Ejemplo de ponencias - Ciencias Agrícolas

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Ejemplo de ponencias
Ponencia 1
Colegio de Ciencias Agrícolas
Audiencias Públicas
Segundo Junte: Urbanismo y Ruralía
Buenos días distinguido Presidente de la Junta de Planificación de Puerto Rico, Hon. Ángel David
Rodríguez. Soy la Prof. Myrna Comas Pagan, Especialista en Economía Agrícola y me acompaña la
Prof. Edna Droz Lube, Investigadora Asociada del Colegio de Ciencias Agrícolas, del Recinto de
Mayagüez, de la Universidad de Puerto Rico. Agradecemos la invitación que nos hicieran para
reaccionar y ofrecer nuestros comentarios sobre el desarrollo rural y urbano de Puerto Rico. A nombre
de la Dra. Gladys González, Decana Asociada de la Facultad de Ciencias Agrícolas y el Dr. Jorge
González, Director del Departamento de Economía Agrícola y Sociología Rural les presentamos sus
excusas por no estar aquí presentes como hubieran sido sus deseos. A principios del siglo XIX
Thomas Malthus pronosticó que cuando se estimulara el crecimiento poblacional esto limitaría los
abastos de comida lo que traería hambre y muerte. Malthus alertó al mundo indicando que el poder del
crecimiento poblacional es indefinidamente mayor que el poder de la tierra en producir alimentos. Los
seres humanos se multiplican, la tierra no. A través de los años muchos los que opinan igual que
Malthus y que piensan que la sociedad moderna se ha embarcado hacia su propia destrucción. Existen
otros científicos que son optimistas y que opinan que debemos alcanzar un punto decisivo, donde la
población logre manejar el ambiente para beneficio de todos.
¿Estamos un poco tarde para alcanzar ese punto medio en Puerto Rico? Es nuestra opinión que para
alcanzar ese punto de equilibrio entre uso agrícola y desarrollo urbano estamos tarde. En este
momento debemos proteger la poca tierra agrícola que nos queda. Por razones obvias, la humanidad
reconoce el valor de las tierras agrícolas y generalmente atesora este recurso tan importante para la
producción de alimentos. En Puerto Rico sólo contamos con 3,459 millas cuadradas, con una
población aproximada de 3.809 millones de habitantes (Censo Poblacional, 2000), con una densidad
poblacional de 1,101 personas por milla cuadrada (Tabla 1). Esta es la octava densidad poblacional
más alta del mundo. Nos superan países como Singapur, Taiwán, Hong Kong, Bangladlesh, Las
Maldivas, Barbados y Correa del Sur. Puerto Rico se tardó 400 años en llegar al primer millón de
habitantes, 50 años en llegar al segundo, 30 años en llegar al tercero y 25 años en llegar al cuarto. Para
el año 2010 se espera que la población de Puerto Rico sea de 4,438,000 habitantes.
Con el crecimiento poblacional se requiere más infraestructura para satisfacer las necesidades de
vivienda, transportación, salud y educación, entre otras. El desarrollo urbano y rural conlleva el
movimiento de tierra, que ocasiona erosión, con la eventual sedimentación que, de no ser controlada,
se acumula en quebradas, ríos y represas aumentando las áreas expuestas a inundaciones,
disminuyendo y afectando la cantidad y calidad del agua. A esto se le suma el aumento en los
desperdicios. Situación que se agrava cuando se ha reflejado un aumento significativo en desarrollo
urbano (Tabla 1). Es necesario aclarar que parte del aumento en la población urbana se genera como
consecuencia de aumentos en densidad poblacional de áreas rurales.
Año
1940
1990
2000i
Tabla 1. Desarrollo poblacional en Puerto Rico, 1940-2000
Urbano
Rural
(%)
(%)
30%
70%
70%
30%
3,595,521
213,089
95%
5%
Total
3,522,037
3,808,610
Ante esta situación debemos comenzar a trabajar con un modelo de desarrollo económico que sea
verdaderamente sustentable en el cual se tomen en consideración, de forma conjunta, los siguientes
factores: limitación de terrenos, aspectos ambientales, económicos y sociales. Esto es promover un
desarrollo sustentable en el que se logre la integridad ambiental la eficiencia económica y el bienestar
social.
