Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica en el Estado

Anuncio
Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica en el Estado de México
Conalep Coacalco 184
Nombre del alumno:
Cruz Flores Itzel
Docente:
Modulo:
Desarrollo ciudadano
Tarea integradora 4
Ensayo en conmemoración del voto a la mujer en México
Hoy en día las mujeres en nuestro país podemos votar gracias a que la
batalla por el sufragio femenino fue ganada hace varios años, anteriormente
los derechos ciudadanos sólo contemplaban a los hombres, irónicamente la
mayor participación ciudadana se obtiene hoy en día de mujeres, las
estadísticas lo señalan, tanto en cuanto a votaciones, como en la
composición de las mesas de casilla se observa una mayor participación
política de las mujeres en relación con los hombres.
El 3 de Julio de 1955 por primera vez la mujer mexicana emite su voto.
Más de 20 mil mujeres congregadas en el Parque 18 de Marzo de la Ciudad
de México el 6 de abril de 1952, demandaban el compromiso al candidato
presidencial Adolfo Ruiz Cortines para que cumpliera con su promesa de
plasmar en la Constitución el derecho de las mexicanas a votar y ser electas.
Ruiz Cortines repitió su compromiso y la algarabía femenina se apoderó del
lugar, y un año después de ese histórico mitin, el 17 de octubre de 1953, Ruiz
Cortines ya como presidente cumplió su palabra y promulgó las reformas
constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en el ámbito federal.
La lucha femenina por ejercer sus derechos de votación y decisión en México
da sus primeras manifestaciones importantes durante los años 1884 y 1887,
cuando por primera vez una publicación, la revista femenina Violetas del
Anáhuac, fundada y dirigida por Laureana Wright González y escrita
solamente por mujeres, demandó el sufragio femenino.
Hacia 1910, diversas asociaciones se unen a Madero, entre ellas el club
femenil antireeleccionista: “Las Hijas de Cuauhtémoc”. Poco tiempo después,
las integrantes del club protestan por el fraude en las elecciones y demandan
la participación política de las mujeres mexicanas.
Posteriormente, en 1916, se realizó el primer Congreso Feminista,
específicamente el 13 de enero. Este fue impulsado por el general Salvador
Alvarado como Gobernador de Yucatán y varias organizadoras. Uno de los
principales acuerdos a los que se llegó en este Primer Congreso feminista fue
demandar que se otorgara el voto ciudadano a las mujeres. La promulgación
de la Constitución Política de 1917, donde no se negaba la ciudadanía a las
mujeres, ni mucho menos su oportunidad de votar, tampoco se otorgó
expresamente ese derecho.
En abril del mismo año, se expidió la Ley de Relaciones Familiares, según la
cual los hombres y las mujeres tienen derecho a considerarse iguales en el
seno del hogar.
Del 20 al 30 de mayo de 1923, la Sección Mexicana de la Liga Panamericana
de Mujeres convocó al Primer Congreso Nacional Feminista, que se reunió en
la Ciudad de México, con la asistencia de 100 delegadas. Sus principales
demandas en lo político fueron la igualdad civil para que la mujer pudiera ser
elegible en los cargos administrativos y el decreto de la igualdad política y la
representación parlamentaria por parte de agrupaciones sociales.
Como consecuencia del Congreso Nacional Feminista, el 13 de julio de ese
mismo año, el gobernador de San Luis Potosí, Aurelio Manrique, expidió un
decreto en el que se concedía a las mujeres potosinas el derecho a votar y a
ser elegidas en elecciones municipales.
En Yucatán, Elvia Carrillo Puerto resultó la primera mexicana electa diputada
al Congreso Local por el V Distrito, el 18 de noviembre de 1923. Sin embargo,
después de desempeñar su cargo por dos años renunció, debido a las
amenazas de muerte que había recibido. Más tarde cambió su residencia a
San Luis Potosí, y fue electa al obtener la mayoría de votos, pero el Colegio
Electoral no reconoció su triunfo.
Hacia 1935, por primera vez, las mujeres participaron en las votaciones
internas del Partido Nacional Revolucionario (PNR), creado seis años antes y
entre 1935 y 1936, mujeres del partido oficial conforman el Frente Único Pro
Derechos de la Mujer (FUPDN), junto con militantes o cercanas al Partido
Comunista. Ellas encaminaron sus demandas de clase y reivindicaciones de
género.
