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ACTAS DE LA VII REUNIÓN
LA MÚSICA DE LOS SICURIS DE TILCARA
Una investigación de campo sobre las prácticas de los sicuris
durante la procesión a la Virgen del Abra de Punta Corral
SUSANA DUTTO
UNIVERSIDAD NACIONAL DE VILLA MARÍA
Introducción
La presente propuesta fue planteada como una experiencia de la cátedra de
Audioperceptiva I en la UNVM, con el propósito de propiciar la adquisición de hábitos de
investigación, en este caso grupal, como un modo de aprendizaje permanente e integrador.
Creo que es importante compartir el marco en el cual se ha desarrollado la propuesta. Dos
aspectos son fundamentales en la génesis de la misma:
Por un lado, desde la cátedra de Audioperceptiva procuramos fomentar la adquisición de los
recursos que proporciona la investigación, como un modo de estimular hábitos y metodologías de
trabajo que le permitan al alumno continuar un proceso personal de aprendizaje y desarrollo
audioperceptivo permanente.
Por otro, el gusto particular de la docente y la orientación de la licenciatura en Música
Popular se han convertido en un desafío que nos impulsa a rescatar y abordar un repertorio musical
que incluya la diversidad étnica presente en nuestro país y en Latinoamérica y sus modos
tradicionales de difusión. Estas manifestaciones populares, no son consideradas desde el punto de
vista etnomusicológico, sino como parte de un folclore musical vivo, producto de un entorno socio
cultural particular al cual hay que conocer lo más fielmente posible para poder significar y apreciar en
su verdadera dimensión. Las propuestas musicales muchas veces pierden su significado y valor
estético fuera del contexto en el que se desarrollan. De allí la importancia de considerarlas en su
manifestación más pura.
Estos aspectos nos motivaron a realizar una experiencia particular de investigación grupal,
en base a los siguientes objetivos:
• Realizar una experiencia de estudio de campo sobre las prácticas musicales de los
Sicuris, durante la procesión a la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral
(Tilcara) durante las celebraciones de Semana Santa.
• Profundizar el estudio de la música desde una experiencia viva que permita significar
plenamente una práctica musical pre-incaica ligada a una expresión de religiosidad
popular post-conquista.
• Sumarnos a través de la práctica musical a una expresión vigente del acervo musical
popular en los valles de altura de Jujuy.
Para ello nos conformamos como un grupo de estudio, que además de la búsqueda
bibliográfica, discográfica y de partituras, incluyó la práctica musical grupal previa y durante la
festividad elegida. Creemos que esta actividad era un requisito necesario para lograr el mejor
acercamiento posible a la música misma y a la filosofía implícita en dicha práctica.
Desarrollo
A continuación, describiré las distintas actividades que realizamos con el grupo de estudio
para lograr los objetivos planteados:
Búsqueda de información
En primer lugar, nos abocamos a la búsqueda de bibliografía que nos aportara más
conocimiento sobre la región, sus costumbres, sus instrumentos, las distintas fiestas y rituales.
Luego de una mirada general, profundizamos en el conocimiento de la fiesta, los símbolos,
la religiosidad característica, lo que nos llevó a tomar contacto con instituciones del lugar y con
investigaciones y publicaciones específicas.
También conseguimos algunas grabaciones y partituras que nos orientaron en la elección
de temas apropiados para ser interpretados en los diferentes momentos de la fiesta.
María de la Paz Jacquier y Alejandro Pereira Ghiena (Editores) Objetividad - Subjetividad y Música. Actas de la
VII Reunión de SACCoM, pp. 401-411.
© 2008 - Sociedad Argentina para las Ciencias Cognitivas de la Música - ISBN 978-987-98750-6-3
DUTTO
Construcción de instrumentos
Con la ayuda del profesor de organología –Mauricio Pizarro- construimos sicus con caños
de PVC. Fue muy importante esta etapa por la relación que se estableció con el instrumento a partir
de haberlo construido.
