Doce razones para fortalecer las obligaciones

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Doce razones
para fortalecer las
obligaciones extraterritoriales
en derechos humanos
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Autor: Rolf Künnemann
Publicado por FIAN Internacional para el Consorcio ETO
Publicado en Heidelberg, octubre 2013
DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
3
Prólogo
Los derechos humanos proporcionan una herramienta legal a nivel mundial
muy necesaria, tanto para los Estados como para la sociedad civil, para
conseguir superar las crisis actuales. Un nuevo entendimiento de las
obligaciones de los Estados es necesario, así como un renovado compromiso
con los derechos humanos. Para poder superar la profunda crisis de
confianza y para permanecer o introducirse dentro de la legitimidad, los
Estados tienen que redescubrir la importancia de los derechos humanos.
Además, los Estados tienen que arrojar por la borda algunos malentendidos
legales y doctrinales que han ayudado a reducir el poder de los derechos
humanos en el pasado – uno de ellos la tentativa de reducir las obligaciones
de los Estados a los límites de cada territorio.
Existen desde luego más de doce razones para fortalecer las obligaciones
extraterritoriales (ETO, por sus siglas en inglés). También existe una
considerable urgencia para hacerlo ahora mismo – en medio de múltiples
crisis. El Consorcio ETO, una red con más de 80 OSC y académicos, ha
asumido esta tarea. El Consorcio también trata – en otra publicación – con
algunos de los ya mencionados malentendidos que rodean las ETO.
Aunque publicado por el Consorcio ETO, ni la elección de estas 12 razones, ni
el razonamiento en las que se apoyan reflejan la posición del Consorcio o de
ninguno de sus miembros. La responsabilidad corresponde al autor. Él
mismo intenta reflejar algunos de los debates dentro y fuera del Consorcio
ETO.
El Consorcio ETO trabaja con los derechos económicos, sociales y culturales
(DESC), y utiliza los Principios Maastricht sobre Obligaciones
Extraterritoriales en estas áreas como su principal término de referencia. Así
como los Principios Maastricht, las siguientes doce razones también
transmiten el espíritu de indivisibilidad de los derechos humanos. Éstas
pueden aplicarse a los derechos humanos en general y deben entenderse en
este sentido.
Rolf Künnemann
Heidelberg, octubre 2013
4 DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
1. La universalidad de los derechos humanos implica las ETO
La comunicación mundial ha alcanzado tal densidad que existe un creciente
entendimiento de los seres humanos como una comunidad mundial – y de la
universalidad de los derechos humanos como una parte fundamental de la doctrina de
los derechos humanos. Esto conlleva profundas consecuencias.
La universalidad de los derechos humanos significa que los derechos humanos no son
algo limitado o restringido. Además su universalidad indica que los derechos humanos
son los mismos en cualquier parte, para cualquier persona, en todo momento. Los
derechos humanos son esencialmente una reclamación para el disfrute de su
“contenido” – que puede ser permanecer libres de la tortura, un adecuado estándar de
vida, etc. Como esta reclamación es universal, no restringida o limitada, afecta a todos
los seres humanos y sus instituciones. En particular, esta reclamación no se limita a los
seres humanos o las instituciones de un territorio concreto.
Esta demanda convierte a otras personas o instituciones en titulares de deberes
sujetos a obligaciones. Una de estas obligaciones consiste en no perjudicar el contenido
de alguno de los derechos humanos – por ejemplo, no torturar, no amenazar o destruir
el estándar de vida apropiado de las personas, etc. Los primeros pronunciamientos,
incluyendo la Declaración Universal de 1948, proclamaban los derechos humanos
enfocándose en su contenido, sin una reflexión profunda sobre los titulares de deberes
y sus obligaciones. No obstante, ya quedaba claro en algunos documentos del siglo 18
que el propósito de los gobiernos debe ser el asegurar el contenido de estos derechos
humanos. Usando la terminología moderna de derechos humanos diríamos que los
Estados tienen que proteger los derechos humanos frente a terceros y cumplir con
ellos, cuando un titular de derechos no pueda disfrutar del contenido al que tiene
derecho.
Los gobiernos fueron, por lo tanto, instituidos para proteger y alcanzar los derechos
humanos. Es evidente que aquel que protege los derechos humanos, también tiene
que respetarlos. Las reclamaciones bajo unos derechos humanos universales implican
que éstas son, en principio, reclamaciones ante todas las instituciones, y por lo tanto,
ante todos los gobiernos. Por lo general, se entiende que es el Estado del que es
ciudadana cada persona el que tiene que tomar - utilizando el máximo de las
posibilidades disponibles – las medidas necesarias para proteger y garantizar el
derecho en cuestión. Si estas medidas son suficientes para alcanzar la reclamación de
que un derecho sea protegido o garantizado depende de la materia en cuestión. En
cuanto a las obligaciones de protección, depende del grado de participación de actores
extranjeros y de la necesidad de que Estados extranjeros se involucren para proteger
DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
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un derecho. En cuanto a las obligaciones en la garantía de los derechos, los Estados
extranjeros están implicados en la resolución de los problemas de los sistemas de
garantía de una nación. Con unas relaciones internacionales que durante las últimas
dos décadas se han tornado cada vez más densas, la necesidad de que Estados
extranjeros se involucren para proteger o garantizar los derechos humanos ha
experimentado un fuerte incremento. Esto implica que las reclamaciones del derecho
humano de una persona involucran, cada vez más, a otros Estados a parte del suyo
propio. Para estos Estados extranjeros, estas obligaciones implícitas son obligaciones
extraterritoriales. En conjunto, la universalidad implica unas reivindicaciones que cada
vez más exigen obligaciones territoriales.
