LA HORA DE LA CRISIS... Y EL RELOJ DEL GOBIERNO v IIHHRIHHBHHBMHIHIÍBHRBIBBVÍBÍBIOV E A U S T E D e n l a d o b l e p l a n a d ee s t e n ú m e r o l a f a n t á s t i c a información: INI COL.REPUBLICANO u tiro fusil EL NOVIO.—No me felicites, todavía vive su madre... (De Le Rite, París.) —Mira, mira; a esa señora también le han regalado una trompeta* (íbe Evergbody's Weekly, Londres.) PARLAMENTARISMO POR RADIO . - / • —¿No toca usted y le han dado —Sí, pero para que no toque. , —Se ha encontrado un paraguas negro de puño de cuerno re* presentando un pico de lord. Será devuelto «n la Alcaldía al Juna s u d i i á ';.«1 >. Lágrimas de cocodrilo (Oe Judge, Nueva York.) ........ ., om Gutierre LOS BIENES Í MADRID, 10 DE SEPTIEMBRE DE 1932^-AÑO VL-NUM. Kedacción: Paseo d« San Vicente, 20.—Teléfono 19580.—Suscripción: Madrid, 7,50 semestre; 14 afio.—Provincias: 8 semestre; 15 alio.—Bxtraajero: 13,50 semestre; 24 afio.—Días de pago: lunes de cinco a aleta—Para la buena marcha de nuestra contabilidad deben cobrarse los originales antes de pasados tres meses desde so publicado», pues transcurrido ese tiempo se entenderá que renuncian al cobro sus autores.—Los números atrasados de esta revista se renden al precio corriente en el kiosco "<!• la calle de Alcalá, (reate al teatro Alkázar.—K-HITO, Director. RÚSTICOS —La que está un poco mosca es mi mujer, querido Gutiérrez. ¡Como es tan nxmarqulzante! —Pero no tiene bienes rústicos. —Si, M&Mt. Las obra* de Campoamor «a rústica. DIRECCIÓN GENERAL DE CUENTAS ATRASADAS Negociad» de Incobrable N O T A Posiblemente cuando estas lineas se publiquen estará aprobado el Estatuto de Cataluña. No obtiene la Generalidad toda lo que pedía, y, sin embargo, se le concede algo más. de lo que nosotros—haciéndonos eco de un fuerte estado de opinión—deseábamos. Pero lo aprueban las Cortes, después de una gestión laboriosa, y todos debemos aceptarlo como bueno. En este tema concreto constituimos la oposición del Gobierno; benévola como la de Lernoux. Ello a pesar, en algunos momentos las relaciones entre el Gobierno y, GUTIÉRREZ fueron tan tirantes que no nos saludamos. Y es una lástima, porque tenemos en el seno del Gabinete buenos amigos. El señor Casares Quiroga no olvida que siempre que publicamos su caricatura respetamos su elegancia británica. Tampoco el señor Largo Ca~ ballero puede echar en saco roto que aún no ha habido caricturista que acierte con sus rasgos fisonómicos. Esto demuestra lo correcto de sus facciones. Si algún día el ministro de Trabajo recibiese el encargo de formar Gobierno, los dibujantes se verían obligados a declarar la huelga general. El que más disgustado está con nosotros es el señor Albornoz. Para los caricaturistas ha sido un filón don Alvaro. Y no es que afirmemos así resueltamente que los diseños que se le hacen se parezcan al original como una gota de agua a otra, no. Lo que ocurre es que nuestros humoristas han logrado crear una fisonomía especial del ministro de Justicia, y mala cosa es esa porque tarde o temprano el señor Albornoz llegará a parecerse terriblemente a su caricatura. La obligación de todo hombre público que se precie de tal es ir amoldando sus rasgos a\ sos caricaturas. La Cierva acabó por parecerse a sus retratos festivos, y lo mismo le ocurrió al conde de Romanones. Un Gobierno Albornoz contaría, desde luego, con nuestro apoyo. Un Gabinete Casares Quiroga o Largo Caballero llevaría implícita nuestra oposición. Por algo se trata de un periódico humorístico. Pero lo qué más podría colmar nuestras aspiraciones y ofrecernos ancho campo para las caricaturas seria ver a don Ventura Gassols en la Presidencia del Consejo de Ministros. Los caricaturistas son tos que han salido perdiendo con el cambio de régimen. Romanones, Sánchez Guerra, Sánchez Toca, La Cierva' eran canteras inagotables. Y en su lugar llega un don Fernando de los Ríos, un Giral, un Casares, un Largo Caballero... Pero no es eso lo peor. Lo peor es que los hombrea de la República, ¡os que descuellan en el nuevo régimen, los que están llamados en plazo breve a regir los ministerios son inexpugnables para los lápices. Ahí están Calviño, Espié, Sol. Llamamos la atención del Gobierno sobre este extremo. Antes de presentar la dimisión debe fijarse bien en quiénes han de sustituir a los ministros actuales. La sufrida clase de los caricaturistas' españoles así lo pide. En Alemania, por ejemplo, esto no tiene verdadera importancia, porque tolos tos alemanes son raros. Por esto allí logra la caricatura su máximo esplendor. En cambio, en España, los periódicos humorísticos arrastran una vida lánguida. Todos los prohombres de la política quieren salir guapos en las caricaturas, sin tener en cuenta que, entonces, dejarían de ser tales caricaturas. Hay ministro que prefiere aceptar una interpelación en las Cortes a que el dibujante le prolongue tres milímetros la nariz. Pero, a lo que íbamos. Ya está aprobado material o vktualmente el Estatuto. Si el Gobierno quiere, por' nuestra parte tan amigos. Nada de rencores. Sólo nos apartó de su lado el modo de apreciar la cuestión catalana, y bien sabe que cuando nos necesitó junto a él estuvimos. Lo estamos ahora otra vez, que no es menudo refuerzo GUTIÉRREZ, y , claro, con esto se aleja ya el fantasma de la crisis. CÍesde hoy tienen nuestros dibujantes la orden terminante de reducir cuanto sea posible la nariz del señor Albornoz. Y aquí no ha pasado nada. Madrid, 10 de septiembre de 1932. E L JEFE DEL NEGOCIADO DE INCOBRABLES, ¡Madridl ¡Qué grande eres! ¡Seis millones "verdad" te dan, para que esteres tu capitalidad! ¡Qué bien! ¡Qué maravilla! Pensando en los montones que sólo en calderilla suponen seis millones, todos los madrileños, y el oso, y los madroños, nos hemos puesto menos, digo, ¡qué digo!, moños. Desde hoy ningún cuidado nos- puedfe conmover; ¡ni el que esté acatarrado nos va a poder 'toser"! Hay ya quien da consejos bastante adelantados, porque esos milloncejos sean bien aplicados. Y habrán, seguramente, de aplicarse tan bien, que algún sobresaliente puede ser que les den. La villa será rica. Madrid se va a crecer. Con tanta perra chica ¡lo que se puede hacer!... Ya el coro diputado del pueblo de Madrid ha garrapateado un programa feliz... Tendremos más escuelas en calles y pinares. Allí echarán las muelas muchos más escolares. Y verás, sin prisitas, más tranvías pasar llenos de criaturitas que no saben cantar... Como cuarenta soles va a ser, al fin, más fijo que en cuestión de faroles, bueno, ¡ni Lagartijo! Pondrán a troche y moche bonitos reverberos, pero, claro, de noche habrá que ir con mecheros. Veremos por doquiera faroles "a patas". Lo que no habrá manera de ver va a ser el gas. Se emprenderá con gana el proyecto antañón sobre la Castellana y su prolongación. Y, de ir interpretando el proyecto como es, pues lo van prolongando hasta el ochenta y tres. También Madrid contento ya ha podido observar que todo el pavimento le van a renovar. Y aunque todo esto encierra el que hay que andar sin fin por montañas de tierra y piras de adoquín, Madrid quedará hermoso; será un espejo el suelo, y hasta puede que al oso le salga mejor pelo. Sí; no hay duda. Un encanto será después Madrid. (¡Caray, pero entretanto, te rompes la nariz!) GRACIELLA iVAYA USTED AL CÓRNER) el rey gaspar asciende de categoría HICO, yo no sé qué es lo que pasa con este jugador valenciano que siempre hay que estar hablando de el. Primero no sé qué del astrágalo, luego J viajecito a Méjico, después la vuelta de América y su reingreso en el Madrid, más tar^e el encontrárnosle una noche en Rosales foliando horchata y por último su debut en el Athlétic, frente a los moros, a los que destrozó completamente. Siempre hay que decir algo sobre este muchacho. A lo mejor va a resultar verdad eso de que es un formidable delantero centro. ¡Quién sabe! Por lo pronto, ahora ha ascendido de categoría. Por méritos de guerra. Antes era nada más que el rey Gaspar, ¿verdad? Bueno, pues desde el último domingo, en lugar de rey es Santo, y en vez de llamarse Gaspar se denoniina Santiago. Pero con el fin de distinguirle del otro Santla go, que también se hinchó de matar moros, montado en un caballo blanco y que figura en el Santoral como Santiago a secas, a este le vamos a llamar San Santiago. Nos parece que un señor que mete nueve goles en una tarde tiene derecho a esto y a más. De manera que si les parece a ustedes poco estamos dispuestos a llamarle don San Santiago. Naturalmente, la próxima temporada futbolística no tendrá ya ningún interés. El Athlétic madrileño se llevará los dos campeonatos como el que lava; Zamora, tendrá que comprarse una registradora para apuntar todos los goles que le metan, y el Athlétic bilbaíno dedicará sus actividades a la degustación de angulas al pil-pil. Porque pensar en' ganarle un partido a San Santiago son ganas de perder el tiempo. Tendría qUe ser un milagro, y los milagros son exclusiva del exterminador de sarracenos. También es mala suerte la del Madrid, homore. Venga gastarse miles y miles de duros para tener buenos jugadores y precisamente se desprende de uno días antes de ascender a i>anto ese jugador. Nosotros lo sentimos por Zamora, que nos es muy simpático y nos consta que sufre mucho cuando le meten más de seis goles en un Partido. Y claro, este año va a sufrir horrores con el Athlétic. Enhorabuena, don San Santiago, por su ascenso. Ya sabe usted donde tiene unos amigos. LA EVASIÓN DE LATIFUNDIOS Los monárquicos ya no saben qué inventarse para fastidiar a la República. Primero han tratado de llevarse todo al dinerito con ayuda de un portugués, aunque hay que reconocer que cuando han llegado al extranjero y han visto que un filete cuesta dos duros han sido muchos los que han vuelto atraídos por los solomillos de 3,75 con muchas patatas, en cantidad para dos personas. Ahora con esto de la reforma agraria y la expropiación de tierras han descubierto en la Aduana de Irún un caso que ya, ya. Hace cosa de un mes pasó por allí cor dirección a Portugal, que como se sabe está un poco más allá de Irún, un matrimonio de la alta aristocracia cuyo nombre no creemos discreto revelar. La señora llevaba un tiesto con un guisante. Esto no llamó la atención de los aduaneros. A los ocho días volvió a pasar el matrimonio con otro tiesto, y así ha venido repitiendo la operación unas trescientas veces en un' mes. La perspicacia de la policía ha descubierto el intríngulis del asunto. Los aristócratas de marras tienen un extenso latifundio en la provincia de Valdepeñas y, temerosos de que se lo expropiaran, concibieron la idea de llevárselo a Portugal, Resulta que poco a poco, en el tiesto, se