‰9;!If!)~‚CŠ ///la Ciudad de San Justo, Partido de la Matanza, a los once días del mes de septiembre del año dos mil quince, se constituyen los señores Jueces del Tribunal en lo Criminal nº 4 del Departamento Judicial La Matanza, doctores Gerardo C. Gayol, Franco M. Fiumara y Nicolás Grappasonno, con la presidencia en este caso del primero de los nombrados, en su sede de la calle Entre Ríos nro. 2795 segundo piso, con el objeto de dictar el veredicto que prescribe el art. 317 del Código Procesal Penal, atento el debate oral y público celebrado en el marco de la causa nº 2159/2014 (reg. int. 5045) seguida a Leandro Daniel González, con D.N.I. nº 41.586.319, de apodado “dani”, estado civil soltero, argentino, instruido, changarín, nacido el día 9 de noviembre de 1992 en González Catán, hijo de Blanca Ramona Ibarra y de Carlos González Morel, con domicilio en calle Varela nro. 1062, barrio de Flores de la ciudad de Buenos Aires, registra prontuario Provincial de la sección AP nº 1410220 y sin prontuario ante el Registro Nacional de Reincidencia; y Juan Pablo Ibarra, sin apodos, argentino, de estado civil soltero, instruido, changarín, nacido el día 8 de febrero de 1994 en González Catán, hijo de Blanca Ramona Ibarra, con domicilio en calle Bariloche nro. 3711, citada localidad de González Catán de este partido, registra prontuario Provincial de la sección AP nº 1410217 y sin prontuario ante el Registro Nacional de Reincidencia. Ante la presencia del actuario, se procede a practicar el sorteo de ley, resultando el orden de votación del siguiente modo: GrappasonnoFiumara-Gayol. Así se plantearon las siguientes: CUESTIONES 1°) ¿Está probada la existencia del hecho en su exteriorización material?; 2°) ¿Está probada la participación de los procesados en el mismo? 3º) ¿Existe eximentes?; 4°) ¿Se verifican atenuantes?; 5°) ¿Concurren agravantes?; VOTACION A LA PRIMERA CUESTION, acerca de la existencia del hecho en su exteriorización material, el señor Juez Grappasonno, dijo: 1.- Que, las partes han convenido en que el suceso materia de acusación –al margen de la ajenidad de uno de los acusados y distintas calificaciones legales propiciadas- ha quedado debidamente acreditado, así en este pasaje no existieron argumentos encontrados.En definitiva, tengo legalmente demostrado, a partir de las piezas que fueron incorporadas por su lectura y la prueba producida durante la audiencia de debate, que: el día 14 de junio del año pasado, alrededor de las 22:15, en el patio frontal de la finca de la calle Urdaneta nro. 7609 de la localidad de González Catán, de este partido, con el concurso premeditado de tres personas, dos del sexo masculino y otra femenina, munidos con cuchilla de mango blanco tipo “carnicero”, previo agredir -junto a otros- a Nahuel Alejandro Bernal con golpes de puño, con piedras y una botella de vidrio, asestaron en dos oportunidades al mentado Bernal en el tórax y en el abdomen con la intención de darle muerte, ocasionándole lesiones de magnitud que lo llevaron a su indefectible óbito.Cabe apuntar que toda esta plataforma fáctica se acredita a partir de las constancias introducidas al debate y que a continuación paso a mencionar, a saber: denuncia de fs. 1/vta., acta de fs. 9, croquis de fs. 10, placas de fs. 10/13, acta de incautación de fs. 20, informe médico legal de fs. 21 y 25, constancia de defunción y de inhumación de fs. 66/67 y 72, pericia planimétrica de fs. 83, levantamiento de rastros de fs. 84/85, autopsia de fs. 100/105 adonde se concluyó que Bernal falleció por paro cardio respiratorio traumático producto de heridas de arma blanca en tórax y abdomen, constancia actuarial de fs. 126/127, copia de historia clínica de fs. 139/145, informe toxicológico de fs. 197/200, pericia de manchas biológicas de fs. 215/216, 224/225, 231/232 y pericia química de fs. 233/234.A su vez, dan sustento al “corpus delicti” los testigos que prestaron su declaración durante el debate, a saber: Leopoldo Maximiliano Gómez, Luis Angel Gabriel Spagchetti, José Olomudzski, Pablo Leonel Díaz Nieto, Ariel Ezequiel Nazar, María del Carmen Amaya y Brian Cristopher Piccirillo.Merece ponerse de resalto que al material pericial de autopsia antes aludido de fs. 100/105, se suman los dichos del citado médico Olomudzski, en tanto con claridad destacó que las únicas heridas que ocasionaron la muerte ventilada se tratan de aquellas que ingresaron en tórax y abdomen, sobre estas también se evidenció una lesión quirúrgica, es decir a raíz de tales heridas el paciente tuvo que ser intervenido en cirugía. Las heridas mortales comprometieron el lóbulo inferior de pulmón izquierdo y a nivel del hígado, tenía dos suturas de quirúrgica. El mecanismo de producción era compatible con un elemento punzante tipo cuchillo.Resulta oportuno apuntar que en el evento han intervenido tres personas, dos del sexo masculino y otra femenina, en plena coincidencia con la acusación fiscal, también se recogió el relato de esa parte adonde se da cuenta de un acuerdo premeditado para causar la muerte que nos convoca. Adelantado este panorama, se impone aclarar que en la cuestión que sigue se analizarán en detalle las piezas aludidas, en tanto varias de ellas resultan comunes y ello obedece a razones de economía procesal, máxime cuando existen pequeñas discrepancias con la posición de la defensa en el presente acápite. Además, en sintonía con este estudio y de arribarse al estadio reservado a la calificación legal, se continuará con la repercusión jurídica del factum puesto de resalto.Por todo lo cual, la respuesta a la primera pregunta es afirmativa, por ser mi razonada y sincera convicción. Rigen los arts. 210, 371 inc. 1º y 373 del C.P.P..A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol, adhirieron en un todo al voto precedente, por ser su razonada y sincera convicción (arts. 210, 371 inc. 1º y 373 del C.P.P.).A LA SEGUNDA CUENTION, destinada a estudiar si los procesados intervinieron con relevancia penal en dicho evento, el señor Juez Grappasonno, dijo: I.