El impacto de la acción o de la pasividad de los Estados fuera de sus territorios se ha
incrementado radicalmente con la globalización. Esta situación ha incrementado las
lagunas en la protección de los derechos humanos y su garantía. Estas lagunas pueden
solamente ser superadas teniendo como base las obligaciones extraterritoriales. Estas
obligaciones incluyen en particular la obligación de cooperar internacionalmente en la
protección y en la garantía de los derechos humanos universales de los individuos y
comunidades afectadas.
2. Las ETO son necesarias en un orden mundial basado
en los derechos
La ley internacional está fragmentada. Un orden legal internacional bien estructurado
es urgentemente necesario. La ley en la que dicho orden legal internacional tendría
que basarse debe contener los derechos humanos. Muchas cosas ya quedan claras
ahora – desde la primacía de los derechos humanos. Los derechos humanos
proporcionan la base de cualquier sistema legal – y también de la ley internacional.
Estos hechos continúan siendo ampliamente ignorados. Cuando las obligaciones de
derechos humanos se ven generalmente reducidas a obligaciones territoriales, esto no
nos sorprende: ¿Cómo debe ser la relación legal entre un Estado y las personas y
comunidades en su territorio para que ésta sirva de base para una ley internacional?
La Declaración Universal contiene el derecho a “un orden social e internacional” en el
que los derechos humanos estén completamente garantizados. Debe haber por lo
tanto un montón de órdenes sociales internacionales en los que los derechos humanos
no pueden verse realizados. La completa realización de estos derechos – equivalente a
la completa y justiciable implementación de las obligaciones relacionadas – es algo que
necesita un cierto “orden” más allá de los Estados y sus fronteras (un orden social
internacional). Existen dos posibilidades: o estas obligaciones se extienden más allá de
6 DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
las fronteras y son por lo tanto extraterritoriales. O existen solamente obligaciones
territoriales y el orden internacional consiste principalmente de las normas de la
cooperación internacional y los Estados ayudándose unos a otros para alcanzar estas
obligaciones en sus territorios respectivos - sin aceptar la protección – o la garantía de
estas obligaciones para las personas fuera de sus territorios. La pregunta resultante es
si en este segundo modelo “reduccionista" los derechos humanos pueden ser
completamente realizados. El problema con la cooperación entre los Estados (en
beneficio de los derechos humanos en uno o en ambos Estados), se deriva de que los
individuos bajo el marco de obligaciones territoriales solamente pueden ejercer una
reclamación contra su propio Estado – y solamente es su propio Estado el que puede
reclamar la cooperación de otro Estado. ¿Qué pasa si esto no ocurre? Por lo tanto, el
deber de cooperar de un Estado extranjero no es justiciable para el titular de los
derechos. En otras palabras, los derechos humanos no pueden ser realizados
completamente en este modelo de “orden social internacional”. Solamente si este
deber de cooperación puede ser reclamado en un tribunal por el titular de los
derechos, puede tal derecho ser considerado como completamente realizado como un
derecho humano. Esto, no obstante, cambia la naturaleza de la cooperación.
Cooperación deja de ser meramente una acción entre un Estado extranjero y el Estado
de origen de una persona, aplicable en el mejor de los casos por el Estado de origen.
Ahora se convierte en una obligación del Estado extranjero con una persona titular de
derechos. En otras palabras, es una obligación extraterritorial. Por lo tanto, el segundo
modelo no cumple los requisitos. Debe ser modificado al menos para que incluya
algún tipo de ETO, concretamente una obligación extraterritorial para cooperar. Una
vez que hemos aceptado esta obligación, debemos preguntarnos por qué nos
quedamos cortos al aceptar las ETO en general. De hecho, no es posible detenerse
aquí, ya que un Estado extranjero puede estar en una posición que asegure los
derechos humanos de una persona incluso sin cooperar con su Estado de origen (y sin
violar las leyes internacionales). Los Estados de origen algunas veces no son los mejor
posicionados para actuar, o incluso desconocen los hechos. Un orden internacional en
el que un Estado extranjero no tiene el deber de actuar ante tal situación no es,
ciertamente, un orden en el que los derechos humanos puedan ser completamente
realizados.
Para finalizar tenemos que concluir que un orden mundial basado en los derechos
humanos necesita de la implementación de obligaciones extraterritoriales. Permitir
que los derechos humanos adquieran su lugar legítimo como ley internacional básica
requiere que las obligaciones extraterritoriales sean fortalecidas y entendidas como
parte integral del trabajo de todos los derechos humanos. Para poder realizar el papel
fundamental, cuasi-constitucional, de los derechos humanos en la ley internacional, y
para llevarlos de la teoría a la práctica, los derechos humanos deben lidiar con los
DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
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actuales desafíos originados por los asuntos alrededor del derecho del comercio
internacional y las inversiones, del derecho internacional de propiedad, la legislación
sobre medio ambiente y los asuntos de gobernanza internacional en campos como el
de la alimentación y la nutrición, la salud, etc. Esto es para lo que sirven las ETO.