habían ya llevado varios kilómetros cuadrados de latifundio y han dejado en España un agujero bastante grande. Sin embargo, Portugal, que es donde han puesto esa tierra, ahora ha quedado más grande. ¡Hay que andar con un ojo! Complots de extrema derecha. Complots de extrema izquierda. Perder el tiempo se llaman esas figuras. P. S. Nos duele esa enemistad que va a desatarse entre el Madrid F. C. y el Athlétic madrileño. Ante todo, somos deportistas y creemos lo mejor alejar esas rencillas de administración que a nada práctico conducen, por lo menos en el aspecto puro del deporte. Hay que llegar a un acuerdo para no presentar al público odiosas luchas entre hermanos. ¿Por qué no prueba el Madrid a reconquistar a Rubio? Creemos que veinte o treinta mil duros serian suficientes para conseguirlo. Y de esa manera no habría desavenencias entre madridistas y athlétícos. Al contrario, se muerdan mucho, porque serían iguales unos y otros. Los dos se iban a hinchar por ahí á perder Partidos... Regresan los comunistas deportados. Marchan los monárquicos deportados. Barquitos qué de allí [salen y otros que de allí sal[drán. 8i en el camino se en[cuentran, ¡cuántas cosas se dirán! CONFLICTO FERROVIARIO, galindada. por GÁUNDO -¿Qué pasa que hay aquí tantos trenes? -Nada; que al jefe de estación se le ha perdido el pito y no puede dar -la salida. COMENTARIOS la tragedia del hombre pequeñito STE titulo, que parece el de una novela de Zaraacois, tiene su origen en un incidente acaecido entre un portero de baja estatura y un propietario débil a los caprichos de su prometida. La Sociedad de Porteros ha dado una nota a la publicidad en la que afirma que el dueño de la finca se mete con el portero porque éste es pequeño. Nuestro asombro ha sido todo lo contrario. Sabíamos que la lucha por la existencia resulta cada día más desesperada; que para lograr un empleo u ocupación en una oficina o comercio es preciso poseer, por lo menos, un titulo de ingeniero industrial o de campeón mundial de boxeo; pero nunca pudimos figurarnos que para desempeñar el cargo de portero hiciese falta haber sido elegido en un concurso de belleza apolínea. Comprendemos la estupefacción de ese hombre pequeño de talla, quien seguramente creería tener resuelto el problema de su vida, y habría olvidado el defecto de su estatura, al verse de nuevo burlado por sus no semejantes. "Desde niño, el futuro hombre pequeño sufre las consecuencias de su desdichada desigualdad con sus hermanos y amigos altos al tratar de coger rápidamente la fruta del aparador. Más tarde, ya mozo, cuando es tallado, la alegría de encontrarse libre de quintas se ve empañada recordando el motivo de la excepción. En los bailes, muchas mujeres le desdeñan; y en el tranvía jamás puede efectuar esa operación que para los demás mortales resulta sencillísima, y que consiste en tirar de la correa cuando nos vamos a apear. Los amigos le llaman "rompetechos". Un día, el hombre peque- ñito decide casarse, a ver si, de ese modo, consigue "crecer y multiplicarse". Y cuando se cree a cubierto de bromas, llega una señorita caprichosa y le gasta la más pesada que pudo figurarse. Nosotros, que, sin ser tan feos como Schopenhauer ni tan filósofos, somos un poco fiiosofitos, tenemos una idea en el cerebro que vamos a convertirla rápidamente en una frase: "Las mujeres y los hombres dan más importancia al sexo que al seso." La belleza física nos hace lanzar gritos salvajes de júbilo. La espiritualidad nos conmueve, pero nos aburre. Sólo los artistas se salvan a ratos de esta ley inexorable de la naturaleza. Somos unos... de esos... de los que se saca el jamón. Bien está que la mujer que acepte a un hombre lo haga por su tipo y hermosura. Allá ella. La verdad, a nosotros no nos ha dicho ninguna novia que recogiéramos firmas de los vecinos para echar a un portero porque fuera rubio o'moreno, alto o bajo. Claro que si nos lo dice a nosotros la mandamos a Rosales o a la Castellana, pongamos por paseos conocidos. Es preciso que este ejemplo no cunda. Sería horrible que un día se nos acercase el dueño de la tienda donde despachamos lentejas y galletas de coco, y nos dijese: —Mire, López. Desde mañana me veo en la precisión de prescindir de sus valiosos servicios. —¿Por qué, don Olegario?—preguntaríamos asustados. —Porque mi hija Nina le encuentra a usted demasiado regordete. —La señorita no ha reparado bien en mí. —Lo he matado para t i —¡Pero qué mal huele! —No te extrañe; estaba el pobrecito velando a un compañero suyo que se había muerto. Peso cincuenta y dos kilogramos—peso mosca—, y si bien no soy alto, es verdad, esto puede arreglarse fácilmente colocando detrás del mostrador una fila paralela de cajones y subiéndome en ellos. De esta manera el efecto, al otro lado del mostrador, sería completo y nadie descubriría el truco. Las señoritas caprichosas, repetimos, deben limitarse a elegir los tipos que les parezcan más hermosos y perfectos para el mejoramien' to de la especie. Allá ellas y la eugenesia. Pueden casarse, si gustan, el día 12 de octubre, fiesta de la Raza, y esperar que sus encargos hechos a París sean esbeltos y ebúrneos. Aun-1 que a lo mejor resultan enanos. Porque a veces, mamá Natura nos gasta unas bromas... TORREMOCHA la sordera bien entendida —«Vengo a proponerle un invento para desalojar el teatro «a clac» —i Y no tendría otro para Ueoazlo en el mamo tiemple? (CUENTO) Pues señor..., había en una ocasión en cierto pueblecito de tal provincia una familia com* puesta por el padre, la madre y dos hijos; pero daba la casualidad que todos sordos. Por achaques de la vida el padre tuvo que pedir dinero a un vecino del pueb'o. Cierto día se lo encontró en la plaza y... —¡Hola, Pedro—que así se llamaba el padre—, qué te cuentas! —Hombre, perdona, pero ahora no tengo aquí el dinero; espera que se lo pido a tai mujer. —¡Pero, Pedro, si no te pido el dinero! —Sí, hombre, sí; si no tardo nada—, y se marchó. Pero al llegar a su casa salió al encuentro su mujer y al verle triste le dijo: —¿Qué te pasa, Pedro? —Pues nada, que me he encontrado con Tomás en la plaza y me ha pedido el dinero, pero le he dicho que me esperase un momento, que venia por él aqui. —¡Anda qué tonto! ¿Y por qué no te has traído un par de kilos para probarlas? Estaban en la conversación y salió la hija, que era ya una mujercita, y al ver a sus padres, a él triste y a su madre contenta, preguntó: —¿Qué les pasa? —Ya ves, hija, el tonto de padre, que ve e° la plaza unas pescadillas muy hermosas y baratas y no se trae unas pocas para probarlas. —¡¡Pues mire, padre, si es buen mozo, y tiene mucho dinero, cuanto más pronto mejor!! Pero salió el hermano, y al ver a su familia charlando interrogó: —¿Qué es lo que pasa? —Pues nada, chico—contestó la hermana—« que ha ido padre a la romería y ha encontrado un mozo que le ha dicho se quería casar conmigo; y le digo que si es buen mozo y tiene dinero, cuanto más pronto mejor, ¿fío te P3* rece a ti lo mismo? —¡Si, yo creo que si, con tal de que me l° s hagáis anchos de bragadura para poder bailar btenJ... Sebastián G. U. «Sí 79, FRUTA DEL TIEMPO, por MORAN El cowboy se mete a pescador. CUENTOS EL VENDEDOR DE MELONES.—¡Melones!... ¡Buenos melones! EXTRANJEROS la princesita que se volvió paloma hadas malignas se enfadaron mucho porque el rey no las había convidado al bautizo de la princesa. No es que 'as hadas malignas tuvieran interés en asistir al bautizo por el bautizo en sí. Ellas no querían •Has que aprovechar la ocasión para fisgar cómo estaba decorado el palacio y para hincharse de chocolate con picatostes. Lo que hacen todas las hadas malignas en cuanto pasan de los cuarenta años. Determinaron las descontentas vengarse del rey en la persona de la recién nacida. Y se presentaron en plena ceremonia cuando nadie las esperaba. Ante el estupor de todos se acercaron a la artesa donde dortnia la prncesita, y Malalenqua dijo acariciando a la niña: —Serás hermosa y rubia, pero te olerán los pieses de tal forma que no se arrimará jamás a ti un galán. Intenciones Perversas llegó a la cuna y exclamó: —Tendrás los ojos hermosos, Don Alejandro echa sobre los hombros de Azaña toda la responsabilidad de no dejar que gobiernen los republicanos históricos. Con l e n t e s y unos rizos blancos, añadimos nosotros para COITM pletar las señas. Lo que dirá don Manuel: contra el vicio de pedir... LA FARSA Uimiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiini: lili!! publ:ca esta semana pero nadie sabrá cuál es tu ojo derecho y cuál tu izquierdo, porque te saldrán el uno sobre el otro. Todos los presentes estaban aterrados ante aquellas terribles profecías y com'an mojama, pero sin saborearla apenas de lo nerviosos que se sentían. Corazón de Suegra, la más feroz de las hadas maMgnas, se acercó al lecho, tocó la cabeza de la niña y no d'jo nada. El rey, extrañado, preguntó: —Bueno, tú, iso vencejo! ¿No le d'ces nada a mi niña? —No—respondió la alud'da—. Yo no la echo maldic'ones porque hace muy feo en una señora viuda como yo. Solamente voy a clavarle en la cabezota a la orincesa este alfiler negro. Con ello se convert'rá en paloma, sin recobrar su condición humana hasta que un armerrido mancebo la arranque el alfiler. Dicho y hecho; Corazón de Suegra clavó el a'fllerito en el cráneo de la niña e inmed'atamente ésta quedó convert'da en paloma. Todos los as'stentes aplaudieron a rab'ar este boirto juego de prestidigitac'ón y Coraron de Suepra agradeció los aplausjs desde el palco escénico a la terminac'ón de tndos los actos. La palom'ta^ naturalmente, emnezó a revo'otéai- por allí como si fuera una mariposa o uní paloma y, naturalmente tamb'én. todos los presentes enroezaron a dedr que era muy bonita, aue el anlmalito más dulce era la paloma, aunque también la tórtola se las tra'a a veces, y que el dia que ellos tuv"eran una finca de recreo en el campo no habia de faltarles su buen palomar en todo lo alto. Cuando se cansaron de decir todas estas sandeces agarraron escopetas y se liaron a tiros con la palomita. La hicieron fosfatina a la pobre. Entonces el pobre rey manifestó que él ante todo era padre y que aquello le causaba un disgusto de padre y muy señor mío, pero que reconocía en sus convidados unas nada comunes cualidades para el tiro de pichón, por lo cual rogaba a Corazón de Suegra que no se marchara todavía, porque aun no habían cerrado el portal y porque todavía le quedaban otros siete hijos de su matrimonio y veinticuatro sobrinos que los mantenía él. Un cnado bajó a la tienda por dos pesetas de alfileres negros y la fiesta se prolongó hasta muy entrada la madrugaba. Todos fucon felices y no comieron perdices, pero se pusieron A nosotros no nos gustan los líos; pero creemos que las derechas que no sean monárquicas deben aprestarse a colaborar con Maura. Y renunciar al derecho de pataleo. Vamos, si quieren hacer las cosas a derechas. gordísimos de comer palomas con tomate. Y colorín, colorao. • La verdad es que no puede ser más Idota el cuentecito este; pero es que no sabía cómo llenar el hueco que quedaba en esta plana. . Y menos mal que es un cuento extranjero. — ¿Y qué diferencia hay entre las habitaciones de cinco y diez pesetas? .