reseñas noviembre 06 - Bibliotecas Públicas

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Allen, Woody
Adulterios. Tres comedias de un acto
Barcelona: Tusquets, 2006 155 p. 21cm.
T ALLEN tre
Tenía que haber sido boticario. Eso es lo que le
decían sus padres. Una buena farmacia allí en
Brooklyn, donde el chaval, con ese aspecto
enfermizo y escuchimizado que ha tenido siempre,
dispensara medicinas, vendas y cepillos de dientes
para todo el barrio, sin meterse en líos. Pero su
vida ha estado permanentemente desenfocada. Se
empeñó en ser artista y de culto, se le metió en la
cabeza escribir historias raras y jugar con los tabúes de una manera un tanto
malabar, cambiarse el nombre y elegir uno más en concordancia con su
espíritu de clown que de rabino. Así fue como Allen Stewart Konigsberg
pasó a ser Woody Allen, el icono que en lugar de calmarnos los males nos
los evidencia, si no con un ataque de hipocondría histérico, desnudándonos
las vergüenzas con retratos descarnados de la especie, con ese sistema
milimétrico de trabajo que tiene, y que alterna magistralmente el drama y la
tragedia con su don innato para la comedia.
(Jesús Ruiz Mantilla. El País Semanal 15-10-2006)
Mediante vivos diálogos llenos de ingenio, Adulterios narra tres historias
sobre el amor y el desamor, el matrimonio y la infidelidad. Y, como ocurre en
todas las obras de Woody Allen, las situaciones disparatadas y divertidas
esconden una honda reflexión en torno a la comedia humana. Tituladas a
partir de tres zonas de Nueva York -Riverside Drive, Old Saybrook y Central
Park West-, están protagonizadas por neoyorquinos arquetípicos que, con
una mezcla de ingenuidad y prepotencia, creyendo que lo tienen todo
controlado y que sus actos están regidos por la razón, se ven, sin embargo,
compelidos a ocultar dichos actos y, contradictoriamente, a confesarlos en
los momentos más inoportunos. En Riverside Drive, el diálogo entre un
conocido escritor y un psicópata saca a relucir lo peor del conocido escritor,
aventuras extramaritales incluidas, y también lo peor del psicópata; en Old
Saybrook, tres parejas, reunidas en torno a una barbacoa, empiezan a contar
secretos hasta ese momento bien guardados; por último, en Central Park
West, una prestigiosa psiquiatra se entera de que su marido va a dejarla por
otra mujer y llama a su mejor amiga para contárselo.
Sellier, Jean
Atlas de los pueblos de África
Barcelona: Paidós, 2005 218 p. 18 cm.
94 AFR 000
"Las sociedades mediterráneas de la
Antigüedad eran, por lo general,
esclavistas. Por el contrario, en las
sociedades africanas tradicionales al sur
del Sahara, existían ciertas formas de
subordinación muy fuertes, pero (salvo
excepciones) no se trataba de esclavitud
propiamente dicha, y aún menos de trata
(es decir, de ese comercio en el que las
mercancías son seres humanos). La
práctica de la esclavitud según el modelo
mediterráneo alcanzó la zona «sudanesa»
(de Senegal a Etiopía) al mismo tiempo
que el cristianismo (Nubia) y, sobre todo,
el islam. Este último profesaba que se podía esclavizar a las poblaciones
paganas siempre que no se convirtieran. Estados como Kánem o Mali (y más
tarde Waddai y Darfur) adoptaron a la vez la fe musulmana y el sistema
esclavista (según algunos, extraían la mayor parte de sus recursos de la
venta de esclavos a los tratantes que partían hacia el norte del Sahara). El
modelo esclavista se propagaría después hacia el sur, llegando al país akan
en el siglo xv, poco antes de que los portugueses desembarcasen en la
Costa del Oro."
"La conferencia de Berlín (1884-1885), que convocó a las potencias
europeas a propósito de África, dejó constancia de la expansión colonial,
ya en curso, y resolvió algunas cuestiones, como las ambiciones de
Leopoldo II. Contrariamente a lo que se suele pensar, allí no se fijaron las
reglas del juego, sino que se ratificó la idea de que África se debía colonizar
«para que se abriera a la civilización».