Introducción a la práctica musical y la filosofía:
Luego de la construcción de los sicus, nos abocamos a “sacar de oído” los temas que
habíamos conseguido en versiones grabadas, vivenciando la forma de trabajo habitual de las bandas
que no poseen conocimientos de lenguaje musical. Además el trabajo fue una clara introducción a lo
que es la “Filosofía de los sicuri”: la práctica grupal. Los sicus se componen de dos hileras de cañas,
cada una de las cuales se afinan por terceras. La hilera de menor número de cañas se denomina Ira,
y la hilera con mayor número de cañas se denomina Arca. Las bandas de sicuris se forman también
en dos hileras, y cada una toca el Arca y el Ira respectivamente. De esta manera, las melodías se
generan a partir del toque sincronizado de ambos grupos. Este aspecto es fundamental en la
concepción de vida de las comunidades originarias. Para los aymaras (pre incaicos, pobladores de la
zona) no existe el número uno, ya que la unidad incluye dos partes: necesito del arca y el ira para
ejecutar la melodía: la música, para “ser”, necesita de al menos dos personas.
Luego de sacar de oído los temas, se escribieron dos sistemas: el sistema de notación
cifrado que es el que usualmente se utiliza en la música popular y el sistema de notación
convencional.
Armado de la banda de sicuris
Con la colaboración del profesor de vientos realizamos ejercicios de respiración y de soplo.
También hicimos prácticas de caminata y ejercicios de pulso y sincronización rítmica grupal (derivada
de la alternancia en la forma de toque propia de las bandas) pero pudimos practicar tan solo tres
melodías. En la evaluación posterior se advirtió que dedicamos a esta actividad menos tiempo del que
hubiera sido necesario.
Viaje
La organización del viaje, su gestión, la búsqueda de apoyo económico, las reservas en el
camping, las carpas, las “reglas internas” de convivencia, la voluntad de realizar una cobertura a
través de una filmación, todo esto también fue producto del trabajo en equipo. La experiencia del viaje
fue realmente maravillosa. El grupo humano funcionó y convivió durante los 5 días de la travesía con
compañerismo, alegría y entusiasmo.
Participamos –junto a 2500 sicuris, integrantes de las diferentes bandas– de los momentos
más importantes de la celebración: la bendición en la Iglesia, las postas en el descenso, la sicureada
en el abra y la entrada procesional al pueblo. Conversamos con integrantes de distintas bandas, con
gente del pueblo y con visitantes, procurando captar las vivencias particulares de cada grupo.
La vivencia de la fiesta y su entorno superó ampliamente las expectativas de todos.
El hacer música de ese modo era una expresión auténtica que podíamos compartir y
comprender de un modo privilegiado. Durante esos días pudimos observar cómo se conjugaron
diversos aspectos que son la esencia misma de una verdadera fiesta: un contacto particular con una
naturaleza maravillosa que invita al silencio y a la contemplación, la realización de una actividad
desprovista de cualquier finalidad útil o inmediata y la experiencia musical comunitaria como
manifestación plena de la alegría compartida.
Evaluación
Este momento fue muy importante desde el punto de vista del proyecto, ya que nos permitió
tomar conciencia de lo positivo y de los aspectos que podrían haber funcionado mejor.
Todos coincidimos en la necesidad de compartir lo vivido con el resto de la comunidad
universitaria y de la ciudad, por lo que decidimos realizar una presentación abierta donde contaríamos
nuestra experiencia, tocaríamos como banda de sicuris y realizaríamos una pequeña edición que
incluya datos bibliográficos y partituras.
Preparación de presentación pública
Miramos las imágenes filmadas y elaboramos una pequeña propuesta de guión.
Muchos de los chicos habían llevado grabadores mp3, de dichas grabaciones transcribimos
temas que habían sido parte del repertorio de otras bandas.
Realizamos una síntesis de la bibliografía que habíamos consultado, a la que sumamos la
experiencia de lo vivido.
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LA MÚSICA DE LOS SICURIS DE TILCARA
Presentación
La misma se realizó en las instalaciones de la UNVM y fue abierta a la comunidad
universitaria y al público en general. Consistió en la proyección del DVD documental, la interpretación
de la banda de sicuris y la edición del texto que incluye una síntesis del trabajo de búsqueda
bibliográfica y la transcripción de nuevas melodías grabadas en campo.
