Marco Rascón Memorias de un Líder Moderno

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Marco Rascón
Memorias de un Líder Moderno
1977
Fotografía de portada: Gerardo García,
Tomada del libro Imagen inédita de un presidente,
Coord. Fabrizio León, México, Editorial Destellos, 1994.
Fotografía de contraportada. Duilio Rodríguez.
D.R. 1977 por EDITORIAL GRIJALBO, S.A. de C. V.
Calz. San Bartolo Naucalpan núm. 28
Argentina Poniente 11230
Miguel Hidalgo, México, D. F.
ISBN 970-05-0820-X
IMPRESO EN MÉXICO
A Eugenia con todo mi amor.
A Froylán, Ana Luisa y la tribu.
1. Índice
2. Advertencias ..…………………………………………………………………..……… 11
3. La fatalidad del águila y la serpiente al revés y el presagio del volcán ……….….
13
4. Carta I zodiacal …………..………………………………………….……………….... 16
5. Raúl ……………………………………………………………………..………………18
6. Carta II zodiacal …………………………………………………………………….…..20
7. El poder y la máscara ………………………………………………….……………… 23
8. Carta III zodiacal ……………………………………………………….……….…… 37
9. Herencia, infancia y familia ………………………………………………………….. 40
10. Carta IV zodiacal ……………………………………………………………………….63
11. La Sociedad de Mont Pêlerin …………………………………………………………. 65
12. Carta V zodiacal ………………………………………………………………………..79
13. Don Antonio, don Rodrigo y mi padre ………………………………………………. 81
14. Carta VI zodiacal ……………………………………………………………………….95
15. Yo, un mexicano universal …………………………………………………………… 97
16. Carta VII zodiacal …………………………………………………………………….. 109
17. Un error, dos sucesores …………………………………………………..…….…… 111
18. Carta VIII zodiacal …………………………………………………………………..... 131
19. 1988: entre la legalidad y el porvenir ………………………………………………. 134
20. Carta IX zodiacal ……………………………………………………………………... 167
21. México frente a México ………………………………………………………………. 170
22. Carta X zodiacal ……………………………………………………………………… 202
23. Los aliados de la modernidad ……………………………………………….……… 204
24. Carta XI zodiacal …………………………………………………………….……….. 243
25. Expectativa o esperanza …………………………………………………………….. 245
26. Carta XII zodiacal …………………………………………………………………….. 259
27. Sueños en Irlanda ……………………………………………………………………. 261
28. Carta XIII zodiacal …………………………………………………………………….266
29. (Estados Unidos) Mexicanos ………………………………………….…………….. 268
30. Carta XIV zodiacal …………………………………………………….………………281
31. Dos mitos, dos presagios ……………………………………………………………. 284
32. Carta XV zodiacal …………………………………………………….……………….299
33. Los fantasmas del pasado ………………………………………….……………….. 302
34. Carta XVI zodiacal ………………………………………………….……………… 310
35. Crimen en el laberinto …………………………………………….………………… 312
36. Carta XVII zodiacal ………………………………………………………………… 337
37. La ejecución y otras muertes ……………………………………………………….. 339
38. Carta XVIII zodiacal …………………….……………………………………………352
39. El sustituto ……………………………….……………………………………………354
40. Carta XIX zodiacal …………………….…………………………………………… 369
41. La nueva lista ………………………….………………………………………………371
42. Carta XX zodiacal …………………….……………………………………………… 377
43. Para el tango, un jazz ……………….……………………………………………….. 379
44. Carta XXI zodiacal ………………….……………………………………………… 399
45. Los últimos 100 días ……………….…………………………………………………401
46. Carta XXII zodiacal ………………………………………………………………… 426
47. Oración a Margarita ………..…………………………………………………….…... 427
48. Carta XXIII zodiacal ….…………………………………….……………………… 430
49. El país en manos de Capricornio ………………………………………….……….. 432
50. Carta XXIV zodiacal …………………………………………………………….……448
51. Mi único destino es México …………………………………………………….…... 450
52. Así son ………………………………………………………………………………...471
53. Letter to my Publisher ………………………………………………………………. 475
54. Agradecimientos …………………………………………………………………….. 478
Nota: Transcrito por los alumn@s de Economía, FCA-UNAM, del Prof. J Ramón Jiménez
Agradecimientos del Autor del libro
El trabajo ha sido un ejercicio para llenar los vacíos y entender la lógica de los adversarios. Lo bueno y lo malo no son
exactos como en la vida real. De esa manera, quiero agradecer a la Asamblea de Barrios de la Ciudad de México el
haberme soportado estos dos años, en que rondó por mi cabeza este trabajo y me convirtió en un ser perverso; a Cristina
Laurell, María Fernanda Campa y mis hermanas y hermanos; a Raúl y Alejandro Álvarez; a Félix Hernández Gamundi y
Amapola, Daniel Molina, Javier González y Javier Hidalgo; Patricia Ruiz y Nuria Fernández, a Luis reza "Clemenza"; a
Arnoldo Martínez Verdugo, Mauro González Luna e Isidro Aguilera, a Gerardo y Rosa Mendiola, Enrique Tejada y la
Karin; a Víctor y Mónica Soler y a Raúl Bautista" Superbarrio"; a Wilma,Elizabeth, Carlos y Moisés, el equipo; a Carlos
y Nora Torres, mis terapeutas de diván norteño, con quienes he compartido la nostalgia por la División del Norte y otras
cosas; a los cinco" tampoco "Chamucos': Patricio, Rius, José Hernández, el Fisgón y Toño Helguera, retaguardia
estratégica y vanguardia para escribirlo profundo con infinita sencillez.
A Carmen Lira, Luis Javier Garrido y Guillermina Álvarez; a David y Sara Brooks; a Imanol y Mireya Ordorica; a Pedro
Miguel, a Hiram y Marta Torres; a Isabel Molina, Samuel del Villar y Elena Poniatowska; a Ebe Rosell, Ismael
Colmenares, "gran maestro de la parodia"; a Armando Vega Gil; a Jesúsa Rodríguez, que me inspiró con su obra y me
hizo no tenerle miedo al personaje de estas memorias; a Liliana Felipe, por su entusiasmo; a Jaime García Chávez y a
Irma Campos; a Francisco Javier y Marco Pizarro; a Eduardo Galeano, y al hombre de los tres siglos: Germán List
Arzubide.
A Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, que me hicieron escribir esta novela a nombre de
todos los tartamudos, a ellos les agradezco sus diferencias y la libertad para identificarnos con ellas, o no.
A Doña Amalia Solórzano.
A éstos y todos los idiotas que nos hemos cruzado en el laberinto que ha sido la transformación de México; agradezco a
todos los que vivieron el espíritu del 88 y pese a todo no se quebraron.
A todos los que supieron entender que el enemigo no era pequeño, sí peligroso y para nada intrascendente.
M. R.
Coyoacán, 1. De julio de 1997.
Advertencias
En México se muere por cambiarse el rostro.
Las mentiras también sirven para conocer la verdad. Las blasfemias mezcladas con las virtudes hacen una
verdad a medias, es decir, un discurso. Este relato es una historia verdadera hecha con medias mentiras y falsas
verdades. Dicho de otra manera, cualquier diferencia de esta historia con la ficción es un simple matiz, porque
la realidad se novela sola.
Aquí no hay defectos, sólo distinciones, porque de la multiplicación de lo negativo por lo negativo, nace lo
positivo. De lo mal, nace lo bueno y si está bien todo, es porque se pone mal.
Todos tenemos piadosa atracción por los caídos, no importando su perversión: de lástima está hecha también
la corteza de la naturaleza humana.
No es principio ni fin, es sólo la intrascendencia de un hombre herido por el poder. Es simplemente un país
atrapado por los mitos geniales y los astros.
El autor
La fatalidad del águila y la serpiente al revés y el presagio del volcán
Venían de Aztlán, serpenteando por los llanos; les habían dicho que eran el pueblo que tenía la misión del
sol, la tarea de integrar al mundo en un solo mundo conocido. De guerreros errantes, aquella columna nómada
la guiaba Huizilopoztli, su dios de la voluntad, creador de la cultura del esfuerzo que les señalaba la ruta del sur
donde estaba el centro de todo. Aquella tribu sería el origen de la nación mexicana, que con la paz y la guerra,
con rupturas y suturas, uniría el destino de todos aquellos pueblos. ¿Habría algún territorio que nadie reclama
para hacerlo suyo? No… pero para eso sabían hacer la guerra y, desde aquel tiempo, un soldado en cada hijo les
había dado. Aztlán quedó escondido para que nadie intentara regresar. Quemaron su origen para obligarse a ver
hacia el futuro y eso los hizo grandes; sólo descansarían cuando encontraran el ombligo de la luna, el lugar
exacto para su destino. Cuenta un testigo que en el camino surgió un gran conflicto entre ellos: Malinalli, la
hermana de Huizilopoztli, proponía detenerse para danzar y esperar a que llegara la señal a ellos, un águila
comiendo a una serpiente. Malinalli conspiraba contra Huizilpoztli su hernano, siendo sólo escuchada por los
más débiles, los exhaustos, los que ya querían rendirse. El hermano, sabiendo que su hermana era bruja y podía
planear una venganza, decidió – aún así – expulsar a Malinalli de la columna, sin importar que unos se
quedaran. Pero nadie la siguió y entonces Malinalli los maldijo a todos diciendo:‖ El día que el águila y la
serpiente, símbolo que buscan, amanezca al revés en el estandarte, ese día será el fin de su nación, se perderá
la memoria y estarán siempre condenados a repetir su historia, porque se volteará el tiempo y los calendarios,
hasta que se pierdan en el laberinto de los tiempos. En ese tiempo habrá volcán de fuego y cenizas y este lo
tapará todo mil leguas a la redonda‖. Malinalli se alejó de la columna gritando, hasta perderse entre polvo, las
espinas y el viento; Huizilopoztli el colibrí, no volteó a verla cuando se fueron, en dirección opuesta.
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Así nació y creció, a través de los siglos, la fama y la gloria de México-Tenochitlan, pero 672 años después,
un día Ce Ozomatli (uno mono) del viejo calendario equivalente al 21 de marzo, amaneció sin explicación en el
zócalo, el águila al revés, muerta, colgada por los pies y con una víbora putrefacta en el pico, ondeando
invertida en su bandera. No fue presagio porque las cosas ya estaban mal y ya la memoria no existía, fue sólo la
certificación de la decadencia, la integración final al olvido, el paisaje de un viaje de regreso hasta ser de nuevo
la tribu errabunda sin destino. En ese momento, todos se unieron por su parte mala y los malos tiempos se
convirtieron en los grandes tiempos; el volcán empezó a echar humo, los temblores de tierra fueron más
intensos, el lago bajo la ciudad se secó causando mayores hundimientos. Miles se fueron al norte buscando el
origen por instinto, pero ya el río grande era una frontera y en aquel desierto ya ni el aire podía viajar
libremente.
Atrás quedó la vida en ruinas, sepultado en el gran teocalli junto al viejo adoratorio a Huizilopoztli, bajo otros
templos; quedó la cultura quemada y los fogones de las casas se fueron apagando.
Los últimos tiempos quedaron escritos antes del símbolo al revés, describiendo la modernidad como un
espejismo, la esperanza como un círculo de permanente retorno y al cambio como un pozo de agua estancada y
pestilente.
Estas memorias fueron un intento para advertir el desastre. El sentido y el orden de ellas es el que me
dictaron los acontecimientos; al escribirlas me sentí muchas veces inseguro por las implicaciones que pudiera
tener cada recuerdo, en el curso del linchamiento al que se me ha sometido junto con los míos: he preferido la
verdad y los motivos que la hicieron, a tener que seguir cediendo terreno en la guerra que han declarado a la
modernidad y la libertad los hombres del pasado. Sin embargo, confieso que yo sólo he sido simple instrumento
accidental de la historia para poner en manos del mundo la memoria del hombre moderno, víctima de sus
triunfos y aspiraciones, quizás equivocado por haberse adelantado a los tiempos en un país, cargado de mitos y
maldiciones ancestrales, que no estaba a la altura de un gobierno como el mío, al cual proyecté con eficiencia,
más allá de sus traumáticas fronteras.
Ese 21 de marzo de 1997 apareció la señal de la decadencia y entonces entendí muchas cosas que ahora tienen
explicación por el oráculo de Malinalli y me planteó la necesidad histórica de escribir estas memorias, para que
hubiera una verdad y porque nadie puede vivir sin que haya explicación de las cosas que suceden. ¿Será posible
conjurar la maldición del símbolo invertido?, ¿podrá haber de nuevo el acto de unión y conceso que yo logré?,
¿volverán a abrir las puertas y las ventanas de su casa para de nuevo creer y conjurar el determinismo?
Es falso que el escándalo sea porque el país está cambiando y se está limpiando; la regresión es real y la
perspectiva está extraviada entre los vientos oscuros que envolvieron a Malinalli cuando desapareció expulsada
de ese pueblo errabundo. Es falso que haya transición, es simplemente la decadencia, pero ésta no fue por culpa
mía: yo intenté conjurar la maldición de Malinalli haciendo de México un país moderno.
Estas memorias, el enfrentamiento con la verdad, es lo único que nos merecemos, luego que fallamos al
intentar unirnos al Primer Mundo como yo lo proponía.
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Carta 1 zodiacal
ARIES, TU ASCENDENTE ES SOBRE TODOS. ¡Adivinaste! Escribirás sin mayor respeto por el tiempo;
en esta historia no tiene valor el tiempo, pero recordarás todo para que tu vida quede como ejemplo: ―tu
historia‖, será ―la‖ historia, así simplemente como una explicación no pedida, porque eres un demiurgo, un
artífice de ella. Arrastrará la memoria hacía atrás y por el norte; en ese lugar y en ese tiempo te dará refugio
Malinalli, la mujer hierba, la que dijo como seria todo. Ella te arrastrará al pozo de su oráculo para que inventes
el futuro con todos los huesos del pasado… Es una historia de símbolos invertidos, donde tú sólo eres un soplo
en medio del viento. Tu hermana te escuchará y no sabrá cómo responderte desde una tumba donde estar
enterrado vivo para que luches toda la vida que te queda, hasta rescatarlo; él te perseguirá siempre como un
incómodo cómplice desde la infancia. Por eso, separa la soberanía del reclamo, tú ganaste, pero ten cuidado por
que cada una de tus palabras son espinas que alimenta el odio de lo que no fue, hieren el destino torcido con sus
propios errores. Él piensa que tú debiste obedecer y te reclama la inteligencia, por no haberlo hecho.
Para vivir en paz, mejor fija los mejores recuerdos desde la noche de aquel día, cuando rodaron por el piso
todos abrazados, festejando el triunfo de la ambición; aquel día en que solamente hicieron ―pacto familiar del
elefante‖ porque desde ahí, tu sabías que tu papel, ―el papel‖ de la historia, no era sólo por seis años, sino por
varios sexenios. Llegar la primera vez había sido simple: ¿cómo triunfar en lo esencial sin perderse en los
obstáculos y las limitaciones del tiempo?
Es mejor recordar eso, es mejor para el que está lejos y por eso, escribe y recuerda que en doña Rosa ha
reencarnado Malinalli, la que expulsaron, la que se quedó en el norte, donde siglos después tú la encontraste
haciendo magia y ante la cual, respetuosamente, ayunaste como prueba de condescendencia y obediencia, en el
camino en que se regresó a la historia.
Ese es tu signo, para eso fue tu destino Aries, que conocerás a través de la carta astral dictada por el universo,
el día que naciste: 3 de abril 1948.
Raúl
Monterrey, N.L., 2 de marzo de 1995.
(Querido Raú)l:
Te escribo desde casa de doña Rosa en Monterrey, pues lo que ha hecho Ernesto no tiene nombre y ahora
estamos en guerra. Seguramente se lo aconsejaron entre el integrante de Hank y López Portillo, el teórico de la
nostalgia, defensor de la ley de los viejos caudillos sexenales, del ―chocar para estabilizar‖ Esta venganza es
una réplica de lo que hicimos con La Quina y Legorreta aquel enero del 89, pero ahora quieren credibilidad a
costa nuestra, como si fuéramos lo mismo. Es la guerra de la contrarreforma contra la libertad y la modernidad.
Ernesto ha sucumbido y violado el compromiso; es lo malo de tratar con un emergente improvisado, que
ahora dice que el compromiso era conmigo, no contigo violando la regla del respeto a las familias. Ernesto,
acobardado, nos lanza el cadáver de José Francisco, sabiendo que el muerto es nuestro, que era mi soldado y
que tú eres inocente. Me mataron a dos, a ti y a Pepe, y metieron la cizaña en la familia -- ¡se metieron con la
familia! – y ahora hasta los sobrinos dudan y todos de nuestra inocencia.
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¿Qué no se han dado cuenta de que todo es una venganza, una revancha? ¿Por qué no ven que ha resucitado el
pasado? ¿No se han dado cuenta de que quieren tapar sus errores con nuestras cabezas? Las máscaras que han
hecho de mí son su propia vergüenza y para ocultar su cobardía porque los mexicanos sólo están con el presente
y a él le rinden diaria pleitesía; los mexicanos no creen en el futuro y viven permanentemente traicionando al
pasado. A ti y a mí nos quieren convertir en parte del pasado, cuando nosotros construimos y vivimos en el
futuro. Fue Hank quien mando hacer las máscaras vendidas en la calle; son ellos, los dueños del poder presente,
los que han decidido excluirnos y apoderarse de nuestro proyecto. ¿Sabes hasta dónde llegarán? Seguramente
se acabarán entre ellos, expulsándose unos a otros. Yo lejano, tú ausente, ganaremos al final, hermano, porque
este país nosotros lo hemos transformado y se duele de habernos perdido, de haber interpuesto un límite de
tempo absurdo, siendo que estuvimos a tiempo de salvarlo.
Basta simplemente que comparen entre yo y Ernesto para que, en poco tiempo, miles se levanten para
recibirnos, para pedirnos el regreso. No tengo dudas, hermano, de que esta pesadilla es sólo la expresión de la
miseria humana que arrastramos, cuando alguien como yo atrae el éxito y o convierte, para millones, en algo
posible y cotidiano.)
Carta II Zodiacal
TU VERDADERA PERSONALIDAD ES LA GRANDEZA Y LA MODESTIA. Aries es símbolo de fuego.
Por ello tus enemigos quieren convertir tu fuerza en cenizas; pero la obra estará ahí como antorcha permanente
y encendida, iluminando todos los días este jodido país de jodidos que tú salvaste. En este tiempo (influido por
la séptima casa de Libra, regido por Venus) tu casa estará en el signo opuesto de Aries, en Libra, es decir el
tiempo del juicio, donde rige el aire y el equilibrio de la balanza.
La defensa eres tú mismo; el jurado y el fiscal, también tú mismo; en este juicio no hay imparciales, sino las
voces de los perdedores, los enemigos desgarrados de lo moderno. Es ahora cuando tiene sentido decir
modestamente quién eres y quién fuiste a través de tus memorias; ahora es el momento, porque han venido tus
adversarios a erigirse en jueces con máscaras de imparciales bajo los rastros vengativos: te acusarán de que los
engañaste y buscarán expulsarte porque dijiste la verdad y señalaste el único camino para todos. Su miedo lo
han convertido en acusación y delito y eso se paga, según ellos, con tu sacrifico. En seis años sembraste bombas
por todas partes y ahora te han estallado; todos triunfos, cada victoria personal ahora se une al señalamiento
colectivo. ¿Cuánto durará este juicio? Nadie sabe la respuesta porque nadie será capaz de sentenciarte. No te
expulsarán nunca porque se destruyen todos los que te acusan. Mientras ellos discuten y se desgarran, tu obra
vivirá sola, contundente, sin dudas. ¿Qué más reconocimiento que eso?, ¿Qué más indulto que el futuro?, ¿Qué
más inocencia histórica que reconozca finalmente que el camino que tu hiciste es el único camino?
No tengas duda, no temas a la soledad de la montaña, porque el carnero desde ahí lo cambia todo, por todos.
Tú fuiste el último de una etapa, pero el primero también; eres la cabeza y la cola que integra el destino de todos
y se ve en la noche, junto a Sagitario flechador del cielo, dominando a leo acompañado por la dulzura lunar de
cáncer, el recelo de Tauro con las cuatro patas sobre la tierra; la frialdad de Virgo y la asesoría de géminis;
estarás protegido por Escorpio el operador político perfecto y la suavidad de Libra, dándote el aire que necesitas
abrazada a Piscis en la altura, subirás proyectando la sombra de Capricornio tu sucesor, hasta llorar la muerte de
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Acuario abrazada a Piscis, unidos ambos por la punta de un diamante, su piedra que une el poder y la riqueza.
Tu origen de fuego te identifica con Leo y Sagitario y los tres complementan el triángulo del poder que se basa
en la ambición, la habilidad y la agresividad; las tres cosas no te hicieron buen político, pero si buen cortesano,
que sabría mover todo, ocupar la voluntad de otros y eliminar a los adversarios. Tienes un don especial para
saber humillar a tus enemigos, los cuales te perseguirán siempre y por la espalda, pero recuerda que eres un
guerrero que miras al mundo desde la estatura de tu temperamento suave y agresivo, de tono convincente,
adaptado para explicar tus actos pacientemente en público; de manera severa y directa en privado. Difícilmente
te conocerán.
Con tu escudo transformaste la debilidad en fuerza y por eso, resolviste lo que no tuvo respuesta por más de
cuatro siglos; ahí está tu obra que integró al país, lo que buscaron durante más de un siglo los herederos de las
siete colonias y no hicieron por falta de entendimiento; salvarás a tu país, lo que buscaron de sus complejos, del
ícono del indio dormido bajo el nopal, tirando lastres de viejas leyes que sólo se justificaban por ser pactos de
guerra civiles, treguas, revoluciones que se hicieron para no cambiar. Acabarás con ellas aunque los emisarios
del pasado se resistan.
Tú ayudarás a integrar al mundo y para ello arrastrarás a esta nación. Lo harás todo, porque este país se formó
bajo la influencia de Marte, porque lo viste desde otro espacio, desde la sana distancia de la teoría de los
mercados, bajo las leyes de la oferta y la demanda, la integración de las monedas y la libertad para comerciar.
Nadie podrá juzgarte más que tú, sólo tú tienes el equilibrio para un juicio justo, para demostrar que la
sentencia sólo puede ser un reconocimiento a todos tus esfuerzos y sacrificios, que justificarán si alguna vez
hubo perversidad o excesos. Éste es tiempo de Aries, es tu tiempo, tu destino y tu memoria. Es tu verdad y
debes convencer que fue la única.
El poder y la máscara
Nueva York, enero de 1995.
No quiero hablar de mí, pero yo fui el presidente más importante de México. Bajo mi mandato se realizaron los
cambios más importantes del país después de la revolución de 1917 y yo hice la revolución en la revolución. Yo
representé un nuevo constituyente y reformé la Constitución, salvándola de sus anacronismos y el sectarismo
del mismo estado. Yo logré poner a México de frente al futuro, despojándolo de los perniciosos mitos de
nuestra inferioridad mestiza. Yo hice que acabara el culto al atraso; yo reformé las relaciones del estado con el
resto de la sociedad, acabando con sus monopolios proteccionismo y carácter subsidiario; yo establecí un nuevo
consenso y una ―unidad nacional‖ de México con el mundo; yo logré diluir las aristas violentas de cada clise
social y las uní como un solo cuerpo en el propósito modernizador; Yo incluí a 17 millones de mexicanos en
extrema pobreza a la democracia participativa y les di imagen digna; yo transformé la relación del partido y del
Estado, creando competencia interna y una vanguardia política moderna renovadora del ser social a través del
individuo activo y participativo; yo inserté a México en la perspectiva del futuro, logrando emerger como la
gran potencia en América Latina, La punta de lanza para la libertad de los mercados comunes, pilar de la
Iniciativa de las Américas.
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Yo formé al nuevo ciudadano y a la nueva sociedad de civil de México, aliados activos del proceso de
privatización; su actitud crítica, respaldada por su actitud consumista de los nuevos valores e impulsora de la
libertad individual contra el estatismo y el corporativismo. Yo restablecí los justos derechos de la Iglesia
cerrando una etapa y abriendo otra con la nueva relación con el Vaticano; yo acabé con el jacobinismo
apropiado del liberalismo, los separé e hice de esta corriente el fundamento histórico para libertad económica.
Yo construí un nuevo pacto social con base en la libre competencia y la solidaridad; yo hice la cultura del
cambio y asumí la vanguardia; yo impulsé la revolución cultural basada en los individuos, la familia y la moral;
yo puse las bases económicas para la libertad política; yo reuní a México con las grandes naciones, al bloque
natural al que pertenecemos por historia y por geografía, pues con ellos nos unen hasta las guerras, los despojos
territoriales y los desprecios. He logrado que los mexicanos vuelvan a su conciencia como americanos; yo logré
liquidar el viejo pensamiento europeo que tantas ideas mezquinas nos trajo, como socialismo, el estatismo, el
anarquismo, la especulación ineficiente, la hegemonía del derecho y la política, el parlamentarismo y los vicios
del libertinaje socializante. Yo logré que México fuera de nuevo un país íntegramente americano y
defendiéramos los valores de América.
Yo transformé la debilidad y el caos en perspectiva y certidumbre. Yo logré unificar a México al mundo
financiero y sus emociones; yo construí la cultura de la preocupación cotidiana en Bolsa de Valores y la partida
de la moneda y la hice parte del estado de ánimo nacional. Yo completé la obra histórica de todos los mexicanos
que lucharon por un país moderno, recogiendo el pensamiento de todos. Soy el creador del Liberalismo Social,
que fusionó la economía social del mercado con la responsabilidad solidaria a través del altruismo y la
filantropía; yo abrí el espacio de los ONG‘S y con ellas sustituí los viejos fideicomisos creados por el estatismo;
yo establecí, con estos valores y estas alianzas, las bases de una economía libertadora, sin prejuicios contra el
dinero. Soy el creador de un nuevo movimiento social para el progreso con base en la solidaridad d y como
parte de una alianza que cruza a la sociedad de arriba abajo, de los más pobres con los más ricos, unidos en una
trenza de mutuos intereses; soy la proyección verdadera de Zapata y Lázaro Cárdenas, de los cuales me
emociono tan sólo con escribir sus nombres, pues yo hice cambios más profundos de los que ellos hicieron; yo
construí nuevo poder con el viejo poder; quité máscaras demagógicas para no refugiarnos en un pasado de
guerras y sangre; yo levanté la muralla de nuestro proteccionismo, de lo que nos aislaba del mundo como feudo;
derrumbé el mito de la soberanía y con ello acabé con el Príncipe, anterior a mí, después de mí.
Arrojé farsantes y construí nuevas estructuras de poder político y económico; excluí y arrojé a la vieja clase
política que se beneficiaba de los mitos y los atavismos de la historia; cambié el pensamiento de los mexicanos
y los lancé al futuro, despojándolos de su herencia derrotista heredada del sincretismo indio- europeo; yo resolví
y uní las corrientes liberales y conservadoras, al imperio y la república, a la masonería con la Iglesia; reintegré
el territorio de México, uniéndonos todos: ahora estamos de nuevo juntos con Texas, Nuevo México, La
Florida, California, Arizona en un sólo destino. Enseñé pacientemente que el exterior y nuestros vecinos son
aliados y seremos buenos socios. Con esta idea, convertí la deuda externa histórica de México en deuda de todo
el bloque. Nuestras crisis económicas dejarán de ser buen negocio, pues ahora serán las crisis de todos los que
nos integramos. Yo uní los trenes en uno solo y ahora vamos juntos con nuestra fuerza y nuestra debilidad a
conquistar económicamente al mundo. Abriendo las fronteras del país, modernicé la industria, situándonos en el
nuevo orden económico y la nueva división internacional del comercio; desmantelé las viejas relaciones
subsidiarias del Estado con los empresarios, acabando con el parasitismo que dejó el proteccionismo de Lo
Hecho en México, esta bien Hecho que tanto mal nos hizo.
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Yo lo hice, integrando los mercados y los conceptos, al puritanismo con el catolicismo. En esa lucha nadie me
fue indiferente, vi y estuve en todo, analizando y dirigiendo. Con una sabia técnica para prevenir el futuro con
intuición de cazador y guerrero, convertí los obstáculos en apoyo; cada resistencia a mis decisiones la exhibí
como ejemplo del mal aspecto, del ridículo. Yo sonriente, ellos enojados; yo paciente, mis adversarios
desesperados. Demostré en los pasillos de los supermercados, en la publicidad, el nuevo cambio; generé nueva
riqueza social y financiera: para los más pobres, luz, terrenos, certificados, agua, caminos, canchas; para los más
ricos, negocios, empresas del Estado, crédito. Con esto generé prosperidad en las mentes de los mexicanos
cerrándole para siempre el camino al populismo y el neopopulismo amparado en Lázaro Cárdenas. Unifiqué al
país con el ejemplo de la modernidad, contra el paternalismo. Hice del cambio y la libertad económica el motor
de mi filosofía política y de ella surgió la nueva imagen de México hacia el mundo. Acabé con la vieja
disyuntiva entre igualdad social o libertad política, respondiendo a mis adversarios, que me acusaron de usar la
libertad económica en contra de la igualdad política. Amé y gocé esa etapa de mi vida y hoy soy faro y
referencia para todos.
En este juicio que se me hace, no se puede separar del juicio al país entero; mi historia está ligada a la de
México porque yo sinteticé la obra de mis antecesores: tuve conmigo la inteligencia y sagacidad de Calles, el
compromiso social de Cárdenas; el equilibrio de Ávila Camacho; la visión modernizadora de Alemán; la
paciencia de Ruiz Cortines; la presencia de López Mateos; la autoridad de Díaz Ordaz; la energía de Echeverría;
la profundidad de López Portillo; la doctrina de Miguel de La Madrid. Fui el último de todos, pero el más
grande y el que concentró más poder para destruir las viejas reglas del Príncipe y hacer las nuevas. Surgí de las
herencias del pasado revolucionario; contra la inmunidad del cuerpo de ideas e instituciones de la provocar
rupturas. Yo surgí como la síntesis de los dos signos de México, como resumen de las dos fuerzas y marqué él
único camino existente, sin voltear a ver ni a oír las resistencias.
Los mexicanos quieren un juicio y yo deseo también el juicio antes de que mis adversarios extravíen por
completo mi proyecto y lo desfiguren. Quiero el juicio por que me será favorable a la larga y con el tiempo; por
ahora acusador y acusado somos lo mismo, unidos en indisoluble matrimonio porque casi todos me creyeron,
casi todos me aplaudieron y reconocieron la profundidad de los cambios.
Se quiere enjuiciar al hombre, pero no la obra, porque ésta me ha trascendido a mí mismo y al país entero y
además es irreversible; la obra tiene una dimensión histórica, ideológica y libertaria que no podrán detener unos
cuantos intereses aldeanos y mezquinos que temen reconocer una nueva paternidad de la patria. Por eso, si
alguien lo pregunta, el juicio que se ha abierto nadie sabe cuándo se cerrará, porque el país esta inconcluso y
aún no llegamos al final de la etapa que se inició desde 1982. En México se sabe cuándo sale un tren, pero no
cuándo llega, decía mi abuela María de Jesús y eso tiene su parte buena, porque permite que nadie diga la
última palabra, ni nadie cierre la puerta por todos como garantía para que el cambio siga siendo fuerza positiva
y no una imposición del horario, ni de las leyes de la gravedad y la inercia. Hay quienes tienes dos mil años
esperando el juicio final y la espera la han convertido en doctrina, en un sometimiento a la idea de lo absoluto.
Para empezar diré que yo fui el que remó primero para que navegáramos y saliéramos del estancamiento
inflación-devaluación-deuda. Podría guardar silencio por modestia, pero el griterío vociferante nos debilita y
nos vuelve confusos e inseguros del camino emprendido. Además, un vulgo semejante cortó la cabeza a la
austriaca María Antonieta en la plaza de la Concordia y ese mismo vulgo, en el desvarío, encumbró a Napoleón
como emperador y restauró a la monarquía. ¿Pueden los crápulas y descalzonados tener la prudencia para
juzgarme y entender el complejo momento de México?
Memorias de un Líder
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Yo no seré el villano preferido que opta por no defenderse; yo diré mi verdad y la prueba será que México
cambió a pesar de si mismo y sus atavismos. México necesitaba una mano clara y enérgica que le hiciera cruzar
el umbral de sus recuerdos y sus derrotas. Yo fui esa mano.
Rememorar aquí mis circunstancias no es una respuesta a nadie, menos una justificación histórica o un
deslinde; mi obra se explica sola y está en cada discurso de mi sucesor, en cada autocrítica de mis adversarios.
La obra es buena porque tiene dinámica propia y ya no necesita de operador presidencial, ni caudillo para
desarrollarse. El modelo económico basado en la libertad económica es una máquina automática y, por eso los
que continúan al frente del tren, viajan en él, pero no lo guían.
No creo en la ―justicia pública‖ porque puede ser tan inmoral como las faltas que juzga. Es tiempo de
pasiones, pero la pasión popular acaba instalando paredones, patíbulos y guillotinas y luego en el mismo lugar
les levantan honores a sus víctimas. La justicia pública y el escamio moral carecen de seriedad, luego del
prolongado aplauso que recibí por los beneficios que todos recibieron. Ante eso, yo sólo me someto a los
requerimientos de mi propio tribunal, porque solamente yo puedo ser objetivo y sopesar, incluso mis errores y
excesos como mandatario de una Nación en cambio. Con ello, deseo no sólo definir mi responsabilidad sino
también facturar los yerros y pecados del país entero.
Aquí todos somos jueces y culpables; es la primera parte del ajuste de cuentas, para situarnos ante el absurdo
jurado instalado por la Corte de los Peores, los conservadores defensores de nada. Hoy la cobardía llena liberías
y estanquillos con libelos de juicios, ―testimonios‖, críticas y ensayos, pretendiendo en general juzgarme. La
nota roja ha sido sustituida con mi historia desde niño y ahora todos creen haber inventado el último insulto y
calumnia; sus motivos no son aclarar nada, sino llenar al país de la basura escrita con la que antes me
enaltecieron, porque los mexicanos no saben pelear en el presente y siempre luchan con su pasado. ¿Cuántos
críticos hubo en mi sexenio? ¿Cuántos libros sobre mí se escribieron? Muy pocos: La Quina y Bartlett sacaron
un libelo antes de octubre de 1987. Mis únicos críticos fueron Cárdenas, Muñoz Ledo y su partido, Superbarrio
el enmascarado y voces tímidas que fueron surgiendo desde las columnas de los periódicos y revistas. Los
escándalos de la revista Proceso para mí fue una guía, la forma de tomarle el pulso al estado de ánimo de todos
los perversos, fue el reflejo del trabajo de los fontaneros. Otros medios, como La Jornada, un simple campo de
batalla de la información y las presiones; no faltó mucho en que se convirtiera en el Pravda, como diría esa
excelente y brillante mujer, Cecilia Soto, al responder a los ataques. El PRD vivió en la actitud de Penélope
tejiendo el sueño del derrumbe de mi gobierno, mientras los operadores de siempre suspiraban por el
pragmatismo y las ganas de compartir la escenografía. Subestimé esos sí a mis adversarios internos, colegas y
servidores que se vertieron contra mí un minuto después de entregar la banda presidencial a Ernesto.
Si mis críticos pretenden auto exculparse, de ellos será la desesperanza y la incertidumbre, no del país, que
más allá de los tropiezos y sacrificios está ya en una nueva ruta que no declina por acusaciones circunstanciales
de la cobardía sexenal, que llena librerías para ganar el favor del sucesor. Viejo oficio de las cortes y los
cortesanos.
Hiriéndome a mí quisieran borrarme del viaje y bajarme del tren de los cambios; ese tren que ahora es
asaltado no sólo con mis pertinaces críticos y enemigos, si no también por los viajeros que me acompañaban:
mis aduladores y mis compañeros de partido.
Por el bien de muchos, tengo que tener un buen juicio y la frialdad suficiente para no caer en apasionamientos
y en respuestas apresuradas.
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Cada reflexión íntima será la voz prudente, para no caer en su provocación ni en su terreno. Un juicio sin
prudencia puede convertirse en suicidio para aquellos que han querido destruirme personalmente y a mi legado.
No entendieron que mi causa era la de la nación y que, para hacer, tenía que tener una visión única y continua,
tenía que acabar con la enfermedad política, perversa, de las rupturas sexenales y la alternancia dentro del
mismo partido: Echeverría y Miguel de la Madrid entro yo y López Portillo, hubo más diferencias que entre
partidos que se presentan con programas o siglas distintas. En síntesis, vivíamos dentro de un sistema político
bajo ―El estilo personal de gobernar‖, no en régimen jurídico de normas establecidas para el Jefe de Ejecutivo.
Yo realicé la transformación del presidencialismo, ejerciendo al máximo el poder presidencial, a fin de acabar
con este resabio del pasado, llamado institución presidencial.
Caímos indudablemente en el espinoso asunto de reelección de cuyo intento se me ha acusado. La visión
―democrática‖ defensora de la alternancia personal y el poder absoluto sexenal, ha impedido con ello la
continuidad de una política de Estado y una economía coherente, bajo un régimen jurídico de alternancia
acotada, de presidencialismo acotado como el que ahora ejerce Ernesto Zedillo pese al drama y reclamos del
viejo López Portillo, que ve herida de muerte la institución que un día él ejerció hasta el ridículo. Con la
continuidad yo defendí el interés supremo de la nación y ahora puedo afirmar que Díaz tuvo razón y fue ese el
periodo en que México creció más y se hizo grande. Octavio paz, Enrique Krauze y Azcárraga interpretaron con
su sensibilidad ese momento produciendo el vuelo del águila, donde reivindiqué a Díaz como el gran
constructor del México moderno, el modernizador nato de México, heredero de Juárez y de Maximiliano, mitad
república, mitad imperio, mitad independencia y mitad integración: una rama verde, floreciente, surgida de la
semilla de la guerra entre los dos mundos. A Díaz un millón de muertos se le atravesaron a la mitad de su obra;
a mí también se me atravesaron esos mismos muertos del sufragio efectivo, con los cuales se mantuvo la
confusión, la que hizo de una táctica electoral un principio nacional; la que convirtió un momento coyuntural,
en todos los documentos oficiales: Sufragio Efectivo, No Reelección. ¿Por qué México se cerró las puertas para
los buenos gobiernos?
Antes de mí, en el país rugía la fuerza del descontento; se generalizaba como en 1910 el encono contra el
gobierno y ya no había más palabras, suprema por el cambio moderno, la razón de estado y todo su entramado
de señas y códigos debía sujetarse a las necesidades de la voluntad suprema, sin consideraciones ni reglas.
Romper o subordinarme era la disyuntiva y ahí percibí la gran debilidad del sistema y lo anacrónico de las
reglas. La inercia del poder se convirtió en la caída de una montaña del cielo, sin ningún contrapeso. En el
contexto de la falta de votos y la acusación de usurpador, la ruptura era inminente para salir adelante y llegar a
buen puerto. En este tiempo, más que Córdoba, mi padre como veterano – víctima de las sucesiones, fue un
consejero esencial en lo relativo a las reacciones y peligros que entrañaba enfrentar a la vieja estructura del
poder. Había acabado el tiempo de ganar sin arriesgar nada, ni ceder nada y eso era una revolución profunda,
más lo que me causaban miles en la calle gritando: ―¡Cárdenas Presidente!‖
El régimen ha sido en todo caso el ilegítimo, no yo. El débil era el Estado mexicano, no yo. Su debilidad e
ilegitimidad la supe convertir en fuerza y en poco tiempo generé consenso, confianza y un Estado fuerte a mi
servicio. Creado en la cuna del autoritarismo posrevolucionario, hijo esencial de la república institucionalizada,
tuve todo para saber que cambiar y qué no tocar en esta fase de consolidación, tuve que navegar entre el cambio
y la decadencia, entre ser el primero de la transformación moderna o ser el principio del final de este sistema.
En el primer caso, sería juzgado como fundador y pionero; si dejaba que se impusiera lo segundo, seria
recordado simplemente como el último, el eunuco y hemofílico hijo de La Revolución Mexicana.
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La decadencia no puede frustrar el sueño de una nación que aspira al Primer Mundo; en la decadencia fui
hombre de la vanguardia ante el sitio histórico del final de régimen, fui soldado de la globalización y de un
destino sin fronteras para México. Defendí nuestro liderazgo frente Colombia, Venezuela, Chile, Brasil y
Argentina. A Carlos Saúl Menem le disputé el protagonismo en la integración y el liberalismo, pero a él lo
arrastraba aún el peso de Europa, la cultura migrante, el peronismo anacrónico y el grosero pragmatismo.
Además ellos estaban al final del continente y a nosotros nos unían más de dos mil kilómetros con el futuro.
Aunque Menem hubiera logrado reelegirse, yo gané La conducción de la misión bolivariana de integrar a los
latinoamericanos en un solo mercado. Restablecí las relaciones con Chile para aumentar la presión de nuestra
competencia y tomé sus agresivas medidas liberadoras que en poco tiempo lograron privatizar dinamizar a todo
Chile, el gran experimento del maestro Milton Friedman antes que Inglaterra y el país ejemplar de Jesse Helms,
que justificó el uso de la fuerza, el golpe militar, para liberar la economía y dar el ejemplo a América Latina.
La era de las soberanías nacionales llegó a su fin y por eso en vez de seguir siendo la perpetua Numancia que
vive de resistir sin desarrollarse, me propuse llevar a la nación por otro camino, haciendo de sus deudas el
motor y el salto para un futro realista y no utópico (como los que ofrecían el keynesianismo y todos los
planificadores estatistas defensores del desarrollismo). Lo esencial es que logré una alianza con los más pobres
y los más poderosos económicamente, dejando a un lado todas las susceptibilidades de esa clase media voluble
a la cual reconcilié poniéndole supermercados y acceso al crédito fácil y barato para el consumo. Al final, para
mi sorpresa, la sola expectativa atrajo a los que no eran esenciales en mi proyecto, demostrando que mis
aciertos convencieron a los más resistentes. La fuerza de la expectativa fue tan grande que mis detractores, para
no desaparecer, tuvieron que aceptar como implícitos económicos y todos empezaron a caminar por la vía de la
nuevas reglas. El viejo estatismo, criticado por la izquierda y por la derecha, no tenía salvación ni defensa; lo
que quedó se constituyó en el PRD para resistir al cambio.
(Hermano: Yo he sido un gran apostador. Yo me hice el hombre más rico, porque para transformar hay que
tener poder y para tener poder hay que tener riqueza.
¡Poder económico! Me gritabas a cada momento y no me di cuenta de que era irreal tener poder político sin
poder económico y que no podía escapar a la necesidad de unir a ambos. Siendo la riqueza limitada, Siendo la
privatización un acto esencial del proyecto, no sólo tenía dos caminos: o era yo, o era para otros.
Genialmente tú los reuniste, los organizaste y los disciplinaste creando el nuevo poder económico de México;
La fuerza de México. ¡Forza Italia! Con ello me hiciste a mí, hasta hoy en el exilio, un hombre con poder, un
hombre que sigue valiendo, porque tiene poder y riqueza.)
Éste es mi juicio, en él me he quitado todas las máscaras y me presento desnudo; yo quería para México la
reelección, acabar con la soberanía, valor vetusto; acabar con la intervención del Estado privatizándolo todo;
terminar con el paternalismo costoso del sistema de bienestar social, acabar con los partidos y las viejas
plataformas ideológicas contrarias a la estabilidad porque son la esencia de la ruptura. Ahora yo pido que mis
adversarios se las quiten y así sabremos quiénes son realmente.
Yo me enjuicio de mis actos porque nadie más puede hacerlo con la objetividad y precisión que la historia
requiere; aquí en estas memorias estarán mis aciertos y mis defectos; mis yerros y mis pensamientos envueltos
en la lucha no exenta de la violencia, pero que toda fue necesaria para salir adelante. ¿Cuál es la verdad y cuál
es la máscara de todos? Aquí en estas memorias, construiré la verdad y las respuestas.
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Carta III zodiacal
EL NIÑO ARIES ES DOS HISTORIAS HERMOSAS Y TIENE UN HERMANO TONTO. La energía y
autoridad del niño Aries se demuestra desde el principio, El niño Aries hace valer quién es el que manda desde
la cuna y la atracción de su vitalidad. El niño Aries es un audaz con iniciativa, y por ello, es proclive a los
accidentes, que lo convierten a base de golpes, fracturas y heridas en un hombre seguro de sí mismo, seguro de
sus objetivos, directo en sus deseos. En tu carta astral, tu hora ha designado a Sagitario como tu ascendente, lo
cual marcó fundamentalmente tu infancia de Fuego – Fuego de una alianza de Marte con Júpiter, que te dio toda
la protección, pero también toda la violencia. Recordarás que fuiste peleonero, entrón y nunca te dejaste de
nadie; pero fuiste también un niño dulce y musical, que llegaste a tocar bien, aunque con rigidez, el piano y la
guitarra, en los cuales alguna vez entonaste aquel bolero que te gustaba y decía: ―Reloj, no marques las
horas…‖, o tocabas al piano a Chopin con tú mamá. En la guitarra entonaste cuántas veces, ―Siete Leguas‖, tu
corrido preferido, no por villista, sino porque que te gustaban los caballos, los amabas y los odiabas y hasta uno
mataste en Colombia por no estar a tu altura como jinete. Tú dulzura musical compensará siempre el aire
insuflado que tienen los niños Aries.
Tu primera marca en la vida fue cuando sentiste la aplicación de la ley del primogénito. Para ti ser segundo se
convirtió en tu primer conflicto y más cuando a lo largo de la vida, descubrías que el heredero principal, tu
hermano, era un estúpido al que la protección lo fue convirtiendo en un inútil. El destino te puso ese obstáculo,
no para detenerte, sino para que lo brincaras más allá de los afectos y las complicidades infantiles o juveniles
con tu resentido hermano. Para tus padres, ―él era‖; para ti, tú fuiste siempre y lo guardaste, cuando descubriste
lo que significaba el poder, aquella tarde en que mataste a Manuela y tu padre te quitó la inocencia a cambio de
un sentimiento impune. En la infancia ejerciste el poder y ¡vaya si lo ejerciste!
Las cicatrices que te quedaron en el cuerpo y en el alma, te forjaron el espíritu guerrero del que te valiste para
llegar a la presidencia. Tu padre cometió el error de dejar un rifle cargado y ese día sentiste por primera vez el
acero frío, perfecto de las armas, su olor a muerte. Ese día oliste la pólvora y viste la sangre de Manuela; ese día
también supiste que el poder es impunidad y eso lo tiene Aries como principio y lo hace buscar toda la vida la
protección de la montaña. Pero cuídate, la impunidad deja marcas que luego te persiguen toda la vida, como a ti.
Desde ese día, pagas en forma especial; cada vez que triunfas, aparecen los fantasmas que dejó la impunidad,
entre más eres, más te persiguen y más seguido se aparecen tus fantasmas. Ese contingente está integrado por
Manuela, el niño Gustavo que quemaste, el caballo que mataste, el niño que atropellaste, tu desilusionada
madre, ferviente estatista y nacionalista, las ruinas incendiadas de San Lázaro, Colosio, José Francisco, Raúl y
tu padre están presentes cada vez que ofrendas al poder y la impunidad a otros de los tuyos. Eres tú mismo la
materia de lo que estás hecho y por eso el poder te ha dejado, a tu edad, un enorme vacío. Tú eres la síntesis de
dos historias y en tu vida, ―la historia‖ siempre estará presente. Así la vida acabó desembocando en Raúl y
Margarita, tus extremos zodiacales, cardinales opuestos, el verano y el invierno, el solsticio y el equinoccio que
te dieron vida y además objetivo y destino.
De ambas historias aprendiste la ciencia, los nuevos conceptos y por ellas rompiste radicalmente con los
lastres del pensamiento europeo, herencia del imperio. Tus padres te dieron dos raíces y por eso lograste
caminar tan genialmente en las dos aguas de la contradicción de México e hiciste posible el sincretismo entre el
imperio y la república, entre el centralismo y el federalismo, entre el liberalismo y el absolutismo.
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Por eso, tu carta astral te dijo que abrieras todas las puertas, para que México se ventilara y se fundiera en una
sola historia que tu gobierno representa.
Por eso eres distinto desde siempre y lo fuiste desde niño; por eso tuviste la distancia prudente frente a tu
hermano mayor y descubriste que era un heredero inútil, un ambicioso sin la inteligencia de Margarita ni la
sagacidad de Raúl tu padre. ―Viajarás‖ te dijo el horóscopo y viajaste para entender lo fundamental; que
México era sólo una parte íntima del planeta y que tú querías no sólo ser el futuro presidente de México, sino
miembro del poder que gobierna al mundo. Serías el primer mexicano en haber llegado lejos y desde ahí, con
bondad, ayudarías al pequeño terruño nacional de tu infancia y origen.
Herencia, infancia y familia
Nueva York, junio de 1995.
Un solo error de padre cambió la historia; según los deseos de mi padre era Raúl y no yo el que debía llegar a la
presidencia de la República. Creo que en esa decisión de papá se interpusieron muchas cosas: Aries, Sagitario, y
un momento específico que hizo coincidir el destino de México con el mío, no con el de mi hermano.
Fue error humano lo que me permitió a mí asimilar sin prejuicios y presiones la mejor ruta al poder. Yo acerté
porque no hay un camino igual en la política; la originalidad es parte de su esencia y mientras mi hermano, el
primogénito, seguía esquemáticamente los consejos de mi padre, yo ascendía por una vía inédita e
inimaginable: por lo exterior. Todos me hacían lejos el centro de las decisiones, de los hechos cotidianos; mi
padre manipulaba a Raúl siguiendo más los dictados de su frustración personal, que los de sus instintos; para él
la reconquista del poder era una simple venganza.
La felicidad no existe, los felices sí y la felicidad fue el instrumento para formarnos no sólo como familia sino
como un grupo con afinidades y ambiciones. Mis padres hicieron de la casa una escuela, un centro de enseñanza
para subir y estar adelante en todo. La infancia fue un propedéutico y con la experiencia de ambos, sus
conocimientos, trasplantaron su ambición legítima a todos los hijos. Las preferencias por Raúl se convirtieron
en un valor para alimentar el respeto a las jerarquías y conocer la importancia del mando. Desde entonces tuve
habilidad para ocupar la voluntad de mis superiores, en este caso Raúl padre y Raúl hijo, pues pese a mi
situación de hermano menor e hijo, siempre logré imponerme, gracias a la complicidad de mi madre, de Adriana
y mis otros hermanos. Mis padres me educaron para ejercer el mando y saber mandar (aparentemente)
obedeciendo. Los juegos fuertes, la competencia entre nosotros y la complicidad de toda la familia en cualquier
circunstancia, me hicieron conocer el sentimiento de fuerza. La política siempre estuvo en la casa; fue aliada de
leche en la infancia, pues a la casa llegaban todo tipo de personajes con mi papá y mi mamá; las tertulias
políticas y de piano y guitarra, mínimo una vez a la semana y en sábado o domingo, las comidas con invitados
no faltaban. El estado de ánimo de papá y mamá al desayunar, comer y cenar dependía de lo que ambos
hubieran tenido en la política o la academia. En mi mamá, la vocación de maestra le ganaba a la de ser política y
esto le hacía tener siempre pensamientos más profundos que, los de papá perdido o enojado entre los árboles del
bosque. Fuerte controversia hubo en casa cuando mi padre propuso la privatización de Constructora de Carros
de Ferrocarril en ¡los años cincuenta! Mamá era una economista formada en el keynesianismo más cuadrado y
lo contrariaba en esto y muchas otras cosas, que para ella le parecían desviaciones tecnocráticas, malas
influencias de su primo Antonio Ortiz Mena y Don Rodrigo Gómez, que tenía fama desde entonces de
encabezar el grupo de banqueros conservadores y además norteños por cuales papá tenía veneración.
Memorias de un Líder
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Mamá discutía fuerte y cargaba la mano con los calificativos; mientras nosotros escuchábamos y dependiendo
de los intereses del día (dinero o permisos) tomábamos partido por uno u otro.
Tanto de la línea paterna como materna, la política a lo largo de la historia les era común. Nuestra tarea como
herederos era destacar en todo: en el deporte, en el estudio, en los juegos, la música, entre los amigos y las
muchachas. Gracias a mamá, la historia del país nos fue enseñada como la historia de la familia, pues ella nos la
contaba a través de las anécdotas de nuestros familiares. Al libro de texto vigente, mi mamá le intercalaba el
álbum familiar poniendo las fotos de tíos, abuelos y bisabuelos junto con los grandes héroes. Mamá fue una
maestra estricta, que presentaba a su hijo mayor como ―el futuro presidente‖ ―¿Para qué estudias?‖, le
preguntaban las tías entre serio y broma. ―Para Presidente‖, les contestaba mi hermano y luego todos festejaban
la respuesta con aplausos y lo abrazaban. Esa obsesión de papá y mamá con Raúl, le permitió a ella establecer
conmigo una relación más espiritual, más de confianza y creo que más efectiva. Mamá me imaginaba como su
hijo de confianza, porque no era yo el heredero de su ambición política y menos la de mi padre.
(Quién sabe por qué nos persiguió siempre la violencia, hermano. Nunca la buscamos, pero siempre la
encontramos. ¿No sentiste miedo cuando hicimos la fogata en la biblioteca para vengarnos de todos? ¿Te
arrepentiste cuando el fuego y las llamas empezaron a crecer y se veían hasta Xola? ¿Aprendimos desde
entonces a jugar con fuego, mi principal elemento? Acuérdate, hermano, que traes el incendio que provocamos
en la casa, empezaron a respetarnos como quería papá. Por el apoyo que nos dio cuando le encontraron, él y
todos reímos de Murillo nuestro amiguito gordo, al que papá le puso ―jamón ahumado‖, pues por poco se que
quema, porque el muy tonto se quedó atrapado. ¿Te acuerdas, hermano la emoción que nos dio cuando papá nos
defendió de las acusaciones de las gatas? Ahí supe que siempre contaríamos con él, pues a veces creo que papá
era mucho más atrabancado que nosotros. Él sabía hasta donde llegaríamos bueno, nunca se imaginó que hasta
donde estás tú), nos protegió como a sus cachorros y nos hizo hombres con gran seguridad. Pero tú abusaste y
tus excesos nos alcanzaron. Ahora tú y toda la familia somos víctimas de todo lo que hemos hecho, pero algún
día tiene que haber alguien que lo reconozca.
Perdona haberte recordado lo del incendio, pero necesitaba decirte desde el principio lo que nunca me gustó
de ti: tus dudas y debilidades en los momentos cruciales. Hoy eres un rehén en manos de nuestros enemigos,
parte por mí pero también por todas tus pendejadas y sobre todo por no haberme hecho caso de tus relaciones
con Hank y los oscuros personajes con los cuales te metiste a hacer todo tipo de negocios.
Por ahora basta, no quiero agregarte más problemas con estos recuerdos, pero debes tener claro que hay que
poseer disciplina para salir adelante y, sobre todo, espero que no te desesperes ni enloquezcas. Quizás el destino
debió ser al revés y yo debía estar en esa prisión y tú viendo el mar reflexionando, pero las cosas fueron
diferentes y como siempre te gané… hasta las novias, ¿te acuerdas?).
Mi bisabuelo Severiano había sido juez de servicio de la república durante la intervención francesa cerca de
Monterrey, los titubeos de la aristocracia neolonesa la llevaron a traicionar a Juárez y por poco lo entregan al
ejército imperial y lo asesinan; Severiano, pese a ser funcionario del gobierno, se mantuvo leal a la república y
justificó la respuesta de Juárez que cercenó a nuevo león y le quitó la salida al mar y la frontera norte con
Coahuila y Tamaulipas; esta medida molestó a todos los neoloneses por igual, promonárquicos y liberales, y
pese a ello, mi bisabuelo siguió siendo juarista y liberal.
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La muerte de Maximiliano en Querétaro y el fin del Imperio Mexicano significó para mi bisabuelo un triunfo
personal, pues a partir de entonces ocupó varios puestos públicos en la región y con ello logró comprar el
rancho el zopilote, a 130 kilómetros de Monterrey y en Agualeguas (Gualeguas), una comunidad fundada en
1773 por 11 familias. Su hijo Carlos, mi abuelo, nació y creció durante la paz porfiriana y trabajó como tenedor
de libros y se casó con mi abuela maría de Jesús, que trabajaba en la oficina de correos, siendo una de las
primeras mujeres empleadas federales.
Mi abuelo entonces le escribía cartas, las ponía en un sobre y le compraba a ellas estampillas que luego mi
abuela, sin siquiera mirarlo, le ponía el matasellos a su propia carta y sólo después de este trámite, la abría y la
leía en un rincón. Ya casados vivieron el derrumbe de la bonanza familiar provocada por revolución y con ello
perdieron El Zopilote y hasta la vieja casona en el centro del pueblo de Agualeguas; todo esto mientras
procrearon a sus cuatro hijos; siendo el tercero mi padre Raúl y otro de nombre Carlos, célebre luego por su
sociedad con don Juan Nepomuceno Guerra, que hicieron leyenda en Tamaulipas y Nuevo León por sus
escándalos y negocios truculentos y por la cual luego se vincularían accidentalmente Juan García Abrego y Raúl
mi hermano. En 1915, ya en banca rota, mis abuelos tuvieron que emigrar a Monterrey en busca de trabajo y
oportunidades y ahí nació mi padre en 1917 cuando el constitucionalismo triunfaba en el país de integrar la
realidad de las demandas zapatistas y villistas al nuevo texto constitucional. Las cosas no marcharon mejor y se
fueron a San Antonio, Texas, donde mi padre estudió el nivel secundario, aprendió inglés y trabajó de vendedor
y empleado. Tiempo después a mi abuelo le ofrecieron un empleo en el Distrito Federal y con mi padre y mi
abuela se trasladaron a la capital del país donde ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y luego a la
Universidad Nacional en la Escuela Nacional de Economía donde conoció a mi madre Margarita. Hasta años
después en que mi padre fue secretario de Comercio, recobró El Zopilote y la casa de Agualeguas, restituyendo
a la familia sus propiedades de origen.
De mi papá no hubo refinamientos ni grandes matices intelectuales, sino la habilidad, la sagacidad, el don de
estar en el lugar y el tiempo preciso. Una cualidad heredada y cultivada por mi padre fue la paciencia. ―La
venganza es un plato que se come frío‖ y esperar no es perder el tiempo -nos decía-, ―porque todo tiene un
orden‖ y ―todos tenemos un territorio donde abrevamos y podemos ser cazados, aunque sea grande la montaña,
aunque es grande la montaña‖. No lo olvidé y de ese pensamiento aparentemente simple, me di cuenta que
había grandes enseñanzas para la política y la guerra. Muchas veces escuché relatos y leyendas frente a una
fogata; muchas veces el frío y la noche estrellada templaron los relatos de historias de guerras donde triunfaban
los más sagaces. Papá y mis tíos tuvieron la capacidad de enseñarnos todo eso y de ellos aprendimos varias
reglas:
Siempre estar alertas.
Ser cortesanos sin ser serviles.
Saber respetar las jerarquías, pero no cortarse la iniciativa propia.
Todo es posible.
Aprovechar a los que te subestiman.
Escoger a tus enemigos es un privilegio.
Estar adelante en todas las circunstancias.
No confíes en nadie.
Por ellos todo, con ellos nada.
La fe no sirve de nada y menos las esperanzas.
Las convicciones y las lealtades son siempre relativas.
Darle a cada quien lo que quiere escuchar.
Une en torno a ti.
Para dirigir es más importante la iniciativa que la democracia.
Has política de dos caras (como Fujimori).
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Pese a su formación académica mi padre fue marcado y nosotros fuimos hijos de las reglas de la revolución en
el poder; del nacimiento del civilismo junto a las nuevas formas de corrupción y, la utilización del servicio
público para beneficios personales, íntimamente unidos a partir de entonces. Mi papá fue de las primeras
generaciones de economistas, cuando la hegemonía política era de los abogados que habían sustituido a los
militares; en ese contexto, él tenía dos opciones solamente: convertirse en un economista orgánico del
nacionalismo revolucionario y con ello del estatismo, o buscar nuevas perspectivas en la bastedad de intereses
comunes entre México y Estados Unidos a través de la escuela de Harvard y Chicago. Era el final de la guerra y
México como la Argentina peronista, tenía un gran papel como aliado en la guerra y exportador de materias
primas básicas para el sostenimiento de la economía de guerra.
Ante esto, México necesitaba cada vez más de planificadores para las nuevas relaciones económicas surgidas
del nuevo reparto del mundo y que no podían desarrollarse a través de la estrecha visión de los políticos
improvisados a la mexicana, ni por los contadores y abogados cuya formación forjada en el nacionalismo, o si
mucho en las escuelas europeas, podría servir para divagar y hacer discursos, pero no para entender la nueva
situación de las relaciones particulares entre México y Estados Unidos. Los intelectuales mexicanos –por su
influencia europea- no han sido útiles para entender las relaciones con Estados Unidos y sí muy dañinos, como
Gastón García Cantú (un simple ejemplo), que luego de ser cronista de las invasiones de Estados Unidos a
México fue un ferviente anti cardenista en 1988. Nunca le entendí a los que querían ser nacionalistas, estar con
el poder y con mi proyecto.
La excelencia académica empezaba a ser necesaria y los posgrados en Estados Unidos fueron la base de una
nueva cultura intelectual, no tan politizada, pero con grandes conocimientos técnicos. Paradójicamente, pese a
ser pionero en esta vanguardia intelectual, papá no destacó como académico, sino como político, pues eran
tiempos donde la política ―pura‖ dominaba el conocimiento. Sus habilidades personales en ese momento lleno
de oportunidades para la nueva clase política emergente, lo hicieron ascender rápidamente en la administración
pública y entrar al lindero donde se cruzaba lo político con los intereses económicos, no del país, sino de la
nueva clase oligárquica que surgía del poder político y que aprendía a hacer negocios y ver todo bajo el
horizonte de seis años exactos: primero una subsecretaría y luego Secretaría de Comercio durante el gobierno de
López Mateos. Estando en Washington mis padres se casaron por poder en 1944 y su testigo matrimonial fue
don Carlos Abedrop quien sería en el futuro parte de las alianzas financieras mías y de mi padre; la fusión de
estos dos tipos de sectores en esa época le darían gran estabilidad económica y política al Estado durante las
siguientes cuatro décadas, convirtiéndose en la clave que explicaba el milagro mexicano. En esos tiempos de
gran peso del rito político, se crearon nuevas reglas no escritas en el sistema y la máxima de ellas fue la Unidad
Nacional en torno al presidente. Discrepar o adelantarse a los tiempos se convirtió en grave delito político, lo
que creó la necesidad de enriquecimiento como mecanismo de defensa y seguridad ante la posibilidad de caer
en una intriga o en un error que te llevara a la muerte política. En esos tiempos mi padre aspiraba a ser un
político de primera línea a su regreso a México, pero su traspié en la sucesión López Mateos – Díaz Ordaz
anuló sus posibilidades y prácticamente acabó con su carrera. Papá sucumbió junto con los cientos que caen
cerca de los linderos del primer círculo del poder. En aquellos tiempos, un error como el de él al haberse
equivocado de sucesor y haberlo externado, significaba morir en vida, muerte civil. La ambición de mi papá
para sostenerse como un político de primer nivel, sólo fue posible usando otra generación, la de sus hijos, para
poder regresar por sus derechos y hacerse justicia. Ese fue el camino que él sabiamente escogió cuando supo
que su tiempo se había agotado en aquel final de 1963, cuando por la decisión presidencial lo perdió todo en un
solo error.
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Mamá -según nos contaba- provino de una familia más liberal y definida intelectualmente, identificada desde
la primera etapa de la independencia, las guerras contra el separatismo texano, contra la intervención francesa y
el imperio; su familia estuvo a favor de Madero y Carranza durante la revolución. Mamá contaba con detalles
de la vida de don Antonio el primer antepasado de su familia en México; ella decía que había sido uno de los
primero académicos y abogados del México independiente, conocido y respetado por su verticalidad y sentido
de justicia; tuvo el cargo de primer prefecto (virtual gobernador) del Departamento en Toluca al final del
imperio iturbidista. Su hijo mariano luchó en la guerra de Texas, combatió en El Álamo con Santa Anna y
murió por la libertad en 1840 durante la sublevación federalista de Juan José Urrea y Gómez Farías que los
mantuvo 15 días posesionados de Palacio Nacional; eran los tiempos en que José Gutiérrez Estrada se pasaba de
la causa liberal a la conservadora y gestionaba en Europa la instauración de la monarquía, que condujeron a la
intervención francesa. Mi mamá contaba esta historia y varias veces nos señaló el rincón del patio central del
palacio dónde había caído asesinado don Mariano.
Antes de morir, don Mariano tuvo dos hijos: Eduardo y Manuel. Manuel combatió bajo las órdenes del coronel
Vicente Riva Palacio y a la salida de Juárez de la ciudad de México anduvo desalojando y tomando pueblos en
Guanajuato y Michoacán. Ella nos aseguraba que había participado en el sitio de Querétaro a las órdenes de
Mariano Escobedo y había visto pasar el cadáver de Maximiliano con los pies afuera del ataúd para luego
agregarnos solemnemente: ―Todas las intervenciones contra México nacen muertas y se les salen los pies,
porque aquí no caben‖. Mamá se apasionaba con estos episodios particularmente y la heroicidad de los
mexicanos contra las tropas de los franceses turcos y zuavos. Eduardo, hermano menor de Manuel fue el abuelo
paterno de mi madre; el ingresó al Colegio Militar durante el gobierno de Miguel Lerdo de Tejada y llegó a ser
ingeniero militar con el grado de coronel. Su hijo, otro Eduardo fue mi abuelo padre de mamá; abrazó la causa
maderista siendo militar de carrera y luego se unió a las filas del constitucionalismo tras el golpe de Huerta. Ella
y sus cinco hermanos fueron todos gente de ideas y de letras; con uno de mis tíos él y, mamá adquirió una
formación avanzada, un tanto radicalizada dentro del Nacionalismo Revolucionario, que por estos matices luego
condujeron a mi tío al marxismo y a la cárcel, pues una característica del Nacionalismo Revolucionario de los
años cincuenta y sesenta era un feroz anticomunismo y xenofobia, como la que ahora yo enfrento.
Mamá además de intelectual y maestra, era también ambiciosa, aunque girando siempre entorno de principio y
causas ideológicas. Para ella las figuras de Zapata y Lázaro Cárdenas fueron siempre su punto de partida sobre
los cuales debía sustentarse la ideología del Estado y los programas del gobierno. Agrarismo y nacionalismo
eran para ella las bases del país para un desarrollo económico propio que luego vaciaba en el concepto más
cardenista: la soberanía, se necesitaba una mano firme para conducir el barco en medio de la tormenta. Éste era
el contenido de la educación que nos impartía fuera y dentro de la escuela, más una dosis fuerte de autoritarismo
en ausencia de mi padre. Su método educativo, viajar, conocer México por la vista, el paladar, los sentidos y
repetimos una y otra vez que éste país era indestructible por su cultura y su historia y que, contra eso, los
gringos nunca podrían absórbenos.
Ella era una cómplice en todo lo que no significara agredir a los demás o faltarles; cuestión que mi papá nos
promovía como la necesidad de imponernos, por la buena o por la mala. El sentido del humor de mamá
frecuentemente se oscurecía por los desplantes de papá, que hacía de los paseos un continuo conflicto con la
gente a la que insultaba y trataba con soberbia. Por esta razón, fueron muchos los domingos tristes que
terminaban en conflicto entre nosotros. Amaba la cátedra, pues la cátedra era la extensión de ella misma, un
refugio. La madurez de mamá equilibraba en casa el alcoholismo incipiente de papá, sobre todo después de
1963 por su fracaso político.
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Mamá enfrentaba hasta sus descuidos en la ropa, que probaba sin preguntar que había estado con otras mujeres.
La casa en esos años se convirtió más en un centro social con poca intimidad que en una casa de un matrimonio,
pues la distancia personal de ambos, se fue llenando de rencores ocultos y diferencias entre ellos, cosas malas y
buenas, que sin pensar nos heredaron.
Mamá tenía una idea clara del país, pero no era tiempo para las mujeres en los altos cargos públicos. También
ella, de alguna manera reencarnó en nosotros, pues llevaba también su propia frustración, aunque se expresara
de manera más positiva. Mamá nos animaba, nos organizaba viajes, juegos y nos inculcó la cultura de la
competencia y la lucha por ganar. En las discusiones, ella empezaba los debates cuestionando lo que sucedía en
el gobierno y papá pasaba de las explicaciones a las descalificaciones. Terminábamos alineándonos mamá, yo y
Adrian en un bando y por otro lado papá con Raúl, Enrique y Sergio, que prácticamente no se metía con nadie.
La ―mayoría‖ no asustaba a mamá, pese a que papá intentaba una y otra vez poner en ridículo a mamá frente a
todos nosotros, pues no toleraba que nadie dijera la última palabra después de él. A veces para sacar el coraje,
mamá y yo nos poníamos a tocar el piano y eso la calmaba a ella y a mí me templaba.
Muchas veces he pensado que cuando me empecé a acercar a la posibilidad de llegar a la presidencia, ella
empezó a alejarse de mí y a tomar distancia de nuestra relación; nunca me dijo nada, pero su retraimiento de los
últimos años me hace pensar que junto con el orgullo de que yo fuera presidente de la República, al mismo
tiempo guardaba recelos y diferencias.
Yo lo sentí desde mi regreso de Harvard en 1976, pues ella sabía lo que cocinaba allá, lo sabía desde el tiempo
en que mi papá estuvo allá; sin preguntar ni discutir, ella sabía que algo había cambiado en mi forma de pensar
y lo sentí desde el momento en que no hizo ningún comentario a mi tesis de maestría, a diferencia del
entusiasmo que tuvo con la licenciatura, donde opinó y desarrolló ideas en relación con los mecanismos para
una justa distribución del producto nacional. Temo decir que no fueron celos de economista, sino una manera
triste de expresar sus diferencias, pues fue el tiempo en que se reinició una relación más estrecha con mi padre y
ella intuía, lo que ahora nos unía, dejándola sola con su defensa de la economía mixta, Keynes y la filosofía de
CEPAL. Aunque yo y papá compartíamos las mismas concepciones heterodoxas, para mí las de él eran
elementales. Yo las respetaba, sin embargo, porque por ellas papá perdió su carrera política, tachado como
conservador y reaccionario. Además de haberse ―equivocado‖ apoyando a don Antonio Ortiz Mena contra Díaz
Ordaz, creyendo que era el momento de los economistas, se equivocó porque se adelantó. Faltaban muchas
crisis y errores para que madurara una concepción económica basada en la plena libertad económica y el libre
mercado sin intervención del estado; faltaba que el estado intervencionista ya no tuviera salidas para que sus
posiciones aprendidas en Harvard y repetidas en México, fueran por lo menos escuchadas, faltaban más de 25
años para ese momento, no por su error de apoyar a don Antonio Ortiz Mena contra López Mateos.
Mientras tanto a puro chocar con la clase política y sus ideólogos en los años del echeverrismo, que fueron
peores que el diazordacismo y ya no digamos del lopezportillismo, que culminó clavándose de estaca de madera
en el pecho con la nacionalización de la banca.
En aquellos años recibí de herencia muchas enseñanzas. Los vínculos de don Antonio Ortiz Mena (que no era
su primo político como dicen, pues su esposa es una Salinas de Zacatecas) con el sistema financiero
internacional, fue un camino nuevo para ver los problemas de México desde otra perspectiva, no desde sus
entrañas e interese domésticos, sino desde afuera, desde la óptica de los que ven cómo se acomoda el mundo
desde un piso de Wall Street o una oficina en Washington.
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De esa visión aprendí a abrir puertas importantes, que no están a la vista, tanto en México como en otras partes
del mundo como el FMI, el BID, el Banco Mundial, el Club de Roma, el Grupo de los Siete, el CEMLA (Centro
de Estudios Monetarios Latinoamericanos), etc. Aprendiendo con ellos que no era necesario estar esperando
turno en el PRI o las oficinas de la Presidencia y los ministros para hacer política en México; que bastaba ser
mexicano y tener acceso a esos organismos para ver cada vez con más frecuencia a los soberbios ministros e
ideólogos del estatismo como David Ibarra, Petriccioli, Beteta, García Sáenz, Tello Macías, Silva Herzog o
Margáin esperando, nerviosos, respuestas e instrucciones que luego había que aplicar sin poner ninguna
condición. Los que acá eran grandes, allá eran más chiquitos que yo. Cada crisis y cada ajuste económico en
México a partir de 1976 llevaban más funcionarios mexicanos a Washington, que braceros poblanos a Nueva
York. Cuando ellos venían, yo ya iba, gracias a la educación y la ubicación estratégica que desde joven yo tenía
y desde la cual conocí con anticipación las cartas de intención del FMI firmadas en secreto en febrero de 1977,
donde se iniciaba el proceso de desmantelamiento de los mecanismos proteccionistas de la economía mexicana
y, al mismo tiempo, la primer etapa del proceso de integración y liberalización en contra de la voluntad del
viejo sistema y a costa de los propios gobernantes, incluyendo a los presidentes.
Pero ninguna relación tan importante como el director de mi tesis de maestría en Harvard, quien me vinculó al
círculo de los veteranos de la sociedad de Mont Pelerin (de la que hablaré más adelante), los cuales todos eran
ahora asesores y políticos cercanos a Richard Nixon, influyentes más sensibles a las relaciones con México. El
doctor Alex Papworth y su grupo proponían transformar el viejo modelo imperialista, en un mundo integrado
económicamente, globalizado y sin fronteras; el obstáculo no era sólo la existencia de la URSS, sino las viejas
instituciones creadas por la socialdemocracia en el mundo a partir de la Segunda guerra Mundial. Keynes, tanto
como Marx, eran los enemigos a vencer para un nuevo impulso a la expansión económica, monetaria y
financiera. Las ideas de Alex Papworth, mi maestro y contacto, se convirtieron en un desafío para mí, pues su
aplicación en México significaría una revolución que sólo podría hacerse desde la presidencia.
El desafío académico me planteo el desafío político desde entonces, tenía la propuesta para resolver los grandes
males de las economías a finales de los sesenta, como la inflación, el endeudamiento externo, el control del
gasto y la planeación con base en liberación de la economía. El reto significaba, ni más ni menos, cambio de
alianzas sociales y nuevas bases de sustentación del Estado con lo cual la gente ganaba libertades económicas y
políticas, pero perdería el esquema proteccionista que constituía un lastre para todos los países y el origen de la
ineficiencia y todos los males.
Sólo faltaba un elemento para que esas teorías se desarrollaran con la velocidad requerida: la revolución
tecnológica. Me formé en el círculo donde se debatían esas teorías, plenamente vanguardistas y la meta no era
sólo aprender viejas teorías o herramientas para medir y calcular el peso de los factores económicos, sino
desarrollar un nuevo pensamiento. Alex Papworth, John Womack y Wyne Cornelius de la Universidad de
Stanford eran el círculo más neoliberal (palabra ahora usada peyorativamente, pero que significa la restitución
de la lucha por la libertad económica); algunos decían ―el zapatismo financiero‖. Ellos recogieron las tesis de la
época rooseveliana que planteó en medio de la guerra la idea de formar cuadros con una filosofía, que en el
futuro manejarían la política económica de sus países. Muchos de ellos podrían llegar a ser presidentes
inclusive. Papá fue contemporáneo de esas corrientes académicas, que buscaban formas de extensión de la
hegemonía y alternativas al militarismo y los golpes de estado, pero esas tesis no coincidían aún con el
escenario mundial de crisis y desestabilización que surgió en los sesenta y ochenta, donde el estatismo y el
capitalismo de estado era aún la corriente que dominaba el pensamiento económico, incluso en Estados Unidos.
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En esta escuela conocí a muchos de los que ahora conducen las finanzas en Chile, Argentina, Venezuela, Brasil
y Perú. De esos grupos se desarrolló el conjunto de ideas hacia la integración y la manera de ver los problemas
en forma distinta a las viejas visiones proteccionistas basadas en la defensa a ultranza de la soberanía. Lo nuevo
surge cuando dos corrientes, en sentido y signo contrario, se juntan y de esa manera surgió el cambio estratégico
que planteaba las nuevas relaciones económicas no como una imposición de la metrópoli, sino como una
necesidad mutua de los países, independientemente de su grado de desarrollo. Las desigualdades se irían
reduciendo en la medida de una integración plena. Esas nuevas teorías serían, por tanto la homologación, el fin
de las diferencias de visión económica y estructuras y el cambio tendría un sentido, un objetivo preciso que
convirtiera esa unidad en una relación funcional para ambos países. Sería una unidad ganada para el futuro y la
modernidad en todos sentidos.
(Recordando a mamá en eso de la importancia de la cultura, tú me lo dijiste, que la gente iba a buscar sus
identidades para defenderse y que la cuerda no debía estirarse tanto. Tú dijiste que había que ir despacio; me lo
dijiste muchas veces y reconozco que en algunas cosas has tenido razón. Sin embargo, no dejo de pensar en los
presagios que pueda significar que la gente encontró a la virgen de Guadalupe en el fondo de unos botes
mantequeros en Texcoco y en Tijuana vieron su imagen aparecida en el hielo de una cuba en una cantina de
Tijuana y que en Chihuahua se apareció en un tambo de agua y luego la vieron en un vidrio en el mercado de la
Santa Julia. Reconozco la importancia de esas señales, de eso que no se enseña en Harvard, pero que nos influye
directamente y nos puede lanzar graves castigos. Al principio yo subestimaba esas cosas, pero ahora veo que sin
identidad cósmica y sin carta astral somos poca cosa. Mi tía Lola, que sabía de estas cosas, a mí me decía que
yo sería el presidente y no tú, me lo decía a solas como si no se lo dijera a nadie, como si fueran pensamientos
en voz alta, pero lo decía para que yo lo oyera. Cuando le pregunté un día como sabía eso, sólo me dio un libro
sobre Aries y ahí me di cuenta de que todo estaba escrito y que sólo había que traducirlo a mi propia vida. Tú
me lo dijiste, hermano, mucho antes de eso y me reí y te subestimé y como castigo, lo que no supe predecir, ni
nadie advirtió que te meterían a la cárcel. ¿Por qué todos guardaron silencio, hasta los astros?)
Cuando venían a México y conversaba con mis antiguos compañeros de estudios en la UNAM, me daba
cuenta de la distancia que existía ya entre mis ideas actuales y las de mi generación; comprendí como el
pensamiento económico estaba rezagado y constaté que no sólo me había formado intelectualmente de manera
distinta, sino que ahora era parte de un movimiento nuevo, de vanguardia del pensamiento mundial: era un
militante de la modernidad con una tarea específica.
El reencuentro fue reconocer que tenía una ventaja sobre toda mi generación y la vieja nomenclatura del
colegio de México o la Liga de Economistas Revolucionarios, que se consideraban no sólo dueños del
pensamiento económico, sino del aparato del Estado; me di cuenta también de que mi formación era parte de
una estrategia mundial para establecer alianzas definidas y nuevos paradigmas que coincidían con las escuelas
económicas de Oxford, Yale, Stanford, Chicago o Cambridge. Bajo esta coincidencia estaba la Sociedad de
Mont Pêlerin, fundada en 1974 por los padres del neoliberalismo en los que estaban Hayek, Friedman Von
Misses y Popper, que se atrincheraron para formar el partido mundial de la libertad económica, en la academia y
las finanzas de Estados Unidos, Suiza e Inglaterra. Por eso, mi formación me hacía destacar desde el principio
como parte de un proyecto coherente, con metodología e ideas para resolver problemas que aparentemente no
tenían solución y eran consideradas como parte ―de la naturaleza del capitalismo‖. ¿Cómo hacer de esta
estrategia una política de largo aliento, más allá del esquema sexenal? Ese era el reto. No sólo ganar la
presidencia, sino abrir la posibilidad desde el poder, que inscribiera a México en una alternativa de largo plazo.
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Mi madre vivió hasta el final contrariada por mis nuevas concepciones políticas y económicas; me fui de pinta
con el neoliberalismo, cuando debí ser, por su influencia, otro defensor más del estatismo y un repetidor de sus
fórmulas populistas. Al regresar, mamá y yo hablábamos idiomas distintos siendo los dos economistas y ya no
nos entendíamos, así que guardamos silencio y una triste distancia. Ella vivió la contradicción entre el orgullo
de que su hijo fuera funcionario de alto nivel en el gobierno, secretario de Programación y Presupuesto y
estuviera cerca de la presidencia, pero que hiciera lo que ella siempre había advertido que pasaría y había
combatido a lo largo de su vida como economista: al neoliberalismo. Para ella el concepto de soberanía y la
soberanía misma era el principio de nuestra fuerza como país: ―Un gran país se define, porque tiene grandes
fronteras‖, decía y para mí era exactamente al revés: debíamos acabar con ese mito y darle cauce a la presión
histórica de un solo mundo americano. Para mí era el mismo bolivarismo, sólo que con Norteamérica incluido y
en esta discrepancia opté por decirme a mí mismo: la patria es primero.
Mamá no entendía que yo pensaba de acuerdo con quienes me llevarían a la presidencia y que su error era
pensar que yo sería un presidente del México viejo, precisamente al que yo tenía como tarea histórica sepultar
para siempre. La paradoja de la vida es que sepulté no sólo al viejo sistema, sino también yo fui parido por el
sistema que destruiría y en cierta forma había dado muerte política a mi madre por nuestra incomprensión.
En la etapa formativa, mamá pensaba que era necesario para el país la existencia de buenos servidores
públicos y decía que la administración pública debía asumirse así: como una profesión de carrera. Odiaba las
burocracias y no se cansaba de repetir que México necesitaba de administradores y visionarios con capacidad de
estadistas para acabar con la corrupción. Papá acusaba a mamá y en esos debates que se acaloraban, con nuestro
silencio, apoyábamos a mamá por solidaridad, pero no dejábamos de reconocer que papá tenía la razón: la
política era salvaje y el Estado un simple campo de batalla donde se desarrollaban la disputa por la nación y, por
tanto, no había que tener consideraciones con nadie que se opusiera a tus decisiones. La alternativa ética de
mamá era un camino bueno, pero sin destino; para papá, la amoralidad era lo correcto.
Pese a su misma identidad política, mis padres eran muy diferentes; el papel que jugaron hacia nosotros era
muy grande, pues papá estableció un orden con base en metas, a lo que llamó ―la escalera‖. Yo no aspiré a
subdirector hasta que fui jefe de departamento; no aspiré a director general hasta que logré ser subdirector y
sólo hasta que fui secretario, vi la posibilidad de ser presidente de la república: escalón por escalón había que
ascender, teniendo claro que cada paso sería una batalla donde nos jugábamos todo. A esto había que agregar
más recetas políticas de papá: él se entendía perfectamente con los viejos dinosaurios; con Corona del Rosal,
Martínez Domínguez, Gutiérrez Barrios, Hank González, Rubén Figueroa, etc.; compartía las formas. Pero en
contenido, se deslindaba de ellos, porque papá tenía la marca de la formación americana y no se identificaba
con el nacionalismo ramplón de estos personajes.
Ambos aspectos papá los manejaba y los convirtió en una escuela política que yo y el grupo compacto
asimilamos como un híbrido de la cultura política mexicana. La disciplina, la unidad en torno al presidente, las
formas oscuras y ambiguas para definirse y plantear los problemas, tuvimos que aprenderlas con rapidez,
mientras impulsábamos y armábamos el andamiaje de la nueva filosofía económica. Esta forma de hacer
política nos sirvió grandemente, pues nunca tuvimos que explicar con detalle nuestras concepciones; siendo
funcionarios se daba como un hecho nuestra lealtad al presidente y ¿qué presidente ha dejado de ser nacionalista
y patriota? El conocimiento de estas formas impidió que los adversarios internos al proyecto se organizaran
desde antes. Aprendimos también que teníamos que ser firmes y seguir aplicando el principio de autoridad, ya
que la aplicación de la reconversión económica, el giro de 180 grados, requeriría mantener el control social,
Memorias de un Líder
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pero ahora sin la necesidad del apoyo del viejo aparato corporativo que para nosotros era un obstáculo para
aplicar con velocidad las nuevas formas de sustentación del Estado y la sustitución del nacionalismo
revolucionario por el Liberalismo Social.
Tanto papá como mamá establecieron una regla, un principio familiar: complicidad y lealtad. Eran reglas
básicas de defensa, que existen instintivamente en toda familia, pero en nuestro caso debieron convertirse en
valores supremos ante el contra golpe de nuestros adversarios, que vendría en el momento que percibieran que
en realidad éramos unos advenedizos del poder; surgidos de ellos, pero contrarios a sus valores y principios. En
cada lucha con el exterior, debíamos ser entre nosotros incondicionales y el enemigo de uno, era de todos por
encima de ese principio, estaba mi padre, siempre vigilando nuestras conductas y nuestras amistades; él imponía
su orden a veces con dureza como en aquella ocasión en que ordenó a los trabajadores de su oficina, chofer y
guardia a que raparan a navaja a uno de mis amigos de la preparatoria, porque traía el pelo largo para él, un
amigo hippie de sus hijos era intolerable y no sólo eso, nos obligó en aquella ocasión a participar sujetando a
nuestro amigo, mientras todos entre burlas con tijeras lo trasquilaban. Ahí perdimos un amigo pues no había
posibilidad de contrariar en eso a papá, que nos obligó a ser sus cómplices contra nuestro propio compañero.
Este recuerdo retrata el papel de papá en nuestra formación, en un momento donde las rebeliones juveniles en
todo el mundo, la guerra de Viet Nam, el rock, el rompimiento generacional con el establishement movían al
mundo y los jóvenes. Ser hijo de funcionario no era garantía para escapar a la influencia, pues fumar mariguana
no era sólo una travesura, sino un puente de comunicación en la escuela, en las fiestas. En varias ocasiones
llegamos a ir a fiestas que terminaban en meditaciones con luz negra oyendo a Janis Joplin y a todo Woodstock,
pero el miedo a papá nos mantenía con los pies en la tierra; además de que no podíamos vestir igual que
nuestros amigos. Estas escapadas no fueron conflicto con mi papá, porque en ese tiempo ya teníamos más
identificación con él que con los de nuestra edad, fueron amigos o compañeros de escuela y en nosotros era muy
fuerte la idea de que nos estábamos preparando para el futuro y había que cuidar a Raúl, al cual mi mamá lo
seguía presentando como el futuro presidente. Por eso, en casa no hubo lucha generacional y mientras todos se
reventaban o simpatizaban con el regreso a la naturaleza y la promiscuidad viviendo en comunas, nosotros
estudiábamos, tocábamos el piano, montábamos a caballo, nos aficionábamos por la charrería y oíamos música
de tríos y a Eydie Gorme y Los Panchos.
En 1968, mis intereses estaban en estudiar y terminar la carrera Raúl se acercó de manera natural a gente de
movimiento, pues entre nosotros ―era el político‖. Mamá por ser maestra de la Escuela Nacional de Economía y
muy amiga de Ifigenia Martínez y el Lic. Navarrete nos ponía al tanto de la situación del movimiento. En este
tiempo, mamá y Raúl mi hermano se identificaba bastante mientras que papá y yo compartíamos la crítica a los
excesos estudiantiles sin llegar a justificar a Díaz Ordaz. Papá lo detestaba aunque se autocensuraba y tampoco
podía ceder a la presión estudiantil que hacía peligrar el principio de autoridad del presidente. Mi papá en ese
tiempo mantenía amistad con el general Corona del Rosal, el cual insistía en que todo era una conjura rusa,
cubana y de la CIA contra los Juegos Olímpicos. El 2 de octubre, en casa nadie salimos, ni Raúl ni Adriana ni
los más chicos, pues papá no nos dejó salir, sin decirnos que es lo que pasaría, pues él ya lo sabía. ―No dejaron
otra salida‖, justificaba al día siguiente para luego dictarme que contra el Estado mexicano nada se podía y que
la única manera de luchar para transformar ese Estado, era por dentro.
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Al año siguiente competí en Colombia en los Juegos Panamericanos obteniendo un tercer lugar debido a una
falla de mi caballo, al cual tuve que matar por una fractura. Los muchachos con los cuales nos juntábamos ni
implicaban ningún cuestionamiento, así que la vida transcurría entre los estudios, la elaboración de mi tesis y
las primeras novias. Las vacaciones a Agualeguas empezaron a ser distanciadas pues queríamos viajar a otras
partes, y Agualeguas era un símbolo de reunión familiar y recuerdos que no podía llenar el ímpetu juvenil.
Orgulloso por mi Aries fui muy sensible a los descalabros emocionales. Adriana mi hermana, fue mi celestina
y me ayudó a reparar varios fracasos, lo cual nos unió mucho en esa etapa y luego yo le correspondí a los
problemas de ella.
Los recorridos en México y el largo viaje por Estados Unidos y Europa en 1964 junto con Raúl y nuestro
amigo Guillermo Martínez me hicieron madurar prematuramente. Raúl escribía a mi padre: ―Nunca me había
dirigido a ti en esta forma, es por eso que me encuentro un poco confuso y no sé si decirte que nunca he tenido
un compañero, un guía y un amigo como tú. Tus durezas y tus enseñanzas me han señalado cosas muy
importantes de mi vida y en ese camino, me he ido dando cuenta del significado de cada una de tus palabras.
Quisiera decirte cuánta razón tienes en todo cuanto has platicado con nosotros, dime más cosas porque creo en
cada una de ellas, porque son las que me han dado fe y me han levantado siempre, porque son las que me han
dicho levántate, lucha, y sufre, pero sé libre. Pese a la distancia, la imagen y presencia de papá se presentaba en
cada experiencia, pues sabíamos el significado de ese viaje donde no sólo perfeccionamos el inglés, sino que
constituía una gira de presentación ante políticos de Estados Unidos. Por contactos de papá y don Antonio Ortiz
Mena fuimos recibidos en Washington por Dean Rusk, secretario del Departamento de Estado en la
administración Johnson y por Robert Kennedy, y procurador general, al cual admirábamos, pues nuestra
generación vivía aún impactada por la dimensión de John Kennedy, asesinado hacía menos de un año. Estados
Unidos significó en ese un viaje la presentación de una segunda patria, que nos trataba con absoluta distinción
pese a nuestra edad y con la cual yo no podía alimentar más que agradecimiento y admiración; ahí me di cuenta
también lo importante que era papá y su alto poder de influencia.
A mis 15 años esto era una gran experiencia que nos distanciaba de nuestra propia generación, pues el inicio
de relaciones como esta a esa edad, nos comprometía a seguir la carrera política. A mí Estados Unidos me gustó
y a Raúl no tanto pero no peleamos por eso, simplemente influyó para que años después él se fuera a estudiar a
la Sorbona de París con Bettelheim y yo a Harvard con Friedman y los maestros de la Sociedad de Mont
Pelerin.
(¿Donde habrá quedado el ―Solovino‖?, nuestro perro tuerto de la Narvarte. Sólo espero que no esté también
ladrándonos como todos pues con este pueblo hay que pensarla dos veces para gobernarlo, pues primero te
aplaude y luego te apuñala. A los mexicanos les gusta quedarse en medio y no concluyen nada, ni sus
revoluciones, ni sus pasiones, ni sus tragedias; entre que ríen y lloran, no van al fondo de nada y en los juicios,
ni condenan ni absuelven. En México el camino más escogido es el olvido, pero a ti y a mí no quieren
olvidarnos, sino hacernos culpables de todos los males venideros. Las cosas hubiesen sido diferentes si tú
hubieras sido el presidente como papá quería, no hubiera pasado nada o casi nada pues tú tienes más de
dinosaurio que de reformador y por tanto ni tú ni yo estaríamos en la cárcel. Si tú hubieras sido el elegido por el
destino, hubieras sido un presidente mediocre, que solamente llevara como epitafio para la historia ―Presidente
Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos 1988 – 1994‖, nada más que los que te hubieron antecedido.
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Pero no fue así, porque perdiste el tiempo, entre que te decías izquierdista, luego maoísta, fundando
organizaciones como Línea Proletaria y Antorcha Campesina, puras locuras para según ustedes infiltrar al
Estado y hacer política de ―dos caras‖. Tú te burlabas de mí diciéndome que perdía el tiempo en Harvard,
mientras tú construías fuerzas y establecías contactos. Lo único que te quedó fue una fama de inescrupuloso y
hermano siniestro y lo que pasaba era que siempre fuiste el más débil y el más indeciso porque te sentías
doblemente presionado por ser el primogénito y no fallarle al viejo; por eso te perdiste en aventuras y sectas que
te desprestigiaron y te llevaron a mejor dedicarte a los negocios. Por eso fuiste el eslabón más débil de todos
nosotros y caíste…).
No nací en el norte, pero soy norteño. Agualeguas, Nuevo León, me adoptó y yo me considero su hijo porque
desde ahí tomé conciencia del mundo, fui niño y crecí siendo alguien que no era en ninguna otra parte. La vida
en la ciudad de México, ir a la escuela y la vida cotidiana en general, para mí eran hechos transitorios, mientras
que en Agualeguas era como llegar a la casa donde estaban todas mis cosas y las de mis reencarnaciones
anteriores. Las historias de ese lugar se convirtieron en mis propios recuerdos y ahí crecí como el hombre más
seguro del mundo. Tíos, tías y primos me brindaron tiempos maravillosos en Agualeguas que no olvidaré y a no
dudarlo, es el lugar que más extraño desde mi exilio.
El viaje de Monterrey al pueblo, para mí siempre fue de regocijo. El olor a tierra mojada del verano, el olor a
los naranjos, eran la bienvenida de mis amiguitos del pueblo, con los cuales de inmediato tratábamos de
reconstruir los juegos que habíamos dejando inconclusos. En Agualeguas fue mi primer exilio, luego del
accidente y en Agualeguas olvidé aquel episodio que nos dejó muy tristes. Nadie en el pueblo me reprochó
nada, nadie me gritó ni hizo escarnio y con ello se demostró que ésa era mi gente que nunca me fallaría.
Pese a la sencillez de mis parientes y de la vida pueblerina, había fuerza, confianza en que llegaríamos lejos,
no sólo yo, sino el nombre de toda mi familia. Mi padre era visto por todos ellos como el hermano triunfador,
pues él había logrado comprar de nuevo El Zopilote y la casa grande de la familia, ahora administrados por mis
tíos Carlos y Guillermo. El tío Carlos fue y vino, pero el tío Guillermo se quedó a resguardar ese lugar que era
símbolo de la familia.
Viajando por tren siendo niño conocí la diferencia entre Agualeguas y la casa de la colonia Narvarte. Los viejos
hasta Monterrey eran inolvidables pues se descubría lo grande que era el país y la historia que cargaba el tren
entrando a las ciudades entre barrios muy antiguos, colonias pobres, bardas viejas y construcciones inglesas de
principio de siglo, que le daban al viaje imagen de país lejano. El viaje en tren era diferente a los que hacíamos
en la camioneta de mi madre pues no es lo mismo (hasta hoy en día), entrar a las ciudades y los pueblos por
carretera a entrar por ferrocarril, además de que en el tren corríamos, jugábamos y comíamos golosinas y
antojos especialidad de cada una de las estaciones. En esos viajes los relatos de mamá sobre la revolución,
ejércitos en trenes y grandes batallas, parecieran hacerse realidad entre las llanuras por donde surgían
campesinos con diferentes tipos de sombrero como si no hubiera pasado el tiempo. Pasábamos Querétaro, San
Luis Potosí y luego la llanura inmensa de Matehuala. Uno de aquellos viajes fue muy triste, pues un mes antes
descubrí la muerte, la toqué, yo la hice son imágenes borrosas e imborrables que me han perseguido desde aquel
diciembre de 1951 cuando el juego, la simple algarabía de niños, se convirtió en gritos, llanto y tragedia, tras
una extraña secuencia que está siempre ligada al niño Aries y sus impulso: buscábamos juegos nuevos, subimos
a la recámara de mis padres, me metí al clóset para esconderme, Manuela sacudía el tocador de mamá, me
encontré un rifle con el gris fascinante y frío me sedujo a cargarlo con su exótico perfume de aceite 3 en 1 que
hacia brillar su cuerpo de madera.
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Quise ver más de su encanto a través de los negros ojos de sus mirillas y al final vi el rostro redondo de
Manuela que me gritó justo cuando acariciaba aquel cuerpo y tocaba el gatillo. Tronó el rifle, cayó Manuela y
Raúl y Gustavo vieron todo desde la puerta. Asustado bajamos al patio los tres y cambiamos de juegos,
creyendo que Manuela nos asustaba quedándose tirada. Luego oí los gritos allá arriba de doña María la
lavandera que gritaba como ida ¡está muerta!, ¡está muerta!, ¡está muerta! Mamá llegó enseguida y nos
preguntaba a nosotros qué había pasado, por qué gritaba María, hasta que subió y vio a Manuela y el rifle tirado
creyendo que ella se había matado. Cuando llegó papá, ya María les había contado entre sollozos que habíamos
sido nosotros y ahí, cuando sentía que el mundo nos caería encima, mi papá salió a defendernos y a regañar a
María y a decir que Manuela siempre había sido una pendeja. Nunca olvidaré el abrazo de papá y la forma en
que extendió los abrazos para llevarse a los policías que querían vernos e interrogarnos. Dijo que la imprudencia
había sido de él y que no quería que se supiera quién había disparado; nunca había sido tan cariñoso con
nosotros y conmigo especialmente, lo cual me demostró quitándome el peso de aquella tragedia.
Con esto, papá logró que nunca se supiera exactamente quien había disparado en la nota roja, los tres, como una
tragedia de chiquillos y sólo la recomendación del doctor Moreno para que yo fuera revisado y tratado a fin de
que no quedaran secuelas por aquella tragedia. Mi padre, después investigué, se opuso a personalizar, a fin de
que el hecho no culpara a nadie, pues él pensaba que si la falta tenía una autoría colectiva ayudaría a que pronto
se olvidara. De lo único que puedo culpar a papá, es un sentimiento de impunidad. Los que mataban se iban a la
cárcel y yo había matado y papá me había abrazado como nunca.
La otra secuela es que la presencia de Manuela nunca desapareció; en toda mi vida, mi relación con el servicio
ha sido distante y en extremo impersonal. No me relajo hasta que no se retiran y por eso, desde que he utilizado
ayuda para la atención personal, he preferido jóvenes y personal masculino, pues aún veo la cara de Manuela
tras aquella mirilla que me sedujo con su frialdad.
Entre Gustavo, Raúl y yo siempre todo es un silencio. Todos nos sentíamos culpables y me imagino que
Gustavo no tendrá ganas de hablar del asunto. Ahora sólo recuerdo, sólo siento cómo va cayendo el arma por el
peso, me acuerdo que me asomo y veo la mirada de Manuela antes del disparo. Cuando grita y cae, me lanzó
una última mirada entre el humo y aquel olor que no sabía diferenciar si era de la pólvora o de la sangre que le
salía por un ojo a Manuela. Ese olor aún lo tengo y no lo olvido y aún lo confundo. Cuando veo sangre, huelo
pólvora y al revés también. En esta sensación, siempre espero el abrazo de papá para oler su loción que tampoco
olvidaré nunca y siempre recordaré.
(Eso no se puede olvidar aunque queramos. Pero fue injusto que papá acusara de todo a Gustavo por ser el
mayor y lo amenazara a él y su padre hasta que se fueron de la colonia, aunque creo que fue lo mejor para todos
pues si nos veíamos, seguíamos recordando y reprochándonos unos a otros. Tú no lo hablabas y en varias
ocasiones señalándome a mí y diciéndole todo a papá, incluso le agregaste que yo la había fusilado y que yo
gritaba ¡soy un héroe, yo la maté! Parecía que gozabas acusándome, pues ya entonces tenías celos y sentías que
te ganaba terreno. En lo que sí coincido contigo es que la cara más espantada fue de Gustavo desde el quicio de
la puerta gritándome que bajara el rifle y no le apuntara pero fue tarde. Yo podría decir que me ayudaste a
sostenerlo, porque pensaba demasiado y yo sólo tenía cuatro años, pero no quiero aumentar tus culpas y los
problemas que ya tienes. Además a la edad que tenía no hay niños asesinos, por lo cual no temo cargar con la
responsabilidad de ese accidente de Manuela. ¿Cuál era su apellido? Por eso, sólo quedó en la morgue como
Manuela ―N‖, porque nadie supo su nombre y nunca nadie la recogió. Sólo tengo el consuelo de que ella no se
dio cuenta y sólo pasó del asombro a la muerte.
Memorias de un Líder
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Quiero confesarte, por último que mi remordimiento no es haberlo hecho, sino haber transformado mi
confusión en un sentimiento de impunidad.
Papá buscando nuestra protección, con el ejemplo consignó que él siempre nos protegería y siempre sería
nuestro cómplice. A partir de entonces, nunca dejó de acompañarnos la muerte y nosotros siempre tuvimos que
ver algo, con la aparición de ella.)
Mi tío Guillermo, en aquellas vacaciones después del accidente, nos llevó a cazar conejos y perritos silvestres
a la cascada Cola de Caballo cerca de Monterrey, ―para que se nos quitará el miedo a las armas‖; al oler de
nuevo aquella mezcla de 3 en 1 y pólvora y ver la sangre de los conejos, se me revolvió el estómago en medio
de la burla de todos. Pero fue sólo un momento que logré superar pues al final de aquellas vacaciones ya me
había acostumbrado de nuevo a las armas, la cacería y destazar las presas, lo cual me valió el reconocimiento de
todos; papá se sentía más orgulloso de mí, pues con ello le demostré que yo era valiente.
Luego vinieron otras desgracias, como la del incendio de la casa de Palenque, del cual salvamos a Mauricio,
un vecino regordete que se quedó atrapado entre las llamas. El buen humor de papá y su complicidad, de nuevo
nos protegió y las quemaduras del gordito de Murillo, no pasaron a mayores. El hecho fue intrascendente
aunque ahora se diga que todo está ligado al elemento de Aries, fuego y con ello digan que yo mandé a
incendiar también el Palacio Legislativo de San Lázaro. Lo del incendio fue una travesura como la de cualquier
niño, sólo que a nosotros se nos acumulaba con otros hechos como el de Manuela.
Pienso que lo más grave de todo es que mamá sí resentía y le parecía un exceso que papá nos defendiera. Fue un
tiempo por el cual ella se volvió dura y distante con nosotros, sumergida en su trabajo; recuerdo ese tiempo,
porque dejó de tocar el piano y dejaron de venir mis tíos y tías y a veces llegué a escuchar lejanos llantos, gritos
e insultos provenientes de su recámara. Esa actitud me acercaba cada vez más a papá y por su carrera yo
empecé a admirarlo, no sólo como padre, sino como alguien que me inspiraba complicidad, seguridad y
confianza. Varias veces lo acompañé a Palacio Nacional, a sus oficinas; varias veces llegamos a ir a las
reuniones de su grupo y, en ese mundo, crecí conociendo a hombres poderosos. Papá, como signo de confianza,
delante de mí coqueteaba y piropeaba a muchachas y secretarias, como una demostración de su virilidad. Yo me
fui acostumbrando a él y su forma de ser.
A Raúl, papá y mamá lo confundieron y terminó pareciéndose a los dos, y el tipo de mezcla lo anuló. Lo que a
mí me dio seguridad, a Raúl lo hizo débil de carácter, ingenuo diría yo, y se perdió en le laberinto de la relación
matrimonial de ambos, la cual tenía códigos íntimos que no podían fácilmente abrirse, ni siquiera por los hijos.
Papá y mamá, pese a sus diferencias, eran ante todo, cómplices y sabían que uno y otro se daba fuerza; mi
hermano cayó víctima de sus juegos, sin haber podido desarrollar una personalidad propia para defenderse en la
vida. Primero a la sombra de ellos, luego a la sombra mía, siempre chantajeando que lo habíamos despojado de
un derecho de sangre.
Por todas estas razones y precisamente en este tiempo, quedan claro por qué él no podía llegar a ser presidente.
De estos hechos que confieso y considero que son esenciales para entender esta primera etapa, del camino,
espero dejar establecidas las razones y circunstancias frente a interrogantes que han existido, sobre mí y la
familia. Quizá vengan biógrafos más acuciosos con el ánimo de encontrar detalles, pero creo que lo más
importante lo diré yo a lo largo de estos años aquí relatados en estas memorias.
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¿Acaso no seguí yo el camino correcto? ¿Fue quizás mi disciplina y modestia, el desprecio mío a personalizar
la historia, por lo cual nadie en casa pensara que yo sería el próximo presidente de México?
Carta IV zodiacal
ARIES EN UN MONTE DE SUIZA. Siempre estarás en lo alto. Tú convertirás la crisis en esperanza y los
límites en expansión. Aries es la exaltación de la riqueza, el impulso de todos por el dinero. A la tímida
exigencia de tolerancia, Aries levanta la gran consigna de la libertad, la libre empresa y el liberalismo social.
Todos los rehenes del estalinismo serán liberados por Aries en el poder. La paradoja es que Aries lo hará desde
el Estado, porque fue el único camino para lograr un cambio sin rupturas, una revolución sin caos ni ajustes de
cuentas. Ése es el origen de muchas acusaciones que te hacen; por ello te considerarán un traidor, un infiltrado,
un liquidador, un reaccionario, por ser el libertador y modernizador desde adentro, porque te vieron inofensivo,
―un jovencito‖ que los arrastró al vértigo del cambio estructural, sin poder para organizar inmediatamente la
defensa. Tu carácter impulsivo viene de tu amplia frente, en los dones del carnero, en las causas que abraza, en
los riesgos que calcula. Regido por Marte su planeta en domicilio, aprecia el hierro y el acero más que otros
metales y te gusta el rojo, los rubíes, donde expresas la pasión cálida del carnero que se enamora de lo que te
equilibra, de tu opuesta, la constelación de Libra; por eso Ana Paula, tu fiel escudera, tu silenciosa estratega,
impuso sus sentimientos sobre Cecilia y Adela. La parte principal de tu cuerpo es la cabeza, la que te guía
siempre, la que te distingue. Tus cualidades como la franqueza y el coraje para ganar e imponerte, te hacen ser
un guerrero nato, hijo de Marte, el hombre que siempre está en guerra, protegido por Júpiter, proveniente de
Sagitario, tu ascendente bien aspectado.
Tu pasión es adelantarte a los acontecimientos y por eso tienes dos armas, una en cada mano; la ciencia para el
cálculo exacto en una; los astros para calcular el destino de todos, en la otra. Lo exacto para ver la parte
superficial de las cosas y los astros para bajar a lo oscura de la naturaleza, del pensamiento del hombre, donde
realmente se forjan los destinos y la historia, el conocimiento metafísico para conocer el determinismo. Magia y
ciencia exacta están en ti para conocer el futuro y llegar primero que tus enemigos a todas partes; por ello
lograste una gran ventaja sobre los viejos guardianes del sistema político a los cuales engañaste y venciste, y
ahora cada uno busca sus chamanes, astrólogos y brujos. Por esos poderes, López Portillo dijo que tú ―le
ocupaste la voluntad al presidente‖ y guiaste su mano hacia ti, para que te señalara su heredero-sucesor. ¿La
razón? Tú naciste un año después de que naciera la Sociedad de Mont Pêlerin, la voluntad secreta a favor de la
libertad. Por eso en sólo diez años llegaste al poder desde la academia; fuiste una flecha invisible porque todos
esperaban señales de abajo hacia arriba o un gesto de tui antecesor, pero tú venías de más arriba, del lugar que
nunca imaginaron para que surgiera un presidente, viniste del lugar donde controlan la mano invisible que
mueve el mundo. Te reirás cuando reaccionen y vean el peligro y sólo atinen a publicar un panfleto con el caso
de Manuela, pero ya será muy tarde para frenar el ascenso, el país estará lo suficientemente destruido y ya nadie
más que tú podrá salvarlo. Como último intento de rabia contenida, los enemigos de afuera en todo el país
levantarán la consigna fabricada y te gritarán ¡usurpador! ¡Usurpador!; los de adentro aprovecharán para
cobrarte cada voto y convertirte en rehén de ellos. Tú mismo los frenarás a todos cuando enciendas la máquina
de tu tren y partas con velocidad y sin retorno. Habrá una resistencia sorda contra tu victoria, pues nunca
imaginaron que tú serías presidente y hasta tus condiscípulos de Harvard se sorprenderán con envidia de la
velocidad en que lo hiciste. Ya dentro de las entrañas del estatismo, aplicarás tres recetas, la de los médicos del
mundo que levantaron la vos para defender la libertad, desde un pueblito de los Alpes Suizos.
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La Sociedad de Mont Pêlerin
Washington, septiembre de 1995.
Si me van a enjuiciar que enjuicien también al mundo y a la ciencia, porque lo que yo hice con éxito, fue que
coincidiera el país con la ciencia, a riesgo de ser acusado y nombrado peyorativamente ―científico‖. Era
necesario –lo digo retando a los prejuicios- que el país estableciera una línea de continuidad entre el gobierno de
Porfirio Díaz y mi gobierno; prolongar la continuidad modernizadora más allá de 1910y anticipar mi gobierno
antes de 1988 hasta un punto de encuentro, donde la ciencia económica y no el nacionalismo Revolucionario,
hubiera dirigido los destinos de México. ―Poca política y mucha administración‖ era una definición dura, pero
necesaria. La revolución violenta y destructiva lo único que hizo a cambio de cuatro artículos en la
Constitución, fue interrumpir el proceso de acumulación de capital, frenar el desarrollo técnico y de las
comunicaciones en el país, ahuyentar las inversiones y nuestra posición de vanguardia en la industria minera,
petrolera y textil que en corto y mediano plazo, hubiese dejado más beneficios para los trabajadores y el país,
que las expropiaciones, nacionalizaciones y estatizaciones. Ochenta años tardaron los capitales en regresar y los
ideólogos. La familia Aspe Armella y otras pudimos reconstruir un puente entre la visión del ministro
Limantour y Pedro, mi secretario de Hacienda. Porfirio Díaz, pese a su afrancesamiento, veía sin miedo a
Estados Unidos y con él pudimos haber arribado al libre comercio, la integración y el liberalismo económico,
mucho antes que los países desarrollados. Siguiendo esa política, nos pudo haber beneficiado la depresión
económica de 1929 y por nuestra frontera, habernos beneficiado estimulando y ampliando nuestro aparato
exportador. Sin el millón de muertos y la interrupción de 10 años de guerra, pudimos haber sido una economía
fuerte al sur, con una burguesía fuerte y un Estado más poderoso, basado en la economía, que el surgido del
militarismo.
El país se jodió cuando hizo el negocio más malo del mundo: cambiar su desarrollo económico por el de
―Sufragio Efectivo, No Reelección‖. Ya lo decía Womack con respecto al zapatismo: ―Fue la primera
revolución del siglo que se hizo para regresar al pasado‖ y para maldición del país, la revolución fue la lucha
del sector más atrasado, el agrario, en contra de la vanguardia industrial que se construía en México y definiría
la fuerza de América Latina. El gobierno de Díaz se plebiscitó cada cuatro y luego cada seis años, por lo cual no
era la dictadura perfecta. La revolución fue una maldición del atraso, pues cayó justamente cuando el país
despegaba. ¡1910 fue un año de auge! ¡Francisco I. Madero fue la primera estupidez democraticista del siglo,
que interrumpió y postergó un proyecto económico por 80 años!
La revolución invirtió los valores e hizo del Estado el factor de cohesión y desarrollo social; la modernización
de Díaz basaba esos factores en el desarrollo económico. Para desgracia de nosotros, fuimos víctimas de
nuestros espejismos en los cuales se reflejó la revolución rusa y a ella nos enganchamos como destino y
fundamento de nuestro Nacionalismo Revolucionario que se prolongó hasta casi el final de siglo. Más adelante,
nuestra ubicación geopolítica nos hizo matizar las aristas radicales del Nacionalismo y al bajar la agitación
social y la excitación de las masas, coexistir con Norteamérica y sus valores opuestos. Se levantó una muralla
contra el Destino Manifiesto y al mismo tiempo empezamos a sufrir las consecuencias de seguir un camino
distinto al destino de la integración y el desarrollo común. México fue más nacionalista, pero empezó a ser
anacrónicamente pobre y cada vez más desigual.
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Por eso, ahora que me acusan de restituir la coherencia científica del país y haber retornado al camino perdido
a causa de la estrecha mentalidad campesina, el militarismo y la burguesía parásita del Estado, que empiecen
por el principio, por la doctrina y la ciencia económica de David Ricardo y Adam Smith. Que absuelvan por
anticipado a Marx y Keynes, su hijo bastardo. Si me van a enjuiciar, que acusen también a las leyes económicas
que rigen implacables al mundo y tendré la oportunidad de decirlos como Galileo: ―… Y sin embargo, se
mueven‖, pues más allá de los decretos y las instituciones, yo goberné simplemente con las leyes que rigen la
economía, la sociedad y la naturaleza.
¿Qué elementos tomarán mis jueces? ¿Haber sido hombre de ciencia y precisión? ¿O me acusarán de que creo
en la astrología como ciencia del destino? ¿Alguien enjuiciará los daños causados por el Nacionalismo
Revolucionario? ¿Me acusarán a mí de haber ejercido el presidencialismo? Mi proyecto y mis decisiones no
surgieron de un capricho de poder, no fue ―un estilo personal de gobernar‖ ni una idea espontánea, sino que
vino del determinismo histórico y la depuración de corrientes ideológicas, donde predominó la más fuerte, a la
cual ahora llaman peyorativamente: neoliberalismo; esta ideología y ciencia económica que se impuso originada
en el liberalismo económico contra los frenos de la economía feudal. El neoliberalismo vino del fondo de todas
las crisis recurrentes, del fracaso de todos los ensayos estatistas, como el socialismo real, la socialdemocracia, el
nazismo y las economías mixtas, que envenenaron al capitalismo y la libertad económica, comercial, financiera
y monetaria. Así como decían que el capitalismo engendraba a sus sepultureros, es decir, el proletariado, de esta
manera el estatismo engendró al neoliberalismo para restituir los derechos individuales a la riqueza social, vía el
libre acceso al mercado, para que éste produzca, compre, venda, consuma, sin obstáculos; para acabar con las
mentiras estatistas de los mecanismos de distribución de la riqueza donde se roba a los ricos para darle a los
pobres como Robin Hood y al mismo tiempo como ―Hood Robin‖, quitándoles a los pobres para darle a los
ricos a través del Estado, autodesignado, administrador de estos flujos entre ricos y pobres creadores de la
riqueza. Mi formación y mi proyecto viene de quienes reconstruyeron la noción de la libertad, de los herederos
de David Ricardo y Adam Smith, los valientes que levantaron de nuevo la bandera de la libertad económica,
cuando los Estados ya se habían apoderado de todo y regulaban la ―propiedad privada‖, el derecho a la libertad
de empresa y el destino de los individuos. Puritanos, judíos, iconoclastas y ateos podían ahora vivir
fraternalmente bajo las leyes del mercado, desarrollando sus condiciones materiales con base en el respeto de
las leyes de la oferta y la demanda, para con ello tener derecho a desarrollar las espirituales.
Ese parto en México se frustró porque una revolución social destructiva se atravesó postergando durante
ochenta años las posibilidades de nuestra ubicación geoeconómica.
Esta lucha por la libertad sería tan dura como la guerra, pues combatiría contra intereses cuyo origen era el
Estado, el gran Estado que convirtió la nación en un feudo y al presidente en el Príncipe; combatiría contra el
pasado y fuertes mitos que descansaban en un millón de muertes de una revolución absurda, donde se
disputaron el atraso de unos, contra el atraso de otros, sustituyendo, a los empresarios, a los productores de
riqueza, por los militares. En esta guerra habría víctimas y victimarios, ganadores y perdedores, liberados y
resentidos; íbamos a la reforma del poder en México, pero no sólo del poder político superestructural (como
dirían los marxistas) sino al económico, al de estructuras y relaciones productivas; esta reforma, por tanto,
requería un nuevo pacto social, pues debíamos partir del reconocimiento, como decía Margaret Tatcher, de que
la lucha de clases sí existe, es real, pero que a diferencia del marxismo, el triunfador histórico no es el
proletariado, sino los dueños del capital los cuales deben conducir al conjunto de la sociedad y deben ser la
fuerza hegemónica que imponga el destino y la libertad al conjunto. ¿Cómo fuimos a postergar ochenta años en
este camino?
