Public risk management

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AÑO 1 / No 3 / diciembre 2008
U NA P U BLICACI ó N DE
A R GENTINA
+
Riesgos globales
Claves para enfrentar
las nuevas amenazas
e incertidumbres que
plantea un mundo
en crisis.
Depósitos de
almacenamiento
Cómo administrar el
riesgo en un contexto
de innovaciones
logísticas y
regulaciones
desactualizadas.
Public risk
management
La administración del riesgo público, sobre
la base de técnicas de risk management,
podría disminuir los riesgos por los que
debe responder el Estado.
editorialriskvision
Hacer la
diferencia
Marca, reputación y respaldo. Estas
son nociones intangibles, que suelen
distinguirnos como Compañía. Sin
embargo, carecen de sentido si no
se acompañan de “momentos de
verdad”, que se trasladan hacia el
cliente cuando, por ejemplo, se le
advierte acerca de las coyunturas y
su impacto en el negocio; o cuando
este confía en las soluciones de
vanguardia que le brinda su asesor,
contando estas con un valor mensurable para su operación; o bien,
cuando logra administrar eficientemente sus recursos.
Una organización convencida de
agregar valor estudia estos procesos tanto dentro como fuera de
la empresa. Acciones que, lejos
de parecer teóricas, producen un
crecimiento orgánico y consistente,
que, en el caso de los clientes de
Aon, les permite tener un respaldo
sólido, aun en las coyunturas más
adversas. Esta confianza reporta
a nuestra Compañía un índice de
retención cercano al 97%.
Cada región y cada mercado son
estudiados y analizados pormenoriza-
staff
Dirección General
Risk Vision es una
Vanina Canziani
Press & Communications
[email protected]
publicación de Aon
Argentina.
Revista trimestral.
Distribución Gratuita.
Marca Registrada.
Año 1. Número 3.
Diciembre de 2008.
damente. Sus oportunidades y su potencial son medidos. Así, supeditados
a un mercado altamente competitivo,
se alcanzan los más altos niveles
de satisfacción, que, en términos de
servicio, se traducen en recomendaciones. En este sentido, Aon trabaja
anualmente a través de las métricas
del NPS (Net Promoter Score), que
“trackean” la percepción de los clientes sobre el servicio y la propensión
de estos a recomendarnos.
Conociendo estas particularidades,
se infiere qué resulta “distintivo” para
el cliente: los equipos de especialistas de Aon y la implementación permanente de innovación por parte de
la Compañía, pilares de una gestión
centrada en el valor.
En un mercado de variables cambiantes, una respuesta honesta, más
esa capacidad diferenciada y probada
a través de soluciones, en conjunto
con la integridad de los profesionales que las brindan, son garantías
significativas. Dejan huella y explican
la diferencia.
Juan Velarde
CCO
Ronald Gunn
Institutional Relations Director
Coordinación General
Colaboraron en este número
Mario Lattes, Ing. Vicente Saravia,
Adrián Salbuchi, Denes Martos,
Elías Miguel, Walter L. Trovato y
Javier Estévez.
Producción editorial
Macchi-Azcuénaga
Arte y diseño. María Pía de
Azcuénaga y Melania Macchi
Edición y corrección de textos.
Javier González Cozzolino
www.macchi-azcuenaga.com.ar
Contacto
Emma de la Barra 353.
Dique 4. Buenos Aires. Argentina.
Teléfono: + 54 (11) 4814-8000
Fax: +54 (11) 4814-8065
“Nuestra
Compañía
cuenta con
un índice de
retención
de clientes
cercano al
97%.”
www.aon.com.ar
La publicación de opiniones personales de colaboradores y entrevistados no
implica que sean necesariamente compartidas por la dirección de Risk Vision
ni de Aon Risk Services Argentina. El
contenido de estas páginas brinda información general sobre las materias
que trata, pero no debe usarse como
herramienta final para la toma de decisiones financieras o empresariales.
Queda prohibida la reproducción del
contenido de esta publicación.
3
4
sumario
riskvision
10 / nota de tapa
Por el bien común
Las sociedades y sus riesgos se expanden.
En ese contexto, el public risk management
se transforma en un elemento fundamental
para asegurar el bien común y el consecuente
prestigio de los funcionarios que lo gestionan.
16
soluciones
20
de fondo
En el cielo,
los seguros
Primera parte de una
breve reseña de los
distintos tipos de seguro
de aviación.
Después del
crecimiento
Tras la recuperación registrada en los últimos años en
el mercado de caución, 2009
se presenta con un signo de
interrogación.
6 / Prevención
La logística se renueva. También
sus riesgos. Medidas a tomar en un
campo donde, con cumplir con la ley,
ya no alcanza.
8 / Actualidad
La reciente crisis financiera mundial
y la incertidumbre que ha generado
tornan aún más necesaria a la
administración de riesgos.
14 / Claves
Contar con el asesoramiento de
expertos en análisis de riesgo es
el mejor camino para sortear las
indefiniciones de la Ley General
del Ambiente.
6
riskvision Prevención
diciembre 2008
logística y riesgo
Los progresos logísticos de los
últimos 15 años modificaron las
formas de almacenamiento y
la exposición al riesgo de los
depósitos. Esta situación plantea
la necesidad de, más allá de lo
estipulado en la legislación, tomar una serie de recaudos extra,
sobre la base del asesoramiento
de expertos en sistemas de
protección. Estos profesionales
están capacitados para determinar qué innovaciones son
necesarias y suficientes y qué
elementos preventivos existentes ya resultan caducos y
deben ser reemplazados.
