RACISMO, SEXUALIDAD Y GÉNERO Año 6, nº 3, AGOSTO 2007

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RACISMO, SEXUALIDAD Y GÉNERO
Año 6, nº 3, AGOSTO 2007
Boletín de la Red Cubana de Género y Salud Colectiva.
Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES)
Coordinadora:
Vicecoordinadoras:
Leticia Artiles
Ada Alfonso
Celia Sarduy
Editorial
Racismo y sexualidad a tres horas de Lima, la capital del Perú. Por Vanesa Verástegui Ollé
La problemática del SIDA en América Latina. Enfoque sociocultural desde la antropología de género. Por
Lisbert Roig Marín
Convocatoria a Eventos
EDITORIAL
Saluco hoy recibí artículos que tratan el tema de la racialidad y el género. El tema de la raza, entendida
como color de la piel y estereotipos predominantes, en el imaginario y la práctica social, deriva en un
entendimiento de la otredad desvalorizada. El hecho ideológico que desde hace más de 40 años a
contrapuesto a los/las especialistas en antropología, al entender que el color de la piel no tiene
significación biológica, sino ideológica, en la misma medida que se utiliza como desvalorizante de quien
lo posee. La cultura etnocéntrica es blanca, rubia, de ojos y cabellos claros, y es alta y delgada, muy lejos
de nuestras mujeres negras e indias. El tema tratado por Vanesa, joven antropóloga peruana, pone a las
claras las mujeres de El Carmen, que a pesar de las distancias de los países desarrollados, tal y como
se comporta en la Casa de Campo de Madrid, luego nos llama a todos y todas que se reclama una
necesidad perentoria de colocar este problema, como problema de salud, por la repercusión que tiene
esta discriminación social en la salud mental, y en la salud sexual y reproductiva de las mujeres que
padecen esta discriminación: El segundo trabajo esta dirigido al enfoque sociocultural de la problemática
del SIDA, por parte de una joven especialista. El enfoque de pandemia del SIDA, la necesidad de que
todos y todas participemos en una dinámica de cambio para lar prácticas de la vida cotidiana, reclama la
participación de múltiples especialidades y especialistas. Al final tenemos el llamado a dos importantes
eventos que convocamos a su participación.
Racismo y sexualidad a tres horas de Lima, la capital del Perú
Por Vanesa Verástegui Ollé 1
“EL Invierno se puso negro. Conozca a las nuevas vírgenes de “El Carmen”.2
Este fue el titular de un semanario limeño que presentaba a una joven afro peruana en su portada hace
aproximadamente tres años. Anunciaba, además, que en el interior de esta revista sabatina se podían
encontrar las fotos y un reportaje sobre siete jovencitas, entre 14 y 17 años, con el siguiente subtítulo:
“La zona campesina de Chincha muestra con orgullo a sus jóvenes princesas”.
En esta y otras portadas de la aludida revista, y también en algunos medios televisivos, se han difundido
las fiestas tradicionales de aquel distrito chinchano. El estilo superficial (light) de los reportajes pone de
manifiesto el propósito de comercializar la imagen de las mujeres afroperuanas como chicas que reúnen
belleza y encanto pese a vivir en anexos y poblados rurales pobres de Chincha, y que casualmente
1[1]
Estudiante de maestría de antropología de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Integrante de LUNDUCentro de Estudios y Promoción Afroperuana
2[2]
Revista Somos. El Comercio. Año XVI Nº 862. Junio del 2003
fueron descubiertas en concursos tipo los carnavales negros. Por este medio, se intenta vender la belleza
de la mujer negra bajo el retrato de exotismo, sensualidad y pobreza.
La localidad de El Carmen del distrito de Chincha es el principal foco donde se concentra el turismo en
sus conocidas celebraciones locales como el Festival Carnaval Negro (verano), La Navidad Negra,
Virgen del Carmen (16 de julio), Fiestas Patrias (28 y 29 de julio), Día de la canción criolla ( 31 de
octubre); Año Nuevo (31 de diciembre).
La gente que llega a estas fiestas o al mismo centro de Chincha procede en gran mayoría de los estratos
medios y altos limeños y lo hace con el ánimo de salir del entorno monótono y cotidiano de la capital.
Otros llegan también para conocer el folklore y la cultura negra expresada en las danzas, en el tradicional
plato de sopa seca o en el arte del zapateo de los niños más pequeños en la plaza de El Carmen a
cambio de unas cuantas monedas. Finalmente, hay quienes van para visitar la Hacienda de San José,
convertida hoy en un hotel con reminiscencias del pasado esclavista, con salas de castigos y sótanos de
donde se fugaban los cimarrones.