3. Las ETO son necesarias para reintroducir la democracia
como “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
Cuando el Estado moderno bajo el estado de derecho fue establecido durante los
últimos tres siglos, el Estado era esencialmente un Estado-nación – con o sin coloniasbasado en la economía nacional. Esto ha sucedido así al menos hasta la década de los
60. Desde entonces, el comercio mundial y –desde 1990- también las inversiones
globales se han multiplicado, estando al menos la mitad de dicho comercio en manos
de TNC, y con las inversiones protegidas frente a las políticas nacionales por los
tratados de inversión. Esto, por si mismo, ha planteado un montón de problemas de
gobernanza a nivel mundial. La situación se ha visto empeorada por algunos ejemplos
de apropiación empresarial caracterizados por unas políticas que ideológicamente
coinciden con las de Thatcher y Reagan, que intentan acabar con las intervenciones de
gobernanza en general, ya que éstas podrían afectar negativamente en los resultados a
corto plazo de las inversiones. Esto ha socavado la gobernanza a nivel nacional – e
incluso a un nivel mayor internacionalmente - y finalmente ha conducido al sistema
financiero mundial al borde del colapso y ha sumido a la economía mundial en una
profunda depresión, ha evitado el control de la destrucción del medio ambiente y del
cambio climático, y ha provocado una regresión tremenda en las áreas de los derechos
sociales en varios países.
En muchos países los ciudadanos se sienten víctimas –y de hecho lo son- de un tipo de
desarrollo del “Salvaje Oeste” gobernado por la “ley de la jungla”. Comienzan a dudar
de que los asuntos de gobernanza relacionados puedan ser resueltos. Comienzan a
cultivar una especie de escepticismo, por no llamarlo cinismo, acerca del papel de la
ley, cuando observan como la ley queda en manos de los intereses de inversores a
corto plazo - incluso en Estados con elecciones democráticas y constituciones
respetables.
Las democracias nacionales tienen que ser defendidas o incluso reintroducidas como
“gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Es difícil que estos enfoques
alcancen el éxito solamente a escala nacional. Por esta razón, la restructuración de la
gobernanza internacional es igualmente importante: Las personas necesitan recuperar
el control de sus vidas y de la toma de decisiones a nivel mundial, algo que les afecta
8 DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
profundamente, tanto a ellos como a sus hijos. Nuestra concepción de los derechos
humanos tiene que ser actualizada y nuestra visión de la ley de derechos humanos
necesita ajustarse a esta “tarea del nuevo siglo”. Los Estados no pueden ignorar por
más tiempo sus obligaciones extraterritoriales. Llamemos a las cosas por su nombre.
Los derechos humanos tienen por objeto proporcionar a la gente una guía para ser
usada cuando las personas recuperen sus vidas y reformen la gobernanza. Al obligar a
los Estados a proporcionar una regulación tarifaria de los mercados internacionales, de
las inversiones y del sector corporativo internacional, las ETO evitan la ley de las
corporaciones y la captura de los gobiernos, y facilitan la reintroducción de la
democracia.
4. Las ETO ponen en marcha la cooperación internacional
Durante las últimas décadas se ha producido una desafortunada tendencia a confundir
cooperación internacional con “ayuda al desarrollo”. Cooperación Internacional, por
supuesto, significa cualquier tipo de “trabajo en conjunto entre Estados”. La
cooperación internacional, en este sentido, es un concepto clave de la Carta de la ONU
y es formulada como la obligación extraterritorial de proteger y garantizar las
secciones de los Principios ETO de Maastricht. Así como el propósito del Estado es el
de asegurar los derechos humanos, el propósito de las relaciones internacionales entre
los Estados es el de una cooperación internacional que asegure los derechos humanos.
Los desafíos planteados por, como ejemplo, la destrucción ecológica, el cambio
climático, los sistemas alimentarios no sostenibles, el consumismo y la manía del
crecimiento, el poder corporativo y la desigual distribución a nivel mundial de la
riqueza y de los ingresos, son esencialmente de una naturaleza internacional. Si estos
desafíos se hubieran producido a nivel nacional, podría esperarse que el Estado-nación
se encargara de regularlos y solucionarlos. Ante la ausencia de un Estado mundial, esta
regulación y búsqueda de soluciones requiere una cooperación entre los Estados de
una calidad e intensidad nunca vistas. Por lo tanto, es necesario un renovado
planteamiento del concepto de una cooperación internacional que garantice los
derechos humanos. Debe quedar claro que en el contexto de los derechos humanos, la
cooperación internacional es una obligación extraterritorial al servicio de los seres
humanos. Esta cooperación se produce, desde luego, entre Estados, pero aun así posee
un propósito claramente definido que se basa en los derechos humanos. Los titulares
de derechos tienen, por lo tanto, un mecanismo para reclamar a un Estado (el suyo
propio o uno extranjero) que falle en la cooperación para implementar sus derechos.
En otras palabras, la cooperación internacional es horizontal, mientras que el deber de
cooperar es diagonal. El derecho a un remedio requiere que los individuos que sean
DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
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víctimas del fallo del Estado a la hora de cooperar para asegurar sus derechos
humanos puedan tener acceso a un remedio a través de los tribunales.
En general, la cooperación entre los Estados queda en manos de los mismos. Pero este
no es el caso de una cooperación que sea esencial en la protección y garantía de los
derechos humanos. El deber a la cooperación relacionado reposa en todo el espectro
de derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos. De ahí que el trabajo en
cada uno de estos derechos humanos necesita tener en cuenta el deber de cooperar de
los Estados. De esta manera, el deber de cooperar será progresivamente
sistematizado- convirtiéndose en operacional.
El deber de cooperar es una obligación extraterritorial muy importante. Está
estrechamente conectado, y de hecho queda implicado por las obligaciones
extraterritoriales generales de proteger y garantizar los derechos humanos. Debe
tenerse en cuenta que las obligaciones extraterritoriales no se limitan al deber de
cooperar extraterritorialmente. Existen situaciones en las que los Estados tienen que
proteger o garantizar los derechos extraterritorialmente sin cooperar con otros
Estados.