"En 1990, De Klerk soltó a Mandela y a los demás presos políticos. El
ANC [Congreso Nacional Africano] recuperó la legalidad. En dos años, se
desmanteló toda la reglamentación del apartheid. En diciembre de 1991,
comenzaron negociaciones entre diferentes formaciones políticas, con el
objetivo de formar un gobierno multirracial de transición, así como para
preparar una nueva Constitución. Las negociaciones se convirtieron en un
tête à tête entre el ANC y el Partido Nacional, de tal manera que otros
posibles interlocutores, relegados, acabarían manifestando sus discrepancias, a menudo fuera de la mesa de negociación."
Baroja, Pío
Desde la última vuelta del camino. Memorias
Barcelona: Tusquets, 2006 780 p. 23 cm.
N BAROJA des
Considerado por la crítica el novelista
español más importante del siglo XX, Pío
Baroja nació en San Sebastián y estudió
medicina en Madrid, ciudad en la que vivió la
mayor parte de su vida. Su primera novela
fue Vidas sombrías (1900), a la que siguió el
mismo año La casa de Aizgorri. Esta novela
forma parte de la primera de las trilogías de
Baroja, Tierra vasca, que también incluye El
mayorazgo de Labraz (1903), una de sus novelas más admiradas, y Zalacaín
el aventurero (1909). Con Aventuras y mixtificaciones de Silvestre Paradox
(1901), inició la trilogía La vida fantástica, expresión de su individualismo
anarquista y su filosofía pesimista, integrada además por Camino de
perfección (1902) y Paradox Rey (1906). La obra por la que se hizo más
conocido fuera de España es la trilogía La lucha por la vida, una
conmovedora descripción de los bajos fondos de Madrid, que forman La
busca (1904), La mala hierba (1904) y Aurora roja (1905). Realizó viajes por
España, Italia, Francia, Inglaterra, los Países Bajos y Suiza, y en 1911
publicó El árbol de la ciencia, posiblemente su novela más perfecta. Entre
1913 y 1935 aparecieron los 22 volúmenes de una novela histórica,
Memorias de un hombre de acción, basada en el conspirador Eugenio de
Avinareta, uno de los antepasados del autor que vivió en el País Vasco en la
época de las guerras carlistas. Ingresó en la Real Academia Española en
1935, y pasó la Guerra Civil española en Francia, de donde regresó en 1940.
A su regreso, se instaló en Madrid, donde llevó una vida alejada de cualquier
actividad pública, hasta su muerte. Entre 1944 y 1948 aparecieron sus
Memorias, subtituladas Desde la última vuelta del camino, de máximo interés
para el estudio de su vida y su obra. Baroja publicó en total más de cien
libros. Usando elementos de la tradición de la novela picaresca, Baroja eligió
como protagonistas a marginados de la sociedad. Sus novelas están llenas
de incidentes y personajes muy bien trazados, y destacan por la fluidez de
sus diálogos y las descripciones impresionistas. Maestro del retrato realista,
en especial cuando se centra en su País Vasco natal, tiene un estilo abrupto,
vívido e impersonal, aunque se ha señalado que la aparente limitación de
registros es una consecuencia de su deseo de exactitud y sobriedad. Ha
influido mucho en los escritores españoles posteriores a él, como Camilo
José Cela o Juan Benet, y en muchos extranjeros entre los que destaca
Ernest Hemingway.
epdlp.com
García García, José Manuel
Judo. Juegos para la mejora del aprendizaje de las técnicas
Badalona: Paidotribo, 2006
796 8 ART
"Utilizar el juego en la enseñanza del judo
significa ser un maestro creativo; hay que
atreverse a ser diferente, desechar las ideas
que la propia razón puede considerar
estúpidas e ilógicas si uno está acostumbrado
a enseñar con un estilo tradicional y admitir
que, en contra de la opinión de la mayoría, es
necesario confiar en la idea de que las rutinas
convencionales, desde esta perspectiva,
quedan relegadas a un segundo plano para
potenciar la imaginación y la receptividad."