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Esto no me lo perdonan y más cuando no incluí a la vieja clase parásita que gobernaba y se enriquecía a costa
de los favores del Estado. Mis jueces son los responsables de la corrupción de ochenta años. Los causantes de la
inflación y la ineficiencia; los beneficiarios del proteccionismo, los subsidios y la discrecionalidad política. Son
los autores de todos los discursos que usaron a la revolución mexicana como la justificación de todos los
abusos, crímenes, purgas y linchamientos. Contra ellos usé dos armas: la ciencia y el poder que ellos mimos me
habían dado; con ellas busqué el reencuentro del camino correcto que se interrumpió el 20 de noviembre de
1910 a fin de salvar al país, disolviendo la tercera república surgida de la revolución mexicana y formando una
cuarta, integrada ahora a la rueda de la modernidad.
Yo no usé los viejos métodos y, en este país, la forma es fondo. Yo simplemente busqué el camino que un día
perdimos y sepultamos con maleza; esa fue mi fuerza y mi paradigma para realizar desde dentro los cambios
que necesitaba México, sin romper con su historia. La continuidad no era de mi gobierno, sino del país, que se
quedó pendiente, inconcluso, en 1910. Sin embargo, debo decir que pese a mi visión personalísima, la
construcción debía ser una obra colectiva donde sumé a todos los fracasos de la revolución mexicana y les
reconozco autoría hasta 1982, en que don Miguel de la Madrid sacrificó su poder, su prestigio y su tiempo, para
demoler todos los cimientos de la vieja estructura y poder sobre ese mismo terreno, que yo levantara a partir de
1988, el reencuentro con el destino de México que teníamos, pero que estaba perdido. Desde 1982 se constituyó
la generación del cambio, la que lograría la transformación del poder en México.
Friedrich Hayek, al escribir en 1944 El camino a la servidumbre, desde un plano modesto y casi monacal,
estableció lo que sería una nueva doctrina económica, tan amplia y trascendente como El Capital de Marx. Si
bien en ambos criticaron ferozmente al capitalismo, Hayek lo hizo desde una perspectiva distinta: el obstáculo
del capitalismo no era la contradicción entre capital y trabajo sino el intervencionismo del Estado, la planeación
de la producción, los sistemas de bienestar cargados a las ganancias por la vía fiscal; no era la sociedad
proletaria, sino el mercado, la conducción ordenadora de la ―mano invisible‖, la fase superior de la humanidad.
En ese texto, Hayek critica con vehemencia al Estado intervencionista y de ―bienestar‖ y ataca apasionadamente
cualquier limitación de los mecanismos de mercado por parte del Estado; las ideas de Hayek eran algo más que
el liberalismo económico del siglo pasado, era una revolución económica tan trascendente ideológicamente
como el marxismo. Hayek es, por ello, el padre del neoliberalismo, que no era una ―política económica‖, sino
una ideología, con una estructura definida y una escala de valores nuevos.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945, Hayek explicaba sobre los nuevos lazos que tejía el Estado
intervencionista: ―A pesar de la buenas intenciones, la socialdemocracia liberada inglesa (en particular el
triunfador Partido Laborista inglés) conduce al mismo desastre que el nazismo alemán: la servidumbre
moderna‖. Para Hayek, toda forma combinada de estatismo con capitalismo, toda forma de ―economía mixta‖
era una concesión sin sentido al socialismo.
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En 1947, Friedrich Hayek convocó a un reducido grupo de intelectuales que compartían con él estas premisas
sobre el Estado y la socialdemocracia, a una reunión en un pequeño pueblo de Suiza, llamado Mont Pêlerin. Se
reunieron aquí varios ideólogos, economistas y filósofos adversarios del estatismo europeo y también del New
Deal norteamericano. Entre la selecta concurrencia aparecían Miltón Friedman (Premio Nobel 1976), Karl
Popper, Lioniel Robbins, Ludwing von Mises, Friedrich Hayek (Premió Nobel 1974), Walter Eupken, Walter
Lipman, Michael Polanyi, Schumpeter y Salvador de Madariaga. Ahí se fundó la Sociedad de Mont Pélerin, una
especie de francmasonería liberal, altamente dedicada a la academia y organizada; la nueva sociedad acordó
reunirse cada dos años y elaboró las primeras tesis no sólo de crítica al socialismo y el estatismo, sino la manera
de revertir estas posiciones y derrotarla;. Desde ese punto de vista, la Sociedad de Mont Pélerin constituye la
formación de un partido ideológico, con una enorme vocación de poder.
La adversidad por la hegemonía keynesiana y las tesis desarrollistas, si bien eran hegemónicas entre la
academia y los gobiernos capitalistas, no los intimidaba. La sociedad de Mont Pélerin disputaría el poder a
mediano plazo y su primera tarea sería formar cuadros e intelectuales que después se sembrarían en dos
universos: la academia y las finanzas; por ello, su refugio natural fueron las universidades, principalmente en
Oxford, Cambridge, Harvard, Stanford, Yale y Boston, las cuales serían las plataformas de lanzamiento del
nuevo pensamiento económico.
En la estrategia de poder, la Sociedad tomó desde el principio una decisión: la suya sería una sociedad secreta,
unida por el pensamiento y los objetivos ideológicos y, por tanto, su vía para acceder al poder era desde adentro,
transformando el pensamiento de los partidos tradicionales desde adentro. La toma del poder seria un
acontecimiento silencioso, sin violentar las viejas estructuras-a fin de Impedir reacciones y previsiones. El
primer contacto del sistema mexicano y del pri con la Sociedad, fue mi padre en Harvard y la Universidad de
Washington en 1947, donde estableció relación y amistad con quienes eran ya los padres del neoliberalismo.
Según testimonio de James Petras, que coincidía con la versión que tenía papá sobre esta primera reunión de
1947, tres fueron las lecciones que constituyeron los acuerdos dé la primera reunión en Mont Pélerin y que
fueron transmitidas como consigna a los nuevos sectarios en el mundo académico y financiero:
Primera lección. No tener ningún miedo de estar absolutamente contracorriente de las políticas de nuestro
tiempo.
Hayek: No hacer concesiones a la política económica vigente. Jamás temer a estar en una posición de minoría.
Karl Popper: No temer a ser acusados de conservadores y políticos excéntricos, pues las condiciones madurarán
y nuestras tesis se impondrán por ser el único camino de supervivencia de la humanidad.
Segunda lección. No transigir en las ideas, no aceptar ninguna transacción con los principios.
Von Mises: Ni moderación, ni eclecticismo. Tanto la doctrina como la aplicación requieren de una gran
disciplina, nuestras tesis son principios, valores absolutos. Los únicos juicios postreros sobre nosotros serán una
vez que se haya triunfado.
Friedman: A falta de un Estado o un partido político que nos represente, la Sociedad de Mont Pélerin construirá
un maximalismo funcional a fin de levantar un edificio propio de ideas, que se transformarán en un modelo
económico, cuyo contexto estará basado en la expansión y la integración de las economías a partir de la
desregulación total de las reglas.
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Schumpeter: Lo que para los ciudadanos comunes y corrientes o simplemente los políticos tradicionales, se verá
como medidas aisladas e impopulares, para la Sociedad de Mont Pélerin será la aplicación de una nueva
estructura de normas sanas para liberar a la economía de los candados impuestos por el proteccionismo y los
nacionalismos; serán batallas ganadas al estatismo.
L. Robbins: Los principios del liberalismo establecen que el estatismo y el capitalismo son contradictorios y
excluyentes, y por tanto deberán abrirse paso, independientemente de su impopularidad inicial; todo parto
entraña ' dolor y la nueva libertad será precedida a partir de un ajuste estructural, para el cual no habrá que pedir
permiso, sino simplemente aplicar, asumiendo que somos una vanguardia.
Tercera lección: No aceptar ninguna institución establecida como inmutable.
Friedman: Las instituciones socialdemócratas y del estatismo no son imprescindibles. La revolución económica
tiene que barrer con ellas y transformarlas o desaparecerlas a cambio de otras nuevas. El estatismo es una
deformación del capitalismo y por eso es uno de sus mayores enemigos: es el enemigo en casa.
Polanyi: El estatismo es una concesión a los políticos como conductores del capitalismo y su función tuvo
sentido como detonante de la reactivación de la economía y la reconstrucción de la infraestructura pública para
el desarrollo del capital, destruidas por la guerra. Madariaga
El ensamble deberá ser perfecto: mientras el mundo capitalista incuba la sobreproducción y el estancamiento, la
inflación y las bajas tasas de crecimiento; mientras se polariza por la guerra fría entre keynesianos y marxistas,
nosotros estaremos llenando los vacíos, estudiando sus errores y respondiendo a la causa de cada uno de sus
fracasos; mientras el estatismo se rasga las vestiduras, nosotros iremos cimentando la economía de mercado, la
infraestructura financiera, los organismos supranacionnles del dinero e ir aplicando libremente las leyes de la
oferta y la demanda.
La sociedad de Mont Pélerin decidió desde el principio no construir partidos, ni desviarse en luchas palaciegas o
electorales por el poder. La sociedad de Mont Pélerin nació como un movimiento dentro del poder del
capitalismo occidental, para garantizar al capitalismo y su poder una nueva etapa, "la fase superior del
imperialismo" diría Lenin, y convertirse en un movimiento ideológico y radical dentro del capitalismo y, por lo
tanto, una corriente interna que incubaron las mismas burocracias y los partidos socialdemócratas. Los cuadros
enviados a la academia en Harvard o Yale becados por las mismas burocracias estatales, se convirtieron
finalmente en sus sepultureros, pues les dieron el poder del nuevo conocimiento para dirigir el futuro de las
naciones.
Por alguna razón se tuvieron que cruzar los caminos... y se cruzaron. Justamente en 1946, cuando mi padre
estudiaba su maestría en Harvard, Lionel Robbins y Milton Friedman se preparaban para asistir a Mont Pélerin
y acumulaban argumentos contra la política del New Deal Roosveltiano en un seminario sobré
"Intervencionismo del Estado en la Economía: los casos americanos". En México. Perú, Brasil y Argentina, el
estatismo se había convertido en el refugio de las nuevas oligarquías al amparo de Cárdenas, Velazco, Perón y
Goulart entre. 1934 y 1945. Para estos Estados, la guerra abría una coyuntura para los buenos negocios con
Estados Unidos, urgido de materias primas y energía para su industria. La "patria grande" latinoamericana no se
unió, competía por el mercado norteamericano y sin estrategia común ni. un plan integral para complementar el
auge exportador, la única defensa fue el nacionalismo y el levantamiento de barreras locales para proteger su
incipiente industrialización.
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La guerra fría y los avances del socialismo en Europa y Asia volcaron el nacionalismo como una doctrina
anticomunista a fin de detener las oleadas obreras, campesinas, que querían sacar su tajada de este auge. El
nacionalismo original como doctrina frente a la expansión norteamericana, terminó siendo la ley contra los
comunistas y socialistas, alentados por la victoria soviética. América Latina y México de nuevo nos
entrampamos a la mitad del camino.
Papá fue un político de la guerra fría y hasta la fecha sigue siendo más anticomunista que cualquier otra cosa.
Desde su etapa de estudiante en Washington y Harvard, papá estableció contactos con los primeros núcleos
americanos anticomunistas, que aseguraban que en el futuro era mejor preparar economistas que militares, y a
que éstos defenderían con mayor eficacia los intereses norteamericanos. Uno de ellos era mi maestro, director
de tesis, Alex Papworth.
A su regreso a México, mi papá era ya egresado no sólo de Harvard y de las formas académicas de la expansión
norteamericana, sino miembro activo de la Sociedad de Mont Pélerin; esa militancia lo alejó de su antiguo
maestro y promotor don Jesús Silva Herzog, padre de los economistas revolucionarios y nacionalistas. Pero esas
mismas ideas lo acercaron a don Antonio Ortiz Mena doctrinariamente, debido a que no compartían con la
economía oficial la perspectiva de largo plazo del "milagro mexicano".
(Si los muebles de Los Pinos hablaran, cada presidente no hubiera cometido tantos errores, pero por eso se hizo
manía cambiar de mobiliario en ese lugar, para no tener testigos y no dejarle nada al sucesor, más que el
resentimiento. Si los muebles hablaran; todos los escritorios y sillones que pasaron por ahí y ahora están en las
bodegas, dialogarán con los retratos 'dé todos los ex presidentes y sé burlarían de ellos; les gritarán los libreros
de madera de subdirector para arriba, también las alfombras verdes de los directores y oficiales mayores y los
tomos de los empastados de los Planes de Desarrollo y diagnósticos sectoriales que dejaron de ser material de
estudio y se convirtieron en adorno. Todos los muebles nos podrían decir que es lo que ha sucedido y por qué
nos han odiado tanto; nadie tiene una explicación de las razones por las cuales un país entero pasó del aplauso a
los insultos.
Yo no retiré nada, pues algún día pienso volver y encontrarme los mismos muebles que yo usé. Ahí estarán
guardadas mis decisiones y me gustará saber que siguen siendo vigentes, pese al odio y los juicios y los intentos
por expulsarme, Los veré como si nada hubiera pasado y todos estos años de exilio no hubieran existido;
recordaré el salón López Mateos iluminado, acompañado de los amigos y sus familias, todo
alegres, donde pasamos el día último de 1993 y primer minuto trágico del 94 en que estalló la maldición de
Chiapas, presagió la muerte de Colosio y José Francisco, y Ernesto cometió los errores de diciembre que
derribaron lo principal que había construido: la confianza en el' modelo.
Tú sabes, hermano, que yo sí hice reformas profundas y no me perdí en golpes de timón, expropiaciones
desesperadas, nacionalizaciones de última hora y populismos, Si tú estás en prisión, no es por ningún delito,
sino pagando un sacrificio por lo que hicimos y no haberle pedido permiso a nadie. ¿No era ésa la única manera
de hacerlo? ¿No es la imposición saber cómo hacerlo?
Yo no cambié mobiliario porque quise que sobre los mismos escritorios donde se firmaron las nacionalizaciones
y se hizo el Estado interventor, yo firmé las privatizaciones y las reformas al TLC y restituí los derechos de la
iglesia y las reformas al artículo 27 y abrí las fronteras y acabé con el proteccionismo.
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Dejé ahí los mismos muebles, para que nadie intente hacer una contrarreforma firmando decretos contra mis
leyes, aunque tengan que agacharse, porque aquel escritorio que fue de Carranza y Calles, hasta Miguel de la
Madrid, le mandé serruchar las patas y hacerlo más chico para que tuviera proporción con mi tamaño. También
tuve que hacerme un sillón presidencial para mí que de seguro estará en una bodega, porque ésa sí era una cosa
personalísima y no podía dejarla para que hicieran escarnio en el futuro. Por eso, no te perdonaré que te hayas
burlado de mi silla y del mobiliario a mi tamaño, pues 'yo sí llegué a ser presidente y tú-ahora estás en
Almóloya pagando todas las culpas.)
La primera etapa de Mont Pélerin fue de 1947 hasta el golpe militar en Chile en 1973, Extrañamente el
militarismo sudamericano abría sus puertas a la primera experimentación del neoliberalismo y hasta allá
llegaron Milton Friedman y sus alumnos de la escuela de Chicago. En las denuncias de Orlando Letelier sobre
el FMl y el Banco Mundial y lo que se estaba aplicando como medidas económicas en Chile, se puede apreciar
la profundidad de las reformas y la experimentación que se llevaba a cabo. En un artículo publicado en México
una semana antes de su muerte, Letelier reclamaba a Friedman haber declarado:
"A pesar de mi profundo desacuerdo con el sistema político autoritario de Chile, no considero que sea doloso
para un economista prestar asesoría técnica económica al gobierno chileno, como no consideraría doloso para
un médico prestar asesoría técnica médica al gobierno chileno para contribuir a terminar con una epidemia." Lo
que significaba la primera aplicación de la política de principios de la Sociedad de Mont Pélerin, lo cual fue
considerado un éxito rotundo que le dio estabilidad a la Junta Militar Chilena y a Chile por más de 25 años,
hasta la fecha. ¿Quién iba a pensar que tras el "gorilato" militar en Chile, se escondía la aplicación de un
programa económico de vanguardia que luego siguieron todos los países de América Latina y del mundo? En
Chile confluyeron, tras el golpe, un extraño ejército de economistas e intelectuales encabezados por Friedman,
Amold Hargberger, Jesse Helms, la CIA y los directivos de las grandes empresas como la AT&T, American
Smelting Co. y otras ligadas a la producción estratégica de Chile en manos del Estado. Ahí surgió el primer
himno a la privatización y la era de la reversibilidad de las expropiaciones y estatizaciones impulsadas por los
gobiernos nacionalistas, marcando un parteaguas no sólo en la historia de América Latina, sino del mundo.
La segunda etapa de la Sociedad fue de 1973 a 1981 en que asciende al poder Margaret Tatcher. Sus primeras
pruebas de fuego, que la templaron, fueron las huelgas mineras del norte de Inglaterra y el reto de Boby Sands y
los irlandeses. La respuesta en ambos casos demuestra que en Inglaterra hay una revolución triunfante y que la
Sociedad de Mont Pélerin ha logrado su más grande victoria al haber mandado por largo tiempo al Partido
Laborista, y al eri, a su casa. La frialdad de la señora] Tatcher y el impulso a las reformas liberales
conmocionan al mundo e introducen al debate el significado y valor de las medidas reversibles en las
socialdemocracias. La debacle de Keynes es inminente y sus defensores poco a poco se debilitan e incluso
desaparecen.
En esta segunda etapa, aunque la Sociedad buscaba la crítica del capitalismo de Estado,; terminaba apuntando
hacia el bloque socialista, el enemigo estratégico. El objetivo era diluir el Comecón (Bloque Comercial
Socialista) ya que éste seguía siendo un apoyo para las mismas economías capitalistas en crisis % por tanto,
significaba la postergación de la revolución liberal en estos países, sin salida ante el endeudamiento, la
inflación, las políticas de shock. Para Mont Pélerin, el proteccionismo comercial socialista era el origen del
capitalismo de Estado y, por tanto, había que destruirlo.
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Moni Pélerin es una escisión doctrinaria dentro del capitalismo y, al derrumbarse el mundo socialista, ganó dos
batallas históricas al mismo tiempo: al viejo keynesianismo y al socialismo. A partir de este punto, el
neoliberalismo se apropia de la dialéctica, convirtiendo a la economía de mercado, el libre comercio, en una
etapa superior al socialismo. No me cabe duda que una causa de este triunfo fueron el cumplimiento de las tres
lecciones acordadas en Mont Pélerin y la consecuencia política de sus autores. Por eso, papá y yo, aunque
hubiésemos sido de generaciones distintas, en contextos distintos, descubrimos la importancia de esta nueva
doctrina económica y su vigencia, desde su planteamiento en 1947, hasta la actualidad.
Tras el gobierno de la señora. Tatcher y de los republicanos de la era Reagan, el capitalismo tomó un nuevo
impulso que algunos caracterizaban como "salvaje" a fin de ocultar el reconocimiento a su fuerza; este carácter
salvaje atraía a las nuevas generaciones en las universidades y los ministerios de finanzas. Lo moderno se hizo
consigna y con ello nos apropiamos del deseo de cambio y nos convertimos en la vanguardia de lo nuevo. El
conservadurismo se puso de cabeza y pudimos adjudicárselo a los que se resistían, a los indecisos y los
nacionalistas. Ser conservador era sinónimo de ser de "izquierda", pues una vez que tuvieron una formación
social encima o al final de sus utopías, el mundo se les había hecho incomprensible. El viejo mundo bipolar se
hizo viejo y anacrónico y sobre esas niñas emergió la gran fuerza de la técnica, la masificación de lo moderno,
la informática, la electrónica.-La vieja lucha-entre los polos-por el espacio se hizo historia', ante el
descubrimiento de la fuerza de los mercados financieros y la globalización de intereses. Piratas, contrabandistas,
aduanas, aranceles, fronteras, reinos y príncipes, viejas estructuras, todas sucumbieron como si la tierra se
hubiera abierto toda y hecho erupción a un mismo tiempo.
(Tú nunca supiste realmente quién era nuestro padre y por eso fuiste de error en error. Todas sus ideas eran de la
Sociedad nacida en un pueblito de Suiza, al cual habían asistido sus maestros de Harvard, por eso lleva siempre
su anillo con las iniciales MPS, Mont Pélerin Society).
Dice Hayek en una de sus obras sobre el dinero: "La tarea fundamental del teórico o filósofo político debe
influir en la opinión pública para convertir en políticamente posible lo que hoy puede ser políticamente
imposible". La reforma neoliberal en México logró hacer posible lo que, por la historia y el pensamiento de los
que habían triunfado en las guerras y las revoluciones, era imposible. El liberalismo económico fue un
homenaje a todos los derrotados y excomulgados del altar republicano, lo cual dio como resultado el vector del
futuro, parafraseando al último estatista convicto.
Este hecho imposible ha dibujado la perspectiva de un Estado supra-nacional, con una moneda común, libre
comercio y un consumo uniforme en el mundo. Que la misma hamburguesa que se coma en Japón, pueda
apreciarse en Tlaxcala, México. Del viejo trueque nació la libertad del hombre, del Estado la esclavitud.
Nosotros por eso levantamos de nuevo la lucha por la libertad, que se abrió paso a través de las tres lecciones de
Mont Pélerin que sirvieron para organizar en el mundo la cruzada por la libertad económica, bancaria,
monetaria y comercial. Lecciones como éstas aplicaron en su tiempo la primera, segunda, tercera y cuarta
Internacionales Comunistas, cuando el marxismo era una doctrina viva dirigida por teóricos políticos que
luchaban por conquistar lo imposible. Al socialismo lo mató el estatismo, las burocracias que fueron
engendradas. ¿Surgirá un neosocialismo que reivindique la igualdad económica sin intervención del Estado?
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A éstos les llamaron anarquistas, pero creo que en el anarquismo se puede confluir en el futuro el
neoliberalismo radical de Hayek y Friedman con el anarquismo de Proudhon o el socialismo utópico de Fourier
y Owen. La raíz dé las grandes doctrinas necesitó una poda de grandes dimensiones para hacer reverdecer el
pensamiento y de esta manera, el capitalismo se deshizo por fin de Keynes y el estatismo, así-como el
socialismo debe deshacerse de los burócratas y los promotores del estatismo que coartó la libertad de los
hombres y cortó su iniciativa creadora, ejerciendo la dictadura del proletariado a nombre de todos y contra el
mismo proletariado. Para un nuevo florecimiento, las doctrinas deben regresar a sus formas puras y sin
prejuicios encontrar la causa positiva que los engendraron. Por eso, los comunistas necesitan su Mont Pélerin,
pero esto no es asunto mío, sino simplemente una reflexión sobre la evolución futura de las doctrinas.
En resumen: ¿de qué me van a enjuiciar? ¿Quiénes, dónde, en qué parte del mundo, si ya ni existen los
tribunales nacionales? Lo siento, pero no hay tribunal tan universal y ciego que pueda hoy enjuiciar esta obra
que se ha propuesto la integración del mundo. ¿Me van a enjuiciar por haber puesto a México en la vía de las
grandes transformaciones y estar a la altura de nuestro tiempo? Sólo reconozco que México es un país de varias
velocidades y unos han sido más dinámicos para incorporase a la modernidad y otros resisten y aun prefieren
quedarse como ejemplos ancestrales de las raíces. Mis méritos son pocos, porque no son ideas originales mías,
sino simplemente fui un modesto soldado de la modernidad y la libertad económica. Asumo con ello los costos,
pero no justifico a mis detractores, los que conspiraron y conspiran contra el cambio por defender sus
mezquinos intereses. Estoy contento pues soy parte del renacentismo filosófico que haber devuelto la libertad al
hombre, liberando a la economía, porque la revolución económica, abierta y estructurada por los intelectuales
de Mont Pélerin en 1947, tuvo una fuerza equivalente a la fuerza del renacimiento tras una larga época de
vacilaciones y "economías mixtas "que significaron la edad oscura del capitalismo. Lenin vio en el imperialismo la fase superior (y última) del capitalismo y nunca imaginó que en el origen del capitalismo estaría la
respuesta para un nuevo ciclo de desarrollo del capitalismo y sus contradicciones. Más allá de las viejas formas
imperialistas, Lenin sólo veía decadencia; en contrario, la Sociedad de Mont Pélerin le adjudicaba esta
característica a las corrientes socialdemócratas y estatistas, sobre las cuales debería resurgir el liberalismo
económico. Para 1980 el nuevo orden, la nueva doctrina, el triunfo sobre el "asalto al cielo" se había dado y
había ganado lo imposible. La utopía de David' Ricardo y Adam Smith se había cumplido antes que la de Marx,
pues el camino de la I Internacional estaba perdido y a causa del estancamiento y el peso de la burocracia que
había creado, se derrumbaba. En México también triunfamos, gracias a mí.
Carta V Zodiacal
ARIES: TRIUNFAR TE PRODUCE UN NUEVO VACÍO. Es la ley de la cima, antigua norma de la existencia,
la que va unida al poder humano: el triunfo es un nuevo vacío,
En la larga escalera de tus cuarenta años hacia la presidencia, el vacío será tu compañero íntimo. El vacío
produce soledad, insatisfacción y cálculo para seguir subiendo. Una generación anterior a ti, sembrará lo que tú
cosecharás; en tu infancia, otros trabajaron y fueron quemando etapas, abriendo el camino que luego tú
transitarías. El viejo núcleo sólo tuvo un golpe, 'recuerda," pero fue mortal. Los tuyos 'perdieron todo',
principalmente tu padre; pero dejaron algo muy importante establecido: la crisis vendría sin tardanza y cada
error, cada debilidad, sería la resurrección del grupo que trabajó a relevos, en dos generaciones, pues una sola
no podría lograr el rompimiento.
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¡Qué profundidad de metas! ¡Qué paciencia para construir el ascenso! Pero cada momento hubo que enfrentar el
vacío viendo de nuevo hacia arriba, hacia la cima y la montaña. Todo fue posible por la protección de Júpiter y
la voluntad de Marte y con ellos lograste eludir críticas y provocaciones.
Tú sabes perderlo todo, pero te angustia. Enfrentarás en la Cima a los fantasmas de Cárdenas y Zapata, tus
enemigos de toda la vida. Por miedo le pondrás a uno de tus hijos Emiliano y ordenarás guerra total contra la
descendencia de Cárdenas, tu adversaria.
En la historia de las afrentas, vivirás las mismas que tu padre y te familiarizarás con las recetas políticas
forjadas en el alemanismo, el ruizcortinismo y el lopezmateísmo. Los políticos te serán incomprensibles, pues tú
verás el mundo desde la protección de tu padre, Agualeguas y Washington, desde donde verás a México a los
quince años. Dos años después empezará tu calvicie prematura y cada año, para ti serán cinco y el tiempo
cronológico será distinto al tiempo académico, formativo, para el ascenso. Te cultivarás en conocer las nuevas
recetas, no en cultivar relaciones, las cuales harás después. La fuerza de Aries en eso es indiscutible y en tu
carta astral es muy claro que eres la extensión de una ambición añeja cíe tu sangre, desde un siglo antes y tú
eres el designado.
Te legaron un gran poder, pero también un gran vacío; el poder es de muchos, el vacío es sólo tuyo y tendrás
que resolverlo. El aspecto de tu signo en este tiempo es el Carnero al borde del precipicio.
Don Antonio, don Rodrigo y mi padre
Boston, octubre de 1995.
Don Antonio Ortiz Mena sembró la semilla de la nueva política económica de México, Don Antonio fue el
primer puente entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el gobierno mexicano, un hilo conductor
para suavizar las rupturas sexenales y garantizar a nuestros acreedores financieros, que las diferencias entre
presidentes si bien eran ruidosas políticamente, eran más de forma que de fondo. Don Antonio y Don Rodrigo
Gómez, director, del Banco de México durante •18 años (1952-1970), fueron los factores de la estabilidad
económica y financiera, pero sobre todo, dos personalidades que vivieron la dualidad entre el Desarrollo
Estabilizador por una parte y el germen de una nueva política económica no sustentada hegemónicamente por el
Estado. El primero desde la Secretaría de Hacienda (1958-1970) y el segundo desde el Banco de México,
construyeron el eje por donde fluiría la política económica con los organismos internacionales, ya que a partir
de 1970 Ortiz Mena se ubicó como representante plenipotenciario del gobierno en Washington ante los
organismos financieros.
Por ellos, en México hubo dos escuelas económicas: la que se desarrollaba en la UNAM y el Instituto
Politécnico y la que se aprendía en el corredor Hacienda-Banco de México, que era la vía para las becas de los
jóvenes egresados de licenciatura a estudiar maestrías en las universidades inglesas o norteamericanas.
El otro polo .era representado por Don
Jesús Silva Herzog, representante del keynesianismo en México y por tanto de la escuela oficial, sustentada en
las corrientes más radicales del Nacionalismo Revolucionario.
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A diferencia de don Jesús Silva Herzog, maestro de mi padre y clave en su promoción académica, don Antonio
veía al futuro económico a partir de la importancia que iba adquiriendo el sistema financiero mundial; don
Jesús, mientras tanto, fraguaba los cimientos del estatismo desde la academia y trabajaba en la idea de formar a
los economistas del Estado y las empresas del Estado, De sus aulas y las oficinas de ambos surgió toda la
generación de la crisis, desde Mario Ramón Beteta, Hugo B. Margáin, David Ibarra, Ernesto Fernández
Hurtado, Miguel Mancera, Carlos Tello, Moctezuma Cid y Jesús Silva Herzog Flores (hijo) que en el futuro se
enredarían en pugnas entre monetaristas, desarrollistas, Cepalinos (seguidores de la doctrina de la CEPAL),
estatistas radicales y defensores de la nacionalización de la banca y su privatización. Estas pugnas fueron
llevadas a lo sublime en el libro de Carlos Tello y Rolando Cordera La disputa por la nación que ahora podría
ser de autor anónimo.
Cabe decir que ya desde 1952 con don Rodrigo Gómez y Fernández Hurtado y luego Miguel Mancera, el Banco
de México se convirtió en el sensor y pulso de las relaciones financieras México-Estados Unidos, Manejar las
reservas del país y las llaves para la emisión de moneda era un trabajo tan serio e incomprendido que no podía
estar en manos de la clase política. Ahí estaban los márgenes del populismo, del discurso y los presidentes quebrincaron los acotamientos terminaron finalmente' obligando al Banco a estrepitosas devaluaciones. En 1976,
Luis Echeverría inaugura una nueva ley no escrita del sistema y el presidencialismo: cada quien se lleva
su cochinero.
Mi papá no figuró en esa etapa, porque fue escindido de la administración pública desde 1964. Años antes —
ésta es la historia—, don Jesús Silva Herzog identificó la facilidad de mi padre hacia la econometría y eso fue el
motivo para que lo promoviera para una beca en la Universidad de Washington y Harvard justo al final de la
guerra, de 1944a 1946; don Jesús competía en este campo con la mancuerna Ortiz Mena-Gómez en cuanto a
establecer sus propios contactos en Washington. Las posiciones de mi papá en ese tiempo no se distinguían de
las de su generación de egresados de la Escuela Nacional de Economía, donde todos eran formados con las
mismas doctrinas de Keynes. A su regreso a México en 1946, nació en Monterrey mi hermano Raúl, el cual
adquirió de inmediato por sexo, nombre y lugar de nacimiento, los derechos del primogénito. Esos dos años
bastaron para que papá cambiara de posición y pusiera en duda el contenido y las recetas aprendidas los cinco
años anteriores. Papá regresa habiendo contactado con la Sociedad y Friedman y otros economistas emprendían
la tarea de combatir las tesis del comunismo y el estatismo apoyándose en el clima creado por el macartismo y
la guerra fría. El único nacionalismo permitido era el norteamericano y mucho se tardaron en entender que el
nacionalismo en México después de Lázaro Cárdenas se convirtió, como en Estados Unidos, en una
justificación para detener por todos los medios la influencia comunista. Sin embargo, fuera de México, Keynes
olía a marxismo para las sensibles narices de los censores y, debido a eso, papá al principio dejó de exponer sus
propias posiciones, para luego adoptar las de sus maestros, que le fueron pareciendo cada vez más lógicas y con
sentido. Era una óptica nueva, luego de sustentar la lucha contra el nazismo, para defender la libertad en contra
del Estado y el comunismo.
Al llegar a México y ya en el contexto de la retórica del Estado y el Nacionalismo revolucionario como
ideología oficial, la nueva formación de papá ni siquiera se tomaba en serio, por lo cual nuevamente y por
segunda vez, hubo de callarse. ¿La globalización?, ¿la "mano invisible?, ¿la libertad de oferta y demanda?, ¿el
comercio libre? eran considerados, peyorativamente, conceptos gringos y papá para defenderlos,' las presentaba
cómo simples herramientas técnicas para la medición de oferta y demanda, determinación de precios y fijación
de la masa monetaria. Ideología sólo había una, camino sólo había uno y quien lo representaba era el presidente,
símbolo de la Unidad Nacional con mayúsculas.
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Reincorporado a la Secretaría de Hacienda justo al inicio del gobierno de Miguel Alemán, papá fue ascendido a
Director de Estudios Económicos, cargo que yo mismo ocupé después en 1978 y al que llamaríamos Dirección
de Planeación Hacendaría. Durante el alemanismo, los negocios en el país florecieron y de manera primitiva,
pero importante, se dio la primera apertura económica del país para la promoción de negocios privados desde el
Estado luego del largo túnel creado por Lázaro Cárdenas. Sin embargo, este impulso no se desligaba del estatismo, pues salvo el grupo Monterrey, todos los demás fueron negocios
promovidos por los mismos funcionarios, apoyados con incentivos fiscales, subsidios, inversión pública para la
construcción de infraestructura. Papá, como muchos, invirtió en bienes raíces con el apoyo de don Carlos
Abedrop, don Bernardo Quintana —fundador de ICA— y el chihuahuense Héctor Valles, los cuales fueron
favorecidos para la construcción de Ciudad Universitaria; ya en ese tiempo era imposible y absurdo tratar de
escapar al imbricamiento entre poder político y poder económico, aunque papá siempre pensó que su actividad
y su vida estaba ligada principalmente al servicio público más que a los negocios. Ésta era una filosofía
derivada de que, siendo funcionario, los negocios caían solos y que lo verdaderamente difícil era ser empresario
sin ser funcionario.
Los amigos de papá en aquel tiempo eran Gilberto Flores Muñoz, Eduardo Villaseñor —director del Banco de
México hasta 1952—, don Antonio Carrillo Flores en Nacional Financiera, Díaz Lombardo, Adolfo Orive de
Alba, Ramón Beteta padre, secretario de Hacienda y entre ellos, don Antonio Ortiz Mena, al que consideraban,
sin que fuera cierto, primo político de papá. Extrañamente, esta creencia fortaleció las posiciones de papá, pues
no era necesario que le ayudara, "sólo que le saludara en público con afecto" para que lo demás viniera solo;
más allá de esto, entre ambos había afinidad, ya que don Antonio ha sido siempre hombre abierto de ideas y
pese a su alta posición, le gustaba escuchar las novedades de la academia de Harvard y Chicago principalmente.
La tolerancia de don Antonio, siendo anfitrión en numerosas tertulias, creó un clima para la exposición de ideas
nuevas. La competencia entre don Antonio y don Jesús Silva en el terreno de las decisiones políticas y la
cercanía con el presidente, fueron haciendo de las nuevas ideas, no un discurso ni una posición, sino un clima
para poner en duda el recetario estatista y desarrollista y empezar a deslindar del nacionalismo revolucionario a
ultranza.
En 1952, Gilberto Flores Muñoz llegó a ser secretario de Agricultura y Ganadería; Antonio Carrillo, secretario
de Hacienda, y don Antonio, director del Seguro Social; mi padre ascendió apoyado por don Antonio y Hugo
Margáin fue nombrado director de la Comisión de Inversiones de la Secretaría de la Presidencia, es decir, el
responsable de la caja chica del presidente Ruiz Cortines, al cual papá consideró siempre un maestro de la
política, capaz de las más grandes decisiones desde una posición modesta y a veces rayando en lo ingenuo. Papá
siempre quiso ocultar sus pensamientos verdaderos, pero siempre la ganó el temperamento norteño, medio
vulgar, que muchas veces le ha perjudicado.
(Papá siempre fue un oportunista, pero tenemos que reconocer que con don Antonio Ortiz Mena y don Rodrigo
Gómez no se equivocó y jugó con el partido correcto, porque ambos, desde sus trincheras, lograron la primera
independencia del Banco de México, tras la devaluación de 1954 y la política de López Mateos que demandaba
a don Antonio que le garantizara mayor crecimiento de los salarios que de los precios, esto era, detener la
inflación. Esta primera independencia del Banco central la hicieron los dos pilares de la nueva economía,
porque los dos ya creían más en la libertad monetaria que en el desarrollismo a base de inflación y, en esto, te
puedo comprobar que ya no creían en el estatismo.
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Quien crea que yo me inventé el proyecto se equivoca, ellos fueron los precursores y papá su contacto político
con la Sociedad, que desde entonces empezó a interesarse por México y por nosotros, por papá y por mí y por
eso, a los 15 años, ya estábamos reclutados, como carne de academia por la Sociedad. Cuando decretamos
constitucionalmente la autonomía del Banco de México, flotaba el espíritu de don Rodrigo, el primer
autonomista, gracias a don Antonio y a todos los que creyeron en ello. Pero luego vino la cargada estatista, la
revancha y empezaron de nuevo las pendejadas echando a andar la máquina de hacer billetes y a diferencia de
López Mateos, Luis Echeverría aumentaba salarios, a costa de mayor inflación, de mayor impuesto, diría don
Antonio, a la producción, hasta que mataron a la gallina de los huevos de oro.
De 1970 a 1982 se cometieron todos los absurdos, hasta que los economistas tomamos el poder y nos
impusimos sobre los improvisados, los militares y los abogados, que fueron los que realmente arruinaron al
país. ¿Ya no se acuerdan? ¿Por qué a todos les falla la memoria? Cada vez que repaso estos episodios y pienso
en la posibilidad de que regresen, sueño con retornar para hacer justicia y desde luego... sacarte de Almoloya,
como preso político de la Sociedad de Mont Pélerin.)
La etapa del regreso fue muy dura en lo político para papá, pues al principio don Antonio y don Rodrigo lo
enviaron a la congeladora, a la que mandaban a todos los recién llegados del extranjero, pues don Rodrigo le
decía:
"Es necesario que te enfríes, que pongas los pies en el suelo y que te incorpores técnica, intelectual y
emocionalmente a tu tierra para que no quieras calcar servilmente lo que has aprendido en Harvard, pues aún no
es tiempo de que funcione en nuestro país, Friedman y Hayek son convincentes teóricamente, pero aún las
condiciones de aquí no están maduras, la hegemonía de Silva Herzog y los economistas revolucionarios es
prejuiciosa y altamente persecutoria. Ellos te cobrarán si los traicionas", En ese laberinto papá se movía gracias
a su intuición, relaciones, pero siempre tocando terreno minado,. Para estos tiempos, 1952, ya existía una cierta
distancia natural con don Jesús Silva pues las diferencias se veían en el trabajo de papá y sus propuestas. El
contenido de su cátedra en la Universidad Iberoamericana de San Salvador y México, era monitoreada y
empezaba a ser motivo de críticas por sus ex compañeros, ahora maestros de la Universidad Nacional donde se
refugiaba el keynesianismo y ascendían las corrientes marxistas, cautivadas por la política económica y los
escudriñes del origen del valor. Paralelamente mi papá fue en ese tiempo también asesor de política monetaria
en el gobierno militar de Juan Manuel Gálvez en Honduras, cuando la guerra fría entraba en apogeo y el
nacionalismo mexicano se inclinaba a defender la doctrina Monroe de una América para los americanos sin
influencia comunista. Gracias a don Rodrigo y don Antonio, yo sentía que estábamos a dos fuegos: el de los
comunistas y los estatistas, justamente los enemigos que identificó la Sociedad de Mont Pélerin el 1947. Don
Rodrigo, por sus contactos en la OEA, me abrió las puertas de mis primeras experiencias como un cuadro
internacional y por él llegué a El Salvador y Honduras a reforzar los principios de la nueva doctrina y
seleccionar cuadros para ser enviados a Harvard y la Universidad de Chicago, principalmente.
La experiencia hondureña fue importante para mi padre, pues intuyó que la visión económica de Harvard sería
la base y el relevo a las visiones contrainsurgentes, por una suave, pero efectiva, antesala de la política de
integración que a mí me tocaría aplicar. La política financiera sustituiría al militarismo y sería doblemente
efectiva para un nuevo panamericanismo mucho más avanzado que la Alianza para el Progreso promovida
tiempo después por John Kennedy y sin que fuera caracterizada como intervencionismo.
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Papá y mamá hicieron de estos temas en los cincuenta una base importante de diferencias por mi tío Eli de
Gortari, quien llevaba a casa una visión distinta de las cosas. Papá y este tío no se caían bien y cada vez era más
frecuente que llevaran las cosas al plano personal. De alguna manera, Eli catalizaba los problemas cada vez más
grandes entre mamá y papá, causados por sus propias diferencias y en cierto sentido por nosotros.
El anticomunismo de papá era más que de convicción, de la época y una manera fácil de tener un enemigo
común con sus otros adversarios del grupo de don Jesús Silva, con el cual ya se habían roto profundamente las
relaciones. Su anticomunismo también era oportuno y útil.
Gracias a los comunistas, ferrocarrileros, maestros, electricistas, etc., la Unidad Nacional se hacía a partir de
que existía un enemigo de la mexicanidad, dándole cohesión a esa clase política que crecía unida, pero
alimentando grandes agravios que se simulaban ya desde entonces en los ritos de los abrazos, los saludos
cordiales y las relaciones aparentes. El paternalismo era en verdad un padre, que no podía tolerar discrepancias
públicas y eso creó en la política mexicana la cultura de los golpes bajos, las intrigas y vendettas. Se inventaron
entonces las renuncias "por motivos de salud", pues la clase política gobernante aspiraba a ser democrática, de
amplio criterio y manteniendo la unidad perfecta. Entre todas las reglas, había una fundamental: el único encargado de la política era el presidente y en el círculo íntimo, la responsabilidad era interpretar sus deseos y
decisiones; papá jugó con esas reglas y las aceptó./ (Parecías loco iluminado cuando llegaste de Francia y
empezaste a predicar que '"era el momento de luchar por 'el poder*'. Venías armado con el maoísmo de
Bettelheim, presumiendo que fuiste su alumno en la Sorbona para impresionar a más de uno. Adolfo Orive y
Beto Anaya habían fundado zonas rojas en colonias en Monterrey y rapaba y sacaba a la gente de sus casas si
no se disciplinaban a la organización; alguien me contó que Anaya hasta organizó en tiempos de Echeverría
"una larga marcha" como la de Mao y que por poco se mueren por Matehuala hasta que los recogieron y que el
motivo era un pleito con Orive y contigo. Que en venganza le mandaron a hacer unos carteles de Beto que
decían "Se Busca" por traidor y que de ahí tú y Orive apoyados por papá y don Adolfo formaron Línea
Proletaria y lo primero que hicieron fue prohibir ver la televisión en colonias de Torreón, disciplinarse a un cura
llamado Batarse y a fomar una corriente sindical en la sección 147 de Monclova para hacer política "de dos
caras".
Méndigo, arrastraste a Adriana a esa aventura y no me quisiste oír de que todo aquello no tenía sentido ni te
llevaba a la presidencia. Creías que Mao te resolvería todo y te la pasabas jugando Igó aplicando las teorías de
guerra contra los japoneses en Junan. Nos peleamos mucho en aquel tiempo y mira a lo que te llevó todo eso.
Para ti, yo era el burgués y tú el proletario, pero yo sabía que eso no tenía sentido y que tus cuentas alegres
sobre lo que pasaba en el gobierno, por lo que oías, no era política, ni nada, simples conjeturas. Mi padre te dejó
hacer, te alentaba, mientras él mismo le platicaba todo a Gutiérrez Barrios, quien hasta te defendía y decía que
simpatizaba contigo; era una manera de sacarte la sopa. Ahora dicen que usabas Conasupo para traficar con
cocaína y que llenabas las bodegas con drogas. Fíjate que les creo, pues hasta ahora comprendo tus desvelos por
la administración de Conasupo, cuando siempre fuiste un irresponsable que no durabas ni un minuto en algo,
cuando ya decías que lo importante era otra cosa. Luego te escribo más de todos estos recuerdos; ahora te dejo,
porque tengo que seguir escribiendo de don Rodrigo Gómez y don Antonio, los que finalmente nos metieron en
todo esto.)
Por mi madre no profesamos el anticomunismo de mi padre, pero sí tuvimos una distancia, pues mamá lo que
tenía era tolerancia, porque quería mucho a mi tío Eli. En mi caso, los manuales marxistas me parecían rígidos y
sin imaginación.
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Tengo la impresión de que muchos se habían perdido, porque la ideología sin práctica concreta les había
destruido el sentido común. Los análisis complejos formaban niños! La fobia de mi papá contra los comunistas
y sus acusaciones de los daños que provocaban en el sindicalismo, los ferrocarriles, la minería, el magisterio, en
el campo y las normales, lo irritaban mucho y no lo asociaba con su hijo mayor, que además de comunista, era
maoísta. Ahí me di cuenta de que papá no era de convicciones, sino un hombre de intereses. Por su parte, mamá
nunca alentó el marxismo en la casa, pero su respeto hacia las ideas de otros y su gusto por Siqueiros, Frida
Kahlo, Revueltas, etc., le mantenía en posición neutral frente a las acusaciones y el odio gubernamental
desplegado contra los comunistas. El tío Eduardo, otro hermano de mi madre, militar, pistola al cinto, vivía en
busca del honor militar, persiguiendo campesinos y huelguistas, mientras que otro tío, Enrique, de carácter
bonachón y alegre convertía la casa en casino y cantadera de boleros y rancheras con el piano, con lo cual se
disipaban muchos malos olores y sinsabores dejados por las agrias discusiones políticas.
Pese a los momentos que papá vivía entre don Antonio y don Rodrigo Gómez, la educación de nosotros en esos
tiempos descansaba en mi madre, aunque ya éramos vistos como los hijos promisorios del político con futuro.
Al final del sexenio de Ruiz Cortines, la cercanía de mi padre con el presidente, le abrió la puerta de la
Secretaría de Economía; había llegado al círculo, no de los íntimos, pero sí de los cercanos. Adolfo López
Mateos, desde la Secretaría del Trabajo brinca a la presidencia, dejando sembrado a Ángel Carvajal en la
Secretaría de Gobernación; "nos ganaron", le diría Ruiz Cortines a Carvajal con su mesurada calma política y
ambos, efectivamente, desaparecieron de la escena nacional. Adolfo López Mateos integró su gabinete con uno
de los equipos políticos más importantes en la historia del país, en los cuales se expresaba la dureza combinada
con la habilidad, la retórica con la fortaleza política del sistema político, la armonía entre las reglas escritas con
las no escritas, la represión con la seducción, el nacionalismo con una nueva relación con Estados Unidos,
manteniendo la apertura a la inversión extranjera.
La mentalidad expropiatoria se extendió hasta la industria eléctrica, pero esta expropiación estaba desligada de
implicaciones ideológicas y fue aceptada al entenderse que la nacionalización sería la base de una fuerte política
de subsidios para la industria y un complemento a la política fiscal promotora de la industrialización en favor de
la nueva burguesía encantada con' él estatismo- y 'el córporativismo' que los protegía de huelgas, desde los
mismos sindicatos.
La nacionalización de la industria eléctrica mediante su visión subsidiaria, generó las bases de la nueva clase
empresarial que desarrolló por lógica esta mentalidad subsidiaria y protegida por parte del Estado y que décadas
después pagaríamos en ineficiencia y estancamiento productivo por falta de estímulos, competencia y
reconversión de la planta productiva. Mi padre-sabia esto teóricamente, mientras mi madre aplaudía pues le
ganaba el sentimiento nacionalista y la evocación de Lázaro Cárdenas.
En el gabinete de primer nivel mi padre fue compañero de Gustavo Díaz Ordaz, Manuel Tello, Javier Barros
Sierra, Alfredo del Mazo Vélez, Jaime Torres Bodet, Ernesto Uruchurtu, Francisco González de la Vega y don
Antonio Ortiz Mena, que pasó a ser secretario de Hacienda.
En aquellos tiempos, la política guiaba a la economía, pero el ascenso de don Antonio y papá como secretario
de Economía y luego como secretario de Industria y Comercio iban perfilando las nuevas relaciones y el bloque
de ideas sobre las que en el futuro nuestra generación se apoyaría.
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Mi padre y don Antonio eran los primeros que llegaban al gabinete, sin ser abogados o contadores; una
"infiltración", diría don Antonio y se lo festejaría don Rodrigo muchas veces; pero no sólo eso, sino que además
era el surgimiento de nuevos interlocutores con el mundo financiero del exterior. Poco a poco la idea de la
soberanía se iba desplazando al campo de la política, quitando el candado que había dejado Lázaro Cárdenas
como soberanía económica, que justificaba el ultraproteccionismo que poco a poco nos debilitaba y retrasaba.
La revolución cubana y su expulsión de la OEA atizaron los debates dentro y fuera de casa. En aquellos años,
pese a toda la fuerza del gobierno y el presidente, los reductos ultranacionalistas tenían peso y fuerza incluso
dentro del gobierno y se desviaban a convertir el nacionalismo en posiciones antinorteamericanas. Lázaro
Cárdenas era la cabeza visible a través de su Movimiento de Liberación Nacional que ponía en el blanco, no a
los comunistas, sino a los Estados Unidos, causando más retraso,
En aquel tiempo, el andamiaje corporativo y el ascenso de los grupos políticos del Estado de México,
encabezados entonces por Alfredo del Mazo, chocaban con el cardenismo, por sus coqueteos con los comunistas y procubanos, pero se cuidaban de hacer uña política abiertamente pronorteamericana. Mi papá, don
Rodrigo y don Antonio aprovecharon las disputas y confusiones, para fortalecer, en el caso de mi padre, su
labor académica en la Escuela de Economía y otras universidades, pues parte de la tarea política, era preparar a
quienes revertirían las resultantes soberanas.
El optimismo y las exaltaciones al "Milagro Mexicano" basados en el keynesianismo, aunque no eran
compartidas por ellos, no los debilitó políticamente. La estabilidad económica se veía como surgida del manejo
económico y ahí estaban don Antonio y mi padre cuyas funciones les pusieron en contacto con las cúpulas
empresariales de la época y los grupos económicos surgidos de los últimos sexenios. Los Trouyet, los Alemán,
los Vallina, los Garza Sada eran los interlocutores centrales de ellos y su tarea era atenderlos y facilitarles los
negocios.
Otro personaje importante en aquella época para ellos fue don Rodrigo Gómez, que con sólo la formación de
tenedor de libros fue de 1952 a 1970 director del Banco de México. Don Rodrigo manejó la paridad y las
reservas con tanta certeza y poder, que se constituyó en un personaje, casi secreto, héroe anónimo podríamos
decir, de la estabilidad cambiaría de México. Don Rodrigo decía que tenía dos llavecitas bajo el escritorio y
manejaba las presiones sobre las reservas abriendo y cerrando las llavecitas de las tasas de interés bancario, para
mantener la paridad. En mucho la devaluación de 1976 fue falta de información precisa sobre los efectos del
gasto en las tasas y las reservas; Fernández Hurtado, su sucesor en el Banco de México siempre apostó a la
capacidad negociadora del gobierno para endeudarse y soslayó como toda la administración que el
endeudamiento un día repercutiría en la economía real, los precios y el consumo, La falta de don Rodrigo
Gómez fue el fin de la estabilidad monetaria de México, que no volvimos a recuperar hasta mi sexenio donde
logré bajar la inflación a un dígito y mantener la paridad en una relación estable.
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Don Rodrigo fue amigo de don Antonio y mi padre, un viejo sabio que veía la política desde su escritorio con
las dos llavecitas y que desde ahí controlaba la emisión de circulante, controlaba la inflación y vigilaba la
paridad; desde ahí don Rodrigo les vaticinó que el futuro del país era de los economistas. Don Rodrigo, por su
posición, trataba con el poder económico y la política y con todos mantenía buenas relaciones. Eso hizo pensar
en la posibilidad de ligar la estabilidad económica a luchar-por la presidencia: Recientemente había-muerto e1
Kennedy y muchos de sus compañeros y maestros, eran ahora parte de la administración de Johnson. Por don
Antonio se establecieron los contactos para tratar los asuntos del Chamizal en Ciudad Juárez y su devolución al
país y esta gestión le dio gran fuerza a don Antonio frente al presidente López Mateos. Don Antonio, de común
acuerdo con los norteamericanos, diseñaron la estrategia a fin de fortalecer las relaciones y crear un clima nuevo
de relación y correspondencia; lo cierto es que la devolución del Chamizal nos significó un primer apretón con
la cuota de braceros, el reencauzamiento de la salinidad del río Colorado hacia México y un endurecimiento de
la política migratoria de mexicanos hacia Estados Unidos. Ser diferentes y tener un reto propio frente a ellos ha
tenido su costo que hemos tenido que pagar durante siglos.
Yo aspiré a la presidencia, quiero confesarles, pero eso ya no es posible: estoy fuera de toda posibilidad". ¿Te
acuerdas, Raúl? Tú te adelantaste entonces y le dijiste que estábamos con él y que siempre estaríamos. Luego le
dijiste que lucharíamos por llegar a la presidencia y que serías tú; él (e vio largo y al final sonrió con
agradecimiento. A partir de ese día, mi padre cambió hacia nosotros, ¿lo recuerdas?, y nos exigió más, nos
vigiló de cerca, cuidó de nuestros amigos, se esmeró más en la atención, tuya particularmente. Mi madre
resintió este cambio, pues en los hechos, mi padre nos secuestró y nos convirtió en su partido, a los cuales nos
platicaba una y otra vez su opinión sobre cada uno de los políticos, sus debilidades y quiénes los respaldaban.
La radiografía del poder la conocí mucho antes de tener que ver algo con la política, al fin y al cabo el que sería
presidente eras tú y no yo.)
Veinticuatro años después, un 4 de octubre de 1987, le hablé a nuestro padre para recordarle aquella tarde gris
en Dulce Oliva, cuando Raúl mi hermano le prometió que sería presidente y le pidió que le ayudara. Todos
recordamos aquella tarde en que mi padre y mi madre, Raúl, Adriana, Enrique, Sergio y yo, nos tomamos de las
manos y guardamos un largo silencio por la derrota de mi padre y en solidaridad con la promesa que acababa de
hacer mi hermano y que veinticinco años después, yo sí cumpliría,
Carta VI zodiacal
Aries tiene UNA CONSIGNA: agua, tierra Y huella. Le pondrás nombre a la libertad, la lucha y la sumisión y
escogerás ahí el modo de gobernar. Te parecerán extraños los nombres, pero así, no dejarás pueblos testigos
donde probarás el vínculo entre el poder y un pueblo libre y autosuficiente; uno que lucha y otro que es sumiso.
Tendrás una sorpresa, cuando descubras que el más débil, el pueblo más sumiso, el que no recibe nada, es el
más leal con el poder y de ahí 'le apostarás a ellos para la nueva alianza. Son tus queridos "extremadamente
pobres" que te cuantificó y midió Carlos Tello, el viejo adversario de la banca nacionalista, el que señaló que
había una disputa por la nación y te dijo que eran 17 millones de potenciales aliados políticos del cambio: tu
alianza barató, de gran importancia estratégica, pues estando de tu lado, no sólo aislarías a rus adversarios, sino
que ampliarías verdaderamente la democracia. ¡Haciéndolos votar, los dignificarás!
Ganando a ellos, ganarás a las clases medias y con los otros, los de arriba; cerrarás el esquema. Ponle
"Solidaridad" a tu voluntad y convierte esta palabra en un sinónimo de tu bondad, porque Aries en su cima,
desde su altura, es profundamente solidario. Solidaridad será sinónimo de "Huella".
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El pueblo sumiso, que se libera sin romper y desde su atraso, hace irrumpir la modernidad y el cambio. Ahí
entre el aire de Sagitario y el fuego abrasador de tu signo, forjarás la idea de tus alianzas, lo que les darás y les
pedirás. En estos añ0s, se construirá tu podía cobrar con todos, menos con él, sus amigos, colaboradores
cercanos y la familia. La ley de chocar para estabilizar no debía dañar personalmente al antecesor, solamente
despojarlo de toda opinión y poder; a cambio recibiría, como ofrenda institucional, el silencio, ¿Cómo era
posible que existieran estos ritos al final del milenio?
En ese camino no hubo desvíos y por eso yo hice en diez lo que a otros les costó toda una vida. Yo llegué al
poder a los 42 años; libre de compromisos y con el desafío de imponer un camino distinto, alternativo a la
tragedia nacional, sin importar los costos ni escuchar a las resistencias. Yo, formado como un nombre universal
—Mexicano Universal —diría Claudio X. González, hombre rico y abyecto, había asaltado al viejo sistema
político que dormía bajo un nopal.
Al regresar de Harvard a México en 1976, yo no sólo sabía lo que quería hacer, sino también cómo lo debía
hacer. En mi tesis de maestría esbozaba ya una interpretación de los errores de conducción del país a partir de la
intervención prolongada del Estado en la economía. El análisis de tres comunidades rurales del altiplano
mexicano fue un análisis del comportamiento del campesinado, que podía extender sus conclusiones a los
obreros, trabajadores en general y los que no tenían nada. Mi tesis era un análisis de las clases en México y una
crítica al sistema corporativo, sobre el cual se justificaba políticamente la intervención del Estado, tanto para el
control social como para el económico. En seis décadas México le había vendido al mundo, y en especial a
América Latina y nuestros vecinos del norte, la,gran magia de la estabilidad política basada en el férreo 'Control
social de 'un Estado' paternal y omnipresente, con lo cual se justifica hasta en la actualidad todos los derroches,
ineficiencias, corruptelas, absurdos y errores de este Estado sui géneris que creó, como defensa ante el mundo,
una gran máscara que oculta su verdadero rostro y sus mecanismos de funcionamiento interno, por los cuales el
imbécil de Vargas Llosa nos dijo en horario 'Triple A de Televisa, que éramos "la dictadura perfecta",
Nuestra estabilidad ha sido un valor priísta; ante este concepto de estabilidad y gobernabilidad, más de un
opositor se ha replegado, pues no hay mayor delito mexicano, sinónimo de traición, que poner en riesgo "la
estabilidad". Por ella, se han justificado muchos momentos postergados; por la estabilidad, la razón de Estado es
una religión que se multiplica en otras reglas autoritarias como el principio de autoridad y el derecho del Estado
por encima del derecho de todos. Éstos son valores priístas, de gran fuerza ideológica que al ser respetados,
demuestran lo priísta que es él país. Al llegar a México, yo no respetaba estos valores, pero a diferencia de mi
padre, siempre me cuidé de no externar con nadie mi desprecio por éstos; yo sabía que para avanzar, tenía que
pasar por encima de ellos y estuve dispuesto a desestabilizar para abrir el camino. Prueba de ello, la caída de la
Bolsa en 1987.
La estabilidad política y económica, pese a las crisis financieras y monetarias, fue la mejor carta de presentación
del PRI en Sudamérica, África, Europa, Asia y Norteamérica. Estabilidad y tequila eran sinónimo de México
hasta 1976. Ninguna revolución ni movimiento nacionalista (salvo la cubana, que se declaró abiertamente
socialista) podría compararse en radicalidad con la mexicana. Para Centroamérica y el resto, la revolución
mexicana, su ideología e instituciones sociales, eran una referencia obligada a las revoluciones más radicales y
nunca faltó que muchos militares golpistas y corrientes oligarcas y bananeras nos consideraran "un país
comunista". Estados Unidos coexistió con los excesos y exabruptos de la revolución mexicana, siempre y
cuando no se metiera con sus intereses y los respetara.
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Para nadie fueron sospechosos unos cuantos jóvenes egresados de Harvard que tenían una sólida formación
técnica y administrativa. Nuestro disfraz de "tecnócratas" siempre sirvió para no enseñar las cartas y exhibir en
un discurso nuestro proyecto. Cada propuesta parecía una medida aislada, que tenía sentido técnico y ninguna
implicación política. Es en 1976, justamente el año de mi llegada, cuando la economía empieza 'a' ser un 'tema
popular á raíz de la devaluación de agosto, que despertó a México del milagro mexicano. Los muchachos que
iban llegando de las escuelas norteamericanas e inglesas y sabían las herramientas, los íbamos colocando
cuidadosamente en todos los puestos donde podíamos. Jóvenes serios, bien educados, sin pretensiones políticas,
casi niños, no causaban mayor sospecha. Uno tras otro nos fuimos afiliando al PRI de manera discreta e
individual.
Desde la negociación de la primera carta de intención con el FMI en febrero de 1977, yo estaba incluido. En los
primeros acuerdos, considerados secretos a petición del gobierno por el prurito nacionalista, uno de los puntos
incluía que "Se incorporarán al diseño y negociación de la política económica, funcionarios mexicanos que sean
recomendados por el FMI a fin de facilitar por parte del gobierno, la aplicación de las condiciones para la
reactivación de la economía y la aceptación de este.
Me querían de interlocutor porque yo sí entendía y estaba de acuerdo en acotar las dimensiones del Estado
mexicano, su capacidad de endeudamiento y prácticas inflacionarias, por razones de política interna. México o
el gobierno debían adquirir una disciplina y para esto, sólo era posible los planes de shock, la austeridad, el
control salarial y el gasto. México, para incorporarse a los vientos del mundo, debía dejar el populismo y
centrarse en un proceso de integración, aplicando sus excedentes petroleros a la modernización de su planta
industrial para poder competir, "Acotar" no podía hacerse sólo por imposición de un realismo económico
anticrisis, sino además, debería haber una interlocución para asumir esas medidas como parte de nuestra propia
decisión y no como imposición externa, Pocos sospecharon que yo era uno de ellos, un mexicano universal, que
consideraba el futuro de México más allá de sus propias fronteras.
Achicar al Estado y cambiar su papel en la economía se inició a partir del primer gran traspiés de la economía
nacional y fueron los mismos populistas los que hicieron el camino. La devaluación de agosto de 1976 fue el
inicio de la debacle de la estructura que nosotros debíamos transformar y desmantelar por una nueva y moderna
basada en otras reglas y sustentada en otras bases. Cada derrota del estatismo, para nosotros era un triunfo y
como en una polea: cada caída económica era un ascenso personal mío. Yo soy hijo político de la crisis, a mí
me parieron las crisis y los discursos que no fueron cumplidos; a Mí me hizo posible el debilitamiento de la
estabilidad, pues a mayor crisis, más imprescindible me volvía.
Pero ¿bastaba con esto para llegar a la presidencia? Desde luego no. De mis trabajos académicos, finamente
seguidos desde Harvard, yo iba pulsando las ideas para desarrollar mi proyecto de nación. De mi tesis de
maestría, extraje las siguientes ideas:
Agua, Tierra y Huella, tres seudónimos de tres actitudes políticas frente al Estado. El reactivo usado para
la investigación fue la inversión -pública como factor de comportamiento político frente al Estado. Tres
comunidades organizadas de manera distinta reaccionaron distinto ante la misma propuesta, con lo cual fue
posible determinar las implicaciones de una actitud fuertemente subsidiaria y el tipo de respuestas organizadas
de la comunidad. Con ello fundamenté tanto mi crítica al papel paternalista y gubernamental y, por otra,
determinar alianzas sociales eficientes y que tuvieran el menor costo posible sobre las finanzas del Estado.
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(Hermano: Me persigue el tres. Tres fueron las enseñanzas de Mont Pélerin, tres los precursores (don Antonio,
don Rodrigo y el viejo), tres las comunidades. Dicen que el tres expresa un orden espiritual, es el orden de Dios,
de la trinidad. Los chinos dicen que es el número perfecto, la expresión de la totalidad: nada se le puede añadir.
Los tres reyes magos, son tres y simbolizan las tres funciones del Rey del mundo y que son, Rey y Sacerdote y
Profeta, También el tres destruye al hombre, pues representa la mentira, la impudicia y el sarcasmo y es el
número que conduce a] infierno a través de la calumnia, la falta de sensibilidad y el odio. El tres está en todo el
mundo, es un símbolo que designa cosas importantes. Por eso, no es casualidad que se me aparezca. ¿Cuántos
años cumplirás en la cárcel?) 'Agua, Tierra y Huella fueron la base para armar mi política de alianzas con los de
abajo. Agua y Tierra, críticas frente al Estado y organizados independientemente, rechazaban al pri y cada
triunfo y concesión, los volvía más demandantes. Agua y Tierra querían libertad, pero no la que se les proponía;
Agua y Tierra querían democracia y recursos sin compromiso político, lo cual las hacía en perspectiva modelos
de una sociedad avanzada, pero obstáculos para una propuesta neoliberal como la mía. Eso lo supe desde 1976.
Huella. La comunidad más débil políticamente y la que no había recibido nada más que promesas, fue la más
leal, una alianza natural, por su carácter dependiente y sumiso. Huella eran más de 17 millones dé mexicanos
considerados en extrema pobreza; se consideraban del PRÍ porque creían que el PRI era México y eran los
principales consumidores de televisión. El prototipo de estas comunidades urbanas y rurales de todo el país no
esperaba un paraíso democrático y una transición política, sino simplemente la subsistencia y el aligeramiento
de su carga. Mientras la intelectualidad frívola pronosticaba rupturas, catástrofes políticas y "choques de
trenes", los pobres sólo querían un mínimo de Solidaridad para mover su expectativa. Yo me pregunté: ¿Cuánto
costaría aligerar la carga de los más pobres? ¿De dónde extraer estos recursos sin que fueran una carga para el
Estado? Esto sería posible si en vez de política social permanente, el Estado hiciera filantropía. Ahí estaba el
centro de la estrategia y las respuestas para establecer una alianza con un sector numérico, cuya presencia
justificaría el proceso de privatización pues de ahí saldrían los recursos.
Obras publicas baratas, una política de propaganda que uniera el presidencialismo con fines nobles; al PRI y los
pobres y dejara establecido el sentido social y humano del proceso de privatización. Una carambola de tres
bandas.
Siendo realistas, ahí estaba la respuesta a la nueva correlación de fuerzas, lo cual simplemente significaba darle
a esa masa una identidad, un rostro, una representación, un motivo. Ese sector aliado a un gobierno simbolizaba
una trenza tricolor, un nuevo concepto de la "solidaridad" que, aunada al concepto de libertad e individualidad,
daba respuesta a las expectativas. Las críticas de la izquierda, las resistencias estatistas a esta estrategia,
revelarían una idea elitista de la lucha por la democracia y cuan alejados se encontraban del pueblo.
Raúl, mi hermano, sin proponérselo, me dio muchos elementos para pensar en esos términos y me lo dijo con
hechos: la velocidad como construyó Antorcha Campesina a partir de los apoyos dados por Conasupo a las
comunidades más pobres y débiles. Su penetración no era tanto la fuerza de Conasupo o la oferta del Estado,
sino la debilidad política y organizativa de las mismas comunidades. Con esta experiencia, Raúl logró en un par
de años lo que no lograron ni la Reforma Agraria, ni los pequeños propietarios, ni la inteligencia del Estado:
barrer con las organizaciones de corte subversivo y rupturista, por unas nuevas de corte radical, pero
esencialmente allegadas a los mecanismos del sistema. Por mi relación con Huella y por la velocidad en que se
movía Raúl y su grupo, tuve siempre contacto e información de lo que sucedía abajo y esto confirmaba mis
hipótesis: el Estado debía transformarse antes 'de sucumbir 'por sus propias contradicciones y 'defectos.
Acelerar para no chocar, ganarle el paso a los acontecimientos y siempre estar adelante de ellos.
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Desde mi regreso a México, reinicié estrecha relación con Manuel Camacho y Emilio Lozoya; un poco de
amistad y simpatía sirvieron para empezar a unir las partes del rompecabezas de un ideario político y
económico y en esto, nuestras visiones se fueron estrechando y compactando. Éste era el verdadero "grupo
compacto" y no el de la Escuela de Economía. Las coincidencias pasaron de lo académico a lo político y el qué
hacer con el Estado y la economía, estaba claro; cómo hacerlo no estaba resuelto, a lo cual, los tres (otra vez el
tres) respondimos: necesitábamos el poder.
Poco después de estos encuentros con Camacho y Lozoya, en 1979 conocí en México, por Guillermo Ortiz, a
Joseph Marie Córdoba
Montoya. Debo confesar que no sólo me apasionaron sus conocimientos, sino su vida, su experiencia en Francia
y Argelia, junto a Jacques Attali, asesor de Francois Miterrand y como asesor del ministro de la Reforma
Agraria de Argelia. Al instante de nuestras primeras charlas, descubrimos que los dos compartíamos afinidades
y debido a una atracción natural en los proyectos, estábamos en la misma misión, sólo que él monitoreando la
aplicación de las condiciones del FMI, desde un plano muy reservado. José, sin lugar a dudas, llegó por primera
vez como agente del Fondo Monetario, como agente de inteligencia de los organismos internacionales, a montar
una red de agentes e informantes dentro de la administración pública; él supervisaba no sólo el discurso y
movimientos de los estatistas, sino incluso el de los neoliberales recién sembrados, me vigilaba a mí, que era
directamente recomendado para las negociaciones bilaterales gobierno-FMl.
Por eso, no fue casual nuestro encuentro a través de Guillermo Ortiz, cuando fui nombrado
Director general de Política Económica y Social de la SPP y secretario técnico del Gabinete Económico de la
Presidencia de la República. Córdoba por lógica, tenía gran interés en la información que yo poseía, además de
que empezaban a correr los rumores de mis posiciones en el gabinete y mi cercanía con el secretario Miguel de
la Madrid. Para Córdoba, era el momento de apoyarme abiertamente y de juntar varias piezas del
rompecabezas que desde el exterior, desde Washington, jugaban los amigos de la Sociedad Mont Pélerin.
'
Quiero reflexionar sobre mi relación con él, pues esto explica muchas 'de nuestras 'estrategias. Córdoba-con'
Attali en Francia, fueron, desde adentro del gobierno de Miterrand y el Partido Socialista Francés, los
impulsores de la doctrina neoliberal. Si yo era maestro de la política en corto, Córdoba era un genio para
detectar a la gente, diseñar estrategias políticas, emboscar a funcionarios. Ambos nos entendimos perfectamente
y fue tal mi confianza y la suya hacia mí, que ambos nos confesamos el propósito de hacer desde el partido más
estatista y el Estado más intervencionista, la reforma más neoliberal y con el poder, lograr la integración en las
mismas narices de la guarida del keynesianismo.
A causa de la operación que Córdoba cumplía, él fue primero priísta que mexicano, caso inaudito y de una
audacia que pocos se podrían imaginar. Me encantó esta actitud. A partir de entonces (¿De qué signo eres?, le
pregunté y al decirme Géminis, me di cuenta de que José era el hombre perfecto para la misión que teníamos
enfrente.)
Pasar juntos por el aire la flecha de Sagitario con el mensaje de que él te ha escogido para sucederle en ese
pequeño Olimpo de los presidentes mexicanos, semidioses.
Sentirás la mirada de tu amigo Aries, que te admira; palparás la fuerza de Géminis tu consejero universal, que te
han enviado para que nunca pierdas la señal.
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Ni Leo, ni 'Virgo, ni los dos Piscis, pretenderán nada; Acuario morirá políticamente, por una falsa llamada,
como murió tu padre y morirá tu hijo Colosio, otro Acuario como Obregón, reyes que mueren antes de ser,
porque están en permanente contradicción con Aries. Fuego contra Aire.
Tendrás que recordarles a todos que tú cumplirás el pacto y que gobernarás por mucho tiempo esa porción de
tierra, de culturas, de lenguas, de guerras viejas y sin sentido que se come la historia. Serás considerado un
hombre controvertido porque harás lo que nadie se atrevió, pasar por encima del pasado, los monumentos, las
glorias indias. En la Casa de tu padre se conjuga Saturno y Escorpión y estará autoritario, absurdo, obsesivo.
Aléjalo de ti en ese tiempo y sólo avísale cuando hayas cumplido la tarea que tantos y tantos de tu estirpe
esperan vivos o muertos, regados por el país en tumbas, recorridos por tu mirada de niño que se hizo fría, dura,
mezcla de novedades y decadencia. Recuerda que tu padre es Tauro, lo. de mayo, día en que nació el que será tu
enemigo. Estarás rodeado en adelante del Tauro que te impulsa y el Tauro que te aplasta; cuídate porque las dos
son tierras que te apagan,
Un error, dos sucesores
Washington, D.C., enero de 1996.
En 1981, López Portillo no tenía más alternativa que don Miguel como sucesor. Dirá él que se confundió, que lo
engañaron, etc., lo cierto es que era su única carta ante el desastre económico final, marcado no sólo por la
devaluación y el saqueo, sino por la confrontación interna con los capitales nacionales, David Ibarra pudo ser la
carta económica contra don Miguel de la Madrid, pero ya para entonces, 1981, Ibarra y Silva Herzog estaban
aislados, sin mayores contactos con el exterior, Javier García Paniagua, la carta guardada de López Portillo y
cuidada en la presidencia del PRI, representaba a los cacicazgos regionales, pero no pudo ni siquiera
presentarla, pues ya para entonces era abiertamente vetada por el presidente Reagan, quien seguía muy de cerca
la lucha por la sucesión en México y además el centro del poder, ya se los habíamos quitado, vía el manejo del
presupuesto. Con don Miguel, estábamos ya un grupo, con fuertes relaciones en el exterior, dispuestos a
incorporar a México a la dinámica internacional y los cambios que se vivían en el mundo a partir del éxito
económico de la Sociedad Mont Pélerin en Chile, el ascenso de la señora Tatcher en Inglaterra y de Ronald
Reagan, los cuales acompañarían y respaldarían las medidas aplicadas por don Miguel para la reactivación
económica y la preparación del cambio estructural.
Para López Portillo y el presidente Miguel de la Madrid, sus sexenios podrían resumirse en cuatro palabras:
repartir y salir bien. Con el primero, el manejo de la economía nunca pasó de las falsas expectativas de corto
alcance basado en el descubrimiento de nuevas reservas petroleras. Con el segundo, el presidencialismo se hizo
tenue ante los excesos de los dos anteriores y la aplicación de medidas impopulares. Don Miguel de la Madrid
fue prudente al no asomarse con frecuencia a la vida pública y aquí es donde deseo señalar el valor de su papel
en la transformación de México. Con don Miguel el país tocó fondo junto con el presidencialismo. Nunca oí a
causa de nuestras dolorosas decisiones, tantas mentadas de madre a un presidente. Miles bajo el balcón de
Palacio los primeros de mayo, gritando aquel "¡ojo por ojo, diente por diente. Chingue su madre, el señor
presidente!" y él sonriendo, saludando, austero y parco como siempre, viendo impasible las caras de los obreros
descompuestas por el coraje. Muchas veces me dio lástima y pena, pues muchas de las cosas por las cuales lo
insultaban habían sido iniciativas nuestras.
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López Portillo y el presidente don Miguel de la Madrid impusieron la cultura de la austeridad, pero el primero
no aguantó ni pudo controlar a su familia; el segundo, asumió un papel distante, triste, solitario, mientras se
recomponían los capitales, se iniciaba el proceso de privatización, se destruía la producción del campo y le
mentaban la madre en la calle. El tamaño de la deuda, crecida al cielo por los intereses, creó una actitud noble
en don Miguel: la deuda de unos pocos, era la deuda de México y ésta era su deuda-, Don Miguel hizo en seis
años la obra que nadie se había atrevido a hacer: destruir los cimientos del régimen de la revolución mexicana.
Su obra destructora fue fundamental para que pudiera pasar la obra creadora.; sin él no hubiera sido posible
pasar a la etapa de la reforma modernizadora; sin su patriotismo y su sacrificio no hubiera sido factible la
transformación económica, social y política de México que yo inicié en 1988, Gracias a él y su lealtad a los
principios de la libertad, se establecieron los Pactos, utilizando la vieja estructura corporativa, como mecanismo
de consenso y contención contra respuestas coyunturales, por el carácter antipopular de las decisiones. El
primer Pacto, en 1987, tuvo crecientes respuestas y en mucho —podría decir— motivó el voto de castigo en las
elecciones de 1988. Sin embargo, ya para el 6 de julio, lo peor había pasado, pues el instrumento se había
creado y sería la vía que yo utilizara como "llavecitas" de don Rodrigo Gómez, pero ahora, no bajo el escritorio
del director del Banco de México, sino como un acto de pacto social y consenso de los factores de la
producción. Los Pactos institucionalizados para la estabilización y luego el crecimiento, significó la creación de
un interlocutor dinámico para ajustar los salarios con el consenso de los mismos sindicatos; fijar precios con el
concurso de los mismos productores, comerciantes y los representantes de los consumidores, A don Miguel
debemos este mecanismo transexenal cuyo costo político pagó estoicamente al quedar para la historia como el
presidente más conservador y reaccionario de México, cuando en justicia, hay que testimoniar que don Miguel
fue otro precursor de la reforma neoliberal, un hombre visionario que actuó con base en el futuro y no para
recibir caricias en el presente, De mis méritos, yo tengo el deber de compartir una parte de ellos con don
Miguel, pues a él le tocó realizar la parte más ingrata: preparar el terreno económico, constitucional y social,
hacer el terreno fértil para que germinara la semilla neoliberal.
Paradójicamente, todo lo que sucedía no se reflejaba en el discurso y nadie ponía en tela de juicio la fuerza del
Estado mexicano y su papel de eje garantizador de la soberanía y la ideología de la revolución mexicana. El
nacionalismo revolucionario seguía al infinito bajo el símbolo de una greca azteca y el símbolo de Quetzalcóatl,
la reencarnación de López Portillo, el Don Q de la filosofía de los viejos caudillos, defensores del principado
sexenal. El desprestigio final de López Portillo se lo debió a uno de los suyos, a Hank González, su regente
(¿Acaso el rey Lear no fue también traicionado por. sus-hijas Goneril y Regan?): A López Portillo lo escupían y
se burlaban de él los empresarios-, los ricos y la vieja burguesía parásita, porque no era uno de ellos y aunque la
nacionalización de la banca no fue despojo sino reparto, el conflicto contra el presidente se convirtieron en
facturas para cobrar con el siguiente. JLP cometió el error de no ser su socio ni tener voto propio y por eso lo
exhibieron al populacho como a la pierna de Santa Anna, por un regalo malintencionado de Hank (que no dejaré
de mencionar para que no se olvide) arriba de una colina, que los ricos bautizaron como "la colina del perro".
Programación y Presupuesto, bajo mi cargo de 1982 a 1987Jue una institución de la crisis y por lo tanto, una vía
para el poder y el cambio económico; de hecho, la SPP fue mi conducto, mi acceso a la presidencia, pues la
relevancia del control financiero significaba controlar el gasto simple y sencillamente porque a partir de López
Portillo, de manera imperceptible, se había cambiado el control del país y ahora era la visión económica y el
manejo presupuestario, marcado por la austeridad, lo que marcaba los tiempos.
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La negociación de los presupuestos regionales, la planificación y la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo
me dieron más experiencia, conocimiento e ideas sobre lo general y lo concreto del país, que si hubiera estado
desde los 15 años en las oficinas del PRI. Desde mi posición aprendí las reglas de la negociación política y pude
conocer a fondo, no sólo el alma de los funcionarios y los trucos de nuestra cultura política, sino el corazón y
debilidades de instituciones de difícil acceso para los civiles, como el Ejército y la Marina; las empresas como
Pemex, Concarril (ya mi padre había propuesto su privatización desde 1958), la Siderurgia, los puertos,
Fertimex, etc. Con un esquema y propósito claro, cada información y cada interlocutor era, para mí, un nutriente
del proyecto y eso me llenaba de nuevas relaciones, que no eran cuestionadas o sometidas a riguroso juicio
político, porque no había aparentemente intencionalidad política en mis funciones, sino meras operaciones
técnicas, avaladas por el presidente. La clase política de entonces no entendió lo que sucedía por soberbia,
porque no creía que nadie que no fueran ellos podría gobernar este país y sólo se preocupaban por detectar
enemigos externos; la clase política eran sólo ellos y la oposición, simples aprendices de brujo. Para ellos, yo y
mi equipo éramos unos jóvenes tecnócratas más. ¿Quién supondría que un funcionario cómo yo, desligado de
los 'lugares donde "sé hace-la "política" podría tener aspiraciones? ¿Acaso me habían visto alguna vez haciendo
relaciones con el secretario de Gobernación, con Reyes Heroles, con la oposición? Me veían como un cachorro
más, "un técnico", necesario con los nuevos tiempos, en que la economía se había convertido en un problema
importante y hasta pasaría como alguien sin importancia pues era hijo de un político en desgracia.
Desde que llegué en 1976 me afilié al PRI, sin mayores implicaciones. Era normal que para funcionarios de
cierto nivel, quedara definida la lealtad partidaria, pues esto abría o cerraba puertas para futuros compromisos.
En el PRI, el IEPES se convirtió en la instancia adecuada a fin de conocer tanto las posiciones económicas que
surgían desde el partido, como la posibilidad de ir creando nuestra propia red de relaciones y ubicación de
cuadros. El IEPES empezó a convertirse en el refugio de los "tecnócratas", los organizadores de foros y
ponencias en las campañas, sin mayor relevancia y en una fábrica de un nuevo estamento en la administración
pública: los asesores. Para los viejos políticos, éramos los jóvenes que teníamos que aprender de política, antes
de practicarla, pues ésta era un patrimonio de ellos. Asesor, secretario técnico, analista, etc., no equivalía al
rango de "político", pues ellos eran los que tenían la última palabra.
Ya en .la etapa decisiva, muy pocos como mamá, papá, Camacho, Lozoya, Aspe y Córdoba, sabían que mi
regreso era parte del cambio estructural que coincidía con el protagonismo del FMI como nuevo interlocutor del
gobierno y las nuevas condiciones, Mamá se dio cuenta de que había una operación de pinza, desde el exterior y
desde adentro de la administración y que yo era un especie de topo-camaleón, para crear las condiciones
políticas para la modernización y la integración de México. Esa fuerza era la palanca que me impulsaba,
mientras Raúl mi hermano, al final de cuentas conservador y sin alcances, se seguía moviendo en el viejo
esquema de la política-política sin ningún resultado y sin dejar de ser un funcionario mediocre.
(¿No te dabas cuenta, hermano, que los tiempos estaban cambiando y que llegar a la meta no era ponerte por
encima para que te empujaran por abajo, sino que te jalaran de arriba? Esto nunca lo creíste, te parecía
fantástico que la presidencia de México se conquistara ahora viniendo de afuera y es que los mexicanos creen
que el intervencionismo siempre ' llega por Veracruz y en barco,' pues tienen una idea iconográfica de la'
llegada de los extranjeros. Nunca pensaron que el intervencionismo se fraguara desde la Colonia Narvarte,
desde un político en desgracia, desde sus mismos errores y que naciera desde la misma crisis y sus excesos.
Nunca reconociste que a ti té jale y te colgaste, cuando te diste cuenta, pero nunca reconociste que yo tenía la
razón y que lo que yo te decía, era lo cierto; esto no lo entendiste nunca porque además eras soberbio y
orgulloso. ¿Te sorprendió que me nombraran secretario, mientras tú sólo eras el director de Conasupo?
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¿Por qué me usaste para hacer tus negocios sucios? ¿Sabes una cosa?: me dolía competir contigo y más me
dolía ganarte una y otra vez, porque eras el primogénito.)
Los triunfos de la señora Tatcher en Inglaterra y de Ronald Reagan en Estados Unidos reforzaron nuestra
posición aún más.
El rápido ascenso y los enfoques de cada problema económico eran para mi mamá una prueba más del cambio
que yo había sufrido en Harvard. Me empezó a repetir las viejas lecciones sobre México como si fuera un niño,
como si temiera que yo ya me hubiera olvidado de él. Parecía una maestra repasando sus lecciones, tratando que
le repitiera lo que ella me decía; me recomendaba biografías de héroes y usaba cualquier texto y pretexto, para
repetirme las palabras que empecé a escuchar en 1988: "soberanía, independencia, legitimidad, democracia,
etc." hasta el cansancio. Nuestra relación amorosa y respetuosa, por lo mismo, se fue haciendo lejana y distante;
ella ya no estaba en mi ánimo para encauzarme en las batallas internas contra mis adversarios y sus consejos me
parecían ingenuos, casi en boca de mis adversarios; mamá se fue convirtiendo para mí en una vieja Coatlicue,
un símbolo de los atavismos que el país cargaba y no nos servía para nada.
En este tiempo, se fueron estrechando cada vez más las relaciones con mi padre. De pronto me convertí en el
espejo de él, pues llegué a ocupar el mismo cargo que él tuvo en 1947 en la Secretaría de Hacienda, Su obsesión
era que yo no me equivocara y esto lo hacía muy conservador e inseguro. Al llegar al gabinete del presidente
Miguel de la Madrid, mi padre estaba situado nuevamente, él, en 1959 cuando llegó a la Secretaría de Comercio
al gabinete de López Mateos. De sus temores y paranoias, más de una vez tuve que cuidarme, ya que sus.
juicios detallistas de cada opinión y decisión tendían a paralizarme, convirtiendo la precaución en un lastre.
Uno entra a la política por ambición, por ideales y al salir, lo haces violando los 10 mandamientos. Yo ya sabía
que la política es una actividad neurótica, pero en el caso de él, se volvía en algo irresponsable. En 1987, pedía
que no me hablara, pues sus "últimos consejos" eran la repetición de sus obsesiones de los últimos 25 años. Esta
actitud de papá a veces me impedía concentrarme.
Nervios de acero se necesitaron y creo que mi madre enfermó a causa de la tensión cerrada y secreta de nuestra
apuesta. Seis años con el alma en un hilo, con la incertidumbre diaria, con el golpe a punto de caer en nuestras
cabezas, A la mitad del camino hubo un acontecimiento a nuestro favor: el sismo en la ciudad de México
destrabó a nuestro favor las tensiones generadas por el duro programa de austeridad de don Miguel y gracias al
poder que ya teníamos, logramos controlar por parte del grupo la coyuntura de la distensión: nosotros fuimos
los que repartimos y la emergencia nos permitió desplazar a los viejos grupos priístas, que en otras condiciones
de lucha palaciega, nos hubiera ocupado varios años. Ramón Aguirre, Guillermo Cossío Vidaurri, Carrillo
Arena y Parcero López, fueron desplazados y sustituidos por el grupo de Camacho y Manuel Aguilera, quienes
administrarían la reconstrucción, los Pactos de Concertación y las relaciones políticas y económicas con todos
los involucrados, con un objetivo de servicio al futuro. Este objetivo subordinaba la protección al presidente y
estaba "...justificado ante el hecho de que existe una emergencia nacional, que si no es atendida prioritariamente
podrá revertirse contra todos", amenazaría en tono reflexivo Manuel Camacho.
La lucha para el grupo en esta coyuntura fue impedir que el viejo estatismo, con sus viejos esquemas, se
encargara de la reconstrucción y la interlocución con los damnificados. Las ingenuidades de Ramón Aguirre y
la falta de sensibilidad del secretario de Desarrollo Urbano, Carrillo Arena, nos favorecieron. Mis opiniones
eran cada vez más importantes en el ánimo del presidente, pues estaba enterado en detalle a través de Camacho,
quien ideó un Pacto de Concertación a fin de abrirle espacio al PRI, en un terreno donde todo lo tenía perdido.
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La idea de la expropiación, pese a su carga ideológica, fue convertida en un golpe de mano sobre los viejos
sectores del partido y nos hizo ganar influencia; con esto aparentemente cometí un pecado en los principios
neoliberales sin embargó, el contexto de esta expropiación me daba la razón, no como parte de la doctrina, sino
como parte de la estrategia hacia el poder. Manuel Camacho pasó de subsecretario mío en SPP, a secretario de
Desarrollo Urbano; Manuel Aguilera, un viejo economista identificado con el nacionalismo revolucionario y
con buenas relaciones con la izquierda, se encontraba desahuciado en el Centro de Estudios Monetarios
Latinoamericanos (CEMLA) al cual yo pertenecía también y, por Manuel, pasó a dirigir el nuevo Programa de
Renovación Habitacional, es decir: la conducción política del proceso; como Mariscal de Campo. Controlados
los mecanismos, ahora lo que se necesitaba (para que no nos tiraran desde adentro. Las presiones eran
continuas, sin descanso, todo minado; para entonces, había que distinguir entre nuestros peligrosos enemigos
internos y los movimientos emergentes que surgían por toda la ciudad, movidos por la solidaridad y los efectos
del terremoto de 1985).
Bastaba con no oponer resistencia, nadar por encima de la ola y con ello, sentar nuevos precedentes de relación
del Estado con la sociedad. Estábamos claramente frente a Agua y Tierra, los fenómenos de la
autorrepresentación política, la creación de una sana distancia, que no se convertiría en algo subversivo, sino en
el complemento futuro de la reforma neoliberal. Camacho insistía que había nacido una poderosa "sociedad
civil" y que ésta sería el contrapeso a la fuerza del corporativismo. También de Camacho fue la visión de que la
estructura de esta sociedad civil emergente, serían las Organizaciones No Gubernamentales (ong), las cuales
Camacho empezó a promover no sólo en la reconstrucción, sino también en el sindicalismo, la educación, la
cultura, etc. Camacho en esta tarea fue central para el establecimiento de la alianza con la Iglesia católica y el
embajador de Estados Unidos, el señor Negroponte, quien además era jefe de una gran red de ONG's llamada la
Cruz de Malta, que abriría el flujo de recursos hacia México. Camacho, Córdoba y yo veíamos que nuestro
proyecto debería ser acompañado de una reforma social y que ésta era nuestra reforma social sobre la cual
debíamos montarnos, Si hoy la izquierda hegemonizaba la conducción de ese movimiento, nosotros debíamos
capitalizar la reforma que propiciaría. Si la izquierda quería casas y clientelas, nosotros buscaríamos un
cambio.de relaciones Estado y sociedad y sobre todo en la manera de gestionar y negociar.
Antes que la presidencia, antes que el poder, llegó un movimiento que sería .básico para inhibir a las fuerzas
tradicionales del PRI y promovernos a nosotros como la vanguardia del cambio. Para asustar pendejos, nadie
como Manuel Camacho, lo reconozco.
Con Camacho, Aguilera y el grupo en Programación, empezamos a tejer las redes internas. Había que hacerlo
con mucha inteligencia porque cada error sería un retroceso; cada protagonismo mal aspectado (diría el
horóscopo), serían sospechas, obstáculos adicionales y retrasos. El presidente debería estar al margen de la
guerra. Los golpes de adentro se sentían adentro, los golpes de afuera, se sentían adentro y el reto era que pese a
todo no debíamos paralizamos ni volvernos conservadores o autocomplacientes, sino que había que avanzar. En
estos tiempos, Córdoba era ya una fuente de estrategias y elaboración de escenarios para evitar sorpresas o
errores de cálculo. Mis preocupaciones por el futuro inmediato siempre eran respondidas por la capacidad y la
velocidad de José que ya para entonces competía en opiniones con Manuel Camacho, que también elaboraba los
suyos y no siempre eran coincidentes. Ahí se fue sembrando la discordia, por una competencia de talentos, entre
los cuales, yo decidía.
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Pedro Aspe, Camacho, Jaime Serra, Lozoya, Gamboa, Colosio, Pepe Carreño y Zedillo constituimos el grupo a
partir de procesos y la integración de una idea. Raúl, aunque con reservas de todos, incluso mías, se sumó al
grupo sin representación propia, considerándose su papel, como un operador de confianza mío. Mi padre
(siempre y cuando estuviera sereno), don Antonio Ortiz Mena y Maneen», eran la segunda guardia y un
respaldo importante frente a los organismos financieros del exterior y algunos contactos internos entre
empresarios, corredores de bolsa y grupos de presión. Quedaba entonces hacer política, mucha política, para
convertir nuestras ideas en consensos frente a la debacle del keynesianismo mexicano y el balance de los daños
causados al país.
El presidente De la Madrid cada vez me necesitó más. Las respuestas y las acciones dieron estabilidad a su
gobierno de 1985 a 1988. Entre estos años irrumpe la Corriente Democrática, como una respuesta-reflejo al
viraje estructural, pero sin nociones de lo que significaría la propuesta en sí y que a mí me tocaría llevar
adelante. Porfirio Muñoz Ledo, por su inclinación ideológica, marcadamente socialdemócrata reaccionó, pues
su contacto con la clase política en la ONU y la Internacional Socialista, le daban elementos generales de lo que
estaba en juego y de lo que significaba la llegada de la señora, Tatcher como primer ministro y el ascenso de
Reagan en Estados Unidos. La maestra Ifigenia Martínez, mi maestra de la Escuela de Economía,
amiga de mamá, apareció en escena como una representación de mi madre Margarita y Cuauhtémoc Cárdenas
en unión con ellos, fue la sorpresa y la fuerza moral de esta ruptura. Para nosotros ésta era una respuesta natural,
que se había tardado, luego de cinco años de golpe tras golpe a la vieja estructura por parte del mismo
presidente, sin que nadie reaccionara; al principio y por la reacción de rechazo interno, pensamos que el costo
de la fractura prevista había sido menor, pues si bien estaba el hijo del general Lázaro Cárdenas, lo cual movía
hasta a mi mamá, esto no llegaría a mayores, pues Cuauhtémoc era solamente considerado un júnior, menos
activo que Miguelito Alemán o Gustavito Díaz Ordaz, los hijos de Echeverría que querían y no lanzarse a la
política. Los Echeverría simpatizaban con Cárdenas, en especial Álvaro, pero todo sin trascendencia.
Los tres (otra vez tres), sin embargo, demostraron que estábamos montados en un barril de pólvora. Al principio
hubo subestimación y se pensó que los medios podrían descalificarlos rápidamente, pero con la campaña se
logró el efecto contrario: hacerlos crecer. Reconozco que eso fue un error de cálculo mío porque no tomé en
cuenta el desgaste de los medios de comunicación y su falta de credibilidad; cuando nos dimos cuenta ya era
casi imposible corregirlo porque las señales estaban dadas y las fuerzas del poder se estaban alineando día con
día.
Ese año de 1987 fue el año decisivo. Abrirme paso entre la unidad del viejo aparato, no fue fácil. Hubo que
sostener la lucha contra la resistencia interna y la externa, que para mi fortuna nunca se unieron, contra
nosotros. Al viejo aparato le enfermaba de Cuauhtémoc Cárdenas su propuesta democrática y la veían como un
intento de asaltar la presidencia por linaje, sin respetar el escalafón establecido, por las mismas reglas del
sistema. Para mí fortuna, los viejos políticos y los sectores más anacrónicos del PRI, escogieron a Cuauhtémoc
como su presa, acusándolo de advenedizo, lo cual me valió que no voltearan a verme a mí o a concentrarse
contra mí.
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Quién sabe qué hubiera sucedido si no hubiera estado Cárdenas; lo más seguro, hubiera sido que yo concentrara
todas las frustraciones y enconos de la vieja clase política, acusándome a mí, de lo mismo que lo acusaron a él:
ambicioso, júnior, advenedizo, etcétera.
Paradojas de la política... Cárdenas me ayudó, llevándose el odio de mis enemigos internos.
Pruebas dé esto es que el 'surgimiento dé la CD (corriente democrática del PRI) coincidió con él libelo
publicado por La Quina, Fidel Velázquez, Del Mazo y Bartlett (fueron todos ellos), para descalificarme en las
semanas previas a la pasarela pública de los precandidatos, Don Miguel tenía miedo de que le vieran la mano y
por eso cometió el error de organizar la pasarela pública, rompiendo una regla no escrita de gran valor: en la
contienda no había perdedores, porque esta lucha no era pública. El supuesto aire "democrático" a su propia
decisión se me revertiría a mí en lo futuro, pues se creó un fenómeno de autoexclusión, al verse muchos grupos
y equipos en el lado de los perdedores.
(Si vieras, Raúl, cómo me acordaba en aquellos años de papá. Ahora habría seis perdedores públicos, pero a
diferencia de aquellos años en que papá perdió todo por un error, ahora yo tendría que integrar a todos y cada
uno vendría con sus largas facturas de privilegios a comportarse como si fueran vencedores. Me da asco la
política, pues en ella, los amigos van y vienen, pero los enemigos se van acumulando.)
Contó también, indudablemente, la presión de la Corriente Democrática y la tensión que generaban hacia dentro
del partido los titubeos presidenciales. La pasarela tuvo graves implicaciones políticas, ya que se rompieron tres
reglas (otra vez tres) del sistema: el carácter secreto de la selección. Antes de la designación, nadie reconocía
ser aspirante. Después de la designación, todos reconocían que el mejor era ÉL. La pasarela significó, reconocer
públicamente que aspirábamos a la presidencia, lo cual provocaba incertidumbre y una feroz competencia abajo
entre equipos y secretarías y abiertos alineamientos opuestos dentro del PRI y en el gobierno. El terreno de la
guerra sucia se había inaugurado entre nosotros a partir de la inseguridad del presidente.
En ese proceso, yo unificaba a todos en contra, por ser ajeno al viejo aparato y por mi cercanía al presidente; el
pacto entre ellos era: "cualquiera menos él". Sin embargo, la pasarela significó una medida adecuada en contra
de las provocaciones y la posibilidad de predestapes y albazos, pues salían al descubierto los autores de las
maniobras sucias, como el libelo escrito por el tal José Luis González, ligado al grupo de un mercenario de las
imprentas, muy reconocido por cierto como un provocador, agente cubano llamado Mario Menéndez, que tras
colaborar con todo tipo de servicios de seguridad, quiso hacer con mi descalificación el gran favor al viejo
aparato de los Bartlett y los Gutiérrez Barrios. Lo que no contaban es que, para ese tiempo, Mario Menéndez ya
trabajaba para mí y mis adversarios sólo hicieron morder el anzuelo.
La perversión no tenia límite, pues Bartlett un día me llamó para decirme que acababan de encontrar una
bodega de una empresa llamada vid que pertenecía a Yolanda Vargas Dulché y un señor llamado Guillermo de
la Parra que había editado un libro en contra mía, donde se recordaba la tragedia de Manuelita. Me dijo que ya
habían decomisado los ejemplares y cerrado la imprenta, pero lo que no me dijo es que ya estaba en circulación
la mayoría, gracias a ellos mismos.
El aparatoso decomiso del gobierno y la circulación clandestina tenía como intención dar a entender que yo
estaba desesperado por la publicación y tenía intención de ocultarlo. Gracias a Mario Menéndez, que luego le
agradecí su gesto impulsando el periódico Por Esto! en el Sureste, en Mérida, Yucatan.
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No hay como desacreditar un hecho, usando gente desacreditada y es por eso que acepté el riesgoso juego doble
de golpearme a mí mismo con la mano debilitada de mis adversarios.
Desde ese momento, poco importaron los autores y lo que se quedó fue la leyenda de aquella tragedia de niños
que, de tantas versiones inventadas, ya no tiene mayor importancia. Así continuaron los golpes, hasta el día de
la designación a gritos de Jorge de la Vega Domínguez en que hubo luto en el viejo sistema político mexicano,
porque una mano invisible, la mano del mercado y la ley de la oferta y la demanda, cual enmascarado solitario,
le había arrebatado lo más preciado: la presidencia de la República.
La familia estuvo alerta todos aquellos meses. Los equipos analizaban la información y todos los mensajes
dirigidos a nosotros. Las protestas aisladas, sin éxito, contra la severidad de la política de austeridad, eran
dirigidas en contra mía; "Recortari" me decían y las manifestaciones salían por todas partes en una agitación sin
precedentes en la ciudad, más que durante el sismo. Empleados públicos despedidos por los reajustes
presupuéstales y la Asamblea de Barrios de la Ciudad de México con su enmascarado al que presentaban con el
siguiente estribillo; ¡El gobierno está enojado porque Superbarrio es el "Tapado"! Sin embargo, en el exterior,
yo daba prueba de firmeza y de hacer una política de principios; entre más impopular me hacían en México,
más popular y confiable me hacían en el exterior. En los.organismos .financieros, había convencí- . miento de
que yo sería el próximo presidente, era no sólo mi triunfo, sino su triunfo y el efecto era, de manera inmediata,
un ambiente de confianza y estabilidad. Cada semana yo me acercaba más a la presidencia, pero había que
vigilar el rito, pues todavía el camino estaba lleno de trampas.
Los discursos de la pasarela sí definieron la designación y demostraron que la lucha era real y no como dicen
que es la lucha libre, no. Durante la pasarela, Bartlett, Alfredo del Mazo, García Ramírez, González Avelar,
Ramón Aguirre y Gustavo Petriccioli erraron el discurso, porque querían ganar votos y alianzas de los grupos
internos a fin de desmantelar vetos. Esta estrategia común los perdió, porque estaban fuera del contexto
internacional y el momento que vivía el mundo; eran unos pobres provincianos con grandes pretensiones,
perdidos en una calle de la aldea global.
A diferencia de ellos, yo dirigí mi discurso hacia el exterior y ésta fue la puerta que me abrió la presidencia,
pues tras mi presentación, registrado en las principales Casas de Bolsa, por los corredores y los agentes
financieros, se empezó a construir una opinión internacional a mi favor que rápidamente llegó a México, a
través de los grupos más influyentes, Los precandidatos empezaron a sentir la presión de las opiniones en los
círculos influyentes en torno al presidente Miguel de la Madrid y se dieron cuenta de que tenían que luchar no
sólo contra un adversario interno, sino contra la opinión de nuestros acreedores y estabilizadores. El más
ingenuo en mantenerse en la contienda era Alfredo del Mazo, un hombre tonto, profundamente corrupto que se
había convertido en el prospecto de Fidel Velázquez, Hank González, Corona del Rosal, Martínez Domínguez y
el resto del cementerio jurásico del PRI. Córdoba decía que Del Mazo "era de cuatro cilindros" por lo lento y
nos hacía reír a carcajadas, cuando Gamboa lo imitaba con su tono de hombre lerdo. Sin subestimarlo, pero era
Del Mazo una caricatura de precandidato, que sólo estuvo en su mente, poder llegar a ser presidente de México,
En el tiempo que del Mazo estuvo en Bélgica, la imagen nuestra cayó, pues pensaban que el gobierno mexicano
veía las cosas a la velocidad de este otro heredero, hijo de un padre exitoso, no como yo, pero que no sirvió ni
como embajador, pues hasta los grises belgas se reían de él y de su lentitud, que él consideraba virtud de
caballero y diplomático.
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Pronto cesaron las renuencias por mi corta' carrera en la medida en que se multiplicaban los contactos de
sectores importantes que 30 veían en mi juventud ningún impedimento. Me ayudó de nuevo Cárdenas y Muñoz
Ledo que hicieron a estos grupos actuar de manera más compacta, ante la posibilidad de un viraje impuesto por
una amplia movilización social, conducida políticamente en contra del proyecto económico.
Quienes querían negocios, fueron convencidos; quienes querían comprar empresas del Estado, tendrían las
puertas abiertas. Reducir el tamaño del Estado y construir una economía de mercado, atraía a los grandes grupos
ubicados en el sector financiero del país y en el extranjero, los cuales con sus capitales invertidos en el mercado
accionario y los instrumentos financieros creados por el gobierno, México reactivaría su economía.
Contra lo usual, no hubo "destape" de algún sector aquel domingo 7 de octubre, sino un golpe, un solo golpe
que no pasó por ninguna instancia del partido. A las siete de la mañana se anunció que se reuniría el Consejo
Nacional y esto bastó para que se tensara al máximo toda la estructura del poder y los mecanismos de la
transmisión. Yo controlaba ya la hora y el lugar, pues siguiendo el consejo de Córdoba, producto de una
reflexión de Jacques Attali que decía: "Quien controla el tiempo, controla el poder".
Producto de la convocatoria, nadie sabía quién sería el elegido, salvo yo, el general Cardona del Estado Mayor
Presidencial y el presidente. La tarea, luego de convocar, era que el mensaje llegara al vocero y que el vocero la
dijera ante los medios, los cuales deberían estar transmitiendo en vivo. Cada momento, cada paso del recorrido
del mensaje, podría ser alterado o interceptado, lo cual significaría una crisis política interna.
Sin saber quién sería el elegido, miles empezaron a llegar a la sede del pri en Insurgentes, convocados por los
mismos precandidatos que días antes estaban preparados para ese momento, incluso con propaganda impresa;
los habían convocado los viejos dirigentes de la estructura que no obedecieron el acuerdo tomado por el
Consejo Nacional para evitar presiones, pues todos habían aceptado allanarse a la decisión del presidente.
Momento muy peligroso y de gran tensión en el Consejo Nacional, pese a que sólo conocerían y aceptarían la
decisión del presidente, pues el hecho de estar juntos, en el 7o, piso del pri daba , espacio para cambiar el
contenido del mensaje.. En ese intervalo es cuando los rumores se hacen verdades, es cuando la niebla se puede
hacer nieve a la vista de uno mismo, sin pasar por el estado líquido y una frase convertirse en otra. Minutos
dramáticos a punto de explotar, donde todos están seguros de ser los elegidos, donde la plaza Plutarco Elias
Calles está ahora llena de contingentes que esperan que su jefe triunfe; de lealtades contenidas, de deseos de
aplastar y escuchar el nombre clave para asegurar el ascenso sexenal, de mantas y carteles en blanco, sin
nombres ni leyendas, porque además del apoyo a uno, nadie quería equivocarse ni expresar en un cartel la
adhesión por un perdedor; por eso, había "apoyo", pero aún no había candidato. Desde mi casa, acompañado por
Córdoba en Jardines del Pedregal, nos comunicábamos con Camacho, quien supervisaba la red que custodiaba
el mensaje escrito del presidente. En la sede del PRI, nuestros operadores, apoyados por militares esperaban en
el Consejo Nacional la llegada de la comitiva proveniente de Los Pinos con el mensaje. A las 9:25 a.m. llegaron
al fin, sin contratiempos; las cámaras de televisión y micrófonos de radio estaban listos, mientras la esperanza
de los seis se concentraba y volvía un estado de ánimo denso. Todos estaban unidos contra mí, porque yo era la
opción diferente y porque todos habían jugado a la descalificación de mi precandidatura.
A las 9:32 exactos, vemos el primer ataque y García Ramírez es la primera víctima del rumor; Ojeda Paullada,
un precandidato fósil, el comodín del sistema, recibe un telefonema, diciendo que el candidato es García
Ramírez.
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Ojeda Paullada marca a algunas estaciones de radio desde su casa (aún no había celulares) y se lanza a felicitar
a García Ramírez. El ardid no se consolida, pero causa confusión y los medios se mantienen en la sede priísta
esperando el comunicado oficial.
En el Consejo Nacional, el general Arturo Cardona ya tenía un grupo de militares adentro de la sala y dos de
ellos controlaban los micrófonos, mientras que él no se apartaba de Jorge de la Vega Domínguez en su privado;
los militares seguían a los Consejeros provenientes del Congreso del Trabajo, pues ellos eran los posibles que
podrían intentar alguna maniobra en favor de Del Mazo. El sonido hacia la plaza lo controlamos también
nosotros y todo esto se debía a que teníamos información de la posibilidad de una interferencia de cables que
desatara la confusión a través de un golpe contra la 'decisión del presidente. Mi ventaja era que yo sabía, desde
una semana antes, que yo sería el designado. La prueba de confianza me la dio el mismo presidente al darme el
mando del Estado Mayor Presidencial y a que yo designara al relevo del general Carlos Bermúdez: "Usted
garantiza la consolidación del proyecto que hemos emprendido juntos y sólo usted sabrá valorar los sacrificios
de mi gobierno, para llegar a este momento: de usted es el porvenir de México, en usted confío". La estrategia
fue conjunta, porque el mismo presidente tenía fundados temores de un golpe a su decisión y por eso, para
impedirlo, se modificó el rito y fue el presidente quien ordenó al presidente del partido reunir al Consejo
Nacional y garantizar la disciplina para su decisión y Grande lo gritó Jorge de la Vega, fuertemente lo dijo,
porque el minuto entre lo que leyó y lo gritó al micrófono, le faltaban aire a sus pulmones y por eso tuvo que
desgañifarse, como los recién nacidos al momento del parto. Fue grito pidiendo auxilio, grito que sabía que allá
abajo y la tensión te anima y estimula.
Ésa es la reacción del guerrero puro y estás al borde de lograrlo.
Organiza militarmente ¡a sala y no dejes solo al vocero que dirá tu nombre. Entre el papel y su garganta puede
haber un asalto y recuerda que, una vez transmitida por televisión, una frase se convierte en verdad histórica.
Militariza ese momento, persuade con el acero de las pistolas, para que el vocero grite fuerte tu nombre o si no,
sepa que será hombre muerto. El país se juega en tu designación su futuro y tus adversarios deberán replegarse
y temerte, pues si no eres temido, no serás un caudillo fuerte.
Luego vendrá la ofensiva por fuera. La derecha se sentirá confiada por su extenso y norteño voto duro, mientras
que la izquierda estará dividida y peleada en sus ilusiones retóricas y dignifica doras de la derrota. Pero no te
confíes de los viejos y miserables partidos paleros, de ser inofensivos, se han convertido en armas que se
apuntan contra ti, porque el sistema se organiza contra ti. Vendrá la escisión en la cúpula del PRI; te quitarán el
apoyo del cardenismo histórico con la separación de su hijo, un tribuno del estatismo, y tu maestra, compañera
de tu madre, Recibirás el primer golpe, pero no tomes tú ese conflicto, que lo resuelva el presidente. Vendrá la
traición petrolera, de los sindicatos, de los acarreados y te gritarán; no escuches ni te amargues, confía en tu
propia idea y en la inercia.
Para ellos no está fácil, la izquierda no acepta al nuevo caudillo, le dirá "totita", le preguntará ¿dónde estabas en
1968? y en los mítines denunciarán sus candidatos históricos "la maniobra priís'ta para dividir a la izquierda".
Tus operadores deberán convencer a los históricos a no declinar por el caudillo; lo convencerán estimulando su
orgullo, sus largos años de lucha, su prestigio y su responsabilidad como socialista, de que no debe declinar. Si
el barco se hunde, mueve a tus operadores a rodear al caudillo, para que lo administren y lo conduzcan, porque
su fuerza tendrá que compartirla. Todo está escrito, nada será espontáneo, vivirás tu primera gran batalla.
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Obsérvalos detenidamente cuando se unan en tomo al caudillo; podrás apreciar sus errores, su falta de
disciplina. Comprenderás por qué la política es la ciencia de la palabra y de los silencios, del control del
espacio, pero también del tiempo. El frente de tus adversarios; son fuertes ahora en la calle y en la plaza, pero
no tienen unidad política y jurídica; sus candidaturas —si observas— están divididas, lo cual significa que el
caudillo podría ganar la presidencia, pero no el Congreso y siendo el Congreso un colegio electoral de los
presuntamente electos, los que deciden quién será el presidente, tú ya ganaste la elección, porque eres la minoría
más fuerte.
Te mearán en el norte y tendrás que soportarlo; te gritarán el nombre del caudillo y recordarás que ésa era la
región que había trabajado tu hermano; pensarás y dividirás tu opinión si tu hermano es un inútil o un traidor.
Deberás guardar esta afrenta.
No confíes en tu partido; haz una estructura distinta. Recuerda que ahora sólo tienes el apoyo del control del
presidente, los gobernadores, el presupuesto, los medios y el aparato electoral. Tú no tienes partido, las siglas
son virtuales, un accidente en la estructura. Piensa mejor en las alianzas y mejor trabaja las posibilidades con tus
adversarios clásicos, también agredidos y humillados por el advenedizo. Ellos tienen más razones que tú para
obstaculizarle, piensa en eso y actúa. Ahí no son todos iguales y desde su candidato hasta los dirigentes de su
partido, no dudarán en defender su posición, aunque ello niegue sus principios, ¿Has apreciado que hay una
coincidencia grande entre su programa y tu diagnóstico y los propósitos originales de la Sociedad de Mont
Pélerin? Búscalos, hállalos, gánatelos, porque con ellos puedes cambiar a México y fortalecer tu ejercito de
modernizadores.
En el futuro vivirás una contradicción y necesitas unir fuerzas, pero al unirlas, creas una reacción exactamente
proporcional: la resistencia. Tarea esencial, en adelante, será dividir esa resistencia, golpearla desde adentro,
impedir que el país sea cruzado sólo por dos ríos. Con una presión 'así, ninguna reforma interna es- posible, por
eso, antes de usar la violencia, intenta dividirlos, confundirlos, desfigurar su propuesta, mientras tú caminas e
integras tu propia fuerza. Ésta es una carta astral entre Acuario y Piséis, pues en este tiempo, de este 1988, se
está definiendo la estrategia astral y el futuro de esa pequeña, pero significativa, parte del mundo.
1988: entre la legalidad y el porvenir Boston, febrero de 1996.
El enemigo mortal de la fiebre financiera es la producción. En esta etapa de capitalismo postsocialista, el
enemigo del capitalismo ya no es el proletariado, sino la confrontación de tipos de capitalismo en un mismo
modo de producción. Las peores noticias financieras son las buenas noticias para la producción; el repunte de
buenos negocios especulativos, son el anuncio de nuevos ciclos de recesión y estancamiento; los mercados se
achican, pero se vuelven intensos; el dinamismo de los cambios • tecnológicos va creando subsistemas;
regionalizando economías;' cruzando crisis con repuntes, en un caos aparente que a su vez se rige por las' leyes
de la oferta y la demanda. Es por ello que en un solo país nos encontremos coexistiendo entre antiguas fronteras
nacionales, economías de primer mundo con otras precapitalistas. Cada región se inserta en la aldea global con
base en sus propios recursos naturales y sus habilidades. Su grado de apertura hacia el exterior, condiciona sus
posibilidades de supervivencia; de ello depende que unas regiones se modifiquen por crecimiento y otras por
migración. Todas las regiones de México (los estados locales nunca existieron y menos ahora) tenderán a
descentralizarse del viejo poder del valle de Anáhuac y cada una se irá incorporando bajo su propio ritmo y
calendario al nuevo orden que brillará a principios del próximo siglo.
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Si las repúblicas fueron la propuesta moderna del siglo XIX, en el siglo XXI será la organización natural de
individuos y comunidades libres, comerciando libremente, la que determine el orden mundial y el desarrollo
desigual y combinado de las regiones. Se habrán cumplido varias profecías y se podrá decir que triunfó el
internacionalismo proletario y, desde el otro extremo, se dirá que fue la globalización, pero lo que será cierto es
que las fronteras serán solamente para controlar los flujos migratorios e impedir un caos en el comercio más
dinámico, pero más peligroso de las regiones: el de la fuerza de trabajo. Invertidas las tasas de natalidad,
reducidas al máximo y extendida la probabilidad de vida; el principal problema del mundo será una población
cada vez más vieja con menos jóvenes, que tendrán que cargar con este peso, el cual llegará dentro de 20 años
con poco respaldo, dado que desde ahora se habrán desmantelado procesos productivos locales y mecanismos
de ahorro futuro.
Quien en el futuro estudie esto, encontrará que la causa del desplome de la Bolsa Mexicana unos días antes de
que el presidente me designara fue el inicio de la desregulación económica y la necesidad de que México tocara
fondo en su crisis. La caída de la Bolsa fue el fin de la esperanza estatista, el fin de las ilusiones populistas y el
punto de partida de la reforma neoliberal. Ese momento es el punto de inflexión entre la obra de don Miguel de
la Madrid y la mía; una negativa y otra positiva; una precedente y la otra incluyente.
Los temores del grupo al decidir la quiebra eran que se fuera a vincular esta caída conmigo, dado que a través
así presupuesto varias veces inyectamos recursos para generar expectativas financieras y atraer a los pequeños y
medianos inversionistas; Con-la política de presupuesto y la emisión de cetes (Certificados de la Tesorería de la
Federación), sondes, etc., inflamos la Bolsa y luego, nosotros mismos la reventamos, como parte de la estrategia
ligada directamente al proceso interno de la sucesión presidencial. Era como generar energía atómica, la cual
puede servir tanto para la paz como para la guerra, y la Bolsa Mexicana fue convertida en un gran reactor que
creara las condiciones para que nosotros fuéramos la única alternativa para sacar adelante al país, teniendo un
amplio margen de credibilidad para llevar adelante las reformas. Para nosotros ése era el problema fundamental,
el principal problema y las elecciones de 1988 las veíamos como un mero trámite burocrático, pese a los seis
años de austeridad, impopularidad y crisis. La Bolsa reventó al aumentar el circulante proveniente de la inyección al presupuesto y a partir de que la inflación (180 %), había vuelto insostenible la paridad cambiaria,
paralizando las exportaciones y aumentando el déficit de la Balanza de Pagos.