5. Las ETO son necesarias para asegurar la exigibilidad en
las violaciones de derechos humanos
Las violaciones de los derechos humanos son infracciones de las obligaciones de
derechos humanos. En el caso de los Estados, estas infracciones son fallos a la hora de
respetar, proteger o garantizar los derechos humanos. La exigibilidad en las violaciones
de derechos humanos requiere un claro entendimiento de dichas obligaciones. Ignorar
las obligaciones extraterritoriales implica ignorar las infracciones de dichas
obligaciones – y con ello las violaciones extraterritoriales de los derechos humanos. Lo
primero que los defensores de los derechos humanos suelen aprender es “reconocer
una violación al verla”. Sin las ETO, se dirige una mirada ciega hacia las violaciones
extraterritoriales. Y se crea la impresión de que los derechos humanos de las personas
en el extranjero solo fueran violados por su propio Estado.
La ausencia de las ETO podría implicar una laguna general en cuanto a la exigibilidad
para aquellas partes extranjeras o transnacionales que perjudican los derechos
humanos. Sus víctimas no tendrían acceso a un remedio. Además, el problema se
magnifica por un efecto multiplicador, en el sentido de que allí donde no existe la
exigibilidad, tampoco existen soluciones que sean proporcionadas ante violaciones
sistemáticas y ante la negación de entornos favorables. Esto provoca que las
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DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
deficiencias continúen y que cada vez más personas las sufran.
Sin las ETO, los Estados, a parte del Estado propio de la víctima, podrían solamente
basar sus medidas regulatorias sobre los abusos de las corporaciones transnacionales
en el deber acordado con el Estado del que la víctima es ciudadana para cooperar en la
realización de los derechos humanos. Si los respectivos Estados de las víctimas fallaran
al exigir la responsabilidad debida a las corporaciones, las víctimas no tendrían la
posibilidad de dirigirse a otros Estados que pudieran tener una influencia considerable
o control sobre las corporaciones. E incluso si las víctimas llevaran a juicio a la
corporación en su propio Estado, el poder involucrar en el abuso a, digamos, la sede
principal u otras partes esenciales de la corporación, podría quedar fuera del caso, a no
ser que el Estado en el que la corporación tiene su sede cooperara voluntariamente.
Esto supone otra brecha en la exigibilidad.
Una vez que el Estado propio de las víctimas aprobara una sentencia contra una
corporación transnacional que implicara una compensación para las víctimas de los
abusos, el Estado puede que tenga dificultades a la hora de exigir el pago de la sanción,
a menos que la corporación tenga los suficientes bienes en dicho Estado. Esto implica
la existencia de impunidad y la falta de exigibilidad de facto de la corporación – a
menos que otro Estado – en el que la corporación transnacional posea bienes
suficientes acuda al rescate de las víctimas apropiándose de tales bienes, tal y como lo
requiere la obligación extraterritorial de protección. La obligación de protección es
aplicable en dicha situación de acuerdo con el Principio Maastricht 25c.
6. Las ETO respetan y protegen los derechos humanos de
las futuras generaciones a nivel mundial
La globalización de la economía ha hecho evidente y ha aumentado la
interdependencia entre las personas del planeta. La destrucción de los ecosistemas y el
cambio climático son un fenómeno que esencialmente no puede limitarse dentro de
las fronteras. Estos hechos afectan a todas las personas – si no ahora, en el futuro.
Las generaciones en el poder en un Estado pueden caer en la tentación de “exportar”
su potencial ecológicamente destructivo para poder evitar la adaptación de sus
industrias y de sus estilos de vida y los costes relacionados. Haciendo esto, el Estado
continuaría permitiendo estas actividades destructoras más allá de su territorio,
teniendo unos efectos internacionales, y por lo tanto mundiales, en las vidas de las
futuras generaciones, principalmente en el extranjero. Este Estado pondría en peligro
DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
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las futuras generaciones de fuera de su territorio en vez de abordar directamente el
asunto.
Sin las ETO, un Estado podría argumentar que, por ejemplo, es necesaria la
exportación de residuos peligrosos para cumplir con su obligación de proteger a las
futuras generaciones dentro de su propio territorio. Los efectos en las futuras
generaciones en el exterior – o mundialmente – podrían ser interpretados como
irrelevantes para este Estado bajo los derechos humanos. El resultado para las futuras
generaciones a nivel mundial sería el traslado del daños de un Estado a otro, en vez de
evitarlos, tal y como requiere la universalidad de los derechos humanos, la no
discriminación de cualquier generación. Producir daño o poner en riesgo a las futuras
generaciones en el extranjero es perseguido por las ETO. Sin estos principios, las
futuras generaciones no pueden ser protegidas satisfactoriamente porque los Estados
de las futuras víctimas (y sus guardianes) a menudo solo tienen un impacto directo
muy limitado en las actividades destructivas en el extranjero – a menos que cuenten
con el apoyo de las estructuras apropiadas de la ley de derechos humanos.
El impedimento de los derechos económicos y sociales de las futuras generaciones es
un fenómeno global que necesita un nuevo entendimiento de la naturaleza y de la
humanidad para ser superado. Primero, la discriminación de los derechos humanos
de las futuras generaciones tiene que detenerse. Estos derechos son impedidos tanto
por la negligencia como por la vaga esperanza de que a través de algún milagro técnico
estas generaciones podrán escapar del aprieto al que conducen el actual agotamiento
de los recursos naturales y la destrucción del clima y de los ecosistemas. Esta actitud
falla en la diligencia debida hacia el futuro de la humanidad. Además, los intentos de
los Estados para mantener las futuras consecuencias fuera de sus territorios pasan por
alto la naturaleza global de tales consecuencias, y previenen a la cooperación
internacional de detener esta "carrera hacia el abismo". La cooperación internacional
que pueda detener el incumplimiento de los derechos humanos de las futuras
generaciones no debe quedar en manos de los Estados, si no en la obligación territorial
y extraterritorial que nace de la universalidad de los derechos humanos.
