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“2014- Año de Homenaje al Almirante Guillermo Brown, en el Bicentenario del Combate Naval de Montevideo”
Senado de la Nación
Secretaria Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ
CONFRONTADO CON EL ORIGINAL IMPRESO
(S-0659/14)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
Repudiar las acciones llevadas a cabo por el Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, quien decidió
expulsar a la diputada opositora María Corina Machado del Congreso
Nacional. Fue Diosdado Cabello, el Presidente de la Asamblea
Nacional, quien el pasado lunes 24 de Marzo, le arrebató manu militari
el escaño y la inmunidad parlamentaria a la diputada y la acusó de
“traidora a la patria” por haber asistido a una reunión de la
Organización de los Estados Americanos (OEA).
Es esto una acción claramente anticonstitucional, ya que según la
Constitución venezolana, para que un diputado pierda su inmunidad es
necesario que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) se la retire a
través de un antejuicio de mérito a petición de la fiscalía.
Oscar A. Castillo.- Juan C. Marino. – Alfredo A. Martínez. – Blanca M.
del Valle Monllau. – Gerardo R. Morales. – Luis P. Naidenoff. – Ángel
Rozas. – Ernesto R. Sanz.FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Hemos tomado conocimiento, con profundo dolor, de la decisión de la
mayoría “chavista-madurista” que controla la Asamblea Nacional del
hermano país de Venezuela, de quitarle los fueros a la diputada María
Corina Machado por haberse expresado en contra del gobierno del
Presidente Maduro en el seno de la OEA, en una banca que le cedió,
a tal efecto, el también hermano país de Panamá.
La acción que se le imputa a la diputada está amparada por el derecho
fundamental a la libertad de expresión, ya que lo único que hizo fue
exponer públicamente, ante un organismo internacional de índole
política, su visión acerca del estado de su país y de las groseras
violaciones que el gobierno de Maduro viene infligiendo al sistema
democrático, que –dicho sea de paso- es uno de los bienes para cuya
protección se creó la OEA.
Cualquier ciudadano que hubiera hecho algo semejante estaría
amparado por el derecho fundamental a la libertad de expresión,
consagrado en el art. 57 de la Constitución de Venezuela y en los arts.
13 y 14 del Pacto de San José de Costa Rica. Por lo tanto su conducta
no merecía reproche alguno. El art. 57 de esa Constitución establece:
“Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos,
sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier
otra forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio
de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura”.
Pero ello se agrava toda vez que consideremos el cargo y la función
de Diputada que ejercía Machado, dado que durante su mandato,
goza de las inmunidades parlamentarias que todos los países
civilizados reconocen a sus legisladores. En el caso puntual de
Venezuela, el Artículo 200 de su Constitución establece que “Los
diputados o diputadas a la Asamblea Nacional gozarán de inmunidad
en el ejercicio de sus funciones desde su proclamación hasta la
conclusión de su mandato o la renuncia del mismo. De los presuntos
delitos que cometan los o las integrantes de la Asamblea Nacional
conocerá en forma privativa el Tribunal Supremo de Justicia, única
autoridad que podrá ordenar, previa autorización de la Asamblea
Nacional, su detención y continuar su enjuiciamiento. En caso de delito
flagrante cometido por un parlamentario o parlamentaria, la autoridad
competente lo o la pondrá bajo custodia en su residencia y comunicará
inmediatamente el hecho al Tribunal Supremo de Justicia.”
El argumento empleado por la mayoría “chavista-madurista” de la
Asamblea es ridículo y no resiste el menor análisis puesto que le
imputan haber violado el artículo 149 de la Carta Magna, el cual
expone que la Asamblea Nacional debe “autorizar a los funcionarios
públicos o funcionarias públicas para aceptar cargos, honores o
recompensas de gobiernos extranjeros”. Es evidente que la diputada
en cuestión no aceptó ningún cargo de otro país sino que solamente
utilizó durante algunos minutos el lugar que le cedió otro país,
preocupado por la democracia, en un foro internacional, para exponer
públicamente los avasallamientos que viene llevando a cabo el
gobierno de Maduro.
Ello nos recuerda ciertos períodos oscuros de nuestra propia
democracia, cuando el gobierno perseguía a los diputados de la
oposición por el solo hecho de expresarse públicamente en contra del
gobierno. Me refiero al triste episodio del desafuero de Ricardo Balbín
en 1949 por hablar en contra del régimen peronista.
Repudiamos pues lo decidido por la Asamblea Nacional de Venezuela,
y reivindicamos el derecho de los legisladores de expresarse
libremente dentro y fuera del recinto en defensa de la democracia y la
república.
Por todo lo anteriormente expuesto es que solicito la aprobación del
presente proyecto de declaración.
Oscar A. Castillo. - Juan C. Marino. – Alfredo A. Martínez. – Blanca M.
del Valle Monllau. – Gerardo R. Morales. – Luis P. Naidenoff. – Ángel
Rozas. – Ernesto R. Sanz. –
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