Tres Salteños a Udine, Italia

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TRES SALTEÑOS
A UDINE – ITALIA
Todo un sueño
Eduardo Ceballos
© Tres salteños a Udine - Italia
Autor
Eduardo Ceballos
Colaboró en la edición el profesor Francisco Fernández.
Fotos de Eleonora Sensidoni, Fabio Pérez y Rubén Pérez
Jorgelina Flores Barrantes, traductora del texto de Bagio
Calcavecchia y del aviso de la clase magistral.
Diseño e impresión
Editorial MILOR Talleres Gráficos
Mendoza 1221 - Salta - Argentina
Tel./Fax: (0387) 4225489
E-mail: [email protected]
ISBN
Para contactarse con el autor: [email protected]
Para conocer más de su obra: www.ceballoseduardo.com
Hecho el depósito que establece la ley 11.723
Impreso en Argentina /Printed in Argentina
DEDICATORIA
Este libro está dedicado en forma especial
a Alessandro, Ottawia y Eleonora Sensidoni; a
la Profesora Silvana Serafin; a mis compañeros
de ruta Rubén Pérez y Fabio Pérez, a su familia
y a la mía que nos brindaron tanto apoyo.
PRÓLOGO
Los argentinos festejamos los 200 años de nuestra patria de distintas
maneras. El escritor Eduardo Ceballos, lo hace desde su sencillo lugar
de trabajo, ofreciéndonos a modo de regalo en este cumpleaños de la
patria, un ramillete de libros que aparecieron en este año del bicentenario: el primer libro aparecido en el año 2010, fue de poemas, titulado «Es
primavera»; el segundo, también de poemas «Cafayate, rumores de su
paisaje»; el tercero una crónica de una fiesta popular, titulada : «Serenata
a Cafayate, una historia musical»; un cuarto libro sobre «Periodismo de
Salta, diarios de las décadas 50, 60, 70»; y ahora nos presenta el quinto
libro del año, para cerrar esta primera parte del festejo patrio, con un libro
que lo tituló «Tres salteños a Udine, Italia, todo un sueño», que sumados
a la plaqueta «Doscientos años Patria», completan el homenaje del año
2010.
Rubén Pérez, Eduardo Ceballos y Fabio Pérez, cumplían su sueño de
estar presentes en ese Congreso Internacional de «La Alimentación como
Patrimonio Cultural de la Emigración en las Américas», que se desarrolló
en la ciudad de Udine, los días 8 y 9 de octubre de 2009, organizado por
la Universidad de Udine. Llevaban como cargamento cultural, un bagaje
de conocimientos y vivencias personales: Rubén Pérez, su canción popular; Eduardo Ceballos, su poesía; y Fabio Pérez, la magia de su danza
criolla.
Fue un modo de dar y recibir una valiosa información; otros conocimientos, otras perspectivas, con distintas visiones y realidades.
El autor con intenso vigor, describe lo acontecido en el viejo continente, al que había visitado a través de libros de historia, geografía, filosofía y
literatura en general. Desde muy pequeño soñaba conocer los lugares
por donde transcurrió la historia de la humanidad. Por eso este trabajo es
un regocijo para su alma y un regalo que desde el momento mismo del
regreso quiso entregar como testimonio de aquel viaje, en su nombre y en
el de sus compañeros de ruta Fabio y Rubén Pérez.
Es un modo de agradecer a personas como las profesoras Eleonora
Sensidoni y Silvana Serafín que hicieron posible la presencia de Salta en
Udine, gratitud que hace extensiva, a los catedráticos disertantes, a las
autoridades universitarias y a las entidades y empresas que en Italia, apoyan grandemente a la cultura. Se logró un abrazo cultural, símbolo de
amistad, entre pueblos de distintos continentes, que poseen una raíz en
común. El grato ambiente de cordialidad, con el que fueron recibidos,
sensibilizó aún más la extrovertida personalidad del autor, rescatando
saberes de los lugares y personajes con los que estableció contacto.
Relata los momentos de cada paseo por plazas, calles, ríos, negocios, restaurantes y el rico contacto con la gente de cada lugar, que dejaron un sello imborrable en su memoria.
El poeta Eduardo Ceballos unió las distancias para regalar su paisaje
interior. Como un viento surcó los mares, llevando los pájaros de su canto
azul de luz y en un abrazo fraternal unió armoniosamente dos culturas
hermanas.
Susana Rozar
LAS PRIMERAS PALABRAS
Siempre ha sido un sueño alto la posibilidad de viajar a
Europa. El viejo mundo que guarda en su geografía el formato de una historia que pasó tantos siglos. El bolsillo escaso de
un bohemio latinoamericano tornaba en casi imposible el
sueño de cruzar el gran charco que separa los mapas, y asentar la anatomía personal en esa tierra que fue pisada por la
historia. Cuando jovencito estudiaba a los clásicos de la literatura universal y en particular, a los exponentes de la cultura greco latina, viajaba con la ilusión por la Grecia de Homero,
de Sócrates, de Platón, de Aristóteles, de Anacreonte y de
tantos hombres que fueron verdaderos faroles de la humanidad; de la España que a partir del Mío Cid construyó un colosal discurso cultural que se refleja especialmente, en todos
los países hispanoparlantes de la tierra; de la Francia
ensayística y novelística que tanto influyó en el pensamiento
moderno, con su visión del arte y de la existencia; de la península itálica, que desde los etruscos vienen aportando
saberes a la distancia, el genovés Cristóbal Colón con su sueño joven; Copérnico y su visión del mundo; Galileo Galilei, el
injustamente enjuiciado; el Dante Alighieri, que armó su Divina Comedia para explicar su futuro, como el primer autor
de ciencia ficción; Leonardo da Vinci, con sus códigos de
armonías que concordaban con el orden del mundo; el Miguel Angel inmortal, que sigue hablando con el Moisés o La
Piedad, nacidos de sus manos; Petrarca, Ovidio, Horacio,
Séneca, Bocaccio, Tasso, Ariosto, el gran orador Marco Tulio
Cicerón. Andar por Los Alpes, ver sus ríos y sus mares. Era
TODO UN SUEÑO que se hizo realidad para TRES
SALTEÑOS que se fueron A ITALIA. Se cumplió el sueño del
pibe. Por eso este humilde libro servirá de testimonio para
tan bella travesía que nos llenó de asombro.
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EL PRIMER CONTACTO
Sabía de la relación de amistad que poseía Fabio Hernán
Pérez con una estudiante de posgrado en Ciencias Lingüísticas
y Literarias, Eleonora Sensidoni, con quien caminaba por las
calles de Salta, con toda la desbordante alegría de la juventud. Recuerdo que el 20 de febrero de 2009, me llaman Fabio
y su padre, el cantautor Rubén Jesús Hernán Pérez, para que
nos juntemos y pueda conocer a esta educadora italiana que
andaba por Salta. Nos encontramos en el Monumento 20 de
Febrero, porque ese día desfilaba a caballo mi hija menor
Viviana Cristina Ceballos, actual delegada del Fondo Nacional de las Artes, y me había pedido que fuera a sacarle fotos y
Fabio Hernán Pérez, quien es un gaucho con muchos desfiles en su historial personal. Allá con mi señora, nos juntamos
con los Pérez y la italianita, que al instante se mostró como
una vieja amiga. El desfile de gauchos le llamó la atención a la
turista europea y su máquina de juntar recuerdos, no paraba
de gatillar ese espectáculo tan nuevo para ella. La jornada era
de fiesta y hasta el buen clima se había dado cita. Luego del
multitudinario desfile, el gentío se desparrama y en pocos
minutos los boliches, restaurantes, se sienten superados por
la multitud. Nosotros debíamos esperar en el parque a que
retorne la gauchita que había desfilado con la Agrupación
Gaucha de Atocha, que es dirigida por hijos y nietos del poeta José Solís Pizarro, fundador de la República Lírica de Atocha, donde instaló el Cementerio de Pájaros, que se hizo canción con la poesía del poeta José Gallardo, fallecido en octubre de 2010. Cuando Viviana Cristina se suma al grupo, vamos a buscar un lugar donde almorzar, porque ya eran más
de las dos de la tarde.
Pudimos sentarnos gracias a los conocidos que nos ayudaron y se armó la mesa, en el mismo parque bajo una frondosa arboleda.
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Eduardo Ceballos
En el almuerzo, ya distendidos iniciamos un diálogo donde con avidez le descubríamos Salta a la flamante amiga italiana y ella nos regalaba evocaciones de su bella Italia. El diálogo era cada vez más rico e interesante. Con Rubén le contábamos de nuestra preparación humanística, del conocimiento del latín y del griego. Luego de compartir la sabrosa parrillada argentina, cruzamos la calle Necochea y nos sentamos a
tomar café en la confitería de un supermercado que allí está.
Con el café se elevó el contenido del diálogo y como por arte
de magia surgió la posibilidad de un viaje a Italia, porque allá
se sentirían complacidos de escuchar a greco-latinistas provenientes del continente americano. Eleonora empezaba a
sembrar una semillita de ilusión en el corazón de sus nuevos
amigos, quienes por adultez comprendían que era casi imposible, pero se quedaron expectantes. Luego de esa bella
reunión de los cafés compartidos, se dividen los presentes:
Fabio, debía llevar su caballo; Eduardo Ceballos, su esposa y
su hija Viviana, se retiran a su domicilio; Rubén Pérez acompaña a Eleonora, hasta su hotel. Se bifurcaron los caminos y
las esperanzas. El tiempo tomó el tema entre sus manos para
dar un golpe sorpresa.
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LAS COMUNICACIONES
DESDE ITALIA
Empiezan las comunicaciones con Italia, a través de Fabio,
y la chispa de la ilusión estaba viva. Decía Eleonora desde el
viejo mundo que había posibilidades del viaje. Pero nada estaba totalmente definido. A fines de abril, llega la invitación
para participar del Congreso Internacional en Udine. Pero la
invitación consistía en el hospedaje en Italia, ya que se recibe
un e-mail desde Udine, donde se comunica que Fabio Pérez,
Rubén Pérez y Eduardo Ceballos, serán considerados huéspedes de la Universidad de Udine, y que ya están hechas las
reservas en el Hotel Friuli, ubicado en la via Ledra Nº 24 de
Udine, comunicación que llega con la firma de la Profesora
Silvana Serafin. Hasta ese momento éramos invitados con
los gastos pagos en Italia, pero debíamos conseguir los pasajes en Argentina. Empieza una maratón por los organismos
provinciales, solicitando los pasajes, también se los requieren
al Ingeniero José Antonio Vilariño, quien a los pocos días comunica que no había posibilidades. El diputado nacional,
gestiona ante el Presidente del Fondo Nacional de las Artes
los pasajes para los tres y nos comunica por nota del 13 de
mayo del trámite realizado. Pasó el tiempo y la falta de respuesta nos llenaba de inseguridad. Mientras tanto, en Salta
hablaba en forma personal con el Ministro de Turismo, quien
garantizaba una solución, pero los días pasaban y la situación
no variaba. Agotadas las instancias locales, se comunica a Italia, la imposibilidad de hacer el viaje, por no contar con ningún tipo de apoyo económico. También les hacemos saber
que el deseo era ir hasta la bella Italia a llevar el mensaje de
nuestra cultura. Se había roto la ilusión. El 15 de setiembre
de 2009, día del Milagro en Salta, se recibe un e-mail de
Udine, a través del cual se nos reconfirma que seríamos hués-
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Eduardo Ceballos
pedes en Udine y que de los tres pasajes, la Universidad de
Udine nos podría reembolsar dos, esto quería decir que uno
de los tres tendría que solucionar el problema con sus autoridades, pero había que comprar los billetes, ida y vuelta en
Salta, los que serían reintegrados en Udine. Estos costos se
cubrían de Buenos Aires – Trieste por la Universidad de Udine
y correría por cuenta del grupo, el viaje de Salta – Buenos
Aires y viceversa. El tema estaba más fácil, pero no resuelto.
Salimos a gestionar el pasaje que faltaba y obtuvimos la misma respuesta. Recuerdo que les propuse a los Pérez, que vayan ellos, que esto era una misión muy difícil. Recibimos el
programa del Congreso Internacional, donde ya estábamos
incluidos con día y hora. La comunicación con Udine era
prácticamente diaria. El pasaje que faltaba no se resolvía, la
ilusión se apagaba. De pronto, el día de la primavera llega la
buena noticia, la noticia que la Facultad tiene ahora la posibilidad de pagar el viaje a los tres. Nos recomiendan que dejemos de hablar con nuestras autoridades. El tema era que se
reconocían los tres pasajes, pero que debíamos sacarlo nosotros en Argentina. Informamos lo difícil que se nos hacía conseguir ese dinero, por nuestro nivel económico, tan austero.
Por fin, aparece una mágica solución. La Universidad reservaría los pasajes y se comprarían los billetes cuando le
enviaramos el fax con la copia de los pasaportes de los tres.
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LA CONFIRMACIÓN DEFINITIVA
Pasan pocos días y nos comunican desde la Universidad
de Udine: « No hagan más trámites ante su gobierno, porque la Universidad de Udine los invita con todos los gastos,
para que puedan vivir el Congreso Internacional, que tratará
de la Alimentación como Patrimonio Cultural de la Emigración de América». Esta confirmación definitiva moviliza nuevamente el entusiasmo, resucita la alegría, y exige un prolijo
armado de preparativos para el viaje. Lo primero que se pide
desde Italia es el pasaporte y como se consideraba imposible
el viaje, no se había hecho el trámite. Ahora se debía acelerar.
El otro tema era conseguir los pasajes a Buenos Aires y se
recurre al Ministerio de Turismo, contando que Italia nos
había concedido los pasajes internacionales y que necesitábamos los pasajes hasta Aeroparque. Prometieron solucionarlo, pero pasó la semana y nos dijeron que no se podía. Mientras tanto Rubén y Eduardo no tenían el pasaporte en regla,
El único que estaba en condiciones legales para viajar era
Fabio. Como Salta es una ciudad pequeña y la gente se conoce, por intermedio de Tony Ferriño, gerente del Hotel Victoria Plaza de Salta, habíamos conocido al Comisario Renato
Constantini, delegado de la Policía Federal en Salta, a quien
le llevamos nuestro problema el día jueves 23 de setiembre,
comunicándole que la Universidad de Udine, nos tenía reservados los pasajes para volar a Italia para el día 6 de octubre
y que no teníamos el pasaporte. Nos explicó que era un tema
que no podía resolver de ningún modo en Salta y que por lo
importante podría hablar con sus superiores en Buenos Aires, solicitándoles la gentileza de solucionar el inconveniente,
pero por el poco tiempo que se tenía, había que estar en Buenos Aires el día lunes 28 de setiembre, en la Policía Federal de
Capital Federal, en la avenida Azopardo donde se emiten los
pasaportes. Gracias a esos amigos se empezaba a solucionar
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Eduardo Ceballos
lo que parecía imposible. Ese mismo día 23 y el viernes 24 de
setiembre volvimos a insistir en el Ministerio de Turismo en
la ciudad de Salta, pidiendo que revieran el tema de los pasajes, pero sin éxito. Entonces ese mismo viernes sacamos los
tres pasajes hacia Buenos Aires, ida y vuelta, para viajar el
domingo 27 a la mañana, porque ese coche nos dejaba en la
Capital Federal a las siete de la mañana del día lunes 28 de
setiembre. Era un servicio que transporta a los que van de
compras, con tarifas accesibles. Lo importante era llegar y
cumplir con todos los requisitos que exigía el viaje. En Italia
habían hecho la reserva para volar el día 6 de octubre, pero
necesitaban los números de los pasaportes, así que esperaban que les enviaramos un fax con la copia de los tres para
poder confirmar los pasajes.
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EL PASAPORTE
Tal como estaba previsto a la hora señalada se llega a Buenos Aires, luego de un viaje a todo rezo, porque el noventa
por ciento del pasaje era de una agrupación religiosa, que
rezaron no menos de diez rosarios y un par de sacerdotes, de
a ratos se paraban y arengaban con un amplificador portátil
a toda esa gente que andaba haciendo turismo religioso. Si
hasta se me ocurrió pensar que estaban orando para que nos
fuera bien en nuestros trámites. El punto de llegada fue en la
calle Misiones, casi esquina Rivadavia, a pocas cuadras de la
plaza Once. Bajamos nuestras pertenencias y en la misma
esquina desayunamos y organizamos la jornada. Fuimos hasta
un hotel ubicado sobre la calle Sarmiento al 2000, casi esquina Ayacucho. Dejamos los equipajes, nos aseamos y nos fuimos hasta la Policía Federal, en la avenida Azopardo. Salimos
del hotel, caminamos una cuadra hacia el norte donde encontramos la avenida Corrientes y tomamos el subte, que
nos dejó en la esquina del Correo Central, que en otras épocas tenía un importante movimiento. Caminamos hacia el
río, pasando por el Luna Park y en sus cercanías abordamos
un taxi que nos llevó hasta la sede donde la Policía Federal
emite los pasaportes. El trámite por suerte fue rápido, nos
presentamos en la oficina que nos indicara el delegado de la
fuerza en la ciudad de Salta, y en pocos minutos, nos dieron
instrucciones de cómo realizar la gestión. Cumplidos los requisitos de rigor, se vuelve a la oficina recomendada y allí nos
informan que en esa jornada o a más tardar en la del día
martes 29 tendríamos el pasaporte. Habían comprendido lo
importante que significaba para nosotros ese documento. De
allí salimos con la satisfacción de ver encaminado nuestro
trámite y avanzamos hacia el oeste, donde nos encontramos
a dos cuadras con la vieja avenida Paseo Colón, la del tango,
cuando dice: «Y en un viejo almacén del Paseo Colón…» Ofre-
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Eduardo Ceballos
ciéndome de cicerone, avanzamos siempre hacia el oeste hasta
llegar a la calle Defensa, pleno barrio de San Telmo, donde se
perciben las viejas señales de la primera parte, la fundacional
de la ciudad de Buenos Aires. Hoy ese barrio está lleno de
nostalgias, que asoman en antiguos bodegones, en elegantes
restaurantes, en finas casas de regionales, donde vive el arte,
el tango y los elementos de antes. Volvimos después de almorzar en un sencillo restaurante de San Telmo, caminando
por Defensa hasta la Plaza de Mayo, desde donde se ve la
imagen de la histórica Casa Rosada, por donde pasó la historia marcando cada capítulo de la patria. Tomamos por Diagonal Norte hasta el Obelisco y de allí por Carlos Pellegrini,
hasta el teatro Colón. Acompañamos a Fabio que quería comprar herramientas para trabajar el cuero y producir sus
artesanías. Luego de nuevo al hotel, donde Fabio se despide
porque se iba a instalar a la casa de sus amistades en Morón,
hasta el día de la partida. Rubén y yo nos quedamos en el
hotel, dispuestos a pasar esa semana que nos separaba del
viaje.
El martes 29 de setiembre, amanece bien temprano. Después del desayuno, de nuevo a la Policía Federal a buscar el
pasaporte. El trámite fue mucho más sencillo de lo esperado.
Ya con el pasaporte en mano, buscamos una fotocopiadora
para lograr la copia de los tres documentos y entonces en
una cabina, en la misma avenida Paseo Colón, enviamos la
noticia a Italia. Con el viejo mundo estábamos comunicados
a través de Internet. Además del fax, informamos a Italia del
envío y al otro día nos responden que todo había sido
recepcionado bien y que nos confirmaban los pasajes por Air
France, que nos llevaría en un vuelo desde Ezeiza hasta París
y desde allí, otra máquina hasta la ciudad de Trieste en Italia.
Pero, la frutillita del postre que no esperábamos, desde Italia
se nos comunica que, serían reconocidos todos los gastos que
relizados desde Salta, los pasajes, la hotelería en Buenos Aires, las comidas, los cafés, los taxis, nos pidieron que por favor guardáramos todos los comprobantes para el reintegro.
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Con Rubén no salíamos del asombro, ante tanta generosidad. Ya estaban los pasajes y la fecha de viaje 6 de octubre, a
las 16.15 hora argentinas.
La cabeza movía información y recuperaba la historia de la
patria. Relacionaba a mi país con Italia. Me acordaba de la
Constitución de 1853, de Juan Bautista Alberdi, el tucumano,
que le puso las bases legales a este nuestro país; del Preámbulo, cuando invitaba a los pueblos del mundo a «habitar el suelo argentino»… del salteño Aarón Castellanos que fue a Europa a traer a los inmigrantes en forma personal, para fundar en
Santa Fe, la primera Colonia Argentina, «Esperanza». Toda la
política argentina se puso en movimiento, creando una «oficina de tierras y colonias», en 1876. Los resultados están a la
vista en las estadísticas, en 1869, Argentina tenía 180.000 habitantes; 1.300.000 en 1910; y 6.330.000 en 1930. Buena parte
de ese crecimiento provenía de Italia, que por las guerras enviaba a sus hijos a la tierra nueva de América. Todo este movimiento produjo cambios sustanciales, en todo sentido. Se transformaban las ciudades, las industrias, la cultura. Se mezclaban
las palabras, la comida, la música. El tango se nutre de italianos en un listado que asombra y después los hijos de los tanos,
que pasan a ser parte de esta patria. Se cumple lo que vaticinaba
Lotman: « Ninguna cultura se ha gestado, desenvuelto y ha
llegado a la plenitud sin nutrirse de otra…» Surgen seres especiales como la escritora italiana Syria Poletti, quien decide cambiar de patria, en un gesto mental, eligiendo el idioma de los
argentinos como propio, para expresar esta cultura nueva para
ella. Escribía en argentino, pero con una carga importante de
nostalgia de lo que había dejado en Europa. Ella solía afirmar
que había que saber escuchar el mandato del paisaje y afirmaba: … «Pero los hombres no saben escuchar ni las aves, ni a la
Madre Tierra…».
