El largo viaje de Ulises - escuela para el hombre nuevo

El largo viaje de Ulises
Relatos mitológicos
El largo viaje de Ulises
AUTORES:
ADRIÁN NIESZAWSKI
MARTÍN RIBERO
BRUNO GALETTO
ESTE MATERIAL LO EDITAMOS LOS CHICOS EN INFORMATICA
“Zeus y las cuentas”/ 3º A- 2001
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Relatos mitológicos
El largo viaje de Ulises
Ulises viaja y encuentra una isla desierta y
decide visitarla.
Ulises
pisa
la
isla para buscar agua y
provisiones.
En el camino encuentran una gruta y deciden
entrar para investigarla.
En la gruta había demasiada comida: jarras de
leche fresca, crema , queso, miel ,vino
¡Y
hasta
pequeñas
manadas
de
ovejas
y
carneros
bien
instalados
en
prolijos
corrales!
En el centro, un gran hogar con brasas
aún
encendidas y muchas pilas de leña a los
costados.
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Relatos mitológicos
El largo viaje de Ulises
Apenas habían recorrido la estancia husmeando
en los tarros y en los jarros, cuando
sintieron que de pronto la tierra temblaba
bajo sus pies y vieron que las ovejas
empezaban a sacudirse como cuando está por
desatarse un terremoto.
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Relatos mitológicos
El largo viaje de Ulises
Se ocultaron lo mejor que pudieron detrás de
los toneles y desde ahí
vieron reflejarse en la entrada de la cueva
la figura gigantesca de Polifemo (el
cíclope).
Era un monstruo poderoso, alto como cinco
hombres, con el rostro cubierto de pelos y
un solo ojo negrísimo en la mitad de la
frente. Vivía con sus hermanos cíclopes en
una isla desierta.
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Relatos mitológicos
El largo viaje de Ulises
Los griegos asustados trataron de que el
cíclope no los viera... pero Polifemo los vio
y dijo:
- ¡Hombrecitos ridículos! ¡Me los voy a comer
uno por uno!
Y trajo unos listones de madera , hizo un
corral semejante al de las ovejas y allí
puso a Ulises y a sus hombres.
Después cerró la entrada de la cueva con
una piedra tan pesada que ni veinte bueyes
juntos la habrían podido mover y se dispuso a
comer.
Polifemo se comió a dos hombrecitos de un
sólo trago.
Los demás gritaron y creían que iba a ser el
final de todos.
Polifemo se alejó para llevar a las ovejas a
pastar pero antes volvió a poner la pesada
piedra en la entrada.
Entonces Ulises rápidamente dio órdenes de
buscar algún madero y afilar su punta ,
después había que esperar al monstruo.
Cuando Polifemo volvió se tomo un jarro de
vino y se tragó a dos hombres más.
Ulises lo llamó desde el corral y le dijo
con la voz más amable del mundo:
- Señor cíclope, ¿no querría que le sirva un
poco mas de vino?
El cíclope aceptó, Ulises le sirvió un
jarrón bien colmado.
-¿Cómo
te
llamas
hombrecito?preguntó
Polifemo.
- Me llamo Nadie – dijo Ulises.
- Bueno Nadie, serás el último que me comeré.
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El largo viaje de Ulises
- Gracias- dijo Ulises - ¿no querrá un poco
más de vino?
Polifemo aceptó.
Y tomó ese vino rojo espeso hasta que se
tambaleó y se cayó dormido.
Entonces Ulises les abrió la puerta a sus
amigos y entre varios levantaron el leño que
Ulises había ordenado preparar.
Lo encendieron con las brasas y se lo
clavaron al cíclope en el ojo.
El cíclope aulló muy pero muy fuerte. La
gruta se sacudió como un papelito, las ovejas
empezaron a balar desesperadas. Con gran
esfuerzo Polifemo se sacó el leño punzante y
fue a la casa de los hermanos cíclopes.
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El largo viaje de Ulises
Los cíclopes preguntaron:
- ¿Quién hizo
eso?
- Fue nadie- gritaba Polifemo.
Y los cíclopes se miraban sin entender.
Cuando llegó la mañana Polifemo, casi ciego,
abrió la puerta del corral de las ovejas para
llevarlas a pastar.
Polifemo palpó una por una a las ovejas,
pero no contó con la astucia de Ulises.
Debajo de cada una había un griego, bien
agachado y pegado al vientre del animal.
El cíclope palpaba la lana del lomo y
suponía que salía sólo la oveja.
Así fue como lograron escaparse.
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