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LA HORA DE LA CRISIS... Y EL RELOJ DEL GOBIERNO
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IIHHRIHHBHHBMHIHIÍBHRBIBBVÍBÍBIOV
E A U S T E D e n l a d o b l e p l a n a d ee s t e n ú m e r o l a f a n t á s t i c a
información:
INI COL.REPUBLICANO
u tiro
fusil
EL NOVIO.—No me felicites, todavía vive
su madre...
(De Le Rite, París.)
—Mira, mira; a esa señora también le han
regalado una trompeta*
(íbe Evergbody's Weekly, Londres.)
PARLAMENTARISMO
POR RADIO
. - / •
—¿No toca usted y le han dado
—Sí, pero para que no toque.
,
—Se ha encontrado un paraguas negro de puño de cuerno re*
presentando un pico de lord. Será devuelto «n la Alcaldía al
Juna s u d i i á
';.«1 >.
Lágrimas de cocodrilo
(Oe Judge, Nueva York.)
........
.,
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Gutierre
LOS BIENES
Í
MADRID, 10 DE SEPTIEMBRE DE 1932^-AÑO VL-NUM.
Kedacción: Paseo d« San Vicente, 20.—Teléfono 19580.—Suscripción: Madrid, 7,50 semestre; 14 afio.—Provincias: 8 semestre; 15 alio.—Bxtraajero: 13,50 semestre; 24 afio.—Días de pago: lunes de cinco a aleta—Para
la buena marcha de nuestra contabilidad deben cobrarse los originales
antes de pasados tres meses desde so publicado», pues transcurrido ese
tiempo se entenderá que renuncian al cobro sus autores.—Los números
atrasados de esta revista se renden al precio corriente en el kiosco "<!•
la calle de Alcalá, (reate al teatro Alkázar.—K-HITO, Director.
RÚSTICOS
—La que está un poco mosca es mi mujer, querido Gutiérrez. ¡Como es tan nxmarqulzante!
—Pero no tiene bienes rústicos.
—Si, M&Mt. Las obra* de Campoamor «a rústica.
DIRECCIÓN
GENERAL
DE
CUENTAS ATRASADAS
Negociad» de Incobrable
N O T A
Posiblemente cuando estas lineas se publiquen estará aprobado el Estatuto de Cataluña. No obtiene la Generalidad toda lo que pedía, y, sin
embargo, se le concede algo más. de lo que nosotros—haciéndonos eco de
un fuerte estado de opinión—deseábamos. Pero lo aprueban las Cortes,
después de una gestión laboriosa, y todos debemos aceptarlo como bueno.
En este tema concreto constituimos la oposición del Gobierno; benévola
como la de Lernoux. Ello a pesar, en algunos momentos las relaciones entre
el Gobierno y, GUTIÉRREZ fueron tan tirantes que no nos saludamos. Y es
una lástima, porque tenemos en el seno del Gabinete buenos amigos.
El señor Casares Quiroga no olvida que siempre que publicamos su
caricatura respetamos su elegancia británica. Tampoco el señor Largo Ca~
ballero puede echar en saco roto que aún no ha habido caricturista que
acierte con sus rasgos fisonómicos. Esto demuestra lo correcto de sus facciones. Si algún día el ministro de Trabajo recibiese el encargo de formar
Gobierno, los dibujantes se verían obligados a declarar la huelga general.
El que más disgustado está con nosotros es el señor Albornoz. Para los
caricaturistas ha sido un filón don Alvaro. Y no es que afirmemos así resueltamente que los diseños que se le hacen se parezcan al original como
una gota de agua a otra, no. Lo que ocurre es que nuestros humoristas
han logrado crear una fisonomía especial del ministro de Justicia, y mala
cosa es esa porque tarde o temprano el señor Albornoz llegará a parecerse
terriblemente a su caricatura. La obligación de todo hombre público que
se precie de tal es ir amoldando sus rasgos a\ sos caricaturas. La Cierva
acabó por parecerse a sus retratos festivos, y lo mismo le ocurrió al conde
de Romanones.
Un Gobierno Albornoz contaría, desde luego, con nuestro apoyo. Un
Gabinete Casares Quiroga o Largo Caballero llevaría implícita nuestra
oposición. Por algo se trata de un periódico humorístico.
Pero lo qué más podría colmar nuestras aspiraciones y ofrecernos ancho
campo para las caricaturas seria ver a don Ventura Gassols en la Presidencia del Consejo de Ministros.
Los caricaturistas son tos que han salido perdiendo con el cambio de
régimen. Romanones, Sánchez Guerra, Sánchez Toca, La Cierva' eran
canteras inagotables. Y en su lugar llega un don Fernando de los Ríos, un
Giral, un Casares, un Largo Caballero...
Pero no es eso lo peor. Lo peor es que los hombrea de la República,
¡os que descuellan en el nuevo régimen, los que están llamados en plazo
breve a regir los ministerios son inexpugnables para los lápices. Ahí están
Calviño, Espié, Sol.
Llamamos la atención del Gobierno sobre este extremo. Antes de presentar la dimisión debe fijarse bien en quiénes han de sustituir a los ministros actuales. La sufrida clase de los caricaturistas' españoles así lo pide.
En Alemania, por ejemplo, esto no tiene verdadera importancia, porque
tolos tos alemanes son raros. Por esto allí logra la caricatura su máximo
esplendor.
En cambio, en España, los periódicos humorísticos arrastran una vida
lánguida.
Todos los prohombres de la política quieren salir guapos en las caricaturas, sin tener en cuenta que, entonces, dejarían de ser tales caricaturas.
Hay ministro que prefiere aceptar una interpelación en las Cortes a que
el dibujante le prolongue tres milímetros la nariz.
Pero, a lo que íbamos. Ya está aprobado material o vktualmente el
Estatuto. Si el Gobierno quiere, por' nuestra parte tan amigos. Nada de
rencores. Sólo nos apartó de su lado el modo de apreciar la cuestión catalana, y bien sabe que cuando nos necesitó junto a él estuvimos.
Lo estamos ahora otra vez, que no es menudo refuerzo GUTIÉRREZ, y ,
claro, con esto se aleja ya el fantasma de la crisis.
CÍesde hoy tienen nuestros dibujantes la orden terminante de reducir
cuanto sea posible la nariz del señor Albornoz. Y aquí no ha pasado nada.
Madrid, 10 de septiembre de 1932.
E L JEFE DEL NEGOCIADO DE INCOBRABLES,
¡Madridl ¡Qué grande eres!
¡Seis millones "verdad"
te dan, para que esteres
tu capitalidad!
¡Qué bien! ¡Qué maravilla!
Pensando en los montones
que sólo en calderilla
suponen seis millones,
todos los madrileños,
y el oso, y los madroños,
nos hemos puesto menos,
digo, ¡qué digo!, moños.
Desde hoy ningún cuidado
nos- puedfe conmover;
¡ni el que esté acatarrado
nos va a poder 'toser"!
Hay ya quien da consejos
bastante adelantados,
porque esos milloncejos
sean bien aplicados.
Y habrán, seguramente,
de aplicarse tan bien,
que algún sobresaliente
puede ser que les den.
La villa será rica.
Madrid se va a crecer.
Con tanta perra chica
¡lo que se puede hacer!...
Ya el coro diputado
del pueblo de Madrid
ha garrapateado
un programa feliz...
Tendremos más escuelas
en calles y pinares.
Allí echarán las muelas
muchos más escolares.
Y verás, sin prisitas,
más tranvías pasar
llenos de criaturitas
que no saben cantar...
Como cuarenta soles
va a ser, al fin, más fijo
que en cuestión de faroles,
bueno, ¡ni Lagartijo!
Pondrán a troche y moche
bonitos reverberos,
pero, claro, de noche
habrá que ir con mecheros.
Veremos por doquiera
faroles "a patas".
Lo que no habrá manera
de ver va a ser el gas.
Se emprenderá con gana
el proyecto antañón
sobre la Castellana
y su prolongación.
Y, de ir interpretando
el proyecto como es,
pues lo van prolongando
hasta el ochenta y tres.
También Madrid contento
ya ha podido observar
que todo el pavimento
le van a renovar.
Y aunque todo esto encierra
el que hay que andar sin fin
por montañas de tierra
y piras de adoquín,
Madrid quedará hermoso;
será un espejo el suelo,
y hasta puede que al oso
le salga mejor pelo.
Sí; no hay duda. Un encanto
será después Madrid.
(¡Caray, pero entretanto,
te rompes la nariz!)
GRACIELLA
iVAYA USTED AL CÓRNER)
el rey gaspar asciende
de categoría
HICO, yo no sé qué es lo que
pasa con este jugador valenciano
que siempre hay que estar
hablando de el. Primero no
sé qué del astrágalo, luego
J viajecito a Méjico, después la vuelta de
América y su reingreso en el Madrid, más tar^e el encontrárnosle una noche en Rosales foliando horchata y por último su debut en el
Athlétic, frente a los moros, a los que destrozó
completamente.
Siempre hay que decir algo sobre este muchacho. A lo mejor va a resultar verdad eso
de que es un formidable delantero centro.
¡Quién sabe!
Por lo pronto, ahora ha ascendido de categoría. Por méritos de guerra. Antes era nada
más que el rey Gaspar, ¿verdad? Bueno, pues
desde el último domingo, en lugar de rey es
Santo, y en vez de llamarse Gaspar se denoniina Santiago.
Pero con el fin de distinguirle del otro Santla
go, que también se hinchó de matar moros,
montado en un caballo blanco y que figura en
el Santoral como Santiago a secas, a este le
vamos a llamar San Santiago. Nos parece que
un señor que mete nueve goles en una tarde
tiene derecho a esto y a más. De manera que
si les parece a ustedes poco estamos dispuestos a llamarle don San Santiago.
Naturalmente, la próxima temporada futbolística no tendrá ya ningún interés. El Athlétic
madrileño se llevará los dos campeonatos como
el que lava; Zamora, tendrá que comprarse
una registradora para apuntar todos los goles
que le metan, y el Athlétic bilbaíno dedicará
sus actividades a la degustación de angulas al
pil-pil.
Porque pensar en' ganarle un partido a San
Santiago son ganas de perder el tiempo. Tendría qUe ser un milagro, y los milagros son
exclusiva del exterminador de sarracenos.
También es mala suerte la del Madrid, homore. Venga gastarse miles y miles de duros
para tener buenos jugadores y precisamente se
desprende de uno días antes de ascender a
i>anto ese jugador.
Nosotros lo sentimos por Zamora, que nos
es muy simpático y nos consta que sufre mucho cuando le meten más de seis goles en un
Partido.
Y claro, este año va a sufrir horrores con
el Athlétic.
Enhorabuena, don San Santiago, por su ascenso. Ya sabe usted donde tiene unos amigos.
LA EVASIÓN DE LATIFUNDIOS
Los monárquicos ya no saben qué inventarse para fastidiar a la República.
Primero han tratado de llevarse todo al dinerito con ayuda de un portugués, aunque hay
que reconocer que cuando han llegado al extranjero y han visto que un filete cuesta dos
duros han sido muchos los que han vuelto
atraídos por los solomillos de 3,75 con muchas
patatas, en cantidad para dos personas.
Ahora con esto de la reforma agraria y la
expropiación de tierras han descubierto en la
Aduana de Irún un caso que ya, ya.
Hace cosa de un mes pasó por allí cor dirección a Portugal, que como se sabe está un
poco más allá de Irún, un matrimonio de la alta
aristocracia cuyo nombre no creemos discreto
revelar. La señora llevaba un tiesto con un
guisante.
Esto no llamó la atención de los aduaneros.
A los ocho días volvió a pasar el matrimonio
con otro tiesto, y así ha venido repitiendo la
operación unas trescientas veces en un' mes.
