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Investigaciones Jurídicas y Socio - Jurídicas
UNIVERSIDADLIBRE
LIBRE
UNIVERSIDAD
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Directivos
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Alvarado
Ardila
Presidente Víctor
Víctor
Hernando
Alvarado
Ardila
Vicepresidente
Ricardo
Zopo
Méndez
Vicepresidente
Ricardo
Zopo
Méndez
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Zuleta
Hincapié
Rector
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Nicolás
Enrique
Zuleta
Hincapié
Presidente
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Principal
dede
Jesús
Cuevas
Cuevas
Presidente
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Principal Eurípides
Eurípides
Jesús
Cuevas
Cuevas
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Principal
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Raúl
Enrique
Caro
Porras
Censor
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José
Lizarazo
Ocampo
Censor
Nacional Antonio
Antonio
José
Lizarazo
Ocampo
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Nacional
de de
Planeación
Castro
Ramírez
Director
Nacional
Planeación Omeiro
Omeiro
Castro
Ramírez
Director
deldel
Centro
Investigaciones
Socio-jurídicas
Helvert
RamosParra
Nocua
Director
Centro
Investigaciones
Socio-jurídicas José
Mario
Fernando
Guzmán
Posgrados
Posgrados
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deldel
instituto
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posgrados
Raúl
Sánchez
Baptista
Director
Instituto
Posgrados Néstor
Néstor
Raúl
Sánchez
Baptista
Director Del
del Doctorado
Elías
González
Monguí
Director
DoctoraDo Pablo
Pablo
elías
González
MonGuí
Coordinadores
de Posgrados
Coordinadores
Posgrados
Mhimy
deldel
Pilar
Guerrero
Santacruz
enen
Derecho
Administrativo
Mhimy
Pilar
Guerrero
Santacruz Maestría
Maestría
Derecho
Administrativo
Especialización
en Derecho
Administrativo
esPecialización
en Derecho
aDMinistrativo
Especialización
en Derecho
Constitucional
esPecialización
en Derecho
constitucional
Financiero
Luis Gonzalo Lozano Pacheco
Especialización
en Derecho
PúblicoPúblico
Financiero
esPecialización
en Derecho
Maestría en Derecho Penal
luis Gónzalo lozano Pacheco Especialización
Maestría enen
Derecho
DerechoPenal
Penal y Criminología
esPecialización
en Derecho
Penal y
Néstor Raúl Sánchez Baptista Especialización
en Derecho
Procesal
criMinoloGía
Harvey Rodríguez Torres Especialización en Derecho Comercial
néstor raúl sánchez baPtista Especialización
Derecho Procesal
en Derecho de Familia
harvey
roDríGuez
torres
Derecho
coMercial
Ernesto Forero Vargas Especialización en Derecho Laboral y Seguridad Social
Derecho De en
FaMilia
General (r) Gustavo Socha Salamanca Especialización
Ciencias Forenses y Técnica
ernesto Forero varGas Derecho laboral y seGuriDaD social
Probatoria
General (r) Gustavo socha salaManca
ciencias Forenses y técnica Probatoria
Verba
- diciembre
2013• Bogotá
• BogotáD.C.
D.C.Colombia
Colombia• ISSN:
• ISSN:0121-3474
0121-3474
VerbaIuris
Iuris3029• Julio
• Enero
- junio 2013
33
Posgrados en la Universidad Libre
Seccional Bogotá
Doctorado
Doctorado en Derecho.
Snies 90345
Maestrías
Maestría en Derecho Penal.
Snies 19109
Maestría en Derecho Administrativo.
Snies 51807
Especializaciones
Especialización en Derecho Constitucional.
Snies 1491
Especialización en Derecho Procesal
Snies 1489
Especialización en Derecho Laboral y Seguridad Social.
Snies 1488
Especialización en Derecho Administrativo.
Snies 1487
Especialización en Ciencias Forenses y Técnica Probatoria.
Snies 52674
Especialización en Derecho de Familia.
Snies 3840
Especialización en Derecho Comercial.
Snies 4868
Especialización en Derecho Penal y Criminología.
Snies 1490
Especialización en Derecho Público Financiero.
Snies 7249
4
Verba Iuris 30 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
Verba Iuris
ISSN 0121-3474
Revista No. 30.
Julio - diciembre de 2013
Editora
Norhys Esther Torregrosa Jiménez
Doctora en Derecho, Universidad Externado de Colombia; Magistra en Estudios Políticos,
Universidad Javeriana; Magistra en Docencia Universitaria de la Universidad de la Salle.
Profesora Investigadora Centro de Investigaciones Universidad Libre.
Coordinadora editorial
Carolina Blanco Alvarado Magíster en Derechos Fundamentales, Universidad Carlos III de Madrid, España. Abogada,
Universidad Externado de Colombia.
Asistente Editorial
Jorge Andrés Mora Méndez
Abogado y candidato a Filósofo de la Universidad Libre. Especialista en Filosofía del Derecho
y Teoría Jurídica y candidato a Magíster en Derecho Procesal de la Universidad Nacional de
Rosario de Argentina.
Comité editorial
Jorge Enrique Carvajal Martínez
Eduardo Rodríguez Martínez
Jorge Folino
José Manuel Gual Acosta
Mónica Fernández
Rodolfo Torregrosa Jiménez Fabián Rodolfo Acosta Sánchez Jorge Eliecer Martínez Posada Luis Enrique Quiroga Sichacá
Mónica Patricia Fortich Navarro Doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas, Universidad Externado de Colombia.
Abogado, Universidad Nacional de Colombia. Licenciado en Ciencias Sociales, Universidad
Distrital Francisco José de Caldas.
Doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas, Universidad Externado de Colombia.
Abogado, Universidad Javeriana. Doctor en Medicina. Director de la Maestría en Psiquiatría Forense. Universidad Nacional
de la Plata (Argentina).
Doctor en Derecho Civil. Universidad Sant`Anna de Pisa (Italia). Abogado, Universidad
Externado de Colombia.
Ph.D en Persona y Tutelas Jurídicas, Universidad Sant´Anna de Pisa (Italia). Abogada,
Universidad del Cauca. Doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas, Universidad Externado de
Colombia. Maestría en Ciencia Política, Universidad de los Andes. Docente Investigador
de la Universidad Libre.
Doctorando en Filosofía Social y política, Sofia University St. Kliment Ohridski (Bulgaria).
Magíster en Ciencia Política, Universidad de los Andes. Licenciatura en Filosofía, Sofia
University St. Kliment Ohridski (Bulgaria).
Postdoctorado Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Doctorado Universidad de
Barcelona, Filosofía “Historia de la subjetividad”. Doctorado Universidad de Manizales Unimanizales. Doctorado en Ciencias Sociales Niñez y Juventud. Docente Investigador
Universidad de La Salle.
Doctorado Pontificia Universidad Javeriana. Doctorado en Ciencias Sociales y Humana.
Maestría/Magíster Universidad de La Salle - Unisalle. Maestría en Docencia. Docente
investigador Universidad de La Salle.
Doctora en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas. Universidad Externado de
Colombia, Maestría en Literatura Hispanoamericana. Seminario Andrés Bello, Instituto
Caro y Cuervo.
Asesores Comité Editorial
Carlos Arturo Hernández Díaz
Doctorando en Derecho, Universidad Externado de Colombia. Magíster en Filosofía y
Lógica, Universidad de Alcalá de Henares. Abogado, Universidad Libre.
Comité Científico
Pablo Guadarrama González
Doctor en Filosofía (Alemania). Doctor en Ciencias (Cuba).
Germán Silva García Doctor en sociología de la Universidad de Barcelona (España). Abogado y magíster
sistemas penales y problemas sociales, Universidad Externado de Colombia.
Elizabeth León Mayer Magíster en Psicología Social mención Jurídica. Docente Facultad de Ciencias Medicas
Universidad Nacional de la Plata (Argentina).
Verba Iuris 30 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
5
Víctor Manuel Uribe Uran Ph.D (History) University of Pittsburgh (USA). Abogado. Universidad Externado de
Colombia.
Franklin Escobar Córdoba Doctor en Medicina Universidad Nacional de la Plata (Argentina). Magíster en Psiquiatría
Forense.
Leopoldo Alberto Múnera Ruiz
Doctor en Ciencias Políticas, Université Catholique de Louvain. Magíster en Filosofía del
Derecho, Università degli Studi di Roma, Scuola di. Magister en Desarrollo, Université
Catholique de Louvain, Institut d’Etude des Pays en Développement. Abogado, Universidad
del Rosario.
Pares evaluadores externos
Jorge Palomares
Candidato a Doctor de la Universität Konstanz 2, Alemania. Legum Magíster de la Universität
Konstanz 2, Alemania. Abogado Universidad Santo Tomás.
Corina Duque Ayala Aspirante a Doctor de la Universidad de Burdeos, Francia. Magíster Derecho Económico
de la Universidad Orleans. Especialista en Derecho Tributario del Colegio Mayor del Rosario.
Especialista en Gestión de Empresas Públicas y Desarrollo de la Universidad de París X
Abogada de la Universidad Santo Tomás.
Rodrigo A Plazas Espitia Doctorando a Derecho Universidad de Buenos Aires. Magíster en Derecho, USA. Abogado
de la Universidad Sergio Arboleda.
Jaime Alberto Sandoval Mesa Magíster en Derecho Penal de las Universidades de Santo Tomás y Salamanca, España.
Especialista en Derecho Penal de la Universidad Santo Tomás. Especialista en Derecho
Público de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor Investigador Universidad Santo
Tomás. Abogado de la Universidad Militar.
Misael Tirado
Posdoctorado en Derecho de la Universidad de Buenos Aires (en curso). Doctor en Sociología
Jurídica e Instituciones Políticas de la Universidad Externado de Colombia. Especialista en
Economía de la Universidad de los Andes, Bogotá. Sociólogo de la Universidad Nacional de
Colombia.
Mónica Lucia Fernández Muñoz Doctora en Persona y Tutelas jurídicas de la Scuola Superiore Sant´Anna di Pisa, Italia.
Especialista en Responsabilidad y Daño Resarcible de la Universidad Externado de Colombia.
Abogada de la Universidad del Cauca.
Sonia Patricia Cortés Zambrano Candidata a Doctora en Derecho en la Universidad Externado de Colombia. Magíster en
Derecho Público de la Universidad Santo Tomás y Universität Konstanz. Especialista en
Derecho Constitucional y Parlamentario de la Universidad Externado de Colombia y
Universidad Autónoma de Madrid. Abogada de la Universidad Santo Tomás.
José Joaquín Acosta Doctorando de Université Panthéon-Assas (Paris 2). Diplome d’etudes approfondies (DEA)
de Derecho Privado Paris II Grado Master. Diplome Superieur de I´Université. DUS de
Derecho Comercial. Paris II.
Jaime Alfonso Cubides Cárdenas Magister en Docencia e Investigación Universitaria con énfasis en Ciencias jurídicas de la
Universidad Sergio Arboleda, especialista en Derecho Público de la Universidad Autónoma
de Colombia, especialista en Docencia e Investigación de la Universidad Sergio Arboleda,
Abogado de la Universidad Autónoma de Colombia. Actualmente es docente investigador de
la Universidad Católica de Colombia.
José Olmedo López Oliva
Doctor en derecho privado de la Universidad de Buenos Aires Argentina, magíster en nuevas
tecnologías aplicadas a la educación de la Universidad Carlos III de Madrid, masgíter en
derecho privado de la Universidad de los Andes,especialista en derecho comercial y derecho
penal y abogado de la Universidad Libre seccional Cali. Actualmente es profesor de la
Universidad Militar Nueva Granda. Abogado de la Universidad Libre seccional Cali,
magíster en nuevas tecnologías aplicadas a la educación de la Universidad Carlos III de
Madrid, masgíter en derecho privado de la Universidad de los Andes y Doctor en derecho
privado de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Diseño y diagramación
Corrección de estilo: Impresión
Héctor Suárez Castro
Jairo Botero
Panamericana Formas e Impresos S.A.
Universidad Libre
Calle 8 No. 5-80. Tels.: 382 1039-382 1040
Instituto de Posgrados
[email protected];
[email protected]
[email protected]
[email protected]
Página web: http://www.unilibre.edu.co/verbaiuris/
6
Los autores son responsables directos de las ideas,
juicios, opiniones y/o enfoques expuestos en la
Revista Verba Iuris. Puede ser reproducida total o
parcialmente citando la fuente.
Verba Iuris 30 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
Misión
La revista Verba Iuris es una revista de publicación de resultados
de investigación del Instituto de Posgrados de la Universidad Libre
dirigida a la comunidad académica científica representada en
profesores e investigadores de Derecho, estudiantes de maestría
y /o doctorado de los distintos saberes socio-jurídicos con el fin
de facilitar la solución de problemas de los operadores jurídicos,
fiscales, jueces, magistrados, profesores, estudiantes con el ´animo
de contribuir al desarrollo jurídico del país.
Mision
Mission
The magazine Verba Iuris, is a publication setting out the results
of research of the Post Graduate Institute of the Universidad Libre
directed towards the academic scientific community represented
by Law teachers and researchers in Law, Masters and PhD students of the diferent socio-legal branches of knowledge with the
the objective of offering solutions to judicial officials, prosecutors,
judges, magistrates, law teachers and students in the spirit of contributing to the legal development of the country.
Verba
Iuris
27•29
•Julio
Enero
- Junio
de 2012
Verba
Iuris
• Enero
- junio
Verba
Iuris
30
- diciembre
2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
77
Contenido
Contenido
Editorial
La producción de artículos científicos
The production of scientific articles
Norhys Esther Torregrosa Jiménez
11
Informes de Investigación
Research Reports
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
Human being as cusp of the legal system and its international protection
David Andrés Murillo Cruz
15
Criminalidad estatal como fenómeno para el derecho penal internacional
State crime as a phenomenon for international criminal law
Sandra Gamboa Rubiano
45
El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder
al sistema interamericano de protección de los derechos humanos
Exhaustion of the unconstitutionality action to access the inter-American system
of human rights protection
Ana Carolina Pérez Bohórquez
Violencia y Política Colombiana. Algunas pistas para su entendimiento
Violence and Colombian Politics. Some clues for its understanding
Norhys Esther Torregrosa Jiménez y Rodolfo Torregrosa Jiménez
La modificación de los requisitos para acceder a la pensión en Colombia y
su compatibilidad con el principio de progresividad y no regresividad de los
derechos sociales
Modification of the requirements for access to pension plans in Colombia and
its compatibility with the principle of progressivity and non-regress of social rights
Néstor Javier Calvo Chaves
Tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el sistema de responsabilidad
de adolescentes
Treatment of juvenile crime in Colombia in the adolescent’s accountability system
Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
Técnicas de reproducción asistida y su incedencia en Colombia
Assisted reproductive techniques and its incidence in Colombia
Juan Pablo Monroy
Verba Iuris 30 • p. 9-10 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
61
83
95
115
135
9
Contenido
El holocausto legitimado: en el fondo el mal en la forma la razón instrumental
The Holocaust legitimated: in the background evil, in the form the instrumental reason
Dalia Carreño Dueñas
151
Globalización del derecho fetichismo legal el velo de los Derechos Humanos
Globalization of Law, legal fetishism the veil of Human Rights
Edgar Fabián Garzón Buenaventura
169
Gobernabilidad y constitucionalismo: presidencialismo colombiano
Governance and Constitutionalism: Colombian presidential system
Sonia Patricia Cortés Zambrano
183
La participación política electoral femenina en Santander durante el Frente Nacional
Female political electoral participation in Santander during the National Front or
Alternation of Political Parties in Colombia
Cirly Uribe Ochoa
197
Reseñas
Review
Reseña del libro Justicia correctiva y responsabilidad extracontractual
Autor: Jules Coleman
Por: Jorge Andrés Mora Méndez
217
ABC del artículo Científico. Pasos básicos para producir artículos científicos
Autores: Norhys Esther Torregrosa Jiménez y Rodolfo Torregrosa Jiménez
Por: Luis Gonzalo Lozano Pacheco
218
Índice histórico Historical Index
221
Requisitos para presentación de artículos
223
10
Verba Iuris 30 • p. 9-10 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
editorial
Editorial
La producción de artículos científicos
The production of scientific articles
Norhys Esther Torregrosa Jiménez1
“El hombre de ciencia parece ser el único que
tiene hoy algo que decir, y el único que no sabe cómo decirlo”
Sir James Barrie.
Una nueva publicación de la Revista Verbas Iuris, y además una publicación que coincide
nuevamente con los 90 años de la Universidad, lo que demarca una línea; la de haber cumplido con los años que han pasado y tenuemente los separa de los que faltan para el especial
cumpleaños 100.
En ese tiempo, se han realizado publicaciones, sin número de publicaciones y Verba Iuris hace
parte de ellas. Un logro más en el tiempo.
Pero con cada número, en el trabajo de realización nos encontramos con la materia prima, la
esencia y razón de ser de la revista: los artículos resultantes de la investigación; y en ese punto
es donde hemos concretado nuestro deber ser: la publicación de los artículos; el cumplimiento
de…”la finalidad esencial de un artículo científico” que…” es comunicar los resultados de investigaciones, ideas y debates de una manera clara, concisa y fidedigna” (UNESCO, 1983)2
El artículo científico se define como un informe escrito y publicado que describe resultados
originales de una investigación. Day (2.005) (p. 8). El artículo científico debe ser claro como
para que los interesados y destinatarios reciban el mensaje concreto que se quiere trasmitir.3
En resumen, el artículo científico:
Es un informe sobre resultados de una investigación científica.
• Se refiere a un problema científico.
• Los resultados de la investigación deben ser válidos y fidedignos.
• Comunica por primera vez los resultados de una investigación.
•
1
2
3
Doctor en Derecho Universidad Externado de Colombia, Magíster en Docencia Universidad de La Salle,
Magister en Ciencia Política Pontificia Universidad Javeriana, Docente Investigadora del Centro de
Investigaciones Socio Jurídica adscrito a la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, Bogotá.
Guía para la Redacción de Artículos Científicos
El científico siempre ha buscado cómo dar a conocer sus pensamientos. En el siglo XVII los científicos
intercambiaban sus ideas por medio de cartas; siendo este un método limitado pues no permitía conocer las
diferentes posiciones que existían acerca de un fenómeno científico en estudio. http://www.scielo.cl/scielo.
php?pid=S0370-41062009000100010&script=sci_arttext, tomado el 30 de noviembre de 2.011.
Verba Iuris 30 • p. 11-12 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
11
editorial
Y en esta línea la Guía para la Redacción de Artículos Científicos destinados a la publicación
de la UNESCO (1983) insiste que: “la publicación es uno de los métodos inherentes al trabajo científico. Es preciso establecer estrategias de publicación bien elaboradas y seguir con
conocimiento de causa una serie de normas adecuadas para facilitar el intercambio entre
científicos de todos los países y reducir a proporciones razonables el incremento del volumen
de publicaciones”.
En el entendido de que “La finalidad esencial de un artículo científico (erudito) es comunicar
o transmitir los resultados y hallazgos de investigaciones, ideas, contradicciones y debates de
una manera clara, entendible, concisa y fidedigna”4; el grupo editorial y los colaboradores
de la redacción hemos tratado de lograr “ese objetivo”; por ello, con energía y dedicación
hemos recopilado número a número los informes de investigación, convertidos en artículos,
que cada vez cumplen con nuestra Misión y con la de cada uno de los investigadores que nos
colaboran.
En ese ejercicio constante nos hemos enriquecido y así lo reflejamos en nuestras publicaciones, al hacer realidad y darle vida a las motivaciones que nos recuerda Merton (1985)
impulsan a nuestros investigadores.
En este sentido somos parte del trabajo de nuestros escribientes para establecer momentos
de su carrera académica, pues es claro que a los hombres de ciencia se les conoce (o no se les
conoce) por sus publicaciones, y que lo que no está escrito... no está hecho; y de esta forma
hacemos líneas en el curriculum del investigador.
Adicionalmente somos conducto que permite el intercambio de resultados de investigación
y colaboración internacional siendo en términos del mismo autor mencionado piedra angular en la ciencia, considerando que las investigaciones originales tienen que publicarse: para
verificarlas, para aceptarlas e ingresarlas (y hacerlas parte del) “conocimiento científico” y
para escribir ciencia.
Confiamos que nuestra labor sea parte de la gran construcción de la ciencia, con el trabajo
dedicado y la humildad que nos corresponde y participamos nuestra realización y satisfacción en el cumplimiento de la misión, que no podría ser más que el resultado indisoluble
de la realización de la misión de cada uno de nuestros colaboradores y la realización de la
Misión de Verba Iuris.
4
12
Torregrosa, N. ABC del Artículo Científico. 2012.
Verba Iuris 30 • p. 11-12 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
Informes de investigación
Research reports
David Andrés Murillo Cruz
L’etre humain comme le sommet du système
juridique et sa protection internationale*
Human being as cusp of the legal system
and its international protection
David Andrés Murillo Cruz**
Fundación Universitaria Agraria de Colombia – Uniagraria.
RÉSUMÉ
Les systèmes de protection des droits de l’homme tels qu’universel comme régionaux ont une
chose en commune et c’est que sa genèse réside dans la violation des droits de l’homme menée
par les États. Ironique et étrangement, les systèmes et les mécanismes de protection ont été
créés principalement pour protéger les personnes contre les actions des États, qui, dans leur
existence historique semblent n’accomplir pas sa fonction essentielle: protéger les personnes
dans leurs droits, mais plutôt, la violation des ceux-ci.
L’être humain est la source et la raison d’être de tout ce qui est juridique et de ce qui l’entoure,
y compris l’Etat comme une entité collective, virtuelle et fictive. Cependant, le système juridique bidimensionnel est établi sur la base de la structure pyramidale et normative faite par
l’école de Vienne et renforcée par le principe de légalité dans le système continental, il a perdu
de sa pertinence et les ordres juridiques ont laissé d’être anthropocentristes et ont passé à
être “normo centristes”, amenant de défis au droit international avec l’objectif de diriger le
changement conceptuel lui faisant plus humain à travers de la restructuration de la pyramide
normative par une humaine ou sociale.
Mots clées: Droit international humanisé, les systèmes de protection des droits de l’homme,
l’être humain, pyramide normative, pyramide humanisée et les États.
Fecha de Recepción: Octubre 1 de 2013
Fecha de Aprobación: Diciembre 1 de 2013
* Cet article fait partie de la recherche de doctorat qui est menée par l’auteur comme chercheur rattaché
au Centre de Recherche et de Documentation Européennes et Internationales (CRDEI) à l’Université
Montesquieu – Bordeaux IV, intitulé: “Les exigences du contrôle international de conventionnalité à l’égard
des droits internes», qui est articulée avec la recherche suivie dans le groupe de recherche “droit vert“ du
programme de droit de la Fundación Universitaria Agraria de Colombia – Uniagraria, intitulée: le suivi des
arrêts de la Cour interaméricaine des droits de l’homme.
** Doctorant en Droit et Master en Droit International de l’Université Montesquieu – Bordeaux IV, Avocat de
L’Université Libre de Colombie, enseignant honorifique de l’Université Autonoma du Mexique (UNAM),
enseignant-chercheur de l’Université Cooperativa de Colombie, enseignant en droit public et communautaire
et droit de l’Union Européenne à l’Université Libre de Colombie et enseignant du droit international à la
Fundación Universitaria Agraria de Colombie – Uniagraria et assesseur juridique international.
Verba Iuris 30 • p. 15-43 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
15
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
ABSTRACT
Systems of human rights protection both universal and regional have something in common
and that is that its genesis lies in the violation of human rights carried out by States. Ironically
and oddly, systems and protection mechanisms have been created primarily to protect people
from the actions of the States, who in their historical rack seem to fulfill its essential purpose:
the protection of persons in their rights, but rather, violation thereof.
The human being is the source and reason for the legal and everything surrounding it, including
the state as a collective, virtual and fictional, however, the legal system is established twodimensional from the structure pyramidal and regulations established by the Vienna school
and reinforced by the principle of legality in the continental system, it has lost its relevance and
legal systems are no longer anthropocentric and has to be passed normocentristas, changes by
asking to international law in order leading change and restructuring conceptual humanized
becoming legal pyramid by a human or social.
Key words: Humanized international law, systems of human rights protection, human,
legal pyramid, pyramid humanized and States.
INTRODUCTION
Les droits de l’homme ont réussi un large
développement à partir de la deuxième moitié
du XXe siècle, cependant, il est impertinent
affirmer qu’ils se trouvent entièrement définis, toutefois qu’il s’agit d’une matière qui est
en constante évolution au dépendre essentiellement du processus d’évolution mentale
que entraine la reconnaissance systématique
et consécutive des mêmes.
Ce développement a acquis une impulsion
normative qui a conduit à la création de
systèmes de protections, qui ont été principalement destinées à “protéger les personnes
contre les abus des États, faisant la mise à
disposition d’un certain nombre de mécanismes pour dénoncer les violations commis par
les États, ou pour surveiller la mise en œuvre
effective des différents traités internationaux
dans chaque État” (Berraondo, 2004, p. 1),
mais qu’ils se sont répandus dans le système
juridique international au point d’avoir
aujourd’hui avec une réglementation très de
pointe qui manque seulement de mécanismes
de suivi et de mise en œuvre.
16
La tendance universelle s’est étendue dans les
régions et a donné naissance à des systèmes
de protection qui y travaillent, d’abord en
Europe puis en Amérique et finalement à
l’Afrique1. Comme les systèmes universels,
les systèmes régionaux se sont identifiés
pour avoir un élément commun à propos de
sa genèse et il se réfère à son but: protéger
les droits des êtres humains concernant les
violations commises par les États dans leur
autorités.
Malheureusement, ces systèmes et des mécanismes ont été créés sous le régime normatif
et pyramidale structuré par le cercle juridique
de Vienne au cours de la première moitié
du XXe siècle, se faisant primer l’État et sa
1
Il est important de noter que, bien que à l’intérieur de ce document on a utilisé un ordre sur les
systèmes de protection, en partant du système
universel vers les régionaux, en réalité cet ordre est
changé, toutefois qu’il est en Amérique où se fait
le premier instrument de protection des droits de
l’homme, il s’agit de la Déclaration américaine des
droits et devoirs de l’homme du 2 mai, développés
à Bogota en 1948 lors de la Neuvième Conférence
internationale américaine.
Verba Iuris 30 • p. 15-43 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
David Andrés Murillo Cruz
capacité de régulation à travers des règles juridiques, en contournant l’être humain, parce
que même si la formation de l’État est donné
par celui-ci, la normativisation du droit a
conduit à sa réduction factuelle et l’invisibilité
de leurs droits. Par conséquent, il se propose restructurer la pyramide normative,
brisant les limites territoriales des États et le
fractionnement du concept de souveraineté
absolue des eux mêmes avec le but de créer
une pyramide humaine et sociale que dans
leur base ait a l’humanité et dans son sommet
à l’être humain, en complétant son centre
avec la pyramide normative telle comme dans
le monde juridique actuel est conçue.
PROBLÈME DE RECHERCHE
Les êtres humains peuvent être considérés
comme le sommet du système juridique
et réussir sa protections sans prendre en
compte la théorie volontariste des États en
droit international, lui donnent une mayeur
importance à l’humanité et au fondement
téléologique du droit et moins aux États?
STRATÉGIE MÉTHODOLOQIQUE
La stratégie méthodologique de cette recherche a été guidée par l’approche qualitative à
partir d’une recherche théorique-juridique
critique, afin d’être en mesure d’articuler
deux positions qui sont présentés sur le droit
international contemporain et sa capacité à
résoudre des problèmes juridiques.
résultats
1. La protection de l’étre humain
au niveau international
La structure élaborée pour protéger les droits
de l’homme commence par le système des
Nations Unies ou mieux connu comme le
système de protection universelle (A) et
continue dans les régions en tenant compte le
contexte particulier où les violations ont lieu
avec les systèmes de protection régionaux des
droits de l’homme (B).
1.1Le système de protection universel
des droits de l’homme
Les antécédents du système universel de protection des droits de l’homme pourrait être
retracée à partir de la Déclaration des droits
de l’homme et du citoyen du 26 août 1789
et de la Constitution des États-Unis du 17
septembre 1787, des instruments juridiques
révolutionnaires et inspiratoires que, malgré
d’avoir une application territoriale déterminée avaient une aspirations universelles
de protection. Cependant, l’antécédent de
ce système est la Charte des Nations Unies
signée à San Francisco le 26 juin 1945, et
que rend une réponse, tel comme l`établi
son contenu, aux nécessités de préserver les
générations futures du flajelo de la guerre
qui deux fois dans notre vie ont infligé a
l’humanité d’indicibles souffrances et qui ont
affecté les droits fondamentaux de l’homme,
sa dignité et sa valeur en tant qu’être humain.
Le système onusien de protection alors, est
constitué par des mécanismes conventionnels
(a) et des mécanismes extra- conventionnels (b), les premiers fondés sur des traités
internationaux signés par les États et les
seconds, développés par les organismes des
Nations Unies, en particulier par le Conseil
économique et social (ECOSOC) à travers
de l’ancienne Commission des droits de
l’homme, remplacée depuis 2006 par le Conseil des droits de l’homme2.
2
Le Conseil des droits de l’homme a été créé le 15
mars 2006 avec la Résolution 60/251 de l’Assemblée
générale des Nations Unies en tant qu’organe
Verba Iuris 30 • p. 15-43 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
17
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
1.2 Mécanismes Conventionnels
Grosso modo, les mécanismes conventionnels
au sein du système universel peuvent être
classés en trois groupes selon le type de décision que l’organe prise et du caractère. Ainsi,
il y a de mécanisme ne pas contentieux (1),
quasi-contentieux (2) et contentieux (3).
1. Mécanismes ne pas contentieux: Le but de
ces mécanismes est d’obtenir d’un organe
international l’opinion sur l’interprétation
ou l’application d’un traité dans le droit
interne d’un État partie, ayant deux modes
de réalisation: des rapports périodiques et
des enquêtes.
2. Mécanismes quasi-contentieux: Ils sont
utilisés dans le milieu d’une controverse
des violations des droits de l’homme
plutôt que d’être soumis à un organe
juridictionnel est mise à considération
d’un organe international pour connaître
d’elles et rendre une recommandation
avec le fin de lui donner une règlement
amiable au conflit. Ces mécanismes sont
activés par plaintes présentées par des
particuliers ou par les États.
3. Mécanismes contentieux: Comme dans
les mécanismes quasi-contentieux, il
s’agit d’une controverse des violations
des droits de l’homme qui est soumise
aux décisions de l’organe judiciaire international, afin de que celui-ci fasse un
examen et prend une décision avec des
effets juridiques pour le parties en conflit.
Pour Berraondo (2004), l’application de
ce mécanisme implique l’action de la Cour
internationale de justice, et en principe est
couvert de caractère obligatoire, ce qui veut
dire qu’il n’est pas nécessaire une expresse
subsidiaire de la même, afin de remplacer la
Commission des droits de l’homme.
18
par l’État partie en acceptant la juridiction
contentieuse de la Cour. Cependant, dans
presque tous les traités, les États ont la possibilité de faire des réserves pour l’exclusion
de juridiction de la Cour, de sorte que seul
leur juridiction s’applique aux États qui
n’ont pas utilisé la dite réserve d’exclusion
(p. 2, et 3).
En plus des mécanismes conventionnels cités
ci-dessous, ils existent dans le système universel des mécanismes extra-conventionnels
pour promouvoir, protéger et garantir les
droits de l’homme.
1.3 Mécanismes extra- conventionnels
Les mécanismes extra- conventionnels
n’ont plus leur source dans les conventions,
pactes ou traités créés, ratifiés et entrés en
vigueur sinon dans les organismes internationaux qui font partie de l’Organisation des
Nations Unies. Sans doute, l’origine de ces
mécanismes se trouve dans l’inefficacité des
mécanismes conventionnels qui sont nés pour
compléter le système onusien, l’inefficacité
que réside dans l’application généralisée de la
doctrine volontariste du droit international3
3
La doctrine volontariste dans le droit international
prend comme base la volonté des États exprimée
par son consentement à être lié à l’échelle
internationale, c’est à dire, inscrit dans son
contenu le concept de souveraineté potestas dans
lequel prime l’autonomie des États à se régler
indépendamment sans avoir importance la légalité
ou l’illégalité de l’objet des traités, une position
qui contraste avec la doctrine anti-volontariste et
les jus cogens, toutefois que ceux-ci établissent la
prévalence des principes qui sont au-dessus de la
volonté de l’État. Pour approfondir un peu plus sur
le sujet, lire: Pastor Ridruejo, José. (2011). Curso
de derecho internacional público y organizaciones
internacionales. Madrid: Technos y Sepúlveda,
César. (1997). El derecho de gentes y la organización
internacional en los umbrales del siglo XXI. México:
Fondo de Cultura Económica.
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David Andrés Murillo Cruz
par laquelle se fait prévaloir le concept de la
souveraineté potestas et qui autorisent les
États à faire primer sa volonté concernant
à l’acceptation ou le rejet des obligations
internationales visant à promouvoir, garantir
et protéger les droits humains. (Murillo Cruz,
2011).
Le remplacement de la Commission des
droits de l’homme par le Conseil des droits
de l’homme en tant qu’organisme subsidiaire
de l’Assemblée générale de l’Organisation
des Nations Unies l’année 2006, a amené
à que celui-ci faisait la prise en charge des
mécanismes extra- conventionnels que la
Commission connaissait avant, néanmoins,
avec une nouvelle réorganisation, que aux
fins de ce document seront discutés en blocs
séparés, celui qui développe l’examen périodique universel (1), examen à travers lequel le
Conseil fait l’analyse en général de la situation
des 193 pays membres de l’ Organisation des
Nations Unies4 et autre que fait la description
des procédures spéciaux (2) par lesquels le
Conseil reconnaît et se prononça sur la situation des droits de l’homme d’un pays ou d’un
thème spécifique.
1.3.1 L’Examen Périodique Universel:
La résolution de l’Assemblée générale 60/251
de 2006 a créé l’Examen périodique universel
(EPU), “ sur la base d’informations objectives
et fiables, sur l’accomplissement par chaque
État de ses obligations et engagements en
4
Il est important de noter que la procédure de
l’Examen périodique universel (EPU) visée dans la
résolution 60/251 de 2006 du Conseil économique
et social a été prévu pour les 192 États Membres de
l’Organisation des Nations Unies, cependant, avec
la séparation officielle de Soudan du Sud de Soudan
à travers le référendum qui a été lieu le mois janvier
2011, il a été reconnu le Soudan du Sud, le 14 juillet
2011, comme un nouvel État membre de l’ONU par
l’Assemblée générale des Nations Unies.
matière de droits de l’homme d’une manière
qui assure l’universalité de l’examen et
l’égalité de traitement à l’égard de tous les
États”, avant ce mécanisme avait une nature
coopérative, “fondé sur un dialogue interactif,
avec la pleine participation du pays concerné
et en tenant compte de leurs besoins à promouvoir la capacité”.
Ce nouveau dispositif qui a le système universel a été créé dans le but d’examiner tous
les quatre (4) ans, la façon dont chacun des
États membres de l’Organisation des Nations
Unies puisse s’acquitter de ses obligations
de protection et de garantie des droits de
l’homme dans son territoire.
Selon le Bureau du Haut-Commissaire aux
droits de l’homme (2008), “ l’Examen périodique universel est conduit dans le cadre d’une
session séparée du Conseil des droits de
l’homme par un “Groupe de travail” composé
des 47 membres du Conseil. Le Groupe de
travail divise son travail en trois sessions de
deux semaines chacune. Le Conseil examine
48 États Membres des Nations Unies chaque
année” (p. 10).
La procédure prévue pour l’Examen
Périodique Universel ne comprend pas la
participation des individus, car dans lui
seulement participe le Conseil des droits de
l’homme appuie par le Haut Commissariat
aux droits de l’homme et les États membres.
Pour examiner chaque État, se prend en
compte trois documents: i ) le rapport national soumis par l’État sur ​​la situation des droits
de l’ homme sur son territoire; ii ) la compilation des informations extraites par le Haut
Commissariat des différents rapports établis
par les organes conventionnels et des procédures spéciales, aussi, des documents officiels
des Nations Unies, et iii ) du résumé présenté
par le Haut Commissariat de l’information
fournie par les institutions nationales de
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19
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
protection des droits de l’homme, les organisations régionales et les représentants de la
société civile, y compris, les ONG, les groupes
de défenseurs des droits de l’homme et les
institutions académiques et de recherche.
Ensuite, et en tenant compte de la nature de
l’EPU, le groupe de travail s’engage dans un
dialogue interactif avec l’État examiné afin de
que celui-ci présente l’information préparée
sur son évolution, puis répondre aux questions et recommandations qui lui sont faites
par le Conseil des droits de l’homme et des
États observateurs sur la pratique et l’état
général de la protection et la garantie des
droits de l’homme sur son territoire.
13.2 Procédures spéciales:
La Commission des droits de l’homme initialement établit ces procédures spéciales et au
moment d’être remplacé par le Conseil des
droits de l’homme furent assumés dans leur
totalité par celui-ci. Les procédures spéciales
sont créées pour traiter la situation des droits
de l’homme dans un pays donné, procédure
qui a été dénommé mandat par pays (i), ou
l’analyse de sujets sensibles sur les droits de
l’homme dans toutes les régions du monde
qui est connu comme mandat thématique
(ii).
i. Mandats par pays
L’objectif qui ont les procédures spéciales
tel comme l’a affirmé le Conseil des droits
de l’homme, “est celui de protéger et de
promouvoir les droits de l’homme de toutes
les personnes et de prévenir les violations des
droits de l’homme sur le terrain” (2010, p 1)5.
Ainsi, les mandats par pays ont le but princi5
20
Is the protection and promotion of human rights
of all persons and the prevention of human rights
violations on the ground.
pal d’aider au labeur de défense et protection
des droits qui effectue chacun des États sur
leurs territoires, en faisant l’examen et le
suivi des efforts mis en place par ceux-ci pour
améliorer la situation des droits de l’homme
dans leur intérieur.
En termes généraux, le mandat par pays est la
procédure spéciale instituée pour surveiller,
examiner et évaluer de près les politiques
gouvernementales, législatives, judiciaires et
financières qui sont déployés dans un État
donné pour surmonter la grave situation des
droits de l’homme que dans lui est présente.
Actuellement, il y a des mandats par pays en
vigueur par le Conseil des droits de l’homme
contre la Bélarus (2012), le Cambodge (1993),
la Côte-d’Ivoire (2011), l’Erythrée (2012),
l’Haïti (1995), la République islamique d’Iran
(2011), le Myanmar (1992), la Corée du Nord
(2004), la Somalie (1993), le Soudan (2009),
les territoires palestiniens occupés depuis
1967 (1993) et la Syrie (2011).
Grosso modo, on peut observer à travers les
différentes Résolutions du Conseil des droits
de l’homme rendues dans le cadre des mandats par pays, que leur travail se concentre
à vérifier les progrès accomplis dans un État
donné par rapport les droits de l’homme,
à encourager aux gouvernements et à faire
des recommandations aux mêmes afin qu’ils
puissent accomplir leurs obligations de promouvoir, protéger et garantir les droits de
l’homme à toutes les personnes qui se trouvent dans leurs territoires.
ii. Mandats thématiques
Conformément à l’objectif qui a été soulevée
avec les procédures spéciales, les mandats
thématiques visent à examiner et surveiller
le phénomène de violations massives et systématiques des droits de l’homme dans les
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différentes latitudes du monde. Comme antécédent, on peut citer la procédure publique
par matières mise en place par la Résolution
1235 (XLII) du Conseil économique et social
en 1967, et par laquelle, l’ancienne Commission des droits de l’homme décida en
1980 connaitre de la violation d’un droit de
l’homme concret sur n’importe quel pays ou
territoire où l’infraction se produit, “du à la
constatation faite par la Commission au cours
des années précédentes sur les violations
massives et systématiques qui s’étaient produisant sur certains droits dans les différentes
parties du monde (Berraondo, 2004, p. 11).
Le Conseil des droits de l’homme a à travers
ses groupes de travail et rapporteurs spéciaux
actuellement 35 mandats thématiques sur
des situations sensibles des droits de l’homme
qui se produisent dans différentes parties du
monde et grâces auxquels il examine, vérifie et
donne des recommandations sur sa solution.
Les 35 mandats thématiques sont sur:
- La détention arbitraire;
-La vente d’enfants, la prostitution des
enfants et la pornographie impliquant des
mineurs;
- Le droit de toute personne de jouir du meilleur état de santé physique et mentale;
- Les disparitions forcées ou involontaires;
-
Le droit de réunion pacifique et
d’association;
- Les droits culturels;
- Le droit à l’éducation;
-L’environnement sécuritaire, propre, sain
et durable;
- Les exécutions extrajudiciaires et arbitrages;
- Le droit à l’alimentation;
- Les défenseurs des droits de l’homme;
- Les formes contemporaines d’esclavage;
- Le logement décent;
-
Les droits de l’homme des peuples
autochtones;
- L’indépendance des juges et des avocats;
- La liberté et la protection du droit à la liberté
d’opinion et d’expression;
- La liberté de religion ou de culte;
-Les personnes déplacées dans leur propre
pays;
- L’utilisation de mercenaires comme moyen
de violer les droits de l’homme;
- Les droits de l’homme des migrants;
- Les minorités;
- L’extrême pauvreté et les droits de l’homme;
-Les formes contemporaines de racisme,
de discrimination raciale, la xénophobie et
l’intolérance;
- Les personnes d’ascendance africaine;
- Le droit à l’eau potable et à l’assainissement;
-Les droits de l’homme et la solidarité
internationale;
-Les effets de la dette extérieure et des
obligations financières des États sur le
plein exercice des droits de l’homme, en
particulier les droits sociaux, économiques
et culturels;
-La torture et des autres traitements cruels,
inhumains ou dégradants;
-La promotion et protection des droits de
l’homme dans la lutte contre le terrorisme;
-Les droits fondamentaux des victimes de
la traite des personnes, en particulier des
femmes et des enfants;
- Les droits de l’homme et des sociétés transnationales et autres entreprises;
-L’impact sur ​​les droits de l’homme de la
gestion écologiquement rationnelle et
l’élimination des produits et des déchets
dangereux;
-La discrimination à l’égard des femmes
dans la législation et la pratique;
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21
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
- La promotion de la justice, la vérité et la réparation et des garanties de non-répétition;
- La violence contre les femmes, ses causes et
ses conséquences.
De cette manière, dans le système universel se protègent les droits de l’homme des
individus. Il est impératif de préciser que
les instruments du système des Nations
Unies protègent exclusivement les droits des
individus et que à l’intérieur des systèmes
régionaux comme on verra ci-dessus, la
protection s’étend également aux droits des
personnes morales, étaient le cas particulier
le système régional européen qui a développé
une doctrine solide des droits des personnes
morales comme un moyen de protéger les
droits de la communauté humaine qui la
compose et la forme (Murillo Cruz, 2012).
2. Les systèmes régionaux de
protection des droits de
l’homme
Au niveau régional, il existe différents systèmes de protection des droits de l’homme
qui ont une connexion téléologique avec le
système universel, il s’agit de la promotion,
protection et garanti des droits des personnes. Il est important de se rappeler que les
droits de l’homme sont une construction
occidentale qu’en raison du processus de
décolonisation qui s’est produite depuis le
XIXe siècle a été occidentalisé, raison pour
laquelle dans tous les continents n’existent
pas des systèmes de protection régionaux
reconnus par la communauté internationale6.
6
22
Ainsi, on observe comme ni l’Asie ni l’Océanie, ni
les pays arabes par leurs particularités n’ont pas de
tribunaux internationaux reconnus par la communauté internationale pour la protection des droits
de l’homme, car au sens strict, leurs caractéristiques
culturelles sont tellement dissemblables de celles
des occidentales et celles des occidentalisés qui
Cette caractéristique des droits de l’homme
les font en grande mesure exclusifs, parce que
les concepts qu’il a développés ne sont pas
réceptionnés de la même manière dans toutes
les latitudes, circonstance factuelle qui empêche l’acceptation des différentes cultures au
sein des organisations internationales et de
la communauté internationale en générale,
pour cela, on trouve qu’il n’est pas reconnu
un système arabe or asiatique des droits de
l’homme, toutefois que leurs connotations
historiques, sociales, culturelles et politiques
font que le concept de droits de l’homme ne
soit pas réceptionné comme on le conçu dans
les territoires où la culture occidentale est en
vigueur.
Les systèmes régionaux peuvent être classés
en deux groupes en fonction des organes qui
intègrent et les fonctions qu’ils servent, existant ainsi le mono système de protection (a) et
les systèmes duals de protection (b).
2.1 Le monosystème de protection
2.1.1Le Système Européen de Droits de
l’Homme
Le système régional construit en Europe par
le Conseil de l’Europe était jusqu’à 1998 un
système dual, car depuis l’aspect fonctionnel
il existait la Commission européenne des
droits de l’homme (Commission EDH) chargée des questions quasi - juridictionnelles et
la Cour Européenne des droits de l’homme
rendent incompatibles leurs comportements avec
les canons normatifs occidentaux en matière de
droits de l’homme. Quelque chose de semblable
se passe avec les peuples autochtones que à l’avoir
une identité culturelle forte (l’ancestralité) ont des
aspect culturaux différents de ceux pris comme
normaux par l’occident, une raison pour y avoir
une lutte constante entre les notions de droits de
l’homme des populations qui n’ont pas été complètement occidentalisé avec la pensée développée et
étendue par et dès l’ouest.
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David Andrés Murillo Cruz
(Cour EDH) qui sous sa responsabilité avait la
fonction judiciaire.
À partir du Protocole n° 11 19987, le système européen des droits de l’homme est
restructuré et se donne le phénomène de la
scission-fusion entre la Commission EDH
et la Cour EDH se créant la Grand Cour
européenne des droits de l’homme, passant
l’Europe d’avoir un système dual de protection à avoir un monosystème, dans lequel un
seul organisme est responsable d’accomplir
les fonctions quasi - judiciaires et judiciaires.
Comme il est énoncé ci-dessous, la classification entre mono et dual des systèmes de
protection n’est pas donnée seulement par
le nombre d’organes qui le composent, mais
aussi, par les fonctions que ceux-ci accomplissent dans son intérieur, parce que s’il serait
par le nombre des organes, encore le système
européen serait de ceux qui sont appelés
duals, pour la raison que, à ce moment il se
compose par deux organes, la Cour EDH
et le Comité des Ministres chargé du suivi
des arrêts de celle-là. Raison suffisante pour
laquelle ce système doit être classé comme un
mono système de protection.
Le système du Conseil de l’Europe naît avec
la Convention européenne des droits de
l’homme (CEDH) en 19508 et depuis apparaît comme un système pour promouvoir,
7
8
Le Protocole n° 11 est entré en vigueur le 1er
Novembre 1998, et a été ratifiée par 47 États parties
du Conseil de l’Europe.
La CEDH fut terminée le 4 Novembre 1950 à
Rome et en dépit d’être l’instrument qui a permis
la création du premier système régional existant
sur les droits de l’homme, sans doute le premier
instrument international régional des droits de
l’homme et que pour première fois à parlé ne
seulement de droits sinon de devoirs de l’homme
fut la Déclaration américaine des droits et devoirs
de l’homme, signé à Bogotá le 30 Avril 1948.
protéger et garantir les droits de l’homme
en Europe, compte tenu de la situation critique et alarmante des violations massives
et systématiques des droits de l’homme sur
cet continent au cours de la Seconde Guerre
mondiale, en prenant depuis sa naissance
la structure d’un système dual divisant les
fonctions en deux organes comme déjà on
expliqua ci-dessous.
Le Protocole n° 11 1998 additionnel à la
CEDH, réussit unifier la Commission EDH et
la Cour EDH du à la congestion des tribunaux qui a été constatée dans les années 90 du
dernier siècle, grâce à un système de Comités,
Chambres et Grande Chambre pour la recevabilité et le fond des cas soumis au système.
Cette structure a sa perfection finale par le
Protocole n° 14 20109, par laquelle se créa
la figure du juge unique pour “ déclarer une
requête irrecevable ou la supprimer du registre des affaire, lorsqu’une telle décision peut
être prise sans avoir à procéder à un examen
complémentaire” (Conseil de l’Europe, 2010,
art. 27-1)10. Dans le cas d’avoir besoin de cet
examen, “le juge renvoie à un comité ou à une
chambre” pour une étude plus approfondie.
(Conseil de l’Europe, 2010, art. 27-2)11.
9
10
11
Le Protocole n° 14 fut réalisé et ouvert à la
signature le 13 mai 2004 à Strasbourg par le
Conseil de l’Europe, mais à cause d’avoir consacré
à son intérieur le principe de l’intégrité pour son
entrée en vigueur fut nécessaire, d’accord à l’article
19, que tous les États parties à la CEDH expriment
leur consentement à être partie. En raison du
refus présenté par la Russie, le Protocole entre en
vigueur six ans plus tard, le 1er Juin 2010, du à que
l’État russe l’a ratifié jusqu’au 18 Février 2010.
Declare it inadmissible or strike it out of its list of
cases, where such decision can be taken without
further examination.
If the single judge does not declare an application
inadmissible or strike it out, that judge shall
forward it to committee or to a Chamber for
further examination.
Verba Iuris 30 • p. 15-43 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
23
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
Ainsi, le monosystème de protection européen
fonctionne à travers des juges uniques, dont
le nombre est égal à celui des États parties
à la CEDH (47)12, les Comités composés de
trois juges, les Chambres composées de 7
juges et la Grande Chambre composée de 17
juges, étant le juge unique, comme se décrit
ci-dessous, à partir de Protocole n° 14, le
premier à recevoir les plaintes qui lui sont
soumises au système, en passant après à la
connaissance des Comités ou des Chambres,
pour que ceux-ci connaissant du fond, et le
cas échéant, la Grande Chambre connaisse
aussi du fond de ces derniers.
Dans la même veine, le système européen
ne dispose pas actuellement d’un organisme
quasi - judiciaire pour faire avancer la partie
préliminaire des cas qui lui sont soumis, ainsi
que techniquement on accède directement
à l’organisme judiciaire – la Cour EDH - par
une requête que devra remplir les exigences
de procédure exigées en vertu de l’article 47
du Règlement de la Cour EDH13. Apparem12
13
24
Actuellement au sein du Conseil de l’Europe il
existe la discussion sur la pertinence d’inclure dans
le cadre de la CEDH à l’Union européenne, en tant
que sujet de droit international qui devrait avoir des
responsabilités internationales dans le cas d’une
violation des droits de l’homme. Dans la même
veine, il n’y a pas de clarté du fonctionnement future
que le système européen aurait dans le cas où soit
acceptée l’admission de l’Union européenne, d’être
admise, il est plus probable de que soit accepté que
le terme «les hautes parties contractantes» figurant
à l’article 1 de la CEDH doit être interprétée de
façon à inclure l’Union européenne dans son
contenu, pour après lui permettre de participer
avec un juge dans la Cour EDH.
Le règlement actuel de la Cour EDH fut modifié et est
entré en vigueur le 1er Septembre 2012. Nonobstant,
ces exigences formelles pour soumettre une pétition
à la Cour de Strasbourg se sont conservée dans les
successives modifications et amendements que le
règlement a souffert, à savoir, le 17 Juin et le 8 Juillet
2002, le 11 décembre 2007 et le 22 Septembre 2008.
ment, il semble que le système est plus agile
et qui rendre plus des garanties au permettre
l’accès direct à l’organe judiciaire, néanmoins,
à juger par sa statistique des pétitions réprimées et rejetées, plus de 149.000 se trouvent
en attend au 31 Mars 2011, où presque la totalité des pétitions, plus de 95%, seront rejetées
sans examen du fond, pour ne pas remplir les
critères de recevabilité en vertu de la Convention et du Règlement de la Cour (Conseil de
l’Europe et Cour Européenne des Droits de l
l’Homme, 2011), fait-y-il que la situation soit
complètement différente, car on est face à un
système théoriquement fonctionnel, agile et
rapide, mais que dans la pratique, a sacrifié
les droits de l’homme des personnes qu’il
prétend protéger, au faire rigoureux l’accès à
travers d’une requête que doit se conformer
pleinement aux fortes exigences formelles
que de n’être pas accomplis amèneront le
rejet de la même et par conséquence de son
examen du fond.
Cependant, le système de protection européen est unique et différent en son genre,
car il ne protège pas seulement les droits
de l’homme des individus, mais étend son
spectre de protection aux personnes morales,
étant le seul système qui consacre dans son
domaine de garantie et de protection ce genre
de personnes, parce que si on analyse le système universel, l’interaméricain et l’africain,
la protection se concentre uniquement sur
les êtres humains pendant qu’en Europe ils
se sont préoccupé para la promotion, la protection et la garantie des droits de l’homme
des personnes morales, toutefois que celles-ci
ne sont rien de plus que les véhicules qui permettent la réalisation des droits de l’homme
de la communauté humaine qui compose14.
14
Pour une étude plus approfondie sur les droits
de l’homme des personnes morales en Europe,
lire: Murillo Cruz, David Andrés. (2012). La
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David Andrés Murillo Cruz
2.2 Les systèmes duals de protection
Suivant le fil argumentatif utilisé pour parler
du monosystème de protection, il doit être
entendu qu’un système dual se compose de
deux organismes dont les fonctions quasijudiciaires et judiciaires se partagent. Ce pour
quoi que l’accès à l’organisme judiciaire ne
sera pas direct ni à travers d’une requête avec
le rempli de fortes exigences formelles, mais
indirect par le moyen de l’organisme quasijudiciaire auquel arriveront les cas, soit par
la voie d’une communication ou la voie d’une
plainte – pétition, que pourra être individuelle ou interétatique. Comme systèmes duals
reconnus par la communauté internationale
de on trouve d’un côté le système interaméricain des droits de l’homme (1) et par l’autre,
le système africain des droits humains et des
peuples (2).
2.2.1 Le système interaméricain de
droits de l’homme
Le système américain nait conceptuellement
avec la Charte de l’OEA15 et la Déclaration
américaine des droits et devoirs de l’homme
15
protección de los derechos humanos de las personas
jurídicas en los sistemas regionales europeos e
interamericano. Dans: Sistema Interamericano de
Derechos Humanos. Tuxtla - México: Universidad
Autónoma Nacional de Chiapas.
La Charte de l’OEA fut signé par les 21 États
participants de la IXème Conférence Internationale
(l’Argentine, la Bolivie, le Brésil, le Canada, le Chili,
la Colombie, le Costa Rica, le Cuba, l’Équateur,
Le Salvador, l’États-Unis, le Guatemala, l’Haïti,
l’Honduras, le Mexique, le Nicaragua, le Panama,
le Paraguay, le Pérou, la République Dominicaine,
et l’Uruguay) et entra en vigueur le 13 Décembre
1951, avec le dépôt de l’instrument de ratification
faite par la Colombie à la même date au Secrétariat
général de l’OEA et avec cela s’avoir fait le dépôt
des ratifications de deux tiers 2/3 des États
signataires.
(DADDH)16. Nonobstant, sa structure duale
se consolida avec la Convention américaine
relative aux droits de l’homme (CADH) et la
création de la Cour interaméricaine des droits
de l’homme (Cour IDH)17, donnée à travers
de cet instrument. Ainsi, à partir de 1969,
le système interaméricain est un système
dual de protection á l’avoir la Commission
interaméricaine des droits de l’homme
(Commission IDH) (i) comme un organisme
quasi - judiciaire et la Cour interaméricaine
des droits de l’homme (Cour IDH) (ii) comme
un organisme judiciaire.
i. La Commission interaméricaine des
droits de l’homme
La Commission IDH comme un organisme principal de l’OEA vue les jours
juridiques avec l’article 106 de la Charte de
l’Organisation Américaine et est affectée
avec la fonction principale de promouvoir
l’observance et la défense des droits de
l’homme et celle de servir comme organe
consultatif de l’organisation sur les droits
16
17
Cet instrument se approuva le 2 mai 1948 au
sein de la IXème Conférence Internationale qui a
eu lieu à Bogotá. L’importance de la Déclaration
des droits et devoirs de l’homme est due à deux
aspects particuliers. Le premier, parce qu’il s’agit
du premier instrument international des droits
de l’homme et d’autre part, parce qu’il contemple
dans son contenu non seulement la reconnaissance
des droits de l’homme mais aussi des devoirs, en
fissurant la théorie de la responsabilité verticale
existante des droits de l’homme et cédant la place à
la théorie horizontale.
Le Pacte de San José fut élaboré par la Conférence
Interaméricaine Spécialisée sur les droits de
l’homme du 7 à 22 Novembre 1969 et son entrée
en vigueur a eu lieu le 18 Juillet 1978, lorsque,
conformément à l’article 74.2 de celle-ci, il a été
déposée l’onzième instrument de ratification
auprès du Secrétaire Général de l’OEA, grâce au
dépôt de son instrument de ratification par l’État
de Grenade.
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25
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
de l’homme. Bien que le deuxième alinéa de
l’article 106 de la Charte de l’OEA a établi que
la structure, la compétence et la procédure de
la Commission interaméricaine serait établi
par la CADH, fut à la cinquième Réunion de
consultation des Ministres des Affaires étrangères, qui a eu lieu à Santiago du Chili en
1959, où se créa une Commission interaméricaine des droits de l’homme composée de
sept membres, élus à titre personnel à partir
de listes présentées par les gouvernements
et par le Conseil de l’Organisation des États
américains, lui donnant le travail de promouvoir le respect de ces droits. (Secretaria
General de la OEA, 1960, p. 12).
Donné que les travaux de la Commission IDH
initieront avant de la création de la CADH et
de la Cour IDH, on peut dire que d’abord que:
La Commission se préoccupa presque
exclusivement d’élaborer un mécanisme
qui pourrait être efficace face l’absence
d’un État de droit dans les différents pays
du continent. Ainsi, depuis la création de la
Commission et jusqu’en 1969, celle-ci destina la plupart de ses efforts et de ressources
pour le traitement des violations massives et
systématiques dans le continent américain
(García Echavarria, 2011, p. 13).
Actuellement, la Commission IDH accomplisse, grosso modo, ses fonctions à travers
des inspections et de l’étude des pétitions
individuelles et interétatiques conformément à l’article 44 de la CADH et 18 de son
Règlement. Dans le cas d’inspections, la
Commission les font de cette manière: général pour étudier la situation des droits de
l’homme dans les Amériques, dont elle publie
un rapport annuel; par pays, par le biais de
visites in loco afin d’évaluer dans le contexte
étatique les niveaux de protection des droits
de l’homme, en présentant para le moyen
de rapports par pays les considérations et
26
recommandations de l’État s’aient en matière
des droits de l’homme et; thématiques, sur
les topiques ponctuelles sur les droits de
l’homme, par exemple: la peine de mort,
l’accès à la justice, les personnes privées de la
liberté, les défenseurs des droits de l’homme,
les afro descendants, l’égalité des sexes, la participation politique des femmes, de l’emploi,
de l’éducation et des ressources pour les
femmes, l’immigration, la santé maternelle, la
justice pour mineurs et le terrorisme.
En ce qui concerne les pétitions, la Commission IDH connaît de deux types: les
individuelles et les interétatiques, les premières, conformément à l’article 23 de son
règlement peuvent être présentées contre
un État membre de l’OEA, néanmoins, la
Commission au moment de faire l’étude
admissibilité, devra faire la distinction entre
ceux qui en plus d’être membres de l’OEA
sont également parties à la Convention américaine, car de cela dépend quels instruments
peuvent être appliqués, à savoir: sur les États
qui sont membres de l’OEA, mais qui ne
sont pas parties à la CADH, elle pourra seulement faire l’analyse et l’étude de la requête
individuelle à travers la Charte de l’OEA et la
DADDH et si l’État ne prend pas ses recommandations, on ne pourrai pas lui poursuivre
devant la Cour IDH. À contrario sensu, sur
les États, qu’en plus d’être membres de l’OEA
sont aussi parties à la CADH, elle pourra
analyser les pétitions individuelles présentées
contre eux se fondant sur la base des trois
instruments – la Charte de l’OEA, la DADDH
et la CADH.
Contrairement aux pétitions individuelles,
assez nombreux et en progressive augmentation annuelle18, les pétitions interétatiques
18
Selon les statistiques traitées par le Commission
IDH dans ses rapports annuels pour 2010 et 2011,
les pétitions individuelles pour 2010 arrivent aux
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David Andrés Murillo Cruz
sont plus exotiques au sein de la Commission
IDH, au point que jusqu’ici seulement se
connaissent deux, un déclarée irrecevable au
Nicaragua contre le Costa Rica19 et d’autres
rendue admissible faite par l’Équateur contre
la Colombie20.
Compte tenu de l’expérience limitée que on
a avec ces pétitions, on peut souligner que
la Commission IDH face à la ratione loci a
créé le concept de contrôle efficace globale, à
travers d’un transplante juridique tiré de la
jurisprudence de la Cour EDH, en affirmant
que dans les affaires interétatiques se doit
préciser si l’accusé eut la compétence extraterritoriale sur le territoire de l’État requérant,
pour accepter la recevabilité d’une violation
alléguée des
​​ droits de l’homme. (Comisión
IDH, 2010, pp 17-20).
Les pétitions interétatiques sont réglées par
l’article 45 de la CADH et cela est procèdent
entres États qui ont ratifié la CADH et ont
accepté la compétence de la Commission
IDH pour recevoir et examiner les communications dans lesquelles un État partie prétend
19
20
1598, étant prises pour l’analyse 275 et pour 2011
se sont présentées 1658, étant acceptées pour
commencer le traitement seulement 262.
Pour étudier plus en profondeur cette pétition
interétatique, voir: Le Rapport n ° 11/07, Pétition
interétatique 01/07, le Nicaragua contre le Costa
Rica.
Cette pétition interétatique a eu lieu pour la violation
de la souveraineté territoriale de l’Equateur par la
Colombie à travers l’opération militaire appelée
«Phoenix». À cet égard, on peut voir: Le Rapport
n ° 112/10, PI-02, Pétition Interétatique, l’Équateur
contre la Colombie. En raison de la modification
de la stratégie contentieux par les représentants
de l’État, à l’étape de règlement amiable au sein
de la Commission IDH, se trouva un accord
entre la famille du jeune équatorienne assassiné:
Franklin Aisalla et le gouvernement colombien en
Septembre 2013.
qu’un autre État partie a commis des violations des droits de l’homme dans le cadre du
Pacte de San José.
Il est important de mettre en relief à nouveau,
que la Commission IDH concentre son rôle
sur la promotion et la protection des droits
des individus, puisque le système interaméricain a précisé dans ses instruments de
protection qu’ils visent exclusivement aux
êtres humains.
ii. La Cour interaméricaine des droits de
l’homme
Comme déjà s’est expliqué ci-dessous, la Cour
IDH se créa finalement avec la CADH malgré
être prévue par la Charte de l’OEA, avec le
but d’accomplir les fonctionnes judiciaires
dans le système interaméricain. Dans ce cadre
fonctionnel, l’article 62.1 de la Convention
américaine a fourni à la Cour la compétence
sur l’interprétation et l’application de la
convention.
Selon la Convention américaine, la Cour IDH
est composée de sept juges, ressortissants
des États membres de l’ OEA, misse en terne
et élus par États parties à la Convention
américaine pour un mandat de six ans avec
la possibilité d’être réélus qu’une seule fois
(Arts. 52-54). La Cour a son siège à San Jose,
Costa Rica, elle travaille à travers des séances
régulières et des séances spéciales, s’il est
nécessaire.
En termes généraux, la Cour est chargée de
délivrer des avis consultatifs lorsque les États
parties à la Convention américaine ou l’un
des organismes de l’OEA lui demande et de
résoudre les cas que par la voie des requêtes
lui sont soumises par la Commission IDH.
Comme il en a déjà noté, le caractère indirect
de ce système fait que “ les victimes de violations des droits de l’homme dans le Système
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27
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
Interaméricaine ne [puissent] pas avoir accès
direct à la Cour interaméricaine des droits
de l’homme, [étant pour elles] nécessaire
d’épuiser préalablement les procédures contentieux à la Commission interaméricaine
des droits de l’homme”. (Pelayo Moller, 2011,
p. 37).
De cette manière, la Cour IDH remplit son
rôle judiciaire comme un administrateur de
la justice interaméricaine, en réceptionnant,
d’une part, les requêtes que lui sont soumisses
pour l’analyse de la Commission IDH contre
un État afin de protéger les droits humains et
en donnant solution, de l’autre, les avis que le
sont soumis sur l’interprétation de la CADH
et les autres instruments interaméricains.
Cependant, il est important de noter que
la Cour a joué un rôle prédominant – sans
oublier le travail de la Commission comme
un organisme quasi – judiciaire - d’impact
sur le
​​ continent pour consolider l’État de
droit et des régimes démocratique de gouvernance. Bien que le nombre des juges doit être
critiquée21, la protection par le biais de son
évolution jurisprudentielle a été extrapolée à
des différents systèmes de protection, n’étant
seulement un tribunal récepteur de théories
juridiques des tribunaux internationaux et
régionaux des droits de l’homme, sinon un
tribunal que s’appropria de la génération de
21
28
La critique porte sur la participation de chaque
État partie à la CADH dans la Cour IDH á travers
des juges, ainsi il est connu qu’ils ne représentent
pas dans l’organisme judiciaire les intérêts d’un
État particulier, mais si on prenait comme exemple
l’Europe, d’avoir un nombre des juges égaux au
nombre des États parties, ils pourrait jouer un
important travail de contextualisation du statut
juridique de leurs États ​​lors qu’un cas arrive à la
Cour et de leur demander des mesures appropriées
pour résoudre la violation des droits de l’homme,
en particulier, celles-ci qui se produisent de
manière massive et systématique.
règles juridiques que sont déjà transplantées
à d’autres latitudes22.
Pourtant, le grand travail qui se fait à
l’intérieur des organismes du système interaméricain et l’impact de leurs évolutions
jurisprudentielles sont entravés lors de la
réflexion sur la protection qui s’offerte, sur
la base de règles juridiques écrits qui ne considèrent pas toujours à l’être humain à son
intérieur ou s’il est contemplé se fait depuis
une vision normative mais ne pas humaine,
au point de ne protéger pas quelques droits
de l’homme par l’impossibilité de leurs trouvés conventionnelle.
