Hablando del lobo

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“En
diciembre y en enero el lobo toma al hombre por cordero”
(Recogido por J.Garzón en Alto Campoo)
HABLANDO DEL LOBO
El lobo tiene una carga emotiva muy grande.
Su impacto viene dado por varias razones: sobresale
por su gran inteligencia y su poderío al que nada
amedranta incluido el hombre. También influye
sobre el espíritu de los humanos dando lugar a
multitud de relatos y leyendas. Se maneja muy bien
en la oscuridad lo que refuerza su poder en noches
oscuras.
Cuenta el biólogo Valverde en su libro “Los
lobos de Morla”. Antes de empezar aquellas noches de
“nomadeo” por carreteras terrizas en las que ni de día
había tráfico, pregunté a mi hermano Carlos, que es
un excelente tirador y nada cobardica, si se atrevía a
subir a pie y de noche por la carretera de la Cabrera
sin más compañía que la de su vieja y muy amada
Sarasqueta, y se me rio en las barbas de que lo
dudara. Repetí la pregunta después de haber visto
La difusión en medios de gran audiencia de
unos pocos lobos en las cunetas y campos, y su
documentales idealistas de este animal, sobre todo
respuesta fue igualmente espontanea, pero muy
gracias al Dr. Félix Rodríguez de la Fuente, ha creado
distinta: Ni loco!
una visión humanista del animal y por tanto no
demasiado real, que puede confundir a almas
------------------------simples y poco informadas, y llevarlas a situaciones
Cuenta Troche (1837:137) lo que le sucedió en el valle
anómalas al suponer a esos animales sentimientos y
de Quiroga.
actitudes humanoides. Así ocurrió, por ejemplo, en
un video muy difundido con unos turistas que Allí mismo me anocheció… viniendo de cazar, y al
acabaron su vida devorados por leones pues les atravesar unos prados empezó el perro a ladrar, gruñir
veían tan “monos” que se apearon del coche no sé si y metérseme entre las piernas. La noche estaba oscura
para acariciarlos. Sucede que esas almas simples, y luego vi relucir unas cuantas luces que eran los ojos
llenas de “amor” hacia los animales, a veces se de los lobos. Cogí el perro bajo el brazo izquierdo y con
convierten en “ecologistas” defendiendo con ardor y la escopeta montada en el derecho seguí andando
sin ninguna otra alternativa, que no se pueden hasta un arroyo. Allí se me pusieron delante algo
matar animales. Da igual que sean dañinos y decididos a quitarme el perro; no me atrevía a tirarles
produzcan perdidas a ganaderos. No hay porque eran cuatro o cinco, y si tiraba, se me había de
alternativas: que no se maten aunque el problema soltar el perro y seguirlos, y me quedaba sin él. El
de los ganaderos, u otros que aparezcan, estén sin recelo me contuvo en tirar; les grité algo
desaforadamente andando hacia ellos, y se apartaron
resolver.
a los lados; me fueron escoltando largo rato hasta la
Personalmente encuentro, y me ofenden
casa…; viendo ellos la proximidad de la casa, hicieron
sobremanera, algunas actitudes de estos especiales
alto; y dos se detuvieron en el camino con la barriga
ecologistas, no de los biólogos ni naturalistas que si
tocando a la tierra y la cabeza entre las manos,
proponen soluciones o alternativas, rayando el
reluciéndoles los ojos como cuatro estrellas en
fanatismo. No comprendo el lenguaje de estos que
ademán de querer saltar; aquí fue el compromiso: el
defienden la vida de los animales con mensajes de
perro forcejeaba por querer soltarse debajo del brazo,
“ojalá te mataran a ti” (se ve que no llego a animal),
yo no podía soltar la mano derecha de la garganta de
asesino y demás lindezas. Me recuerda a los que
la escopeta no retirar la boca del cañón de hacia
defienden a los no nacidos y a los que ya lo hicieron
delante por tirarles si acometían; de nada servía lo
les penalizan negando el pan y la sal a los
que les gritaba, porque se hacían sordos… se me
discapacitados, a los mayores, a los parados, etc.,
ocurrió el silbo de llamar al perro que lo tenía
etc.
pendiente del cordón del frasco (la polvorera) y
Propongo como solución, que a todos ladeándome un poco sin cesar de gritarles, apoyé el
satisfacerla, que estos ecologistas defensores al cañón sobre el pescuezo del perro, sujetando la culata
ultranza del lobo, contribuyan financieramente a su con el codo sobre la barriga y solté la mano
mantenimiento sufragando los destrozos que estos repentinamente llevando el silbo a la boca; uno, al
animales efectúan. Sabemos que el ataque del lobo hacer esta operación, se levantó, dio una vuelta en
a un rebaño causa más bajas, ocho o diez, de las redondo casi sin salir del sitio y rascó tierra
que son capaces de comer, además el espanto hace echándomela casi a los pies; silbé con toda la fuerza
huir al resto del rebaño, otras quince o veinte, de las que he podido y al chillido penetrante huyeron como
cuales no todas se recuperan pues desaparecen sin rayos metiendo gran ruido en la hoja que había a los
ser posible encontrarlas. Por otro lado el shock que
produce el ataque se materializa en una serie de
abortos. A todo esto el dueño del rebaño para
cobrar debe esperar a los guardas que deberán
certificar que el causante ha sido realmente el lobo
aunque suele ser frecuente que los buitres (ya
hablaremos otro día de ellos) han dado cuenta de los
restos. El resultado de todo este conjunto de
pérdidas se saldará cobrando la indemnización de
dos o tres reses muertas. Por eso, y dado que la
administración no se hace cargo, reitero y propongo
que los defensores de prohibir matar lobos (las
ovejas que se fastidien) paguen de su bolsillo TODAS
las pérdidas que sufra el ganadero por ataques de
lobo. De esta forma también los cazadores
estaríamos contentos pues debido a la protección
que tendrían estos cánidos, sería más fácil, y de gran
satisfacción, su avistamiento al poder disfrutar de
más densidad de población lobuna. Eso sí, a lo peor,
habrá que tener un poco más de cuidado con estos
animales para que, al proliferar, no se produzcan los
ataques no deseados que, no hace demasiado
tiempo, se producían.
lados del camino; entonces silbé más y apuré el paso
cuanto pude, y entré en la casa muy sudado de la
carga del perro, aunque no asustado por la confianza
que llevaba en que en el último apuro les entregaba el
perro, y yo con el tiro de la escopeta y apelando
después si era preciso al cuchillo, me contemplaba
seguro.
------------------------Una prueba del peligro de los lobos en tiempo de
nieve que conmovió a España fue la muerte de dos
guardias civiles en el invierno de 1856-57 (Brehm
1881:282), que debió de pasar a la leyenda puesto
que la Ilustración Venatoria lo recoge muchos años
después con algún más detalle: “Dos guardias civiles
que prestaban servicio en los límites de la provincia de
Zamora han sido hallados entre la nieve,
horriblemente destrozados por los lobos, contra los
que debieron sostener una lucha desesperada pues
cerca de sus restos fueron hallados cinco lobos
muertos, encontrándose los fusiles con las bayonetas
caladas y tintas en sangre” (1881, 5:38)
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