"En el aprendizaje del deporte del judo es importante destacar que los
aspectos que están involucrados en dicha actividad no son puramente
mecánicos -fuerza, velocidad, resistencia y flexibilidad-, ya que cada una de
las acciones está determinada por el pensamiento. Por lo tanto, el judoca en
su ejecución deberá abstraer, combinar, comparar, encadenar, discurrir y
memorizar las posturas necesarias para lograr el objetivo propuesto."
"Podemos considerar que el deporte del judo es una búsqueda continua de
soluciones a un problema motor planteado. Es un trabajo perceptivo-motor
generado por la manipulación combinada de la tarea y el ambiente. La
apreciación de la eficacia (control motor) de la persona supone poder
relacionar su rendimiento con la dificultad del juego que se va a realizar. El
número de actividades que las personas pueden aprender es muy abundante
si las oportunidades, el material, las condiciones ambientales y la preparación
de los profesionales conforman un sistema eficiente para alcanzar los
objetivos, ya que existen muchos métodos posibles para descubrir la solución
apropiada. En el deporte del judo hay que ofrecer las condiciones de práctica
más favorables para las personas, ya que las actividades deportivas con
fuerte carga informativa pueden medirse por la exactitud de la
elección de los objetivos, por la adecuación de los programas de
respuestas para alcanzar dichos objetivos y por la rapidez y la
precisión de ejecución. Bajo estas condiciones el practicante
dará continuidad a su eficacia sea cual sea el nivel de las
limitaciones fijadas por el juego que hay que realizar. La práctica
es más que repetir por repetir (Berstein, 1967); es desarrollar
soluciones según las formas jugadas presentadas."
Wood, Juliette
Los celtas. Vida, mitología y arte
Madrid: Jaguar, 1998 144 p. 26 cm.
930 8 woo
"Hace más de 2.000 años, el norte del Mediterráneo europeo estaba
dominado por los celtas, un grupo de individuos que compartían lengua, arte
y cultura. Mucho de lo que sabemos sobre su sociedad y sus antiguas
costumbres nos ha llegado por parte de escritores contemporáneos
procedentes del mediterráneo clásico, para quienes las personas que ellos
llamaban «Galatae», «Keltoí» o «Celtae» eran unos bárbaros fascinantes,
aunque demasiado temerarios. Los
observadores extranjeros fueron
sorprendidos por la loca valentía de
los guerreros celtas y lo que ellos
describieron como una predilección
por combatir. Incluso fuera del campo
de batalla, los celtas poseían
claramente un entusiasmo que dejaba
huella en los visitantes procedentes de
un mundo clásico más moderado.
«Pendenciero», «orgulloso», «tranco»,
«insolente», «jactancioso», «de
elevado espíritu»... fueron algunos de
los apelativos utilizados por griegos y
romanos para describir el carácter de
los celtas. Mucho de lo que dicen los
escritores clásicos sobre el estilo de
vida celta concuerda con lo que sabemos a través de las posteriores fuentes,
procedentes, por ejemplo, de Irlanda. El arte de la escritura estaba tan bien
visto como todas las habilidades de la guerra, pero los escritores clásicos
rara vez mencionan el increíble legado de información recogido a través del
arte oral ni la lógica o la belleza de los manuscritos celtas. [...] Eran
habilidosos mineros, herreros, constructores, granjeros y comerciantes con
amplias conexiones internacionales. La religión celta creía en profecías, en la
magia y en la transformación a través del simbolismo de la naturaleza. Los
artistas clásicos preferían la simetría y el orden, pero los celtas se inspiraron
en la infinitamente sutil transformación de la naturaleza. En el estilo de arte
celta La Tène -que comenzó en el año 500 a.C. y finalizó con los magníficos
trabajos hechos en hierro y los manuscritos de la Irlanda medieval primitivala simple sugerencia de una forma humana, animal o vegetal era ideada
basándose en la fantástica ingenuidad y delicadeza de líneas curvas y
arremolinadas. A pesar de que todavía se ignoran muchas cosas sobre los
celtas, la supervivencia hasta nuestros días de grandes objetos de este arte
son una muestra incomparable de las maravillas esta gran civilización."