2.2.2 Le système africain des droits de
l’homme et des peuples
Le système africain de protection en dépit
d’être le plus récent de ces reconnus par la
communauté internationale, à différence
de ses deux prédécesseurs, notamment,
d’étendre son spectre de protection à travers
de son instrument principal – la Charte africaine des droits de l’homme et des peuples
(Charte ADH et P)23 – aux DESC et aux droits
22
23
Il peut être cité le cas particulier de la jurisprudence
et des règles novatrices qui ont été crées pour la
Cour IDH respecte les communautés autochtones,
la propriété collective pour les mêmes et le
développement du concept d’ancestralité en
tant que garant de la diversité ethnique. Pour en
savoir plus sur ce sujet lire: Lopez, Melissa. (2011).
La démarche interculturelle d’élaboration de la
jurisprudence: outil privilégié pour une approche
plurielle des droits de l’homme. Le cas du système
interaméricain de protection des droits de l’homme.
Paris: Institute de recherche et débats sur la
gouvernance.
La Charte ADH et P est un instrument récent
des droits de l’homme si on la compare avec
ses homologues, la CADH et la CEDH, mais il
faut avouer qu’il s’agit d’une charte des droits de
l’homme que si bien s’est inspiré des avances des
chartes régionales et universelles qui l’antécédent,
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David Andrés Murillo Cruz
collectifs. Cependant, cette caractéristique
unique du système africain est celles qui
justifie le peu impact de celui, toutefois que
les obligations internationales contractées
par les États africains furent très grandes et
complexes à réaliser, surtout, si on prends en
compte qu’il se parle d’un continent qui a une
grave situation économique et de développement, vu depuis les concepts de l’ouest.
Le système africain ainsi que l’interaméricain
est classé comme un système dual au diviser
ses fonctions quasi - judiciaires et judiciaire
en organismes différents, à savoir, la Commission africaine des droits de l’homme
et des peuples (Commission ADH et P) (i)
siégée à Banjul - Gambie et la Cour africaine
des droits de l’homme et des peuples (Cour
ADH et P) (ii) avec siège à Arusha - Tanzanie.
i. Commission africaine des droits et les
droits des peuples
ADH et P se créa avec le Protocole additionnel à la Charte africaine. À la Commission
lui fut chargée, par l’article 30 de la Charte
de Nairobi, la fonction de promouvoir les
droits de l’homme et des peuples et d’assurer
leur protection en Afrique. Techniquement,
la Commission commença à travailler le
même jour qui est entré en vigueur la Charte
africaine – 21 Octobre 1986 - mais débuta
ses opérations en 1987, lorsque se célébra sa
première session ordinaire à Addis Abeda
- Ethiopie26.
Grosso modo, ces deux fonctions sont exercées par la Commission à travers: les activités
de formation et la formation sur droits de
l’homme – en collaboration avec les ONG -,
la recevabilité des pétitions interétatiques et
pétitions individuelles et la création des avis
consultatifs sur l’’interprétation du contenu
de la Charte ADH et P, demandées par un
La Commission ADH et P24 est le seul organe
créé par la Charte ADH et P25, du que la Cour
24
25
elle va plus loin et réussit, au moins dans le texte,
à établir une nouvelle conception des droits
de l’homme, qui s’éloigne de la conception et
du regarde exclusif d’occident par rapport à
l’importance et le niveau de protection des droits
de l’homme. Cet éloignement est évident lorsque
la Charte africaine met dans le même niveau ce qui
est appelé par les occidentaux les trois générations
des droits de l’homme, c’est-à-dire: les droits civils
et politiques, les droits sociaux, économiques
et culturels (DESC) et les droits collectifs ou de
l’environnement.
Pour approfondir sur cet organisme et son
importante fonction dans l’interprétation et
exécution des obligations de la Charte africaine,
lire: Illa Maikassoua, Rachidatou. (2013). La
Commission africaine des droits de l’homme et des
peuples. Paris, Karthala.
La CADHP fut adoptée le 27 juin 1981 à Nairobi
– Kenya, à la 18ème session de la Conférence de
Chefs d’État et de Gouvernement de l’Organisation
26
de l’unité africaine (OUA), mais elle entra en
vigueur cinq ans plus tard, le 21 octobre 1986,
puis de s’écouler trois mois, d’accord l’article 63
de la CADHP, du dépôt de la majorité simple des
États membres de l’OUA. Le dépôt 26 fut fait le
21 juillet 1986 par le Niger. Pour consulter la liste
de ratifications de la Charte: http://au.int/en/
sites/default/files/African%20Charter%20on%20
Human%20and%20Peoples’%20Rights.pdf.
Pour connaître plus sur cet instrument, consulter:
Amnesty International. (1991). Connaissez la
charte africaine des droits de l’homme et des
peuples. Londres, Amnesty International; Flauss,
Jean François et Lambert-Abdelgawad, Élisabeth.
(2004). L’application nationale de la Charte
africaine des droits de l’homme et des peuples.
Bruxelles, Bruylant; Eteka Yemet, Valère. (1996).
La Charte africaine des droits de l’homme et des
peuples: étude comparative. Paris, L’Harmattan;
Ouguergouz, Fatsah. (1993). La Charte africaine
des droits de l’homme et des peuples: une approche
juridique des droits de l’homme entre tradition et
modernité. Paris, Presses universitaires de France
et Tavernier, Paul. (2008). Regarde sur les droits de
l’homme en Afrique. Paris, L’Harmattan.
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29
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
État partie, un organe de l’Union africaine
et n’importe quelque organisation africaine
légalement reconnue par celle-ci.
Selon les articles 31 à 36 de la Charte, la
Commission ADH et P se compose de onze
commissaires élus pour un mandat de six
ans avec la possibilité de réélection pour un
an, de listes composées par deux candidats
présentés par les États parties, avec deux
limitations: la première, que les États parties
lorsque présentent deux candidats, l’un des
deux ne doivent pas être un ressortissant de
lui même et, la deuxième, que la Commission
ne peut pas être composée de plus d’un commissaire de la même nationalité. L’élection
des commissaires sera effectuée par scrutin
secret par l’Assemblée des chefs d’État et de
gouvernement.
Maintenant, il faut dire que la Commission
ADH et P comme organisme quasi - judiciaire est charge, telle que son homologue
interaméricaine, de donner la recevabilité
aux pétitions - interétatiques et individuelles
– que soient soumisses à sa connaissance et
d’elles émettre les rapports confidentiels avec
des recommandations pour les États, qui
peuvent être rendues publiques sur décision
de l’Assemblée générale de l’Union africaine.
Néanmoins, comme se cita ci-dessous, est également chargée d’interpréter la Charte ADH
et P rendant des avis consultatifs, qui est une
fonction propre des organes judiciaires. Cela
a une explication, c’est que le système africain
des droits de l’homme d’abord n’envisageait
pas avoir une organisme judiciaire, raison
pour laquelle la même Charte ADH et P lui
confère cette fonction de racine judiciaire à
la Commission en tant qu’organisme quasi
judiciaire.
Également, elle a la fonction d’examiner les
rapports périodiques que tous les deux ans
doivent être soumises par les États parties
30
en application de l’article 62 de la Charte
africaine, même si le texte de l’article 45 de la
Charte ADH et P ne l’assigne pas ce rôle à la
Commission.
Pour cette raison, et “de combler la lacune,
en faisant une interprétation conjointe des
articles 45 et 46 de la Charte, la Commission
eut que recommander à l’Assemblée générale de l’Organisation de l’Unité africaine
[aujourd’hui l’Union Africaine27] que lui
donné le pouvoir de écrire et d’analyser les
rapports” (Saavedra Álvarez, 2008, p. 698).
Finalement, la fonction quasi - judiciaire
de la Commission fut complétée par le
Protocole additionnel à la Charte ADH et P
et la création de la Cour ADH et P comme
l’organisme judiciaire du système tel que la
Cour EDH Cour et la Cour IDH en Europe et
en Amérique, respectivement.
ii) La Cour africaine des droits
de l’homme et des peuples
La Cour ADH et P comme on l’a dit, ne fut
pas crée par la Charte africaine mais plus
tard avec le Protocole additionnel du 199828.
27
28
L’OUA est devenu l’Union Africaine avec l’adoption
de l’Acte constitutif de l’Union Africaine adoptée le
11 juillet 2000, par la 36ème session de la Conférence
des Chefs d’État et de gouvernement de l’OUA et
qui entra en vigueur le 26 mai 2001. À partir du 15
août 2011, l’Union Africaine (UA) compte avec 54
pays membres, lorsque le Soudan du Sud signe et
ratifie l’Acte constitutif de l’UA. Voir: http://au.int/
en/sites/default/files/Constitutive%20Act%20-%20
Final.pdf. N’oublier pas que le Soudan du Sud,
devient aussi le pays numéro 193 de l’ONU, puis
que l’Assemblée générale de cette organisation le
14 juillet 2011 lui reconnaisse comme nouveau État
membre.
Ce Protocole fut adopté pendant la 34ème session
ordinaire de l’Assemblée des Chefs d’État et de
gouvernement de l’Organisation de l’Unité africaine
(OUA) réunit à Ouagadougou – Burkina Faso, du
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Nonobstant, ce Protocole entra en vigueur le
25 janvier 2004.
Les articles 11 à 14 du Protocole établi que
la Cour ADH et P sera composée par once
juges. Le choix est basé sur l’idée que chaque
État partie, pourra présenter une liste de
trois candidats parmi lesquels deux doivent
être de la nationalité de l’État postulant, avec
la garantie de garder une représentation
adéquate des deux sexes, ainsi, que dans
l’élection existe une représentation égale des
États parties et des systèmes juridiques. Les
juges sont élus pour un mandat de six ans,
avec la possibilité de réélection une fois.
D’accord l’article 3 du Protocole, la Cour a la
compétence générale pour connaître de touts
le cas et toutes les différends que lui soient
soumises concernent à l’interprétation et
l’application de la Charte africaine, du Protocole, et de tout autre instrument relatif aux
droits de l’homme ratifié par les États. Il s’agit
d’une compétence très large qui permettra
à la Cour ADH et P, dans un cas déterminé,
d’appliquer les instruments du système africaine des droits de l’homme et du système
universel si l’État défendeur les a ratifié.
Comme ses homologues régionales, la Cour
ADH et P a compétence pour résoudre les
cas litigieux qui lui sont soumis pour juger
et la création des avis consultatifs. En ce qui
concerne les cas litigieux, conformément
à l’article 5.1 du Protocole de 1998, ont la
capacité de comparaître devant la Cour: la
Commission, l’État partie qui s’est adressé
à la Commission, l’État partie contre lequel
se présent une pétition, l’État partie où
est nationale la victime par des violations
8 au 10 juin 1998, qui fut aussi la dernière étape
qui eut à traverser le projet de créer un organisme
juridictionnel pour les droits de l’homme en
Afrique.
des droits de l’homme et les organisations
intergouvernementales africaines. En outre,
en vertu de l’article 5.3 du Protocole, la
Cour peut permettre aux individus, ainsi
que aux ONG, qui sont équipés du statut
d’observateur à la Commission ADH et
P, d’introduire des requêtes directement
devant elle, à condition qu’elle soit autorisée
par l’État parties au Protocole au moment de
sa ratification tellement comme est prescrit
par l’article 34.6.
Dans ce qui précède, il se trouve une grande
différence avec le système interaméricain,
puisque dans le système africain existe la
possibilité que les individus et les ONG
puisse saisir directement la Cour ADH et P à
travers des requêtes, sous la condition d’avoir
le statut d’observateur auprès de la Commission ADH et P et que l’État partie ait accepté
cette compétence au moment de ratifier le
protocole.
A propos des avis consultatifs, le système
africain montre également une grande différence du système interaméricain, parce que
la Charte ADH et P concède directement,
comme on l’a vu ci-dessous, le pouvoir
d’émettre ces avis à la Commission ADH et P,
et par sa parte, le Protocole 1998 lui a donné
le pouvoir d’émettre des avis consultatifs
à la Cour ADH et P. Cependant, en faisant
une interprétation harmonieuse de l’article
45.3 de la Charte africaine et de l’article 4 du
Protocole additionnel, on pourrait conclure
que tout État membre de l’Union africaine,
l’Union africaine, tous les organes de l’Union
africaine ou les organisations reconnues par
l’Union africaine pourraient demander un
avis consultatif de la Cour ADH et P relative
à la Charte africaine ou sur tout instrument
relatif aux droits de l’homme, à condition que
dans la Commission ne se trouve pas aucune
demande en attende sur le même objet.
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31
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
Ainsi et avec certaines réserves, la Cour AJDH
répond à la fonction juridictionnelle dans
le système africain des droits de l’homme,
mais, il y a un grand bourdonnement dans le
système africain dû à que l’Union africaine a
considéré pertinente la fusion de la Cour de
Justice de l’Union africaine (Cour JUA) et la
Cour africaine des droits de l’homme et des
peuples.
L’idée d’une Cour de justice et droits de
l’homme pour l’Afrique a finalement obtenu
l’acceptation au sein de l’Union africaine et
sa création a été approuvée par le Protocole
additionnel à la Charte ADH et P 2008, ce qui
donne naissance à la Cour africaine de justice
et droits de l’homme (Cour AJDH)29. Il est
important de noter que cette nouvelle cour
est le résultat d’une scission-fusion entre
la Cour africaine des droits de l’homme et
des peuples et la Cour de justice de l’Union
africaine qui existait indépendamment l’une
de l’autre, toutefois qu’elles avaient des
fonctions différentes, à savoir, la première
était compétente pour l’analyse et l’étude des
affaires des droits de l’homme tandis que la
seconde, concentré son agir à résoudre les
questions de droit international en général.
Dans le cadre du Protocole du 1er Juillet 2008,
la Cour AJDH se composera de deux sections,
la section des affaires générales et la section
des droits de l’homme30, chacune intégrée
par 8 juges. Cette fusion est le résultat d’une
démarche politique menée dans l’UA pour
les gouvernements étatiques qui ont voulu lui
29
30
32
Le Protocole portant statut de la Cour africaine
de justice et des droits de l’homme fut adopté le
1er juillet 2008 à Sharm El-Sheikh – Égypte, mail il
n’est pas encore entré en vigueur dû au manque de
volonté politique des États africains qui n’ont pas
voulu le ratifier.
Article 16 du Statue de la Cour africaine de justice
et des droits de l’homme.
rester importance à l’organisme juridictionnel
chargé des droits de l’homme et lui mélanger
dans un organisme unique qui sera à la fois
chargé des tous les affaires générales du droit
international et des droits de l’homme, sans
prendre en compte la spécificité des ces derniers et l’importance de maintenir un organe
exclusif pour accomplir ces fonctions.
Sur la base de l’article 28 du Protocole, la
Cour a une compétence générale sur tous les
cas et tous les différends qui lui sont soumis
concernant:
a) L’interprétation et l’application de l’Acte
constitutif de l’Union africaine;
b) L’interprétation et l’application ou la validité des autres actes de l’Union africaine
et tous les instruments juridiques dérivés
que aient adoptés dans le cadre de l’Union
africaine et l’Organisation de l’Unité
africaine;
c) L’interprétation de la Charte ADH et P, la
Charte africaine sur les droits de l’enfance,
le Protocole à la Charte ADH et P sur les
droits des femme ou d’autres instruments
juridiques relatifs aux droits de l’homme,
qui sont partie des États concernés;
d) Toutes les questions de droit international;
e)Tous les actes, décisions, règlements et
directives des organes de l’Union africaine;
f) Toutes les questions prévues dans tout
autre accord que les États Parties peuvent
conclure entre eux ou avec l’Union africaine et que lui rendent compétence à la
Cour AJ et DH;
g) L’existence de tout fait qui, s’il était établi,
constituerait la violation d’une obligation à
un État partie ou vers de l’Union africaine;
h) La nature ou l’extension de la réparation
due pour la violation d’une obligation
internationale.
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Conformément à l’article 29 du Protocole,
à la Cour AJDH pourraient aller afin de
résoudre toute question visée à l’article 28, les
suivantes:
a) Les États parties au présent Protocole;
b) La Conférence, le Parlement et d’autres
organismes de l’Union Africaine autorisés
par la Conférence;
c) Un membre du personnel de l’Union africaine, en appel, dans un litige et dans les
limites et conditions définies dans le Statu
et le Règlement du personnel de l’Union
africaine.
Pour cette raison, la Cour AJDH n’est pas
ouvert aux États non-membres de l’Union
africaine. Elle n’a pas compétence pour connaître d’un litige impliquant un État membre
qui n’est pas partie au présent Statut.
L’article 30 du Protocole de 2008, prévoit
également que les entités suivantes ont aussi
la qualité à porter au connaissance de la Cour
AJDH toute violation d’un droit garanti par la
Charte ADH et P, par la Charte africaine sur
les droits de protection de l’enfance, le Protocole à la Charte ADH et P sur les droits des
femmes en Afrique ou d’autres instruments
juridiques relatifs aux droits de l’homme, qui
font partie des États concernés:
a) Les États parties au présent Protocole;
b) La Commission ADH et P;
c) Le Comité africain d’experts sur les droits
de bien-être de l’enfant;
d) Les organisations intergouvernementales
africaines accréditées par l’Union africaine ou par ses organes;
e) Les institutions nationales des droits de
l’homme;
f) Les personnes et les organisations non
gouvernementales accréditées auprès de
l’Union africaine ou par ses organes ou
institutions, sous la réserve des dispositions de l’article 8 du Protocole.
Ainsi, la Cour AJDH accomplirait sa fonction juridictionnelle dans le système africain
des droits de l’homme, cependant, il est
nécessaire de préciser que l’unification de
la Cour de justice de l’Union africaine et la
Cour africaine des droits de l’homme et des
peuples a été très controversée, car il est considéré que c’était une erreur pour le système
africain subsumer la Cour ADH et P dans la
Cour de justice de l’Union africaine, parce
que même s’il a été dit qui se ont conservé
ses pouvoirs, sa compétence et sa structure,
il est difficile de penser qu’elle va garder
la même indépendance et l’autonomie au
moment de résoudre les affaires qui lui sont
soumis, depuis l’ancienne Cour ADH et
P fini par être l’une des deux sections de la
nouvelle Cour AJDH.
Pour le moment, telle unification n’a pas eu
ces jours que dans le papier, car de nouveau
l’apathie étatique et la politisation du droit
international, encore plus aigüe dans le droit
international des droits de l’homme, a fait
preuve de sa présence, lorsque les États n’ont
pas ratifié ce nouveau Protocole 2008 pour
réussir la mise en œuvre d’un nouveau organisme juridictionnel “ plus efficient” pour la
lutte, protection et garantie des droits des
personnes en Afrique ni ont voulu non plus
appuyer le fonctionnement de la Cour ADH
et P.
Malgré qu’en juin 2014 le Protocole compte
avec la signature de 30 États parmi les 54
membres de l’UA, étant donnée la dernière
par le Madagascar le 31 janvier 2014 et l’avant
dernière par le Soudan du Sud le 24 janvier
2013, seulement 5 États ont ratifié et fait le
dépôt de l’instrument de ratification, à savoir:
la Libye (17/06/2009), le Mali (27/08/2009),
le Burkina Faso (04/08/2010), le Benin
Verba Iuris 30 • p. 15-43 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
33
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
(11/07/2012) et le Congo (06/08/2012)31,
manquent encore, selon l’article 9.2 du Protocole, 10 États pour ratifier et faire le dépôt
de l’instrument de ratification pour son entré
en vigueur.
Il sera alors question d’attendre l’agir de ce
nouveau tribunal dans le système africain des
droits de l’homme et des peuples, et après
conclure si cette réforme fut bénéfique ou
nuisible.
3.Le rôle de l’être humain dans
le système juridique
L’être humain en dépit d’être le point des
études anthropologiques et juridiques, il a
perdu avec la naissance de l’État souverain et
sa capacité de réglementation -dans la modernité-, le rôle qu’il a dans le système juridique,
une situation qu’oblige à étudier les systèmes
juridiques nationaux (A) pour identifier les
lacunes de la structure échelonnée de l’ordre
juridique, afin de proposer une nouvelle conception de l’être humain par l’intermédiaire
d’un droit international humanisé (B).
3.1Les systèmes juridiques nationaux et
l’être humain
Comme on l’a indiqué dans la brève description faite ci-dessous sur les systèmes
de protection internationale des droits de
l’homme, leur création s’est donné ironiquement pour protéger les droits des êtres
humains et dans un seul, l’européen, les droits
des personnes morales comme un véhicule
pour la réalisation de leurs droits, des violations que les États font contre eux à travers
les autorités publiques.
31
34
Consulter la liste des signatures, ratifications
et dépôts: http://au.int/en/sites/default/files/
Protocol%20on%20Statute%20of%20the%20
African%20Court%20of%20Justice%20and%20
HR_0.pdf.
C’est ironique à l’être examinée la téléologie
des États comme des entités dont l’objet
est cadré dans la protection des droits de
l’homme, bien entendu que l’État, en tant que
souverain, il s’obligea avec les ressortissants
à protéger et à garantir sa personne et ses
biens, c’est-à-dire, ses droits et ses propriétés
(Rousseau, 1943, p. 15). En d’autres termes si
on veut, l’Etat s’obligea à la protection effective des droits de leurs ressortissants à travers
de la finalité étatique de protection des droits
de l’homme (a) solidifiée par la pyramide
normative (b) créée par le cercle juridique de
Vienne.
3.2 La finalité essentielle étatique de
protection des droits de l’homme
Cette finalité essentielle est également entendue comme une obligation de l’État que pour
être réalisée s’est traduite comme un pouvoir
normatif, en raison de que l’État comme
entité souveraine et autonome, qui a le
monopole de l’exercice du pouvoir coercitif,
la création de mécanismes de développement
et de application de la loi et de la formalisation des relations des États par la diplomatie
(Saldivia, 2010, pp 21 et 22), donna lieu à
une conception de la souveraineté nationale
fondée sur la base de normes juridiques,
grâce auxquelles se concentrait la finalité
essentielle de protéger les droits de l’homme.
Ce but essentiel, dans le cas particulier
colombien, se reflète dans l’article 2 de la
Constitution 1991, pour être inscrit dans le
dernier paragraphe que “les autorités de la
République sont établies pour protéger toutes
les personnes résidant en Colombie, dans
leur vie, l’honneur, les biens, les croyances et
les autres droits et libertés”, s’intégrant ainsi
au droit colombien le postulat de Rousseau.
Mais la formule qui adopta la Colombie dans
son ordre juridique n’est pas unique, tout le
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David Andrés Murillo Cruz
contraire, il s’agit d’une formule répétitive qui
est intégrée dans presque tous les systèmes
juridiques de l’Ouest.
-Promouvoir le progrès de la culture et de
l’économie pour assurer une qualité de vie
digne.
- Mettre en place une société démocratique
avancée, et
-Collaborer dans le renforcement des
relations pacifiques et la coopération entre
tous les peuples de la Terre” (Gras dehors
du texte original).
L’Allemagne, par exemple, a pris la même
formule dans l’article 1 de la Constitution de
la République fédérale d’Allemagne 1949:
“1) La dignité de l’être humain est inviolable.
Tous les pouvoirs publics ont l’obligation de
la respecter et de la protéger. 2) En conséquence, le peuple allemand reconnaît à l’être
humain des droits inviolables et inaliénables
comme le fondement de toute communauté
humaine, de la paix et de la justice dans le
monde. 3) Les droits fondamentaux énoncés
ci-dessus obligeant le législatif, l’exécutif
et le judiciaire à titre de droit directement
applicable”32.
Le même principe utilise la Constitution
espagnole 1978 dans son préambule au prévoir que:
“La nation espagnole, désireux d’établir la
justice, la liberté et la sécurité et de promouvoir le bien de tous ses membres, dans
l’exercice de sa souveraineté, proclame sa
volonté de:
- Garantir la coexistence démocratique dans
la Constitution et les lois conformément
un ordre économique et social juste.
-Renforcer l’État de droit qui garantit la
primauté du droit comme l’expression de
la volonté populaire.
- Protéger tous les Espagnols et les
peuples d’Espagne dans l’exercice des
droits de l’homme, des cultures et des
traditions, les langues et les institutions.
La finalité inscrite est consacrée de nouveau
au premier alinéa de l’article 10 de la Constitution: “La dignité de la personne, les droits
inviolables qui lui sont inhérents, le libre
développement de la personnalité, le respect
de la loi et les droits des autres sont fondamentales pour l’ordre politique et la paix
sociale”.
La Fédération de la Russie intègre également
dans la Constitution fédérale 1993, la même
hypothèse dans son article 2: “L’homme, leurs
droits et libertés sont la valeur suprême. La
reconnaissance, le respect et la protection des
droits et libertés de l’homme et du citoyen
sont une obligation de l’État”33.
Pour sa part, la France soutient le postulat de
Rousseau dans le préambule de la Constitution 1958, qui stipule que: “Le peuple français
proclame solennellement son attachement
aux droits de l’homme et les principes de
la souveraineté nationale tels qu’ils ont été
définis par la Déclaration 1789, confirmé et
complété par le préambule de la Constitution
1946 et les droits et devoirs définis dans la
Charte de l’Environnement 2004”34. La pre33
32
Article 1: To respect and protect it is the duty of all
state authority. (2) The German people therefore
acknowledge inviolable and inalienable human
rights as the basis of every community, of peace
and of justice in the world. (3) The following basic
rights bind the legislature, the executive and the
judiciary as directly enforceable law.
34
Article 2: Man, his rights and freedoms are the
supreme value. The recognition, observance and
protection of the rights and freedoms of man and
citizen shall be the obligation of the State.
Préambule: Le peuple français proclame
solennellement son attachement aux Droits de
l’Homme et aux principes de la souveraineté
nationale tels qu’ils ont été définis par la Déclaration
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35
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
mière partie du préambule de la Constitution
de la Quatrième République française déclare
que:
“Après la victoire des peuples libres des régimes qui cherchent à asservir et de dégrader
la personne humaine, le peuple français
proclame à nouveau que tout être humain
sans distinction de race, de religion ou de
croyance, possède des droits inaliénables et
sacrés. Réaffirme solennellement les droits
et libertés de l’homme et du citoyen, inscrit
dans la Déclaration des droits 1789 et les
principes fondamentaux reconnus par les
lois de la République”35.
Une formule similaire utilise la Constitution
grecque de 1975 à l’article 2: “1) Le respect
et la protection de la valeur de la personne
humaine constituent la première obligation
de l’État”36.
Le même fait le Mexique au paragraphe 3 de
l’article 1 de la Constitution fédérale mexicaine 1917 stipule que:
“Toutes les autorités, dans le
pouvoirs, ont l’obligation de
respecter, protéger et réaliser
l’homme en conformité avec
35
36
36
cadre de ses
promouvoir,
les droits de
les principes
1789, confirmée et complétée par le préambule de
la Constitution 1946, ainsi qu’aux droits et devoirs
définis dans la Charte de l’environnement 2004.
Préambule: Au lendemain de la victoire remportée
par les peuples libres sur les régimes qui ont tenté
d’asservir et de dégrader la personne humaine, le
peuple français proclame à nouveau que tout être
humain, sans distinction de race, de religion ni de
croyance, possède des droits inaliénables et sacrés.
Il réaffirme solennellement les droits et libertés de
l’homme et du citoyen consacrés par la Déclaration
des droits 1789 et les principes fondamentaux
reconnus par les lois de la République.
Article 2: 1. Respect and protection of the value of
the human being constitute the primary obligations
of the State.
de l’universalité, l’interdépendance, l’indivisibilité et de la progressivité. Par
conséquent, l’État doit prévenir, enquêter,
punir et réparer les violations des droits de
l’homme dans les termes établis par la loi”.
Avec les exemples ci-dessus, on peut voir
comment les États ont intégré dans leurs
législations nationales les principes de Rousseau sur la finalité essentielle de l’État de
garantir les droits de l’homme par les pouvoirs
normatif des États, qui est complétée par le
cercle juridique de Vienne avec la création de
sa pyramide normative et est extrapolée au
droit international par la doctrine volontariste des États.
4. La pyramide normative du
“cercle juridique de Vienne”
Il est essentiel avant de prendre toute référence à la notion de pyramide normative, de
parler du cercle juridique de Vienne et bien
sûr, du riche contexte culturel et historique
où ce phénomène a été forgé et qui fut si
propice à Hans Kelsen pour développer sa
théorie pur du droit.
Le XXe siècle lui laissa des grandes contributions à la science et au développement
scientifique européen, n’étant pas en mesure
d’échapper à cela le juridique. Si bien le développement de la science se produit ce siècle
dans toute l’Europe, en Autriche on trouve
une impulsion à considérer le droit comme
quelque chose de logique, c’est-à-dire, “
transformer l’objet d’étude de la science
juridique dans un objet logique et la science
que fait son étude, de toute évidence comme
une discipline formelle” (Cofré, 1995, p. 29).
Hans Kelsen et son cercle d’étude à cette
époque étaient possédés par une forte
préoccupation sur le droit et de l’influence
que sur lui avaient d’autres sciences qui le
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David Andrés Murillo Cruz
nourrissaient des éléments totalement étrangers à ce qui est juridique, lui faisant comme
une chose impur mais à la fois, inadéquat
pour la solution des problèmes strictement
juridiques. Par conséquence, la doctrine du
droit de Kelsen “à l’être caractérisée comme
une doctrine “ pur” par rapport le droit,
c’est fait parce qu’il veut obtenir une connaissance dirigée vers le droit, et parce qu’il
souhaiterait exclure de cette connaissance
ce qui n’appartient pas à l’objet précisément
déterminé comme juridique” (Kelsen, 2005,
p. 15).
Autour des positions et des tendances de
purification de Kelsen et son groupe d’étude
se sont construits des questionnements sur
l’étroite relation existante entre ceux-ci et le
développement philosophique du cercle de
Vienna, connu comme un mouvement qui
distingue la langue naturelle du langage logique, entendu le deuxième comme une langue
purifiée, formelle, inspiré en mathématiques
et en physique, qui devrait se conformer à des
principes précis et des règles logiques (Cardoso, 2002, p. 6).
La relation entre l’idée de la purification du
droit et le développement scientifique du
cercle de Vienne à travers du langage logique
se trouve plus concrète avec l’apparition
d’une théorie pure du droit basée à son tour,
sur la théorie de la structure échelonnée de
l’ordre juridique proposée par Adolf Merkl37.
37
En fait, une grande partie du fondement théorique
de la théorie pure du droit repose sur les
contributions faites par Adolf Merkl au cours de
son temps à l’école du cercle juridique de Vienne,
malheureusement, ces contributions ne lui sont
reconnus pas à Merkl mais elles sont regroupées à
l’ensemble du développement généré dans le travail
collectif qui achemina Hans Kelsen. Pour en savoir
plus, on peut visiter: Kucsko-Stadlmayer, Gabriele.
Selon la structure échelonnée de l’ordre juridique analysée depuis la conformité juridique
des normes se trouve que:
“Dans le contexte d’un ordre juridique positif,
on peut souvent trouver des dispositions qui
réglementent l’élaboration d’autres dispositions, si l’on approfondi un peu plus, on peut
détecter une structure hiérarchique: ils sont,
d’une part, les règles de production juridique
et, d’autres, les règlements élaborés sur cette
base. Dans l’ordre juridique, se trouvent des
nombreuses étapes, il existe des dispositions
régissant l’établissement des règlements
généraux; ainsi que des dispositions qui
établissent comment on doit élaborer les
règlements individuelles, et de cette manière
sont aperçues d’autres distinctions” (Mayer,
2005, p. 262).
Grosso modo, la théorie échelonnée de la
structure de l’ordre juridique permet de consolider la pyramide normative de la théorie
pure du droit, dont l’importance est que les
systèmes juridiques doivent être analysées à
partir d’un ordre hiérarchique par lequel on
peut identifier les normes supérieures des
inférieure à travers de la conformité juridique
des mêmes. Cependant, la critique qu’est fait
sur la pyramide normative se trouve dans
la circonstance de partir des États et de sa
capacité normative, et ensuite se concentrer
sur la valeur des normes, laissant en dehors
d’elles, la contemplation de l’être humain et
la protection de leurs droits en tant que but
essentiel des États.
Cette exclusion capitale a conduite à la création normative très élaborée à l’intérieur des
États qui ne sont pas rare fois contraires aux
intérêts des êtres humains et à la garantie
(2005). La contribución de Adolf Merkl a la teoría
pura del derecho. México: Revista jurídica de la
Facultad de Derecho – UNAM, No. 244.
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37
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
de leurs droits. Cela explique pourquoi les
normes de nombreux États sont contraires
aux droits de l’homme, mais valables dans
l’ordre juridique interne pour respecter
l’ordre juridique échelonné et la conformité
juridique de la norme inferieure avec la
norme supérieure.
En mots un peu plus simples, bien que la pyramide normative de la théorie du droit généra
une grande révolution à l’intérieur de la théorie juridique, elle omis le rôle primordial qui
a l’être humain et la protection de leurs droits
dans les systèmes juridiques; omission que ne
se trouve pas exclusivement dans les systèmes
juridiques nationaux, mais qui a été extrapolée par le pouvoir normative des États –par la
voie de la doctrine volontariste- au contexte
international, générant des phénomènes de
codification qui méconnaissent aussi à l’être
humain et leurs droits. À tel point, que dans
la contemporanéité est devenu nécessaire
de reconsidérer la pyramide normative par
un nouveau droit international humanisé
qui met l’accent sur le rôle de l’être humain
comme le sommet du système juridique et lui
soit garanti une vraie et efficiente protection
internationale.
4.1Le droit international humanisé et sa
conception de l’homme
La proposition d’un nouveau concept de
droit international qui prenne vraiment en
compte à l’être humain et leurs intérêts, doit
d’abord être étudié depuis la transition du
droit international classique au droit international contemporain (a), pour comprendre
comment historiquement se sont réduits les
intérêts étatiques lui cèdent le chemin aux
intérêts de l’humanité, puis définissez les
éléments déterminants de la consolidation
d’un nouveau droit international “humanisé”
en faveur de l’homme (b).
38
4.1.1 La transition du droit
international classique au droit
international contemporain
Le droit international dans ses manifestations historiques a démontré des lacunes et
des échecs au moment de réussir un ordre
international juste. Cependant, on peut dire
que le droit international a essayé de corriger
dynamiquement ces désaccords par une évolution d’inclusion, c’est à dire, intégrant aux
nouveaux États et à ceux qui, bien que ne sont
pas nouveaux, ayant réussi leur processus
d’indépendance depuis plusieurs décennies,
ne sont pas non plus considérés comme des
Etats puissances.
L’évolution d’inclusion est plus perceptible
lorsqu’on analyse la transition du droit
international classique au droit international
contemporain, toutefois que le premier avait
une relation très intime avec le concept de
l’État souverain et sa capacité de réglementation des relations sociales à travers des normes
et d’une liberté de configuration législative
absolue, méconnaissance en permanence
dans cette activité les intérêts des êtres humains et par corolaire, ceux de l’humanité. Alors,
que dans le second commencent à interagir
les intérêts ne seulement des États puissance
mais ceux des nouveaux États et des États qui
ne sont pas des puissances grâce à la création
du “ traité multilatéral avec un but tout à fait
nouveau: celle de la défendre des intérêts des
l’humanité” (Reuter, 1999, p. 14).
Grâce à ce processus de transition entre
le droit international classique et le droit
international contemporain est né le droit
international des droits de l’homme, qu’au
début être entendu appartenir au droit international public au partager:
“en grande mesure leurs principes et leurs
règles d’interprétation. Cependant, après
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David Andrés Murillo Cruz
d’avoir constatée les difficiles situations
sociales qu’ont eu lieu le dernier siècle et que
continues dans le présent, le droit international des droits de l’homme s’est spécialisé
de telle manière que le droit international
public est généralement affiché incompétente pour le réglementer. Les principes tels
que le pro homine et les mécanismes comme
le contrôle de conventionnalité font du droit
international des droits de l’homme un droit
indépendant et supérieur au droit international publique” (Murillo Cruz, 2011, p. 90).
Ainsi, au droit international, vu depuis
l’optique contemporaine, on lui a assigné:
“Une nouvelle fonction et un nouveau
contenu: promouvoir le développement
intégral, non seulement économique, des
pays du Tiers Monde. Fonction utilisée dans
l’analyse finale de la cause de la paix dans le
monde, parce que les inégalités injustes sont
sources de tensions et de conflits entre les
États. Et ce que la vraie paix a une signification plus profonde que l’aspect purement
négatif en l’absence de guerre. La vraie paix
a un sens positif et dynamique pour le respect des droits de l’homme et des peuples“
(Pastor Ridruejo, 2011, p. 54).
Nonobstant, ce dynamisme et cette transition
conceptuelle donnée par le droit international, n’empêche pas que sur lui, en certain
mesure, continue primant la théorie volontariste des États, au point que s’ils ne veulent
pas s’engager internationalement avec le
respect des droits de l’homme, c’est très
difficile faire qu’ils respectent à l’être humain
et leurs droits dans la pratique, surtout dans
les populations que ne se situent pas dans le
Premier ou le Deuxième Monde.
Bien que les nouveaux États et les États qui
ne sont pas des puissances ont réussi avec leur
participation que:
“l’architecture de l’ordre international traditionnel [débutera] à se voir affectée, dans
quelques années, par la présence de près de
100 nouveaux États dans la communauté
internationale organisée – c’est-à-dire, en
termes généraux, le Tiers Monde - et pour
les possibilités pour le débat dans les organes
des Nations Unies. Les puissances moyennes
prendront immédiatement conscience de
leur poids dans les relations internationales, de leurs possibilités d’enrichir le droit
international existant avec l’appelée diplomatie parlementaire à l’Assemblée générale
des Nations Unies et que son association
naturelle avec les petits États contreraient
les positions hégémoniques des grandes
puissances, qui se sont vu contraints à revoir
leurs politiques” (Sepúlveda, 1995, p 21).
On a que les critiques vers le droit international sont persistantes et chaque fois
deviennent plus fortes.
Le grand assujettissement et dépendance du
droit international à la volonté étatique, c’est
précisément, ceux que lui a fait créancier
de nombreux critiques par rapport à leur
fonctionnalité et pertinence pour résoudre,
dans la contemporanéité, les problèmes de la
société internationale, au point d’être envisagé la création d’un nouveau droit, ne pas
international mais global, qui réalise la justice
dans les affaires que touchant l’humanité.
Malgré la proposition de créer un nouveau
droit, un droit global, pour résoudre les
problèmes que d’une ou d’autre forme lui
sont échappé au droit international et que lui
montrent comme inadéquat pour les mêmes,
on croit aussi qu’il n’est pas nécessaire arriver
à tel extrême, toutefois que le droit international à travers d’une nouvelle conception
–humanisé- pourrait être à l’hauteur des conflits qui à la contemporanéité sont présents
dans la société internationale et ajuster leurs
normes en faveur de l’être humain.
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39
L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
4.1.2 La consolidation d’un nouveau
droit international “humanisé” en
faveur de l’être humain
Pour cette section, il est important de noter
que les principes du droit global ne sont pas
pris dans le but de lui infirmer mais avec celui
de souligner son importance pour le nouveau
concept du droit international humanisé. En
premier lieu, il est relevant de dire que pour
les connaisseurs du droit global, celui-ci:
“ se distingue du droit international moderne,
basée principalement sur la pensée de Kant
(Statenrecht) et Bentham (International law),
pour dépasser l’idée du territoire souverain,
c’est-à-dire, de l’État. La plupart des habitants
de la terre vivent contraints par cette réalité
politique, qui est devenue à toutes les lumières
obsolète, ornés avec des tenues différentes,
qui ont servi à tempérer son prétendue omniprésence – l’État national, libéral, fédéral,
social, de droit, démocratique, et un longue
etcetera -, cet unité politique souveraine,
territorial et éthiquement coactive, agonise
inévitablement à l’aube du troisième millénaire” (Domingo, 2006, p. 23).
Ajouté à cela, il est également considéré que
le droit international est en crise et que celle
n’a pas marche arrière, car la mondialisation
a brouillé le prétexte froid du monisme juridique de remplacer progressivement le droit
national par le droit international.
On insiste sur le fait que “ la crise conceptuelle du droit international découle de sa
prétention de trier la mondialisation sans
altérer les principes qui l’informent, basée sur
une structure obsolète et une doctrine dépassée, qui est inacceptable pour une société de
vocation universelle et solidaire. Les vêtements du droit international sont devenus
vieux, rongés et inserviables pour une société
globale” (Domingo, 2009a, p. 102 et 103).
40
Cette position du droit global est en fait
partagée par ceux qui pensent que le droit
international doit surmonter sa crise - et dans
une certaine mesure il a réussi grâce au jus
cogens – s’éloignant de la doctrine volontariste
des États et lui concentrant davantage sur ce
qui n’est pas déterminé par la volonté étatique,
c’est le cas du contrôle de conventionnalité,
pour ne citer qu’un exemple, exercé par la
Cour IDH, en commandant les États Parties
- sur sa “volonté souveraine” - la modification
de leurs systèmes juridiques nationaux38.
38
Pour connaître plus approfondi le développement
du contrôle de conventionnalité dans le système
interaméricain on peut consulter les arrêts
suivantes: Cour IDH: l’Arrêt Cantuta contre le
Pérou. Arrêt sur le fond, les réparations et dépens.
Série C n ° 162, le 29 Novembre 2006. § 173, l’Arrêt
Boyce et d’autres contre le Barbade. Arrêt sur les
exceptions préliminaires, le fond, les réparations
et dépens. Série C n ° 169, le 20 Novembre 2007,
§ 78; l’Arrêt Radilla Pacheco contre le Mexique.
Arrêt sur les exceptions préliminaires, le fond,
les réparations et dépens. Série C n ° 209, le 23
Novembre 2009, § 339; l’Arrêt de la Communauté
indigène Xákmok Kasek contre le Paraguay. Arrêt
sur le fond, les réparations et dépens. Série C
n ° 214, Août 24 2010, § 311; l’Arrêt Fernández
Ortega et autres contre le Mexique. Arrêt sur les
exceptions préliminaires, le fond, les réparations
et dépens, série C n ° 215 du 30 Août 2010, §
236; l’Arrêt Rosendo Cantú contre le Mexique.
Arrêt sur les exceptions préliminaires, le fond, les
réparations et dépens. Série C n ° 216, du 31 Août
2010, § 219; l’Arrêt Ibsen Cárdenas et Ibsen Peña
contre la Bolivie. Arrêt sur le fond, les réparations
et dépens. Série C n ° 217, 1 Septembre 2010, §
202; l’Arrêt Gomes Lund et d’autres (Guerrilha do
Araguaia) contre le Brésil. Arrêt sur les exceptions
préliminaires, le fond, les réparations et dépens.
Série C n ° 219, 24 Novembre 2010, § 176; l’Arrêt
de Cabrera García et Montiel Flores contre le
Mexique. Arrêt sur les exceptions préliminaires,
le fond, les réparations et dépens. Série C n ° 220,
26 Novembre 2010, § 225 et l’Arrêt Gelman vs
Uruguay. Arrêt sur le fond et les réparations. Série
C n ° 221, le 24 Février 2011, le § 193.
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David Andrés Murillo Cruz
Maintenant, tel comme on décrit ci-dessous
le droit global part aussi de l’erreur de la
pyramide normative car elle considère que:
“l’erreur de Kelsen fut placer l’État -pour lui
une personnification de l’ordre juridique- et
non à la personne humaine en tant que telle,
dans le centre de tout système normatif.
D’où son incapacité pour trouver un ancrage
solide dans son élaboré que faible théorie
Grundnorm. Kelsen erra au personnifier la
norme dans l’État et réguler en excès à la
personne” (Domingo, 2009b, p. 31).
Si tel est le cas et la crise conceptuelle du droit
international est évidente du fait de partir
de la doctrine volontariste, il est nécessaire
qu’elle soit re-conceptualisée et se consolide
un droit international qui considère comme
importante à l’humanité –droit international
humanisé- et à l’être humain comme les
éléments primordiaux du système juridique.
Toutefois, la société ne pourra pas avoir un
avenir si le concept de pyramide normative
n’est pas changé par celui de la pyramide
humanisée et soient rétablis les structures sur
lesquelles elle est fondée.
Cela donne à penser que le droit international
humanisé doit commencer par un isolement
de la doctrine volontariste des États et une
plongée profonde dans la doctrine antivolontariste faisant primer le jus cogens dans
la communauté internationale, se fracturant
le concept classique de la souveraineté des
États et en brisant les limites territoriales de
la régulation normative de ceux-ci, pour remplacer aux États, comme base de la pyramide
normative, pour l’humanité et comprennent
à l’êtres humain dans son sein comme son
sommet.
Dans cette nouvelle pyramide humanisée
du droit, l’être humain “doit constituer le
centre du droit, dans toutes ses dimensions.
Comme un être rationnel et libre, la personne
humaine est le protagoniste du droit, le sujet
du droit par excellence. “Tout droit a été
constitué à cause des hommes”, signala déjà
le juriste Hermogeniano, magister libellum
du Dioclétien, en ramassant complètement
la tradition du droit romain classique. Par
conséquent, on peut affirmer, sans aucun
doute, que le droit procède de la personne.
Voici la règle d’or du droit, et du droit
global: ex persona ius oritur. Ne pas de l’État,
étant que construction théorique créée pour
servir à l’homme, bien que, parfois, lui aient
instrumentalisé. Les personnes sont, donc
des authentiques “nomóforas”, c’est-à-dire,
porteureuses du droit, avec l’indépendance
de l’espace et le lieu où elles se trouvent”
(Domingo, 2009b, p. 37).
Ainsi, on aurait qu’avec la pyramide humanisée l’être humain ne sera pas un parallèle
impotent de la régulation juridique comme
est à l’intérieur de la pyramide normative,
lui transformant en sujet déterminant du
système juridique et en exaltant la finalité
du même: la protection des droits de l’être
humain.
Cette pyramide humanisée serait alors le fondement ontologique du droit international
humanisé et du rôle de l’être humain dans
les systèmes de protection internationale.
En plus, il serait la base fondamentale d’un
nouveau concept de l’État outil de l’humanité
par le droit, déjà ne seulement pour protéger
les droits de leurs ressortissants mais de toute
l’humanité, parce que leurs normes auraient
maintenant la fonction instrumental de
protéger à l’humanité et à l’être humain dans
toute sa splendeur.
Dans la même veine, la pyramide humanisé
mettrait à l’humanité de base et de sommet
à l’être humain -tel comme on propose
depuis le droit global-, comme raison d’être
du droit et des systèmes juridiques, mais elle
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L’etre humain comme le sommet du système juridique et sa protection internationale
relierait comme point centre à la pyramide
normative lui transformant en outil juridique
pour garantir la protection de l’humanité et
de l’être humain tant que de l’ordre national
comme de l’international.
Cette proposition, encore une fois, n’est pas
destiné à ignorer ou à invalider les approches
et les développements proposés par et depuis
le droit global, elle seulement vise à harmoniser les positions de celui-ci avec celles du droit
international contemporaine pour surmonter
la crise que souffre le droit international et
qui doit être si on veut protéger à l’humanité
et la raison d’être de ce qui est juridique: l’être
humain, en évitant par corolaire, l’extinction
du droit qui règle actuellement les relations
de la société internationale.
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Sandra Gamboa Rubiano
Criminalidad estatal como fenómeno
para el derecho penal internacional*
State crime as a phenomenon for
international criminal law
Sandra Gamboa Rubiano**
Universidad Santo Tomas
RESUMEN
A partir de una aproximación a los conceptos de hegemonía y contrahegemonía en la defensa
de los derechos humanos, así como a las víctimas de la criminalidad estatal como sujetos
colectivos en construcción, se identifican elementos que permiten establecer si el Derecho
Penal Internacional debe repensarse en clave de crímenes de Estado y si la estructura actual
del Derecho Penal Internacional reflejado a partir del Estatuto de Roma, invita a no revisar la
responsabilidad Estatal.
Palabras clave: Crimen de Estado, Contrahegemonía, Derecho Penal Internacional, Crimen
de Lesa Humanidad.
ABSTRACT
As an approach to the concepts of hegemony and counter-hegemony in the defense of human
rights and victims of state crime as collective subjects under construction, identify evidence
to establish whether international criminal law must be rethought in based State crimes and
whether the current structure of international criminal law reflected from the Rome Statute,
not to review invites State responsibility.
Keywords: State Crimes, Counter-hegemony, International Criminal Law, Crimes against
Humanity.
Fecha de Recepción: mayo 5 de 2013
Fecha de Aprobación: julio 25 de 2013
* Artículo de reflexión resultado de investigación. Documento elaborado como disertación para tesis doctoral. Tesis:
Solicitudes de las víctimas de crímenes de Estado ante la Corte Penal Internacional: Su incidencia en la apertura
de una investigación. Doctorado en Derecho, Universidad Santo Tomás. Doctorado al que se dio inicio en julio
de 2010.
** Abogada de la Universidad Nacional de Colombia. Candidata a Doctora en Derecho de la Universidad
Santo Tomás. Magíster en Defensa de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario ante
organismos, tribunales y cortes internacionales de la misma universidad. Docente de la Universidad Santo
Tomas. E-mail: [email protected], [email protected]
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Criminalidad estatal como fenómeno para el Derecho Penal Internacional
INTRODUCCIÓN
El presente escrito tiene como fin identificar
los elementos que permitan establecer si el
Derecho Penal Internacional debe repensarse
en clave de crímenes de Estado y si la estructura actual del Derecho Penal Internacional
reflejado a partir del Estatuto de Roma, invita
a no a revisar la responsabilidad Estatal.
Para alcanzar dicho propósito, en un primer
momento se analizaran algunos elementos
teóricos que permitirán vislumbrar la propuesta, como lo son la categoría de crimines
de Estado, el rol y la transformación del
Estado dentro del mundo occidental, el papel
de los derechos humanos, entre otros. En
segundo momento se hará una descripción
de algunos rasgos característicos de las víctimas de los crimines de Estado para en último
lugar abordar de manera concreta el tema en
contraste con la Corte Penal Internacional.
Resultados
1.(Poder y suplicio: ¿Derecho
Penal como espejismo?)
Señala Santos (2003) que el principio del
Estado desde Hobbes, o la “obligación vertical entre ciudadanos y Estado”, se inserta
en la triada del pilar de la regulación en el
paradigma de la modernidad. Los dos restantes principios constitutivos se refieren
al principio de mercado signado por las
posturas de Locke y Adam Smith, y al principio de la comunidad. En tanto, el pilar de
la emancipación se expresa bajo las lógicas de
racionalidad weberianas1.
Entonces, aludir a la categoría de crímenes
de Estado (CE) en relación con el Derecho
1
46
Esto es, la racionalidad estético-expresiva de las
artes y la literatura, la racionalidad cognitivoinstrumental de la ciencia y de la tecnología, así
como la racionalidad moral-práctica de la ética y
del derecho.
Penal Internacional (DPI), equivale a discutir
dos categorías trascendentes de los pilares del
paradigma de la modernidad, y se conecta con
la comprensión sociohistórica de los derechos
humanos pues evidencia la imposibilidad de
un “desarrollo armonioso y recíproco entre
el pilar de la regulación y el de la emancipación” (Santos, 2003). Este es un punto donde
convergen Antonio Gramsci, Boaventura de
Sousa Santos y Helio Gallardo.
Haciendo crítica al programa liberal, Gramsci (2005) señaló que este esquema simula
un Estado superior a la competición entre
las clases, un Estado “ético”, una aspiración
política que debe su vigor a su naturaleza
de espejismo. Sentido en el cual Gallardo
(2009) concibe que el sistema capitalista
“despierta expectativa de derechos” y prohíbe
su materialización (p. 48), siendo en el caso
de Latinoamérica, más concreta esta ilusión:
“el Estado de derecho latinoamericano es un
simulacro” (p. 53). Santos (2003) por su parte,
acusa de manera tácita el conocimiento
previo de dichas imposibilidades. La limitación emergería de principios diferenciados
funcionalmente, expresados como independientes y con una vocación maximalista. Así,
retornando al previo conocimiento y confianza en una pretendida superación de dicha
dinámica, señala que se confió a la ciencia
hegemónica2 y colonial, los previsibles excesos y déficits, que al tiempo eran presentados
como resolubles.
Entonces se pretendieron superar las dificultades del paradigma de la modernidad
2
En Gramsci, la hegemonía es la forma a través de
la cual un grupo social impone una determinada
concepción del mundo. Constituye un principio
teórico práctico que incluye un alcance
gnoseológico, lo que corresponde con su inquietud
de conjunción entre pensamiento y acción o con
la unidad de teoría y práctica como forma de
autoconciencia. (1971).
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Sandra Gamboa Rubiano
a través de la implicación de dos pilares. El
Derecho se pretendió transformador y limitante del principio de un Estado maximalista
como constitución de poder.
Precisamente la concepción del Derecho Penal
como derecho estatal, signa la relación entre
“sujetos procesales”. Resalta Foucault (2012):
“El suplicio judicial hay que comprenderlo
también como un ritual político. (…)
En uno de los arquitectos del Derecho occidental moderno, Inmanuel Kant, el Derecho
constituye “el conjunto de condiciones bajo
las cuales el arbitrio de uno puede conciliarse
con el arbitrio del otro según una ley universal
de la libertad”3 (2008, p. 39). Al tiempo que
lo liga a la facultad de coaccionar pues “todo
lo contrario a derecho […] es un obstáculo
a la libertad según leyes universales” (p. 40).
Entonces, establece que el concepto de Derecho posibilita “conectar la coacción recíproca
universal con la libertad de cada uno” (p. 41).
Adicionalmente lo postula como legislación
externa pues solo puede pretender adhesión
exterior y regular las relaciones entre individuos. Por su parte, la moral resulta interna al
exigir una lealtad íntima, planteando deberes
consigo mismo. (Kant, 2008).
Pero el Derecho resulta algo más que el
escenario del ejercicio de la libertad universal
burguesa donde se inscribió, como lo hizo
Kant, dentro del Derecho Público. Similar
suerte delimitó al Derecho Penal en tanto
“concentrador” del poder sancionatorio. La
calificación es inquietante al concebir la función punitiva del Estado como el Derecho en
cabeza del soberano de castigar a quienes le
están sometidos. (Kant, 2008). En contravía,
Zaffaroni (1998), extractando el sistema de
derecho penal desde la razón, observa que la
función punitiva es un deber del Estado pues
justifica su existencia: posibilitar la convivencia y tutelar adecuadamente bienes jurídicos.
(…) El delito, además de su víctima
inmediata, ataca al soberano y lo hace personalmente, ya que la ley vale por la voluntad
del soberano y físicamente, ya que la fuerza
de la ley es la fuerza del príncipe. (…) La
intervención del soberano no es, por ende,
un arbitraje entre dos adversarios: es incluso
mucho más que una acción para hacer respetar los derechos de cada cual; es su réplica
directa contra quien le ofendió. (…) El derecho de castigar será, entonces, un aspecto del
derecho del soberano a hacer la guerra a sus
enemigos. (…) El suplicio desempeña, pues,
una función jurídico-política. Se trata de un
ceremonial que tiene por objeto reconstituir
la soberanía por un instante ultrajada. (…) El
suplicio no restablecía la justicia, reactivaba
el poder” (pp. 58-60).
En aparente coherencia con ello, en Kant
(2008) el crimen consiste en la trasgresión
de la ley pública que incapacita a quien la
comete para ser ciudadano. Por ello considera que la pena debe imponerse solo porque
se delinquió4.
En realidad el poder instala la idea de un
criminal en el suplicio, que no es ciudadano.
Sobre él ejerce su derecho de castigo, refrenda
su subordinación. En tanto, la víctima como
sujeto, entre otros, procesal, no se reconoce
como protagonista: Del escenario del suplicio
al proceso penal.5
4
3
Manifiesta que el Derecho no es la relación del
arbitrio con el deseo del otro, sino con el arbitrio
del otro, y no es tampoco relativo a la materia del
arbitrio, sino a la forma en la relación del arbitrio
de ambas partes. (Kant, 2008).
5
Pues “ha de castigarse con la muerte el homicidio
ilegal de otro”. (Kant, 2008, p. 172).
La Corte Constitucional colombiana señala que
una profunda intervención de la víctima en el
proceso de tendencia adversarial: “Alteraría los
rasgos estructurales del sistema penal y por esa vía
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Criminalidad estatal como fenómeno para el Derecho Penal Internacional
Sobre este poder, desde Kant (2008), no existe
sino el acatamiento. Mientras, la voluntad del
legislador sería irreprochable, la facultad del
ejecutivo es irresistible y la sentencia del “juez
supremo […] es irrevocable (inapelable)” (p.
147), agregando:
“La razón por la que el pueblo debe soportar,
a pesar de todo, un abuso del poder supremo,
incluso un abuso considerado como intolerable, es que su resistencia a la legislación
suprema misma ha de concebirse como
contraria a la ley, incluso como destructora
de la constitución legal en su totalidad. (…)
Por tanto, un cambio en una constitución
política (defectuosa), que bien puede ser
necesario a veces, sólo puede ser introducido
por el soberano mismo mediante reforma,
pero no por el pueblo, por consiguiente, no
por revolución; y si se produce, sólo puede
afectar al poder ejecutivo, no al legislativo”
(pp. 152-154).
Estos fenómenos de imposición vía poder
hegemónico: del soberano sobre el supliciado, del principio de Estado sobre el
Derecho como regulación, se imputan en
la versión más reciente del paradigma de la
modernidad. Este fenómeno es sintetizado
por Santos (2003) en una absorción del pilar
de la emancipación, por el de la regulación, y
se expresa en una doble dimensión: (i) limita
la comprensión emancipadora (ahora contrahegemónica6) del concepto de los derechos
humanos, y (ii) subvierte la dimensión del
Derecho, ahora controlada por el ejercicio del
poder. Ello se confirma de nuevo por Santos
(2009) quien señala:
6
48
menoscabaría otros derechos o principios como el
de igualdad de armas”. (2011).
Gramsci define la contrahegemonía como sinónimo de pensamiento crítico, como la posibilidad
de escogencia de la propia esfera de actividad, en
específico elaborar la historia del mundo a partir de
una participación activa. (1971).
“De alguna manera pensamos que, al punto
que llegamos, los instrumentos que fueron
creados para lograr una emancipación social
están produciendo el efecto opuesto, un
efecto perverso. Hoy sabemos que se violan
los derechos humanos para, aparentemente,
preservarlos; se destruye la democracia,
aparentemente para defenderla; se destruye
la vida, aparentemente para defenderla (un
millón de personas ha muerto en los últimos
cuatro años en Irak)” (p. 17).
Pero ello no implica considerar una expansión
del principio de Estado como forma del pilar
de regulación. En realidad, se ha desplegado
en exceso el principio del mercado en detrimento de los restantes principios (Santos,
2009).
La visión hegemónica de los derechos humanos ha venido en su auxilio. Ella sostiene la
existencia de un respeto universal a cierta
tipología de derechos en tanto compatibles
con la “ideología de mercado” (Fariñas
Dulce, 2000, p. 156), y si concentran además,
libertades negativas: “La nueva autoridad es
la individual propiedad capitalista y el falso
colectivo del Estado. Este nuevo orden es
también sacro” (Gallardo, 2009, p. 67).
En sentido similar, señalaba Marx, que los
derechos civiles o políticos, no implican
la emancipación humana, sino que hacen
parte de la “libertad política”. Aludiendo al
concepto de derechos humanos desde los
“norteamericanos y los franceses”, señaló
que ninguno de ellos va “más allá del hombre
egoísta, del hombre como miembro de la
sociedad burguesa, es decir, del individuo
replegado en sí mismo, en su interés privado
y en su arbitrariedad privada, y disociado de
la comunidad”. (Marx, 2004, p. 21-33).
En suma, el concepto hegemónico de los
derechos humanos bajo el principio de mercado, ha sido instrumento de enfrentamiento
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y de delimitación de adversarios, y como criterio para “enjuiciar otras culturas” (Gallardo,
2009, p. 75).
Ante el panorama, se imponen algunas
alternativas. Desde Gramsci (1971) se invita
a ejercer una visión contrahegemónica de
los derechos humanos con “perseverancia
paciente y obstinada” (p. 18). Esto es, a practicar una concepción sociohistórica de los
derechos humanos.
Para Pilar Calveiro (2012) la criminalidad
de Estado se conforma a partir de un sistema
represivo organizado en la articulación de una
red represiva legal y otra ilegal, gestionadas
por el Estado según sus necesidades. Entonces, “al presentarse una ilegalidad sistemática
en sus prácticas, el Estado se fue prefigurando
como Estado criminal” (p. 42). Como juez de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), A. A. Cançado Trindade,
describió el crimen de Estado en los siguientes términos:
“[Es] una violación grave del derecho internacional perentorio (jus cogens), que se
patentiza “en la medida en que se establece
la intención (…), o tolerancia, aquiescencia, negligencia, u omisión, por parte del
Estado en relación con violaciones graves
de los DDHH y del DIH perpetradas por sus
agentes, inclusive en nombre de una política
de Estado” (Corte IDH 1, párr. 35 Voto
Razonado).
Esta ilegalidad sistemática ha intentado responderse desde el Derecho: La eclosión del
Derecho Internacional, o los trabajos relativos
a la configuración del hecho ilícito internacional.7 En términos generales, se observa el
7
La Comisión de Derecho Internacional elaboró
una propuesta de Artículo 19 del Proyecto sobre
la Responsabilidad de los Estados. Allí diferenció
los conceptos de delito y crimen internacional:
“Crímenes y delitos internacionales: 1. El hecho
central impulso dado a los derechos humanos
por los tribunales de responsabilidad estatal,
y en general por el Derecho Internacional de
los Derechos Humanos (DIDH). Así, serios
argumentos respaldan la importancia de revisar la criminalidad de Estado como fenómeno
de interés para el Derecho.
Asimismo debe reconocerse que al concentrar poder y autoridad, el Estado moderno
sigue erigiéndose como la “principal amenaza
para el disfrute de los derechos humanos”,
(Donnely, 2012) y principal poseedor de
los mecanismos para el sostenimiento de la
impunidad. En dicho orden, señaló Foucault
(2012):
“(…) en una sociedad como la nuestra, la
verdadera tarea política es criticar el juego
de las instituciones en apariencia neutras
e independientes, criticarlas y atacarlas de
manera tal que la violencia política, que se
ejerce oscuramente en ellas, sea desenmascarada y que se pueda luchar contra ellas.
Esta crítica y este combate me parecen
esenciales por diferentes razones. Primero,
porque el poder político es mucho más
profundo de lo que se sospecha. (…) Su
verdadera resistencia, su verdadera solidez
se encuentra, quizá, allí donde no lo esperamos. Puede ser que no sea suficiente con
sostener que, detrás del gobierno, detrás del
de un Estado que constituye una violación de una
obligación internacional es un hecho internacional
ilícito sea cual fuere el objeto de la obligación internacional violada. 2. El hecho internacionalmente
ilícito resultante de una violación por un Estado
de una obligación internacional tan esencial para
la salvaguardia de intereses fundamentales de la
comunidad internacional que su violación está
reconocida como crimen por esa comunidad en su
conjunto constituye un crimen internacional. […]
4. Todo hecho internacionalmente ilícito que no
sea un crimen internacional conforme al párrafo 2
constituye un delito internacional”. (2002, p. 66)
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Criminalidad estatal como fenómeno para el Derecho Penal Internacional
aparato del Estado, hay una clase dominante.
Es necesario situar el punto de actividad, los
lugares y las formas en que se ejerce esta
dominación. (…) Si no se logra reconocer
estos puntos de apoyo del poder de clase,
se corre el riesgo de permitirles continuar
existiendo y ver cómo se reconstruye este
poder de clase después de un proceso revolucionario aparente” (pp. 30-35).
2.Construcción/de construcción
de sujeto/enemigo: las víctimas
de los crímenes de estado
Asiste razón a Zaffaroni (2012) cuando
considera que los principales crímenes, que
denomina crímenes de masa, se cometen
desde el Estado y tienden a agigantarse al provenir de una entidad hegemónica. Además,
también señala que el poder punitivo siempre
es selectivo, lo que tiene implicaciones en los
mecanismos que el Estado genera para garantizar la impunidad, y funda otras reflexiones
que se abordarán más adelante, en relación
con una corte permanente de justicia penal
internacional, en específico, con la Corte
Penal Internacional (CPI).
La existencia de víctimas de CE resalta la
concepción del Derecho como instrumento
de dominación. Sus víctimas de manera
corriente pertenecen a sectores populares,
por lo que tienen una menor posibilidad de
reclamar sus derechos ante los tribunales8,
y además, son concebidas como “enemigas”
del Estado (Gallardo), como señala Calveiro
(2012):
8
50
Para Gallardo, los sectores e individuos populares
en general, tienen mayores limitaciones para el
acceso a “los circuitos judiciales”, pues tienen un
menor acceso a la información sobre sus derechos,
menor capacidad de ingreso a reclamarlos ante
los tribunales, y si logran ingresar, su capacidad
“suele ser inferior a la de los sectores poderosos y sus
personificaciones” (2009, pp. 58 - 59).
“Y cuanto más “totalizante” es una forma
de dominación, menos tolerancia tiene para
aceptar cualquier “afuera”, de manera que
convierte toda exclusión en eliminación lisa
y llana” (p. 20).
Por supuesto, las víctimas de los CE no hacen
parte de la hegemonía y han sido objeto de
selección, como subraya Calveiro (2012),
quien tras revisar el tránsito guerrerístico
internacional desde la primera guerra mundial hasta la actualidad, subraya que sus
mayores víctimas (en aumento) constituyen
población civil. Como se observa, un principio de discriminación de violencia y un
criterio de selectividad: “se puede arrasar
masivamente con la vida, siempre que sea la
vida del Otro” (p. 22).
Este criterio es común en Calveiro, Zaffaroni y Arendt (2012), quienes destacan la
construcción del concepto de enemigo del
totalitarismo (Arendt y Calveiro) y del Estado
(Zaffaroni), cuyos componentes confluyen
con la creación de la noción de víctima de la
criminalidad de Estado, donde es posible leer
dos subespecies del concepto de enemigo:
a.El “enemigo objetivo” que representa un
peligro para el sistema totalitario por su
sola existencia. Al ser una figura difusa,
cualquiera puede ser incluido en ella, y se
le intenta deshumanizar ya en campos de
concentración (Calveiro, 2012), como en
las cárceles. El ex militar Landazábal Reyes
(1982) consideró expresamente dentro
de la categoría de enemigo interno, a la
población civil: “los indiferentes e indecisos forman parte de las filas del adversario,
al que prestan apoyo por el sólo hecho de
dejarlo prosperar” (p. 427).
b.El enemigo por su identidad política, el
movimiento disidente, diverso del discurso
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oficial. En esta categoría han sido incluidos
según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH): los “intelectuales,
artistas, estudiantes, docentes, líderes
sindicales y otros múltiples actores que
sufrieron las consecuencias de la violencia
sistemática” (CIDH, 2011, párr. 74).
c.Siguiendo a Calveiro (2012), estas categorías señalan la creación en la hegemonía
imperante de un Otro, “como alguien
exento de todo derecho” (p. 35). Por ello es
lógico afirmar que el sistema totalitario da
el mismo tratamiento a estas categorías de
“enemigos”, y busca desvertebrar el sujeto
colectivo, creando una humanidad “carente
de personalidad jurídica o política, reducida
a la pura dimensión biológica e instrumental, una suerte de humanidad superflua” (p.
