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REGISTRO
OFICIAL
DEL GOmERNO DE LOS ESTADOS UÑIDOS MEXICANOS.
w»»iilw«Ma»iüw».«wfeit3iU!ji«tpjai>i»ui»wJWi»ip»iWM
(-au) 3.» Tom. IX.)
PARTE
Martes 13 de noviembre de 1832.
OFICIAL.
MAYORÍA GENERAL DEL EJERCITO.
Oráen del 12 al 13 de noviemire de 1832,
De los nyudintes que teqía el Eacmo. Sr, genara!
ID Luis Quintnn<<rí quedan con el E'icmo. Sr. ü . José
Moran, los coroneles Di Josí Marin Msilo, y D. Farnnndo
l'rancn, y los tenientes coronelea D. José Tuto y Ü. Miguel Malo.
Todos los punt«s de la línea remitirán diarianien
te á 1H mayoría ceaeral y á las erho de la rrtañana, el
parío diario do las ocurrencias, cspeciñcando al.,iBárg:en
4tí\ oficia la alta 6 baja que hubieses tsnidu, y el mo(Ivo que las haya oca«ionado.
De las partidas del piiroero, speiindo, tercero refíimienlos permanentes, y, activos de México y Vuebla, dispone til E'cirio. Sr. general se forme un escuadrón, y reWnan én d cuartel de Saótiago al mando4el ¡pfwer ayu.
«Hmte D. Panfilo Galindo, quien djviditá la fuerza en dos
compañía?, y poidará de su órdan y jdiscíiíljna para ds^;
el «erticio coma «e le pida y sestun las. circun^taBcias.' ,.
De la caballería de locales de To'uciu CuffoavaCa,
y Yautepec. se fcwmará otro, que se ntiiari «f»pl,j(|B; IQ»
Gallos al mando áp\ teniente cb«)nel <Ío cívico» ;Í). .Ááfel Carmínea, quieti cnidará asítnipmo de ^ii orríép^ diset^liji^,,
y régimen intericw del cuartel, y I» contabilidad y distribu
eion de haberes la lisrá por PÍ cada piquete, zélatjdo» pí»!
Cuanto sea necesario^ el gefe de sn esar.ta inversioD.
Este cnerpo retnitirá diariamente un sar/jenta, un «a.,
bo y seis drítgones, pSra ordenanzas d d «Escpo. Se. general, y mayor general.
,
Dispone el Escmo. Sr. general que los piíntoa de Vnllejo, Peralvi'lo, y Nonoalco, quedíín á las órdenef del primer nyndante D. Lnis Moupiecho: el de Sao Cosme,. á
las del oficia! que actualmente está encargado de él: iotdel Niño perdido y Belén^ a l a s del tanienle corom;! D.
•Josó Niño de Rivera: los de San AntODJo Abad, Viga, |
y Goyuya, á las del Sr. general D. Pedro Zaraos.; y
!«>« d« Sun Lázaro y Tepito, á la» del Sr. coroniíl D. |
Antorlio Castroi y que eitoü gefes se sirvan mandar todos los difts 4 la una á sus ayudantes por ¡a orden y
•anto.—Tííje*'.
DISTRITO
FEDERAL.
]?OI.ICIA.
<nenB8»lW-'«i"||M'if'
\.
Oevrreneias de ¡a nncha del 1 \ de noviembre da 1832.
Rondas; fué condnciiia íi la cárcel da ciudad una
""User herida do la cabeza,—Patrtillas: sin novedad
Alumbrado: fueron coaducidos & la misma cárcel, un borne o por habfir robado un rebozo, y un ebrio. Los gosr.
^«s oúíneros S8 y G1, ¿AÜ parle el. primero d« liab<>r en-
(Núm. 74"^
contrado abiertí h puerta del campo Sianto de! ecs-IIoSf
pital real; y el aegando de que al bají)* de la es-^ilera
después de haber encendido, llesró un boniibr^ y le dio
uita p'.iñalaHa. El tenietite del ramo remitió un ^nónimoí
que se encontró tirado.
México 12 de noviembre de 1832.—Ignacio Flores Alá'
torre. ~~
PARTE
NQ
OFICIAL
. BSTERIOR;
Primtreí
I ',
teeeiotí úd Sr. Dr Etousnai»
sobre
jnor6w».-^(Cent!B«MK!Íon)
••"> „-:*i.
,
,.sntTOMis.
_ ^
Id
choltrá
_'""'" . .
Rara exponer bi( n. Itis ¡.sintornas y los careciere» de
ia enfWoiedad, los d"^i<ÍQ erv tres péiies.