Conclusiones
Esta experiencia ha resultado sumamente enriquecedora para todo el grupo y de un gran
aprendizaje en muy diversos aspectos: la búsqueda compartida, la revalorización de la riqueza de
una cultura que conserva sus tradiciones, la profunda sabiduría de algunas personas que viven de
una manera muy simple su vida, lejos de las exigencias del hombre en las grandes ciudades y que
viven la música desde una perspectiva diferente, integrándola a su cotidianeidad y a las grandes
fiestas que marcan su calendario; la posibilidad de resignificar y revalorizar una música que dentro de
su contexto sociocultural se manifiesta como algo propio y cercano, aún para quienes estamos más
ligados a una cultura urbana que a la del noroeste argentino.
Los pasos propuestos son los mismos que cualquiera de nosotros seguiría si pretende
desarrollar un proyecto de investigación, que es la forma de capacitación permanente más clara y
completa a la que podemos aspirar.
Creo que podemos señalar que la experiencia, además del aprendizaje específico de la
práctica musical estudiada, ha favorecido en los estudiantes la adquisición de capacidades
relacionadas con lo siguiente:
• La autodirección en las iniciativas que lleva a cabo, por sí mismo y con otros, para
realizar tareas de investigación.
• La inventiva, mediante la utilización creativa de recursos, métodos y explicaciones
alternativas a los problemas que investiga.
• La formulación y resolución de problemas, a partir del diagnóstico de situaciones y el
desarrollo de estrategias analíticas y evaluativas.
• La integración, pues favorece la síntesis de ideas, experiencias e información de
diferentes fuentes y disciplinas.
• La toma de decisiones, ya que ha de decidir lo que es relevante y lo que se ha de incluir
en el proyecto.
• La comunicación interpersonal, puesto que ha de contrastar las propias opiniones y
puntos de vista con otros, y hacerse responsable de ellas, mediante la escritura u otras
formas de presentación.
Esta práctica pedagógica es también profundamente renovadora y estimulante para el
docente. De igual manera se estimula un modo de aprendizaje que propicia por un lado, el uso de las
técnicas tradicionales de enseñanza como son la transmisión oral y vivencial y por otro lado la
revalorización de la investigación como modo permanente de conocimiento.
Fragmento del documento elaborado a partir de la experiencia
realizada
Se adjunta el cuerpo del documento elaborado por el grupo, donde se incluyen la
investigación teórica sobre el tema, algunas fotos y la transcripción de melodías grabadas durante la
procesión.
El Siku
Siku es el nombre aymará de la flauta de pan, término que se utiliza para nombrar a los
instrumentos musicales que se asemejan, físicamente, a la clásica y conocida forma de la flauta de
pan del personaje mitológico PAN. La flauta de pan ha aparecido desde tiempos remotos en diversas
culturas que a lo largo de los tiempos han existido en los diferentes continentes del planeta. Se
conoció en culturas y pueblos antiquísimos y disímiles como China, Corea, Japón, Moche, Nasca,
Tiawanaco, Siria, Frigia, Fenicia, Fenicia, Palestina, Persia, India, Egipto, Grecia, Roma, etc.
Este instrumento musical, según el sistema clasificatorio de Curt Sach, Erich Von
Hornbostel y Carlos Vega, es un aerófono de soplo, de filo o flauta, sin canal de insuflación,
longitudinal y en juego.
• Aerófono: Instrumento en el cual el sonido se produce por vibración del aire (ondas
estacionarias de sonido).
• De soplo: La onda estacionaria de sonido se produce en el propio instrumento musical
que actúa como cavidad resonante.
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De filo o flauta: El aire en vibración es suministrado directamente (corriente de aire
plana); el instrumento es en sí, una cavidad resonante, generalmente, de forma tubular
y no tiene lengüetas a través de las cuales soplar.
Sin canal de insuflación: La corriente de aire se produce con los labios.