Posteriormente, el frente profundizó en ciertas áreas del trabajo popular como
la creación del Departamento Autónomo de la Mujer en la Confederación
Campesina Mexicana (CCM); luchó por el cumplimiento de la Ley Federal del
Trabajo y la sindicalización de las obreras y empleadas gubernamentales, así
como por la instalación de salas de asistencia infantil anexas a los mercados.
La lucha que implicaba profundizar y afinar las alianzas con sectores y grupos
dominantes en el ámbito nacional repercutió en detrimento de la organización
amplia del movimiento de mujeres, sin embargo lo anterior se compensó con
la actividad febril que desencadenó la demanda del voto.
En 1937 el presidente Lázaro Cárdenas envió a la Cámara de Senadores la
iniciativa para reformar el Artículo 34 constitucional, como primer paso para
que las mujeres obtuvieran la ciudadanía. En 1938 la Reforma se aprobó y
ese mismo año lo fue en la mayoría de los Estados.
El 24 de diciembre de 1946, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa
enviada por el presidente Miguel Alemán, en la que se adicionó el Artículo 115
Constitucional, que entró en vigor el 12 de febrero del siguiente año. Ahí, se
establecía que en las elecciones municipales participarían las mujeres en
igualdad de condiciones que los varones, con el derecho a votar y ser
elegidas.
Siendo candidato a la presidencia de la República, en 1952, Adolfo Ruiz
Cortines prometió, ante 20 mil mujeres asistentes a un mitin de campaña, la
ciudadanía sin restricciones para las mujeres.
El 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial el nuevo texto del
Artículo 34 Constitucional: “Son ciudadanos de la República los varones y las
mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los
siguientes requisitos: haber cumplido 18 años, siendo casados, o 21 si no lo
son, y tener un modo honesto de vivir”.
En 1953 se reconoce el derecho al sufragio femenino gracias a la
organización y participación de las mujeres en los foros feministas
demandando derechos ciudadanos, sólo que ese avance no se materializó
sino hasta por lo menos dos décadas después, debido a que en la mayoría de
los casos seguían siendo los hombres quienes decidían lo que sus esposas,
hijas o hermanas debían hacer.
En las elecciones del 3 de julio de 1955 las mujeres acuden por primera vez a
las urnas a emitir su voto. En esa ocasión se elegía a diputados federales
para la XLIII Legislatura. Pese a la importancia que tenía ese primer ejercicio
de libertad de decisión, la verdadera democratización de la ciudadanía tardó
mucho más en gestarse, sobre todo porque la tradición imperaba sobre la
razón.
Uno de los desarrollos históricos de la Carta Magna hasta nuestros días,
haciendo especial énfasis a la reforma orientada a la actualización y
adecuación funcional del régimen democrático electoral que tuvo lugar en el
año de 1947, cuando se otorga derecho de voto a la mujer en elecciones
municipales y así mismo a la reforma del año de 1953 en que se asienta la
igualdad del hombre y la mujer al concederles expresamente el carácter de
ciudadanos de la República, ampliando además el derecho de la mujer a
participar en lasa elecciones federales, haciendo una comparación de este
mismo suceso en otros países, debido a que en términos universales el
movimiento por el sufragio femenino significa un movimiento por la igualdad
en la participación política, por la no discriminación a las mujeres, por el poder
decidir sobre nuestras vidas, además, por el poder ser elegidas para estar en
cargos de representación pública.
Los antecedentes constitucionales
El constitucionalismo supone un proceso histórico para el ajuste de las
diferencias surgidas entre las estructuras sociales, políticas y jurídicas,
proceso en el que las constituciones están en constante elaboración y
reelaboración, a fin de superar sus contradicciones, violaciones y omisiones.
Ferdinand LaSalle define la constitución como la suma de los factores de
poder de una nación, Carl Schmitt la entiende como las decisiones políticas
fundamentales del titular del Poder Constituyente, lo que conocemos como
Teoría de la Constitución.
“En el Estado Antiguo existió el derecho político, pero sin garantía jurídica
para el individuo; en cambio el régimen político moderno es el constitucional o
de garantías, que tiene como sentido jurídico la protección, y a ello tienden
todos los medios que se han forjado en los Estados Modernos, como la
división de poderes, la soberanía popular.
