intercalar aqui el sumario

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22 y 23 de marzo de 2004
AUDIENCIA PÚBLICA
Pág. 3
SUMARIO
AUDIENCIA PÚBLICA
Iniciación
Expositores
Diputada Vilma Ripoll
Participantes
9
9
11
11
12
2.- Flavio Rapisard
12
3.- Adrián Javier Mangioni
14
5.- Martín León Benito
15
6.- Gustavo Adolfo Gilardi
16
7.- María Salomón
17
9.- Néstor Julián Iriarte
19
10.- Silvia Delfino
20
Expositores
Diputada Beatriz Baltroc
Participantes
21
21
22
11.- Zulema Matilde Lucero
22
12.- Daniel Domingo Cezare
24
13.- Carlos Bloise
27
14.- Esther Lemes Ríos
28
15.- Martín Andrés Iommi
29
16.- Marta Amanda Fontenla
30
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AUDIENCIA PÚBLICA
22 y 23 de marzo de 2004
17.- Jorge Roberto Barbeito
32
18.- Margarita Inés Bellotti
33
19.- Silvina Verónica Cuello
36
20.- Jesús Lier
37
Expositores
Diputado Ariel Schifrin
Participantes
38
38
40
23.- Olga Beatriz Benítez
40
24.- Graciela del Carmen Collantes
41
26.- Marcelo Armando Ramal
42
28.- Alberto Horacio Cirigliano
44
Expositores
María Elena Naddeo
Participantes
46
46
48
31.- Eleonora Susana Carrasco
48
33.- Laura Adriana Teicher
49
35.- Cesar Bartolomé Alberto Cicliutti
50
39.- Silvia Lorena Elizalde
52
40.- Jorge Daniel Pintarelli
53
41.- Jacobo Pelerman
55
43.- Cristian Caram
56
45.- María del Carmen Pinilla
59
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AUDIENCIA PÚBLICA
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48.- Marta Susana Iglesia
60
49.- Fernando Caeiro
61
50.- Benigno Emilio Raposo Varela
62
51.- Octavio Nibaldo Sáez
67
52.- Valentín Huerta
69
53.- Claudia Ferrero
70
54.- Roberto Luis Goldsman
71
55.- María Angélica Van-Eek
72
32.- Agustín Vanella Bengolea
75
56.- Justa del Carmen Lucero
77
57.- Alejandro Adolfo Beer
79
61.- Eugenio Maidana
81
62.- Azucena Noemí Villagra
81
63.- Luciano Nardolli
84
64.- Luz Palmas Zaldúa
85
65.- Gabriel Lerner
86
66.- Sergio Omar Cruz
88
67.- Hernán Julián Covello
89
69.- Norberto Daniel Grillo
91
71.- Gerardo Daniel Etcheverry
93
72.- Olga Sara Vega
95
74.- María del Carmen Verdú
98
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AUDIENCIA PÚBLICA
22 y 23 de marzo de 2004
75.- Ramiro Geber
100
77.- Elizabeth Dos Santos Linhares
101
79.- Juan Enrique Pechin
104
80.- Leandro Ariel Morgenfeld
105
81.- Llona Clara Aczel
106
84.- Jorge Daniel Leguizamón
107
85.- Gabriel Fernando Gálvez
109
87.- Mario Luis Berjman
110
88.- Ezequiel Darío Rubinstein
112
92.- Ricardo Jorge Zambrano
114
144.- Alejandro Daniel Freyre
116
108.- Antonia Portaneri
118
Cuarto intermedio
118
Reanudación
120
83.- Manuel Alberto García Delfino
120
89.- Joaquín Ignacio Cara
126
Expositores
Víctor E. Hortel
Participantes
128
128
130
91.- Osvaldo Rubén Wayar
130
100.- Elsa Mabel Caballero
132
102.- Sara Lamparta
135
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AUDIENCIA PÚBLICA
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103.- María del Carmen Rey
137
128.- Gerardo Raúl Fernández
140
131.- María Carmela Lupo
141
132.- Wladimir Gastón Constanze Lima
146
134.- Lucía del Carmen Carew
149
137.- Marcos Wolman
154
146.- Sergio Daniel Ostromujoff
156
148.- Julio Oreste Van Morlegan
157
151.- Nora Elida Podestá
160
152.- Rosa Ester Valdez
161
155.- José Luis González
162
158.- Federico Fernández Funes
163
167.- Leonard Lucas Echagüe
164
168.- Rodrigo Javier De Sarasqueta
165
171.- Irma Ángela Mendoza
167
172.- Carlos José Sánchez
168
173.- Jorge Luis Bousquet
169
178.- María José Lubertino
171
177.- Alejandro Octavio Cowan
175
180.- Juan José Rosso
177
181.- Mauricio Rubén Acosta
178
182.- Guillermo Sergio Vattuone
179
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AUDIENCIA PÚBLICA
22 y 23 de marzo de 2004
187.- Ángela Gerarda Vani
182
188.- Martha Inés Miravete Cicero
184
Expositores
188
Diputado Jorge Enríquez
188
Diputado Julio de Giovanni
193
Diputado Tomás Devoto
195
Silvia Somenzi
196
Finalización
198
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AUDIENCIA PÚBLICA
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AUDIENCIA PÚBLICA
- En Buenos Aires, en la Sala Martín Coronado del Teatro
General San Martín, a 22 días del mes de marzo de 2004, a la
hora 11 y 46:
Iniciación
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Desde ya agradecemos la presencia de todos ustedes.
Damos comienzo a la Audiencia Pública convocada por el señor jefe de Gobierno mediante
Decreto 107/04, sobre tratamiento, análisis y debate público para la elaboración de un
proyecto de ley de reforma del código contravencional de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
La Audiencia Pública será presidida por el Secretario de Justicia y Seguridad
Urbana, doctor Juan Carlos López. Además, contamos con la presencia del señor Vicejefe
de Gobierno, licenciado Jorge Telerman; del señor Subsecretario de Justicia y Trabajo,
doctor Marcelo Antuña; y del señor Subsecretario de Seguridad Urbana, doctor Enrique
Carelli.
En este momento le cedemos la palabra al señor Presidente de la Audiencia y, luego,
explicaremos la metodología de la Audiencia.
Sr. Presidente (López).- Buenos días a todos los presentes. Reitero nuestro agradecimiento
por vuestra participación a esta convocatoria que ha hecho el Gobierno de la Ciudad.
De modo muy breve, porque entiendo que el sentido de la convocatoria es escuchar
a los ciudadanos y no dar un discurso por parte del gobierno, me limito a señalar que se ha
establecido, por distintas razones, la conveniencia de abrir este debate y propiciar una
reforma del Código Contravencional de la Ciudad desde varios ejes. Uno de los ejes es el
que todos conocemos: la enorme polémica que ha habido durante estos últimos años sobre
la validez de un instrumento jurídico y sus implicancias en materias que están reservadas a
otras competencias, fundamentalmente la inseguridad que nos viene preocupando a todos
por el auge de robos, secuestros, etcétera. Claramente entendemos que nada tiene que ver
con esto, sin perjuicio de que subsiste la necesidad de zanjar esta polémica y encontrar cuál
es el espacio razonable en el cual debería enmarcarse la discusión.
Por otro lado, la experiencia en estos años ha demostrado algunos defectos reales en
la implementación del sistema. Esto amerita que se produzcan ajustes, en el marco que este
gobierno ha propiciado desde siempre, que es el del equilibrio entre las necesidades del
Estado y la vigencia de las garantías personales. Hemos interpretado que el modo en que se
ha aplicado este Código –provisto, por un lado, de un catálogo en abstracto de penas y, por
el otro, de un catálogo en abstracto de contravenciones–, no dejó satisfecho a nadie. Por el
contrario, ha generado una sensación de baja eficiencia por parte del Estado, además de
otras discusiones que se deben encarrilar.
Como ustedes saben, cuando se toman las penas en abstracto y las figuras por
separado, lo que se pretende es que sea el mismo operador judicial el que establezca la
gravedad de cada caso, lo cual no parece que se haya dado de un modo claro para la
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AUDIENCIA PÚBLICA
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sociedad. Hoy estamos propiciando volver a los sistemas tradicionales, en los cuales es el
legislador quien, a través de la fijación de penas para cada figura, establece qué cosa es más
grave y qué cosa es más leve. Este gobierno sigue sosteniendo que las figuras de mero
desorden o de escándalo en vía pública no son las figuras graves de este código que,
además, contempla distintas contravenciones vinculadas con violencia, violencia en
espectáculos deportivos, integridad física de las personas, salubridad del medio ambiente,
etcétera. Estas últimas son las que consideramos graves.
Sin perjuicio de que sabemos que las más polémicas ante todo son las otras, o sea,
las de mero escándalo, creemos que debemos seguir sosteniendo la racionalidad de que
estas figuras continúen teniendo tratamiento leve. Pero, a su vez, pensamos que es
importante hacernos cargo de que cierto sector de la población que habitualmente comete
contravenciones a partir de este modo de actuar de la ley –y de los operadores,
fundamentalmente–, ha generado en la sociedad una especie de sensación de impunidad.
No sólo porque se vuelve a cometer una contravención, sino porque también se comete en
el mismo lugar y a la misma hora, a la vista de todos. Todo esto frente a un Estado que si
bien tiene la finalidad de proteger a priori las garantías individuales, termina apareciendo
como ausente.
Nosotros creemos que el manejo de las garantías individuales no debe contraponerse
a una acción concreta del Estado. Sostenemos a priori esta idea-fuerza de incorporar penas
en las figuras y generar un sistema de agravantes genéricos que contemple especialmente la
reincidencia y la contraposición con el control del Estado.
Vamos a tener un cambio lo suficientemente importante en algo que en definitiva no
es más que un instrumento para actuar. Todos sabemos que las leyes pueden ser mejores o
peores –si son mejores facilitan el trabajo de los operadores–, pero lo que manda es
justamente esto último, es decir, el trabajo. Lo cierto es que conseguiremos mejoras en la
relación de la gente con su espacio público si los operadores, tanto los policiales como los
judiciales, se avienen a actuar del modo más correcto y eficaz posible. Nosotros nos vamos
a limitar a proponer el instrumento que sea más claro.
Dicho esto, no quiero extenderme. La idea de haber convocado a este mecanismo de
participación de la ciudadanía es la que debe primar hoy. Nos interesa escuchar a todos. Lo
que se diga va a quedar registrado como en una audiencia legislativa, por medio de los
taquígrafos. Tomaremos las ideas que parezcan conducentes y nos encargaremos de dar una
respuesta a aquello sobre lo cual no estemos de acuerdo, partiendo de la base de que la
pluralidad de opinión nos va a enriquecer si nos respetamos y si logramos conseguir que,
justamente, los vecinos, la gente de la ciudad, pueda expresar su opinión –de modo, por
cierto, muy conciso, ya que la ley prevé participaciones cortas. Esperamos que este
mecanismo sea fructífero y cumpla con la finalidad para la que hemos convocado a esta
Audiencia.
Muchas gracias.
Sra. Secretaria (Martínez Liss).- Empezaremos con las exposiciones de acuerdo al criterio
que consta en el Orden del Día. Hay inscriptos 192 participantes y 17 expositores. Cada
orador tiene cinco minutos para hablar. Vamos a ir llamando a los participantes uno por uno
y, cada diez de ellos, a un expositor. Van a ser llamados por número de orden y por
apellido, tal como figuran en la lista de inscripciones.
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AUDIENCIA PÚBLICA
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Expositores
Diputada Vilma Ripoll
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Damos comienzo con la primera expositora, la
diputada Vilma Ripoll.
Sra. Ripoll.- Estamos frente a una situación en la cual, por ejemplo, el secretario de
Justicia dijo hoy al diario La Nación: “el código anterior era un tirón de orejas y ahora hay
que pasar a la acción más concreta”. Esto sólo logra confirmar todas mis sospechas.
Leyendo las propuestas del código, que existen, lo único que en verdad vemos es que hay
una utilización de una legítima preocupación de los vecinos por el problema de la seguridad
con el objeto de endurecer la legislación y darle más poderes a la policía. Entonces, como
ellos son conscientes de que van a crecer los conflictos porque no hay plata para empleos,
porque no van a reabrir fuentes de trabajo, porque a todos los que utilizan el espacio
público –que hoy están presentes, como los compañeros vendedores ambulantes,
cartoneros, travestis y prostitutas– (aplausos) no les dejan ninguna otra salida que estar en
la calle, preparan una modificación al Código que significará mano dura para las protestas
sociales.
Así no va a haber más seguridad. Se los digo a los vecinos que están presentes y que
están reclamando con todo derecho mayor seguridad. Con este nuevo Código no va a haber
más seguridad. Sí, por el contrario, peligrará la vida de sus hijos. Porque los Ezequiel
Demonty, los “chicos de floresta” y los Bulacio, lamentablemente se van a multiplicar por
muchos más, debido a los poderes que este Código les dará a la policía.
Esta policía es socia de los secuestros, de la prostitución, del juego, de los
desarmaderos, de las zonas liberadas y del narcotráfico, más aún con el aporte que
encontraron en el Congreso. (Aplausos).
Con multas y con arrestos no se solucionan los problemas sociales.
Lamentablemente, el ibarrismo también va para ese lado con las modificaciones (aplausos),
porque en el código propuesto por uno de los diputados integrantes de su bloque se
menciona la permanencia injustificada frente a entidades financieras e inmobiliarias.
Efectivamente, ¡quieren cuidar los bancos!
Además, el Artículo 99 hace referencia a “las perturbaciones en las empresas de
servicios públicos”, porque se viene el tarifazo y, como lo saben, ¡van a penalizar las
manifestaciones que hagamos al frente de las empresas de servicios públicos!
Por lo tanto, con relación a esto del acecho y merodeo, por más que lo llamen
permanencia injustificada –que, además, está expresamente prohibida por la Constitución
de la Ciudad–, van a tratar de aplicarlo, dibujando todo lo que puedan para poder llevarlos
presos.
Fíjense: sobre 106 figuras que tienen las propuestas de modificaciones del Código, a
todas las arreglan con pena. Sobre 106 figuras contravencionales, 98 tienen como castigo el
arresto. Y ahora permiten que sean utilizadas las comisarías para que el arresto sea
ejecutado allí. Eso no tenía ningún antecedente.
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Todos sabemos qué es lo que pasa dentro de las comisarías. Si no, pregúntenles a
los padres de Bordón y de los demás chicos, a quienes hicieron desaparecer desde ahí.
Por último, quería decirles que creo que el Código también va contra las
movilizaciones, porque menciona la “obstrucción de la vía pública sin aviso”. Entonces, va
contra los cortes, las marchas, los escraches y los vecinos de Belgrano que salen a cortar la
calle por las inundaciones. Dicen que tendrían que avisar y, además, tendrían que obtener
un permiso. ¡Nada más ridículo! Uno tiene que ir a protestar a la casa del Jefe de Gobierno
Ibarra, y primero tiene que obtener el permiso del tipo contra el cual uno va a protestar.
Eso es lo que plantea esta modificación del Código. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Diputada Ripoll: le restan 30 segundos de su tiempo.
Sra. Ripoll.- No voy a usar más tiempo que el que les corresponde a los demás.
Por último, sólo quiero decir a los vecinos que el problema de la policía se resuelve
desmantelando el aparato represivo, poniendo control de los vecinos sobre la comisaría,
eligiendo el comisario con voto directo y permitiendo a los policías que se agrupen en
sindicatos para poderse negar a salir a recaudar para el comisario. De lo contrario, no va a
haber más seguridad, sino más chicos muertos. (Aplausos).
Participantes
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Voy a nombrar a los primeros cinco participantes
para que se acerquen al estrado: Nº 1, Estela Celia Fourmantin; Nº 2, Flavio Rapisard; Nº 3,
Adrián Javier Mangioni; Nº 4, Sonia Teresa Sánchez; y Nº 5, Marín León Benito.
Tiene la palabra la participante Estela Celia Fourmantin.
- La participante no se hace presente.
2.- Flavio Rapisard
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el
participante Flavio Rapisard.
Sr. Rapisard.- Todos los proyectos de reforma del Código Contravencional, propuestos
tanto por el Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra y sus legisladores y legisladoras como por el
empresario-futbolista Mauricio Macri y sus legisladores y legisladoras, son una verdadera
declaración de persecución y represión a los ciudadanos y ciudadanas de Buenos Aires.
El ibarrismo y el macrismo mienten cuando pretenden hacernos creer que el Código
necesita ser reformado por cuestiones de eficacia. Y en esto creo que también se equivoca
usted, señor Secretario de Seguridad, Juan Carlos López.
El actual Código Contravencional ya es eficaz cuando es aplicado, con sus figuras y
sus imprecisiones, para reprimir y perseguir a personas pobres y sin acceso a los circuitos
de participación y de consumo.
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En una ciudad con el 19,6 por ciento de población pobre, con un 16 por ciento de
desocupación, con un índice de desnutrición que el Gobierno local no se atreve a reconocer,
con transferencias de nuestro presupuesto a la policía –que se triplicó en el último año– y
con una política económica desastrosa que se traduce en el peor acuerdo internacional para
el pago de nuestra deuda externa, Aníbal Ibarra y sus supuestos opositores se largaron a una
loca carrera de verano para modificar un Código que ya es represivo y nefastamente
eficiente.
Su carácter represivo ya lo conocen los y las pobres, inmigrantes, jóvenes, las
mujeres y travestis en estado de prostitución, los vendedores ambulantes, los piqueteros y
piqueteras, es decir, nuestros conciudadanos y conciudadanas sin empleo que forman esos
fríos índices que anteriormente cité. Son ellos quienes pueden sostener con total seguridad
que el carácter garantista del actual código es cuestionable y relativo.
Se miente a los vecinos y a las vecinas cuando se les dice que la policía no tiene
herramientas para actuar y prevenir el delito: tienen el actual Código, tienen la
inconstitucional Ley de Averiguación de Antecedentes y tienen el Código Penal, con sus
figuras retrógradas endurecidas en los últimos años, una y otra vez, por el Congreso
Nacional, sin ningún tipo de resultado positivo.
¿Es que el señor Ibarra con sus seguidores y Macri, sentado hoy a su lado en esta
empresa, nos quieren hacer creer que al asesinato de Ezequiel Demonty lo cometieron
porque a la policía le faltan herramientas legales preventivas para actuar?
Vecinos y vecinas: no podemos dejarnos engañar. Lo que el Gobierno local, Macri y
los bullrichistas quieren impulsar es una seguridad para una ínfima minoría. Los excluidos
y las excluidas, los y las jóvenes, quienes transitan por aquí en busca de un sustento –como
los cartoneros y las cartoneras, los vendedores ambulantes, los niños y niñas que son
obligados por la pobreza a mendigar–; quienes protestamos porque nuestros sueldos son
miserables, porque las jubilaciones y pensiones no alcanzan, porque el sistema de salud está
colapsando o porque la juventud no accede a un empleo formal y digno; quienes
denunciamos que la pobreza hoy crece a pesar de que los gobiernos de turno lo quieran
ocultar con índices macroeconómicos que sólo hablan de las ganancias empresarias; todos y
todas, ciudadanos y ciudadanas de Buenos Aires, seremos víctimas de esta empresa
delirante que hoy impulsan Ibarra, Macri y Bullrich.
Vecinos y vecinas: no seamos nuestros propios victimarios ni verdugos de los que
menos tienen. Hay que informarse y leer los proyectos en danza para ver que las figuras
contravencionales que impulsan son moralmente aberrantes, políticamente autoritarias,
culturalmente discriminatorias y socialmente desastrosas.
Por todo esto, nos oponemos al actual Código y a las reformas propuestas.
Llamamos a la ciudadanía a organizarse en un gran movimiento que frene esta reforma y
que termine con el proyecto de Código Procesal Penal que pretenden tratar el próximo
jueves 25 en la Legislatura, con el que le otorgarán a la policía poderes similares a los que
se le pretende dar con la reforma del Código de Convivencia. (Aplausos)
Y hacemos una convocatoria a trabajar juntos y juntas, todas las organizaciones
populares, en la elaboración de una política donde la seguridad sea producto del bienestar
de los ciudadanos y las ciudadanas, y no de su represión, como tampoco de la
discriminación y la amenaza permanente, que hoy impulsa este Gobierno. (Aplausos)
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AUDIENCIA PÚBLICA
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3.- Adrián Javier Mangioni
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el
participante Adrián Javier Mangioni. (Aplausos)
Sr. Mangioni.- Buenos días a todos los presentes.
Estamos aquí reunidos para considerar el Código de Contravenciones, pero creo que
hay cosas que son más importantes.
Soy vendedor ambulante. En lo que a mí compete, que es el Artículo 141, veo como
un absurdo el hecho de que ciertos diputados quieran dar cárcel a los vendedores, de tres a
veinte días. ¡Ridículo! ¿Por qué no se propone meter presos a bancarios y propios políticos?
(Aplausos). A falta de trabajo legítimo, lo único que queremos es la supervivencia de
nuestra familia.
Muchos creen que nosotros somos delincuentes: que robamos las mercaderías y que
después las vamos a vender. Nosotros salimos a vender, porque no nos queda otra cosa.
Vivimos en un país devastado, porque algunos presidentes vendieron la Nación y
otros se quedaron durmiendo en el sillón de Rivadavia. Y fue la única salida que tuvimos.
(Aplausos).
Parece que quieren una ciudad limpia de vendedores, y por eso nos meten presos.
Quizás no quieren que los turistas nos vean, y entonces nos esconden para tapar la
desocupación. Esto es lo que quieren todos. ¿No será mejor empadronar a toda esta gente y
darles permiso? Nos tratan de delincuentes, porque nos llevan a la cárcel. Pero la cárcel es
para los delincuentes y no para los trabajadores; ¡nosotros somos trabajadores
independientes! (Aplausos).
Dicen que la ciudadanía no está con nosotros. Sin embargo, hoy estuvimos en el
subte por la mañana –soy vendedor subterráneo–, juntando algunas firmas para el señor
Intendente: ¡miren las que tengo! ¿Cuántas firmas quiere el señor Intendente? ¿70 ó 100 mil
firmas? (Aplausos). La gente nos apoya. De cada 40 personas que había en el subte, sólo
dos o tres no firmaron. Es decir que todos firmaban, porque nos conocen.
Repito: es preferible que nos den permiso, que nos dejen trabajar honradamente y
que no nos persigan.
Por otro lado, puedo comprender lo de Metrovías, ya que Metrovías-Roggio viene
de la época de la dictadura. Ellos se enriquecieron en la época de la dictadura. Entonces,
nos golpean y nos amenazan: yo tengo un golpe en la cabeza. Además, nos tiran afuera del
subte. Pero lo puedo comprender de ellos, ya que hay represores dentro del subte, como
Roggio, y además hoy tienen agentes de la Policía Federal, que son contratados para hacer
adicionales. Todos mandados por un civil, que pertenece a Metrovías.
Así que ahora nos golpean, nos amenazan y nos hacen contravenciones, que no
existen. Por ejemplo, a un compañero –acá tengo la contravención, porque todo lo que digo
está documentado– le sacaron 120 estampitas y le hicieron una contravención.
La mendicidad no es un delito. Quieren enviar a la cárcel a gente que lo único que
quiere es que sus hijos no sean un caso más de desnutrición. (Aplausos).
Son 200 compañeros del subte y con el dinero que recaudan viven 1200 personas,
tenemos todo empadronado.
Si no podemos vender porque nos meten presos, ¿qué es lo que quieren? ¿Que
hagamos campamento en la Legislatura, frente a Casa de Gobierno...
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Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Señor Mangioni: le restan 30 segundos para terminar
con su exposición.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Mangioni.- Yo fui dueño de una Editorial, que fue lo único que tuve. Salíamos a
vender, porque mis padres me enseñaron a trabajar.
Muchas gracias a todos. (Aplausos)
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra la
participante número 4, Sonia Teresa Sánchez.
- La participante no se hace presente.
5.- Martín León Benito
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el
participante número 5, Martín León Benito.
Sr. Benito.- Buenos días.
Mi nombre legal será Martín Benito León, pero mi nombre real es Mónica León,
como todo el mundo me conoce. (Aplausos).
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Benito.- Me enorgullece estar aquí presente, en el Teatro San Martín, testigo éste de
innumerables eventos, que sólo pueden manifestarse en un régimen democrático.
En el nacimiento de este nuevo milenio, estamos siendo testigos y partícipes de
movidas enriquecedoras para nuestra humanidad. Y de eso se trata esta audiencia: de
ponernos de acuerdo con la sociedad toda en coordinar normas y reglamentaciones que
protejan el derecho inalienable que cada ser humano tiene al ser protagonista de su propio
destino y de nuestra patria.
En este proceso de evolución sociocultural, busco como presidenta de la Asociación
Civil Dondolin y coordinadora del área travesti en derechos civiles de la comunidad
homosexual argentina, que se nos reconozcan nuestros derechos civiles; es decir, gozar de
nuestros deberes, derechos y garantías constitucionales; un marco legal que nos represente;
un documento único de identidad; y así, paso a paso, llegar al respeto social correspondido.
¿Sabían ustedes que amparados en la ejecución del Artículo 71, algunos miembros
de las fuerzas policiales violan arbitrariamente los siguientes artículos: Artículo 1°,
Derecho; Artículo 3°, Defensa del Imputado; Artículo 4°, Intérpretes; Artículo 22,
Aprensión; Artículo 23, Aprensión de extranjeros y extranjeras; Artículo 36 bis,
Identificación; Artículo 37, Intimación y notificación de derechos? Por consiguiente, otro
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AUDIENCIA PÚBLICA
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tema a tratar es la derogación del Artículo 71, que pena la oferta y demanda de sexo en la
vía pública y la activación de proyectos de ley que despenalicen el trabajo sexual y lo
legitimen como actividad autónoma para los que la eligen.
No me he presentado sólo acá para exigir, sino también para hacer públicos ciertos
logros hasta ahora alcanzados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como la
Resolución 122, “Recomiéndase a los establecimientos educativos de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires y a las dependencias de la Secretaría de Educación que se garantice el
respeto por la identidad de género, dignidad e integración de las personas pertenecientes a
minorías sexuales” o como la Ley de Unión Civil 1.004, presentada por la Comunidad
Homosexual Argentina, en la que los homosexuales nos podemos unir civilmente, hecho
inédito en América Latina.
No existen leyes o resoluciones que garanticen el respeto por la identidad de género
en el ámbito de la salud pública y en el Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. Pero no tienen acceso a mejores tratamiento de salud contra el VIH –SIDA–,
tuberculosis, hepatitis, etcétera, o a la eficacia del accionar de tribunales, instituciones y
organismos de la Ciudad de Buenos Aires dispuestos a afianzar la justicia y asegurar los
beneficios de la libertad. Lamentablemente, esta situación de mejoría es sólo local y, tanto a
mí como a la comunidad, nos interesa que los logros tengan alcance nacional.
Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la Constitución no serán
entendidos como negación de otros derechos y garantías no enumerados; nacen del
principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana del gobierno, según el
Artículo 33 de la Constitución Nacional de la República Argentina.
Muchísimas gracias. (Aplausos).
6.- Gustavo Adolfo Gilardi
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el
participante número 6, Gustavo Adolfo Gilardi.
Sr. Gilardi.- Buenas días a todos. Mi nombre es Norma Gilardi y soy secretaria de ALITT.
Los travestis no somos oponentes a cualquier código contravencional ni a las
reformas impulsadas por Ibarra y Macri. Es mentira que el Código Contravencional es
ineficaz; el Código Contravencional es eficaz a la ahora de reprimir a las y a los pobres, a
las y a los piqueteros, a las y a los jóvenes, entre otros y otras.
La policía aplica una y otra vez de manera irregular tanto el Código
Contravencional como la ley de averiguación de antecedentes. Con una u otra ley, la policía
puede detenernos y lo hace. A la detención se suman las amenazas y torturas a las que
somos sometidas en la vía pública y en la comisaría. Por esto, darle más poder a la policía y
a los fiscales es peligroso.
Los defensores nunca aparecen. Los policías acumulan actas hechas de manera
irregular con testigos forzados; nunca cumplen con los tres apercibimientos. ¿De qué
garantías nos hablan?
El Código Contravencional actual ya permite esta situación, y la reforma la empeora.
Si bien el Artículo 71 judicializa la prostitución, es utilizado para perseguir a los travestis
por el sólo hecho de ser travestis en su vida cotidiana. (Aplausos).
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Alguna de las reformas propuestas considera que vestir ropa del sexo opuesto
constituye un atentado a los sentimientos individuales. Parece ser que algunos legisladores
o legisladoras se olvidaron de que la identidad de género es un derecho y que la no
discriminación es un derecho constitucional –tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en
el territorio nacional– a partir de la última reforma de la ley antidiscriminación.
Por todo esto, nos oponemos a la reforma del Código Contravencional. ALITT,
Asociación de Lucha por Identidad de Travestis y Transexuales. (Aplausos).
- Manifestaciones en la sala.
7.- María Salomón
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra la
participante número 7, señora María Salomón.
Sra. Salomón.- Mi nombre es Guadalupe Salomón.
Hay cosas sobre las que no quisiera hablar porque ya lo hicieron Flavio, Mónica y
Norma.
Nosotros estamos en contra de las reformas represivas que en este momento están
presentadas como proyectos en la Legislatura porteña, tanto por la gente de los grupos de
Macri y Bullrich, como por la gente de Ibarra. Da la impresión de que la derecha viniera
por el lado de Bullrich y de Macri, pero me parece que los proyectos de Ibarra están
exactamente en el mismo nivel. (Aplausos).
Desde el año 1998, nosotros sospechamos de este código contravencional. En su
momento, fue festejado por la justísima derogación de los edictos policiales, cuyas
prácticas no se detuvieron en esta ciudad porque en este país la averiguación de
antecedentes y su consecuente detención, sigue siendo legal. En el año 1991 se convirtió en
ley un decreto de la dictadura militar. (Aplausos).
Así que tampoco pueden decir que la policía no tiene herramientas; tiene más
herramientas de las que debería tener.
Por otro lado, en el año 99, con la primera reforma del Código Contravencional,
nuestras sospechas quedaron esclarecidas cuando la Alianza votó el primer endurecimiento
del código que empezó, como siempre y cobardemente, por el lado de las prostitutas y los
travestis, que son los grupos que esta sociedad menos defiende y que los vecinos más
atacan.
En ese momento, Ibarra levantó la mano para votar contra las prostitutas y las
travestis, incluso diciendo en su discurso que sabía que las estaba enviando al infierno. Ni
él ni tantos otros legisladores tuvieron dudas a la hora de votar.
Lo que está pasando en este momento es una continuación de los que paso en el 99,
porque no hay ningún proyecto, ni en el ámbito nacional ni en el de la Ciudad, que
demuestre que alguno de los ejecutivos o legisladores de este país esté dispuesto a incluir
de nuevo, en algún lado digno, a más del 50 por ciento de la población que en este
momento se está muriendo de hambre y no tiene trabajo. (Aplausos).
Como no hay proyectos para eso, hay proyectos para reprimir. Tenemos un Código
Penal bastante duro y cuestionado no sólo en la Argentina, y con eso debiera bastar. Las
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contravenciones no son delitos pero, como no pueden modificar el Código Penal porque no
se pueden poner de acuerdo en los lobbies internos, intentan llenar un código
contravencional de figuras semidelictivas para meter en cana a la gente que tiene que salir a
trabajar de lo que puede, porque no le queda otra cosa que hacer. (Aplausos).
No voy a entrar a discutir la inconstitucionalidad de todos los proyectos de reforma
del Código Contravencional y de los que se presentarán el 25 de marzo en la Legislatura
para instalar el Código Procesal Penal.
No soy abogada; estoy acá porque hace tres meses que nos venimos reuniendo y lo
que la gente nos cuenta que está pasando con la policía y las fuerzas de seguridad es atroz.
Bastaría ir a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad –no a partidos políticos– o a la
CORRREPI para constatar los casos de la gente que se anima a denunciar lo que la policía
esta haciendo en este momento y lo que el Gobierno de la Ciudad le pide a la policía que
haga.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Salomón.- Para finalizar, me voy a referir a una sola de las modificaciones que se
quiere presentar para esta reforma del Código Contravencional, y me permito disentir con
el Jefe de Seguridad, el señor Juan Carlos López, que cuando abrió esta reunión…
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Salomón.- …dijo casi literalmente –no llegué a copiar todo–: “ciertos sectores que
vuelven a cometer una contravención y la cometen frente al Estado o al gobierno”; no sé
cuál fue exactamente la frase, pero se estaba refiriendo a la figura de reincidencia.
Mucho se habla acá y le conviene al ibarrismo, porque el ibarrismo está
progresistamente en contra de las figuras de merodeo y acecho, que probablemente ni
entren, pero la figura de reincidencia es mucho más “jodida”, porque ésta va en contra de
pobres y desocupados. (Aplausos)
La señora que saca la basura fuera del horario y viene la policía y le levanta un acta
de contravención –cosa que sería una especie de milagro en esta ciudad– no va a volver a
sacar la basura si tiene que pagar una multa. Ahora las mujeres y las travestis en estado de
prostitución, los vendedores ambulantes, los piqueteros, los que viven en la calle, todos
ellos tienen que reincidir porque sobreviven haciendo eso. (Aplausos). Por más que una
prostituta vaya en “cana”, la “fajen” y la “revienten”, y la policía le saque la “guita”, al día
siguiente va a tener que estar en la misma esquina, porque si no, no tiene plata para llevar a
la casa. (Aplausos).
Lo mismo sucede con el piquetero que viene a pedir por sus derechos. Entonces, ésa
es la gente que un día por una contravención, que –repito– no es un delito, un día va a estar
uno o dos años en cárcel. ¿Por qué? Por haber cometido una contravención, por haber
salido a trabajar de lo que esta ciudad miserable la deja trabajar. (Aplausos)
Si salen a la calle todas las noches, van a ver que hay ciento de chicos revolviendo
la basura y no veo un proyecto serio para hacer que esa gente esté donde tiene que estar,
que no es en la calle, pero tampoco es en la cárcel: es trabajando, es en la escuela y es en
los hospitales. Todo se vino abajo, y ésta gente le pone cercos a las plazas.
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- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el
participante número 8, señor Daniel Alberto Acosta.
- El participante no se hace presente.
9.- Néstor Julián Iriarte
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el
participante número 9, señor Néstor Julián Iriarte.
Sr. Iriarte.- Buenas tardes.
Según un informe presentado por la CORREPI, durante el año 2003 la Policía
Federal Argentina asesinó a 126 ciudadanos inocentes, 126 casos de “gatillo fácil”, 126
vidas arrebatas por integrantes de una institución que a diario se ve envuelta en hechos que
nada tienen que ver con sus deberes, cuyos dos últimos jefes fueron echados en medio de
escándalos por represión y corrupción, y día a día vemos en los medios de difusión nuevos
casos de policías involucrados en secuestros extorsivos, robos a mano armada, juego
clandestino, coimas a delincuentes a cambio de zonas liberadas. En resumen, la Policía
Federal Argentina es una de las instituciones más descompuestas del país. Sus integrantes,
teóricamente, son los encargados de velar por nuestra seguridad, pero lamentablemente son,
junto a los gobiernos y empresarios corruptos, los principales responsables del caos e
inseguridad en que nos toca hoy vivir.
Yo le pregunto al señor Jefe de Gobierno: ¿usted va a permitir que los habitantes de
esta ciudad quedemos a disposición de esta institución? ¿Usted va a permitir que tengan el
poder de detener hasta 20 días a quien no le caiga en gracia? ¿Usted va a permitir que
puedan llevarse a un chico de 14 años, violando la Constitución Nacional y diferentes
tratados internacionales firmados por nuestro país en los cuales se prohíbe la detención de
menores de 18 años? ¿Usted va a permitir que violen nuestros derechos democráticos que
tanto nos costó conseguir y que nos quieran quitar nuestra vida social? ¿Usted va a permitir
que no podamos siquiera sentarnos en una plaza por temor a que un agente nos detenga por
portación de rostro, desconociendo por completo nuestros derechos constitucionales?
El actual Código de Convivencia lo conseguimos a través de la lucha y la
movilización de la gente, de los que queremos vivir en libertad, de los que disfrutamos de
caminar por las calles de la ciudad, de los que nos negamos a vivir encerrados en nuestras
casas, de los que creemos que los espacios públicos nos pertenecen a todos y tenemos
derecho a usarlos. Por eso, le pedimos que no permita la modificación del código, que no se
deje presionar, que no se convierta en cómplice de los que son los verdaderos delincuentes
que son los empresarios que vaciaron el país y que se quedaron con nuestros ahorros, que
rematan nuestras casas, entre los que se encuentra la familia Macri, responsable de fundir el
Correo Argentino (Aplausos) dejándole una deuda al Estado –o sea a todos nosotros– de
900 millones de pesos, que se enriqueció a costa del pueblo haciendo grandes negociados
con los gobiernos corruptos de turno. Entonces, nos queda bien claro que a personas de
estas características lo que menos le interesa es el bienestar de los ciudadanos.
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Ahora nos quieren hacer creer que están a favor del pueblo. Nos mienten al decirnos
que con la modificación del código se van a acabar los asesinatos, violaciones, secuestros y
el estado de inseguridad en el que vivimos por culpa de sus políticas de saqueo y de
exclusión social. En realidad, lo único que intentan hacer es que retrocedamos, que
volvamos a la época de los edictos, que la gente no esté en la calle, que no podamos
manifestarnos ante las injusticias, porque si hay algo que el señor Macri tiene en claro es
que cuando la gente gana la calle para defender sus derechos, no hay fuerza policial que la
pueda detener, por eso intentan frenarnos y atemorizarnos queriendo imponer el Código
Contravencional digno de la época dictadura, que no tiene base legal, que viola la
Constitución de la Ciudad e, inclusive, la Constitución de la Nación.
Por todo esto, le pedimos al señor Ibarra que defienda a los habitantes de esta ciudad
y que si realmente piensa en nuestra seguridad no nos deje en manos de una institución
corrupta, mafiosa y represiva, como es la Policía Federal Argentina.
Gracias.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
10.- Silvia Delfino
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra la
participante número 10, señora Silvia Delfino.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Delfino.- Señor Vicejefe de Gobierno, señores, nosotros: esta Audiencia Pública va a
ser un fraude si no produce una deliberación abierta y explícita respecto de los contenidos
represivos de dos propuestas. Mientras el Gobierno de la Ciudad se llena la boca y hace
publicidad respecto a la memoria y del recuerdo de la dictadura, en este momento los
legisladores, que no están presentes en esta audiencia y de hecho la constituyen en un
fraude, están dispuestos a votar un enlace entre este Código Contravencional represivo y
Código Procesal Penal, que le va a otorgar a la policía y a los fiscales contravencionales
poderes inconstitucionales. (Aplausos). Por eso, no nos sorprende que no estén presentes
los legisladores y que con su ausencia conviertan a esta audiencia en un fraude y un
simulacro de deliberación pública y colectiva.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Delfino.- Tenemos experiencia en la Argentina en que bajo el discurso de la seguridad
y la sospecha se han naturalizado los procedimientos y las planificaciones sistemática de
represión y hasta exterminio con el consentimiento, omisión o supuesta ignorancia de los
legisladores y jueces responsables de la violencia policial e institucional.
Por eso, hoy venimos a reclamar un debate amplio, que incluya a la totalidad de la
ciudadanía y que permita que los movimientos sociales que estamos en la lucha antirepresiva desde hace más de 30 años, participemos en la discusión respecto de todos los
proyectos y de su carácter represivo, ya que bajo la excusa de la ineficacia en el
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procedimiento, van a incluir una aceleración del circuito judicial, que implica otorgarle a
los fiscales contravencionales porteños un poder de policía que va a jugar simultáneamente
con una supuesta policía contravencional para la Ciudad de Buenos Aires.
Se nos ha dicho explícitamente al comienzo de este encuentro que la ineficacia en la
aplicación del código de la policía y que la imposibilidad de otorgar penas a delitos
ambiguos y de escasa delimitación, justificaría una escalada represiva que ya estamos
viviendo desde hace treinta años en nuestra ciudad, que incluye, por un lado, la propaganda
del recuerdo y la memoria y, simultáneamente, el aumento de la represión y la persecución.
(Aplausos).
Por ello, queremos denunciar que la violencia policial e institucional es
responsabilidad directa de los funcionarios del Poder Ejecutivo y de los legisladores de la
Ciudad de Buenos Aires, quienes con su ausencia –excepto aquellos que están luchando
contra esta reforma del Código Contravencional– han convertido este acto en un fraude, a
no ser que se revierta la situación y se decida suspender la reforma del Código, invitándose
a una participación activa del movimiento social involucrado en la lucha anti-represiva
(Aplausos).
Muchas gracias.
Expositores
Diputada Beatriz Baltroc
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Tiene la palabra la señora diputada Beatriz Margarita
Baltroc, en su carácter de expositora.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Baltroc.- Voy a hablar en nombre del bloque Autonomía Popular, que integro junto
con la señora diputada Mónica María Bianchi, también aquí presente.
El Código Contravencional sancionado en 1998 tuvo como objetivo consagrar las
disposiciones de fondo respecto de las diversas problemáticas vinculadas con la
convivencia cotidiana en nuestra ciudad. Abolió edictos de corte represivo que
transformaban a ciudadanos indefensos, especialmente jóvenes, prostitutas y travestis, en
rehenes del aparato policial.
Los años transcurridos sin duda permiten efectuar una nueva mirada para evaluar el
pro y el contra de dicha norma. La mayoría de los proyectos de reforma presentados en la
actualidad apuntan a desandar una política de avanzada en materia contravencional con el
engañoso argumento de que el aumento de las penas redundará en mayor seguridad. La
resolución de los gravísimos problemas de seguridad que todos padecemos es materia de
otra legislación, de otras políticas preventivas y, sin dudas, de la eliminación de los altos
niveles de corrupción en las fuerzas de seguridad.
Si el Código Contravencional falló fue porque no se aplicó. El mismo prevé
sanciones al suministro de alcohol a menores, a los ruidos molestos y a muchas figuras
más. Sin embargo, tanto los fiscales contravencionales como las autoridades de aplicación
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no actuaron cuando era necesario actuar. Durante los últimos años no existieron los
controles que hubieran posibilitado el efectivo cumplimiento de la ley. Es así como muchos
vecinos han debido batallar solos en casos como, por ejemplo, los de locales de baile sin
habilitación y sin instalaciones para incendios, quedando éstos sin ningún tipo de defensa
frente a una trama de corrupción instalada entre los inspectores y la policía.
Pero la legislación estaba vigente. En la actualidad nos oponemos a reformas que
impliquen la eliminación del principio de lesividad, a bajar la edad de imputabilidad de los
menores –contradiciendo los tratados internacionales (Aplausos)–, a transformar al arresto
en la pena principal, a instalar la autoincriminación coactiva, a establecer penas mayores a
las previstas en el Código Penal. Asimismo, rechazamos la inclusión de figuras como el
“acecho” o la “permanencia indebida”, porque vulnera el Artículo 13 de la Constitución de
la Ciudad, que establece que en materia contravencional no rige la represión preventiva.
Nos oponemos a los que no quieren resolver un conflicto de convivencia por vía de
la conciliación y también a dejar abierta la posibilidad de utilizar establecimientos
policiales como lugar de cumplimiento de la pena de arresto. Indudablemente, si se diera un
amplio debate con participación de todas las organizaciones sociales involucradas, este
Código podría mejorarse. Pero tememos que abrir el debate signifique retroceder.
Antes de finalizar, quisiera destacar dos cuestiones. La primera tiene que ver con
fallos recientes de la Justicia Contravencional en Primera Instancia, que declara
inconstitucional el Artículo 71 (Aplausos). En segundo lugar, deseo plantear que, en el
debate legislativo, al menos nuestro bloque no va a aceptar propuestas de corte represivo
que restrinjan fuertemente las libertades de los ciudadanos, otorgándole un poder
indiscriminado al aparato policial.
Nada más y muchas gracias (Aplausos).
Participantes
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Voy a nombrar a los próximos cinco participantes
para que se vayan acercando. De todas maneras, luego los llamaré de a uno.
Participante Nº 11, Zulema Matilde Lucero; Nº 12, Daniel Domingo Cezare, Nº 13,
Carlos Bloise; Nº 14, Esther Lemes Ríos; y 15; Martín Andrés Iommi.
11.- Zulema Matilde Lucero
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Tiene la palabra la participante Zulema Matilde
Lucero.
Sra. Lucero.- Buenos días a todos. Soy integrante de la Asamblea Botánico, del barrio de
Palermo.
En primer lugar, quiero decir que lamento que el señor Vicejefe de Gobierno, Jorge
Telerman, se haya ido de esta Audiencia, porque si bien yo no lo elegí, creo que tenía la
obligación de quedarse y escuchar lo que todos íbamos a decir (Aplausos).
No voy a hablar de la parte legal, porque sé que hay personas y organizaciones de
derechos humanos que hablarán sobre ese tema. No voy a hablar de la inconstitucionalidad
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de la reforma, porque estoy segura de que los legisladores y legisladoras que impulsan estas
reformas saben que están violando no sólo la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires,
sino también la Constitución Nacional.
Me voy a referir a lo que para mí significa esta reforma, que es, ni más ni menos,
darle mayor poder a la policía. Poder para que golpee sobre los sectores más vulnerables y
castigados. Poder en nombre de la seguridad que muchos y muchas creen que viene de la
mano dura. Las contravenciones y edictos se usaron y siguen usándose, tanto en la Ciudad
como en el resto del país, para reprimir manifestaciones y reuniones públicas, pero también
para perseguir por edad, color de piel, identidad de género, orientación sexual, clase o
simple portación de rostro, en una abierta criminalización de la pobreza, la indigencia y la
protesta. A estas personas son a las que pretenden golpear con la mano dura (Aplausos).
Los legisladores y legisladoras que impulsan estas reformas nunca se sentaron
seriamente a intentar buscar una solución a los problemas que sufren estos hombres y
mujeres (Aplausos). Éste no es un problema de seguridad o de inseguridad, sino un
problema social. Sólo piensan que con cárcel, persecución y multas conseguirán que los y
las habitantes de la Ciudad de Buenos Aires nos sintamos seguros. Pero aquí el problema es
la exclusión, la marginación y la desigualdad social.
Además de esto, ¿a qué policía pretenden darle ese poder? A la policía sospechada
de manejar el negocio de la prostitución, el tráfico de drogas, y sospechada también de ser
partícipe de secuestros y robos. Pero, sobre todas las cosas, a la policía responsable del
gatillo fácil (aplausos), responsable del asesinato de: Walter Bulacio, Ezequiel Demonty,
Carlos Almirón, Diego Lamagna, Gastón Riva, Alberto Márquez, Gustavo Benedetto,
Cristian Gómez, Maximiliano Tasca, Adrián Mataza, Lucas Ariel Roldán, Roque Villagra,
Marcelo Báez, Marcelo Acosta, Daniel Barboza, Alejandro Gramajo, Marcos Viera, y
muchos más. (Aplausos).
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Lucero.- Yo no quiero más policías con más poder para matar, torturar y perseguir.
Me opongo a la reforma del Código Contravencional por ser una reforma represiva.
Y me opongo a la implementación del anexo del Código Procesal a través del pacto IbarraMacri, que permitirá requisas y detenciones sin orden judicial, incomunicación total
dictaminada por la policía, detenciones compulsivas de testigos y demoras de cualquier
persona durante ocho horas, entre otras cosas.
El nuevo Código no hará otra cosa que convalidar el accionar de la policía. En el
informe anual del año 2003, que está sustentado en registros de casos, la CORREPI afirma
que el Estado Argentino asesina una persona cada 60 horas.
Les pregunto a los legisladores y legisladoras: ¿hasta dónde piensan aumentar esta
cifra?
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Le restan 30 segundos de su tiempo.
Sra. Lucero.- ¿Hasta dónde están dispuestos y dispuestas a mancharse las manos con
sangre? Gracias. (Aplausos y manifestaciones).
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12.- Daniel Domingo Cezare
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el
participante Daniel Domingo Cezare.
Sr. Cezare.- Soy miembro de la Comisión de Delegados de los Vendedores que
desarrollamos nuestra actividad en trenes subterráneos de la ciudad. (Aplausos).
Vengo especialmente a plantear mi preocupación y la de todos mis compañeros por
las consecuencias que deparará la aplicación del proyecto de ley aquí discutido –sin dejar
de expresar nuestra completa solidaridad con todos los demás sectores afectados– en lo
referido a las penalidades propuestas para sancionar a quienes sean encontrados vendiendo
en la vía pública sin permiso.
Hemos efectuado numerosas gestiones en la dependencia encargada de
verificaciones y permisos de la ciudad, y se nos respondió que no hay permisos para nadie
desde el año 1993.
En ese entonces se otorgaban permisos con una vigencia de seis meses, que se
renovaban después. En la actualidad, no existe un solo vendedor en toda la ciudad, ni un
puesto callejero de flores, ni de diarios, nadie, que pueda exhibir un permiso ante la
autoridad que se lo exija, con lo cual todos quedaríamos expuestos a las penalidades que
esta ley sancione.
Esto constituye una contradicción tan enorme, que sería como pedirle al olmo peras,
para no cortarlo, o darle la oportunidad al perro de que maúlle antes de matarlo.
Los dirigentes políticos parecen haber olvidado sus orígenes o el de sus
benefactores, aquellos que posibilitaron que ellos mismos estudiaran y desarrollaran una
carrera en sus respectivos rubros. La consecuencia de ese olvido es la pérdida del rumbo
como país, al punto de estar con problemas económicos y sociales gravísimos, ocupados en
minucias y mezquindades, ante la descarada defensa de intereses de grupos económicos
responsables del estado de miseria en el que vivimos.
Con desfachatada hipocresía se proponen planes asistenciales para desocupados y,
por otro lado, se persigue a las personas que trabajamos sin solicitar ningún tipo de ayuda,
argumentando que carecemos de permiso.
No tenían permiso los hombres y mujeres que llegaron al país en las dos grandes
olas inmigratorias producidas a fines del siglo XIX y en la primera mitad del XX, que
–como nosotros– tuvieron que salir a vender en la calle y en medios de transporte para
vivir.
Entre nuestros antecesores, no podemos olvidar al querido “Chuenga”, que repartía
sus caramelos en subtes, colectivos y canchas de fútbol, ni tampoco a otros más exitosos,
que llegaron a ser comerciantes o grandes empresarios y que, debido a la fortaleza que
adquirieron en la lucha diaria, fueron los que mejor soportaron los altibajos de una
economía fuertemente dependiente del extranjero.
El mismo ex presidente Menem recordó a su papá como vendedor de peines y
jabones, que dio estudio a sus hijos.
- Manifestaciones en la sala.
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Sr. Cezare.- Lamentablemente, en este caso es penoso recordarlo, pero lo cierto es que dio
estudio a sus hijos y trabajo a muchas familias.
Los hermanos Mastellone contaron que su papá vendía leche en un carro por las
calles de General Rodríguez. Julio Pagani fabricaba caramelos en su casa para salir a
venderlos en colectivos y casa por casa, hasta que instaló la primera fábrica de Arcor, que
hoy es una de las mayores productoras de golosinas del mundo. Y dejo en el tintero a
grandes empresarios textiles, de la industria alimenticia y hasta electrónica, con un origen
semejante, de vendedores ambulantes en la vía pública.
¿Por qué fracasó el país, si hubo personas como las que mencioné? La respuesta es
simple: porque se privilegió a los pseudo empresarios, que se dedicaron a hacer negociados,
como proveedores del Estado, y luego se convirtieron en propietarios de las empresas que
se privatizaron. En el caso de los subterráneos, se trata de uno de los regalos más alevosos
que ha hecho la privatización de Dromi y Menem (aplausos) a un grupo económico
constituido por Roggio y también por Macri. Nosotros creíamos que era sólo Roggio, pero
el otro día me han comunicado que un testaferro de Macri, el señor Cirigliano, forma parte
y es el presidente de Metrovías.
Porque los verdaderos empresarios no saben hacer lobby, y se dedican a trabajar con
esfuerzo y sacrificio...
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Le restan 30 segundos de su tiempo.
Sr. Cezare.- ...mientras los dirigentes políticos, pese a ser –muchos de ellos– hijos de
beneficiarios de pioneros de un país distinto del que hoy tenemos, se olvidaron de éstos y
volcaron sus favores a los especuladores.
Los vendedores independientes movemos en conjunto una enorme masa de dinero
que da trabajo a mayoristas y fabricantes que, a su vez, tienen obreros y empleados, y todos
tributan, de una manera u otra, por lo que elaboran, venden o consumen. Así retorna al
Estado un porcentaje de nuestro trabajo para el desarrollo futuro de muchos.
Actualmente estamos efectuando gestiones para que, a través de una ley de la
Legislatura, nos otorguen el permiso para trabajar y así nos deje de atropellar la policía y la
empresa Metrovías. Cuando obtengamos ese permiso, muchos de nosotros podremos llegar
a ser como aquellos comerciantes, vendedores o empresarios, que dieron a este país un
desarrollo diferente.
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Su tiempo se ha cumplido.
Sr. Cezare.- La represión que efectúa Metrovías es terrible. Es alevoso que los represores
que forman la dirección del personal de seguridad de Metrovías estén trabajando. Los
hemos denunciado, pero siguen ahí. ¡Formaron parte de la “Triple A” y de la represión
durante la dictadura militar! (Aplausos).
Ellos hacen actas, como ésta que tengo aquí (exhibe un papel), que no tienen
numeración, ni folio, y cuando les pedimos que nos entreguen una copia para nosotros, lo
hacen con mala cara. Eso nos ocurre a los que podemos exigirla, porque a los más “débiles”
no se las dan, sino que los basurean, los insultan y les pegan. Golpean a las mujeres.
Cuando pusieron perros en el subte, han mordido a chicos y a una señora de 77 años, que
está aquí presente. Todo lo hizo esa policía canina... (Aplausos).
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Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Por favor, vaya redondeando.
Sr. Cezare.- La Policía Federal es pagada por todos los ciudadanos, pero les hacen creer
que son pagados por Metrovías y, aun siendo uniformados, nos reprime y nos golpea.
He presentado una denuncia personal, aparte de todas las denuncias que se han
hecho, por un alevoso golpe en la cabeza, a traición, que recientemente me dio un
uniformado en la Estación Constitución.
He hecho denuncias, como lo hemos hecho todos desde el grupo de delegados.
Hemos presentado denuncias en la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura, y
también elevamos un acta-petitorio al Jefe de Gobierno de la Ciudad, al Presidente de la
Nación y al Ministro de Planeamiento.
El Jefe de Gobierno Ibarra no se presentó. Aquí, en la mesa de la Presidencia, hay
tres sillas vacías. El señor Vicejefe de Gobierno terminó escapándose; se borró, ¡se han
reído de nosotros! (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Señor Cezare: su tiempo se ha cumplido.
Sr. Cezare.- Convocan a esta audiencia pública para hacernos creer que nosotros podemos
decir algo, y después van a hacer lo que se les cante, porque así hacen siempre. (Aplausos).
Por lo tanto, yo denuncio aquí que hay tres sillas que deberían estar ocupadas. En
primer lugar, por el Jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra; en segundo término, por el señor
Telerman, que se fue con una sonrisa, y que no ha vuelto.
Aquí me dicen que mi tiempo se acaba; en realidad, se acabó hace rato. Pero yo
vengo a decir la verdad. (Aplausos). Y la verdad es que siguen creando formas de
detención, buscando las consecuencias.
Yo les digo lo que dijo el presidente Kirchner: “La única deuda es con el pueblo”, y
se tiene que terminar este tipo de arreglos para los grupos económicos que se quedaron con
el país. Esto lo comenzó la dictadura militar y Menem, completamente, lo terminó de
redondear: se ha entregado el país alevosamente.
Nos hemos enterado de que a algún vendedor que ha tenido antecedentes policiales,
los represores que trabajan en Metrovías lo han encerrado en un bar de la Estación 1° Junta
de la Línea A y lo han tenido privado de su libertad, amenazándolo de muerte. En años
anteriores, a un joven vendedor de la Línea B le han quebrado las piernas, y jamás pudo
volver a trabajar, no sólo en la Línea B sino en los subterráneos, porque no le permitieron
bajar. (Aplausos). Estos atropellos son múltiples.
Con fecha 12 de marzo, hay una declaración de repudio al accionar de Metrovías
presentada por el diputado Roy Cortina y firmada por diez diputados, que hoy se trata en la
Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura, que hace referencia a que “La
Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires declara su más enérgico repudio ante
los reiterados y gravísimos abusos cometidos por las fuerzas de seguridad de la empresa
Metrovías contra los vendedores ambulantes. El maltrato físico, psíquico y verbal, así como
la retención de mercadería en condiciones irregulares y la privación ilegítima de la libertad,
nos lleva a expresar nuestra más profunda solidaridad con estos trabajadores. Al mismo
tiempo, solicita al Poder Ejecutivo que, a través de las áreas que corresponda, disponga de
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los medios necesarios para favorecer la regularización de la actividad desarrollada por los
mismos”.
Además, hay un listado con todos los autos, pero no voy a continuar, porque sería
un abuso para los que están anotados para hacer uso de la palabra. Desde ya, quienes
quieran tener copia, así como los periodistas presentes, no tienen más que acercarse.
(Aplausos).
13.- Carlos Bloise
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 13, Carlos Bloise.
Sr. Bloise.- Buenas tardes.
Mi nombre es Carlos Bloise y pertenezco a la Asamblea Botánico de Palermo.
Más allá de que acá somos todos amigos, quienes tendrían que estar dando la cara,
los que motivaron esta audiencia no están presentes.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Bloise.- Ni siquiera el señor Telerman tiene el coraje de estar presente pero, a pesar de
eso, voy a hacer mi exposición.
En principio, me opongo a todo tipo de reforma al Código Contravencional, porque
de por sí éste tiene un carácter altamente represivo y estas reformas, absolutamente todas,
profundizarían esta característica. Además, porque son claramente inconstitucionales con
respecto al Artículo 13 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Voy a tomar una de las figuras que andan dando vueltas, que es la de “merodeo” o
“permanencia injustificada”. Es una abominación este tipo de planteos frente al contexto
social que estamos viviendo. Cientos de miles de personas en esta ciudad estamos sin
trabajo, fuera del sistema, y sin acceso a bienes básicos.
Digo entonces, por ejemplo, ¿quién puede calificar a una persona que está cargada
de angustia, depresión, de incertidumbre, sin trabajo y sin contención de ningún tipo como
de “merodeo” o “permanencia injustificada” a cualquier hora del día, frente a una
institución, en el banco de una plaza o donde sea? Quizás, la misma policía que también
está sospechada de corrupción, será la que evalúe la figura de “actitud sospechosa” o
“peligrosa”.
Para mí, la permanencia en sus bancas de estos legisladores que tratan de minimizar
la pobreza, la desocupación, la marginación y el hambre, a través de armas represivas, es
totalmente injustificada.
Tal vez sería interesante que procuren dar dignidad a las personas, que promuevan
proyectos que generen trabajo genuino y plena ocupación. Quizás, de esa manera, logren
recuperar el respeto, en principio, hacia nosotros, que es fundamental y hacia nuestros
vecinos. Como consecuencia, seguramente practicaríamos la no-discriminación hacia la
diversidad, y hoy no estaríamos perdiendo el tiempo en esta audiencia, porque ni siquiera
sería necesario un Código de Convivencia.
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Los jueces interpretan el espíritu de las leyes; es obligación de los legisladores y
legisladoras interpretar el espíritu de lo que la gente pide.
Seguridad, señores, no es represión y no es cárcel; trabajo es ocupación (aplausos);
seguridad es acceso irrestricto a la educación y a la salud y es total y absoluta igualdad de
derecho y de oportunidades para todas y todos los habitantes.
Por último, por más que estos personajes no estén presentes, voy a hacer un gesto de
urbanidad, de educación y de convivencia, pidiendo disculpas a estos señores y señoras que
a lo mejor se han sentido importunados en algún momento por algunas de mis
manifestaciones, tratando de que esto sea un acto de reciprocidad, ya que estos personajes
ausentes hace años que nos importunan, acechando y merodeando nuestras vidas
(aplausos), dictando normas de conducta acerca de cómo debemos comportarnos, vaya a
saber con qué criterio.
En realidad, digo que se sostienen en estas posturas presentando esa figura tan
particular que han planteado, que es el “cambio malicioso de apariencia”, aunque yo diría
“cambio malicioso de apariencia de honestidad, de equidad, de ética y de idoneidad para
cumplir con sus funciones”. (Aplausos).
A lo mejor, si charlaran un poco con la gente o con el pueblo se darían cuenta de
que su función es procurar que ellos no anden revolviendo basura, tratando como pueden de
sobrevivir diariamente y que, a veces, hasta lleguen a pegarse un tiro, porque no soportan
esta realidad.
Gracias. (Aplausos).
14.- Esther Lemes Ríos
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante 14,
Esther Lemes Ríos.
Sra. Lemes Ríos.- Buenos días.
En realidad, yo soy una simple ciudadana y vine más que nada a hablarles a las
autoridades.
Una asistente.- ¡Qué no están!
- Manifestaciones y risas en la sala.
Sra. Lemes Ríos.- Sí, no están. Y menos mal que me tocó un número bajo.
Como ciudadana de la Ciudad de Buenos Aires, concurro a esta audiencia pública
para exigirle al señor Ibarra –quien no está, pero de todas maneras dejó a sus
representantes– que para solucionar el problema de la inseguridad en la ciudad, no puede
permitir esta reforma que se le quiere hacer al Código de Convivencia.
El cambio del Código atenta contra las libertades democráticas, que tantas luchas
populares nos costó conseguir a todos (aplausos): como la del 19 y el 20 en las que se dijo
“que se vayan todos”; es decir, los políticos, los jueces y también los policías; todos.
Si le damos más poder a esas instituciones, como a esta policía corrupta, represora y
sospechada por toda la población que tenemos, habrá más inseguridad para todos.
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Pero, en cambio, esta reforma del Código sí le dará más seguridad a los banqueros,
quienes estafaron a la gente quedándose con su plata; a los empresarios corruptos, como los
Macri, que se comen día a día el país, que tuvieron obreros desaparecidos en sus fábricas y
que arrojaron a la calle a 18 mil trabajadores del Correo; y a esos empresarios que
engrosaron la deuda del país y que contaron con la complicidad del gobierno menemista.
Por esto, señor Ibarra –aunque no se encuentre presente, igual alguien se lo va a
contar–: usted tiene que escucharnos a nosotros, al pueblo, que somos quienes caminamos
las calles de la ciudad. No permita que lo presione la derecha representada por el macrismo;
no sea cómplice de Macri. Día a día nos convencemos de que la seguridad la vamos a tener
cuando metamos presos a quienes se robaron el país.
Muchas gracias. (Aplausos).
- Manifestaciones en la sala.
15.- Martín Andrés Iommi
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 15, Martín Andrés Iommi.
Sr. Iommi.- Yo creo que esto no es un fraude; es muy importante que nos hayamos juntado
tan temprano a la mañana, a pesar de que muchos tengan que trabajar y hacer un montón de
cosas.
Me cuesta mucho hablar porque hay mucha gente pero, en el fondo, me enorgullece
tener el coraje de hacerlo, cosa que no tuvo Telerman, que se tuvo que ir y no hizo frente a
la situación. (Aplausos).
Al igual que muchos de los oradores preopinantes, también estoy en contra de la
reforma del Código Contravencional. En primer lugar, porque creo que es volver al pasado,
a los edictos policiales que no se derogaron por un acto generoso de los legisladores sino
por la lucha de miles que no quisimos que la Policía Federal tuviera todas las facultades que
tenía. Ahora no queremos volver al pasado. (Aplausos).
Quienes quieren reformar este código de convivencia –como manifestaba recién el
doctor– dicen que fracasó, como si fuera algo mágico. Hablan de que el Código de
Convivencia va a servir para frenar la delincuencia y la inseguridad.
En primer lugar, un Código de Convivencia actúa sobre contravenciones y faltas, no
sobre delitos; y, en segundo lugar, una política de seguridad es mucho más seria que un
conjunto de normas y leyes aisladas. La inseguridad es un problema más complejo. Los
estudios serios sobre criminología indican que el crecimiento de la delincuencia es paralelo
al deterioro desesperante de las condiciones de vida.
Lo que fracasó no fue el código sino la creencia de que el problema de la
delincuencia se soluciona con leyes y normas aisladas. Los que fracasaron son ustedes; los
problemas sociales tienen respuestas sociales. (Aplausos).
Como muchos de los expositores plantearon, este código intenta introducir facultades
para la policía como la figuras del “acecho”, el “merodeo” y la “permanencia injustificada”
para que se lleven a cualquiera por portación de rostro.