Dentro de este Plan de Desarrollo Sustentable es necesario que se tome en consideración la necesidad
de preservar nuestros terrenos agrícolas. Ate esta necesidad debemos considerar la capacidad
productiva de estos. El Servicio Federal de Conservación de Suelos en Puerto Rico ha establecido una
clasificación de suelos conforme a su capacidad productiva desde la Clase I hasta la Clase VIII (Tabla
2). Las clases I-IV son terrenos apropiados para cultivos, desde los que no requieren prácticas
especiales hasta los que requieren prácticas intensivas de conservación. Las clases V-VII son terrenos
no apropiados para cultivos, si para pastos y bosques, en mayor o menor grado. La clase VIII son los
terrenos apropiados para vida silvestre. Para la década de los 70 la distribución de terrenos en Puerto
Rico, conforme a dicha clasificación, era la siguiente:
Tabla 2: Clasificación y cantidad de suelos por capacidad productiva agrícola en Puerto Rico
Por ciento
Clasificación
Cantidad
(cuerdas)
(%)
I
51,833
2.4
II
166,767
7.4
III
233,107
9.9
IV
162,259
7.2
V
VI
374,099
16.6
VII
1,124,550
49.9
VIII
150,992
6.7
Total
2,263,607
100.00
Como indica la tabla sólo 603,966 cuerdas ó el 26.9% de nuestros terrenos eran aptos para el desarrollo
agrícola. Si a esto le añadimos que gran parte de Puerto Rico se compone de una topografía
sumamente montañosa que se caracteriza por declives de 20% o mas que lamentablemente muchos de
los terrenos aptos para el desarrollo agrícola (Tabla 3) han sido transformados a usos irreversibles,
tales como: construcción de carreteras, vivienda y desarrollo comercial e industrial nos enfrentamos a
un panorama alarmante.
_____________________________________
1
Este por ciento es el resultado de cambios en la definición de urbano y rural. Para definir estas áreas se utiliza la densidad
poblacional.
Tabla 3. Numero de cuerdas en uso agrícola y cantidad de fincas en Puerto Rico, 1910-1998
Año
1910
1950
1998
Cuereas en uso
agrícola
2,085,162
1,844,886
Cambio
240,276
Numero de
fincas
58,371
45,792
979,408
865,478
Cambio
12,579
25,841
19,951
En los últimos 50 años se han perdido un promedio de 20,000 cuerdas de terreno agrícola por años. A
ese ritmo en 40 años habrá desaparecido la agricultura en Puerto Rico y lo que ello representaii. Esto
es, su aportación al ingreso bruto, incluyendo su efecto multiplicador en otros sectores de nuestra
economía, su capacidad de generar empleos en áreas rurales, la estabilidad social que produce, la
preservación de terrenos para generaciones futuras y la seguridad nacional como abasto de alimentos.
Por años el Gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico en coordinación con agencias estatales
y federales han desarrollado leyes, reglamentos y planes buscando el balance en el uso de los terrenos
y la conservación de los terrenos agrícolas. Proyectos tales como los Planes de Ordenamiento
Territorial y las Leyes que crean las Reservas Agrícolas han sido parte de este proceso. Con relación a
los Planes de Ordenación Territorial nos parece que a través de la Junta Comunitaria se fomenta la
democracia y la participación de la ciudadanía en un asunto que nos compete a todos. Recomendamos
que por la naturaleza del sector económico que nos ocupa, se requiera representación de profesionales
agrícolas en estas juntas para que ayuden al grupo a entender la necesidad de proteger nuestros suelos
agrícolas. Además se recomienda la creación de Oficinas de Ordenamiento Territorial en cada
municipio lo que facilitara la preparación de los Planes y el seguimiento que se le debe dar a estos.
Otra iniciativa que se han desarrollado es la definición por Ley de Reservas Agrícolas. Esta es una
alternativa viable para la protección de nuestros terrenos agrícola, pero se necesita un compromiso
firme de las agencias gubernamentales en la protección y desarrollo de estos terrenos y la definición de
la Zonificación Especial.
En este momento consideramos oportuno mencionar que en ocasiones hemos visto como terrenos con
potencial de desarrollo agrícola han sido clasificados por la Junta de Planificación como zonificación
rural. Es necesario que aclaremos que los términos rural y agrícola no significan lo mismo. La Junta
de Planificación en el Reglamento de Zonificación de Puerto Rico define los terrenos con zonificación
rural como aquellos que pueden ser utilizados para fines agrícolas, residenciales en edificios de casas
de 1 ó 2 familias, proyecto de carácter comercial que no excedan de 10,000 pies cuadrados de área
bruta, proyectos de carácter industrial que no excedan de 15,000 pies cuadrados de área bruta, usos
institucionales, usos y edificios accesorios y otros usos. Mientras que los uso para zonificación
agrícola se limitan a usos agrícolas, usos y edificios accesorios estrechamente relacionados o
complementarios a las faenas agrícolas y vivienda para una familia y otros usos. La definición rural ha
permitido el desarrollo de terrenos agrícolas para usos irreversibles.
Con relación a las reservas forestales queremos indicar que si el Servicio de Conservación de Suelos en
los análisis de suelo que han realizado establecen que 6.7% de nuestros suelos se recomiendan para
vida silvestre no debería haber menos de esta cantidad para este fin. Actualmente sólo 4% de nuestros
terrenos están protegidos para vida silvestre.
Antes de finalizar es necesario crear consciencia en nuestra población de la importancia de conservar
nuestros recursos no renovables para beneficio de las generaciones futuras.
Recomendaciones:
1. La Junta de Planificación deber ser más estricta al momento de otorgar permiso a aquellos que
establecen la base del desarrollo destruyendo nuestro recurso más preciado y limitado la Tierra.
2. Promover el desarrollo sustentable en el cual se toman en consideración los factores,
ambientales, económicos y sociales del uso del terreno en el momento y a largo plazo.