- En este pasaje las partes han discrepado, puesto que en los lineamientos preliminares y luego en los alegatos, el Fiscal ha comprometido a ambos acusados con el hecho. En sentido opuesto, a criterio de la defensa, Ibarra era ajeno al mismo y acompañó a González en su confesión acerca de que había producido en soledad y con un arma blanca la muerte de la víctima de autos.II.- Ahora bien, acerca del caudal probatorio, en primer término prestó testimonio Leopoldo Maximiliano Gómez, tío de la víctima apodado “pollo”, aclaró que éste si bien no vivía en su domicilio del barrio “La Gloria” de González Catán, lo frecuentaba con visitas. Aquél sábado de junio del año 2014, alrededor de las 22 horas, su sobrino no había llegado a su casa aún, venía de trabajar y previamente iba a realizar unas compras. Era usual que haya problemas en la esquina de la calle Urdaneta al 7609, adonde había una casa que también funcionaba un kiosco a través de una de las ventanas que daba a la calle, hizo saber que se generaban inconvenientes a raíz que se expedían y consumían bebidas alcohólicas. Destacó que ese inmueble tenía un patio o entrada desde la línea municipal sin puerta ni rejas, solo una pared baja, desde donde se realizaban las compras.Retornando al relato de los hechos, egresó de su casa pues había escuchado ruidos, golpes y piedrazos, también insultos, pudo observar la ventana del comercio no así la puerta, vio pasar a seis personas, entre ellas Juan Pablo Ibarra, Daniel González y un tal “kevin”, a los cuales indicó en la audiencia en forma espontánea, junto a otros jóvenes del mismo sexo salvo por la madre de Juan Pablo y Daniel, que también estaba ahí. Estos transitaban por calle Urdaneta, no supo en aquél momento de donde provenían, sí escuchó que gritaban –tampoco logró distinguir que decían- y González manipulaba una cuchilla tipo de carnicero con mango blanco. Luego observó a su sobrino, caminaba y se cayó, desde adentro del kiosco Carmen y Cristopher le decían que lo habían apuñalado, entonces le levantó la campera y un buzo que tenía, observó dos marcas, así lo trasladó a la sala de primeros auxilios. A la postre acompañó a la policía para dar con Juan Pablo, pues tenía conocimiento adonde residía, más precisamente sobre calles Bariloche y Dúngenes, esto ocurrió a la madrugada luego de aquella noche. En el hecho González llevaba puesta una campera marca “Adidas” color blanca y con el escudo de la selección de fútbol y un pantalón largo del mismo conjunto color azul. Escuchó que este grupo había tenido problemas con otras personas del barrio y fueron en su buscada, luego se escuchó un comentario que se habían confundido de persona. Al resto de ese grupo podría reconocerlas, eran todos jóvenes y delgados, de unos 1,60 metros de altura, en esa esquina había luz artificial y el kiosco también estaba iluminado. Allí se juntaba gente “de paso” –venían de trabajar y se quedaban un rato- y del barrio, su sobrino solo iba a efectuar compras, no frecuentaba el kiosco de otra forma. Allí siempre había discusiones y peleas, más seguido acontecían los fines de semana.También desfiló por la audiencia Luis Angel Gabriel Spagchetti, quién conocía tanto a la víctima que le decían “pollito” como a los imputados. Aquella noche a las 22 horas aproximadamente, del mes junio y del año pasado, escuchó disturbios como tratándose de una pelea, se asomó desde una ventana de su casa –a unos 20 metros-, y observó en el kiosco de la esquina -en realidad tiene forma de chaletcon una entrada sin pared ni rejas y con dos ventanas –sobre las calles Urdaneta y Barragan- a Nahuel cuando era arrinconado sobre la puerta y comenzaba a recibir golpes de parte de cuatro personas masculinas, también había persona del sexo femenino que observaba sobre la vereda, ésta vestía un delantal y era de contextura física robusta, tenía una cuchilla en una de sus manos. Aquellos lo golpeaban de todas formas, en ese momento no pudo reconocerlos, aunque a la postre sí identificó a Juan Pablo Ibarra y escuchó comentarios en el barrio que estuvo su hermano también, al que conocía de nombre como Leonardo Daniel González, al resto no los conocía. González agarró un cuchillo que ostentaba la mujer y ahincó a Nahuel, quien se tomó la zona del abdomen, otro le arrojó una piedra desde medio metro y alcanzó a darle en la cabeza, a su vez otro sujeto lo golpeó con una botella y ésta estalló. Aclaró que, a su modo de ver, todos lo golpeaban a la vez, luego dos se retiraron y permanecieron dos que siguieron pegándole, se trataba de Juan Pablo Ibarra y González. Instantes después, se retiraron todos y retornó solo Juan Pablo Ibarra para pegarle otro golpe de puño en el rostro, Nahuel ya estaba acurrucado y por caerse. Finalmente, Nahuel se cayó y su tío lo auxilió.A preguntas formuladas, puso de resalto que el