sentencia (Causa nº 5045) - Poder Judicial de la Provincia de

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///la Ciudad de San Justo, Partido de la Matanza, a los once días
del mes de septiembre del año dos mil quince,
se constituyen los
señores Jueces del Tribunal en lo Criminal nº 4 del Departamento
Judicial La Matanza, doctores Gerardo C. Gayol, Franco M. Fiumara
y Nicolás Grappasonno, con la presidencia en este caso del primero
de los nombrados,
en su sede de la calle Entre Ríos nro. 2795
segundo piso, con el objeto de dictar el veredicto que prescribe el
art. 317 del Código Procesal Penal, atento el debate oral y público
celebrado en el marco de la causa nº 2159/2014 (reg. int. 5045)
seguida a Leandro Daniel González,
con
D.N.I.
nº
41.586.319,
de
apodado “dani”,
estado
civil
soltero,
argentino,
instruido,
changarín, nacido el día 9 de noviembre de 1992 en González Catán,
hijo de Blanca Ramona Ibarra y de Carlos González Morel, con
domicilio en calle Varela nro. 1062, barrio de Flores de la ciudad de
Buenos Aires, registra prontuario Provincial de la sección AP
nº
1410220 y sin prontuario ante el Registro Nacional de Reincidencia;
y Juan Pablo Ibarra, sin apodos, argentino, de estado civil soltero,
instruido, changarín, nacido el día 8 de febrero de 1994 en González
Catán, hijo de Blanca Ramona Ibarra, con domicilio en calle
Bariloche nro. 3711, citada localidad de González Catán de este
partido, registra prontuario Provincial de la sección AP nº 1410217
y sin prontuario ante el Registro Nacional de Reincidencia. Ante la
presencia del actuario, se procede a practicar el sorteo de ley,
resultando el orden de votación del siguiente modo: GrappasonnoFiumara-Gayol. Así se plantearon las siguientes:
CUESTIONES
1°) ¿Está probada la existencia del hecho en su exteriorización
material?;
2°) ¿Está probada la participación de los procesados en el
mismo?
3º) ¿Existe eximentes?;
4°) ¿Se verifican atenuantes?;
5°) ¿Concurren agravantes?;
VOTACION
A LA PRIMERA CUESTION, acerca de la existencia del hecho
en su exteriorización material, el señor Juez Grappasonno, dijo:
1.- Que, las partes han convenido en que el suceso materia de
acusación –al margen de la ajenidad de uno de los acusados y
distintas calificaciones legales propiciadas- ha quedado debidamente
acreditado, así en este pasaje no existieron argumentos encontrados.En definitiva, tengo legalmente demostrado, a partir de las
piezas que fueron incorporadas por su lectura y la prueba producida
durante la audiencia de debate, que: el día 14 de junio del año
pasado, alrededor de las 22:15, en el patio frontal de la finca de la
calle Urdaneta nro. 7609 de la localidad de González Catán, de este
partido, con el concurso premeditado de tres personas, dos del sexo
masculino y otra femenina, munidos con cuchilla de mango blanco
tipo “carnicero”, previo agredir
-junto a otros- a Nahuel Alejandro
Bernal con golpes de puño, con piedras y una botella de vidrio,
asestaron en dos oportunidades al mentado Bernal en el tórax y en el
abdomen con la intención de darle muerte, ocasionándole lesiones de
magnitud que lo llevaron a su indefectible óbito.Cabe apuntar que toda esta plataforma fáctica se acredita a
partir de las constancias introducidas al debate y que a continuación
paso a mencionar, a saber: denuncia de fs. 1/vta., acta de fs. 9,
croquis de fs. 10, placas de fs. 10/13, acta de incautación de fs. 20,
informe médico legal de fs. 21 y 25, constancia de defunción y de
inhumación de fs. 66/67 y 72, pericia planimétrica de fs. 83,
levantamiento de rastros de fs. 84/85, autopsia de fs. 100/105
adonde se concluyó que Bernal falleció por paro cardio respiratorio
traumático producto de heridas de arma blanca en tórax y abdomen,
constancia actuarial de fs. 126/127, copia de historia clínica de fs.
139/145, informe toxicológico de fs. 197/200, pericia de manchas
biológicas de fs. 215/216, 224/225, 231/232 y pericia química de fs.
233/234.A su vez, dan sustento al “corpus delicti” los testigos que
prestaron su declaración durante el debate, a saber: Leopoldo
Maximiliano
Gómez,
Luis
Angel
Gabriel
Spagchetti,
José
Olomudzski, Pablo Leonel Díaz Nieto, Ariel Ezequiel Nazar, María del
Carmen Amaya y Brian Cristopher Piccirillo.Merece ponerse de resalto que al material pericial de autopsia
antes aludido de fs. 100/105, se suman los dichos del citado médico
Olomudzski, en tanto con claridad destacó que las únicas heridas
que ocasionaron la muerte ventilada se tratan de aquellas que
ingresaron en tórax y abdomen, sobre estas también se evidenció una
lesión quirúrgica, es decir a raíz de tales heridas el paciente tuvo que
ser intervenido en cirugía. Las heridas mortales comprometieron el
lóbulo inferior de pulmón izquierdo y a nivel del hígado, tenía dos
suturas de quirúrgica. El mecanismo de producción era compatible
con un elemento punzante tipo cuchillo.Resulta oportuno apuntar que en el evento han intervenido tres
personas, dos del sexo masculino y otra femenina, en plena
coincidencia con la acusación fiscal, también se recogió el relato de
esa parte adonde se da cuenta de un acuerdo premeditado para
causar la muerte que nos convoca. Adelantado este panorama, se
impone aclarar que en la cuestión que sigue se analizarán en detalle
las piezas aludidas, en tanto varias de ellas resultan comunes y ello
obedece a razones de economía procesal, máxime cuando existen
pequeñas discrepancias con la posición de la defensa en el presente
acápite. Además, en sintonía con este estudio y de arribarse al
estadio reservado a la calificación legal, se continuará con la
repercusión jurídica del factum puesto de resalto.Por todo lo cual, la respuesta a la primera pregunta es
afirmativa, por ser mi razonada y sincera convicción. Rigen los arts.
