
ptandbody/Arthritis/ArthritisSpainish.pdf
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