La perspicacia de la policía ha descubierto
el intríngulis del asunto. Los aristócratas de
marras tienen un extenso latifundio en la provincia de Valdepeñas y, temerosos de que se lo
expropiaran, concibieron la idea de llevárselo a
Portugal, Resulta que poco a poco, en el tiesto,
se habían ya llevado varios kilómetros cuadrados de latifundio y han dejado en España un
agujero bastante grande. Sin embargo, Portugal, que es donde han puesto esa tierra, ahora
ha quedado más grande.
¡Hay que andar con un ojo!
Complots de extrema
derecha.
Complots de extrema
izquierda.
Perder el tiempo se
llaman esas figuras.
P. S. Nos duele esa enemistad que va a desatarse entre el Madrid F. C. y el Athlétic madrileño. Ante todo, somos deportistas y creemos
lo mejor alejar esas rencillas de administración
que a nada práctico conducen, por lo menos en
el aspecto puro del deporte. Hay que llegar a
un acuerdo para no presentar al público odiosas luchas entre hermanos.
¿Por qué no prueba el Madrid a reconquistar a Rubio? Creemos que veinte o treinta mil
duros serian suficientes para conseguirlo.
Y de esa manera no habría desavenencias
entre madridistas y athlétícos. Al contrario, se
muerdan mucho, porque serían iguales unos y
otros.
Los dos se iban a hinchar por ahí á perder
Partidos...
Regresan los comunistas deportados. Marchan
los monárquicos deportados.
Barquitos qué de allí
[salen
y otros que de allí sal[drán.
8i en el camino se en[cuentran,
¡cuántas cosas se dirán!
CONFLICTO FERROVIARIO, galindada. por GÁUNDO
-¿Qué pasa que hay aquí tantos trenes?
-Nada; que al jefe de estación se le ha perdido el pito y no puede dar -la salida.
COMENTARIOS
la tragedia del hombre pequeñito
STE titulo, que parece el de una
novela de Zaraacois, tiene su origen en un incidente acaecido entre
un portero de baja estatura y un propietario
débil a los caprichos de su prometida. La Sociedad de Porteros ha dado una nota a la publicidad en la que afirma que el dueño de la
finca se mete con el portero porque éste es pequeño.
Nuestro asombro ha sido todo lo contrario.
Sabíamos que la lucha por la existencia resulta
cada día más desesperada; que para lograr un
empleo u ocupación en una oficina o comercio
es preciso poseer, por lo menos, un titulo de
ingeniero industrial o de campeón mundial de
boxeo; pero nunca pudimos figurarnos que para
desempeñar el cargo de portero hiciese falta
haber sido elegido en un concurso de belleza
apolínea. Comprendemos la estupefacción de
ese hombre pequeño de talla, quien seguramente creería tener resuelto el problema de su
vida, y habría olvidado el defecto de su estatura, al verse de nuevo burlado por sus no
semejantes.
"Desde niño, el futuro hombre pequeño sufre
las consecuencias de su desdichada desigualdad con sus hermanos y amigos altos al tratar
de coger rápidamente la fruta del aparador.
Más tarde, ya mozo, cuando es tallado, la alegría de encontrarse libre de quintas se ve empañada recordando el motivo de la excepción.
En los bailes, muchas mujeres le desdeñan; y
en el tranvía jamás puede efectuar esa operación que para los demás mortales resulta sencillísima, y que consiste en tirar de la correa
cuando nos vamos a apear. Los amigos le llaman "rompetechos". Un día, el hombre peque-
ñito decide casarse, a ver si, de ese modo, consigue "crecer y multiplicarse". Y cuando se
cree a cubierto de bromas, llega una señorita
caprichosa y le gasta la más pesada que pudo
figurarse.
Nosotros, que, sin ser tan feos como Schopenhauer ni tan filósofos, somos un poco fiiosofitos, tenemos una idea en el cerebro que
vamos a convertirla rápidamente en una frase:
"Las mujeres y los hombres dan más importancia al sexo que al seso." La belleza física
nos hace lanzar gritos salvajes de júbilo. La
espiritualidad nos conmueve, pero nos aburre.
Sólo los artistas se salvan a ratos de esta ley
inexorable de la naturaleza. Somos unos... de
esos... de los que se saca el jamón. Bien está
que la mujer que acepte a un hombre lo haga
por su tipo y hermosura. Allá ella.
La verdad, a nosotros no nos ha dicho ninguna novia que recogiéramos firmas de los vecinos para echar a un portero porque fuera
rubio o'moreno, alto o bajo. Claro que si nos
lo dice a nosotros la mandamos a Rosales o
a la Castellana, pongamos por paseos conocidos.
Es preciso que este ejemplo no cunda. Sería
horrible que un día se nos acercase el dueño
de la tienda donde despachamos lentejas y
galletas de coco, y nos dijese:
—Mire, López. Desde mañana me veo en la
precisión de prescindir de sus valiosos servicios.
—¿Por qué, don Olegario?—preguntaríamos
asustados.
—Porque mi hija Nina le encuentra a usted
demasiado regordete.
—La señorita no ha reparado bien en mí.
—Lo he matado para t i
—¡Pero qué mal huele!
—No te extrañe; estaba el pobrecito velando
a un compañero suyo que se había muerto.
Peso cincuenta y dos kilogramos—peso mosca—, y si bien no soy alto, es verdad, esto
puede arreglarse fácilmente colocando detrás
del mostrador una fila paralela de cajones y
subiéndome en ellos. De esta manera el efecto,
al otro lado del mostrador, sería completo y
nadie descubriría el truco.
Las señoritas caprichosas, repetimos, deben
limitarse a elegir los tipos que les parezcan
más hermosos y perfectos para el mejoramien'
to de la especie. Allá ellas y la eugenesia. Pueden casarse, si gustan, el día 12 de octubre,
fiesta de la Raza, y esperar que sus encargos
hechos a París sean esbeltos y ebúrneos. Aun-1
que a lo mejor resultan enanos. Porque a veces,
mamá Natura nos gasta unas bromas...
TORREMOCHA
la sordera bien entendida
—«Vengo a proponerle un invento para desalojar el teatro «a clac»
—i Y no tendría otro para Ueoazlo en el mamo tiemple?
(CUENTO)
Pues señor..., había en una ocasión en cierto
pueblecito de tal provincia una familia com*
puesta por el padre, la madre y dos hijos; pero
daba la casualidad que todos sordos.
Por achaques de la vida el padre tuvo que
pedir dinero a un vecino del pueb'o.
Cierto día se lo encontró en la plaza y...
—¡Hola, Pedro—que así se llamaba el padre—, qué te cuentas!
—Hombre, perdona, pero ahora no tengo
aquí el dinero; espera que se lo pido a tai
mujer.
—¡Pero, Pedro, si no te pido el dinero!
—Sí, hombre, sí; si no tardo nada—, y se
marchó.
Pero al llegar a su casa salió al encuentro
su mujer y al verle triste le dijo:
—¿Qué te pasa, Pedro?
—Pues nada, que me he encontrado con Tomás en la plaza y me ha pedido el dinero, pero
le he dicho que me esperase un momento, que
venia por él aqui.
—¡Anda qué tonto! ¿Y por qué no te has
traído un par de kilos para probarlas?
Estaban en la conversación y salió la hija,
que era ya una mujercita, y al ver a sus padres, a él triste y a su madre contenta, preguntó:
—¿Qué les pasa?
—Ya ves, hija, el tonto de padre, que ve e°
la plaza unas pescadillas muy hermosas y baratas y no se trae unas pocas para probarlas.
—¡¡Pues mire, padre, si es buen mozo, y
tiene mucho dinero, cuanto más pronto mejor!!
Pero salió el hermano, y al ver a su familia
charlando interrogó:
—¿Qué es lo que pasa?
—Pues nada, chico—contestó la hermana—«
que ha ido padre a la romería y ha encontrado un mozo que le ha dicho se quería casar
conmigo; y le digo que si es buen mozo y tiene
dinero, cuanto más pronto mejor, ¿fío te P3*
rece a ti lo mismo?
—¡Si, yo creo que si, con tal de que me l° s
hagáis anchos de bragadura para poder bailar
btenJ...
Sebastián G. U.
«Sí
79,
FRUTA DEL TIEMPO, por MORAN
El cowboy se mete a pescador.
CUENTOS
EL VENDEDOR DE MELONES.—¡Melones!... ¡Buenos melones!
EXTRANJEROS
la princesita que se volvió paloma
hadas malignas se enfadaron mucho porque el
rey no las había convidado al
bautizo de la princesa. No es que
'as hadas malignas tuvieran interés en asistir al bautizo por el
bautizo en sí. Ellas no querían
•Has que aprovechar la ocasión
para fisgar cómo estaba decorado
el palacio y para hincharse de
chocolate con picatostes. Lo que
hacen todas las hadas malignas
en cuanto pasan de los cuarenta
años.
Determinaron las descontentas
vengarse del rey en la persona de
la recién nacida. Y se presentaron en plena ceremonia cuando
nadie las esperaba.
Ante el estupor de todos se
acercaron a la artesa donde dortnia la prncesita, y Malalenqua
dijo acariciando a la niña:
—Serás hermosa y rubia, pero
te olerán los pieses de tal forma
que no se arrimará jamás a ti un
galán.
Intenciones Perversas llegó a la
cuna y exclamó:
—Tendrás los ojos hermosos,
Don Alejandro echa sobre los hombros de Azaña
toda la responsabilidad
de no dejar que gobiernen los republicanos históricos. Con l e n t e s y
unos rizos blancos, añadimos nosotros para COITM
pletar las señas.
Lo que dirá don Manuel: contra el vicio de
pedir...
LA FARSA
Uimiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiini:
lili!! publ:ca esta semana
pero nadie sabrá cuál es tu ojo
derecho y cuál tu izquierdo, porque te saldrán el uno sobre el
otro.
Todos los presentes estaban
aterrados ante aquellas terribles
profecías y com'an mojama, pero
sin saborearla apenas de lo nerviosos que se sentían.
Corazón de Suegra, la más feroz de las hadas maMgnas, se
acercó al lecho, tocó la cabeza de
la niña y no d'jo nada. El rey,
extrañado, preguntó:
—Bueno, tú, iso vencejo! ¿No
le d'ces nada a mi niña?
—No—respondió la alud'da—.
Yo no la echo maldic'ones porque hace muy feo en una señora
viuda como yo. Solamente voy a
clavarle en la cabezota a la orincesa este alfiler negro. Con ello se
convert'rá en paloma, sin recobrar
su condición humana hasta que un
armerrido mancebo la arranque el
alfiler.
Dicho y hecho; Corazón de
Suegra clavó el a'fllerito en el
cráneo de la niña e inmed'atamente ésta quedó convert'da en paloma. Todos los as'stentes aplaudieron a rab'ar este boirto juego de
prestidigitac'ón y Coraron de
Suepra agradeció los aplausjs desde el palco escénico a la terminac'ón de tndos los actos.
La palom'ta^ naturalmente, emnezó a revo'otéai- por allí como si
fuera una mariposa o uní paloma
y, naturalmente tamb'én. todos
los presentes enroezaron a dedr
que era muy bonita, aue el anlmalito más dulce era la paloma,
aunque también la tórtola se las
tra'a a veces, y que el dia que
ellos tuv"eran una finca de recreo en el campo no habia de faltarles su buen palomar en todo
lo alto.
Cuando se cansaron de decir
todas estas sandeces agarraron escopetas y se liaron a tiros con la
palomita. La hicieron fosfatina a
la pobre.
Entonces el pobre rey manifestó que él ante todo era padre y
que aquello le causaba un disgusto de padre y muy señor mío,
pero que reconocía en sus convidados unas nada comunes cualidades para el tiro de pichón, por
lo cual rogaba a Corazón de Suegra que no se marchara todavía,
porque aun no habían cerrado el
portal y porque todavía le quedaban otros siete hijos de su matrimonio y veinticuatro sobrinos
que los mantenía él.
Un cnado bajó a la tienda por
dos pesetas de alfileres negros y
la fiesta se prolongó hasta muy
entrada la madrugaba.