210, 371 inc. 1º y 373 del C.P.P..A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol,
adhirieron en un todo al voto precedente, por ser su razonada y
sincera convicción (arts. 210, 371 inc. 1º y 373 del C.P.P.).A LA SEGUNDA CUENTION, destinada a estudiar si los
procesados intervinieron con relevancia penal en dicho evento, el
señor Juez Grappasonno, dijo:
I.- En este pasaje las partes han discrepado, puesto que en los
lineamientos preliminares y luego en los alegatos, el Fiscal ha
comprometido a ambos acusados con el hecho. En sentido opuesto, a
criterio de la defensa, Ibarra era ajeno al mismo y acompañó a
González en su confesión acerca de que había producido en soledad y
con un arma blanca la muerte de la víctima de autos.II.- Ahora
bien, acerca del caudal probatorio, en primer
término prestó testimonio Leopoldo Maximiliano Gómez,
tío de la
víctima apodado “pollo”, aclaró que éste si bien no vivía en su
domicilio del barrio “La Gloria” de González Catán, lo
frecuentaba
con visitas. Aquél sábado de junio del año 2014, alrededor de las 22
horas, su sobrino no había llegado a su casa aún, venía de trabajar y
previamente iba a realizar unas compras. Era usual que haya
problemas en la esquina de la calle Urdaneta al 7609, adonde había
una casa que también funcionaba un kiosco a través de una de las
ventanas que daba a la calle, hizo saber que se generaban
inconvenientes a raíz que se expedían y consumían bebidas
alcohólicas. Destacó que ese inmueble tenía
un patio o entrada
desde la línea municipal sin puerta ni rejas, solo una pared baja,
desde donde se realizaban las compras.Retornando al relato de los hechos, egresó de su casa pues
había escuchado ruidos, golpes y piedrazos, también insultos, pudo
observar la ventana del comercio no así la puerta, vio pasar a seis
personas, entre ellas Juan Pablo Ibarra,
Daniel González y un tal
“kevin”, a los cuales indicó en la audiencia en forma espontánea,
junto a otros jóvenes del mismo sexo salvo por la madre de Juan
Pablo y Daniel, que también estaba ahí. Estos transitaban por calle
Urdaneta, no supo en aquél momento de donde provenían, sí escuchó
que gritaban –tampoco logró distinguir que decían- y González
manipulaba una cuchilla tipo de carnicero con mango blanco. Luego
observó a su sobrino, caminaba y se cayó, desde adentro del kiosco
Carmen y Cristopher le decían que lo habían apuñalado, entonces le
levantó la campera y un buzo que tenía, observó dos marcas, así lo
trasladó a la sala de primeros auxilios. A la postre acompañó a la
policía para dar con Juan Pablo, pues tenía conocimiento adonde
residía, más precisamente sobre calles Bariloche y Dúngenes, esto
ocurrió a la madrugada luego de aquella noche. En el hecho
González llevaba puesta una campera marca “Adidas” color blanca y
con el escudo de la selección de fútbol y un pantalón largo del mismo
conjunto color azul. Escuchó que este grupo había tenido problemas
con otras personas del barrio y fueron en su buscada, luego se
escuchó un comentario que se habían confundido de persona. Al
resto de ese grupo podría reconocerlas, eran todos jóvenes y
delgados, de unos 1,60 metros de altura, en esa esquina había luz
artificial y el kiosco también estaba iluminado. Allí se juntaba gente
“de paso” –venían de trabajar y se quedaban un rato- y del barrio, su
sobrino solo iba a efectuar compras, no frecuentaba el kiosco de otra
forma. Allí siempre había discusiones y peleas, más seguido
acontecían los fines de semana.También desfiló por la audiencia Luis Angel Gabriel Spagchetti,
quién conocía tanto a la víctima que le decían “pollito” como a los
imputados. Aquella noche a las 22 horas aproximadamente, del mes
junio y del año pasado, escuchó disturbios como tratándose de una
pelea, se asomó desde una ventana de su casa –a unos 20 metros-, y
observó en el kiosco de la esquina -en realidad tiene forma de chaletcon una entrada sin pared ni rejas y con dos ventanas –sobre las
calles Urdaneta y Barragan- a Nahuel cuando era arrinconado sobre
la puerta y comenzaba a recibir golpes de parte de cuatro personas
masculinas, también había persona del sexo femenino que observaba
sobre la vereda, ésta vestía un delantal y era de contextura física
robusta, tenía una cuchilla en una de sus manos. Aquellos lo
golpeaban de todas formas, en ese momento no pudo reconocerlos,
aunque a la postre sí identificó a Juan Pablo Ibarra y escuchó
comentarios en el barrio que estuvo su hermano también, al que
conocía de nombre como Leonardo Daniel González, al resto no los
conocía. González agarró un cuchillo que ostentaba la mujer y ahincó
a Nahuel, quien se tomó la zona del abdomen, otro le arrojó una
piedra desde medio metro y alcanzó a darle en la cabeza, a su vez
otro sujeto lo golpeó con una botella y ésta estalló. Aclaró que, a su
modo de ver, todos lo golpeaban a la vez, luego dos se retiraron y
permanecieron dos que siguieron pegándole, se trataba de
Juan
Pablo Ibarra y González. Instantes después, se retiraron todos y
retornó solo Juan Pablo Ibarra para pegarle otro golpe de puño en el
rostro, Nahuel ya estaba acurrucado y por caerse. Finalmente,
Nahuel se cayó y su tío lo auxilió.A preguntas formuladas, puso de resalto que el cuchillo
siempre lo ostentó González, salvo en un primer momento en que lo
tenía la mujer, la mecánica residió en que González recibió por parte
de la señora dicha arma, luego tomó conocimiento que se trataba de
la madre de los agresores Ibarra y González. Agregó que a la víctima
le decían “rastrero”, es decir lo agredían porque consideraban que
había cometido un robo, además amenazaron a la gente del interior
del kiosco. Toda la secuencia de agresión múltiple ha transcurrido en
dos minutos aproximadamente.Tocó el turno del testimonio de Pablo Leonel Díaz Nieto.
