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QUE REFORMA EL ARTÍCULO 56 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, SUSCRITA POR DIVERSOS DIPUTADOS DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PAN
Los suscritos, diputados Héctor Larios Córdova, María del Pilar Ortega Martínez, José Gildardo Guerrero Torres,
Gustavo Parra Noriega, Cruz Pérez Cuéllar, Laura Angélica Rojas Hernández y Alberto Vázquez Martínez, de la
LX Legislatura del Congreso de la Unión, integrantes del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional,
venimos a someter a la consideración de esta soberanía la iniciativa con proyecto de decreto por el que se propone
reformar el artículo 56 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Lo anterior se promueve con
fundamento en lo dispuesto en las fracciones II del artículo 71 constitucional y del artículo 55 del Reglamento para
el Gobierno Interior del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, al tenor de la siguiente
Exposición de Motivos
La presente iniciativa es complementaria de las iniciativas de reformas que impulsa el Partido Acción Nacional,
dentro de las propuestas de modificaciones en el régimen político nacional, en el contexto del proceso de reforma
del Estado, con la que refrendamos nuestro compromiso con la colaboración, cooperación y generación de bienes
entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo federal, mediante el diseño de relaciones equilibradas y armónicas.
Desde 1963, el Congreso de la Unión ha experimentado importantes cambios tanto en su estructura como en sus
funciones. Sin embargo, es evidente que aún se requiere un sinnúmero considerable de reformas que coadyuven en
su fortalecimiento en distintos rubros, pues para nadie hay duda de que su actual estructura produce estatismo en
las reformas y genera gastos cuantiosos, que producen malestar en toda la sociedad.
Hoy más que nunca, México demanda un poder legislativo productivo, especializado y profesional, motivo que nos
impulsa a revisar su composición, pues de la actual se desprenden elementos que nos refieren a la inhibición de las
características que se exigen.
La preocupación por reestructurar el Poder Legislativo es compartida por los diferentes grupos parlamentarios
representados en el Congreso, como lo refleja el gran número de iniciativas presentadas en diversos sentidos de
acuerdo con el diagnóstico personal que corresponde, pero que aunque con diferencias en la forma en esencia
tienen el mismo propósito.
Es decir, el Congreso de la Unión como institución deber ser reestructurado. Corresponde a la LX Legislatura
asumir su tarea, pues "la historia no redime a los convocados que fracasan en dar respuesta cumplida a problemas
decisivos" (Hermann Heller).
Luego entonces, por medio de la presente iniciativa se realiza el estudio y se fundamenta, al tenor de los siguientes
antecedentes y argumentos, la necesidad de reducir el número de integrantes del Senado, en concordancia con los
requerimientos de nuestro país y la voluntad de los mexicanos.
Antecedentes y argumentos
La Cámara de Senadores se estableció desde la primera Constitución del México independiente, en 1824. A partir
de entonces ha sido una institución presente hasta hoy, con excepción del periodo comprendido entre 1857 y 1874,
en el cual la Constitución de 1857 lo suprimió, estableciendo un poder legislativo unicamaral.
No obstante, el Senado ha existido sin importar la forma de Estado establecida por las diversas Constituciones,
pues tanto las cartas federalistas como las centralistas de 1836 y 1843 concibieron un poder legislativo bicameral.
El Senado en México fue concebido como un órgano federal puramente representativo de los estados, el cual
perseguía dos objetivos fundamentales: primero, que sirviera de contrapeso a los posibles excesos de la
Colegisladora y que, al mismo tiempo, auxiliara al Ejecutivo federal dotándolos de apoyos importantes; y,
segundo, preservar la igualdad de los estados que integraban la federación.
En 1874, año de reinstalación del Senado, se concibió su formación, a través de dos senadores por cada estado y
dos por el Distrito Federal, que eran elegidos por medio de una elección indirecta en primer grado. Es decir, las
legislaturas declaraban elegido al que hubiese obtenido la mayoría absoluta de los votos emitidos, o bien, elegían
de entre los que obtuvieren la mayoría relativa, renovándose ese órgano por mitad cada dos años.
Para 1917, año de la expedición de la Constitución vigente, se estableció en el texto original de este ordenamiento
que la Cámara de Senadores se compondría de dos miembros por cada estado y dos por el Distrito Federal,
nombrados en elección directa por los ciudadanos.
Posteriormente, la primera reforma del artículo 56 constitucional, publicada el 24 de abril de 1933, modificaría la
cadencia de renovación de la Cámara de Senadores, por mitades cada dos años, como había sido establecido
originalmente, a una renovación total de la Cámara cada seis años.
En 1986, con la segunda reforma del mismo artículo se modificó nuevamente el sistema de renovación del Senado
por mitades, pero por un periodo de cada tres años, pues se conservó el encargo de seis años.
A partir de 1993, cuando el Senado comenzó a tener una transformación sin precedente, pues se regresó al sistema
de renovación total cada seis años, y su integración fue modificada drásticamente de forma tal, que a partir de la
elección federal de 1994 se contó con cuatro senadores por cada entidad federativa y el Distrito Federal, de los que
uno era elegido por "primera minoría".
Realizando un análisis de la exposición de motivos de la reforma de 1993, se desprende que aquélla tenía como
principal objetivo integrar, como en el caso de la Cámara de Diputados en 1963, otras fuerzas políticas a la vida del
Senado por una vía distinta de la de la mayoría, de forma tal que se abriera a la pluralidad.