Todos fucon felices y no comieron perdices, pero se pusieron
A nosotros no nos gustan los líos; pero creemos que las derechas
que no sean monárquicas deben aprestarse a
colaborar con Maura. Y
renunciar al derecho de
pataleo. Vamos, si quieren hacer las cosas a derechas.
gordísimos de comer palomas con
tomate.
Y colorín, colorao. •
La verdad es que no puede ser
más Idota el cuentecito este; pero
es que no sabía cómo llenar el
hueco que quedaba en esta plana.
. Y menos mal que es un cuento
extranjero.
— ¿Y qué diferencia hay entre las habitaciones de cinco y diez pesetas?
.•.••! .-., j ¡4
—Por la cerradura de las de diez miro y o solamente. Por las de
cinco mira todo el mundo.
EL QUE RECIBE LAS BOFETADAS
Drama por LEÓNIDAS ANDREIEV
imiimiiiriiiiiiiiiiMiiiiiiiiiiiiiiimiiiiiimimii
Versión castellana de Valentín de
Pedro y Rafael Cansinos - Assens
—Güeno; pues avísale hoy mismo.
—Descuida.
—Mira que tiene que sé güeno y valiente,
que e pa guarda er cortijo.
—¡Ya lo verál
—Pue hasta luego.
—Adió, compare.
II
—¿Los cuatro elementos? Sí, señor. El agua,
la tierra, el aire y...
—Recuerde el niño. Uno que hace muchas
victimas.
—¡Ah! iSí! El camión.
el perro
policía
• AUREANO Rota, al recibir el telefonazo d e s u
compadre, acudió presuroso al colmado La noche
del sábado, titulado asi por
su dueño, no solo por ser ese día de la semana el que más parroquia reunía en el establecimiento, sino por su afición "benaventiana", heredlada de su padre. Este, en vida, tuvo un negocio de carbones, y le puso al despacho La
Malquerida, ignorando nosotros qué ligazón
existe entre el cok y don Jacinto, como no sea
que de ver en cuando hace cisco...
Laureano entretenía la espera bebiéndose un
chato de manzanilla con su correspondiente tapita dte jamón, pródiga en tocino.
—¡Compare de mi arma!
—[Hola, Laureanillo!
—¿Qué e de tu vida?
—Pue ya ver allí en er campo como siempre. • Qué va a bebé?
—Tráete pasada.
—Por su casa toos bien, ¿verdá?
—No hay queja, compare.
—¿Y su suegra?
—¿Mi suegra..-? [Comiendo má que una lima
sorda!
—Ezo e güeno.
—Regula, compare... Güeno, ¿y qué quería
usté de mi?
—Hombre, además der gusto de saludarte,
que me ayudes en un encargo que traigo de
don Curro.
—Tú dirás... ¿Y cómo sigue don Curro?
—I Don Curro, bebiéndose jasta er maíz!
—¡Qué hombre! Yo no sé cómo tiene aguante. MVa que lleva tií-mor bebiendo.
—lY lo que le quea! Ahora le ha dao por
los córteles, y arma ca ensalá que mete miedo.
—Ezo lo va a enterra.
—Ezo mismito le digo yo, compare; pero
como si tar cosa.
—Güeno, ¿y qué encargo es ese?
—Tú ya sabe la afición que tiene por los
perros.
—S!; jya lo creof
—Po se le,ha muerto un perro policía que
tenía que se estaba mirando en é, y quiere que
le busque aquí uno.
—¡Hombre; yo conozco a quien nos podrá
serví!
•—¿Quién, compare?
—Pepete er gitano. , ,
—¿Un gitano con un perro potfcía?
—Lo que usté oye. Ayé mismo se lo oí desí
y que era una alhaja.
Cuando nuestros compadres llegaron al hotel de Pepete el gitano, éste no se encontraba
en su morada; pero había dejado dicho a su
señora que lo esperasen, que volvía en seguida.
Como al lado de la casa había un corralillo
con varios animales de diversas procedencias,
se dedicaron nuestros amigos a buscar el tan
deseadb can policeman.
En un rincón encontraron un perro amarrado con una fuerte cadena; pero que no debía
ser el buscado, porque era de lo más vulgar,
feo y asqueroso que pueden ustedes imaejinerse.
Era una desconcertante mezcla de perro de
aguas, de galgo, y hasta de ciego. Parecía
un pobre can hambriento, y lo demostraba su
falta de energía, a pesar de la cadena, y sus
angulosos costillares pronunciados y salientes.
—¿Esite no creo que sea er policía?
—¡Calle usté, compare! ¡Esto e una gamba! El otro lo tendrá guardao por temó a que
se lo roben.
Por fin llegó Pepete, y cuál no sería la sorpresa de nuestros compadres cuando se enteraron de que precisamente el pobre perro' que
habían estado contemplando era el detective.
—¿Que éste e er policía?
—Zí, zefió.
—¿Con esa cara de hambre y esa melena?
—¡Lo que está usté oyendo!
—¡Vamo, hombre, Pepete: tú te quiere reí
de nosotro!
—¡Yo le juro por la zalú de mis hijos que
e un policial
—Pue no hay quien lo conozca.
—¡Claro; porque e un policía secreta...!
Pedro RISTORI MONTOJO
NÁUFRAGOS, por GALINDO
-¿Y usted qué opina de la reforma agraria?
1
tiempo perdido
—¿Me has olvidado,
niña preciosa?
¿Ya no recuerdas que te he cantado
y que en mis versos te he comparado
con una rosa?
¿Quieres, tal vez,
que te compare con una nuez?
Niña elegante,
niña arrogante,
luz de mis ojos, luz de mi vida, luz de magne¿soy, por ventura,
[sio,
tan adefesio
que te fastidio con mi ternura?
Si me has flechado con tu hermosura
con esos ojos que son dos soles incandescentes,
con esa boca
que me provoca,
" con esos dientes,
orificados, resplandecientes,
¿soy yo el culpable?
Si con tus gradas me haces tu esclavo,
niña adorable,
¿quieres que piense que soy un pavo?
¿Quieres, quizás,
que sea menos que los demás?
Ya sé que muchos,
unos muy tiernos y otros machuchos,
por ti suspiran,
por tí deliran
y están delgados y paliduchos.
Ya sé que un grueso
joven chipriota
por ti no prueba ni el pan ni el queso
ni la compota.
Ya sé que un corso malhumorado sueña contigo
y que, ceñudo,
fiero, sañudo,
dio tres patadas en el ombligo
a un alsaciano
;
que era su amigo,
I que era su hermano!
Sé que un noruego
por tí anda dego.
Sé que un dentista que, según dice, nació en
•por tu despego
[Finlandia,
se ahorcó hace días en Zululandia.
¿Pretendes, pues,
que haga lo mismo que el finlandés:
¿Por qué te callas? ¿Por qué te enojas? >Por qué
[estás muda?
¿Qué te sucede que no contestas?
No cabe duda
que me detestas.
\
Puedo ofrecerte lo que ambiciones;
mis esperanzas, mis alegrías,
mis ilusiones,
mis fantasías
pongo a tus plantas,
porque me embrujas, porque me hechizas, por'
[que me encantas.
¿Quieres matarme
con ese gesto tan desdeñoso?
Ya te decides, Ya vas a hablarme.
¡Ya sov dichoso!
—¡Vete al infierno! Yo quiero ahora
ser una ilustre, ser una insigne declamadora,
una aplaudida
redtadora.
1 Calma en seguida,
calma esta fiebre que me devora!
Los ignorantes, los eruditos
vendrán veloces.
¡Voy a atronarles a todos ellos con unos gritos
¡Voy a asustarles a todos ellos con unas voces!
Déjame sola. Debes marcharte.
I Qué ansias feroces
tengo, Insensato, de acogotarte!
Me debo al arte.
Si no declamo, me moriré.
¡Declamaré!
i
"i
•
,
'%•
llamos porel foro
Periódico defensor de los abogados ídem
XXV
Director:
SINFORIANO
BIRRETE
N
SECRETOS PROFESIONALES
El
Vamos de toga
caída
Precauciones que debe tomar un buen
abogado antes del juicio
Queridos compañeros: Yo no sé
<?ué va a pasar aquí. Nuestra honrada profesión va de toga calda.
La culpa la tienen los criminales de ahora, que son una verdadera birria. Da asco ver cómo se
ha terminado el arte en esto de
los asesinatos. Antes daba gusto.
Los asesinos quitaban a uno de
en medio y lo partían en pedacitos, o lo metían en una maleta y
lo facturaban a Logroño, o lo
quemaban en la cocina; enfin,rodeaban su crimen de mil detalles
artísticos y amenos que interesaban a la opinión y proporcionaban al letrado ocasión de gran lucimiento. Además había porteras,
como la de la calle de Fuencarral, que eran grandes auxiliares
de los abogados porque no sabían
nada, y así era más fácil defender, y no las de ahora, que en
cuanto oyen gritos en el segundo
izquierda ya están llamando a los
guardias, que cogen al asesino
con las manos en la masa encefálica de la víctima, por lo que no
tiene defensa posible. ¡Cotillas,
más que cotillas!
Los .asesinos de ahora le seccionan a uno la yugular, o le peSan un tiro, o asaltan un Banco
y toman un taxi, cuyo número ve
todo el mundo, y, por si era poco,
encima van contando por ahí su
hazaña. ¿Qué recurso le queda al
pobre abogado? Decir que ha cometido el crimen por ideas o que
está algo paranoico. •
Para un abogado, el elemento
más importante de los que intervienen en los juicios es el fiscal.
El abogado que tropiece con
un buen fiscal de esos con úlcera
en el estómago y cara de vinagre se ha caído con todo el birrete.
'
El fiscal que al comenzar su informe, tiene la intención de pedii
para el procesado tres meses de
prisión, como le empiece a doleí
el estómago o se acuerde de algo
desagradable que le haya ocurrido, empieza a exaltarse poco a
poco, a dar puñetazos en la mesa, y termina pidiendo veinte
años, y todavía dice que se queda corto.
Los abogados defensores deben,
pues, procurar por todos los medios que el fiscal vaya al juicio
de buen humor y que no le duela
el estómago.
Para ello desde dos días antes
de la vista empezará a tomar algunas precauciones para evitar
estos inconvenientes.
La primera consiste en enviarle
bajo sobre el último número de
GUTIÉRREZ.
Luego repasará la cartelera teatral y verá en qué teatro hacen
la obra más graciosa, se irá a la
taquilla, comprará un palco y se
lo enviará al fiscal con una carta
que diga poco más o menos:
"Querido don Fulano: Como tengo amistad con la empresa de tal
teatro, le mando ese palquito para que pase un rato agradable con
su familia. Le abraza su buen
amigo, Encinares."
El fiscal se pondrá a pensar en
quién es Encinares, pero como no
lo recordará decidirá irse al teatro a ver si allí se lo encuentra.
Al día siguiente, cajita de puros y dentro un papel donde se
lea con alguna falta de ortografía: "Recuerdo de un procesado
absuelto por su benevolencia, que
no da su nombre por modestia."
A la media, la misma operación con un bote de bicarbonato
con una notita: "Propaganda de
la casa."
Con todo esto se comprende fácilmente que el fiscal irá el día
de la vista de bastante buen humor y con el convencimiento de
que la Humanidad es generosa y
agradecida.
En estas condiciones tiene el
procesado la enorme ventaja de
que el fiscal no se ensañará.
Y total son unos diez duros.
A S E S I N O DE
CARABANCHEL
Desea abogado se encargue de sus asuntos a
sueldo fijo y comisión.
Imprescindible que sea
muy trabajador, porque yo
soy hombre activo que no
paro de cargarme gente.
Cipriano Malaspulgas.
Vereda del Sargento, 13.
¡¡NO SEA USTED PRIMO!!
Su mujer le engaña y
es una chismosa. Además
no sabe guisar y sólo piensa en comprarse trapos.
¡DIVORCÍESE
CUANTO ANTES!