7. Las ETO ponen un final a la “carrera hacia el fondo”
La “carrera hacia el fondo” se refiere a la tendencia de los Estados a disminuir sus
estándares sociales y ecológicos para poder incrementar los beneficios de los
inversores extranjeros – atrayendo así a mas inversores. Esta reducción en los
estándares puede llegar hasta un límite – “el fondo”- en el que los Estados no respetan
sus obligaciones bajo los DESC. La carrera hacia el fondo es una consecuencia de los
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DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
Estados que promueven o mantienen unas inversiones internacionales no reguladas.
Los Estados tienen la obligación de regular a los inversores proporcionando unas
condiciones de derechos humanos en sus inversiones, y regulando los mercados
financieros internacionales. Además, deben reducir (individualmente o en conjunto) la
importancia para los Estados de las inversiones directas en el extranjero del sector
privado – que por el contrario deberían incrementar la cooperación internacional
económica y financiera. Una manera directa de conseguir esto sería mediante la
introducción de un impuesto a las transacciones internacionales cuya recaudación se
destinara a la cooperación económica internacional.
Al no suceder esto, los Estados se ven coaccionados o seducidos, en su participación en
la carrera hacia el fondo, a quebrantar sus obligaciones territoriales bajo los DESC. Los
países de origen de los inversores pueden defender los DESC de las personas dentro
de su propio territorio. Según las ETO, dichos Estados –y cualquier otro Estado en el
que los inversores mantengan sustanciosas actividades- tienen la obligación de
proteger a las personas de los Estados que participen en la carrera hacia el fondo.
Estos “Estados inversores” no deben encogerse de hombros, ante otros Estados
extranjeros, inclinándose para satisfacer a los inversionistas que operan en dichos
Estados. Tanto los Estados inversores como los que no lo son, bajo unos mercados
financieros internacionales sin regular, corren el riesgo de convertirse en Estados
participantes en la carrera hacia el fondo. Para conseguir que esos mercados e
inversores sean seguros para los DESC, es necesario introducir unas normas que
conviertan en ilegal, a nivel internacional, que los inversores se beneficien de
infracciones de los DESC en cualquier territorio. Dicha regulación se basa naturalmente
en su mayoría en las ETO, incluyendo la ETO a cooperar internacionalmente.
Los Estados puede que duden algunas veces a la hora de aceptar las ETO, ya que éstas
aparecen como un obstáculo que limita su capacidad a la hora de maniobrar. Lo
contrario, no obstante, es cierto. Las ETO permiten a los Estados ejercer su poder
regulatorio, escapando a los antojos de los mercados mundiales y al poder de los
inversores. Los Estados que ahora pueden estar amenazados por la carrera hacia el
fondo o por la influencia indebida de los intereses particulares de los inversores,
recuperarán su soberanía si salvaguardan los DESC.
De hecho, las ETO exigen algo así como una carrera hacia la cumbre. Bajo los DESC, las
inversiones no son un fin en sí mismas, sino que tienen la función de lograr –tan
rápido como sea posible - la completa realización de los derechos humanos. Los
Estados, por lo tanto, tienen que regular las inversiones (por separado y en conjunto)
en consecuencia. Es necesario dar prioridad a las inversiones en los Estados en los que
puedan fortalecer la completa realización de los derechos humanos. Las ETO
DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
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requieren unas políticas estructurales internacionales de esta naturaleza, comparables
a las políticas estructurales nacionales requeridas por las obligaciones territoriales de
los DESC. Bajo estas políticas, la cooperación internacional y las inversiones directas
favorecerían a los Estados que se encuentran en el proceso de fortalecimiento de sus
estándares sociales y ecológicos – la “carrera hacia la cumbre”.
8. Las ETO proporcionan normas para unas políticas
sociales mundiales
Las ETO no solo proporcionan unas normas para unas políticas estructurales
mundiales, como se menciona en la sección anterior. También regulan las políticas
sociales a nivel mundial - e incluso posibilitan este concepto. Las políticas sociales
nacionales basadas en los derechos, como en los modernos Estados de bienestar,
exigen el entendimiento de que todas las personas dentro del territorio del Estado
poseen ciertos derechos que deben ser garantizados por el Estado, y que dicho Estado,
por lo tanto, debe cumplir con tales obligaciones en sus políticas sociales. Las ETO y la
universalidad de los derechos humanos, no obstante, aumentan el espacio social más
allá de las fronteras de los territorios e introducen la obligación de involucrarse en las
políticas sociales mundiales.
Las políticas sociales mundiales ofrecen una perspectiva diferente de la asistencia para
el desarrollo. Con frecuencia, “la asistencia para el desarrollo” está gobernada por la
promoción de las exportaciones, la provisión de materias primas y otros asuntos
geopolíticos con los Estados "donantes”, en vez de caracterizarse por una genuina y
cualificada cooperación que garantice los derechos humanos de las personas que
sufren la más extrema pobreza en los países “receptores”.
En respuesta, las ETO definen el espacio de maniobra de los Estados cuando se trata
de asuntos relacionados con las políticas sociales mundiales y la asistencia
internacional. Para empezar, la asistencia se debe brindar a personas receptoras, no a
“Estados receptores”. El Estado de la persona receptora continúa siendo el principal
titular de obligaciones. Las políticas sociales mundiales requieren que se colabore con
dicho Estado, así como unos Estados con otros. La falta de coordinación y cooperación
entre “Estados donantes” es uno de los temas recurrentes en las conferencias sobre la
efectividad de las ayudas). Los Principios de Maastricht hacen un gran esfuerzo para
explicar el deber de cooperar y los principios y prioridades que tienen que gobernar
dicha cooperación.