Los testimonios de los jóvenes Astrit, Juan Enrique, María del Carmen, Daniel Mauricio y Héctor Luis
nos hablan sobre las imágenes de la zona de Chincha como un espacio de exotismo, sensualidad y
diversión:
En El Carmen, siempre son más en las fiestas, pero no siempre es así, también vienen los fines de
semanas, encuentran a alguien, se divierten, y vienen solo por algo al respecto. Tienen la idea que las
negras son fogosas. (Juan Enrique, 21 años)
Sí, cuando hay fiestas. Llegan a Chincha y preguntan en qué ciudad hay mujeres bonitas y les dicen: - en
El Carmen, todas son calientes. (Astrit Herrera Acevedo, 16 años)
Yo creo que vienen para divertirse en las fiestas y para divertirse con las chicas… para no pasarla mal
en ese día. No todos llegan a tener relaciones. Te sacan las chelas y se esfuman: “me desaparezco, ya
me dio de chupar, me voy”. O sea así he visto. Hay casos en que también ha habido relaciones. Yo creo
que como al día siguiente están como si nada, creo que lo hacen por divertirse. ” (María del Carmen
Mercedes Ormeño, 21 años)
Mayormente vienen con drogas, a buscar diversión. Normalmente vienen a buscar diversión, sexo para
eso nomás vienen. (Daniel Mauricio Sánchez Canales, 14 años)
Creo que vienen a divertirse, y a veces en fiestas, después de bailes cada uno sale con un moreno
porque a veces en fiestas, como yo voy a las peñas, me doy cuenta. (Héctor Luis Jereda Zapata, 17
años)
De los turistas que arriban al lugar, algunos entablan diálogo con las y los jóvenes de origen
afrodescendiente y, luego de los bailes y las cervezas, a veces terminan teniendo relaciones sexuales. Al
término de las fiestas, los limeños regresan a la ciudad y los residentes del lugar permanecen en sus
comunidades -El Carmen, El Guayabo, San José u otros anexos aledaños a Chincha- y retoman sus
actividades de la vida diaria, como si nada hubiera pasado. A este patrón de comportamiento se le
denomina turismo sexual y es semejante al que se practica en Cuba o en Jamaica, pues a estos países
del Caribe llegan de vacaciones turistas europeos blancos -hombres y mujeres- que en su imaginario
comparten el mito de la sensualidad de los afrodescendientes. Se podría denominar turismo sexual a la
objetivación de un “Otro” sexualizado y racializado (3). Según la académica Jacqueline Sánchez Taylor,
los turistas que viajan a esos lugares están motivados por la exotización del “Otro”
natural/primitivo/nativo: “El estereotipo racista de la mujer negra, exótica y erótica también es una imagen
que se usa para vender turismo sexual en países como República Dominicana y Cuba”.(4)
Los testimonios de las jóvenes Astrit, Mercedes Ormeño y Juan Enrique responden a esta objetivación
del “Otro” sexualizado y racializado ante la interrogante si habían recibido un comentario racista de
denotación sexual:
Esa morena tiene buen tarrazo., cosas así, en Lima No me siento bien ni me siento mal pero en sí, me
da un poco de risa, en la calle, uno va pasando, te dicen: - oye qué tal negrón y son cosas que a uno le
afecta. Es como que pase alguna persona paisana y uno diga: -ay ese paisano A uno le afecta por más
que le digan que uno tiene un bonito cuerpo. Y digan: - mira esa negra. Si no tuviera ese cuerpo, o sea
yo decía si no fuera negra no me dijeran eso, pero yo soy orgullosa de ser negra, pero me afecta. (Astrit)
“ Si, sobre el cuerpo, de esas cosas, sobre el trasero. O sea, no simplemente te dicen qué lindo trasero
sino qué harían con tu trasero- (María Mercedes Ormeño)” Y cuando bailas, y si bailas cómo te mueves,
3[3]
4[4]
Jacqueline Sánchez Taylor. Turismo Sexual en el Caribe.. Capítulo “Turismo, viajes y Sexo”. Univesity of Leiceste.
Ibídem.
siempre es así, porque si se mueve bien, si eres negro y se mueve bien, o es divertido, en la cama
también es así. (Juan Enrique)
…Hay algunas mujeres, no todas vienen con este estereotipo. Un día en el Bambú, en un local, una
chica dijo: qué buen poto tiene ese moreno y ¡pum! le dieron un palmazo. (Astrit )
Luego de su respuesta se le preguntó cómo era esa chica con el fin de saber su apariencia física y
dijo: De ojos verdes, blanca, rubia.
En el Perú, concretamente en la zona de El Carmen, en Chincha, el turismo sexual es una realidad social
difícil de asumir por los jóvenes del lugar. Algunos de los entrevistados aseguraron no conocer el término
turismo sexual; no obstante cuando se trató el tema de las relaciones entre los turistas y los/las jóvenes
mujeres y varones afroperuanos de la localidad demostraron conocer esta problemática.
Cuando se les pidió que expusieran las causas o los motivos de las prácticas del turismo sexual, las
distintas posiciones se debatían entre los factores económicos y el racismo endógeno existente en el
imaginario ante el paradigma del mejoramiento de la raza:
- ¿Sabes lo qué pasa?, acá hay racismo entre nosotros mismos. El que no conoce sus rasgos, sus
antepasados, el quiere limpiar su raza, por decirte así para que me entiendas más, ¿y cómo limpian
(sus) rasgos?, estando con un blanco, quedándose con un blanco. El otro tipo de racismo es que negro
con negro no, no se juntan… Sí, porque entre nosotros mismos se negrean, entre nosotros mismos se
negrean. Por decirte, uno te dice yo no soy negro, soy moreno, yo soy zamba, blanca…. Si es así, en lo
personal, mi mama no quería que estuviera con mi pareja y mi mamá es negra, no aceptaba, que no, que
no porque era negro, y mi mamá también.. En El Carmen es bien fuerte. (Mercedes del Carmen Ormeño
Acevedo, 21 años)
Yo me imagino que un punto es mejorar la raza, otro punto es el factor económico y querer salir de acá,
son tres puntos que siempre influyen pero el más importante es el mejorar la raza. Digamos, yo soy negro
y me junto con otro, va a ser igual que yo. No hay en El Carmen una educación y frente a eso la gente
negra busca a un blanco, entre comillas, para mejorar la raza… Porque los blancos también le metieron
esa idea, a golpes, a palos. Y te dicen si eres blanco eres mejor. Hay un dicho: chancho con chancho no
pueden estar, o sea, negro con negro no pueden estar. (Juan Enrique Robles Huertas, 21 años)
Marfil Francke y Verena Stolcke refieren que la ideología de la pureza de la raza y de la sangre caló
entre los españoles para ejercer la dominación en las mujeres de los grupos dominados: indígenas y
esclavas, así como en el grupo étnico, en general, de los esclavos. La construcción de los estereotipos
sexuales es un ejemplo de la forma discursiva de dominación sobre los grupos subalternos que hoy
representan a la población afroperuana.5[5]
Como lo han señalado Mirko Lauer y Marfil Francke, en el Perú la población afrodescendiente se
encuentra en la última escala social con escasas posibilidades de superación personal, profesional y
económica. Este grupo constituye constituye un grupo cuantitativo menor en relación a la población
mestiza o indígena y es sólo una elite la que ha podido salir de la base de la pirámide de la estructura
social en el país (Lauer, 1977)6[6]. Lauer señala que la base de la pirámide es siempre de color y el
vértice blanco, europeo, occidental. Al respecto, Marfil Francke sostiene que “el poder cambia de manos
pero no de color, tampoco se diluye en una verdadera democracia. La dominación se reproduce bajo
nuevas formas, pero sus ejes estructurales siguen siendo los mismos.” (7[7]).
