Neusa 9.000 años de presencia humana en el paramo

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LOSCAZADORE~RECOLECTORES
Alrededor de nueve milenios antes del presente, el hombre recoma
las praderas del páramo de Guerrero, procurándose el sustento mediante
la cacería. Asf lo demuestran la alta densidad de materiales líticos exhumados en Neusa. La gran cantidad de restos óseos alli encontrados, principalmentede venado, indica que las labores relacionadas con la preparación
de las presas cobradas era la actividad primordial para la cual se utilizaron
dichos guijarros.
El medio ambiente de la región era parecido al actual, pero los bosques
de sUb-páramo llegaban un poco más arriba. Al parecer los cazadoresrecolectores encontraban muy propicio el límite entre éste y la vegetación
abierta, pues la convivencia con los dos ecosistemas les multiplicaba los
recursospara sobrevivir. La pradera proporcionaba la caza mayor, consistente
en venados y conejos. Con su carne se alimentaban, con sus huesos hacían
utensilios y con sus pieles se abrigaban. Losarbustosen cambio suministraban
la madera, materia prima indispensable para sobrevivir en un clima tan
riguroso. Con ella encendían hogueras en las que preparaban los alimentos,
calentaban sus viviendas y ahuyentaban las fieras. Las ramas les servían
para construír empalizadas que cubrian con cueros de venado y/o tallos de
frailejón para resguardarse de la intemperie y con ellas también fabricaban
sus armas. Además el bosque proveía una fauna característica y
ocasionalmente suministraba frutos silvestres.
El utillaje de estos individuos consistía principalmente en manufacturas
de piedra y hueso. También debieron tenerlas de madera, pero no se
conservaron. La industria lítica se caracterizó por la abundancia de lascas y
núcleos toscos, de tamaño grande, acompañados por golpeadores
monofaciales (choppers y chopping tools). Adicionalmente se encontraron
algunos artefactos de tradición abriense, de frecuente aparición en las
excavaciones de la cordillera oriental de Colombia. Los utencilios que más
se utilizaron fueron los de corte. Siguen en importancia los percutores, de
los que son sus más acabados exponentes los tajadores bifaciales. El uso de
estos debió estar relacionado con el descuartizamiento de las presas y con la
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obtención de madera. También se utilizaron grandes rspadores, posiblemente
para acondicionar pieles yrnadera. Los artefactos de hueso eran rnayoritari·
amente los perforantes, para coser las pieles con que se debieron abrigar.
Las bandas que frecuentaron los abrigos de Neusa debieron ser relativa·
mente numerosas. Así se puede deducir si se asume que el conjunto de
abrigos con restos arqueológicos fueron ocupados simultáneamente. Sin
embargo, losrnateriales líticos, que aunque son de la región, no se encuentran
muy cerca, permiten afirmar que el sitio era un campamento más o menos
pennanente, desde el cual partían expediciones de caza en un área que
abarcaba todo el páramo de Guerrero. De los rasgos físicos de sus habitantes
no se puede dedr nada, porque no se encontraron restos hwnanos en el
área excavada.
Su procedencia y desplazamientos, estaban circunscritos a los páramos
y altiplanos de la cordillera oriental, regiones a las que se encontraban
perfectamente adaptados, tal como lo demuestran los resultados de la
presente investigación. Aunque el páramo de Guerrero está ubicado en el
costado occidental de la cordillera, muy próximo al valle del río Magdalena,
con conexiones geográficas naturales a lo largo del río Minero que tiene
algunas de sus cabeceras en la vertiente nor-occidental del mencionado
páramo y desemboca en el Magdalena con el nombre de Carare, no se
hallaron materiales provenientes de esa región, ni restos óseos y vegetales
de especies de clima cálido. La industria de choppers y chopping tools, ha
sido reportada en tres lugares del norte de Suramérica, aparte del Neusa:
Correal (1976) los recolectó en el valle medio del Magdalena en dos sitios: en
el Huila y en la desembocadura del río Carare, en el departamento de
Santander. Aunque la recolección superficial no permitió fecharlos, fueron
asociados a épocas precerámicas tempranas. López (1991) los encontró
estratificados en la región del Carare, pero en su mayoría asociados a
cerámica y fechados entre el siglo Xy XV O.e. En la Sabana de Bogotá, en el
Abra, Correal, Van der Hammen y Hurt (1977a, 79.g0) recuperaron dos
tajadores. Estos artefactos se encontraron en las sub-unidades c1-c2, cuya
antigüedad es superior a 14.000 años a.p. Sin embargo, de acuerdo con la
descripción hecha por Schobinger, los artefactos más parecidos a los de
Neusa son los de Manzanillo, en la ciudad de Maracaibo, República de
Venezuela. Oiceel citado autor: "..., lascas y raspadores toscos, tamaño por
lo general grande, de talla tanto unitacial como bitadal, hechos en madera
silicificada (Cruxent, 1962). También aquí hay abundancia de golpeadores
(choppers)". (Schobinger 1%9, 65). El mencionado autor asigna a este sitio
una antigüedad de XIII milenios a.c.