cuchillo siempre lo ostentó González, salvo en un primer momento en que lo tenía la mujer, la mecánica residió en que González recibió por parte de la señora dicha arma, luego tomó conocimiento que se trataba de la madre de los agresores Ibarra y González. Agregó que a la víctima le decían “rastrero”, es decir lo agredían porque consideraban que había cometido un robo, además amenazaron a la gente del interior del kiosco. Toda la secuencia de agresión múltiple ha transcurrido en dos minutos aproximadamente.Tocó el turno del testimonio de Pablo Leonel Díaz Nieto. Expresó que aquella noche, sábado 14 de junio del año 2014, se jugaba un partido del mundial de fútbol, entre las 21 y 21:30 horas, y estaba junto a Christofer Picchirillo, Jonathan Gaeta y Ariel Nazara, dentro de una casa adonde a través de un ventanal funcionaba un kiosco, en su interior había unas mesas, aclaró que el sector de la ventana y donde estaba el kiosco estaba separado del comedor por una cortina. Escucharon ladrillazos y gritos, observó desde la ventana del kiosco que dos sujetos le pegaban a otro contra la puerta de la casa, había otras personas sobre la vereda, todos gritaban y puteaban, en particular le decían al agredido “rastrero”, imaginó en ese momento que éste era un ladrón, por lo que no se metieron. Sin perjuicio de ello, se dirigió a la ventana de la pieza de la casa, pero no logró observar más que entre 4 y 6 personas masculinas que miraban desde la vereda y a pocos metros, uno de estos gritaba para que todos se retiren rápido del lugar. A su vez, desde la ventana del kiosco a la postre observó que se retiraban dos sujetos juntos, se trataba de los hermanos Daniel que tenía una cuchilla tipo carnicero de mango blanco y Juan Pablo, el resto ya se había ido. Cuando lograron abrir la puerta cayó Nahuel, el dueño del kiosco había dicho “es pollo”, quien era amigo suyo, es decir de los chicos que estaban con dicente dentro del kiosco, arribó el tío de Nahuel y quiso levantarlo, empero debió acostarlo porque alguien aludió que estaría apuñalado, luego un vecino los ayudó y así pudieron trasladarlo al centro médico.Destacó que, con anterioridad, Nahuel residió a 20 metros del kiosco, esa noche pasó por el kiosco hizo una compra y se dirigía a la casa de su tío de visita. Si bien eran amigos, para la época del hecho trabajaba y lo veía en pocas oportunidades.A preguntas del fiscal, hizo saber que no notó la presencia de una mujer en el lugar. Agregó, también ante preguntas formuladas, que había una familia de apellido Catán, sus integrantes eran problemáticos en el barrio, vivían “al fondo” pero frecuentaban el kiosco con gente de su barrio. También recordó que era usual el desenlace de peleas y discusiones en ese kiosco, adonde los “Catán” paraban. La noche del hecho, no había gente en las afueras del kiosco, tampoco escucharon voces ni gritos. En cuanto a los imputados, hasta ese entonces, no tuvo conocimiento que tengan problemas con vecinos, es más, como entendió en primera medida que se la habían “agarrado” con un “chorro” no intercedieron, aunque aclaró que tampoco imaginaron que lo estarían matando. Finalmente, luego que abrieron la puerta tomó cuenta que la víctima era su amigo Nahuel.Durante el debate desplegó también su testimonio Ariel Ezequiel Nazar, quién era amigo del fallecido apodado “pollo”. Expuso que esa noche estaba adentro de la casa adonde funciona el kiosco, allí residía Chistopher y su madre, la casa tenía una ventana a la calle para la atención al público del kiosco, en el comedor había unas mesas cerca de aquella ventana. Recordó que miraba un partido del mundial de fútbol junto a Leonel Nieto, Jonathan Gaeta y el hijo de María del Carmen, de nombre Cristopher, mientras María les preparaba unos sándwiches. Escucharon un ruido y gritos, desde la ventana del kiosco observó como Juan Pablo le partía una botella en la cabeza a su amigo Nahuel y éste cayera al suelo, también notó que Daniel tenía una cuchilla tipo carnicero. Aclaró que su amigo tenía la cabeza encapuchada -hacía frío esa noche- y en primera instancia no pudo determinar de quién se trataba, vestía una campera con capucha, gorro y cuello alto, casi no se le veía la cara. Además, había unas seis personas sobre la calle y cerca de la esquina, a Nahuel solo lo agredían Juan Pablo y Daniel –los señaló en la audiencia espontáneamente-, con aquellas personas estaba además la madre de estos muchachos. Agregó que no tuvo conocimiento del motivo de esta agresión.A preguntas del fiscal, hizo saber que había una familia de apellido Catán, dos hermanos frecuentan el barrio, uno trabaja y otro estaba desocupado, dado que ese kiosco atendía las 24 horas los Catán paraban ahí, aunque esa noche no los había observado en el lugar.Sobre el particular, prestó declaración testimonial María del Carmen Amaya. Dijo que aquella noche se trataba de un sábado de junio y del año pasado, se jugaba un partido del mundial de fútbol y algunos chicos junto a su hijo lo observaban en el comedor de su casa. Allí también funcionaba un kiosco, el comedor estaba separado por un mueble y una cortina de la parte de la ventana por donde despachaban la mercadería a los clientes. Pone de resalto ante preguntas formuladas, que desde esta ventana a la pared baja de la línea municipal había unos 5 metros aproximadamente, sobre calle Urdaneta y en la esquina. La casa tenía otra ventana aunque en una de las