Esta afirmación aparece en “Género, clase, etnia: la trenza de dominación” para secundar el argumento
de Denyz Cuche sobre el patrón jerárquico en el siglo XVIII y XIX , según el cual la clase patronal era la
blanca; la clase media, mestiza y la clase trabajadora, negra. Ello nos recuerda la realidad
socioeconómica del grupo afroperuano en Chincha, sobre todo, en El Carmen y otros distritos como San
José, El Guayabo y sus comunidades rurales y anexos más distanciados del centro de Chincha. Los
jóvenes afroperuanos de estas zonas se encuentran fuera del mercado de trabajo sin perspectivas de
vida futura ni de movilidad social.
El poder y dominación en la elaboración de los discursos y el conocimiento del “otro” son abordados
desde la teoría de los estudios subalternos. Para Homi K. Babba, por ejemplo, el estereotipo es una
estrategia del discurso colonial para la construcción de la otredad, y una de sus características es la fijeza
como signo de la diferencia cultural/histórica/racial. Además, señala que el estereotipo se caracteriza por
5[5]
Revisar a Verena Stolcke. En: “Sexo es a género lo que raza es a etnicidad”.
Citado por Marfil Francke. En Género, clase, etnia: la trenza de dominación: 84
7[7]
Ibidem.
6[6]
la ambivalencia, es decir, por un lado estigmatiza, encasilla en un lugar rígido al “otro”, dando por
supuesto que lo conoce sin necesidad de mostrar pruebas que prueben la veracidad del conocimiento del
“otro” o desconocido. Y por el otro, asegura su repetición:
El estereotipo… vacila entre lo que siempre está en su lugar, ya conocido y algo que debe ser repetido
ansiosamente como si la esencial duplicidad del asiático y la bestial licencia sexual del africano que no
necesita pruebas, nunca pudieran ser probadas en el discurso (8[8]).
Para Homi Babba, el valor del estereotipo es el esquema contradictorio entre el placer y el displacer,
entre el reconocimiento de las diferencias y a la vez su renegación. El estereotipo apela a la fijeza y a la
fantasía en busca de la originalidad, del esencialismo, del exotismo, de la pureza; no obstante, se
encuentra amenazado por la heterogeneidad, por las diferencias culturales y raciales. Homi Babba devela
la complejidad del estereotipo que determina la fijeza con el objeto de asentar las diferencias en aras de
discriminar y marginalizar: “el discurso colonial produce al colonizado como una realidad social que es a
la vez el “otro” y sin embargo enteramente conocible y visible estereotipo”(9[9]).
Los estereotipos sexuales sobre la población afroperuana habrían sido construidos debido a varios
factores señalados en la historiografía especializada de la esclavitud. Uno de ellos, la convivencia y
cercanía de los amos blancos con sus esclavas domésticas, que dio origen al mito de la Venus Negra, es
decir la sensualización de la mujer negra (.10[10]) Eran ellas las libertinas, las carentes de moral y de
honra. Denys Cuche señala que: “gracias a las negras, las hijas de buenas familias blancas eran
protegidas, la sensualidad de los señoritos podía desviarse hacia las primeras. Se condenaba a todo un
grupo étnico para salvar la virginidad de las mujeres de otro grupo (11[11]).
En cuanto al estereotipo relacionado a los varones y su virilidad y su potencia sexual, Denyz Cuche
menciona la tesis sobre cuestiones de raza de Clemente Palma, en la que señala que el varón negro
tenía los órganos sexuales más desarrollados que el blanco(12[12]). Sobre esta tesis Patricia Oliart
opina que “Clemente Palma considera a la raza negra como inferior pero perfectible (excepto por su
marcada sensualidad) pues podría aportar su vigor físico, al no ser una raza gastada” (13[13]).
Denyz Cuche señala, asimismo, que el esclavo fue visto únicamente como reproductor, por lo que sus
amos controlaban su sexualidad mediante uniones continuas con otras esclavas:
…ni siquiera podía tener relaciones sexuales con la negra esclava, ya que el amo blanco intervenía
siempre en la vida íntima de sus esclavos. Ellos no eran sino simples instrumentos de reproducción. El
amo convertido en una especie de proxeneta, seleccionaba entre sus esclavos a los más vigorosos y los
unía a la fuerza para aumentar y mejorar su capital de brazos (14[14]).
Christine Hunefeldt refiere que la cercanía entre los amos y sus esclavas determinó que estas últimas
apelaran al uso de su sexualidad como estrategia con el fin de acceder a bienes como ropa o comida y,,
principalmente, a su libertad, la cual era otorgada por sus propios amos como señal de agradecimiento
o adquirida mediante acciones legales por parte de ellas mismas en los tribunales ante promesas
incumplidas de sus amos de la dación de la libertad(15[15]). Por ello, el investigador peruano Marcel
Velásquez señala que “las mujeres son menos negras”, en el sentido de que las esclavas tenían más
armas para alcanzar la libertad o ascender socialmente que los varones esclavos y así salir de su
condición social y servil.
Retomando al argumento de Hommi Babba sobre la ambivalencia del discurso de los estereotipos, placer
y displacer; reconocimiento y renegación, este esquema contradictorio es representado por Maruja Barrig
en su ensayo “Pitucas y marocas en la narrativa urbana posterior a los años 1950”, en el que señala la
persistencia del doble comportamiento sexual en los varones de la aristocracia de los años cincuenta.
Barrig pasa revista a los textos literarios de escritores como Alfredo Bryce, Mario Vargas Llosa, Julio
Ramón Ribeyro, quienes presentan la doble moral de los jóvenes varones de clase media alta. Ellos
tendrían un comportamiento sexual distinto para cada chica de acuerdo a su fenotipo y estrato social, tal
como lo han señalado los estudiosos de la trata esclavista durante la colonia en el Perú: “el honor de las
8[8]
Homi Babba. “La otra pregunta. El estereotipo, la discriminación y el discurso del colonialismo”. En El lugar de la
cultura: 91, 1994.
9[9]
Ibidem.
10[10]
Denyz Cuche. Poder blanco y resistencia negra en el Perú.