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Todos –Macri, Ibarra y hasta la misma Bullrich– atacan a las mujeres y a las
travestis que no tienen otra salida que prostituirse, a los vendedores ambulantes, a los que
se movilizan y luchan. Incluso hay un proyecto de La Ruffa que baja la edad de
imputabilidad a 14 años pisoteando la Convención de los Derechos del Niño. Lo único que
quieren es que la policía tenga más poder.
Sin embargo, en el inciso 11 del Artículo 13 de la Constitución de la Ciudad de
Buenos Aires dice: “En materia contravencional no rige la detención preventiva”. Digo esto
porque, quizás, muchos de los que están hablando ahora y muchos de los legisladores que
se están reuniendo para modificar la Ley de Procedimiento Contravencional, se están
matando para ver de qué manera pueden aplicar la prisión preventiva. Pero, según la
Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, no se puede aplicar. (Aplausos).
Como ya lo han expresado muchos, le quieren dar poderes a la Policía Federal.
Algunos dieron datos como, por ejemplo, que mató a 126 personas con gatillo fácil en el
2003, que mató a palos a Walter Bulacio, que mató a tiros a los pibes de Floresta, que tiró
pibes al Riachuelo, que estuvo vinculada al narcotráfico, a los secuestros express y a las
coimas. El último jefe de policía, Giacomino, fue separado por un escándalo de corrupción,
pocos meses después de que Ibarra y Kirchner lo habían homenajeado, luego de que Ibarra
mandó a desalojar el Padelai y la fábrica Bruckman. Y el anterior jefe de policía, Santos, se
tuvo que ir después de la represión del 19 y 20 de diciembre, en la que asesinó a más de
siete personas.
Por todo esto, creo que la reforma del Código Contravencional sólo sirve para darle
más poder a la policía. ¿Dónde quedaron las peleas de campaña? ¿Dónde está el “nuevo
Ibarra 2004”? ¿Ahora se junta con Macri? (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Le quedan 30 segundos para finalizar su exposición.
Sr. Iommi.- Para cerrar quiero decir que es hora de que Ibarra se deje de homenajear a los
jefes de policía y se ponga del lado de pueblo.
Muchas gracias. (Aplausos).
16.- Marta Amanda Fontenla
Sr. Coordinador (Davide).- Tiene la palabra la participante número 16, señora Marta
Fontenla.
Sra. Fontenla.- Buenos días a todas y a todos. Mi nombre es Marta Fontenla y soy
integrante de una agrupación feminista que hace más de veinte años viene trabajando en la
Ciudad de Buenos Aires.
Antes de empezar con aquello a lo que me voy a referir específicamente –el
inconstitucional Artículo 71 y las reformas que se están proponiendo–, quisiera hacer una
aclaración respecto del fraude.
Sabemos que la forma de hacer política mediante el fraude se ha instalado en la
última década en nuestro país y sigue, en este momento, carcomiendo nuestra sociedad.
Creo que, por más que la parte que tiene que estar escuchándonos en esta audiencia sea un
fraude, no debemos olvidar lo que le paso a José María Aznar cuando por medio del fraude
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quiso engañar al pueblo de España (aplausos) diciendo que era la ETA quien había
organizado los últimos atentados ocurridos este país.
Esperemos que en los próximos comicios, por lo menos el pueblo de Buenos Aires,
se dé cuenta de lo que pasó con esta Legislatura electa en las últimas elecciones.
El punto al que me referiré es el actual e inconstitucional Artículo 71 y las
modificaciones propuestas. Las reformas al Código de Contravenciones, o la sustitución
por otro que las incorpora, suponen avanzar sobre los derechos de todas las personas dado
el carácter represivo de la mayoría de ellas.
Pero, antes de hablar de eso, quiero aclarar que los sistemas de garantía de los
derechos individuales y colectivos, llamados sistemas garantistas, son para la protección de
todos los habitantes de la Ciudad frente a los avances cada vez más avasalladores de los
poderes del Estado sobre sus derechos, especialmente a partir de las últimas dictaduras
terroristas.
Las garantías legales no han sido específicamente creadas para la defensa de
algunos grupos a los que aquellas posiciones lindantes con el fascismo quieren denominar
como “defensa de los derechos de las minorías” –aunque esto estaría bien si fuera ésa la
intención–, sino que han sido establecidas para defender los derechos de todos y de todas.
La propuesta represiva a la que me refiero es la que intenta avasallar los derechos que la
Constitución de la Ciudad garantiza a los sectores más desprotegidos: los y las pobres y,
especialmente, las mujeres y demás personas en situación de prostitución.
La represión del ejercicio individual de la prostitución, tanto en la versión actual del
código como en las reformas que se proponen, es inconstitucional y debe ser derogada ya
que nuestro país es signatario de la Convención para la Represión de la Trata de Personas y
Explotación de la Prostitución Ajena, aprobada por las Naciones Unidas en 1949. Según
ésta no se puede reglamentar la prostitución ni sancionar su ejercicio individual, y las partes
firmantes de estos tratados se comprometen a castigar a toda persona que explote la
prostitución ajena, o mantenga una casa de prostitución, o intervenga en el tráfico de
personas. Se obligan a derogar toda reglamentación de la prostitución y adoptar medidas de
prevención. En igual sentido, la Convención de Naciones Unidas de 1979, también
ratificada por nuestro país e incorporada a la Constitución, se pronuncia a favor de eliminar
toda forma de discriminación contra las mujeres.
El código actual y las reformas propuestas también violan el principio de igualdad y
no-discriminación, tanto la igualdad formal –igualdad ante la ley– como la igualdad
material y sustancial, que exige la acción del Estado para compensar, en alguna medida,
desigualdades sociales, económicas, sexuales y culturales, y posibilitar el ejercicio de los
derechos garantizados.
Se viola también el Artículo 38 de la Constitución de la Ciudad, que incorpora la
perspectiva de género y dice: “provee a la prevención de la violencia física, psicológica y
sexual contra las mujeres y brinda servicios especializados de atención y amparo a las
víctimas de explotación sexual”.
Sr. Coordinador (Davide).- Le quedan 30 segundos de exposición.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Fontenla.- También está el Artículo 10 de la Constitución.
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Nuestro país ha consagrado el sistema abolicionista. Sin embargo, desde la época de
los tristemente célebres edictos policiales se ha perseguido a las mujeres y travestis que
ejercen la prostitución. (Aplausos).
Solamente el primer Código de Contravenciones de la Ciudad, sancionado en 1998,
no violó en este punto las normas de la Constitución Nacional, de la Constitución de la
Ciudad Autónoma y los tratados internacionales, ya que no penalizó este ejercicio.
(Aplausos). Pero para realizar estos cambios legislativos, debemos tener en cuenta que el
negocio de la explotación de la prostitución es de carácter estructural a las sociedades
patriarcales y en esta etapa del capitalismo es, además, un negocio organizado como
industria global, que deja ganancias por encima del narcotráfico y que sólo lo supera el
tráfico de armas a partir de la guerra contra Irak.
Sr. Coordinador (Davide).- Ha finalizado su tiempo, señora.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Fontenla.- Para que este negocio pueda funcionar, ha sido necesario durante toda la
historia, reprimir a las mujeres y personas que la ejercen, y esta represión se organiza a
través de la rufianería, el proxenetismo y la institución policial, con la complicidad de
integrantes de otros poderes –como los legislativos, no todos los integrantes, aunque sí la
mayoría–, que por acción u omisión, o intereses personales o corporativos, lo posibilitan.
Estas vinculaciones están denunciadas y son de público conocimiento, tanto en los
casos de las desapariciones y asesinatos de mujeres en Mar del Plata, o el asesinato de
Sandra Cabrera en Rosario, donde quedaron al desnudo, con algunas investigaciones
llevadas a cabo, estas complicidades. (Aplausos).
Las y los habitantes de esta ciudad queremos vivir en paz, sin violencia y con
garantías de respeto por los derechos humanos de todas y todos, y no que se continúe
reprimiendo a quienes eran conocidas y conocidos como “la clientela de los edictos
policiales”. No queremos que se siga instaurando y ampliando la categoría de “clientela”
ahora de las contravenciones, de la que pasarán a formar parte las y los “portadores de
cara”, de ropa, y todas y todos a quienes el sistema excluye. Queremos que se eliminen esas
normas.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
17.- Jorge Roberto Barbeito
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 17, señor Jorge Roberto Barbeito.
Sr. Barbeito.- Buenos días.
Mi nombre es Jorge Barbeito. Soy asambleísta de Scalibrini Ortiz y Santa Fe del
Barrio de Palermo.
Cuando en cualquier contexto dado, alguien –como persona o institución–, de una u
otra forma, establece las reglas de funcionamiento de un conjunto de personas, y ese
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alguien, además, genera las condiciones para que un grupo importante dentro de ese
conjunto no tenga más alternativa que violar esas reglas para subsistir y, entonces, esa
situación habilita a ese mismo alguien que estableció las reglas a reprimir a ese grupo
forzado a violarlas, estamos ante una situación claramente perversa.
Cuando un Estado, que a través de su propia Constitución, establece una serie de
garantías, que de hecho no cumple, privando a ingentes ciudadanos de sus derechos más
básicos, pretende endurecer su Código Contravencional para ampliar la incumbencia de sus
fuerzas represivas, estamos ante una situación que además de extremadamente perversa es
peligrosa.
Estamos frente a una situación que puede dar lugar a una espiral creciente de
restricción de las libertades tanto individuales como de minorías y de la sociedad toda, cuyo
final puede ser la creación de un monstruo insaciable a quien no podamos luego detener.
No sé si recuerdan cuando se le dieron mayores poderes a las fuerzas de represión, no hace
mucho. (Aplausos).
Me causa indignación el escuchar que cuando se producen protestas de los
ciudadanos por el incumplimiento del Estado de muchos de los derechos consagrados en la
Constitución Argentina, algunos otros conciudadanos y muchos comunicadores sociales, se
espantan porque esas protestas cercenan el derecho constitucional al tránsito.
La Constitución Nacional consagra en sus artículos 14 y 14 bis, los derechos
inalienables de todos los habitantes de la Nación al trabajo, salud, educación, seguridad
social –ésta con carácter obligatorio, integral e irrenunciable por parte del Estado–, a la
protección integral de la familia, a la compensación económica familiar, al acceso a una
vivienda digna, a la participación en las ganancias de las empresas por parte de los
trabajadores, etcétera. Muchos derechos. Esos derechos están refrendados y ampliados a
través de los artículos 10 al 16 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Parecería que en este país sólo se ofende la gente cuando se violan el derecho al
tránsito o a la propiedad privada. (Aplausos). Mientras, tantos otros derechos
constitucionales que se vienen violando sistemáticamente desde hace muchos años parecen
haber causado una suerte de acostumbramiento, de adormecimiento, que parecen ya no
causar dolor el ver a un semejante hurgando entre los desperdicios un pedazo de algo que le
mitigue el hambre.
Me opongo firmemente a cualquier modificación que le dé más atribuciones
represivas al Estado, mientras ese Estado no cumpla con todas las garantías establecidas en
su Constitución respecto del conjunto de sus ciudadanos y habitantes.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
18.- Margarita Inés Bellotti
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 18, señora Margarita Inés Bellotti.
Sra. Bellotti.- Soy Margarita Bellotti, o Magui Bellotti. Soy feminista, lesbiana y soy
abogada.
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- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Bellotti.- Realmente esperaba una reforma del Código Contravencional. Tal vez por
cierta ingenuidad, creí que podía haber una reforma que, por ejemplo, eliminara el
inconstitucional Artículo 71 y otras tantas figuras represivas, y que “barriera” con la pena
de arresto. Pero en lugar de ello, evidentemente, la ingenuidad política nunca se premia,
salvo algunas propuestas de reformas parciales, que incluyen el acoso moral –que tal vez no
tendría que ser parte de un Código Contravencional– o que incluyen penalizar el
requerimiento a los trabajadores de informaciones que puedan dar lugar a discriminación, o
algunas relacionadas con la violencia familiar –que no tienen en cuenta a la victima, que
debería ser a quien protejan las principales medidas que una legislación debe tener en
cuenta en esta materia–, en general –salvo, reitero, estas pequeñas cosas–, la médula de las
reformas propuestas responden a cuatro conceptos claves, algunos de los cuales ya se
esbozaron aquí: criminalización de la pobreza; criminalización de las diferencias sociales,
sexuales, culturales, de orientación sexual y de identidad; criminalización de las y los
explotados –no de los explotadores–; y criminalización de la protesta social. (Aplausos).
De esta manera se violan, no sólo derechos civiles y políticos, sino los derechos
económicos, sociales y culturales, que se encuentran incorporados en diversos artículos de
la Constitución de la Ciudad y de la Constitución Nacional y en el Pacto de los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, que tiene jerarquía constitucional por imperio del
Artículo 75, inciso 22) de nuestra Constitución incorporado en la Reforma de 1994. Se
violan estos derechos porque en lugar de combatir la pobreza, se combate a los pobres. En
lugar de garantizar los derechos al trabajo, a la salud, a la educación, a la seguridad social, a
la vivienda; en suma, a una vida digna, se reprime a las personas en situación de pobreza.
No otra cosa son figuras como el “merodeo”, el “acecho”, la represión de los vendedores
ambulantes –también existente–, la obstrucción de la vía pública –también existente en el
código contravencional actual–, la “oferta de sexo en la vía pública”, ya incorporadas por la
ominosa reforma introducida por la Ley 162 en marzo de 1999, parece que en homenaje al
Día Internacional de la Mujer, porque fue publicada en el Boletín Oficial del 8 de marzo de
ese año. Son precisamente las personas en estado de prostitución que ejercen su actividad
en la vía pública, las más pobres entre quienes se encuentran en esa situación.
Se viola también el derecho de una persona a su identidad, a elegir su propia vida,
su manera de vestir y su orientación sexual. ¿Qué se quiere decir con “inducir a error sobre
identidad o estado”? ¿Desde qué definición autoritaria y represiva de identidad hablan?
(Aplausos). Si no supiéramos que va dirigida a reprimir a travestis, a piqueteros y
piqueteras cuando se tratan de proteger de la identificación policial y, tal vez, a personas
que osan expresarse artísticamente en la vía pública, como, por ejemplo, los murgueros –no
olvidemos la fobia al “disfraz” de los edictos policiales y la supresión del carnaval en la
última dictadura militar, que estaba en contra de las fiestas populares–, en definitiva, si no
supiéramos todo esto, podríamos pensar que se trata de una banalidad represiva en defensa
de la moda. Si hace treinta años yo hubiera estado vestida en este lugar –o en la vía
pública– como lo estoy ahora, con pantalones y tacos, es muy probable que hubiese sido
pasible de algunos días de arresto por inducir a error sobre mi identidad (Aplausos).
Estas propuestas de reformas normativas transgreden los artículos 11 y 12 de la
Constitución de la Ciudad, que condenan la discriminación y garantizan el derecho a la
identidad. También transgreden el Artículo 13, que consagra la garantía de la libertad y
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prohíbe toda norma que implique, expresa o tácitamente, peligrosidad sin delito, cualquier
manifestación de derecho penal de autor o sanción de acciones que no afecten derechos
individuales ni colectivos (Aplausos).
Asimismo, vulneran, por acción y omisión, el Artículo 17 de la Constitución de la
Ciudad, que establece que “la Ciudad desarrolla políticas sociales coordinadas para superar
las condiciones de pobreza y exclusión mediante recursos presupuestarios, técnicos y
humanos” y “Asiste a las personas con necesidades básicas insatisfechas…”. Huelgan los
comentarios.
Las normas sobre la “oferta de sexo en la vía pública”, ya existentes, violan los
artículos 38 y 39 de la Constitución de la Ciudad, los cuales establecen, para personas
adultas el primero, y para niñas y niños el segundo, la obligación de la Ciudad de amparar a
las víctimas de la explotación sexual –no de perseguirlas– (Aplausos), de brindar servicios
de atención y adoptar medidas para perseguir su tráfico. Todos son objetivos incumplidos.
En lugar de ello, se les ofrece represión.
Nada de esto tiene que ver con la seguridad, tema recurrente en la casi totalidad de
los proyectos. Y no sólo porque un Código Contravencional no tiene nada que ver con los
problemas sobre seguridad actuales –área de competencia de los poderes públicos,
particularmente, de la policía– sino porque la seguridad en todo caso no se logra con
represión y discriminación. La seguridad sólo es posible, como decía un cartel sostenido
por una mujer el 19 de febrero pasado, con trabajo y libertad. (Aplausos).
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Permítanme decirles una cosa…
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Si ustedes me permiten, quiero decirles que me parece legítimo
cualquier reclamo que ustedes deseen hacer. Pero esta Audiencia Pública fue convocada
conforme a una ley, no importa ahora si es buena o mala.
Un asistente.- ¡Es una falta de respeto!
Sr. Presidente (López).- No, no es una falta de respeto. Y déjenme terminar.
Se ha convocado a esta Audiencia a través de los diarios informando, tal como lo
manda la ley –teniendo en cuenta que podría haber dispuesto cualquier otra cosa–, que
estaría presente la autoridad de la Secretaría de Justicia y Seguridad. Cualquiera sea la
política que en definitiva se tome va a ser responsable –personalmente, yo voy a ser
responsable–, y no quiero intervenir de ninguna manera, porque el objeto de la Audiencia
no es que me escuchen a mí, sino generar desde el gobierno un mecanismo para que cada
uno pueda dejar asentada su posición. Es un mecanismo de participación, nada más.
- Manifestaciones en la sala.
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19.- Silvina Verónica Cuello
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante 19,
Silvina Verónica Cuello.
Sra. Cuello.- Estoy particularmente contenta por haberlos escuchado. Ahora pido que me
escuchen y que nos sigamos escuchando.
Fundamentalmente, valoraría de esta Audiencia Pública, más allá de los
funcionarios presentes, la labor de los taquígrafos, que son los trabajadores que registrarán
nuestros discursos. Propongo que nuestros discursos sean la tortura de la lectura
permanente por parte de los legisladores y del Ejecutivo para que esta Audiencia logre ser
vinculante. En todo caso, continuaremos manifestándonos una vez terminada la Audiencia
para que se nos escuche. Por mi parte, escuché discursos y posiciones muy interesantes, y
celebro que haya algunos legisladores que, aunque sea por un par de horas, puedan
mirarnos a los ojos y escucharnos. Esto por ahora.
Con respecto a la reforma de la Ley Contravencional y a los proyectos presentados,
quiero decirles que además de atentar contra las libertades individuales, significan una
burla a la inteligencia de los ciudadanos, tal como lo fue la ley seca: gracias a ella ahora
somos menos alcohólicos, hay menos inseguridad… (Risas y aplausos).
Quienes “piensan en nosotros”, es decir, el gobierno y la supuesta oposición,
pretenden mostrarse casi como padres protectores nuestros, aunque, en realidad, no sé si
son protectores o represivos. ¡Cuánto altruismo! Aparentemente, nos “cuidan” de los
manifestantes. Pero en este momento tengo dudas sobre a quiénes cuidan realmente.
(Aplausos). No sé a quienes cuidan, pero, indudablemente, se cuidan entre ellos.
Un asistente.- A los que tienen plata, a los que no “la sufren”, ¡a esos cuidan!
Sra. Cuello.- Exacto.
Digo “cuánto altruismo” porque nos cuidan de los manifestantes, de los luchadores
sociales que, por otra parte, tendrán que ir a protestar contra el mismo al cual le piden
permiso. También nos protegen de los cartoneros, de los vendedores ambulantes, de las
trabajadoras sexuales y del mayor peligro que tiene la ciudad, los adolescentes, esa especie
de exacerbados e inadaptados que juegan permanentemente con la transgresión de los
límites.
Seguramente no conviene que los eduquemos, sino más bien que los reprimamos. A
ellos y a sus padres, porque no sé si saben que en los proyectos también se penaliza a los
padres, lo cual es muy llamativo. No sé si me causa gracia o repulsión, pero lo cierto es que
insulta a la inteligencia. En lugar de prevenir, educar y dar trabajo, reprimamos por las
dudas, incluso. Este “gran padre” que sería el conjunto de legisladores y funcionarios que
propone esto, nos cuida de esto en lugar de cuidarnos de la institución más corrupta y
peligrosa, que dirige la mayor cadena de delincuencia: la Policía Federal. (Aplausos).
En lugar de limitar el ejercicio de esta institución, se le dan mayores atribuciones,
incluso invadiendo el campo de la administración de Justicia. Y todo esto se logra
promulgando una reforma de la ley contravencional.
Si bien el Código de Convivencia no es lo mejor que tuvimos, esto es muchísimo
peor, porque implica volver a los edictos policiales y aun empeorar esa situación, en franca
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contradicción con la Constitución de la Ciudad, el Código Penal y la máxima normativa,
que es la Constitución Nacional. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Su tiempo se ha cumplido.
Sra. Cuello.- Ya termino.
El señor Secretario de Seguridad ya habló, así que ahora me toca terminar a mí
(aplausos), porque nos escuchamos entre nosotros. Ustedes me están escuchando, así que
voy a seguir.
El cinismo llega a ese extremo. Los habitantes de esta ciudad somos adultos y no
necesitamos un padre represor, sino funcionarios que funcionen de acuerdo con las
necesidades imperantes.
A la inseguridad no se la combate con la Ley Seca, la represión y los ajustes. Y
ustedes lo saben perfectamente. (Aplausos).
20.- Jesús Lier
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante Jesús
Lier.
Sr. Lier.- Buenas tardes.
Me dirijo a ustedes, el público, porque aquí las autoridades no existen. (Aplausos).
No traje un discurso preparado para decir. Soy un ciudadano común y silvestre, y lo
único que digo es que estoy en contra del Código de Convivencia. Lo están legislando
ellos, que no los votó el pueblo. Porque cuando el pueblo dijo que se fueran, se quedaron.
Para terminar, voy a decir sólo dos cosas muy breves: en la historia, hay que tener
memoria de lo ocurrido los días 19 y 20 de diciembre, y de todos los que murieron. ¿Para
qué sirvió?
Y después digo: “Que se vayan todos”. Tiene que quedar latente: ¡Que se vayan
todos! Porque esto no va a cambiar, y nosotros somos los responsables de haber permitido
que ellos estén acá en este momento. Nosotros les dimos lugar.
Hubo trabajadores, luchadores que pelearon por la justicia social y por la libertad de
los pueblos, y no fueron mediocres. Pero nosotros fuimos mediocres, porque ellos están acá
y nosotros lo aprobamos. Por eso estamos como estamos.
¡Para cambiar todo, se tienen que ir todos! Si no, esto no va a cambiar. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante Héctor
Ricardo Guaraglia.
- El participante no se hace presente.
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22 y 23 de marzo de 2004
Expositores
Diputado Ariel Schifrin
Sr. Coordinador (Davide).- Tiene la palabra, en carácter de expositor, el diputado Ariel
Schifrin.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Schifrin.- La Constitución de la Ciudad dice claramente que se erradica de la
legislación de la ciudad la sanción a cualquier idea que se pueda calificar como
peligrosidad sin delito.
Es por ese motivo que ni Ana Suppa, que está aquí presente, ni el legislador Diego
Kravetz, ni el diputado Milcíades Peña, ni yo, ni ninguno de los legisladores que estuvieron
aquí presentes, apoyamos ninguno de los proyectos de modificación al Código
Contravencional y de Faltas, el Código de Convivencia, que ingresaron en la Legislatura en
este arrebato de verano.
También me preocupa que se nos englobe a todos en el acompañamiento de estos
proyectos. En todo caso, no se quiso decir eso, pero sí se podría llegar a traducir como que
estamos acompañando proyectos represivos, cuando en realidad no hemos apoyado
ninguno.
Quiero decir que creo que hay un error al asimilar los lamentables proyectos del
diputado Giorno y del diputado De Giovanni –diputados que sí ingresaron con una de las
boletas que apoyó al Jefe de Gobierno– al proyecto del Ejecutivo. Espero que el de ellos no
sea también el proyecto del Poder Ejecutivo. Yo entiendo que no; de lo contrario, el señor
Secretario me corregirá.
Sr. Presidente (López).- No. El Poder Ejecutivo, en todo caso, va a establecer un proyecto,
y lo va a hacer público después de la audiencia. No hay ningún proyecto del Poder
Ejecutivo.
Sr. Schifrin.- El problema es que el Poder Ejecutivo se tiene que fijar en la agenda de la
sociedad. Y la agenda de la sociedad no es el Código de Convivencia, sino que tiene que
ver con problemas más serios.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Schifrin.- Es una pena que la nueva Legislatura tenga que estar tratando una agenda –y
en esto sí creo que hay una responsabilidad– que no resuelve los problemas de la Ciudad de
Buenos Aires.
Si planteamos este debate, y no planteamos el tema de la discusión social, de la
redistribución del ingreso y de las comunas, problemas que tienen que ver con las
cuestiones constitucionales pendientes en esta ciudad, la agenda va a ser simétrica e
idéntica a la de Macri. Por lo menos, eso es lo que refleja claramente una parte de la gente
en esta asamblea.
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- Manifestaciones en la sala.
Sr. Schifrin.- Yo creo que hay una confusión que debemos contribuir a aclarar. El Código
de Convivencia no es algo que tenga que ver con la seguridad, en el sentido estrecho de la
palabra.
No es como bien decía aquí un exponente...
Una asistente.- ¡Parecés un político polaco si pensás que el Código de Convivencia no
hace a la seguridad, Schifrin! (Aplausos).
Sr. Schifrin.- Ése es el problema. Quienes quieren modificar el Código de Convivencia,
pretenden plantearlo como la antesala del crimen o la ruptura del contrato social. Piensan
exactamente como esta persona, confundida, que, en el marco de una desconfianza política,
no se da cuenta de que debemos construir una mayoría para poner un límite a la enjundia
represiva que se viene sobre los porteños.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Schifrin.- Hablo con respeto, porque estamos acá dando la cara, y no nos guardamos
opiniones.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Schifrin.- ¡No me guardo la opinión! ¡Estoy acá dando la cara!
Coincido con la mayoría de las exposiciones, particularmente con la de Jorge
Barbeito –que no tiene por qué coincidir con la mía–, porque es una manifestación muy
clara sobre la lógica de una sociedad que no privilegia el principal derecho, que es el
derecho a la vida, al trabajo, a la educación y a la salud. Quien conculca esos derechos, se
preocupa por consagrar la exclusión social y, por lo tanto, jurídica y cultural, de una
cantidad de sectores –hoy mayoritarios– que no están a la altura de un nivel de vida acorde
al que nosotros pensamos cuando sancionamos el Código de Convivencia.
El Código de Convivencia existente –en este punto no estoy de acuerdo con el
expositor anterior–, sobre todo el que fuera sancionado en el año 1998, fue un logro
importante de la ciudadanía. Y, si no, que lo digan los trabajadores y trabajadoras que están
aquí presentes.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Schifrin.- Si seguimos esta lógica –creo que acá no la vamos a seguir– de englobar
todo, de no escuchar y no reflexionar, de no permitir que ingrese ninguna idea, y si no
construimos una relación con la sociedad, más abierta, dicha lógica nos va a llevar a que la
derecha nos imponga un código represivo.
- Manifestaciones en la sala.
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Sr. Schifrin.- Me doy cuenta de que acá hay una lógica tan estrecha, que no tiene en cuenta
otras exposiciones vertidas aquí, que manifestaron todo lo contrario.
Con esta lógica estrecha vamos a fracturar a la sociedad civil del Estado y vamos a
facilitar que algunos legisladores planteen un código represivo. A esto quería llegar.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Schifrin.- La agenda represiva, que tiene que ver con introducir figuras represivas en el
Código de Convivencia, con confundir el Código de Convivencia con el Código Penal, que
se relaciona con plantear un contrato social que se rompe solamente porque un vecino
estaciona en doble fila para dejar a un chico o porque un piquetero o un vecino se
manifiesta y se moviliza, no es una pequeña criminalidad. Pero esa agenda puede fracasar.
Nuestra agenda puede fracasar si hay tanta intolerancia e incapacidad para
establecer un debate público.
Muchas gracias.
- Manifestaciones en la sala.
Participantes
Sr. Coordinador (Davide).- Voy a nombrar a los participantes siguientes: N° 21, Héctor
Ricardo Guaraglia; N° 22, Agustín Zbar, quien anunció que iba a estar ausente; N° 23, Olga
Beatriz Benítez; N° 24, Graciela del Carmen Collantes; N° 25, Martha Eulogia Ramos
Borja; y el N° 26, Marcelo Armando Ramal.
Corresponde que haga uso de la palabra el señor Héctor Ricardo Guaraglia.
- El participante no se hace presente.
23.- Olga Beatriz Benítez
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Olga Beatriz
Benítez.
Sra. Benítez.- Buenas tardes
Mi nombre es Olga Benítez y me reconozco como una mujer en estado de
prostitución. (Aplausos).
Hoy vine a hablarle al señor Ibarra, quien no se encuentra presente, para decirle que
nosotros no necesitamos un cambio en el Código; necesitamos que hayan legisladores que
presenten proyectos de trabajo, para que cada vez haya menos mujeres trabajando en la
calle. (Aplausos).
Yo tengo 41 años, y jamás pensé que a esta edad iba a estar parándome en una
esquina para poder ganarme el pan. Obviamente así como yo, hay muchísimas mujeres con
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hijos que dependen de sus madres. Si ustedes cambian el código y llevan presas a esas
madres, ¿quiénes se van a hacer cargo en esos veinte días de los chicos, que dependen de
sus madres? (Aplausos). ¿Quién se va a hacer cargo de llevarles alimento y de que no les
falte la educación? Porque si hacen una estadística, encontrarán que no hay un solo hijo de
madre que esté en estado de prostitución, que no vaya al colegio, ni que esté desnutrido, ni
al que le falte salud. (Aplausos).
Por eso, hoy vine a contarle al señor Ibarra, quien no se encuentra, que estoy en un
microemprendimiento lanzado por el Gobierno de la Ciudad y que desde hace dos meses no
me pagan. Yo quise participar en dicho emprendimiento, porque me gustó la idea de no
estar parándome en una esquina por 200 pesos. Pero, ¿cómo quieren que no esté parada en
una esquina? Tengo que seguir ahí. Así como yo, hay muchas mujeres que están al lado
mío con la esperanza de no salir más a la calle a trabajar.
Es una lástima que tampoco me haya podido escuchar el señor Vicejefe de
Gobierno, ya que se retiró. Parece que él no se codea con los pobres, y no le gusta escuchar
nuestras miserias. (Aplausos).
Esto fue todo lo que tenía para decir.
Muchas gracias. (Aplausos).
- Manifestaciones en la sala.
24.- Graciela del Carmen Collantes
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Graciela del
Carmen Collantes.
Sra. Collantes.- Buenas tardes.
Antes que nada, quiero decirles que estoy un poco nerviosa.
Mi nombre es Graciela Collantes y soy dirigente de AMAR, aunque hoy estoy acá
porque desde hace tiempo la venimos peleando, y me parece que esto era lo último que nos
podían haber hecho. Siempre, si hay elecciones, ¿con quién se la agarran? ¡Con las
prostitutas! En cualquier acto público, ¿quiénes somos el centro? ¡Las prostitutas! ¡Siempre
nosotras, desviando las miradas de lo que no quieren que se vea! (Aplausos).
Como mujer que ejerzo la prostitución desde hace 18 años, digo ¿hasta cuándo con
nosotras, las mujeres? En todo este tiempo, nunca supe lo qué era llevar a mi hija al
colegio, y hoy estoy pagando las consecuencias. ¿Saben por qué? Porque hasta el día de
hoy mi hija me reclama que nunca estuve. (Aplausos).
Además, algo que nadie quiere ver, ¿qué pasa con las mujeres que han sido o que
son explotadas? ¿Quieren sacarnos de la calle para encerrarnos y que así no nos vean?
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Collantes.- ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo se va a empezar a trabajar en serio? Esto es un
retroceso.
Nosotros, en la organización, venimos peleando desde el año 1994. Por lo tanto,
esto es un retroceso y una desilusión, porque pensábamos que el gobierno nos iba a apoyar
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y que íbamos a salir adelante. La verdad es que nos quita fuerzas y me da vergüenza,
porque yo aprendí en la lucha muchas cosas, que nadie en el Estado me enseñó. (Aplausos).
¿Qué pasa con las mujeres explotadas? ¿Cuándo de verdad se van a sentar y van a
hacer un proyecto serio?
Esto que presentó el señor Enríquez, quien estaba ahí pero no le dio la cara para
entrar, es una vergüenza.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Collantes.- La verdad es que es una vergüenza.
Me parece que ya los abogados que participaron explicaron bien todo este tema.
Nosotras también lo entendemos, pero en este momento no lo puedo explicar demasiado
porque estoy muy dolida.
Nada más. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 25, Martha Eulogia Ramos Borja.
- La participante no se hace presente.
- Manifestaciones en la sala.
26.- Marcelo Armando Ramal
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 26, Marcelo Armando Ramal.
Sr. Ramal.- Compañeras y compañeros: no voy a repetir las críticas importantes y
contundentes de todos los compañeros que se han expresado y pronunciado acá contra esta
reforma reaccionaria que yo, en nombre del Partido Obrero, vengo también a denunciar y
atacar desde esta tribuna.
Quiero referirme entonces, directamente compañeros, a cuál es a nuestro juicio el
significado político de esta reforma.
Compañeras, compañeros: el 19 y 20 de diciembre de 2001 el pueblo de esta ciudad
ganó las calles, conquistó los lugares públicos y reclamó para terminar con ese régimen
podrido que dejó 5 millones de personas en la calle –entre ellas nuestras compañeras en
estado de prostitución–, que bajó salarios, que robó ahorros, y que desalojó a compañeros.
Esta reforma al Código Contravencional es una reforma contra nuestro argentinazo:
es la reforma del contraargentinazo (Aplausos). ¿De qué otra forma puede ser llamada una
reforma que plantea, por ejemplo, que los ahorristas no pueden andar dando vueltas o
merodeando en los bancos o que no se pueden impedir remates, cuando en la corporación
de rematadores hay 800 remates en puerta en este momento? ¿De qué otra manera puede
llamarse una reforma que apunta a la no interrupción de las calles, cuando los compañeros
cortan rutas frente al hambre, a la entrega y a la liquidación de la Ciudad?
Compañeros: gracias a nuestro argentinazo, en estos últimos dos años, el espacio de
esta ciudad, sus calles, sus veredas, y sus plazas fueron más públicas que nunca; las
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asambleas populares ocuparon las plazas; en cada esquina hay una asamblea o una olla para
sostener a los que tienen hambre. ¿Y ahora nos vienen a decir que van a defender el espacio
público? El espacio público lo están defendiendo los asambleístas, los piqueteros, los
ahorristas y todos los que en esta ciudad se han levantado contra este régimen que genera
explotación. (Aplausos).
Ésa es la verdadera entrega y defensa del espacio público. ¿Cómo se atreven a
hablar del espacio público los mafiosos que, desde el Estado de la Ciudad, vienen
entregando todos los espacios verdes públicos al gran capital? ¿Por qué no hablan del
negociado en favor de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires? ¿Por qué no hablan de la
entrega de vastos sectores de los bosques de Palermo? Eso no es defensa del espacio
público. ¡Viva la ocupación del espacio público por el pueblo de esta ciudad! (Aplausos).
Compañeros y compañeras: dicen que van a defender el orden público y que
pretenden erradicar la prostitución. ¡Mentira! ¡Hipocresía pura! Cualquiera sabe, no sólo en
este país sino en el mundo, que sólo se puede terminar con la prostitución creando los
puestos de trabajo que necesitan nuestras compañeras, dándoles una salida laboral y
terminando con el régimen que obliga a la mujer a ser explotada de esta manera. Lo que se
busca con esta reforma al código no es terminar con la prostitución, sino levantar el precio
del cafishaje policial. (Aplausos).
Con este código en la mano, la policía someterá a nuestras compañeras a la más
brutal de las extorsiones; esto es lo que se busca con esta reforma.
Algunos se preguntan por qué no están acá los funcionarios, cuál es el desinterés en
esta audiencia. El mismo diputado Schifrin le preguntó a un funcionario cuál era el
proyecto del Jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, sobre esta reforma. Yo se los voy a decir:
aplicar la reforma de facto.
Sí compañeros, esta reforma que se está discutiendo va a tropezar con mil laberintos
por las divisiones que ellos mismos tienen en el poder. Tal vez tarde semanas o meses pero,
mientras tanto, Ibarra va a aplicar esta reforma de hecho; y ya la está aplicando en la
Ciudad ¿o nos vamos a olvidar de que este gobierno, el gobierno de Ibarra, fue el que
desalojó a sangre y fuego y a palazos el Padelai, golpeando a trabajadores y vecinos? Ahí
tienen al Código Contravencional aplicado todos los días y a toda hora. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Ramal: su tiempo está cumplido.
Sr. Ramal.- La primera medida que ha llevado adelante el gobierno de Ibarra para aplicar
de hecho el código –y que el funcionario que está acá debería anunciarla– es la
incorporación de quinientos agentes a la Policía Federal, que ya están funcionando en la
Ciudad buscando el merodeo y la portación de cara, para llevar adelante todo lo que acá se
denunció.
Ésta es la misma Policía Federal que mató a los chicos de Floresta, la misma policía
que mató a Ezequiel Demonty. Ésta es la policía que, con Ibarra a la cabeza, se apresta
ahora a aplicar esta reforma de facto. (Aplausos).
No nos quedemos dormidos.
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Ramal: su tiempo está cumplido. Por favor, vaya
redondeando.
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Sr. Ramal.- Detrás de una ilusoria postergación, Ibarra gana tiempo para comenzar a
aplicar esta reforma ya mismo.
Compañeros y compañeras: estas medidas y estos códigos hablan del “cambio
malicioso de apariencia” como una de las figuras que se buscaría penar. Yo me pregunto si,
entre las contravenciones a aplicarse en la Ciudad, va a figurar el cambio malicioso de
apariencia de un Jefe de Gobierno que ya estuvo con de la Rúa, con Duhalde y que ahora
está con Kirchner. (Aplausos).
Me pregunto también si va a ser penado y castigado como contravención el
travestismo político de legisladores que están un día con Macri, otro con Bullrich, otro con
Ibarra y, nuevamente, con Macri, con Bullrich. Pero todos los días están con la Federal, con
la represión para golpear al trabajador de esta ciudad. Obviamente, todo esto no va a ser
castigado. Los que van a ser castigados son el trabajador, el desocupado y la mujer
explotada. Ellos van a pretender aplicar esta reforma de hecho.
De esa misma manera, el Partido Obrero convoca a todos los compañeros aquí
presentes a llevar adelante una lucha unida, con la acción directa, con la movilización, para
que los represores, los que están con Ibarra, con Macri y la Federal no pasen sobre este
espacio público de la Ciudad que nosotros, desde diciembre de 2001, hemos reconquistado.
(Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 27, señora Lucila Díaz Ronner.
- La participante no se hace presente.
28.- Alberto Horacio Cirigliano
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 28, señor Alberto Cirigliano.
Sr. Cirigliano.- Buenas tardes.
Mi nombre es Alberto Cirigliano y soy presidente del Movimiento Vecinalista
Capitalino.
Hoy vengo a hablar como un simple vecino que aporta, que paga sus impuestos y
que quiere traer un recuerdo a esta audiencia.
No olvidemos lo que pasó el 9 de marzo de 1998. Ese día se voto un Código de
Convivencia o contravencional. Lógicamente, muchos de los que estamos acá no estábamos
para nada de acuerdo con los edictos policiales; nos parecían una aberración, era ilógico
que la policía fuera juez y parte. Pero, como todo lo que se hace en esta Ciudad, se voto de
apuro un código, habiéndose escuchado el único proyecto que había.
Nosotros vemos en el escenario de este teatro un cartel que dice “reformas” y, en mi
caso, como vecino, pido que no se haga una reforma; pido que se haga un nuevo Código de
Convivencia. Un verdadero código para todos los vecinos, y no esto que tenemos hoy.
- Manifestaciones en la sala.
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Sr. Cirigliano.- Yo quisiera decirles también que no se olviden que la boleta con la que se
votó en el año 1998 es ésta: es la de la Alianza. Ésta es la boleta que se usó. Estos son los
sesenta legisladores, ellos son los que nosotros votamos, y para que no se olviden se los voy
a ir nombrando: Marta Oyhanarte, Aníbal Ibarra, Facundo Suárez Lastra, Clori Yelicic,
Lautaro García Batallán, Eduardo Jozami, Marcela Larrosa, Eugenio Raúl Zaffaroni,
Agustín Zbar, Liliana Chiernajowsky, Antonio Rubén Campos, Raúl Puy, Dora Martina,
Alberto Flamarique, Jorge Casabé, Delia Bisutti, Rubén Gabriele, Luis Groiso, Mabel Diez,
Fernando Finvarb, Felipe Figuerero, María Elena Naddeo, Daniel Alfredo Bravo, Roque
Bellomo, Griselda Susana Smulovich, Cristian Caram, Roberto Clienti, Adriana Zaccardi,
Raúl Fernández, Abel Fatala, Gabriela González Gass, Roberto Arellano, Eduardo Pacheco,
Dora Barrancos, Daniel José Martini, Silverio Fernández Gaido, Lidia Saralegui, Carlos
D’Elia, Alicia Pierini, Liliana del Valle Sánchez, Guillermo Oliveri, Juliana Marino,
Raquel Kismer de Olmos, César Ángel Torres, Carlos Enrique Peirano, Karina Engel,
Patricio Datarmini, Antonio César Cortés, Gustavo Beliz, Enrique Rodríguez, María Lucila
Colombo, José Luis de Imaz, Jorge Srur, Patricia Ruiz Moreno, Lucio Ponsa Gandulfo,
Miguel Doy, Patricia Pierángeli, Abel Fleitas Ortiz de Rozas, Julio Di Giovanni y Jorge
Argüello.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Cirigliano.- Estas sesenta personas que nombré, estos sesenta ciudadanos
representaban a la Alianza, al partido de Cavallo –acá está Beliz–; esto es lo que votó el
ciudadano en las elecciones del 26 de octubre de 1997. Son los mismos que hicieron el
Código de Convivencia el 9 de marzo de 1998, y lo votaron. Por eso, yo les pido a todos
ustedes que tengan memoria y que recuerden que en ese año –1998–, todo esto salía en los
diarios; esto no es un invento mío: los vecinos salían a la calle a pelear porque este código
no es el código que queríamos los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Cirigliano.- Queremos que todos el mundo lo trate. Queremos que todos puedan debatir
y hablar de un nuevo código. Un código donde podamos estar todos: los unos, los otros;
todos. No, nosotros y ustedes. Todos.
Nada más. Gracias por todo.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 29, Fabiana Cristina Tron.
- La participante no se hace presente.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 30, José Braulio Aquino.
- El participante no se hace presente.
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Expositores
María Elena Naddeo
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la expositora número
4, señora María Elena Naddeo, Presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires.
Sra. Naddeo.- Buenas tardes.
Como Presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y junto a un equipo nuestro de abogados, venimos
a debatir y a expresar opinión respecto de algunos de los principios y normas relativas al
ejercicio de los derechos ciudadanos regulados por nuestra legislación.
En el año 1996, la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires resumió
magistralmente el reclamo de la gran mayoría de la población porteña para erradicar las
detenciones policiales arbitrarias y los bochornosos mecanismos de cohecho y coacción
mafiosa posibilitados por la vigencia de los edictos policiales. Posteriormente, estos
preceptos se plasmaron en el conjunto de leyes sancionadas por la Legislatura porteña,
particularmente las leyes 10 –objeto de esta audiencia–, su código de procedimientos y en
lo que respecta a nuestro tema central de intervención –adolescentes y jóvenes–, la Ley 114
de Protección Integral de Infancia y Adolescencia de la Ciudad.
En esas discusiones estuvo presente el recuerdo permanente de jóvenes detenido sin
justa causa, simplemente por ser jóvenes, por supuesta actitud sospechosa, por su aspecto
físico, por su origen social o étnico.
La muerte de Walter Bulacio, luego de su detención, constituyó en los años ’90 la
prueba más dramática de las características negativas del sistema represivo.
El avance legislativo en materia de derechos y garantías convirtió a nuestra ciudad
en el ejemplo más avanzado de la práctica y aplicación de los tratados internacionales de
derechos humanos. Éste es uno de los bienes más preciados que contiene el Estado porteño,
es motivo de orgullo para gran parte de la ciudadanía, particularmente, aquella vinculada
con el ejercicio de derechos y con las políticas sociales de inclusión. Al pensar en cualquier
reforma de esta moderna normativa deberá reflexionarse con mucha seriedad en tener en
cuenta la enorme responsabilidad para resguardar este tesoro jurídico e institucional.
Cualquier figura que se pretenda incorporar para legalizar detenciones sin causa
justificada –llámese “acecho”, “merodeo” o “presencia injustificada”– no solamente violará
la Constitución de la Ciudad –que expresamente los prohíbe en sus artículos 9 y 11–, sino
que fortalecerá nuevamente los circuitos del control represivo, arbitrario y mafioso.
Algunas de las propuestas de reforma incorporan la baja de la edad de imputabilidad
a 14 ó 16 años de edad. Este tema merece nuestra consideración y oposición particular.
Las situaciones de conflicto en materia contravencional en las que participan chicos
y chicas menores de 18 años constituyen un cúmulo de causas de muy escasa significación
numérica. Está previsto en la Ley 10 y en la Ley 12 –Código de Procedimientos- que es
obligación del fuero contravencional poner a los chicos incursos, pero al mismo tiempo
inimputables, a disposición del Consejo de los Derechos de Niños y Adolescentes de la
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Ciudad. El objetivo de este mecanismo es garantizar la inclusión de estos adolescentes en
los programas sociales y educativos del Gobierno de la Ciudad.
Tenemos un circuito jurídico altamente eficiente: una guardia permanente de
abogados conectada con la línea telefónica gratuita 102. Esta guardia jurídica trabaja
relacionadamente con fiscales contravencionales, comisarías, colegios nocturnos, hospitales
y otros efectores e interviene en toda situación que afecta la vida de un niño o adolescente.
Por motivos contravencionales, las derivaciones son escasas: si tomamos las
estadísticas del año 2002, del conjunto de contravenciones sólo el dos por ciento fueron
menores de 18 años de edad, cuarenta y tres adolescentes y niños derivados por los
siguientes motivos: Artículo 71, ejercicio de la prostitución: 21 chicos y chicas; Artículo
39, portación de armas u objeto apto para ejercer violencia: 16; y luego siguen otros
artículos.
Con estos chicos se trabajó con equipos especializados en su revinculación familiar,
con el concepto de familia ampliada continente, en su inclusión social y educativa en
general. El centro de atención transitoria los alberga voluntariamente y desde allí se
generan las acciones de protección integral.
Sr. Coordinador (Davide).- Le quedan treinta segundos de exposición.
Sra. Naddeo.- La experiencia de estos años nos demuestra que no necesitamos mayores
normas punitivas con esta franja poblacional. No estamos hablando de delitos graves,
estamos hablando en el primer grupo –mayoritario– de chicos víctimas de explotación
sexual o comercial y, en el segundo grupo, de chicos que transgreden pautas de
convivencia. Para todos es necesario ampliar los programas sociales de inclusión.
En el tema del Artículo 71, es decir ejercicio de la prostitución en vía pública,
desearíamos que de una vez por todas centremos el accionar en quienes demandan y
organizan el servicio sexual, clientes y proxenetas, hasta ahora muy poco identificados, y
denunciados penalmente.
Sr. Coordinador (Davide).- Ha finalizado su tiempo. (Aplausos)
Sra. Naddeo.- De la población mencionada anteriormente, solamente pudimos constituir
dos denuncias penales sólidas: una llevó a la cárcel a los proxenetas; otra sigue un largo y
tedioso trámite judicial.
Quiero decirles además que con respecto a estas estadísticas, si bien ese porcentaje
es muy pequeño, comparado con las consultas que recibe la guardia de abogados, para el
mismo período del año 2002, contra 43 situaciones contravencionales hubo 247
intervenciones definidas como defensa ante detenciones policiales arbitrarias. Éste es uno
de los motivos de preocupación de nuestro organismo y con el cual estamos trabajando
activamente.
Por todo esto, señor presidente de la audiencia y al público en general, decimos que
el organismo al que represento expresa una clara opinión a fin de que no se modifique la
edad de imputabilidad de la Ley 10 de la Ciudad, como así también que no se incorporen
figuras que resultarían violatorias de la Constitución de la Ciudad. (Aplausos).
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Participantes
Sr. Coordinador (Davide).- Los próximos participantes son: Nº 31, Eleonora Susana
Carrasco; Nº 32, Agustín Vanella Bengolea –quien se retiró y, por lo tanto, como ocurre
con los ausentes, va a ser llamado al final de la audiencia–; Nº 33, Laura Adriana Teicher;
Nº 34, Sergio Isaac Starik; y Nº 35, César Bartolomé Alberto Cicliutti.
31.- Eleonora Susana Carrasco
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
Eleonora Susana Carrasco.
Sra. Carrasco.- Voy a tratar de ser breve porque, afortunadamente, coincido con todas las
voces que he escuchado aquí.
De todos los proyectos presentados, me ha llamado poderosamente la atención el
sistema de sanciones que se propone en muchos de ellos, como si se insistiera en esa
recurrente tendencia a penalizar conductas con el objetivo de producir y obtener una
seguridad absoluta, lo que desde mi perspectiva tendría un componente bastante irracional,
teniendo en cuenta que hay graves problemas sociales de índole diversa. Aumentar las
penas como forma de manejo y reducción de los conflictos sin interpelar al orden social e
institucional del que el hombre emerge y es su escenario, aparecería como otra amenaza
que ahondaría aún más las fracturas entre el sujeto y la realidad. Ocultaría también las
causas que generan y refuerzan esas conductas, que en gran medida son producto de una
estructura marcada por este sistema de distribución tan injusto.
Lo que un ciudadano concreto necesita es paz, educación, salud y trabajo, y no
códigos que se instalen como una amenaza mayor de la que ya de por sí siente.
No se puede tutelar la libertad, privando de libertad. Una norma que pretende
organizarse desde un fundante represivo no puede generar seguridad para nadie, ni aún para
aquel que no infrinja las normas. Las modificaciones que he leído, y que me han producido
una especie de escozor, son poco realistas y marcadamente autoritarias, justamente cuando
en el orden social se incrementan las condiciones objetivas para la carencia. Pensemos
cuántos compañeros nuestros se encuentran excluidos del proceso productivo. No quiero
abundar en datos que todos conocemos. Hoy tenemos a hombres y mujeres de la Ciudad
negados y devaluados en su condición de trabajadores, que luchan por procurarse
condiciones concretas de trabajo y que, en estas reivindicaciones, se afirman y se fortalecen
como sujetos.
El Código, como sistema de control social, necesita más que nunca ser un
dispositivo que regule con un alto grado de racionalidad las conductas, aumentando las
penas e introduciendo tipologías sospechadas, no respetando la dignidad humana y el
ámbito de determinación de cada quien. Esto, en forma contraproducente, puede generar, en
vez de un control social viable y justo, un justificativo racionalizado de la violencia
institucionalizada al servicio de la injusticia. (Aplausos).
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Entonces, veo que el desafío pasa por implementar menos castigo, suplantar las
penas, vigilar incluso la instrumentación política de los tratamientos o instrucciones
especiales en los casos psiquiátricos, teniendo en cuenta el criterio de realidad de que jamás
código alguno va a poder ser justo en el contexto de una estructura social injusta.
Necesitamos recuperar la confianza en el bien más preciado que tiene una nación o
una ciudad: su gente. Esto no se habrá de conseguir implementando un horizonte de
amenaza. Si justicia es darle a cada uno lo que le corresponde, tendríamos que empezar a
reflexionar sobre qué nos ha pasado como sociedad, ya que hemos perdido ese componente
elemental que se llama solidaridad.
¿Qué mecanismos operan que se necesitamos crear normas cada vez más represivas,
que necesitamos ver en el otro un rival? Un maestro mío dice que el principal desafío es
enfrentar a los lobos con piel de cordero. Yo digo que también hay que enfrentar el análisis
de la implicación de las formas tanáticas que nos constituyen, o sea, producir una razón
distinta. El “Código de Convivencia” tiene que reflejar la construcción no de más
democracia, sino de una mejor democracia; tiene que reflejar en su espíritu un deseo
fundante que es la verdad, y no debe ser coartada intelectual de las diversas formas de
encubrimiento. No puede transformarse en una cobertura ideológica interesada en acallar al
pueblo y a sus reclamos (Aplausos).
33.- Laura Adriana Teicher
Sr. Coordinador (Davide).- Tiene la palabra la participante Laura Adriana Teicher.
Sra. Teicher.- Mi nombre es Laura Adriana Teicher y soy vecina de la Asamblea de
Scalabrini Ortiz y Córdoba.
He venido a manifestar mi enérgica oposición a las reformas propuestas al Código
Contravencional. No sólo por ser anticonstitucionales, sino también porque pretenden
legitimar los métodos represivos como herramientas para imponer orden, control social y
seguridad, volviendo a los viejos edictos policiales.
El orden y seguridad que pretenden sólo conducen a la sociedad a sumergirse en el
peor de sus males: el retroceso y estancamiento tanto individual como colectivo. Esos
argumentos son excusas para imponer la continuidad de un modelo cuyos resultados están a
plena vista, aunque algunos, ahora, pretendan encarcelar a sus víctimas.
El verdadero saneamiento se constituye en reforzar las redes de la sociedad.
Entonces, allí donde haya analfabetos, hay que sembrar escuelas; donde haya hambre, hay
que sembrar trabajo; donde haya dolor, hay que fundar hospitales. Éstas son algunas de las
columnas para reconstituir esta sociedad para las generaciones que la poblamos y las que la
poblarán.
Otorgarle a la Policía Federal facultades de privar de la libertad a quien lo considere
es desconocer nuestro pasado y nuestro presente. No olvidemos que esta institución es
permanentemente sospechada de corrupción. Tan sólo al año pasado asesinó a ciento
veintiséis personas por gatillo fácil. Esto es, una persona cada sesenta horas.
Ahora se pretende dejar a cargo de esta misma policía el determinar si se comete un
delito o no, sin siquiera tener una base legal, juzgando actitudes y no acciones,
contraponiéndose a la ley –que juzga acciones y no actitudes–, violando la Constitución de
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la Ciudad, en su Artículo 13, y también la Constitución Nacional, en su Artículo 18. ¿Y
esto, no es un acto de barbarie?
Estos cambios pretenden imponer más mano dura sin promover soluciones. Ni
siquiera harán de paliativos, sino todo lo contrario: evitan el verdadero y real tratamiento
que se merecen los problemas que debemos combatir, que son el hambre, la miseria y la
falta de trabajo. Hoy en día a más del sesenta por ciento de los argentinos les han robado su
futuro.
En síntesis, construyamos inclusión, que de la exclusión y la represión ya estamos
hartos
Gracias y buenas tardes. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante 34,
Sergio Isaac Starik.
- El participante no se hace presente.
35.- Cesar Bartolomé Alberto Cicliutti
Sr. Coordinador (Davide).- Tiene la palabra el participante Cesar Bartolomé Alberto
Cicliutti.
Sr. Cicliutti.- Buenas tardes. Soy Cesar Cicliutti y pertenezco a la Comunidad Homosexual
Argentina.
En primer lugar, quiero decir que no queremos demagogias. Y no queremos las
demagogias de quienes convocaron a una Audiencia Pública, cuando el único público que
puede estar acá somos nosotros. Nosotros estamos presentes porque hemos faltado al
trabajo, pidiendo permiso y haciendo nuestros reclamos. Ellos, que son nuestros empleados
y se les paga para eso, no están cumpliendo con su trabajo. (Aplausos).
De todas maneras, vamos a seguir con las audiencias públicas. Pero vamos a exigir
audiencias públicas con más reconocimiento y más legitimidad que ésta. (Aplausos).
Vamos a seguir realizando actos públicos de denuncia.
Este acto no es nuevo para nosotros, porque en el año 1998 estuvimos presentes
cuando los diputados consideraron el primer Código Contravencional. También estuvimos
en la Estatuyente, persiguiendo a los legisladores y a las legisladoras hasta los baños y hasta
las confiterías para que incluyeran el Artículo 11, que garantiza el derecho a ser diferente,
sin importar la orientación sexual de las personas.
Además, estuvimos presentes cuando Jorge Enríquez –un legislador que está en la
Legislatura gracias al llamado de un obispo de la Ciudad de Buenos Aires– quiso inaugurar
la cárcel de contravenciones, y gracias a nuestra presencia y a nuestras denuncias, esa
cárcel no se inauguró.
Presentamos, entre otros, el proyecto de ley de Unión Civil, que fue aprobado hace
dos años. Y seguimos acá, pidiendo la derogación de la vergüenza del Artículo 71.
(Aplausos).
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Reconozco la presencia de los funcionarios, pero nosotros decimos que no son
suficientes. Queremos que acá esté el Jefe de Gobierno y todos los legisladores que
convocaron a este acto. (Aplausos).
Queremos que se apliquen las leyes nacionales, como el Código Penal y el Código
Civil, que son más que suficientes. Y también queremos que digan la verdad.
No es verdad que la policía necesite nuevas normativas para hacer su trabajo. ¡La
policía tiene el poder para aplicar hasta la pena de muerte en este país! (Aplausos).
Esta modificación del Código Contravencional manifiesta esta verdad. Lo que
quieren hacer es que esas acciones y crímenes sean, a partir de ahora, legales. Y, ante eso,
nosotros nos vamos a oponer (aplausos), en honor a todas las personas fallecidas y
asesinadas, en honor a Vanesa Ledesma (aplausos), una travesti que estuvo detenida
durante cuatro días en una comisaría de Córdoba, que salió en un ataúd y cuyo cuerpo no
tenía ni un centímetro cuadrado sin un moretón o una tajadura que le había hecho la policía
de este país.
Lo vamos a hacer reconociendo también el asesinato de Sandra Cabrera, de Amar
(aplausos), de Rosario. Y vamos a seguir peleando por personas como Nadia Echazú, y
Mónica León, que estuvieron detenidas y fueron golpeadas, perseguidas e insultadas en las
vergonzosas comisarías 25, 23, 18, 50, 21 y 16.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sr. Cicliutti.- Nosotros sabemos qué es lo que pasa en esas comisarías, porque vemos
cómo salen las chicas travestis de esos lugares. Si quieren constatarlo, aquí hay una
compañera travesti que todavía tiene un moretón de la última golpiza que le dio la policía
hace dos días.
Sr. Coordinador (Davide).- Le restan 30 segundos de su tiempo.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Cicliutti.- Ya termino.
De todas maneras, estamos acá para seguir diciendo que no queremos legislación
represiva; no queremos más cárceles y no queremos más de estos artículos.
Creo que los legisladores y legisladoras tendrían que pensar no sólo en qué ciudad
queremos, sino también en qué tipo de sociedad queremos. Nosotros, aunque aprueben
leyes cómo ésta, no las vamos a aceptar. No vamos a obedecer una legislación que vulnere
y viole los principios básicos de la democracia.
Desde ya, decimos a los legisladores y a las legisladoras que, aunque este Código se
vote y apruebe, nosotros vamos a resistirlo, como ya lo hicimos (aplausos), en honor a
Vanesa Ledesma, Sandra Piedrabuena, Nadia Echazú, Mónica León y a las travestis que
todas las noches son golpeadas y coimeadas por la Policía Federal. (Aplausos).
Ya todos lo sabemos: la Policía Federal es la que administra la prostitución y las
drogas en este país.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
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Sr. Coordinador (Davide).- Voy a nombrar a los cinco participantes que siguen, para que
se acerquen al estrado: Nº 36, Emilio Ángel Padrón; Nº 37, Cecilia Beltramo Salaverría; Nº
38, Elba Sandra Escobar; Nº 39, Silvia Lorena Elizalde; y Nº 40, Jorge Daniel Pintarelli.
Corresponde que haga uso de la palabra el participante Emilio Ángel Padrón.
- El participante no se hace presente.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante Cecilia
Beltramo Salaverría.
- La participante no se hace presente.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante Elba
Sandra Escobar.
- La participante no se hace presente.
39.- Silvia Lorena Elizalde
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante Silvia
Lorena Elizalde.
Sra. Elizalde.- Manifiesto, en primer lugar, mi repudio a todo Código y a toda propuesta de
reforma normativa de las conductas sociales que oriente sus acciones hacia el campo
represivo de la sanción arbitraria y la respuesta de “castigo ejemplar” a quienes representen
una supuesta amenaza al orden público y la convivencia pacífica en la ciudad.
Me interesa indicar el modo en que los proyectos de reforma, presentados por
sectores que responden tanto a Macri como a Ibarra, contienen medidas represivas que
recaen de manera prioritaria sobre los sectores socialmente menos favorecidos, en
momentos en que varios de estos grupos –encarnados de manera patente en los
movimientos piqueteros, las travestis, las mujeres en estado de prostitución, los
recuperadores de basura, los y las inmigrantes y los y las jóvenes de sectores populares,
entre muchos otros– salen, habitan o transitan la calle cotidianamente, sin que esto ponga
en riesgo alguno la seguridad colectiva o individual de nadie.
Las figuras de “acecho” y “merodeo”, la conversión de una diversidad de prácticas y
faltas en una única y extensa definición de delito –que, además, en la mayoría de los casos
merece la pena máxima de privación de la libertad– y la carga desproporcionada
establecida para las situaciones de reincidencia son, para nombrar sólo algunos, ejemplos
más que elocuentes del carácter admonitorio y represivo que se pretende aplicar
discrecionalmente sobre ciertos sectores.
Alineada al reclamo que numerosos grupos activistas y de derechos humanos
venimos realizando desde 1997, en relación con los artículos más retrógrados del Código
–me refiero, sobre todo, a los artículos 40, 41, 71 y 73–, rechazo muy especialmente los
intentos de bajar a 14 y 16 años la edad de imputabilidad de los menores, así como de
penalizar a los padres por las contravenciones que cometan o de las que resulten víctimas
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sus hijos y sus hijas, pretendiendo con ello reasegurar una supuesta política preventiva de
las infracciones que, se sospecha tácitamente, los y las jóvenes cometen de forma creciente
y desmedida.
Como ciudadana e investigadora en temas de juventud, no puedo sino advertir la
naturaleza abiertamente violatoria de los acuerdos y tratados internacionales en materia de
derechos de los y las jóvenes que esta medida representa así como las consecuencias que
trae aparejada para las vidas concretas de los y las chicas pobres, que son el blanco más
visible, y más perverso, del control institucional, la sanción moral y la parte más delgada
del hilo del ajuste económico.
En una ciudad donde casi el 20 por ciento de sus 640 mil jóvenes, mujeres y
varones, son pobres, donde un porcentaje similar sufre la exclusión y la desafiliación que
genera el desempleo, y donde muchos y muchas son víctimas diarias de apremios ilegales,
detenciones injustificadas y represión policial, la pretendida disminución de edad de
culpabilidad de los jóvenes, no puede si no merecer junto a la totalidad de iniciativas de
reformas al Código Contravencional basadas en el argumento implícito de la “mano dura”,
el más enérgico repudio de quienes seguimos apostando al ejercicio democrático de la
ciudadanía y a la lucha insistente por un espacio público, real y abierto para todos y todas.
(Aplausos).
- Manifestaciones en la sala.
40.- Jorge Daniel Pintarelli
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 40, Jorge Daniel Pintarelli.
Sr. Pintarelli.- Buenas tardes.
Mi nombre es Carina Alejandra Pintarelli (aplausos) y pertenezco a la Asociación
Abril. Pero, en este caso, voy a hablar como ciudadana, más que como asociación.
Nosotras, las travestis, nos oponemos a la reforma del Código Contravencional de la
Ciudad de Buenos Aires, ya que con el actual código, las travestis somos sometidas a la
represión inconstitucional, Artículo 71.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Pintarelli.- La policía utiliza el Artículo 71 y otros artículos del Código
Contravencional para reprimirnos, perseguirnos y coimearnos, tanto a nivel dinero como
sexual.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sr. Pintarelli.- Es mentira que el actual Código es garantista. Para nosotras, como para
otros sectores, el actual Código es claramente represivo para toda la sociedad.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
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Sr. Pintarelli.- Mientras el Estado no desarrolla ninguna política social que asegure
empleo, vivienda, educación y salud para nosotras, para todos aquellos necesitados,
paralelamente desarrolla políticas represivas que nos condenan al exterminio total.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sr. Pintarelli.- Quiero preguntarles a los legisladores y legisladoras, y al señor Jefe de
Gobierno Aníbal Ibarra... ¿Dónde está? Me parece que está en la peluquería...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Pintarelli.- ...¿qué impulsa estas reformas que endurecen el Código? ¿Ustedes saben
quienes se benefician con estas propuestas? No se benefician los vecinos, no nos
beneficiamos nosotras ni tampoco las mujeres en estado de prostitución; sólo se le da poder
a la policía para que siga reprimiendo de manera inconstitucional a la prostitución callejera,
pero solamente a la callejera (aplausos), compañeros, cuando todos sabemos que en más de
una institución hay prostitución adentro. (Aplausos).