En una economía abierta, esto carece de importancia, pero en una economía cerrada, esto es la
bancarrota de la economía nacional que podría llevar a la escasez y el desequilibrio de todas las
variables internas. Es obvio que el ajuste tendría un costo antes y un costo después de la designación del
candidato, y por eso aplicamos la ley no escrita de que el presidente lo hiciera antes de designarme a fin
de asignarme el papel de ser ahora parte de la solución del problema.
El efecto social fue duro, pero necesario. El juego y las condiciones blandas para comprar acciones
atrajo a miles de pequeños inversionistas que depositaron sus ahorros con la idea de poderlos duplicar
en poco tiempo, dadas las altas tasas de interés que ofrecía la Bolsa; el rumor corrió por el país y la
gente empeñaba casas, concentraba ahorros familiares, depositaba fondos de retiro, indemnizaciones;
vendía coches e inmuebles en una euforia por convertir sus ahorros en acciones. Todos querían tener
liquidez a tener propiedad. Sin embargo, las necesidades macroeconómicas requerían una ruptura que
impactara todo a fin de regresar a sus niveles normales las tasas de interés con las cuales todo el país, la
clase media, los jubilados, inversionistas y ahorradores en general jugaban y aprendían a especular.
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La ruptura financiera era el momento más difícil, tanto en lo político como en lo económico, pero la
decisión era estratégica para la continuidad del proyecto. Los perdedores de esta primera ola de
especulación popular no pasarían de unos cuantos escándalos, ya que no eran un sector organizado y, en
el fondo,-existía el pecado-de especulación; en adelante, yo buscaría cerrar la herida, compensando a los
perdedores y haciendo de este momento una lección para el país: aprender a respetar a los especuladores
y convertir esta actividad en un servicio profesional.
La quiebra de la Bolsa fue el inicio del impasse y la cuenta regresiva en la sucesión de 1987; estábamos
en un tiempo y en un terreno minado y cualquier error o indiscreción podría darle un arma poderosa a
nuestros adversarios y enemigos. Para este tiempo, la ciudad de México seguía siendo un espacio de
movilización social muy amplio. El terremoto seguía movilizando a la sociedad y la había
transformado. El aparato corporativo del PRI estaba debilitado, pero no lo apreciábamos aún.
En aquellos tiempos, con Camacho y Córdoba analizábamos la situación y al correr los escenarios
posibles, yo argumentaba que esa movilización social podía ser a nuestro favor, pues estaba dirigida
centralmente en contra del viejo aparato del PRI que también era nuestro obstáculo. Podíamos ganar la
presidencia, pero eso no era garantía para que el proyecto pudiera desarrollarse, si se mantenía fuerte el
aparato corporativo. En ese sentido, el sismo y el golpe a la estructura del PRI no nos perjudicaba, sino
nos favorecía estratégicamente y daba tiempo a que el desmantelamiento no influyera en la inercia del
control del voto. Una condición fundamental era que yo tenía que llegar sin compromiso con ese
aparato y, para eso, debía buscar nuevos interlocutores y actores sociales y eso estaba surgiendo en el
Distrito Federal a raíz del terremoto.
Eran tantas las cosas nuevas en la ciudad, que Manuel Camacho contaba de la existencia de un
enmascarado surgido en los barrios de la ciudad y que había de apoderarse de la expectativa dejada por
la reconstrucción a dos años de distancia del sismo. Una expectativa social contenida se cruzaba con las
tensiones internas y la paralización política del partido, sometido a la cuenta regresiva del destape.
Animados por los cálculos de Manuel, veíamos que estos movimientos nos favorecerían aunque votaran
por los candidatos de la izquierda, ya fuera Heberto Castillo o doña Rosario Ibarra, lo cual no
representaba ningún peligro para nosotros y sí una contienda animada que fertilizara el terreno para las
reformas. Mi preocupación central, entonces, era afinar el discurso para convencer e integrar el repunte
de los movimientos urbanos, ¡generalización de la participación ciudadana y el hartazgo del viejo
discurso paternalista y autoritario, debía ser la base de nuevos actores políticos.-La izquierda
tradicional, fusionada en el Partido Mexicano Socialista, PMS, elegía a su candidato en un proceso
electoral interno; con ello la izquierda buscaba crearse una imagen democrática, un tanto ingenua, pero
que era secundaria ante las preocupaciones por 12 años de crisis, austeridad, discursos y explicaciones
técnicas. Desde nuestro cálculo, todo esto debía también influir en la modernización de las formas del
PRI y su propuesta.
En el caso del PAN, ganó la corriente neopanista sobre los viejos tradicionalistas y sin obstáculos
internos se lanzó la candidatura del empresario Manuel J. Clouthier, con un discurso agresivo y directo,
representativo de los "bárbaros del norte". Al principio creí que con ellos sería la disputa y por eso
también mis primeros discursos iban dirigidos hacia los empresarios, las clases medias y el México del
norte.
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El ascenso del PAN en el norte coincidía precisamente con el ascenso de nosotros al interior del
aparato, lo cual ponía también en nuestra estrategia la necesidad de un encuentro, no en lo táctico ni en
lo electoral, sino e lo programático, ya que Córdoba se había puesto a analizar su programa y viéndolo
con otros ojos, desde una perspectiva racional y pragmática, al margen de disputas históricas e
ideólogos fundadores, entre ellos y nosotros había grandes coincidencias. ¿Cómo incluir sus propuestas
sin conceder en lo político? ¿Cómo retomar su programa, sin poner en crisis al PRI ni la ideología del
Estado?
Enemigos por definición del PRI, opositores históricos, podrían convertirse en aliados de mi proyecto,
sin dejar de ser oposición política; unidad nacional sobre la base de alianzas con los adversarios, sin
destruirlos. Yo ya tenía la necesidad de ganar en tiempo y estar por delante de los acontecimientos y
ello dependía de que reconociéramos como grupo que su proyecto histórico era complemento de mi
proyecto y digo "complemento", porque el PRI debería ser quien encabezara el cambio estructural, no
ellos.
Dividida la izquierda electoral en dos bloques, uno moderado y otro más radical, uno centrado en la
lucha democrática, el otro, poniendo el acento en el proletariado, pese a la crisis no significaba un
peligro. De los primeros, el candidato ganador fue Heberto Castillo, que había esperado ese momento
por años, insistiendo en la necesidad de una izquierda nacionalista que reivindicara a los héroes
nacionales y destacadamente a Lázaro Cárdenas. Heberto Castillo, frente a la izquierda, era el portador
la herencia cardenista por su larga amistad y cercanía con la familia del expresidente. Insistía en usar
símbolos como el nopal o el 0llín (cambio), lo cual generaba muchas veces las burlas de sus
compañeros, formados en el internacionalismo y la idea de que la revolución mexicana había sido una
simple revolución "democrática-burguesa". Por el contrario, Heberto provenía de las viejas corrientes
cardenistas, nacionalistas y reivindicaba desde la izquierda el "programa histórico de la revolución
mexicana", tan pesado decirlo como verlo en el Monumento de la Revolución. Heberto Castillo jamás
imaginó que le robaran su idea y que fuera precisamente el hijo del general Cárdenas, su con: padre, el
que lo despojara de su proyecto: el país fue testigo de que Heberto Castillo fue despojado de un derecho
político, de una herencia que le pertenecía a él y no al hijo del General.
Cierto es que, corno rayo en cielo despejado, apareció Cárdenas y el neocardenismo. Más aún, apareció
no por la senda donde reciben con bienvenidas, sino por el camino de la ruptura. La efímera Corriente
Democrática del PRI, se convierte en un núcleo político, luego de la expulsión. Don Miguel calculó mal
el conflicto interno y dio su aval para que Cuauhtémoc, Ifigenia y Porfirio fueran expulsados del PRI.
Todos cerramos filas contra ellos, pese a que el hijo de Cárdenas fuera el hijo del ex presidente más
popular hasta entonces; pese a que Porfirio hubiese sido presidente nacional del PRI e Ifigenia fuera un
símbolo de la economía nacional.
Tanto la izquierda como nosotros subestimamos la pequeña ruptura y hasta Jorge de la Vega lo señaló:
"Son tres, a ver cuántos los siguen". Y ese error le hizo a De la Vega tener que volver a desgañitarse el
6 de julio en la noche al anunciar a todo pulmón mi triunfo: ¡claro, inobjetable y contundente!, mientras
Manuel Bartlett cerraba el flujo de los resultados para poder reordenarlos 48 horas después.
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Con la izquierda compartí la subestimación y el rechazo al hijo del General y con la derecha el
programa: la disputa entre él y yo sería por el centro político. El hijo de Cárdenas era un factor
inesperado, una sorpresa no calculada ante un esquema donde la primera y segunda fuerza, el PRI y el
PAN, compartíamos el mismo programa; equivalía esto a un cambio sin oposición. La fuerza del hijo
del General, sin embargo, demostraba en el fondo cuán priísta era el país, pues con él, México retomaba
nuevamente el programa original de la revolución, la defensa de la Soberanía y el catálogo de mitos y
consignas nacionalistas. Pienso ahora que, en cierta forma, el hijo de Cárdenas sacó del PRI la ideología
de la revolución mexicana y nos dejó el cascarón del aparato y los monstruos de un partido de Estado
decadente. Esto creó un vacío dentro del PRI que me sirvió para llenar el envase con otro contenido y
cambiar al PRI de naturaleza y proyecto. Las elecciones de 1988 fueron un momento interesantísimo,
no sólo para los políticos, los operadores, los militantes y los funcionarios, sino también para los
ideólogos, pues fue un momento de mutaciones, fusiones y rupturas de las viejas corrientes ideológicas
en el país. En momentos, el país parecía quedar escindido entre liberales contra conservadores, las
mismas dos corrientes históricas del país que subyacen a la vera de la primera, la segunda, la tercera y
la cuarta república.
El hijo del General ganó los votos, pero yo gané la gran batalla de 1988 y decidí el curso de la guerra.
Gané porque supe llevar a mis adversarios a mi terreno y porque sé que "la política es más rápida que la
vista" y por tanto hay que mirar siempre adelante de los acontecimientos para tomar ventaja sobre los
enemigos. De la contradicción y la ruptura en el PRI, yo logré llenar el vacío creado por la crisis del
nacionalismo revolucionario que se quedó sin partido y al partido que se quedó sin ideología. La
Sociedad de Mont Pélerin tenía todas las respuestas de fondo para llenar el vacío y además una
perspectiva para todo el país y sus frustraciones y como dijera José Martí: "todo está bien, porque se
pone mal". A partir de ese momento, sólo era cuestión ver el país con otra lente, para reordenarlo hacia
el cambio que se exigía por todas partes, que llenaba las plazas cardenistas, que derrumbaba a la vieja
izquierda que se negaba a entrar en esta disputa y se quería refugiar ahora en el sectarismo de los viejos
partidos comunistas.
Tras mi designación, estoy convencido también de que la fuerza del hijo de Cárdenas, fue posible
gracias al apoyo que desde el PRI y desde el mismo gobierno, mis ex adversarios le dieron. Lo
paradójico es que ahora ellos eran los conservadores, los defensores del status del estatismo, cerrado al
exterior y por el contrario, nosotros éramos el cambio, la defensa de la libertad y, dicho orgullosamente,
los precursores del neoliberalismo que surgía para remover ideas y fusionar intereses. Siendo estrictos,
nosotros nos enfrentamos a un movimiento neoconservador, mismo que cayó en profunda crisis al
momento que iniciamos las grandes reformas partir de 1988.
Para el cardenismo, aquel año y aquel 6 de julio se quedaron —pese a su victoria en las urnas— corno
una frustración que los enfrascó en problemas de forma y perdido el fondo. Acusarme de "usurpador"
los convirtió en símbolos del pasado, pues la gente al votar sigue su camino y no se detiene a
contemplar por mucho tiempo los resultados. La vida es mucho más compleja que un simple voto; con
el simple respeto al voto no resurge un país ni se resuelven sus problemas.
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Para nuestros detractores, era más importante el legalismo que el proyecto nacional; eran más
importantes las formas al problema de fondo; eran más importantes sus derechos como clase política
que los derechos de todos los mexicanos que se acogieron a la oferta y la oportunidad a salir de los
círculos viciados de la crisis-austeridad y más crisis. Por eso los derroté.
Pese a todas las resistencias, lo nuevo había nacido y había surgido desde adentro, al igual que la
principal resistencia. No hubo toma del Palacio de Invierno, ni asalto al cielo, la Bastilla o el Moncada;
la revolución neoliberal surgió desde los mismos espacios del poder y con sus propias reglas. Ésta
podríamos bautizarla ahora al tiempo y la distancia como la revolución de seda, casi una caricia en las
formas, pero radical en el fondo. Contra ella todo se intentó para detenernos, incluso hasta querer
entregar las cifras en favor de los opositores. La "caída del sistema" fue un ardid no sólo contra el hijo
del General, sino también en contra mía, para venderme el acceso al poder a cambio de concesiones a
los viejos grupos. Del cuestionamiento a los resultados de la elección, todos querían venderme parcelas
de poder. El gran ejército histórico de los operadores del Estado se transformó en un mercado de
charlatanes que a diario me ofrecían los accesos a negociaciones directas con el hijo de Cárdenas y
Muñoz Ledo. Ya desde antes de la elección muchos jugaban doble, pese a que Cárdenas ponía nervioso
al viejo aparato y muchos estaban tentados a brincar para el otro lado, lo cual a mí me favorecía, pues
era justamente de estos sectores ultranacionalistas que yo tenía que depurar a mi partido.
Los objetivos de afuera y de adentro era golpeamos, debilitarnos, infiltrarnos, desgastamos. Había
priístas de alma y otros que eran de cuerpo y bajo la mirada del país, se ponían de acuerdo y
conspiraban contra mí. No hubo durante 1988 enemigo pequeño; los mítines y actos públicos, cada uno
eran un riesgo, porque en cada uno surgía el grito 'de ¡Cárdenas! o las rechiflas contra mí. Detrás de
cada una 'de 'esas provocaciones, estaba el viejo aparato ayudando al hijo del General, estaba La Quina
y otros dirigentes sindicales, que por primera vez "dejaban a sus compañeros en libertad de votar". Era
fácil sentir que el viejo aparato trabajaba en contra mía, lo cual me obligó a modificar el discurso y la
estrategia en varios sentidos: primero tuve que cambiar de interlocutor. Ya no eran los hombres de
negocios o los capitanes de empresa los que estaban en disputa, sino la base social, el voto duro del PR!,
la clase media, la opinión pública, la ciudadanía, el voto mayoritario.
(Acuérdate, hermano, que por ti me mearon en La Laguna: Tú me aseguraste que todo estaba bien y que
el trabajo anterior de Hugo Andrés Araujo y Línea Proletaria garantizaban el respaldo. Pero me fallaste,
como fallaste otras muchas veces. ¿De dónde heredaste lo mentiroso? ¿De mi madrina Mariquita? ¿Del
tío Guillermo, que nos contaba las mentiras más inimaginables, de los cerros hechos por la oreja de un
gigante o las palabras congeladas del pueblo por el frío que se convertían en palabrería al salir el sol?
Te hiciste muy mentiroso, Raúl, y eso te perdió, porque nunca querías aceptar tus responsabilidades y
aprendiste a vivir a mi sombra y, por eso, por poco me linchan en La Laguna.
Yo no sé dónde te volviste tan débil y dónde dejaste tu propio carácter para andar en todo sin hacer nada
y pasarte de conspirador a hombre de negocios. Ahora ya nadie te cree nada y por eso ha sido muy
difícil probar tu inocencia, porque engañaste a todos con tus mentiras.
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Lo que no puedo olvidar es que por ellas, los campesinos de La Laguna me mearon y yo tuve que
sonreírles mientras me acordaba que de ese acto tú eras el responsable.)
El otro viraje fue a raíz de que yo había pensado prescindir del gran aparato del acarreo y hacer una
campaña para recoger planteamientos en foros pequeños de opinión; sin embargo, la presión del hijo del
General y las plazas llenas, le dio armas al viejo aparato, y lo cuantitativo nuevamente se convirtió en el
criterio de campaña, pero ahora no como simple rutina y folclorismo, sino como parte de una
competencia. Tengo que reconocer que esto significó que el hijo del general Cárdenas y mis enemigos
internos me llevarán a su terreno y a su propia estrategia, obligándome a cambiar la mía. Fue quizás el
primero, pero también el único y último triunfo del viejo conservadurismo estatista; la única y *ultima.
vez que se impusieron. El costo interno de esta concesión significó un relativo fortalecimiento de la
vieja estructura política donde de nuevo juntaron fuerzas los viejos diazordacistas, como Corona del
Rosal y Rodolfo González Guevara, los echeverristas, los lopezportillistas, toda la vieja clase política
que veía en mí no a un usurpador, sino a un advenedizo. Extrañamente para éstos, pese a sus
coincidencias discursivas con el hijo de Cárdenas, para ellos era su enemigo fundamental, porque pese a
todo, había violado, desde su punto de vista, el código de la lealtad, postulándose contra el PRI.
Gracias a este arcaísmo de cofradía, el hijo del General era el enemigo y no yo, aunque contra mí
tuvieran más motivos. Esta animadversión que yo atraía, era la resistencia al cambio en unos y en los
otros, se justificaba como un apoyo "institucional", era el costo anticipado de haber allanado el lugar del
Príncipe, sin haber hecho compromisos con nadie; fue un tácito abandono de mi candidatura pues antes
de la elección en el mismo PRI, ya me consideraban un usurpador.
Éramos pocos, pero bien organizados y dispuestos a dar la batalla, No íbamos a entregar el poder,
estando tan cerca de él y eso nos unió más. En ese momento no había tiempo ni espacio para las
diferencias y cada uno ponía lo mejor para resolver los grandes retos de la elección. El presidente De la
Madrid dudaba y eso nos golpeaba. Sin embargo, sabíamos que detrás de las presiones y chantajes
internos, también existía la fuerza de la inercia y el instinto de conservación de esa clase política, que no
se concebía como clase, sin tener el poder. De mi triunfo dependía también la suerte de ellos y por eso
aprendimos rápidamente a valorar el apoyo por instinto, ser los representantes de un rebaño
desconocido que sólo sabía pedir mediante el chantaje. Si bien nos seguían por su propia supervivencia,
la batalla siguiente sería por aplastarnos o someternos. Ellos consideraban que éramos débiles y que los
necesitábamos para estabilizar y gobernar y, por tanto, su triste posición se transformaba como si
tuvieran derecho a todo y nosotros les debiéramos algo.
(La mamá de Rubén Figueroa le decía —contaba papá— que en la política los amigos son de mentiritas,
pero los enemigos son de a deveritas. Nosotros estábamos rodeados de puros amigos de a mentiritas a
los cuales no les faltaron ganas a muchos de ellos, de intentar cambiar de candidato por la mala y esto
casi sucede en La Laguna. ¿Sabes?' Aquí entendí que pese a las facultades del presidente para nombrar
a su sucesor, este poder se vuelve consenso, cuando se deposita en un grupo distinto, pues una ley
oculta del presidencialismo establece la alternancia. La ley del péndulo.
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La reacción contra mí es que don Miguel había violado esta ley y con ello, daba a un grupo 12 años de
poder y a otro 12 años de espera. Para esta ley, la continuidad es un delito y, por eso, cualquiera que
fuera mi decisión dentro de seis años, sería rechazada, vetada. Me acusarían de querer mantenerme no
12 sino 18 años más y no faltaría algún estúpido entre nosotros que los amenazara hasta con 24. Creo
que mi candidatura violó esta ley y por eso, pasó lo que pasó a los seis años, cuando yo nombré a mi
sucesor entre uno de los miembros del grupo compacto.)
A medida que la campaña transcurría, los problemas nos compactaban y la capacidad de negociación
lentamente se desarrollaba, pues ciertamente hacia adentro no teníamos todos los contactos ni la
información. Primer paso: había que mantener la calma en Estados Unidos, en los centros financieros,
en el Ejército y los principales grupos económicos del país. Había sitie asegurar nuevas cuotas al viejo
aparato sindical dándole garantías a Fidel Velázquez, La Quina, Barragán Camacho, quienes
encabezaban las fuerzas del chantaje. Detrás de ellos estaba Manuel Bartlett y Fernando Gutiérrez
Barrios desde Veracruz, acechaba, teorizaba sobre nuestra debilidad, me rodeaba de espías, me
organizaba emboscadas y asonadas en los mítines. Todos se adherían al deporte de la filtración de
información, correr rumores, crear pesimismo y generar miedo ante la ola cardenista. Ellos regulaban la
fuerza del partido y del gobierno e impedían el despliegue de nuestra campaña.
¿A quién recurrir? ¿En quién apoyarse? Mi fuerza fueron los gobernadores. Mi relación con ellos desde
la SSP creó las condiciones de una alianza superestructural por encima del partido, era el momento de
capitalizar las lealtades tras el manejo del presupuesto y de abrir una brecha dentro del partido a partir
de los jefes políticos natos de las regiones. Los gobernadores, desde entonces, fueron una base
importante para el control político, en sustitución de las funciones tradicionales del secretario de
Gobernación; era el momento de hacer valer el trabajo del viejo topo.
Bartlett, durante la campaña, y Gutiérrez Barrios, durante mi sexenio, se convirtieron en la cabeza de
playa de todos nuestros adversarios internos. Se podía prever con ellos "un choque de trenes", pero en el
patio de nuestra misma estación, aunque yo sabía que no era el momento y que su remoción y
sustitución dependía de mi propia fuerza y de crear otras alianzas a fin de reducir el peso de su apoyo y
el costo de sus chantajes. Contra ellos uní a los gobernadores y establecí la alianza con ellos; con esto,
les dividí las lealtades, lo cual no me costó mucho, ya que nosotros teníamos desde ese momento el
control del presupuesto a los estados a través de Pedro Aspe, quien me sustituyó en SPP. El mismo
Gutiérrez Barrios estaba en mis manos.
Más adelante, este comité central de gobernadores me ayudó a desarticular al cardenismo, el cual se
constituyó inicialmente como una federación de caudillos regionales que sólo reconocían al hijo de
Cárdenas como su líder, pero a nadie más. Los gobernadores fueron una red excelente para
descentralizar la fuerza cardenista, mientras que ellos y nosotros manteníamos una estrategia altamente
centralizada. Esta política a través del comité de gobernadores se prolongó hasta 1994 y frenó durante
todos estos años la consolidación del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Comprando,
hostigando, reprimiendo, uno a uno fueron cayendo los territorios cardenistas en manos del hijo del
General y Muñoz Ledo.
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La presencia de los adversarios en el propio gabinete del presidente, en el Comité Ejecutivo Nacional
del PR, en el IEPES y el Comité de Campaña, nos obligó a construir una estructura paralela desde la
misma campaña. Córdoba y Camacho fueron los responsables de esta tarea y a ellos se agregó luego
José Francisco Ruiz Massieu y Luis Donaldo Colosio. Ellos coordinarían a los gobernadores afines y
negociarían con los sectores las listas de candidatos a diputados, senadores y asambleístas (ésta sería su
primera elección). Con el general Arturo Cardona, del Estado Mayor Presidencial, íbamos estableciendo
tanto el control de los otros aparatos de seguridad como mi seguridad misma; él debía rendir por igual
información tanto a mí como a Córdoba. No faltaron los recelos por esto último, pero luego se fueron
afinando hasta terminar en una excelente amistad y alianza entre ambos contra el secretario de la
Defensa. La elección del general Arturo Cardona fue mía, luego de mantener amistad desde 1973 en
Washington, donde tenía el cargo de ayudante del agregado militar en nuestra embajada. Cuando yo
estudiaba la maestría, él llevaba un curso en el Pentágono en el Colegio Interamericanas de Defensa, y
pude muchas veces platicar y discutir con él en torno a las políticas de Seguridad Nacional ante los
cambios mundiales. Desde el primer momento y a fin de garantizar mi seguridad, yo solicité al
presidente que me designara a Cardona como sucesor del general Bermúdez, lo cual creó un buen
presagio, pues todos ellos pertenecían al mismo grupo de oficiales que se venían relevando la jefatura
del Ese, desde el gobierno de López Portillo en que desplazaron a los secretarios de la Defensa del
control de esta posición.
La otra gran negociación delicada fue con Emilio Azcárraga y los principales directores de medios
periodísticos, los cuales me demostraron una mayor docilidad de la que yo esperaba. Ya para entonces
los adeudos de papel a la paraestatal PIPSA (Productora e Importadora de Papel) eran tan voluminosos
que todos, aunque con distintas interpretaciones del compromiso y el mensaje, se comprometieron no
conmigo, sino "con la estabilidad". Aquí hubo muchos que se tuvieron que tragar muchas intenciones
pues los medios escritos eran aliados naturales del conservadurismo estatista por su alto grado de
dependencia financiera. Los dueños de los periódicos —contra lo que se cree— se ponían nerviosos
cuando yo les pedía una actitud crítica e independiente, pues esto se interpretaba como una declaración
de guerra. Estaban acostumbrados a que, entre más dependientes, más seguros, entre más cercanos al
gobierno y sus necesidades, más confiados.
Con don Emilio Azcárraga las cosas fueron distintas: la alianza se estableció rápidamente, pues no
necesitó muchas palabras para entender que mi sexenio sería el momento de la revolución tecnológica
y, si iba haber modernización, ¿no era la televisión el símbolo perfecto de una reforma modernizadora?
Inmediatamente nos entendimos y nos profesamos lealtad y protección. Esta alianza era fundamental y
valía por muchas otras juntas, porque la lucha sería dura y había que tomarla con firmeza para vencer y
mantener divididos a nuestros adversarios. Don Emilio coincidió que esa era una tarea muy importante
y de inmediato se puso a trabajar en ella, levantando la primera campaña contra el hijo del General,
usando como voceros a mis propios adversarios políticos dentro del PRI. Con esto garantizábamos
profundizar sus diferencias e impedir una eventual alianza entre ellos.
(¿Lo recuerdas, hermano?, lo leímos por primera vez juntos en nuestro viaje a Europa y luego lo tuve yo
en mi cuarto en Cambridge, porque me parecía el mejor pensamiento de Rudyard Kipling: Acostado en
la cama o mirando el Charles River desde la ventana, lo leía en voz alta mientras pasaban los equipos
de canotaje de las universidades de Boston, Harvard, EMT y Cambridge.
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Su fuerza colectiva, su sincronía, su armonioso remar me inspiraba para pensar en la política y ganar
sobrellevando las flaquezas, las dudas, los errores. Pensaba en lograr hacer que un equipo fuera como
un solo hombre, moviéndose coordinadamente y al pensar en México, en sus formas de hacer política,
me parecía que un equipo así, por pequeño que fuese podía arrastrar a todo el país a dónde quisiera."If'
eran muchas condiciones y ahora lo tenía claro en medio de la campaña de 1988, en donde teníamos
que luchar contra varios enemigos al mismo tiempo. ¿Lo recuerdas?
Años después he sabido que este mismo poema era el favorito del Che Guevara y de esta afinidad
descubrí que los dos éramos grandes internacionalistas y buscábamos la integración del mundo y
estábamos dispuestos a luchar en cualquier lugar donde necesitaran de nuestros modestos esfuerzos.
Si puedes estar firme cuando en tu derredor
todo el mundo se ofusca y tacha tu entereza;
si cuando dudan todos fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes excusar tu flaqueza;
si sabes esperar y a tu afán poner brida
o blanco de mentiras esgrimir la verdad
y siendo odiado al odio no darle cabida,
y ni ensalzar tu juicio ni ostentar tu bondad;
si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey,
si piensas y el pensar no mengua tus ardores... .
..si puedes mantener en la ruda pelea
abierto el pensamiento y el músculo tirante...
...y si puedes llenar los preciosos minutos
con sesenta segundos de combate bravío
tuya es la tierra y todos sus codiciados frutos...
...y lo más importante, serás hombre, hijo mío.
Ojalá lo tengas colgado en tu celda, para que no se te olvide por qué eres un preso político, que
luchamos por ti, hermano querido.)
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No hay adversidad pequeña, creo yo. Lo que a veces sucede es que sobrestimamos a nuestros enemigos
y nosotros mismos somos los que construimos nuestras propias debilidades.
1988 fue para mí el año de la guerra y las grandes batallas. Pero de ahí logré construir la gran fuerza
transformadora que cambió el país e hizo de mi gobierno una obra que cambió a profundidad no sólo a
México, sino al continente. Controlado el aparato del partido, los medios de comunicación y la
estructura de la transmisión del poder, lo demás era una guerra virtual, un cálculo subjetivo de mis
adversarios. La guerra real yo la gané desde 1987 y las movilizaciones en las plazas, los grandes mítines
cardenistas, no me intimidaron nunca. Ha sido tanta mi fuerza, que en mi gobierno no hubo
devaluaciones, aunque yo sí decidí la de diciembre de 1987 y fui responsable indirecto de la de
diciembre de 1994.
El Frente Democrático Nacional, ya para marzo, era una bola de nieve que crecía con toda la pedacería
del país. Manuel Bartlett había dejado libremente a nuestros viejos partidos paraestatales, como el
PAHM y el PPS, para que decidieran por ellos mismos a su candidato; convalidó el cambio de nombre
del PST a Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFRN), dándole el registro a
Aguilar Talamantes, hombre de confianza del gobierno, muy allegado a don Luis Echeverría, quien les
daba recursos del presupuesto a él, Jesús Ortega y Graco Ramírez a través de Imecafé (Instituto
Mexicano del Café) a través de Fausto Cantú Peña, quien se pasó varios años en la cárcel por ello.
Cantú Peña decía: "Mi primera decisión corno director del Imecafé, fue un acto de peculado, ordenado
por el presidente Echeverría y yo acepté". Por esta falla de control interno de Gobernación, el hijo de
Cárdenas, en un golpe de mano sorpresivo, se convierte en el candidato del PARM y luego del PFCHN
y luego del PPS. La izquierda, con su tradicional sensibilidad de elefante, cree como siempre que es
más importante su aparato que la política y se niega a unirse en un principio. Esta tardanza, sin
embargo, no sólo era insensibilidad, sino un esfuerzo muy grande de Graco Ramírez, de Jesús Ortega y
Manuel Terrazas, amigos de Bartlett, que ya para abril pensaba que se le había pasado la mano y no
sólo peligraba yo, sino él y los suyos. Ayudaban a la tardanza por otras razones el Búho (al cual
simplemente le caía mal el hijo de Cárdenas) y viejos comunistas que si ya se habían equivocado una
vez en 1934, ante el gobierno de Lázaro Cárdenas, querían ahora repetir la hazaña. Éstos que rodeaban a
Heberto Castillo sembraban intrigas en terreno fértil, pues don Heberto se había lanzado a una campaña
contra el hijo del General en todo el país, insultándolo, retándolo, reclamándole que quisiera usurpar un
lugar en la izquierda que sólo se consigue ahí por escalafón. Para Heberto, el cardenismo se volvió su
maldición, se convirtió en esa época en un socialista ortodoxo a fin de mantener una 'mínima cohesión
mediante la misma táctica que seguíamos dentro del PRI contra el hijo del General: profundizar las
diferencias entre sus aliados potenciales.
Memorias de un Líder
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Nosotros apoyábamos con todo, desde la oficina de estrategia de Córdoba y Camacho que Heberto era
un verdadero socialista, firme de principios ante el oportunismo priista e izquierdista; él era "un
luchador de toda la vida", que no debería ceder ante el hijo de Cárdenas. ¿Dejarían la hoz y el martillo?
¿Abandonarían sus principios y banderas? Heberto nos favoreció, anteponiendo sus intereses personales
y su retardo implicó que en la nueva corriente que se gestaba, la izquierda socialista se debilitara, pues
sólo declinó hasta que las encuestas les anunciaban hasta la pérdida del registro, lo cual ni a nosotros
nos convenía, pues era perder un grupo de operadores efectivos.
Aunque nosotros ya habíamos aceptado que Heberto declinara, su terquedad lo hizo defenderse hasta
junio con el argumento de que él tenía "más líneas ágata que Cuauhtémoc", siendo que ése había sido
nuestro trabajo y no el de él y que de esas líneas ágata en los periódicos, el 85 por ciento eran de
Heberto contra el hijo del General y por eso salían.
Lo que Bartlett soltó, los amarres que aflojó, yo los tuve que ir sustituyendo y apretando con mi propia
estructura. Una condición para ganar fue dejar de confiar en los institucionales y crear mi propia red de
operadores en el PRI, en el PAN, en el FDN y luego el PRD, en los partidos paraestatales, en las
ONGS, en los sindicatos, en los movimientos sociales, entre las feministas, entre los periodistas y los
inteletua1es. Era una construcción sobre la marcha, pues no había tiempo para detenerse a grandes
reflexiones y a cultivar dudas. La consigna era mejor equivocarme actuando, que mantenerse en lo
correcto sin hacer nada.
Al hijo de Cárdenas, después de La Laguna le ayudaron varias cosas circunstanciales e irrepetibles. Al
venir del aparato, los de abajo le creyeron y si los más pobres estaban con él, la clase media, la intelectualidad, los profesionistas, los maestros y estudiantes, se le postraron en las ciudades y las
universidades. El hijo del General era el recuerdo viviente de un pasado anhelado y, por eso, se
convirtió en el candidato de la esperanza en una opción actuante, Muñoz Ledo, convertido en un especie
de Dantón mexicano, supo interpretar que el hombre era el hijo de Cárdenas, no él y pese a su
impresionante currículum y personalidad egocéntrica, él sería la segunda figura de ese proceso. Tarea
futura, siguiendo el método utilizado con otros, sería lograr la separación entre el ideólogo, el símbolo y
el político. ¿Acaso existía un hombre sin debilidades? ¿Acaso el hijo del General y Porfirio no las
tenían? Si las debilidades de ambos crecían, chocarían en algún momento, pero para eso solicité ayuda.
El acto en la UNAM, en mayo del 88, fue el golpe estratégico de los neocardenistas sin lugar a dudas; el
mismo presidente empezó a tener miedo, pero sus temores ya eran tardíos, porque el poder ya había
sido transmitido y yo lo ejercía plenamente. Mi ventaja sólo se podía mantener si confiaba en el tiempo
y en los errores del hijo de Cárdenas y de Muñoz Ledo, que por un acto de falta de confianza en su
propia fuerza habían soltado a los partidos y se dividieron en las candidaturas para diputados y
senadores, lo cual a nosotros nos daría una sana ventaja en el futuro a la hora de que la decisión pasara
de las urnas a los órganos electorales. Ellos, al crecer, ya no nos observaban, pero nosotros sí y con
detalle, pues una buena estrategia se basa en la observación del enemigo y sus errores posibles.
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El país quería algo, un nimbo, un cambio y creyó que el viejo régimen era el cambio, porque en los
últimos seis años fue testigo de la destrucción del régimen estatista. La austeridad y las actitudes
defensivas no eran la alternativa, pero el presidente De la Madrid sentó las bases para crear ese
movimiento de la nostalgia, una segunda revolución que luchaba para regresar al pasado después de la
zapatista. ¿Hacia dónde el cambio? ¿Hacia el futuro o hacia el pasado? Ahí estaba precisamente la
disputa.
El viejo aparato, una vez derrotado en octubre de 1987, intentó derrotar-me por afuera con un candidato
como el hijo de Cárdenas; el hijo del General se convirtió en su alter ego, en el candidato de su
subconsciente, en su nostalgia. Los más doctrinarios y desplazados miraron hacia el hijo de Cárdenas,
los más pragmáticos y autoritarios hacia mí. Pues más allá de la ideología o la disputa por el futuro, en
el presente era una lucha de intereses por permanecer en el poder.
Después de la elección, unos y otros dentro del PRI, no pudieron cobrar las respectivas facturas, pues yo
utilicé mi debilidad extrema, para no pagarles, obligándolos a cerrar filas contra el peligro que
representaban los votos del FDN contra todos. Pasado el 6 de julio, el tiempo corría contra los
cardenistas y yo me fortalecía adentro y afuera, ganando batallas contra los (los ejércitos: el de la
reacción neocardenista y el de los traidores internos.
(Hermano, gracias a la estrategia de dividirlos y enfrentar a nacionalistas revolucionarios de afuera
contra nacionalistas revolucionarios de adentro, logramos impedir una reunión cumbre entre Echeverría,
López Portillo y doña Amalia Solórzano, para apoyar al indio y unirse en contra mía. Pero Echeverría
siempre fue un cobarde incapaz de. levantar la voz por una convicción y López Portillo escribiría en
forma tan críptica que nadie le entendería y no abriría la boca hasta 1997 con su libro Umbrales en que
escribió 14 renglones contra Miguel de la Madrid por haberle dicho a su hijo que "en lo personal
amistad, pero en lo político justicia". ¿Qué haría López Portillo sí le hubieran hecho lo que me han
hecho a mí? ¿Guardaría silencio si le encarcelaran injustamente a su hermano?
Aquella cumbre no se realizó, porque Echeverría y López Portillo le tuvieron miedo a doña Amalia, es
la verdad. Pero eso no quitó que me siguieran intrigando por su lado, pues doña Amalio les parecía muy
radical y su nacionalismo revolucionario no llegaba hasta donde llegaba ella. ¿Su justificación?: que
ellos eran "institucionales".). El hijo de Cárdenas, Muñoz Ledo e Ifigenia tuvieron una gran sensibilidad
política para escoger el momento de la ruptura y para unir apoyos; reconozco su cálculo.
Indudablemente, su gran fuerza era la diversidad política que unieron, la espontaneidad de su táctica, la
austeridad de su imagen y... hasta el desorden de sus actos. Alejandro Caballero, un periodista, diría: "a
Cárdenas hasta lo que le hace daño, le ayuda". Pese a su viejo discurso, elemental, de civismo de tercer
grado, perdido en las conquistas de la Revolución Mexicana y el proyecto nacionalista revolucionario,
el efecto era levantisco, pues el hijo del General no era un candidato, sino un estado de ánimo de
revancha, vengativo, de infidelidad pública entre el PRI y su clientela dócil que le había proporcionado
votos por más de 70 años. El país no estaba cansado del viejo orden, sino de los golpes propinados a lo
largo de 12 años de crisis y austeridad y, por eso, no se trataba en principio de anunciar una revolución
y cambios políticos radicales, sino simplemente decir y 'demostrad que el sacrificios iba a terminar..
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El hijo de Cárdenas y yo teníamos parte dé lo viejo y parte de lo nuevo, pero resulta que siendo yo el
extraño, el hombre inoportuno en ese encuentro romántico entre el pueblo tricolor y el hijo del General,
yo gané, porque lo desconocido es nuevo y. pese a ser el candidato del PRI, era yo en realidad la
irrupción del cambio, mientras que el hijo de Cárdenas era lo malo por conocido. Futuro y pasado
chocaron en confusa batalla el 6 de julio y la gente al votar por el cambio votaba por lo viejo y al cruzar
el símbolo de lo viejo, en realidad votaba por el cambio.
Quizá la gente quiera democracia, es una buena idea, es sano, pero antes que todo, la gente quiere
comer bien, vestir bien y ,eso lo perdió de vista la dirección cardenista, que no supo interpretar que lo
que simbolizaba no era un nuevo maderismo, sino la aspiración a la seguridad social, el empleo, el
salario, la educación. Pasado el 88, quisieron ser dirigentes de la clase media, de los empresarios,
porque para ellos lo que veían arriba es lo que consideraban corno estabilidad y poder. En ese error,
perdieron su fuerza y la perspectiva del país.
Aquel 6 de julio, el país se dividió entre la experiencia de la gente y la visión de los medios. Al final se
impusieron la versión en la televisión y la radio, no porque hubieran convencido, sino porque
sembraron la duda sobre el triunfo del candidato del FDN. La gente tenía un acta en la mano en que
ganaba el hijo del General, pero al mismo tiempo veía repetir una y otra vez a De la Vega Domínguez
gritar "triunfo claro inobjetable y contundente".
A partir de ese momento de duda, mis alianzas fueron creciendo los que fueron arrastrados
involuntariamente al neocardenismo iban haciéndese a un lado para ganar la orilla y salirse de la
vorágine populista que llenaba las calles, sin dirección, sin coherencia. Ya todos tendrían su respectiva
autocrítica para justificar los coqueteos con el hijo de Lázaro Cárdenas y Muñoz Ledo y regresar al redil
oficial, diciéndose engañados, traicionados, "porque el hijo del General se rajó y no llamó a tomar las
armas".
Desde el principio intentamos dividirlos, pero era difícil. Para mí no era lo mismo el hijo de Cárdenas
que Muñoz Ledo, pero juntos y combinados eran dos polos que generaban energía. Porfirio sin el hijo
del General, difícilmente podría enraizar en la confianza popular, mientras que el hijo de Cárdenas sin
Porfirio se convertía en una fuerza demasiado ética, muy firme pero sin dinamismo. Siempre creí que su
combinación era lo más peligroso, porque se habían unido él símbolo del nacionalismo ortodoxo con
uno de los políticos más destacados de la socialdemocracia.
Durante la campaña de 1988 las lealtades de ambos fueron un muro de granito, dos temperamentos
diferentes, uno Tauro y otro Leo. ¿Con cuál negociar? El eslabón más débil fue Porfirio y esto lo
condujo a perder la sensibilidad original pretendiendo cabalgar sobre la expectativa social, para
convertir el problema del país en un problema esencialmente político y de la clase política. En esto,
Porfirio arrastró al hijo del General, junto con un grupo que los convenció de que la democracia sin
adjetivos era la tarea central, mientras a ellos mismos se les desdibujaba su proyecto.
Yo no tenía más alternativas que ganar. Pero en el PRI empezó a gestarse un ambiente de preocupación
y de pesimismo que peligraba extenderse a todo el país. Los gobernadores informaban, los sectores se
comprometían con cuotas de votos y Fidel Velázquez anunció que ellos aportarían 20 millones (en total
obtuve nueve). El exceso se convirtió en burla, "20 millones ja, ja, ja. 20 millones, ja, ja, ja, ja".
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Los informes sobre la estructura territorial en varias partes del país como la capital, Baja California,
Veracruz, Guerrero y Michoacán, eran de desastre, pues el partido ya no controlaba el padrón ni a
nuestros militantes. La estructura partidaria se había derrumbado y ahora lo que teníamos era un ejército
de infiltrados en nuestras filas. Toda la estructura de la información bajo la responsabilidad de la
Secretaría de Gobernación estaba alterada y no era confiable, pues hasta los informantes empezaban a
simpatizar con el neocardenismo. Cada acto público, para Mi era un riesgo, una sorpresa, un agravio.
En los mítines de mis partidarios me gritaban ¡Viva el hijo del general Cárdenas! y al romper filas en
los mítines, ya de espaldas, los acarreados tiraban mi propaganda y se unían en coro gritando
"Cárdenas, Cárdenas". Yo me daba cuenta porque veía, mientras todos me decían que las cosas iban
muy bien y que íbamos a ganar.
Córdoba se encargó directamente, junto con los gobernadores, de integrar un paquete de resultados por
estado en caso de que la votación nos fuera adversa. Necesitaríamos 24 horas para organizar el flujo de
resultados, independientemente de cómo fuesen, pues no sólo se trataba de ganar, sino necesitábamos
ganar con un 51 por ciento en un escenario muy dividido por el FDN, el PRI y el PAN.
'Para junio, el reto era muy claro. El enemigo a vencer era Cárdenas pues había ya desfondado a
Manuel Clouthier, cuyo ascenso desde 1983 era sostenido y se preveía que sería mi principal opositor.
Ahora el problema era que no me desfondaran a mí y se pasaran de largo del tercer al primer lugar.
Las coincidencias programáticas con Acción Nacional se tradujeron en avances electorales para ellos,
frenando "el fraude patriótico" que varios promovían no sólo desde la Secretaría de Gobernación, sino
de la intelectualidad. Atentos a las necesidades del poder, Héctor Aguilar Camín y su grupo teorizaban
en contra del avance de la derecha, el daño que harían, etc., y con ellos abrían la justificación a qué se
tomaran medidas de Estado contra el panismo en el norte, principalmente en Chihuahua donde el
fenómeno Francisco Barrio y el neopanismo levantaban la revuelta electoral, ciudadana y empresarial
más importante de los últimos años. El gobierno, acostumbrado a la presión electoral en Juchitán con la
COCEI y el PSUM desde 1981, no pensó en un ascenso del PAN en Chihuahua en 1983, luego de que
este estado se hubo sumido en el abstencionismo y la apatía política por más de diez años. El discurso
separatista del PAN y anticentralista, creó la reacción en favor del "fraude patriótico" que dividía a
nacionalistas y demócratas de la cintura para abajo y la cintura para arriba. Enrique Krauze, desde "la
derecha" dirían Aguilar Camín y los intelectuales nacionalistas revolucionarios, llamaba a luchar por
"una democracia sin adjetivos", lo cual enloquecía a los teóricos que no podían imaginar el concepto de
democracia sin ideología.
Yo jugué un buen papel en aquella disputa de amplias perspectivas, pues para esos años la SPP
contrapesaba las posiciones de Gobernación en manos de Manuel Bartlett dispuesto a todo con tal de no
dejar pasar al PAN. Desde mi visión, había que trabajar la conciliación histórica con este segmento
político, pues de ello dependería la reconversión futura del país, para la integración y el neoliberalismo,
Cada ataque doctrinario del PRI contra el PAN, yo lo recogía desde entonces, pues coincidía con el
espíritu de colonizador del neonazismo. Aproveché pues mi influencia con los gobernadores a través del
presupuesto (Saúl González Herrera, un masón dispuesto a todo con tal de "frenar a la derecha") para
obligar a una negociación con el PAN que significara la transición.
Memorias de un Líder
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De estos acuerdos "ganó" Fernando Baeza, tan católico y de derecha como don Luis H. Álvarez,
dejando establecido lo siguiente: el hombre proviene del sistema, pero la orientación del gobierno es de
ustedes. A Mí me interesaban los cambios; no los hombres y pór estratégica mente, se le abrió el paso al
PAN y por otra se inició el experimento neoliberal en Chihuahua, como lo jugó Chile en 1973 para el
mundo y el continente.
Una fuerza en ascenso como el PAN favorecía los cambios y justificaba internamente en el PRI,
muchos cambios en la estructura del sistema, que a nosotros solos nos hubiera costado fracturas internas
mayores a la de la Corriente Democrática. En esas estábamos, desde mi punto de vista un bipartidismo
acotado, coincidente ideológicamente entre el PRI y el PAN, cucando apareció el ADN y el hijo de L.
Cárdenas. Clouthier, hombre de principios y de acción, estuvo lleno de desconcierto, pues perder frente
al FDN era perder hacia dentro de su propio partido, lo cual significaba ir al esquema de la alianza
estratégica con nosotros, pero sin fuerza; era perder para todas partes, pues Clouthier era del PAN, pero
no necesariamente su sentimiento estaba con el panismo histórico dispuesto ya a una alianza con
nosotros a raíz de la negociación en Chihuahua.
Clouthier tenía algo que lo identificaba al neocardenismo en lo político y lo económico, pues era
también un protector del anacrónico sistema de subsidios, como representante empresarial de un sector
crecido a la sombra de los apoyos del Estado y, por tanto, un defensor del proteccionismo industrial,
nacionalista por conveniencia. En lo político, planteaba crecer por sus propios méritos pues la alianza
con nosotros, "el sector moderno del PRI" no le inspiraba ninguna confianza. Por estos motivos se
ahondaban las diferencias con don Luis H. Álvarez, presidente nacional del PAN y un hombre que
emergía con fuerza desde el centro del país, abogado, pragmático y audaz, llamado Diego Fernández de
Cevallos.
El PAN no era mi enemigo, pero el proyecto de Clouthier sí, y por tanto, él era un obstáculo para la
nueva recomposición de fuerzas. Más identificado programáticarnente con el neocardenismo dentro del
PAN, Clouthier fue la primera víctima del FDN y el populismo que lo desplazaron hasta el tercer lugar.
La lucha entre Clouthier y Cárdenas en 1988, era en cierto sentido la disputa contemporánea entre
Lázaro Cárdenas y Gómez Morín en 1940, pero ahora proyectados como neopanismo y neocardenismo,
que más que reivindicar "lo nuevo", reivindicaban el origen de sus proyectos.
Yo y mi candidatura no éramos tampoco la representación de ninguna ortodoxia de la Revolución
Mexicana, sino el neoliberalismo integrista, que buscaba abrirse 'paso en esa maraña dé pasado y
proyectos nacionalistas y populistas.
Frente a una negociación PRJ-PAN, el neocardenismo se metió por la fuerza a la negociación, pero no
quiso sentarse a la mesa. Yo estaba por encima de todos, de la disputa entre nacionalismo
revolucionario y democracia liberal-cristiana; entre nacionalismo e intervencionismo; entre jacobinismo
y clericalismo; entre estatismo y meros intereses privados. Mi proyecto era cualitativamente superior a
ambos y, por tanto, la disyuntiva de todos era limitada y falsa para el país. Cada uno proponía piezas
separadas de un enorme rompecabezas que sólo yo, Córdoba, Camacho y el grupo sabíamos cómo se
armaba. En el PRI había confusión y nadie intervenía (salvo los traidores emboscados) pues estibamos
en el centro de la batalla.
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No obstante, Cárdenas crecía y extendía los lazos de la resistencia patriotera hacia la población y la
situación empezó a tornarse difícil si continuaba deteriorándose mi propio aparato político y no
lográbamos restablecer apoyos y alianzas. La emergencia me hizo sacar la casta, el alma guerrera y con
la cabeza asumí el reto para mantener el equilibrio y la frialdad del manejo de mi estrategia y los errores
de ellos. ¿Dónde estaba el peligro? En el abandono del aparato y las provocaciones internas, que
hicieron que la fuerza neocardenista pasara de las antiguas zonas de influencia del general Cárdenas a
las ciudades y ahora la imagen atacada y exorcizada por los medios creciera como un Cristo. Esta
resultante empezó a cautivar a los jóvenes, a los estudiantes, intelectuales, artistas, profesionistas y
maestros. En la UNAM, desde el año anterior, en 1987, el espíritu triunfalista campeaba y aún no
desfogaba toda su fuerza, pues el triunfo del Consejo estudiantil Universitario, CEU, se había logrado
antes de que hubiese síntomas de desgaste. El triunfo del CE fue la base anímica del hijo del General en
la UNAM, lo cual tuvo un efecto dominó en todos los centros de enseñanza superior en el país. El
fenómeno rebasaba los límites de la izquierda y no era difícil ver antiguos enemigos políticos e
ideológicos acérrimos, ahora juntos del brazo, en la exaltación nacionalista contra mí y en apoyo al hijo
de Cárdenas.
El doctor Carpizo en varias ocasiones me lo advirtió, pues yo mantuve contacto con el a raíz de la
revisión del presupuesto y al comentar sobre las resistencias a su reforma universitaria, aparecía el
mismo viejo sector "nacionalista" que defendía la "autonomía" y el status universitario, por defender sus
propios privilegios. Tanto desde el gobierno como desde la universidad y otras instituciones, la
resistencia crecía en contra de la posibilidad de cambios y desde las trincheras empezaba la cuenta
regresiva de la gran batalla.
Todo esto venía en el fondo como consecuencia del terremoto de 1985 y pese al gran trabajo hecho por
Camacho y Aguilera, empezaron también a surgir brotes de identificación con el neocardenismo. Justamente el día en que México recibía el premio internacional en Londres por su esfuerzo en la
reconstrucción de vivienda popular, ese mismo día partía hacia Los Pinos una manifestación de más de
30 mil personas demandando vivienda y exigiendo atención gubernamental. Un movimiento desde los
barrios centrales de la capital aprovechó el momento de confusión en el gobierno y puso a la ciudad
nuevamente en movimiento como nunca. De más de 800 colonias del Valle de México, se concentraba
la gente para censarse ante oficinas instaladas por agitadores profesionales. Los dos Manueles (Aguilera
y Camacho) los conocían, trataban con ellos y garantizaban que éstos no apoyarían al hijo del General
ni a Muñoz Ledo, pues provenían de los sectores más fundamentalistas de la izquierda. Una cosa era
que apoyaran a Heberto o doña Rosario, pero otra muy distinta que se sumaran a un conflicto dentro del
PRI. Camacho se entrevistó con ellos para interrogarlos y pedirles que su lugar estaba en la izquierda y
que para ganar espacios en la gestión, no deberían contaminar un movimiento como la Asamblea de
Barrios, haciéndolo un movimiento político. Camacho me dijo que habían aceptado, pero resultó lo
contrario y por un momento hasta dudé de Camacho y sus versiones. Al poco tiempo después supe de la
existencia de un enmascarado, que surgió de entre ellos y nadie sabía quién era, salvo nosotros (era
Raúl Bautista), que se había vuelto el héroe y protector de los solicitantes de vivienda e inquilinos. Por
ese enmascarado votó el hijo de Cárdenas el 6 de julio, pues Superbarrio (que así se llama aún y es una
prueba de que esa ciudad está loca) fue una de sus primeras alianzas populares con la izquierda y en la
ciudad, mucho antes de que declinara Heberto Castillo. Estratégicamente, la declinación del
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enmascarado a favor del hijo del General, estableció un reencuentro de dos escisiones en el PRI: los de
arriba con los de abajo, pues lo que veíamos como un hecho positivo, el desquebrajamiento de la
estructura del PRI, el hijo de Cárdenas la catalizó a su favor y arrastró hacia él a los nuevos
movimientos, como la Asamblea de Barrios y el CEU, que nosotros habíamos considerado como parte
de la reforma social de nuestro proyecto; pero en otro esquema; de una correlación de fuerzas distinta,
como parte de una izquierda marginal que cumpliera la función que definía genialmente don Jesús
Reyes Heroles para defender su reforma política: "Lo que resiste, apoya". Ahora en este nuevo escenario, esta unidad en torno al hijo del General, día con día producía entre estos movimientos sociales lo
que antes no tenían ni ellos, ni la izquierda: vocación de poder; este solo hecho era desestabilizador y
más cuando intentaba utilizar la vía del voto como su principal arma.
El viraje de muchos movimientos estableció un cambio cualitativo en el enfrentamiento pues ya no
estaban de por medio las elecciones como formas legitimadoras, sino la disputa entre el cambio y el
conservadurismo neocardenista. Esta suma del neocardenismo fue importante, ya que de la base del
PRI, sólo un grupo, el del líder Fernando Sánchez y su esposa la lideresa de tianguistas y taxistas Celia
Torres, lo habían seguido leal e incondicionalmente, pues provenían del lombardisrno más arcaico.
Superbarrio es una sombra permanente en la ciudad que me volteó la espalda, era una burla en contra
mía, una prueba de que los nacionalistas tenían humor, para quitarnos el nuestro. Afortunadamente
logramos poco a poco aislarlos, combatirlos y para nuestra fortuna y sorpresa no había quién los
defendiera. Superbarrio con su máscara inaugura el uso consciente de los medios de comunicación por
parte de los movimientos populares y su presencia junto al hijo de Cárdenas, se convirtió en una
imagen, un icono de la llamada "revolución democrática" que nos amenazaba, regresamos al pasado.
(Tú nunca me hablaste de esos grupos, Raúl. Me decías que sabías todo Y que los conocías a todos y no
me supiste decir quién era el enmascarado. Superbarrio te sorprendió a ti también porque tu esquema
era otro, el que aprendiste con Bettelheirn en París, el esquema que desarrollaste con Beato Anaya y
Orive en Monterrey y Torreón. Ni tú ni nadie me sabían decir exactamente qué era lo que pasaba y yo
tuve que guiarme con mi pura intuición. Estaba frente a un caso de simbolismos y nadie me asesoró en
eso. ¿Quién era Superbarrio? Me lo dijo doña Rosa cuando pasé como candidato por Monterrey: me
dijo que "el enmascarado había sido un tlatelolca que había resistido en un islote en 1521 y que solo y
cercado se burlaba de los españoles que lo rodeaban.
Aquel guerrero seguía matando españoles con su honda y cuando los españoles recargaban .los
mosquetones, salía, a burlarse 'de ellos con máscaras diferentes 'y mordiendo un hueso de guajolote que
hacía días se había comido como único alimento. Este guerrero por fin murió, repitiendo la consigna de
su padre Cuauhtémoc que les ordenaba apagar los fogones y enterar todo para que no se olvidara jamás
la grandeza y la gloria de Mexico-Tenochtitlan. Años después —me dijo doña Rosa cuando la nación de
nuevo estuvo en peligro—, un ciudadano común y corriente, vecino de Peralvillo donde estuvo aquel
islote en el lago de los tlatelolcas, este al llegar a su casa sintió un fuerte viento, luces rojas y amarillas,
la repetición de la Consigna y de pronto se vio vestido como Superbarrio. Al ver pasar una
manifestación se sumó a ella y se fueron al Zócalo donde hablaba un tal Cuauhtémoc, hijo de un gran
General, era 1988".
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Todos me engañaron sin saber yo esto, siendo el hombre mejor informado; me encañaban diciéndome
que estaban controlados y que ese personaje nos ayudaría siendo abstencionista y luego me dijeron que
apoyaría a Heberto: nadie me decía que estaba aliado ya con el hijo de Cárdenas.
Éstas fue una pequeña derrota del mismo Camacho, pues no pudo neutralizar esa fuerza; se le salieron
de las manos y nadie quería reconocerlo. Tú me asegurabas que era un movimiento surgido de Antorcha
Popular, uno de los muchos grupos que formaste y no fue así. El enmascarado me siguió, nos siguió a
todos, pues en el fondo nos puso a todos nuestra respectiva máscara, como diría Rodolfo Usigli. Desde
el principio sentí el peligro y el reto, pues no es enemigo fácil un símbolo. Por eso mi primera decisión
fue no subestimarlo y usar a todos, para destruir su significado, creándole hasta impostores y enemigos
igualmente enmascarados. Fidel Herrera un día me oyó y sacó un "Superpueblo" para combatirlo.)
El 6 de-julio sería la gran batalla donde se decidiría el futuro de México. Sólo dos partidos
contenderían: el partido del pasado y el del futuro, lo demás era la ficción de nuestra propia y débil
democracia aparente; no eran una elecciones sino un referéndum, pero donde las preguntas no eran
claras, como antes había recordado: Votar por más PRI, era el cambio; votar contra los 70 años de PR,
era regresar al pasado.
Afortunadamente, el partido del pasado estaba dividido con Rosario, Cárdenas y Clouthier (izquierda,
derecha y centro); los dinosaurios del PRI estaban divididos, unos con Cárdenas y otros contra él (casi
ninguno conmigo).La batalla sería dura y a fondo.
Algunos de los viejos dinosaurios, principalmente la vieja corriente diazordacista que me eran leales,
pues veían en la situación la oportunidad para ejercer el principio de autoridad; sus razones para
apoyarme eran, extrañamente, de carácter nostálgico pero muy sabias e instintivas para la supervivencia
del viejo aparato. Ellos defendían su posición diciendo: "Todos los cambios, desde adentro: el hijo del
General es un traidor". Fueron ellos los que lanzaron la campaña de propaganda-apócrifa días antes del
6 de julio, usando los emblemas del PPS, ya que la gente no votaría por un gobierno socialista que
amenazara con expropiar tierras, propiedades, legalizara el aborto e implantara el comunismo. Carteles
por toda la ciudad aparecieron de un día para otro a fin de aterrorizar a las clases medias, los feligreses
de las iglesias, los propietarios y empresarios.
El autor de esta campaña era ni más ni menos que el general don Alfonso Corona del Rosal, experto en
este tipo de maniobras desde 1968, pero estas medidas si bien se agradecían, generaban poco efecto,
pues ya se había generalizado la conspiración popular de que el hijo del General ganaría. Pero el general
Corona del Rosal no era tan fino para saber si servía o no su campaña y siguió por la línea apócrifa
publicando desplegados en Excélsior y El Universal, donde firmaba como "J. Flores Jardines", cuyo
nombre tenía mensaje: cementerio, muerte, duelo. El 3 de julio son encontrados asesinados Gil
Hernández y Javier Ovando, uno de los principados operadores electorales del hijo de Cárdenas. Todo
jugaba contra nosotros, pues en la conciencia general, el significado de estos hechos, revelaban miedo e
inseguridad y un crimen parecía como algo desesperado por parte nuestra. Con la muerte de los dos
neocardenistas se inició una actitud en diversos círculos del PRI, protegidos de Corona del Rosal, Hank,
los Figueroa, caciques locales, gobernadores, que promovían con base en mis discursos, que la mejor y
única manera de parar la ola de traición al PRI era con la violencia.
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De esta interpretación de mis deseos y mis intenciones para aplastar el neocardenismo, muchos
neocardenistas murieron a lo largo de los seis años, mediante una guerra silenciosa, en los pueblos, las
comunidades, en los lugares donde habían ya traicionado al gobierno.
(Se disparó sola la pistola y no supimos quién lo hizo. Muchos me dijeron que habías sido tú y por mi
reacción decidiste no festinar ni reivindicar esta muerte, que nos afectó muy seriamente. Como siempre
se nos apareció la violencia y todo por querer dar ánimos a los nuestros y que tu decías que todo había
sido un accidente. Yo hablaba de aplastarlos, sí es cierto, pero era políticamente y tú decidiste mandar
matar a Ovando. Esas muertes nos causaron gran daño, pues les dio más pruebas al hijo del General y a
la población de que estábamos desesperados y dispuestos a todo. Yo estaba en desacuerdo, aunque
dijeras que yo era un blando y que "estaba dudando", porque con estas acciones los cohesionábamos y
hasta por un momento pensé que Talamantes no se uniría con nosotros, pues nosotros les dificultábamos
cambiarse fácilmente de bando.
Pero la guerra era la guerra y no había que asustarse con las durezas. Hasta parecía "guerra florida"
porque hubo muy poca violencia ya que los neocardenistas no eran prudentes, sino miedosos y no se
lanzarían a fondo. El ejército de locos, desarrapados que vivían en las plazas, los zócalos, levantando la
V de la victoria, cantando el himno nacional viendo al cielo y honrando la imagen del hijo indio, no
podía ser un ejército triunfador.
Tú estás ahora así porque te extralimitaste, hermano, y no tuviste freno desde entonces.)
El 6 de julio fue tan tenso como el día de mi designación. Todos los detalles estaban cubiertos y empezó
a fluir la votación desde la mañana. En el PRI, la inercia de los triunfos permanentes había preparado
todo para el festejo de la tarde; pues había que festejar, por adelantado y fuesen cualesquiera los
resultados. En un breve comunicado interno a mi comité de campaña, a los gobernadores y dirigentes
del partido, yo pedí a todos conservar la calma y no dudar del triunfo aunque vieran cifras malas. Ésta
no era una elección, sino una batalla por el futuro de México.
La frase de De la Vega Domínguez nuevamente se oyó falsa, como el grito desgarrador de mi
designación y nos movió a risa y burla, cuando lo oímos gritar: "¡Triunfo claro, inobjetable y
contundente de nuestro candidato!"
Durante la elección no hubo incidentes, todos los rumores de violencia fueron desmentidos, es más...
demasiada calma. Al cierre de la elección, teníamos datos de una alta votación por el hijo de Cárdenas;
muy regionalizada en algunas zonas apartadas del país o en partes de centros urbanos; pero a medida
que empezaban a llegar más resultados, la incidencia en favor de él se volvía consistente y luego al
abrirse el flujo de cifras del D.F., se vino una avalancha de votos en favor del hijo de Cárdenas que si se
daban al público, generaría un ambiente irreversible contra mí. Nos salvó en ese momento el hecho de
que la división de los partidos para diputados y senadores, daba la oportunidad de separar los resultados
para cada uno de los partidos del FDN y de esa manera, dar resultados parciales para la presidencia. Deesta manera, el PRI le ganaba a cada uno de los partidos del FDN, por separado, lo cual nos dio la
justificación para que De la Vega Domínguez gritara a voz en cuello lo del "triunfo claro..."
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A veces la historia de la salvación de un proyecto depende de dos seres más insospechados. Más que a
Bartlett, le debo a Rafael Aguilar Talamantes, hombre de una sagacidad y talento político extraordinario
que inventó no sólo el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, PFCRN (sic) y se
llevó la mayor parte de los votos neocardenistas, sino al Frente Democrático Nacional. Talamantes
sabía que no se podía ganar y ante la falta de visión práctica, él decidió hacer su propia estrategia para
ganar en este río revuelto. Talamantes es al igual que Diego Fernández de Cevallos, hombres que saben
lo que quieren y no se pierden en especulaciones y falsas probabilidades. De esta manera Talamantes
construyó la unidad con el hijo del General a fin de beneficiarse de votos, pero separó sus propios
intereses para no compartirlos con "el frente". Esto no era sólo oportunismo, sino una visión estratégica
muy fina y acertada del difícil cálculo costo-beneficio en política. Rafael había dejado una escuela
política extraordinaria en hombres como Graco Ramírez y Jesús Ortega y otros más menores, que se
han espacializado en ser operadores "sin adjetivos" y que luego de abandonar a Heberto Castillo se
hicieron "los brazos derechos" del hijo del General para rodearlo y encauzarlo administrativamente...
dicho con elegancia. ¿Cómo pretendían ganar la presidencia, si tenía de antemano perdido el Congreso?
Eso no lo vieron los estrategas del PFCRN, porque no hubo estrategas y el hijo de Cárdenas y Porfirio
eran hombres de sensibilidad y de política antigua, más que hombres con mentalidad estratégica. Su
falta de acción conspirativa, incisiva, no les permitió decantar entre sus leales y nuestros operadores que
les rodeaban y nos informaban; había días en que yo tenía hasta cinco versiones de una misma reunión
con matices diferentes, pues nuestros informantes estaban compartimentados.
Por estos informes, fuimos Sabiendo eh quién apoyarnos y a quién combatir; era como mirar al FDN y
al PRD con ultrasonido y desde adentro monitorear y hasta dirigirlo, pues muchos de ellos, poco a peco
se fueron ganando la confianza del hijo del General, hasta convertirse en amigos entrañables.
La ciudadanía percibió fallas en la consistencia del equipo humano del candidato, una vez pasada la
elección; pues la gente es más intuitiva que la misma clase política. De eso se deriva que junto a toda la
red de alianzas públicas y subterráneas que se tejieron en contra mía, estaba también agregado, el voto
de castigo contra don Miguel de la Madrid y su pobre madre.
"Solidaridad" sería durante mi gobierno la respuesta a este voto de venganza y con Solidaridad gané el
perdón de los pobres y yo también los perdoné, por el pecado de falta de lealtad el 6 de julio.
En la noche del 6 de julio, la llegada en masa de cifras contrarias a nosotros empezó a generar
incertidumbre entre el grupo compacto y hasta a Córdoba lo percibí aprehensivo y nervioso. El motivo
es que nos dábamos cuenta en ese momento, en que estábamos en manos de nuestros adversarios
internos y que así como Talamantes en un momento tuvo en sus manos el curso de la historia, como lo
tuvo Judas con el cristianismo; así Manuel Bartlett, secretario de Gobernación y presidente de la
Comisión Federal Electoral, era dueño en ese momento de nuestra suerte y el Estado. Bartlett, al
conocer la avalancha del Distrito Federal, ordenó suspender las cifras, dio como argumento "una caída
del sistema" y se retiró a su privado a darse una ducha en el jacuzzi que tenía en su oficina. Pidió le
dieran masaje, durmió apaciblemente más de tres horas, mientras el país se convulsionaba afuera. Fue
hasta que despertó y se vistió, cuando Bartlett me tomó la llamada, sabiendo que la presión en el PRI,
en el auditorio Plutarco Elías Calles, en Bucareli, en la sede de los partidos, estaba a punto de estallar.
"Queremos negociar"—le dije— y él sólo contestó lacónicamente: "¿Hasta dónde, señor?"
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Obviamente, para su supervivencia, estaba conservar la vieja estructura, integrar al priísmo tradicional
en puestos clave del gabinete y garantizar sus posiciones y privilegios, además de compromisos en
torno a su propia seguridad y el cumplimiento de todo."Usted no es de los nuestros y, por tanto,
debemos entendernos como dos fuerzas que compartiremos el mismo poder", me dijo por el teléfono y
yo le contesté que estaba de acuerdo y que sus condiciones yo las respetaría; le aseguré que el nuevo
gobierno su proyecto era incluyente y ¿qué la vieja guardia, tendrían un lugar en todo, pero que yo
también necesitaba de muestras de lealtad ante la ola neocardenista y lealtad, para combatirlos juntos.
Quedamos de precisar todo en dos horas, a las 2 de la madrugada y después de esto, responderles a
Clouthier, al hijo del General y a doña Rosario sus reclamos cuando aparecieron los tres juntos en
Gobernación protestando por la caída del sistema. En ese momento la fuerza de ellos era mucha, pero
desaparecería una vez que pasáramos ese momento y a tensión se trasladara al colegio electoral en el
Congreso.
(Si supiera la historia del país que estuvimos en manos de dos cretinos; que la modernización, a
integración, el esfuerzo de Mont Pelerin las estrategias mundiales, el ascenso de la Tatcher, de Reagan,
estuvo en manos de dos estúpidos chiflados que jugaron con el mundo, durante más de 24 horas,
poniendo en riesgo al neoliberalismo mexicano. Lo más surrealista es que estuvimos en manos de dos
idiotas subproductos del estatismo y el nacionalismo, que no sabían lo que significaría la reforma
neoliberal y por unas cuantas monedas y puestos, dejaron que cambiara el rumbo de la historia de
México, ahora sí para siempre y sin remedio. En las manos de Bartlett y Talamantes estuvimos. ¡
¡Increíble, hermano!!)
Los gobernadores empezaron a responder tras la caída del sistema: era su turno. En ese momento,
aplicamos una nueva fase del plan de contingencia y pasamos del acuartelamiento del Ejército en una
actitud defensiva, a una ofensiva política para quebrar la versión neocardenista de que ellos eran la
mayoría. A su versión de legalidad, opusimos la nuestra. Las primeras 24 horas fueron las más
dramáticas, pues la llegada intempestiva del hijo de Cárdenas, Rosario y Clouthier a Gobernación a
reclamar un recuento transparente, ponían en riesgo toda la legalidad y la estabilidad deq país, además
de que era una presión adicional a la negociación que celebrábamos en casa de don Antonio Ortiz
Mena, que aceptó ser "mediador" entre ambas partes. Afortunadamente los representantes de los
partidos en la Comisión Federal Electoral, estaban ya sensibilizados en que había que garantizar la
estabilidad y evitar una ruptura del orden constitucional. Jorge Alcacer, representante del PMS, se
convirtió en el pivote de la negociación, pese a tener la menor representación en votos, pero su
presencia nos ayudó grandemente para actuar con autonomía con los representantes de 'los partidos, al
margen de la calentura que se vivía en la calle, La CFE se convirtió con "su cuarto de al lado", en la
instancia para negociar las posiciones de cada uno de los partidos, donde no hubo ninguno que no
participara y viera, por separado, lo que eran sus propios intereses. Los únicos que permanecieron al
margen fueron el hijo de Cárdenas y Muñoz Ledo, los cuales empezaban a resistir la falta de defensa
dentro de la Comisión Federal Electoral.
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Causó daño en. ese momento una primera posición de Muñoz Ledo, que insistía en que la negociación
era con don Miguel de la Madrid y no conmigo; mientras que la gente que rodeaba al hijo del General,
buscaba un acercamiento hacia mí, asumiendo que yo era ya el presidente de México.
Ellos tenían las actas, pero nosotros teníamos los votos; ellos estaban divididos, nosotros estábamos
unidos y dispuestos a la batalla. Hubo quienes nos asignaban el tercer lugar, abajo de Clouthier, pero
pronto demostramos que nosotros teníamos tres millones de votos más que el hijo de Cárdenas y cinco
más que Clouthier, usando para escamotearnos, la táctica de presentar como prueba los votos de la
ciudad de México, como si así hubieran sido los votos de todo el país. Este esquema se convertiría en
un clásico y en 1997, en la cerrada contienda por el Congreso y el DF, haría que la contienda por el jefe
de Gobierno del Distrito Federal, ocultara el resultado nacional que más interesaba al PRI: el Congreso.
En el Distrito Federal y la zona conurbada, el voto fue muy vigilado y casi nada se puedo hacer para
corregir todas las anomalías hechas por los neocardenistas. Esta votación fue la que se usó para denostar
el proceso como fraudulento y mi mandato como una usurpación. La capital, frívola y voluble como
siempre, en defensa de sus privilegios contra la provincia se había aliado al pasado. Siempre fue así: la
capital siempre fue conservadora desde la guerra de independencia: Moctezuma la rindió al
conquistador; Hidalgo nunca pudo llegar a ella con sus ejércitos porque la ciudad era colonial; Iturbide
se proclamó emperador y la capital fue el refugio de Santa Anna en la mayoría de sus once incursiones
por la presidencia de México; Juárez tuvo que huir y refugiarse en el norte, porque la capital estaba con
Maximiliano y el Imperio; Villa y Zapata sólo estuvieron un breve tiempo y salieron de ella, porque "no
se hallaban" y más bien no los querían, porque la ciudad era porfirista y constitucionalista, quería la paz
y el orden. Ahora, al final del siglo Ex, la ciudad fue nuevamente conservadora y votó por el viejo
esquema, por el pasado, por un PRI sin siglas. El voto por Cárdenas demostraba cuán priísta era el país
y la ciudad.
El 6 de julio no fue una noche triste, sino de guerra. Pasada la elección y divididos ellos, con intereses
particulares que defender, con diputados y senadores que negociar al margen de la candidatura
presidencial; hora tras hora, fueron entrando a nuestro terreno. Sus embates desde el Zócalo, fueron -de
más a menos y el hijo de Cárdenas empezó a ser cuestionado por no llegar a fondo. El 7 de julio,
Cárdenas cornete su segundo error, por un prurito constitucional y no aprovecha el estado de ánimo
general para fortalecerse o presionar a una negociación con fuerza. Ante la prensa mundial, Cárdenas
califica la "caída del sistema" de un "golpe de Estado técnico", habla de fraude, nos acusa de mentirosos, pero no se proclama vencedor ni presidente electo. Este hecho abrió la puerta para que el
Congreso calificara y el hijo de Cárdenas, defensor de la Constitución, decidió pelear con los tiburones
en el agua, siendo tigre. El mismo Congreso lo ahogó al ponerle a él, la condición para "limpiar la
elección" mediante la autocalificación.
El 6 de julio ganamos la batalla, pese a encontrarnos sitiados por los enemigos de adentro y de afuera y
yo me dije años después al recordar estos episodios: ¿Salvé a México? No. Sólo postergué su muerte.
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Carta IX zodiacal
ARIES PONE A TODOS FHENTE A ARENTE. El 6 de julio aún no sentirás el gran vacío, porque no
te sientes seguro. La incertidumbre es un estado precautorio contra el triunfalismo apresurado. Alguien
apretará un botón y se caerá el sistema electoral, desaparecerán las cuentas y las cifras; las actas se
convertirán en el mito y la leyenda, pues cada partido se quedó con una copia de una realidad que nunca
existió. Esas actas nunca volverán a reunirse, nunca jamás, porque unas se quedaron guardadas con
Cárdenas (el Tauro que te perseguirá siempre), otras se perdieron misteriosamente al morir Clouthiér, y
la última copia que había —la esperanza para el cotejo histórico— fue quemada.
Todos dirán que no ganaron, pero ¡ojo!, nadie dirá que el ganó y un país no puede vivir en el vacío,
aunque arroje a él su sistema electoral y desaparezcan las cuentas. Alguien debe gritar por ti: ¡triunfo
claro, inobjetable y contundente! para que el país se calme y muera la duda, me han dicho los chamanes
que te diga. Recuerda que una imagen en televisión vale más que mil actas en las propias manos, ésa es
una regla de la modernidad, un instrumento que tú tienes en tus manos. Las calles se vaciarán cuando
parta el tren de la libertad y lo moderno; cuando suceda, tienes prohibido voltear atrás, pues a tus
adversarios no los necesitas como pasajeros, en ese viaje son prescindibles y yo te aseguro, que luego
de gritarte y criticar tu viaje y tu rumbo, se irán a pie por el mismo camino que tú les trazaste. No dudes,
Carnero, aunque te digan usurpador, tú sigue adelante.
Contra tu neoliberalismo, habrá neoconservadores que se unirán contra ti. En este frente habrá tres tipos
de adversarios: Tauro y su partido, que se quedarán en la estación gritando; los que tienes junto a ti,
provenientes de tu partidastro; los de tu grupo compacto, que de la unidad total albergarán la semilla de
la soberbia y el merecimiento.
Los tres alimentan pensamientos contra ti, pues en esos días se creyeron que la muchedumbre en la calle
te asustaba y los necesitabas. Uno de ellos, el más viejo y más audaz, se autoproclamará tu ministro,
siendo gobernador de una provincial. Se declarará tu adversario y lo podrás observar y sortear con tus
tácticas de cacería basadas en la paciencia. El más peligroso son los que llevas dentro y es más de uno;
ellos también juegan con la paciencia; su aliado será el tiempo y al acercarse el final empezarán a mover
la cola y hacer cálculos por ellos mismos. Tu hijo te traicionaría, desde ahora lo veo. El más fiel de los
tuyos será tentado por las fuerzas que inspiran al poder, esa serpiente se gestará desde los tiempos de la
usurpación en que nació el miedo a perderlo todo; el miedo a las elecciones, el miedo a ser candidato y
perder, como dicen que perdiste tú.
Mientras tengas el mando, serás capaz de mandar las cifras al olvido. Romperás con muchos, pero
también unirás a muchos más. Tendrás toda la fuerza, porque estarás rodeado del vacío; estarás parado
en la debilidad de todos y eso te dará la fuerza que ninguno de tus antecesores tuvo. Los primeros que te
harán fuerte son. los que te dijeron que con hechos te legitimarías", pues reconocieron que la mejor
supervivencia será la sumisión. Y de ella vendría su fuerza, aunque esto modificara su naturaleza.
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Debes reconocer que te regalarán mucho por casi nada, pues si los adversarios históricos establecerán la
alianza contigo, tu mismo partido no tendrá más opción que postrarse; vendrán luego muchos
periodistas, la intelectualidad, los poetas reconocidos y los que buscan una beca para subsistir y se
cansaron de resistir; vendrán artistas y un mar de operadores para servirte a ti; vendrán también
radicales marxistas-leninistas maoístas y troskistas repudiando al caudillo convencidos de que la
verdadera libertad que siempre buscaron era la tuya, que su causa verdadera tú la representas, pues tú
hiciste contra el viejo andamiaje del capitalismo de Estado, la verdadera revolución que ellos esperaban.
Nacerá una corriente de marxistas con tu nombre y constituirán una brigada suicida contra sus ex
compañeros. Con todos ellos, la sumisión para dignificarse se convertirá en entusiasmo, en ciega
credibilidad.
Todo eso dice tu carta astral que sucederá, porque hay exaltación de Marte en tu domicilio y sin luna, la
oscuridad representa que brillarás solo, durante la larga noche que con tu poder de facto ha empezado.
Un viejo poema de la adolescencia será tu decálogo, cada vez que llegues al borde del vacío, para que
levantes la frente y te convenzas de que, con tus hechos, serás el soberano más querido.
Géminis luchará contra Escorpio. Será un duelo de la noche contra la noche, de los hombres que viven
ocultos decidiendo el destino de todos. En esta lucha a muerte perderán los inseguros, los indefinidos y
ambos serán llevados como ofrenda al sacrificio. En este combate, un mismo país se enfrentará consigo
mismo; pelearán las dos partes malas, los dos cuchillos. Cuando esto suceda, ya todos los que alguna
vez se burlaron de ti, estarán fuera y tú habrás sido vengado.
México frente a México
Nueva York, marzo de 1996.
Conmigo se han equivocado los mexicanos, por amor y por odio. Yo a nadie debí nada, pero todos en
ese país me deben algo y no quieren reconocerlo. Yo subí por mis propios méritos, gracias a las leyes de
Murphy (no te resistas a lo inevitable) y las de Newton, pues también se conquista el poder por
gravedad, cayendo de un nivel más alto, a uno más bajo, que pareciera estar en el cielo, para los
comunes. Ése era el ideal de Platón: que los filósofos puros, los ideólogos, ejercieran el poder.
Los mexicanos, a lo largo de diez años, no me vieron subir, sino bajar hasta ellos; unos me dijeron con
ánimo y solidaridad ¡presidente! y otros con odio me gritaron ¡usurpador! Por amor y por odio, ambos
se equivocaron porque los que esperaban demasiado de mí, ahora también me gritan y los que me
odiaron, ahora continúan mi obra, como si hubiesen sido mis discípulos.
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Los hombres modernos no debemos ser pródigos en el trato, buscando manos tendidas. Diestra y
siniestra son conceptos insuficientes para contener el tiempo del hombre, sus dimensiones y sus
cambios. El hombre moderno debe separar la geometría de la política, porque entonces no llega a
ningún lado; los hombres modernos, al alcanzar el poder, debemos hacer creer no sólo en lo que ve y
siente, sino en lo que verá y sentirá. El político moderno es, por eso, un vendedor de futuros que debe
convertir la política en un mercado de ofertas de lo nuevo. ¿Sirve de algo la legalidad, el honor, la
honestidad, para esto? El hombre moderno es algo más que equilibrios entre izquierdas y derechas,
centros y prudencia. El hombre moderno debe ser ante todo un guerrero, amante de la estrategia, amante
de la victoria, dispuesto siempre a ganar y vencer. El hombre moderno no tiene nada que ver con las
reglas políticas inventadas por Azorín.
Yo fui el presidente de más poder, gracias a que llegué libre de compromisos y dueño de un concepto
del mundo y la construcción del futuro; fui un filósofo puro en la presidencia de México, no un economista; yo fui un teórico de la acción concertada, poseedor de la energía del rayo y el vendaval, capaz de
mover las más grandes estructuras para liberar al mercado, la producción, la circulación de la vida, el
dinero. Soy el heredero mexicano de Hayek, Schumpeter, de Von Mises, Karl Popper, la firmeza de la
señora Tatcher. Acabando con la falsa disyuntiva entre izquierdas y derechas, nacionalismos
revolucionarios o entreguismo, soy el padre del Liberalismo Social, la doctrina social del
postsocialismo, con lo cual México es nuevamente el protagonista y precursor de los cambios
mundiales del siglo XXI. Si México hizo la primera gran revolución social (antes que la rusa y
sobrevivió a su debacle), ahora yo y México somos líderes mundiales que sorprendemos gratamente al
mundo con nuestros cambios y nos hemos vuelto ejemplo de país. Mi proyecto no era sólo ganar y
encumbrarme; sino transformar y cambiar, creo en la esencia, para que cambie todo irremediablemente
(2a. ley de Murphy). ¿Puede uno producir el cambio y no cambiar? Luego del 6 de julio de 1988 yo
empecé a gran aventura de cambiar personalmente y transformarme, de un presidente más de las ruecas
sexenales, en el presidente más grande que ha tenido México.
Había que cambiar al Estado y sacarlo de la definición determinista del sociólogo alemán Claus Offe
que aseguraba que "el Estado benefactor (el estatista y corporativo), no podía vivir sin el capitalismo...
pero tampoco con él". ¿Cómo sacar al Estado mexicano-de su esencia contradictoria, capitalista y
negadora del capitalismo? Yo me he encontrado justamente entre la crítica histórica de la izquierda,
marxista al capitalismo de Estado y mi propia crítica, basada en la Economía Social de Mercado. El
"buen" Estado, debe ser el Estado mínimo y desde sus entrañas había que achicarlo; guiado por los tres
principios del individualismo, me apoyé en la idea filosófica basada en la valoración de la libertad
individual, la autonomía absoluta de la razón y la soberanía absoluta de la naturaleza, que es en la única
soberanía en la que creo. Basado en esto, los acontecimientos debían fluir, pero siempre debería yo estar
un paso adelante no para intervenir, sino para guiar la evolución de los hechos, manipulando sus
resultados y fabricando el futuro: esto, en otras palabras, se llama gobernar en forma moderna.
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Luego de la elección, vino la segunda gran batalla, contra los neocardenistas. Un día después del 6 de
julio pasábamos a pelear en otro terreno, en el nuestro y ahí empezaron las derrotas de ellos.
Mi primera sorpresa fue su lentitud para responder. El país se paralizó con los resultados y también el
FDN. Una pesada normalidad agobiaba al país y todos hacían sus; arcas sin comentar lo que había
sucedido; era como si todos hubieran hecho una travesura, que rayaba en la deslealtad y entonces
empezó a generarse un miedo oculto por lo que todos habían hecho. La actitud era de arrepentimiento y
las urnas y las actas se convirtieron en manchas que fueron desapareciendo. ¿Qué pasaría con el país? se
preguntaban los padres, las familias, toda la gente que quería el bien y la paz. Pero lo mismo parecía
pasarle al FDN y al hijo del General; casi pasaron 10 días para que se convocara al primer acto de
respuesta. Era una decisión centralista, de control, de reorganización de la información y la conciencia.
Su falla era la comunicación de la dirección con la base y en ese tiempo, si bien nuestra versión los
provocaba y les parecía cínica, era también una avanzada contra su posición. Para entonces el hijo de
Cárdenas no se proclamó presidente, señaló que yo "no había ganado", y demandó abrir los paquetes
electorales de los 300 distritos. El acto del 15 de julio de 1988 en el Zócalo, la efervescencia, la
voluntad de los 400 mil que ahí se reunieron, era impedir que yo tomara posesión y que desapareciera el
PRI corno condición para la democracia. Era el clímax de la liturgia neoeardenista y sus presidiums
desordenados y llenos de afilados codos no sufrieron merma, pero algunos, poco a poco y por atrás,
empezaron a bajarse y establecer contacto con nosotros defección. Al hijo del General, muchos le
empezaron a ver defectos y de lo primero que lo acusaban "es un priísta que nos va a traicionar", ahora
muchos de esos, principalmente del PMS, le acusaban de lo contrario "es un intransigente, un caudillo,
un intolerante que no quiere negociar". Luego de esta manifestación que sorprendió a Camacho y
Córdoba por su tamaño, para nosotros también presentó un peligro. ¿Adónde llevaría el hijo de
Cárdenas esta fuerza?
El fantasma del maderismo estaba presente y mucho temíamos que la candidatura del FDN le hubiese
abierto la puerta a los agravios contenidos y que la resistencia social entrara a defender a las viejas
instituciones protectoras y paternales, que consideraban que habían sido traicionadas. "El problema no
es que la gente salga a la calle en revolución —decía Robespierre —sino cómo hacer que regrese a sus
casas."
La segunda manifestación en agosto, antes de que iniciara el Colegio Electoral en el Palacio de San
Lázaro, fue su segundo error, pues el hijo del General decidió dirimir el conflicto en el Colegio
Electoral, en el cual el FDN era minoría y no tenía más liderazgo que Rafael Aguilar Talamantes.
Agosto fue crucial y el Colegio Electoral que daría la composición al Congreso; la autocalificación,
aberrante medida republicana, matriz de "la soberanía" fue un enorme vitral para hacer escarnio mío,
insultarme, gritarme ¡usurpador! y burlarse de mi aspecto físico. Vicente Fox, el diputado panista de
Guanajuato, se puso unas orejas postizas y luego subió a la tribuna a representar el momento en que le
di la noticia a papá y le recordé que nos habíamos tardado 24 años. Todo eso yo lo vi, lo viví junto a
Córdoba y Camacho, al cual enviamos a Estados Unidos a informar al Departamento de Estado y
asegurarles que los neocardenistas eran unos "tigres de papel" (para que nos entendieran) y que no
entregaríamos el gobierno a esos advenedizos que tratarían de interrumpir de nuevo el acercamiento de
los dos destinos.
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Manuel Camacho lo dijo a los periodistas, en el lobby, ante los asesores del presidente Bush: "No
entregaremos el poder a nadie" y en un resumen de alianzas y fuerzas, lacónico les señaló: el Ejército
estaba con nosotros, los hombres de empresa, la estructura sindical y campesina, el viejo orden y el
nuevo orden, la iglesia y dio razones de Estado para convencer de que la alternancia no sólo afectaba a
México, sino los intereses de Estados Unidos. Informó que nuestra fuerza estaba muy localizada en
ciertas regiones, entre ellas la capital, pero que esto no tenía importancia mayor ante la fuerza nuestra.
Guillermo Jiménez Morales, -coordinador de los diputados priistas y presidente de la Gran Comisión,
tuvo la tarea de lograr atraer a la negociación a Talamantes y yo personalmente pude lograr la
aprobación del paquete de los 80 distritos, los más conflictivos y de esta manera impedir que el hijo del
General y Porfirio rompieran los tiempos constitucionales, lo cual era su intención evidente. Con esta
negociación garantizamos poder llegar al 1º de septiembre e instalar la LIV satura del Congreso y
después pasar a la calificación de la elección presidencial, habiendo cumplido el plazo constitucional.
Paralelamente, otro problema era tranquilizar a don Miguel de la Madrid y bloquear los intentos de
negociación que buscaba Porfirio Muñoz Ledo con él. Para ese tiempo, ya había pasado el VI Informe
de Gobierno, donde Porfirio Muñoz Ledo lo interpeló, causando un grave daño a la imagen presidencial
y mal ejemplo para los futuros legisladores. Con este hecho, Porfirio inauguró volver los informes
presidenciales, en cajas de resonancia para medir el grado de descontento de la población ante el
presidente e introducía un mal precedente queriendo debilitar las formas del orden. Soy sincero y
confieso que la alteración de las formas perjudicaba las reformas de fondo y debilitaba mi estrategia,
que se fundamentaba en mantener las formas para conservar tranquilo al viejo orden, mientras el fondo
era cambiado.
Estos hechos eran, sin duda, el clímax de la confrontación y a partir de entonces se iniciaría una
prolongada defensiva del movimiento para cuestionarme. ¿Cuál fue el resultado? Hacer que mi fuerza
se mantuviera cohesionada durante seis años, gracias a su amenazante presencia; que las discrepancias
dentro del PRI tomaran un curso institucional y de exigencias materiales y que ayudaran a que una
nueva unidad nacional se fortaleciera en torno mío, pues era claro que el hijo del General y Porfirio me
ganaban en antipatías.
¿Por qué el neocardenismo no reivindicó más el 6 de julio como una fecha victoriosa? Son las cosas que
no me explico a menos que yo suponga que la izquierda vive de las derrotas, como el 2 de octubre, el
10 de junio, pero nunca de sus victorias. La otra explicación es que al neocardenismo lo hegemonizó la
izquierda ortodoxa unida en el PMS, que se sumó al final por pragmatismo, que quiso levantar la
imagen de don Heberto Castillo como un hombre que generosamente había declinado, pero que
consideraba el 88 y el 6 de julio como una afrenta, un despojo a su liderazgo.
El neocardenisrno siempre luchó contra sí mismo. Heberto Castillo, el viejo líder de izquierda, fue
forzado a declinar injustamente en 1988 a favor del hijo de Cárdenas, que no tenía los meritos que tenía
el ingeniero Castillo, lo cual le hizo vivir desde entonces en un estado permanente de frustración
personal. Heberto no pudo con la presión de sus correligionarios, que le pedían declinar a favor del hijo
del General, pagándole así haber luchado toda la vida por el país, promovido el ideario de Lázaro
Cárdenas y haber nacionalizado a la izquierda.
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No era justo, pues, que Castillo tras haber luchado durante años por la postulación a la presidencia
desde la oposición y con la idea de ser el heredero de Lázaro Cárdenas, fuera desplazado a última hora
por el mismo hijo del General. ¿Acaso no era él un usurpador de la candidatura? ¿No le correspondía
esta posición a Heberto Castillo? El hijo de Cárdenas era el Leviatán surgido de las profundidades del
sistema político mexicano para aplastar cualesquier posibilidad de cambio y por eso, desde lo lejos y en
circunstancias, yo me solidaricé con Castillo y se lo externe de diversas maneras, pese a sus críticas
hacia mí y mi gobierno, las cuales me honraban viniendo de él. No dejé de simpatizar con sus reclamos;
contra la falta de justicia por parte de sus propios compañeros y valore en mucho a miembros de ese
partido, como Ramón Sosamontes, un comunista íntegro; a Moisés Rivera de Hidalgo, un demócrata sin
tacha y Cristóbal Arias, el hombre que pudo haber transformado con credibilidad y honradez a
Michoacán, pero que lo perdió la intransigencia del hijo de Cárdenas. Ante la presión contra Heberto,
por varias vías reforzamos su campaña y entendimos los motivos de su renuncia ante el peligro del
registro de su partido, el PMS, que él había siempre intentado unificar.
(A Heberto sí lo jodieron, lo incomprendieron, lo maltrataron. Por eso decidí que ganara el concurso
para reconstruir el Palacio de San Lázaro. El contrato él se lo ganó porque fue el inventor de la tridilosa
y porqué siempre, además de político, fue un gran ingeniero, al cual debemos reconocerle todos sus
méritos. Me dio gusto que él hubiese ganado el concurso para reconstruir San Lázaro luego del
incendio, pues con esto le ayudábamos en su autoestima, luego de los golpes que le propinaron los
propios compañeros obligándolo y presionándolo a declinar en favor del indio. Lo volvieron a golpear
en 1991 en las elecciones, donde por falta de apoyo de su partido, quedó en cuarto lugar, abajo del
extraviado Pedro Ferriz del PFCRN; lo agraviaron desde siempre al quererle quitar el derecho de ser
senador y dárselo al traidor de González Guevara que llegó a despojar a Heberto Castillo de un derecho
como luchador social; lo agraviaron y lo dejaron a la deriva, porque los denunció de quererle entregar el
PRD a los priístas. Heberto supo sortear esto y ganarles la candidatura, lo cual a muchos nos dio gusto,
porque era un acto de justicia. Lo que estuve cabrón, hermano, es cómo trataron a González Guevara,
que primero lo invitan a pasar y luego lo garrotearon y le dijeron lo que nosotros no le dijimos a este
enemigo de nuestra XIV Asamblea del PRI. Después de la derrota, Heberto empezó a proponer hacer
puentes y presentó propuestas contra la contaminación en el D.F., para hacer un hoyo al Ajusco y crear
unos ventiladores gigantes. Esa tarea se la dejamos a Camacho, que lo tuvo que andar toreando,
diciéndole sí, pero no diciéndole cuando, y los investigadores en la UNAM, anduvieron escondidos
porque para ellos, ciar una respuesta de inviabilidad a don Heberto, éste lo podía convertir en un
conflicto ideológico. Me acabo de enterar, hermano, que ahora, con unos rusos, convenció a Zedillo de
que tenían forma de hacer llover en el desierto de Altar en Sonora y no se supo nada más, luego de que
anunció de que lo había logrado y se fue desde Tuxtla en Chiapas hasta Sonora. Heberto fue siempre
víctima de muchas injusticias, pocos lo comprendieron, pese a ser un opositor maduro, que se resistió
hasta donde pudo en contra del neocardenismo, del cual a él mismo lo despojaron.)
Parte de la guerra es observar las relaciones entre los contrarios y la izquierda tenía más en común con
nosotros, que los viejos elementos del priísmo. Con los dirigentes históricos socialistas, a excepción de
Martínez Verdugo y Pablo Gómez, fue muy fácil ponernos de acuerdo en que teníamos que hacer un
plan de transición, pero el hijo de Cárdenas, por su visión personalísima era un obstáculo.
Memorias de un Líder
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A muchos de ellos decidimos abrirles opinión, para expresar sus discrepancias en El Nacional y Uno
más Uno, en algunos medios electrónicos a fin de que las opiniones distintas empezaran a ventilarse
públicamente y cambiar la idea de la gente de que el AFN y el neocardenismo eran una fuerza
compacta. Desde el inició don Heberto fue el más crítico y el que más ayudó a acotar la credibilidad del
caudillo, desenmascarando a los grupos de la izquierda que lo habían traicionado a él, como los
dirigentes de la Asamblea de Barrios, del Punto Crítico, de la ultraizquierda.
Con la izquierda socialista tradicional, la disputa era racional, de poder, mientras que con el ex priísmo,
la confrontación tenía mucho de lucha fratricida, de encono entre hermanos peleados por la herencia.
Esa sería la posición histórica del PAN ante el neocardenismo; esa era la posición de Córdoba, que no
toleraba que un sector proveniente del PRI se dijera vanguardia de la democracia.
Entre el 6 de julio y el 1º de diciembre, el país vivió paralizado. Unos vivían en la manifestación
permanente, rodearon el Palacio de San Lázaro, donde un ejército de 110 diputados del FDN, a gritos,
parados, blasfemos, injuriosos, querían impedir que yo fuera investido. La vieja legalidad los cobijaba,
pero su propia ambición los había perdido, pues eran menos que los que debieron haber sido, por el
error que traicionó sus propias intenciones. La división del FDN era su culpa y la división fue la prueba
más pura de que no eran mayoría en el Congreso, convertido en Colegio Electoral y ¿quién calificaría la
elección presidencial? ¡El Colegio, ellos mismos! Al entrar la guerra a ese terreno, entraron a mi terreno
y ahí fueron derrotados con sus propios argumentos, mientras el hijo de Cárdenas y Porfirio forcejeaban
pidiendo que se abrieran los paquetes y se contaran los votos de nuevo.
(Fue la "usurpación" una magia de atracción. Mientras más me gritaban ¡usurpador! más me
consolidaba, pues mis detractores daban la prueba de que en el futuro no habría reglas, ni leyes, sino un
Estado fundacional, rebelde. ¿Acaso los nuevos regímenes no surgieron del caos y la destrucción del
viejo orden? Coincido con mis adversarios que la transferencia del poder en 1988 fue irregular y tengo
que agradecerles que esa circunstancia me hizo cambiar el papel del presidente, pues ahora no estaba
obligado a respetar el nuevo orden, sino a transformarlo. Corno usurpador, me convertí en el destructor
del orden anterior, pero a diferencia de los líderes anárquicos, inadaptados o enloquecidos, yo formé un
nuevo orden, el dé la libertad y la integración del futuro, el orden moderno. Los gritos, las blasfemias de
los léperos, las advertencias airadas en las calles contra mí, me fortalecieron y levantaron con su poder
destructor las instituciones. ¿Qué legalidad violaba? ¿Quién defendía esa legalidad y a quien le servía?
¿Para qué una legalidad basada en sostener antiguos privilegios y tener a la patria secuestrada por el
Estado? Las manifestaciones callejeras se convirtieron en el Te Deum para coronarme Emperador. Con
hechos me legitimaría, con las imperfecciones del pasado, los errores de los viejos nacionalistas, estaría
hecha la corona y el cetro de su nuevo Emperador).
Si hablábamos de un cambio de estructuras, en 1988 nació el cambio de estructuras; si queremos hablar
de acciones revolucionarias, ¿no se han dado cuenta de la revolución que surgió en 1988? Mis
detractores hicieron del negar su posición y la resistencia a lo desconocido se convirtió en
conservadurismo puro. Entonces el cambio les pasó por arriba, por sus cabezas, mientras yo y la
mayoría iniciábamos el viaje, contra toda la historia, los libros, los ritos y las costumbres.
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Hacer todo nuevo requirió también una política nueva, un nuevo bloque de alianzas y una visión nueva
del destino de esta nación, castigada a vivir separada, rota, de su propio suelo, llamado Norteamérica.
El 1º de diciembre, don Miguel de la Madrid me transfirió la banda presidencial en el Congreso. La
respuesta del FDN era sintomática de su descomposición ante el hecho de que el hijo de Cárdenas,
desde finales de septiembre, había decidido canalizar toda su fuerza de ese momento a la formación "de
un partido" que subsanara la falta de unidad de mando del FDN. El llamado al nuevo partido era en
cierta forma una autocrítica a los errores cometidos, pero al tapar ese hoyo, abrió otro nuevo y convirtió
sus posibilidades en una larga lucha que requeriría de integración de fuerzas, la construcción de una
legalidad partidaria, construcción de liderazgos, locura, ambición, naturaleza humana, etc. Con esta
tarea a cuestas, tácitamente también quedaba el camino libre por algún tiempo, pues en las grandes
batallas políticas, la izquierda siempre tenía como único recurso imaginario para perpetuar su protagonismo en la historia, hacer partidos, organizaciones.
El 1º de diciembre ya no existía acuerdo en la coordinación del FDN para hacer una táctica común.
Talamantes había defeccionado ya a favor nuestro; el PPS decía convocar ese día era una provocación;
para el PMS cada movilización neocardenista era una herida para su orgullo y evidencia de sus errores;
el PARM pedía perdón y buscaba restablecer la relación con el gobierno. En la izquierda se había
incrementado la soberbia, reclamaban derecho de escalafón en el nuevo partido y se aprestaban a
reorganizar su burocracia debilitada ante la movilización popular que los había arrastrado a la aventura
del neocardenismo; la burocracia opositora sólo quería condiciones para recuperar el aparato en el
nuevo partido y garantizar su posiciones como interlocutores de oposición ante el gobierno.
Aquel 1º de septiembre se vieron muchas cosas, percibí el debilitamiento de ellos y confirmé que
habíamos ganado la guerra y había que pasar a la ofensiva. El país se beneficiaría si se les destruía, si
desaparecían como alternativa y como opción y, por tanto, la historia no me lo reclamaría, sino como en
los juramentos, me lo agradecería.
En aquella confusión, la Asamblea de Barrios y la Convención del Anáhuac, que intentó convertirse en
el poder paralelo a la recién electa Primera Asamblea de Representantes (donde pese a ellos ser
mayoría, nosotros nos quedamos con la representación, gracias a sus errores), destrabó la tensión y
convocó a manifestarse del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez. La presencia del hijo del
General, de Muñoz Ledo y Superbarrio abrieron la puerta para que un río ancho de agua que llenó todo
el Paseo de la Reforma, se alargara rumbo al Hemiciclo. El hijo del General demostraba con ello que él
era quien garantizaba el futuro de esas aspiraciones nostálgicas, mientras yo lanzaba mi discurso desde
San Lázaro, hacia el futuro. Frente a la efigie de Juárez, la efigie del hijo de Cárdenas y Muñoz Ledo,
ambos ratificaron permanecer en la política, luchar contra la usurpación y ofrecer el pasado como
perspectiva. Lo harían como un nuevo partido al que le pusieron de la Revolución Democrática y aquel
día, cada palabra era una palada de tierra que enterraba su propia obra, el FDN, el cual murió y se
convirtió en el vago recuerdo, olvidado recuerdo, de que esa aventura de siglas, imágenes, letras,
colores, desorden, había sido el que había derrotado al neoliberalismo en las urnas. Mientras la URSS
agonizaba, un atado de fantasmas, un líder contramoderno, era el único que había derrotado a la nueva
alternativa del mundo. ¿A quién agradecer que ellos hubieran enterrado el recuerdo de nuestra derrota?
Memorias de un Líder
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Nunca lo entendí, aunque luego pensé que nuestros opositores sintieron también un gran vacío luego del
triunfo y, para vivir, tuvieron que convertirlo en derrota.
Sé que esta guerra va a durar muchos años y que no está dicha la última palabra; sé que las burocracias,
al verse amenazadas por la irrupción de las insurgencias populares, se unirán contra la desestabilización
y en defensa de sus derechos. El PRD será por mucho tiempo dos cosas: garantía de estabilidad y
peligro de rompimiento. Muchos querrán que sea la puerta para romper con el viejo orden, mientras
otros, desde sus mismas siglas, aspirarán a ser un regulador de los cambios, mediante el gradualismo.
Las burocracias defenderán esta posición porque es lo que les permite adaptarse sin sobresaltos y, por
tanto, esta era la cara, la parte, que había que fortalecer y apoyar.
Para entender la disputa iniciada el 1º de diciembre, es necesario hacer un recuento de las fuerzas y su
alineamiento de uno u otro lado, a fin de poder verlos evolucionar con el tiempo y, de su permanencia,
establecer las nuevas alianzas o duelos.
Han sido enemigos de la modernidad: el aparato corporativo y la mayoría de la vieja clase política
estatista; los ex presidentes Luis Echeverría y José López Portillo; los aparatos de Seguridad Nacional
encabezados por Fernando Gutiérrez Barrios; los empresarios subsidiados, parásitos del Estado; los
perjudicados por la nacionalización de la banca; los beneficiarios de la privatización de la banca; un
sector de carrera del Ejército, cardenista y nacionalista; el neopanismo de Clouthier y Vicente Fox;
algunos círculos decadentes de la intelectualidad, como Carlos Monsiváis, quien los ha encabezado por
largo tiempo; los estudiantes y maestros de las universidades públicas; los capitalinos (es una
animadversión muy recíproca); la Iglesia católica progresista; los movimientos sociales emergentes
forjados durante la austeridad; las organizaciones campesinas más marginadas; los que se beneficiaron
del estatismo y el populismo. Palabras como "soberanía", "el cambio", "la esperanza", "democracia",
"usurpación", "legalidad", "neoliberal", "derechos sociales", "partido de Estado", "la Constitución",
"fraude electoral", "tecnócrata", "la transición democrática", "independencia", "desarrollo sustentable",
"autoritarismo", "política perversa", "especulación", "entreguismo", fueron el vocabulario con que se
integró el discurso contra la modernidad.
Conmigo se sumaban los sectores más dinámicos de la economía, los comerciantes dispuestos a la
apertura; los militares; la jerarquía de la iglesia católica, el nuncio apostólico y las legiones defensoras
de la moral, .la familia; los jóvenes funcionarios formados en los centros de excelencia académica; los
nuevos dirigentes sindicales, como Francisco Hernández Juárez; los intelectuales Octavio Paz, Héctor
Aguilar Camín, Rafael Tovar y de Teresa, José Luis Cuevas, Enrique Krauze, líderes en la cultura, las
letras, la pintura, la estética, la nueva interpretación histórica y las ideas políticas. Las organizaciones
campesinas productivas y uniones de crédito; la nueva generación de banqueros y corredores de bolsa;
los finqueros del sureste; la estructura financiera; los empresarios exportadores e importadores; los
trabajadores de las empresas estratégicas; Luis H. Álvarez, Diego Fernández de Cevallos, Castillo
Peraza y el papismo institucional; los socialistas libertarios; la izquierda maoísta; la derecha sinarquista;
los taxistas, los laboristas; los concesionarios de la radio y la televisión; los locutores más reconocidos,
como Pedro Ferriz de Con, Zabludovsky, Julio César Chávez, el Maromero Paéz, los actores y actrices
que dominaban las pantallas, como Thalía y los futbolistas Hugo Sánchez y Butragueño; con un artista
en especial uní el sentimiento popular al nuevo tiempo con el cual inicié amistad desde la tarde de aquel
Memorias de un Líder
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1º de diciembre, el cual nos visitó en nuestra casa de Jardines del Pedregal: Juan Gabriel, que abrió las
puertas de Bellas Artes, hizo cantar a México, lo reivindiqué como el símbolo de la cultura del esfuerzo
y su sentimiento se metió en los palenques, en el campo, en los barrios, en todo el país. Uní a México a
través de empresarios como don Emilio Azcárraga, Salinas Pliego y otros que surgirían gracias a las
oportunidades del nuevo tiempo. Ellos también forjaron un nuevo lenguaje que irrumpió en todas partes
contestando el viejo discurso y todos los medios de comunicación se llenaron con palabras que al ser
repetidas hicieron una fuerza: "modernidad", "cambio", "la democracia participativa", "solidaridad",
"reforma económica", "la libertad", "libre comercio", "apertura", "negociación", "concertación",
"estabilidad", "cambio estructural", "mercado de futuros", "el futuro", "la técnica", "la sociedad civil",
"individualidad", "combatir la extrema pobreza", "filantropía", "primer mundo", "nuevo paradigma".
El FDN y Cárdenas habían emergido de la esperanza social y su reto era convertir esa expectativa en
una fuerza política actuante. Yo provenía del ámbito financiero-económico y ya desde mi tesis doctoral
en México, sabía que la clave para cambios con estabilidad, estaba en el sector más atrasado
políticamente y marginado económicamente. No era lo mismo convencer a 17 millones de personas que
tenían un gasto per cápita de medio dólar a un obrero que aspiraba a gastar 8 dólares por día, como
mínimo. Ese sector de mexicanos era la cantera que había que modelar, la piedra que había que pulir,
porque ahí estaba la fuerza para imponer el cambio y cerrarle el paso a las expectativas excesivas y que
por su condición material, eran más volubles y difíciles de convencer. En 1988-89 ambos, el
neocardenismo y el neoliberalismo, nos cruzamos, pero mientras el neocardenismos orientaba su
movimiento hacia lo político y la búsqueda de una democracia política como eje del cambio, yo y mi
gobierno centramos la expectativa en la reforma económica y un programa social de amplia cobertura
hacia los sectores extremadamente pobres. Mientras el hijo de Cárdenas buscaba su apoyo en los
sectores de clase media urbana, nosotros nos fuimos ál campo, a las zonas del cardenismo profundo
como Michoacán, Nayarit, Veracruz, Baja California Norte, Guerrero, La Laguna, a desmembrar su
fuerza, popular, sino en los acuerdos cupulares. Mientras ellos buscaban a empresarios y sacerdotes,
nosotros disputamos abajo su fuerza; mientras ellos luchaban contra los "fraudes", nosotros ganábamos
terreno abriendo espacios para la gestión social a través de Solidaridad, el nuevo movimiento. Fuimos
ganando legitimidad poco a poco y el apoyo de los más pobres empezó a volverse una fuerza activa en
las pantallas de la televisión, como imagen de unión entre los mexicanos.
Ellos no tenían estrategia, nosotros sí. Ellos dudaban, nosotros no. Por eso se abandonaron a la lucha
por la "recuperación de México", haciendo un partido electoral, pero no para la acción ni la conquista
del poder. ¿Si la desestabilización viniera de otra parte, el PRD podría jugar algún papel? Ninguno. En
eso el PRI, enano por su relación con el Estado, era más partido que el de ellos. El PRD abandonó en su
lucha "contra el corporativismo", lo más rico que tenía: su credibilidad social. Con ello dejó que los
movimientos se extinguieran, que las organizaciones populares, campesinas, obreras, se debilitaran y
muchas de ellas se corrompieran. A las más resistentes, dejaron que las combatieran desde el gobierno y
desde el mismo partido. Aún no me explico tantos errores de ellos. La Unión Campesina Democrática,
UCD, formada por Cristóbal Arias, terminó corrompiéndose tanto como él; la Unión Popular Nueva
Tenochtitlán (UPNT) se convirtió en negocio familiar de Dolores Padierna y René Bejarano y terminó
siendo el escaparate de los negocios de este par de pillos amigos de Zedillo, que le sacaron a él y a su
señora todo el dinero para impulsar "políticas sociales" desde adentro del PRD.
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Placas-de taxis, despensas; desayunos del DIF, viviendas, permisos, de todo hubo a fin de acabar con la
fuerza popular del PRD y lo logramos. Si el PRD repuntaba como un partido democrático en el futuro,
ya no tendría ninguna posibilidad de cuestionar la política de integración económica, pues los
movimientos de masas que le acompañaron en su inicio, existirían sólo como fantasmas.
A lo largo de toda esta crisis, los que sí entendieron el significado de los tiempos, fueron los del PAN,
que inteligentemente abrieron su propia salida ante el reto neocardenista, con aquella famosa frase de
que condicionaban su resplado a la legalidad, para que los "hechos me legitimaran". Tres palabras se
convirtieron en una amplia avenida para caminar juntos durante la etapa crucial del cambio y con ella se
consolidó la alianza que veníamos construyendo desde 1983.
Para mí fue una sorpresa su acercamiento, pues tenía la idea de un partido intransigente con sus
principios, impedidos por su rígida moral cristiana, los resultados electorales y por ser la expresión
política de los seudoempresarios que necesitábamos desplazar para la modernización. El PAN también
tuvo que cambiar de aliados y privilegiar la relación con nosotros en sustitución de los viejos ricos
provincianos. Don Luis H. Álvarez fue más inteligente y pragmático de lo que pensamos, pues sopesó
todo y tomó la decisión de que les convenía más ser un partido neoliberal de vanguardia, que defensor
del nacionalismo guadalupano. Don Luis supo entender que en el neoliberalismo ellos cabían perfectamente y no sólo eso, les resolvería una diferencia conceptual con el neopanismo, que ya desde 1983
veían hacia el norte, como una perspectiva acariciada y posible, si conquistaban al norte de México.
Otro factor de la decisión de la dirección histórica del PAN fue su anticomunismo. El hijo del General
los exacerbaba y tenían miedo a un avance de la izquierda que los despojara de su posición histórica
como partido de segunda fuerza. Confesando: ambos nos sorprendimos gratamente por este encuentro
ideológico y político que lograría los cambios más profundos que ni ellos, suponiendo que ganaran la
presidencia, se imaginaron en poder hacer. Su programa histórico y mi plataforma de campaña, tenían la
misma alma y la búsqueda de lo mismo para México; sin embargo, lo que en ellos era resultado de una
posición conservadora frente al nacionalismo revolucionario, en mi propuesta era lo más avanzado de la
Sociedad de Mont Pelerin. Verde, blanco y colorado, la insignia tricolor, legitimó las propuestas
panistas. Habían llegado al poder, cogobernando y ganaron perdiendo, pues su candidato - era un
burgués estatista, que jamás hubiera impulsado sus consignas como lo hice yo.
Para el esquema de gobernabilidad, construimos una fortaleza. El PAN como opositor histórico de
calidad le daría credibilidad a todas las reformas. Ambos unimos a México en ideas y conceptos, donde
hasta los más valientes como Madero o Carranza no se atrevieron. La gran marcha opositora del PAN
contra el PRI de pronto producía acuerdos económicos, políticos, reformas y la imagen de reforma y
estabilidad atraía inversionistas, curiosos, cultura, ideas. Sin miedo nos abrimos, porque éramos dueños
del futuro de México y el exterior ya no era nuestro enemigo, sino nuestro aliado. En mi primer discurso
frente al Congreso, con el acuerdo y consentimiento de ellos anuncié el compromiso de una reforma
electoral a fondo, para pasar a otro tema en la agenda del debate nacional, pero no, los neocardenistas
no querían reformas, sino mi cabeza y ahí las cosas se endurecieron.
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A diferencia de ellos, el PAN entendió sabiamente mi propuesta, ya que era más fácil la ruta del
consenso y el respeto mutuo, que mil reformas y cien candados contra la sospecha del fraude. El PAN
sabía que su puerta hacia los espacios políticos era la política económica, el apoyo a la integración y la
privatización y la reforma del artículo 27 y 130. Al ser promotores de esto, ellos mismos se convertirían
en ínterlocutores de los partidos y el gobierno de Estados Unidos y su fuerza aquí, también se reflejaría
allá. Para el PAN yo definí claramente que unos eran los adversarios a vencer y los otros, los enemigos
a destruir, y así fue, aunque ahora digan, luego de siete años, que yo los engañe y que hice política con
el PAN sin el PRI. ¿Acaso era posible hacer la reforma con un retrasado mental como Roque
Villanueva? ¿Existe alguna prueba adicional para demostrar que esos han sido el peor obstáculo de
México? ¡Ojalá se lo llevaran los neocardenistas a engrosar la política de la pantomima junto con
Superbarrio!
(El obstáculo era el escrupuloso de Clouthier que no quería. Pero el perdió por su mala estrella y hay
unos que nacen con ella para morir y fertlizar el camino de otros. Clouthier nunca pensó lo benéfico que
fue para su partido el PAN, su accidente, que lo volvió héroe, cuando ya estaba en camino de volverse
un renegado ante don Luis, Diego, Carlos Castillo. ¿No se dio cuenta de que su oposición a la nueva
relación con el gobierno estaba derrotada? A Clouthier lo derrotaron adentro, pero tuvo la buena suerte
de morirse en el justo momento, antes de que produjera una crisis entre los suyos. Ya la muerte
acechaba por simple mala suerte y, por ello, nadie podría oponerse a la nueva visión de su partido, que
me demostró ser respetuoso de sus compromisos. Todavía tendido el cadáver de Clouthier, firmamos el
pacto, porque ya no había tiempo y por eso el accidente fue un accidente de una puntualidad misteriosa,
corno si una mano invisible empujara al país a no detenerse y a quitar todos los obstáculos. Luis
Álvarez valientemente lo calificó de "un lamentable accidente" y juntos pasamos a una nueva etapa de
relación que perduró largos y fructíferos años. Fue el primer accidente oportuno que tenía que ver con la
consolidación del proyecto y, por eso, lamente mucho el dolor de mis amigos del PAN, que en verdad
lo estimaron. Para mi Clouthier tuvo una mala estrella, pues sus convicciones estaban en contra de los
astros de México y sus convicciones, desfasadas, mal aspectadas y promovidas en un tiempo incorrecto.