Depósitos de almacenamiento
Prueba de fuego
Las innovaciones en materia logística son importantes amenazas a
la seguridad de los depósitos de almacenamiento. ¿Qué medidas
tomar? ¿Qué hay que tener en cuenta? Estos y otros planteos
se responden en esta nota.
S
Por Ing. Vicente Saravia / Sr. Loss Control Engineer - Placing / [email protected]
Supongamos que usted es el encargado de llevar adelante una operación logística. De usted depende un
moderno depósito que cuenta con la última tecnología
disponible en almacenamiento. La altura de almacenamiento alcanza los 12 m, el techo está a unos 13,5 m y
la protección contra incendios consta de un extintor portátil cada 200m2 y, en el mejor de los casos, una o dos
mangueras en los ingresos del edificio. ¿Todo lo anterior
es suficiente para evitar un principio de incendio?
Desde el punto de vista legal, la respuesta es sí. Es
decir, el grado de protección citado cumple con los
requerimientos de las leyes nacionales. Sin embargo,
en un incendio se ponen en marcha las leyes de la naturaleza, a las que no les importan las normas hechas
por el hombre.
En los últimos 15 años, hemos visto una revolución en
materia logística en la Argentina. Hemos, prácticamente, abandonado la estiba de las cajas de mercaderías sobre el piso y ahora se tiende a tener estanterías
metálicas con alturas que ya llegan a los 13 metros y
aún más. Asimismo, el embalaje de protección de los
objetos almacenados también se ha modificado de forma notable: las simples cajas de cartón ya han sido
reemplazadas por envoltorios complejos, en los que
conviven ese material, más el cartón corrugado, el film
plástico y las espumas plásticas.
medidas de prevención dispuestas en el depósito del
ejemplo se aleja de una afirmación contundente.
A igualdad de peso, el plástico le ofrece al fuego el
doble de combustible que el cartón o la madera. Ello
implica que los embalajes modernos podrán alimentar incendios de mayor temperatura y duración que un
foco ígneo iniciado por los últimos dos materiales.
La altura se suma a este peligroso “cóctel”. La forma
física en la que están dispuestas las mercaderías en
las estanterías facilita el ingreso de oxígeno a un incendio y, al mismo tiempo, permite que la radiación
“térmica” liberada por el fuego aumente la velocidad
de propagación.
Así, si, por ejemplo, el incendio se origina en la parte superior del almacenamiento, debido a una falla en
la instalación de iluminación, la batalla estará perdida de antemano, aun contando con los elementos de
prevención dispuestos por la ley. La altura del almacenamiento rápidamente hará que el fuego quede fuera
del alcance de los extintores portátiles, y la caída de
los restos incendiados propagará el fuego en sentido
vertical a una velocidad escalofriante.
Ensayos de este tipo de siniestro muestran cómo una
llama de pocos centímetros de altura —entre 5 y 10 cm—
termina por alcanzar alturas superiores a los 10 m en
menos de 2 minutos y medio. En esa situación, si se tiene
en cuenta que a brigadistas entrenados les llevará más
El riesgo, presente. En este nuevo escenario, la de 4 minutos extender una línea de manguera, abrir
respuesta a la pregunta acerca de si son suficientes las la válvula y comenzar a arrojar agua, es fácil advertir
que, una vez más, la carrera contra
el fuego estará perdida. Para cuando la brigada haya sido informada y
“Los rociadores automáticos permiten
comience a intentar extinguir el incontrolar y hasta extinguir incendios sin
cendio, este ya se encontrará fuera
de control.
intervención del hombre.”
Soluciones
Frente a la inutilidad manifiesta de los sistemas de extinción manuales, el
refuerzo de la prevención mediante la instalación de un sistema automático
de detección de humo en el depósito puede beneficiar el tiempo de respuesta de la brigada frente a un foco de fuego. No obstante, el ahorro de tiempo
posiblemente todavía sea insuficiente para evitar una catástrofe.
¿Cuál es la alternativa, entonces, para proteger en forma eficaz un depósito
logístico? La respuesta al problema son los sistemas de rociadores automáticos, denominados en inglés “sprinklers”. Estos —si están correctamente
diseñados e instalados, siguiendo normas internacionales de ingeniería—
permiten controlar y, en algunos casos, hasta extinguir incendios sin intervención del hombre.
Contar con un asesoramiento especializado y oportuno en el diseño e instalación de estos modernos sistemas de protección suele ser de una utilidad
y eficiencia superiores.
7
8
riskvisionACTUALIDAD
C
Con el mundo interconectado por una
vasta y creciente red de comunicaciones, ya nadie puede decir que se
encuentra aislado o protegido de lo
que ocurra en otros lugares. En este
contexto se ha generado la reciente
crisis financiera mundial. Y todo indica que habrá que prestarles mayor
atención a ciertos pilares fundamentales del risk management, cuyo eje
fundamental radica en prever, con la
mayor precisión posible, los riesgos
que se avecinan para las empresas,
los sectores económicos, los individuos y los Estados.
Efectivamente, estos son momentos
de grandes cambios paradigmáticos.
Tambalean las reglas y los conceptos, hasta hace poco sacrosantos,
en materia de finanzas. Nadie puede
afirmar a ciencia cierta cómo quedará el mundo una vez que haya finalizado el dramático reordenamiento de
fuerzas que se está produciendo en
lo financiero, monetario, económico
y político. Y nadie —ninguna empre-
diciembre 2008
sa, organización, nación o individuo—
tampoco puede decir que está aislado
de este proceso auténticamente global. Guste o no, el mundo está inmerso en este juego de fuerzas titánicas
que, a veces, hasta parece superar a
los más poderosos.