•.••! .-., j ¡4 —Por la cerradura de las de diez miro y o solamente. Por las de cinco mira todo el mundo. EL QUE RECIBE LAS BOFETADAS Drama por LEÓNIDAS ANDREIEV imiimiiiriiiiiiiiiiMiiiiiiiiiiiiiiimiiiiiimimii Versión castellana de Valentín de Pedro y Rafael Cansinos - Assens —Güeno; pues avísale hoy mismo. —Descuida. —Mira que tiene que sé güeno y valiente, que e pa guarda er cortijo. —¡Ya lo verál —Pue hasta luego. —Adió, compare. II —¿Los cuatro elementos? Sí, señor. El agua, la tierra, el aire y... —Recuerde el niño. Uno que hace muchas victimas. —¡Ah! iSí! El camión. el perro policía • AUREANO Rota, al recibir el telefonazo d e s u compadre, acudió presuroso al colmado La noche del sábado, titulado asi por su dueño, no solo por ser ese día de la semana el que más parroquia reunía en el establecimiento, sino por su afición "benaventiana", heredlada de su padre. Este, en vida, tuvo un negocio de carbones, y le puso al despacho La Malquerida, ignorando nosotros qué ligazón existe entre el cok y don Jacinto, como no sea que de ver en cuando hace cisco... Laureano entretenía la espera bebiéndose un chato de manzanilla con su correspondiente tapita dte jamón, pródiga en tocino. —¡Compare de mi arma! —[Hola, Laureanillo! —¿Qué e de tu vida? —Pue ya ver allí en er campo como siempre. • Qué va a bebé? —Tráete pasada. —Por su casa toos bien, ¿verdá? —No hay queja, compare. —¿Y su suegra? —¿Mi suegra..-? [Comiendo má que una lima sorda! —Ezo e güeno. —Regula, compare... Güeno, ¿y qué quería usté de mi? —Hombre, además der gusto de saludarte, que me ayudes en un encargo que traigo de don Curro. —Tú dirás... ¿Y cómo sigue don Curro? —I Don Curro, bebiéndose jasta er maíz! —¡Qué hombre! Yo no sé cómo tiene aguante. MVa que lleva tií-mor bebiendo. —lY lo que le quea! Ahora le ha dao por los córteles, y arma ca ensalá que mete miedo. —Ezo lo va a enterra. —Ezo mismito le digo yo, compare; pero como si tar cosa. —Güeno, ¿y qué encargo es ese? —Tú ya sabe la afición que tiene por los perros. —S!; jya lo creof —Po se le,ha muerto un perro policía que tenía que se estaba mirando en é, y quiere que le busque aquí uno. —¡Hombre; yo conozco a quien nos podrá serví! •—¿Quién, compare? —Pepete er gitano. , , —¿Un gitano con un perro potfcía? —Lo que usté oye. Ayé mismo se lo oí desí y que era una alhaja. Cuando nuestros compadres llegaron al hotel de Pepete el gitano, éste no se encontraba en su morada; pero había dejado dicho a su señora que lo esperasen, que volvía en seguida. Como al lado de la casa había un corralillo con varios animales de diversas procedencias, se dedicaron nuestros amigos a buscar el tan deseadb can policeman. En un rincón encontraron un perro amarrado con una fuerte cadena; pero que no debía ser el buscado, porque era de lo más vulgar, feo y asqueroso que pueden ustedes imaejinerse. Era una desconcertante mezcla de perro de aguas, de galgo, y hasta de ciego. Parecía un pobre can hambriento, y lo demostraba su falta de energía, a pesar de la cadena, y sus angulosos costillares pronunciados y salientes. —¿Esite no creo que sea er policía? —¡Calle usté, compare! ¡Esto e una gamba! El otro lo tendrá guardao por temó a que se lo roben. Por fin llegó Pepete, y cuál no sería la sorpresa de nuestros compadres cuando se enteraron de que precisamente el pobre perro' que habían estado contemplando era el detective. —¿Que éste e er policía? —Zí, zefió. —¿Con esa cara de hambre y esa melena? —¡Lo que está usté oyendo! —¡Vamo, hombre, Pepete: tú te quiere reí de nosotro! —¡Yo le juro por la zalú de mis hijos que e un policial —Pue no hay quien lo conozca. —¡Claro; porque e un policía secreta...! Pedro RISTORI MONTOJO NÁUFRAGOS, por GALINDO -¿Y usted qué opina de la reforma agraria? 1 tiempo perdido —¿Me has olvidado, niña preciosa? ¿Ya no recuerdas que te he cantado y que en mis versos te he comparado con una rosa? ¿Quieres, tal vez, que te compare con una nuez? Niña elegante, niña arrogante, luz de mis ojos, luz de mi vida, luz de magne¿soy, por ventura, [sio, tan adefesio que te fastidio con mi ternura? Si me has flechado con tu hermosura con esos ojos que son dos soles incandescentes, con esa boca que me provoca, " con esos dientes, orificados, resplandecientes, ¿soy yo el culpable? Si con tus gradas me haces tu esclavo, niña adorable, ¿quieres que piense que soy un pavo? ¿Quieres, quizás, que sea menos que los demás? Ya sé que muchos, unos muy tiernos y otros machuchos, por ti suspiran, por tí deliran y están delgados y paliduchos. Ya sé que un grueso joven chipriota por ti no prueba ni el pan ni el queso ni la compota. Ya sé que un corso malhumorado sueña contigo y que, ceñudo, fiero, sañudo, dio tres patadas en el ombligo a un alsaciano ; que era su amigo, I que era su hermano! Sé que un noruego por tí anda dego. Sé que un dentista que, según dice, nació en •por tu despego [Finlandia, se ahorcó hace días en Zululandia. ¿Pretendes, pues, que haga lo mismo que el finlandés: ¿Por qué te callas? ¿Por qué te enojas? >Por qué [estás muda? ¿Qué te sucede que no contestas? No cabe duda que me detestas. \ Puedo ofrecerte lo que ambiciones; mis esperanzas, mis alegrías, mis ilusiones, mis fantasías pongo a tus plantas, porque me embrujas, porque me hechizas, por' [que me encantas. ¿Quieres matarme con ese gesto tan desdeñoso? Ya te decides, Ya vas a hablarme. ¡Ya sov dichoso! —¡Vete al infierno! Yo quiero ahora ser una ilustre, ser una insigne declamadora, una aplaudida redtadora. 1 Calma en seguida, calma esta fiebre que me devora! Los ignorantes, los eruditos vendrán veloces. ¡Voy a atronarles a todos ellos con unos gritos ¡Voy a asustarles a todos ellos con unas voces! Déjame sola. Debes marcharte. I Qué ansias feroces tengo, Insensato, de acogotarte! Me debo al arte. Si no declamo, me moriré. ¡Declamaré! i "i • , '%• llamos porel foro Periódico defensor de los abogados ídem XXV Director: SINFORIANO BIRRETE N SECRETOS PROFESIONALES El Vamos de toga caída Precauciones que debe tomar un buen abogado antes del juicio Queridos compañeros: Yo no sé <?ué va a pasar aquí. Nuestra honrada profesión va de toga calda. La culpa la tienen los criminales de ahora, que son una verdadera birria. Da asco ver cómo se ha terminado el arte en esto de los asesinatos. Antes daba gusto. Los asesinos quitaban a uno de en medio y lo partían en pedacitos, o lo metían en una maleta y lo facturaban a Logroño, o lo quemaban en la cocina; enfin,rodeaban su crimen de mil detalles artísticos y amenos que interesaban a la opinión y proporcionaban al letrado ocasión de gran lucimiento. Además había porteras, como la de la calle de Fuencarral, que eran grandes auxiliares de los abogados porque no sabían nada, y así era más fácil defender, y no las de ahora, que en cuanto oyen gritos en el segundo izquierda ya están llamando a los guardias, que cogen al asesino con las manos en la masa encefálica de la víctima, por lo que no tiene defensa posible. ¡Cotillas, más que cotillas! Los .asesinos de ahora le seccionan a uno la yugular, o le peSan un tiro, o asaltan un Banco y toman un taxi, cuyo número ve todo el mundo, y, por si era poco, encima van contando por ahí su hazaña. ¿Qué recurso le queda al pobre abogado? Decir que ha cometido el crimen por ideas o que está algo paranoico. • Para un abogado, el elemento más importante de los que intervienen en los juicios es el fiscal. El abogado que tropiece con un buen fiscal de esos con úlcera en el estómago y cara de vinagre se ha caído con todo el birrete. ' El fiscal que al comenzar su informe, tiene la intención de pedii para el procesado tres meses de prisión, como le empiece a doleí el estómago o se acuerde de algo desagradable que le haya ocurrido, empieza a exaltarse poco a poco, a dar puñetazos en la mesa, y termina pidiendo veinte años, y todavía dice que se queda corto. Los abogados defensores deben, pues, procurar por todos los medios que el fiscal vaya al juicio de buen humor y que no le duela el estómago. Para ello desde dos días antes de la vista empezará a tomar algunas precauciones para evitar estos inconvenientes. La primera consiste en enviarle bajo sobre el último número de GUTIÉRREZ. Luego repasará la cartelera teatral y verá en qué teatro hacen la obra más graciosa, se irá a la taquilla, comprará un palco y se lo enviará al fiscal con una carta que diga poco más o menos: "Querido don Fulano: Como tengo amistad con la empresa de tal teatro, le mando ese palquito para que pase un rato agradable con su familia. Le abraza su buen amigo, Encinares." El fiscal se pondrá a pensar en quién es Encinares, pero como no lo recordará decidirá irse al teatro a ver si allí se lo encuentra. Al día siguiente, cajita de puros y dentro un papel donde se lea con alguna falta de ortografía: "Recuerdo de un procesado absuelto por su benevolencia, que no da su nombre por modestia." A la media, la misma operación con un bote de bicarbonato con una notita: "Propaganda de la casa." Con todo esto se comprende fácilmente que el fiscal irá el día de la vista de bastante buen humor y con el convencimiento de que la Humanidad es generosa y agradecida. En estas condiciones tiene el procesado la enorme ventaja de que el fiscal no se ensañará. Y total son unos diez duros. A S E S I N O DE CARABANCHEL Desea abogado se encargue de sus asuntos a sueldo fijo y comisión. Imprescindible que sea muy trabajador, porque yo soy hombre activo que no paro de cargarme gente. Cipriano Malaspulgas. Vereda del Sargento, 13. ¡¡NO SEA USTED PRIMO!! Su mujer le engaña y es una chismosa. Además no sabe guisar y sólo piensa en comprarse trapos. ¡DIVORCÍESE CUANTO ANTES! Piense en lo feliz que será cuando pueda salir por la noche y volver a la hora que le dé la gana y hasta borrachp si le parece. Se levantará usted a la hora que quiera y se irá a comer al café, y por la noche al cabaret. Eso es vivir y no eso qtfe usted hace. No lo piense más. ¡A la una!... ¡A las dos!... ¡Y a las tres! Visite a Olegario Regúlez, abogada ESPECIALISTA EN DIVORCIOS • i Viva la libertad! NOTICIAS Ha sido condenado a treinta años de prisión y cien mil pesetas de multa el notable criminal Acisclo Zamogón, para quien el fiscal pedia tres > meses y un día. El asesino ha dicho que el día que salga se v» a cargar a su defensor, el joven y elocuente letrado don Severiano Cotorra, el cual, por si las moscas, se está dejando la barba y se ha teñido de • rubio. Además está aprendiendo el inglés con objeto de, si las circunstancias se lo aconsejaran, salir en el momento oportuno para Manchester, donde se le ofrece un brillante porvenir como representante de ciruelas de su pueblo natal. Lamentamos lo que le pasa y esperamos que las autoridades pe- nales no dejarán salir de paseo los domingos al in/ime Zamogón, Nuestro querido amigo el elegante y distinguido abogado don Rogelio Chico acaba de obténei un gran triunfo forense de esos de no te menees. Resulta que ha defendido en un pleito de esos de un lío de herencia a la distinguida y no feúcha señorita Anastasia Trucha del Arroyo, que recientemente heredó cuatro millones de pesetas, y no sabemos cómo habrá convencido, pero el caso es que en breve, contrará matrimonio con ella. ¡Un gran triunfo conseguido con la elocuencia del joven letrado! •SZi UM. i futuro Deben a m p l i a r s e las circunstancias atenuantes Cuando se redacte el futuro Código creemos que deben introducirse algunas modificaciones; a saber: Creación de nuevos delitos. Suspensión de otros. Modificación de circunstancias atenuantes. Sobre todo, esto último es importantísimo. Las nuevas circunstancias ate-" nuantes que pueden añadirse son: 1." Que la víctima sea suegra o cuñada del criminal. 