Longitudinal: El instrumento es soplado por la abertura superior de la sección del tubo.
En juego: El instrumento consta de varios tubos unidos, generalmente de distinta
longitud.
Figura 1. Sicuris.
Está formado por una o dos hileras de tubos - en cantidad de ocho - la primera es de doble
tamaño que la segunda. En realidad, el siku es medio instrumento, pues se necesitan dos para
obtener una escala completa.
En América del Sur, específicamente en la zona del altiplano (Perú, Bolivia, norte de
Argentina y Chile) se destaca el uso del Siku, también llamado Antara (en quechua) y Zampoña (en
español).
La principal característica es su uso colectivo,
“una sesión de música sikuriana es una experiencia profundamente gregaria que
contagia vigor y vida en abundancia. Es una fiesta de unión donde los espíritus se vuelven uno y
todos construyen la música mientras danzan. En ellos –los sikuris- se da nítidamente la paradoja
dialéctica de ser el todo y la parte al mismo tiempo.” (Valencia Chacón 2006)
Otra característica importantísima, ligada a la concepción filosófica de las culturas que lo
interpretaban, es su técnica interpretativa: el “diálogo musical”. La misma consiste en confeccionar las
frases musicales que componen una melodía mediante un íntimo diálogo, la alternancia de sonidos
hechos por dos instrumentos, y desde luego, dos instrumentistas o grupo de instrumentistas, que
constituyen una unidad. El tipo de ejecución más habitual es entre dos grupos formados en hileras
que –como decíamos- tienen a su cargo una "mitad" de la melodía. Una mitad de los sicuris ejecuta
usando, por ejemplo, el DO, MI, SOL, SI, RE, etc. mientras la otra mitad ejecuta las notas RE, FA, LA,
DO, MI, etc. por lo que la escala se intercala entre los dos grupos ejecutantes. El efecto, estando
presente en el lugar de ejecución, es el de estar frente a un extraño tipo de órgano que va "moviendo
la música", de acuerdo a la alternancia de toques que marque la línea melódica. Se logra de esta
forma sincronizar a la perfección la melodía, la cual suena "a uno", pero también, "entre dos".
Se podría decir que los ejecutantes “trenzan” la melodía. Estas dos partes del mismo
instrumento que se interpretan en forma alternada se conocen con los nombres de “Ira” y “Arca”. Los
sikuris de la región de Tilcara denominan primera al siku que posee mayor número de tubos y
segunda al que tiene un número menor.
Es importante señalar que el siku tuvo en el pasado un carácter litúrgico.
Son famosas las bandas de sikuris que se organizan para las festividades religiosas en las
que suelen participar entre 30 y 50 músicos -generalmente lugareños - por banda. Forman parte
inseparable del mágico escenario de la Quebrada en los días de unción religiosa y en los tumultuosos
remolinos carnavaleros.
Diversos Tipos De Sikus
Existen diferentes afinaciones y tamaños, conformando de esta manera diversos conjuntos
orquestales. El tamaño determina el rango sonoro, es decir la tesitura, encontrando en las
agrupaciones generalmente tres o cuatro grupos de sikus.
La mayoría de los sikus utilizan actualmente una escala heptafónica (siete sonidos dentro
de una escala), que pueden estar afinados en diferentes escalas.
A modo de ejemplo podemos enumerar algunos grupos detectados en Bolivia:
•
Chirihuano
•
Italaque
•
Misti – Siku
•
Sucura
•
Mimula
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LA MÚSICA DE LOS SICURIS DE TILCARA
•
Payas
Cada grupo de Sikus que describimos en el cuadro anterior encierra a su vez otras
particularidades. Por ejemplo, el grupo de Sikus Italaque tiene las siguientes voces: Sanka, Malta y
Chúli.
Los Sikuris que participan de la devoción a la Virgen de Copacabana del Abra de Punta
Corral llaman a las distintas variedades de Siku, medidas. En al mayoría de las bandas de Sikuris, la
medida más común esta constituida por grandes y chicos. Una tropa de Sikus se compone de 12
unidades.
