interrelacion entre la diaconia y la politica, la economia y la

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INTERRELACION ENTRE LA DIACONIA Y LA POLITICA, LA
ECONOMIA Y LA INCIDENCIA, DESDE LA EXPERIENCIA ECUMENICA
EN GUATEMALA
Vitalino Similox Salazar
Guatemala, julio de 2012
INTRODUCCION:
En países de América Latina, las iglesias, los movimientos ecuménicos y los movimientos
sociales, inciden cada vez más por medio de su acción profética, mensaje, testimonio y servicio
en las transformaciones, que repercuten en lo político, económico, cultural, humano y social de
los países.
La naturaleza de las Iglesias se sustenta en los valores del Evangelio, pertenecientes a una
dimensión moral y, por lo tanto, trascienden el mero cumplimiento de leyes y otras
disposiciones normativas. Su propósito fundamental es alcanzar una sociedad donde los
signos del Reino de Dios (la justicia, el amor, la reconciliación, la paz y el respeto) se
manifiesten en la dignificación de la vida de las personas, las familias, las comunidades y los
pueblos.
Estos valores son percibidos en constante interrelación e integralidad, que no en forma
individual y separada, partiendo de reconocer su imperiosa presencia en la vida de todas las
personas, en todas sus facetas. Su observación y práctica permanente, se orienta a la
interacción entre las intenciones, las ideas y las acciones que confluyen, exigiendo una
proyección educadora y transformadora de las actuales y futuras generaciones en el ejercicio
que vincula fe y vida.
El propósito es la reafirmación de mejores prácticas de convivencia social, intercultural,
intrafamiliar, de género, intergeneracional y laboral, entre otras.
Para tarea, fue necesario cualificar la misión profética, para el efecto se diseña un proceso
técnico, científico y desde la perspectiva socio-religiosa, para medir y evaluar el impacto del
trabajo en el marco de un plan inmediato y estratégico, y mediante un proceso de unidad
sostenida, a partir de una unidad en acción.
Nuestra experiencia nos ha mantenido durante años, mediante el ofrecimiento de una
propuesta de respuestas concretas ante los desafíos que la actual situación del país y del
mundo nos plantean. Nuestra única motivación ha sido la fidelidad al Evangelio de Jesucristo y
a los valores y principios cristianos que las interpelan ante la persistencia de graves problemas
económicos, sociales, políticos, culturales y éticos.
En nuestra labor profética, no hemos propuesto en lo absoluto sustituir ni al Estado, ni a los
instrumentos políticos como los partidos ni a las organizaciones sociales. Las iglesias tenemos
un papel sociológico y pastoral único, por lo que nos hemos propuesto desarrollar un trabajo
dentro de ese marco, por lo tanto, un papel es de contribución activa y no de reemplazo de las
responsabilidades de otros entes.
MARCO TEORICO Y CONCEPTUAL:
En los últimos años, el tema de la incidencia política ha ido cobrando cada vez más terreno no
sólo en las discusiones teóricas entre los profesionales de las ciencias sociales, sino ante todo
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en el quehacer de una gama muy grande de instituciones, organizaciones sociales e iglesias
que pretenden influir en el curso de los acontecimientos y en la toma de decisiones a distintos
niveles, tanto de manera doméstica como internacional.
A ello han contribuido tres razones principales: a) La seducción que el neoliberalismo ha
ejercido sobre el campo social, en el sentido de desacreditar a lo político y sus instrumentos
propios, promoviendo que ya no deben ser tomadas allí (o al menos sólo allí) las decisiones
sino que debe intervenir el mercado y la sociedad civil; b) El debilitamiento objetivo que tanto el
Estado como los partidos políticos han sufrido en su labor de intermediación y correspondencia
con los intereses de la sociedad, en la medida en que se han convertido en entes separados
con intereses propios y particulares, alejados cada vez más de la búsqueda del bien común; y
c) La genuina toma de conciencia de distintos conglomerados de población sobre su derecho a
participar en la toma de decisiones que les afecten, es decir, una ampliación del concepto
mismo de democracia que trascienda el enfoque puramente representativo y lleve al ejercicio
de aspectos de democracia participativa.
La incidencia no es solamente un mero acto de voluntad; puede incluso intentar ser realizada,
pero estará condenada al fracaso si no se cuentan con los atributos y condiciones necesarias
para se implementada.