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DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
9. Las ETO ponen freno al incremento en la
desigualdad global
Las ETO implican unas políticas estructurales y sociales. Éstas establecen las bases
para una economía compartida global. Compartir se extiende desde la distribución de
ingresos hasta la distribución de recursos naturales y productivos. Ambos elementos
son necesarios para poner freno al incremento de la desigualdad global.
La desigualdad global de los ingresos ha aumentado durante las últimas dos décadas.
Ahora está diez puntos Gini por encima de la desigualdad en los Estados más
desiguales. Una tributación progresiva combinada con unas políticas sociales ha
conseguido reducir la desigualdad a nivel nacional en la mayoría de los Estados del
bienestar hasta en 20 puntos Gini. Unas medidas similares a nivel mundial, como un
impuesto a las transacciones y unas políticas sociales mundiales tendrían el mismo
efecto. El establecimiento de un impuesto para las transacciones financieras
internacionales (como se menciona en la séptima razón) es un método de tributación
progresiva internacional, ya que los sectores con bajos ingresos no están involucrados
en este tipo de transacciones. Y unas políticas sociales mundiales son, de hecho,
requeridas por las ETO.
Además, la redistribución de los ingresos tiene que ir acompañada por la
redistribución del control sobre los recursos productivos. Durante las últimas décadas,
el control sobre tales recursos se ha ido concentrando cada vez más en las manos de
instituciones financieras y de inversores especuladores, en detrimento de la propiedad
pública o del control propietario-operador. El establecimiento de impuestos y las
políticas sociales a nivel mundial no pueden remediar totalmente los procesos de
concentración que están generando una riqueza privada extrema y socavando las
instituciones públicas. Ningún estándar de vida puede considerarse “adecuado”
mientras las mencionadas desigualdades sigan siendo generadas. Un estándar
adecuado de vida es un derecho humano. No obstante, es necesario fijar un estándar
de vida como adecuado para introducir la noción de suficiencia necesaria para
salvaguardar los estándares de vida de las futuras generaciones.
Como ya se ha señalado, el agotamiento de los recursos, la ecodestrucción y el cambio
climático amenazan los DESC de las futuras generaciones. Estos fenómenos están
conectados con una noción de “adecuación” de los estándares de vida que no puede
ser sostenible a nivel general. Los estándares de vida que no sean ecológicamente
sostenibles no deben servir a la hora de establecer la “adecuación” de los estándares.
La riqueza extrema no solo genera una inapropiada influencia política contraria al
derecho humano a participar en la elaboración de las políticas globales y contra las
DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
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obligaciones extraterritoriales relacionadas. También genera unas “tensiones
inflacionistas” en lo que se considera adecuado en términos de estándares de vida.
Estas tensiones suponen un impedimento a la cultura de la suficiencia necesaria para
salvaguardar los derechos humanos de las futuras generaciones y deben evitarse.
10. Las ETO ayudan a regular las TNC
Cualquier Estado tiene la obligación legal de proteger los derechos humanos en el
extranjero contra los abusos de terceras partes en las situaciones en las que existe una
base para su protección. Esta obligación ha sido ejecutada, por ejemplo en el contexto
del turismo sexual y el abuso infantil, por los países de origen de los turistas
involucrados en dichos abusos. Esta persecución por los Estados de origen – además
de o en lugar del país de origen – fue aceptada sin mucha discusión.
No solo disponen de una nacionalidad los seres humanos, también la tienen en cierto
sentido las empresas. Los Estados de origen para las TNC son los Estados en los que
cada TNC está registrada, o en los que mantienen sus sedes centrales, mientras que los
Estados anfitriones son aquellos en los que la TNC opera. Con frecuencia, las víctimas
de abusos de los derechos humanos a manos de las corporaciones se encuentran en la
segunda categoría de Estados.
El incremento del poder de los actores no estatales a nivel mundial - en particular el de
las compañías transnacionales – motiva una llamada para la búsqueda de mecanismos
para apoyar a los Estados en la regulación de estas terceras partes transnacionales
para poder proteger los derechos humanos en el extranjero. Las TNC disponen de
varias estrategias para mover sus bienes y sus actividades internacionalmente, lo que
hace que sea difícil para un solo Estado el poder regularlas. Algunos Estados incluso
pueden ser dependientes de las TNC en varios sentidos. En esos Estados, incluso la
regulación territorial de las compañías podría ser un problema. Otros Estados sí que
pueden actuar eficientemente sobre las TNC, ya que éstas dependen de ellos de una u
otra manera. Esta dependencia no necesita ser exclusivamente legal (los Estados de
origen podrían retirar la licencia a la corporación), o administrativa (el Estado podría
inspeccionar la oficina/sede central de la TNC), también puede ser económica
(embargando los bienes de la corporación). Las corporaciones intentar protegerse
legalmente contra estas dependencias – invirtiendo en grupos de presión política y
seduciendo a varios Estados (ya sean sus Estados de origen u otros Estados) para atar
las manos de los países anfitriones a través de los “tratados de inversión”. Aunque estos
tratados tienden a incluir algunas “clausulas de escape” para convertirlos, en teoría, en
compatibles con las obligaciones de un Estado en materia de derechos humanos, en la
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DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
mayoría de casos, en la práctica dichas clausulas no son efectivas en la protección de
los derechos humanos.
Los Principios ETO de Maastricht son muy claros acerca del deber de los Estados a la
hora de regular las TNC, y también las situaciones en las que dicho deber se extiende
en la protección de los derechos humanos en el extranjero. Los Principios de
Maastricht indican las medidas que un Estado debe – o no debe – tomar.