2." Que el asesino sea lector de Eugenio D'Ors, en cuyo caso la atenuante sería de enajenación mental. 3." Que sea radioescucha. 4." Que cometa su crimen con armas de fabricación nacional. • 5." Que mate a la víctima sin hacerla sufrir, anestesiándola previamente o matándola a la primera, sin descabellar ni nada. 6.° Que mate a su mujer cuando ésta le pida más de 6,50 diarias para la compra. 7° Que la víctima sea automovilista, en cuyo caso el asesino obra en legitima defensa y con intención de evitar un mal mayor. Los crímenes de Carabanchel. Están detenidos los autores de la muerte de Mariano Mejino. Que son los mismos que mataron a la encajera. Y ya se sabe quién mató al chófer Pedro Gordo. Se confía en que pronto caerá en poder de la Policía el asesino de Chindasvlnto. ¡BOLA V/N SE VA A! CREAR EL TRAJE EL GOBIERNO TRABAJA EN LA Serenidad. STO del Estatuto tenia que acabar así! Nosotros, al combatirlo, y a sospechábamos que algo gordo se avecinaba. No * podíamos sospechar el qué, pero desde luego temíamos que algún acontecimiento extraordinario viniera a trastocar los cimientos de la sociedad española. GUTIÉRREZ, no obstante la gravedad de los rumores que vienen circulando desde hace días por los círculos viciosos, no quiere aún extremar la nota de ataque al Gobierno: primero, por patriotismo; segundo, por no alarmar a la opinión, y tercero, porque a ver si nos ponen un multazo y nos baldan, con lo caro que está todo. Así pues, pedimos a nuestros lectores serenidad y nada de ponerse farrucos y echar las patas por alto. Nada más lejos de nuestro ánimo que provocar una crisis que pudiera tener resultados funestos, como la salida del Ministerio de Justicia del señor Albornoz. Esperemos a que los rumores se confirmen, a que tomen cuerpo, y entonces será hora de fijar nuestra actitud frente al gravísimo problema que se plantea a los españoles. Pues mira, resulta que es verdad. La consabida . persona que nos merece entero crédito por sus estrechas relaciones de amistad con uno de los ministros, nos ha asegurado que, en efecto, la noticia que nos ha La primera noticia. La primera noticia nos la dio nuestro sastres hace varios días, en ocasión de ir a encargarnos la media docena de trajes que solemos hacernos anualmente antes de nuestro veraneo. Al repasar los figurines observamos con el natural disgusto que eran los mismos del año pasado. Hicimos la observación al sastre: —¿Por quién me ha tomado usted, amigo Lasisa? Suponer que yo voy a hacerme un traje pasado de moda es ofenderme. Es que... —No hay disculpa. Demasiado sabe usted que los redactores de GUTIÉRREZ nos distinguimos por nuestra elegancia en el vestir. Sin ir más lejos, ahí está Dalmáu, que acaba de estrenar un traje color salmón que ha sido el suceso del día en la playa de Madrid. —No lo ignoro, pero me es imposible ofrecer a mi distinguida clientela otros figurines *! que los del año pasado. —Iré a otro sastre. —Será inútil. Con todos le ocurrirá igual. Es un acuerdo del gremio. —¡Pero esto es absurdo! Entonces las personas distinguidas y elegantes, ¿cómo nos vamos a diferenciar de las vulgares y anodinas? —Tiene usted toda la razón, pero mueno me temo que esto no tenga arreglo. —¿Que no tenga arreglo? —Sí, señor. Se lo explicaré si me promete por su honor no revelar este secreto, que será la posible ruina de la elegancia española. —Señor Lasisa, desahogúese pronto, porque galopo en alas de la curiosidad. El sastre suspiró y dijo: —Los sastres hemos acordado no exponer las crecidas cantidades que supone la adquisición de los últimos figurines, extranjeros hasta saber concretamente lo que acuerda el Gobierno. —¿El Gobierno? —Como usted lo oye. Se dice que el Gobierno tiene el propósito de hacer obligatorio un modelo especial de traje masculino. 4—¡Me deja usted de mantecado! —¿Razones que tiene el Gobierno para tomar esas medidas del traje? Las ignoramos. ¿Cómo será el' modelo oficial? Lo desconocemos. —¡Horrible, horrible! —¡Espantoso, señor! —En vista de la noticia que usted me da, amigo Lasisa, me lanzo en busca de su comprobación. Y dejaremos por ahora en suspenso esos seis trajes. Salimos corriendo escaleras abajo, dejando al artista de la tijera sumido en la mayor El traje del señor Azaña es más bien de arbidesesperado». tro de JR1 del señor Albornoz lleva el peligro de U» " rodillera». dado el sastre es cierta, aunque todavía el Gobierno no haya decidido la forma de llevar 3 la práctica la innovación. Por lo visto esta decisión gubernamental se fue incubando de la siguiente manera: Estando próxima la discusión en las Cortes de la parte del Estatuto que se refiere a la Hacienda, empezaron a verse algunas dificultades. Desde luego se recibieron noticias de que el señor Royo Villanova se opondría tenazmente a toda concesión económica a Cataluña que fuera superior a trescientas pesetas mensuales y un sueldo extraordinario en Navidad. Como es natural, los ministros comprendieron la gravedad que entrañaba esta actitud del señor Royo. ¿Qué iba a hacer una región como Cataluña con trescientas pesetas al mes; Ni para tabaco. Era menester buscar a Cataluña unos ingresos fijos y lo suficientemente cuantiosos para vivir b:en * y que todavía sobre para unos enchufltos de los políticos catalanes, que bien se lo tienen ganado. Entonces surgió la idea de uno de los ministros, no sabemos cuál. ¿Cuántos millones de ' españoles existen? ¿Veintidós millones? Pues a tres metros y medio de tela catalana cada v uno son setenta y siete millones de metros de tela, que a veinte pesetas el metro, como muy barato, son mil quinientos cuarenta millones de pesetas. No era mala la idea, pero surgió una insuperable dificultad. ¿Cómo obligar a los españoles a adquirir tela catalana sin que pareciera un acto dictatorial, sobre todo ahora que hay muchos que están decididos a comprar géneros de Béjar e incluso a hacerse trajes con papel de fumar con tal de no comprar a los catalanes? Momentáneamente el asunto, quedó asi, sin que los ministros encontrasen la fórmula salvadora. En esto llegó la sublevación monárquica, y de todos los labios surgió la misma voz: "Es menester que de una vez se sepa quién es republicano y quién no lo es." La fórmula surgió al conjuro de este estado de opinión. ¿No se sabe en Alemania quién es partidario de Hitler y quién no? ¿No ocurre lo mismo en Italia? ¿En España misma no sabemos quién es guardia municipal? El hábito hace al monje y dime cómo vistes y te diré quién eres. Entre dos ciudadanos con traje de mezclilla y americana cruzada, ¿cómo distinguir al que es republicano del que no lo es? Un monárquico puede ocultarse lo mismo debajo de; una trinchera que de un gabán de entretiempo. La fórmula fue la creación del traje nacional republicano con género catalán. Ventajas: 1.» Dotar de ingresos a Cataluña. 2.* Distinguir en un momento dado a los que son republicanos de los que no lo son. ¡Traje único! ¡Ya no hay clases! ¡Ya no hay más clase que la jerga catalana! El traje sería obligatorio para todos los que cobran del Estado, que son la mitad de los españoles, y para todos los afiliados a los , partidos gubernamentales y simpatizantes, porque hay que reconocer que menos el doctor Albiñana, Romanones y. seis duques, marqueses y "condeses", todos son republicanos de diversos matices. Ya sólo faltaba llevar la fórmula a la práctica, .« ¿Cómo será el modelo? Asegura nuestro amable informador que los nrnistros estudian el modelo único que se implantará en breve. Varios de ellos, para ver el efecto prácticamente, se han mandado hacer los modelos, algunos de los cuales reproducimos en estas páginas. Desde luego han huido de las camisas rojas, negras o verdes para que no tenga aspecto fascista, y todos o casi todos coinciden en la conveniencia de que el traje oficial tenga pantalón corto. Tratándose de géneros catalanes la razón es obvia, puesto que con ello se evitará el feo aspecto de las rodilleras. No poniéndole rodillas al traje, no hay peligro. Por otra parte, no hay que olvidar que a los ojos extranjeros y aunque no queramos los españoles siempre seremos toreros. Asi el pantalón corto le dará cierto aire típico al traje nacional. Si hemos de ser francos los modelos que publicamos en esta página no son afortunados. El del señor Azaña es más bien traje de arbitro de fútbol, el del señor Albornoz lleva el peligro de las rodilleras y el del señor Carner no es decorativo. Nosotros preferiríamos algo así como aquél con que se retrató el señor Pérez de Ayala a raíz de ser nombrado embajador en Londres y que tan buen efecto causó entre las fuerzas vivas del país. En fin, lo que el Gobierno decida bien estará, y todos los republicanos debemos acatarlo sin discusión. ...Y el del señor Carner no es decorativo. Nosotros llegamos a más. ¿Por qué si se señala a los republicanos un traje determinado no se ha de señalar otro a los enemigos de la República? En color lila, naturalmente. —Lléveme a la estación. —-Bueno, pero suba por el otro lado para que so le vea el caballo. E L A.—Magníficamente. Vengo encantado de Francia, de los franceses y, sobre todo, de las francesas. EL P.