Las variedades de la flauta de pan que usan las bandas de Sikuris proceden del vecino país
de Bolivia, a excepción de la banda los Patricios de Tilcara utilizaba cañas peruanas muy codiciadas
en el medio.
En la actualidad se ha detectado que algunos bandas de sikuris contemporáneas de Tilcara,
empezaron a experimentar cambios en el uso de variedades de sikus, mientras que tradicionalmente
se utilizaban sikus de ocho y siete tubos exclusivamente, en la actualidad se están incorporando sikus
de siete y seis tubos, como así también de otros materiales, como caños de pvc.
La calidad de los Sikus tiene que ver con la jerarquía que adquiere la banda de Sikuris
cuando ejecuta melodías. Mientras que las bandas menos experimentadas suelen tañer las cañas sin
importarle demasiado el sonido que producen.
Muchas bandas de Sikuris suelen comprar cañas nuevas cuando se acerca la Semana
Santa. A modo de rito la iniciación de los nuevos instrumentos los Sikuris proceden a Challar las
cañas con alguna bebida. Esta ceremonia se completa con la bendición del sacerdote durante la misa
de despedida que se realiza el lunes Santo.
Las Bandas de sicuris
Las Bandas de Sikuris son grupos de aproximadamente 30 personas que interpretan música
en las distintas celebraciones religiosas, como ser la Peregrinación al Santuario de la Virgen de Punta
Corral, el Toreo de la Vincha en Casabindo, la Adoración de Cachis a la Virgen en las Fiestas
Patronales de Iruya, y otras festividades del Noroeste Argentino; además de hacer representaciones
de nuestra cultura en otras ciudades del país.
Estas bandas están integradas por personas de distintas edades, entre ellos muchos
jóvenes y también algunos niños que participan para ir formándose y aprendiendo nuestras
tradiciones. Las mismas, tiene su origen en épocas precolombinas, y posteriormente fueron
adaptadas por los españoles a las celebraciones religiosas.
Actualmente los instrumentos que se tocan son de 20 a 30 Sicus, uno o más Bombos,
varios redobles, dos Platillos, una Matraca para señalar cuando comenzar o terminar de tocar, y una
bastonera que acompaña el recorrido marcando el compás.
Los temas que se interpretan son principalmente música de la Quebrada y La Puna, y se
han incorporado para las marchas, temas populares actuales, al ritmo del género propio de las
bandas de sikuris que es el huayno altiplánico.
Conformación de una Banda de Sikuris
Una banda de Sicuris típica se puede conformar de la siguiente manera: 1 dirigente,
tamboreros, bomberos, platilleros y cañeros.
Entre los integrantes de la misma existen diferentes roles o funciones:
• Rol del capitán: Dirige la ejecución de las piezas musicales, tañe el sikus y la matraca.
Este papel se otorga, por consenso, al cañero más experimentado.
• Cañero: Ejecuta la caña de sikuris.
• Tamborero: Ejecuta el redoble o el tambor.
• Bombero: Ejecuta el bombo.
• Platillero: Ejecuta los platillos.
• Dirigente: Porta la varita.
• Artillero: Tira las bombas de estruendo y transporta el mortero lanzabombas.
• Utilero: Transporta instrumentos e indumentaria de la banda, caballete del bombo, etc.
• Estandarte: Lleva un cartel con la identificación de la banda de Sikuris.
• Botiquín: Transporta un botiquín de primeros auxilios.
A su vez, cada banda, posee una organización interna: Fundador - Presidente – Capitán –
Dirigente.
Los nombres de las bandas de Sikuris
En la procesión de la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral, participan
numerosas bandas. Este año –Semana Santa de 2007– participaron aproximadamente 2500 sicuris,
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pertenecientes a unas 46 bandas, a las que se sumó el grupo de la Universidad de Villa María con el
nombre de Los Marianos.
Generalmente están vinculados a distintas devociones, o representan de algún modo al
grupo de personas que la conforman, a la región de donde provienen o un ideal en común.