Los unos llegiiiK.Í auestro ¿onucimiento por la declartKSion-mifj^a, de Í98,«nf!ígíroos; sacamos los otros d«l as'pecfo ssterior de IfiK misino»: finalmente, llagan aquellos
que refw'^sn de la,í!r»s}tu;aiezft déla» evacu icioncs.
Prvuemí arfm .sl^ft» -«iDfsrBios qii« p_Ufyltn djir razón da
su e*!iMloj nos d»» c^fnta, parfiíctameijte de ló que pasA
en. ftllos! e'pírimentap.. todu? un tras{orno en él vientre
bajo, un sentimiento d« ardor, y fu^go ajuy violetito concentpittlo. hári». el pfñeas.tfo. Aquellos que ípn . ¿nédifeos
dicen qfle sienten tod« «u sapatre djrigir»* ai iiíterior del
vientre; estas sor», sus *sptjBKÍ«n«g. Otros creen e$periméntar cenfelia» eléctricas muy dolorosas, á consecuencia dé
las cnaJes se de«nfQlla up ca|pr, .estraordinario.
sORn íPgiiida viene una postración esceiiva, una debilidad nvuscutur tal. qu« los enfermos ya no i)uedeii mov e r s e gi pe , e c e p t ú ; i l i apoplegía (Eompiela, no ecsisté
enfermedad que CQBsíiipya e| cuerpo tan pecado, tan pa*
9Í»o como en Íop cbojériops; ellos pb pueden i^óversej
les parece ser una masa Íe¡ plomo ó da pie^a; no pueden Pjfitar sino lo»; ¡pies F la» wanos» pero no puedeii
levantar el ti-oncoj , ,
Esto se concibe fácilmente, porque el principal punto
de la irritación está, en la longitud del canal digestiro, y
debe resistir e^bre la, médula espinal y los mússuloa del.
troncQ.
; ,
.
Las evacuaciones no eop tnuy dolorosas: ellas so hacon, no con pujos, como en la disenteria común, sino fácilmente, y por deciria así, siasen-saciop del eofWmo»
Lo? cólico» no «¡ejsn do ecsiistir; pero no son ellos siefn-T
pre !o# .que esnulsan bis ^vacnaciono»! acontepe tambieci
que n» hay_cÓli?oí>, Con las evacuaciones y los cólico»
se encuentran c«?i siempre los calambres. ,
E»to« calambres , son muy dolorosos. Esto es lo que
mas fíitiíra á Jos cnferjBos, y loque tnas temen. Se miran aJgunos á quienes h riolenoia del dolor arrapos ul».
302
jridos. Estot ealanbret na •ftr.Uu tdamente los mien- lera, cualesquiera qua sean por atra parte loa sufrimieahtoi; so iniinifíeetan tambian en los mótenles dorsales que toa qne el eaferano espriroenta: yo insisto sobre ests punettan ten'Üdaa á lo largo de la columna vertebral. Ar.n- to. Estas materias ecshalan un olor mas .fétido al fin de
ga siempre el enfermo una irritación crasiderabla en la la enfermedad,' que al principio. En la progreüiion de la
región del estomas», en el «pigastro. Estoa^dolorcf» lo oca- enfermedad, esta materia cambia de carácter: se espepan «aa.jqiie loa c^Uce«^ {ior«)aa 1» «primen, lo aofocao, sa cuando la enfermedad dura mucho tiempo, y es al cenle impiden .««sp^r; ^ide (jae se le aolarinte 7 .coloqoe trari0 estremadananta Kquid'a al principia, de la invasión.
bajo él én* «)me%ad* «jae ha^a aohresatir sa pecho kicia
Se Ifl-oye hacer ruido en lo» intestinos; tale con grsa
adelante. Una fuerte contraecion se roinifieat» en »« rostro. rapides, y deade el principio con una tintura de bilis. Ea
Lo» »éinitos »li»i»» i estos eafarmos: rarioB loa de- algunos individuos, la bilis persiste hasta el fin. Es imsean y los provocan. Muy pronto se van auinantando los pítrtante prestar la atención á esto para no equivocarse.
v6mito!i, con a^ualla compresian del epifcaatro. «qaella di- Siempre reconoceréis la cholera por -la presencia de cuaficultad de respirar, aquella necesidad da aira que acom- jo» gelatinosos albuminos en las deposiciones.
paña siempre i eete estado. Con estos síntomas, deeima«,
Es menester dirigir la atención á las afecciones mas
se v«n llefar los calambraa cía los miembros, da las qui- bie* que i los dolnre»; porque nada es ma» variable ea
jidH», ,y i veees da lo* músculos da las ojos.
general y en particular, que la sensibilidad dé nuestros órV\ rnnoaionienta He la mayar parte de estos síntomas ganos intarioreo. Hr.y pertaDn» que sufren nucbo de la
es debido á la dealaratioi 4<S:. ]<!« e«ftraioiv veamos aho- mas ligera flemacia. Sa mira que otras éspefimentan des*
ra los sjntofnas áal todo cteriorea.