Él no vio nada porque iba leyendo la versión de la reforma que no quería que su partido firmara. El no
vio hacia adelante y por eso no se percató que había invadido el carril contrario de la historia y que
contra él venían muchas toneladas de razones en 18 llantas. Su muerte política fue instantánea, porque
al día siguiente, se firmaron los acuerdos con su partido para una reforma electoral.
Era mi deseo profundo que los cardenistas no firmaran, porque el asunto no era electoral, sino político y
teniendo al PAN de aliado, como adversario leal, sólo necesitaba de decisión para combatir a mis
enemigos.)
Con la muerte de Clouthier que conmocionó al país, paradójicamente se resolvió un viejo debate al
interior del PAN (cierta gente hace mucho mal a los buenos propósitos). Se acabó la separación de
panistas y neopanistas y se unificó al partido en una sola dirección. Nuestra alianza fue acusada de
pragmática, pero fue la base para llevar adelante las reformas constitucionales en las que creíamos ellos
y yo.
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Al inicio de mi gobierno no fue sencillo integrar el primer gabinete. Fue difícil por el momento político,
donde el rupturismo era una moda y todos amenazaban al nuevo gobierno con rompimientos a cambio
de posiciones. Desde el punto de vista de muchos, si quería caminar debía yo cargar con .el lastre de
grupos, pillos, pandillas de viejos políticos, masones, etc. Existía entonces la falsa creencia de que
salirse del PRI era convertirse automáticamente en un demócrata, en una figura pública con
credibilidad. En un momento de mucha presión, entre el 6 de julio y el 10 de enero de 1989, yo ordené
que se soltaran las cuerdas y el que se quisiera ir que se fuera, el que quisiera romper, que rompiera,
pero era ahora y no después. Había que hacer que nuestro proyecto tuviera un perfil definido y lo peor
era que estuviera formado por chantajistas inescrupulosos. El tren empezó a anunciar su salida y sólo
viajarían en el los comprometidos y convencidos en el proyecto. En un tren así, el cabuz y los vagones
eran importantes. El PAN se enganchó truja muerte de Clouthier y durante la calificación de la elección
logramos poner al final al partido llamado literalmente el "ferrocarril" de letras, el PFCRN, de Aguilar
Talamantes. Le pague con poco —lo reconozco —a quien en un momento le debí la presidencia, pues
Aguilar Talamantes como jefe del partido con mayor número de votos del FDN, contribuyó en su
momento mucho más que el PAN a que la calificación se acelerara negociando el paquete de los 84
distritos más conflictivos. A él le cedimos cinco diputaciones por ese paquete, que en realidad
significaba más, ya que a partir de este acuerdo, los otros distritos empezaron a fluir con toda
tranquilidad para llegar a tiempo al 1º de septiembre y de diciembre de 1988, importantes por lo que
marca la Constitución.
Recordando el papel del Congreso durante la calificación presidencial y la falta de respeto a las formas,
al presidente y a ellos mismos que tomaban la tribuna, se gritaban e insultaban a los ojos de todo el país,
empecé yo acumular animadversión bien justificada contra los diputados y su soberbia. Con aquel circo,
quedó demostrado que nuestro Poder Legislativo no estaba preparado para ser verdaderamente
autónomo, ni motor de cambio, a riesgo de que un Congreso así, paralizara a todo el país por completo.
El sistema de autocalificación pública de ellos mismos y del presidente iba contra ellos mismos y el
Poder Ejecutivo. Debíamos reformarlo y para ello me ayudaron miembros de todos los partidos, incluso
algunos del PRD, que tampoco eran partidarios del escándalo y que consideraban, maduramente, que
eran mejor los espacios de negociación cerrada, que el escáncialo público de la Cámara convertida en
juez de sí misma y en una gran horca romana de la Vía Apia, para exponer el desprestigio de cada uno
de sus integrantes. Esa reforma fue la primera condición al Congreso para dignificarlo y someterlo a la
voluntad del voto mayoritario, por lo tanto: desaparición del Colegio Electoral, acabar con el escarnio
público y llevar los conflictos al cauce civilizado de la negociación y la prudencia. Lamento que no
todos lo hayan creído así, pero esto fue aprobado de inmediato y logró dividir las tiernas instancias de
dirección del PRD.
La segunda reforma fue para acabar con las perversas y anacrónicas coaliciones de partidos y
candidatos. El éxito fue rotundo a los tres años, pues logramos en las siguientes elecciones federales de
1991 que cada partido llevara sus propios candidatos, evitando la polarización de 1988.
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En las elecciones siguientes, logramos hacer sucumbir al neocardenismo y bajarlo del 48 al 19 por
ciento porque yo ya no iba contra un frente, ni contra un movimiento, sino contra un partido que
expresaba historias, pero también intereses muy parciales.
San Lázaro fue para mí un símbolo de la mezquindad. Su edificio, un refugio, una guarida, de los
políticos más conservadores del país, los más ineptos, dueños por encargo, del tiempo del país y de los
ritos; un fiel sirviente, portador de las agendas del poder, que se había sublevado creyendo que las
decisiones eran de él. El elefante blanco se había levantado y en estampida, quería controlar el tiempo,
para impedir la toma de posesión y llevarnos a la crisis constitucional. El presidente De la Madrid había
perdido el control y ahora el palacio estaba tornado por una chusma de descalzonados que lo mantenían
como rehén. Locos, vagabundos, mendigos, gritaban histéricos ¡muera el PRI! ¡muera el PRI! y San
Lázaro, ensoberbecido, se levantaba después de estar 70 años muerto, que al escuchar el nombre de
Cárdenas se hubiera levantado invocado por el mismo Lázaro ante la furia de su santo. ¿San Lázaro
Cárdenas? ¿Fue coincidencia u otra conjura astral contra Aries?
Lo cierto es que ése fue el último obstáculo para detenerme. Porque el gran palacio hecho por López
Portillo, para darle una inmerecida imagen al Poder Legislativo, mediante un gran edificio a un poder
fatuo, frívolo, decadente, de pronto adquirió vida propia como un viejo Frankenstein hecho de despojos
y que ahora tenía motivos propios para vivir y caminar por sí mismo.
La habilidad de unos cuantos de mis guerreros logró detener en el mismo palacio a la barbarie
neocardenista dividirlos; el coordinador del PRD, Castillo Mena (¿no lo recordarán con vergüenza?),
convertido en "demócrata" por la vía de ser un tránsfuga, no había dejado de ser corrupto y amar las
monedas que un día le aventó Celia Torres en la cara, lo mismo que a Talamantes. Castillo Mena era
uno de los que luego del 6 de julio ya pedía perdón y estaba dispuesto a ganarse de nuevo nuestra
confianza. Al mismo tiempo la alianza con el PAN empezó a dar sus frutos, pues hizo imposible la
unión entre neocardenistas y panistas contra la calificación presidencial, pese a que el PAN también
reconocía no tener pruebas de mi triunfo. Así fueron perdiendo una tras otra, desmoralizados ante la
estabilización de la Cámara, pues su apuesta estaba en la crisis constitucional. Si Hernán Cortés había
dividido para conquistar, ¿por qué yo no para consolidar la toma de la presidencia ydividir a la barbarie
conservadora? ¿Por qué no usar a mis aliados en contra de mis enemigos sin exponer a mis propias
fuerzas?. Creo que durante ese tiempo, la prudencia del hijo del General era mayor que la de Porfirio.
Las amenazas de un baño de sangre, hechas por Camacho en Nueva York y el mensaje tajante de que no
cederíamos el poder ante una alianza coyuntural, sin principios e incapaz de gobernar, habían surtido
efecto. El hijo de Cárdenas no quería ser responsable de un golpe represivo y por eso buscaba otras
salidas, ante un Muñoz Ledo que no sólo intentaba negociar con Miguel de la Madrid un interino, sino
que además, ambos se negaron a negociar conmigo cualquier cuestión que tuviera que ver con el futuro
gobierno. Entendí que más que un convencimiento, ellos estaban atrapados en su lógica de calificarme
de usurpador y con ésos no se negocia nada, aunque las leyes de la guerra digan lo contrario. ¿Nunca
leyeron a Clausewicz?
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Como un Dantón, lleno de popularidad, Muñoz Ledo atacaba sin piedad en el Colegio Electoral y hacía
del Congreso una asamblea del Directorio Francés contra la "usurpación", con la intención de mandarme a la guillotina. Eran ellos o yo. Mientras tanto el hijo del General permanecía f río y adusto, ante la
histeria que se apoderaba tanto del presidente De la Madrid, como de los miembros del gabinete y en el
PRI. Daba la impresión de que el hijo de Cárdenas ya se había definido por una estrategia de largo
plazo, tratando de no ser aplastado ahora, como ya había sucedido en muchos otros episodios de la
izquierda mexicana en que lo perdía todo en una sola jugada o un gran sacrificio. Juntos eran la fuerza,
separados creaban debilidad y de ese cálculo construimos la estrategia para destruir ese dúo.
El Presidente quería negociar, pero yo se lo impedí; la negociación debía ser conmigo, no con él. Su
carácter y las ganas de salir airoso hicieron que cediera y con ello gané la gran batalla de trasladar el
campo de batalla a mi propio tiempo. Ahí, en ese momento, gane la presidencia, pues pese a nuestras
dificultades puestas por el reto de no negociar conmigo y sí con don Miguel, nadie empujó a mantener
la crisis bajo el mandato de Miguel de la Madrid y la estrategia de ellos ni siquiera llegó a hacerse
pública. Hoy eso es un doloroso secreto entre el hijo de Cárdenas y Muñoz Ledo, el cual siguió
cultivando su posición como negociador frente al gobierno.
A Cárdenas no le perdonaría nada. El era la cabeza contra mi proyecto y aunque sé que actuó por
prudencia y responsabilidad, le haríamos una imagen de hombre intransigente y tendiente a la
violencia. Cárdenas y Porfirio pagarían con su propio pacto, su pecado. ¡Había que dividirlos!
Pero no abruptamente, sino de manera lenta, para que se llevarán al carajo su propio proyecto.
(Ay, Raúl, a cada uno le pusimos sus alcahuetes. A cada uno sus intrigantes para que siempre
estuvieran bajo sospecha de una traición inminente; a cada uno sus promotores de la
desconfianza. De esa alianza, no quedaron ni cenizas, hartos de golpearse y saludarse, de jurarse
respeto y despotricar el uno contra el otro, de celarse. Ambos enseñarían a sus contrincantes el
lenguaje del viejo priísmo, críptico, esotérico, de los mensajes cifrados y en clave y por eso, por su
obsesión de luchar entre ellos, no se dieron cuenta de que los rodeamos de traidores.)
San Lázaro no estuvo para levantarse sino para bien morir y caer para siempre. ¿Alguien de nosotros
haría justicia contra el Palacio insumiso? ¿Quién quitaría la soberbia a los diputados rebeldes? San
Lázaro se quemó accidentalmente y su sede se trasladó al Centro Médico Nacional, era lo menos tras la
osadía de esa LIV Legislatura.
(Fue mero accidente, te lo juro, compañero de las cien batallas, pero el palacio se incendió y ardió esa
sala maldita y con ella se volvieron cenizas sus discursos encendidos y altivos de los diputados alzados.
Se quemaron también ahí en esa hoguera, junto a las banderas y la tribuna biperina, el nombre cien
veces repetido de "¡Cuauhtémoc: la Patria es primero!" Se fundieron los nombres en letras de oro y
quedé libre para rehacer la historia, porque después que quemaste San Lázaro, se quemó la memoria del
país como sentenció la Malinalli y se olvidaron de decirme que yo era la reencarnación de Lorenzo de
Zavala, la Malinche, Santa Anna, Picaluga, Maximiliano, Porfirio Díaz, Huerta y los Ávila Camacho.
Tú y yo sabíamos lo que hacen los incendios y por eso, en venganza por el honor de tu hermano, fuiste
y quemaste hasta la estación de bomberos aquella tarde, para-que-nadie- pudiera en la noche, apagar
todas las ofensas que se dijeron contra mí.
Memorias de un Líder
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Ahí se quemó el sufragio libre y la no reelección; ahí se derritieron los defensores de Veracruz y los
cadetes de la intervención norteamericana en 1847; ahí se acabaron Cárdenas, Villa y Zapata, Morelos y
sus "Sentimientos de la Nación". Ahí quemamos la palabra usurpación para siempre; ahí se quedaron
nuestros enemigos ardiendo y consumiéndose entre ellos, mientras que nosotros veíamos a San Lázaro
quemándose desde aquel helicóptero. Recordé cuando vimos quemarse nuestra casa de Palenque en la
Narvarte y ver las llamas desde Xola. ¡La justicia había llegado!
Ahora no hubo "jamón ahumado", pero sí hubo la sonrisa de nuestro padre Raúl, que otra vez nos apoyó
porque hicimos lo justo, lo respetable, frente a las ofensas. En ese incendio que destruyó a San Lázaro,
redujimos de nuevo al Congreso y lo volvimos hacer el sirviente fiel que siempre fue. Su castigo fueron
dos años en aquel auditorio del Centro Médico y sólo regresó a San Lázaro, en septiembre de 1991,
cuando el Congreso volvió a tener una composición sumisa (16 por ciento de perredistas). San Lázaro,
el gran palacio del Congreso mexicano, de nuevo me aplaudió y me recibió casi en orden como a su
presidente. Aquel 1º de septiembre del regreso a San Lázaro, sólo algo empaño mi triunfo: el fantasma
de Superbarrio y la Asamblea de Barrios representada por la diputada Patricia Ruiz, me retó de pie con
un cartel que sólo decía: Cárdenas Presidente. Mi respuesta fue pedir a los míos que levantaran la
versión de que la Ruiz era puta, intolerante, la bella y la bestia. No me equivoqué, pues nadie,
absolutamente nadie, salió a defenderla.)
Mientras se quemaba San Lázaro, el hijo de Cárdenas llamaba a la fundación de su partido en el Zócalo
y eso requeriría de operadores de todas las fuerzas vivas para administrarle su fuerza. Él se acogió a
todos aquellos que le ofrecieron operar fuerzas políticas, aunque se las inventaran; Cárdenas inició así,
la creación de una red de intermediarios que finalmente lo aislarían y aniquilarían en su propio
territorio. Ofreciéndole apertura, lo aislaban; ofreciéndole fuerzas "más allá del partido" lo ponían a
merced de fuerzas contrarias que nunca lo apoyarían. Le ofrecieron interlocución con empresarios e
Iglesia y le inventaron organizaciones fantasmas "de ciudadanos" que nunca pasaron de ser ellos
mismos y creadas para intermediar la relación de él con su propia base social.
El hijo de Cárdenas, por su tendencia a mediar y ponerse por encima de todos los que se unieron a su
partido, sufrió desde el inicio una tragedia política, pues no pudo diferenciar entre fuerzas reales e
inventadas. Su Estado mayor no era suyo, no era de nadie, era mío y de otros, menos de él. Muchos de
sus escogidos eran en realidad los enviados por nosotros y emisarios de quienes se sentían despojados
por la elección de 1988 y consideraban la sorpresa cardenista una violación a las reglas de la
estabilidad. Así, la embajada norteamericana, la Iglesia (la progresista y la conservadora), el Ejercito,
Gutiérrez Barrios, Echeverría, López Portillo, La Quina y los empresarios, todos constituían la
dirección cardenista. Más tardaban en tomar un acuerdo de partido naciente, que nosotros en enteramos.
Para su sorpresa, Cárdenas al descubrir estos hechos, trataba igual a sus fieles que a sus traidores, bajo
la idea de que tarde que temprano, él llegaría a la presidencia de México y que él estaba por encima de
esas vilezas y lealtades.
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(Ésa fue la misma ruta que seguiste tú, Raúl; creer que la política era el camino para la presidencia y te
equivocaste, como se equivocó el indio y todos los que intentaron llegar a la presidencia movilizando
fuerzas sociales y políticas.)
No faltaron también nuevos crímenes para exacerbar los ánimos. Cuatro jovencitos fueron asesinados
cuando realizaban propaganda a favor del hijo de Cárdenas, los encontraron muertos a bordo de un
Volkswagen. ¿A quién favorecía el crimen? A mí no, pues nuevamente se cerró la posibilidad de una
negociación con el hijo del General y Porfirio. Yo fui el más perjudicado con la violencia, con la muerte
de Ovando y luego la de los jóvenes neocardenistas. Con ellos se inició una larga lista de crímenes a lo
largo del sexenio, pero que fueron provocados por la intransigencia del PRD. Los muertos perredistas
eran la prueba de que este partido era afín a la violencia y que desde el 6 de julio pretendió Mediante el
usó violento, derribarme del poder. Córdoba y Camacho, ambos fueron claves para no perder la cabeza
en aquellos momentos y para descifrar que no estábamos frente a un enemigo poderoso, sino frente a
actos de pirotecnia desesperada. La credibilidad en el hijo de Cárdenas disminuía en la medida que no
había derrumbe y que la fuerza se canalizaba a convertir la fuerza popular en un partido, pero que éste
se mezclaba cotidianamente en hechos de violencia donde desgraciadamente de ellos mismos eran los
muertos. Nosotros apoyamos esa idea, pues nos convenía ese cambio de orientación, que en los hechos
fue lo que destrabó el proceso y nos permitió hacer gobierno y, en los hechos, significó que la dirección
neocardenista se replegara por muchos años a organizarse.
Formar el gabinete no fue sencillo. Todos calculaban con base en mi debilidad y los enemigos internos,
vendían cara su lealtad.
Fernando Gutiérrez Barrios, el astuto jefe de la seguridad del Estado, sabía perfectamente lo que
acontecía y cuál era mi situación. El 30 de noviembre por la mañana, diez horas antes de anunciar
oficialmente a los integrantes de mi grupo de colaboradores, "Don Fernando" no sólo se autoincluyó,
sino que hasta decidió su puesto: secretario de Gobernación. Pocos percibieron este hecho, pero a mí me
ayudó a conocer los límites y significados de la violación de las reglas no escritas. Gutiérrez Barrios, al
autodestaparse desde Veracruz como integrante del gabinete y nuevo secretario de Gobernación, me dio
a entender que mi poder sería compartido y sujeto a los intereses de todos los grupos de poder.
Camacho y Córdoba nuevamente me ayudaron a entender este mensaje y a asumir que la guerra no sería
corta, sino prolongada y que el enemigo se había metido en casa. La autodesignación de Gutiérrez
Barrios era en sí el anuncio de un golpe de Estado sobre el poder presidencial, un acto de
subestimación. El viejo aparato ya no quería un presidente fuerte, sino una marioneta.
Ellos partían obviamente de que yo era un presidente débil que necesitaba un equipo fuerte que tomara
conjuntamente las decisiones. El presidente sería sólo la fachada de decisiones tomadas por otros. Al
asumir la presidencia, esa era la batalla central. Si yo no ganaba, ya no habría posibilidades ni de
reforma, ni de iniciativa que cambiara la correlación de fuerzas. Perder una sola batalla era perder la
guerra y por lo tanto necesitaba internamente golpes de timón para deshacerme de las presiones de los
que querían cogobernar.
Memorias de un Líder
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(El embajador Negroponte fue un verdadero apoyo. Con su tolerancia y visión, apoyada por el
presidente Bush, logre resolver el flujo (de capitales, permitiendo las labores del narcotráfico. ¿Podía
una economía abierta, y nuestras libertades financieras detenerse a investigar el origen de los capitales?
México estaba abierto a la inversión y los negocios y gracias a la inteligencia y la tolerancia, habría
dinero para generar más actividad económica. Yo agradezco a la comprensión norteamericana, no haber
cerrado filas contra nuestros anónimos inversionistas que siempre han existido en el mundo. 30 mil
millones de dólares a nuestras reservas ¡fueron una ayuda! El dinero no tiene por qué tener moral, ¡es
dinero! y nosotros supimos no mancharnos con su procedencia. Tú, hermano, llevaste la peor parte,
porque tuviste que lidiar con ellos y darles confianza para que invirtieran en el país y que aquí había
seguridad, no para los actores de la violencia, pero sí para la inversión productiva y la apuesta por
México.)
Desde el inicio de mi gobierno tuve una preocupación: los recursos generados por el narcotráfico, que
buscarían aprovechar la apertura y las facilidades para la inversión en nuestro sistema financiero. Yo y
el presidente Bush siempre estuvimos prevenidos frente a esta amenaza, fortaleciendo los lazos de
ayuda mutua entre policías, cruzando información y detectando la actividad de los narcotraficantes
desde Colombia ante el peligro de que nuestra apertura financiera fuese a ser utilizada para el lavado de
dinero. Yo jamás permitiría una actividad proveniente del narcotráfico, pues me parecería tonto
ensuciar mi proyecto utilizando esos cuantiosos recursos.
(No me vas a dejar mentir, Raúl. Siempre me reí de "los análisis" sobre la ruptura ideológica dentro del
PRI; puras fintas para no reconocer que el PRI se había dividido, no entre políticos y tecnócratas o entre
estatistas y neoliberales corno decían los politólogos; la verdad era que el PRI se dividió entre el Cártel
del Golfo y el Cártel del Pacífico. La moda predominante es volverse rico y tener "tus políticos" para
que dieran la cara ante el público. Yo cuando llegué el pleito ya estaba y las primeras batallas fueron la
caída de Don Neto y Caro Quintero, que no querían abrir su mercado).
Tú me hiciste poner las reglas, hermano, y los gringos las aceptaron, porque les convenía. Era una
manera de reglamentar y calcular la dosis para la "gran nariz" del norte que se consume 300 toneladas al
año de manera regular y genera dólares y crea el sentimiento nacional de que "están arriba" y son la
gran nación, pese a que ya perdieron frente a los europeos y los japoneses la carrera tecnológica y
económica. Tú y yo lo sabemos, pero alianzas son alianzas y con ellos decidirnos nuestro futuro y el
futuro de este país de incapaces.
Las reglas eran sencillas ¿las recuerdas? Si te comunicas e inviertes aquí, no eres extraditable. Si te
llevas el dinero y se quieren pasar de vivos, los entregamos a la DEA y al Departamento de Justicia.
Tras la elección de Caro, Don Neto y el Cochiloco, el Cártel del Pacífico se alineó al viejo PRI; por
ellos, se entregó tranquilamente el Chapo Guzmán, el Güero Palma y los Arellano Félix. Los de Juárez
siempre se quisieron creer autónomos y por eso se han muerto la mayoría. Los del Golfo, tus amigos,
como García Abrego, fueron extraditados en venganza, para fregarnos a nosotros, con la ayuda de
Mario Ruiz Massieu, que informó todo, bajo testimonio para hundirnos a nosotros. Gracias a esta
venganza del viejo aparato aliado al Cártel del Pacífico, hoy los gringos también están divididos, pues
para el Departamento de Justicia somos narcos, hermano; mientras que para el Departamento de Estado
somos sus amigos y aliados. ¿Quién ganará?
Memorias de un Líder
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Yo creo que ninguno, porque el empate les favorece y esa diferencia entre ellos, es holgura para
moverse en México. Por eso, no te preocupes, hermano, pronto saldremos de ésta y será una más de las
batallas que recordaremos. Por cierto ¿Conasupo era del Pacífico o del Golfo? Es algo que no me has
contado.). Cambio dentro del cambio. Eso caracterizó a mi gabinete, aunque podemos decir que en tres
lugares se asentó el trípode estratégico de la estabilidad de mi gobierno: en el manejo de la política
económica y las relaciones con el exterior; en la centralización de las decisiones y el control de la
política interna y en el control del Distrito Federal, la ciudad neocardenista. Córdoba y Camacho.
En el gabinete estarían nuestros enemigos internos, los que consideraban que yo era un gobierno de la
debilidad. Ahí estarían colocados personajes de la vieja política, dispuestos a todo, a obstaculizar, a
intrigar, a regatear, las decisiones. En ese escenario, la organización del gabinete era fundamental a fin
de dejarme manos libres para las iniciativas y los golpes, sin pasar por el filtro de los secretarios de
Estado que no eran de mi confianza. Esto me llevó a reformar la composición del gabinete a fin de
asegurarme el control de la información y las decisiones, ya que si nos reuníamos en pleno, difícilmente
tendríamos mayoría calificada entre ellos, pues el grupo compacto, la generación del cambio, éramos
pocos, frente al peso de la gran burocracia que ellos dominaban. El gabinete sería la cúspide de una
pirámide de cuadros y decisiones debíamos construir sobre la marcha y bajo una instrucción: "No
quedarse paralizados en disputas burocráticas con el viejo aparato". Los mejores golpes al estatismo y la
clase política no se ganan en discusiones, sino en el terreno de los hechos.
La Dirección del Secretariado Técnico de Gabinetes de la Presidencia de la República, en los primeros
siete días la desmantelamos a fin de quitar micrófonos y contactos, limpiar de espías, deshacer caminos
recorridos. Córdoba se encargó de esta tarea y de otra: la Oficina de Coordinación de la Presidencia de
la República. Con ella creamos un nivel intermedio de relación y comunicación entre el gabinete y la
Presidencia a fin de que todos, para verme y tratar asuntos conmigo, antes tenía que tratar su contenido
y aprobación con el Coordinador. A su vez, Córdoba reforzó para el manejo de los temas, la integración
de los gabinetes sectoriales, los cuales él presidía en mi ausencia y a los cuales tenía plenas facultades
para convocar. El Gabinete Económico, el de Seguridad Nacional y Social, remataban cada uno en
supersecretarías que trabajaban directamente para la Presidencia, sustituyendo en muchos casos la toma
de decisiones y la concentración de información. De esta manera aislamos a nuestros adversarios, los
manteníamos en una red burocrática compleja y difícil de descifrar, mientras que para los nuestros había
una estructura ágil de retroalimentación. Poco a poco, fuimos recuperando terreno en las áreas donde se
infiltraron nuestros adversarios.
(El gordo Eduardo Pesqueira y Ramoncito Aguirre sí se fueron a la chingada. Fue fulminante la
decisión de excluirlos y hasta me hubiera gustado que les vieras la cara. El gordo ya se la imaginaba,
temblaba de miedo desde que me destaparon en el 87, pues sabía que había perdido todo, por pendejo y
andarse burlando de mi calva y mi estatura. Cómo se le iba a olvidar a el y a mí y a todos los que
estuvimos presentes, aquella noche en Los Pinos, cuando esperábamos el gabinete en pleno, que nos
recibiera el presidente. El gordo le echó la culpa al ocio y a que se lo había sugerido Ramón Aguirre
para amenizar la espera. Por poco se mueren los dos idiotas. Efectivamente, primero empezó Ramón a
pasar por atrás de mi y palmearme la calva, todos se reían y yo sólo volteé a verlo aparentando no darle
importancia.
Memorias de un Líder
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Quizás me equivoqué al no decirle nada, porque a los pocos minutos y en un descuido el gordo
Pesqueira, que se había encontrado en un escritorio la peluca de una secretaria, fue y me la puso y todos
soltaron la carcajada, menos los míos, que se dieron cuenta de la grave afrenta. "¡Que cabrón eres!", le
gritaba Pichardo Pagaza, el contralor, mientras se reían, amparados en que eran amigos cercanos al
presidente y no imaginaban que alguien como yo, llegara a ser el sucesor. Pesqueira y Ramón Aguirre
creían que el peso político era por el volumen corporal y Aguirre en aquellos días estaba hecho un
imbécil porque se mencionaba su nombre como candidato (él mismo se mandaba hacer las notas).
Ramón quería vengarse, porque todos se mofaban de él y su nuevo look y creyó que yo era más chistoso
que él. Ramón no la podía creer, pues pensaba que yo me olvidaría y las decisiones de Estado estarían
por encima de los agravios personales. Me dicen que se puso pálido cuando anunciamos su renuncia en
Guanajuato a cambio de Medina Plascencia del PAN y quitarnos a Vicente Fox: carambola contra dos
que se habían burlado de mí, Yo mismo le hable para darle la noticia, se lo pedí a Córdoba. Ramón me
dijo que lo perdonara, pero que había muchos compromisos establecidos y el partido se afectaría si no le
reconocían el triunfo; me dijo que los panistas eran nuestros enemigos y que nadie se explicaría cómo
yo no reconocía el triunfo priísta y a él. Sólo le pedí que nadie obstaculizara mi decisión y que lo hacía
responsable a él de todo. Que tratándose de un amigo, yo le pedía que él renunciara, una vez electo.
¿Acaso no quería ser gobernador electo? Lo fue, pero sólo por dos horas y ahora ya podría regresarse
contento a Torres Mochas, su pueblo. Me quité a Fox y Ramón Aguirre de un solo golpe y así me
cobraba la afrenta de las burlas de Fox y de Ramón Aguirre.
El gordo Pesqueira, ése sí ni regresó por el cambio.)
El núcleo político en la Secretaría de Gobernación se convirtió en la contraparte dentro del gabinete.
Las disputas entre Gutiérrez Barrios y Córdoba Montoya son el ejemplo de las grandes batallas internas
de la inteligencia política. Dos concepciones de la Seguridad Nacional y de la razón de Estado, dos
experiencias similares; dos perversiones, dos escuelas, dos durezas, dos habilidades, dos estilos. En ese
enfrentamiento estaba representado el viejo Estado contra el nuevo Estado y un desprecio de ambos, el
uno hacia el otro, pues los dos eran de la misma naturaleza, puestos el uno frente al otro a defender
secretos, decisiones y justificar la violencia legal, sus propios terrorismos de Estado. Ambos eran el
grado más alto de la policía' política y por ello, ambos estaban dispuestos a imponerse en esa guerra.
Como secretario de Gobernación e integrante del gabinete de Seguridad Nacional, Gutiérrez Barrios y
Córdoba como su jefe, tenían que verse la cara y oírse por teléfono con muna frecuencia. Un trato suave
y elegante, apenas disimulaba los golpes y las ofensivas. De ellas, nunca hubo una disculpa porque eran
sus propias reglas de la guerra y el disimulo discreto, el silencio para apreciar la sequedad de los golpes.
Ambos sabían jugar con todos los elementos, con el tiempo, las circunstancias y las omisiones. Ambos
sabían que la política es música y se hace también con silencios y no sólo con notas. Con su partitura,
los dos hacían trabajar a sus orquestas y ejecutar en concierto sus estrategias. "Don Fernando" como le
dicen quienes lo consideran su maestro, al autonombrarse desde Veracruz demostró sagacidad y uso
oportuno del tiempo. La magnitud del mensaje contra mi autoridad tuvo inmediata respuesta: el no
trataría conmigo, sino con Córdoba. Como secretario de Gobernación, sólo tuvo que limpiar los
conductos para que la máquina de información en todo el país le empezara a fluir sin problemas y con
ello, redoblar su fuerza y su poder.
Memorias de un Líder
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Córdoba, en respuesta, empezó a coordinar desde su oficina a los gobernadores y a cada uno le montó
un grupo especial de enlace entre ellos y la Oficina de Coordinación de la Presidencia. Con esta
estructura, relevaba de esa función a la heroica Secretaría de Programación y Presupuesto, SPP, ya que
a partir de que teníamos el poder, su función había dejado de ser necesaria. Córdoba empezó la
liquidación de SPP y fusionó sus funciones con la Secretaría de Hacienda de Pedro Aspe y su propia
oficina: para Aspe los aspectos técnicos; los políticos, para Córdoba.
En el gabinete de Seguridad Nacional formaban parte el secretario de la Defensa, el procurador general,
el secretario del Trabajo (don Arsenio Farell), el de Marina, el secretario de Gobernación. Presididos
por Córdoba, un francés de nacimiento, creó un ambiente favorable para don Fernando, pues tanto el
secretario de la Defensa como el de Marina se identificaban con él y sus conceptos en contra de los del
jefe de la Oficina. Firmeza y sutileza de Córdoba ayudaron a ganar terreno dividiendo a los militares,
pues el general Arturo Cardona encontró en Córdoba un aliado contra los privilegios de los militares de
la Defensa Nacional. Este gabinete se convirtió en el remolino de las contradicciones estratégicas y las
decisiones de Estado. Las dos concepciones del país aquí se empezaron a debatir y generar controversia,
sólo que para nuestros adversarios, estos no tenían acceso a la discusión y las decisiones económicas,
mientras que nosotros teníamos la visión global de la conducción del Estado. En ese sentido, Córdoba,
le llevaba una ventaja de origen a don Fernando, quien para ganar fuerza, empezó a realizar una política
distinta a la de su imagen: de acercamiento con sectores del neocardenismo, apertura política, discurso
incluyente, tica a los actos de represión de los gobernadores y resistencia en la Cámara de Diputados y
senadores contra la alianza evidente que se gestaba entre los diputados neoliberales y los panistas.
Don Fernando, por su parte, empezó también a gestar sus propias redes y su propia coordinación en el
gabinete. Carlos Hank González, apacible en apariencia, nadaba de muerto, pero también construía su
propia política de defensa y trabajaba febrilmente para recuperar los espacios que hubiese perdido en la
guerra del 88. Se aliaron a Cervera Pacheco, a Jorge de la Vega Domínguez, a Manuel Bartlett, a Jesús
Silva Herzog, a Mauricio Schelenske, con Ramón Aguirre, Ricardo García Sáenz, Enrique Álvarez del
Castillo, los cuales tuvieron un común denominador: todos cayeron antes de 1993 en que salió
derrotado don Fernando de la Secretaría de Gobernación a retiro. De todos, el único que se mantuvo en
el gabinete durante los seis años fue Carlos Hank González, al cual le reconozco y Córdoba también, la
habilidad para mantenerse en las posiciones y cambiar de bando.
La coordinación y la oficina de la Presidencia fue ciertamente una vicepresidencia de la República. Este
poder era necesario a fin de preservar al presidente de las presiones y tener las manos libres para
decidir. Córdoba se convirtió en hombre de Estado por varias razones y, entre ellas, porque no podría
aspirar a relevarme, lo cual le hizo un hombre de extraordinario poder, que fue usado con toda frialdad
para reencauzar la fuerza del Estado mexicano. ¿Por que llegó a tener tanto poder un desconocido en un
Estado con tantos ritos y tan estructurado? Ese fue el primer .golpe que tuvo que sortear la vieja
inteligencia en manos de Gutiérrez Barrios, quien advertía del poder que acumulaba Córdoba, el que
nunca dio una declaración ni entrevista y los mexicanos jamás lo oyeron hablar en público. Decían, por
ello, que nos gobernaba el fantasma de Maximiliano y durante seis años se atizaron desde las cuevas de
Gutiérrez Barrios, del neocardenismo, las intrigas xenofóbicas contra Córdoba. En el PRI le temían y le
aplaudían discretamente, aunque en el futuro se le acusara de ser Miramón o Mejía.
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La diferencia, no obstante, es muy fácil definirla entre Maximiliano y Córdoba: el emperador era un
hombre de buen corazón, liberal y muy pendejo. Córdoba con el exterior. Discreto y odiado, vetado y
víctima de la xenofobia barata de la burocracia mexicana, incluso de los míos, que filtraban su trabajo y
sus decisiones. Un gran poder, pero no más que el mío, pues su fuerza era la credibilidad externa,
mientras que la mía, se derivaba de ser la única carta de todos los aliados externos. ¿El fantasma de
Maximiliano? Falso. Joseph tiene inteligencia refinada, no mide la política por el rito, sino por los
resultados y la eficiencia; no se pierde en mariposas y jardines. Maximiliano era más corazón y por eso
lo llenaron de balas en el Cerro de las Campanas porque cometió un atentado a la autonomía absoluta de
la razón. Más que un liberal, era, por decirlo suave, un pendejo.
Carta X zodiacal
ASTROLOGÍA, ESOTERISMO Y LA ESENCIA VIRTUAL DE LA MAGIA MODERNA.
Reunirás a todos los chamanes y brujos; con ellos harás, en otra dimensión, otro grupo compacto que te
dirá el sentido y el momento de las decisiones trascendentes. Ellos escribirán el manual para acompañar
la revolución moderna y llenar el vacío humano de los individuos frente a la técnica. Es el manual que
te acompañará para darle alma y sustancia mexicana a los textos de Milton Friedman y su "Libertad de
elegir"; será el instrumento para que traduzcas con eficiencia "La sociedad abierta y sus enemigos", "La
desnacionalización del dinero" y el "Liberalismo" de Popper, el maestro y fundador del neoliberalismo;
Hayek y -al doctor Von Misses; será la prevención a un Manual del Perfecto Idiota de la Globalización
que seguramente estarán preparando los adversarios de la libertad, en respuesta a los Vargas Liosa, cuya
obra más importante fue dejarle al Perú al héroe Fujimori.
En este manual encontrarás el procedimiento para integrar fuerzas e instituciones a tu revolución
moderna. Paradójicamente, éstas no serán fuerzas nuevas, sino las que permanecían castigadas por la
intolerancia civilista y jacobina. Transforma la magia en religión y entabla el diálogo con el Papa, tantas
veces perseguido y prohibido. Regrésale su fuerza a los militares, comparte el poder cotidiano y las
decisiones políticas. Convoca a los intelectuales, cuyas ideas sean por naturaleza anticomunistas y libertarias; haz del país una referencia contra el miedo a la libertad, la vanguardia contra el conservadurismo
colectivista y la masificación de la conciencia.
Para tu proyecto, las clases sociales deben desaparecer corno clases para sí. Tu proyecto está abierto a
todos y especialmente los más pobres; reunir a los extremadamente pobres, los que no tienen nada que
perder; con los militares, la iglesia y los intelectuales constituyes un ejército invencible para ganar
batallas y gobernar sin problemas. Ellos juntos deben tener imagen y estar todos los días en radio y
televisión, hasta que todo el país se convenza que tu camino es el único camino. Con esta imagen
llenarás de expectativas lo pequeño, la vida de comunidad y de barrio.
Memorias de un Líder
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Teléfonos celulares, computadoras personales y portátiles, la nueva forma de comer y beber, serán parte
de la revolución que cada individuo vivirá como parte de una revolución general. El paso de Aries sobre
un Marte bien aspectado y la exaltación en Saturno, indican que ahora es el momento de varias reformas
sustanciales: quiebra a la vieja Revolución Mexicana reformando el 27; el Artículo 3o. y el 130 para
que abras el pensamiento de México a todos los pensamientos. Devuelve la libertad de pensamiento y
de educación, porque si tienes hombres y mujeres libres, a la familia como aliada, transformarás las
entrañas del monstruo, del Estado que ahora jineteas con la gran habilidad que sabes. Una más, es el
momento de intensificar todas las privatizaciones, reducir los gastos de las empresas, ajustando a los
trabajadores sobrantes; es el momento de ceñir la educación a la integración para que formes los
capataces, los cuadros técnicos de las empresas; es hora de prescindir por un tiempo de la especulación
de las ciencias humanísticas, por textos como las leyes de Murphy, las enseñanzas de Og Mandino, las
formas_ de hacer cada quien sus propios horóscopos y cartas astrales: Corona todas estas reformas,
dándole autonomía al Banco de México: tumba esa muralla y abre el país a la libertad monetaria, a la
administración global de las reservas, se generoso con el destino que ahora les acoge.
El manual de los chamanes, todas las cartas astrales, proyecciones computarizadas de horóscopos e
ideas en abundancia para la superación personal, llenarán el vacío que dejará la caída del muro (que
pronto se caerá y no sólo eso desaparecerá la URSS y el bloque de países de Europa del Este). Tú
estarás en el lugar y en el tiempo correcto y, por eso, cada individuo necesitará llenar su propio vacío
con nuevos sueños. Og Mandino, práctico y racionalmente impecable, guiado por el sentido común,
será el Quijote, la leyenda libertaria para acercar al pueblo ignorante a la sabiduría de los padres del
liberalismo.
En Aries confiamos. Confiamos en ti.
Memorias de un Líder
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Los aliados de la modernidad
Boston, junio de 1996.
Con mi mano, en Chaleco levanté la palanca e hice la luz para millones. Esa noche nació
Solidaridad, la trenza simbólica del pacto por la modernidad y contra la pobreza extrema.
Eran "Los olvidados" de Buñuel, el "México profundo" de Bonfil y mi Huella, mi
diagnóstico para una alianza; eran todas las imágenes del México atrasado, miserable, con
hambre, volcado en las ciudades perdidas, en barrios y colonias pobres excluidas por la
demagogia y el populismo; eran 17 millones que probaban el fracaso de la Revolución
Mexicana y su ideología; eran' los pobres sin esperanza. Ese día en Chalco mi mano se hizo
luz y por vez primera en esa noche, sus habitantes dejaron de ver las estrellas, encandilados
por las miles de lámparas de sodio amarillo que colgaban de los postes nuevos y los cables
brillantes; nunca había sido tan desapercibida la noche, aquella noche donde se vieron tan
claros los rostros de los vecinos, por las 20 mil lámparas que iluminaron de pronto el
oriente del Valle de México, echando el límite de la ciudad más al oriente, de un solo golpe
de luz. Dicen que esa noche todos se fueron a lavar la cara en Chalco, porque ahora la
suciedad y la pobreza se les notaba a todos y sintieron, por primera vez, vergüenza junto al
infinito agradecimiento. Aquella noche nació el movimiento que conmocionó al país,
paralizó n los neocardenistas, quitó banderas a los viejos movimientos opositores, obligó a
las defecciones individuales y colectivas. Con la fuerza de la luz sobre Chalco, por arte de
magia se dibujó el futuro y la alianza entre la modernidad y la extrema pobreza; esa noche
nos perdonamos los agravios mutuos y los votos de castigo. ¿Quién se acordaba del hijo del
General, aquella noche? Solidaridad fue una vacuna contra el neocardenismo. Si ellos
llenaban las plazas de las ciudades, los rodearíamos; mientras ellos se concentraban,
nosotros nos dispersábamos; si ellos buscaban aliados, se los quitábamos; mientras ellos se
desmovilizaban para discutir y disputarse los liderazgos, nosotros emprendíamos la
movilización en los pueblos, en las pequeñas ciudades, en las colonias marginadas.
Dispersamos la militancia y concentramos la imagen en televisión. Miles de spots
inundaron los medios en lo que sería la alianza virtual de los marginados con la tecnología.
Gracias a Televisa y sus mejores cantantes, como Mijares, Verónica Castro, Daniela Romo,
Lucero, las Pandora y doña Lola Beltrán, los pobres tuvieron un himno que cantaron con
sentimiento: "La Solidaridad es nuestra, con nuestro ejemplo se acrecienta... hijos de una
misma madre con esfuerzo se demuestra. ¡Solidaridad! te queremos". ¿Iba así?, no recuerdo
bien, pero era un himno hermoso que deberían cantar muchos para recordar esos tiempos de
mi gobierno.
Memorias de un Líder
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(Nos respondieron al instante con una parodia de Los Nakos (tú los recordarás, Raúl,
porque me dijo un informe de Córdoba que ese grupo empezó desde el 68 con los
brigadistas). Te soy franco, me gustó más la parodia del tal Colmenares que la versión de
Azcárraga que no convenció a nadie. ¿Quién la cantó? Dime uno que la haya cantado o se
haya creído que había que ayudar a los pobres. Me dejaron solo con ellos, con 17 millones
de pobres y luego se sorprendieron por votar por mí en 1991 y en 94 por Zedillo, diciendo
que había hecho fraude. ¿Quién creyó en los pobres en esos años? ¿Quién les dio imagen e
identidad? Mientras todos buscaban ciudadanos para votar en la clase media, yo hice a los
más pobres, ciudadanos con derecho al voto y creyeron en mí. ¿De qué se quejan? Ustedes
sus alianzas y yo las mías. Yo no tuve la culpa de que mis aliados fueran más numerosos y
mejor organizados. Me gustó la parodia de Los Nakos porque decía: "La solidaridad está
muerta, con puro rollo lo demuestran. Hijos de una misma madre, Pronasol y Presidencia,
cambio tus votos por despensas. ¡Solidaridad! Venderemos: el petróleo, Conasupo y la
tierra que tenemos". Me recordaron con esto que estamos unidos como hermanos y que por
eso voy a seguirte cargando, aunque pesen mucho tus errores, por solidaridad. ¿Nada se
toman en serio en ese país? ¿Todo es para ellos una burla? Creo que es lo único bueno que
les queda.)
El reto era darle contenido y credibilidad a esta alianza y eso cuesta. Solidaridad debería ser
poca política y mucha administración, para lograr que la participación social no
desencadenara exigencias ni demandas, ni una organización, ni una relación estable; pero
que al mismo tiempo fuera un movimiento leal, positivo, de expectativas, de vanguardia en
la forma de hacer y pensar. Solidaridad debería acabar con el indio dormido bajo el nopal e
identificarse sin miedo a su color y su pobreza, a los cambios que estaba viviendo el país.
Solidaridad era un esfuerzo por poner a 17 millones de mexicanos en la extrema pobreza, a
la misma velocidad que la vanguardia que conducíamos la integración al primer mundo. Yo
necesitaba una política administrativa, para que no me robara la burocracia.
Este movimiento necesitaba "mística" y ésa sólo podría encontrarla en la experiencia de la
izquierda, en los teóricos del movimiento social como Alberto Anaya, mi antiguo
condiscípulo, Enrique Laviada, Gustavo Hirales, Rodolfo Echeverría, Oscar Levín, Orive
de Alba, Hugo Andrés Araujo, que provenían de todas las corrientes de izquierda y habían
entendido las coincidencias entre el socialismo libertario y el neoliberalismo. De ellos
acepte una primera corrección al nombre, lo cual tenía un problema de contenido: si se
llamaba Pronasol era un programa más de gobierno, un nombre de las burocracias del
oficialismo, habituadas al uso de siglas sin contenido. Propuse entonces llamarle
simplemente por su nombre: Solidaridad, que evocaría el movimiento libertario de Polonia
y le robaría una palabra extraordinaria de la izquierda que en tiempos del diazordacismo, el
movimiento de 68 y los movimientos populares fue una palabra considerada subversiva.
Solidaridad tuvo mística y militancia, gracias a este grupo de revolucionarios de izquierda,
con gran prestigio, largo historial de lucha en la clandestinidad, los partidos comunistas, la
Memorias de un Líder
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izquierda revolucionaria inspirada en el MIR chileno y el maoísmo; ellos le infundieron al
nuevo movimiento una gran credibilidad frente a sus ex compañeros que se habían quedado
añorando utopías imposibles, estúpidas; ellos fueron una bisagra de la alianza que
establecimos con los marginados. Con la ayuda de ellos y otros intelectuales de gran
prestigio, como Tomás Borge, quien reconoció que Nicaragua y el MIR debían aprender
mucho de Solidaridad, logramos refundar las bases de una nueva teoría social, que
eslabonada a la economía de mercado, todos conocerían más adelante como Liberalismo
Social. Antes de Solidaridad, no hubo compromiso más profundo de un presidente, desde el
gobierno de Lázaro Cárdenas. Solidaridad era un homenaje a él, pero para derrotar a sus
seguidores, dividirlos y subordinarlos. Para mí, el ideario social de Lázaro Cárdenas se
perdió en la maraña del Estado, porque su proyecto social fortaleció al Estado y éste se
volvió contra el movimiento social que lo había engrandecido. El cardenismo, por eso, se
convirtió en sinónimo de tradición y pasado, vaga referencia histórica para llenar los vacíos
de la política y el poder ante la crisis del estatismo. Todo sistema, todo organismo al entrar
en crisis o estar en peligro, busca regresar al origen, al principio; de esta manera en la crisis
del estatismo muchos voltearon hacia el origen del estatismo mexicano y qué mejor
símbolo que Cárdenas; es decir, la nostalgia como táctica y estrategia para reagrupar un
viejo pacto social en decadencia. Yo me inspire en el paradigma Huella: la comunidad
débil, dependiente y atrasada, de mi tesis, sobre la sumisión y lealtad al sistema. Estoy
seguro que entre estos pobres y desprotegidos estaba la llave, la cantera, la fuerza para
impulsar la modernidad neoliberal, sin los costos de un ajuste generalizado y doloroso.
A diferencia de los obreros a las clases medias consumidoras, los empleados y todos los
sectores ligados a la economía formal, todas mis decisiones les afectaban y-deterioraban
sus condiciones de vida,' mientras que para los más pobres Solidaridad era una mejoría, ya
que sus necesidades eran elementales y muy baratas. ¿Los más pobres, unidos a los más
ricos, en el proyecto económico más avanzado? No era una alianza nueva, pues ya antes lo
había logrado el PRI y el Estado mexicano al unir en un solo partido a las cámaras de
empresarios y comerciantes, junto con los sindicatos, organizaciones populares en un solo
cuerpo social y político. Esta unión —sin embargo— le costó al país subsidios, despilfarro,
ineficiencia, parasitismo de uno y otro lado de la producción. La nueva alianza era distinta
porque ambos se encontraban liberados, sirviéndose unos y otros del Estado y no al revés,
donde el Estado se beneficiaba políticamente de ambos. Esta alianza funcional obtuvo un
beneficio de 26 mil millones de dólares, producto de las privatizaciones del Estado.
Memorias de un Líder
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(Te fuiste rápido, quemando etapas. ¿Explícame cómo hiciste para que la Federación
Nacional de Organizaciones Bo1cheviques pasaran de ser marxistas ortodoxos a priistas?
La FNOB fue otro de los monstruos que construiste y luego dejaste al garete como cuando
tirabas los juguetes porque te aburrían. Construiste desde Conasupo a los de Antorcha
Campesina, mismos que se abrieron paso a sangre y fuego en Oaxaca, Puebla y Veracruz.
Luego Camacho los metió al PRI para "institucionalizarlos" como si no tuviéramos
problemas con todos los chantajistas que ya teníamos. Por eso, nunca le tuve confianza a
Camacho, Lo cierto es que te dio miedo con aquella manifestación del 2 de abril de 1989
que tú apoyaste y que coincidió con la muerte de los vigilantes de La Jornada; fue el clímax
de tu frente marxista-salinista y tus aventuras con organizaciones que tú mismo hiciste yluego querías destruir como si esto fuera fácil.
Todos te dejamos hacer, porque nos asegurabas que era para quitarle la base social a
Cárdenas y sólo nos quitaste dinero a todos. Ahí demostraste que tú no podrías construir
Solidaridad porque eres demasiado impulsivo e irresponsable y por eso mejor que te fuiste.
Por poco te involucran con el PROCUP y Martínez Soriano y te llevas a todos tus aliados
como Adolfo Orive, Beto Anaya y Aquiles Córdoba, pero mejor te fuiste. Siempre se
colgaron de mí para sus aventuras; siempre soñando con las cloacas que se hacen cuando
quieres jugar en dos terrenos y te la pasas cambiándote de uno a otro, de opositor a
gobiernista, de agente doble, de Mata Hari protegido por tu hermano. De milagro saliste
vivo y por eso mejor que te fueras a California y te dedicaras a los negocios privados, a
otras cosas más sanas y redituables. Con esto ayudaste mucho, lo reconozco, porqué casi
todos conocían tus actividades y después de lo que pasó con el hermano a ColJor de Melo
en Brasil, tú eras el blanco de nuestros enemigos.
Ahora me tocaba a mí dar la cara y tú guardarte, pero ya ves, tú eres hombre de escándalo y
ahora llenas todas las páginas de los periódicos y además te saliste con la tuya de ser preso
político del gobierno, siempre lo quisiste y por eso anduviste muchos años de "clandestino
ligth", cambiándote el nombre y jugando a la organización secreta. Ojalá hubieras sido un
verdadero guerrillero como Gustavo Hirales, Martínez Nateras o Ramón Sosamontes, esos
sí que se la jugaron en serio'. Ahora no eres ni ultra, ni millonario, sino un simple preso más
en Almoloya.)
¡Solidaridad no era un movimiento desde los escritorios! sino en las zanjas, en las colonias
proletarias, en los campos. Raúl diría, según sus viejas interpretaciones parisinas de Mao
aprendidas a través de Bettelheirn, que había que "vivir cómo el pueblo y ser como el
pueblo" porque había que diferenciarse de los intelectuales pequeñoburgueses que usan la
crítica para no comprometerse con el pueblo. Solidaridad se alimentó ideológicamente de
Mont Pélerin, de Solidaridad polaca y del maoísmo mexicano Línea de Masas; una
convergencia ideológica de vanguardia que liberaría a la economía de la carga subsidiaria,
pero mejorando las condiciones de vida de los más pobres, que se beneficiarían
directamente de los recursos de la privatización:
Memorias de un Líder
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Privatízación + Solidaridad - Liberalismo Social. ¿Cómo llegamos a esta política? La
corrupción estatista y los discursos nacionalistas habían perforado la dignidad de los
mexicanos. La política de bienestar social indiscrirninada había convertido el ahorro del
trabajo en un fondo nacional que se lo tomaba el Estado para financiar su gasto corriente y
sus deudas.
Esto fue empobreciendo al país y acabando con la solidaridad social.
Había que cambiar la debilidad por fuerza y por eso surgieron más de 200 mil Comités de
Solidaridad en todo el país, bajo mi mando; es decir, una estructura mayor y más activa que
el propio PRI; un movimiento social profundo en tomo a la política de su presidente en una
alianza abierta y clara a los ojos del mundo. No se trataba de mentir diciendo que
distribuiríamos la riqueza, sino de que no abandonaríamos a los más pobres en el viaje a
integramos a la modernidad y yo los defendería frente al mundo al cual exportamos el
programa, haciendo de Solidaridad un movimiento internacional. Aquí vinieron los
hombres de Collor de Melo; de la señora Violeta' Chamorro, dé Fujimori, de 'Aylwin de
Chile, de Carlos Andrés Pérez y hasta del envidioso de Menem, que se consideraba el líder
del neoliberalismo latinoamericano. La izquierda latinoamericana vio en mi proyecto una
alternativa para desprejuiciar la economía de mercado y combinaría con una política social
surgida desde la misma sociedad; desde Brasil, Nicaragua, El Salvador, Perú, Chile,
Venezuela, Colombia y Argentina, vinieron representantes de la vieja izquierda
latinoamericana a estudiar nuestro movimiento y deslindarse del neocardenismo, que les
provocaba conflictos con nosotros para operar en México y aunque nos criticaban de que
"ya éramos parte de Norteamérica y dejábamos de estar con Latinoarnérica", nos tomaban
como referencia y se identificaban con los socialistas libertarios que trabajaban conmigo.
Mientras Vargas Llosa los acusaba a ellos de ser unos idiotas, muchos importaban
Solidaridad en sus países con una sola referencia: yo y su poder encarnado en mí y yo
frente al mundo defendiendo esa trinchera. Pero ¿mientras Solidaridad crecía, qué pasaba
con los adversarios? Al levantar la palanca de Chalco, el neocardenismo ya estaba dividido,
fuera de tiempo y de lugar. Nuestros topos empezaban a cosechar esfuerzos, pues
empezaban a surgir críticas contra la intransigencia del hijo del General y las discrepancias
entre el hijo de Cárdenas y Muñoz Ledo, nosotros las amplificábamos buscando que cada
iniciativa nuestra. los dividiera. La prensa hizo un papel extraordinario a partir de mi toma
de posesión como presidente sin dejar de restar méritos a José Carreño Carlón, un
intelectual de segunda, con agravios ideológicos con el neocardenismo, frustrado y por
tanto dispuesto a enea bezar la batalla contra la fuerza de nuestros adversarios.
Carreño construyó el puente periodístico con los Comunistas Libertarios y le dio espacio en
nuestro periódico El Nacional, que con Carreño como director, se convirtió en el órgano-de
combate ideológico contra el neocardenismo.
Memorias de un Líder
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Desde sus páginas brillaron las plumas de Hirales, de Rodolfo Echevarría, de Aguilar
Camín, de Martínez Nateras y las declaraciones permanentes contra el propio PRO por
parte de Ramón Sosamontes Pedro Peña Loza, René Arce y Ciro Mayén, que ayudaron a ir
carcomiendo por dentro la posición del hijo del General, que insistía en seguirme llamando,
"usurpador", el hijo de Cárdenas nunca quiso dialogar, porque creyó que su fuerza era la
dignidad y la congruencia con el voto del 88 ¿quién se acordaba ya del voto?: solo él su
familia y unos cuantos fanáticos atrasados). Muñoz Ledo, jugando a Dantón en la
Asamblea primero, quiso incendiar y obstaculizar el tiempo constitucional y luego se
volvió partidario de la negociación a lo largo de los seis años basándose en la idea de que el
tiempo iba contra ellos y que la posición intransigente los aislaba, les restaba fuerza y los
debilitaba como interlocutores frente al Estado. El hijo del General nos amenazaba en el
largo plazo, mientras que Muñoz Ledo quería presionamos en el corto, alcanzamos en cada
coyuntura, subirse y asaltamos en cada estación. Desde la tribuna del Senado, Muñoz Ledo
habló 756 veces y nunca fue derrotado en los debates; tengo que reconocer que él solo
combatió contra 63 mutiles senadores decrépitos, corrompidos, un estorbo para el pacto
federal. Me burlaba de ellos diciéndoles: "¿Cuándo le llevan la medalla Muñoz Ledo a la
tumba de Belisario Domínguez?" y se sonrojaban, pero no me decían nada, porque con esto
les demostraba que poco servían para defender nuestro proyecto. ¿Cómo iban a defenderlo,
si ahí estaba la cueva, el refugio de los dinosaurios del estatismo? ¿Cómo pensar que don
Emilio González, a sus 80 años, entendiera el debate ideológico entre el neoliberalismo y el
neocardenismo? El hijo de Cárdenas y Muñoz Ledo, ambos tenían razón y ambos estaban
equivocados, según nuestro análisis, porque los dos equivocaban la valoración de su fuerza.
Para el temperamento del hijo del General (un Tauro) había que mantenerse resistiendo en
un bajo perfil, hasta un punto de inflexión, donde nuevas circunstancias les dieran fuerza.
Para Muñoz Ledo (un Leo puro), había que buscar mesas de concertación, pactos, hacer la
política-polítíca evitando los golpes mediante la técnica del clinch que utilizan los
boxeadores para no ser golpeados. Muñoz Ledo consideraba que la apertura económica era
el principal flanco débil de nosotros y que por tanto, era el momento de presionamos para
una "transición- democrática". Ambos acertaban y fallaban, porque para formar un partido
se necesitaba iniciativa inmediata, pero también preservar una política de principios de
largo plazo. En estas diferencias y discrepancias sobre formas, contenidos y tiempos,
tuvimos campo fértil para Sembrar entre ellos a la antigua burocracia opositora que tenía
una virtud y un defecto: no ser ni más, pero tampoco menos y sobrevivir a todo tipo de
insurgencias, movimientos, crisis, avances y retrocesos; en síntesis: los operadores políticos
de la izquierda, que siempre fueron puente entre el poder estatista del PRI y la presión de
los nuevos movimientos. La falta de iniciativa ante nuestros golpes, redujo más al PRD a
privilegiar su organización interna y los movimientos sociales se fueron asimilando más a
la estructura del partido, creando el choque entre éstos y la burocracia, con el resultado
negativo para los movimientos sociales, pues éstos se fragmentaron más, el partido los
dividió y se quedaron sin línea ni estrategia general.
Memorias de un Líder
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Muchas de estas organizaciones logramos corromperlas y hacerlas sucumbir políticamente,
sin que rompieran con el PRD, gracias a que en ellas también se impuso el pragmatismo y
los intereses personales sobre los colectivos. ¿Quién podía reclamarle a quién, si todos
vivían los efectos de la derrota, el descrédito social, el aislamiento ante el empuje de la
modernidad y la iniciativa nuestra?
Paralelo a la fragmentación política perdieron el carácter frentista, la posibilidad de alianzas
claras y como perspectiva, quedó la disputa por los espacios internos, la creación de
corrientes para la lucha de posiciones y la exclusión de todos los que no fueran políticos
profesionales; la burocracia aporto como enseñanza, luchar dentro de la estructura
partidaria, pelear las listas plurinominales mediante planchas y contra planchas, lo cual
muchos rápidamente aprendieron: los ingenuos los que venían del PRI (y no sabían estas
técnicas "democráticas"), los aventureros y nuestros operadores, que encontraron en estas
reglas las condiciones para hacer también de una parte del PRD nuestro propio partido para
controlar el peligro, que sin duda representaba. Lo que había sido una cualidad, la inclusión
de la diversidad en el FDN, se convirtió en defecto al convertirse en un partido bajo una
sola estructura. Sólo el tiempo y mucha suerte arreglaría la debacle de su transición de
frente amplio a partido, aunque también es cierto que la perspectiva de largo plazo empezó
a convertirse paradójicamente para ellos en su camino, mas, corto. Esa burocracia
profesional se dividió, unos en torno al hijo de Cárdenas y otros en tomo a Porfirio Muñoz
Ledo, logrando mediante la confrontación de ambos preservar sus intereses. La vieja
burocracia partidaria, vivían de manera semejante la confrontación que vivían Cardaba y
Gutiérrez Barrios, dos aparatos, dos ideas de la razón de Estado en una misma jaula. El
error del PRD no sólo nos allanó el terreno para acceder a los más pobres, sino que
pudimos ganar la expectativa del cambio Social y montar sobre la esperanza neocardenista,
la expectativa neoliberal un nuevo pacto social. Sus propias organizaciones populares,
campesinas, obreras, empezaron a sufrir el embate social, ideológico, político del cambio
estructural, de la insurgencia del individualismo contra la colectivización forzosa, de la
búsqueda del ascenso social mediante la superación personal y no de grupo, de la necesidad
de despolitizar las demandas y reivindicaciones sustituyendo la conciencia de derechos
obligados por Ia filantropía. La competencia entre grupos e individuos para el
mejoramiento se convierte en una nueva cultura y hasta los más pobres marginados,
desarrollan sentimientos de progreso, sobre los destructivos sentimientos de clase. Sus
propias organizaciones sociales son influidas por el nuevo ambiente de libertad y
competencia. Los extremadamente pobres no eran en sí una fuerza política, sino lo son
cuando son incorporados a un proyecto, entran en alianza y sin presionar a la estructura de
cambio con exigencias desmedidas o imposibles de cumplir, se adhieren al cambio. Agua,
luz, drenaje, escuela digna, centros de salud, panaderías, empresas populares, lecherías,
comedores, todo eso era posible. Empleos salarios, eso no, porque alterarían al mismo
proyecto que les beneficiaba.
Memorias de un Líder
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Para mí esa fuerza social, convertida en política, en votos, era un medio para lograr la
transformación del país y presionar a otros sectores hacia la modernización. El PRD, al
verse agigantado como referencia de las expectativas democráticas, prefirió el pedestal de
héroe de la libertad política, el "democracia ya" opuesto al "patria para todos", lemas
perredistas y que englobaban los dos aspectos que el neoliberalismo también tenía que
resolver. En sentido estricto, yo invertí el orden y por eso Solidaridad se convirtió en la
vanguardia de la imagen de mi proyecto contra el de ellos. La democracia no era 10 mío,
pero si ése hubiera sido mi objetivo, yo hubiera también profundizado y desarrollado mi
fuerza social como condición para el cambio democrático. La democracia sola es tan
insípida como una sopa de agua con sal, que necesita de los intereses, los compromisos
sociales, el condimento de las expectativas. Esto hace diferentes dentro de la clase política a
los que deciden, de los que sólo comentan, declaran y aplauden; mi chofer es clase política,
oye, procesa, entiende, se enoja, se alegra, analiza y esparce sus ideas, pero ¿acaso él
representa algo? Ésa es la diferencia entre yo y mi chofer y los dos somos clase política. Fui
formado en la escuela de avanzar y resistir, observando a mis adversarios y estudiando sus
errores. Rememoro lo hecho por ellos, no porque me interesen en sí, sino como parte de
una práctica que no tienen ellos y que les .hace caer en los errores de la sobrevaloración de
sus fuerzas y la subestimación de las del contrario. Con Córdoba, Camacho y yo pudimos ir
sorteando los momentos críticos con base en Dividirlos confundirlos; rebasarlos, para
aplastarlos, Sil) embargo quiero también decir sin oportunismo, que pese a las continuas
derrotas del hijo del General, me preocupé siempre por la posibilidad de que su tozudez, su
resistencia, con el tiempo se convirtiera en gran virtud y estuviera creando una figura que
emergiera en el futuro con gran fuerza. ¿Apelarán los mexicanos alguna vez a una posición
ética? ¿Valdrán alguna vez más la congruencia que las promesas? Tengo miedo a no
terminar la obra que impida que en el futuro venga un nacionalista atrasado como el hijo de
Cárdenas o un socialdemócrata trasnochado como Porfirio y reviertan todo lo que hemos
hecho hasta ahora y que defendemos con celo. Este miedo me ha hecho pensar que a Veces
la rudeza extrema contra ellos ha sido un error, pero también estoy convencido de que la
indulgencia y la tolerancia a medias, puede ser un nutritivo alimento que los haga regresar,
como Espartaco, por millones.
(¿Te acuerdas, Raúl, de Atilano, el tutor de Adriano, que liquidó de un solo golpe a los
adversarios del nuevo emperador? Adriano le pidió a Atilano que le contuviera a los cuatro
conspiradores que dirigía Lucio Quieto, su enemigo y contrincante en la sucesión de
Trajano. Atilano en una noche, sin pedir la autorización de Adriano, asesinó a los cuatro,
incluyendo a Quieto, como una decisión de Estado al margen del emperador. Adriano
reclamó la decisión, ya que él quería ser un emperador humano y, sin embargo, por esa
decisión de Atilano empezaba su mandato lleno de sangre, convirtiendo en mártires a sus
enemigos más deleznables Atilano propuso ser sacrificado, enviado al exilio, ser
sentenciado pues estaba seguro de que lo hecho, hecho estaba y el beneficio sería no
sólo para Adriano, sino para el imperio, que gozaría e una prolongada paz.
Memorias de un Líder
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Atilano tenía razón, diría Adriano al reflexionar: El oro virgen del respeto sería demasiado
blando, sin una cierta aleación de temor".)
El salto a la modernidad necesitaba no sólo de la derrota de nuestros enemigos, sino de
grandes fuerzas políticas y sociales con peso ideológico, que no tuvieran miedo a trastocar
el viejo orden mental, para juntos hacer la palanca del cambio y arrastrar a todo el país
hacia el futuro. Una de estas fuerzas fue la Iglesia católica, la condenada por el
jacobinismo, la excluida del poder por la masonería puritana, la saqueada por el liberalismo
juarista, combatida por el ateísmo de Calles. Esa fuerza durmiente, administradora del
espíritu nacional, dueña de la Guadalupana, hegemónica en los sincretismos prehispánicos
y cristianos ¿podría ser una impulsora de la modernidad? Me dije que sí y Camacho con
fuertes ligas en la Iglesia, le pareció que eso abriría no sólo un frente con ellos, corno
fuerza política organizada, sino una puerta para llegar al pueblo, no por la urna, ni la
educación pública o la madurez cívica, sino por el atrio de las Iglesias, por el púlpito. La
Iglesia católica también sería una aliada de la modernidad. La derecha atávica y el PAN
consideraban a la Iglesia su reserva exclusiva a su servicio y una fuerza política de su
patrimonio. En el norte, particularmente en Chihuahua, Sonora y Nuevo León, la Iglesia
había sido fundamental en el desarrollo político del PAN. Para ellos, Chihuahua fue el gran
ensayo de la combinación electoral con la Iglesia, fenómeno que veníamos observando
Camacho y yo desde 1983. Varias veces Manuel se entrevistó de manera secreta con
monseñor Talamas Camandari, el obispo de Ciudad Juárez, no para negociar posiciones,
sino para intercambiar perspectivas. Desde aquellos años, había ya un boceto de la futura
alianza. Por familia, Camacho tenía relación con el Ejército (su padre era militar) y la
Iglesia a través de su primera esposa y su suegro el doctor Manuel Velasco Suárez, gran
neurocirujano y altruista, precursor de las organizaciones no gubernamentales, en sociedad
con sectores de la Iglesia católica, un laico en pocas palabras. De estas relaciones, tanto con
militares católicos como con la Iglesia, Manuel se convirtió en un intelectual orgánico de
los sectores excluidos por el liberalismo político jacobino y la clase política surgida desde
el alemanismo, que lo convirtió en una pieza fundamental para el restablecimiento de una
importante alianza que se cruzaría necesariamente con la política social y el proyecto
económico.
Manuel, además, tenia excelentes relaciones de amistad con uno de los ideólogos del
catolicismo político, don José González Torres, militante del PAN y de cuya familia luego
establecería relaciones con Jorge González Torres; fundador del Partido Verde Ecologista,
guadalupano, al cual Manuel avalaría su registro y sería su transitorio refugio.
Entonces ¿por qué no abrir esa puerta, si esa alianza, en este caso, serviría no para él
retroceso, sino para el cambio progresista, la libertad y la disminución del Estado? Todo era
favorable en 1988, 89 y 90, pues la Iglesia continuaba asustada por la ola neocardenista, el
peligro de un avance de la izquierda, que para ellos significaría un retroceso en materia de
educación religiosa, legalización del aborto, la eutanasia y una restricción de las libertades
Memorias de un Líder
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que habían ganado desde el gobierno de don Miguel de la Madrid y su esposa doña Paloma
Cordero; activa militante del Opus Dei. Sus temores eran un clima propicio para la alianza,
sin que ésta nos costara mucho ni a mí ni al proyecto en términos económicos. Restituir los
derechos del clero era la corrección histórica a uno de tantos errores bestiales cometidos por
el juarismo e interrumpidos nuevamente por la revolución mexicana, que quiso que la
Iglesia fuera la que aportara los primeros repartos de tierra, convirtiendo una guerra agraria
en una revolución cristera. 60 años de relación oscura, pecaminosa, entre el Estado y la
Iglesia católica debían acabar y más cuando otras iglesias y sectas religiosas empezaban a
ganar espacio a la holgada hegemonía católica, que en los últimos años había vivido
también su confrontación interna luego de la II Conferencia 'General Episcopal
Latinoamericana celebrada en Medellín, Colombia, en 1968, donde surgieron variantes' a la
beligerancia anticomunista surgida del Concilio Vaticano II y estimulada por la Revolución
Cubana y su conflicto con la Iglesia católica, que se declaró abiertamente
pronorteamericana. La Iglesia podría, puesta en pie políticamente, movilizar muchísimo
más que cualquier otra fuerza política y eslabonar en un nuevo bloque histórico (término
gramsciano que utilizo para hacer más comprensible esta idea) a los empresarios
mayoritariamente católicos, un amplio sector del Ejército, los extremadamente pobres y el
gobierno, como dirección y vanguardia del Estado mexicano. La masonería, a estas alturas,
era ya un huesario de viejos harapos agarrados a la figura ancestral de Juárez que carecían
de valor político e ideológicamente eran un estorbo para el desarrollo de este nuevo bloque
de alianzas que moviera al país en su conjunto.
El Ejército, compañero inseparable de la Iglesia en épocas históricas del país, quizás
reclamara igual apertura, lo cual se podía conceder ante el hecho innegable de que ellos
como institución políticamente marginada, también necesitaban modernizarse. La Iglesia y
particularmente la católica y más particularmente su alta jerarquía ligada al Papa, era la
clave para mover grandes intereses económicos y políticos a nuestro favor y cambiar en
definitiva la correlación de fuerzas. Sin embargo, la sola insinuación requería una táctica,
ya que abrirle a la Iglesia todos los derechos políticos podría reavivar la vieja disputa del
siglo pasado y darle pretexto al hijo del General Cárdenas a reintegrar el frente masón y
jacobino. Para mi sorpresa, el anuncio de discutir las relaciones Estado-Iglesia no causaron
mayor revuelo en la izquierda y el nuevo partido, porque desde la época del PCM y el
PMT, la relación con monseñor Méndez Arceo, el obispo rojo y procubano, éstos venían
proponiendo la restitución de derechos a la Iglesia, 10 cual promovía el comunista católico
Gilberto Rincón Gallardo, quien se convirtió en un vivo interlocutor para este tema, tanto
de Córdoba como de Manuel Camacho. Confundidos en la reivindicación de los derechos
políticos para los curas progresistas, no dieron tampoco la batalla y gracias a esta
confusión, fueron parte de la alianza, para beneficiar a la iglesia conservadora que sí avanzó
y sí aprovechó la coyuntura. El PAN se puso celoso por esta iniciativa, aunque rápidamente
sintieron ser los beneficiarios de una nueva relación y reformas sustanciales a la
Constitución que legitimaría la participación política de la Iglesia.
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En principio esto implicaba la alianza una reforma constitucional al artículo 130 y las leyes
reglamentarias a fin de restituir bienes y derechos políticos a las iglesias.
Camacho estaba rodeado de iglesia por todos lados y en el Distrito Federal, el terremoto
había abierto espacios insospechados a la alta jerarquía de la Iglesia a través de
Fundaciones y ONG'S, que ahora querían consolidar en posiciones políticas. La idea de la
irrupción de una "sociedad civil" al margen del Estado corporativo, fue el espacio para que
irrumpiera la Iglesia, reclamando los fueros perdidos y exigiendo discutir y poner nuevas
reglas políticas. Las ONG´S eclesiásticas que hacía unos meses presentaban un rostro
despolitizado, eran verdaderos partidos altamente cohesionados y organizados, con una
militancia que no tenía ningún partido en el país. Había que tomar la iniciativa y en vez de
resistir, nosotros mismos, yo, convertimos en su vanguardia. El 10 de diciembre fueron mis
invitados especiales los cardenales Corripio Ahumada y Girolamo Prigione; es decir, el
poder local y el poder de Roma, rompiendo así con el sagrado rito republicano jacobino de
mantener la laicicidad con base en la ausencia de los prelados. Con esta invitación acabé
con 130 años de rompimiento.
(Puras coincidencias, hermano. Pero 130 años de rompimiento parecieran el pago por el
artículo 130 de la Constitución. Un artículo por año, un año por artículo. ¿Tu crees que esto
no era una señal divina?, ¿una maldición contra don Benito, al cual le pusieron un límite?
Lo cierto es que me tocó a mí que coincidieran los años con los artículos y, por eso, los
cardenales me bendicen y me quieren tanto. Me dicen que siempre se acuerdan de ti y de mí
y rezan por nosotros los pecadores ahora y en la hora..)
Para que esta alianza funcionara, el interlocutor debería ser el Papa. Mi cálculo funcionó
perfectamente y mis primeros enviados al sacrificio fueron los viejos jacobinos, teóricos del
liberalismo radical y jefes de la masonería. El secretario de Gobernación Gutiérrez Barrios
envió a Agustín Téllez Cruces y luego al come-curas Olivares Santana, a los cuales les
rompimos, la coherencia de vida, pues ellos eran los últimos herederos del juarismo y la
masonería anticlerical; los dos tuvieron que declarar públicamente con sangre su
beneplácito por la nueva relación e ir al Vaticano en calidad de prendas, de prueba de que
no habría ya ninguna resistencia y de que México quería olvidar las ofensas hechas ala
Iglesia. Enviar a Téllez Cruces y Olivares Santana fue la prueba de la derrota del
jacobinismo mexicano y su intolerancia religiosa y yo lograba la credibilidad de esta fuerza
a la cual se le restituía su libertad . La alianza no era casual: Juan Pablo 11 era un polaco de
donde provenía Solidaridad; situado en un momento justo en Europa y el mundo al triunfo
del neoliberalismo como etapa superior del socialismo. Su ascenso, junto al ascenso de la
señora Tatcher, el señor Reagan y la explosión del liberalismo económico constituía una
cruzada en favor de la globalización y la libertad económica. Restituir relaciones con el
Vaticano, luego de 130 años, tenía un valor ideológico muy grande, pues constataba que
México se abría y que uno de sus muros más grandes y bien construidos se caía. Era para
nosotros, como diría Octavio Paz "la experiencia de la libertad".
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Este era el momento para México y por eso el Papa debería regresar a México a bendecir
no sólo la alianza, sino también mi política social nacida en Chalco, donde yo hice la luz. El
Papa en Chalco sería uno de los pilares de la nueva estructura del país, para el futuro. En el
avión del Papa a Mérida viajó Muñoz Ledo como invitado, el cual, nervioso, hacía bromas
a los otros pasajeros, diciendo que él iba porque era "polaco con polaco" dejando ver con el
chiste mal gusto, la mano jacobina que asomaba entre aquellos pasajeros que estaban
seguros de la necesidad de cambiar la relación del Estado con la Iglesia.
Para el PRD, el miedo a ser acusados de jacobinos o contrarios a la religiosidad del pueblo,
los arrastró a esto que era sólo parte de un esquema muy amplio y complejo de nuevas
relaciones; al PRO de nada le sirvió, pues no ganaron más votos por esa vía y desfiguraron
un aspecto muy importante de su identidad ideológica por miedo a quedar- se aislados. Su
aceptación a asistir me reveló una cosa más allá de su oportunismo: me di cuenta de que el
vacío ideológico del neocardenismo era pasmoso y que la izquierda marxista en el PRD,
lejos de dar consistencia en el tema, no era oposición, sino rémora bajo nuestro barco. La
participación de Muñoz Ledo 10 rebasó a él y a todos, pues su asistencia confirmaba una
vieja ley de la guerra que dice que uno de los objetivos de tu ejército, es lograr que tu
enemigo haga lo que tu quieres que haga. Ante la nueva visita del Papa a México, el PRD
se expresó a través de varios desplegados que iban desde el guadalupanismo hasta los que
deseaban expresarse como representantes de la Teología de la Liberación, con lo cual
demostré que además con este tema, también logré dividirlos. La alianza tuvo un costo para
el Estado: reformar los artículos 3°, 5°, 24, 27 Y 130 de la Constitución y promulgar la Ley
de Asociaciones Religiosas y Culto Público. La puerta se había abierto y no me arrepiento,
pues Junto a la libertad económica, la libertad religiosa era una consecuencia lógica y
necesaria. Otro muro de intolerancia había caído y ahora la educación sería libre, el derecho
de expresión no marginaría a las iglesias y éstas podrían ser propietarios legales de sus
bienes; y sus miembros tendrían derecho a votar, es decir, a opinar políticamente.
Desamortizados sus bienes y de nuevo con derechos políticos, la Iglesia sería un aliado
estratégico del proyecto contra el viejo nacionalismo diabólico y que puros males trajo a
este país. Era el momento de la reconciliación con el pasado para pensar en el futuro y por
eso gané íntegramente la partida. Los efectos de la alianza fueron inmediatos, unos buenos
y otros que revelaban que la Iglesia católica en verdad había acumulado en 130 años,
además de rencores, muchas ambiciones. Con Rivera, Corripio Ahumada, Talamas, Samuel
Ruiz, Jesús. Posadas Ocampo y otros, no eran un grupo Compacto, aunque los unía algo
muy importante: defender a la Iglesia y acrecentar su fuerza y su feligresía, A la muerte de
don Sergio Méndez Arceo, habla que ir a recuperar Morelos de la influencia que él
mantuvo largo tiempo y, para ello, un obispo militante conservador como Ernesto Posadas
Ocampo. El cambio de movimientos en la Iglesia revelaba una recomposición política y
una lucha interna por ganar Ias regiones susceptibles de ser convertidas en base política de
la Iglesia.
Memorias de un Líder
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Chihuahua, Sonora, Baja California, Jalisco, Oaxaca, Nuevo León, Guanajuato, eran
estados de gran influencia panista, pero no sólo eso, sino que estos estados, eran la
vanguardia en la globalización, los cuales buscaban integrarse al proceso de manera
autónoma, sin pasar por la censura o vigilancia del centro y la federación. Para ello,
inmediatamente exigieron no ,sólo educación religiosa con base en su financiamiento, sino
también el control político de los municipios donde fueran religiosamente hegemónicos. Yo
dudaba, pero la libertad era la libertad y si ésta se interponía al proyecto económico,
entonces se confirmaba la viabilidad de la alianza. Esto indudablemente generaba un nuevo
piso de viejos conflictos que en México ya no existían: los conflictos religiosos.
En Chiapas particularmente, en Oaxaca, Tabasco y en general las zonas indígenas, se
convirtieron a partir de la aprobación de las reformas, en zonas proclives al conflicto, ya
que la alianza con la Iglesia católica y las reformas constituían una declaración de guerra de
todas las iglesias contra todas, por el control del territorio. Restablecidas las relaciones con
el Vaticano, sus primeros embajadores, el nuncio apostólico don Girolamo Prigione de allá
para acá y Agustín Téllez Cruces de aquí para allá, revelaron un gran beneficio para ellos,
pese a los escándalos. Don Girolamo, más que hombre de religión era hombre de poder,
que no se detuvo por curiosidad e interés, en querer establecer sus propios contactos con el
narcotráfico. A don Girolamo le salía bajo la sotana la cola siciliana, muy católica pero
muy mafiosa, que dejó frío al pobre de Jorge Carpizo, cuando le dijo un día por teléfono:
"Están conmigo en este momento los hermanos Arellano Félix, y están para darme
explicaciones sobre la muerte del cardenal Jesús Posadas Ocampo. ¿Qué hago, don Jorge?"
Dicen que los confesó y ahí le dijeron cosas increíbles y que al final, por su misma
seguridad y beneplácito por la información fidedigna, los bendijo y los perdonó,
adelantándose a la ley, que hasta la fecha los sigue buscando, porque eso que le dijeron al
nuncio, es información clave sobre la muerte de Posadas y los vinculos del narcotráfico con
hombres y grupos dentro de la alianza. Carpizo informó de inmediato a Córdoba, el cual
tuvo que interrogar directamente a Prigone, ¿Qué pasó entre ellos? ¿Cuál fue el resultado
de esta información, que a final de cuentas era entre dos extranjero, que gracias a mí
gozaron del mayor poder e influencia? Córdoba se reservó por razones de Estado In
información, surgida en esta entrevista que terminó en misa. Córdoba mantuvo clasificada
esta información que ahora es de su propiedad, en la cual se involucra a dos de mis
principales alianzas: el PAN y la alta jerarquía del clero, los cuales en su defensa,
arreciaron, sus reclamos políticos, que culminaron con la' gubernatura del panísta Jiménez
Cárdenas, la cual nació en el aeropuerto de Guadalajara y por el sacrificio del cardenal
Posadas Ocampo. La muerte del cardenal acribillado no fue el rompimiento de la alianza,
sino el pretexto para la repetición histórica a partir de la cual desde ese momento, la
jerarquía tomaba su propio camino, ya sin necesidad de nosotros y ya con derechos
políticos y económicos, buscaría autorrepresentarse. Jesús Posadas Ocampo, nombrado
cardenal y reubicado en Jalisco, daría con su sacrificio el primer triunfo político de la
Iglesia al ganar en ese estado la gubernatura, bajo las siglas del PAN.
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Es por eso que a Jalisco no lo gobierna el PAN, sino la alta jerarquía, de la Iglesia católica,
la cual se convirtió en la protectora hasta hoy en día de Córdoba mi asesor, el cual tuvo que
fijar ahí su residencia por seguridad.
(Don Girolamo Prigione debe más que tú, pero así es de injusta la historia. Solo Córdoba
podía tenerlo quieto para pedirle que se moderara y que aquí los escándalos no son como en
Italia (aunque estemos aprendiendo). Dicen que no pasó nada, porque la escolta de los
Arellano Félix eran del general Gutiérrez Rebollo y que hasta los guardias de los hermanos
Arellano recibieron la bendición en la misma sala bendita donde bendijo y recibió a muchos
Juan Pablo II en su visita a México, porque ahí pernoctó.)
En 1988 ¿quién detentaba la riqueza en México", ¿quién controlaba los negocios?, ¿con
quién pactar? Estas serían las preguntas usuales de un presidente. Pensar en las viejas clases
oligarcas, parasitarias de los subsidios del Estado, para hacer una reforma económica, no
me llevaría a buen puerto y tendría que entrar a un terreno tortuoso de chantajes y
concesiones. La vieja oligarquía (diría Evita Perón) no podía ser una alianza para el
cambio, pues por el proteccionismo no veían más allá de sus narices la mayoría de ellos.
Antes de mí, ésa era la (mica forma de política que se concebía como viable, porque ningún
presidente se había sentido lo suficientemente fuerte como para retarlos y disciplinarlos y la
única conciliación aceptada, era la sumisión del Estado a sus caprichos. Creían que los
chistes contra los presidentes (Echeverría y López Portillo), los rumores, la fuga de
capitales, eran armas indestructibles y que nada podía con ellos. Sus formas de hacer,
presión, como las que usaron luego de la devaluación de 1976, la expropiación de los valles
del Yaqui y el Mayo en Sonora, las consideraban infalibles, pues se las ' habían enseñado
los militares chilenos hasta donde viajaron para conocer la técnica usada para acabar con el
gobierno de Allende. Luego del desprestigio con el que se fueron Echeverría y López
Portillo, amenazaron a don Miguel y pretendían que yo me doblegara a la primera. Cada
discrepancia entre la presidencia y la oligarquía económica terminaba siempre en mayores
concesiones para los segundos, que cada vez se sentían el factor más importante de la
estabilidad política. Ya desde el conflicto de Echeverría con el Grupo Monterrey y los
agricultores de Sonora, la oligarquía empezó a autor representarse políticamente y de
manera directa por fuera de la estructura corporativa del PRI. Además de beneficios
económicos, crédito barato, condonación de deudas, subsidios fiscales directos e indirectos,
la vieja burguesía empezó a estimular su propia actividad política a partir de estos
conflictos y por ende, a exigir más. La nacionalización de la banca, lejos de ser un golpe
para ellos, les produjo grandes beneficios, pues se les pagaron sus bancos a : mayor precio
del que valían y los puso en una perspectiva ultraventajosa: al expatriar sus capitales,
principalmente a Estados Unidos, nuestros ricos "nacionalistas" se convirtieron en
acreedores del mismo gobierno a través del City Bank o el Chase Manhattan Bank y otros
bancos de Texas, Nuevo México y Arizona. ¿Qué alianza o proyecto se podía hacer con
esta oligarquía decadente y ultraprotegida.
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La gran riqueza del país, que había que dinamizar, estaba aún bajo propiedad del Estado.
Mover esta riqueza y convertirla en tensión económica, actividad financiera, productividad
y expectativa, no era posible si seguía en manos del Estado o en manos de la vieja
oligarquía ultraconservadora, pueblerina y timorata.
Había que rescatar esta riqueza y ponerla en circulación y, con ella misma, crear un nuevo
esquema productivo y un renovado pacto social.
Esta idea creó una gran expectativa en este sector, pues finalmente había llegado a la
presidencia alguien que si entendía sus razones y que decidiría que el Estado ya no les haría
competencia desleal con Conasupo, control de precios a sus productos, etc. La privatización
era la vía segura, pero ahora puesta en manos de un nuevo bloque que hegemonizara a la
sociedad mexicana y fuera la columna vertebral de la modernización. El ser un grupo
pequeño que concentrara riqueza (unos 20 mil millones de dólares) debería promover, más
que el monopolio económico, una gran palanca para la realización de miles de negocios
pequeños, grandes y medianos y atraer otros a darle estabilidad financiera al proyecto,
vinieran de donde vinieran. Qué mejor atracción que la economía de Casino, donde no sólo
habría negocios, sino mística, mitos, espíritu de aventura y, sobre todo, donde hubiera un
amplio margen de seguridad para que todos salieran ganando. Un grupo económico
compacto, con idea de su función promotora de la actividad económica y la confianza, haría
no sólo hacer retomar los capitales, sino atraer a muchos profesionales de la inversión
financiera. Sin duda alguna, este sería el sector más dinámico de la sociedad. Hank, Garza
Sada, Andrés Sada, Claudio X. González, Zambrano, Peralta, Quintana, Azcárraga y
Arango, provenientes de la vieja generación, por el momento habían fumado la pipa de la
paz y habían entendido los nuevos tiempos y querían sumarse a la era de los negocios, sin
tenerle miedo a la competencia extranjera. Todos ellos, católicos, altruistas, hipercríticos
con el gobierno del cual vivían, pero que tenían como capital político la imagen de ser
hombres de empresa y de bien, que dictaban la moral a un sector de pequeños y medianos
empresarios en todo el país, a los cuales mantenían corporativizados bajo el criterio de que
los votos los daba el capital que cada quien tenía o reunía. Su experiencia e identidad sería
muy importante para el grupo. Junto a este grupo, decidí unilateralmente una alianza
personal con otro bloque; era sin duda la dirección ideológica, con gran identificación en el
proyecto a través de los cuales jalábamos al resto del tren. Azcarraga de los viejos), Carlos
Slim, Roberto Hernández, Ricardo Salinas Pliego, Carlos Abedrop (mi padrino), don
Antonio Ortiz Mena, Gilberto Borja y Madariaga, hicimos una mezcla donde se combinaba
la vieja y la joven guardia, la experiencia y la audacia, la fuerza política y el poder
económico, unidos en una sola idea transformar y modernizar al país. Un ejército de
operadores financieros, económicos y políticos se desprendía de este grupo para impregnar
a toda la sociedad, incluyendo a la oposición, de que éste era no sólo el camino, sino el
único camino.
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Era el fin de la separación absurda entre el poder económico y el poder político
anatematizada por la dudosa moral estatista: ¿Cuál era la estrategia? Muy sencilIo achicar
el Estado y agrandar su gobierno para poderlo hacer. Sin poder económico, no sería posible
garantizar la continuidad del proyecto que protegiera los intereses, no por un sexenio, sino
por un largo periodo hasta que éstos se convirtieran en parte de la estructura económica. No
nos proponíamos asaltar el poder político, por que ya lo teníamos; ahora el reto, el desafío,
era 'preservar estos, intereses. Para ello, teníamos que garantizar estar de un lado y otro de
la mesa al mismo tiempo y para esto, yo necesitaba también ser parte de los intereses, tener
asegurados mis votos, a través de un poder económico propio y no prestado. Todos
estuvieron de acuerdo en apoyarme, ya que si yo tenía poder e influencia económica! ellos
también, por .lógica. El vacío que iba dejando el Estado al achicarse, debería llenarlo un
poder económico visionario, conductor del conjunto de la sociedad a través de una
economía de mercado, de agresiva competencia entre productores y prestadores de
servicios. La doble moral keynesiana sólo había, servido para crear la corrupción y el
parasitismo a través de los recursos del Estado, sin dejar nada a la sociedad. La hipócrita
separación entre poder económico y político solo había servido para producir crisis
financieras, inflación y populismo, bajo el lema proteccionista "Lo hecho en México, está
bien hecho". ¿Qué mejor instrumento de estabilidad, que la generación de negocios
rentables?
(Algunos nos traicionaron evidentemente, Raúl, y a la primera se deslindaron y nos
denunciaron con tal de salvarse (¿De quién peligraban?, ¿de conocemos", ¿de haberse
hecho super ricos en mi sexenio?) Se vendieron con una amenaza de foto en La Jornada y
un interrogatorio del ratón Chapa Bezanilla y salvo Peralta, que dijo que te había dado él de
su dinero y que esto no era ilegal, todos quieren ver esta etapa como un delito. El tal
Ricardito Salinas Pliego, que tanto protegiste y por el que tanto abogaste, ahora anda como
ratón diciendo que ni te conocía, que los 30 millones de dólares te los pagó y que la
información para ganar la puja fue pura invención. Se hicieron ricos a costa nuestra y ahora
tú estás en Almoloya pagando por 10 que otros disfrutan. Tú hiciste lo correcto. Los
organizaste, los pusiste en condiciones de comprar y competir, los internacionalizaste. Con
lo que tú hiciste por ellos, ganaron en el auge y en la crisis. ¿De qué se quejan? ¿Por qué
huyen y hablan de nosotros? Todo me confirma que los únicos guerreros éramos tú y yo;
que éramos realmente los únicos dispuestos a afrontar las condiciones del cambio, pues
hasta Slim y Hernández se comportan ya como si el dinero fuera suyo y hasta Harp Helú, se
ha creído su papel de dueño, siendo que era nuestro contador. Son tiempos de vilezas y de
traiciones; lo mezquino, es la carta de presentación de éstos que iban a ser "el hombre
nuevo" y ahora; haciendo el papel de super ricos, les da vergüenza decir que éramos socios
y que ahora tienen lo que tienen por nosotros.
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Tú me lo advertiste, 10 reconozco, pero eso era parte del riesgo de crear y ser parte de un
nuevo grupo compacto de propietarios. ¿Te imaginas si hubiéramos invitado a Camacho
como accionista? Pese a todo no cometimos tantos errores y el dinero está asegurado y
seguimos teniendo poder e influencia, Gracias a tus prevenciones, aun tenemos el poder
más importante, el económico, y ése es intocable e inexpropiable, porque eso sería atentar
contra la misma estructura y la estabilidad. Ya se dieron cuenta de que somos más fuertes
de lo que pensaban y por eso casi todos nos han declarado la guerra después que los
devaluamos sacando todo.)
La internacionalización del grupo era parte consustancial de la fuerza del grupo. Había que
entrar a Estados Unidos viéndolos de igual a igual y no escondemos como Hank, que se fue
por lo fácil a Centroamérica y Costa Rica a hacer negocios fáciles y sin riesgo. No había
que quedamos como ellos, haciendo negocios en la frontera, sino metemos en Wall Street,
en la Bolsa de Londres, en Tokio. México debería ser visto como un atractivo paraíso fiscal
y la rentabilidad financiera. Deberíamos partir de que el nacionalismo en México era un
mito, pues ya lo dijo Oppenheimer en su reporte al Departamento de Estado y Miguel
Basáñez el encuestador: "El antinorteamericanismo acérrimo es un manejo gubernamental,
tradicionalmente utilizado para mejorar su posición negociadora frente a Estados Unidos.
Ha sido un arma que han usado los gobiernos mexicanos una y otra vez, pero que no está
respaldada por los datos". ¿Qué datos eran? Que según Basáñez, los mexicanos humildes
decían abrumadoramente por mayoría que les gustaría que México fuera como Estados
Unidos y que sólo el 5 % responsabilizaba de la crisis económica a nuestros socios. Por
tanto, era el momento de acercamiento sin miedo ni prejuicio, sino como toda vanguardia
que arriesga, pero esta segura de triunfar. Este grupo, que a su vez arrastró al otro, de los
viejos oligarcas, con excepción de Espinoza Iglesias y los Legorreta, que decidieron
marginarse del proyecto y maldecimos, fue la vanguardia y el puente para una alianza con
los propietarios y hombres de negocios de todo el país. No había uno de ellos en todo el
país que pusiera en tela de duda las reformas y me expresara admiración y respeto; en pocas
semanas, se formó un ejército de administradores de la abundancia; fábricas enteras fueron
cerradas y convertidas en franquicias y empresas importadoras y recorrí el país llevando la
expectativa de que era un momento para los negocios y que nuestra meta en el corto plazo
era el primer mundo y la modernidad. Acompañaban a este movimiento, la expansión de la
computación, las redes telefónicas, la telefonía celular, la nueva imagen de la televisión y la
compra de la propiedad del Estado que' nos redituaría 26.mil millones de dólares, de los
cuales una buena parte recibirían los 17 millones de extremadamente pobres, que se
convertirían también en pequeños empresarios, comerciantes. Los vendedores de
computadoras se convirtieron entonces en los agentes del cambio en los pueblos, porque
ellos eran los que llevaban la modernidad y la cultura, como antes lo hicieron los maestros
rurales del cardenismo; con la diferencia de que a estos no los perseguía ni el presidente
municipal, ni el rico del pueblo, ni el cura, sino que estos mismos estaban unidos al mismo
proyecto.
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Todo el país era ahora un país de empresarios y comerciantes y esto creó un ejército de
aduladores y admiradores, que me convirtieron por ello no sólo en su presidente legítimo,
sino en el más grande de sus presidentes. "Agua que se estanca, se pudre" dice un viejo
refrán, igualmente el Ejército Mexicano estaba podrido y estancado y era una carga para
todo el país. Sumergido en las viejas doctrinas de Seguridad Nacional, el Ejército no tenía
ninguna relevancia en el curso del país y sus disputas tradicionales seguían siendo entre el
Estado Mayor Presidencial y la Secretaría de la Defensa por espacios irrisorios; la
institucionalidad permanente de la Defensa, contra el poder advenedizo del EMP la
arbitraba el jefe supremo de las Fuerzas Armada, o sea, el presidente. En este sector, el
sector moderno era muy incipiente y relativo, pues el poder político lo seguían teniendo los
viejos militares que habían ocupado puestos dentro de los gabinetes. De los más
importantes, sin duda alguna, era Alfonso Corona del Rosal y el sucesor del general García
Barragán, su hijo, Javier García Paniagua que junto con Fernando Gutiérrez Barrios habían
hecho de la política de Seguridad Nacional su propio patrimonio. El encarcelamiento de
Zorrilla, el último jefe de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad, cimbró un
entramado de viejas relaciones y fuentes de información que habían sido copadas por el
narcotráfico, que hizo de la DFS, su propia oficina. Bandas de narcotráfico, bandas de
robacoches, todo eso hizo el ocio, al acabar la guerra sucia contra las guerrillas urbanas y
rurales, que por unos años, les dieron razón de ser, recursos y poder.
La generación de militares convertidos en policías políticos la encabezaron Gutiérrez
Barrios y Jorge Carrillo Olea, que luego incorporaron a otros como el general Acosta
Chaparro y Miguel Nassar Haro, un enfermo que llegó a la policía política porque su padre
lo torturaba para que se declarara mexicano y no libanés, Con ellos México adquirió la
fama de buenos torturadores, pues Acosta Chaparro y Nassar tuvieron en sus manos a más
de mil de los guerrilleros urbanos y rurales de los años sesentas y setentas. Su gusto era
buscar que unos guerrilleros delataran a otros y con está técnica, muy pronto tenían dentro
de las organizaciones clandestinas sus propios operadores, a los cuales Miguel Bonasso
llamó en su libro Recuerdos de la muerte los chupados. Sabedor de su poder, este grupo
intermediaba la información ante la CIA e Interpol; se reivindicaban nacionalistas,
profundamente anticomunistas y se veían a sí mismos como los que se sacrificaban por el
país, mientras los políticos hacían pendejadas. La falta de reconocimiento los fue aislando y
amargando y los condujo al narcotráfico. Ya para 1985 toda la banda de Caro Quintero,
Don Neto, etc., portaba credenciales de la DFS, la cual tenía valor ante el Ejército, donde sí
los consideraban.
Este grupo se formó con base en la vieja técnica de la tortura y las infiltraciones; ellos
hicieron sus propios archivos, que luego privatizaron para vender protección a empresarios
y funcionarios, que contaba con la retaguardia del Ejército. Esta guerra secreta siempre se
cobijó ideológicamente en el nacionalismo y funcionó como una capa protectora contra el
comunismo.
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Con esta dualidad entre el nacionalismo antigringo y un feroz anticomunismo este grupo
pudo mantenerse como un equipo imprescindible desde 1968. Para ellos, "la soberanía" era
una especie de muralla china, una valla de protección para sus negocios pueblerinos,
legales unos, ilegales otros y, sobre todo, el derecho a la información mediante la tortura
con soberanía. La movilidad escalafonaria en el Ejército, a falta de protagonismo, era la
guerra sucia o el servicio exterior como agregados militares donde se cobra en dólares. Por
eso, las provocaciones Ia amenaza a la Seguridad Nacional, fue además de una guerra fácil,
un buen negocio. Con las amnistías, reformas políticas, elecciones competidas y nuevos
partidos, estos grupos se derrumbaron y los añoraron, hasta su reaparición en Chiapas en
1994. "Murieron los valientes, quedamos los veteranos decía el general Arévalo en las
aburridas tertulias de la tercera edad que se organizaba y de las cuales no debo dar mayores
detalles, pero de esta frase se desprendía un estado de ánimo asfixiante en el Ejército, lo
cual llevó a un crecimiento de los vínculos entre la institución y el narcotráfico a todos los
niveles. ¿Qué hacer? ¿Sembrar arbolitos, caminar y caminar cargando equipos? En el
narcotráfico, además de emociones había dinero, que no daban ni los más altos puestos de
generales diplomados de Estado Mayor. Además era imposible declarar la guerra total a los
campesinos en las serranías, que tenían dos caminos: o sembrar maíz, chiles y frijol y
morirse de hambre o simplemente por ver crecer una mata, cortarla y subirla, les dejaba
más dinero que el valor de diez años de cosechas. Ante esta asfixia, el ejército era por tanto,
una alianza fácil y de gran importancia aunque hubiera simpatía por el hijo del General en
medio de este aburrimiento de militares ansiando, tan nostálgicos como los viejos
campesinos.
La modernización, sin poner en riesgo a los viejos mandos fue una inyección de energía
para el Ejército y asignarle un papel dentro del proyecto mismo; con este impulso cambió el
concepto de Seguridad Nacional, pues los comunistas ya no movían a nadie y la integración
había hecho cambiar el concepto anticuado de la soberanía y ahora la profesión militar
tendría futuro si se le asignaban más funciones en el combate al narcotráfico y la
Vigilancia, del país. Un Ejército moderno debía también ingresar a la revolución
tecnológica, a la era de la informática y la nueva filosofía libertaría. Teniendo de mi lado la
fuerza real, el poder militar, el proyecto estaba asegurado, pues con ellos, el bloque no tenía
fisuras, Iglesia, los marginados, todos los hombres de negocios, los militares, ¿quién
podría disputar esta hegemonía en el corto, mediano y largo plazo? Mientras veía
fortalecerse mis alianzas desaparecían mis preocupaciones sobre una posible recomposición
neocardenista en el mediano y largo plazo. La nueva estructura en el gabinete generó
algunos problemas, particularmente con el Ejército y en abierta batalla con Fernando
Gutiérrez Barrios. El autonombrado secretario de Gobernación quiso aprovechar los
conflictos de los mandos del Ejército con Córdoba a fin de ganarse a este sector y hacer una
alianza nacionalista en contra del francés.
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La creación de la Oficina de Coordinación de la Presidencia; la Dirección del Secretariado
Técnico de Gabinetes de la Presidencia y la Oficina de la Presidencia causó recelo
particularmente con el secretario de la Defensa y el de la Marina que alegaban que Córdoba
era una imposición que obstaculizaba la relación entre el presidente y los mandos militares
y que ellos no podían permitir que nadie intermediara las relaciones entre el presidente y el
secretario de la Defensa y la Marina, menos un extranjero. Además se oponían a que
Córdoba presidiera el gabinete de Seguridad Nacional, pues esto creaba un impedimento de
principios por las mismas razones.
"Si el señor fue primero priista y luego mexicano no nos interesa, pero la Segundad
Nacional no puede estar en manos de un extranjero del cual desconocemos su origen y no
sabemos lo que defiende y pelea", me decía el almirante Mauricio Schelenske, secretario de
Marina con la aprobación silenciosa del general Riviello, secretario de la Defensa este fue
el momento más álgido de la guerra entre Gutiérrez Barrios y Córdoba, dos potencias de la
intriga, frente a los cuales Manuel Camacho se veía aún bastante joven y apresurado, pues
en ese juego no ganaba el que sabía más teorías, sino el que doblegaba por la fuerza al
contrario, sin que existiera una sola palabra, levantada de voz. En esa guerra, del lado de
Córdoba siempre estuvo el general Arturo Cardona, jefe del Estado Mayor Presidencial, al
cual consideraban un traidor, tanto Ríviello, como Schelenske, El conflicto, aprovechado
por Gutiérrez Barrios, en momentos parecían ganado ellos, pero mi mediación terminó
sacando a Schelenske, quien se dedicaba en sus discursos a contra dicciones y mandarle
mensajes cifrados al hijo de Cárdenas.
El general Riviello terminó solo, pues en 1993 salió Gutiérrez Barrios y él mismo terminó
entregando los informes de inteligencia a Córdoba, el cual los guardaba y se burlaba de
ellos, llamándolos "exageraciones", Entre ellos, fue en 1993, los informes sobre Chiapas y
el EZLN, que hasta la fecha desmiente su existencia. Mi posición no era del todo
conciliatoria, pues sabía que una concesión a este sector y tendrían que venir más todos los
días. Yo les reclamé en varias ocasiones que estábamos en otros tiempos y que la
nacionalidad originaria no significaba traición a la nuestra. Argumenté que Córdoba era tan
mexicano como cualquiera de nosotros y que yo metía la mano al fuego por él y su
patriotismo y además porque Córdoba estaba designado por los que creían en nosotros en
Estados Unidos, para ayudamos y apoyamos. Él era un especie de Comisario Político que
tenía que supervisar nuestra política interna como condición para la aprobación del TLC y
el proceso de globalización, que con soberanía habíamos decidido. Córdoba era nuestro
aliado, la primera generación de funcionarios mexicanos al servicio de un, gobierno
extranjero y con el cual teníamos que tener consideraciones. "El presidente lamenta las
expresiones de xenofobia en el gabinete, en particular del Ejército Nacional; el Presidente
no lo tolera y espera en respuesta que cese la desconfianza y la intriga sembrada por otros
miembros del gabinete." (Resoluciones de la Crónica Presidencial, junio de 1990).
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(¿Quién es Córdoba? Con franqueza no sé decirlo, un día llegó y se colocó bajo el marco de
la puerta, varios pasos atrás mientras Guillermo Ortiz me hablaba de él al oído. Él me
miraba a distancia con las manos cruzadas al frente, más como un soldado en posición de
firmes o un guardia, que como un estratega.
La confianza nació de su disciplina, su rapidez para hacer esquemas y crear soluciones, a
los conflictos. Más rápido y sin las frivolidades o barroquismos de Camacho, Córdoba
entendió al instante el momento del país. Su importancia para el cargo se derivaba de lo
que para otros era un defecto su falta de raíces. Córdoba no tenía de compromiso, más que
su concepción del mundo que fue puliendo en Argel, en Francia o en la Barcelona de sus
antepasados. Córdoba era un poder sin antecedentes y sin futuro, un poder tan grande y
eficiente, porque no se detenía en consideraciones históricas ni morales, sino simplemente
en su sentido común y su brillante inteligencia. Córdoba no tenia más compromiso que la
revolución y por eso se volvió un hermano, un solitario lleno de misterios que contribuyó a
que me saltara los esquemas y los prejuicios en los que estaba atrapada: la presidencia de
México desde Juárez. Córdoba me advirtió que tú serías nuestro talón de Aquiles y no se
equivocó.)
Córdoba (se daban cuenta) era excepcionalmente eficaz y preciso y pese a conocer estos
rechazos y muestras de xenofobia, para él la batalla estaba más allá de la necesidad de
responder; actuaba como un docente, un pedagogo del poder que trataba con paciencia a los
ministros escrupulosos.
Con Gutiérrez Barrios sabíamos que no había nada que hacer, pues era un poder represivo
en proceso de ser desmantelado y sustituido. Don Fernando no sólo rechazaba a Córdoba,
sino los cambios y transformaciones dentro del Ejército, porque eso acababa con un viejo
poder de los señores de las armas. En esa guerra, sabíamos que gran parte de los hechos
desestabilizadores provenían de ahí, pero eso no sería fácil comprobarlo hasta finales de
1992. Luego de esta digresión que frenaba la alianza con los militares, con el cambio
vinieron los beneficios para el Ejército. En los primeros meses empezaron a llegar los
nuevos equipos y la asesoría para manejarlos. Los helicópteros Bell, las tanquetas, el
armamento y equipos para operaciones de inteligencia, los radares, la comunicación, la
centralización y agilización en el manejo de la información estratégica. El problema no era
sólo el cambio tecnológico, sino lo que implicaba en el cambio de mentalidad de los
mandos. La alianza con el Ejército no logró consolidarse sino hasta un tiempo tardío, luego
de la salida de Gutiérrez Barrios de Gobernación y después de que tuve que hacer
concesiones materiales muy importantes para la modernización del aparato militar, aunque
debo decir que ya desde 1992 tenía avanzadas las relaciones a nivel amplio en la casta
militar, pero éstas fueron de nuevo empañadas por mi secretario de Educación Pública, el
doctor Ernesto Zedillo, que al editar los nuevos libros de texto para niños de primaria, tuvo
el tacto de un elefante al poner en el capítulo de historia contemporánea del libro de historia
"que el Ejército Mexicano era el responsable de la matanza del 2 de octubre de 1968".
Memorias de un Líder
Página 127
Aclarar significó destruir más de un millón de libros impresos y a la primera oportunidad
sacar a Zedillo de Educación Pública, pues su designación en ese cargo había sido un error,
que reconozco como mío y me disculpo.
La salida de Zedillo fue el último obstáculo para la alianza, pues ya meses antes Gutiérrez
Barrios había dejado Gobernación y Riviello estaba solo en el gabinete.
Antes de hablar genéricamente de los intelectuales y la relación con ellos y el proyecto,
rindo homenaje al Manual del perfecto idiota que debería tener un anexo de cada país y yo
ahí incluiría a los neocardenistas idiotas, a Carlos Monsiváis, a Elenita Poniatowska, a
Carlos Payán y Carmen Lira, a Abraham Nuncio, á Luis Javier Garrido, a Jaime Avilés, a
Lorenzo Meyer, Pablo González Casanova, Alejandro Orfila, que les publicó todas sus
idioteces, Carlos Fuentes y por supuesto a Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo,
condenados a estar juntos y pelearse por un buen rato. Idiotas puras como Jesusa Rodríguez
y Liliana Felipe; los idiotas caricaturistas como Rafael Barajas, Helguera, Ríus, José
Hernández, Patricio, Magú, Rocha, Naranjo, Helio Flores y Ahumada. Idiotas como Raúl
Álvarez Garín, Cristina Laurell, Alejandro Álvarez y José Barberán, como Amoldo
Martínez Verdugo y Pablo Gómez y el idiota más viejo de todos Valentín Campa y su hija
María Fernanda Campa. Idiotas. populares como Patricia Ruiz, Imanol Ordorika y la tal
Guillermina Álvarez; idiotas como Amparo Martínez, Daniel Molina y Nuria Fernández y
su idiota madre Neus Espresate y el tal Raúl Bautista.
Idiotas binacionales como David Brooks e idiotas todos los que les han creído algo, en
algún momento. Hablar de la alianza con los intelectuales, sin antes deslindar a los idiotas
mexicanos que optaron por el idiotismo, era un pecado. Hago por tanto un homenaje a
Mario Vargas Llosa, a su hijo Álvaro (yo quisiera un hijo así), Plinio y Montaner por haber
descrito y narrado a costa de su propio prestigio como escritores, a esa clase casi extinta
llamada "intelectuales latinoamericanos", herederos de todas las estupideces de la Patria
Grande, que nos han sumido en la desgracia y que llevan con orgullo los vicios y las taras
europeas que nos alejan de Norteamérica y la posibilidad de construir una potencia
americana. Reconozco que durante años busqué la palabra para nombrar a mis adversarios
ideológicos y políticos y que ésta la encontré en este trabajo del puñado de intelectuales
valientes que han sembrado en todo el continente la verdad contra las estupideces de
Eduardo Galeano, Ernesto Cardenal, Miguel Ángel Asturias, Carlos Fuentes y al mismo
García Márquez, que aunque sea IJÚ amigo, siempre ha sido un idiota latinoamericano .que
no es más idiota, porque ahora de grande, aprecia demasiado al poder y lo equilibra. Esta
palabra la encontré y me ha fascinado para nombrar a mis adversarios: idiotas. El Manual
del perfecto idiota es sólo una pequeña parte de la justicia que nos asiste a quienes
rescatamos el concepto de libertad e integramos al mundo en una obra más perfecta y
acabada, pues luchamos contra las grandes "verdades" de la justicia social bajo las
economías estatistas y socialistas.
Memorias de un Líder
Página 128
El clima inquisitorial de los "intelectuales latinoamericanos" y "nacionalistas" ha sido
enfrentado por este trío de valientes, que en su obra desmontaron una tras otra las pifias de
la cultura del estatismo autoritario y el mito del latino americanismo y el nacionalismo.
Esta obra fue un golpe seco, contundente, contra las mentiras completas y las verdades a
medias que integran el discurso de la rancia izquierda latinoamericana. Yo busqué, a
diferencia de los Vargas Llosa, no enfrentarlos, sino atraerlos para quitarles lo idiota. A
Vargas Llosa (Mari o) le mantuve la distancia, tras haber aprovechado impunemente los
medios de México para decir que el sistema político era "la dictadura perfecta", como 'si yo
fuera el mismo estatista que otros y sin haber considerado los cambios que yo estaba
realizando en ese momento, mucho más radicales de los que él propuso en su plataforma
electoral para el Perú, que por cierto a él no le creyeron e hizo que su país "se echara un
pedo" esa noche en que perdieron ante Fujimori.
(La soberbia es mala consejera y aunque yo lo admiro no dejo de pensar que Vargas Llosa
es un pobre hombre, que dejó la nacionalidad peruana por un berrinche y no supo jugar al
largo plazo. Como quisiera, Raúl, que un día así reaccionara el hijo de Cárdenas y que harto
de tantos golpes y calumnias se fuera 'del país; pero ya ves cómo son los Tauros, que no se
cansan. ¿No te dijo algo la Paca sobre el futuro del hijo de Cárdenas? Le hubieras
preguntado, para poder constatar que es un idiota que no podrá contra la modernidad.)
Los intelectuales mexicanos siempre han sido una fuerza y su eterno sueño ha sido tener
poder propio. A los intelectuales mexicanos, el poder los atrae con la misma fuerza que la
gravedad a las cosas, aunque los intelectuales terminen siempre divididos entre los que han
incursionado en los avatares del poder y la política y los que se han vivido de criticarlo. Los
intelectuales mexicanos son, como diría Borges, unos suicidas que fueron al panteón a
suicidarse, pero acobardados, no se mataron y en vez de muertos se volvieron sepultureros.
Los intelectuales mexicanos, como los intelectuales de todo el mundo, fuera del poder. han
hecho un Olimpo propio para juzgar las decisiones que ellos jamás tomarían y por jugar a
desenterrar espejos, son imprescindibles para el poder, aunque sólo se dediquen a ver las
estrellas. ¿Qué proyecto de poder carece de un proyecto de placer, estético, musical, visual,
sexual, sentimental, gastronómico o literario? Los intelectuales, entre más distantes y
disidentes, tienen mayor credibilidad y como los antiguos filósofos, su medio para producir
es la ociosidad y ésa es tarea del poder cultivarla. En nuestras culturas, la herencia
aristotélica romano europea, que devino hasta el positivismo de la Revolución Francesa,
marcó a nuestras culturas y por supuesto a nuestros intelectuales, que desde el siglo XIX
siguieron el desarrollo de la política, la filosofía, el derecho, la moral y la lógica del
pensamiento europeo. Norteamérica, al surgir como nación independiente de Inglaterra y
constituirse .como Estado, no pudo eludir esta influencia de la Europa latina y romance,
pero a ella le inyectó su esqueleto anglicano, su visión puritana y la lógica luterana que
orientó a los primeros colonos y justificó la disciplina impuesta a irlandeses católicos,
judíos, polacos, italianos y todas las corrientes migratorias, creadas por el desastre europeo
Memorias de un Líder
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y sus hambrunas. Me extendí en este recordatorio únicamente para marcar el hecho de que
nuestros intelectuales sólo una vez tuvieron el poder y lo perdieron. La única generación de
intelectuales con poder fue la de Juárez, que impulsó la revolución de 1857. Don Porfirio
los sumó, los usó inteligentemente, pero los retiró del poder porque él se debía al Ejército y
fincó el nuevo Estado en la mezcla entre el expansionismo económico norteamericano y el
positivismo europeo, paradójicamente francés.
Pocos intelectuales provinieron de los cuarteles y menos de los seminarios y los conventos;
la intelectualidad liberal se hizo en las tertulias, el descubrimiento del placer como poder y
atracción política. Muchos liberales se iniciaron como libertinos cuyas fiestas y tertulias
literarias acababan en orgías. ¿Por qué no desmitificar a Josefa Ortiz, a Carmen Serdán y
todas las mujeres que en provincia organizaron la conspiración liberal y antiporfirista Don
Porfirio tampoco pudo escapar a la influencia intelectual europea, al prusianismo militar
alemán y la idea de la modernidad económica de los anglosajones. Exitoso en la integración
de fuerzas del pensamiento del exterior, don Porfirio cometió un error profundo al haber
cerrado el círculo interno de influencia a un pequeño grupo de intelectuales. Camilo
Arriaga, los Flores Magón, Martín Luis Guzmán, los hermanos Serdán, Vasconcelos y
muchos más, surgieron a la revolución de la exclusión y la falta de vías para la integración
a la institucionalidad cultural del porfiriato, Las causas políticas de la revolución son de
hecho eslabonadas por los intelectuales pequeñoburgueses, radicales del liberalismo, ante la
falta de correspondencia entre el auge económico y el caduco régimen político.