11[11]
Denyz Cuche. Ibidem: 122
12[12]
Ibidem:126
13[13]
Patricia Oliart. “Poniendo a cada quien en su lugar: estereotipos raciales”. En: Mundos Interiores: 277
14[14]
Denyz Cuche. Opcit: 127
15[15]
Revisar a Chistine Hunefeldt. En: Mujeres, esclavitud, emociones y libertad. Lima 1800-1854, 1988.
mujeres españolas es protegido a costa del goce sexual de los hombres blancos, españoles o criollos
con sus esclavas negras”. Maruja Barrig nos presenta a las marocas como las mujeres de clase media
de los barrios populares de Jesús María y Lince, y afirma que representan la voluptuosidad:
…las marocas serán definidas como lomazo, hembrón, zamba guapísima, palabras que nos sugieren
siempre una imagen contemplada del cuello hacia abajo. Una Pituca no tiene sexo, están desprovistas de
él, porque finalmente, las pitucas (16[16]) son para lucirlas; las marocas para tirárselas (17[17]).
Asimismo, Maruja Barrig señala que las marocas son “apetitosas” para los varones por cierto color
aceitunado, ellas aceptan subirse a los carros de último modelo y ser llevadas a esquinas oscuras
porque creen o quieren creer en sus promesas: de sacarlas de sus barrios (18[18]).
El ensayo de Maruja Barrig podría ser compararse con el esquema de Hommi Babba sobre
reconocimiento y rechazo; placer y displacer. El doble comportamiento sexual según la chica determina
que la atracción hacia la belleza exótica, las fantasías sexuales de los varones de la oligarquía hace que
recurran a las “marocas”, pero que sólo las consideren para el placer sexual, mientras que a las lindas,
las “pitucas” son consideradas como las reales novias ante la sociedad limeña. Lo que nos recuerda la
realidad del turismo sexual en Chincha según las respuestas de nuestros entrevistados, quienes definen
la condición de los turistas que llegan al Carmen o al centro mismo de Chincha, en su mayoría, como
gente con dinero y con buenos carros; blancos y rubios. Aunque los mestizos también visitan el lugar con
la misma idea: la de que mujeres y hombres afrosdescendientes son ardientes y fogosos. Atraídos por
esta idea, todos llegan mayormente a divertirse. El placer sexual y la diversión no pasan de una noche o
dos:
Los turistas blancos buscan siempre a las mujeres de color, de raza negra. Y entre los hombres, tratan de
buscar la droga. (Mauricio Daniel Sánchez Canales)
Hay un 90% exclusivamente a tener sexo, hay también que vienen a divertirse y por ahí si…, pero todo
acaba en eso. Porque dicen que son fáciles, las negras son fáciles, bailan bien son espontáneos… (Juan
Enrique)
- No para nada, es solo una noche. (Astrit)
La siguiente cita del joven Juan Enrique nos muestra la función que cumplen los estereotipos sexuales,
placer/displacer; reconocimiento y renegación; inclusión y exclusión en términos de la investigadora Mary
Lilia Congolino para la gente externa que ve al “Otro” sexualizado y racializado
“Yo creo que la gente si viniera, vendría a conocer, sino vienen a tener un momento de placer, un
momento de gozo. Si la gente viniera a conocer, pero la gente que viene acá, es adinerada, con carros,
vienen a la plaza, están ahí, a tomar, están una noche y dos días, conocen a una chica y la chica cae,
vienen y se van, vienen a estar con la chica una vez mas. La gente ve dinero, ve carro y pum…” (Juan
Enrique)
En la cita de María Mercedes también nos refiere acerca de las ventajas del capital corporal que
aprovecha el “Otro” - es decir el joven o la joven Chincha- en su decisión de realizar el ejercicio, las
prácticas de turismo sexual, se encuentran guiadas por el “mejoramiento de la raza”, y/o por el deseo de
salir de Chincha:
En algunos casos, como te digo, son contaditas, las puedes contar con las manos. En todo barrio hay
chicas que le gusta y chicas que no les gusta. Se saben quiénes son las chicas que están esperando
que llegue un carrito o un pata 19[19] blanconcito para que les invite unas chelas (20[20]) (María
Mercedes)
Mary Lilia Congolino, en su estudio de los estereotipos sexuales sobre las mujeres afrodescendientes de
Colombia, concluye que los estereotipos cumplen la función de inclusión-exclusión. Inclusión porque las
mujeres participan del mercado erótico–sexual de su cuerpo como capital:
16[16]
El termino “pituco”(a) se aplica a las personas que tienen determinados rasgos físicos de origen europeo o
anglosajón: blancos y rubios. En el Perú conforman una minoría que ostenta poder económico.
17[17]
El ensayo de Maruja Barrig “pitucas y marocas en la narrativa urbana posterior a los años de 1950”. Publicado
por primera vez en la Revista Húmero N º 9, en 1981. Ha sido publicado nuevamente en el libro Detrás de la Puerta,
hombres y mujeres en el Perú de hoy, editado por el Fondo de la Pontificia Universidad Católica, 1996: 91-104. Esta
cita se encuentra en el texto “Género, clase, etnia: la trenza de dominación: 93
18[18]
Marfil Francke. Opcit: 93-94.
19[19]
Amigo
20[20]
El término “chela” significa cerveza en lenguaje coloquial juvenil en el Perú.
“De inclusión cuando se pone a disposición del placer y las mujeres participan del mercado eróticosexual con ciertas ventajas ligadas a su capital corporal”.21[21]
Según la autora las mujeres afrocolombianas son conscientes de su sensualidad y erotismo como armas
de seducción y sacan ventaja de ello. En cuanto a exclusión, Mary Lilia Congolino señala que:
De exclusión, cuando su valoración como sujetas predominantemente sexuales, con todos los
calificativos que se asocia a ello, se convierte en una limitante para valoraciones y vinculaciones más
favorables o respetables en otras esferas sociales del mercado afectivo (22[22]).
La exclusión es, entonces, el impedimento de una relación afectiva que trascienda el placer corporal por
el que, al parecer, la población afrodescendiente de El Carmen es sólo valorada. En suma, la función
inclusión- exclusión que propone Mary Lilia Congolino valida la propuesta del modelo ambiguo y
contradictorio de Hommi Babba, a saber, placer/displacer; reconocimiento y renegación, para explicar
cómo en los estereotipos sexuales se entrecruzan las categorías de género, raza y clase.