piezas, daba a esa calle y se ubicaba un metro más cerca de la línea municipal. Alrededor de las 22.15 ó 22.30 horas, cuando estaban en el interior del comedor su hijo Cristopher, Ariel Nazar, Pablo Nieto y Jonathan Gaeta -como dijo- observaban un partido de fútbol por televisión, mientras estaba en la habitación que daba a la parte trasera, escuchó un golpe fuerte, entonces intentaron abrir la puerta pero estaba trabada, también provenía del exterior un griterío. Así se dirigió a la pieza que daba sobre la vía pública, levantó la persiana y observó una mujer que vestía un delantal color rojo, un joven de tez morocha y de nombre Juan Pablo, otro chico que vestía campera color blanca y se llamaba Daniel, eran hermanos, ambos egresaban del patio delantero o porche de su casa, en ese instante aquella mujer –que era la madre de esos jóvenes- le dijo a la dicente que “no debía meterse porque le iba a pasar lo mismo”, a unos metros de allí había más personas. Luego, Daniel tomó algo y retornó al sector del porche, más precisamente su hermano Juan Pablo le dio algo envuelto, para seguidamente egresar de ese sector con un cuchillo tipo de carnicero con mango blanco todo ensangrentado. La dicente comenzó a gritar que abran la puerta y pudieron constatar que ahí estaba “pollo”, al que habían apuñalado. A preguntas formuladas por las partes, puso de resalto que Juan Pablo recibió el objeto de su madre y luego aquél se lo entregó a Daniel, quien ingresó al patio frontal y luego salió empuñando aquél cuchillo ensangrentado. También aclaró que desde la ventana de la habitación que estaba sobre la calle no se podía observar el interior del porche o patio, una pared así lo impedía.Luego, a otras preguntas formuladas respondió que había una familia de apellido Catán que residía cerca del barrio, se trataba de los “poronga” del lugar, si alguien tenía un problema con ellos, se acercaban y golpeaban a quien sea entre toda la familia. Tiene conocimiento que el joven Nahuel en su momento era del barrio y no tenía relación con la familia Catán, a su entender era trabajador y solo se acercaba últimamente al barrio para visitar a su tío. Algunos integrantes de la familia Catán frecuentaban una de esas esquinas y se generan conflictos con otros vecinos, era normal que hubiera corridas y peleas. Luego tomó conocimiento que integrantes de esa familia habían mantenido una pelea con alguno de los imputados y a raíz de ello supone que pudieron confundirse con Nahuel, a su entender se la “agarraron con él”.En este orden, Brian Cristopher Piccirillo reveló que era amigo del “pollo” -fallecido en autos- y aquella noche –sábado 14 de junio del año pasado- estaba ocupado con la computadora y escuchó un estruendo importante sobre la puerta de ingreso, residía en el lugar adonde funcionaba un kiosco, una cortina separaba el comedor de la ventana adonde atendían a los clientes, el sector del kiosco no tenía más que un metro y medio por dos metros. Esa noche su madre preparaba la comida, el dicente como aludió estaba en otra pieza, a la vez que Nieto y Nazar se encontraban sentados en el comedor observando un partido del mundial de fútbol. A partir del estruendo que creyó se trató como de una explosión de gas, se dirigió al comedor y al notar que provenía del exterior se asomó por la ventana del kiosco y observó que “pollo” estaba arrinconado sobre la puerta de ingreso por parte de Daniel y Juan Pablo, quienes le pegaban. A todo esto, el dicente les gritó que lo dejen empero no le hicieron caso. En último momento, observó que uno de ellos –Daniel- tenía un cuchillo ensangrentado en la mano. A su vez, había otras personas paradas en la vereda, aunque no logró divisar sus rostros. Dio cuenta de la presencia en el lugar de la madre de Juan Pablo y Daniel, estaba parada frente a la ventana, luego del hecho escuchó comentarios acerca de que habría entregado el cuchillo a Daniel. A su vez, escuchó a Juan Pablo y Daniel decir indistintamente –un pasaje lo decía uno y otro fragmento el restante- y a los gritos “esto te pasó por rastrero”… “por querer robarle a mi hermano”… “te re cabió” – textual. En cuanto a la cuchilla la describió como grande y del tipo carnicero con mango blanco. Daniel vestía una prenda color blanco, posiblemente un conjunto deportivo marca “Adidas”. Cuando lograron abrir la puerta cayó Nahuel herido al piso.A preguntas formuladas por el acuse, puso de resalto que Nahuel alias “pollo” era amigo de la familia Catán, en esa familia había dos o tres adolescentes conflictivos, estos pedían fiado a su madre bebidas alcohólicas, rompían vidrios y amenazaban si no obtenían lo que querían, siempre estaban con Nahuel, aunque no tuvo conocimiento del motivo de estos acontecimientos. Por otro lado, ilustró que los acusados y su madre explotaban un puesto de venta de choripanes y sándwiches de vacío. Corrió un rumor que el conflicto inicial lo habían mantenido Daniel y Juan Pablo con aquellos jóvenes de la familia Catán. Aclaró que más allá de que Nahuel estuviera seguido con los Catán, aquél era una persona tranquila y no buscaba peleas, nunca había ocasionado problemas en el barrio y tampoco ostentaba armas, Nahuel conocía a los imputados, se saludaban aunque no eran amigos.En su denuncia de fs. 1 y vta., introducida por su lectura, Gómez se expidió en sentido similar, observó a cinco sujetos masculinos y otra del sexo femenino alejarse de kiosco, uno de los hombres -que vestía una campera color blanca del equipo de la selección Argentina- tenía en su mano un cuchillo tipo carnicero en su mano.En autos, a través del acta de inspección de fs. 9, croquis de fs. 10, fotos de fs. 11/13, pericia planimétrica y de levantamiento de rastros de fs. 81/85, piezas incorporadas por su lectura, se evidenció la presencia de tejido hemático en el lugar exacto adonde los testigos aludieron que la víctima recibió las puñaladas, una botella de vidrio rota y una piedra con rastros del mismo tejido.III.