Villena, Luis Antonio de
Madrid ha muerto. Esplendor y caos en una ciudad feliz de los ochenta
Barcelona: El Aleph, 2006 238 p. 22 cm.
N VILLENA mad
Luis Antonio de Villena nació en 1951 en
Madrid, donde reside actualmente. Estudió
filología clásica y románica en la Universidad
Complutense. Conocido por su labor poética, es
también autor de numerosos ensayos y de varias
antologías y novelas. En los últimos años
compagina su producción literaria con labores
periodísticas. Colabora en el programa de la
Cadena Ser A vivir que son dos días y en El ojo
crítico de Radio Nacional de España.
Villena, además, es noble: el actual monarca del Reino de Redonda, Xavier
Marías, le otorgó el título de Duke of Malmundo en el año 1999.
"Son muchas, en verano, las personas que presumen de irse de Madrid,
pero muchas menos las que realmente lo hacen. La mayoría apenas se van
una semana, como yo me iba una semana —raramente más— a Palencia.
Mis amigos, al contrario, se quedaban en Madrid. Unos con leve protesta, la
mayoría francamente a gusto. A veces, lo reconozco, pensaba en viajes
lejanos, y volvía de inmediato a la realidad: no tenía dinero. ¿A qué decir otra
cosa? Pero el verano caliente u ocioso de Madrid estaba poblado de
sorpresas y de una perseverante voluntad erótica. Parecía que incluso
quienes se iban a veraneos ilustres (lejanías prestigiosas o esos desiertos
lugares de Almería como los entornos del cabo de Gata) intentaban volver
pronto. Madrid imantaba."
"Yonquis. La palabra la puso en español, así tal cual, a partir de la
pronunciación inglesa, mi amigo Mariano Antolín Rato —otro de siempre, un
tío de fondo— al traducir el libro de W. S. Burroughs (el padrino maldito)
Junkie —pronuncíese yonqui—, adicto o heroinómano en argot americano, al
menos desde los años 40. He visto a muchos, muchísimos yonquis. Desde
que la palabra guardaba un oscuro ribete de prestigio (como en las películas
underground) hasta que vino a ser, y sigue siendo como todos saben, mierda
pura. Sinónimo de paria y de presumible sida. Asco, desprecio y miedo.
Otros decían también pinchotas, por lo de pincharse o meterse el pico...
¡Daba igual! Desde las discotecas de lujo o las grandes casas, los yonquis
empezaron a caminar como espectros semimuertos, a veces fantasmas
agresivos —armados de faca y mono—, yéndose hacia los últimos rincones
de la ciudad, grutas secas, la tripa podrida del universo."
Eaton, Jan
Pinturas famosas a punto de cruz
Barcelona: Océano, 2005 112 p. 28 cm.
746 EAT pin
"El punto de cruz es un bordado cuya
técnica es muy fácil, ¡además de ser muy
rápido y adictivo! Este tipo de punto se
presta a diseños muy detallados y
coloridos, hasta el extremo de que,
cuando lo miramos a distancia, casi
parece una pintura. Con esta premisa, he
elegido las pinturas de este libro para que
los proyectos tengan una amplia variedad
de estilos, desde los viejos maestros a
los artistas del siglo xx, con la esperanza
de que gusten a todo el mundo. Los
proyectos más ambiciosos de este libro,
Los lirios, de Van Gogh, El nacimiento de
Venus, de Boticelli, y el retrato de La
Ghirlandhata, de Rossetti, son bordados densos y con una paleta de
colores muy amplia, acompañados de detallados gráficos desplegados a
lo largo de cuatro páginas. Puede que te resulte útil hacer fotocopias de
cada página de los gráficos y separar los bordados en varios grupos
hasta completarlos. Si no tienes experiencia en bordados y te enfrentas
a una pieza grande por primera vez, puede ayudarte una rejilla de hilo
cosida a la tela antes de empezar la labor. En el trabajo con Aida, divide
la tela en diez partes con un hilván; en el trabajo con otras telas de
tramado regular de dos hilos haz unas veinte hileras separadas. Esto
dividirá el tejido en bloques de diez puntadas, que te harán mucho más
fácil seguir el gráfico. [...] En todos los casos, puedes cambiar la tela de
origen si lo deseas, pero recuerda que eligiendo una tela de pocos
cuadros (por ejemplo, Aida 11 o un tramado de dos hilos de 25) cada
punto será más grande, y necesitarás más hebras para cubrir bien la
tela. Puede que también necesites comprar más madejas de hilo que si
sigues estas instrucciones. Si eliges un tejido de más cuentas, como
Aida 18 o un tramado de 36 cuentas, cada puntada será más pequeña y
necesitarás usar menos madejas de hilo, dependiendo del efecto que
prefieras. [...] El tamaño, entre pequeño y mediano de los cuadros, hará
que la costura sea más rápida, pero aun así puedes decidir que es más
fácil fotocopiar el gráfico y colocarlo sobre el bordado para trabajar. Es lo
que yo hago, sobre todo cuando estoy bordando con varios hilos del
mismo tono. Si te sientes capaz de realizar estos proyectos de otra
manera, borda la naturaleza muerta de Cezanne en una gran pieza de
tela y móntala en un marco moderno de brillantes colores."