órdenes muy- graves «a«i sia dolor.
Cbservais en éesaida de »eflalea qne los enfermos ao
Entre los choléricos, los nnos recorren casi sin dolohaElári. Lét BifiSílitos altan dibujados bajo la pial; las ojos res tas diferentes periodos de la enfermed.id. Los otrpt
escavjdog, reco<ridoi, lecos, muertos. Al cabo da aleuaas 'se agitan, ae «tormentan, sufren considarableoicnta en los
horas el ijo está reducida á uaa cuarta parte ásenos, á miembros, y tienen calambres muy dolorosos.
veces á la mitad. Parece que la gordafa del globo dal ojo
El dolor de los calambres varía según la seasibiljdad
se reboiida, se resuelva. Se diría que las ojos están retirados del individuo; algunos son atacados sin fruncir la ceja,
hacia W nuca, y e« «1 interi»r del crineo, par ra^io de otros dan horribles alaridos. Da aquí nace la importanaia
un hilo. El aspecto del enferme es horrorosa; su rostro da apegaraa í los Caractaies fundamentales.
sé ade4j>a2a can «¡ran presteza, y se halla arrapado its una
En resumen, los caraeterea fundamentales no dehca
manera especial á afeccione»; pero lo que se nata con saearaa de la sensibilidad Debilidad de la circulación, itesmayar admiración, es «I color lÍTÍdo de -qna sa iaapresfna apaticina del pulso, frialdad de Us cstremidade», roctra
esta ro!>tr<r é medi4a ;q«a la «nfermadad haca prosraaas. azulado; estos san loé caracteres con que es imposible en*
Las astTHmidades se resfrian, It lengua aatá par lo ro- trañ^rse; estos los síntomas á que es necesario atenerse.
iniin pilidx, fría, anirha, lisa; la ríipir^elaWria, el pulso Caando a^rca de un enfermo notareis evaeuacionas albinas
dátil'; las piiiitbrss parecen maa bien aopladaa que pro- y una diminución en la circalacioo, esta es una cholera
nmiciadaii. L»* anfermot aiítieiten.en una actltod inmo- comentada.
ble snbvti i» espalda. Si sa l«s *lilira i colocarse sobre
Este es el nbj'íto de noéslra primera aasion. Maña«n eo«ado, miiy pi^^i» ya no puadaft taiierH^: suplican raa noí-ocüpar4mos do la mareha y noétodo cmatito da
que SD U» permita acoatars* sobra ,)a espalda y de ma- la enfermedad.
-(5.'Ci)
nera QUii SI) ^«ebo Bohresatfrx para delante.
Mientras que el tnmaa etii así sia movimianto, altos
MISCELÁNEA.
ajfitnn sin micmbras, ía díascubraa-al jilch», stfqilcjan
de m fuafo interior qu« las blíllffa A eHo^ 8e paitan las
'*.
WTitíCTo D«r, i n « o rRAKcás «r. otaBo.