La adaptación del hombre al páramo y la procedencia local de sus
implementos, indican una larga permanencia en parajes con ese mismo
medio ambiente. Esto se entiende así tomando en cuenta que al finalizar el
Estadial del Abra, último avance glacial, comenzó el período Hipsitermal,
durante el cual el clima se fue haciendo más cálido. En esa época el bosque
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andino invadió los altiplanos de la cordillera Oriental y el medio ambiente
páramo ascendió hasta convertirse en los reductos insulares de la actualidad. En consecuencia las especies adaptadas a vegetación abierta quedaron
reducidas a pequeñas áreas montañosas donde sus principales predadores,
los cazadores, las diezmaron hasta extinguirlas. Neusa entonces podría
habe1:sido en los comienzos del Holoceno, entre 10.000 y6.(XX)años a.p., un
limitado coto de cacería, donde el cambio de clima recluyó a presas y
cazadores hasta desaparecer. Las primeras consumidas por los segundos y
estos últimos emigrando o evolucionando su mOO.o de producción y subsistencia ante la presión ecológica y porelcontacto coninmigrantes provenientes
de pisos cálidos, que traían sus propios desarrollos tecnológicos y culturales.
Cronológicamente, las huellas de los cazadores recolectores como tales,
desaparecieron en Neusa hace 6.200 años, cuando se produjo un breve pero
brusco enfriamiento conocido como Estadio de Santa Isabel Temprano.
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LOSRECOLECTORE~HORTICULTORES
Aunque no se ha hecho el análisis de carbón de las muestras tomadas en
la unidad 2A, ésta se puede fechar relativamente con base en la evidencia
estratigráfica del nivel de exfoliación. Los materiales arqueológicos que
caracterizan dicho horizonte se encontraron a partir (encima) del conjunto
de láminas desprendidas. Esta acumulación se produjo naturalmente durante el estadio Santa Isabel Temprano, breve pero brusco enfriamiento
ocurrido hace aproximadamente 6.000 años. Posteriormente los abrigos
fueron ocupados por individuos que removieron dicha exfoliación,
concentrándola y compactándola en las áreas más espaciosas de los mismos.
El hallazgo de artefactos tales como cantos rodados con bordes
desgastados,guijarroscon una superficieaplanada (aislada) PJruso, yunques
y percutores; asociados todos ellos a una alta densidad de láminas
desprendidas de los abrigos, muchas de estas con huellas de haber estado
sometidas al fuego, permitieron establecer para Neusa la permanencia más
o menos prolongada de grupos recolectores que derivaban en parte su
sustentodel procesamiento de productos vegetales. Asílo indica el hecho de
que el hombre 'reordeno' o 'arreglo' la mencionada exfoliación yacente. Esta
elaboración de 'pisos de vivienda' implicaba la convicción por parte de sus
ejecutores de que permanecerían allí durante intervalos de tiempo
prolongados. Similares estructuras han sido encontradas tan lo relacionadas
con abrigos como a cielo abierto en diferentes regiones de la Sabana de
Bogotá. Correal 0977b, 162), reseña un piso semejante en la zona de
ocupación IV de los abrigos de Tequendama. Broadvent 0971, 176); Ardila
(1984,21) YCorreal 0987, 16) describen acomodaciones líticas similares en
descampado. Los molinos de pigmentos que se encontraron en Neusa,
conservaron residuos de ocre mineral (hematita), apreciables en algunos
casos a simple vista. Este colorante se usó con frecuencia para elaborar arte
rupestre y para decorar los entierros secundarios.
En general los artefactos característicos de aquella época modelaron sus
formas a través de la utilización, a diferencia de los de otros tiempos que para
poderse usar debía dárseles una forma detenninada. Estas evidencias
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subrayan el carácter relativamente sedentario de sus creadores. Sin em·
bargo, persistía el uso de útiles abrienses, representados por pequeños
núcleos y lascas (ejes no mayores de 5 cm.). Los raspadores cóncavos fueron
los más utilizados, pero también se encontraron ejemplares de raspadores
terminales y laterales. Frecuentemente tienen huellas de utilización en va·
riosbordes simultáneamente. Esta característica significa además una mayor
economía de la piedra utilizada, en comparación con ocupaciones anteriores.