Piense en lo feliz que
será cuando pueda salir
por la noche y volver a la
hora que le dé la gana y
hasta borrachp si le parece. Se levantará usted a la
hora que quiera y se irá a
comer al café, y por la noche al cabaret. Eso es vivir y no eso qtfe usted
hace.
No lo piense más. ¡A la
una!... ¡A las dos!... ¡Y
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ESPECIALISTA EN DIVORCIOS
•
i Viva la libertad!
NOTICIAS
Ha sido condenado a treinta
años de prisión y cien mil pesetas
de multa el notable criminal Acisclo Zamogón, para quien el fiscal pedia tres > meses y un día.
El asesino ha dicho que el día
que salga se v» a cargar a su defensor, el joven y elocuente letrado don Severiano Cotorra, el
cual, por si las moscas, se está
dejando la barba y se ha teñido
de • rubio.
Además está aprendiendo el inglés con objeto de, si las circunstancias se lo aconsejaran, salir en
el momento oportuno para Manchester, donde se le ofrece un brillante porvenir como representante
de ciruelas de su pueblo natal.
Lamentamos lo que le pasa y
esperamos que las autoridades pe-
nales no dejarán salir de paseo
los domingos al in/ime Zamogón,
Nuestro querido amigo el elegante y distinguido abogado don
Rogelio Chico acaba de obténei
un gran triunfo forense de esos
de no te menees.
Resulta que ha defendido en un
pleito de esos de un lío de herencia a la distinguida y no feúcha señorita Anastasia Trucha
del Arroyo, que recientemente heredó cuatro millones de pesetas,
y no sabemos cómo habrá convencido, pero el caso es que en
breve, contrará matrimonio con
ella.
¡Un gran triunfo conseguido
con la elocuencia del joven letrado!
•SZi
UM. i
futuro
Deben a m p l i a r s e
las
circunstancias atenuantes
Cuando se redacte el futuro Código creemos que deben introducirse algunas modificaciones; a
saber:
Creación de nuevos delitos.
Suspensión de otros.
Modificación de circunstancias
atenuantes.
Sobre todo, esto último es importantísimo.
Las nuevas circunstancias ate-"
nuantes que pueden añadirse son:
1." Que la víctima sea suegra
o cuñada del criminal.
2." Que el asesino sea lector
de Eugenio D'Ors, en cuyo caso
la atenuante sería de enajenación
mental.
3."
Que sea radioescucha.
4." Que cometa su crimen con
armas de fabricación nacional. •
5." Que mate a la víctima sin
hacerla sufrir, anestesiándola previamente o matándola a la primera, sin descabellar ni nada.
6.° Que mate a su mujer cuando ésta le pida más de 6,50 diarias para la compra.
7° Que la víctima sea automovilista, en cuyo caso el asesino obra en legitima defensa y
con intención de evitar un mal
mayor.
Los crímenes de Carabanchel.
Están detenidos los autores de la muerte de
Mariano Mejino.
Que son los mismos que
mataron a la encajera.
Y ya se sabe quién mató al chófer Pedro Gordo.
Se confía en que pronto caerá en poder de
la Policía el asesino de
Chindasvlnto.
¡BOLA
V/N
SE VA A! CREAR EL TRAJE
EL GOBIERNO TRABAJA EN LA
Serenidad.
STO del Estatuto tenia que acabar así!
Nosotros, al combatirlo, y a
sospechábamos que algo gordo se
avecinaba. No * podíamos sospechar el qué,
pero desde luego temíamos que algún acontecimiento extraordinario viniera a trastocar
los cimientos de la sociedad española.
GUTIÉRREZ, no obstante la gravedad de los
rumores que vienen circulando desde hace días
por los círculos viciosos, no quiere aún extremar la nota de ataque al Gobierno: primero,
por patriotismo; segundo, por no alarmar a la
opinión, y tercero, porque a ver si nos ponen
un multazo y nos baldan, con lo caro que está
todo.
Así pues, pedimos a nuestros lectores serenidad y nada de ponerse farrucos y echar
las patas por alto. Nada más lejos de nuestro
ánimo que provocar una crisis que pudiera
tener resultados funestos, como la salida del
Ministerio de Justicia del señor Albornoz.
Esperemos a que los rumores se confirmen,
a que tomen cuerpo, y entonces será hora de
fijar nuestra actitud frente al gravísimo problema que se plantea a los españoles.
Pues mira, resulta que es verdad.
La consabida . persona que nos merece entero crédito por sus estrechas relaciones de
amistad con uno de los ministros, nos ha asegurado que, en efecto, la noticia que nos ha
La primera noticia.
La primera noticia nos la dio nuestro sastres hace varios días, en ocasión de ir a encargarnos la media docena de trajes que
solemos hacernos anualmente antes de nuestro veraneo.
Al repasar los figurines observamos con el
natural disgusto que eran los mismos del año
pasado.
Hicimos la observación al sastre:
—¿Por quién me ha tomado usted, amigo
Lasisa? Suponer que yo voy a hacerme un
traje pasado de moda es ofenderme.
Es que...
—No hay disculpa. Demasiado sabe usted
que los redactores de GUTIÉRREZ nos distinguimos por nuestra elegancia en el vestir. Sin
ir más lejos, ahí está Dalmáu, que acaba de
estrenar un traje color salmón que ha sido
el suceso del día en la playa de Madrid.
—No lo ignoro, pero me es imposible ofrecer a mi distinguida clientela otros figurines
*! que los del año pasado.
—Iré a otro sastre.
—Será inútil. Con todos le ocurrirá igual.
Es un acuerdo del gremio.
—¡Pero esto es absurdo! Entonces las personas distinguidas y elegantes, ¿cómo nos
vamos a diferenciar de las vulgares y anodinas?
—Tiene usted toda la razón, pero mueno
me temo que esto no tenga arreglo.
—¿Que no tenga arreglo?
—Sí, señor. Se lo explicaré si me promete
por su honor no revelar este secreto, que será
la posible ruina de la elegancia española.
—Señor Lasisa, desahogúese pronto, porque galopo en alas de la curiosidad.
El sastre suspiró y dijo:
—Los sastres hemos acordado no exponer
las crecidas cantidades que supone la adquisición de los últimos figurines, extranjeros
hasta saber concretamente lo que acuerda el
Gobierno.
—¿El Gobierno?
—Como usted lo oye. Se dice que el Gobierno tiene el propósito de hacer obligatorio
un modelo especial de traje masculino.
4—¡Me deja usted de mantecado!
—¿Razones que tiene el Gobierno para tomar esas medidas del traje? Las ignoramos.
¿Cómo será el' modelo oficial? Lo desconocemos.
—¡Horrible, horrible!
—¡Espantoso, señor!
—En vista de la noticia que usted me da,
amigo Lasisa, me lanzo en busca de su comprobación. Y dejaremos por ahora en suspenso
esos seis trajes.
Salimos corriendo escaleras abajo, dejando
al artista de la tijera sumido en la mayor
El traje del señor Azaña es más bien de arbidesesperado».
tro de
JR1 del señor Albornoz lleva el peligro de U»
"
rodillera».
dado el sastre es cierta, aunque todavía el
Gobierno no haya decidido la forma de llevar
3 la práctica la innovación.
Por lo visto esta decisión gubernamental se
fue incubando de la siguiente manera:
Estando próxima la discusión en las Cortes
de la parte del Estatuto que se refiere a la
Hacienda, empezaron a verse algunas dificultades. Desde luego se recibieron noticias de
que el señor Royo Villanova se opondría tenazmente a toda concesión económica a Cataluña que fuera superior a trescientas pesetas
mensuales y un sueldo extraordinario en Navidad.
Como es natural, los ministros comprendieron la gravedad que entrañaba esta actitud del
señor Royo. ¿Qué iba a hacer una región
como Cataluña con trescientas pesetas al mes;
Ni para tabaco.
Era menester buscar a Cataluña unos ingresos fijos y lo suficientemente cuantiosos para
vivir b:en * y que todavía sobre para unos
enchufltos de los políticos catalanes, que bien
se lo tienen ganado.
Entonces surgió la idea de uno de los ministros, no sabemos cuál. ¿Cuántos millones de '
españoles existen? ¿Veintidós millones? Pues
a tres metros y medio de tela catalana cada
v
uno son setenta y siete millones de metros de
tela, que a veinte pesetas el metro, como muy
barato, son mil quinientos cuarenta millones
de pesetas.
No era mala la idea, pero surgió una insuperable dificultad. ¿Cómo obligar a los españoles a adquirir tela catalana sin que pareciera un acto dictatorial, sobre todo ahora
que hay muchos que están decididos a comprar géneros de Béjar e incluso a hacerse trajes con papel de fumar con tal de no comprar
a los catalanes?
Momentáneamente el asunto, quedó asi, sin
que los ministros encontrasen la fórmula salvadora.
En esto llegó la sublevación monárquica, y
de todos los labios surgió la misma voz: "Es
menester que de una vez se sepa quién es republicano y quién no lo es."
La fórmula surgió al conjuro de este estado
de opinión.
¿No se sabe en Alemania quién es partidario de Hitler y quién no? ¿No ocurre lo mismo en Italia? ¿En España misma no sabemos
quién es guardia municipal? El hábito hace
al monje y dime cómo vistes y te diré quién
eres. Entre dos ciudadanos con traje de mezclilla y americana cruzada, ¿cómo distinguir
al que es republicano del que no lo es?
Un monárquico puede ocultarse lo mismo
debajo de; una trinchera que de un gabán de
entretiempo.
La fórmula fue la creación del traje nacional republicano con género catalán.
Ventajas:
1.» Dotar de ingresos a Cataluña.
2.* Distinguir en un momento dado a los
que son republicanos de los que no lo son.
¡Traje único! ¡Ya no hay clases! ¡Ya no
hay más clase que la jerga catalana!
El traje sería obligatorio para todos los que
cobran del Estado, que son la mitad de los
españoles, y para todos los afiliados a los
, partidos gubernamentales y simpatizantes, porque hay que reconocer que menos el doctor
Albiñana, Romanones y. seis duques, marqueses y "condeses", todos son republicanos de
diversos matices.
Ya sólo faltaba llevar la fórmula a la práctica,
.«
¿Cómo será el modelo?
Asegura nuestro amable informador que los
nrnistros estudian el modelo único que se implantará en breve.
Varios de ellos, para ver el efecto prácticamente, se han mandado hacer los modelos, algunos de los cuales reproducimos en estas
páginas.
Desde luego han huido de las camisas rojas, negras o verdes para que no tenga aspecto fascista, y todos o casi todos coinciden en
la conveniencia de que el traje oficial tenga
pantalón corto. Tratándose de géneros catalanes la razón es obvia, puesto que con ello se
evitará el feo aspecto de las rodilleras. No poniéndole rodillas al traje, no hay peligro.
Por otra parte, no hay que olvidar que a los
ojos extranjeros y aunque no queramos los españoles siempre seremos toreros. Asi el pantalón corto le dará cierto aire típico al traje
nacional.
Si hemos de ser francos los modelos que publicamos en esta página no son afortunados.
El del señor Azaña es más bien traje de arbitro de fútbol, el del señor Albornoz lleva el peligro de las rodilleras y el del señor Carner no
es decorativo.
Nosotros preferiríamos algo así como aquél
con que se retrató el señor Pérez de Ayala a
raíz de ser nombrado embajador en Londres y
que tan buen efecto causó entre las fuerzas vivas del país.
En fin, lo que el Gobierno decida bien estará,
y todos los republicanos debemos acatarlo sin
discusión.
...Y el del señor Carner no es decorativo.
Nosotros llegamos a más. ¿Por qué si se señala a los republicanos un traje determinado
no se ha de señalar otro a los enemigos de la
República?
En color lila, naturalmente.
—Lléveme a la
estación.
—-Bueno, pero
suba por el otro
lado para que so
le vea el caballo.
E L A.—Magníficamente. Vengo encantado
de Francia, de los franceses y, sobre todo, de
las francesas.