aatn plasmas, los cuerpos calientas q ^ d i a les han maloca
Las dw»'época» de la ^tida del aaerilor* el árrlor da
do sobre el epVf•«***. f » dírr¡{a¿ ^a'de un lado» ya d^^ 'Jüíafitiíáeibw, tfV aapaculacioaea aventuradas, el estila ri*
4tr6 removiéndose* f ere iln puediü levantar*»;
'< ipido)*' d()seirdiñado,"if'a?oio que caracterizan á la juventud»
El color va va pón^ndé d* nías • a» ma» mareno; y^M éfífrttii qué consolida y eorrige los resultados, la feüioy pronto ps»a á lívido. Estos*<«í]aras viMan Mijcaitlas If*^ céwbioación dé «rtrevimiento y de pulso, da cieaaia y
pieles. Las pieíes mwrena» tomiíirt *W ao1ér a*al» v&rdeno, da'ilti^iaf <l^e seo froitiae da la adad madura; estaa doa
negrusco. Láa pialai trkneparantea líAfXtfiM,'fB pan«i ama- ^miAifiíüSibnis DMiRatés, que sa pueden distinguir ficilmaa*
Hilas, tomatído ia» iépTor da' mal atoratto. '
te 'en la biagrtfíá da t4do hasnbre da talento, se perci»
Viene ah «eguia* la ¿esaciow éel pulso, qaa ya lia* baa cen la mayó» cla'fídad, comparando la primera edimsré aañixa. El pulso sa debilita ttrmtaaianta, y sa han ción de|Nieb«hr (1811), coa lasagunda y tercera (1127
visto algunos enfermo» arrdidáaoi "fertiíei k%ras, y á víBeaa y S8). Eh tá primera la hipótesis se maestra- á las da• a'nnAéñVs. ' '''_-'\^
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rM y liabla ah nn tono decisivo; los pnntoa da vista sa
Cuando el piiltó'cánaíeoza á debilitarse, el anferma succeden ráptdameato; la marcha del estilo es oras deacaá en la postrablon; en lá iamoviliilBi da qna ha habla, embarazada y contribuye i realizar la novedad de las ii^eas;
do- Entra tanto el |>ulsd «1 i retíw nulo, y al anfarana pero disQ! y aeis «Sda mai tarda, nuestro bi«toria<ldr, que
coaaerya aun fueñrzat n r» que aigmias »a lavantaa 7 ha Cbrfldo ira vasto aspado en la jamada - da la ciencia
dirigen da on ligar í otro; pertí esta fuaraa se abita y da la vida, aparece otra hombre del que era: su espi'
muy prcnto; íe miran volver i éaar i astoa deif raciadas rítu ha'pasado de la impetuosidad petulante á la fncrZn,
el mnmentó dispíics,
qua por Bii aáturaleza es reposada, severa, constante: CO' -Después da la eeíacisn del ptilg», ef color azul se MO sa halla provisto de una copiosa erudición, duda ntas;
manifiesta, con una celeridad diferente, i veces al cabo da las miras Asabiciosas de la juventad no podrían ya tatis<
dos'** Wk^ horas otras en mañoá tlampos. Esta depende fiíerle; aspira á resoltados definitivos y durables. En P»"
de h pi^atUnd «oa ^óé oe«a la éweúlaeion. Cuando se te' intervalo ha habido también revolucionas importantesécSamína córi él ^ e b s c ^ ^ '«I corason da las pataonas Lydo [d« magistratibut rtpublicae romanaé], la» Inatttu"
pintadas de azul, »e siente nna ligera repereucian, aerae- tas de G yo, la República da Cicerón, ban ilustmdo j
JRnte á la qne ca nota en un agonizante, 6 en una per- modifieado no pocos pnalos; de manera "que llegado á 1»
edad en que el pensamiento pasea toda U extensión y
sona en cTOt».
Éstos sob los caractaraa pot be que aa reconoce la madurez le ban cabido en suerte, y con un caudal da
erudición selecta y profunda, Niebuhr ha podido formar «"
,ífeC(SÍon.
'
Cnahífo on enfarmft no Tomita sino alimentos, no po- sistema - que la parece, definitivo, y que lo será latg'
déis decir que asta vómito sea eholérico. Cuando por las tiagapo en la eiencia.
vi.is inferiores no espulsa sino la materia fecal, no hay en
Un ponto capital en qua no» parece verdaderaon^'T
ello ninguna sefinl de cholera; pero caando daspuea de te instrnctivo comparar lo» dos bombras, y poner la» "^
f>tna síntomas veis aparecer la» materias de qne os he pótesis do 1811 al lado de las opiniones de 1Q27, es •>
hablado, ya n« podéii dudar da la acsiitenaia da la aba* printtir* arigan da Roma.,
SOS
MoDlesqulca nos dice: qnc podtmos ñ^nrnrnes 1t cin la colina, cayos costsdoi «e hicieron nrtíficialmefitd inacdkd de Roma tn sns priiperós tiempos como lat «le la cesibles. Dionisio de Halicarnaso obserra, que los aboríCrimea, hechas par.i guardwr «I bolin, ganadoi y frutoi genér habitaban ea grUn aúmero de peqaefiaB aldeas s«<.
dej campa; pera no se remonta á su origen; B9 trat» d« bre la cima de los montes; y tato Sé aplica muy bien
inTestigar «|IIÍ«DG8 fueron »us pTimitivoi haHitante«. La cues- al teí-ritorio de Roma naciente, cualesquiera qua fuesen
tión, sin embíirfjo, es intaresanta. Ha aqní há solua^ún con- sus primitivos moradores. Remoris deWó <le s«r ana d«
ertaa aldeas. Di^értl')s otro tinto da vatioa ó v«Kiéurh á U
jaturnl de Niebníi''Torio pnre>'9 doscHbrir en Born» nn O'íireo etrnsco: •rilla opuesta del rio. Tampoco es de despreciar la tra.