El número de individuos que confonnaban estas bandas es incierto. Se
sabe que la cacería disminuyó porque los restos de animales se redujeron
notablemente. (Ver cuadros NI1 8 Y10). Sin embargo su dieta se enriqueció
con una mayor variedad. En esta unidad se identificaron restos de curi,
armadillo, ratón, borugo, zorro, venado pequeño,caracoles, aves y cangrejos.
A esta variedad de animales se debe adicionar productos vegetales para los
que se utilizaron artefactos líticos como los yunques, cantos rodados con
bordes desgaStados, percutores, molinos y posiblemente algunos utensilios
de madera.
No existe ninguna evidencia estratigráfica, diferente de la desaparición
de los artefactos líticos diagnósticos, tales como los cantos rodados con
bordes desgastados, que indiquen el abandono de la región por parte de
dichos grupos. Se relaciona esta disminución con el advenimiento de la
cerámica, la cual en las capas más profundas está asociada a metates, manos
de moler y yunques.
Se atribuye el origen de estas manifestaciones arcaicas de recolección incipiente agricultura, a desarrollos originados en selvas tropicales. Su
procedencia intennedia es el valle del río Magdalena, vía de penetración
desde la costa Atlántica, donde se han encontrado las más tempranas
evidencias para Colombia. Asociado a las capas más profundasdela unidad
estratigráfica NVl seencontr6 un raquis de una variedad primitiva de maíz
no identificada claramente. (Ver apéndice V). Boada (1987, 103) encontr6en
el valle de Samacá un espécimen también primitvo y en Tunja los
investigadores Luis Wiesner, Francisco Ortíz, Helena Pradilla y Cennán
Villate, hallaron una variedad de restos vegetales que parecen ser gramfneas
precursoras de maíz primitivo. Estas evidencias están asociadas a elementos
indudablemete culturales. Dichas muestras vegetales hacen pensar en la
posibilidad de que estos desarrollados agrícolas tempranos hayan sido
traídos por las rutas del Norte, al menos como su procedencia inmediata.
Pudiendo haber llegado a aquellas regiones, desde el valle del Magdalena,
a través de la Cuenca Hidrográfica del río Segamoso.
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LAS COLTIJRAS AGROALFARERAS
Aunque no se tienen pruebasdecronología absoluta, entreotroselementos
de cronología relativa aparte de la estratigrafía, se puede mencionar la
tipología establecida en las diferentes investigaciones arqueológicas
realizadas en las comarcas corcunvecinas. Parece que la cerámica llegó a
Neusa al mismo tiempo que al resto de la región. Asíloatestigua la colección
de tiestos correspondientes al período Herrera. Unos perfectamente
identificados, tales como Mosquera Roca Trihlrada o Zipaquirá Rojo sobre
Crema. Otros atípicos pero también tempranos. (Ver apéndice I1I). El
resultado del análisis y clasificación del roa terial cerámico puede presentarse
en ténninos generales como un cuadro en el que los tipos se suceden de los
antiguos en las capas profundas a los recientes en las superficiales. Abundan
los fragmentos provenientes de áreas más cercanas y escasean los de
regiones apartadas. Se puede describir la influencia cultural en la región
durante las épocas alfareras así:
1. La época más antigua, con cerámica del período Herrera representada
por los tipos Zipaquirá Rojo sobre Crema, Mosquera Roca Triturada y
ollas con decoración ungulada. Adicionalmente se encontraron tiestos
correspondientes a la tradición de cerámica incisacon recipientes de boca
ancha y hombro aquillado cuyos rasgos decorativos recuerdan el valle
del Magdalena. Otros, ya un poco más tardíos, parecen provenientes del
Norte. Tal es el caso de la influencia Guane, manifiesta en cerámica
semejante al tipoOiba Rojo sobre Crema yotros tiestosconcaractelÍsticas
comunes en Santander. (Ver Umina r.F 25b, Figura NQ 44a). Otros con
pasta y superficie similares a los definidos en Busbanzá para tiempos
muiscas tempranos (Archila comunicación personal). También del Norte
es el Suta Naranja Pulido, representado en Neusa JXlr vasijas deboca ancha
y hombro aquillado.