La alianza con los intereses económicos que representaba Madero fue natural, pues ambos,
intelectuales y productores norteños, estaban sujetos a la misma política de exclusión del
porfiriato. Finalmente, los intelectuales acabaron perdidos en el desierto en revueltas
tempranas, atacados por el virus del anarquismo, disueltos como asesores del villismo y el
zapatismo, los. Batallones Rojos del carrancismo, el sindicalismo de Morones o desterrados
a 10 tonto. Salvo Martín Luis Guzmán y Vasconcelos, ninguno llegó al poder y estos que lo
hicieron, por poco terminan asesinados o locos, ante la presión de los dueños del poder: los
militares-terratenientes del callismo y el obregonismo. Yo no podía darme el lujo de
cometer los mismos errores de don Porfirio y permitir que hicieran del hijo de Cárdenas un
nuevo Madero. La alianza con intelectuales, empresarios y sectores populares contra el
Estado había que quebrarla y, para ello, había que hacer una política de atracción con cada
uno, pues un distanciamiento podría desencadenar el caos y la pérdida de rumbo hacia la
modernidad con estabilidad. Esto debería ser rápido, pues no hay nada que sea más
criticado por la intelectualidad que la indecisión 'de los otros y, por ello, cada decisión
empezaría a cambiar el clima adverso. Los intelectuales mexicanos, viven su megalomanía
como si fuera su propio país y esperan como los cristianos un mesías que los conduzca, los
dirija y no los excluya. No hay nada más satisfactorio para los intelectuales que ser citados
desde el poder integrando sus ideas.
Memorias de un Líder
Página 130
Mi primer tiro certero fue pedirles a varios de ellos, los más críticos del supuesto triunfo
neocardenista, que elaboraran el discurso de toma de posesión en 1988. De esta manera, las
ideas de Octavío Paz sobre la modernidad, las de Aguilar Camín sobre el cambio político,
las de Carlos Tello sobre la condición social, crearon un documento de vanguardia, lleno de
mensajes a la sociedad mexicana y a la obtusa oposición neocardenísta, que cada día perdía
el liderazgo de los sueños y las utopías. No hay más fuerza que ofrecer desde el poder, lo
imposible: la gente termina aceptando todo a cambio de nada y, con los bolsillos vacíos, se
van contentos. Teniendo a las dos principales corrientes de intelectuales del lado del
proyecto, lo demás era cuestión de tiempo y asignarle a cada quien un lugar en el proceso.
Con el sistema de becas a través del CNCA y el Conacyt, la tarea era política y
administrativa, pues había que seleccionar sutilmente y pagar, dar seguridad y garantías de
que el trabajo de los intelectuales en favor de la modernidad sería fructífero. Los resultados
pronto estuvieron a la vista: muchos de ellos pasaron en semanas del cuestionamiento a la
duda y en pocos meses al franco apoyo y la militancia. En las ciencias, la pintura, la
escultura, el teatro, el cine, la literatura, las becas y la nueva estructura del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes me hicieron ganar muchos adeptos de calidad. Si los
hombres de negocios habían sido cautivados ¿quiénes y cuántos eran los intelectuales que
resistían a la mitad de mi sexenio? Miles de ellos se convirtieron en los vehículos de la
modernidad. Por muchas décadas, más de un siglo, era la primera vez que los intelectuales
mexicanos dejaban de ver en Europa el futuro del pensamiento y ahora dirigían la mirada al
norte; la comunicación cultural con Nortearnérica, empezó a fluir Nueva York, Nueva
Orleans, Harvard, MlT, Stanford, Berkeley y otras universidades norteamericanas fueron
ahora los puntos de referencia intelectual en México. Las conferencias y seminarios con
Comelius y Womack en La Joya, California; las conferencias de todos los intelectuales,
incluyendo los rezagados del neocardenismo, para debatir la perspectiva de México en
Estados Unidos, no sólo abrió el país para los intelectuales, sino que los proyectó al mundo.
Si en la Sorbona (incluyendo a Raúl mi hermano), ningún mexicano pasó nunca de
aprendiz de brujo, ahora en la nueva relación intelectual con Nortearnérica, muchos de los
nuestros empezaron a brillar y ser referencia obligada o funcionarios importantes,
ejecutivos del neoliberalismo. Los lobbys de intelectuales y literatos y los debates sobre la
modernidad, fueron poco a poco reduciendo la beligerancia de los estatistas, El hijo de
Cárdenas tuvo que pulir sus discursos ante las nuevas audiencias norteamericanas, a donde
era invitado no con el afán de creer en él, sino con el de saber qué tan peligroso era,
viéndolo de cerca. El nuevo interés por los negocios y las relaciones exigidas en el mundo
financiero y académico, no eran fácil de sortear para un político conservador como el hijo
del General, que de entrada cargaba con el peso y los agravios del nacionalismo mexicano,
el estatismo, el corporativismo y el priismo.
Paradójicamente, en Estados Unidos el hijo de Cárdenas era visto más priista que yo.
Memorias de un Líder
Página 131
Para ellos, yo me fui proyectando como un transformador y cada decisión mía en contra del
viejo aparato proteccionista y estatista creaba verdaderas oleadas de simpatía. El discurso
de mi adversario se fue aislando y encerrando en la idea del cambio político y la
democracia, sin entender que en Estados Unidos, no sólo consideran a su democracia como
la mejor, sino además como la única y que para ellos México no es importante como una
democracia, sino como un negocio.
Cada día de estabilidad era un día para mí; cada día que el país no se colapsaba por los
supuestos fraudes, yo ganaba y el hijo de Cárdenas, frente a los intelectuales, tenía que
entrar en sofisticadas explicaciones ante auditorios que se vaciaban cada vez más. El capital
político del hijo de Cárdenas se redujo a una imagen irreductible, no cedería ante el mito
del 88, del cual nadie se acordaba. Los hombres más brillantes de las letras, la pintura, la
música, el cine, todos estaban conmigo. El Premio Nobel de literatura para Octavio Paz fue
un reconocimiento al avance del país y así lo gestionamos ante la nobleza sueca. Fue un
reconocimiento a mi obra y acercamiento a la intelectualidad, a través del mismo esquema
de Solidaridad con los extremadamente pobres. La generación del cambio, los modernos,
los neoliberales, equivalía a decir los militantes del futuro. Los extremadamente pobres, los
más ricos, la Iglesia, el ejército y los intelectuales: ¿quién faltaba? No podría funcionar ni
cohesionarse esta alianza, si ésta no tenía una imagen pública, no vergonzante, sino
plenamente acreditada para llevar a cabo los cambios y renovar las ideas. Un spot de
Solidaridad y luego otro anunciando los libros La experiencia de la libertad de Octavio Paz.
La centralización de los medios electrónicos daba pie para establecer una alianza de
transformación y protección del contenido de vanguardia para el cambio, con la condición
de excluir de éstos al neocardenismo, cuyos conceptos no serían para apoyar IÚ para nutrir,
sino para confundir a la opinión pública. El bloque de alianzas carecería de efectos políticos
y económicos, si no tuviera la forma de transmitir y crear el clima de expectativa social. La
imagen y la información del cambio deberían conducir a los millones de mexicanos a tocar
con la vista el significado de la modernidad. El cambio no era un salto al vacío, sino algo
tangible y, por eso, la imagen y el clima de certidumbre y confianza era la base estratégica
de la estabilidad y las fuerzas del cambio. Los medios de comunicación, la Cámara de la
Industria de la Radio y Televisión, CIRT, y el Consejo Nacional de la Publicidad serían la
Comisión de ideología del proyecto. La alianza con los medios de comunicación
representaba un 65% del contenido del proyecto, pues su influencia en la sociedad era
mayor que los púlpitos, más que la disuasión del Ejército, más que las promesas de
Solidaridad, más que las ideas brillantes de los intelectuales del cambio. A través de ellos
se materializaría la idea del México nuevo y moderno. Los medios de comunicación
tendrían como objetivo cerrar la brecha entre Estados Unidos y México; las formas de
vestir, de consumir, de amar, de ser, deberían expresarse a través de los medios y, por eso,
más que alianza, los medios serían parte esencial para el cambio de mentalidad.
Memorias de un Líder
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El vínculo entre poder y medios ha tenido un papel clave, pues éstos han sido los canales
para extender a la sociedad la importancia y usos de la revolución tecnológica. Además, los
medios son aliados centrales de las computadoras y con ello una nueva forma de pensar de
manera práctica, del modernismo en casa, doméstico. Miles de jóvenes entendieron a la
perfección el mensaje y convirtieron la modernidad en una nueva forma de ser, donde la
informalidad para vestir, comer, divertirse, no competía con la eficiencia y la formalidad en
las responsabilidades prácticas y teóricas.
Un joven mesero o mesera puede al mismo tiempo ser un estudiante de doctorado, eficaz
con las computadoras y moderno en gustos, que puede aspirar a seducir a una joven de
cualquier condición económica. Los medios de comunicación hicieron en gran medida la
revolución y, por tanto, la alianza con los propietarios y el entendimiento fue clave para la
consolidación de las nuevas Ideas. Miguelito Alemán se tardó en entenderlo, pero lo
entendió; don Emilio Azcárraga la tomó al vuelo y los nuevos, como Vargas y Salinas
PIiego, no tuvieron objeción alguna con respecto a la nueva Imagen. Siendo distintas,
habiendo más imagen, moderna, estando abiertos a las señales internacionales y de otros
países, la sensación de apertura e integración al primer mundo fue explosivo. En pocos
meses, con tan pocas cosas más que un cambio en la imagen y la información, el país
cambió y el fantasma de 1988 se alejaba y desvanecía en el recuerdo de unos cuantos. La
prensa escrita, más crítica y escéptica, fue cayendo poco a poco por la presión de abajo y de
los propios lectores. De los directores y propietarios de la prensa escrita, el acercamiento
fue avanzando hasta convertirse en código de amistad. Viajar juntos, las tertulias en Los
Pinos, convivir y platicar abiertamente sobre los problemas candentes del país, crearon ese
clima de acercamiento. Trato especial para los más críticos y experimentados en relaciones
presidenciales. A don Julio Scherer en especial yo sabía que la costumbre le dictaba ser
amigo al principio y acre crítico al final. Su credibilidad se basaba en ello, además de su
técnica de vaivenes. Con don Julio me unía una práctica en la cual los dos éramos maestros
para movemos, deslindamos, acercamos, aliamos y romper todo si queremos don Julio y yo
siempre fuimos cortesanos, que supimos manejar nuestras distancias. En esto iba incluido
un paquete de actitudes como la cercanía, la sinceridad, los propósitos históricos y luego el
reparto de puñaladas. Con Proceso, en particular me unieron en especial dos temas, de los
cuales la revista es el vocero central: Ejército e Iglesia. Proceso en eso es una publicación
del siglo pasado, donde no se sabe ni se conoce la línea entre liberalismo y
conservadurismo, entre crítica de izquierda y de derecha. Ése es su gran mérito, además de
saber realizar la autocensura de una manera magistral, por lo cual es más valiosa la
información que no se publica que la publicada, Las portadas de don Julio han hecho época
y a ellos tengo que agradecer ser un termómetro mucho más claro para Córdoba, que los
informes censurados y recortados que me mandaba Gutiérrez Barrios. La prensa mexicana
ha vivido fincando su seguridad y su confianza en la cercanía del poder. Sus accesos
rápidos le tranquilizan, la distancia los pone nerviosos e incluso, es un factor que genera
mayor autocensura. ¿Cómo liberar a la prensa de sus propios temores?
Memorias de un Líder
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Yo inicié una relación con los medios, que sería tanto provechosa para ellos como para el
poder. Revolucionar la imagen de los medios significaba revolucíon.ar al país. Este hecho
era sin duda un acto. de Poder de gran eficacia, ya que ser capaz de construir un espejo
nuevo para los mexicanos tenía implicaciones para revolucionar no sólo la imagen, sino
además la mentalidad. Construir el espejo equivalía a apoderarse del futuro y ejercer el
poder, dentro mismo de la vorágine del cambio.
Don Julio Scherer, gran experimentador de las relaciones con los Presidentes, marcó un
estilo propio de la prensa crítica a partir de los ciclos sexenales, Para don Julio los inicios
eran de amistad y los finales de ruptura, para con el nuevo mandatario volver a iniciar el
ciclo.
(Lo mismo que hacía Hank, lo hacía don Julio y si no lee su libro ahora que tienes tiempo y
puedes educarte. Carlos Hank cultiva a los presidentes entrantes y desprestigia a los que ya
se van, como parte de un favor. Proceso, en manos de López Portillo, sería el instrumento
para "Chocar Para Estabilizar" pues está demostrado que don Julio ayudó a los presidentes
entrantes a ajustar cuentas con los salientes, por eso ahora vino a verme y por eso lo mandé
con mensajes al indio, el hijo de Cárdenas, a Zedillo, al PAN, a Córdoba. En el libro de don
Julio con los presidentes se demuestra, si te das cuenta, que él hace 10 mismo que Hank:
estar bien con el entrante y pegarle al saliente para ganar legitimidad. A don Julio lo voy a
invitar a escuchar jazz.)
Los dos primeros años fueron para viajar juntos, las conversaciones proyectadas, las
sugerencias amables y los dardos inteligentes. En este tiempo, el reconocimiento de ambos
es fundamental, pues el determinismo amistad-ruptura Impuesto por don Julio anunciaba
que el más mínimo pretexto servía para el rompimiento. Obviamente ellos siempre teman la
palabra final, por su naturaleza transexenal y en eso sabía yo que me ganarían. Pieza clave
en la seguridad del proyecto frente a los medios, fue José Carreño, primero como director
de EI Nacional ydespués como responsable de Comunicación Social. El Nacional fue una
trinchera de ideas y sobre todo para desmontar las grandes mentiras de los apologistas del
hijo de Cárdenas y su supuesto triunfo electoral. El grupo Nexos, comprometido
políticamente con migo, en particular Héctor Aguilar Camín, abrió el debate contra todos
los mitos que buscaba preservar el neocardenismo y contribuyó al impulso mismo de la
modernidad. Desde 19S medios, esta tarea ideológica la compartió Nexos con el grupo
Vuelta de Octavio Paz, quienes más adelante fueron anfitriones desde la UNAM y Televisa
para profundizar en las nuevas ideas del fin de siglo. l1telta y Nexos: la punta de lanza para
darle contenido al cambio en los medios de comunicación y centrados temas del debate
nacional. Falso que mi gobierno usara el goebelismo publicitario. Si la propaganda fue un
fin en sí mismo no fue culpa nuestra, sino el gran vacío de ideas que fue llenado por nuestro
discurso, nuestras propuestas, el auge de la privatización y el peso de la modernidad. Lo
moderno se desplazaba de manera moderna y con eso bastaba para generar credibilidad: lo
moderno era tangible, era una forma de ser, de consumir, de escuchar, de ver.
Memorias de un Líder
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La magnitud del cambio sólo pudo tener paralelo con el Renacimiento. En México, los
medios tenían un atraso histórico general provocado por la falta de competencia. Su
estancamiento obedecía sobre todo a sus relaciones con el gobierno y los presidentes
anteriores, pues ambos vivían una simbiosis de necesidad mutua, que reproducía
exactamente lo que se pensaba combatir: un presidencialismo cada vez más centralista y
una prensa cada vez más dependiente económicamente del gobierno con mayor
autocensura.
La época del periodismo abierta desde la dirección de don Julio en Excélsior, luego
Proceso, Uno más uno y La Jornada, le dieron un aire a la prensa escrita, pero no cambiaron
en esencia las relaciones de los medios con el Estado, Balance: yo transformé más en seis
años esta relación que lo sucedido en los 50 anteriores. Televisa ya para entonces vivía un
otoño decadente. El poder de don Emilio Azcárraga alguien lo tuvo que pagar y esto recayó
en la calidad de la televisora. Don Emilio decía quién sí quién no. Se enamoraba de las
nuevas estrellas, las encumbraba hasta el cielo y luego las dejaba caer sin ningún
miramiento. ¿Cómo es Televisa? Le preguntaba un muchacho de Monterrey a su hermano,
que trabajaba en los estudios en Chapultepec, y éste le decía:
"Televisa es una mujer muy hermosa, llena de cocaína, que cree que está en la cima del
mundo y no sabe que Se está muriendo": La apertura o a la competencia externa, la
competencia con nosotros, los nuevos dueños de TV Azteca, hicieron que don Emilio
enfermara aceleradamente y perdiera la perspectiva. El acercamiento a la decadencia está
en las telenovelas, en la pésima producción, que han hecho que hasta Raúl Velasco proteste
pues los intereses creados de la empresa convirtieron su Siempre en Domingo (que es más
antiguo que la televisión), en un cementerio de estrellas, cuando que de ahí surgieron
Lucero, Yuri, Luis Miguel, Amanda Miguel, Lucía Méndez y muchos otros, Televisa está
al borde del colapso. El primer reto para todos era aprender a ser libres y atenerse a las
consecuencias. Por ello, la relación con los medios fue más compleja que con los mismos
intelectuales (sin medios), pues se debía ganar adeptos, sin perder la independencia y la
autonomía. El trato con el mundo editorial requería cada uno trato especial, pues era el
mundo de las veleidades. Sin embargo, ahí no estaba el problema, ya que en México sólo se
informa por medios escritos un millón de mexicanos. Lo importante eran los medios
electrónicos con los cuales, la idea de la modernización y el vínculo con las nuevas
tecnologías, la digitalización, la comunicación satelital, etc., fue natural con el momento. A
ello habría que incorporar el efecto psicológico, social, que tuvo la socialización explosiva
del uso del teléfono celular. Éste se convirtió en símbolo de modernidad, de status
individual, de proyección dinámica, vínculo al tiempo de las finanzas, los negocios y la
política, contador del tiempo y acelerador de la informática. Su masividad sólo se explica
por estas condiciones subjetivas, más que por una necesidad. Ni en Estados Unidos -Nueva
York o Washington- se vieron tantos celulares en la calle, lo cual demostraba que México
había irrumpido a la modernidad de un solo golpe.
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Con los periodistas, las tertulias y veladas, humanizaban el campo de batalla, pero al día
siguiente, la realidad de las presiones hacía que cada uno se transformara y se convirtiera en
un duro crítico o analista desapasionado y objetivo. En medio de estas prácticas sinuosas de
los periodistas, la confianza de Fidel Samaniego, Reyes Razo, Nidía Marín, de Joaquín
López Dóriga, Regino Díaz Redondo, de Sergio Sarmiento y Francisco Ealy fieles y leales
colaboradores, que hoy expresan mis intereses a través de sus inteligentes plumas y ese
magnífico periódico La Crónica.
Nadie podía ocultar en la mirada el gusto por el vértigo .de la certidumbre y los cambios
que se operaban en todo el país y en medio de esto, se construyó una nueva moral de los
filtradores de información, ia amistad entre enemigos políticos que se intercambiaban
información o se unían contra enemigos más poderosos. La nueva moral de los
informadores y columnistas yo la alimenté, pues era una base importante para pulsar el
país, adelantarme a su estado de ánimo, aunque las críticas fueran de lo más severas.
Nuevamente, de un golpe contra mí yo construía una ofensiva contra mis adversarios.
Criticar, pero estar cerca para sentirse protegidos, La renovación cada sexenio de las
relaciones entre el poder y los medios, o contenía el mismo libreto: lunas de miel al
principio, viajes en el avión presidencial, confidencias a 10 mil metros de altura sobre las
nubes, todo terminaba al final en pleitos y abandono de la fuente para irse a cubrir la
campaña del sucesor. Siempre habría un presidente nuevo en quien confiar, siempre un
presidente saliente en quien labrarse la imagen de una prensa crítica e independiente. López
Portillo renegó de los subsidios y le fue como le fue. Yo limpié los procedimientos, pero
abrí otros, más eficientes y refinados para tratar no sólo a los directivos y propietarios, sino
a todo reportero de una fuente gubernamental. La opinión de los medios me tiene sin
cuidado, pues sé que la credibilidad que ellos construyen con base en mi obra y mi persona,
más que un juicio contra mí, es un retrato de muchas cobardías. Ya para terminar la
descripción de esta alianza, diré que con alguien tuve especial cuidado: los corresponsales
extranjeros y en especial los de algunos medios influyentes. El joven Tim Golden, del New
York Times, afortunadamente fue un entusiasta defensor del proyecto y quiso llenar con
información lo que su antecesor Alan Riding describió como "los vecinos distantes". Tim
encontró a México en el momento de la apertura y la integración, un corresponsal con
excelentes relaciones con Carreño, crítico, pero defensor del sentido de la integración. Los
periodistas norteamericanos, a diferencia de la mayoría de los mexicanos, son ideólogos y
sus notas periodísticas están marcadas por su orientación ideológica más que por la
objetividad. Ellos construyen la información a partir de supuestos y análisis previos. Con
los medios en plena transformación, se estableció la junta estratégica de fuerzas que
constituyeron el motor del cambio en el país. Muchos sucumbieron y ahora andan
disfrazados o a salto de mata. Pero lo que quedará como enseñanza hacia el futuro es que de
estas alianzas se construyó el nuevo país. Lo digo para que los interesados tomen nota.
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Carta XI zodiacal
ARIES TIENE QUE ENCONTRAR EL SIMBOLO CORRECTO DEL FUTURO. La fe se
convierte en cárcel y, por eso, Aries no es hombre que se concilia con un solo pensamiento;
la fe es una forma de creer, adversaria del futuro y por eso, la política y la fe siempre se
contraponen. En la disyuntiva entre la fe y la política, se extiende también la expectativa y
la esperanza.
La esperanza son las expresiones exaltadas de la fe; la política, por el contrario, es
expectativa pura, el secreto contenido en el flautín de Hamelin.
¿Podrá un día unirse la expectativa y la esperanza? Húrgalo, busca, investiga en el pasado y
encontrarás que no fuiste el primero, ni el precursor que buscó construir un solo país, unido
e integrado, definido por llegar a una orilla y ya no navega a la mitad del río.
En la disputa por el cambio, tú elegirás la política, más política, mucha política; tus alianzas
construirán la imagen y el sonido del futuro, que se llenará de los hechos trenzados.
Recuerda que la trenza es el vínculo entre este mundo y el más allá de los difuntos, un
enlace íntimo de relaciones, de corrientes, de influencias mezcladas y contradictorias... la
interdependencia de los seres. Nunca vayas a Irlanda, pues la calvicie ahí es un signo de
condición social inferior. Por eso, los antiguos héroes germanos e irlandeses teman las
soguillas de pelo, de oreja a oreja entre los peines de abedul con agujas de oro, brillando al
sol. Entre nuestros mayas, la trenza es el símbolo del dios solar y sólo pueden usarla sus
representantes en la tierra. Recuerda que tú no tienes ni tendrás una trenza.
La trenza es el símbolo de la espiral abierta y optimista, aunque puede también convertirse
en movimiento cerrado y pesimista; en ese caso la trenza es símbolo de involución. Pero
¿acaso hay algo que no sea contradictorio La elección simbólica es perfecta, pues además
de contradictoria, es continuidad y futuro. En ella integras lo diverso en un solo haz que
representa tu enorme voluntad; significa el cambio abierto en sentido horizontal, en una
dimensión creada por los hechos mismos y que limarás expectativamente el alimento del
futuro, la recreación subjetiva del individuo que deberá pensar que está cambiando todo,
aunque no suceda nada que lo cambié a él.
Tauro, ni adversario, vecino de domicilio, estará convertido en el símbolo de la esperanza.
Con ello pensaremos en verde, en fe, en creencia ciega, en nostalgia del pasado, en
principios y raíces, en mitos y tradiciones. Lo harán creer sus leales, que él es el presidente
electo y lo convertirán en estatua, en rígida imagen, pero que a ti te conviene, mientras no
pasen de ser homenajes.
Por el camino simple de la esperanza no se puede conducir a un pueblo. La simple
esperanza se convierte en cárcel, cuando no logra integrar nada más que una idea vaga de lo
que vendrá con base en creer a ciegas en un hombre.
Memorias de un Líder
Página 137
A Tauro le dirán que es "el candidato de la esperanza" y la iconografía será un viejo
campesino viendo al hombre, envuelto en tricolores, hablando desde un pedestal. La
esperanza es religiosa y fundamenta lista, no puede ser el concepto para señalar el futuro
sino simplemente para recrear y reunir convicciones añejas que coinciden en pensar que
todo tiempo pasado, fue mejor. Con golpes se construye una expectativa, porque también el
miedo es parte de su materia. Un golpe aquí, un golpe allá, exclusión de tus adversarios
internos, la revolución económica, lucha contra la extrema pobreza, la modernidad
tecnológica, la extensión del american way of life,. el fin del miedo a adquirir lo importado,
la conciliación con Malinche, la reforma del Estado, las reformas electorales, los triunfos de
la oposición (tu aliada), cárcel y destitución para tus enemigos, todo eso es política,
expectativa y con eso construyes, bajo la disciplina zodiacal y de los astros que te rigen, el
futuro de México.
Expectativa o esperanza
Nueva York, agosto de 1996.
Decía Miterrand que no hay cárcel más efectiva para los pueblos que la esperanza. Durante
la ocupación alemana en Francia, los prisioneros galos en campos alemanes vivieron dos
largos años, sin pretender
fugarse, paralizados por la versión de sus guardianes nazis que les aseguraban cada semana
"que a la siguiente, se pactaría la desocupación de Francia". Nuestra cárcel-decía Miterrand
no eran los muros ni los guardias, sino la esperanza de que a la siguiente semana la guerra
terminaría; El-hijo de Cárdenas creó una gran esperanza, mientras que yo construí una
expectativa, que no era lo mismo.
La esperanza neocardenista resultó inmovilizadora, porque abrió una zanja muy profunda
entre las aspiraciones y las posibilidades; entre el querer ser y la política real. Conforme
descendían los asistentes a los mítines, emergía una masa cada vez más iracunda, que
exigía resultados y esperaba a que se abrieran los paquetes electorales, a que el PRl en el
Colegio Electoral se volviera minoría, a que yo no tomará posesión por un milagro, un
golpe militar de oficiales cardenistas. En la misma mesa donde se cocinaba la esperanza, se
alimentaba por debajo la frustración y la derrota. Unos corrieron a formar el partido al que
había. convocado el hijo de Cárdenas y desaparecieron en reuniones interminables,
discusiones de estatutos, plataformas, colores, nombres; los más se fueron a sus casas a
trabajar en silencio y otros se quedaron en las plazas días y noches, andrajosos, miserables,
haciendo la "V" de la victoria como si fueran estatuas, esperanzados a que regresara su
Cuauhtémoc para ponerle ellos la banda presidencial.
Todos querían cambiar pero pocos sabían cómo y esta responsabilidad se la endilgaron al
hijo del General, su caudillo, que se las transformó en una esperanza de largo plazo. Mucha
agua debía pasar bajo el puente.
Memorias de un Líder
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Por el contrario, desde ello de diciembre de 1994 yo empecé mi tercera batalla,
apropiándome de la expectativa creada por el neocardenismo mediante un conjunto
simultáneo de reformas y acciones que apuntaban todas hacia el cambio estructural, liberar
la economía y reformar el Estado interventor.
(La expectativa es un arte, querido hermano. Es como cuando les dije a través de la
televisión en aquel mensaje memorable que "le dijeran a sus hijos que la crisis había
terminado" y que todos se prepararan para vivir con dignidad. No mentí, sólo los hice
pensar en la sanación del país olvidando la enfermedad, convocando a sus chakras,
ahuyentando a todos los signos del atraso y las derrotas. Aquel día dije una verdad a medias
o la mitad de una mentira, pero fue para que se sacudieran. Me los imagino y me da risa,
verlos frente a la televisión cantando el himno nacional, haciendo de unas cuantas palabras,
de un discurso, la visión del futuro, la expectativa del mejoramiento. ¿Sabes cuánto me
costó eso? Nada. La política social perfecta; la que transforma las mentes y no te cuesta
nada; el discurso que integra a todos, sin que cambie nada. ¿Te los imaginas tú también
frente al televisor cantando el himno con toda la familia y repitiéndoles que ya se acabó la
crisis en México? No debería reírme, pero cuesta tan poco hacer futurismo en México, que
a veces pienso que abusamos y ahora eso se está revirtiendo y transformando en odio.)
La expectativa le ganó a la esperanza, porque la expectativa se construyó con hechos y la
esperanza sólo con discursos en defensa del México atrasado, estatista, corrupto, senil,
corporativo, paternalista, amurallado, xenófobo, intolerante que aún hoy sigue siendo
defendido por grupos y castas de dentro y fuera del gobierno, amparados en una epopeya
seudodemocrática, espontánea, contra el tiempo y desfasada. Contra la esperanza
neocardenista, yo empecé a tejer consensos, con hechos: mi discurso de toma de posesión;
la detención de La Quina y Legorreta y el inicio sin ocultamientos vergonzantes, del
proceso de privatización de 252 empresas del Estado y el Programa Nacional de
Solidaridad.
Esto era sólo el inicio de la liberación de la economía; la sociedad, al ver mi determinación,
también se liberó de los atavismos seudodemocráticos y nacionalistoides y se abrió como
capullo para volar sin miedo y demandarme que fuera a fondo con las reformas
neoliberales. Este momento de apertura en la sociedad mexicana, se lo debía al presidente
De la Madrid, quien había dejado al país en el estado ideal para realizar las reformas tras 12
años de crisis. Nadie apostaba al continuismo del estatismo; el consenso del país era el
cambio y éste lo prometía yo, lo prometía el hijo de Cárdenas, 10 demandaban los hombres
de negocios, los pobres, los jóvenes, los ancianos, el PAN. En la euforia por el cambio, al
pueblo se le olvidó preguntar qué cambio y hacia dónde, lo cual me dejó en plena libertad
para hacer un cambio con responsabilidad que incluyera lo positivo y lo optimista y
excluyera todo lo que desviaba al país y le había hecho daño.
Memorias de un Líder
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Los sectores más duros del sistema estaban desconcertados, pero antes de perder el poder,
prefirieron plegarse a los cambios. Hasta Corona del Rosal hablaba de reformas y libre
mercado Carlos Hank se tallaba las manos para nuevos negocios y hasta don Fidel
Velázquez rumiaba pero cedía, pues sabía que además de política, habría posibilidades de
que ellos sobrevivieran mediante los negocios sembrados a lo largo de 40 años de control
obrero. Don Fidel se entusiasmó tanto, que hasta llegó a defender-los bajos salarios para
mantenemos competitivos frente a la mano de obra norteamericana, diciendo que "los bajos
salarios en México, es un derecho de nuestra soberanía". ¿Podría suponer una oposición de
fuerza a la reforma? Nadie estaba por continuar y un consenso para romper con el pasado.
Un obstáculo en los tres primeros años fue la correlación de fuerzas en la Cámara de
Diputados. Sacar adelante el dictamen de mayoría significó sacrificios, sin llegar a perder la
mayoría del 51 por ciento que necesitábamos para gobernar. Sin embargo, esta composición
política hacía lenta la aprobación de las reformas y salían sumamente. impugnadas, con
muchas concesiones al PAN.
De 1988 a 1991, el reto fue la construcción de la expectativa; doblegar las resistencias
internas y limpiar el camino para la legitimación en las próximas elecciones donde de
nuevo mi gobierno seria juzgado por el voto. Los tres primeros años se desarrollaron a una
velocidad política sin precedentes, se tejieron las alianzas estratégicas y se construyó la
vanguardia ideológica de la modernización. Era tan grande la fuerza del cambio, que
muchos para diferenciarse de los que se incorporaban en el último momento, empezaron a
autodefinirse como posmodernos.
Esta corriente era una defensa en contra de la masificación del modernismo, lo cual
demandaba a la vanguardia de otra definición que los distinguiera de la moda común, pues
el posmodernismo no era el fin del modernismo, sino su estado naciente y su estado
constante. Sobre esto, Jean Francois Lyotard afirma que una obra "no puede convertirse en
moderna si, en principio, no es ya posmoderna porque los creadores posmodernos de
pensamiento o de arte, están en la situación del filósofo no están gobernados por reglas ya
establecidas, y no pueden ser juzgados por medio de un juicio determinante. En ese sentido,
yo y el grupo compacto nos fuimos convirtiendo en una vanguardia posmoderna.
Se afirma que la revolución económica, por ese carácter posmoderno, dejó muy atrás la
reforma política y que en materia de cambios políticos, éstos fueron muy lento, casi nulos;
se me acusaba de que me apoyaba en el viejo estatismo para hacer política, mientras con la
otra mano hacía la revolución económica Iibertadora. En este punto coincidían el
camachismo y el neocardenismo, donde desde adentro y desde afuera, uno se creía el a1ma
y el otro el cuerpo de la transición y ambos estaban seguros de invertir el proceso, dándole
más importancia a la libertad política, sobre la libertad económica. Esto fue el motivo del
primer desacuerdo con Manuel Camacho, mismo que nos llevaría a la falta de confianza y a
la separación definitiva.
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En los tres primeros años, durante la LIV Legislatura, se llevó a cabo la reforma política
aprobada conjuntamente con Acción Nacional. El PRD enjundioso, crítico, distante,
sumergido en las voces que me condenaban como ilegítimo, perdieron su fuerza en
escaramuzas y no aprovecharon la posibilidad de cogobernar, El hijo de Cárdenas jamás
movió su posición. Ese era el momento del pacto, pero ellos no aceptaron mis condiciones
y yo no acepté las suyas. ¿Como iba yo a retirar el candado de gobernabilidad? ¿Para qué
gastar en un huevo padrón? ¿Por qué dejar de organizar nosotros las elecciones? Ellos no
querían reforma electoral, sino que por adeudo del 88 les entregáramos el poder, pues
insistían en que ellos eran mayoría y que todos los resultados desfavorables para ellos eran
producto del fraude. No me cansaron a mí, sino a la opinión pública, que vivía ya la euforia
de la modernidad y no quería saber nada de votos y de la cara de enojado del hijo de
Cárdenas.
Después de 1991, cuando ya habían perdido la fuerza y ahora representaban si mucho 17
por ciento a nivel nacional y hasta don Pedrito Ferriz con sus platillos voladores le había
ganado al incomprendido ingeniero Heberto Castillo, empezaron a demandar pactos
históricos y negociaciones. Esto no era España, donde el electorado tras la guerra civil y el
franquismo es casi inmodificable y tuvieron que llegar a un pacto entre los comunistas, los
franquistas y los socialdemócratas a la muerte de Franco, pues su conflicto de antemano era
suma cero. Ahí se legitimó en los hechos el rey Juan Carlos de España ante toda España.
Pero aquí el voto es voluble, un día es todos para acá y otro día todos para allá, porque en
México la cultura política es en contra de los perdedores y la cargada es con los ganadores.
¿Quién vota por un perdedor? ¡Nadie! ¿Existe acaso en México un descendiente de
simpatizante de Victoriano Huerta? No hay ninguno. Por eso, en México no puede haber
pactos y el que gana, gana todo; ésa es la regla.
En esos primeros tres años, muchos fueron los que llegaron ante mí, diciendo que venían a
nombre del hijo de Cárdenas y yo los escuchaba y les aseguraba estar dispuesto al diálogo.
Muchos intentaron por oficio acercarnos, tanto de su lado como del mío, pero a decir
verdad a mi me interesaba más acabar con esa fuerza que darles espacio. Si al hijo del
General no le interesaba la foto, a mi tampoco. Pero si la de él para, mi no era importante,
la de Muñoz Ledo tampoco, aunque eso significara profundizar el conflicto entre ellos. La
única carta guardada del hijo de Cárdenas fue la lucha a largo plazo en contra del carácter
hiperquinético de Muñoz Ledo, con lo cual ellos hicieron un gran vacío político entre su
fuerza y mi gobierno, que llenó el PAN, los cuales se fueron acomodando como la segunda
fuerza en el país, pues ellos se metieron a la gran autopista de la expectativa neoliberal. El
18 de agosto de 1991 murió la esperanza neocardenista y emergió triunfal, hegemónica, la
expectativa que jalaba a todo el tren de la modernidad.
Memorias de un Líder
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(En esta etapa te convertiste en un hombre de negocios, mi querido Raúl. Tus grupos de
Solidaridad se convirtieron en un fiasco, porque eran facciosos, tenebrosos y truculentos y
no distinguieron entre hacer política abierta y seguir en el mismo agujero que tú les
construiste.
Solidaridad no era Conasupo y esto no 10 entendiste y por eso te fuiste a Los Angeles. Yo
agradezco que te hayas ido porque me ahorraste muchos problemas y me di cuenta que tú
no eras el único canal para llegar con los que sabían hacer el trabajo. Finalmente me
llegaron más cuadros de arrepentidos del neocardenismo, que de tu famosa estructura que
tanto me anunciaste y que cuando la conocí me decepcionó. Pero así eras tú de mentiroso y
yo lo sabía, y tú sabías que yo te aguantaría esas y otras peores y por eso te fuiste, casi
huyendo.
Como hombre de negocios, también fatal, de todos tus socios, sólo uno (Alejo Peralta, el
más mafioso) no te ha traicionado. Todos corrieron como ratas, cuando hace todavía tres
años te buscaban y corrían por un abrazo. Debo reconocer, sin embargo, que me ayudaste,
que hiciste lo que pudiste, hermano, lo sé, aunque todas las maniobras te rebasaron, Yo
estoy seguro de que no .hubo nada ilegal en ese tiempo y que ni tuviste que ver nada con
Zuno y que tampoco te acercaste por Tijuana con Hank Rohn y que por ahí no te hiciste
socio de nadie. ¿Qué necesidad teníamos o tenías de arriesgarme tanto? Estoy encabronado,
pero te quiero mucho y te recuerdo desde aquí, mirando el Hudson.)
El reto en esos tres años consistió en domar al potro. La Cámara de Diputados, Michoacán,
Tabasco y la ciudad de México, eran los últimos brotes de resistencia. El PRD, aunque era
un partido nacional, cada vez se aislaba más de su propio movimiento del cual había
surgido y, por , una parte, se convertía en un partido de caudillos regionales y por otro
cambiaba su estructura interna, por organizaciones "externas". Los excluidos del aparato
del PRD formaban asociaciones ciudadanas, defensores del voto, demócratas sin adjetivos;
formaban frentes, membretes, clubes, movimientos que aparecían y desaparecían. Les había
tocado ya el momento de la dispersión y el aparato partidario no era capaz de incluir sino
de pulverizar la fuerza; sin embargo, para cada elección llegaban todos a reclamar su cuota
dentro de ese partido. Muy pocos sabían hacer partidos y moverse en ellos, sólo la
burocracia y como diría genialmente otro Cárdenas, un tal Raymundo; "ya nos sacaron una
vez de nuestro local (Monterrey 50) en 1988, no nos volverán a sacar". Y así fue.
1988-1991 constituyó el reto mayor para nosotros, pues ellos se sentían mayoría. En el
Distrito Federal, la ciudad, voluble, frívola, conservadora y decadente, ellos habían
obtenido el 48 por ciento contra el 27 mío. Sin embargo, yo goberné a través de Camacho,
pero eso me significó un costó: distanciarme de los poderosos grupos del Estado de
México, quienes de alguna manera gobernaban el Distrito Federal desde Toluca, en especial
de Carlos Hank, quien a partir de entonces empezó a articular la lucha interna en contra mía
y la continuidad del proyecto.
Memorias de un Líder
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Manuel Camacho convirtió al DF en su propio resorte político, su propio territorio y por
eso competía con Gutiérrez Barrios dentro del gabinete y contra todos los intereses del
Estado de México y los propios priistas del DF, que lo consideraban un traidor a ellos
mismos. Camacho tenía un especial estilo en su política: destruía a sus interlocutores, pues
su estrategia cautivadora, a muchos los convertía en parte de su propia política; de esta
manera su imagen crecía entre la oposición, pero bajaba en el mismo PRI, haciendo que
bajara la tensión contra el gobierno, pero eso sólo significaba 'cerrar un hoyo, abriendo
otro, pues la tensión se trasladaba hacia adentro del aparato político. Manuel Camacho
construía una clase política del DF y para ello cautivaba a un sector del PAN y del PRD que
se hicieron decididos camachistas. El espacio de encuentro de este grupo plural, pero muy
integrado, fue la 1 Asamblea de Representantes, donde confluían Esperanza Gómez Mont,
Ramón Sosarnontes, Santiago Oñate con Marcelo Ebrard y el mismo Manuel Camacho.
Córdoba seguía de cerca la forma como se movía Manuel y, poco a poco, empezó a
expresarme preocupación sobre la posibilidad de que Manuel estuviese haciendo un juego
propio para rebasamos a mi y a I grupo. Le pedí calma y confianza en Manuel.
Con el crecido movimiento urbano de la ciudad, Manuel Camacho mantuvo relaciones
ambivalentes, pues consideraba que hacían contrapeso al PRI evitándole convertirse en su
rehén y, por otra parte, buscaba mantenerlos bajo control. Con Camacho todos crecieron,
porque crecía él y hacia adentro, justificaba este papel doble, afirmando que era una
estrategia para hacer que bajara la presión contra el gobierno. Pidió de plazo hasta 1991
demostrar que jugaba en favor nuestro y lo demostró la ciudad fue recuperada
políticamente y el PRD bajó su votación general al 17 por ciento, por abajo del PFCRN de
Aguilar Talamantes, al que consideraban un traidor del 88.
Gracias a Camacho, en particular, se pudo sembrar la división entre el PRD y los
movimientos sociales. Nadie pudo resolver entre ellos el problema de luchar contra el neo
corporativismo y la necesidad de fuerza popular. El viraje estratégico del PRD se convirtió
en una política esquizofrénica, pues por una parte una "izquierda social" trataba de
controlar al partido, mientras que la burocracia luchaba por conservar su poder y otros a
construir un movimiento ciudadano, que no tuviera nada que ver con unos y otros. Gracias
a esta discrepancia de políticas excluyentes entre ellos, los movimientos sociales entraron
en la descomposición y el desgaste político y la nueva ciudadanía se convirtió en una
mezcla de movimiento conservador, exaltador del individualismo y la predominancia de lo
político sobre lo social. Lo colectivo fue señalado como muestra de atraso y un "problema"
para convertir al PRO en un partido atractivo. Para los movimientos ciudadanos, la
aspiración y admiración era el PAN, con el cual se buscaban contactos, pues se convirtió en
su paradigma de partido político. ¿Y quién promovía esta política? ¡Los inventores del
acarreo y la manipulación de pobres, los discípulos de Aguilar Talamantes y de Echeverría,
los herederos del populísmo más atrasado!, que ahora habían cambiado de look y,
arrastrados por los nuevos tiempos, ahora eran modernos.
Memorias de un Líder
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En este tiempo fue cuando Camacho decidió formar sus propias fuerzas sociales, y desde
1989, tras la primera frustrada huelga del SUTAUR-1OO, pactó con sus dirigentes y se
convirtieron en sus guarda- fronteras en el Distrito Federal, frente al conflicto con los
grupos del Estado de México. Mediar entre ellos no fue fácil, así que se definió un límite a
la guerra: nada que sirviera a la oposición. Seis años duró la guerra EDOMEX contra el DF
y pese a toda su crudeza, no exenta de violencia, pocos la percibieron y la utilizaron a su
favor.
Hacia adentro del gabinete, Camacho era fuerte porque contenía a la oposición en el
Distrito Federal, pero era sumamente débil porque a los ojos del resto, era un débil
concesionador y un político pretensioso en busca de poder "excesivamente político", dirían
algunos.
Pese a lo que se diga, o lo que él mismo afirme, Camacho no tuvo ninguna posibilidad de
ser el candidato, pues ya para 1993 era el político más desgastado dentro del gabinete.
Obviamente la oposición quería que fuera él y lo acompañaron muchos en su dolor; pero si
él hubiese sido, la ruptura interna era inminente. Camacho fue muy sincero con su auditorio
y, en sus memorias, las verdaderas y las apócrifas (que en realidad son las verdaderas y las
verdaderas, las apócrifas), envió un mensaje muy típico de él, que argumenta amenazando y
poniendo todas las situaciones en el límite, para que su idea prevalezca como la única
posible. Camacho es alguien que sabe hacer política con la razón de Estado, él es un
defensor del Estado, por sobre el interés de la sociedad, lo digo yo que lo conozco. Cambio
sin ruptura; era en realidad Ruptura sin cambios, porque él buscaba convencer que la única
posibilidad era ceder, para evitar un cambio con rupturas, aunque su propuesta fuera, en el
fondo, romper con los adversarios para impedir los cambios y defender al Estado
neoliberal. ¿Existe acaso una posición de Camacho sobre el proyecto económico? ¿Qué
opina Camacho de mis reformas y la actual política económica? Su silencio no es un apoyo,
sino una posición deliberadamente ambigua, para mantener su expectativa personal. Hábil
en las concertaciones políticas y los acuerdos, despreciaba la magnitud de las decisiones
económicas. Eso es algo intrínseco a él, pues aún ahora, como opositor, no expresa opinión
alguna en materia de política económica. ¿Cuál es la causa? Hasta ahora yo la desconozco y
no sé quién es y qué quiere Manuel Camacho.
Conciliador hacia afuera (me servía), Manuel era conflictivo hacia adentro. Sus dotes de
matizador político lo hacían insufrible y difícil para la toma de decisiones. Hacia afuera
jugaba a amenazar con decisiones de Estado, pero hacia adentro era el opositor más
importante a medidas de fuerza. La ciudad de México bajo su regencia, fue sin duda la
conducción más inteligente, pero eso no significaba que fuera lo que el país necesitara en su
conjunto. Él no era un hombre para una visión final, sino un hombre bajo las circunstancias.
Esto en el sistema constituía una afrenta desestabilizadora. El poder Se ejercía desde arriba
y. desde arriba debía ser la decisión.
Memorias de un Líder
Página 144
Manuel Camacho desde la regencia buscó aliados y fuerzas para convencerme, pero
decididamente ése no era el camino para sustituirme y por eso erró en el cálculo, para la
sucesión.
Hasta antes de 1991, Camacho y el OF tuvieron un comportamiento; pasado 1991, otro.
Camacho no era partidario del "carro completo" e incluso trabajó con la idea de entregar
algunos distritos a sus más cercanos colaboradores dentro del PAN y el PRD; La victoria
fue tan grande y contundente que no sólo no pudo repartir, sino que ni siquiera pudo
introducir a Marcelo Ebrard a la n Asamblea de Representantes que encabezaba la lista
plurinominal del PRI. Camacho y otros muchos no percibían que estábamos a la Mitad del
camino y lo que necesitábamos era mayoría constitucional para las reformas legislativas.
Mientras Camacho buscaba, crecer haciendo concesiones desde el DF, el proyecto exigía
concentrar toda la atención en la aprobación de reformas constitucionales para abrir el
proceso de integración. En septiembre de 1991, las bases estaban puestas para esto:
mayoría calificada en el Congreso, credibilidad social, consolidación de las alianzas, el hijo
de Cárdenas arrinconado en conflictos internos, la movilización social y el PRD tenían
como única perspectiva las elecciones de 1994 en que el hijo del General fuera de nuevo
candidato a la presidencia. Era el momento para empujar, no para hacer concesiones. Las
reformas constitucionales del siguiente periodo ordinario de la LV Legislatura era la
condición para la aprobación del Tratado de Libre Comercio por parte del Congreso
norteamericano. Con el presidente George Bush la confluencia era de total acuerdo y sólo
esperaríamos a noviembre de 1992 su reelección.
El Tratado de Libre Comercio no fue un acuerdo sino un proceso; no era un "tratado" sino
una Integración; no era un "tratado de comercio" sino un proyecto ideológico; no era "libre"
sino un conjunto de reglas para la expansión económica. En el Senado se dieron los
principales debates y Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez mantuvieron en crisis permanente al
resto de los senadores del PRI. Ya para entonces yo tenía excelentes relaciones con
Cristóbal Arias, un joven brillante que se sumaría a la defensa del ingeniero Castillo dentro
del PRD, a fin de hacer justicia a un dirigente de la importancia política e histórica de él, al
cual los neo priistas lo excluían.
Lo que no supieron defender los senadores priistas ante Porfirio e Ifigenia, es que el
proyecto no significaba sólo abrimos al exterior, sino .: transformarnos internamente para
ser competitivos. Esto significaba ingresar al primer mundo. El TLC fue la expectativa que
derrotó a la esperanza y fue por un hecho que todos palpaban: productos accesibles, mejor
nivel de consumo, mejor calidad de los productos. Consumir se hizo más fácil que producir
y si bien eso era uno de los argumentos en contra y una preocupación "nacional", 10
tangible de la mejoría, de la estabilidad, la reducción de la inflación y la masificación del
crédito hasta niveles populares muy amplios, fueron mermando la ilusión en nuevos
sacrificios nacionales,
Memorias de un Líder
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La gente estaba harta de la austeridad y el sacrificio y por ello, el TLC no sólo fue un
tratado comercial, cierto que se convirtió en la ideología de la modernidad, el acceso al
primer mundo y a igualar la imagen de los mexicanos a la de cualquier ciudadano de las
potencias económicas de Norteamérica, Asia o Europa.
Esto era lo esencial. Esto era lo realmente importante, mientras Camacho se dedicaba a
dibujar "transiciones" espectaculares, irrupciones sociales violentas por democracia, el hijo
de Cárdenas compartía con él la idea de ser dirigentes de la "transición"; sin embargo,
ambos competían y se negaban uno al otro, por tener ese mismo propósito, al cual luego se
les uniría en menor medida Sodi de la Tijera, Jorge Castañeda y el asesor del hijo de
Cárdenas y Echeverría, Adolfo Aguilar Zinzer.
(No deberías desesperarte, hermano, yo quisiera liberarte, traerte conmigo desde ahora,
pero las cosas no son tan sencillas como parecen. Ésta es una verdadera guerra. Zedillo ya
no decide, pues ahora lo están amenazando con el viejo recurso intimidatorio a los
presidentes, de que sus dos años de protección se están acabando y que ello el 1° diciembre
de este año, lo pueden derrocar sin que haya elección hasta el 2000 y ¿sabes cuál es una de
las condiciones?, que te mantenga preso. Quiero el año entrante, después de las elecciones,
regresar a México y presionarlos; para ese tiempo ya todas las pruebas en tu contra se
habrán caído y no tendrás más delito que pagar, que la falsificación de tu pasaporte y la
licencia de manejo, que por tu culpa, ya no sirve en México como identificación en los
bancos. Al final del año, en la XVII Asamblea del PRI van a dar el golpe contra el
Liberalismo Social, pues Hank va por todo y ya se ha apoderado del partido en el DF¡
¿Sabes quién propone expulsamos? Roque Villanueva, ¡mi ex compañero de Economía, al
que, le di de comer y 16 saqué de la miseria! No te ría sque de seguro es de coraje. ¡Roque!
¡El miserable secretario abyecto de Roque! es el que quiere expulsamos del partido.
Aunque me lo explico perfectamente, pues Zedillo y él son de la misma personalidad,
aunque no del mismo signo, porque uno es Escorpión y el otro Capricornio, pero ambos
hacen una pareja que será recordada durante muchos años. Yo espero que Zedillo cumpla y
después de las elecciones del 97 te libere, pero todo depende que gane las elecciones y
Hank, el presidente fantasma, el súper poderoso del país luego de mi exilio, se lo permita.
Eres el chivo expiatorio de la historia contemporánea de México porque eres inocente de
las cosas de las que te acusan pero no de otras, cabrón). Por eso, hermano mío, yo no te
sacaré, te sacará el propio destino de este país. No esta aún escrita la última palabra de esta
historia que puede tener varios finales: tragedia, caricatura o el regreso al poder.)
Yo tenía seis escasos años para transformar la raíz estructural del país y ponerlo en los
rieles del verdadero tiempo del mundo lo que en Asia y Europa costó décadas, masacres,
guerras, yo tenía que hacerlo en seis años. El conflicto interno con el neocardenismo y el
hankismo (que ya se perfilaba como el jefe de la oposición interna) podría servir para
cohesionar al propio grupo y obligar a todos a las grandes definiciones.
Memorias de un Líder
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Gracias al peligro neocardenista y la reorganización de la oposición interna en el PRl, la
nueva corriente de pensamiento debería construir su propia mística, militancia, código de
lealtad y principios. Si en el neocardenismo había un caudillo que representaba a la
esperanza, entre nosotros debería haber reconocimiento de que el único líder de la
modernidad era yo, pues sobre mí se había centrado la ofensiva de ellos, juntos y separados
y aún estaba dispuesto a hacerles frente, más allá del tiempo formal de mi gobierno en
diciembre de 1994.
El reto de la transformación, saber para dónde nos dirigíamos y tener una estrategia medida
en relación con los tiempos, compactó al grupo y lo convirtió en la generación del cambio.
Nunca el país fue tan centralista, pero una revolución, un cambio como el que
realizábamos, no dejaba margen para la duda o las medidas inciertas. El centralismo
clásico, burocrático y paralizante lo convertí en un centralismo dinámico, impulsor, guía de
la transformación del país. Nunca las partidas exclusivas del presidente fueron tan
ágilmente aplicadas, ni siquiera en tiempos de Echeverría, cuando se usaba que los
presidentes trajeran una chequera en la mano para repartir la partida 026 del presupuesto,
que nadie cuestionaba.
Gracias al centralismo obligado por las medidas, nos acercamos al momento más
importante, donde realizaríamos reformas tan importantes como las del Constituyente de
1917 ola revolución liberal de 1857, llamadas las Leyes de Reforma. Llegar a este
momento no era un capricho y menos una imposición; era el resultado de un largo proceso
iniciado desde la devaluación de 1976 donde el estatismo se fijó sus propios límites y entró
al terreno de la dependencia extrema con el norte. ¿Creían acaso que no nos cobrarían todas
las, afrentas, por el dinero que pedíamos? Ahora era el momento de sacudimos las trabas
ideológicas e idiotas y reunimos nuevamente con quienes compartimos destino hasta 1847.
La historia de México tendrá que reconocer que yo reintegré los territorios 't los uní de
nuevo a México, mediante un giro de mentalidad histórica: uniendo el resto de México a
Norteamérica.
Básico para la conducción y para el ejercicio del poder, fue tomar el control del tiempo.
Córdoba fue enérgico en este concepto como parte del poder y su eficiencia. El-meridiano
de Greenwich y la medición del tiempo, el concepto de "occidente" y "oriente", reflejaron
hegemonías de pensamiento y de intereses. Hoy el tiempo tiene una relación directa, con
respecto a quién toma las decisiones, es decir, quiénes deciden.
No es lo mismo el tiempo de un subempleado, que el de un ejecutivo financiero que está en
el centro de las decisiones medulares de una economía. Es la economía hecha tiempo, es
decir, la especulación, la velocidad de la transacción en su abstracción, la que ahora rige la
política.
Memorias de un Líder
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Por eso, las leyes del mercado abrieron brecha sobre los Estados nacionales y obviamente
sobre la política-política. Quien quisiera conducir y no estuviera situado en los centros de
las decisiones económicas y financieras, podría construir edificios completos de utopías,
pero no ejercer ningún poder real. Las amenazas y armas de mediados del siglo se
transformaron en la gran guerra por los mercados y los bloques comerciales y los paraísos
financieros en pos de los mayores rendimientos; el auge de un país residía ahora en
ofertarlo, venderlo, especular con sus recursos. ¿Para qué intentar la soberanía productiva,
si había ya una diferencia abismal de uso de tecnologías?
Cada país debería decidir si aislarse de las corrientes del futuro o llegar hasta estos centros
a representarse directamente. Hoy tanta importancia tiene el hombre del poder público
.como el representante crediticio, el ingeniero financiero que le representa en los centros de
decisión: Esto hace que esa nueva clase política tenga una nueva noción del tiempo, que
corre a la velocidad del fax y las señales por computadora o a través de la fibra óptica. Por
eso, el reto, la expectativa, no podría desligarse de la revolución tecnológica.
En eso, mi tiempo se pareció mucho al de don Porfirio, Los tres años de mandato fueron los
treinta años de construcción de una nación y éste vivió también los aires de las nuevas
tecnologías.
En los treinta años de don Porfirio nació el cine, se desarrollaron los medios de
comunicación, como el ferrocarril y el teléfono (en 1891 había ya en la ciudad de México
1,013 teléfonos particulares, para el comercio y, la industria); la red telegráfica, las vacunas
y otros avances en la electrónica, la medicina, hicieron de un país más allá de la lírica
poética de López Velarde y la música de Juventino Rosas, una potencia en expansión que
en breve tiempo ligaría por ferrocarril con Centroamérica y quizás estuviéramos diciendo
ahora "Todo en Guatemala y El Salvador y Nicaragua, Costa Rica y Panamá, es México".
¿Hubiera podido Porfirio Díaz hacer esto en un sexenio?
Para el centenario de la independencia en 1910, México no se debatía en la miseria, sino en
el empuje y la transformación. La revolución y la falta de un liderazgo que sustituyera a
don Porfirio en su ancianidad, cortó de tajo el desarrollo nacional y el paso a la modernidad
de la época. ¿Por qué un cambio positivo es identificado con autoritarismo? ¿Acaso no fue
mal negocio cambiar nuestro desarrollo económico, por la frase idiota Sufragio Efectivo No
Reelección?.
¿Debo ser enjuiciado por pensar libremente y decir la verdad a este pueblo de jodidos? Yo
no sólo cambié a México, sino el tiempo de México, que es mucho más profundo. La nueva
visión de la historia hizo que repuntaran las versiones de hechos que parecían inamovibles
o que servían para un tipo de poder que se benefició de la fuerza del Estado. Gracias a
Octavio Paz y Enrique Krauze podemos ahora interpretar de otra manera la historia y, por
eso, deberíamos traer los restos de don Porfirío y levantarle el homenaje que se merece,
Memorias de un Líder
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pues él fue el primero que logró unir a las dos corrientes que combatieron por el rumbo del
país y de manera genial hizo del programa conservador y el liberal, un solo programa para
México. Reconozco que él fue el primero y a él le rindo reconocimiento histórico de
presidente a presidente, aunque una revolución idiota se interponga entre nosotros.
Hace la necesidad ahora quizás, pensar ~n alguien que en el futuro una al neocardenismo
con el neoliberalismo y junte en tina sola la expectativa con la esperanza. ¿Quién será ese y
cuál será el rumbo que propondrá?
Carta XII zodiacal
ARIES ENCUENTRA EL EXILIO PERFECTO: LA NACIÓN AL REVÉS. Te irás a un
lugar donde puedas recordar y prepararte. Tendrá la misma bandera, pero sin el águila
devorando a la serpiente, porque ésa no te quiere. Recuerda que Aries y Sagitario son
contrarios a Escorpión y el alacrán, mismo que la serpiente y el águila, los tres son un solo
animal en transmutación constante. Por eso, ese país tiene de ley mitos geniales, por eso no
avanza, porque siempre empieza donde mismo y si bien nunca se acaba, tampoco resuelve
nada . Desde allá verás las cosas muy claras y entenderás que lo que hiciste fue' corno
quitarle a los niños su fantasía. México tiene una Constitución para no superarse.
¿Quién fue el idiota -seguramente un Capricornio- que inventó que, en México, las leyes
eran buenas y malos los que gobiernan? Es al revés, ese país se ha sostenido por los
audaces, no por sus leyes y los que han hecho algo, los han acusado de traidores y vende
patrias.
Ahora lo podrás ver muy claramente desde ese exilio trigarante, a donde irán tus amigos y
tus adversarios, tus cronistas y los principales periodistas a traer tus mensajes. Cada palabra
abrirá un debate, cada cosa que digas será analizada, comentada, repetida por miles, porque
sigues siendo el más importante y estás en el país espejo, estas al revés. Si tienes un sueño
de niño, hazle caso, si sueñas con reyes ingleses, es porque ya estás muy cerca; no
desperdicies ningún mensaje que te llegue, porque desde ahora empezarás a tomar capa día
más fuerza. Ten paciencia, los astros te acomodarán porque son más fuertes que todos tus
adversarios, Si sueñas con la cárcel, no te preocupes, es buena señal, es que el
subconsciente de todos se libera y pronto quizá estén de nuevo aplaudiendo tu regreso. Veo
ahora la confluencia de Virgo con Venus, y puedo asegurarte que tu hermano estará bien en
el próximo tiempo, recuerda que el siguiente es un año electoral y 10 dejarán descansar un
poco de las osamentas, las chamanas mentirosas y hasta de Paulina su esposa, que lo quiere
mucho, pero ya no aguanta saber que María Bernal, además de puta, resultó traicionera.
Memorias de un Líder
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Sueños en Irlanda
Nueva York-Irlanda, noviembre de 1996. Soñé que estaba al revés y que todo lo veía y lo
leía al revés y que el pasado era el futuro y cada discurso una premonición. Me sobresalté
porque mi pesadilla de niño era verme al revés y ahora el país que yo conocí y recorrí,
estaba al revés, gritando mi nombre al revés para ahuyentarme. Al despertar sentí el gran
vacío, que he sentido cada vez que traspaso una etapa de mi vida, y ahora al ver por la
ventanilla del avión, la inmensidad del horizonte, recordé a Pessoa y pensé que yo miraba
al inundo desde mi 'obra y 'no desde mi estatura; aquella mañana del mundo, fuera del
horario y del tiempo, me puse de nuevo a escribir, Buscando el sol, pronto volaríamos sobre
Inglaterra y me puse a recordar a Shakespeare para revivir mis errores. No hay nada más
falso y más imposible, que entregar el poder sin disputa. El Rey Lear hizo el reparto
pacífico de su reino, a sus hijas Goneril y Regan, y todo terminó en una tragedia múltiple
que 10 llevó a la locura y un terrible exilio. Su única hija leal Ia menor Cordelia, pagó
también caro su nobleza, sólo por ser una posibilidad no cumplida. ¿Por qué matamos
sexenalmente a nosotros mismos, teniendo que designar al sucesor? ¿Y si nos
equivocamos? ¿Quién puede corregir el yerro? Equivocarse como el Rey Lear es humano,
pero sólo le corresponde al mismo corregir; es la única oportunidad que existe, a menos que
haya una revolución y vuele el filo de las guillotinas, las balas en los paredones o la soga en
los patíbulos.
Ahora voy rumbo a Dublín, norte de Irlanda, a llenar un largo exilio, víctima de un error,
veo al mundo desde aquí y siento que volamos al revés y estoy frente al espejo al revés. Le
grito a Raúl y apareciese, nos abrazamos por fin, mientras nos cierran la puerta: nos han
unido en Almoloya,
Ha llegado la azafata a despertarme... yo voy viajando a Dublín, ¡no estoy en Almoloya!
¡Pobre de aquel presidente que se declare antipresidencialista! El poder se ejerce, todo o
nada; se toma completo y se deja completo y si esto se hace con base en reglas, nunca se
verá el choque de dos poderes. Sin embargo, yo fui un presidente especial, porque yo recibí
el poder bajo unas reglas y lo entregué con otras; quizás yo tenga que pagar por eso, ¡hoy
estoy pagando por eso! y con una guerra que me persigue ahora y viene en la cola de la
nave, queriendo acabar con el proyecto que salvará a México. Atrás vienen volando,
persiguiéndome, los fantasmas del país, para no darme tregua en la guerra, pues me quieren
ver en Almoloya, confesando que me declare culpable de engaño, de que yo los engañé,
porque quieren dormir tranquilos y ahora todos dicen que me comba tieron y fueron
víctimas de lo que son ahora. ¡Pobre país, pobres aquellos que se dicen engañados ahora,
cuando miles, todos los que me rodeaban buscaban un segundo de mi mirada y aplaudían
una a una cada decisión, cada victoria.
Memorias de un Líder
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(Querido Raúl: Si México sigue resistiendo, se lo llevará la chingada, Por una debilidad de
herencia en la tercera generación neoliberal, Ios idiotas empezaron a florecer por todas
partes, cuestionando nuestra obra, envalentonados, por verte a ti en Almoloya. Tu juicio es
un juicio contra mí, de los que nos aplaudieron, mientras el hijo de Cárdenas y miles de
otros idiotas se organizan y absorben todas las debilidades y los vacíos que dejó la falta de
un mando como el mío. Mientras más nos acercábamos al final del sexenio, la mirada de
muchos empezó a cambiar. El servilismo era igual, pero ahora estaba mezclado por un
impaciente utilitarismo, por la prisa para cerrar negocios y para saber quién sería mi
sucesor, como si esos asuntos yo no pudiera resolverlos. Ahí me di cuenta de que pese a
todas las reformas, el país era el mismo y que la inercia quería imponer las mismas reglas
conocidas de la sucesión del poder y que yo debía guardar absoluto silencio un día después.
Buscando al sucesor me destruían; indagando en mis discursos, me debilitaban, y yo creía
que todo sería distinto y por eso les mentía con la verdad, pues en lo obvio estaba la clave
de que mi sucesor, sería un operador, un funcionario al servicio del proyecto. Yo sentía que
mi juego estaba por encima del juego de todos y que las nuevas reglas sólo yo las conocía.
Sin embargo, para ellos, para este país mediocre y resistente a darle continuidad a su buen
destino, cada éxito estratégico, como la firma del Tratado de Libre Comercio, lo veían
como un final glorioso, como un final. Todos los que me felicitaban se fueron sumando a la
despedida; cambiaban abrazo por puñaladas; elogios por dudas. Yo subestimé, pese a oler
con anticipación, la traición sexenal de los políticos mexicanos.
Recuerdo sentir que ya no oían los discursos, hurgaban en el horizonte y en los presidiums
al sucesor, querían descifrar mis actos y mis gestos para abalanzarse y creo que hice bien en
lanzar muchas pistas falsas. Los presidentes somos expertos, porque nacimos víctimas de
esos códigos misteriosos y secretos que van enredando al nuevo poder cada presidente
aplicó medicina de la que recibió, hasta que se convirtió en un rito, en una tradición, pues
se hizo costumbre que la designación recayera siempre y con obviedad en el gabinete. Ahí
se incubaba la muerte política de los presidentes. Recordarás que yo contendí contra seis en
la pasarela ignominiosa surgida de las debilidades y falta de talento de don Miguel de la
Madrid, que enfrentó públicamente, políticamente, a todo su gabinete; resultado: un
candidato cuestionado, lleno de trampas. A diferencia de todos los que me antecedieron, yo
tenía que escoger no solamente al hombre y tú, lo sabes Raúl, sino aun colaborador de los
otros seis años del proyecto; el realizador de la reelección mental. Por eso, la clave no
estaba en un hombre "leal" solamente, sino que tras la elección de 1991, que me legitimó
definitivamente, destruidas las pruebas históricas del 88, gracias al talento y la defensa
patriótica de Diego Fernández de Cevallos, que contribuyó y convenció a los suyos de que
esos paquetes electorales podrían ser como las naves de Cortés que alimentaron la
posibilidad del regreso, apoyó quemarlos y destruirlos, para que el humo hecho de cenizas,
fuera la unión de la tierra con el cielo y se conjurara la cobardía por el cambio.
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Con los paquetes, quemamos las naves y sólo hubo un camino el nuestro. Después de la
elección de 1991, el hombre ya no era importante, sino las nuevas reglas.
Tú tenías miedo, decías que reformar los artículos reformados por la Revolución, sería una
bomba. Tenias miedo más que nostalgia agrarista, porque además tú siempre estuviste
comprometido con mi poder, no con mi proyecto y en ese momento lo expresaste y te
definiste. Tú te convenciste cuando hablamos de lo que significaría la reforma en nuevos
negocios, en nuevos cultivos, en exportaciones, en la nueva riqueza que se generaría; ahí
pusiste a un lado tus miedos y entendiste mis razones. Tú nunca pensaste entonces lo que
significaba reformar el artículo 27 de la Constitución; reforma que elevaría mi obra, más
allá, en un nivel superior del Constituyente de Querétaro en 1917, porque ellos lo hicieron
para terminar la guerra y yo lo hice medio en paz, pues sólo me costaron poco más de
trescientos campesinos seguidores del hijo de Cárdenas, que se murieron por una
revolución, defensora del pasado.)
El Estado no podía continuar basado en mitos geniales y por eso la reforma debería ser a
fondo. Hemos sido un país sin fuerza constitucional, porque las leyes nunca han sido motor
ni norma real para conducir los sentimientos nacionales y porque siempre han estado en
contra de la historia. Siempre al revés, siempre contra el tiempo y el giro de las tendencias.
El mito constitucional de los mexicanos es un escudo para no cambiar; es la protección de
los abogados para transar a todos; es la justificación de los políticos para decir que están
ceñidos a algo y ocultar sus intereses; es la máscara de los mexicanos, para decir que
quieren soberanía, cuando quieren en verdad anexarse y ser norteamericanos (lo dicen
Basáñez y Oppenheimer); es el disfraz de los historiadores, para justificar tantos muertos,
que murieron por causas idiotas y líderes estúpidos. No tengo más respeto por la
Constitución, que el que tengo por cualquier libro de fantasías, de moralejas. Las fábulas
constitucionales en México han hecho del desorden un orden perfecto, donde las verdaderas
leyes que privan son las del más audaz, la maña del inescrupuloso. La Constitución es un
cuento al revés, como aquel que me cantaban para que yo 110 me asustara de mis sueños al
revés y me arrullara.
Así decía.
Había una vez, un príncipe malo
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Había una vez un lobito bueno
al que molestaban
todos los corderos.
Todas esas cosas había una vez,
cuando yo soñaba un mundo al revés ...
No quisiera entrar en mayores deliberaciones sobre el valor de la Constitución Mexicana,
pero me parece que es un cuento al revés, para un país al revés. Me convenzo en este exilio
de que es el país y no yo, el que ha estado al revés, invertido, pervertido de cabeza.
Memorias de un Líder
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En este viaje para poner mayor distancia se levanta mi autoestima de una manera
extraordinaria y veo en la ventanilla del avión una auténtica verdad histórica.
Al bajar del avión en Dublín, he visto ondear la bandera verde, blanco y rojo de los
irlandeses y me digo que no he venido aquí por casualidad, sino que es el espejo de lo queMéxico debió ser. Irlanda y su bandera son México al revés, mirando desde el norte a su
metrópoli Inglaterra, cultivando su nacionalismo católico, frente al puritanismo inglés, sin
anteponer proyectos nacionales idiotas. Estoy en Dublín, no en Belfast, y aquí entiendo la
fusión que debimos hacer hace 150 años con Norteamérica, en 1847. Por eso me identifico
con esta bandera tricolor, que lleva los colores de México, pero que no tiene el símbolo
maligno del águila devorando a la serpiente que me persigue. Este país seguramente es
Aries y en él me llamaré Sanilas.
Carta XIII zodiacal
AL INTEGRAR ARIES UNIRÁ LOS ESTADOS EN UN SOLO Y GRAN MERCADO.
Cámbiale de nombre al país, que diga Méjico solamente, porque sólo hay un Estados
Unidos, el original que inspiró a toda América. Si es una condición mejor, porque tú mismo
lo harías y no te esperarías a ver el águila y la serpiente al revés para hacerlo. Es el
momento ahora, porque estás en la madurez, en el tiempo preciso para señalar el destino.
Nadie te reclamará este paso que todos desean, pero que nunca han dado por miedo de ser
dueños del mundo. ¿Acaso Aztlán no estaba en el norte? ¿Acaso Texas 'no 'miró al norte,
'porque el viejo imperio independiente ' no lo comprendía? ¿Acaso Zaragoza no fue texano
y su victoria en Puebla, no fue una gesta de toda América sobre las huestes de Europa? ¿No
fue Juárez y los liberales una inspiración de Norteamérica?: ¿No fueron Juárez y Lincon los
primeros combatientes y defensores de América frente a la decadencia de España, de
Inglaterra y de Francia? Europa siempre ha sido decadente, no te olvides, el pensamiento
europeo es amplio y profundo. pero pestilente como pozo seco y estancado. América es un
río de aguas frescas, como el Charles River que tantas veces miraste desde tu estudio en
Harvard donde debiste calcular el significado trascendente de la eliminación de las
relaciones subsidiarias; aquí aprendiste a vivir una primera vida de exilio que te hizo
aprender el valor de la distancia y que el poder no se obtiene necesariamente adentro de la
corte.
En este año, aplicarás la esencia de lo que aprendiste y establecerás el puente entre el
pensamiento puro y la política. Es curioso pero muchos te dirán que no eres político, que
eres un tecnócrata, siendo que lograste hacer de la estrategia militar, la economía, la
técnica, la psicología, la sociología, una aplicación integrada. Por eso, ahora puedes hacerlo
todo y sugiero que lo hagas, es el tiempo hasta para que esta nación cambie de nombre y
deje de ser el ombligo de la luna, frente a Saturno. En el nuevo orden, nadie se confundirá,
pues habrá solamente un "Estados Unidos", que será sinónimo de nuestro destino, nuestra
propia tierra, la nueva patria, un solo Estados Unidos.
Memorias de un Líder
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La derrota electoral del presidente Bush en noviembre de 1992 parecía ensombrecer el
panorama para los acuerdos, sin embargo, nuestra flexibilidad en la negociación desarmó
las resistencias finales en Norteamérica y acabó por convencer a los congresistas del ala
demócrata y al mismo presidente Clinton. La única propuesta viable era nuestra propuesta;
el único camino para ambos países era acrecentar la dependencia del uno hacia el otro,
tomando 10 mejor de ambos. México se beneficiaría y modernizaría al convertirse en parte
del desarrollo comercial e industrial norteamericano y canadiense, y ambos gozarían de
todas las ventajas de tener como fuente de aprovisionamiento de materias primas y trabajo
de calidad a México. Miles de negocios se abrirían para las empresas y los inversionistas de
los tres países y la reactivación de futuros no tendría precedente: era una decisión no sólo
de final de siglo, sino de milenio (aunque parezca pretensioso).
Para ello había que acabar con las resistencias naturales y las inercias establecidas por
siglos de amurallarniento y hegemonía del nacionalismo mexicano. Yo entendí
perfectamente las preocupaciones de nuestros interlocutores cuando pidieron garantías para
la continuidad de la política económica liberal y la apertura. Yo entendí las preocupaciones
a que México se cerrara en el futuro y para ello había que dar garantías no sólo políticas
mientras yo gobernara, sino estructurales para cuando vinieran otros. Yo entendí el sentido
de la comisión negociadora del gobierno norteamericano cuando sugirió las garantías de la
continuidad: había que sacrificar al presidencialismo y actitudes absurdas de competencia.
En Houston, cuando vi por primera vez públicamente al presidente Bush en 1989 (ya 10
había tratado de manera privada antes), yo le anticipé: "No queremos ayuda, queremos
negocios". La audacia de mi frase debió ser matizada, pues si bien tenía efectos de
convencimiento hacia dentro de México, hacia Estados Unidos era prácticamente retarlos a
la guerra comercial. Mi audacia, dentro de la misma diplomacia, sirvió, sin embargo, para
alentar el nacionalismo y el proteccionismo norteamericano que siempre ha jugado a las
relaciones desiguales y ha sido la base de su espíritu imperial. La estrategia aconsejaba no
pelear con ellos, sino ganarlos.
En el debate norteamericano,' la lucha electoral durante 1992 puso la expectativa de
México en un impasse. Para mí, un reto a la paciencia y a los nervios, pues durante un año
hubo que mantener preparado todo para el desenlace electoral. Mulroney, Bush y yo
requeríamos de continuidad, pues cada uno enfrentaba enemigos poderosos internamente.
Los proteccionistas no querían exactamente no pactar, sino que buscaban mayores ventajas
frente a sus competidores internos. En Estados Unidos y Canadá, el "nacionalismo", era
prácticamente una guerra económica virtual en busca de ventajas y éstas se lograban
básicamente presionando a los negociadores de cada uno de los países.
Todas estas presiones recaían sobre Serra, Herminio, Gurria, Pepe Córdoba y en ellos se
concentraba la presión para ceder. Ellos sabían que nosotros no teníamos alternativa y que
ésta era una jugada histórica, pues si fracasaba, fracasaba el país en su conjunto.
Memorias de un Líder
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No firmar el tratado, para México significaba miles de negocios a la quiebra y un
resurgimiento del nacionalismo y otras vías. Por eso, ceder en la negociación no significaba
perder o replegarse, sino ganar espacio para tomar impulso hacia el futuro, La economía
hoy así es como se dirige y se construye con expectativas subjetivas y no con simples
decretos apegados a la veracidad informativa.
Los sindicatos y la izquierda norteamericana (si es que existe o se le pudiera llamar así)
radicalizaron su posición antí TLC y buscaron alianzas en México. Bajo un análisis formal,
representantes de la AFL·CIO acudieron a México para hacer "una alianza" con el
Congreso del Trabajo.
Don Fidel Velázquez, quien tiene errores' de apreciación de la causa obrera, pero ninguna
acerca del poder y la política, los despidió argumentando soberanía para mantener en
México los niveles salariales y destruyendo así una maniobra proteccionista de la cúpula
obrera norteamericana. Francisco Hernández Juárez, quien entendió a la perfección el
cambio histórico del país, atajó la maniobra de los trabajadores norteamericanos que habían
venido con la oferta de una alianza para "aumentar los salarios en México".
En el otro extremo de la producción, Mr. Ross Perot se dedicó a hacer campaña
nacionalista y proteccionista en contra del TLC y a no dudarlo, inyectó confusión sobre las
negociaciones. En el fondo, tomó Perot el sentido ideológico del TLC y se quiso poner a la
cabeza del sentimiento conservador norteamericano sobre la visión pragmática de los
hombres de negocios y la fuerza del capital financiero. Pero además otra cosa importante;
la ofensiva de ricos Y sindicatos contra el TLC terminó revirtiéndose contra ellos y sus
aliados, 10 cual significó una derrota en toda la línea: Ross Perot terminó representando a la
izquierda norteamericana y la izquierda norteamericana no sabía cómo zafarse de Ross
Perot y hacer su propio deslinde. Obviamente la estrategia fue de Bush y Clinton y con ello
se deshicieron de sus principales oponentes, pues la confusión en el terreno ideológico es
significado de derrota y ambos se enredaron con su propia cuerda. En esto hay que decir
que Pero tuvo como ventaja favorecida por sus propios adversarios demócratas y
republicanos, la de los medios de comunicación. Así son las guerras modernas y así son las
armas que se usan y sus consecuencias.
(Creían que estábamos locos. A mí me recordaron que me decían la Hormiga Atómica en la
escuela y ahora a ti hasta tu abogado, para defenderte, te quiere hacer pasar por enfermo
mental. No me gusta nada lo que está pasando pues por transformar al país nos quieren
sacrificar, porque los mexicanos quieren vivir tranquilos diciendo que los engañamos. ¿No
era eso lo que querían? ¿No decían las encuestas que publica Oppenhaimer que los
mexicanos querían ser americanos? Me vine a tiempo, pero ya regresaré y las cosas
cambiarán. Me preocupas tú, hermano, que esto se haya alargado y me pone a pensar que se
ha establecido un nuevo frente nacional contra nosotros. Estábamos a punto de lograr tu
absolución. Yo le pedí a ZedilIo que sentenciara y lo reté y ahora de nuevo la resistencia.
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¿Tú enterraste a Muñoz Rocha en El Encanto? ¿Es Muñoz Rocha? ¿Me sigues ocultando
cosas? ¿Me sigues teniendo desconfianza? No creo que hayas sido tan bruto para enterrar a
Muñoz Rocha, me parece más bien una venganza, pues utilizaron el mismo método que tú
utilizaste en contra de La Quina: sembrarles el cadáver. ¡Esto es de pesadilla! ¿Hasta
cuándo vamos a terminar con los secretos de todos? Tus secretos son los que me preocupan,
pues todavía, pese a tener dos años encerrados, tienes tú capacidad de sorpresa y nos sigues
sorprendiendo. ¿Quién es el muerto de El Encanto? Pareciera que los muertos y los caballos
nos persiguieran, hermano. Siempre andamos entre muertos y entre patas de caballos,
ganándolo todo y perdiéndolo todo.
Tú no tuviste noción de los límites del poder y por eso te convertiste en el rehén de nuestros
enemigos y no quieren soltarte. Son varias las paces que se han firmado y todavía creía en
ellas hasta esto del cadáver en tu casa de Contadero.)
Nadie se podía quejar de falta de democracia para exponer sus ideas y propuestas. Cárdenas
se fue no sólo a cabildear a todo Estados Unidos en universidades y comunidades de
empresarios. Fue escuchado atentamente, pero nuestra capacidad de lobby era infinitamente
mayor.
Cárdenas tenía que enfrentar dos tipos de información: los de los negocios futuros y los
éxitos de la política de mi gobierno, que eran eficientemente filtradas con anterioridad en
los grupos interesados en opiniones distintas a las oficiales. En esto la ayuda de los
intelectuales americanos, como Womack y Cornelius, con prestigio sobre, su conocimiento
de México, superaron en mucho a los contactos cardenistas.
Simplemente Cuauhtémoc Cárdenas no pudo integrar un equipo de intelectuales como el
que empezó a trabajar por nosotros.
Este momento, que corrió desde 1989 hasta 1993, significó un debate de gran trascendencia
pues era la primera vez que México salía a debatir sobre su futuro más allá de sus fronteras
y en un escenario americano y ya no el europeo, que hasta antes de 1988 se consideraba la
capital de las ideas.
El debate se convirtió en un debate netamente americano y México estaba ahí en el centro
del futuro. ¿No constituye eso un mérito propio?
El contenido mismo del debate hizo que Cárdenas estuviera derrotado, Fuera del poder, él
no podía ofrecer expectativas de buenos negocios y su público era esencialmente eso: un
público de hombres de negocios y teóricos de la expansión "civilizada", a los cuales les
interesaban los negocios y no la democracia. Cuando Cárdenas centraba sus exposiciones
en el fraude y la antidernocracia, suscitaba algunos problemas de conciencia, pero ningún
partidario de su causa: Cárdenas era en Estados Unidos un hombre ubicado mal en el
tiempo y en el espacio.
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Las ideas nacionalistas de Cárdenas eran en sí una declaración de guerra a los grandes
capitales financieros y los hombres de negocios; era la confirmación de que en México
existían obstáculos difíciles de remontar y que ésa era mi causa. Por ello, paradójicamente,
mi prestigio en los círculos americanos empezó a crecer, porque se entendió que yo luchaba
contra obstáculos reales y que el proyecto de integración, la firma del TLC, era un proyecto
en favor de los intereses de ambos países y no sólo un refugio proteccionista para nosotros.
Me convertí en un activista de nuestra filosofía económica, no sólo dentro de México.
El nacionalismo norteamericano, proteccionista y beligerante contra México, América
Latina y el mundo, empezó a ceder y los "liberales" demócratas empezaron a variar su
posición: un golpe certero al proteccionismo americano. Al nacionalismo americano, malo
como todos los nacionalismos pero que aquí se acompaña de racismo y
ultraproteccionismo, le habíamos infligido una derrota más grande que todos los misiles
soviéticos.
Al presidente Clinton no le significó mucho esfuerzo convencer a la mayoría demócrata
para votar a favor del Tratado en 1993, pues ya todo había madurando en aquellas fechas y.
tanto en México como en Estados Unidos y Canadá, los fantasmas del estatismo, los
regionalismos y nacionalismos, todos estaban en franca crisis. El trabajo de Mulroney,
Bush y los míos en México, nos constituyó en opciones de continuidad. Mulroney se
reelegiría en Canadá y Bush entró de lleno a su campaña con la espada de la apertura y la
libertad económica como bandera. En México, la "no reelección" equivale al lo God We
Trust de Estados Unidos y por tanto la continuidad debía seguir otros caminos, por encima
de los derechos personales que yo tendría para buscar mi reelección.
(¡Canallas! Ya habíamos firmado la paz, para la Asamblea del PRl ya habíamos logrado
eludir la presión interna y ahora esto: traición se llama. No nos expulsaron del PRI, pero
nos quieren hundir, a ti en la cárcel y a mí en el descrédito. Zedillo no se da cuenta de que
él está en la lista de víctimas y que la vieja clase política desea retomar el control de todo y
convertimos en meros asesores e intermediarios con el exterior y el mundo financiero, pero
sin ningún poder político. Es su venganza y su revancha. "Muchas gracias" quieren
decimos y los dinosaurios de siempre, Corona del Rosal, el hipócrita de Hank, Del Mazo, el
viejo alacrán de Fidel Velázquez, Gutiérrez Barrios, Madrazo, Figueroa y hasta el vicioso
de Chirinos (asustado como rata), todos se han convertido en un bloque para cerramos el
paso a quienes transformamos el país. ¿Tú crees, hermano, que puedan? Su
enriquecimiento, sus formas de corromperse, han frenado el desarrollo de México y han
usado al país para negocios menores y sin imaginación. Sus alianzas con el narcotráfico han
sido las peores, con los grupos más decadentes y los que están fuera del código de
seguridad norteamericana. Hoy, los resultados de la Asamblea del PRI y sus confusiones
han puesto a los mercados financieros en estado de alerta y en un estado de nerviosismo
que puede de nuevo colapsarlo todo, la política es un asco y sólo es posible defenderte de la
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perversidad, si tienes todo el poder. Nos equivocamos al soltarlo en el momento cuando
más fuerza temamos. Fue mi único, pero gran error, que todavía estamos hoy pagando.)
Cárdenas, en busca de salidas, empezó a buscar aliados no en el norte sino en el sur.
Propuso un acuerdo previo de latinoamericanos al tratado con Norteamérica, lo .cual
significaría entregar el liderazgo natural de México a Argentina o Brasil. El proyecto
alternativo cardenista, sin embargo, reconocía en el fondo la necesidad de la globalización
económica y, por tanto, nuestra ventaja ideológica se preservaba.
Las diferencias tendrían matices, pero al final el gran esquema filosófico había derrotado al
keynesianismo, el estatismo y el socialismo. Con todas sus consecuencias, éramos ya la
única alternativa.
Los viajes de Cárdenas por Venezuela, Brasil, Argentina, Chile, Perú, Colombia, de seguro
para él fueron una sorpresa, pues la izquierda latinoamericana, las viejas organizaciones
insurreccionales y partidos resucitados de los tiempos de la clandestinidad y la dictadura,
ahora eran tan pragmáticos o más que lo que a ellos mismos les sucedía. La modernidad se
había apoderado del continente y todos los ojos estaban puestos en el norte y en la nueva
conexión con el gran mercado que se abriría hacia el sur. México era la vanguardia y yo me
había convertido no sólo en el líder económico de los empresarios y financieros
latinoamericanos, sino también de muchos de sus cuadros de izquierda.
Tomás Borge, intelectual y revolucionario latinoamericano, se acercó a México y a mi en
busca no sólo de ayuda, sino de reflexiones y experiencias. A mi política la calificó como
un "reto a la modernidad" y él mismo se encargó de responder a muchas de las
impugnaciones de nuestros "perfectos idiotas", como les llamaría Vargas Llosa a nuestros
últimos intelectuales latinoamericanos defensores del bolivianismo sin Norteamérica.
En sus viajes, el hijo de Cárdenas sólo pudo establecer contacto firme con el PT brasileño y
con Lula, por una razón: vivían el mismo drama y el mismo reto frente a la nueva política
económica. Lula y su partido, más definidos como de izquierda y sobre todo de
trabajadores, no encontró tampoco las fórmulas opcionales contra la globalización y la
integración, así como la privatización. Los errores de su adversario, Collar de Melo, con el
cual perdió por escaso margen, no pudieron capitalizados pese al clima de escándalo que
rodeó la renuncia del presidente brasileño ¿Cuál fue la causa? Simplemente que no les
favorecía ya el tiempo, con las ideas del PT o el PRO mexicano no se podía gobernar y
dirigir, aunque se tuvieran los votos. Conducir naciones ya no era un problema de
democracia política, sino de efectividad en la representación de expectativas e intereses.
Por esta razón, nuestra victoria no podía ser parcial y por ello, hasta los intelectuales más
destacados de la literatura latinoamericana, como Gabriel García Márquez, Octavio Paz,
Héctor Aguilar Camín, fueron sumados no sólo a la lista de alianzas, sino de amigos
íntimos.
Memorias de un Líder
Página 158
Con toda claridad: México se convirtió en parte de América del Norte y México en sí
empezó a vivir una transformación entre el México del norte y el México del sur. Nuestro
alejamiento de Latinoamérica, nos convertía contradictoriamente en líderes de la
perspectiva latinoamericana y, ante ello, las reacciones en disputa por el liderazgo dieron
origen a distanciamientos. Unos luchaban contra "los tres Carlos (Salinas, Pérez y Menem)"
como decía Rafael Caldera antes de que fuera presidente de Venezuela y se convirtiera él
también al neoliberalismo; el otro conflicto era entre nosotros mismos, debido a la alta
personalidad competitiva de Menern, el cual convertía todo foro internacional donde
coincidíamos en un foro de disputa por la aceleración del proyecto liberal. En esto había
una diferencia sustancial y ética: yo siempre fui lo que soy, mientras que Carlos Andrés
Pérez, Menem, Fujimori y el mismo Caldera fueron impulsores del nacionalismo y el
estatismo. El Caso de Menem, peronista, y de Pérez, líder del Tercer Mundo, competidor de
Echeverría en esos desfiguros, convirtieron al neoliberalismo en una doctrina de los
pragmáticos, cuando en realidad el neoliberalismo no es pragmatismo sino una ideología
global, de la envergadura del marxismo y con una concepción completa del mundo.
Algo tengo que reconocer: que Cárdenas, a falta de una concepción acabada y con
intelectuales atorados en la vieja socialdemocracia europea como Muñoz Ledo, optó por el
silencio y se refugió en la lucha política, pero con la desgracia de que no era un tiempo,
donde la política dictara las decisiones económicas, sino al revés, exactamente al revés.
Ser considerados parte de América del Norte y no parte del sur atávico, constituyó una
revolución ideológica en el país. Los intelectuales dejaron de ver en Europa, el origen del
pensamiento contemporáneo ya partir de 1988, se legitimó a Harvard, Yale, Stanford,
Berkeley, como los centros intelectuales fundamentales' para el futuro de América. La
aplicación en Chile de los preceptos y tesis de la escuela de Chicago impulsadas por el
doctor Milton Friedrnan y luego la revolución iniciada por mi en 1988 en México, el país
más estatista, más nacionalista de Latinoamérica, hicieron de estos centros la referencia
formativa intelectual más importante. Nuestras universidades no daban el ancho, no por
falta de calidad. sino por la base de sus contenidos esencialmente europeos. Todavía hasta
principios y mediados de los ochenta, las escuelas económicas más importantes de
occidente estaban en Inglaterra, la formación humanista en Francia y la filosófica en.
Alemania, siguiendo un esquema del siglo pasado. Todos los intelectuales latinoamericanos
debían vivir por temporadas largas en Europa, cómo parte de su vigencia en el pensamiento
contemporáneo. El liberalismo mexicano, pese a haber librado su lucha contra el imperio
napoleónico, mantuvo su preferencia intelectual por Francia y los administradores ingleses.
De hecho, el positivismo y el grupo ―los científicos‖ fueron inspiración mas europea que
americana. En síntesis: de Europa nos venía la modernidad.
Memorias de un Líder
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Si tomamos el nacimiento de esta vertiente americana de influencia en los intelectuales y la
perspectiva de la firma del TCL, México cerraba pinzas en lo económico, lo cultural y lo
intelectual y se reconciliaba con Norteamérica. ¿Había delito en ello? ¿Constituía esto en
un acto de traición?
(En Estados Unidos ahora nadie se quiere hacer cargo del TCL. Todos eluden
responsabilidad política y confían a la desmemoria y el alto nivel de desinformación de los
norteamericanos, que el TCL fue firmado y acordado por Republicanos y Demócratas.
Ahora que andan en elecciones buscando el voto, no se quieren acordar que abrieron
comercial y económicamente el país y que la emigración fue una consecuencia de ello.
Ellos no quisieron discutir el tema de los indocumentados; para ellos era más fácil
mantener este tema como un instrumento de presión sobre nosotros, pero no previeron que
la desaceleración de la economía mexicana se subiría a la frontera y se dirigiría hacia
Estados Unidos. Ahora ya nadie se acuerda y a nosotros nos tienen como desconocidos,
cuando fuimos el centro del futuro norteamericano y americano. ¿Por qué siempre pagan
así a los profetas y los grandes estadistas? Dicen, Raúl, que ahora ellos están divididos y
que mientras el departamento de justicia y la DEA dicen que somos cómplices de los
narcos, los Departamentos de Estado y del Tesoro nos reconocen como amigos de ellos y
transformadores. ¿Cómo se resolverá esta contradicción? Yo creo que jamás, porque para
su moral a ellos les conviene no tener ―acuerdo‖ y siempre tenernos a todos, incluso a
nosotros, entre los laureles del reconocimiento y la victoria y la espada de Damocles para
mantenernos sometidos y cuestionados. La espada les sirve a ellos también, para justificar
los efectos de la sobreevaluación del peso, diciendo que todo pasó porque ―éramos
corruptos‖. ¿No es demasiado simplismo? Quien iba pensarlo, Raúl, que ahora Kemp, el
candidato republicano a vicepresidente, le reclame a Al Gore los beneficios que han
obtenido por partida doble desde la exigencia de que mantuviéramos sobreevaluado el peso,
luego haber provocado la devaluación y luego habernos prestado de manera leonina los 50
mil millones de dólares, de los cuales ya han obtenido según el mismo Kemp, mas de 500
millones de dólares de ganancia. Esto fuera solo un juego, si no es que los Demócratas en
su política hacia México, no hubieran provocado el desmantelamiento de industrias y
generado millones de desempleados. ¿Sabes que, Raúl?, los republicanos son mejores que
los Demócratas y por lo menos siempre han tenido una posición más clara hacia México.
Yo por eso apoye a Bush y tras su derrota empezaron muchos problemas; en eso también
tuve grandes coincidencias con el PAN, el cual hoy se encuentra abandonado a merced de
las debilidades de Zedillo y el regreso de los viejos dinosaurios estatistas.)
La derrota de Bush y Mulroney no detuvieron al proyecto y en ello se demostró que su
fuerza no se basaba solamente en una visión personal, sino que el proyecto era impulsado
por muchos y muy grandes intereses de los tres países. Su alianza, una verdadera cruzada
por la libertad económica y el fin de las fronteras comerciales, era el mejor saludo para
recibir el siglo XXI con hechos y no solo con discursos de humanismo abstracto.
Memorias de un Líder
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Los negocios tomaban al fin la dirección del mundo y demostraban que los intereses
individuales, el individuo, era capaz de inducir a la sociedad en su conjunto a una etapa
distinta de la humanidad.
Excitados, pensamos que estamos siendo consecuentes con el final e inicio del nuevo
milenio y, en sus goteras, la historia justificaría los pequeños excesos cometidos en las
batallas.
La negociación final en 1993, pese a su madurez, no estuvo exenta de dificultades. Para los
negociadores norteamericanos, la situación de México era un escenario favorable para un
buen tratado a favor de ellos.
El Fast Track de alguna manera desgasto la posición nuestra, ya que esa primera etapa de
consultas y acuerdos le dio mayor peso a la oposición del tratado, NAFTA para los
americanos, si bien tenia oposición interna, para ellos era un problema de cálculo de
acuerdos entre competidores internos, una situación distinta a la mexicana, ya que para
ellos su margen de flexibilidad era mayor.
Yo sabía que tras las elecciones, 1993, era la última oportunidad. La presión interna por
definir al candidato presidencial del PRI, es decir a mi sucesor, hacía de Noviembre el mes
clave. Esto tuvo un gran costo, en los tiempos mismos de la apertura y en acuerdos internos
con el mismo presidente Clinton, para que el tratado entrara al congreso norteamericano,
con la garantía de que se aprobara. Las presiones estadounidenses aumentaron
considerablemente y las exigencias tendrían costos posteriores. Ya no había posibilidades
de regreso.
El acuerdo secreto más importante con el presidente Clinton fue sencillo, pero de una gran
trascendencia: mantener sobreevaluado el peso al fin de aumentar las exportaciones
norteamericanas a México, crear el ambiente propicio para convencer a los más
conservadores y obviamente para ellos ganar una ventaja considerable en la masa de
negocios. La sobreevaluación, en el fondo, convenía para sucesión tranquila, ya que se
mantendría muy en alto la expectativa de los éxitos económicos y no habría ninguna
sombra en contra de mi sucesor y la continuidad de la política. En ello estaba la garantía
para cumplir los compromisos.
La sobreevaluación del peso se convirtió en pieza clave para la sucesión política, pero
también para acelerar las exportaciones norteamericanas. Yo sabía que esto significaba la
inhibición de nuestras exportaciones y el aumento de importaciones, pero también tenía
seguridad de que el desequilibrio en la balanza comercial y la disminución de nuestras
reservas, tendría el respaldo del Tesoro norteamericano y del presidente Clinton. Fue un
pacto histórico de caballeros, el salto del último obstáculo, pese a que en lo inmediato
pareciera afectar a México; la trascendencia del acuerdo, sin embargo, haría revertir en el
mediano plazo este costo y poderlo reponer con los beneficios de la integración.
Memorias de un Líder
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Estados unidos no podría permitir que México se sumiera en las viejas crisis económicas
del pasado, porque ya éramos ahora, parte misma de su economía y una crisis en México
podría tener repercusiones en otras partes.
(Quien iba a pensar en el efecto tequila para ese entonces. Te escribo de urgencia, porque
me han venido a la cabeza el recuerdo de todas las ideas de esos días de noviembre en que
se discutía y decidía el futuro de México en el maldito congreso gringo. No solo fue la
sobreevaluación del peso, uno de los acuerdos de mayores efectos que provoco la
devaluación y su magnitud en Diciembre de 1994, sino antes también pidieron que para
―evitar confusiones‖ en los diferendos, solo debía existir un solo Estados Unidos y por lo
tanto México debería cambiar de nombre y dejar de llamarse Estados Unidos Mexicanos y
solo llamarse ―México‖ a secas. Serra y Herminio lo aceptaron en la mesa, pero pese a la
confusión que significo en un principio, aprobarlo podría significar abrir todas las cartas de
la trascendencia del TCL y, por tanto, no aprobarlo. Para ti, a estas alturas, todos estos
acuerdos y decisiones ya no te importaban, te valían, Raulito, y es que atraían mas los
negocios que no tuvieran que ver con la ley (o estar contra la ley), pues decías que te
aburrían. Para mí que estuvieras alejado era mejor, pero subestime que otros si te vigilaban
y te traían muy claras las cuentas, por tus excesos. El caminito de volverte socio de los que
participaban en las privatizaciones te fue rodeando de los peores, mismos que ahora dicen
que ni te conocen. ¿Por qué escogiste al ―primo‖ ¿ mas allá de sus ambiciones, Salinas
Pliego nuca tuvo cabeza propia, pero resulto bueno para las traiciones y para querer ahora
deslindarse de los compromisos. Mientras tanto, tu pagas ahora todos los huecos que
dejaste y abriste la puerta para que nos encontremos acorralados, poderosos pero
acorralados, pues todos tienen miedo de meter la mano abiertamente por nosotros y en ese
país de mierda no hay nadie que nos defiende, salvo tu abogado que ya decidió llenarse de
dólares a tus costillas y villanías.)
El triunfo fue apoteótico. Desde Washington los informes previos nos hacían predecir ya el
triunfo. La influencia de Clinton en su partido nos daba una holgada mayoría y se convertía
no en un proyecto solo de los republicanos sino de ambos partidos; es decir, la unanimidad
norteamericana. El partido demócrata que había iniciado campaña en contra del TLC, había
cambiado durante el proceso, de posición. Si hubiese perdido las elecciones, casi seguro se
opone y convierte su voto en un veto. Clinton dejo invicto el hecho de que ningún
presidente de ningún país podía oponerse al nuevo sentido económico e ideológico del
mundo. El viejo Welfare, el proteccionismo y el corporativismo, las viejas estructuras
clasistas y gremiales de los partidos, fueron cayendo y estados unidos no fue la excepción.
Clinton gano a Bush mediante un discurso proteccionista y movilizando sectores a los
cuales les ofreció garantías en una política social amplia y con base en el presupuesto;
política fiscal de mayor porcentaje para los más ricos y disminución para los más pobres.
Memorias de un Líder
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La estrategia de Clinton pareciera habérsela robado a Carlos Andrés Pérez en Venezuela,
Menem en Argentina y Fujimori en Perú que ganaron denunciando al neoliberalismo y
luego se convirtieron a él sin ninguna autocrítica. Los últimos baluartes del estatismo, la
socialdemocracia, el socialismo democrático y otros matices restrictivos que justificaban a
un estado conductor, se derrumbaron tras el triunfo de Clinton.
El descontrol demócrata un año después, significo la perdida de la mayoría del congreso y
su pérdida de identidad. Ya en el gobierno Clinton entro en competencia con los
republicanos para disputar el conservadurismo y nos convirtieron de manera abrupta en
parte de su política interna.
El juicio en México no está todavía terminado. Un triunfo mío es que pese a todo, nadie se
atreve a cuestionar la nueva relación y nuestra integración económica y comercial. Las
protestas son aisladas y sin sustento; la queja de los perdedores no es alternativa y pese a la
obviedad del cambio del estado mexicano, nadie cuestiona esta relación. Esto quiere decir
que el tamaño de las reformas eran necesarias y tuvieron el sentido correcto. El balance en
esta etapa y visto el proyecto desde Dublín, cada vez estoy más seguro de la trascendencia
de mi proyecto, cada vez estoy más seguro de mi lugar en la historia de México y
Norteamérica. ¡Yo fui ¡ ¡Yo fui ¡ quisiera gritar, pero mejor lo escribo, pues no tengo
miedo al juicio posterior.
Días después de aprobado el TLC pude concentrarme en los aspectos de la sucesión
presidencial y para ello tuve que buscar al delfín que garantizara la continuidad del
proyecto económico. Las presiones políticas internas empezaron a crecer para imponer
candidato, ¿pero qué significaba esto para mí, tras haber logrado una negociación como el
Tratado de Libre Comercio? El PRI y la política nacional parecía juego de niños en
comparación de la gran batalla que yo y mi grupo acabábamos de lograr con el Primer
Mundo.
Memorias de un Líder
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Carta XIV zodiacal
EL FUTURO Y LOS PRESAGIOS EN EL PROXIMO SIGLO. Veo claramente hasta el
año 2010 y hay cosas para amar y cuestiones para odiar. En el 2000, puede morir el
presidente de Estados Unidos de manera repentina, dando lugar a un cambio general del
país. Los norteamericanos vivirán a partir de entonces los mismos problemas que todos los
países pobres. Esto se deberá a que Saturno estará mal aspectado frente a la luna. La
presión interna por una reforma democrática en Estados Unidos significara el fin de la era
donde se consideraba a esta nación, la única nación democrática. Paralelamente por el buen
aspecto de Urano y Marte, situados en la Casa X de Capricornio, surgirán corrientes que
reivindiquen un nuevo orden social, desplazando a las trasnacionales como eje del Estado y
de la Economía. Entre el 2005 y el 2006, se incrementara el auge de grupos y sectas, la
astrología y el ocultismo. La violación a la ley y los delitos serán justificados por nuevas
religiones. La secta. ―Puerta del Cielo‖ tendrá millones de adeptos, que no solo buscaran el
momento de suicidarse, sino llevar por la fuerza a otros vecinos a la estela del Hale Bop
mediante el homicidio. La secta de Mr. Applewhite tendrá en estos años por la posición
favorable de Urano en Piscis, representación de una fracción e diputados en el congreso. En
el 2008 además de terremotos en la costa oeste, se puede apreciar –por el desfavorable
aspecto de Urano formado por Marte- que habrá violencias raciales principalmente con los
de origen mexicano. Una brutal devaluación de dólar abrirá un nuevo siglo económico al
devolver, con ello, la capacidad exportadora norteamericana y un relativo freno a las
importaciones. Por la posición de Saturno, habrá una pérdida de consenso político que se
reflejara hasta en los mandos del ejército; estallaran huelgas ´por todas partes en contra del
TCL; el sur, el oeste, Florida y Nueva York entraran en franca guerra racial y de clases
exigiendo cambio político ante el control de los lobbys que acaparan las decisiones del
congreso. La unión de Farmers del Medio Oeste denunciara la contaminación de las tierras
de cultivo, por los efectos de la clonación de plantas y una epidemia de enfermedad de la
piel en vastas regiones agrícolas. Todo este periodo será considerado del tránsito uraniano y
su tendencia será hacia el replanteamiento de la vida humana natural luego de los excesos
influyentes de las formas de relación establecidas por la realidad virtual.
El futuro para México, luego del tránsito negativo de Urano por Piscis, no será muy distinto
a los años anteriores. Los diez primeros años del siglo, los terremotos, la crisis del agua en
la ciudad de México y el sostenimiento mediante la militarización de las relaciones
económicas, marcaran los principales problemas del país. La migración se convertirá en
éxodo masivo hacia el norte; Tijuana y Ciudad Juárez llegaran a tener poblaciones de
cuatro millones de habitantes y toda la frontera norte se convertirá en una zona altamente
militarizada en ambos lados de la frontera; la negativa a la legalización de las drogas dará
como resultado 100 millones de adictos en Estados Unidos y México y la violencia en torno
a este mercado, dejara para 2005 más de 500 mil muertos; la organización criminal tendrá
Memorias de un Líder
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abiertamente representación en el congreso y sus diputados y senadores gozaran por este
hecho de doble inmunidad.
Urano, en tránsito positivo por Aries, favorecerá la industria y se mantendrán positivos los
índices macroeconómicos gracias a la actividad derivada del narcotráfico; los directivos de
los carteles serán los principales opositores a la legalización, bajo el argumento de lo que
esto significaría un desplome de las economías en vastas regiones del continente.
La monitorización de la economía global obligara a una devaluación del dólar, pero esto
tendrá pocas repercusiones en México, pues ya desde 1999 con la integración total, habrá
dejado de existir la moneda mexicana y solamente existirá una moneda común que seguirá
llamándose dólar. La devaluación por tanto solo afectara al bloque comercial de América
del Norte, iniciándose una abierta dependencia financiera de Japón y el Mercado Común
Europeo, acreedores centrales del bloque.
El ciclo del liberalismo habrá acabado para el año 2000. Los mercados de nuevo se habrán
cerrado y salvo China, India, Cuba y algunos otros países que perseveraron su economía
mundial empezará a crujir en nuevas crisis. En Europa emergerá con ropa distinta el
nazismo y el racismo; lo mismo en Norteamérica y en Japón: La negativa capitalista a la
reconversión industrial para sustituir la combustión interna en la industria automotriz; la
negativa abierta por razones económicas a producir la vacuna contra el Sida y las nuevas
enfermedades, serán la causa de los grandes disturbios juveniles en busca de la
preservación de la vida y el equilibrio ecológico. Los laboratorios del primer mundo,
cerrado y en crisis, mantendrán expediciones punitivas para el saqueo de materia genética
de plantas ara los nuevos métodos de producción agrícola con base a la clonación. Ya desde
1998 habrá nacido la primera generación de clones humanos, los cuales para 2006
demandarán derechos propios ante la abierta discriminación y segregación a que se les ha
condenado.
Todo esto es proyección de la transición iniciada en 1998. El movimiento planetario y la
mala expectación de todos los signos hasta el año 2000, se gestaron diez años antes del
final del siglo, por lo que la apuesta central ha estado en torno a la técnica y lo material,
pero se perdió el hombre. La astrología sin ciencia humana, sin humanismo, se convertirá
también en la raíz para el árbol sin perjuicios.
Un Tauro gobernará la ciudad de México, nadie habrá detenido a tu adversario.
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Dos Mitos, dos presagios
Dublín, marzo de 1997.
A veces recoges siembras que no te acordabas de ellas. Así viven las cosas malas y las
cosas buenas. Llegó el tiempo de tirar dos estatuas, dos mitos de la decadencia de México;
la soberanía como justificación del atraso y la no reelección o el miedo a un maximato
moderno y de vanguardia.
Cumplida la cimentación de la transformación del país, solo quedaban dos momentos
fundamentales, para seguir construyendo la obra; la firma del tratado de Libre Comercio y
designar a mi sucesor. El fin y el medio, la continuidad y el objetivo. Una vez logrados los
primeros cambios, irreversibles, profundos, trascendentes, que rebosaban ya los límites de
mi mandato sexenal y serían parte aguas de la historia moderna de México, había que
seguir desmantelando el viejo orden y levantando el nuevo, sin dudas o titubeos. Yo había
cumplido los compromisos, mi estatura de reformador capaz y decidido corría ya por los
principales centros educativos de Harvard, Yale, Stanford, Berkeley, Oxford, Mit y los
principales centros financieros de Wall Street, Bonn, Londres, Tokio, Buenos Aires; había
logrado quitarle a México el sarape y el sombrero para que despertara y se incorporara a la
modernidad sin perjuicios ni atavismos heredados por el viejo nacionalismo; yo había
logrado lo que ningún presidente había imaginado reformar; había hecho que México, el
bucólico país de cantantes y tequilas, se transformará y se uniera a la vanguardia del
mundo: es como si el México prehispánicos se hubiese unido al Renacimiento; y el México
colonial a la revolución industrial ye n la lucha de la independencia hubiésemos sido
vanguardia y no simple copia de la Revolución Francesa. Si no fuimos Lideres del Tercer
Mundo, ahora sí seriamos líderes del neoliberalismo en America Latina, de África, Medio
Oriente y Asia; haríamos punta por delante del viejo imperio ruso, detenido por la
revolución soviética y encabezaríamos el asombro de la transformación liberadora de una
forma más protagonista que la de Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia y
Bulgaria.
En menos de cinco años de gobierno fui quitando los pilares del viejo edificio y los fui
sustituyendo por unos nuevos; desde presidencialismo, me levante contra el
presidencialismo absolutista; desde la modernidad integradora avancé sobre los últimos
dudosos; los obstáculos mentales y culturales que han hecho de México un país perdido en
la defensa de fronteras y privilegios aldeanos. Había sembrado muchas semillas y era el
momento de recoger la cosecha, cuidando de no revolverla con cizaña.
Mi fama corría ya por el mundo y sólo faltaba que el congreso norteamericano aprobara la
integración con México. Insertamos en sociedad de iguales con la economía más grande del
mundo ya estaba lista; el senado y la Cámara de Diputados habían ya hecho los ajustes
necesarios que surgieron como condición en la mesa de negociaciones. Serra, Herminio
Memorias de un Líder
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Blanco, Garría y Córdoba habían constituido un grupo plenamente integrado, cohesionado
ideológicamente, levantando sobre los tiempos para analizar cada una de las ramas
industriales, cada uno de los giros, cada una de las ventajas y los tiempos de apertura,
apretados en 2002artículos y 2004 anexos. Los informes eran alentadores y multiplicaban
los diálogos e intercambios de opiniones a todos los niveles empresariales y comerciales,
pese a que la cercanía de noviembre coincidían con una elevación de condiciones
estratégicas que no se debatían en la mesa de negociación, sino de manera directa y en la
cual sólo participábamos yo y Córdoba.
Para ellos ere importante detallar un compromiso: lo que se haría en mi sexenio y los
compromisos de lo que segaría después. Nosotros debíamos hacer propuestas y dar
elementos de credibilidad de que no habría reversa ni renegociaciones; su conocimiento del
país, les hacía ver con dudas, la fuerza de los presidentes y su dependencia a las presiones
internas. La integración era el reconocimiento de un poder sobre el presidencialismo, pero
esto no lo sabían más que los que estábamos sentados en la mesa y no el resto del país, que
terminaría queriendo revolver integración comercial con soberanía o liberalismo social con
nacionalismo revolucionario. Independiente de que yo asegurara que mi sucesor sería uno
de nosotros, para ello no bastaba ni era suficiente, pues consideraban que un presidente
aunque comprometido con el proyecto, era infalible y susceptible de actuar en razón ―del
juicio histórico‖ y las presiones internas, la muerte del presidencialismo debería ser
estructural. Tuve que informar que la reelección personal, por ahora no era posible, pues
una reforma de esa envergadura política significaba acabar con uno de los pilares del
Estado Mexicano, construido por la revolución absurda de 1910 y presionar mucho podría
poner en peligro las reformas económicas y sociales que había ya desmantelado el Estado
paternal, invertidor y subsidiario. La continuidad requería de un puente, para regresaren el
año 2000, igual que lo hizo Porfirio Díaz, quien utilizo un periodo de ajuste con la
presidencia de Manuel Gonzalez (1880 – 1884) para regresar hasta 1911, garantizando la
continuidad por 27 años consecutivos. Por ahora debía centrarme, y era relativamente fácil,
en cambios estructurales en el ámbito de las decisiones estratégicas a fin de limitar los
poderes presidenciales en relación con tres aspectos en garantía a cambio de la firma, pues
la economía era en base del nuevo estado supranacional. ¿Debería guiarme otra vez por el
viejo prejuicio y defender el presidencialismo autocrático con la concentración absoluta del
poder? No. ¿Negada la reelección, no significaba la modernización de México terminar
con esta vetusta institución de dictadores sexenales? Si. ¿No merecía México un proyecto
de largo plazo, sin el doloroso calvario de ruptura y creación del poder cada seis años ¿ Si.
Acepté acabar con el poder presidencialista, pues ello era un obstáculo estratégico para
nuestra integración y a petición de ellos, yo entregué como prenda la mía y la de mi sucesor
hasta el año 2000.
Fue por el bien de México, fue por su futuro, por su grandeza.
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Había que acabar con el príncipe y el poder del príncipe para que México hiciera su
verdadera revolución y se liberara de los lastres del pasado, las cadenas y grilletes
impuestos por una supuesta historia ―Heroica ―, que hizo de su independencia, su atraso, su
estancamiento. Yo lo decidí porque alguien debía tomar la decisión así, de lo contrarío el
país seguirá cargando el millón de muertos de la revuelta de 1910 por el Sufragio Efectivo.
¿Fueron los 30 años de don Porfirio el principal daño de México? ¿ No fue Madero el
primer fracaso de la ―sociedad civil‖ al no poder llenar el vacío dejado por Díaz? ¿ No fue
su limitada idea de la democracia, la causante de la guerra? ¿No fue su culto a la debilidad
y la falta de carácter las que estimuló a las fuerzas del pasado y del atraso? ¿Qué beneficio
dejó en lo político y lo económico la revolución? ¿Acaso era imposible la reforma social en
la paz construida por don Porfirio? ¿Acaso era menos autoritarios Calles, Obregón que
Días? Yo lo decidí como líder, como estadista, como visionario,, no como un populista; yo
no permití que la inercia acabara con México e hice la defensa de la continuidad sin
reelección, para no herir los sentimientos elementales del país.
Perdón por digresión, pero esta condición del presidente Clinton, coincidía con los
sentimientos de México para terminar con los mitos y era razonable. Yo tomé la decisión y
sus consecuencias.
(Qué días aquellos, hermano. Tú no los recuerdas porque estabas en Los Ángeles o España
con Bernal disfrutando de altas temperaturas posesionado de tu papel de hombres de
negocios en una más de tus operaciones misteriosas. Eso siempre te gustó, ésa fue siempre
tu vida, nunca maduraste ni pensaste seriamente en lo que implicaba un proyecto histórico.
Te considerabas el sacerdote del proyecto y, sin embargo, creo que nunca creíste en él, para
ti todo era simplemente una aventura de la vida y te sentías afortunado de ser quien eras, es
decir, mi hermano, aunque esto te costara mucho decirlo y reconocerlo. Con esa actitud
arruinaste tu vida y la de todos, faltaste a la mejoría de mamá pues ella nos enseñó el
camino para subir, para se distintos y ambiciosos, pero tú lo torciste con todo tipo de
vulgaridad. Sabes que te quiero y te he perdonado todo y ahora a los años, después de todo
lo que hemos pasado, pienso que tu vida ha sido tu propio castigo pues siempre quisiste ser
más que todos, saber más que todos, pensar por todos y simplemente fuiste un hombre
inmadura. Cuando veo los campos en Irlanda, siempre pienso en ti y disfruto por ti y me
vienen mil recuerdos de Agualeguas, de los tíos, de las cacerías y todo lo que hemos sido.
Te quiero mucho.)
La otra gran condición de Estados Unidos a México fue más sencilla, pero trascendente y
paradójica. Su condición los beneficiaba a ellos a la corta, pero a nosotros a la larga; es
más, no era tanto una condición, sino un reconocimiento,, una feliz conciencia de intereses.