Steele, James
Schindler
Colonia (Alemania): Taschen, 2005
96 p. 23 cm.
72 SCH ste
"El año 1914, en el que Rudolf Schindler emigró de
Viena a Estados Unidos, es crucial para comprender la
importancia de su contribución a la arquitectura. Poco
después, la tradición romántica de la escuela de
arquitectura de Schinkel, que él personificaba, iba a
engrosar la lista de víctimas de los horrores de la
Primera Guerra Mundial. Por una curiosa combinación
de circunstancias, el mundo que conocía el fin de siècle vienes se había
erigido en representante de los mayores logros artísticos y científicos y, al
mismo tiempo, de los excesos más extremos de una época hedonista. Pero
la guerra lo alteró para siempre y Schindler, cual vaina de semillas, se vio
arrojado a un nuevo y fértil suelo. Los días del Imperio Austro-Húngaro, que
durante su juventud parecía encontrarse todavía en el auge de su poder,
estaban ya contados cuando el joven Schindler decidió emprender un viaje al
Nuevo Mundo y seguir así la pista de su mentor Adolf Loos. Emigró a Nueva
York en 1914, con 26 años, y fue la misma fascinación por el potencial bruto
de las ciudades americanas, que había llevado a Loos a Chicago, la que
poco después arrastró a Schindler. No es coincidencia que eligiera a Frank
Lloyd Wright como segundo mentor, pues en Estados Unidos lideraba la
misma tradición romántica que Hermann Muthesius y Josef Hoffmann
importaron a Alemania tras fracasar en su intento de materializarla en Gran
Bretaña como English Free Architecture."
"La casa Schindler/Chace es la obra más importante de Schindler, a pesar
de que la casa de playa Lovell siga siendo considerada por muchos como
uno de los ejemplos más significativos de los cánones modernos de EE.UU.
Schindler veía su residencia-estudio de Kings Road como la expresión más
clara de sus principios, puesto que realza el contexto, ensambla los espacios
interiores con los exteriores, presenta los materiales de forma noble y
demuestra economía de medios y
eficacia metódica. La casa se
convirtió en modelo del programa
Case Study House que empezó a
aplicarse tras la Segunda Guerra
Mundial, anticipando en más de
cuatro décadas el deseo americano
de un estilo de vida más informal y
al aire libre."
Torrey, Edwin Fuller
Superar la esquizofrenia
Barcelona: Planeta, 2006
567 p. 23 cm.
616 TOR sup
"En la gente normal, el cerebro funciona de
tal modo que los estímulos que van llegando
son seleccionados e interpretados. Después, se
elige la respuesta correcta y se emite. La
mayoría de las respuestas se aprenden, como
decir «gracias» cuando recibimos un regalo.
Esas respuestas también incluyen la lógica,
como saber predecir lo que nos va a pasar si no
llegamos al trabajo a la hora que debiéramos.