29). Ello explica que en el caso colombiano
se construyera también esta difusa noción,
como lo señalase un comandante de inteligencia del Ejército Nacional:
La guerrilla es una apenas un apéndice de la
subversión y tiene una importancia menor de
la que generalmente se le atribuye; el peligro,
en un proceso subversivo, lo constituye lo que
los insurgentes han denominado la guerra
política o sicológica. Este tipo de guerra está
encaminada a tomar el control de los núcleos
humanos; a fanatizar al pueblo con ideologías
extremistas; a conformar organismos que se
encarguen de manipular a las masas en favor
de sus intereses; a desarrollar una acción que
confunda a la nación, distorsione la verdad y
cree la desconfianza; a infiltrar la administración (…)” (Zafra Galvis, 1987, p. 39).
Precisamente, los movimientos de defensa
de los Derechos Humanos surgieron en Latinoamérica, en resistencia al terror de Estado
desencadenado a partir de las dictaduras de
Seguridad Nacional (Gutiérrez, 2003). En
la actualidad, han ampliado su margen de
acción y actúan desde la realidad concreta de
las víctimas de criminalidad estatal.
Esta postura es profundamente contrahegemónica, pues habilita el ingreso de las víctimas
a un escenario vedado con anterioridad para
ellas, y permite reconocer la importancia
de su intervención en la construcción de un
sujeto colectivo o social. La trascendencia del
II Encuentro Nacional de Víctimas de Crímenes de Lesa Humanidad como momento
fundacional del Movimiento de Víctimas de
Crímenes de Estado [Movice], confirma esta
consideración. Allí las víctimas se congregaron en torno a la pretensión de vigencia de
los derechos a la verdad, la justicia y la reparación integral como estrategia de lucha contra
el genocidio. Labor que definieron desarrollar
en tanto sujetos colectivos.
Para ello establecieron otras siete estrategias
como su epicentro político: la persecución
de los máximos autores de los crímenes
(estrategia jurídica), la responsabilidad de
los agentes estatales (estrategia jurídica de
verdad y memoria histórica), la generación
de una Comisión de Ética (estrategia para el
acompañamiento solidario con las víctimas),
y la prohibición legal del paramilitarismo
(estrategia para la no repetición). Se formuló
también el catastro alternativo (estrategia
para la reparación), y la exhumación de
las fosas comunes y el derecho a enterrar
(estrategia de lucha contra la desaparición
forzada). Determinaron, finalmente, la estrategia de organización: el fortalecimiento del
Movimiento de Víctimas. (Movice, 2012).
Esta dimensión contrahegemónica coincide
parcialmente con la resistencia. Rajagopal
(2005) considera que esta no constituye de
manera necesaria una reacción a la hegemonía, pues aquella incluiría: “una multitud
compleja de visiones alternativas sobre las
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Criminalidad estatal como fenómeno para el Derecho Penal Internacional
relaciones sociales y, por lo tanto de la historia de la humanidad” (p. 35).
Entonces es preciso conectar y revivificar la
concepción del sujeto colectivo en el Derecho
Internacional, y con mayor especificidad en el
DPI. Esto podría implicar, con Santos (2003),
construir una nueva teoría crítica de la sociedad que incorpore las voces silenciadas y
marginadas de las víctimas de la criminalidad
estatal.
Además, frente al escenario hegemónico que
también postula la CPI, debe determinarse
quiénes obtienen los réditos de la guerra,
quiénes son sus víctimas, cómo se introduce
por la hegemonía la postura de una víctima
prescindible en tanto fungible, distante, en
el escenario de conflictos promovidos lejos
del territorio “continental” de quienes las
generan.
De allí que es necesario revisar, aclarar,
construir y difundir una genealogía del sujeto
colectivo (y de este sujeto colectivo) en el
Derecho, con mayor razón en el DPI. Ello
permitirá, además, romper con la idea de
víctima como simple sujeto pasivo del delito,
y pasar a entenderla como sujeto transformador, como sujeto procesal transformador.
3.Derechos Humanos y
contrahegemonía:
¿un lugar común?
En otros trabajos se ha aludido a una paradoja en los derechos humanos, relativa a
sus dimensiones hegemónica y contrahegemónica (Gamboa, 2012) Una de las razones
por las cuales ello ocurre, podría encontrarse
con Santos (2009) en la distancia entre teoría
política y práctica política, que entre otros
se debe a que el marco teórico de aquella
se desarrolló en el norte global como universal. Similar situación puede predicarse
52
de los derechos humanos, gestados en las
revoluciones burguesas y el norte global, aun
cuando transformados hasta adquirir un particular carácter sociohistórico.
Así, los derechos humanos no colocan en
crisis la idea de soberanía como se afirma
con frecuencia, pues la globalización en tanto
hegemónica, discute una nueva visión de
soberanía que solo compromete el concepto
tradicional de Estado moderno (Gamboa,
2012), pues: “en la mayoría de países dependientes sus Estados se han ido transformando
en procuradurías de los poderes mundiales
que son los que controlan los gobiernos”
(Cerletti, 2003, p. 55).
Al respecto, Calveiro (2012) retomando a
Arendt, encuentra que uno de los rasgos más
sobresalientes del totalitarismo o dominación
guerrera (y que lo distingue de las dictaduras), es su reivindicación de dominio total
y hegemonía global buscando el traspaso
de las fronteras nacionales “para constituir
un sistema de alcance mundial” (p. 28). Así
encuentra una conexión directa de los regímenes totalitarios y el imperialismo en tanto
se comportan como si tuviesen jurisdicción
sobre todo el planeta. (Calveiro, 2012).
Dentro del concepto hegemónico de derechos humanos se ha señalado una suerte de
escala de derechos que incluye fuertes limitaciones conceptuales y de prácticas (derechos
constitucionales o derechos fundamentales,
y la célebre generación de derechos). Sin
embargo, en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993, la Asamblea General
de las Naciones Unidas aprobó la Declaración
y Programa de Acción de Viena, que resalta
el discurso de universalidad, indivisibilidad e
interdependencia de los derechos humanos
que se había recogido desde 1977. (Naciones
Unidas, 1977).
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Esta alocución de universalidad, tan proclive
a ser utilizada en dimensión hegemónica, presenta un contenido especial en la Declaración
al anudarse con la obligación de promover
“la observancia y protección de todos los
derechos humanos” (Naciones Unidas, 1993).
Entonces, la Declaración iría más allá de las
lógicas conceptuales de limitación de los derechos en la sociedad capitalista, al considerar
que su comprensión universal, indivisible e
interdependiente, constituye base para la paz,
seguridad, y amistad entre las naciones, como
para su desarrollo económico y social.9
No obstante, a punto de cumplirse 20 años
de su aprobación solemne, es lógico concluir
que se ha prolongado la ruptura políticoconceptual viabilizada a partir de 1966 con
la aprobación separada de los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos
de Derechos Económicos Sociales y Culturales, asignándoseles, además, posibilidades
jurídicas de cumplimiento inmediato y extremadamente “progresivo”, respectivamente10.
9
10
Se especifica: “Todos los derechos humanos son
universales, indivisibles e interdependientes y están
relacionados entre sí. La comunidad internacional
debe tratar los derechos humanos en forma global
y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad
y dándoles a todos el mismo peso. Debe tenerse
en cuenta la importancia de las particularidades
nacionales y regionales, así como de los diversos
patrimonios históricos, culturales y religiosos,
pero los Estados tienen el deber, sean cuales fueren
sus sistemas políticos, económicos y culturales, de
promover y proteger todos los derechos humanos
y las libertades fundamentales”. (Naciones Unidas,
1993).
La entrada en vigor de estos Pactos Internacionales
tuvo lugar una década después, en dos momentos
diferentes. El Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos entró en vigor el 23 de marzo
de 1976, mientras que el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales lo
hizo el 3 de enero de la misma anualidad.
En postura similar, Santos (2005) encuentra que la monocultura del tiempo lineal
desperdicia la experiencia imponiendo la
primacía de la modernidad occidental: un
mundo que avanza inexorablemente. Dicha
monocultura se confronta con la “Ecología
de las Temporalidades” a partir de la cual el
tiempo lineal es solo una concepción más
del tiempo y no es precisamente la más
practicada.
La visión contrahegemónica comprende la
defensa de los derechos humanos como
movimiento, como ética, como filosofía, y
por tanto, precisa una concepción sociohistórica que no confunde transformación
con “evolución” o “civilización”. Obliga a
ubicarse en un terreno un tanto más difícil
que el de las tradicionales discusiones sobre
fundamentación iusnaturalista o positivista.
Implica tomar partido por una visión del
mundo específica, como señala Gallardo
(2009) al aludir a los elementos constitutivos
de su concepción de derechos humanos: (i)
la existencia de determinadas correlaciones
de fuerzas, (ii) que estas tienen diferentes capacidades sociales para judicializar
demandas ligadas a sus intereses estratégicos, pero la judicialización no es suficiente
para tornar eficaces los derechos, y (iii) que
las capacidades sociales se materializan a
través de luchas para dar legitimidad a sus
valores primordiales, en tal grado, que logran
“internalizarlos como factores o expresiones
culturales”. Esto es, que opere la subjetividad
material o práctica, que solo se sigue de las
luchas sociales. Así, estas luchas tienen tres
sentidos importantes en relación con los
derechos humanos: los fundamentan, sostiene su subjetividad material, y determinan
su efectividad. Por ello la lucha social constituye “fundamento y matriz de efectividad
de derechos humanos” (Gallardo, 1009, pp.
8-9-40).
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53
Criminalidad estatal como fenómeno para el Derecho Penal Internacional
A manera de ejemplo, se ha reconocido que
la actividad internacional en materia de
derechos humanos emergió de su letargo de
por lo menos 10 años, a partir del rechazo
al derrocamiento del Presidente Allende en
Chile. Fue tan definitiva la acción política y
social realizada por víctimas y defensoras y
defensores de derechos humanos a nivel
internacional, que en mayo de 1975 en el
seno de la extinta Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, se creó un
Grupo de Trabajo Ad hoc para hacer un seguimiento directo del escenario de represión11.
Otra prueba valiosa se encuentra en la lucha
contra la impunidad en Argentina. Después
de diversas órdenes de impunidad (indultos,
leyes de juicio final y negativas a colaboración
con la justicia universal), se impuso la lucha
del movimiento de derechos humanos, con
resultados inimaginables en la realidad actual
de Colombia:
“(…) casi 600 represores del último régimen
militar con colaboración civil, se encuentran detenidos (acusados de secuestros,
torturas, asesinatos y desapariciones forzadas de ciudadanos); de este número, cerca
de 170 se hallan con condena dictada, y el
resto están presos mientras son procesados.
Otros 800 partícipes del plan de exterminio
de la dictadura, se encuentran en libertad,
pero imputados en diferentes causas en
11
54
Grupo integrado por Ghulam Ali Allana (Pakistán),
Leopoldo Benítez (Ecuador), Abdoulaye Diéyé
(Senegal), Félix Ermacora (Austria) y Marian Teresa
Kamara (Sierra Leona). (Consejo Económico Social,
1975). De manera previa, el Consejo Económico y
Social había aprobado la Resolución 1873 (LVI), del
17 de mayo de 1974, solicitando al gobierno de facto
la adopción de medidas de protección y respeto
por los Derechos Humanos. Asimismo, expresó
su preocupación por las denuncias por violaciones
a estos, ratificadas por la Asamblea General en
Resolución 3219 (XXIX) de 6 de noviembre de
1974.
más de la mitad del territorio nacional”
(Napoli, 2011, 65).
4.Ejercicios contrahegemónicos en un
escenario hegemónico: la corte penal
internacional
En términos de efectividad de los derechos
humanos, es importante aproximarse al
modelo de DPI que se expone a partir del
Estatuto de Roma (ER) de la CPI, donde es
lógico verificar múltiples principios con la
posibilidad de ser contenidos con pretensiones hegemónicas. Werle (2011) señala que el
DPI es una parte del Derecho Internacional, lo
que permite reconocer la existencia de vasos
comunicantes entre estos ordenamientos.
Uno de ellos, también resaltado por el autor,
es que el DPI recibe sus fuentes del Derecho
Internacional. Sobre este punto se retornará
más adelante.
Como fuente del Derecho Internacional, el ius
cogens se define convencionalmente a partir
del artículo 53 de la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados (Convención
de Viena) como norma imperativa del Derecho Internacional general (United Nations,
1969). Esta Convención surgió en aplicación
de principios observados12 por Kant en La
Metafísica de las Costumbres (2008) y Sobre
la Paz Perpetua (1998).
Muchos de estos principios constituyen
normas imperativas internacionales, y coinciden entre otros, en la Resolución 2625 de
las Naciones Unidas. Entre ellos se encuentra
la prohibición de la amenaza o del uso de
las fuerzas armadas, el arreglo pacífico de
12
A saber: Pacta sunt servanda, libre consentimiento
de los Estados, libre determinación de los pueblos,
independencia de los Estados, no injerencia en
asuntos internos de los Estados, igualdad de
derecho e igualdad soberana entre Estados, entre
otros
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controversias entre Estados, la no intervención en los asuntos de la jurisdicción interna
de los Estados; la obligación de cooperación
entre Estados, la igualdad de derechos y libre
determinación de los pueblos; la igualdad
soberana de los Estados, y el cumplimiento
de buena fe de las obligaciones entre los
Estados13.
Vista así, la noción de ius cogens resulta
hegemónica, pues implica criterios mínimos
fundados en una cosmovisión moderno-occidental14, observándose además una innegable
cercanía entre los conceptos de ius cogens e
imperativo categórico kantiano. No obstante,
su aplicación en la realidad actual constituye
contrahegemonía ante el incumplimiento de
uno de los efectos elementales de este derecho imperativo internacional: la protección
de la persona humana como sujeto individual.
La situación colombiana ofrece ejemplos elocuentes, por ejemplo, en el debate alrededor
de las modificaciones al fuero penal militar.
El ius cogens señala que el procesamiento de
graves violaciones de derechos humanos
constituye un principio básico de la independencia judicial que no admite excepciones15.
A pesar de ello, la reforma al fuero penal
13
14
15
Ver, asimismo, sobre la noción de Ius Cogens dentro
del Derecho Internacional en una perspectiva de
derechos humanos, el capítulo III del texto de
Seiderman, I. (2009).
La Corte IDH ha resaltado los siguientes elementos
para definir si una norma tiene carácter de ius
cogens: (i) que su cumplimiento se predique de todos
los Estados, con independencia de que sea parte de
un tratado internacional, (ii) que genere efectos
con respecto a terceros, inclusive particulares, y
(iii) que constituya un principio fundamental que
irradie todo el ordenamiento jurídico. (2003).
Así se ha desarrollado, entre muchísimos otros,
por la jurisprudencia interamericana. Corte IDH.
2, párr. 129. Corte IDH. 3, párr. 96. Corte IDH. 4
párr. 139-142. Corte IDH. 5, párr. 20.
militar, entre otros, invirtió el orden de competencias, señalando que frente a los delitos y
crímenes cometidos por los militares, la regla
general de competencias es la justicia penal
militar.
El ejemplo también permite discernir que
los vasos comunicantes entre el DIDH y el
DPI, contienen en la actualidad una pretensión contrahegemónica. Un ejemplo de esta
consideración se encuentra al concebir que la
admisibilidad de un caso en sede del sistema
interamericano, indicaría la posibilidad (y
necesidad) de su conocimiento por la CPI.
Ello en tanto que podría señalar el escenario
de “Falta de Disposición o de voluntad del
Estado para actuar en un asunto determinado”. Este análisis, por supuesto, debe ser
verificado a partir de los artículos 17.2 y
53.1.b del ER dentro del examen de Complementariedad (artículo 17 E.R.). En tanto, la
postura hegemónica presente intenta separar
el DIDH y el DPI. En dicho sentido, Calveiro
(2012) señala:
“(…) en el ámbito del derecho, la negativa a
firmar los protocolos de Kyoto, el rechazo
al control de las armas bacteriológicas, los
acuerdos impuestos en distintas partes
del planeta para impedir que se juzgue a
ciudadanos o soldados norteamericanos
por delitos cometidos en el extranjero, la no
suscripción a la Corte Penal Internacional
son todas políticas orientadas a mantener
una impunidad en el contexto internacional
(…)” (p. 52).
Además, resulta central reconocer que no
puede entenderse ni instrumentalizarse el
DPI como un escenario de “superación” de
la responsabilidad de los Estados, sin que
ello implique un profundo quiebre de su
misión preventiva. Al contrario, el DPI surge
como una posibilidad de complementación
de las estructuras del DIDH. Esta situación
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55
Criminalidad estatal como fenómeno para el Derecho Penal Internacional
se profundiza al considerar que a partir
del Estatuto de Roma se genera una nueva
estructura con claros rasgos de derecho penal
de ciudadano16.
Entonces, bajo una dimensión contrahegemónica, el DIDH nutre el DPI a partir de la
comprensión de los límites a los Estados, en el
reconocimiento de la existencia de CE (Corte
IDH. 1 párr. 35), como en la necesidad de
procesamiento de las estructuras e individuos
responsables de estos crímenes.
Esto significa que el DPI que sustenta la CPI,
tiene en latencia una dimensión hegemónica
en tanto expresión de una realidad occidental
con pretensiones de universalidad homogénea, y otra contrahegemónica de particular
interés (al considerar un entorno de garantismo judicial a quienes se procesa) si bien
positivista, de nuevo contrahegemónico en la
realidad actual.
En relación con la dimensión hegemónica,
existe una justa crítica a lo que se ha denominado el globalismo o pacifismo jurídico. Por
ejemplo, Danilo Zolo (2002) encuentra que
el pacifismo político surge del neokantismo,
sigue a Kelsen y llega a Bobbio, como sus
iniciales constructores. Observa en él una
premisa filosófica específica; “la idea kantiana
de la unidad moral del género humano” (p.
199), que precisa un ordenamiento jurídico
global que abarque la humanidad y “absorba
en su interior cualquier otro ordenamiento”
(p. 198). Agregando:
“En primer lugar, hay que someter a crítica
la concepción racionalista y normativista del
derecho a la que el globalismo jurídico nos
16
56
Para profundizar sobre el tema se sugiere el capítulo
I (El Derecho a la Justicia: Aproximación a la Cosa
Juzgada desde el Garantismo Penal) de la tesis de
Maestría en Defensa de los Derechos Humanos de
la autora. (Gamboa Rubiano, en prensa).
remite. Esta filosofía del derecho oculta, en
nombre de una visión idealizada de la justicia
internacional, la estrecha conexión que une
entre sí el derecho internacional, la política
internacional y la fuerza militar. Y subestima
la compleja interacción entre, por una parte,
las estructuras normativas y, por otra, los
procesos culturales y económicos. (…) nada
garantiza que una actividad judicial que aplique sanciones, aún las más severas, contra
los individuos responsables de los ilícitos
internacionales incida en las dimensiones
macroestructurales de la guerra, es decir, que
pueda actuar sobre las razones profundas de
la agresividad humana, del conflicto y de la
violencia armada. (…) [existe un] prejuicio
etnocéntrico (europeo y occidental) de una
cultura jurídica que, al tiempo que se genera
dentro de un proyecto de unificación del
mundo, se muestra particularmente indiferente respecto a tradiciones culturales,
políticas y jurídicas distintas de la occidental.
(…)” (pp. 198-200-201).
El globalismo jurídico como concepto obedece más a criterios propios de Kelsen (2009),
que kantianos. En aquel, la posibilidad de
coerción normativa es la condición para considerar el Derecho Penal como ordenamiento
jurídico (p. 39). Por ello, como ha sido
observado en trabajos anteriores (Gamboa,
2012), resulta consecuente con la afirmación
de la faceta hegemónica de la defensa de los
derechos humanos.
En esta misma vía, en Zaffaroni (1998) el
poder punitivo siempre es selectivo. Esto
exige que en una revisión contrahegemónica,
los movimientos sociales de víctimas indaguen quien provee la justicia penal desde la
CPI, a quién se le administra y qué tipo de
justicia se determina. Sobre esto, el panorama
material señala que la CPI se ocupa de las
situaciones y los casos de países del tercer
mundo. Esto es, hegemoniza a través de sus
acciones. También se evidencia, por ahora,
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Sandra Gamboa Rubiano
que la gravedad y masividad de los crímenes
que procesa no constituyen factores centrales
para su competencia real. En ese entorno
surge el denominado interés de la justicia,
(artículo 53.1.c E.R.) como mecanismo de
cálculo político que señala los verdaderos
destinatarios de la norma. En esta vía, dentro
de los trabajos paralelos a la Conferencia de
Revisión de la CPI en Kampala (2010), se
observó:
“En sus observaciones iniciales, los coordinadores, Dinamarca y Sudáfrica, recordaron
que la Corte era complementaria de las
jurisdicciones nacionales y que intervendría
solamente allí donde un Estado no pudiera
o no quisiera llevar a cabo investigaciones y
enjuiciamientos. Observaron que en todo el
mundo se esperaba que los Estados se prestaran asistencia mutua para luchar contra la
impunidad donde comenzaba, es decir, en el
plano nacional. Aunque la jurisdicción para
investigar y procesar los crímenes de competencia de la Corte corresponde en primera
instancia a los Estados, algunos de ellos no
tienen capacidad para hacerlo, lo que podría
dar lugar a una brecha de impunidad.
Señalaron que la función que la Corte podía
desempeñar en términos de complementariedad positiva estaba limitada por la índole
de la institución y sus recursos.
Todos los esfuerzos encaminados a cerrar
la brecha de la impunidad debían hacerse
teniendo muy presentes el contexto y el
entorno. (p. 121)”.
Bajo el mismo eje se mueven consideraciones
relativas a la mínima posibilidad de las víctimas de accionar ante la Corte, si el Fiscal se
niega a solicitar la autorización de apertura de
investigación. Esta posibilidad solo se genera
si se evidencia que el archivo obedece en
exclusivo a la aplicación del criterio de interés de la justicia. Desde luego, otra elección
consiste en mantener el examen preliminar
de manera indefinida. Esta es la opción que
la hegemonía ha tomado frente a la situación
de Colombia.
Por ello, no es difícil dar razón a Zolo (2002)
cuando llama la atención sobre la preocupación de conformar poderes supranacionales
hegemónicos. Pero no se comparte que sea
erróneo en sí mismo, superponer sobre la
soberanía de Estados nacionales y la limitación de su jurisdicción doméstica. Debe
recordarse el papel estructural que ha tenido
el sistema interamericano de protección en el
procesamiento de vulneraciones de la represión, surgiendo importantes figuras como la
cosa juzgada fraudulenta.
En definitiva, es corroborable la coexistencia
de visiones hegemónica y contrahegemónica
en el DPI. Esta coincidencia ha sido discutida
por Santos, en relación con las monoculturas de la falsa linealidad del tiempo, o la del
saber científico, o de lo universal como único
válido, entre otras cuestiones. De tal guisa que
las pretensiones contrahegemónicas pueden
convertirse en pretensiones hegemónicas y
viceversa. Esto se acrecienta al reconocer que
se viven tiempos de tensión dinámica entre
regulación social y emancipación (Santos,
2003).
En dicho orden, Santos propone revisar
la transición en los campos de la ciencia,
el derecho y el poder, en tanto su papel es
central en el paradigma de la modernidad
occidental (Santos, 2003). Desde luego, este
es un camino que sugiere verificar una postura contrahegemónica ante el DPI, en tanto
éste constituye uno de los desarrolladores del
paradigma de esa modernidad.
Rajagopal (2005), ubicándose en el terreno
del Derecho Internacional, subraya la postura
limitativa que en este tienen las acciones colectivas, donde si acaso se viabilizaban en torno
a los movimientos de autodeterminación.
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57
Criminalidad estatal como fenómeno para el Derecho Penal Internacional
Al contrario, fenómenos como la resistencia
anticolonial se tratan como actos criminales,
reprimiéndose en general la resistencia como
si ello fuese un requerimiento del desarrollo.
Por ello, Rajagopal con fundamento en
Gramsci (2005), si bien reconoce la versión
hegemónica de los derechos humanos,
encuentra fundamentos de esperanza en el
momento histórico actual a través de estrategias legislativas y políticas para el Tercer
Mundo.
Asimismo con sustento en el italiano, señala
la importancia de construir una relación
simbiótica entre colectivos e intelectuales en
el desarrollo de una teoría de la resistencia,
donde éstos medien ante la clase cosmopolita
global. (Gramsci, 2005). Para Rajagopal (2005)
la elaboración de una teoría de la resistencia de
este tipo, tampoco puede entenderse como un
rechazo al orden jurídico internacional, pues
este permite un espacio para la acción de los
movimientos sociales “que ensanchan así el
espacio político disponible para sus políticas
transformativas” (p. 45). En definitiva, para
el autor indio el derecho internacional debe
comprometerse con los movimientos sociales
para superar su estancamiento y “transformarse fundamentalmente.” (p. 45).
Entonces, dentro del panorama posible,
la CPI puede adquirir un papel central en
el procesamiento de los CE. Esto se hace
complementando los sistemas del DIDH,
adelantando de manera seria y eficaz las
situaciones y casos que corresponden a la
criminalidad de Estado, y aplicando el principio de complementariedad17, con efectos
17
58
Establecido a partir del Preámbulo (párrafo 10) y
del Artículo 1 del ER. Esta lógica se reafirmó en la
Resolución RC/Res.1, aprobada por consenso en
la Novena Sesión Plenaria de la Conferencia de
Revisión de Kampala, en sesión del 8 de junio de
2010: “1. Reconoce la responsabilidad primaria de
más limitativos que generalizadores. Ello en
tanto que la exigencia principal de la CPI es
evitar que estos hechos no permanezcan en
la impunidad y además, que no se vuelvan a
repetir, como señala Flores Aguirre (2004):
“(…) el problema no está en el caso de
aquellos Estados virtuosos para quienes
eventualmente la Corte podría tener, si
acaso, un valor preventivo, sino para aquellos “Estados canallas” (Rogue states) quienes
no se consideran obligados a actuar de conformidad con las normas internacionales y,
por ende, cometen a menudo execrables crímenes en muchas ocasiones bajo el amparo
de supuestas “buenas intenciones” y quienes
pueden, en casos en que haya existido la
comisión de los graves crímenes establecidos en el artículo 5 del Estatuto de la Corte
Penal Internacional, pretender dejar a los
responsables de los mismos en la impunidad. En estos casos, la Corte deberá ejercer
su mandato en función de lo expuesto en el
artículo 17 del Estatuto” (p. 208)
Por ello, deben adoptarse las máximas precauciones para que los Estados no confundan
un régimen de complementariedad con la
posibilidad de sostenimiento de la impunidad
de los CE18. Situación que podría ocurrir con
propuestas como la complementariedad de
discusión permanente, que posibilitarían
revocar una declaración de admisibilidad
hasta la instalación del juicio.
18
los Estados de investigar y enjuiciar los crímenes más
graves de trascendencia internacional; 2. Subraya
el principio de complementariedad establecido
en el Estatuto de Roma y hace hincapié en las
obligaciones que el Estatuto de Roma impone a los
Estados Partes”.
Como se exige en términos generales desde el
artículo 25.4 del ER: “Nada de lo dispuesto en el
presente Estatuto respecto de la responsabilidad
penal de las personas naturales afectará a la
responsabilidad del Estado conforme el derecho
internacional”.
Verba Iuris 30 • p. 45-60 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
Sandra Gamboa Rubiano
Entonces, la existencia de este tipo de crímenes obliga a revisar la complementariedad
en sede del principio pro homine; no solo
en relación con las situaciones y casos que
se presenten como de nula actividad19, sino
también cuando se enfrente cierta actividad
del Estado (artículos 17 y 20 E.R.), que puede
ser solo aparente para evitar la activación de
la competencia de la CPI.
La CPI ha dado algunas muestras de su posibilidad contrahegemónica: Recordando el
papel central de la efectividad de los derechos
de las víctimas en la construcción teórica y la
refundación política del Estado como lo ha
señalado Santos, debe ser reconocerse el caso
de Lubanga. En dicho proceso y por primera
vez en un escenario de DPI, las víctimas
pudieron actuar ante el tribunal. Los efectos
no se han hecho esperar, como lo revelan las
promesas que ya se han hecho a las víctimas,
en la Cámara extraordinaria de las Cortes de
Camboya (Extraordinary Chambers in the
Courts of Cambodia), en tanto que se dice se
les permitirá un rol en el juicio y ya la víctima
Theary Seng, pudo dirigirse directamente
ante el tribunal20. Esta cuestión era impensable antes de la acción de la CPI.
CONCLUSIONES
La criminalidad de Estado implica un reconocimiento de las formas de poder y de control
mediante el terror de los aparatos estatales,
con sus lecturas específicas en cada país. Si
19
20
Según el ER se pueden generar: (i) por la falta de
capacidad del Estado para actuar, que se expresa ya
bajo la carencia de un sistema de administración
de justicia, como a través del colapso sustancial
de dicho sistema; (ii) por la determinación de
que el Estado no ha iniciado los procesamientos
respectivos o no ha impuesto las sanciones
correspondientes.
Ver, al respecto el video de Agence France-Presse.
bien, la CPI tiene una pretensión de universalidad, también debe deconstruir su volición
de hegemonía. Las lógicas de control de la
población mediante los CR siguen vigentes.
Esto a su vez, debe revisarse en relación con la
función de la complementariedad de la CPI.
Si la CPI entiende su papel, robustecerá
su rol de prevención de la criminalidad. El
tratamiento de la criminalidad de Estado, se
encuentra en el vértice de la acción cohonestadora o transformadora que puede asumir la
CPI. Esto exige un papel activo de las víctimas, sus organizaciones y las organizaciones
de Derechos humanos.
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Ana Carolina Pérez Bohórquez
El agotamiento previo de la acción
de inconstitucionalidad para acceder
al sistema interamericano de protección
de los derechos humanos*
Exhaustion of the unconstitutionality action to access
the Inter-american System of Human Rights Protection
Ana Carolina Pérez Bohórquez**
Universidad Libre, seccional Pereira
RESUMEN
El presente artículo de investigación tiene como objetivo determinar si la acción de inconstitucionalidad es de aquellos recursos de jurisdicción interna que deberán agotarse previamente
para acudir al Sistema Interamericano de Protección, para lo cual: (i) se analizan los informes y
la jurisprudencia emanada de los Órganos Interamericanos de derechos Humanos en relación
a las reglas y subreglas del previo agotamiento de los recursos internos, (ii) se indaga bajo qué
presupuestos fácticos y jurídicos los Órganos Interamericanos de Derechos Humanos determinan las condiciones que deben cumplir los recursos para su agotamiento previo, (iii) se analiza
y se sustraen las reglas y subreglas que ha creado el sistema Interamericano respecto del previo
agotamiento de los recursos de jurisdicción interna.
Palabras clave: Acción de inconstitucionalidad, eficacia, idoneidad, previo agotamiento,
recurso interno.
ABSTRACT
The investigation’s objective of this paper is to determine if the Action of Unconstitutionality
it is of those resources of internal jurisdiction that must run out previously to resort to the
InterAmerican Protection System, for which reason: (i) the reports are analyze and the jurisprudence emanated by the InterAmerican body of Human Rights in conjunction with the rules
and subrules from the previous depletion of the intenal resources. (ii) it is enquire under what
Fecha de Recepción: agosto 11 de 2013
Fecha de Aprobación: septiembre 22 de 2013
* El presente artículo de reflexión forma parte de la línea de investigación “Agotamiento de las vías constitucionales
como requisito para acceder al Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”, de la Maestría en
la Defensa de los Derechos Humanos ante Tribunales, Cortes y Organismos Internacionales de la Universidad Santo
Tomás durante los años 2011-2012.
** La autora es docente investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, seccional Pereira. Magíster en
la Defensa de los Derechos Humanos ante Tribunales, Cortes y Organismos Internacionales de la Universidad Santo
Tomás. Correo Electrónico: [email protected]
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El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
tactical and legal budget the Intermanerican body of Human Rights determine the conditions
which they accomplish the resources for the previous depletion. (iii) it is analyze and subtract
rules and subrules the InterAmerican System has created with respect to the previous depletion of the internal jurisction resources.
Key word: Action of Incostitutionality, Effectiveness, Internal Resource, Inter-American
Commission, Inter-American Court, Prior depletion, Suitability.
INTRODUCCIÓN
El Sistema Interamericano de Protección de
los Derechos Humanos está conformado por
dos órganos de protección, los cuales fueron
concebidos por la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, dichos órganos
son: La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, los cuales nacen con
unas competencias y funciones descritas en
dicho instrumento internacional.
A la luz del Preámbulo de la Convención
Americana, éste sistema de protección goza
de una naturaleza coadyuvante o complementaria, de la que ofrece el derecho interno
de los Estados americanos. Esto significa
que el Sistema Interamericano se fundamenta en dos principios: 1). El Principio de
Subsidiaridad, según el cual, los recursos
internos de cada Estado tienen carácter de
principal y prioritario, por lo que solo se abre
la puerta para el acceso al Sistema Interamericano cuando el peticionario previamente
ha agotado dichos recursos y 2). El Principio
de complementariedad, toda vez que dicho
sistema entra a complementar la protección a
los Derechos Humanos cuando la del Estado
es insuficiente o inexistente.
Coherentemente con lo anterior, la Convención Americana contempla la regla del
previo agotamiento de los recursos de jurisdicción interna, la cual no goza de carácter
62
absoluto, por cuanto se contemplaron unas
excepciones. De igual forma, la misma Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha
desarrollado unas reglas y criterios para
determinar cuándo un recurso debe ser previamente agotado.
De esta manera, el presente escrito pretende
indagar la cuestión planteada en relación a la
Acción de inconstitucionalidad en Colombia,
brindando de esta manera herramientas
al lector, que le permitan conocer si dicho
recurso deberá ser agotado previamente.
Estrategia METODOLOGÍA
La metodología utilizada obedece al estudio
y el análisis de los informes de la Comisión
Interamericana y de la Jurisprudencia de
la Corte Interamericana. Posteriormente,
una vez hecho el rastreo e identificados los
documentos que para efectos de la presente
investigación se consideran útiles se identifican y se extraen las reglas y subreglas
construidas por el Sistema Interamericano.
Resultados
1.La acción de inconstitucionalidad en Colombia
La Acción de Inconstitucionalidad en
Colombia encuentra su fundamento en el
artículo 40 numeral 6 de la Constitución
de 1991, mediante el cual se le confiere a
todo ciudadano el derecho a participar en la
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Ana Carolina Pérez Bohórquez
conformación, ejercicio y control del poder
político.
Al respecto Hernández (2001) señala:
“Se trata de un derecho político, de conformidad con lo establecido en el artículo 40 de
la Constitución, y por lo tanto corresponde
únicamente a los ciudadanos colombianos”.
El carácter público o popular de la acción
resalta el acento democrático que inspira el
sistema de control constitucional vigente en
Colombia. A diferencia de otros sistemas que
restringen la acción a ciertos y determinados
altos funcionarios estatales, nuestras constituciones (la de 1886, reformada en 1910, y
la de 1991) reconocen, como un inalienable
derecho del ciudadano, el de solicitar al
máximo tribunal de justicia examine la constitucionalidad de las normas legales y, en caso
de hallarlas opuestas al Estatuto Supremo del
Estado, así lo declare con fuerza de cosa juzgada, retirándolas del ordenamiento jurídico
en forma definitiva.
Tal naturaleza de la acción de inconstitucionalidad, implica a la vez, que el interés
que se esgrime y se pretende hacer valer en
esta clase de procesos no es el particular o
individual de quien acciona sino el público,
relativo a la intangibilidad y supremacía de la
Constitución.
También la naturaleza política de la acción,
que encaja sin dificultad en la idea de la
democracia participativa, lleva implícita la
informalidad que rige el sistema, en cuanto, si
el titular de la acción pública es el ciudadano,
- sin necesidad de exhibir otro título – y si
puede acudir directamente a la jurisdicción,
sin recurrir a apoderado, resulta obvio que
no se le exijan especiales conocimientos en
el campo jurídico, ni específicamente en el
derecho constitucional. (p. 344-345).
Rey (2003) sostiene que:
“La acción de inconstitucionalidad es
un derecho constitucional fundamental
que legitima a cualquier ciudadano para
demandar ante la Corte Constitucional
actos con fuerza de ley (llámese ley, decreto
con fuerza de ley, o los actos legislativos
reformatorios de la Constitución), así como
también los referendos legislativos, las
consultas populares y plebiscitos del orden
nacional, con el objeto de que se declare
inexequible (o inconstitucional), a fin de
restablecer la supremacía de la Constitución” (p. 344).
Es decir, lo que persigue esta acción, es que
a través de sentencia, se sustraiga la norma
acusada como inconstitucional del sistema
jurídico nacional.
El Constituyente de 1991, depositó en la Corte
Constitucional la confianza de la guarda de
la integridad y supremacía de la Constitución, quedando consagrado este mandato
en su artículo 241. De esta forma, con base
en la Constitución Política de Colombia, los
ciudadanos pueden ejercer demandas de
inconstitucionalidad ante dicha Corporación
en los términos del mencionado artículo,
contra los siguientes actos:
1.Actos reformatorios de la constitución,
cualquiera que sea su origen, sólo por
vicios de procedimiento en su formación.
(Art. 241 Núm. 1).
2.Las leyes, tanto por su contenido material
como por vicios de procedimiento en su
formación. (Art. 241 núm. 4).
3.Los decretos con fuerza de ley dictados
por el gobierno con fundamento en los
artículos 150 numeral 10 y 341 de la Constitución, tanto por su contenido material o
por vicios de procedimiento en su formación. (Art. 241 núm. 5).
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El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
Igualmente, los ciudadanos pueden ejercer la
impugnación de los siguientes actos:
1. De la convocatoria a un referendo para
reformar la Constitución, sólo por vicios
de procedimiento en su formación. (Artículo 241 numeral 2).
2. De las excusas de que trata el artículo 137
de la Constitución. (Artículo 241 numeral
6).
3. De los decretos legislativos que dicte el
Gobierno con fundamento en los artículos
212, 213 y 215 de la Constitución. (Artículo
241 numeral 7).
4. De los proyectos de ley que hayan sido
objetados por el Gobierno como inconstitucionales, y de los proyectos de leyes
estatutarias, tanto por su contenido material como por vicios de procedimiento en
su formación. (Artículo 241 núm. 8).
5. La revisión de las decisiones judiciales
relacionadas con la acción de tutela de los
derechos constitucionales. (Artículo 241
núm. 9).
6. De la exequibilidad de los tratados internacionales y de las leyes que los aprueben.
(Artículo 241 núm. 10).
En relación a los decretos dictados por el ejecutivo en virtud de los artículo 150 numeral
10, 212, 213, 215 y 341 de la Constitución
Política, son de competencia del Consejo de
Estado, Tribunal Supremo de lo Contencioso
Administrativo, a través de las acciones de
nulidad por inconstitucionalidad.
Al respecto Henao (2010) señala:
“De la Jurisdicción constitucional es cabeza
visible y máximo tribunal la Corte Constitucional, encargada de ejercer la guarda de la
integridad y supremacía de la Carta Política;
más aún, desde una perspectiva orgánica
es la única corporación de la rama judicial
64
que pertenece a esta jurisdicción (Sen.
C-037 de 1996). Pero como el sistema no
es rígidamente concentrado sino que ofrece
modalidades del control difuso, también
el Consejo de Estado, cuando conoce de
las acciones de nulidad por inconstitucionalidad, actúa dentro de esta jurisdicción.
Su competencia deriva directamente de la
voluntad del constituyente, manifestada en
los términos siguientes:
Artículo 237. “Son atribuciones del Consejo
de Estado:
2. Conocer de las acciones de nulidad por
inconstitucionalidad de los decretos dictados
por el gobierno nacional, cuya competencia
no corresponda a la Corte Constitucional.”
(p. 134).
En lo que respecta a la legitimación por
activa de la acción de inconstitucionalidad en
Colombia, el artículo 242 de la Carta Política
señala que cualquier ciudadano podrá ejercer
las acciones públicas previstas en el artículo
precedente (artículo 241), e intervenir como
impugnador o defensor de las normas sometidas a control en los procesos sometidos por
otros, así como aquellos para los cuales no
exista acción pública.
“El titular es el ciudadano, o sea el nacional
colombiano mayor de dieciocho años y en
ejercicio de sus derechos de ciudadanía. Lo
cual significa que no podrá ser interpuesta
ni por los extranjeros, ni por menores de
dieciocho años, ni por personas que hayan
perdido o tengan suspendidos sus derechos
políticos, inherentes a la condición de ciudadano, tampoco, a nombre de una persona
jurídica.” (Henao, 2010, p. 139).
En relación a las formalidades para el ejercicio de la Acción de Inconstitucionalidad, el
artículo segundo del Decreto 2067 de 1991
señala los requisitos que se deben cumplir,
los cuales son:
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Ana Carolina Pérez Bohórquez
1.El señalamiento de las normas acusadas
como inconstitucionales, su transcripción
literal por cualquier medio o un ejemplar
de la publicación oficial de las mismas.
2.El señalamiento de las normas constitucionales que se consideren infringidas.
3.Las razones por las cuales dichos textos se
estiman violados.
4.Cuando fuere el caso, el señalamiento del
trámite impuesto por la Constitución para
expedición del acto demandado y la forma
que fue quebrantado y,
5.La razón por la cual la Corte es competente
para conocer la demanda.
Las demandas en las acciones públicas de
inconstitucionalidad deberán ser presentadas
por escrito y en duplicado y con deberán cumplir los requisitos anteriormente señalados.
La Corte Constitucional en Sentencia
C-183/2002, refiriéndose a los requisitos que
establece el mencionado Decreto señaló que:
“Se circunscriben a unas exigencias mínimas
que dan a conocer lo que es objeto de la
demanda, las normas superiores infringidas y
el motivo de la vulneración. Si los anteriores
presupuestos no se atienden, no será posible
que el Tribunal Constitucional lleve a cabo
el juicio técnico de confrontación entre la
norma legal y la Carta Política con miras a
su supresión del ordenamiento jurídico, por
esta razón es menester que el actor formule
el razonamiento mínimo demostrativo del
cargo de manera objetiva”.
No obstante la existencia de los requisitos
para ejercer la Acción de Inconstitucionalidad
la Corte ha reiterado en su jurisprudencia el
carácter público e informal de dicha acción,
así, en Sentencia C-933/2004, manifestó que:
“Es Pública, por cuanto, en virtud del ejercicio del derecho consagrado en el artículo
40 de la Constitución Política, cualquier
ciudadano puede solicitar que las normas
que repute contrarias a la constitución
sean excluidas del ordenamiento jurídico;
e informal, por cuanto solo se exige para la
interposición de la acción que se acredite
la calidad de ciudadano por parte del actor,
lo cual implica que a diferencia de otros
instrumento jurídicos, la acción está desprovista de formalismos, esto, para facilitar su
ejercicio como manifestación de un derecho
fundamental”.
De igual forma, la jurisprudencia de esta
Corporación sostiene que los requisitos en
comento permiten el surgimiento del debate
jurídico y buscan aportar los supuestos racionales que estructuran el problema que ha de
decidir el Tribunal Constitucional.
Frente al tema de las formalidades que reviste
la Acción de Inconstitucionalidad en Colombia, Henao (2010) ha manifestado que:
“No obstante la anotada informalidad, que
caracteriza a la acción de inconstitucionalidad su ejercicio exige unos mínimos
requisitos señalados hoy en el artículo 2 del
Decreto 2067 de 1991 que reglamenta los
trámites del proceso constitucional en sus
distintas modalidades y que se expidió por
el Presidente de la república en ejercicio de
facultades extraordinarias conferidas por el
Constituyente mediante norma transitoria.
Tales requisitos están inspirados en el
propósito esencial de ubicar a la Corte en
el asunto que ante ella quiere plantear el
demandante: se busca determinar cuál es
la norma que acusa (total o parcialmente);
qué disposiciones de la Constitución estima
vulneradas, transcribiendo su texto o
aportando un ejemplar en el Diario Oficial
en el que fueron promulgadas; cuáles son,
en su entender, los motivos o las razones
de la inconstitucionalidad; si lo que alega
es violación de las reglas que han debido
observarse en el trámite de aprobación o
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El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
expedición de la norma, ha de indicar en
qué consiste el trámite de aprobación o
expedición de la norma, ha de indicar en
qué consiste el vicio, y el motivo por el cual
considera que la Corte Constitucional es
competente. Todos esos requisitos resultan a nuestro juicio razonables, excepto el
último que parece más propio del examen
que debe efectuar la misma Corte, considerada la naturaleza del precepto acusado,
y sobre la base del artículo 241 de la
Constitución.
La falta de cualquiera de los indicados requisitos da lugar a la inadmisión de la demanda
por parte del Magistrado Sustanciador, lo
que significa que el demandante goza de un
término para corregirla. Vencido sino que lo
haya hecho, la demanda es rechazada.
Corporación cobran vigencia hacia el futuro,
a menos que la misma resuelva lo contrario.
En párrafos anteriores se ha descrito el fundamento constitucional y legal de la Acción
de Inconstitucionalidad en el ordenamiento
jurídico colombiano, no obstante lo anterior,
debe considerarse que en otros ordenamientos jurídicos la acción de inconstitucionalidad
presenta diferentes matices, en cuanto a los
requisitos para su ejercicio, en cuanto a los
titulares de la acción y en cuanto a los efectos
que persigue la acción por sí misma1.
Refiriéndose a esta situación Camargo (2005)
señala:
“Este sistema es seguido por la mayor parte
de los países en América latina y la acción
directa se interpone ante la Corte Suprema
de Justicia o ante un tribunal constitucional,
como es el caso de Bolivia, Colombia, Chile,
Ecuador, Guatemala y Perú. Sin embargo,
el sistema se bifurca en aquellos países en
que la declaratoria judicial sobre la inconstitucionalidad de una ley se traduce en la
inaplicabilidad de la ley al caso concreto,
y otros países donde la declaratoria por la
autoridad judicial de la inconstitucionalidad
de una ley se traduce en la abrogación de la
misma con efectos erga omnes”.
Contra la decisión de rechazo que adopte el
Sustanciador procede el recurso de súplica
ante los demás miembros de la Sala Plena.
Esta última, si la demanda fue admitida
puede proferir decisión inhibitoria” (p. 346).
En cuanto a los efectos de los fallos que la
Corte Constitucional dicta en ejercicio del
control jurisdiccional hacen tránsito a cosa
juzgada constitucional. Ninguna autoridad
podrá reproducir el contenido del acto
declarado inexequible por razones de fondo,
mientras subsistan en la Carta las disposiciones que sirvieron para hacer la confrontación
entre la norma contraria y la Constitución.
(Constitución Política de Colombia, artículo
243).
Lo anterior, significa entonces que las
sentencias que se dictan en materia de
inconstitucionalidad implican el retiro de la
norma del ordenamiento legal, tienen plenos
efectos frente a todos y hacen tránsito a cosa
juzgada.
De igual forma, de conformidad con el artículo 45 de la Ley 270, los fallos de mencionada
66
2.La regla del previo agotamiento
de los recursos internos
El Sistema Interamericano de Protección de
los Derechos Humanos está fundado en el
Principio de Subsidiaridad, según el cual, los
recursos y remedios internos de cada Estado
tienen carácter de principal y prioritario,
1
Ver cuadro comparativo “La Acción de Inconstitucionalidad en América latina” que se anexa al
presente artículo de investigación.
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Ana Carolina Pérez Bohórquez
por lo anterior, solo se abre la puerta para el
acceso al Sistema Interamericano de Protección cuando el peticionario previamente ha
agotado dichos recursos.
Lo anterior, debido a la naturaleza de la
jurisdicción internacional, la cual es complementaria y coadyuvante a las jurisdicciones
domésticas.
La Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en su artículo 46.1.a. consagra la
regla del agotamiento de los recursos
de jurisdicción interna, así:
“Para que una petición o comunicación
presentada a la Comisión conforme a los
artículos 44 o 45 resulte admisible, es necesario:
46.1 Que se hayan interpuesto y agotado los
recursos de jurisdicción interna, conforme
a los principios del Derecho Internacional
generalmente reconocidos”.
El artículo 46.2 establece tres supuestos específicos para la inaplicabilidad del requisito
contenido en el artículo 46.1.a. al disponer lo
siguiente:
46.2 Las disposiciones de los incisos 1.a)
y 1.b) del presente artículo no se aplicarán
cuando:
a) No exista en la legislación interna del
Estado de que se trata el debido proceso
legal para la protección del derecho o derechos que se alega han sido violados;
b) No se haya permitido al presunto lesionado en sus derechos el acceso a los recursos
de la jurisdicción interna, o haya sido impedido de agotarlos, y
c) Haya retardo injustificado en la decisión
sobre los mencionados recursos.
La Corte IDH al respecto en su Opinión Consultiva OC-11/90 expresó:
“El artículo 46.2.a se refiere a aquellas
situaciones en las cuales la ley interna de un
Estado Parte no contempla el debido proceso
legal para proteger los derechos violados. El
artículo 46.2.b es aplicable en aquellos casos
en los cuales sí existen los recursos de la
jurisdicción interna pero su acceso se niega
al individuo o se le impide agotarlos. Estas
disposiciones se aplican, entonces, cuando
los recursos internos no pueden ser agotados porque no están disponibles bien por
una razón legal o bien por una situación de
hecho.” (párr. 17).
Así mismo en la mencionada Opinión
Consultiva refiriéndose al artículo 1° de la
Convención Americana que consagra el
deber general de respetar los derechos y
libertades reconocidos en ella, pero además
de garantizar su libre y pleno ejercicio a toda
persona sujeta a su jurisdicción señaló:
“La Corte ya ha expresado que esta disposición contiene un deber positivo para los
Estados. Debe precisarse, también, que
garantizar implica la obligación del Estado
de tomar todas las medidas necesarias para
remover los obstáculos que puedan existir
para que los individuos puedan disfrutar de
los derechos que la Convención reconoce.
Por consiguiente, la tolerancia del Estado a
circunstancias o condiciones que impidan a
los individuos acceder a los recursos internos adecuados para proteger sus derechos,
constituye una violación del artículo 1.1
de la Convención. Como lo ha afirmado
esta Corte (...) cuando se demuestra que
los recursos son rechazados sin llegar al
examen de la validez de los mismos, o por
razones fútiles, o si se comprueba la existencia de una Práctica o política ordenada
o tolerada por el poder público, cuyo efecto
es el de impedir a ciertos demandantes
la utilización de los recursos internos
que, normalmente, estarían al alcance de
los demás... el acudir a esos recursos se
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El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
convierte en una formalidad que carece de
sentido. Las excepciones del artículo 46.2
serían plenamente aplicables en estas
situaciones y eximirían de la necesidad de
agotar recursos internos que, en la práctica, no pueden alcanzar su objeto.” (Caso
Velásquez Rodríguez, 1987, párr. 68; caso
Godínez Cruz, 1987, párr. 71)
Por otra parte, el artículo 31 del Reglamento
de la Comisión se refiere al agotamiento de
los recursos internos de la siguiente manera:
“Con el fin de decidir sobre la admisibilidad del asunto, la Comisión verificará si
se han interpuesto y agotado los recursos
de la jurisdicción interna, conforme a los
principios del derecho internacional generalmente reconocidos.
Las disposiciones del párrafo precedente no
se aplicarán cuando:
No exista en la legislación interna del Estado
en cuestión el debido proceso legal para la
protección del derecho o derechos que se
alegan han sido violados.
No se haya permitido al presunto lesionado
en sus derechos el acceso a los recursos de
la jurisdicción interna, o haya sido impedido
de agotarlos.
Haya retardo injustificado en la decisión
sobre los mencionados recursos.
Cuando el peticionario alegue la imposibilidad de comprobar el cumplimiento del
requisito señalado en este artículo, corresponderá al Estado en cuestión demostrar
que los recursos internos no han sido agotados, a menos que ello se deduzca claramente
del expediente”.
En el caso Velásquez Rodríguez (1987) respecto de la regla del previo agotamiento de
los recursos internos la Corte sostiene que:
“Los Estados Partes se obligan a suministrar
recursos judiciales efectivos a las víctimas
68
de violación de los derechos humanos (art.
25), recursos que deben ser sustanciados
de conformidad con las reglas del debido
proceso legal (art. 8.1), todo ello dentro de
la obligación general a cargo de los mismos
Estados, de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos reconocidos por la
Convención a toda persona que se encuentre
bajo su jurisdicción (art. 1). Por eso, cuando
se invocan ciertas excepciones a la regla de
no agotamiento de los recursos internos,
como son la inefectividad de tales recursos
o la inexistencia del debido proceso legal,
no sólo se está alegando que el agraviado
no está obligado a interponer tales recursos,
sino que indirectamente se está imputando
al Estado involucrado una nueva violación a
las obligaciones contraídas por la Convención” (p. 91).
Precisamente, la Corte IDH ha dicho que esta
regla permite al Estado resolver el problema
según su derecho interno antes de verse
enfrentado a un proceso internacional.
En relación al previo agotamiento de los
recursos internos, el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, en el Caso Handyside,
sostuvo en relación a esto, que el mecanismo
de salvaguarda instaurado por el Convenio
reviste un carácter subsidiario en relación
a los sistemas nacionales de garantía de los
derechos del hombre.
En el caso Handyside (1976), el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos señaló:
“El Convenio confía, en primer lugar, a cada
uno de los Estados contratantes el cuidado
de asegurar el goce de los derechos y libertades que consagra. Las instituciones creadas
por él contribuyen a esa finalidad, pero no
entran en juego sino por la vía contenciosa
y después de haberse agotado las vías de
recursos internos.” (p. 48).
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3. Recursos adecuados y efectivos
La Convención Americana (1969) señala en
su artículo 25 que:
“Es una obligación convencional de los
Estados brindar un recurso rápido y sencillo
o cualquier otro recurso efectivo ante los
jueces o tribunales competentes que amparen sus derechos fundamentales”.
Dentro del ordenamiento jurídico interno de
los Estados existen múltiples recursos, siendo
menester que estos sean idóneos para proteger las distintas circunstancias y situaciones
infringidas, siendo el caso que no exista uno
consagrado para una situación de vulneración, no deberán entonces agotarse dichos
recursos, pues no producirán ningún efecto o
producirán un resultado desatinado.
En el caso Velásquez Rodríguez (1988) la
Corte señaló:
exigencias procesales que lo hagan inaplicable, si, de hecho, carece de virtualidad para
obligar a las autoridades, resulta peligroso
para los interesados intentarlo o no se aplica
imparcialmente.” (Caso Velásquez Rodríguez,
1988, p. 66).
La Corte IDH ha establecido que:
“No basta que los recursos existan formalmente sino que los mismos deben dar
resultados o respuestas a las violaciones de
derechos humanos, para que éstos puedan
ser considerados efectivos. Es decir, que
toda persona debe tener acceso a un recurso
sencillo y rápido ante jueces o tribunales
competentes que amparen sus derechos
fundamentales” (caso Cinco Pensionistas,
Párr. 126; caso de la Comunidad Mayagna
(sumo) Awas Tingni, p. 112; caso Bámaca
Velásquez, 2000, p. 191).
En el mencionado caso, haciendo referencia
al concepto de recurso adecuado la
Corte afirmó que “significa que la función de
estos recursos, dentro del sistema del derecho
interno, es idónea para proteger la situación
jurídica infringida.” (p. 64).
Además dicha garantía “constituye uno de
los pilares básicos, no solo de la Convención
Americana, sino del propio Estado de Derecho en una sociedad democrática” (Caso
Cantos, 2002, p. 52; caso de la Comunidad
Mayagna (sumo) Awas Tingni, 2011, p. 112;
caso Ivcher Bronstein, 2001, p. 135). Así
mismo, como lo ha señalado el Tribunal,
“No pueden considerarse efectivos aquellos
recursos que, por las condiciones generales
del país o incluso por las circunstancias particulares de un caso dado, resulten ilusorios”
(caso Cinco Pensionistas, 2003, p. 126; caso
Las Palmeras, 2001, p. 58; caso de la Comunidad Mayagna (sumo) Awas Tingni, 2001,
p.113-114; caso Humberto Sánchez, 2003,
Párr. 121).
No obstante lo anterior, la misma Corte
ha determinado que el recurso debe
ser además efectivo, es decir, capaz de
producir el resultado para el que ha sido concebido. Ejemplo: “El de exhibición personal
puede volverse ineficaz si se le subordina a
Al respecto Fáundez (2004) se refiere al
criterio de efectividad del recurso citando
jurisprudencia de la Corte IDH señalando
que es precisamente la inexistencia de
recursos internos efectivos la que coloca a la
víctima en estado de indefensión y explica la
“Por ejemplo, un procedimiento de orden
civil, expresamente mencionado por el
Gobierno, como la presunción de muerte
por desaparecimiento, cuya función es la de
que los herederos puedan disponer de los
bienes del presunto muerto o su cónyuge
pueda volver a casarse, no es adecuado para
hallar la persona ni para lograr su liberación
si está detenida.” (p. 64).
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El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
protección internacional. En opinión de este
alto Tribunal:
“Cuando quien denuncia una violación de
los Derechos Humanos aduce que no existen dichos recursos o que son ilusorios, la
puesta en marcha de tal procedimiento (de
protección internacional) puede no sólo
estar justificada sino ser urgente. En esos
casos no sólo es aplicable el artículo 37.3 del
Reglamento de la Comisión, a propósito de
la carga de la prueba, sino que la oportunidad para decidir sobre los recursos internos
debe adecuarse a los fines del régimen de
protección internacional. De ninguna
manera la regla del previo agotamiento
debe conducir a que se detenga o se demore
hasta la inutilidad la actuación internacional en auxilio de la víctima indefensa. Esa
es la razón por la cual el artículo 46.2 (de
la Convención) establece excepciones a la
exigibilidad de la utilización de los recursos
internos como requisito para invocar la
protección internacional, precisamente
en situaciones en las cuales, por diversas
razones, dichos recursos no son efectivos.
Naturalmente cuando el Estado opone, en
tiempo oportuno, esta excepción, la misma
debe ser considerada y resuelta, pero la
relación entre la apreciación sobre la aplicabilidad de la regla y la necesidad de una
acción internacional oportuna en ausencia
de recursos internos efectivos, puede aconsejar frecuentemente la consideración de
las cuestiones relativas a aquella regla junto
con el fondo de la materia planteada, para
evitar que el Trámite de una excepción
preliminar demore innecesariamente el
proceso.” (Caso Velásquez Rodríguez, 1987,
Párr. 93; caso Fairén Garbi y Solís Corrales,
1987, párr. 93; caso Godínez Cruz, 1987,
párr. 95).
Según la jurisprudencia de la Corte Interamericana:
70
“la protección activa de los derechos consagrados en la Convención, se enmarca
en el deber estatal de garantizar el libre y
pleno ejercicio de los derechos de todas las
personas bajo la jurisdicción de un Estado,
y requiere que éste adopte las medidas
necesarias para castigar las violaciones a los
derechos humanos, así como para prevenir
que se vulnere alguno de estos derechos por
parte de sus propias fuerzas de seguridad o
de terceros que actúen con su aquiescencia;
de acuerdo con la Corte, el derecho a la
tutela judicial efectiva exige a los jueces que
dirijan el proceso de modo de evitar que
dilaciones y entorpecimientos indebidos
conduzcan a la impunidad, frustrando así la
debida protección judicial de los derechos
humanos”. (Caso Bulacio, 2003, párr. 111 y
115).
De manera más categórica, en casos recientes, la Corte ha sostenido que una demora
prolongada en el procedimiento puede llegar
a constituir, por sí misma, una violación de
las garantías judiciales. (Caso Hilaire, Constantine y Benjamín y otros, 2002, párr. 145.)
“... así mismo, el Tribunal ha observado
que el esclarecimiento de si el Estado ha
violado o no sus obligaciones internacionales por virtud de las actuaciones de sus
órganos judiciales, puede conducir a que
el tribunal deba ocuparse de examinar los
respectivos procesos internos y, citando a
la Corte Europea de Derechos Humanos,
señala que la función del tribunal internacional es determinar si la integralidad de
los procedimientos, así como la forma en
que fue producida la prueba, fueron justos
y estuvieron ajustados a las disposiciones
internacionales”. (Caso Villagrán Morales y
otros, 1999, párr. 222, caso Bámaca Velásquez, 2000, párr. 188, caso Juan Humberto
Sánchez, 2003, párr. 120) (p. 51).
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4.Reglas jurisprudenciales
sobre la acción de
inconstitucionalidad
consecuente proceso penal de deportación
en relación al agotamiento del recurso de
admisibilidad.
En relación a la Acción de Inconstitucionalidad podemos afirmar que por regla general,
es un recurso adecuado y efectivo, constituyéndose un recurso que deberá agotarse
previamente para poder acudir ante el Sistema Interamericano. Pero al mismo tiempo
consideramos útil indagar cuáles son aquellas
situaciones en las que la Comisión y la Corte
IDH han considerado dicho recurso como
inadecuado e inefectivo y que por lo tanto, no
debió haber sido agotado previamente antes
de acudir ante el Sistema. Así las cosas, las
siguientes son dichas situaciones:
El Estado alegó que los recursos de jurisdicción interna no habían sido debidamente
agotados, señalando que debieron agotar
el recurso de Habeas Corpus, la Acción de
Inconstitucionalidad, entre otras acciones.
1. Cuando pese a existir en el ordenamiento
jurídico interno el recurso para resolver
la situación infringida, el mismo esté
concebido de manera tal, que en la práctica no tenga acceso la persona al mismo.
Como cuando para acceder al recurso de
inconstitucionalidad se establezcan unos
requisitos para la legitimación activa
como lo es ostentar algunos cargos o la
de recurrir a un número determinado de
ciudadanos para iniciar la acción. Caso en
el cual la persona no tendrá que agotar el
recurso previamente para acudir ante la
Comisión.
“el señor Sahih no tuvo acceso al recurso de
Acción de Inconstitucionalidad, recurso que
debió haber sido agotado en este caso según
a jurisdicción doméstica, puesto que al no
ostentar ninguno de los cargos mencionados
en dicho artículo, la opción que tenía para
adquirir la legitimación activa destinada a
interponer la acción de inconstitucionalidad era la de reunir otros 1000 ciudadanos
que ejercieran con él dicha acción u obtener
un dictamen favorable del defensor del
pueblo, trámite que no se encuentra regulado por la ley Orgánica del Defensor del
Ecuador por lo cual no existe regulación
alguna en cuanto al procedimiento y los
plazos para la emisión de tal dictamen. Así
mismo, el Estado no ha presentado información respecto de la eficacia del recurso
de inconstitucionalidad entre otros casos de
peticiones individuales. Lo anterior implica
que dicho recurso interno está concebido de
una manera tal que en la práctica no constituye un recurso idóneo para la protección
de los derechos del señor Sahih por carecer
de legitimación activa para intentarla. Por
tanto, la acción de inconstitucionalidad no
En el Caso del señor Elías Gattas Sahih
contra Ecuador, la petición presentada se
refiere a una serie de aspectos relacionados
con los derechos a las garantías judiciales del
debido proceso de los ciudadanos extranjeros
en los procesos de revocación de su status
migratorio.
Los peticionarios en este caso alegaron la
revocación de la visa sin las garantías del
debido proceso, la posterior detención y el
Por su parte, los peticionarios con respecto a
la Acción de Inconstitucional, alegaron que
dicho recurso está concebido de tal manera
en la legislación ecuatoriana no se encuentra
disponible para la víctima y por dicha razón
no la agotaron.
La Comisión en Informe No. 9 (2005), en el
mencionado caso señaló que:
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El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
era un recurso interno que el Señor Sahih
tuviera que agotar previamente para acudir
a la Comisión” (párr. 32).
2.Cuando a pesar de resultar idóneo el
recurso de inconstitucionalidad, existe una
demora injustificada en la tramitación y
decisión del mismo.
3.Cuando los requisitos para interponer la
acción de inconstitucionalidad sean excesivos, como cuando se exige reunir las firmas
de 1.000 ciudadanos para interponerla.
4.Cuando el trámite ante el Defensor del
pueblo para poder ejercer el recurso no
cuente con un procedimiento ni plazos
específicos.
En relación a los postulados Números 2, 3 y 4,
es pertinente traer a colación el caso de Hugo
Quintana Coello, en el cual los peticionarios alegaron que fueron cesados de sus
cargos de magistrados de la Corte Suprema
de Justicia de Ecuador, por el Congreso
Nacional con el concurso de la Presidencia de
la República.
Los peticionarios alegaron que habían sido
elegidos legítimamente para el ejercicio de
sus funciones sin sujeción a periodo fijo, y
que por lo tanto la destitución fue inconstitucional, arbitraria y transgredió los mandatos
de la Convención Americana.
En relación al agotamiento previo de la
acción de inconstitucionalidad señalaron
que el recurso no era idóneo ni efectivo para
cuestionar el acto de cesantía, toda vez que
las víctimas para poder comparecer necesitaban las firmas de mil ciudadanos para poder
interponerla, o la intervención de la Defensoría del Pueblo.
En Informe No. 8 (2007), la Comisión Interamericana en relación al caso de Hugo
Quintana Coello y otros Magistrados de
la Corte Suprema de Justicia, frente a la
72
discusión si para dicho caso, la Acción de
Inconstitucionalidad resultaba adecuada,
argumentaron que:
“el recurso no está diseñado para proteger
los derechos humanos sino para impugnar
normas que contrarían la constitución., es
decir, que no tiene la capacidad de reparar
violaciones de derechos humanos, puesto
que la constitución no otorga las facultades al tribunal constitucional para aplicar
medidas reparatorias cuando se ejerce dicho
recurso.” (p. 13).
Frente a los argumentos anteriores, el Estado
señaló que los peticionarios tuvieron a su disposición la acción de inconstitucionalidad, y
que los podrían haber cumplido con los requisitos que estable la constitución para acudir
ante el tribunal constitucional, si consideraban que su destitución fue inconstitucional y
arbitraria (Informe No. 8/2007, p. 19).