Expresó que aquella noche, sábado 14 de junio del año 2014, se
jugaba un partido del mundial de fútbol, entre las 21 y 21:30 horas,
y estaba junto a Christofer Picchirillo, Jonathan Gaeta y Ariel Nazara,
dentro de una casa adonde a través de un ventanal funcionaba un
kiosco, en su interior había unas mesas, aclaró que el sector de la
ventana y donde estaba el kiosco estaba separado del comedor por
una cortina. Escucharon ladrillazos y gritos, observó desde la
ventana del kiosco que dos sujetos le pegaban a otro contra la puerta
de la casa, había otras personas sobre la vereda, todos gritaban y
puteaban, en particular le decían al agredido “rastrero”, imaginó en
ese momento que éste era un ladrón, por lo que no se metieron. Sin
perjuicio de ello, se dirigió a la ventana de la pieza de la casa, pero no
logró observar más que entre 4 y 6 personas masculinas que miraban
desde la vereda
y a pocos metros, uno de estos gritaba para que
todos se retiren rápido del lugar. A su vez, desde la ventana del
kiosco a la postre observó que se retiraban dos sujetos juntos, se
trataba de los hermanos Daniel que tenía una cuchilla tipo carnicero
de mango blanco y Juan Pablo, el resto ya se había ido. Cuando
lograron abrir la puerta cayó Nahuel, el dueño del kiosco había dicho
“es pollo”, quien era amigo suyo, es decir de los chicos que estaban
con dicente dentro del kiosco, arribó el tío de Nahuel y quiso
levantarlo, empero debió acostarlo porque alguien aludió que estaría
apuñalado, luego un vecino los ayudó y así pudieron trasladarlo al
centro médico.Destacó que, con anterioridad, Nahuel residió a 20 metros del
kiosco, esa noche pasó por el kiosco hizo una compra y se dirigía a la
casa de su tío de visita. Si bien eran amigos, para la época del hecho
trabajaba y lo veía en pocas oportunidades.A preguntas del fiscal, hizo saber que no notó la presencia de
una mujer en el lugar. Agregó, también ante preguntas formuladas,
que había una familia de apellido Catán, sus integrantes eran
problemáticos en el barrio, vivían “al fondo” pero frecuentaban el
kiosco con gente de su barrio. También recordó que era
usual el
desenlace de peleas y discusiones en ese kiosco, adonde los “Catán”
paraban. La noche del hecho, no había gente en las afueras del
kiosco, tampoco escucharon voces ni gritos. En cuanto a los
imputados, hasta ese entonces, no tuvo conocimiento que tengan
problemas con vecinos, es más, como entendió en primera medida
que se la habían “agarrado” con un “chorro” no intercedieron, aunque
aclaró
que
tampoco
imaginaron
que
lo
estarían
matando.
Finalmente, luego que abrieron la puerta tomó cuenta que la víctima
era su amigo Nahuel.Durante el debate desplegó también su testimonio Ariel
Ezequiel Nazar, quién era amigo del fallecido
apodado “pollo”.
Expuso que esa noche estaba adentro de la casa adonde funciona el
kiosco, allí residía Chistopher y su madre, la casa tenía una ventana
a la calle para la atención al público del kiosco, en el comedor había
unas mesas cerca de aquella ventana. Recordó que miraba un partido
del mundial de fútbol junto a Leonel Nieto, Jonathan Gaeta y el hijo
de María del Carmen, de nombre Cristopher, mientras María les
preparaba unos sándwiches. Escucharon un ruido y gritos, desde la
ventana del kiosco observó como Juan Pablo le partía una botella en
la cabeza a su amigo Nahuel y éste cayera al suelo, también notó que
Daniel tenía una cuchilla tipo carnicero. Aclaró que su amigo tenía la
cabeza encapuchada -hacía frío esa noche- y en primera instancia no
pudo determinar de quién se trataba, vestía una campera con
capucha, gorro y cuello alto, casi no se le veía la cara. Además, había
unas seis personas sobre la calle y cerca de la esquina, a Nahuel solo
lo agredían Juan Pablo y Daniel –los señaló en la audiencia
espontáneamente-, con aquellas personas estaba además la madre de
estos muchachos. Agregó que no
tuvo conocimiento del motivo de
esta agresión.A preguntas del fiscal, hizo saber que había una familia de
apellido Catán, dos hermanos frecuentan el barrio, uno trabaja y otro
estaba desocupado, dado que ese kiosco atendía las 24
horas los
Catán paraban ahí, aunque esa noche no los había observado en el
lugar.Sobre el particular, prestó declaración testimonial María del
Carmen Amaya. Dijo que aquella noche se trataba de un sábado de
junio y del año pasado, se jugaba un partido del mundial de fútbol y
algunos chicos junto a su hijo lo observaban en el comedor de su
casa. Allí también funcionaba un kiosco,
el comedor estaba
separado por un mueble y una cortina de la parte de la ventana por
donde despachaban la mercadería a los clientes. Pone de resalto ante
preguntas formuladas, que desde esta ventana a la pared baja de la
línea municipal había unos 5 metros aproximadamente, sobre calle
Urdaneta y en la esquina. La casa tenía otra ventana aunque en una
de las piezas, daba a esa calle y se ubicaba un metro más cerca de la
línea municipal. Alrededor de las 22.15 ó 22.30 horas, cuando
estaban en el interior del comedor su hijo Cristopher, Ariel Nazar,
Pablo Nieto y Jonathan Gaeta -como dijo- observaban un partido de
fútbol por televisión, mientras estaba en la habitación que daba a la
parte trasera, escuchó un golpe fuerte, entonces intentaron abrir la
puerta pero estaba trabada, también provenía del exterior un
griterío. Así se dirigió a la pieza que daba sobre la vía pública,
levantó la persiana y observó una mujer que vestía un delantal color
rojo, un joven de tez morocha y de nombre Juan Pablo, otro chico que
vestía campera color blanca y se llamaba Daniel, eran hermanos,
ambos egresaban del patio delantero o
porche de su casa, en ese
instante aquella mujer –que era la madre de esos jóvenes- le dijo a la
dicente que “no debía meterse porque le iba a pasar lo mismo”, a
unos metros de allí había más personas. Luego, Daniel tomó algo y
retornó al sector del porche, más precisamente su hermano Juan
Pablo le dio algo envuelto, para seguidamente egresar de ese sector
con
un
cuchillo
tipo
de
carnicero
con
mango
blanco
todo
ensangrentado. La dicente comenzó a gritar que abran la puerta y
pudieron constatar que ahí estaba “pollo”, al que habían apuñalado.