Son tres las constituciones que han moldeado al país al día de hoy: la de
1824 por su aporte de la República representativa, federal, popular, la de
1857 por los derechos individuales y la de 1917 por los derechos sociales y
son cuatro los periodos formativos desde la óptica del estado, las
características de cada uno de ellos son las siguientes:
1. EL PERIODO FORMATIVO DEL ESTADO MEXICANO.
Se extendió por seis décadas en las cuales se contraponen fuerzas reales y
profundas de nuestra estructura socioeconómica que, al agruparlas bajo
idénticos intereses y aspiraciones, definieron dos tendencias básicas, la
liberal y la conservadora, para dar fisonomía propia al Estado y gobierno
mexicanos, recorrido largo y difícil ya que en el lapso de 1810 a 1856 el país
registró 9 constituciones, una cada cinco años en promedio con mayor, menor
o nula vigencia.
Todo esto en nuestro intento por crear una nación independiente que, bajo el
método de ensayo y del error, partió de un gobierno imperial, pasando por
una república federal, en pugna con otra central, para finalmente establecer la
forma federal del Estado.
2. LA AUTONOMÍA DEL ESTADO MEXICANO.
El año 1857 empezó con una nueva Constitución, esperando que se
resolviera el conflicto político, a la llegada de Juárez, en su calidad de
presidente de la Suprema Corte de Justicia se inician grandes cambios,
tendientes a derrotar en su último intento a los conservadores por imponer un
régimen imperial al país, para sobreponerse al poder eclesiástico y lograr por
fin la autonomía del poder estatal.
Sus principales características fueron:
• La filosofía liberal asentada en el artículo primero.
• Subsistencia de la lucha entre la Iglesia y el Estado por el poder.
• Se da inicio al proceso de reforma al respetar a la Constitución como
símbolo de la legalidad del Estado Mexicano.
• Se acelera la transformación del orden jurídico.
• Se establece que nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por
tribunales especiales.
• Carácter democrático en lugar del popular de 1824.
3. LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO MEXICANO.
La falta de leyes, la política gubernamental de deslindes, que favoreció la
concentración de la tierra y el latifundismo, sumada a la demanda
democrática encabezada por Madero, fueron los elementos que se revelaron
contra la estabilidad del régimen político, ocasionando en conjunto un
movimiento revolucionario que expresaba el reacomodo de los factores de
poderes de la sociedad mexicana y prácticamente llevó la expedición de
1917, de una “nueva” constitución escrita a fin de lograr una mayor
concordancia con la constitución real del país.
MOVIMIENTO INTERNACIONAL POR EL SUFRAGIO FEMENINO
El movimiento internacional por el sufragio femenino, llevado a cabo por las
llamadas sufragistas, fue un movimiento reformista social, económico y
político que promovía la extensión del sufragio (el derecho a votar) a las
mujeres, abogando por el sufragio igual (abolición de la diferencia de
capacidad de votación por género) en lugar del sufragio universal (abolición
de la discriminación debida principalmente a la raza), ya que este último era
considerado demasiado revolucionario.
El sufragio femenino ha sido aprobado (y revocado) varias veces en distintos
países del mundo.
MARCO HISTÓRICO EN NUESTRO PAÍS
En México, durante la segunda mitad de los años treintas (1935-1936), la
lucha de las mujeres del Partido Oficial, militantes o cercanas al Partido
Comunista encaminaron sus demandas de clase y reivindicaciones de
género. El movimiento de mujeres logró un espectacular crecimiento,
llegándose a estimar que en el frente unico Pro Derechos de la Mujer
(FUPDN) se agrupaban más 50 mil mujeres. La búsqueda de la ciudadanía de
las mujeres significó batirse en un ámbito nuevo de lucha que implicaba
profundizar y afinar las alianzas con sectores y grupos dominantes en el
ámbito nacional. Esto repercutió en un cierto detrimento de la organización
amplia del movimiento de mujeres, sin embargo lo anterior se compensó con
la actividad febril que desencadenó la demanda del voto, lo que le permitió al
movimiento mejorar y fortalecer su presencia ante las instancias
gubernamentales. El movimiento de mujeres, profundizó en ciertas áreas del
trabajo popular como la creación del Departamento Autónomo de la Mujer en
la Confederación Campesina Mexicana (CCM); luchó por el cumplimiento de
la Ley Federal del Trabajo y la sindicalización de las obreras y empleadas del
gobierno, así como por la instalación de salas de asistencia infantil anexas a
los mercados.
La posibilidad de otorgar el voto restrictivo a la mujer provocó una ardua y
compleja discusión entre los juristas del país, la polémica en torno a las
modificaciones de los Artículos 34 y 35 constitucionales provocaron una
exhaustiva revisión del Diario de los Debates del Congreso Constituyente de
1917 y una rectificación y declaración de la Asociación de Constituyentes. A
partir de la propuesta de conceder el voto con restricciones, la discusión se
torna aún más confusa.