El presidente Clinton me pidió, como favor extraordinario, coronar la negociación y
convencer a los últimos representantes del Congreso. La imagen creada por nosotros en
Estados Unidos no podía ser ya más buena, lo intereses binacionales ya habían identificado
sus ventajas y nichos para la actuación, pero lo hecho hasta entonces no era del todo
Memorias de un Líder
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suficiente, porque faltaba el impulso central para que todos nuestros esfuerzos tuvieran
credibilidad; es decir, que hubiera buenos negocios. El presidente Clinton hizo un pequeño
giro antes de proponerme que nos comprometiéramos a mantener el peso sobrevaluado por
un año al menos. Para convencer –alegó el presidente—había que estimular las
exportaciones de Estados Unidos a México, demostrar con hechos que México era un
paraíso para los negocios y las inversiones comerciales y esto sólo podría lograrse
levantando las barreras naturales que impidieran una inhibición del consumo. La lucha
contra la inflación había generado recesión y estancamiento y los dos años anteriores
habían sido duros para la población, pues si bien la inflación se había reducido, el poder
adquisitivo no había mejorado. La condición del presidente Clinton significaba liberar el
consumo con base en un peso sobrevaluado y no vía el circulante en pesos. ¿Acaso la
dolarización no sería una prueba más de la modernización y la internacionalización de la
economía mexicana? El resultado sería un estímulo a las importaciones norteamericanas, un
consumo abundante y de calidad a todos los niveles de la población, un ahora por ti,
mañana por mí. La condición del presidente Clinton se unía a la estrategia que decidimos
implementar en 1993, es decir, crear un clima de auge y bonanza, respaldada por nuestros
aliados y socios. Desde ese esquema, la clase media tendría los supermercados abarrotados
de productos importados, el crédito fluiría a todos los niveles sustituyendo la política de
subsidios que recaía antes sobre el gasto del Estado; la banca ahora y nuestros amigos
deberían cumplir con su función social contribuyendo a ampliar la base de mexicanos
sujetos de crédito. El flujo de dinero debía llegar a la gente y coincidir con los esfuerzos de
mi gobierno convertido en Solidaridad con los más pobres. Los medio de comunicación
deberían reflejar lo que los mexicanos sentían por el éxito económico y el sentimiento de
seguridad debería generalizarse ¿Qué candidato podría perder ante este éxito? El giro del
presidente Clinton, si bien tenía malicia por sus beneficios, para nosotros constituía un aval
para liberar la economía en ese año crucial donde no sólo deberíamos garantizar una buena
sucesión, sino garantizar la continuidad del proyecto. Por eso también acepté.
Bajo este compromiso, una cosa estaba garantizada: yo no devaluaría en 1994, el ajuste
monetario sería mi sucesor, pero con el respaldo financiero del Departamento del Tesoro
mediante un deslizamiento que no llevará a ninguna ruptura Con gran algarabía en mi
interior acepté es última condición, pues salir sin devaluar, abría la puerta para regresar en
seis años, pues quedaría asentado que yo sería uno de los más grandes transformadores y
benefactores del país.
En Estados Unidos, pese a la intensidad del debate y su gran campaña, los proteccionistas
fueron derrotados. La estrategia tanto republicana como demócrata, se constituyó en un
solo frente en contra de los activos representantes del proteccionismo americano, que pese
a todas las ventajas, se negaban al libre comercio con México. ¿Racismo? ¿Xenofobia? Ahí
podríamos apreciar lo grotesco del nacionalismo que se convierte en intolerancia y
conservadurismo puro.
Memorias de un Líder
Página 169
Ross Perot tuvo su momento cismático durante las selecciones; el presidente Clinton,
presionado por los sindicatos, jugó bien la carta del sentimiento proteccionista, dejando que
las base demócratas hablarán por él, porque eso no lo comprometió. El presidente Clinton
hizo del Welfer su eje de campaña, es decir, la oferta de la defensa del empleo, los salarios
y sobre todo el sistema de salud promovido por su distinguida esposa, la señora Hillary,
dejando el debate sobre el TLC en un enfrentamiento ente los señores Bush y Ross Perot.
Por primera vez, México se convirtió en el centro del debate electoral norteamericano, ahí
estábamos nosotros luchando contra la posición de Perot que representaba los miedos de la
sociedad norteamericana a abrirse al reto histórico que identificaba dolorosamente el libre
comercio con la migración mexicana. La estrategia demócrata, unida a los mismo intereses
que la republicana, fue convertir a Ross Perot en el interlocutor y representante de la
posición anti TLC. Con ello, se derrotó ideológicamente a la izquierda norteamericana, los
ecologistas ―progresistas‖ y los liberales que por otras razones de carácter laboral,
ambiental, etc., se oponían al tratado con México.
La genialidad de convertir a la derecha extrema en representante de la izquierda, todavía
ahora, en estos tiempos, no logra sacarlos de la confusión, mientras el ―centro progresista‖
avanza casi sin obstáculos en ambos países, bajo el concepto de la modernidad y no de las
geometrías ideológicas y políticas. La confusión creada por la unidad de los extremos,
inhibió sólo a los sectores norteamericanos antiMéxico, sino también a los mexicanos
antinorteamericanos.
Un año después, los demócratas harían suyo en el Congreso el proyecto de integración, le
arrebatarían la bandera a los republicanos y la resistencia en ambos lados terminaría
derrumbándose estrepitosamente. Había que sellar este triunfo del neoliberalismo
norteamericano, garantizando nosotros el de la continuidad. ¿Quién puede negar estos
méritos míos?
(Todos subestimábamos los informes. ¿Quién pensaría que unos indios perdidos en la selva
pudiera poner en peligro los acuerdos de integración? A esas altura ya nadie en México era
oposición, habíamos arrasado con todo… y tú cogiéndote a María Bernal, perdido en los
negocios, aprovechando que sólo tú podías hacerlo a nombre de todos, mientras nosotros
librábamos la más grande batalla por el proyecto. No estuviste ni siquiera para que nos
informaras lo que todos tus excompañeros de aventuras ya sabía en Chiapas desde hacía
meses y quizás años, Fuiste muy pendejo, Raúl, nunca estuviste en el lugar correcto en
tiempo correcto, siempre desfasad, siempre cuentista y embustero. Pero así te fue y ojalá
puedas reponerte, ahora ya ni la Paca se acuerda de ti, ni María Bernal, a la que compró
Chapa Bezanilla para hundirte. ¿Sabes quién te manda a saludar? Todos los que ahora te
condenan; dicen que no es nada personal y que sólo están protegiéndote. Luego te mando
sus E-mail que están de maravilla y que me escriben a Babalucas comet.ir).
Memorias de un Líder
Página 170
La maduración de mi sucesor fue paciente y meritadamente trabajada. Al frente, mis cartas
eran pocas pues el grupo compacto era muy pequeño pero esenciales todas para la
continuidad, pues todas deberían estar unidad en ese paso de caballo, ese paso mortal, en
ese punto débil del ya debilitado sistema político. Yo sabía que el más mínimo error sería la
perdición; intuía que entre nosotros había un traidor, pero que ése no existiría hasta que
fuera ungido como sucesor. La traición era una ley del presidencialismo ¿cómo acabar con
ella? Ahí estaba el futuro proyecto, la demostración ante el mundo de que México había un
hombre fuerte, garante de la continuidad.
México convertido en un gran mercado de oportunidades, de negocios, la nueva generación
se construía identificada con la revolución tecnológica. La computadora, la telefonía celular
masificada, el buen vestir y comer, el desprejuicio por el consumo, la seguridad para
acumular dinero sin perder frescura, nuevos valores sin miedo a la ganancia, a ver al mundo
con un cierto cinismo práctico y no dolerse por grandes problemas sociales, sino verlos con
sentido racional y disposición a resolverlos. ―Echados hacia adelante‖ diría un amigo, al ver
la generación de jóvenes protagonistas de nuestras ideas, agresivos y resueltos a cambiar el
país, haciendo negocios, ideando con imaginación posibilidades, calculando todo, hasta los
sentimientos más personales. México se convirtió en vanguardia, ser mexicano de este tipo
se volvió en una ―forma de ser‖ mezcla de informalidad con una gran disciplina de
samurais en los propósitos. El proyecto, por ello, tuvo un aspecto educativo que aceleró los
cambios, pues la competencia llegó a todas partes y los incapaces empezaron a ser
desplazados… por ellos mismos. Lo peyorativo se hizo virtuoso, el individualismo se
masificó y el proyecto empezó a dar respuesta a esas expectativas, con más expectativas,
hasta convertirse en un estado de ánimo que permeó a todo el país.
¿Aspe? ¿Camacho? ¿Gamboa? Ninguno de ellos porque cada uno había creado fuerza
propia para hacer un poder propio. Todos serían leales, hasta el momento de la designación
y no dudo ni un momento de la amistad de cada uno de ellos, pero la naturaleza humana, el
instinto es más fuerte que todo lo anterior y yo sabía que entre ellos, el elegido, estaría el
traidor al proyecto. Aspe no podía ser porque él era precisamente el artífice concreto,
directo de la política económica; su frialdad, su firmeza, lo convertirían en un posible
reformador del mismo proyecto, simplemente porque lo conocía. La procedencia
aristocrática de Pedro lo podía hacer blanco de ataques de nuestros enemigos de dentro y de
afuera, haciéndolo susceptible a cambios al proyecto mismo. Habría que tener cuidado,
extremo cuidado en quién pudiera convertirse en el reformador de nuestro mismo proyecto
desde adentro, en la medida de que, desde afuera, era prácticamente imposible que existiera
una propuesta tan acabada y audaz para el país como la nuestra.
Gamboa estaba descartado. Era leal pero altamente inescrupuloso, gris, frío y sin más
méritos que los que le dio el propio grupo. La oscura alianza con Córdoba a medida que se
acercaba la gran decisión, hacía de Gamboa un hombre peligroso por su alta capacidad de
intrigar, dividir, crear desconfianzas.
Memorias de un Líder
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Me di cuenta que carecía de información directa sobre Gamboa; toda la información sobre
él provenía de Córdoba y por naturaleza, los filtros, la administración de esa información
empezó a dejar de ser tan abiertamente fluida como antes. Hombre astuto de ese tiempo, el
tal Gamboa Patrón fue de los pocos que no salieron inculpados o pasados a investigación,
pese a todas las relaciones que tenía establecidas con Marcela Bodenstedt y el cártel del
Golfo.
Con Camacho, treinta años no bastaron para dirimir y resolver la relación que combinaba
amistad entrañable, identidad en el proyecto, pero una sórdida competencia. Manuel se
puso en los zapatos de López Portillo, al cual le llegó la presidencia vía la amistad de
juventud con Echeverría y en la cual ambos se arrepintieron muy pronto, pues los dos
fueron arrastrados por las fuerzas mismas de las reglas del presidencialismo. López Portillo
tuvo que revertir la obra de su amigo y antecesor y guardar un ominoso silencio, que no le
impidió en aquellos años lanzar golpes contra su sucesor y ex amigo. En nuestro caso,
Manuel se sentía heredero natural a la presidencia; él creyó que había cubierto
perfectamente el expediente, siendo que sus virtudes de concertador y puente con la
oposición fueron defectos. En el PRI, Manuel Camacho fue acumulando aversión y rechazo
y sus teorías sobre la ―gobernabilidad‖, los ―cambios sin rupturas‖ y su indefinido discurso
para generar expectativa, fue creando en torno suyo una imagen de amenaza en contra de
los intereses naturales en el PRI y el mismo gobierno.
Camacho contribuyó a la estabilidad de mi gobierno, pero se mantuvo alejado del
compromiso explícito, público en el proyecto económico. Camacho como presidente sería
el reformador natural del proyecto, centrado ahora en una reforma política,
pretendidamente dirigida por él. Camacho –creo yo- siempre estuvo con el proyecto, pero a
diferencia de Córdova, él siempre puso adelante la carreta de lo político y atrás los bueyes
de la economía. Su visión era minoritaria, aunque los acontecimientos le dieran a él
parcialmente la razón pues la dirección del Estado, pese a la gran iniciativa del proyecto
económico, se expresaba a través de conflictos políticos que fuimos sorteando. Desde ese
punto de vista, Camacho a lo largo del sexenio, lejos de acumular fuerzas, se desgastaba.
¿Lo percibía él? Creo que no y tengo la seguridad de que Camacho perdió la objetividad
muy pronto.
Siendo pretendidamente sensible en lo político, Camacho fallaba en las autovaloraciones de
sí mismo. Los conflictos con Gutiérrez Barrios, el infiltrado y auto incluido secretario de
Gobernación, por ejemplo, le ganaban el aplauso de todos nosotros en un principio, pues
sus conflictos con el veracruzano eran los conflictos de todos, pero eso tuvo como límite la
salida del viejo político del gabinete en noviembre de 1993. Creo que ésa fue la única vez
que Camacho y Córdoba condescendieron más allá de las coincidencias y diferencias en el
grupo, pues por parte de Camacho en esa etapa, la lucha era por abrirse paso como
interlocutor central con la oposición y por parte de Córdoba era quitarle y desmantelar el
aparato de inteligencia y seguridad nacional que administraba Gutiérrez Barrios desde los
Memorias de un Líder
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años cincuenta; ambos pretendían el control político interno a través de la devaluada
secretaría de Gobernación y –para todos era claro- que Camacho pensaba en hacer de esa
Secretaría su resorte hacia la presidencia, ya que si bien la regencia del Distrito Federal era
estratégica por la fuerza del neocardenismo, Gobernación sería el trato directo con todas las
fuerzas de los estados y la SPP ya no existía. Esta pretensión de Camacho siempre tuvo
velo dentro del gabinete y particularmente de Córdoba, que si bien no aspiraba a la
titularidad de Gobernación, sí pretendía el control de ella, pues en la política todos los
huecos hay que llenarlos. Por eso, esta alianza Córdoba-Camacho fue efímera y termino
justamente a la renuncia ―institucional‖ de Gutiérrez Barrios. (Tengo que decir que a todos
nos sorprendió la disciplina de este viejo político, el cual ni siquiera se inmutó
personalmente pese a que fue prácticamente lanzado a la calle y cesado dejando constancia
de que había triunfado el estratega de la globalización, el estratega del nacionalismo
revolucionario.) Logramos prescindir de él y cobrar la afrenta del 30 de noviembre de 1988,
una vez que se tuvo el control interno tanto del PRI como de los gobiernos estatales y la
política económica se consolidó con sus nuevas bases. En 1993, para la firma del TLC la
renuncia de Gutiérrez Barrios fue parte de nuestras credenciales de presentación con el
Departamento de Estado y la profundidad del cambio de hombres en México, pues él
siempre fue un obstáculo para la cooperación de la inteligencia en México (él informaba
directamente a la CIA, pero se negaba a ceder su terreno, bajo una extraña justificación
nacionalista). Estados Unidos al paso del tiempo, si bien le reconocía su trabajo en contra
de los comunistas y las guerrillas mexicanas, también le recelaba su amistad con Fidel
Castro y el haber sido causante de la liberación de los dirigentes de la revolución en Cuba.
(Todavía recuerdo al viejo dictador cubano, la manera como saludaba a Gutiérrez Barrios
en la toma de posesión, aquél 1º de diciembre del 88. En ese encuentro pensé que la
aceptación a la presencia de Castro tenía dos significados, era un arma de dos filos, pues
por una parte, Castro venía a reafirmar en esa ocasión su liderazgo latinoamericano y sabía
bien que si mi estrategia era dividir a la izquierda mexicana, él venía a agruparla y a
legitimar la relación con todos al margen de mi gobierno. Castro sigue siendo un símbolo
sin digerir por Estados Unidos. López Portillo sólo pudo invitarlo a Chetumal y fue hasta la
toma de posesión, en medio de los gritos de ¡usurpador! que vino, no en visita de Estado,
sino como simple testigo a la transferencia de poderes.
La presencia de Castro en esa ocasión, fue la que le abrió la puerta a Tomás Borge y a otros
muchos latinoamericanos, que mantuvieron su fidelidad con la revolución cubana y la
simpatía por la revolución neoliberal. Gracias a la visita de él, muchos le siguieron
prendiendo dos velas a México, para mantenerse cerca de Estados Unidos y para seguir el
camino de los idiotas latinoamericanos desenmascarados por Vargas Llosa y su séquito.
¿Te acuerdas de todo esto? Te mando unas fotos, para que te acuerdes del barbón.)
La caída de Gutiérrez Barrios no pudo capitalizarla Camacho.
Memorias de un Líder
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Patrocinio, como viejo zorro, utilizando sus viejas maneras de hacer política y saber dónde
está el centro de las decisiones, hizo amistad con Córdoba, ambos se identificaron con lo
que deberían ser las principales tareas políticas y formaron un equipo altamente
coordinado, tanto de información como de decisiones y control del gabinete. No obstante,
el gran aparato dejó entrever fisuras, pues tanto Córdoba como Patrocinio no tenían la
experiencia y el control del sustituido Gutiérrez Barrios y Camacho no estaba invitado –por
definición- a ese equipo que encabezaba Córdoba y que presidía el gabinete de Seguridad
Nacional. Camacho se refugió más en el Distrito Federal a la espera de 1993; a sufrir los
embates de adentro y de afuera. Camacho acentuó más el seguirme con la mirada, vigilar
mis gestos, medir cada una de las palabras que surgían del diálogo entre él y yo. Camacho
cometió el grave error de sentirse el elegido obligado, a crear un mito de relevo derivado de
sus servicios y la amistad y no entendía que yo lo que estaba haciendo era salvarle la vida.
No mencioné a Ernesto Zedillo en la primera lista, porque simple y sencillamente no
estaba. Los allegados a Córdoba tuvieron la indiscreción de señalarlo como un
presidenciable en función de que sabían la cercanía de éste con Córdoba y su poder.
Ernesto Zedillo era un silencioso soldado dentro del grupo; Ernesto era quizá el más radical
del grupo, pero por eso mismo el menos político. Falto de vivencias personales, su guía de
todo era la academia, los cursos de Yale y las intervenciones de Córdoba a las cuales
apoyaba sin matices. Zedillo, radical y esquemático, era un aplicador de instrucciones, casi
imposible verlo a la cabeza del país conduciendo el proyecto y recitaba lo mismo teoría
sobre ecuaciones, que las leyes de Murphy o anécdotas de Og Mandino. ¡Él leía a Og
Mandino! Fue por esas características que Córdoba empezó a ocuparme la voluntad sobre
Ernesto y a presentarme todos sus defectos como virtudes. ¿En qué momento fue esto? No
lo sé, pero Zedillo empezó a estar en los momentos cruciales, en la primera línea de las
decisiones y aunque casi no hablara, el ser acompañante de Córdoba le fue introduciendo
en el primer círculo del grupo. Camacho, Colosio, Aspe, Gamboa, nadie lo veía como un
rival y menos como un rival peligroso; la condescendencia de Córdoba hacia él no era
sospechosa. Un día don Adrián Lajous en Nueva York dijo a un grupo de amigos: ―Ernesto
Zedillo será el próximo presidente‖ y eso bastó para que el comentario llegara hasta las
páginas de los periódicos, haciendo de Ernesto un presidenciable, sin embargo, ¿quién se
podía tomar en serio estas opiniones? Zedillo, sin embargo fue un ave de las circunstancias
que lo colocaron más adelante en el lugar más estratégico de la sucesión presidencial y eso
lo llevó a ser presidente, continuando el proyecto y traicionándome a mí. Hoy que ha
pasado el tiempo y los problemas se han resuelto, quiero hablar con la verdad en esta
mínima cronología:
28 de noviembre de 1993. La presión era insostenible. No pudo ser antes, pero ya no podía
ser después a menos que corriera el mismo riesgo que yo había corrido hacía seis años. Un
presidente sabe más designar con base en la experiencia de cómo fue designado y, en mi
caso, yo también tuve informado a Luis Donaldo desde hacía meses.
Memorias de un Líder
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Por mi parte la preparación había sido de años y mi decisión no había variado por todas las
razones que he señalado anteriormente. El Candidato era Colosio.
Algo, sin embargo, yo nunca le dije: los graves riesgos de la designación, pues si bien él
sería el sucesor él también concentraría en adelante los ataques de los enemigos de la
transformación del país; concentraría todas las tensiones contra el proyecto. Ese domingo,
mi primera llamada fue al general Cardona, jefe del EMP. El también ya tenía experiencia,
la que aquel 7 de octubre en que la decisión presidencial intentaron interceptarla. Cardona
ese día tendría dos responsabilidades : traerme a Domiro García Reyes para encargarle la
custodia de mi decisión y mantener el operativo para que Fernando Ortiz Arana (líder de
los diputados priistas ), el viejo don Emilio González (senadores), María de los Ángeles
Moreno, Hugo Andrés Araujo, Fidel Velázquez y Miguel Angel Barberena, los últimos
fantasmas de la vieja estructura corporativa, aún útil para ese ritual, estuvieran en el Campo
Marte a las 8 de la mañana para transmitirles a todos mi decisión, evitar filtraciones y poder
ejecutar el acto de designación con toda la fuerza del presidente.
Si bien no hubo sorpresas, tampoco hubo gran júbilo. Trasladados a la sede del PRI a dar la
noticia públicamente, pese a la larga espera, de todos, adujeron que la sorpresa había
impedido realizar grandes movilizaciones . El escueto anuncio de la designación de Luis
Donaldo Colosio como precandidato, indicó que su candidatura tenía aun que forjarse y que
él mismo, pese a la anticipación de la decisión, aún no estaba preparado. Las crónicas de
los medios fueron también escuetas pues la enfermedad terminal de su esposa Diana Laura,
no permitían grandes festividades como en otros casos .La vida privada de Colosio se
mantuvo a parte y él y los suyos (más pocos de los que ahora se dicen ―colosistas‖), se
trasladaron a las oficinas de la Sedesol. Colosio era más de relaciones subterráneas con
intelectuales, críticos y opositores; su terreno era el trato directo más que el acto político
abierto: un cierto espíritu tímido, nervioso, opacado y triste le hacían buscar relaciones
directas con distintos personajes. El 28 de noviembre, pocos fueron los que también se
abrieron totalmente asistiendo al acto; salvo Camacho, que se mantuvo alejado, el grupo se
trasladó individualmente, de uno en uno a felicitarlo, pero esto pareció más un acto de
rutina burocrática que la asunción del sucesor del presidente más fuerte que tuvo el país en
los últimos años.
(Eso tienes que reconocer, querido hermano; mi habilidad para adelantarme a los
acontecimientos. Cualquiera nos hubiese traicionado y entregado al grupo. Lo haría
Colosio, lo haría Camacho y lo hizo Zedillo. Todos con sus razones y justificaciones, pero
así es el poder. ¿ Quién iba a pensar que Zedillo, ese pobre y silencioso y obediente tenedor
de libros , iría a sustituirme?.Ese era el costo para que el proyecto continuara y Zedillo era
en el fondo el mejor, la mejor carta, pues era el más inflexible, el que no tenía opciones
personales. Su debilidad hará al final relevante la gran obra nuestra; de él y sus sucesores
dependerá que se nos hagas justicia contra su propia voluntad, simplemente por
comparación, pues la grandeza de México esos seis años nadie la podrá negar, aunque hoy
Memorias de un Líder
Página 175
digan que solo fue un sueño. ¿Quién es capaz de crear tantos sueños como los que creamos
nosotros? Ni el juarismo, ni el porfirismo, ni el zapatismo o el constitucionalismo pudo
construir tantos sueños como nosotros. Yo me adelante, Raúl y por eso me acusan; yo logré
lo que no lograron otros, y por eso convertimos a todos los fantasmas del viejo sistema en
nuestros enemigos que no dejaron de perseguirnos hasta hoy, en que son casi cenizas, ni a
recuerdos llegan. Quiero pedirte que no le guardes rencor a Zedillo, él sólo está cumpliendo
la dura función de preparar el camino para nuestro regreso.)
Mi preocupación fue apaciguar el resultado. Camacho se sentía --sin fundamento –
traicionado. ¿Alguna vez yo le prometí que él fuera el sucesor? Camacho jugó con las
mismas reglas de todos y perdió. ¿Tiene algo que reclamarme como amigo? ¿A caso no
está vivo?.
Yo sabía que mi decisión crearía una reacción determinante y que el candidato que yo
eligiera correría gran peligro. Por eso quise hacerme cargo yo personalmente, al margen
que fuera una facultad de él, de la seguridad de Luis Donaldo Colosio y por eso nombre
desde aquella mañana al general Domiro García Reyes como su jefe de seguridad y a
Ernesto Zedillo como su coordinador de campaña. (a sugerencia de Córdoba, quién
argumentó un fortalecimiento del grupo dentro del proceso de continuidad ¿Quién mejor
para ello, que el duro y disciplinado Zedillo?) Camacho entro de manera natural a ese
escenario a jugar un papel que él ni siquiera se imaginaba: sería el responsable político de
la muerte del candidato. Camacho, siempre inteligente, siempre precavido, siempre
indeciso, en ocasión actuó como un tonto, Los reflectores que ganaba el creía que eran para
encumbrarlo y no, eran para sepultarlo junto con Colosio, junto con mi decisión, la que
debía ser infalible. Camacho creía ser el torero y no, era el toro corriendo por los tentaderos
al sacrificio.
De regreso de Cuernavaca, el lunes 29 pudimos hablar y sólo me preguntó: ¿Por qué no él?
Yo le contesté que lo quería como mi hermano y que la decisión sobre él la había hecho el
mismo con sus arrebatos en las discusiones del grupo, en su polarización con Córdoba, en
su distancia con el PRI y el mismo proyecto. Camacho en el fondo creía poder conducir con
la política-política todo el proyecto económico, su compromiso con nuestras ideas era
formal, pues nunca se comprometió abiertamente con las medidas y la política social. En el
Distrito Federal, si bien decidimos conjuntamente no aplicar la política de Solidaridad,
Camacho quiso hacer su propia política social, haciendo de ella un acto de ―concertación‖
con la oposición y en particular con los neocardenistas. Camacho un día le dijo al hijo de
Cárdenas, según una conversación filtrada: ―Yo y ustedes somos los hombres de la
transición, quien gane hará lo mismo.‖ Manuel creía que su fuerza estaba en coincidir y
tener credibilidad con la oposición neocardenista ; se llenaba de soberbia cuando ofrecía
que si él era candidato se dividiría el PRD, sin darse cuenta que eso era lo que mataba su
posibilidad: no era confiable pues si Camacho hubiera sido el electo, se hubiese dividido no
el PRD sino el PRI.
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La decisión por Colosio, pese a los riesgos, pese a que era mi obra –no se lo dije a Manuel–
era una parte de la continuidad; obligar a que las fuerzas resistentes al cambio se
manifestarán. Yo confié esa tarea a Luis Donaldo, porque consideraba que era el más fuerte
y el que más conocía al viejo sistema pues él había estado cerca de ellos desde mi campaña
y tendría posibilidades de defenderse y sofocar las conspiraciones. Estaba seguro de que
Colosio saldría adelante y con el lucharía de manera incansable a fin de derrotar a todos los
que se preparaban desde tiempo atrás contra el ritmo sucesorio. La sucesión presidencial
estaba amenazada desde que yo tomé el poder en octubre de 1987, y Luis Donaldo y
Camacho y Zedillo y Córdoba y yo habíamos caído en el punto de la fractura, donde dos
sistemas, dos Méxicos, se encontraban nuevamente en disputa y en conflicto. Yo deseé lo
mejor para Luis Donaldo.
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Carta XV zodiacal.
ARIES ENTRA A LA GUERRA CONTRA LOS FANTASMAS DEL PASADO. A tus
adversarios existentes, debes ahora agregar otras fuerzas que se harán presentes. La
disolución del país a cambio de la modernidad ha resultado un proceso muy rápido, para
muchos incompresible, pues cambio su mente, pero no su seguridad y su condición social.
La nueva dimensión es también vació. La sociedad moderna ahora triunfante, vive también
su vacio y por ello hasta tu madre muerta anda en las ouijas y mesas de los espiritistas
formando parte de los que han invocado a Zapata y Cárdenas. Por ahora, de nada te servirán
tus operadores y plomeros, de nada te servirá el espionaje ni los informes secretos; lo que
viene es algo que no has conocido: ordenar la guerra. Recuerda cuando jugabas con el otro
Aries de tu grupo, imaginando un momento propicio para mover y usar los uniformes de
los hombres grises de las armas, los aviones y los kepíes. La fantasía guerrera de ejercer tu
cargo de Comandante Supremo y caer encima de todos los que te han insultado, los que te
han subestimado, los que han pensado que eres del tamaño de tu estatura. Ahí está la guerra
declarada, te lo han dicho a través de una radio de la selva y te informarán que son miles.
No te alarmes, sólo están en San Cristóbal, la metrópoli que conocen y que los oprime
desde hace 450 años. No pasarán de ahí, porque para ellos es más importante San Cristóbal
que la capital del país, aunque el hombre blanco que los comanda amenace que llegarán a
―Tres Marías‖.
Te dolerá, te moverá el orgullo esta declaración de guerra sorpresiva, pero debes confiar en
tu capacidad de recuperación que tuviste cuando te apareció en 1988 el fantasma de Tauro,
como una esperanza regida por Venus pero afirmada en la tierra. Te dolió, pero te
recuperaste, porque viste en su despliegue de cabellos oscuros sobre la plaza, sus
debilidades y decidiste enfrentarlo como el torero, entre el sol y la sombra de la plaza llena.
El fantasma de Tauro confundió a muchos, pero al final la nitidez paternal del poder de
Júpiter guiado por Marte, te dio a ti la fuerza.
Extrañamente los fantasmas estarán presentes, cuando tienen enfrente dos batallas: la
integración y la sucesión. Así se fraguará el 94, el año de la guerra.
Además de los fantasmas, otros hombres estarán al acecho, la hiedra de la traición
empezará a enredarse en los destinos. El crimen se hará parte también de lo nuevo, de lo
moderno.
Ni acuario, menos Aries, pueden sucederte formalmente. La sucesión es una eliminación
inteligente y tú que te riges por la cabeza, tendrás que lograr no fallar en tu elección. Si la
muerte es necesaria, haz pacto con la muerte; dirán que tu serías el más perjudicado
personalmente ¿pero quién habla de objetivos personales? ¿No es acaso tu obra la que
piensas preservar y poner a salvo?
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Tienes la virtud de confundir, de enfrentar opiniones, de dividir a tus propios leales y eso
es la condición perfecta para hacer que las mentiras se conviertan en verdades y viceversa.
Por ello, nadie sabrá que además de los pobres, los extremadamente ricos, los intelectuales,
los poetas, los periodistas críticos y sensacionalistas, tuviste de aliada a la muerta para
lograr seis años más de viaje en el tren que tú pusiste en camino hacia la libertad.
Ten cuidado en una cosa, tus adversarios también han hecho alianza con la muerte y sus
víctimas son tus victimas, solo que por motivos diferentes. Todo lo demás irá bien, si logras
lo esencial, los fantasmas pelearán, pero no ganarán, pues ha entrado a tu terreno, no al
suyo sembrado de pedestales y ceremonias oficiales. Este año será la guerra entre el pasado
y el futuro.
Por último: hay una visión que he tenido. En esta guerra, la primera batalla la ganaron
porque usaron armas de palo. Con ellas no mataron, pero cuando alguien los vio muertos
abrazados a sus rifles burdamente modelados para hacerlos simulados, pensé que tú debías
convertir las armas verdaderas en armas de palo. ¿Cómo? Mediante un arma mortífera
contra los mitos: ―el diálogo‖. En esa visión tú ganabas la guerra, pocos años después,
porque convertías las armas verdaderas en armas de palo. Ahí ratificaste que no hay
tecnócratas en el poder y que la política nace sola donde hay un guerrero como tú.
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Los fantasmas del pasado
Dublín, abril de 1997.
Mi madre me enseño la imagen de Emiliano Zapata, me hizo venerarla y entenderla. Desde
niño, por ella, conocimos Chinameca y Anenecuilco; por mi tío Eduardo el militar, hijo de
mi abuelo militar, cadete porfirista y luego maderista tras el gobierno de Huerta, conocí
historias de los zapatistas y sus ideales. ¿Por qué entonces revelarse ese fantasma contra
mí?
Ese 31 de diciembre, cuando había logrado todo, aparecieron los fantasmas y fue
parteaguas en mi vida y en mi gobierno. Pareciera que de Chinameca se hubieran salido las
ánimas de todos los muertos, para perseguirme a mí como si yo fuera Guajardo. En esos
primeros minutos de 1994 me sentí frente a la emboscada de alguien más oscuro, más
doble, más siniestro que el que planeó la emboscada a Zapata; yo mismo era un Zapata
emboscado, atacado por un ideal mucho más grande que el simple ―tierra y libertad‖.
Conmigo se jugaba el futuro de México, las largas jornadas de lucha interna, la
construcción de escenarios, la búsqueda de salidas a los conflictos y las amenazas. ¿Por qué
la paradoja de Zapata buscaba arruinarme la obra? ¿Por qué si hasta mi hijo se llamaba
Emiliano en honor a Zapata y ese mito se volvía contra mí? Ése es el dolor de los
estadistas, tener que luchar contra los fantasmas.
La fiesta de fin de año en Los Pinos debería ser una fiesta para mis capitanes, los jefes de
mi ejército, los miembros del grupo triunfante y sus familias. A ella sólo faltaban Luis
Donaldo y Camacho, que por razones obvias no estarían en la fiesta aunque ella los incluía.
Era la fiesta del triunfo sin lugar a dudas, una de las más significativas de los últimos
tiempos pues cerrábamos el año glorioso de 1993 y entrábamos en los mismos minutos del
horario del Primer Mundo, a unirnos a su tiempo. Ahí estaban los aspe Armella, Córdoba y
su esposa, Gamboa, varios gobernantes y sus primeras damas, los hijos de todos. Una
fiesta ligada al tiempo y donde cada una significaría marcar cada uno de los doce meses de
1994; la cosecha del 94 debería ser tan buena o mejor que la de 1993.
Aunque la distancia ya era muy grande con Cecilia mi esposa, la ocasión y el ambiente a
ella misma la cautivó. La felicidad era generalizada en ese ambiente mexicanísimo de una
nueva generación triunfante, sustituta del viejo andamiaje y que salvaba al país de rupturas
por su alta capacidad de conducción. Ahí estábamos todos los miembros de esa generación
y cada uno representaba a millones de jóvenes ambiciosos, resueltos, ganosos de enfrentar
los retos del país. Ahí estaba la generación que había a vierto a México sin miedo y lo había
puesto en la ruta de los cambios más intrépidos y audaces. Ahí estábamos vencedores, tras
cinco años de una lucha titánica contra el viejo orden y después de luchar contra enemigos
de dentro y afuera que se unían y contradecían tras cada iniciativa y golpe de audacia de
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nosotros. Ahí estábamos eufóricos, dueños del destino de este país que tomamos como
asignatura de quienes pensamos en la unidad del mundo.
Bailé con mi hija y con Cecilia mi esposa (parte misma de esta victoria), miré a lo lejos a
Ana Paula, recordé a Adela y mis pasiones con todas las mujeres que me dieron amor e
hicieron latir mi corazón.
¿Dónde estarían las que me habían despreciado? ¿Sufrirían y se arrepentirían ahora que
estaba en la cima del mundo gobernando para millones, no sólo de mexicanos, sino
cogobernando los intereses de Estados Unidos, México y Canadá? Todos los invitados esa
noche gozaban la obra de otros mexicanos y comentaban sus triunfos. En futbol México
había derrotado a los equipos de Estados Unidos y Canadá y con ello tenía su lugar en el
Mundial; Julio César Chávez, que luego fue perseguido como delincuente, había ganado su
89 pelea en box y ésta me la había dedicado; repuntábamos en lo económico y en lo
político, había ya cesado la amenaza neocardenista, pues el mito se había terminado y hasta
sus más cercanos asesores consideraban ya al hijo del General ―un cartucho quemado‖. Ése
era el momento más grande de mi vida, de mi obra de mis compromisos. Ahí estaba
también mi padre en la mesa conmigo y mi familia, con su mirada alegre viendo pasar a las
muchachas ; estaba Raúl con su piel dorada tras el largo viaje por España, ahí estaba con su
esposa Paulina Castañón, cuya simpatía nunca pudo ocultar su poca inteligencia; ahí
estaban Adriana, Enrique, Sergio, satisfechos, orgullosos de mí. Ahí estaban mis sobrinos,
los hijos de Adriana y José Francisco, ausente por supuesto, por razones familiares, pero
parte de aquel júbilo.
Creí que en ese momento, único momento no existirían las bajezas. Pero sentí la uva
amarga de enero y la de marzo y la de septiembre y la de diciembre; todas las uvas me
supieron extrañamente amargas, y un presentimiento que venía convirtiéndose en presagios
que me habían dicho mis Cartas Astrales con más precisión que cualquiera de mis
consejeros, se apodero en mí en medio de la fiesta. El primer minuto de 1994, pese a la
sonrisa, a la alegría de todos en el salón López Mateos de Los Pinos , un frío extraño entró
por una ventana y movió los cabellos de Ana Paula. Salí a bailar con Cecilia y le envié una
mirada profunda. En mi girar vi de lejos platicando y riendo a mi hijo Emiliano; vi a todos
al girar y me pareció que me iba, que el júbilo de la cuenta decreciente 12, 11, 10, 9, 8, 7,
6, 5, 4, 3, 2, 1, 0!!! Nunca podría llevarme a la fatalidad pese a mis presentimientos y quise
no pensar en que ese momento podría terminarse.
Lo intuí, juro que lo intuí porque ésa es mi pesadilla recurrente donde todos mis esfuerzos
se deshacen en el último minuto; por eso, cuando se acercó a mí el ayudante del general
Cardona y entregó el recado: ―Sr. Presidiente : Comuníquese urgentemente. Asunto:
Seguridad del Estado por acontecimiento en Chiapas. Gral. Riviello Bazán, secretario de la
Defensa‖, supe inmediatamente que algo se había cruzado con ese momento maravilloso,
desde el cual vi al mundo entero cuando el mundo me admiraba.
Memorias de un Líder
Página 181
Al leer salí y me encontré al general Riviello desencajado junto con el general Cardona.
Más de dos mil indios habían tomado San Cristóbal, Ocosingo, Las Margaritas,
Altamirano. Desde las radios lanzaban mensajes en contra del gobierno y el TLC. Sólo
hacía unos mese yo había estado ahí, en Guadalupe Tepeyac entregando unas clínicas; la
zona era una de las que reportaron mayor votación por el PRI. (en la elección de 1988, el
100 por ciento de los votos fueron para el PRI). ¿Quién estaba detrás de todo esto? Quise
llamar a reunión urgente, pero el general Riviello salió de su estupor para decirme que
Córdoba sabía, que él tenía los informes desde julio y que, por tanto, él prefería tratar el
asunto solamente conmigo. Aunque lo sentí como revancha, como reclamo, acepté. ¿Por
qué Patrocinio nunca me informó, siendo él un chiapaneco? Córdoba aparecía nuevamente
en el centro de los conflictos por información reservada, lo cual había impedido – en este
caso—haber tomado previsiones. Pedí al general Riviello que me informará nuevamente en
una hora y me regresé al salón, la ventana seguía abierta y todo empezó a enfriarse. Mi
dorada piel del sol de Huatulco, empezó a sudar y todo me sabía amargo.
Al salir mire de reojo a Córdoba, quien en estos casos no perdía ningún detalle y se dio
cuenta de mi salida. Su curiosidad lo hacía acercarse, pero su intuición le sugería no hacerlo
al percibir mi cambio de semblante. Me retraté con los amigos y familiares, bailamos
haciendo una serpiente, pero mi cabeza ya estaba en otra parte. La aparición nuevamente
del ayudante del general Riviello me hizo saber que la fiesta había terminado y que
nuevamente había que ponerse los arreos de guerrero ante esta situación, cuya magnitud, a
esa hora, no sabía aún las repercusiones que tendría. Tenía pocas horas para actuar.
Efectivamente, la sublevación chiapaneca ponía en jaque mi gobierno con la imagen de
Zapata; había pues que aplicar las medidas para hacer de esta afrenta un proceso para
neutralizar a la oposición, que seguramente aprovecharía el hecho para convertirlo en eje de
su crítica al proyecto. Querían guerra y guerra iban a tener, pero en mi terreno y bajo mis
condiciones.
Los seis primeros días el Ejército mantuvo una ofensiva limitada a fin de medir los alcances
y tamaños de la insurrección chiapaneca. El problema militar no era tan grande como el
problema político, magnificado por los medios de comunicación. Los aviones Pilatos y los
pocos rockets lanzados contra las columnas de los indios alzados, que se hacían llamar
Ejército Zapatista de Liberación Nacional y que eran conducidos por un ―subcomandante
Marcos‖, quien a las pocas horas se convirtió en uno de los principales enigmas del país.
¿Quién era? ¿De dónde había salido? La osadía se hizo leyenda y pareciera ser que este
personaje conocía estos lenguajes pues utilizó y convirtió el enigma –un hombre blanco
con los indios, una sublevación de indios con rifles de palo – en un símbolo completo de
rebeldía local contra la globalización. La insurrección tuvo grandes implicaciones
internacionales pues el día del estallido era el día que entraba en vigor el Tratado de Libre
Comercio y se convertía en un problema de seguridad también para los Estados Unidos.
Memorias de un Líder
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El presidente Clinton al día siguiente me manifestó su preocupación por la opinión del
Congreso norteamericano, pues el TLC se había firmado con base en que México ya era un
país estable y en camino de la democracia (probaban el hecho los triunfos reconocidos al
PAN). El señor Clinton me manifestó que la entrada en vigor del TLC era también una
entrada de México a la zona de seguridad de los Estados Unidos y por tanto no podía
permitirse una guerra en alguna parte de México, pues ello afectaba la sensibilidad de la
seguridad nacional norteamericana y el futuro de los negocios que ya estaban
desarrollándose en México mediante grandes inversiones de ciudadanos estadounidenses
que habían invertidos sus pensiones, pequeños capitales etc., creyendo que México era un
país próspero y sin conflictos armados , como decía la propaganda para los inversionistas.
La llamada del Presidente Clinton nos dio la pauta de la magnitud que había tomado la
ocupación de unos cuantos poblados por un puñado de indios mal armados. Éramos
víctimas ahora de los propios medios de comunicación y de su velocidad; de todo el mundo
se trasladaban y reportaban, dando por sentado que México prácticamente ardía en llamas.
La generalización informativa en el mundo fue aprovechada por Camacho, quien ya estaba
en la Secretaría de Relaciones Exteriores para acercarse y convertirse en el centro de las
opiniones. La actitud de ―te lo dije‖ de Camacho con su poderosa capacidad de racionalizar,
compartió conmigo la idea de que las ideas de Camacho no eran descabelladas y que por
tanto había que tomarle la palabra.
Para esas alturas (6 de enero) yo había lanzado ya un mensaje al país a través de la
televisión, donde señalaba el carácter subversivo de los alzados, su origen en intereses
extranjeros, particularmente de nuestros competidores comerciales y económicos que
buscaban afectar nuestra nueva relación con Estados Unidos. No lo dije, pero dejé entrever
la posibilidad de que Cuba y sus conexiones en Guatemala, El Salvador y Nicaragua
hubieran tenido que ver con la preparación del alzamiento. ―Marcos‖ hablaba varios
idiomas, de ojos azules y güero, sin poderlo localizar a través de nuestros informes de
Seguridad Nacional, necesariamente debía ser extranjero. A Tomasito Borge (mi biógrafo
de ocasión) le pedimos ayuda para analizar y saber los orígenes de este lanzamiento,
también a varios dirigentes del FSLN y FMLN, como Lenin Serna y Joaquín Villalobos, a
los cuales les pedimos asesorías; con ellos y otros ex guerrilleros mexicanos que
autopropusieron para colaborar en la identificación de Marcos y su estrategia, empezamos a
armar el rompecabezas para una estrategia desarticuladora. Lenin Serna, del FSLN, fue el
que dio la pauta, que luego enriqueció Camacho, para hacer de esa insurrección un modelo
fulminante de insurrección guerra-negociación, haciendo en días lo que a los salvadoreños
les había costado años; pero para ello había que detener el fuego. Marco Bernal, ex
guerrillero y asesor de Colosio, y Alfredo del Valle dieron pista para que un proceso de
negociación se convirtiera en un proceso de desgaste y desmitificación como había
sucedido con el Consejo Estudiantil Universitario (CEU) en 1987, cuya demanda de un
Congreso Universitario se extendió casi tres años en organizarse ―por consenso‖ y cuando
Memorias de un Líder
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éste se realizó, las condiciones habían cambiado: recordé las enseñanzas maoístas de Raúl,
― cámbialos de terreno‖, haz política de dos caras‖ e hice ambas cosas.
A Manuel Camacho le obsesionaba la movilización en el Distrito Federal; para él esto era
lo más peligroso en el plano estratégico que quizás no percibían ni los mismos zapatistas y
su ideólogo Marcos. Camacho –hay que reconocerlo—veía venir una gran irrupción de
masas que había que desarticular desde el fondo. Los contactos de Camacho para ello ahora
eran de gran importancia, pues del giro que podía tomar la movilización dependía si
asumíamos una salida de fuerza o usábamos las medidas de contención, mediante
operadores de ambos lados del campo de batalla. ¿Cuáles eran esta medidas? ¿Qué había
que hacer?
Primero disuadir: Patrocinio lo entendió con base en su experiencia y colocó dos bombas
en centro comerciales de la clase media. ―La guerra podía alcanzarlos‖ fue el contenido del
mensaje, supuestamente firmado por un grupo guerrillero. Varios se opusieron y
protestaron, pero hay que admitir que este hecho hizo que cambiara el sentido de la
atención y pasara de verse con simple simpatía la insurrección, a verse con miedo. Había
que contener las movilizaciones en apoyo a la insurrección, pues ya una manifestación de la
Asamblea de Barrrios, con Superbarrio, había llegado hasta Los Pinos el día 5 de enero,
pidiendo el cese al fuego. Este mismo grupo empezó a impulsar con diversos sectores la
manifestación del 12 de enero y era, por ello, la que le preocupaba a Camacho. Había que
cambiar el sentido de esta movilización y anular su fuerza.
Primero: Camacho Propuso que el mismo día de la marcha, antes de que hubiera petición,
el gobierno declarara el cese unilateral al fuego y se ofreciera amnistía a los insurrectos.
Segundo: no reconocerles el derecho a declarar la guerra al gobierno federal, sino irlos
acotando a un problema local o un problema sectorial: el problema indígena.
Tercero: abrir un proceso de diálogo y negociación tan largo como ellos mismos quisieran,
pues al entrar en nuestro terreno, el tiempo correría contra ellos; las circunstancia mismas
los irían acotando.
Cuarto: la verdadera negociación urgente en Chiapas debía se con los finqueros y
asociaciones de ganaderos, y en particular con Constantino Kanter; a ellos había que
ofrecerles garantías de sus derechos estarían a salvo en toda negociación; hacerlos entender
que su movilización y revanchismo sólo agudizaría el conflicto y de lo que se trataba era de
aislar al EZLN de los movimientos campesinos de la región.
Quinto: convertir la simpatía en las ciudades y los movimientos en un ―movimiento por la
paz‖. Que las simpatías se declararan ―neutrales‖ y se convirtieran solamente en una
declaración de guerra sin sustento entre una zona de indios marginados contra el gobierno
Memorias de un Líder
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federal. El gobierno sería ―el malo‖, pero esto significaría sacar al Ejército del conflicto y
con ello preservar las normas de seguridad nacional.
Sexto: aislar al EZLN del PRD. Convertir el foco armado en un foco de miedo ante la
posibilidad de votar por otros partidos; hacer de Chiapas, durante el proceso electoral, la
base de un clima de inseguridad.
Siete: si el EZLN no rompe con ninguno de estos cercos o estrategias, estará prácticamente
en proceso de liquidación y el asunto sería cuestión de tiempo.
¿Cómo no nombrar a Camacho Comisionado para la Paz después de este plan que me
expuso ocho días después de la insurrección? Con ello Camacho entraría a jugar varios
papeles cruciales que él mismo no sabía que jugaría. Como pacificador fue excelente a
favor de los intereses del Estado y de mi gobierno, pero también su presencia empezó a
servir al montaje de la estrategia contra Luis Donaldo. Quien era un fervoroso militante
contra la ingobernabilidad, se convirtió en un factor de ingobernabilidad y la vacuna
perfecta para reformas no convenientes para el Estado dentro del mismo Estado. Camacho,
sin quererlo ni pensarlo, se convirtió en la punta de la lanza de los que conspiraban contra
mi decisión y por eso tuve que ser claro en febrero y decirles a todos que no se hicieran
bolas y que el candidato era Luis Donaldo.
A los zapatistas les mandamos una maldición: si ellos con sus armas de palo habían
detenido momentáneamente el destino del país, con el diálogo y el trabajo de desgaste les
convertiríamos en realidad las armas en unos palos y esta guerra ya no sería un peligro,
sino una imagen para disuadir a los demócratas radicales. Atrayéndolos al abrevadero del
diálogo, poco a poco los cercaríamos y convertiríamos esa guerra en un gran teatro, con
armas de palo.
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Carta XVI zodiacal
DUDA Y DESCONFIANZA INVOCAN A LA MUERTE; ARIES SE ENREDA CON LA
CULEBRA. Tauro, Júpiter, Tauro, Lomas Taurinas, es Venus brillando sobre la tierra
como la Luna. Una larga sombra de cielo dibuja una serpiente cósmica que sólo tú verás,
porque está dedicada a que tú la veas. Marte y Saturno se encuentran en la exaltación y eso
es Aries, ambos el principio, tu día, hora y lugar de nacimiento que te han dictado.
Tú no puedes nombrar sucesor, porque no has terminado. Sin embargo, la dimensión de los
vulgares te exige que nombres a uno. Lo nombrarás y contra ti todos conspirarán; y los
tuyos lo atacarán… para defenderte: ese sucesor esta muerto por todas partes, decidirán su
muerte desde el día que lo designes; al escogido lo rodeará la muerte por todas partes, pero
morirá antes que su mujer, elegida también para guardar el silencio.
Lo verás crecer y tendrás la duda de su lealtad. Lo atacarán y tú dejarás que lo ataquen,
porque anímicamente ya no es tu voluntad, sino un simple hombre sacrificado por el poder.
Por eso viste a la serpiente cósmica que a decir de Jung es un ―vertebrado que encarna la
psique inferior, el psiquismo oscuro, lo raro, incomprensible, misterioso‖. La serpiente de
encarna a ti como sucesor continuo de ti mismo porque la serpiente se abraza en un círculo
continuo que impide la desintegración del mundo; esto es lo que hace la serpiente cuando
se muerde la cola en forma de ouroboros, símbolo de manifestación y de reabsorción
cíclicas, de unión sexual en sí mismo, autofecundador permanente, como lo muestra la cola
hundida en su boca; es transmutación de muerte en vida, ya que sus colmillos inyectan
veneno en su propio cuerpo, que según Bachelard, es ―la dialéctica material de la vida y la
muerte‖ Así tú harás de ella la voluntad para mantener el círculo continuo. ―Operación
Culebra‖ alguien le puso y cuando lo supiste, te diste cuenta de la perfección de los astros,
que no hay nada al azar y que nadie fue culpable: Colosio tenía su destino.
Obregón también fue Acuario y por eso murió como murió, atrapado entre la continuidad
de él y el maximato de Calles, por eso, otro Acuario en esas circunstancias será mandar a
Colosio al matadero, pues todo lo dice, hasta la cruz que le pondrán al fondo el 6 de marzo
en el Monumento a la Revolución. Cuando veas esos presagios, cuenta menos de 30 días y
estarás de nuevo brillando, solo y único. Tu otro Aries estará muerto en vida, se quedará
escribiendo libros y memorias de lo que no fue por querer cambiar, sin romper contigo;
romper contigo, sin cambiar de bando.
Hasta tus oídos llegará la música de la culebra que te muerde ―lo pie‖. Sentirás dolor, pero
sobre él, tendrás que decidir a tu verdadero sucesor, el que siempre pensaste y no admitías,
porque tampoco te gustaba por excesivo cortesano y sumiso. Ahí Géminis, tu consejero,
será mitad él, mitad tú y los conciliará frente al enemigo común que acecha todavía con las
armas humeando. Todo esto por querer acabar con Tauro, tu vecino zodiacal, y cósmico,
que te ganó en las urnas.
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En el 2010, un día se presentará en tu puerta un joven que te pedirá respuestas y
explicaciones, será el hijo de Colosio y Diana Laura que tendrá 21 años. Prepárate para ese
momento desde ahora, porque las mentiras ahí saldrán sobrando, pues él cargará bajo s u
brazo estas memorias.
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Crimen en el laberinto.
Dublin, marzo de 1997.
―La pistola del Estado se dispara sola…‖
¿Quién mató a Luis Donaldo? ¡Quiénes fueron y cómo lo hicieron? ¿Por qué tengo yo que
confesar la verdad sobre este crimen? Generalmente el terror parte del reconocimiento de
que existe el poder absoluto y que sólo los hombres de poder absoluto pueden hacer la
Historia y cambiarla. Un hombre que se considera absoluto, atrae a sus enemigos y los
incita al crimen, pues éstos consideran que la muerte del soberano es la muerte de su poder
y su proyecto. En Los justos, Albert Camus afirmaba que ― el terror individual se basa en el
convencimiento de que sólo los emperadores, reyes y presidentes hacen Historia; un
convencimiento que sólo es compartido por emperadores, reyes y presidentes‖. Luis
Donaldo y la República estaban convencidos de que sobre el sucesor y sólo en él recaía la
responsabilidad histórica de la conducción de México y eso excitó a sus asesinos y convocó
al crimen, pues sus asesinos quisieron compartir el derecho a hacer Historia. El crimen es,
pues, un recurso inherente de las democracias imperfectas, donde es más importante la
voluntad de uno que la voluntad de todos.
No hubo una, sino dos conspiraciones para asesinar a Colosio y una complicidad
generalizada de todo el país, que lo vio pasar dramáticamente solo, advirtiendo su muerte;
otra cosa es que el país se haya refugiado en el olvido para no asumir su responsabilidad de
socio en este crimen. Luis Donaldo murió siendo el último elegido por las reglas del viejo
sistema político; sería el último porque no sería. Fue el último de la cadena de mandatos
sexenales que recibían todo el poder y perdían todo el poder al nombrar al sucesor. Colosio
fue el eslabón roto de un proceso inconcluso que no logró designar a su sucesor, más que
de manera virtual, a través de un video, después de la muerte. Colosio en vida no pudo
nombrar al sucesor, lo tuvo que hacer después de muerto, para cumplir el rito y porque
nadie podía sustituirlo en esa tarea. Yo no designe a Zedillo, fue él, el eslabón más débil, el
que tuvo el poder por 125 días (del 28 de noviembre al 23 de marzo), el que nombró a su
sucesor y salvó a la nueva república integrada.
Dos conspiraciones coordinadas; dos conspiraciones originadas por distintos propósitos, se
cruzaron con gran precisión y se correspondieron una con la otra, pese a estar promovidas
cada una por enemigos distintos. ¿Cuál sería la mala estrella de Colosio para que todos
desearan su muerte?
Luis Donaldo fue asesinado por mis enemigos, por los que durante seis años vivieron
emboscados atrás de una sonrisa, atrincherados en los aplausos, clandestinos tras los
abrazos y los elogios. Lo asesinaron los viejos oligarcas, la clase política del antiguo
régimen de la revolución mexicana; los enemigos de la apertura y la competencia, los que
perdieron los bancos, los que quebraron por incompetentes e ineficientes.
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Lo asesinaron los viejos políticos del sistema corporativo, la clase política vividora de la
política y enriquecida a costa del Estado. Lo asesinaron todos los que creyeron que mi
única carta para la sucesión era Luis Donaldo, pues con su muerte, calcularon también la
muerte política de Manuel Camacho, su otro enemigo. Mataron a Colosio porque creían
que mataban mi proyecto y mi decisión. Éstos fueron unos y les llamaré en esta confesión
la Red Uno .
La red dos la crearon los míos, mi propio grupo, sus propios compañeros, por oportunismo.
Temían una traición al proyecto y vieron en la muerte de Colosio la muerte de la
institución, del presidencialismo absoluto. Desde su lógica, si yo transmitía mi fuerza en
un sucesor, esa fuerza se volcaría contra nosotros, contra mí y el propio proyecto. No era
algo personal, sino un crimen contra el determinismo de la naturaleza humana y la esencia
de la política. Con su muerte, se llevaría a cabo un cambio abrupto pero necesario de las
reglas de la sucesión presidencial en México. Franz Kafka decía: ―Nuestras leyes no son
conocidas por todos, son secretos de minorías aristocráticas que nos gobiernan…‖ Para la
Red Dos, no bastaba quién sería el traidor, sino quién debe convertirse en traidor, para
hacer que las grandes fuerzas opositoras y subterráneas al neoliberalismo se manifestasen.
Para la red Dos, Colosio fue una carnada a fin de obligar a que nuestros enemigos
levantaran la cara.
Colosio internamente no tenía consenso (y no me refiero a Camacho, solamente). Colosio
fue asesinado por la continuidad y contra la continuidad. Para los primeros no debía haber
un sucesor con fuerza, a fin de que el presidente no fuera más grande que el proyecto
neoliberal. Primero el proyecto, luego los hombres y por eso la regla debía ser cambiada.
Los míos se justificaron, aduciendo interpretar un deseo mío y al final terminaron
traicionándome a mí y me responsabilizaron de haber asesinado a Luis Donaldo.
Mi responsabilidad histórica es que quizás yo asesiné mentalmente a Luis Donaldo, cuando
por inseguridad dejé interpretar que mi sucesor me excluiría y reformaría el proyecto. Luis
Donaldo no compartió, no fue actor en el proceso de negociación del TLC y, por tanto, no
tenía establecido un compromiso personal ni directo en la negociación que garantizaba la
continuidad transexenal. Otros fueron quienes interpretaron este deseo oculto que empezó a
manifestarse en todos mis actos, en mi propia distancia, en mis comentarios a mis íntimos.
La Red Dos y la Red Uno jugaron a utilizar mi estado psicológico y decidieron actuar…
cada uno separado y por su cuenta.
La muerte de Colosio fue planeada con mucha anticipación y las más modernas técnicas de
la confusión fueron practicadas en su muerte a través de un laberinto de intrincadas
decisiones y complicidades. Luis Donaldo cayó en ese laberinto que culminó en Lomas
Taurinas el 23 de marzo de 1994.
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El contexto del crimen. Aislado del poder, cargando el cascarón del PRI desde el 28 de
noviembre, Colosio llega al final del año, esperando que el tiempo cronológico se empatara
con el político. Erróneamente pensó que la apropiación del poder sería un paulatino ― ir
tomando los hilos‖, sin darse cuenta de que el acto de sucesión es sólo uno y que el poder lo
adquiríamos de manera absoluta el mismo día de la designación. El Ejército del poder es
concreto, brutal, directo y a partir de ese momento, las piezas del sistema se van
acomodando en relación con el nuevo centro de poder y hay que decidirlo todo. Luego de la
designación, Los Pinos pasaban a ser solamente una casa donde vive el presidente, ―la casa
del padre‖ simplemente, pero el poder real se va en ese momento al equipo de campaña, a
la gira, a la casa del candidato. Luis Donaldo, por escrúpulos seudodemocráticos, por
inexperiencia política y falta de malicia, pensó que su poder se iría adquiriendo con base en
el convencimiento y en ese lapso generó un gran vacío de poder, que yo llené. Mientras él
trataba de mantener lealtad hacia mí, yo iba llenando los huecos que él no tomaba para no
herirme.
La insurrección chiapaneca en enero debió de ser la señal primera de Luis Donaldo .
¡Quince días después del levantamiento armado, sólo el general Domiro García Reyes le
informaba! Su ingenuidad convenció definitivamente a los asesinos sobre la necesidad de
interrumpir el proceso de sucesión, pues Colosio demostraba estar absolutamente fuera de
los compromisos para darle continuidad a la razón del Estado. Para esos días, Camacho
como Comisionado para Chiapas, se convirtió para la inteligencia del crimen en un
elemento fabuloso, gratuito en el esquema, pues había establecido un duelo que serviría de
señuelo para desarrollar la confusión que se necesitaba. Los medios de comunicación, la
prensa, la televisión, los comentarios en los partidos y Cámaras señalaban al unísono la
falta de personalidad de Colosio y su bajo perfil político. En el fondo y como tragedia, debe
recordarse que el mitin más comentado de Colosio, fue el de su muerte, pues hasta el del
―famoso‖ 6 de marzo pasó desapercibido y minimizado por la clase política y los medios,
pese a que atrás de él, alguien puso como escenografía una enorme cruz que lo despedía.
Si Colosio estaba mal, peor su Comité de Campaña, dirigido por el hombre más aislado y
carente de iniciativa política: Ernesto Zedillo. La campaña se empezó a llenar de
tonalidades grises; la estatura de Colosio no podía con la mía y pese a que yo hacía intentos
por pasar a un segundo plano – según marcaba el rito y la regla- Colosio no lograba ponerse
a la altura de la sucesión y generar expectativas en su nuevo gobierno. ¿De dónde han
inventado que Luis Donaldo era un gran dirigente que estaba a punto de llevar adelante una
revolución en la revolución? La misma debilidad de Luis Donaldo y su equipo, los
llamados ―colosistas‖, alimentaron a la perversión y los mecanismos del crimen. ―Todos a
una‖, como Fuente Ovejuna, y Colosio en medio de un deseo colectivo, un llamado a la
frustración, un encanto por la tragedia, una gran vocación por la ruptura, siguió la ruta que
le marcaron sus asesinos.
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Colosio presentía, pero actuaba demasiado lento en relación con los acontecimientos. El
proceso de diálogo en Chiapas lo eclipsó –es cierto—y cayó en un esquema de llenar su
vacío como el de inicio de campaña en Huejutla, Hidalgo. ¿Cuál era mi función?:
mantenerme a la expectativa y tratar de aliviar el conflicto presentado por Manuel
Camacho, el cual contribuyó a la justificación para no cumplir la primera regla de la
sucesión, que era precisamente la entrega del poder, a causa de un conflicto con el sucesor.
Camacho enredó a Colosio y lo exhibió como un sucesor en conflicto y sin consenso: los
verdaderos asesinos se preparaban. Mientras existiera el conflicto Camacho-Colosio, las
fuerzas no podían desplegarse y esto no era posible porque Camacho realizaba una tarea de
Estado y Colosio no podía, por las mismas razones, vincularse al conflicto de Chiapas.
¿Cometí un error? Sólo el que reconocí dos años después desde Irlanda: haber nombrado a
Camacho comisionado por la Paz y darle el terreno favorable para introducir más confusión
e incertidumbre.
Curiosamente Carreño Carlón, mi hombre en la comunicación social, tampoco lograba
levantar los ánimos a favor de Luis Donaldo, pues todo el aparato estaba ocupado en dar
seguimiento al conflicto en Chiapas, dado que esa guerra, en ese momento, se había
desarrollado fundamentalmente en los medios. Octavio Paz, años después diría que la
muerte de Colosio ―era una responsabilidad de los medios de comunicación‖, quienes se
encargaron de destruir desde antes la imagen y la fuerza del candidato.
El fantasma de la traición contra el miedo a la traición empezó a levantarse. La política se
desvió y empezó a tomar otros senderos oscuros, vinculados con la violencia. H. M.
Enzesberger, el filósofo alemán, en su Teoría de la traición con sólo el nombre de los
apartados de su ensayo, hace un compendio de la evolución de los actos políticos ante la
traición:
Traidores son los demás: Los límites del compromiso.
Todos pueden ser traidores: La sospecha de la infidelidad a los principios mediante la
distancia del grupo.
Fatalidad de la traición: No sólo hay traidores, sino que debe haber traidores.
Dialéctica de la traición: Cambiados los principios de un gobierno, los que no se adaptan
son traidores, millones pueden convertirse en traidores.
Antigüedad de la traición. Siempre ha existido y ha estado penada con la sentencia máxima.
El tabú del gobernante y su doble sentido: La discrecionalidad del gobernante y su facultad
para determinar quiénes son leales y traidores; la discrecionalidad es el tabú del gobernante.
La traición como sacrilegio: Los dioses se unen a los reyes contra los súbditos y
ciudadanos.
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Imprecisión y contagio: Al no definir lo que traición, la conducta del gobernante se
convierte en despotismo.
Estructura paranoica: El peor castigo, la tortura y la muerte del sospechoso de traición está
unida intrínsecamente a los gobernantes, quienes se sienten amenazados de traición.
Imprecisión y capacidad de contagio del tabú secreto: El secreto de Estado.
Proyección una vez más (de la demencia de la traición): La traición traspasa el tiempo y es
parte esencial en la política. Sí existe una cultura de la traición y México es muy vasto en
ella.
Mitología del espionaje:‖El enemigo nos escucha‖, decía Goebbels en Alemania y aunque
ninguna guerra se ganó por espionaje fundamentó acusaciones de traición.
La traición como indicio: O todo es secreto de Estado o ya no hay secretos de Estado. En
México todo es secreto de Estado.
Colosio cayó en las redes del miedo a la traición. Fue acusado de ser un traidor futuro y
todos caímos en ese abismo, en el cual subterráneamente todos nos empezamos a acusar de
traición. Los que dispararon contra Colosio causaron un gran silencio en esos subterráneos,
pues todos nos dimos cuenta de que los rumores sí matan y modifican la historia, y que la
pistola del Estado se dispara sola. ¿Los asesinos fueron justos? ¿Todos somos traidores?
¿Todos somos leales? ¿La debilidad política de Colosio era un secreto de Estado? ¿El
rumor popular, consensual, le ganó en tiempo a la exigencia de mantener su debilidad como
un secreto de Estado? ¿Por qué hasta ahora, la verdad del crimen es un secreto de Estado y
a quién sirve el silencio?
Yo quiero un juicio imparcial y por tanto ofrezco lo que sé.
La gran razón desfavorable a Luis Donaldo, la clave de su infortunio, fue la extensión de
doce años y la perspectiva de ampliarse 18 o 24, es decir que el péndulo del poder se
mantendría en un solo sentido, Miguel de la Madrid, mi gobierno y el de Colosio, para las
facciones del poder, constituía la consolidación mía en el poder; según ellos, a don Miguel
de la Madrid ― le ocupamos la voluntad‖ y fuimos yo y Córdoba quienes dirigimos al país
desde un segundo plano desde 1982. ¿No fueron los mismos estatistas los que nos dejaron
el poder por incapacidad? Efectivamente: doce años no bastaron y se requería por lo
menos un sexenio más para la consolidación del proyecto y la reconversión política y
económica definitiva del país.
El péndulo proveniente del estatismo y el populismo ya no regresaría y esto creó las
reacciones a fin de romper esta inercia circular donde el movimiento del país sería en un
solo sentido. ¿Fracasó la teoría del péndulo propagada por los analistas?
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¿Fue ésta una de las razones del crimen? ¿Había roto yo, con mi decisión, el equilibrio del
sistema político mexicano?
Todos los teóricos del péndulo (Wayne Cornelius, Ann Craig, Guillermo Samperio,
Francisco Guzmán Burgos) me lo reclaman y han especulado sobre ello. Yo, el último del
viejo sistema mexicano, quebré la tradición estabilizadora que hacía posible la existencia
de varios partidos contradictorios, dentro del mismo PRI; yo quebré la secuencia
destructora, enferma, deformante de gobiernos contradictorios como el de Lázaro Cárdenas
y el de Miguel Alemán o el de Luis Echeverría y Miguel de la Madrid; lo hice convencido
de que el país necesitaba un solo sentido y ello generó la ruptura en el poder y las reglas
ocultas, las llaves guardadas del viejo sistema. Fue para bien de México y lo estamos
viendo, pese a la crisis y los sacrificios.
Yo sabía del peligro y no lo advertí. Luis Donaldo se convirtió en el señuelo natural, pues
los asesinos pensaron que era el único delfín de la continuidad, y con ello, se cerró el
círculo con quienes desde otra posición y por razones totalmente diferentes no podían
aceptar que Colosio fuera el sucesor.
La confirmación mía a su candidatura en Los Pinos, pareció acelerar los planes de los
asesinos. En mi frase: ―No se hagan bolas, Colosio es el candidato‖, se percibió la
ratificación de la línea de la continuidad y de que su candidatura era mi propio poder. Esta
frase y los arreglos subterráneos y fuera de mi aprobación entre Camacho y Gutiérrez
Barrios, que culminaron en una reunión dos días antes de su muerte, fue la orden que
confirmó disparar contra Colosio. Nadie se ha puesto a pensar que siguiendo la secuencia
del conflicto interno, Luis Donaldo muere no en una fecha a la suerte, sino una vez qque
éste había despejado el camino propio, pactando con Camacho, Gutiérrez Barrios, conmigo
y Ruiz Massieu, lo cual en cierto sentido eran los obstáculos para que su campaña se
desarrollará; en esa negociación estaban fuera Hank, Córdoba y los ideólogos del viejo
orden económico, como Sánchez Navarro y Claudio X, González. Ese último arreglo para
la continuidad a medias, sin todos los viejos y sin todos los nuevos, disparó las pistolas en
Lomas Taurinas.
Luis Donaldo muere antes de ser aprobadas las listas para el Congreso. Unos días más de
vida y la mayoría de los diputados y senadores serían colosistas o un grupo compacto más
allegado a él. Su muerte, el 23 de marzo, permitió que las listas fueran modificadas y
también los pesos y contrapesos de los grupos. Aquí está la primera gran señal, pues un
número mayoritario, luego de su muerte fue integrado con la vieja plana política y, sobre
todo, los ligados a Santiago Tianguistengo y las regiones que gobierna. En este sentido, el
golpe no sólo fue al presidencialismo, sino también al Congreso mexicano, dejando sin
liberalismo social al proyecto económico y haciendo de la integración algo mecánico y sin
alma. ¿ Por qué los míos participaron en esta monstruosidad? ¿Por qué todos convalidamos
y dejamos hacer este acto de barbarie?
Memorias de un Líder
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No es la primera vez en la historia que los cambios o el sentido de los cambios se frustra
desde adentro, desde la parte intestina, y el futuro promisorio se queda como simple
posibilidad.
Mi confesión es histórica, porque establece la verdad de quienes convirtieron el crimen de
Colosio en un crimen de Estado. Mi confesión sobre el crimen es lo único que me
trasciende y por eso vierto las razones, ya que tanto el crimen como la verdad son contra mí
y nadie puede gobernar en el futuro con base en silencio o mentiras. Sólo el juicio que
ahora me hago puede conjurar este pecado, este gran costo que hubo que pagar para la
continuidad del proyecto. Por eso nunca terminaré de rendirle homenaje por su sacrificio a
Luis Donaldo, mi sucesor sacrificado.
Nuestros excesos abrieron la puerta a la serpiente que creyó que nuestra cola era el enemigo
que nos perseguía. Como al alacrán, nos ganó el carácter y nos fuimos picando solos: éste
es el retrato de ese autocrimen, que debe ser esclarecido, ahora que; éxito, por fin, se ha
salvado
La muerte de Colosio y otras muertes. Ya desde la reunión en Los Pinos, donde ratifiqué
que el único sucesor era Luis Donaldo, a los pocos días ser realizó otra reunión semejante,
pero muy selectiva para comentar mi disposición a que Luis Donaldo siguiera siendo el
candidato. Esta reunión se celebró en un rancho de Guerrero, un día antes de la celebrada
en las Lomas de Chapultepec el 3 de marzo de 1994. A esta reunión asistieron con grandes
medidas de seguridad (sin escoltas, sin celulares, ni radios), El profesor Hank González,
Patricio Chirinos, Rubén Figueroa, gobernador de Guerrero, Roberto Madrazo (próximo
gobernador de Tabasco), Jesús y Roberto Alcántara, dueños de Bancrecer (grupo Toluca y
posteriores socios de Cabal Peniche con el cual fusionaron Bancrecer y Banco Unión); la
reunión tenía como fin analizar la situación futura a partir de la designación oficial de
Colosio como precandidato por el PRI a la presidencia y acordar el mensaje que se llevaría
a la reunión que verificaría al día siguiente en el DF, donde se le pediría a Córdoba que me
dijera que había que remover a Colosio como candidato. Cada uno de los conjurados,
previamente había creado una coartada para estar presentes; los lazos entre ellos estaban
hermanados por pertenecer a la política desde hacía muchos años, algunos ser
descendientes de viejos políticos y haber perdido influencia política a causa del cambio
estructural del país. El lazo más fuerte que los unía era haber perdido poder y pasado a
segundo plano en la política nacional y, aunque no se había afectado en nada cada uno de
sus patrimonios, esencialmente estaban fuera del gran proyecto de integración económica;
los unía también un hecho de gran envergadura contra más mis intereses: haber complacido
la decisión de un grupo de resentidos que llevaron a cabo hacia unos meses, el secuestro de
Harp Helú, uno de mis representantes en Banamex (el otro banco privatizado) con el fin de
saber el proceso de la privatización y la propiedad real del banco; de este secuestro, por la
información que obtuvieron sobre el proceso de privatización y la nueva propiedad del
banco, yo quedé de alguna manera como rehén, en cierto sentido, de ellos y fue la señal de
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que una guerra se estaba fraguando. El secuestro de Harp fue la señal de fin de una era de
convivencia civilizada entre todos. Esto lo consideraban un gran golpe estratégico y un
cambio en las reglas internas de relación entre los grupos del poder; obviamente los unía,
por tanto, el triunfalismo de este golpe, en el cual habían ganado esa partida.
Los negocios de cada uno, como afinidad, estaban ligados al Estado, las compras y ventas,
el contratismo de obras y la administración de giros como el transporte público, la venta de
alcohol, permisos y venta de fayuca. Las entregas de Baja California, Guanajuato y
Chihuahua, a medida que acababa el sexenio se veían claramente, no como un acto de
traición que había puesto en jaque al poder político y económico tradicional. Las pérdidas
de grupos y familiar eran inmensas y exponencialmente negativas, pues el apoyo a las
candidaturas de Margarita Ortega, Raúl Macías y Ramón Aguirre dejaron un vacío enorme
y más cuando no había manera de recomposición, dad la excesiva protección desde el
gobierno federal a estos gobiernos que formaban parte de una alianza estratégica con mi
gobierno. La Red Uno tenía cabeza lógica y el jefe indiscutible de ella era el profesor Hank.
¿Estoy diciendo algo nuevo? Todo mexicano sabía y lo sabe, pero el silencio es
complicidad en tierra de Fuente Ovejuna y Hank logró pasar, tras la sustitución de Colosio,
en el apoyo central y decidido a Ernesto Zedillo y José Córdoba, que a su vez mantiene los
lazos de unión con el PAN y bloques de viejos y nuevos ricos. Hank pasó de estar en el
banquillo de los acusados a un lugar de poder extraordinario, bajo la presidencia de Zedillo
y ahora es un símbolo de la expansión mexicana en Centroamérica, el Caribe, Chile.
Muchos me persiguieron hasta Irlanda, cuando aquí tenían, a la mano y en plena
tranquilidad, al iniciador de este golpe de mano, verdaderamente perverso. ¿Quién savía,
por ejemplo; que el Profesor regaló la ―Colina del Perro‖ a López Portillo, con un objetivo
de venganza, pues Hank apoyó decididamente a Moya Palencia en 1975? ¿Quién sabia de
este acto del Profesor, que lo describe como un maestro del juego doble? Éstos fueron los
que iniciaron el golpe en contra de mi decisión.
Además de los grupos y corrientes dentro del PRI y en el círculo del poder influyen en
México, y son de gran importancia para el poder presidencial, los grupos regionales. Estos
no están necesariamente circunscritos a un estado, sino que a través de los últimos 70 años
se han fusionado, separado y hecho distintas recomposiciones que han logrado crear zonas
o regiones de poder político y económico que integra, muchas de las veces a varios estados.
Algunos de ellos incursionaron desde sexenios anteriores en el narcotráfico y con ello
elevaron su poder de manera extraordinaria.
De esta manera, está el Grupo del Sureste, que no sólo concentra poder económico, sino
que derivó también en expansiones sobre el capital financiero para el lavado de dinero.
Banco Unión, una fachada simple de la banca; de este grupo provenía a la reunión Roberto
Madrazo.
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En el norte, la situación se hizo más compleja, ya que los grupos como el Monterrey y
Chihuhua, diversificaron sus contactos con el sur de los Estados Unidos donde son socios
de distintos bancos desde la nacionalización en 1982. Los lazos con el PAN a partir de su
ascenso político y con el poder central fueron un hecho, donde confluimos nosotros como
funcionarios de la SPP, interesados también en la apertura del PAN. Por estas razones, la
Red Uno carecía de influencia en el norte.
Sin embargo, el Profesor era el más fuerte de todos ellos, pues en los últimos seis años
había logrado unificar a todos los grupos políticos del Estado de México, manteniendo gran
influencia en los estados del centro del país o circunvecinos al Distrito Federal. Con su hijo,
además el Profesor había logrado levantar un imperio económico-político en Tijuana, tras
el vacío dejado por los viejos priístas bajacalifornianos. Por esta ubicación geográfica, es
claro que en más de una ocasión se hayan cruzado los intereses del Profesor con las mafias
o cárteles del narcotráfico, en abierta confrontación con los intereses norteamericanos. Los
informes provenientes de la DEA y el FBI así lo manifestaban.
Los ―Tolucos‖ pues, integraban a los de Atlacomulco, los de Toluca (Chayffett, Pichardo
Pagaza, Espinoza, etc.) y al grupo de Del Mazo, perdedor, nada más nada menos, frente a
mí en la contienda interna del PRI en 1987 por la candidatura a la presidencia. Tanto por
poder político como económico, el Profesor era el jefe indiscutido de la Red Uno y un
adversario que no había que subestimar.
Hablando de grupos regionales, quiero decir que en Nuevo León el control regional y
político, incluyendo al PRI, era mío directamente. Lo mismo que en Chihuahua y
Guanajuato, donde las resistencias panistas en contra de la alianza, eran menores y
manejables tras el desplazamiento del payaso de Vicente Fox de la gubernatura, otorgada a
Medina Plascencia.
Otro grupo existente y presente en la reunión, era el representado por el sur, en manos de
los Figueroa y de Carrillo Olea, ambos ligados directamente con el viejo aparato de
seguridad nacional, que dirigiera durante muchos años Gutiérrez Barrios. Este grupo había
tenido escisiones fuertes con encarcelamiento de Zorrilla Martínez, a quien nosotros
responsabilizamos del asesinato de Manuel Buendía; estos entraron luego en conflicto con
el mismo Gutiérrez Barrios, al cual se negaron a apoyar, tras el conflicto surgido con él
desde su autodestape como secretario de Gobernación. Ahí estaba el grupo del sur con
influencia en Guerrero y Morelos. Pero algo más: este grupo del Sur mantenía una fuerte
relación con Manlio Fabio Beltrones, gobernador de Sonora, quien aunque no estuvo en la
reunión, empezó a jugar un papel determinante en la relación de las dos redes, ya que por
origen, tenía un largo pasado de relación con la antigua dirección Federal de Seguridad,
DFS, y por tanto con Miguel Nassar Haro, Gutiérrez Barrios, Zorrilla, Acosta Chaparro.
Manlio Fabio Beltrones me prodigaba lealtad y se había ―colado‖ como uno de los
nuestros, acercándose cada vez más a Córdoba. Beltrones tenía sus razones para estar en
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contra de Colosio, ya que a lo largo de ambas carreras políticas, para el gobernador Colosio
era un advenedizo y recelaba su estrecha relación conmigo.
Anímicamente Beltrones jugaría un papel en la decisión, contra Colosio y más cuando
sintió que quienes lo impulsaban a actuar contra Colosio, no era la Red Uno del Profesor,
sino la Red Dos vinculada por mí, por el hecho de estar compuesta por mis más cercanos
colaboradores. Beltrones, si bien siempre perteneció a la Red Uno, jugó a estar seguro en
ambos bando como buen oportunista que aquí se dan por cosecha.
A la reunión sólo faltó uno, el distinguido miembro del grupo y chantajista de primera
línea, ligado tanto con Tabasco como con Puebla y Oaxaca: Manuel Bartlett. Su falta no fue
por razones morales o de inconformidad, sino a causa de varias reuniones que tenía
conmigo y otros gobernadores.
De esta manera, si bien yo mantenía el control de la economía y gran parte de las regiones,
para mí no escapaba que el sureste, la región del Golfo, Guerrero y Morelos; que Tijuana y
la región centro del país controlada por los ―Tolucos‖, por ejemplo, Querétaro con Oetiz
Arana, se mantenía como una base territorial de poder en permanente negociación. En estos
territorios se habían replegado las fuerzas del viejo orden político, cuya actitud era de una
soterrada rebeldía. En principio yo los integraba y mantenía la negociación con ellos;
después de 1991 se fueron convirtiendo abiertamente en una oposición interna que actuaria
justamente durante el proceso de sucesión presidencial, reclamando los viejos.
La tarde del domingo 28 de noviembre, Colosio llegaba al punto más alto de toda carrera
política en México, pero al mismo tiempo era sentenciado a muerte, pues todas las
contradicciones del cambio estructural se centrarían en él. Su designación sólo generó la
militancia de la oposición interna que se puso a trabajar en la política de sustituirlo, hasta
culminar en la del 2 y 3 de marzo, donde se debatiría su suerte.
Por voluntad propia, la Red Uno me declaraba abiertamente la guerra y más cuando en las
reformas constitucionales para los hijos extranjeros, mantuve el candado hasta el año 2000,
lo cual excluía al Profesor definitivamente para arribar a la presidencia, a la cual siempre
había aspirado, pues sentía que contaba con la fuerza política y económica para llegar a
ella. Una especie de frustración y revanchismo por afrentas pasadas, afloraron en aquella
reunión dónde se decidió interrumpir y dar un golpe de mano a mi decisión. La visión
personalista rigió los planes futuros, ya que más allá del proyecto de integración al cual
consideraban irreversible, los animaba el hecho vulgar y determinista de obligarme a
entregar el poder al viejo sistema. Colosio, a partir de la designación, se convirtió en el
obstáculo fundamental y su muerte no sería el fin, sino el medio para obligarme a una
negociación sobre el sucesor, el cual debería ser designado en forma compartida. La muerte
de Colosio sería la llave para obligar a esa negociación, pero la maldad no es perfecta.
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El error que cometió la Red Uno fue que desde el principio estuvo infiltrada. Ya
previamente Córdoba, de acuerdo con los informes del Cisen (Centro de Información de
Seguridad Nacional), pudo lograr un cuadro de lo que estaba sucediendo, aunque tres
semanas después se hubiera logrado obtener la información sobre las reuniones de un grupo
de gobernadores, empresarios y políticos con Hank González. Desde mediados de 1993, se
tenía ya información de reuniones que generaban actividad. La pista fue seguida luego del
largo secuestro de Harp Helú y se empezó a identificar a sus integrantes, pero no se tenía
acceso a los planes y proyectos de esta facción. Pese a lo impreciso de los datos, los
equipos de Córdoba sondeaban a cada uno de ellos y los mantenían intervenidos; sin
embargo, fue hasta meses después que se pudieron precisar sus intenciones con respecto a
la sucesión. Esto no fue difícil de adivinarlo, dado que yo mismo intuía que había un
proceso de resistencia en marcha por parte del viejo aparato político, pero también debo
decirlo, que al igual que con Chiapas, yo lo subestimé y lo dejé en manos de Córdoba, lo
cual fue mi error, si es que lo hubo de parte.
Luego del descubrimiento de la red, en vez de derrota, ésta se convirtió en ―triunfo‖, pues
Córdoba, en vez de optar por destruirlos, decidió manipularla a fin de crear un enemigo
interno que permitiera compactar de nuevo al grupo, tras la defección de Camacho y su
falta de disciplina; Córdoba pensó en algo de mucha mayor trascendencia, que si bien tenía
el mismo objetivo de los otros, éste se fundamentaba por otros motivos: garantizar la
continuidad, acabando con un sucesor surgido de la estabilidad y las viejas reglas.
Córdoba, desde diciembre, decidió infiltrar a la Red Uno, dándose el tiempo para armar su
escenario estratégico y favorecerme con la muerte de Colosio, pero al principio no lo logró.
Éste es uno de los grandes enigmas del crimen de Colosio, pues Córdoba empezó actuar
paralelo a los planes de la Red Uno dirigida por el Profesor, al margen de mí, pero
justificados sus planes, ―interpretando‖ mis deseos. Fue así como se formó lo que el mismo
Córdoba bautizó como la Red dos o ―anillo‖ que envolvería el crimen de Colosio y daría el
golpe al segundo minuto en que se confirmará su muerte. Si la muerte de Colosio
beneficiaba a los dos grupos antagónicos, no lo sería la capitalización del crimen y su
resultado; por tanto, había que preparar lo seguiría al minuto en que se confirmará su
muerte del sucesor designado por mí.
Aquí hay que hacer un paréntesis, ya que contra Colosio no existía ningún afán personal de
nadie, sino contra lo que él representaba. Nada personal diría el mensaje público a los
seguidores de Colosio y a su familia a título de justificación y de perdón. Han de existir
cientos de fotografías de Colosio abrazado cada uno de los personajes aquí presentados,
donde casi todos, seguramente, le manifestaron simpatía y hasta respeto. Sin embargo, lo
que se jugaba o estaba de por medio, era algo más que una relación de amistad: estaba el
futuro del país. La muerte de Colosio no hubiera pasado quizás de un crimen por ambición,
si Córdoba no lo transforma en una medida de Estado, trabando de raíz la investigación y
haciendo imposible de aclarar un hecho que involucra a todos, incluido a mí.
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Córdoba, con larga experiencia en operaciones de inteligencia, sobre todo las vividas en
Argel después de la ocupación francesa, convirtió el crimen en un laberinto de
complicidades, que luego se convirtieron y expresaron en la negociación para designar al
sucesor. Para los motivos de Córdoba esto era el objetivo central; pero para él no era
solamente llegar, sino cómo llegar, siendo tan importante lo uno como lo otro; es decir:
tener un continuista subordinado, lo suficientemente débil y dependiente para evitar
peligros de golpes de timón o cambios a la mitad del río. El crimen de Colosio tenía esas
dos características. No sólo matar al hombre, sino también matar a la institución
presidencial; era algo que buscaba Córdoba y que no buscaban necesariamente el Profesor
y su grupo.
La flexibilidad táctica de Córdoba se revelaba de esta manera como algo profundamente
amoral y eso era una actitud moderna o posmoderna, ¿o no? Adelantarse a las
circunstancia, viendo lo malo, al crimen mismo, como un mal necesario, era natural y parte
de la política. Para Córdoba, su obsesión era adelantarse a los asesinos de Colosio y
teniendo el privilegio de la información sobre la inevitable muerte de mi sucesor, imponer
el objetivo estratégico y construir las nuevas circunstancias era fundamental. Si Córdoba no
actúa, hubiera pagado solamente la Red Uno y hubiese sido el final del proyecto neoliberal,
el fin de la continuidad y el regreso de todos los fantasmas en tropel contra nosotros;
racionalmente era correcto y un cálculo impecable, aunque frío: el momento exigía
sacrificio.
La infiltración de Córdoba a la Red Uno le dio, pues, un giro trascendente al crimen, pues
aislada la Red Uno, hubiese sido solamente un acto desesperado, al cual la razón de Estado
hubiera destrozado. Para proteger al crimen, Córdoba lo convirtió en un crimen de Estado.
Desde que supe esto, he vivido con el corazón destrozado.
Operación :Culebra
Ejecutores: Mario Aburto, Enrique ―El Negro‖ Martínez, Jorge Antonio Sánchez Ortega.
Forma: Un ―tumulto‖.
Lugar: Tijuana, colonia lomas Taurinas.
Cobertura: Tres asesinos, independientes y compartimentados, que saben que tienen
competencia, pero no saben quiénes son. Los tres tienen un solo mensaje de supervivencia:
Los dos primeros que acierten se salvan, el último o el que falle, es el culpable. Sólo habrá
un asesino, que al convertirse en un preso de alta peligrosidad podrá guardar silencio.
Señuelo público: Un video donde todos creerán que ven todo y nadie verá nada más que
una sola versión. Ésta será la base de la investigación que fundamentará la idea del asesino
solitario.
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Leyenda: Un asesino solitario.
Contexto favorable: La confusión.
Responsable anímico: Camacho.
Responsable genérico: La violencia, la guerra en Chiapas.
Objetivo táctico: Obligar a la negociación con el presidente.
Objetivo estratégico: El cambio de sucesor para impedir el Maximato.
Escudo: Perder a todos en el bosque. Acercarle las ramas a la opinión nacional, para que no
vea el bosque. Hacerlo un ―caso especial‖ y desgastar al país con una larga investigación.
Aplicar la Omertá (ley de la Mafia y la Camorra, que significa no acudir a la Justicia en
ningún caso, aunque se trate de una injusticia por propia mano.
Dirimir mutuas discrepancias, nunca delatar a los culpables extraños. La Omertá es la ley
fundamental de las bandas criminales; por eso, en los juicios, los que pertenecen a ella
siempre mienten y nadie dice la verdad).
El crimen empezó a urdirse desde finales de 1991 por el impacto creado por mis reformas.
Los cambios a la Constitución, a los artículos 27, el 130; nuevas leyes económicas para la
desregulación de la actividad productiva y comercial, leyes para la apertura y la
integración. La sentencia contra Colosio fue el 28 de noviembre, el día de su designación
como candidato.
La Red Uno, a través del Profesor, sabía la magnitud que significaría atentar contra la
decisión de un presidente; él mismo sentía que había llegado muy lejos. Por eso, el crimen
estaba pensado como el inicio de una negociación –caso insólito—de la sucesión
presidencial, que no se daba desde la muerte de Venustiano Carranza y Obregón, en el
sistema político mexicano.
La muerte de Colosio vino a ser un acto contra el peligro de un Maximato mío; la paradoja
es que para el profesor Hank y su facción, se necesitaba la muerte del candidato, de Luis
Donaldo, para acabar con esta posibilidad continuista, mientras que para los defensores de
mi Maximato (Córdoba y el grupo), también era necesaria la muerte de Luis Donaldo, pues
la continuidad requería un presidente sin institución presidencial, la cual moriría al morir el
candidato.
Colosio estaba muerto por todas partes y no pude defenderlo. Una tragedia dentro de la
tragedia; una víctima del poder y la transmisión del poder; una víctima de tirios y troyanos.
¿Por qué me convertía en el Rey Lear impedido para salvar a mi leal Cordelia? ¿Por qué
quedar atrapado entre la traición de mis sucesores? La Red Uno empezó a trabajar en el
crimen en forma detallada desde el 28 de noviembre.
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Rubén Figueroa y Manlio Fabio Beltrones, ambos gobernadores, de Guerrero y Sonora,
respectivamente, se encargaron de construir la red operativa para ejecutar el crimen.
Manlio Fabio con el consenso de todos, convocó al viejo Miguel Nassar Haro, ex titular de
la Dirección Federal de Seguridad (DFS) a concebir y llevar adelante el plan contra
Colosio. Este último empezó a integrar dos equipos de trabajo con miembros de ex DFS
que ahora estaban integrados al Cisen, otros a grupos de choque contra el PAN en Baja
California y que tenían larga experiencia como provocadores, madrinas de judiciales y
agentes al servicio del gobierno y el PRI.
Si bien en cada estado del país ganado por el PAN existían estos grupos con un alto grado
de autonomía, los de Baja California eran particularmente adecuados para el crimen, ya que
guardaban cada uno de ellos un viejo rencor contra Luis Donaldo al reconocer éste (a
instancias mías), el triunfo de Ernesto Ruffo del PAN sobre Margarita Ortega del PRI. Luis
Donaldo era visto por estos sectores atrasados como un traidor al frente del PRI y esta
secuela había permanecido como afrenta a vengar desde 1989 a la fecha. Para el viejo
Nassar, esta afrenta personal era un requisito de cada uno los participantes y Tijuana, por
tanto, era el lugar ideal para encontrar los elementos necesarios para la ejecución.
―Tierra de nadie‖, vacío de poder, policías en disputa, periodistas asesinados, clima
polarizado, el ambiente necesario para la confusión. Por eso Nasar no dudó en que ése sería
el escenario natural y que sólo bastaría que Luis Donaldo le pusiera fecha a su muerte: el
día que él escogiera para ir a Tijuana en campaña, ahí lo estarían esperando para matarlo
en un tumulto.
Estos grupos se llamaban en Tijuana grupo Omega, grupo TUCAN (Todos Unidos Contra
Acción Nacional), Escudo y Grupo Táctico Especial de la policía municipal de Tijuana
(PRI). Existían desde 1989 y se habían mantenido sobreviviendo escoltando droga a
Estados Unidos, en el negocio del robo de automóviles, y el contrabando hacia México. Por
el robo de autos que luego vendían en México, Miguel Nassar fue acusado en Estados
Unidos de ser el jefe de las bandas de autos robados y él conocía de tiempo atrás a
Tranquilino Sánchez y a Sánchez Ortega, ahora del Cisen.
Sin embargo, Nassar al primero que contactó fue al gordo Fernando De la Sota, antiguo
compañero en la DFS; De la sota había sido hombre de confianza y jefe de seguridad de
don Rubén Figueroa padre, en la época del combate ala guerrilla de Lucio Cabañas y, pot
tanto, con experiencia en trabajos de inteligencia y contrainsurgencia. Fue propuesto a
Nassar por otro policía de la época de oro de la DFS (como ellos le decían con nostalgia), el
general Acosta Chaparro, quien fuera el responsable de más de 200 campesinos
desaparecidos en Guerrero y que no pudo integrarse al grupo por su alcoholismo y sus
obsesiones que lo hacían escribir y escribir listas negras de conspiradores y guerrilleros
sacados de sus viejos archivos, de los cuales algunos ya eran funcionarios o periodistas.
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Pese a sus alucinaciones, el general Acosta Chaparro deseo la mejor de las suertes a Nassar
en esta tarea que significaría el regreso a los viejos tiempos de la gloriosa DFS. Acosta
Chaparro le recordó a Nassar que De la Sota estaba en Tijuana, desplazado de la PGR tras a
haberse involucrado, como otros, con los narcotraficantes de Ciudad Juárez.
De la Sota tenía que encontrar una señal para saber el nivel de protección tras la ejecución
del candidato. Nassar mismo y su leyenda eran en parte esa garantía; pero la otra, la más
evidente para De la Sota, fue la fluidez de recursos (difícil ya en esos tiempos) que
empezaron a llegar sin ningún retardo a partir de la primera reunión con Nassar, el cual le
propuso formar un cuerpo de seguridad personal para el candidato del PRI. Los recursos
serían de dos maneras, una a través de él directamente y otra como ―contratación de una
empresa de seguridad‖ que De la Sota formó con el nombre de ―Escudo‖. El grupo Omega
sería financiado, pero tendría un papel doble a fin de asegurar el objetivo: cuidarlo, para
liquidar al candidato al momento que llegara a Baja California. Estos recursos provenían
del profesor Hank a través de Roberto Alcántara, quien a nombre del grupo Toluca
financiaba esto ―en contribución a la campaña‖ de Colosio. Para De la Sota, el solo hecho
de saber que provenían de Toluca, según las transferencias bancarias, era prueba suficiente
de que trabajaba para una operación del más alto nivel. A estos agentes, el Estado
nuevamente los necesitaba a prestar sus servicios.
Con recursos suficientes, De la Sota recluta a Othón Cortez, ligado más a la estructura del
PRI y sus vericuetos que a la vieja red de la seguridad del Estado. De la Sota, a través de
Othón, se orienta para seguir incorporando gente para el operativo. El caso de Othón
constituye una pieza de gran importancia, ya que ligado a Xicoténcatl Leyva, ex
gobernador de Baja California, Othón estaba también ligado a Alcides Beltrones, hermano
de Manlio Fabio, el gobernador de Sonora. Alcides era director general del aeropuerto de
Tijuana y, por lo tanto, pieza clave para el manejo de la seguridad desde el arribo y sobre
todo para la colocación de cad uno de los miembros de la operación. Othón, con sus cargos
de chofer, coordinador de campaña de Margarita Ortega, madrina de la judicial y soplón de
la DFS, es recomendado por De la Sota al general Domiro García Reyes. Domiro lo
incorpora, dado que desde la oficina de campaña existen también recomendaciones hacia
Othón, particularmente por parte de Ricardo Torres Cota, encargado de Información a los
Estados en la oficina de prensa de la Presidencia, bajo el mando directo de Córdoba.
Desde febrero en que es contratado por Domiro García Reyes, Othón Cortéz ya era parte
del grupo Omega y trabajaba de cerca con De la Sota en lo que llamarían ―Operación
Culebra‖ (el mismo equipo de seguridad se mordería su misma cola). De la Sota contrató a
Cortez ―para algo especial‖ que había sido ordenado ―desde muy arriba‖ y tenía como
objetivo salvar al PRI, pues existían un serio peligro de que se repitiera la situación de 1988
y Baja California era clave, ya que en ese año, como en 1989,Baja California había votado
masivamente por la oposición.
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Para conjurar la oposición –según lo dicho por De la Sota a Cortez—la leyenda debería
construirse con mucho cuidado para pasar de victimarios a víctimas de una conjura
desesperada. Esto requeriría de un hecho de gran magnitud que pusiera en riesgo la vida del
candidato del PRI. Según la leyenda manejada por De la Sota, el objetivo sería herirlo, no
matarlo, pues herido Colosio (aunque fuera levemente), lo haría fuerte y provocaría una
reacción generalizada del partido y la opinión pública en contra de la oposición y el clima
de violencia al que estaba llevando al país, la candidatura nuevamente del hijo del General
y el alzamiento indígena en Chiapas. La gente voltearía a ver a Marcos, al EZLN,
legitimando con ello también la justificación que necesitaba el ejército contra los alzados, a
fin de cortar todos los puentes de comunicación, entre legales e ilegales, construidos por el
grupo de Camacho (a estas alturas él ya tenía su propio grupo con Marcelo Ebrard, Enrique
Márquez, Alejandra Moreno Toscano).
Con esta información, De la Sota empezó a reclutar selectivamente, para un cuerpo de élite
que llevaría a cabo no sólo la acción en Tijuana cuando llegará el candidato, sino los
señuelos para que éstos apuntaran hacia todos los enemigos del sistema. Manuel Camacho
era uno de ellos, como artífice de las ―concertaciones‖ (así se les llamaba entonces). Su
ambiguo papel político desde el 28 de noviembre, lo convertiría en uno de los responsables
anímicos de acuerdo con el guión del crimen, ya que sería el enemigo público de Colosio,
al que todos voltearían a ver como responsable del atentado. Camacho sin quererlo, se fue
convirtiendo en el eje de la operación de inteligencia contra Colosio; dejó de ser el torero
entre el sistema y la oposición y se convirtió en el toro. Camacho no se dio cuenta que
desde el público y el lugar de sombra, en la zona de privilegio de los grupos de poder, el
aplauso era unánime. Camacho se convirtió sin querer en el tonto útil, por querer jugar
pesado en la política, siendo un hombre de tan poco carácter.
Me duele contar esto; me duele pensar que lo que a aquí relato haya sido cierto; me duele
que esto no sea una novela y que todo haya sucedido realmente como lo cuento y que la
obsesión del poder y la perversión acumulada haya hecho un crimen tan abominable contra
Luis Donaldo, independientemente que haya consolidado el proyecto y le hubiera dado la
razón a Córdoba.
El general Domiro García Reyes, confrontado con Luis Donaldo desde el principio,
marginado por desconfianza y por considerársele un responsable de seguridad impuesto, no
sólo no mejoraba su relación con Luis Donaldo, sino que ésta empeoraba. Colosio cometía
un grave error, pues un militar de ese rango no es un sirviente, es un profesional de la
seguridad. Domiro tenía que competir cada decisión con el capitán Castillo, hombre de
confianza de Colosio, pero que por rango y por origen no podía entrar tampoco al grupo de
élite del Estado Mayor Presidencial (EMP) que con Domiro cumpliría ya 24 años, pues
desde el gobierno de López Portillo, el EMP había sido junto con nosotros, el grupo
emergente dentro del ejército.
Memorias de un Líder
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El conflicto se revelaba en la falta de recursos y apoyo a la tarea de Domiro, quien estaba
también a dos fuegos: si las cosas salían bien, había muchos que se la adjudicaran; si las
cosas salían mal en los actos públicos, el responsable era Domiro, a veces acusado hasta de
la poca asistencia en los mítines, cuando esto era evidentemente responsabilidad de otros.
Domiro García nunca se cansó de buscar una buena relación con Colosio, pero el carácter
de éste, nervioso y apocado, se alteraba con cualquier cosa. Colosio una vez designado
tenía el primer síndrome de todo candidato del PRI a la presidencia: ser distinto en todo a
quien le dio el poder. Rechazar la estructura, sentirse que él es distinto y podría reformar
desde adentro; la exploración de la frase ―tener ganas‖ de un gobierno distinto e integrar a
las corrientes de oposición para construir en parte el nuevo gobierno, todo sonaba como
críticas veladas hacia mi y lo que juntos habíamos hecho. Es así como se hacen los libros
―Scherer y los Presidentes‖, pues en cada sexenio, la historia se repite con los periodistas,
los opositores, los empresarios, la Casa Blanca: la campaña es el proceso de deslinde del
antecesor, la creación de alianzas ―amplias‖, la seducción y la mutua atracción.
Posteriormente, las mismas decisiones van acabando con este ambiente cordial, así como
las críticas provenientes de los medios. El poder, antes de mí, conducía al nacionalismo y a
exaltar el discurso afrentoso contra nuestros vecinos del norte, cayendo en la xenofobia más
corriente, como discurso póstumo luego venían las devaluaciones, crisis y ajuste que
barrían con toda la demagogia, los amigos, las buenas relaciones y convertía al presidente
en el depositario de toda la basura moral del país. ¿No debería existir una Comisión de
Derechos Humanos Presidenciales?
En la medida en que Domiro era rechazado en el equipo de campaña y bloqueado, por ser
hombre de mi confianza, en esa misma medida la relación de Domiro y Córdoba se
acrecentaba. Los reportes del general empezaron a preocupar al equipo, pues ante su propia
debilidad, Colosio quería a toda costa sacar su fuerza del deslinde, no del aparato sino del
proyecto y del grupo compacto. Lo de Camacho lo consideraba una afrenta hacia él por
parte de todos sus compañeros y creía firmemente que Manuel estaba alentado por mí. El ―
no se hagan bolas‖ lo tomó más que como un apoyo, como una burla, pues subrayaba a
todo el mundo que yo era el jefe y él sólo un subordinado mío.
No le faltaba razón, pues mi imagen no había perdido fuerza tras dos meses de su
designación y pese a la situación de Chiapas. Extrañamente nadie volteó hacia Colosio
como una posibilidad de solución, sino que todo se concentró en mí y en las facultades que
yo le otorgué a Camacho.
¿Era esa mi culpa? ¿Era yo responsable de la lentitud de carácter de Colosio y su
temperamento opacado? Colosio se encargó en todo tipo de reuniones a sembrar la
distancia no sólo personal, sino con el proyecto. El monstruo del presidencialismo
empezaba a atraparlo y cada semana, el espacio que iba ganando era para tomar más
distancia. Creyó necesario establecer sus propios puentes con el viejo aparato del PRI e
ingenuamente estableció ―alianza con el grupo del profesor Hank, quien le ofreció ayudarlo
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con recursos transportes de Roberto Alcántara. Colosio fue el que no respetó las relgas de
la sucesión e hizo que yo también las violara de manera instintiva.
Mientras esto sucedía, en Tijuana, De la Sota reclutaba a los Riva Palacio, a los Mayoral
(padre e hijo), a Tranquilino Sánchez, a Antonio Cortez. La ―guardia personal de Colosio‖
bajo las siglas del grupo Omega y Escudo, todos venían del TUCAN. El grupo debería
planear el atentado y la cobertura de los que participarían contra el candidato. Al mismo
tiempo, la forma en que neutralizarían a los grupos del Estado Mayor Presidencial y
cualquier obstáculo, para lo cual desde el principio, desde el aeropuerto, debería estar en
contacto directo.
Todo lo facilitó el mismo general Domiro García Reyes al contactar para la seguridad a
Othón. Sin embargo, la naturaleza servil del mismo Othón hizo que la situación cambiara
180 grados, pues Othón, desde que fue citado a la ciudad de México por el mismo Domiro,
informó de la existencia del grupo Omega, el cual ya estaba trabajando en la seguridad de
Luis Donaldo, bajo el pretexto de que en Tijuana eran muchos los grupos en conflicto
dentro del mismo PRI y la situación con el mismo PAN estaba cada vez más tensa. Othón
le expresó al general Domiro que durante la visita de Colosio a Tijuana, no se contaría con
el apoyo de la policía estatal, dado que el PAN se encontraba sumamente polarizado con la
estructura del PRI y las instancias federales.
Éste es un punto oscuro en el informe, pues Córdoba en sus careos asegura que él encontró
la verdadera intención del grupo Omega y de Othón, por un minucioso trabajo de
inteligencia de su equipo, mientras que otros aseguran que fue directamente un chivatazo de
Othón a Domiro, el que hizo que se delatara la Operación Culebra con anticipación. En
ambos casos, esto hizo que la información estuviera en manos de Domiro y Córdoba, pues
ambos tenían la misma escuela en tareas de inteligencia. Domiro en Israel para acciones
encubierta y Córdoba en Argel, donde conoció a fondo las técnicas francesas en una guerra
de ocupación y que se basaba en la misma idea de disfrazar decisiones de Estado, mediante
actos terroristas.
Domiro, como buen militar, informó la existencia del grupo Omega, no a su estructura
formal, es decir, el general Cardona, sino a Córdoba, con lo cual él creía que me lo
informaba a mí de la manera más directa.
Ahí es donde se pierden las decisiones y el escenario se vuelve brumoso, fantasmal e
imperceptible, pero que llevan a señalar a Córdoba como el artífice de la Red Dos, la cual
en una operación envolvente, empezó a actuar en un sentido más allá del que había
justificado el mismo De la Sota: Colosio no debería quedar herido, sino debía morir y la
existencia de una emboscada independiente, sería el mayor señuelo y el escenario más
favorable para interrumpir la sucesión presidencial, no afectar las relaciones entre los
grupos de poder y hacer de la muerte de Colosio, una decisión de Estado.
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¿Qué no sabían que me afectarían a mí? ¿Qué no se daban cuenta de que yo sería el primer
perjudicado? ¿Por qué violaron todos la lealtad hacia mi decisión?
El sistema ha permitido la veleidad del distanciamiento, pues es parte esencial del proceso
de legitimidad y como forma para crear expectativas nuevas; todos hemos dejado avanzar
la expectativa: el próximo sexenio ―será distinto‖, aunque muy pocos hayan cumplido.
Colosio, sin embargo, se excedió; su inseguridad nata, su volubilidad y carácter inmaduro
y tempranero, lo hicieron una persona irritable. En descargo, creo que influía la salud de
Diana Laura, que para aquellos tiempos ya se encontraba en la fase terminal de su
enfermedad, un cáncer maligno que se había extendido ya por todo el cuerpo y la había
convertido en esa mujer sobria, distante, un tanto mesiánica. Desde el principio, pese a que
yo ya sabía el estado de salud de su esposa me había acostumbrado a la posibilidad de que
Colosio sería el primer presidente viudo en la historia del país. Esto no dejaba de
preocuparme, pues podría profundizar la inmadurez de Luis Donaldo, haciendo de la
presidencia algo tan escandaloso como lo que había hecho Carlos Andrés Pérez o Carlos
Saúl Menem de Argentina, que rodeó a la institución en un mar de escándalos de mujeres.
Colosio, como político joven, podría cambiar radicalmente siendo un viudo joven y con
poder; podría convertirse en una fuente de escándalos y frivolidades. Seguramente, al
dramatismo inicial seguiría una verdadera cacería de las mujeres más hermosas del país y
del extranjero, y lo convertirían en el viudo más codiciado del mundo. Todos sus excesos
personales se justificarían en un país de machos y ni las feministas protestarían a los flirteos
presidenciales que se darían en todo acto público y serían parte de las crónicas políticas.
Todo esto me lo imaginaba y me hacían dudar el pensar en el estado de salud de Diana
Laura, pero la inercia del poder estaba en curso y yo debía proteger mi decisión largamente
pensada. La sorpresa histórica es que nunca pensé que la viuda sería Diana Laura y que el
primer muerto de esa pareja trágica, terminal, fuese el joven y sano Luis Donaldo.
Con la barbarie, la antigüedad se hace contemporánea y el gangsterismo político se enraíza
en lo nuevo como lastre. Eso sucedió desde que se planeó el crimen de Colosio. El país se
partió en dos nuevamente, entre el país del pasado y del futuro; el presente dejó de ser
importante y por eso el crimen se hizo más importante que las formas de conciliación
política. Al tener la información de lo que está preparando en Tijuana, Córdoba empezó a
preparar su paso adelante; su adelanto al acontecimiento futuro, esencia de nuestra escuela
política. El chivatazo de Cortez y el seguimiento a los contactos de De la sota que
condujeron a Nassar y Manlio Fabio y Rubén Figueroa, fue cosa fácil y establecieron la
magnitud de lo que se preparaba en Tijuana. Sólo podía estar al mando de todo eso, el
profesor Hank, el resistente y persistente Profesor que era capaz de correr bajo la lluvia u
permanecer seco, por su habilidad para eludir cada gota. Ahí estaba de nuevo, preparando
también el futuro (cosa que nos identificaba) y por lo cual nos hacía chocar de forma
permanente, pues si en el presente coexistían dos países, dos proyectos uno naciente y otro
en muerte, tanto para él como para mí, el futuro debería ser para un solo propósito y una
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sol orientación. Tijuana estaba sin lugar a dudas bajo el control económico de Hank,
beneficiándose de la cobertura del primer gobierno de oposición, bisoño y con pocas
posibilidades de reglamentar y controlar los negocios en expansión del Profesor. Fue fácil
adivinar el porqué se había escogido este escenario.
Córdoba me siguió administrando y negando la información de la campaña, así como en
1993 me había bloqueado lo que sucedía en Chiapas. Como una computadora que empieza
a pensar por sí misma, así Córdoba empezó a tomar decisiones estratégicas y de gran riesgo
sin el consenso del grupo y sin consultarme; su falta de cultura nacional, al principio era
una virtud y al final se fue convirtiendo en un peligro, por el gran poder concentrado y
delegado por mí. Los errores de apreciación concreta eran para mí producto de la mente
amplia, del intelectual de la globalización que sabía jugar estratégicamente y no en forma
táctica y concreta; más que un político Córdoba era fascinante estadista y pensador.
Después del ocultamiento de información de la guerrilla en Chiapas (a favor de la
aprobación del TLC),Córdoba se acostumbró y tampoco me informó de lo que se preparaba
en Tijuana y que se filtraba por todas partes de la estructura estatal del PRI. El
gangsterismo político había llegado a su máxima expresión, pero su objetivo no era ahora la
desestabilización del PAN para lo cual se había constituido el grupo TUCAN, sino su
propio candidato a la presidencia, al cual se le responsabilizaba del ascenso de la oposición
panista al poder. Los agentes de Córdoba, que a la postre muchos de ellos fueron a la sazón
hombres también de la Red Uno y de Nassar Haro, sin escrúpulos los graves riesgo del
candidato del PRI en la frontera y anunciaban el peligro de un atentado. El silencio del
Cisen, bajo el mando de Córdoba, ante estos informes, empezó a crear un clima de que
habría cheque en blanco para el atentado; si a eso se agregaba la situación política de la
campaña, era fácil adivinar que había un cambio en la decisión sobre el sucesor; sería fácil
predecir el peligro. Córdoba pediría a González Ortega que le mantuviera informado a
través de Othón y éste a través de Ricardo García Torres de la Presidencia. Mientras tanto,
Córdoba buscaba ya la manera de medir y poner a prueba la lealtad de Domiro García
Reyes, el jefe de seguridad de Colosio, pues de él dependería el triunfo de la Operación
Culebra, pues él era el único y principal obstáculo, ya que políticamente Colosio estaba
solo, completamente solo.
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Carta XVII zodiacal
ARIES: LO QUE TU SABES NO LO VERÁ NADIE, PORQUE AHORA SI LOS
TECNOCRATAS LE GANARON A LOS POLITICOS. Efectivamente, recuérdalo
siempre, ―la política es más rápida que la vista‖: Con la memoria se ve solamente lo que
uno quiere ver y el olvido nos hace inventar historias: gracias a Dios, éste es un pueblo de
desmemoriados.
Esto lo aprovecharán los organizadores del crimen para hacer que su versión sea histórica y
única.
EL VIDEO ES LA CLAVE. El crimen no se aclarará mientras el punto de partida sea el
video. El video se hará para que nadie vea lo que todos creen que verán. La televisión será
su aliada, como fue para ti aquel 6 de julio por la noche; como fue a lo largo de tu gobierno,
metiendo la trenza como la serpiente, para que todos creyeran que en verdad tu fuerza es
infinita. La imagen es una enemiga de la vedad, aliada de la razón de Estado. Sólo habrá un
video oficial, porque sólo habrá una muerte oficial y un asesino oficial y errores oficiales,
testigos oficiales y declaraciones oficiales. El escenario estará vacio de testigos incómodos,
gracias a su gusto por la fayuca. Se defenderán diciendo también que los engañaron, pero
sólo demostrarán lo barato que son los periodistas oficiales. Será un crimen perfecto, todos
verán entrar la bala en la cabeza, la explosión de la pólvora, el tumulto en cámara lenta; lo
pasaran miles de veces para que todos vean lo que no verán, para todos acepten la verdad
de un asesino solitario.
Vendrá la era del gran miedo y el país será un lugar moderno, pero con miedo. De las
computadoras y los celulares saldrá sangre, de las pantallas se levantarán los fantasmas y
tus decisiones lograrán un gran propósito: todos nos sentiremos culpables.
Genial será la técnica de televisar en vivo la tragedia y a ésta convertirla en el icono del
país con el miedo moderno. Si no hay video, los testigos serán más importantes que la
versión de los guardias, que en realidad serán la jauría que encaminará a la presa hasta la
boca de las pistolas. En ese video, el fondo musical de ―La culebra‖ será la exaltación para
el sacrificio. Marte, Saturno y el fue cósmico recibirán la sangre para autofecundación de tu
proyecto, y eso es lo único que verán los millones de testigos tras el video.
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La ejecución y otras muertes
Dublin, abril de 1997.
Existen pocos testigo de prensa en Lomas Taurinas, simplemente porque no había
corresponsales ni enviados ni reporteros, toda la fuente de la campaña, todos, incluyendo
camarógrafos, se habían ido de fayuca a San Diego. La ausencia fue un trabajo organizado
por Othón Cortez, por instrucciones de De la Sota. ―No habrá nada por la tarde… una
colonia marginal y el mismo discurso, así que váyanse de compras, pero se sí, cubran el
recibimiento en el aeropuerto para que se vayan tranquilos y no les cierren sus ediciones,
muchachos‖, les dijo un personaje del que, por cierto, nunca más se supo de él. Hasta dos
años después fue visto trabajando en el equipo de prensa de Santiago Oñate. Shafino (es el
mismo que recordó Domiro en su testimonio) durante el viaje de la Paz a Tijuana, que
repartía en el avión los sobres e invitación para irse del aeropuerto a San Diego, dejando a
Colosio en manos del PRI estatal, de las porra y los que estuvieron a recibirlo, que por
cierto, no había nadie de importancia relevante ni siquiera de su comité de campaña, salvo
Mario Luis Fuentes y el delegado estatal del PRI, Enrique Garibay, que lo acompañaron en
su camioneta Blazer.
(Raúl: Los apologistas de Camacho decían que él era un político ―inédito en la historia del
país, ¡¡inédito! El problema de Camacho es que a lo largo de nuestra supuesta amistad
siempre trato de ser más listo, y en ese 1993-94, el juego entre ambos se tornó no sólo
peligroso, sino sangriento. ¿Por qué perdió Camacho?, se preguntan los camachistas; por
una simple razón: nunca jugó.
Sus memorias periféricas de lo que pudo haber sido y no fue, y que se contaron por docenas
para justificar y ―explica‖ por qué perdió, lo señalaban como un político con gran prestigio.
¿Habrá pensado que lo perdería y moriría junto con Colosio? Lo lamento, porque era mi
amigo, hasta que decidió jugar a los pactos a mis espaldas y la maniobra llamada ―la
alianza estratégica hacia la transición democrática‖. Camacho se salvó de no ser el muerto
en Lomas Taurinas (aunque dudo mucho que hubiera llegado hasta allá) y eso sí que me lo
agradece, sabe en el fondo que lo protegí, como te sigo protegiendo a ti aunque tú también,
varias veces, por negocios me hayas traicionado.)