De ahí que la clave para el éxito de toda
empresa u organización hoy se sustente en dos ejes secuenciales, propios de
la administración de riesgos:
1. Identificar y administrar toda amenaza a la que se enfrenta la organización: El objetivo principal de este
primer eje consiste en garantizar la
necesaria supervivencia de la organización, y en mitigar los riesgos del
entorno, sean estos políticos —por
medidas de las autoridades—, económicos —por fluctuaciones de los
mercados locales y externos—, financieros —a raíz del impacto de la crisis mundial—, o sociales —debido a
la percepción del público en general
y del propio personal, en momentos
Por Adrián Salbuchi / Analista internacional / [email protected]
9
en que los niveles de confusión y ansiedad de ambos se potencian—. Para
lograrlo, se torna necesaria una actualización de los planes estratégicos,
de contingencia y comunicacionales,
adaptándolos a las realidades actuales. En síntesis, lo primero es pararse
lo más firmemente posible y mantener un alto nivel de alerta y flexibilidad
ante cambios repentinos.
2. Identificar y aprovechar toda oportunidad que surja de ese mismo entorno:
Este segundo eje abarca desde nuevas
demandas sobre la economía, especialmente las que provendrán del exterior; nuevas necesidades del mercado
local; formas novedosas en los procesos productivos; nuevos productos e
incluso la reactualización de productos
y servicios que se pensaba abandonados cuando hasta hace poco el mundo
transitaba por una etapa de consumismo exacerbado e ineficiente, que hoy
todas las naciones van abandonando
por la fuerza de las circunstancias.
Por supuesto, aprovechar estas y otras
potenciales ventajas sólo podrá lograr-
Vientos
de cambio
Riesgos globales
La necesidad de hallar nuevas maneras
de protección ante los crecientemente
complejos riesgos globales, sitúan al risk
management como la disciplina capaz de
identificar no sólo amenazas, sino también
oportunidades.
se si las dirigencias empresariales, políticas y académicas aciertan en:
• interpretar correctamente el origen
de, y los mecanismos que condujeron
a la actual crisis, cuyos disparadores
—aunque mayormente ignorados— eran
previsibles desde hace largo tiempo;
• estructurar un modelo que permita
identificar y describir sus distintas etapas y dinámica interna, para así prever
su probable desenlace;
• evaluar los riesgos que representa
para cada sector de la economía y, tanto
o más importante, identificar las oportunidades que surgen para el país en la
venidera nueva realidad mundial, que
verá una caída cualitativa en su nivel
de actividad y tenderá a concentrarse
en la demanda de elementos primarios
—alimentos, agua potable, materias primas—, rubros en los que la Argentina es
potencialmente muy fuerte;
• utilizar, por último, una acertada y actualizada metodología del planeamiento
estratégico y del modelamiento de ries-
gos en todas las áreas de la economía,
en los sectores público y privado y, muy
especialmente, entre las empresas,
sean nacionales o internacionales.
Un antiguo adagio chino aconseja sabiamente que el hombre debe acostumbrarse a vivir en “tiempos interesantes”,
manteniendo una mirada calma y am-
plia sobre el entorno. Dependerá entonces de cada individuo, empresa y nación
saber resguardarse de los vendavales
que, seguramente, seguirán soplando
en tiempos de crisis. También dependerá de ellos aprender a aprovechar
los tesoros enormes que esos mismos
vientos revelan y dejan al descubierto.
confianza y riesgos
Una de las causas del colapso del sistema financiero actual se debió a que,
durante décadas, hubo exceso de confianza entre los operadores financieros del primer mundo, que no se condijo con la realidad económica, e
incluso política, de sus respectivos países y del mundo en general.
Si bien la confianza es uno de los factores fundamentales que promueve el crecimiento económico y el correcto funcionamiento del sistema
bancario, bursátil y de los mercados de capitales, su exceso conduce
a comportamientos irresponsables y temerarios, lo que representa, en
sí mismo, un gran riesgo —ambiguo, e incluso no identificado— que
tiende a crecer exponencialmente.
Como contrapartida, ahora, la confianza como tal se halla en colapso,
amenazando con transformarse en una generalizada y aguda desconfianza en todo el sistema bancario, financiero y bursátil. Ello genera otro
gran riesgo: la contracción económica.
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riskvision
diciembre 2008
11
nota
de tapa
Public risk management
Por el bien
común
Las técnicas de risk management son una herramienta
clave para la administración de riesgos del Estado.
Ofrecen soluciones efectivas y protegen a los
funcionarios de la exposición negativa tras una amplia
gama de siniestros.
Por Denes Martos / Analista de Riesgos / [email protected]
En colaboración con Adrián Salbuchi / Analista internacional / [email protected]
y Elías Miguel / Commercial Director / [email protected]
L
a administración pública convive, de manera continua, con riesgos latentes que afectan a su jurisdicción. Se plantea, así, una situación donde, a menor erogación de fondos en la materia, mayor es la exposición
a sufrir un siniestro.
En este marco, las técnicas de risk management irrumpen como una
solución eficaz. Estas, a través de una amplia variedad de productos y
servicios, permiten identificar riesgos implícitos y explícitos, diagnosticar su impacto e importancia y, finalmente, recomendar programas de administración de riesgos públicos.
La estrategia básica para la correcta gestión que guía a esas técnicas radica en
impedir que la ocurrencia de un siniestro suceda la menor cantidad de veces posible. Adicionalmente, también permite que, de manifestarse el riesgo, este cause el
menor daño posible y que la recuperación, tras el hecho,
resulte rápida y completa.