A preguntas formuladas por las partes, puso de resalto que Juan
Pablo
recibió el objeto de su madre y luego aquél se lo entregó a
Daniel, quien ingresó al patio frontal y luego salió empuñando aquél
cuchillo ensangrentado. También aclaró que desde la ventana de la
habitación que estaba sobre la calle no se podía observar el interior
del porche o patio, una pared así lo impedía.Luego, a otras preguntas formuladas respondió que había una
familia de apellido Catán que residía cerca del barrio, se trataba de
los “poronga” del lugar, si alguien tenía un problema con ellos, se
acercaban y
golpeaban a quien sea entre toda la familia. Tiene
conocimiento que el joven Nahuel en su momento era del barrio y no
tenía relación con la familia Catán, a su entender era trabajador y
solo se acercaba últimamente al barrio para visitar a su tío. Algunos
integrantes de la familia Catán frecuentaban una de esas esquinas y
se generan conflictos con otros vecinos, era normal que hubiera
corridas y peleas. Luego tomó conocimiento que integrantes de esa
familia habían mantenido una pelea con alguno de los imputados y a
raíz de ello supone que pudieron confundirse con Nahuel, a su
entender se la “agarraron con él”.En este orden, Brian Cristopher Piccirillo reveló que era amigo
del “pollo” -fallecido en autos- y aquella noche –sábado 14 de junio
del año pasado- estaba ocupado con la computadora y escuchó un
estruendo importante sobre la puerta de ingreso, residía en el lugar
adonde funcionaba un kiosco, una cortina separaba el comedor de la
ventana adonde atendían a los clientes, el sector del kiosco no tenía
más que un metro y medio por dos metros. Esa noche su madre
preparaba la comida, el dicente como aludió estaba en otra pieza, a la
vez que
Nieto y Nazar se encontraban sentados en el comedor
observando un partido del mundial de fútbol. A partir del estruendo
que creyó se trató como de una explosión de gas, se dirigió al
comedor y al notar que provenía del exterior se asomó por la ventana
del kiosco y observó que “pollo” estaba arrinconado sobre la puerta
de ingreso por parte de Daniel y Juan Pablo, quienes le pegaban. A
todo esto, el dicente les gritó que lo dejen empero no le hicieron caso.
En último momento, observó que uno de ellos –Daniel- tenía un
cuchillo ensangrentado en la mano. A su vez, había otras personas
paradas en la vereda, aunque no logró divisar sus
rostros. Dio
cuenta de la presencia en el lugar de la madre de Juan Pablo y
Daniel, estaba parada frente a la ventana, luego del hecho escuchó
comentarios acerca de que habría entregado el cuchillo a Daniel. A su
vez, escuchó a Juan Pablo y Daniel decir indistintamente –un pasaje
lo decía uno y otro fragmento el restante- y a los gritos “esto te pasó
por rastrero”… “por querer robarle a mi hermano”… “te re cabió” –
textual. En cuanto a la cuchilla la describió como grande y del tipo
carnicero con mango blanco. Daniel vestía una prenda color blanco,
posiblemente
un
conjunto
deportivo
marca
“Adidas”.
Cuando
lograron abrir la puerta cayó Nahuel herido al piso.A preguntas formuladas por el acuse, puso de resalto que
Nahuel alias “pollo” era amigo de la familia Catán, en esa familia
había dos o tres adolescentes conflictivos, estos pedían fiado a su
madre bebidas alcohólicas, rompían vidrios y amenazaban si no
obtenían lo que querían, siempre estaban con Nahuel, aunque no
tuvo conocimiento del motivo de estos acontecimientos. Por otro lado,
ilustró que los acusados y su madre explotaban un puesto de venta
de choripanes y sándwiches de vacío. Corrió un rumor que el
conflicto inicial lo habían mantenido Daniel y Juan Pablo con
aquellos jóvenes de la familia Catán. Aclaró que más allá de que
Nahuel estuviera seguido con los Catán, aquél era una persona
tranquila y no buscaba peleas, nunca había ocasionado problemas en
el barrio y tampoco ostentaba armas, Nahuel conocía a los
imputados, se saludaban aunque no eran amigos.En su denuncia de fs. 1 y vta., introducida por su lectura,
Gómez se expidió en sentido similar, observó a cinco sujetos
masculinos y otra del sexo femenino alejarse de kiosco, uno de los
hombres -que vestía una campera color blanca del equipo de la
selección Argentina- tenía en su mano un cuchillo tipo carnicero en
su mano.En autos, a través del acta de inspección de fs. 9, croquis de fs.