Bibliografía
Bhabha Homi K. “El estereotipo, la discriminación y el discurso del colonialismo”. En: El Lugar de la
Cultura. Editorial Manantial. Buenos Aires: 2002.
Barrig, Maruja. “Pitucas y marrocas en la nueva narrativa peruana”. En: Detrás de la Puerta. Hombres y
mujeres en el Perú de hoy. Editores Patricia Ruiiz Bravo. Programa de Estudios de Género. Facultad de
Ciencias Sociales. Pontificia Universidad Católica del Perú. 91- 101
Cuche, Denys. “Mestizaje y discriminación racial”. En: Poder blanco y resistencia negra en el Perú.
Instituto Nacional de Cultura, Lima, 1975.
“La dimensión sexual del conflicto racial”.En: Poder blanco y resistencia negra en el Perú. Instituto
Nacional de Cultura, Lima, 1975
Dorival C. Rosa. “Algo acerca de la mujer negra. Reseña del documento Mujeres: Esclavitud, y libertad”.
1989
Francke, Marfil. “Género, clase y etnia: La trenza de la dominación”. En: Tiempos de ira y amor. Nuevos
actores para viejos problemas. DESCO. Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo, 1990.
Hunefeldt, Christine. Mujeres. Esclavitud, emociones y libertad. Lima 1800-1854. Documento de Trabajo,
Nº 24. Instituto de Estudios Peruanos- IEP. Serie Historia Nº 4. Marzo 1988.
Oliart, Patricia. “Poniendo a cada quien en su lugar: estereotipos raciales y sexuales en la Lima del siglo
XIX”. En: Mundos Interiores: Lima 1850-1950. Universidad del Pacífico. Centro de Investigación CIUP.
Stolcke, Verena. “Sexo es a género lo que raza es a etnicidad”. En: Márgenes, Año V. Nº 9, 1992.
Velásquez Castro, Marcel. “Las mujeres son menos negras: el caso de las mujeres esclavas en la Lima
del siglo XIX”. En Henríquez, Narda (comp), el Hechizo de las imágenes. Estatus Social, género y
etnicidad en la historia peruana. Lima. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica.
Otras referencias
Revistas impresas
“El invierno se puso negro. Conozca las Nuevas Vírgenes de El Carmen”. En: Revista Somos. Año XVI.
Nº 862. Del Periódico El Comercio. Junio del 2003. Pp. 46-52.
“Sanos y Zambos”. En: Revista Somos. Año XVI. Nº 848. Del Periódico El Comercio. Marzo del 2003. Pp.
39-43
“Etiqueta Negra”. En: En: Revista Somos. Año XVI. Nº 848. Del Periódico El Comercio. Abril del 2003.
Virtuales
Jacqueline Sánchez Taylor. “Turismo sexual en el Caribe”. Editado y traducido de “Sex tourism in the
caribbean”. The Universitu of Leicester. Capítulo “Turismo, Viajes y Sexo”. Ed, Stephen Clift and Simon
Carter (1999), Casell. Disponible en: http:// sexualidad.wordpress.com/2007/07/26/turismo_sexual_en el caribe/
Mary Lilia Congolino Sinisterra. ¿Mujeres candentes? Un análisis de los estereotipos sexuales en un
grupo de universitarios de Cali, Colombia. Universidad del Valle Cali-Colombia. Investigadora asociada al
CIDSL.
En: http:// www.fazendogero7.ufsc/artigo/M/Mary_lilia_congolino_13_B.pdf
21[21]
22[22]
Mary Lilia Congolino Sinisterra. Opcit: 6
Ibidem.
La problemática del sida en América Latina. Enfoque sociocultural desde la antropología de género. Por
Lisbert Roig Marín e- mail: [email protected]
Introducción
El presente artículo propone un acercamiento a la problemática del SIDA en América Latina y su vinculación
específica a la condición particular de la mujer, desde una visión antropológica de género como construcción
sociocultural. En este sentido presenta un enfoque general sobre los aspectos socioculturales que ubican a la
mujer latinoamericana como parte de esta problemática, teniendo en cuenta modos de actuación asociados a
la propia dinámica social en el continente.
La experiencia obtenida en el estudio en relación a esta temática, constata como la condición misma de ser
mujer está determinada aún por relaciones y prejuicios que le otorgan una posición cultural y social
diferenciada y que en consecuencia la hacen más vulnerable al contagio con la enfermedad del VIH/ SIDA.
Finalmente señala algunos de los principales retos que la sociedad en su conjunto tiene que vencer para
ofrecer una mejor salud y calidad de vida a la mujer latinoamericana.
Entre los resultados alcanzados con el estudio se señalan los siguientes:
1. La obtención de un referente teórico sobre la problemática del SIDA en América Latina y el Caribe y su
vinculación específica a la situación de la mujer.
2. El logro de la interdisciplinariedad mediante el análisis de un problema de salud desde la perspectiva
sociocultural.
3. Diagnóstico breve de los factores socioculturales que desde la antropología de género inciden en la
mayor vulnerabilidad de la mujer para contraer el VIH/SIDA para ponerlo en función de los nuevos
retos que se deben enfrentar en el área.
4. Propuestas para enfrentar la prevención del VIH/SIDA desde la perspectiva de género y la condición
de la mujer en América Latina y el Caribe.
Aproximación a la problemática del VIH/SIDA. Análisis sociocultural desde la perspectiva de género.
- El SIDA constituye hoy en día una de las preocupaciones fundamentales en el sistema de salud de
cualquier sociedad. Diversos investigadores coinciden en la multiplicidad de factores que inciden en la
expansión del VIH/SIDA, considerándolo un fenómeno bio-psico-socio-económico-religioso-cultural.
- A nivel mundial las estadísticas muestran que la epidemia afecta más a hombres que a mujeres (excepto en
el África al sur del Sahara, donde más del 59% de los adultos con VIH son de sexo femenino). Sin embargo,
desde la antropología de género se ha demostrado que la subordinación de las mujeres juega un papel
esencial en el patrón de transmisión heterosexual del virus, lo que incide directamente en la infección de las
mujeres y de sus descendientes.
- En América Latina más de 1,7 millones de personas se encuentran afectadas por el virus. Según el informe
de ONUSIDA, en Latinoamérica hay 610.000 mujeres viviendo con el VIH.