Lo público y lo privado. Relacionado con lo
anterior, si bien en materia de riesgo público muchos
aspectos suelen ser vinculados a los de origen privado,
existen diferencias sustanciales.
La primera es “de escala” y, naturalmente, subraya
que, como nota distintiva de lo público, el ámbito en
12
riskvision
diciembre 2008
13
nota
de tapa
el que este se desarrolla siempre es
demográfica y geográficamente mayor
que el privado.
Como segunda diferencia se encuentra
la “gravedad consecuencial”, que indica
que los efectos de una emergencia o crisis en la esfera gubernamental pueden
tener implicancias económicas, operacionales y hasta políticas de mayor gravedad y extensión que las privadas.
En tercer término, pero no menos importante, se encuentra la “complejidad
decisoria” como otro elemento diferen-
ciador. Este implica que, por cuestiones
inherentes a la cultura gubernamental,
el proceso decisorio es menos expeditivo o sencillo que el privado, con todas
sus consecuencias.
La “diversidad operacional” aparece
como una cuarta distinción de lo público, dado que el Estado enfrenta actividades relacionadas con servicios, suministros, comunicaciones, salud, etc.,
variedad que supone una amplia gama
de riesgos.
Las “responsabilidades repartidas”, por
último, se suman a esta lista de diferencias. Señalan que, en el ámbito público,
las responsabilidades se encuentran
diseminadas en los distintos cuerpos
del gobierno, mientras que en la esfera
privada no suele ser así.
Metodologías y estrategia. No
obstante la lista anterior de diferencias,
en principio, las técnicas y metodologías desarrolladas para la administración de riesgos en la esfera privada son
aplicables al Estado, dado que, genéri-
instrumentación de la administración de riesgos públicos
Nivel
Estratégico
Nivel
Ejecutivo
anÁLisis
Identificación y análisis de las exposiciones a riesgo
PoLíticas
Lineamientos esenciales / Prioridades / Autoridades
P r oyec to
Áreas de aplicación / Responsables (“Accountability”)
/ Estructuras de apoyo
Programas
Eliminación, control, retención o transferencia
PLane s
servicio s
supervisión
auditorí a
Siniestros / Sistemas y herramientas
/ Comunicaciones / Consultoría
camente, los riesgos, más allá del
ámbito donde se originen, presentan rasgos similares, en tanto que
el modo de detectarlos y determinar
frecuencias y estrategias igualmente
es invariable en uno y otro ámbito.
Pero ello no significa que los riesgos
públicos, como tales, no precisen de
una necesaria adecuación metodológica, dadas, justamente, esas particularidades que los diferencian de los
privados.
Justamente, al ser abordados, los riesgos públicos manifiestan la exigencia
de un enfoque particular, cuya primera
respuesta deriva en una clasificación
básica, entre “riesgos públicos catastróficos” y “riesgos públicos específicos”.
Los primeros son inevitables, pero sus
consecuencias pueden ser atemperadas.
Entre ellos se encuentran aquellos relacionados con los desastres naturales.
Los segundos suelen ser evitables mediante medidas preventivas. Se trata de
todos aquellos eventos con impacto en
bienes, funciones o actividades o áreas
de decisión del Estado.
para tener en cuenta
• Todo riesgo ignorado es un riesgo retenido de
la peor forma.
• Un riesgo mal administrado es más oneroso
que otro gestionado de forma adecuada.
• En una crisis, la gente espera soluciones y no
acepta excusas a cambio.
• Puede suceder que una buena gestión no
necesariamente alcance el mayor de los
prestigios, sin embargo, una mala gestión
rara vez se perdona.
• En cuestiones de riesgos, nunca es
recomendable apostar más de lo que se
está dispuesto a perder.
Además de estos últimos, vale añadir
que existen los denominados “riesgos
políticos puros”, a los que directamente
se encuentra expuesto el ámbito público.
Las formas que adquieren en la realidad son variadas: terrorismo, sabotajes,
atentados, fraude y corrupción, entre
otros. Estas y las modalidades anteriormente descriptas como “riesgos públicos” requieren de abordajes adecuados
a sus características intrínsecas.
Gobernabilidad de imprevistos. Las técnicas de
risk management actual aplicadas a lo público hacen foco
en la identificación de riesgos,
la evaluación del impacto de
cada exposición y el diseño de
una estrategia que responda
adecuadamente a la coyuntura. Y aplican esta metodología, traducida en programas
puntuales, conociendo las
complejas circunstancias que
acompañan a la esfera pública y generando mayor gobernabilidad de los imprevistos y
un exhaustivo control de las erogaciones por daños.
Este modo de encarar los riesgos públicos repercute, finalmente, en un
manejo eficiente de la situación de crisis, en el bienestar de la comunidad y
en la calidad de gestión del gobierno,
quien, de este modo, ve acrecentada su
reputación positiva y el nivel de responsabilidad y previsión concedido por los
ciudadanos.
14
riskvisionclaves
diciembre 2008
15
Seguro por daño ambiental de incidencia colectiva
Fórmula
MMES = NCA2 * Correlación * Ajuste * V * D
NCA: Nivel de complejidad ambiental.
V: Factores de vulnerabilidad.
D: Factores de existencia de materiales
peligrosos y de eliminación programada.
Correlación: Factor de correlación en pesos
moneda nacional = $400.
Ajuste: Factor provisoriamente igual a 1.
“La oferta de seguros específicos
destinados a satisfacer la
exigencia legal es casi nula.”