Desde el año 1949, la Argentina firmó un pacto internacional por el cual se declaró
como abolicionista en el tema de la prostitución. Esto quiere decir que el Estado debe
desarrollar políticas de inclusión social de las personas que ejercen la prostitución. ¿Lo
hace? No lo hace.
Por esto, no se puede avanzar en la represión, ya que se practica con el Artículo 71 y
se quiere reforzar con más represión, porque la judicialización de la prostitución es
inconstitucional, porque el actual Código y las reformas pretenden la represión y el
exterminio de las travestis en estado de prostitución.
Nos oponemos a toda clase de reforma, que pueda exterminar a la sociedad de clase
media baja.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sr. Coordinador (Davide).- Tiene la palabra en su carácter de expositora, la doctora Alicia
Pierini, Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
- La expositora no se hace presente.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Coordinador (Davide).- Tiene la palabra en carácter de expositor, el doctor Víctor
Hortel, Defensor General del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires.
- El expositor no se hace presente.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Coordinador (Davide).- Los próximos cinco participantes son: N° 41, Jacobo
Pelerman; N° 42, Pedro Aníbal Paradiso; N° 43, Cristian Caram; N° 44, Juan Antonio
Auge; y N° 45, María del Carmen Pinilla.
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41.- Jacobo Pelerman
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 41, Jacobo Pelerman.
Sr. Pelerman.- Buenas tardes.
Me llamo Chiche Pelerman y pertenezco al Partido Comunista Revolucionario.
(Aplausos).
Como acto de reafirmación democrática, en vísperas del 24 de marzo, recordamos
en algunos nombres a todos los detenidos desaparecidos y asesinados.
Rendimos homenaje con el compromiso de no olvidarlos jamás a Azucena Villaflor
–fundadora de Madres de Plaza de Mayo– (aplausos); Roberto Santucho; Alicia Eguren de
Cooke (aplausos); Rodolfo Walsh (aplausos); Rodolfo Cristina; Teresa Israel; Monseñor
Angelelli; al diputado radical Mario Abel Amaya; a nuestros camaradas Daniel Winer y
Enrique Rusconi, mártires caídos en la lucha antigolpista, y a César Gody Álvarez, Reneé
Salamanca, Ángel Manfredi y Manuel Guerra, detenidos-desaparecidos.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Pelerman.- Como bien se dijo, cambiando la necesaria agenda social, hoy tratamos el
endurecimiento represivo del Código de Convivencia. El tema fue instalado como si fuera
una necesidad perentoria de la sociedad porteña y es parte de la competencia electoral.
Nos recuerda cuando, en 1999, en aguda síntesis, el entonces diputado Abel Fatala
sostuvo que: “Aunque suene pacato, es lo que la sociedad nos está demandando –la
represión de la prostitución–. Tampoco podemos permitir –agregaba–, que Menem haga
campaña electoral con este tema”. Asistimos de vuelta a una situación similar.
Conocimos proyectos de máxima, como el del diputado itinerante Jorge Enríquez,
ayer delarruista y hoy macrista, pero siempre fiel defensor de la represión policial, como su
jefe, Mathov, detenido por los asesinatos del 19 y 20 de diciembre.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Pelerman.- Algunas propuestas, como el merodeo o permanencia injustificada –es
decir, portación de cara– o el castigo a los padres de hijos que cometan o sean víctimas de
una contravención, nos recuerda a la dictadura y a ese personaje nefasto, Bernardo
Neustadt, cuando interrogaba a Doña Rosa diciéndole “¿sabe usted dónde está su hijo?”.
El bloque macrista, por consenso, presentó un proyecto más digerible que el de
Enríquez. El diputado Julio De Giovanni, perteneciente al bloque de Giorno, brazo derecho
del ibarrismo, presentó el suyo. También lo hizo el ibarrismo puro. Y hay otros.
Con diferencias, algunas de matices, se castiga la protesta social de ocupados y
desocupados; ahorristas; vendedores ambulantes; cartoneros y a quienes ejercen la
prostitución, transformando a la policía en el gran proxeneta.
Se otorgan más facultades a la Policía; la misma que mató a Walter Bulacio; a los
jóvenes de Floresta; la que fusila a jóvenes en los pasillos de las villas; la que el 19 y 20,
por orden de De la Rúa, asesinó a siete manifestantes, y la que, por orden del Jefe de
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Gobierno, reprimió violentamente en los desalojos de Mariano Acosta y Castañares, el
Padelai y Bruckman.
En los nombres de Kostecki, Santillán, Christian Ibañez, Marcelo Cuello, Víctor
Choque y Sandra Cabrera, rendimos homenaje a todos los caídos en las calles en la lucha.
Razonemos en común: sin las marchas por María Soledad, sin las marchas de
Santiago del Estero, Floresta, Avellaneda, Libertador, ¿acaso hubiéramos avanzado algo en
la lucha contra la impunidad? Me estoy refiriendo a las luchas democráticas, pero lo mismo
ocurre en la lucha callejera de jubilados, ocupados, desocupados y estatales. Se pide más
orden –entre comillas– para ahogar la protesta social.
Los proyectos marcan un paso atrás en cuanto al desarrollo de los derechos
humanos, legitiman y agravan, por medio de una ley, los viejos edictos policiales que son
una de las instituciones más aberrantes que ha vivido la ciudad.
Nuestro partido apoya y participa de la lucha de la juventud de la Corriente Clasista
y Combativa por polideportivos, murgas, becas, casas culturales, capacitación laboral y
demás actividades que permitan encausarlos en el trabajo, el estudio y el deporte,
alejándolos de la droga, el delito y la calle. Es una lucha por la juventud y por la seguridad,
y no existe al respecto, por parte del Gobierno de la Ciudad, el mismo interés que
manifiesta para aprobar estos códigos de convivencia. Encuadramos esta lucha democrática
en nuestra lucha política general por un gobierno de unidad patriótica y popular.
Nuestra ciudad tiene grandes reservas democráticas, entendiendo el término
democrático en toda su profundidad. Conoció el levantamiento del Parque –con Alem e
Irigoyen, no con Alfonsín y de la Rúa–, el 17 de octubre –con Perón y Evita, no con
Menem–, las Madres de Plaza de Mayo, que iniciaron una lucha contra la impunidad que
se mantiene por décadas y hoy va camino a triunfar. El 19 y 20 de diciembre, esta ciudad
fue el epicentro de un levantamiento nacional que no sólo combatió por necesidades
económicas, sino también contra el Estado de sitio, volteando al gobierno hambreador,
entreguista y asesino de De la Rúa.
Algunos dirigentes, ante el clamor popular, no tuvieron más respuesta que la fuga en
helicópteros y ambulancias, y hoy no tienen otra respuesta que imponer más represión
mediante este código.
Apostamos y trabajaremos para abortar, con la movilización unitaria, estos intentos
antidemocráticos como parte de la lucha por pan, trabajo, salud, educación y deporte.
Muchas gracias. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 42, señor Pedro Aníbal Paradiso.
- El participante no se hace presente.
43.- Cristian Caram
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 43, señor Cristian Caram.
- Manifestaciones en la sala.
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Sr. Caram.- Buenas tardes.
A la hora de evaluar posibles modificaciones al Código Contravencional, hay que
señalar que el actual código ha tenido virtudes e imperfecciones. Entre las virtudes puede
señalarse que ha reemplazado a los viejos edictos policiales con una norma legal surgida de
las instituciones democráticas.
El espíritu del código es buscar la composición de los conflictos urbanos a partir de
medidas de aprendizaje ciudadano no represivo; esto se ve en la incorporación como penas
habilitadas de los trabajos sociales y de utilidad pública.
Tanto la Ley 10 como la 12 contienen diversas normas que preservan el derecho a la
defensa del infractor y a las garantías del debido proceso. Sin embargo, en su aplicación
práctica, el código muestra hoy algunos defectos de envergadura que tienen dos orígenes.
En primer lugar, estuvo pensado para otra sociedad. Y, en segundo lugar, hubo
determinadas medidas que en su aplicación no tuvieron los resultados esperados.
El código de convivencia fue sancionado por la Legislatura de la Ciudad en marzo
de 1998, en un contexto social profundamente distinto al que vivimos actualmente. En ese
entonces, la crisis económica y social no había alcanzado la profundidad a la que llegó más
tarde y, en consecuencia, los conflictos de convivencia a los que apunta resolver el código
no tenían las características que hoy tienen.
Para entender la dimensión del impacto de la crisis en los fenómenos que el código
intenta regular hay que entender en primer lugar qué es el Código de Convivencia.
En primer término, el código no contiene normas penales, por lo cual no puede
intentar regular ni prevenir la comisión de delitos. Las conductas que están contempladas
como delitos en el Código Penal quedan totalmente excluidas de sus previsiones.
Para evaluar si el código sirve o no hay que pensar, en primer lugar, para qué esta
pensado; no es una norma penal. Si le pedimos al Código que resuelva situaciones de
conflictos que pertenecen al Código Penal –como robos, hurtos, amenazas o lesiones–,
necesariamente concluiremos en que el Código no sirve pero, en realidad, nunca podrá
resolver ese tipo de situaciones porque no está previsto para eso. El Código de Convivencia
es una norma que regula –como su nombre lo indica– la convivencia urbana y califica
como contravenciones a las conductas que afectan esa convivencia sin constituir un delito.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Éste es un mecanismo de participación y pido que todos nos
respetemos.
Sr. Caram.- Quizás, algunos de los que están aquí presentes no sepan lo mucho que hemos
trabajado para sancionar el código en marzo del año 98 y lo mucho que hemos tenido que
hacer durante estos años para poder defenderlo.
Creo que nunca deberían nombrarse como instrumentos del Código de Convivencia
cualquiera de esas propuestas que hoy aparecen con cortes más o menos represivos. Me
refiero al “acecho”, “merodeo” o cualquier otro término, como “presencia injustificada”.
- Manifestaciones en la sala.
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Sr. Presidente (López).- Por favor, hagan silencio y respeten al orador.
Sr. Caram.- De ningún modo corresponde que esos términos y estas figuras sean
incorporadas en el Código de Contravención; son absolutamente inconstitucionales en
términos de la Constitución Nacional y de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.
Por supuesto que generaría ni más mi menos que el delito de portación de cara, y por eso es
que nos oponemos decididamente a su incorporación.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor.
Sr. Caram.- Por último, quiero hacer referencia a un aspecto muy vinculado a las
modificaciones propuestas y que tiene que ver con el Artículo 71.
Cuando el Código Contravencional no hacía ninguna referencia a la oferta y
demanda de sexo es en la vía pública, se generaron situaciones que obligaron a su
modificación. Algunos no estuvimos de acuerdo, desde ningún punto de vista, en la
prohibición lisa y llana de la oferta y demanda de sexo en la vía pública y dijimos que no
iba a resultar eficaz a la hora del funcionamiento. En su momento, planteamos que había
que parecerse a las mejores ciudades del mundo donde este tema se resuelve con la
instalación de las denominadas zonas rojas.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, hagan silencio.
Sr. Caram.- Mi opinión es que, para que sea posible custodiar los derechos de los vecinos
que tienen la necesidad de poder vivir tranquilos y también de quienes no tienen más
remedio que trabajar ejerciendo la prostitución en la Ciudad de Buenos Aires, deberían
crearse algunos lugares donde esté permitida y habilitada la oferta y demanda de sexo en la
vía pública.
Nada más. Muchas gracias.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor…
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, la audiencia pública…
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- No, no me callo nada.
La Audiencia Pública no es propiedad del Gobierno ni de ninguno de los sectores
que han venido a participar.
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Creo que es importante que cada uno tenga su espacio y que pueda decir lo que
tenga que decir; de lo contrario, esto no tiene sentido.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 44, señor Juan Antonio Auge.
- El participante no se hace presente.
45.- María del Carmen Pinilla
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 45, señora María del Carmen Pinilla.
Sra. Pinilla.- Buenas tardes.
Mi nombre es María del Carmen Pinilla. Soy vecina del Barrio de Villa Crespo y
participo en una asamblea barrial. (Aplausos).
Lo que quiero decirles es que me opongo enfáticamente a las propuestas de reforma
del Código Contravencional por considerarlas anticonstitucionales y que en su conjunto
tienden a la restricción de los derechos de los ciudadanos.
Todos estos proyectos de reformas apuntan a profundizar las potestades de represión
por parte de la Policía Federal al proponer prohibir la protesta, bajar la edad de
imputabilidad, endurecer y extender las penas, volver a las figuras como el merodeo, el
acecho, o permanencia injustificada.
Yo, como madre y vecina de esta ciudad, considero un absurdo el bajar a 14 años la
edad de imputabilidad. (Aplausos). Si, en muchos aspectos, se considera a los chicos de 14
años menores para decidir en la vida civil como votar, comprar y vender bienes, viajar al
exterior sin autorización de mayores, etcétera, mal podemos hacerlos cargo de hechos que
cometan cuyo origen principal es ser portadores de su juventud. ¿Por qué entonces
castigarlos como adultos? ¿Cuál es el verdadero origen de este atropello?
Con estas medidas lo que se consigue es enseñarles a tener miedo con la
consecuencia atroz de quitarles la libertad de expresión, desarrollo e independencia, y esto
ya es archiconocido por nuestra historia más reciente. El miedo no es educación, sino todo
lo contrario.
Los jóvenes necesitan contención, no expulsión de la sociedad; necesitan más
colegios, mejor educación, profesionales capacitados y mejor pagos. Las heridas de la
sociedad se sanean atacando los orígenes, no las consecuencias. Dediquemos nuestro
tiempo y energías en propuestas que combatan los problemas primarios.
Por esto, mi propuesta es la de conformar un movimiento con todas las
organizaciones para que participen en la elaboración conjunta de un proyecto que
contemple las necesidades de los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires.
Muchas gracias. (Aplausos).
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Sr. Coordinador (Davide).- Vamos a convocar a los próximos cinco participantes de la
lista: N° 46, Marta Hilda Cacciamani; N° 47, Elio Antonio Brailovsky; N° 48, Marta
Susana Iglesia; N° 49, Fernando Caeiro y N° 50, Benigno Emilio Raposo Varela.
Corresponde que haga uso de la palabra la participante número 46, señora María
Hilda Cacciamani.
- La participante no se hace presente.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 47, señor Elio Antonio Brailovsky.
- El participante no se hace presente.
48.- Marta Susana Iglesia
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 48, señora Marta Susana Iglesia.
Sra. Iglesia.- Quisiera comenzar expresando que el concepto que tengo de convivencia es
totalmente distinto al que tienen los legisladores que están presentando proyectos de
reformas al actual código. Como convivencia entiendo una sociedad para compartir, no
para reprimir. (Aplausos).
Se habla de prevenir la posible comisión de delitos, de establecer determinadas
conductas de los ciudadanos, como si se tratara de futuros delincuentes. Se expresa,
incluso, que la contravención es un delito menor; o sea, se transforma la contravención en
delito. Se está condenando así a los ciudadanos, lo cual, además, de manifestar absoluta
intolerancia, es inconstitucional, ya que la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires
–como dijeron algunas personas aquí– dice en su Artículo 13: “Se erradica de la legislación
de la ciudad y no puede establecerse en el futuro ninguna norma que implique, expresa o
tácitamente, peligrosidad sin delito”.
Además, se pretende impedir que las personas puedan reunirse libremente ya que,
según alguno de estos proyectos, habría que pedir autorización para ello. Esto significa que
quedaría establecido el “Estado de Sitio”.
El tema no es modificar o no el Código de Convivencia, sino con qué criterio se
hace esto. Los debates con este fin se realizan en espacios muy reducidos. Esta audiencia,
por ejemplo, no es vinculante. Venimos a decir lo que pensamos conociendo las
necesidades de nuestros barrios y, luego, los legisladores ejercen la decisión final,
transformándose en representantes que defienden los intereses de los que mandan y no de
los mandados. (Aplausos).
Tengamos en cuenta que en los barrios hay propuestas. Tengamos en cuenta que las
asambleas populares pueden hacer sus propuestas, que los ciudadanos deben ser los que
regulen la convivencia y que no en todos los barrios se convive igual. Sería razonable,
entonces, que cada barrio tenga sus propias reglas de convivencia, que dispongamos de
códigos para integrarlas, que los legisladores comprendan que se puede vivir sin excluir y
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que los problemas de democracia no se resuelven con represión, sino que se resuelven
influenciando en forma inteligente sobre las personas sin el uso de la fuerza.
Hoy los ciudadanos comunes no tenemos control ni injerencia en las
contravenciones. Hoy no hay un tribunal de vecinos o asambleas populares que puedan
elegir a los comisarios del barrio. Hoy no tenemos jurados con participación ciudadana que
juzguen los delitos. Hoy, las cárceles están llenas de pobres y, de aprobarse algunos de
estos proyectos represivos, estarán aún peor. Hoy no se sanciona la ostentación vergonzosa
de quienes muestran grandes riquezas mal habidas. Hoy ninguno de ellos habita una celda:
viven en lujosos barrios privados o viajan por el mundo con el dinero que nos roban.
(Aplausos).
Hoy, para la mayor parte de los legisladores no existe la solidaridad. Mucho menos
se penaliza la falta de solidaridad.
A dos días de un nuevo aniversario del comienzo de la peor dictadura que vivió el
país, sería un buen momento para que nuestros legisladores reflexionen y reivindiquen –si
es que pueden– los sueños de nuestros 30 mil desaparecidos asegurando la igualdad de
oportunidades para el acceso al sistema educativo de todos nuestros niños y jóvenes,
incorporando a la sociedad a los más desfavorecidos, reconociendo el derecho a la vivienda
digna, al trabajo y a la salud. (Aplausos).
Gracias.
49.- Fernando Caeiro
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 49, señor Fernando Caeiro.
Sr. Caeiro.- El Gabinete de Alternativas de Unión por Todos de la Ciudad de Buenos
Aires, ante la convocatoria a audiencia pública…
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Caeiro.- …convocada por el Poder Ejecutivo local, a fin de recabar las opiniones de
los vecinos sobre la posible reforma del Código Contravencional –Ley Nº 10–, quiere
expresar el más enérgico rechazo a la manipulación de los mecanismos de participación por
parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, entendiendo que: 1) La falta de
propuestas por parte del Poder Ejecutivo hace ambiguo el eje del debate y no lo orienta a un
objetivo determinado que pueda ayudar a la búsqueda de consensos que permitan mejorar
el actual texto de la Ley Nº 10. 2) Por el contrario, el debate está propuesto sobre la base de
los proyectos presentados en la Legislatura por legisladores y vecinos, que abarcan diversos
aspectos del Código Contravencional con una disparidad de criterios que hace improbable
que se avance en propuestas con algún nivel de consenso. 3) El doctor Aníbal Ibarra…
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Caeiro.- …fue, como legislador, uno de los autores del actual Código Contravencional.
Como jefe de Gobierno desde agosto de 2000, no tuvo ni propuestas ni voluntad política
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para hacer modificaciones. Su bloque legislativo bloqueó toda posibilidad de reforma hasta
el momento.
Es por ello que tenemos la presunción de que el Gobierno convoca a esta Audiencia
sin orientación, sin convicción y con una necesidad política de dar respuesta aparente a los
vecinos que reclamamos un cambio en serio. En definitiva, este esquema propuesto no va a
dar ningún resultado positivo y, amparándose en la falta de consenso, el Gobierno no va a
hacer absolutamente nada.
Nosotros hemos presentado un proyecto en la Legislatura. Creemos que este es el
ámbito de debate en donde se deben buscar los consensos, junto con todos los sectores de la
comunidad involucrados. Proponemos un debate adecuado donde el Gobierno, con una
evaluación seria de lo que ha sucedido hasta ahora con el actual Código, con el acceso a los
datos reales necesarios para evaluar la relación entre las contravenciones y la eficiencia en
la sanción y los vacíos normativos, proponga su proyecto de modificación para avanzar, en
consecuencia, a un debate fundado cuyo objetivo sea mejorar la calidad de vida de los
habitantes, y no una batalla política…
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- La presidencia pide silencio.
Sr. Caeiro.- …donde cada uno se queda como una estaca, clavado en sus propias ideas,
defendiendo sus propios intereses, mientras que el ciudadano sigue esperando.
Señor presidente: le pido que le diga a Ibarra que haga algo por la Ciudad de Buenos
Aires. Ya es hora, porque lleva cuatro años gobernando y la situación sigue empeorando.
Le pido al Gobernador de la Ciudad de Buenos Aires que se ocupe de los temas, busque los
consensos necesarios para legislar y termine de “hacer la plancha”.
50.- Benigno Emilio Raposo Varela
Sr. Coordinador (Davide).- Tiene la palabra el participante Nº 50, Benigno Emilio Raposo
Varela.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Raposo Varela.- Mi nombre es Benigno Emilio Raposo Varela y soy presidente de la
asamblea vecinal de Constitución.
En 1998 los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires celebramos la derogación de los
edictos policiales por ser inconstitucionales en un Estado democrático. Aspirábamos a
contar con un Código Contravencional y de Faltas como lo establece la Constitución de la
Ciudad. Sin embargo, se legisló un código llamado de “convivencia”, sin reconocer ni
asumir la realidad que vivían los vecinos de los barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Es
decir, falló la interpretación del diagnóstico y, por consiguiente, la solución.
Hoy nos encontramos en esta audiencia y nos preguntamos, ¿por qué la audiencia?
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La audiencia pública es una herramienta importante de participación ciudadana en
un sistema democrático. Lamentablemente, es no vinculante. Aún la reglamentación de las
audiencias públicas barriales sigue sin reglamentarse.
El actual jefe de Gobierno, el doctor Aníbal Ibarra, fue uno de los mentores del mal
llamado “código de convivencia”, primero como legislador y, en los últimos cuatro años,
como jefe de Gobierno; en ambos casos con la apoyatura de bloques legislativos
mayoritarios. Después de seis largos años eligió la utilización de esta herramienta, la
audiencia, para eludir la decisión política de impulsar los cambios en la legislación
contravencional y sus procedimientos correspondientes. Éste es el reclamo de los vecinos
de la Ciudad de Buenos Aires.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- La Presidencia solicita que se le permita hablar a la persona que
está exponiendo. Es muy importante que tengamos tolerancia. Puede haber opiniones de
sectores diferentes que expresen diferentes intereses. Si ni siquiera somos capaces de dejar
asentadas nuestras opiniones, estamos equivocando el camino.
Un asistente.- ¿Dónde está Ibarra?
Sr. Presidente (López).- Usted está en una audiencia que fue convocada a través de los
diarios, cuya principal autoridad es la Secretaría. Más allá del derecho de cada uno a
reclamar lo que le parezca justo, esta audiencia fue convocada de esa manera, por lo que
estamos cumpliendo.
Hasta ahora no hemos hablado. Nosotros estamos aquí para que ustedes, desde cada
sector, expresen su interés y puedan hacer valer su opinión, dejándola registrada. Esto es
simplemente un mecanismo de participación, que –bueno o malo– es de los pocos que
tenemos para los ciudadanos, cualquiera sea el sector al que representen.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Pido silencio, por favor.
Continúa en uso de la palabra el señor Benigno Raposo Varela.
Sr. Raposo Varela.- Voy a repetir el párrafo, para completar la idea.
El actual Jefe de Gobierno reelecto, doctor Aníbal Ibarra, uno de los mentores del
mal llamado Código de Convivencia, primero como legislador, y en los últimos cuatro años
como Jefe de Gobierno –en ambos casos con apoyatura de bloques mayoritarios
legislativos–, eligió después de seis largos años esta herramienta, la audiencia, para eludir
la falta de decisión política de impulsar los cambios en la legislación contravencional y sus
procedimientos correspondientes, que es el cambio que los vecinos pedimos para la Ciudad
de Buenos Aires.
Nuevamente, la temática y la herramienta elegida son manipuladas generando
disensos, cuando el Gobierno debe y tiene que buscar los consensos necesarios para la toma
de decisiones en beneficio del bien común. Esto quiere decir que, como en las dos
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modificaciones anteriores al código original, la metodología “gatopardista” es cambiar algo
para que nada cambie.
Ninguna duda cabe de que el mero hecho de la subsistencia de la problemática, a
pesar del paso del tiempo, no habla a favor de las gestiones gubernamentales y legislativas
hasta el presente, que no se preocuparon por elaborar soluciones razonables para ayudar a
una convivencia con apego a la ley y una verdadera conciencia de seguridad socio-urbana.
Ya lo decía Quevedo: “Una sociedad sin ley es una sociedad sin razón”.
Los vecinos nos preguntamos ¿por qué ahora sí y antes no? Primero, es necesario
reconocer que el Código y su procedimiento actual han fracasado. Las estadísticas y los
hechos que ocurren a diario en los barrios son prueba suficiente, porque el Código tiene
omisiones y su articulado es una entelequia que no llama a las cosas por su nombre. Los
mismos autores no han podido llevarlo a la práctica, como fue el caso del ex Secretario de
Justicia y Seguridad, doctor Facundo Suárez Lastra. Asimismo, su procedimiento
contravencional es burocrático, como si fuera una causa procesal penal, cuando estamos
sancionando contravenciones.
En la sesión legislativa del 18 de febrero del corriente año, la legisladora Laura
Moresi...
Varios asistentes.- ¡Otra ausente!
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, no interrumpan al orador.
Un asistente.- ¡No se entiende de qué está hablando!
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Raposo Varela: le restan 30 segundos de su tiempo.
Sr. Raposo Varela.- En la sesión legislativa del 18 de febrero del corriente año, la
legisladora Laura Moresi expresó que el posible cambio en la legislación contravencional
no tiene relación con la seguridad.
Los vecinos le decimos a la legisladora que el Código Contravencional es una
herramienta...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Raposo Varela.- Los vecinos le decimos a la legisladora que el Código
Contravencional es una herramienta de prevención para la seguridad urbana, que sanciona
conductas que, por su reiteración y la falta de sanción, pueden conducir a situaciones
predelictuales.
La seguridad pública de la Ciudad de Buenos Aires debe comenzar con la
prevención de situaciones predelictuales.
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- Manifestaciones en la sala.
Sr. Raposo Varela.- La emergencia de seguridad de la Ciudad requiere establecer y
consensuar normas...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores. Así no se puede seguir.
Hay un expositor que está expresando algo que a algunos no les gusta, y no puede
hablar. Es un ciudadano más, esté o no de acuerdo conmigo o con quienes están acá, y está
tratando de terminar una idea.
Estamos haciendo lo imposible, porque queremos que esto sea un acto de
participación, y no una audiencia dirigida por un presidente a los gritos.
Esto es muy importante. Aquí hay sectores que teóricamente tienen enromes quejas
sobre la falta de tolerancia, y me parece ilógico que no puedan escuchar a un ciudadano
que, sea como sea, tiene derecho a manifestar lo que piensa. No integra el Gobierno, no
expresa mi opinión ni la de ustedes, pero expresa la propia, y tiene derecho a hacerlo.
Un asistente.- ¡Es que no nos interesa su opinión!
Sr. Presidente (López).- No importa si a usted no le interesa. Usted no es el dueño de la
audiencia. La audiencia es de todos.
Señor Raposo Varela: le pido que sea breve.
Sr. Raposo Varela.- La emergencia de seguridad de la Ciudad requiere establecer y
consensuar normas, instrumentos, programas y planes que deben trascender al Gobierno
para convertirse en una política de Estado, con el apoyo de una fuerte voluntad política y
una decisión clara en el sentido de replantear las normas que siguen mostrando
marcadamente la ineficiencia.
Decía el doctor Juan Bautista Alberdi...
Varios asistentes.- ¡Ya murió! ¡Estamos en el 2004!
Sr. Raposo Varela.- El doctor Juan Bautista Alberdi, redactor de las bases de la
Constitución, decía: “La civilización política de un país está representada por la seguridad
de que disfrutan sus habitantes, y la barbarie consiste en la inseguridad”.
Anteriormente, con los edictos, muchos legisladores pregonaban que había una
“caja chica”. Ahora, con un Código incompleto, burocrático y a medias tintas, los vecinos
en los barrios percibimos que continúa, con el agravante de una cadena de complicidades,
cuyo único fin sería la presumible recaudación de cajas negras y la repartija entre varios
componentes de organismos oficiales.
Sr. Coodinador (Davide).- Señor: su tiempo se ha cumplido.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
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Sr. Presidente (López).- Por favor, permitan que el participante concluya su exposición.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Pido silencio, por favor.
De nada sirve una audiencia pública si no se pueden expresar las posiciones.
Sr. Raposo Varela.- Hoy el Poder Ejecutivo carece de decisión política y, por
consiguiente, de una política de seguridad. La Legislatura, con una postura adolescente,
ignora el reclamo de los ciudadanos y parece una asamblea de sordos.
La Justicia de la Ciudad, que nació en comisión, con cargos repartidos para los
amigos y partidarios, sin mucha actitud de impartir justicia, y la Policía sospechada y
cuestionada, que aduce no contar con una legislación adecuada, cierra el círculo donde todo
ello instala una apatía en la sociedad y, como la solución no llega, enciende el
enfrentamiento social, donde las antinomias ideológicas profundizan el disenso.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Raposo Varela.- Para terminar, señor presidente, los vecinos les pedimos a quienes
deben velar por nuestra calidad de vida en la Ciudad de Buenos Aires...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, permitan que el orador pueda concluir.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Reitero: permitan que el orador pueda concluir.
Sr. Raposo Varela.- Para terminar, señor presidente, los vecinos les decimos a quienes
deben velar por nuestra calidad de vida en la Ciudad de Buenos Aires que es necesario
destrabar el prejuicio ideológico entre la Izquierda y la Derecha, como decía Ortega y
Gasset en su obra “La rebelión de las masas”, en la parte tercera del prólogo para los
franceses, en 1937, “Ser de la izquierda es como ser de la derecha, una de las infinitas
maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil...
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Raposo Varela: su tiempo ha finalizado.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Raposo Varela.- ...: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejia moral. Además, la
persistencia de estos calificativos contribuye a falsificar aún más la realidad del presente,
como lo demuestra el hecho de que hoy las derechas prometen revoluciones y las izquierdas
prometen tiranías”.
- Manifestaciones en la sala.
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Sr. Presidente (López).- Señor Raposo Varela: su tiempo ha concluido.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Raposo Varela.- ¡No me permiten hablar, señor!
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Sí pudo hablar, señor. Por favor, ya ha concluido su tiempo. A
nadie se le permitió hablar tanto. Usted tiene que comprender que éste es un mecanismo
que está previsto en la ley.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Raposo Varela.- Señor presidente: los vecinos queremos un código con figuras claras
que se llamen por su nombre, con sanciones efectivas, procedimientos prácticos donde la
reincidencia sea real y que el juez tenga la obligación de considerarla para su fallo.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Raposo Varela.- Quiero dejarles la siguiente reflexión de Abraham Lincoln: “Se puede
mentir parte del tiempo a toda la gente, se puede mentir todo el tiempo a parte de la gente,
pero no se puede mentir todo el tiempo a toda la gente”.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Raposo Varela.- ¡Son muy intolerantes, señores!
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor.
Una audiencia no debe ser un espectáculo de barras: es fundamental que uno pueda
expresarse.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor.
Sr. Coordinador (Davide).- Los cinco participantes siguientes son: N° 51, Octavio
Nibaldo Sáez; N° 52, Valentín Huerta; N° 53, Claudia Ferrero; N° 54, Roberto Luis
Goldsman, y N° 55, María Angélica Van-Eek.
51.- Octavio Nibaldo Sáez
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 51, Octavio Nibaldo Sáez.
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Sr. Sáez.- Yo no vengo en representación de nadie; soy un simple ciudadano que quiere dar
su opinión sobre el problema de los travestidos y, principalmente, voy a hablar sobre la
homosexualidad.
En estos momentos, este código está sujeto a enmiendas jurídicas, por cuanto su
naturaleza real no conforma plenamente a una parte de la sociedad porteña.
Se tilda de inoportuno e ineficaz, dando lugar a que este Código de Convivencia
esté en vísperas de ser modificado, de modo que su letra central tendría que adecuarse a los
cambios que se pretenden implementar.
Da la sensación de que dichas enmiendas obedecerían más a una intención política
que a un afán sincero de servicio a la comunidad, ya que se pretende cambiar el espíritu de
dicho código que tuvo la virtud –a mi parecer– de reemplazar al denigrante Código
Contravencional pergeñado por el Ministerio del Interior, si no recuerdo mal, en el año
1948.
Ese código al que me refiero estuvo manejado arbitrariamente y de modo artero por
el Jefe de Policía, erigido en juez de la conducta de todos aquellos a los que jamás se les dio
la oportunidad de defenderse: me refiero a los homosexuales.
Temo para mí, que de nuevo surja el fantasma sepultado por el paso del tiempo
democrático. Es clara la intención de volver al pasado, por medio de enmiendas mentirosas
y de doble sentido, en desmedro de la libertad de personas señaladas. Me refiero al
travestido prostituto, leit motiv de estos cambios. Se le atribuye a esta figura su escandalosa
prostitución callejera y ciertas actitudes que van a contrapelo con la moral y las buenas
costumbres, además de que se le acusa de desfigurar la imagen masculina por medio de la
vestimenta, que incide como un factor de confusión en su sexo y estado.
Yo creo que la identificación del sexo no pasa por la indumentaria. La naturaleza de
por sí ha establecido indicadores anatómicos, imposibles de que generen la duda. No voy a
señalar cuáles son estos detalles reveladores: ya todos sabemos que la conformación física
del cuerpo humano, por más que sea sometido a mutaciones, delata el sexo. El argumento
esgrimido al respecto carece de sustento lógico, rayando lo pueril.
La solución para con el travestido prostituto no pasa por la aplicación de medidas
coercitivas que den como resultado distintas penalidades. El problema de la prostitución
travestida no es un tema para ser tratado por improvisados oscurantistas. La prostitución, a
través de los tiempos, nunca fue una tendencia practicada por un solo sexo. Es un problema
muy espinoso y delicado, que debe ser tratado por legalistas idóneos, capaces de legislar
con sentido justo y equitativo, que procuren llegar al meollo que origina esta distorsión
social y la confusión de roles.
Este tema merece ser discutido por personas dotadas de un alto sentido humanístico,
en el que se tome en cuenta la justicia con respeto. Con “justicia” quiero decir el derecho a
transitar libremente, opinar, protestar, elegir, y vestir según su deseo, sin que ninguna
norma jurídica le indique cómo debe hacerlo. (Aplausos). Cuando digo “respeto” me refiero
a no sentirse discriminado y sometido a una evidente homofobia por muchos que piensan
que tienen el derecho a manifestarlo.
Yo creo que la sociedad está obligada a tenderle una mano al travestido que vende
públicamente sus servicios sexuales. ¿De qué forma? Dándole la oportunidad de
reencontrarse a sí mismo, de que descubra su vocación profesional para que logre su
inserción en el mercado laboral (aplausos), como también asistirlo en educación y en salud.
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Me parecen que éstos son factores elementales que están relacionados con la condición
humana.
Es hora de que se termine con las clasificaciones, persecuciones y penalidades que
se pretenden imponer a sangre y fuego, como si fuera la panacea definitiva.
Estamos viviendo el comienzo del tercer milenio y eso nos indica que ya no hay
cabida para ideologías y metodologías explotadoras y represivas, como tampoco podemos
caer en la pedantería de pensar y creer que para el problema que se cuestiona, la solución
indefectible es la aplicación de esquemas abusivos y arbitrarios.
Sr. Coordinador (Davide).- Perdón, pero le restan 30 segundos.
Sr. Sáez.- La homosexualidad no es una marca registrada, como tampoco una tendencia
que está en pugna con la moral. Se equivocan los que piensan así, pues la moral es un
concepto que regula a la conducta humana como un control de calidad entre los individuos
que componen una sociedad.
Que no se tome al homosexual como punto de partida para dictaminar sobre la
buena o mala moral, ya que inmoral o amoral es todo aquel que atropella o desconoce el
derecho del otro.
En cuanto al travestido prostituto, tema central de esta reunión, si se considera que
su presencia pública afea el paisaje cotidiano de la ciudad, una posible solución –a mi
criterio– seria permitir legalmente su presencia dentro de departamentos privados, tal como
lo señala el rubro 59 del diario Clarín. La generalidad no sería testigo de nada; sólo sabrían
de su existencia los interesados, evitando de este modo el proxenetismo expoliador de
algunos individuos –entre comillas– que son los que controlan mediante coimas y
prebendas el mercado sexual. Sólo el Gobierno de la Ciudad tendría injerencia sobre dichos
lugares.
No me extiendo más. (Aplausos).
52.- Valentín Huerta
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 52, señor Valentín Huerta.
Sr. Huerta.- Buenas tardes a todos.
Qué difícil es subir y hablar; cuesta mucho. Algunos están acostumbrados a hablar
mucho y a hacer todo lo contrario. Nosotros, los trabajadores, no estamos acostumbrados a
eso.
Mi nombre es Valentín Huerta, soy trabajador de transportes y pertenezco al
Movimiento Político Sindical de Liberación.
Esta audiencia pública no es vinculante y no tiene en cuenta todos los intereses de la
comunidad de la Ciudad de Buenos Aires. Por estos motivos, creo que esto es un fraude,
una mentira. (Aplausos).
Seguramente, con el tiempo, va a terminar aprobándose este código y va a significar
una represión mayor, vamos a volver a épocas pasadas. Estos señores –que dicen que se
han superado, que han cambiado, que son otros–, evidentemente, quieren volver a épocas
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pasadas, a un control y a una represión mayor hacia el pueblo y a no resolver los verdaderos
problemas que tenemos que son la falta de trabajo, de vivienda, de salud, etcétera.
Voy a hacer lectura de algunas cuestiones referentes al código porque no sería
correcto que no hablara de eso. Pero creo que algunos ya hablaron muy claramente desde el
punto de vista legal y jurídico y lo conocen mejor que yo.
No tenemos que olvidar el 19 y 20; no tenemos que olvidar la lucha de los
trabajadores desocupados, subocupados y la de todos en general.
Volviendo al problema de código, considero que hay temas concretos del código que
se quieren aprobar. Todos los proyectos de reforma, que son impulsados tanto por el
macrismo como por el ibarrismo, apuntan a reforzar la potestad de la represión por parte de
la Policía Federal y de los fiscales contravencionales al imponer o prohibir la protesta, bajar
la edad de imputabilidad, extender las penas y volver a figuras como el merodeo, acecho o
permanencia injustificada.
Es mentira que la policía no tiene herramientas para prevenir el delito; tiene la ley
de averiguación de antecedentes, que es inconstitucional, y el actual Código Penal que
también tienen artículos inconstitucionales. Se nos miente a los vecinos y vecinas cuando se
dice que la policía necesita más atribuciones.
Creo que el problema de la inseguridad no pasa por las cuestiones delictivas, sino
por un problema social; no se llega al fondo del problema. Acá se quieren aplicar normas
contra la población de la Ciudad de Buenos Aires y, para poder hacerlo, hay que reprimir.
Tenemos que resistir y avanzar hacia un proyecto que represente los verdaderos intereses
de todos nosotros. Nada más. (Aplausos).
53.- Claudia Ferrero
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 53, señora Claudia Ferrero.
Sra. Ferrero.- Buenos días.
Soy de la Asociación de Profesionales de Lucha del Polo Obrero.
Cuando se inició esta audiencia, el Secretario de Seguridad dijo algo muy revelador.
Nos pidió que no dejáramos que las garantías individuales se opongan al control de Estado.
Pero ¿a qué control de Estado se refiere? No tengan dudas, ciudadanos y compañeros, que
lo que aquí se llama control de Estado es sacar de la calle a los piqueteros, a los ahorristas,
a los deudores hipotecarios, a los vendedores ambulantes y a todos los vecinos que, en el
tiempo que sigue, se movilicen contra las tarifas, contra el congelamiento salarial y contra
todo eso a lo que la Ciudad no ha dado respuesta.
Sólo el recuerdo del 19 y 20 de diciembre a estos señores les entumece la nuca;
tienen terror, tienen miedo. El control de Estado que aquí se defiende es la garantía de las
cajas chicas policiales sobre la sangre y la explotación de mujeres y travestis en estado de
prostitución y de los vendedores ambulantes. Éste es el control de Estado que el pacto
Ibarra, Macri y Bullrich pretenden imponer. En nombre de este control de Estado se
pretende no sólo avasallar las garantías individuales, la Constitución de la Ciudad, la
Constitución Nacional, sino también acabar con la impertinencia de los que luchan, de los
que tienen hambre, de los que no tienen vivienda, de los que se enfrentan con la policía
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corrupta y asesina y, sobre todo, de esos travestis que, además de mostrarse, ahora se
juntan, se organizan y se movilizan. (Aplausos).
Quisiera decirle al vecino que habló recién, que tanto quería expresar sus ideas, que
no se preocupe, que Ibarra ha recogido lo que él dice. Él plantea que se deben prevenir los
delitos y el Código Contravencional es funcional a eso porque se persiguen cosas que no
son delitos. De hecho, Ibarra quiere imponerlo. Por eso, acá no están los que propusieron
los proyectos; no hay ningún proyecto del ibarrismo porque directamente lo están llevando
adelante. De hecho, están preparando la sesión legislativa del 25 de marzo en la que
pretenden aprobar la reforma de la Ley 12 del Código Procesal Penal de la Ciudad para
poder llevar adelante lo que acá no pueden hacer: mayor represión, más poderes a los
policías, llevar adelante los arrestos y legalizar las actas policiales. Para eso se hará la
sesión del 25. (Aplausos).
Les quiero decir que, lamentablemente, esta audiencia ha sido una farsa; ha sido
totalmente viciada porque el 25 de marzo quieren imponernos por la ventana esta reforma.
Invito a todos a que nos movilicemos el 24 y 25 de marzo contra el pacto Macri, Ibarra y
Bullrich y contra la reforma al Código Contravencional.(Aplausos).
54.- Roberto Luis Goldsman
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 54, señor Roberto Goldsman.
Sr. Goldsman.- Pertenezco a la Asamblea Plaza 1° de Mayo.
Lo que quiero denunciar –porque la verdad es que ya la mayoría de las cosas se han
dicho– es a los funcionarios públicos por incumplimiento de sus deberes (aplausos), porque
ahora en lugar de estar discutiendo cómo dar trabajo, cómo crear cooperativas de trabajo,
cómo hacer el subte... Lo primordial no eran los subtes; esta ciudad no necesita subtes. Esta
ciudad necesita alimentación, necesita vivienda. (Aplausos)
Macri empezó diciendo que iba a echar a los cartoneros, porque se estaban
apropiando de su propiedad privada. Macri está ocupando un predio en Casa Amarilla; hizo
una calle propia y ahora el grupo que responde a él en la Legislatura no quiere votar que sea
un parque público.
En el mes de febrero Macri ordenó a sus diputados cambiar el Código de
Convivencia, y estos, de forma escandalosa, quisieron llevar a cabo este cometido, sin
consultarlo absolutamente con nadie.
Acabo de ver la película “Memoria del Saqueo”. La familia Macri desde el año
1976 ha sido varias veces compensada. Nos debe 900 millones de pesos, de dólares, del
canon del correo. (Aplausos). Y ahora nos quiere sacar lo poco que tenemos, que es la
protesta en la calle (aplausos), que es estar durmiendo en la plaza, porque no nos dan
vivienda, porque no cumplen con nuestros derechos. (Aplausos). La Constitución de la
Ciudad de Buenos Aires dice que primero está el derecho a la vivienda y el derecho a la
alimentación, y están incumpliendo con esto. Están incumpliendo con los deberes de
funcionario público. Son delincuentes, son dolosos porque a sabiendas de que la gente se va
a morir de hambre, estamos discutiendo esta “pelotudez”: cómo reprimirnos más por salir a
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la calle a pedir por nuestros derechos; el derecho a la vivienda, al trabajo, a la salud, a la
educación. (Aplausos).
Estos diputados están en la “pelotudez”, en la “cagada” de querer reprimirnos más,
pero no lo vamos a permitir; no lo permitimos el 19 y el 20 de diciembre de 2001; no lo
vamos a permitir ahora.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
55.- María Angélica Van-Eek
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 55, señora María Angélica Van-Eek.
- La participante coloca una fotografía en el frente del atril.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Van-Eek.- La mayoría de ustedes ya me conoce, pero quizás los señores, no. Yo soy
Angélica, la mamá de Adrián, uno de los tres pibes fusilados en Floresta. (Aplausos).
Yo quisiera decirles a ustedes que esto está mal ubicado. Esto está ubicado para
ustedes, para el público, pero los que tienen que escuchar son ellos, los funcionarios.
(Aplausos).
Yo aprecio a mucha gente que hay en el gobierno –los aprecio–, pero me están
faltando el respeto porque hay dos sillas vacías. (Aplausos). Y hace muchos años que me
están faltando el respeto. Cuando me mataron a mi hijo, me faltaron el respeto. Porque el
que mató a los chicos de Floresta es un policía convocado. ¿Qué quiere decir convocado?
Quiere decir que está jubilado y después lo convocan a cuidar los negocios, y ese dinero
que paga el negocio va directamente al Departamento de Policía; es decir, ellos tienen
encubierta una agencia de vigilancia, en la que son todos viejos…
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Van-Eek.- No, esperá un poquito querida: ser “prostituto” no es una mala palabra.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Van-Eek.- Hace 34 años que vivo enfrente de la Comisaría 43, así que miren si los
conozco. Hace 34 años que cambian los comisarios: se llevan el comisario que está y llega
otro; se va una “bandita” y viene otra “bandita”. A pesar de eso, pueden cambiar el
comisario, el subcomisario, el jefe de calle, me pueden cambiar a toda la comisaría, pero a
los que nunca cambian es a tres o a cuatro que saben el manejo del “negociado” de la
comisaría; a esos no los cambian nunca.
Yo estoy protestando desde que mataron a mi hijo respecto del negociado de la
comisaría y, todavía no me dieron “pelota”.
Además de eso, cuando empecé a salir a la calle y empecé a estar con ustedes
–porque ustedes son mis verdaderos compañeros; ustedes son mis verdaderos amigos,
porque me di cuenta que los que tenía antes eran mierda– (aplausos)… Cuando yo empecé
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a estar con ustedes, me di cuenta de que faltaba en la ciudad lo que hasta ahora nadie ha
dicho: falta la atención a los viejos, a los chicos; porque nos estamos volviendo viejos.
(Aplausos). No hay un “puto” asilo como la gente para los viejos de la Municipalidad; y si
los hay, que lo digan, así los voy a visitar. No hay atención a los viejos en la Ciudad. La
Ciudad no tiene atención para los viejos, no tiene atención para los jóvenes, no tiene
atención para los niños; no tiene atención para nadie.
Les voy a explicar chicos: en la Ciudad no hay una “puta” oficina que funcione
bien. Y le digo “puta” porque es verdad. Hay muchas oficinas para “amigotes”. Yo las
llamo así: oficinas para “amigotes”, porque no funcionan.
A mí me prometieron muchas cosas; todavía no me dieron ni una; no sé lo que pasa.
Pero no importa, Angélica tiene mucha paciencia, tiene mucha gordura y tiene muchas
ganas de caminar para adelante.
La muerte de estos tres pibes no va a quedar impune. Porque a estos tres pibes no lo
dejaron ser libres, ni genios, ni pensadores, ni obreros, ni nada. Como a estos tres pibes,
todos los días a alguno le pasa algo: el que no termina muerto, termina mutilado.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Van-Eek.- Exactamente, la misma policía hace lo que quiere con las personas y no
solamente con los jóvenes; hace lo que quiere con todos. Desgraciadamente, en este país
–no solamente en Capital Federal, sino en toda la República– decir “la policía” es decir una
mala palabra. Cuando dicen que la policía son “hijos de puta”, yo digo: no, por favor,
porque ser “puta” tampoco es mala palabra. Son “hijos de yuta”, que es peor. (Aplausos).
Yo no soy una mujer de muchas palabras, pero cuando les digo de los negociados de
la comisaría no me refiero solamente a las horas extras que le hacen hacer a los vigilantes,
sino que sé muy bien –porque lo he visto– que le cobran hasta a la pobre boliviana que está
sentada en la vereda, a las prostitutas, a los travestis. Las agencias de juegos que hay
–porque los “Isidorito” 1, 2, 3 y 50 son clandestinos, porque los “Padrinos” 1, 2 y 10,
todavía no han desaparecido, aún siguen estando– también son de la policía. El juego, la
prostitución...
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Van-Eek.- ...porque, desgraciadamente, cuando uno dice “prostitución” quiere decir
que a esa pobre gente le cobra la policía. Y, señores, esto es verdad. Porque lo he visto.
(Aplausos). He visto cómo tratan a “los otros”. Ayer mismo, un policía de la Comisaría 50
le dio una piña a un chico y le reventó el tímpano. Dígame una cosa: ¿quién es más
valiente: el policía que tiene un revólver o el chico que lo puteó? Díganme la verdad.
Nadie, porque no hay contestación. Nadie me va a contestar porque, ¿saben una cosa?, es
muy fácil hablar detrás de un escritorio y no hacerlo en la calle. (Aplausos).
Quisiera saber por qué no están estas dos personas (señala el escritorio de los
funcionarios del Poder Ejecutivo), y me faltan el respeto. Porque si ellos tienen hambre, yo
también tengo hambre y si ellos tienen ganas de ir al baño, yo también tengo ganas de ir al
baño. Si no pueden escucharnos, que no estén. Si no pueden aguantarnos por el olor, que se
vayan. Pero mientras estén en la Legislatura, que nos escuchen. Porque para ellos somos
solamente un número y un sueldo a fin de mes. Nosotros, que les pagamos, nunca tuvimos
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una respuesta. Jamás. Porque me juego lo que no tengo que ninguno de ellos me va a
recibir. ¿Saben por qué no me van a recibir? Porque soy gorda, soy vieja y ya no voy para
la joda. (Aplausos).
¿Y saben una cosa? Hoy me van a prometer ochenta mil cosas, pero mañana no me
van a dar nada. Así como me pasa a mí, a ustedes también. Les pido de corazón que cuando
tengan que hacer una ley piensen en nosotros, porque yo soy una sola mamá acá, pero atrás
mío hay miles a quienes le quitaron sus hijos. O mejor dicho, que se los mataron como
perros. (Aplausos).
Nosotras somos demasiadas madres que pedimos justicia. La policía mata, no
pregunta. Quisiera que ustedes alguna vez hagan una ley, pero con respeto para todos. No
que me manden caballos, bestias, en vez de a policías. Quisiera una policía educada que
dijera “buenos días” al menos. Quisiera una policía que cuando se le pida el teléfono en la
comisaría no me conteste que es “para repartición” y me saque cagando. Yo quiero una
policía al servicio de la comunidad, no al servicio de ella misma. (Aplausos). Quiero una
policía justa, correcta, no una policía coimera y de mierda como la que tenemos hoy. Eso es
lo que todos queremos. (Aplausos).
Varios asistentes (a coro).- ¡Policía Federal, la vergüenza nacional! ¡Policía Federal, la
vergüenza nacional!
Sra. Van-eek.- Yo quiero una policía mejor, de la cual pueda estar orgullosa. Así como lo
quiero para la policía, lo quiero también para las chicas, porque ellas se prostituyen por
culpa de la policía y, además, por culpa del gobierno, que no les da una “puta” oportunidad
y las obliga a salir a la calle. Eso da mucha vergüenza, porque suben el vidrio del auto no
les importa una “mierda”. A ellas sí, porque ellas están en la calle por su culpa, no por la
mía. (Aplausos).
Cuarto intermedio
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Vamos a pasar a un cuarto intermedio de quince
minutos. A las 16 y 15 se reanudarán las exposiciones.
- Es la hora 16.
- A la hora 16 y 44:
Reanudación de la reunión
Sr. Presidente (López).- Se reanuda la audiencia.
Creo oportuno señalar de nuevo que éste es un simple ejercicio de participación
ciudadana para que haya un espacio formal donde queden asentadas opiniones sobre un
tema complejo como el Código de Convivencia o Contravencional.
La voluntad de la Secretaría es que cada uno pueda expresarse en un marco de
tolerancia que no impida el derecho al uso de la palabra.
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32.- Agustín Vanella Bengolea
Sr. Coordinador (Davide).- Invitamos a hacer uso de la palabra al participante número 32,
señor Agustín Vanella Bengolea, quien estuvo momentáneamente en otro compromiso.
Sr. Vanella Bengolea.- Buenas tardes.
Mi nombre es Agustín Vanella y soy el presidente de la Federación Universitaria de
Buenos Aires.
En primer lugar, quiero señalar un problema inicial que tiene esta audiencia pública
–como ya lo han señalado otras personas que me precedieron en el uso de la palabra– que
tiene que ver con que no es vinculante. Todo lo que discutamos acá puede ser escuchado o
no; creo que ése es un problema.
Muchos compañeros plantearon que esta audiencia era un fraude. A mí me parece
que es una manera de demostrar una vez más que, más allá de lo que se dice
discursivamente en las legislaturas o en las propias campañas electorales, en los hechos se
va demostrando cómo la supuesta representatividad o la supuesta participación política de
la ciudadanía se convierte en esto: una audiencia en la que discutimos sin saber si realmente
se nos va a escuchar a nosotros, a los que estamos representando y al conjunto de la
ciudadanía. Tampoco hubo una promoción de que se iba a hacer esta audiencia pública.
La semana pasada enviamos a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires un
repudio de la Federación Universitaria y de la propia Facultad de Derecho a un proyecto
que, finalmente, se votó favorablemente. Según esta declaración, los estudiantes de la
Facultad de Derecho –y lo digo como estudiante de Derecho– tenemos que hacer pasantías
en las Comisarías.
Uno de los argumentos que se utilizó fue que hacía falta más personal policial en la
calle y para eso hacía falta contratar estudiantes de derecho como pasantes. No quedó claro
si las pasantías iban a ser remuneradas o gratuitas, pero no viene al caso. Nosotros nos
opusimos y la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires nos dio la espalda. Sobre todo, a
los que representamos a esos estudiantes.
Creo que es importante señalar esta primera cuestión para que quede asentada y es
importante que nosotros vengamos a discutir, más allá de que la audiencia no es vinculante,
como una manera de demostrarle a la población que lo que se dice en las campañas
electorales acerca de la participación de la población, es mentira. Ellos quieren una
participación restringida; no quieren que la población decida sobre los temas centrales.
Vivimos en un país con profundos problemas sociales, como la marginación, la
desocupación, la pobreza y hay que ver cuáles son los causantes de esos problemas
sociales, que no aparecieron de repente ni florecieron de un repollo, sino que fueron
causados, fundamentalmente, por los partidos políticos que han gobernado en los últimos
treinta años.
La Ciudad de Buenos Aires no está exenta de esa realidad y también vive profundos
problemas sociales. No me parece bien que los partidos políticos, que son responsables
–como es el caso de quienes formaron parte en algún momento de la Alianza y que hoy
pareciera que no tienen nada que ver con ella–, no se hagan cargo de que son los culpables
de que la situación del país y de que la Ciudad esté como está.
Los proyectos que han presentado el macrismo y el supuesto progresismo de Ibarra
son realmente represivos y, lejos de dar soluciones a los problemas sociales –que son los
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AUDIENCIA PÚBLICA
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que a veces generan el delito o la falta de seguridad–, tienen que ver justamente con los
problemas sociales que ellos mismos han causado. Y la salida que plantean es: más
represión a los pobres, a las minorías sexuales, a los jóvenes y más represión a quienes
intentan luchar contra esos problemas sociales.
En estos dos proyectos se intenta plantear la represión a las movilizaciones y a las
luchas contra los problemas sociales que ellos mismos causaron. Es muy claro lo que dicen
algunos artículos respecto de tener que solicitar permiso para movilizarse.
Yo quiero dejar aclarada una cosa: la FUBA, por más que se sancionen la ley que
quieran sancionar, se va a seguir movilizando y no le va a pedir permiso absolutamente a
nadie. Es un derecho constitucional. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Le quedan 30 segundos para finalizar su exposición.
Sr. Vanella Bengolea.- Todo esto demuestra que quienes gobiernan este país son
absolutamente incapaces de cumplir las leyes que ellos mismos hicieron; no las hicimos
nosotros.
Creo que es importante destacar la situación de los jóvenes porque hay bastantes
medidas represivas, como bajar la edad de imputabilidad de los menores a 16 años. Por otro
lado, los jóvenes no tienen acceso al empleo; en gran medida, estamos sin futuro. Es difícil,
siendo joven, pensar en un futuro en este país y en esta Ciudad, aunque sea la más rica del
país.
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Bengolea: su tiempo está cumplido. Vaya redondeando,
por favor.
Sr. Vanella Bengolea.- Sí, ya termino.
También es importante señalar que el plan de empleo joven que tenía la Ciudad está
suspendido –cosa que no se ha dicho– y que hay veinte mil jóvenes, en edad de estar en la
escuela secundaria, que no están escolarizados.
Los estudiantes secundarios –lo quiero contar porque también están involucrados en
el problema de la prohibición de las luchas por los reclamos sociales–, el año pasado, han
tenido que tomar veinte colegios por el tema de las viandas. Después tuvieron que tomar el
Mariano Moreno, porque se les había caído el techo en la cabeza a los chicos, y hace unos
días me dijeron que estuvo tomado el Colegio Nacional de Danzas.
Los jóvenes tienen una serie de problemas y la Ciudad, lejos de remediarlos,
propone castigarlos cuando luchan por intentar solucionarlos.
Por último, con relación al tema central de esta audiencia, creo que tiene que ser el
propio pueblo el que delibere, pero no a través de sus representantes, como está tipificado
en la Constitución Nacional y en la propia Constitución de la Ciudad. Los representantes,
en las campañas electorales, no se atreven a decir todo lo que van a hacer cuándo lleguen a
la Cámara de Diputados, a la Legislatura o al Gobierno. (Aplausos).
Lo que han dicho en las campañas electorales el ibarrismo –con palabras siempre
progresistas– y el machismo, en ningún momento fue que iban a presentar proyectos tan
aberrantes como los que hay hoy en la Legislatura porteña. Si hubieran planteado esos
proyectos...
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- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor. Permitan terminar la idea de cada persona.
Sr. Vanella Bengolea.- Como decía, si hubieran dicho todo esto en las campañas
electorales, el resultado hubiera sido completamente distinto. Creo que tiene que ser el
pueblo el que delibere y decida cómo resolverá los problemas de la seguridad, ya que estos
representantes, efectivamente, no escuchan a nadie; hoy quedó más claro que nunca.
Por eso, les recomiendo que no sean tan perezosos como aquel presidente de la
Nación que, no hace mucho tiempo, por ser perezoso y no escuchar terminó subiéndose a
un helicóptero para salvar su pellejo. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Convocamos a hacer uso de la palabra a los siguientes
participantes: N° 56, Justa del Carmen Lucero; N° 57, Alejandro Adolfo Beer; N° 58,
Martín Ricardo Egelman; N° 59, Miguel Ángel Borrego y N° 60, Marcial Ibarra.
56.- Justa del Carmen Lucero
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante 56,
señora Justa del Carmen Lucero.
Sra. Lucero.- Mi nombre es Carmen Lucero. Soy del Barrio de Constitución. Pertenezco a
la Asociación Vecinal de Constitución.
Señor presidente de la Audiencia Pública: en el año 1998, los vecinos de la Ciudad
de Buenos Aires celebramos la derogación de los edictos policiales por ser
inconstitucionales en un estado democrático y aspirábamos contar con un Código
Contravencional y de Faltas como lo establece la Constitución.
Hoy nos encontramos en esta audiencia y nos preguntamos: ¿por qué la audiencia?
Lo que todos los ciudadanos debemos entender es que la Audiencia Pública es una
herramienta importante de participación ciudadana en un sistema democrático.
Lamentablemente ésta es no vinculante.
El actual Jefe de Gobierno reelecto, doctor Aníbal Ibarra, uno de los mentores del
mal llamado Código de Convivencia, primero como legislador y en los últimos cuatro años
como Jefe de Gobierno, en ambos casos como apoyatura de bloques mayoritarios
legislativos, eligió después de seis largos años esta herramienta para eludir la falta de
decisión política en impulsar los cambios en la legislación contravencional y sus
procedimientos correspondientes.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Lucero.- No te importa.
Los vecinos comprendemos que el Código Contravencional es una herramienta de
prevención para la seguridad urbana, que sanciona conductas que, por su reiteración y la
falta de sanción, pueden conducir a situaciones predelictuales.
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La emergencia de seguridad de la Ciudad requiere establecer y consensuar normas,
instrumentos, programas y planes que deben trascender al gobierno para convertirse en una
política de Estado.
Nosotros, los sufridos vecinos del Barrio de Constitución,…
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Lucero.- … nos preguntamos: ¿por qué estamos en esta situación si no es por una
impunidad?
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor, dejen hablar a la oradora.
Sra. Lucero.- Los vecinos les pedimos a quienes deben velar por nuestra calidad de vida en
la Ciudad de Buenos Aires, que es necesario destrabar el prejuicio ideológico de la
represión y el libertinaje.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Lucero.- Además, la persistencia de estos calificativos contribuye a falsificar más aún
la realidad del presente.
Los vecinos queremos un código con figuras claras, que se llamen por su nombre,
con sanciones efectivas.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Lucero.- Señor Jefe de Gobierno y señores legisladores: basta de mentirnos. Los
vecinos queremos orden, seguridad, justicia y no a la represión.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores, silencio.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores, silencio. Permitan terminar a cada orador, por
favor.
Sra. Lucero.- Ahora les quiero decir algo, que es un sentimiento que tengo.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Lucero.- Yo los escuché a todos ustedes y respeto el sentimiento que tienen…
- Manifestaciones en la sala.
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Sr. Presidente (López).- Por favor señores, silencio.
Sra. Lucero.- Ustedes no saben escuchar ni son respetuosos con el resto de los vecinos de
la Ciudad de Buenos Aires.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Gracias.
Por favor, señores, silencio. Por favor, señores, respeten a los oradores.
57.- Alejandro Adolfo Beer
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante 57,
señor Alejandro Adolfo Beer.
Sr. Beer.- Buenas tardes.
Mi nombre es Alejandro Beer. Soy miembro de una asamblea de Parque Patricios y
al mismo tiempo soy parte de “Vecino por las Comunas”. En muchos casos les dieron
volantes a la entrada de esta audiencia pública sobre el tema de comunas.
La lectura que se hace es clara. No creo que el informe que presente el Presidente de
la Audiencia Pública refleje lo que aquí se ha hablado, si no más bien va a ser lo que ya
tenía “arreglado”. Es decir que todos los que vinimos acá, solamente hemos podido darnos
cuenta de lo que nosotros pensamos, pero no me cabe duda de que nunca vamos a tener un
informe por escrito como resumen para lo que, supuestamente, nos llamaron. Yo soy el
participante 57, y abrumadoramente estamos en contra, aún del actual código. (Aplausos).
Si le pido al Presidente de la Audiencia Pública que a todos los que estamos
anotados nos pase un resumen de lo hablado hasta ahora, seguramente, me va a decir que
no corresponde, que no está en la Ley 6. Si no lo hace, serán sus consecuencias. Y después
vienen lo helicópteros y todas esas cosas que comentó el orador que me precedió en el uso
de la palabra.
El incumplimiento de la Constitución en el tema de comunas no es menor. Lo que
en este momento están haciendo es consolidar el aparato del Estado; es decir, más allá de
que gobierne Ibarra o Macri, la idea es reprimirnos a las minorías y a aquellos que somos
mayorías en momentos y situaciones determinadas.
La idea es la misma por la cual vamos a marchar la mayoría de nosotros –y,
seguramente, algunos no– dentro de dos días de Congreso a Plaza de Mayo para repudiar la
dictadura. (Aplausos).
El merodeo no es más…
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sr. Beer.- ...por algo será de la dictadura militar. Yo no veo ninguna diferencia. Es
absolutamente claro.
Y, ¿por qué las comunas? Porque, por lo menos como las entendemos nosotros
–tenemos una iniciativa popular que tiene cinco mil firmas e invitamos a firmarla a todo el
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mundo cuando salga de esta Audiencia Pública–, es lo que hace que la autoridad policial
pueda ser controlada y, eventualmente, revocados sus mandatos por los propios vecinos.