La Comisión en su estudio sobre el agotamiento del recurso de inconstitucionalidad
manifestó que:
“El artículo 277 de la Constitución ecuatoriana establece taxativamente los sujetos con
legitimación activa para interponer dicha
acción y los requisitos para su interposición.
La Comisión Interamericana considera
excesivos los requisitos de reunir las firmas
de 1.000 ciudadanos que ejercieran o el de
obtener un dictamen favorable del Defensor
del pueblo. A la fecha de los Hechos el trámite ante el Defensor del pueblo carecía de
reglamentación, por lo cual no cuenta con
un procedimiento ni plazos específicos. Por
otra parte, el Estado tampoco ha presentado
información respecto de la eficacia del
recurso de inconstitucional en otros casos
de peticiones individuales. La CIDH considera además fundada y no controvertido el
argumento de los peticionarios sobre la falta
de eficacia que hubiera tenido en la práctica
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cualquier acción ante el propio Tribunal
Constitucional, pues dicho órgano que ya se
había adelantado a determinar en una resolución su posición sobre la improcedencia de
acciones contra la resolución del Congreso
por la que habían sido cesados Hugo Quintana Coello y los demás magistrados. En
suma la acción de inconstitucionalidad no
era un recurso interno que los peticionarios
tuvieran que agotar antes de pedir la intervención de la Comisión Interamericana”.
(Informe No. 8/2007, p. 30).
5.Cuando el juez u órgano que va a decidir
sobre el recurso, se ha adelantado para
determinar su posición respecto del fondo
del asunto y por lo tanto carecería de eficacia agotar el mismo.
6.Si el tribunal u órgano judicial que debe
decidir sobre el recurso no tiene las condiciones materiales de funcionamiento.
En relación los numérales 5 y 6, encontramos
que en la petición del señor Allan García
Pérez, sostiene que la Ley No. 26641 llamada
ley de contumacia, estableció que el término
de la acción penal se interrumpe cuando el
juez declara al reo como contumaz, ha sido ha
sido dictada “... a nombre propio para afectar
el derecho de Allan García y evitar una eventual prescripción de su causa”. Señala que
dicha ley obedece a intereses políticos para
interferir en su proceso judicial, y que viola
el principio de la irretroactividad de las leyes.
En el Informe 43 (1999) la Comisión señaló
que:
“Los peticionarios afirman que no agotaron
la acción de inconstitucionalidad por las
siguientes razones: 1º). Porque ya había
intentado que no se le aplicara dicha ley
mediante la solicitud de aplicación de la
facultad relativa al control difuso de constitucionalidad de las leyes. 2º). Porque existía
una imposibilidad material de obtener un
resultado favorable, por razones estrictamente políticas, puesto que el tribunal
constitucional, estaba conformado por
miembros elegidos mediante una transacción política entre la mayoría oficialista
y un sector de la oposición, por lo que
dicho tribunal adolecía de independencia e
imparcialidad que nunca hubiera fallado en
favor del Señor García Pérez. 3º). Porque se
encontraba impedido de hacerlo, en virtud
de lo dispuesto en el artículo 203 de la
Constitución peruana, que requiere la concurrencia de 5.000 ciudadanos para intentar
dicha acción, y 4º). Porque aún cuando
se hubiera intentado exitosamente dicha
acción de inconstitucionalidad, la eventual
sentencia favorable al accionante no hubiera
podido tener efectos retroactivos, en virtud
de lo dispuesto en el artículo 204 de la Constitución peruana, por lo que dicha sentencia
no hubiera podido reparar la situación jurídica que se alegaba como infringida por la
Ley No. 26441.” (p. 6).
Por su parte el Estado respondió al respecto
que el Señor García se abstuvo de iniciar las
gestiones tendientes a la recolección de firmas
de ciudadanos para interponer la acción de
inconstitucionalidad.
Por su parte, La comisión Interamericana
señaló lo siguiente:
a. Cuando un Estado argumenta que un
peticionario no agotó los recursos de
jurisdicción interna, éste tiene la carga de
señalar los recursos específicos disponibles
y eficaces.
b. La comisión concluyó que el señor García
no tuvo acceso al recurso de acción de
inconstitucionalidad, según el cual de
conformidad por lo señalado por el Estado
debió haberse agotado, toda vez que al no
ostentar los cargos que señala el artículo
203 de la Constitución, la opción que le
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El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
quedaba para poder interponer la acción
de inconstitucionalidad era la de reunir
otros 4.999 ciudadanos que ejercieran
con él dicha acción, “lo cual implica que
dicho recurso interno está concebido de
una manera tal que no está disponible
para la presunta víctima, por carecer de
legitimación por activa para intentarla. Por
tanto, la acción de inconstitucionalidad no
era un recurso interno que el señor García
debía agotar previamente para acudir a la
Comisión.”
c. En lo que respecta a lo alegado por el peticionario en relación al Tribunal Constitucional en el sentido de carecer la composición adecuada para decidir de manera
imparcial e independiente sostuvo que:
“No existen condiciones de hecho para el
ejercicio integral de los recursos internos,
por haber medio material para satisfacer
la condición formal de seis votos favorables en el tribunal constitucional o por el
simple hecho que no existe la cantidad
necesaria de miembros votantes. Esto
equivale a decir que el Tribunal no tiene
las condiciones materiales de funcionamiento, no sólo en el presente caso del
señor Allan García Pérez, sino también
para cualquier otra acción de inconstitucionalidad de leyes”. (Caso Alan García,
1999, párr. 24).
7.Al ser un recurso de carácter extraordinario, tiene por objeto el cuestionamiento de
una norma y no la revisión de un fallo, la
acción no puede ser considerada como un
recurso interno que debe necesariamente
estos casos ser siempre agotada por el
peticionario.
Al respecto en el caso Herrera Ulloa, la
Corte IDH señaló lo siguiente:
“La acción de inconstitucionalidad, además
de no ser un recurso ordinario sino una
74
acción específica distinta a los demás recursos internos, tiene una tramitación costosa,
difícil y larga. (…)
La pretensión que debe interponerse la
acción de inconstitucionalidad como
requisito para dar agotadas las instancias
internas implicaría según la interpretación
del Estado, que sería imposible recurrir a
la Comisión y a la Corte Interamericana en
casos donde existan por la naturaleza de las
resoluciones judiciales, daños irreparables
para las presuntas víctimas si dichas resoluciones se incumplen. En efecto, en Costa
Rica la acción de inconstitucionalidad
requiere, para ser planteada, que haya un
caso pendiente ante los tribunales. (…)
Concluye la Corte IDH que:
“la acción de inconstitucionalidad no es
un recurso que debe haberse interpuesto
previamente conforme al artículo 46.1 de
la Convención, porque no es un recurso
ordinario en los términos que exigen los
principios generalmente aceptados del
derecho internacional y, además, porque no
se trata de un recurso eficaz para tutelar los
derechos vulnerados”. (Caso Herrera Ulloa,
2004, párr. 78).
8.Cuando a pesar de existir la acción
de inconstitucionalidad tampoco está
disponible para una persona particular,
apareciendo como un recurso extraordinario limitado, entre otros aspectos, en su
legitimación activa.
9.Cuando jurídicamente se hace inviable
acudir al recurso de inconstitucionalidad
a pesar de estar consagrado en el ordenamiento jurídico interno.
En relación a los postulados 8 y 9, vemos en
el caso Castañeda Gutman vs. México,
caso en el cual una ley electoral imponía como
requisito para ser candidato el ser postulado
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por un partido político, por lo cual la víctima
reclamó una violación a su derecho político
de ser elegido. Caso en el cual la Corte IDH
debió determinar si el recurso de amparo y la
Acción de Inconstitucionalidad en este caso
eran los recursos procedentes.
La Corte Concluyó en este caso que:
“(…) dado que el recurso de amparo no
resulta procedente en materia electoral, la
naturaleza extraordinaria de la Acción de
Inconstitucionalidad y la inaccesibilidad e
inefectividad del juicio de protección para
impugnar la falta de conformidad de una
ley con la constitución, en la época de los
hechos del presente caso no había en México
un recurso efectivo alguno que posibilitara
a las personas cuestionar la regulación legal
del derecho político a ser elegido previsto en
la Constitución Política y en la Convención
Americana. En razón de ello, la Corte concluye que el Estado no ofreció a la presunta
víctima un recurso idóneo para reclamar la
alegada violación de su derecho político a
ser elegido, y por lo tanto violó el artículo
25 de la Convención Americana, en relación
con el artículo 1.1 del mismo instrumento,
en perjuicio del señor Castañeda Gutman”.
(Caso Castañeda Gutman, 2008, par. 131).
Por otra parte, sostuvo la Corte que:
“(…) la Acción de Inconstitucionalidad
tampoco estaba disponible para una persona
particular como el señor Castañeda Gutman,
ya que se trata de un recurso extraordinario limitado, entre otros aspectos, en su
legitimación por activa”. (Caso Castañeda
Gutman, 2008, par. 107).
10.Cuando a pesar de que el recurso de
inconstitucional es el idóneo para proteger la situación jurídica infringida, carece
de efectividad al no remediar la situación
planteada y no permite que se produzca
el resultado esperado para el cual fue
concebido, como cuando no se precisa el
alcance en una sentencia de lo ordenado
en la misma.
En el caso Mejía Hidrovo vs. Ecuador, la
Corte en relación al anterior postulado sostuvo lo siguiente:
“En el presente caso, una vez establecido
que el recurso de inconstitucionalidad fue
el adecuado para remediar los derechos
alegados por el señor Mejía Idrovo, la Corte
observa que la sentencia del Tribunal Constitucional de 12 de marzo de 2002, si bien
declaró la inconstitucionalidad de los decretos ejecutivos de disponibilidad y baja, así
como dispuso en lo general que se repararen
los daños a la presunta víctima, esta careció
de precisión y claridad para determinar
el alcance de las reparaciones referidas y
su forma de ejecución. Posteriormente, la
Resolución del Presidente del Tribunal de
30 de mayo de 2002 --la cual desprendió las
irregularidades ya analizadas (supra párr. 53,
78 y 79), contribuyó a confundir en mayor
medida el alcance de la sentencia emitida
por el pleno del Tribunal Constitucional al
restringir su aplicación de manera unilateral, declarándola como irretroactiva y por
tanto impidiendo el reintegro del accionante
a las Fuerzas Armadas. No obstante, luego la
Corte Constitucional esclareció el sentido y
alcance de lo ordenado en la sentencia de 12
de marzo de 2002. En razón de lo anterior,
la Corte estima que en el presente caso el
recurso de inconstitucionalidad si bien fue
el idóneo para proteger la situación jurídica infringida, careció de efectividad al no
remediar la situación planteada y no haber
permitido que produjera el resultado para el
cual fue concebido (Caso de la Masacre de
las Dos Erres, 2009, párr. 121), al no precisar
el alcance de lo ordenado, en contravención
con lo dispuesto en el artículo 25.1 de la
Convención”.
Verba Iuris 30 • p. 61-82 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
75
El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
CONCLUSIONES
La regla del previo agotamiento de los
recursos de jurisdicción interna,
consagrado en el artículo 46.1.a. de la Convención Americana, en la cual para que una
petición presentada ante la Comisión resulte
admisible deben haberse interpuesto y agotado los recursos de jurisdicción interna,
se fundamentan en los Principios de Subsidiaridad y Complementariedad del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos, por cuanto son los órganos
de jurisdicción doméstica los que revisten el
carácter de principales y prioritarios.
No obstante lo anterior, dicha regla no es
absoluta, la misma Convención Americana
establece unas situaciones en las cuales no
deberán agotarse los recursos de jurisdicción
interna. De igual forma, la Corte IDH ha
establecido y definido de manera suficiente
los conceptos de idoneidad y eficacia de los
mismos, condicionando la necesidad de
agotar un determinado recurso de jurisdicción interna a la idoneidad y la eficacia del
mismo.
Con fundamento en los criterios de idoneidad
y eficacia, la Comisión y la Corte IDH han
desarrollado unas subreglas con las cuales
se rompe la regla del previo agotamiento
de los recursos de jurisdicción interna en
relación a la Acción de Inconstitucionalidad,
como son:
1. Cuando para acceder al recurso de
inconstitucionalidad se establezcan unos
requisitos para la legitimación actividad
u ostentar algunos cargos o la de recurrir
un número determinado de ciudadanos
para iniciar la acción, caso en el cual la
persona no tendrá que agotar previamente
el recurso para acudir a la Comisión.
76
2. Cuando a pesar de resultar idóneo el
recurso de inconstitucionalidad existe una
demora injustificada en la tramitación y
decisión del mismo.
3. Cuando los requisitos para interponer la
acción de inconstitucionalidad sean excesivos, como cuando exige reunir las firmas
de 1.000 ciudadanos para interponerla.
4. Cuando el trámite ante el Defensor
del Pueblo para ejercer el recurso no
cuente con un procedimiento ni plazos
específicos.
5. Cuando el juez u órgano que va a decidir
sobre el recurso, se ha adelantado para
determinar su posición respecto del fondo
del asunto y por lo tanto carecería de eficacia agotar el mismo.
6. Si el tribunal u órgano judicial que debe
decidir sobre el recurso no tiene las condiciones materiales de funcionamiento.
7. Al ser un recurso de carácter extraordinario, tiene por objeto el cuestionamiento de
una norma y no la revisión de un fallo; la
acción no puede ser considerada como un
recurso interno que debe necesariamente
en estos casos ser siempre agotada por el
peticionario.
8. Cuando jurídicamente se hace inviable
acudir al recurso de inconstitucionalidad
a pesar de estar consagrada en el ordenamiento jurídico interno.
9. Cuando a pesar de que el recurso de
inconstitucionalidad es el idóneo para
proteger la situación jurídica infringida
carece de efectividad al no remediar la
situación planteada y no permite que se
produzca el resultado esperado para el
cual fue concebido, como cuando no se
precisa el alcance en una sentencia de lo
ordenado en la misma.
Verba Iuris 30 • p. 61-82 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
Ana Carolina Pérez Bohórquez
10.Cuando a pesar de existir la acción
de inconstitucionalidad tampoco está
disponible para una persona particular,
aparecido como un recurso extraordinario limitado, entre otros aspectos, en su
legitimación activa.
De esta manera, las anteriores subreglas se
refieren a situaciones específicas cuando a
pesar de existir en el ordenamiento jurídico
interno el recurso de inconstitucionalidad, éste se encuentre concebido de
manera tal que en la práctica no tenga acceso
la persona al mismo, o cuando las condiciones
de inaccesibilidad e inefectividad conviertan
inútil interponerla y agotarla.
A manera de conclusión podemos afirmar que
en principio la Acción de Inconstitucionalidad tal y como se encuentra consagrada en el
ordenamiento jurídico colombiano cumple
con los requisitos de idoneidad y de eficacia,
por lo que deberá agotarse previamente
dicho recurso para acceder ante el SIDH; no
obstante lo anterior, de conformidad con lo
estudiado anteriormente podemos afirmar
que el peticionario estará eximido de agotarla
cuando por razones de hecho o de derecho
el recurso no sea efectivo para remediar la
situación infringida.
LISTA DE REFERENCIAS
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Contencioso Administrativas. (Tercera edición).
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Henao, J. (2010). Derecho procesal Constitucional,
protección de los derechos fundamentales. (Tercera Edición). Bogotá: Temis.
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actual constitucionalismo colombiano. (Primera
Edición). Bogotá: Legis.
Rey, E. (2003). Acción Popular de Inconstitucionalidad. Revista Iberoamericana de Derecho
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Corte constitucional. Sentencia C-183 de 2002.
Corte constitucional. Sentencia C-933 de 2004.
Corte idh. Caso Fairén Garbi y Solís Corrales vs
Honduras. Sentencia del 26 de junio de 1987.
Corte idh. Caso Godínez Cruz vs Honduras.
Sentencia del 26 de junio de 1987.
Corte idh. Caso Velásquez Rodríguez vs Honduras. Sentencia de 26 de junio de 1987.
Corte idh. Caso Villagrán Morales y otros vs.
Guatemala. Sentencia del 19 de noviembre de
1999.
Corte idh. Caso Bámaca Velásquez vs Guatemala.
Sentencia del 25 de noviembre de 2000.
Corte idh. Caso las Palmeras vs Colombia. Sentencia del 4 de febrero de 2000 y sentencia del 6
de diciembre de 2001.
Corte idh. Caso Ivcher Bronstein vs Perú. Sentencia de 6 de febrero de 2001.
Corte idh. Caso de la comunidad Mayagna
(sumo) Awas Tingni vs. Nicaragua. Sentencia del
31 de agosto de 2001.
Corte idh. Caso Hilaire, Constantine y Benjamín
y otros vs. Trinidad y Tobago. Sentencia del 21 de
junio de 2002.
Corte idh. Caso Cantos vs Argentina. Sentencia
de 28 de noviembre de 2002.
Corte idh. Caso Juan Humberto Sánchez vs.
Honduras, sentencia del 7 de junio de 2003.
Corte idh. Caso Bulacio vs. Argentina, sentencia
del 18 de septiembre de 2003.
Corte idh. Caso Cinco Pensionistas vs Perú. Sentencia del 28 de noviembre de 2003
Corte idh. Caso Herrera Ulloa vs Costa Rica.
Sentencia de 2 julio de 2004
Verba Iuris 30 • p. 61-82 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
77
El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
Corte idh. Caso Castañeda Gutman vs México.
Sentencia de 6 de agosto de 2008.
Corte idh. Caso de la Masacre de las Dos Erres
vs. Guatemala. Sentencia de 24 de noviembre de
2009.
Corte idh. Opinión Consultiva OC- 11/90 del 10
de agosto de 1990. Excepciones al agotamiento de
los recursos internos.
Comisión interamericana de derechos humanos. (2007) Caso Hugo Quintana Coello y otros
magistrados de la Corte Suprema vs Ecuador.
Caso 1425-04. Informe No. 08/2007.
Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
(1999). Allan García Pérez vs Perú. Caso 11.688.
Informe No. 43/99.
Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
(2005). Elías Gattas Sahih vs ecuador. Petición
1-03. Informe no. 09/05.
Documento anexo No. 1:
Constitución política de Colombia de 1991.
Constitución política de Ecuador, 2008.
Constitución política de la república de El Salvador de 1983.
Constitución política de Bolivia de 2009.
Constitución de la república de Nicaragua de
1987.
Constitución política del Perú.
Constitución de los Estados Unidos de México de
1917.
Constitución de la república bolivariana de Venezuela de 1999.
Constitución de la república de Guatemala de
1985.
Constitución de la república federativa de Brasil.
Tribunal europeo de Derechos Humanos. Caso
Handyside vs Reino Unido. Sentencia 7 de
diciembre de 1976.
Constitución de la república de Panamá de 1972.
Tribunal europeo de derechos humanos. Asunto
Lingüística Belga. Sentencia de 23 de julio de
1968.
Constitución de la república del Paraguay de 1992
Convención Americana Sobre Derechos Humanos. (1969) Suscrita en San José de Costa Rica
en la Conferencia Especializada Interamericana
sobre Derechos Humanos.
78
Constitución de la república de Honduras de
1982.
Constitución de la república de Chile de 1980,
reformada en 2005.
Verba Iuris 30 • p. 61-82 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
Constitución Política del
Ecuador, 2008. Artículo
439 y 441.
Constitución Política de
la República de El Salvador de 1983. Artículo 172.
Constitución Política de
Bolivia de 2009. Artículo
132, 133, 196.
Constitución de la República de Nicaragua de
1987. Artículo 163, 164 y
187.
Constitución Política del
Perú. Artículo 200, 202,
203 y 204.
El
Salvador
Bolivia
Nicaragua
Perú
Fundamento
constitucional
Ecuador
País
El Tribunal Constitucional conoce en única
instancia la acción de inconstitucionalidad.
La Corte Suprema de Justicia conoce y resuelve
los recursos por Inconstitucionalidad de la ley.
El Tribunal Constitucional Plurinacional
conoce y resolverá la acción de inconstitucionalidad.
La Corte Suprema de Justicia, por medio de la
Sala Constitucional.
Corte Nacional de Justicia.
Competencia
Legitimación por activa
Verba Iuris 30 • p. 61-82 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
6. Los presidentes de Región con acuerdo del Consejo de Coordinación Regional, o los alcaldes provinciales con acuerdo de su
Concejo, en Materias de su competencia.
5. Cinco mil ciudadanos con firmas comprobadas por el Jurado
Nacional de Elecciones. Si la norma es una ordenanza municipal, está facultado para impugnarla el uno por ciento de los
ciudadanos del respectivo ámbito territorial, siempre que este
porcentaje no exceda del número de firmas Anteriormente
señalado.
1. El Presidente de la República.
2. El Fiscal de la Nación.
3. El Defensor del Pueblo.
4. El veinticinco por ciento del número legal de congresistas.
Están facultados para interponer acción de inconstitucionalidad:
Cualquier ciudadano puede interponer el Recurso de Inconstitucionalidad contra toda ley, decreto o reglamento, que se
oponga a lo prescrito por la Constitución.
• El Presidente de la República
• Cualquier Senador o Diputado
• El Fiscal General de la República
• El Defensor del Pueblo.
La Ley Nº 1836 ha establecido una legitimación activa restringida a determinadas autoridades. En efecto, por disposición
de los arts. 120 1ª de la Constitución y 55-I de la Ley 1836,
están legitimadas parapresentar este recurso tan solamente las
siguientes autoridades públicas:
La puede presentar cualquier ciudadano.
Las acciones públicas podrán ser presentadas por cualquier
ciudadana o ciudadano individual o colectivamente.
Anexo i. La acción de inconstitucionalidad en América Latina
Ana Carolina Pérez Bohórquez
79
80
Constitución
de
la
República Bolivariana de
Venezuela de 1999. Artículos 334, 335 y 336.
Constitución de la República de Guatemala de
1985. Art. 267.
Guatemala
Fundamento
constitucional
Venezuela
País
Artículo 267. Inconstitucionalidad de las leyes
por carácter general. Las acciones en contra de
las leyes, reglamentos o disposiciones de carácter general que contengan vicio parcial o total
de inconstitucionalidad, se plantearán directamente ante el Tribunal o Corte Constitucional.
El Tribunal Supremo de Justicia garantizará
la supremacía y efectividad de las normas y
principios constitucionales, será el máximo
y último intérprete de la Constitución
y velará por su uniforme interpretación y aplicación. (…) (artículo 335)
Son atribuciones de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia: ver (artículo 336)
Corresponde exclusivamente a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia como
jurisdicción constitucional, declarar la nulidad
de las leyes y demás actos de los órganos que
ejercen el Poder Público dictados en ejecución
directa e inmediata de la Constitución o que
tengan rango de ley, cuando colidan con aquella. (Artículo 334).
Competencia
Legitimación por activa
d) Cualquier persona con el auxilio de tres abogados colegiados
activos.
c) El Procurador de los Derechos Humanos en contra de leyes,
reglamentos o disposiciones de carácter general que afecten
intereses de su competencia;
b) El Ministerio Público a través del Procurador General de la
Nación;
a) La Junta Directiva del Colegio de Abogados actuando a
través de su Presidente;
ARTICULO 134 Ley de Amparo, Exhibición personal y de
constitucionalidad Ley LAEPyC. Tiene legitimación para
plantear la inconstitucionalidad de leyes, reglamentos o disposiciones de carácter general:
Y el Defensor del Pueblo según el artículo 281 numeral 3 de la
Constitución.
También la puede interponer el Fiscal General de la República
(artículo 135 de la Ley Orgánica).
La Demanda Popular de Inconstitucionalidad, la puede presentar cualquier persona.
Anexo i. La acción de inconstitucionalidad en América Latina
El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
Verba Iuris 30 • p. 61-82 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
Constitución de la República de Panamá de 1972.
Art. 203.
Constitución de la República de Honduras de
1982. Art. 184.
Constitución de la República del Paraguay de
1992. Art. 260.
Honduras
Paraguay
Fundamento
constitucional
Panamá
País
Decidir sobre la inconstitucionalidad de las
sentencias definitivas o interlocutorias, declarando la nulidad de las que resulten contrarias
a esta Constitución.
Conocer y resolver la inconstitucionalidad de
las leyes y de otros instrumentos normativos,
declarando la inaplicabilidad de las disposiciones contrarias a esta constitución en cada caso
concreto, y en fallo que sólo tendrá efecto con
relación a este caso y,
Artículo 260 Constitución. Son deberes y atribuciones de la Sala Constitucional:
A la Corte Suprema de Justicia le compete
el conocimiento y la resolución originaria y
exclusiva en la materia y deberá pronunciarse
con los requisitos de las sentencias definitivas.
Artículo 184 constitución. Las leyes podrán
ser declaradas inconstitucionales por razón de
forma o contenido.
Primero. La guarda de la integridad de la Constitución para lo cual la Corte en pleno conocerá
y decidirá, con audiencia del Procurador
General de la Nación o del Procurador de la
Administración, sobre la inconstitucionalidad
de las leyes, decretos, acuerdos, resoluciones
y demás actos que por razones de fondo o de
forma impugne ante ella cualquier persona. (…)
Artículo 206 Constitución. La Corte Suprema
de Justicia tendrá, entre sus atribuciones constitucionales y legales, las siguientes:
Competencia
Legitimación por activa
(…)
Artículo 185 Constitución. La declaración de inconstitucionalidad de una ley u su inaplicabilidad, podrá solicitarse, por
quien se considere lesionado en su interés directo, personal y
legítimo.
Anexo i. La acción de inconstitucionalidad en América Latina
Ana Carolina Pérez Bohórquez
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81
82
Brasil
Recurso o
acción de
inaplicabilidad por
inconstitucionalidad
Chile
País
Constitución de la República Federativa de Brasil.
Arts. 102 y 103.
Constitución de la República de Chile de 1980,
reformada en 2005. Art.
93.
Fundamento
constitucional
La Mesa del Senado Federal.
La Mesa de la Cámara de Diputados.
Procesar y juzgar, originariamente:
La acción directa de inconstitucionalidad de
leyes o actos normativos federales o estatales.
Las Confederaciones sindicales o entidades de clase de ámbito
nacional.
Los partidos políticos en representación del Congreso Nacional.
El Consejo Federal de la Orden de los Abogados de Brasil-
El Procurador General de la República.
Gobernador del Estado.
La Mesa de la Asamblea Legislativa.
El Presidente de la República.
Artículo 103. Puede interponer la Acción de Inconstitucionalidad:
Legitimación por activa
Artículo 102 Constitución. Es competencia del
Supremo Tribunal, principalmente, la garantía
de a Constitución, correspondiéndole:
Ejercer el control de constitucionalidad de
las leyes que interpretan algún precepto de la
Constitución. De las leyes orgánicas constitucionales y de las normas de un tratado que
versen sobre materias propias de estas últimas
antes de su promulgación.
Artículo 93. Son atribuciones del Tribunal
Constitucional:
Competencia
Anexo i. La acción de inconstitucionalidad en América Latina
El agotamiento previo de la acción de inconstitucionalidad para acceder al sistema interamericano de protección
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Norhys Torregrosa Jiménez y Rodolfo Torregrosa Jiménez
Violencia y política colombiana
Algunas pistas para su entendimiento*
Violence and colombian politics
Some clues for its understanding
Norhys Esther Torregrosa Jiménez**
Universidad Libre, sede Bogotá.
Rodolfo Torregrosa Jiménez***
Universidad Libre, sede Bogotá.
Resumen
El presente artículo de reflexión comienza con un breve recorrido por el contexto político
del país, en el que surgen los dos principales partidos políticos colombianos. En segundo
lugar, abordamos los diferentes enfoques y estudios que se han realizado en el país sobre
la Violencia, lo cual implica referirnos al conflicto interno que vive el país. En tercer lugar,
reseñamos el inicio de la guerrilla, el nacimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Movimiento 19 de abril
(M-19). Finalmente, tratamos los inicios y desarrollos de lo que se ha denominado paramilitarismo, su vinculación con el narcotráfico y la clase política hasta llegar a la expedición de la
llamada Ley de Justicia y Paz.
Palabras clave: Violencia, paramilitarismo, conflicto armado colombiano.
Abstract
This article begins with a brief reflection on the political course of the country, which emerge
the two main political parties Colombian. Second, we address the different approaches and
studies that have been conducted in the country on Violence, which means referring to the
internal conflict in the country. Third, we review the start of the guerrillas, the birth of the
Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC), the National Liberation Army (ELN) and
Fecha de Recepción: febrero 18 de 2013
Fecha de Aprobación: abril 29 de 2013
* Artículo de reflexión producto de la investigación “Representaciones sociales de la justicia transicional en la prensa
colombiana” adelantada en el grupo de investigación ”Derecho, Sociedad y Estudios Internacionales del Centro de
Investigaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, sede Bogotá.
** Doctora en Derecho, Universidad Externado de Colombia; Magistra en Estudios Políticos, Universidad Javeriana;
Magistra en Docencia Universitaria de la Universidad de la Salle. Profesora Investigadora Centro de Investigaciones
Universidad Libre.
*** Doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas. Universidad Externado de Colombia, Maestría en Ciencia
Política. Universidad de los Andes. Docente Investigador de la Universidad Libre
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83
Violencia y política colombiana. Algunas pistas para su entendimiento
the April 19 Movement (M-19). Finally, we discuss the beginnings and developments of what
has been called paramilitaries, their links with drug traffickers and politicians up to the issue of
the so-called Law of Justice and Peace.
Keywords: Violence, paramilitaries, Colombian armed conflict
Introducción
La vida política colombiana está íntimamente
ligada a los partidos políticos, en concreto, a
los partidos políticos tradicionales: el Partido
Liberal y el Partido Conservador. Ambos,
durante el siglo XIX y principios del XX
dividieron a la población colombiana entre
elites y masas, proletarios y burgueses, campesinos y habitantes de la ciudad, etc. Serían
estos dos partidos los que monopolizaron el
gobierno colombiano durante el siglo XIX
con concepciones divergentes del estado
y del papel de la iglesia. El Partido Liberal
representaba tendencias reformistas y federalistas mientras que el Partido Conservador
apostaba por un Estado fuerte y centralista y
por la Iglesia como institución fundamental
en la sociedad y política colombianas. Con
base en las diferencias irreconciliables entre
los partidos políticos y la lucha por el poder
en Colombia se vivieron seis guerras civiles
reconocidas en los años 1815, 1860, 1876-77,
1885, 1890-1902, y una guerra civil no declarada 1948-1957, (período conocido como La
Violencia).
Así pues, los partidos Liberal y Conservador
han polarizado la vida política del país siendo
la violencia, plasmada en luchas internas, una
constante en el enfrentamiento político. Este
conflicto se traducirá en una larga serie de
constituciones y reformas constitucionales
(Dávila, 2002).
La historia de Colombia ha sido una sucesión
de pequeñas y grandes manifestaciones de
violencia. Desde las guerras de independencia, pasando por las guerras del siglo XIX, y
84
por una innumerable cantidad de alzamientos, revoluciones y montoneras menores,
hasta llegar al punto álgido de la violencia en
el año 1948 como institucionalidad paralela:
la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, “el Bogotazo” y los años de la Violencia.
Resultados
1.Estudios sobre la violencia en
Colombia
La violencia en Colombia ha llevado a una
serie de estudios que se inicia en 1962 con
el estudio pionero de la comisión compuesta
por monseñor Germán Guzmán, Orlando
Fals Borda y Eduardo Umaña; a continuación haremos un breve recuento de los más
importantes.
De esta manera, cuando se habla de conflicto
armado colombiano se hace necesario referirse al estudio realizado por la Comisión
(Guzmán, Fals y Umaña, 1968), en el cual los
autores intentan hacer una historia de la violencia de los años cincuenta, remontándose a
los antecedentes de los años treinta1 (Cinep,
2002).
Por otro lado, el papel del Estado será una
pregunta central en los análisis de Fluharty
(1981), Dix, (1967), Payne, (1968), y sobre
1
Como lo señala Ortiz (1994), este estudio se distancia de la lectura tradicional, porque no considera al
pueblo como una masa bárbara manipulada sino
como un protagonista activo del proceso. Pero otros
han señalado la carencia de una reflexión profunda
sobre el papel del Estado y del funcionamiento del
sistema bipartidista en el análisis.
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Norhys Torregrosa Jiménez y Rodolfo Torregrosa Jiménez
todo, Oquist (1978), todos ellos centrados en
los años cincuenta. El énfasis que hace Oquist
en las luchas campesinas será retomado en
Gilhodés (1974) y en Hobsbawn (1968).
El análisis del papel del Estado sirvió, además
de objeto de estudio de muchos académicos
colombianos, entre los cuales se encuentran
Henderson (1984) sobre la Violencia Urbana,
Ortiz (1985) sobre la violencia en el Quindío
en los años cincuenta, Arocha (1979) referido a la violencia en el Quindío, Sánchez y
Meertens (1983) sobre el bandolerismo social
y Fajardo (1979) sobre las transformaciones
sociales en el Tolima.
2.Comisión de estudios sobre la
violencia
Con la Comisión de Estudios sobre la Violencia (1987), se crea una nueva tradición (en
los estudios sobre la violencia) en Colombia.
Esta Comisión señala el carácter multidimensional de la Violencia y la necesidad de una
interpretación más plural del fenómeno. Así
mismo, señalaba esta Comisión que era necesario diferenciar entre la violencia política,
socioeconómica, sociocultural y territorial,
reforzadas por cierta cultura de la Violencia.
Esta reflexiones trajeron una proliferación
de enfoques2 que se vieron reflejados en los
trabajos, algunos de ellos como tema de tesis
de posgrado como los de Guerrero (1991)
sobre la violencia en Boyacá en los años
treinta, Marulanda (1991) sobre la colonización del Sumapaz en los años veinte y treinta,
Betancur (1990) sobre los asesinos políticos
2
Tales enfoques pretendían dar una explicación de
la violencia teniendo como factores el abandono
estatal de algunas regiones, la exclusión del
poder político, las desigualdades económicas y
sociales, la violación a los derechos humanos, los
enfrentamientos entre las élites, la politización de
la guerrilla y el narcotráfico.
del valle del Cauca, Barbosa y Medina (1990)
sobre el paramilitarismo en Puerto Boyacá,
Uribe (1992) sobre la violencia en Urabá
antioqueño, Camacho y Guzmán (1990)
sobre la violencia urbana.
Así mismo, hay una serie de trabajos académicos que tienen como tema la Violencia
reciente, entre los cuales destacamos, Pécaut
(1998) sobre dos décadas de violencia en
Colombia, Palacio y Rojas (1990) sobre los
que ellos llaman el “paraestado”, Uprimny
(1990) sobre las relaciones entre justicia y
violencia, Sousa y García (2001) sobre la
misma línea de justicia y violencia, Orozco
(1994) sobre combatientes, rebeldes y
territorio, Rubio (1998) diferenciando entre
descuente político y delincuente común,
Deas (1995) quien hace un recorrido por la
historia política colombiana, Gaitán (1995)
trata las diferentes teorías colombianas e
internacionales sobre la violencia colombiana, Montenegro y Posada (2001) quienes
realizan una mirada a la violencia desde la
Economía, Bejarano (1997) quien realiza un
estudio centrado en el análisis económico y la
medición empírica sobre la relación pobrezaausencia de Estado- violencia, Rangel (1997)
quien señala que la guerrilla llena el vacío
estatal en las regiones empobrecidas y aprovecha las expectativas insatisfechas, Echandía
(1998: 24) que muestra la evolución histórica
de la guerrilla para refugiarse en “zonas para
la captación de recursos” y Molano que hace
una semblanza de Jacobo Arenas, máximo
jefe del ELN (1994).
El anterior es un recuento de las diferentes
miradas que se han realizado para intentar
explicar el origen de la violencia y del conflicto armado colombiano, ahora pasamos
a mirar la violencia durante la época de
independencia.
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85
Violencia y política colombiana. Algunas pistas para su entendimiento
3. Independencia y violencia
La independencia de Colombia supuso el
inicio de un conflicto que se prolongó durante
todo el siglo XIX en que habrá turnos entre los
partidos conservadores y liberales, pronunciamientos y guerra civil. La última de estas
denominadas guerras civiles se dará entre
1899 y 1902 y se conocerá como la Guerra
de los Mil Días. En ésta, los conservadores
triunfaron frente a los liberales e inauguraron
un período de 30 años que se llamó la “hegemonía conservadora” (Urrego, 2002: 25).
Entre 1902 y 1948, se observa una paz relativa, bajo los gobiernos (1886-1930) y luego
con los presidentes reformistas liberales
(1930–1946). Es una etapa, 1930-1947, en
la que se da el juego entre partido liberal y
conservador ejerciendo éstos últimos una
oposición que impediría el desarrollo de las
reformas3, y que las bloquearía finalmente en
1947. (Urrego, 2002: 27).
Esa oposición que surge en los años 40 sería
una oposición beligerante que defendería, por
un lado, la idea de legítima violencia frente a
los abusos del poder, y por otro, la práctica
del atentado personal. Así se organizarían
grupos al margen de la ley, armados, que buscaban paralizar la participación electoral del
liberalismo y después, descontar la diferencia
de votos matando al opositor. (Oquist, 1978).
El punto álgido de esta violencia se daría en
1948 con el asesinato del líder liberal Jorge
Eliécer Gaitán. Su asesinato provocó un
levantamiento popular que se denominó “el
3
86
Las principales reformas fueron la legalización de
los sindicatos, se establece el derecho a huelga,
se reforma el sistema de propiedad de la tierra,
sed dictan leyes a al protección y el estímulo a
la industria nacional, se crean institutos para la
situación técnica y agrícola.
Bogotazo” y que da el inicio de la denominada “Violencia”. El gobierno del presidente
conservador Mariano Ospina Pérez logró
controlar la situación y terminó completo
su mandato en 1950. En las elecciones de
1950 no participó el partido Liberal alegando
falta de garantías. Esto facilitó el triunfo del
partido Conservador encabezado por Laureano Gómez, quien continuó y profundizó
la política de seguridad de su antecesor ante
la violencia partidista, la cual no contemplaba
negociar con el Partido Liberal. (Fernández
de Soto, 1961).
El Partido Liberal, no sin controversias internas, tomó la decisión de promover guerrillas
para oponerse al poder militar del gobierno
de Gómez. Además de las guerrillas liberales,
que operaban principalmente en los Llanos
Orientales, en varias regiones se crearon diferentes tipos de bandas armadas irregulares.
El fracaso de las políticas oficiales y la desconfianza que inspiraban algunas de las actitudes
personales de Gómez llevaron a que perdiera
el apoyo de buena parte de los miembros de
su propio partido, y en 1953 la clase política
se apoyara en el establecimiento militar para
propinar un golpe de estado. El poder fue
asumido por el general Gustavo Rojas Pinilla.
(Posada, 1968).
4.Surgimiento del Frente
Nacional
Cuando la dirigencia política del país y los
sectores sociales opuestos al régimen consideraron que el gobierno de Rojas Pinilla debía
finalizar y no prolongarse por otros cuatro
años o más, se promovió un paro que obligó
al retiro del general Rojas Pinilla. El poder fue
asumido por una junta militar de transición
mientras se pensaba en reanudar el sistema
político democrático tradicional de la república (Ocampo, 2006).
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Norhys Torregrosa Jiménez y Rodolfo Torregrosa Jiménez
Los líderes de los partidos Liberal y Conservador finalmente acordaron que durante un
nuevo período de transición, que se extendería por los próximos cuatro períodos (16
años), se alternarían en el poder. Este sistema,
conocido como alternancia o Frente nacional,
se plasmó con un tratado firmado en Sitges
(España) en 1953.
El acuerdo del Frente Nacional, que fue consagrado constitucionalmente en 1957 por un
plebiscito, garantizaba de manera estricta que
ni los liberales ni los conservadores serían
excluidos del poder, a la vez que cortaba el
paso a posibles nuevos partidos políticos.
(Bedoya, 1991).
Durante el gobierno de Guillermo León
Valencia (1962–1966), segundo presidente
del Frente Nacional, y ante la preocupación
por la existencia de algunas de las llamadas
“repúblicas independientes”4 al interior del
país, el presidente ordenó al ejército someter
tales repúblicas y restablecer allí la autoridad.
(González, 1992).
5.El nacimiento de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de
Colombia (farc)
En 1964 y luego de que el gobierno del Frente
Nacional presidido por Guillermo León
Valencia, declarara “Repúblicas Independientes” y focos de subversión comunista a
las comunidades campesinas de Marquetalia,
Villarrica, Río Chiquito, El Pato y El Guayabero, el ejército colombiano lanza contra
éstas la más grande operación de exterminio. Era la “Operación Soberanía”, también
llamada “Operación Marquetalia”.5 Los
guerrilleros dirigidos por Manuel Marulanda
Vélez alias “Tirofijo” lograron vencer el cerco
militar para constituirse tiempo después en
un ejército guerrillero que se convertiría en
las FARC con un claro proyecto de la toma
del poder político por la vía de las armas.
(Pizarro, 1991).
La presentación de las FARC como guerrilla
se realiza en 1966. El Partido Comunista
en su X Pleno en enero de ese año apoya su
constitución. Las FARC nacieron de la II
Conferencia del Bloque Guerrillero del Sur
formando parte de un Frente Democrático
de Liberación Nacional. (Villamizar, 2002:
183-184) y (Pizarro, 1991: 171).
En el ámbito político de las FARC adquiere
singular relieve desde su fundación el
Programa Agrario de los Guerrilleros, principal bandera de lucha de esta organización
político-militar. Es en el Programa Agrario
de los Guerrilleros, o Programa de Gobierno
de los Guerrilleros; estudiado y actualizado
en las ocho Conferencias Nacionales de la
organización, y convertido en guía principal
de educación, propaganda y organización
para el accionar político y militar, que las
FARC definen con claridad su concepción
ideológica y política en cuanto a sus objetivos
a mediano y largo plazos, hasta la conquista
del poder político absoluto por las masas
trabajadoras que construirán la sociedad
socialista en Colombia (Ferro y Uribe, 2002).
Poco tiempo después de fundadas las
FARC, el 4 de julio de 1964, la Juventud del
5
4
El senador conservador Álvaro Gómez Hurtado
denunció en el Congreso de la República la
existencia de 16 “repúblicas independientes” que
escapaban al control del Estado.
Mayo 27 de 1964. Fecha de inicio de la “Operación
Marquetalia”. Se toma como fecha oficial de origen
de las FARC, pues como respuesta a la agresión
oficial, un grupo de 48 campesinos, se constituyen
en guerrilla móvil.
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Violencia y política colombiana. Algunas pistas para su entendimiento
Movimiento Revolucionario Liberal (JMRL) escisión del Partido Liberal -, y la Brigada de
Liberación José Antonio Galán, compuesta
por jóvenes universitarios, junto a miembros
del Movimiento de Obreros, Estudiantes y
Campesinos (MOEC), inspirados en el éxito
de la revolución cubana, se fusionan y fundan
el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
(Alameda, 2005).
El ELN inició sus actividades guerrilleras el 7
de enero de 1965. Ese día, una treintena de
combatientes pertenecientes al ELN ocupó
la Villa de Simacota, en el departamento de
Santander, publicando su programa revolucionario y su convocatoria a la lucha de las
clases desposeídas, en un documento llamado
“Manifiesto de Simacota”, que aún sigue
teniendo vigencia. (Vargas, 1992).
Tras lograr varios triunfos militares en el
departamento de Santander, el ELN potenció de manera extraordinaria el respaldo
político del pueblo a su causa cuando, en
diciembre de 1965, se incorporó a las filas
del ELN el sacerdote revolucionario Camilo
Torres Restrepo. (Medina, 1994).
Por otro lado, el Ejercito Popular del Pueblo
(EPL) tiene su origen en la fundación del
Partido Comunista de Colombia (MarxistaLeninista), como producto de la profunda
división del Movimiento Comunista Internacional entre pro-soviéticos y pro-chinos
(maoístas), ocurrida durante la primera
mitad de la década de 1960. El PCC (ML),
fundado el 20 de julio de 1965 y dirigido
por León Arboleda, Jesús Álzate y Francisco
García, da origen el 17 de diciembre de 1967
a su fuerza guerrillera, el Ejército Popular de
Liberación (EPL). (Calvo, 1987).
Los combates del EPL comenzaron en enero
de 1968 cuando una columna de sus guerrilleros aniquiló una patrulla militar en el
88
departamento de Córdoba. Poco después, el
Partido Comunista Colombiano y su brazo
armado, el EPL, proclaman su voluntad de
construir un Frente Patriótico de Liberación que dirigiera y potenciara una alianza
obrero-campesina para tomar y ejercer el
poder político revolucionario por la vía de la
lucha armada.
En el plano ideológico, el Partido Comunista
Colombiano experimenta su más profunda
transformación cuando, en 1974, hace
formal su renuncia al maoísmo, luego de
intensas discusiones iniciadas en el Sexto
Pleno realizado en 1972. (Villarraga y Plazas,
1994).
6. Movimiento 19 de Abril
Para el último período presidencial del Frente
Nacional, el candidato conservador oficial del
Frente, Misael Pastrana Borrero, se enfrentó
contra el candidato conservador independiente, el ex presidente Gustavo Rojas Pinilla.
En las elecciones del 19 de abril de 1970 Pastrana ganó bajo numerosos alegatos de fraude.
Esto impulsó a varios jóvenes universitarios a
formar posteriormente el Movimiento 19 de
Abril, M-19, un grupo insurgente el cual se
dio a conocer tras una campaña publicitaria
de expectativa en la prensa en 1974.6
6
El M-19 robó la espada de Simón Bolívar que se
encontraba en la Quinta de Bolívar, el 17 de enero
de 1974 proclamando “Bolívar, tu espada vuelve a
la lucha”. Lo anterior fue precedido de una gran
campaña de expectativa, para que los colombianos
supieran de que se trataba. En los principales
periódicos del país del 15, 16 y 17 de enero de
1974 empezaron a salir unos curiosos letreros que
decían: “Parásitos? Gusanos?, Falta de memoria?,
Inactividad? ya viene M-19”. El miércoles 17 de
febrero apareció el último letrero que simplemente
decía “ya viene el M–19”. Testimonio de Alvaro
Fayad en (Behar, 1985: 138).
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Norhys Torregrosa Jiménez y Rodolfo Torregrosa Jiménez
Durante el gobierno de Julio César Turbay
Ayala (1978–1982) se impulsó una política
de seguridad nacional. Como resultado de la
misma, se encarceló a varios líderes y miembros de estos grupos, pero en su mayoría
siguieron activos. En 1980, el M-19 realizó la
toma de la embajada de la República Dominicana, como una muestra de su capacidad
de acción. Finalmente, se logró negociar
pacíficamente el fin de la toma, partiendo
los participantes del M-19 hacia un exilio en
Cuba.
El gobierno de Belisario Betancur (1982–
1986) buscó un acercamiento y una tregua con
los grupos armados insurgentes. El fracaso de
estas negociaciones por las diferencias políticas entre los distintos sectores del gobierno,
las fuerzas militares y los grupos políticos
condujo a una ruptura y a la posterior toma
del Palacio de Justicia en 1985 por parte del
M-19, que terminó con la muerte de varios de
los civiles retenidos, como consecuencia del
operativo ofensivo del ejército y de la resistencia armada de los ocupantes guerrilleros.
Posteriormente, el gobierno de Virgilio Barco
(1986–1990) promovió una política de “Pulso
Firme y Mano Tendida”, la cual encontró eco
en el M-19 que inició un proceso de desmovilización que terminó en 1989. (Tirado, 1989:
52).
7.El paramilitarismo, la
estrategia contrainsurgente
Desde comienzos de la década de los sesenta
la Fuerza Pública y los organismos de seguridad del Estado fueron formados bajo los
parámetros de la doctrina de la Seguridad
Nacional y la aplicación de los fundamentos
del Conflicto de Baja Intensidad, las cuales se
relacionan con la lógica contrainsurgente del
tiempo de la Guerra Fría. (Richani, 2003: 167).
Dentro de tal propósito se han implementado
mecanismos prestos a la eliminación del “enemigo interno”, representado en la existencia
del comunismo, la subversión o insurgencia.7
Así, en el marco de dicha estrategia a comienzos de la misma década se recomienda por
parte de asesores militares norteamericanos
la conformación de organizaciones de “tipo
antiterrorista” y para la “lucha anticomunista”. En desarrollo de tal propósito se
expide el Decreto 3398 de 1965, el cual fue
convertido posteriormente en legislación
permanente a través de la Ley 48 de 1968,
por medio de los cuales se dio el fundamento
legal para la organización de la “Defensa
Nacional”, la “Defensa Civil” y la promoción
en la organización de las “’autodefensas”.
El surgimiento de los paramilitares, según
García (2004), se debió a una manifestación
reactiva a los desmanes de la violencia de las
guerrillas y a la incapacidad del Estado para
resolver problemas de orden público y los
conflictos sociales.
El origen de los grupos paramilitares o de
autodefensa como tales se podría ubicar a
principios de los años ochenta, período en el
7
El término Conflicto de Baja Intensidad, se ha
definido como: una confrontación político-militar
entre grupos o estados contendientes por debajo
del nivel de guerra convencional y por encima
de la competencia pacífica y de rutina entre los
estados. Con frecuencia trae consigo conflictos
prolongados entre principios e ideologías en
competencia. Los conflictos de baja intensidad
abarcan desde actos de sublevación hasta el
empleo de las fuerzas armadas. Se llevan a cabo
empleando una combinación de medios en que
se aplican instrumentos políticos, económicos,
informativos y militares. Los conflictos de baja
intensidad son frecuentemente de carácter local,
generalmente en países del Tercer Mundo, pero
incluyen repercusiones de seguridad global y
regional. (Department of Defense Dictionary of
Military and Associated, 1989: 212).
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Violencia y política colombiana. Algunas pistas para su entendimiento
cual el gobierno de Belisario Betancur (19821986) decreta leyes de amnistía e indulto,
y decide entablar diálogos de paz con los
grupos alzados en armas.8 En su estudio sobre
el surgimiento de las autodefensas en Puerto
Boyacá, Medina (1990) argumenta que las
concesiones provenientes de las políticas de
paz del gobierno no fueron bien recibidas por
los propietarios de tierras y ganaderos de la
región, los cuales, asediados por la guerrilla,
deciden formar grupos de autodefensa, para
combatir a la insurgencia en conjunto con el
Ejército.
A finales de 1982, se reunieron en Medellín,
los comerciantes, ganaderos y agricultores de
Puerto Boyacá para organizarse y defenderse
de la guerrilla. Con este paso, las autodefensas dejan de ser grupos protectores de tierras,
bienes y vidas para convertirse en bandas
que defendían los intereses privados de los
propietarios perjudicados por la guerrilla.
Es importante resaltar que en este período
querían proyectar la imagen de grupos de
defensa legítima de haciendas y personas con
una clara vocación de lucha contra la insurgencia. (Rivas y Rey, 2008: 44).
Esto es ratificado por Palacio y Safford, quienes afirman:
“Con el tiempo algunas autodefensas reciben patrocinio de viejos y nuevos señores
de la tierra, como los narcotraficantes.
Adquieren movilidad y poder ofensivo que
buscan proyectos en una escala nacional.
Pero la imagen que, al menos desde 1990,
quieren ofrecer estas organizaciones, es el de
la legítima defensa.” (2002: 661).
8
90
La Ley 35 de 1982 concedió amnistía general para
los autores de crímenes políticos. La Ley 49 de 1985
otorgó autorización al Presidente para conceder
indultos a los autores de este tipo de crímenes.
8. Evolución del paramilitarismo
Un primer pilar que permitió el desarrollo
del paramilitarismo fueron los grupos de
esmeralderos, terratenientes y campesinos
que querían defenderse de la guerrilla; otro
gran pilar fueron los narcotraficantes que
fortalecieron o reclutaron estos grupos paramilitares y el ejército, que deseoso de acabar
la insurgencia, empleaba cualquier método
para alcanzar su fin.
La privatización, en 1973 de la explotación de
las minas de esmeraldas en Boyacá permitió la
creación de ejércitos privados tolerados por el
Estado. (Rivas y Rey, 2008: 46). Al respecto, es
necesario tener en cuenta que la incapacidad
del Estado para legislar de forma eficaz sobre
la minería fue un acicate para el surgimiento
de grupos paramilitares esmeralderos y la
guerra fue la principal fórmula para dividir
zonas y controlar la producción esmeraldera.
(Uribe, 1992: 93).
Estos ejércitos esmeralderos se relacionaron
con grupos paramilitares y llegaron a tener
alianzas donde los perfiles y objetivos no eran
claros. Lo anterior es ratificado por Richani,
quien afirma:
“(…) la lucha de poder entre los clanes esmeralderos convergió con otra lucha que estaba
surgiendo entre las guerrillas y sus aliados,
la emergente narcoburguesía y sus grandes
terratenientes y los ganaderos en Puerto
Boyacá. Las dos luchas se entremezclan en
esta zona en los años subsiguientes, cuando
estos grupos comenzaron a disputarse el
control territorial ejercido por la guerrilla
sobre aquellos en los habían adquirido tierras y fincas ganaderas. El surgimiento del
MAS llevó el antagonismo a mayores niveles
de violencia”. (2003: 171).
De otro lado, la decisión del presidente Belisario Betancur de conceder una amnistía a
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Norhys Torregrosa Jiménez y Rodolfo Torregrosa Jiménez
la guerrilla fue mal recibida por las Fuerzas
Armadas y las élites que vieron su política
de paz como una inclinación ilimitada ante
la insurgencia, la cual usaba la violencia para
tomar el poder por la vía de las armas (Leal
y Zamosc, 1990: 490-493). Además, los límites impuestos a los militares, en esos años,
llevaron a estos, a buscar nuevas formas de
enfrentarse a la guerrilla para impedir que se
quebrara el país y la convivencia (Uprimny y
Vargas, 1990).
9.El narcotráfico en el conflicto
armado colombiano
Los paramilitares tenían sólidos lazos con los
llamados “Carteles de Medellín y de Cali” y
Carlos castaño, el principal jefe paramilitar de
la época reconoció que los “paras” se habían
puesto directamente al servicio de las ganaderos y de los narcotraficantes para proteger
sus intereses La guerrilla dañaba los intereses
del narcotráfico puesto que les pedía un porcentaje del dinero obtenido por el negocio de
la droga; pero además, también les cobraba
dinero por sus posesiones de tierras y fincas.
Esto trajo como consecuencia una alianza
entre paramilitares y narcotraficantes. (Aranguren, 2001: 38).
Así, se llegó a organizar un proyecto contrainsurgente sin precedentes en el país.
Los pobladores de las zonas controladas por
los paramilitares pasaron de pagar tributos comunistas a tributos anticomunistas
(García, 2004: 65) y a portar un altísimo
grado de violencia (Reyes, 1991: 38). Buscando aniquilar las fuerzas comunistas, se
reprimió a sus bases, campesinos y habitantes
de zonas rurales. Las acciones paramilitares
de represión y matanzas lograron el éxodo de
la población. (Rivas, 2007. 94).
“Bajo la premisa de que los pobladores de
zonas con alta presencia subversiva son
en alto grado colaboradores de la guerrilla, la estrategia paramilitar se basó en
realizar matanzas y en obligar a grandes
desplazamientos de población ahondando
la degradación del conflicto. Se incrementó
al enfrentarse al Estado y sentenciar a pena
de muerte a las personalidades que luchaban
contra el narcotráfico”. (García, 2004: 65).
A manera de reflexión final, podríamos
aceptar que la estrategia paramilitar permitió pacificar zonas en las que la guerrilla
había sembrado el terror en la población,
pero a costa de actos de barbarie peor. En
otras zonas del país, el paramilitarismo
llevó métodos de exterminación y violencia
contra la población que no existían hasta
entonces. Y como si fuera poco, el proyecto
paramilitar aprendió que podría ser un
modelo contrainsurgente en todo el país y
que podía obtener un estatus político en una
alianza macabra con los políticos corruptos,
llegando incluso con su ayuda a ser aprobada
la Ley 975 de 2005 para ser juzgados con unas
penas alternativas mucho menores que las
contempladas en el Código Penal.
La promulgación de la Ley 975, conocida
como la Ley de Justicia y Paz, podría haber
sido interpretada como la señal de inicio
de un proceso de justicia transicional para
Colombia, en atención a la combinación de lo
que podría entenderse como los “elementos
constitutivos” de una transición: un acuerdo
político (el Pacto de Ralito), una demanda
social por verdad histórica y justicia, la
decisión de reparar, la creación de mecanismos especiales y transitorios e iniciativas de
reinserción y desmovilización teniendo como
referente central los derechos de las víctimas.
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Néstor Javier Calvo Chaves
La modificación de los requisitos para acceder
a la pensión en Colombia y su compatibilidad
con el principio de progresividad y no
regresividad de los derechos sociales*
Modification of the requirements for access to pension plans
in Colombia and its compatibility with the principle of
progressivity and non-regress of social rights
Néstor Javier Calvo Chaves**
Universidad Libre, Seccional Pereira
RESUMEN
El principio de progresividad y no regresividad de los derechos sociales ha sido aplicado por
la jurisprudencia colombiana, como parámetro de control de constitucionalidad en abstracto
y en concreto. Dicho principio establece el reconocimiento de prestaciones mayores y superiores en relación con cada uno de los derechos sociales, económicos y culturales, e impone,
por ejemplo, restricciones a la potestad de configuración normativa del legislador en la modificación de los requisitos pensionales. Este escrito recoge la jurisprudencia constitucional que
ha dado aplicación al principio de progresividad frente a la modificación de los requisitos para
acceder a la pensión en Colombia.
Palabras clave: Principio de progresividad, control de constitucionalidad, derechos sociales,
libertad de configuración legislativa y modificación de requisitos pensionales.
ABSTRACT
The principle of progressivity and regressivity of social rights has been applied by Colombian
jurisprudence, as the control parameter of constitutionality in the abstract and concrete. This
principle establishes the recognition of benefits over and above for each one of the social,
economic and cultural rights, and imposes, for example, restrictions on the power of the
Fecha de Recepción: octubre 20 de 2013
Fecha de Aprobación: noviembre 24 de 2013
* Artículo de reflexión, resultado parcial de la revisión jurisprudencial del proyecto de investigación titulado El principio de progresividad y no regresividad de los derechos constitucionales en el Estado Social de Derecho, desarrollado
como requisito para optar al título de Doctor en Derecho de la Universidad Libre Seccional Bogotá.
** Abogado y Especialista en Derecho Administrativo y Constitucional de la Universidad Libre, Seccional Pereira. Magíster en Derecho de la Universidad de Manizales. Juez 1 Administrativo Oral de Cartago - Valle del Cauca. Docente
de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre Seccional Pereira. Correo electrónico: nestorjaviercalvo@yahoo.
com
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La modificación de los requisitos para acceder a la pensión en Colombia y su compatibilidad con el principio de progresividad
legislature in setting regulations changing pension requirements. This paper reflects the constitutional jurisprudence has implemented the principle of progressivity against modification
of the requirements for access to the pension in Colombia.
Key words: Principle of progressivity, judicial review, social rights, legislative freedom configuration and modification of pension requirements.
INTRODUCCIÓN
El principio de progresividad ha sido aplicado
por la jurisprudencia colombiana, como
parámetro de control de constitucionalidad
en abstracto y en concreto, en la efectividad
de los derechos al trabajo, a la salud, a la
seguridad social en pensiones, a la educación, al acceso a la propiedad, a la vivienda,
al goce del medio ambiente, de las personas
con discapacidad y de los desplazados, y a
la reparación integral a cargo del Estado en
casos de responsabilidad extracontractual;
así como también en la previsión de garantías
judiciales para la exigibilidad de los derechos.
La jurisprudencia constitucional aplica el
principio de progresividad y no regresividad
en materia de derechos sociales, económicos
y culturales en cuanto a las obligaciones que
impone a las autoridades en un Estado social
de derecho, las restricciones de la potestad
de configuración normativa del legislador, el
diseño e implementación de políticas públicas, la efectividad del derecho a la salud, la
modificación de los requisitos pensionales,
el recorte de los recursos públicos invertidos
en la prestación del derecho a la educación
superior y la protección del medio ambiente.
El principio de progresividad y no regresividad hace referencia al reconocimiento
de prestaciones mayores y superiores en
relación con cada uno de los derechos
sociales, económicos y culturales; no excusa
el incumplimiento del deber del Estado de
asegurar, tan pronto como sea posible, coberturas universales de los contenidos mínimos
96
de esos derechos; e implica la presunción de
inconstitucionalidad de las decisiones de las
autoridades encargadas de regular el tema de
los derechos sociales de retroceder frente a
determinado nivel de protección alcanzado,
decisiones que resultan ajustadas a la Constitución Política, cuando las autoridades
demuestran que existen imperiosas razones
que hacen necesario un paso regresivo en el
desarrollo de un derecho social prestacional.
A raíz de diferentes decisiones judiciales
que se han referido a las restricciones de la
potestad de configuración normativa del
legislador en la modificación de los requisitos pensionales, se ha levantado polémica
frente a la administración pública, la que
argumentando la insuficiencia presupuestal,
ha colocado en entredicho la conveniencia
de dichos fallos, llegando hasta la promoción
de reformas normativas que limiten las obligaciones del Estado frente a los particulares,
determinando un retroceso en lo consagrado
constitucionalmente.
Estrategia METODOLógica
La investigación que se desarrolló fue de tipo
descriptivo, puesto que lo que se buscó fue
establecer el significado y alcances que ha
otorgado la jurisprudencia constitucional al
principio de progresividad y no regresividad
de los derechos sociales frente a la modificación de requisitos para acceder a la pensión.
Para el efecto, se describe la labor hermenéutica realizada por la Corte Constitucional en
las sentencias de constitucionalidad y revisión
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Néstor Javier Calvo Chaves
de tutelas, y por el Consejo de Estado y la
Corte Suprema de Justicia en sede ordinaria
y constitucional, donde se han decidido casos
concretos de reconocimiento de pensiones de
invalidez y sobreviviente en los que se presenta modificación del legislador en materia
de requisitos, dando aplicación al principio
de progresividad.
Se acudió a un método de investigación de
análisis, donde a partir de la jurisprudencia
constitucional se determinó el significado del
principio de progresividad y no regresividad
de los derechos sociales, y su aplicación en
casos particulares y concretos relacionados
con reconocimientos pensionales. Para efectos del análisis de la jurisprudencia sobre la
materia, se tomará como metodología de
trabajo la propuesta esbozada por López
Medina (2006, pp. 114-151) sobre la organización y citación técnica de la jurisprudencia
constitucional. En este sentido, se pretende la
identificación de las subreglas jurisprudenciales relacionadas con el tema, mediante la
organización de la jurisprudencia en un nicho
citacional, la formación de la línea jurisprudencial y la ubicación de la ratio decidendi y
los obiter dicta de las sentencias.
RESULTADOS
El principio de progresividad del derecho a
la seguridad social y la prohibición concomitante de la regresividad de este derecho
se encuentra consagrado en el artículo 48 de
la Constitución Política al establecer que el
Estado, con la participación de los particulares, ampliará progresivamente la cobertura
de dicho derecho.
La jurisprudencia constitucional ha indicado
que en razón a la índole asistencial del derecho a la seguridad social, debe ser asegurado
en forma progresiva y que el servicio público
diseñado para propiciar la extensión de su
cobertura se presta con base en el principio
de progresividad contemplado en el artículo
48 de la Carta, que establece la obligación del
Estado de ampliar progresivamente la cobertura de la seguridad social, comportando “la
prohibición general de establecer medidas
de carácter regresivo, es decir, que impliquen
desmejora o retroceso en los niveles de protección ya asegurados a los usuarios.”
De la misma manera, se ha reiterado que el
principio de progresividad y no regresividad
de la legislación está instituido como uno
de los límites al ejercicio de la potestad
legislativa, aplicable en materia de seguridad
social, toda vez que las medidas regresivas
que disminuyan una protección alcanzada
para un derecho social devienen en principio
inconstitucionales.
1. Modificación de requisitos en
materia de pensión de invalidez
Como consideración previa, se tiene que la
Corte Constitucional en sentencia T-1064 de
2006 se refirió a la modificación de requisitos
de acceso a la pensión de invalidez introducida por la Ley 100 de 1993 con respecto al
Decreto 758 de 1990 – régimen pensional
anterior -. Se señaló que la brevedad del lapso
(1 año) establecido en la Ley 100 de 1993,
como factor temporal de acceso a la prestación, se convertía en una medida regresiva
frente a la amplitud de tiempo otorgado bajo
el régimen pensional anterior que establecía
el término de 6 años con una cotización de
150 semanas, por lo que se consideró que
atendiendo el mandato de progresividad del
Sistema de Seguridad Social, el legislador
debió prever con la entrada en vigencia de
la Ley 100, un régimen de transición. Para el
caso concreto, considerando que la mayoría
de las cotizaciones fueron realizadas en
vigencia del régimen pensional anterior y
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La modificación de los requisitos para acceder a la pensión en Colombia y su compatibilidad con el principio de progresividad
además la gravedad del estado de salud, la
incapacidad física para acceder a un trabajo
y la carencia de recursos económicos que le
permitan garantizar un mínimo vital para
una subsistencia digna por parte del actor, se
procedió al reconocimiento de la pensión de
invalidez aplicando sobre la Ley 100 de 1993,
el régimen pensional anterior contenido en
el Decreto 758 de 1990.
Ahora bien, como situación concreta en
Colombia de modificación legal de los
requisitos para acceder a la pensión y su
compatibilidad con el principio de progresividad, se tiene que el artículo 1 de la Ley 860
de 2003 modificó el artículo 39 de la Ley 100
de 1993 e impuso el cumplimiento adicional
de dos requisitos para el reconocimiento de
la pensión de invalidez, por un lado, acreditar 50 semanas de cotización dentro de los
tres años inmediatamente anteriores a la
fecha de estructuración de la invalidez y, por
otro lado, un mínimo de 20% de fidelidad al
sistema entre el momento en que cumplió 20
años de edad y la fecha de la primera calificación del estado de invalidez.
Sobre el particular, la sala de casación laboral
de la Corte Suprema de Justicia alcanzó a
considerar que el derecho a la pensión de
invalidez debía ser dirimido, como regla
general, con base en las normas que se
hallaran vigentes en el momento en que se
estructurara dicho estado de invalidez, y
señaló que si la invalidez se producía estando
en vigencia la Ley 860 de 2003, el derecho a
la pensión debía ser establecido de conformidad con los requisitos de dicha norma1. El
criterio fue que el principio de progresividad
no podía servir de fundamento para inaplicar
la Ley 860 de 2003.