3. Se debe continuar legislando para proteger nuestros suelos agrícolas, no sólo con la creación de
las reservas agrícolas, sino proteger todos los suelos con potencial agrícola, clasificándolos
como zonificación agrícola sin permiso para cambiarla. Esta legislación deber estar
acompañada de la asignación de fondos correspondiente para su implantación.
4. Proponemos además que se densifiquen los centros urbanos y se acondicionen las viviendas
fuera de uso. Según el Censo Poblacional, 2000, en Puerto Rico existen 1,418,476 unidades de
vivienda y de ellas 157,151 están desocupadas, vacías o vacantes. Al densificar los centros
urbanos no se deben olvidar el establecimiento y conservación de áreas verdes, tan necesarias
para reducir la contaminación ambiental, reducir los efectos de las escorrentías y creando un
ambiente que promueve la calidad de vida.
5. Se aumenten las reservas forestarles.
Agradecemos nuevamente la invitación que nos hicieran para presentar nuestra opinión en este asunto
tan vital para el desarrollo de nuestro Puerto Rico. Le felicitamos por esta iniciativa y nos reiteramos a
sus órdenes para contestar sus preguntas.
Presentado por:
Myrna Comas Pagán
Especialista Auxiliar
Economia Agricola
Edna Droz Lube
Investidagora Asociada
Sociologia Rural
20 de febrero de 2003
ii
Lucas Avilés. Ponencia El impacto del actual patrón de desarrollo en las tierras agrícolas. Congreso de Desarrollo
Inteligente. Noviembre 2001.
Ponencia 2
Comentarios en torno a la Declaración de Impacto Ambiental Preliminar
Corredor Hatillo- Aguadilla, (DIA Número: JCA-07-0014 [ACT])
Introducción
Soy la doctora Gladys M. González y me desempeño como catedrática en el Departamento de
Economía Agrícola y Sociología Rural, y como Decana Asociada de la Facultad del Colegio de
Ciencias Agrícolas. Poseo un doctorado en Economía Agrícola con especialidad en Economía
Ambiental y Recursos Naturales. Represento al doctor John Fernández Van Cleve, Decano y Director
del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez. Nuestra institución es parte
del sistema de la Universidad de Puerto Rico. En nuestro Colegio se encuentran los profesionales
mejor formados en el área agrícola. Somos una organización compuesta por tres unidades siguiendo el
modelo de las universidades por concesión de tierras (Land Grant Collage):
1. la Facultad que es donde se preparan académicamente los agrónomos de nuestro país;
2. la Estación Experimental Agrícola en la que se desarrolla la investigación agrícola, en seis
subestaciones y dos centros de investigación y desarrollo a través de toda la Isla; y
3. el Servicio de Extensión Agrícola, que cuenta con 77 oficinas a través de todo Puerto Rico y es
la Universidad en el campo.
El Colegio de Ciencias Agrícolas se opone a las tres opciones presentadas en esta Declaración de
Impacto Ambiental Preliminar (DIA-P) concernientes al Corredor Hatillo- Aguadilla. De las
posibilidades que se discuten en el documento, en este momento, la que la institución favorece es la de
“no acción”. Sin embargo en nuestras recomendaciones finales propondremos una acción no
contemplada en la DIA-P. Entendemos que el impacto que cualquiera de las opciones tendría en la
sociedad puertorriqueña no son aceptables para el tipo de vida al que debemos aspirar como pueblo,
contextualizada en un modelo de sustentabilidad económica.
Durante nuestra presentación describiremos la frágil situación de las tierras agrícolas en Puerto Rico.
Se identificaran las iniciativas de gobierno tendientes a identificar los mejores usos de los suelos en
Puerto Rico. Como parte de los argumentos que se desarrollaran se describirá la importancia de la
agricultura, especialmente de la industria de la leche la cual se afectaría de materializarse las opciones
presentadas. Finalmente se harán unos señalamientos en torno a deficiencias que hemos identificado
en la DIA-P y haremos una recomendación no considerada en el documento.
Pérdidas de Tierras Agrícolas
En Puerto Rico confrontamos una pérdida asombrosa del recurso tierra. De acuerdo a datos del Censo
Agrícola Federal entre los años 1978 al 2002 en Puerto Rico se perdió alrededor del 30% de las tierras
en uso agrícola (1,084,404 cuerdas en 1978; 690,687 cuerdas en 2002). Dentro de ese periodo, en los
últimos cuatro (4) años se perdió el 60% del total (865,478 cuerdas en 1997 a 690,687 cuerdas en
2002). Se estima que de continuar este patrón, Puerto Rico podría perder la totalidad de sus tierras
agrícolas en los próximos 16 años. Es precisamente esta realidad la que nos obliga a proteger las pocas
tierras agrícolas que todavía nos quedan.