Algunos de los nombres son:
• Veteranos
• Defensores Argentinos
• Patricios
• Reservistas –Sanidad
• Señora del Rosario
• Señora de Copacabana del Abra de Punta Corral
• Auxiliadora
• Tilcareños
• Francisco de Asís (Escalinata)
• Nuestra Señora de la Merced (Pueblo Nuevo)
• Nuestra Señora de Lujan (Cerro Porteño)
• San Francisco del Barrio San Francisco
• Antenor Sajama (Huichaira)
• Bendice a Sergito (San Salvador de Jujuy)
• Yacoraite
• Infantil M. Rosa Mística (Barrio Matadero)
• Mujeres Rosa Mística
• Banda de Sikuris San Cayetano (Barrio Escalinata)
La religiosidad andina y el culto a la Virgen
En la tradición religiosa de las culturas pre incaicas que poblaban la región del norte de
nuestro país, Bolivia y Perú, se practicaba la veneración a “signos” presentes en la naturaleza que se
consideran manifestaciones de lo supremo. Estos signos llevan el nombre de wacas.
Copacabana es una región ubicada cerca del lago Titicaca donde se realizaban
peregrinaciones por ser considerada una zona sagrada. Tanto en aymara como en quechua, Copa
quiere decir “piedra de turquesa” y Cabana “santuario”.
Cuando los Incas avanzan por esa zona, que ellos luego denominarán Kollasuyu, se
encuentran con ese gran centro de peregrinación que es adoptado por ellos y atendido con gran
dedicación. A la vez consideran que en Copacabana confluían otras wacas menores de todo el
Tawantisuyu.
Cuando llegan los españoles, toman con mucha atención este lugar sagrado para los
indígenas, principalmente la zona del sur andino, e instalan en el año 1582 -apenas 50 años luego de
su llegada- el culto a la Virgen de la Candelaria. Esta Virgen toma el nombre de la región considerada
sagrada: “Virgen de Copacabana”, y así se difunde por toda la región andina.
Antonio de la Calancha, un cronista muy importante, dice que es el primer caso en toda
la cristiandad de una imagen de la Virgen que tome el nombre de una waca (Machaca 2004).
La Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral
Figura 2. Virgen de Copacabana.
La veneración o el culto a la Virgen de Copacabana en la región de Tilcara, más
precisamente en el Abra de Punta Corral, en la Estancia Vieja, se remonta al mes de julio de 1835.
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LA MÚSICA DE LOS SICURIS DE TILCARA
El relato de su aparición fue encontrado en una especie de cuaderno, donde se encuentran
memorias y anotaciones de don Roque Jacinto Torres (primer esclavo) de la Virgen. Cuenta que en
los pastizales en el alto del cerro, que desde el rancho se ven, estaba un día don Pablo Méndez
pastizando sus vacas, arriándolas hacia el valle en procura de un invierno provechoso. Al trasmontar
la cumbre tuvo de pronto una visión sobrenatural. Allí entre las piedras, junto a una tola, en el lugar
donde se levantaba un calvario se le apareció una señora blanca, cabellera reluciente que le habló
con afable majestad, preguntándole qué hacía. Maravillado, y como quien conversa consigo mismo, le
contestó. Antes, que la aparición se disipara, el oyó que le recomendaba que al otro día volviera a
buscarla. Don Pablo quedó atónito, perplejo. Solo atinó a señalar con piedra el lugar y regresó a su
rancho. Reunido con su familia en la cocina contó lo sucedido. Unos rieron, otros decían que hablaba
dormido en el lugar y que sólo era un sueño; algunos se asustaron. El relato cuenta que sólo su
cuñado -R. J. Torres- le aconsejó que volviera al día siguiente. Así lo hizo. No apareció de nuevo la
señora, pero sobre la piedra dejada como señal, Pablo encontró una “piedrita” extraña blanca y
pequeña que recordaba la forma de alguna imagen vista en estampa y sobre todo a la Virgencita de
Copacabana del Abra de Punta Corral; tan venerada, y conocida. Estaba patente la cabeza con su
corona, su manto cónico y hasta algo modelada la figura del niño.