10, fotos de fs. 11/13, pericia planimétrica y de levantamiento de
rastros de fs. 81/85, piezas incorporadas por su lectura, se evidenció
la presencia de tejido hemático en el lugar exacto adonde los testigos
aludieron que la víctima recibió las puñaladas, una botella de vidrio
rota y una piedra con rastros del mismo tejido.III.- Ahora bien, los acusados han prestado declaración y debe
tratarse su aporte a la luz del material probatorio delineado.Así, Leandro Daniel González al momento de la declaración
bajo los términos del art. 308 del ritual –vide fs. 40/42- expuso que
un día sábado a la noche, alrededor de las 22:00 ó 22:30, su
hermano Juan Pablo se dirigió a comprar cervezas a un kiosco, a dos
cuadras de casa, retornó aludiendo que uno de los sujetos de la
familia Catán le había pegado, el fallecido “pollo” pertenecía a ese
grupo, los Catán solían “bardear” y se metían con cualquiera.
Entonces, el dicente tomó una cuchilla de la cocina de su casa y fue a
buscarlos al kiosco, pues allí paraban ellos. Detrás suyo venían su
hermano Juan Pablo, “kevin” un amigo, la madre y la hermana del
dicente. Al arribar al kiosco estaba allí “pollo” y salió corriendo,
empero lo interceptó en la puerta y lo hincó con el cuchillo de frente,
“pollo” no tenía armas. Aclaró que “pollo” no había agredido a su
hermano, sino los “Catán”, a los que fue a buscar. Antes de asestarlo,
cuando corría, le arrojó una botella de cerveza a la cabeza. Luego se
descartó del cuchillo en esa esquina, su hermano no agredió al
“pollo”, por el contrario, intentó detener al dicente. En un momento
Juan Pablo intentó sacarle la cuchilla y se cortó la mano. Tampoco
intervinieron “kevin” y su hermana, su madre lo intentó persuadirlo
verbalmente para que desista del accionar, empero estaba cansando
de los sujetos de la familia “Catán” y sus acciones.Durante el debate, González nuevamente vertió su declaración
bajo lo normado por el art. 358 del código adjetivo, expresó que el día
anterior protagonizó una pelea con los jóvenes de la familia Catán,
aquella noche también ese grupo agredió a su hermano y se
encontraba “pollo” entre ellos, también Adrián y Gastón, entones al
tomar conocimiento de esto y cansado ya de estos conflictos, fue en
su buscada con una cuchilla en mano, cuando arribó al kiosco
estaba “pollo” con ese grupo, sin querer apuñaló a “pollo”, aclaró que
no tuvo intención de matarlo.A su vez, Juan Pablo Ibarra, en la oportunidad del art. 308 del
ceremonial –vide fs. 45/47- dijo que ese sábado por la noche se
dirigió a comprar cigarrillos y unos sujetos conocidos como “los
Catán” le propinaron golpes, entre los agresores estaba “pollito”, lo
atacaron al dicente en forma de “piraña”, entiende que le pegaron sin
motivo y a raíz del conflicto que tenían ellos con su hermano. Retornó
a su casa y al tomar conocimiento su hermano salió de la casa con
un cuchillo en la mano y “re embroncado”. Su madre y el dicente
salieron detrás para detenerlo, no lo pudieron alcanzar. El deponente
no hizo nada, no arrojó una botella y tampoco tenía un cuchillo. En
el patio frontal del kiosco su hermano le arrojó una botella a “pollo”
por la cabeza y luego lo asestó con el cuchillo. Cuando su hermano
arribó a la esquina el “pollo” no estaba solo, por el contrario, en
compañía de varios sujetos, en su totalidad integrantes de la banda
de “los catán”. En un pasaje intentó quitarle el cuchillo a su hermano
y se cortó la mano. También estuvo en el lugar el amigo de su
hermano de nombre “kevin”, el que intentó también evitar la
agresión.Ahora bien, más allá que González haya confesado que hincó
personalmente al fallecido, aunque durante el debate aclaró que no
tuvo intención de matarlo, actuando en soledad y sin intervención de
su hermano Juan Pablo Ibarra para exculparlo; y que a la vez Ibarra
intentara
desligarse
del
evento;
claramente
sus
dichos
están
orientados a mejorar su comprometida situación procesal en autos y
se encuentran plenamente desvirtuados por el material probatorio.
En vano González intentó colocarse bajo el amparo de una
calificación legal más benévola, resaltando que actuó en soledad y sin
intención de matar, Ibarra también ensayó un frustrado amague por
desligarse completamente del ilícito.Concurre certidumbre que ambos acusados concurrieron y
actuaron de consuno en el escenario del factum para quitar la vida
del joven Nahuel, en primera medida al mismo lo agredieron entre
cuatro muchachos, a la postre Ibarra tomó la cuchilla que le ofreció
su madre y ostentaba debajo del delantal, para entregársela a
González y éste encargarse de asestar a Nahuel. A priori, difícil es
pensar que no intervino la progenitora de los acusados, pues llevaba
la cuchilla envuelta debajo de sus ropas o bien la blandía
amenazante, depende de la secuencia que escojamos y porción de la
escena que cada testigo pudo percibir directamente; cada testigo
observó distintas secciones de una dinámica conjunta y premeditada,
adonde los acusados y tampoco su madre fueron ajenos.Recapitulemos. El testigo Leopoldo Maximiliano Gómez observó
pasar por calle Urdaneta a seis personas, entre ellos Juan Pablo
Ibarra, Daniel González y un tal “kevin”, y la madre de los primeros,
gritaban y en particular González manipulaba una cuchilla tipo de
carnicero con mango blanco, seguidamente se acercó al kiosco y su
sobrino se cayó al suelo. Bajo juramente Luis Angel Gabriel
Spagchetti había afirmado que Nahuel fue
arrinconado sobre la
puerta del kiosco por parte de cuatro personas masculinas y le
propinaron golpes, desde la vereda una mujer –madre de González e
Ibarrra- observaba esta secuencia con una cuchilla en sus manos,
González agarró esa arma e ahincó a Nahuel, quien se tomó la zona
del abdomen, a la vez que otro le arrojó una piedra desde medio
metro y alcanzó a darle en la cabeza, a su vez otro sujeto lo golpeó
con una botella y ésta estalló, todos lo golpearon a la vez, luego dos
se retiraron y se quedaron
González
que
nuevamente
seguían
Juan Pablo Ibarra y Leandro Daniel
pegándole
a
Nahuel.