La iniciativa de Reforma al Artículo 34 constitucional fue presentada a las
Cámaras el 19 de noviembre de 1937 y aceptada por éstas el 21 de diciembre
del mismo año, pero no fue hasta julio de 1938 que la Reforma se aprobó y
hasta septiembre de ese año, se ratificó por la mayoría de los Estados. Esto
lo demuestra la propuesta del Frente Socialista de Abogados que sostenían
que: se concede el voto femenino única y exclusivamente a las mujeres
revolucionarias y en general a las mujeres trabajadoras; sostenía que era una
posición de acuerdo a la doctrina marxista de su programa. A este ambiente
confuso de discusión contribuían las posiciones de las mujeres
conservadoras.
PLANTEAMIENTO FILOSÓFICO DEL SUFRAGIO FEMENINO EN MÉXICO
En la lucha de las mujeres ubicamos tres momentos:
El primero, a finales del siglo XIX en la organización y participación de las
mujeres en los foros feministas, demandando derechos ciudadanos, entre
ellos el voto femenino, para ser exactos el año de 1953.
El segundo momento, en las luchas del movimiento feminista de los años
setentas. Partiendo del reconocimiento del avance teórico que significó la
construcción del concepto de género como categoría de análisis, que explica
los mecanismos de la opresión y abre la posibilidad de superarlos; y en la
práctica, combatiendo en forma concreta, real, auténtica, viva, por lograr la
democracia, entendida como la igualdad de los géneros, conservando la
diferencia sexual. Entendiendo igualdad como la superación de la dominación
de un género sobre otro, eliminando la capacidad de un género de censurar y
prohibir, rechazar, delimitar y levantar barreras.
Es un momento en que se alcanza una nueva etapa en la reflexión y en la
acción feminista; en donde las mujeres nos asumimos como un sujeto social
que se construye como su propio objeto de estudio: el género, y que
reconstruye su identidad y su práctica. Se asegura que la democracia del
género sólo se da con la base en la conciencia feminista que supere las
relaciones de complicidad (regla de la maternidad: patrón negativo madre e
hija). Por otro lado, dice que para la relación que potencializa a los grupos de
mujeres sigue el modelo democrático pacto entre iguales que permite la
decisión y formación de liderazgos femeninos (regla de maternalidad: las
mujeres reconocen entre sí el valor de otras mujeres en la lucha feminista;
jerarquía que da origen a la genealogía feminista que permiten el pacto entre
mujeres).
El tercer momento, se ubica en los años noventas en los avances y logros, en
la participación de las mujeres en nuevas causas y movimientos como por
ejemplo el que está en contra de la violencia hacia las mujeres, las
trabajadoras de la costura, el desarrollo humano sostenible, entre otros.
Además existe un crecimiento en el movimiento de las mujeres, no sólo en
cantidad, sino en capacidad, por mencionar: la creación de redes, alianzas,
pactos por medio del diálogo. Todo esto genera una nueva forma de vivir
(para algunas), se reconoce la pluralidad, la tolerancia y el respeto en sus
relaciones.
MUJERES MEXICANAS Y POLÍTICA EN LA ACTUALIDAD.
Desde finales de los años setenta, cuando una mujer ocupó una gubernatura,
en total sólo cuatro mujeres han estado al frente de una entidad federativa. En
la Cámara de Diputados, desde los años cincuenta a la fecha, sólo 10.2% han
sido mujeres. Al Senado llegaron las primeras mujeres hasta 1964. Desde
entonces para acá, 11.1% de los escaños senatoriales han sido ocupados por
mujeres. Al celebrarse el 50 aniversario del voto femenino en México, en 2003
la presencia de las mujeres en el congreso no supera 22%, proporción
considerada por debajo del mínimo planteado por la ONU. Otro de los
grandes problemas que nos aqueja en base al tema a tratar, es que nuestra
misma sociedad ha obligado a no pocas mujeres que llegan a puestos
públicos a mimetizarse en una cultura política que les dificulta distinguirse de
las prácticas políticas machistas. El panorama actual en cuanto a los
porcentajes de los puestos de elección conseguidos por las mujeres, pese a
las declaratorias de igualdad y a la ley que así lo establece, es preocupante.
Para revertir las grandes desigualdades que padecen las mujeres por su
género, haría falta que las mujeres que ocupan puestos públicos se defiendan
de esa cultura política que tiende a desdibujar su ser mujer en el ejercicio de
los cargos y que impulsen políticas públicas desde una perspectiva femenina.
Descargar