- Ahora bien, los acusados han prestado declaración y debe tratarse su aporte a la luz del material probatorio delineado.Así, Leandro Daniel González al momento de la declaración bajo los términos del art. 308 del ritual –vide fs. 40/42- expuso que un día sábado a la noche, alrededor de las 22:00 ó 22:30, su hermano Juan Pablo se dirigió a comprar cervezas a un kiosco, a dos cuadras de casa, retornó aludiendo que uno de los sujetos de la familia Catán le había pegado, el fallecido “pollo” pertenecía a ese grupo, los Catán solían “bardear” y se metían con cualquiera. Entonces, el dicente tomó una cuchilla de la cocina de su casa y fue a buscarlos al kiosco, pues allí paraban ellos. Detrás suyo venían su hermano Juan Pablo, “kevin” un amigo, la madre y la hermana del dicente. Al arribar al kiosco estaba allí “pollo” y salió corriendo, empero lo interceptó en la puerta y lo hincó con el cuchillo de frente, “pollo” no tenía armas. Aclaró que “pollo” no había agredido a su hermano, sino los “Catán”, a los que fue a buscar. Antes de asestarlo, cuando corría, le arrojó una botella de cerveza a la cabeza. Luego se descartó del cuchillo en esa esquina, su hermano no agredió al “pollo”, por el contrario, intentó detener al dicente. En un momento Juan Pablo intentó sacarle la cuchilla y se cortó la mano. Tampoco intervinieron “kevin” y su hermana, su madre lo intentó persuadirlo verbalmente para que desista del accionar, empero estaba cansando de los sujetos de la familia “Catán” y sus acciones.Durante el debate, González nuevamente vertió su declaración bajo lo normado por el art. 358 del código adjetivo, expresó que el día anterior protagonizó una pelea con los jóvenes de la familia Catán, aquella noche también ese grupo agredió a su hermano y se encontraba “pollo” entre ellos, también Adrián y Gastón, entones al tomar conocimiento de esto y cansado ya de estos conflictos, fue en su buscada con una cuchilla en mano, cuando arribó al kiosco estaba “pollo” con ese grupo, sin querer apuñaló a “pollo”, aclaró que no tuvo intención de matarlo.A su vez, Juan Pablo Ibarra, en la oportunidad del art. 308 del ceremonial –vide fs. 45/47- dijo que ese sábado por la noche se dirigió a comprar cigarrillos y unos sujetos conocidos como “los Catán” le propinaron golpes, entre los agresores estaba “pollito”, lo atacaron al dicente en forma de “piraña”, entiende que le pegaron sin motivo y a raíz del conflicto que tenían ellos con su hermano. Retornó a su casa y al tomar conocimiento su hermano salió de la casa con un cuchillo en la mano y “re embroncado”. Su madre y el dicente salieron detrás para detenerlo, no lo pudieron alcanzar. El deponente no hizo nada, no arrojó una botella y tampoco tenía un cuchillo. En el patio frontal del kiosco su hermano le arrojó una botella a “pollo” por la cabeza y luego lo asestó con el cuchillo. Cuando su hermano arribó a la esquina el “pollo” no estaba solo, por el contrario, en compañía de varios sujetos, en su totalidad integrantes de la banda de “los catán”. En un pasaje intentó quitarle el cuchillo a su hermano y se cortó la mano. También estuvo en el lugar el amigo de su hermano de nombre “kevin”, el que intentó también evitar la agresión.Ahora bien, más allá que González haya confesado que hincó personalmente al fallecido, aunque durante el debate aclaró que no tuvo intención de matarlo, actuando en soledad y sin intervención de su hermano Juan Pablo Ibarra para exculparlo; y que a la vez Ibarra intentara desligarse del evento; claramente sus dichos están orientados a mejorar su comprometida situación procesal en autos y se encuentran plenamente desvirtuados por el material probatorio. En vano González intentó colocarse bajo el amparo de una calificación legal más benévola, resaltando que actuó en soledad y sin intención de matar, Ibarra también ensayó un frustrado amague por desligarse completamente del ilícito.Concurre certidumbre que ambos acusados concurrieron y actuaron de consuno en el escenario del factum para quitar la vida del joven Nahuel, en primera medida al mismo lo agredieron entre cuatro muchachos, a la postre Ibarra tomó la cuchilla que le ofreció su madre y ostentaba debajo del delantal, para entregársela a González y éste encargarse de asestar a Nahuel. A priori, difícil es pensar que no intervino la progenitora de los acusados, pues llevaba la cuchilla envuelta debajo de sus ropas o bien la blandía amenazante, depende de la secuencia que escojamos y porción de la escena que cada testigo pudo percibir directamente; cada testigo observó distintas secciones de una dinámica conjunta y premeditada, adonde los acusados y tampoco su madre fueron ajenos.Recapitulemos. El testigo Leopoldo Maximiliano Gómez observó pasar por calle Urdaneta a seis personas, entre ellos Juan Pablo Ibarra, Daniel González y un tal “kevin”, y la madre de los primeros, gritaban y en particular González