1
98
Esta postura como más adelante entrará a explicarse, ya fue cambiada por la sala de casación laboral
de la Corte Suprema de Justicia.
Así, en la sentencia del 2 de septiembre de
2008, rad. N° 32765, indicó la Corte Suprema
de Justicia:
“(…) no desconoce la Sala la obligación de
progresividad con que el Estado debe ofrecer
la cobertura en la seguridad social, la cual
como ya lo ha dilucidado la jurisprudencia
constitucional, no es un principio absoluto
sino que debe estar sujeto a las posibilidades
que el sistema tenga de seguir ofreciendo
unas prestaciones sin que se afecte la sostenibilidad financiera del sistema.
(…) El juicio de progresividad comparando
lo que ofrece la legislación nueva respecto a
la anterior, no puede responder a una mera
racionalidad del interés individual que se
examina, sino que en correspondencia con
la naturaleza de la seguridad social, debe
atender la dimensión colectiva de los derechos tanto de los que se reclaman hoy como
de los que se deben ofrecer mañana.
(…) Según señalan los convenios internacionales que fundan la seguridad social,
ésta debe entenderse como una economía
del bienestar justa que comprenda a las
generaciones presentes, pasadas y futuras.
A manera de ilustración, el numeral 3° del
artículo 12 del Código Iberoamericano
de Seguridad Social aprobado por la Ley
516 de 1999 establece que 3. Los Estados
ratificantes recomiendan una política de
racionalización financiera de la Seguridad
Social basada en la conexión lógica entre las
diferentes funciones protectoras de ésta, la
extensión de la solidaridad según sus destinatarios, y la naturaleza compensatoria o
sustitutiva de rentas de sus prestaciones, que
guarde la debida concordancia con las capacidades económicas del marco en que debe
operar y basada en el adecuado equilibrio
entre ingresos y gastos y la correspondencia,
en términos globales, entre la capacidad de
financiación y la protección otorgada.
(…) La deliberada voluntad del legislador
en las reformas introducidas al sistema
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pensional con las leyes 797 y 860 de 2003,
propenden a asegurar un equilibrio financiero, de manera que los niveles de protección que hoy se ofrezcan, se puedan
mantener a largo plazo.
Criterios estos que concuerdan con los
desarrollos de organismos internacionales,
en especial la Corte Interamericana de Derechos Humanos que tiene a su cargo juzgar la
responsabilidad del Estado, en asuntos como
el cumplimiento del mandato del artículo 26
del Pacto de San José aprobado por la Ley
16 de 1972, que establece la progresividad de
los derechos económicos, sociales y culturales. Sobre el punto analizado manifestó esa
Corte en decisión de 28 de febrero de 2003,
en el caso “Cinco Pensionistas vs. Perú”, lo
siguiente:
(…) Los derechos económicos, sociales
y culturales tienen una dimensión tanto
individual como colectiva. Su desarrollo
progresivo, sobre el cual ya se ha pronunciado el Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales de las Naciones Unidas,
se debe medir, en criterio de este Tribunal,
en función de la creciente cobertura de los
derechos económicos, sociales y culturales
en general, y del derecho a la seguridad
social y a la pensión en particular, sobre el
conjunto de la población, teniendo presentes los imperativos de la equidad social, y no
en función de las circunstancias de un muy
limitado grupo de pensionistas no necesariamente representativos de la situación
general prevaleciente”.
La Corte Constitucional también ha considerado que las regulaciones sobre regímenes
pensionales no son absolutamente inmodificables, en los siguientes términos:
“3.3.4. Así, con fundamento en el principio
de progresividad de los derechos sociales
y de no regresividad de las normas sobre
seguridad social, no se puede concluir que
las regulaciones sobre regímenes pensionales sean absolutamente inmodificables.
Excepcionalmente, cuando exigentes circunstancias lo ameriten y se encuentre
plenamente justificado, puede proceder la
revisión legislativa o constitucional de las
normas pensionales en defensa del interés
general, de la concreción de otros principios
como la ampliación progresiva de la cobertura social o de la realización de políticas
sociales y económicas para lograr la sostenibilidad financiera del sistema de seguridad
social y asegurar el bienestar de futuras
generaciones”.
En la misma decisión anterior, la Corte
Constitucional declaró la inexequibilidad del
requisito de fidelidad incluido en los numerales 1 y 2 del artículo 1 de la Ley 860 de 2003,
por desconocer el principio de progresividad
en materia de derechos prestacionales, al
considerar que el costo social que aparejaba
la modificación introducida por dicha norma
era mayor que el beneficio que reportaría
para la colectividad, ya que implicaba “la
exclusión de determinadas situaciones previamente protegidas, a través de un requisito
que no conduce realmente a la realización de
los propósitos perseguidos por la norma.” En
la referida providencia se argumentó que el
establecimiento de una exigencia adicional
de fidelidad, que no estaba prevista en la
Ley 100 de 1993, aparece como una medida
regresiva en materia de seguridad social al
hacer más riguroso el acceso a la pensión de
invalidez, sin advertirse una conexión entre
el fin previsto en la norma -la promoción de
la cultura de la afiliación a la seguridad social
y el control de los fraudes- con los efectos
producidos por la misma.
En sentencia C-727 de 2009 de la Corte Constitucional se refiere la línea jurisprudencial
de dicha corporación sobre la controversia
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La modificación de los requisitos para acceder a la pensión en Colombia y su compatibilidad con el principio de progresividad
jurídica generada por el tránsito de las normas
sobre requisitos para el reconocimiento de la
pensión de invalidez y su compatibilidad con
el principio de progresividad de los derechos
sociales.
Al respecto la Corte Constitucional afirma
que “las distintas reformas legales al régimen
pensional han estado dirigidas a imponer
requisitos más rigurosos para acceder la prestación económica tales como (i) el aumento
en el número de semanas de cotización en
el periodo anterior a la estructuración de la
invalidez; y (ii) la incorporación de un nuevo
requisito, relativo a la fidelidad mínima al
sistema de seguridad social en salud, el cual
otorga un nivel de protección más favorable a
aquellos trabajadores que han cotizado continuamente, desde el inicio de su vida laboral.”
Por ello indica que el aumento de los requisitos para el acceso a la pensión de invalidez,
es una medida legislativa que en principio es
contraria al principio de progresividad de los
derechos sociales.
En varias sentencias de tutela, la Corte
Constitucional constató la regresividad que
implicaba la vigencia del artículo 1 de la
Ley 860 de 2003 para efectos de acceder a la
pensión de invalidez al exigir requisitos no
contemplados anteriormente por el artículo
39 de la Ley 100 de 1993, con respecto a las
condiciones de fidelidad y establecer condiciones más estrictas para acceder a dicha
prestación, a través del aumento de las semanas de cotización.
Es así que en sentencia T-1291 de 2005, se
inaplicó el artículo 1 de la Ley 860 de 2003
en el caso de una mujer cabeza de familia
que había sufrido una pérdida de capacidad
laboral del 69.05% ‑invalidez de origen común
‑ estructurada bajo la vigencia de la nueva
ley, al considerar desproporcionado que se le
100
impidiera acceder a la pensión de invalidez,
porque a pesar de haber cotizado 162 semanas al sistema, no había aportado 50 antes
de la estructuración de la invalidez, siendo
la norma regresiva y contraria al principio
de progresividad, al agravar las condiciones
de acceso al derecho, sin establecer para el
efecto un término o régimen de transición.
En sentencia T-221 de 2006, la Corte Constitucional concluyó que el requisito de fidelidad
al sistema resultaba grave y desproporcionadamente regresivo para el caso de una señora
de 73 años con cáncer pulmonar, a quien se le
había negado la pensión de invalidez porque
no contaba con el requisito que exigía haber
empezado a cotizar al sistema antes de los
60 años. Para el efecto, se consideró que no
existía una razón legislativa suficiente, que
justificara el aumento de los requisitos para
el acceso a la pensión de invalidez y que las
circunstancias fácticas del caso demostraban
la incapacidad de la actora para acreditar las
cotizaciones faltantes en los términos de la
Ley 860 de 2003.
En sentencia T-043 de 2007, MP: Jaime
Córdoba Triviño, se “encontró demostrada
la regresividad del artículo 1 de la Ley 860
de 2003 para el caso de varios afiliados al sistema general de pensiones que contaban con
más de 26 semanas y menos de 50 semanas
cotizadas al momento de la estructuración
de la invalidez, por lo que la aplicación de los
requisitos establecidos en la Ley 860 de 2003
resultaban incompatibles con los principios
de favorabilidad laboral y progresividad de
los derechos sociales.”
En la sentencia T-1072 de 2007, MP: Rodrigo
Escobar Gil, la Corte inaplicó la misma norma
al encontrar que resultaba desproporcionada
“para negar el derecho a la pensión de invalidez de un hombre de 56 años de edad a quien
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Néstor Javier Calvo Chaves
se le dictaminó una pérdida de capacidad
laboral del 52,84%, con fecha de estructuración 2 de agosto de 2005 y quien solo alcanzó
a acreditar un total de 357,43 semanas de
cotización, de las 362,49 semanas exigidas al
aplicar la regla de la Ley 860 de 2003.”
señaló de manera puntual las subreglas constitucionales que han sido empleadas por esa
Corporación al resolver las acciones de tutela
interpuestas por ciudadanos que han sido
orientadas a obtener el reconocimiento de la
pensión de invalidez.
La Corte Constitucional en sentencia T-043
de 2007 expone el siguiente precedente:
En primer lugar se indica que el postulado de
la progresividad que regenta el alcance de los
derechos económicos, sociales y culturales,
“establece una regla hermenéutica dirigida a
los operadores jurídicos en casos de duda y
perplejidad”. Y en segundo lugar, en aquellos
eventos donde la estructuración de la invalidez y su calificación hubieren ocurrido con
posterioridad a la entrada en vigencia de la
última modificación al artículo 39 de la Ley
100 de 1993, la norma jurídica que compendiaba los requisitos a los cuales se encontraba
condicionado el reconocimiento de la pensión de invalidez (artículo 1° de la Ley 860 de
2003) vulneraba el principio de progresividad;
razón por la cual, los operadores jurídicos se
encontraban “llamados a dar aplicación al
texto primero en el cual fueron inscritos los
requisitos para el reconocimiento de esta
prestación, vale decir, el artículo 39 de la
Ley 100 de 1993 de acuerdo a su redacción
original.”
“Del anterior recuento jurisprudencial,
la Sala concluye que, como regla general,
el legislador goza de un amplio margen
de configuración de los derechos sociales,
para lo cual está facultado para modificar la
legislación que define su contenido y condiciones de acceso, incluso si las nuevas
condiciones afecten meras expectativas
de consolidar un derecho bajo la antigua
normatividad. Sin embargo, cuando el
legislador adopta medidas que de cara a la
antigua legislación implica un retroceso en
su ámbito de protección, dichas medidas
son constitucionalmente problemáticas por
contradecir el principio de progresividad.
Por lo tanto, frente a una medida regresiva
debe presumirse su inconstitucionalidad
prima facie, que podrá desvirtuarse cuando
se logre establecer: (i) que la medida se
encuentra justificada y ajustada al principio
de proporcionalidad; (ii) que la medida no
desconoce situaciones particulares y concretas consolidadas bajo la legislación anterior,
por lo que se muestra respetuosa de los
derechos adquiridos; o que (iii) si bien afecta
a situaciones ya consolidadas, contempla
otros mecanismos, como los regímenes de
transición, dirigidos a proteger los derechos
adquiridos o expectativas legítimas”.
Con el objetivo de concluir la línea jurisprudencial construida sobre la aplicación del
principio de progresividad en sede de tutela
en el caso específico del derecho a la seguridad social en su contenido de derecho a la
pensión de invalidez, la Corte Constitucional
En sentencia T-345 de 2009, la Corte Constitucional reiteró que el requisito para acceder
a la pensión de invalidez contemplado en el
artículo 1 de la Ley 860 de 2003, según el cual
la fidelidad de cotización para con el sistema
debe ser de al menos el 20% entre el momento
en que la persona cumplió 20 años de edad y la
fecha de la primera calificación del estado de
invalidez, era una medida regresiva en materia de derechos sociales, toda vez que con esta
norma se imponían requisitos más exigentes
para el reconocimiento de la pensión de
invalidez, ya que originariamente el artículo
39 de la Ley 100 de 1993 no contemplaba
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La modificación de los requisitos para acceder a la pensión en Colombia y su compatibilidad con el principio de progresividad
esta obligación, pues tan sólo se requería la
calificación de inválido según las normas
pertinentes y un tiempo de cotización de 26
semanas anteriores al tiempo de producirse
el estado de invalidez. En la referida sentencia se concluyó que mientras no hubiera un
pronunciamiento del pleno de la Corte sobre
la exequibilidad del artículo 1 de la Ley 860 de
2003, en sede de tutela el juez podía inaplicar
dicho artículo y ordenar que se aplicara la
norma anterior más favorable del artículo 39
de la Ley 100 de 1993, cuando se constataran
circunstancias de especial vulnerabilidad.
La presunción de inconstitucionalidad de las
normas que retroceden el nivel de protección
de un derecho social tiene especial aplicación
en materia de seguridad social, por cuanto
se tiene que cuando una norma en seguridad
social resulta regresiva, se presume inconstitucional, dada la necesidad de impedir al
legislador establecer medidas de esta naturaleza en materia de derechos sociales como
la seguridad social. “Por lo tanto, se tiene
entonces, que las medidas regresivas adoptadas por el legislador pueden ser inaplicadas,
pues si bien, él tiene la facultad para crear y
modificar las normas que rigen la seguridad
social, lo debe hacer bajo los parámetros
constitucionales, más aún, cuando se busca
proteger la progresividad de los derechos
sociales.”
En sentencia T-062A de 2011, la Corte Constitucional concluyó que era evidente que
las disposiciones en materia de invalidez se
han ido volviendo cada vez más estrictas, ya
que cada disposición ha establecido nuevos
requisitos a los aportantes al sistema sin
que se haya establecido ningún régimen de
transición en relación con las pensiones de
invalidez, por lo que en dichos casos lo procedente es aplicar el régimen pensional anterior
que resulta más favorable, inaplicando para el
102
caso la normativa legal vigente para la fecha
de estructuración de la invalidez.
Si bien es cierto que, en los términos del artículo de la Ley 270 de 1996, Estatutaria de la
Administración de Justicia, las sentencias de
la Corte Constitucional tienen efectos hacia
el futuro, a menos que la propia corporación
resuelva lo contrario, la sentencia C-428 de
2009 que declaró inexequible el requisito del
20% de “fidelidad” al sistema contenido en
los numerales 1 y 2 del artículo 1º de la Ley
860 de 2003, en principio resultaba inaplicable para los casos de estructuración de la
invalidez anterior a su proferimiento (julio
1° de 2009), la Corte Constitucional consideró tal requisito siempre inconstitucional,
por lo cual se inaplicó en muchas ocasiones
concretas, al establecer que era abiertamente
contrario al principio de progresividad que
rige todo el sistema general de seguridad
social. En tales casos se acudió a la excepción
de inconstitucionalidad, como instrumento
útil en la aplicación directa del texto superior
en las controversias específicas.
Como argumento complementario a la
inaplicación del requisito de fidelidad al
sistema para los casos de estructuración de
la invalidez antes de su declaratoria de inexequibilidad, también se acudió a la condición
de sujeto de especial protección constitucional de la población con discapacidad. Para el
caso, la Corte Constitucional concluyó que
“desde el año 2006 existe una interpretación
que resulta más favorable en la protección de
los derechos fundamentales de la población
discapacitada, quienes son un conjunto de
personas que gozan de especial protección
a la luz de los principios y de los enunciados
constitucionales.” En sentencia T-796 de 2010
se había afirmado que existe una intensa afectación de derechos ius-fundamentales para
quien luego de la calificación de disminución
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Néstor Javier Calvo Chaves
de la capacidad laboral se convierte en sujeto
de especial protección constitucional.
En sentencia T-453 de 2011 se reitera que
la aplicación del requisito de fidelidad al
sistema, en los eventos en que el hecho generador del derecho pensional ocurrió antes de
la declaratoria de inexequibilidad, “no es jurídicamente válido, debido a que el requisito
siempre fue considerado inconstitucional
y por ello fue inaplicado, pues contrariaba
ostensiblemente el principio de progresividad
que rige todo el Sistema General de Seguridad
Social, al consagrar reformas que disminuían
derechos ganados, sin justificación para
ello.” Y se sintetizó que el precedente constitucional en estos casos obliga a que (i) en
todo tiempo, deviene inadmisible exigir la
“fidelidad”, tanto para el reconocimiento de
pensiones de sobrevivientes como de pensiones de invalidez, y (ii) no pueden seguir
excusándose las administradoras de fondos
de pensiones en que el hecho generador del
derecho pensional sea anterior a esos fallos
de constitucionalidad, pues el carácter vinculante de la ratio decidendi de las decisiones de
tutela se los impide.
El precedente constitucional fijado sobre el
presupuesto de fidelidad introducido por la
Ley 860 de 2003, es sintetizado en la sentencia T-482 de 2011, en los siguientes términos:
“Como se expresó ampliamente en los
fundamentos jurisprudenciales de esta
sentencia, existe una línea de precedentes
consolidada y uniforme, en la que al revisar
casos con supuestos fácticos y jurídicos
similares a los que ocupa la atención de la
Corte en esta oportunidad, las distintas salas
de revisión del Tribunal Constitucional
han concluido respecto del presupuesto de
fidelidad de cotización para con el sistema,
en líneas generales, (i) que la reforma introducida por la Ley 860 de 2003, resultaba
contraria al principio de progresividad de
los derechos sociales y la prohibición de
regresividad frente a las personas que se
afiliaron al sistema de seguridad social en
pensiones con anterioridad a la vigencia de
la misma; (ii) que la modificación legislativa
afectaba de forma desproporcionada e irrazonable a personas de especial protección
constitucional como aquellas que estaban en
condición de discapacidad y pertenecían a la
tercera edad. Igualmente, (iii) puntualizaron
que la reforma resultaba inconstitucional en
cuanto no se avizoraba, en principio, una
situación que justificara la necesidad de la
medida en arreglo con los fines perseguidos
por la misma y; en consecuencia (iv) aplicaron sobre el artículo 1° de la Ley 860 de
2003, la excepción de inconstitucionalidad
consagrada en el artículo 4 superior, para
en su lugar dar trámite a la norma que dicha
disposición había derogado, es decir al artículo 39 de la Ley 100 de 1993 en su versión
original” (Supra 3.6 a 3.8).
A pesar de la anterior postura de la Corte
Constitucional, con posterioridad la Sala de
Casación Laboral de la Corte Suprema de
Justicia en decisión del 19 de julio de 2011,
reitera su criterio de que el principio de
progresividad no podía servir de fundamento
para inaplicar la Ley 860 de 2003 haciendo
uso de los argumentos ya expuestos en
sentencia de 2 de septiembre de 2008, rad.
N° 32765, referidos a que si la invalidez se
producía estando en vigencia la Ley 860 de
2003, el derecho a la pensión debía ser establecido de conformidad con los requisitos de
dicha norma. En la decisión de reiteración, es
de destacar la siguiente argumentación del
salvamento de voto del Magistrado Carlos
Ernesto Molina Monsalve:
“Por manera que en mi sentir, el Tribunal
erró al no aplicar la progresividad, dado
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La modificación de los requisitos para acceder a la pensión en Colombia y su compatibilidad con el principio de progresividad
que, al exigir el citado requisito de fidelidad, transgredió el señalado principio
constitucional.
En efecto, se desconoció la naturaleza de
esta prestación, al exigir la acumulación de
un determinado capital, cuando ella debía
hacerse efectiva por la invalidez del afiliado.
Si bien el principio de progresividad no es
un principio absoluto, cuando se restrinja
el campo de aplicación de un derecho de
esta índole, se impone al estado una carga
argumentativa que no se dio con suficiente
solidez en el caso del requisito de fidelidad
impuesto por el artículo 1° de la Ley 860 de
2003.
El principio de progresividad y no regresividad posee la naturaleza de norma jurídica,
en el sentido de marcar una directriz al
momento de aplicar las reglas de derecho.
Debe recordarse que la Corte Constitucional
declaró la inexequibilidad de dicho requisito,
por medio de la sentencia C-428 de 2009. Es
decir, en una fecha posterior a la estructuración de la invalidez del accionante. Pero la
inaplicación de la exigencia de fidelidad al
sistema, que sostengo debió hacerse por el
Tribunal, no se habría originado en reconocerle un efecto retroactivo a dicha sentencia,
sino a la particular circunstancia, en este
caso, de la patente contradicción que implicaba la exigencia del requisito aludido con
respecto al principio constitucional tantas
veces mencionado.
Por las razones expuestas, la Sala no debió
exigir el requisito de fidelidad al sistema
–que, por lo dicho, es una condición
regresiva-, y en consecuencia debió dar
prosperidad a los cargos sustentados por el
recurrente con base en el principio de progresividad y no regresividad”.
Sin embargo, la Sala de Casación Laboral
de la Corte Suprema de Justicia cambió su
tesis mayoritaria sobre el tema y en virtud
del principio de progresividad comenzó a
104
inaplicar el requisito de fidelidad para acceder a la pensión de invalidez en los casos de
estructuración de la invalidez en vigencia de
las Leyes 797 y 860 de 2003.
En sentencia de mayo 08 de 2012, radicación
No. 35319, magistrada ponente: Doctora Elsy
del Pilar Cuello Calderón, se relacionó la línea
jurisprudencial trazada por la sala de casación
laboral sobre la aplicación del artículo 11 de
la Ley 797 de 2003. Se expone que antes de
la sentencia 29063 de 18 de septiembre de
2007 se mantuvo la tesis de que era el artículo
11 de la ley 797 de 2003 el que debía regir las
pensiones de invalidez, por considerar que
esa norma estuvo vigente entre el 29 de enero
y el 11 de noviembre de 2003. Sin embargo
en la sentencia 29063 de 18 de septiembre de
2007 se consideró que toda vez que el artículo 11 de la Ley 797 de 2003 fue declarado
inexequible, desapareció del ordenamiento
jurídico, por ende, lo estatuido en el artículo
39 de la Ley 100 de 1993 recobró pleno vigor
a partir del 12 de noviembre de 2003; específicamente, el requisito consistente en que
el afiliado se encuentre cotizando al régimen
y hubiere cotizado por lo menos 26 semanas
al momento de producirse el estado de invalidez, postura que se mantuvo, entre otras,
en las sentencias 29688 y 27464 de 2008, así
como en las de radicados 35324 y 35853 de
2009.
Posteriormente, en sentencia de 4 de noviembre de 2009, radicado 35457, se recogió esa
posición, al considerar: “que las normas jurídicas que deben ser tomadas en consideración
para establecer la existencia del derecho a
una prestación por invalidez son las que estén
vigentes en el momento en que se estructure
ese estado de invalidez y que, en aplicación
de esa regla, en principio, la Ley 100 de 1993
no tiene vocación para ser aplicada respecto
de derechos prestacionales de afiliados cuyo
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estado de invalidez se estructuró en vigencia
de la Ley 797 de 2003…”.
Pero en la referida sentencia de mayo 08 de
2012 se expone que “los cambios legislativos
no pueden aniquilar el derecho pensional de
quien empezó a cotizar bajo la égida de una
disposición garantista y ante la ocurrencia
del riesgo en otra normativa mucho más exigente, ve frustrada su prestación.” Se agrega
además:
“En efecto, aun cuando es verdad que existe
reserva legal del Congreso en materia, no
sólo de regímenes de transición, sino de toda
la regulación estructural y sistémica de la
seguridad social, de acuerdo con el artículo
48 de la Carta de 1991, lo cierto es que tal
potestad regulatoria excluyente no se opone
al papel del juez, quien está facultado y,
además, obligado, a darle el cabal sentido a
las normas cuando ellas son insuficientes,
oscuras o dudosas, evento en los que puede
acudir a los principios generales e integradores del ordenamiento jurídico, función que
ha de desempeñar dentro del Estado Social
de Derecho.
El papel del juez se hace más patente en
materia de derechos sociales, como el que
aquí se trae a colación, pues su materialización está intrínsecamente ligada a la
preponderancia que también realice en
acompañamiento de principios inspiradores
dado que, por virtud de normas constitucionales y tratados internacionales, poseen una
fuerza vinculante reforzada.
(…) Por esta potísima razón, el juzgador
debe asumir un enfoque multidimensional
de ella, a fin de armonizarla en el contexto
general del orden jurídico, alejándose de
su aplicación mecánica que, a su vez, evite
la posibilidad de efectos manifiestamente
nocivos, por injustos o absurdos. Es en
este sentido, en el cual debe enmarcarse
la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia con relación al tema reseñado y que,
a no dudarlo, emerge con contenido propio
del principio protector de las normas de la
seguridad social, así como de los postulados
consagrados en la Constitución Política, y en
particular de su artículo 53 que prohíbe el
menoscabo de los derechos sociales.
En ese contexto, la aplicación de principios
responde a la naturaleza irrenunciable del
derecho de la seguridad social, y a los valores
de solidaridad, universalidad y progresividad
de su cobertura, inspiradores del sistema
integral adoptado en Colombia desde la
Constitución de 1991.
(…) De esta garantía de orden prestacional
y, por lo mismo, sujeta a las condiciones
económicas y legales de cada Nación, fluyen
derechos que, una vez consolidados, no
pueden ser desconocidos ni aún en estados
de excepción (artículo 93 C.P.), al igual que
las reglas y principios contenidos en los
tratados que sobre la materia ratifique el
Estado Colombiano, las cuales prevalecen en
el orden interno y sirven de pauta interpretativa de la normatividad nacional. En este
sentido, cabe citar la decisión de la Sala, del
8 de julio de 2008 (Rad. 30581) en la que se
sostuvo:
(…) Incluso debe indicarse que el Pacto de
San José que contempla el compromiso de
los Estados de lograr progresivamente la
efectividad de los derechos económicos,
sociales y culturales, impone una estructura
programática en torno al citado derecho, y
la Convención Americana sobre Derechos
Humanos que en su artículo 26 contempla el
compromiso “para lograr progresivamente
la plena efectividad de los derechos que se
derivan de las normas económicas, sociales.
(…) Esas, entre otras razones, obligan a que
el juzgador asuma un visión amplia, en la que
la aplicación mecánica de la norma dé paso a
la realización de los principios mínimos fundamentales, que se encuentran plasmados
en la Constitución Política, que garantizan
la seguridad social y la imposibilidad de su
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La modificación de los requisitos para acceder a la pensión en Colombia y su compatibilidad con el principio de progresividad
menoscabo, lo que respalda la Ley 100 de
1993, que en su artículo 3º, no sólo dispone
su ampliación, sino su progresividad, de
modo que esas preceptivas deben irradiar,
a no dudarlo, una prestación como la de la
invalidez”.
Se concluyó que ante la declaratoria de
inconstitucionalidad del artículo 11 de la Ley
797 de 2003, era aplicable el 39 de Ley 100 de
1993, en virtud del principio de progresividad.
La misma Sala de Casación Laboral de la
Corte Suprema de Justicia en sentencia de 10
de julio de 2012, reiteró su posición reciente
de inaplicar el requisito de fidelidad para
acceder a la pensión de invalidez, ahora con
respecto a los casos de estructuración de la
invalidez en vigencia de la Ley 860 de 2003,
argumentando en esencia que la prevalencia
de los instrumentos internacionales sobre el
orden interno, impone al juez abstenerse de
aplicar las disposiciones regresivas, aún ante
situaciones consolidadas antes de la declaratoria de inexequibilidad. Para el efecto se dijo:
“No obstante lo anterior, la nueva composición de la Sala, por mayoría de sus
miembros, en sentencia de 20 de junio de
2012 rad. N° 42540, frente a una prestación
de sobrevivientes pero cuyos argumentos
resultan aquí plenamente aplicables, varió
su criterio en lo referente a los efectos que
debe surtir la declaratoria de inexequibilidad
de una determinada disposición en materia
de seguridad social, que haya impuesto un
requisito que el juez de la Carta encuentra
contrario a preceptos superiores por ser
abiertamente regresivo.
En esos eventos y ante la existencia de una
previsión legal que desconoce el principio
de progresividad el cual irradia las prestaciones de la seguridad social, el juzgador para
lograr la efectividad de los postulados que
rigen la materia y valores caros a un estado
social de derecho consagrados en nuestra
106
Constitución Política, especialmente en
los artículos 48 y 53, y que encuentran
sustento también en la regulación internacional como la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, y los tratados
sobre el tema ratificados por el Estado
Colombiano los cuales prevalecen sobre el
orden interno, debe abstenerse de aplicar la
disposición regresiva aún frente a situaciones consolidadas antes de la declaratoria de
inexequibilidad, en las hipótesis en que ella
se constituya en un obstáculo para la realización de la garantía pensional máxime en
casos como la pensión de invalidez, en que
se trata de proteger a una población en circunstancias de vulnerabilidad y que amerita
especial protección. Lo anterior significa
que no se está disponiendo su inaplicabilidad general, pues frente a quienes la norma
no resulte regresiva y consoliden el derecho
durante el tiempo que tuvo vigor debe
surtir plenos efectos”.
Con fundamento en lo anterior, la Corte
Suprema de Justicia concluyó que no podía
exigirse para efectos de la pensión de
invalidez, el cumplimiento del requisito de
fidelidad de cotizaciones al sistema del 20%
del tiempo transcurrido entre el momento
del cumplimiento de 20 años de edad y la
fecha de la primera calificación del estado
de invalidez, no obstante que la pérdida de
capacidad laboral se estructurara estando en
vigor tal exigencia, por cuanto dicha previsión
era a todas luces regresiva como lo determinó
la Corte Constitucional en la sentencia C-428
de 2009.
Por otro lado, para la determinación en el
caso concreto de si el tránsito normativo
regresivo para la protección de los derechos
económicos, sociales y culturales resulta o
no justificado constitucionalmente, el juez
de tutela, con fundamento en las circunstancias fácticas y lo demostrado en el proceso,
debe acudir a los siguientes criterios: i)
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Gráfica 14. Línea jurisprudencial sobre la aplicación del requisito de fidelidad
para acceder a la pensión de invalidez en los casos de estructuración de la invalidez
en vigencia de la Ley 860 de 2003
Problema jurídico: ¿Es aplicable el requisito de fidelidad para acceder a la pensión de invalidez en los casos de
estructuración de la invalidez en vigencia de la Ley 860 de 2003?
Distribución espacial de las sentencias según la tesis que
Tesis B
Tesis A
sustenta
El derecho a la
En aquellos eventos donde X Corte Constitucional. Sentencia T-221 de 2006.
pensión de invalidez
la estructuración de la
X Corte Constitucional. Sentencia T-1072 de 2007.
debe ser dirimido,
invalidez hubiere ocurrido X Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral. Rad.
como regla general,
con posterioridad a la
32765. Sentencia 2 de septiembre de 2008
con base en las
entrada en vigencia de la
X Corte Constitucional. Sentencia T-938 de 2008.
normas que se
última modificación al
X Corte Constitucional. Sentencia T-217 de 2009.
hallen vigentes en
artículo 39 de la ley 100
el momento en que
de 1993, la norma jurídica X Corte Constitucional. Sentencia T-345 de 2009.
se estructure dicho
que compendiaba los
X Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral. Rad.
estado de invalidez,
requisitos a los cuales se
354576. Sentencia 4 de noviembre de 2009
en consecuencia, si la
encontraba condicionado X Corte Constitucional. Sentencia T-115 de 2011.
invalidez se produce
el reconocimiento de
X Corte Constitucional. Sentencia T-247 de 2011.
estando en vigencia
la pensión de invalidez
X Corte Constitucional. Sentencia T-421 de 2011.
la ley 860 de 2003, el
(artículo 1° de la ley 860
X Corte Constitucional. Sentencia T-453 de 2011.
derecho a la pensión
de 2003) vulneraba el
debe ser establecido
principio de progresividad; X Corte Constitucional. Sentencia T-482 de 2011.
conforme con los
razón por la cual se debe
X Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral. Rad.
requisitos de dicha
dar aplicación al artículo
42166. Sentencia 19 de julio de 2011
norma.
39 de la ley 100 de 1993
X Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral. Rad.
de acuerdo a su redacción
39766. Sentencia 2 de agosto de 2011
original.
X Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral. Rad.
42423. Sentencia 10 de julio de 2012
congruencia entre las razones esbozadas por
el legislador para retroceder en la protección
del derecho a la seguridad social y la medida
adoptada; ii) la proximidad entre la entrada
en vigencia de la norma regresiva y la estructuración de la invalidez. iii) el cumplimiento
de las condiciones señaladas en la norma
precedente, iv) la relación estrecha e inescindible entre la afectación del mínimo vital
del demandante y la pensión de invalidez;
v) la desatención del Estado a una persona
discapacitada y en condiciones de debilidad
manifiesta.
Con respecto al tránsito legislativo en el
cumplimiento de los requisitos para acceder a
la pensión de invalidez, por las modificaciones
introducidas por la Ley 860 de 2003 en el
artículo 39 de la Ley 100 de 1993, la Corte
Constitucional estableció lo siguiente:
“Esta corporación ha reiterado su criterio
en relación con el tránsito legislativo sobre
los requisitos para obtener la pensión de
invalidez (negrilla original):
Ha señalado esta corporación dos reglas
fundamentales que limitan la libertad de
configuración normativa del legislador, en
el ámbito bajo análisis: i) en desarrollo de
los principios de progresividad del derecho
a la seguridad social en pensiones y de favorabilidad del trabajador, la ley posterior que
amplíe la cobertura del derecho, debe aplicarse en forma preferente, ii) en atención
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107
La modificación de los requisitos para acceder a la pensión en Colombia y su compatibilidad con el principio de progresividad
a los principios de seguridad jurídica y de
confianza legítima, la ley posterior que restrinja el derecho a la pensión de invalidez
o que regule los requisitos para acceder a
ella en forma más estricta respecto de los
que había señalado la norma que deroga, es
prima facie inaplicable.
De lo anteriormente expuesto puede colegirse que la modificación introducida por la
Ley 860 de 2003, estableció unos requisitos
más estrictos para acceder a la pensión de
invalidez, por cuanto aumentó el número
de semanas de cotización requeridas en
el artículo 39 de la Ley 100, de 26 a 50 y
estableció una exigencia de fidelidad
adicional, resultando incompatible con
los principios de favorabilidad laboral y
progresividad de los derechos sociales”.
2. Modificación de requisitos
en materia de pensión de
sobrevivientes
La Corte Constitucional también declaró la
inexequibilidad de los literales a) y b) del artículo 12 de la Ley 797 de 2003, al considerar
que la exigencia de fidelidad de cotización
que establecían para acceder a la pensión de
sobrevivientes y que no estaba prevista en la
Ley 100 de 1993, era una medida regresiva
en materia de seguridad social, puesto que
la modificación establecía un requisito más
riguroso para acceder a la pensión, “desconociendo la naturaleza de esta prestación, la
cual no debe estar cimentada en la acumulación de un capital, sino que por el contrario,
encuentra su fundamento en el cubrimiento
que del riesgo de fallecimiento del afiliado se
está haciendo a sus beneficiarios.”
Ya con anterioridad, la Corte Constitucional
en decisión de tutela, donde aclaró que por las
circunstancias específicas del caso y la incidencia desproporcionada sobre los derechos
de la tutelante, había aplicado la excepción de
108
inconstitucionalidad del artículo 12 de la Ley
797 de 2003 que modificó el artículo 46 de la
Ley 100 de 1993, con respecto a los requisitos para el reconocimiento de la pensión
de sobrevivientes, los que se habían hecho
más estrictos con la reforma legal que creó
una nueva exigencia de fidelidad de cotización al sistema e incrementó el requisito
previo de las semanas de cotización de 50
en vez de 26. Ante la negativa de la entidad
correspondiente frente a la petición de reconocimiento pensional, la Corte examinó en
el caso concreto que existía una vulneración
del principio de progresividad por presentarse un impacto desproporcionado sobre
una madre cabeza de familia y sus hijos, con
la aplicación de los nuevos requisitos para
el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes, ordenándose el estudio de dicha
solicitud bajo las disposiciones de la ley 100
de 1993 en su versión originaria.
Dicha aplicación de la excepción de inconstitucionalidad antes que el requisito de
fidelidad al sistema fuese declarado inconstitucional por la sentencia C-556 de 2009,
se dio en vista que la jurisprudencia constitucional había encontrado que las medidas
adoptadas por la Ley 797 de 2003 en materia
de requisitos de acceso a dicha pensión de
sobrevivientes tenían carácter regresivo.
Se dijo entonces que “(d)e la lectura de los
dos artículos citados, se evidencia que los
requisitos implementados en la legislación
posterior (Ley 797 de 2003) son más gravosos
y estrictos que los contemplados en la Ley
100 de 1993, puesto que se aumentó de 26 a
50 el número de semanas aportadas dentro
de los 3 años anteriores al fallecimiento y,
fijó como exigencia adicional el requisito de
fidelidad al sistema2.”
2
Este requisito consiste en que el afiliado mayor de
20 años, debe acreditar que cotizó el 25% o el 20%
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Concluye la Corte Constitucional que “se
deben inaplicar los requisitos exigidos para
acceder al reconocimiento y pago de prestaciones sociales, como lo son la pensión
de invalidez y de sobrevivientes, siempre
y cuando resulten regresivos y contrarios
al principio de progresividad, porque esto
significa que son contrarios a la Carta Política”, reiterándose que exigir la “fidelidad”
al sistema para el reconocimiento de ambas
pensiones es inadmisible, al constituir una
exigencia que hace más gravoso el acceso a
dichas prestaciones económicas.
3. Modificación de requisitos
pensionales en regímenes
especiales
Por otra parte, mediante sentencia C-432
de 2004, la Corte Constitucional declaró
inexequible el artículo 24 del Decreto 2070
de 2003, que establecía que el personal de
oficiales, suboficiales y agentes de la Policía
Nacional en actividad tendrían derecho a
que se les pagara una asignación mensual de
retiro, si a la fecha de su entrada en vigencia
contaban con 18 años de servicio, norma
que derogaba el artículo 144 del Decreto
1212 de 1990, que sólo exigía 15 años de servicio activo al momento del retiro. La Corte
expresamente consideró que se debía reincorporar al ordenamiento jurídico la norma
derogada que exigía sólo 15 años de servicio
activo. Como quiera que el artículo 24 del
Decreto 2070 de 2003 estuvo vigente entre
la fecha de su promulgación y la fecha de su
inexequibilidad, la Corte en sede de tutela
señaló que como su contenido aumentó el
requisito de los años de servicio activo que se
del tiempo transcurrido desde el momento en que
cumplió 20 años de edad y la fecha de su defunción
causada por enfermedad o por accidente, respectivamente.
deben acreditar para acceder a las mesadas
pensionales de la asignación de retiro, de 15
a 18 años, resultaba una medida regresiva,
por lo que ordenó a la Caja de Sueldos de
Retiro de la Policía Nacional, dar aplicación
a los artículos 144 y siguientes del Decreto
1212 de 1990, y proceder a reconocer a favor
de un ciudadano, la asignación de retiro, a
pesar de solo haber acreditado 15 años de
servicio durante la vigencia temporal del
artículo 24 del Decreto 2070 de 2003.
4.Modificación en riesgos
profesionales
En otros casos de acusación de violación al
principio de no regresividad, la Corte Constitucional halló que el cambio normativo
no implicaba disminución en la protección
laboral. Es así que en demanda de inconstitucionalidad se expuso que la regulación
posterior a 1994 contenida en la Ley 776 de
2002 y en su momento en los artículos 40 y 42
del Decreto 1295 de 1994 era regresiva, por
cuanto estipulaba una indemnización y no
una pensión, para el trabajador incapacitado
por la pérdida de capacidad laboral entre el
20 y el 50%, cuando el artículo 24 del Decreto
1295 de 1994, para dicho porcentaje de disminución de capacidad de trabajo prohibía el
pago por indemnización, luego debía pagarse
como una pensión. La Corte consideró que la
regulación posterior a 1994 dispone tanto la
indemnización como el derecho a mantener
el vínculo laboral, por lo que no resultaba
cierto que el alcance de la protección hubiese
sido disminuido y la protección hubiese
decrecido en la legislación laboral.
En la misma decisión se agregó:
“29.- En efecto, mientras que al amparo
de los artículos 23 y 24 del Decreto 3170
de 1964, los afiliados al Seguro Social recibían una pensión cuando eran declarados
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La modificación de los requisitos para acceder a la pensión en Colombia y su compatibilidad con el principio de progresividad
incapacitados por pérdida de la capacidad
laboral entre el 20% y el 50%, la legislación
actual dispone que los afiliados al Sistema
General de Riesgos Profesionales, en el
evento de la incapacidad entre el 5% y el 50%,
no sólo tienen derecho a una indemnización,
sino también a conservar vigente el vínculo
laboral, lo cual supone que siguen recibiendo salario3. De lo que se concluye, que
la regulación posterior al Decreto 3170 de
1964 contiene una modalidad de protección
más amplia para la figura de la incapacidad
permanente parcial, que incluye los casos de
disminución de capacidad de trabajo entre el
20% al 50%, para los cuales antes de 1994 se
estipulaba solo pensión”.
Se concluyó entonces que la modalidad de
protección para la incapacidad contemplada
en los artículos 7º y 8º de la Ley 776 de 2002
no era regresiva y por el contrario extendía
la protección del otorgamiento de una
pensión, al reconocimiento no sólo de una
indemnización, sino también de la garantía
de estabilidad laboral reforzada, y en subsidio
de esta última, del derecho a la reubicación
laboral.
3
La garantía de reubicación laboral del artículo 8° de
la Ley 776 de 2002, ha sido interpretada y protegida
por la jurisprudencia constitucional. Se ha sostenido que: “a juicio de esta Corporación, el derecho
a la reubicación no se limita al simple cambio de
funciones. La salvaguarda de este derecho exige: (i)
La proporcionalidad entre las labores y los cargos
previamente desempeñados y los nuevos asignados; y (ii) El acompañamiento de la capacitación
necesaria para que el trabajador se desempeñe
adecuadamente en su nueva labor (Así, lo señala
el artículo 54 del Texto Fundamental, cuando
determina que: “Es obligación del Estado y de los
empleadores ofrecer formación y habilitación
profesional y técnica a quien lo requieran (...)”)
[T-1040 de 2001 y T-351 de 2003, reiteradas entre
otras, en la T-062 de 2007]
110
5.Inmodificabilidad de situaciones
jurídicas consolidadas en
materia pensional
La sección segunda de la sala de lo contencioso administrativo del Consejo de Estado
ha señalado que en virtud del principio de
progresividad, las situaciones jurídicas consolidadas en materia pensional no pueden ser
modificadas por normas posteriores. Para el
efecto, explica lo siguiente:
No cabe ninguna duda para sostener
entonces, que todas aquellas personas con
vocación de ser cobijadas por los sistemas de
transición en seguridad social por encontrase
dentro de los supuestos establecidos para
tal efecto, pese a no disfrutar del derecho
pleno de pensión, poseen derechos ciertos a
que el decreto de su derecho pensional y el
tratamiento de los demás elementos que se
desligan de éste, respeten la oponibilidad de
una situación jurídica consolidada.
Ahora, el principio de conservación de la
norma más favorable y la condición más
beneficiosa en el ámbito laboral, que hace
parte de los principios fundamentales del
derecho del trabajo (art. 53 C.P.), establece
que una nueva norma de carácter laboral o
pensional no puede disminuir las condiciones favorables existentes y concretadas al
abrigo de un ordenamiento anterior, las que,
en la medida en que benefician al trabajador,
deben ser reconocidas y respetadas por las
Leyes posteriores. Así, aquellas personas que
cumplen las condiciones para eventualmente
beneficiarse de un régimen de transición
pueden confiar legítimamente en que dicho
régimen sea conservado para regular los
diversos aspectos de su situación particular, incluso si todavía no han cumplido
las condiciones para acceder a la pensión
misma, pues si en general es problemática
constitucionalmente cualquier modificación
regresiva de las regulaciones pensionales por
virtud del principio de progresividad, con
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Néstor Javier Calvo Chaves
mayor razón son cuestionables constitucionalmente las modificaciones abruptas a un
status legalmente reconocido, en desmedro
de las razones sustanciales que justifican la
configuración de un régimen de transición.
(Salvamento de voto. SC- 754 de 2004. M.P.
Álvaro Tafur Galvis)
Finalmente, la Corte Constitucional en sentencia C-228 de 2011 afirma que con respecto
a la aplicación del principio de progresividad y
de prohibición de regresividad en materia de
pensiones, la regla es que toda modificación
legal de carácter regresivo debe presumirse
prima facie como inconstitucional cuando se
trata de derechos consolidados, en donde el
juicio es estricto y no se admite regresividad, y
también hay lugar a la aplicación del principio
de progresividad cuando se trata de “expectativas legítimas”, entendidas como aquellas
probabilidades ciertas de consolidación futura
del correspondiente derecho si se mantienen las condiciones establecidas en una ley
determinada. Tales expectativas pueden ser
modificadas legalmente si se requiere para
cumplir fines constitucionales, casos en los
cuales dichas medidas en vía de control de
constitucionalidad estricto son sometidas a
un “test de no regresividad” que examina si
fueron justas, equitativas, proporcionales y
razonables, estudio que proscribe los cambios
de legislación arbitrarios, abruptos e inopinados en materia de pensiones.
CONCLUSIONES
De la revisión jurisprudencial realizada, a
título de conclusiones, se puede indicar que el
principio de progresividad y no regresividad
de los derechos sociales está instituido como
uno de los límites al ejercicio de la potestad
legislativa, aplicable en materia de seguridad
social, toda vez que las medidas regresivas
que disminuyan una protección alcanzada
para un derecho social devienen en principio
inconstitucionales.
De igual manera de la jurisprudencia constitucional se pueden destacar las siguientes
subreglas en materia de compatibilidad del
principio de progresividad y no regresividad
de los derechos sociales con la modificación
de requisitos pensionales por el legislador:
(i) cuando las disposiciones en materia de
pensiones de invalidez y sobrevivientes establecen nuevos requisitos a los aportantes al
sistema sin que se haya establecido ningún
régimen de transición, lo procedente es aplicar el régimen pensional anterior que resulta
más favorable, inaplicando para el caso la
normativa legal vigente; y (ii) las situaciones
jurídicas consolidadas en materia pensional
no pueden ser modificadas por normas
posteriores.
Finalmente, debe señalarse que el principio
de progresividad y no regresividad de los
derechos, concebido como la obligación del
Estado de adoptar medidas, hasta el máximo
de los recursos disponibles, a fin de lograr
la plena efectividad de la faceta prestacional
de los derechos constitucionales, es un elemento definitorio y estructural del modelo
de Estado adoptado y, por tanto, dicho
principio se constituye en referente para las
autoridades públicas, en ejercicio de sus funciones, para el cometido de materialización
del Estado constitucional, social, democrático y ambiental de derecho consagrado en la
Constitución Política de Colombia de 1991.
REFERENCIAS
Colombia, Cfr. T-950 de noviembre 25 y T-989
de diciembre 2, ambas de 2010 y M. P. Nilson
Pinilla Pinilla; T-609 de septiembre 2 de 2009, M.
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Colombia, Consejo de Estado (2012). Providencias 1992-2012 [en línea]. Recuperado hasta el 31
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Consejero ponente: Gustavo Eduardo Gómez
Aranguren. Bogotá D.C., cuatro (4) de agosto de
dos mil diez (2010).- Radicación número: 2500023-25-000-2004-06145-01(2533-07). Actor: Alcides Borbon Suescun. Demandado: Direccion de
Impuestos y Aduanas Nacionaless
Colombia, Corte Constitucional (2012). Relatoría
[en línea]. Recuperado hasta el 31 de octubre de
2012, de http://www.constitucional.gov.co/
Colombia, Corte Constitucional- Sentencia
T-421 de 2011. Referencia: expediente T-2922774
Acción de tutela instaurada por José Edison Pino
contra el Instituto de los Seguros Sociales. M.P.
Juan Carlos Henao Pérez. Colaboró: Federico
Suárez Ricaurte. Bogotá, DC., diecisiete (17) de
mayo de dos mil once (2011).
Colombia, Corte Constitucional. C-428 de 2009.
Referencia: Expediente D-7488. Actor: Omar
Alberto Franco Becerra. Demanda de inconstitucionalidad: contra los numerales 1º y 2º del
artículo 1º de la Ley 860 de 2003. M.P. Mauricio
González Cuervo.
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia
C-1141 de 2008. Referencia: expediente D-7167.
Demanda de acción pública de inconstitucionalidad contra el inciso primero del artículo 7 de la
Ley 776 de 2002 “por medio de la cual se dictan
normas sobre la organización, administración
y prestaciones del Sistema General de Riesgos
Profesionales”. Demandante: Ricardo Álvarez
Cubillos. M.P. Dr. Humberto Antonio Sierra
Porto. Bogotá, D.C., diecinueve (19) de noviembre
de dos mil ocho (2008).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia
C-556 de 2009. Referencia: expediente D-7569.
Demanda de inconstitucionalidad contra los literales a) y b) del artículo 12 de la Ley 797 de 2003,
“por la cual se reforman algunas disposiciones del
sistema general de pensiones previsto en la Ley
100 de 1993 y se adoptan disposiciones sobre los
Regímenes Pensionales exceptuados y especiales”.
112
Demandante: William David Gil Tovar. M.P. Dr.
Nilson Pinilla Pinilla. Bogotá, D. C., veinte (20) de
agosto de dos mil nueve (2009).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia C-727
de 2009. Referencia: expediente D-7670. Accionante: Hernán Antonio Barrero Bravo. Demanda
de inconstitucionalidad contra el artículo 1
(parcial) de la Ley 860 de 2003. M.P. Dra. María
Victoria Calle Correa. Bogotá, D. C., catorce (14)
de octubre de dos mil nueve (2009).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T- 453 de 2011. Referencia: Expedientes
T-2890032, T-2891206, T-2891843, T-2943126,
T-2949871 y T-2957396, acumulados. Acciones
de tutela instauradas por Wilson Arturo Acosta
Rodríguez contra Pensiones y Cesantías Protección S. A. (expediente T-2890032); Rodrigo
Álvarez Tarazona contra el Instituto de Seguros
Sociales y otro (expediente T-2891206); Juan
Pablo Guzmán Vásquez contra la Secretaría
de Educación de Medellín y otros (expediente
T-2891843);
Francisco
Gustavo
Posada
Gómez contra el Instituto de Seguros Sociales
(expediente T-2943126); Mary Yency Bernal
Torres contra el Instituto de Seguros Sociales
(expediente T-2949871); y Efraín Villalba Ariza
contra Pensiones y Cesantías BBVA (expediente
T-2957396). Procedencia: Juzgado 50 Civil Municipal de Bogotá; Corte Suprema de Justicia, Sala
Laboral; Juzgado 22 Penal del Circuito de Medellín; Tribunal Superior de Pereira, Sala Laboral;
Juzgado 4° Civil del Circuito de Bucaramanga; y
Juzgado 5° Penal Municipal de Bucaramanga, respectivamente. M.P. Nilson Pinilla Pinilla. Bogotá,
D. C., veintiséis (26) de mayo de dos mil once
(2011).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-006
de 2010. Referencia: expedientes T – 2.390.785 y
T – 2.378.613. Acción de Tutela instaurada por
Franklin Lemus Gariazo y Nora Alba Meneses de
Romero en contra del Instituto de Seguro Social.
M.P. Dr. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. Bogotá
D.C., catorce (14) de enero de dos mil diez (2010).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia
T-043/07. Referencia: expedientes T-1411101,
T-1430828 y T-1432311. Acciones de tutela pre-
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Néstor Javier Calvo Chaves
sentadas por Gerardo de Jesús Restrepo Restrepo,
Jesús Antonio Pareja Andrade y José David Silva
Durán. M.P. Dr. Jaime Córdoba Triviño. Bogotá,
D.C., primero (1) de febrero de dos mil siete
(2007).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia
T-062A de 2011. Referencia: T-2.740.402.
Accionante: Daniel Mojica González. Accionado:
Instituto de Seguros Sociales (I.S.S.). M.P. Mauricio González Cuervo. Bogotá D.C., 4 de febrero de
2011.
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-104
de 2008. Referencia: expediente T-1.716.236.
Actor: Pedro Maria Layton García. Demandado:
Instituto del Seguro Social -Pensiones- y BBVA
Horizonte – Pensiones y Cesantías. M.P. Dr.
Rodrigo Escobar Gil. Bogotá, D. C., ocho (8) de
febrero de dos mil ocho (2008).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-115
de 2011. Referencia: expediente T-2.830.322.
Acción de tutela presentada por Letty Cecilia
Lázaro de Pabón contra el Instituto de Seguros
Sociales. M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
Bogotá, D. C., veinticuatro (24) de febrero de dos
mil once (2011).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-217
de 2009. Referencia: Expediente T-2108502.
Acción de tutela instaurada por Rafaela Duarte
Ávila contra el Instituto de Seguros Sociales. M.P.
Dr. Humberto Antonio Sierra Porto. Bogotá D.C.
veintisiete (27) de marzo de dos mil nueve (2009).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-221
de 2006. Referencia: expediente T-1225522.
Accionante: Isolina Trillos de Pallares. Demandado: Sociedad Agrícola del Toribio S.A.,
Compañía Colombiana administradora de
Fondos de pensiones y cesantías Colfondos S.A.
e Instituto de Seguros Sociales. M.P. Dr. Rodrigo
Escobar Gil. Bogotá D. C., veintitrés (23) de marzo
de dos mil seis (2006)
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-247
de 2011. Referencia: expediente T-2881668.
Acción de Tutela instaurada por Mirian Aranzazu González, contra el Departamento de Caldas
(Secretaría de Educación) y Fiduprevisora S.A.
Procedencia: Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Manizales, Sala Laboral. M.P. Nilson
Pinilla Pinilla. Bogotá, D. C., siete (7) de abril de
dos mil once (2011).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-482
de 2011. Referencia: expediente T–2864851.
Acción de tutela instaurada por Luis Beltrán
Pérez contra el Tribunal Superior de Cali Sala
Laboral y otros. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
Bogotá, D.C., trece (13) de junio de dos mil once
(2011).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia
T-586A de 2011. Referencia: expediente
T-3030303. Acción de Tutela instaurada por
Nancy Campillo Rentería, contra BBVA Horizonte Pensiones y Cesantías S.A. Reiteración de
jurisprudencia. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
Bogotá, D.C., veintiocho (28) de julio de dos mil
once (2011).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-641
de 2007. Referencia: expediente T-1587351.
Peticionario: Luis Alfonso Garzón Riveros.
Accionado: COLFONDOS S.A. M.P. Dr. Marco
Gerardo Monroy Cabra. Bogotá D.C., dieciséis
(16) de agosto de dos mil siete (2007).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-755
de 2010. Referencia: expediente T-2636454.
Acción de Tutela instaurada por Isabel Carolina
Guzmán García, contra Citi Colfondos S.A. Pensiones y Cesantías. M.P. Dr. Jorge Iván Palacio
Palacio. Bogotá D.C., veintiuno (21) de septiembre
de dos mil diez (2010).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-796
de 2010. Referencia: expediente T-2732457.
Acción de Tutela interpuesta por Ana Cecilia
Lambis Puello contra ING Pensiones y Cesantías
y la Aseguradora Bolívar. M.P. Dr. Jorge Iván Palacio Palacio. Bogotá, D.C., primero (1°) de octubre
de dos mil diez (2010).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-846
de 2009. Referencia: expedientes T- 2.331.249,
T-2.337.809, T-2.342.481 y T-2.338.178. Acción
de Tutela instaurada por Carmen Julia Londoño
Vargas, Rosa Elvira Rodríguez de Vélez, Luz
Marina Zapata Carmona y Cecilia López de García
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113
La modificación de los requisitos para acceder a la pensión en Colombia y su compatibilidad con el principio de progresividad
contra el ISS y PORVENIR. Magistrado Ponente:
Dr. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. Bogotá D.C.,
veinticuatro (24) de noviembre de dos mil nueve
(2009).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-938
de 2008. Referencia: expediente T-1935935.
Acción de tutela instaurada por Daniel Darío
Pérez de la Rosa, contra BBVA Horizonte Pensiones y Cesantías. Procedencia: Juzgado 4° Civil
del Circuito de Cartagena. M.P. Dr. Nilson Pinilla
Pinilla. Bogotá, D. C., treinta (30) de septiembre
de dos mil ocho (2008).
Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-950 de 2010. Referencia: expedientes
T-2741834, T-2747283 y 2749486, acumulados.
Acciones de tutela instauradas por Augusto
Alfonso Peña Cruz, contra el Tribunal Superior de
Manizales, Sala Laboral (expediente T-2741834);
María Emilse Rubiano Ruiz, actuando mediante
apoderada, contra BBVA Horizonte Pensiones
(expediente T-2747283); y Luis Carlos Ricaurte
Sierra, contra el Instituto de Seguros Sociales,
ISS, seccional Atlántico (expediente T-2749486).
Procedencia: Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Penal; Juzgado Tercero Civil del Circuito
de Ibagué; y Juzgado Octavo Laboral del Circuito
de Cartagena, respectivamente. M.P. Nilson
Pinilla Pinilla. Bogotá, D. C., veinticinco (25) de
noviembre de dos mil diez (2010).
Colombia, Corte Constitucional. T-1036 de
2008. Referencia: Expediente T-1908679. Acción
de tutela instaurada por Gloria Amparo Duque
contra BBVA Horizonte Pensiones y Cesantías.
M.P. Dr. Manuel Jose Cepeda Espinosa. Bogotá
D.C., veintitrés (23) de octubre de dos mil ocho
(2008).
Colombia, Corte Constitucional. T-1064 de
2006. Referencia: expediente T-1399273. Acción
de tutela instaurada por Jairo Orlando Sánchez
Castillo en contra de BBVA Horizonte Pensiones
y Cesantias S.A. Magistrada Ponente: Dra. Clara
Inés Vargas Hernández. Bogotá, D.C., siete (7) de
diciembre de dos mil seis (2006).
114
Colombia, Corte Constitucional. T-1102 de
2008. Referencia: expediente T-1946861. Acción
de tutela interpuesta por Jorge Eliécer Barragán
Barragán contra la Caja de Sueldos de Retiro de
la Policía Nacional. M.P. Dr. Humberto Antonio
Sierra Porto. Bogotá D.C., seis (6) de noviembre
de dos mil ocho (2008).
Colombia, Corte Constitucional. T-345 de 2009.
Referencia: expediente T-2210410. Acción de
tutela instaurada por Luis Alberto Vásquez Trujillo contra el Instituto de Seguro Social. M.P. Dra.
María Victoria Calle Correa. Bogotá D.C., dieciocho (18) de mayo de dos mil nueve (2009).
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Casación Laboral. M.P. Gustavo José Gnecco
Mendoza. Acta No. 17. Rad. No. 39766. Bogotá,
D.C., dos (2) de agosto de dos mil once (2011).
Colombia, Corte Suprema de Justicia. Sala de
Casación Laboral. M.P. Jorge Mauricio Burgos
Ruiz. Referencia: Expediente N° 42166. Acta N°
23. Bogotá, D. C., diecinueve (19) de julio de dos
mil once (2011).
Colombia, La línea jurisprudencial a la que se hace
alusión está contenida en las sentencias T-287 de
2008, T-145 de 2008, T-110 de 2008, T-104 de
2008, T-103 de 2008, T-080 de 2008, T-078 de
2008, T-077 de 2008, T-069 de 2008, T-018 de
2008, T-1072 de 2007, T-699A de 2007, T-641
de 2007, T-580 de 2007, T-043 de 2007, T-221 de
2006, y T-1291 de 2005.
López Medina, D. E. (2006). Interpretación Constitucional. 2ª. ed. Bogotá. Consejo Superior de la
Judicatura.
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Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
Tratamiento a la delincuencia juvenil
en colombia en el sistema de responsabilidad
de adolescentes*
Treatment of juvenile crime in Colombia in the adolescent’s
accountability system
Henry Torres Vásquez**
Escuela Nacional de Carabineros Alfonso López Pumarejo
Jairo Rojas Ángel***
Escuela Nacional de Carabineros Alfonso López Pumarejo
RESUMEN
En el presente artículo se efectúa un breve análisis en conjunto sobre el fenómeno de la
delincuencia juvenil y el tratamiento que se le ha dado en Colombia. Se analiza el Sistema de
Responsabilidad de Adolescentes, los principios y características del mismo, al igual que los
problemas surgidos con la impunidad que representa el modelo de protección integral. En
medio del contexto colombiano, se indagan las causas y otros factores que permiten analizar
científicamente la criminalidad cometida por jóvenes. Se estudia la delincuencia juvenil y la
correspondiente sanción penal prevista en el Código de Infancia y Adolescencia, recurriendo
a la base teórica de la doctrina especializada y la jurisprudencia nacional sobre los aspectos
más importantes en los que se fundamenta el modelo de protección integral.
Palabras clave: Delincuencia juvenil, responsabilidad penal, modelo de protección integral.
Fecha de Recepción: Mayo 10 de 2013
Fecha de Aprobación: Julio 30 de 2013
* Artículo de reflexión que corresponde al proyecto de investigación “Caracterización y prevención de la
delincuencia juvenil en Facatativá”, perteneciente al grupo de investigación ESCAR-DINAE de la Escuela
Nacional de Carabineros Alfonso López Pumarejo de la Policía Nacional de Colombia.
** Abogado de la Universidad Nacional de Colombia, doctor en Empresa y Sistema Penal, de la Universidad
Jaime I de Castellón, España. Profesor titular e investigador de la Universidad Libre, sede Bogotá, D.C. Asesor
metodológico de investigación de la Escuela Nacional de Carabineros Alfonso López Pumarejo. henrytorresv@
yahoo.es
*** Intendente de la Policía Nacional, técnico profesional en servicio de Policía. Tecnólogo en planeación para
el control ambiental; coinvestigador del Grupo de investigación ESCAR-DINAE de la Escuela Nacional de
Carabineros Alfonso López Pumarejo de la Policía Nacional de Colombia. [email protected].
gov.co
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115
Tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el sistema de responsabilidad de adolescentes
ABSTRACT
In this article, a brief analysis is carried on the phenomenon of juvenile delinquency and the
treatment it has been in Colombia. We analyze the Teen Responsibility System, the principles
and characteristics, as well as the problems encountered with the impunity that represents
the model of comprehensive protection. Amid the Colombian context, we inquire into the
causes and other factors that allow scientifically analyze the crime committed by young people.
Juvenile delinquency is studied and the corresponding penalty provided for in the Code of
childhood and adolescence, drawing on the theoretical basis of the national specialized doctrine and jurisprudence and most important aspects that underpin the model of comprehensive
protection.
Keywords: Juvenile delinquency, criminal liability, comprehensive protection model.
EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
Tal como se enuncia en la exposición de
motivos de la Ley 1098 de 2006:
Los jóvenes en Colombia aun en medio de
dificultades sociales y económicas, de entornos adversos, de una sociedad de adultos
irresponsables, son personas de bien, que
estudian, sueñan y viven de acuerdo a su
edad. No obstante cada año alrededor de
7 mil cometen “contravenciones o delitos”
según la escasa información oficial y el
evidente subregistro. Algunos de ellos son
reincidentes de todo tipo de delitos, entre
otros, delitos graves.
Según la Unicef, la justicia para los adolescentes infractores requiere:
La aplicación de principios indispensables
para garantizar la imparcialidad y el respeto
de su dignidad, como son: la doble instancia,
la favorabilidad, la presunción de inocencia,
el internamiento como ultima ratio, la aplicación de métodos alternativos de solución
de conflictos y la valoración objetiva de la
prueba, entre otros.
La delincuencia juvenil es un problema que
se viene multiplicando; según el periódico El
Tiempo, en los últimos cinco años pasamos
116
a más de 34.000 adolescentes vinculados de
alguna forma a la infracción de la ley (septiembre 1 de 2012). No obstante esta realidad,
no existen muchos estudios científicos en
Colombia sobre el tema, por lo cual es necesario comprender las distintas formas en que
la doctrina nacional y extranjera e inclusive
la jurisprudencia interna han incidido en la
ley para encontrar soluciones al problema
delincuencial. Ciertamente, los datos empíricos señalan un incremento de la criminalidad
efectuada por jóvenes. La persecución a esta
categoría de criminalidad ha sido efectuada
por separado y más aún, no existen programas serios que alienten y se encaminen a la
prevención. Como explica un estudio de la
Organización de Estados Americanos (OEA,
2008):
Los problemas de inseguridad que sufren los
ciudadanos de nuestros países no constituyen nodos aislados ni en los tipos delictivos,
ni en lo temporal, y menos aún en lo territorial. Tradicionalmente los gobiernos, la
academia, la sociedad civil, y los organismos
multilaterales han separado temas como la
violencia juvenil, el tráfico de armas de todo
tipo, el narcotráfico y la prevención, entre
otros. Sin embargo, la realidad delictual no
hace estas categorizaciones, por el contrario,
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Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
presenta una importante capacidad de mutación y complejización que incluye múltiples
crímenes en una sola actividad delictiva (p.
73).
Ni qué decir de la escasa o nula solución a
las causas, que en nuestro medio se destacan
las de dos tipos: económico y no económico.
Como indica Aroldo Quiroz:
Las causas económicas son: la pobreza, la
desigualdad, el no acceder a la educación
y la violencia intrafamiliar que, en muchas
ocasiones, expulsa a los menores y terminan
vinculados al delito. Entre las no económicas: el incremento de los grupos al margen
de la ley. Estos grupos aprovechan para
reclutarlos. Y lo otro es la ineficiencia de la
justicia y la inoperancia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y su sistema. (El
Tiempo, 2012).
En el referido estudio de la OEA sobre
la seguridad pública en las Américas, se
expresan algunas recomendaciones sobre la
prevención de la delincuencia juvenil; es casi
obvio que “hay un potencial para que políticas
orientadas hacia prevenir la violencia en los
hogares y en particular el maltrato infantil,
disminuyan el riesgo de que los niños se inicien en el crimen y la violencia.” (2008, p. 74).
Entonces los planes, programas o acciones
deben ir encaminados a “buscar afectar los
factores que potencian el riesgo inicial como
es el ingreso a pandillas y el abandonar el
hogar materno.” (2008, p. 73).
Por su parte, los medios masivos de comunicación solamente conciben la delincuencia
juvenil como un grave problema que no se
soluciona sino única y exclusivamente por la
vía penal.