etrusra era !a antigua ronr^titUí^iori romana, y regluds ¡wr dision que céloca un pequeSo burg^ aobre el Jáhie^lo,
los libros sarradoi d« la Etruria, como atastigua Fcsto. Estas poblaciones fueron sin duda las pritneras qite daa«
La religi«n t?ii de Romi es etrasca. El L<icutii»n etrus- aparecieron delante de Roma. Su lerfitorio piíimitivo, ae»
co,. que recibió el nombrB de Tarquinio, no hubiera nido parado da ia Etruria por al Tiberi lindaba por laa otrktr
acogido en él seno del patticiiío en «na ciuJid cnterii- partes coa los pueblos de los callados ^rcOHVieinos, ¡f
msnte htina; Roma cttab» ya ftrmada eaindo s« iosor- solo sé csfondÍH hacia al m»r.
Una de estas colmas era llamada AgénnU^ t^orojiadc
poiRfon en ella los Sabirr^»; todo lo ^ue se hizo íotea <i«f ,
Bomulo, y con é!, es eliwico: la influencia sabina princi- por una ciudad mas considerable quB tas «tras, e«iy» i^o.
pió en Tácio.
dadelá í\ié el Car>itatio. Llamábase esta ciudad QurriufltNiflbuhr so se detiene aquí Si RniB* era ciudad «tras- y íBS moradores Quifittt, de orijen satñno. Tal «i et
ca, d«bió ser ne(;«sarii»iínente rolonia d» HB;» de las doce segundo elemento constitutis'o del pueblo romano, como
ciudades de la federación; y Cere 6 Céres \e oitrece la me^ lo prueba la 1 mayor parte de IcV» rito» re'iiiioaoa de ítdtrópoli pr«bab!e dftRoma. L.i palabra cegrimoniee que d«BotB ma, pracedent"» <!• los sabinos, y atribuidos, 1 ya á Tácio,
los uios reli|i(isos do les romanos, manifiesta bi«n qu* aun ya i Nütná. Hubo antr»? Roma y Quirio primeramantia
en conf.epto de éstos los dübian á aqualla ciiidarf. Final- ijuerra, y después aüsfiss: eran dos cindatíiís enterameomvnte hubo entre lo% das pueblos relaoienas cunitanteS de ta dist'iritas, dos citados índepeñdrentes servara dos por una
amistad y ciuiUduuía, aun en medio de aquella gnerra eter- doble murnlla, como el Empotium (Ampuriae) da los gria-".
na qnn Runa sostenia contra tu» otros TícinM.
gos y d<? los hispano», corno la Trip«lü inicia da loa
Si esta hifiótasis etpiica lo qii« las instituciones é ideas sidonios, tirios y arndies (2); coma en, la madi» eilail I»
romanas teniiin de comirn- con la Etruria, presentando e» T!íja y n'K-ra DaBuie, y lis tres ciudades inrtep?ndíen;ea
ta iíiflurncia como la línea de que partió la avelücion so da Kre 'Tcierg, que ds muro * muro se hacían \)n* guercia! y poiítica do Roma ea la ipeca »as remota i que ra in'TfSinle y encarnizada. Aun no se hr.n borrado lea
alcanzt la historia, adolece también de graves- defcctes, y vfstijtioB de la« rirainsfancias que motitaron ia reunios
el prijnero de todos es que le faltan pruebas.' Cuaida Nie- dé aquellas doa ciudades: hay una tradición qua dice, qua
buhr, para darle alguna fuerza, pretende que Cere fué la cada cual de ellas teai» su rey, su aenado compuesto d«
metrópeii de Rotna, se apoya *n indacciwues bastaete fié cien miembros, tjue acostumbraban juntarse en al Cmmibiles; pero \t% con»ecaen':ia« de la hipótesis, una re* ^il- de, ntmibre que *e di6 desda entonces "íil aapacio entr*
«liíid i, M eu nuestro sentir lo que Is hace mas sespe- el monte P;^latinw y «I Capitolio.
ehoaa.