- Los factores que contribuyen al aumento del las infecciones del VIH/ SIDA en las mujeres son universales:
la heterosexualidad de la epidemia y el aumento del índice de casos de infecciones de transmisión sexual
que facilitan la transmisión del VIH.
- Aunque los factores biológicos inciden en el aumento de la vulnerabilidad de la mujer para adquirir el VIH/
SIDA, a estos se le suman otros que influyen también con un carácter determinante. Entre ellos los factores
sociales y culturales que reflejan y perpetúan el sentido otorgado a las relaciones particulares entre el
hombre y la mujer.
Generalidades sobre la epidemia del SIDA en América Latina y el Caribe.
A pesar de las distintas situaciones de la expansión de la epidemia el VIH/SIDA todavía no se ha
convertido en una epidemia regional total en América Latina. Los modos de transmisión varían en toda la
región. Esta enfermedad predomina, en general, en hombres que tienen sexo con hombres, en usuarios
que se inyectan drogas, en trabajadores del sexo, en personas con infecciones de transmisión sexual y
en relaciones sexuales heterosexuales no protegidas.
Aunque en la mayoría de los países los hombres siguen representando un mayor porcentaje de quienes
viven con VIH/SIDA, la tendencia refleja que es un fenómeno transregional en el cual las mujeres
abarcan una parte cada vez mayor de todas las nuevas infecciones, lo que evidencia que la brecha de
géneros se está cerrando rápidamente.
La mujer y el VIH/SIDA. Enfoque Sociocultural desde la Antropología de Género.
•
Según las estadísticas mundiales África es el continente más gravemente afectado por la
pandemia del SIDA y en particular África Sub-Sahariana (de cada cinco mujeres seropositivas, cuatro viven
en África y en promedio en esa región hay tres mujeres por cada dos hombres infectados).
Pero la feminización del VIH/SIDA no es un fenómeno exclusivo del África Sub-Sahariana.
•
Informes de ONUSIDA en 1999 reflejaron que las mujeres representaban entre el 25 y el
37% de los adultos VIH positivos en América Latina y el Caribe. Dos años después esas cifras se elevaron
del 30 al 50%.
Con cada vez más frecuencia, el modo de transmisión del VIH/SIDA es el sexo entre un hombre y una
mujer. La incidencia de la infección del VIH en la mujer no se reduce solamente a los casos de
promiscuidad sexual sino también como parte de las relaciones estables. En este sentido existen un
grupo de países, según los datos arrojados por ONUSIDA, en los que la prevalencia del VIH entre las
mujeres casadas es del doble que entre las trabajadoras sexuales, tal es el caso de Chilandanga en
Nicaragua.
La construcción sociocultural de género.
La ciencia ha demostrado que las características biológicas específicas del sexo femenino y la naturaleza
misma de las relaciones sexuales contribuyen a acentuar el riesgo de contagio de las mujeres para
contraer el VIH/ SIDA. Entre los factores biológicos que inciden en la vulnerabilidad de la mujer se
encuentran: la carga viral es mayor en el semen de un varón infectado que en los fluidos vaginales de
una mujer con el VIH; el semen permanece más tiempo en el tracto vaginal y rectal que los fluidos
vaginales en el pene; el tiempo de exposición de las mujeres al VIH es mayor en las relaciones
desprotegidas; las mujeres adolescentes y en etapa pos menopáusica tienen la mucosa vaginal más
permeable al VIH; los desgarros y hemorragias durante la relación sexual (coito traumático, violación,
menstruación); muchas ITS cursan asintomáticas en la mujer, pasan inadvertidas, sin síntomas.
Sin embargo investigadores de la problemática han traído a consideración que además de estos factores
biológicos, la enfermedad del SIDA está aparejada a un sistema de influencias en lo social, demostrando
hasta qué punto las desigualdades de género contribuyen a la expansión de la enfermedad.
De esta manera, más allá de las características biológicas del sexo existe el género: se trata de un
complejo de determinaciones y características económicas, sociales, jurídico-políticas y psicológicas, es
decir culturales, que crean lo que en cada época, sociedad y cultura son los contenidos específicos de
ser mujer o ser hombre, o ser cualquier otra categoría genérica. Los géneros son históricos, y en ese
sentido son producto de la relación entre biología, sociedad y cultura, y por ser históricos devienen y
presentan una enorme diversidad (Lagarde 1997).
Por más de 15 años los expertos han sabido que el género como construcción en una sociedad y su
cultura, desempeña un papel significativo en la transmisión y experiencia de vivir con el VIH/SIDA. Los
factores socioculturales que devienen como resultado de esta construcción no responden a una causa
biológica sino a juicios de valor.
A partir de esta consideración el análisis de la relación social compleja en torno a la problemática del VIH/
SIDA y su incidencia en el caso específico de la mujer en América Latina y el Caribe, indica que la
tendencia de la epidemia a extenderse se puede atribuir no solo a factores biológicos sino también a
juicios valorativos que fragilizan la salud de la mujer y la hacen especialmente vulnerable.
Desde nuestro punto de vista los juicios de valor están asociados a los significados que los grupos
humanos le otorgan a sus prácticas sociales, los cuales son adquiridos mediante la interacción y
socialización. Mediante esta vía se van creando un conjunto de representaciones sociales que pueden
hasta convertirse en normas instituidas, que van conformando una cultura general sobre el modelo de
comportamiento a seguir tanto por el hombre como por la mujer.
Una aproximación a las características coincidentes en las distintas culturas en América Latina y el
Caribe permite percatarnos de la presencia de estilos de vida que influyen considerablemente en la
vulnerabilidad de la mujer para adquirir el VIH/ SIDA, en lo cual las actitudes del hombre y la
adaptabilidad de la mujer poseen una carga significativa. Veamos algunos ejemplos de estos factores
socioculturales que inciden en la fragilidad de la mujer:
La representación social de la sexualidad entre el hombre y la mujer desde la antropología de
género.
La representación de la sexualidad desde las relaciones de poder donde la mujer se subordina a la
voluntad del hombre. El poder relativo dicta de quién es el placer que se prioriza y cuándo, dónde y cómo
ocurren las relaciones sexuales.