Yo en Buenos Aires, junto a Rubén y Fabio, preparando el
viaje para juntarnos en el lugar donde se construyó la historia y nuestra cultura occidental.
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LA ESTADÍA EN BUENOS AIRES
Se debía pasar toda una semana en Buenos Aires. La suerte ya estaba echada. Cuando todo está listo para el viaje, el
tiempo de espera se hace largo. Aparecieron las urgencias y
la ansiedad. Había que cuidar la poca moneda y preparar el
ánimo. Fue una semana densa, llena de concentración. Yo
me metía en los escritos y preparaba una conferencia con los
temas sobresalientes de la cultura argentina y me aferraba en
la figura de mi compadre Zamba Quipildor, que nos protegía con su tiempo y sus atenciones. El reloj parecía más lento.
Caminábamos por la avenida Corrientes con Rubén, buscando
de encontrarnos con nuestro querido amigo el poeta, José
Gallardo, pero nada, ya que se había mudado y le habíamos
perdido el rastro. Rubén se contactaba con sus amigos y algunos de ellos pasaron también a ser mis amigos. Casi todos
eran taleños. Uno de ellos tiene un importante cargo en el
Círculo de Gendarmería, lugar adonde llevó a otros taleños,
que se desempeñan como personal gastronómico en un bonito salón comedor, destinado a los altos jerarcas de la fuerza.
Ese Círculo de Gendarmería, está ubicado en la calle Paraguay al 900, a media cuadra de la avenida 9 de Julio y a unas
cinco cuadras de la querida Mercedes Sosa, a quien quise ir a
visitar, desconociendo su estado de salud. El hecho es que el
viernes 2 de octubre, esos paisanos de Lola Mora nos invitan
a almorzar al emblemático Círculo de Gendarmería.
Ya habían pasado el martes, el miércoles y el jueves. Habitábamos el viernes 2 de octubre, faltaba menos. Acudimos a
la cita y los amigos nos reciben con desbordante alegría con
una muestra de afecto que era notoria. Nos invitan a pasar a
un salón señorial, donde nos ofrecen un almuerzo lleno de
exquisiteces. Nos presentan a viejos comandantes de la fuerza, hombres que ya estaban retirados, pero que solían volver
para hacer sociales con los colegas con quienes habían com-
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Eduardo Ceballos
partido una vida. Nos auguran éxitos en nuestro inminente
viaje y nos entregan algunas publicaciones que la fuerza hace
circular por toda la geografía argentina. También había sido
invitado Zamba Quipildor, quien no pudo ir por tener otros
compromisos. El contacto telefónico con Salta era permanente: Rubén con su familia y yo con mi esposa, que me acompaña con afectuosos mensajitos de texto.
El amigo de Rubén, y ahora también mío, Julito Dionisi, a
quien Rubén conoce desde niño, quedó en pasar a buscarnos
el domingo 4 de octubre por el hotel. La jornada dominical
amanecía luminosa. Nos levantamos y fuimos a buscar donde desayunar, porque estaba todo cerrado, hasta que encontramos abierta una cafetería en Avenida Corrientes y Callao,
allí se da cita la gente para acompañar el desayuno con los
diarios de la jornada. Volvimos al hotel y a los pocos minutos
viene Julito y nos lleva hasta el Centro de Residentes Salteños
en la Zona Oeste del Gran Buenos Aires, en Rafael Castillo.
Luego de una hora de viaje aproximadamente llegamos a
destino.
Se trata de un proyecto llevado a cabo por el esfuerzo de
muchos salteños, que fueron aportando hasta construir una
sede con un tinglado de grandes dimensiones, que además
cuenta con oficinas, aulas, salón de reunión para la comisión
directiva, baños de primera y una cocina espectacular, capaz
de atender a una gran concurrencia. En el tinglado hay un
escenario por donde desfilaban los músicos y los cantores.
Era un domingo clásico, con toda la familia salteña, que se
junta para bailar, cantar, recordar a su Salta natal. Hay clima
de fiesta. Cuando llegué me acordé de mi compadrito Polito
Rojinegro, quien era un asiduo asistente y enviaba notas para
que las publicara en la revista La Gauchita. Allí nos
reencontramos con Fabio, quien estaba acompañado de toda
la gente amiga de Morón. Ellos lo trataban como de su familia. En ese lugar me encontré con amigos entrañables como
Cristóbal Juárez, David Pastrana, Miguel Alegre, la bagualera
Norma Agüero y muchos otros, de los que tenía referencia y
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otros que me ubicaban por mi actividad. Recuerdo que estos
amigos me acompañaron cuando me otorgaron el reconocimiento de «Patricio de la Humanidad Solidaria», en el Centro de Ingenieros de Capital Federal, en diciembre de 2001,
escoltándome con sus pilchas gauchas en aquella jornada,
gesto que guardaré para siempre en mi memoria. Además de
los gauchos, había una formación de Granaderos, Embajadores y Rectores de Universidades. Veo esta gente y me acuerdo de momentos tan importantes de mi existencia. Ese día,
los paisanos nos entregaron una distinción a los tres viajeros
en acto público. Para hacer entrega de esa plaqueta, se paró
la música y se nos brindó un homenaje lleno de afecto. Los
cantores populares asumían el escenario ofreciéndonos sus
canciones. En ese lugar se vive la salteñidad de un modo tan
bonito, que me recuerda la Salta de los años 50 ó 60, cuando,
por ejemplo, en las carpas de Salta, para el carnaval todo el
mundo bailaba. Aquí van los paisanos a comer, a tomar algunos traguitos y a bailar con todo el entusiasmo, la música
carpera de nuestra provincia. Estábamos en plena fiesta, cuando alguien trajo la noticia de la muerte de Mercedes Sosa. A
partir de ese momento, sentía que se me había acabado la
alegría. Julito, gentil como en todo momento, se ofreció devolvernos al hotel, en otra hora de viaje por las calles del
Gran Buenos Aires y de la Capital Federal. Cuando el día ya
agonizaba y las primeras sombras empezaban a dibujar la
noche, nos dejó en la puerta del hotel, en la calle Sarmiento
al 2000. Subimos a nuestra habitación y decidimos despedir
a la querida Negra en su velatorio que se realizaba en el Congreso Nacional.
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MUERTE DE MERCEDES SOSA
Moría una mujer que era considerada la voz del continente. Su figura había trascendido las fronteras. Los pueblos del
mundo lloraban su muerte. Yo que había compartido tantas
vivencias con esta mujer excepcional, no podía permanecer
indiferente. La conocí en los finales de la década del 60, cuando llegaba de Mendoza con su esposo, el Negro Matus y el
poeta Armando Tejada Gómez. Tuve la suerte de trabajar a
su lado, sin la participación de otro número artístico, al principio de la década del 70, en un espectáculo ofrecido en el
Salta Club, en la calle Alberdi al 700 de la ciudad de Salta;
asados con amigos en Salta, como aquel en la casa de Miro
Barraza. Actué con ella en San Luis, ciudad donde nos juntamos en la Casa del Viento, también de la década del 70 y
desde allí me llevó en su auto Peugeot 504 hasta la ciudad de
Mendoza, donde tenía mi residencia; las visitas que solía hacer a su piso en la calle Carlos Pellegrini, donde recibía su
afecto, en tiempos en que era su empleada doña Petrona; luego la Serenata a Cafayate y tantos momentos felices. Era muy
fuerte la noticia de su muerte.
Con Rubén Pérez, fuimos ese domingo 4 de octubre al
Congreso Nacional a despedirla. La manzana del edificio de
Congreso Nacional estaba abrazada por la gente y la otra
manzana entre Rivadavia y Mitre también estaba colmada
por una muchedumbre que pacientemente aguardaba su
turno. Recordaba cuando en ese emblemático Congreso
Nacional, presenté un libro de mi autoría con antología, en
homenaje a la poesía de Salta, en el año 1997, con el acompañamiento del Chaqueño Palavecino, quien llegó con sus
músicos para sumarse al nacimiento del libro «Poetas Salteños
en el Congreso Nacional». Hicimos la cola como cualquier
hijo de vecino, porque intentamos de otro modo, pero no se
pudo. Luego de casi una hora desandamos una manzana y
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Eduardo Ceballos
en perfecto orden ingresamos al palacio de las leyes y pudimos despedir a la entrañable amiga. Nos contaron luego que
en Salta nos vieron en el momento que entrábamos gracias a
la televisión que acerca las distancias. Al salir nos cruzamos
con el querido poeta riojano Héctor David Gatica, que estaba
ingresando. Fue una despedida multitudinaria. La gente portaba sus flores para ofrendárselas.
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EL DISCURSO
Se acercaba el día de la partida y pensaba en la temática
del Congreso internacional que versaba sobre la alimentación y descubría la importancia del clima. La exposición fue
creciendo lentamente a partir de estas reflexiones. Esa palabra es mágica y proviene de la palabra griega «clima», que
en su lengua original significa inclinación. Está referida a la
inclinación del eje del globo terráqueo con relación al sol. Allí
está el laboratorio que vincula a los astros con la tierra. A partir de esa magia acontecen las variaciones de temperaturas,
los vientos y todos los fenómenos atmosféricos que marcan
las diferencias para cada región geográfica del mundo. A consecuencia de todos los valores climáticos, como una resultante está la vida, que se expresa en la flora y la fauna de cada
porción del globo. Lo que significa, que los alimentos que se
extraen del mundo circundante, están gobernados por leyes
que viajan desde las estrellas. El alimento, nutriente de la existencia, se diferencia en cada zona, que guarda secretamente
en su química, las características que marcan y que se muestran en los rasgos y en las tonadas. Es un modo de comprender el viaje que realiza la semilla para llegar al árbol. Toda esa
maravilla envolvente, es la que los griegos llamaban economía, palabra que deriva de dos vocablos griegos: «oikos»,
que significa casa y «nomos», que se traduce como la ley o la
norma. Pero esa economía que concebían los antiguos griegos, estaba referida al cuidado y a la administración de la
gran casa del hombre, el mundo. Porque la verdadera riqueza, pasa por sostener con equilibrio los generosos elementos
que nos provee la tierra. Teniendo conciencia de estos saberes
elementales, se puede empezar a hablar de los alimentos, de
las comidas, que son una verdadera alquimia: mezcla los ingredientes naturales, para producir los sabores y las fragancias, que constituyen el oro de la vida.
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Eduardo Ceballos
Debía viajar y hablar de la comida, que es parte de la cultura de mi tierra. Por eso tomo muy en cuenta el gran trabajo
realizado por mi paisana Juana Manuela Gorriti, nacida en
1818, en el seno de una emblemática familia de Salta. Ella
fue una mujer fuera de serie, culta, estudiosa, a la que muchos estudiosos la sindican como la autora de la primera novela argentina «La quena». Por razones políticas de sus padres, debe emigrar a Bolivia, donde se casa con un joven oficial del ejército, Belzú, quien llegaría al grado de general y
presidente de los bolivianos. Luego se radica en Perú, donde
crea el primer salón literario, para transferir sus experiencias
a las damas de la alta sociedad peruana. Después de mucho
peregrinar, ya madura, regresa a su patria, fijando domicilio
en la ciudad de Buenos Aires, que ya se mostraba como un
pujante centro comercial de prometedor futuro. Juana
Manuela Gorriti, produjo muchos libros, pero quería rescatar, por ser especial para la temática del Congreso Internacional de Udine, el titulado «La cocina ecléctica». En el prólogo
de este libro, entre otros conceptos expresa, que: «El hogar
es el santuario doméstico; su ara es el fogón; su sacerdotisa y
guardián natural, la mujer. Ella, sólo ella, sabe inventar esas
cosas exquisitas, que hacen de la mesa un encanto, y que
dictaron a Brantóme el consejo dado a la princesa, que le preguntaba cómo haría para sujetar a su esposo al lado suyo: Asidlo por la boca… Yo, ¡ay! Nunca pensé en tamaña verdad.
De otras regiones, arrojeme a los libros, y viví en Homero, en
Plutarco, en Virgilio, y en toda esa pléyade de la antigüedad,
y después de Cornielle, Racine; y más tarde aún, en
Cháteaubriand, Hugo, Lamartine; sin pensar que esos ínclitos genios fueron tales, porque –excepción hecha del primero- tuvieron todos, a su lado, mujeres hacendosas y abnegadas que los mimaron, y fortificaron su mente con suculentos
bocados, fruto de la ciencia más conveniente a la mujer. Mis
amigas, a quienes, arrepentida, me confesaba, no admitieron
mi «mea culpa», sino a condición de hacerlo público en un
libro. Y, tan buenas y misericordiosas, como bellas, hanme
Tres salteños a Udine - Italia
29
dado para ello preciosos materiales, enriqueciéndolos más,
todavía, con la gracia encantadora de su palabra. Juana
Manuela Gorriti».
Esta importante mujer llama a su cocina «ecléctica», relacionándola a la escuela filosófica llamada eclecticismo, palabra que proviene del vocablo griego «eklegein», que significa escoger. Se caracteriza por tomar concepciones, puntos de
vista, ideas y valoraciones entre las otras escuelas, combinándolas y mezclándolas aunque el resultado pueda ser a menudo contrapuesto sin llegar a formar un todo orgánico. El eclecticismo se produjo en Grecia a partir del siglo II a.C., como
una forma de sintetizar los grandes hallazgos intelectuales de
la filosofía clásica. Por ejemplo, Antíoco de Ascalón compaginó el estoicismo y el escepticismo, Panecio de Rodas basó su
pensamiento en el platonismo y el estoicismo. Cicerón asimiló teorías del estoicismo, del escepticismo y de los
peripatéticos, sin considerar su desunión esencial. Entre los
cristianos, Clemente de Alejandría y Orígenes combinaron la
metafísica griega y las ideas judeocristianas de las Santas Escrituras. Ya a fines de la Edad Media, el maestro de la Devotio
moderna Eckart formuló un sistema de filosofía cristiana
basado en Aristóteles, sus comentaristas árabes medievales,
el neoplatonismo y la Cábala o mística hebrea.
Con ese criterio Juana Manuela Gorriti trabaja su «Cocina
ecléctica», combinando los ingredientes naturales y la experiencia cultural recogida. Aparece la flora y la fauna en sus
comidas e ideas, como su famosa sopa teóloga. En sus preparados están las montañas y el mar a través de los muchos
ingredientes, que ingresan a esa alquimia cotidiana, que prepara los alimentos, en una interminable gama de sabores y
fragancias.
Otro importante ejemplo, en la gastronomía cultural argentina, la brindó el poeta Armando Tejada Gómez, de
Mendoza, Argentina, quien es el autor del libro «El canto
popular de las comidas». Su trabajo fue un rescate, de ese
milenario oficio, que realiza la mujer, desde siempre, en to-
30
Eduardo Ceballos
dos los tramos de la historia, en todas las culturas de la tierra.
La provincia argentina de Salta, zona de valles, de ríos esplendentes, es como la región norte de Italia, donde el agua
baja cantando de las altas montañas, para tirar su cauce en el
sediento océano, que como animal insaciable todo lo bebe.
En cada región de la tierra, están los sabores, los aromas. En
la fragancia del ambiente se observa el trabajo del árbol, que
generosamente produce sus frutos. El mineral sube con el
agua construyendo un verde que se mete por los ojos con su
sabor agreste. En la altitud de las montañas están las plantas
andinas, que ayudan a vivir a través de los tés digestivos. El
ají es la sonrisa de la tierra americana, el que le pone el sabor
justo a la jornada.
Cristóbal Colón buscaba la ruta del sabor y viajó hacia
Oriente, pero se encontró con un nuevo continente. El gusto
movilizaba los intereses políticos de la época. Se buscaba pimienta, la princesa de la mesa. Días pasados saboreando un
aperitivo, me sorprendí al recordar que su amargo sabor proviene de la quinina, corteza andina que conquistó al mundo
entero.
La región andina del siglo XVI, ofreció sin duda, un nuevo
mundo de sabores. Las noticias de las tradiciones
gastronómicas andinas durante la conquista se encuentran
dispersas en las crónicas, que hablan de las plantas y animales. Las primeras que se conocen pertenecen al cronista Cieza
de León, quien recorrió la región americana en 1547; luego
las obras del padre Acosta en 1590; las del Inca Garcilaso y
posteriormente, las del padre Cobo. Los aportes andinos a la
alimentación mundial, fueron importantes, a través de la papa,
el tomate, los condimentos, el maíz, el cacao, por nombrar
algunos. A su vez, la cocina andina se beneficiaría con la introducción de alimentos de otros continentes. Muchas recetas criollas, todavía en práctica en la región andina, tienen
raíces muy antiguas.
Para culminar, quiero dejar demostrado que todos los temas gastronómicos tienen un viaje de ida y de vuelta. Euro-
Tres salteños a Udine - Italia
31
pa aportó lo suyo y América también. Un prestigioso intelectual argentino, don Ricardo Rojas, autor de una gran obra y
de una teoría filosófica, donde hace un profundo análisis, de
los seres humanos, donde se incluyen las ciencias y las artes.
Tituló «Eurindia» a ese tratado, que esgrime argumentos para
construir un puente ideal, por donde transite la cultura de
cada pueblo. Como síntesis, una visión globalizada, con los
ingredientes que interactuan. La realidad nos da la razón. Si
tenemos que hablar de la cocina italiana, hay que rescatar su
polenta. Un plato simple y antiguo, consumido en la Roma
Imperial, que se hacía con cereales tostados, triturados, hervidos, normalmente de trigo, al que se agregaban carnes o
vegetales. Tiempo después, llegó a Italia, el gran americano,
el maíz, el choclo, que se sumó a la polenta, haciéndola más
apetitosa. Desde entonces señorea en la cocina casera del norte
de Italia, donde se sirve con salsas de todo tipo, con carnes o
mezcladas con otras harinas en tortas y panes regionales.
Tres salteños a Udine - Italia
33
A EZEIZA CON ZAMBA QUIPILDOR
El lunes 5 de octubre, víspera del viaje, fue largo y tedioso.
Parecía interminable. Empezaban las despedidas más concretas. Deambulamos como noctámbulos por las calles de la
ciudad. Era una ansiedad nueva al menos para mí, que nunca había cruzado el océano. Rubén ya tenía una larga experiencia, puesto que lo había hecho en muchas oportunidades
y Fabio un poco menos, pero también con su experiencia.
Por fin amanece en el día indicado, ese martes 6 de octubre, jornada del viaje. Nos levantamos temprano, desayunamos. Se llama por teléfono a Fabio y se lo cita en la oficina de
Zamba Quipildor, ubicada en la avenida Corrientes al 1100,
a metros del Obelisco, donde lo esperamos. Llevamos todas
las valijas hasta la oficina de este cantor popular, porque se
Eduardo y Rubén en Ezeiza.
34
Eduardo Ceballos
ofreció llevarnos hasta el aeropuerto de Ezeiza. Zamba tenía
estacionada su camioneta, que es como una casa rodante al
frente de la oficina, adonde fuimos y cargamos todas nuestras pertenencias. Sólo quedamos con unos bolsos de mano
para llevar lo que debe andar con uno. Fabio llega y también
deja en la camioneta sus pertenencias. Rubén y Fabio bajan
de la oficina, para hablar por teléfono en la última despedida.