Las dos cinda íes, lina vez reunidas sobra al pie dé
EQ efecto,'si el embrión de los romanos fué etrusco, igualdaií, edífisaroo sobra el canino que iba del monta
;í-6mo es quo R.oma i¡* ha sido siempre, á semejanaa de Palatitio al Qiirinal, el dobla Jano, qne aeparaba los do«
su metrépoli, UUH oüjr^rnuía sacerdotal? jGomo «« éspli- tertítbrios, y íénia del lado itt cada iiudad «na paerta»
CER discrepancias tan fuertes, desvíos de tanta consícaett- abierta etí tjempo de guerra para que ctd» uno puáies»
cia, squel innudilo dos^rroüo da !a iamportáocia Cbmanali ser Éóéoirido del etro, y cerrada en tiempo At paz, ya
aquoüa «iemoeracia audaz que fierie á colecarse á paf del seÉÍ X>fní iiiipedrt' al ccBíertíio rlíeito, de que podían oscer
pstri''iado, flUB hombrea cen él, que le fueris» i trétar discordiat, 6 como simbíolo de una unían que ne sufoca*
cun ella d« igual i ifual, que lo ineuieta, lo «quilibre, aa la indépetidüDcía. ^trba testigioa quedan de esta ÁOíó íybyusra, y finalmente lo absorre.» Sabemos moy bieA ble ciudad: él dobíé tróné^tie ie dice coasfirvadc? poif
qua 11 ;nc»rpt.>raci<?n de los sabinos, y algua tiempo des* Rómule, después dé tá Binerte da «U hermano, y k capues la ilc las pebla ionas latinas que ocupaban las cer- beza de Jano, grabada desde loa prionaroa tiempos en la
canías de Roma, puviiera dar rszon hasta cierte'punt* dé moneda de Roiné.
'
la alteración del findo etrusco; per» sieitípre es .cierto
Un pueblo dbble; tal e* el «apéete t)ua praaéntaron
que la influencia de h Etruria, si la miramos como BI largo tiwnpo Ips roipanQS, y que se conaarré bisfa Biuch'oa
Rérmen de Roma, debería dsjsrse ver en toda la aérie de anos después de la épécíi én qué fríMííflia aÜ Watoria.1-í historia ríjinarta, y darle un colorido particular y Una este es el sentido dü la libalft <d« loa éaa gemelos: si I»
forma dominante. Gonjesta- clave sola es diSailJeScifíaf reunión de Remaría y dé ftoina le ^dí* m primer fonda
los caracteres de la originalidad romaiis. Por él cantr»- mentó, \k de loa fcnUanea y tós qOlritas dabJ6 teguramen*
rio, si atendiendo i h s tradiciones ponamos e*!! la prima- té c'órrobofarlf, y la's relifcipnea y contiendas d* lea pa*
ra línea," como lo ha hecho Niebuhr récientoiheinte, loa tricioa y plebeyos, la consoltáaron to<|av¡a n a i , y la perorígenes latino y sabino, y solo daónés el tercer lugar al petuaron.
,
elumcnto etrusco, se eiplicars satiifaetoriamente como es
Matrimonio! recíprocoi y" tí tí calió eonHHfi iaétit^ti'
que Roma se desvía de la Etruria, y como as que se le ron poto á poco á Ids ríñníiiWja ^ fláhíWI "cSi lift éoío
asamejit; el por qué da las ansiarías y el de las dife-^ pueblo: coñTÍñiéronse en' lérieir'^ iiof ioíb aéiíaifói ana aSlá
fencia».
asH^blíEa |po|'ülar, y ónr sólo">eyí al ray debía áer altar»
No síberaos si estas rafleccionas se presentaron é la nítíyanieéte elcjíido [por nao de los puébloa en el otro.
ihente de! histanador, !o cierto es que descebando la üriía,aie eft todas Irt? íípa>fi«nes solemnes lo» sombrea dé
primer;! hipótssis, ha sustituido lo que rames á esponer, ambos: péfulua raniantts et quiriiii, 6 mas bien, aegué
Roma no es un nombré latino. La ciadad de Rórou- la. antigua cóitumbra rotpans, de' enlazar los nanbrea acerWi tuvo sin duda otro nombre itálica que se leía ea sus cándolos: populut romenw quh^ttt, que tlespuea s* conlibros sagrado», como el nombre secreto del, Tiber. El viríié en populus rómanüs qniritítm. Que «o lo aueeeside Roma', qno es de hechura griega, (1) piírteoe-ció á la vo quiritf-li y plebt>yOs hayan signiiBeádo tina «Éisma cosa,
«siuílad coínd» era, todaVia pelásgica, cerno los villorros no se opone de ningún modo á-la tradición qoo dre«,
*a que estaba rodeada, f-^ta era la pequeña Roma de que los sabinos de Tacio ae llamaron, así, po^qno habien|o8 siculo4 6 lirrenoa sobre el üionte palnlÍB0. Todas las do desaparecido la diferencia entre los ropaaos y los antífldicipníís riíconocen unánimemente el palatium como la tiguos sabinos, pudo may bien haberse dadé aquel títu«Una primitiva de Roma, que es probable ocupase toda lo á los plebeyos ^w entrafon á ibrraar parrt* de la na. ( I ) Roma 6 Rome w una palabra griega que tigni•r<M faarza 6 fortaleza.