[...] Un defecto fundamental en la esquizofrenia
es una incapacidad frecuente para clasificar,
interpretar y responder. [...] Nuestra comprensión del cerebro humano no es
suficiente para conocer con precisión cómo funciona el sistema; pero nos
podemos imaginar en medio del sistema límbico a una telefonista sentada
delante de un cuadro de conexiones manuales, como antiguamente. Recibe
toda la información que va llegando, pensamientos, ideas, recuerdos y
emociones, los cataloga y determina todos los que deben ir juntos. [...] Ahora
bien, ¿que pasaría si la telefonista decidiera no realizar la tarea de organizar
e interpretar?
[...] La incapacidad de los pacientes con esquizofrenia, no sólo para
organizar e interpretar los estímulos, sino también para seleccionar las
respuestas apropiadas, es una de las características distintivas de la
enfermedad. Es la que llevó al psiquiatra suizo Eugen Bleuler en 1911 a
introducir la palabra «esquizofrenia», que en alemán significa la escisión de
las distintas partes involucradas en el proceso del pensamiento. A Bleuler le
impresionaban las respuestas inadecuadas que con frecuencia daban las
personas afectadas de esquizofrenia; por ejemplo, al recibir la noticia de que
un amigo ha muerto, un esquizofrénico puede echarse a reír. Es como si la
operadora no solamente se estuviera aburriendo y dejara de organizar e
interpretar sino como si también se hubiera vuelto maléfica y empezara a
asociar los estímulos que llegan a respuestas seleccionadas al azar, por lo
general disparatadas."
Edwin Fuller Torrey es psiquiatra clínico en
Estados Unidos e investigador especializado en
esquizofrenia y trastorno bipolar. Es director
ejecutivo del Stanley Medical Research Institute, la
fundación privada más importante del mundo sobre
investigación de la esquizofrenia.
Barber, Joseph
Tratamiento del dolor mediante hipnosis y sugestión: una guía clínica
Bilbao: Desclée De Brouwer, 2000 383 p. 21cm.
616 BAR tra
"La palabra "hipnosis" es un término un
tanto conflictivo. Durante décadas, los
hipnotizadores de teatros, novelas y películas
han contribuido a crear una serie de extrañas
imágenes en torno a la "hipnosis". Hasta no
hace demasiado tiempo, la imagen que
mayoritariamente se asociaba con los
fenómenos hipnóticos era la de un hombre con
bigote, ojos oscuros y una mirada fija que, con
su adusta expresión, daba la impresión de que
iba a tratar de coaccionar o, tal vez, de hacer daño a la indefensa mujer que
tenía ante él."
"La utilización de esas capacidades, alcanzadas a través del cambio
disociativo en la conciencia, diferencia los métodos hipnóticos de las
estrategias cognitivas para el control del dolor. El tratamiento hipnótico no
es una terapia cognitiva, en el sentido de que no enseña al paciente a pensar
su problema de un modo diferente. El paciente que experimenta la analgesia
o la anestesia hipnóticas siente tanto la modificación en la percepción del
dolor (el componente sensorial y/o el afectivo), como la automaticidad de esa
modificación. En ocasiones, los pacientes experimentan la anestesia o la
analgesia hipnóticas, pero no creen que hayan sido hipnotizados (por
cuestiones que guardan relación con las falsas expectativas en torno a la
experiencia y con la automaticidad de la respuesta). En efecto, puede
suceder que esos pacientes no tengan conciencia de cambio alguno en sus
cogniciones o en cualquier otro aspecto de su experiencia que no sea la
reducción o la desaparición del dolor. Por ejemplo, un paciente que fue
sometido a una técnica odontológica muy dolorosa (un tratamiento del canal
de la raíz de un diente vital), con la ayuda de la hipnosis como único
anestésico, pensó que no había sido hipnotizado ("porque yo no puedo ser
hipnotizado") y le explicó a su sorprendido dentista que no le había dolido,
porque "no me ha hecho nada que duela". Otro paciente, que padecía un
persistente dolor de espalda, acudió a la primera consulta insistiendo en que
debería ser hipnotizado, pero que sería una tarea imposible. Al finalizar el
tratamiento (tras seis sesiones, durante las cuales quedó patente su
capacidad para experimentar fenómenos hipnóticos), su dolor mejoró. Se
marchó afirmando que su única frustración era que no le hubiesen
hipnotizado."
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