En momentos en que a nivel mundial se discuten los posibles efectos adversos en la producción de
alimentos debido al cambio climático que está causando el calentamiento global, se anticipa que los
centros de producción de alimentos se transformen. Ante la incertidumbre de precisar con exactitud la
manera y extensión de las transformaciones en las áreas de producción agrícola es necesario proteger
las tierras agrícolas y con potencial agrícola que aun conservamos en el país. Para determinar la
cantidad de tierras que se deben proteger debemos recurrir a criterios relacionados con la seguridad
alimentaría. Al utilizar criterios de seguridad alimentaría podemos identificar la cantidad de tierras en
uso agrícola necesarias para satisfacer con producción en la Isla la mayor cantidad de alimentos
posible. Engelman y LeRoy en 1995 establecieron que para alimentar una persona bajo una dieta
vegetariana es necesario considerar un mínimo de 0.17 cuerdas por persona de tierra arable. Ese
criterio aplicado a la población de Puerto Rico representa 737,927 cuerdas en producción; utilizando
como referencia el trabajo de Eswaran y Beinroth (1999) para una dieta que incluya el consumo de
carne, se necesitarían entre 1.47 a 5.2 millones de cuerdas en producción agrícola.
Proceso Relacionado al Plan de Uso de Terrenos de Puerto Rico
Una iniciativa gubernamental destinada a establecer el uso de los terrenos en Puerto Rico
fundamentada en el mejor uso posible de los suelos es la que la Junta de Planificación he estado
desarrollando en los últimos años. Esta iniciativa surge de la Ley 550 del 3 de octubre de 2004; mejor
conocida como la Ley del Plan de Uso de Terrenos de Puerto Rico (PUT). De acuerdo al mandato de
Ley se establece que el PUT servirá “instrumento principal” de planificación con el propósito de
propiciar un “desarrollo sustentable” en Puerto Rico. El grupo original de técnicos trabajando en la
Oficina del Plan de Uso de Terrenos (OPUT) hizo recomendaciones en torno a la conservación de
tierras agrícolas en Puerto Rico como parte del PUT. En especifico el grupo identificó de manera
preliminar, 569,342 cuerdas como Zonas de Alta Productividad Agrícola (25% de la tierra en Puerto
Rico) y 466,656.29 cuerdas (21%) como Zonas de Alto Potencial agrícola. Luego de que la Junta de
Planificación evaluara las recomendaciones de la OPUT, ésta redactó un borrador que fue motivo de
vistas públicas el año pasado. En este borrador se recomendaron como suelo para uso agrícola 211,956
cuerdas de las que originalmente se identificaron por el grupo técnico para uso agrícola. Esta situación
provocó la denuncia energía de los sectores vinculados al quehacer agrícola del país, los cuales
defienden la conservación de las tierras agrícolas en Puerto Rico. El propio Secretario del
Departamento de Agricultura, en el año 2006, al momento de estarse discutiendo públicamente el
asunto, estableció que como mínimo se debían clasificar para uso agrícola alrededor de 700,000
cuerdas.
El asunto medular en este proceso es el de la vulnerabilidad de las tierras en Puerto Rico que
actualmente se utilizan agrícolamente y el de aquellas con el potencial de serlo. Esta vulnerabilidad a
su vez establece la necesidad de proteger las tierras agrícolas y con potencial agrícola basado en la
seguridad alimentaría. Algunas de las opciones que se consideran en esta DIA-P representan una
amenaza para la preservación de las tierras agrícolas en Puerto Rico. Ante la posibilidad de que la
principal industria agrícola en Puerto Rico, la de la leche, sea afectada de manera grave, es necesario
recalcar la importancia de este sector en la economía y la vida de los puertorriqueños.
Beneficios de la Agricultura
Las aportaciones que realiza la industria lechera a la economía del país son significativas. El 23 por
ciento del Ingreso Bruto Agrícola (IBA) de Puerto Rico en el año fiscal 2005-06 fue aportado por la
industria lechera ($184.8 millones de $805.6 millones). Debemos señalar que la manera en que se
mide la aportación del sector agrícola a la economía del país solamente toma en consideración el valor
del producto a nivel de portón de finca. Este esquema no toma en consideración el valor que se le
agrega al producto a través de la cadena de distribución. En adición a lo a lo mencionado debemos
señalar que hay una serie de empresas íntimamente relacionados que hacen aportaciones valiosas al
IBA que no fueron consideradas en la DIA-P. Nos referimos a la producción de carne (aportación al
IBA de la carne de res y la ternera, $30.3 millones) la producción de forraje ($8.7 millones), la
producción de forraje ($8.7 millones), la producción de novillas de reemplazo ($10.8 millones), y otros
relacionados al sector agrícola desde el punto de vista que proveen insumos y servicios a la empresa de
producción de leche: molinos de alimentos, instituciones financieras, fabricas de abono, medicinas,
casas agrícolas, servicios veterinarios, etc.
La agricultura generó para ese mismo año alrededor de 32,000 empleos directos de los cuales según el
estudio que utiliza la DIA-P, preparado por Guillermety Ortiz y Asociados, la empresa de producción
de leche generó 5,000 empleos directos y 20,000 indirectos. Al igual que en el caso del IBA, la DIA-P
tampoco considera los empleos generados en la cadena de distribución ni aquellos que se generan en
las empresas íntimamente relacionadas mencionadas anteriormente.