Yo me quedo con Zamba en la oficina hablando de nuestros
temas. Cuando Fabio y Rubén vuelven, decidimos ir a almorzar y Zamba no acepta la invitación, porque prefería avanzar con sus compromisos. A las 14.30 aproximadamente, partimos con Zamba en su vehículo rumbo al aeropuerto de
Ezeiza. Vamos por Rivadavia hasta Pueyrredón y por esta
hasta la autopista, luego la avenida Ricchieri que nos lleva
hasta el aeropuerto internacional. Viajamos recordando tanto camino recorrido por la patria. Cuando entrábamos a la
estación aérea, Rubén dice: «No tengo el dinero» y buscaba
con mucho nerviosismo en su bolso de mano. Nos contagió
a todos su nerviosismo. Las cosas habían quedado solas en la
oficina de Zamba, quien estaba en el banquillo de acusados,
al igual que yo y la secretaria que trabaja en la oficina. Fueron
minutos que parecían eternidades. Zamba toma el teléfono
para preguntarle a la secretaria si sabía algo, pero justo en ese
instante, después de mucho insistir que busque bien, Rubén,
dice: «Aquí está», y recuperamos la normalidad. Nos despedimos de Zamba, agradeciéndole el gesto de traernos y nos
encaminamos para el embarque. Cumplidos todos los trámites de rigor, luego de las clásicas colas de aeropuertos, ascendimos a la aeronave que nos recibe con una multitud de diarios franceses, españoles, italianos y portugueses. Era un auto
servicio en la manga de acceso. Me serví de algunos de ellos y
me ubiqué en el asiento que me correspondía, junto a seres
extraños, ya que mis compañeros fueron ubicados en la fila
de enfrente. Me había tocado ventanilla y me programé mentalmente, para hacer un viaje concentrado, sin moverme de
mi butaca y así lo hice. No me moví de mi lugar para nada. A
Tres salteños a Udine - Italia
35
las 16.15 hora de Argentina, estaba programado el viaje, que
se realizaba a pesar de tantas adversidades.
Esa máquina que lleva tanta gente y tantas toneladas de
equipajes y encomiendas, más el peso del combustible, toma
su impulso con una importante carrera por la pista y levanta
vuelo como un pájaro. La jornada era limpia y desde las alturas se observaba la geografía por donde volaba. Además cada
asiento tenía una pantalla donde se informaba a que velocidad transitaba, cuanto tiempo de viaje se llevaba, cuanto tiempo faltaba para el destino; marcaba la altitud del vuelo y de
fondo un mapa con un avioncito que marcaba la posición.
La capacidad del hombre en desafiar la naturaleza con alta
maestría. Aplaudía en silencio la historia de la aviación mundial. Recordaba sus primeros muertos, que sirvieron como
mártires para el progreso de la técnica. Mientras volaba recordaba las viejas lecciones de geografía y veía los contornos
del continente americano en el avance hacia el norte. Me acordaba de Cristóbal Colón (Cristóforo Colombo), el genovés,
cuando produjo la hazaña de cruzar el océano con tres carabelas, dando inicio a la edad moderna, ya que se constituyó
como un momento fundamental para el desarrollo de la civilización, que trajo cambios en lo económico, en lo social, en
lo científico, en lo cultural. Por eso se le reconoce el mérito de
haber revolucionado la historia. La costa brasileña y como
una brillante culebra el Amazonas desde la distancia y más
adelante el Orinoco, que en sus cercanías tiene al Río de Oro,
bautizado así por los españoles que en sus arenas habían encontrado mucho oro, en la zona de su delta. Avanza y después de mucho andar pega un viraje hacia África, cruzando
el movedizo océano Atlántico. Se me ocurría ver el movimiento de sus aguas, que danzan como la vida o la sangre. Cuando termina de cruzar el misterioso océano, se empieza a ver
el contorno del continente africano y en poco tiempo más las
islas Canarias y una iluminada Europa que empieza a despertar de su sueño. Se atraviesa España, hasta ingresar a Francia, que nos espera ya de madrugada con las primeras luces
36
Eduardo Ceballos
del alba, en el aeropuerto Charles De Gaulle de París. Allí lo
observé con toda su gracia al río Sena serpenteando la geografía de los galos como hace muchos siglos. Era una mañana
contagiosa de tiempos, cuando llegamos al gran aeropuerto
de París. Con los viajeros van las leyendas, las mitologías, los
olores y los sabores, los sueños humanos. Yo iba a la ciudad
de Udine, a participar de un Congreso Internacional sobre
«La alimentación como Patrimonio Cultural de la Emigración en las Américas». Se cruzaba por mi memoria la obra de
mi paisana, Juana Manuela Gorriti, que con su libro «La cocina ecléctica», ha llenado de sabores muchas mesas de distintos pueblos del mundo. También venían a mi memoria el
trabajo que habían compartido en forma conjunta el poeta
mendocino Armando Tejada Gómez y el músico salteño Gustavo «Cuchi» Leguizamón, ambos argentinos, y que han titulado «El canto popular de las comidas», que cruza con canciones mares y recuerdos, que abraza culturas y pueblos, para
instalarse en la hacendosa mano cocinera, para darle el sabor
justo a la alegría. Allí conviven el laurel con el picante ají y la
copla que se hace canción con el Dúo Salteño y sale a volar
como un pájaro nuevo por el paisaje de los hombres. Todo
eso soñaba despierto.
Tres salteños a Udine - Italia
37
AEROPUERTO PARÍS
Me parecía increíble estar pisando territorio europeo por
primera vez. Todo un sueño cumplido. La tierra de Napoleón
Bonaparte, de tanta presencia. Estaba en un importante aeropuerto del mundo, donde se veía descender en forma incesante a una interminable caravana de aviones, por un lado y
por el otro lado, un permanente despegar de máquinas que
surcaban los cielos con destinos diferentes. Era muy temprano y mucha gente llegaba con portafolios o con las manos
vacías, como quien toma un tren o un colectivo para ir a su
trabajo. Es tan grande este aeropuerto que tiene colectivos
internos para cubrir las distancias que separan de las pistas, o
de las empresas. Es un nudo de caminos aéreos, donde con-
Pérez y Ceballos
en el Aeropuerto
de París
38
Eduardo Ceballos
Fabio y Eduardo
Rubén y Eduardo.
Tres salteños a Udine - Italia
39
vergen máquinas venidas desde distintos puntos cardinales
del mundo, transportando seres y culturas, que se mezclan.
Una exposición de razas que pasa por todos los colores. En
ese aeropuerto, observé como cuidan del árbol los franceses,
ya que los protegen con un cercado especial, para que nadie
le haga daño. Se ve el respeto por el verde. Tal vez porque ya
se había destruido tanto, que aprendieron la lección. Allí vimos pequeñas motos con cabinas, como un autito de tres
ruedas en miniatura. Luego de algunas horas de espera, nos
toca el turno de embarcar rumbo a Italia y cumplidos los
trámites de rigor, empezamos a deambular por una
kilométrica manga, en estado de absoluta soledad, que nos
llevó hasta una pista, a la que descendimos para ingresar a
una aeronave, de pequeño porte, que nos llevaría hasta el
aeropuerto de Trieste. Las valijas que viajaban en la bodega,
fueron entregadas en Ezeiza y no las vimos más. Un asom-
Ascendiendo a la máquina que volaría de París a Trieste.
40
Eduardo Ceballos
bro fue cruzar los océanos, percibir que el mundo está en
movimiento y la cultura anda llevando sus noticias de pueblo en pueblo.
Esa pequeña máquina, que estimo sería para unos cincuenta pasajeros, toma vuelo en París y avanza hacia nuestro destino, el norte de Italia, a 1.214 kilómetros de distancia. Luego
de los cielos de Francia, se cruza por el de Suiza. Toda la ruta
de aeronavegación se realiza bordeando Los Alpes. El día ayudaba para visualizar la gran cantidad de poblaciones, que se
levantan en las montañas, a orillas de los ríos. Fue un paisaje
que me instalaba en los tiempos adolescentes, y los recuerdos pasaban por la historia, la geografía, la literatura, las artes. Cada tramo era un cuadro bello para los ojos. Desde las
alturas, se percibían los límites de los países europeos, que
utilizan estas montañas para separar sus pueblos. En menos
de dos horas de vuelo, se aterrizó en Trieste, aeropuerto ubicado en el norte de Italia.
Fabio en París.
Tres salteños a Udine - Italia
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AEROPUERTO DE TRIESTE ENCUENTRO CON ALESSANDRO
Y ELEONORA
Llegamos al Aeropuerto de Trieste, el 7 de octubre cuando se terminaba la tarde, allí la profesora Eleonora y su papá
Alessandro, también docente de la misma universidad de
Udine nos esperaban; al igual que las valijas, porque no tuvimos que esperarlas. Nos acomodan en un gigantesco auto
para siete personas y emprendemos viaje rumbo a Udine,
distante a unos 40 kilómetros. La recepción brindada fue
como la que se dispensa a los seres queridos. Ese viaje del
aeropuerto de Trieste hasta Udine, sirvió para cruzar palabras, emociones, saberes, en castellano, en italiano, en latín,
que fueron sellando esa amistad que nació en forma instantánea. Diálogo rico, con la evocación del mundo clásico grecoromano. El paisaje de un verde bien cuidado, donde se siente
Descendiendo en el Aeropuerto de Trieste.
42
Eduardo Ceballos
el trabajo humano. Cuando ingresamos a la ciudad de Udine,
quedó dibujado el medioevo, con toda su elegancia. La arquitectura mostraba las imágenes de postales de la Europa
señorial. Ingresamos por una avenida, con boulevard al medio, por donde corre cantando un caudaloso río que viene de
Los Alpes, trayendo agua fresca para fundar lo verde. Justamente, en esa avenida, pero de la otra mano estaba el Hotel
Friuli, de estructura moderna, lugar donde nos alojaron, ubicado en la vía Ledra Nº 24. Udine, bella ciudad poblada desde épocas prehistóricas, probablemente a consecuencia de
un asentamiento céltico. Desde 1420, pasó a formar parte de
la Serenísima República de Venecia (Venezia), antes del descubrimiento de América realizado por otro italiano, el genovés Cristóbal Colón (Cristoforo Colombo), quien construyó
Rubén y
Eduardo en el
Aeropuerto de
Trieste al norte
de Italia.
Tres salteños a Udine - Italia
43
un imaginario puente que sirvió de tránsito para las culturas
europeas y americanas. Ya estamos en la histórica,
emblemática ciudad de Udine, codiciada por los franceses
primero, por los austríacos después, para compartir con la
inteligencia de la linda gente de la Universidad de Udine.
Grande fue la sorpresa, ya que al llegar al hotel, nos recibieron las autoridades de la universidad, dándonos la bienvenida e invitándonos para que en una hora, en ese mismo
hotel, en su salón comedor, compartiéramos la cena inaugural, junto a otros invitados, venidos de otras universidades
del mundo. Rubén y Fabio, son asignados en una habitación
compartida y a mí me dieron una single. Eran habitaciones
altamente confortables. Cuando ingreso a la misma, en el
escritorio de la habitación había un sobre con el membrete
de la Universitá Degli Studi di Udine a mi nombre, al que lo
abro. Era para darme la bienvenida çon el siguiente texto:
«Querido Miguel Eduardo, es con mucho placer que te doy
mi bienvenida en Udine y te agradezco una vez más haber
aceptado mi invitación a participar en este encuentro que
espero sea estimulante para el espíritu y no sólo. En la cartera
encontrarás las indicaciones para alcanzar la Universidad, los
tickets para las comidas que presentarás en el restaurante y
el programa del congreso que vamos a concluir juntos y en
alegría, delante de un plato de la cocina tradicional friulana
regado por el sabroso vino local», con la firma de la Profesora
Silvana Serafín y en un tarjetón que tenía como membrete
un logo y la leyenda «Centro Internazionale Letterature
Migranti». Al lado, un portafolio del congreso, con toda la
información del mismo y otros elementos de trabajo, a su
lado, un elegante estuche de botella, que contenía una grapa
especial producida en esa zona de Italia, de marca Storica
Nera, grappa Domenis civilidade del Friuli , elaborada según las antiguas tradiciones artesanales. Junto a ello, un paquete de masas típicas de la gastronomía friulana. Me sentí
complacido y el alma disfrutaba de atenciones tan delicadas.
Lo mismo les había sucedido a los Pérez. A la hora señalada,
44
Eduardo Ceballos
bajamos al salón comedor y nos encontramos con un grupo
de unas treinta personas, con quienes iniciamos una bella
relación, que pasaba por el intercambio de experiencias, conocimientos y vivencias. Esta cena, en el restaurante del hotel, con una esmerada atención, nos hizo probar las primeras
exquisiteces italianas, donde reinaban las sabrosas pastas y
las variadas ensaladas. Sirvió como prólogo del Congreso Internacional, que comenzó al otro día, el 8 de octubre de 2009.
Cuando volví a mi habitación, abrí el estuche donde estaba
la botella de grapa y me puse a estudiar «La lección del buen
beber», la primera lección, la correcta degustación, que me
ofrecía ese tríptico, con que la empresa Domenis, acompaña
a la botella. Se trata de una grapa obtenida de un alambique
discontinuo tradicional, que funciona a vapor directo, en base
Fabio y
Eduardo .
Tres salteños a Udine - Italia
45
de presión, con un método de destilación histórico, transferido de generación en generación. El fundador y maestro destilador fue Pietro Domenis, tarea que continuaron Pedro y
Emilio Domenis, nieto y tataranieto del fundador. Proviene
de uvas cultivadas en las del Friuli Oriental. La particularidad de esta materia prima es que en el acto produce una fermentación tumultuosa. Luego del tratamiento técnico, resulta una grapa típica, armoniosa, aromática, redonda. Es como
saborear el paisaje que se mete por su cuerpo, como un delicado saludo de Los Alpes.
Tres salteños a Udine - Italia
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INAUGURACIÓN DEL CONGRESO
EN LA UNIVERSIDAD DE UDINE
El día jueves 8, temprano desayunamos en el hotel, y en
caravana partimos hacia la Universidad, caminando las cinco
cuadras que nos separaban. Primero por la transitada avenida Ledra, luego, por calle Castellana había que cruzar por la
esquina próxima el río en medio del boulevard arbolado y
después la otra mano de la avenida. Allí caminamos por calle
Baldissera, angosta y curvada, bella y silenciosa, con poca circulación de vehículos, hasta llegar a la sede de la universidad
de Udine, en la vía Mantica 3. Me llamó la atención, el silencio, la pulcritud y los jóvenes estudiantes en actitud de concentración. Un edificio de grandes dimensiones, con dos o
tres plantas y un enorme patio interior lleno de árboles y verde.
Inauguración del Congreso Internacional.
48
Eduardo Ceballos
A las 9 de la mañana de Italia, se da por inaugurado el
Congreso Internacional de la Alimentación como Patrimonio
Cultural de la Emigración en las Américas, organizado por la
Universidad de Udine, a través del Departamento de Lengua
y Literatura. El acto inaugural se abrió con palabras de la
Rectora de la Universidad de Udine, Cristiana Compagno;
seguidamente habló el Consejero Regional, Giorgio Venier
Romano; luego el Presidente de la Fundación Crup, Lionello
D’Agostino; el Presidente de la Entidad Friuli en el Mundo,
Giorgio Santuz; la Presidente del CPO de la Universidad de
Udine, Marina Brollo; la que preside la Facultad de Lengua y
Literatura Extranjera, Antonella Riem; el director del departamento de Lengua y literatura Germánica y Romance, Sergio
Capello; Fabrizio Cigolot, Director del Ente Friuli en el Mundo; y Silvana Serafin, responsable Científico del Congreso,
quien dio por iniciado el mismo. Allí se hizo un breve intermedio para un café a la italiana y se retornó para escuchar las
Puerta de la Universidad de Udine.
Tres salteños a Udine - Italia
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distintas ponencias, que fueron presentadas en forma de panel, con alguien que presidía y los exponentes.
La primera ponencia fue presidida por el Consejero Regional Giorgio Venier Romano, que presentó a los exponentes: Alessandro Sensidoni con Biagio Calcavecchia. Se refirieron acerca de «La insospechable riqueza que ha producido el
encuentro de la civilización europea y la latinoamericana sobre los cultivos, conservaciones y preparativos de los alimentos»; Adriana Crolla, de la ciudad de Santa Fe, Argentina,
que se refirió a la «Incidencia de la matriz italiana y la tradición operada por las mujeres en la cultura culinaria de la Pampa Gringa». El otro panel de la mañana estuvo presidido por
Giuseppe Bellini, quien presentó a: Sebastiano Martelli. Él
expuso acerca de la «Memoria del sabor y el sabor de la me-
Fachada de la
Universidad de
Udine
50
Eduardo Ceballos
moria en la literatura de la emigración»; y María del Carmen
Simón Palmer, representante de España habló sobre «El impacto del Nuevo Mundo en los fogones españoles». Culminaba de este modo, la primera media jornada.
Cuando salimos de la Universidad, llovía muy finito sobre
la ciudad de Udine. Aparecen los paraguas que se ofrecen
con toda delicadeza y caminamos unas pocas cuadras para
llegar hasta un restaurante señorial, donde los participantes
ocuparon una gran sala, con mesas en forma de «U» y donde
se me ubicó en la cabecera, tal vez por ser el participante
venido de más lejos. Lo cierto es que los paraguas quedaron
en un recipiente, que estaba en la entrada del restaurante y
nos sentamos a platicar animadamente, sobre lo que se había
escuchado, entrecruzando información. El conocimiento más
profundo de cada persona, empieza a tejer ese cuadro de relación, que cada uno llevará en su memoria por el resto de su
vida. La comida, típicamente italiana, mostrando una varie-
Clásica calle de Udine.
Tres salteños a Udine - Italia
51
dad de sabores, con pastas frescas y productos venidos de la
tierra y del mar. Era un modo de aprender comiendo. Luego
de los postres y de una breve sobremesa, volvimos al trabajo
en la sede universitaria.
Todo lo que se toca y respira en esta tierra está vinculado
con la historia, con la lengua, con las creencias, con el arte.
De esa Italia de los primeros tiempos no se puede obviar el
talento de Dante Alighieri, uno de los más grandes que dio
este país, autor de La Divina Comedia, entre otras obras, que
había nacido en Florencia (Firenze), en 1265; contemporáneo de otro gigante de la poesía universal como fue Francesco
Petrarca. Antes vivió San Francisco de Asís, quien dejó fuertes testimonios de su paso por la vida, que repercutieron en
el mundo y en forma especial en América, donde su influencia es tocante. Hablar de la tierra por donde pasaron los
etruscos, los filósofos, los fundadores del derecho, la magia
del latín, lengua que sintetizaba todas las culturas de su épo-
Vista de la Udine Medieval.
52
Eduardo Ceballos
ca y que arrastró palabras, fundando otras lenguas, como el
italiano, el portugués, el francés, el español o el antiguo romance. En latín se expresaron, entre otros, Virgilio, Horacio,
Ovidio, y el formidable orador Marco Tulio Cicerón.
Por la tarde, se abrió el Congreso, con el panel que presidía Emilia Perassi y que incluía las exposiciones de: Nicola
Bottiglieri con un tema poético «Cuatro pastas al día al sonido de la campanilla»; Rocío Oviedo, habló de «El manjar como
adjetivo. García Márquez y sus antecedentes europeos»; Anna
Pía de Luca, versó sobre el «Ajo, la planta más elocuente, con
la gracia de un lirio: olor y sabor en la literatura ítalo-canadiense»; Diego Símini, tocó un tema muy especial «Alimento y bebida, metáfora distintiva y vital en la ópera de Mauricio
Rosencof», que lo expuso con alta eficacia; Ilaria Magnani
enseñó «Cómo se cocina una cazuela a fuego lento»; Rosa
María Grillo, en forma creativa se refirió a «Comer la hoja: la
metáfora del alimento en la literatura femenina de la emigra-
Ruta de salida de Udine hacia distintos destinos.
Tres salteños a Udine - Italia
53
ción». Este día de congreso culminaba con el panel que presidía Eleonora Sensidoni, quien presentó al poeta Eduardo
Ceballos, al cantautor Rubén Pérez y al bailarín Fabio Pérez.
Ellos al ritmo de zambas, chacareras, fueron mostrando la
tradición culinaria y folklórica de Salta, La Linda. El primero
en exponer fue Eduardo Ceballos con su trabajo «Un abrazo
de cultura en el plato», luego Rubén Pérez deleitó con sus
canciones, para terminar acompañando a Fabio Pérez, quien
primero bailó con la estudiante italiana Eleonora Sensidoni,
zambas y chacareras y terminó con el criollo malambo, mostrando toda la gallardía del gaucho y la destreza en el manejo
de las boleadoras.
Después de salir del edificio universitario, el catedrático
Alessandro Sensidoni, nos invitó a los tres salteños a caminar
por las calles céntricas de la ciudad de Udine, mostrándonos
en detalle cada rincón, que guarda celosamente en sus espacios el paso del tiempo. Nos comentaba que era una ciudad
Rubén, Eduardo y Eleonora Sensidoni, en el Congreso.
54
Eduardo Ceballos
de grandes eventos, más de cien por año, que se vivían en las
plazas, en los teatros y en otros lugares del centro histórico.
Entre las más importantes fiestas y entretenimientos, según
datos extraidos de AG, la mia guida turistica, figura el carnaval; en marzo, en la plaza Duomo, se realiza el
«Choco…lando», una verdadera vitrina dedicada a la producción y venta del chocolate con sus maestros artesanales.