Las ETO implican que tal regulación es esencialmente un asunto de cooperación entre
Estados, y que en particular aquellos Estados en los que las empresas manejan
actividades comerciales substanciales son titulares de mayores obligaciones, incluso
cuando las víctimas de las actividades de estas terceras partes habitan en otros
territorios. Esta cooperación (con otro Estado) no debe garantizarse a otro Estado, si
no a la víctima, y por lo tanto es una ETO.
En su proceder, los Estados deben dar por hecho que el Estado de origen de la víctima
actúa en línea con sus obligaciones, quiere proteger a sus ciudadanos y está abierto a la
cooperación en este sentido, incluso si este, de hecho, no es el caso. Si el Estado
extranjero puede tomar medidas protectoras (dentro de los límites propuestos por los
Principios) pero no lo hace, está incumpliendo sus obligaciones extraterritoriales de
derechos humanos.
Estas obligaciones extraterritoriales, individuales y colectivas, proporcionan una base
para la regulación internacional de una cooperación basada en los derechos. La
regulación de las TNC y sus afiliados es un deber que no pertenece solamente en los
Estados de origen de las víctimas, si no que incumbe a todos los Estados que puedan
tener un impacto en las mismas. En un contexto de globalización, esto supone un
amplio número de Estados. A menos que estos Estados lleguen a un acuerdo sobre la
regulación, las grandes TNC estarán en posición de manejarlos y enfrentarlos el uno al
otro. Las ETO incluyen por naturaleza obligaciones internacionales de cooperación
para llevar a cabo una protección mundial contra los abusos de las TNC.
11. Las ETO proporcionan mecanismos de exigibilidad
para las Organizaciones Intergubernamentales
Las obligaciones en materia de derechos humanos de las organizaciones
intergubernamentales (OIG) proporcionan la base para la exigibilidad de estas
organizaciones. Existe cierta controversia en torno a hasta qué punto las OIG son
titulares de tales obligaciones. Algunas organizaciones como el Banco Mundial
DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
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continúan rechazando el quedar sujetos a las obligaciones de derechos humanos. En
su conjunto, las Organizaciones Intergubernamentales contribuyen a ensanchar las
grietas en la protección de los derechos humanos al dejar de lado a la hora de tomar
decisiones los asuntos de derechos humanos. Esto genera unos impactos negativos
tremendos.
El rechazo de algunas OIG a quedar sujetas a las obligaciones de derechos humanos es
una situación insostenible. La cuestión de si cualquier individuo o entidad son titulares
de obligaciones de derechos humanos, y cuáles serían estas obligaciones, son campos
que deben considerarse cuidadosamente. Las OIG, no obstante, no son ningún tipo de
entidad. Las organizaciones intergubernamentales son entidades creadas y
gobernadas por los Estados, como ocurre con el resto de organizaciones
gubernamentales. Aunque sí que es cierto que las OIG no son creadas por uno, sino
por varios Estados, esto no supone ninguna diferencia esencial. El hecho de que un
Estado queda sujeto por ciertas obligaciones de derechos humanos (más o menos
bien descritas y solucionadas) genera obvias implicaciones para las organizaciones
gubernamentales nacionales, como organizaciones a través de las cuales el respectivo
gobierno/Estado actúa. Y de ahí que las acciones y omisiones de estas organizaciones
puedan ser adscritas a los respectivos Estados. Las OIG son entidades a través de las
cuales actúan los Estados que las crearon, mantienen y gobiernan. Las implicaciones
para las OIG son tan profundas como las implicaciones que tiene la ley de derechos
humanos nacional para las organizaciones gubernamentales nacionales, como por
ejemplo la policía, la administración pública, etc. Las OIG tienen que actuar en una
manera coherente con las obligaciones de derechos humanos de cada respectivo
Estado gobernante, o al menos con las de los Estados que poseen la mayoría de votos
en su órgano de gobierno, ya que este último es el que determina sus políticas. Las OIG
no deben partir de la suposición de que sus Estados gobernantes pueden querer
incumplir con sus obligaciones, de igual manera que las autoridades nacionales
tampoco deben suponerlo en relación con su Estado.
Para la mayoría de los Estados que gobiernan las OIG, los efectos de la conducta de las
OIG son extraterritoriales. Esto incluye situaciones en los que las acciones u omisiones
de las OIG tienen consecuencias internacionales. (Las obligaciones de naturaleza
internacional están incluidas en la noción de ETO) Como la cuestión clave no es si las
OIG están o no sujetas a las leyes de derechos humanos, sino cuáles son sus
obligaciones sustantivas, las obligaciones extraterritoriales de los Estados son
esenciales. De hecho, las OIG tienen que actuar en consecuencia con las ETO de sus
Estados gobernantes – y esto por supuesto es una obligación de derechos humanos.
¿Qué ocurre con el recurso? El derecho a un recurso exige que un Estado pueda ser
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DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
procesado por el incumplimiento de sus ETO. Si esto ocurriera, las autoridades
responsables de este Estado por el incumplimiento de las ETO quedarían sujetas bajo
la responsabilidad frente a – o en beneficio de- las víctimas. El Estado tiene que crear
los procedimientos respectivos y los mecanismos para lograrlo. De igual manera, en el
caso de que las OIG actúen contradiciendo las ETO de los Estados que la gobiernan,
estos Estados tendrían que crear los procedimientos y mecanismos necesarios para
dichas OIG sean llevadas ante la justicia. Si este procedimiento obligatorio no existiera,
los Estados estarían evadiendo el derecho al recurso ante el incumplimiento de una
ETO específica, al transferir los respectivos poderes de las autoridades nacionales hacia
las OIG. Esto, de hecho, es lo que está sucediendo en el contexto de la globalización, lo
que socava la implementación de los derechos humanos mientras no se tomen
medidas defensivas en torno a las ETO.