EL P.—¿Habló usted y entendió con facilidad?
E L A.—Igual que en español. ¡Gracias al
gran profesor que me cupo en suerte!
EL P.—¡Oh, no! A su fácil asimilación.
—Dente un litro de vino.
—Esto es un café, señor.
—Bueno, pues vino con tostada.
la lengua vernácula
v
CUADRO PRIMERO
Una academia de idiomas.
La acción en España.
El profesor, [ranees, y el alumno, español.
E L P.—¿Cuándo piensa usted emprender su
proyectado viaje a Francia?
E L A.—La semana próxima. ¿Cree usted que
me hallo en condiciones de efectuarlo sin necesidad de recurrir al intérprete?
E L P.—Tengo la seguridad. En estos últimos meses ha progresado usted! de un modo
sorprendente.
E L A.—¡Oh, París!... El Sena, la Torre Eifid, la "rué" de la Paix, Nuestra Señora, el
Trocadero...
E L P.—No le quedan por decir más que los
apaches, Chevalier y la Mistinguette. Cuando
regrese usted me hablará de otras muchas cosas más1 interesantes, que no oyó nunca citnr,
y que le cautivarán.
E L A.—¡Estoy entusiasmado con este viaje!
E L P.—Vamos a dedicar la clase de hoy a
la lectura y traducción. Empiece usted. ¿Dónde
quedamos el día pasado? |Ah, sí!
E L A.—{Leyendo.) "Troisiéme épisode. Les
diligences déportées. C'était una vieille diligence d'autrefois, capitonee & l'ancienne mode de
drap gros bleu tout fané, avec ses enormes
pompons de laine réche qui, aprés quelques
heures de route, finissent par vous faire des
moxas dans le dos. Tartarin de Tarascón avait
un coin de la rotonde; il s'y installa de son
mieux, et en attendant de respirer les émanations musquées des grands félins d'Afrique..."
E L P.—Basta; traduzca.
E L A.—"Episodio tercero. Las diligencias
deportadas. Era una vetusta diligencia de otros
tiempos, acolchada a la antigua con bnrr!n
paño azul ajado ya, con enormes presillas de
lana áspera que, al cabo de algunas horas de
'camino, acababan por clavarse en 'a espalda.Tartarin de Tarascón, apoderándose de un rincón de la rotonda, instalóse lo mejor que puro.
y mientras llegaba a respirar las almizcladas
emanaciones de los grandes felinos de África..."
E L P.—Muy bien. Correctas la pronunciación y la entonación y exacta la traducción. Le
auguro muchos días felices en Francia.
E L A.—Así sea. Gozaré ampliamente de la
vida y procuraré gastar lo menos posible.
E L P.—Es usted un alumno aprovechado.
CUADRO II
La misma decoración.
Seis meses después.
Los mi&mos personajes del cuadro anterior.
E L P.—¡Mi querido amigo y antiguo alumnol ¿Cómo le ha ido?
CUADRO III
Otra academia de idiomas.
La acción en Francia.
Et profesor, español, y el alumno, francés.
E L P.—¿Cuándo piensa usted efectuar su
viaje a España?
E L A.—El mes próximo. ¿Cree usted que rr.e
encuentro en condiciones, sin necesidad de intérprete?
E L P.—Estoy seguro. En estos últimos dias
ha progresado usted bastante.
EL A.—¡Oh, Madrid!... El Manzanares, la
Telefónica, la calle de Alcalá...
E L P.—¡Oh, sí, los toros, Bretaño, la Che>
lito!
EL A.—¡Estoy entusiasmado!
E L P.—Vamos a dedicar la clase de hoy a
la lectura. Comience usted.
E L A.—{Leyendo.) "Capítulo XX. De la jamás v;sta ni oíd'a aventura que O">n má" poco
peligro fue acabada de famoso caballero en el
mundo, como la que acabó el valeroso don
Quijote de la Mancha.—No es posible, señor
mío, sino que estas yerbas dan testimonio de'
que por aquí cerca debe de estar alguna fuente
o arroyo que estas yerbas humedece, y asi
será bien que vamos un poco más adelante,
que ya toparemos donde podremos mitigar esta
terrible sed que nos fatiga, que sin duda causa
mayor pena que la hambre.-—Parecióle bien
el consejo a don Quijote, y tomando de la
rienda a "Rocinante", y Sancho del cabestro
a su asno..."
EL P.—Basta. Muy bien. Correctísimas la
pronunciación y la entonación. Quien así lee
el Quijote ya puede caminar tranquilo por
E'-nañn. sea—i cí- en'ender y de ser entendido.
EL A.—¡Así sea!
CUADRO IV
La misma decoración del cuadro anterior.
Han pasado quince días.
Los mismos personajes.
E L P.—¡Mi querido amigo y alumno! ¿Cómo
tan pronto de vuelta? ¿Qué tal le ha ido?
E L A.—Bien y mal. Regreso encantado de
—¿No te han dicho en la escuela que el
cordero fue comido por el tigre por no haber
sido prudente?
—¡Claro! Si el cordero hubiera sido pruden(e nos lo hubiéremos comido nosotros.
España, de los españoles y, sobre todo, de las
españolas.
E L P.—¿Habló usted y entendió con facilidad;
E L A.—Ni hablé ni entendí. Sus lecciones
no me han servido para nada.
E L P.—¿Es posible? Pero..., ¿en dónde ha
estado usted?
E L A.—En España, en Cataluña.
E L P.—¡Ahí
TELÓN RÁPIDO
PETÉ
DE SOCIEDAD
dos
sucesos idiotas
Levantamiento y caíd?
EXIGID
LOS CAFES DEL BRASIL
SON
LOS MAS FINOS Y AROMÁTICOS
BRACAFÉ
En la mañana del miércoles, cuando se disponía a levantarse del lecho el conocido personaje don florindo Flor y Nata, domiciliado
en la calle de "¡A mí, eso!", número 101, tuvo
la desgracia de resbalar en el trozo de linoleum que alfombra su elegante alcoba y caer
al suelo, con tan mala fortuna que se produjo chichones de importancia en la frente y,
además, una brecha tan grande como una
zanja de esas que abren en las calles los trabajadores de la prepavimentadón.
Entre su mujer y la criada, que atiende
por Benita, fue llevado a casa de una amiga
de don Florindo, la eminente doctora señorita Socorrjto Segura, donde le apreciaron,
como amigo y doliente, una herida contusa en
la región frontal, que al parecer debió de producírsela con una de las patas de la cama,
que deja al descubierto el poco seso que tiene el infeliz señor.
También fue asistido de una luxación en
la rodilla, que le interesa un hueso que, según parece, tenemos todos los mayores de
veinte afios, y que le dicen..., ¿cómo le llaman, hombre?... ¡Ah, sí!: el rótulo, sólo que en
femenino. Ya está: "la rotulación".
Don Florindo, durante la cura, que fue larga y laboriosa, dio muestras de gran entereza, llamando a su mamá y a una "tita", que
actualmente se encuentran en Montevideo.
Después de curado se .quejó de su mala pata.
Ignoramos si se refería a la de la cama, a la
suya herida, o si habló en sentido figurado.
Afortunadamente, en las otras no sufre lesión
alguna.
La culpa la tiene el señor Flor y Nata por
intentar levantarse. ¡Con lo bien que se está
en la cama en verano! Y en todo tiempo.
Cartas de artistas, por Dalmáu
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•
L
JliM dé ÁcwaMb 4>a, Q4A&
T
ñu
'
EL
QUEL señor era dé Nueva
York, que es ese campo con
muchas casas encima, en
donde todos los señores son
tan riquísimos que saben hablar hasfa en inglés. Pero esto no sucede nada más que en
el mismo Nueva York, porque hay mucho lujo
y mucho vicio. En camb'o, los señores de los
pueblos de al lado de Nueva York, como son
más pobres y no tienen d:nero para aprender
esas tonterías, hablan como usted y como yo
y como su hermana la morentta. Hablan, sencillamente, como en todos los pueblos del mundo, que es tan fácil.
—¿A cuánto va hoy la arroba?—dice a las
cinco de la mañana un señor comiendo pan.
—Hoy va la arroba a quince reales—responde el otro señor, dos horas después, tirándole
una oiedra a un perro.
Y hay una pausa.
—Te pago cuatro por la arroba—propone el
primero a las d'ez y media de la mañana. Y
sigue convendo pan.
—Diez, y es para tí la arroba—dice el segundo a las tres y cuarto de la tarde. Y le tira
otra piedra al perro.
Y hay otra pausa.
—Quía. quía—hace el más alto cuando en el
rc'oi de la iglesia dan las ocho de la noche.
Y se va a su casa a comer pan y a acostarse.
Y el otro se va a matar definitivaraínte al
Y es que, realmente, st en vez de hablar así
hablasen en inglés no sabrían nunca a cómo
está la arroba, que siempre es curioso.
Aquel señor era de Nueva York y vivía en
un rascacielos, porcrae tanto han hablado de los
rascac'elos los señores que han venido de
Nueva York, y tantos cuadros de rascacielos
se han hecho en las revistas de Martín y en
'as revistas de Romea, que los americanos no
han tenido más remedio qu? poner rascacie'os
en las calles. Pero ellos, en el fondo, están
muy d'sgustados, porque solamente les sirven
para que un obrero muy guapo esté subido
siemore en la punta de un rascacielos, dando
muchos martillazos en un h'erro, mientras abaio
se ve el abismo vertiginoso de la ciudad. Y,
verdaderamente, no se sabe por qué tiene que
haber en esas casas tan altas un obrero Hando
siempre martillazos en un hierro, cuando en
Madrid, oue las casas ?on más bajas y no hav
tanto pe'lgro, ninqún obrero hace eso. Y si lo
hiciese su muier le reñiría muchís'mo.
Aquel señor era de Nueva York y era tan
rico, tan rico, que se casó, y en vez de tener
un niño, tuvo un submarino; y en vez de tener
una niña, su esposa dio a luz una fábrica de
locomoforas.
Y tan rico era que un día fue y compró el
cielo.
,Se lo compró a un señor muy viejecito y
muy bueno, que era el amo del cielo, y qué
ya se había cansado de él porque, en realidad,
le había ido muy mal y le había dado muchos
disgustos.
Aquel señor tan rico se lo compró todo entero y empezó a hacer mejoras estupendas con
su gran espíritu americano para los negocios.
Lo primero que hizo fue barrer todo y ponerlo todo muy limpio. Y quitar todos los mosquitos, que es lo primero que hacen todos los
señores de Nueva York. Después se dedicó en
seguida a modernizar por dentro las habitaciones del cielo, pues se encontró con que todo
aquello estaba un poco cursi. Sobre todo, la saHta y el comedor. Quitó todos los pañitos de
encajes de las mecedoras y quitó también las
mecedoras. Quitó después todas las jaulas
con canarios, pues había muchas jaulas dotadas con canarios que cantaban tan bien como
los que hay en las peluquerías de señoras.
Quitó los maceteros con lacitos granates y las
hortensias. Y los gatos. Y los espejos cubiertos con tarlatanas. Y los retratos en colores
de la familia del señor viejecito. Y puso
muebles de acero e instaló unas modernas ofirfnas.
En lugar de los ángeles, que no hacían más
•que tocar el arpa y llegar tarde a todos los recados, organizó un servicio de mecanógrafas,
cuentos
CIELO
para
perros
X
M'HÜRA.
N.
/
muy rubias, con unas piernas preciosas y unas
ligas azules de cuarenta pesetas.
Se pusieron teléfonos para comunicar con la
tierra y para que la tierra, a su vez, comunicase con el cielo. Esto era una de las mejoras más importantes, p u e s
anteriormente,
aunque la gente hablaba sin necesidad de haber teléfonos, nadie quedaba del todo satisfecho.
En la tierra se instalaron grandes sucursales y oficinas de información y se suprimieron las antguas, en donde no había más que
viejas pobres en la puerta pidiendo cinco céntimos o diez.