Ante esta realidad, en un contexto como el
colombiano es necesario conocer qué tipo
de tratamiento jurídico-penal reciben los
jóvenes infractores de la ley; es obligado saber
la determinación de los rangos de edad de los
menores; el por qué del trato diferenciado que
a estos se les da y el por qué de la naturaleza
eminentemente pedagógica de la actuación
procesal y de la probable sanción en medio
del Sistema de Responsabilidad penal de
Adolescentes.
De este planteamiento surge la siguiente
pregunta: ¿Cuál es el tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el Sistema de
Responsabilidad Penal de Adolescentes?
Estrategia METODOLógica
Esta es una investigación socio-jurídica en
la que se aplicó una metodología de tipo
cuantitativo y en la que además utilizamos
tanto el método analítico deductivo como el
comparativo.
INTRODUCCIÓN
Para lograr entender a cabalidad el tema
aquí abordado, empecemos por indicar que
no podemos señalar directamente que la
delincuencia juvenil se dé por determinados
factores, sin antes establecer con precisión
la edad en la que en Colombia se habla de
delincuencia juvenil. Para el efecto se debe
tener en cuenta la recomendación señalada
en el artículo 40 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, en la cual se establece la
responsabilidad de los Estados de tomar las
medidas apropiadas para adecuar la legislación de los adolescentes en conflicto con la
ley.
Así pues, debemos tener en cuenta que tanto
el Código de Infancia y Adolescencia como
el artículo 1 de la Convención sobre Derechos del Niño definen como niño a todo ser
humano menor de 18 años de edad. Como
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Tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el sistema de responsabilidad de adolescentes
adolescente el artículo 3 de la Ley 1098 de
2006 establece que es la persona entre 12 y
18 años. Sin embargo, y respecto a la edad
apropiada en la cual un individuo puede tener
una responsabilidad como infractor de la ley
penal para adolescentes, se considera es la
de 14 años, toda vez que no es conveniente
ingresar al sistema penal a un menor infractor a edades tempranas y en ese aspecto es
lo señalado por el artículo 139 del Código de
Infancia y Adolescencia.
no han alcanzado su madurez. Sin embargo,
es habitual que la sociedad en general, movida
por los medios masivos de comunicación,
considere que se deben aumentar las penas,
evitar los subrogados penales, reducir la edad
para poder imponer sanciones, asignar unas
sanciones como si los menores fueran adultos
y, en general, desflexibilizar el sistema actual
manejado para reprimir las infracciones
cometidas por adolescentes menores de 18
años.
En Colombia rige el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA), el cual
es un conjunto de normas, actividades, instituciones y personas que trabajan en equipo
para investigar y decidir las acciones por
seguir con los adolescentes de 14 a 18 años
que han cometido algún delito. Este sistema
a pesar de cuestionamientos, especialmente
mediáticos ante el aumento de la criminalidad
juvenil, refuerza los derechos fundamentales de los jóvenes, incluyendo aquellos que
cometen delitos. En este aspecto, derechos
como “integridad personal, dignidad, igualdad, intimidad, debido proceso, derecho de
defensa, legalidad, favorabilidad, presunción
de inocencia, libertad, protección, educación,
etc.”, son protegidos de manera muy especial.
Estas medidas tienen fines y principios sustancialmente distintos de aquélla, orientada
por finalidades educativas, rehabilitadoras y
protectoras y el llamado a imponerla, luego
de agotar un procedimiento diferente con
unos intervinientes especializados en el tratamiento de menores de edad, es el Juez que
hace parte del Sistema de Responsabilidad
Penal para Adolescentes. (Corte Suprema
de Justicia, Proceso Nº 33453, M.P. Javier de
Jesús Zapata, 03/02/2010).
El argumento más sólido tiene que ver con el
principio que propende por la aplicación de
un “derecho penal mínimo”, máxime si ese
tipo de derecho va dirigido a los adolescentes. El derecho penal mínimo surgido con
el garantismo expresado en la obra Derecho
y razón, de Luigi Ferrajoli, aplicado al SRPA
señala que lo deseable es que el código
contenga el menor número de conductas
trasgresoras de la ley penal en las que el sujeto
activo sea un adolescente.
En Colombia la Corte Constitucional (Sentencia C-839 de 2001, M.P. Marco Gerardo
Monroy Cabra), ha señalado que la delincuencia juvenil “compromete el proceso de
formación social y amenaza con truncar la
participación activa y perfeccionante del
menor dentro de la comunidad”. Lo cual es
totalmente cierto y señalado así por toda la
doctrina. No es clara la Corte en lo que respecta a la responsabilidad estatal en cuanto a
posibilitar el ejercicio pleno de derechos de
los menores delincuentes, y especialmente
a la reeducación, rehabilitación y reincorporación de estos. La Corte en esa misma
Sentencia ha dicho: “por lo que es deber del
Estado rectificarlos en aras de garantizar el
desarrollo armónico e integral y el ejercicio
pleno de sus derechos”. Cuando una niña,
niño o adolescente ingresa por cualquier
delito o contravención al Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (en
Esta apreciación no podría ser de otra manera,
teniendo en cuenta que se trata de infracciones cometidas por delincuentes que todavía
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Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
adelante, SRPA) se pueden argumentar un
cúmulo de razones que seguramente influyen
en esas infracciones. Lo común es que exista
una corresponsabilidad de la familia como
base fundamental de una sociedad que también de manera activa o pasiva ha sido motivo
de la conducta punible, máxime en un país
como Colombia, en el que hay un conflicto
armado interno y en el que las desigualdades
son de todo tipo. En ese mismo sentido, no
se puede obviar la responsabilidad del Estado.
En cuanto a la pobreza y desigualdad y la
consecuente violencia que aqueja al país, son
un obstáculo para la protección de derechos
fundamentales. Según Nils Kastberg, director
regional de la UNICEF para América Latina y
el Caribe:
“los altos niveles de violencia vulneran
los derechos de los niños, y adolescentes y
obstaculizan el desarrollo democrático y
económico de los países. América Latina
es una de las regiones más desiguales del
mundo y con mayores índices de violencia,
que afectan principalmente a las mujeres,
niños y niñas” (2007).
Como se puede colegir, existe en nuestro
medio un alto nivel de violencia y desigualdad, lo que conlleva directa o indirectamente
una responsabilidad de los gobiernos. Así
mismo, coincidimos con la Unicef en torno
a que “la disminución de la delincuencia
juvenil precisa de la creación de oportunidades para su integración y competividad en
la sociedad” (www.unicef.org/lac/overview.
html). De ahí que debemos tener en cuenta lo
que al respecto ha señalado la Corte Suprema
de Justicia:
“El Código de la Infancia y la Adolescencia
contenido en la Ley 1098 de 2006, conforme
lo dispuesto en el artículo 1° (finalidades),
tiene como marco armonizador, el garantizar a los niños, las niñas y a los adolescentes
su pleno y armonioso desarrollo para que
crezcan en el seno de la familia y de la comunidad rodeados de un ambiente de felicidad,
amor y comprensión en el cual prevalezca el
reconocimiento a la igualdad y la dignidad
humana, sin discriminación de especie
alguna. (Corte Suprema de Justicia, Proceso Nº 33702, M.P. Javier de Jesús Zapata,
09/12/2010).
El ambiente en que se desarrollan los jóvenes
de hoy carece en gran parte de las posibilidades señaladas en la mencionada sentencia.
En ese contexto, debido a la percepción de
inseguridad ciudadana originada en la comisión de delitos por parte de adolescentes es
necesario mantener un código que establezca
adecuadas sanciones conforme a un país
como Colombia.
Hoy las dificultades respecto a la inseguridad
generada por la delincuencia juvenil no son
mayores que las de antes, actualmente se
evidencian porque existen más posibilidades
de socialización, lo que facilita que el joven
se integre en pandillas o grupos organizados
al margen de la ley; otro aspecto por tener
en cuenta es el papel que desempeñan los
medios de comunicación al destacar el accionar de las pandillas o los grupos delictivos,
lo que en ocasiones sirve para magnificar al
joven criminal.
Desde el año 2011 se implementó en Colombia el modelo de seguridad ciudadana. Este
modelo de tratamiento formal de la delincuencia juvenil se encamina a castigar los
delincuentes juveniles de gran intensidad o
delincuentes múltiples e intensivos; en general, sirve para castigar delitos muy graves.
(Cólas, 2011, p. 70) Si bien es un modelo de
justicia muy severo en Colombia, dos años
después no ha solucionados los problemas
de la inseguridad emanada de la delincuencia juvenil. Es definitivo determinar que la
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Tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el sistema de responsabilidad de adolescentes
delincuencia juvenil se puede disminuir con
el real acceso de los menores a programas
de educación, todo en una fase preventiva.
La Resolución 23 de 2002 de la Comisión de
Derechos Humanos insta a todos los Estados
a que:
“Hagan plenamente efectivo el derecho a la
educación y garanticen el reconocimiento y
el ejercicio de este derecho sin discriminación
de ningún tipo; b) Tomen todas las medidas
adecuadas para suprimir los obstáculos que
limitan el acceso efectivo a la educación, en
especial de las niñas, incluidas las menores
embarazadas, y de los niños que viven en
zonas rurales, los niños pertenecientes a
grupos minoritarios, los niños indígenas, los
niños migrantes, los niños refugiados y desplazados internamente, los niños afectados
por conflictos armados, los niños discapacitados, los niños afectados por el virus de la
inmunodeficiencia humana y el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA) y
los niños privados de libertad.”
A continuación nos referimos al tratamiento
que se brinda a la delincuencia juvenil en el
Sistema de Responsabilidad de Adolescentes
colombiano.
Resultados
1.Algunas características de la
delincuencia juvenil
Se ha observado que la legislación colombiana
requiere realizar profundos cambios respecto
a cómo enfrentar la delincuencia juvenil, lo
que hace necesario analizar la mayoría de
edad. La Convención sobre los Derechos del
Niño faculta a los Estados parte a estipular
cuál es la mayoría de edad.
Las reglas de Beijing señalan que:
“Un menor es todo niño o joven que, con
arreglo al sistema jurídico respectivo,
120
puede ser castigado por un delito en forma
diferente a un adulto. Un delito es todo comportamiento (acción u omisión) penado por
la ley con arreglo al sistema jurídico de que
se trate Un menor delincuente es todo niño
o joven al que se ha imputado la comisión de
un delito o se le ha considerado culpable de
la comisión de un delito”.
Adolescente infractor de la ley penal es aquel
cuya responsabilidad ha sido determinada
como autor o partícipe, ya sea por acción u
omisión dolosa o culposa, de una conducta
punible tipificada en el Código de Infancia y
Adolescencia como delito o contravención.
Una explicación desde el punto de vista
siquiátrico de lo que se entiende como
delincuencia juvenil la trae a colación Wiese
(2008); para esta autora:
“La delincuencia juvenil se encuentra
comprendida desde el punto de vista psiquiátrico dentro del trastorno disocial, (…)
la Asociación de Psiquiatras Americanos
(APA) lo define como un patrón repetitivo y
persistente de comportamiento, que se inicia
en la infancia; en que se violan los derechos
básicos de otras personas o normas sociales
importantes propias de la edad, a través de la
presencia de diversos criterios diagnósticos”.
Debido a que este trabajo investigativo sobre
la delincuencia juvenil se centra en la etapa de
la adolescencia y en la criminalidad suscitada
en ella, debemos señalar que en la adolescencia se dan grandes cambios tanto físicos
como síquicos y es en lo cognitivo en donde
radica quizá lo más importante de la transición entre la niñez y la edad adulta. Siguiendo
a Carmen Defez Cerezo, la delincuencia
juvenil tiene como principal característica
que “generalmente, el delito no se comete de
forma individual sino en grupo” (disponible
en: http://www.iugm.es/investcriminal/pdf);
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Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
esto nos lleva a un estudio del adolescente
y del grupo o grupos de los que hace parte.
La pregunta que surge entonces es ¿Qué
entendemos por delincuencia juvenil? Para la
mencionada autora, y apoyando al autor Hans
Joachim Schneider, “la delincuencia infantil y
juvenil es un comportamiento que se denominaría delito en el sentido jurídico-penal, si
hubiera sido cometido por un adulto”. Continúa Defez señalando porque cita a Schneider:
“En primer término porque, a diferencia de
otros, hace una distinción explícita entre
delincuencia juvenil y criminalidad juvenil.
Para Schneider, el hecho de que en la infancia o la juventud se cometan actos delictivos
no significa necesariamente el inicio de una
futura carrera delictiva. Mantiene la esperanza de que estos comportamientos puedan
ser temporales y episódicos”. (Disponible en:
http://www.iugm.es/investcriminal/pdf).
Otros autores tratan de explicar la delincuencia de los menores a través de teorías como la
de Larguier, que siguiendo a Herrero (2008),
señalan tanto factores internos como externos. Respecto a los factores internos señala
el progreso de la medicina que disminuye la
mortalidad infantil, y la calidad de la alimentación que permite la madurez física más
rápida pero no la madurez intelectual, afectiva y sicosocial. Es un niño en un cuerpo de
adulto. Por su parte, como factores externos
están deficiencias en el medio familiar, deficiencias de la sociedad a través de actitudes
permisivas, tendencia a valorar demasiado
el dinero, la apología a la angustia y al tedio
(Herrero, 2008, p. 88).
No obstante, otros autores señalan que la
criminalidad juvenil es fruto de una combinación de causas, si bien hay unos indicadores
que podrían considerarse como “factores de
riesgo” en el período de la adolescencia, por
ejemplo:
- Factores individuales: desórdenes internos,
hiperactividad, problemas de concentración, impaciencia, agresividad, comportamientos antisociales o violentos, etc.
-Factores familiares: padres delincuentes, maltrato infantil, desentendimiento
paterno, conflictos familiares, separación
de padres e hijos, etc.
- Factores escolares: fracaso escolar, baja
vinculación, absentismo escolar, cambios
frecuentes de colegios, etc.
- Factores sociales y comunitarios: amigos
delincuentes, pertenencia a una banda,
pobreza, acceso a drogas o armas de fuego,
etc. (Disponible en: http://www.iugm.es/
investcriminal/pdf).
En el Dictamen de la Unión Europea se
acepta que los factores económicos y socioambientales son las principales causas de
la delincuencia juvenil (2006). Para autores
como Moreno (2004):
“El delincuente juvenil lo es porque en él hay
presentes un grupo de deficiencias individuales y psicobiográficas que le imposibilitan
una adecuada inclusión en los esquemas de
la convivencia comunitaria y del desarrollo
personal que dan como resultado la comisión de delitos” (p. 165).
Para las investigadoras Frias-Armenta, López
y Díaz (2003, p. 16), es recomendable seguir
la perspectiva ecológica del desarrollo de
la conducta humana de Bronfenbrenner
(1987). “Esta perspectiva concibe al ambiente
ecológico como un conjunto de estructuras
seriadas y estructuradas en diferentes niveles,
en donde cada uno de esos niveles contiene al
otro”. Las autoras en su estudio llegan a esta
conclusión:
“La delincuencia juvenil según algunos
autores, es una de las consecuencias negativas predecibles de condiciones familiares
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Tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el sistema de responsabilidad de adolescentes
inadecuadas como ocurre en el caso de la
violencia familiar. Algunos estudios indican
que los niños/as que son testigos de la violencia o que reciben el maltrato directamente
pudieran desarrollar conducta antisocial o
delictiva”. (p. 23).
Valdenegro (2005) patentiza en sus estudios
que:
“El modelo pretende evidenciar, en función
de los resultados expuestos, la pertinencia
de concebir el fenómeno de la delincuencia
juvenil en su carácter supraindividual y
multidimensional, en tanto proceso surgido
de la interacción de contextos ecológicos
diversos y socialmente determinados”.
2. El sistema de responsabilidad
penal para adolescentes
El Sistema de Responsabilidad Penal para
Adolescentes (SRPA), según el documento
del Consejo Nacional de Política Económica
y Social (Conpes), (Ruiz-Hernández, 2011)
siendo este el máximo organismo de coordinación de la política económica en Colombia
y que en materia de derecho penal juvenil
da líneas y orienta al Estado respecto a qué
acciones emprender, ha señalado que este
sistema:
“Implica dos procesos paralelos y complementarios, un proceso judicial y uno de
restablecimiento de sus derechos. Su garantía y protección integral implica un sistema
complejo, integrado por instituciones del
orden nacional y territorial, bajo el principio
de corresponsabilidad entre la Familia, la
Sociedad y el Estado”. (p.18).
El Código de Infancia y Adolescencia en el
artículo 7 señala sobre la protección integral:
“Se entiende por protección integral de
los niños, niñas y adolescentes el reconocimiento como sujetos de derechos, la
122
garantía y cumplimiento de los mismos, la
prevención de su amenaza o vulneración y
la seguridad de su restablecimiento inmediato en desarrollo del principio del interés
superior.
La protección integral se materializa en el
conjunto de políticas, planes, programas
y acciones que se ejecuten en los ámbitos
nacional, departamental, distrital y municipal con la correspondiente asignación de
recursos financieros, físicos y humanos”.
2.1 El srpa
Está orientado a investigar y a juzgar tal
trasgresión con apoyo en normas, procedimientos y autoridades especializadas y bajo
criterios de especialidad y diferenciación
respecto de los adultos.
c) El Sistema opera con independencia de
la gravedad de la conducta punible, pero las
medidas que se adopten serán protectoras,
pedagógicas, educativas y resocializadoras.
d) Para la imposición de las sanciones se
tendrá en cuenta el interés superior del
menor. (Corte Suprema de Justicia, Proceso
Nº 35.681 del 29 de junio de 2011, MP Julio
Enrique Socha Salamanca).
El Código de Infancia y Adolescencia en
su artículo 139 expresa que el SRPA es un
sistema de responsabilidad penal para adolescentes es el conjunto de principios, normas,
procedimientos, autoridades judiciales especializadas y entes administrativos que rigen o
intervienen en la investigación y juzgamiento
de delitos cometidos por personas que tengan
entre catorce (14) y dieciocho (18) años al
momento de cometer el hecho punible.
La Corte Suprema señala:
“Es necesario agregar que los adolescentes
que pueden estar sometidos al SRPA son
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Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
únicamente los jóvenes entre 14 y 18 años.
Para la justicia penal colombiana los jóvenes
no son responsables de sus actos y requieren, por tanto, un tratamiento especial. Esta
orientación de la política criminal dirigida a
los adolescentes se apoya en la idea de que
las explicaciones para la delincuencia juvenil
deben tener en cuenta todas las posibles
“carencias” familiares o sociales que conducen a los llamados “problemas juveniles”
entre los cuales la delincuencia no sería más
que una manifestación adicional” (1997, p.
21). El SRPA “está integrado por principios,
normas y trámites que deben observar las
autoridades administrativas y judiciales en
lo que tiene que ver con la investigación,
juzgamiento y sanción de los delitos cometidos por los adolescentes infractores”. (Corte
Suprema de Justicia, Proceso Nº 30655, M.P.
Jorge Luis Quintero Milanés, 27/10/2008).
En Colombia a los adolescentes que
delinquen se les aplica la doctrina de la
protección integral que ha significado pasar
de una concepción de los menores como
objetos de tutela y protección segregativa,
a considerar a niños y jóvenes como sujetos
plenos de derecho; de este modo se dejó de
lado la doctrina de la situación irregular. Así
pues, las disposiciones del SRPA “se estructuran alrededor del concepto de protección
integral del menor que se orienta por los
principios de interés, derecho, corresponsabilidad, exigibilidad de derechos, perspectiva
de género, multiculturalismo y responsabilidad parental”. (Corte Suprema de Justicia,
Proceso Nº 35681, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca, 29/06/2011).
Es un sistema fundamentado en tratados
y convenios internacionales suscritos por
Colombia, entre ellos la Convención sobre
los Derechos del Niño, en la cual se expresa
el interés superior del niño, el que debe ser
aplicado por todos los que tienen que ver
con el SRPA y que se refiere a la prevalencia
de sus derechos; además otros instrumentos
prohíben imponer pena de muerte; consideran la medida de privación de la libertad
únicamente como último recurso y por
período breve; y contemplan cómo el propósito del procedimiento penal aplicable a ellos
es estimular la readaptación social, promover
su reintegración a la sociedad con miras a una
función constructiva, promover su desarrollo,
su protección y el mantenimiento del orden
pacífico de la sociedad. Además, su reclusión
en establecimientos penitenciarios tiene
como objeto no solo su cuidado y protección
sino garantizar su proceso educativo y su
formación profesional. (Corte Suprema de
Justicia, Proceso Nº 35681, M.P. Julio Enrique
Socha Salamanca, 29/06/2011).
De otra parte, el propósito del SRPA “no
es el de ser sancionador, sino pedagógico,
específico y diferenciado respecto del sistema
de adultos, de modo que propenda por la
protección integral de los menores, garantice
la justicia restaurativa, la verdad y la reparación del daño”. (Corte Suprema de Justicia,
Proceso Nº 35681, M.P. Julio Enrique Socha
Salamanca, 29/06/2011).
Así mismo, señalemos que en la Constitución
Nacional en el artículo 44 se establecen las
normas que de carácter superior indican
la prevalencia de los derechos de los niños
frente a los demás:
“Son derechos fundamentales de los niños:
la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su
nombre y nacionalidad, tener una familia y
no ser separados de ella, el cuidado y amor, la
educación y la cultura, la recreación y la libre
expresión de su opinión. Serán protegidos
contra toda forma de abandono, violencia
física o moral, secuestro, venta, abuso sexual,
explotación laboral o económica y trabajos
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Tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el sistema de responsabilidad de adolescentes
riesgosos. Gozarán también de los demás
derechos consagrados en la Constitución,
en las leyes y en los tratados internacionales
ratificados por Colombia.
La familia, la sociedad y el Estado tienen la
obligación de asistir y proteger al niño para
garantizar su desarrollo armónico e integral
y el ejercicio pleno de sus derechos. Cualquier persona puede exigir de la autoridad
competente su cumplimiento y la sanción
de los infractores. Los derechos de los niños
prevalecen sobre los derechos de los demás.
La responsabilidad que cabe adjudicar a un
menor ente 14 y 18 años de edad es una responsabilidad especial o sui generis matizada
por la inmadurez, es por ello que la doctrina
estima que los menores no deben ser castigados como los mayores ni, por supuesto,
deben ir a la cárcel, por lo que la solución
más adecuada es la previsión de medidas
sancionadoras con un importante contenido
educativo adecuadas a sus circunstancias
particulares” (Cólas, 2011, p. 69).
2.2 Las sanciones en el srpa
Si bien el joven que comete delitos debe ser
sometido al sistema penal de acuerdo con
la ley, es de matizarse que el artículo 40 de
la Convención sobre los Derechos del Niño
adoptada el 20 de noviembre de 1989 por la
Asamblea General de Naciones Unidas señala
que:
“Todo niño acusado de haber infringido la
ley debe ser tratado de manera acorde con
el fomento de su sentido de la dignidad y el
valor, que fortalezca el respeto del niño por
los derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros. Se tiene que tener
en cuenta la edad del niño y es importante
que se promueva la reintegración del niño
en la sociedad. Mientras no se pruebe su
culpabilidad, se le presumirá como inocente;
Será informado de los cargos que pesan
contra él y dispondrá de asistencia jurídica
124
o asistencia apropiada; No será obligado a
prestar testimonio o a declararse culpable;
Serán sometidos a una autoridad u órgano
judicial superior competente, independiente
e imparcial; En el caso de que no comprenda
el idioma, dispondrá gratuitamente de un
intérprete; Se respetará su vida privada. Los
Estados Partes tomarán las medidas apropiadas para promover el establecimiento
de leyes, procedimientos, autoridades e
instituciones específicos para los niños:
establecimiento de una edad mínima, adopción de medidas para tratar a esos niños sin
recurrir a procedimientos judiciales, diversas medidas y posibilidades alternativas a la
internación en instituciones.
De cualquier modo, y así parezca que al
hacer alusión al concepto de delincuencia
juvenil solamente se debe hablar de delitos
cometidos por jóvenes, ciertamente en
sentido amplio se debe tener en cuenta las
contravenciones. Por delito se entiende el
comportamiento humano típico, antijurídico y culpable, el cual tiene como amenaza
una sanción penal. Ahora bien, por su parte,
por contravención la doctrina comprende el
comportamiento humano que produce un
daño social de menor entidad que el delito y
por eso la amenaza es con una sanción leve.
Corrobora esta afirmación lo señalado en
el artículo 190 (artículo modificado por el
artículo 91 de la Ley 1453 de 2011) en el cual
se habla tanto de delitos como de contravenciones; en el mencionado artículo se alude a
la sanción para contravenciones de policía
cometidas por adolescentes:
Las contravenciones de policía cometidas
por adolescentes serán sancionadas de la
siguiente manera: Será competente para
conocer el proceso y sancionar el Comisario
de Familia del lugar donde se cometió la
contravención o en su defecto el Alcalde
Municipal. Cuando las contravenciones den
lugar a sanciones pecuniarias, estas serán
impuestas a quien tenga la patria potestad
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Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
o la custodia y estos serán responsables de
su pago, el cual podrá hacerse efectivo por
jurisdicción coactiva, conmutable con trabajo comunitario.
Los sancionados por contravenciones serán
incluidos en programas pedagógicos de educación liderados por las Alcaldías”.
Como vemos, el artículo no solo determina
que las contravenciones hacen parte del
Código de Infancia y Adolescencia, sino que
además señala la competencia y va más allá
cuando expresa la responsabilidad en caso de
sanciones pecuniarias.
Es pertinente indicar que el SRPA maneja
una amplia discrecionalidad del juez, que
aunque no es absoluta, sí permite al juez de
menores seleccionar la sanción a imponer de
conformidad con apreciaciones tanto objetivas como subjetivas. La ley 1098 de 2006 en
el artículo 179 de la Ley taxativamente señala
que esos razonamientos son: criterios para
la definición de las sanciones. Para definir
las sanciones aplicables se deberá tener en
cuenta:
1. La naturaleza y gravedad de los hechos.
2.La proporcionalidad e idoneidad de la
sanción atendidas las circunstancias y
gravedad de los hechos; las circunstancias
y necesidades del adolescente y las necesidades de la sociedad.
3. La edad del adolescente.
4. La aceptación de cargos por el adolescente.
5.El incumplimiento de los compromisos
adquiridos con el Juez.
6. El incumplimiento de las sanciones.
Lo que no pueden olvidar los jueces es que
el SRPA necesariamente tiene que acatar los
principios fundamentales, determinados en
las Directrices de las Naciones Unidas para la
prevención de la delincuencia juvenil (Directrices de Riad), adoptadas y proclamadas por
la Asamblea General en su resolución 45/112,
de 14 de diciembre de 1990; en estos principios lo más importante es la prevención de
la delincuencia juvenil en la sociedad. Otros
principios desarrollados en Colombia y en el
mundo destacan en primer lugar el interés
superior del menor, el cual tiene un contenido educativo, una justicia comprensible,
una respuesta individualizada, una respuesta
basada en la responsabilidad e intervención
cercana al menor y finalmente el principio de
intervención mínima. Para Cólas (2011, pp.
86-87), el menor está en proceso de formación
y por esa razón tiene posibilidad de cambio,
por ello el carácter educativo exige una respuesta inmediata que atienda principalmente
a las circunstancias singulares de cada menor.
Otro principio es el de protección integral en
el que se reconoce, garantiza y especialmente
se cumplen los derechos de los niños, niñas
y adolescentes. Junto a este se encuentra el
principio de corresponsabilidad en el cual se
entiende que tanto la familia, al igual que la
sociedad y el Estado son corresponsables en
su atención, cuidado y protección.
Por su parte, el artículo 142, inciso 2, reza:
“Tampoco serán juzgadas, declaradas
penalmente responsables ni sometidas a
sanciones penales las personas mayores de
catorce (14) y menores de dieciocho (18)
años con discapacidad psíquica o mental,
pero se les aplicará la respectiva medida de
seguridad. Estas situaciones deben probarse
debidamente en el proceso, siempre y
cuando la conducta punible guarde relación
con la discapacidad”.
Para Rubio el tratamiento del menor
infractor en Colombia ha estado tradicionalmente basado en la noción de
“inimputabilidad”. Existe en el código de la
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Tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el sistema de responsabilidad de adolescentes
infancia y la adolescencia la estimación de la
inmadurez psicológica, esta tiene un origen
puramente biológico atendiendo a la edad del
individuo. Para Quintero Olivares, la pauta
de los Códigos modernos es la de distinguir
tres periodos: menor edad, edad juvenil, y
edad adulta; o, incluso cuatro: menor edad,
edad joven, edad semiadulta, y edad adulta.
En cualquier caso, la intervención de la ley
penal comienza en la edad juvenil, puesto
que antes de ese momento la menor edad es
total y el niño queda plenamente sustraído al
Derecho penal. (Quintero 1996, p. 434).
Ya Pavón (1989) al finalizar los años ochenta,
había hecho un análisis sobre la inimputabilidad indicando que esta es la capacidad
para cometer delitos, capacidad de derecho penal, capacidad de pena, así mismo
capacidad jurídica del deber, de acción, de
culpabilidad, y finalmente como capacidad
de conducirse socialmente.
Mientras que la imputabilidad es una regla
general, en otros términos, todos tenemos la
plena capacidad para comprender la ilicitud
o para determinarse de acuerdo con esa comprensión; la inimputabilidad debe probarse,
nunca se puede presumir. Imputable es,
según Quintero, “la posibilidad de conocer
los sentidos de los mandatos y prohibiciones
del derecho y de actuar con arreglo a esa
comprensión, es decir, la posibilidad de que
esa comprensión pueda operar como un
contramotivo”. (Quintero 2000, p. 529).
Respecto a la inimputabilidad hay que matizar que en Colombia por política criminal
se estima que los menores de 14 años y los
comprendidos entre dicha edad y los 18
años que padezcan discapacidad psíquica
o mental se consideran inimputables y en
consecuencia, son objeto de aplicación de
las medidas de seguridad.
126
El artículo 6 expresa:
“Los adolescentes entre 14 y 16 años que
cometan delitos, sólo podrán ser sancionados con medidas alternativas que no
impliquen privación de libertad. (La amonestación, la imposición de reglas de conducta,
la prestación de servicios a la comunidad,
la libertad asistida, la internación en medio
semi-cerrado); salvo cuando cometan delitos
de homicidio doloso, Secuestro o extorsión,
en cuyo caso podrán ser privados de libertad
por un tiempo entre 2 y 8 años. Esta última
regla se aplica también para adolescentes
entre 16 y 18 años”.
Es más palpable aunque solo se está buscando
sancionar mas no reparar el daño, pues el
código debe contener medidas que el menor
pueda cumplir para suplir el daño causado.
Es claro que los menores de 14 años que
cometan delitos son objeto de una medida de
protección y además son obligados a efectuar
procesos de educación en el cual juega un
papel importante su familia.
De otra parte, en el SRPA se habla de sanciones y no de penas; es así que hay que
entender que la responsabilidad penal que
cabe adjudicar a un adolescente cuando
infringe la ley penal, específicamente cuando
es mayor de catorce (14) años y que no haya
cumplido los dieciocho (18) años de edad,
es una responsabilidad que puede ser penal
y civil. Sin embargo, la consecuencia de esa
responsabilidad no será una pena como
tal sino una sanción. De conformidad con
el artículo 177 del Código estas sanciones
son: la amonestación, imposición de reglas
de conducta, prestación de servicios a la
comunidad, libertad asistida, internación en
medio semi-cerrado y privación de libertad
en centro de atención especializado. No obstante que según el artículo 144 del Código de
Infancia y Adolescencia dice que:
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Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
“Procedimiento aplicable.- Salvo las reglas
especiales de procedimiento definidas en el
presente libro, el procedimiento del sistema
de responsabilidad penal para adolescentes
se regirá por las normas consagradas en la
Ley 906 de 2004 (Sistema Penal Acusatorio),
exceptuando aquellas que sean contrarias al
interés superior del adolescente”.
En el punto específico de la consecuencia de
la conducta típica cometida por un adolescente, esta es una sanción. Así lo reconoce la
Corte Suprema de Justicia cuando asegura:
centro de atención especializada tendrá una
duración de dos (2) hasta ocho (8) años. (…)
Parágrafo.- Si estando vigente la sanción de
privación de la libertad el adolescente cumpliere los dieciocho (18) años, ésta podrá
continuar hasta que éste cumpla los veintiún
(21) años. En ningún caso esta sanción podrá
cumplirse en sitios destinados a infractores
mayores de edad”.
Cuando se trata de definir la clase y tiempo de
duración de la sanción, la Corte Suprema de
Justicia ha señalado los siguientes criterios:
Ya cuando al menor infractor se le pueda
señalar la máxima sanción prevista para este
tipo de delincuentes, como es una privación
de la libertad, el artículo 187 del Código de
Infancia y Adolescencia señala:
“a) En principio, para adolescentes de
catorce (14) años y menores de dieciocho
(18), la privación de la libertad en un centro
de atención especializada por un lapso de dos
(2) a ocho (8) años, sólo procede respecto de
delitos graves, categoría que en la Ley 1098
de 2006 está atribuida a las conductas de
homicidio doloso, secuestro y extorsión, en
todas sus modalidades, es decir, el legislador
asignó esa clase de sanción y los respectivos
márgenes de movilidad independientemente
de si se trata de conductas tentadas o agotadas, agravadas o atenuadas, cometidas en
calidad de autor, cómplice, interviniente,
etc.
“Privación de la libertad.- La privación de la
libertad en centro de atención especializada
se aplicará a los adolescentes mayores de
dieciséis (16) y menores de dieciocho (18)
años que sean hallados responsables de
la comisión de delitos cuya pena mínima
establecida en el Código Penal sea o exceda
de seis (6) años de prisión. En estos casos la
privación de libertad en centro de atención
especializada tendrá una duración de uno
(1) hasta cinco (5) años. En los casos en
que los adolescentes mayores de catorce
(14) y menores de dieciocho (18) años
sean hallados responsables de homicidio
doloso, secuestro, extorsión, en todas sus
modalidades, la privación de la libertad en
“c) En los demás eventos, es decir: (i) cuando
se trate de delitos sancionados en el Código
Penal con pena mínima de prisión que sea o
exceda de seis (6) años (diferentes a los de
“Sin mayores desarrollos se debe puntualizar que el “sistema de cuartos” de que trata
el artículo 61 de la ley 599 de 2000 no es
aplicable a los procesos de que trata la Ley
de la Infancia y la Adolescencia, porque la
Ley 1098 de 2006 no lo contempla”. (Corte
Suprema de Justicia, Proceso Nº 31367, M.P.
Sigifredo Espinosa, 24/11/2008).
b) Cuando se trate de delitos menos graves,
categoría que corresponde a los sancionados
en el Código Penal con pena mínima de
prisión que sea o exceda de seis (6) años
(atendidos los fundamentos reales modificadores de los extremos punitivos), la sanción
por imponer igualmente será la privación de
la libertad en un centro de atención especializada, pero por un período de uno (1) a
cinco (5) años, y únicamente cuando el autor
o partícipe de tales comportamientos tenga
dieciséis (16) años cumplidos y sea menor de
dieciocho (18). (Negrillas de la Sala).
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Tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el sistema de responsabilidad de adolescentes
homicidio doloso, secuestro o extorsión, en
cualquiera de sus modalidades), pero cometidos por adolescentes de catorce (14) años de
edad cumplidos y menores de dieciséis (16),
o (ii) respecto de comportamientos punibles
reprimidos con una pena mínima de prisión
inferior a seis (6) años (se reitera, atendidos
los fundamentos reales modificadores de los
extremos punitivos), sin importar la edad
del adolescente infractor, no procede la
privación de la libertad y el operador jurídico
goza de discrecionalidad para seleccionar
entre las demás previstas en el artículo 177, la
o las que mejor convengan al caso concreto,
con sujeción a los criterios fijados en el
artículo 179 de la Ley 1098 de 2006”. (Corte
Suprema de Justicia, Proceso Nº 32889, M.P.
José Leónidas Bustos, 24/02/2010).
En definitiva, la delincuencia juvenil hay
que tratarla con las medidas determinadas
previamente en el SRPA, y a pesar de las
constantes solicitudes de la sociedad respecto
a endurecer las penas, en verdad el sistema
no puede modificarse por la reacción social
o mediática. En este sentido recordemos que
el sistema tiene un trato preferencial a los
menores, precisamente por esa condición.
3. El modelo de protección
integral: el trato diferencial
sobre delincuencia juvenil
En Colombia la edad en que adquieren
responsabilidad penal los jóvenes y en la que
se entra en el SRPA se encuentra establecida
en 14 años y va hasta cuando el individuo
adquiere la mayoría de edad. Algunas voces
abogan por reducirla en materia penal sin
tener en consideración factores psicológicos,
psiquiátricos, sociológicos y aun biológicos,
que tienen relación directa con la criminalidad
juvenil; el disminuir la edad por debajo de
18 años en materia penal, se ha demostrado
128
no reduce los índices de criminalidad. Y es
más, difícilmente se puede hacer en virtud
de las exigencias de tratados suscritos
por Colombia en torno a que la edad para
considerar que se es mayor de edad es 18
años.
Es importante entender que los adolescentes
al ser menores de edad, son objeto de un tratamiento diferenciado por varias razones; la
primera y principal de ellas es por ser menor
de 18 años que tiene como principio especifico el interés superior del menor; la segunda
se desprende de esta, en razón de que el
tradicional derecho penal de tipo retributivo
aplicado para la gran mayoría no se puede
aplicar a menores; la tercera tiene que ver
con que el sistema judicial al ser un menor el
infractor de la ley penal y al ser este el objeto
del mismo, debe tener medidas pedagógicas
en las que nuevamente predomina el interés
superior del menor.
Recordemos que mediante la Declaración
de Leuven, Bélgica, de 1997, se determinó
que la justicia juvenil tenía que basarse en
un modelo de justicia restaurativa; así pues,
se dijo que la justicia restaurativa en materia
de delincuencia juvenil es “un proceso en
el que todas las partes implicadas en un
determinado delito resuelven colectivamente
cómo manejar las consecuencias de ese delito
y sus implicaciones para el futuro”. En otros
términos, en el proceso para lograr justicia
restaurativa participan necesariamente:
las víctimas, los victimarios e inclusive la
comunidad. En consecuencia, hay dos partes
bien importantes: el proceso y el resultado
restaurativo, entonces se entiende como un
programa de justicia restaurativa lo señalado
en el artículo 518 de la Ley 906 de 2004, en
donde se determina el significado de justicia
restaurativa:
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Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
“todo proceso en el que la víctima y el
imputado, acusado o sentenciado participan
conjuntamente en forma activa en la resolución de cuestiones derivadas del delito en
busca de un resultado restaurativo, con o sin
la participación de un facilitador”.
En este aspecto destaquemos que el SRPA
tiene ciertos fines como son el protector y el
restaurador; cuando se trata de la sanción por
imponer, la finalidad protectora de todas las
sanciones apunta a alejar al menor transgresor
y a prevenir a la sociedad de nuevas conductas delictivas por parte de éste; su carácter
educativo o pedagógico está orientado a que
asuma consciencia acerca del daño causado, y
en función de ello adopte valores y principios
que le permitan discernir la importancia del
respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales; y el fin restaurativo,
implica no solo que el adolescente, desde el
punto de vista político social, adquiera sentido de responsabilidad con la reparación del
perjuicio infligido a la víctima, sino también
lograr su reincorporación a la sociedad para
que consolide su desarrollo. (Corte Suprema
de Justicia, Proceso Nº 33.510 del 7 de julio de
2010, M.P. Julio Enrique Socha Salamanca).
En general, las normas existentes sobre el
tema generan toda suerte de trato diferencial
respecto de los menores; así pues, en el ámbito
internacional el Pacto internacional de derechos civiles y políticos (ley 74 de 1968) señala
en diversos artículos que: “no se impondrá
la pena de muerte por delitos cometidos por
personas de menos de 18 años de edad” (Artículo 6.5); y en el Artículo 10.2.b., con relación
a la privación de la libertad, expresa que “los
menores procesados estarán separados de
los adultos y deberán ser llevados ante los
tribunales de justicia con la mayor celeridad
posible para su enjuiciamiento”; en el artículo
10.3., referido al régimen penitenciario, establece que:
“Los menores delincuentes estarán separados de los adultos y serán sometidos a un
tratamiento adecuado a su edad y condición
jurídica”; en el artículo 14.1, ordena que
“toda sentencia en materia penal o contenciosa será pública, excepto en los casos en
que el interés de menores de edad exija lo
contrario...”; y en el artículo 14.4, dispone
que en el procedimiento aplicable a los
menores de edad a efectos penales se tendrá
en cuenta esta circunstancia y la importancia de estimular su readaptación social”.
Por su parte, en la Convención americana
sobre Derechos Humanos (ley 16 de 1972) se
dice:
“Artículo 4-5, referente al derecho a la
vida, ordena que no se impondrá la pena
de muerte a personas que, en el momento
de la comisión del delito, tuvieren menos de
dieciocho años de edad...”;
Artículo 5-5, relativo al derecho a la integridad personal, establece que cuando los
menores puedan ser procesados, deben ser
separados de los adultos y llevados ante
tribunales especializados, con la mayor celeridad posible, para su tratamiento”.
Ya en el artículo 40 de la Convención de
derechos del niño (ley 12 de 1992), se expresa
que:
“1. Los Estados Partes reconocen el derecho
de todo niño de quien se alegue que ha
infringido las leyes penales o a quien se acuse
o declare culpable de haber infringido esas
leyes a ser tratado de manera acorde con el
fomento de su sentido de la dignidad y el
valor, que fortalezca el respeto del niño por
los derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros y en la que se tengan
en cuenta la edad del niño y la importancia
de promover la reintegración del niño y de
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Tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el sistema de responsabilidad de adolescentes
que éste asuma una función constructiva en
la sociedad.
2. Con ese fin, y habida cuenta de las disposiciones pertinentes de los instrumentos
internacionales, los Estados Partes, garantizarán, en particular:
a) Que no se alegue que ningún niño ha
infringido las leyes penales, ni se acuse o
declare culpable a ningún niño de haber
infringido esas leyes, por actos u omisiones
que no estaban prohibidos por las leyes
nacionales o internacionales en el momento
en que se cometieron;
b) Que todo niño del que se alegue que ha
infringido las leyes penales o a quien se acuse
de haber infringido esas leyes se le garantice,
por lo menos, lo siguiente:
i) Que se le presumirá inocente mientras no
se pruebe su culpabilidad conforme a la ley;
ii) Que será informado sin demora y directamente o, cuando sea procedente, por
intermedio de sus padres o sus representantes legales, de los cargos que pesan contra
él y que dispondrá de asistencia jurídica u
otra asistencia apropiada en la preparación
y presentación de su defensa;
iii) Que la causa será dirimida sin demora por
una autoridad u órgano judicial competente,
independiente e imparcial en una audiencia
equitativa conforme a la ley, en presencia de
un asesor jurídico u otro tipo de asesor adecuado y, a menos que se considerare que ello
fuere contrario al interés superior del niño,
teniendo en cuenta en particular su edad
o situación y a sus padres o representantes
legales;
iv) Que no será obligado a prestar testimonio
o a declararse culpable, que podrá interrogar
o hacer que se interrogue a testigos de cargo
y obtener la participación y el interrogatorio
de testigos de descargo en condiciones de
igualdad;
130
v) Si se considerare que ha infringido, en
efecto, las leyes penales, que esta decisión
y toda medida impuesta a consecuencia
de ella, serán sometidas a una autoridad u
órgano judicial superior competente, independiente e imparcial, conforme a la ley;
vi) Que el niño contará con la asistencia
gratuita de un intérprete si no comprende o
no habla el idioma utilizado;
vii) Que se respetará plenamente su vida
privada en todas las fases del procedimiento.
3. Los Estados Partes tomarán todas las
medidas apropiadas para promover el
establecimiento de leyes, procedimientos,
autoridades e instituciones específicos para
los niños de quienes se alegue que han
infringido las leyes penales o a quienes se
acuse o declare culpables de haber infringido
esas leyes, y en particular:
a) El establecimiento de una edad mínima
antes de la cual se presumirá que los niños
no tienen capacidad para infringir las leyes
penales;
b) Siempre que sea apropiado y deseable,
la adopción de medidas para tratar a esos
niños sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendimiento de que se respetarán
plenamente los Derechos Humanos y las
garantías legales.
4. Se dispondrá de diversas medidas, tales
como el cuidado, las órdenes de orientación
y supervisión, el asesoramiento, la libertad
vigilada, la colocación en hogares de guarda,
los programas de enseñanza y formación
profesional, así como otras posibilidades
alternativas a la internación en instituciones,
para asegurar que los niños sean tratados de
manera apropiada para su bienestar y que
guarde proporción tanto con sus circunstancias como con la infracción”.
Finalmente, desataquemos que las medidas
impuestas al menor infractor en razón
del interés superior del mismo se pueden
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Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
modificar o sustituir; así lo ha determinado la
Corte Suprema de Justicia en el Proceso Nº
32889, con ponencia del doctor José Leónidas
Bustos (24/02/2010):
“Cualquiera sea la medida impuesta, en
el curso de su ejecución, de acuerdo con
las circunstancias individuales del menor
transgresor y sus necesidades especiales, el
juez puede modificarla o sustituirla por otra
de las previstas en la legislación en cuestión
teniendo en cuenta el principio de progresividad, esto es, por una menos restrictiva,
y por el tiempo que considere pertinente,
sin que pueda exceder los límites fijados en
las respectivas disposiciones ni el lapso de
ejecución que reste de la modificada o sustituida; cuando se trate de la privación de la
libertad, el incumplimiento del adolescente
infractor de los respectivos compromisos,
acarreará la satisfacción del resto de la sanción inicialmente asignada”. (Corte Suprema
de Justicia).
CONCLUSIONES
El SRPA en Colombia es especializado para
los adolescentes infractores de la ley penal,
en consecuencia no podemos pensar que un
modelo que cambie la edad respecto de la
cual se es responsable penalmente (por ejemplo, 16 años), tampoco se puede pensar que
se cambie el sistema por el utilizado con los
adultos delincuentes.
El tratamiento a la delincuencia juvenil en
Colombia en el SRPA es un modelo centrado
en la protección integral del adolescente, en
este sentido es absolutamente distinto del
sistema utilizado para los adultos que delinquen. Las medidas que se toman cuando este
es responsable penalmente tanto en el procedimiento como en las medidas que se tomen
son de carácter pedagógico.
El sistema tiene unos lineamientos que en
general, son principios que pretenden servir
de solución a un problema, con un tipo de
enmiendas como las integradas al código a raíz
de la implementación del modelo de seguridad
ciudadana en el año 2011, que en cualquier
caso no son las más adecuadas tanto para el
adolescente como para la sociedad. Así pues,
la educación, resocialización, rehabilitación
y reintegración del menor infractor de la ley
penal a la sociedad son inadecuadas debido
a la falta de medidas estructurales; por otro
lado, la sociedad se encuentra insatisfecha y
ve que el sistema no funciona como debiera
porque considera que hay mucha impunidad
en el sistema que juzga a los menores de 18
años. La impunidad en Colombia tiene su
génesis en un sinnúmero de factores, estos
no son ajenos a la delincuencia juvenil, solo
que se ve matizada la delincuencia juvenil
porque el tipo de medidas impuestas a los
jóvenes infractores de la ley penal hacen ver
que generan impunidad, cuando realmente
son medidas que se imponen a adolescentes
que como tales son susceptibles de un tratamiento diferenciando.
También es importante indicar algunas
fuentes subyacentes de la proliferación de
la delincuencia juvenil, estas ameritan una
contextualización y por tal razón se requiere
estudiar las causas de la delincuencia juvenil
ya que tiene consecuencias en todo el sistema
penal; su estudio se debe hacer, inclusive en
otras ramas del Derecho diferentes al Derecho Penal; así pues, este tipo de delincuencia
es analizado desde la teoría del Derecho y del
Estado, y no es ajeno al Derecho Constitucional o a la filosofía del Derecho; desde todas
ellas se aportan conocimientos encaminados
a su solución. Indudablemente las soluciones
más efectivas son las estructurales, pero sabemos que su logro es más una utopía. Lo único
cierto, y en lo cual coinciden la casi totalidad
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Tratamiento a la delincuencia juvenil en Colombia en el sistema de responsabilidad de adolescentes
de los autores, es que la cuestión relativa a la
criminalidad juvenil tiene que ser de una gran
responsabilidad social.
Respecto al sistema de responsabilidad penal
para adolescentes, reiteramos, es especializado, para el efecto tiene en cuenta la edad
como principal factor para encontrar la
capacidad y la responsabilidad que tiene un
menor para llegar a ser infractor. Esa parte
biológica es la principal característica a la
hora de determinar la inimputabilidad de un
individuo. Este criterio es objetivo, en el que
hay una presunción iuris et de iure.
En general, los menores de 18 años son
inimputables, empero son presuntamente
responsables del hecho delictivo, y además
están sujetos a algunas medidas socioeducativas, entre ellas la amonestación e
imposición de reglas de conducta, orientación y apoyo familiar, reparación de daños
causados, servicio a la comunidad, libertad
asistida, internamiento domiciliario, internamiento de fin de semana, internamiento
con régimen de semi-libertad e internamiento institucional como último recurso.
La Ley de Infancia y Adolescencia plantea la
responsabilidad penal de los menores, fijando
tres grupos de menores de edad: los inimputables, de 0 a 14 años de edad; los menores
de edad, entre 14 y 16 años, y por último, los
menores entre 16 y 18 años de edad.
En Colombia un menor de dieciocho (18)
años se considera inimputable debido a
que su capacidad de actuar y de operar
mentalmente tiene una inmadurez para
comprender a cabalidad la ilicitud o, si la
entiende, no tiene los elementos suficientes
para valorar dicho comportamiento.
Por su parte, el menor de 14 años se considera inimputable a efectos penales; en
palabras de Sotomayor son exentos de pena,
132
pero no porque sean incapaces de comprender o de determinarse, sino porque su edad
los pone en una situación de desigualdad
manifiesta que no permite en forma legítima
exigirles la misma respuesta que se puede
esperar del imputable, lo cual justifica una
respuesta sancionatoria de entidad y naturaleza diversa a la pena. (Sotomayor, 1998, p.
150).
El tratar a un menor como inimputable tiene
su fundamentación en la “doctrina de la
situación irregular”, de allí que:
“Se ha considerado que el menor, en cuanto
tal, está apenas en la etapa de desarrollo
de la personalidad, lo cual, o no le permite
comprender plenamente las exigencias
propias del universo normativo, o le impide
adecuar su comportamiento a tales exigencias” (Sotomayor, 1998, p. 147).
Por último, digamos que el rápido aumento
de la delincuencia juvenil a nivel individual
y especialmente grupal, hace indispensable
que se plantee seriamente la reducción de la
edad penal con el objetivo quizá de reducir
la criminalidad juvenil. Se argumenta que un
individuo de 16 años de edad se supone que
posee conocimiento y voluntad para discernir
entre el bien y el mal y presagiar las consecuencias de sus actos contrarios a derecho.
Sin embargo, conviene aclarar que no se debe
tratar a un adolescente, aun siendo criminal,
como un adulto; como indica Cólas (2011, p.
66), “El sistema tutelar supone la superación
de la época histórica en la que los menores
responsables de un delito recibían el mismo
trato que los adultos”. No podemos llegar a
aplicar la tolerancia cero a la delincuencia
juvenil sin tener objeciones en una sociedad
como la colombiana, en la que es fundamental hacer un estudio desde la génesis para
comprender no ya la delincuencia juvenil
sino todo el fenómeno delincuencial. Revisar
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Henry Torres Vásquez y Jairo Rojas Ángel
las políticas públicas que actualmente se
tienen en materia de prevención y de castigo
respecto a la delincuencia juvenil. Junto a
esto se tiene que ser escrupulosos a la hora
de la promoción y defensa de los derechos
humanos de los adolescentes infractores,
conforme a “los estándares internacionales”.
Es de recordar que el Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes,
entidad dependiente de la OEA, dentro del
Plan de Acción 2011-2015 (disponible en:
http://www.iin.oea.org), prioriza entre sus
líneas de acción trabajar en la elaboración y
aplicación de herramientas que fortalezcan
las capacidades de los Estados para la adopción, implementación o fortalecimiento,
según corresponda, de sus sistemas de responsabilidad penal adolescente conformes a
los estándares internacionales de Derechos
Humanos.
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de 2001, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
Colombia, Corte Suprema de Justicia, Proceso
Nº 30655, M.P. Jorge Luis Quintero Milanés,
27/10/2008).
Colombia, Corte Suprema de Justicia, Proceso Nº
31367, M.P. Sigifredo Espinosa, 24/11/2008).
Colombia, Corte Suprema de Justicia, Proceso Nº
32889, M.P. José Leónidas Bustos, 24/02/2010).
Colombia, Corte Suprema de Justicia, Proceso Nº
33510 del 7 de julio de 2010, M.P. Julio Enrique
Socha Salamanca.
Colombia, Corte Suprema de Justicia, Proceso Nº
33453, M.P. Javier de Jesús Zapata, 03/02/2010.
Colombia, Corte Suprema de Justicia, Proceso Nº
33702, M.P. Javier de Jesús Zapata, 09/12/2010.
Colombia, Corte Suprema de Justicia, Proceso
Nº 35681, M.P. Julio Enrique Socha Salamanca,
29/06/2011).
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Juan Pablo Monroy
Técnicas de reproducción asistida
y su incedencia en Colombia*
Assisted reproductive techniques and
its incidence in Colombia
Juan Pablo Monroy**
Universidad Militar, Bogotá, D.C
Universidad Cooperativa, Bogotá, D.C.
Resumen
El artículo analiza, en primer lugar las técnicas de reproducción asistida, sus antecedentes, las existentes, su procedimiento y aplicación; como estas prácticas, no solamente son
diferentes en su procedimiento médico, sino en las incidencias frente a las consecuencias
jurídicas. En segundo lugar, se analiza, los Derechos Sexuales y Reproductivos y la aplicación
de estas técnicas. Finalmente realizamos un análisis del tratamiento de estas técnicas en el
caso colombiano, centrándonos en los pronunciamientos de la Corte Constitucional con
relación a acceso a estas técnicas y los efectos que implican sus pronunciamientos, y sus
vacíos jurídicos.
Palabras clave: Reproducción Asistida, Derechos Sexuales y Reproductivos, Salud Sexual.
Abstract
The article discusses assisted reproduction techniques. The first section deals with the background of these techniques, the existing procedures and associated implementations. This
section highlights the differences surrounding medical procedures and their legal consequences in different countries. The second section analyzes Sexual and Reproductive Rights
and the application of these techniques. Finally, we draw an analysis of the treatment of these
techniques in the Colombian case, focusing on the rulings of the Colombian Constitutional
Court regarding access to these techniques and the effects addressed by this judicial body.
Keywords: Assisted Reproduction, Sexual and Reproductive Rights, Sexual Health.
Fecha de Recepción: Septiembre 8 de 2013
Fecha de Aprobación: Noviembre 4 de 2013
* El presente artículo de reflexión corresponde al proyecto de investigación “Técnicas de Reproducción Asistida
y su aplicación en Colombia”, pertenece al grupo de investigaciones CIFAD – CONADI Universidad Cooperativa de Colombia sede Bogotá
** Abogado Universidad Libre, Especialista en Derecho Constitucional, Universidad Libre, Candidato a Magister
en Derecho Procesal Constitucional, Universidad Lomas de Zamora (Argentina), Docente Investigador, Universidad Cooperativa de Colombia, Docente Universidad Militar Nueva Granada área de Derecho Público,
Docente Universidad América. Abogado litigante.
Verba Iuris 30 • p. 135-150 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
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Técnicas de reproducción asistida y su incedencia en Colombia
Introducción
Al pensar en las técnicas de reproducción
asistida y sus avances científicos para la
procreación surgen varios interrogantes que
merecen atención. Un aspecto muy relevante
es la relación del derecho con la bioética y la
biotecnología. El intentar analizar estas relaciones, nos permite entrever la complejidad
inmersa en la regulación de los derechos
reproductivos en la sociedad global actual y
su influencia en jurisdicciones del sur global
como la Colombiana. Así, la cambiante idea
de familia, la paternidad y maternidad, la filiación y la manipulación genética son aspectos
que generan nuevos retos para la regulación
y teorización de los derechos reproductivos.
Cómo legislar un aspecto-la reproducciónque para muchos es de vital importancia,
tanto en su vida en pareja, como de manera
personal se ha convertido en un reto para legisladores, doctrinantes y operadores jurídicos
de la gran mayoría de sistemas jurídicos en la
era global.
Tocar derechos tan subjetivos y de la naturaleza humana es una tarea titánica, los derechos
sexuales y reproductivos desde la perspectiva
de las TRA, y hacer ver a la comunidad que
a este tipo de técnicas pueden recurrir, no
solamente las parejas casadas y/o las de unión
marital de hecho, sino por otro lado mujeres
y hombres solos, que han decidido conformar
una familia, sin la necesidad de convivir con
una pareja estable, pero sí tener su propia
descendencia y, con una igualdad de derechos,
también pueden acudir personas del mismo
sexo, para asegurar su descendencia con
propio material genético, y la que trasciende
la voluntad después de la muerte, pues la
fecundación pos mortem es también es otra
opción que nos brindan estas técnicas.
Cuando hablamos de los derechos sexuales
y reproductivos y las TRA surge la siguiente
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pregunta: ¿hasta dónde el estado debe también garantizar el acceso a ellos y, el cómo
presentar una legislación que esté acorde
con la sociedad y que respete los derechos
humanos? Estos derechos involucran, tanto
a aquellos que acuden al tratamiento, como
para aquellos que son terceros que interviene
en el proceso, llámese donante en cualquiera
de las necesidades médico científicas, madres
que prestan su útero, manejo de material
genético, médicos que interviene en el procedimiento y la ética que se debe guardar en
dichos procedimientos.
La inclusión de los derechos sexuales y reproductivos y sobretodo las TRA, al mirarlas en
su conjunto tocan a toda una sociedad, al igual
que al naciturus y sus futuros derechos, ya
que se le deben garantizar a las personas que
nacen con estas técnicas sus derechos, como
la vida, a un nombre, a tener una familia,
sus derechos económicos de sucesión, los
anteriores están protegidos de una manera
clara, pero su derecho a una identidad genética, conocerla, que es un derecho que como
persona se tiene.
Problema de investigación
El problema que motivó la investigación
en comento puede platearse así ¿cuál son
las garantías constitucionales protegidas o
vulneradas en las técnicas de reproducción
asistida para el caso colombiano?
Estrategia metodológica
El diseño metodológico emplea un enfoque
cualitativo, en el cual la aproximación del
estudio privilegia las cualidades y rasgos característicos del objeto de estudio, es de tipo
explicativo, al tratar de aclarar y explicar los
enfoques jurídicos y médicos, pues se analiza
la jurisprudencia nacional, con relación a
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las técnicas de reproducción asistida, frente
a los pronunciamientos de la Corte IDH;
se utilizan fuentes primarias (providencias
judiciales, textos médicos, jurídicos) como
secundarias (artículos de revista, documentos
de internet) esta información documental se
revisó y se analizó directamente.
Los Resultados y Hallazgos
En los capítulos siguientes se hace el balance
de investigación
1. Antecedentes de las técnicas
de reproducción asistida
Estas nociones parten de los antiguos egipcios
quienes intentaban más que lograr la implementación de una técnica de reproducción
asistida, el predecir falencias biológicas que le
impedían concebir a las mujeres de la época.
Por otra parte en la cultura azteca se llegaron
a utilizar varios tipos de plantas especiales
que se creía lograban un fortalecimiento en
la fertilidad de la mujer que no era apta para
procrear.
Desde sus comienzos el hombre no ha sido
ajeno al deseo de engendrar su propia descendencia y de buscar mecanismos para
su cuidado, como lo afirma Erades Medina
(1990):
“Desde la más lejana antigüedad las nodrizas
han vendido su leche, y este hecho ha sido
calificado de muy distintas maneras, así
como en el Código de Napoleón les daba
privilegio para cobrar su aporte ante los
deudores en dificultades. Por el contrario
Rousseau en el Emilio las critica con vehemencia” (p. 715).
Esta también documentado en las sagradas
escrituras que Abraham y Sara habrían tenido
la ayuda de Agar para tener su hijo Ismael,
este sería el primer caso de una maternidad
subrogada, para otros autores no es así, ya
que había un concepto de familia diferente
que se trataba de una familia poligámica.
En el año de 1978 se sorprendió al mundo
con la noticia que los doctores Stepoe,
habrían desarrollado ya estos métodos de
manera más eficiente logrando así, el primer
niño concebido mediante la fecundación
in vitro, en el momento llamado el “bebé
probeta” nació para ese mismo año. Se llama
Louis Brown, y en la actualidad está casada y
tiene descendencia, desde allí las técnicas han
evolucionado y cada vez son más eficientes,
desde ese entonces no es fácil establecer el
número exacto de bebes que han nacido por
las TRA en el mundo.
Hoy por hoy se puede establecer claramente
y sin dudas quien es la madre o padre con
una certeza que no deja un manto de duda,
pasaría a la historia el dicho que trae Martínez – Pereda (2006):
“Lo real siempre se ha dicho que “madre hay
una sola” (“madre no hay más que una”) y,
además, era cierta (mater certa est), lo que se
contraponía a la paternidad incierta, y de la
que se decía que “hasta el día del juicio final,
no sabremos de quién son los sermones, de
quién es el dinero, y de quien son los hijos”.
(p. 16)
La utilización de estas técnicas que cada
día son más utilizadas con resultados más
efectivos, han generado una discusión en
los ámbitos médicos, éticos y tal vez no con
la misma intensidad en el derecho, el uso
de estas técnicas han generado que se alerte
sobre la mercantilización de cuerpo y la
genética del hombre, pues la falta de límites
legales a estas prácticas han convertido a
países en paraísos para las TRA donde no
existe limitante alguna, solo lo que la ética de
las personas que intervienen en el proceso le
quieran poner.
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Técnicas de reproducción asistida y su incedencia en Colombia
2.Las técnicas de Reproducción
Asistida
Con el fin de determinar en qué consisten
las técnicas de reproducción asistida (TRA),
se hace insoslayable establecer algunas de
las razones por las cuales surge la necesidad
por parte de las parejas de acudir a este tipo
de ayudas científicas, con el fin de lograr la
concepción y así materializar el sueño de la
maternidad y paternidad.
En la actualidad, una de las principales razones por las cuales las personas acuden a las
TRA, deriva de la abstención o la postergación de la maternidad, debido a los cambios
de pensamiento que se presentan frente al
tema de la concepción, generan una variación
en el rango de edad en el cual una pareja está
dispuesta a concebir un hijo, logrando así que
este factor de edad llegue a convertirse en una
limitante incipiente en esta tarea.
No obstante, existen desde luego un sin
número de situaciones genéticas y biológicas que impiden la concepción, destacando
la esterilidad, enfermedades crónicas o
enfermedades propias de los sistemas reproductores de la pareja que limitan la capacidad
de concebir, allí surge la implementación de
las TRA.
Las técnicas de reproducción asistida, se
pueden definir como aquel sistema de pasos
y procedimientos biológicos apoyados,
desarrollados y aplicados de manera médico
científica, que propenden por la sustitución u
optimización del proceso biológico natural de
la concepción humana.
A este respecto Santamaría Luis (2000),
afirma que:
“Entendemos por técnicas de reproducción
asistida (TRA), al conjunto de métodos
biomédicos, que conducen a facilitar, o substituir, a los procesos biológicos naturales
138
que se desarrollan durante la procreación
humana, como la deposición del semen en la
vagina, la progresión de los espermatozoides
a través de las vías genitales femeninas, la
capacitación del espermatozoide una vez
eyaculado, la fertilización del óvulo por el
espermatozoide, etc. No es pues adecuado
referirse a estas técnicas como métodos de
reproducción artificial, ya que no suplantan
mediante elementos artificiales o no biológicos al organismo masculino o femenino en
la función procreativa, sino que pretenden
ayudar o substituir en parte una función
generativa deteriorada o inexistente (subfertilidad o infertilidad)” (p. 37).
Se pueden determinar las dos razones
más incipientes por las cuales las personas
acuden a las diferentes TRA, para lograr la
concepción y por ende la tarea de ser padres.
Nos referimos entonces a los conceptos de
infertilidad y esterilidad, los cuales se pueden
confundir o equiparar pero estos son claramente diferentes.
Por un lado no nos referimos a la esterilidad
como aquella imposibilidad para concebir
aun cuando no se está sujeto a la aplicación
de métodos anticonceptivos y se tienen una
vida sexualmente activa como pareja.
Se establece la incidencia que tienen los hábitos sociales y la evolución del pensamiento
de las parejas en la actualidad, como razones
fundamentales para que se presente la incapacidad de concepción.
Por otra parte, se tiene que la infertilidad es
la imposibilidad de concebir un hijo vivo en
donde las variables expuestas para la esterilidad aplican de igual manera a excepción unas
pocas.
Es decir, que la reproducción asistida es la
necesidad de apoyarse en un especialista
o profesional de la salud, si se quiere; para
que mediante un proceso de fertilización ya
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establecido, se logre la concepción de aquellas
parejas que no están plenamente capacitadas
biológicamente para ello.
3. Clases de TRA y su aplicación
Cuando se habla de las técnicas de reproducción asistida humana, se hace referencia
a aquellos métodos médicos científicos que
coadyuvan a la fertilización de óvulos con el
fin de lograr el embarazo. Es allí en donde se
conceptualiza acerca de las distintas maneras
de brindar la oportunidad de la concepción
a las parejas o mujeres sin pareja masculina
que deseen tener un hijo, por métodos científicos tales como la inseminación artificial,
la fecundación in-vitro, la micro-inyección
espérmica, la inseminación donante, el cultivo
de embriones y desde luego la subrogación
de vientre también llamada maternidad
subrogada.
Iniciamos con la Inseminación Artificial, que
como la define la Real Academia de la Lengua
Española (2013), hacer llegar el semen al
óvulo mediante un artificio cualquiera, se
explica sin mayores contratiempos ya que
como lo explica Héctor Mendoza (2008):
“Es una técnica relativamente sencilla basada
en la manipulación de gametos masculinos
con una triple finalidad; la inmediata y
más próxima, lograr la fecundación, en un
segundo momento la pretensión es la de
lograr un embarazo y un tercer momento,
conseguir el alumbramiento de un ser
humano” (p. 5).
