La Fragua de los Tiempos 3 de junio de 2012. N° 955 Los Gaytán y el movimiento guerrillero de 1964-1965. Jesús Vargas Valdés. No hay precisión respecto al momento en que Álvaro, Arturo, los Gómez, Gaytán, Rodríguez Ford y demás compañeros del grupo dirigente del movimiento agrario de Chihuahua empezaron a buscar una forma paralela de organización. Por la vía testimonial he recogido la versión de que en 1962, cuando Arturo Gámiz se incorporó como maestro voluntario en el pueblo de Dolores, lo hizo con la misión de organizar, junto con Salvador Gaytán, a los compañeros campesinos más avanzados y decididos a tomar las armas cuando llegara el momento. De acuerdo a esta versión se escogió el pueblo de Dolores, porque estratégicamente era un poblado apropiado por su situación geográfica en el corazón de la sierra, pero además por el apoyo que Arturo tenía en los Gaytán. Tengo también la versión de que a finales de 1963 se realizaban reuniones secretas de formación ideológica en la región de Madera y también en la capital del estado, lo cierto es que en 1964 la organización campesina fue reprimida con más saña, el Ejército Mexicano profundizó sus acciones de desalojo inmediato cada vez que los grupos de campesinos ocupaban los latifundios con el resultado de que las vías legales se estrechaban cada vez más a pesar de que los campesinos se retiraban pacíficamente evitando a toda costa los enfrentamientos. En el contexto de las movilizaciones campesinas y la ampliación del movimiento hacia el norte de Durango, el mes de abril de 1964 se inició con la noticia de que se encontraba en Chihuahua el licenciado Rojo Gómez, secretario general del DACC, con el fin de entregar cincuenta mil hectáreas a doce grupos de solicitantes pertenecientes a la CNC. En esos momentos y con todo descaro uno de los dirigentes de esta agrupación señalaba que se priorizaban las gestiones de la CNC porque sus peticiones se hacían dentro de la ley, refiriéndose obviamente a las invasiones de la UGOCM. Dicha entrega se hizo el día 1 de abril de 1964 y en el acto oficial Rojo Gómez prometió a los campesinos que se iba a establecer una comisión permanente para escuchar sus demandas: Queremos que ustedes campesinos de Chihuahua tengan confianza, en primer lugar, en la justa causa por la que ustedes luchan; que tengan confianza en el gobierno del estado, que se ha preocupado por revolver sus problemas; que tengan confianza en el gobierno federal que con todo empeño, con toda decisión, está tratando de resolver los problemas agrarios, no solamente de Chihuahua sino de todo el país [...]. Independientemente de esto, de que se van a atacar a fondo los problemas de Chihuahua, estoy seguro compañeros que el próximo gobierno va a ser como lo deseamos siempre, porque los campesinos merecen justicia [...]. Les recalcamos que tengan confianza en el gobierno revolucionario de México, que guarden calma, que su conducta la encaucen por los senderos de la ley. No tiene objeto realizar actos de violencia, esto no los beneficia sino que los perjudica [...]. En ese mismo acto habló el gobernador del estado, Práxedis Giner, asegurando que su régimen había distribuido ya 217,000 hectáreas. Todo esto del reparto y de la asamblea con los campesinos era el preámbulo de la visita que cinco días después realizaría Gustavo Díaz Ordaz, como candidato del PRI a la presidencia de la república, evento que abriría una nueva página en la represión y persecución política en el estado de Chihuahua. Abril 6 de 1964, la quema del templete en Chihuahua. El 7 de abril el periódico El Norte publicó una extensa reseña del mitin de campaña del candidato del PRI, Gustavo Díaz Ordaz, en la plaza de la Constitución de la capital del estado, evento que se había celebrado un día antes. En la nota principal se informaba que el candidato ofrecía garantías a la ganadería, que se encontraba dentro de la ley, anunciando a la vez el exterminio del latifundismo. Aseguró que al vencimiento de las concesiones de inafectabilidad ganadera se delimitará la pequeña propiedad y que los excedentes se distribuirían para la producción agrícola y para crear ejidos ganaderos. (Nada les costaba decir un discurso demagógico con tal de tener quietos a los campesinos que demandaban los repartos agrarios. En los primeros meses de su gobierno, Díaz Ordaz decretó que los títulos provisionales de inafectabilidad ganadera se hacían definitivos, legalizando con ello decenas de latifundios disfrazados y actuando completamente a la inversa de lo dicho en Chihuahua.) En otra nota el redactor del periódico se lamentaba de los disturbios provocados por estudiantes de la Normal y elementos políticos una hora después de que se había terminado el mitin y cuando el candidato se encontraba ya dentro del hotel Fermont. Con exageración se informaba de varios lesionados y con algo de lambisconería se exaltaba la entereza del candidato a