Acá no es un problema de código, es un problema de poder.
La policía no es policía. ¿Cómo quieren que salgan si estudian en la Escuela
Comisario Villar? ¿Saben todos quién era el comisario Villar? Yo sí, porque soy viejito.
¿Se acuerdan de las tanquetas en la avenida La Plata? ¿Se acuerdan de Villar y Margaride?
¿Se acuerdan de la tortura sistemática previa a la dictadura militar? Eso era Villar, y ahí
estudian los policías. Y la otra escuela es Ramón Falcón. ¿Se acuerdan del coronel Ramón
Falcón? El personaje que más monumentos tiene en la ciudad. Evidentemente, lo que
tenemos que llegar a concretar es el tema de las comunas, para que dejemos de protestar y
empezar a protagonizar la historia.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, permitan al orador exponer sus ideas.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- De esta manera ningún orador puede terminar de exponer sus
ideas.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Beer.- Entendemos nosotros que el Código de Convivencia, en tanto aparato represivo
del Estado, es algo demasiado importante como para dejárselo nada más que a sesenta
legisladores. (Aplausos).
Es necesario que los tres millones de habitantes que tiene la Ciudad de Buenos Aires
reunidos en asambleas barriales, territoriales con todos los elementos, empecemos a elegir
qué código queremos, si es que queremos alguno, y qué autoridades lo van a hacer cumplir;
y qué puede hacer cumplir esta actual Policía Federal, aún las partes más simpáticas del
Código de Convivencia, si se hacen mal las actas, si se sigue cobrando por izquierda;
siempre pasa algo para demostrar que somos ineficaces. No les suena a que cuando los
teléfonos no funcionaban la culpa la teníamos nosotros, y por eso había que privatizarlo.
(Aplausos). La dictadura militar pasó.
Pasado mañana invito a todos los diputados de la ciudad a que participen de la
marcha en repudio a la dictadura, y no que se hagan los “giles”. Porque ahora se hacen los
demócratas y durante la dictadura no sufrieron ningún tipo de consecuencia.
Dejo sentada claramente la propuesta para usted, señor Secretario de Justicia,
presidente de la Audiencia: para nosotros no hay que modificar para nada el código, sino lo
que hay que modificar es la autoridad de aplicación, ya sean fiscales, jueces y policías. Y
eso lo tienen que decidir las comunas; el propio pueblo organizado en comunas. Es decir, lo
que ustedes desde el 1º de octubre de 2001 nos vienen “pedaleando”, y no pagan ninguna
contravención.
Muchas gracias. (Aplausos).
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Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante 58,
señor Martín Ricardo Egelman.
- El participante no se hace presente.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante 59,
señor Miguel Ángel Borrego.
- El participante no se hace presente.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra Marcial Ibarra.
- No se hace presente.
Sr. Coordinador (Davide).- Vamos a convocar a hacer uso de la palabra a los cinco
participantes que continúan en orden de lista. Ellos son: N° 61, Eugenio Maidana, N° 62,
Azucena Noemí Villagra; N° 63, Luciano Nardolli; N° 64, Luz Palmas Zaldua y N° 65,
Gabriel Lerner.
61.- Eugenio Maidana
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante 61,
señor Eugenio Maidana.
Sr. Maidana.- ¿Nos van a llevar por portación de cara y cuerpo? ¿Nos van a llevar por
elegir la identidad de género, que afecta a la moral y a las buenas costumbres? La moral y
las buenas costumbres de quienes tienen doble moral y dobles buenas costumbres.
¿Cuántos países como Brasil impulsan acciones para discriminalizar la opción sexual, e
incorporarla al campo de los derechos humanos? La Ciudad de Buenos Aires se reúne para
encontrar la manera de privar a los travestis de la elección que desde muy pequeñas hemos
tenido. Desde muy pequeñas hemos peleado en el interior de nuestras familias, en las
escuelas, en los hospitales, por ser lo que queremos ser. Ni más ni menos que como lo hace
cualquier ciudadano o ciudadana, pero con la diferencia de que a estos y a estas la sociedad
los acompaña para desarrollarse, y a nosotras nos persiguen, nos torturan y nos encarcelan.
Esto es lo que pretenden hacer con esta nueva reforma del Código Contravencional.
Señores y señoras, legisladores y legisladoras, señor jefe de Gobierno: la
democracia debe ser para todos y a todos nos deben garantizar la libertad. Nosotros
decimos que no queremos la reforma del Código Contravencional y decimos que, como lo
hizo ya hace un tiempo un compañero que peleó por nuestra causa, el principio de nuestra
lucha es el deseo de todas las libertades. ¡Acompáñennos para que lo consigamos con
dignidad! (Aplausos).
62.- Azucena Noemí Villagra
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Sr. Coordinador (Davide).- Tiene la palabra la participante Nº 62, Azucena Noemí
Villagra.
Sra. Villagra.- Quiero decir que, una vez más, están queriendo enfrentar a vecinos contra
vecinos. No tengo nada contra la elección sexual de nadie, en absoluto. Pero entiendo que
hay cosas que se deben reglamentar, porque en un barrio como en el que yo vivo, que es
Constitución –y creo que muchos de ustedes vivieron en Constitución...
Un asistente.- Yo vivo en Palermo.
Sra. Villagra.- …o en Palermo. Pero los padecemos.
Considero que cada cual es dueño de hacer lo que quiere con su vida, pero sin
mostrarlo, porque cuando un chico de cuatro años...
- Manifestaciones en la sala.
Un asistente.- No pregunta un chico de cuatro años...
Sra. Villagra.- Ustedes tienen los mismos derechos que podemos tener todos, pero
respetándonos mutuamente. Estoy peleando para que los vecinos podamos vivir tranquilos
en todos los barrios de la Capital Federal. Y no estamos viviendo, estamos padeciendo.
Varios asistentes.- ¡Hambre se padece!
Sra. Villagra.- Sí, también se padece hambre. También a nosotros nos cuesta conseguir
trabajo. A toda la gente le cuesta, sea o no sea travesti. Es lo mismo, señores. Yo tengo dos
hijas adolescentes a las que también les cuesta conseguir trabajo.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Villagra.- Hay que tener libertad, pero con leyes. Tienen que tener libertad para
trabajar, pero con su trabajo legalizado, como todos los que trabajamos y pagamos lo que
pagamos.
Un asistente.- ¡Unámonos!
Sra. Villagra.- Unámonos, pero también ustedes respétennos a nosotros como vecinos. Yo
los invito a Constitución para que vean lo que son las cuadras de nuestro barrio. Son
cuadras donde un chico no puede transitar sin ver a una persona semidesnuda. Eso no
corresponde. Dentro de tu casa podés hacer lo que quieras, porque tus derechos terminan
donde empiezan mis derechos y los de mis hijos.
- Manifestaciones en la sala.
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Sra. Villagra.- Debemos respetarnos mutuamente. Yo los respeto a ustedes y ustedes
deben respetar a los vecinos, que estamos padeciendo lo que padecemos. Además, hay otros
problemas, como las drogas y los robos. Y mucha droga, no poca, muchísima.
- Manifestaciones en la sala.
Una asistente.- ¿Quién le paga a usted?
Sra. Villagra.- A mí nadie me paga. Soy una vecina, un ama de casa.
Esto es enfrentar a vecinos contra vecinos, mientras la gente del gobierno no hace
las leyes que les corresponde hacer. Yo no sé como será la seguridad, porque no soy
política ni abogada ni tengo ningún estudio. Creo que necesitamos tener otra forma de vida.
Merecemos otra forma de vida, ustedes y nosotros también.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Villagra.- No sé cómo se hará, porque no soy política. Soy simplemente un ama de
casa que tiene dos hijas y defiende los derechos propios. Los de ustedes defiéndanlos
haciendo las cosas como corresponde.
Sr. Presidente (López).- Le pido a la señora participante que no personalice la discusión.
El gobierno está siendo acusado de que enfrenta a los vecinos y lo que pretendo demostrar
es la complejidad que tiene esta problemática. Fíjense que resulta imposible que nos
escuchemos. Le voy a pedir a la participante que vaya concretando su idea y, a los demás,
que nos escuchemos.
Un asistente.- ¡Qué diga dónde está la droga del Congreso!
Sra. Villagra.- En todos lados está. Por supuesto, también creo eso. Creo que deben
legislar de otra manera para que tengamos seguridad en todos lados. No hablo de represión,
no tengo nada de represiva. Suelo entender los problemas de todo el mundo, pero también
ustedes tienen que entender los nuestros. Necesitamos seguridad y dependerá de los
políticos que nos den seguridad.
Un asistente.- ¡En vez de contestarnos a nosotros, hablá de la propuesta que tenés!
Sra. Villagra.- ¡Yo vengo a pedir, no a proponer!
Sr. Presidente (López).- Por favor, señora, le pido que no dialogue con el público.
Concrete su idea, porque su tiempo está por concluir.
Sra. Villagra.- Mi idea es que den más seguridad a los barrios, y que sepan legislar un
poquito mejor, porque hasta ahora no lo han hecho. Eso es lo que quiero. (Aplausos).
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63.- Luciano Nardolli
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
Luciano Nardolli.
Sr. Nardolli.- Soy integrante de la Corriente Clasista y Combativa de uno de los barrios del
sudoeste de la Capital.
Yo traje un esquema preparado, pero veo que lo importante es entender que cuando
se habla del Código y de todo lo relacionado con éste, nos referimos a una especie de
remedio.
Este remedio, el Código de Convivencia, no es un remedio para el pueblo, ni para la
señora que habló recién, ni para las compañeras travestis, ni para nadie. En todo caso, ¡es
un remedio para aquellos que tienen miedo de que el pueblo se exprese en la calle!
(Aplausos).
Deseo expresar que, así como los travestis y las prostitutas son perseguidos –y eso
se dijo muchas veces en el día de hoy– en todos los barrios humildes de la Capital, que cada
vez son más, los chicos, cada vez que salen del barrio, si no salen a afanar para la cana, van
en cana, o son reprimidos, o son víctimas del gatillo fácil. (Aplausos).
Esto significa que a los legisladores no les preocupa la Policía ni la Constitución.
¡Les preocupa que no las puedan manejar ellos! Y a la Policía no le preocupa que los pibes
salgan a afanar; ¡les preocupa que no salgan a afanar para ellos! Y, si no salen a afanar para
ellos, son víctimas del gatillo fácil. (Aplausos).
De lo que se trata no es de buscar recetas para matar al paciente: a los jóvenes, por
ser jóvenes, o por ser morochos; o a las prostitutas, porque salen a trabajar de eso, porque
no les queda otra. ¡Se trata de encontrar el remedio para extirpar el cáncer de esta sociedad
corrupta, que hace que unos pocos tengan mucho, y que los muchos no tengamos un carajo!
(Aplausos).
También se trata, eso sí, de que haya mayor seguridad. Entiendo a la compañera que
habló recién y dijo que tiene un chico de cuatro años. Pero la prostitución y el hambre
existen, más allá de que le guste a ella o a quienes la ejercen. ¡La prostitución existe,
porque existe este sistema perverso!
¡Los pibes que salen a afanar salen a hacerlo porque los obligan, porque no les dan
la oportunidad de estudiar, ni de trabajar, ni de un carajo!
El día miércoles pasado, los jóvenes de la Corriente Clasista y Combativa de la
Capital hicieron un acampe en la puerta de la Jefatura de Gobierno. Y quienes los veían
estaban horrorizados, porque los chicos estaban acampando y comiendo ahí. ¡Pero lo único
que esos pibes pedían eran becas para estudiar y poder capacitarse, salir de la droga y tener
trabajo! ¿Y qué les hicieron? ¡Un corte de manga! Inclusive, fueron algunos funcionarios a
intimidar a los jóvenes, que se plantaron –como se planta la Corriente Clasista y
Combativa, y todo el pueblo, a lo largo y ancho del país– sin pedirle permiso ni a la cana, ni
a Ibarra, ni a nadie, ¡para pelear por que haya más justicia! (Aplausos).
Quiero hacer una reflexión. En relación con el problema de la seguridad, no se trata
de enfrentar a los pobres con los menos pobres. Tenemos que hacer lo mismo que hicimos
aquellos 19 y 20 de diciembre: estar unidos los más pobres con los menos pobres, para
volver a hacer un argentinazo, y para poder erradicar, de una vez por todas, las injusticias
que está pariendo este sistema perverso! (Aplausos).
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No les vamos a pedir permiso ni a la cana, ni a ningún Código de Convivencia,
porque –como dijo el chico de la FUBA– vamos a salir a la calle. Vamos a salir y a cortar
las rutas todas las veces que haga falta. A lo sumo, dejaremos un carril para la gente menos
pobre, pero vamos a cerrarles el camino a todos los hijos de puta de la patria que están en el
país, ¡para tener una sociedad más justa, más digna, donde haya trabajo, justicia, libertad,
techo y salud! Para eso, no le vamos a pedir permiso a nadie. (Aplausos).
En todo caso, les decimos: si hay que poner límites, que se lo pongan al Fondo
Monetario Internacional. (Aplausos).
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
64.- Luz Palmas Zaldúa
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante Luz
Palmas Zaldúa.
Sra. Palmas Zaldúa.- Buenas tardes.
Soy abogada, militante de la CORREPI, Coordinadora contra la Represión Policial e
Institucional. (Aplausos).
En primer lugar, deseo manifestar que, desde la CORREPI, seguimos insistiendo en
que la Ciudad de Buenos Aires no necesita un Código Contravencional paralelamente a un
sistema penal, por demás represivo. Por lo tanto, cualquier reforma al Código actual que
implique un mayor grado de represión es aún más repudiable.
Esto es así porque es facultad del Congreso Nacional establecer cuáles son las
conductas que son delitos, que están tipificadas en el Código Penal y en las leyes penales
especiales. En esa legislación es donde se establece la pena privativa de la libertad. En
consecuencia, ningún Código Contravencional puede imponer la pena privativa de la
libertad como una sanción.
Por otro lado, la Constitución Nacional, la Constitución de la Ciudad y las normas
internacionales establecen claramente en qué situaciones es posible realizar detenciones.
Son dos las situaciones: una de ellas es el caso de flagrancia, y la otra es en el caso de que
haya una orden escrita de autoridad judicial competente. Por consiguiente, cualquier otra
detención que se produzca fuera de las dos situaciones mencionadas, es una detención
arbitraria. Esto quiere decir que una detención producida sobre la base de las
contravenciones es una detención arbitraria.
La Constitución de la Ciudad, en su Artículo 13, prohibe expresamente la detención
preventiva en materia contravencional. Asimismo, también lo hace con respecto a la
peligrosidad sin delito y a cualquier manifestación de derecho penal de autor o sanciones de
conductas que no afecten derechos individuales o colectivos.
Como conclusión, cualquier conducta que no esté tipificada en el Código Penal o en
leyes penales especiales no es delito. Por lo tanto, un Código Contravencional no puede
privar de la libertad, ni como medida preventiva ni como sanción penal. (Aplausos).
Por lo expuesto, desde la CORREPI les decimos: no a las detenciones arbitrarias, no
a las detenciones por averiguación de antecedentes (aplausos), y no a las contravenciones,
que son herramientas de control social para reprimir a los sectores social y económicamente
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más desprotegidos, es decir, los jóvenes, los pobres, las minorías discriminadas desde el
poder, los extranjeros de países limítrofes, los trabajadores y todos los que, individual o
colectivamente, ejercemos día a día nuestro derecho a la protesta.
También decimos que no al aumento de las facultades a la Policía, que es asesina y
corrupta, responsable de miles de secuestros, torturas y desapariciones de compañeras y
compañeros, y víctimas del gatillo fácil. (Aplausos).
65.- Gabriel Lerner
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante Gabriel
Lerner.
Sr. Lerner.- Buenas tardes, compañeros y compañeras.
Al igual que Luz Palmas Zaldúa, soy militante de la Coordinadora contra la
Represión Policial e Institucional. (Aplausos).
A juzgar por lo que en estos días pudimos escuchar a través de Canal 9 y Radio
Diez, leer en el Diario Clarín, o ver a través de las distintas formas por las cuales se
trasladan las noticias que difunde INFOBAE, los vecinos quieren un Código
Contravencional como éste que están proponiendo o, incluso, más autoritario y draconiano.
Yo me congratulo, me felicito de haber escuchado hoy un 95 por ciento de
opiniones que han denunciado con absoluta claridad el carácter reaccionario y autoritario de
la reforma que se propone. (Aplausos).
A mí no se me olvida que esta audiencia no es vinculante. Quizás no sea vinculante
desde el punto de vista técnico-legal, pero espero que los legisladores lean las actas de lo
que aquí se ha dicho, para que cuando vayan a los medios de comunicación –como lo hace
el diputado Enríquez– digan la verdad de lo sucedido, comenten realmente cuál fue la
opinión de la gente que hoy estuvo presente en esta reunión. (Aplausos).
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Lerner.- A mí me parece, compañeros, que estas propuestas de reforma al Código
Contravencional parecen de otra época, ya que no dan cuenta de la resistencia popular de
estos años al neoliberalismo y al autoritarismo; no dan cuenta de la gesta del 19 y 20 de
diciembre; no dan cuenta de que pasado mañana nos vamos a movilizar miles de personas
porque ya logramos la anulación de la obediencia debida y el punto final ¡y ahora vamos
por la nulidad de los indultos! (Aplausos).
Pero debo señalar con preocupación que este Poder Ejecutivo del Gobierno de la
Ciudad y que la mayoría de los diputados de la Legislatura no sólo no dan cuenta de todo
esto, sino que tengo la impresión de que el 18 de diciembre de 2001 esta gente ha cerrado
las puertas y las ventanas de los recintos donde deliberaban y no los volvieron a abrir. De lo
contrario, no se explica que existan propuestas como las que estamos discutiendo; no se
explica que sea Vicepresidente de la Legislatura alguien comprometido con el genocidio
como Santiago de Estrada (aplausos); y tampoco se explica, compañeros, que sea
Defensora del Pueblo de la Ciudad la doctora Alicia Pierini (aplausos), cuyo vínculo con el
menemismo es inocultable (Aplausos).
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De los pocos de estos personajes que se atrevieron a venir a esta tribuna, recuerdo al
diputado Caram, quien vino no para hacer una autocrítica, sino para mentir. Caram nos dijo
a todos que esto que se sancionaba no eran normas penales. No quiero ser muy pesado, pero
el doctor Luis Cevasco –Fiscal General Contravencional– define al derecho
contravencional como el conjunto de normas de naturaleza penal que dicta la Legislatura.
Es decir que el Fiscal General Contravencional dice que son normas penales. Por otro lado,
el Manual de Instrucción para Personal Subalterno de la Policía Federal Argentina define a
las contravenciones como el conjunto de todas aquellas disposiciones que participando del
mismo carácter que las penales, no configuran los delitos previstos en el Código Penal. Es
decir, aquí hay contrabando ideológico. Esas normas que estamos discutiendo son de
naturaleza penal. Si un animal tiene pelo de gato, cola de gato, patas de gato y maulla es
gato, aunque Caram diga lo contrario. (Aplausos). ¡Se tratan de normas penales!
El segundo contrabando ideológico que quiero denunciar aquí es que cuando se
viola alguna norma administrativa de una jurisdicción como la que corresponde a la Ciudad
de Buenos Aires, se está cometiendo una falta administrativa.
Y la pregunta es ¿por qué las contravenciones no están en el Código de Faltas? Esto,
a los que somos abogados, nos llama mucho la atención. Sin embargo, cuando uno va al
Código de Faltas se encuentra la explicación de por qué no están: dicho código enumera
taxativamente todas las sanciones que pueden haber por faltas y no por contravención:
multa, inhabilitación, suspensión en el uso de las firmas, clausura, decomiso, amonestación.
Hoy ¿qué está faltando? ¡Está faltando el arresto, compañeros!
O sea que el Código de Faltas que, por ejemplo, prevé como tipos o como sanciones
posibles el abandono de residuos patológicos en la vía pública, no prevé la figura de
arresto. Es que, por supuesto, diputados como Enríquez o como la diputada La Ruffa no
tienen en mente que quizás el Director de un hospital privado, por ejemplo, pueda ser
arrestado por dejar residuos patogénicos en la vía pública. ¡Eso no está previsto! Pero,
desde el punto de vista de estos políticos, que un joven manifestante reclame por educación
o por salario, o que una persona se dedique a la prostitución en una esquina, es una
conducta tan socialmente perjudicial, que merece la más dura de las penas, que es el
arresto. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Por favor, vaya terminando con su exposición.
Sr. Lerner.- Sí, ya termino.
Del mismo modo, una empresa que no tiene elementos de prevención contra
incendios puede ocasionar infinidad de muertes, pero, por supuesto, no tiene previsto el
arresto en el Código de Faltas; un surtidor adulterado tampoco; y la utilización de
armamento no registrado por parte de las empresas de seguridad privada prevista la figura
en el Código de Faltas, no prevé la sanción del arresto.
En cambio, de acuerdo con uno de los proyectos que anda dando vueltas, si un
ciudadano –por supuesto, morocho, joven, humilde y de algún barrio carenciado– tiene una
llave en su bolsillo y no logra explicar cuál es su finalidad, esto se presume como una
conducta pre-delictual y, por lo tanto, le corresponde la pena de arresto.
- Manifestaciones en la sala.
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Sr. Lerner.- Voy a terminar mi idea diciendo lo siguiente: si los legisladores que proponen
estas cosas quieren discutir en serio, sin contrabando ideológico, que admitan discutir esto
en el contexto de la Justicia de Faltas. Allí veremos, recurriendo al principio de
proporcionalidad de la pena, si es justificable el arresto para una persona que ejerce la
prostitución en la vía pública y si, por el contrario, no le corresponde el arresto a aquellos
que tiran residuos patogénicos en la vía pública.
Muchas gracias, compañeros. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Se pueden ir acercando los participantes N° 66, Sergio Omar
Cruz; N° 67, Hernán Julián Covello; N° 68, Hernán Schiller; N° 69, Norberto Daniel
Grillo; y N° 70, Ricardo Enrique Treviño.
66.- Sergio Omar Cruz
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante Sergio
Omar Cruz.
Sr. Cruz.- En primer lugar, me parece oportuno hacer un par de aclaraciones.
Con relación a lo que dicen algunas personas acerca de que el gobierno nos enfrenta
a los vecinos, quiero contarles que yo vivo en Constitución y que tengo que darle una mala
noticia a Raposo Varela: yo no soy su vecina. (Aplausos). Entonces, por favor, ¡no hable
por mí! ¡No haga ni tenga la indignidad de hablar por otros! ¡Nosotras podemos hablar
perfectamente por nosotras mismas! ¡Así que no soy su vecina, Raposo Varela! (Aplausos).
Por otro lado, acá se está discutiendo el mal llamado Código de Convivencia. No
voy a empezar a hablar de lo que significa en términos jurídicos, porque ya lo han hecho
otros participantes y bastante bien.
Simplemente, voy a contar una historia que me involucra a mí y al señor que
preside, que es el señor López. Cuando empezó toda esta historia, el señor López y yo
éramos supuestamente dos ciudadanos, aunque ahora esa categoría sólo le corresponde a él,
y no a mí. Nuestras vidas, como las vidas de 110 travestis asesinadas y miles que hoy no
pueden ni siquiera venir a levantar su voz, han transcurrido por situaciones absolutamente
distintas.
El señor López ha escalado en la esfera social; el señor López es considerado un
ciudadano respetable, aunque ocupe el cargo porque es el cuñado de Ibarra (aplausos),
mientras que nosotras estamos condenadas a una vida miserable; el señor López ha recibido
suculentos sueldos del Estado y, siendo una parte importante en este juego maquiavélico,
jamás intentó producir ni siquiera por una vez algo que provoque una verdadera
convivencia entre todos los ciudadanos de esta ciudad.
Nosotras, tanto los travestis como las prostitutas, tenemos muchas víctimas. Por lo
tanto, queremos decirles a los organismos de derechos humanos que no titubeen y que
nombren a nuestras víctimas, porque hay muchas maneras de matar, no sólo con armas sino
como cuando se nos condena a la miseria; se nos niega el derecho a la educación, a la salud,
a la vivienda; cuando lucran con nuestras vidas; cuando les importa poco que seamos
violadas.
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¡Van a crear un aparheit, una ley talibanesa, un fundamentalismo! Somos violados,
torturados, coimeados; con nosotras se han cometido todos los vejámenes posibles. No
generemos víctimas de primera y de segunda. Todas somos víctimas. (Aplausos).
Otra cosa fascista que se intenta hacer es calificar a los travestis y a las mujeres de
víctimas sólo por ejercer la prostitución. Nuestra vida cotidiana está controlada por el
Estado; él nos dice cómo amar, a quién amar y nuestro cuerpo es de su propiedad.
Otra falacia y otro fundamentalismo que cometen los vecinos es escudarse detrás de
los niños cuando, en realidad, no se hacen cargo de su propia sexualidad. ¿Creen que en
nuestras vidas no hay niños? ¿Que las prostitutas no son madres? ¿Que a nosotras nos han
cagado? Nos han parido; tenemos niños, hermanos y también hemos sido niñas violadas y
prostituidas. (Aplausos).
Los vecinos se ocupan de sus niños de clase media y no se ocupan de nuestras niñas,
que cada día son violadas y explotadas. Además, en muchos casos, son sus propios maridos
quienes sostienen la prostitución. (Aplausos).
Entonces, si defendemos a la niñez hagámoslo en general. Cuando se habla de la
prostitución, generalmente se habla de mujeres y niñas travestis que sistemáticamente son
violadas y sometidas al ejercicio de la prostitución. La prostitución para nosotras no fue una
elección. No es que yo me senté en el mullido sillón de mi casa y dije: “¿Qué puedo ser?
¿Una vecina facha, una prostituta o un travesti? No tuve alternativa; el Estado me ha
impuesto y me ha condenado a la prostitución. (Aplausos).
Otra cosa que quiero decir es que, cuando se nos pide que no nos apasionemos...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor.
Sr. Cruz.- Quiero decirles a estos vecinos nos piden que no nos apasionemos que hay una
realidad concreta. Ustedes todavía tienen instrumentos y el Estado a su favor; nosotras
tenemos nada más que esta mísera y payasezca audiencia para poder expresarnos.
(Aplausos).
Es lógico que nos apasionemos porque se trata de nuestras vidas. Hay una diferencia
sustancial que no debemos olvidar: nosotras defendemos el espacio público porque no
tenemos acceso al espacio privado. El único espacio que tenemos son las calles y las plazas.
(Aplausos).
Por supuesto que sé que todo esto es una payasada y hoy voy a participar del circo
que voy a armar. Pero a los vecinos los veo agazapados y escondidos porque sus jefes
políticos les dijeron que bajen el perfil ¿Dónde está su amigo, el comisario Fernández?
¿Dónde está?
Por último, para concluir, les quiero decir a los señores legisladores y legisladoras y
a todas las autoridades que la historia no los absolverá. Muchas gracias. (Aplausos).
67.- Hernán Julián Covello
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 67, señor Hernán Covello.
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Sr. Covello.- Buenas tardes.
En primer lugar, reivindico este instrumento de la audiencia pública y reivindico
nuestra Constitución porteña que, con estas reformas que quieren impulsar, lo único que
van a hacer es pisotearla y violarla porque son contrarias a nuestra ley suprema, que es la
Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. (Aplausos).
Estos instrumentos, como la audiencia pública, son para aprovecharlos, para hacer
sentir la presión de la opinión pública. Les hace bien a las instituciones porque, para
construir una mejor democracia, hay que participar, exigir, controlar, investigar y unirse a
otros vecinos.
Todos sabemos que la situación no es la misma luego del 19 y 20 de diciembre de
2001; ningún funcionario puede desconocer que hoy los vecinos estamos mucho más que
atentos a sus actos.
Hoy nos convoca un tema muy sensible para la ciudad como es el Código de
Convivencia o Contravencional, la supuesta necesidad de reformarlo y la urgencia de
algunos sectores por reformularlo. Convencido estoy de que si hay que modificar las leyes
o los códigos para hacerlos más efectivos, la reforma debe hacerse en el sentido del avance,
de empujar la rueda del progreso, de hacer más eficaz el goce de derechos y garantías y no
del retroceso, como pretende la derecha autoritaria y conservadora de nuestra ciudad.
Habría que recordarle a la derecha que perdió las elecciones y entonces no puede –y no se
lo vamos a permitir– imponer su plataforma de seguridad ciudadana.
Las reformas que se plantean deberían avanzar hacia un concepto mucho más
integrador de la seguridad como derecho ciudadano o como fuerzas de seguridad
preocupadas por garantizar el ejercicio pleno de los derechos de cada habitante de Buenos
Aires en paz y no ocupadas en otros menesteres.
Durante mucho tiempo, desde los sectores más conservadores se nos quiso hacer
creer que democracia y seguridad eran dos conceptos opuestos. La reforma debe superar
esa visión tan demagógica como conveniente. Sin democracia, la seguridad se reduce a la
represión autoritaria; sin garantizar el derecho a la seguridad ciudadana, la democracia se
achica, se deteriora, porque la gente participa menos si se siente más insegura; y, sin
participación, no se profundiza la democracia para hacerla verdaderamente real y así
mejorar la calidad de vida de todos.
Estos sectores políticos, como el conducido por el empresario Mauricio Macri, hace
unos meses vienen con esta urgencia y proponen una dura y restrictiva reforma al Código
de Convivencia, como si no hubiera verdaderas urgencias en nuestra ciudad. Lo único que
buscan son réditos electorales, con shows mediáticos y demagógicos pidiendo mano dura, y
confundir a la gente, porque no es lo mismo delito que contravención. Pretenden resolver
los problemas de la democracia otorgando nuevamente a la policía ciertas facultades que
seguramente las utilizarán con la misma arbitrariedad con la que las usaban antes de que
entrara en vigencia este código. Me refiero a aquellos años en los que se hacía uso y abuso
de los malditos edictos policiales que sólo sirvieron para llenar cajas negras y restringir
nuestras libertades. (Aplausos). Bajar la edad para poder penar a los menores de 18 años es
culpabilizarlos de la descomposición social y de sus consecuencias. (Aplausos). Es
arrojarlos a la nada sin darles oportunidades.
Reprimir, criminalizar y judicializar la protesta social en un país con más de la
mitad de la población bajo la línea de pobreza, gracias a los planes económicos aplicados
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desde 1976, es no comprender la historia reciente, ni la terrible realidad de millones de
habitantes, porque el hambre no se soluciona ni con palos ni con balas, sino con educación
y con trabajo. (Aplausos).
Reinstalar la figura del merodeo o el acecho puede llevar a que se detengan a
personas por “portación de rostro”, prohibir el laburo de cartoneros, artistas callejeros y
perseguir la oferta de sexo en la vía pública estoy seguro que no hará mejor la convivencia.
Estoy seguro que todo lo mencionado no hará mejor nuestra convivencia.
Los legisladores y funcionarios que nos urgen con estas reformas deberían saber que
son inconstitucionales y que se oponen a los artículos 10, 11, 12 y 13 de la Constitución de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y son contrarias a los tratados de derechos humanos
que tienen rango constitucional.
Sr. Coordinador (Davide).- Señor: vaya finalizando su exposición, por favor.
Sr. Covello.- Debemos organizarnos, juntarnos y difundir en la calle para seguir
oponiéndonos a estas retrógradas y reaccionarias reformas, y no dejar que nos engañen y
nos confundan, porque no queremos otra masacre de Floresta ni otro Ezequiel Demonty, ni
tantos otros que fueron víctimas del abuso policial. (Aplausos).
Solamente con justicia social, igualdad de oportunidades, tolerancia, vigencia plena
de las libertades, defensa de los derechos humanos y de las garantías constitucionales,
construiremos una mejor convivencia en una sociedad donde haya lugar para todos y donde
exista el respeto mutuo. Y eso no se logra sobre la base del miedo y el terror. Ésas son las
verdaderas urgencias. Esos son los desafíos que tenemos por delante y que no se solucionan
con el facilismo demagógico de la mano dura, sino yendo a las causas y buscando
colectivamente soluciones integrales, no parches para buscar más votos. (Aplausos).
Como joven nacido en esta Ciudad de Buenos Aires seguiré luchando por estos
desafíos y me seguiré oponiendo con todas mis fuerzas a estas propuestas reaccionarias
que, de aplicarse, estoy seguro que harán peor nuestra convivencia, porque la violencia
engendra violencia y porque los problemas de los democracia se solucionan con más y
mejor democracia.
Muchas gracias. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante 68,
señor Hernán Schiller.
- El participante no se hace presente.
69.- Norberto Daniel Grillo
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante 69,
señor Norberto Daniel Grillo.
Sr. Grillo.- Buenas tardes a todos.
Soy Mayra Grillo. Soy representante de la Fundación “Buenos Aires SIDA”, y voy
a ser muy breve.
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Voy a hablar por mí y por todas las chicas que están conmigo. Soy profesional,
como algunas chicas que tienen su título. Soy enfermera, y no me gustaría que saquen el
código. ¿Por qué? Por que yo, como tantas otras, no podemos ejercer nuestra profesión.
Teniendo un título como el que tengo, no puedo ejercer mi profesión porque soy
discriminada, como todas. Y esto es muy doloroso. Hay muchas chicas que no están solas,
tienen a cargo a sus padres, como los tengo yo. Yo no tengo apoyo de nadie, no tengo
hermanos y, realmente, tengo que ejercer la prostitución. Es muy triste, porque mis padres
están muy enfermos, y no puedo trabajar, no puedo realizar ningún trabajo. Entonces, me
dolería mucho que saquen el código.
Además, quiero que no volvamos atrás. Me acuerdo que he salido a prostituirme en
los años ’80, la época de Raúl Alfonsín, cuando éramos reprimidas como en la época de los
militares. Por lo tanto, me dolería mucho volver a años atrás.
Quiero decirles que estoy en un microemprendimiento y hace tres meses que no nos
pagan. Es un microemprendimiento de peluquería que realizamos, y con el pago de ello
trato de sustentarme para no salir tanto a la calle.
También quiero decir que no estoy de acuerdo en ejercer la prostitución a puertas
cerradas, como algunos aquí plantearon. Yo no lo veo como una solución. ¿Saben por qué?
Porque hay que coimear a la policía para poder trabajar a puertas cerradas; digo esto porque
yo ya lo he pasado. Es decir, se coimea a los policías para poder trabajar libremente
adentro. Entonces, no.
Hoy han estado aquí vecinos del Barrio de Constitución. Yo vivo en Barracas, ando
por Constitución y algunos vecinos están de acuerdo con nosotras; no como el señor
“Rapo” que habló por “todos los vecinos”. No, ese señor está equivocado. Hay vecinos que
nos cuidan; hay vecinos que están con nosotras. (Aplausos). También está esa señora que
dijo “los invito a ver”. Yo también los invito a todos los vecinos a ver cuando los
cartoneros tienen que salir a la calle para llevarles el pan a los chicos, no solamente las
prostitutas, sino también los cartoneros y los vendedores ambulantes que se ganan el pan.
(Aplausos).
Entonces, lo único que yo les pido a los señores legisladores es que, si tienen un
poco de conciencia, pasen por allí y vean. Digo esto porque ellos no van por Constitución
cuando los cartoneros o las cartoneras tienen que andar con los bebés para juntar cartones
para que esos chicos no se mueran de hambre. (Aplausos).
Nada más. Buenas tardes.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante 70,
señor Ricardo Enrique Treviño.
- El participante no se hace presente.
Sr. Coordinador (Davide).- Vamos a convocar a los cinco participantes que continúan en
la lista. Ellos son: N° 71, Gerardo Daniel Etcheverry; N° 72, Olga Sara Vega; N° 73,
Josefina Beatriz Marino; N° 74, María del Carmen Verdu y N° 75, Ramiro Geber.
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71.- Gerardo Daniel Etcheverry
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante 71,
señor Gerardo Daniel Echeverry. (Aplausos).
Sr. Etcheverry.- Compañeros y compañeras: en primer lugar, quiero manifestar algo que
ya han señalado buena parte de los compañeros que me precedieron. El Código
Contravencional es un código que contiene normativas penales. No hay ninguna
justificación legal ni constitucional para este código, que ya hoy existe. La Constitución
Nacional da las facultades de sancionar el Código Penal al Congreso de la Nación –que
hagan un desastre, que hagan un código de clase y todo eso que existe ya que el Código
Penal es absolutamente represivo hacia los pobres–, pero lo que no cabe duda es que los
legisladores de la ciudad no pueden sancionar un Código Penal de la Ciudad, que es lo que
es el Código Contravencional. (Aplausos).
Como ya dijeron otros compañeros, el Código Contravencional es una de las formas
de control social sobre los pobres; otra es el Código Penal y, otra gravísima –que, en
realidad, consideramos que fue derogada por la Constitución de nuestra ciudad, pero nadie
tuvo el valor político para plantearlo desde los puestos de gobierno– es la averiguación de
identidad, que es una normativa local de la Policía Federal Argentina, que les permite
detener a quien sea, aunque sólo sea por la cara, siempre y cuando no haya llevado el
documento. Ésta es una forma de detención arbitraria y también debemos luchar por su
derogación. (Aplausos).
Decía que hoy el Código Contravencional es algo con que no estamos de acuerdo.
No estamos de acuerdo con este código. Y hay muchos ejemplos para demostrar cómo este
código sirve para la represión, tanto de los pobres como de aquellos que se organizan para
luchar.
Este viernes hay un dirigente piquetero, Beto Ibarra, que va a ser sometido a un
juicio contravencional por la terrible acción de haber participado hace un año atrás en una
movilización contra la guerra. En el mismo momento en el que en todo el mundo había
movilizaciones contra la guerra, acá se consideraba que esa movilización era una
movilización que violaba el Código Contravencional. Éste es un ejemplo; pero también
tenemos los ejemplos de todos los días de los compañeros y las compañeras perseguidas
por el Artículo 71.
Y acá hay que señalar otra cuestión: el Artículo 71, que no existía en el primer
Código Contravencional del año 1998, es una clara muestra de cómo determinados
legisladores –la gran mayoría y también los sucesivos gobiernos ejecutivos– se fijan en la
opinión pública de los vecinos de Derecha y de los vecinos de la “cana”, y no se fijan en la
opinión de las mayorías populares. (Aplausos) Porque acá hubo fuertes presiones de
aquellos sectores con conexiones con la Policía Federal argentina, en especial con el ex
superintendente de Seguridad Metropolitana, Luis Santiago Fernández, un comisario
federal que fue procesado por sacar dinero de la caja de jubilaciones de la propia policía.
Ese era el hombre que se reunía con los vecinos para plantear que con el Código
Contravencional, al derogarse los edictos, iba a haber menos seguridad para los vecinos.
Y esto no es lo único. Hubo un jefe de la Policía Federal muy reciente, un tal
Giacomino, que no fue removido al ser designado el presidente Kirchner. Éste fue
ratificado en su cargo –después también lo tuvieron que sacar por chorro– entre otras
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razones, porque Ibarra habló bien de él. Giacomino fue el primer jefe de la Policía que,
después de la derogación de los edictos policiales, se atrevió a reclamar que estuvieran de
nuevo vigentes. Entonces, no podemos esperar de este gobierno, que bancó a Giacomino,
una posición progresista. Yo por lo menos no lo espero. (Aplausos).
Entre los distintos proyectos que hay en este momento en danza, la mayoría plantea
el tema de la reincidencia. El gobierno de la Ciudad también dijo que está de acuerdo en
sancionar la reincidencia, cuando incluso fiscales contravencionales como Cevasco,
plantean que la reincidencia es inconstitucional en las contravenciones. Entonces, Ibarra, ex
fiscal, está a la derecha de fiscales contravencionales actuales. (Aplausos).
Sobre el tema de la edad hay un debate entre Ibarra –en las dos versiones de
proyectos que hay– y los sectores de López Murphy y Macri. Estos últimos quieren que a
los pibes de 14 y 16 años de edad se los pueda sancionar, por ejemplo, por pelearse a la
salida de la escuela, porque la pelea, aún cuando no haya lesiones para nadie, es uno de los
tipos contravencionales que sus proyectos plantean. En este punto, Ibarra se queda con la
edad de 18 años.
El tema del “merodeo” Ibarra no lo contempla, pero el gobierno de la Ciudad apoya
uno de los dos proyectos de diputados que apoyaron a Ibarra, el proyecto de los diputados
De Giovanni y Giorno, que plantea una especie de “acecho” y de “merodeo” light –pero no
tanto–; esto es, la permanencia injustificada. Así, podrían detener a personas si estuvieran
en las adyacencias de una cantidad de lugares, entre ellos, los bancos. Si uno se ubica en
algún lugar de la Plaza de Mayo, verá que hay bancos en todas las adyacencias; si uno va a
hacer un reclamo a la vieja CMV, actual Instituto de la Vivienda, va a ver que hay un
Banco Ciudad al lado. O sea que, en cualquier lugar en donde estuviéramos –salvo en la
zona sur, donde hay pocos bancos y reparticiones–, nos podrían detener con esta
herramienta legal. Entonces, es un “acecho” y “merodeo” que tratan de improvisar, porque
saben que es inconstitucional.
Claramente, hay proyectos, como el último que presentó Macri, que están orientados
hacia la represión de toda movilización. Un ejemplo es que plantean el desorden en la vía
pública en caso de movilizaciones. Penan la negativa a disolver una manifestación.
Entonces, el oficial de turno podría decir “disuelvan”, y si no disuelven, están cometiendo
una contravención; y con esto estaríamos hablando de unos veinte días de arresto. También
hablan de la oposición a actos de la autoridad. Por ejemplo, un desalojo, que es
inconstitucional, sería legal. Hay otro punto, que sanciona los escraches. En fin, tenemos
una larga batería.
Por otro lado, tenemos el ejemplo del proyecto de la diputada oficialista Moresi, que
sancionaría a quienes le cambian el nombre a las calles, como ocurrió con la calle Estados
Unidos, que le pusieron “Pueblo de Irak”, o a la calle Ramón L. Falcón, que la cambiaron
por “Radowitzky”. Y así podríamos seguir.
Para cerrar quería recordar que, como plantearon otros compañeros antes, este
jueves se va a tratar el proyecto de ley parche para modificar el Código Procesal
Contravencional, con el fin de introducir la posibilidad de sancionar algunas conductas que
fueron pasadas de la Justicia nacional a la Justicia de la Ciudad. El gran riesgo de esto es
que el proyecto que hay en este momento eliminó la mayor parte de las pocas cosas buenas
que tenía el proyecto oficialista y terminó siendo un proyecto de menos garantías que las
que nos puede dar el Código Procesal Penal.
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Nuestra reflexión fundamental concluye en que no queremos la autonomía para
tener menos derechos que antes, sino para tener más. (Aplausos).
72.- Olga Sara Vega
Sr. Coordinador (Davide).- Tiene la palabra la participante Nº 72, Olga Sara Vega.
Sra. Vega.- Esto es una audiencia, y yo vine a oír, tanto a los que me gustan como a los que
no me gustan. Me encanta que la gente proteste por cualquier cosa, aunque sea por un
chicle en la calle. Yo siempre voy a las marchas. Si me gustan bien, si no, discuto con los
que están en las ellas. Pero en un lugar cerrado, oigámonos, aunque más no sea para
repudiarnos.
Voy a empezar por decir que el peor pecado y el peor delito es la mentira. Yo creo
que es peor que el crimen y que el robo. Dicen los musulmanes que “el que miente roba y el
que roba mata”. Y aquí hay muchos mentirosos. Quisiera decir de la clase política, así
como hablan de una “maldita policía”, que es la “maldita clase política”. Porque yo soy
muy política, pero también soy independiente. Voto a quien me parece y al que me
traiciona lo insulto .
Es una mentira decir “Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, porque no es autónoma.
En las formas políticas de gobernar un país –hasta que no haya una mejor, que yo creo que
la hay– son tres los poderes que actúan. Si el Poder Legislativo se cerrara, ganaríamos
mucha plata, porque si hubiera dos, tres, cuatro, cinco o diez leyes buenas, sabias y eternas,
el Ejecutivo las tendría que hace cumplir. Sin embargo, ni el Ejecutivo de la Nación ni el de
la Ciudad nos han servido, porque no han hecho cumplir nada.
Si acá hay alguien que tiene que ser penalizado es el señor Ibarra, ya que no
cumplió con la Constitución, que habla de las comunas. La señora Pierini, que no se animó
a subir al atril, hubiera tenido que tener miedo y vergüenza de haber sido, primero
legisladora –que no sirvió para nada–, y después, defensora del pueblo, ya que un pueblo no
necesita tener defensor con un gobierno decente, es el propio gobierno el que nos tiene que
defender. ¿Cómo nos va a defender del gobierno alguien que fue del gobierno? No tiene
que existir la Defensoría, o bien, el gobierno no sirve. Sepamos elegir en todo caso.
¡Echémoslos a patadas y que se vayan todos! (Aplausos).
Pero lo más grotesco, grosero y obsceno es que esta defensora del pueblo, que la
tendría que haber elegido el pueblo, se elija a sí misma. No tiene vergüenza, pero debería
tener miedo y vergüenza por haber aceptado ese cargo.
Lo que sí hace falta es el Poder Judicial, porque un pueblo se forma por la necesidad
de ser amparado y tener justicia. ¡Un Poder Judicial nuestro!
El señor Antonio Cafiero no tiene que estar suelto; primero, porque no es porteño.
Soy porteña de tercera generación, no porque lo elegí, sino porque me hicieron nacer acá.
Yo hubiera querido nacer en la Patagonia, en Ituzaingó, en Merlo, o en cualquier lado.
Pero yo quiero al lugar en el que nací.
El señor Cafiero –creo que está trabajando por la provincia de Buenos Aires– tuvo
que intervenir para cercenar la autonomía. ¿Y la clase política? ¿Cómo los peronistas no lo
echaron a patadas del partido? ¿¡Los radicales, que eligieron a De la Rúa!? ¿¡Y los
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socialistas!? ¡La Porta decía: “Mi amigo Fernando...”! (Aplausos). ¡E iba “arrastrándose” a
pedirle un cargo!
Voy a hablar como porteña. Creo que soy la más vieja de toda la sala, y les puedo
decir que Buenos Aires era tranquila; era linda y era buena. ¡Y el vigilante que ustedes
repudian nos cuidaba! Yo tenía unos hermanos terribles, que hacían de todo, y el vigilante
los traía de una oreja, y tocaba el timbre de mi casa.
La policía –pero la buena policía– es necesaria. ¿Y quién tiene la culpa de que no
haya buena policía? ¡La clase política! Porque hay que tomarles examen a los legisladores,
al presidente, a los policías y también a los maestros.
Yo soy maestra, pero pienso que también habría que sacar a los maestros, porque no
supimos formar mandatarios como la gente, ni supimos formar a un pueblo que sepa elegir.
Una señora dijo: “Yo voté a Ibarra”. Entonces, embrómese. Y ahora, aguánteselo.
Yo no lo voté. (Risas y aplausos).
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Vaya terminando, señora, porque su tiempo está por
concluir.
Sra. Vega.- Lo que quiero decir es que ya no saben ni mentir, ni hablar.
Al señor Ibarra –fue una desgracia, pobre–, cuando inauguró las sesiones en la
Legislatura, se le escapó que en la agenda no estaban las comunas. Nosotros, los vecinos,
queremos las comunas. ¡Queremos elegir a los jueces! Y no que el juez esté allá lejos, sin
que lo conozcamos, sino cerca, como vecino, para ir a decirle a la mamá que tiene un hijo
sinvergüenza, ¡y que toque el timbre!
¡Al vigilante lo quiero elegir! Quiero que sea mi amigo, y que sea un orgullo ser
vigilante, aumentándoles el sueldo, por supuesto.
¿Por qué un legislador, que no arriesga el pellejo, y no es insultado, como un
vigilante, gana más que ellos? A los vigilantes no les tengo miedo. No sé por qué; debo ser
más fuerte, o ellos deben tener miedo de algo. Realmente, no sé por qué.
Suponiendo que sea un buen vigilante, que me va a defender a mí –de que me violen
no, porque ya es tarde (risas)– de que me roben, o me maten...
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Señora: por favor, vaya concluyendo, porque su
tiempo terminó.
Sra. Vega.- Quiero que el vigilante esté bien pago. Porque la clase política tendría que estar
compuesta por vigilantes, maestros, zapateros, lo que fuera, que presten un servicio y
conserven sus sueldos.
Una vez Jaroslavsky, que en paz descanse –o, mejor dicho, que no descanse en paz
(risas)...
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Señora: por favor, vaya redondeando, porque su
tiempo terminó.
Sra. Vega.- ...dijo que únicamente los ricos podían llegar a ocupar los cargos. ¡No, señor!
Porque si hay un desocupado, o alguien muy pobre, y vale la pena, le pagaremos como a un
maestro.
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Y ustedes van a ver qué bien van a estar todos los maestros, qué educado va a estar
el pueblo. Pero, claro, a ellos no los van a elegir. ¿Se dan cuenta?
Aquí no se habló de eso. Y no se ha hablado, entre otras cosas, del señor Ibarra. Yo
no sé si va a ir al purgatorio, pero si yo me asomo y los veo, me quiero ir al infierno...
(Risas y aplausos).
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Señora: por favor, vaya concluyendo, porque su
tiempo terminó.
Sra. Vega.- Lo más importante en la vida es la salud. Hay que ver lo que son los hospitales.
Los hospitales deben atender a la gente de su barrio, y a los que tienen que viajar
para que los atiendan.
Yo voy a atenderme al Hospital Rivadavia; mejor dicho, voy a ver cómo anda la
cosa, pego media vuelta y me voy, porque tengo que hacer unas colas... ¡Si me dan turno
para hacerme análisis de sangre para dentro de cuatro meses!
¿Qué hace el señor Solá? ¿Qué hizo Duhalde? ¿Qué hicieron todos? No hay nada
destacable de los últimos tiempos, o por lo menos yo no lo vi.
La historia que conocemos –tiene razón Maradona– son todos cuentos. Yo no creo
ni en los próceres, porque cuando yo no esté, y ustedes tampoco, alguno de los que hoy
están en el Gobierno va a aparecer en los libros como prócer. ¡Y es mentira!
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Señora: por favor, le pido que redondee, porque su
tiempo terminó hace rato.
Sra. Vega.- El señor Ibarra dijo que no puede aumentar los sueldos porque, si no, no
pueden seguir haciendo subterráneos.
Es una locura que en una ciudad de la República Argentina –¡cuatro millones de
kilómetros cuadrados!–, un país despoblado, haya que hacer subterráneos. ¿Por qué no
hacen política poblacional?
El señor Ibarra, cuando era jovencito, era muy buen mozo; ahora ya ni eso. Yo le
tuve un poco de confianza, pero nunca me recibió. ¡Nunca! Y eso que era un simple
concejal. Ahora no me interesa que me reciba, porque aunque yo le hable, él no va a
entender... Está con los demonios y el circo. (Aplausos).
Señores: ¡han degradado la ciudad! Que es de todos –sobre todo, de los porteños–;
han hecho subterráneos, que es peor que una central nuclear, porque a lo mejor dentro de
dos mil años las centrales nucleares se pueden habitar. ¡Los huecos que han hecho debajo
de la tierra no se pueden rellenar nunca más! ¡Es ridículo que en una ciudad despoblada
haya que viajar debajo de la tierra, como gusanos! ¡No se ven ni los negocios! No sé cómo
los comerciantes no protestan cuando hacen un subterráneo. ¡Y con crédito externo!
¿Quién lo va a pagar?
Sr. Presidente (López).- Por favor, señora, su tiempo concluyó. Está utilizando tiempo que
le otorga la ley, no yo.
Sra. Vega.- Entonces, ocúpense de todo eso. (Aplausos).
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Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra la
participante Josefina Beatriz Marino.
- La participante no se hace presente.
74.- María del Carmen Verdú
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra la
participante María del Carmen Verdú.
Sra. Verdú.- Buenas tardes.
Soy integrante de la CORREPI, Coordinadora contra la Represión Policial e
Institucional. (Aplausos).
Nosotros creemos que no se puede discutir el Código Contravencional, ni éste ni
cualquier otro, sin analizar en su conjunto todo el sistema de facultades policiales para
detener personas arbitrariamente.
En el territorio nacional coexisten una serie de normas y prácticas que permiten a la
policía y a otras fuerzas de seguridad realizar detenciones en violación del precepto
constitucional que –como ya ha sido dicho desde este estrado– solamente habilita a realizar
esas detenciones en caso de flagrante delito o en caso de orden escrita emanada de
autoridad judicial competente.
Sin embargo, los códigos contravencionales, el de la Ciudad y cualquiera de los
códigos provinciales similares, son solamente una parte de ese conjunto de normas que se
completan con la más fabulosa herramienta de control social de que dispone la Policía y el
resto de las fuerzas de seguridad en la Argentina, que es la facultad para detener personas
por averiguación de antecedentes o para identificarlas.
Hay otras hipótesis, en cambio, que ya ingresan en el terreno de las prácticas no
normadas, pero que se ejercen cotidianamente, como es el caso de las racias.
Todo este conjunto de normas y de prácticas es ampliamente conocido por cualquier
persona que haya caminado por las comisarías en defensa de las víctimas de todo este
sistema. Y cualquiera que haya hecho alguna vez esa experiencia sabe que la policía
primero detiene, y después decide si aplica una averiguación de antecedentes, si inventa
una contravención o si imputa un delito de los que después se ponen de moda, como
sustitución, incluso, de los viejos edictos policiales. Esto nos ocurre cotidianamente con los
detenidos en marchas y movilizaciones, con lo que llamamos el “Combo Manifestaciones”
–atentado, resistencia a la autoridad, daño y lesiones. (Aplausos).
Esa determinación a posteriori del motivo de la detención, que es absoluta y
totalmente cotidiana –así funciona: primero se detiene, y después se clasifica– es,
precisamente, lo que demuestra la total arbitrariedad del sistema y lo que confirma que su
principal objetivo es el ejercicio del control social.
El control social –como ya se ha dicho esta tarde– se efectúa sobre los sectores más
desprotegidos, sobre los pobres, los jóvenes, los diferentes, sobre las minorías
discriminadas desde el poder –fundamentalmente, sobre los que protestan– y también, peor
todavía, sobre los que nos organizamos para protestar (aplausos), ya sea que estas
detenciones vengan de la mano de una Doble “A”, de una contravención o de lo que sea,
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son una pena en sí misma. Una pena que la policía aplica a aquellos que ingresan en el
territorio de la noción subjetiva de “sospechosos”, de acuerdo con el inefable olfato policial
que nunca nadie ha podido definir.
En definitiva, no interesa si hablamos de doble A o de contravenciones, ya que el
resultado es el mismo: puro ejercicio de control social, sin perjuicio de otros fines. Aunque
todavía hay un fin institucional: el de demostrar una eficiencia en la prevención del delito
–están muy lejos de eso–, prevención que no pueden llevar a cabo, porque ellos son los que
protagonizan o los que administran esos delitos aberrantes. (Aplausos).
Hay un tercer objetivo de este sistema de detenciones arbitrarias, que a veces es
institucional, mixto o particular y que es, obviamente, el de las cajas, que no son tan chicas.
Cuando la Ciudad de Buenos Aires derogó los edictos policiales, desde la
CORREPI dijimos: “¡Esto, compañeros, no sirve para nada, si no se deroga la Ley 23.950
que permite la averiguación de antedecentes! ¡Y no sirve para nada, si se vota un Código
Contravencional que tenga hipótesis de arresto o detención!
En la Constitución de la Ciudad se introdujo una cláusula que ha sido citada hasta el
cansancio en el día de hoy, y que actualmente los legisladores borran con el codo, y que ha
derivado en ser la norma más abstracta de la historia jurídica argentina. Me refiero al
Artículo 13 de la Constitución de la Ciudad que prohíbe criminalidad sin delito, delito de
autor, detención preventiva en materia contravencional; mientras miles y miles de personas,
cotidianamente, son detenidas por estas causas. No importa si en el caso concreto la
persona sale de la Comisaría con una doble A, con una contravención o con qué, pero lo
cierto es que sin haber cometido delito alguno es detenida. ¡Y esas detenciones son la
puerta de entrada a la tortura y a la muerte en comisarías! (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Señora Verdú: vaya redondeando su exposición.
Sra. Verdú.- Hace menos de un año, me tocó explicar este sistema de detenciones
arbitrarias ante una audiencia mucho más difícil: los jueces de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos durante las audiencias del caso Bulacio.
Yo le tuve que explicar a estos jueces que un detenido por un delito –por más grave
que sea– en la Argentina, tiene más derechos que un detenido que no cometió delito alguno
y que fue detenido porque a un policía le pareció que tenía cara de sospechoso.
¡Le tuve que explicar a estos jueces que en la Argentina le exigimos a un juez o a un
fiscal que funde el pedido de detención de una persona, pero que un policía detiene a quien
se la canta las pelotas! (Aplausos).
Finalmente, los jueces de la Corte Interamericana, con todos los elementos
normativos a su mano y después de escuchar el testimonio de expertos, de testigos y del
Estado Argentino –que trató de justificar y de controvertir lo que nosotros habíamos dicho–
dictó sentencia. ¡Y dictó sentencia condenando al Estado argentino a derogar todas las
normas que permiten la detención arbitraria de las personas! (Aplausos). ¡Y condenó al
Estado argentino a cesar con las razias! ¿Pero qué hizo el Estado argentino a seis meses de
esa sentencia? ¡Nada! ¡Absolutamente nada!
Pero el Gobierno de la Ciudad va más allá, porque además de no derogar las normas
que ya violan por sí y que constituye delito de desobediencia del fallo de la Corte
Interamericana –que es obligatorio para el Estado argentino–, quiere empeorar todavía más
nuestra situación de precarias libertades democráticas.
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Las modificaciones al Código Contravencional que proponen los distintos proyectos
de reforma, sólo agravarán la situación de desobediencia del Estado argentino frente al fallo
de la Corte. Pero la subsistencia del actual código y de la Ley 23.950 en el ámbito de la
ciudad es igualmente violatorio de los derechos de las personas, conforme a estos
estándares internacionales que no cayeron de Marte, ya que la Argentina firmó y se obligó a
respetarlos. (Aplausos).
Y no nos vengan con que la Ley 23.950 es una ley de la Nación, por lo que la
Legislatura de la Ciudad no la puede derogar. La Ley 23.950 fue dictada por el Congreso de
la Nación en el ejercicio de la función que tenía entonces, antes de la autonomía de la
ciudad como Legislatura local.
¡Y no nos vengan tampoco, por favor, con que no le pueden dar órdenes a la policía!
¡Bien que cuando quieren hacer convenios multimillonarios para que les manejen el tránsito
o para patrullar las plazas hacen convenios con ellos y les dan órdenes! ¡Y bien que pueden
darles órdenes para que repriman a los vendedores ambulantes o a la gente del Padelai!
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Señora Verdú: su tiempo ha terminado.
Sra. Verdú.- ¡Entonces, no nos vengan con que eso sí pueden ordenarlo, pero que no
pueden ordenarles respetar nuestros derechos!
Hay cuestiones, compañeros, que requieren tomar partido: se está por las libertades
democráticas o se está en contra, cercenándolas.
¡No hay Código Contravencional, ni éste ni ningún otro! ¡No a la averiguación de
antecedentes! ¡Basta de detenciones arbitrarias! ¡Walter Bulacio y 1.500 pibes asesinados
por la policía... presente!
Varios participantes.- ¡Presente!
- Manifestaciones en la sala.
75.- Ramiro Geber
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor
Ramiro Geber.
Sr. Geber.- Mi nombre es Ramiro y yo también soy militante, no abogado, de la
CORREPI. (Aplausos).
Es muy difícil hablar después de María del Carmen, de Luz, de Gerardo y de mis
compañeros. De todas maneras, quiero empezar mi alocución denunciando el vaciamiento
que hizo de esta audiencia el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ya que es parte de
una política estratégica que tiene el gobierno, que el 19 y 20 de diciembre terminó con el
helicóptero de De la Rúa y que, sin duda alguna, estas reformas también pueden ser el
punto de inflexión para echar a Ibarra y a sus acólitos funcionarios. (Aplausos).
¡Les queremos decir a esos funcionarios del gobierno que no venimos a hacer acá un
proceso de catarsis psicológica! ¡No venimos a hacer catarsis!¡Venimos a denunciar las
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arbitrariedades cometidas por la policía, que le son funcionales al gobierno del presidente
Kirchner y al de Ibarra por querer hacer funcionar su política de clase!
¡No venimos a hacer catarsis! ¡Venimos a continuar con nuestra política de lucha
que llevamos adelante desde hace 12 años! ¡Hay 1.500 casos; no son 1.500 errores, no son
1.500 excesos; son 1.500 víctimas de gatillo fácil, de represión policial e institucional! ¡No
le queremos dar más facultades a la Federal, ni tampoco queremos policía municipal!
(Aplausos). ¡No queremos grupos parapoliciales por la provincia de Buenos Aires de la
mano de Solá, de los intendentes de Lomas de Zamora y de Avellaneda! ¡No queremos
encontrarnos con represores que tengan facultad para disparar y no para detener en la calle!
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Geber.- ¡No queremos más hombres como Giacomino, que no sólo tiene sus manos
sucias de plata, sino de vergüenza! ¡No queremos hombres como Santos coordinando una
operación en contra del pueblo como el 19 y el 20! ¡No queremos un gobierno que no nos
escuche! ¡Queremos que nos oigan! ¡Queremos ejercitar nuestro compromiso ciudadano!
¡Queremos decirles que ahí debería estar el responsable político de la Ciudad de Buenos
Aires, que está ausente de su función desde hace cuatro años, porque no existiría Ibarra sin
un Macri que banque la campaña por detrás. (Aplausos). ¡Y no existiría un Macri sin un
gobierno como el de Ibarra que lo banque políticamente! (Aplausos).
Además, queremos decirle al señor Secretario de Seguridad, el doctor López
–cuñado de Ibarra–, que ya denunciamos la existencia de miles de ciudadanos y grupos
populares que están proscriptos. Porque esta asamblea, señores, se está desarrollando en un
día laboral a las 11 de la mañana, si no hubiéramos sido miles oponiéndonos al Código. Eso
es porque tienen miedo, porque esos miles ocuparían plazas y espacios públicos en la
Ciudad de Buenos Aires manifestándose. Tuvieron que hacerlo en un día laboral para que
seamos unos pocos y poder, luego, escudarse en nuestro número para después traer sus
políticas represivas. (Aplausos).
Ya termino, señor presidente. No se preocupe por el tiempo; sé administrarlo bien.
(Aplausos).
Señor presidente: usted hizo una declaración en medio de esta audiencia pública en el
sentido de que había que considerar los justos reclamos de la ciudadanía. Transmítale a
Ibarra que el justo reclamo de la ciudadanía es el compromiso político que tiene que tener
para no establecer nuevas herramientas represivas, para que no haya nuevos Bulacio,
Ezequiel Demonty ni dos mil quinientas víctimas más del gatillo fácil. Transmítaselo
porque si no, él también va a ser responsable de las víctimas del gatillo fácil hasta el día de
su muerte. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra la
participante número 76, Amalia Beatriz Molinari.
- La participante no se hace presente.
77.- Elizabeth Dos Santos Linhares
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Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra la
participante número 77, señora Elizabeth Dos Santos Linhares.
Sra. Dos Santos Linhares.- Buenas tardes a todos.
No quiero faltarles el respeto a todos los importantes compañeros que hablaron con
conocimiento de causa como los de la CORREPI y los de los grupos minoritarios que
vienen dedicando, desde hace muchísimo tiempo, parte de sus vidas a la lucha por las
injusticias que se cometen en esta ciudad.
Mi nombre es Elizabeth Dos Santos y pertenezco a la asamblea de San Telmo, pero
hoy estoy acá como vecina de esta ciudad. Para mí, es indiscutible la libertad absoluta de
toda persona, más allá de su raza, credo, distinción sexual o cualquier otra característica.
Por otro lado, comparto con la señora Angélica que este púlpito está puesto
equivocadamente porque nosotros tendríamos que estar hablando de frente a las autoridades
que, supuestamente, nos tienen que representar.
Quiero decirles que el traspaso de la Policía Federal al ámbito de la Ciudad estaba
propuesto desde hace bastante tiempo. Hubo tiempo suficiente para elaborar un Código
Contravencional que fuera un orgullo para esta Ciudad, que fuera fundamental, que fuera
ejemplo para todas las provincias de nuestro país, en las que la situación de todos los
habitantes con respecto a la represión policíaca es peor que en la Ciudad.