Al
final,
retornó
Juan Pablo Ibarra y el pegó un golpe de puño en el
rostro. A su vez, Pablo Leonel Díaz Nieto precisó que González e
Ibarra golpearon a Nahuel contra la puerta de la casa, se retiraron
juntos y González tenía cuchilla tipo carnicero de mango blanco.
También Ariel Ezequiel Nazar había referido que Juan Pablo que “le
partió” una botella en la cabeza a Nahuel y González ostentaba una
cuchilla tipo carnicero, ambos agredieron a Nahuel, la madre de
aquellos estuvo en el lugar. Por su parte, María del Carmen Amaya
dio cuenta que Juan Pablo y Leandro Daniel egresaron del patio
delantero de casa, a su vez sobre la vereda estaba la madre de ellos,
le advirtió que “no debía meterse porque le iba a pasar lo mismo”,
Juan Pablo que había recibido de parte de su madre un objeto
envuelto, se lo entregó a Leandro Daniel, quién luego se introdujo
nuevamente en el patio delantero y egresó con una cuchilla tipo
carnicero con mango blanco y todo ensangrentado. En esta línea,
Brian Cristopher Piccirillo había vociferado que observó que “pollo”
estaba arrinconado sobre la puerta de ingreso por parte de Leandro
Daniel y Juan Pablo, quienes le pegaban, luego alcanzó a observar
que González tenía una cuchilla tipo carnicero ensangrentada en la
mano, la madre de ellos estaba sobre la vereda, ambos justificaban
su accionar en que Nahuel era “rastrero” y había cometido un robo
contra Juan Pablo.De este racconto arribo como máximo punto cognoscitivo a la
firme convicción de haber reconstruido conceptualmente la realidad,
así tengo la plena certeza acerca de que con lo dicho se alcanzó el
umbral de conocimiento sobre los
acontecimientos, es que el
producto de la verdad procesal no es más que la aquí delineada.
Recordemos al jurista clásico Francesco Carrara al decir “la certeza
está entre nosotros; la verdad está en los hechos” (en “Programa del
Curso de Derecho Criminal”, dictado en la Real Academia de Pisa”,
traducción Sebastián Soler, Ricardo C. Nuñez y Ernesto R. Gavier”,
editorial Depalma, Buenos Aires, 1994, pag. 291). En el estado de
ánimo del suscripto sólo se anida certeza y claridad, producto de la
valoración
puesta
de
resalto
de
los
elementos
y
pruebas
incriminante.Como corolario es pertinente apuntar que tales pruebas
concluyen
en
idénticas
dirección
y
resultan
fuente
de
mi
convencimiento en cuanto a la participación criminal de los
nombrados González e Ibarra en el hecho detallado en el apartado de
la materialización ilícita. Máxime cuando las piezas de cargo se
armonizan entre sí y permiten una conexión directa y clara entre las
personas de los inculpados y las conductas objeto de este proceso.
Dando así por conformada la operación intelectiva destinada a
establecer la idoneidad conviccional del material probatorio (ver a
mayor abundamiento “La prueba en el proceso penal. Principios
generales”, de Fabián I. Balcarse, Marcos Lerner editora Córdoba,
1996, pag. 138), fundando debidamente la conclusión.Como adelantara, la respuesta que se impone a la cuestión
resulta afirmativa en alusión a ambos acusados, por ser mi sincera
y razonada convicción.Rigen los arts. 210, 371 inc. 2º y 373 del C.P.P..-
A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol,
adhirieron en un todo al voto precedente, por ser su sincera e íntima
convicción (arts. 210, 371 inc. 2º y 373 del C.P.P.).-
A LA TERCERA CUESTION, acerca de posibles eximentes, el
señor Juez Grappasonno, dijo:
No concurren, y tampoco se han planteado circunstancias
excluyentes de responsabilidad en el caso bajo análisis.Entonces la respuesta es negativa (arts. 210, 371 inc. 3º y 373
del C.P.P. y 34 “a contrario sensu” del Código Penal).A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol,
adhirieron en un todo al voto precedente, por ser su sincera e íntima
convicción (arts. 210, 371 inc. 3º y 373 del C.P.P.).A LA CUARTA CUESTION,
en relación a posibles extremos
atenuantes de pena, el señor Juez Grappasonno, dijo:
Como pauta del estilo encuentro, en sintonía con las partes, la
ausencia de antecedentes y condenas penales de ambos procesados,
a luz de lo anoticiado a fs. 107, 108, 109 y 149. Así, emito mi opinión
por la afirmativa en este pasaje (arts. 210, 371 inc. 4º
y 373 del
C.P.P.).A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol,
adhirieron en un todo al voto precedente, por ser su sincera e íntima
convicción (arts. 210, 371 inc. 4º y 373 del C.P.P.).A LA QUINTA CUESTION, en lo atinente a agravantes, el señor
Juez Grappasonno, dijo:
I.- Que, de los postulados que expusiera la Fiscalía, desde el
vamos descarto la pluralidad de intervinientes, puesto que esa misma
parte vertió la petición condicionalmente y con sujeción a que la
calificación legal que recayera no coincida con la pretendida en su
ampliación.Entiendo que asiste razón al acuse en cuanto a la concurrencia
de
la
nocturnidad
como
pauta
mensurativa
para
abultar
la
penalidad, habida cuenta que ha sido especialmente escogida por los
agentes activos para facilitar el delito y bien lograr su impunidad.