—¿Habló usted y entendió con facilidad? E L A.—Igual que en español. ¡Gracias al gran profesor que me cupo en suerte! EL P.—¡Oh, no! A su fácil asimilación. —Dente un litro de vino. —Esto es un café, señor. —Bueno, pues vino con tostada. la lengua vernácula v CUADRO PRIMERO Una academia de idiomas. La acción en España. El profesor, [ranees, y el alumno, español. E L P.—¿Cuándo piensa usted emprender su proyectado viaje a Francia? E L A.—La semana próxima. ¿Cree usted que me hallo en condiciones de efectuarlo sin necesidad de recurrir al intérprete? E L P.—Tengo la seguridad. En estos últimos meses ha progresado usted! de un modo sorprendente. E L A.—¡Oh, París!... El Sena, la Torre Eifid, la "rué" de la Paix, Nuestra Señora, el Trocadero... E L P.—No le quedan por decir más que los apaches, Chevalier y la Mistinguette. Cuando regrese usted me hablará de otras muchas cosas más1 interesantes, que no oyó nunca citnr, y que le cautivarán. E L A.—¡Estoy entusiasmado con este viaje! E L P.—Vamos a dedicar la clase de hoy a la lectura y traducción. Empiece usted. ¿Dónde quedamos el día pasado? |Ah, sí! E L A.—{Leyendo.) "Troisiéme épisode. Les diligences déportées. C'était una vieille diligence d'autrefois, capitonee & l'ancienne mode de drap gros bleu tout fané, avec ses enormes pompons de laine réche qui, aprés quelques heures de route, finissent par vous faire des moxas dans le dos. Tartarin de Tarascón avait un coin de la rotonde; il s'y installa de son mieux, et en attendant de respirer les émanations musquées des grands félins d'Afrique..." E L P.—Basta; traduzca. E L A.—"Episodio tercero. Las diligencias deportadas. Era una vetusta diligencia de otros tiempos, acolchada a la antigua con bnrr!n paño azul ajado ya, con enormes presillas de lana áspera que, al cabo de algunas horas de 'camino, acababan por clavarse en 'a espalda.Tartarin de Tarascón, apoderándose de un rincón de la rotonda, instalóse lo mejor que puro. y mientras llegaba a respirar las almizcladas emanaciones de los grandes felinos de África..." E L P.—Muy bien. Correctas la pronunciación y la entonación y exacta la traducción. Le auguro muchos días felices en Francia. E L A.—Así sea. Gozaré ampliamente de la vida y procuraré gastar lo menos posible. E L P.—Es usted un alumno aprovechado. CUADRO II La misma decoración. Seis meses después. Los mi&mos personajes del cuadro anterior. E L P.—¡Mi querido amigo y antiguo alumnol ¿Cómo le ha ido? CUADRO III Otra academia de idiomas. La acción en Francia. Et profesor, español, y el alumno, francés. E L P.—¿Cuándo piensa usted efectuar su viaje a España? E L A.—El mes próximo. ¿Cree usted que rr.e encuentro en condiciones, sin necesidad de intérprete? E L P.—Estoy seguro. En estos últimos dias ha progresado usted bastante. EL A.—¡Oh, Madrid!... El Manzanares, la Telefónica, la calle de Alcalá... E L P.—¡Oh, sí, los toros, Bretaño, la Che> lito! EL A.—¡Estoy entusiasmado! E L P.—Vamos a dedicar la clase de hoy a la lectura. Comience usted. E L A.—{Leyendo.) "Capítulo XX. De la jamás v;sta ni oíd'a aventura que O">n má" poco peligro fue acabada de famoso caballero en el mundo, como la que acabó el valeroso don Quijote de la Mancha.—No es posible, señor mío, sino que estas yerbas dan testimonio de' que por aquí cerca debe de estar alguna fuente o arroyo que estas yerbas humedece, y asi será bien que vamos un poco más adelante, que ya toparemos donde podremos mitigar esta terrible sed que nos fatiga, que sin duda causa mayor pena que la hambre.-—Parecióle bien el consejo a don Quijote, y tomando de la rienda a "Rocinante", y Sancho del cabestro a su asno..." EL P.—Basta. Muy bien. Correctísimas la pronunciación y la entonación. Quien así lee el Quijote ya puede caminar tranquilo por E'-nañn. sea—i cí- en'ender y de ser entendido. EL A.—¡Así sea! CUADRO IV La misma decoración del cuadro anterior. Han pasado quince días. Los mismos personajes. E L P.—¡Mi querido amigo y alumno! ¿Cómo tan pronto de vuelta? ¿Qué tal le ha ido? E L A.—Bien y mal. Regreso encantado de —¿No te han dicho en la escuela que el cordero fue comido por el tigre por no haber sido prudente? —¡Claro! Si el cordero hubiera sido pruden(e nos lo hubiéremos comido nosotros. España, de los españoles y, sobre todo, de las españolas. E L P.—¿Habló usted y entendió con facilidad; E L A.—Ni hablé ni entendí. Sus lecciones no me han servido para nada. E L P.—¿Es posible? Pero..., ¿en dónde ha estado usted? E L A.—En España, en Cataluña. E L P.—¡Ahí TELÓN RÁPIDO PETÉ DE SOCIEDAD dos sucesos idiotas Levantamiento y caíd? EXIGID LOS CAFES DEL BRASIL SON LOS MAS FINOS Y AROMÁTICOS BRACAFÉ En la mañana del miércoles, cuando se disponía a levantarse del lecho el conocido personaje don florindo Flor y Nata, domiciliado en la calle de "¡A mí, eso!", número 101, tuvo la desgracia de resbalar en el trozo de linoleum que alfombra su elegante alcoba y caer al suelo, con tan mala fortuna que se produjo chichones de importancia en la frente y, además, una brecha tan grande como una zanja de esas que abren en las calles los trabajadores de la prepavimentadón. Entre su mujer y la criada, que atiende por Benita, fue llevado a casa de una amiga de don Florindo, la eminente doctora señorita Socorrjto Segura, donde le apreciaron, como amigo y doliente, una herida contusa en la región frontal, que al parecer debió de producírsela con una de las patas de la cama, que deja al descubierto el poco seso que tiene el infeliz señor. También fue asistido de una luxación en la rodilla, que le interesa un hueso que, según parece, tenemos todos los mayores de veinte afios, y que le dicen..., ¿cómo le llaman, hombre?... ¡Ah, sí!: el rótulo, sólo que en femenino. Ya está: "la rotulación". Don Florindo, durante la cura, que fue larga y laboriosa, dio muestras de gran entereza, llamando a su mamá y a una "tita", que actualmente se encuentran en Montevideo. Después de curado se .quejó de su mala pata. Ignoramos si se refería a la de la cama, a la suya herida, o si habló en sentido figurado. Afortunadamente, en las otras no sufre lesión alguna. La culpa la tiene el señor Flor y Nata por intentar levantarse. ¡Con lo bien que se está en la cama en verano! Y en todo tiempo. Cartas de artistas, por Dalmáu i m • L JliM dé ÁcwaMb 4>a, Q4A& T ñu ' EL QUEL señor era dé Nueva York, que es ese campo con muchas casas encima, en donde todos los señores son tan riquísimos que saben hablar hasfa en inglés. Pero esto no sucede nada más que en el mismo Nueva York, porque hay mucho lujo y mucho vicio. En camb'o, los señores de los pueblos de al lado de Nueva York, como son más pobres y no tienen d:nero para aprender esas tonterías, hablan como usted y como yo y como su hermana la morentta. Hablan, sencillamente, como en todos los pueblos del mundo, que es tan fácil. —¿A cuánto va hoy la arroba?—dice a las cinco de la mañana un señor comiendo pan. —Hoy va la arroba a quince reales—responde el otro señor, dos horas después, tirándole una oiedra a un perro. Y hay una pausa. —Te pago cuatro por la arroba—propone el primero a las d'ez y media de la mañana. Y sigue convendo pan. —Diez, y es para tí la arroba—dice el segundo a las tres y cuarto de la tarde. Y le tira otra piedra al perro. Y hay otra pausa. —Quía. quía—hace el más alto cuando en el rc'oi de la iglesia dan las ocho de la noche. Y se va a su casa a comer pan y a acostarse. Y el otro se va a matar definitivaraínte al Y es que, realmente, st en vez de hablar así hablasen en inglés no sabrían nunca a cómo está la arroba, que siempre es curioso. Aquel señor era de Nueva York y vivía en un rascacielos, porcrae tanto han hablado de los rascac'elos los señores que han venido de Nueva York, y tantos cuadros de rascacielos se han hecho en las revistas de Martín y en 'as revistas de Romea, que los americanos no han tenido más remedio qu? poner rascacie'os en las calles. Pero ellos, en el fondo, están muy d'sgustados, porque solamente les sirven para que un obrero muy guapo esté subido siemore en la punta de un rascacielos, dando muchos martillazos en un h'erro, mientras abaio se ve el abismo vertiginoso de la ciudad. Y, verdaderamente, no se sabe por qué tiene que haber en esas casas tan altas un obrero Hando siempre martillazos en un hierro, cuando en Madrid, oue las casas ?on más bajas y no hav tanto pe'lgro, ninqún obrero hace eso. Y si lo hiciese su muier le reñiría muchís'mo. Aquel señor era de Nueva York y era tan rico, tan rico, que se casó, y en vez de tener un niño, tuvo un submarino; y en vez de tener una niña, su esposa dio a luz una fábrica de locomoforas. Y tan rico era que un día fue y compró el cielo. ,Se lo compró a un señor muy viejecito y muy bueno, que era el amo del cielo, y qué ya se había cansado de él porque, en realidad, le había ido muy mal y le había dado muchos disgustos. Aquel señor tan rico se lo compró todo entero y empezó a hacer mejoras estupendas con su gran espíritu americano para los negocios. Lo primero que hizo fue barrer todo y ponerlo todo muy limpio. Y quitar todos los mosquitos, que es lo primero que hacen todos los señores de Nueva York. Después se dedicó en seguida a modernizar por dentro las habitaciones del cielo, pues se encontró con que todo aquello estaba un poco cursi. Sobre todo, la saHta y el comedor. Quitó todos los pañitos de encajes de las mecedoras y quitó también las mecedoras. Quitó después todas las jaulas con canarios, pues había muchas jaulas dotadas con canarios que cantaban tan bien como los que hay en las peluquerías de señoras. Quitó los maceteros con lacitos granates y las hortensias. Y los gatos. Y los espejos cubiertos con tarlatanas. Y los retratos en colores de la familia del señor viejecito. Y puso muebles de acero e instaló unas modernas ofirfnas. En lugar de los ángeles, que no hacían más •que tocar el arpa y llegar tarde a todos los recados, organizó un servicio de mecanógrafas, cuentos CIELO para perros X M'HÜRA. N. / muy rubias, con unas piernas preciosas y unas ligas azules de cuarenta pesetas. Se pusieron teléfonos para comunicar con la tierra y para que la tierra, a su vez, comunicase con el cielo. Esto era una de las mejoras más importantes, p u e s anteriormente, aunque la gente hablaba sin necesidad de haber teléfonos, nadie quedaba del todo satisfecho. En la tierra se instalaron grandes sucursales y oficinas de información y se suprimieron las antguas, en donde no había más que viejas pobres en la puerta pidiendo cinco céntimos o diez. En estas modernas oficinas había jóvenes empleados que mascaban goma y numerosas ventan:llas para cada servicio, en donde la gente que tenía que pedir algo llenaba unos impresos