2. Una segunda capa está conformada por la preponderancia de los tipos
Valle de Tenza Gris, Chocontá Arenoso Grueso y Guatavita Gris. Todos
procedentes del Sur del territorio Muisca.
3. La cerámica más reciente, Localizada en la capa, superfidal, muestra en su
baseal tiJXlFunza Laminar Duro, precursordel Ráquira Desgrasante Arrastrado que le siguey finalmente, cierra esta secuencia el Chocontá Vidriado.
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En resumen, hacia el fondo de la estratigrafía cerámica, hay tipos premuiscas. A continuación predomina la cerámica del Norte. Luego prevalece la Muisca Oásica y finalmente cubren la secuencia los tipos más recientes y contemporáneos. Este orden demostraría la tradición recogida por los
cronistas, referente a que las salinas de Tausa eran primeramente explotadas
por el cacique de la norteña población de Ubaté, pero le fueron arrebatadas
por el Zipazgo en tiempos de Nemequene, muy próximos a la conquista.
Surgen dos problemas a esta interpretación:
El primero es la existencia de una variedad que se ha denominado
provisionalmente como Burda, con todas las características que definen la
cerámica para la cocción de la sal. (Ver lámina N°24, Figura N043a). Este tipo
tiene su mayor frecuencia en la capa más profunda de la unidad estratigráfica
NO 1, aunque también se encuentra en las capas superiores. Cardale lo
diferencia del tipo Zipaquirá Desgrasante Tiestos y lo identifica con cerámica
procedente de las laderas de la colina de la sal, en Zipaquirá, cuya antiguedad
es de 1.598 ± 70 d.c. (Cardale 1981b, 17).
El segundo problema consiste en ungrupo bastante pequeño de tiestos con
inclusiones de arclllolita, provenenientes de la capa más profunda de la unidad
estratigráfica NO 1. CoITeSponden a vasijas de boca ancha con bordes evertidos,
redondeadosunosybiseladosotros.Estosúltimosestánaltarnenteerosionados,
dejando ver también partículas de óxido de hierro y arena gruesa de diferentes
colores. Arcillolita, oomodesgrasante, seencuentra reiteradamenteencerámica
Muisca, de tal manera que este es uno de los elementos distintivos para su
identificadón. Por tanto no se esperaría encontrar arcillolita en tipos antiguos.
Algo semejante podría decirse del óxido de hierro.
Estos problemas sólo serán clarificados con otras excavaciones que
fechen cerámica para obtendón de sal entre los siglos Il y Xl de nuestra era
yseestablezcandefinitivamentelosparámetroscronológicosdelaocupación
Muisca del altiplano Cundiboyacense. De cualquier forma es muy probable
que un abrigo rocoso con densas y frecuentes ocupaciones sucesivas, ubicado
en una ladera, expuesto a acciones coluviales, tenga la unidad estratigráfica
superficial alterada. Pero definitivamente las características tipológícas del
material recuperado en Neusa, que es a lo que fundamentalmente se hace
referencia en este capítulo, muestran un amplio panorama en el espacio y en el
tiempo, e indican, entre otras cosas, que estos abrigos fueron en esas épocas
campamento de paso de individuos que transportaban sal para intercambiar
con los muzos, panches y colimas, por la ruta occidental que atravezaba
cerca de Laguna Verde y con los cacicazgos del Norte del territorio Muisca,
con los guanes y otras tribus del Magdalena, por el camino de Ubatéquemás
adelante se ramificaba para Sutamarchán, Charalá y Vélez. La alta densidad
cerámica y la presencia de tiestos correspondientes a grandes recipientes de
almacenamiento, lo mismo que huellas de postes con mayor o menor grado de
intemperizadón, sugieren que en el aterrazamiento del Neusa hubo
intennitentemente viviendas de agricultores desde tiempos precolombinos
hasta el presente.
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SINTESIS y CONCLUSIONES
Sorprende la nutrida colección de restos arqueológicos, de diferentes
regiones y épocas precolombinas, concenb'ados en un sitio a primera vista
inhóspito. Una ladera por encima de 3.300 m.s.n.m. donde sólo crece la
vegetadón de páramo. En páginas anteriores se procuró interpretar las
circunstancias que favorecieron dichas ocupadones. En síntesis se planteó
que:
1. Bandas de cazadores-recolectores merodeaban a finales del Pleistoceno
por los altiplanos de la cordillera Oriental de Colombia, cubierta para ese
entonces con vegetación abierta y pequenos bosques de sub-páramo.