Conocer marca
la diferencia
Las indefiniciones que
todavía arrastra el
andamiaje legal que gira
en torno a la Ley General
del Ambiente pueden
ser disminuidas a través
del asesoramiento de
profesionales expertos en
análisis de riesgo.
Por Mario Lattes / Casualty & Marine Manager /
[email protected]
L
La Ley General del Ambiente N° 25.675, sancionada el 27 de noviembre de
2002, ha generado, desde su dictado, creciente inquietud en un amplio espectro de sectores. En particular, interesa la disposición que, en materia de
seguro obligatorio, contempla el artículo 22 de la citada norma.
Precisamente, la Resolución 1398/08 de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS), publicada en el Boletín Oficial del 22 de septiembre último, establece los Montos Mínimos de Entidad Suficiente (MMES)
para los establecimientos industriales y de servicios con nivel de complejidad
ambiental igual o superior a 12 (Resolución SAyDS N° 1639/07). También la
Resolución 1398/08 determina que serán por su parte objeto de tratamiento
especial las instalaciones fijas correspondientes a las actividades extractivas de petróleo, continentales o en plataforma submarina, las terminales
portuarias, y los conductos, ductos y poliductos que transporten materiales
peligrosos fuera del predio de la instalación.
En tanto, el MMES, específicamente, queda definido bajo una compleja fórmula, que requiere de la participación de profesionales idóneos en materia
de medio ambiente, para su adecuada evaluación. (Ver “Fórmula”.)
Antecedentes. Esta resolución se suma a anteriores normas emanadas de la autoridad de control:
• Las resoluciones 177/2007 y 303/2007, mediante las cuales se aprueban
normas operativas para la contratación de seguros; más la 1639/07, por la
que se aprueba la categorización de industrias y actividades
de servicios según su “Nivel de Complejidad Ambiental” (todas disposiciones de la SAyDS).
• Las resoluciones conjuntas 178/07 (SAyDS) y 12/07 (Secretaría de Finanzas –SF–), en virtud de las que se crea la Comisión
Asesora en Garantías Financieras Ambientales (CAGFA); y las
1973/07 (SAyDS) y 98/07 (SF), por las que se determinan las
“Pautas básicas para las Condiciones Contractuales de Pólizas de Seguro por Daño Ambiental de Incidencia Colectiva”.
Valga añadir que aún no fueron establecidas las pautas asociadas a la alternativa de autoseguro, admitidas por anteriores disposiciones reglamentarias, y han quedado pospuestas
las normas relacionadas con actividades específicas mencionadas anteriormente.
Situación en materia de seguros. Mientras tanto,
hay en el mercado productos en vías de autorización, o recientemente autorizados, bajo la forma de seguros de caución, adecuados a la reglamentación. Y existe también, en
trámite de aprobación, un producto de responsabilidad civil.
Naturalmente, el primero no constituye una transferencia de
riesgo. Mientras que, en el segundo, no están dadas todas las
condiciones para su efectiva contratación. En este sentido, no
es menor la determinación de la metodología, a partir de la
cual se definirán los conflictos entre las partes contratantes,
respecto de cuánto corresponde a daño preexistente y cuánto
a la nueva condición (la “Situación Ambiental Inicial”).
Es sabido, además, que algunos seguros hoy vigentes admiten, con los alcances y limitaciones propios de cada póliza,
el pago de los gastos de limpieza, con lo cual, aun cuando
la legislación presente todavía puntos pendientes, no habría
conflicto en lo referido a asumir una parte de la obligación,
a condición de que el hecho contaminante revista el mismo
carácter en cuanto a su origen, tanto en la legislación como
en el contrato de seguros.
Pero es cierto, también –y esto no es materia de discusión–,
que las pólizas disponibles en el mercado no atienden el daño
ambiental de incidencia colectiva, con lo cual, con los actuales
seguros (basados en la exposición a riesgo), se estaría contribuyendo a morigerar las consecuencias de un proceso contaminante, aunque no el daño final resultante (basado en la ley),
si es que efectivamente dicho daño se llega a producir.
Conclusiones. Dadas estas características, el escenario
normativo –con sus asuntos pendientes y sus aciertos en la
materia que regula–, más las consecuencias que este supone,
permiten esbozar una serie de conclusiones.
En primer lugar, se observa que la oferta de seguros específicos destinados a satisfacer la exigencia legal es casi nula, al
tiempo que los mecanismos asociados, como la determinación de la “Situación Ambiental Inicial”, no están definidos.
Por otro lado, las obligaciones que impone la Ley General del
Ambiente, como ser el gasto de remediación que resulte necesario a partir de un evento contaminante, pueden ser objeto
de cobertura en algunas de las modalidades de seguro actualmente vigentes.
La norma también determina responsabilidades que no se
ven necesariamente limitadas por las sumas que establezca
el seguro, cualquiera fuere la forma que este adopte. Y la responsabilidad no es necesariamente transferible bajo una figura
exclusiva, es decir, que surge del análisis de cada riesgo en
particular, y podrá ser en parte asumida y en parte asegurada.
Por todo ello, parece conveniente entonces avanzar en el
cálculo para la determinación del MMES, para lo cual es importante contactar empresas dedicadas al análisis de riesgo
ambiental que conlleve dicho cálculo. De esta manera, la decisión final surgirá de combinar, según el MMES resultante,
las siguientes alternativas:
• Un seguro de responsabilidad civil por daño ambiental de
incidencia colectiva (una vez autorizadas las condiciones contractuales que se encuentran en trámite de aprobación ante
de la autoridad de control).