En ese sentido, en rigor sólo pueden realizar incidencia con probabilidades de éxito aquellas
personas, instituciones u organizaciones que puedan ser considerados actores (en el sentido
de política pública) debido a su posicionamiento y recursos de poder de los que dispongan.
En su sentido sociológico y político, los actores son aquellos individuos u organizaciones que
ocupan una posición estratégica en el sistema de toma de decisiones y que responden, en el
proceso de formación de políticas, por las funciones de articulación del campo cognitivo y del
campo del poder. En tanto mediadores son quienes definen los temas del debate y el marco
intelectual en el cual se desarrollan las negociaciones, alianzas y conflictos que sustentan la
toma de decisiones.
Esto significa, en otras palabras, que quienes pretenden incidir deben estar debidamente
posicionados en el sistema de toma de decisiones de manera que cuenten con un espacio que
les permita ejercer la influencia buscada. Ahora bien, ¿qué atributos o condiciones necesitan
para estar posicionados?
Entre las condiciones requeridas más importantes para que los actores puedan ser
considerados tales, se encuentran las capacidades de negociación, de interpretación del
contexto, de representación, de movilización social y de acción colectiva, a lo que debe
sumarse – en el caso del Estado – la de autoridad.
Dentro de los actores en general hay algunos que pueden jugar un papel estratégico y
determinante. Son aquellos que son capaces de influir en la gobernabilidad, interfiriendo en la
gobernabilidad y el orden público y que son capaces de utilizar determinados recursos en
función de sus propios intereses entre los que se encuentran: 1) cargos públicos; 2) ideas e
información; 3) factores de producción (trabajo, tecnología y materias primas junto con el
capital); 4) fuerza violenta; 5) grupos de activistas; y 6) autoridad moral. Cualquier grupo que
domine uno o varios de estos atributos está en condición de convertirse en un actor
estratégico.
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LA NATURALEZA, a partir de la cual hace la incidencia política
Las iglesias que conforman el CONCEJO ECUMENICO DE GUATEMALA, tienen un alto
potencial de influencia debido a la ascendencia que la fe y la religiosidad tienen en amplios
grupos de la población. Como es sabido, en numerosas ocasiones tanto los gobiernos como
los partidos políticos, e incluso algunos instrumentos de intermediación social de distinto tipo,
no tienen como horizonte de su actuación la búsqueda del bien común y de otros valores
cristianos, sino su propio beneficio.
Las iglesias, sin embargo, no pueden ni deben proponerse la sustitución del quehacer de los
gobiernos, partidos políticos o movimientos sociales. Es un hecho que todos ellos deben
desarrollar y enfatizar su papel y cumplirlo en correspondencia y servicio a las necesidades e
intereses de la población más vulnerable. Lo que sí pueden y deben realizar las iglesias es
tratar de influir e incidir, con los enfoques y valores cristianos, el quehacer público en la
perspectiva de que éste ayude a dignificar a las personas y a la sociedad en tanto imagen y
semejanza de Dios. (levadura en la masa)
La naturaleza ecuménica, la reconoce por ejemplo, el UNFPA al afirmar: “líderes religiosos,
comunidades religiosas, instituciones inspiradas en una fe de las diferentes confesiones
religiosas, representan importantes activos y oportunidades para impulsar importantes cambios
y transformaciones a nivel local, nacional y regional. Se sabe que alrededor del 70 por ciento
de las personas en el mundo se identifican a sí mismas como pertenecientes a una religión o
comunidad espiritual. Los valores y las prácticas religiosas están profundamente integrados en
la vida diaria de las personas”. (DEO UNFPA-OBF 2010).
Agrega que “Los líderes religiosos tienen un rol muy poderoso en el cambio de actitudes,
conductas y opinión en las múltiples comunidades del mundo”. (DEO UNFPA-OBF 2010). Por
ello, es importante que la incidencia política en los campos que nos corresponde, nos
propongamos una perspectiva de acción conjunta de largo plazo y no nos centremos en la
actuación coyuntural y casuística. Uno de los signos de los tiempos actuales es la maduración
de condiciones para avanzar en una práctica ecuménica; otro lo representa la gran necesidad
que nuestros países y el mundo tienen de ser insuflado fuerte e intensamente de valores y
principios cristianos, ante la pérdida de la solidaridad por la competencia; del sentido
comunitario y social por el individualismo; del sentido del ser humano por la transformación en
consumidores; del sentido de sociedad para convertirnos en mercados; de las identidades que
enriquecen la diversidad por un sentido homogeneizante de la globalización y en la práctica del
que hacer político, el clientelismo, la demagogia, la impunidad, la corrupción, etc.