Existen otros impactos que tienen la agricultura que no fueron considerados en la DIA-P. El efecto
multiplicador en la agricultura es más alto que el estimado para otros sectores económicos, por ejemplo
si lo comparamos con la manufactura, que es el otro sector básico de producción de artículos. Esto
ocurre especialmente porque la agricultura hace mas uso relativo de insumos producidos en la Isla y
regionalmente que la manufactura. En la manufactura gran parte de lo que se produce se exporta.
En la DIA-P no se menciona que la propuesta de cambiar estos terrenos agrícolas a una autopista
constituye un cambio irreversible de los mismos. Esto significa que al pavimentar sobre el terreno las
opciones para el futuro se limitan. Estos terrenos no podrían ser revertidos a otros usos. Tales como
agrícolas o áreas naturales porque existe irreversibilidad técnica y económica.
La zona que se vería afectada por el proyecto que estamos evaluando constituye el área geográfica en
Puerto Rico más importante en la producción de un alimento de primera necesidad que resulta ser un
bien estratégico, la leche. El consumo de leche tiene un efector positivo en la nutrición y la salud del
pueblo puertorriqueño; estos son elementos fundamentales para el bienestar de nuestro país. De verse
afectada la producción de leche en Puerto Rico la población se encontraría ante una situación de
vulnerabilidad al estar sujetos a importar leche a unos costos mayores a los que el mercado local puede
suplir.
Impactos Regionales
La posibilidad de que el área de vaquerías se vea afectada por la construcción de esta carretera estará
impactando negativamente una zona insustituible en lo que concierne a la producción de leche. En los
municipios de Hatillo, Camuy y Quebradillas se produjeron 139 millones de cuartillos de leche que
representan $77.8 millones del IBA, el 42 por ciento de la producción total.
A base del estudio de Guillermety Ortiz y Asociados, la opción A afectaría directamente 17 vaquerías
(fraccionamiento de las tierras) de las cuales siete pierden la sala de ordeño (tienen que ser
relocalizadas). Fragmentar las fincas las puede convertir en unidades que no son económicamente
viables. Existen criterios científicos que establecen lo mínimo necesario para que una vaquería sea
viable y que no fueron contemplados en la DIA-P. La DIA-P tampoco toma en consideración el efecto
de este fraccionamiento en la continuidad y reproducción de la cultura lechera. A base de opiniones de
expertos del Colegio de Ciencias Agrícolas la cantidad mínima de cuerdas para que una vaquería
pueda operar no debe ser menos de 100 cuerdas y no tener menos de 100 vacas de ordeño.
A pesar de que la DIA-P contempla la construcción de túneles para el paso de ganado en las fincas, el
documento no considera el impacto que puede tener el ruido y la contaminación producido por el
tráfico vehicular en la producción de leche. Está comprobado que la presencia de ruidos tiene un
impacto negativo en el rendimiento lechero del ganado.
Se estima que estas vaquerías deben tener alrededor de 85 empleados y que pueden estar produciendo
12.5 millones de cuartillos de leche al año. Si consideramos las 29 vaquerías que se pudieran ver
afectadas considerando la contingencia de un kilómetro a cada lado del expreso (franja), estaríamos
hablando de 145 empleados y de 21.3 millones de cuartillos (6.6% del total de leche producida).
Deficiencias en el DIA-P y Recomendación
Limitaciones de la DIA-P
1. No presenta información sobre el efecto en otras fincas no productoras de leche.
2. Ofrece descripción parcial de impactos sin valorarlos.
3. No específica numero de vacas y de litros de cuotas que se afectarían, ni la reducción en
producción.
4. No abunda sobre el efector que puede tener la presencia de cemento en donde actualmente no
existe- efecto en el área de recarga, la disminución en la temperatura, la producción de oxigeno
y otros. No considera los efectos adversos a la estética del paisaje actual, ni las zonas para
amortiguar inundaciones y otros desastres naturales.
5. NO se describen los efectos en las cuencas río abajo.
6. La DIA-P no considera la perdida irreversible de los terrenos agrícolas ni la perdida de valor
por limitar las opciones para el futuro.
7. No considera la importancia de la leche como alimento de primera necesidad.
8. La DIA-P identifica en su alternativa A que se afectarán 152 cuerdas agrícolas; estas son
realmente las que serán expropiadas y no representan el impacto como consecuencia de la
fragmentación y de traer actividades no compatibles con la agricultura.