manipulaba una cuchilla tipo de carnicero con mango blanco, seguidamente se acercó al kiosco y su sobrino se cayó al suelo. Bajo juramente Luis Angel Gabriel Spagchetti había afirmado que Nahuel fue arrinconado sobre la puerta del kiosco por parte de cuatro personas masculinas y le propinaron golpes, desde la vereda una mujer –madre de González e Ibarrra- observaba esta secuencia con una cuchilla en sus manos, González agarró esa arma e ahincó a Nahuel, quien se tomó la zona del abdomen, a la vez que otro le arrojó una piedra desde medio metro y alcanzó a darle en la cabeza, a su vez otro sujeto lo golpeó con una botella y ésta estalló, todos lo golpearon a la vez, luego dos se retiraron y se quedaron González que nuevamente seguían Juan Pablo Ibarra y Leandro Daniel pegándole a Nahuel. Al final, retornó Juan Pablo Ibarra y el pegó un golpe de puño en el rostro. A su vez, Pablo Leonel Díaz Nieto precisó que González e Ibarra golpearon a Nahuel contra la puerta de la casa, se retiraron juntos y González tenía cuchilla tipo carnicero de mango blanco. También Ariel Ezequiel Nazar había referido que Juan Pablo que “le partió” una botella en la cabeza a Nahuel y González ostentaba una cuchilla tipo carnicero, ambos agredieron a Nahuel, la madre de aquellos estuvo en el lugar. Por su parte, María del Carmen Amaya dio cuenta que Juan Pablo y Leandro Daniel egresaron del patio delantero de casa, a su vez sobre la vereda estaba la madre de ellos, le advirtió que “no debía meterse porque le iba a pasar lo mismo”, Juan Pablo que había recibido de parte de su madre un objeto envuelto, se lo entregó a Leandro Daniel, quién luego se introdujo nuevamente en el patio delantero y egresó con una cuchilla tipo carnicero con mango blanco y todo ensangrentado. En esta línea, Brian Cristopher Piccirillo había vociferado que observó que “pollo” estaba arrinconado sobre la puerta de ingreso por parte de Leandro Daniel y Juan Pablo, quienes le pegaban, luego alcanzó a observar que González tenía una cuchilla tipo carnicero ensangrentada en la mano, la madre de ellos estaba sobre la vereda, ambos justificaban su accionar en que Nahuel era “rastrero” y había cometido un robo contra Juan Pablo.De este racconto arribo como máximo punto cognoscitivo a la firme convicción de haber reconstruido conceptualmente la realidad, así tengo la plena certeza acerca de que con lo dicho se alcanzó el umbral de conocimiento sobre los acontecimientos, es que el producto de la verdad procesal no es más que la aquí delineada. Recordemos al jurista clásico Francesco Carrara al decir “la certeza está entre nosotros; la verdad está en los hechos” (en “Programa del Curso de Derecho Criminal”, dictado en la Real Academia de Pisa”, traducción Sebastián Soler, Ricardo C. Nuñez y Ernesto R. Gavier”, editorial Depalma, Buenos Aires, 1994, pag. 291). En el estado de ánimo del suscripto sólo se anida certeza y claridad, producto de la valoración puesta de resalto de los elementos y pruebas incriminante.Como corolario es pertinente apuntar que tales pruebas concluyen en idénticas dirección y resultan fuente de mi convencimiento en cuanto a la participación criminal de los nombrados González e Ibarra en el hecho detallado en el apartado de la materialización ilícita. Máxime cuando las piezas de cargo se armonizan entre sí y permiten una conexión directa y clara entre las personas de los inculpados y las conductas objeto de este proceso. Dando así por conformada la operación intelectiva destinada a establecer la idoneidad conviccional del material probatorio (ver a mayor abundamiento “La prueba en el proceso penal. Principios generales”, de Fabián I. Balcarse, Marcos Lerner editora Córdoba, 1996, pag. 138), fundando debidamente la conclusión.Como adelantara, la respuesta que se impone a la cuestión resulta afirmativa en alusión a ambos acusados, por ser mi sincera y razonada convicción.Rigen los arts. 210, 371 inc. 2º y 373 del C.P.P..- A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol, adhirieron en un todo al voto precedente, por ser su sincera e íntima convicción (arts. 210, 371 inc. 2º y 373 del C.P.P.).- A LA TERCERA CUESTION, acerca de posibles eximentes, el señor Juez Grappasonno, dijo: No concurren, y tampoco se han planteado circunstancias excluyentes de responsabilidad en el caso bajo análisis.Entonces la respuesta es negativa (arts. 210, 371 inc. 3º y 373 del C.P.P. y 34 “a contrario sensu” del Código Penal).A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol, adhirieron en un todo al voto precedente, por ser su sincera e íntima convicción (arts. 210, 371 inc. 3º y 373 del C.P.P.).A LA CUARTA CUESTION, en relación a posibles extremos atenuantes de pena, el señor Juez Grappasonno, dijo: Como pauta del estilo encuentro, en sintonía con las partes, la ausencia de antecedentes y condenas penales de ambos procesados, a luz de lo anoticiado a fs. 107, 108, 109 y 149. Así, emito mi opinión por la afirmativa en este pasaje (arts. 210, 371 inc. 4º y 373 del C.P.P.).A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol, adhirieron en un todo al voto precedente, por ser su sincera e íntima convicción (arts. 210, 371 inc. 4º y 373 del C.P.P.).A LA QUINTA CUESTION, en lo atinente a agravantes, el señor Juez Grappasonno, dijo: I.