En ese mismo mes, en el centro histórico se programa la
«Calendidonna», toda una cultura dedicada a la mujer; en
abril, en la plaza Maggio, se hace una fiesta de primavera,
con diversión para todas las edades; en mayo, la maratón de
la ciudad de Udine; en junio, una pedaleada por las calles de
Udine, una larga competencia; en los meses de junio, julio, y
agosto se programa la «Udinestate», tradicional cita con espectáculos, que incluyen música, cine, deporte, itinerarios
culturales y entretenimientos musicales; en setiembre, en el
centro histórico, se efectúa el «Friuli Doc: Vini, Vivande,
Vicende, Vedute (vinos, comidas, opinión, acontecimiento);
en octubre, Concurso Internacional de Música Contemporá-
Rubén Pérez en el Congreso.
Tres salteños a Udine - Italia
55
nea «Ciudad de Udine»; en noviembre, «Feria de Santa
Caterina», antigua, que se remonta al 1400, con exposiciones
de dulces y artesanías; en diciembre, «Mercatino di Natale»
(Mercadito de Navidad), en la plaza Maggio, para encontrar
un regalo original; y se cierra el año y se recibe al nuevo con
el «Capodanno» (El año nuevo), con un espectáculo pirotécnico desde el Cerro del Castillo y con entretenimiento musical en la Plaza Libertad.
Mientras esto nos contaba el amigo Alessandro, llegamos
a la Plaza Libertad, que según el decir popular es «la más
bella plaza veneciana de tierra firma», rodeada de edificios
de estilo gótico de gran belleza. Allí se visualiza la Loggia del
Lionello, que data de 1448, magnífico ejemplo del gótico
veneciano, con grandes pórticos y arcadas; la Loggia di
Giovanni (Portal de San Juan), que tiene la torre del reloj (torre dell’Orologio), de 1533; y bellas esculturas como La estatua de la Justicia, la Estatua de la Paz. Desde la plaza Libertad, ingresamos por el Arco Bollani, que tiene en su parte
superior El León Veneto, construido por el famoso arquitecto veneciano Andrea Palladio en 1556, y una vez pasado el
arco, lo primero que se ve es el Pórtico de Lippomano, construido en el año 1487, cuando Cristóbal Colón todavía no
Eleonora
Sensidoni.
56
Eduardo Ceballos
había llegado a tierras americanas. Es un camino
marcadamente ascendente, rodeado por esos antiguos pórticos, que nos llevan hasta la antiquísima iglesia de Santa María del Castillo. De ella se dice que probablemente su construcción data del siglo IV, con un modelo similar a la iglesia
de Aquileia. Pasando esa iglesia y siguiendo el camino ascendente, se llega como a una natural terraza, la cima de un cerro, de donde se divisa toda la ciudad a su alrededor. Allí está
el complejo edilicio que originalmente fue la sede del Patriarca de Aquileia, y donde en la actualidad funciona el Museo
Cívico y Galería de Historia y Arte de Udine, construido en el
Fabio con su
pilcha gaucha.
Tres salteños a Udine - Italia
57
siglo XVI, donde también funcionó el Salón del Parlamento.
En este lugar se tira la pirotécnia del año nuevo. En esa cima
se construyó en tiempos posteriores la Casa de la
Contandinanza, que fue sede del tercer organismo político
del Friuli. Para descender lo hicimos por unas escalinatas rodeadas de jardines, que mostraban especies vegetales del tiempo de Cristo, descritas en los evangelios. Toda esta estructura
es conocida como el Castillo de Udine, emblemático lugar de
la ciudad. Con este bello paseo volvimos al hotel con la alegría de lo nuevo conocido.
Tres salteños a Udine - Italia
59
SEGUNDA JORNADA
DEL CONGRESO
La jornada del viernes 9 de octubre, se inició con el panel
que presidió Renata Londero y que presentó a Deborah
Saidero, quien se refirió a «El alimento y el placer en la
imaginería femenina canadiense»; Camilla Cattarulla expuso
acerca de «El alimento y la mujer en la Argentina migratoria
(siglo XIX y XX): La construcción culinaria de la nación»;
Alessandra Ferraro, disertó sobre el tema: «Cocinar en la
Nueva Francia del siglo XVII; Daniela Ciani Forza, brindó «Un
breve itinerario culinario en la literatura de Estados Unidos».
El otro panel de la mañana fue presidido por Mario Sartor,
que presentó a Gianpaolo Gri, quien habló sobre «El valor
simbólico del alimento»; Trinidad Barrera se refirió a «Entre
cocinas anda el juego: escritores/as mexicanos/as al fogón»;
Asistentes al Congreso.
60
Eduardo Ceballos
Carla Marcato aportó saber lingüístico con «La palabra
migrante»; culminó la mañana con Susanna Regazzoni, quien
se refirió a un tema muy caro a la cultura de Salta: «Del privado al político: el recetario de Juana Manuela Gorriti».
Concluida la actividad de la mañana, nos invitaron a abordar un colectivo, en el que nos llevaron hacia el lugar donde
se realizaba el almuerzo, el Castillo de Zegliacco del siglo XII,
totalmente restaurado, siguiendo las líneas originales, luego
del terremoto de 1976. Fue una invitación de la profesora
Anna Pía de Luca, su anfitriona. Está ubicado al norte de
Udine, a unos 30 kilómetros aproximadamente, camino a
Austria y a Eslovenia. Una zona verde con pequeñas serranías, que se vinculan con los vecinos Alpes, los cuales dividen las fronteras. Desde allí, a menos de 100 kilómetros están los límites. El Castillo está enclavado en la cima de una
serranía y tiene a su alrededor varias hectáreas de parque,
que muestran un alto cuidado y un mantenimiento esmerado. Ingresar al Castillo, era como pasar por las puertas del
tiempo e instalarse en el medioevo, una edad tan deslum-
Asistente al Congreso.
Tres salteños a Udine - Italia
61
brante en la historia de los hombres. Sus ambientes mostraban pinturas y obras de arte de todas las edades. Sus acogedores salones contenían la larga mesa para recibir a los viajeros. Con la fragancia de la clásica Europa de los mejores tiempos, compartimos un almuerzo de exquisiteces, en un clima
humano y geográfico que eran un canto a la vida. Por allí
quedaron las palabras de Eduardo Ceballos, las canciones de
Rubén Pérez y el baile criollo de Fabio, un joven que se ganó
el cariño de todos los presentes. Cuando retornábamos a
Udine, la profesora Mara Donat, contaba que en las cercanías de ese Castillo, la gente lugareña, suele festejar la navidad con liturgias exclusivas de la zona, donde se incluyen
cantos, danzas y rezos. Recordaba que para la navidad, la
nieve vive y reina por el paisaje. Luego de ese tocante almuerzo, asentado con vino italiano, de nuevo al congreso. Trajinaba mi poncho salteño por todos los rincones, orgulloso de mi
salteñidad.
Cuando se retoman las actividades, la profesora Emilia
Perassi, presenta el libro «Ecos italianos en Argentina. Emi-
Almuerzo en el Castillo Zegliacco, del siglo XII.
62
Eduardo Ceballos
graciones reales e intelectuales». Esa presentación estuvo a
cargo de la profesora Silvana Serafin, organizadora y responsable científico de este congreso internacional.
A continuación se presentó el panel presidido por Rosa
María Grillo, quien convocó a Amanda Salvioni para que
hablara de «La presencia recurrente y constitutiva del asado
como rito colectivo y núcleo productivo de sentido en la
novelística de Juan José Saer; María Gabriella Dionisi, mezclaba sabores en «Espaguetis, ravioles y la rueda del tereré»;
la profesora Mara Donat, italiana residente en México, abordó el tema «Sabores clásicos de México: elementos
gastronómicos en la comunidad veneciana de Chipilo»;
Antonella Cancellier, dejaba como mensaje «La lengua del
emigrante: paradigma de identificación y metáfora del pensamiento»; y finalizó Federica Rocco, con su trabajo «Nutrir
… el recuerdo».
Antigua callecita de Udine.
Tres salteños a Udine - Italia
63
Luego de esto se produjo la clausura del Congreso Internacional, con el sentimiento del deber cumplido y sabiendo
que se había realizado un importante aporte cultural a los
pueblos, a través de las personalidades asistentes, quienes tienen el compromiso consigo mismos de difundir tanta riqueza intelectual expuesta en esas jornadas en Udine, en el norte
de Italia. Este Congreso sobre la Alimentación como Patrimonio Cultural de la Emigración en América, fue organizado
por la Universidad de Udine, a través del Departamento de
Lengua y Literatura, con el apoyo brindado por la Fundación
Crup; por la Región Autónoma Friuli Venecia Giulia; por el
Centro Internacional de Altos Estudios Latinoamericanos;
por el Consorcio Universitario del Friuli; entidades que responsablemente se unen para producir hechos culturales, que
implican progreso y desarrollo para la región norte de la bella Italia.
Alessandro Sensidoni, Eduardo y Rubén.
64
Eduardo Ceballos
Por todo lo expuesto en el Congreso Internacional de Udine,
se fue descubriendo la alquímica riqueza de la histórica cocina humana, que provee de alimentos a la existencia.
Por habernos permitido a los tres salteños, participar, damos las gracias y dejamos, como testimonio de afecto, este
abrazo de cultura en el plato.
COLABORACIONES
ENVIADAS
DESDE ITALIA…
Tres salteños a Udine - Italia
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ESCRITO DE BIAGIO
CALCAVECCHIA
Profesor responsable de garantía y calidad de productos biológicos y biodinámicos que procesa Ecor NaturaSi, en Verona,
Italia.
Magico momento
A volte si fanno grandi sforzi, accurate programmazioni,
meticolosi controlli ma è solo per inspiegabili casi del destino
che questa frenetica attività crea le condizioni per cui scocca
la scintilla e capita di vivere momenti di sublime armonia
che vanno dritti all’anima.
E’ quello che è successo al Convegno L’alimentazione come
patrimonio culturale dell’emigrazione nelle Americhe che si è
tenuto all’Università di Udine il 9 Ottobre 2009. La calda,
melodiosa e avvolgente voce di Eduardo, accompagnata dalla
musica di Ruben Jesus Hernan Perez , ha suggellato una bella
giornata di comunione tra persone arrivate da tutte le parti del
globo creando un indimenticabile magico momento.
Grazie Eduardo per aver riempito i nostri cuori con i tuoi
modi pacati e la tua indimenticabile voce che scalda i cuori e
genera un persistente senso di serenità e armonia. I miei
migliori auguri affinché il libro che ti accingi a pubblicare
abbia il grande successo che merita!
Con carigno
Biagio Calcavecchia
Verona (Italia), 28-X-10
MOMENTO MÁGICO
A veces se hacen grandes esfuerzos, precisas programaciones y meticulosos controles, pero es sólo por inexplicables
68
Eduardo Ceballos
casos del destino que esta frenética actividad crea las condiciones por las cuales se enciende una chispa y se viven momentos de sublime armonía que van directamente al alma.
Es esto lo que sucedió en el «Congreso Internacional sobre
alimentación como Patrimonio Cultural de la Emigración en
las Américas», que tuvo lugar en la Universidad de Udine, el
8 y 9 de octubre.
La cálida, melodiosa y envolvente voz de Eduardo Ceballos,
acompañada de la música de Rubén Jesús Pérez, ha sellado
un bello día de comunión entre personas llegadas de todas
partes del globo, creando un inolvidable y mágico momento.
Gracias Eduardo por haber llenado nuestros corazones con
tu modo calmo y tu inolvidable voz, que entibia los corazones y genera una persistente sensación de serenidad y armonía.
Mis mejores augurios para que el libro que te preparas a
publicar tenga el gran éxito que merece.
Con cariño.
Biagio Calcavecchia
Verona - Italia - 28-10-10
Biagio
Calcavecchia y
Sensidoni.
Tres salteños a Udine - Italia
69
Escrito de SILVANA SERAFIN
A TAVOLA!
Silvana Serafin*
È davvero con grande piacere che ho accettato l’invito a
partecipare al presente volume del poeta ed amico Eduardo
Ceballos, gradito ospite all’università di Udine nei giorni otto
e nove ottobre 2009, in occasione del congresso internazionale
su «L’alimentazione come patrimonio culturale dell’
emigrazione nelle Americhe». Il congresso, da me organizzato
in collaborazione con il Centro Internazionale Letterature
* Silvana Serafin è professore ordinario di Lingua e letterature ispano-americane presso
l'università di Udine. Ha ricoperto e ricopre numerose cariche istituzionali. E' socio fondatore e
presidente di 'Oltreoceano-Centro internazionale letterature migranti- CILM', è socio fondatore e
vice-presidente del CIASLA 'Centro Internazionale alti studi latinoamericani'". Ha diretto e dirige
numerosi programmi di ricerca ministeriali, del CNR e regionali; fa parte di consigli scientifici
delle riviste Studi di letteratura ispano-americana, Rassegna Iberistica, Il bianco e il nero di cui
è condirettore, Studi latinoamericani/ Estudios latinoamericanos di cui è condirettore, Oltreoceano
di cui è fondatore e direttore responsabile. Fa parte dei consigli scientifici delle collane CNRLetterature e Culture dell'America Latina- 'Memorie, viaggi e scoperte', 'Studi di letteratura
ispano-americana-Biblioteca della Ricerca", di cui è condirettore, 'Soglie americane','Culture a
confronto', 'Incontri' e 'Donne e società' delle quali è direttore. Le sue ricerche spaziano dalla
cronachistica delle Indie alla letteratura tra fine Ottocento- inizi Novecento, contemporanea, di
genere e delle migrazioni. E' autrice di trenta volumi (monografie, curatele), di circa 200 saggi,
articoli, note e recensioni, pubblicati su riviste nazionali e internazionali.
70
Eduardo Ceballos
Migranti «Oltreoceano-CILM ( http: //oltreoceano. uniud.it)
che dirigo, è stato ampiamente diffuso dai mezzi di
comunicazione ed ha ottenuto un notevole successo da parte
del pubblico specializzato e non.
Come ogni anno il suddetto Centro, organizza incontri con
i maggiori esperti del settore migrante; ciò offre un ampio
panorama d’interpretazioni relative ai molteplici aspetti
dell’emigrazione –compresi quelli più marginali e per lo più
poco noti–, alla coplementarietà delle ricerche, sviluppate con
competenza e profondità d’analisi e diffuse tramite la rivista
omonima Oltreoceano. Si tratta del primo Centro in Italia in
grado di occuparsi specificamente di letterature migranti nelle
Americhe –nord centro e sud–, dove intere popolazioni di
italiani si sono insidiate dando vita a comunità ‘migranti’che
si esprimono in italiano, francese, friulano, inglese, portoghese
e spagnolo.
Con il loro bagaglio di rancori e di paure, ma anche di
fiduciose attese e di antiche tradizioni, i nostri connazionali
hanno superato i confini della patria che, in un certo senso li
aveva respinti, per aderire ad un progetto di nazione diversa
entrando nella dialettica permanente di una nuova costruzione
culturale e sociale. Grazie all’immigrazione italiana che ha
comunicato e trasmesso valori simbolici, testimonianza di
un’appartenenza ed insieme tensione di una distanza, mai
totalmente percorribile, i territori d’arrivo hanno sviluppato
la possibilità del proprio futuro, fondato su un sistema di valori
rispettosi dell’identità culturale altrui.
Il progetto globale del Centro si fonda su dette
interpretazioni e la sua finalità è quella di dimostrare
l’importanza del discorso migrante, incentrato su esistenze
avventurose e sulla riflessione di una situazione sociale in
movimento. All’interno di un particolare momento di crisi,
in un clima sociale abbastanza confuso, esasperato a volte
dagli accordi migratori tra Italia e i diversi paesi di arrivo –
fortemente selettivi nel concedere permessi d’ imbarco e di
sbarco–, è possibile individuare le differenti tappe ‘iniziatiche’
Tres salteños a Udine - Italia
71
dei protagonisti che concentrano tutte le forze sulla
drammatica esperienza dell’emigrazione, paragonabile ad un
percorso di iniziazione.
Il Congresso ha sviscerato tematiche innovatrici,
focalizzandosi sulla produzione gastronomica e letteraria delle
migrazioni, nelle diverse espressioni –poesia, narrativa,
musica– in una zona ben circoscritta verso la quale si sono
diretti la maggior parte degli emigranti italiani e in particolare
modo friulani (ovvero le Americhe –Argentina in primis–).
Così l’insieme degli interventi ha individuato un percorso
articolato secondo prospettive differenziate:
- prospettiva letteraria: è stato analizzato il valore simbolico
del cibo e la sua spinta per l’ integrazione sociale;
- il ruolo fondamentale della donna nel recupero e nel
mantenimento di antiche tradizioni legate alla cucina;
- aspetti linguistici relativi all’arte culinaria: è stato effettuato
un censimento dei termini italiani e dialettali, evidenziando
la vitalità, la conservazione, l’innovazione e lo sviluppo della
Exponiendo la profesora Silvana Serafin.
72
Eduardo Ceballos
terminologia italiana relazionata al cibo che ha dato vita
all’‘italiano gastronomico’, ovvero a quel vocabolario piuttosto
fornito di parole italiane di diffusione internazionale;
- aspetti folcloristici ed etnografici legati all’alimentazione:
letteratura orale, musica, canti, danze, religiosità popolare,
usi e tradizioni;
- aspetti della scienza dell’alimentazione: rivisitazione delle
ricette tradizionali –ad esempio emblematico, il rientro nelle
Americhe della polenta come valorizzazione dell’autoctono
mais reinterpretato dalla cultura friulana e veneta– e
l’importanza del settore enologico ed enogastronomico in
generale;
- aspetti antropologici e sociologici: autocoscienza etnica,
integrazione degli italiani, cibo come valvola di sfogo per
compensare l’insoddisfazione del vivere-al-di-fuori. Ne è
derivato uno sguardo acuto sulle nuove società, all’inizio
refrattarie a ricevere lo straniero.
L’importanza dei relatori provenienti da varie università
italiane –Milano, Cassino, Roma 3, del Salento, Salerno,
Venezia Cà Foscari, Macerata– e straniere –Santa Fè, Salta,
Madrid-Università Complutense–, insieme a prestigiose realtà
come EcorNaturaSì SA di Verona, CSIC di Madrid, e Real
Academia de la Cocina Española, hanno costituito una
garanzia di successo ad un congresso che ha stimolato ‘appetiti’
molteplici. Ad iniziare da quello poetico-musicale, grazie al
sentito intervento del poeta Eduardo Ceballos che, con
profondità ed eloquenza, ha affrontato la relazione esistente
tra la canzone popolare e la cucina creola dimostrando il forte
vincolo culturale esistente tra Italia ed Argentina; del
cantautore Rubén Pérez che, con voce suadente, ha offerto
un ‘fiorito mazzolino’ di canzoni dai ritmi diversi proprie della
musica popolare argentina; del ballerino Fabio Pérez che ha
danzato freneticamente con la musica argentina finendo con
un malambo, dal ritmo travolgente e di espressione gauchesca
in cui danzavano anche le boleadoras.
Tutto ciò ha aperto al dialogo interculturale all’interno di
Tres salteños a Udine - Italia
73
un generale sistema di valori sempre più omologante. La
razionalità e l’ethos impliciti nel confronto dialogico hanno
stimolano la lotta per la conquista dei diritti degli emigranti,
compreso quello di realizzare il sogno più ambizioso: vivere
in un mondo globale senza perdere la propria specificità. In
particolare, grazie all’originale condizione d’impero europeo
nel quale convivono molteplici apporti culturali, le Americhe
si sono imposte sin dall’inizio come laboratorio d’incontri e
di situazioni in grado di anticipare le problematiche che hanno
animano il dibattito culturale del XX secolo e continuano a
tutt’oggi. In esso, inevitabile è il riferimento alla funzione
simbolica e reale del cibo, in grado di fornire una via d’uscita
da situazioni di marginalità, rafforzando la sopravvivenza di
culture e stimolando una pacifica convivenza nel rispetto
dell’altro-da-sé.
La riflessione sulle relazioni cibo-migrazioni ha offerto,
pertanto, un percorso di lettura originale proprio per l’
interdisciplinarietà e di sicuro interesse per tutto il territorio
italiano, in particolare per la Regione Friuli Venezia Giulia in
contatto costante e fruttuoso con le comunità friulanofone
sparse nelle Americhe. Inoltre, i molteplici interventi hanno
portato in superficie elementi tematici e morfologici necessari
alla costruzione di un quadro sistematico totale della
letteratura migrante, rinforzando l’impianto metodologico e
teorico ancora incompleti negli attuali studi di settore.
Non è casuale la relazione donna ed emigrante perché le
due categorie di persone vivono sulla soglia tra l’essere inserite
nel sociale o nel sub-sociale. Ambedue trovano nella cucina un
ambiente ricettivo e tranquillante nonostante i gravi problemi.
Quando le due situazioni convivono in un unico individuo, la
donna, i ricordi allora danno vita a poesie, a racconti e a romanzi
che, in funzione del valore simbolico della letteratura,
trasformano momenti di esistenza individuale in tematiche
collettive. Questa tipologia di scrittura frammentaria, resistente alle lusinghe della globalizzazione, caratterizza in fondo
l’attuale narrativa latinoamericana e non solo al femminile,
74
Eduardo Ceballos
testimonianza di una realtà complessa e contraddittoria. Il
principale obiettivo è quello di rivendicare la propria
autonomia rispetto ai consolidati canoni estetici di derivazione
patriarcale che spesso vengono invertiti con sottile umorismo
o ironizzati con efficacia o analizzati con sarcasmo.