especiales. Para hablar con el cielo se habilitaron las antiguas cabinas que había antes, con un señor dentro, por modernas cabinas con teléfonos. Y en todas las oficinas grandes letreros decían así: "El tiempo es oro", "Nuestro tiempo es tan precioso como el vuestro" y "Haga usted el favor de marcharse ya, caramba." La gente no hacía más que telefonear con el director para pedirle que arreglase eso de las enfermedades y la muerte, porque la gente seguía tan pesada como siempre, pidiendo nada más que tonterías. Pero no hubo más remedio que complacerlos. La gran empresa norteamericana, obligada por tantas súplicas, como no podía suprimir del todc estas dos cosas, porque hay muchos intereses creados, organizó, para las enfermedades y la muerte, la jornada de ocho horas. Resultó muy bien, hijos míos. La gente seguía teniendo, de vez en cuando, el t:fus y esas cosas infames. Pero cuando caían enfermos so'amente tenían la ob'igación de estar malos ocho horas al día. M'entras les duraba la enfermedad estaban muy maütos, en la cama, desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde. Pero a esa hora terminaban su jornada de enfermos; se levantaban, se afeitaban los bigotes y. completamente sanos, se iban a la calle de Alcalá a besar los brazos morenos de las mujeres hermosas. Y podían estar besando los brazos de las mujeres hermosas hasta las ocho de la mañana del día siguiente, que tenían que volver a su casa, sin falta, y acostarse, para seguir teniendo el tifus. Y así todos los dias hasta que se ponían buenos del todo. Los muertos, igualmente, no tenían que estar muertos siempre, como antes, que era tan pesado. Sólo estaban muertos en el cementerio ocho horas al día y cuando terminaban sus ocho horas salían de su fosa y se iban a sus casas a leer los peródicos, y a poner en el gramófono fandanguiljos de Almería. Y mientras ellos estaban en sus casas, ocupaban sus puestos en las fosas otros muer'os que tenían distinto turno, porque en los cementerios siempre tiene que haber muertos, ya que esto resulta bonito. Los ciegos eran ciegos ocho horas solamente. Los inválidos eran inválidos ocho horas nada más. Y las vacas eran vacas só'o ocho horas, y después podían ser señoritas como cualquier •otra señorita. Así la vida era encantadora, y la gente estaba muy contenta, y la empresa americana ganaba muchísimo dmero. Pero pasaron algunos años y aquello terminó, como no tenía más remedio que terminar. La gente le perdió el respeto al cielo y comenzó a Cometer abusos. Los muertos que tenían que volver a sus tumbas a las ocho empezaron a ir a las ocho y cuarto. Y, de vez en cuando, a'guno dejaba dé ir rjaa noche entera y mandaba un recado diciendo que estaba enfermo. Los enfermos, en vez de estar enfermos las ocho horas diarias que les correspondían, estaban solamente tres o cuatro, y para eso todo el tiempo fumando p'tillos, que hace tan feo en un enfermo. Y algunos dejaban en su puesto a un amigo y se iban a Los Gabrieles a una cita. Las vacas no querían ser vacas nunca y *• pasaban el tiempo siendo señoritas y haciendo tartas de manzana. La gente, que antes pedía respetuosamente •or teléfono buenos destinos y premios de la Lotera, ahora se iban directamente a ver al amo del cielo y le daban sablazos de dos duros. Y ponían mala cara si les daban solamente siete pesetas. Empezó mucha gente a ir al cielo por las tardes a merendar y todo lo llenaban de papeles y de latas de sardinas. Y un señor, s:n pedir permiso, instaló una piscina. Y otro puso un bar en que se servían comidas a base de conejo. A la salida de las oficinas del cielo cincuenta o sesenta caballeros esperaban a las mecanógrafas para convidarlas a bocadillos. Y se organizó un concurso de mantones. A los pocos meses aquel cielo era un cielo que daba asco. Y el director, aburrido, un día fue y lo cerró. Bien hecho, hijo. Escritas en trágico* tonos de desesperacton, dicen que por Dios, que los españoles somos buenas per onas. am'.nter. e a paz v >e 'R democracia mundial; que Hoover es la mar de simpático, y que si en las manos de )ispn-¡a estuviera remediar el paro obrero que sufre Norteamérica, no habría en los Es'ados Unidos un obrero parado ni para esperar el tranvía. Con esto aseguran las cartas que resplandecen nuestra decencia y nuestra hombría de bien. "Por lo tanto—continúan—, si nosotros somos buenos para ustedes, ¿por qué ustedes nos tratan tan mal, enviándonos esas películas habladas en españoi? No podemos aguan ar niás a Barry Norton... Es muy malo, señor comisario..." El señor comisario ha dicho que es verdad; que Barry Norton es muy malo. Y Hoover no lo ha dicho; pero lo piensa. CAMERAMAN De la habanera al charleston. Miguel SANTOS la talía esa o como se llame M.S. EL CfNINI noticias de hollywood HOLLYWOOD, 10.—Ayer fue sorprendida la conocida estrella doña Greta Garbo besándole, en un jardín, con un pollo r.'orcno con bigotito. Esta actitud de la popular estrella ha causado gran sensación en las tertulias cinematográficas, porque todo el mundo la tenía por una chica decente, incapaz de andar besuqueándose con unos y otros. Doña Greta ha manifestado que no lo hizo a mal hacer y que no creía que nadie iba a tomar tan a pecho el asunto. El pollo del bigotito no ha podido manifestar nada, porque la Garbo tiene una manera de besar que le ha dejado sin respiración para mes y medio. Por señas ha indicado que prefiere que le coja un autobús antes que recibir otro ósculo de la vampiresa. La vampiresa ha cogido una perra tremenda, y para vengarse de las cotillas ha decidido no divorciarse esta semana, con el fin de que la gente no tenga de qué hablar. Lo malo es que ahora sí que va a hablar la gente, porque eso de que no se divorcie ía Greta Garbo sí que no ocurre todos los días. HOLLYWOOD, 10.—Marlenne Dietrich, la auténtica mujer fatal con bigotes, se encuerara gravemente enferma. Hallábase filmando una película de esas que . hace ella, cuando por exigencias del argumento tuvo que fumarse un cigarro. Al principio no la dio más que mucha tos; pero mego empezó todo a dañe vue.tas, y a darle vueltas y a darles vueltas, y se la tuvieron que llevar atada a una escalera de mano. El médico de guardia dijo que a estas mujeres fatales hay que cuidarlas mucho, porque son como las flores de estufa, que con' cualquier cosita se ponen hechas un asco. La Greta, para demostrar que es mejor, actriz que Marlenne, se ha fumado una cajetilla de abduüas y un ciga.ro puro de peseta. La empresa la ha subido el sueldo y la ha contratado pata tres corridas en las próximas ferias. John Gilbert continúa tan cursi, el hombre. Casi tanto como José Mojica. HOLLYWOOD, 10.—Se están recibiendo malares ó" cartas cerdficadas en la comisaria de Hollywood. Todas estas cartas proceden de España y van firmadas por honrados padres de familia y por honrados hijos de padie» honrado» d« familia honrada. E acercan a nosotros varios actores modestos en demanda de x5¿. apoyo para dirigir una peti<¥r c i o n a i a Sociedad de Actores Españoles. Amigos desde la infancia, como somos, de la Equ!dad y la Justicia, no vacilamos en trasladar dicha petición a la Sociedad aludida. ;. Es el caso, señores directivos de la Asociación, que el actor español ha empeorado bastante en cuanto a las condiciones de su trabajo. Hace años el actor español era feliz. Representaba comedias ante nutrido y selecto público. Las representaba bien o mal—casi siempre bien—y nunca le faltaba el aliento de los e pectadores, trasmitido por la risa o la emoción, según el género cultivado por el actor, y siempre por el aplauso general con mando en plaza. Aquello era vivir. Confortado por el aplauso, entretenido por la presencia de tanta hermosa mujer en la sala, la profesión del actor estaba llena de atractivos que obligaban a innumerables caballeros a formar compañías de aficionados con el noble estímulo de llegar algún día a trabajar ante un público de feras, como si el que presenciaba sus veladas fuera de cartón piedra. Ahora todo ha cambiado. Desde hace unas cuantas temporadas está demostrado que al teatro no van más que los cómicos, los autores, cuatro periodistas, casi todos los acomodadores—siempre falta alguno—y treinta y seis amigos con vales proporcionados por los señores antedichos. Consecuencia de todo ello es que el actor español se aburre, como dicen que se aburren las ostras verdes de Marennes, que, entre paréntesis, una vez las probé yo y puede que estén aburridas, pero también están r'quísimas. El actor se aburre en la actualidad, digo. Falto del aplauso popular, porque es sabido que la gente de teatro y los señores que van con vale de favor son los que aplauden menos y los que patean más; falto de la agradable distracción que para él suponía, ¿qué hace ahora? Sencillamente, recitar su papel como los chiquillos en la escuela, si bien con meno-J soniquete. Y mientras reza el papel su alma está lejos, lejos, vagando en el paraíso triste de las añoranzas y los recuerdos. Hay que remediar esto, aunque no sea más que para evitar que yo siga escribiendo frases tan cursis como la precedente. ¿Cuál es el remedio? Creo haberle hallado y lo ofrezco a la decisión de esa Sociedad. Que cada noche libre media compañía. Esa media compañía puede distrarse a sus anchas yéndose a divertir por ahí al teatro o al cine. El mismo derecho de que usa el público faltando a su condición de tal acoge a los actores para faltar a la suya. Y que los señores que van con vale de favor no pueden exigir que trabaje para ellos toda la compañía. Eso sólo lo podría pedir un espectador que abonara su localidad. ¡Pero hay tan poquitos de esos!... UN ACOMODADOR ,A —Antes de dar la señal da! duele saña buen» cerciorarse u lo» adversario» catán • J«tt«l . distancia une de otro... PREDICCIONES ASTROLÓGICAS PARA LOS NACIDOS EN SEPTIEMBRE ! EPTIEMBRE es un mes complicadísimo para estq j de las predicciones astrológicas porque está influenciado por dos signos de aupa. Desde el día 1 al 22, septiembre está bajo la influencia de Virgo, y desde el 23 al 30, bajo la de Libra. A simple vista se nota que Virgo es un signo con mucha más influencia que Libra. Tiene más influencia que los socialistas. El signo de Virgo es peligroso porque ya hemos dicho que coge desde el día 1 al 22, que es cuando hay que pagar la casa, la luz, la contribución y todas esas sandeces de soltar dinero. Sin embargo, el signo de Libra no tiene esos inconvenientes porque desde el 23 en adelante ya se le ha terminado a uno el dinero y así, aunque haya que pagar algo, no se paga y listo. Las personas nacidas en Virgo estarán muy expuestas a que les caiga encima una chimenea antes de cumplir los cinco años. Por eso no deben salir de casa los días de viento. De las personas nacidas en Libra, casi no vale la pena de ocuparse, porque como es tan poquito tiempo, entran pocas en libra. De todas maneras deben tener cuidado con los huesos de los melocotones, que es muy malo atragantarse con ellos. Y ahora vamos a hacer un cuadro de predicciones. AFINIDADES ELLA.