• Un seguro de caución por daño ambiental de incidencia colectiva (siendo, a la fecha, el único modelo aprobado el de la
aseguradora Prudencia).
• Un autoseguro (aun cuando está sujeto a reglamentación).
riskvision
diciembre 2008
17
Solu
ciones
En esta primera entrega, iniciamos una breve reseña de
los diferentes tipos de cobertura de seguro de aviación
que, normalmente, contrata un operador de aeronaves.
Por Walter L. Trovato / Aon Re Argentina - Director de Riesgos Facultativos / [email protected]
L
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16
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I)
a contratación, por parte de los
operadores de aeronaves, de
pólizas para sus flotas, puede ser,
en líneas generales, de cinco tipos:
Todo riesgo casco; riesgo de guerra
casco; repuestos; responsabilidad
civil de aeronaves; y responsabilidad civil general. En este número,
se describirán los dos primeros tipos, dejando para la próxima edición los tres restantes.
Todo riesgo casco. La pó-
liza de todo riesgo casco hace referencia a cualquier riesgo de pérdida o daño físico de la aeronave,
excepto:
• el desgaste normal y el deterioro
gradual;
• los daños por ingestión causados
por piedras, arenilla, polvo, arena,
hielo, etc., que tengan como resultado el deterioro progresivo del motor
(con la salvedad del daño por ingestión causado por un único incidente
registrado, donde el o los motores
afectados deben apagarse; este tipo
de incidente está cubierto, sujeto al
deducible de póliza aplicable);
• y la avería mecánica (no obstante, es posible obtener cobertura,
por medio de una póliza aparte,
aunque tiene un alto grado de exposición y, en consecuencia, es relativamente cara).
Todo riesgo casco está, a su vez, sujeto a un nivel de deducible estándar
(este es un monto no asegurado, a
cargo del asegurado), aplicable en
caso de pérdida parcial (no total). En
la actualidad, este deducible puede
variar entre U$S10.000, para aeronaves pequeñas, y U$S1.000.000,
para una a reacción de gran capacidad, como el Boeing 747.
Los deducibles también pueden ser
reducidos por medio de una póliza
aparte, llamada de “seguro de deducible”. Por ejemplo, el deducible de U$S1.000.000 aplicable a un
Boeing 747 puede ser reducido a
alrededor de U$S100.000.
En cuanto al término “todo riesgo”,
debe tenerse en cuenta que este
puede ser engañoso. “Todo riesgo
de pérdida o daño físico” no incluye pérdida de uso o pérdida consecuencial. La “suspensión de licencia de vuelo” es un buen ejemplo de
este último daño. (Ver aparte “Caso
DC 10”.)
Lo que cubre la póliza es el restablecimiento de la aeronave a su condición “antes de la pérdida”, siempre
que se trate de un daño reparable o
más sustancial. La forma exacta de
pago o liquidación del siniestro, en
estos casos, suele depender de las
condiciones de contratación.
Hoy la gran mayoría de las pólizas
de todo riesgo casco se contratan
sobre una base de valor acordado,
que se establece entre el asegurador y el asegurado por la vigencia
de la cobertura y el valor de la aeronave. En caso de pérdida total, este
valor acordado es pagado en su totalidad. Cabe añadir que en pólizas
de valor acordado la opción de reemplazo es eliminada.
Riesgos de guerra casco.
La póliza de todo riesgo casco contiene la exclusión de “guerra y riesgos afines”. Ello es porque, en general, “guerra” y “riesgos afines”
tienen un significado definido. Por
ejemplo, en el mercado de seguros
de aviación de Londres, la exclusión
estándar se denomina “Cláusula
de Exclusión de Guerra, Secuestro
y otros Riesgos” (conocida por su
referencia AVN48B), que enumera
y define los llamados “riesgos de
guerra y riesgos afines”. De este
modo, “guerra” incluye:
• guerra civil o cualquier otra forma que no posea una declaración
formal;
• detonación de un arma de guerra
que emplee fisión o fusión nuclear;
“Si se confisca o embarga una
aeronave, generalmente no hay una
fecha predeterminada en la póliza en
la cual aquella se considere ‘perdida’.”
18
Solu
ciones
• huelgas, motines, conmociones civiles y disturbios laborales;
• actos políticos o terroristas, maliciosos o de sabotaje;
• confiscación, nacionalización, requisición y actos similares por parte
de un gobierno;
• secuestro, o cualquier toma ilegal,
o ejercicio del control de la aeronave
o de la tripulación en vuelo.
La exclusión también es aplicable a toda pérdida o daño que ocurra mientras la aeronave esté fuera
del control del operador por motivo
de cualquiera de estos riesgos de
guerra.
Así, la mayoría de los riesgos de
“guerra y riesgos afines” excluidos,
que no sean la detonación de un arma nuclear y la guerra entre grandes potencias (el mundo de los seguros de aviación identifica a estas
potencias como los Estados Unidos,
Rusia, China, Francia y el Reino
Unido), pueden normalmente ser
cubiertos por medio de una póliza
aparte, de “guerra y riesgos afines”.
En esa línea, los deducibles de aeronave normalmente no son aplicables a pérdidas que surjan de “guerra y riesgos afines”.
En este marco, otras exclusiones
que generalmente aplican los aseguradores son las siguientes:
• confiscación del estado de registro
(esta exclusión muchas veces puede
ser eliminada para intereses financieros, y en algunos casos mediante
el cobro de una prima adicional);
• toda deuda o cualquier otra causa financiera bajo orden judicial o de
alguna otra manera;
• demora y pérdida de uso (aunque
existe una extensión a la póliza por
un monto limitado para gastos extra,
necesariamente incurridos después
de una confiscación o secuestro).
