5 Cómo se hicieron las depuraciones

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Cómo se hicieron las depuraciones
El proceso depurativo se puede resumir
en una experiencia traumática y dramática
por la que tuvieron que pasar todos los maestros y maestras.
(Sara Ramos Zamora1)
En las primeras fechas después de la sublevación del 18 de
julio de 1936, la represión en pueblos y ciudades fue dramática.
Grupos de falangistas, requetés o guardias civiles se dedicaron a la
eliminación física de los que consideraron sus enemigos, entre ellos
muchos maestros y muchas maestras. No en balde se había llamado
esta República la de los maestros, por la importancia que tuvo este
colectivo en el periodo. A la caza de los maestros siguieron los
Consejos de Guerra y la depuración. Esta depuración se caracterizó
al principio por la simplicidad y rapidez del procedimiento.
Acabada la Guerra Civil, se produjeron nuevas depuraciones,
prisiones, exilios…
Lo primero que debemos conocer son los porqués de esta
depuración y la amplitud de la misma. Para contestar a la primera
cuestión consideramos que es conveniente seguir a Sara Ramos
Zamora, en la obra citada: “La formación que el magisterio recibió
1
En “Un ejercicio de intervención de la memoria. La represión de las maestras de la
segunda República”.
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en la Segunda República, basada en unos principios
pedagógicos y culturales modernos, en unas corrientes de
pensamiento liberales y europeístas, junto a la aplicación que
tuvieron que realizar -fuera o no con convencimiento- del modelo
educativo republicano, propició que el gobierno franquista
considerara que la República había dado un mimo especial al
maestro, razón por la que quedaba contaminado de los ideales
republicanos y por ello había que evaluar su idoneidad ideológica,
¿cómo?, depurándolos con intenciones represivas pero también
preventivas”.
En El País, año 2003, vemos estas declaraciones de
Francisco de Luis Martín, autor de La FETE en la Guerra Civil
española (1936-1939), al respecto: “El 18 de julio de 1936
sorprendió a los maestros españoles de vacaciones. Entonces no
sabían que aquella fecha daba inicio a la más penosa etapa que iban
a vivir los docentes en España. Tanto, que algunos historiadores no
dudan cuando dicen que fue el colectivo más castigado por la
represión franquista. ¿Por qué? Se les consideraba responsables de
haber inoculado en la sociedad y en las mentes juveniles el virus
republicano. Los maestros estaban muy posicionados políticamente, eran progresistas y de talante reivindicativo”.
El mismo José María Pemán, como Presidente de la
Comisión de Cultura y Enseñanza en Burgos, nos da idea de la
opinión de los sublevados franquistas sobre los porqués de la
depuración en una Circular, de fecha 7 de diciembre de 1936,
dirigida a los Vocales de las Comisiones de Depuración y firmada
por él: “El carácter de la depuración que hoy se persigue no es solo
punitivo, sino también preventivo. Es necesario garantizar a los
españoles, que con las armas en la mano y sin regateos de sacrificios
y sangre salvan la causa de la civilización, que no se volverá, a
tolerar, ni menos a proteger y subvencionar a los envenenadores del
alma popular, primeros y mayores responsables de todos los
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crímenes y destrucciones que sobrecogen al mundo y han
sembrado de duelo la mayoría de los hogares honrados de España.
No compete a las Comisiones depuradoras el aplicar las penas que
los Códigos señalan a los autores por inducción, por estar reservada
esta facultad a los tribunales de justicia, pero si proponer la
separación inexorable de sus funciones magistrales de cuantos
directa o indirectamente han contribuido a sostener y propagar a
los partidos, ideario e instituciones del llamado Frente Popular»
Explicaciones muy claras. Ahora nos queda la segunda
cuestión: ¿cuántos fueron depurados?
Carmen García Colmenares2 nos describe un poco la
magnitud de la depuración, aunque debemos tomar con
precaución cualquier cifra que leamos en distintas publicaciones:
“Aunque hubo también depuración en el bando republicano, esta
no alcanzó las cotas de ensañamiento que se dieron en la zona
sublevada y un gran número de maestras y maestros fueron
asesinados en los primeros días de la ocupación por las tropas
franquistas. La Junta de Defensa Nacional y más tarde la Comisión
de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado
suprimieron las reformas republicanas relacionadas con el laicismo,
la educación mixta y el bilingüismo, entre otras. Es difícil calcular
actualmente el número de docentes depurados, pero se podría
señalar unos 60.000, de los que alrededor de 15.000 fueron
sancionados”.