—Yo nado, juego al tennis, al golf y monto a caballo admiblemente. EL.—Yo cocino, zurzo medias y barro muy bien. 11.—Tendrán varios pares de medias. 12. — Regañonas, antipáticas, cotillas, malasangres, cochinas y vagas. (Mi patrona nació el 12 " de septiembre.) 13.—Admiradoras de Domingo Ortega. ¡También es desgracia! 14.—Matrimonio feliz, porque el marido será un cero a la extrema izquierda. 15.—Tendrán mucha suerte para navegar. De manera que lo mejor que puede hacer un señor casado con una de ellas es tirarla al estanque del Retiro con Las mujeres nacidas en septiembre el día: 1.—Tendrán tendencias a comer de gorra y a pegar carteles. 2.—Contraerán matrimonio por amor, si le da la gana de casarse al novio. 3.—Serán de carácter activo y la primera bofetá será siempre la suya. 4.—Estas darán la primera bofetá, la primera pata en los ríñones y el primer botellazo. Después no tendrán que pegar más, porque una sacia que pega de esa manera se queda sola a los dos minutos de empezar la gresca. 5.—Espíritu calmoso. Serán de esas que ven que cuece la leche y que se está saliendo y siguen cotilleando con la vecina. 6.—Harán vida sedentaria y tranquila. No barrerán más que el día primero de año y las camas las harán a las nueve y media de la noche. De lavar a los chicos, ni hablar. Un regalito de señoras, vamos. 7.—Las gustará el aguardiente. 8.—No apetecerán el matrimonio. Por lo menos dirán que no las corre prisa; pero que se presenté un novio y veremos. 9.—Nacerán con bigote y se harán ricas exhibiéndose en las verbenas. JO.—Vivirán en el campo. (No conocemos a ninguna nacida el • 10 de septiembre, «pie viva en Madrid.) quince adoquines atados al cuello, y que navegue. 16.—Las apretarán mucho los zapatos nuevos. Claro, siempre se los compran pequeños para presumir... 17.—Tendrán mala suerte con los hombres. Ninguno sabrá serles fiel. Y eso que tendrán muchos, muchos; pero como si no. ¡Están los hombres que es una pena! 18.—Amor al ideal. Corazón purísimo. ¿Ellas comer judías? ¡Vamos, andal O les pagas langosta o no toman nada. 19.—Ardor de estómago. Se lavarán los pies todos los jueves. 20,—Harán matrimonio rico, pero desgraciado. Porque resultará que a los diez años de casadas comprenderán que su verdadero amor no es aquel hombre. Y, naturalmente, el marido tendrá que agarrar una estaca y brearlas. 21.—El día 21 de septiembre no nacen más que tocadores de ban. durria. Mujeres, ni una. 22.—Nacerán ya con diez y ocho o diez y nueve añitos y uniforme de vicetiple. 23.—Tendrán el carácter belicoso y los tacones distraídos. 24.—Las mujeres que nazcan el 24 de septiembre en el Sudán serán negras. Las que nazcan dicho día en las Peñuelas serán blancas. No sé por qué, la verdad. 25.—Amor desinteresado. Con su pisito coquetón, su cuenta corriente y su automóvil, se darán por satisfechas y no pedirán más que un par de vestidos a la semana, Pero, eso, sí; lo pedirán desinteresadamente. 26.—Podrán hacerse ricas al llegar a los ochenta años. Mientras tanto estarán a bofetadas con los garbanzos. 27.—Les darán el timo del portugués con toda facilidad. Y luego el padre o el marido les patearán la cabeza, por idiotas. 28.—Se casarán con un chico de Burgos. 29.—Obligarán al novio a que las conviden a merendar. Después querrán ir al cinini. Y el novio tendrá que suprimir el tabaco. 30.—Las mujeres nacidas el 30 de septiembre' son inconfundibles y todo el mundo las conoce: Son esas señoras gordas mayores de cuarenta años que tanta rabia da encontrarse por la calle y que se ponen tan pelmas cuando vienen de visita. Que está uno esperando que se vayan para ponerse a cenar y se están dos horas ha» blando de lo que hace su hijo el que se marchó a la Argentina. (Pesas, que son unas tías pesas! >*****»***« —¡Perfectamente! Pero creo que no hará falta mirar tanto a mi señora para poderla pintar. Unos millones a Madrid por la capitalidad. Podríamos titular así este entrefilete "En desagravio". 5fPt< • f -• Aquel profesor era el "coco" de la dase de dibujo del colegio. Creíase el mejor artista, desde Apeles hasta nuestros contemporáneos, pasando por Leonardo de Vinci, Rafael, Velázquez y Sorolla. Estas creencias las daba a conocer a sus discípulos en largos discursos, consejos, correcciones, criticas, etc., poniéndose más pesado que don Pedro Rico, lo que le hacía temible en. aquella clase. En una ocasión, estando hablando con un profesor de otra clase, se le ocurrió a un discípulo dibujar un borrico. Hallábase el pequeño artista absorto contemplando su obra, cuando llegó el "coco", ¡vamos!, el profesor, y sin mirar apenas el dibujo le espetó: —Está visto que no pueden dibujar sin mí; aquí en vez de un asno a hecho usted una asnada, todo por no esíar presente yo, porque su incapacidad..., si¿ impericia..., su ignorancia... Ya llevaba largo rato hablando, cuando el alumno, muy amoscado, le atajó: —Tiene razón, maestro; si usted hubiera estado delante, el asno me hubiera salido mejor. Remite; Manuel F. Teijeiro. Madri4 Coincidieron en un banquete un obispo y un rabino. Estaban sentados a ambos lados ANECDOTARIO del homenajeado, y en el momento de servir uno de !o3 planos, consistente en jamón oon esGUTIÉRREZ otorgará cada semana un prepinacas, el rabino se niega a comerlo, y el . mio de "veinte" pesetas a la mejor anecobispo, malicioso, le dice: dota que se le remita y publique en esta —¿No come usted de esto? sección. Los de provincias deben recla—No, señor; me lo prohibe mi religión. mar el importe por carta, escrita con la —Pues1 lo siento por usted, señor rabino. |No misma letra o, firma, para que les sea gisabe lo que se pierde! rado el importe, y los de Madrid lo haCuando acabó la comida, el rabino se desrán efectivo en esta administración los pid¡e del obispo, y le dice: lunes, de cinco a siete. El texto no debe —Monseñor, le ruego ofrezca mis respetos exceder de una cuartilla escrita por una a su señora. sola cara. —Pero, señor rabino, ¡si yo no estoy casado! Mi religión me lo prohibe. —Pues lo siento por usted, monseñor, i No Hay personas tan postínosas, que no saben sabe usted lo que se pierde! qué ponerse en las tarjetas para que resulten Remite: A. Taracena. sonoras y rimbombantes, a la vez que den una alta idea de su profesión. Buena prueba de ello es el siguiente diálogo^ cazado al vuelo por los alrededores de la plaza de la Ceba-a. donde voy a menudo a estorbar en las aceras Una vez yo di un lunch en mi casa y tuve y recibir pisotones. —¡Amos, chica! ¡Estoy indigna! ¿A que no bastantes invitados, y entre ellos se encontraba un señor con unas orejas descomunales. sabes cómo se pone ahora en las tarjetas LuOtro invitado que había y que se las echaba ciano el Comadrón, pa ofrecerse sin que la de gracioso delante de las damas que allí estapolicía sepa su especiedidé? ban presentes, al ver las orejas de aquel pobre —¡Yo qué sé! A!qo raro será, pero no el hombre y queriendo reírse, por cierto, de él, se chafachicos, que le dicen en el barrio... acercó y le preguntó con guasa: Era el sábado de Gloria. —¡Qué va! ¡Se pone "El Caballero de la —Oiga, amigo: ¿por qué tiene usted esas ore5e festejaba en' casa áe la Duquesa de X, Triste Figura"! jas tan grandes, que parecen de burro? una de las personas más consideradas de la —Anda, ¿y por qué? A lo que contestó el de las orejas: aristocracia madrileña, el cumpleaños de una —Pus porque dice que él iamién es "des—Confieso que tengo las orejas muy grandes de sus hijas. facedor de entuertos". para un hombre, pero convendrá conmigo que Los invitados bajaron al jardín de la casa. Remite: A. Ristori. usted las tiene muy pequeñas para un asno. Gloria, que así se llamaba la homenajeada, se Remite: M. Aceda—Madrid. sentó con su novio en uno de los extremos de dicho jardín. Mientras su madre hacía los honores a ¡os concurrentes se oyó una sonora bofetada, y El famoso tonto de una ciudad (cuyo nomalguien preguntó: bre no hace al caso) tenía una novia a quien Fue citada por el juez doña Teresa Tron—¿Qué ha pasado? rondaba por las noches dándole serenatas con A lo cual contestó, con indiferencia, la una mala guitarra. Agotado el caudal de li- coso porque en la calle del Pez llegó a pegar duquesa: teratura callejera, recurrió a un amigo que le a su esposo. El juez, en forma sencilla, le difo: ¿No se ha condolido cuando rompió usted la enseñó la siguiente copla: —Nada, que han querido tocar a gloria ansilla encima de su marido?" tes de tiempo. "En tu puerta planté un pino, -^Señor juez, fue un arrebato por llevarme en tu ventana un peral, Remite: Fernando de Jorlgé. Machfd. la contraria; si me descuido lo mato, y por para que cojas las peras cuestión monetaria. Sólo una cosa me pesa, la mañana de San Juan." Al llegar a la puerta de la casa de su no- señor juez, se lo aseguro: la silla, dijo Teresa, que me costó medio duro. via sé puso a cantar: Remite: León Cembrano, Madrid. En tu puerta planté un pino, El otro día se hallaba este servidor de usen tu puerta planté un pino... tedes y de la señora República muy entreteniPero como no se acordaba más que del prido leyendo una de las informaciones del semer verso, continuó repitiéndolo, hasta que manario GUTIÉRREZ, cuando oigo que llaman cansado el padre de la novia, asomándose a al teléfono; aplico el auricular al conducto Hab'a r-n G'-n.i'^. hace ir""-Hos años, urt una ventana, le dijo: auditivo y escucho que me avisa con toda urgencia el señor Cordero para que me pre—Mira, mastuerzo, haz el favor de plantar- sargento de la Guardia civil, de bastante mal sente inmediatamente en su domicilio. lo más abajo, que si no mañana no va a po- humor, y de un genití algo impetuoso, apodado Napoleón; apodo que no podía oír sin monder salir el carro. No tardé ni cinco minutos en hallarme en el tar en cólera. Remite: J. de A. Logroño. lugar citado para entrevistarme con la persoY había también unos gitanos que, a pesar na referida. Muy amablemente, me pasó a su del miedo insuperable que tienen al benemélujoso despacho, y después de tomar asienrito Instituto, no les faltaba humor para dito, cada cual en su butaca, le pregunté: vertirse. Estando dos gitanos juntos le dice —¿Hará el favor de decirme para qué me el uno al otro: avisa con tanta urgencia? •—Comparito, ¿qué se apuesta usted a que —¡Ahí—me dice—, es un asunto de mucha le digo al sargento Napoleón? importancia. * . —Lo