Hay algo en lo que discrepo con los compañeros: me niego a llamar a esto un
proyecto de Código siquiera. Señores del gobierno: para mí esto es solamente un panfleto
neo nazi y no otra cosa. Es un insulto a la inteligencia de cualquier ciudadano. (Aplausos).
Yo no soy política ni abogada; soy, como decía Neustadt, una Doña Rosa cualquiera
que un día se dio cuenta de que tenía que salir a la calle a luchar por sus hijos, a pesar de
esa basura que llaman Código y que, como siempre, trataron de aprobar sin darlo a
discusión, sin intervención de la ciudadanía, entre gallos y medianoche, insultando –como
dije antes– nuestra inteligencia, tratándonos como a niños de jardín de infantes: “Vayan a
dormir que nosotros vamos a hacer las cosas”. (Aplausos).
¿Qué es esto? ¿Una herramienta para reprimir a la sociedad civil? ¿Estamos otra vez
en un gobierno de facto y no me enteré? (Risas y aplausos).
Lamentablemente, hay dos policías, uno en cada puerta. A veces escucho decir a los
periodistas en los medios de comunicación –que ya sé para quiénes trabajan– que no hay
que poner a toda la policía en la misma bolsa. Yo quiero recordarles a todos –a los jóvenes
sobre todo– que cualquier policía que sea mayor de 40 años fue entrenado durante el
Proceso para reprimir y no para combatir el delito. (Aplausos).
Vemos que todavía siguen con sus viejas costumbres, como la represión del 19 y 20
de diciembre del 2001, como lo que sucedió en el Puente Pueyrredón y como sucede cada
vez que salimos a pelear por nuestros derechos. ¿Ustedes pretenden que nosotros avalemos
el darle más facultades a esta policía? ¿No aprendieron nada en este tiempo desde el 20 de
diciembre de 2001? (Aplausos).
Me acuerdo muy bien de la imagen de una señora que estaba sentada con otra
familiar y un caballo le piso el dedo: era una señora igual que yo. A esa clase de policías no
le veo poner el mismo énfasis y dedicación para ir a buscar las bandas de los desarmaderos
y los negocios de venta de drogas, que ellos saben perfectamente donde están. (Aplausos).
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Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Señora Dos Santos: su tiempo está cumplido. Por
favor, vaya redondeando.
Sra. Dos Santos Linhares.- No hay policía buena y policía mala, señores. Toda la policía
es mala, por acción o por omisión. Porque si en una comisaría hay corruptos, los otros,
aunque no estén en el negociado, saben quiénes son y no los detienen, no hacen nada. Por
lo tanto, si esos dos señores que están acá, que deben tener familias –desgraciadamente para
ellas–, fueran honrados, si fueran decentes, se sacarían ese uniforme y estarían acá con
nosotros peleando por esto. (Aplausos).
Pertenezco al barrio de San Telmo. Los compañeros de la CORREPI han ido alguna
vez a ayudar a nuestros chicos a tratar con la policía del barrio que los viernes y sábados a
la noche se dedica a “apretarlos” para sacarles los pesos que tienen para ir a bailar, los
pesos que juntaron con esfuerzo haciendo changuitas durante la semana. Muchas veces han
venido los chicos a la asamblea a contarnos estos problemas pero, cuando queremos tomar
alguna medida, no se animan porque los policías de esa zona saben dónde viven, porque
desgraciadamente vivimos en hoteles, casas tomadas o inquilinatos y los amenazan con
represalias contra sus familias y sus propias hermanas. Entonces señores, ¿ustedes creen
que somos “giles”? (Aplausos).
No entiendo. Los legisladores que están ahora ¿creen que están sentados ahí por
gracia divina o porque los elegimos nosotros para que nos representaran? ¿Cómo nos
pueden faltar el respeto al no consultar a la ciudadanía para conformar un Código procesal
con todos nosotros? Sí, hay que tener un orden; orden, no represión. Y orden incluye
–como dijo un compañero– a los hospitales que tiran los desechos tóxicos a la calle: para
ellos “falta”, para nosotros cárcel. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Señora, por favor, le pido que vaya redondeando
porque su tiempo ya ha terminado.
Sra. Dos Santos Linhares.- Muy bien, disculpe.
Tan rápido se pasó el tiempo. ¡Qué suerte!
Voy a redondear; lo que sucede es que me puse nerviosa porque los miro, y tengo
ganas de matarlos.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Dos Santos Linhares.- Lo pasa es que el otro día fui a un seminario respecto de la
deuda externa, y desde ese día estoy acumulando bronca.
Quiero que informen a los legisladores que lo que van a hacer con esto es matar el
perro, pero no la rabia.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).-Muchas gracias.
Corresponde que haga uso de la palabra el participante 78, señor Roque Martín
Saavedra.
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- El participante no se hace presente.
- Manifestaciones en la sala.
79.- Juan Enrique Pechin
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el
participante 79, señor Juan Enrique Pechin. (Aplausos).
Sr. Pechin.- Vergüenza debería darles a estos apósitos policiales del gobierno infame de
turno. (Aplausos). Vergüenza debería darles a los poquitos que se quedaron, al gran puñado
y a los dos señores mudos de los costados. Vergüenza debería darles a los que se fueron.
Vergüenza debería darle a la mayoría ausente. Vergüenza debería darles por hacer fragrante
y evidente esta limosna democrática que nos ofrecen con esta audiencia payasezca y
completamente circense. (Aplausos). Pero nosotros, señores, vamos a usar éste y todo
espacio público que tengamos a nuestro alcance para elevar nuestras voces y repudiar este
Código Contravencional represivo y exterminador. Nosotros vamos a usar éste y todos los
espacios que tengamos a nuestro alcance. Tenemos la calle y también vamos a tener estos
espacios, que nos corresponden.
Vergüenza debería darles no solamente por no haber seguido los reclamos desde que
empezamos en el año 2001, sino arrastrar y sostener desde el año 1976, los mecanismos y
las metodologías represivas propias de los militares. (Aplausos). Sostenerlas en el código de
1998; sostenerlas en el año 1999, sostenerlas en el año 2001, el 2002 y en el 2003, y querer
endurecer el código con furia de manera cada vez más represiva. Repudiamos este código.
Repudiamos la reforma de este código. (Aplausos).
Vergüenza debería darles obstinarse en transformar la exclusión social,
miserabilizante y pauperizante de la que somos víctimas el mayor número de esta población
de la ciudad y de la República Argentina, en una perfecta y controlada exclusión civil. Cada
vez somos menos los ciudadanos que tenemos garantías para nuestros derechos. (Aplausos).
Cada vez somos menos los ciudadanos que podemos gozar de derechos concretos. Cada vez
somos menos los ciudadanos que podemos salir y transitar libremente por la calle sin estar
aterrados por la policía, y por lo que la opresión y la represión policial institucional pueden
hacernos cotidianamente. (Aplausos).
Ustedes buscan escondernos. Buscan esconder a los pobres: buscan esconder a los
vulnerabilizados, buscan esconder a las vulnerabilizadas por esta condición que ustedes
mismos arman clasistamente y que ustedes mismos sostienen, arrastrando una basura
neoliberal, una basura neoconservadora, una basura que los caracteriza como basura de
personas. (Aplausos). Ustedes quieren esconderlo, pero nosotros estamos acá y estamos en
la calle: estamos presentes. (Aplausos). Nosotros somos las travestis y las mujeres en estado
de prostitución, que no tenemos otra opción para subsistir, porque ustedes nos niegan
opciones. No nos abren fuentes de trabajo. Nosotros somos cartoneras y cartoneros, que
tenemos que revolver la basura todas las noches para tener qué comer. Nosotros somos
vendedores ambulantes, somos artistas callejeros, somos trabajadores flexibilizados,
trabajadoras flexibilizadas, somos pasantes, somos desocupados, somos mendigos, somos
personas sin techo en estado de calle, somos ciudadanos; no somos delincuentes.
(Aplausos). ¡Basta de contravenciones! ¡Basta de llamarnos delincuentes! (Aplausos)
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Somos gente que les pedimos y les exigimos que trabajen por las garantías de nuestros
derechos constitucionales y no para restarlas.
Somos gente que les pedimos y los desafiamos a que desmientan todas nuestras
voces, que se elevaron hoy; que desmientan nuestras voces con las acciones futuras; que
desmientan ocupándose y no obstinándose en hacer cada vez más represivo el control
social, en hacer cada vez más exterminador el aparato represivo del Estado. Los desafiamos
a que en lugar de obstinarse en eso, trabajen por nuestros derechos y trabajen para que
nuestras condiciones de vida sean dignas; trabajen para que tengamos trabajo, para que
tengamos hospitales que funcionen, para que todos podemos acceder a la educación, para
que todos podamos vivir como ciudadanos dignos en esta ciudad, que nos merecemos como
ustedes.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Muchas gracias.
80.- Leandro Ariel Morgenfeld
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el
participante 80, señor Leandro Ariel Morgenfeld.
Sr. Morgenfeld.- Ya se ha dicho mucho hoy aquí.
Simplemente, yo les voy a hablar mirándolos a los ojos y les voy a decir una cosa:
pueden trabajar en serio y dejarse de trabajar para la “Chiqui Legrand”. (Aplausos). Es lo
único que les pido. Sé que ganan plata con esto, pero gánensela dignamente. (Risas)
Estamos todos explotados, trabajamos en lo que podemos y ustedes ahí, sentados, mirando
qué.
Están hablando de un código, que lo único que hace es recibir rechazo. ¿Por qué
pasa esto? Es simple: recibe rechazo, porque ataca a los más vulnerables. Y, en este
momento, con un cincuenta por ciento de la población bajo la línea de pobreza, ¿no sé qué
pretenden? ¿Qué nadie se levante?
Hay algo que se llama solidaridad y todavía existe, gracias a Dios. Y es eso lo que
nos da fuerzas. Entonces, basta de trabajar para la “Chiqui Legrand” y para Susana
Giménez. (Aplausos). Al fin y al cabo, no van ser nunca como ellas, por más que se
compren los trajecitos lindos que se compra Telerman, que es un pelado feo (Aplausos).
Es lo único que tenía para decir. Me opongo, me opongo y me opongo.
Y al señor Enríquez me parece que todavía no ha probado lo bueno de la vida, por
eso tiene el pelo tan blanco. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Gracias.
Vamos a convocar para hacer uso de la palabra a los cuatro participantes que
continúan en la lista de inscriptos: N° 81, Llona Clara Aczel; N° 82, Ricardo Ramón
Romero; N° 83, Manuel Alberto García Delfino y N° 84, Jorge Daniel Leguizamón.
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81.- Llona Clara Aczel
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra el
participante 81, Llona Clara Aczel.
Sra. Aczel.- Mi nombre es Ilona Aczel y vengo a reafirmar, como ya otros hicieron, mi
repudio no sólo a toda reforma posible del Código Contravencional, sino al Código
Contravencional en si mismo, por considerarlo un claro mecanismo de control y represión
social. Este Código, que vino a reemplazar a los edictos policiales en un momento en el que
ser “progresista” resultaba más rentable políticamente, muestra su cara represiva desde su
nacimiento, al ser un instrumento cuya innecesariedad está reconocida en la misma
Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, la cual prevé en su Undécima Cláusula
Transitoria la abolición de los edictos policiales, dando un plazo noventa días
improrrogables para la creación de un Código Contravencional, transcurridos los cuales
desaparecería su posibilidad –y, por lo tanto, necesidad– de su sanción.
Ya el primer Código Contravencional presenta problemas, en la medida en que se
contempla como pena posible, aplicable sólo en última instancia, al arresto, pena que sólo
debería ser contemplada y aplicada en casos penales. Desde su inicio, la idea de
“contravención” que se maneja empieza a asimilarse más a la de “delito” que a la de
“falta”. Ese primer Código fue resultando demasiado “garantista” para la conveniencia
política en los años subsiguientes. Ya con sus reformas de 1998 y 1999 comenzó un
proceso de “endurecimiento” que muestra a las claras la verdadera voluntad con la que este
instrumento fue sancionado y es utilizado por parte del gobierno: la de represión y control
social.
Todas las reformas que se realizaron hasta ahora apuntan a controlar el espacio
público, lo que obviamente tiene la doble finalidad de perseguir a los pobres, a la gente sin
hogar, con el argumento de mantener la ciudad limpia y ordenada –esto me recuerda
rápidamente a argumentos y campañas de la dictadura– y de controlar las manifestaciones y
marchas realizadas por la gente que no sólo está “descontenta” con el gobierno, sino que ve
día a día, indefensa, deteriorarse o desaparecer sus posibilidades de vida, a través de la
pérdida de trabajo, la disminución de sus sueldos, la pérdida de sus viviendas a causa de las
siniestras condiciones impuestas desde el Gobierno nacional y de la Ciudad, que apoyan no
a los ciudadanos, sino a los bancos y corporaciones que realizaron estafas masivas a los
habitantes de este país. Estos quieren perjudicar y abolir los modos de subsistencia
desesperados con los que muchos intentan mantenerse con vida: cartoneros, prostitutas,
vendedores ambulantes, piqueteros, artesanos y artistas callejeros.
Ahora se habla de la insuficiencia y la ineficacia de este Código Contravencional y
de la necesidad de su endurecimiento; este Código “ineficiente” que ya se ha aplicado y ha
perjudicado a miles de ciudadanos que han recibido penas de arresto y abusos por parte de
la policía y los fiscales, ciudadanos que son de por sí los más vulnerables, cuyo único delito
es la pobreza. Ustedes ya han escuchado muchos de sus testimonios. El endurecimiento de
este Código, al igual que el Código Procesal Penal, sólo apunta a criminalizar la pobreza y
a señalar, estigmatizar y perseguir a las personas que no sólo no fueron amparadas, sino que
fueron también destruidas por estas instituciones tan democráticas, que, finalmente, se
proponen reimplantar un estado de derecho para los habitantes de la ciudad que es
asimilable sólo al de la dictadura. Arresto como pena por faltas y no por delitos; figuras
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como “reincidencia”, “merodeo” y “acecho” –que son figuras predelictuales, y no sólo las
prohíbe la Constitución de la Ciudad, sino que dejan libre a la policía para detener a su
propia discreción–; incomunicación y requisas personales sin orden o intervención del juez;
disminución de la edad para la imputabilidad, etcétera, son algunas de las joyas con las que
los legisladores de la Ciudad están dispuestos a honrar a la democracia y a los ciudadanos
de Buenos Aires, haciendo oídos sordos a la Constitución Nacional, la Constitución de la
Ciudad, los tratados internacionales de Derechos Humanos y, por sobre todo, la vida y la
existencia de los habitantes a los que deberían proteger y salvaguardar.
Señoras y señores: quiero decirles que a mí me da avergüenza estar aquí. Me
avergüenza tener que estar discutiendo y luchando por mis derechos humanos y de
ciudadana y por los de mis pares. Me avergüenza que el gobierno esté gastando recursos
materiales y humanos no en encontrar soluciones verdaderas y estructurales para
garantizarnos a todos y a todas condiciones dignas de existencia, sino en encontrar la forma
en la que la gente de clase media y alta, los verdaderos “ciudadanos” en esta maravillosa
democracia, no vean lo que realmente les sucede a sus hermanos, es decir, el exterminio de
un enorme porcentaje de la población que está sentenciada y que no tiene a quién apelar.
Yo tuve la suerte de haber nacido blanca, en una familia de clase media, de haber
recibido educación y de tener acceso a una casa y a la salud porque mis papás, con los 32
años que yo tengo, no sólo pudieron ayudarme a acceder a una vivienda sino que pueden
pagarme una cobertura social que yo no puedo mantener a pesar de tener cuatro trabajos.
(Aplausos).
Me ofende estar aquí y haber tenido que aprender a investigar sobre leyes porque la
gente que tiene que garantizármelas las olvida. Me horroriza que los funcionarios hayan
olvidado definitivamente sus deberes hacia nosotros, pero por sobre todo me horroriza que
nosotros hayamos olvidado, con el deterioro de nuestras vidas, no sólo lo que debemos
esperar de nuestros gobernantes, sino algo más evidente: el derecho a la vida, a una vida
digna para todos. Una vez más el olvido nos ha vuelto cómplices e impulsores del
exterminio de nuestros hermanos y del nuestro. Nuestra rabia e impotencia se ha vuelto,
estúpidamente, no contra la gente que ha generado el estado en el que nos encontramos,
sino contra la gente a la que nos sentimos capaces de atacar porque el Estado argentino y el
azar de sus nacimientos y de su propia vida los ha colocado en una situación de indefensión
peor que la nuestra. (Aplausos).
84.- Jorge Daniel Leguizamón
Sr. Coordinador (Davide).- Tiene la palabra el participante Nº 84, Jorge Daniel
Leguizamón.
Sr. Leguizamón.- Mi nombre es Jorge Daniel Leguizamón y soy integrante del
movimiento sin trabajo “Teresa Vive”.
Soy uno de los tantos desocupados de este país saqueado y vendido al capital
extranjero. Como uno de los tantos desocupados de este país, me da vergüenza tener que
estar ante estos funcionarios del Gobierno de la Ciudad, quienes nos dan este espacio como
una limosna, como ya se ha dicho acá.
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Los bloques de diputados de Macri y de Patricia Bullrich –uno, el patroncito de
estancia, la otra, una travesti política que ha sido socia de Cavallo, de Beliz, de De la Rúa–,
como así también el actual jefe de Gobierno, Ibarra, pretenden hacer reformas al Código
Contravencional aceptando las medidas represivas. Para ello, utilizan tramposamente la
legítima preocupación de los vecinos por la seguridad, pero no atacan las causas de fondo:
la desocupación, la pobreza, la desigualdad social, que provocan exclusión y marginalidad.
Los desocupados luchamos por trabajo digno. Estamos desocupados porque este
sistema del que estos funcionarios forman y formaron parte, nos ha dejado en la calle.
Algunos sobrevivimos con un plan de 150 pesos, otros ni siquiera eso. Yo les diría a
ustedes que prueben vivir un mes con 150 pesos, que salgan de esas alfombrados sillones, y
prescindan de su secretaria, de los celulares y demás, que bajen a la calle y que vean a los
cartoneros revolviendo la basura tratando de juntar cartón para poder alimentar a sus
familias y que vean también a los vendedores ambulantes que echaron como perros de la
vía pública. Que se fijen un poco en eso, porque ahí está el resto de dignidad que le queda a
nuestro país. (Aplausos).
Les pregunto a estos diputados si tienen algo de vergüenza, pero llego a la
conclusión de que no tienen nada de vergüenza. ¿Cómo impulsan un proyecto que, entre
otras cosas, en su Artículo 76, penaliza la obstrucción en la vía pública con penas de arresto
o multas de 600 a 2.000 pesos? Hay desocupados que van a pelear por trabajo y encima
quieren que pidan autorización. ¿Qué “carajo” se creen? El Artículo 77 penaliza la
alteración del orden público o la negativa a disolver marchas o reuniones con arrestos que
van de los cinco a los veinte días o multas de 1.000 a 3.000 pesos. Esto es un insulto a la
inteligencia. Da vergüenza ajena con sólo leer eso.
El proyecto de Ibarra –porque no es sólo Macri– a través de los diputados Giorno y
De Giovanni, plantea en su Artículo 52 la penalización por permanencia injustificada frente
a entidades financieras, lo cual va directamente a proteger a los bancos contra los escraches
de los ahorristas que fueron robados! (Aplausos).
El Artículo 41 penaliza la obstrucción en la vía pública sin aviso –esto es de Ibarra,
señores– en una ciudad que tiene, entre desocupados y subocupados, cerca de 300 mil
personas con problemas de falta de trabajo, de las que los funcionarios políticos son
responsables.
Estas medidas no hacen más que legalizar la represión de las luchas y los reclamos
populares, porque lo único que van a permitir estas reformas al Código de Convivencia es
tener un instrumento legal para reprimir la protesta social, a los que salimos a pelear por
trabajo, y a los que salen a pelear por su condición sexual, a los vendedores ambulantes, a
los cartoneros...
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Por favor, vaya redondeando.
Sr. Leguizamón.- Voy a redondear. Yo también sé administrar mi tiempo.
De ninguna manera van a impedir que los trabajadores desocupados sigamos
movilizándonos por las calles de la Ciudad de Buenos Aires, buscando el trabajo genuino
que los funcionarios políticos son incapaces de generar.
Nos siguen bajando planes, nos siguen entreteniendo con pavadas, pero la realidad
es que no generan puestos de trabajo.
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¡Y no nos van a sacar de la calle! Vamos a seguir en la calle, peleando por trabajo
genuino y digno, y no nos van a enfrentar con los trabajadores ocupados. ¡Quieren hacernos
reemplazar con planes para Jefes de Familia y con trabajo basura!
Por eso decimos que vamos a seguir. Y les recuerdo una cosa: acá hay dos sillas
vacías: una correspondería al Jefe de Gobierno Ibarra, y la otra, a Telerman, que estuvo
haciendo facha y se fue.
Y yo soy uno de los que recibió el Combo, que mencionó la compañera María del
Carmen Verdu, por atentado y resistencia a la autoridad, por el solo hecho de salir a apoyar
a los compañeros de Brukman para recuperar su fábrica. Por lo tanto, me comí la represión,
como tantos otros, y estuve en la Comisaría 20, después de haber estado previamente
cercado en la estación de servicio de Independencia y Jujuy, donde nos trataron como
perros. ¡Y aquí estamos! Sufrimos esa represión, y todavía nos deben una explicación de
eso.
En el camino de los trabajadores que seguimos peleando por trabajo digno, de las
fábricas recuperadas, de las asambleas...
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Señor Leguizamón: su tiempo se ha cumplido.
Sr. Leguizamón.- Por todo lo expuesto, estamos totalmente en contra de esta reforma
represiva al Código de Convivencia. (Aplausos).
85.- Gabriel Fernando Gálvez
Sr. Gálvez.- Buenas tardes.
Pertenezco a la Asociación Civil Siete Colores, que lucha por el derecho al libre y
responsable ejercicio de la sexualidad, pero voy a hablar como ciudadano porteño,
expresando mi vergüenza por estar acá. Ya tenía vergüenza cuando me anoté, porque me
avergüenza tener que venir a debatir acerca de algo que creía terminado, que es esto de
volver a los edictos policiales.
Volví a sentir vergüenza al llegar acá y encontrar que es una farsa, que ni el Jefe de
Gobierno ni el Vicejefe están presentes, y que los legisladores que apoyan esta reforma no
están sentados aquí.
Se pretende justificar esta reforma con la inseguridad. Ya que no está el jefe de
Gobierno, espero que usted, señor López, que es el cuñado, se pueda sentar a tomar café
con él y le plantee mi sentimiento, que es el de muchos porteños.
Cuando voy caminando por la calle –y no camino ni por Villa del Parque, ni por
Recoleta, sino por Mataderos, Lugano y Abasto–, cuando veo una travesti, a un hombre o a
una mujer que trabaja en la prostitución, cuando veo a un cartonero, un piquetero, un
asambleísta, un ahorrista o a un trabajador, me siento seguro. Ahora bien, cuando voy
caminando y veo a un policía, siento inseguridad. (Aplausos).
Entonces, si nos quieren dar seguridad, cambien a la policía, y no repriman al
ciudadano.
Obviamente, nosotros venimos con propuestas destinadas, más que nada, a suprimir
la contravención que se pretende aplicar con travestis y mujeres y hombres que ejercen la
prostitución. Nosotros decimos: basta de penalizar y criminalizar la actividad sexual.
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La mayoría de las travestis y de las mujeres que están en la calle ejerciendo la
prostitución –como ya se dijo– lo hacen por obligación. Pero también hay otras que lo
hacen por placer, y tienen derecho a hacerlo.
Por eso, en vez de reprimir, por qué no se ponen las pilas y laburan para darles
seguridad, para que tengan un futuro en su tercera edad. Nadie se preocupa por la tercera
edad, pero los travestis también crecen, van a llegar a la tercera edad, no van a poder ejercer
más la prostitución, y no hay nadie que los ampare.
Entonces, legalicemos la cosa, porque el hecho de penalizar sirve pura y
exclusivamente para el negociado que hacen los políticos con la Policía.
Por lo tanto, si no están de acuerdo con la prostitución, no la consuman, y no se
llenen los bolsillos con ella. Si no quieren protestas sociales, den trabajo y hagan políticas
para que todos podamos vivir bien. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Voy a nombrar a los cinco participantes que siguen para
que se acerquen al estrado: Nº 86, Raúl Gómez de Olivera; Nº 87, Mario Luis Berjman; Nº
88, Ezequiel Darío Rubinstein; Nº 89, Joaquín Ignacio Cara; y Nº 90, Roberto Severino
Cirigliano.
Corresponde que haga uso de la palabra el participante Raúl Gómez de Olivera.
- El participante no se hace presente.
87.- Mario Luis Berjman
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
Mario Luis Berjman.
Sr. Berjman.- Vamos quedando pocos...
Un asistente.- ¡Pero somos de los buenos!
Sr. Berjman.- Así parece.
Quiero referirme a los fundamentos por los cuales se presentan los distintos
proyectos de códigos contravencionales.
El Frente Compromiso para el Cambio lo justifica a partir de la sensación de
inseguridad, ya que se percibe que la ciudad es tierra de nadie, y que en los últimos tiempos
la inseguridad es una de las principales preocupaciones de los porteños. Aquí quiero
destacar que dicha “sensación” no es privativa de los porteños, sino de los ciudadanos de
toda la república.
Tanto Macri como Ibarra hacen hincapié en la función preventiva del delito, es
decir, en prevenir la comisión de delitos, para prevenir y disuadir conductas que puedan dar
lugar a la comisión de delitos, o tipificar conductas que anteceden la comisión de delitos.
La Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en su Artículo 13, en el
apartado 9, dice textualmente: “Se erradica de la legislación de la ciudad, y no puede
establecerse en el futuro, ninguna norma que implique, expresa o tácitamente, peligrosidad
sin delito...”.
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En el capítulo octavo, “Seguridad”, el Artículo 34 dice: “El Gobierno de la Ciudad
coadyuva a la seguridad ciudadana desarrollando estrategias y políticas multidisciplinarias
de prevención del delito y la violencia, diseñando y facilitando los canales de participación
comunitaria”.
Teniendo en cuenta lo que he mencionado, considero inválidos los fundamentos que
se esgrimen para endurecer el actual código.
La idea que se ha venido instalando a través de los medios de comunicación –desde
hace bastante tiempo– en el sentido de que el Estado tiene que ser más firme y más duro en
la represión, tratando de culpar al Código de Convivencia de ser la causa de los robos, las
violaciones o las muertes, deslinda así la verdadera responsabilidad del Estado.
Es muy cierto el grave problema de seguridad por el que atravesamos todos los
ciudadanos, como también es real el problema de corrupción y descreimiento de
instituciones como la Policía y la Justicia, donde casi a diario descubrimos la participación
de integrantes de estas fuerzas en la comisión de delitos. Pero se nos quiere hacer creer que
con mano dura se le dará solución a estos problemas y entonces se pretende incurrir en la
ampliación y extensión del ámbito penal, cuando todos los penalistas modernos sostienen
que, en general, el recurso a lo penal no resuelve los conflictos sociales, sino que los
agrava.
En el proyecto de Compromiso para el Cambio, de las más de cien figuras
contravencionales, bastante más de noventa tiene la sanción del arresto; en el proyecto de
Ibarra esta situación no es menos grave.
Ya cuando se promulgó la Ley 10 hubo fuertes presiones para dar lugar al arresto.
El doctor Eduardo Molina Quiroga, en una conferencia que dio el 17 de noviembre de 1999
decía que “En la Ley 10 no había –en el dictamen que estuvo hasta el último día a punto de
ser sancionado– no había arresto”. El arresto sólo funcionaba como pena sustantiva, pero la
presión fue muy fuerte. Primero, apareció circunscripta a algunas figuras contravencionales
y luego, se fue ampliando.
En la misma conferencia, más adelante, nos decía: “No es malo que la ley se vaya
ajustando; lo que es malo, quizás, es que se vaya ajustando pensando que aplicar la pena de
arresto como pena de aplicación directa a cada vez más figuras vaya a lograr más eficacia
en la convivencia”.
Ahora quiero dar un ejemplo del proyecto del ibarrismo: el Artículo 52,
Permanencia Injustificada, dice: “El/la que sin causa que lo justifique permaneciere en la
entrada, interior o adyacencias de un banco o institución financiera, o inmobiliaria y que
ante el requerimiento de la autoridad no cesare en su actitud, será sancionado con arresto de
hasta tres días”.
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Señor Berjman: por favor, vaya redondeando su
exposición.
Sr. Berjman.- Esto lesiona la Constitución, en su Artículo 13, apartado 9, que ya cité
–peligrosidad sin delito– y lo infringe también en su enunciado: “La Ciudad garantiza la
libertad a sus habitantes como parte de la inviolable dignidad de las personas”.
El proyecto del macrismo, en su Artículo 27, habilita a que el arresto se cumpla en
comisarías, contrario al Artículo 22 –Ley 162– del actual código que prohíbe utilizar para
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tal fin reparticiones policiales u otras destinadas a alojar personas procesadas o penadas por
delitos.
No puedo extenderme en desarrollar todos los artículos de ambos proyectos, ya que
sólo quise traer unos ejemplos.
Por último y para redondear, sostengo que las normas contravencionales no deben
tener carácter penal, por lo que me opongo a la pena de arresto, como así también a la
regulación de la reincidencia que entiendo sólo aplicable a quienes han cometido delito; y
me opongo a cualquier intento de disminuir la edad de imputabilidad.
Para terminar, creo que se puede construir un marco de convivencia sin que se
extienda al terreno de lo penal, a partir de políticas multidisciplinarias de prevención del
delito y la violencia, facilitando para ello canales de participación comunitaria,
democratizando las instituciones y fundamentalmente generando trabajo genuino.
(Aplausos).
88.- Ezequiel Darío Rubinstein
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Ezequiel
Darío Rubinstein.
Una participante.- Perdón, quiero hacer una acotación. Nos habían dicho que la audiencia
duraría hasta las 19 horas, por lo que muchos oradores se retiraron pensando que ya no
hablarían.
Por lo tanto, me parece que no es justo que si se dijo que la reunión terminaría a las
19 horas, sigamos adelante.
Sr. Presidente (López).- Me parece bien.
Como ya se llamó a un orador, lo dejaremos exponer. Además, si alguien quiere
también exponer, que nos avise, y así lo hará.
Fuera de eso, podemos dar por terminada la reunión porque, efectivamente,
habíamos dicho que la audiencia terminaría más o menos a las 19 ó 19:30 horas.
Ahora sí tiene la palabra el señor Rubinstein.
Sr. Rubinstein.- ¿No aprendimos nada en 500 años?
En su libro “Utopía” publicado hace casi quinientos años, Tomás Moro refiere una
anécdota en la que un abogado se asombra de que a pesar de existir duros castigos para el
crimen en Inglaterra, estos castigos no suelen surtir efecto: “No debes extrañarte de ello”,
dice Moro, “semejante castigo infligido a los ladrones ni es justo ni útil. Es
desproporcionadamente cruel como castigo de los robos e ineficaz como remedio. Un robo
no es un crimen merecedor de la pena capital. Ni hay castigo tan horrible que prive de robar
a quien tiene que comer y vestirse y no halla otro medio de conseguir su sustento. No
parece sino que en esto, tanto en Inglaterra como en otros países, imitáis a los malos
pedagogos: prefieren azotar a educar. Se promulgan penas terribles y horrendos suplicios
contra los ladrones, cuando en realidad lo que habría que hacer es arbitrar medios de vida.
¿No sería mejor que nadie se viera en la necesidad de robar para no tener que sufrir después
por ello la pena capital?”.
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Aparentemente, no aprendimos nada. La represión –ya lo decía Moro– no es la
mejor manera en que el Estado pueda educar a su población. Y así estaba planteado
originalmente en nuestro Código Contravencional, objeto luego de algunas modificaciones,
y que ahora se intenta, desde algunos sectores, convertirlo en un amplísimo Código Penal
II.
Para quienes defienden las reformas más regresivas a este código contravencional,
estas reformas serían necesarias como una forma de reaccionar ante la creciente ola de
criminalidad que hay en la Ciudad. Más allá de si es cierto o no de que exista este mayor
índice de criminalidad, las encuestas sobre victimización a las que accedí muestran que
estamos en niveles más bajos que en 1996. No veo la relación entre inseguridad y
muchísimas figuras que se proponen: violación a la prohibición de fumar, la colocación de
señales en contravención, alimentos contaminados, la falsa solicitud de auxilio, la venta de
tabaco a menores o el suministro de material pornográfico, por citar algunas.
Sé que entre los anotados existen funcionarios especializados en criminología que
van a poder explicar perfectamente esto. Esto parece un manotazo de ahogado, una
reacción no estudiada ante un problema que ni siquiera tiene claros sus contornos. Yo vivo
en Buenos Aires y siento, como tantos otros vecinos, el problema de la inseguridad. Dejé de
caminar por algunos lugares y soy más cuidadoso con mis pertenencias. Pero nadie me va a
poder decir seriamente que hay una relación cierta entre esa sensación de alarma y la
modificación del Código Contravencional.
La gran mayoría de los proyectos presentados para reformar el Código adolecen de
los mismos problemas: falta de adecuación a la problemática real, desconocimiento de la
dinámica del sistema represivo y un puritanismo ético muy preocupante. Quiero
extenderme sobre eso un momento.
Ese puritanismo refiere principalmente al tratamiento que se le da al tema de la
prostitución, a los menores de edad, al consumo de alcohol o tabaco, a la difusión de
pornografía o a la violencia doméstica.
Este puritanismo no tiene relación alguna con el tema de la seguridad ni con
cuestiones que hagan a la convivencia pública. Son avanzadas de ciertos sectores que
prefieren imponer sus puntos de vista sobre lo que debería ser una vida virtuosa. Y ello
viola el principio básico de la sociedad pluralista, que es convivir con la diferencia.
(Aplausos).
Aun cuando uno crea que el otro está profundamente equivocado y que se daña a sí
mismo, nadie –especialmente el Estado– debería intervenir en su decisión. Sí se debe
proveer de información para que esas decisiones sean lo más libres posibles.
Tal vez todos los proyectos, con excepción del de la diputada Moresi, proponen
castigar la prostitución, y no ya la alteración de la tranquilidad pública. El de De Giovanni
y Giorno castiga, incluso, a quien tenga un inquilino que ejerza la prostitución.
Quiero leer un párrafo de una ley nacional vigente, la Ley Nacional de Profilaxis.
“El simple ejercicio de la prostitución por la mujer en su casa en forma individual o
independiente, sin afectar el pudor público, no constituye el delito penado por este artículo.
Tampoco constituye delito el ejercicio de la prostitución por la mujer o el desarrollo de las
tareas necesarias de gestión o de administración realizadas por mujeres cuando se trata de
actividades cumplidas dentro y para los establecimientos autorizados en los términos del
Artículo 15”. El Artículo 15 de esa ley se refiere a los prostíbulos autorizados por el Estado
nacional.
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En los clasificados de un diario de circulación nacional, Ámbito Financiero –que no
es de mi lectura habitual, lo traigo por otros motivos–, podemos ver numerosas fotos de
mujeres semidesnudas junto a avisos que sugieren claramente el ejercicio de la prostitución.
Clarín trae en sus páginas tres secciones de clasificados en las que se ofrece exclusiva, o
casi exclusivamente, servicios sexuales. Probablemente, pueda decirse lo mismo de muchos
otros medios y cualquiera de ustedes que use frecuentemente Internet sabe que el uso
prioritario que se le da a la red es la circulación de pornografía.
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Por favor, vaya redondeando.
Sr. Rubinstein.- Con esto no estoy haciendo una apología de la prostitución o de la
pornografía. Sólo quiero señalar que no parece haber un consenso social muy claro en el
sentido de que la prostitución o las exhibiciones del cuerpo deban ser castigadas, siempre y
cuando éstas se limiten a espacios privados o públicos a los que no tengan acceso
normalmente los niños y todos estén enterados de los que allí se ofrece sexo.
Por eso creo que los proyectos que proponen castigar la prostitución a secas y no la
alteración de la tranquilidad pública –como dice hasta hoy el código– incurren en una doble
moral. No he visto, por ejemplo, que alguno de esos proyectos prevean limitar la
promoción por parte de la prensa de servicios sexuales en forma análoga a como se limita,
por otras leyes, la promoción del alcohol o del cigarrillo porque esto iría en contra de los
grandes multimedios. (Aplausos).
Aspiro a una ciudad mejor, como todos ustedes, donde se viva con tranquilidad y sin
miedo. También apuesto a un gobierno cada vez mejor, que lidere con iniciativa e
imaginación los cambios necesarios para una convivencia pacífica y pluralista.
Muchas gracias. (Aplausos).
92.- Ricardo Jorge Zambrano
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 92, señor Ricardo Zambrano.
Sr. Zambrano.- Mi nombre es Ricardo Zambrano. Soy médico del Hospital Santojanni,
miembro del Comité Ejecutivo de Médicos Municipales y del Movimiento por la
Construcción de un Hospital Público en Villa Lugano.
Deseo expresar mi rechazo más enérgico a todo intento de modificar el Código de
Convivencia actualmente en vigencia en estas circunstancias. No se trata solamente de la
falta de intervención ciudadana en esta cuestión clave para modificar aspectos importantes
de la relación entre las personas. No es la primera vez que nuestros representantes deciden
por su cuenta y riesgo proponer cambios legislativos –o no proponerlos, según él caso– sin
consultar a la ciudadanía. La ley de comunas –afortunadamente rechazada el año pasado–
tampoco fue debatida por la ciudadanía y estos años pasados sin implementarla –no
cumpliendo con lo previsto en la Constitución– también demuestran el poco respeto que la
mayoría legislativa nos tiene.
Pero, yendo al fondo de la cuestión, deseo expresar que las modificaciones previstas
tienden a victimizar a las víctimas –los excluidos y determinadas minorías–,
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AUDIENCIA PÚBLICA
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discriminándolos y provocando mayor distancia entre ellos y el resto de la sociedad. La
reciente legislación sobre la venta de alcohol ha avanzado en el mismo sentido ya que
considera ciertas expresiones sin resolver las causas.
Estas intentonas legislativas muestran el peligroso sesgo autoritario e inevitable que
adopta esta situación jerárquica, clasista, capitalista y por lo tanto injusta que hoy impera.
Las tentativas que desconocen el avance objetivo de los organismos de la sociedad
enfrentada al Estado, a la prensa, a las universidades y a la opinión pública en general están
condenadas al fracaso. Hoy más que nunca el Estado en crisis no lo permite, sobre todo
después del 19 y 20 de diciembre de 2001.
Señores legisladores y representantes del poder: ustedes no dan carácter vinculante a
esta audiencia pública por los mismos motivos que no se la dieron a la de requisitoria
ciudadana, que tuvo lugar en Villa Lugano el año pasado, sobre la factibilidad de construir
un hospital en esa parte tan densamente poblada y postergada, justo enfrente de la zona más
castigada del conurbano –La Matanza– que sobrecarga a los hospitales del sur, en especial
al Santojanni y al Piñero, que nunca estuvieron bien provistos del personal y los insumos
que allí se asisten. Me honro en señalar que allí trabajo como médico.
Igualmente, el poder tampoco ha dado muestras de escuchar a la ciudadanía en el
vaciado presupuesto participativo o en la consulta popular sobre seguro de empleo y
formación de la CTA, que apuntaba a ponerle un piso a la pobreza y avanzaba en la
dirección de un salario social universal para todo ser humano.
Señores legisladores: como ya he afirmado, esta sociedad es injusticia y excluyente;
es para unos pocos. Esta ciudad, con un ingreso per cápita comparable al promedio de
países como Holanda y Dinamarca, está marcada también por el signo de una insoportable
desigualdad en sus ingresos, de los peores de América Latina.
Las expresiones de cartoneros, piqueteros y determinadas minorías no se resolverán
con medidas represivas. La ciudadanía en el mundo se afirma contra vuestra violencia,
prepotencia y autoritarismo, como lo han demostrado hace una semana los ciudadanos de
España y como seguramente lo harán en Inglaterra y Estados Unidos en el curso de este
año. Las movilizaciones de millones en el mundo contra la intervención militar en Irak, van
en igual sentido.
A veinte años de la vuelta de mi exilio en Francia, y próximos a un nuevo
aniversario del golpe del ‘76, expreso una vez más mi rechazo a estos cambios autoritarios
y me sumo al llamado de los vecinos para debatirlos, creando una coordinación de los que
hoy intervenimos pero en otro sentido.
¿Qué sociedad queremos? ¿Cómo queremos que se organice? En primer lugar,
queremos a la policía fuera de los hospitales. No a la intervención policial –como no la hay
en Francia– que impide la atención a los que protestan, como ocurrió con los centenares de
heridos el 26 de junio de 2002 en el Puente Pueyrredón y aledaños.
No podemos olvidar la representación que hubo en el Padelai, a Greenpeace contra
la mina de oro en Esquel o a los gremialistas que lucharon contra la ley Banelco de Empleo
en la puerta del Congreso.
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Por favor, vaya redondeando.
Sr. Zambrano.- Pongamos fin al autoritarismo y desorden que rige, que tiene como único
responsable al sistema capitalista, egoísta, individualista, competitivo y autodestructor y al
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poder todopoderoso que hoy nos manda y se representa en este Estado, un Estado realmente
insoportable, inaceptable y que, sin dudas, cambiará como lo muestran las alentadoras
convulsiones que hoy percibimos.
Gracias por escucharme. (Aplausos).
144.- Alejandro Daniel Freyre
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 144, señor Alejandro Daniel Freyre.
Sr. Freyre.- Hoy aquí se ha dicho mucho. Me imagino que muchas de estas cosas que se
dijeron, ustedes ya las conocían. A lo mejor para ustedes fue como un curso intensivo sobre
derechos humanos. No lo sé. (Aplausos). Me traían a memoria el juicio a las juntas. No sé
si a ustedes también. Pero muchas víctimas hablaron. (Aplausos).
Me molesta que ese cartel diga que yo vengo a hacer algo que yo no vine a hacer: yo
no vine a debatir para la elaboración de un proyecto de ley. Yo no apruebo la elaboración
de un proyecto de ley de reforma del Código Contravencional, ni apruebo el Código
Contravencional que existe. (Aplausos).
Lo cualitativo se puede cuantificar, independientemente de cada uno de los textos y
palabras de corazón que hoy han dicho tantas personas. Es evidente la abrumadora mayoría
de los ciudadanos que han venido a decir que no. De todos los que hablaron, es abrumadora
la mayoría del no. Y esto creo que es bastante simple y corto, si no quieren transmitir
mucho. (Aplausos).
Se habló de derechos, se habló de garantías individuales, del control del Estado, de
cuál era la función que ustedes deberían tener. Lamentablemente, hoy lo escuché a
Enríquez por el Canal 26 hablar de que este Estado era demasiado garantista. Yo no lo veo
así. En los hospitales públicos veo cómo tratan a las chicas travestis, cómo tratan a
homosexuales y cómo son discriminados. Veo cómo las poblaciones más vulnerables cada
vez tienen más dificultades para tener acceso a la salud. ¿Dónde está en ese caso el derecho
a la salud? Yo soy Alejandro Freyre, presidente de la Fundación Buenos Aires SIDA, y veo
todo esto en nuestro trabajo.
Por otra parte está también el derecho al trabajo. Nosotros tenemos dos
microemprendimientos: uno de peluquería para aquellas travestis que se anotaron porque
no querían ejercer la prostitución. Hace tres meses que el Gobierno de la Ciudad no les
paga. Entonces, ¿qué van a hacer? ¿Van a salir a robar? ¿Ustedes quieren delincuencia?
Porque eso sí es un delito. Las personas que no están sentadas acá están robándonos el
tiempo y están cobrando por algo que hoy no están haciendo.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sr. Freyre.- También está el grupo de mujeres que quieren dejar la prostitución, que están
con un curso de costura, y les pasa lo mismo. Son 48 personas que quieren dejar la
prostitución.
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Nosotros presentamos un proyecto que fue aprobado con lo que ustedes decían que
había que hacer, y el Gobierno de la Ciudad no les paga. Ya hace tres meses que están sin
cobrar.
En el mes de septiembre, presentamos una nota para pedir bolsones de alimentos y
todavía no nos contestaron; ni siquiera nos dieron una audiencia.
Luego, fuimos a ver a la gente de emergencia habitacional, porque eran personas
que también estaban quedando en la calle, pero nos contestaron que, como las políticas
públicas estaban orientadas a familias, los travestis lamentablemente quedaban afuera.
Entonces, ¿qué tienen que hacer: ejercer la prostitución? Eso es lo que éste gobierno está
promoviendo.
Yo también soy vecino de Constitución y soy vecino de ellas. Y me consta que
cuando van a inmobiliarias –espero que la inmobiliaria de este señor sea la excepción, pero
no lo creo– no les permiten alquilar, y no porque le falten garantías, no porque le falte
dinero para entrar. Entonces, están obligadas a entrar en un circuito cerrado. Y estas
inmobiliarias, sí les alquilan estos apartamentos privados a quienes las prostituyen y las
explotan; y las que alquilan, no son ellas. Entonces, estamos fomentando de nuevo la
explotación sexual. Y esto sí está penado. Esto sí es un delito. (Aplausos).
Me encuentro con que esta reforma quiere que la conducta de ellas se transforme en
delito y que el delito que sí está penado, deje de serlo. Creo que los abogados le dieron
suficientes instrumentos –la gente de la CORREPI, por ejemplo– para no promover una
reforma del Código Contravencional. Por lo tanto, instrumentos sobran. El problema es un
problema de conciencia de ustedes tres que están aquí escuchándonos.
Les quiero decir que en estos años que hemos vivido con este Código de
Convivencia Urbana, nos hemos capacitado, nos hemos organizados, estamos respondiendo
conociendo nuestros derechos y no lo vamos a dejar pasar, aunque lo aprueben. Estoy
seguro –y esto va para la conciencia de ustedes tres– que va a haber personas que se van a
resistir, porque van a conocer sus verdaderos derechos: los derechos consagrados en la
Constitución Nacional y en los tratados internacionales, que este país firmó. Estas personas
capacitadas, organizadas, como debe ser una sociedad civil, se van a resistir, y si hay
muertos o si hay muertas, van a estar en la conciencia de ustedes.
El 24 de marzo, yo y muchos de los aquí presentes, vamos a estar de pie diciendo:
nunca más. Nunca más. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Le pido, por favor, que vaya redondeando su
exposición.
Sr. Freyre.- Cuando voy por el Barrio de Constitución, en donde tenemos un local de
distribución de preservativos y consejería de salud, muchas veces veo a los patrulleros que
en vez de buscar realmente el delito, lo están promoviendo, porque ellos son los
delincuentes, que están buscando a sus víctimas para pedirles coimas. (Aplausos). A mí me
ha pasado que, por visitar a algunas chicas o por llevar preservativos de acá para allá, me
han tratado como si fuera cliente de ellas –lo cual no sería ningún delito– y me han pedido
coima. Esto me consta. He visto al patrullero parado buscando a estas victimas, y no
buscando al que vende “falopa”, no buscando al “chorro”, sino buscando a la que,
justamente, no quiere robar ni vender droga, porque sería más fácil; y, sin embargo, no:
están poniendo el cuerpo para no robar y para no vender droga.
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Me da miedo volver para atrás, porque ha pasado mucha agua bajo el puente: está lo
que pasó en Floresta, lo que pasó en el puente. Hay una experiencia que todos los
argentinos conocemos y está lo que sucedió el 19 y el 20 de diciembre de 2001, y todo lo
que ustedes ya saben y escucharon.
Me da miedo la violencia que se va a generar a partir de la violencia que están
implantando aquí, porque la violencia siempre tiene una respuesta: yo espero que la
respuesta no sea violenta. Pero temo que, gracias a la capacitación de las personas que
conocen sus derechos, va a haber personas que se resistan, va a haber muertes, y eso va a
estar en la conciencia de ustedes. Y cuando nosotros decimos: nunca más, también decimos
no olvidamos y no perdonamos.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sr. Freyre.- ¡Y no vamos a olvidar y no vamos a perdonar!
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
108.- Antonia Portaneri
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Corresponde que haga uso de la palabra la
participante 108, Antonia Portaneri. (Aplausos).
Sra. Portaneri.- Mi nombre es Antonia Portaneri. Formo parte de la Asociación Civil
Miguel Bru. (Aplausos).
Obviamente, estamos en contra del Código Contravencional y también en contra de
cualquier reforma que se quiera hacer de él. Pero esto ya lo dijeron todos los compañeros y
compañeras que pasaron por aquí y, seguramente, mucho mejor de lo que yo puedo decirlo.
Lo que sí me gustaría hacer con ustedes es un poco de memoria. Miguel Bru fue un
joven, tenía 23 años cuando fue detenido arbitrariamente por la policía. Hoy Miguel Bru es
un desaparecido. Lo torturaron y lo mataron en una comisaría. A partir de allí, nosotros
conformamos una organización en la que recibimos diariamente denuncias de torturas y
maltratos en comisarías. Y si se produce la reforma, como pretenden las legisladoras y los
legisladores, lo único que va generar es que esta situación se agrave, porque esto va a
generar más torturas y más detenciones arbitrarias.
Solamente quería recordarles que Miguel es hoy un desaparecido; y es desaparecido
porque fue detenido arbitrariamente.
Gracias. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Muchas gracias.
Cuarto intermedio
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Sra. Coordinadora (Martínez Liss).- Si les parece, continuamos la Audiencia Pública en el
día de mañana a las 11 horas en este mismo lugar.
- Es la hora 19 y 35.
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- En Buenos Aires, a veintitrés días de marzo de 2004, en el
Salón Martín Coronado del Teatro General San Martín, a la
hora 11 y 38:
Reanudación
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Reanudamos la Audiencia Pública que comenzara en el
día de ayer.
83.- Manuel Alberto García Delfino
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Manuel
Alberto García Delfino, quien dispone de cinco minutos para realizar su exposición..
Sr. García Delfino.- Buenos días a todos.
En principio, quiero expresar mi rechazo al horario impuesto para esta Audiencia
Pública: las 11 de la mañana. También rechazo el día elegido para celebrar la presente
Audiencia, pues se trata de un día hábil y muchos vecinos están trabajando.
Si la intención de Aníbal Ibarra era que los vecinos opinen sobre el Código de
Convivencia Urbana, debería haber pensado en un día más oportuno para que todos los
vecinos pudieran participar.
Ayer tuve la oportunidad de escuchar discursos de personas que ejercen la
prostitución, de militantes de izquierda y de algún vecino que pedía seguridad. La mayoría
de los discursos provenían de grupos minoritarios que expresaban...
Un asistente.- ¿De dónde sacaste esos datos?
Sr. García Delfino.- ...Decía que expresaban reclamos y, a pesar de no estar de acuerdo
con algunas cosas, considero que eran legítimos. Ideológicamente no coincido con ellos.
Tuve la oportunidad de escucharlos a todos, y realmente en un primer momento creí que
mis pensamientos, en algunos casos, estaban equivocados.
Considero que vivimos en una sociedad individualista. Generalmente, pensamos en
nosotros mismos y nos olvidamos del que está al lado.
Los que se sienten inseguros, reclaman seguridad; los que sienten que no están
incluidos en esta sociedad, obviamente reclaman el derecho a trabajar, aunque desde mi
humilde punto de vista, creo que prostituirse degrada la dignidad del ser humano. En un
país en el que existe muchísimo desempleo, como joven, me causa realmente mucho dolor
que haya personas que elijan esa actividad, pero es la realidad que nos toca vivir.
Hoy a la mañana escuchaba a ahorristas que se quejaban por todo. Me parece que
hay un factor muy importante: los políticos no escuchan a la gente. Necesitamos que los
políticos la escuchen, porque la gente se siente no escuchada y utiliza esta Audiencia
Pública –que tiene por objeto tratar las reformas al Código de Convivencia Urbana– para
hablar de cualquier otro tema, porque sienten que éste es el lugar para opinar de todo.
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Yo vine a hablar del Código de Convivencia Urbana. Creo que hay que buscar un
equilibrio entre las partes: entre los grupos minoritarios y los que reclaman seguridad. En
realidad, es muy difícil encontrar un equilibrio.
En las últimas elecciones que se llevaron a cabo en la ciudad, tanto el partido
Compromiso para el Cambio como el partido del Frente Grande –el partido de Aníbal
Ibarra– proponían proyectos para el Código de Convivencia Urbana.
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Le quedan tres minutos de exposición.
Sr. García Delfino.- Los ciudadanos de Buenos Aires tuvieron la oportunidad de “hablar”
con el voto, y la gente eligió. No sé si eligió bien o mal. Es la oportunidad que nos da la
democracia para elegir a nuestros representantes. La gente eligió. Y los dos partidos
propusieron proyectos para el Código de Convivencia Urbana. La gente sentía que
necesitaba más seguridad, porque hoy existe inseguridad en la alimentación; existe
inseguridad laboral y jurídica. A las personas que pusieron plata en el banco, no se la
devolvieron, tal como me manifestaban algunos ahorristas. Tenemos inseguridad de todo
tipo y también inseguridad urbana.
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Le pido que vaya redondeando.
Sr. García Delfino.- Entre mis propuestas, se encuentra la referida a las contravenciones
hechas por menores. Uno de los proyectos habla de la intervención del Consejo del Niño/a
y Adolescente, y dice: “Deberá entregarlo de inmediato a sus padres, tutores o encargados,
y si no se hicieren cargo o careciera de ellos, deberá tomar intervención el Consejo del
Niño/a y Adolescente”.
Les pregunto a las autoridades del gobierno de la ciudad si, en realidad, el Consejo
del Niño/a y Adolescente no debería tomar intervención siempre. No sé si me equivoco,
pero considero que, casi en forma promiscua, el Consejo debería tomar intervención.
Otra de las propuestas que quiero hacer está referida a la obstrucción de la vía
pública.
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Le pido que vaya redondeando la idea.
Sr. García Delfino.- Ayer hubo personas que hablaron durante diez minutos, y
precisamente no se referían al proyecto de reforma al Código de Convivencia Urbana.
Sr. Presidente (López).- Por favor, termine de exponer la idea.
Sr. García Delfino.- El Artículo 41 expresa que una persona no puede obstruir la vía
pública, a no ser que sea para defender un derecho constitucional. Se habla de aviso. Es
decir que si quiero protestar tengo un derecho constitucional, pero tengo que avisar.
Desde mi humilde punto de vista, creo que dar aviso implica que el control sobre la
obstrucción de la vía pública no recae en el Estado, sino sobre las personas en ejercicio de
un derecho constitucional.
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La autorización de la autoridad competente servirá para organizar la protesta a fin
de no entorpecer la circulación del resto de los ciudadanos. Pero que la autorización no sea
utilizada con fines políticos.
Ayer escuché que, con razón, decían “Yo quiero protestar. Tengo mi derecho
constitucional”. Y no es un derecho absoluto. Porque escuché al presidente de la FUBA que
decía: “Si quiero protestar, protesto; hago una movilización, y se acabó. A mí no me
importa”. Creo que hay que respetar la ley.
Una asistente.- ¡Primero la tienen que respetar las autoridades!
Sr. García Delfino.- Estoy de acuerdo con usted; pero nosotros debemos dar el ejemplo a
los políticos, porque los vecinos también debemos respetar la ley.
Una asistente.- ¿Hasta cuándo?
- Manifestaciones en la sala.
Sr. García Delfino.- Me voy a referir al tema de las autorizaciones, que no deben ser
utilizadas con fines políticos. Si bien estoy de acuerdo con la protesta, propongo que si
dentro de las 24 ó 48 horas no se da la autorización, se tenga como autorizada la
obstrucción a la vía pública. Me parece que esto sería más conveniente y la norma tendría
un equilibrio, porque le daría la oportunidad a la autoridad administrativa de generar un
orden en la ciudad. Pero si a la autoridad administrativa no le interesa que recaiga la
responsabilidad donde tiene que caer, que es en el Estado, se dará por autorizada.
El Artículo 71, sobre oferta y demanda de sexo en espacios públicos, me genera
muchas dudas. Principalmente, pienso en los vecinos de la zona de Palermo y en varios
barrios que tienen que sufrir la oferta y demanda de sexo. Hay diferentes reclamos, como
por ejemplo que los chicos de dos años tienen que observar actitudes, en algunos casos,
obscenas. Por supuesto, los padres protegen a sus hijos.
- Manifestaciones en la sala
Sr. Presidente (López).- Por favor, permitan que el orador termine su exposición. El
objetivo de la audiencia pública es que todo el mundo pueda dar su opinión.
Señor Delfino: le recuerdo que su tiempo ya terminó.
Sr. García Delfino.- Les voy a explicar por qué me genera dudas este artículo. Esta
situación brinda una solución de carácter contravencional, que es la de prohibir,
directamente, la oferta de la oferta y demanda de sexo. Pero está comprobado que el
artículo actual no llegó a una solución.
Una asistente.- ¡Porque no quieren!
Sr. García Delfino.- A mí me generó dudas.
- Manifestaciones en la sala
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Sr. García Delfino.- ¿Por qué? Porque ayer escuché a muchas representantes de meretrices
o mujeres que ejercen la prostitución. Ellas comentaban que negociaban las multas. Tienen
que pagar una multa de 300 a 500 pesos.
Sr. Presidente (López).- Le restan 30 segundos.
Sr. García Delfino.- La policía negociaba las multas con las prostitutas. La policía decía:
“Si te llevo, tenés que pagar 500 pesos de multa, entonces ahora dame 100 pesos”. Ésa es la
realidad.
Entonces, la solución sería: o mejoramos la Policía Federal...
Una asistente- ¡Eso es imposible!
Sr. García Delfino.- Pero sí considero que se debería debatir la legalización.
Una asistente- ¡Hay que debatir la creación de trabajo!
Una asistente- ¡La prostitución no es ilegal!
Sr. García Delfino.- Hay fallos de la Corte que dicen que el Artículo 71, oferta y demanda
de sexo, es inconstitucional.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, termine su alocución.
- Manifestaciones en la sala.
Una asistente.- Hay gente que trabaja en los medios de comunicación, como el señor
Sofovich, que vive de la prostitución de lujo. Él fue funcionario de Gobierno, estuvo al
frente de ATC y todo el mundo sabe que le ofrece sus prostitutas a la gente del gobierno.
Vive de eso.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. García Delfino.- Quiero finalizar con unas palabras. Según mi análisis –con dudas en
algunos casos– creo que hay que buscar un equilibrio entre los que demandan más
seguridad y los que reclaman más libertades.
Quiero finalizar con unas palabras de un filósofo llamado Thomas Hobbes, nacido
en 1588 y muerto en 1679, que dice así: “En un camino amenazado por quienes de una
parte luchan por un exceso de libertad y de otra por quienes luchan por un exceso de
autoridad, resulta difícil pasar indemne entre los dos bandos”.
Muchas gracias a todos. Espero que el Gobierno de la Ciudad, la próxima vez que
convoque a una audiencia pública sobre este tema, tenga la amabilidad de poner un horario
donde podamos expresarnos todos.
- Manifestaciones en la sala.
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Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Les recordamos a todos que cada participante tiene cinco
minutos para hablar. Así lo establece la Ley 6 que rige el mecanismo de la Audiencia
Pública.
Sr. Presidente (López).- Vamos a proceder de la misma manera en que lo hicimos ayer.
Tendremos un margen mínimo de tolerancia, aun cuando debamos escuchar lo que no nos
guste, lo que dicen otros participantes. El sentido de la audiencia pública es el ejercicio de
la participación que, bien o mal, la ley prevé para que los ciudadanos comunes puedan decir
lo que deseen.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Esta audiencia pública fue convocada a través de los diarios y
vino quien quiso venir y no vino quien no quiso venir.
Una asistente.- ¡Yo soy una víctima de la prostitución en la vía pública y mientras tanto el
fiscal se mata de risa! Si mi perro hace pis en la calle, me hacen una multa; pero yo todos
los días tengo que levantar preservativos usados y además me sacan los tapones para ejercer
la prostitución. ¡Entonces, denme una habilitación y yo pongo un prostíbulo! ¡De lo
contrario, que la prostitución en la vía pública se prohíba y vayan a un lugar cerrado: dentro
de Parque Norte, dentro de Parque Sarmiento o dentro del Congreso de la Nación, para que
así no molesten al resto de la gente!
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Les recuerdo que cada persona que quiera hablar puede pasar al
estrado.
Una asistente.- ¿Usted leyó los diarios de hoy?
Sr. Presidente (López).- Sí, los leí.
Una asistente.- ¿A usted le parece que los medios de comunicación reflejaron
objetivamente lo que fue la audiencia pública? ¿O vinieron todos a sacar fotos como si esto
fuera un carnaval? No me refiero a las compañeras travestis. Ya sabemos cuál es el objetivo
de los medios de comunicación. Yo creo que los que en el desayuno leyeron en los diarios
de qué se trató la audiencia de ayer, hoy ya no tenían ganas de venir. Ése es otro tema: el
papel de los medios de comunicación en difundir espacios como éste, más allá de las
limitaciones o desvirtuaciones de los espacios.
Sr. Presidente (López).- Recojo su opinión, pero eso no depende de nosotros.
Una asistente.- ¡Entonces que los medios de comunicación se hagan cargo de lo que
colocan en el contenido de las páginas en los diarios!
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Una asistente.- ¡Eso depende del gobierno!
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- No quiero pecar de demasiado formalista, pero es bueno que
tengamos un orden. Vamos a convocar a los oradores, y los vamos a escuchar. Además,
creo que el objeto de la audiencia no es que ustedes me escuchen a mí.
Un asistente.- ¡Nosotros no somos de palo! Somos ciudadanos y, si se habla de una
democracia participativa –que es lo que suele decir Ibarra cuando se la da de “progresista”–
hablemos claramente de la función policial, de la Policía Federal en Buenos Aires, porque
sigue desapareciendo gente, al igual que en los años ’70. ¡Tengo las pruebas y también la
documentación!
Sr. Presidente (López).- Haga la denuncia. Es un tema muy grave, que nos excede, y nada
tiene que ver con el Código Contravencional.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Vamos a continuar con la audiencia.
Un asistente.- Cuando yo hable se va a enterar de todas la muertes.
- Un participante habla fuera de micrófono y no se perciben sus
palabras.
Sr. Presidente (López).- Si no está de acuerdo, no participe; pero si lo está, escuche a los
demás y dé su opinión cuando sea su turno de hacer uso de la palabra.
Un asistente.- ¡En las listas hay mucha gente que se anotó, pero no figura!
Sr. Presidente (López).- Eso es mentira. Es una falsedad. Si usted se anotó, ya llegará su
turno para hacer uso de la palabra.
Vamos a continuar.
Una asistente.- Señor presidente: ¿me puede escuchar un minuto?
Sr. Presidente (López).- El objeto de esto no es escucharla si no es su turno. Cuando llegue
ese momento, usted hará uso de la palabra.
Una asistente.- No quiero escuchar este “candombe” que tengo acá...
Una asistente.- Señor presidente: queremos saber su nombre.
Sr. Presidente (López).- Soy el presidente de la audiencia, y soy el Secretario de Justicia y
Seguridad Urbana de la Ciudad; mi nombre es Juan Carlos López. A mi derecha, se
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encuentra el Subsecretario de Seguridad, el doctor Carelli, y quién está a mi izquierda es el
Subsecretario de Justicia, el doctor Antuña.
89.- Joaquín Ignacio Cara
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 89, el señor Joaquín Ignacio Cara.
Sr. Cara.- Buenos días.
Mi nombre es Joaquín Cara. Soy el Secretario General de la FUBA y miembro de la
Agrupación Colectivo para la Transformación Universitaria.
Quiero dar a conocer nuestro rechazo, pero no en nombre de la Federación, porque
no he hablado con la gente que tiene a cargo su conducción –aunque creo que no habría
ningún problema en manifestar una postura en común–, sino como agrupación y desde la
secretaría general, hacia todo intento de reforma del Código Contravencional.
También queremos plantear una serie de preocupaciones que...
Un asistente.- ¡Entonces, te vendo mi casa! ¡Vení que te vendo mi casa por el valor real, y
anda vos a vivir ahí!
Sr. Cara.- No tengo ningún interés...
Sr. Presidente (López).- Por favor, permita que el orador pueda terminar su exposición.
Sr. Cara.- Sí voy a plantear la preocupación por la reincorporación al Código de figuras
tales como el “acecho” y “merodeo”, que es lo mismo que la vigilancia infundada.