Al fin y al cabo el derecho a un recurso tiene que ser usado en contra de la comunidad
de Estados que gobiernan una OIG: En el derecho nacional, no es útil contar con un
recurso en contra del Estado inmediatamente para cada asunto administrativo que
viole los derechos humanos. No hay ningún motivo para suponer que esta experiencia
procedimental con las organizaciones gubernamentales nacionales pueda ser ignorada
en el caso de las organizaciones gubernamentales internacionales. Debe existir, antes
de nada, la posibilidad de buscar un remedio legal en el nivel administrativo en el que
la violación ocurra, antes de tener que buscarlo en el conjunto de países que gobiernan
la OIG. Por este motivo, la exigibilidad directa de las OIG hacia las víctimas de sus
conductas queda implicada en las ETO de los Estados, y las obligaciones sustantivas de
los tratados de derechos humanos entre Estados pueden ser aplicadas directamente a
las OIG. La estricta aplicación de las ETO en este sentido conseguiría que las OIG fueran
vehículos efectivos para la plena efectividad de los derechos humanos.
12. Las ETO fomentan unas economías solidarias
a nivel mundial
Sujetos a la obligación de protección, los Estados tienen que proteger a las personas
frente a las actividades de las empresas y los modelos económicos que abusen de sus
derechos humanos. Es muy difícil para los Estados la implementación de esta
obligación en las economías que producen y reproducen los abusos sobre los derechos
humanos – especialmente en un periodo en el que las economías se extienden más
allá de los territorios. Por este motivo, los Estados tienen que fomentar unas
economías que cuiden de las personas – unas economías solidarias. En el
cumplimiento de su obligación, los Estados tienen el deber de asegurar que las
personas que no puedan disfrutar de sus derechos económicos, sociales y culturales,
DOCE RAZONES PARA FORTALECER LAS OBLIGACIONES EXTRATERRITORIALES EN DERECHOS HUMANOS
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obtengan una solución acorde lo antes posible. Esto no es posible si no se comparten
de una manera constante los recursos y los beneficios de los recursos. Los Estados
tienen que institucionalizar el compartir y hacerlo obligatorio. Los programas sociales
en particular no tienen que basarse en el endeudamiento de los Estados a través de
créditos, si no en la redistribución de los recursos y los ingresos. Los Estados deben
por lo tanto fomentar economías solidarias para poder cumplir con sus obligaciones
de cumplimiento de los derechos.
Vivimos en un mundo de economías interconectadas e interdependientes, que a
menudo se extienden por encima de las fronteras. La solidaridad y el respeto por lo
tanto tienen que ser institucionalizados para incluir a las personas que habitan fuera
del propio territorio. Este deber queda reflejado en las obligaciones extraterritoriales.
Las obligaciones extraterritoriales son obligaciones por encima de las fronteras. De
todas formas, no son obligaciones sin fronteras. Por el contrario: Se hace referencia a
los territorios. Los Estados-nación son las máximas titulares de deberes – controlables
y controladas por los ciudadanos de su territorio, y basadas en una economía nacional
que permite la soberanía alimentaria y otros elementos similares de
autodeterminación. Además, los detalles de las obligaciones extraterritoriales de
protección y cumplimiento hacen referencia al territorio.
Bajo las ETO, los Estados no solo tienen que institucionalizar la solidaridad y el respeto
dentro de sus territorios, si no también más allá de sus fronteras. No permiten que se
cuide solamente de los intereses de las personas que habitan dentro de un territorio, o
que estos intereses estén por encima de los derechos humanos de las personas en el
extranjero. La comunidad de naciones es responsable por principio del bienestar de
todas las personas, al menos al nivel definido por las ETO. La implementación de las
ETO nos llevará hacia unas economías solidarias en todo el mundo.
Consorcio ETO
El Consorcio ETO es una red dirigida por sus miembros, formada por un gran
número de OSC y académicos interesados en la promoción y protección de los
derechos humanos.
Establecido en Ginebra en 2007, el propósito del Consorcio ETO consiste en
abordar las grietas en la protección de los derechos humanos que se han abierto
con el incumplimiento de las obligaciones extraterritoriales (ETO).
El Consorcio ETO transversaliza y aplica las ETO, empleando como conceptos clave
de referencia los Principios Maastricht sobre Obligaciones Extraterritoriales en el
área de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. El Consorcio trabaja de una
manera continuada para potenciar las ETO en múltiples contextos y ocasiones, por
ejemplo en conferencias internacionales y regionales y a través de la capacitación,
el trabajo de casos, la investigación y el trabajo de incidencia.
El Consorcio ETO organiza su trabajo en grupos temáticos que trabajan en
diferentes temas y regiones geográficas. A parte de los grupos temáticos existe un
grupo académico de apoyo, con un mandato diferente que consiste en ayudar a los
grupos y a los miembros. Los miembros del Consorcio ETO utilizan los Principios
Maastricht en su trabajo diario, individualmente o en cooperación, con la vista
puesta en nuevos espacios en los que abordar algunos de los problemas más
urgentes relacionados con la protección de los derechos económicos, sociales y
culturales.
El Consorcio ETO está dirigido por un Comité Directivo formado por
representantes de las OSC y académicos de varias regiones del mundo. El
Consorcio nombra a una de las OSC miembros como encargada del Secretariado
del Consorcio ETO por un determinado periodo de tiempo.
Invitamos a las OSC y a los académicos interesados en cooperar o convertirse en
miembros a que contacten con el Secretariado del Consorcio ETO.
[email protected]
www.etoconsortium.org
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