Dalla situazione di marginalità, l’emigrante lancia un grido
disperato per appropriarsi delle proprie origini considerate
sempre, anche a distanza di anni e di generazioni, sorgente
di energia vitale. Se l’approccio della scrittura si caratterizza
per la malinconica nostalgia per la patria lontana, è evidente
la volontà di riscatto e d’ integrazione, condotti a volte con
rabbiosa ostinazione, altre volte con amarezza e delusione,
benché non manchino situazioni esilaranti che strappano al
lettore sonore risate liberatorie. Sono descrizioni soggettive,
dove l’emigrante, proprio come la donna, nel risalire alla realtà
trova il concetto di collettività. Ambedue rivelano la necessità
di inserirsi nella storia del paese e di apportare soluzioni
alternative per una migliore vita sociale. Poco importa se non
è la società di provenienza ma l’America, la terra dove
inventarsi un futuro di speranza, costruito sul potere dei sogni
e sulla razionalità. Ed è precisamente nel tempo ambivalente
della letteratura che l’esperienza individuale diviene
universale. Il se e l’altro si riversano in un unicum totalizzante,
dove sguardi molteplici e frammentari s’intersecano, si
Tres salteños a Udine - Italia
75
affrontano, si spiegano dialetticamente fino a tracciare i
contorni ontologici di un essere-in-situazione.
Traducción escrito
de SILVANA SERAFIN
¡A COMER!
Silvana Serafin*
Es un placer para mi participar en este volumen del poeta
y amigo Eduardo Ceballos que tuve el honor de recibir en los
días ocho y nueve de octubre de 2009 en la Universidad de
Udine (Italia). La ocasión la ofreció el congreso internacional
sobre «La alimentación como patrimonio cultural de la emigración en las Américas», obteniendo un gran éxito de público y eco entre los medios de comunicación. Como cada año,
el centro «Oltreoceano-CILM (Centro Internacional Literaturas Migrantes: http: // oltreoceano. uniud.it), que dirijo,
organiza encuentros con los mayores expertos del sector, proporcionando un amplio panorama de interpretaciones –relativas incluso a los aspectos marginales, a veces poco conocidos–, que ahondan en los diferentes matices de la emigración, como complemento de las investigaciones desarrolladas con competencia y profundidad de análisis y que se di* SILVANA SERAFIN es catedrática de Literatura Hispanoamericana en la Universidad
de Udine, donde ocupa múltiples cargos institucionales. Es socio fundador y presidenta de
"Oltreoceano-Centro Internazionale Letterature Migranti (CILM)", socio fundador y vicepresidenta
del "Centro Internazionale di Alti Studi Latinoamericani (CIASLA)". Ha dirigido y dirige numerosos programas de investigación ministerial y regional, revistas y colecciones científicas además de formar parte de consejos científicos de las mismas y de otras. Sus intereses investigadores van desde las Crónicas de las Indias hasta la literatura de los siglos XIX y XX, contemporánea y de género. Es autora de un número ingente de volúmenes, ensayos, artículos, notas
y reseñas, publicados en revistas nacionales e internacionales.
76
Eduardo Ceballos
funden a través de la revista homónima – Oltreocéano–.
Se trata del primer Centro en Italia que se ocupa
específicamente de literaturas migratorias, con respecto a las
Américas –Norte, Centro y Sur, y de Argentina en particular –
es decir, aquellas tierras que ofrecieron un futuro de esperanzas, a menudo realizado, a miles de nuestros connacionales.
Con su equipaje de rencores y miedos, pero también de confiadas esperas y de antiguas tradiciones, ellos superaron los
confines de la patria que, en cierto sentido los había rechazado, para adherirse a un proyecto de nación distinta entrando
en la dialéctica permanente de una nueva construcción cultural y social. Gracias a la inmigración italiana, que ha comunicado y transmitido valores simbólicos, testimonio de una pertenencia, los territorios de llegada han desarrollado la posibilidad de su propio futuro, que se basa en un sistema de valores
que respetan la identidad cultural ajena.
El proyecto global del Centro, se apoya en dichas interpretaciones y su finalidad es demostrar la importancia del
discurso migratorio, centrado en existencias aventureras y
en la reflexión de una situación social en movimiento. Dentro de un momento particular de crisis, en un clima social
bastante confuso, exasperado a veces por los acuerdos
migratorios entre Italia y los distintos países de llegada –bastante selectivos en conceder permisos de embarque y desembarque –, es posible localizar las diferentes etapas
‘iniciáticas’ de los protagonistas, quienes concentran todas sus
fuerzas en la dramática experiencia de la emigración, comparable a un recorrido de iniciación.
El Congreso abarcó temáticas innovadoras, implicando la
producción gastronómica y literaria de las emigraciones, en
sus diferentes expresiones. Así el conjunto de las intervenciones localizó un recorrido articulado según perspectivas diferenciadas:
- literaria: se analizó el fenómeno de la integración social a
través de la comida;
- el papel fundamental de la mujer en la recuperación y
Tres salteños a Udine - Italia
77
mantenimiento de las antiguas tradiciones;
- aspectos lingüísticos relativos al arte culinario: hubo un
censo de los términos italianos y dialectales, de la vitalidad,
conservación, innovación y desarrollo de la terminología italiana relacionada a la comida que dio vida al «italiano
gastronómico» o bien ese diccionario bastante dotado de palabras italianas de difusión internacional;
- aspectos folclóricos y etnográficos ligados a la alimentación: literatura oral, música, cantos, danzas, religiosidad popular, empleos y tradiciones:
- aspectos de la ciencia de la alimentación: examen de las
recetas tradicionales –por ejemplo emblemático, el regreso a
las Américas de la polenta como valorización del autóctono
maíz reinterpretadas por la cultura friulana y véneta–, importancia del sector enológico y enogastrónomico en general;
- aspectos antropológicos y sociológicos: auto-conciencia
étnica, integración de los italianos, comida como válvula de
desahogo para compensar la insatisfacción del «vivir afuera»; consigue de ello una aguda mirada apartada sobre las
nuevas sociedades, al principio refractarias a recibir al extranjero.
La importancia de los conferenciantes procedentes de varias universidades italianas –Milano, Cassino, Roma 3, del
Salento, Salerno, Venezia Cà Foscari, Macerata– y extranjeras –Santa Fe, Salta, Madrid –Universidad Complutense–
junto con prestigiosas realidades como EcorNaturaSì SA de
Verona, el CSIC de Madrid, y la Real Academia de la Cocina
Española, constituyeron una garantía de éxito en un congreso que ha estimulado ‘apetitos’ múltiples, incluido el poético-musical gracias a la entrañable intervención del poeta
Eduardo Ceballos, que abarcó con gran sabiduría y elocuencia la relación existente entre la canción popular y la cocina
criolla demostrando la fuerte vinculación cultural existente
entre Italia y Argentina; del cantautor Rubén Pérez, que ofreció con una voz cautivadora un florido ramillete de cancio-
78
Eduardo Ceballos
nes de la música popular argentina en distintos ritmos y del
bailarín Fabio Pérez que danzó frenéticamente con la música
argentina y culminó con el malambo, un ritmo bravío de alta
expresión gauchesca, donde utilizó entre otros ingredientes
las boleadoras.
Todo eso abre al diálogo intercultural dentro de un general sistema de valores cada vez más homologante. La racionalidad y el ethos implícito en la comparación dialógica estimulan la lucha por la conquista de los mismos derechos, incluido el de realizar el sueño más ambicioso: vivir en un
mundo global sin perder la misma especificidad. En particular, gracias a la original condición de imperio europeo en la
que conviven múltiples aportaciones culturales, las Américas
se han impuesto ya desde el principio como laboratorio de
encuentros y situaciones capaz de adelantar las problemáticas que animan el debate cultural del siglo XX y continúan
hasta hoy día. En ello es inevitable la referencia a la función
simbólica y real de la comida, capaz de proporcionar una vía
de escape de situaciones de marginalidad, reforzando la supervivencia de culturas y estimulando una pacífica convivencia en el respeto de lo «otro-de-sí».
La reflexión sobre la relación comida-migraciones ofrece,
por lo tanto, un recorrido de lectura original justo por su
interdisciplinaridad y de seguro interés para todo el territorio
italiano y en particular para la Región Friuli Venezia Giulia en
contacto constante y fructífero con las comunidades
friulanófonas que se encuentran en las Américas –Argentina
in primis –. Además, las múltiples intervenciones han sacado
a la superficie elementos temáticos y morfológicos necesarios
para la construcción de un cuadro sistemático total de la literatura migratoria, reforzando la instalación metodológica y
teórica todavía incompleta en los actuales estudios de sector.
No es casual el enlace mujer y emigrante porque las dos categorías de personas viven en el umbral entre estar en lo social
o en lo sub-social.
Ambos encuentran en la cocina un entorno receptivo y
Tres salteños a Udine - Italia
79
tranquilizador pese a sus graves problemas. Cuando las dos
situaciones conviven en un único sujeto, la mujer, los recuerdos dan vida a poemas, cuentos y novelas que, en función del valor simbólico de la literatura, transforman trozos
de existencia individual en temáticas colectivas. Esta tipología
de escritura fragmentaria, resistente a las lisonjas de la
globalización, caracteriza en el fondo la actual narrativa latinoamericana y no sólo a lo femenino, testimonio de una
realidad compleja y contradictoria. Su principal objetivo es
reivindicar la misma autonomía con respecto a los consolidados cánones estéticos de derivación patriarcal, que a menudo invierte con sutil humorismo o ironiza con eficacia o analiza con sarcasmo.
De la misma situación de marginalidad, el emigrante lanza un grito desesperado para apropiarse de sus propios orígenes, que él siempre considera, también a distancia de años y
generaciones, manantial de energía vital. Si la aproximación
de la escritura se caracteriza por la melancólica nostalgia por
la patria lejana, es evidente aún la voluntad de rescate e integración, guiados a veces con rabiosa obstinación, otras veces
con amargura y desengaño, aunque no falten situaciones
hilarantes que le arrancan al lector sonoras risotadas
liberatorias. Son descripciones subjetivas, donde el emigrante, exactamente como la mujer, remontándose a la realidad
encuentra el concepto de colectividad. Ambos revelan la necesidad de introducirse en la historia del país y aportar soluciones alternativas para una vida social mejor. Poco importa
si no es la sociedad de procedencia sino América, la tierra
donde inventarse un futuro de esperanza, construido sobre
el poder de los sueños y la racionalidad. Y es precisamente en
el tiempo ambivalente de la literatura, donde la experiencia
individual se transforma en universal. El sí y el otro se derriten en un unicum totalizador, donde se intersecan sus miradas múltiples y fragmentarias, se enfrentan, se explican
dialécticamente hasta trazar los contornos ontológicos de un
ser-en-situación.
Tres salteños a Udine - Italia
81
Escrito de DIEGO SIMINI
Diego Símini – Profesor del Departamento de Lengua y
Literatura Extranjera. Università del Salento (Italia)
Alimentos y bebidas en Las cartas
que no llegaron de Mauricio Rosencof
Mauricio Rosencof, nacido en Florida, Uruguay, en 1933,
vivió desde niño en Montevideo en un conventillo y por tanto conoce desde siempre la mezcla cultural del Uruguay en
una fase de crecimiento económico y demográfico1. Así es
como la recetas culinarias, las bebidas se relacionan directamente con la cultura de cada habitante del conventillo.
Es interesante observar que la cercanía y la solidariedad
entre inmigrados implica frecuentes intercambios, que paulatinamente van transformando la forma de alimentarse. Aquí
veremos lo que ocurre en Las cartas que no llegaron.
Las cartas que no llegaron es un texto con considerables
rasgos autobiográficos. En esta obra Rosencof evoca su infancia, en relación con la situación trágica de sus familiares
polacos Polonia, deportados en los campos nazis; a su vez,
esta situación se vincula con su experiencia carcelaria en la
dictadura militar (1972-1985). El diálogo cultural (entre la
cultura de origen de sus padres y la adquirida) y humano
(entre sus padres y él) pasa también por elementos alimenticios. Veamos algunos ejemplos.
Hay una fase de integración entre culturas, con la amistad
entre Moishe y Fito, hijo de inmigrantes italianos. Las dos
familias también se relacionan, y esto se expresa mediante el
Para profundizar los aspectos biográficos de Rosencof véase: Campodónico, Símini «La
memoria…»; «Mauricio Rosencof, una vita e un’opera intense»; -»Comunità ed estraneità…».
1
82
Eduardo Ceballos
intercambio de recetas. o scambio di ricette. Es como el momento central de la aceptación mutua entre inmigrantes de
distintos orígenes.
En el bar de don Tomás había un sótano misterioso, con
una tapa secreta, con una manija redonda, que era de plata.
Cuando la abrían, doña Catalina ponía sillas y mesas para
que Fito y yo no miráramos para adentro del «aujero» y si
queríamos mirar, nos decía: «¡Pobres de ustedes!». Adentro
del «aujero» había cosas de misterio, y don Tomás se reía en
el mostrador y nos miraba y decía: «Amici, amici, sono amici».
Doña Catalina solía hacer tuco para los tallarines porque
era italiana y le enseñó a mamá, que le enseñó a hacer torta de
miel (38).
Desde luego, Rosa, la madre, cambia de usos en la cucina,
y esto plantea una visión casi surrealista para el niño Moishe:
Los sábados por la noche las lunas llenas asomaban por
toda la casa: eran finas, redondas, y se ponían a orear espolvoreadas con harina, y eran muchas para el domingo, cuando mamá las volvía un chorizo largo, y picaba y picaba como
una máquina de coser y nacían los tallarines que alzaba con
las dos manos, como para airearlos, desenredarlos, ofrendarlos a Jehová –que nunca vino–, mientras en la ollita la carne
mechada agotaba y agotaba chorros de agua caliente que
mamá le agregaba a la salsa, y así tres, cuatro horas, para que
papá comentara siempre: «se deshace en la boca», porque de
otra manera, Viejo, con los de Federico Heller Ritter no ibas
muy lejos. Y aquello era vida, a las doce a la mesa y éramos
tres la familia éramos tres tres tres tres en Polonia no había
nadie tres León ya no estaba –Leonel– y se comía a las doce.
Los tres (56).
Moishe, ya adulto, en la cárcel, intenta reconstruir su propia prehistoria, antes de nacer, cuando sus padres todavía
estaban en Polonia:
Tres salteños a Udine - Italia
83
Cómo era, papá, la casa donde nació León; cómo era mamá
y cómo eras vos, Viejo, qué tomaban, guindado, vodka, qué; y
si hubo fiesta y estaban tus papás y los de mamá y los tíos;
qué comieron, fija que guefilte fish – me comería una bandeja
una bandeja, Viejo, de guefilte fish y de lo que venga, aunque
acá no viene nada, pero esa es otra historia – (52-53).
Hasta el viaje de su madre Rosa y de su hermano Lev, de
Polonia a Uruguay, tienen connotaciones alimentarias:
[…] y él, de alguna manera reconoció la voz que lo había
dejado un año y pico atrás, y enroscó sus piernas a tu cintura,
Viejo, que ya los esperabas con casa en Florida, en una calle
que hoy es principal y que tenía entonces el colonial nombre
de Camino Real, y marchaste con ellos (¿en qué?) supongo que
en ferrocarril, que en ferrocarril cruzaron Europa, que mamá
y León llevaron para el viaje en ferrocarril pepinos salados y
eiring y bizcochos de miel y pan y leibeburst y algún pollo (82).
Diego Simini.
84
Eduardo Ceballos
Pero más tarde, ya adulto, el proceso de transculturación
tendrá como imagen un referente musical:
[…] los judíos tocan el violín y no el piano porque se vive
ligero de equipaje, si rajás del pogromo no cargás un piano, te
subís al carro, y entre el jaulón de gallinas y el baúl de ropa de
cama, desenfundás el violín y te tocás el Eili Eili o el Hatickva,
que yo tocaba y ya ni me acuerdo, papá; y no se te ocurra
mandarme el violín acá;[…] pero así y todo, a veces me paro
en el centro de mis dos metros cuadrados y encajo el violín
bajo la pera, lo sostengo, y mientras la mano izquierda ajusta
las clavijas y afina, con la diestra –con el arco de cerdas blancas al que le vengo de dar una biaba de parafina, y con el pie
izquierdo ligeramente avanzado– marco el compás, Viejo…
pero lo que me sale es un tango, ¡quevachaché! (54).
Estas evocaciones alimentarias, como la del deseo de guefilte
fish en su celda, en la que Moishe (al que solo sus padres
llaman con este nombre), aislado y con muy poca comida
rememora su existencia y escribe una larga carta a su padre,
una carta que no llegará nunca.
Entre estas cartas también hay una de Leibu (Lev, hermano de Isaac y padre de Moishe; el hermano de Moishe tiene
el mismo nombre):
Pienso en un vaso de té. Sueño con un vaso de té, caliente,
humeante, ambarino, que te entibia las manos y abriga tu
vientre, sorbo a sorbo; es casi una obsesión, una alucinación,
Isaac. ¿Existe realmente el té? En tanto, yo lo bebo, Isaac, no te
creas. Porque la fantasía, ¿sabes?, es la única cualidad humana que no está sujeta a las miserias de la realidad (39-40).
En una situación simétrica, ya después de su liberación,
Mauricio va a ver a sus padres, internados en un asilo, pero
no consigue entablar una real comunicación con su madre,
perdida en las nieblas de la senectud. Supone sin embargo
que la anciana piense algo:
Tres salteños a Udine - Italia
85
Tal vez vieras eso, eso que fue el instante más pleno de tu
vida, simplemente porque estábamos todos, y para todos
traías la lisa más gorda, todavía boqueando, que descamabas,
abrías, lavabas, y picabas su carne con pimienta y pan viejo
en leche y huevo y sal y un poco de azúcar, para que culminara en esas albondiguillas de amarillo celestial coronadas por
una rebanada de zanahoria, mamá, cuánto daría yo por volver a comer tu guefilte fish, festival de la gastronomía materna, santo y seña del judío en cualquier parte (124).
Además el reencuentro, tanto con su padre como con su
madre, tiene un elemento alimenticio, que denota la profunda relación entre generaciones, ya que son los padres los que
dan de comer a los hijos. La primera palabra, quizás la única,
que le dirige madre:
[…] llegué como si hubiera faltado dos días, vos acostada,
papá a tu lado, yo al pie de la cama antes del abrazo que fue
Asistentes al Congreso.
86
Eduardo Ceballos
sencillo, un beso leve, porque la palabra fue todo, fue el todo
como antes, como siempre, la raíz de tu razón, la palabra
entre signos que nos volvía al siempre:
–¿Comiste? (124).
Algo parecido ocurre con su padre, que en el asilo sufre
una especie de alucinación viendo a su hijo en el comedor y
le dice algo. Quizás en el mismo momento, el prisionero, en
su celda, oye a su padre pronunciando una palabra, una palabra que el lector no lee, una palabra «caldea, aramea,
babilónica, hebrea» (155) o quizás yiddish (153). La palabra
dicha por el padre en el asilo y oída por el hijo en el calabozo
es la misma. Aun no conociendo más que el castellano, el
prisionero entiende y le transmite a través de la pared a su
compañero («el Ñato», Eleuterio Fernández Huidobro) la traducción de la palabra: «Moishe, qué hacés ahí parado, sentate,
comé» (153,154).
Durante la narración de la trayectoria de Moishe, el texto
nos ofrece otros momentos en que el elemento alimenticio es
decisivo. Ahí está por la figura di Ramón Lezcano, cuya importancia es considerable en la formación de una conciencia
social y solidaria del pequeño Moishe. Ramón, obrero, le ofrece
un muy criollo puchero:
En el fondo del patio había una escalera de fierro que iba
hasta el altillo de Ramón. […] Los domingos hacía puchero.
Ponía afuera un brasero como el de mamá para el hígado de
Miska que comemos todos pero que mamá no quiere que diga,
y en una ollita ponía carne, chorizo, papa, zapallo, que no me
gusta ni así, boniato, de todo, y me convidaba (31).
Vemos pues que la alimentación tiene un valor importante en portante valore, come simbolo del passaggio da una
cultura all’altra in alcuni casi, specie in Las cartas que no llegaron, como señal de la transculturación, del paso de una
Tres salteños a Udine - Italia
87
cultura a otre en el proceso de la emigración, y como elemento de solidariedad, de cercanía entre personas. Rosencof
es así coherente con su concepción de la escritura come portadora de un mensaje de hermandad y de íntima comunicación entre seres humanos.