Del aeropuerto a Lomas Taurinas, Domiro García Reyes se dejó guiar por Othón Cortez y
el equipo de De la Sota. Durante el camino, Colosio nuevamente se enojó porque la policía
de tránsito desviaba el tráfico para darle preferencia y les reclamaba a Domiro y Othón:
―Más votos de menos‖. Colosio –cuenta el mismo Domiro—estaba en contra de las formas
de seguridad y pensaba que la fuente de su poder estaba en la gente, en el contacto físico, al
perder todas las relaciones institucionales y sólo quedarse con ―su alianza estratégica‖ con
Camacho y Gutiérrez Barrios. Al llegar a Lomas Taurinas, la valla, tímidamente hecha, se
deshizo y la gente se abalanzó a rodearle:
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Lomas Taurinas era una colonia priísta; una isla de priísmo popular en medio de la
aplastante mayoría panista que gobernaba con Ruffo Baja California; Lomas Taurinas era la
cita que le mismo Colosio había escogido a propuesta de Guillermo Hopkins, su hombre de
confianza dentro del comité de campaña, pues con Zedillo no se contaba más que para
hacer corajes y recordar madres y ausencias. La cita en Lomas Taurinas fue decidida en
fecha y hora por su misma gente y Colosio confirmó el encuentro con la muerte.
Los asesinos eligieron el estado con calmada anticipación; Luis Donaldo, el lugar donde
moriría. No se necesitaba quebrarse la cabeza para saber que Colosio pasaría por Tijuana.
¿Quién sugirió o propuso Lomas Taurinas? Fue justamente Othón a través de Domiro, y
éste fue para Hopkins la vía por la que se llegó el nombre de esta colonia a Luis Donaldo.
ÉL ya tenía conocimiento de ese lugar, pues lo había visto en varios documentos como
parte del Programa de Solidaridad, al cual le ponían especial énfasis los priístas de Tijuana
y, por eso, Colosio aprobó este encuentro, en lo que él consideraba un terreno propio,
familiar. Para la Red Uno, el tiempo sí era determinante para la ejecución, pues la muerte
debería llevarse a cabo antes de abril y dar margen para que las listas al Congreso de
diputados y senadores fueran no colosistas, sino leales al partido y las fuerza que triunfaran
en la sustitución de Colosio. Por eso tenían en los tres estados panistas (Chihuahua,
Guanajuato y Baja California) emplazado un operativo semejante: el momento lo decidiría
también el plan estratégico. Eso en el fondo me agregaría a mí una facultad última:
participar en el palomeo de las listas al Congreso, no obstante ser un presidente de salida,
ante la falta de mi sucesor y la debilidad del sustituto, quienquiera que fuera.
Domiro, según me confesó , al llegar a Lomas Taurinas vio que la mano de Shafino, el
oscuro personaje del que sólo se sabe ese nombre, había ya cambiado el lugar del templete
y lo había puesto al otro extremo de la entrada. Esto haría al candidato caminar en forma
ascendente hacia el sonido, rodeado de señoras, gente desconocida y hombres que
saludaban a De la Sota y Othón, con la mirada y las manos, Domiro se dio cuenta que
estaban él, Colosio y sus oficiales del EMP, en manos de la Red Uno y que, por tanto, era
necesario tomar una posición defensiva. Ésas eran las instrucciones de Córdoba y parecía
que el momento había llegado. Domiro se dio cuenta de que en ese momento y entre esa
multitud se habían fusionado las dos redes, y que los hombres que él creía suyos eran en
realidad dobles agentes, o que tenían más responsabilidades de que las que él había
designado. Es decir, que del equipo de seguridad ofrecido por Roberto Alcántara, uno de
los principales tolucos, se había montado otra estructura de organización y decisiones al
margen de él. Othón ya le había dado señales al respecto, pero ahora, al verlos a todos
juntos, actuando coordinadamente, acercándose y estrechando el cerco, pudo darse cuenta
de que ése era el momento de un atentado y que la protección a Luis Donaldo sería su
propia muerte y la de sus compañero: Reynaldo del Pozo, el mayor Cantú y hasta el mismo
mayor Castillo, el hombre de más confianza de Colosio.
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Al subir al templete y decir su discurso, Luis Donaldo estaba contento, Domiro le había
dado ya la noticia de lo que decía Camacho en la mañana durante una conferencia de
prensa, renunciando a cualquier pretensión presidencial; Colosio, ― al sentirse el hombre, el
líder, ya podía transmitir a la gente lo que (¿verdaderamente?) él sentía‖, dijo Domiro
respecto al último discurso de Colosio. Abajo, el grupo Omega con De la Sota, los Tucanes,
los del Cisen (Sánchez Ortega) y el EMP, lo esperaban. Entre todos, dos más miraban y
saludaban; se necesitaba ser muy observador para darse cuenta de que casi todos vestían de
la misma manera y que, para aquel calor, tenían chamarras. ¿Quiénes eran y qué hacían?
Eran los ―Caballeros Águila‖, así nombrados por la Operación Culebra, los cuales en
minutos entrarían en una feroz cacería para asesinar a Luis Donaldo. La rapidez tenía una
explicación dentro del operativo: el que disparara y acertara, saldría libre ente el grupo,
protegido por los Omegas y Tucanes, mientras que el que no pudiera disparar sobre el
candidato o disparara al último, sería aprehendido o asesinado en el acto y responsabilizado
de todo. Uno de ellos era Sánchez Ortega del Cisen, al cual se le ponía a prueba la lealtad
con la Red Uno, pues todos sabían que Sánchez Ortega informaba también a Córdoba y se
le había puesto a prueba con esta misión.
El otro era Mario Aburto, un joven medio loco, trabajador de maquiladoras, originario de
Michoacán, que había tenido algunos problemas con la Policía en Tijuana. A este Aburto
(el real) lo indujo a la operación Tomasini, otro del Grupo Omega, al cual Mario Aburto le
debía algunos favores, cuando Tomasini lo liberó de la cárcel debido al robo de
herramientas de una maquiladora donde había trabajado y de la cual lo habían despedido.
Tomasini fue quien le consiguió la pistola Taurus a Mario Aburto, misma que es la
señalada como la pistola del crimen, aunque el Grupo Omega no quería a Mario –Aburto
como disparador, sino como asesino solitario, que es distinto. Tomasini sabía que Aburto
no tenía el carácter para perseguir a Colosio y dispararle, pero sí para mantenerse callado.
De su familia ellos se encargarían.
Otro más es el de las fotografías, de la camisa abierta y bigotito; al que detiene Reynaldo
del Pozo del montón que se hace a un lado del cuerpo de Colosio. Ese era un lumpen (lo
mataron después y lo desaparecieron), drogadicto, madrina de judiciales, carne de cañón
para trabajos sucios en los bajos fondos de Tijuana y los ajustes de cuentas entre bandas
criminales y de narcotraficantes; un sicario, carroña de la delincuencia de Tijuana. Ese
―Mario Aburto‖ fue reclutado por Tranquilino y los Mayoral, que lo conocían de mucho
tiempo atrás cuando éstos eran agentes de la policía judicial en Tijuana. Su única
posibilidad de salvarse y no ser asesinado era dispararle a Colosio y matarlo; si lo hacia se
salvaba, si no lo hacía se moría en el mismo momento.
Este delincuente conocido como el ―El negro‖ Martínez, fue el mismo que vio la ―Tomata‖,
una mujer líder de colonias populares en Mazatlán, cuyo testimonio nunca fue tomado en
cuenta, pero que vio al Negro (conocido mundialmente como Mario Aburto) dos días antes
del crimen, en el acto de Colosio en el puerto.
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El Negro fue llevado a Mazatlán por el Grupo Omega, para que conociera la estructura de
seguridad e identificará a los miembros del EMP que acompañaban a Colosio. Al bajar
Colosio del templete, otra vez aparece la mano de Shafino, levantando el volumen del
sonido, para rubricar el crimen:
―Íbamos a la molienda, íibamoos a la molienda
de pronto…
toditos asustados comenzaron a gritar:
huye José; ven pa‘ cá;
cuida‘o con la culebra que muerde lo ‗ pie‘,
no vas a poder bailá, si te muerde lo‘pie;
ay! Y si te muerde lo‘ pie‘, no vas a poder gozá‖.
Todos se aprietan a Colosio. La técnica la dio el mismo Negro al grupo de Dela sota, pues
la técnica que se utilizaría es la misma que se utiliza en las cárceles para matar al chivato,
mediante ―la cobija‖. Alguien lanza la cobija a la víctima y todos al mismo tiempo lo
apuñalan para involucrar a todos y no establecer la responsabilidad a nadie. Aquí la lucha,
la carrera por matar a Colosio, es una lucha por la vida, pues el que lo mate se salva y el no
lo haga, se muere. Mario Aburto, Sánchez Ortega y el Negro se lanzan a la cacería, para
salvarse ellos mismos, pues sus verdugos actuarán inmediatamente y estarán ahí, como
jueces y ejecutores de cada uno.
Para este momento, Castillo va adelante abriendo paso y Reynaldo del Pozo y Cantú se han
adelantado varios metros a la bola o ―cobija‖. Atrás, a la defensiva, con sentimientos
encontrados de lealtad y deber, va Domiro dejándose rebasar por Tranquilino y hasta Ruth
y Yolanda Lázaro, lideresas priístas de Lomas Taurinas. Al extremo derecho, de frente,
Sánchez Ortega y el Negro compitiendo para acercarse entre las manos y cuerpos de
Tranquilino y el viejo Mayoral. Es finalmente El Negro quien saca la pistola por encima de
todos y dispara a la cabeza de Colosio, al mismo tiempo que Sánchez se agacha entre los
tres y al ir cayendo Colosio, le dispara en el vientre. Mario Aburto intenta llegar a Colosio,
pero le falta determinación; filtrándose agachado entre Tomasina y Otón del lado
izquierdo, sólo ve pasar entre piernas y polvo, el cuerpo en caída de Luis Donaldo y no
puede accionar la Taurus y se le cae, casi a un lado de la víctima, Thomasini y Othón
Cortez lo jalan hacia afuera del grupo, al momento en que todos le caen al Negro y al viejo
Mayoral, quienes abajo no lucha por el arma, sino se gritan todos para esconder el arma.
Colosio ha caído virtualmente sobre Sánchez Ortega, manchándole de sangre, justo en el
momento que los Mayoral, García Hinojosa, carrillo López Merino y Antonio Cano, se
lanzan sobre el Negro para ―Neutralizarlo‖.
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El coronel Reynaldo del Pozo, en la confusión oye ―¡El ruco!‖, e instintivamente pide al
mayor Castillo y Cantú que detengan al viejo Mayoral, mientras que él agarra al Negro,
pues todos los Tucanes y Omegas en la bola muestran intenciones de querer ejecutarlo.
Domiro se ha concentrado con Colosio y en la confusión, de pistolas y grupos, la ―cobija‖
empieza a abrirse y deja a Colosio tendido en el suelo con los ojos abiertos, muerto en
forma instantánea. Empieza ahí el enredo de una investigación, donde todos mienten, todos
se declaran diabéticos y desmemoriados; nadie vio ni escucho. Pero lo que aquí es un
relato, en la conciencia del país se ve de otra o manera o no se ve. Con el video se hizo un
juego de magia, que consisten en ocultar lo verdadero con lo obvio. El video emplazado por
atrás desde el temple está perfectamente puesto para señalar el momento del crimen, la
mano, la pistola revólver, la pólvora, pero no al asesino. La cámara de video, tampoco
registra el segundo disparo y menos ―la bola‖ sobre el Negro.
(Qué vivos, hermano. Millones analizando el video, que sólo cuenta parcialmente las cosas
que fue hecho para eso, para que el punto de partida fuera esa versión de las cosas. ¿Qué
hubiera pasado explícame tú, si no hubiese existido el famoso video? ¿Cómo sería la
investigación del caso? Lo planearon muy bien, es en lo único que son eficientes, en torcer
las cosas, y ¡que te lo pregunte a ti!
No creo que veas a Mario Aburto, pero los años son los años y están juntos. Dile que estoy
seguro de su inocencia y que espero rescatarlo a él, como a ti, para que nos cuente al país
de su historia, porque hasta ahora sólo lo ha entrevistado Blancornelas, pero fue con
permiso mío para que dijera que Aburto era el asesino solitario, que al principio que yo
creía.)
A las 17:25, la Red Uno acaba de cambiar el curso de la sucesión presidencial, y en ese
momento Córdoba empieza a desarrollar su estrategia, mandando directamente a Manilo
Fabio Beltrones, gobernador de sonora, con el poder preciso de no sólo traer el cuerpo (lo
menos importante ya), sino el proceso y al único detenido. El mismo de la Sota abogó por y
respaldó al viejo Mayoral y a Sanchez Ortega, quien no pudo limpiar la camisa salpicada
con sangre de Colosio y había sido detenido por un policía municipal. Luego llegaría el
procurador general, diego Valadez, para hacer la labor de ―atracción‖ del proceso y llevar la
investigación a un terreno libre de politización y excesos, o ajustes de cuentas. El país
necesitaría tranquilidad para la investigación, y mientras más lejos del lugar de los hechos,
mejor para todos. Debo reconocer, sin embargo, que la ciudad de México no estaba alejada
del lugar de los hechos pues ahí convivían, se saludaban y abrazaban todos los autores del
crimen. La ciudad de México era en realidad lugar de los hechos.
El Negro es trasladado a la las instalaciones de la PGR por el mismo Domiro; una llamada
directamente de Córdoba le ordena dejarlo ahí y entregarlo al Ministerio Público.
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Para Córdoba era importante estar lejos de la investigación; prefería ser investigado que
investigador ya que esto duraría mucho tiempo en aclararse, hasta que hubiese una voz
valiente que hablara con la verdad. En la oficina de la PGR, los interrogatorios al Negro son
obstaculizados indirectamente por un periodista y un filántropo defensor de los derechos
humanos (que ayudan con su presión a que se mantenga en secreto la identidad del Negro y
a darle legitimidad a la versión del asesino solitario): Jesús Blancornelas, del seminario
Zeta, José Luis Pérez Canchola, representante de la comisión Estatal de Derechos Humanos
en baja california. Ellos serán de gran utilidad para la confusión y para fortalecerla
hipótesis del ―asesino solitario‖ y a conclusión de un Colosio que ―giro180 grados‖. Nunca
de los Derechos Humanos habían estado tan aliados de la razón del Estado, así como la
prensa, pues ambos convirtieron en los testigos favoritos de la versión oficial con respecto a
la identidad de Aburto y el Negro, que nunca fueron la misma persona, que siempre fueron
personas distintas, y sólo para un experto en inteligencia era fácil de explicar la aceptación
popular de tal versión: en condiciones de duelo, la histeria colectiva resuelve fácilmente y
decide que es lo que quiere ver. La gente tenía asesino y prefería en ese momento esa
versión a cualquier otra que pusiera en duda que había un asesino vivo.
El error de la opinión pública es que quería un asesino para que hablara y dijera y, ¡oh!
Decepción, el asesino nunca ha hablado abiertamente con nadie, a ello agregarían ambos el
testimonio de un trato escrupulosamente jurídico al asesino y dejando testimonio de no
hubo tortura. México ya era moderno en lo referente también a la justicia, pues Mario
Aburto, el Caballero Águila‖, no había sido torturado, con lo cual se abría una nueva etapa
en la justicia, donde ésta se volvía realmente autónoma y en la cual prevalecía la legalidad a
la razón del estado. Esto me enorgulleció, aunque me di cuenta que, con ello, se daba
tiempo valiosísimo a los asesinos materiales e intelectuales para tapar las huellas y encubrir
el crimen. Mario Aburto era el primer homicida en México que no había sido torturado.
No obstante –también es cierto- que bastó una sola amenaza del grupo Omega que
Blancornelas se convirtiera en el más radical defensor del asesino único y en el testigo que
claramente afirmaba que el mismo Aburto de la PGR era el Aburto de Almoloya. Por eso,
se aceptó que fuera el único entrevistador de Aburto en Almoloya, pero yo lo supe hasta
ahora.
En los separo de la PGR, De la Sota llegó hasta el Negro y le dijo: ―No te apures, solo di
que te llamas Mario Aburto, sin darse cuenta de que eso era propiamente su sentencia de
muerte, pues él era, y no el otro, el que sería sustituido y su vida no tenía ya ningún valor
para nadie. Al decir soy Mario Aburto, dejó de existir, y sí dejo de existir, pues lo tiraron al
mar durante la noche, luego que lo entrevisto Beltrones en Playas de Tijuana.
Al llegar Betones a Tijuana con la representación de Córdoba (¿quién iba a dudar de que
era un representante mío?), pidió que ―le prestaran a Aburto; traigo instrucciones de
Seguridad Nacional para entrevistarlo‖.
Memorias de un Líder
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Ahí el Negro soltó todo y dijo quien lo había contratado, bajo qué condiciones había
accionado el operativo Culebra y, sin necesidad de Torturarlo pidió que se respetara su
vida, pues así se lo habían prometido los Mayoral y el mismo de la Sota; el Negro le decía a
Beltrones que él sólo había buscado salvar su existencia a cambio de la de Colosio, y que
había sido obligado a disparar. No era su culpa, gritó, y los presentes lo miraron en silencio.
(Siempre se ha dicho que un magnicida cambia su vida por la de otro. En este caso, el
procedimiento fue en verdad meticulosa e inteligente, pues él y los asesinos estaban en una
lucha por salvar su vida, asesinando a Colosio. Se salvan matando; no era un cambio de
vida por otra, sino un relevo donde el asesino vivía gracias a su víctima. Tijuana y el alto
grado de descomposición social y política dieron los personajes necesarios para esta
historia sangrienta de gangsterismo político y de la más perversa cacería, donde todos los
que rodeaban a la víctima eran sus asesinos.)
Desde ese momento Beltrones conoció todos los detalles del crimen y las autorías; la
responsabilidad del grupo Omega, de los tucanes, del Equipo táctico del municipio, así
como todos los personajes que rodearon a Colosio en la emboscada; no quedaba duda sobre
la autoría intelectual: la vieja clase política había reaccionado y estaba en la lucha por el
poder. Beltrones estaba en un dilema, pues él era parte de lo nuevo y lo viejo en el PRI,
como se autodefinía también Camacho y , por eso, debería jugar doblemente, pues se había
pasado del crimen material al momento político del crimen, a las implicaciones estratégicas
por la muerte de candidatos. En ese dilema: ¿A quién informar primero? ¿Al Profesor o a
Córdoba? La negociación había empezado.
Gran tristeza ciento al recordar era parte, pues Colosio era el único que no se había
enterado de estos peligros y yo no podía advertirlo de nada, pues estaba en curso decisiones
más grandes que el mismo poder presidencial; todos en ese momento me rebasaban. A
Tijuana empezaron a llegar los representantes de las instituciones. Diego Valdez,
procurador general de la República, Guillermo Hopkins, todos los del comité de campaña
excepto Zedillo, de quien no había constancia de donde estuvo, qué dijo y que hizo.
Algunos afirman que se refugió con córdoba y entró en un estado de shock, imprevisible,
pues él era el candidato a sustituir a Colosio y en ese momento la falta de Temperamento
ponía en riesgo todos los cálculos, aunque, a decir verdad, era la muestra de que Córdoba
había elegido bien y se estaba ante un sustitutito que sería fácilmente manejable y con una
gran debilidad de carácter.
Beltrones, en el poco tiempo de interrogar al Negro Martínez, llamado Manuel Martínez
Leyva, se enteró de que era originario de Sinaloa, con una larga lista de antecedentes
penales, pero con u relación íntima con la política de Tijuana; Tenía entre los delincuentes
fama de soplón y madrina. El Negro Martínez, abogando por su vida, se hundía y se hundía,
con, los ojos vendado oyendo el mar en una casa en la sección de Playas de Tijuana.
Beltrones apuntaba, dejando constancia de la información del Negro.
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No había duda, era la Red Uno, y al final estaba no sólo el Profesor, sino toda la estructura
política insubordinada en contra de las exclusiones políticas de la continuidad. Sin saber
qué hacer, Othon, mediante una llamada a los pinos, ya se había adelantado para informar
de todo a Córdoba, respetando la institucionalidad y, sobre todo, para pedir instrucciones.
Luego de informar con detalles acerca de la versión del Negro Córdoba, dando muestras
una vez más de su extraordinaria inteligencia táctica y estratégica para actuar en los
momentos más difíciles, decidió: ―Beltrones si su muerte el asesino material, todos
buscaran a todas partes en busaca de otro y otro, Tú me tienes que garantizar dos cosas: un
asesino material vivo, no importa si se le cree o no; una larga investigación concluirá
después de mucho tiempo que hubo más responsables pero ese será ya otro problema y no
el nuestro; quizá sea de los historiadores, pero no de los estadistas. Tengo información de
que hubo tres al igual que lo sabes tú, y que por lo menos el Negro y Mario Aburto tienen
un parecido extraordinario y por eso fueron escogidos ambos; de los dos haz uno; yo me
encargo de Sanchez Ortega. Para tu comprensión, déjame decirte algo muy importante: A
todos nos conviene una investigación que no nos lleve a la ruptura. Responsabilizar a la
Red y al Profesor nos llevaría al rompimiento al más alto nivel y quizás perdiéramos, pues
esto ya se convirtió en un problema del Estado Mexicano y una crisis de sus reglas internas.
Necesitamos, incluyéndote a ti, voluntad para poder llegar a una negociación inteligente.
Colosio no es que se hubiera convertido en un obstáculo, simplemente no tuvo capacidad
para amarrar tanto al viejo sistema como los conflictos del grupo compacto. Quiero que nos
ayudes y tú sabes a nombre de quien hablo (obviamente sin mi consentimiento),
necesitamos un asesino solitario, tráelo a México, ahora mismo va un avión a de la Fuerza
Aérea para allá; garantiza que nadie le pregunte ya, ni a nadie lo interrogue, en su
hermetismo está la garantía para una larga investigación con multiplicación de testigos. En
este momento estará llegando Valadez, él hará la parte legal, mandará el cuerpo de Colosio
para que lo recibamos como se merece, y ti te espero mañana temprano aquí en México.
Pacta con la Red Uno y envía mensaje para tranquilizarlos, pues hoy un conflicto sería caer
en las provocaciones que nos han detenido.
¿El presidente?
Está desecho por eso yo me encargo de todo…‖
Al terminar Beltrones inmediatamente pidió comunicarse con De la Sota, el cual fue
localizado por el celular, camino al puente internacional, por donde pasaba salir del país a
San Diego, al saber que el Negro estaba siendo interrogado en un lugar desconocido para
él. Beltrones le suelta a boca de jarro: ―Te ofrezco una negociación, que a todos conviene.
Necesitamos a Mario Aburto como único asesino y con el Negro borramos todas las pistas
de todos. Acabo de hablar de México y las instrucciones son para ti y los tuyos: que no hay
revanchismo, que Colosio no era y desean una negociación para impedir el rompimiento,
pues ambos tienen enemigos comunes muy fuertes y peligrosos. A nadie conviene ahora
una crisis del sistema. Dame a Aburto para convertirlo en el único asesino, aunque sabemos
que fue él el que no logro disparar, pero es el más confuso y el más desinformado.
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El negro no le hace falta a nadie. Te ofrezco esto con plenas garantías de protección, a fin
de que empiece la negociación allá en México pues parece que es condición de todos que
no haya ajuste de cuentas‖.
Al terminar de hablar Beltrones con de la Sota, éste regresó éste regreso con el Negro y le
dijo: ―Ya todo está aclarado y tú estás bien, muchacho, mis compañeros te llevaran a un
lugar seguro, pues efectivamente le acabas de hacer un bien a la nación‖. Beltrones salió, y
desde ese momento apareció Mario Aburto en el aeropuerto de Tijuana, cuyo director era el
hermano de Manlio Fabio y el cual garantizó sigilo y cobertura suficiente para la llegada de
Mario Aburto, quien estaba escondido en una casa de seguridad de la Red Uno. Beltrones
lo miró y se alejó, dejándole a Domiro la tarea de llevarlo hasta Almoloya a fin de que allá,
en pocas horas, lo preparen para su primera declaración.
(Hermano: en ese momento, en Chiapas, había ya otro muerto. ―La Alianza Estratégica para
la Transición Democrática‖ estaba deshecha, pues había logrado unificar a todos en su
contra, La oposición estaba muda y el desconcierto general no era el de las instituciones.
Todos para justificarse se sentían parte de los dos México, del nuevo y del viejo y, así,
Camacho, Beltrones, el profesor Hanks, Chirinos, Patrocinio, Figueroa, Aspe, Madrazo,
Serra, los viejos y los nuevos, se alineaban en una nueva perspectiva regida por el
consenso. Tú no entrabas en estos pactos, porque tú debías tantas como el mismo Camacho,
pese a que con todos te aliaste, con todos hiciste negocio, con todos te cobijaste. Con
Colosio empezaron muchos a morir, e incluso por largo tiempo a mi me consideraron
muerto.)
Colosio fue enterrado con todos los honores. Tres días de Luto Nacional, tres, que fueron
propuestos por Aspe y Mancera ante la posibilidad de que se cayera la bolsa y nos
quedáramos sin reservas. La muerte de Colosio no podía ser la muerte de Colosio y a todos
debe agradecerles esto, pues ellos han pensado en el futuro de la nación y en la necesidad
de poder de transformarla.
Con la muerte de Colosio se acabaron las pugnas, y así como se logró negociar la crisis de
marzo de 1994, así se logro negociar también la sucesión presidencial y en esta negociación
el proyecto salió intacto.
Fue de esa manera extraña como murió asesinado Colosio, donde no hubo el tumulto o
confusión, sino que todo era una representación ante la cámara con perfecto orden y donde
todos y cada uno tenían un papel. Dos balazos, solo uno escuchado; pese a que todos los
que rodeaban a Colosio iban armados, ninguno se confundió sobre ―el asesino solitario‖.
Dos balazos certeros, uno de ellos infalibles, certeros, de gran maestría, fue un tiro más
difícil que arriba de un caballo a galope, la pistola flotando en el aire y todos los ―guardias‖
protegiendo… ¡la pistola y su puntería! Lo que la gente vio una mil veces en las pantallas
de televisión, era eso: veinte gentes alrededor de Colosio, protegiendo las armas y a los
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asesinos; veinte hombres cazando en movimiento a una pieza inerte, que estaba rodeado de
los suyos; veinte hombres colocados ahí por todas las fuerzas del país, porque Colosio era
ya un muerto por consenso desde que lo designé; veinte hombres dejándose filmar para la
chamará, para dejar constancia de que el crimen serías perfecto y que de Lomas Taurinas la
investigación jamás saldría; veinte hombres representan la razón de estado y el fin del
presidencialismo veinte hombres en lucha por el continuismo de mi proyecto; veinte
hombres, oscuros, surgidos de los sótanos de 70 años de PRI, de las cloacas de estatismo;
veinte hombre defendiendo Solidaridad; veinte hombres surgidos del pensamiento futuro y
el Liberalismo Social; veinte hombres, representantes del limbo, conduciendo al país al
retroceso y el futuro; veinte hombres representando a la vieja y la nueva clase política;
veinte hombres siguiendo una intuición; ni siquiera una orden. Eran los hombres de las dos
fuerzas que habían tomado la decisión de matarlo y no defenderlo, las dos fuerzas que se
habían apoderado de la conducción del país y me habían arrastrando a mí, el más
importante presidente de México de los últimos tiempos, a asumir la responsabilidad por
ese crimen pensando y organizando bajo mi vista y en medio de mi estado de ánimo y mi
decisiones.
Colosio se convirtió en un señuelo; en el velatorio surgía el verdadero delfín de la
continuidad pero ahora incluyendo a los grupos del pasado.
En esta alianza nadie se haría bolas si no que Colosio había contribuido a un sólido
consenso, por eso, todos le rendíamos homenaje. Lomas Taurina es el escenario donde se
construyó el nuevo pacto político y social, el nuevo consenso que ha hecho de PRI un
partido de nuevo siglo, por es Lomas Taurina se parece en mucho al calvario, al lugar
donde mueren los profetas.
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Carta XVIII zodiacal
ARIES TIENE QUE PLEGARSE NEGOCIANDO E INCLUIR A LOS EXCLUIDOS,
AUTORES DE LA REBELIÓN INTERNA. Estalló la segunda guerra, donde menos lo
esperabas: en tu retaguardia. Tanto tiempo tejiendo redes contra el adversario, contra la
revolución democrática de Tauro y la rebelión se hará entre los mismos pescadores, no con
los peces. Pero aunque lo digas, no podrás ocultar que estabas advertido desde el 3 de
marzo durante la asamblea ampliada de grupo compacto al que será invitado Han para la
conciliación. Ahí el profesor Virgo les pedirá la renuncia de Acuario.
Memorias de un Líder
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Veo hoy nítidamente que Raúl y Córdoba se levantaran indignados, pero con la
información precisa que mantener a Colosio será la ruptura. En la reunión estarán los de
siempre, eso no necesita adivinarse ni presagiarse; ahí estarán sentados o caminando
alrededor de la mesa don Antonio Ortiz Mena, Azcárraga; Albedro, Zambrano, Bernardo
Garza Sada, Sanchez Navarro, Claudio X. González , Jerónimo Aragón, Ángel Losada,
Alejo Peralta, Adrián Sada y, por supuesto el profesor Virgo, no están ni Sin, no Roberto
Hernández, ni Helú por que estos estar representados por Raúl y todos lo saben luego del
secuestro de tu administrador el viejo Harpa. A diferencia de la cena de la charola, ahora
habrá un clima distinto, de reclamo, de cobro de factura, pues no se sentirán representados
por tu elegido y pedirán a Córdoba su renuncia. Han teatralizara y levanta la voz de una
manera que nunca lo había hecho; será hiriendo contra ti y los tuyos en una actitud exigente
Raúl y córdoba pedirán respeto pero también se darán cuenta de con Acuario no hay futuro
y que la advertencia fue sentencia, de que hay algo más que una presión: ya tomaron la
decisión.
Después del 23 de marzo estarán de nuevo frente a Han negociando la lista de candidatos,
la nueva correlación de fuerzas. Es lógica, no adivinación, lo que sucederá luego de la
muerte de Acuario, cuyo cuerpo sirvió de mesa de negociación entre los pecadores,
olvidando momentáneamente las redes y el curso de las elecciones.
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El sustituto
Dublín Junio de 1997.
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Vienen a mi memoria la crudeza y tristeza de aquellos días, en que todo parecía
derrumbarse dentro de mí. La imagen de Diana Laura saliendo del Hospital Civil de
Tijuana, en la, más completa soledad, viuda aun paso de la muerta ella misma, haciendo del
poder, la política y la muerte un solo acto; Diana Laura en Tijuana, consolando
(¿Consolada por quién?) por las multitudes cómplices, por los mismos que emboscaron a
Luis Donaldo, por los cazadores hambrientos en busca de la transacción macabra de unas
vidas por otras, aunque las de todos sus asesinos no valieran nada. Los de las porras, los
lambiscones los aduladores, los políticos serios, los militantes del PRI los guardaespaldas,
los del EMP, las vallas de protección, los periodistas ausentes que regresaban de la fayuca,
los funcionarios que llegaron con cara de duelo, los que le daban el pésame, los vendedores
de paletas y de pepitas con chiles en aquella colonia miserable ¿Cómo pudo esa mujer
aguantar tanta traición tanta soledad? ¿Era su soledad tan grande como la mía? Honores y
homenajes sólo eran la apertura de un camino hacia el olvido, hacia el entierro de la
posibilidad de un hombre caído en las circunstancias más adversas cuando tocaba los
dinteles de la gloria… la sepultura de una ingenuidad que se convirtió en la tragedia, pese
que se le había conminado a ceder y llegar a la negociación sin víctimas. Colosio se había
muerto por bueno, por no tener la suficiente malicia.
¿Cómo decirle a Diana Laura que yo solamente le había pedido la renuncia y que yo era tan
victima como ella? ¿Cómo decirle que yo no sería capaz de causar toda esa muerte de mi
hijo mi amigo mi hermano? Diana Laura se fue apagando y ella me dio el permiso, aunque
sin convicción, para que Miguel Montes, extraordinario Abogado, excelente político duque
hubiera defendido mi triunfo en el caótico colegio Electoral de agosto de 1988, fuera el
fiscal especial para la investigación del crimen. Yo tenía que encontrar a los culpables o, si
no, tendríamos que cargar con la responsabilidad de esa muerte, del mejor de nuestros
soldados y de la cual todos éramos un poco responsables; los periodistas que dijeron mil
veces que Colosio era un Bisoño y que tome había equivocado; los que dijeron que yo
había enfrentado a Camacho con Colosio para no darle el poder ninguno
En EL JUICIO Sobre el crimen de Colosio, no estaba yo en el banquillo de los acusados
sino en el país entero, pues todos permitimos ese sacrificio que con razones buenas y malas,
nobles y mezquinas, vino a detener el curso de modernización del país y a postergar las
definiciones de su rumbo. En 1996, la XVII Asamblea Nacional del PRI constituyo la
coronación de la gran negociación iniciada con la muerte de Colosio y donde de nuevo se
integro un nuevo pacto político, un nuevo ―conceso‖ que nos obligó a los dos grupos a
compartir el proyecto y el poder.
Durante la velación, Camacho fue el primero en hacerse bolas y nuevamente y nuevamente
por su protagonista ir a Gayos so, en medio de las huestes del Profesor, a usar a la prensa
para decir que ya no quería ser candidato. El ―hacerse bolas‖ fue un lenguaje inventado por
Camacho desde su comparecencia ante la Cámara de Diputados, en que casi se destapa y
anuncia su separación de la regencia para buscar la candidatura a la presidencia, en abierta
Memorias de un Líder
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rebeldía contra mi decisión. Con la misma fase (no ―hacerse bolas‖) le contesté en los Pinos
para decir que Colosio era el candidato, y ahora Camacho había dejado atrás las frases y se
habían hecho bolas de verdad por soberbia, al haber negado a Colosio un arreglo hasta el
último momento, mismo que si le dio asustado, a Zedillo en menos de 48 horas, siendo que
valía menos. Un aterrorizado Camacho que busco la crisis como un escenario fértil para
resurgir y deslindarse, pero que nunca pensó que él sería el centro de la crisis ¡Camacho no
era el cambio, sino la ruptura, la crisis!
Tras bambalinas, Camacho nunca supo que también ayudó al Profesor a sabotear la
pretensión de Diana Laura de realizar una autopsia a Colosio Gayos so, y que está fue la
causa del traslado del PRI a la funeraria de Félix Cuevas. Diana Laura empezaba a ser mal
aconsejada y ello obligó a que el Profesor enviara del Estado de México varios camiones
con gente que vigilaría que el cuerpo no fuera motivo de la sal por su esposa. La intuición
del Profesor, guiada pos sus ascendentes mercaríamos en Virgo, se convirtió en una medida
que se adelantaba a la idea de la viuda. No era el día de Camacho, tampoco el mío, pero ese
seguramente fue el más difícil de su vida en que se sintió la muerte política desde todas
partes, como lo sufrió Coloso en Lomas Taurina.
Camacho, al llegar, no sólo cayó en su propio trampa, sino ayudó a que el tiempo
transcurriera y que Diana Laura desistiera de practicar una nueva autopsia al cadáver, pues
sintió más coraje por Camacho que por todos los otros que la rodeaban. A lo único que
pudo oponerse ese momento fue a la incineración del cuerpo y, con él, en la tarde se fue a
Magdalena de Quino a enterrar junto con su pueblo natal a la esperanza de todos. Alguna
vez los Sonorenses fueron triunfantes, ahora, no les tocaba. Ahí no estaban las
constelaciones alineadas a favor de esa tierra, para que fuera el centro de la modernidad a
fin de siglo. La modernidad exigía un advenedizo, alguien sin historia, pues el pacto en
adelante sólo significaría prevenir una ruptura, pero no la definición del rumbo.
Dios castiga sin palo ni cuarta, y en este caso Camacho anduvo advirtiéndose crisis –
―choque de trenes‖- de las cuales él, a la postre, fue el protagonista central, sobre el tejió
un consenso en contra. Camacho, el del doble discurso y las explicaciones mentirosas,
mintió al decir que su conflicto con el proyecto, el TLC y la política económica, era muy
viejo; Camacho mintió al decir que él representaba la ―la transición‖ en el grupo compacto,
siendo que siempre fue el defensor que había ido al funeral del Colosio por un compromiso
moral, cuando todos sabemos que fue para intentar salvarse y utilizar los medios para decir
que no pretendía ya la presidencia. Así somos los Aries. Por eso Camacho se murió junto
con Colosio y, por eso, Camacho y yo nos entendemos.
Al llegar el cuerpo de Colosio a la sede del PRI, la negociación de la transmisión del poder
estaba en el punto más álgido. El Profesor gritaba a Córdoba ¡Ya basta!, ―queremos un
candidato de alternancia‖, ―queremos el regreso del péndulo pues ustedes han excluidos a
todo el país‖.
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Lo lamentamos por Colosio pero ustedes y el presidente nunca escucharon de la sucesión
pacifica y la reforma, sólo serian posibles con un candidato de conceso. Aquí todos- todos
decían vehemente el profesor- hemos sostenido este barco durante años, contra vientos y
mareas, para que venga un grupito de iluminados a echarnos a la calle. Tengo más fuerza de
la que suponen y no estamos jugando.
Juntos en otras muchas batallas ante la reciprocidad de intereses. La segunda batalla era un
reto contra un compromiso mío expresado en mi discurso de toma de posesión. Tenía que
hacer una reforma para abrir una válvula que le quitara argumentos a los neo cardenistas,
pero que al mismo tiempo los frenara. La reforma electoral no podía tener apellidos y
favorecer a los enemigos del proyecto o sólo por conceder un capricho a los neo
cardenistas. Todo era favorable a mí y opté por mostrar seguridad y ningún problema de
conciencia. Para llevar adelante esto, necesitaba aliados fuera del PR1, a fin de tener
credibilidad y, ¿quién mejor que el pan, con una larga tradición opositora? A mediados de
1989, hacia el primer aniversario de las elecciones," pude lanzar la iniciativa de una
reforma electoral que favorecería a los aliados al proyecto. Si la firmaban, era bueno para
nosotros, pues contribuían a acelerar la distensión; si no la firmaban, se justificaban todas
sus futuras derrotas que se harían a costa de los avances del PAN.
Nuevamente Clouthier era el obstáculo, pues no se podían compartir los acuerdos políticos
que entrañaban aprobar esa reforma de manera conjunta. Clouthier veía lo superficial, no lo
profundo, y por eso, a la vez que presionaba con huelgas de hambre para una reforma, era
impermeable a una alianza con los neo cardenistas. Clouthier se convirtió en un obstáculo
al rechazar la fórmula del candidato de gobernar, donde se establecía que el que obtuviera
el 35% de los votos obtendría automáticamente el 51 % del Congreso. Asegurando eso,
podíamos avanzar ya, nosotros y el PAN, hacia los cambios estructurales que ambos
impulsábamos*.
Clouthier murió exactamente en un momento determinante, cuando el tiempo se agotaba. Si
él hubiera sabido, si él hubiera tenido la ciencia que hoy tenemos y que yo aprendí a
utilizar, no hubiera salido aquel domingo de octubre al camino, al final de su destino. Su
signo lo mató, porque su obra estaba concluida y no había escapatoria. Si hubiera caminado
por el jardín de su casa hubiera muerto también y nadie podría evitarlo; su muerte fue de
gran sentido, porque fue una muerte práctica que contribuyó también al avance del país: fue
la muerte de un buen hombre que acepta su destino. Clouthier nunca debió anunciar su
salida por el celular, nunca debió decir el camino ni la hora; Clouthier nunca pensó que a
distancia le seguían y que desde ahí mandaban la señal a un tráiler de 40 toneladas que se
encontraría con él. La M de Maquío fue la señal tonal para anunciar al chofer del tráiler que
el carro azul e
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El objetivo, y para anunciarle que había que prepararse para el choque de frente. El carro
fue arrastrado en contra de su sentido más de 50 metros; un mero accidente por sueño e
invasión del carril contrario. Don Luis, Diego y Ruffo desmontaron cualquier duda al
señalar, al momento de ser informados, que todo había sido un lamentable accidente". Para
mí fue dolorosa la noticia de su muerte, y pensé que no hay que viajar siendo domingo
primero de octubre en ningún caso y ninguna circunstancia.
A los cuatro días de la muerte de Clouthier, don Luis anunció que aprobarían la reforma
electoral, y unos meses después, en un periodo
Extraordinario, la reforma fue aprobada: no habría más coaliciones ni alianzas oportunistas
que pusieran en jaque la estabilidad del país y del Estado. El PAN se inauguraba como
parte de un proceso vivo y actuante, y en todo ello la imagen de Diego crecía por su certeza
y su audacia, que no se perturbaba con las críticas y caricaturizaciones de los otros
opositores. Un típico Piscis, perfecto, claro, inteligente y desdeñoso de críticas mezquinas,
con un gran ascendiente en Aries. Con él, don Luis se felicitaba por la situación
privilegiada en la que se encontraba, pues él dejaría a su partido avances claros. ¿Se
resistiría el PAN a esos?
Avances ¿Se resistiría a recuperar el terreno perdido en 88? Para conceder, tenía un vasto
territorio que negociar; la alianza sería bien vista en Estados Unidos y la noticia mundial
sería que México se abría a la democracia y a la competencia electoral sin temores. Para
ello, tendría que convencer hacia adentro de mi partido, sin crear la susceptibilidad de que
el proyecto requería liquidar el .poder de la vieja: estructuras. Pese a ser incluyente en el
discurso, los hechos fueron apartando a los grupos más ligados al Estado y al presupuesto.
Luego, Diego fue coordinador de su fracción de diputados, y con él llevamos a cabo las
reformas constitucionales más difíciles: las de los Artículos 27 y 130, además de todas
aquellas que permitían acelerar la privatización y la aprobación del TLC. El proceso era
inédito, pues nunca una alianza con una fuerza externa al PRI había sido tan útil y benéfica
para el país. Desde ese balcón, vimos al PRD y al cardenismo quedarse atrás. Para 1994,
Diego debería jugar un papel estratégico: era la revancha y la posibilidad de que él
derrotara al caudillo. Contribuía a ello su animadversión personal surgida de algo esencial y
profundo, ideológico, casi racial por parte de Diego. Los golpes de Muñiz, Ledo y su
sarcasmo, Diego: quería cobrárselos al hijo de Cárdenas, y esto iba
Más allá de la política, esto era pura pasión. Con Diego postulado el 20 de noviembre de
1993, se cerraba la ofensiva de candidatos que dependían de nosotros, entre los que estaban
un Talamantes de gran belleza en Escorpio, poder y dinero, nunca a medias, ascendiente
Aries; su mirada de serpiente hipnotiza, seduce a los conejillos. | Luego, Cecilia Soto, otra
sonorense Acuario como Colosio.
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La eligió Patrocinio González Garrido por su expediente lleno al servicio de tareas
realmente complejas, no sólo políticas, sino de inteligencia en contra de la izquierda.
Marcela lombardo, atrapada en el mito de lombardo, no era peligro, menos Pablo Emilio
Madero, cargando con el espíritu de su tío el Apóstol y el general Treviño, lo más chusco
del proceso, pero su partido era un voto en el Instituto Federal Electoral y había que
respetarlo. También teníamos a Jorge González Torres, el ecologista, un producto de
Camacho y sus relaciones con la Iglesia y los ideólogos católicos, que seguirán estando
presentes, pues ésos tienen raíz guadalupana.
Un debate con los últimos no tendría sentido, pues el objetivo no era que hubiese un
ganador, sino un gran perdedor, y para eso sólo se necesitaban los tres, dando como
resultado que el que públicamente perdiera, perdía; y hacia adentro, ganaba al final el que
se salía de la confrontación Cárdenas-Fernández de Cevallos. La técnica y los me-; dios
harían el resto y a Ernesto.
Ernesto Zedillo. Es un exceso de la "cultura del esfuerzo". Vino de; los tonos grises del
país, padre desconocido, futuro incierto y limitado. Migraciones, padrastro,-niño chilango
en Mexicali. Sus características son la soledad, la privación y la necesidad de una identidad
paternal y un hombre poco feliz. Por su signo, asciende lentamente hacia las cimas,
renunciando a todo, a él mismo. La infancia y la adolescencia no son las mejores de su
vida; la madurez es su mejor época, aunque nunca deja de sentirse solo y tender hacia la
introspección. Si recorriéramos su vida, no hay nada extraordinario, no hay nada que
ocultar, salvo que llegó accidentalmente a la cima por una operación de inteligencia. Su
vida es una monótona rutina de pequeñas metas; todo el esfuerzo y su vida se destinan sólo
a eso, y sus únicas pasiones son el orden y sus propias ideas limitadas, con las cuales mide
el mundo.
De escritorio en escritorio, abandonado en la aséptica universidad de Yale, exaltando la
vida aburrida de los yuppies, monacal y aburrido, Zedillo formó una personalidad de
militar, duro consigo mismo y con todos.
Los demás. Si se pusiese al doctor un uniforme militar, se entendería la estructura de su
pensamiento y su papel, que coincidiría con su emergencia tras el cuasi golpe de Estado del
23 de marzo, en que fue interrumpida la sucesión presidencial. Zedillo no es un gran
hombre, es un receloso de la inteligencia, del debate de ideas, la emotividad y el
humanismo; es un latino con alma de sajón, de los muchos que se ven caminar por los
jardines de Bradford, Harvard o Yale y que sueñan imponer en sus países la fe del
puritanismo sin perder la disciplina católica. Zedillo es uno más de nuestra generación que
detesta la filosofía u otras ciencias que lo alejen de lo exacto y lo hagan tolerante; es un
moderno de derecha siguiendo una raya con eficiencia, la que yo marqué.
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(Raúl: no puedo quejarme, Ernesto ha sido honesto y leal con el Proyecto, más que si tú
hubieras sido el presidente. Defiende cada principio de Mont Pélerin con más rigor que si
fuera el mismo Hayek o el maestro Friedman. A los gringos yo les cumplí: la continuidad
sigue, aunque a nosotros nos persigan y quieran a cambio de ello tapar nuestros nombres.
Por eso me dedico mejor a escuchar el jazz que a practicarlo políticamente, pues uniendo
tanto caos en un solo tren, resulta peligroso.
Zedillo sólo sabe tocar un instrumento, no sabe improvisar y no tiene ritmo. ¿Puede alguien
tocar jazz y no interpretar su propia sensibilidad? Por eso escogió de músicos para su banda
a Roque Villanueva, a Del Mazo y Guillermo Ortiz, que pasará a la historia por haberme
presentado a Córdoba.
En lo económico, Zedillo no toca jazz, sólo lee partituras que ya escribimos, y en lo político
es Hank el que se quedó con toda la orquesta. No te desesperes por lo que te digo.)
El sustituto de Colosio es el primer gobernante, después de la revolución mexicana, que ya
no actúa por convicción, sino por moral. Zedillo es sajón, no latino, y aquí en Dublínse
entiende perfectamente la diferencia entre la moral católica y la protestante, entre actuar por
moral o por convicción. Por eso se entiende en él el afán de llevar la econometría hasta para
hacer el amor, e ingenuidad en el intento de ser firme" o "ligero", o "chistoso", que han
hecho del sustituto un personaje típico de los accidentes históricos, de las épocas de ajuste.
Zedillo, Iturbide, López de Santa Anna podrían hacer una misma escena, aunque en
diferentes tiempos; el sustituto, en la medida que toma confianza, enloquece tanto como un
Abdalá Bucaram el ecuatoriano, pero sin ninguna gracia; los dos podrían estar unidos por
su apasionada fe en la economía de mercado y los grandes ajustes, pero cuya aplicación
mecánica conduce a grandes desastres, como el que ocasionaron.
Una personalidad así se entendió perfectamente con Córdoba y se volvió su sombra
dependiente. La frialdad de Zedillo, su mecanicismo y falta de complejidad en el
pensamiento, siempre me exacerbaron y me impidieron establecer algún puente de amistad.
Fue sincero al decir "que nunca fue mi amigo", y esto yo lo confirmo, pues él era parte del
grupo, pero el más distante y gris, el que nunca opinaba, el que siempre siguió lo que decía
Córdoba. Su papel como sustituto fue una obra maestra de las circunstancias, pues de él
nadie sospecharía una pretensión de llegar a la presidencia, estando en el debate Camacho o
Colosio. Zedillo es una sombra entre las nuestras, que se mueve y se esfuma sin ver
realmente a quien la proyecta; seguramente es un observador atento a todos los detalles,
circunspecto y almacenador de resentimientos y primitivas lealtades, que logró suceder al
gobierno de la transformación y cabalgar sobre los éxitos que yo sembré.
Esa personalidad lo condujo a sus propios fracasos políticos que lo convirtieron en un
ministro de futuro dudoso. Zedillo se convirtió en un personaje liquidador; su función era
cerrar la última puerta de las vías que yo abrí hacia el poder y la presidencia.
Memorias de un Líder
Página 227
De esta manera, dirigido por Córdoba anduvo en el sexenio de Miguel de la Madrid como
director del Bajío y subsecretario de Planeación y Control Presupuestal. Hacía los números,
mientras nosotros hacíamos política con los números y convertíamos la Secretaría de
Programación y Presupuesto en la Secretaría de Gobernación. A Zedillo no lo veía el
público, trabajaba para nosotros con disciplina detrás de su escritorio, y más bien dejaba la
duda: ¿un hombre así tenía ideas políticas?; ¿qué hacía y pensaba este hombre fuera de sus
horas de trabajo? Enorme sueño me daba pensar en tener que cruzar tareas con él, y por eso
prefería que Córdoba lo luciera por todos nosotros; Zedillo era un buen cuadro, pero
prefería tenerlo alejado de mí.
Ernesto fue el liquidador ideal de Programación y Presupuesto. Su obsesión administrativa
serviría para fusionar nuevamente a la SPP con Hacienda, dejando sellado para siempre el
gran instrumento político que había sido esta Secretaría para acceder al poder. Quién
gastaba y cómo gastaba, pasaba por nuestro control; gobernadores, secretarios, políticos,
líderes, se tenían que someter al gran poder del presupuestado. Cuando yo llegué a la
presidencia, Programación y Presupuesto en manos de Zedillo pasó a ser una simple oficina
de tramitación administrativa; su función política pasó a ser nuevamente una función
concentrada en el presidente.
Como liquidador de este instrumento no puedo decir nada en contra, Zedillo es un
personaje para este tipo de oscuras tareas. El error que lo describe de pies a cabeza es el que
cometió tratando de rehacer la historia de México escrita en los libros de texto. De un
plumazo el bárbaro de Ernesto acabó con los Niños Héroes, con el Pípila y otras leyendas
de "heroísmo" mexicano. Luego, con su mismo tacto de elefante, puso en el libro de
historia de México contemporánea que "El Ejército mexicano había disparado contra los
estudiantes el 2 de octubre de 1968". ¡Qué manera de meterse en conflictos! Los militares
pedían su cabeza y yo tuve que salir en su defensa.
Los libros de texto del secretario de Educación Ernesto Zedillo nunca vieron la luz, fueron
desaparecidos y deben estar quemados como los paquetes electorales de 1988. Desde la
SEP promovió la reforma educativa y una nueva ley, misma que logró aprobar por sus
alianzas politécnicas con el diputado René Bejarano, del PRD, que subió al mismo ritmo
que subió Zedillo en la política. Es la única victoria política propia de Zedillo, gracias a sus
contactos con miembros del magisterio, ahora diputados de oposición, pues la ley de
Educación fue aprobada "por consenso", sorprendiendo a más de un secretario considerado
más hábil, pero que .no pudo lograr el apoyo del PRD, pese a que en esta ley se restringía la
participación del Estado en la educación superior.
Miembro del PRI desde 1971, Ernesto fue otro más de los cuadros "Hipies" (no yuppies,
como nos decían), donde se formaban antes los intelectuales del régimen, y pasó a ser el
conecte de los jóvenes administradores con el viejo aparato político.
Memorias de un Líder
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Su destino era la administración y fue la cabeza de playa por la cual nos insertamos todos
los egresados de los doctorados en el extranjero. Aspe, Zedillo, Mancera, Gamboa, Colosio,
Camacho, Córdoba, Serra, Herminio Blanco, los Rojas, Warman, Lozoya, Ortiz, José
Francisco Ruiz Massieu y yo pasamos por él, al cual alimentamos con el nuevo
pensamiento y las nuevas ideas, mientras aprendíamos las reglas del viejo sistema. Zedillo
en esto fue un alumno de mal aprovechamiento o, por lo menos, de poca convicción, pues
él sabía que su cima no era precisamente la
Presidencia del país, sino mantenerse a la sombra de Córdoba, aunque para sorpresa de
todos, ambas cosas logró hacerlas.
El tercer hombre en la trilogía de 1994 fue un acierto estratégico. Córdoba había
encontrado, en el fondo, al mejor hombre para mantener la continuidad del proyecto, pues
tenía dos características esenciales: fe en la doctrina y falta absoluta de poder propio para
desviar o modificar. No era un incondicional mío, no era el sucesor, "cuidadosamente
preparado" como había sido Colosio, y esto lo hacía más dependiente de las nuevas
circunstancias de la transición y el nuevo pacto. Su poca proyección lo envió pensadamente
a un segundo plano dentro de la lucha electoral, y con eso la confrontación mayor fue entre
Fernández de Cevallos y el hijo de Cárdenas. Por Zedillo hablarían no él, sino el aparato y
la inercia; ahí estaba la clave para ganar la elección, lo cual a muchos les pareció (su
resultado) un acto de magia. El caudillo, para desgastarse, debía confrontarse con otros y no
con nosotros. Por eso antes del debate, con gran soberbia y su intuición, declaraba que sólo
estaban en disputa "dos proyectos": el de él y el nuestro. Luego del debate, todo su aparato
tuvo que orientarse a luchar fundamentalmente contra el pan pues su lucha se convirtió en
unos cuantos minutos en la lucha por el honroso segundo lugar, pues ya los medios de
comunicación lo habían enviado al tercero. El desastre para ellos estaba en puerta. Diego
ganó el debate, pero no la elección, porque nosotros éramos la cabeza de su proyecto, él era
parte nuestra. El hijo de Cárdenas perdió el debate y la elección, porque la estrategia estaba
hecha contra él, y de ' la misma manera en que Colosio fue rodeado de pistoleros, el
caudillo fue rodeado de asesores y confidentes que lo llevaron al precipicio. Lo más
importante -su imagen de reformador social— lo cambió por un pretensioso liderazgo de
las clases medias volubles, que los suyos convirtieron en el sujeto democrático
fundamental. Al hijo del General lo flanqueamos no sólo con una errónea estrategia en el
debate, sino con una política social de hechos concretos, una imagen de liderazgo sin
firmeza frente a los grupos que medraron gracias a su fuerza, un campo minado de
conflictos en su propio territorio para que no pudiera moverse ni en su propia casa, y un
discurso hueco, ambivalente entre el viejo estatismo y la aceptación de los éxitos del
neoliberalismo. Al debate llegó desfigurado, ya ni siquiera con la imagen de un buen
socialdemócrata, pues los años de trabajar su mito para destruirlo habían —todos—, al
mismo tiempo, funcionado.
Memorias de un Líder
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La campaña de los tres era como tres barcos (una vez más el tres) sin rumbo dando vueltas
sobre su propia vela. En ese momento confirmé que yo era la referencia más importante, la
más fuerte, y que si ganaba Zedillo era por mi imagen. Confiando en Córdoba, puse al país
en la posibilidad de que todo se corrigiera en el mediano plazo ante el hecho de que esas
elecciones no dejarían a una institución fuerte, sino solamente la vieja imagen de la fuerza
mientras la globalización avanzaba y continuábamos integrándonos, sin mayores
resistencias. Dentro del PRI, Hank y toda la vieja clase política ya no se ocupaban de eso;
se sabían parte de la tripulación del barco y, en breve, tendríamos todas noticias de ellos. El
debate fue el golpe estratégico que permitió ganar con facilidad las subsiguientes batallas.
El neo cardenismo se desplomó, rematado al día siguiente por el subcomandante Marcos,
quien le dio de nuevo al hijo del General, tan fuerte como Fernández de Cevallos. No
entendí exactamente por qué lo hizo, pero lo hizo, y a veces creo que debido a que, en una
mezcla de ultra izquierdismo ingenuo y falta de cálculo político, a Marcos y el caudillo sus
cercanos les decían que el sistema estaba a punto de derrumbarse, enloquecido por su
propio espejo. Los espejos hacen travesuras muy grandes, y no hay peor error que cuando
el líder no ve con objetividad el curso de la batalla y se deja llevar por la opinión de otros,
con intereses particulares. Con el "regaño* del 14 de mayo, Marcos le pegó al proyecto
social del PRD, le pegó a la imagen de mayor credibilidad, le pegó por un deslinde de, la
vía pacífica y una auto concesión a su disuasión militarista. Marcos quiso defender la lucha
armada, pegándole a la vía política, a la más radical, y le pegó. . Nuevamente al hijo del
General, pero se pegó él mismo.
La proyección de ese encuentro, bien manejado por los medios, convirtió a Chiapas en el
símbolo del miedo y la disuasión: votar contra el PRI, era votar por la guerra. En la vía
armada y la vía electoral, otra vez, mis adversarios, los idiotas de la "otra alternativa", se
enredaron de nuevo con su propia cuerda. ¿Dónde quedó la Convención Nacional y los
remedos de movimientos de liberación nacional y frentes zapatistas? En una opinión más,
pues luego vendrían otros aires de guerra.
En el asunto de Chiapas había dos razonamientos, con sus respectivas alternativas: uno, el
EZLN sirve para fortalecer la vía electoral, pues sirve de advertencia a los que obstruyen el
cambio pacífico, y dos, es al revés: la amenaza de guerra profundiza la duda en que la
oposición sea capaz de darle estabilidad al país y, por tanto, con la amenaza de guerra
Podemos mandar a la mayoría a votar de nuevo por el PRI, por miedo.
Tuvimos razón en apostar a lo segundo, y el peligro de guerra significó votos para el PRI y
Zedillo. El fracaso de las negociaciones de Camacho reforzó esta tendencia, luego de que el
zapatismo ya no era peligro de un cuestionamiento a la integración económica, sino
solamente una insurrección indígena en un territorio limitado y marginal. Al primero que
golpeó el zapatismo fue a mí. El fantasma de Zapata me convirtió en enemigo, al aparecer,
el día de mi triunfo estratégico; pero luego las armas del zapatismo se voltearon contra el
Memorias de un Líder
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neo cardenismo y no quiso o no supo compartir el mismo camino. La Convención Nacional
Democrática se convirtió en el mayor golpe contra el hijo de Cárdenas, que
paradójicamente tema de nuevo los zócalos llenos, la expectativa alerta, pero eso no era
necesariamente una apuesta por él y los votos. El miedo a la guerra y las dudas de Marcos y
el caudillo ante el escenario armado y el electoral, contribuyeron a desfigurar más su
imagen. ¿Competían entre ellos? ¿Compitió el PRD y el EZLN? Si así fue, ¡qué tontos!,
pues para la seguridad del Estado ambos eran lo mismo a la hora de un peligro de
inestabilidad o ingobernabilidad, y su competencia se convirtió en la anulación de ambos,
disputándose la "sociedad civil".
Esa competencia, por los mismos propósitos y sujetos, fijó el inicio de un proceso de
corrimiento hacia la derecha, tanto del PRD como del zapatismo, en busca del centro y la
sociedad civil. No se dieron cuenta de que la que se quedaba vacía era la izquierda. Al PRD
lo salvarían nuevas elecciones, ¿pero al zapatismo? Ya para 1997 sería uno más de los
desgastados movimientos, cuya única particularidad era el sentido del humor y la poesía de
su principal dirigente, pues el EZLN había consumido la capacidad de sorpresa.
El golpe del zapatismo al caudillo nos hizo revalorar o ver de otra manera la confrontación
de Chiapas, pues de sus errores y debilidades nosotros podríamos obtener ganancia, si ellos
no establecían una estrategia común que los impulsara como una fuerza nacional activa. La
guerra en sentido estricto había durado 12 días y la genial guerra de persuasión de Marcos
podría revertirse contra ellos con el tiempo si no lograban precisar sus objetivos. La guerra
de disuasión prolongada podría revertirse contra ellos mismos, en la medida de que eso se
convertiría más que en un aliciente, en un factor de inhibición del movimiento social en el
país. Hoy puedo confesarlo, pero algo que nunca supieron, ni han sabido nuestros
opositores guerrilleros o electorales, es que la preocupación nuestra, además de sus posibles
avances, era la posibilidad de la pérdida del control social por parte de nosotros. Un
movimiento social, con un programa coherente de resistencia contra el proyecto neoliberal,
era tanto o más peligroso que 20 crímenes de Colosio y cien guerrillas o varias derrotas
electorales: yo le temía a un cambio abrupto de la correlación de fuerzas, que el hijo de
Cárdenas quería lograr por la vía electoral; Marcos, por la vía armada, y la vieja clase
política del PRI, ajustando cuentas contra todos.
El nuevo orden del mundo sólo podría ser revertido por una irrupción de masas, de grandes
multitudes en contra del proyecto económico e integrador, y ante esto nunca se prendieron
los focos rojos, pues 1988 no se veía como un fenómeno repetible, donde se conjugaran el
movimiento popular, obrero, campesino, con una ideología coincidente en un momento
electoral. En 1988 hubo peligro, pero ya no se repetiría, aunque ahora en el contexto
nacional hubiera movimiento social inhibido, lucha armada, no sólo del EZLN, sino
también del EPR y tres o cinco grupos más, y los crímenes políticos sin aclarar.
Memorias de un Líder
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La capacidad del discurso del poder es infinita y la credibilidad del pueblo, más.
He pensado en esos peligros, en el "Caracazo" que enfrentó Andrés Pérez en Venezuela, y
pienso que ése sería también un fenómeno estabilizador, aunque al principio se viera como
un peligro: una irrupción de masas, un estallido sin dirección, programa o coherencia. El
resultado nos permitiría avanzar en el control social; bajo el pretexto de la falta de control y
los partidos, las guerrillas tratarían dé entrar, pero sus propios objetivos las harían verse
como algo por fuera. Yo no creo en la posibilidad de que se forme una inteligencia nueva,
que pueda poner en jaque las ideas del Estado y su fuerza ideológica. Por ello, todo
estallido está condenado al fracaso y los partidos y guerrillas están más sumergidos en los
beneficios de la "gobernabilidad" que en conducir una insurrección social. Estallidos
sociales, la inseguridad, las manifestaciones, deben ser un pretexto fabuloso para la
militarización, pero esto habrá que imponérselo a Zedillo, pues esto difícilmente se le
ocurrirá. Para agosto de 1994, la trilogía y el bajo perfil de los candidatos nos fueron
dando seguridad. Pese al debate, las encuestas nos continuaban favoreciendo en forma
creciente. El PRD y el pan se conformaban diciendo que eran maniobras "del partido de
Estado" (era la frase favorita), pero lo cierto es que el miedo era un viento favorable para
Ellos y su estallido del primero de enero, eran sus amenazas de guerra y su movilización de
jóvenes, viejos académicos y novelistas a la selva, los que cavaban la fosa del miedo. Nos
tocaba a nosotros cachar los votos del optimismo y convertirlos en una fuerza para la
estabilidad. Zedillo era el candidato ideal en esas circunstancias, pues confirmaba que lo
importante no era sólo la figura presidencial o el candidato, sino el partido y el Estado. En
esas circunstancias, sólo faltaba saber el papel que me tocaría jugar a mí, pues mi prestigio
y el enorme poder en mis manos no podían depositarse en Zedillo, sino que la gente
confiaba, todo el pueblo de México, en que yo lo siguiera teniendo y manejara. ¿Maximito?
No, algo más importante y más profundo: el regreso. : ! Para eso había que tener la
paciencia del tango y el sentimiento del jazz. Subo el volumen y los recuerdo a todos.
Memorias de un Líder
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Carta XXI zodiacal
Aries se coloca en el lugar y el tiempo preciso. Saluda a todo México de mano. Enfrenta de
nuevo la muerte y acepta la guerra PARA DEFINIR: LA MODERNIDAD O LA
BARBARIE. Llegarás el Último día a Chalco y ahí tendrás que anunciar que seguirás
siendo su dirigente, su "tata" de la modernidad, su gestor ante los organismos
internacionales. Extrañamente, ya no verás a tus amigos gritando: "¡Viva el presidente!"
No los verás más porque desde semanas antes se irán alejando y Aparecerán en Los Pinos,
sonriendo y saludando a Capricornio, como si tú no existieras. Al hablar ya no sentirás la
atención que generabas antaño, los verás voltear simuladamente, esperando un aplauso
triste para salir huyendo a los lugares donde se decide el nuevo gobierno. Zedillo te
entregará las propuestas y muchos autos propuestas, y tú palomearás y tacharás muchos
nombres de futuros traidores y enemigos. Verás el nombre de Roque, tu antiguo compañero
de Economía, que pedirá tu expulsión.
Memorias de un Líder
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Los verás levantarse a muchos como tus críticos, incluyendo a Del Mazo, el rico, que nunca
pasó de ser un pobre político y que soñó un día con ganarte la presidencia; verás a Santiago
Oñate, a las legiones de rufianes que supieron contigo lo que era el mundo, pues tú los
enseñaste. El Profesor te declarará cada día la guerra y él empezará a sentir el gran poder de
todo; lo verás a él y a Cecilia, tu ex esposa, compartiendo el postre en la boda de su nieta,
en íntimo pacto y solidaridad.
En tu último informe sentirás la frialdad de los tuyos, de los 251 diputados del PRI que
dejarán que los perredistas interpelen ¡129 veces! tu discurso; verás a los panistas, en
actitud vergonzante, ya sin la presencia altiva de Diego, tu protector y soldado. Los verás
reclamarte la muerte de José Francisco en forma hipócrita, pues Roque lo sustituyó a él por
ti, porque tú lo elegiste, y ahora se encarga de lanzar inmundicia por miedo a la pérdida de
votos. ¿Cuánto pesas, para que te lancen al mar para no hundirse?
Pero ahí está aún la economía fuerte y el respaldo de tus aliados, sin los cuales no viviría
ese país ni un solo día. Ahí está la obra en un tiempo extraordinario de seis años,
deshaciendo las estupideces de ochenta; por eso, ahí también está la traición y la muerte, y
la mezquindad y la envidia, y todo el basurero de las debilidades de la naturaleza humana.
La mudanza de Los Pinos, ya sin Cecilia, ya sin el alboroto de las tertulias, de tus amigos,
de Tomasito Borge, de Octavio Paz, de Krauze, * de Aguilar Camín, los Tello, en las
veladas románticas. Ahí van los regalos, los archivos de Córdoba para seguir vigilando el
país; ahí va el escritorio de Ana Paula, también al viaje de lo incierto; van todas las
gacetillas, con calumnias para la oposición, dictadas por Carreño Car-león, y que llenan
cajas; los recortes de la Jornada y El Nacional; van en esa mudanza los Play Boy de Justo
Ceja y toda su colección pornográfica, la tristeza también del general Arturo Cardona,
sustituido por su rival, el general Miranda, que acechó desde el cuartel de Molino del Rey
la caída pronosticada de Dorniro.
Ésos serán tus duros momentos, pero estas lleno de fortaleza y pronto verás a este país
como una. Aldea y a tus sucesores como pobres aldeanos. Tú vas a la cima del mundo, y el
vacío que sientes no es más que la señal de que has cumplido brillantemente otra etapa. Tú
transformaste a México y lograste llevar al término de tu gobierno a un cambio majestuoso,
sin el dolor de las devaluaciones ni los discursos llenos de justificaciones. Te has despedido
de todos y has tenido la fuerza para decirles a tus enemigos que ni los viste ni los oíste.
Por eso, la guerra que te han declarado internamente la ganarás históricamente, y tu estatua
en los Pinos se multiplicará en todo el país, en todo Norteamérica, pues tú lograste el sueño
al mismo tiempo, el sueño de los mexicanos y los americanos: integrarse en una sola y gran
nación.
Memorias de un Líder
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Los últimos 100 días
Dublín, enero de 1998.
¿Quién es Zedillo? ¿Qué simboliza esa personalidad oscura y gris que me sucedió? ¿Por
qué el fracaso, tras un sexenio de progreso, transformaciones y cénit? ¿Acaso con él se
cumplirán los 24 años de continuidad prometida? ¿Qué significa en la dramática historia: el
papel de Porfirio Díaz (fin de régimen), el de León de la Barra, el de Madero o el de
Huerta? ¿Era el liquidador de la era posrevolucionaria, la transición, la esperanza o la
imposición? Juro que no tuve respuestas al ver aquellas cifras que lo hacían tener 17
millones de votos a su favor y haber mandado al hijo de Cárdenas al tercer lugar, y tener
con Diego la vía libre para seguir el programa del cambio. Con los votos a favor de Diego y
los de él, juntaba ¡27 millones de votos! ¡Habíamos desaparecido el peligro de la
alternancia, del regreso del péndulo, de un golpe de timón! El 82% del país estaba a favor
del proyecto neoliberal y la integración.
Los próximos seis años deberían ser de consolidación, pero eso significaba terminar de
manera distinta a los anteriores; yo necesitaba demostrar que este final sería diferente y que
los cambios se seguirían efectuando con seguridad y firmeza. ¿Cuál era-mi futuro luego
detener presidente electo? De agosto a diciembre tendría 100 días para sellar todos los
aspectos políticos, financieros, administrativos, del sexenio del cambio. Estos 100 días
serían mi campaña hacia la, dirección de los nuevos espacios de la globalización,
consolidando el prestigio de transformador y estadista del nuevo orden económico. El 21 de
agosto, mientras Zedillo veía incrédulo las cifras, yo me preparaba para ganar la batalla por
la OMC (Organización Mundial de Comercio), y con Córdoba establecíamos un plan para
mantener el control de los criterios económicos en el país y, por tanto, los políticos. En este
terreno Hank no era nadie, no es nadie.
El plan general consistía en ubicarnos ahora en los organismos financieros y comerciales
como consultores de los asuntos de México. Estando en posiciones clave a nivel
internacional, una vez que México tenía ya una estructura abierta y compenetrada con el
bloque de Norteamérica, los asuntos internos serían fácilmente manejados. Córdoba tendría
la tarea de supervisión de Zedillo al mismo tiempo que sería la correa de transmisión entre
México y el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, que definirían la
política en Hacienda, en Comercio, en Relaciones Exteriores y el Banco de México. Gabriel
Mancera, gobernador autónomo de este banco, estaría en permanente comunicación con
Córdoba y conmigo, quienes estaríamos en constante cabildeo político-financiero desde
Washington, New York o Roma.
De ganar la presidencia de la OMC, México tendría garantizados apoyos, flujos de capital,
estabilidad financiera. Desde la posición de Córdoba en el BID y yo en la OMC podríamos
determinar la política económica y social del país; con estas facultades y hombres clave en
Memorias de un Líder
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Hacienda, Banxico, Secretaría de Desarrollo Social; Pemex y la Presidencia, podríamos
dejar el resto de las carteras al profesor Hank y los dinosaurios. Su tarea sustancial sería
mantener el control interno, abriéndoles espacios para los negocios que ellos han sabido
hacer durante décadas.
Con esta estructura, la continuidad caminaría sobre rieles. En el cálculo estaría tomado en
cuenta que acusarían desde dentro del PRI y la oposición neo cardenista que eso era un
nuevo "maximato". ¿Y qué? Zedillo debería tener el temple para crear su influencia de
poder, manteniendo los criterios de política económica y política social. Por mi parte,
garantizaba salvar en el futuro el Programa Nacional de Solidaridad, mi propio
movimiento, mi fuerza y estructura, que seguir dependiendo de mí, pues ahora, ya sin la
presidencia, me convertiría el dirigente social de los extremadamente pobres. Para ellos, yo
lograr
Canalizar créditos y apoyos directos, sin pasar por las instancias oficiales. La alimentación
de este sector mediante obra social, introducción de servicios, escuelas, etc., crearía una
fuerza para equilibrar la dependencia del Estado al raí. El liberalismo social, mi doctrina, la
humanización de la economía de mercado, el nuevo pensamiento hecho Solidaridad,
debería consolidarse como una fuerza autónoma que sólo respondiera a mi llamado. En
estos 100 días debería recorrer el país y advertir a todos los dirigentes, a todos los cuadros,
a toda la estructura, que el final del sexenio no era el final del poder y que sólo se abriría
una nueva etapa de trabajo.
(¿Quién inventó al Chupa cabras? La guerra seguía y los adversarios no descansaban pese a
todos los acuerdos y las paces pactadas. Aquí participaron sin duda Azcárraga y los dueños
de la radio y la televisión, que dejaron correr el rumor de ese personaje, que luego se fue
convirtiendo poco a poco en mi imagen. Hasta Dublín llegaron las máscaras y la figura del
Chupa cabras con mi imagen.
Lo que estaba atrás de todo era destruir la leyenda, la fuerza, la obra personal. La disputa ya
no era por el proyecto neoliberal, sino por quién lo conducía, y querían desplazarme,
expropiarme, quitarme de en medio. No me preocupa la caricaturización, pues la caricatura
es trascendencia, es perpetuidad de una imagen. Los dioses del Olimpo, dios mismo, es una
caricatura de los hombres, inventada por los hombres. Lo que pienso es que sigo siendo el
villano favorito de todos y que no cesarán • los ataques hasta mi regreso triunfal. ¿Por qué
no hacen una caricatura tuya y la venden? ¿Por qué tú no eres el Chupa cabras?
Simplemente porque no eres nadie y toda tu fama es por mí, sino serías un reo más en un
reclusorio de tercera.)
Los miles de Comités de Solidaridad en el país me recibieron en esos 100 días y me
reconocieron ya no como el presidente, sino como su líder, como el único presidente,
después de Cárdenas, que había procurado por ellos. No faltó quien me dijera Tata.
Memorias de un Líder
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Con esta fuerza tras de mí, establecía la posibilidad de influir tanto en el gobierno como en
la estructura social. Los sindicatos, la fuerza del viejo PRI, toda la fuerza de Hank, si bien
se resistirían, no pasarían de crear conflictos sin futuro, pues independientemente de su
fuerza interna, los contactos y la credibilidad con el exterior, con los que nos proveían de
oxígeno, eran míos.
El otro campo de influencia sería el Congreso. La apretada negociación de la conformación
De las Cámaras de Diputados y Senadores terminó al ceder yo a cambio de que el
coordinador de la cámara baja fuera uno mío: José Francisco Massieu. En la de Senadores,
Ortiz Arana contó con mi aval, tras su acto disciplinario de renunciar a la candidatura
propuesta por Hank y Echeverría (que me propuso en Los Pinos a Emilio Gamboa para
esconder su participación en la conjura de los faxes por Ortiz Arana). Teniendo el control
de la política externa, la política económica interna, el Banco de México y la política social,
¿cómo podría volverse peligroso el Congreso? Desde 1988, las Cámaras no volverían a
reservarse y seguirían disciplinadas al proyecto y sus requerimientos.
Asentado en esos tres puntos (política económica, Solidaridad y Congreso), el trípode
garantizarían la estabilidad y el compromiso de que los acuerdos para la firma de TLC se
cumplirían. Por otro lado, la estabilidad financiera se mantenía sólida gracias a los
compromisos establecidos antes de la firma del tratado con el señor Clinton, entre éstos, el
de mantener el peso sobrevaluado por un año, lo cual significaba para mí terminar
exitosamente sin tomar decisiones que convertían para la historia a todo gobierno en un mal
gobierno. Si ellos habían propuesto esta condición a fin de estimular su aparato exportador
hacia México, seguramente sería respaldada apoyo financiero a nuestras reservas, que para
esos meses habían tenido algunas bajas considerables, pues comercial con Estados Unidos.
Les habíamos comprado todo.
(Cometí el error del capitán del Titanic que subestimó los icebergs, y ya a pique, no creía
que la nave se hundía. La similitud entre el Titanic y lo que sucedió a nuestra economía es
muy grande, pues en ambos casis no había suficientes botes salvavidas y sólo pudieron
salvarse los que anticiparon el desastre y huyeron. El Titanic y nuestra estabilidad
monetaria se hundieron en el viaje inaugural a causa de la subestimación a los llamados de
alerta que decían que las cosas estaban mal. Yo sinceramente pensé que nos salvarían de
afuera, y que sacrificio de nosotros, por ser para beneficio de los tres países, sería apoyado).
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Otra de mis preocupaciones, en esos 100 días finales, fue el ajuste de cuentas de toda a
administración, a lo largo de los seis años. Córdoba y Aspe serían los encargados de
elaborar el ―Libro Blanco‖ de la administración, a fin de reunir todo el estado financieropresupuestal de todas las secretarías, entidades y programas del gobierno federal. La
retaguardia debía quedar limpia necesariamente, entre el acoso de todas la facciones
políticas identificadas con Hank, cuya táctica era gritar ―¡Al ladrón! ¡Al ladrón!‖ para
ocultarse ellos. Conociendo los viejos estilos de los jefes de la corrupción que rodeaban ya
a Zedillo, no debía yo confiarme a los pactos cupulares, sino a poseer las pruebas de toda la
administración pública. En el Libro Blanco, lo más delicado era lo referente al destino de
los recursos de las 252 empresas privatizadas, que habían dejado un capital aplicable de 23
millones de dólares, más el beneficio de la reducción de los subsidios que se acabaron con
la venta. Las suspicacias futuras vendrían fundamentalmente de los perdedores en la
compra de los bancos, Teléfonos de México y TV Azteca.
No había problema, pues el proceso de desincorporación y venta había sido pulcro y no era
impugnable; sin embargo, sabía que había grandes perdedores que esperaban el final de mi
gobierno para pasar a la ofensiva. Tratándose de ajustes de cuentas por las privatizaciones –
los pactos no realizaban a llegar, porque no eran reconocidos por ellos-,
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Realizaron actos como el secuestro de Harp Helú, que fue retenido durante meses para dar
la información sobre la verdadera propiedad de Banamex; el textilero y ex banquero fue
secuestrado con iguales fines en contra de Slim y yo, y fue soltado unas horas después, en
medio de un fuerte silencio.
Era claro que los grupos oligarcas, parásitos y vividores de los subsidios, se habían aliados
al Profesor y las facciones del PRI, y regresaban por sus fueros, más viejos, más
corrompidos, más frustrados.
Entre Echeverría y López Portillo, y con ellos todas la burguesía creada en l estatismo, se
habían perdonado las afrentas, y ahora yo los unificaba en contra. Olvidaron las
expropiaciones echeverristas en Sonora, el asesinato de Garza Sada, los pleitos con el grupo
Monterrey en 1973-76; olvidaron la nacionalización de la banca, la ―Colina del Perro‖ y
todo lo que se dijeron entre ellos, para unirse contra mí. Esos fueron los que financieros a la
Red Uno para acabar con Colosio y con ello le declararon la guerra al país y al proyecto de
modernización. Esos 100 días finales, todos ellos se mantendrían al acecho, esperando el
primero de diciembre para saltar sobre toda la obra del sexenio.
El Libro Blanco, en ese sentido, deberían ser un instrumento estratégico y, por ello, todos
los secretarios, subsecretarios, directores d empresas y programas, deberían entregar más
cuentas de su gestión, pormenorizada en pesos y centavos. Yo sabía que la campaña en
contra de mi elección como presidente de la OMC s haría en México y que se daría
información a todos mis adversarios internacionales, principales los italianos, que se
impugnaban radicalmente. Confirmaba que éste es un país de envidias y que este pecado es
uno de los principales problemas de un país atrasado en la mediocridad como México.
Pero la maldad no es perfecta, diría Aristóteles, y nuevamente me adelantaría a poner las
cosas claras, cuando apareciera la jauría. La tarea de mis leales sería cerrarle el paso a todas
las vociferaciones, y para ello contaba con José Francisco en la Cámara, con la capacidad
de movilización de Solidaridad y con algo muy importante: la información estratégica de
los vínculos entre estos aprendices de empresarios y el narcotráfico. Tomé la decisión,
obligado por las circunstancias, de buscar la paz, preparándome para la guerra. El Libro
Blanco sería el gran escudo político para evitar todo tipo de acusaciones y campañas; la
tarea debía estar en manos de un equipo de toral confianza, pues nadie debería empañar la
presencia de un mexicano de mi estatura en la dirección del comercio mundial. Yo era ya el
candidato de Norteamérica, ya era yo un símbolo de la reconversión de un país atrasado, y
era reconocido como una de las imágenes modernizadoras del siglo, y por eso nadie debería
desde México empañar mi imagen. Soy sincero al decir ahora que mi preocupación esencial
no eran mis opositores tradicionales, sino el nuevo gobierno. Me preocupó un dejo de
rencor encontrado en la mirada de Córdoba al presionarlo para que Zedillo adoptara la
campaña, pero la respuesta fue gris, de cobardía.
Memorias de un Líder
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Unos cuantos estertores del neo cardenismo y una aceptación de los resultados por parte de
Fernández de Cevallos, acabaron con las falsas expectativas sobre la continuidad. ¿Para qué
cambiar de rumbo si teníamos con nosotros 27 millones de votos a favor del proyecto? El
PRI se sentía más fuerte que nunca y estaba convencido de que se había abierto una nueva
atapa de expansión política a expensas del consenso económico. A los viejos políticos s les
veía contentos, chifle y chifle mirando para todos lados, pues sentían que había recobrado
sus espacios.
Los perredistas que habían apostado todos al 21 de agosto de 1994 y que habían convertido
esta fecha en la revancha por el 88, fundaron un nuevo movimiento en las cantinas, donde
dirían, se deprimían y reclamaban responsabilidades y actuaciones que habían llevado al
fracaso. La derrota no tiene dueño y, por ello, se desparramaba en todas partes, salvo en la
pequeña nave donde viajaban los nuevos diputados y senadores del PRD, para los cuales el
futuro no pintaba tan negro, y ya se buscaba ―una nueva relación con el presidente‖, al
margen del hijo de Cárdenas, naturalmente, pues en las derrotas sabes a quiénes tienes
verdaderamente de tu lado o son compañeros de viaje.
De hecho, desde la misma noche del 21 de agosto, varios del equipo más cercano de
Cárdenas establecían ―puentes‖ telefónicos con Esteban Moctezuma, el operado político de
Zedillo, para ponerse a las órdenes y buscar ―acercamientos‖ entre los nuevos diputados y
el presidente electo. La mayoría abrumadora de votos es causa de la soberbia y, por ello, las
respuestas gélidas se mantuvieron hasta octubre, en que se inicio la calificación
presidencial. Ahí los perredistas buscaron presionar débilmente con un ridículo voto en
contra, para luego dirigirse a Zedillo como ―presidente electo‖. Con ello acababa la etapa
de hegemonía del caudillo dentro de su partido, para dar lugar a los nuevos políticos, como
Jesús Ortega, Greco Ramírez, Ramón Sosa Montes, Cristóbal Arias, René Bejarano,
Dolores Padierna, buenos en el oficio de trabajar para dos bandos. Todos ellos abandonaron
al hijo del General y, en acción mucho más veloz que la de Rafael Aguilar Talamates en
1988 ( que por menos cubrió las formas), se fueron a ― pactar la transición ― con Zedillo,
pues era el momento de darle ― el beneficio de transición ― con Zedillo, pues era el
momento de darle ― el beneficio de la duda‖ ¿Por qué censuraron al PAN en 1988, cuando
me dio ese mismo beneficio y me puso como tarea ― legítimamente con hechos ―? Entre los
perredistas, coincidentemente todos del viejo PMS, se estableció una competencia para ver
quién llagaba primero a Los Pinos: unos por pacto por terrenos y despensas, otros
simplemente para registrarse como ―Interlocutores‖ Hilaridad me provoca recordar tanta
ingenuidad, a gente tan servicial y tan de poca monta. ¿Acaso éstos tenían derecho a ser y
oídos?
Mis intensas giras por todo el país clavaban la expectativa transexenal de México con una
nueva potencia económica y política. Aclaraba las dudas y las caras de tristeza: no me iría,
sino que estaría con ellos, con todos los que creían en mí, y desde mi nueva posición
internacional
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La obstrucción de sus vínculos es una obra maestra de los medios de comunicación y de los
responsables de ambas investigaciones, con los mismos elementos, los mismos personajes,
inventaron historias totalmente diferentes.
En México se ha inventado un nuevo género teatral y y policíaco: la reconstrucción de
historias, tomando quizás el antecedente del crimen del presidente Kennedy en Dallas. La
técnica de ocultar todo a la vista de todos es tarea de profesionales, con gran estilo liberal
imaginación para conducir a millones de expectantes a falsas premisas y conclusiones. En
el caso de Ruiz Massieu y Colosio, ejecutados a la vista de muchos, los asesinos materiales
vivos han sido la fuente de las primeras y muchas mentiras a. Si matan por dinero o
amenazas,¿un porqué no mentir para seguir matando de otra manera? ¿No es acaso la
inspiración de un asesino mata físicamente y acabar con la credibilidad de sus víctimas?
Colosio murió físicamente; Camacho, políticamente; José Francisco de las dos maneras. Si
se fijan, con él se cometió un doble crimen.
Justo al término de los 100 días percibí que la ofensiva no se concentraría en y allegados,
sin en mi familia y, entre ellos, mi talón de Aquiles era Raúl. Abrir sin estaban incluidas en
el libro blanco todas las operaciones y participaciones de Raúl? No definitivamente, porque
tanto Aspe como Córdoba y todos, tras lo sucedido a Mario Ruiz Massieu, consideraban
peligroso para ellos prevenir mes sobre faltas de Raúl. El único que tenía la confianza para
hacerme confidencias sobre la misma familia, incluso mi padre, era José Francisco, y ahora
estaba muerto. Los errores empezaron a ser una cadena de teléfonos descompuestos y, para
no herir mi susceptibilidad, provocaron que mi hermano, yo y mi familia quedáramos sin
defensas.
La guerra se recrudecía al terminar el mandato. Zedillo, impasible, dejaba pasar todos los
golpes y Córdoba, preparando su nuevo ubicación en Washington, subestimaban mis
preocupaciones en torno a la falta de lealtad de Zedillo. En el mundo de mi nombre
circulaba con gran fuerza y mis explicaciones a un surtían efecto en los centros políticos y
financieros de Frankfurt, Londres, Nueva York, Washington, Roma y Tokio. Las noticias
sobre México, desde el 1 enero, no dejaban de ser motivo de curiosidad y preocupación,
pero en todos los casos eran vistas como producto de la resistencia a mis reformas y a una
contrarrevolución que defendía viejos privilegios; no era difícil adivinar a la distancia el
problema de los últimos acontecimientos, coronados por el resultado electoral del 21
agosto, que reafirmaba mi popularidad y legitimidad del neoliberalismo mexicano con
votos: ese lenguaje si lo entendían. Con heces desmentían todos los pronósticos
catastrofistas y los que auguraban un fracaso; la opinión de los observadores nacionales y
extranjeros contribuiría a reforzar mis versiones sobre la solidez de la economía y el
consenso en el proyecto.
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Sergio Aguayo como uno de los principales organizadores de la observación del proceso
nacional, terminó certificando la limpieza electoral y calificando como " incidentes"
algunos excesos en los medios de comunicación y el costo de la propaganda en favor a
Zedillo. Tratándose de democracia, nadie se oponía a las nuevas formas de la globalización:
los sandinistas en Nicaragua, los salvadoreños del FMLN con versos a la democracia y en
la coexistencia pacífica con Estados Unidos zanjaron sus propias derrotas; sinceramente,
todos ellos le aportaron más a sus pueblos como voluntad revolucionaria como demócratas,
pues en su segunda forma terminaron con la esperanza de los grandes cambios, aún que
ahora los del FM LN 100 alcaldes de San Salvador y dos del FSLN sigan al frente del
ejército nicaraguense. Rechazar la observación, sólo Cuba, todos los opositores de
izquierda de América Latina se pusieron corbata y se fueron a Washington, donde se
encontraba fácilmente a líderes de México, Brasil, Nicaragua, El Salvador, ejercitándose en
el nuevo deporte del " lobby" con los congresistas, inversionistas, académicos, a los cuales
se trataba de convencer de que "no eran peligrosos" y si demócratas. Yo sentía que el
gobierno norteamericano, adelantándose a nuestras explicaciones, no se hacía guiños en
señal de entendimiento, confirmando la ingenuidad de sus nuevos interlocutores populistas,
estatistas, excomunistas y de todas las izquierdas, disfrazados ahora de demócratas y
promotores de la buena vecindad.
Desde mayo, el país se inundó de observadores de todo el mundo, y ello ayudó a cimentar
la credibilidad en en mi versión. Fue esta opinión internacional presente en México, la que
me abrió las puertas para aspirar a presidir la OMC y la que me proyecto al mundo como
una leyenda, mi pregunta en ese momento era: ¿para qué más guerra, si la estabilidad nos
favorecía a todos? ¿No era esta guerra causada por el trauma de nuestra alma nacional por
quien el mundo somos los únicos hijos de la chingada?.
El origen contra mi gobierno es algo muy profundo, de las incapacidades de este pueblo
que es capaz de la exaltación por alguien y, luego, de más decirlo. El origen de los ataques,
de la guerra sorda que se iniciaba por el miedo a mi eficiencia, no sólo es político, sino
parte del destino de un país que desea ser siempre inconcluso, de destino errante, siempre
optando por el dolor y la tragedia. Por eso Raúl, pieza clave de los negocios familiares
encargados de las relaciones internas, se convertiría en el blanco de todos los ataques,
aunque, en el fondo los golpes contra el eran contra mi. Para nuestros enemigos, la tarea
central era acabar con la credibilidad y un futuro precisó de largo plazo, y por eso brillaron
los cuchillos, la perversión como fin y no como medio.
Todos conocían las debilidades de Raúl. Él quería estar bien con todos, pertenecer a los dos
grupos, a las dos fuerzas; "un monedita de oro", simpático como todo virgo, en medio de
una confrontación histórica. La "amistad", las grandes fiestas en su honor, fueron la
preparación de la trampa, y él creyó que estaba cerca de Hank, de Beltrones, Figueroa,
Madrazo, Chirinos, Gamboa y Juan García Abrego, era más por ser y un servicio que él me
prestaba, siendo enlace directo con nuestros adversarios o los duros del sistema.
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Raúl, al igual que Camacho fue otro que jugó a ser torero y lo convirtieron en torno, creyó
que el final del túnel era un homenaje y al salir era la plaza llena que quería orejas y rabo.
Blanco fácil porque sus debilidades eran conocidas, al igual que sus amistades, como Juan
García Abrego, hombre clave en los negocios subterráneos entre México y Estados Unidos,
pero para Raúl constituía sentirse amparados el que yo era amigo del gobierno
norteamericano. Lo he daba mucho saber que Juan era el hombre más perseguido y sentir
que poner (en realidad por mi), no había policía que se le acercara. Ante los encuentros de
distensión que organizaba Raúl-- y los encontraba a todos--, no dejó también de reconocer
que me sentía en la vieja pandilla de la Narvarte, y cuando veía Raúl me daba cuenta de que
en el mismo muchacho, Jr., loco, irresponsable, pero alegre: un virgo plenamente
aspectado.
Debido a que lo único que estaba prohibido en la platicar de política en esas reuniones, me
tiene que retirar cuando empezaban a conversar sobre negocios, de que su estilo cruento,
hasta gracioso, pretendía en el fondo legitimar lo que Raúl y sus amigos hacían,
Rogozinsky, Serra, Gurría, se iban en el momento en que yo lo hacía, pues si bien se
ayudaba Raúl y sus amigos en las subastas, a ellos les molestaba que se jactara de ello,
diciéndoles pendejos a los perdedores. De esta manera, a ojos de todos, Raúl se construyó
su propia celda. De esas tertulias yo me pagaba, pues prefería los brazos de Adela.
El conocido se cobró lo más taurinas en la calle Lafragua, el 28 septiembre. Un vulgar
operativo de asesinos a sueldo sería el tapón para qué en vez de que la muerte de José
Francisco fuera a la justicia, se hicieron tema más en la negociación. Hasta ese momento, y
envalentonados con el fin de mi gobierno, aprendieron temía estar por delante de los
acontecimientos. Yo me di cuenta de que cada paso que damos en investigación era una
nueva trampa en la que traíamos, pues todo apuntaba Raúl. ¿No era acaso la desaparición
de Muñoz Rocha la principal prueba contra mi hermano? Y hundir a Muñoz Rocha y a
cómplices, ¿no era abrir las celdas de mi hermano? Caí en la trampa.
A partir del 28 septiembre me di cuenta de que no había ya posibilidades de entendimiento,
la confrontación empezaba a tocar fondo; cualquier iniciativa distraería los conflictos y
empezarían los ametrallamientos en la calle: dentro de esa guerra se necesitaba prudencia
para que sus efectos no nos llevarán a un fin catastrófico. ¿Quién podría mediar en esta
guerra? ¿Quién podría tener autoridad y elocuencia? Los economistas nos acusaban a
nosotros del crimen; luego, nosotros sabíamos que los responsables serán Hank y las
acciones tranquilos hadas del de el PRI; a su vez, ellos desde el PRI me atacaban a mí, a los
colosistas y a Camacho, y a Hank hacía lo que quería con el aterrado de Zedillo. El
asesinato del PP fue una nueva provocación, un nuevo actor impune para presionarme otra
vez sobre la mesa de negociaciones. En esas circunstancias lance en ¡ya basta!, aunque la
guerra se extendiera por años.
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Guerra con estabilidad (GCE) sería nuevo concepto, más complejo que la guerra de baja
intensidad, pues en ésta habría gran intensidad, crisis y escándalos, o textos no afectaría el
esquema de estabilidad en la nueva concepción global y de la integración. Está GCE estaría
acotada por la presencia norteamericana, y con gran capacidad nos haría volver
continuamente al ring a pelear bajo las reglas impuestas por ellos; de esta manera, el
gobierno no traicionaba a nadie y si favorecía a la evolución en favor del proyecto. Yo
nunca he dudado de su lealtad y su protección para bien de los niños y de México, pero,
como decía Perón, que no creían la lealtad: "a los leales hay que buscar quien los vigilen".
Octubre pasó volando su punto el cálculo del Hankismo era que al perder yo el poder
político, ellos llenarían el vacío sin competencia; sin embargo a mí me quedaban otros tres
pilares: las relaciones con el exterior, de base social, que podría convertir en partido, y mi
poder económico. El poder económico que ello representaba no eran los cientos de
negocillos y corruptelas, sino la columna vertebral del sistema financiero, las
comunicaciones, los medios y la industria y el comercio estratégico. Yo representaba un
puñado de hombres nuevos cuyos capitales podían poner al gobierno en profunda crisis. Un
movimiento nuestro, una decisión mía a través de mis contactos Wall Street o Londres,
hubo podría causar caos y reducir las reservas del banco de México a niveles de
insolvencia. Si la guerra se profundizaba y no se llegaba a ningún acuerdo, es recordaba
que en noviembre se cumplía el compromiso con el presidente Clinton de mantener un año
la moneda sobrevaluada; esto significaba que la paridad sería nuestro rehén y que, en ese
caso, el nuevo gobierno debería enfrentar el primer momento a los pequeños ahorradores de
México y Estados Unidos, a los cuales arrastraría mus a una bancarrota como la de 1987, en
que nos vimos en la necesidad de desinflar la Bolsa mexicana, luego de mi designación
como candidato. En adelante, la vida del país sería un campo de batalla donde se cambiaría
golpe por golpe; la estabilidad del país se nos fue escapando a todos entre los dedos de las
manos, hasta finales de 1997, en que el gobierno norteamericano intervino directamente
para poner orden, pretextando el combate al narcotráfico. Golpe por golpe, como va bajo de
campana, movimiento del péndulo violento. Yo estaba emplazado a responder, pero tendría
que ser más allá a los 100 días, una vez que Zedillo estuviera solo en la jaula del tigre.
Por simple ley de gravedad, la muerte de José Francisco tuvo un efecto de distensión para
el caso Colosio. A unos 100 días, el caso de Luis Donaldo, llevado por Miguel montes, el
primer fiscal especial con nivel de subprocurador, resultó una obra maestra de la técnica del
enredo. Su nombramiento fue resultado del aval de Diana Laura, quien, cuando tuvo que
sugerir a Velásquez y Velásquez a montes, volteo para vernos con su infinita tristeza, pero
expresando un débil recelo. Juan Velázquez, a quien yo recomendé a Diana Laura por ser
excelente abogado, se adelantó para decirme frente a ella que aceptaba que Miguel fuera el
fiscal especial del caso, le agradecía Juan, mientras Diana Laura permaneció con la mirada
infinita y triste en el piso.
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Yo con la anuencia de Juan Velázquez, que en todo momento respaldaban místicas
evasiones, pude platicar con ella de la íntima relación de confianza que existía entre Luis
Donaldo y montes, a lo cual ella solamente inclinó la cabeza en silencio, para mí y
Velásquez fueron de aprobación.
Desde marzo hasta septiembre, Miguel montes cargó con la presión política de todo el país,
que le exigía resultados, mientras él pasaba y pasaba el video que le había dado la red uno;
de ahí se desprendió su primera conclusión, que definió como la "acción concertada" en, y
que en sentido estricto le daba al público simplemente lo que el público quería escuchar.
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Cuando llegó a esta conclusión en Tijuana, hicieron gran alboroto, pues habían descubierto
en el video "una formación diamante", que en verdad no era nada, pues iba un montón
alrededor de una persona, tú puedes decir que salen todas las formaciones geométricas que
quieras. Seguramente los asesinos se doblaban de la risa de la "suspicacia" del fiscal.
Antes de continuar, quisiera ser un paréntesis para hablar de un personaje aquí mencionado
de manera ligera, pero que es uno de los protagonistas centrales de la vida dramática de
México: el abogado Juan Velázquez, conocido entre su gremio, el rey de la prevaricación,
Juan Velázquez fue el abogado y el acusador de todos. Llegó a mi por una relación familiar
y, justo a tiempo del crimen de Colosio, apareció como el "más conocedor" de derecho. Un
hombre así, para mí era fundamental, pues Juan no tenía antecedentes de ser un colaborador
mío y, por tanto, podría prestar grandes servicios. Sin embargo, también el diablo se
adelanta, lo que se busque como una novedosa estrategia de estar en ambos bandos como el
mismo abogado, luego supe que Juan Velázquez lo venían ejercitando desde hace muchos
años y que su especialidad en la corrupción judicial era precisamente la prevaricación, que
constituye un delito. Juan fue hijo de otro abogado, un tal Víctor Velázquez, famoso en los
años 50 por proteger a políticos, lo cual condujo a que el mismo estado, el poder, quisiera
ese tipo de especímenes cuyo trabajo era "defender" por encargo de los acusadores, las más
de las más veces victimarios. Juan Velázquez es un personaje único en la historia de la
abogacía del país, pues se enorgullece a de haber defendido a Félix/, uno de los tantos ex
secretario de la reforma agraria de Echeverría, mientras era representante legal de López
Portillo. Lo mismo representante de Durazo y amigo de Miguel de la Madrid y, en mi
gobierno, se despachó grande siendo defensor de cabal Peniche, mientras el abogado de
Aspe, su acusador; defensor de Jorge Bolaños, mientras el abogado del procurador morales
lechuga, que lo acusaba; coadyuvante en las fiscalías de montes, Olga islas y Mario Ruiz
Massieu, al mismo tiempo que era abogado representante de mi familia. ¿Qué tiene de
malo?, preguntaba, mientras proponía a nombre mío-en¡mío!-Que las investigaciones se
llevarán conjuntamente consultándolo a él. Pablo chapa le salió bravo y lo grabó en video,
con lo cual lo exhibió tiempo después, pues le proponía, "por la estabilidad del país", una
investigación concertada.
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La primera conclusión de montes fue sorpresiva, dado que sus equipos de trabajo solamente
profundizaba la hipótesis del asesino solitario, para lo cual yo había pedido la pena
máxima. Uno de sus principales policías, dispuesto a argumentar lo que fuese atendido, fue
bravo Hirales, quien reconocido acto de valentía desde sus tiempos de guerrillero, escribió
y publicó un libro de gran imaginación, en el cual los construyó a Lee Harvey un Oswald
Mexicano, el asesino solitario que, producto de un desequilibrio, decidió asesinar a Colosio.
Es como si estas memorias yo pretendiera convertir las novelas, donde fuera revolviendo
los acontecimientos reales, para falsear hechos que son ya parte de la historia de México.
Así como Hirales, montes tenía trabajando todo tipo de pistas falsas, en un complejo
armado de situaciones para llegar al veredicto de un asesino solitario en Lomas taurinas,
montes intuyó que presentar esas conclusiones en ese momento significaría no sólo la
cabeza de él, sino la del procurador. Gracias a ese instituto político, en último momento y
en contra del trabajo absuelto de sus colaboradores, que no tenía ningún prestigio que
perder, presentó de manera simple la pista de una acción concentrada.
Nuevo flamazo y tranquilino Sánchez, los mayoral, todo miro y todos los que rodeaban a
Colosio, pasaron a prisión temporal y estar bajo sospecha, para calmar los ánimos. La gran
obra de montes fue haber lanzado la hipótesis de la acción concertada, pero, al mismo
tiempo, que la investigación no saliera de Lomas taurinas. Eso se llama habilidad y
conclusiones incontrovertibles en un ambiente político degradado y confuso como el que
presionó a Miguel Montes.
La secuencia de los fiscales es también un escenario de la guerra interna. Cada fiscal
representaba a una facción, pues dentro de la negociación se consideraba que encargarse de
ella significaba desgaste y el peligro de que ésta se desbocará y saliera de cauce. De esta
manera, la primera etapa fue para Córdoba y para mí, que tuvimos que cargar con el peso
de la investigación y la presión política, hasta que la llevamos a un buen puerto. La
transición de la investigación a una nueva etapa requería de un nuevo fiscal y, por la ley del
péndulo, le tocaba ahora al grupo de Hank tener bajo su responsabilidad la investigación a
través de Olga islas, sobre la que requería el tiempo político y los clamores por saber la
verdad. La tarea de cada fiscal en este caso era mantener la atención, llegar a imaginativas
conclusiones y dejar la investigación en un punto seguro hasta que otros se hicieran cargo
de ella: una carrera con estafetas. Dentro de los 100 días fue nombrada Olga islas, con esto,
quedamos tranquilos de que la investigación no conduciría otro escándalo y a otra crisis
política. En la fiscal sabría llevarse la investigación por la clara senda en un campo minado,
donde no hay más alternativa que cuidar su propia carrera y seguridad.
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Para después de los 100 días, través de Córdoba, había logrado convencer a Hank y
subgrupos de la necesidad de que alguien "imparcial", pero comprometido con la
estabilidad del país, se hiciera cargo de la investigación. Desde un mes antes de concluir, no
fue difícil convencer a Zedillo de que Diego Fernández de Cevallos se hiciera cargo de la
investigación, nombrándolo a el procurador general de la República, pues un opositor como
él dentro del gabinete permitiría que el tiempo no recurrir a cargo de nosotros sino de la
"pluralidad" del país. Con ello, se demostraría que Zedillo estaba actuando de buena fe y, al
mismo tiempo, ¿quién más idóneo para el papel de procurador que el miembro de un
partido que había estado señalando como demanda fundamental la lucha contra la
corrupción?.
Perplejos, Zedillo y Hank aceptaron esta estrategia, pues al mismo tiempo significaría una
tregua en la lucha interna, con posibilidades acuerdos de largo plazo y, de esta manera, salir
de la dinámica de golpe contra golpe y de la inercia del enfrentamiento; todos los
convenios. La presencia de un procurador de la oposición podría unirnos a todos contra la
pronosticada ineficiencia, ya que a través de decenas de testigos per juntos se mantendrían
ocupados, por algún tiempo: la opinión pública, los periodistas y los economistas sin
futuro. El PRI y nosotros tendríamos alguien a quien responsabilizar de la lentitud de la
investigación y acusar de que estábamos "Siendo víctimas de las tensiones del procurador,
que se obsesionaba en politizar la investigación y aprovechar su papel con fines
partidistas".
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El que no se tú fue Diego Fernández, pese a que le insistí en aras del proyecto y la amistad.
Cuando la presión creció, le reclamé madurez y lealtad al proyecto que habíamos
construido juntos. Digo me propuso una salida intermedia: Antonio Lozano García. Éste era
un abogado sin nombre ni trayectoria política, empleado suyo. Acepté de inmediato, pues la
propuesta de Diego reunía 12 las características esenciales de nuestro objetivo: Naucalpan
corresponsal en esa no de la investigación; y dejará cargo de ella alguien que no sea
presentada en la pugna entre nosotros. La jugada fue maestra está en ese momento.
El 1 noviembre rendí mi VI INFORME de gobierno. Los recién enterados diputados del
PRD se estrenaron con vigor interrumpiéndome durante ¡126 veces!... Y a las cuales no
presten ninguna atención. Mi balance no era para ese grupo de diputados y senadores
surgidos del crimen de Colosio, que ante el criterio no hicieron nada por defenderme.
Estaba muy por encima de ellos, gracias a los medios de comunicación, pues yo le hablaba
al país, no es el grupo fantasmal de gritos histéricos y resentidos o. "Ni los veo ni los oigo",
les dice a los periodistas, y esto lo convirtieron en drama. ¿Acaso alguien tiene la
obligación de escuchar necedades y la retahíla de demandas, propuestas y acusaciones que
yo me sabía de memoria, pero que no tenía ninguna importancia en el nuevo país que
éramos? Esa gritería no tenía fuerza, y más cuando sus dirigentes estaban ya en
conversaciones con Zedillo para "pasar a una nueva etapa" de relación, queriendo ser
política con un enemigo fundamentalista de la política como Zedillo. La mente, la diputada
Ruiz al fondo, con su ingenuo car delito de "Cárdenas Presidente" un, fue más dura, cuando
ya tenía controlado el país, y más duro verla darme la espalda, y de ahí pensé en la frase "ni
los veo, ni los oigo".
Al final del VII informe de gobierno, los perredistas tenían ya presión sobre el Zócalo, con
más de 300 ataúdes simbolizando a sus compañeros presos un. Enrique Jackson, jefe de la
policía capitalina, en solidaridad conmigo, la sola caballería sobre los ataúdes, a manera de
despedida, cada quien debería llevarse sus muertos, ellos los suyos, yo los niños, porque
aún no acaba la guerra, para rendirnos homenajes.
(Me acabo enterar de que López Portillo ha sacado su nuevo libro, umbrales, porque dice
que pasó todos. ¿Qué pasará si con este viejo? Estas memorias, a diferencia de las de, no
sólo al final, la conclusión, sin un grito de guerra contra la soberbia idiota de ese país que
gobernaré sin que me mereciera. Se queja López Portillo de que atacaron a su familia con
una frase de don Miguel de la Madrid. ¿Y nosotros? ¿No le da vergüenza a López Portillo
quejarse, cuando contra nosotros han declarado una guerra, se encarcelaron a ti, mataron a
éste y yo estoy en el exilio? López Portillo ha sido el más sagrado de los expresidentes,
pero el que menos ha actuado, teniendo tantas oportunidades. Lo cierto es que no le confía
tampoco bajan nunca lo quiso, tiene corrompido a su hermana Margarita, como te
corrompió a ti y le regalaron la "colonia del perro". Pero esa no fue la causa de su libro.
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¿Sabes cuál fue? Que López Portillo está pobre, que le han quitado todo, hasta sus cuadros
de Tamayo, y que sus hijos están vendiendo los terrenos de la colonia para no dejarle nada
a Sasha. López Portillo necesitaba dinero, porque con la presión ya no le alcanza. El que
más fama tuvo de ratero es el que dice que no robo. ¿No te parece trágico?).
A sólo 12 días de terminar mi gobierno, él dice que en noviembre de 1994, muere de cáncer
de páncreas y Ana Laura. Su última fase constituyó un recorrido por Roma y España, donde
se entrevistó con el Papa Juan Pablo segundo y el rey Juan Carlos de España, a los cuales se
reveló quizás parte de esta historia cruenta en medio de la cual murió Luis Donaldo, nuestro
amigo. Pese a llevar con ella importante información de estado, no pudo ser detenida ni
convencida de mantener silencio; sin embargo, a partir de esa visita, sé que mi estrella en el
mundo empezó a decaer, pues ella dejo sembrada la duda sobre el significado de la muerte
de Colosio, lo que se jugó con ella y la responsabilidad de todos. No es extraño que la
oposición contra mi para presidir la OMC viniera de Roma.
La visita de Diana Laura Vaticano y a Madrid consistió en un depósito de razones del
estado mexicano y uno de sus grandes secretos sobre el origen y las causas de la muerte de
Colosio. Fuera de sus intenciones, Diana Laura acabó con mi afiliación a la OMC, pese a
haber pedido perdón para mí todos los que pudiéramos haber tenido responsabilidad en el
crimen. Diana Laura supo dónde hacer llegar la información sospechas y dejar su
testimonio como un cuchillo en medio del campo de batalla. Su viaje a Europa fue para mí
el final de mi estrategia de contrainformación que había montado desde enero del 94 para
revertir las campañas contra mi gobierno contra México. Sin embargo, el disparo sorpresivo
de Diana Laura fue de una gran presión, pues su testimonio de agonizante tuvo valor en la
medida que era ahora patrimonio del estado Vaticano y de los reyes de España; mucho más
valor que si lo hubiesen publicado y enviado a todo el mundo mis opositores y adversarios.
De Diana Laura, su testimonio se convirtió en un poderoso rumor contra mi y el proyecto.
En Europa la parte católica de Estados Unidos, nosotros poder económico de los escenarios
del lobby mundial se llenaron con Menem, pero ahora no, el gran reformador, sino como
hay que había sacrificado a mi sucesor. Diana Laura con ello se había convertido en parte
de una guerra y, con un acto de despedida como ese, había hecho más daño al proyecto que
todas las fracciones del PRI, Hank, Camacho y 1000 testigos 1 millón de denuncias. Sin
embargo, la forma utilizada por Diana Laura no logró debilitar la impunidad, la cual siguió
siendo regla dentro de la guerra con estabilidad que aún no termina. Su testimonio, sin
embargo, tuvo un efecto positivo en México, pues al saber que su versión estaba cercana a
la verdad de estas memorias, tanto la fracción de Hank como Córdoba, los colosistas,
Camacho y los grupos más retrógrados del aparato político, debieron guardar compostura y
ominoso silencio.
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Los últimos 12 días de gobierno de vida segura refuerzan el país. Fueron dos heridos en
orden, dedicados enteros a recorrer dos veces el país para saludar de mano y establecer
compromiso con mi gente, los millones de pobres, los que habían creído en mí y seguirían
creyendo. En 12 días, llevaría el recuerdo de Luis Donaldo y José Francisco como la parte
de mí que se quedaba enterrada en esos seis años de pasión y locura. En nosotros el día
sobre lo que no había madurado en años, pues me di cuenta de mi obra y de que las
reacciones, la magnitud de los crímenes y los escándalos, eran proporcionales al tamaño de
mis reformas y los cambios con los que sacudió el país. En estos días, cada hora era años,
desde que tuvo uso de razón y reconoce Eva María mi papá; recorrí la infancia y la
juventud entre aventuras, la gran protección de mi familia y mi vocación por el poder y el
ejercicio del poder. Al ver los paisajes desde el avión presidencial, sentí que estaba en un
país extraño, desconocido, dejando, al cual me unían más dolores que grandes
satisfacciones. No era una sensación de final, sino de humo y pólvora, de un caos viejo que
se veía gestando y que yo había provocado de manera ordenada, pero que al final había sido
el objetivo de todos los fantasmas que rondan al país y lo tienen atrapado. Desde la altura y
cada discurso, en cada salud hermano en cada obra entregada, confirmé que estaba
saludando el éxito antes de la batalla, y que esa no era una despedida, sin un pase la lista
todos mis fuerzas. En el mundo una noticia de la muerte de Diana Laura empezó a abrir la
versión de su testimonio, depositando en esos lugares altamente significativos para el país,
pues han simbolizado siempre la conciencia de México las cadenas, pero también la verdad
de lo que somos y lo que pensamos.
En los últimos 12 días, tuve que agradecer a todos los miembros de la Cámara nacional de
la industria de la radio y la televisión (CNIRT) el apoyo invaluable prestado por ellos, tanto
a través de sus estaciones de radio y televisión, como otros de sus mensajes, firmados como
Consejo Nacional de publicidad. A ellos yo los designaría la "comisión ideológica" en mi
propio partido, pues su compromiso y lealtad al proyecto modernizador han sido esenciales.
En su quinta asamblea nacional, en emotiva ceremonia, me animé a cantar una canción de
Roberto Cantoral, que ahora para mí tomaba un gran significado. Un Cantoral presente y
todos aquellos militantes de la modernidad, cuidaron imagen-la produjeron por millones y
fueron el conducto para llegar a los hogares mexicanos-, me sentí en casa. El ambiente
íntimo y casi al punto del llanto, canté para todos.
Reloj, no marques las horas
por qué voy a enloquecer.
Ella seguirá para siempre
cuando amanezca otra vez.
Reloj, del centro camino,
Porque mi vida se acaba.
Ella es estrella que alumbra mi fe
yo sin su amor no soy nada.
De tener tiempo en sus manos,
tras esta noche perpetua,
para que nunca se vaya de mí,
para que nunca amanezca...
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Memorias de un Líder
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El último día, 30 noviembre, nunca lo olvidaré. Fue en Chalco, el territorio revertido, el
lugar donde surgió de derrota en 88 y que convertir en un dos guardianes de gobierno.
Miles de kilómetros de pobreza convertidos en esperanza al más bajo precio, pues la
pobreza extrema es la más fácil de ganar. Ahí se la luz cinco años antes, ahí cubrí del
pasado polvo con asfalto y cemento, desde su inicio una nueva relación con la Iglesia,
invertir en territorio ganado un lugar sagrado con la visita del Papa. ¿Lo recordaría él?
¿Ponderaría la información de Diana Laura? En Chalco nació la nueva unidad nacional
variedad, el movimiento más tierno. Algún latinoamericanista idiota dijo que la solidaridad
era la ternura de los pueblos, y eso me convirtió para ellos en su presidente tierno, al hacer
del esfuerzo de todos, la construcción de un nuevo país amanecido.
En ese lugar, no otro, yo debía acabar esa etapa mía y la del país, que exigieron una sola
desde que llegue a la presidencia en 1988, a los 40 años. En ese lugar, el dijo, se cruzaban
las líneas de la historia pues nadie de mis opositores lo consideraba sujeto del cambio. Yo
unían con los centros financieros, la identidad en el mundo y, al estar representados sus
habitantes, estaba representando todo el país en igualdad de condiciones. Chalco, en lugar
de tres, la capital del desarraigo, tenía ahora ya una referencia para el futuro, y ésa sería yo;
sus pobladores no abandonarían y serían de fuerza fundamental para llegar a la OMC y
desde ahí continuar ayudando a convertir su pobreza en una expectativa progresiva mejores
condiciones. Es el último día, la televisión llegó al más alto nivel de spots donde se
repasaba la hora de mi sexenio y yo entregaba obras en todo el país. Nadie podría borrar
eso, nadie podría contra eso, y si a eso daban el hecho de haber terminado dejando una
economía estable, los nuevos sólo tendrían que administrar bien la obra que se les había
dejado. Chalco sería el centinela del futuro del país y cada vez que viniera a México estaría
con sus habitantes, y de ahí me pasaría Durango con él "ir antes", y a Monterrey con doña
Rosa y Beto Anaya, a Chalco y Chimalhuacán con "la Loba", con Cecilia Soto. ¿Habría
alguien más grande para ellos?.
Su poder en el mío y no podía acabar por razones arbitrarias del tiempo. Éramos una sola
fuerza; comemos juntos, en una sola mesa, líderes de la extrema pobreza con Borja, ese fin,
Hernández Aberdrop, Azcárraga Muñoz, el nuncio Prigione, Octavio paz, Claudio X.
González, Krauze, el general Cardona y la nueva élite militar pujante de la modernización
del ejército; todos aquellos que exigieron mi llamado, desde los lugares más pobres del país
y las mansiones más ricas; los que se unieron a la obra desde el México profundo o los
modernos centros financieros de Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México, uniendo
parcelas y palacios en torno a mi ideal. En esa mesa nos dimos cuenta de que el país no
necesitaba de la frivolidad nacionalista y que, solos, juntos, reconstruyamos el país de los
desastres del ex racismo, del populismo y de las ideologías pueblerinas; contrarios a todo
esto y sin sus causantes, desde esa mesa generosa de la nueva riqueza y el nuevo reparto
establecimientos la nueva mayoría.