Hagamos una pausa. Algún lector se estará preguntando
para qué tratamos estos aspectos (causas y magnitud). Pues es
sencillo, pretendemos que cuando describamos casos de maestros
depurados de Castellón se entienda perfectamente. Por ello, es
necesario revisar también el tercer eje de estas acciones: el
2
En “Educar en tiempos de guerra: maestras y psicólogas republicanas en las colonias
escolares”.
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procedimiento, o mejor los procedimientos, porque hubo
varios según el paso del tiempo.
El proceso de depuración se inició prácticamente desde el
mismo día del comienzo de la sublevación militar, aunque no tuvo
una ordenación hasta el 8 de noviembre de 1936. Se constituyeron
4 tipos de Comisiones: a) para personal de la Universidad. b) para
profesorado de Escuelas de Comercio, Arquitectura e Ingeniería. c)
para personal de Institutos de Enseñanza y otros. d) para el
Magisterio, tanto propietario como interino; estas últimas
comisiones eran provinciales.
La Comisión la formaban cinco miembros: tres cargos
docentes y dos personas de solvencia moral, aunque cambiaron su
composición con el tiempo. Las sanciones quedaron fijadas por la
Orden Ministerial del 11 de marzo de 1938. Se creó una Comisión
Especial Dictaminadora, órgano, que tenía como objetivo
examinar y resolver los expedientes incoados por las comisiones
depuradoras provinciales.
Todos los funcionarios públicos se vieron obligados a pedir
su propia depuración, solicitando el reingreso, hasta que pudieran
ser considerados aptos para la docencia. Después de este paso se
ponía en marcha el procedimiento de apertura de expediente
depurador a instancias de las comisiones depuradoras provinciales.
Las Comisiones podían pedir informes a autoridades,
centros y particulares sobre la conducta profesional, personal,
social, religiosa y actuaciones políticas de cualquier individuo
objeto de depuración. De un modo general, contestaban el cura, el
comandante de puesto de la Guardia Civil, el alcalde y personas
con raíces y consideración en la localidad.
Si la Comisión encontraba bastante información en la que
basar una acusación, emitía un pliego de cargos. Contra este
escrito, el interesado podía presentar un pliego de descargos, pero
ocurría algunas veces que, dado el escaso tiempo para contestar, los
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maestro/as expedientados no tuviesen la mínima posibilidad
de defenderse.
La Comisión Depuradora provincial emitía, con esta
información, una propuesta de resolución que debía llegar al
Ministerio de Educación Nacional, Comisión Superior
Dictaminadora de Expedientes de Depuración, u otro organismo
responsable a través del tiempo, que dictaminaba, sobre una base
legal (por ejemplo la del 10 de febrero de 1939) la resolución
definitiva del expediente.
En esta resolución definitiva se especificaba la sanción, que
podía ser una o varias de las siguientes: separación definitiva del
Cuerpo, traslado forzoso (fuera o dentro de la provincia),
suspensión temporal de empleo y sueldo, jubilación forzosa,
inhabilitación para cargos directivos, y, por último, inhabilitación
para ejercer la enseñanza (tanto pública como privada). Claro está,
que si la Comisión Superior Dictaminadora veía conveniente,
podía emitirse la confirmación en el puesto de trabajo, lo cual
suponía el cese del expediente.
Conocido todo esto, creemos que podemos entrar en
materia. En próximos capítulos analizaremos dos depuraciones de
docentes de la provincia de Castellón, no casos muy extremos, pero
que pueden hacer ver el estado de inquietud y miedo reinante en
este periodo. Creemos que las Comisiones de Depuración dejaron
de existir en el año 1942, pues era de suponer que ya habían
cumplido plenamente su misión.
Lo que si tenemos que dejar claro es que la depuración,
junto con otras represalias, cambió la vida de muchos docentes y de
sus familias, en la mayoría de los casos para siempre.
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