El marianismo (cultura femenina en ser como la Virgen María: virginidad, castidad, moralidad, obediencia
y espiritualidad) y el machismo (fuerza, proeza y experiencia sexual, agresión y dominio) como ideologías
socio-culturales dominantes de la región.
Se limita el conocimiento de las mujeres sobre el sexo y su salud sexual generando un clima de
ignorancia. En una investigación de 23 países en desarrollo, un promedio de 75% de hombres tenía
conocimiento exacto del VIH/SIDA en comparación con el 65% de las mujeres, una diferencia de 10
puntos porcentuales. En Brasil, esta brecha es solamente de 1.9%, pero en el Perú se amplia a una cifra
perturbadora de 12.7%.
Las limitantes de una mujer para negociar un sexo más seguro con su pareja masculina.
La mujer culturalmente ideal no inicia el sexo, ni inicia el uso de los condones. Además, las mujeres
pueden ingresar en un comportamiento sexual de más riesgo aun para preservar su virginidad como el
sexo anal, donde hay una transmisión mucha más eficiente del VIH que en el sexo vaginal. Los estudios
sugieren que la práctica es bastante común entre las parejas heterosexuales en Brasil y Guatemala como
medio de mantener la virginidad de la mujer y de evitar el embarazo.
Los ideales sobre el adulterio o infidelidad de la pareja.
Los conceptos de género masculino y femenino influencian actitudes diferentes respecto de la fidelidad
en las relaciones que inciden en una mayor vulnerabilidad de la mujer. Se asume por lo general el agrado
por el cambio continuo de los hombres hacia nuevas relaciones. Estudios muestran que los hombres
heterosexuales, homosexuales y bisexuales en todo el mundo tienen tasas más altas de cambio de
pareja que las mujeres. Por lo tanto, mientras que una mujer puede por cierto ser fiel a su pareja, él no es
necesariamente monógamo recíprocamente, lo cual incrementa el riesgo del VIH/SIDA. El vagabundeo
sexual de los hombres en la mayoría de los casos introduce de hecho el VIH en la familia.
Los numerosos casos de abusos sexuales y violaciones a los que son sometidas las mujeres.
Una actitud que alienta a la violencia contra las mujeres se enfatiza por el machismo, el dominio físico y
sexual de los hombres sobre las mujeres. A menudo, este abuso toma la forma de violencia o coerción
sexual, causando lesiones y cortes en el tejido vaginal e incrementando el riesgo de transmisión de la
enfermedad.
Riesgos asociados a los matrimonios de mujeres jóvenes con hombres de mayor edad.
Los hombres mayores tienen más posibilidades de haber contraído el VIH y otras ITS y las mujeres
jóvenes y niñas son biológicamente más susceptibles a la infección. Un centro para mujeres
embarazadas en Jamaica encontró que las mujeres al final de su adolescencia tenían el doble de tasa de
infección cuando se comparaba con mujeres mayores.
Pero ¿es el SIDA solo consecuencia de estos factores socioculturales propios de las culturas en
América Latina y el Caribe?
Las condiciones económicas de las mujeres también las hacen vulnerables: la feminización de la pobreza
en la región; la inestabilidad de los salarios bajos; la falta de empleo, las dificultades de las mujeres como
sostén del hogar y el uso del trabajo sexual o del sexo a cambio de seguridad económica. Desde nuestro
punto de vista una de las tantas consecuencias del subdesarrollo.
La “crisis del SIDA” prospera en la pobreza, con la desintegración social y en la ignorancia. La deuda y
los ajustes han sido instrumentales para crear esta situación, en desmedro de la educación y de la
prevención. Por su parte la voluntad política para enfrentar la propagación de esta pandemia aun resulta
insuficiente. Hay que considerar que el presupuesto destinado a la salud destinado a la lucha contra la
pandemia representa un nivel ínfimo del PIB en algunas naciones.
Algunos retos en la prevención del VIH/ SIDA.
Prevención a nivel societal: Incidencia en las prácticas de comportamiento perjudiciales que
inciden en el desarrollo mismo de la epidemia.
- La prevención dirigida a las mujeres, a los hombres o a la comunidad, tiene que incorporar espacios de
reflexión sobre los modos de comportamiento que les otorgan facilidades a los hombres y hacen de la
mujer la principal víctima de sus actuaciones. La adopción de medidas preventivas requiere un
conocimiento compartido del riesgo.
- Los esfuerzos para detener la propagación de la infección por el VIH deberán promover la práctica de la
sexualidad con el menor riesgo, e intensificar las acciones de prevención así como la protección de las
demás enfermedades de transmisión sexual desde espacios más reducidos, teniendo en cuenta cada
célula o localidad.
- Las intervenciones a múltiples niveles deben procurar la participación de diversos asociados en una
acción coordinada. Además es necesario hacer esfuerzos políticos, sociales y económicos coordinados
para reducir la vulnerabilidad de la sociedad junto con programas e intervenciones que funcionen a nivel
individual y de la comunidad.
Transmisión de los mensajes preventivos.
- Los mensajes que se promueven en los medios de difusión, materiales propagandísticos u otros tienen
que ser claros, sin equívocos, o sea, introducir términos no exclusivos del lenguaje científico y técnico
sino más cercanos al argot popular. De esta manera se debe considerar que no todos los países
latinoamericanos tienen índices elevados de alfabetización de la población, lo cual genera que en
muchos casos la recepción del mensaje que se difunde se dificulte o sea incomprendido por el receptor.
Suprimir la dependencia sexual de las mujeres.
- El sistema político tiene que suprimir los obstáculos que les impiden ejercer a las mujeres un empleo
debidamente remunerado, única manera de no tener que convertirse en prostitutas que se venden para
ganar lo suficiente para subsistir.
La Educación sexual.
- En la educación sexual y muy especialmente la educación de las mujeres como agente activo para el
control de su sexualidad, se deben potenciar las acciones encaminadas al logro del empoderamiento de
la mujer en las relaciones sexuales.
- La educación sexual desde edades tempranas en el ámbito del VIH/SIDA debe involucrar a los jóvenes
de ambos sexos tanto en medios formales como informales que promuevan el conocimiento sobre las
repercusiones de una vida sexual precoz en la transmisión del VIH.