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Ahí estaba la base del nuevo partido de la modernidad de México, uniendo los extremos,
sin titubeos, sin tolerancia frente a la duda, leales a la nueva fuerza de México, que unió a
los dos supuestos sociales e históricos del país en un solo proyecto y lo hizo un solo voto de
17 millones. En torno a esa mesa fue mi último día que juramos seguir adelante llevando el
cambio de México; desde esa mesa llena de deliciosas esperanzas, apreciamos el paisaje
extendida de Chalco, cuyas luces empezaron a prenderse al ganar la noche a esa bella tarde
de ese juramento ganar la guerra.
(, extrañen ese momento en alcohol Aguilar Camín gritando ¡viva el presidente!, cargando
su vaso de whisky, que traían en la comitiva. Ya no vi a Héctor y pensé en todos los que ya
no estaban, porque, aunque yo lo que será, ya había otro poder que se iba agrandando y que
al día siguiente acabaría conmigo, y contigo, y pensaríamos hacer polvo y nostalgia como
me hubiera gustado ver a los antiguos amigos alguien algo aquella tarde en que me sentí
más solo que nunca.) .
Carta XXII zodiacal
ARIES llora ante la tumba de su madre. ¿A dónde irás luego de entregar la presidencia
cerrada admiración sino hasta la casa, recibirás el gran vacío que se dejó Margarita. Los
astros dicen que te vayas por qué no recuerdes ni a ella, ni a Cecilia, ni Colosio, Daniel
Camacho, de José Francisco. No vayas con nadie como ver sólo visible una oración, pues
viene el tiempo más duro, la pelea desde el exterior, tener el poder, sin tener de los siglos
directos del poder con Margarita llora, se hará todo lo que no es grave país que nunca te ha
querido, que se trató como delincuentes desde niño tome con ella y luego vete, atrinchérate
en jardines del Pedregal en casa de Ana Paula. El mal aspecto de Marte presagia malos
momentos, los peores, los que hacen que se levanten los fantasmas.
Oración Margarita.
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Aquí está tu hijo preferido,,, cumplir su sueño. El terminado y empieza de nuevo con la
misma ambición con la que me formaste desde niños. Hace una hora entregue la banda
presidencial al que el destino escogido como mi sucesor; porque Luis Donaldo, el
muchacho que de pelo chino que te simpatizaba, que decías que me cuidaba, está muerto
como tú.
Tiene siete con el dolor se ha mezclado la gloria de tu hijo resultó más grande de este país,
cuya obra, tú obra, se conoció hoy y es admirada en todo el mundo. Quiero decirte que
ahora el mundo es mi patria que quiero presidir los cambios del mundo; quiero decir que
logré estar entre los grandes, entre los más grandes, pues siguiendo tus enseñanzas como
para mí la presidencia de México fue sólo la mitad de las carreras, que voy vuelvo a seguir
subiendo. No quiero llenar de dolor, pero quiero ese José Francisco, tu yerno, también está
muerto y es sobre nosotros se ha declarado una guerra que no se cuánto tiempo durará no sé
hasta dónde llega; quiero decirte que Apasco lo mataron por mí, por lo grande que somos,
por lo grande que nos existe, y eso me llena de dolor, pero no me sigue, y por eso voy a
seguir sus consejos ponerle la piel de elefante para mantener la firmeza, hoy todo y tener la
piel dura.
Desde que te enterramos, me quedé sola. Podrás ni único contrapeso, equilibrio, mi juicio,
que ahora no tengo. Dentro de mi grandeza tengo que encontrar mi propio centro para no
desbarrancarme, y a él convocó con sólo recordarte. Vine a decirte que logré eludir con
audacia el ciclo nefasto de inflación-devaluación que tú me advertía y que hoy entregue un
país más grande que sus propias limitaciones sexenales y estables y tareas para muchos
años; quiero decirte que puse a México en una vía distinta y en ella se deslizará por mucho
tiempo. Por eso no quise que fueras incinerada, porque quiero que tú existes cuando el país
haya roto con su pasado y será de gran país que soñamos en los caminos, en todos los viajes
que organiza este himno llevaste; quiero que antes de que sea ceniza, de las laborales dijo,
que no te traicionó como tú creíste. Éste cuando aún para todos, incluso para ti, mi proyecto
era incomprensible, cuando todos creían que lo que hacía era solamente destruir la obra de
la revolución, en los discursos, del estado subsidiario protector que tú mismo protegidas.
Me debió que te murieras cuando las críticas y los comentarios mordaces acumulaban
títulos que estaba sólidos, simplemente porque no me entendías. Me dolió profundamente
determinadas creyendo en los juicios simplistas de tu generación y de todos aquellos que
veían que se les iba de las manos un país conocido. Me dolió que te tomarás a todos los
aterrados por el cambio, pero yo ya sabía que es intrínseco, natural que los hombres tengan
miedo a cambiar de esquema. Me dolió, pero igualmente te digo que no tenías razón, y por
eso he venido a perdonarte todas tus dudas sobre mi.
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Hubiera querido que vinieran escindida lo que México siente por mi despedida. Sé que me
extrañan, pero antes habrá una gran ofensiva en para querer acabar con esta obra, pero al
final reconocerán que mi estatura sólo es comparable con la de Morelos, la de Juárez,
ganadería, la de Cárdenas, los grandes transformadores de la revolución del pensamiento
gracias a su legado como maestra, que me hizo ser un gran maestro y a ser en seis años la
remoción del pensamiento y la reeducación de todos los mexicanos. Tú conseguiste parte
de esta historia, pero sabrás que he sido ignorado, no fue olvidado, luego fui el más
querido, luego del nuevo odiado en y convertido en la causa de todos los males. Por todo
eso, hoy soy el hombre más importante de la historia de mis, porque logré ser admirado
definitivamente, y si algún día al fin, en medio de laureles de victoria. Nadie podrá negar
que soy ligado íntimamente al destino de México y que la suerte del país es mi propia
suerte. Logré que reconocieran que atacarme a mí era atacada México, y que dañan mi obra
era atentar contra la obra de toda la nación. Así terminó esta etapa, sabiendo que me
esperan durezas, pero también grandes batallas que ganare. Tú, madre, estará siempre en mi
memoria.
Que permite que descanses, yo seguiré cuidando de Raúl, de Adriana, Enrique y Sergio;
cuidaré de papá, al cual le ha venido un nuevo florecimiento senil y se ha convertido en un
muchacho. A papá lo cuido como si fuera el hermano menor, al cual se le ha acentuado la
falta de prudencia... nada grave.
Este día estamos más unidos que nunca y yo he pedido que todos te recordemos. Nueve
heridos como primogénito, como el que asimiló toda la ambición suya y la de papá; le he
pedido, el que ha llevado cuestas el destino de la familia, como el que la hizo grande y
convirtió nuestro nombre en el más importante de las familias de México. Este tiempo será
recordado mucho más que los 30 de Diaz un que las guerras contra la intervención francesa
la revolución mexicana, porque estos seis años fueron los más trascendentes en México
desde que la nación surgió, liberándose de la atrasada España. El pedido recordarte por ser
el primogénito del país, que no se ha dejado un solo minuto de trabajar por su grandeza. Yo
he sido el mejor hijo, tú eres la mejor madre y el país debe vivirte agradecido es por último,
quiero decirte mamá, ella tampoco ésta se sigue que estoy de nuevo enamorado de una
mujer inteligente y fina; Galápagos de la mujer de mi vida, pues ha sido la compañera de
todas las batallas, la que ha estado conmigo las buenas y en las malas; que ella me hace
recordar que, porque están enérgica y voluntarioso como tú que los hijos que porque con
ella serán del temple y que tú estirpe.
Soy ya ahora un simple ciudadano y por eso quise estar solo, completamente solo, ante su
tumba, para decirte que lo dice bien, aunque lo hice distintos de como tú me dijiste.
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Carta XXIII ZODIACAL.
Aries no tiene sucesor. Capricornio no puede suceder a 10, porque son de naturaleza
distinta, aunque parecida. Aries es creativo; Capricornio sólo sigue la pauta, cada vez con
mayores dificultades. Aries debe estar prevenido ante la fortaleza que construirán
Capricornio y Géminis, el antiguo consejero de Aries. Se unirán para reunir sus debilidades,
nuestras Aries observa desde el exilio.
No tiene sucesor, no ha nacido. La usurpación es un entendido de todos para dejar que un
sustituto se siente en el lugar vacío que dejó el muerto que tú designa Este. En ese vacío
pelearán todos contra todos y nadie sabrá para donde con esa guerra, porque la memoria
empezará a fallar, luego del presagio de doña Rosa y la reencarnación de malinalli. ¿Qué
somos? ¿Qué queremos? ¿Somos de nuevo el pueblo errante por la llanura, donde a lo lejos
se ven los caprinos en el monte y donde se dibujan los cuernos, que a veces son de Aries, a
veces de Capricornio? Parece el retablo, lo cual presagia una gran derrota, justo a los tres
años, cuando necesitas que te cumplan lo prometido y que te entreguen a tu hermano.
Estando Saturno Henares, que obliga a frenar tus impulsos, a qué análisis y reflexiones.
Saturno es el planeta de Capricornio, el cual, al estar juntos su siglo, hace Capricornio se
concentre e intente anteponer ante ti el mando, la autoridad, el poder, porque ahora es el
administrador de la falta de memoria colectiva.
El país está en manos de Capricornio y nuestra culpa, pero contra así, contra todos, declarar
la guerra y tú no puedes hacer nada, porqe astral dice que tienes que ser reflexivo y
controlar los impulsos. Recuerda que Aries es cabeza y la respuesta no está en su fuerza,
sino en la debilidad de los demás. Recuerda que ahora tienen muchos enemigos, que tu
ventaja es que son enemigos entre sí, oeste del país de Capricornio no está dividido en dos,
sino en tres destinos diferentes, y uno de estos eres tú en; Capricornio, y otro: tauro, que
unen y expulsan diariamente en su acomodo al resto del país.
El país se quedó sin memoria, desde el 21 marzo de 1997 y, por eso, campea en la llanura
Capricornio. Por ahora, la única opción, es el que llenará de Mierda. Su actitud será por
miedo, por competencia, por revanchismo. Si tu nación más admirada de Japón,
Capricornio mira la de segundas manos, la caricatura, lo grotesco: el admira Fujimori. Por
influencia, no de los astros, sino de sus nuevos aliados enemigos, buscará eliminar que,
retírate, desplazarse.
Cada vez que quieras herirlo o amenazarlo, y que regresas, y que vuelve así será como una
medida dejada a la derecha salitroso de este país en erupción constante. Confía en el
volcán, en Gregorio, que está a punto de estallar el 6 julio 97, en que todo se está
pudriendo, decretado contra las perversiones de todos, empieza a correr por la llanura tal y
no como pájaro.
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A fuerza de Saturno sobre Marte dice que pasas por sus peores momentos. Sólo te queda
amenazar con regresar, pero esto sólo para reabrir es el fuego; los rencores, y si bien le
harás daño a Capricornio, será un favor que le hagas a tauro el que amenaza arrasar con
todos.
El país en manos de Capricornio .
Dublín, enero de 1998.
La "seta" de Zedillo significa que fue el último, el que llegó para cargar con todo el peso y
el costo del final del régimen de la revolución mexicana y sus atavismos. Por eso, se y yo
empezó por el final evaluando la moneda, agotando toda la expectativa, haciendo de la
presidencia la fría labor de un administrador y quiebras no podía ser otra manera el país en
manos de un Capricornio, más burócrata que político, por eso Zedillo comparte con José
María Iglesias, Cortines, Echeverría y Carranza tan opaco signo. Zedillo es un transitorio
como Iglesias, sin las dotes de éste como extraordinario administrador de la hacienda
pública; es un mucho menos que no Carranza, que tras la imagen patriarcal (se yo el
muchacho ingenuo) escondieron nombre del coroideos limitadas y ultraconservadoras.
Zedillo es la misma personalidad austera de Ruiz Cortines, pero sin su sagacidad retorcida,
ni podré decir que comparte con Echeverría la oscura ambición del poder, un desde la
subordinación y lo abyecto: Echeverría dándole naranjas a la amante de Díaz Ordaz, en la
antesala del despacho presidencial, como secretario de gobernación. ¿Cuántas veces lo hizo
Zedillo cosas peores por Córdoba?.
Zedillo es un hombre escapatoria, su misión es entregar, es la ruptura, es lo que divide, no
lo reúne. Desde el primer momento, pensé que he sido traicionado en persona y que Zedillo
Córdoba han decidido tomar maniobra en sus manos, manipularla, ensuciarla y hacerla de
ellos. Zedillo es la vulgarización del proyecto, su caricaturizacion. Córdoba, de espaldas a
mi, se convirtió en su consejero, y de ellos partió la idea de ajustar y romper con mi
liderazgo del. Ello estaban en la tumba de mi madre y yo fueron a planear el rompimiento.
Zedillo Córdoba creyeron más importante la alianza al que la unidad de nosotros. Mi fuerza
se convirtió en miedo. Y, todo se llenaron de miedo ante las dificultades de una guerra
prefirieron la deserción, la traición, abrazados al enemigo. Hank y los suyos ganaron la
partida momentáneamente, pues unidos, sin mi contra mí, pensaron en mantener el barco
estable los siguientes seis años.
Hubo un informe de inteligencia, me enteré de que, bajo pretexto de una nueva ofensiva
zapatista en Chiapas, había empezado un descenso grave en las reservas que yo había
dejado el 30 noviembre en un nivel sin riesgo. Zedillo, queriendo ajustar mi política, me
daba la oportunidad de una buen tarde tuerca contra su débil investidura; muchos
extrañaría, el país entero demandaría mi respaldo, tras los errores de diciembre, quisieron
que yo asumiera, pero que fueron íntegramente un error de manejo de Zedillo y Serra, este
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último ya para entonces renegaba también la relación conmigo. En ese informe grabado se
encuentran la cómica escena que originó la devaluación en 1994 que causó una profunda
herida en el proyecto, mucho más grande y grave que la muerte de Colosio, que la de Ruiz
Masssieu, todas las manifestaciones neocardenistas, todos los levantamientos zapatistas.
19 DICIEMBRE 1994. 01: 00 horas.
Serra: amigos: los hemos convocado urgentemente a esta hora yo oí el gobernador
Mancera, por instrucciones precisas del señor Presidente.
Ángel Losada ¿otra charola?.
Serra: tranquilo, don ángel, no hay lugar para susceptibilidades.
No podemos regresar a tiempos que no fueron gratos para nadie. Esto es otra cosa, de
mayor trascendencia para ustedes, como para el gobierno y el país.
Señores: aquí todos nos conocemos y los hemos convocado precisamente por un acto de
confianza y para salirle al paso a lo que podría ser falsos rumores o intenciones
desestabilizadoras. Los zapatistas han relanzado una ofensiva en Chiapas, y esto ha
empezado a generar reacciones financieras contra México en el exterior, que se suman las
presiones anteriores sobre nuestra balanza de pagos. Y si el Presidente, su amigo, desea un
ajuste sin especulaciones el Presidente decide dejarles perfectamente clara la confianza en
ustedes, misma que tuvo su antecesor y que para él constituye el aval más importante. Aquí
todos somos amigos estamos por México. Aquí estamos los amigos de los dos hombres que
han conducido con gran inteligencia al país y aquí también están los intereses particulares
de todos, ¿vamos bien? Voy al grano. En los últimos días se ha iniciado una fuerte presión
agravado hoy por la ofensiva chiapaneca hemos hablado de Summers a Washington para
urgir la con medios estabilizadoras y protectoras de nuestras reservas. Debo recordarles que
ya había un viejo compromiso con ellos en este sentido y que la sobrevaluación era un
compromiso con ellos, como parte de las condiciones para la firma del tratado. Nuestros
amigos están al tanto de todo y me han manifestado su total apoyo están en camino ya de
6000 millones de dólares a nuestras reservas para pagar cualquier clima de incertidumbre,
pero este apoyo debe ser acompañado de otras medidas. Don Emilio, don ángel, don
Gilberto, Roberto señores Lima, Sr. Zambrano, don Bernardo, Sr. Arango, familia Hank y
Sada Salas, estimado señor madariagay Ricardo Salinas y familia, y les diré con precisión:
señor Presidente me ha pedido que por la confianza y alianza en el proyecto, y a fin de que
no fueran a seguir inserte una perversión informativa, se les habrá yo las cartas, gran
situación; de una decisión tomando conjuntamente con el gobernador Mancera, pues
estamos seguros de que una situación de crisis creada por inseguridad de los que estamos
en esta mesa, se nos convertirán a todos por igual.
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Estamos seguros de que su misión es de largo plazo y es con México, y por eso el señor
Presidente me pide que les transmita que él está con ustedes. Aquí todos nos la estamos
jugando juntos y en esta reunión está la base de la decisión fundamental y está el rumbo del
país. El día de hoy, dentro de unas horas, y a fin de nivelar las presiones, anunciaremos que
ampliaremos la banda de flotación del peso de 3.56 a 3. 90 un punto en las últimas 48 horas
nuestras reservas pasaron de 23.000 millones de dólares a 18.000, hay que detenerla...
Garza Sada: ¡ ¡Pero eso es una devaluación, Jaime!.
Zambrano: ¡no es posible! ¡Es un golpe de mano!.
Cero: no, me anda entendido bien. Eso es lo que queremos aclarar, de los que anunciaré
mañana no es una devaluación, no una simple ampliación de la banda de flotación... y, por
eso, les estamos explicando. Lo hacemos porque ahí absoluta confianza y por por el ex
presidente como nuestro actual mandatario los consideran a ustedes, pilar fundamental del
proyecto. Nada a espaldas de ustedes, todos han de.
Es queremos pedir que mañana, después de dar a conocer el comunicado de la Secretaría de
hacienda, nos preguntamos en mis oficinas, fin de que evaluemos las reacciones bursátiles
y de las reservas. Tenemos plena confianza en que la confianza de ustedes depende de la
confianza de los mexicanos, y por eso queremos una acción concertada de todos. ¿Alguna
otra pregunta?... ¿ninguna?.
Bueno, nos veremos nuevamente a las 11 de la mañana, y perdonen la molestia de les llama
a esta hora, pero era una preocupación directa del señor Presidente y contar con su
discreción y su confianza gracias a todos.
Garza Sada: ¿qué opinas, Roberto?.
Hernández que ya se los cargó la chingada.
Losada: ¿a ti no?.
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Fernández: bueno nosotros estamos prevenidos y por eso veamos algunos fondos especiales
protegidos para estas contingencias... estamos aquí para darles confianza a ustedes y
decirles que todo es derecho.
La de abril de los fondos de contingencia eran los fondos que depositó Raúl en Suiza y en
Londres?.
Grano: ¿qué sugiere? Esto en cuestión de horas y estamos en un aprieto@: o la política o
nuestro dinero, sólo hay dos.
Slim: yo creo que no se está previniendo, una devaluación no se comenta ni con la esposa.
Esto es un acto de protección y nos lo manda Carlos, no eres tú. En este momento ya está
abierta la Bolsa de Tokio y en una hora abren la de Londres...
Borja: ¡saquen todo...!.
Nadie le creyó a Zedillo prescribieron que cayó. La previsión de ser la interpretaron como
un mensaje torcido, Libia, dejaron al país en tres horas sacaron más de 12.000 millones de
dólares entre todos los estados por el pobre Serra que en esta noche firmó su despedida,
todavía como zombi poder salir a la calle, porque la gente le grita ¡pendejo! Con este
anuncio anticipado, acabaron con los ahorros de los jubilados de Estados Unidos, eran el
grueso de los inversionistas en Tesobonos; con ello, no causaron sólo la devaluación, sino
que desinflaron la expectativa, que a mí me costó levantar en seis años. Zedillo y Serra
acabaron en minutos con la obra estabilizadora de todo el proyecto, cuidadosamente
negociado y pensado.
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El mundo se vino encima y, con ello, la guerra interna se intensificó. La lucha empezó por
descargar la culpa de nadie, yo era el mejor candidato, pues la regla era que se podía
terminar devaluando pero que un gobierno que pesaba devaluando no termina. Zedillo, en
su soledad y sin el apoyo de Córdoba-que ella ha estado en Washington, en las oficinas del
BID, como representante de México-, lo primero que tuvo a la mano fue dejar de ser el fiel
de la balanza y plegarse a Hank, al ejército y a las viejas fracciones del PRI. Zedillo se
convirtió de pronto en uno más de la manada de los lobos contra nosotros, pesé a que tenía
orejas de neoliberal, con la de neoliberal, ¡que era un neoliberal!.
Cosa curiosa del país: la presunta debilidad de Zedillo le sirvió para convocar de manera
subí generis a una nueva unidad nacional el PRD-a ¡qué cosas de la vida!-Fue el primero,
antes que el PRI y que todos, en acercarse para brindarle apoyo al presidencialismo, con la
peregrina finalidad de ahondar la distancia entre él y yo.
La ingenuidad perredista, sin embargo, fue el único apoyo de Zedillo en los momentos en
que la unidad nacional estalló en pedazos con la devaluación de diciembre y con la crisis
que se extendió hasta obrero en esta coyuntura, finalmente el hijo de Cárdenas fue rebasado
por todos "sus hombres de confianza", que desde el 19 noviembre ya le decían a Zedillo
"presidente electo". Lo que siguió fue un acercamiento extraordinario del PRD, siendo el
mismo juego que Hank de apoyar a Zedillo y obligarlo a apoyarse en él, para tolerarlo a sus
propios intereses. Sin embargo, la diferencia con el PRD es que el pago por el apoyo dado;
le sale muy barato a Zedillo, ya que sólo le fue pedido que se comprometiera con la
separación del PRI y el Presidente, la autonomía el Congreso y el respeto al voto, más
algunos privilegios pequeños para los operadores de siempre, ahora que habían decidido ser
mayores de edad y romper con el caudillo. Gracias a ellos, Zedillo pudo respirar los
primeros meses, fortalecer sus propios pulmones; Zedillo aceptó este apoyo por instinto,
más que por sensibilidad, pero, una vez fortalecido, se movió en dirección de sus principios
doctrinarios, más neoliberales que el neoliberalismo y más militante de la economía de
mercado que Hayek, Popper, Friedman, Von Mises.
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¡Quién iba a pensar que el PRD se volvería lombardista!, y que jugaría que ellos eran una
fuerza para contrapesar las presiones sobre el presidente. A Zedillo Hank, y algunos más,
ya me los imagino tirado de la risa, festejando los chascarrillos de Chirinos, Beltrones y
Figueroa sobre la buena fe del PRD y la debilidad de Zedillo; me hubiera un lado estar ahí
para festejar sus bromas. Ya lo decía yo: al PRD de que destruirlo desde adentro, sin que se
vean nuestra mano. Salvo sus amigos, el hijo de Cárdenas y Muñoz Ledo no tuvieron a
nadie, estaban solos, completamente solos, como cuando salieron del PRI.
Gracias a todos ellos, que ahora sea agravada en la derrota del hijo de Cárdenas, al cual
habían despedido, la propuesta del caudillo pidiendo la renuncia de Zedillo fue poco a poco
neutralizada por la nueva política responsable de todos los que lo rodeaban, hasta quedarse
virtualmente solo. Para todo esto, ante la falta de cuadros relevantes nuestro insigne
profesora ya había logrado introducir periféricamente a Alfredo del Mazo, que sería la
punta de lanza para reconquistar el centro del país y controlar definitivamente todo el valle
de México pero que no tenía los tamaños para un relevo de Zedillo.
Serra, mi nombre en el gabinete, cayó en la primera batalla. Mientras, yo seguía recibiendo
golpes, aunque la devaluación era una prueba irrefutable de que aún éramos necesarios. El
grupo de amigos, por defender sus intereses más inmediatos, había aceptado un golpe a la
estabilidad del nuevo gobierno. La nueva unidad tenía un villano, y ese era yo. Y la voz
alzada del PRD la debilidad de Zedillo buscando una justificación a sus torpezas y la
creciente fuerza política de Hank, se fundieron en contra mía. Ante la versión de Diana
Laura entregada al Papa y al rey Juan Carlos, internamente se levantó una campaña para
responsabilizarme de todo, haciéndome culpable y sospechoso de la muerte de Colosio y la
devaluación había que acabar con el prestigio de mi obra, abrir hace con mi prestigio!, para
ellos estabilizarse. Los analistas decían que la devaluación fue defendida como un
contragolpe mío, con ello justificaron el siguiente golpe, que ahora se extendería a la parte
más débil de mi familia: hermano Raúl.
No había fronteras para su cinismo los que se habían organizado y disparado contra
Colosio, ahora me acusaban. Córdoba, que había dejado en él, lo progresara para imponer a
su delfín, que, por supuesto, sería el mío, ahora se escondía, dejando que floreciera la
alianza entre Zedillo y Hank. Ahí me di cuenta de que, más allá de nuestras coincidencias,
Córdoba busca el poder, sin importar la doctrina; nosotros para él no somos un país, sino un
simple juego de poder donde se divierte, y luego aparecerá en Ecuador como bases orando
a Fujimori, o a Zaire.
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Córdoba es uno de esos seres extraordinarios como Rasputín o como el obispo Tayllerand,
capaces de lograr que una corte se maten de ella, para ello seguir manteniendo el poder yo
cada vez me fui metiendo masones presionados; la comunicación con Washington
empezaba dificultar sería bajar de nivel. Johnny, Carla Hills, ni Rubín, ni Warren
recibiendo llamadas, sino que éstas serán canalizadas a los asesores, que me exigían
respuestas de lo que yo no había hecho. Entre ellos también existía la idea de que la
devaluación no sólo había sido la visión de una decisión mía, sino un acto mío, una
venganza, un contragolpe por lo de Ruiz Massieu. Los asesores con los que entraban en
contacto, de entrada, me calificaban de irracional, pues decían que, al querer debilitar a
Zedillo y crear una nueva crisis de gobernabilidad, había puesto en peligro los intereses de
ambos países, y que el afecto tequila era un error local que había trastocado la estabilidad
financiera de todo el continente, fue un acto de ceguera estos fueron los días más grises y
tristes de mi vida; mucho más que las noticias de la muerte de Colosio y José Francisco;
mucho más que el 1 enero 94 con el levantamiento zapatista, el gigante de la incredulidad
se había extendido a todas partes y, en horas, amenazaba toda mi obra.
Aunque la maldad es imperfecta, diría Aristóteles, nunca un error, una mala instrucción, un
aviso dado en forma incorrecta, se había complementado con el interés de todos los que
echaron seis años contra mis éxitos, contra la fuerza de mis ideas y la audacia de mis
decisiones. La política es sonidos y silencios combinados, juntos y combinados. El PRD,
que sólo sabe hacer política con los sonidos, hizo ruido, el ruido de la vendetta, la agresión
contra el árbol que consideraban caídos. Sus aliados, los hankes y los zedillos y, detrás de
ellos, Córdoba queriendo conservar el poder y el control, se levantaban contra la gran idea
de mantenernos unidos y estables otros seis años. Los López Portillos, los Echeverrías, los
panistas atrasados, todo se levantaban, haciendo ruido, estruendo, y buscando a un
culpable. Junto a la fuga de divisas se iban también mis éxitos, y no quedaban ni como
recuerdo.
Y encontré una creyente; lo que tenía pruebas de que su mundo había cambiado y que ya
era parte del mundo moderno; país que olvidó que había fusionado su imagen su propia
realidad. En esa pesadilla, en pocos días me convirtieron en el creador de un engaño;
dijeron que yo engañado a todos y a que mi propósito había sido perverso y engañoso.
Todos se vieron las manos, y al ver las vacías voltearon la cara hacia mi llena de odio como
causante de todos sus males y su incertidumbre; se acusaron de ser causante del miedo, de
la violencia, de todo. ¿Es éste el destino de un reformador, de un visionario como yo? Eso
sí, nadie quiso volver al pasado, nadie propuso ya ni estatismo, socialismo, economía
mixta. Yo había transformado la casa, pero al faltarle la pintura de la fachada todos dijeron
que el cambio habría sido un engaño; todos aceptaron el cambio, pero para pagar todos los
errores escogieron a mi, por no haber hecho el último acabado.
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Desde principios de enero de 1995, Córdoba empezó a tomar distancia conmigo; a través
del BID y en relación directa con Zedillo, tenía el vínculo es institucional con los
organismos financieros, iba perdiendo poco a poco. La campaña en México repercutía
internacionalmente y empezaba a afectar mi candidatura para la OMC; México de nuevo
prefería el suicidio, aunque le diría y el recelo por mi prestigio se convertían en armas
contra ellos mismos. En esos días, sin ninguna protección directamente solo, tuve que
esperar los nuevos golpes de todos mis enemigos, que ahora se habían de nuevo unido. En
aquellos tiempos aciagos de esperanza, ya sin la confianza de Córdoba, es Camacho, ya sin
aduladores, ya sin Cardona, y la protección de los militares, sólo conserve a un amigo, 100
y leal a mi: Diego Fernández de Cevallos.
La caída de Raúl y el exilio.
La historia de la detención de Raúl ya todos la conocen. Gracias a Diego Hernández de
Cevallos, informó que Zedillo le ha ordenado algo sano detener a Raúl, mi hermano. Está
convierte en la primera prueba de fuego de los sano, que tiene que optar entre la fidelidad a
Diego y a mí, que lo impulsamos y la lealtad a Zedillo. La orden es una prueba de lealtades,
que perdimos, obviamente.
Atrás del aviso de Diego, llegó la llamada de Raúl, diciéndome que se encontraba rodeado
por hombres armados en la casa de las águilas. De inmediato, llamé al capitán Martínez,
perennes con la del estado mayor presidencial, y le ordené que rescatar a Raúl, fueran
cuales fueron las implicaciones y el costo. Justo ceja, exsecretario y mano derecha para
todos los asuntos de confianza, se propuso para dirigir la operación a distancia. El o yo, el
momento era definitivo para determinar lealtades y compromisos. Zedillo buscaba con Raúl
el mismo efecto que yo había logrado con la detención de la Quina, el 10 enero 1989 y con
el encarcelamiento de Legorreta. Zedillo quería ser su autoridad rompiendo conmigo.
¿Dónde estaba Córdoba para parar tanta estupidez?.
En el trayecto a las águilas, recibo una llamada de mi escolta, que puso en contacto la voz
del general Miranda, jefe del estado mayor de Zedillo, que les ordenó detenerse y reportarse
a los Pinos inmediatamente; Miranda grita por el teléfono y yo escucho: "¡ deténgase! ¡Es
una orden!" Dentro intervenir en ese momento, haciendo valer mi investidura, explicando
que Raúl está en peligro que un grupo armado está rodeando la casa. Miranda, con una voz
lejana, personal, me dice que no es un grupo armado, que son agentes de la PGR que
cumplen una orden de aprehensión. Tajante, remata diciendo: "el presidente Zedillo está
enterado, señor".
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Juan Velásquez, y abogado en ese momento, anteriormente había hablado con chapa
Bezanilla, el verduguillo de moda, para disuadirlo de que las pruebas que decían tener
contra Raúl podían ser refutadas 1 × 1 y pidió no seguir con los escándalos. A chapa
Bezanilla lo había nombrado Zedillo y los sano fiscal del caso Ruiz Massieu, por propuesta
de ¡Velásquez!, y había terminado el servir para hacer los trabajos sucios, lanzar lodo y
presionar con sospechas a los que fueran obstáculos para el nuevo gobierno. A falta de
iniciativa política, Zedillo sólo contaba con la PGR para disciplinar al priísmo y los grupos
de presión, y rehusó a mí como un instrumento estabilizador. Lozano fue elevado al rango
de gran inquisidor y, al cabo de una semana, ya me desconocía a mí, a Diego, su jefe, y
hasta el mismo Zedillo, pues los sano se convirtió en el enclave de Janet Reno
En el gabinete zedillista; es decir, Lozano se agarró la integración por cuenta con la señora
reno, el Departamento de Justicia. Escondidos tras Lozano, Zedillo, el profesor Hank, todos
los adversarios, usaban para lanzar dudas e imputaciones sobre mi, sobre Raúl, Adriana y
mi papá, que de pronto tuvo que es despertar de su nueva etapa juvenil, dejar de molestar a
las muchachas y ponerse a pensar en la defensa de la familia.
Nuestro grupo era pequeño, eficiente, disciplinado, convencido, había pasado por difíciles
pruebas de lealtad de cada uno, ¿por qué se había reducido tanto nuestro espacio y el
oxígeno ya no era suficiente para todos? Vuelvo a lo mismo: Colosio y Pepe muertos,
asesinados; Camacho de tránsfuga y crítico abierto; cordobán de agente doble y triple;
Zedillo, un producto malformado de todos nuestros errores y debilidades. La decisión de
tener a Raúl tenía muchas implicaciones, que iban desde crear un rehén para impedir que yo
organizará nuevas devaluaciones, hasta tener una prenda mía, para mantenerme sentado
permanentemente la mesa de negociaciones; señalar mi imagen como responsable de todo;
crear la idea de un presidente "fuerte" y decidido en ruptura conmigo; repetir el mito
presidencialista de la decisión de Cárdenas, que puso en el exilio a calles.
Zedillo algo logró, pues a los que hablaban de un nuevo maximato los dejó sin argumentos,
sin saber que ahora con el rompimiento político no bastaba, y que ello podría estar
desprestigiado momentáneamente en el país pero eso no me quitaba seguir siendo un
hombre con poder y capacidad de influir en las decisiones. Con la acusación y
encarcelamiento de Raúl, Zedillo tomó la decisión de mandar al maximato a la
clandestinidad. Cada mensaje culposo y disculparse, por lo de Raúl y las acusaciones
veladas contra mí, era acompañado de notas explicativas por parte de Zedillo. En varias se
veía la mano turbia de José Córdoba, sólo buscaba amortiguar los golpes, para seguir me
aprisionando con la promesa de que la guerra terminaría. El miedo al escándalo por mi
candidatura a presidir la OMC, era parte del cálculo de Córdoba y Zedillo, por lo cual
cometí el error de no ir a fondo.
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¡BASTA!, por mi grito, y sin avisarle a nadie, ni a Ana Paula, ni a la familia, ni a los
amigos, decidió romper con el mito del silencio presidencial. ¿Acaso no se justificaba? Iría
Monterrey ya tarde, tras una velocidad más largo de mi vida. Era el humo era yo, era el
momento de hacer valer públicamente mi fuerza y deslindar responsabilidades. Al caer la
noche, justo ceja y un chofer enviado por Sócrates Rizzo, gobernador de Nuevo León y
nuestro amigo, me llevaron del aeropuerto Mariano Escobedo a una de las colonias más
apartadas de Fomerrey, a la casa de doña Rosa Coronado, en la cual yo había escogido
como prototipo de mis interlocutores de solidaridad. Doña Rosa había militado en el frente
popular tierra y libertad de Monterrey, con Alberto Anaya, pero ella decidió jugársela
conmigo directamente y sin verme diarios, como Anaya. Muy grande fue la sorpresa de
doña Rosa al saber que yo llegaba sin anunciarse, sin grandes escoltas y a pedir, como
cualquier amigo de la militancia, que me permitiera su casa como refugio. Recordad esas
historias de Raúl, cuando era miembro de aquel grupo llamado línea proletaria. Aquello
tenía un aire de conspiración, de reto al poder, a mi propio poder, desde lo más profundo
del país. Los pequeños arroyos de agua sucia con jabón; hay ladridos de los perros, los
focos dentro de las casas iluminando pobreza, la gente anciana, a jóvenes que miraban la
televisión mientras comían frijoles con tortilla y un café. No me sentí mal, sino que FM fue
reforzando la idea de que para responder a las sillas de vida responder con una acción que
en pocos días pusiera toda mi fuerza movimiento. En el momento de transformar la
institucionalidad de mi fuerza el movimiento en el momento de transformar la
institucionalidad de mi fuerza y convertir a solidaridad en un movimiento real, integrado
conmigo, convencido de su papel en el proceso modernizador.
Declarando en huelga de hambre desde aquella colonia, todos solidaridad se pondría de pie
en unas horas. De todo el país surgiría la movilización, correspondiendo a la solidaridad
mía para con ellos, era cuestión de que se enterraran y, por eso, una vez que pasó la
sorpresa de doña Rosa, que se corrió la voz en la colonia tiene V. instalado, aclare ante
todos los presentes que ese ayuno era por la patria, todos ellos, y que no habría marcha
atrás. El asombro de todos de un clima extraño, pues no creían que fuese yo voy que estaba
en ese momento ahí; empezaron a convencerse de la trascendencia del momento cuando
por mi celular me comuniqué a los noticieros 24 horas y hechos, y pedí hablar con
Zabludovsky y Javier Alatorre, para realizar una a otra entrevista que sirvieron para que
todo el país y mi propia fuerza se dieran cuenta de que estaba en la lucha y que ahora
necesitaba de ellos. Ambos se sorprendieron, lo menos que doña Rosa y los colonos de
Fomerrey: ese 2 marzo, desde "algún lugar" de Monterrey, destacaba la olla de presión- el
mito del silencio de los expresidentes, porque yo no era un expresidentes como López
Portillo: el gran transformador y líder de la modernización de México. De nueve
responsables de la devaluación; había una conjura contra mí y mi familia, y Zedillo tenía
que definirse. Debían de cesar las campañas y los rumores orquestados.
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Zedillo debía exonerar amigo me iba a fondo. Raúl debía ser liberado, con las excusas
necesarias. Al terminar de hablar con los dos, sentí una gran calma; ahora el país estaba en
la disyuntiva tenía que definirse. Pasaron sólo 10 minutos y que quería negociar. Arturo
Warman, amigo de Zedillo no miembro del gabinete, experto en asuntos agrícolas, me
llamaba a nombre de Zedillo, pidiendo una sola cosa: rendición y aceptación de la regla del
silencio del antecesor de yo mandaba decir que el compromiso era conmigo, no con mi
hermano, y que garantizaba la continuidad del proyecto y los compromisos con el exterior,
pero ejercidos por él. Ambos éramos incompatibles: el país se convertía en un estrecho
rincón donde sólo teníamos espacio para vernos frente a frente, cara a cara, sin poder
movernos. Era él o era yo y en esa disyuntiva podíamos poner nuestras ideas, nuestras
convicciones, en peligro. Para todo el país quedaba claro que lo nuestro era sólo un
problema de la administración del gobierno; nadie podría decir que Zedillo y yo tuviéramos
alguna diferencia en cuanto a la continuidad del proyecto; Zedillo mismo sabía que incluso
con diferencia nadie podría hacer nada para cambiar de rumbo: el país se había integrado a
un torero que seguía a gran velocidad y al cual ya no los costos y en ninguno de nosotros,
sino que los hilos estaban en Washington.
Warman pidió que cesara el reto y la amenaza de rompimiento; Raúl sería enjuiciado
imparcialmente, como si esa palabra existiera en este tipo de conflictos y después de la
muerte de José Francisco. Warman me dijo que levantara el ayuno y que el gobierno me
exonerarían de cualquier responsabilidad con respecto a los crímenes de Colosio y Ruiz
Massieu. Warman planteaba que debían pasar los tres primeros años de gobierno y, después
de las elecciones de 1997, Raúl sería exonerado.
Zedillo mandaba decir que la presión de Hank era inmensa y que mi grupo estaba destruido
con la destitución de Serra Puche, la escision de Camacho, el bajo perfil de Gamboa, el
alcoholismo de Chirinos y el abandono de Córdoba, me quedaba solamente esperar la
reacción de solidaridad, pero solidaridad aún estaba bajo el control del PRI y para mover lo
necesitaba de alguien que lo moviera por mí y para mi, en abierta ruptura; necesitaba que
alguien se la jugara íntegramente por mí, como en ese momento tuvo se la jugó para
Sócrates Rizzo, acogiéndome como huésped para realizar mi afrenta..
Pedí sólo cinco horas para decidir, antes de que empezara la contraofensiva dejaron, de la
prensa, del PRD, de todos los adversarios que también podrían unirse contra nosotros. Tres
años para liberar a Raúl y tres años en que debería acostumbrarme a ser insultado y
perseguido como responsable de todos los males del país; tres años en la guillotina, allí
destinado diariamente por caricaturistas, y comunistas.
Tres años, donde nos sólo yo sufriría persecución calumnia, sino todos mis leales. Esa
noche sentí descanso, pero, al mismo tiempo, fue la primera vez que me sentí solo. Extraña
broma, recordé la última visita a su tumba y sentí por primera vez que me faltaba y que la
necesitaba.
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Dormí como un ovillo en aquella cama alta, de sábanas lavadas y dolorosas al olor de la
pobreza digna. Las luces y las voces de la calle me dieron miedo y me lleno un sentimiento
de incomprensión. Aquella noche en casa de doña Rosa, en la oscuridad, por primera vez
desde que me por no haber sabido hacer bien lo último; nunca supo hacer bien lo último.
Naturaleza de Aries tenía ese defecto que consistía en subir, empujar, crear, dirigir y, al
final, la sensación de triunfo y de control absoluto me hacían perder y cometer los mas
grandes errores. ¿Por qué confíe en Camacho? ¿Por qué permitir que Córdoba dirigiera
cuestiones que sólo yo debería decir? ¿Por qué supuse que ese francés era de mi total
confianza, sin ni siquiera sabía exactamente para quien trabajaba y cuáles serán sus
propósitos de fondo?.
No me quedaba más que una alternativa: salir del país, irme lejos, establecer mi red desde
alguna parte donde pudiera dirigir los asuntos, sin tener la presión de las cosas. Dormite un
poco y esperé la primera luz, en que hablaría directamente con Warman, antes de que
llegaran los periodistas.
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En la cara triste y preocupada de Sócrates: en las orejas de justo ceja, en el miedo doña
Rosa Coronado, me di cuenta de que el país se había aplomado y que no me quedaba más
que esperar la declaración de Lozano exonerándome, para irme del país.
A Raúl le envíe de una pequeña nota a través de Velázquez, diciéndole que tendría que
aguantar tres años, hasta fines de 1997, y que, mientras, empezaría a tejer la red de afuera
hacia adentro, para regresar como los grandes restauradores. Estos tres años deberían ser
para quemar una etapa necesaria: el país debería comprender que me necesitaba; debería
tender a extrañarme como lo hice yo con mi mamá aquella noche. México debía sentir
aquella soledad que yo había sentido desde aquella cama, desde aquella paupérrima colonia
que yo consideraba mi territorio y que ahora estaba muerto de miedo, por el peligro que le
fueran a retirar el agua, los tortibonos y las despensas, según me comentó doña Rosa, y este
era el comentario de todos, pues ya no estaban acostumbrados a enviar contra el gobierno,
sino que, como gente de solidaridad, ellos serán parte del gobierno.
La fuerza social en quien yo confiaba no existía, hasta doña Rosa sevicia gobernista. Me
hizo un te y prendió unas ramas, pues me dijo que ella era chamanes, que era Malinalli, una
bruja buena, y que tenía para mi mensaje...
Sócrates no duró mucho en el cargo: meses después fue destituido.
Zedillo, a falta del control político, empezó a refugiarse cada vez más en los militares. Días
antes de lo de Raúl, había acabado con el territorio zapatista y los había confinado a una
reservación en la selva, llamada la realidad. Desde mi exilio me impide que ahí se realiza
un encuentro "contra el neoliberalismo", a principios de 1996, pero estaba que los
zapatistas insurrectos habían cometido el mismo error que Emiliano Zapata, y que eran
presos en su propio territorio bajo sus propias armas; recordé la primera frase de Womack
en su libro sobre Zapata, donde advertía tiene su historia hablaba de la revolución es por los
indígenas tradicionalistas... para no cambiar por eso, la evolución de la negociación sobre la
propuesta del EZLN de los propias armas y se encausó a una reducida reforma indígena que
nadie entiende. Esa confusión de los propósitos del neozapatismo hizo que las armas de
Marcos hubieran armas de palo, como una venganza nuestra. ¿Hasta cuándo se mantendrían
así?. Lo que en enero del 94 fue un acto genial, un impacto de gran trascendencia, para
1997 se convirtió en su maldición: las armas e hicieron de palo y les fue asignado un lugar
dentro de la gobernabilidad.
No obstante, no hay que confiarse, ahí hay una guerra pendiente, una guerra religiosa,
agraria, indígena; que no ha sido conjurada, y basta con que no esté Córdoba
interpretándola para saber que sigue echando fumarolas del volcán y que están en guerra.
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El día 4 marzo por la mañana, y del país. Sólo me acompañaban se y Ana Paula. Por el
rumbo porque me fui a la Habana, el lugar más cerca y más lejano. Necesitaba las
vacaciones que no había tenido en 16 años, desde que llegué a México a trabajar como
director de planeación hacendaria e iniciar mi camino hacia la presidencia. Luego de ser
recibido por funcionarios de la cancillería cubana y recibir los saludos de Fidel Castro,
manifesté mi intención de descansar en un lugar aislado. Pese a todas las divergencias entre
ambos, Cuba tenía las condiciones y privacidad y aislamiento que no tenía ningún lugar de
Estados Unidos, Canadá y Europa. Que los cubanos recibieron como turista no quitaba
picado, el simbolismo, de que yo, el hombre de la integración y la globalización, escogiera
la trinchera del viejo orden mundial, el último vestigio de la guerra fría y del concepto de
soberanía, para hospedarme. Tenía que reconocer que Cuba había resultado más autónoma
e independiente que todas las izquierdas modernas, incluyendo la internacional socialista,
las cuales cayeron con el muro de Berlín, mientras que Cuba, acusada de ser el satélite
soviético en América, no había sido arrastrada a esa debacle histórica.
Cuantos dirigentes de izquierda, en México, se acogieron "a la democracia", intentando
limpiar su fracaso histórico, propia vida y sus convicciones, mientras que Cuba se mantuvo
como la isla que, donde alguna vez soñaron con la igualdad del hombre. Pero su atraso,
falta de modernidad tras la ventanilla del automóvil que me lleva por la Habana, y pienso
en mi propia revolución. Al acordarme, maldigo del este país se sobrevive incluso a
nuestras propias crisis, y que no cayó, como había caído tempranamente víctima de no
haber querido llevar la revolución económica a una revolución política, donde hubiese
desaparecido el lema idiota de la no reelección. El Habana recorre que yo le abre las
puertas a más canosa y al exilio cubano, en correspondencia a que Fidel recibía el caudillo,
pero yo era un turista simplemente...
Tardaron una semana en encontrarme; el mismo Departamento de Estado dio la pista
precisa de mi paradero, pero cuando llegó la primera noticia de ubicación en Camagüey, yo
ya estaba en el pensamiento sereno, dispuesto a enfrentar al mundo. La barba me había
crecido y Ana Paula y yo no nos habíamos descubierto tras estar juntos durante varios años.
Todo era nuevo, incluyendo aquel mar lleno de historia, color marrón y Tabasco, donde de
las mujeres más bellas del a los 15 días abandone Cuba, y en avión particular de un grupo
de amigos de Sócrates, me fui directamente a Nueva York para presentarme en mi primera
reunión de la Dow Jones. Las noticias de México, siempre trágicas y escandalosas, se
fueron haciendo persecutorias, pues se me asignaba la responsabilidad de todo. A Raúl lo
empezaron a llenar de cargos, cuentas en Suiza, documentos falsos, del crimen del Pepe, de
todo el día con Velázquez que reclamará condiciones de seguridad para mi hermano, pues
tres años se contarían como tipo político, más que como cronológico. A Raúl deje de
mandarle reclamos, porque temía por su cordura y el aumento de su depresión. Almoloya
era una buena cárcel, pues sus condiciones de seguridad extrema no eran para que no se
salieran los presos, sino para que nadie de afuera viera hacia adentro.
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De esta manera, Raúl podría estar bien los tres años, aprovechándolos para la reposición
física de sus adicciones.
¿A dónde ir, luego de Nueva York? Al grupo le pedí fondos para adquirir una finca en
Dublín, Irlanda del Norte. No sólo lo verde me tranquilizaría, sino que, más que México,
extrañaba Harvard, su clima brumoso, Charles River, el clima frío. Irlanda, tan tricolor
como México, era un baluarte del nacionalismo como lo había país y, con nostalgia, me
recordaba el país que me enseñó mamá, el sincretismo de lo bárbaro con lo católico, el
fanatismo convertido en nación. Irlanda era un país para seguir aprendiendo lo que debía
hacer a mi regreso; para eso no había lugar que dirá más enseñanzas del nacionalismo que
este país.
Siempre he sabido hacer de lo diferente, de la desventaja de mi propio impulso, y por eso
mis anfitriones me mantenían en forma, ejerciendo mi escuela de pensamiento para la
revolución integradora. Steven Irlanda era como estar en México, y eso lo supe a los pocos
días en que, junto con Ana Paula, llegué a iniciar una nueva etapa de mi vida.
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Carta XX IV Zodiacal
Aries recibe una visita importante. Es un amigo de los presidentes, puente entre ellos y los
que buscan adivinar el mundo de los dioses. Esta y por ayudar que fundir la verdad, él es un
mensajero apropiado para llevar tu decisiones. Hablarán de las siembras, de tus semillas, de
tu obra y los resultados. Te preguntará acerca de todo lo que obstaculizó, de todos los que
dirá centros memorias como líder moderno. Es ligero que hable sin despecho, sólo con la
verdad, siguiendo la melodía de jazz, que te inspirara para hablar de México, tu único
destino.
Cambia el mapa político, reconstruyó el país con una decisión tuya, pues ahora, según entre
ellos el enemigo número uno aliados, los hombres de la globalización, mientras no tenga
poder, se seguirán atacando. Hoy más que nunca necesitas un escudo, no sólo para
defenderse, sino para atacar citas de la soberanía, la que tanto atacarse, pero que ahora
puede servir que si la utilizas bien para defenderse de los golpes.
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Las elecciones están ahí en forma de cosecha, son las semillas que sembraste, unas son
cizaña, pero todas sirven hasta para levantar el humo y reunirán los fantasmas para que
negocios con ellos. Asustes, todo es futuro, lo peor ha pasado y la caída del PRI tenía que
pasar tarde o temprano, lo cual se beneficia, pues emergerá solidaridad y todo lo que tú
planea que en beneficio de este país al que pronto, muy pronto, de manera precisa
regresarás. Pero ahora también preocupante cortijo Emiliano, está sólo en la ciudad y,
aunque sabe defender su nombre, quiere saber todo sobre ti y sobre su nombre. Por eso, lo
mejor es que tú termines estas memorias antes de que existe adelante y que digan las cosas,
por tardar que tanto en decir las tú y a ver causado el vacío tan grande que vive México
como país a la deriva. Su estilo es México. ¿Cual es el de México? Tienes que explicarlo,
para que todos podamos entender hacia dónde quieres conducirnos, según los astros, según
su ley, según el temperamento de Aries y Marte, sino este planeta, que te rigen aquí que,
por tanto, han empezado a regir a todo México.
Lo mejor es que cabe sino digas todo, para que todos sepamos cuál fue la verdadera historia
es el momento ahora, cuando el país se convierte en un caos, pues el caudillo, el indio, ha
tomado la ciudad De México con el voto y amenaza arruinarlo todo. Sobre ese caos debe
regresar, entregar, estar con Raúl y esperar que el pueblo rescate, como un día el pueblo
rescató a Perón y ha rescatado a todos sus líderes auténticos. No te matan a prisión por el
delito de regresar de nuevo al poder y terminar la obra que empresas que dejaste
inconclusa. El nuevo Congreso que respalda y que pedirá perdón por tantas calumnias, y
todos reconocerán que todo lo existe humildemente para pasar a la historia.
Bien los mensajes con el enviado, uno de los dueños de la moral del país, que fuera así aquí
porque quiere la verdad para preparar tu regreso, porque México te necesita.
Mi único destino es México.
Dublín, marzo de 1998.
No fue difícil adivinar quién había ganado la primera etapa de la guerra. A la vista estaba el
triunfador y Lucía condecoración de Victoria en un extenso desfile militar. Yo el único que
había resistido, que lo había desplazado, pero ahora estaba de regreso, desafiando todo el
país. Nueva York, nueva Zedillo, aquel que nos restaba desde la cima del poder, sino una
vieja y era venenosa que se había metido trepada y creciendo a la sombra de las grandes
transformaciones.
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Aquel 16 septiembre por la mañana, desde el balcón principal de palacio nacional, Zedillo y
el secretario de la defensa, el general Cervantes, saludaban al nuevo emblema del poder:
700 camiones militares con el emblema por delante de la marca Mercedes-Benz
representaban al hombre fuerte del país, aunque no estuviera en ese balcón, mientras la
tropa que desfilaba.
El profesor Hank sentía que había ganado no sólo batallas, sino la guerra, y le pasaba por la
cara a todo el país la prueba de su gran poderío, y si él era fuerte en el ejército, donde ahora
sobresalía más el círculo de la Mercedes-Benz en las estrellas fue la isla nacional,
cualquiera puede suponer que su poder se extendía a todo el transporte público, a la
construcción, el turismo, la banca, el juego, las importaciones y otros sectores no tan
legales; Hank era una puerta importantísima -asociado con el capital libanes y árabe, que
venían siendo los sucios de segunda de la globalización-para los intereses europeos,
particularmente para los alemanes.
Las viejas potencias del eje, derrotadas en la Segunda Guerra Mundial, regresaban con un
nuevo aire a la disputa de América, teniendo Japón y Alemania dos grandes enclaves en el
continente: Perú y México, acercados por Fujimori y Hank, que se consideraban los
hombres fuertes de ambos países. No está de más recordar que Fujimori se había hecho
fuerte a partir del golpe contra el parlamento peruano y no tanto por su triunfo electoral, se
reivindicaba como un ideólogo, lo cual llevó a decir desde un principio el asalto a la casa
del embajador japonés en Lima y matar a todos los miembros del comando del MRTA.
Hank, su colega en la ubicuidad sui generis en la globalización, no había logrado a través
del golpe a la sucesión y el recambio de liderazgo en el Congreso.
Aquí quisiera hacer una reflexión más profunda sobre las implicaciones de la guerra con
Hank. Si bien todos los mexicanos tienen una idea sobre este personaje de la política del
país, que pasó de ser un humilde profesor de educación primaria a uno de los hombres más
ricos de México, pocos saben del poder real de Hank y su papel y precisamente en las
coyunturas de la sucesión presidencial. Hank adquirió un gran poder económico y político
desde su pueblo natal en el Estado de México, que rodea a la capital y que es uno de los que
concentra mayor población y, sobre todo, industria y capital. En el Estado de México fue el
eje del modelo económico anterior, el territorio del proteccionismo industrial y comercial
que se expandió aceleradamente a partir del gobierno de Manuel Avila Camacho la fuerza
del grupo se ha extendido a otros estados del centro del país, como Hidalgo, Querétaro,
Morelos, Puebla y Tlaxcala, pero su mayor deseo ha sido controlar el Distrito Federal, la
capital. Desde López Mateos hasta mi gobierno, ha subido un personaje John él ha logrado
transferir un sentimiento a la clase política y el poder, en el sentido de que el sistema "le
debe algo" por no haber podido acceder a la presidencia en razón del artículo 82
constitucional, que impedía a los hijos de extranjeros ser postulados a la presidencia de la
República. Hank fue desde siempre un aspirante a la presidencia, pero nunca pudo lograr
que ningún presidente salvo yo-reformar a este artículo constitucional;
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sin embargo, en cada sucesión, Hank lograba una gran cuota de fuerza por "su apoyo",
pero, ningún en el fondo, dicho apoyo consistía también en la forma en que usaba su fuerza
para golpear al presidente saliente, dejando el camino libre al nuevo. El peculiar profesor
había hecho de la sucesión presidencial un juego preciso, y éste lo hizo a él el hombre de
mayor experiencia política en la sucesión, experiencia que no tenían ni los presidentes
entrantes ni los salientes, obvias razones. Hank se convirtió en un veterano de las
sucesiones, en un fósil frustrado del presidencialismo, convirtió su limitante en una facultad
para chantajear, cotejar, declarar la guerra al que se iba y rehace relaciones con el nuevo.
De esta manera, logró ser el regente de mayor importancia, después de Uruchurtu, e
imponer a otros que terminaron trabajando para él, como Ramón Aguirre. La diferencia
entre un regente de Hank y uno que no lo era, significaba para su guerra entre el Estado de
México y Distrito Federal: transporte colectivo, obra pública metropolitana, agua, drenaje,
vivienda, desarrollo urbano, todo quedaba marcado por la guerra o la paz.
Fue un artificio en el distanciamiento entre Díaz Ordaz y Echeverría. Hank el que indujo al
rompimiento, dándole todo su apoyo a Echeverría, tras el discurso de este en la Universidad
Nicolaíta en Morelia, pues fueron estudiantes hankistas nuevos que le exigieron a
Echeverría guardar "es minuto de silencio por los mártires de Tlatelolco", lo cual significó
la ruptura en esa sucesión presidencial de 1970. Luego, el profesor hizo lo mismo entre los
amigos de Echeverría y López Portillo; Hank era el inventor de los chistes contra
Echeverría y su populismo, animado por el grupo de Monterrey y la vieja oligarquía que se
sentía ofendido por la demagogia echeverrista: la alianza de Hank con todos los viejos
grupos de oligarcas subsidia estos de Monterrey, Puebla, Jalisco Sonora y Chihuahua, era
para él un asunto de status pues el Estado de México ya puede considerarse como apreciar
su origen plebeyo, uno de los principales grupos económicos y políticos en el país. A
diferencia de los otros, Hank hacia la política directamente dentro del sistema y no a través
de "representante" por voceros institucionales en las cámaras industriales o de empresarios.
En la sucesión de 1976 apoyó delicadamente a Mario molla Palencia. Hank fue el jefe del
comité de campaña que desplegó una dentro del PRI y la prensa a favor de molla, a quien
luego López Portillo, para acercarlo, le dio la regencia de la ciudad de México, y aquél
descubrió el potencial económico extra.
En la sucesión entre Miguel de la Madrid y López Portillo, Hank fue el que regaló
generosamente al segundo la "colonia del perro"; fue una maniobra para exhibirlo y acabar
políticamente con él que se opuso a reformar la constitución y, particularmente, el artículo
82, lo que le hubiera permitido desde entonces Hank luchar por ser Presidente de México.
Toda su fuerza, en cada sucesión, parecía desvanecerse, pero no era tal; Hank emergía con
mayor fuerza, controlando una poderosa maquinaria política dentro del PRI, la que vendía
cara a cada nuevo presidente.
Memorias de un Líder
Página 276
La fuerza de Hank firmada por todos, fue creciendo a la sombra de las debilidades y vacíos
creados entre sucesión y sucesión. Hank se convirtió en el campeón de los destapes, lo cual
tuvo su primer escollo en 1987, cuando logre arrebatarle el control de la sucesión y dejará
su jilguero Fidel Velázquez sin trabajo ese día. La guerra entre nosotros empezó desde el
momento que no pudo imponer a del Mazo y logramos darle un golpe a la audaz como él
sabía darlos. Hank busco pactar, como era costumbre y necesidad con los presidentes
entrantes, pero esto duró muy poco: acabo al nombrar yo de regente Manuel Camacho, lo
que constituyó una declaración de guerra que se prolongó hasta ya entrado 1996, cuando se
logró liquidar definitivamente el movimiento proletario que une dependiente que había
creado Camacho para hacer su propio juego frente al hijo de Cárdenas, frente a Hank y
frente a mi.
En ese sentido, la lucha contra Hank y lo que ha representado, me sitúa mi muy alto en la
historia pues fui el único presidente que se le enfrentó y le asestó graves derrotas en esta
lucha, debo reconocer que yo también cometí el grave error de subestimarlo y de no pensar
que una fuerza como la suya podría ser la que ahora estuviera determinando el rumbo del
país, como vino finalmente sucedió... por algún tiempo.
¡Yo no soy el único villano favorito!.
Lo que México se tiene un orden, una lógica: no es más que una guerra sin cuartel, donde
yo solo, con los últimos leales, me enfrento a la fuerza más siniestra, oculta, inescrupulosa,
del viejo sistema político.
Hank, a del Mazo, Echeverría, López Portillo y su vocero, Fidel Velázquez, han sido dos
barreras para la modernización del país y por eso, en ese momento, en estas memorias, creo
necesario dejar testimonio. México batalla mucho para deshacerse de este hombre que, en
su estrecha visión, hizo del país un enorme prostíbulo y de la presidencia un simple reo de
sus intereses. Se verá, cuando se le compare, que mi obra fue más buena que dolorosa,
frente a personajes que sin dar la cara dañados no sólo el país, sino su futuro. Con sido en
que había que convertir a México en el país de los negocios, en un gran casino para atraer
capitales, pero esto debería estar acompañado de la modernización del país, Pues será
mayor parte de Norteamérica. Hundiendo a Hank, Echeverría, a López Portillo, Miguel de
la Madrid, edificando el secreto, flor del año factor de este país que está siempre por
hacerse y evolucionar. Cuando comparo, veo que sólo hubo dos caminos, aunque ahora
aparezcan tres por la reaparición del neocardenismo y el hijo de Cárdenas en escena.
(Vino a verme Scherer a Dublín. Lo invité a oír jazz, pues oyendo jazz es que me inspiro.
Hablamos de estas memorias y de mi regreso; hablamos de mis adversarios y mis aliados.
Él me contó de todas las siembras que yo hice; de algunas un acuerdo. "¿Qué deseas tú?"-
Memorias de un Líder
Página 277
Me dijo-, "es simplemente quiero pasar a la historia como lo que he sido: un transformador,
pues ni quiero, ni tengo otro destino, más que México". Le expresé que pronto estaría en
México me dijo que tan pronto. "Pronto, es muy preciso" .
Me contó que el hijo de Cárdenas ganaría la Ciudad de México y que la mayoría del
Congreso sería quizás de oposición, y le dije que pareciera paradójico que ahora la
inteligencia mayores tuvieran la oposición y que ellos fueran los que defendieron el
proyecto neoliberal. He escuchado ya muchas versiones de que el líder del PRD coincide
con el neoliberalismo sólo busca "humanizar"; el PAN siempre ha sido neoliberal y por eso
no me da gusto que el Congreso salga de las manos de Hank y de Zedillo, pues no por
corrupto y el otro por fanáticos podrían llevar todo al fracaso.
Eres un tonto muy pronto, después de haber del PRI es mi triunfo, aunque no lo creas, de
ahora julio Scherer lleva ya este mensaje a los opositores, a los cuales invitó a compartir el
proyecto neoliberal, sin para este momento debemos ser sinceros establecer que el país ya
no será como muchos han querido que sea, y sólo espero que ayuden a que el caudillo se de
de resistir al del país y a la política económica. ¿Por qué se opone en este momento crucial
a las Afores, por ejemplo se a ser el hijo de Cárdenas con esto daña al país ya fuerte ya sin
éxito en julio sida y con la oferta que puede unir o dividir, pero de la pronto tendré
respuestas pierden el PRI, Hank, un los dinosaurios, pronto estaré de regreso y pediré a
cambio de las aprenda algo: levantar el veto de la no reelección para poder presentarme
como candidato en el año 2000. ¿Se asusta? ¿Te entusiasma? No te preocupes, tu estarás
muy lejos, quizás me sustituyes en Irlanda.).
", porque se pone mal", dice la inteligencia criolla del haber nubarrones, siento que llega,
pronósticos del desastre. Así como el bien es relativo, así el mal es imperfecto y, por tanto,
se convierte en el vientre que está lo bueno. De todos los males acumulados por el
zedillismo por el imperio de Hank y sus Mercedes Benz, fueron construyendo los lazos de
la solución para el país. Sin embargo, puede trivializar todo el mal, toda la guerra que
afluyó de 1995 a 1998, cuando se empezó a decidir el futuro del país. En estas memorias
sólo are un escueto recuento de los acontecimientos que no llevaron hacia el momento de la
definición del país. La muerte de Colosio y José Francisco habían abierto la puerta a una
opción oscura misteriosa: la eliminación física como alternativa política. No serían los
únicos, pues en adelante, naves abiertas puertas, lo difícil sería cerrarla nuevamente. En el
futuro, el clima se llenó de cabos sueltos e incertidumbres; la coerción de la clase política
empezó a debilitarse; la disciplina interna se resquebraja todos los días, por el ambiente de
especulación. Políticos empezaron a creer que su fuerza era "estar bien informado"; tener la
información más fidedigna confiable. Los políticos y los periodistas empezaron a construir
puentes informativos, y el ego de vender información confidencial se empezó a generalizar.
Ser informante de una columna periodística a proporcionar datos frescos, no sólo sobre
maniobras pasado, sino maquinaciones por venir, se convirtió en la nueva excitación.
Memorias de un Líder
Página 278
Recién, la búsqueda de relaciones, el conocimiento de negociaciones secretas, dejó atrás los
criterios de la lealtad y el secreto partidiario. En las reuniones del PRI; en las antesalas de
los secretarios; en las fiestas y reuniones familiares; en los locales del PRD, del PAN; todo
despacho de empresarios y abogados; en los juzgados y tribunales, en el conciliábulo de los
magistrados; las redacciones de los periódicos y noticieros, todas partes donde se hace la
política, empezó a crecer una red de informantes, de los cuales pocos se escapaba. Esta red
no era, sin embargo, una empresa centralizada, una nueva política de seguridad nacional o
de espionaje, nada de eso, era simplemente un síntoma de la descomposición de la unidad
interna y un acto de libertinaje político, al haberse roto muchas de las reglas no escritas del
sistema político.
Con este auge especulativo y el deporte de las interpretaciones, emergió también el negocio
del montaje. Los partidos fueron acosados con el chantaje y los secretos se redujeron al
mínimo, luego de que el centro del incipiente poder que iba construyendo Colosio o José
Francisco fue cercenado casi en su origen. El comportamiento político fue el desorden y,
por tanto, de falta de centros de decisión: las autoridades intermedias se perdieron en este
clima de desconfianza generalizada.
En ese momento, luego del shock de la devaluación, el gobierno de Zedillo personalidad a
la deriva. Los golpes y decisiones se filtraban en el camino de ejecución y, terminaban
convirtiéndose en una burla más. La detonación de Raúl se opacó para el mismo Zedillo
con el fracasado arresto de Marcos en Chiapas, aunque se logró el objetivo de recuperar el
terreno que Camacho había seguido por el general Cervantes, secretario de la defensa
nacional, y su estado mayor del ejército ya no aguantaba las burlas de sus colegas de otros
países, , ese mofaban de ellos por ser el único ejército que había perdido una de territorio,
sin haberlo perdido en una acción de guerra. Concesión, para la estrategia publicitaria, de la
"tregua" camachista, lograda ciertamente con base en caricaturizar la función del ejército
mexicano, que pasar el trago amargo de la sorpresa zapatista y luego d a la vergüenz de ser
frenado en una acción instintiva de cualquier ejército, pues en una guerra por pequeña que
sea, el terreno es sagrado.
Ante este sentimiento de mutilación que vivió el ejército mexicano ha a lo largo de 1994 y
los primeros meses del 95, tanto el PAN (a través de los sanos, el procurador) como el PRI
y Zedillo lo lanzaron sobre su presa, para que acabara con el mito zapatista... y les falló.
Marcos se les fue y sólo pudieron apresar ¡al enviado de Zedillo y Esteban Moctezuma, el
único zedillista!; ¡al intermediario entré ellos y Marcos! Lo que pretendió ser un gran golpe
publicitario, sólo demostró de nuevo que Zedillo crecía de posibilidades de decir por su
cuenta. ¿Quién lo mandó a esta aventura? ¿Lozano y los panistas? ¿El ejército? ¿Quién? Lo
cierto es que el ejército retomó el control territorial y redujo el terreno de Marcos en menos
de 10 ha en un poblado llamado la realidad, el cual se convirtió en la reserva o prisión
ecológica, que luego Marcos convirtió en centro de convenciones "contra el
neoliberalismo".
Memorias de un Líder
Página 279
Con esta acción Zedillo logró ganarse la confianza de los militares y al mismo tiempo,
medir el grado de eficiencia de su procurador panista, que ya para entonces se había
convertido en el eficaz emisario de la señora Janet reno dentro del propio gabinete.
Lozano encubrió con ineficiencias el proceso de la extradición de Mario Ruiz Massieu, y a
cambio entregó, en menos de 48 horas, el narcotraficante Juan García Abrego a la DEA y al
FBI, contribuyendo a crear un staff de testigos, cursos de tener vínculos con el narcotráfico
no sólo es un gran servicio del gobierno de Clinton a fin de acelerar la crisis interna para el
relevo político. ¡Nuestra soberanía se puso en peligro! ¿Cuáles eran los límites del estado
norteamericano y del mexicano, si ahora todos los conflictos de México se ventilaban en las
Cortes de Houston o Newark? Lozano creó las condiciones para que México fuera
intervenido tan profundamente como Panamá y para que fuésemos puestos los políticos
mexicanos, los hombres de la estabilidad, los sucios y buenos vecinos en la calidad del
general Noriega. Creo que de algo sirve o servía la soberanía.
(Acabo de enterarme que Emiliano, dijo, se acaba de dar de golpes contra el hijo de
nuestros Zedillo en el teatlon, la discoteca del auditorio nacional. Todo empezó porque
Ernest Tito le dijo a Emiliano que yo era responsable de la devaluación y terminaron
diciéndose que sus papás eran unos pendejos Emiliano, quiero decirte, porque pese a esto,
él es cada vez más crítico de mi obra difícil y quiere ver el mundo con sus propios ojos y no
a través del clan. Me cae bien esa actitud, pero me preocupa.
Memorias de un Líder
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El pleito pudo terminar en cosas mayores, pues se hizo batalla campal entre la guardia de
Emiliano y la de Ernesto Zedillo, que parece que anda en la fase de la impunidad y ya se
tomó con sus amigos a San ángel como propiedad para el vandalismo. Espero eso pronto,
pues Emiliano y Cecilia están pasando por una difícil.).
Yo me convertí en un personaje polémico, confuso para los norteamericanos, pues para el
departamento del estado y tesoro deberá un héroe, para la DEA, el Departamento de
Justicia y el FBI, yo era un sucio narcotraficante. A Lozano Gracia, por otra parte, todo el
enredo sobre la muerte de José Francisco. El procurador, junto con Chapa Bezanilla, hizo
más grotesca la investigación del crimen y por eso, gracias a ellos, Raúl puede demostrar su
inocencia. Por eso no fue lo central en aquel tiempo, sino el clima especulativo a mediados
de 1995. Solamente la sangre había servido como función contra él afiebramiento y el
libertinaje en el que se había sumergido la clase política del país. La muerte del ex
magistrado Abraham polo Uscanga a mediados de ese año, fue un claro mensaje interno; la
muerte se volvió recabo, lenguaje, expresión y consignas contra los que violaran el código
de los secretos del estado. La muerte de polo Uscanga se gestó fuera de su ámbito. En las
semanas anteriores, las denuncias del PRD de Tabasco por el exceso ilegal de los gastos de
campaña electoral de Roberto Madrazo, dieron origen a uno de los grandes escándalos
políticos y prendieron los focos rojos a los responsables del control de la información del
estado, los él mismo tiempo que se desarrollaba la contra campaña priísta para desmentir
Andrés Manuel López obrador, del PRD, una "mano invisible" entregaba más de 50
paquetes conteniendo tal información, facturas y recibos, comprobar un gasto de 450
millones de dólares por parte del PRI en las elecciones para gobernador de Tabasco, en
1994. Los paquetes fueron entregados en pleno Zócalo de la capital, durante un mitin
perredista. ¿Quién era el autor de esta entrega? ¿Moctezuma, el improvisado secretario de
gobernación? ¿Priístas resentidos?.
Es obvio que malos y gobernación se habrían quienes habían entregado los paquetes, pues
todos sabían dónde estaban estos y conocían a los que pueden haber tenido acceso a ellos.
La magnitud de la operación revelan que sólo desde un alto nivel podía haber decidido
llevado a cabo esta acto de traición y, por tanto, el origen del escándalo.
A principios de 1995, luego de la segunda devaluación, se decrecería el PRD el
acercamiento que buscaba "una nueva relación", pues el vínculo estaba agotado por los seis
años de enfrentamiento entre el caudillo y yo. El resultado electoral había sido la señal para
que todos los grupos del PRD que se alimentaron con la fuerza neocardenista compitieron
por ver quién llegaba primero a los Pinos a "pactar" con Zedillo. Heberto Castillo decía que
la vía era el Senado; Jesús Ortega decía que la Cámara de Diputados; Porfirio Muñoz Ledo
defendía que el cambio de relación debía ser institucional, desde la dirección del partido.
Finalmente todos llegaron juntos, pero sin el hijo de Cárdenas.
Memorias de un Líder
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El perredismo tabasqueño había tomado los pozos petroleros y pedía a cambio la renuncia
de Roberto Madrazo. Hubo acuerdo entre Zedillo y el PRD, pero éste se revirtió contra
Zedillo, pues después se filtró que el presente litigio Madrazo por teléfono que se
incorporara al gabinete presidencial, y aquél, como buen pejelagarto tabasqueño, no le dijo
Nino City, al colgar, por el mismo teléfono llamó a los priístas locales a los gobernadores
de Veracruz, Chiapas, Guerrero y Puebla, por organizar la resistencia contra la "la
soberanía estatal", olvidándose de que fue precisamente el centralismo (es decir, yo) quien
había impuesto la candidatura de Madrazo. La exhibición de Zedillo fue penosa, pues
ningún presidente, ni en su último de gobierno, había mostrado tanta debilidad y falta de
fuerza para imponer sus decisiones y cumplir sus compromisos. El PRD se quedó con la
nueva relación, pero sin la cabeza de Madrazo.
Este escándalo significó el clímax de la ola especulativa y relajamiento; en ese crimen de
polo Uscanga. Nunca pensó el ex magistrado que su muerte provendría de un asunto lejano
y distante para él; que quizás leyera en la prensa sin mayor interés que el general, acerca de
la situación política, sin darse cuenta que su caso y el de Tabasco tenían para los
responsables del control de la información interna en vilo común: el delito de prodigar
información interna del estado. Polo Uscanga había denunciado en esos días no sólo las
amenazas y torturas a las que había sido sometido, sino las presiones del presidente del
supremo tribunal de justicia para que los magistrados acatarán decisiones "por razones de
estado". Las denuncias de polo Uscanga y del ministro de la suprema corte, Juventino
Castro, pusieron en que al poder judicial elevar desde adentro, las correas de transmisión de
decisiones que tenían que ver con la política y no con la impartición de justicia. En el caso
de Tabasco y el caso de polo Uscanga, había un asunto común de violación al código del
silencio; por eso, el ex magistrado no se imagino que su muerte se dio un mensaje, una
advertencia, un llamado al orden en contra del ambiente de relajamiento entre el gobierno.
Tabasco dejó como víctima Esteban Moctezuma, y a polo Uscanga como cadáver, para que
todos leyeran entrelíneas. El mensaje se volvió una tonada, las tonada del tema musical del
"golpe" fue dejado coloquial mensaje a críticos, periodistas, opositores, cualquiera que trata
de ser información para socavar la unidad del gobierno del estado. La música de fondo
tiene que ver con algo relacionado con la política y las pautas musicales: tanto la música
como la política están hechas de sonidos y silencios. Para el ritmo y la melodía, como para
las estrategias y los discursos, tan importantes son los sonidos y las palabras como los
silencios. Dolor que estoy en un grupo, quien se negó a hablar de más de ciento, pone en
peligro la ejecución de una política de una obra pueblo Uscanga, con sus denuncias,
desafinaba al conjunto: polo no improvisaba como en el jazz, el desentonaba. Su muerte fue
un regreso al orden; su misterioso crimen en su despacho en ruinas, fue una advertencia
para todos los políticos del régimen se puede renunciar, pero no conserven formación de
estado.
Memorias de un Líder
Página 282
Es la ley de las garantías, de las mafias, de las sociedades secretas y de cualquier grupo con
intereses comunes. Los estatutos, las leyes, se han hecho para controlar la información que
hace posible la existencia de los cuerpos políticos y sociales: la muerte de polo Uscanga fue
un precedente, y éstos son los propedéuticos de las leyes y las normas; por eso su muerte
significó acabar de tajo con la indisciplina, con el liberalismo y las filtraciones. Fue una
moneda dura de volver al orden, y esto fue efectivo, pues a partir del crimen todos nos
dimos cuenta de que habíamos pasado a otra etapa, donde todos éramos peces y los peces
por su boca muere (si no la cuidan).
Este crimen y no imponer orden a la especulación de los chantajes.
Polo Uscanga era un símbolo de gran valor, pues no tenía nadie que lo defendiera. Se ligó
su muerte con el conflicto de la ruta-100, que fue la batalla que dio Hank contra Camacho
para quitarle su último y único reducto de fuerza en el Distrito Federal. El error de polo
Uscanga fue anticipar que "si algo le pasaba" el responsable sería saturnino agüero, el
presidente del tribunal: a los tres días murió, pues el mismo dejó la pista falsa. Polo
Uscanga puede tener una estatua que se llamará puntos "el monumento al miedo", pues a
partir de su muerte la música del "golpe" empezó a ser dejada como mensaje todas las
contestadoras telefónicas personales; las columnas periodísticas en peso a escasear la
materia prima de la información fidedigna, de las maquinaciones, de los planes, de las
alianzas, de los golpes, de los conflictos internos. El miedo y la amenaza se convirtió
nuevamente en el mecanismo de la autocensura y disciplina. El gobierno tenía del nuevo
cuerpo propio de secretos inviolables, pues había acercado a la visión de todos el hecho de
que libera de un informativo también conducía a la tumba luego de esto, los periodistas
tuvieron que dedicarse la novela o a escribir memorias apócrifas como única tv formativa.
Entre la política económica siguió deslizándose en 1000 995.996, el profesor Hank le
siguió ocupando la voluntad a Zedillo, llenando todos los vacíos dejados por éste. La mala
suerte acompañado al doctor desde el principio (¿fue causa de su mala, cerrar?. Para no
variar, el 16 septiembre 1995, mientras presidía el desfile militar con motivo de la
independencia pasaba revista a los camiones Mercedes-Benz el profesor, cinco aviones
fantom de la fuerza aérea chocaban en el aire a la vista de toda la ciudad y caían en los
cerros de Cuajimalpa, allá por la "colina del perro". El primer jefe supremo de las Fuerzas
Armadas que liquidaba la fuerza aérea del país en un desfile.
Memorias de un Líder
Página 283
996 60, fondo. Más de 4 millones de empleos perdidos desde febrero de 1994 y los horarios
por el suelo. No obstante, el doctor, con su tozudez de Capricornio puro, seguía
manteniendo en alto la bandera de la continuidad, haciendo gala
Emiliano, quiero decirte, porque pese a esto, él es cada vez más crítico de mi obra difícil y
quiere ver el mundo con sus propios ojos y no a través del clan. Me cae bien esa actitud,
pero me preocupa. El pleito pudo terminar en cosas mayores, pues se hizo batalla campal
entre la guardia de Emiliano y la de Ernesto Zedillo, que parece que anda en la fase de la
impunidad y ya se tomó con sus amigos a San ángel como propiedad para el vandalismo.
Espero eso pronto, pues Emiliano y Cecilia están pasando por una difícil.).
Es la ley de las garantías, de las mafias, de las sociedades secretas y de cualquier grupo con
intereses comunes. Los estatutos, las leyes, se han hecho para controlar la información que
hace posible la existencia de los cuerpos políticos y sociales: la muerte de polo Uscanga fue
un precedente, y éstos son los propedéuticos de las leyes y las normas; por eso su muerte
significó acabar de tajo con la indisciplina, con el liberalismo y las filtraciones. Fue una
moneda dura de volver al orden, y esto fue efectivo, pues a partir del crimen todos nos
dimos cuenta de que habíamos pasado a otra etapa, donde todos éramos peces y los peces
por su boca muere (si no la cuidan).
Este crimen y no imponer orden a la especulación de los chantajes.
Polo Uscanga era un símbolo de gran valor, pues no tenía nadie que lo defendiera. Se ligó
su muerte con el conflicto de la ruta-100, que fue la batalla que dio Hank contra Camacho
para quitarle su último y único reducto de fuerza en el Distrito Federal. El error de polo
Uscanga fue anticipar que "si algo le pasaba" el responsable sería saturnino agüero, el
presidente del tribunal: a los tres días murió, pues el mismo dejó la pista falsa. Polo
Uscanga puede tener una estatua que se llamará puntos "el monumento al miedo", pues a
partir de su muerte la música del "golpe" empezó a ser dejada como mensaje todas las
contestadoras telefónicas personales; las columnas periodísticas en peso a escasear la
materia prima de la información fidedigna, de las maquinaciones, de los planes, de las
alianzas, de los golpes, de los conflictos internos. El miedo y la amenaza se convirtió
nuevamente en el mecanismo de la autocensura y disciplina. El gobierno tenía del nuevo
cuerpo propio de secretos inviolables, pues había acercado a la visión de todos el hecho de
que libera de un informativo también conducía a la tumba luego de esto, los periodistas
tuvieron que dedicarse la novela o a escribir memorias apócrifas como única tv formativa.
Memorias de un Líder
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En 1996 la recesión tocaba fondo. Más de 4 millones de empleos perdidos desde febrero de
1994 y los horarios por el suelo. No obstante, el doctor, con su tozudez de Capricornio
puro, seguía manteniendo en alto la bandera de la continuidad, haciendo gala De
estupideces, porque consideraba que él manejaba sólo, sin molestarse para ver qué Hank
llevaba el timón desde el puente de mando. Ante ello, expresó una reacción de
envalentonamiento desde el PRI, golpeando en varios sentidos: uno, en contra de la alianza
que yo había dejado montada entre el Presidente y el PAN; otro, busca de la liquidación del
liberalismo social como la doctrina surgida desde mi gobierno, y quien robaba los cambios
económicos con reformas sociales. El miedo y la inseguridad, pero un mucho de
mezquindad y falta de imaginación, empezaron a crecer dentro del PRI para retornar al
viejo nacionalismo revolucionario.
En esto influyó la aceleración de la presencia política norteamericana en las decisiones de
México. La entrega de Juan García Abrego 996 preocupó a los sectores priístas, que ya para
entonces se dividía entre el cártel del golfo y el del pacífico. Contra los sanos enderezó la
campaña del PRI Hank llama dándole en la "aclaración del caso Colosio". Lozano, Chiapa
Bezanilla, sencillo, Córdoba, no se atrevieron a enderezar la investigación hacia los puntos
vitales, pues esto constituiría la profundización de la guerra, y Hank con todo cinismo los
retaba. El PAN y Lozano, particularmente, aún le apostaban al momento de decisión
norteamericana, pero se impacientaban esta decisión no llegaba y la furia interna se iba
agrandando contra ellos la ayuda exterior no aparece cada vez más eran considerados
chivatos al servicio norteamericano. El PRI y todos los acusados sacamos del viejo baúl del
concepto de soberanía como un escudo contra las acusaciones, pues en realidad empezamos
a dudar sobre la intención norteamericana, y a sospechar que quizás el golpe era contra las
corrientes del PRI sin distinción.
Un extraño "patriotismo" empezaba a fermentarse dentro del PRI y el hankismo; por una
parte, empecé a movilizarme, para mí era fundamental rescatar a Raúl y mi familia de esa
guerra y ponerlos a salvo. Los golpes contra mi por parte de Zedillo Lozano no cesaban,
pese a que no variaba el contenido de los mensajes desde los Pinos son explicaciones ganó
el compromiso de liberar a Raúl después de las elecciones del 97. Mi percepción del
conflicto empezó a cambiar: eso ya no era una tregua sino un exterminio total.
Guerra obliga, desde decidí pasar a la ofensiva. El objetivo era Raúl, si lograban arte no en
esta batalla ganaría en las otras que podría estar pensando en un regreso después de las
elecciones. Para ello, habría que jugar nuevamente con el propio impulso de ellos y hacer
su propia estrategia la defensa nuestra. Chapa Bezanilla, el fiscal especial del caso Colosio,
fue relevado luego de que el texto: primero, involucrar a Ramiro y en EMP, y luego a
Othon Cortez, en el caso Colosio (ambos personajes fueron finalmente exonerados). Poco
caso tiene seguir todas las pistas, si en realidad todas son sembradas y falsas.
Memorias de un Líder
Página 285
La omerta*hankista había logrado que todos los visitantes de la uno pasaron por la justicia
y que ninguno fuera consignado, salvo Mario Aburto, el mal tirador, Chapa intuía esto,
además de que tenían información, por un testigo chileno, socio de Córdoba, de la reunión
de las Lomas de Chapultepec el día 4 marzo 1994, en donde Hank, Ortiz Mena (él anfitrión
de la escena de la charola), Claudio X. González y el mismo Raúl, mi hermano, le habían
pedido a Córdoba que retirara la candidatura de Colosio. En esa reunión, Córdoba supo que
el grito de Hank era un ultimátum y que los informes que provenían de Tijuana eran ciertos
y que alla esperaba a Colosio la muerte a Córdoba le dan el gusto por el juego doble, pero
su amigo chileno, sin saberlo, se había convertido en el testigo cómodo, por eso lo puso con
pasaporte falso con rumbo a Miami, pese a ser estrecho contacto con la CIA y el encargado
de los negocios pilotos del TLC. En Chile se guardaron, por estos años, los secretos de
México, y por eso Chapa corrió hacia allá, pues ahí tenía su banco de datos y la
información que había acumulado los dos años de investigaciones. Chiapas es convertiría
en el fiscal que hundiría Raúl, y para ello se le proporcionaron todas las pistas condujeron a
la idea de un crimen pasional, de venganza familiar. Raúl es peligroso, francés, pero no es
estúpido, y por eso él no fue quien asesinó a José Francisco. Pero ya para estas alturas de la
confrontación yo no podía permanecer esperando una investigación imparcial de Chapa,
por lo cual decidimos usar también el fiscal para derrumbar las pruebas en contra de Raúl.
M entró en investigación de Luis Massieu, el eslabón perdido de las indagaciones Muñoz
Rocha. Los asesinos materiales y el operador del crimen, empleado de Muñoz Rocha, sólo
dijeron que les constaba que Raúl y el diputado eran amigos. Por esta información, Chapa
le dio trato preferente Rodríguez González y fundó su propio programa de testigos
protegidos. Con esta información, se pudo diseñar una estrategia acercando el de testigos "
especiales) a Chiapas y evidencias que posteriormente se le revertirían no hay como el
ridículo para acabar con una teoría; no hay como el escándalo para terminar con la seriedad
de un caso.
Raúl tenía no sólo a María Bernal Vicente Pérez escoltas como testigos de cargo; pero éstos
no tendrá ningún valor si intentaba disculpar a su jefe: mi Chapa, en opinión pública, le
daría credibilidad a este tipo de testigos allegados al propio acusado.
¿Pero qué pasaría si fuera testigos en contra? ¿Cómo reaccionaría Chapa, los medios y la
sociedad a la hora de que los demás cercanos colaboradores hablaron con Raúl y "no
hundieran"? Entonces sí tendrían credibilidad, pero eso costaría un sacrificio en el que los
testigos, al final, tendrían que ir a la cárcel, pues el que hundiría no sería Raúl, sino al
fiscal.
Memorias de un Líder
Página 286
La vidente y María Bernal se acercan a Chiapas portadoras de declaraciones (la Bernal) y
los ánimos (la Paca). Una y otra "se Convierte una pieza clave para el fiscal ", e inclusive
estelas felicita "por su valor" el fiscal especial ha caído en la trampa y se entusiasma
cuando lee la información del testigo del testigo anónimo que afirma que la finca el
encanto, en Cuajimalpa, propiedad de Raúl, está enterado Muños Rocha. El autor anónimo,
ex chofer de Raúl, se dice testigo del crimen, y como si se tratara de una escena sacada de
una película de al Capone protagonizada por Robert de Niro, cuenta como mi hermano
mató a balazos a Muños Rocha, luego lo desmembró y enterró el fondo de la finca. El
relato es típico de los sicarios de las mafias sicilianas en new York o Chicago en los años
cuarentas y cincuentas; esta contenido y miles de historias policíacas, como la del asesino
de Jimmy Hoffa, que desmembró el cadáver y lo enterró en los pilares de la construcción de
un estadio de baseball. Pero chapa lo creyó, o fue inducido a creerlo.
(El cabrón que viste con esa trampa a Chapa con la placa y la Bernal y toda la familia. Lo
que parecía que era contra ti, que vino favoreciendo, pues ya nadie extendió nada de esa
investigación. Con la paca y María Bernal terminó la historia de chapa Bezanilla, y con él
toda ofensiva priista contra nosotros. ¿Cuanto te costó convencerlos de ser testigos contra
ti? ¿Acaso Paulina convenció a la Bernal de que declarara contra ti y luego dijera que chapa
la había sobornado? ¡Inteligentísimo, hermano¡ desde sus grandes proezas, pues ahora
tuvieron que allanar la casa de ¡Días Ordaz¡, para encontrar testigos sobre el
"enriquecimiento inexplicable"¿a quién le robamos? ¿A quién le quitaste? Nunca van a
encontrar nada ilegal, porque en él neoliberalismo la acumulación la hacen los inteligentes,
sin afectar a nadie en lo particular, aunque a muchos les afecte socialmente. Pero eso es otra
cosa...) .La segunda parte de la trampa es que había dinero de por medio, anunciado
públicamente para quienes contribuyeran aportando datos. La paca y la Bernal empezaron a
dosificar la información y chapa dio dinero por los datos. Finalmente, la paca le dijo a
chapa que, para encubrir al testigo anónimo, la versión de la localización sería dada por ella
gracias a sus poderes como vidente. El fiscal supuso que esto era una ingenuidad de ella y
que había caído en su trampa, pues al momento de hacerse pública la localización de la
osamenta de Muñoz Rocha, la precisión sobre la paca seria enorme.
Memorias de un Líder
Página 287
Chapa creía que los informes eran por dinero y nunca supuso la posibilidad de una
estrategia por parte de la defensa.
Chapa se cercioró primeramente que los datos fueran ciertos, y cuando encontró la primera
parte de la osamenta pidió guardar todo, esperar la mañana visitar a la prensa. Raúl estaba
hundido finalmente con esa prueba. Cuando los medios llegaron al encanto y vieron la
operación de excavación, le pusieron más empeño a la forma mediante la cual se había
localizado en lugar exacto. La paca se adelantó a chapa, estaba muy ocupado desenterrando
la calavera, y empezó a dar su conferencia de prensa: ella había localizado el cuerpo
mediante un ejercicio como vidente ; ella había sentido las vibraciones de un cuerpo,
mediante un ejercicio como vidente; ella había sentido las vibraciones de un cuerpo y por
eso había dado exactamente con el lugar. Cuando chapa quiso relacionar, la y sea ya estaba
en los cables y las rotativas. El nuevo escándalo estaba aderezado con él escarnio sobre el
uso de lentes en la investigación, y no hubo un solo columnista que no se riera de la falta de
seriedad en las investigaciones. La osamenta sacada originalmente de las gavetas del
servicio forense, se convirtió en el nuevo personaje político del país. ¿Quién era el muerto?
Todo el PRI menos Muñoz Rocha. Lozano y chapa estaban seguros de que era Muñoz
Rocha, y enviaron a los mismos investigadores del DNA en el caso de O. J. Simpson,
pruebas de este cadáver, que luego fue sacado ¡aún olía a formol¡ a partir de este momento,
el tiempo empezó a correr en contra de chapa y el círculo se fue cerrando contra ellos,
mientras esperaban la ayuda norteamericana que los rescatará del cerco al que se habían
metido. Empecé a ver que en esta guerra no todo era derrotas, ya que desde el 1 enero 1994
en la madrugada, pareciera que la fortuna le hubiese abandonado. Donde entonces sólo
recibí golpe para el golpe; pero ahora, al ver a la jauría periodística, al sarcasmo popular,
persiguieron a chapa y Lozano. De nuevo me anime y eso me inspiró para escribirle esta
carta a Raúl a Almoloya dos:
Hermano:
Todo va a funcionar bien. Parece ser que ahora vienen de nuevo las maestras y que
debemos seguir con la táctica del elefante, ¿la recuerdas?, "tener las orejas largas para
escuchar, los pies grandes para caminar firme, la piel dura para aguantar los halagos y
golpes de hieren, la cola pequeña para que no nos dicen, la trompa larga para tener olfato..."
la paca y la Bernal al final sirvieron para algo y lo hicieron de manera extraordinaria, pues
no sólo lograron confundir a chapa, sino que lograron de toda la opinión pública se dejara
en paz, e, incluso, se empezara a convencer de que es inocente. Eso ha sido lo más
importante de todo este episodio de la calavera y Chapa Bezanilla: de todas las pruebas
contra ti se van derrumbando y ahora, si te sentenciarán en este momento, te tendrían que
exonerar de la muerte de Pepe. Me dijeron de nuestros sobrinos han crecido con la
convicción de su inocencia, así que puedes estar tranquilo por ahí, pues ellos saben que
todos hemos sido víctimas de nuestras propias convicciones y de los enemigos que hemos
hecho a lo largo de este tiempo.
Memorias de un Líder
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Según calculo, a fines de este año, estarás libre y podremos entonces emprender de nuevo
la ofensiva, pues el país se dará cuenta que la acusaciones han sido una injusticia.
Como diría Adriana: todo el mejor amigo (cuando no compites y me subestimas) te quiero
mucho, hermano. Las cosas se van enderezando y dentro de poco poder regresar a este
exilio con Ana Paula y mi hija. Por cierto, se había Cecilia en la boda de la nieta de Hank;
me suponía que se pasaría al enemigo con toda la información; la vi y no me dio coraje,
pues tu sabes que un solo de tengo un poco de lástima, pero ahora me doy cuenta de que no
esta sola y se encuentran compaña, mejor de lo que me esperaba. Nuestra despedida fue
abrupta aquel 1 enero en los Pinos, donde se veían comentar confiada; estoy seguro de que
la foto junto con Hank, ambos me la dedicaron.
Hermano: los cargos contra ti ya se esfumaron, ahora sólo falta vencer el miedo de Zedillo
y las presiones internas. Tú eres en el fondo lo que quisiste ser, un preso político, un mártir
de la democracia, y ahora voy a iniciar la campaña política por tú libertad. Se aseguró que
saldrás antes que la quina.
Un abrazo.
P.D. ¿Viste lo de los suicidios de San Diego? Así se tendrán que suicidar políticamente
todos los que nos han perseguido. Más vale que encuentren a su ovni y se integren con él
applewhite en su templo del cielo. Ya destituidos, Lozano y Chapa Bezanilla tuvieron que
cargar con toda la presión del PRI, que se engolosinaba con él juego de cargarle a otros "la
lentitud de las investigaciones". Eso tenía que agradecérselo al PAN, pero ahora abusaban
los priístas. Chapa, enderezaba la puntería hacia el PRI, era acusado de politizar la
investigación y, cuando cayó, tuvo que irse a Chile. Desde allá mando el video de Juan
Velázquez, el campeón de la prevaricación, y el testimonio del chileno, el pinochetismo,
con esto se vengaban de los mexicanos; era parte de un agravio personal y chapa supo por
eso el valor de las razones de sus protectores. Sólo faltó que augusto Pinochet le
condecorará por los servicios de llevarle la información concreta sobre la responsabilidad
de Hank, la de Córdoba, la mía y la de todo el priísmo. Chapa Bezanilla, ese ratón de
Barranquilla, había salido más listo de lo que se suponía y con más contactos de los
previstos, y ahora resultó que estaba España, con lo franquistas. España y Chile son dos
afrentas mexicanas y ahí es donde van a refugiarse los enemigos de México.
Nuevamente el sistema de su conjunto, todos, incluyendo me a mí, habíamos cometido un
grave error al subestimarlo. No contamos con que Chapa, ya fuera del país, tenía la
posibilidad de jugar como él gato con el ratón, dosificando la información, administrándola
y sacando graves provechos. Si Diana Laura había sembrado en el Vaticano y España la
verdad sobre el crimen de Colosio; ahora Chapa Bezanilla le entregaban nuestros secretos a
los militares chilenos, a la falange española y a Aznar.
Memorias de un Líder
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Todo esto hacía que los momentos de México fueran oscuros, un las filtraciones, las
entregas de nuestros secretos, un desmembraban al país le daban a otros estados armas
poderosas un contra nosotros. Empecé a sufrir y a reflexionar sobre las graves
explicaciones de las nuevas reglas de la globalización y la, como son van nuestros nuevos
próximos la integración al libre mercado.
A Lozano no lo defendió el PAN, a Chapa menos. De Estados Unidos, desde la Corte de
Houston, quien lanzo a principios de 1997 su apoyo a Lozano y nos puso a todos a la
defensiva. Esto afectó nuestra estrategia de exculpación para Raúl, pues eclipsó el
escándalo de la calavera y la práctica que desvirtuó la investigación de Chapa. La gran
inversión que había hecho con los medios tuvo efectividad del 50%, pues a la mitad se
incrustó el escándalo mayor.
Las acusaciones desde Estados Unidos sobre los vínculos de mi padre, de Raúl, de Carrillo
Olea, de Beltrones y de los militares con el narcotráfico. Las implicaciones de este golpe
anunciaban algo muy profundo en las relaciones con México y Estados Unidos, pues por
primera vez es pasaban por alto mis informes y arrasaban parejo con todos. El PRI era
pasado por el microscopio de la moral norteamericana, pero con una idea predefinida.
¿Había decidido la alternancia? ¿Clinton había tomado la decisión de apoyar abiertamente
al PAN y cambiar de interlocutor? ¿Eran suposiciones mías y tenían que ver con el silencio
de mis amigos del Tesoro, de Harvard, del Departamento de Estado? En horas se olvidaron
todos de la calavera y de Chapa y Lozano; el escándalo se venía ahora a nuestro territorio,
apostarle a la derrota de mi ex partido donde participa mente me han expulsado de mi
beneficio. Ellos son los que hunden y yo estoy en condiciones de regresar y pedir anular
para siempre la no reelección. Son ellos los que se hunden al expulsarme, yo era último
asidero de credibilidad y no lo vieron, porque Roque y los priístas son unos estúpidos.
Córdoba meses antes se había visto activo en México. Su actividad era el puente entre los
Pinos y la Casa Blanca, enlazando con la dirección del PAN, José Córdoba creía ganar la
guerra, traicionándome a mí y pactando en niveles que antes no habíamos profundizado.
Córdoba revisó la relación con él Vaticano y con la jerarquía de la Iglesia; buscó una aliada
nueva de grandes vínculos, que fue comunidad israelita, y la ha intentado confrontar con él
neocardenismo, pues la considera un puente financiero entre México y Estados Unidos, que
no debe tener contacto con ninguna otra fuerza política en el país. Pactó con la facción del
General Cervantes y luego el anuncio de la corte decidió ajustar cuentas con el General
Gutiérrez Rebollo y mandarlo a la cárcel acusado de tener incultos con el Cartel de Juárez.
Cervantes se adelantó a una acusación semejante que Gutiérrez Rebollo estaba dispuesto a
usar contra él, acusándolo de relaciones con el cártel de Tijuana. El encarcelamiento de
Gutiérrez Rebollo es un consuelo, pues Hank mantenía excelentes relaciones con
Cervantes, el cual había aceptado el nuevo equipo militar de la Mercedes Benz.
Memorias de un Líder
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La diferencia entre ellos era solamente el secretario de la defensa mantenía también
relaciones con él bloque de Zedillo y Córdoba, y esto lo había hecho decidir el golpe contra
Gutiérrez Rebollo. Es decir Córdoba no era una alianza confiable, pero era parte de la
transición. En esos días se anunció la vista para abril-mayo de Clinton. El embajador Jones
estuvo muy activo reuniéndose con la oposición panista y perredista, aunque sólo le
interesaba la primera. El hecho político sería que Clinton se reunirá con la dirección del
PAN, y con su posesión avalaría el triunfo panista Congreso, el nerviosismo de Hank
empezó a crecer ante este hecho, cuyo origen no sólo venía de la presión de la lucha contra
el narcotráfico, sino de las transnacionales y de los intereses norteamericanos en México
que demandaban un "fin a él y en condición de mayoría. Empecé a ver de manera distinta
las relaciones de Estados Unidos y la manera en que me utilizaron. Siendo uno de los
militantes más brillante reconocidos de la globalización, ahora no era enviado a un oscuro
agujero en Irlanda, usado y seguido por aquellos a los que yo les había abierto la puerta.
Empecé a sentirme traicionado y desde ese momento comprendí que Hank no había estado
tan errado. Era momento de corregir y así lo hice. El momento de un nuevo nacionalismo
que nos protegiera de la invasión de intereses de aquellos que debilitaban nuestra soberanía
que queriendo hacer de México una simple colonia. La guerra había cambiado radicalmente
las alianzas y ahora nuestras causas era la defensa de México con todos aquellos que
estuvieran dispuestos a defenderla. ¿Sería posible un acuerdo amigo con el PRD? Sería más
fuerte en sentimiento antineoliberal del PRD, que la posibilidad de un acuerdo para
compartir el poder?
Las relaciones con Estados Unidos y que reflexionarlas de nuevo; esa era mi
responsabilidad, pues fui el presidente que más se acercó a ambos países. Porfirio Díaz se
reunió una sola vez con Taft; Calles una sola vez con Coolidge en 1924; Avila Camacho y
Ortiz Rubio con Roosevelt en 1943; Miguel Alemán con Truman dos veces en 1947; Ruiz
Cortines con Eisenhower en 1953 y 56; Adolfo López Mateos seis veces, con Eisenhower,
Kennedy y Johnson, en 1956,59, 60,62 y 64 (dos veces); Díaz Ordaz ocho veces con
Johnson y Nixon desde 1964 hasta 1970; Luis Echeverría tres veces con Nixon y Gerald
Ford en 1970,72 y 74; José López Portillo seis veces con Ford, Carter y Reagan entre 1977
y 1981; Miguel de la Madrid seis veces sólo con Reagan entre 1982 y 88, yo con Bush y
Clinton ¡13 veces¡, entre 1988 y 1994. Zedillo puede ser el campeón. ¿Cómo no debo
reflexionar, si yo fui el exitoso integrador de México en la modernidad y ahora me tratan
como a un delincuente? La respuesta es la defensa de la soberanía y la guerra contra los
Yanquis rapaces.
Mi reflexión del mes, llevaron cada vez más a revalorar el alto significado de la soberanía y
que lo más importante es defenderla, porque sin el poder en México, en el mundo no somos
nada. Pienso en la historia, en el papel de todos aquellos que pasaron del conservadurismo
al liberalismo, como Comonfort, Bustamante o Santa Anna, y no dejó de identificarme con
ellos, pues hizo las mismas circunstancias que ellos enfrentaron el siglo pasado.
Memorias de un Líder
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En Santa Ana y Lorenzo de Zavala no hubo maldad, sino lectura práctica de las instancias;
Santana llegó al igual que yo en la importancia de ser parte de Norteamérica; vio hacia
arriba, hacia el norte sin duda quiso que México se anexarán a Texas y todos fuéramos
parte de esa gran nación. Pero también Santana fue despreciado, pese a su servicio, y por
eso tanto él como yo nos vimos con necesidad de volver al nacionalismo y pensamos en
este país y en las condiciones de hacer la guerra. He pensado también en Maximiliano, pues
también sus zapatos y me sentí bondadoso, pescando el bien para México, rompiendo sus
esquemas para que saliera adelante. Muchas veces sentí que México era una beata del
pueblo, encerrada, llena de prejuicios y velos, que ayude a que se incorporara a las letras, al
amor, a la idea de la superación y que se viera al espejo para que se diera cuenta de lo bella
que era. Lo logre en parte, porque cuando descubrió su cuerpo y fue tocada con la pasión de
otro cuerpo, no sólo se quitó los velos y dejó el encierro, sino que en menos de seis años se
prostituyó hasta enfermarse. ¿Eso era lo que yo quería para mí país? Ahora lo veo y cada
vez me siento más identificado con los verdaderos nacionalistas. Quiero que así como la
República Federal se fundió con él centralismo y adoptó las formas conservadoras, así
ahora se funda el neoliberalismo con el viejo nacionalismo que nos protegía. De autocrítico
por toda la confianza que deposite ciegamente en nuestros socios, creyendo que la nobleza
se podía conjugar con los negocios, y porque creí que, una vez fusionados, nos respetarían,
pero me equivoqué. Yo he sido la víctima, y por eso creería más en sus doctrinas viejas y
nuevas; pero en Santa Ana del álamo, en todos los defensores de México, y por eso, cada
vez más, pienso en todos aquellos que han resistido y fueron por esta causa mis enemigos.
Pido aquellos que sean ahora aliados en la causa común de México, pues no quiero, ni
tengo, otro destino
Así son.
Porque yo soy el tamaño de lo que veo y no el tamaño de mi estatura.
Fernando Pessoa.
E-mail: [email protected].
Memorias de un Líder
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Raúl: "así son" pudo ser un hombre para memoria, que me siguieron don Julio Scherer,
entrando en cómo ha sido mis aduladores, pero creo que el rencor no puede estar por
encima de la obra modernizadora y, por eso, este memoria no merecen este título. Sin
embargo, antes de dejar en reposo mis reflexiones quisiera ver el resultado de aquella
entrevista con don julio y mis cálculos para el regreso y las condiciones de cómo hacerlo.
Hank no pudo con el caudillo y lo que suponía: quisieron detener el pasado con más pasado
y fracasado. Zedillo y Roque Villanueva, después de haberme querido expulsar del PRI,
han entregado el control del Congreso con lo cual sobrevendrá el caos legislativo y la
paralización de las reformas del país. "Agua que se estanca, se pude ser", ya que lo había
dicho y, como si por una maldición, peor que la de malinalli, ahora los que me expulsaron
del país están en la bancarrota. Lo peor fue haber abandonado el "no veo, no oigo " y
haberlos querido enfrentar a campo abierto, usando de la protección de los medios de
comunicación. Ahora los periodistas gobiernan la tienen representación suficiente para
detener cualquier iniciativa en el Congreso. Esto les ha abierto ya la interlocución
internacional a partir de un error que hizo crecer al caudillo como bola de nieve. Por esas
razones Hank huyó a Costa Rica y Centroamérica a seguir haciendo negocios, amparado en
la globalización.
El traidor de Córdoba Montoya dice que "no me debe nada", ¿ni la nacionalidad mexicana,
ni el poder, ni la construcción del destino que ahora no sólo defiendo, frente al caos? La
mía es una tarea solitaria que tengo que llevar hasta sus últimas consecuencias y contra la
opinión y el poder que les queda a Roque, Zedillo, Hank y Córdoba; es una tarea final en
contra del caudillo y su terquedad en querer reivindicar la soberanía y ya no existen. El
destino fue muy claro para México y se dio de manera natural al estar unido
territorialmente y geográficamente a Norteamérica. Yo sólo cuidé de México para que no se
desviara de su destino y por eso uní el mío al de esta tierra atorada por los mitos que le
arrestan continuamente a ser pasado. El fin de la nación contradictoria ya está anunciado
por la maldición y ésta sea un peligro para el bien de todos en una sola historia común.
Perdido el Congreso por el PRI, le he dicho a Don Julio que se han abierto para mí las
posibilidades del regreso. Solidaridad será ahora una fuerza actuante, viva, contemporánea;
en la cosecha de una siembra fundada que ahora empezará a dar sus frutos. Regreso no sólo
a liberar que, sino para hacer de nuevo" la patria ordenada y generosa" que necesitamos,
imponiendo de nuevo la fuerza del orden modernizador, del nuevo orden superior del
proyecto firme que me fue arrebatado en 1994 como a Porfirio Díaz en 1910. Los grandes
hombres siempre regresamos y ahora me ha tocado a mi devolverle al país la seguridad del
nuevo orden de surgió de la revolución neoliberal de 1987-88.? Que el año 2000 muere el
PRI? Me sumo a este cálculo, pero ello será para qué finalmente lo malo y lo bueno que
ven unidos, las dos historias del país a las cuales yo le he prestado mis servicios,
humildemente, en cumplimiento con los dioses naturales que ordenaron integrar a México
al sol ¿no es acaso Norteamérica la única nación dispensable que media entre el oriente y el
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occidente? Norte y Occidente son los puntos cardinales del poder y la unión: ambos son
Norteamérica.
Regreso gracias a que desde Dublín descubrí que yo era mas un guía espiritual, un líder, un
ordenador, que un simple gobernante con mandato limitado, aunque no niego que también
fui lo segundo porque estoy también unido a la misión del sol para integrar al mundo. Y si
algo malo, no fue deliberado, fueron las circunstancias, que ahora pueden ser juzgadas con
mayor tranquilidad aunque debo confesar que el juicio de los mexicanos ya no me importa
porque un juicio es un pensamiento pasado y yo uso y el futuro y estoy por delante de todos
los acontecimientos.
México es Libra porque nació un 27 septiembre y, ahora, su ascendiente es Aries mi signo.
Lo que en México es ascendente, en mi es esencia. Para ambos, la obra ha sido liberar a
México de la influencia de Escorpión, del animal que se transmuta de Alacrán a la
Serpiente y luego al Águila que les devora. No son tres, es un solo animal, un único
símbolo que mucha en un mismo espacio.
El águila devorando a la serpiente es el combate que a diario damos con las fuerzas oscuras,
las fuerzas del inframundo que nos causan dolor. Por eso siempre hemos tenido
sentimientos de culpa y amor excesivo a la madre que siempre nos rige. Cada humo de las
hogueras de México, unen la tierra, el fuego, y el cielo con sus cenizas, con lo que fue, con
lo que ya no será. En Irlanda el verde, el blanco y el rojo no contienen el símbolo maligno
que nos aprieta y nos ha negado el verdadero destino y por eso ha sido refugio perfecto para
preparar el regreso; un país tricolor, sin el águila y la serpiente que nos desune y nos
confronta a todos contra todos por los pensamientos, convertidos en estrechas
convicciones. Ese símbolo alimenta a los adoradores del poder, los que me llenaron de
halagos y aplausos y que ahora no existen, es obra de esa águila y esa serpiente, el culto por
lo bajo. ¿Cuántos libros había contra mí hasta diciembre de 1994? ¿Cuántos se enfrentaron
en contra mía?. Ahora en las librerías están llenas de panfletos, de lo que todos "quieren
decir" y no dijeron en su momento. ¿Debo respetar estas voces a mi regreso? Voy a
regresar para que no nos convirtamos en la reencarnación de Manuel y Maximiliano Ávila
Camacho, para que tú no acabes siendo olvidado por corrupto y a mi sombra; voy a
regresar mejor para que las cosas vayan bien, no sólo a nosotros, sino a ese país, que tiene
derecho a enfrentarse con su destino, mi destino. Allanaron mi refugio donde no rige la
agresividad de Escorpión, sino solo la voluntad de Aries que está en el ascendente
mexicano y debemos dejar salir. Pronto, muy pronto, estaré allá, coincidiendo con el
volcán, viendo caer para siempre la serpiente del símbolo que nos atrapa y nos deja ser el
país ordenado y generoso de todos anhelamos. Muy pronto, tu y yo, todos seremos
liberados.
Memorias de un Líder
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A mi regreso, ya no existirá Fidel Velázquez y Hank y Córdoba habrán huido; la Red Uno y
la Red Dos, y todas las redes en donde estamos atrapados, estarán despedazando los
despojos del país y el caudillo esperando a ser realidad la vieja utopía, regida por el mismo.
Nadie de ellos yo solo el único que puede de convocar y arreglar al país y por eso debo
regresar. Así se lo he dicho a don Julio Scherer, mi amigo de siempre.
Justo en ese momento, estaré dando a luz estas memorias, ya que serán para poner en su
lugar a México y sus bajezas; para describir las causas del retorno y para señalar de nuevo
el destino. Estas memorias demostraran que se como pensaron nuestros enemigos y
adversarios y, por eso, fuimos siempre un paso adelante de todos.
Espérame pronto, y" pronto tiene un sentido clarísimo".
Dublín, 15 junio de junio de 1997.
PD. Sólo quiero agregar que el triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas es reversible, pues, ya
despejado el camino de enemigos internos, su momento será seguido por él caos y el
desastre. Cuauhtémoc Cárdenas me ha liberado de los imbéciles que nos siguieron y no
pudieron detener al viejo país que ha emergido por los errores de Zedillo y Córdoba. El
futuro es más promisorio, porque como le dije a don Julio, regresaré después el 7 julio y
antes de diciembre en que el indio tome posesión. Serán momento definitorio, yo contra él,
ambos por la reelección del destino de México, por el fin o la ratificación del proyecto
integrado.
Bien se y Cárdenas se apresta a regresarles las armas a nuestros enemigos más peligrosos;
les ha regresado los sindicatos a los trabajadores; las organizaciones populares a la
ciudadanía; el territorio a las comunidades, la planeación a los protagonistas y la conciencia
de la defensa de clase a todos los asalariados y marginados. A ellos me enfrentaré con mi
única arma. Soy el único que ha logrado sin prejuicios modernizar al país y, por esto,
debemos estar dispuestos a usar todas las armas, todas nuestras fuerzas, todas las
debilidades.
Advierto desde ahora: estoy dispuesto a todo, porque el excremento que han arrojado sobre
mi, ya lo he convertido en abono.
Tu hermano.
Memorias de un Líder
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Letter to my Publisher
He who is not capable of reading this chapter has not reached the lights to which our country has
risen.
Mejico has a destiny, and it is I. Prison forced me to reflect, whit all the right that the great men of
that country have, upon its history. We, who in the name of liberty and change, have, been victims
of exile and imprisonment. This addendum to my memoirs is born from the calm wisdom that comes
from having taken the step that Mejico has not dared to take, due to national cowardice which
sought refuge in the shelter of six-year terms, resulting in a mosaic of destruction and construction
of that country. I paid for it in Almoloya, the prison where the raison détat is kept, paid for that
period, of the last destruction, of the last doubt, of the last resistance.
There will be more bordering on chaos, nor distant neighbors, nor geographic exaltations about the
River Bravo. We are now one destiny where the interests of our region become one. That wish was
not possible due to a foolish fear proclaimed by generations of idiots in Mejico, whom today no one
wants remember is now accomplished. I must now be impartial and benevolent given that I have
decided to accept, despite the wrongs against me, to continue offering my services to this region of
the Tropic of Cancer, to this tropical region of our destiny. The progress is notable: already there is
full freedom north to south to be reciprocated from south to north, which will lead to the conclusion
of the social conflicts that have not yet ceased and that have caused the migration toward what
once was our northern border. This is the quickest route to end that cultural asymmetry and to
finally deposit that backward culture in museums, that interbreeding of the Mesoamerican Indian
and the decadent Spaniard which has prevented us from becoming part of the nation of nations for
489 years.
Now is the moment to end the curse of Malinalli. Now, after the end of the Mejican nation in 1997
was confirmed to all by the appearance of the eagle and serpent upside down. We are no longer
that which we were. Now we are a new star and have changed the green of absurd hope for the
blue of true power. Now we are. Openly, whit our heads held high, part of America. Whit this
decision I was able to tell everyone that we won the race whit Puerto Rico, which remains in its
ambivalent status of a “freely associated State” and that at last we were able to reunite Mexico whit
its old, lost territories ( that measured 2.4million square miles). I pay homage for this to Lorenzo de
Zavala , exemplary Texan who first dream of a Mejican and United States republic without borders;
to Ambassador Joel Roberts Poinseltt; to Sam Houston who took the intermediary step of declaring
Texas independence from Coahuila while the war whit Mejico continued. I also pay homage to my
contemporariness who set the stage for this final an history step. To don Miguel de la Madrid,
Ernesto Zedillo, Angel Gurria and Jose Cordoba, to those who, for personal ambition, demonstrated
to the world that Mejico could not remain an independent country; and for their assistance in this
venture, to Carlos Hank Gonzalez, to that singular swindler Roque Villanueva and to Guillermo
Ortiz. To all those who, whit grand visions and self interest, made it possible to achieve the dream
of Lorenzo de Zavala, Poinsett, and President John Quincy Adams, fathers of the first battle for the
integration of America.
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Whit this decision, I leave behind the gradualist plans of the PAN, who pretended to follow the
Texan path but surrendered in the face of isolated resistance, who pretended to collaborate in the
division between a Mejico of the north and a Mejico of the south as a preliminary path to integration.
At this moment, I further divisions, who want to be one indivisible nation. Today unification of us all.
As to the future, the Manifest Destiny of separation, given that we already own Costa Rica,
Guatemala, el Salvador, Honduras, Nicaragua and Panama.
I would like to say that hatred has not been born in me and that now, as I return to accomplish the
last great task, I forgive all: those that sullied my name for fear of the future. Those that did not
believe me, those that accused me of perversions’ reason. I am the one described by me in my
memories, these are the truths and herein my adversaries are impartially judged. Here are my
views on 190 years of stupidity reading independence and the evidence to assure all that now we
are on the correct path. I am back, even though you don’t deserve me.
Effective Suffrage. In god we Trust
Plenipotentiary Governor of the state of Mejico south
Los Pinos. December 3, 2000
Memorias de un Líder
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