la presidencia. El licenciado Díaz Ordaz, que ya se encontraba dentro del Hotel Fermont, tuvo un gesto de gran entereza cuando oponiéndose a las gestiones de sus guardias de seguridad, salió a la plaza para hablar con los dirigentes de los estudiantes. A gritos y en medio del escándalo, el licenciado se dirigió a los estudiantes y les dijo “¡Conozco el problema que me van a exponer... Sé sus orígenes... Hagan orden... Los voy a escuchar...!” Pero fue inútil. Los dirigentes estudiantiles tampoco pudieron controlar la situación y algunos elementos confundidos con los estudiantes empezaron a arrojar palos. “¡Ese idioma no lo entiendo yo!” Gritó con gran energía. Luego agregó: “¡Cuando quieran hablar conmigo... estoy a sus órdenes!...” El candidato se retiró, y varios de los estudiantes, algunos muy jovencitos, regresaron a la plaza, amontonaron papeles y quemaron el templete. Se dice que los muchachos están siendo manejados por elementos políticos de filiación extremista. El gobernador asegura que ya los tiene identificados y figuran entre ellos dirigentes del Movimiento Social Demócrata Cristiano. Estudiantes se dicen ajenos a la quema del templete (normalistas) y la protesta la hicieron debido a la lentitud del DAAC para resolver los problemas de los campesinos. Respecto a los detenidos se informó que habían sido 18 detenidos y se les acusaba de vándalos que habían estado a punto de quemar la Presidencia Municipal cuando de manera irresponsable le habían prendido fuego al templete del mitin político y, en vista de ello, la Procuraduría había ordenado una investigación porque se desconocía quién había sido el responsable del acto. Para rematar esa nota se agregaba que habían tratado de dinamitar con bombillos las líneas de alta tensión que conducen la energía eléctrica desde Boquilla. Al día siguiente, miércoles 8 de abril, se informó que había más detenidos, pero que no se había obtenido ningún resultado de la investigación sobre el motín del lunes. Respecto a los detenidos se hacía la relación de cuatro estudiantes; dos profesores, dos campesinos, y de los demás no se especificaba nada, pero se anotaba que a dos de ellos se les había detenido porque llevaban una botella de petróleo. El día 9 se informaba que se habían dejado diez en libertad y que la policía no agregaba nada más sobre el “complot”. Entre los nuevos detenidos se daban los nombres del profesor Guillermo Rodríguez Ford, José Mariñelarena, José Luis Franco y Jesús Hilario Cardona. Durante la semana siguiente: del 12 al 18 de abril, no obstante que los reporteros del periódico El Norte cumplían al pie de la letra las indicaciones oficiales de provocar alarmismo y especulación, se fue esfumando la versión del complot poniéndose la autoridad en ridículo al esfumarse las causas que habían publicado contra algunos de los detenidos. Estudiantes terroristas, un paletero y un carpintero. El 12 de abril una numerosa comisión de ciudadanos, maestros y estudiantes, acudieron ante el procurador del estado a protestar porque habían sido detenidos Álvaro Ríos y Saúl Chacón. Exigieron que las autoridades se ajustaran a la ley en las investigaciones, que se consignara a los detenidos si se tenían pruebas, pero que si no, se les dejara en libertad de inmediato. También se exigió que no se hicieran más detenciones sin orden judicial. Ese mismo día se presentaron un numeroso grupo de estudiantes de la Normal y de la Escuela de Artes y Oficios a los servicios públicos municipales para que el procurador les permitiera ver a sus compañeros encarcelados, entre ellos José Mariñelarena. Mientras que los dirigentes de las delegaciones 16 y 33 de la Sección 40 del SNTE habían estado en la sala de espera de averiguaciones previas, buscando la libertad de algunos maestros y estudiantes detenidos. Entre los representantes sindicales se mencionaba al profesor Antonio Becerra G. y al profesor Rodolfo Ramírez. Dos días después (14 de abril) se informó que la Procuraduría había consignado por el fuero común a varios de los detenidos, entre quienes se encontraban maestros y estudiantes: Luis Manuel Rojas; Miguel Fernando Guzmán Candia, Ramiro Flores Favela y Archivaldo Muñoz Márquez por el fuero común. Mientras que Guillermo Rodríguez Ford, Jesús Hilario Cardona y Federico Piñón Sotelo se les había puesto a disposición del ministro público federal. Ahí mismo se informaba que las investigaciones seguirían adelante porque “ya se tenían indicios de un plan preconcebido para alterar el orden”. El día 15 de abril se dio la noticia de que el responsable de los disturbios del día 6 había sido el Frente Electoral del Pueblo, mientras que los consignados se declaraban completamente inocentes. Por primera vez se informó que entre los detenidos se encontraba Luis Manuel Rojas Terrazas, un modesto paletero; Archivaldo Muñoz Márquez, un carpintero de 50 años, quien había tenido la mala suerte de