- Que, de los postulados que expusiera la Fiscalía, desde el vamos descarto la pluralidad de intervinientes, puesto que esa misma parte vertió la petición condicionalmente y con sujeción a que la calificación legal que recayera no coincida con la pretendida en su ampliación.Entiendo que asiste razón al acuse en cuanto a la concurrencia de la nocturnidad como pauta mensurativa para abultar la penalidad, habida cuenta que ha sido especialmente escogida por los agentes activos para facilitar el delito y bien lograr su impunidad. Más aún, los testigos del suceso observaron lo acontecido desde las ventanas de la vivienda del kiosco o en el caso de Gómez desde el interior de su domicilio y a raíz de un estruendo que escucharon se asomaron, es decir no había transeúntes, se trataba de horas de la noche, era invierno y se jugaba un partido del mundial de fútbol. Claramente la víctima, más allá de la iluminación artificial, fue -de todos modos- sorprendida por los imputados y a pesar de intentar correr, no logró escapar y fue arrinconada contra la puerta de ingreso al kiosco. La nocturnidad también dificultó que la víctima pueda recibir auxilio y evitar así la agresión, es más su tío residía frente al kiosco y amigos de la víctima estaban en el interior de la casa adonde funcionaba aquél comercio.Entonces, sobre este tópico cabe emitir una opinión afirmativa, por ser mi razonada y sincera convicción. Rigen los art. 210, 371 inc. 5º y 373 del C.P.P..A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol, adhirieron en un todo al voto precedente, por ser su sincera e íntima convicción (arts. 210, 371 inc. 5º y 373 del C.P.P.).Atento al resultado que arroja el tratamiento de las cuestiones precedentes, VEREDICTO el Tribunal por unanimidad, CONDENATORIO resuelve dictar en relación Leandro Daniel González y Juan Pablo Ibarra cuyas circunstancias personales fueron detalladas más arriba, por el hecho descripto en la cuestión primera, ocurrido el día 14 de junio de 2014, en la localidad de González Catán, de este Partido, contra la vida de quien en vida fuera Nahuel Alejandro Bernal.- Fdo. Dres. Gayol, Fiumara y Grappasonno, Jueces.---------------------------------------------------------- Seguidamente, se reabre el acuerdo en idénticas condiciones y a los fines de dictar sentencia conforme lo estipula el art. 375 del ceremonial en relación a los acusados, siguiendo el mismo orden de votación, se plantean las siguientes: CUESTIONES 1º) ¿Cuál es la calificación legal del hecho?; 2ª ) ¿Cuál es el pronunciamiento que corresponde dictar?.A LA PRIMERA CUESTION, adonde toca estudiar la adecuación típica, el señor juez Grappasonno, dijo: I.- Que, en este tópico, hubo posiciones encontradas, a criterio del Ministerio Público Fiscal ha tenido lugar en causación de la muerte dolosa un acuerdo premeditado de dos o más personas y así amplió la acusación durante el debate, en el entendimiento de la defensa solo podía regir la figura simple de homicidio, pues la muerte la habría provocado González en soledad.Sobre el punto, ambas partes han dedicado una parte importante de sus exposiciones finales, empero más que una cuestión de derecho y tipicidad, simple o agravada, que podría atrapar de mejor modo y más racional la interpretación del sustrato fáctico, cierto es que la probanza de la modalidad y los pormenores fácticos, llevan a adoptar una postura indeclinable. Quiero decir que mal puede tratarse de una mera discordia jurídica, el fondo de este meollo reside en la simpleza de los sucesos.II.- Véase que a la víctima previamente la agredieron cuatro sujetos con golpes, le arrojaron una piedra y una botella por la cabeza, seguidamente los imputados actuaron en forma conjunta, Ibarra recibió una cuchilla que tenía previamente y llevó al lugar su madre, luego le entregó la misma a su hermano González, quien sin solución de continuidad ahincó en el tórax y el abdomen a la víctima para irremediablemente causarle la muerte a pesar de la pronta atención e intervención quirúrgica recibida. Los hermanos acusados arribaron juntos a agredir al joven Bernal, había otros sujetos que actuaron de igual forma, empero instantes después permanecieron ambos y en esa secuencia se proveyeron del arma blanca que les facilitara su madre, González tomó la cuchilla de parte de Ibarra y asestó en dos oportunidades a Bernal, a todo esto Ibarra estuvo a escasos metros y se retiraron juntos mientras González empuñaba la cuchilla, aunque ahora ensangrentada. No pasa por alto que esta maniobra se ubicó luego de golpear de distintas formas y en forma plural al damnificado, quedando en desventaja y menos condiciones de defenderse del arma blanca. Como se ha expresado, Ibarra y González retornaron a la posición de Bernal y continuaron en dueto la agresión hacia el mismo, seguidamente protagonizan el pase de manos de la cuchilla con su madre y lo mataron sin más.Resulta esforzado pensar que esta actuación conjunta y con el claro apoyo de su progenitora, pueda desechar la premeditación para matar que evidenciamos. Tan solo recordemos que la testigo Amaya hizo saber que la madre de los agresores le dijo que “no debía meterse porque le iba a pasar lo mismo”, para luego entregar a Juan Pablo un objeto envuelto y éste a su vez a Leandro Daniel, el que resultó tratarse de una cuchilla y González blandiera en la huida toda ensangrentada. Entonces, la progenitora cooperó de modo imprescindible subjetiva y objetivamente en la ejecución a dueto de los acusados.Nos enseña la jurisprudencia que en “la premeditación a que alude el tipo objetivo del