A esta piedra que representa la Virgen, y que es incluida como reliquia en la imagen de la
Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral, se la venera y enseguida se le atribuyen milagros.
Es importante señalar que la piedra, es un material que significaba en la población
campesina un objeto de culto (illas y conupas, amuletos), relacionándolas con la reproducción de los
animales, y con el uso de las mismas como ofrende a la Pachamama (Madre Tierra) en las apachetas
(montículos de piedras que se forman en lugares particulares del camino, donde los peregrinos
depositan las mismas como ofrenda a la madre tierra y estímulo al viajero).
Es muy particular el hecho de que sea una devoción “privada”, o sea que la imagen de la
Virgen no es de la institución religiosa, sino de su esclavo. De cualquier manera, su devoción es
aceptada por la Iglesia e incorporada a las fiestas y ceremonias propias del calendario litúrgico,
instituyéndose la peregrinación como parte de las ceremonias de la Semana Santa.
Diferentes hechos históricos, y la rivalidad entre las poblaciones de Tilcara y Tumbaya, que
se disputan el derecho a ser el sitio donde llegue la Virgen al final de su descenso del Abra,
desemboca en la actualidad en la existencia de dos procesiones, que se realizan con pocos días de
diferencia. La primera se realiza para el domingo de Ramos y la segunda el miércoles de Semana
Santa.
La Peregrinación
El ascenso al Abra, que se encuentra a 27 km aproximadamente de Tilcara y a 4200 metros
sobre el nivel del mar, se realiza el día lunes de Semana Santa. Los distintos grupos de sicuris o
peregrinos eligen generalmente la tardecita o la noche para realizar la caminata, que siempre
coincide con la luna llena.
El descenso se realiza el miércoles de Semana Santa. A las 6 hs. de la mañana, se celebra
la Santa Misa y luego se emprende el descenso. Durante el mismo -siempre acompañados por las
bandas de sicuris que alternan el honor de escoltar a la Virgen- se realizan paradas en los Calvarios,
que son construcciones cuadrangulares donde se apoya la imagen de la Virgen mientras se realiza
una oración comunitaria. En esos mismos sitios, coinciden las Apachetas –alguna de ellas muy
antiguas- donde los peregrinos y sicuris pone piedras, como una ofrenda a la Pachamama,
conservando esta tradición tan antigua.
La peregrinación a un lugar de altura también esta relacionada con prácticas pre hispánicas.
Las montañas tenían una importancia vital para los habitantes prehispánicos de la región. La cima de
la montaña siempre ha sido considerada como un lugar sagrado, que favorece el vínculo con lo
espiritual. Se han encontrado apachetas muy antiguas con ofrendas de malaquita, de turquesa, que
es precisamente lo que quiere decir Copa.
Luego de haber recorrido una tercera parte del camino, se llega a Chilcaguada, donde se
realiza un descanso aproximadamente al mediodía. Y luego se emprende el descenso final hasta el
pueblo de Tilcara. Allí, los habitantes han engalanado las calles por donde pasa la procesión, con
flores, semillas, alimentos y majestuosas "ermitas", hermosas obras de artesanía tipo mural
elaboradas con frutos, semillas y hojas del lugar, representando las distintas estaciones del vía crucis
de nuestro señor.
Se colocan a ambos márgenes de la calle, recibiendo a los peregrinos, las bandas de sicuris
que realizan la escolta musical y a la imagen de la Virgen.
Al llegar a la Iglesia, se dispersan las bandas y se celebra la Santa Misa, con la cual
concluye la peregrinación.
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Momentos de la participación de las Bandas
Primer momento
Las bandas de Sikuris reciben la bendición en la Iglesia de Tilcara el día lunes Santos, luego
de la Misa.
