Diario del AltoAragón Jueves, 6 de junio de 2013 “Ser finalista del Premio Nadal ha sido un espaldarazo” Esteban Navarro publicará el próximo otoño La noche de los peones M.M. HUESCA.- Éste ha sido, hasta la fe- cha, el gran “año literario” de Esteban Navarro (Moratalla, 1965). Ha publicado La casa de enfrente (Ediciones B), gracias al respaldo que los lectores le vienen brindando desde hace tiempo en internet, y ha sido finalista del Premio Nadal, con la novela La noche de los peones, que verá la luz con la misma editorial, en el mes de octubre “La publicación de La casa de enfrente ha sido un peldaño más dentro de la escalera literaria, pero ser finalista en el Premio Nadal significa un espaldarazo importante, que me ha abierto posibilidades que antes no hubiera podido imaginar”, reconoce Navarro. El escritor, policía de profesión, comenta que, para él, lo más importante ha sido ser invitado a eventos literarios como el Barcelona Negra, Sant Jordi o el Getafe. De entre todos, confiesa un especial apego al Barcelona Negra, donde compartió Esteban Navarro, firmó ayer unos cuantos ejemplares. PABLO SEGURA mesa con Juan Madrid. “Raúl Argemí presentó mi novela La casa de enfrente -recuerda-. Oír a un autor consagrado hablando de una novela mía fue emocionante”. Al público todavía le sigue llamando la atención su condición de policía-escritor, que Esteban Navarro considera dos líneas paralelas que no se deben cruzar nunca. “Casualmente, he visto en televisión la historia de un guardia civil de Valencia que había obtenido las mejores notas en la carrera de Arquitectu- Javier Arruga traza un retrato agridulce de la despoblación El escritor zaragozano firma ‘Primavera en la Guarguera’ y el resto de sus libros S.C. HUESCA.- ‘Primavera en la Guar- 2 guera. Un viaje a pie por el Pirineo aniquilado’ es la última obra del profesor y escritor Javier Arruga, que firmó ayer en la feria oscense este título y también sus anteriores libros. En este caso toma posición sobre las causas que obligaron al abandono de los pueblos y se aleja del relato amable de los que creen que se trataba de una zona hostil. “La administración abandonó a centena- res de pueblos; de acuerdo que las condiciones de vida eran muy duras, como lo eran en toda España en esa época, pero la administración no hizo nada por acercar escuelas, médicos ni carreteras. Cuando ya no pudieron vivir más en régimen autárquico aislado los tuvieron que abandonar, pero porque la administración les había abandonado a ellos”. Arruga quiere también desmontar “el mito de que lo mejor que les podía pasar era irse de allí”. Aunque no falta el humor, reconoce que “al fi- Javier Arruga, ayer en la feria oscense. PABLO SEGURA nal el libro es un poco triste sobre la ­desaparición de una cultura”. Charlar con sus lectores le resulta una experiencia grata. “Siempre está bien conocerse e intercambiar experiencias de promoción. Yo soy bastante ‘rocero’, muy hablador, y el contacto con la gente me gusta. Sobre todo porque además al final, cuando estás dando el salto desde el círculo íntimo a lectores desconocidos como es mi caso, es cuan-