(2)
duda,
En si original iict ArcádíéM, (SwaÍM; errata tin
.r , .
.304
cion-d« úB m'o*o íe'mejaDte. T*or esta rennion do romn- riai de este m»do Roma llejó á ser el mw btlio de lo»
noa y quiriteii Rómulo empezó á llamiirse Quirino, y (J«í- pueblos, y encerró siete montes en sus «uros, haciouílo
rium vino á ser probablamente el nombro secreto de Ro- de ellos una sola ciudad.»
i^a, que no era lícito ptoaunciar
¿No vemos aquí la reunión suícesiva da los (res eleConfixieradas la» Sos ciudades, se dividió él pae^o Hientps del pneblo romano, loi antiguos sübinos, I03 Iri i^omano en tres tribas y en treinta curiai: los nombres hitantes primitivos da Roma, Pslasgos y aboríjenes, y fide las dos primeras curias kamnemét y Tiliense* se re- nalmente, la Etruriat Por lo que i. mí toca, rae ea imfieren! tegun la opiaion general, -á loa dos reyes funda- posible no (lar á estos versos un sentido profunáamcntG
dores Rómulo y Tocio; perd la tribu do los Lúcerps ¿á histórico. Entre tesoros de elegahsia, de urbanida!, do
quien se rofíeiret La mayor parte de Jos arqueólogos la bellezs y armonía, Virgilio deja entrever una simj)|ieiJad
derivan de Lnctfman, etruseo y aliado de pómulo, ilatna- candorosa, aficionada á las tralicionos, y enteramente ardo tambieor Ccelebs Vibenita. Su gente se estableció en el caica. En vano pretenden algunos críticos, que iipbiiida
monte Celio, que desde el tiempo de Rómulo era una en las ideas y el espíritu de SÍI» contemporáneos ha dasde las colinas urbanas. Numa autneñtó la población sabi- figurado la, antigüedad. No: bien diferenfa de íloraíjo,
na. Talo Hottilio llevó otra colonia de albinos al npoate ama sobre todas las cesas la sencilla naturaleza, j |a j ^ .
Celio. Anco Marcio aumentó el número de los plebeyos. gennidad de los tiempos primitivos. Lo único quo ha to-.
Bstos cuatro reyes, considerados como los priocipales au- mado do su siglo, es la elegancia del leawiioge. No le
tores de las leyes romanas, fandaron aquel estado á retacos. fué dado pulsar la lira de Orfi¡o,-y se ave.-ijonzíría do
La condición de los -laceres fué barto inferior á las. la de Ennio. Esento de aquellas afectaciones pueriles qoe
de las otras dos tribus en los primeros tiempos, pnes es- dañan algunas veces á Lucrecio, y á Sülnstiu, csnía en
t;Hvieinn: sometidos á ellas: su senado no se juntaba eon la lengua de todos; la llev.i á la mna acabaila ¡lerfaccion;
«tros senados, ni sus ciudadanos eran convocados al 6o- y su musa original y popular á un tiempo, q^jeila como
inicio- Roma ejercía una especie de preeminencia sobre el tipo inmortal do la poesía para las edades de civiiiQoirio, y Quirio era muy superior i Lucero, U ciudad aacion y cultura.
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del monte Celio. Guando los historiadores nos hablan de
un incremento en el número de los senadores, debenlos
reconocer en este hecho desfis^urado la estensiioh dé los
derechos políticos de Roma, á la segunda y tercera tride nov-t>e'ntu-í'-e
^ i ecctóo /S
bus, Primeramefite hubo cien senadores en Roma: se hace U gaerr:. y poco después la paz con los sabinos, y
»e d<iplica el senado ÍGÍI la accesios de Qoirio: en fin.
Se han recogido algunas cartas que entre otras ca>
euando Diwiiisio de Halicarnaso nos dice que Tarquino el , sás dejaron abandonadas los disidentes en loa puntos que
viejo hizo subir el número de loa senadores á tressientos, ocupaban, y varias da Zacatecas, dirigidas á diversas caTocunocernos aquí la incorporacien del senado de la ter- ^as da comercio de esta capital, tienen por objeto la miscera tribu, qu9 habiendo llegado mas tarde á la partici- ma solicitud de la que 4 continuación insertamos.