Es por tanto legítimo que las iglesias en general y del movimiento ecuménico, en particular,
aspiremos a promover los valores del Reino de Dios en las situaciones concretas que
atraviesan nuestros países y la región latinoamericana.
Dado el espacio de tiempo y de recursos, debemos ser selectivos en nuestros espacios y
temas meta, buscando que las acciones sean cualitativas, sistemáticas y de efecto reproductor.
Desde ese punto de vista, se espera que el foco central y prioritario sea la incidencia en las
políticas públicas desde el punto de vista cristiano.
Las políticas públicas son todo lo que un gobierno (sea nacional, regional o local) hace o deja
de hacer, en función de un proyecto de sociedad. En ese sentido, influir en las políticas
públicas tiene, por definición, un efecto reproductor.
Las políticas públicas tienen un ciclo: a) formación de la agenda; b) definición y
conceptualización del problema; c) definición de la política pública; d) implementación; e)
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evaluación. Si bien sólo el Estado tiene las posibilidades y atributos para intervenir en todo el
ciclo, es posible que las iglesias nos propongamos incidir en fases claves de él, tales como la
formación de la agenda, la definición y conceptualización del problema y la definición de la
política pública, sin que ello represente renunciar, en algunos casos, a ser parte de la
implementación o incluso del monitoreo y la evaluación.
La incidencia, en política pública sobre diversos temas, implica:
a) Contar con un análisis profundo y de perspectiva de la realidad nacional en función de
tener base para tomar posiciones propias e independientes;
b) Dar un seguimiento periódico a los temas puntuales que ya son o deben ser parte de la
agenda de política pública en los niveles ya mencionados;
c) Dotarse de un conocimiento científico y técnico de los problemas específicos sobre los
que se pretende incidir;
d) Tener una identificación de actores (en el sentido de política pública) tanto de carácter
general, como de carácter particular para cada tema de intervención;
e) Contar con líneas y estrategia de intervención ante los problemas de política pública
sobre los que se busca incidir, desde la identidad y misión eclesiales;
f) Disponer de una política de incidencia, incluyendo sus recursos;
g) Contar con mecanismos de evaluación y retroalimentación del propio quehacer de
incidencia.
Dicho lo anterior, es necesario desarrollar una política de incidencia que incluye los
siguientes aspectos:
1. Asesoría: Disponer de una asesoría permanente especializada en ciencias sociales
que provea de insumos y propuestas para la discusión de los planes de acción y toma
de decisiones;
2. Actores: Tener identificados los actores fundamentales (públicos y privados- tomadores
de decisiones, mediante el diseño permanente de mapas de poder) de la toma de
decisiones en política pública en general, y de los temas en particular, en función de
tener abiertos canales de comunicación con ellos para promover sus puntos de vista e
incidir en la toma de decisiones;
3. Formación y Orientación: Desarrollar una política y unos medios para promover la
formación y la orientación doctrinaria y pastoral en los miembros de las iglesias sobre
los temas en que se promoverá la incidencia en política pública;
4. Comunicación: Disponer de una estrategia de comunicación social efectiva y diversa
que incluya el uso de sus propios medios de comunicación (radios y periódicos o
revistas religiosas); el acceso a los medios de comunicación comerciales (TV, radio,
prensa escrita) mediante entrevistas o actuaciones conjuntas que faciliten espacios
gratuitos en temas de interés común; la elaboración de publicaciones propias; la
utilización de tecnología y medios electrónicos que abaratan costos y permiten la
difusión nacional e internacional de las posiciones adoptadas (apertura de páginas web
especializadas en temas, campañas de e-mailing, videoconferencias, etc).
5. Movilización:
Disponer de capacidad de movilización social de respaldo bajo las
formas propias de las iglesias, debidamente diferenciada de la movilización de los
movimientos sociales.
6. Vínculos internacionales: Disponer de una red de vínculos internacionales de apoyo,
bajo el entendimiento de que cada vez más buena parte de las decisiones tiene un
carácter transnacional.
El sentido de todo lo anterior es lograr nuestro posicionamiento, como un actor nacional y
regional de largo plazo reconocido por las instituciones públicas, privadas y principalmente
por la población por sus posiciones y actuaciones serias, independientes, amplias, objetivas
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y constructivas dirigidas a promover el bien común en el quehacer público desde la visión
cristiana.