9. La DIA-P no considera el PUT.
Recomendaciones
El Colegio de Ciencias Agrícolas no endosa ninguna de las opciones que se presenta en esta DIA-P,
principalmente por el efecto que podrían tener en la agricultura del país. En vez de estas opciones se
recomienda que se evalúe la posibilidad de mejorar la carretera #2 para facilitar el tráfico actual y
proyectado sin que se afecten las residencias, instituciones y negocios que se proyectan como afectadas
con la opción de convertir la carretera en expreso. Se recomienda que se establezca una moratoria en
torno a este proyecto hasta tanto el proceso del Plan de Uso de Terrenos para Puerto Rico esté
terminado. Es precisamente esta herramienta la que podrá determinar, utilizando criterios rigurosos, la
clasificación de tierras y la ubicación de proyectos futuros de manera sostenible. Recomendamos
además que se realice un Análisis de Beneficio-Costo el cual identifica y valoriza la totalidad de los
impactos (positivos y negativos, directos e indirectos) de un proyecto. Este método permite a las
autoridades con competencia tomar una decisión basada no solo en descripción de impactos sino en su
valor, medidos en la misma unidad monetaria.
Hemos expresado en esta oportunidad la postura del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto
Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico. Agradeciéndole la gentileza de
escucharnos, nos reiteramos a las órdenes para contestar las preguntas que tengan a bien hacer sobre lo
expresado en torno al documento que nos ocupa en esta mañana.
Apéndice
Con relación a los municipios que se verán afectados de materializarse el proyecto propuesto (7), de
acuerdo al último Censo Agrícola, presentamos la siguiente información:
Municipio
Numero de
Numero de
Aportación al
Numero de
Fincas
Cuerdas
IBA ($millones)
Empleados
Hatillo
218
23,071
52.00
628
Arecibo
207
25,136
54.51
791
Camuy
194
11,856
34.92
424
Quebradillas
87
4,678
12.07
131
Moca
266
8,987
6.37
382
Isabela
161
10,585
11.51
322
Aguadilla
41
6,506
5.05
80
Total
1,184
90,819
176.43
2,750
Ponencia 3
Luís R. Mejía Maymí
Decano Auxiliar a/c Programa Educativo
FOROS COMUNITARIOS
En el último día de actividades, celebrado el sábado, 17 de noviembre de 2007, en el Recinto de Río
Piedras de la Universidad Interamericana; tuve la oportunidad de presentar la posición de nuestra
organización- propuesta, con relación al proceso de planificación del uso de los terrenos agrícolas. Las
reglas de juego para participar incluían que cada deponente debía hacer uso de no más de tres minutos
para contestar tres preguntas guía. A continuación las preguntas (3) seguidas de la presentación:
I. ¿Cuál es el problema o necesidad que usted o la organización que representa desea exponer a
los partidos políticos del país y que entiende debe considerarse por el gobierno a partir del
20058?
II. ¿Qué usted o la organización que usted representa propone para resolver este problema o
necesidad? Presente brevemente la propuesta.
III. ¿De ser aceptada e incorporada su propuesta por uno o varios de los partidos políticos, estaría
usted o la organización que representa dispuesta o interesada en apoyar o acompañar este
proyecto? ¿Cómo lo apoyaría?
I. El problema es que Puerto Rico no cuenta con un Plan de Uso de Terrenos. Sabemos que la
disponibilidad del recurso tierra en Puerto Rico es escasa y conocemos de la íntima relación
que existe entre los recursos tierra y agua. Todo esto, está relacionado con la actividad
agrícola, que es la fuente casi única del bien económico más importante del hombre-el
alimento. Según el Censo Poblacional del 2005, en Puerto Rico había 3,936,869 personas, en
un territorio nacional que comprende de unas 2,245,365 cuerdas, lo que resulta en una densidad
de 1,150 personas por milla cuadrada; una de las mas altas del mundo. De acuerdo al Censo
Agrícola Federal, en Puerto Rico, entre los años 1998 y 2002 se perdieron 174,791 cuerdas o
un 20.2 por ciento de las tierras en uso agrícola. A medida que se pierden los terrenos
agrícolas perdemos la capacidad de asegurar para las presentes y futuras generaciones la
cantidad de alimentos necesarios para su sustento (seguridad alimentaría). Según Eswaran,
Beinroth y Reich (1998), para una sociedad consumiendo una dieta que incluye carne, se
requieren entre 1.47 a 5.2 millones de cuerdas. A este escenario real debemos añadir que como
consecuencia del calentamiento global, se espera que haya un efecto de cambios dramáticos en
los centros tradicionales de producción de alimentos y en los rendimientos que se obtienen en
los mismos.
II. La propuesta es que:
•
•
•
•
•
•
•
•
Puerto Rico necesita un Plan de Uso de Terrenos (PUT) en el cual la agricultura sea
considerada responsable.
Todos los Planes de Ordenamiento Territorial deben atemperarse al nivel de clasificación
del PUT.
Una de las herramientas científicas principales a ser usadas en el proceso debe ser el
Estudio de Zonas Agro Ecológicas.
Los terrenos agrícolas deben ser clasificados como Suelos Rústicos Especialmente
Protegidos. (SREP).
La clasificación de Suelo Urbano Atípico (SUAT) no debe proceder.
En Puerto Rico la aportación que hace el sector agrícola a la economía del país debe
considerar la totalidad del sistema agroalimentario.
El Departamento de Agricultura (DA) debe fortalecer su Oficina de Estadísticas Agrícolas
y crear una unidad de Estudios Económicos.