También es importante considerar
que, si se confisca o embarga una
aeronave, generalmente no hay una
fecha predeterminada en la póliza en la cual aquella se considere
“perdida”. Si el asegurado se ve privado del uso, deberá demostrar que
se están siguiendo los pasos razonables para recuperarla, que no hay
posibilidad de recuperación de la
aeronave en el futuro cercano y, por
lo tanto, que de lo que se trata es de
una “pérdida”.
La póliza de “guerra y riesgos afines”
casco también cubre a la aeronave
sobre una base de valor acordado.
caso dc10
Hace algunos años, cuando se habían producido algunos accidentes que
involucraban aeronaves DC 10, las autoridades de aviación civil impusieron una orden de suspensión de licencia de vuelo para ese tipo de
aeronaves en el mundo, que decía que, hasta que ciertos hechos se
hubieran establecido y comprobado, estos aviones no podrían volar.
Los operadores, como consecuencia, “perdieron” el uso, pero las
aeronaves no se vieron “perdidas”: se sabía exactamente dónde
estaban, aunque no podían ser utilizadas para el transporte de
pasajeros. Tal eventualidad actualmente no estaría cubierta por
una póliza de “todo riesgo”, porque en tales circunstancias no
hay pérdida o daño físico.
20
diciembre 2008
De
fondo
Seguros de caución
E
“La falta de
financiamiento
general podría
representar una
oportunidad para
utilizar al máximo
la característica
del seguro de
caución como
herramienta
financiera.”
En los últimos cuatro años se registra un crecimiento casi exponencial
del mercado de caución en la Argentina, que parecía impensado siete años
atrás. En efecto, luego de la crisis de
2001, se había generado una gran incertidumbre en cuanto a la suerte que
iban a correr los contratos que se encontraban en ejecución. La falta de
liquidez y la ruptura de la cadena de
pagos, derivadas de la situación por la
que se atravesaba, habían propiciado
la sensación generalizada de que se
vendría una posible catarata de reclamos por incumplimiento de esos contratos, con la consecuente ejecución
de las pólizas de caución presentadas
para garantizarlos.
En 2002, las compañías ajustaron la
suscripción y los reaseguradores limitaron las capacidades que otorgaban
para este tipo de seguros (en dólares,
la mayoría de las aseguradoras vieron
disminuidos sus contratos respecto al
año anterior, en algunos casos, hasta
la mitad).
Pero, contrariamente a lo esperado,
las partes involucradas (proponentes
y asegurados) entendieron la coyuntura y, en líneas generales, llegaron a
acuerdos de renegociación de los con-
tratos, lo que se tradujo en que fueran
muy pocos los siniestros que debieron
afrontar las compañías.
La posterior reactivación económica
del país, favorecida por la devaluación
del peso, fue unos de los pilares que
permitieron al Gobierno llevar a cabo la
política de obras públicas con grandes
inversiones en infraestructura (obras
viales, gasoductos, termoeléctricas,
etc.); como consecuencia de ello, hubo
mayores requerimientos en garantías
contractuales.
A su vez, las exportaciones mejoraron
considerablemente, dada la mayor
competitividad que se logró mediante
la devaluación, lo cual implicó también
un mayor volumen en lo que respecta a
garantías aduaneras.
En síntesis, la baja siniestralidad y la
reactivación le dieron una renovada
confianza al mercado de caución. Los
principales reaseguradores apostaron
fuertemente al ramo y triplicaron las
capacidades automáticas otorgadas a
las distintas aseguradoras. Adicionalmente, aparecieron nuevas compañías
—varias de ellas especialistas sólo en
caución—, que comenzaron a operar
en el ramo.
Lo expuesto hoy permite que, entre 2004
Después del
crecimiento
Tras la crisis de 2001 y 2002, el mercado de seguros de caución
inició una extraordinaria recuperación. Ahora, frente a la incertidumbre
que despierta 2009, existen indicios que, sin embargo, indican
expectativas positivas para el corto y mediano plazo.
Por Javier Estévez / Suscriptor Sr. / [email protected]
Garantía ambiental a través del seguro de caución
La Ley 25.675 determinó la obligación
de contratar un seguro, para garantizar
la existencia de los fondos necesarios
para remediar los daños ambientales
de incidencia colectiva ocurridos en el
establecimiento de una sociedad que
desarrolle una actividad riesgosa.
Resoluciones posteriores de la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable (177/2007; 1398/2008)
establecieron normas operativas para
la contratación de los seguros previstos en la mencionada ley: por ejemplo,
qué se considera como “actividad
riesgosa” y bases para determinar los
montos mínimos asegurables.
Están obligados a presentar este seguro todas las empresas que posean
establecimientos industriales con un
Nivel de Complejidad Ambiental igual
o superior a 12. Este nivel se calcula
de acuerdo a una función que contem-
pla, entre otros puntos, la actividad de
la empresa, los efluentes y residuos
que genere, la dimensión del emprendimiento y su localización.
El cálculo del monto mínimo asegurable, dada su complejidad, debe ser
realizado por profesionales. Por lo
tanto, no hay, al momento, un cálculo
certero de cuál es el monto a garantizar, pero se estima que iría en el rango
de los $400.000 a los $20.000.000
Recientemente, con el fin de cubrir
estas necesidades, la Superintendencia de Seguros de la Nación aprobó
una póliza de caución. Si bien, a
priori, puede ser una solución, hasta el
momento sólo una aseguradora está
en condiciones de emitir este tipo de
póliza.