En estas modernas oficinas había jóvenes empleados que mascaban goma y numerosas ventan:llas para cada servicio, en donde la gente
que tenía que pedir algo llenaba unos impresos
especiales. Para hablar con el cielo se habilitaron las antiguas cabinas que había antes, con
un señor dentro, por modernas cabinas con
teléfonos. Y en todas las oficinas grandes letreros decían así: "El tiempo es oro", "Nuestro tiempo es tan precioso como el vuestro" y
"Haga usted el favor de marcharse ya, caramba."
La gente no hacía más que telefonear con el
director para pedirle que arreglase eso de las
enfermedades y la muerte, porque la gente
seguía tan pesada como siempre, pidiendo nada
más que tonterías.
Pero no hubo más remedio que complacerlos.
La gran empresa norteamericana, obligada
por tantas súplicas, como no podía suprimir del
todc estas dos cosas, porque hay muchos intereses creados, organizó, para las enfermedades y la muerte, la jornada de ocho horas.
Resultó muy bien, hijos míos.
La gente seguía teniendo, de vez en cuando,
el t:fus y esas cosas infames. Pero cuando
caían enfermos so'amente tenían la ob'igación
de estar malos ocho horas al día. M'entras les
duraba la enfermedad estaban muy maütos, en
la cama, desde las ocho de la mañana hasta
las cuatro de la tarde. Pero a esa hora terminaban su jornada de enfermos; se levantaban,
se afeitaban los bigotes y. completamente sanos,
se iban a la calle de Alcalá a besar los brazos
morenos de las mujeres hermosas. Y podían
estar besando los brazos de las mujeres hermosas hasta las ocho de la mañana del día siguiente, que tenían que volver a su casa, sin
falta, y acostarse, para seguir teniendo el tifus.
Y así todos los dias hasta que se ponían buenos
del todo.
Los muertos, igualmente, no tenían que estar
muertos siempre, como antes, que era tan pesado. Sólo estaban muertos en el cementerio
ocho horas al día y cuando terminaban sus
ocho horas salían de su fosa y se iban a sus
casas a leer los peródicos, y a poner en el
gramófono fandanguiljos de Almería. Y mientras
ellos estaban en sus casas, ocupaban sus puestos en las fosas otros muer'os que tenían distinto turno, porque en los cementerios siempre
tiene que haber muertos, ya que esto resulta
bonito.
Los ciegos eran ciegos ocho horas solamente.
Los inválidos eran inválidos ocho horas nada
más. Y las vacas eran vacas só'o ocho horas,
y después podían ser señoritas como cualquier
•otra señorita.
Así la vida era encantadora, y la gente estaba muy contenta, y la empresa americana ganaba muchísimo dmero.
Pero pasaron algunos años y aquello terminó,
como no tenía más remedio que terminar.
La gente le perdió el respeto al cielo y comenzó a Cometer abusos.
Los muertos que tenían que volver a sus
tumbas a las ocho empezaron a ir a las ocho
y cuarto. Y, de vez en cuando, a'guno dejaba
dé ir rjaa noche entera y mandaba un recado
diciendo que estaba enfermo.
Los enfermos, en vez de estar enfermos las
ocho horas diarias que les correspondían, estaban solamente tres o cuatro, y para eso todo
el tiempo fumando p'tillos, que hace tan feo
en un enfermo. Y algunos dejaban en su puesto
a un amigo y se iban a Los Gabrieles a una
cita. Las vacas no querían ser vacas nunca y
*• pasaban el tiempo siendo señoritas y haciendo tartas de manzana.
La gente, que antes pedía respetuosamente
•or teléfono buenos destinos y premios de la
Lotera, ahora se iban directamente a ver al
amo del cielo y le daban sablazos de dos duros.
Y ponían mala cara si les daban solamente
siete pesetas.
Empezó mucha gente a ir al cielo por las
tardes a merendar y todo lo llenaban de papeles y de latas de sardinas.
Y un señor, s:n pedir permiso, instaló una
piscina. Y otro puso un bar en que se servían
comidas a base de conejo.
A la salida de las oficinas del cielo cincuenta o sesenta caballeros esperaban a las mecanógrafas para convidarlas a bocadillos.
Y se organizó un concurso de mantones.
A los pocos meses aquel cielo era un cielo
que daba asco.
Y el director, aburrido, un día fue y lo cerró.
Bien hecho, hijo.
Escritas en trágico* tonos de desesperacton,
dicen que por Dios, que los españoles somos
buenas per onas. am'.nter. e a paz v >e 'R democracia mundial; que Hoover es la mar de
simpático, y que si en las manos de )ispn-¡a
estuviera remediar el paro obrero que sufre
Norteamérica, no habría en los Es'ados Unidos
un obrero parado ni para esperar el tranvía.
Con esto aseguran las cartas que resplandecen nuestra decencia y nuestra hombría de bien.
"Por lo tanto—continúan—, si nosotros somos buenos para ustedes, ¿por qué ustedes nos
tratan tan mal, enviándonos esas películas habladas en españoi? No podemos aguan ar niás
a Barry Norton... Es muy malo, señor comisario..."
El señor comisario ha dicho que es verdad; que Barry Norton es muy malo.
Y Hoover no lo ha dicho; pero lo piensa.
CAMERAMAN
De la habanera al charleston.
Miguel SANTOS
la talía esa o como se llame
M.S.
EL
CfNINI
noticias de hollywood
HOLLYWOOD, 10.—Ayer fue sorprendida la conocida estrella doña Greta Garbo besándole, en un jardín, con un pollo r.'orcno
con bigotito.
Esta actitud de la popular estrella ha causado gran sensación en las tertulias cinematográficas, porque todo el mundo la tenía por
una chica decente, incapaz de andar besuqueándose con unos y otros.
Doña Greta ha manifestado que no lo hizo
a mal hacer y que no creía que nadie iba a
tomar tan a pecho el asunto.
El pollo del bigotito no ha podido manifestar nada, porque la Garbo tiene una manera
de besar que le ha dejado sin respiración para
mes y medio. Por señas ha indicado que prefiere que le coja un autobús antes que recibir otro ósculo de la vampiresa.
La vampiresa ha cogido una perra tremenda, y para vengarse de las cotillas ha decidido no divorciarse esta semana, con el fin de
que la gente no tenga de qué hablar.
Lo malo es que ahora sí que va a hablar
la gente, porque eso de que no se divorcie ía
Greta Garbo sí que no ocurre todos los días.
HOLLYWOOD, 10.—Marlenne Dietrich, la
auténtica mujer fatal con bigotes, se encuerara
gravemente enferma.
Hallábase filmando una película de esas que
. hace ella, cuando por exigencias del argumento tuvo que fumarse un cigarro.
Al principio no la dio más que mucha tos;
pero mego empezó todo a dañe vue.tas, y a
darle vueltas y a darles vueltas, y se la tuvieron que llevar atada a una escalera de mano.
El médico de guardia dijo que a estas mujeres fatales hay que cuidarlas mucho, porque son como las flores de estufa, que con'
cualquier cosita se ponen hechas un asco.
La Greta, para demostrar que es mejor,
actriz que Marlenne, se ha fumado una cajetilla de abduüas y un ciga.ro puro de peseta.
La empresa la ha subido el sueldo y la ha
contratado pata tres corridas en las próximas
ferias.
John Gilbert continúa tan cursi, el hombre.
Casi tanto como José Mojica.
HOLLYWOOD, 10.—Se están recibiendo
malares ó" cartas cerdficadas en la comisaria de Hollywood.
Todas estas cartas proceden de España y
van firmadas por honrados padres de familia
y por honrados hijos de padie» honrado» d«
familia honrada.
E acercan a nosotros varios actores modestos en demanda de
x5¿. apoyo para dirigir una peti<¥r c i o n a i a Sociedad de Actores
Españoles. Amigos
desde la infancia, como somos, de la Equ!dad y la Justicia, no vacilamos
en trasladar dicha petición a la Sociedad
aludida. ;.
Es el caso, señores directivos de la Asociación, que el actor español ha empeorado bastante en cuanto a las condiciones de su trabajo.
Hace años el actor español era feliz. Representaba comedias ante nutrido y selecto público. Las representaba bien o mal—casi siempre bien—y nunca le faltaba el aliento de los e pectadores, trasmitido por la risa o la emoción,
según el género cultivado por el actor, y siempre
por el aplauso general con mando en plaza.
Aquello era vivir. Confortado por el aplauso, entretenido por la presencia de tanta hermosa mujer en la sala, la profesión del actor
estaba llena de atractivos que obligaban a innumerables caballeros a formar compañías de
aficionados con el noble estímulo de llegar
algún día a trabajar ante un público de feras, como si el que presenciaba sus veladas
fuera de cartón piedra.
Ahora todo ha cambiado. Desde hace unas
cuantas temporadas está demostrado que al
teatro no van más que los cómicos, los autores, cuatro periodistas, casi todos los acomodadores—siempre falta alguno—y treinta y
seis amigos con vales proporcionados por los
señores antedichos.
Consecuencia de todo ello es que el actor
español se aburre, como dicen que se aburren
las ostras verdes de Marennes, que, entre paréntesis, una vez las probé yo y puede que estén
aburridas, pero también están r'quísimas.
El actor se aburre en la actualidad, digo.
Falto del aplauso popular, porque es sabido
que la gente de teatro y los señores que van
con vale de favor son los que aplauden menos y los que patean más; falto de la agradable distracción que para él suponía, ¿qué hace ahora? Sencillamente, recitar su papel como
los chiquillos en la escuela, si bien con meno-J
soniquete.
Y mientras reza el papel su alma está lejos, lejos, vagando en el paraíso triste de las
añoranzas y los recuerdos. Hay que remediar
esto, aunque no sea más que para evitar que
yo siga escribiendo frases tan cursis como la
precedente.
¿Cuál es el remedio? Creo haberle hallado
y lo ofrezco a la decisión de esa Sociedad.
Que cada noche libre media compañía. Esa
media compañía puede distrarse a sus anchas
yéndose a divertir por ahí al teatro o al cine.
El mismo derecho de que usa el público faltando a su condición de tal acoge a los actores para faltar a la suya.
Y que los señores que van con vale de
favor no pueden exigir que trabaje para ellos
toda la compañía.
Eso sólo lo podría pedir un espectador que
abonara su localidad.
¡Pero hay tan poquitos de esos!...
UN ACOMODADOR
,A
—Antes de dar la señal da! duele saña buen» cerciorarse u lo» adversario» catán • J«tt«l .
distancia une de otro...
PREDICCIONES ASTROLÓGICAS PARA LOS NACIDOS EN SEPTIEMBRE
! EPTIEMBRE es un mes
complicadísimo para estq
j de las predicciones astrológicas porque está influenciado por dos signos de aupa. Desde
el día 1 al 22, septiembre está
bajo la influencia de Virgo, y
desde el 23 al 30, bajo la de Libra.
A simple vista se nota que Virgo es un signo con mucha más
influencia que Libra. Tiene más
influencia que los socialistas.
El signo de Virgo es peligroso
porque ya hemos dicho que coge
desde el día 1 al 22, que es cuando hay que pagar la casa, la luz,
la contribución y todas esas sandeces de soltar dinero. Sin embargo, el signo de Libra no tiene
esos inconvenientes porque desde
el 23 en adelante ya se le ha terminado a uno el dinero y así,
aunque haya que pagar algo, no
se paga y listo.
Las personas nacidas en Virgo
estarán muy expuestas a que les
caiga encima una chimenea antes
de cumplir los cinco años. Por
eso no deben salir de casa los
días de viento. De las personas
nacidas en Libra, casi no vale
la pena de ocuparse, porque como es tan poquito tiempo, entran
pocas en libra. De todas maneras
deben tener cuidado con los huesos de los melocotones, que es
muy malo atragantarse con ellos.
Y ahora vamos a hacer un
cuadro de predicciones.
