El Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) aprobó en septiembre de 1994 la Directiva 94145/CE que regula los derechos de información yconsulta de los trabajadores de las multinacionales que operan en el ámbito de la UE. Esta directiva, no es directamente vinculante,por lo que necesita ser incorporada alos ordenamientos jurídicos de los Estados miembros. Dicha directiva marca como fecha límite para su transposición el 22 de septiembre de 1996,pero, sin embargo, hasta la fecha de cerrar este reportaje sólo seis países han cumplido con esta obligación. Así lo pudieron comprobar cerca de 250 sindicalistas europeos en la conferencia organizada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) ysu Instituto Sindical Europeo (/SE) los pasados 2y4de octubre de 1996 para analizar la situación yperspectivas de estos organismos. Por parte de España hubo representación de las Confederaciones de UGT yCCOO yde varias federaciones sectoriales, entre ellas, FEMCA-UGT, que estuvo representada por Dionisia García Guillamón. Cuanto antes, mejor Los países de la UE deberían tener ya incorporada la Directiva Comités de Empresa Europeos: un viejo proyecto que ya empieza a ser realidad esde septiembre de 1996, muchas empresas y grupos de empresas que desarrollan su actividad en Europa -aquellas que reunen los requisitos de ser 'de dimensión comunitaria'- están afectadas por una nueva legislación que les exige la constitución de un comité de empresa europeo, o en su defecto, iniciar un procedimiento de información y consulta a sus trabajadores. Los países miembros de la Unión Europea -a excepción del Reino Unido, país que está excluido al no formar parte del protocolo sobre la Política Social anexo al Tratado de la Unión Europea (UE)- estaban obligados a promulgar antes del 22 de septiembre de 1996 una legislación nacional para implantar dichos comités. Tal obligación se deriva de la Directiva 94/45 CE, que fue aprobada hace ahora dos años -el pasado 22 de septiembre de 1994-. De acuerdo con la directiva referida, son D consideradas como 'empresas o grupos de empresa con dimensión comunitaria' aquellas que ocupen a mil o más empleados en los Estados miembros -insistimos, salvo el Rei- no Unido- y a 150 o más empleados en cada uno de, al menos, dos estados miembros, independientemente de que la dirección central de la empresa o grupo de empresas esté en un país no miembro de la Unión Europea (UE). También los tres países miembros del Espacio Económico Europeo no miembros de la UE (Noruega, Islandia y Lie- Asegurar la información El objetivo central de la Directiva es mejorar los derechos de los trabajadores en relación a la recepción de información y a ser consultados, especialmente en relación con las decisiones que les afectan, incluso si la decisión se toma en otro Estado miembro. Para ello prevé que en las empresas o grupos ·de empresas que caen dentro de su ám· bito de aplicación se constituya un Comité de Empresa Europeo o un procedimiento de información y consulta a los trabajadores que comprenda a todos los trabajadores de la empresa o grupo de empresas con el fín favorecer un intercambio de opiniones emplea· dos-dirección y la apertura de un diálogo. Es importante tener en cuenta que la Di· rectiva limita el ámbito de actuación del Comité de Empresas Europeo a la información y consulta de los trabajadores, no teniendo dicho comité capacidad para desarrollar otras actuaciones, en particular las referidas a la negociación colectiva. Habrá a quien la cosa "les sepa a poco", y ciertamente la Directiva en cuestión no tiene todos los contenidos que los sindicatos hubiésemos deseado, pero no hay que olvidar que es el primer fruto social del Tratado de la Unión y es también un gran éxito de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) que debe seguir dando pasos para trasformarse en un auténtico sindicato supranacional. Yademás -o precisamente por eso- es todo un re· to. No sería mala cosa que, por lo menos, los trabajadores comenzasen por lograr que sus empresas les tuviesen informados de sus pla· nes y reducir así algunas de sus angustias. La relevancia de esta directiva puede apreciarse si pensamos que el sindicalismo, por sus propios medios, sólo ha conseguido participar en unas 40 multinacionales a lo largo de más de 50 años. Con la Directiva habrán de constituirse -si es preciso, por imperativo legal- más de 1.444 Comités de Empresa en unos pocos años. chestein) deben incorporar la directiva a sus ordenamientos internos. Sin embargo, pese a que la trasposición debería haberse realizado a más tardar el pa· sado 22 de