Esta es una técnica de reproducción asistida
consiste depositar una gran concentración
de espermatozoides en la zona de entrada
del útero de la mujer con el fin de acortar el
trayecto que estos deben realizar para llegar
al ovocito. Es decir que este tipo de métodos
remplazan la copulación y “la introducción
del semen se realiza de forma mecánica y no
mediante el acto conyugal natural, siendo
necesaria la obtención previa del semen”
(Tarasco Michel, Martha y Bach, Javier
Marco 2002, p. 38).
Dentro de la clasificación de la técnica de inseminación artificial, se encuentra el método
denominado intrauterino directo en el cual se
realiza un lavado del esperma en el laboratorio y posterior a ello se realiza el alojamiento
del mismo en el útero de la mujer no sin
antes haber suministrado un medicamento
que estimula la ovulación. Aunado y dentro
de la clasificación de esta misma técnica, se
utiliza el método intraperitoneal, el cual se
lleva a cabo durante la súper-ovulación de la
mujer alojando los gametos de manera intratubárica. A este respecto Tarasco Michel,
et al (2002), menciona que la Transferencia
intratubárica de gametos (GIFT):
“Es una técnica que exige que “una de las
trompas de Falopio esté en condiciones
adecuadas (…) la técnica consiste en la
transferencia de los gametos masculinos y
femeninos a las fimbras de las trompas de
Falopio por medio de un catéter, que en la
forma clásica, contiene 25 microlitros de
líquido folicular, unos cien mil espermatozoides por ovocito, una burbuja de aire para
separar los gametos masculinos y femeninos,
y 2 o 3 ovocitos para asegurar que al menos
uno esté maduro para la fecundación (…) el
contenido del catéter se deposita a través de
las fimbras de la trompa, a una distancia de
1,5 cm del tercio distal, para que se produzca
la fecundación in situ dentro de la trompa y
el embrión formado se implante en el útero”
(p. 43).
Se encuentra la fecundación in vitro, la cual
significa que el estándar del transcurso de
fundición entre óvulo y espermatozoide se
da dentro del laboratorio mas no durante el
proceso natural de la copulación, es decir en
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el útero de la madre. Este método es quizás el
que se lleva a cabo con más frecuencia en el
mundo.
se selecciona el número adecuado de éstos
para ser transferidos al útero, con el objeto
de conseguir una gestación evolutiva.
A este respecto Luis Kushner, (2010) conceptualiza que:
Este método de reproducción asistida genera
un avance posterior a la fecundación in vitro,
toda vez que logra materializar los deseos de
paternidad ya que mediante esta técnica, los
hombres que hasta hace algún tiempo solo
podían concebir el método de adopción o la
inseminación artificial mediante los bancos
de esperma, hoy lo pueden lograr mediante
la microinyección. Finalmente, en los casos
más complejos se acuden a esta técnica,
mediante el procedimiento de incisión en
los testículos” (p. 24).
“El proceso de la (FIV) consiste en la estimulación exógena de los ovarios mediante
gonadotrofinas humanas o recombinantes (sintéticas); extracción de los óvulos
mediante un procedimiento quirúrgico
mínimamente invasivo (aspiración folicular
eco-guiada); fertilización in vitro en el laboratorio de embriología previa selección y
clasificación de la calidad ovocitaria y capacitación espermática; cultivo embrionario
sistemático; y transferencia de embriones
en la cavidad uterina, a la espera de una
implantación satisfactoria” (p. 35).
La fecundación in-vitro (FIV), radica llanamente en reunir óvulos y espermatozoides en
un contorno de cultivo para que se logre la
fertilización, en casos en los cuales la mujer
o el varón padecen de algún tipo de incapacidad biológica para concebir.
Dentro de las técnicas de reproducción
asistida, existe un método denominado
microinyección espérmica el cual inicia normalmente con la estimulación ovárica gracias
al suministro de medicamentos similares a las
hormonas femeninas. Se aplica medicamento
a la paciente con el fin de evitar la ovulación
espontánea.
A este respecto la sociedad española de fertilidad (2011) conceptualiza que:
“Micro-inyección espermática (ICSI): es una
variedad de la anterior, y consiste en intervenir aún más activamente sobre el proceso
de la fecundación, introduciendo un espermatozoide en el interior de cada ovocito.
Cuando se consigue fecundación y desarrollo in vitro de los embriones obtenidos,
140
En este entendido podemos concluir que
frente a las técnicas de reproducción asistida
como lo resume el doctor Héctor Mendoza
(2006) se podrían practicar en los siguientes
casos:
a) En una mujer casada o con pareja.
1.Utilizando el material biológico de su
esposo o compañero. Esto es lo que se
llama inseminación artificial Homóloga.
2.Pero utilizando material biológico de un
tercero extraño a la pareja. Esto es lo que
se conoce como inseminación artificial
Heteróloga.
b)En una mujer viuda, utilizando el material
genético del esposo, previamente criogenizado. Conocida como inseminación pos
mortem y por último.
c) En una mujer soltera (p. 8).
La técnica de maternidad subrogada
subrogación de vientre como una de las
técnicas de reproducción asistida que en la
actualidad genera a nivel mundial un sinfín
de posturas analíticas desde la perspectiva
psicológica, sociológica, médica, legal, política, económica (comercial), antropológica y
desde luego teológica (ética – moral), lo que a
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la larga genera cierta discrepancia en la aceptación y regulación del tema al interior de las
naciones debido al alto contenido cultural
del cual derivan las diferentes posturas a las
que hace alusión. Sin embargo, este método
de la subrogación de vientre en definitiva
busca brindar la oportunidad de dar vida a un
nuevo ser.
La maternidad subrogada puede presentarse
de varias maneras, y en cada una de ellas aparecen implicaciones diferentes. En primera
instancia se tiene a la mujer que tiene pareja
estable, casada o no, en la segunda la mujer
soltera, viuda, separada o divorciada que
acuden a este tipo de técnicas y solicitan la
ayuda de una tercera persona que geste por
ellas, mediante un contrato de gestación, para
que lleven el proceso hasta el nacimiento,
debiendo entregar al recién nacido, previa
renuncia a la filiación materna, advirtiendo
que el óvulo para el caso en concreto es de la
mujer comitente.
Frente esta TRA Tello Lorena, (2009) conceptualiza que:
“La maternidad subrogada o “gestación por
sustitución”, “vientre de alquiler”, “maternidad intervenida”, “maternidad disociada”,
“gestación por contrato”, “madre sustituta”
o “madre de alquiler” es el compromiso
entre una mujer, llamada “mujer gestante”,
a través del cual ésta acepta someterse a
técnicas de reproducción asistida para llevar
a cabo la gestación en favor de una persona
o pareja comitente, llamados él o los “subrogantes”, a quien o a quienes se compromete
a entregar el niño o niños que pudieran
nacer, sin que se produzca vínculo de filiación alguno con la mujer gestante, sino con
el o los subrogantes” (p. 11).
De esta manera se establece entonces que
esta TRA, se reduce en el campo jurídico,
al compromiso de acuerdo de voluntades
bajo el entendido que esta es generadora de
contratos, mediante el cual se materializa
una responsabilidad jurídica de cumplir una
obligación.
A este respecto Sambrizzi (2001) exterioriza
que:
“Para determinar la existencia o no de responsabilidad por parte de la madre gestante
por su negativa posterior al convenio –antes
o después de nacido el niño– a entregarlo,
resultan determinantes las normas legales
que rijan al respecto. Si las mismas aceptan
como válida la maternidad subrogada, la gestante debe entregar al hijo. Pero si no fuera
así, resulta decisiva la solución que se admita
con relación a la determinación de la maternidad: si según ella, quienes encargaron la
gestación y aportan los gametos tienen, por
esta última razón, un derecho preferente por
sobre el de la gestante, considerándoselos en
virtud de ello como los padres del nacido,
quien gesto al niño deberá entregarlo a los
requirentes y resarcirlos por los daños materiales y morales que su negativa les hubiere
producido; sí, en cambio, se da preferencia
a la madre gestante, esta no estará obligada
a entregar al niño, ni tampoco a resarcir al
matrimonio que encargo la gestación por
los gastos en los que estos hubieran incurrido con motivo del convenio efectuado,
lo que en ese supuesto sería así debido a la
prohibición del convenio circunstancia que
los inhibe para efectuar un reclamo de esa
naturaleza” (p. 21).
En otro escenario que también puede incluir a
la mujer con pareja estable casada o no, mujer
soltera, viuda, divorciada o separada, que
acude a las TRA, pero en esté, el contrato no
sólo incluye la subrogación de su vientre, sino
que también en este caso la mujer gestante
consiente que se fecunde su óvulo, en cuyo
caso esta se convierte en madres gestante y
genética.
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En este orden de posibilidades que nos brinda
la maternidad subrogada dan lugar a varias
posibilidades como lo anota Chiapiero Silvana (2012):
circulo viciosos que muestra que no sólo la
ciencia da lugar a la tecnología, sino además,
cómo ésta lleva a la creación de campos
científicos emergentes”. (p. 23)
a)Hijo de gametos de pareja, gestado por
una segunda mujer.
b)Hijo de óvulo de la mujer de la pareja,
semen de donante y gestado por una
segunda mujer.
c) Hijo de óvulo donado, semen del varón
de la pareja y gestado por la mujer de la
pareja.
d) Hijo de óvulo donante, semen del compañero y gestado por una tercera mujer.
f) Hijo de óvulo de donante –que es, a su
vez, la gestante- y semen del miembro de
la pareja.
g) Hijo de óvulo de donante, a su vez gestante, semen de donante.
Situaciones emergentes que por épocas van
acreciendo y por tal motivo se vio la necesidad
de implantar estudios tecnológicos relacionados con la ciencia, para frenar modificaciones
irreversibles en aspectos genéticos de la
humanidad. Se exaltan de manera implícita
estos problemas de reproducción humana
por trastornos o cambios orgánicos de ambos
sexos, lo cual a la larga genera cambios sociales de diversas formas.
Hijo de óvulo y semen de donante, gestado
por la mujer de la pareja” (p. 92)
La reproducción asistida en las últimas
décadas ha evolucionado a grandes pasos,
permitiendo que la humanidad tenga expectativas frente a un resultado genético, de esta
manera existen variedad de técnicas para
llegar a resultados positivos y es por ello que
vale mencionar frente a la fertilidad de una
pareja, lo postulados de Flores - Blazquez
(2012), en donde retoma los cambios radicales en cuanto a la reproducción humana
afirmando:
“(…) La primera década del siglo veintiuno,
constituye un claro ejemplo de cómo las
tecnologías reproductivas contribuyen al
avance del conocimiento dando lugar a
nuevos campos de la investigación científica,
cuyas aplicaciones dan pie a nuevas preguntas, que conducen a una mayor comprensión
de los procesos biológicos involucrados con
la reproducción humana, creándose así un
142
4.Derechos sexuales y
reproductivos y las TRA
Adentrarnos en los derechos sexuales y
reproductivos es ir en procura del establecimiento de derechos para la mujer, parte de
la historia muestra que se han tenido como
objetos de reproducción y que su papel en
la sociedad era solamente el de servir para la
reproducción de la raza, oficios o quehaceres
de la casa y sometidas a la segregación.
La mujer ha venido conquistando cada día
más protagonismos en la vida social, política y
económica en los países, sus continuas luchas
han logrado que se les reivindiquen derechos
ellas, como a la familia que ellas conforman
y en este mismo sentido, han logrado reivindicar derechos para los hombres que en su
condición de homosexualismo, se han visto
también segregados.
Las conquistas se han materializado en exigencias a los estados en diferentes encuentros
y conferencias, instan por un reconocimiento
socio-jurídico de la mujer en sí misma y su
condición sexual, cualquiera que esta sea, que
se le respete su decisión de formar una familia con otra mujer o el de ser madres solteras,
acudir a las técnicas de reproducción asistida,
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a poder por si sola adoptar, a poderse realizar
un cambio de sexo, estas reivindicaciones se
han venido dando paulatinamente a nivel del
mundo occidental con grandes cambios en
las legislaciones.
En la las conclusiones del programa de
Acción Regional para las Mujeres de la Unión
Europea, aprobado en por Europeean Regional Preparatory Conference, Viena1.
Las conferencias, encuentros sobre temas
relacionados con los derechos sexuales y
reproductivos ha venido dando frutos en
diversas partes del mundo podemos relacionar que en la Conferencia Internacional
sobre la población y el desarrollo realizada en
el Cairo se discutió sobre la expresión:
(…) “conceptos de familia”, que Irán solicito
cambiar por “formas de Familia”, en tanto la
unión Europea y la Santa Sede y otros países
se inclinaron por mantener el “concepto”.
Al final fue “formas” lo que se aprobó, quedando de la siguiente manera: aunque hay
diversas formas de familia en los diferentes
sistemas sociales, culturales, jurídicos y
políticos, la familia es la unidad básica de la
sociedad y, por consiguiente tienen derecho
a recibir protección y apoyo amplio”
1
Pedimos el respeto a los Derechos Sexuales de las
mujeres, incluido el derecho a expresar libremente
su sexualidad sin sanciones legales, políticas,
culturales, sociales o religiosas. …Los gobiernos
deben reconocer expresamente que los derechos
de las lesbianas, mujeres solteras y todas las
mujeres que no están vinculadas a los hombres,
son componentes fundamentales de los Derechos
Humanos y que las lesbianas tienen derecho a ser
reconocidas como familias y a vivir sin temor a
la discriminación, hostigamiento o persecución.
Los gobiernos deben comprometerse a eliminar
las tendencias heterosexuales en la educación,
políticas económicas y sociales y libertad frente a la
coerción”.
La realidad social y los hechos nos han
demostrado que estas reivindicaciones
sociales en materia de derechos humanos, no
son solamente para las mujeres sino que han
abierto un camino para toda una sociedad,
donde la discusión está abierta con todas las
implicaciones que ello trae, voces a favor y en
contra, pero los hechos sociales están a la luz
de la sociedad y, tanto el estado, el derecho,
la biotecnología, la bioética etc., deben estar
prestos a la discusión para aportar en cada
campo de las ciencias que están involucradas
en estos temas.
5.Salud sexual y reproductiva en
Colombia y las TRA
Para el caso concreto dentro de la política nacional y reproductiva del estado
colombiano, se ha enfocado más hacia los
adolescentes, la maternidad segura, la protección y prevención de enfermedades de
transmisión sexual (ETS) entre otras. En lo
concerniente a las Técnicas de Reproducción
Asistida (TRA), en estas políticas no se menciona como una prioridad o la aplicación de
alguna política por parte del estado.
La salud sexual y reproductiva entendida
como un bienestar físico, mental y social de
la persona, y no la ausencia total o parcial
de enfermedades de transmisión sexual o
las dolencias del cuerpo relacionado con el
sistema reproductivo.
La política Nacional en el plan decenal de
salud pública 2012 – 2021. Prosperidad para
Todos, marzo de 2013, la define derechos y
sexualidad como:
“Conjunto de acciones intersectoriales que
se orientan a promover las condiciones
sociales, económicas, políticas y culturales
que permiten el ejercicio libre, autónomo
e informado de la sexualidad como un
derecho humano, para el desarrollo de las
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Técnicas de reproducción asistida y su incedencia en Colombia
potencialidades de las personas durante
todo su ciclo vital, así como de los grupos y
comunidades, desde un enfoque de género y
diferencial”.
Es evidente que para el Estado colombiano
no hay un interés de intervenir, reglamentar
u orientar políticas públicas respecto a las
(TRA), siendo una necesidad de ofrecer claridad al respecto ya que este tipo de técnicas
vienen teniendo un desarrollo y efectividad
cada vez más importante no solo a nivel de
Colombia sino del mundo, y es el estado el
llamado a ofrecer no solo seguridad jurídica
a los diferentes actores que intervienen en
el proceso, sino también a los niños que
nacen bajo este sistema, y el material genético que puede llegar a ser susceptible de
manipulación.
El progreso de la comunidad científica en
varios frentes como lo es para el caso, el tratamiento de la infertilidad, mediante diversas
técnicas como la Fecundación In vitro, la
Inseminación Artificial Homóloga, Heteróloga, Maternidad Subrogada, fecundación In
vitro entre otras, han venido en un constante
desarrollo con resultados cada vez más
efectivos para quienes acuden a este tipos
de métodos para asegurar una descendencia
propia.
Pero el querer una descendencia propia y
acudir a los avances científicos no está calificado como un crimen, siendo la libertad
sexual un derecho, esa libertad conjugada
con el desarrollo de la ciencia, hasta donde
es permitido que llegue, hasta donde está el
Estado y la sociedad dispuestas a que lleguen,
no hay límites para estas tecnologías y su
aplicación, para el caso colombiano, no se ha
realizado una reglamentación que de alguna
manera pueda establecer una seguridad tanto
para las personas que acuden a las (TRA),
como a quienes prestan su colaboración con
144
la donación de gametos, óvulos, subrogación del vientre, para el desarrollo de estas
técnicas.
En este sentido Gómez Yolanda (2004) ha
sostenido al respecto que:
“(…) el derecho de reproducción como
derecho de autodeterminación física es
propiamente un problema de libertad. En
primer lugar porque supone una opción
vivencial de especial trascendencia que
vincula muy directamente la libertad física,
por le cumulo de derechos y obligaciones
que derivan de la procreación y, en segundo
lugar, porque las restricciones, en su caso,
no derivan del cumplimiento de una pena,
sino al contrario, de un acto de libertad que
debería hacerse compatible con la libertad
de los demás, y el respeto a la ley”. (p. 48)
El reconocimiento de estos derechos que el
Estado debe garantizar, no se deben tratar
como una simple existencia y garantía, sino
cuál es su alcance en la sociedad y su aplicabilidad en la vida real. Gómez Yolanda (2004)
“Este tipo de derechos plantea una necesidad
de establecer un equilibrio entre libertad y la
responsabilidad”. (p. 52)
La transformación que vivió Colombia de
un país confesionalista, a un país laico y
que respeta la pluralidad, no implica que no
exista una reglamentación para las (TRA), en
donde se respete la vida, el libre desarrollo
de la personalidad, garantizar la libertad
de sus asociados en la conformación de la
familia, a decidir cuantos hijos quiere tener
responsablemente, en el uso de las (TRA),
debe decidir sobre una legislación que no sea
prohibitiva pero que brinde una seguridad
tanto a las personas que acuden a este tipo de
recursos tecnológicos, como a los seres que
nacen de ella, y que estos seres desde antes
de su nacimiento tengan unos derechos
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Juan Pablo Monroy
protegidos y garantizados por el estado, sin
limitante alguna.
En la protección de los derecho tanto del
naciturus, como de la persona que nace bajo
las (TRA) están en juego la dignidad humana
de la persona que es ni más ni menos esa
cualidad que es fundamento de todo ser
humano, en donde quedarían los derechos de
un ser humano como i) el derecho a la vida ii)
el derecho a la integridad física, psicológica y
existencial que condicionan el libre desarrollo
a la personalidad iii) el derecho a una identidad genética iv) el derecho a una familia v) el
derecho a la identidad del nacido.
Por ello el estado debe garantizar la protección de los derechos a que tienen derecho los
seres humanos que nacen bajo las (TRA), que
están reconocidos por la constitución sino
por las convenciones internacionales, la falta
de reglamentación y acceso a este tipo de técnicas es la deuda que se tiene con la sociedad.
6.La constitución y las TRA como
derecho en Colombia
En Colombia el constituyente de 1991 en
una sintonía con los avances de la tecnología y para estar a la vanguardia, brinda la
posibilidad procreativa de las personas, y
ante la posibilidad que las parejas puedan
por intermedio de las (TRA) una posibilidad
de poder tener hijos propios, se plasmó en
la constitución está realidad, dando la protección de los derechos a las personas y de
la familia como núcleo esencial del estado,
en el artículo 42 de la Constitución “…los
hijos habidos en el matrimonio o fuera de él,
adoptados o procreados naturalmente o con
asistencia científica, tienen iguales derechos y
deberes…”
Este rango constitucional que le brinda a los
hijos sin ningún tipo de distinción jurídica
a los hijos habidos en el matrimonio o fuera
de esté, procreados naturalmente, mediante
adopción y mediante las técnicas de reproducción asistida, concuerda y armoniza una
protección reforzada con el principio de prevalencia de los derechos de los niños el que
hace alusión el artículo 44 de la constitución
política.
En este orden de ideas la constitución le
impone un límite al legislador en cuanto a que
este no puede legislar en el sentido de establecer diferencias entre ninguno de los hijos
y de cómo estos lleguen a ser parte del hogar,
pues queda claro que todos tiene y gozan de
los mismos derechos de rango constitucional.
La condición de ser infértiles produce en el
ser humano una frustración de no realizarse
como persona, tratándose de seres humanos
no es una constante esa frustración, ya que
para otros casos el no tener hijos, así se esté
apto para ello, también es una opción de vida,
sea la razón que sea, el ser humano desea en
su gran mayoría tener su propia decencia.
El ejercicio de la paternidad o maternidad,
debe ser una responsabilidad de dos o de
uno, no es una decisión fácil de tomar, no
en cuanto a una persona que decide perce
formar su familia con un compañera (o) o sin
la compañía de esté, es cuando el estado debe
realizar una intervención sea esta, permisiva o
prohibitiva, en cuanto al acceso de las (TRA).
Hoy por hoy, sin existir una reglamentación
clara nos permite utilizar las (TRA) para ser
padres en pareja, en condiciones familiares
solas y solos, con una igualdad a personas
homosexuales, estas últimas sin distinción en
cuanto sean hombres o mujeres, e incluso pos
mortem, para el uso de estas técnicas solo es
necesario tener los recursos económicos para
acceder a ella.
Otra circunstancia en el caso concreto de
mujeres que deciden postergar su maternidad
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Técnicas de reproducción asistida y su incedencia en Colombia
por razones personales, laborales etc., y que
como consecuencia de ello, se produce en
su cuerpo la imposibilidad de ser madres y
deben recurrir para cumplir su sueño de ser
madres a las (TRA), estas son algunas de las
opciones de acudir a estas técnicas.
La cuestión es si aplicamos las (TRA) a un
grupo determinado de personas que clínicamente se encuentren incapacitados para
procrear sin estas técnicas, esto es decir una
finalidad meramente terapéutica.
Como segunda opción es dejar libre como
está ocurriendo en el caso colombiano, sin
una intervención del estado, en donde se
pueda acudir por cualquier motivo de necesidad de procreación, una pareja o una mujer
sola, un hombre solo, o cualquiera de los dos
en condición de homosexualidad, personas
que por vanidad no deseen tenerlos de una
manera natural, sin entrar a profundizar en
casos de manipulación genética o la posible
eugenesia, ya que no hay una vigilancia y
supervisión estricta por parte del estado.
La constitución protege el derecho a la vida
como un fundamento y una piedra angular de
la carta, pero desde que momento se protege
la vida, en que momento el estado le brinda
esa protección al naciturus, la Corte Constitucional en sentencia C – 355 de 2006 se ha
referido al tema y afirma:
“… Si la constitución protege la vida con la
relevancia adecuada, no puede desprotegerla
en aquella etapa de su proceso quien no sólo
es condición para su vida independiente del
claustro materno, sino que es también un
momento del desarrollo de la vida misma;
por lo cual ha de concluirse que la vida del
naciturus, cuando éste encarga un valor fundamental, la vida humana garantizado en el
artículo 15 de la constitución, constituye un
bien jurídico cuya protección encuentra en
dicho precepto fundamento constitucional”.
146
Razón a la protección que desde el rango
constitucional se le protege al naciturus, eso
indica que sin importar cuál fue el método
empleado para concebir ya existe una
obligación por parte de los padres desde el
momento de la concepción, lo cual es aplicable a las (TRA).
Está protección toma relevancia cuando se
detalla el procedimiento de las (TRA), en el
entendido que en la aplicación de estas técnicas la manipulación y manejo de embriones
es un procedimiento que debe hacerse,
¿puede considerarse entonces un bien
jurídico que puede o no ser susceptible de
tutela? Si lo consideramos que este embrión
está ligado con la concepción de vida o con
una mera expectativa, merece entonces la
guarda o amparo por parte del estado, en el
entendido que los padres deben proteger no
sólo el resultado, sino el proceso mismo del
desarrollo de la vida que está en curso.
En este punto es difícil tomar una posición
radical en el entendido de cómo se debe
considerar al embrión, persona, una cosa,
las discusiones están abiertas, pero cual
postura es la correcta, será que queremos
una respuesta tajante y puntual “si” o “no” se
prohíbe términos intermedios, en este punto
es neurálgico decidir una postura o por lo
menos uno rangos mínimos para tomar una
postura que pueda servir para la protección
pero que sea viable y aplicable y no basada
en radicalismos, es necesario tomar una
decisión que no afecte ni el buen desarrollo
de estas técnicas ni tampoco que se deje un
espacio para la manipulación excesiva de los
embriones, como lo afirma el doctor Héctor
Mendoza (2006):
“…Así las cosas, creemos persona y cosa,
según las definiciones ofrecidas por la legislación civil, son dos conceptos a revisar, en
el caso mexicano, creemos que la verdadera
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Juan Pablo Monroy
solución está en generar una regulación
especial, altamente especializada, que creemos que debería ubicarse en el ámbito
administrativo, particularmente dentro
de la ley general de salud, o bien en una
regulación de carácter administrativa particular”. (p. 6)
Para el caso colombiano sería interesante
revisar esta propuesta, ya que es necesario
e imperante lograr una conciliación en esta
materia, para definir desde que momento se
debe iniciar de una manera real y efectiva la
protección del embrión, por parte del estado.
7. Las TRA y su aplicación en
Colombia
Para la sociedad en general no es un secreto
que en Colombia se están practicando las técnicas de reproducción asistida, pero a pesar
que el ordenamiento jurídico internacional
brinda una directrices para adelantarse este
debate, a través de iniciativas legislativas,
para el caso concreto no ha sido así.
Han sido infructuosos los intentos por legislar
sobre el tema, los intentos que se han realizado terminado en un fracaso, actualmente
cursa en el congreso el proyecto de ley 109/13
en la Cámara de Representantes, que busca
reconocer la infertilidad como una enfermedad y establecer así, pautas para que pueda
tener una cobertura médico-asistencial por
parte del sistema de salud del estado.
Para el caso nuestro, los tratamientos que
implican aplicar estas técnicas no están al
alcance sino, de un grupo muy reducido de
la sociedad, los altos costos hacen que no
sean de fácil acceso para una familia de clase
media inclusive.
Pero este tipo de tratamientos están siendo
más utilizados por personas extranjeras que
se benefician por el cambio monetario y la
equivalencia en costos, que comparados
con sus países de origen son inaccesibles a
ellos mismos, igualmente por no existir una
reglamentación clara al respecto origina un
turismo médico, para el caso colombiano
para acceder a este tipo de técnicas.
Los tratamientos son efectuados por clínicas
privadas que cuentan con el personal y la
tecnología para aplicar estos procedimientos,
no existe por parte del estado controles sobre
los procedimientos que se realizan, si bien es
cierto para este tipo de técnicas se aplican las
normas generales sobre filiación y adopción,
que son unas restricciones, esto no impide
la compra y/o venta de gametos, a pesar que
esté prohibido por parte del Decreto 2493 de
2004 en su artículo 15.
Dentro de este mismo problema generado
por la falta de regulación, no hay una claridad sobre las condiciones que debe cumplir
las personas que acuden a recibir estos
tratamientos, no está determinado una edad
mínima o máxima para recurrir a este tipo
de ayuda, el factor de las condiciones familiares que es indispensable cuando hablamos
de seres humanos, en qué estado de salud se
encuentra la persona y sobretodo en su parte
psicológica, tal vez una de la menos relevantes es la económica, ya que como quedo
plasmado el acceso a este tipo de técnicas
su costo es bastante elevado, pero estos son
temas que deben estar previstos por la ley.
Frente a la reproducción asistida, la connotación económica (lucrativa) que se le ha
atribuido, razón por la cual, la legislación
colombiana mediante el Decreto 2493 de
2004 en su articulado 15, establece la prohibición de remuneración; pero al no existir
una vigilancia efectiva por parte del estado,
se ha logrado establecer que sí hay pagos por
este tipo de donaciones genéticas, el más
específico el de óvulos, a pesar que existe
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Técnicas de reproducción asistida y su incedencia en Colombia
un resguardo legal frente a esta situación, su
vigilancia y control realmente es muy poca.
La Corte Constitucional es la que ha estado
más activa en pronunciamientos sobre estos
casos en específico, todos han estados encaminados a negar los tratamientos al sistema
general de salud, sobre todo lo concerniente
a la fecundación In vitro, estableciendo el
carácter de excepcional de estas decisiones,
estas han sido reiteradas sobre el acceso entre
los más relevantes podemos citar las sentencias T – 1104 de 2000, T – 946 de 2007, la
T – 760 del 2008 y la más reciente la T – 009
de 2014, en esta última afirma:
“Es plausible y merecedora de todo respeto
la aspiración de mujeres y los hombres de
proyectarse genéticamente, pero la destinación de recursos tan necesaria para la
atención de problemas realmente severos
de salud, hacia progresismos costosos que
permitan el nacimiento de más párvulos en
satisfacción de la consanguinidad, contrasta
con la existencia de tantos niños ya nacidos,
que siguen requiriendo madre, padre, familia y amor”.
La posición de la corte frente al acceso de las
tecnologías en cuanto a las técnicas de reproducción asistida que protegen los derechos
sexuales y reproductivos están sentadas, en
este orden el acceso a este tipo de procedimientos está supeditado a la capacidad
económica, esta postura de la corte indica
la importancia que tiene para la corte el de
hacer viable desde el punto de la sostenibilidad fiscal el sistema general de salud.
Desde una perspectiva internacional, cabe
anotar que Colombia ha suscrito tratados que
brindan protección a los derechos sexuales
y reproductivos, como la vida, integridad
personal, libertad, no discriminación etc.
Es necesario resaltar que la Conferencia
148
Internacional sobre Población y Desarrollo
ya que en su apartado 17.7 hace referencia
explícita a estas técnicas:
“Se insta a los gobiernos, a todos los niveles,
a que implanten sistemas de supervisión
y evaluación de servicios orientados hacia
el usuario, con miras a detectar, prevenir y
controlar abusos por parte de los directores y
proveedores de los servicios de planificación
de la familia y a asegurar el mejoramiento
constante de la calidad de los servicios. Con
este fin, los gobiernos deberían garantizar la
conformidad con los derechos humanos y
la observancia de las normas éticas y profesionales en la prestación de los servicios de
planificación de la familia y otros servicios
conexos de salud reproductiva con el fin
de asegurar el consentimiento responsable,
voluntario e informado y también con
respecto a la prestación de los servicios.
Deberían proporcionarse técnicas de
fecundación in vitro de conformidad con
directrices éticas y normas médicas apropiada”. (El subrayado fuera de texto)
Esta postura de nuestra corte va en contra vía
del pronunciamiento que tuvo la Corte IDH,
y los tratados internacionales, en el caso Ana
Victoria Sánchez Villalobos y otros vs Costa
Rica, señala esta corte que los derechos a la
vida privada, a la autonomía reproductiva, a
fundar una familia y beneficiarse del progreso
científico, se deriva el acceder a los mejores
servicios de salud en técnicas de asistencia
reproductiva. Señala igualmente esta corte
que no se pueden poner obstáculos o restricciones a estas técnicas. En este sentido la
decisión tomada por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, es vinculante para el
estado colombiano. Por esta razón, no cabe
duda que existe un marco de protección de
derechos humanos que reconocen el acceso
a las técnicas de reproducción asistida como
parte de los derechos reproductivos.
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Juan Pablo Monroy
Conclusiones
En la aplicación de los procedimientos de
las técnicas de reproducción asistida, no hay
una claridad por la falta de regulación, sobre
las condiciones que debe cumplir las personas que acuden a las instituciones a recibir
estos tratamientos, no está determinada una
edad mínima para poder acudir a someterse
a este tipo de tratamientos, solo se podría
establecer que una persona con la mayoría de
edad podría decidir sobre si se somete o no
a este procedimiento, o si desea ser donador,
tampoco existe una verificación de las condiciones familiares que tiene la persona para
ser sometida a este procedimiento, el estado
de salud en que se encuentra la persona y
sobretodo en su aspecto psicológico.
El acceso a este tipo de biotecnología lo puede
hacer cualquier persona, lo importante en
este tipo de procedimientos de fecundación,
es la capacidad económica, así las cosas las
circunstancias por la cual se accede la persona
no están delimitadas, en este sentido solo los
límites están ubicados en la ética de los profesionales que practican estos procedimientos.
Para el caso puntual de crioconservación, no
se presenta una directriz al menos administrativa que indique, cual es el procedimiento
a seguir en cada uno de los casos, en que el
material genético que sobra en este tipo
de procedimientos, es decir los embriones
fecundados, óvulos, semen; cuanto tiempo
pueden permanecer en ese estado, cuantos
óvulos pueden ser fecundados en el procedimiento, estas circunstancias entre otras,
hacen que no exista un procedimiento frente
a este material genético que está en manos
de particulares y sin ningún control sobre el
destino final de este material.
Así las cosas, la falta de una legislación apropiada que sea coherente a las necesidades
económicas sociales y culturales del país, que
tenga una integración con los tratados internacionales suscritos por Colombia en materia
de protección de derechos humanos, con el
fin que se garanticen los derechos sexuales y
reproductivos de una manera apropiada en
su accesibilidad a este tipo de tecnologías,
igualmente que se garantice la seguridad
jurídica de todos y cada uno de las personas
que interviene en el proceso de reproducción
humana asistida, es la deuda que el congreso
de la república tiene con la sociedad y la
comunidad en general.
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Dalia Carreño Dueñas
El holocausto legitimado:
en el fondo el mal en la forma la razón
instrumental*
The Holocaust legitimated: in the background evil,
in the form the instrumental reason
La cólera canta, oh diosa, del Pélida Aquiles, maldita, que causó a
los aqueos incontables dolores, precipitó al Hades muchas valientes
vidas de héroes y a ellos mismos los hizo presa para los perros y para
todas las aves –y así se cumplía el plan de Zeus-. Ilíada. Canto 1, 1-5
Dalia Carreño Dueñas*
Universidad Santo Tomás, Bogotá.
Resumen
El derecho como discurso ha tenido una racionalidad, que le ha permitido justificar sus prácticas. La aspiración es que ésta sea expresión de una racionalidad objetiva, que integre los valores
de la dignidad, la solidaridad y la igualdad, además de tener como referente la persona en todas
sus dimensiones. La experiencia del holocausto judío, dio cuenta del fracaso de la civilización
jurídica occidental señalando la ruina de la razón objetiva y mostrando a su vez de la hegemonía
de la razón instrumental, que justificó los crímenes atroces contra el mundo judío. El análisis
desde el mal y la razón instrumental, advierten del entorno de legalidad, legitimidad y validez
con que contó este genocidio, las leyes promulgadas en esta época siempre se hicieron bajo el
imperio de la Constitución, y el Derecho. La razón instrumental y la construcción del mal se
instituyeron, para justificar el accionar en contra del pueblo judío.
Palabras clave: Razón instrumental, Holocausto, mal, legitimidad.
Fecha de Recepción: mayo 8 de 2013
Fecha de Aprobación: junio 21 de 2013
* El presente artículo de reflexión es producto del proyecto de investigación titulado: “La Razonabilidad jurídica,
la Razonabilidad política de la historicidad y la Razonabilidad de la virtud de la prudencia, en la perspectiva de
la Hermenéutica y la Argumentación”, el cual se está ejecutando al interior del Centro de Investigaciones de la
Universidad Santo Tomas (Sede Bogotá) y cuyo periodo de ejecución es 2012-2013.
** Licenciada en Filosofía y Letras, Licenciada en Filosofía y Ciencias Religiosas, Abogada, Especialista en
Derecho Penal, Magister en Educación, estudiante cursos de Doctorado en Derecho Universidad de Buenos
Aires. Docente Universidad Santo Tomás Bogotá. Líder del grupo de Investigación Social y Humanística,
clasificado en COLCIENCIAS C. [email protected]
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El holocausto legitimado: en el fondo el mal en la forma la razón instrumental
Abstract
The law as a discourse has had a rationality that has allowed him to justify their practices.
The hope is that this is an expression of objective rationality, integrating the values ​​of dignity,
solidarity and equality, as well as having as reference the person in all its dimensions. The
experience of the Jewish Holocaust, realized the failure of Western legal civilization pointing
ruin the objective reason in turn showing the hegemony of instrumental reason that justified
the heinous crimes against the Jewish world. The analysis from evil and instrumental reason,
say the environment of legality, legitimacy and validity which was this genocide, the laws
enacted at this time were always under the rule of the Constitution and the law. Instrumental reason and construction of evil were instituted, to justify the actions against the Jewish
people.
Key words: Instrumental reason, holocaust, evil, legitimacy.
Introducción
En este trabajo se pretende, abordar el
problema de la legitimidad desde la razón
instrumental, que justificó y cubrió de legalidad el holocausto judío, en tanto expresión
de la razonabilidad del derecho alemán;
como una de las formas de la razonabilidad
del orden legal. La complejidad de esta legitimidad implica muchas miradas de carácter
filosófico- jurídico entre las que están el mal
y la razón instrumental, que pueden dar
cuenta de una interpretación de las acciones
cometidas en contra del pueblo judío, por
uno de los herederos y creadores del pensar
occidental, el pueblo alemán. La estructura
del mal contiene elementos que dan cuenta
de su realidad en la conciencia moral; tiene
imagen, color y matices que resultan a veces
incomprensibles, luego de ser contemplados,
a la distancia del tiempo. El mal se articula a
la razón instrumental creando el fracaso de la
razón objetiva (la cual sostuvo y dirigió a la
humanidad en su aspiración de orden y mejoramiento) pues mientras sucedía el genocidio
nunca se suspendió el orden constitucional,
civil o penal. Después de este fracaso de la
razón, de la filosofía y del derecho, queda la
152
esperanza de dar sentido al sufrimiento, para
no olvidar y repetir la caída en el abismo de
la sinrazón jurídica y la falta de piedad, de
humanidad.
Resultados
1. Primero el mal
Sería más sencillo para la razón y la fe, señalar
que las acciones de persecución y exterminio
nazis, estuvieron pensadas y ejecutadas por
seres extraterrestres o monstruos mutantes ajenos a la racionalidad, a la ética y a la
moral misma. Sin embargo no fue así, estuvieron involucrados en este odio exacerbado
músicos, poetas, abogados, pensadores,
funcionarios públicos, mujeres, esposas, hermanos, padres, todos participando activa
o pasivamente (incluso con el silencio): “El
odio fue esencial, no sólo el de Hitler, el de
todo el partido nazi, el de todo el liderazgo de
primera, segunda y tercera líneas” (Goldstein,
Diciembre de 2010, pág. 21). Por lo anterior
una forma de aproximación a una posible
comprensión de esta manifestación de lo
humano, es la de intentar explicar el fenómeno del mal. Ha sido tarea de la filosofía y de
la teología, hacer consideraciones que inician
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Dalia Carreño Dueñas
con la pregunta por el mal mismo ¿qué es el
mal? ¿En dónde reside su origen y las consecuencias de su expresión?, “el mal no es una
cosa, un elemento del mundo, una sustancia
en este sentido o una naturaleza” (Ricoeur,
2007, p. 14). A pesar de su insubstancialidad
tiene exteriorización y recae en otros como
sufrimiento.
Es conveniente advertir que el mal es una
estructura dinámica, extendida y dirigida,
lo que conlleva un entramado de difícil
entendimiento. Involucra en su dimensión
propia múltiples elementos, uno de ellos,
problemático y complejo, es el hecho de estar
intrínsecamente relacionado con la libertad
de la persona, pues no está fuera de ella. Si
el mal estuviese fuera, entonces existiría
ontológicamente en sí mismo, y como seres
con conciencia, sería extraño y ajeno. Por tal
razón trae como consecuencia la cuestión de
la responsabilidad, inherente a la acción de
los seres humanos, a la forma como cada uno
se interpreta y revela a sí mismo. La responsabilidad es autoreferencia sobre las propias
acciones, y si estas son malignas, llevarán
nuestra rúbrica existencial; a causa de ellas
entonces el mal hace presencia en cada uno.
Por la facultad del pensar y ser responsables
de la propia existencia, no es posible dispensa
alguna, pues implicaría no participar de la
voluntad, la razón y la vida humana como
tal, que involucra también el mal “se puede
ser responsable de él, asumirlo, confesarlo y
combatirlo” (Ricoeur, 2007, p. 15).
Asalta la duda, ¿qué pasó con la responsabilidad y conciencia del mal accionado y exhibido
por todos los victimarios en el contexto del
holocausto? Ni siquiera luego del holocausto
se indago por ello, ¿qué sucedió en la conciencia y en la moral individual y colectiva de los
participantes del mal? El tribunal que juzgó
a Eichmann no respondió estas inquietudes
tuvo por objeto “la actuación de Eichmann,
no los sufrimientos de los judíos, no el pueblo
alemán, ni tampoco el género humano,
ni siquiera el antisemitismo o el racismo”
(Arendt, Eichmann en Jerusalén. Un estudio
sobre la banalidad del mal, 2003, p. 8).
Así las cosas, el mal en tanto interioridad,
que es otro elemento en su estructura, está
aferrado al corazón de los hombres, de los
hombres libres, porque por el albedrio siempre se tiene la oportunidad de alejarse del mal
y enderezar el camino hacia la perfección,
hacia lo justo hacia el bien. (Aquino, 1956).
Es posible que el mal obnubile la voluntad y
haga que la persona dirija su acción hacia el
daño, el sufrimiento o la indiferencia. De ahí
que la voluntad y la racionalidad se vean afectadas porque existe un radical apartamiento
de la bondad, de la justicia, de la fraternidad.
Parece que el mal fragmenta la voluntad y
la conciencia, divide y reduce la dignidad y
el status racional presente en el hombre; de
este despedazamiento y descentramiento las
acciones crueles podrían llegar a tener alguna
explicación, más no sentido. La desalmada
insensibilidad de los victimarios da cuenta justamente de que la maldad, carece de sentido,
en la medida que aleja, reduce la humanidad
que recubre la vida de los hombres. Causar
daño sin remordimiento, sin que exista detrimento o menoscabo, reduce la trascendencia
presente en cada ser y en todos, a una amorfa
realidad sin infinitud, o historia: “nos llevaron
a la estación de Carpi (…) Allí recibimos los
primeros golpes: y la cosa fue tan inesperada
e insensata que no sentimos ningún dolor, ni
en el cuerpo ni en el alma. Sólo un estupor
profundo: ¿cómo es posible golpear sin cólera
a un hombre?” (Levi, Si esto es un hombre,
2002, p. 8).
Podría pensarse que el mal invadió el espíritu de los hombres reduciendo aquello que
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El holocausto legitimado: en el fondo el mal en la forma la razón instrumental
nos diferencia o separa de aquellos que no
lo son, devastó el espíritu, acabó el alma, el
sentimiento noble se agotó, irrumpió un ser
distinto, diferente y desgarrado. Este nuevo
hombre emergió con estragos en su conciencia que aparece fracturada, con estragos en su
alma, que luce subyugada por la perversidad.
Entonces ya sólo le resta a este hombre inundado por el mal, con sus dimensiones rotas,
tener licencia para la maldad, puede apartar
las virtudes que ennoblecen la vida personal y
comunitaria, sin ningún remordimiento.
El mal es sabido y explicito, como otro elemento de su naturaleza, que lleva a que este se
manifieste en acciones, acciones que atacan,
que están destinadas a oscurecer el pensar,
el espíritu. Las malas acciones, en este teatro
de la miseria, han llevan a problematizar y
destrozar el concepto de civilización, como
progreso hacia lo mejor:
“En la especie humana ha de presentarse
alguna experiencia que indique, de facto, la
índole y capacidad de ésta para ser causa de
un progreso hacia lo mejor, así como (puesto
que dicho progreso debe ser obra de un ser
dotado de libertad) la autora del mismo”.
(Kant, 1987).
En ésta utopía de ascenso social, se había
confiado con más firmeza y optimismo
desde el siglo XVIII, como salida o al menos
como opción a la barbarie ya cometida antes
por hombres menos civilizados, incapaces
de nobleza. Hechos cometidos por Atila,
o por los turcos contra los armenios, no
eran coherentes con los ideales de la idea
de civilización como excelencia. Bajo esta
perspectiva El holocausto, arruina la civilización, sus conquistas y apuestas, porque le
da una fisonomía que es repugnante y con
la cual es necesario lidiar: “¿Para los que se
creían herederos de las Luces, “Fin de siglo”
será sinónimo de “declaración de quiebra?”
154
(Delacampagne, 1999). La caída de la razón
o de las razones, facilitó el despliegue de su
deficiencia en el juicio y en la deliberación
de los actos; la confusión reinó y las victimas
recibieron de los agentes infraracionales
inmisericordia y dolor. El ocaso de la razón
práctica, expone el mal manifiesto y cruel
por parte de los accionantes, perdidos en las
disposiciones del bien y la virtud: “Lo que
distingue a los animales no racionales de los
seres humanos en la génesis de su conducta
(…) es que los deseos y las disposiciones de
tales seres (…) están ordenados hacia aquello que (…) han juzgado que sea su bien”
(Macintyre, 1994, pág. 137). El mal se encona
en el corazón y en la razón, desestructura los
fundamentos y los principios que facilitan la
convivencia, la solidaridad y el proyecto de
inclusión universal, como anhelo del bien
para todos. Lo nubloso del mal cubrió hasta
el orden legal, invirtiendo sus fines ubicando
principios en donde las víctimas aparecen
como victimarias, encumbrando al enemigo
peligroso, al totalitarismo, al régimen. Los
judíos perseguidos, torturados y masacrados
terminan pensándose por el mismo orden
jurídico como un espíritu maligno, perjudicial
a la legitimidad del derecho alemán, eran una
amenaza al orden civilizado detentado: “En
1936, Schmitt dirigió un congreso de juristas
del Tercer Reich con el fin de denunciar la
influencia nefasta y corruptora del “espíritu
judío” (jüdischeGeist) sobre el derecho
alemán” (Traverso, 2002, p. 158).
Ciertamente esta debacle del proyecto de
humanidad, del proyecto civilizatorio lo evidencian los jóvenes nazis: “Les habían metido
en la cabeza que en el mundo había una sola
civilización, la alemana; todas las demás,
contemporáneas o antiguas, eran aceptables
en cuanto contuviesen en sí algún elemento
germánico” (Levi, Los hundidos y los salvados, 2000, p. 39).
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Dalia Carreño Dueñas
Apréciese entonces que cambió la historia y la
manera como se podía entender, como comunidad universidad, ahora un solo espíritu era
legitimo e histórico, los demás estaban excluidos. Se escinde la historia, se fisura y conviene
reparar en la pregunta ¿cómo es posible
continuar con la filosofía, con el pensar, con
la religión, con el derecho, como expresiones
de la racionalidad y conductoras de la vida
común planetaria? La respuesta quizá este
en la consideración de Arentd, los hombres
han llevado su racionalidad y su mente hasta
banalizar el mal, en últimas trivializarlo. Pero
paradójicamente banalizar el mal, dio cuenta
de las proporciones que él mismo adquirió,
hasta el extremo de negarlo o minimizar
sus secuelas, sus profundas heridas, no sólo
para la vergüenza y la ignominia del pueblo
alemán, sino para todos los seres humanos.
El mal se explayó, se extendió y mostró su
dimensión más ensañada. El mal sin límites
se mostró, el hombre cruzó el territorio de lo
prohibido, de las fronteras éticas y morales, el
tema delicado será la duda latente del regreso
para no volver a cruzar el averno:
“Y si es verdad que en las fases finales de
totalitarismo aparece éste como un mal
absoluto (absoluto porque ya no puede
ser deducido de motivos humanamente
comprensibles), también es cierto que sin el
totalitarismo podíamos no haber conocido
nunca la naturaleza verdaderamente radical
del mal”. (Arendt, Los Orígenes del Totalitarismo, 1999, p. 5).
Conviene hacer otra consideración sobre el
mal, y es que este generó para la existencia,
crisis y cambios substanciales, una de estas
mudanzas se presentó en el pensar, en su
lenguaje. Fue necesario identificar y recomponer conceptos, términos y palabras,
para ubicar o al menos dar forma, para poder
razonar y en consecuencia verbalizar, tanta
malevolencia, sin límites, incomprensible e
ininteligible, como fenómeno de un verdadero misterio: “Tal es el fondo tenebroso,
jamás desmitificado por completo, que hace
del mal un único enigma” (Ricoeur, 2007,
p. 28).Una expresión que se origina, como
explicativa del quiebre, de la fractura en el
pensar y en el espíritu de lo que había sido
civilizado, no sólo para uno, sino para todos
fue el genocidio, como el actuar más allá. Concepto portentoso, que disemina y encumbra
la bestialidad, porque es más que terminar
con la vida de otro, fue más que ello, hubo
más, un plus de degradación e indiferencia,
sin remordimiento: “Auschwitz introdujo la
palabra genocidio en nuestro vocabulario;
su singularidad reside, tal vez, en que recién
a partir de Auschwitz logramos comprender
que un genocidio es, precisamente, el desgarro de ese tejido histórico hecho de una
solidaridad primaria” (Traverso, 2002, p. 11).
El mal tiene imagen. No sólo fue matar a otro
fue borrar a otros, a toda una comunidad
sin discriminar con algún criterio de respeto
o condición social, en todos se extendió el
mal, la crueldad. Se trató de dirigir el dolor
hacia todos aquellos que siendo hombres
eran judíos y con ello ya se les inscribía como
menos que hombres, en sub-hombres. Se les
logra eliminar porque en el imaginario del
pueblo Alemán, circulan razones justificativas de su eliminación. Son los judíos el mal
del mundo, poseen un sino trágico, que arrastran desde tiempos del pentateuco: “Uno se
encuentra con frecuencia con judíos cuya
cabeza está adornada con cuernos (…) Los
cuernos: el atributo por excelencia del diablo”
(Poliakov, 1968). Vale advertir entonces, en
esta lógica de la muerte, que el hombre judío
representa para los alemanes del holocausto,
la encarnación del demonio. Se inscribe
en la historia del exterminio, el mito judío
trayendo o actualizando antiguas creencias.
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El holocausto legitimado: en el fondo el mal en la forma la razón instrumental
La creación del mito maléfico, permite a la
psique de los seres humanos poder justificar
toda la estructura ética y moral que llevan a la
acción. El mito crea contenidos en la creencia,
pueden resultar estos fragmentarios, oscuros
y sin duda confusos, pero una vez establecido el mito éste cobra fuerza creadora, y su
expresión es compleja como es complejo el
hombre en todas su realidades “Confiere al
mito la potestad de asumir por partes iguales
el costado tenebroso y el costado luminoso de
la condición humana”. (Ricoeur, 2007, p. 29).
La sociedad alemana, convencida del mito
judío, temía que estos intentaran destruir
el universo, dominar el mundo; ese recelo
tenía asidero en publicaciones, como los
Protocolos de los Sabios de Sión, que anunciaban como un oráculo: que los judíos con
su maligno espíritu, ocasionando perturbación, acabarían gobernando y dominando
la humanidad: “sobre esos fundamentos de
caos y de desorden general, los judíos podrán
establecer progresivamente su gobierno
mundial, merced a su control de la prensa,
de las finanzas y de los movimientos revolucionarios internacionales” (Friedländer,
2004, pág. 116). Por otro lado y con un
sombrío consenso Stalin también comparte
este temor pues considera que más que ir en
contra del sionismo, había que ir en contra
de la amenaza que estos individuos representaban, la idea “de una conspiración mundial
judía” (Arendt, Los Orígenes del Totalitarismo, 1999, p. 26) era cierta y verdadera. De
alguna manera Stalin hace pensar en un nexo
entre el judaísmo y el funesto capitalismo
americano. Baste ahora decir que Stalin tenía
razones fundadas para unirse al imaginario
de un mal cierto, inmanente y con rostro: el
rostro judío. Bien se comprende que se cernía
una grave amenaza de destrucción y enfermedad, de tal suerte que todos los hombres
de la Europa de inicios del siglo XX, y luego
156
de una guerra cruenta que se suponía no se
debería repetir, estuvieron de acuerdo en
que el Leviatán, el de las profecías, ya estaba
presente: “el discurso oficial señalaba al judío
como determinado a ciertos delitos (…)como
factor de contagio de males (…) incompatibles con el “sano sentir del pueblo alemán”
factor de contagio que (…) podían llegar a
destruirlos por completo”. (Rafecas, El aporte
de los discursos penales a la conformación de
Auschwitz, 2005, p. 1).
El judío perverso degeneraba la raza, pues violaba a las mujeres arias, quienes eran víctimas
de cierto encantamiento, ellas eran seducidas
por las maquinaciones voluptuosas de satán.
Toda la estirpe judía, sólo era la revelación
de que la sangre del pueblo ario había sido
corrompida, contagiada de la enfermedad
judía. Esta sombra de la profanación sexual,
fue alimentada por autores como Arthur
Dinter y Theodor Fritsch, quienes acrecentaron la desconfianza y la aversión por lo judío,
como toda una simbólica, de amenaza y peligro. Con ello el judío, adquiere dimensiones
desproporcionadas que permiten que pueda
configurarse como un auténtico enemigo.
(Friedländer, 2004).
Enquistado el mal en el alma alemana, surge
la necesidad de que aquél deba ser explícitamente identificado y así pueda ser trasladado
con tranquilidad y confianza a otro o a otros,
como forma de expiación. La humanidad
desde su origen ha buscado reparar el mal
a través del sacrifico, bien de animales,
objetos o personas1. Este ofrecimiento de
1
El trabajo de Sir James George Frazer, en su obra
póstuma, La Rama Dorada, F.C.E, Colombia,
1993. Expone con claridad como los pueblos
salvajes tienen la necesidad de trasladar el mal a
un animal, o a un hombre para desviar el mismo
mal “Con esta idea actúa y el resultado es un
número infinito de tretas malévolas para endosar
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sangre genera en la razón y el sentimiento
atemorizado de las personas la promesa de
liberación. Los hombres logran tranquilidad
frente a la nefasta experiencia de la sin salida.
Opera en la conciencia moral una trasferencia simbólica y real del mal, que facilita
que se incube el odio, la brutalidad y quela
indiferencia, pueda integrarse sin conflicto.
En el traspaso del mal, se destruye, se asesina
al demonio y a toda su representación posible,
esa puede ser la razón de tanta crueldad y
sufrimiento infligido, pues se debe asegurar la
erradicación del diablo, y lo que representa,
no puede quedar nada. Frente a la acción de
exterminio de lo maligno, no hay repulsa se
entiende desde este razonar, la indiferencia,
pues cuando se cura una enfermedad, es decir
se extirpa el mal, no hay porque indignarse o
al menos con-moverse, apiadarse. Todos los
hombres, coinciden en que al diablo es necesario combatir. Es natural que se participe
de esta cruzada, estaba tendida la cuerda y
en sus extremos, estaban ubicados en perfecto orden, lógico, semántico y espiritual:
el judaísmo frente al germanismo, el Estado
frente al Reich, la ciudadanía frente a los
valores ancestrales, el universalismo frente al
volk, la conciencia alemana frente a la anulación moral judía.
Estas tensiones objeto del engendro del mal,
conducen a que en su puesta en conjunto,
estas diadas, llevarán a la convicción de la
alma alemana, que sin mayor remordimiento,
o examen de conciencia creyera y participara
del pensamiento uniforme de que los judíos:
tenían merecida su muerte, y que no podían
ser perdonados o reconocidos:
“Las filas de los perpetradores estaban compuestas por fanáticos nazis, por los que se
a otro cualquiera la pesadumbre de la que un
hombre quiere sustraerse” p. 608.
habían dejado seducir por la locura, por lo
que se habían tropezado con la escena por
casualidad, y por mujeres, niños y jóvenes a
los que, por regla general, la ideología nacionalsocialista o el antisemitismo manifiesto
les motivaba muy poco o nada en absoluto”.
(Bankier & Gutman, 2005).
El caleidoscopio gris del mal. El mal es opaco
porque posee tonalidades, hay posibilidades
de ver muchos tonos de grises. Los diversos
tonos estaban referidos a las consideraciones
éticas y morales de aquellos que tenían el
poder para destruir, y de aquellos que hubiesen podido indignarse y reprochar. Todo
estaba dispuesto para que los victimarios
cegados por sus tonos de maldad, vivieran la
experiencia del mal y estuvieran rendidos ante
la potencia del mal (Ricoeur, 2007) que sólo
deja impotencia en aquel que recibe el ultraje
y todas las formas violentas de éste. Este mal
surgido de la razón, los corazones y las entrañas de los victimarios, desemboca sin duda
en el sufrimiento, en el padecimiento y en
algo de mayor trascendencia: en humillación
que se tradujo en la manera como lograron
reducir a la los judíos, anularlos quitándole
todo derecho y toda mínima dignidad. Ya no
eran alemanes, europeos, no tenían religión
(porque al menos lo sagrado presente en
el otro, independiente de su credo hubiese
permitido algún respeto), no tenían bienes,
no tenían derechos ya no eran personas.
“Después del 1 de julio de 1943, no quedaban
organismos legales a los que los judíos pudieran reclamar. Con esta coyuntura, no sólo se
los excluía de la sociedad sino que quedaban
despojados de todos los derechos” (Bankier &
Gutman, 2005).Así el mundo judío, es coloreado para ser aniquilado, para ser enemigo,
extraño a la comunidad y darle el estatus de
peligroso para la comunidad, como así se
establece en el artículo 1 del proyecto de ley
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El holocausto legitimado: en el fondo el mal en la forma la razón instrumental
sobre el tratamiento de extraños a la comunidad, del 17 de marzo de 1944.2
El color del mal de los victimarios era más
firme, sin embargo algunos de ellos pudieron
dar tonos distintos, alzaron sus voces en
contra de esta ignomia. Menciona Wolfgang
Benz, tres casos de denuncia y solidaridad,
por parte de alemanes en contra de la persecución y matanza contra el pueblo judío. Ellos
fueron Wilhelm Krützefeld, Ignaz Tischler y
el caso especial del pastor de Oberlenningen
en Württemberg que como un profeta acusa
y condena las vejaciones y crímenes contra
los judíos. El sermón del 16 de noviembre de
1938 es claro y contundente, señala el pastor
que se ha desatado la infamia, se ha vuelto la
espalda a Dios, se ha hurtado y violentado la
propiedad de otros, se ha llevado a campos
de concentración a ciudadanos buenos y
probos: “¡Sólo por pertenecer a otra raza!
Aunque los de arriba no han reconocido la
injusticia, el pueblo lo siente profundamente,
incluso allí donde la gente no se atreva a
hablar de ello” (Bankier & Gutman, 2005).
Otros tantos fueron reprimidos, en su intento
de oposición a la matanza judía, muchos de
ellos comunistas o grupos de ciudadanos
en contra del mismo régimen totalitario del
Tercer Reich. Ellos pagaron con su propia
vida esta subversión, que no era sólo cuestión
de mero disenso, para el régimen se trataba
de alta traición, ya no eran ciudadanos eran
enemigos peligrosos. Ahora para el Führer
como hostiles, no se les permitió organizarse,
fueron reprimidos, reducidos por ir en contra
de los ideales del germanismo; por ser comunista, por ser liberal, en fin por no concordar
con el Nazismo. El Estado Nazi represor
condenó a más de 12.000 de sus propios ciudadanos, apelando a la lógica draconiana de
la pena “Entre 1933 y 1939. Sólo durante la
guerra, momento en el cual el número de
delitos punibles con la muerte ascendió de
tres a cuarenta, los tribunales civiles alemanes impusieron alrededor de 15.000 penas de
muerte” (Kershaw, 2000, p. 101).
En la gama de tonos de los victimarios
alemanes se encuentra un tono de difícil
interpretación, si no había castigo para los
que desobedecían órdenes o desertaban ¿Por
qué miles de soldados continuaron con la
barbarie?
Es oportuno, introducir el gris en el contexto
de esta tragedia, y es el gris de las víctimas,
que fueron crueles con otras víctimas. Quizá
las situaciones extremas3 proporcionen una
deformación de la nobleza y acabe con la
dignidad del espíritu. En el contexto del
Lager, más allá de poder precisar entre malos
(alemanes) y buenos (judíos) a la manera de
bandos; no había claridad parece que podía
ser que cruel y malvado cualquiera y que
la infamia no era del resorte único de los
victimarios. El Lager se instaura, desde la
mente nazi, como un lugar para la tortura,
la destrucción pero resultó también un
territorio de aniquilamiento y de quiebre de
3
2
Este proyecto de Ley, tenía la pretensión de
“asegurar, que extraños a la comunidad, que con
su conducta perjudican la comunidad del pueblo,
sean insertados como miembros útiles o no puedan
seguir dañando a la comunidad del pueblo”. Definía
el proyecto de ley al extraño, como aquel que no
podía cumplir con las exigencias de la comunidad,
de la comunidad pensada por el Reich, claro está.
158
Situaciones límites o extremas tratadas y
abordadas desde la filosof ía, la literatura y la
teología. corrientes como el existencialismo tiene
un desarrollo mayor. La situación límite nos ubica
en los linderos del sentido y la angustia. Agamben
también refiere el tema de la situación límite, en
su texto Lo que queda de Auschwitz, hace una
comparación de esta situación vital, con el estado
de excepción consagrado en el ordenamiento legal.
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Dalia Carreño Dueñas
la fraternidad, de la hermandad.Lograron los
nazis reducir al Hombre llevarlo a las fronteras
del abatimiento moral, a cercenar los ideales
comunitarios y la tolerancia que voces como
Voltaire habían reclamado. El espíritu de lo
social, y los logros de la democracia ahora
eran un fantasma, todo estaba arruinado y
en cenizas; el Armagedón triunfo, el necio se
encumbró y la miseria cundió.
Al parecer el que ingresaba al Lager estaba
condenado de manera inconmensurable a
la soledad, a la orfandad, no podía asirse de
nada, sólo se tenía a sí mismo. Pero incluso
del estatus individual también era despojado,
puesto a prueba y por supuesto vencido: “las
patadas y los puñetazos inmediatos, muchas
veces en pleno rostro, la orgía de las órdenes
gritadas con cólera real o fingida, el desnudamiento total, el afeitado de las cabezas, las
vestiduras andrajosas” (Levi, Los hundidos y
los salvados, 2000, p. 17).
Este gris de la malicia que emerge, en la
iniquidad del campo, logra crear y construir
estereotipos, que a veces terminan impensables desde la distancia y la ajenidad de la
experiencia. Creaciones de la mente sombría
y apagada del que estaba vilipendiado y
sumido, proyectaban mezquindades. Figuras
como el Muselmann o el Zugang logran
reflejar de alguna manera, el quiebre de la
humanidad vencida.
Estos humanos rendidos en el ocaso de
la historia, facilitaron el trabajo de la S.S.
alemana porque así no se amotinaban o
sublevaban: “para la dirección del campo, el
recién llegado era un adversario por definición, fuera cual fuese la etiqueta que tuviera
adjudicada, y debía ser abatido pronto,
antes de que se convirtiese en ejemplo o en
germen de resistencia organizada” (Levi, Los
hundidos y los salvados, 2000, pág. 17). Se
podría entender que para la burocracia del
Lager, el judío era el enemigo, que debía ser
destruido sin piedad, eran el demonio hecho
carne, pero ¿por qué era enemigo para el
propio judío, que compartía la miseria de la
aniquilación? ¿Por qué falto la solidaridad
y la fraternidad en el Lager? Es posible que
la desgracia subyugue el particular orden al
bien. Como señala Levi, (2000) con el recién
llegado no había piedad, no había cooperación, no era reconocido como Otro, no era
un prójimo. El Lager minimizó la alteridad,
ésta fue sacrificada, al no haber reconocimiento todo estaba autorizado, no hay
extremos en la maldad “en esta dureza de
corazón, la conciencia juzgante descubre un
mal equivalente al de la conciencia activa”
(Ricoeur, 2007, p. 48).
Llegar al campo, para el judío perseguido,
sufrido y desarraigado era como llegar al
Hades, era el lugar de la muerte, pero más allá
del mismo cercado de púas, era el escenario
del oprobio de la maldad. El nuevo (Zugang)
que ingresaba no podía esperar de los hermanos judíos, condescendencia aprecio o algún
tipo de alivio a la miseria, a su condición de
víctima, por el contrario sentimientos como
la envidia afloraban en su pensamientos y
eran exteriorizados mediante absurdas burlas
y bromas desalmadas. El otro recién llegado,
no tenía acogida, ya no pertenecía entonces
a nadie, a nada, esa era su mayor soledad y
tragedia, no era posible construir un todos
juntos, un nosotros:
“Rara vez ocurría que su llegada fuese saludada no digo ya como la de un amigo sino
por lo menos como la de un compañero en
desgracia; en la mayor parte de los casos,
los antiguos (y uno se hacía antiguo en tres
o cuatro meses, el paso a esa categoría era
rápido) manifestaban fastidio o abierta hostilidad”. (Levi, Los hundidos y los salvados,
2000, p. 17).
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El holocausto legitimado: en el fondo el mal en la forma la razón instrumental
No poder construir en este tono de gris del
mal, una comunidad solidaria de desgraciados para sobrellevar las penas, al menos con
un poco de conmiseración, de generosidad
a lo mejor ennegreció la fortaleza y minó la
esperanza. Era necesario culpar, trasladar el
mal sufrido a otros, quizá lo indescifrable
era que el rencor y la cólera era contra otros
inocentes, contra otros iguales. Las figuras
como el musulmán o el nuevo, resultaron
una formar de resistir a la potencia del mal,
se necesitaba un chivo expiatorio, para evitar
subvertir el orden, y mantener la cordura.
“los «antiguos» tendía a ver en el recién
llegado un blanco en quien desahogar su
humillación, (…) a crear a su costa un individuo de menor rango a quien arrojar el peso
de los ultrajes recibidos de arriba” (Levi, Los
hundidos y los salvados, 2000).
Auschwitz señala que los hombres entre sí
y en ciertas circunstancias, pueden hacer un
derroche de mal sin freno, y por otro lado
muestra que la muerte no es un castigo, y en
situaciones desafortunadas de sufrimiento
y de miseria termina siendo un alivio. El
auténtico castigo es la ruindad del victimario, la indiferencia del compañero, que
logran el despojo del alma, el abandono y
el arrinconamiento del ser, ya no habita el
hombre en el cuerpo:
“El musulmán es un ser indefinido, en el
que no sólo la humanidad y la no humanidad, sino también la vida vegetativa y la de
relación, la fisiología y la ética, la medicina
y la política, la vida y la muerte transitan
entre ellas sin solución de continuidad. Por
eso su “tercer reino” es la cifra perfecta del
campo, del no-lugar donde todas las barreras entre las disciplinas se arruinan y todos
los diques se desbordan”. (Agamben, 2000,
p. 49).