Más aún, los testigos del suceso observaron lo acontecido desde las
ventanas de la vivienda del kiosco o en el caso de Gómez desde el
interior de su domicilio y a raíz de un estruendo que escucharon se
asomaron, es decir no había transeúntes, se trataba de horas de la
noche, era invierno y se jugaba un partido del mundial de fútbol.
Claramente la víctima, más allá de la iluminación artificial, fue -de
todos modos- sorprendida por los imputados y a pesar de intentar
correr, no logró escapar y fue arrinconada contra la puerta de ingreso
al kiosco. La nocturnidad también dificultó que la víctima pueda
recibir auxilio y evitar así la agresión, es más su tío residía frente al
kiosco y amigos de la víctima estaban en el interior de la casa adonde
funcionaba aquél comercio.Entonces, sobre este tópico cabe emitir una opinión afirmativa,
por ser mi razonada y sincera convicción. Rigen los art. 210, 371 inc.
5º y 373 del C.P.P..A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol,
adhirieron en un todo al voto precedente, por ser su sincera e íntima
convicción (arts. 210, 371 inc. 5º y 373 del C.P.P.).Atento al resultado que arroja el tratamiento de las cuestiones
precedentes,
VEREDICTO
el
Tribunal
por
unanimidad,
CONDENATORIO
resuelve
dictar
en relación Leandro Daniel
González y Juan Pablo Ibarra cuyas
circunstancias personales
fueron detalladas más arriba, por el hecho
descripto en la cuestión
primera, ocurrido el día 14 de junio de 2014, en la
localidad de
González Catán, de este Partido, contra la vida de quien en vida fuera
Nahuel Alejandro Bernal.- Fdo. Dres. Gayol, Fiumara y Grappasonno,
Jueces.----------------------------------------------------------
Seguidamente, se reabre el acuerdo en idénticas condiciones y
a los fines de dictar sentencia conforme lo estipula el art. 375 del
ceremonial en relación a los acusados, siguiendo el mismo orden de
votación, se plantean las siguientes:
CUESTIONES
1º) ¿Cuál es la calificación legal del hecho?;
2ª ) ¿Cuál es el pronunciamiento que corresponde dictar?.A
LA
PRIMERA
CUESTION,
adonde
toca
estudiar
la
adecuación típica, el señor juez Grappasonno, dijo:
I.- Que, en este tópico, hubo posiciones encontradas, a criterio
del Ministerio Público Fiscal ha tenido lugar en causación de la
muerte dolosa un acuerdo premeditado de dos o más personas y así
amplió la acusación durante el debate, en el entendimiento de la
defensa solo podía regir la figura simple de homicidio, pues la muerte
la habría provocado González en soledad.Sobre el punto, ambas partes han dedicado una parte
importante de sus exposiciones finales, empero más que una
cuestión de derecho y tipicidad, simple o agravada, que podría
atrapar de mejor modo y más racional la interpretación del sustrato
fáctico, cierto es que la probanza de la modalidad y los pormenores
fácticos, llevan a adoptar una postura indeclinable. Quiero decir que
mal puede tratarse de una mera discordia jurídica, el fondo de este
meollo reside en la simpleza de los sucesos.II.- Véase que a la víctima previamente la agredieron cuatro
sujetos con golpes, le arrojaron una piedra y una botella por la
cabeza, seguidamente los imputados actuaron en forma conjunta,
Ibarra recibió una cuchilla que tenía previamente y llevó al lugar su
madre, luego le entregó la misma a su hermano González, quien sin
solución de continuidad ahincó en el tórax y el abdomen a la víctima
para irremediablemente causarle la muerte a pesar de la pronta
atención e intervención quirúrgica recibida. Los hermanos acusados
arribaron juntos a agredir al joven Bernal, había otros sujetos que
actuaron de igual forma, empero instantes después permanecieron
ambos y en esa secuencia se proveyeron del arma blanca que les
facilitara su madre, González tomó la cuchilla de parte de Ibarra y
asestó en dos oportunidades a Bernal, a todo esto Ibarra estuvo a
escasos metros y se retiraron juntos mientras González empuñaba la
cuchilla, aunque ahora ensangrentada. No pasa por alto que esta
maniobra se ubicó luego de golpear de distintas formas y en forma
plural al damnificado, quedando en desventaja y menos condiciones
de defenderse del arma blanca. Como se ha expresado, Ibarra y
González retornaron a la posición de Bernal y continuaron en dueto
la agresión hacia el mismo, seguidamente protagonizan el pase de
manos de la cuchilla con su madre y lo mataron sin más.Resulta esforzado pensar que esta actuación conjunta y con el
claro apoyo de su progenitora, pueda desechar la premeditación para
matar que evidenciamos. Tan solo recordemos que la testigo Amaya
hizo saber que la madre de los agresores le dijo que “no debía meterse
porque le iba a pasar lo mismo”, para luego entregar a Juan Pablo un
objeto
envuelto y éste a su vez a Leandro Daniel, el que resultó
tratarse de una cuchilla y González blandiera en la huida toda
ensangrentada.