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88
Eduardo Ceballos
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Tres salteños a Udine - Italia
89
RECEPCIÓN A ROMINA Y A MATÍA
Italia, ya nos tenía deslumbrados. Su paisaje, su gente, su
cultura. Era una emoción tocante la que se vivía. En Salta
estaban los seres queridos expectantes, a través de Internet
me comunicaba diariamente con mi familia, con un teclado
italiano, que no tiene eñe, pero las señales llegaban. Por ese
medio me entero de la muerte casi simultánea de dos amigos, Patricio Giménez del Dúo Salteño y Eduardo «Tuna»
Esper, el reconocido animador del folklore. Desde Udine salí
al aire por AM 840, en un programa que conducen Iván Romero y Leonardo Tejerina, a la hora de la siesta en la emisora
más importante de Salta, para contarle a su audiencia de
nuestra experiencia europea. Rubén y yo habíamos dejado
nuestro celular en Buenos Aires; en cambio Fabio trajo el suyo.
Calles de Udine.
90
Eduardo Ceballos
Pensábamos que era totalmente inútil andar cargando esa máquina, pero nos sorprendió cuando manejaba mensajes de
textos con muchos seres queridos de Salta. Todavía me pregunto cómo lo habrá hecho.
Resulta que días antes de partir de nuestra provincia, fui a
contarle de mi viaje a un querido amigo de toda la vida, Julio
Gaspar Jovanovich y a su esposa Tilda, porque tienen una
hija en Italia. Les pregunté si querían mandarle alguna cartita o algún presente. La cartita se hizo una valija de unos 15
kilos, que me acompañó, todo el tramo del viaje. Esa valija
estaba con llave y se mantuvo cerrada hasta Udine. Era sábado 10 de octubre y el Congreso había terminado. Estaba libre. Me levanté muy temprano y salí a caminar por la silenciosa ciudad, que mostraba poco movimiento. Me entretuve
con unos pescadores que diligentemente buscaban sacar algún pez, de ese río, limpio y sonoro, que transita por toda la
ciudad y se mete por debajo de los edificios de propiedad
horizontal y gambetea la ciudad como si la conociera desde
siempre. Pescaban con cañas y líneas similares a las utilizadas
en Argentina y sacaban peces muy parecidos a nuestros
bagres o bogas. Pude dialogar con ellos para conocer los secretos de su río y allí me enteré que estaban en período de
pesca. Miro el reloj, que me recuerda que tenía una cita de
honor en el hotel a las 10 de la mañana italiana. Debía llegar
Romina Julieta Jovanovich, la hija de mi amigo a buscar la
valija. A la hora puntual aparece la salteñita que vive en Italia
con su compañero Matía Rondine, un joven que es bombero
en su ciudad natal de Ferrara, distante a unos 50 kilómetros
de Bologna, donde además sus padres tienen una porción de
tierra que la trabajan produciendo algunos frutos. Fue una
alegría el encuentro. Se entregó la valija, recibí como presente un marcador de libros metálico, ingeniosa artesanía italiana y una bella lapicera, que utilizo para escribir estos inolvidables recuerdos. Baja de su habitación mi compañero Rubén
y le digo que me iba con Romina y Matía, hasta la plaza San
Giácomo, donde está la iglesia de San Giácomo, que data del
Tres salteños a Udine - Italia
91
año 1378, una de las más antiguas de la ciudad, quedamos
de encontrarnos en ese lugar. Era una plaza, como las antiguas agorás griegas, una manzana con un terreno nivelado. A
la misma altura está La Fontana obra de Juan de Udine, discípulo de Rafael, del año 1543. Allí, se instala los días sábados
un mercado, como en la antigüedad, donde se ofrecen todos
los comestibles imaginables que proporcionan la tierra, el mar
y los productos que procesa el hombre con esa materia prima. Comprobé, una vez más, cómo trabaja el mar para producir un abanico tan importante de alimentos, viendo especies desconocidas para mí. Los frutos de la tierra eran de producción local y otras venían desde África o de otros países
europeos. Además, en esa plaza se brindan conciertos y representaciones teatrales. Un elegante aperitivo en una de sus
calles circundantes, con una ciudad medieval que nos mostraba sus formas. Era un modo de sentir una experiencia
nueva. Pasa el tiempo y los compañeros no llegaban. Enton-
En la puerta de un restaurante de Udine.
92
Eduardo Ceballos
ces decidimos volver al hotel, porque ya era la hora del almuerzo, que se servía allí mismo. Pero cuando retornamos y
nos reencontramos con los compañeros, quienes nos informan, que el comedor del hotel no funciona ni sábado ni domingo. Nos indican que habían reservado una mesa en un
restaurante histórico de esa ciudad. A pocas cuadras del hotel, en una de esas callejuelas estrechas, sin veredas, en la calle Viola, nos encontramos con el histórico restaurante, que
días antes, ya nos había mostrado Alessandro Sensidoni. Se
llama en italiano «Al Vecchio Stallo», que traducido al español es «El viejo Establo», un lugar tradicional de la región
friuliana para el buen comer y el buen beber. Funciona en
una vieja casona que tiene una larga historia. Se trata de una
estación de posta y restaurante medieval. Allí llegaban carrozas, (nuestros coches de plaza,»los mateos») y los carros venidos de distintos destinos de la provincia. Encontraban refugio los animales y los carreros, en el marco de la cerca amurallada, que significaba el perímetro de la ciudad de Udine.
En ese antiquísimo tiempo medieval surge este complejo arquitectónico, que perteneció al noble Gorgo y luego propiedad de Maniago, con la antigua hostería «El viejo Establo».
Una historia de siglos, milagrosamente intacta, que se ha mantenido fiel a la cultura y a la tradición friulana, en la vía (calle)
Viola Nº 7, en la ciudad de Udine. Fue también sede de la
Academia de Udine. Una casa con tan rica historia nos almacenó aquel 10 de octubre de 2009. La profesora Adriana Crolla,
argentina, de la provincia de Santa Fe nos acompañó al almuerzo que compartimos Fabio y Rubén Pérez, la salteña
Romina Jovanovich y su esposo el italiano Matía Rondine y
quien esto escribe. Un lugar que el tiempo pasado depositó
en el hoy, lleno de magia y de dioses tutelares que viajaron
por el tiempo en la mente de la gente. Se formó una Comisión Friulana en defensa de la hostería, que preside Enzo
Driussi. Está a pocos metros del Museo de Arte y Tradición
Popular y a pocos pasos de la vitalísima vía Poscolle. Lucio
Tirelli expresa que «El Viejo Establo» es un homenaje a la
Tres salteños a Udine - Italia
93
tradición Alpina contra la hipocresía. Allí comimos los mejores manjares de nuestra estadía en Udine, sin desmerecer nada
de lo anterior. La cocina friulana se caracteriza por la simplicidad y lo genuino de sus ingredientes. La polenta , es una
comida popular y tradicional. En ese negocio, la especialidad son las pastas, de las mejores. Tomamos vino Valle, producido en esas geografías que poseen colinas por donde el
agua juega con su danza diáfana alimentando las parras en la
región friuliana que vive en la lontananza de sus valles mirando nostálgica sus mares. Los vinos de Udine son de alta
calidad, en virtud de la peculiar característica de su microclima,
que favorece la auténtica gema de la enología friulana, con el
delicado sabor que la generosa tierra produce. Una ciudad
de buen beber en la mesa cotidiana. La primitiva mística,
elegante y ordenada, produce parsimoniosamente ese vino
manso que provoca el canto. En esa ancha, profunda, antigua cantina italiana, consumí su vino nuevo con el sabor viejo de su historia. En la copa asomaba el amor por la naturaleza y el cuidado de su hechura que aparecía en el sabor. Ese
vino es producido por Aziende Vitivinicole Valle y sirvió de
compañero fiel a los manjares allí consumidos. En sus instalaciones se veían a las familias tradicionales con sus niños en
el almuerzo del afecto. Entre el personal, había gente de raza
negra, venida de África. Lo puedo afirmar porque les pregunté. En sus paredes, una exhibición de hierros y cueros
que hablan de su pasado, afiches de espectáculos que pasaron y la promoción de actos culturales que vendrán. Muchas
fotos con músicos que interpretan sus melodías en ese clásico rincón de Udine, a media cuadra del río. Cuando veo tanta referencia, me dirijo a unos de sus dueños que ya me había sido presentado, y le digo que a ese lugar lo único que le
falta es un libro. Al rato vuelve hasta mi mesa y me dice que
allí tenía el libro, que muestra en su tapa la foto del frente del
local con su nombre y al pie de la tapa, el dibujo de un coche
galera, parecido a nuestro coche de plaza. En su interior 72
páginas, en un generoso papel de más de 100 gramos, donde
94
Eduardo Ceballos
se relata su historia, exhibe mágicas recetas, en las que se
incluye una seleccionada antología de escritores y poetas que
cantan a su memoria. Como gratitud al gesto, dije que difundiría por mis caminos las bondades de esa casa, ubicada en la
calle Viola Nº 7 de la ciudad de Udine y su teléfono fax es
0432-21296, por si viajan a Italia y quieren reservar una mesa.
Con el apetito calmado y el corazón henchido caminamos en
caravana hacia el hotel, donde debíamos juntarnos con la familia Sensidoni, para realizar un paseo.
Tres salteños a Udine - Italia
95
VIAJE A AQUILEIA
Llegamos al hotel Friuli y en pocos minutos, en el exacto
tiempo convocado nos unimos a los Sensidoni y todo el grupo que venía del almuerzo, para emprender un paseo hacia
Aquileia. Para viajar más cómodos nos repartimos en el auto
de Alessandro y en el de Matía. Partimos hasta Aquileia, ciudad fundamental del Imperio Romano, una tranquila población medieval, situada a espaldas de la Laguna de Grado, a la
que unía el río Natisone, fundada por los romanos en el año
181 a.C. Tenía una relevante función como gran emporio mercantil abierto al Mediterráneo, que conserva intacta gran parte
de su antigua estructura. Es uno de los más importantes centros arqueológicos de la Italia septentrional, declarado por la
UNESCO, patrimonio de la humanidad. En primer lugar vi-
Rubén y Fabio en la antigua iglesia de Aquileia.
96
Eduardo Ceballos
sitamos su iglesia, que se llama Basílica de Santa María
Assunta, que tiene aproximadamente mil años. Se trataba de
una Basílica Patriarcal y cuenta con un Bautisterio (Battistero).
En él se encontraban las señales de las culturas que nos precedieron en el tiempo y en sus paredes y pórticos, se podían
leer textos en griego clásico, en latín. En su piso, que se protege como una reliquia, antiguos mosaicos que muestran
ideogramas, a través de los cuales se desarrolla el mensaje de
las sagradas escrituras. Para no pisar esos mosaicos históricos, los más extraordinarios del mundo, que datan del año
313, se han construido pasarelas, para causar el menor daño
posible a esta joya de la arquitectura medieval. Tiene cúpulas
tan altas, que rozan el asombro, con un campanario de 73
metros de altura. En un ambiente, ubicado frente al templo
hay una pila bautismal que se usaba en la antigüedad, cuando el sacramento requería una zambullida total del cuerpo
Ottawia, Eduardo y Alessandro en Aquileia.
Tres salteños a Udine - Italia
97
del nuevo cristiano. Impactante y colosal monumento de la
historia, que ya no funciona como iglesia, al menos eso creo,
sino como un museo. La construcción de la Basílica data de
los tiempos del Patriarca Poppone (1019-1042) y luego
Marquado (1365-1381). Los mosaicos fueron hechos en la
Milán de Constantino. La observación de la simbología que
representan los mosaicos, muestran animales, plantas, hombres, con muchos trazos geométricos en su trama. Son difíciles de interpretar con justeza, porque hay una mezcla de códigos. No todo es cristiano, ya que se perciben señales de
otras creencias. Es por eso importante conocer la historia de
la Aquileia cristiana de los primeros siglos.
Saliendo de la iglesia, en un gran terreno que la circunda,
majestuoso colonato del foro, corazón comercial, político y
jurídico de la ciudad, pudimos hacer una caminata por un
antiquísimo puerto fluvial, que ha quedado como testimo-
Figuras de los mosaicos de la iglesia de Aquileia.
98
Eduardo Ceballos
nio del tiempo. Sus inutilizadas estructuras, permiten
visualizar la importancia de la actividad que se desarrolló en
esta puerta acuática que servía para el comercio de tiempos
milenarios, cuando los griegos viajaban con su cultura hasta
esta geografía, ya que este puerto vinculaba con todo el Oriente. Llegaban a través del Mediterráneo, trayendo alimentos,
especias, madera, mármol, piedras preciosas para el consumo interno. Ese paseo fue de varios kilómetros caminando y
viendo bien de cerca los vestigios de otros tiempos.
Salimos a la ruta, Alessandro y Matía fueron a buscar los
autos, que quedaron lejos. Cuando retornaron, Romina
Jovanovich y Matía Rondine, se despidieron para retornar a
Ferrara, su lugar de residencia. El abrazo en representación
de su familia y el mensaje envuelto en una lágrima emotiva,
contaban del entrañable cariño que sentía por los suyos, que
vivían cruzando los mares, en la lejana Argentina. Fue la despedida de ellos en tierra Italiana. Ya de vuelta en ese auto
para siete pasajeros, Alessandro nos llevó hasta la ciudad de
Grado.
Eduardo y Alessandro.
Tres salteños a Udine - Italia
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VIAJE A GRADO
Éramos siete pasajeros, el auto completo. A mi me reservaron el lugar del copiloto y avanzamos por caminos llanos y
después de un rato de ruta, el agua nos fue abrazando. La
ruta y el agua a los dos costados. Estábamos entrando a una
ciudad rodeada por una laguna y del otro lado el mar Adriático. Una fina lengua de tierra. Una ciudad casi acuática. La
belleza de Grado consiste en la posibilidad de meterse en un
mundo antiguo, rico de sugestivas evocaciones y el encanto
histórico que tiene la isla Sol de Oro (Sole e d’oro), situada en
un apoteótico marco natural, en medio del paisaje de lagunas. Allí me acordé de aquella vieja canción triestina que decía que «el mar se mueve apenas». En el tiempo del Imperio
Romano, la isla de Grado, era la escala naval de la populosa
En Grado.
100
Eduardo Ceballos
ciudad de Aquileia. Su particular conformación y su envidiable posición geográfica la hace una localidad ideal para el paseo
y la excursión. Bellas barcazas, elegantes yates, le ponían color a la tarde. Recorrimos iglesias y museos, como la Basílica
de Santa Eufemia, fundamental edificio de la cultura gradese,
muestras de tiempos especiales. Otra joya es la iglesia de Santa
María de la Gracia, del siglo IV. Pocas cuadras separan la laguna gigante, que parece otro mar, del mar propiamente dicho. Caminamos por sus orillas, mirando hacia oriente, donde viven otros hombres, con otros sueños, con otras culturas, con otros idiomas, pero que trajinan las mismas necesidades existenciales. Luego, las peatonales en la zona céntrica,
donde veo a unos niños italianitos con una pelota de fútbol.
Justo cuando pasábamos se les cae el balón, que viene hasta
mi. Hago unas pataditas y se lo devuelvo. A los chicos les
gustó y me la tiraron de nuevo. De ese modo se armó un
juego lleno de gracia. Enseguida ganó un público que entusiasta participaba. De allí a tomar un café en la peatonal como
Tres salteños en Grado.
Tres salteños a Udine - Italia
101
invitación argentina, pero al que no pudimos pagar, porque
la generosidad de Alessandro es sin límites y siempre logra
su cometido. De regreso a Udine, cuando la naturaleza apagaba las luces y la técnica humana encendía la suya. Llegados
al hotel, nos despedimos de la profesora Adriana Crolla, quien
emprendía viaje a otros destinos.
No conforme con todo lo ofrendado, la familia Sensidoni,
en esos momentos representada por el padre Alessandro, por
la madre Ottawia y por la hija Eleonora, nos invitan a su vivienda, que también estaba a pocas cuadras del hotel. Nos
vienen a buscar y nos llevan. Era una casa de dos plantas,
donde la madera tenía una fuerte presencia y la ornamentación rayaba en lo artístico. Allí pudimos observar cuadros
pintados por Alessandro con maestría infinita, que demuestran su exquisita sensibilidad. Ottawia, le ponía ternura a la
cocina y tiraba en la cacerola los elementos de su mundo circundante, para luego volcar en el plato, las fragancias y los
sabores de su tierra. Eleonora, con su sonrisa abría una luz de
En una esquina de Grado.
102
Eduardo Ceballos
amistad que nos iluminaba. Les entregué algunos libros de
mi autoría y un DVD que me diera Zamba Quipildor para
mostrarlo en esta región del mundo. Comimos con la alegría
desbordante de compartir los sueños y la memoria de la vida
que nos juntaba. Todo tenía gracia y gusto. En la sobremesa,
apareció la guitarra y cantó Rubén Pérez. Luego a dúo con
Alessandro y la participación de Eleonora luciendo una voz
especial con la que canta todo el clásico repertorio folklórico
de Salta y la fiesta fue creciendo en entusiasmo, hasta el asombro. En esa casa de Italia, en Udine, además de nosotros, tres
salteños, estaban invitados Manuel J. Castilla, el Cuchi
Leguizamón, el Jaime Dávalos, Julio Espinosa, Eduardo Falú.
El repertorio musical de Salta estaba vivo y casi éramos paisanos. Ese ingrediente nos fue descubriendo parientes en los
modos, en los sueños y en el canto. La música nos acompañó
con esa grapa friuliana hasta altas horas de la madrugada. En
la despedida nos dicen que al día siguiente nos buscarían para
llevarnos a Venecia.
Eduardo con el Adriático a su espalda.
Tres salteños a Udine - Italia
103
VIAJE A VENECIA
El domingo 11 de octubre, a las 10 de la mañana, ya estaban los Sensidoni, buscándonos en el hotel para llevarnos
rumbo a Venecia, distante a 127 kilómetros de Udine. Rubén
y Fabio no paraban de gatillar la máquina juntadora de recuerdos, mientras yo me comía el paisaje. Los campos limpios, bien cuidados, como si fuesen un parque. La ruta con
un tránsito constante pero muy prolijo. Los pequeños autitos
Smack para una o dos personas se multiplicaban. De pronto
estábamos entrando a la gran Venecia, una ciudad de sueños, cielos, aguas, góndolas, máscaras y un incesante desfile
turístico que trae gente de todo el mundo. Se deja el auto en
un gran edificio de estacionamiento, de muchos pisos, con
ascensores para los vehículos, y empezamos a caminar la ciu-
Navegando por Venecia.
104
Eduardo Ceballos
dad famosa por sus carnavales. Fue un gran impacto ver la
primera imagen de esa ciudad que, al decir de mi amigo
Alessandro, es la más bella del mundo. Sus calles de agua me
recordaban películas y canciones. Boquiabierto miraba cada
rincón y no podía creer lo que pudo el hombre; ganarle al
mar y quitarle espacio. Los Sensidoni, conocedores del terreno, ya tenían los pasajes para que ascendiéramos a unas embarcaciones que llevan a casi un centenar de pasajeros y que
se mete mar adentro por una avenida de agua, llamada el
«Rialto». Tiene, en ambas márgenes, verdaderos castillos de
varias plantas. La puerta de salida lo vincula al mar. Muchos
edificios tienen en sus puertas, amarradas, sus embarcaciones. Miraba ese mundo y no podía entender la capacidad
humana para sostener por tantos años esas construcciones
centenaría que se muestran esbeltas, intactas y bellas. Son
edificios imponentes como nuestro Salón América, el de la
Mitre 23, o más bellos, pero contados por miles. La ciudad
En Venecia.
Tres salteños a Udine - Italia
105
de Venecia es como una lengua terrenal que se mete audazmente hacia el mar. Mientras viajaba en esa embarcación,
Eleonora me convidaba uva italiana y melón africano. Los
consumía con la bella armonía que me sugería el paisaje circundante. Parecía una fantasía extraída de los sueños. Fuimos hasta la Plaza San Marco, situada casi al final de esa ciudad lengua que apunta hacia el mar. Allí desciende gran parte del pasaje y Alessandro me dice: «Mira, esa isla que está
allí al frente es la isla Murano, donde el hombre trabaja con
los vidrios y los cristales que son famosos en el mundo entero». Fue un compromiso pendiente ver a los hombres soplando el cristal en la isla Murano. Desde allí nos dirigimos
hasta la Plaza San Marco, sin árboles ni estatuas. Es un piso
parejo rodeado por edificios deslumbrantes de grandes dimensiones, por sus cuatro puntos cardinales. En una recova
de esa plaza hay un café que tiene un pequeño escenario. En
el momento en que por allí pasaba, la voz de un violín se me
Plaza San Marco de Venecia.
106
Eduardo Ceballos
metió en el alma, ordenando mis recuerdos y mis nostalgias.
La música que penetró por el oído se estacionó en el corazón.