Por ejemplo, yo soy estudiante universitario y curso en la Facultad de Medicina. En
la Plaza Houssay se reúnen muchos estudiantes de distintas facultades de la zona:
Económicas, Medicina, Farmacia, Odontología, Sociales. Y es una costumbre que, luego de
cada cursada, o entre cursada y cursada, vayan a la plaza a tomar unos mates, a conversar o
a estudiar. Por lo tanto, ¿debería haber una serie incontable de patrulleros para llevarse
permanentemente a toda la gente que está “acechando”, “merodeando” o está realizando
una vigilancia infundada? ¿Nadie podría ir por la noche a esperar la salida de su novia, de
su pareja o de lo que sea, de la Facultad porque lo podrían llevar preso, detener y le
correspondería la prisión?
Por esa razón, esto realmente me parece una barbaridad, propia de alguien como el
legislador Jorge Enríquez, de quien todos conocemos su procedencia e ideología.
Además, planteamos que, si el problema de intento de reforma del código es por una
cuestión de seguridad, estamos total y absolutamente convencidos de que no es con mayor
represión como se resuelve este problema. Hay que entender que este país tiene más del 50
por ciento de su población viviendo bajo la línea de pobreza, y que el 20 por ciento vive en
la indigencia extrema. Repito: no es con mayor represión como se resuelve el problema de
la seguridad; y, justamente, tampoco se resuelve –hablando en términos más técnicos– con
el Código Contravencional. Hay un Código Penal, que es el que penaliza el delito. Después
puede ser discutible si el Código Penal está acorde o no...
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Una asistente.- ¿Por qué no penalizan el hambre?
Sr. Cara.- Exactamente.
Un asistente.- Acá lo que se necesita es una purga. “Zapatitos blancos” dijo que se iba a
hacer...
- Manifestaciones en la sala.
Una asistente.- ¡Hay chicos desnutridos y muertos de hambre!
Sr. Presidente (López).- Por favor, no sigan interrumpiendo al orador.
Sr. Cara.- Hay muchas cuestiones con respecto al intento de reforma del Código. El tema
es extenso. Pero quiero plantear, desde la juventud y como estudiante universitario, algunas
cosas muy puntuales que se incorporan en estos intentos de reforma, que son absolutamente
reaccionarios, pero que hacen a la vida cotidiana de los estudiantes universitarios y de los
jóvenes. Desde ese ángulo, me parece que todas las críticas que escuché ayer fueron muy
válidas, pero simplemente quise focalizarme en estos temas a fin de no extenderme
demasiado.
Quiero hacer la siguiente reflexión: mañana se van a cumplir 28 años de la última
dictadura militar, uno de los períodos más nefastos que ha tenido este país. Me parece que
los legisladores –y no incluyo a Jorge Enríquez–, cuando tengan que votar este intento de
reforma del código, deben pensar que realmente no se soluciona absolutamente nada con
mayor represión. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Muchas gracias, señor Cara.
Corresponde que hagan uso de la palabra los siguientes participantes: N° 90,
Roberto Severino Cirigliano; N° 91, Osvaldo Rubén Wayar y N° 93, Sara Torres.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 94, señora Angélica María Rodríguez...
Sra. Rodríguez.- Disculpe. Yo soy la participante número 94. ¿Pero sabe por qué no voy a
hacer uso de la palabra? Porque ayer los medios no dieron ninguna solución, y ni siquiera
se habló de los vendedores del subte, que somos reprimidos por la Policía Federal y
exclusivamente por la gente de seguridad de Metrovías. (Aplausos). ¡Por eso no pienso
decir nada! ¡Ayer transmitieron lo que se le antojó a los medios, y no hablaron ni siquiera
de lo que está pasando con los vendedores!
Sr. Presidente (López).- Si usted desea hacer uso de la palabra, tiene derecho a hacerlo;
pero, si no es así, también tiene ese derecho.
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AUDIENCIA PÚBLICA
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Sra. Rodríguez.- Vinimos acá para apoyar a los demás compañeros, y nada más.
Expositores
Víctor E. Hortel
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el expositor
doctor Víctor Hortel, Defensor General del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Les pido que se calmen y que escuchen.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Vamos a terminar con esto. Si los participantes tienen el uso de la
palabra, harán uso de ella si suben al estrado; de lo contrario, no la tendrán. Ésta es una
audiencia legal.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, les pido silencio.
Sr. Hortel.- Buenos días.
En rigor de verdad, coincido con lo que expresó anteriormente un vecino, en el
sentido de que, si fuera por la lectura de los medios de comunicación, era muy difícil
concurrir hoy aquí, tal vez porque no se ha reflejado lo que ocurrió realmente. Sin perjuicio
de ello, había asumido el compromiso de venir, que para mí es eventualmente una forma de
rendir cuentas de lo que uno hace. Por esa razón, voy a ser breve, a fin de no alterar la lista
de oradores.
Para los que no me conocen, soy el Defensor General del Poder Judicial de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires e institucionalmente me encargo de la protección de los
vecinos frente al sistema judicial de la ciudad.
En este sentido, coincido desde el punto de vista de las críticas al proyecto en cuanto
a que una mayor represión no garantiza mayor seguridad, no garantiza mayor eficacia ni
garantiza absolutamente soluciones para nadie.
Creo que mejorar las condiciones de las políticas en lo criminal comienza por
establecer buenas políticas sociales, donde cada uno tenga la participación que le
corresponde, donde cada uno sea respetado en sus derechos, donde cada uno de nosotros
podamos ejercer las actividades sin tener la preocupación de una represión policial o
judicial.
En realidad, estoy alterando todo lo que venía a decir porque la argumentación iba a
ser muy técnica respecto de la figura del merodeo y a otro tipo de cuestiones desde el punto
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de vista de lo que significa este tema según los tribunales internacionales. Además, temo
decir cosas que por otra parte éste no sería el ámbito para discutir. Por eso, quiero hablar de
una cosa más simple y más llana.
Desde la Defensoría General de la Ciudad, hemos planteado la inconstitucionalidad
del Artículo 71, la inconstitucionalidad del Artículo 41 y hemos iniciado la defensa de los
vecinos; incluso llevamos esta temática a la Corte Suprema de la Nación y hasta ahí hemos
discutido.
A mi modesto entender, creo que antes de agravar las condiciones del Código de
Convivencia, habría que estudiar el tema con mayor eficacia. Habría que recrear en la gente
su confianza en el sistema judicial, habría que recrear en la gente su confianza en la figura
policial, y no me olvido de que la Constitución de la Ciudad habla de una policía judicial.
Creo que tenemos que establecer mecanismos en los que la participación de la gente
sea de una manera más prolija y sea más tenida en cuenta por aquellos que tenemos la
obligación de desempeñar cargos en el sistema de la ciudad.
De alguna manera, opino que habría que instrumentar una disposición por la que
cada vecino estime si los funcionarios tengan que rendir cuentas, sobre todo, aquellos que
estamos a cargo de la defensa de los derechos de los vecinos.
Un asistente.- Un funcionario se negó a tomar el caso del vecino desaparecido por el
personal de la Comisaría 5ª. Cuando ustedes nos dicen que tenemos que dialogar, que
tenemos que entendernos mejor con el poder judicial...
Sr. Hortel.- ¿Me puede repetir el apellido?
Un asistente.-... lo que en realidad quieren decir es que las ovejas se sometan al lobo.
Mi apellido es Ramírez.
Sr. Hortel.- No, el del señor al que aludía.
Un asistente.- Antonio Bravo, 80 años, no vidente.
Sr. Hortel.- Señor, soy responsable de los defensores oficiales y solamente me hago cargo
de los defensores oficiales.
Un asistente.- Y dicen que este caso como el de Floresta son sólo hechos aislados.
Le estoy pidiendo que me atienda.
Sr. Hortel.- No tengo ningún inconveniente.
Un asistente.- Me estoy refiriendo a un caso muy puntual.
Sr. Hortel.- Como le dije, solamente me hago responsable de los defensores oficiales.
Al señor Secretario, que preside esta Audiencia Pública, le agradezco la posibilidad
de mi participación y entiendo que más allá de los problemas...
- Manifestaciones en la sala.
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Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor.
Informo a los presentes que no se puede interrumpir a los participantes inscriptos y a
los expositores. Hemos tomado la decisión de tener la máxima tolerancia pero esta
Audiencia Pública es un acto formal y legal.
Continúa en el uso de la palabra el señor Hortel.
Un asistente.- ¡La ciudadanía está presente!
Sr. Hortel.- Estimo que más allá de las desprolijidades y dificultades, es positiva la
convocatoria a esta audiencia pública y sin perjuicio de ello, me voy a permitir acompañar
los argumentos técnicos y jurídicos desde el punto de vista de mi oposición a la
modificación del Código de Convivencia.
Participantes
91.- Osvaldo Rubén Wayar
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Osvaldo
Rubén Wayar.
Sr. Wayar.- Buenos días o buenas tardes según hayan almorzado o no.
Como ayer empezamos a observar el desarrollo de esta Audiencia Pública y no nos
conformó para nada, cambiamos lo que íbamos a decir, cambiamos sobre todo a quien le
íbamos a hablar y en realidad nos vamos a dirigir a la ciudadanía en general, ya que el
gobierno está ausente.
La corte en torno a la Reina del Plata pretende un lugar en esta ciudad, digna de sus
patricios nombres y de sus patricios trastes. Pretenden una ciudad limpia, linda, ordenada,
para sí y para quienes quieren atraer; empresas transnacionales y turistas primer mundistas,
entre ellos, el turismo gay. Y mostrarles una reina fetiche, tanguera en fuga al futuro,
europea, mítica, industrial, comunicada, recoleta, beata, catequista y universitaria.
(Aplausos).
Lamentablemente, este panorama hollywoodense no se sustenta si no es con la
desaparición, virtual o real, de los feos y de las feas, de las putas, de las y los sin techo, de
los y las pobladoras ancestrales, de las jóvenes insatisfechas y críticas, las mujeres y
hombres pobres, indigentes, desempleados y quebrados, robados y estafados, la niñez
hambreada que pide, la niñez hospiciana, la niñez abusada, prostituida, violada, explotada,
la niñez usada como excusa clerical para cobrar subsidios y pedir limosna.
Este Código, sus propuestas, sus reformas y la Ley Parche al Código Procesal Penal,
carecen de buena fe, de sabiduría y el recato necesarios para convertirse, al menos, en
principio de solución; es solo un nuevo manotazo de ahogado de los separatistas,
fraccionadores, que pretenden una ciudad para sí, a costa de todo.
Aquí cabe que reflexionemos –nosotros, nosotras y ciudadanos– en unirnos, ser más
inteligentes, entendiendo a la inteligencia como aptitud para adaptarse a los cambios y
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unirnos los y las fraccionadas, los y las desempleadas, los y las prostituidas, los y las
mendigos de sueños y los cartoneros de esos mismos sueños rotos y ajados por los años,
que se unan los artistas que nos miran y traducen con arte, color y sonido y nos exponen en
calles y veredas, quienes se acercan en subtes a vendernos linternitas y aquellas que
proponen insinuantes peligros a los deseos de los ratones nocturnos, aquellas que lo
“laburan” y aquellas que se paran en la esquina obligadas por ser negadas o por el hambre
de su prole, prole inmensa, prole inconmensurable, prole sin fin, al menos mientras
continúen intentando gobernar, cuerpos, sujetos, individualidades y colectivos.
Gobernarnos, sin educación, sin trabajo, sin salud, gobernarnos con esta labor poco
seria, donde viene un tal Macri con sus votos bosteros a ponerse la gorra y la chapa que
paga Ibarra con nuestra plata (aplausos) y nos meten a algunos y a algunas presas y a otros
y otras bajo la alfombra de la General Paz y esperan, que lentamente desaparezcamos.
Desaparición, muerte, observan cómo morimos hoy y ayer obnubilados por un micrófono
en el Teatro San Martín y se van sin escucharnos, esperando a que muramos televisados y
taquigrafiados, como morimos en asambleas “pajeras” de pretendido progresismo,
aburridas de ser títeres de pésimos titiriteros, que no aceptan que somos de madera y trapo,
latinos, diversos y pobres.
Llamamos a unirnos, unirnos en insurgencia y en piquetes ciudadanos contra una
casta política que continúa desgobernando, faltándonos el respeto de manera bochornosa,
casta sublevada con su reina, la reina pueblo, donde sabemos que la reina es reina aunque
tenga hasta los calzones rotos. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que hagan uso de la palabra los siguientes
participantes: N° 97, Norberto Luis Scheinin; N° 98, Felipe Manuel Figuerero y N° 99,
Flora Nicéforo Purulla.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
Un asistente.- ¿Existe la posibilidad de que me pueda agregar a la lista de participantes
para luego hacer uso de la palabra?
Sr. Presidente (López).- Sí, señor, puede hacerlo.
Sr. Ramírez.- Si el señor se agrega a la lista yo también quiero hacerlo.
Sr. Presidente (López).- Todos los que quieran anotarse en la lista de participantes pueden
hacerlo.
Sr. Ramírez.- ¡Pero yo se lo estoy pidiendo al pueblo, porque el pueblo es el que manda!
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Guarden respeto entre ustedes.
Vamos a darle espacio a todo el que esté en esta sala y tenga algo qué decir. Para
eso estamos llevando a cabo esta Audiencia Pública, de otro modo no la hubiéramos hecho.
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Esta audiencia es facultativa. La hicimos porque creíamos que debía haber un
espacio para que cada uno ocupara el rol que le correspondiera.
Sr. Ramírez.- Si es pública, es participativa.
100.- Elsa Mabel Caballero
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Elsa
Mabel Caballero.
Sra. Caballero.- Buenas tardes. Soy trabajadora sexual. No voy a hablar de los derechos
porque no soy abogada; hubo abogados que hablaron muy bien.
Voy a hablar de lo que nosotras vivimos en la calle y de la actualidad.
Todavía no se establecieron los nuevos edictos y ya estamos siendo amenazadas,
perseguidas y nos dicen que nos queda poco tiempo de vida.
Me pregunto, ¿qué nos espera a nosotras? ¿Adónde vamos a parar? ¿Qué quieren
hacer con nosotras si no conseguimos trabajo? Creo que antes de discutir los códigos
tendríamos que hablar de trabajo. No hablemos de microemprendimientos y de 200 pesos
por mes; no podemos vivir con esa cantidad de dinero. Esto es un circo y me sumo a él.
Por otra parte, quiero decirle a la compañera trabajadora de los subtes que suba al
escenario para poder expresarse y haga su descargo. Sirve como terapia. Uno puede
“largar” la bronca y decir cuánta impotencia siente por todo esto.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, permitan que hable la participante.
Continúa en el uso de la palabra la señora Caballero.
Sra. Caballero.- Sufrimos una represión día a día.
Fui amenazada por ayudar a mis compañeras a que defiendan sus derechos y me
dijeron que van a hacer lo imposible por hacerme desaparecer. Quiero decirles que no tengo
miedo. Quieren hacerme callar como lo hicieron con Sandra Cabrera. A ella sí la callaron,
pero a nosotras no. Y esto nos da más fuerza para seguir luchando, porque no somos más
las personas que éramos antes. Estamos diciendo basta a todo esto.
No nos va a pasar lo que les ocurrió a las chicas de Mar del Plata, en donde les
decían que si no pagaban la respectiva coima, las mataban. Estamos diciendo basta a eso.
Hasta que no se aclare el caso de Sandra Cabrera no vamos a parar. Porque ustedes son los
responsables. Cuando la compañera Cabrera hizo la denuncia fue amenazada por la policía
y, además, coimeaban y maltrataban a las demás compañeras.
Sandra Cabrera fue amenazada. Llevó a cabo la denuncia acá en Buenos Aires y
nadie le dio “bola”, tuvieron que esperar a que se muriera. Allanaron su departamento y
escondieron la basura debajo de la alfombra. Por supuesto, que a los responsables de esto
no los condenaron sino que los trasladaron a otro lugar. Esto no nos va a pasar. Aunque
cambien los edictos nosotras vamos a seguir luchando.
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¡Queremos trabajo digno! Existen compañeras de entre 60 ó 70 años que en invierno
duermen en la calle, porque no tienen con qué pagarse un hotel. No queremos más eso.
¡Ustedes son los responsables!
¿Con todo esto, ustedes pueden dormir a la noche?
- Manifestaciones en la sala.
Una asistente.- Sí, duermen tranquilos porque tienen la panza llena.
Sra. Caballero.- ¿Pueden dormir a la noche sabiendo que la compañera Sandra Cabrera
dejó a una niña de 9 años que hoy no sabe quién fue su madre porque no la conoció?
Una asistente.- Ellos piensan que nosotras nos prostituimos por gusto. No tienen la menor
idea de lo que es.
Sra. Caballero.- Nosotras somos prostitutas acá y en la China y no nos queda otra cosa
para hacer. El sistema de vida en el que estamos nos lleva a esto y no es porque lo
elegimos.
¿Ustedes creen que a mí me gusta hablar desde este lugar? ¿Llevar adelante este
teatro que se está haciendo? (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Señora Caballero: por favor, vaya redondeando su
exposición.
Sra. Caballero.- Fui amenazada por decir a mis compañeras cuáles eran sus derechos para
que no se dejen pisotear.
Nosotras no fomentamos el trabajo sexual. Nos duele tanto ver a una chica de 15
años que no puede vivir su adolescencia y que no sabe lo que es estudiar, porque ya tiene
que ir a vender su cuerpo a la calle. Queremos trabajo y educación.
Por otro lado, queremos asistencia médica como corresponde, para que cuando
vayamos a un hospital se nos atienda como es debido, sin ningún tipo de discriminación.
Mejor que se ocupen de eso y no de ver cómo se redacta un edicto. Todo esto no
funciona porque no quieren que funcione, ya que no les conviene porque se les achicaron
los bolsillos y ahora no pueden comprarse un auto cero kilómetro todos los años.
(Aplausos).
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Por favor, señora Caballero, vaya concluyendo su
exposición.
Sra. Caballero.- Y si vienen a atendernos cuando nos pasa algo en la calle dicen que lo
hacen de buenos y no porque les corresponda como autoridad; encima tenemos que darles
las gracias. Estamos pagando nuestros impuestos, porque somos ciudadanas y somos
madres. A nosotras nadie nos da para el colegio de nuestros chicos.
Un asistente.- Aumenta todo y no los sueldos.
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Sra. Caballero.- Aumentaron muchas cosas y los sueldos siguen igual que antes.
Nos quieren callar la boca con 200 pesos. ¿Ustedes, pueden vivir con 200 pesos?
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, silencio.
Sra. Caballero.- Les propongo que vivan una semana en nuestro espacio. Vamos a ver si
es bueno estar en una esquina.
¿Qué quieren, que salgamos a robar?
- Manifestaciones en la sala.
Un asistente.- ¡Eso es lo que quieren ellos!
Sr. Ramírez.- Señor presidente: ¿usted tiene declaración jurada? ¿Con cuántos bienes
cuenta? (Aplausos).
Sr. Presidente (López).- Mi declaración jurada la puede encontrar en Internet, en la página
del Gobierno de la Ciudad.
Continúa en el uso de la palabra la señora Caballero.
Sra. Caballero.- Por último, quiero decir que en Entre Ríos se derogó la Ley
Contravencional. Hace una semana estuve ahí. Y no hubo caos porque no hay más
prostitución en la calle. “Siempre que pasa algo, la culpa solamente la tienen las
trabajadoras sexuales”. No fue así. Estaba todo tranquilo, en calma, en paz.
¿Por qué no se ocupan de lo que realmente se tienen que ocupar, antes de discutir
qué hacer con los edictos? ¿Por qué no preguntan a los ciudadanos cómo hacer para
fomentar trabajo? Pidan opinión a los ciudadanos, al pueblo. ¿Cómo hacemos para
conseguir trabajo?
Nada más. (Aplausos).
- Manifestaciones en la sala.
Un asistente.- La concesión que otorgó a Metrovías...
Sr. Presidente (López).- Esa concesión no la otorgó el Gobierno de la Ciudad, sino el
gobierno nacional.
- Manifestaciones en la sala.
Un asistente.- Pero la maneja la Ciudad.
Sr. Presidente (López).- Ahora, están construyendo nuevos subtes. Los subtes siguen
respondiendo a concesiones que otorgó el gobierno nacional.
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Un asistente.- ¡Los maneja la ciudad de facto!
Sr. Presidente (López).- No los maneja la ciudad. Se están construyendo subtes nuevos.
Un asistente.- Si la ciudad está construyendo subtes nuevos, entonces hay dos dueños.
Sr. Presidente (López).- Efectivamente.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 101, señor Daniel Edgardo Magliotti.
- El participante no se hace presente.
102.- Sara Lamparta
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 102, señora Sara Lamparta.
Sra. Lamparta.- En realidad, yo quería que hablara mi compañera, porque me parece que
ella tiene más empuje.
Quería comentarles que pertenezco al grupo de ahorristas robados, estafados...
(aplausos) y todos los adjetivos calificativos que nos quieran poner.
Si bien es cierto que hacemos un poco de bochinche, ¿qué menos podemos hacer?
¿Qué podemos hacer para recuperar lo que es nuestro?
Tengo 71 años, y trabajé desde los nueve. Junté unos pesos y, claro, ¡cómo los iba a
tener en casa! ¡En casa, pueden entrar los chorros y me los pueden robar! Entonces, los
puse en el banco, donde están los “chorros de guantes blancos”. Esos son chorros con más
categoría.
Una asistente.- ¡A esos no se les pide que respondan por nada!
Sra. Lamparta.- Como decía, decidí poner la plata en el banco.
Tengo un hijo en el exterior. Quería hacer un viaje, y no podía dejar el dinero en mi
casa, porque tenía miedo de que me lo quitaran.
Cuando llegó el momento de hacer el viaje, no pude disponer de la plata, porque el
señor Cavallo –chorro mayúsculo, que debiera estar en la cárcel y no en Estados Unidos–
decidió que en noventa días iban a incautar nuestro dinero.
Cuando se cumplió el plazo de noventa días, tuvimos la suerte de que asumiera el
señor Duhalde –a éste lo mandó el enemigo– y, como éramos pocos, “parió la abuela”,
como dice el refrán. Entonces, nos quedamos sin nada. Repito: sin nada.
Tuve que contratar un abogado para que presentara un recurso de amparo. No tenía
el dinero que me pertenecía, porque no me lo regaló nadie. Trabajé como una leona toda mi
vida y crié a mis hijos en nuestro país. Amo mi país, pero me pregunto: ¿somos todos tan
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perversos y tan corruptos? ¿De dónde salimos? ¡¿Cómo puede ser que nos apropiemos del
dinero del otro?! ¿Quiénes son? ¿Con qué derecho hicieron lo que hicieron? ¿Quién los
autorizó?
Me dieron garantía cuando deposité el dinero: me dijeron que esa plata era
intangible, que nadie la iba a tocar, que no me la iban a cambiar a 1, 40 pesos. ¿Qué es
esto?
¿Cómo puede ser que los argentinos hayamos tenido tanta mala suerte y que lo
nuestro sea cíclico? Cada diez años nos dan vuelta la tortilla. Así pasó con el Hogar Obrero,
con el BID, con los bancos, etcétera. Y resulta que ahora se premia a los bancos por
habernos robado. ¿Por qué no nos devolvieron el dinero en lugar de dárselo a los
banqueros? Los banqueros hacen su propio negocio. Nosotros no hicimos ningún negocio.
¿Qué negocio hicimos?
Tengo dos mil dólares y no los puedo recuperar ni interponiendo un recurso de
amparo.
Sr. Presidente (López).- No hemos querido evitar que usted hiciera su exposición, pero
este tema no tiene nada que ver con el objeto de la Audiencia Pública.
Sra. Lamparta.- Hay un párrafo del proyecto que dice que tenemos que pedir permiso para
molestar a los bancos, pero no le vamos a pedir permiso. Es nuestro derecho, porque ellos
no nos pidieron permiso a nosotros para robarnos. ¿Ellos nos pidieron permiso para
robarnos? (Aplausos). No lo hicieron. Tengo 71 años y dos mil dólares, que para ellos es
una picadura de mosquito. Y ni siquiera eso.
Tengo que estar luchando. Llamé a mi abogado y le pregunté sobre la causa. Me
dijo: “Ya salió de Cámara”. “Entonces, vamos a cobrar”, le dije. “Tenemos que esperar que
el banco no recuse”, me contestó. ¡Pero miren que divertido! Resulta que ahora tengo que
esperar que el banco no lo recuse.
Soy diabética. Tengo hipertensión arterial. Tengo los triglicéridos altísimos. Tengo
de todo. Si usted quiere, le llevo todos mis análisis a la Secretaría para que los vea, y
también un escrito de mi médico.
Lo que hicieron con nuestro dinero no es lógico. ¿Cómo se van a quedar con la plata
de una persona que, a lo mejor, la necesita para comprar remedios?
Un asistente.- O para pasear, que tenés derecho.
Sra. Lamparta.- Todos los meses gasto mucho dinero en remedios, porque los necesito. Es
mi vida, es mi salud y mi hija no quiere que me prive de remedios.
Yo me pregunto qué seguridad tenemos, porque si hubiera tenido seguridad, hubiera
puesto el dinero en mi casa. Pero no lo pude hacer por inseguridad, por temor a que entre
alguien a casa y me lo robe.
Una asistente.- ¡Ellos quieren eso: que te mate un chorro y no cobrás más la jubilación!
Sr. Presidente (López).- Por favor, deje que la señora concluya su exposición.
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Sra. Lamparta.- Doctor López: lamentablemente, no tengo jubilación. Ni siquiera de eso
gozo. No recibo los 150 ó 200 pesos que otorga el gobierno, porque me da vergüenza.
Tengo vergüenza ajena.
Tengo muchos años, y la verdad es que nunca me hubiera imaginado que en esta
época mi país se iba a encontrar en esta situación. ¿Cómo es posible que en un año se haya
hecho un gasto de 14 mil millones de dólares por encima de la deuda? ¿Cuándo vamos a
pagar eso? ¿Cuándo vamos a terminar de completar ese dinero? Es imposible. Es un país
muy pobre. ¿Cómo vamos a ayudar a Haití si tenemos a nuestros chicos desnutridos? Yo
los veo por televisión con esos bracitos y esas piernitas y se me parte el alma. Yo soy
abuela y se me parte el alma al ver eso. ¿Cómo los ayudo? Yo no tengo siempre la
posibilidad de hablarle al país y decirle a todos: “Movámonos; hagamos algo” (Aplausos).
Mandamos a Haití toneladas de alimentos y nuestro presidente se la pasa viajando en
aviones. Yo no entiendo mucho de esto, pero levantar un avión cuesta mucho y con esos
fondos se podría calmar mucha hambre. ¿No se puede hablar por teléfono o mandar un
email, ya que las comunicaciones son tan sencillas?
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Le pido que redondee, por favor.
Sra. Lamparta.- Perdón si me extendí en el tiempo, pero hablar aquí, por lo menos, es una
descarga para mí. (Aplausos).
103.- María del Carmen Rey
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora María
del Carmen Rey.
Sra. Rey.- Mi nombre es María del Carmen Rey; soy vecina de la ciudad de Buenos Aires,
del barrio de la Recoleta. Lo que me interesa tratar en esta audiencia pública son tres temas
en particular.
Primero: acecho o merodeo. Según el artículo 13 de la Constitución de la Ciudad de
Buenos Aires, la Ciudad garantiza la libertad de sus habitantes; pero los delincuentes,
gracias a artículos como el citado, en cierta forma, se encuentran respaldados por la misma
legislación. Tiene que hallarse un límite al merodeo de personas de identidad sospechosa.
Segundo: manifestaciones y piqueteros. De igual modo, la legislación vigente...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, permitan que cada orador pueda terminar su alocución.
Sra. Rey.- De igual modo, la legislación vigente garantiza el derecho al reclamo y a las
manifestaciones, pero este ejercicio no puede llevarse a cabo violando la ley ni ignorando
en forma sistemática los derechos y necesidades del resto de los ciudadanos. Distintos
grupos piqueteros están incurriendo en actitudes que, como se ve diariamente en los medios
de comunicación, nos perjudican a todos con sus acciones ilegales.
Tercero: oferta y demanda de sexo en la vía pública...
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- Manifestaciones en la sala.
Sra. Rey.- Tercero: oferta y demanda de sexo en la vía pública. Tomo como referencia el
Artículo 11 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, con cuyo contenido
concuerdo en su totalidad, pero considero que todas estas personas que se autoproclaman en
todo su derecho “trabajadores del sexo”, como tales, tienen la obligación, al igual que
todos, de pagar los impuestos que le corresponden a su oficio...
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Rey.- ...el ejercicio de su profesión deben realizarlo en lugares habilitados por el
Gobierno de la Ciudad para tal fin.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, permitan que la oradora finalice su exposición.
Sra. Rey.- Para finalizar, considero necesario que la Policía Federal tenga las facultades y
atribuciones para tomar las medidas necesarias según las circunstancias.
Muchas gracias.
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que hagan uso de la palabra los siguientes
participantes: N° 104, Catalina Soler; N° 105, Ernesto Julio Moreau; N° 106, Fernanda
Adriana Braga; N° 107, Nélida Esther Rodríguez; N° 109, Gonzalo Tomás Pérez; N° 110,
Gisela María Candarle; N° 111, Lucio José Decotto; N° 112, Héctor Luis Trajtemberg; N°
113, Valeria Diana Río; N° 114, Lila Elsa Oliva; N° 116, Adela Beatriz Cerioni; N° 117,
Aurelio Ruiz; N° 118, Carlos Alberto Antón; N° 119, Velia Beatriz Blanco; N° 120,
Mariana González Velasco; N° 121, Gustavo Adolfo Baamonde; N° 122, Horacio Pérez
Carrasco; N° 123, Cristina Estela Rondina; y N° 124, Elba Norma Luna.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
125.- José María Ferrucci
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor José
María Ferrucci.
Sr. Ferrucci.- Antes de leer lo que traigo escrito, quiero decir que en virtud de las
situaciones que se plantearon aquí, estoy feliz de ver que funcione en nuestro país la
democracia, aunque no todos lo crean. Esta audiencia es un acto de democracia: de un lado
y del otro tenemos derecho a hablar y discutir u oponernos a lo que dicen los demás.
Vengo a esta audiencia pública como ciudadano, pero al mismo tiempo como
empresario y director de una empresa de turismo, de un hotel y de una institución que reúne
a los hoteles de turismo de la República Argentina.
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AUDIENCIA PÚBLICA
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La inseguridad creciente en la ciudad de Buenos Aires es un hecho que es público y
notorio: no lo podemos negar, afecta cada vez más a los turistas extranjeros que nos visitan.
Consideramos indispensable se arbitren los medios legales para prevenir este tipo de delitos
que afectan seriamente, no sólo al turista que los sufre, sino también a la economía de la
ciudad, ya que el turismo es la actividad de nuestra ciudad que más mano de obra ocupa,
origina importantes inversiones e ingreso de divisas.
El “boca a boca”, que es la mayor promoción de nuestro país en el exterior y que
originó el crecimiento de nuestra actividad, que fue la primera en salir de la crisis terminal
en que se encontraba el país, puede convertirse, al difundirse los hechos delictivos que
afectan al turismo, en la propaganda más contraria y nefasta para nuestra actividad que
moviliza a toda la industria y a todo el comercio de la ciudad.
Que quede claro que no proponemos ninguna acción que afecte a las personas
honestas en nuestra ciudad, se ocupen de lo que se ocupen. Sólo nos guía defender una
actividad que da trabajo, directa e indirectamente, a cientos de miles de personas, lo que
significan miles de millones de dólares de inversiones sólo en la Ciudad de Buenos Aires, y
una de las que produce el mayor ingreso de divisas por la exportación de servicios no
tradicionales.
Los ilícitos contra los turistas, las manchas de mostaza, los robos en plena calle con
violencia, las actitudes intimidatorias de los delincuentes...
Un asistente.- ¡La prostitución de lujo que existe en los hoteles!
Sr. Ferrucci.- ...hacia el personal en hoteles y restaurantes, y los robos a mano armada en
los restaurantes y últimamente dentro de los hoteles –hechos que se multiplican día a día
efectuados por jóvenes y menores–, pueden tener consecuencias trágicas para turistas
extranjeros y consecuencias no deseadas para esta tan importante actividad económica...
Un asistente.- ¡La “falopa” que venden en los hoteles!
Sr. Ferrucci.- ...frenando las inversiones, haciendo caer el ingreso de divisas y originando
una disminución, que puede llegar a ser dramática, de los puestos de trabajo.
Proteger al turista significa mayores ingresos para las arcas fiscales, con fondos que
podrán destinarse en beneficio de los habitantes de la ciudad, en salud, educación y
servicios sociales.
En consecuencia, solicitamos que el nuevo Código de Convivencia contemple las
normas necesarias para prevenir y castigar este tipo de delitos, no sólo en beneficio de los
turistas, sino también de la economía de nuestra ciudad.
Gracias. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que hagan uso de la palabra los siguientes
participantes: N° 126, Griselda Liliana Sánchez y, N° 127, Gustavo Federico Palmieri.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
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AUDIENCIA PÚBLICA
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128.- Gerardo Raúl Fernández
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 128, el señor Gerardo Raúl Fernández.
Sr. Fernández.- Buenos días.
Mi nombre es Gerardo Fernández, y soy integrante del Centro de Estudios Legales y
Sociales. En principio, celebro que esta Audiencia Pública sea posible.
Los distintos proyectos modificatorios del Código Contravencional de la Ciudad de
Buenos Aires evidencian un claro intento de desbandar la política en materia
contravencional, elaborada desde el comienzo de la autonomía de la Ciudad de Buenos
Aires. Éstos plasman de modo manifiesto una política de corte manifiestamente represiva,
sin disimulo alguno, y se prohíben comportamientos que vulneran principios y garantías
fundamentales reconocidos en la Constitución de la Ciudad, en la Constitución Nacional y
en los tratados internacionales de derechos humanos.
Con la excusa de la ineficacia del sistema de justicia contravencional, se pretende
instalar un sistema represivo, autoritario, que vulnera diversos derechos fundamentales.
Contrariamente, no se vislumbra ninguna preocupación seria respecto de los problemas de
fondo, más allá de las irresponsables y poco originales propuestas, que sólo son más de lo
mismo, pero peor. (Aplausos).
Entre algunas de las modificaciones más criticables que proponen los proyectos
analizados están, por ejemplo, la imposición del arresto como la pena principal a aplicar; el
aumento de penas a los reincidentes, lo que representa un resabio del derecho penal de
autor, expresamente prohibido por la Constitución de la Ciudad. Además, sobre quienes
estas sanciones ejemplares serán aplicadas son los vendedores ambulantes y las mujeres y
travestis en estado de prostitución; es decir, aquellas personas que no pueden dejar de
reincidir, porque necesitan ganarse la vida. (Aplausos).
Algunos proyectos también contemplan la disminución de la edad de imputabilidad,
violando lo establecido por la Convención sobre los Derechos del Niño. Parecería ser un
principio estructurante de los proyectos el de que “el fin justifica los medios”, pues se
pretende paliar la situación actual sin atacar los verdaderos problemas, y a costa de los
derechos fundamentales de las personas.
Se pretende introducir una serie de figuras en las cuales la supuesta ilicitud depende
de conceptos tan vagos como la “dignidad”, el “decoro”, o los “sentimientos individuales”;
se mezcla criminalidad con contravenciones, y se recurre al alarmismo para lograr consenso
de ciertos sectores de la comunidad.
Algunos proyectos pretenden, incluso, prohibir comportamientos sin respetar el
principio de lesividad; es decir, se prohíben comportamientos que no afectan bienes o
intereses de persona alguna. La lamentable figura del “acecho y merodeo” es un ejemplo de
esto, claramente violatorio del Artículo 13, inciso 9) de la Constitución de la Ciudad.
(Aplausos).
Esta figura que ahora se intenta reimplantar existía en los viejos y nefastos edictos
policiales, y fue, reiteradas veces, tachada de “inconstitucional” por nuestros tribunales, por
ser incompatible con el Artículo 19 de la Constitución Nacional.
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AUDIENCIA PÚBLICA
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Los legisladores no pueden ignorar las consecuencias de sus propias decisiones en la
aplicación cotidiana de las normas que ellos dictan por parte de la justicia contravencional,
encargada de dar significado y sentido a dichas normas.
Con respecto al ya criticable Artículo 71, los proyectos no sólo no contemplan su
supresión –como debería ser–, sino que, por el contrario, pretenden agravar la represión de
la prostitución con criterios puritanos y moralizantes. (Aplausos).
En un proyecto, incluso, se llega al despropósito de establecer pena de arresto de
hasta nueve días al que mediante palabras, gestos, acciones, sonidos o dibujos afecte el
decoro, la dignidad y los sentimientos individuales. Así, se pretende imponer nada menos
que nueve días de privación de la libertad por actos que no están definidos. Además, la
mencionada figura propuesta constituye, por un lado, una vulneración al derecho de
expresarse libremente.
Finalmente, es importante remarcar que, entre los errores u horrores que presentan
los proyectos analizados, se encuentra la flagrante violación al principio de
proporcionalidad. Así, se establece de modo arbitrario la privación de la libertad, por
ejemplo, para figuras tan peligrosas como los “juegos de azar”, la “simulación maliciosa de
apariencia” o la “oferta de comercio sexual”.
Aquí el proyecto, además, discrimina el tipo de sanción de acuerdo con la categoría
del autor. Un ejemplo de esto es que se establece una pena de multa para quien organice un
espectáculo deportivo o artístico, sin ninguna autorización, mientras que, por otro lado,
sanciona con pena de hasta quince días de arresto a quien pretenda ingresar a un
espectáculo sin el correspondiente ticket. (Aplausos). De esta manera, por ejemplo, un
empresario que organice un mega espectáculo en un estadio de fútbol, sin ninguna garantía
de seguridad, sólo sería sancionado con una multa, mientras que quien intente ingresar al
mismo sin entrada, podrá estar hasta quince días privado de su libertad. Un verdadero
disparate y un verdadero despropósito.
Lo necesario, entonces, es regular normas que permitan la normal convivencia entre
vecinos, y no equiparando contravenciones con delitos, sino sancionar un pequeño Código
Penal. Al fijar la pena de arresto para más del 80 por ciento de las contravenciones
existentes, los autores de los proyectos pretenden sancionar un Código Penal encubierto,
como si éste fuera el medio adecuado para combatir la inseguridad.
El Código de Convivencia debería ser utilizado para solucionar conflictos y no para
agravarlos mediante la sanción indiscriminada y arbitraria de ciertas conductas, muchas de
las cuales, como ya dije, ni siquiera lesionan derecho alguno.
Muchas gracias. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que hagan uso de la palabra los siguientes
participantes: N° 129, Leonardo Joaquín Jaimes y, N° 130, Patricia Rosana Ibáñez.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
131.- María Carmela Lupo
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Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 131, la señora María Carmela Lupo.
Sra. Lupo.- Buenos días.
Mi nombre es María Lupo.
Vengo a plantear una seria situación. Disculpen la insistencia, ¿pero qué pasó esa
noche, cuando trataron de preparar un Código de Convivencia Contravencional? ¿Se
tomaron una botella o un vasito de whisky? Me parece que se tragaron la botella entera,
inclusive, con el vidrio. ¿Qué pasa? ¿No saben que ésta es una sociedad que trata de
convivir en paz y con miras hacia el futuro? Y pensar que en Europa y en otras partes del
mundo existen personas que continuamente están reflejando el problema. ¿Acaso no saben
que nuestro pasaporte no sirve en Europa? Con esto lo van a hacer peor todavía. Si hasta
ahora nos trataron de “sudacas”, mañana nos van a tratar de bichitos de luz. Si no está
permitido preparar tales cosas, ¿cómo es que lo están haciendo?
Disculpen mi mirada intimatoria porque en realidad me dirijo a quien tengo que
hablar, a ustedes (plausos); soy madre de una familia, soy miembro de una Comisión
Directiva de la Biblioteca Popular “El Progreso”, la sede que lleva setenta años en la zona y
la primer sala de cine. ¿Qué les parece esto a ustedes? Yo les voy a decir a los chicos que
no suban o al menos todos de golpe para que no queden merodeando en la puerta de la
biblioteca, ya que cien personas de golpe no pueden ingresar. Estoy hablando de que entre
setenta y ochenta personas ingresan todos los días y, ¿saben qué?, el 80 por ciento son
chiquitos de la villa. Digo “chiquitos” porque la mayoría son estudiantes, adolescentes y
chicos y quizás el 20 por ciento son adultos, para los que la lectura no es tan necesaria por
la TV, por el CD, por toda la cuestión técnica. Sin embargo, es necesaria la investigación,
que es lo que piden los profesores, que mandemos a los chicos a estudiar a la biblioteca
porque parece ser que los textos que tienen en sus casas no sirven.
Por lo tanto, propongo que preparemos la educación, permitamos que los actuales
maestros tengan algo de los maestros viejos, los que con muy poquita cosa enseñaban,
daban educación; en tiempos en que la educación partía de la casa, ya que en estos
momentos la educación no puede partir de la casa porque un padre no puede pensar en
forma coherente si le falta dinero para dar de comer a esos chiquitos. Si está faltando un
vaso de leche para dar a los chicos, ¿cómo cortamos esto? ¿Con un Código
Contravencional? ¿Qué le pedimos? Le decimos: “Señor, como usted no trabaja, no tiene
derecho a que sus chiquitos vayan a la escuela”; aunque sea pública, los padres tienen que
acercarse a la escuela. Los chiquitos tienen que llegar a la escuela caminando, de la mano, o
en colectivo, o en otros medios de comunicación pero no con raquitismo, sino con salud;
caminar con sus pies, ver con los ojos y tener dientes sanos. Hay chicos que van al comedor
y no pueden digerir la comida porque no tienen dientes o porque están cariados.
Entonces, primero pensemos en la educación, en la salud, en la parte
socioeconómica. ¿Podemos pedirle a un adolescente de doce años –y no digo “14” como
ustedes mencionan– que no robe, que no se ratee, que no mendigue si en sus casas no
tienen a qué dedicarse? Lo que pasa es que se dedican exclusivamente a la delincuencia
juvenil.
Permítanme que les dé un dato más: he sido contenedora y facilitadora del Programa
de la British Council para contener más de cien chicos de la calle y de hogares. ¿Y, qué
pasa? ¿Tenemos que esperar a que vengan del exterior para que nos digan cómo contener a
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nuestros propios chicos? (Aplausos) ¿Acaso no podemos crear una iniciativa social para
que estos chicos sean contenidos?
Discúlpenme que hable de esta manera, lo que pasa es que soy un poco intolerante,
y soy madre de familia, tengo cinco hijos, tengo tres nietos, trabajo de la mañana a la
noche, me gano mi pequeño sueldo; no quiero ser municipal porque dicen que los
municipales trabajan poco y cobran mucho menos; y menos quiero ser “Jefa/jefe de
familia” para degradarme con 150 pesos. Por eso, a pesar de mis 57 años, sigo estudiando
porque me tengo que recibir de “Maestro mayor de obras”, así no se cae un edificio (risas)
ni se cae una cornisa porque para eso están los que están trabajando en la construcción y no
se dan cuenta de que los edificios tienen que ser inspeccionados, para que no se caigan los
elevadores y los ascensores.
Por eso, creo que tenemos que partir de la revisión de la gente que trabaja en el
gobierno, en cómo impedir que haya tanta corrupción, que se manche tanta gente, que
justos paguen por pecadores. Puedo entender que la policía ya tiene una fama atroz pero
¡Por Dios! Pido un “parate”, dejen que los buenos se separen de los malos, hay policías
buenos y hay policías malos. Y digo eso porque en un momento dado, frente a uno de mis
propios hijos, un comisario de la 52ª me dijo: “Pero, señora, a su hijo lo tiene en un
cascarón”. A lo que yo pregunté por qué lo habían detenido y me contestó: “Lo detuvieron
por no tener documento”. Y menos mal que controlé que no le pusieran droga en el bolsillo,
porque si no me iban a decir que mi hijo era un drogadicto. (Aplausos).
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Señora Lupo: le pido que vaya redondeando su
exposición.
Sra. Lupo.- Entonces, le pregunté al comisario por qué él me dijo que ya tenía a mi hijo en
un cascarón. A lo que él me contestó que en la primera indagatoria que le hicieron sin mi
permiso, porque él era menor de 18 años, le preguntaron si conocía los cinco puntos.
Quisiera hace un cuestionario para preguntarles qué significan los cinco puntos. Y la
respuesta es que significa que son amigos de los amigos que están en la cárcel, es decir,
“cuatro ladrones y un policía en acecho”. Ahora, me pregunto: ¿qué culpa tenía mi hijo de
no saber eso? ¿Acaso me lo van a acechar por ese motivo? ¿En qué estamos? ¿Los criamos
bien o mal? Por supuesto que no voy a permitir que a mis hijos los estén merodeando,
porque de lo contrario, estaríamos hablando al revés. Yo no permito que a mis hijos los
estén merodeando! (Aplausos). Porque mi hijo debe gozar de la libre circulación en las
calles no solamente para ir a ver un partido de fútbol sino para ir a bailar en condiciones,
sin tomar una botella de whisky como la que tomaron para sancionar la Ley
Contravencional!
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Le reitero nuevamente señora Lupo que vaya
redondeando su exposición.
Sra. Lupo.- Pido que no me aplaudan más porque si no voy a crecer un poco más y eso no
me conviene, porque voy a tener mucho más fuerza para estar en todas las ocasiones
sociales, como lo hago actualmente y como sigo diciendo que pertenezco al movimiento
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para el Hospital de Lugano, en donde hace falta la salud. Eso significa que hay que
quedarnos. Ya que no podemos ir al directorio de cada hospital para permiso para atender a
los ciudadanos de la ciudad. En las escuelas hacemos lo mismo, pedimos permiso para los
ciudadanos de la ciudad. Hay 41 chiquitos en lista de espera en un jardín de infantes de
Lugano y como no pueden entrar a la escuela, tienen que viajar a otro barrio.
Sr. Presidente (López).- Señora Lupo: está excedida de su tiempo de intervención. Le pido
que finalice su exposición.
Sra. Lupo.- Seamos coherentes, usemos la coherencia. A lo mejor, yo necesito un
psiquiatra porque creo que me estoy volviendo loca porque veo que la gente no tiene
coherencia.
Finalmente, voy a leer algo muy breve porque no quiero cansarlos porque ya me
tengo que retirar y además estuve presente en la tarde de ayer y casi toda la mañana de hoy
escuchando quejas y quejas. Hoy, vamos a terminar con la última queja y por supuesto que
no va a ser la mía. Por eso, pido que bajen el telón y los carteles y empiecen a sesionar en
serio y como corresponde! (Aplausos).
¡La sociedad tiene que estar preparada! ¡El futurimo no se prepara con leyes del
Código Contravencional! El futuro se prepara con mucho trabajo, con mucho ahínco, si es
posible no dormir; pero no me refiero a no dormir para tratar temas sobre tablas a espaldas
de la gente y que hagan lo que se les dé en gana.
En realidad, podemos llevar toda la ciudad a la Legislatura, pero a qué hora tratan
los temas. ¿Nos tenemos que quedar todos a dormir allá para impedir que no se traten
ciertos temas ? ¿Por qué? Porque este tema iba a ser tratado el 19 de febrero pasado y sin
embargo se le dio un “parate”. Menos mal que llegamos a esta instancia como la instancia
de la Audiencia Pública por requisitoria ciudadana para el Hospital de Lugano.
En realidad, los felicito, dieron esta Audiencia Pública y están permitiendo que la
gente opine. Como hemos opinado, pido que tomen conciencia ya que veo que están
tomando versión taquigráfica porque ayer cuando habló el doctor Zambrano, ¿qué pasó?
Como no tenían tipeado el discurso, pidieron una copia. No entiendo eso.
Podría haber varios accidentes pero en este momento no permito que haya alguno,
porque si yo me cayera de uno de los escalones para subir a este escenario, me mataría.
Entonces, tengo que prevenir de no sufrir un accidente. ¿Acaso no es lo mismo? Si nos
caemos y nos derrumbamos en la ciudad, se terminó la ciudad y el país. Para esto, la
pobreza viene de todo el país, la falta de educación viene de todo el país, la falta de salud
viene de todo el país, el estado socio económico viene de todo un país. No solamente es la
ciudad la que está sufriendo, está sufriendo todo el país.
Por eso, todos necesitamos que Ibarra y que el presidente Kirchner se pongan de
acuerdo para no permitir que un Código Contravencional como éste sea aprobado en esta
ciudad ni en el resto del país; de lo contrario, pido que bajemos la cortina y vayamos al
mar, no a otro país, porque no nos van a recibir. Esto lo digo como extranjera porque soy
hija de italianos. Quizás puedan criticar a mis abuelos cuando venían aquí y no se bañaban
ni siquiera una vez por semana, ¡Pobre gente!, porque no podían comprar el jabón y sin
embargo, se dedicaban a que los chicos estudiaran, comieran un pedazo de queso y tomaran
un vaso de leche. Ahora, todo está distorsionado. ¿Quién tiene la culpa? ¿La gente? No! La
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corrupción viene de mucho más arriba. Hicieron los lingotes de oro y después los hicieron
desaparecer, como el corralito y no fue un día preparado.
Sr. Presidente (López).- Señora Lupo: está excedida en su tiempo.
Sra. Lupo.- Solicito dos minutos más.
Entre las modificaciones que se proponen figura la que tiene que ver con el
merodeo, el derecho del menor y la prostitución. No voy a permitir que bajen la edad de
imputabilidad de los menores. Para mí el menor debe tener entre 18 y 22 años, pero a mi
hijo lo voy a acompañar hasta los 40 años, ya que en todo momento estamos corriendo
algún riesgo.
¿De qué nos protegen? ¿De los delincuentes nada más? Creo que el delincuente está
preparado desde mucho más arriba. El delincuente está con guantes blancos en donde nadie
lo puede controlar y es el que se lleva todo el dinero. (Aplausos).
Por eso se incorpora la figura jurídica del merodeo que es la permanencia
injustificada. Y yo pregunto: ¿en qué lugar: delante de un banco? Mi mamá es una jubilada
y todavía tengo que acompañarla y si yo no puedo ir con ella tiene que acompañarla mi
hijo, uno de mis menores. Entonces, mientras mi hijo está cuidando a su abuela tiene que
cuidarse de la policía que pretende decir que es un merodeador. (Aplausos). Usemos la
coherencia.
La buena policía debe estar preparada. Tiene que percibir un buen sueldo y no debe
dejarse coimear. No tiene que estar pidiéndole plata tanto a un cartonero como a un
vendedor ambulante. Tenemos que partir desde este punto. A los policías los degradaron
con un sueldo de 150 pesos y lo que deben calcular para una canasta familiar es alrededor
de un sueldo de 500 ó 600 pesos. Entonces, ¿qué significa esto? La pobreza se está
inventando. Inventemos cosas buenas.
Con respecto a la permanencia injustificada, en el proyecto de los diputados Giorno
y De Giovanni, el Artículo 42 plantea como contravención la permanencia sin causa que lo
justifique en el interior o adyacencias de un banco, institución financiera o inmobiliaria. El
mismo artículo establece que, ante el requerimiento de la autoridad, el contraventor podría
ser sancionado con arresto de hasta tres días.
Queda, entonces, a criterio de la policía determinar si la causa es o no justificada.
Este artículo no sólo limita el mandato de libertad individual de transitar y permanecer en
un lugar, sino que también viola la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, ya que en
su Artículo 13, inciso 11, se determina que en materia contravencional no rige la detención
preventiva.
Por otra parte, en el proyecto del diputado Enríquez se agrava y profundiza la pena
cuando establece en su Artículo 61: “Acecho y merodeo: será sancionado con arresto de
hasta veinte (20) días, el que se hallare vigilando a personas o lugares sin causa que lo
justifique,…”. ¿Y si mi hijo se olvidó el documento, cuando fue a acompañar a la abuela?
¿Cómo lo justificamos?
Sr. Presidente (López).- Señora Lupo: está muy excedida en su tiempo. Le restan 30
segundos para terminar.
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Sra. Lupo.- Existe una parte de la propuesta que habla de las terminales de transporte y
estaciones de trenes. Y yo me pregunto, cómo vamos a evitar que la masa de gente suba de
golpe a los trenes. Lo ideal sería que sacaran su boleto, pero en estos días es imposible ya
que suben, la llevan a una a “upa” y esto ni siquiera es un merodeo, sino que es “vuelo”.
Enríquez también fija 20 días de arresto para el mínimo delito. El proyecto en su conjunto
es una joya del pensamiento más recalcitrante de la Argentina moderna. Tanto en sus
fundamentos como en sus penas, el proyecto no tiene desperdicio.
Viví en década del 50 y ahora parece que estamos nuevamente ante un gobierno de
facto.
En otro de los artículos, que es el número se establece que por insultar y por simular
discapacidad para mendigar, la pena va de 15 a 20 días de arresto. En el Artículo 80 se
establece de 5 a 7 días de arresto por espantar a un animal. “Tomátela perrito, no me vengas
a lamer; tengo para darte de comer pero si te acercás demasiado te estoy acechando”.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señora, no puede hablar todo el tiempo que quiera. La
ley de Audiencia Pública le otorga nada más que cinco minutos. Vaya concluyendo en su
exposición.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Lupo.- Me retiro, pero en la próxima audiencia la que se va a tomar todo el whisky
voy a ser yo. (Aplausos).
132.- Wladimir Gastón Constanze Lima
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor
Wladimir Gastón Constanze Lima.
Sr. Constanze Lima.- Para comenzar, quiero decir que hablo en representación de la
Agrupación Nueva Generación de Abogados, NGA, y que es nuestra intención sumar un
aporte desde el lugar de profesionales del derecho.
Hace poco tiempo que esta ciudad logró eliminar una de las manchas más grandes
que existió durante más de 50 años, estamos hablando de los edictos policiales y con ellos
se fueron también resabios de una sociedad autoritaria. Por ello queremos dejar en claro
que no hay que claudicar un paso, que nuestra Constitución Nacional, así como la
Constitución de la Ciudad, impiden que se pueda volver a un Estado represor pero que
asimismo debemos inevitablemente luchar contra aquellos que quieren volver al pasado.
No creemos en quienes nos dicen que la solución a la inseguridad es la reforma al
Código Contravencional. No creemos en el simplismo de algunos candidatos a Jefe de
Gobierno que nos quieren vender espejos de colores.
No es verdad que un Código Contravencional más duro, con medidas más
restrictivas va a solucionar los robos, los secuestros, las violaciones y todo hecho delictual,
lo único que va a cambiar la situación de inseguridad que vive nuestra ciudad es un plan de
seguridad serio que sea aplicado en cada barrio conforme a sus necesidades y las
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expectativas de sus vecinos, con una policía firme pero no autoritaria o sin ningún tipo de
control.
Estamos hartos de que algunos improvisados nos hablen de dar mano libre al Estado
para después no tener soluciones para malditas policías que ellos mismos crearon.
(Aplausos).
Estamos persuadidos que es necesario realizar determinados cambios en el Código
Contravencional, sin embargo creemos también que el Estado tiene los elementos coactivos
necesarios para la aplicación de sanciones.
El Código existe, el problema radica en la poca disposición a cumplirlo o aplicarlo.
Cuando hablamos de cumplirlo, no sólo nos referimos al contraventor, sino también a los
jueces y la policía, es un ejemplo de ello las situaciones que vivimos a diario en nuestra
ciudad.
¿Cuantas veces estacionamos nuestro auto y nos encontramos con personas que nos
pidieron dinero para su cuidado sin tener autorización del Gobierno de la Ciudad? ¿Cuántas
veces sufrimos con la señalización de las calles destruidas dolosamente? ¿Cuántas veces
vemos alcoholizados a menores de edad, tirados en la vereda de los kioscos, almacenes,
supermercados, bares, cuando existe una norma que prohibe su venta a menores? ¿Cuántas
veces sufrimos en espectáculos públicos el desorden en una fila gente que se adelanta o
empuja? ¿Cuántas veces hemos visto mendigar a chicos en el Subte, en los trenes, en las
esquinas de la Ciudad? ¿Cuántas veces nos han ofrecido en esos mismos espectáculos
entradas a un mayor valor?
Seguramente, para esta pequeña enumeración la respuesta de los vecinos de la
ciudad será varias veces, sin embargo, muchas de esas veces el autor o autores no sentirán
la ley debido a que la autoridad de aplicación no la aplica. Tiene todos los elementos para
hacerlo, ya que para cada una de estas conductas que nombramos anteriormente existe una
contravención, pero por desidia, negligencia o dolosamente, no se aplica.
Entonces, la primera conclusión importante sería que se aplique el Código
Contravencional, que no nos digan más que están atados de mano, porque sino pueden
aplicar la ley, entonces que renuncien a su empleo y que dejen actuar a aquellos que sí
quieren aplicarla. (Aplausos).
Sin embargo como decíamos antes, es verdad que algunas cuestiones deben ser
revisadas: estamos de acuerdo que por una cuestión de técnica legislativa y para seguir al
Código Penal vigente, así como establecer criterios comunes en los jueces, sería valioso
que a cada contravención se le asignara una posible sanción.
Creemos específicamente con referencia a la pena: debe ser eliminada la pena de
apercibimiento, ya que ha demostrado ser poco eficaz, por no decir inútil; la pena de
caución de no ofender sólo puede ser usada una vez para la misma persona, la devolución a
la persona de la suma depositada pasado los seis meses, no extingue la comisión de la
contravención, la cual quedará registrada. La multa no debe tener un máximo dinerario,
sino que debe ser acorde a la situación patrimonial del contraventor; la misma se
determinará como un porcentaje sobre la declaración jurada anual del año anterior al hecho
o al sueldo tomado para determinación del SAC del período anterior, que no excederá 3 por
ciento ante la comisión de la primer contravención y se establecerá entre el 3 por ciento y el
5 por ciento para la segunda contravención. En caso de una tercera contravención, no se
podrá conmutar por multa, sino que se deberá el cumplimiento efectivo de arresto.
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El fin de esta modificación busca la igualdad en cuanto al sentido represor de la
sanción sobre la base de los ingresos económicos del contraventor, dejando en claro, la
diferencia entre un hipermercado y un kiosco, en cuanto al monto de la pena, pero
estableciendo un parámetro común entre uno y otro. Por otra parte, creemos que el fin de la
pena en este caso es que el contraventor desista de repetir la conducta, es por ello que si a la
segunda contravención el autor no es capaz de comprender lo injurioso de su acto, es
necesaria la pena de arresto.
Eliminar la pena de arresto domiciliario. El fundamento es la poca capacidad por
parte de la autoridad en cuanto a su debida aplicación.
Con referencia a la extensión de la pena, eliminamos el máximo de la multa
llevándolo en su caso al patrimonio del contraventor.
Dejar en treinta días el máximo de arresto y no subirlo como pretende uno de los
proyectos de reforma presentados.
Elevar la prohibición de concurrencia a los espectáculos públicos al término de dos
años, en los casos de reincidentes.
Nos oponemos decididamente a la figura del merodeo o acecho, o como se lo quiera
disfrazar. Es inaplicable por arbitrario y por estar reñido con principios fundamentales del
estado de Derecho. (Aplausos). Se castigan conductas tales como el “merodeo”, tipo penal
tan abierto que exige la integración interpretativa de un magistrado, siendo esta
configuración idéntica a las empleadas por los Estados totalitarios para afectar la libertad.
Creemos que el legislador debe delimitar la esfera de lo legal y lo ilegal, valiéndose
para ello de tipos penales precisos, lo que hará una diferenciación clara entre lo lícito y lo
ilícito, creando un régimen de poder restringido. Al estar delimitado claramente lo legal de
lo ilegal, se hace más trabajoso englobar en lo contravencional más conductas que las
expresa y limitativamente contempladas.
Las expresiones que se utilicen en la enunciación de las contravenciones no deben
ser vagamente alusivas o estar más cercanas a enunciados metafóricos sino que deben ser
símbolos precisos requeridos por la tipicidad. Debe tratarse de lo que en la técnica penal se
conoce con el nombre de tipo cerrado. Es preciso comentar que un tipo abierto, como es el
de merodeador, sólo puede ser aplicado en un estado autoritario.
Creemos que se debe efectivizar el registro de contraventores, con lo que se podrá
tener mejor conocimiento del reincidente y la aplicación de la norma llegará en toda su
extensión. Asimismo, se deben incluir nuevas figuras contravencionales referidas a
contaminación ambiental, ya sea la de la tierra, la del agua y la del aire, como la acústica y
visual, y no tenerlas en un Código de Faltas.
También se deberían tener en cuenta las cuestiones de seguridad como la prevención
de incendios –matafuegos, sistemas de seguridad, señalización de escaleras de emergencia
y ubicación de matafuegos–, la carga y descarga de combustibles y el transporte de
sustancias tóxicas. Deben tener una pena en caso de infracción.
Asimismo, se debe incluir la obligación por parte del dueño del animal de levantar
la materia fecal depositada en la vía pública, así como la obligación de la utilización del
canil en aquellos lugares donde exista el mismo, convirtiendo en contraventor a su dueño.
Por último, ante el avance del autoritarismo estatal, planteamos mayores libertades.
Ése es nuestro desafío.
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Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Marcelo
Alejandro Paternoff.
- El participante no se hace presente.
134.- Lucía del Carmen Carew
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Lucía
del Carmen Carew.
Sra. Carew.- Buenos días.
Voy a expresarme en nombre de los 1300 Vecinos Autoconvocados de Palermo
Viejo que con su firma dieron el aval para peticionar ante todo tipo de autoridad. También
se presentó un pedido de reforma al Código el 6 de marzo de 1998, con otras 800 firmas.
En primer lugar, rechazo esta Audiencia porque dicha convocatoria es una farsa.
Para un tema de semejante envergadura se debería haber efectuado una consulta popular.
Aquí no se debaten proyectos; por el contrario, una vez más el sesgo ideológico ha
primado y pretenden desde el Poder Ejecutivo engañar al contribuyente y vecino de esta
Ciudad.
Se anunció en los medios que se nos entregarían algunos proyectos de reformas; no
todos. Y si la mayoría de los señores legisladores no pudieron debatir sobre tablas
proyectos porque decían que lo habían recibido la noche anterior, mucho menos podemos
hacerlo acá quienes concurrimos ad honorem a esta sala.
El Código de Convivencia no cuenta con sanciones tipificadas artículo por artículo.
Por lo tanto es discriminatorio, ya que según el juez que le toque, puede dictar un mes de
tarea comunitaria, multa, cursos de orientación y, otro juez, para el mismo caso, puede
dictar tres meses de tarea comunitaria o multa de mayor monto. De hecho, a un demandante
de sexo se le puede hacer juicio abreviado y nunca transcienden sus penas ni sus nombres.
Un Código Contravencional debe ser ejemplificador y corrector de conductas
transgresoras que hacen a la antesala del delito. Por ejemplo, si respecto de quien corría
picadas por Figueroa Alcorta –me refiero al señor Cabello– se hubiese actuado previniendo
con una severa contravención, hoy no tendríamos muertas a una madre y a su inocente hija.
Ello hace directamente a la seguridad de las personas. Faltan figuras sumamente
necesarias. Llamemos a las cosas por su nombre: el “acecho”. Un gato que vigila su presa
está al acecho. Igual pasa con el delito. Con el acecho, el merodeo, ¿cuantas violaciones y
secuestros se hubiesen evitado?
La reincidencia, es decir todo aquel que vuelve a reincidir en la misma conducta,
debe ser tenida en cuenta en la aplicación de la sumatoria de penas. Me refiero a los
menores punibles o padres solidariamente responsables de los actos de sus hijos. Si un
menor es capaz de procrear a los 14 años, o antes, ¿porque no puede ser punible? Se
equivocan y no se los beneficia a los menores sin sancionarlos. Muy por el contrario,
porque se permite así que los mayores usen y abusen de ellos y los manden a delinquir, a
mendigar y hasta son abusados y castigados por sus mayores.
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AUDIENCIA PÚBLICA
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En cuanto al Artículo 71, que tanto perjudica a los vecinos que represento, no nos
afecta, ni importa la condición sexual, ni de vida que cada persona elige; pero exigimos que
la oferta y demanda de sexo queden prohibidas en la vía y espacio público.
Hoy estamos siendo discriminados los vecinos contribuyentes...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, deje que la señora termine con su exposición.
Sra. Carew.- Hay una señora que ahora está sentada en la primera fila y que tuvo la
oportunidad de hablar durante quince minutos. Jamás hice un movimiento ni un gesto. Por
lo tanto pido el mismo respeto.