AFINIDADES
ELLA.—Yo nado, juego al tennis, al golf y monto a caballo admiblemente.
EL.—Yo cocino, zurzo medias y barro muy bien.
11.—Tendrán varios pares de
medias.
12. — Regañonas, antipáticas,
cotillas, malasangres, cochinas y
vagas. (Mi patrona nació el 12 "
de septiembre.)
13.—Admiradoras de Domingo
Ortega. ¡También es desgracia!
14.—Matrimonio feliz, porque
el marido será un cero a la extrema izquierda.
15.—Tendrán mucha suerte para navegar. De manera que lo
mejor que puede hacer un señor
casado con una de ellas es tirarla al estanque del Retiro con
Las mujeres nacidas en septiembre el día:
1.—Tendrán tendencias a comer de gorra y a pegar carteles.
2.—Contraerán matrimonio por
amor, si le da la gana de casarse
al novio.
3.—Serán de carácter activo y
la primera bofetá será siempre la
suya.
4.—Estas darán la primera bofetá, la primera pata en los ríñones y el primer botellazo. Después no tendrán que pegar más,
porque una sacia que pega de esa
manera se queda sola a los dos
minutos de empezar la gresca.
5.—Espíritu calmoso. Serán de
esas que ven que cuece la leche
y que se está saliendo y siguen
cotilleando con la vecina.
6.—Harán vida sedentaria y
tranquila. No barrerán más que
el día primero de año y las camas
las harán a las nueve y media de
la noche. De lavar a los chicos,
ni hablar. Un regalito de señoras, vamos.
7.—Las gustará el aguardiente.
8.—No apetecerán el matrimonio. Por lo menos dirán que no
las corre prisa; pero que se presenté un novio y veremos.
9.—Nacerán con bigote y se
harán ricas exhibiéndose en las
verbenas.
JO.—Vivirán en el campo. (No
conocemos a ninguna nacida el
• 10 de septiembre, «pie viva en
Madrid.)
quince adoquines atados al cuello,
y que navegue.
16.—Las apretarán mucho los
zapatos nuevos. Claro, siempre
se los compran pequeños para
presumir...
17.—Tendrán mala suerte con
los hombres. Ninguno sabrá serles fiel. Y eso que tendrán muchos, muchos; pero como si no.
¡Están los hombres que es una
pena!
18.—Amor al ideal. Corazón
purísimo. ¿Ellas comer judías?
¡Vamos, andal O les pagas langosta o no toman nada.
19.—Ardor de estómago. Se lavarán los pies todos los jueves.
20,—Harán matrimonio rico, pero desgraciado. Porque resultará
que a los diez años de casadas
comprenderán que su verdadero
amor no es aquel hombre. Y, naturalmente, el marido tendrá que
agarrar una estaca y brearlas.
21.—El día 21 de septiembre no
nacen más que tocadores de ban. durria. Mujeres, ni una.
22.—Nacerán ya con diez y
ocho o diez y nueve añitos y uniforme de vicetiple.
23.—Tendrán el carácter belicoso y los tacones distraídos.
24.—Las mujeres que nazcan el
24 de septiembre en el Sudán serán negras. Las que nazcan dicho
día en las Peñuelas serán blancas. No sé por qué, la verdad.
25.—Amor desinteresado. Con
su pisito coquetón, su cuenta corriente y su automóvil, se darán
por satisfechas y no pedirán más
que un par de vestidos a la semana, Pero, eso, sí; lo pedirán
desinteresadamente.
26.—Podrán hacerse ricas al llegar a los ochenta años. Mientras
tanto estarán a bofetadas con los
garbanzos.
27.—Les darán el timo del portugués con toda facilidad. Y luego
el padre o el marido les patearán
la cabeza, por idiotas.
28.—Se casarán con un chico
de Burgos.
29.—Obligarán al novio a que
las conviden a merendar. Después
querrán ir al cinini. Y el novio
tendrá que suprimir el tabaco.
30.—Las mujeres nacidas el 30
de septiembre' son inconfundibles
y todo el mundo las conoce: Son
esas señoras gordas mayores de
cuarenta años que tanta rabia da
encontrarse por la calle y que se
ponen tan pelmas cuando vienen
de visita. Que está uno esperando que se vayan para ponerse a
cenar y se están dos horas ha»
blando de lo que hace su hijo el
que se marchó a la Argentina.
(Pesas, que son unas tías pesas!
>*****»***«
—¡Perfectamente! Pero creo que no hará falta mirar tanto a mi señora para poderla pintar.
Unos millones a Madrid por la capitalidad.
Podríamos titular así este entrefilete
"En desagravio".
5fPt< • f -•
Aquel profesor era el "coco" de la dase de
dibujo del colegio.
Creíase el mejor artista, desde Apeles hasta
nuestros contemporáneos, pasando por Leonardo de Vinci, Rafael, Velázquez y Sorolla. Estas creencias las daba a conocer a sus discípulos en largos discursos, consejos, correcciones, criticas, etc., poniéndose más pesado que
don Pedro Rico, lo que le hacía temible en.
aquella clase.
En una ocasión, estando hablando con un
profesor de otra clase, se le ocurrió a un discípulo dibujar un borrico. Hallábase el pequeño artista absorto contemplando su obra, cuando llegó el "coco", ¡vamos!, el profesor, y sin
mirar apenas el dibujo le espetó:
—Está visto que no pueden dibujar sin mí;
aquí en vez de un asno a hecho usted una asnada, todo por no esíar presente yo, porque
su incapacidad..., si¿ impericia..., su ignorancia...
Ya llevaba largo rato hablando, cuando el
alumno, muy amoscado, le atajó:
—Tiene razón, maestro; si usted hubiera estado delante, el asno me hubiera salido mejor.
Remite; Manuel F. Teijeiro. Madri4
Coincidieron en un banquete un obispo y
un rabino. Estaban sentados a ambos lados
ANECDOTARIO
del homenajeado, y en el momento de servir
uno de !o3 planos, consistente en jamón oon esGUTIÉRREZ otorgará cada semana un prepinacas, el rabino se niega a comerlo, y el .
mio de "veinte" pesetas a la mejor anecobispo, malicioso, le dice:
dota que se le remita y publique en esta
—¿No come usted de esto?
sección. Los de provincias deben recla—No, señor; me lo prohibe mi religión.
mar el importe por carta, escrita con la
—Pues1 lo siento por usted, señor rabino. |No
misma letra o, firma, para que les sea gisabe
lo que se pierde!
rado el importe, y los de Madrid lo haCuando acabó la comida, el rabino se desrán efectivo en esta administración los
pid¡e del obispo, y le dice:
lunes, de cinco a siete. El texto no debe
—Monseñor, le ruego ofrezca mis respetos
exceder de una cuartilla escrita por una
a su señora.
sola cara.
—Pero, señor rabino, ¡si yo no estoy casado! Mi religión me lo prohibe.
—Pues lo siento por usted, monseñor, i No
Hay personas tan postínosas, que no saben sabe usted lo que se pierde!
qué ponerse en las tarjetas para que resulten
Remite: A. Taracena.
sonoras y rimbombantes, a la vez que den una
alta idea de su profesión. Buena prueba de
ello es el siguiente diálogo^ cazado al vuelo
por los alrededores de la plaza de la Ceba-a.
donde voy a menudo a estorbar en las aceras
Una vez yo di un lunch en mi casa y tuve
y recibir pisotones.
—¡Amos, chica! ¡Estoy indigna! ¿A que no bastantes invitados, y entre ellos se encontraba
un señor con unas orejas descomunales.
sabes cómo se pone ahora en las tarjetas LuOtro invitado que había y que se las echaba
ciano el Comadrón, pa ofrecerse sin que la
de gracioso delante de las damas que allí estapolicía sepa su especiedidé?
ban presentes, al ver las orejas de aquel pobre
—¡Yo qué sé! A!qo raro será, pero no el
hombre y queriendo reírse, por cierto, de él, se
chafachicos, que le dicen en el barrio...
acercó y le preguntó con guasa:
Era el sábado de Gloria.
—¡Qué va! ¡Se pone "El Caballero de la
—Oiga, amigo: ¿por qué tiene usted esas ore5e festejaba en' casa áe la Duquesa de X,
Triste Figura"!
jas tan grandes, que parecen de burro?
una de las personas más consideradas de la
—Anda, ¿y por qué?
A lo que contestó el de las orejas:
aristocracia madrileña, el cumpleaños de una
—Pus porque dice que él iamién es "des—Confieso que tengo las orejas muy grandes
de sus hijas.
facedor de entuertos".
para un hombre, pero convendrá conmigo que
Los invitados bajaron al jardín de la casa.
Remite: A. Ristori.
usted las tiene muy pequeñas para un asno.
Gloria, que así se llamaba la homenajeada, se
Remite: M. Aceda—Madrid.
sentó con su novio en uno de los extremos
de dicho jardín.
Mientras su madre hacía los honores a ¡os
concurrentes se oyó una sonora bofetada, y
El famoso tonto de una ciudad (cuyo nomalguien preguntó:
bre no hace al caso) tenía una novia a quien
Fue citada por el juez doña Teresa Tron—¿Qué ha pasado?
rondaba por las noches dándole serenatas con
A lo cual contestó, con indiferencia, la
una mala guitarra. Agotado el caudal de li- coso porque en la calle del Pez llegó a pegar
duquesa:
teratura callejera, recurrió a un amigo que le a su esposo. El juez, en forma sencilla, le difo:
¿No se ha condolido cuando rompió usted la
enseñó la siguiente copla:
—Nada, que han querido tocar a gloria ansilla encima de su marido?"
tes de tiempo.
"En tu puerta planté un pino,
-^Señor juez, fue un arrebato por llevarme
en tu ventana un peral,
Remite: Fernando de Jorlgé. Machfd.
la contraria; si me descuido lo mato, y por
para que cojas las peras
cuestión monetaria. Sólo una cosa me pesa,
la mañana de San Juan."
Al llegar a la puerta de la casa de su no- señor juez, se lo aseguro: la silla, dijo Teresa,
que me costó medio duro.
via sé puso a cantar:
Remite: León Cembrano, Madrid.
En tu puerta planté un pino,
El otro día se hallaba este servidor de usen tu puerta planté un pino...
tedes y de la señora República muy entreteniPero como no se acordaba más que del prido leyendo una de las informaciones del semer verso, continuó repitiéndolo, hasta que
manario GUTIÉRREZ, cuando oigo que llaman
cansado el padre de la novia, asomándose a
al teléfono; aplico el auricular al conducto
Hab'a r-n G'-n.i'^. hace ir""-Hos años, urt
una ventana, le dijo:
auditivo y escucho que me avisa con toda urgencia el señor Cordero para que me pre—Mira, mastuerzo, haz el favor de plantar- sargento de la Guardia civil, de bastante mal
sente inmediatamente en su domicilio.
lo más abajo, que si no mañana no va a po- humor, y de un genití algo impetuoso, apodado Napoleón; apodo que no podía oír sin monder salir el carro.
No tardé ni cinco minutos en hallarme en el
tar en cólera.
Remite: J. de A. Logroño.
lugar citado para entrevistarme con la persoY había también unos gitanos que, a pesar
na referida. Muy amablemente, me pasó a su
del miedo insuperable que tienen al benemélujoso despacho, y después de tomar asienrito Instituto, no les faltaba humor para dito, cada cual en su butaca, le pregunté:
vertirse. Estando dos gitanos juntos le dice
—¿Hará el favor de decirme para qué me
el uno al otro:
avisa con tanta urgencia?
•—Comparito, ¿qué se apuesta usted a que
—¡Ahí—me dice—, es un asunto de mucha
le digo al sargento Napoleón?
importancia.
*
.
—Lo que usted quiera—contesta el otro, pen—¿Se trata acaso del Estatuto?
sandb en la formidable paliza que le esperaba.
—No, señor; es otra cesa de más valor.