pación de los derechos políticos, después de haber per„Sres. N. y N—Zicateeas octubre 19 de 18.32.-^kanecido largo tiempo en una condición de inferioridod Muy Sres. mios de mi aprecio: los grandes gastos q la
con respeeto á los ronviaos y quirites, se llamaba mno- el gobernador de este estado ha tenido que hacer en la
rum genft'um. Ho se tomabap ios votos de estoa senado- presente guerra, lo estrechan á solicitar un empréslito de
res, sino después que los paire* majorutn gentium hp.h\9n l,60l> ps., que dentro dé seis meses podrá empezar á amordado los sayos; y es probable que las curias de Laceró tiza* con loda^ seguridad, y sin duda que dsrá un decenocuparon per largo tiempo 0! último lugar ^^n los comicios. te premio. Me ha ocurrido comuoicBr á W . e^to sucoDe este modo se formó el pueblo reraatíol Resumá- so, por si en todo ó en parte les fuere conveaieate enn o i rápidamente U teoría de Niebühr.
trar en el negociíi; y por cumplir también con el encarDe la mezel» d« JpWaagOB y Aborígenes, de Roma go que el Sr. García me ha hecho sobre el particular,
y Remuria, que babitabap «1 monte Palatino, te formó 1» no dudando en asefurailes que el pago será puntual y
tribu Ramnense, cuyogefe fii¿ Rómulo.
seguro.
De loi sabinos que habitaban en la colina Agonal
Ruego i Vy, qao me disimulen eati confianza qna.
coronada por el Capitolio, y formaban la ciudad de Qui- roe. tomo, y que dispongan del buen afecto qne le» pro»
rio, se orgaaixó después la tribu Ticiense, que se atribu- Tesa so atento amigo y servidor Q. B. S. M
/ . h.
ye á Tacio.
del á »
Una partida de atruncoi» acaadSlltda por Cederé VthttYa. ae verá por esto la miseria á que ha que Jada
na, EncsiBOD da Etraria, se estableció sobre el monte
reducido aquel estado, antes opulento y virtuoso; los agenCelio (que toma el nombre del eaudillo), y fundó allí la
tes de «u-fobernudor nagocian boy de los comeroiantes
ciudad de lacero. Mas adelante ToUo Hostilio incorporó
de asta capital, ün préstamo, gin ofrecer hipoteca.ni seguen ella la gente de Albn, y de esta fusión de etrüseoa
ridad alguna y fijando el pjazo de seis nrssas para emJ albanos náeió la tercera tribu, los lúcsres.
pezar á awurtizarla, todo lo que indica claramente lo
La opinión- definitiva da Niebuhr tiene el mérito de
recargadas que están las rentas de aquel infortunado pueeoneordar eon las tradicisnes y los historiadores; los esblo. Los sujetos á quienes se han dirigido talos cartag,
plica y los mejora, sin ^lentradecirloi abierti^méate- Es una
einceramente adictos i la causa del orden, lejos de coopa.
jfortuBa > para la crítica moderna poder suscitar, bajo la
rar con sus cau iales á la continuación de la guerra, han
letra de la antigCiedad, un espíritu original ya olvidado.
dejado sin respuesta semejantes invitaciones.
Jio a6 si m« «ingsñó; pero este triple origen do RoPor todas partes se dejan ver los resultados funesto»
ñ a m f a i i e c e hallarse eo yirgilie. Aquel gran poeta esiti la discordia civil; mortandad, pobreza, paralización en
taba pr^imdifB^te verfado en la «tqi^eología Bacfonal:
todos los ramos de prosperidad nacional, ha aquí los frunada es aventurféo C R S I U J ^ I » * ; nada forzado por lastratos do la rebelión del 2 de .enero, que ha hnoho retro*
bas del metro; todo es tradicion.iil, arqueológico nacional
gradar al estado do 828 á la patria desventurada.
en el mas alto grado. Ea sus Jeórgicas, después de deS,
—a*»—
cribir loe atractivosvy las delicias de la vida del campo,
D, Antonio López de Santa Anna se ha movida á
Tvelve á los rteuerdos de la patria.
~
' Zumpanijo con el fin desde hicijo de mpU^^nta i Puebla
para evitar el encuentro con el veocendor del G.tilinero.
Hínc olim vestere vitam eoluere sabiní»
H u c Remas et fratert tic fortis Etruria crevit;
•
Seilieet et reram_ faets est palcberriraa Roma,
Septeique una sibi muro circumdedit arces
IMPRENTA OBL ASmUA,
DitiaioA
POR
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xrMGNo. CALLE RE Hi^niifAs mm. 6«
«Esta vida cultivaron en otro tiempo, los viejos sabi-•t
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aos: eiti Rano 7 su hermano;'así creció la fuerte Etru- •••JiJinM II iiiie •••••I—iiiw III
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