MAESTRIA EN DERECHO PROCESAL MERCANTIL, CIVIL Y FAMILIAR. CUBC. MODULO DE JURISPRUDENCIA. Alumno: Lic. José Antonio Serratos García. ENERO DE 2013. COMPARACION ENTRE EL PODER JUDICIAL FEDERAL Y DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA. Con anterioridad a la reforma Constitucional que entró en vigor el día 4 de octubre de 2011, y de conformidad con el texto del artículo 103, fracción I, de ese ordenamiento legal, se entendía que el único órgano facultado para ejercer un control de constitucionalidad lo era el Poder Judicial de la Federación, a través de los medios establecidos en el propio precepto; no obstante, en virtud del reformado texto del artículo 1o. constitucional, se da otro tipo de control, debido a que se estableció que todas las autoridades del Estado mexicano tienen obligación de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que el propio Estado mexicano es parte, lo que también comprende el control de convencionalidad. Por tanto, se concluye que en el sistema jurídico mexicano actual, los jueces nacionales tanto federales como del orden común, están facultados para emitir pronunciamiento en respeto y garantía de los derechos humanos reconocidos por la Constitución Federal y por los tratados internacionales, con la limitante de que los jueces nacionales, en los casos que se sometan a su consideración distintos de las vías directas de control previstas en la Norma Fundamental, no podrán hacer declaratoria de inconstitucionalidad de normas generales, pues únicamente los órganos integrantes del Poder Judicial de la Federación, actuando como jueces constitucionales, podrán declarar la inconstitucionalidad de una norma por no ser conforme con la Constitución o los tratados internacionales, mientras que las demás autoridades jurisdiccionales del Estado mexicano sólo podrán inaplicar la norma si consideran que no es conforme a la Constitución Federal o a los tratados internacionales en materia de derechos humanos. En este sentido, en la actualidad a ambos poderes que imparten justicia a la población, les es común la aplicación llamada ex officio y ha sido (sobre todo) tendencia de los Tribunales Colegiados reiterar el dejar de aplicar instituciones jurídicas históricas en nuestro derecho procesal, al grado de que se consideró que por igualdad humana debe de suplirse la queja deficiente a favor del ofendido, ya que así se hace al procesado. No obstante lo anterior, en el mes de noviembre de 2012, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publico la resolución de la contradicción de tesis 172/2012, entre las sustentadas por el Tercer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Tercera Región, con residencia en Guadalajara, Jalisco y el Primer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, mediante la cual dio a conocer una jurisprudencia y dos tesis aisladas que retoman el estricto derecho y la tesis contendiente de flexibilidad fue vencida. Con independencia de lo anterior, el Poder Judicial de la Federación, (fungí como secretario de estudio y cuenta del Quinto Tribunal Colegiado de XIX Circuito) ha sido un órgano destacado en nuestro proceso mexicano, ya que sus funcionarios se caracterizan porque buscan la excelencia en su desempeño y generalmente cumplen con los plazos que maraca la Ley en el dictado de resoluciones (por lo menos de acuerdos) ya que en sentencia sigue una demora, que al fin no excede de los tres meses en materia de amparos indirectos. El sistema implementado logra que el justiciable confié en el Poder, no obstante debo de criticar el carácter con que tratan al litigante o a la parte procesal, ya que si bien no es una regla, en general el personal es malhumorado. En comparación con del Poder Judicial del Estado de Baja California, en el cual tengo experiencia de haber sido funcionario del Juzgado Octavo de lo Civil, y actual litigante en esa materia, las autoridades que ejercen la función, no se destacan por buscar la excelencia. Lo anterior, debido a que los acuerdos carecen de ser dictados en el plazo de 3 días que marca el Código Procesal Civil, las sentencias a pesar de existir un plazo de 8 días para su emisión, hay jueces que duran hasta 2 años para cumplir con su labor. Y tal como se comento en clase tenemos un Código que aún exige que la jurisprudencia se pruebe en su existencia por las partes del proceso (artículo 280 del Código Procesal Civil) cuando la Constitución obliga a las autoridades a aplicar en forma obligatoria esta fuente formal del derecho. En la impartición de justicia estatal, además del retardo en su dictado, se carece de calidad en el contenido de la misma. Lo anterior porque en cada juzgado existe un criterio, y en cada secretaria de cada juzgado, a su vez existe discrepancia de criterios, ello, genera una inseguridad jurídica que atenta contra el principio constitucional previsto en el artículo 14 de la Constitución Federal. Cierto, es innegable que el justiciable no puede gozar de certeza y seguridad jurídica, si en cada puerta del mismo juzgado se interpreta en forma distinta la Ley, la jurisprudencia y la doctrina, creando un descontrol al justiciable, ya que se enfrenta ante el dilema de aprenderse cada sistema que se aplica en cada cubículo o impugnar y luchar en contra de las resoluciones así adoptadas. Las irregularidades en el Estado obedecen a que el Consejo de la Judicatura Local, incumple con su función. Y en su caso la designación de titulares no surge de los resultados de un procedimiento de evaluación legal y objetivo, ya que los magistrados son elegidos por los diputados en forma discrecional, y los magistrados, bajo el mismo esquema eligen a los jueces. Esta última elección se dice discrecional, ya que a pesar de que existen convocatorias reglamentadas, el aprobar las etapas, solo es el requisito para estar en posibilidades de ser elegido, para la elección es discrecional, lo anterior fue incluso justificado en el juicio de garantías número 603/2008 ante el Juez Cuarto de Distrito del XV Circuito y confirmado el criterio por el Quinto Tribunal Colegiado del mismo Circuito. En esta guisa, reitero que el Poder Judicial del Estado debería mejorar (copiando el modelo federal) y que este último siga buscando la excelencia, ello en beneficio de la población.