- Una educación sexual eficaz sólo se puede llevar a cabo si los gobiernos favorecen las políticas de
enseñanza apropiadas referentes a la sexualidad y al VIH/SIDA.
Contextualización de las acciones.
- Los esfuerzos encaminados a la prevención y tratamiento de la problemática del VIH/ SIDA deberán
partir desde la propia realidad social, política, económica y cultural de cada nación en específico. La
pobreza y la dependencia económica deberán ser entendidas como uno de los factores que inciden
negativamente en la salud de la población latinoamericana en su conjunto.
Actividades generales en el ámbito de la comunidad.
Fomento de la sensibilización para proporcionar información y contrarrestar las reacciones negativas
entre la población femenina.
Ejecutar programas y dispensar servicios en distintos contextos para disminuir las necesidades
económicas de las mujeres.
Involucrar a la comunidad a través de organizaciones, grupos y estructuras de educación y apoyo ya
existentes para instaurar la confianza a través de la comunicación, la creación de redes y la colaboración
con mujeres propensas al contagio.
Incluir a mujeres afectadas con el VIH y con SIDA en todas las etapas del proceso para aumentar la
visibilidad y sacar provecho de sus experiencias y conocimientos prácticos.
Crear un entorno comunitario de aceptación en el que se reconozca que el VIH y el SIDA son un
problema que incumbe a todos(as).
A nivel de propuestas de prevención.
- Incluir actividades que respondan a las necesidades socioculturales proporcionando información
apropiada sobre cómo se transmite y no se transmite el VIH.
- Potenciar la participación de los grupos beneficiarios en todas las etapas del diseño, ejecución y
evaluación.
Comentarios finales
El SIDA sigue siendo una de las principales causas de muerte en países de menor desarrollo.
El proceso de "feminización del SIDA" en nuestro continente se debe a la combinación de una serie de
factores no solo biológicos sino también a factores socioculturales que interactúan en un mismo
fenómeno.
Un análisis desde las ciencias médicas sobre los factores que inciden en el contagio de la enfermedad
del VIH/SIDA desde un enfoque más holístico puede involucrar además aquellos elementos de la
sociocultura que inciden en la vulnerabilidad para contraer el virus.
El vínculo de los estudios relacionados con esta problemática a los juicios de valor construidos en cada
sistema sociocultural de la realidad latinoamericana requiere de la identificación de la situación real de la
mujer desde un enfoque antropológico de género que evidencie el lugar del hombre frente a esta
problemática, así como la supresión de la tendencia de adaptabilidad de la mujer a estas condiciones.
Las diferencias entre el papel del hombre y el de la mujer latinoamericana no son más que consecuencia
de una construcción social genérica que ha mantenido particularidades para cada sexo en específico y en
lo relacionado a la problemática del VIH/ SIDA le ha otorgado a la mujer una gran incidencia, cuando en
realidad es una víctima de los estilos de vida aún prevalecientes.
Bibliografía
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Lagarde, Marcela (1977). "La sexualidad". En: Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas,
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http://www.rieoei.org/oeivirt/rie06a01.htm
Eventos
Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente
Universidad de La Habana
Federación de Mujeres Cubanas
CONVOCAN
VII Congreso Iberoamericano de Ciencias, Tecnología y Género
18 - 21 de Febrero, 2008
La Habana, Cuba, Lugar: Hotel Nacional
9
Políticas, Estrategias, legislaciones con enfoques de género y experiencias positivas en los
Sistemas Nacionales de Ciencia e Innovación en Iberoamérica
9 Ciencia, Tecnología y Género. Reflexiones desde lo femenino y desde lo masculino.
9 Ciencia, Salud, bienestar y calidad de vida desde una perspectiva de género.
9 Alfabetización científica y tecnológica. Educación para todas y todos. Eliminando
desigualdades: “Saber no puede ser lujo”
9 El lenguaje de la Ciencia y la Tecnología: literatura y comunicación social desde la perspectiva
de género
9 Tecnologías emergentes, paz y desarrollo: las mujeres al debate
9 Redes científicas, TICs: Enfoques de Género
9 Género, cambios climáticos y Desarrollo Sostenible. Las Mujeres y el Agua.
9 Las Mujeres en el Desarrollo Local
9 Representaciones de lo femenino y lo masculino en la Ciencia, la tecnología y en la sociedad
9 Otros saberes, otras culturas, reconociendo valores y diferencias
9 Mujeres de ciencia en el pasado: Historias, procesos de incorporación y contribuciones.
Trayectorias de vida, barreras y oportunidades. Mujeres Iberoamericanas en primer plano
Indicadores de Ciencia, Tecnología, Género y Desarrollo
SOLICITUD DE INSCRIPCIÓN
Fecha límite de entrega de Resúmenes,
(En letra Arial, 12pts.):
14 de SEPTIEMBRE, 2007.
Las solicitudes podrán ser enviadas a:
Lic. Nadia Garcia:
[email protected]
con copia a :
Dra. Lilliam Alvarez:
[email protected]
Cuota de Inscripción: 150 Pesos Cubanos convertibles
V Congreso Internacional Mujer, Trabajo y Salud
V International Congress on Women, Work and Health
La Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM),
Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (INCIDE Social A.C.), El Colegio de Sonora, el Centro de
Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. y Zanzana, Conocimiento y Expresión A.C. Con el
auspicio de la Organización Internacional del Trabajo y la Fundacion Friedrich Ebert Stiftung:
Convocan al V congreso Mujer, Trabajo y Salud a realizarse en la ciudad de Zacatecas, del 27 al 30 de
octubre de 2008. Esta reunión internacional se ha realizado en Barcelona, España (1996), Río de
Janeiro, Brasil (1999), Estocolmo, Suecia (2002) y Nueva Delhi, India (2005). En esta quinta ocasión el
comité internacional ha propuesto como sede México y a la Dra. Leonor A. Cedillo Becerril como
secretaria general del mismo.
EJES TEMÁTICOS
Políticas Y Derechos
Metodologías
Investigación
Intervención
Capacitación
Mercado De Trabajo
Trabajos No Remunerados
Organización Del Trabajo
Condiciones Y Medioambiente De Trabajo
Para mayor información comunique con:
V Congreso Mujer Trabajo y Salud México 2008 <[email protected]>
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