Es necesario que hasta tanto no tengamos un Plan de Uso de Terrenos, cada vez que se
considere el cambio de uso de tierra agrícola a otros usos, la metodología a utilizar para
determinar dicha acción sea un Análisis de Beneficio-Costo.
III. En la UPR apoyamos el proceso asistiendo en la formulación de política pública; nuestra
organización debe continuar haciendo la mayor aportación y envolverse en la mejor forma
posible en todo este proceso. Debemos, de manera preactiva, hacer gestiones para motivar a
otros profesionales y a la ciudadanía en general, a reflexionar sobre este importante asunto. Es
una responsabilidad nuestra fundamenta, propiciar la búsqueda de información, interpretación,
difusión de datos e ideas, que hagan posible hacer aportaciones al proceso. Es importante que
la gente se exprese de manera informada reconociendo cuales serán las implicaciones como
resultado del mismo.
Como parte de la responsabilidad de la Universidad para con este importante asunto, en el
Servicio de Extensión Agrícola (SEA), del Colegio de Ciencias Agrícolas, tenemos un
compromiso claro y definitivo, con el propósito de que Puerto Rico produzca la mayor cantidad
de alimentos, con la mayor eficiencia posible.
El comentario final es que sin agricultura, no habrá comida; y sin terrenos apropiados para hacer
agricultura, no podrán producirse alimentos. Una Isla que no puede suplir una cantidad mínima y
responsable de alimento a su población, se enfrenta a una crisis considerable y a su eventual
desaparición. No puede haber desarrollado sustentable si no somos capaces de conservar para suplir
alimentos a nuestra población.
Ponencia 4
Ponencia del Instituto Internacional de Dasonomía Tropical
del Servicio Forestal del
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos
Vista Publica sobre el Borrador del Plan de Uso de Terrenos
27 de marzo de 2006
El Servicio Forestal apoya el concepto de un Plan de Uso de Terrenos (Plan) para todo Puerto Rico.
El Plan que tenemos ante nuestra consideración puede mejorarse de diversas formas. Debe
fundamentarse en una visión del futuro compartida entre y para todos los puertorriqueños. Las bases
de datos utilizadas para desarrollar el Plan deben estar en continuo estado de mejora y actualización,
particularmente en lo referente a la información de cobertura de terreno y áreas susceptibles a
derrumbes, inundaciones y marejadas.
El desarrollo económico de Puerto Rico depende sustancialmente de un ambiente natural saludable,
abundancia de agua de alta calidad, oportunidades de recreación en espacios abiertos para la población,
seguridad en la alimentación y protección cuando ocurran eventos catastróficos naturales. Aunque
muchos se han sorprendido de la cantidad de terrenos dedicados a suelos rústicos especialmente
protegidos en el Plan, la realidad es que Puerto Rico necesita más terreno dedicado a la conservación
de lo que allí se indica, no menos. Los terrenos especialmente protegidos tienen valor económico en
sus servicios ecológicos, como el agua que proveen, la calidad del suelo, agua y aire, su atractivo
turístico y recreativo, la protección que ofrecen contra eventos extremos (e.g, sequías, inundaciones,
ventoleras, marejadas y otros), la sustentabilidad de la vida silvestre y el patrimonio publico natural,
entre otros.
No debemos perder de vista que dentro de 25 años, la población de Puerto Rico va a ser menor de lo
que es hoy. Por lo tanto, el Plan representa una oportunidad para establecer las bases de una mejor
calidad de vida para los puertorriqueños del futuro. Por calidad de vida queremos decir una economía
fuerte, apoyada por un ambiente natural y saludable que le ofrezca seguridad y servicios ecológicos a
la población.
Puerto Rico se encuentra en una situación precaria debido a la densidad de la actividad humana la cual
hay que organizar.
El Plan debe anticipar el futuro y considerar los potenciales impactos en Puerto Rico del cambio
climático, particularmente en términos de la intrusión del mar, los cambios en la cantidad de lluvia y la
frecuencia e intensidad de huracanes (ej., Katrina en eEEUU y la semana pasada, el huracán Larry en
Australia) ver
http://www.nasa.gov/vision/earth/lookingatearth/hurrican_2005.html
Los datos disponibles demuestran una pequeña, pero significativa reducción en la cantidad de lluvia en
Puerto Rico durante el transcurso del siglo XX. Además, se espera que el nivel del mar aumente a una
velocidad mayor que lo proyectado anteriormente. Si se intensifican los huracanes y aumenta su
frecuencia, las consecuencias de todos estos cambios serán significativas para Puerto Rico. Los
efectos negativos a la propiedad, a la seguridad pública y a la economía se mitigan con usos de
terrenos que anticipen los cambios pronosticados. Esto incluye más terrenos dedicados a la captación
y almacenaje de agua de lluvia y usos adecuados de la zona costanera y de terrenos inundables o
susceptibles a terremotos y derrumbes.