que usted quiera—contesta el otro, pen—¿Se trata acaso del Estatuto? sandb en la formidable paliza que le esperaba. —No, señor; es otra cesa de más valor. - A renglón seguido se acercó al sargento el —¿Referente a las elecciones? gitano que había hecho la apuesta con un —Mucho más delicado. duro en plata en la mano y le dice: —¿Quizá quiera conocer mi opinión acerca —.Mi sargento, ¿hace usted el favor de camde la sentencia de Sanjurjo? biarme este Napoleón? —Va usted descaminado. En cuanto oyó el sargento la última frase, • —Entonces le agradecería que me dijese a tiró de sable y empezó a vapulear al pobre qué obedece esta visita. gitano, mientras el otro desde una prudente —Pues le hablaré claramente. ¿Sabe usted distancia, le gritaba: cómo se cuece el pan de Viena? —Amiga, /¿quiere usted más calderíllaí —No, señor. ¡Que todavía no ha cerrado el portamonedas! —¿Y el pan candeal? Remite: Manuel López. Madrid. —Tampoco. . —¿Y los largos? —Buen hombre, ¿por qué llora usted de esa —Lo ignoro. manera?' —Bueno, pues si usted no lo sabe, yo en —Porque no puedo entrar en mi casa. Premio del número anterior, a la anécmi .vida lo he aprendido!... Con que puede —¿Es que ha perdido usted la llave? dota remitida por Pascual Reyes. —No; lo que he perdido es el agujero de la usted ausentarse cuando quiera. cerradura* Remite: José M. Cagigal. Madrid. CRÓNICA} DEL "HALL" DEL PALACE correspondencia de nuestros lectores Algunas cartas de las que se han recibido en nuestra Redacción con su... familia, morral iznotante, analfabético, que es ustez una garrafa motivo de las crónicas de nuestro compañero Cándido Buenafé. de ielo sin hPrtografía. Le aguardo esta noche, ¿ha que no bienes?—Meleciano Catón. ."Señor Gutiérrez, director de... ídem". Muy seíior mío: Lamento tener que sostener la pluma entre los dedos índice y pulgar de mi delicada mano derecha que algún dia firmará Disposiciones y Decretos, para N. de la R.—¡Qué bruto eres... Catón! censurar acremente la campaña derrotista de ese redactor cuyo verdadero apellido debiera ser Malafé. ¡Decir que don Alejandre es un Señor "K-Hito", director de la simpática revista humorística G U cadáver político es una falsedad, una injuria y un desacato! TIÉRREZ. Nunca estuvo el jefe tan seguro de sí mismo, ni en lo político, que Muy distinguido señor mío: Hemos leído en este centro de "Acción es un Licurgo; ni en lo retórico, que es un Demóstenes; ni en lo valeRepublicana" las ingeniosas crónicas de su redactor Cándido Buenafé. roso, que es un Domingo Ortega. Claro que esas crónicas son bástante indecentes desde el punto de Además, que para el 28 de diciembre ya será suyo el poder y enmira político, pues en ellas se hace chacota de lo que ese tipo de Buetonces..., itiemblen ustedes! Les vamos a atizar una suspensión todas nafé desconoce. ¿A que no ha venido ningún miércoles a nuestrosi "tés las semanas que toda la redacción se va a tener que dedicar a la pesca de las seis y media", ni a ningún viernes clásico de los que dirige don para toda su insípida existencia. Cipriano, ni a nuestras reuniones familiares de los domingos? Con dolor de mi viscera cardíaca, me veo impelido a rogar a usted, Ya sabe "Menda", que es compañero de ustedes y que no desconoce señor Gutiérrez, que eche a puntapiés a la calle a ese redactor cretino; cuánto le queremos y le admiramos en esta Casa y con cuánta simpade lo contrario, perderán ustedes mis 30 céntimos de los sábados. tía habla de él el jefe, que piensa regalarle una caña-homenaje y que Le estrecha la mano, Euíitio Lánguido." le acoten uno de los altos del Alberche, donde se dan muy buenas truchas...; ya sabe "Menda", decía, que aquí somos muy buena gente y nos reunimos la élite de la intelectualidad, y quien no sea de los N. de la R.—Es usted un tío cursi. nuestros, ni es intelectual, ni merece que se le tenga en consideración. Sabe es su. admirador, Jacobo Díaz de la Padierna, letrado asesor "Tío estúpido y majadero que escribe eso del tal del Palace: Me de E. L. A. S. A. (Editorial Librería de Autores, Sociedad Anónima). alegraré que al recibo de ésta ¡a esté diñando usted, acompañado de su-desagradable familia, que yo estoy bien de saluz pa darle treinta y "A C. Buenafé.—Pues ha tenido usted un éxito.—El director Guseis patas en el esófago, que me parece que se las ha ganao usté. tiérrez." Heso de meterse con nosotros los socialistas, que somos los únicos que hemos íragido el régimen que tenemos y los únicos que nos sacriDesde el mes próximo voy a pagar cuota máxima en el Casino ficamos, que nos hemos pegao a los escaños con un sindeticón socialista Radical, en la Casa del Pueblo y en "Acción Republicana". Pero es que ese si que no se despega nunca; heso, eso, es una jeringada y la que no me han conocido ustedes; a mí me hacen gobernador civil nada va a pagar ustez, pero que ya. más de cualquier provincia así como Valencia, y me hago en seguida Es kusté un burro desgraciao, y aquí el i[rasquüo está dispuesto a lo que ustedes quieran porque a convicciones no me gana nadie. darse de morras con usté si tié reaños pa venir a la calle del Piamon¡Ah! Y respecto a esas cartas... me desquitaré en el artículo próte, si no le da a ustez miedo. ximo, si es que después de este éxito me dejan publicarlo. No tengo gusto en ofrecerme ná de usté, que... su padre y toda Cándido BUENAFÉ ANUNCIOS POR PALABRAS NECIAS mantenida. Me voy a hinchar. Garaje Móchales. TODOS los muebles, lujosísimos, colección cuadros antepasados; alfombras, porcelanas, perritos de esos feos, librerías sin libros, que tanto estorban; bodega bien surtida, cuatro autos, un ayuda de cámara, un portero con patillas, etc., etc. Urge por tener que salir para Villa Cisneros por tiempo que no sé, pero que será mucho seguramente. Marqués de Villazoquete de Abajo. Paseo de la Castellana, 408, hotel. ALQUILERES COLOCACIONES PARA cabaret en Villa Cisneros necesito tanguistas acostumbradas tratar gente buena. Preferibles monárquicas. Agenda Caradura. Apartado 80.000. •Í /' • /ir ' - f. '.j*i' > v\ -ÍV EN el sitio más sano de Madrid, junto a la misma Moncloa, alquilo interior, dos habitaciones, una ventana al patio por la cual entra mucho olor de pinos. 180 pesetas. Moncloa, 102. MUJER padecimiento crónico estómago, con un genio que le da un tortazo al lucero del alba, sin pizca de educación, ni falta que • le hace; curiosa y chismosa, desea colocación portería. Reúne todas condiciones apetecibles. Ruperta Cotilla. Comadre, 37. NECESITO hombre hable mucho, no le importe lo echen por escaleras, pesado y se meta en todas partes para agente seguros vida. Compañía "Hombre prevenido se asegura por dos". AUTOMÓVILES COMADRONAS ESCUELA de Chóferes Chalaos. Por diez y ocho cincuenta, enseñanza completa, • carnet, instrucciones para hacer que mar quen más los taxímetros y permiso para darse el gustazo de meterse con el auto, contra un farol. ¿Hay quién dé toas? CELIPA González, comadrona. Se extraen niños sin dolor y raigones de niños que se los haya, dejado dentro otra comadrona. Consulta para embarazadas. Especialidad en resolver líos de esos gordos. Quiñones, 2. BICICLETAS COMPRAS PUES mira, se me ha ocurrido un negocio nuevo. Gran Garaje jjera bicicletas. Jaulas a duro, estrachitas y largas» y la bicicleta COMPRARÍA ocasión partida filetes echados a perder para todo el afio. Casa de huéspedes "El Paraíso del Gastrónomo". Tudescos, 200, 4.» —liCómol! ¿Ahora sale usted con que no quiere subir? Pues ya le dije antes de venir ib alto que está esto. EL ALPINISTA NOVEL.—Sí, pero yo creí que había ascensor. — Radio señor. Es que eso no es escribir ni bien ni mal. Eso es hacer el idiota, a conciencia y, claro, ya usted nos comprende... Cosca. Teruel.—Nada de eso, respetable caballero. No consideramos que deba usted dedicarse a dar vueltas a una noria, como dice en su carta. Esa actividad mecánico-hidráulica es para los burros. Y usted es un percherón. En los carros de mudanzas está su brillante porvenir. Señores: La conferencia que teníamos anunciada para esta tarde por el eminente y erudito caballero CaRásquez se suspende hasta nueva orden. Dicha conferencia, que llevaba Por título el die: "Cómo pueden impedir los matrimonios prclíflcos seguir teniendo prole", ha sido aplazada porque precisamente hoy la esposa del confe-enciantc se encucn'ra un poco indispuesta, y Carrásqu:; espera de un momento a otro el nacimiento de su décimo n ño. Está el tio que le hablan del tema de su conferencia y muerde. D o r o t e o Pérez. Sanlúcar — Atención: Aquí hay un flamenco que se llama "El Ni£o Pequeño de San Sebastián, de los Ex-Reyes. Provincia de Madrid".. E s t á empeñado en cantarnos unos fandanguillos, y nosotros, por no contrariarle y porque trae un bastón así de gordo, le hemos dado el permiso. Ahí va eso: Yo soy un hombre prudente. Nó me gusta mete buya. ; Pero, mira, don Maciá se ha salió con la suya iguá que el que no base na. QUIEN BEBE COCK-TAIL Por un ensayo hizo Dio rubia a la mujer primera. Ella catalán habló, y, claro. Dio se enfadó, ',, la fundió y la hizo morena. E M T T O l f B EJBH E N Atención: Contestaciones sonoras y a cual peor habladas: Muñagotri. Santurce.—Lo sentimos mucho; pero nos es totalmente imposible publicarle eso. Y no es que escriba usted mal, no, ETIQUETAS SABORES —jSi viera usted las veces que he llorado yo «obre esta tlena!.. —Comprendido. Algún ser querido entenado..: -~Cat es ad plantación de cebolla». ,...» i..- Pruebe de nuevo. No le faltan condiciones. Un Maruxo. Orense.—Escribe usted muy bien. Estupendamente bien. Piramidalmente bien. Tiene usted una letra preciosa. ¡Qué lástima que ideando argumentos sea usted tan bestia! El del bigotito rubio. Madrid. Merece usted que le afeiten el bigotito rubio con un vaso roto. | So bruto! Reinaldo.—Demasiado ingenuo. Bien hecho si está. Haga otras cosas, a ver. L. H. S.—Se publicarán dos. Enhorabuena.' Martínez. Avila.—Muy flojo. Pichi. Jerez.—Anda y que té ondulen. Pero no con la permanén, sino con un bastón de nudos. ¡Cuan animal eres, Pichí! Un Castizo. Madrid. Con más razón que Castizo puedes firmarte Cenizo; y si no te me alborotas, te iría mejor BERZOTAS. Cierre de la estación: Tachín, tachín, tatachinda; tachín, tachín, tatachinda. (a, 1 •I COTILLEOS DE "LA PLAYA", por Kañkato. ¡Yo estaba presente!... Guando salió del baño doña Eufrasia pesaba seis kilos menos. -Pero si, "confesao" por ella, hacía diez y siete años que se bañó en Alicante la última vez... -¡Claro! Así los peces tenían que sacar la cabeza porque se asfixiaban "tos"... V EA USTED e n l ad o b l e plana d eeste número SE 1 W 1 I II I I II M — I I II l af a n t á s t i c a Información: \ 1111III REPUBLICANO