Nuestra experiencia concreta:
-
Nos ha tocado hablar a favor de los que no tienen voz (incidencia como representación),
ejemplos:
-Apoyar e incidir porque una empresa internacional a iniciar un diálogo con los
representantes ancestrales de las comunidades Ixiles en el norte del país, para la
instalación de una hidroeléctrica en sus comunidades, mediante un diálogo de igual a
igual. La empresa internacional ofrece la técnica y el recurso financiero, y las
comunidades los bienes naturales que por siglos han cuidado, los bosques, los ríos.
-Obligar al nuevo gobierno a sentarse y atender las demandas de las organizaciones
campesinas del país, para la aprobación de una ley de desarrollo rural.
-
Instar a los demás a hablar y acompañar (incidencia como movilización)
-Acompañar a 36 comunidades del oriente del país, ante las autoridades locales y
nacionales, para la defensa de la Montaña de las Granadillas, exigir la emisión de una
ley para que dicha montaña se declare como área protegida. Es la fuente de agua para
dichas comunidades.
-
Respaldar a los que no tienen voz para que hablen por sí mismos (incidencia como
concesión de poder)
Los desafíos futuros:
Falta en nuestro país, 3 tareas para la incidencia desde el movimiento ecuménico y en
respaldo de las organizaciones vulnerables,
a) Promover y Consolidar la Democracia
La incidencia política implica una interacción permanente entre sociedad civil y Estado, y es un
ejercicio importante de democracia real. Hacer incidencia política es una forma de fortalecer la
participación de la ciudadanía en la toma de decisiones y en la construcción de políticas
públicas, promoviendo una cultura política equitativa y trasparente. A medida que la sociedad
civil avanza hacia este objetivo, se van transformando en el procesolas relaciones de poder
entre las instituciones del Estado y la ciudadanía, promoviéndose un modelo más democrático
de convivencia. Por lo tanto, fortalece el ejercicio de la ciudadanía y el empoderamiento de las
organizaciones. Esta participación ciudadana se evidencia en el marco de una conciencia de
derechos y la organización de la población directamente afectada para buscar un balance en el
poder y las decisiones, a través del diálogo, la propuesta y la concertación. El empoderamiento
de las organizaciones pasa por procesos de aprendizajes vivenciales y políticos,
reconociéndose como sujetos de derechos capaces de participar en la esfera pública,
desarrollando sus capacidades y su responsabilidad ciudadana.Reconfigura los escenarios de
poder al buscar construir cambios estructurales con propuestas y no quedarse sólo en la
protesta; visibiliza voces silenciadas y marginadas; además porque la participación social
organizada permite la construcción de una nueva institucionalidad, para que la sociedad civil
tenga injerencia en las decisiones y discusión de la agenda pública y política.
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El movimiento ecuménico desde su accionar aportan en la
institucionalización de la ciudadanía a través de sus redes pastorales.
democratización
e
b) Actuar con y en nombre de grupos, comunidades o sociedades afectados por
inequidad, exclusión e injusticia, quienes no pueden acceder fácilmente a levantar
su voz frente a problemas que les afecta.
La Incidencia Política supone la presencia activa y la participación directa de representantes de
las comunidades, coaliciones y/o grupos en desventaja social para defender sus propias
causas. Sin embargo, cuando grupos o coaliciones no pueden participar por su difícil acceso al
poder, a los medios y/o a las decisiones, estamos el movimiento ecuménico y otros miembros
de la sociedad civil sensible y organizada, obligados (as) a defender la causa de aquellos (as)
que por razones de vulnerabilidad social, desventajas culturales, zonas recónditas, idiomas
diversos, falta de medios etc. no pueden participar directamente en su representación.
Las iglesias tienen la posibilidad de representar a los más excluidos y las poblaciones más
pobres y alejadas.
c) Propicia la Resolución de Problemas
La generación de propuestas y alternativas de solución desde la sociedad civil –con la
participación directa de las personas afectadas – constituye un mecanismo importante para la
negociación y proposición ante quienes detentan el poder y tienen en sus manos la decisión
final. La mayoría de instituciones y organizaciones de la sociedad civil, incluyendo
Organizaciones Basadas en la Fe, comprometidas con la justicia, la democracia, la equidad, la
dignidad humana y el desarrollo sostenible, aspiran a cambiar alguno o varios aspectos de la
realidad social, económica, política o cultural, etc., por tanto la incidencia política propicia es
una estrategia de trabajo ineludible en el campo de la afirmación de los derechos humanos.
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