Entonces,
la
progenitora
cooperó
de
modo
imprescindible subjetiva y objetivamente en la ejecución a dueto de
los acusados.Nos enseña la jurisprudencia que en “la premeditación a que
alude el tipo objetivo del artículo 80 inciso 6º del Código Penal, no
existe la preordenación reflexiva y fríamente calculada, producto de
una prolongada deliberación, como ocurría en su significación
tradicional, siendo suficiente el acuerdo previo para matar entre
todos” –Tribunal de Casación Penal, Sala III, pcia. Buenos Aires, fallo
del 10/3/2015, causa nro. 51548 y otras. También que “el tipo del
artículo 80 inciso 6º del Código Penal requiere que la concurrencia de
personas en el homicidio responda a una convergencia de voluntades
previamente establecida, en la que la acción de cada uno se
encuentre subjetivamente y objetivamente vinculada a la de los otros
partícipes. Esa premeditación a la que alude el tipo objetivo no exige,
en cambio, una preordenación reflexiva y fríamente calculada en una
prolongada deliberación, sino que basta con que se verifique un
acuerdo previo de los partícipes para matar entre todos” –idem
Tribunal, sala V, fallo del 20/5/2014, causa nro. 62010.Como vimos, no es ocioso reiterar que existió una convergencia
previa de voluntades, la presencia de González e Ibarra en el lugar,
arrinconaron y agredieron previamente con golpes y otros objetos a
Bernal -junto a dos sujetos masculinos-, con el apoyo imprescindible
de su madre, puesto que facilitó la cuchilla que utilizara González,
previa asistencia y acompañamiento de Ibarra, contra el cuerpo
golpeado y ya más indefenso del joven Bernal. Lejos estuvo la
presencia de los acusados y su madre de conformar una mera
reunión
casual,
la
pluralidad
de
intervinientes
lograron
la
disminución de la defensa de Bernal, blindaron a los agresores de
mayor peligrosidad, quienes aprovecharon también la mayor facilidad
material que este panorama les brindaba para lograr su designio y
esto fue previamente contemplado.Cierto es que la agravante fundada en la cantidad de agentes se
abastece por la coautoría de González e Ibarra y por lo menos la
participación criminal primaria de la madre de ellos. La doctrina no
exige que el mínimo de tres sujetos activos revistan la calidad de
coautores, sino basta un agente ejecutor y otros dos que realicen
actos materiales o realicen cualquier aporte de carácter moral. (Creus
Carlos, “Derecho Penal. Parte Especial”, tomo I, editorial Astrea, año
1997, pag. 24, Molinario Alfredo J., “Los delitos”, actualizado, Tomo I,
Tipográfica Editora Argentina, año 1996, pag. 144).III.- En definitiva, el relato de evento efectuado en el veredicto
que antecede ha de quedar atrapado en la figura de homicidio
agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, a
raíz del cual los acusados deberán responder en calidad de coautores
(arts. 45 y 80 inc. 6º del Código Penal).En apoyatura, deben citarse los arts. 375 inc. 1º y cc. del
C.P.P..A LA MISMA CUESTION,
los
señores Jueces Fiumara y
Gayol, adhirieron en un todo al voto precedente (arts. 375 inc. 1º y
cc. del C.P.P.).A LA SEGUNDA CUESTION;
sobre el pronunciamiento que
corresponde dictar, el señor Juez Grappasonno, dijo:
I.- En primera medida, entiendo justo aplicar, a la luz de los
pormenores ya estudiados, a González e Ibarra la pena de prisión
perpetua, accesorias legales y costas del proceso (arts. 530 y ccdtes.
del antes aludido código adjetivo y 5, 12, 19, 29 inc. 3º, 40 y 41 del
codex sustantivo).II.- A su vez, atento a lo peticionado, cabe autorizar al
Ministerio Público Fiscal a extraer copias autenticadas de la presente
ante la posible comisión de un delito de acción pública por parte de
Blanca Ramona Ibarra (arts. 6 y ss, 56 y ss, 287 inc. 1º del C.P.P.).Así también concurren las reglas de los arts. 375 inc. 2º y
cdtes del C.P.P..A LA MISMA CUESTION, los señores Jueces Fiumara y Gayol,
adhirieron en un todo al voto precedente (arts. 375 inc. 2º y ccdtes
del C.P.P.).Con lo que terminó el acuerdo, firmando los señores jueces por
ante mí, de lo que doy fé.-Fdo. Dres. Gayol, Fiumara y Grappasonno,
Jueces.----------------------------------------------------------
A la luz de las cuestiones resulta aquí, en la ciudad de San
Justo, a los once días del mes de septiembre del año dos mil
quince, por unanimidad, el Tribunal entonces dicta la siguiente:
SENTENCIA
I.-) IMPONER a
LEANDRO DANIEL GONZALEZ y JUAN
PABLO IBARRA, de otros datos personales obran en autos y
apuntados en el exordio, la pena de prisión perpetua, accesorias
legales y costas del proceso, por resultar coautores penalmente
responsables del delito de homicidio agravado por el concurso
premeditado de dos o más personas, de acuerdo a lo ocurrido el día
14 de junio de 2014, en la localidad de González Catán, de este
Partido, contra la vida de quien en vida fuera Nahuel Alejandro
Bernal (arts. 5, 12, 19, 29 inc. 3º, 40, 41, 45 y 80 inc. 6º del Código
Penal).II.-) AUTORIZAR al Ministerio Público Fiscal a extraer copias
autenticadas de la presente ante la posible comisión de un delito de
acción pública por parte de Blanca Ramona Ibarra (arts. 6 y ss, 56 y
ss, 287 inc. 1º del C.P.P. según ley 11.922 y modificatorias.Además, concurren aquí los arts. 168 y 171 de la Constitución
de la provincia de Buenos Aires, 210, 371, 373, 375 y ccdtes del
citado C.P.P..Regístrese copia de la presente y, léase por Secretaría en la
audiencia designada al efecto. Comuníquese a la Secretaría de la
Excma. Cámara departamental (art. 22 Ac. 2840 S.C.J.B.A.). Fecho, y
consentida que sea, pase a despacho.- Fdo. Dres. Gayol, Fiumara y
Grappasonno, Jueces.----------------------------------------------------------
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