Ella impulsó la sangre hasta llevarla al punto exacto de la
emoción. La antiquísima iglesia de San Marcos era visitada
por una interminable cadena de peregrinos mientras el mar
saludaba con vientos de otras regiones. Desde allí desandamos por tierra lo que habíamos hecho por agua, visitando
con nuestra mirada todas las imágenes inéditas que el paseo
nos daba. Por allí apareció el hombre orquesta, petisito, de
unos setenta años, que tocaba varios instrumentos a la vez
mientras caminaba: llevaba un tambor a su espalda. Sonaba
con unas cuerdas que subían desde sus talones, donde tenía
una especie de espuelas muy sonoras; en la cabeza, a modo
de sombrero llevaba unos platillos que eran movidos por un
hilo que subía desde la punta de sus pies; en el pecho le colgaba un xilofón que interpretaba con maestría; y, por fin, en
sus labios tenía una armónica que ponía el fondo melodioso
a su música exótica; en ambos brazos, a la altura de los hombros, tenía dos tarritos donde recibía las donaciones y agradecía con los cartelitos. Un cuadro lleno de gracia que se completaba con su cara brillante de alegría.
El camino para volver al punto de partida era un verdadero laberinto. Sus estrechas callejuelas, los puentes que
cruzanban las calles de agua, los gondoleros cantando a una
pareja de enamorados, los miles de locales comerciales ofrecían las cotizadas artesanías locales, donde sobresalen los artículos de cristal y las artísticas máscaras legendarias del carnaval veneciano, que han cruzado las fronteras. Un remolino
humano de gente que va y viene, sin destino elegido. Porque
en Venecia hay que dejarse llevar por el impulso de la curiosidad, tentada a cada paso. Luego de una fatigante caminata,
se hizo un alto en el camino para almorzar. La oferta era variada y entramos a un bonito restaurante donde nos inclinamos por la pizza veneciana, muy distinta a la que consumimos en la Argentina, porque en esta tierra le imprimen el
sabor característico de su cultura.
Tres salteños a Udine - Italia
107
Alessandro me contaba que el carnaval de Venecia es famoso en el mundo entero. Es el de las máscaras más perfectas, que desfilan por el gran Canal hasta el Rialto. Esta fiesta
se vive intensamente durante diez días. Cada año confirma
que es la más bella. La comparsa más antigua de Venecia es
«Calza i Antichi», nacida en 1400. Desde entonces celebra al
dios pagano. En algún tiempo Venecia era la «República
Serenísima» y, ante el león de San Marco, las grandes potencias enviaban a sus representantes, que competían entre sí
con todo su esplendor. Ahora te cuento lo que sucedió en el
carnaval de 1987, al que se lo bautizó el carnaval de las embajadas. Se montó en la Piazza San Marco un gigantesco escenario, que reprodujo un carnaval de 1700. Se invitó a embajadores de 14 países a quienes, el último día del carnaval,
se les ofreció un espectáculo de época: el circo. Los más grandes artistas de circo de todo el mundo hicieron su demostración en Venecia y nombraron a Giulieta Massina, su reina. La
ciudad estaba iluminada con un sistema eléctrico que se pro-
Típica calle de Venecia.
108
Eduardo Ceballos
bó por primera vez, que opacó el encanto de los viejos faroles
de la luz rosada.
Luego tomamos un fragante café en una confitería llamada Ottelio, que está en la Plaza San Marco, al lado de sus
recovas, que hablan de la historia. Muchos hoteles en esas
callejuelas mostraban el movimiento incesante de turistas.
Muchas plazas en el recorrido y un paisaje que se movía, como
el agua, en forma permanente. Se veía un incesante movimiento de trenes que transportaba a una población que utilizaba la ferrovial como vehículo para llegar a Venecia. Luego
de retornar al punto de partida, Alessandro sacó el auto del
estacionamiento y emprendimos felices el camino del retorno hacia Udine. Incansables en su generosidad, la familia
Sensidoni, nos vuelve a invitar a cenar a su casa.
Con la constante atención de todo momento, Alessandro
nos busca en el hotel y nos lleva a su casa, donde Ottawia
preparaba los alimentos con alegría deportiva. Mientras llega
la comida Alessandro muestra más de sus pinturas, donde
nos asombra con sus dibujos, que parecen fotografías del
pequeño mundo circundante, donde viven los insectos, las
mariposas y las hojas que los alberga. Son pinturas con vida
propia. Con la comida y el vino italiano, fuimos creciendo en
la sensibilidad, que llegó a su momento más alto cuando nos
pusimos a ver el DVD de Zamba Quipildor, que grabó la
Misa Criolla y le insertó los paisajes de nuestra patria, y especialmente los de Salta. Así se culminó la noche del domingo,
porque al otro día era lunes y había que trabajar. Con una
fuerte lluvia nos llevaron hasta el hotel.
Tres salteños a Udine - Italia
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CAMINATA CON
RUBEN POR UDINE
La mañana del lunes 12 de octubre, en la Universidad de
Udine, en los transparentes, se leía un comunicado, que en
italiano textualmente decía: «Avviso per gli studenti de Lingua
e Letteratura Spagnola e Ispanoamericana. Si avvisano gli
studenti che martedi 13 ottobre alle ore 16 in aula 12ª si terrà
una lectio magistrale del poeta argentino Eduardo Ceballos
sulla produzione poetica di Salta accomgnata dalle
composizioni musicali del cantautore Rubén Pérez. Si
sottolinea l’eccezionale occasione culturale dell’ evento per il
quale si auspicia la vostra partecipazione».
Su traducción:
AVISO PARA LOS ESTUDIANTES DE LENGUA Y
LITERATURA ESPAÑOLA E HISPANOAMERICANA.
Se avisa a los estudiantes que el martes 13, a las 16 horas,
en el aula 12 tendrá lugar una lección magistral del poeta
argentino Eduardo Ceballos acerca de la producción poética
de Salta, acompañada de composiciones musicales del
cantautor Rubén Pérez.
Se destaca la excepcional ocasión cultural del evento en el
que se espera vuestra participación.
El lunes 12 de octubre, temprano, salí a caminar por las
atractivas calles de Udine, observando con detenimiento cada
detalle. Una ciudad que muestra en cada tramo su rica historia cultural. Fue fundada en el año 53 a.C. con el nombre de
Forum Julii. El nombre del Friuli viene del año 568 d.C., siendo la primera sede del ducado de Longobardo. Está en el centro de la región del Friuli Venezia Giulia, en una posición geo-
110
Eduardo Ceballos
gráfica privilegiada, circundada por un marco de colinas, en
el centro de Europa, vecina al mar y a la montaña. Visité la
vía Mercatovecchio, antiguo lugar donde estaba el mercado,
los negocios de moda y los antiguos restaurantes. En las vidrieras se veían los vinos y los chocolates. Luego de un rato
de caminata vuelvo hasta el hotel a buscar a Rubén y juntos
emprendemos un nuevo recorrido por la ciudad, dejando las
indicaciones, para que Fabio luego nos alcanzara en la zona
céntrica. Con Rubén en la mitad de la mañana compartimos
un aperitivo, una tradición en esta región de Italia. Se ve,
cerca del mediodía o al anochecer, a grandes grupos de amigos dialogando en las veredas de las confiterías, en barras
callejeras, mostradores que reúnen a los amigos mayores,
hombres grandes, donde consumen sus aperitivos y se ríen
contando sus ocurrencias o hablando de la actualidad. Es una
costumbre milenaria por lo que pude averiguar.
Todo lo que se observaba tenía la edad de la historia: la
iglesia de San Francisco, consagrada en 1266, uno de los más
antiguos testimonios de la presencia de franciscanos en Friuli,
que actualmente se utiliza como sede de muestras temporarias.
Es agradable detenerse frente al Duomo, imponente edificio
de tres naves y una capilla lateral, que se remonta al 1335.
Udine es la ciudad del arte y del buen vivir, elegante, con
refinada arquitectura, donde el vivir friuliano aparece con
toda autenticidad. Es distinguida su gastronomía, la labranza
artesanal de la piedra, de la madera y de los metales preciosos. Es el corazón del Friuli y el portal de ingreso a un mundo
especial, donde se habla una lengua antigua, que es riqueza y
memoria de culturas milenarias.
En Udine me obsequiaron un ejemplar de la publicación
Udinetraduce de la Universidad Degli Studi Di Udine, realizada en forma conjunta con el Teatro Palamostre, el
Auditorium Zanon, la librería la Feltrinelli y el Caffé Caucigh,
cuyo director es Lello Voce. La publicación es organizada por
el Departamento Político Social, Educativo y Cultural, con
toda la actividad que se desarrolla en la ciudad. Hay un se-
Tres salteños a Udine - Italia
111
guimiento de cada proyecto, difusión puntual de cada hecho
cultural y la poesía ocupa grandes espacios en sus páginas.
Publicación que hace pensar y sugiere corregir el rumbo cultural de nuestro pueblo. Realmente un ejemplo para ser imitado.
Tres salteños a Udine - Italia
113
CLASE MAGISTRAL EN LA
UNIVERSIDAD DE UDINE
El tiempo se agotaba, al otro día ya no estaríamos en Udine,
motivo por el cual recorríamos todo lo que se podía para aprovechar la estadía en tan bella ciudad. Esa mañana en una gran
caminata recorrimos los lugares más emblemáticos de Udine,
como el Museo Arqueológico, que posee una importante colección de Aquileia, objetos provenientes de la Italia meridional, consistentes en cerámicas y en vasos que unen las historias de Grecia y de Italia, la Magna Grecia. Estos fueron encontrados en el prehistórico territorio de Udine; en su Gabinete numismático conserva un patrimonio de alrededor de
60.000 monedas, 4.000 medallas y numerosos billetes históricos.
Rubén y Eduardo en su clase magistral.
114
Eduardo Ceballos
La Biblioteca Cívica «Vincenzo Joppi» tiene la verdadera
historia de la ciudad, ya que posee un rico patrimonio de
500.000 volúmenes. La Biblioteca Delfino, aunque menor,
tiene su importancia con 20.000 volúmenes, más de un centenar de códices manuscritos y cerca de 200 incunables. El
Museo Friulano de Historia Natural, originado en 1866, cuenta
con un amplio muestrario científico. Caminando me encontré con un dibujo que fue atribuido a G. B. Cosattini (16411698) donde se refleja el mapa de la ciudad de Udine toda
amurallada.
El espíritu religioso de su población es percibido claramente al constatar tantas iglesias con las que cuenta la ciudad,
dedicadas a beata Virgen del Carmen, a San Juan, a Santa
María, a San Pedro Mártir, a Santa María del Monte, a San
Giácomo, a la Presentación de María al Templo, a San Francisco, al Espíritu Santo, a San Antonio Abate, a Santa Clara, a
Ntra. Sra. de la Pureza, a Santo Cristóforo y gran cantidad de
capillas y oratorios, todos de gran belleza arquitectónica.
El almuerzo en el restaurante del hotel fue altamente emotivo, puesto que era el último y nos despedían con tanto afecto que parecían de nuestra familia.
Como el tiempo de ponencia en el marco del Congreso
Internacional fue breve, la profesora Silvana Serafin, me invitó a que dictara una clase magistral sobre poética argentina, donde le di un amplio espacio a la de Salta y una breve
referencia a mi poética personal. Asistieron alumnos hispano
parlantes de esa Universidad de Udine. Esto se realizó en horas
de la tarde, cerrando la participación en esa casa de altos estudios.
La temática de esa clase magistral pasó por un panorama
de la poética sudamericana, donde se incluyeron los notables
nombres de Rubén Darío, José Martí, Amado Nervo, Gabriela
Mistral, César Vallejo, Sor Juana Inés de la Cruz, Nicolás
Guillén, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Octavio Paz, Mario
Benedetti, voces que perduran en el tiempo por su notable
calidad. De la poética argentina se rescató a Martín del Barco
Tres salteños a Udine - Italia
115
Centenera, José Hernández, Ricardo Rojas, Leopoldo
Lugones, Almafuerte, Evaristo Carriego, Alfonsina Storni,
Oliverio Girondo, Enrique Banchs, Raúl González Tuñón,
Jorge Luis Borges, Enrique Molina, Julio Cortázar, Alejandra
Pizarnik, Baldomero Fernández Moreno, Ricardo Güiraldes,
Olga Orozco, Guillermo Ara, Armando Tejada Gómez, José
Pedroni, Juan Gelman, Andrés Fidalgo, Luis Franco, Raúl
Galán, Néstor Groppa, Domingo Zerpa, María Adela Agudo,
Manuel Aldonate, Arturo Alvarez Sosa, Mario Bravo, Jorge
Calvetti, Ariel Ferraro, Alfonso Nassif, Héctor David Gatica y
los poetas del tango Homero Manzi, Homero Expósito, Enrique Cadícamo, Enrique Santos Discépolo, Horacio Ferrer,
Pascual Contursi, Esteban Celedonio Flores.
Por último abordé la poesía de Salta, donde destaqué a
Juan Carlos Dávalos, Joaquín Castellanos, Manuel J. Castilla,
Raúl Aráoz Anzoátegui, Sara San Martín, Julio Ovejero Paz,
Juan José Coll, Roberto Albeza, José Juan Botelli, Julio Espinosa, Walter Adet, Jacobo Regen, Antonio Vilariño, César F.
Perdiguero…
Terminada esa actividad, nos llevaron hasta una oficina,
donde estaba la administración de la universidad y se nos
paga un dinero por la clase magistral y por la participación a
los tres integrantes de la delegación. Asímismo se nos nos
entrega un certificado con el siguiente texto: «UNIVERSITÁ
DEGLI STUDI DI UDINE, Departamento de Lingue e
Letterature Germaniche e Romanze. ATTESTATO DI
PARTICIPAZIONE. Si dichiara che il sig. Miguel Eduardo
Ceballos Corbella ha partecipato al Convegno Internazionale
«L’alimentazione come patrimonio culturale dell’emigrazione
nelle Americhe» organizzato a Udine nella sala Convegni di
Palazzo Antonini dell’Universitá, nelle giornate di Giovedi 8
e Venerdi 9 ottobre 2009. Il sig. Miguel Eduardo Ceballos
Corbella ha presentato la relazione dal titolo Al ritmo di zambas e chacareras: tradizione gastronomiche e folcloristiche di
Salta la Linda nel pomeriggio del giorno 8 de ottobre 2009
come previsto dal programa allegato. Inoltre, in data 13 ottobre
116
Eduardo Ceballos
il sig. Miguel Eduardo Ceballos Corbella ha tenuto una lectio
magistrale sulla produzione poetica di Salta. Cattedra di
Lingua e letterature ispano-americane, Prof. Ssa Silvana
Serafin. Udine, 13 Ottobre 2009. Con sello, firma y domicilio
de la Universidad.
Su traducción:
UNIVERSIDAD DE UDINE DEPARTAMENTO DE LENGUA Y
LITERATURA GERMÁNICA Y ROMANCE
CERTIFICADO DE PARTICIPACION
Se declara que el señor Miguel Eduardo Ceballos Corbella
ha participado en el Congreso Internacional «sobre Alimentación como Patrimonio Cultural de la Emigración en las Américas», organizado en Udine en el Salón de Congresos del
Palacio Antonini de la Universidad, en las jornadas del jueves
8 y el viernes 9 de octubre de 2009.
El señor Miguel Eduardo Ceballos Corbella ha presentado
la ponencia titulada «Al ritmo de zambas y chacareras: tradición gastronómica y folklórica de Salta La linda, en la tarde
del día 8 de octubre de 2009, como estaba previsto en el programa oficial.
Además, en fecha 13 de octubre el señor Miguel Eduardo
Ceballos Corbella, ha dictado una clase magistral de su producción poética en Salta.
Cátedra de Lengua y Literatura Hispanoamericana.
Profesora Silvana Serafin
Udine, 13 de octubre de 2009
Vía Mantica, 3
33100 - Udine - ItaliaTel. 39-432-556750 / 556762 - Fax 5566779
Tres salteños a Udine - Italia
117
Un detalle que muestra la alta corrección y el respeto de
sus reglas de juego. Abandonamos el edificio universitario
con la euforia de sentirnos valorados. No eran sólo monedas;
eran motivaciones existenciales, las que nos habían dado.
Además, la profesora Silvana Serafín me hizo entrega de libros que responden a profundos estudios sobre la relación
de América con Europa, la de Italia con Argentina, los que
me aportaron nuevos saberes y visiones. Entre esos libros,
destacamos los siguientes: «Descubrimiento y Conquista
Americana en España y en Italia» (Scoperta e Conquista
Americana in Spagna e in Italia), de Silvana Serafin; …Nos
volvimos caminando hacia el hotel con Rubén porque a Fabio
se lo llevó la señora Ottawia para comprarle una hermosa
cámara fotográfica digital.
Tres salteños a Udine - Italia
119
CENA DESPEDIDA EN EL
RESTAURANTE ODEON
A la noche nos buscan los Sensidoni en el hotel y nos llevan al Restaurante Odeón, que está distante del centro, hacia
la zona norte de la ciudad, para ofrecernos la cena de despedida. Era como un homenaje permanente. Me llamó la atención en ese local: cuando nos ubicamos los seis comensales,
se acercó el mozo, nos levantó el pedido y se quedó parado al
lado de la mesa. Tenía en sus manos una máquina parecida a
las de control remoto. Me preocupaba que no fuera a llevar
el pedido porque seguía impávido parado al costado de la
mesa, mirando hacia el resto del local. Mientras tanto conversábamos y agradecíamos tantas atenciones recibidas. Crecían las motivaciones para invitarlos a Salta y devolver un
poquito de lo mucho recibido. El mozo seguía impertérrito
al lado de la mesa, hasta que llegó toda la comida como por
arte de magia. Pregunté por el sistema y allí me enteré de
que la maquinita que tenía el mozo, le daba la orden al
adicionista de facturar lo pedido y a la cocina de preparar los
alimentos. Fue otra lección recibida en el viejo mundo que
de tan viejo, parecía estar rejuveneciendo. Se nota un gran
cuidado del medio ambiente y el río habla con elocuencia,
porque se lo ve limpio y saludable. Fue la última cena en
Udine. Nos dejan en el hotel y prometen buscarnos a las 5.30
hs., para llevarnos hasta el aeropuerto de Trieste.
Con la oscuridad que quedaba del saldo de la noche, abordamos el auto de Alessandro, que vino acompañado de su
hija Eleonora, para llevarnos hasta el aeropuerto distante a 40
kilómetros. Fue un diálogo rico, lleno de promesas de encuentros posteriores, de afectos, de respeto. Cumplidos los
trámites de rigor, se entregaron las valijas, quedando cada
uno con el bolso de mano. Todavía recuerdo ese pesado nudo
120
Eduardo Ceballos
de emoción que me embargó, cuando avanzaba hacia el embarque y veía a Eleonora y a Alessandro, como dos nuevos
parientes que me había dado la vida. Fue tan fuerte lo compartido, que llevaré ese perfumado recuerdo hasta el final de
mis días. Ya en la máquina, el despegue fue a horas 7.20.
Volamos por los cielos de Italia, a la que conocía por los libros
de historia y por la literatura. La distancia del aeropuerto de
Trieste hasta el de Roma es de 633 kilómetros, que se recorren en una hora y diez minutos de viaje. Siempre me tocaron días limpios en estos vuelos por Europa. Miraba su geografía y se me ocurría ver a los emperadores con sus ejércitos
conquistando a los hombres y ganando espacio. El avión aterrizó en Roma a las 8.30 de la mañana de Italia, en el aeropuerto internacional Leonardo da Vinci, a orillas del mar
Tirreno. Estaba en la capital de la cultura occidental, ciudad
motor que movió la historia. Desde el mismo aeropuerto internacional de Roma, tomamos un tren que nos llevó hacia la
zona céntrica, a la Estación Central de Roma, Termini (Stazione
Centrale Roma Termini). Viajaba en el tren y veía que los
yuyos también ornamentaban las vías ferroviarias italianas,
aunque más cuidados. Es la fuerza de la naturaleza irrefrenable. Luego de unos cuarenta minutos, llegamos a la estación
central, donde tomamos un subterráneo que nos dejó a dos
cuadras del Vaticano. Ese tren subterráneo, emerge para cruzar el río Tíber (Tevere) que atraviesa la ciudad, desde hace
muchos siglos. Cuando nos bajamos y salimos al nivel de la
tierra, nos encontramos con la elegante avenida de la Conciliación, la que nos lleva en forma directa hacia la imponente
estado del Vaticano. Son cuatro cuadras desde la estación de
subte hasta la puerta de acceso al Vaticano, capital de la grey
católica del mundo.
Tres salteños a Udine - Italia
121
VISITA AL VATICANO
Y AL COLISEO ROMANO
A medida que nos acercábamos, la afluencia de público
crecía a pasos agigantados. Se veía gente de todas las razas y
hábitos religiosos de todos los colores y formas. Como era
día miércoles, al llegar a la plaza San Pedro nos encontramos
con la sorpresa del Papa en la Audiencia General con todos
los peregrinos. La concede ese día a las 10.30 horas. Lo vimos
desde lejos porque la muchedumbre era importante. Pensé
en la historia, en dos mil años de tradición cristiana, y en
tantos temas que van de la mano de la Iglesia desde todos los
tiempos. Quisimos entrar hasta la Basílica de San Pedro, pero
era imposible hacerlo porque estaba cerrado el acceso. Nos
Eduardo frente al Palacio de las Artes de Roma.