artículo 80 inciso 6º del Código Penal, no existe la preordenación reflexiva y fríamente calculada, producto de una prolongada deliberación, como ocurría en su significación tradicional, siendo suficiente el acuerdo previo para matar entre todos” –Tribunal de Casación Penal, Sala III, pcia. Buenos Aires, fallo del 10/3/2015, causa nro. 51548 y otras. También que “el tipo del artículo 80 inciso 6º del Código Penal requiere que la concurrencia de personas en el homicidio responda a una convergencia de voluntades previamente establecida, en la que la acción de cada uno se encuentre subjetivamente y objetivamente vinculada a la de los otros partícipes. Esa premeditación a la que alude el tipo objetivo no exige, en cambio, una preordenación reflexiva y fríamente calculada en una prolongada deliberación, sino que basta con que se verifique un acuerdo previo de los partícipes para matar entre todos” –idem Tribunal, sala V, fallo del 20/5/2014, causa nro. 62010.Como vimos, no es ocioso reiterar que existió una convergencia previa de voluntades, la presencia de González e Ibarra en el lugar, arrinconaron y agredieron previamente con golpes y otros objetos a Bernal -junto a dos sujetos masculinos-, con el apoyo imprescindible de su madre, puesto que facilitó la cuchilla que utilizara González, previa asistencia y acompañamiento de Ibarra, contra el cuerpo golpeado y ya más indefenso del joven Bernal. Lejos estuvo la presencia de los acusados y su madre de conformar una mera reunión casual, la pluralidad de intervinientes lograron la disminución de la defensa de Bernal, blindaron a los agresores de mayor peligrosidad, quienes aprovecharon también la mayor facilidad material que este panorama les brindaba para lograr su designio y esto fue previamente contemplado.Cierto es que la agravante fundada en la cantidad de agentes se abastece por la coautoría de González e Ibarra y por lo menos la participación criminal primaria de la madre de ellos. La doctrina no exige que el mínimo de tres sujetos activos revistan la calidad de coautores, sino basta un agente ejecutor y otros dos que realicen actos materiales o realicen cualquier aporte de carácter moral. (Creus Carlos, “Derecho Penal. Parte Especial”, tomo I, editorial Astrea, año 1997, pag. 24, Molinario Alfredo J., “Los delitos”, actualizado, Tomo I, Tipográfica Editora Argentina, año 1996, pag. 144).III.- En definitiva, el relato de evento efectuado en el veredicto que antecede ha de quedar atrapado en la figura de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, a raíz del cual los acusados deberán responder en calidad de coautores (arts. 45 y 80 inc. 6º del Código Penal).En apoyatura, deben citarse los arts. 375 inc. 1º y cc. del C.P.P..A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol, adhirieron en un todo al voto precedente (arts. 375 inc. 1º y cc. del C.P.P.).A LA SEGUNDA CUESTION; sobre el pronunciamiento que corresponde dictar, el señor Juez Grappasonno, dijo: I.- En primera medida, entiendo justo aplicar, a la luz de los pormenores ya estudiados, a González e Ibarra la pena de prisión perpetua, accesorias legales y costas del proceso (arts. 530 y ccdtes. del antes aludido código adjetivo y 5, 12, 19, 29 inc. 3º, 40 y 41 del codex sustantivo).II.- A su vez, atento a lo peticionado, cabe autorizar al Ministerio Público Fiscal a extraer copias autenticadas de la presente ante la posible comisión de un delito de acción pública por parte de Blanca Ramona Ibarra (arts. 6 y ss, 56 y ss, 287 inc. 1º del C.P.P.).Así también concurren las reglas de los arts. 375 inc. 2º y cdtes del C.P.P..A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol, adhirieron en un todo al voto precedente (arts. 375 inc. 2º y ccdtes del C.P.P.).Con lo que terminó el acuerdo, firmando los señores jueces por ante mí, de lo que doy fé.-Fdo. Dres. Gayol, Fiumara y Grappasonno, Jueces.---------------------------------------------------------- A la luz de las cuestiones resulta aquí, en la ciudad de San Justo, a los once días del mes de septiembre del año dos mil quince, por unanimidad, el Tribunal entonces dicta la siguiente: SENTENCIA I.-) IMPONER a LEANDRO DANIEL GONZALEZ y JUAN PABLO IBARRA, de otros datos personales obran en autos y apuntados en el exordio, la pena de prisión perpetua, accesorias legales y costas del proceso, por resultar coautores penalmente responsables del delito de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, de acuerdo a lo ocurrido el día 14 de junio de 2014, en la localidad de González Catán, de este Partido, contra la vida de quien en vida fuera Nahuel Alejandro Bernal (arts. 5, 12, 19, 29 inc. 3º, 40, 41, 45 y 80 inc. 6º del Código Penal).II.-) AUTORIZAR al Ministerio Público Fiscal a extraer copias autenticadas de la presente ante la posible comisión de un delito de acción pública por parte de Blanca Ramona Ibarra (arts. 6 y ss, 56 y ss, 287 inc. 1º del C.P.P. según ley 11.922 y modificatorias.Además, concurren aquí los arts. 168 y 171 de la Constitución de la provincia de Buenos Aires, 210, 371, 373, 375 y ccdtes del citado C.P.P..Regístrese copia de la presente y, léase por Secretaría en la audiencia designada al efecto. Comuníquese a la Secretaría de la Excma. Cámara departamental (art. 22 Ac. 2840 S.C.J.B.A.). Fecho, y consentida que sea, pase a despacho.- Fdo. Dres. Gayol, Fiumara y Grappasonno, Jueces.----------------------------------------------------------