salir a comprar un poco de gasolina que llevaba en un envase de refresco cuando pasaba cerca de la plaza y lo detuvieron como incendiario. También se informó que entre los detenidos se encontraba el menor de edad Miguel Fernando Guzmán Candia. Ese día se publicaron supuestas declaraciones de Jesús Hilario Cardona en el sentido de que él pertenecía al Frente Electoral del Pueblo y que en las últimas sesiones se había tomado el acuerdo de armar el escándalo sin llegar a la violencia durante el mitin. Que el principal objetivo que se habían propuesto era dar a conocer al candidato los problemas que afrontaban los campesinos y estudiantes a causa de las invasiones de tierras. A Cardona se le atribuía también que había declarado que el plan original no se había realizado porque no habían conseguido el aparato de sonido y porque los oradores propuestos se habían arrepentido a última hora. Que por su parte no había tenido él nada que ver en los desórdenes que habían ocurrido después del mitin y negó que en ello hubieran intervenido otros miembros del Frente Electoral del Pueblo. Al profesor Guillermo Rodríguez Ford se le acusaba de ser el responsable de la fabricación de armas prohibidas y se le atribuía haber aceptado que sí había fabricado algunas bombas y que además le había dado instrucciones a otros miembros de la UGOCM sobre la forma en que podían fabricarse. El día 17 de abril se informó: La sensacional trama del movimiento subversivo en el estado de Chihuahua, de alcances nacionales, el entrenamiento de estudiantes y campesinos en la guerra de guerrillas y la fabricación de bombas molotov con fines belicosos, se vino abajo con las declaraciones preparatorias que ayer rindieron en el Juzgado Primero de lo Penal, dos de los conjurados [...]. Luego se agregaba que los acusados del motín, Rodríguez Ford y Cardona Rodríguez, se declaraban inocentes y rechazaban todos los cargos al mismo tiempo que denunciaban que habían sido torturados y echaban abajo todas las declaraciones que se les habían adjudicado en la prensa así como su participación en el motín. Hilario Cardona declaró no era miembro del Frente Electoral del Pueblo y que su membresía se la había inventado la policía. Reconoció que había estado en varias reuniones, pero que nunca había escuchado nada relacionado con la intención de atacar al gobierno o al candidato. Negó tajantemente haber declarado que se había organizado un grupo del Frente Electoral y de la UGOCM para ir a Cuba a entrenarse en la guerra de guerrillas y que hubiera expertos en fabricación de bombas y granadas de mano, o que se dieran instrucciones militares a estudiantes y campesinos. Dijo que había asistido al mitin en forma totalmente pacífica y que después de ser detenido se le había sometido a múltiples torturas dirigidas por el procurador Hipólito Villa para que aceptara cargos. Ante la falta de pruebas, el licenciado defensor de Cardona solicitó la libertad inmediata. Por su parte el profesor Guillermo Rodríguez Ford desmintió completamente la versión de que era experto en armas y en la fabricación de bombas. Negó rotundamente haber dado instrucciones a miembros de la UGOCM y de la Juventud del Partido Popular Socialista, como se había señalado. Rodríguez Ford explicó que le gustaba hacer excursiones a ranchos cercanos a la capital y realizar paseos a caballo, pero que todo eso nada tenía que ver con lo que se le acusaba y por lo que lo culpaban de estarse entrenando para la guerrilla. Reconoció que en alguna ocasión había utilizado dinamita, pero sólo para pescar y concluyó en que el día del mitin se encontraba en Delicias esperando que llegara el candidato Díaz Ordaz porque iba a entrevistarse con él. Y para terminar, denunció que había sido amenazado de muerte por unos individuos con ropa de rancheros, quienes le habían echado en cara ser dirigente de la UGOCM. Al día siguiente, 18 de abril, fue dejado en libertad el profesor Rodríguez Ford, mientras que al estudiante Cardona se le dejó preso todavía. Comentario.- Esta era la forma clásica en que operaban las autoridades contra los movimientos independientes y así lo siguieron haciendo muchos años. Contra los campesinos de la UGOCM utilizaron primero la demagogia, las promesas, el tortuguismo descarado, y como las energías del movimiento no se agotaban, entonces siguieron las intimidaciones, los desalojos por parte del ejército y por último las acusaciones de terroristas y las torturas. Es muy probable que los acontecimientos del 6 de abril de 1964, fueron provocados desde las mismas instancias policíacas para tener el pretexto de reprimir un movimiento campesino que se había mostrado intransigente en sus demandas durante cinco años. Pero a pesar de todo, a pesar de la detención intimidatoria de Álvaro Ríos y de Saúl Chacón, líderes de la UGOCM, el movimiento campesino siguió firme en los meses y los años siguientes, como se verá.