El Plan debe incluir a todo Puerto Rico en su etapa inicial. El ejercicio de planificación no debe
fragmentarse ya que la fragmentación del Plan en una etapa tan temprano como la que estamos
considerando, derrota e invalida los objetivos mismos del plan. Los planes de ordenación territorial de
los municipios autónomos deben acatarse al Plan. Lo contrario no hace sentido ni tiene justificación
alguna. Por ejemplo, discrepancia en intereses entre municipios contiguos pueden impactar una
planificación regional sustentable. Más aun, ni los municipios autónomos, ni la Administración de
Reglamentos y Permisos, ni la Junta de Planificación deben tener la potestad de cambiar
rutinariamente las clasificaciones de terrenos determinadas por el Plan. Tales cambios deben requerir
el más estricto análisis y justificación posible.
Los terrenos públicos patrimoniales y no patrimoniales ameritan atención particular. No entendemos
porque se clasifican zonas no patrimoniales como lugares para desarrollos urbanos atípicos. Ya que
ninguna agencia puede enajenar recursos no patrimoniales, aparentaría que se violan las leyes con estas
designaciones. El Plan es particularmente deficiente en el trato que le da la zona costanera de Puerto
Rico.
El en caso de El Yunque, nuestra agencia trabajó estrechamente con la Oficina del Plan para
desarrollar una solución a la debacle en el área de zonificación especial para los municipios
circundantes a El Yunque. Nos sorprendió que en el Plan bajo consideración se eliminaran los
corredores entre El Yunque y la costa. Recomendamos que se inserten los corredores en el plan según
se propuso en los trabajos que el Servicio Forestal elaboró con la oficina del Plan. Así podemos
asegurar la continuidad, desde la costa hasta la montaña, del hábitat necesario para las especies que
habitan en El Yunque. Estos corredores deben incluirse en cualquier versión final del Plan.
Recomendamos la eliminación del concepto de áreas de zonificación especial en Puerto Rico porque
ese enfoque fracasó y está basado en análisis fragmentados obsoletos. No creemos que exista un
ejemplo exitoso de la aplicación de este concepto. Ya sea El Yunque, la laguna Tortugero, Culebra, el
sector Piñones Vacía Talega o el que sea, la designación de zona especial de planificación ha resultado
en la fragmentación de áreas naturales, pérdida de suelos agrícolas y desparrame urbano. La
zonificación especial fracasó debido a la falta de voluntad de las agencias de implantar las leyes y
reglamentos del país. Ningún sistema de planificación basado en la iniciativa individual, las
excepciones y las variaciones va a funciona en Puerto Rico. Anticipamos que de continuar
utilizándose este sistema de planificación continuará la fragmentación de los sistemas naturales y la
perdida de suelos agrícolas de importancia para la seguridad alimentaría de Puerto Rico.
Recomendamos prohibir variaciones y excepciones clasificaciones de suelos rústicos común (SRC) y
especialmente protegidos SREP). Recomendamos se tomen decisiones siguiendo procedimientos
precisos y estrictamente compatibles con practicas de conservación de suelos, actividades agrícolas,
preservación de recursos hídricos y forestales y manejo de riesgos o disturbios naturales.
Recomendamos que se rechacen las nuevas clasificaciones que se añadieron a última hora al Plan,
particularmente las de suelo urbano atípico turístico. Estas designaciones coinciden con propuestas de
proyectos de construcción para los cuales aun el proceso de aprobación por el gobierno no se ha
completado. Es demasiada coincidencia que esta clasificación se acomode a proyectos controversiales
sin aprobar. Más aun, no hay razón técnica alguna para que fragmentos de paisaje tengan
clasificaciones distintas a la mayoría del paisaje y que el fragmento coincida con algún interés privado.
Si el fragmento para desarrollo favorecido por la Junta de Planificación está en propiedad publica o en
la zona marítimo terrestre, aumenta el grado de irregularidad en su designación para el desarrollo.
Tales designaciones le restan credibilidad al ejercicio de planificación, traicionan la confianza del
público en sus agencias reguladoras y son injustificables técnica y legalmente.
Apoyamos la comunicación del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales donde pide que
todas las áreas ya designadas como reservas naturales o adyacentes a bosques y reservas públicos se
designen como suelo especialmente protegido. De no adoptarse esta recomendación, el Plan tendría un
impacto negativo para el bosque estatal de Guánica, los manglares de Piñones- Torrecilla- Vacía
Talega y la reserva nacional estuarina de Jobos, entre otros.
Felicitamos a la Junta de Planificación por tomar este primer paso para ordenar el uso del suelo
puertorriqueño y le alentamos a que en estas etapas criticas, cuando se definen las bases del futuro del
país, tenga como norte su deber ministerial de atender el interés publico del pueblo de Puerto Rico. El
Servicio Forestal está a la disposición de la Junta de Planificación para colaborar en lo que podamos
para lograr un Plan de Uso de Terrenos de excelencia.
Ariel E. Lugo
Director
USDA Forest Service
International Institute of Tropical Forestry
Jardín Botánico Sur
1201 Calle Ceiba
Río Piedras, PR 00926-1119
[email protected]
Tel: 787-766-5335 x-224
Fax: 787-766-6263
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