Las bandas concurren en horas de la tarde entre las 18 hasta las 24 horas. Cuando una
banda ingresa al interior del templo ejecuta el ritmo musical denominado “adoración”. El ingreso se
realiza de rodillas y con la cabeza descubierta. Una persona que ayuda al sacerdote anuncia, por el
nombre de la procedencia, la cantidad de integrantes, año de fundación, nombre de presidente, el
capitán y algún otro dato de interés. Finalmente los Sikuris rezan junto con el oficiante y se retiran sin
dar la espalda al altar. Una vez fuera del templo los músicos interpretan una “marcha”. Al llegar al
Abra de Punta Corral realizan el saludo a la Virgen, repitiendo este modo de entrada y salida, en el
santuario del Abra.
Segundo momento
La misa de los Sikuris que tiene lugar el día martes Santo en el Santuario del Abra. Esta
celebración se realiza en la plaza y en ellas participan todas las bandas. Luego del mencionado acto
se hace la procesión donde las bandas de Sikuris tocan, rodeando el Abra en una gran caravana
musical. Cada banda toca sus melodías, las cuales se superponen a las del resto, produciendo
sonoridades realmente particulares.
Al anochecer y durante un acto que se denomina retreta a la Virgen, los Sikuris vuelven a la
plaza para ejecutar diferentes melodías en ritmo de: dianas, boleros, morenazas, pieza y ataque. Una
verdadera fiesta donde la música está al servicio de la adoración a la Virgen.
Tercer momento
Se inicia con la partida de la peregrinación en la madrugada del Miércoles Santo e implica
todo el acompañamiento de Sikuris en el camino hasta Tilcara. Los mismos se disponen en los
lugares en que han sido asignados, esperando que la Virgen llegue y luego acompañarla hasta la
próxima posta donde otra banda de Sikuris continuará con la tarea de escolta musical.
El último acontecimiento importante de una destacada participación de los Sikuris es la
llegada al pueblo de Tilcara.
La presencia histórica de las Bandas de Sikuris en la devoción
No se ha podido precisar con exactitud el inicio de la participación de los Sikuris en la
festividad.
Una señora manifestó que antiguamente la peregrinación era acompañada por la música de
un bombito (Machaca 2004).
Para la década de 1920 sabemos de la existencia de Sikuris participando en la devoción.
Según datos los primeros integrantes serian residentes bolivianos.
La banda de Sikuris más antigua que se conoce en el presente es la de Los Veteranos. Fue
creada por el presidente boliviano Don Julio Torrejón en el año 1930.
Algunas Transcripciones a modo de ejemplo
Melodía 1
Figura 3. Melodía 1.
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Melodía 2
Figura 4. Melodía 2.
Figuras testimoniales
Figura 5: Imágenes de Tilcara.
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Figura 6. Ascendiendo al Abra por la noche.
Figura 7. Llegada de la procesión a Tilcara
El presente documento fue elaborado por los integrantes de la Banda de Sikuris “Los
Marianos” a partir de la bibliografía que se especifica y de las entrevistas realizadas durante la
procesión del año 2007.
Profesores
Susana Dutto y César Elmo.
Alumnos
Marianela Chiabrando, Marianela Bordese, Cecilia Luna, María Celina Luna, Sabrina Vera,
Susi Freiz, Stefanía Parsi, Julieta Ocampo, Laura Lucero, Leticia Soria, Mariana Bono, Romina
Álvarez, Paula Fernandez, Milton Arias, Guillermo Linder, Emiliano Àvila, Facundo Crettón, Nazareno
Escobar, Joaquín Aguilar, Pablo Chudnovsky, Eduardo Brandi y Marcos Ivulich.
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Universidad Nacional de Villa María. Lic. en Composición Musical con orientación en Música
Popular. Abril de 2007.
Referencias
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Ábalos, J.; Ábalos, W. y Maine, C. (2004). Expresiones Musicales y festivas en Molulo (Tilcara, Jujuy).
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Alarco, R. et al. (2002). Sonidos Andinos. Una antología de la música campesina del Perú. Lima: Raúl
Romero editor.
Kriner, D. (1997). Danzas precolombinas de América del Sur y sus relaciones con otras culturas
mitológicas. Buenos Aires: Corregidor.
Machaca, A. (2004). Los sikuris y la virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral. Jujuy: Ed.
Lukar.
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Actas de la VII Reunión de SACCoM
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