Con el advenimiento del Período Hipsitermal holocénico, hace
aproximadamente 9.500 años, el bosque andino cubrió dichas regiones,
haciendo que los grandes herbivoros y sus predadores fueran confinados
en las áreas insulares de vegetación abierta que, entre otras, ocupan los
páramos en la actualidad. Neusa tué, para esa época, un postrer
campamento de estos individuos.
2. Hace6.500añosel páramo de Guerrero, ya pobre en recursos faunísticos,
empezó a ser frecuentado por grupos que sabían identificar y procesar
recursos del bosque (vegetales y animales). No se tiene infonnación
suficiente acerca de cuales productos vegetales, pero en tiempos más
recientes se hallaron restos de maíz primitivo y se esperarían cultivos
tempranos de tubérculos autóctonos como la papa Yotros. Así 10 indica
su menaje lítico, adecuado para la obtención de harinas.
3. Finalmente la cerámica apareció con una rica variedad de procedencias.
AlU pernoctaban traficantes de sal, posiblemet:lte desde hace más de
tres milenios. También se practicó la agricultura. Los españoles encontraron labradores muiscas en la cordillera de Guanquica. (Velandia 1982:
T. 4, 2258).
La industria de choppers ha sido identificada en la Cordillera Oriental,
en los abrigos rocosos del Abra y del Neusa conantiguedad superior a 13.000
y 8.000 años respectivamente. Los percutores del páramo de Guerrero se
encuentran además asociados a grandes núcleos y lascas, de manufactura
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burda, semejantes a los materiales del complejo Camare del litoral árido
venezolano. Esta semejanza requiere adelantar hipótesis acerca de las posibles rutas de ingreso de la mencionada industria a las tierras altas
cundiboyacenses, posiblemente difundida desde el citado complejo
septentrional, por inmigrantes que se hubieran desplazado a través dealgún
corredor natural. En términos generales se podrían plantear tres grandes
opciones al respecto:
1. El valle del río Magdalena. En la conOuencia de este con el Carare, se han
encontrado chop¡:x'rs. Debe señalarse que el río Carare-Minero, tiene parte
de sus cabeceras en el párillT'M) de Guerrero. Otras rutas naturales, todavía
más al Norte, que necesariamente quienes se desplazarán hacia el Surpor el
río Magdalena encontrarían primero, podrían haber sido los ríos Suárez y
Chicamocha. 2. Los Llanos Orientales de Colombia y Venezuela. Areas poco
estudiadas, a las que algunos investigadores les están ya atribuyendo
importancia como zonas arqueológicas tempranas. Y3. Unencadenamiento
de valles interandinos de la Cordillera Oriental de Colombia. En algunos de
estos se han encontrado ocsaionalmente restos de mastodontes. Al respecto
Lavallée 0987; 1, 34) opina: "... parece bastante probable que la rareza de restos
descubiertos e"las tierras bajas, ya sea en el litoral pacíficoseptentrionaf (Colombia
y Norte de Ecuador) o de la inmensa selva amazónica, refleja en cierta medida fa
situaci6n prehist6rica: estas regioñes bajas, cálidas y húmedas, cubiertas de una
~lmuydensanuncadebjerottcmlStituirunhábitatsuficienteme1Jtee:xplotable
1XlraelhomlJreprehistóriro,adifemlCiadelaszcmasdealtitudabiertasyrelativamente
frkilts de recorrer".
Artefactos utilizados en procesamiento de vegatales, encontrados en
Neusa,recuerdanqueenalgúnlugardeSuramérica,ensimilarescondiciones
de altura, debió Uevarse a caboel proceso de identificar, recoger y transformar
tubérculos primitivos como la papa (Solanum tuberosum) hasta
domesticarlos. En un estrato más reciente se encontró un raquis de una
variedad primitiva de maíz. Otros hallazgos posiblemente de especies
vegetales similares hechos en el valle de la Laguna-Samacá y en Tunja,
ambos en el departamento de Boyacá, al Norte del territorio estudiado, (Ver
capítulo V), así como los tiestos de algunos tipos cerámicos identificados en
Neusa, (Ver apéndice DI), y ciertas crónicas, (Ver capítulo 1), indican
influencias de aquellas regiones para épocas cerámicas tempranas. Así
como los conquistadores españoles llegaron a losaltiplanos cundiboyacenses
por el nor-occidente, siguiendo la ya establecida rota de la sal; por allí
debieron llegar muchas inOuencias culturales. Desde ese punto de vista
Neusa gozó de unasituaci6n privilegiada. Así lo demuestran los objetos que
retuvo de sus visitantes a lo largo de más de ocho milenios.
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