Hoy estamos siendo discriminados los vecinos contribuyentes, los niños, los
adolescentes y la familia, ya que no podemos abrir la puerta de las casas porque nos
topamos con personas desnudas o casi sin ropas, practicando sexo con “señores”; otros,
están masturbándose frente a los producidos. Vecinos por años, noche tras noche sin
dormir, muchas veces amenazados y hasta lastimados por quienes allí están y hasta en
algunos casos sin respuesta o con mala respuesta de quienes nos deben dar solución. De
hecho, el Jefe de Gobierno ha respondido que cinco travestis por cuadra no molestan a
nadie, pero se olvida que en campaña preelectoral anterior, hacia grandes operativos y me
resuena cuando nos decía a vecinos que oficiábamos de testigos, que había que
“exterminar” la situación, que no podían estar frente a las casas. Pasadas la elecciones viene
siempre la amnesia. No negociamos el espacio público con nada ni con nadie.
El Gobierno, en lugar de fomentar la oferta y demanda de sexo, debería preocuparse
por dar trabajo, salud, educación, vivienda (aplausos), tanto para quienes se prostituyen,
como para muchos de los que estamos aquí presentes. Yo también tengo derecho a la
vivienda digna.
Un Código Contravencional no es cosa de Heidi, y por eso, en nombre de los
vecinos que represento, solicito la sanción y aplicación del Código que recientemente ha
presentado el diputado Jorge Enríquez...
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Carew.- ...que ha sido mejorado aún respecto del anterior; había sido trabajado de
acuerdo con cada problemática vecinal de la Ciudad y consensuado con los vecinos.
Para la sociedad, primero es fundamental la prevención; después, la sanción y, por
último, la represión. Los ciudadanos queremos vivir dentro de la Ley, en paz, con
tranquilidad para nuestros y vuestros hijos.
No se comprende que por un retrógrado sesgo ideológico se pueda seguir
permitiendo la pérdida de lo más importante: la vida, el honor, el descanso, la familia, los
valores, la ética, la moral, transformando tal actitud en lo más “facho” de las acciones e
ideas.
Queremos confiar y creer en quienes nos representan. Y recalco que esta audiencia
ha desvirtuado el sentido y también faltado a la Constitución de la Ciudad.
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Una vez más, el Jefe de Gobierno se equivocó con esta payasada, porque recibió
insultos de todos lados, incluso de aquellos que lo votaron y hoy alzan su voz y
sentimiento.
Dejo constancia y prueba de las firmas del proyecto del Código anterior. (Aplausos).
135.- Gimena Sakim
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Gimena
Sakim.
Sra. Sakim.- Mi nombre es Gimena Sakim, y soy de la Federación Juvenil Comunista.
(Aplausos).
Antes de comenzar con mi intervención, me gustaría hacer referencia a cómo los
medios de comunicación, sobre todo los medios gráficos y un señor que creo se llama
Hanglin, cubrieron y reflejaron la audiencia de ayer. En algunos de los medios se decía que
la audiencia pública de ayer había sido colorida, caótica y escandalosa. Tengo que decir que
estoy de acuerdo con una parte de esa definición y con otra no. Es cierto que fue colorida.
Fue colorida porque somos alegres y divertidos. (Aplausos). Si no fuera así, no podríamos
decidir todas las mañanas seguir organizándonos y luchando contra todas las injusticias de
la Ciudad de Buenos Aires y de la República Argentina.
Sin embargo, no estoy de acuerdo con que la audiencia de ayer fue caótica o
escandalosa. De hecho, el 95 por ciento de los expositores estuvimos de acuerdo con que
estamos en contra de la reforma del Código Contravencional. (Aplausos). Hubiera sido
realmente caótica y escandalosa si ayer hubieran estado presentes Ibarra y los señores
legisladores que presentan proyectos de reforma al Código Contravencional, quienes se
pelean para ver quién se gana el premio al proyecto más represivo del año. (Aplausos).
En realidad, quiero contarles una historia. Ayer y hoy escuchamos muchísimos
motivos por los cuales muchos nos estamos oponiendo a estas reformas.
Ale tiene 16 años. Es el mayor de tres hermanos que viven con sus padres en una
casa tomada de La Boca. Chela, la mamá, es una trabajadora textil desocupada desde la
crisis del 2001. ¿Se acuerdan? Ahora trabaja por horas en distintas casas. Ale, el año
pasado, dejó el colegio para ayudar a José, su papá, en el puesto que tiene en Once. Ahora
él se queda en el puesto y José se sube a los colectivos para colocar las famosas tijeritas
plegables.
Todas las tardes, cuando vuelve al barrio, se para en la vidriera de la casa de
deportes para mirar ese par de zapatillas que nunca se va a poder comprar. Y lo sabe. Igual
le gusta imaginárselas puestas, andando en skate en la plaza.
Los fines de semana no hay muchas opciones. El cine o ir a bailar es un lujo que
hace mucho no se da. Así que después del picadito obligado, se encuentra con los pibes en
la esquina de siempre. Nunca llegan a juntar tanta plata como para ir y volver del centro;
entonces, con la vaquita que hicieron, se compran unas cervezas, charlan y planifican la
banda de rock que nunca van a formar.
No entiende mucho de política, pero desde el intento de desalojo se pone el pañuelo
y acompaña al viejo a las movilizaciones para impedir el desalojo de otras familias del
barrio. Mucho de política no, pero de solidaridad entiende bastante. Sabe que hubo muchos
que sin conocerlo, se jugaron por él y los suyos, y ahora quiere hacer lo mismo.
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Ale tiene muchos sueños. Todavía no piensa en casarse y tener una familia, pero a
hija de la panadera lo vuelve loco. Le gustaría que sus hermanos tuvieran ropa nueva y no
la emparchada de los hijos de otros. Le encantaría que a su mamá no le doliera tanto la
cintura por los quehaceres domésticos propios y ajenos. Claro que quiere volver al colegio,
recibirse de técnico y trabajar de eso. Pero a Ale la Ley de Obligatoriedad de Secundario no
le alcanza. Habría que garantizar trabajo para sus viejos, una beca y un boleto estudiantil
menos burocrático y más barato.
Con las reformas al Código Contravencional que impulsan Ibarra y Macri, Ale
habría acumulado contravenciones por obstrucción de la vía pública, acecho y merodeo,
ingesta de bebidas alcohólicas en vía pública, no cumplimiento de los ciclos de instrucción
obligatorios. Igual, no se preocupen. Ale no existe. O sí.
En la Ciudad de Buenos Aires, según el INDEC, en mayo de 2002, la desocupación
total ascendía a 16,3 por ciento y la subocupación a 15,5 por ciento. Según la Encuesta
Permanente de Hogares de mayo de 2003, el 26 por ciento de los jóvenes entre 15 y 24
años está desocupado.
Ale es joven, menor de edad, pobre, desocupado, piquetero, vendedor ambulante, no
estudia. Podría ser travesti, prostituta, cartonero o artista callejero. Puede ser cualquier
joven desocupado de cualquier barrio periférico y pobre de la ciudad, que con la excusa de
la averiguación de antecedentes sufre el sistemático abuso policial. (Aplausos). Ale se llama
también Walter Bulacio, Lucas Roldán, asesinado por policías de la Comisaría 52 en
Lugano, o Marcelo Báez, acribillado por policías de Mataderos.
En vez de profundizar en medidas tendientes a eliminar la desocupación y la
pobreza, garantizar la permanencia en los ciclos escolares, atender las problemáticas
juveniles, como el alcoholismo y la drogadicción, se avanza en reformas al Código que no
hacen más que judicializar y criminalizar la pobreza y la protesta. (Aplausos).
Con las herramientas que hoy tiene la policía, amparados en el Código Penal, la Ley
de Averiguación de Antecedentes y el actual Código Contravencional, no se previene el
delito. Se persigue a los pobres y a los luchadores. Se mata a nuestros jóvenes. (Aplausos).
Señores legisladores, señor Ibarra: me gustaría hablarles a ustedes, pero se
encuentran ausentes. Espero que lean la versión taquigráfica, que con mucho esfuerzo están
realizando los trabajadores taquígrafos. A ellos me gustaría decirles que si de verdad
quieren solucionar la seguridad de los habitantes de la ciudad, no lo van a conseguir con
más atributos a esta policía corrupta y asesina. Seguridad para todos es trabajo, educación,
salud y vivienda digna para todos. (Aplausos).
115.- Carlos Alberto Tcholakian
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Carlos
Alberto Tcholakian.
Sr. Tcholakian.- Buenas tardes a todos. Mi nombre es Carlos Tcholakian y hablo en
representación de las asambleas populares. Traje una copia por escrito de lo que voy a
decir, para que no haya problemas de transcripción.
Señor presidente: seguramente coincidiremos en señalar que los actuales proyectos
presentados para reformar el Código Contravencional, tanto del ibarrismo como del
macrismo, serían impensables luego de las jornadas de la rebelión popular del 19 y 20 de
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diciembre: me refiero durante al auge de las asambleas populares del año 2002 y parte de
2003. Es que durante aquel período el movimiento popular más amplio y diverso abrió
espacios participativos, cuestionó seriamente las representatividades y la gobernabilidad
quedó profundamente herida.
En realidad, ¿qué se persigue con estos proyectos? ¿Castigar a los funcionarios
públicos que no cumplen con lo que prometen durante la campaña electoral? ¿Castigar a los
que utilizan los fondos públicos para ampliar su clientelismo político? ¿Castigar a quienes
desde el ejercicio del Ejecutivo privilegian los mal contraídos compromisos externos y
corruptos contratos internos, en vez de privilegiar el hambre, la salud, la educación, la
vivienda y la falta de trabajo del 26 por ciento de la población de la ciudad, que vive por
debajo de los índices de pobreza?
Señor presidente: quiero anunciarle, por si usted no lo sabe, que de acuerdo con
cifras oficiales, la desnutrición en la ciudad de Buenos Aires asciende a 16,8 por ciento,
mientras que la mortalidad infantil en la zona sur, concretamente en Parque Patricios y
Constitución, es de 45,1 por mil. Si esto no es inseguridad, ¿la inseguridad dónde está,
señor presidente? (Aplausos). Esto es un silencioso genocidio planificado.
Desde las organizaciones populares más diversas, entendemos que hay mucha
inseguridad en nuestra ciudad, tal como en todo el país; que efectivamente la convivencia
no es buena, no es justa, no es digna ni ética. Por lo tanto, hay que reformular los valores
que ordenan nuestra vida comunitaria, que deberá estar regida por la justicia social y la
democracia participativa, en un marco ético y moral profundamente humanista.
Nada más alejado de esto están los proyectos de reforma al código que están en
disputa, y todos, matices más o menos, apuntan a lo mismo: reforzar las potestades de la
represión por parte de la Policía Federal y de los fiscales contravencionales al proponer
prohibir la protesta, bajar la edad de imputabilidad, endurecer y extender las penas, volver a
figuras como el “merodeo”, “acecho” o “permanencia injustificada”. Con estas reformas se
está retornando a los derogados edictos, pero por vía legislativa. Y nos estamos acercando
peligrosamente a las épocas más oscuras de nuestra historia, por las cuales este 24 de marzo
homenajearemos nuevamente a sus víctimas fatales, nuestros inolvidables 30.000
desaparecidos. (Aplausos).
Es mentira que la policía no tiene herramientas para prevenir el delito: tiene el
Código Penal, la Ley de Averiguación de Identidad –que es inconstitucional– y el actual
Código Contravencional, que contiene artículos también inconstitucionales.
Una de las mayores inseguridades que padecemos los ciudadanos que vivimos o
trabajamos en la Capital Federal, como dijo anteriormente una vecina, es en la salud. En los
hospitales faltan insumos; en distintos nosocomios todavía se cobran compulsivamente los
famosos “bonos voluntarios”, y hay servicios que están arancelados. Los insuficientes
presupuestos aprobados por Ibarra y su Secretario de Salud, Stern, profundizan la
inseguridad de la salud; o sea, violan el derecho a la vida. Sería saludable que Ibarra, en vez
de girar a la Policía Federal 16 millones de pesos más que el año anterior, los destinara a
extender el miserable presupuesto otorgado al Plan Materno Infanto Juvenil, y evitar así la
discapacidad y muerte de nuestros hijos por hambre. También luchamos por el derecho a la
salud.
La reforma al código significa más represión legalizada para impedir la protesta
social por la injusticia que este sistema provoca, del cual Ibarra y Macri son, con diferentes
formas, genuinos representantes. (Aplausos).
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Aprovecho esta oportunidad para denunciar una vez más que yo, entre otros miles,
estoy procesado por luchar. Oportunamente, ocupamos con la Asamblea Popular de Villa
Crespo un espacio abandonado para contener a los carenciados de nuestro barrio;
desarrollamos comedor y merendero, apoyo escolar y actividades sociales y culturales; o
sea, lo que debiera hacer el Gobierno de la Ciudad, en vez de pensar cómo reprimir más la
pobreza. (Aplausos).
Por todo lo expuesto, la Intersalud de las Asambleas Populares se pronuncia con un
no rotundo a los proyectos de reforma. Debemos conformar y coordinar entre todas las
vecinas y vecinos, junto a las organizaciones sociales y políticas afines, un poderoso
movimiento que enfrente a esta nueva embestida represora contra el campo popular y sus
organizaciones.
Proponemos también que ese amplio movimiento plantee elaborar un proyecto
alternativo y democrático que garantice las libertades públicas, el derecho a la protesta, a la
participación de los ciudadanos y el efectivo juicio y castigo a los funcionarios que, en
cargos ejecutivos o legislativos, no aseguren el derecho a la vida y no cumplan con sus
promesas electorales.
Unámonos los diferentes contra el poder que nos hambrea, reprime y asesina.
Gracias. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 136, Alberto Héctor Almarza.
- El participante no se hace presente.
137.- Marcos Wolman
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 137, el señor Marcos Wolman.
Sr. Wolman.- Buenas tardes.
Soy Marcos Wolman, vecino de esta ciudad, e integrante del Partido Comunista y
de Izquierda Unida. (Aplausos).
En los proyectos de reforma del Código Contravencional aparecen, como lo hemos
estado hablando los que estamos presentes desde ayer a las 11 de la mañana, nuevas y
viejas medidas represivas, la ampliación de las conductas prohibidas y el reforzamiento de
las potestades represivas de la policía y de los fiscales contravencionales.
El actual Código Contravencional ya contiene figuras represivas, y la experiencia
muestra cómo son utilizadas discrecionalmente. Por ejemplo, para nombrar un caso muy
actual, el juicio oral que se está realizando –y por el que el viernes habrá una audiencia–
contra el dirigente piquetero del Movimiento Territorial Liberación y militante y dirigente
del Partido Comunista, Beto Ibarra, por estar al frente de una movilización en una jornada
mundial por la paz y contra la intervención norteamericana en Irak –una multitudinaria
movilización–, y al que le aplicaron los artículos 40, 41 y 43 del código vigente.
¿Contra quiénes van dirigidas las medidas represivas que se intentan legislar? No
hay ninguna duda: van contra los reclamos de los trabajadores ocupados, desocupados y
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jubilados; van contra los reclamos de los sectores más empobrecidos y desprotegidos de la
ciudad. Y esto lo fundamentan las figuras y categorías punibles que pretenden incorporar a
los proyectos como “obstrucción de la vía pública organizada”, “desórdenes en la vía
pública”, “negativa de disolver manifestaciones, marchas o reuniones”, “oposición a acto
de autoridad”, “hostigamiento” “injurias contra personas o bienes”. Son condenas que van
desde los cinco, diez y hasta los veinte días de arresto; categorías delictivas para impedir las
movilizaciones, resistir los violentos desalojos de viviendas de los “sin techo”, prohibir
“escraches” a los genocidas o que los ahorristas se manifiesten frente a los bancos que los
estafaron.
Pero hay más, y es más grave todavía: figuras que nos retrotraen a lo peor de los
edictos: “acecho y merodeo”. Todos los que hemos nacido y todos los que vivimos en la
Ciudad de Buenos Aires sabemos que a esto se lo denomina de otra forma: “portación de
cara”...(Aplausos),...y que va dirigido contra los pobres y contra nuestros hermanos
latinoamericanos. Y más aún, se habla disminución de la edad de imputabilidad para
castigar a los chicos de 14 o de 16 años.
La seguridad proclamada en estas reformas sólo sirve para asegurar los privilegios
de una minoría con la continuidad de este modelo de miseria y de exclusión social, con
mayor represión, para seguir pagando la deuda externa, con los negociados y el saqueo del
país y de la ciudad.
En esta Ciudad de Buenos Aires –tal como señalaba ayer un vecino–, la más rica del
país, con un PBI similar al de las más importantes ciudades del mundo, la desigualdad hizo
que tengamos una ciudad de dos plantas: el 10 por ciento más rico recibe 180 veces más
que el 10 por ciento más pobre; con una desocupación total y parcial del 31,8 por ciento; un
21,2 por ciento bajo los límites de pobreza, y un 5,7 por ciento en la indigencia; con
salarios de trabajadores de la ciudad, de la educación, de la salud y empleados del gobierno,
que desde 1991 tienen congelados los salarios, frente a los incrementos del costo de vida,
de la canasta familiar, como se ha dado en estos días, como los propios diarios y los medios
de comunicación anuncian, en cuanto a que va a ser continuo el aumento de la carestía de la
vida; con estas jubilaciones y pensiones miserables, con el congelamiento de los planes
sociales, con casi la mitad de los trabajadores privados en negro y los miles de contratados
por el propio gobierno de la ciudad, durante años sin efectivizar y sin ningún tipo de
beneficio social.
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Wolman: le pido que redondee su exposición, por favor.
Sr. Wolman.- Ciudad con un grave déficit de vivienda, de fuentes de trabajo genuino, de
salud y de educación pública.
Son éstos los problemas que requieren un plan de emergencia que no admite
demoras. Sería muy bueno que estuviéramos discutiendo hoy aquí este tipo de medidas, las
propuestas que hemos elaborado las organizaciones sociales y políticas. Esto es lo que
tenemos que debatir el pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y los diputados.
En cambio, se nos convoca para tratar medidas represivas y mayores facultades a la
policía que conducirán a incrementar las arbitrariedades y el gatillo fácil que van dirigidos,
¿contra quién? Contra los chicos de la calle, contra los vendedores y artistas ambulantes,
contra los cartoneros, contra las mujeres y travestis en estado de prostitución, o sea, van
dirigidos contra todos aquellos que no pueden ingresar al mercado formal de trabajo por las
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políticas que se siguen llevando a cabo: discrecionalidad y arbitrariedades de la policía
sobre todo con los jóvenes, como ocurre diariamente. (Aplausos). Todo esto amparado en
la inconstitucionalidad de Ley de Averiguación de Antecedentes.
La seguridad que nos preocupa es por sobre todo la del acceso al trabajo, a la salud,
a la educación, a la vivienda y a la cultura.
Por todo lo dicho, las reformas de mano dura no sólo no resolverán sino que
agudizarán los problemas planteados.
Para concluir, a pocas horas de un nuevo aniversario del genocidio, creemos
indispensable construir en nuestra ciudad un gran movimiento y movilización para
enfrentar la política represiva que se anuncia y que sea el pueblo de la ciudad el
protagonista y no el convidado a dar opiniones, para que luego se resuelva lo contrario en
otros cenáculos. (Aplausos).
La experiencia desde el 19 y 20 de diciembre de 2001 es que la verdadera audiencia
pública está en la calle, en las asambleas populares (aplausos), está en las luchas y en la
organización. La experiencia también nos dice que para lograr...
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Wolman: le informo que su tiempo ha concluido.
Sr. Wolman.- Sí, ya finalizo mi exposición.
La experiencia también nos dice que para lograr los cambios que reclamamos es
necesaria la unidad del campo popular, es necesario no solamente resistir, echar un
presidente, sino que también es necesario gestar con la unidad una verdadera alternativa
política y social que realmente sea una alternativa a nuestro pueblo para enfrentar al
neoliberalismo y al imperialismo. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que hagan uso de la palabra los siguientes
participantes: N° 138, Vicente José Álvarez; N° 139, Luis Augusto Vignes; N° 140, María
Laura Fernández; N° 141, Julián Vazeilles; N° 142, Silvana Inés Nobile; N° 143, Luis
Oscar Folgar y, N° 145, Ariel Leopoldo Capressi.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
Sr. Coordinador (Davide).- Les pido que se acerquen al estrado para hacer uso de la
palabra los siguientes participantes: N° 146, Sergio Daniel Ostromujoff; N° 147, Carlos
Alberto Alter; N° 148, Julio Oreste Van Morlegan; N° 149, Eugenio Eduardo Horacio
Yazbek Jozami y, N° 150, Fernando Luis Alcalde.
146.- Sergio Daniel Ostromujoff
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Sergio Daniel
Ostromujoff.
Sr. Ostromujoff.- Buenas tardes.
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Soy vecino de Barrio Norte, pertenezco al Centro de Gestión Nº 1, y no de
“Participación”, porque sería mentir.
Quiero referirme a los dichos del presidente del CEAMSE, organismo cogobernado
por la ciudad, a cargo del señor Carlos Hurst, quien calcula, según la publicación del Diario
Clarín del 23 de noviembre pasado, que el reciclado informal redujo el tonelaje de residuos
a enterrar en un 10 por ciento. Esto implica un ahorro para la ciudad, según estimaciones,
de 9 millones de pesos por año.
Es decir que los cartoneros o recicladores, según el léxico eufemístico oficial, que
también usa Barcelona, nos permiten ahorrar 9 millones de pesos por año, sin tener en
cuenta las externalidades: menor daño ecológico y ahorro de energía.
Ahora, si avanzaran los proyectos en discusión, los cartoneros, quizás acecharían
merodearían, obstruirían la vía pública, importunarían, tal vez simularían maliciosamente
en su apariencia porque, como todos saben, “son millonarios que se disfrazan”, vagan,
mendigan; a lo mejor, permanecen injustificadamente no haciendo buen uso del espacio
público y sin duda, reincidirían porque es su forma de vida, la única que tienen y la que
nuestros gobiernos dan –aunque no lo merecemos.
¡Qué paradoja!, porque ahora el gobierno de la ciudad va a usar ese ahorro para
reprimir a los cartoneros. Y la paradoja sería aun mayor si los cartoneros o cualquiera de
nosotros fuera detenido mientras empresarios de la industria automotriz han
contrabandeado autos por años y sus amigos los han liberado, mejor dicho, han evitado que
fueran presos.
Éste es sólo un ejemplo para no repetir lo que tantos que dijeron ayer y hoy.
Me expreso básicamente en mi nombre pero creo que también puedo hacerlo en
nombre de la Asamblea Vecinal Rodríguez Peña, a la que pertenezco desde principios del
año 2002 y me opongo a cualquier reforma represiva del Código Contravencional.
Sí tengo que agradecer a los legisladores tanto del ibarrismo, del macrismo como
del bullrichismo que han logrado que uno tenga dudas sobre la necesidad de existencia de
cualquier tipo de código.
Para finalizar y no excederme de los cinco minutos establecidos, quiero leer lo que
escribiera recientemente Juan Pecoraro, titular de la cátedra Derecho y Sociedad,
Sociología del Sistema Penal de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de
Buenos Aires. Dice así: “Cómo puede una sociedad injusta, con profundas desigualdades
sociales, castigar con justicia”
Me parece que éste es el camino que han tomado los legisladores. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Carlos
Alberto Alter.
- El participante no se hace presente.
148.- Julio Oreste Van Morlegan
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Julio Oreste
Van Morlegan.
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Sr. Morlegan.- El señor Ibarra se ha subido al caballo de esta bandera, la bandera del
orgullo gay, en los últimos tiempos. Su pretensión es algo así como “Buenos Aires meca
gay de Sudamérica”. Bien lo sabemos, meca gay para quienes pueden pagarse la entrada;
para los demás, la casa se reserva el derecho de admisión. (Aplausos).
Me llamo Julio Van Morlegan y milito en un grupo llamado “Acción política lésbica
gay, travesti, transexual, transgénero y bisexual”.
Cuando supimos de la convocatoria a esta audiencia, una inquietud nos surgió que
motivó el debate acerca de si participar o no de esta instancia. Creíamos que participar de
esta audiencia nos hacía parte de una farsa destinada a hacernos creer que somos
escuchados por quienes proyectan reprimirnos más y mejor. Gran parte de nuestras
sospechas se han visto confirmadas a lo largo de la tarde de ayer.
El Jefe de gobierno, fiel a su imagen de demócrata, abría un espacio donde
podíamos expresarnos, dar nuestra opinión, gritar, putear, putearlo, sacar la bronca
acumulada por tanta injusticia vivida, hablar desde el corazón del maltrato y la indignidad
cotidiana, pero ellos y ellas no estaban. Como decía ayer López, tratando de apaciguar los
ánimos y las pasiones de la tribuna, esto es sólo una simple instancia de participación, lo
que yo entiendo quiso decir: “no jodan acá no se decide nada”.
El señor Enríquez anduvo pavoneándose por los pasillos con una sonrisa dibujada,
pero no dio la cara para explicarnos a prostitutas y travestis, cartoneros y vendedores
ambulantes, piqueteros y morochos, como su proyecto va a darnos mayor seguridad y
mejorar así nuestra calidad de vida. (Aplausos). El señor Enríquez cobra su sueldo por el
valor de unos 40 planes trabajar, una cifra más que suficiente para soportar estoicamente y
con una sonrisa a esta tribuna enardecida durante tan sólo cinco minutos –digamos que son
unos 8 planes trabajar por cada minuto de insultos que pudiera recibir–, pero ayer sólo
mandaron a dar la cara, quizás para darle un poco de calor a esta velada, a los vecinos de
Constitución. El resto resguardó su cuerpo para alguna mejor batalla. Ellos saben que lo
que cuenta es el momento de sentarse a sus bancas.
Una vecina planteaba ayer que se jodan quienes votaron a Ibarra. Pues yo lo voté,
como muchos y muchas de nosotros y nosotras acá, para frenar un proyecto
desvergonzadamente autoritario. (Aplausos).
La mayoría lo respaldó de alguna manera quizás no demasiado convencida, no tanto
por las virtudes políticas de Ibarra, sino por la corte de fascistas y de “Enríquez” que
colmaban las listas del macrismo. No se trata ahora de que me joda. Todo lo contrario, se
trata de exigir el respeto a la voluntad ciudadana.
No formaba parte de la agenda de campaña de Ibarra, la reforma del Código de
Convivencia. Quienes lo votamos exigimos, demandamos el respeto a nuestra voluntad. Lo
votamos para frenar a Macri, no para negociar con él. (Aplausos).
No creo, y supongo que ninguno de los que estamos acá tampoco, al menos de los
que están en la tribuna, en la democracia del voto cada cuatro años. Por eso no nos
jodemos, nos reunimos, debatimos, nos movilizamos, denunciamos, estamos en la calle,
interpelamos a los legisladores y si no nos atienden los escrachamos. Venimos acá, en
definitiva ponemos el cuerpo y seguiremos luchando y exigiendo por nuestros derechos.
En el sitio de Internet de La Nación se podía leer ayer, a eso de las cinco de la tarde,
como esta Audiencia Pública había sido copada por una horda variopinta de izquierdistas,
minorías sexuales y piqueteros que habían asustado con insultos y silbatinas a los
auténticos vecinos de Buenos Aires. Según La Nación, sólo se habían presentado dos de
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cada cinco vecinos, cuando todos y todas que estuvimos ayer acá, sabemos que hasta las
cinco de la tarde, casi no había habido ausentes en la lista de participantes. Pero la
periodista Alejandra Rey no merece que le hablemos y respondamos de esta manera –y si
está en la tribuna podría saludar ya que la queremos conocer–, sino que directamente
accionaremos judicialmente contra ella por violación de la ley antidiscriminación.
(Aplausos).
Ni la libertad de prensa ni la libertad de expresión le da derecho a menoscabar y
denigrar a la “diferencia”, ni a las compañeras travestis ni a las compañeras prostitutas.
(Aplausos).
Además de puto y militante, mal que le pese a La Nación y, como todos los que
hablamos ayer, también soy vecino de la Ciudad de Buenos Aires. Y participo de la
Asamblea del barrio donde vivo. Esta asamblea realiza cada jueves un merendero frente al
Ministerio de Educación, en pleno barrio norte, para los tantos vecinos sin techo de esa
plaza y otras plazas de esta ciudad, y para los tantos cartoneros que comen de lo que otros
tiran.
Hace un par de semanas, Adrián, un cartonero de 18 años, me contaba orgulloso que
en esos días había sido padre de Nahuel.
Sr. Coordinador (Davide).- Vaya concluyendo en su exposición, ya que finalizó su
tiempo.
Sr. Van Morlegan.- Invito al señor Enríquez, al señor López, o al señor Giorno, o a
cualquiera de los legisladores que impulsan proyectos de reforma, a que se acerquen este
jueves, ahí frente al Ministerio de Educación, a explicarle a Adrián, que nunca pudo
terminar sus estudios y que hoy se acerca cada tarde hasta el Ministerio de Educación –que
nunca le garantizó terminar sus estudios para poder alimentar a su familia, a sus hijos, de la
basura de los vecinos de Barrio Norte– cómo el proyecto que ellos redactaron va a dar
mayor seguridad, no sólo para alimentar a su familia sino también para darle a Nahuel un
futuro, el futuro que a él, a pesar de sus 18 años, le robaron. (Aplausos).
El Gran Diario Argentino señala tendenciosamente hoy que hicimos mucho ruido
pero aportamos pocas ideas. Acá van para el periodista de Clarín, –si quiere le doy la
versión escrita– las propuestas que a pesar de repetidas una y otra vez, él no escuchó: el
Artículo 71 del Código Contravencional actual es inconstitucional; la detención preventiva
que plantean los proyectos y la ley de averiguación de antecedentes, es inconstitucional;
violan el Artículo 13 de la Constitución de la Ciudad y los pactos internacionales de
derechos humanos; la sola existencia de un Código Contravencional con figuras como el de
arresto, además de inconstitucional es innecesario; lo que piqueteros, travestis, trabajadoras
sexuales, personas en estado de prostitución, cartoneras, vendedores ambulantes,
denunciamos no son problemas de convivencia, sino problemáticas sociales. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Van Morlegan: su tiempo ha finalizado.
Sr. Van Morlegan.- Esos problemas no se solucionan con más represión ni con la cárcel,
sino con políticas económicas que eliminen la explotación y la desigualdad. Y un marco
jurídico que garantice el pleno acceso a los derechos humanos, políticos, sociales,
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económicos y a todas y todos más allá de la construcción de identidad, de género por la que
optemos. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que hagan uso de la palabra los participantes
Eugenio Eduardo Horacio Yazbek Jozami y Fernando Luis Alcalde.
- Los participantes no se hacen presentes.
151.- Nora Elida Podestá
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Nora Elida
Podestá.
Sra. Podestá.- Parece que esta obra es muy mala porque hay muy poco público. En
principio, vengo a esta Audiencia Pública para ejercer el derecho a la participación
ciudadana. Además, soy militante de los derechos humanos ya que pertenezco a la Liga
Argentina por los derechos del hombre. (Aplausos). Como saben muchos de los aquí
presentes este es el organismo más antiguo de la república y siento un gran orgullo por él.
Asisto a esta Audiencia Pública porque nos oponemos a la reforma del Código
Contravencional.
Me pregunto si este mecanismo de participación es un mecanismo de participación
comunitaria o una puesta en escena de quienes fueron atravesados por la crisis de
legitimidad más importante de nuestra historia. (Aplausos).
Este escepticismo que producen los funcionarios está basado en la falta de voluntad
y sensibilidad que han demostrado ante cada uno de los reclamos del pueblo porteño. Este
es un gobierno que acostumbra a adoptar posiciones en materia de derechos humanos; no
sólo debe respetarlos sino también garantizar el goce pleno de esos derechos humanos en la
existencia cotidiana.
Todos los proyectos de reforma conllevan un aumento de la represión,
introduciendo figuras ya mencionadas en las anteriores exposiciones, como el acecho y el
merodeo, consideradas inconstitucionales por diversos tribunales.
“Acecho” y “merodeo” para posibilitar el efectivo control de las conductas que
puestas en práctica en otros códigos no han prevenido el delito, sino que han sido utilizadas
arbitrariamente, estigmatizando a los sectores sociales más desprotegidos de la población.
Todos los proyectos de reforma del Código Contravencional son violatorios de
normas y acuerdos internacionales, como ya se ha dicho aquí, y también de artículos de la
Constitución Nacional y de la Constitución de la Ciudad.
El aumento de la represión, según la opinión científica y la experiencia en todo el
mundo, no reduce el delito, y mucho menos resolverá los graves problemas de la mayoría
de los habitantes de nuestra ciudad, que tan bien fueron expresados hoy por los compañeros
que me antecedieron en el uso de la palabra.
Sin abundar en lo que ya expusieron muchos de ustedes, consideramos gravísimo
dejar en manos de la Policía Federal la facultad para regular arbitrariamente las actividades
que miles de personas deben realizar en las calles, en los espacios públicos, en los medios
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de transporte. Es la misma institución considerada la “vergüenza nacional” por sus
prácticas de gatillo fácil, represión y corrupción. (Aplausos).
Para estos funcionarios y los sectores que representan es mucho más fácil cambiar
las políticas represivas que las políticas sociales que llevaron a nuestro pueblo al hambre, a
la desocupación y a la exclusión social sin precedentes, que todo el mundo conoce.
Como militante por los derechos humanos siento profundo orgullo por la dignidad y
la rebeldía demostradas por nuestro pueblo. Nos oponemos a cualquier reforma represiva y
regresiva que coarte la protesta, la libertad y la lucha por los derechos de todas y todos, y
por el respeto hacia el diferente y el excluido. (Aplausos).
152.- Rosa Ester Valdez
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Rosa Ester
Valdez.
Sra. Valdez.- Buenas tardes.
Antes de presentarme, quisiera hacerles una propuesta a los señores: que en las
audiencias públicas en las que se traten temáticas legales sea obligatoria la asistencia de,
por lo menos, un legislador por bloque. (Aplausos)
Me llamo Rosa Ester Valdez. Soy una ciudadana y colaboro con la Iglesia Del Valle
en asuntos sociales y barriales.
Como ciudadana, quiero dar mi opinión acerca de lo que se está tratando, pero
también lo quiero hacer desde mi experiencia por estar cerca de la gente: mujeres, niños,
ancianos, con quienes estoy en contacto permanente.
En primer lugar, quiero referirme al Artículo 1º del Código de Convivencia que, a
mi entender, debe mantenerse tal como está enunciado pues considera los principios y
garantías constitucionales para evitar que se penalicen cuestiones menores que no afectan
los intereses de terceros y otras situaciones que por ser delitos ya se encuentran
contempladas en el Código Penal.
En cuanto al artículo que se refiere a la figura de petardismo, lo que se pretende
sancionar son tristes realidades que vemos a diario en nuestra ciudad y que involucran a la
pobreza, la mendicidad, la marginación (aplausos), situaciones que no se solucionan
sancionándolas, sino con políticas sociales acordes que tienen que ver con más empleo,
inclusión social, mayores oportunidades y políticas sociales. (Aplausos).
También se encuentra relacionada a esta actitud facilista y mentirosa la pretensión
de bajar la edad de inimputabilidad (aplausos), en vez de realizar programas para menores
en riesgo que contemplen la educación, el deporte, el esparcimiento, etcétera.
Los niños con los que trabajo a diario en mis tareas solidarias necesitan, en lugar de
normas que los judicialicen en forma arbitraria, espacios de contención, realización
personal y lugares en donde llenar el vacío que la propia sociedad muchas veces deja en sus
vidas. (Aplausos).
Es más que evidente que este proyecto de reforma oculta una realidad a la cual hay
que hacer frente para poder solucionar el problema, y esto no se va a lograr mediante
aplicación de penas y sanciones. Tanto las instituciones que se ocupan de lo social como el
Estado –incluso en sus áreas de justicia y de policía– deberían hacer un mea culpa y evaluar
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cuál ha sido su papel durante estos tiempos para llegar a un punto en el que se reemplacen
sus verdaderas funciones por normativas, a los fines de garantizar el control social, lo que a
mi modo de ver es la salida más cómoda y descomprometida.
Como cristiana comprometida tanto con el mensaje evangélico como con mis
prójimos, pienso que hay que pelear para que el Estado intervenga en forma constructiva y
no destructiva (aplausos), ya que la sociedad y los más desprotegidos están bastante
vapuleados, sobre todo si se intenta volver a aquellas épocas que pensábamos que se
encontraban desterradas en la Argentina, produciendo así una involución en la comunidad.
(Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que hagan uso de la palabra los participantes N°
153, Analía Verónica Rodríguez y, N° 154, María Elida del Rosario Capella.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
155.- José Luis González
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor José Luis
González.
Sr. González.- Es la primera vez que estoy en un lugar como éste, lo cual me pone
nerviosa. Me cuesta muchísimo. Será por haber sufrido tanta exclusión.
Hoy, gracias a Dios, estoy estudiando. No sé si es porque el Código de Convivencia
me dio la oportunidad. Creo que la oportunidad me la di yo y alguien que me supo valorar
como persona, después de haber sido tan maltratada y desnudada frente a la Policía.
A los dieciséis años quise estudiar; quise estudiar en un colegio de Santa Fe, pero el
Artículo 87 dice que “Toda persona que viste con ropa contraria a su sexo..”. Por eso, fui
sometida a la cárcel durante veinte días, junto con presos comunes y violadores. La Policía
instaba a los violadores diciéndoles: “La trajimos para que se diviertan”.
Supongo que hoy, por averiguación de antecedentes –todos los días voy al colegio
por el mismo camino–, voy a ser maltratada de la misma manera, porque no va a haber
ninguna parte de la sociedad, ningún gobernador ni ningún funcionario del Estado para
protegerme; sólo estoy yo.
Si pudiese estudiar en este momento, a mis 34 años, estudiaría paleontología,
porque es mi pasión. En realidad, me conviene estudiar Derecho porque tengo que defender
mis derechos y los de la nueva generación para lograr un lugar para todos. (Aplausos).
No estoy dispuesta a poner la otra mejilla. Ya estoy cansada. Soy una persona
adulta. No soy una adolescente, porque me robaron la juventud y la adolescencia. Me
obligaron a prostituirme; fue la peor humillación que pude haber pasado, pero tuve que
hacerlo.
Hace seis años que estoy en Capital y, como dije, no voy a soportar otra vez más los
cachetazos que me dieron en mi juventud y en mi adolescencia.
Gracias. (Aplausos).
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Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que hagan uso de la palabra los señores
participantes N° 156, Carlos Enrique Gerbi y, N° 157, Martín Chiavarino.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
158.- Federico Fernández Funes
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Federico
Fernández Funes.
Sr. Fernández Funes.- Buenas tardes a todos.
Señor presidente de la Audiencia Pública, autoridades del Gobierno, señores
legisladores, señores vecinos. “Vecinos” es una palabra que pocas veces la escuché aquí.
He escuchado “compañeros” y “compañeras”. Pero yo digo “señores vecinos”.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Fernández Funes.- Vengo aquí, a esta audiencia pública, para ver si podemos corregir
entre todos –legisladores, funcionarios y vecinos– este mamarracho legal mal denominado
Código de Convivencia. Si hoy estamos aquí es porque se ha demostrado que luego de seis
años ha fracasado.
La importancia de la sanción de las conductas tipificadas como contravencionales
radica en la ejemplaridad, en la función preventiva del delito y en la necesidad de que, tanto
los vecinos como quienes transitan por la ciudad de Buenos Aires, cumplan con las
disposiciones emanadas del ordenamiento jurídico. En los últimos tiempos, la inseguridad
se ha transformado en una de las principales preocupaciones de los porteños.
Una situación como la actual en la que la inmensa mayoría de las contravenciones
cometidas en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires quedan impunes, afecta la calidad de
vida de los porteños y alimenta la sensación de inseguridad, ya que se percibe que la ciudad
es tierra de nadie y que da lo mismo cumplir la ley que no cumplirla.
Tengo el honor de presidir un nuevo espacio político en esta ciudad: el partido
Unión Republicana, que se ha nutrido para su conformación de cientos de vecinos que no
encontraban espacio y representación en los denominados partidos tradicionales. Con ellos,
nos acercamos y trabajamos conjuntamente con el diputado Jorge Enríquez...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Fernández Funes.- ...en su proyecto de reforma del Código Contravencional, porque
entendíamos que era el adecuado y que contenía numerosas figuras que los vecinos
consideramos vitales para la mejora sustancial de la seguridad en el ámbito de nuestra
ciudad.
Asimismo, encontramos la predisposición del legislador para incorporar conductas
punibles, como por ejemplo la del acecho, que nosotros entendemos fundamentales para
prevenir numerosos delitos. Vemos a diario cómo matan y lastiman a conciudadanos
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porque las fuerzas de seguridad no cuentan con herramientas de prevención adecuadas.
Estamos cansados de esta inseguridad, estamos cansados de no ser escuchados por las
autoridades. Tanto Ibarra como Macri durante la campaña hablaron de terminar con la
inseguridad. Ahora es tiempo que cumplan. Para los vecinos estos tiempos hace rato que
terminaron. (Aplausos).
Quiero pedirles humildemente, tanto a ustedes señores diputados como al señor Jefe
de Gobierno, que sancionen de una vez por todas un nuevo código, uno que esté a la altura
de las circunstancias, que incorpore figuras para prevenir realmente los delitos. ¿O debemos
seguir esperando que maten a alguien para que la policía pueda actuar? Espero que estén
esta vez junto a nosotros, los vecinos. Nosotros somos la mayoría; no se equivoquen.
Finalmente, al doctor Ibarra, le pido que cumpla con su promesa de mejorar la
seguridad. Al ingeniero Macri, como referente de la oposición, quiero recordarle que
muchos de nosotros lo acompañamos con el voto, porque confiamos en su palabra de
incorporar las figuras antes mencionadas; y a algunos legisladores: que se pongan los
pantalones largos, que voten un código para la gente y no para la tribuna.
Nosotros entendemos que el proyecto que más nos representa es el que fuera
elaborado por el doctor Enríquez. Esperamos que aquellos que tengan la responsabilidad de
cambiar el actual mamarracho legal, también acompañen el proyecto Enríquez.
Muchas gracias.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que hagan uso de la palabra los participantes N°
159, Marta Isabel Álvarez; N° 160, Juan Sebastián Mehaudy; N° 161, Carola Escalada; N°
162, Héctor Luis Mutti; N° 163, Alejandro Tiscornia; N° 164, Ramón Castro; N° 165,
Antonio González y, N° 166, Ivana Claudia Socoloff.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
167.- Leonard Lucas Echagüe
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Leonard
Lucas Echagüe.
Sr. Echagüe.- Señor presidente: si corresponde, quiero que dentro de mis cinco minutos de
exposición me evacue una duda.
Creo que la discusión del Código Contravencional deviene abstracta por tres
razones.
En primer lugar, hay confusión jurisdiccional debido a una ley, que creo se llama
Ley Cafiero. Me gustaría que me informe si esto es así, porque esta situación provocaría
una incertidumbre o abstracción en cuanto a la aplicabilidad de la norma y de quién es la
autoridad de aplicación. Estamos creando una norma para que la aplique la Policía, que
pertenece a la Nación.
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En segundo lugar, deviene abstracta por la posibilidad de invalidación de la norma
por parte de la Corte Suprema, que es una corte garantista. Después de muchos años de
lucha se ha logrado una representación garantista en este organismo. Hay una
desproporción en las penas y también figuras medievales. Por lo tanto, la Corte Suprema las
podría invalidar y podría deshacerse del Código por ser éste inconstitucional.
En tercer lugar, deviene en abstracta la discusión por incompetencia técnica de la
autoridad de aplicación. Parece que la realidad indica que la Policía no sirve para la
aplicación de este código. Entonces ¿los policías son empleados nuestros o empleados de la
Nación? ¿Pertenecen a la Ciudad o a la Nación? ¿De quién son empleados? Debemos
garantizar la formación permanente en nuestro Instituto de Policía, para formar a los
policías que necesitamos nosotros, los vecinos.
Me gustaría que, de ser posible, me aclare estas inquietudes.
Sr. Presidente (López).- La Ley Cafiero aún está vigente y le prohíbe a la Ciudad tener una
policía propia distinta a la Policía Federal. Se pidió la derogación. En todo caso, tendrá que
decidirlo el Congreso Nacional. Pero, efectivamente, todavía rige.
Un asistente.- Y prohíben levantar la basura, lo que afecta a los cartoneros. ¿Podría ser más
explícito?
Sr. Presidente (López).- No lo comprendí, señor.
Un asistente.- La Ley Cacciatore tampoco fue derogada.
Sr. Presidente (López).- Me parece que está confundido. De todas maneras, vamos a
continuar con la audiencia.
168.- Rodrigo Javier De Sarasqueta
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 168, el señor Rodrigo Javier De Sarasqueta.
Sr. De Sarasqueta.- Señor presidente: estamos en vísperas de un nuevo aniversario del
siniestro golpe de Estado que se cobró la desaparición y la vida de 30.000 compañeros y
compañeras, y la tortura, detención y el exilio de miles y miles que luchaban y soñaban por
una sociedad distinta. (Aplausos).
Yo me pregunto, y les pregunto lo siguiente, señor presidente: ¿qué quedó del
progresismo, de aquel fiscal que estuvo en el juicio de las juntas? Evidentemente, nada. A
Ibarra se le cayó la careta, señor presidente. (Aplausos) ¿Cómo puede ser que se diga
“progresista” y que mande a reprimir, tal como lo hizo en el Padelai y en el desalojo de la
Asamblea del MTD de San Telmo? A Ibarra se le cayó la careta, señor presidente. ¿Cómo
puede ser que se diga “progresista” y sostenga proyectos de neto corte represivo, como lo
son los que sostienen sus legisladores y los que le responden?
A Ibarra se le cayó la careta, señor presidente. Durante la campaña, para que los
“putos”, las “tortas” y los “travas” lo votemos, decía que durante su gestión se realizó la
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primera unión civil gay de América Latina, garantizando el respeto, la igualdad y la
libertad, independientemente de la elección sexual de las personas. Todo lo contrario que
quiere hacer ahora, llevando adelante esta reforma represiva. (Aplausos).
¿Qué decir, señor presidente, del proyecto del retrógrado saltamonte de Enríquez, ex
delarruista, ex bullrichista, y ahora macrista, pero siempre, siempre, fascista? Pretende
incorporar la figura de la “simulación maliciosa de apariencia”, penando así la identidad de
género y el ser travesti, violando claramente el Artículo 11 de la Constitución de la Ciudad
de Buenos Aires, que habla de la no discriminación por orientación sexual y de género.
(Aplausos).
Señor presidente: no vamos a permitir un retroceso en derechos que hemos
conquistado con la lucha y con la sangre de nuestras compañeras asesinadas.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sr. De Sarasqueta.- Seguramente, el señor Enríquez no comulgue con nuestro planteo
antirepresivo. Claro está, porque él es derecho y humano. Él comulga de las manos del
Cardenal Bergoglio, quien, siendo superior de los jesuitas en la época de la dictadura,
entregó a los curas tercermundistas Jalics y Yorio. Además, le pidió a “la Bullrich” que lo
suba de lugar en la lista de candidatos a legisladores; pero como ésta no lo hizo, el
saltamonte Enríquez se fue al macrismo. Pero Dios los cría y ellos se juntan, señor
presidente. (Aplausos).
Por eso, denunciamos el pacto Ibarra-Macri, ese intercambio de figuritas que tiene
al Código Procesal Penal como botín de guerra. Vamos a estar este jueves, 25 de marzo,
desde las 12 horas, en la Legislatura, para repudiar el proyecto de reforma al Código
Procesal que nos quieren imponer, que es totalmente represivo y que tiende a blanquear lo
que la policía ya viene realizando: sus espurios negociados, de los que no se quedan afuera
los fiscales contravencionales. (Aplausos).
Les pido a las señoras y señores legisladores que se dediquen a trabajar por las
necesidades del pueblo, en vez de ocuparse de penalizar con 15 a 17 días de arresto el
hecho de insultar; con 8 días el de simular una discapacidad para mendigar; con 5 a 7 días
por jugar al “ring raje”, y con 7 a 10 días el hecho de espantar o azuzar a los animales. Que
se ocupen de darnos trabajo genuino, educación libre y gratuita, salud pública, vivienda,
justicia.
La mortalidad infantil aumentó en el sur de la ciudad, al igual que los índices de
pobreza. Cada noche, miles y miles revuelven la basura para poder comer. Es una
vergüenza que las señoras y los señores legisladores, con los sueldos que cobran, se ocupen
de penalizar estas estupideces. (Aplausos). ¿Por qué no penalizan a los que se “afanaron”
todo, a los Grosso, a los Bouer, a los Domínguez, a los Larrosa, a esa manga de
delincuentes del PJ, la UCR, el Frepaso, la Alianza, de los cuales muchos de ellos ahora
están reciclados en el macrismo y el bullrichismo? (Aplausos).
De concretarse estas reformas represivas, vamos a emprender una campaña
internacional de denuncia, diciendo llanamente que Buenos Aires no es una meca gay –si es
que alguna vez lo fue–, sino que es una ciudad que penaliza la diversidad, lo diferente y que
el responsable es el señor Jefe de Gobierno, doctor Aníbal Ibarra, a quien le digo que, si
aún le queda una pizca de progresismo, que aparezca, que dé la cara, que no esté ausente y
que no permita esta reforma represiva del código, que lo único que va a traer es más muerte
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y más negociado para la Policía Federal. (Aplausos). Policía asesina que carga sobre sí con
las muertes del 19 y 20 de diciembre, con la de los pibes de Floresta, con la de Ezequiel
Demonty, que apareció flotando en el Riachuelo, y con la de cientos y cientos que han sido
torturados y golpeados por esta mafia que es la Policía Federal.
Por eso, ante cada atropello, ante cada detención, ante cada muerte de compañeras
en la comisaría, gritamos: “¡Policía Federal, la vergüenza nacional!” (Aplausos).
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que hagan uso de la palabra las participantes N°
169, Andrea Cecilia Gebhard y, N° 170, Laura Burgos.
- Las participantes mencionadas anteriormente no se hacen
presentes.
171.- Irma Ángela Mendoza
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la participante
número 171, la señora Irma Ángela Mendoza.
Sra. Mendoza.- Mi nombre es Irma Mendoza. Soy afiliada de la Asociación AMAR, y soy
una mujer en estado de prostitución.
La reforma del Código Contravencional trata varios puntos: las figuras del
“merodeo”, “portación de rostro”, “prostitución”, y también la disminución de la edad de
imputabilidad de los adolescentes que, para su detención, bajaría de 18 años a 14 ó 16. Las
detenciones incluyen sanciones, averiguación de antecedentes; nos detienen sin límite de
horarios o nos labran actas. Recuerdo que, hace mucho tiempo, nos detenían con testigos
que eran obligados a firmar; esto, además de 21 días de arresto o del pago de multas. En
algunos casos, teníamos que arreglar con los patrulleros pero, así y todo, igual nos detenían.
En esos 21 días, nosotras dejábamos a nuestros hijos a la deriva.
¿Qué quieren de nosotras? Esto es lo último: la humillación y la discriminación.
Además de ser prostitutas, nosotras somos mujeres, madres y abuelas.
Tanto se ocupan de nosotras, de los travestis, de los vendedores ambulantes y de los
cartoneros, que no nos dejan trabajar. Les sacan toda la mercadería, y ven que los chicos
revuelven la basura día a día para comer algo. Inclusive, muchas veces yo también he
juntado cartones y les he dado de comer a mis hijos, además de su educación.
Lo que yo pido es que no se reprima, porque no nos dejan expresar nuestros
derechos como ciudadanos. No podemos manifestarnos en concentraciones; no podemos
reclamar las injusticias que pasan en esta Argentina. Mientras hacen oídos sordos, estos
funcionarios que no cumplen con sus funciones son irresponsables y corruptos; no ven las
necesidades del pueblo, ni las actitudes de las autoridades policiales, y toman la ley por sus
propias manos. Son jueces, fiscales y jurado. ¿O es que también están de acuerdo con ellos?
Éstas son personas que no tienen capacidad para ver lo primordial, la principal necesidad,
que es el trabajo digno. Hay niños que tienen hambre, que se encuentran en estado de
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desnutrición. La gente vive en la pobreza, en la calle; hay gente que pide limosna, y hay
otra que tampoco tiene vivienda. (Aplausos).
Pregunto yo: ¿qué hacen ante esta realidad los legisladores, senadores, diputados y
el propio Jefe de Gobierno, Ibarra –que es uno de los que está cómodamente sentado en
hermosos sillones mullidos–, mientras reciben extraordinarios sueldos? ¿Por qué no se
bajan un poquito y caminan por las calles para ver la pobreza y esta realidad? Mediante la
represión, quieren encerrarnos a todos. Pero no se los vamos a permitir. Vamos a librar una
lucha en contra de todas estas instituciones. No vamos a permitir que se le dé más poder a
la policía, sabiendo que es una institución corrupta.
Justamente, debemos recordar los casos del “loco de la ruta”, cuando mataron a más
de veinte chicas, compañeras (aplausos); el caso de la compañera Sandra Cabrera de
Rosario y las miles de violaciones, detenciones y muerte de jóvenes y no jóvenes de todos
lados que entraron a las comisarías y aparecieron muertos o en hospitales, como tantas otras
cosas que no sabemos.
Se dice que tenemos que pedir permiso para manifestarnos pero ellos no nos piden
permiso para atropellarnos, golpearnos y pisotearnos, hacer lo que quieran, cuando quieren
y como quieren, usando su ley.
Por eso, me opongo totalmente a la reforma del Código Contravencional.
No a la corrupción; no a la explotación; no a la represión, no a la contravención.
(Aplausos).
Sí a los derechos humanos; sí a la libertad de expresión; sí a la educación, al trabajo
digno y a una vivienda digna.
Basta de querer cubrirse con mentiras. (Aplausos).
172.- Carlos José Sánchez
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Carlos José
Sánchez.
Sr. Sánchez.- Buenas tardes.
Soy Carlos Sánchez y soy militante del Partido Socialista.
Quiero decir que estamos en Argentina, un país que está viviendo la crisis social
más terrible de su historia, que los distintos gobiernos de los últimos treinta años han
realizado todas las transformaciones económicas para que esto sea posible. Y esos sectores
son los mismos que ahora tratan de cambiar las condiciones para que ellos puedan tener
tranquilidad.
Me pregunto si penalizar a todo manifestante que proteja su rostro en
manifestaciones callejeras, si criminalizar la protesta social, otorgar a las corruptas fuerzas
policiales la facultad de regular arbitrariamente la actividad de miles de artistas callejeros,
vendedores ambulantes, cartoneros, bajar la edad para que paguen las víctimas en lugar de
los culpable, mejorará la convivencia de los ciudadanos.
Como socialista, como joven, como ciudadano, como trabajador, siento aberración
por estos proyectos de reforma que tendrían que llamarse “código de opresión” o “código
de sometimiento”.
Queremos un código que premie el esfuerzo, la honestidad, el humanismo.
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Creo que todos debemos trabajar en el sentido de empujar la rueda del progreso, por
la defensa de los derechos humanos y no la de un reducido sector que prioriza el derecho a
circular sobre el derecho a trabajar para comer. (Aplausos).
173.- Jorge Luis Bousquet
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Jorge Luis
Bousquet.
Sr. Bousquet.- He seguido con atención algunos discursos y la verdad es que creo que no
fue en la medida de lo que hubiese deseado, dado que razones de tiempo me han impedido
poder estar en forma permanente, como es mi obligación.
Advierto en todos los discursos que he escuchado que vienen del lado de las
víctimas, quien se considera víctima ante una sociedad que no protege ni permite que se
desarrolle plenamente. Creo que éste es el quid de la cuestión. Es más: voy a distraer la
atención contando algo de mi historia personal.
Soy nieto de uno de los fundadores de los primeros sindicatos de la República
Argentina. Mi familia ha sido una de los puntales del socialismo. Cuando tenía nueve años
asistí al primer mitín político socialista. Hoy, en mis oídos todavía están Alicia Moreau de
Justo, Alfredo Palacios, Sánchez Viamonte, Repetto, Ghioldi y todos los demás.
El socialismo trajo a la Argentina un tema de conducta. Aquel socialismo era el
respeto al otro y a los otros, a la dignidad, al trabajo, al honor, a la libertad.
Un asistente.- ¡Que no hay!
Sr. Bousquet.- Exactamente.
Un asistente.- ¡Palacios fue embajador!
Sr. Bousquet.- De alguna manera, existía fundamentalmente el respeto.
Por eso, esta ciudad rinde todavía gran homenaje al socialismo en cada oportunidad
que trata estos temas porque recuerda aquella impronta moral en la que todos nos
formamos.
También tuve el honor de ser quien interpuso el recurso de amparo que permitió el
acceso a la Legislatura, entre otros, de cuatro diputados socialistas o de izquierda. Me
siento orgulloso de eso porque es precisamente la retroalimentación del diálogo que nos
permite crecer.
Sin embargo, aquí cometeríamos un grave error en ideologizar o politizar la
cuestión. La bancada que está a mi derecha geográficamente, que pareciera que es de
izquierda, y la que está a la izquierda, que en realidad es de derecha, llevan a sutilezas poco
conducentes porque en realidad, y con el fervor de los discursos que hoy he escuchado,
confirmo algo que es esencial: en la Argentina hay algo mas profundo que una reforma a la
Ley Contravencional, hay algo más profundo que una norma constitucional. Creo que están
en crisis aspectos fundacionales de la propia sociedad; hay una desconfianza hacia el otro.
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Aquí, un joven ha reclamado con justicia trabajo, dignidad, capacidad de protesta; y
en todo esto estamos todos de acuerdo. Sin embargo, esto alude a una fractura mucho
mayor, que es la fractura del contrato social, parecería que es a lo que estamos yendo.
Porque cuando la sociedad no provee vida, no provee honor, no protege libertad, no protege
propiedad, no protege trabajo, entonces, se hace absolutamente desconfiable y el
ciudadano, en su protesta, incluso valiente, arriesgada, invasiva, intrusiva, reclama por sus
propios derechos.
El Código Contravencional es algo mucho más trascendente que una simple ley
local, ya que hace a la necesidad de replantearnos el contrato de respeto mutuo entre todos,
que todos de alguna manera, reclamamos. Fíjense qué paradoja: recién hablábamos del
servicio sexual cuando en realidad, no se lo protege, sino que se lo expone cada vez más.
Estas son las paradojas de la hipocresía porteña, y hoy justamente hemos escuchado
el dolor de una expositora por la muerte de una compañera de trabajo. Esto es inadmisible.
Por lo tanto, debemos dejar en claro si el servicio sexual es lícito o no. Si es lícito, tiene que
tener una adecuada protección en todos los niveles en que deba ser considerado y
reglamentado. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Bousquet: le pido que redondee su exposición.
Sr. Bousquet.- No seamos hipócritas. Yo no voy a hacer funcionar el sistema de opresión.
¿O vamos a decir ahora que los argentinos no estamos oprimidos por una norma más o
menos del Código Contravencional? Es más: creo que de seguir de esta manera, la
honestidad política impone derogar el Código de Convivencia porque este código es lo
mismo que la nada. (Aplausos).
Es más deberían dejar cesantes a todos los magistrados y funcionarios que, sobre la
base de ese Código, perciben altos honorarios, porque la verdad que en un país quebrado en
el que no hay dinero, para qué vamos a malgastarlo en funcionarios que ocupan sus sillas y
ni siquiera tienen una herramienta lógica para tratar de asegurarnos una seguridad pública.
Vengo de una fuerza política que está en crisis. Encabezo el neoliberalismo
humanista tendiente a replantear muchos aspectos.
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Bousquet: vaya concluyendo, por favor.
Sr. Bousquet.- Fíjense ustedes lo sintomático de la fractura del contrato social. Cómo le
vamos a reclamar respeto a la sociedad si en un momento en que se nos está dando el
derecho a la participación no sabemos respetarnos unos a otros. (Aplausos). Ésta es la
herida del contrato social.
En la Argentina el caos es ideología; el caos es estrategia. Saquémonos la careta
porque después del caos viene la opresión y el sometimiento. Ésta es la realidad Argentina.
Señor presidente: he leído los proyectos, he escuchado precisiones técnicas, pero en
cinco minutos que tengo en esta audiencia no puedo formular ninguna opinión al respecto.
Creo en la reforma del Código Contravencional. Por otro lado, hay que advertir
sobre algunas fallas técnicas en cuanto a la configuración de ciertas conductas
contraventoras, pero este es un tema que pertenece a las comisiones de asesoramiento.
El Estado debe proteger y garantizar la seguridad, la salubridad, la moralidad de los
ciudadanos, ya que de lo contrario la fractura del contrato social hará caer el propio sistema
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social. El ciudadano al ver que sus propios valores no son protegidos por el esquema
autonómico de la ciudad, avanzará sobre la autonomía poniéndola así en riesgo ya que ésta,
entre otras cosas, es la que preserva la seguridad, y si no va a recurrir a las autoridades
nacionales. Esto ya está aconteciendo.
Sr. Coordinador (Davide).- Su tiempo se agotó, señor Bousquet.
Sr. Bousquet.- Curiosamente una señora habló del consumo de alcohol en el momento de
sancionar las leyes, cosa que no me consta. Y esta protesta de la señora es contra el pacto
social que advierte una fractura. Esto debe ser revertido.
Lo que estoy diciendo no es ni de izquierda, ni de derecha. Esto es de ciudadanos
respetuosos. Nada más. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que hagan uso de la palabra los participantes
números: 174, Oscar Horacio Daunes; 175, Oscar Arnaldo Leone y 176, Fernando
Goldaracena.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
Sr. Coordinador (Davide).- El señor Alejandro Octavio Cowan, participante número 177,
se encuentra presente, pero le cede su lugar a la participante número 178.
178.- María José Lubertino
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora María José
Lubertino.
Sra. Lubertino.- Buenas tardes.
Mi nombre es María José Lubertino, soy profesora de Derechos Humanos en la
Facultad de Derecho de la Ciudad de Buenos Aires y presido una Asociación Ciudadana
por los derechos humanos.
Por otra parte, tuve el honor de ser constituyente de la Ciudad de Buenos Aires
presidiendo, en aquella oportunidad, la Comisión de Derechos Humanos que, precisamente,
fue la que intervino en la redacción de los artículos 11 y 13 de la Constitución de la Ciudad
de Buenos Aires, que tienen un valor de norma superior al Código Contravencional que es
el que estamos debatiendo hoy.
En primer lugar, quiero manifestar que muchas de las intervenciones que han hecho
los diferentes vecinos y vecinas que me precedieron en el uso de la palabra,
verdaderamente harían que no fuera necesario que quienes, en alguna oportunidad tuvimos
cargos de representación política, habláramos en esta asamblea, porque este debe ser un
espacio abierto para todos los que habitualmente no tienen esta posibilidad, sin perjuicio de
que no estoy ocupando en este momento ningún cargo público y no pertenezco a ningún
partido político.
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Fundamentalmente, entiendo que puedo dar testimonio del debate que hubo en la
Asamblea Constituyente de la Ciudad de Buenos Aires y de cuál fue el espíritu de los
legisladores que participamos en la reforma de la Constitución de la Ciudad. Creo que mi
intervención puede ser de utilidad, sin perjuicio de que hemos preparado un documento más
pormenorizado. En términos generales, adherimos a la documentación presentada por la
CELS y la CORREPI, ya que hemos tenido acceso a ella por lo cual agradecemos mucho.
Por otra parte, quiero hablar como vecina de Palermo Viejo y al igual que la señora
Ester Valdés, que colabora en un comedor del barrio, creo que somos cientos de miles los
vecinos que no estamos firmando un petitorio para aplicar normas represivas en la Ciudad
de Buenos Aires. (Aplausos).
Quienes vivimos hace muchos años en este barrio –yo vivo desde 1986–
verdaderamente estamos muy orgullosos de que en él se combinen lo antiguo con lo
moderno, los viejos y los jóvenes, lo cool y lo villero, y que esta diversidad sea un ejemplo
de convivencia en la ciudad, fundamentalmente, porque está siendo bastante promisorio
para quienes allí queremos habitar.
En términos jurídicos, estrictamente, me parece que en varias intervenciones se ha
pretendido plantear la antinomia entre bloques de izquierda y derecha, entre quienes se
apropian de la respuesta y los temas de seguridad, desde un discurso represivo y, por otra
parte, quienes apareceríamos como supuestas personas de izquierda, exclusivamente
interesadas a proteger los derechos humanos como si esto no se justificara por sí mismo.
Me parece que en este debate no hay una cuestión ideológica de grupos de izquierda
o de derecha, sino hay una ignorancia en términos jurídicos cuando se plantean algunos
proyectos de ley que violan la Constitución Nacional y la Constitución de la Ciudad. En
esos casos, no podemos estar en una discusión de política legislativa, de política partidaria
o de cuestiones ideológicas, sino que hay que fijar cuál es el marco jurídico general que se
deba aplicar.