122
Eduardo Ceballos
informaron que a las 15 horas de Italia, abrirían las puertas
para el público. Entonces fuimos a almorzar en un restaurante que está en la vía Mascherino, a dos cuadras de la Plaza
San Pedro y volvimos a la hora señalada. Mientras nos acercábamos al lugar del almuerzo, íbamos viendo la grosera venta de recuerdos. Una verdadera industria de baratijas que la
gente compra con desesperación. No tiene nada que ver con
el sentido religioso y la piedad de los verdaderos creyentes.
Las cuadras aledañas al Vaticano, parecía una gigantesca feria americana, o lo que decimos en nuestros países subdesarrollados, unos mercados de pulga. Con la diferencia de un
comercio incesante con una moneda fuerte como es el euro.
Pensé que los fabricantes de esas baratijas deben recibir más
dinero que muchos jerarcas de la Iglesia. Miles de curitas y
monjas anónimos venidos, vaya uno a saber de qué país del
mundo, vagaban desorientados por las calles de Roma, como
Estación ferroviaria del Aeropuerto de Roma.
Tres salteños a Udine - Italia
123
nosotros que éramos simples curiosos. Así llegamos al restaurante, situado exactamente a dos cuadras. Comimos en
una mesa en la vereda, ya que en esa cuadra, había varios
restaurantes y todos tenían mesas en las veredas y al frente
otra feria que vendía artículos regionales, con un público comprador compulsivo y multitudinario. Luego del almuerzo,
siendo ya la hora permitida para visitar la Basílica, nos sometimos a la larga cola de miles de personas, que pugnaban por
ingresar al templo, y con paciencia litúrgica pudimos por fin,
luego de un buen tiempo de espera, acceder a ese monumento de la historia de la humanidad. Todo es de grandes
dimensiones; en su interior miles de turistas, más que peregrinos, movilizaban sus cámaras fotográficas y sus filmadoras.
Parecían tucu- tucu las lucecitas que disparaban las máquinas en cantidades indescriptibles. Yo miraba cada detalle de
esa deslumbrante obra arquitectónica. Se me ocurrió pensar
Acceso a la Plaza San Pedro.
124
Eduardo Ceballos
en Miguel Angel Buonarroti, en su obra, en su soledad cómo
artista, en como calcular los espacios y distribuir las figuras
en ese impresionante «Juicio Final» sobre una pared
abobedada. Pensaba en el mundo interior del artista y esa
puja entre el gesto creativo y la férrea voluntad del poder; lo
veo creando casi salvajemente con su fuerza instintiva y la
observación de quien paga y hace valer su moneda. Lo imaginaba y lo buscaba, entre sus señales en el arte. El ha erigido
el David, porque él era un David, un hombre de lucha y de
ideales firmes. Después fuimos por un lateral de la iglesia,
donde cobraban entrada para ir a ver la cúpula, si subía por
la escalera y otro precio más importante si lo hacía por ascensor. Luego ingresamos a la galería donde están los restos de
los papas difuntos, la Sagrada Gruta Vaticana (Tombe dei Papi
– Sacre Grotte Vaticane), que se exhiben para todas las personas que quieran verlos. Un cementerio exclusivo lleno de
Plaza San Pedro.
Tres salteños a Udine - Italia
125
historia. Avanzamos por verdaderos laberintos interiores,
bellamente ornamentados, y salimos por el otro lateral de esa
impresionante basílica, que está frente a la plaza San Pedro,
de grandes dimensiones, de forma circular con recovas en
todo su contorno y con unas columnas exageradamente grandes. En una de las paredes de la plaza, un gigantesco cartel de
Telecom, como si esa empresa auspiciara alguna refacción.
Esa pequeña porción geográfica guarda en sus espacios, además de la Plaza San Pedro, La Basílica, su Cúpula artística; el
Museo Histórico Artístico, Tesoro de San Pedro (Tesoro di
San Pietro); los Jardines del Vaticano (Giardini Vaticani); la
Biblioteca Vaticana; la Capilla Sixtina, íconos de la cristiandad. Lo que nos llamó fuertemente la atención fue un servicio especial, brindado por empresas especiales, que realizan
tareas de guías turísticas y trabajan con una tecnología que
los destaca. El grupo que contrata el servicio recibe, para cada
Basílica de San Pedro.
126
Eduardo Ceballos
persona, un audífono. El guía lleva un número grande visible con un cartelito, para que la gente lo siga. Él habla explicando lo que se ve, y el usuario recibe, a través de su audífono,
un mensaje personalizado. Muchos grupos caminaban tras
sus guías escuchando sus informaciones.
Desde allí nos fuimos, con la satisfacción de haber conocido un ícono de la cultura universal, punto de referencia de
los hombres de este tiempo y que lo fue por miles de años de
otros hombres. Un sueño cumplido. Ahora, queríamos conocer otro lugar emblemático de Roma: el Coliseo Romano.
Luego de averiguar como llegar y después de mucho esperar,
pudimos abordar un colectivo que nos dejó a dos cuadras.
La ancha avenida San Gregorio nos mostraba al fondo un
impresionante edificio blanco, construido con una arquitectura deslumbrante: era el Palacio de las Artes, que tenía centenares de escalones para su acceso. Allí comenzaba un par-
Vista Plaza San Pedro.
Tres salteños a Udine - Italia
127
que de varias hectáreas, el Foro Romano, donde se podían
ver los vestigios de la historia romana. Estaban las ruinas, las
milenarias columnas. Se podía observar cada detalle de la
vida del ayer. Había miradores y pasarelas para acercarse y
ver del mejor modo cada tramo. Dentro de ese gran marco,
las autoridades turísticas de Roma tienen oficinas para ofrecer información al viajero. Caminando unas dos cuadras nos
encontramos frente al Coliseo Romano, ubicado junto a una
avenida de doble mano con fluido tránsito. Es una mole impresionante ese gran estadio de la antigüedad, donde funcionaba el cruel circo romano. Allí se jugaba a matar. Su estructura edilicia está presente a pesar del tiempo. En las amplias
veredas se ven italianitos disfrazados con ropa de época, que
prestan su facha para las fotos, a cambio de algunos euros. Al
frente posamos para las fotos, bajo el Arco de Constantino.
En la Plaza Coliseo (Colosseo) está el Museo del Divo
Plaza San Pedro.
128
Eduardo Ceballos
Vespasiano (Museo il Divo Vespasiano, il bimillenario dei
Flavi), en homenaje a Tito Flavio, emperador romano de 69 a
79, nacido en el año 9, que pacificó Judea, reformó el senado
y la orden ecuestre y construyó el Coliseo y el templo de la
Paz. Era como caminar por otros siglos. Luego de haber visitado estas moles arquitectónicas, de miles de tiempos, despacio nos fuimos acercando hacia el subterráneo que nos llevaría hasta la estación de ferrocarriles, para desde allí trasladarnos al aeropuerto de Roma. Antes de tomar el tren caminamos por la avenida que está al frente de la estación. Nos
sentamos bajo una recova a merendar en una apacible tarde
romana. Luego de mirar con ojos asombrados los últimos
paisajes de la ciudad luz, cruzamos hasta tomar el tren que
nos llevara al aeropuerto Internacional Leonardo da Vinci.
Desde allí retornaríamos, en el avión que saldría con destino
sudamericano a las 21.50. Dejamos Roma con el deseo de
Vestigios del Foro Romano.
Tres salteños a Udine - Italia
129
volver a recorrer sus seis catacumbas y los grandes museos,
que guardan cuidadosamente la memoria de la humanidad.
Ya en el aeropuerto, preparados para ascender a la máquina de la empresa Alitalia, que nos devolvería a nuestra patria,
quise tomar el último café a la italiana, exponiéndome a pagar un alto sobreprecio, como acontece en todos los aeropuertos, ya sea de vuelos nacionales como internacionales.
Pido el café y la cuenta. El mozo me entrega el ticket que
decía 0,80 centavos de euro, lo que significaba el mismo precio que pagaba en la ciudad de Salta y mucho más barato
que lo que pagaba en Buenos Aires. No podía creer, que en el
aeropuerto de Roma haya tomado un café más barato que
las confiterías de Buenos Aires, y quizá al mismo precio o tal
vez más barato que en las de Salta. Me sentí respetado. Em-
Al fondo Coliseo
Romano.
130
Eduardo Ceballos
Vistas del Coliseo
Romano.
Tres salteños a Udine - Italia
131
barqué con el deseo de volver alguna vez con mi esposa a
vivir intensamente la cultura de esta tierra. El viaje de regreso, tuvo una duración de 13.45 horas, nos juntó a los tres
salteños en una misma fila. Pudimos venir recordando cada
instante de lo mucho que nos hicieron vivir estos flamantes
amigos italianos que nos había regalado la vida.
Tres salteños a Udine - Italia
133
DE VUELTA
A las 7.30 horas de la mañana argentina aterrizamos en el
aeropuerto internacional de Ezeiza, con la satisfacción de un
viaje de película. «Tres Salteños A Italia, Todo un Sueño»,
que se había hecho realidad. Llegamos en un taxi hasta el
modesto hotel de la calle Sarmiento al 2000, donde dejamos
las pertenencias. Llamamos a Zamba Quipildor, con quien
quedamos en juntarnos a la tarde, para recoger las dos valijas
que habíamos dejado a su cuidado. Fui a reservar mi pasaje
para retornar a Salta y encontré para el otro día, el viernes 16
de octubre, en la misma empresa en la que habíamos viajado
antes. Rubén y Fabio se quedaron por algunas jornadas más
en Buenos Aires. Para despedirnos nos vamos a almorzar en
un restaurante chino que está sobre la avenida Rivadavia al
1600, frente a la Plaza de los dos Congresos, donde se cobra
un dinero fijo y se come lo que se desee. La bebida es aparte.
Allí recuperamos los extrañados sabores argentinos, distintos a los italianos. Pero justo es destacar la rica cocina italiana,
que tanto ha influido en las culturas culinarias del mundo.
Después de ese almuerzo, Fabio nos despide y se va hacia
Morón, donde lo esperaban con mucho cariño. A la tarde
fuimos a visitar al compadre Zamba Quipildor y con él dimos un paseo hasta la Boca. Buscamos las valijas y nos dejó
con ellas en el hotel. Para contarle de nuestra gira, hicimos
una bonita picada en un restaurante, ubicado al lado del hotel, donde dialogamos hasta altas horas de la noche, y yo me
despedí de mi compadre hasta la próxima. Resulta que la
valija que había dejado con Zamba era nueva. La había comprado unos días antes de viajar a Italia y la deje con un poco
de ropa. No tiene llave, porque viene con esos cierres con
códigos numerados. Al subir a la habitación, quise abrirla y
no podía. Yo debía organizar mi equipaje porque al otro día
viajaba a Salta y debía hacerlo. No había forma. Mientras
Rubén dormía, me voy al baño y recorro todas las combina-
134
Eduardo Ceballos
ciones posibles pero no podía. Extenuado de sueño, la dejo
en 0000 y me acuesto como a las cinco de la mañana. A las
ocho me desperté, miré la valija y me dije que no me podía
ganar. La pongo en la cama, dispuesto a buscar el modo y
comienzo con el 0000 y mágicamente se abre. Conclusión,
nunca más la volví a usar
El viernes a la mañana Rubén me acompañó a caminar
por la zona de Once para descubrir algunos regalitos para la
familia. Luego comimos en un viejo restaurante que está al
lado de la Asociación Israelita, en la calle Sarmiento al 2300, y
después me acompañó hasta el colectivo con el infaltable Julito
que nos llevó en su auto, hasta la calle Misiones y Rivadavia,
de donde partí rumbo a Salta. Ya estaba deseoso de juntarme
con mis afectos, luego de largas jornadas. Un viaje sereno,
que se inició de tarde y en pocos minutos se hizo de noche.
Aproveché el silencio y me entregué al sueño reparador, que
me acortó el viaje.
Cuando desperté eran las siete de la mañana. Estábamos
en un pueblito de Santiago del Estero sobre la ruta 34, donde
desayunamos. Desde allí hasta Salta fue un incesante crecer
de mi ansiedad por volver y reencontrarme con mi querida
familia, para contarle cada tramo de mi camino y la rica experiencia recibida. De pronto, el Portezuelo y la ciudad de
Salta a mis pies, como una luz llena de energía. Es lindo pasear, pero parece que es más lindo volver a casa, luego de
haber vivido tan importante experiencia.
Tres salteños a Udine - Italia
135
BIBLIOGRAFÍA, PUBLICACIONES Y
DOCUMENTOS CONSULTADOS
· Udinetraduce, Cantieri Internazionali de Poesia, octubre de 2009, Udine.
· AG, La Mia Guida Turistica, Areagroup Editore S.r.l.,
Nº 27, Anno II, Milano.
· Friuli Venezia Giulia, Le Terre de Udine, Codroipo.
· Friuli Venezia Giulia, Perle d’Arte, Codroipo.
· Friuli Venezia Giulia, Città d’Arte, Codroipo.
· Friuli Venezia Giulia, Le terre di Trieste, Codroipo.
· Un Ospite a Roma, Mensile Bilingüe di Informazione
Turistica, Nº 10, Anno 28, Octubre 2009, Roma. Associazione
Romana Chiavi D’Oro.
· SERAFIN, Silvana: «Scoperta e Conquista Americana
in Spagna e in Italia, Vincitori e Vinti Raccontano». Bulzoni
Editore. Año 2000, Roma, Italia. Con ilustraciones en la tapa
y en el interior de Marco Toffanin.
· SERAFIN, Silvana: «La Selva, da soggetto narrativo a
ricorso letterario», Bulzoni Editore, Año 2006, Roma, Italia.
Ilustración de la tapa: Marco Toffanin.
· SERAFIN, Silvana: «Ecos italianos en Argentina – Emigraciones reales e intelectuales», dirigido por Silvana Serafin
y la colaboración de Adriana Crolla, Eleonora Sensidoni, Sagrario del Río Zamudio, Rocío Luque, Mariarosa Scaramuzza
Vidoni. Campanotto Editore, 2008, Italia. Ilustración de la
tapa: Marco Toffanin.
· SERAFIN, Silvana: «Voci da lontano – Emigrazione italiana in Messico Argentina Uruguay», a cuidado de Silvana
Serafin y la colaboración de Mara Donat, Eleonora Sensidoni,
Renata Londero, Sagrario del Río Zamudio, Catalina Paravati,
Rocío Luque, María Luisa Daniele Toffanin, Federica Rocco
136
Eduardo Ceballos
Contin. Mazzanti Editori, 2008, Venecia, Italia. Ilustración de
la tapa: Marco Toffanin.
· SERAFIN, Silvana: «Friuli versus Ispano-America». A
cuidado de Silvana Serafin y la colaboración de María Luisa
Daniela Toffanin, Susanna Regazzoni, Catalina Pavarati,
Silvana Serafin, Emanuela Turchet, Renata Londero, Mara
Donat. Mazzanti Editori. Venecia. 2006. Italia. Ilustración de
la tapa: Marco Toffanin.
· SERAFIN, Silvana: «Immigrazione Friulana in Argentina – Syria Poletti Raconta», dirigido por Giuseppe Bellini y
Silvana Serafin; la colaboración de Silvana Serafin, Sagrario
del Río Zamudio, Mara Donat, Chiara Gallo, Susanna
Regazzoni y Silvana Serafín. Bulzoni Editore, 2004, Roma,
Italia. Ilustración de la tapa: Marco Toffanin.
· SOCIETAT FILOLOGJICHE FURLANE: «Il Strolic – Pal
2001», Antología de varios autores. 2000, Udine, Italia. Con
ilustraciones de Alessandro Sensidoni.
· MANCINI, Enzo; Mancini, Maurizio; Mancini, Mario:
«Vecje Ostarie – Al Vecchio Stallo» – «Te tradición furlane –
dal mangiá e dal bevi gjenuin», antología. 2005, Udine, Italia.
· BOTTIGLIERI, Nicola: «Operositá Missionaria e
Immaginario Patagónico», al cuidado de Nicola Bottiglieri,
con la colaboración de Liliana de Brezzo, María Gabriella
Dionisi, María Andrea Nicoletti, María Carolina Odone Correa, Carlos Baldassarre, Ilaria Magnani, Nicola Bottiglieri.
Edizione Universitá di Cassino. 2009, Cassino, Italia.
Tres salteños a Udine - Italia
137
EDUARDO CEBALLOS
Poeta y escritor con profunda formación humanística, vinculado al
periodismo radial, escrito, televisivo.
Recibió distinciones y reconocimientos, entre los que se destacan
el título conferido de «Patricio de la Humanidad Solidaria». Relacionado
con muchas universidades del mundo.
La Universidad de Tokio le hizo una película documental, filmada
en la ciudad de Salta y que se puede ver ingresando a la página de
esa casa de altos estudios http://spanish.ecc.u-tokyo.ac.jp./aries/
morvida, basado en un libro de su autoría.
También está difundido por universidades argentinas,
norteamericanas, mexicanas y francesas.
En octubre de 2009, fue invitado junto al bailarín Fabio Pérez y al
cantautor Rubén Pérez, por la Universidad de Udine, en el norte de
Italia, adonde viajaron llevando el mensaje de la cultura de Salta.
Tuvo amplio reconocimiento en Bolivia, junto a Susana Rozar, autora
del prólogo de este libro, ya que fueron denominados «Embajador de
la Cultura Universal» con sendos diplomas y declarados «Visitantes
distinguidos de tres ciudades».
Editó : «De la mano con el arte», «Logos» ( en tres ediciones), La
Gauchita ( en cien ediciones ).
Entre sus libros: «Conozca la historia de Salta a través de sus
efemérides», « Poetas salteños en el Congreso Nacional», «El IncaPaz», «Per saecula saeculorum - Amen», «Por amor a la vida», «Es
Primavera» (Libro de poemas), «Serenata a Cafayate - Una Historia
Musical», «Cafayate - Rumores de su Paisaje», «Periodismo de Salta
- Diarios décadas 50, 60, 70». Vale decir que este es el quinto libro
que edita Eduardo Ceballos en el año 2010.
Grabó dos CD: «La palabra» con Zamba Quipildor y Rubén Pérez y
«Frutos de la memoria», con Cholonga Navarro.
Para conocer más de su actividad puede ingresar a su página web:
www.ceballoseduardo.com
Tres salteños a Udine - Italia
139
Indice
PRÓLOGO ...................................................................................................... 05
LAS PRIMERAS PALABRAS.......................................................................... 07
EL PRIMER CONTACTO ............................................................................... 09
LAS COMUNICACIONES DESDE ITALIA .................................................... 11
LA CONFIRMACIÓN DEFINITIVA .................................................................. 13
EL PASAPORTE.............................................................................................. 15
LA ESTADÍA EN BUENOS AIRES ................................................................. 19
MUERTE DE MERCEDES SOSA ................................................................. 23
EL DISCURSO................................................................................................ 25
A EZEIZA CON ZAMBA QUIPILDOR ............................................................ 31
AEROPUERTO PARÍS.................................................................................... 35
AEROPUERTO DE TRIESTE ENCUENTRO CON ALESSANDRO Y ELEONORA .................................. 39
INAUGURACIÓN DEL CONGRESO EN LA UNIVERSIDAD DE UDINE .. 45
SEGUNDA JORNADA DEL CONGRESO ................................................... 57
COLABORACIONES ENVIADAS DESDE ITALIA… .................................. 63
ESCRITO DE BIAGIO CALCAVECCHIA ...................................................... 65
ESCRITO de SILVANA SERAFIN
...................................................................... 67
ESCRITO de DIEGO SIMINI
.............................................................................. 79
RECEPCIÓN A ROMINA Y A MATÍA ............................................................... 87
VIAJE A AQUILEIA ............................................................................................ 93
VIAJE A GRADO............................................................................................... 97
VIAJE A VENECIA ....................................... ...................................................101
CAMINATA CON RUBÉN POR UDINE ....................................... ...............107
CLASE MAGISTRAL EN LA UNIVERSIDAD DE UDINE .......................... 111
CENA DESPEDIDA EN EL RESTAURANT ODEÓN ............................... 117
VISITA AL VATICANO Y AL COLISEO ROMANO ........................................ 119
DE VUELTA.................................................................................................... 131
BIBLIOGRAFÍA, PUBLICACIONES Y
DOCUMENTOS CONSULTADOS ............................................................. 133
RESEÑA DEL AUTOR ................................................................................. 135
Se terminó de imprimir
en el mes de Diciembre 2010
en los Talleres Gráficos de
Editorial MILOR
Mendoza 1221 - Tel./Fax. 0387-4225489
4400 Salta - República Argentina
e-mail: [email protected]
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