- A renglón seguido se acercó al sargento el
—¿Referente a las elecciones?
gitano que había hecho la apuesta con un
—Mucho más delicado.
duro en plata en la mano y le dice:
—¿Quizá quiera conocer mi opinión acerca
—.Mi sargento, ¿hace usted el favor de camde la sentencia de Sanjurjo?
biarme este Napoleón?
—Va usted descaminado.
En cuanto oyó el sargento la última frase,
• —Entonces le agradecería que me dijese a
tiró de sable y empezó a vapulear al pobre
qué obedece esta visita.
gitano, mientras el otro desde una prudente
—Pues le hablaré claramente. ¿Sabe usted
distancia, le gritaba:
cómo se cuece el pan de Viena?
—Amiga, /¿quiere usted más calderíllaí
—No, señor.
¡Que todavía no ha cerrado el portamonedas!
—¿Y el pan candeal?
Remite: Manuel López. Madrid.
—Tampoco.
.
—¿Y los largos?
—Buen hombre, ¿por qué llora usted de esa
—Lo ignoro.
manera?'
—Bueno, pues si usted no lo sabe, yo en
—Porque no puedo entrar en mi casa.
Premio del número anterior, a la anécmi .vida lo he aprendido!... Con que puede
—¿Es que ha perdido usted la llave?
dota remitida por Pascual Reyes.
—No; lo que he perdido es el agujero de la
usted ausentarse cuando quiera.
cerradura*
Remite: José M. Cagigal. Madrid.
CRÓNICA} DEL "HALL" DEL PALACE
correspondencia de nuestros lectores
Algunas cartas de las que se han recibido en nuestra Redacción con
su... familia, morral iznotante, analfabético, que es ustez una garrafa
motivo de las crónicas de nuestro compañero Cándido Buenafé.
de ielo sin hPrtografía.
Le aguardo esta noche, ¿ha que no bienes?—Meleciano Catón.
."Señor Gutiérrez, director de... ídem". Muy seíior mío: Lamento
tener que sostener la pluma entre los dedos índice y pulgar de mi delicada mano derecha que algún dia firmará Disposiciones y Decretos, para
N. de la R.—¡Qué bruto eres... Catón!
censurar acremente la campaña derrotista de ese redactor cuyo verdadero apellido debiera ser Malafé. ¡Decir que don Alejandre es un
Señor "K-Hito", director de la simpática revista humorística G U cadáver político es una falsedad, una injuria y un desacato!
TIÉRREZ.
Nunca estuvo el jefe tan seguro de sí mismo, ni en lo político, que
Muy distinguido señor mío: Hemos leído en este centro de "Acción
es un Licurgo; ni en lo retórico, que es un Demóstenes; ni en lo valeRepublicana" las ingeniosas crónicas de su redactor Cándido Buenafé.
roso, que es un Domingo Ortega.
Claro que esas crónicas son bástante indecentes desde el punto de
Además, que para el 28 de diciembre ya será suyo el poder y enmira político, pues en ellas se hace chacota de lo que ese tipo de Buetonces..., itiemblen ustedes! Les vamos a atizar una suspensión todas
nafé desconoce. ¿A que no ha venido ningún miércoles a nuestrosi "tés
las semanas que toda la redacción se va a tener que dedicar a la pesca
de las seis y media", ni a ningún viernes clásico de los que dirige don
para toda su insípida existencia.
Cipriano, ni a nuestras reuniones familiares de los domingos?
Con dolor de mi viscera cardíaca, me veo impelido a rogar a usted,
Ya sabe "Menda", que es compañero de ustedes y que no desconoce
señor Gutiérrez, que eche a puntapiés a la calle a ese redactor cretino;
cuánto le queremos y le admiramos en esta Casa y con cuánta simpade lo contrario, perderán ustedes mis 30 céntimos de los sábados.
tía habla de él el jefe, que piensa regalarle una caña-homenaje y que
Le estrecha la mano, Euíitio Lánguido."
le acoten uno de los altos del Alberche, donde se dan muy buenas
truchas...; ya sabe "Menda", decía, que aquí somos muy buena gente
y nos reunimos la élite de la intelectualidad, y quien no sea de los
N. de la R.—Es usted un tío cursi.
nuestros, ni es intelectual, ni merece que se le tenga en consideración.
Sabe es su. admirador, Jacobo Díaz de la Padierna, letrado asesor
"Tío estúpido y majadero que escribe eso del tal del Palace: Me
de E. L. A. S. A. (Editorial Librería de Autores, Sociedad Anónima).
alegraré que al recibo de ésta ¡a esté diñando usted, acompañado de
su-desagradable familia, que yo estoy bien de saluz pa darle treinta y
"A C. Buenafé.—Pues ha tenido usted un éxito.—El director Guseis patas en el esófago, que me parece que se las ha ganao usté.
tiérrez."
Heso de meterse con nosotros los socialistas, que somos los únicos
que hemos íragido el régimen que tenemos y los únicos que nos sacriDesde el mes próximo voy a pagar cuota máxima en el Casino
ficamos, que nos hemos pegao a los escaños con un sindeticón socialista
Radical, en la Casa del Pueblo y en "Acción Republicana". Pero es
que ese si que no se despega nunca; heso, eso, es una jeringada y la
que no me han conocido ustedes; a mí me hacen gobernador civil nada
va a pagar ustez, pero que ya.
más de cualquier provincia así como Valencia, y me hago en seguida
Es kusté un burro desgraciao, y aquí el i[rasquüo está dispuesto a
lo que ustedes quieran porque a convicciones no me gana nadie.
darse de morras con usté si tié reaños pa venir a la calle del Piamon¡Ah! Y respecto a esas cartas... me desquitaré en el artículo próte, si no le da a ustez miedo.
ximo, si es que después de este éxito me dejan publicarlo.
No tengo gusto en ofrecerme ná de usté, que... su padre y toda
Cándido BUENAFÉ
ANUNCIOS POR PALABRAS NECIAS
mantenida. Me voy a hinchar.
Garaje Móchales.
TODOS los muebles, lujosísimos, colección cuadros antepasados; alfombras, porcelanas, perritos de esos feos, librerías sin libros, que tanto estorban; bodega
bien surtida, cuatro autos, un
ayuda de cámara, un portero con
patillas, etc., etc. Urge por tener
que salir para Villa Cisneros por
tiempo que no sé, pero que será
mucho seguramente. Marqués de
Villazoquete de Abajo. Paseo de
la Castellana, 408, hotel.
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PARA cabaret en Villa Cisneros necesito tanguistas acostumbradas tratar gente buena. Preferibles monárquicas. Agenda Caradura. Apartado 80.000.
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entra mucho olor de pinos. 180
pesetas. Moncloa, 102.
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estómago, con un genio que le da
un tortazo al lucero del alba, sin
pizca de educación, ni falta que
• le hace; curiosa y chismosa, desea colocación portería. Reúne todas condiciones apetecibles. Ruperta Cotilla. Comadre, 37.
NECESITO hombre hable mucho, no le importe lo echen por
escaleras, pesado y se meta en todas partes para agente seguros
vida. Compañía "Hombre prevenido se asegura por dos".
AUTOMÓVILES
COMADRONAS
ESCUELA de Chóferes Chalaos. Por diez y ocho cincuenta,
enseñanza completa, • carnet, instrucciones para hacer que mar
quen más los taxímetros y permiso para darse el gustazo de meterse con el auto, contra un farol.
¿Hay quién dé toas?
CELIPA González, comadrona.
Se extraen niños sin dolor y raigones de niños que se los haya,
dejado dentro otra comadrona.
Consulta para embarazadas. Especialidad en resolver líos de esos
gordos. Quiñones, 2.
BICICLETAS
COMPRAS
PUES mira, se me ha ocurrido
un negocio nuevo. Gran Garaje
jjera bicicletas. Jaulas a duro, estrachitas y largas» y la bicicleta
COMPRARÍA ocasión partida
filetes echados a perder para todo el afio. Casa de huéspedes "El
Paraíso del Gastrónomo". Tudescos, 200, 4.»
—liCómol! ¿Ahora sale usted con que no quiere subir? Pues ya le
dije antes de venir ib alto que está esto.
EL ALPINISTA NOVEL.—Sí, pero yo creí que había ascensor.
—
Radio
señor. Es que eso no es escribir
ni bien ni mal. Eso es hacer el
idiota, a conciencia y, claro, ya
usted nos comprende...
Cosca. Teruel.—Nada de eso,
respetable caballero. No consideramos que deba usted dedicarse
a dar vueltas a una noria, como
dice en su carta. Esa actividad
mecánico-hidráulica es para los
burros. Y usted es un percherón.
En los carros de mudanzas está
su brillante porvenir.
Señores:
La conferencia que teníamos
anunciada para esta tarde por el
eminente y erudito caballero CaRásquez se suspende hasta nueva orden.
Dicha conferencia, que llevaba
Por título el die: "Cómo pueden
impedir los matrimonios prclíflcos seguir teniendo prole", ha
sido aplazada porque precisamente hoy la esposa del confe-enciantc se encucn'ra un poco
indispuesta, y Carrásqu:; espera
de un momento a otro el nacimiento de su décimo n ño.
Está el tio que le hablan del
tema de su conferencia y muerde.
D o r o t e o Pérez. Sanlúcar —
Atención: Aquí hay un flamenco que se llama "El Ni£o
Pequeño de San Sebastián, de los
Ex-Reyes. Provincia de Madrid"..
E s t á empeñado en cantarnos
unos fandanguillos, y nosotros,
por no contrariarle y porque trae
un bastón así de gordo, le hemos dado el permiso. Ahí va
eso:
Yo soy un hombre prudente.
Nó me gusta mete buya. ;
Pero, mira, don Maciá
se ha salió con la suya
iguá que el que no base na.
QUIEN
BEBE
COCK-TAIL
Por un ensayo hizo Dio
rubia a la mujer primera.
Ella catalán habló,
y, claro. Dio se enfadó,
',,
la fundió y la hizo morena.
E M T T O
l f B EJBH E N
Atención: Contestaciones sonoras y a cual peor habladas:
Muñagotri. Santurce.—Lo sentimos mucho; pero nos es totalmente imposible publicarle eso. Y
no es que escriba usted mal, no,
ETIQUETAS
SABORES
—jSi viera usted las veces que he llorado yo «obre esta tlena!..
—Comprendido. Algún ser querido entenado..:
-~Cat es ad plantación de cebolla».
,...»
i..-
Pruebe de nuevo. No le faltan
condiciones.
Un Maruxo. Orense.—Escribe
usted muy bien. Estupendamente
bien. Piramidalmente bien. Tiene
usted una letra preciosa. ¡Qué
lástima que ideando argumentos
sea usted tan bestia!
El del bigotito rubio. Madrid.
Merece usted que le afeiten el
bigotito rubio con un vaso roto.
| So bruto!
Reinaldo.—Demasiado ingenuo.
Bien hecho si está. Haga otras
cosas, a ver.
L. H. S.—Se publicarán dos.
Enhorabuena.'
Martínez. Avila.—Muy flojo.
Pichi. Jerez.—Anda y que té
ondulen. Pero no con la permanén, sino con un bastón de nudos. ¡Cuan animal eres, Pichí!
Un Castizo. Madrid.
Con más razón que Castizo
puedes firmarte Cenizo;
y si no te me alborotas,
te iría mejor BERZOTAS.
Cierre de la estación:
Tachín, tachín, tatachinda;
tachín, tachín, tatachinda.
(a,
1
•I
COTILLEOS DE "LA PLAYA", por Kañkato.
¡Yo estaba presente!... Guando salió del baño doña Eufrasia pesaba seis kilos menos.
-Pero si, "confesao" por ella, hacía diez y siete años que se bañó en Alicante la última vez...
-¡Claro! Así los peces tenían que sacar la cabeza porque se asfixiaban "tos"...
V
EA
USTED
e n l ad o b l e
plana
d eeste número
SE 1 W 1 I II I I II M — I I
II
l af a n t á s t i c a
Información:
\ 1111III REPUBLICANO
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