En segundo lugar, sería bueno recordar los textos de la Constitución de la Ciudad de
Buenos Aires y, también, recordar cuáles fueron los fundamentos de algunos de los
miembros informantes en aquella oportunidad.
La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires se sancionó en 1996 en el marco de
un gobierno nacional, en el cual gobernaba Menem –marco absolutamente neoliberal–,
también en esa elección, que fue la primera elección autónoma de la Ciudad de Buenos
Aires, De la Rúa fue quien ganó las elecciones, motivo por el cual los constituyentes de la
Ciudad hicimos esta Constitución en un contexto que parecía que no era para nada
favorable para las normas que se plasmaron en esta Constitución, y de las cuales muchos de
nosotros estábamos absolutamente orgullosos.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Lubertino.- Estoy absolutamente conteste de todas las cosas que estoy diciendo. Hay
testigos presentes en la sala que dan fe acerca de que estas posiciones las he sostenido
durante los gobiernos de Menem, de De la Rúa y las voy a seguir sosteniendo porque son
convicciones. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Le pido que vaya concluyendo con su exposición.
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Sra. Lubertino.- Retomo: a pesar de que el contexto era absolutamente adverso a que
pudiéramos sancionar una norma de esta envergadura, quienes trabajamos en la
constituyente de la ciudad, con algunas excepciones minoritarias –una de los cuales fue el
doctor Jorge Enríquez quien, casualmente, presenta un proyecto en este sentido, aunque a él
le consta cuál fue el espíritu y el debate en la constituyente–, sabemos que solamente fueron
dos o tres constituyentes los que no votaron estas normas, los que se fueron de la sala para
no votar en contra y los que, incluso, juraron la Constitución de la Ciudad con reservas,
cosa que agrede a los mínimos pactos sociales y políticos, porque cuando uno forma parte
de un cuerpo colegiado y sanciona una norma –sea cual sea, posición que he sostenido–,
obviamente se ve compelido, al igual que cualquier ciudadano, a jurar por el marco jurídico
que lo rige. Entonces, no me parece menor detallar estos antecedentes.
El Artículo 11 establece que “Todas las personas tienen idéntica dignidad y son
iguales ante la ley. Se reconoce y garantiza el derecho a ser diferente...”. Uno de los
proyectos que dio origen a este artículo fue de mi autoría, y lo defendí en el recinto y en la
comisión.
Por otra parte, el Artículo 13, particularmente en el inciso 9) –cuya pluma principal
fue la del doctor Zaffaroni, quien hoy es miembro de la Corte Suprema de Justicia–...
(Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Le pido que vaya concluyendo.
Sra. Lubertino.- ...plantea claramente que “Se erradica de la legislación de la ciudad y no
puede establecerse en el futuro ninguna norma que implique, expresa o tácitamente,
peligrosidad sin delito, cualquier manifestación de derecho penal de autor o sanción de
acciones que no afecten derechos individuales ni colectivos”
Desde nuestro punto de vista y desde la interpretación jurídica –incluso, lo
sostenemos en nuestra cátedra–, esto quiere decir que los actuales artículos 41 y 71 del
Código de Convivencia son inconstitucionales. (Aplausos).
No quiero abundar porque el tiempo es escaso, pero me parece fundamental decir
que los proyectos contravencionales –básicamente el de Macri, el de Jorge Enríquez o, por
lo menos, de aquellos a los que he tenido acceso– violan principios básicos del derecho
punitivo, como son el principio de lesividad; es decir, la necesidad de que haya un daño o
un peligro concreto.
El hecho de que disminuyan la edad de inimputabilidad de los menores es un tema
remanido que hemos venido discutiendo en el marco del derecho penal. Y nos preocupa
aún más cuando se plantea en el marco del derecho contravencional.
Me parece que estos proyectos no distinguen el tema penal del contravencional. No
entienden que estamos hablando de un Código de Convivencia que tiene por objeto
modificar conductas.
En la medida en que estemos en otros ámbitos de la vida recurriendo a la mediación
y a lo que tiene que ver con la intermediación, no vamos a poder ponernos en el marco de
un Código de Convivencia a aumentar las penas y a bajar los niveles de inimputabilidad.
Si internacionalmente está absolutamente probada la ineficacia del aumento de las
penas y la baja de los niveles de inimputabilidad de los menores en lo que hace al sistema
penal para combatir los problemas de inseguridad, mucho más irracional –y cuando no
inconstitucional–, resulta esta propuesta para el ámbito de la ciudad de Buenos Aires.
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Sr. Coordinador (Davide).- Está excedida en el tiempo de exposición.
Sra. Lubertino.- La Constitución de la Ciudad...
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Lubertino.- Ya termino. En términos de protección de los derechos humanos, la
Constitución de la Ciudad de Buenos Aires tiene normas mucho más precisas que las
establecidas en la Constitución Nacional. ¿Qué quiere decir esto? Que incluso algunas
cuestiones que podrían ser dudosas, aunque entiendo inconstitucionales en el ámbito
nacional, en todo caso siempre lo son en el marco de la ciudad de Buenos Aires, pues se fija
claramente una prohibición para el derecho penal de autor o para aquellos delitos –en este
caso, contravenciones– que pretenden plantearse desde el punto de vista de la peligrosidad
o de la portación de caras, como solemos decir vulgarmente.
Para concluir, quiero retomar el argumento que planteó uno de los oradores
preopinantes. Me parece que debemos celebrar que ustedes hayan convocado a esta
Audiencia Pública.
Personalmente, creo que a pesar de las incertidumbres que genera en la población
este tipo de ámbitos, hay que apostar a ellos; hay que construirlos y potenciarlos. Y
celebraríamos que muchas otras áreas hicieran lo mismo. Hay que estar acá. Sé de la
responsabilidad que esto supone, pero la credibilidad de que la Audiencia Pública sea
efectiva y eficaz supone que el correlato de esta audiencia se vea en el ejercicio de sus
funciones y de la Legislatura.
Pedimos que les comuniquen a los integrantes de la Legislatura la molestia que ha
generado en todos nosotros el hecho de que no estén presentes los legisladores de los
distintos bloques.
Señor Secretario: me parece que no está de más que le diga –de hecho, se lo dije
personalmente cuando terminaba mi mandato como diputada, habiendo integrado la
Comisión de Seguridad del Congreso de la Nación, y aclaro que no lo hice público en otro
momento, pero ahora me parece oportuno– que los graves problemas requieren una acción
decidida del gobierno de la ciudad para exigir la transferencia de la Policía Federal en las
competencias que correspondan a la ciudad. No hay manera de que esto suceda si no
tomamos el toro por las astas para moldear la estructura de la Policía a la medida de los
ciudadanos de Buenos Aires y de esta Constitución de la Ciudad. (Aplausos).
Creo que la mayoría de los habitantes de Buenos Aires, ya sea en primera o en
segunda vuelta, terminamos votando a Ibarra porque queríamos confrontar con un proyecto
de derecha. Tenemos que llevar hasta el final estas posiciones y estos puntos de vista.
Este proyecto represivo que nos pretende imponer el macrismo, Jorge Enríquez o
quien fuera, no es la visión que comparte la mayoría de los ciudadanos de Buenos Aires.
Creo que se hace imperativo que el gobierno tenga una posición decidida. Está muy
bien convocar a una Audiencia Pública, pero también hay que definir posiciones.
Sr. Presidente (López).- Está excedida en el tiempo de exposición.
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Sra. Lubertino.- La derecha no nos puede correr como si fueran los dueños del discurso y
de las soluciones en materia de seguridad. (Aplausos). Estoy absolutamente convencida de
que se puede ser defensor de los derechos humanos, que se puede defender que no se altere
el orden y la seguridad de las personas y, simultáneamente, los derechos humanos.
Por eso, creo que estamos en condiciones de avanzar para bloquear estos proyectos
de reforma del Código de Convivencia y, eventualmente, si logramos la transferencia de la
Policía de la Ciudad, la idea es producir alguna transformación de fondo en la gestión del
área. (Aplausos).
177.- Alejandro Octavio Cowan
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Alejandro
Octavio Cowan.
Sr. Cowan.- Buenas tardes.
Mi nombre es Alejandro Cowan; soy presidente de una ONG: AINCO, Asociación
Impulsora Nueva Constitución.
Creo que la Argentina, desde hace mucho tiempo, tiene un problema, que es
confundir la fantasía con la realidad y pensar que por cambiar el texto de una norma se
logra cambiar lo que ocurre en el mundo real. Estoy preocupado; no por la realización de la
audiencia pública –que me encanta y ojalá se repitieran estos tipos de eventos– sino que
estoy preocupado por el hecho de que el Ejecutivo de la Ciudad quiere, mediante esta
audiencia pública, establecer un poco de orden entre una gran cantidad de proyectos. Hoy
debe haber un proyecto por cada dos legisladores. Es decir, hay un problema en el Poder
Legislativo de la Ciudad.
Quiero referirme a una cuestión práctica. Si existen normativas, pero se aplican por
sorteo o por licitación, eso no es justicia. Eso es lo que hemos estado sufriendo desde el
momento en que empezó a regir el Código de Convivencia.
Cuando se sancionó el Código de Convivencia original y se aprobó la primera
reforma, todo eso se hizo en el contexto de la existencia de, nada más, cuatro juzgados
contravencionales y 11 fiscalías para toda la Ciudad de Buenos Aires. El resultado fue una
gran arbitrariedad. Si a alguien le tocaba ser sometido a cualquier acción dentro del ámbito
contravencional era producto del azar o del direccionamiento a algún lugar. El sistema
estaba sumamente desbordado. Durante años se discutió esta circunstancia.
Después de discutir mucho el Consejo de la Magistratura y después de poder filtrar
algunos ayudantes de cátedras se logró ampliar la dotación de la Justicia Contravencional.
Hoy nos encontramos con todo esto, en medio de un contexto donde al Ejecutivo de la
Ciudad no le gusta que el Tribunal de Faltas le diga que no puede cobrar multas
fotográficas. Entonces, modifica el sistema, lo disuelve y traspasa provisoriamente a la
justicia contravencional los temas que exceden al Tribunal de Faltas.
En este momento, el Poder Ejecutivo se encuentra negociando cosas que pueden
tener efecto en la realidad jurídica, como es el traspaso de ciertas áreas de la justicia
nacional al fuero contravencional para “taparlo” nuevamente.
Cuando se hacen proyectos no se tiene en cuenta el sistema que ha de atenderlos.
Nuevamente, estamos discutiendo un montón de proyectos con más o menos técnicas, con
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más o menos figuras, pero la justicia seguirá actuando por azar. Ése es el problema al que
nos enfrentamos.
Más allá los comentarios sobre algunos proyectos, me interesa remarcar el hecho de
que le corresponde al Poder Legislativo solucionar el problema. Es decir, los legisladores
deben actuar seriamente, ponerse los pantalones largos y dedicarse a entender el contexto
del Código Contravencional, del Código de Faltas y del Código Procesal Contravencional,
ya que todavía existen un montón de cosas pendientes. Por ejemplo, ayer se escucharon
acertadas intervenciones que decían que el dejar residuos patológicos en la vía pública se
reprimían con una multa, pero la portación de cara se reprimiría con cárcel. Eso es lo que
surge de la norma. (Aplausos).
La sugerencia es que la Secretaría que usted preside se pueda abrir a una discusión
documentaria, con algún tipo de sistema para que, además de todas las disertaciones, los
ciudadanos puedan presentar propuestas, ideas y debate. De esta manera, se podrá generar
desde la Legislatura algún proyecto coherente. Después, se discutirá cuán blando o duro
–por llamarlo de alguna manera– debe ser. De lo contrario, aparecemos en lo de siempre.
Las reformas del Código Contravencional dejaron figuras mal definidas. Por lo
tanto, ocurre lo siguiente: la Justicia –generalmente las cámaras– termina legislando,
porque interpreta lo que dice el Código. La mala técnica legislativa –que es lo que está
invadiendo en estos proyectos– hace que después sea la ideología de la autoridad de
aplicación o la pasión del momento lo que defina si tal cosa significa esto o lo otro.
Básicamente, la función del Poder Ejecutivo –sin bien tiene iniciativa legislativa– es
poner en orden cosas que tienen que ver con la parte administrativa. Por ejemplo, se habló
mucho de un tema que horrorizó desde el primer momento que lo escuché: la figura del
acecho o merodeo. Otros países han solucionado este tema mediante una forma
administrativa policial. Esta forma podría discutirse pero es función del Poder Ejecutivo
negociar con el Gobierno nacional para que la Policía Federal adquiera algún tipo de
formato para los casos del acecho y el merodeo.
Concretamente, como promedio de la legislación europea, cuando una persona
permanece en una actitud sospechosa según el criterio de un vecino –y no el de la autoridad
policial– ese vecino llama a la autoridad policial, quien luego procede a identificar a esa
persona en una base de datos, que es automática. Nadie puede usarla a menos que haya
ocurrido algo en la zona de donde llamó el vecino. Dentro de las 72 horas se borra el dato.
Pero si llega a pasar algo en la zona, esa persona se convierte en sospechosa. Es sólo un
dato. Por eso, no hay que crear una figura especial para esta situación.
Esto es algo administrativo, pero nos están haciendo creer, como cortina de humo,
que al modificar las leyes van a modificar los malos procedimientos administrativos. Los
malos procedimientos administrativos son problemas internos del Ejecutivo, de la Policía
Federal, del Ministerio de Justicia, del Poder Judicial y de la Legislatura, que no saben
generar buenos proyectos ni trabajar en conjunto. Ésa es la preocupación que quería dejar
asentada.
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Leonor Elsa
Cisneros.
- La participante no se hace presente.
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180.- Juan José Rosso
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Juan José
Rosso.
Sr. Rosso.- Señor presidente, autoridades presentes, público: soy militante del Partido
Unión Republicana y vengo en representación de muchos militantes del barrio al cual yo
pertenezco desde hace 26 años, que es el barrio de Núñez y Saavedra.
Realmente, quiero decir que la audiencia de ayer fue una cosa y la de hoy es otra
totalmente distinta. Ayer viví momentos que no me gustaron, porque se le faltó el respeto a
los oradores. Además, el Código Contravencional tiene muchos artículos, pero se habló
pura y exclusivamente del Artículo 71. Hablaron todos los que no estaban de acuerdo con
ese artículo.
Lo que quiero es que quede constancia en la versión taquigráfica de mi pensamiento
y el de todos los que conformamos un grupo muy grande de gente. Quiero que se sepa que
este grupo de gente apoya el Código Contravencional del doctor Jorge Enríquez. Es la
única...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Rosso.- Lo que están haciendo es una gran falta de respeto.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, permitan que el orador concluya su exposición.
Sr. Rosso.- De esta manera, nunca vamos a tener una mejor calidad de vida. Y sepan que el
actual Código Contravencional es un fracaso.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Rosso.- Con la seguridad, no se negocia...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Rosso.- Realmente, no les quiero contestar.
Agradezco mucho que me haya escuchado, señor presidente. (Aplausos).
Sr. Presidente (López).- Gracias, señor Rosso.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores, les pido silencio. Eviten faltar el respeto a los
demás oradores, aunque piensen de manera diferente.
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181.- Mauricio Rubén Acosta
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 181, el señor Mauricio Rubén Acosta.
Sr. Acosta.- Buenas tardes...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores, estamos permitiendo que todo el mundo se
pueda expresar.
Sr. Acosta.- Vengo a hablar en representación del grupo Nueva Generación de Abogados
–NGA–, y queremos dejar asentadas algunas ideas, aprovechando este espacio que se nos
brinda.
En primer lugar, y fundamentalmente, tal como lo expuso mi compañero hace unas
horas, creemos que hay que aprovechar la posibilidad, al tener código vigente, de no
retroceder y volver a los edictos policiales dado que consideramos que es un logro, que se
vio a lo largo de la historia, el hecho de dejar de lado a los edictos a fin de trabajar con este
código.
Con respecto al endurecimiento de la ley, estamos convencidos de que el tema de la
seguridad no va a mejorar; el tema de la seguridad pasa por otro lado. Lamentablemente,
hoy estamos hablando y discutiendo acerca de la modificación de una ley que intenta
regular la convivencia. Pero debemos tener en cuenta los abusos y las deslealtades que
comete la policía.
Creemos que lo ideal sería hablar de una ley que regule la convivencia; esto, sin
tener en cuenta que, a medida que se le dé más poder a la policía, se van a cometer más
abusos. Lamentablemente, esto es así. Estamos discutiendo una contravención; estamos
discutiendo una falta, paralelamente al hecho de que se está diciendo que se cometen
abusos y deslealtades por parte de la policía.
Debemos asegurarnos de que el código respete las garantías constitucionales y nos
brinde seguridad jurídica; entre otras cosas, que se vea plasmada la posibilidad de que a
cada contravención le corresponda una pena determinada y no se deje al libre arbitrio
judicial el hecho de establecer la pena que se crea conveniente. En caso contrario,
estaríamos en presencia de una especie de ley penal en blanco, que es algo que no nos
gustaría que ocurriera.
Junto con la posibilidad de que a cada contravención le corresponde una pena,
propiciamos la posibilidad de que las multas sean proporcionales a las condiciones
económicas de los contraventores. Esto es, aplicarlas directamente sobre un porcentaje de la
declaración jurada del contraventor o de sus ingresos, según el ANSSES, para que de esta
manera se permita una igualdad en cuanto a la sanción. Debido a que creemos que es
injusto que se aplique la misma pena de 100 pesos tanto a una persona humilde que gana
500 pesos, como a un gran empresario que gana 50.000. Esto se aplicaría en la primera y
segunda contravención de la falta determinada y, en el caso de la tercera, correspondería la
pena efectiva que establece el código. O sea, con respecto a la primera y segunda
contravención, quedaría a criterio del juez conmutar la pena establecida, que es esta multa
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de la que hablé anteriormente. En el caso de la primera contravención, sería de un 3 por
ciento y, en el caso de la segunda, de un 5 por ciento.
En relación con aquellas contravenciones para las que corresponda la pena de
arresto, creemos que, en el caso de la tercera contravención –o sea, en la segunda
reincidencia–, el arresto debería ser efectivo en la cárcel contravencional, según el Artículo
13 de la Constitución. De esta manera, también queremos dejar en claro que la cárcel
contravencional no debe ser utilizada para delitos correccionales.
Consideramos y estamos convencidos de que, en el caso de una segunda
reincidencia, es indudable que el contraventor no ha experimentado una mínima sensación
de la falta que ha cometido, con lo cual –repito–, en cuanto a aquellas contravenciones que
sean pasibles de arresto, en el caso de la tercera contravención, debe ser de arresto efectivo.
Creemos que los breves períodos de arresto pueden ser fraccionados, debido a que el
Código Contravencional es un código preventivo y, de esta manera, posibilitaríamos que las
personas no tengan inconvenientes laborales; dado que se podrían fraccionar en fines de
semana, por lo que podrían llegar a ser muy eficaces.
Por otro lado, nos oponemos enfáticamente a la figura del “merodeo”, a la del
“acecho” y a la de la “permanencia injustificada”, ya que es prácticamente lo mismo.
Creemos que, con esto, se dejaría abierta la posibilidad –como ya lo han dicho reiteradas
veces otros expositores– a que se utilice la figura de la “portación de cara” como para
arrestar a una persona. Éstas son cosas que creemos que están totalmente fuera de lo que
nosotros proponemos.
También nos oponemos a la reducción de la punibilidad de la edad de 18 años,
porque consideramos que, tal como está, es correcta.
Por último, insistimos en que se mantenga como contravención todo lo que tiene
que ver con las normativas de tránsito, y en que esto no se traslade al Código de Faltas ya
que, en definitiva, las infracciones de tránsito que comienzan siendo una infracción y
pueden terminar en un delito –en el caso de muerte– constituyen una de las mayores causas
de muerte, con lo cual, nos parece apropiado que todo lo que tenga que ver con la ley de
tránsito quede incluido dentro del régimen contravencional.
Sr. Presidente (López).- Señor Acosta: por favor, le pido que vaya concluyendo con su
exposición.
Sr. Acosta.- Sí, cómo no.
Respecto de nuestra propuesta para el código, con esto ya sería suficiente. Lo único
que queremos dejar como reflexión final es que, independientemente de los códigos
contravencionales y penales, leyes y demás, nos parece que el tema fundamental para llegar
a una buena convivencia es la tolerancia que debemos tener todos, tanto del lado político y
dirigente, como el de la policía y los vecinos. Con la tolerancia vamos a poder seguir
adelante y, de esta manera, vamos a tener una buena convivencia. No habrá ley que nos
haga convivir bien, si no hay tolerancia.
Muchas gracias. (Aplausos).
182.- Guillermo Sergio Vattuone
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AUDIENCIA PÚBLICA
22 y 23 de marzo de 2004
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el participante
número 182, el señor Guillermo Sergio Vattuone.
Sr. Vattuone.- Mi nombre es Guillermo Vattuone, y pertenezco a la Fundación
Bicentenario.
Nosotros hemos realizado una propuesta. Entiendo que los cinco minutos no van a
alcanzar para referirme a todos los puntos...
Un asistente.- ¡¿Quién los “banca”?!
Sr. Vattuone.- ...pero vamos a plantear los aspectos más salientes; entre ellos, el tema de
que entendemos que el código es suficiente, en cuanto a herramientas, para solucionar los
problemas más graves. Pero creemos que hay falta de decisión y falta de voluntad de
aplicación. Como consideramos que esto es perfectible, nos surgieron estas propuestas.
En primer lugar, en cuanto a la extensión de acciones y penas, estamos a favor de
modificar el Artículo 31. Creemos que hay que modificar la misma situación por la efectiva
notificación de la citación al juicio, toda vez que queremos evitar que se produzca la
condena. Esto ocurre, por ejemplo, con las citaciones de la AFIP; o sea, citaciones fictas de
las que el interesado nunca se entera, y se mantendrían abiertas sine die las acciones
penales, en este caso, las contravencionales.
Con respecto al Artículo 38, que prevé el hostigamiento y el maltrato, proponemos
incorporar a la norma, que se entiende dentro de la figura contemplada, la modalidad
denominada “escrache”. Entendemos que esta modalidad es aberrante para el sistema
democrático, y que es una expresión totalitaria que debe ser erradicada.
En cuanto a la portación de armas, que figura en el Artículo 39, proponemos derogar
el final del artículo, que dice “...o causa que lo justifique...”. Entendemos que no hay
ninguna causa que justifique a un civil, a un ciudadano, andar armado por las calles.
Un asistente.- ¡Eso es castración!
Sr. Vattuone.- Con respecto a la figura del Artículo 40 que prevé en su parte final como
“particularmente grave” cuando se arrojan sustancias o residuos peligrosos en la vía
pública, se deberían agravar también cuando estas conductas son realizadas por
funcionarios públicos o cuando se trate de vehículos oficiales o de edificios públicos,
personas y lugares en donde se debería dar el ejemplo, y en la realidad no es así.
En relación con los reducidores y clasificadores de residuos se debería incorporar
como lícita esta actividad pero habría que establecer como contravención en el caso de que
se dejen esparcidos los residuos o cuando no se haya cerrado la bolsa de residuos.
Un asistente.- ¡La Ley Cacciatore!
Sr. Vattuone.- En relación con la obstrucción de la vía pública, entre los extremos que
implican la libertad absoluta de corte y la prohibición absoluta, nos pronunciamos a favor
de que la opción sea que los cortes se realicen con la debida autorización. Entendemos que
esta autorización debiera darse para los casos de movilización, marcha, concentraciones
que tengan por efecto ejercer el derecho constitucional de reclamar ante las autoridades, no
22 y 23 de marzo de 2004
AUDIENCIA PÚBLICA
Pág. 181
así por el corte en sí, ya que entendemos que no está sujeto a norma constitucional alguna.
Lo mismo para el caso de la obstaculización del ingreso y salida de la ciudad, porque
consideramos que es particularmente grave en el caso de la obstaculización de cabinas de
peajes y boleterías o accesos a subterráneos y trenes.
En relación con la apariencia falsa contenida en el Artículo 52, se debería incorporar
la utilización de capuchas o de elementos para ocultar el rostro tanto en movilizaciones
políticas como en espectáculos públicos.
Con referencia a la alteración de la tranquilidad pública contenida en el famoso
Artículo 71...
Un asistente.- ¿Y la careta que se ponen ustedes?
Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor.
Sr. Vattuone.- ...la despenalización de la demanda de sexo en la vía pública toda vez que
se estaría castigando al demandante por la conducta del oferente. (Aplausos).
Entendemos que los servicios solicitados no constituyen delito alguno, ya que no
están prohibidos y solamente se estaría castigando la oferta por la modalidad en que esa
oferta se hace. Para el caso de la oferta, sugerimos que debería volverse al sistema de que la
única limitación sería la prohibición general de ejercer la actividad a cierta distancia, es
decir, a 200 metros de instituciones públicas, religiosas, de hospitales, etcétera.
Sr. Coordinador (Davide).- Señor Vattuone: le pido que vaya concluyendo su
intervención.
Sr. Vattuone.- Respecto de las contravenciones de tránsito, se debería considerar agravante
para el caso de vehículos oficiales.
Finalmente, en relación con el juego, entendemos que la prohibición ha sido siempre
selectiva y ha generado mucha corrupción, dando lugar a la aparición de casinos anclados
en el puerto o en los alrededores de la ciudad.
Para terminar, esta actividad siempre ha favorecido a los amigos del poder,
entendemos que lo correcto sería que hubiera un marco de prohibición de la actividad, con
las regulaciones lógicas del caso.
Redondeo diciendo que este código permite contener la mayor cantidad de los
problemas que ha motivado los proyectos de ley que hoy se debaten. Sin embargo, falta
decisión por parte de las autoridades para aplicarlo a pesar de la existencia de las
herramientas. (Aplausos).
Un asistente.- ¡Mano dura, carajo!
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que hagan uso de la palabra los participantes N°
183, Oscar Roberto Jiménez Peña; N° 184, María Teresa Martínez; N° 185, Haydee Elsa
Sánchez y, N° 186, Ernesto Pablo Bobeck Cáceres.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
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AUDIENCIA PÚBLICA
22 y 23 de marzo de 2004
187.- Ángela Gerarda Vani
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Ángela
Gerarda Vani.
Sra. Vani.- Soy abogada pero no voy a hablar como tal porque ya lo han hecho con
suficiente solvencia los profesionales que han intervenido anteriormente. Voy a hablar
desde el punto de vista humano.
Empecé a trabajar en este tema de la discriminación y la convivencia en el año
1995, tal vez antes, junto con un grupo de travestis que conformaban lo que se llamó la
“Asociación de travestis argentinas”. Ellas fueron en gran parte responsables de la
derogación de los edictos.
En esos momentos, cada travesti que vivía en Buenos Aires pasaba cinco días de la
semana preso.
Un asistente.- ¿Cuánto le cobraban?
Sra. Vani.- ¿Cuánto le cobraban? En realidad, no le quedaba nada porque salía y volvía a
entrar.
En ese entonces, la pena máxima era de quince días de arresto si no se podía pagar
la multa.
Cuando empezamos a hablar del Código de Convivencia tuvimos innumerables
reuniones junto con los grupos políticos y todos aseguraban que como la prostitución no es
un delito, amparado por el Artículo 19 de la Constitución Nacional que establece que las
acciones privadas de los hombres están reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los
magistrados...
Un asistente.- ¿Y en la vía pública?
Sra. Vani.- Ya voy a referirme a ese tema.
Decía que se prometió que no se iba a penar la prostitución. Por supuesto que toda
promesa puede llegar a ser incumplida e inmediatamente dada la presión de los vecinos se
derogó ese artículo que no hablaba de la prostitución y se puso la oferta y la demanda de
sexo en la vía pública en el tema del Artículo 71.
Evidentemente, la persona que ejerce la prostitución no lo hace solamente porque le
guste, ya que no creo que una persona acepte la degradación que implica ese acto por el
solo hecho de que le guste hacerlo.
Aquí hay mucha gente, muchas familias que viven de la prostitución, de la madre,
de la hermana, de los parientes.
Entonces, si estamos hablando de que vamos a meter preso a una prostituta, a un
infractor con veinte días de cárcel, estamos hablando de una gravedad mayor a la que tenían
los edictos. Los edictos establecían solamente quince días, ahora estamos hablando de
veinte.
22 y 23 de marzo de 2004
AUDIENCIA PÚBLICA
Pág. 183
¿Qué pasa con el alrededor de la persona que ejerce la prostitución? Generalmente,
las mujeres mantienen tres, cuatro o cinco hijos. Esto significa que esos hijos no van a tener
los alimentos. Esos hijos no van a tener quien los controle si van o no a la escuela.
Entonces, ¿Qué estamos haciendo con esto? ¿Encerrando a una persona y no le
damos alternativas? ¿Qué alternativa propone la ciudad para que la persona que hoy va a
ser detenida y encarcelada por hacer algo que moralmente está mal hecho –repito: no se
trata de un delito– para que deje de hacer lo que está haciendo? ¿Le damos un Plan Trabajar
de 150 pesos con mucha suerte? Una familia no se alimenta con 150 pesos.
¿Qué pasa con los jóvenes si los empezamos a encarcelar cuando tienen 16 años? A
esa edad el chico es muy influenciable dentro de cualquier sistema represivo, dentro de
cualquier cárcel, se llame como se llame no se la pasa bien. Se sufren iniquidades de todo
tipo, empezando por las violaciones, ya que un pibe de 16 años preso es lo mismo que decir
“chicos acá tienen, viólenlo”.
Sr. Coordinador (Davide).- Vaya concluyendo su exposición, por favor.
Sra. Vani.- Hoy salió en el diario un artículo en el cual decía que se labró un acta a unos
cuantos hinchas de fútbol, que podrían estar encarcelados, porque insultaron al arbitro. Por
otro lado, conozco a un joven estudiante de Bellas Artes que asiste a la escuela que queda a
cuatro cuadras de la cancha de Boca. Él estudia desde las siete y media de la tarde hasta las
once de la noche. Una tarde en la que iba para el colegio coincidió con que había un partido
de fútbol en la cancha de Boca. Este joven, como todos los días, llevó sus elementos de
estudio en la mochila, entre los que incluía gubias, cuchillos, etcétera y como “forma de
protección” llevaba unos “inocentes aerosoles” de venta libre. Actualmente, este joven está
procesado y como es alumno de Bellas Artes se le perdonó que llevara elementos cortopunzantes, pero va ser condenado por llevar un aerosol que compró su mamá en la calle.
Entonces, yo le pregunto a los legisladores, si tenemos en cuenta este ejemplo y el
de los hinchas de fútbol que van a ser procesados por insultar al arbitro, ¿qué estamos
queriendo hacer con la ciudad, un convento? Porque cuando llegue el momento de
encarcelar a las prostitutas van a tener que hacerlo con el señor que le solicita sexo y este
señor tiene un trabajo, una familia, maneja un auto, tiene una empresa, etcétera. Entonces,
¿lo van a meter preso 20 días?
Sr. Coordinador (Davide).- Vaya concluyendo, por favor, señora Vani.
Sra. Vani.- No sólo no van a alcanzar tantas cárceles, sino que nadie va a pasar un minuto
preso y vamos a volver a la discriminación por temas sexuales.
- Manifestaciones en la sala.
Un asistente.- ¡Hablá también de la prostitución de lujo que la bancan bien desde de arriba
y de los medios de comunicación!
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Vani.- Voy a decir algo que sé por experiencia...
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AUDIENCIA PÚBLICA
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- Manifestaciones en la sala.
Un asistente.- ¡Venimos a hablar del Código!
Sra. Vani.- Entonces, ¿qué hacemos con las prostitutas? ¿Las dejamos que ejerzan la
prostitución en sus departamentos? Lo que pasa es que tampoco quieren dejarlas en los
departamentos.
- Manifestaciones en la sala.
Un asistente.- ¡Existe una solución para todos, la cuestión es sentarse a dialogar!
Sra. Vani.- En estos momentos se hacen propuestas por cualquier cuestión que no es delito.
(Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Ha concluido su tiempo, señora Vani, gracias. (Aplausos).
188.- Martha Inés Miravete Cicero
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Martha Inés
Miravete Cicero.
Sra. Miravete Cicero.- Realmente me gustaría hablar más de cinco minutos, pero no
puedo porque ya está establecido de esa forma.
Soy Martha. Soy lesbiana. Es lo mejor que me pudo pasar en la vida. (Aplausos).
Soy ex detenida y para el sistema soy una ex delincuente. Me comí seis años en la Unidad 3
de Ezeiza.
Desde que salí de la cárcel peleo por los derechos humanos de los delincuentes. Por
los pobres que de repente nos estamos muriendo adentro de una cárcel.
Estamos en contra del Código Contravencional, porque hasta la fecha no se están
cumpliendo todo lo que tiene que ver con los derechos humanos y esto es por las
condiciones de encierro, tanto en la ciudad como en todo el territorio argentino –Devoto,
Moyano y todas las unidades penitenciarias– ya que están superpobladas.
En octubre del año pasado en una reunión de las Naciones Unidas, a la cual pude
participar, brindé un informe de 25 casos y 3 muertes de personas que mueren dentro de las
cárceles.
Me parece que antes de realizar leyes en las que están trabajando ciertos grupos de
Macri e Ibarra, para arrestar personas, hay que ver cómo vivirán en ese lugar en su tiempo
de encierro y qué se logrará con esto.
Las personas detenidas y ex detenidas les comunicamos a todos ustedes –porque
somos ciudadanos y volvemos a la sociedad, ¿o nos van a tener siempre adentro?– que un
lugar de genocidio son las cárceles de Argentina y no queremos que sean una práctica de
genocidio encubierto y legalizado desde el Estado y desde el sistema.
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AUDIENCIA PÚBLICA
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Dentro de las cárceles se viven situaciones de abandono de personas. No se ejerce el
derecho a la salud ya que hay mala praxis, coacciones, violaciones, torturas, asistencia
médica no apta. No hay medicación, ni dietas dignas.
Hasta los policías te violan. Las compañeras travestis están con infanticidas y
violadores. Para conseguir un plato de comida o para tener un paquete de puchos tienen que
recurrir al sexo dentro de la cárcel.
Vivimos en un tiempo de detención por cumplir una condena judicial, obviamente,
“hicimos una macana en la vida entonces nos toca ir adentro”, pero no es para que se saque
el problema y ocultarlo atrás de los muros porque la pobreza, el hambre y la falta de trabajo
existe.
Por otra parte, hay un fondo real que, por lo que sé, es de 3 mil pesos por preso. Eso
es lo que se decía hasta el año pasado para una atención digna. Entonces, quiero hablar por
mis compañeros y compañeras que van a estar esos 20 días detenidos. ¿Tendrán ese
presupuesto para la atención digna de estas personas?
Los problemas de la sociedad que están en la calle son por la falta de política de
trabajo y atención social. Antes de continuar con el problema y ocultarlo en el encierro se
debería pensar en mejoras sociales y trabajo digno sin discriminación y educación, ya que
hasta la fecha desde nuestra vivencia y trabajo de campo sólo vemos el beneficio del
sistema federal y penitenciario. Como el caso de Menem que, justamente, no está en una
situación de encierro.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Miravete Cicero.- No puede venir a declarar porque tiene doblado el bracito.
Hace años que las cárceles están desbordadas, alcanzando índices de hacinamiento y
masificación nunca vistos; generando la situación de cárceles superpobladas, con tortura,
maltrato y coacción.
Hoy por hoy, en los lugares de encierro existen muertos de VIH, tuberculosis, hay
sarna, los colchones no se cambian y en las comisarías tampoco hay lugar para tener a las
personas alojadas, ni para menores ni para mayores.
Las cárceles se han convertido en depósitos humanos y existe un presupuesto del
Estado en una inoperancia de una burocracia interna. Me gustaría saber, ¿adónde va toda
esta plata? Y si realmente va a existir ese dinero y en qué se va a gastar. Porque quiero que
mis compañeros y compañeras cuando estén en su tiempo de detención, como estuve yo,
tengan trabajo, puedan darle de comer a sus hijos y también que puedan acceder a una
educación.
Es por eso que me importa mucho el hambre que sufren las personas que están en el
encierro.
¿Qué se hará con la atención de personas infectadas con VIH positivas? ¿Habrá
infectólogo? ¿Habrá refuerzos? ¿Habrá un pabellón para las personas discapacitadas? Los
homosexuales, travestis y lesbianas, ¿vamos a estar con los violadores e infanticidas? ¿La
comida será guiso y polenta, o nos van a dar carne y verdura?
Sr. Coordinador (Davide).- Le pido que vaya concluyendo.
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AUDIENCIA PÚBLICA
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Sra. Miravete Cicero.- También queremos trabajar, pero como tenemos tatuajes y
antecedentes, no podemos conseguir un trabajo digno. Por eso, reincidimos. Muchos
queremos trabajar, pero no podemos porque la cara, lo que vivimos y el odio que traemos
de adentro nos hacen volver.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Miravete Cicero.- Me gustaría que estés cinco días en Ingreso y vamos a ver qué te
pasa. (Aplausos).
Queremos volver para valorar la vida y la dignidad humana. Desde el 20 de
diciembre, e incluso muchos años antes, nos sacaron la dignidad y la vida. Y ustedes saben
muy bien que “detrás de los muros” es una forma encubierta de matar a la gente.
Por eso, a mis compañeras y compañeros que todavía no sufrieron el encierro,
queremos que les respeten sus derechos. También lo pedimos por los muertos y por los que
se están muriendo adentro, por quienes todavía no se ha hecho ninguna querella.
Quiero que pongan fuerza y que inicien querellas por todo lo que nos hacen adentro
de las cárceles. (Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra el señor Ramón
Florencio Ceballos.
Sra. Somenzi.- ¡Pido que se identifiquen los que están fotografiando y los que tienen
cámaras! Veo que están los canales 11 y 26.
Doctor López: ¡pida que se identifique el señor que tiene la cámara!
Sr. Presidente (López).- De la misma manera que no le pedí a usted que se identificara, no
se lo voy a pedir al señor.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Un asistente.- ¡Es una Audiencia Pública! ¡No es un circo!
Sr. Presidente (López).- Desde ya que no lo es.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Señora, ¿qué es lo que supone usted que está pasando?
Sra. Somenzi.- ¡Pido que estos señores se identifiquen!
Sr. Presidente (López).- Pregúnteles usted.
- Disturbios en la sala.
Sr. Presidente (López).- Me parece impropio. No le he pedido a nadie que se identifique.
No sé cuál es la cuestión.
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AUDIENCIA PÚBLICA
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- La señora Somenzi agrede a un camarógrafo.
Sr. Presidente (López).- ¡Por favor! ¡Que haya orden en la audiencia!
Sra. Somenzi.- ¡No hay derecho!
Sr. Presidente (López).- Le pido que se calme.
Vamos a hacer un cuarto intermedio. Ésta es una Audiencia Pública para todas las
personas y para los medios.
Señora: si usted supone que existe una persona que no está cumpliendo con su
función, denúnciela.
Reitero: vamos a hacer un cuarto intermedio de diez minutos, porque no comprendo
lo que ha sucedido aquí.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Les pido silencio.
Por favor, dejen de gritar.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Estamos en el marco de una audiencia pública. Esto parece una
escena de un colegio secundario.
- Manifestaciones en la sala.
Cuarto intermedio
Sr. Presidente (López).- Vamos a pasar a un cuarto intermedio de quince minutos.
- Es la hora 15 y 50.
- A la hora 16 y 15:
Reanudación de la audiencia
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Reanudamos la Audiencia Pública.
Corresponde que hagan uso de la palabra los participantes N° 189, Ramón Florencio
Cevallos; N° 190, Laura Vanesa Piedrabuena; N° 191, Alberto Gurrola Aguirrezábal y, N°
192, Liliana Magrini.
- Los participantes mencionados anteriormente no se hacen
presentes.
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Expositores
Diputado Jorge Enríquez
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el diputado Jorge
Enríquez, en su carácter de expositor.
Sr. Presidente (López).- Cuando finalice la lista de expositores, las diez personas que han
solicitado ser incorporadas a la audiencia y que fueron admitidas harán uso de la palabra.
Luego de ello, concluirá la Audiencia Pública.
Una asistente.- ¿Y los que llegaron tarde y pidieron hablar?
Sr. Presidente (López).- Creo que los hicimos pasar a todos. Si falta alguno, ahora lo
revisaremos.
Un asistente.- Señor presidente: yo vine ayer, pero me fui porque la audiencia terminaba
muy tarde. Yo iba a hablar hoy, no me anoté al principio...
Sr. Presidente (López).- ¿Usted estaba anotado para hacer uso de la palabra en la
audiencia?
Un asistente.- He intentado anotarme hace un rato, pero no he podido. Quisiera anotarme,
por favor.
Sr. Presidente (López).- Ahora lo vamos a ver.
Adelante, diputado Enríquez.
Sr. Enríquez.- Señor presidente, vecinos de la Ciudad de Buenos Aires: en primer lugar,
no puedo dejar pasar algunas situaciones que se suscitaron en el día de ayer y en el de hoy,
y que evidentemente empañan lo que debería haber sido un foro de discusión sobre un tema
sobre el cual todos los candidatos en la campaña electoral “cacarearon”. Esto es, la reforma
del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires.
Señor presidente: usted es Secretario de Seguridad y Justicia de la Ciudad de
Buenos Aires. Quiero señalarle que la intención ha sido buena; la intención era que la gente
escuchara, en el marco de la Ley 6, y que se pudiera expresar. Pero no puedo dejar pasar
por alto que a usted, como funcionario, no lo podían agredir tal como ayer lo hicieron
algunos participantes. La democracia es saber convivir en el marco de la discrepancia y, al
escuchar las cosas que se dijeron de usted, conociendo su hombría de bien, no las puedo
dejar pasar por alto. Esto no lo digo con el ánimo de quedar bien con el funcionario con el
cual he debatido, pero con el que también he trabajado en la vía pública, cuando quien les
habla era Subsecretario de Gobierno, y el doctor López era Fiscal Contravencional de la
Ciudad de Buenos Aires.
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Tampoco puedo dejar pasar por alto el ataque artero que sufrió la prensa en el día de
ayer. Se censuraron algunos matutinos y algunos medios de comunicación por el solo hecho
de defender el más sagrado de los derechos en una sociedad, después del de la vida y de la
libertad, que es el derecho a expresarse.
Nuestra Constitución habla claramente de “publicar las ideas sin censura previa”.
Una periodista que se encuentra aquí en el recinto, la señora Alejandra Rey –la voy a citar
con nombre y apellido–, escribió un artículo que podrán compartir o no –a mí me pareció
excelente–, pero de ninguna manera se la puede denostar por expresar sus ideas. Porque eso
es la mayor de las intolerancias que los grupos que pretenden no ser atacados de
intolerantes están realizando hoy aquí. (Aplausos).
No vengo a buscar el aplauso, sino simplemente a señalar las razones...
Un asistente.- ¡Qué raro que hoy viniste y están todas las cámaras acá! No viniste a buscar
nada, ¿no?
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores, les pido silencio.
Sr. Enríquez.- Voy a decir las razones por las cuales, junto con otros legisladores,
propiciamos la creación de un nuevo Código Contravencional de la Ciudad de Buenos
Aires.
Entendemos que el sistema contravencional es la primera aproximación del
ciudadano común a la Justicia. Un sistema contravencional útil debe contar con normas que
prevengan la comisión de delitos. Por eso, no me sonrojo al decir que estamos aquí para
sostener algunas figuras que van a permitir actuar en la antesala del quehacer delictivo;
figuras tales como la “permanencia injustificada”, la “vigilancia injustificada”, o el
“acecho”, si lo quieren denominar de esa manera (aplausos), pero en el marco del estado de
derecho y con las garantías del debido proceso, porque yo no vengo a defender los edictos
policiales. Justamente, vengo a señalar que esos edictos, que fueron repugnantes, aberrantes
desde todo punto de vista, eran conculcatorios del estado de derecho...
Un asistente.- ¡Eso duró cincuenta años! ¡¿Qué hiciste durante esos cincuenta años?! (El
orador habla fuera de micrófono, por lo que no se perciben sus palabras)
Un asistente.- Estuvo con el poder.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores, les pido silencio. Permitan que el expositor
finalice su exposición.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, les pido que no interrumpan al orador.
- Manifestaciones en la sala.
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Sr. Enríquez.- Me gustaría que sean tolerantes, que acepten la pluralidad de ideas...
Un asistente.- ¡Como del ’76 al ’83! ¡Así de tolerantes somos!
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Enríquez.- Aunque yo no comulgue en muchos aspectos con las ideas del doctor
Eugenio Raúl Zaffaroni, el código vigente reconoce su autoría y, si él estuviera aquí,
seguramente se sentiría muy mal al ver que un ciudadano, ya sea diputado –porque el cargo
de diputado sólo es ocasional, ya que se lo confiere el pueblo y es el pueblo el que se lo
quita...
Sr. Presidente (López).- Diputado Enríquez: por favor, le pido que concrete su exposición.
Sr. Enríquez.- Sí, señor presidente.
Seguramente, el doctor Zaffaroni se sentiría muy mal al ver esta muestra de
intolerancia. Estamos discutiendo un código que falazmente se denominó “Código de
Convivencia”. Toda norma, ya sea en derecho público o privado, tiende a la convivencia;
toda norma se refiere a regular conductas humanas. En consecuencia, está vinculada con la
convivencia.
En ningún artículo de la Constitución de los porteños se señala que es obligación de
la Legislatura sancionar un Código de Convivencia, pero sí un Código Contravencional. Y
nos tenemos que circunscribir a esto; hablar de los delitos, no viene al caso. En cuanto a los
delitos, según el inciso 12) del Artículo 75 de la constitución federal, la sanción del Código
Penal le corresponde al Congreso federal. Pero sí le corresponde a esta ciudad sancionar un
Código Contravencional que sea eficaz; no como éste, que ha sido absolutamente ineficaz
no sólo para solucionar problemas de convivencia, sino también para solucionar todos los
temas inherentes a las contravenciones, episodios menores que, si bien no revisten la
gravedad de los delitos, se vinculan con el sistema normativo que debe tener una sociedad
para regular el buen orden de su vida social.
Esto es en defensa de todos: de los ahorristas, de los travestis, de quienes quieren
utilizar la ciudad libremente, pero en el marco del respeto de las garantías individuales, de
los derechos de todos; en el marco de que el espacio público es el hábitat natural de todos
los porteños, y que merece que cada uno de nosotros pueda disfrutar de él, sin verse
afectado, en muchos casos, por la oferta explícita de sexo en la vía pública.
Por eso señalamos que estamos en contra de la oferta y la demanda de sexo en la vía
pública. (Aplausos).
Por eso, también estamos a favor de la introducción de la reincidencia, ya que no es
lo mismo aquel que comete una contravención por primera vez que aquel contraventor
contumaz.
Por eso, también hay puntos de acuerdo con el Poder Ejecutivo, y no podía ser de
otra manera, acerca de las circunstancias que yo apuntaba junto con los funcionarios
Antuña, Carelli y, por supuesto, con el Secretario de Justicia y Seguridad Urbana, porque
han comprendido que cada contravención que se encuentre tipificada tenga un monto y una
determinación de la pena para evitar el escándalo de sentencias jurídicas contradictorias;
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por ejemplo, cuando un juez impone a una persona la sanción de apercibimiento por una
contravención y a otro le aplica la pena de arresto.
Por eso, también queremos eliminar el apercibimiento para centrarnos en las
sanciones, como en el caso del decomiso de mercaderías. Aquí se habló de los comerciantes
de los distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires: queremos clausurar el negocio
cuando el comerciante incurra en infracciones bromatológicas.
Acá no venimos a defender el derecho de un sector sino el de todos los sectores de
la Ciudad de Buenos Aires. Acá venimos a defender a quienes quieren que esta ciudad sea
vivible. Acá, nosotros entendemos que no hay ningún derecho de rango constitucional
superior a otro, menos el de la vida. Eso supera todo desde el punto de vista axiológico. Sin
embargo, el derecho de reunión en la vía pública no puede de ninguna manera cercenar a
otros dichos.
Tanto al doctor López como quien habla nos ocupamos de regular el derecho de
reunión en la vía pública que permite que la gente se manifieste libremente en resguardo de
las garantías constitucionales sin conculcar los derechos de los vecinos que quieren transitar
libremente por la ciudad.
Un asistente.- ¡Primero está el derecho a comer!
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Señor Enríquez: le pido que vaya finalizando su
intervención.
Sr. Enríquez.- Desde luego que primero está el derecho a la buena alimentación pero antes
está el derecho a la vida.
En relación con el tema de la seguridad, tal como lo establece la Constitución de la
Ciudad en sus artículos 34 y 35, vamos a enfocarlo desde el punto de vista
multidisciplinario y ahí ponemos énfasis en la educación. Desde luego que esto es así.
Pero no podemos hacer un código de Heidi o un código para la Suiza de un cantón
del año 2050 porque este código tiene que ser para la Ciudad de Buenos Aires de aquí y
ahora, donde existe el derecho de manifestarse libremente, donde hay piqueteros, pero
también es el lugar donde hay gente que quiere trabajar, donde la gente quiere transitar
libremente.
El derecho de reunión en la vía pública reconoce reglamentaciones en otros países
del mundo donde nadie podría sospechar de gobiernos totalitarios. Destaco la Constitución
española del ’78, una monarquía parlamentaria que determina que el derecho de reunión
pacífica y sin armas puede estar reglamentado. También tenemos la legislación alemana de
Böhn.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor. Y le pido al orador que vaya concluyendo en
su exposición porque está excedido en su tiempo.
- Manifestaciones en la sala.
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AUDIENCIA PÚBLICA
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Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor, al público asistente, porque así no podemos
seguir con el desarrollo de esta Audiencia Pública.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Enríquez.- ¡Qué día y qué puñalada le estamos dando a la democracia y al pluralismo
en esta tarde!
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Enríquez.- Simplemente, estoy expresando mis ideas.
Para terminar con mi intervención y no abusar de los cinco minutos reglamentarios,
quiero decir que este código ha sido absolutamente ineficaz, no solamente por la falta de
agilidad en el procedimiento ya que hoy es más fácil hacer una declaración jurada en
Ingresos Brutos sobre el patrimonio neto de cualquier tipo, que labrar un acta
contravencional.
En el año 2002 se labraron 98.444 contravenciones y solamente 572 merecieron
condena. Eso significa el 0,18 por ciento. En ninguna parte del mundo sucede esto. Y esto
no es porque solamente cuenta la parte represiva de la norma, sino que una norma como el
Código Contravencional debe cumplir una función reguladora básica. En ese sentido, una
norma que no se cumple cae en desuetudo, estimula su incumplimiento, alienta su violación
y, en realidad, no queremos que eso pase en la Ciudad de Buenos Aires. Además, queremos
que este Código Contravencional sirva para actuar en la antesala del quehacer delictivo.
Que sirva para prevenir el robo, la violación, el homicidio.
Por eso, nosotros queremos un Código Contravencional con todas las garantías del
debido proceso, que se cumplan los principios de celeridad, de agilidad, de garantía
procesal.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Pido al público asistente que permita concluir al orador.
Sr. Enríquez.- Termino con lo siguiente: creo que en muchos casos...
Un asistente.- ¡Por favor! ¡Yo ya estuve preso seis años! ¡Ya lo tengo reclaro!
Sr. Presidente (López).- Silencio, por favor.
Sr. Enríquez.- Cuando alguien dice que estuvo durante seis años preso, significa que no
tiene absolutamente nada que ver con el Código de Contravenciones.
Creo que estamos en un estado de anomia, porque estamos confundiendo
autoritarismo con autoridad. Tenemos que evitar esta tensión que se está produciendo hoy
entre los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires: un falso garantismo. Yo soy garantista,
porque quiero las garantías del debido proceso y el principio de legalidad, aptitud de la
prueba pero también quiero que sean respetadas todas las garantías individuales de todos
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los vecinos. (Aplausos). Ese falso garantismo implica, en la práctica, la abolición de todo
derecho.
Tampoco quiero caer en la mano dura, en la brutalidad policial. Tampoco quiero
caer en la represión indiscriminada. Simplemente, quiero que se cumpla la ley con la
Constitución en la mano, con la ley en la mano, como decían los romanos lex dura, lex sed
lex vamos a tener una ciudad que nos permita prevenir el accionar delictivo...
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Señor Enríquez: le pido que concluya su exposición.
Sr. Enríquez.- Señor presidente: más allá de que se hayan producido estos escándalos,
estas situaciones de intolerancia, creo que esto sirve para que los vecinos de la Ciudad de
Buenos Aires puedan discernir correctamente de qué lado está cada uno. De un lado, están
aquellos que confunden autoritarismo con autoridad, y que piden garantías; y, del otro,
están los vecinos que son la enorme mayoría que quiere vivir en paz, que quiere vivir en
dignidad que quiere vivir en una sociedad justa.
- Aplausos y manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Pido al público presente que recuperemos el orden para concluir
con el desarrollo de esta Audiencia Pública.
Un asistente.- ¡Hoy no pude ir a trabajar para poder participar de esta reunión!
Diputado Julio de Giovanni
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Corresponde que haga uso de la palabra el diputado Julio
de Giovanni en su carácter de expositor.
Sr. De Giovanni.- Señor Secretario de Justicia y de Seguridad, señor Subsecretario,
coparticipantes de esta tarea de discusión y esclarecimiento.
Soy legislador de esta ciudad y también fui legislador cuando se sancionó el Código
Contravencional vigente. Y lo hicimos en el marco de la derogación de los edictos
policiales. Yo pertenecía a la legislatura que derogó los edictos policiales y allí
sancionamos este código en reemplazo de esas normas, en las que no había legalidad, en la
que quien dictaba la norma era el que la aplicaba y era el que discernía si era culpable o no
de una contravención.
En ese marco, sancionamos la Ley 12 de la ciudad. Esa misma ley que hoy, después
de un lustro de vigencia entendemos que puede ser reformada y en un sentido positivo.
Hoy, hay consenso entre lo que dice el Poder Ejecutivo y lo que decimos los legisladores
en el sentido de que a cada contravención corresponde una pena, y eso es, señores, garantía
para los habitantes de la ciudad. Si el menú de penas es muy extenso pueden terminar
aplicándole el arresto a todas las contravenciones.
Ya que hablamos de penas, es cuestión de fijar algunas posiciones.
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Como legislador y no como presidente de la Comisión de Justicia –y luego como presidente
de ésa comisión les voy a decir cómo sigue este procedimiento– quiero decirles que no
estamos de acuerdo con la pena de arresto como un punto principal dentro del Código.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores, les pido silencio.
Sr. De Giovanni.- No estamos de acuerdo con que para la mayor parte de las
contravenciones la pena principal sea la pena de arresto.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores, permitan que el orador pueda exponer sus
ideas.
Una asistente.- ¡Qué no nos mientan, señor presidente!
Sr. De Giovanni.- De todas maneras voy a continuar con mi exposición.
Si ustedes acceden a la página de Internet de la Legislatura podrán observar, en el
proyecto de reforma al Código Contravencional que presentamos con el diputado Giorno,
que no establece la pena de arresto como pena principal. Además, nosotros no le hemos
puesto pena de arresto a ninguna cuestión que ya no la tuviera la Ley 12 que es la que rige
en el actual Código vigente. En todo caso podemos cambiar de opinión si es que
favorecemos a la ciudad y a los habitantes de Buenos Aires.
Estamos en un proceso en que esta Audiencia Pública nos ayudará, de alguna
manera, a llegar a la reforma del Código Contravencional.
Quiero ser breve en mi intervención. Sabemos que con la ley no vamos a encontrar
una solución a todos los problemas, tanto de marginación como de desempleo. No vamos a
poder solucionarlos ni con una ley más dura ni con una ley más blanda. Esto es una
cuestión que corre por otros carriles y que tiene otro tipo de soluciones. Pero nuestra
obligación como legisladores es sancionar la mejor ley posible.
Nos parece auspicioso que el Poder Ejecutivo haya convocado a esta Audiencia
Pública y que el debate sobre el Código Contravencional continúe en la Legislatura, en sus
comisiones de Justicia, Seguridad y Asuntos Constitucionales, las que desde ya les abren
sus puertas a todos ustedes para que puedan venir a opinar sobre cómo debemos reformar
este Código.
Acá se inicia un proceso en que el Poder Ejecutivo ha convocado a una Audiencia
Pública. El Poder Ejecutivo sacará sus conclusiones y enviará un proyecto de reforma a la
Legislatura. Creo que ya tiene seis proyectos de reformas integrales y parciales, que como
legisladores tenemos la obligación de tratar.
Invito a todas las organizaciones y a todos aquí presentes a que presenten una
normativa concreta para que la Legislatura la ponga a estudio y la pueda sancionar.
Creemos que esa es la manera en que nosotros vamos a servir a la comunidad.
No quiero abusar de mis cinco minutos, por lo tanto doy por terminada mi
intervención.
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Diputado Tomás Devoto
Sra. Coordinadora (Estrabaca).- Tiene la palabra el diputado Tomás Devoto, en carácter
de expositor.
Sr. Devoto.- Buenas tardes a todos los presentes y al Secretario de Seguridad.
En nombre del movimiento por un Pueblo Libre rechazamos cualquier modificación
del Código de Convivencia, así como lo hicimos el día 19 de febrero en un intento de
modificación que apuntaba a atacar, básicamente, las libertades democráticas, individuales
y colectivas que tiene el pueblo de la ciudad. Esas libertades que tanto nos costó conquistar,
a través de muchas luchas, ahora de golpe y porrazo, en un día de verano, se vuelve a
insistir en modificar este Código de Convivencia.
Sabemos que no es el mejor Código de Convivencia que tenemos, pero nosotros
decimos que darle más poder a una institución como es la Policía Federal, cuestionada por
la población, por los secuestros express, por el gatillo fácil, genera mayor inseguridad, no
es conveniente.
Se establece que la seguridad pasa por darle más facultades a la Policía Federal y yo
les digo que es en este punto en el cual la población va a estar más insegura.
En realidad, el objetivo de la nueva reforma al Código de Convivencia no es darle
garantía y seguridad a toda la sociedad, sino seguridad e impunidad a los empresarios que
hundieron el país, a los banqueros que les robaron el ahorro a esos pobres ahorristas.
(Aplausos). Por eso en una parte dice que si uno está en la puerta de un banco significa que
es una permanencia injustificada, ¿saben para quién es? Para el ahorrista que va a pedir que
le devuelvan lo que le robaron. A esas personas les van a aplicar la reforma del Código. Así
como los remates judiciales que le han liquidado la casa a muchos ciudadanos.
La reforma apunta a defender los intereses de los de arriba; a esos “chorros” que
también hundieron el país, como los Macri o esos empresarios que se “comieron” la plata
de la deuda externa. (Aplausos).
Se habla de que esta reforma es para defender a la población, las libertades
individuales y colectivas. Entonces, por qué van a arrestar a tres personas que se junten en
una plaza. Eso es atacar a la poca libertad democrática que tanto nos costó. (Aplausos).
Por eso no queremos volver a los edictos policiales. No volvamos a esas figuras
como el acecho y el merodeo, porque lo único que pretenden es garantizar la impunidad de
empresarios y banqueros. Vamos a rechazar esta reforma.
Esta Audiencia Pública la vemos como muy positiva a pesar del debate que se ha
llevado a cabo, porque es una instancia más en la cual todo el pueblo y toda la sociedad
pueden venir a opinar.
La gente debe participar y debe movilizarse para ganar la calle y poder conservar el
derecho de expresarse. (Aplausos).
Nos estamos acercando, justamente, a una fecha muy importante para el país y para
el pueblo, que no quiere volver a las viejas formas del pasado de la represión y el control
social. Nos acercamos a un día como el 24 de marzo para poder decir una vez más “no a la
impunidad, no a la represión y que vayan presos todos los asesinos”.
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Por eso, no queremos una sociedad de represión y descontrol social. Queremos
libertad para todo el país y para toda la ciudad. (Aplausos).
Por todo lo expuesto es que rechazamos la reforma al Código Contravencional.
(Aplausos).
Sr. Coordinador (Davide).- Vamos a hacer mención de los últimos 10 participantes
inscriptos: Silvia Somenzi; Ana María Dubaniewicz; Eugenio Artaza; María Ángela
Albarracín; Valentín Herrera; Luis Alberto Giuliani; Argelia Cruz; Domínguez Ramírez;
José Luis Marginet y Enrique Piragini.
Silvia Somenzi
Sr. Coordinador (Davide).- Corresponde que haga uso de la palabra la señora Silvia
Somenzi.
Sra. Somenzi.- Pido disculpas.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Permitan que la expositora pueda expresar su idea.
Sra. Somenzi.- En primer lugar, pido disculpas al público. Estaremos en un teatro del
absurdo, por ejemplo. Por eso, doctor López, desde mi asiento pedí que se identificara una
persona que no estaba identificada a mi vista ni a la del resto del público.
Reitero: pido disculpas. No acostumbro a hacer eso, pero quiero decir algo con
respecto a la prensa. Es lo mismo el golpe que transforma un cuadro en un póster que el
golpe que transforma la libertad de prensa –con el sagrado derecho de la libertad de la
prensa– en la prensa concentrada, concentrada hasta el hartazgo, donde somos objetos de la
cámara, somos descontextualizados.
Es evidente lo que hicieron todos los medios, según lo que hemos leído. Han sacado
de contexto esto que ayer, en algún momento, se llamó público. ¿Será un teatro de
operaciones? ¿O será el teatro del absurdo o del espontaneismo? Ayer los medios sacaron
de contexto este tema. Y fue evidente no solamente lo que dijeron sino también lo que
pusieron en la foto. ¿Eso no es tendencia? Sí. Es tendencia concentrada.
Doctor López, público, vecinos, ciudadanos, amigos y compañeros: nuevamente
pido disculpas.
Hoy un circunspecto no sé si ciudadano o vecino me expresó que la doxa –a decir de
Pierre Bordieu– de otros vecinos…
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Somenzi.- ...no podía llegar hasta aquí porque el auditorio era empecinadamente
hostil. El adjetivo es mío.
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Analizando sobre la marcha, diría que la doxa está encapsulada, porque sabemos
dónde están sus representantes conspicuos. Hoy algunos han venido. Éstas son reflexiones.
No son apotegmas. Reitero: son reflexiones que tomo de los libros.
El mundo está dividido en tres categorías de personas: un pequeñísimo número que
hace producir los acontecimientos; un grupo un poco más importante que vigila su
ejecución y asiste a su cumplimiento; y, en fin, una vasta mayoría que jamás sabrá lo que
en realidad ha acontecido. Esto lo dijo un miembro del Counsil of Foreign Relations (CFR),
Nicholas Murray Butler. Es el famoso gobierno en las sombras de Estados Unidos. Por
supuesto, sabía lo que decía.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Somenzi.- En realidad, sí estudié la lección, porque vengo con una vocación de la que
tengo orgullo, que es un libro que se llama “Vigilar y castigar”.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Permitan que la expositora termine y le pido a las cámaras que se
corran de entre el público.
- Manifestaciones en la sala.
Sra. Somenzi.- Justamente, “Vigilar y castigar” atiende a esto, al Código.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores.
Sra. Somenzi.- Justamente “Vigilar y Castigar” atiende al Código.
- Disturbios entre los camarógrafos y el público asistente.
Sr. Presidente (López).- ¡Señores, por favor! Les pido a todos los asistentes que se
comporten.
La Audiencia Pública ha concluido en su convocatoria formal. Hay diez personas
que se han anotado fuera de término para ser escuchadas, pero sólo será posible si todas las
personas y las cámaras –que pareciera que tienen el don de excitar a algunos concurrentes–
toman su lugar.
Les pido, por favor, a los señores que tienen las cámaras que se coloquen en el
costado de la sala, tal como lo han hecho durante toda la jornada, para ver si volvemos a la
cordura, porque pareciera que algunos se excitan cuando hay cámaras de por medio.
La idea es continuar con esta audiencia que lleva dos días.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Le están faltando el respeto a una expositora que desde hace cinco
minutos está esperando para poder seguir con su exposición.
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- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- No importa si están o no de acuerdo.
- Manifestaciones y disturbios en la sala.
Sr. Presidente (López).- Les pido que ocupen su lugar. De lo contrario, no se podrá seguir
en estas condiciones.
Les recuerdo que hemos concluido con el Orden del Día, y ahora estábamos
escuchando a los expositores adicionales.
- Manifestaciones en la sala.
Finalización
Sr. Presidente (López).- Por favor, señores, así no podemos continuar.
Voy a tener que dar por concluida la Audiencia Pública.
- Manifestaciones en la sala.
Sr. Presidente (López).- Como no existe interés en seguir con esta audiencia pública, la
doy por finalizada.
- Es la hora 16 y 55.
Graciela M. Walter
Taquígrafa
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