La Misericordia de Dios no es una devoción azucarada: 12 razones por las que salva el mundo Año Jubilar de la Misericordia / La Vida Cristiana, Camino de Misericordia Por: Jorge Soley | Fuente: http://www.religionenlibertad.com/ En diciembre de 2015 se celebró en Barcelona el Congreso Cor Iesu, Vultus Misericordiae (www.istomas.org/coriesu), dedicado a la Misericordia de Dios, precisamente en pleno año jubilar de la Misericordia. Para algunos la Misericordia divina no pasa de ser una devoción azucarada propia de ancianas piadosas, para otros sería una buena expresión de buenismo utópico y poco exigente. La verdad es muy diferente: estamos ante lo mas nuclear de una Revelación que nos ha mostrado que Dios es Amor. Frente a las deformaciones e incomprensiones, estas son las 12 razones por las que la Misericordia de Dios salvará al mundo: 1.- Porque nos revela al mismo Dios, que es Amor y nos ama con locura, hasta el punto de entregar a su Hijo a la muerte para abrirnos las puertas del cielo y tenernos junto a Él por toda la eternidad. Aquella locura de amor no se agotó en el Calvario, sino que continúa tan viva hoy como entonces. 2.- Porque la Misericordia divina todo lo puede. Puede incluso borrar los más grandes crímenes, esos que abundan en nuestro mundo, un mundo que ha decidido darle la espalda a Dios. 3.- Porque nosotros somos impotentes, con nuestras propias fuerzas, de llevar, no ya una vida mínimamente digna, sino de ser felices. La Ley sigue siendo una losa para nuestras pobres naturalezas caídas, pero ahora la Misericordia de Dios viene a nuestro rescate y nos da la gracia para poder corresponder al amor de Dios. 4.- Porque las obras que la Misericordia de Dios nos inspira nos muestran el camino del cielo y hacen de este mundo un lugar habitable y no el infierno del todos contra todos que los hombres construimos cada vez que tenemos la oportunidad. 5.- Porque Jesús no quiere que el pecador se condene, sino que se convierta y viva eternamente. 6.- Porque Dios no es un ser lejano al que no le afectan nuestras vidas, sino que nos ama con un Corazón que estalla de amor, un corazón de madre que no duda en pasar las peores penalidades para rescatarnos y darnos un abrazo que todo lo perdona. 7.- Porque Cristo nos salvó con su sangre, la misma sangre que brotó, a través de su costado abierto, de su Corazón de hombre, ese Corazón con el que nos sigue amando sin límite a pesar de todas nuestras traiciones, y esa sangre es lo único que puede lavar todas nuestras miserias. 8.- Porque, lejos de ser un pasaporte para el "todo vale", la Misericordia de Dios nos mueve a corresponderle, a amarle sin medida, da sentido a nuestra vida y nos da fuerzas para obrar, para seguir el camino estrecho que lleva hasta el cielo y que Cristo nos ha enseñado. 9.- Porque, como le dijo Jesús a santa Faustina, "la humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia". 10.- Porque quien ponga su confianza en la Misericordia divina, recibirá gracias inimaginables en su vida y la salvación final. 11.- Porque el amor misericordioso de Dios no se guarda nada para sí: quiere que le pidamos muchas cosas porque quiere dar mucho, muchísimo, sin medida. 12.- Porque lo que más gusta a Dios es perdonar a sus hijos, tener misericordia de ellos, para que así nosotros también podamos personar a nuestros hermanos y guiados por la gracia que el Espíritu derrama sobre nosotros, de la mano de la Madre de Dios, seamos dóciles instrumentos en las manos se Jesucristo, el Salvador del Mundo. (El autor del artículo, Jorge Soley, es miembro del comité ejecutivo del Congreso Cor Iesu en Barcelona, que explora la Misericordia de Dios desde las enseñanzas de Santa Teresita de Lisieux, sus padres San Luis y Celia Martin, Santa Faustina Kowalska y la devoción del Sagrado Corazón. El congreso empiezó el jueves 31 de diciembre 2015 a las 19.30 con el emocionante testimonio de Tim Guénard en la Fundación Balmesiana. Más información en: www.istomas.org/coriesu )