Gral Francisco Coss Ramos

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Gral Francisco Coss Ramos
Allá donde termina el bulevar Coss en Coahuila, al poniente de la ciudad, está una estatua. Es un
hombre montado a caballo lazando un cañón de artillería. Pocos son los que la observan, muchos
menos los que saben que se trata del revolucionario que le da nombre a esa calle y que además fue
coahuilense.
Se trata de Francisco Coss Ramos, un héroe que aun siendo General tuvo que vender barbacoa para
alimentar a su familia.
"La anécdota más importante es la de aquel sábado de gloria en que lazó ese cañón que estaba
haciendo mella por las tropas federales en la toma de Saltillo, y para repechar la salida de don
Venustiano Carranza a la Hacienda de Guadalupe", narra Francisco, su nieto.
La historia cuenta que tras desconocer el gobernador Carranza al usurpador Victoriano Huerta, éste
envió fuerzas para aprehenderlo, por lo que le encargaron a Francisco Coss detener el avance de las
fuerzas militares, mientras don Venustiano reclutaba su primer ejército en Arteaga.
Lazó un cañón
Frente al Palacio de Gobierno de Saltillo se libraba una batalla; la diferencia la hacía un cañón federal
que mantenía a raya a los carrancistas. Fue entonces que Francisco Coss montó su caballo y a fuetazo
limpio cabalgó a todo galope hacia el cañón, pasándole las balas como mosquitos, dice su nieto.
"Con una mano sostuvo las riendas y con la otra elevó una reata al puro estilo norteño, y cual res bravía
lazó el cañón y se adueñó de él", comparte.
Pero el general Coss no fue sólo aquel valiente de 1.90 de estatura que lazó un cañón en plena Plaza de
Armas, o el que peleó primero a las órdenes de Madero, luego con Carranza, y que incluso fue
Gobernador de tres estados. Sus nietos recuerdan otras anécdotas: las del padre, las del ser humano
sencillo, pero duro de carácter.
La capitana
Platica don Francisco Coss Valdés que tenía siete u ocho años cuando su abuelo tenía 81. "Lo recuerdo
como un hombre ya de edad avanzada, pero visitado por mucha gente. Era un hombre sencillo que
nunca dejó su sombrero texano, nunca dejó su origen de campesino y siempre acompañado de los que
fueron sus soldados, sus amigos", expresa, para luego contar otra anécdota del General.
"En una ocasión llegó una soldadera que había conocido en Puebla; le decían "La Capitana"; llegó ya
siendo una anciana y tocó a las puertas del general Coss, allá en Ramos Arizpe. El General estaba ya
acostado, con una embolia. Tenía a un soldado de guardia y le dice: `Oiga General, viene una viejecita
que dice que fue soldadera en Puebla, ¿la dejamos pasar'", platica Francisco.
Fue entonces que Coss se levantó y preguntó cómo se llamaba la mencionada mujer, y su soldado le
reveló un nombre, al que de inmediato el General exclamó: "¡Ah! ¡Es `La Capitana'! Déjenla pasar",
agrega su nieto, quien continuó: "`¿A qué viene?, le preguntó a `La Capitana', y ella le contestó: `A
morir aquí, mi General'. `Pásele, pásele', le dijo Coss. La dejó quedarse meses en un cuarto de su casa,
donde finalmente murió".
Y es que Coss era de cuna humilde. Oriundo de Ramos Arizpe, nació el 15 de agosto de 1880; desde
muy joven trabajó, primero en el campo, luego en las minas.
En Las Vacas, Coahuila, lo envolvió el torbellino magonista, allá por 1906, pero al fracasar la rebelión
fue perseguido y tuvo que exiliarse a Estados Unidos.
"Me comentan mis hermanos mayores que pasó a Estados Unidos por Ciudad Juárez, en una carreta, y
gracias a la persona que estaba ahí en la fonda no lo mataron, porque le preguntaron `¿Quién es ese
hombre que va ahí?'; `es un campesino que va todo moribundo', y lo dejaron pasar. Eran los federales
los que estaban guarneciendo esa frontera", cuenta Francisco, su nieto.
Cuando regresaba a México, el General se volvió a topar con aquella mujer que le salvó la vida, de la
que sólo recordaba le decían "La Tigrilla"; entonces le agradeció diciéndoles que él era aquel hombre
que pasó en la carreta anteriormente, a lo que la mujer le contestó: "Ya lo sabía, mi General".
En ese entonces era el año de 1910, y tras el levantamiento maderista se unió a la Revolución,
alcanzando el grado de Teniente Coronel y obteniendo la jefatura del grupo de nuevos rurales al llegar
Francisco I. Madero a la Presidencia de México.
Como ya se sabe, al ser asesinado el Presidente, se unió al Ejército Constitucionalista, primero junto a
Carranza, luego bajo las órdenes de Pablo González. Ya siendo General permaneció fiel al carrancismo,
hasta que don Venustiano, siendo presidente, lo designó Gobernador provisional de Puebla, Morelos y
Tlaxcala.
Vender para vivir
Una sola desavenencia tuvo Coss con el jefe constitucionalista, cuando éste último apoyó la
candidatura de Gustavo Espinoza Mireles para Gobernador de Coahuila, mientras que el general Coss
postulaba a Luis Gutiérrez, hermano de don Eulalio. Sin embargo, no logró su cometido y prefirió volver
al exilio.
Fue entonces que Carranza fue asesinado y sus seguidores perseguidos, entre ellos Francisco Coss, que
tres años después se volvió a aventurar en la rebelión delahuertista contra Obregón, pero fracasó y
entonces decidió volverse a exiliar, ahora sí por casi 20 años.
Primero vivió cinco años en San Antonio, luego se fue a Corpus Christi, ahí se puso a vender barbacoa y
chorizo para mantener a su familia, y cuando hizo amistades, éstas le decían: `¿Onde va General?, si
aquí está muy bien; sus hijos pueden andar en el lago entre los patos', y él les dijo; `Es que yo quiero
amanecer en mi patria, en México", expresa el entrevistado.
Y ese amanecer llegó en 1942, cuando regresó trayendo consigo un camión internacional lleno de
chivas y gallinas, y se estableció en la llamada La Casita, su hogar en Ramos Arizpe, donde se hizo de
algunas tierras y comenzó de nuevo, como campesino, a cosechar frijol, maíz y trigo.
Estando Manuel Avila Camacho ocupando la Presidencia, le devolvieron su grado como General de
División, que le habían arrebatado a todos los carrancistas a la muerte de don Venustiano, y reingresó
al Ejército para luego licenciarse en las postrimeras de su vida y segur siendo invitado de honor al
aniversario de la promulgación del Plan de Guadalupe, en la hacienda que había sido de su propiedad.
"Murió con su pensión de revolucionario, sin riquezas; su única riqueza era la gente que lo visitaba: ex
gobernadores, ex senadores, diputados; toda la gente quería disfrutar de viva voz aquellas hazañas,
pues las contaba como las vivió, sin ningún tinte político ni interés material", concluye su nieto.
El general Francisco Coss falleció en Saltillo en el año de 1961, pero sus descendientes manifiestan que
pretenden seguir manteniéndolo vivo difundiendo por muchas más generaciones estas anécdotas e
historias de su vida.
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