La ley es muy amplia respecto a la
cobertura que está exigiendo y deja
grises en varios aspectos, como, por
ejemplo, las pautas para determinar
el daño ambiental al momento de
contratar la cobertura. Por tal motivo,
las principales aseguradoras del mercado de caución (que pueden aportar
más oferta y mayores capacidades)
se sienten poco atraídas a asumir
este riesgo y no se ofrecerían como
alternativas.
Por todo lo expuesto, si bien la posibilidad de emitir un seguro de caución
es una solución para un reducido universo de empresas que no requieran
grandes montos asegurados, vemos
que el mercado no está en condiciones de poder dar respuestas a los
requerimientos de la ley.
21
22
riskvisiondefondo
Ranking Anual de Producción por Aseguradora
Período: Julio 2007 / Junio 2008
Aseguradora Prima +
recargos
ASEGURADORA DE CRéDITOS Y GARANTíAS SA
$85.764.072
Share
17,93%
CHUBB ARGENTINA DE SEGUROS SA
$58.381.863
12,20%
FIANZAS Y CRéDITO SA COMPAÑíA DE SEGUROS
$53.739.911 11,23%
ASEGURADORES DE CAUCIONES SA Cía. DE SEGUROS
$53.224.334 11,13%
AFIANZADORA LATINOAMERICANA
$35.589.160 7,44%
ALBA COMPAÑíA ARGENTINA DE SEGUROS SA
$34.114.547 7,13%
ZURICH ARGENTINA COMPAÑíA DE SEGUROS SA
$18.856.954 3,94%
BERKLEY INTERNATIONAL SEGUROS SA
$15.541.264 3,25%
MAPFRE ARGENTINA SEGUROS SA
$10.541.538 2,20%
COSENA SEGUROS SA
$10.169.035 2,13%
COMPAÑíA DE SEGUROS LA MERCANTIL ANDINA SA
$9.905.760 2,07%
ALLIANZ ARG. Cía. DE SEGUROS GENERALES SA
$9.304.685 1,94%
FEDERACIóN PATRONAL SEGUROS SA
$9.296.313 1,94%
PRUDENCIA Cía. ARG. DE SEGUROS GENERALES SA
$8.161.466 1,71%
SANCOR COOPERATIVA DE SEGUROS LIMITADA
$8.035.612 1,68%
Producción Total Anual del Mercado de Caución
Ejerc.30/6 Prima + Recargos
Variación
2001/02
$136.118.000 2002/03 $155.217.000 14%
2003/04
$151.575.000 - 3%
2004/05
$213.910.000 41%
2005/06
$288.676.000 35%
2006/07
$380.900.000 32%
2007/08
$478.400.000 26%
y 2008, el mercado de caución atraviese un crecimiento sostenido en el volumen de primas, del orden de más del 200%.
Perspectivas. Actualmente, existe cierta incertidumbre
en relación a lo que pueda ocurrir en los próximos meses. Si
bien en 2008 el mercado de caución tuvo un crecimiento del
25% con respecto al año anterior, la crisis del campo generó como consecuencia inmediata que el Gobierno “frenase”
importantes proyectos que ya tenía en carpeta, algunos incluso ya adjudicados. Entretanto, otras licitaciones fueron
prorrogadas sin fecha determinada.
Por su parte, la reciente crisis financiera mundial se ha sumado con impronta
propia y ya muestra localmente sus
coletazos: una muestra de ello es la
baja en la actividad de la industria
automotriz, pilar fundamental
en el ramo por sus requerimientos en garantías aduaneras y garantías por beneficios fiscales.
Sin embargo, a pesar de lo poco
alentador que puede parecer lo que se avecina, hay circunstancias que permiten pensar en que el mercado de caución,
aunque en menor proporción, continúe creciendo el próximo año.
Se puede mencionar, en esa línea, que 2009 es un año electoral, donde, según anuncios oficiales, serán destinados
unos $16.000 millones a nuevas obras públicas planificadas. Es importante asimismo mencionar que, todavía, el
problema energético no está resuelto, por lo que también
son necesarias inversiones en este aspecto.
Por otro lado, la falta de financiamiento general podría representar una oportunidad para utilizar al máximo la característica del seguro de caución como herramienta financiera. Es posible garantizar anticipos recibidos por porcentajes
mayores (hasta el 100% del contrato) a los habituales.
Y otra circunstancia favorable que se viene presentando en
la actualidad, y que podría acentuarse en el futuro, es la
concreción de contratos en el exterior a distintas empresas
argentinas, tanto en prestación de servicios como en obras
de distinta envergadura. En comparación con el resto de Latinoamérica, el mercado de caución argentino es uno de los
mas especializados en el ramo, lo cual constituye un gran
aporte para facilitar el negocio en otros países.
Resultará en este sentido importante que las empresas que
apuntan a estos mercados puedan recibir el asesoramiento
de aseguradoras especialistas, que sean capaces de acompañar el desarrollo de nuevos horizontes. Para ello, será
fundamental que los proponentes operen con compañías
que entiendan no sólo de la operatoria de la caución, sino
que, además, interpreten el negocio de cada cliente que se
presente, para brindar el soporte necesario.
En definitiva, si bien se observa que, en el contexto actual,
el crecimiento del mercado de caución no será similar al de
los últimos años, hay indicios que permiten pensar que, de
todas maneras, podrá seguir creciendo el próximo año.
Emma de la Barra 353 | Dique 4 | Puerto Madero | C1107BXA
t: 011. 4814 8000 | f: 011. 4814 8065
Rivadavia 611 | Pisos 3 y 4 | C1002AEE
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