Finalmente, en 1996, una última reforma mantendría la integración de 128 senadores, pero modificaría nuevamente
el modo de su elección, de forma tal que hasta la fecha se eligen tres senadores por cada estado y el Distrito
Federal, dos mediante el principio de votación mayoritaria relativa y uno asignado a la primera minoría, y los 32
restantes son elegidos según el principio de representación proporcional mediante el sistema de listas votadas en
una sola circunscripción plurinominal nacional.1
Como resultado del proceso histórico y las reformas adoptadas en diversos momentos de nuestra historia, hemos
podido transitar del régimen de un solo partido hegemónico a consolidar un sistema de partidos bien estructurado y
verdaderamente democrático. Esto, aunado a las circunstancias que vive nuestro país y las demandas ciudadanas,
nos obliga a dar un paso trascendental en la reforma del Senado por lo que se refiere a la disminución del número
de sus integrantes.
Para ello, nuestra propuesta, basada en la premisa de que el Senado es la institución en que descansa la decisión
política fundamental de la adopción del sistema federal, resulta contradictorio que partidos que no tienen peso
específico en los estados, a través del principio de representación proporcional, tengan escaños, pues finalmente no
representan intereses ligados a alguna entidad federativa, sino intereses particulares, por lo cual proponemos la
eliminación de los 32 escaños asignados por este principio.
Con eso, además, el Senado recuperaría su equilibrio numérico designando a 3 senadores por estado y el Distrito
Federal, quedando finalmente formado por 96 senadores, lo que representaría una reducción de 25 por ciento de
sus integrantes.
Además, con esta propuesta se retornaría y fortalecería la tesis de que el Senado es el garante del federalismo.
Esta propuesta de ninguna manera desconoce la importancia de las minorías que forman el mosaico ideológico
nacional sino que, únicamente, las sitúa en su nivel real de representación, pues a la fecha su distorsión se ha
utilizado como un camino para el pago de cuotas de poder a los grupos que demandan presencia política en los
mismos partidos, lo cual sin duda entorpece el desarrollo de los trabajos legislativos, en perjuicio del interés
nacional.
Además, el sistema de representación proporcional no desaparece pues, como se ha plantado en este grupo de
iniciativas, la Cámara de Diputados continuará integrada por 100 diputados electos por ese principio. A mayor
abundamiento y en concreto, con esta propuesta podría lograrse lo siguiente:
Favorecer la expresión de las corrientes ideológicas con auténtica representatividad; reducir el costo de la
institución; evitar la fragmentación o pulverización en la integración de las Cámaras; disminuir la posibilidad de
que se integren mayorías precarias o mayorías minorías sin cohesión en el Congreso; reducir el carácter conflictual
u obstruccionista en las Cámaras; garantizar la gobernabilidad, entendida como la presencia de mayorías más
estables; dotar de vitalidad y dinamismo al trabajo legislativo; incrementar la capacidad y condiciones de ejercicio
en las funciones para legislar y controlar por el Congreso; y alcanzar la gobernabilidad y representatividad en el
Poder Legislativo.
Por lo expuesto, y convencidos de la necesidad de adaptar la estructura del Poder Legislativo a los tiempos de
democracia que vivimos, sometemos a consideración del Pleno de esta honorable asamblea el siguiente proyecto de
Decreto por el que se por el que se reforma el artículo 56 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos
Único. Se reforma el artículo 56 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como
sigue:
Artículo 56.
La Cámara de Senadores se integrará por noventa y seis senadores, de los cuales, en cada estado y en el Distrito
Federal, dos serán elegidos según el principio de votación mayoritaria relativa y uno será asignado a la primera
minoría. Para estos efectos, los partidos políticos deberán registrar una lista con dos fórmulas de candidatos. La
senaduría de primera minoría será asignada a la fórmula de candidatos que encabece la lista del partido político
que, por sí mismo, haya ocupado el segundo lugar en número de votos en la entidad de que se trate.
... Se deroga
…
Transitorio
Único. El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
Nota
1 Respecto a esta propuesta, se ha dicho "la razón de la reforma fue representar mejor a las fuerzas políticas más representativas del país,
situación que se logra en mayor medida que en la reforma de 1993. Sin embargo, la modificación constitucional afecta una tradición
importante –aunque ciertamente algunas normas constitucionales en el siglo pasado, principalmente las dos Constituciones centralistas y
el Acta Constitutiva y de Reformas de 1847 ya habían afectado–, que se refiere a la representación igualitaria de senadores por entidad
federativa, con lo que nuestro Senado se aleja cada vez más del ideal de ser una Cámara de representación de las entidades, y se consolida
en una Cámara colegisladora, revisora, etcétera, pero sin tener un papel destacado en el ámbito del Estado federal. Cierto es… que en
muchos Estados federales no existe una representación paritaria por entidades, y que existen tantos modelos de Senado como países
federales hay; no obstante, por la necesidad de fortalecer el federalismo en México, consideramos indispensable que el Senado se asuma
en el futuro en la gran Cámara federal que en la actualidad no es. Dicha asunción evidentemente exige un rediseño de la totalidad de las
normas constitucionales que se ocupan del Senado y del Estado federal mexicano." De aquí que la propuesta que se plantea respecto a
eliminar a los senadores de representación proporcional tenga una justificación histórica, además de la de querer mejorar la organización
del Congreso, supuestos básicos para el fortalecimiento del Senado como parte del Poder Legislativo.
Cfr. Comentario sobre el artículo 56, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos comentada y concordada, Porrúa/UNAM,
tomo III, decimoquinta edición, México, 2000, página 60.
Diputados: Héctor Larios Córdova, María del Pilar Ortega Martínez (rúbrica), José Gildardo Guerrero Torres
(rúbrica), Gustavo Parra Noriega (rúbrica), Cruz Pérez Cuéllar (rúbrica), Laura Angélica Rojas Hernández
(rúbrica),
Alberto
Vázquez
Martínez
(rúbrica).
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