septiembre, sólo Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Irlanda y Noruega ya han trasladado la directiva a la legislación de su país. El método elegido para ello por los distintos países ha sido diverso. Cinco países (Bélgica, Noruega, Suecia, Dinamarca e 1rlanda) han optado por la vía convencional aunque la mayoría -excepto Noruegatendrán que elaborar también una Ley para hacer ejecutivo dicho acuerdo. Alemania Austria, Países Bajos, Francia y España han optado por la vía legislativa y tienen en estos momentos el texto en discusión en sus Parlamentos o a punto de entrar en ellos. En Portugal, Luxemburgo e Italia el proyecto se encuentra en fase de negociación con los agentes sociales; y en Islandia la negociación por vía convencional. En Grecia y Liechestein no hay información disponible. Balance de dos años Durante estos dos años, los sindicatos europeos no han dejado de promover negociaciones basadas en el artículo 13 de la directiva que han dado lugar a 206 acuerdos para la constitución de Comités de Empresa Europeos. Estos y otros datos pudieron contrastarse en una reciente conferencia organizada del 2 al 4 de octubre en Bruselas por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y el Instituto Sindical Europeo (ISE) y en la que participó nuestro compañero Dionisia García Gillamón, secretario federal de Organización de FEMCA-UGT y director de esta publicación. La CES ha elaborado un inventario de las empresas afectadas por la norma comunitaria que arroja un total de 1.144 empresas y grupos de Un aspecto clave para las empresas o grupos de empresas afectados por la Directiva son las fases de su implantación. De acuerdo con la normativa comunitaria se pueden distinguir tres fases diferentes en las que el Comité de Empresas Europeo podría establecerse: 1ª. Período de flexibilidad. Se extiende hasta el 22 de septiembre de 1996, o hasta la fecha de promulgación de la legislación nacional, si ésta fuese anterior. Las empresas o grupos de empresas que en dicho período suscriban acuerdos que cubran a todos los trabajadores y prevean la información y consulta transnacional a los empleados que no se verán afectados por la aplicación de la directiva. La ventaja de los acuerdos suscritos dura_nte este período radica en la flexibilidad de que dispondrán las empresas para establecer el comité de empresa más adecuado sin necesidad de tener que aplicar las condiciones y criterios que establece el legis· lador. Son muchas las empresas o grupos de empresas que ya han adoptado este tipo de acuerdos. Al vencimiento de los mis.mos, las partes pueden decidir conjuntamente su prórroga y si ésta no se no produce, entonces se aplicarán las disposiciones de la Directiva. 2ª. Período de negociación. Comienza al final de la fase 1 y se extiende en principio hasta el 22 de septiembre de 1999. Durante esta fase, tanto la dirección central como los empleados pueden iniciar negociaciones sobre un acuerdo relativo a la información y consulta a los trabajadores. La Directiva establece la constitución de un órgano especial de negociación que, en representación de los trabajadores, tendrá la tarea de determinar, junto con la dirección central, los términos y condiciones para la creación de un Comité de Empresa Europeo y su alcance, composición, funciones, duración y otros aspectos o para la implantación de un procedimiento de información y consulta a los trabajadores. El órgano especial de negociación puede incluso llegar a la conclusión de que no es necesario dicho comité o procedimiento de información y consulta, aunque esta decisión tendrá que revisarse periódicamente. 3ª. Aplicación obligatoria. Se inicia con posterioridad al 22 de septiembre de 1999. La flexibilidad desaparece: sí, transcurrido el plazo de tres años desde la solicitud de constitución del comité, no se hubiese celebrado un acuerdo al respecto (y siempre que el órgano especial de negociación no hubiera tomado la decisión de anular las negociaciones), la empresa o grupo de empresas deberá constituir Comité de Empresa Europeo de forma obligatoria, en los términos fijados por la normativa. Ante estas fases, las empresas tienen tres opciones: .. Establecer un acuerdo voluntario con los trabajadores previo a la fecha de aplicación de la directiva (antes del 22 de septiembre del 96). .. Iniciar negociaciones con sus empleados después de septiembre de 1996 y antes de septiembre del 99, y alcanzar un acuerdo antes de tres años. .. No realizar actuación alguna y esperar la demanda de los trabajadores de indicio de las negociaciones (en todo caso, con posterioridad a septiembre de 1996).