160
2. La forma, la razón
instrumental
Teniendo como fondo el mal, la tragedia judía
estaba de alguna manera bajo la egida de los
cambios profundos, en la forma del pensar en
la tradición occidental. La razón como auténtico pensar encumbró el orgullo europeo,
había logrado conquistas, en la creación del
espíritu en todas las disciplinas humanas. La
reflexión ética había conseguido claridades
frente a las acciones de bondad en el hombre,
sobre marcos claros de referencia. Se esperaba entonces que la humanidad con la fuerza
del pensar y con el apaciguamiento de los
sentimientos innobles, no podía caer, como
un todo, en el mal o llevar a la indignidad a
persona alguna. La razón y la confianza en su
ejercicio señalaron los caminos que debían
transitar los pueblos, teniendo como ruta la
libertad, la igualdad y la fraternidad. De este
ideal de razón presente en un espacio vital
profundo de reflexión individual, llamado
conciencia, y presente también en el mundo
de lo social, institucional, relacional. A esta
razón unificadora se la llamo razón objetiva,
(presente desde siempre junto a la razón
subjetiva) como garante de discernimiento
en la práctica personal y comunitaria, sin
duda a manera de contención de las pasiones; con la intención de reducir la razón
subjetiva: “Platón y Aristóteles, la escolástica
y el idealismo alemán, se basaban sobre una
teoría objetiva de la razón. Ésta aspiraba a
desarrollar un sistema vasto o una jerarquía
de todo lo que es, incluido el hombre y sus
fines” (Horkheimer M., 1973, p. 16). De esta
manera con la razón objetiva, los hombres
podían determinar y conducir su vida privada
y pública, desde esta totalidad de sentidos,
comprensiones y ante todo de distinciones.
Poder distinguir y sopesar las acciones, desde
la razón objetiva, era la apuesta en la confianza
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y tranquilidad de un mundo mejor, o al
menos posible para todos. La razón objetiva
podía asegurar una vida feliz y afortunada,
porque era claro que se debía proceder en la
vida cotidiana referenciando los fines no los
medios. Cabe señalar que bajo este pensar
objetivo se tienen claridades y jerarquías;
se tiene la preocupación y la sensibilidad
por la escogencia de virtudes que lleven al
perfeccionamiento y la felicidad, por lo tanto
se entronizan: “la idea del bien supremo,
del problema del designio humano y de la
manera de cómo realizar las metas supremas”
(Horkheimer M., 1973, p. 17). Desde esta
perspectiva la razón es un principio fundante
de la vida privada y pública.
Pero la razón como acción se ve sopesada,
por la misma dinámica y actividad de los
hombres en sociedad, por la dialéctica de
la existencia común. Las dos dimensiones
objetiva y subjetiva, terminan fundiéndose en
una (como expresión de la crisis del pensar,
se ha perdido la unidad) y aflora un nuevo
pensar, con un peso definitivo en las ideas de
cálculo, de lógica que seducen por la reducción. Así el triunfo de la razón subjetiva trae
un hombre y una sociedad que justifican sus
acciones, a partir de los medios sin distingo.
“En última instancia la razón subjetiva resulta
ser la capacidad de calcular probabilidades y
de adecuar así los medios correctos a un fin
dado” (Horkheimer M., 1973, p. 17). Una
forma de esta idea de cálculo del mal y de
justificación de las acciones nazis sobre los
judíos, estaba asentada en la idea, de que era
necesario y por tanto hasta lógico, que se debía
exterminar a este pueblo. Pues era ineludible
arrasar con los judíos porque según la deducción pragmática nazi, ellos eran responsables
junto a los bolcheviques de la extinción de la
burguesía rusa. Los judíos estaban involucrados seriamente con el movimiento comunista
en todo el mundo, y esto era definitivamente
un peligro de muerte para Alemania. Por lo
tanto no se podía dudar de la idea de proteger la vida y los ideales del pueblo Alemán.
El terror comunista, palmario en los judíos,
se cierne y por tanto, por seguridad se debe
tener un plan, organizado y coherente para
proteger a Alemania y para cumplir esta
planificación: “Era necesario, como represalia
y con carácter preventivo, exterminar [los]”
(Nolte, 2000:541)”. (Traverso, 2002, p. 16).
Una vez instaurada la razón subjetiva, cobra
sentido el pensar sobre la amenaza judía como
razón instrumental, alejando o reduciendo
los elementos éticos y morales en la fundamentación que concedía la razón objetiva. El
peso de la reflexión lo tiene la relación de los
objetos y conceptos (como la protección, por
sobre todo del lacerado pueblo alemán luego
de la derrota de la primera guerra mundial)
con los fines para los cuales están hechos, o
cumplen una función; en últimas, la relación
estará medida por la utilidad o el servicio que
el objeto o el pensamiento prestan a un fin,
bien personal o colectivo. Deben servir para
algo. (Horkheimer M., 1973). Desde esta
perspectiva:
“Judeocidio no fue sólo una erupción de violencia bruta, sino una masacre perpetrada
“sin odio”, gracias a un sistema planificado
de producción industrial de muerte, un
engranaje creado por una minoría de arquitectos del crimen, puesto en práctica por una
masa de ejecutores a veces afanosos, otras
inconscientes, en medio de la silenciosa
indiferencia de la gran mayoría de la población alemana, con la complicidad de Europa
y la pasividad del mundo”. (Traverso, 2002,
p. 22).
Una consecuencia de la razón instrumental
es que logro separar tajantemente la religión
de la razón, lo laico de lo secular, lo profano
de lo sagrado. Los hombres del iluminismo
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161
El holocausto legitimado: en el fondo el mal en la forma la razón instrumental
marcaron las divisiones, acometieron en
contra de la religión y la metafísica, en definitiva se arrodilló la razón objetiva. Estas
fracturas en el espíritu y el arrinconamiento
de la nobleza del alma, desborda las fronteras
entre el mal y bien, ni la moral tiene fundamento. En este punto, queda entonces así
configurada la justificación de los procesos
productivos de la muerte. Se Instaura la
planificación y administración de tiempos,
recursos, modos y espacios para acabar con la
vida del pueblo judío. Acotando que se crea un
nuevo obrero, un nuevo trabajador encargado
de administrar miseria, crueldad y muerte.
Según Goldhagen, se calculan entre 100 a
500 mil personas, prestando este servicio, se
inaugura de esta manera: la muerte en serie.
La razón instrumental explica la fabricación
de productos y artefactos para la muerte
masiva, para la eficiencia en el exterminio:
“Las cámaras de gas y los hornos crematorios
son el punto máximo (…) de deshumanización e industrialización de la muerte que
integra la racionalidad instrumental,
productiva y administrativa del mundo occidental moderno” (Traverso, 2002). La guerra
de Hitler, sirviéndose del imperio de la razón
instrumental logra una empresa productiva
especializada en destrucción y maldad. La
muerte se ha deshumanizado viene de parte
de aparatos y máquinas.
El liberalismo proporcionó también andamiaje a la razón instrumental, instaura valores
sociales como el interés personal, el egoísmo
y la propiedad: “el grande y principal fin que
lleva a los hombres a unirse en Estados y a
ponerse bajo un gobierno, es la preservación
de su propiedad” (Locke, 1990). Los principios liberales tutelados, ostentan un plus y es
que son relativos a la protección de los propietarios. El desposeído, el excluido está fuera
de esta tutela, quienes requieren de la defensa
del Estado son los que poseen. El propietario
162
alemán, es decir el amparado por el partido
nazi, colaboró y cohonestó con las acciones
de crueldad. La clase media y alta de la nación
alemana no fue perseguida; allí en este grupo
social se encontraban los altos ministros
católicos “ningún obispo católico alemán fue
confinado en un campo de concentración”
(Kershaw, 2000, pág. 86); también estaban los
militares, pues no hubo purgas en el ejército.
Así las cosas la represión nazi, contra los propios alemanes, se dirigió fundamentalmente
a los barrios obreros en las grandes ciudades
“a los menos poderosos y apreciados”. (Kershaw, 2000). Muchos ciudadanos alemanes
colaboraron voluntariamente, bien como
burócratas, funcionarios, militares, policías,
no se puede olvidar que Hitler sube al poder
con la complacencia de sus compatriotas.
Desde 1918, la eliminación judía, ya formaba
parte del plan de gobierno del partido nazi:
“que se convirtió en el primer partido alemán,
gracias, tenemos que recordarlo, a un amplio
apoyo popular” (Delacampagne, 1999, p. 100).
Una vez la razón instrumental se ha entronizado, como unidad de pensamiento y
conducción de la vida en sociedad, las banderas de cohesión del tejido social nazi, pasan
por el pangermanismo, el exterminio judía y el
campo vital. Se advierte así que pensamientos
que entroncaban principios y virtudes como
la tolerancia y el respeto por el otro, terminan
vistos y vividos desde trivialidad, la banalidad
o simplemente se abandonaron: “Los observadores extranjeros se quedaba atónicos ante
la indiferencia que se mostraba por virtudes
alemanas elementales, como respeto por la
propiedad privada, el ahorro, respeto por los
lugares de culto religioso y buena vecindad”
(Bankier & Gutman, 2005). Las virtudes,
ideales y valores, cuando se asumen como
instrumentales terminan siendo provisionales, desligadas del actuar y dependerán de los
intereses y necesidades que atiendan; ya no
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Dalia Carreño Dueñas
tienen substancialidad, son formalizaciones.
La existencia puede estar escindida, sin interioridad, sin remordimiento, tomando sólo
referentes formales. Lo que hace esta ruptura
es que lleva al pensamiento y a la acción en
cursos distintos: “En la edad del relativismo,
cuando hasta los niños conciben las ideas
como anuncios publicitarios o como racionalizaciones” (Horkheimer M., 1973, p. 33). Por
lo cual puede decirse que la formalización
vacía de la razón y la fractura con la acción,
explica como la idea de productividad y de
funcionalidad, llevó a que se obtuviera provecho de la miseria y se montara un sistema
de producción que literalmente llevaba a la
muerte. Se entiende dentro de la lógica instrumental, que los campos de concentración
resultaban siendo un desperdicio de recursos,
mano de obra e infraestructura. De lo anterior
se desprende que lo conveniente y necesario
para el régimen nazi era reestructurar la
economía y convertirla en una economía
totalitaria. Esta economía de la brutalidad
que consumía no sólo fuerza de trabajo, sino
consumía la vida, la dignidad, contaba en
1944 con: “un ejército variado, formado por
civiles de los países ocupados, prisioneros de
guerra y deportados (raciales y políticos). (…)
7,6 millones de personas” (Traverso, 2002, p.
41).
Una consecuencia adicional de la formalización vacía e instrumental de la razón, fue
la tarea desarrollada por parte de juristas
(especialmente de la ciencia penal) en el
establecimiento de un ordenamiento jurídico
cuya finalidad fue dar apariencia de justificación y legalidad a las acciones terroríficas y
criminales del régimen totalitario. Desde esta
lógica se podía afirmar que: si existían normas
entonces el statu quo nazi estaba bien, pues
sin lugar a dudas servía a los intereses del
Tercer Reich. Vale la pena señalar los aportes
de connotados penalistas como Franz Von
Liszt, Edmund Mezger, Franz Exner y Carl
Schmitt. Von Liszt proclama el programa de
Mamburgo “en el cual denostaba a ciertos sectores de las clases bajas, señalándolos como
el “ejército del delito” (Rafecas, El aporte de
los discursos penales a la conformación de
Auschwitz, 2005, p. 140). Expresiones como
veneno, cáncer, patología, peligro, degeneración terminaron integradas al orden legal,
como justificantes y prácticamente principios
de la estructura dogmática del nazismo. Otro
penalista como AugustKöhler, en 1917, consideraba la “higiene racial (“Rassenhygiene”)
como una de las más importantes misiones
del derecho penal en aquella época” (Rafecas,
El aporte de los discursos penales a la conformación de Auschwitz, 2005, p. 142).El jurista
Schmitt, como vergüenza para la historia
del horror y sin siquiera alguna vez haberse
encontrado con Hitler, termina no sólo coadyuvando con sus contribuciones teóricas, sino
con sus acciones al orden legal totalitario. De
manera escandalosa alaba el terrorismo, la
crueldad y el aniquilamiento de opositores
al régimen4 y por supuesto el judeicidio. Sólo
quien esta guiado por la razón instrumental
y en el fondo de su espíritu habita el mal, no
puede hacer distinciones:
“El Código Penal se ha convertido en la Carta
Magna de los criminales, gruñe Schmitt. Las
reglas son estorbos del castigo. Una época
enferma nos heredó esos principios que santifican el procedimiento amparando el delito.
Por eso es necesario sustituir la cobardía de
esos estatutos liberales por la virilidad de un
poder enérgico”. (Silva-Herzog, 2003).
La radical adhesión al régimen y la militancia,
llevan a Schmitt a escribir un texto corto, en
4
La cruenta noche de los cuchillos largos, como
exhibición de cacería y terrorismo estatal, en
contra de ciudadanos alemanes y como acción
legitima del régimen fuera de toda censura.
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163
El holocausto legitimado: en el fondo el mal en la forma la razón instrumental
defensa de Hitler, presentándolo como un
hombre de Estado, en defensa de los ideales
de justicia y legalidad “El Führer está defendiendo el ámbito del derecho de los peores
abusos al hacer justicia de manera directa en
el momento del peligro, como juez supremo
en virtud de su capacidad de líder” (Rafecas,
la ciencia del derecho y el advenimiento del
nazismo: El perturbador ejemplo de Carl
Schmitt, 2010, p. 111).
Otro penalista al servicio del Estado de crueldad y muerte nazi, fue Edmund Mezger, su
cooperación con el partido nazi consistió en
“adaptar el derecho penal al nuevo Estado,
basándose en las ideas de “pueblo” y “raza”.
Prácticamente, a partir de ese momento hasta
1945 no hizo otra cosa que intentar llevarlas
a la práctica”. (Muñoz Conde, 2003, pág. 84).
Ideas y prácticas criminológicas, como la
esterilización, la deportación, la eugenesia, la
castración, la inocuización consagradas en el
engendro monstruoso de la ley de “extraños a
la comunidad” tienen su rúbrica; incluso fue
remunerado por su contribución. (Muñoz
Conde, 2003).
Mezger y otros penalistas, por su insensibilidad, crueldad e instrumentalidad en su
pensar, permiten dar razones a Horkheimer,
para afirmar que definitivamene la humanidad: esta en su ocaso, es el fin. Los hombres
han fracasado como proyecto, no sólo por la
defensa de idolos, ideales, aspiraciones y conceptos todosdesiertos, perdidos sin elementos
éticos, morales o al menos con una huella de
razón objetiva: “el grado de celo y de terror
con que son defendidos los ídolos vacilantes,
muestra hasta qué punto ha avanzado ya el
ocaso” (Horkheimer, 1986, p. 4) y pero aún
ya no se sabe qué es lo bueno, por lo que
acciones crueles, de terror, de exterminio, no
fueron examinadas desde la virtud, la nobleza,
la dignidad o el respeto:“¿de qué expresión
164
nos debemos servir para designar lo que es
bueno?; ¿no están todas igualmente desprestigiadas por la mala praxis del uso encubridor
como la expresión «humanidad»?”. (Horkheimer, 1986, p. 4).
3.La indiferencia y crueldad de
la razón instrumental
El mundo alemán nazi, el mundo de la
ciudadanía, continuó con su vida pública
y privada, nada se paralizó, era como si no
estuviera pasando nada, oficinas, almacenes,
teatros, cafés y restaurantes no se cerraron.
De ahí que bajo la razón instrumental y con
el fondo el mal se vivía ajeno a la matanza, la
crueldad, la tortura y el aniquilamiento, vivir
en la indiferencia era funcional: “soldados,
ciudadanos respetables y tranquilos, buenos
padres de familia y buenos esposos en la vida
civil, debían transformarse en asesinos en
el frente y esta metamorfosis era glorificada
como la vocación y la misión de todo verdadero patriota (Bartov, 2000:12-14” (Traverso,
2002, p. 99).
Finalmente lo que la razón instrumental
difícilmente logra ahuyentar, comprender
o dar sentido, es sin duda a la pérdida del
espíritu de la víctima, la ruina de su humanidad. Millones de víctimas ultrajadas,
deshumanizadas, desmoronadas por el dolor,
quedando solo con la humillación y el ultraje.
¿Cómo recuperarse del ultraje, cómo continuar viviendo desde el no ser y la negación
de la dignidad? El ultraje ubica al hombre
en otra dimensión de valores, de desentrañamiento, de exclusión, de no alteridad. No
hay racionalidad objetiva en la crueldad. En la
crueldad están dos, como protagonistas de un
escenario de horror, pero es el ultrajado, no el
perpetrador el que lleva el peso de la ignomia
y del sufrimiento, más allá del momento del
horror. El ultraje se lleva como cicatriz, no
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Dalia Carreño Dueñas
tiene cura, no hay alivio a pesar del paso del
tiempo. ¿Cómo exculpar, no sólo a los nazis,
sino a toda la humanidad?: “Insisto, la culpa
colectiva pesa sobre mí, no sobre ellos. El
mundo, que perdona y olvida, me ha condenado a mí, no a aquellos que asesinaron o
consintieron el asesinato” (Améry, 2001). El
ultraje se convierte en evidencia de la falta,
del vacío en el ser, en el existir; la posibilidad para la victima de incorporar la maldad
padecida por la voluntad de otros, será siempre a manera de negación, de negación en lo
vital, se debe negar como un cicatriz, niega
la totalidad.
Negación como existente, como enfermedad
como no solución: “No deseo convertirme
en cómplice de mis torturadores, exijo
más bien que se nieguen a sí mismos y me
acompañen en la negación” (Améry, 2001).A
consecuencia de ello el ultraje es incurable.
Igualmente se manifestó otra negación en
esta barbarie, la de la muerte misma. La dignidad de la muerte también fue arrebatada,
la producción en masa de muertos devastó
incluso la oportunidad de morir en paz, en
serenidad, simplemente se producía muerte,
ésta no llegaba a las honduras del alma.
En palabras del reprochado Heidegger, la
muerte en los campos no permitía el cierre,
el fin del ser existenciario, pues el espanto
y la ajenidad de la vida, y el ser ya había
huido de los cuerpos y de los espíritus: “lo
que es cierto, en cualquier caso, es que las
víctimas veían negada, así, la dignidad de
su muerte, eran condenadas a perecer-con
una imagen que recuerda a la rilkiana de
las “muertes abortadas”-de una muerte no
muerta. (Agamben, 2000, pág. 76). Este mal
mayor, en la esencia del hombre, arrasado
en su intimidad, fragmentado en su espíritu
ubica la nobleza del hombre, en un estado de
calamidad tal, que hace imposible el retorno.
Los sobrevivientes han quedado marcados,
pero no sólo por el victimario concreto real,
han sido marcados por toda la humanidad
representada en él:
“Debemos constatar una vez más, dolorosamente, que el ultraje es incurable: se
arrastra con el tiempo y las Erinnias, en las
que es preciso creer, no acosan tan sólo al
torturador (si es que lo acosan, con la ayuda
de la justicia humana o sin ella), perpetúan
el ultraje cometido por él al negar la paz al
atormentado (…) Quien ha sido torturado
lo sigue estando”. (Levi, Los hundidos y los
salvados, 2000, p. 14).
4. Superar la razón instrumental
La lección profunda del genocidio judío por
parte del régimen nazi, es sigue siendo, la
vergüenza de haber permitido que la razón
instrumental sea la que domine la acción, en la
vida de los hombres. Es necesario como tarea
diaria para sobrevivir, el perdón, la dignidad,
el respeto por el otro y todos los principios y
valores que permitan la auténtica y verdadera
existencia. El horror del judeicidio arrancó
del alma humana, el sentido y la comprensión
de la vida. Recuperar el sentido vencer el
mal, esa es la misión para curar el alma de la
humanidad demolida. Una voz que se levantó
en el desierto de la maldad, para recuperar
lo perdido del hombre por el sufrimiento fue
Víctor Frankl. Señala la posibilidad de luchar
y no ceder a la tentación de dejar, de ser
humano de abandonar la lucha, la exigencia
de vivir es un imperativo que obra como
sentido y fuerza vital. La atrocidad, del mal
hacía que todos los condenados por la tragedia “abrigasen el pensamiento de suicidarse
(Frankl, 1998, pág. 18)” sin embargo se debe
seguir con vida, con la vida: “la primera noche
que pasé en el campo me hice a mí mismo
la promesa de que no me lanzaría contra la
alambrada” (Frankl, 1998, p. 18).
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El holocausto legitimado: en el fondo el mal en la forma la razón instrumental
Encontrar el sentido, reconciliarse consigo
mismo y con la humanidad, requiere de ir
a las profundidades, reencontrar el ser. La
morada del ser de cada humillado fue su
espiritualidad, su interioridad eso que los victimarios no podían vencer. Los que lograron
restablecer y reencontrar su propia existencia, su dignidad, fueron libres, encontraron la
esencia auténtica de la humanidad: la libertad
intima, lo que no lograba arrancar el mal:
“Dostoyevski dijo en una ocasión: “Solo
temo una cosa: no ser digno de mis sufrimientos” y estas palabras retornan una y
otra vez a mi mente cuando conocí a aquellos mártires cuya conducta en el campo,
cuyo sufrimiento y muerte, testimoniaban
el hecho de que la libertad intima nunca se
pierde”. (Frankl, 1998, p. 100).
Conclusiones
El derecho en tanto discurso requiere una
racionalidad para su práctica, racionalidad
que entra en crisis cuando se legitima el
genocidio judío, cometido por el pueblo
Alemán. La razón erigida como garantía de
legitimidad, validez y justificación de la coerción del orden legal, es fracturada cuando en
la forma de razón objetiva integradora de la
moral, y los valores sociales es reemplazada
por la razón instrumental sobrevalorada y
encubridora de hegemonía y aniquilamiento.
La razón instrumental inserta en el derecho
nazi concedió legitimidad a sus acciones apareciendo como validas, e incluso justas, a la
luz de los intereses de la hegemonía alemana,
que aniquiló el mundo judío. Esta instrumentalización de la vida, la dignidad y los valores
fundamentales vació de contenidos y sentido
los ideales de la vida en común. Los juristas
alemanes en este escenario, también contribuyeron a esta estructura de irracionalidad,
166
con leyes validas, quizá legítimas pero radicalmente injustas.
El mal puede explicar la brutalidad cometida
por el régimen nazi, sus excesos en la crueldad,
la tortura, la muerte indigna, la humillación
causada. También desde la oscuridad del mal
se comprende la indiferencia, el silencio de
aquellos que no dijeron ni hicieron nada, como
una forma de participación en la crueldad. El
mal causado a todo lo que se conocía como
civilización occidental, llama la atención a la
urgencia de encaminar la razón hacia un proyecto de hombre y de humanidad más justa,
porque aún se tiene mucho por aprender del
proyecto de Estado, de vida social, y de derecho como justicia. No se puede olvidar lo que
el mundo civilizado, hizo en contra del pueblo
judío en nombre de la constitucionalidad y la
legitimidad de la norma.
La razón instrumental como la forma del mal,
se expresó en los instrumentos, máquinas y
normas que conformaron la estructura de
muerte del mundo judío; así como las ideas
de limpieza racial, de pangermanismo que
fueron parte de su justificación. La razón
instrumental mostró el rostro del ocaso de
la humanidad, de su fracaso. El fracaso de la
humanidad se afirmó también en todos los
tonos grises, imágenes desdibujadas y colores
del mal en los rostros a veces confusos y confundidos entre víctimas y victimarios.
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167
Edgar Fabián Garzón Buenaventura
Globalización del derecho, fetichismo legal
el velo de los Derechos Humanos*
Globalization of law, legal fetishism the veil
of Human Rights
Edgar Fabián Garzón Buenaventura**
Universidad Cooperativa de Colombia
RESUMEN
El artículo pretende socorrer en los cauces del derecho internacional público, por medio de
una postura crítica la teoría homogenizante del derecho humano y su recepción simétrica con
los Tribunales o Cortes Nacionales, fijando o rescatando la progresividad desde lo intraestatal
como el valor agregado de la respuesta correcta del derecho.
Palabras clave: Democracia, Globalización del Derecho, Fetichismo, Derechos Humanos
Análisis Cultural del Derecho, Circulación Judicial, Margen de Apreciación Nacional.
ABSTRACT
The article tries to help in the riverbeds of the public international law, by means of a position it
criticizes the theory to homogenize of the human right and his symmetrical reception with the
courts or National Spanish Parliament, fixing or rescuing the progressivity from intraestatal as
the value added of the response of the right.
Key words: Democracy, Globalization of the Right, Fetishism, Human Rights Cultural Analysis
of the Right, Circulacion Judicial, Margin of Apreciacion Native.
Fecha de Recepción: Noviembre 3 de 2013
Fecha de Aprobación: Noviembre 28 de 2013
* Artículo de reflexión producto del proyecto de investigación Conadi 2013, Circulación judicial, trasplantes
jurídicos: Control de convencionalidad; perteneciente a la línea de tendencias Contemporáneas en derecho
procesal del Centro de Investigaciones de la Universidad Cooperativa.
** Abogado de la Universidad Libre de Colombia, Filosofo de la Universidad Libre de Colombia, Magister en
Derecho Procesal Constitucional de la Universidad Nacional Lomas de Zamora (Buenos Aires- Argentina)
Doctorando en Derecho Universidad Libre de Colombia, Coordinador de la línea de tendencias Contemporáneas de derecho procesal de la Universidad Cooperativa de Colombia, profesor universitario Universidad
América, Universidad Gran Colombia y Universidad Militar Nueva Granada.
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169
Globalización del derecho, fetichismo legal el velo de los Derechos Humanos
INTRODUCCIÓN
La consolidación del derecho internacional
de los derechos humanos a partir de la
postguerra de 1945 con la carta de Londres
que dio vida al tribunal de nuremberg se
preestablece una idea fuerte que evoca el
compromiso nacional de los Estados del orbe
mundial; generando un desarrollo en los
ordemanientos constitucionales en su parte
dogmática como mutaciones del derecho
internacional público, forjando la idea perpetua en la imparcialidad y la perpetuidad del
desarrollo lo que se encuentra en la esfera de
lo foraneo en su legalidad que trae inmerso
lo justo; esta presunta racionalidad lleva a
desconer un objeto el cual corresponde el
acatamiento social de la norma internacional
como su simetría en el precedente siendo
que a su vez preexiste una provgresividad en
augue en l desarrollo cultural y el margen de
apreciación nacional.
El problema que motivó la investigación en
comento ¿Es suceptible que el derecho internacional de los derechos humanos fungue
como teoría transnacional del derecho que
no es acatada por las Corte Nacionales por el
margen de apreciación nacional y el analisis
cultural del derecho?
HIPóTESIS DE TRABAJO
El derecho internacional es hito dentro del
fuero de los derecho humanos jugando un
papel no solo transversal sino interdisciplar
que permite hondar en la progresividad de
las normas aunque su alcance se ve limitado
dentro de lo soberania, al atacamiento,
recepción y aplicación; jugando un papel
dual entre lo foraneo y lo interno; que deben
ser una paridad y no una mistura, toda vez
que persiste en algunos que son entes antónimos, toda vez que los derechos humanos
170
son fuentes de control ideologicas y mas no
respetos de garantias en pro de los individuos
o los sujetos.
ESTRATEGIA METODOLóGICA
El diseño metodológico empleado subyace
en una metodología cualitativa con enfoque
descriptivo analítico, tomando posturas filosóficas en autores de Alan Watson y Hugo
Matei, con un punto de vista deductivo hasta
generar reflexiones sistemáticas en el derecho
internacional de los derechos humanos.
RESULTADOS Y CONCLUSIONES
1. Democracia
La democracia definida desde una acepción
clásica en el mundo griego es demos poder y
kratos pueblo de esto podemos concluir ¿Qué
es pueblo? ¿Cómo se ejercer? ¿Ante quien
se ejerce? Los Romanos desde su etimología
populus denotan en una acepción del pueblo
amplia que se encuentra en el presupuesto
de la ciudadanía1 aquellos que pueden tomar
una decisión en el ágora política; con el transcurso del tiempo en las sociedades libelares
y la irradiación del contractualismo clásico;
el individuo cualquier sea su estirpe es titular
de derechos políticos (elegir, representar,
deliberar y decidir) teóricamente que solo se
ejercen materialmente en la sociedad hasta
el siglo XX2. Pese a la necesidad de un ente
sociológico como es la nación fue suficiente
la participación del poder popular para dar
1
2
Ius civitatis los ciudadanos (cive romani) tenían un
derecho público voto activo (ius sufragi) pasivo (ius
honorum) elegir y ser elegido, los esclavos ni las
mujeres ni los niños son objetos derechos políticos.
Entiéndase la liga de los derechos civiles en China
en 1932, como el movimiento de los derechos
civiles por Martin Luther Kikng en el Boicot de los
autobuses de Montgomery de 1955.
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como resultado en una sociedad organizada
y denominada civilizada “la democracia significaría gobierno del pueblo y supondría una
unidad de decisión y de acción” (Gonzales
& Quesada, 1992. p. 189). Esto se legitima
en primer orden en un ente sistema organizado donde la decisión es igual a un valor
cuantitativo (la mayoría como una suma
matemática) darán el resultado participativo
de reproducción social en el eje que toma una
disposición, dando como resultado la estructura gubernamental.
Si esto fuera aseverativo siempre las mayorías
en sus contenidos en principio son legítimos
sin importar que fueran racionales o justos,
así se puede señalar como ejemplo que fue
democrático la elección de Fujimori como
presidente del Perú y a su vez fue democrático expedir la ley 26. 479 del 14 de Junio de
19953 que transgrede la nuda vida el derecho
del buen vivir, dado que las minorías solo se
reconocen como discurso no como actores
políticos legitimados. Como afirma Sartori,
sólo hay un marco democrático. Otra cosa
muy distinta es que existan, dentro de ese
marco, distintos modos de entender la
democracia: internacional, intercultural,
pluralista, la democracia social como aquella
que consiste en la igualdad de condiciones,
existe un espíritu igualitario que se refleja en
la inexistencia de estamentos sociales.
La democracia está contenida de dos especies
i) democracia representativa ii) democracia
directa.
“i) se llama representativa la especie democracia en que los miembros de la colectividad
votan para elegir sus representantes que
tendrán la tarea de elaborar las decisiones.
La democracia representativa, a su vez,
presenta varias especies que corresponde
(al menos en parte) a las que hoy solemos
llamar formas de gobierno, democracia
presidencial y democracia parlamentaria ii
Se llama directa la especie democracia en los
que los miembros de la colectividad votan
para decidir” (p. 30).
La democracia tiene como objetivo primordial construir la noción de Estado bajo la
forma de gobierno que a la vez los unifica
y los engrana en la constitución, por tanto
la carta magna tienen unas características
propias que categoriza una noción fuerte de
derecho con elementos identitarios como;
derecho y obligaciones de los ciudadanos, en
las diferentes formas Estado (Liberal, Social,
monárquica, unitaria, federal), hasta las
funciones del poder público (legislativo, ejecutivo, judicial); a pesar de todo esto se da en
el mundo occidental4 que se ejerce un paradigma concluyente los derechos humanos
que refuerzan la idea de la democracia en la
(igualdad, dignidad, libertad, justicia y razón)
pretendiendo reforzar la idea de hombre ser
humano y sociedad.
Camargo (2012) Afirma:
“A partir de la revolución francesa, de
1789, con la declaración de los derechos
del hombre y del ciudadano, los derechos
naturales, inalienables, imprescriptibles y
sagrados del hombre, se convierten en el
Al respecto Ugarte (2006) señala que:
3
Entiendase cuyo artículo primero otorgaba una
amnistía general a todos aquellos miembros de las
fuerzas de seguridad y a todos aquellos civiles que
se encontrasen denunciados, investigados, encausados, procesados o condenados por violaciones de
derechos humanos cometidas entre mayo de 1980
y el 15 de junio de 1995.
4
Entiéndase desde la carta magna de 1215 (Inglaterra), Declaración de Independencia de Estados
Unidos 1776, Declaración de los derechos del
Hombre del Ciudadano (1789) la Constitución
de Weimar (1919), Constitución de Portugal de
(1976), Constitución Española de (1978)
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Globalización del derecho, fetichismo legal el velo de los Derechos Humanos
fundamento del derecho, y del Estado que
dan vida al Estado de derecho en sus expresiones actuales: el Estado liberal de Derecho,
Estado Socialista y Estado Social liberal de
Derecho. Estos tipos se rigen por una Constitución política, cuyo objeto es la defensa
y protección de los derechos humanos, no
pueden realizarse al ideal de ser humano
libre, liberado del temor y la miseria, a menos
que crean condiciones que permitan a cada
persona gozar de sus derechos económicos,
sociales y culturales tanto de sus derechos
civiles y políticos” (p. 39).
sociales a nivel mundial que vincula localidades distantes, de tal manera que los
acontecimientos locales son modelados por
eventos que tienen lugar a muchas millas de
distancia y viceversa”, (Soussa Santos, 2002,
p. 37); esto no opera solamente el campo
económico, político sino también jurídico lo
que denomina como teoría transnacionales
del derecho. Jhon Austin fue el primero que
reflexiono en 1832 The uses of the study
Jurisprudence.
La constitución es democrática al permitir la
descripción y justificación normativa de los
derechos humanos, un hecho simbólico de la
postguerra de 19455. Así se puede señalar es
democrática una constitución garantista que
promueva protección de los derechos humanos. De acuerdo a este significado surgen
varios mantos de dudas metódicas ¿Es posible
hablar de una idea homogénea de derechos
humanos en el orbe mundial? ¿Siendo que
el mundo hay diversidad cultural6 existe una
teodicea de los derechos humanos?
“aunque cada sistema jurídico tiene sus
diferencias y características específicas, hay
principios, nociones y distenciones comunes
a varios sistemas de analogías o similitudes
formativas por medio de estos sistemas se
acerca[…] muchos de estos principios son
comunes a todos los sistemas de los sistemas
jurídicos insuficientes y crudos de sociedades primitivas y a los sistemas más prolijos
y maduros de sociedades refinadas. Pero
los sistemas más maduros de sociedades
prolijos y maduros de sociedades refinadas
están asociados a través de numerosas
analogías que se nutren mutuamente. Por
consiguiente, los varios principios comunes
a sistemas más maduros (o las varios analogías que se operan entre ellos) son el tópico
de una amplia ciencia; ciencia que (para
distinguirla del derecho, por un lado, y por
el otro, de la ciencia de la legislación) ha
sido denominada teoría general del derecho
comparada” (p. 12).
2. Globalización del derecho
En el transcurso de la historia occidental cada
Estado- nación regula las normas de producción jurídica, pero se ve que no es suficiente
ya que las guerras, la costumbre y las interacciones sociales cambian la forma del derecho
como: la consolidación de la organizaciones
de las naciones unidas de 1948, la guerra
fría, el sistema libre de mercado (tendencia
neoliberal); dando como presupuesto factico
la globalización “ Giddens define la globalización como la intensificación de relaciones
5
6
Entiendase la segunda guerra mundial 1939- 1945,
y la cámara de gases de los alemanes Auswitch.
Entiendase expresiones artísticas, folclóricas, normativas (civil law, conmon law, derecho teocrático)
172
Twining (2005) declara:
Se señala así que el sistema jurídico es funcionalista, un procedimiento perfecto sin
vacíos o ambigüedades que se llena con una
interpretación extra sistémica de producción
normativa y receptores jurídicos.
“La teoría creada en el dialogo entre los sitios
de producción puede viajar ilimitadamente
explicando los sistemas del resto. El espacio
vacío se llena, principalmente de productos
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abstractos y circulables de teoría transnacional, ahora esterilizados para consumo ius
teorico local después de haber abandonado
los sitios originales que le dieron vida” (p.
12).
El derecho es complementario, se forja de
relaciones mutuas entre sociedad, interpretación judicial, producción normativa, acuerdo
económicos que deducen el espíritu del
nomos y physis.7
La noción de que las respuestas del derecho
se encuentran en presupuestos objetivos de
materialización de reglas jurídicas o principios dan la validez y la legalidad del orden
democrático, así una decisión o la ley es
racional cuando corresponde a la democracia y más aún cobra legitimidad cuando
implícitamente o explícitamente se dan presupuestos morales como verdad fundamental
de un orden social.
La Constitución Española preambulo (1978)
29 de Diciembre de 1978 que sostiene.
“La Nación española, deseando establecer la
justicia, la libertad y la seguridad y promover
el bien de cuantos la integran, en uso de su
soberanía, proclama su voluntad de: Garantizar la convivencia democrática dentro de
la Constitución y de las leyes conforme a un
orden económico y social justo. Consolidar
un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad
popular. Proteger a todos los españoles y
pueblos de España en el ejercicio de los
derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. Promover el
progreso de la cultura y de la economía para
asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y Colaborar en el fortalecimiento de
unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.
7
Entiéndase ley y justicia véase Antígona de Sófocles
En consecuencia, las Cortes aprueban y el
pueblo español ratifica la siguiente” (p. 1).
“La materialización de una teoría transnacional del derecho se fuga en receptores
propios distingamos que la globalización se
de en dos ámbitos i) localismo globalizado ii)
globalismo localizado”.
De Sousa de Santos (2002), Declara:
“consiste en el proceso por el cual un fenómeno dado es globalizado con éxito, ya
se trate de operación mundial de las ETN,
de la transformación de la lengua inglesa
en lingua franca, de la globalización de la
comida rápida, o la música popular norteamericana, o la adopción mundial de leyes de
propiedad intelectual para software de computadoras ii) globalismos localizado consiste
el impacto especifico de las practicas imperativas transnacionales en las condiciones
locales, que son así desestructuradas y reestructuradas con el fin de responder a dichos
imperativos”. (p. 57).
Así la idea es la unidad o penetración de ideas,
esquemas jurídicos que yacen para materializar un marco propio o en un lenguaje
común, una fertilización mutua y reciproca
del derecho.
López, (1997) declara:
“Así la universalización del Estado implica
también la universalización de ciertas
formas y contenidos jurídicos estrechamente
asociados con el mismo: así por ejemplo, la
idea de constitución y de ciertos modelos
de gobierno parlamentarismo, presidencialismo) junto con las correspondientes
instituciones de la democracia, los derechos
humanos” (p. 67).
Con el proceso de estructuración de las
normas encaminadas a la aceptación de una
justicia universal, se da el proceso de homogenización o en que los derechos humanos
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Globalización del derecho, fetichismo legal el velo de los Derechos Humanos
nacen como un imperativo de una teoría
transnacional del derecho, un globalismo
localizado surgió, un proceso tripartito en
las constitucionales en las normas internacionales y activismo judicial coactivo
generando una globalización que se interiorizan en las constituciones occidentales;
“Las cartas de derechos constitucionales, el
control constitucional y el activismo judicial
se difundieron en todo el mundo desde los
años setenta en la época que se globalizaba
el neoliberalismo” (Rodríguez, 2009, p. 37).
lo que se puede denominar tres escalas de la
transnacionalización del derecho: i) derechos
humanos en los ordenamientos constitucionales; ii) derechos humanos en un marco de
protección universal (Pactos Convenios); iii)
Sistemas regionales de protección de derechos Humanos como mandatos coactivos de
sus convenciones y jurisprudencia la transnacionalización del Derecho se interioriza,
parte de la idea veritativa o falaz de un marco
propio de protección de derechos el bill of
Rigths moderno como premisa fundamental
de occidente la ideología de los derechos
humanos8 (la noción fuerte del compromiso
social y racionalización del orbe mundial) es
un instrumento de derecho por encima de la
ley y de las constituciones de los Estados que
a la par objetan la potestad de la soberanía
como un criterio único (monarca-nación)
que se sumerge en el siglo XVI. Esto se fuga
generando una idea veritativa la transnacionalización o globalización del derecho que
genera un espacio de unidad normativa en las
culturas.
López, (1997) declara:
8
Entiéndase como ley natural (physis) como algo
perteneciente a la cualidad de hombre y consustancial Antígona Sófocles los estoicos afirmaron
(homo homini res sacra)
174
“puede significar no solamente el grado en
cual el mundo entero vive bajo un único de
reglas jurídicas (ya sean impuestas por una
sola autoridad, ya sean fruto de un consenso
global, o bien haya sido el resultado de una
evaluación paralela) sino también, en un
plano más básico, la certeza de las relaciones
humanas están gobernadas en cualquier
parte del mundo” (p. 70).
Los derechos humanos son las ideas universales o teorías transnacionales del derecho
que surge después de la postguerra una
justicia transicional en donde su mandato
sustantivo son los derechos humanos y su
materialización procedimental son tres
escalas: a) derecho internacional humanitario
el derecho a la guerra proporcional con sus
convenciones de la Haya 1899 y 1907 con la
convención de Ginebra de 1949 y protocolos
adicionales; b) el derecho internacional de los
derechos humanos en tiempo paz y preservación de la misma (carta de san francisco de
1945) y declaración universal de los derechos
humanos 10 de Diciembre de 1948, convención Europea de Derechos Humanos de 1950,
Carta Africana de los Derechos Humanos o
Carta de Banjul de 1989, Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San
José de Costa Rica de 1969; c) el derecho penal
internacional tribunal ad hoc (Núremberg,
Tokio, Ruanda, Yugoslavia) con su estatuto
de roma de 1998 (competencia de la Corte
penal internacional). Todo esto son fugas de
ideas que permiten concertarse en mandatos
jurídicos positivos de los Estados occidentales
concentrado un marco único de protección
de doble vía nacional-internacional.
López, (1997) afirma:
“Los derechos humanos han adquirido
tal fuerza como elemento legitimador en
las relaciones políticas y sociales que ha
sido inevitable su transformación en un
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elemento de política internacional, sujeto
a la manipulación de los Estados. A tal
punto transcienden los derechos humanos
los órdenes internos y de los intereses
particulares que su internacionalización y
universalización que conllevan la existencia
de un juicio hipotético, de derecho la Humanidad” (p. 76).
Estas cualidades denotan la necesidad en los
Estados en el imperativo ideológico de los
derechos humanos como son: en la constitución italiana de 1948, ley fundamental
para la república federal alemana de 1949,
constitución de Francia de 1958, la constitución de Portugal de 1976 y la constitución
Española de 1978. Siguiendo su tránsito en
las constituciones latinoamericanas, en tanto
en la constitución de Colombia de 1991,
constitución de Perú de 1993, la constitución
del Ecuador de 2008, etc.
Por tanto, el derecho internacional tampoco
fue foráneo a este proceso de interiorización
al expedirse la declaración universal de los
derechos humanos.
Hittlers & Fappiano (2007) afirma:
“la internacionalización significa la asunción
por parte del derecho internacional de los
temas sobre prerrogativas del hombre,
dándole vida a lo que se ha dado llamar en
el derecho internacional de los derechos
humanos por lo que estos temas saltan las
fronteras y deja de ser cuestiones exclusivas
de las jurisdicciones locales” (p 80).
Nace de esto la Carta de las Naciones Unidas,
los pactos internacionales de derechos
económicos, sociales y culturales y el pacto
internacional de los derechos civiles y políticos con su respectivo protocolo facultativo.
Estos se engranan en los diferentes continentes como una medida superior y legitima de
un resguardo de una teoría transnacional del
derecho. En el continente americano trajo un
fuerte compromiso histórico, político y jurídico como el tratado de 1826 en el congreso
de panamá y la primera conferencia internacional americana en 1890 Washington.
Hittlers & Fappiano (2007) afirma:
“puede decirse, entonces que existe un
conjunto de reglas en el sector de la organización de los Estados americanos relativas a
la protección y promoción de prerrogativas
del hombre, cuya evolución comienza con la
carta de Bogotá, la declaración americana de
los derechos y deberes del hombre y la carta
internacional americana de garantías sociales (todas en Bogotá, 1948) continua con
la convención americana de 1969 y con la
convención americana para prevenir y sancionar la tortura (1958 que entro en vigencia
el 28 de febrero de 1987), la convención
interamericana sobre desaparición forzada
(en vigor a partir del 28 de marzo de 1996),
la convención interamericana para prevenir
y sancionar y erradicar la violencia sobre
la mujer o convención du belem du para
(vigente a partir del 5 de marzo de 1995) la
convención interamericana para la eliminación de todas las formas de discriminación
contra las personas con discapacidad, ciclo
que, por ahora, quedó cerrado con la puesta
en funcionamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, no sin dejar de
mencionar la existencia de dos protocolos
adicionales de san José; en materia de Derechos Económicos, sociales y culturales o
protocolo de san Salvador y el relativo a la
abolición de la pena de muerte” (p. 375-376).
Esto generó una relación simétrica entre
legalidad y derechos humanos denotando un
control institucionalizado en la jurisdicción
transnacional, la utopía de una relación
de una justicia única, formal y garantista
centralizada en el poder dominante y omnipresente en el sistema interamericano de
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Globalización del derecho, fetichismo legal el velo de los Derechos Humanos
derechos humanos en ejercicio de sus Estados miembros debiendo adecuar a las normas
convencionales a sus normas internas nacionales e inclusive solicitando modificar hasta
su carta magna baja la bandera del derecho
internacional de los derechos humanos.
Quinche (2014) afirma:
“la convención americana sobre derechos
humanos y los tratados concurrentes son
la norma suprema del ordenamiento jurídico de los Distintos Estado parte, como
inevitable consecuencia del enunciado del
artículo 2 de la convención según el cual
(….) los Estados parte se comprometen a
adoptar, con arreglo a sus procedimientos
constitucionales y a las disposiciones de esta
convención las medidas legislativas o de otro
carácter que fueren necesarias para hacer
efectivos tales derechos y libertades”. De
esta manera y en los casos concretos, si hay
incompatibilidad entre la norma interna y la
Convención americana, es obligatorio aplicar aquella y darle aplicación a esta” (p. 65).
Dejando de lado el realismo mágico pregonado en boca del derecho internacional de los
derechos humanos, pareciera una labor quijotesca que brotan en varios problemas que no
solucionan en la teoría transnacional: a) jerarquía y aplicación del derecho internacional
en los Estados nacionales; b) circulación del
precedente americano en la justicia nacional;
c) pluralismo jurídico y análisis cultural del
derecho; d) Escalas de la justicia del derecho.
3.Fetiche de los derechos
humanos
La justiciabilidad de los Derechos Humanos
pese a un marco duro de protección normativa queda sumergida en el proceso político
o el compromiso gubernamental, una separación entre lo que es el ser del derecho y
el deber del mismo, siendo un antagonismo
176
entre la validez como proceso metodológico
de la norma jurídica y la eficacia del cumplimiento de la norma, esta separación es lo que
denominamos fetiche “la primera es la relación del fetichista con la realidad no lo niega
del todo pero tampoco lo acepta. Más bien se
trata de una relación de negación, mejor descrita en la frase: “yo sé… y sin embargo….”.
De manera que cuando al fetichista se le dice
que su objeto no es real, que no tiene sentido
tener un apego tal al objeto equivocado, el
fetichista ya lo sabe, y sin embargo lo desea y
lo goza “ (Lemaitre, 2009, p. 388), la sociedad
como un proceso legitimante admite sus
paradigmas en el derecho como un reclamo
simbólico mas como una justicia real y efectiva que promueva las regulaciones sociales
el grado de abstracción y cumplimiento de
la norma depende que tan eco o ideología se
promuevan en la defensa Derechos Humanos.
Lemaitre, (2009) declara:
“El derecho reformado por los activistas
sociales, insiste en que el sufrimiento y la
humillación de tantos es un error, una aberración, que un mundo sin ley es aunque no
es normal, porque normal es lo que dice la
norma. Y si el horror es una excepción, una
desviación del camino correcto, entonces el
centro de la vida social está de nuevo lleno
y se puede afirmar que tiene un sentido
moral. Y lo efectos reales de la degradación
de la miseria, y de la subjetividad humana
que produce la violencia en victimarios y
víctimas, se vuelven entonces invisibles para
el derecho que los llama a todos con los
hombres mágicos de ciudadanos, sujetos de
derecho, humanos” (p. 391).
El derecho cumple un objetivo regular el
comportamiento social, ya sea con amenazas
o relaciones afectivas sociales que se materializan en la sentencia o el cumplimento
psicológico moral de la comunidad, el tótem
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de la ley y el tabu de vulnerarlo, por esto se
dice que es un fetiche entre el seguimiento
que acepta la norma pero cobra la legitimidad
de vulnerarlo ya sea en nombre de la seguridad, en nombre de forjar una comunidad o
del respeto recíprocos entre los ciudadanos.
en el goce de lo vano; o solo es el canto retorico de las sirenas que solo son escuchado por
Ulises, en su saciedad del saber y encontrar la
ruta para su hogar.
Douzinas (2008) afirma:
“los derechos humanos encuentran un
hogar apacible en los textos jurídicos
nacionales e internacionales. En medida en
que se positiviza en el discurso jurídico, y el
cálculo, la tematización y la sincronización
legales, comparten la búsqueda infructuosa
del sometimiento de la sociedad a una lógica
única y dominante que de manera necesaria
niega la pretensión de justicia. Pero al mismo
tiempo constituyen la promesa de una justicia por venir: son la imagen de lo negativo y
la indeterminación en la persona y el Estado,
y también la figura de la proximidad del sí
mismo y del otro se alzan la universalidad y
la abstracción” (p. 448).
Douzinas (2008) afirma:
“El bombardeo de la antigua Yugoslavia
representa otro escalofriante ejemplo del
funcionamiento de los derechos humanos
a veces pude hacerse literalmente mortífero
Las bombas que causaron la muerte e hirieron a muchos civiles, incluyendo periodistas,
ciudadanos extranjeros y refugiados, tenían
la función de restablecer y garantizarlos
derechos de los albaneses kosovares. Tras
cada anuncio sobre las muertes civiles y la
apología superficial que iba ligado a cada
uno, el bombardeo se intensificaba. Parecía que el principio fuese que entre más
bombas lanzáramos, más pronto triunfarían
lo derechos humanos; y entre más civiles
asesináramos (el daño colateral inevitable de
esta campaña) mejor se protegería la vida. Y
cuando por fin se restablecieron los derechos
de los albaneses, tras la victoria de la OTAN,
la operación no impedida de esos derechos
condujo al asesinato, tortura y exterminio de
las minorías serbias. Estos pueden ser casos
extremos, pero muestran la violencia respaldada el deseo de los derechos. Parafraseando
una máxima clásica, jus juris lupus” (p. 378).
¿Se puede decir que las personas detenidas
en la cárcel Guantánamo Cuba, se les respeta
su imperativo moral de los derechos humanos cuando no tiene representación de un
abogado para su juicio? ¿Es acaso que bajo la
modalidad del terrorismo a los prisioneros
de Al Quaeda no se les aplica la convención
ginebra por que no son titulares de derechos
humanos?; esto induce una contradicción
apelar a la humanidad cuando en sus cimientos niegan el valor de lo humano y se disfruta
Lo complejo en la metáfora de los Derechos
Humanos es su dualidad como fenómeno de
aplicabilidad y seguimiento de cumplimiento
entre lo nacional –internacional y lo internacional– nacional, porque se forja partiendo
de la noción de Locke, el compromiso es
salir del estado de naturaleza para llegar a
una sociedad civil, un respeto cosmopolita9
de intereses sociales en la dignidad humana,
consolidándose en el derecho internacional.
Por este motivo se proceden a aceptar tratados de naturaleza forjados en el concepto de
lo humano y de la humanidad que llevan a
establecer como: superiores jerárquicos a los
órdenes locales hasta por encima de su carta
magna generando traumatismos cuando para
los intereses burocráticos o sociales, no están
de acuerdo a sus intereses apelan a recurrir
en estratagemas jurídicas.
9
Entiéndase cosmopolita ciudadano del mundo trata de establecer un ciudadano ajeno a los intereses
nacionales, basado en una moralidad común.
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Globalización del derecho, fetichismo legal el velo de los Derechos Humanos
Uprimny (2014) declara:
“Finalmente, algunos arguyen que la justicia
colombiana ha funcionado, pues ha decidido
las tutelas presentadas por Petro y sus seguidores, por lo que es ilegítima la intervención
de la CIDH. Pero no es así: que haya decisiones judiciales no significa que la justicia
nacional haya operado, pues de todos modos
está permitiendo que una autoridad administrativa (el procurador), por un proceso
que no es judicial sino administrativo, prive
de sus derechos políticos a una persona,
mientras que la Convención Americana
señala que esa restricción sólo puede hacerla
un juez a través de un proceso penal. El
presidente tenía entonces que acatar esas
medidas cautelares. Si no estaba de acuerdo
con ellas, podía solicitar a la CIDH que las
revisara. Y no recurrir a la leguleyada chauvinista de desecharlas argumentando que no
son obligatorias internacionalmente porque
no están previstas en un tratado, sino en el
reglamento de la CIDH, cuando Colombia
siempre había reconocido la fuerza vinculante de esas medidas y se había esforzado
por cumplirlas” (p. 13 d).
Al final evocar que la misma jurisdicción
constitucional coliga que los Derechos
Humanos son límites infranqueables de
respetos recíprocos en la humanidad quedan
en el juego de Mefistófeles engañando fausto
para atraer el amor de Margarita por su
alma; ¿ Es susceptible que el burgo maestre
nacional desconozca el precedente constitucional donde se exprese que son vinculantes
y de obligatorio cumplimiento las medidas
cautelares emitidas por la Comisión interamericana de Derechos Humanos al Estado
Colombiano? ¿Es posible la necesidad de
entender que la constitución de los Estados
es el bastión jerárquico de los ordenamientos
locales, sin la necesidad del Derecho Internacional de los Derechos Humanos?, si la
178
respuesta es de carácter afirmativa entonces
el estatuto de obligatoriedad queda solo como
un paradigma mas no como un mandato
coactivo de respeto recíprocos generando el
fetiche de orden legal.
Así el Sistema interamericano de derechos
humanos tiene profundos vacíos, entre ellos:
la ejecutoriedad de su fallo, el sobre activismo
judicial en el cambio jurisprudencial, la solicitud de reformar por medio de su sentencia
en los ordenamientos legales de sus Estados
parte, el reconocimiento de las jurisdiccionales locales del precedente y su influencia en
el efecto irradiador por medio del control de
convencionalidad (concentrado-difuso)10.
Ambos & Malarino (2011) declaran:
“es el problema de si la corte está autorizada
a fundar un decisión o solucionar un caso
con base en una regla que no está prevista y
que no puede derivarse de un texto o sistema
interamericano sobre el cual ella no tiene el
poder de control, independiente de que ella
no reconozca esta situación. La corte no
puede en cambio, condenar internacionalmente a un estado con base en una norma
jurídica creada judicialmente, por más razonable que pueda ser esa norma, ni puede
controlar el cumplimiento de las obligaciones internacionales emergentes de tratados
internacionales sobres los cuales no tiene el
poder de control, ni tampoco puede condenar a un estado por violar la costumbre
internacional. El sistema interamericano
no es un sistema general y universal de
10
Entiéndase como una garantía destinada a obtener
la aplicación armónica del derecho vigente. Control
enraizado en la efectiva vigencia de los derechos
y garantías humanas: a) concentrado lo ejerce la
Corte interamericana a un caso interpartes donde
aplica directamente la convención; b) difuso lo
ejerces los jueces, funcionarios jurisdiccionales
y lo que presta una función pública aplicando la
convención y precedente interamericano.
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Edgar Fabián Garzón Buenaventura
Derecho internacional y por ello no conoce
una disposición como la del artículo 38
del Estatuto de la Corte Internacional de
Justicia de la Corte internacional de Justicia
que faculta a este tribunal a decidir un caso
con base en (todo) el derecho internacional
(escrito o no escrito)” (p. 160).
Esta sería la añeja discusión entre reforma
y poder de reforma del juez legislador positivo con base en la naturaleza ontica de los
Derechos Humanos, algo impensable para el
jurista austriaco que propugna en su teoría
concentrada y un sistema fuerte de fuentes
del positivismo metodológico “cuatro fenómenos pueden identificarse en la base de la
transformación del sistema de fuentes, que
son: la globalización del derecho, como algo
innegable, la erosión del concepto de soberanía nacional, la desregulación y un fenómeno
consecuencial en los tres anteriores” (Quinche, 2014, p. 160).
El proceso que se atomiza es de carácter
deductivo como si la noma y precedente se
giran como una verdad universal de carácter
transcendental, sin entender las escalas del
derecho o fenómenos implícitos multiculturales e interculturales que se sincronizan
en las constituciones y permiten ejercen una
autonomía en el concepto de pueblo, ciudadano, jurisprudencia, sin esto adentrar
al reconociendo derechos sino observar
cualitativamente el significado de lo humano
no desde la teoría foránea occidental en la
deconstrucción nacional el enfoque del derecho.
4. Análisis cultural del derecho
derecho no se entiende en las formas en que se
producen sus regulaciones jurídicas es decir en
cuanto a su validez; no interesa investigar en
cuanto el órgano que produce la norma si es
legítimo, si no lo interesante es el significado
para un ente social con respuesta en la ley, en
cuanto al lenguaje y expresión que denotan las
reglas jurídicas e implican una obediencia del
derecho pero a la vez su simulación deconstruyendo sus significados objetivos y materiales
pero sin dejar de cumplirlos, transformándolos en una teoría mimética12, donde el objeto
es la ley esquematizándolo es innovado para
ser considerado como fuente de pauta. En la
Constitución del Ecuador del 2008, trajo en su
capítulo segundo los derechos del buen vivir,
capitulo séptimo derechos de la naturaleza
reconociendo a la Pacha mama la deidad de
la naturaleza de las comunidades indígenas.
Estos objetos de la carta magna Ecuatoriana
se dan como un fenómeno innovador que
no surge TTD sino como evocación de los
derechos humanos ciñéndose en la norma
constitucional como el elemento multicultural de un pueblo o nación. Por consiguiente,
sean crean nuevos estándares en un proceso
sociológico que interactúan diferentes formas
entendidas entre ellas lo multicultural y pluralismo cultural “se llama multiculturalismo al
fenómeno de multiplicidad de culturas que se
da en el mundo y en la mayoría de los países.
Y se suele llamar pluralismo cultural al modelo
con el que se trata de explicar o manejar ese
multiculturalismo”13 (Beuchot, 2009, p. 13).
12
La sociedad se construye en un sentido amplio
cultura11 es así que los diversos análisis del
11
Entiéndase según la real academia de la lengua española conjunto de manifestaciones que se expresa
en la vida tradicional de un pueblo.
13
Entiéndase en Platón y Aristóteles una adecuación
de la originalidad sensorial de las cosas, Diego
Eduardo López Medina (Teoría impura del Derecho) lo ve una originalidad en la interpretación al
aplicarla al fenómeno social de la idea de una teoría
transnacional del derecho.
Beuchot Mauricio. Interculturalidad y derechos
humanos. Editores Siglo XXI. Primera reimpresión
2009. Bogotá- Colombia. p. 13
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Globalización del derecho, fetichismo legal el velo de los Derechos Humanos
En efecto en un ente social es contingente no
es que exista una razón que evoca la ley, sino
por el contrario existe formas interpretar la
ley piénsese en la discrecionalidad judicial, lo
raro es que sucede que este entendimiento se
da en una certeza absoluta e inamovible entre
norma, moral, derechos humanos y justicia,
¿Es acaso que no existe una verdad objetiva o
una interlagalidad del derecho del cual no se
da la inclusión del otro? “El reconocimiento
de esta diversidad irreconciliable se expresa
en una séptima regla metodológica: para
entender al Estado de derecho tenemos que
examinar aquello que imaginamos es el derecho del otro”14 (Kanh, 2014, p. 223).
CONCLUSIONES
Se acuña que hay un desembalaje desde lo
externo (internacional) y lo interno (nacional), que surge en la cultural un re cambio en
la mentalidad desde el individuo y no desde
la norma como son las manifestaciones para
citar un ejemplo los derechos de inmigrantes
que no se reconocen como ciudadanos, las
madres (de los Barrios Santiago de Chile en
la dictadura de Pinochet, de la Plaza de Mayo
en Buenos Aires Argentina, de San salvador
en la guerra civil que se revelaron durante la
guerra civil que surgieron de las dictaduras
políticas de 1970 y 1980), que se reconocen
sus derechos desde lo inductivo como actores
legítimos con un resultado de un grupo presión multicultural que se reconocen en una
escala de justicia infra estatal interactuando
como clases emergente dentro del desarrollo
global.
Sassen (2010) señala:
14
Kahn, Paul. El análisis cultural del derecho. Editorial siglo del Hombre. 2014. Bogotá-Colombia.
p. 223.
180
“la mayor parte de las producciones teóricas
sobre las clases globales se centran en el
nuevo estrato conformado por los profesionales en el nuevo estrato conformado por
los profesionales y los ejecutivos transnacionales. Sin embargo, en el presente trabajo se
incorporan al menos tres clases globales en
formación. La primera surge de la proliferación de redes transnacionales de funcionarios
públicos de distintos países entre ellos, se
encuentran los especialistas en aspectos fundamentales de la economía global, los jueces
que deben aplicar una cantidad cada vez
mayor y prohibiciones internacionales con
cierto grado de estandarización fronteriza,
los agentes de inmigración que necesitan
coordinar el control fronterizo, y los agentes
de policía dedicados a descubrir los flujos
financieros destinados al terrorismo. La
segunda es una clase emergente de activista
que incluye ciertos sectores clave de la
sociedad civil global y ciertas redes electrónicas. Por último, la tercera clase global
está compuesta principalmente por grupos
de trabajadores desfavorecidos con escasos
recursos, incluidos los que forman los
hogares y las comunidades transnacionales
inmigrantes” (p. 375).
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181
Sonia Patricia Cortés Zambrano
Gobernabilidad y constitucionalismo:
presidencialismo colombiano*
Governance and constitutionalism:
colombian presidential system
Sonia Patricia Cortés Zambrano**
Universidad Santo Tomás.
RESUMEN
En Colombia ha existido un presidencialismo que histórica, constitucional y políticamente
tiene unos rasgos propios, fundamentado en realidades sociales, culturales, políticas y
económicas particulares. Un presidencialismo como forma de régimen constitucional, de
origen democrático, que funciona dentro de una relativa regularidad institucional, que
permite interacción de los partidos políticos, las instituciones y las libertades. Colombia
goza de una estabilidad constitucional y política, pese a las condiciones de violencia que
padece. Es necesario revisar a la luz de la Gobernabilidad Democrática las deficiencias del
Presidencialismo en cuanto a régimen de gobierno y los problemas del constitucionalismo y
la democracia en Colombia, teniendo en cuenta que ha combinado con acierto instituciones
parlamentarias y presidenciales, que en ocasiones han comprometido la gobernabilidad
democrática del sistema.
Palabras clave: Gobernabilidad, Constitución, Presidencialismo colombiano, Democracia.
Abstract
In Colombia there has been a historical presidentialism, constitutional and politically has
its own characteristics, based on social, cultural, political and economic circumstances.
Presidentialism as a form of constitutional, democratic source, operating in relative institutional
Fecha de Recepción: Mayo 8 de 2013
Fecha de Aprobación: Junio de 2013
* El presente escrito es un artículo de reflexión que hace parte de la línea de investigación Constitución,
gobernabilidad y democracia de la Universidad Santo Tomas, vinculado al proyecto de investigación
“gobernabilidad y paz, del grupo de investigación Derecho público Francisco de Vitoria.”
** Abogada Universidad Santo Tomás, Especialista en Derecho Constitucional y Derecho Parlamentario de las
Universidades Externado de Colombia y Autónoma de Madrid España, Magister en Derecho Público de las
Universidades Santo Tomás y Universidad de Konstanz Alemania, Candidata a Doctora en Derecho de la
Universidad Externado de Colombia, Docente Investigadora del Centro de Investigaciones Socio Jurídicas
Francisco de Vitoria y Coordinadora del Semillero de Derecho Público: La Constitución y la Actividad
del Estado en Colombia. E-mail: [email protected] y [email protected]. Artículo de
investigación Científica. Corresponde a un avance de la Tesis Doctoral que a la fecha la Autora esta adelantado
en la Universidad Externado de Colombia.
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Gobernabilidad y constitucionalismo: presidencialismo colombiano
regularity, allowing interaction of political parties, institutions and freedoms. Colombia has a
constitutional and political stability, despite the conditions of violence that. Need to be revised
in light of Democratic Governance Presidentialism deficiencies regarding governance and
problems of constitutionalism and democracy in Colombia, considering it has wisely combined
presidential and parliamentary institutions, which have sometimes compromised democratic
governance system.
Key words: Governance, Constitution, Presidentialism Colombian, Democracy.
INTRODUCCIÓN
La Gobernabilidad1 es hoy por hoy el centro
de debate político, más allá del debate
conceptual se entiende como el objetivo
fundamental del sistema político con implicaciones concretas en las competencias del
Estado. En esos términos se habla de Gobernabilidad Democrática a poderes formales y
de hecho que de hecho o de derecho ejercen
control, resolviendo e imponiendo el curso
de procesos relevantes de la vida social.
Problemas como la concentración y centralización del poder determinada por el carácter
unitario del Estado convierte al Presidente
en mediador, regulador o juez del sistema
político, por otra parte la inexistencia de un
sistema de partidos dificultan grandemente el
diálogo entre los actores políticos y facilita los
procesos de corrupción en el poder.
1
Gobernabilidad y democracia son dos temas
interrelacionados al implicar la acción conjunta
del gobierno y la sociedad. En Latinoamérica
particularmente para nuestro caso colombiano, y
nuestro análisis, el papel de la democracia para la
gobernabilidad se fundamenta en la legitimidad
en el fortalecimiento del Estado de derecho, una
gobernabilidad que implique control del poder del
legislativo al ejecutivo, de éste por los ciudadanos
la alternancia en el poder, la plena vigencia de derechos políticos y sociales, condiciones materiales
de igualdad y equidad y es así como la Gobernabilidad Democrática implica cambios de régimen
político para impulsar el cambio en los modelos de
desarrollo, es decir la construcción sistémica de la
democracia. Ojeda (2001 pp. 244 y ss).
184
El debate se encuentra abierto debe plantearse a través de la realidad de nuestro país,
sin dejar de lado la experiencia del presidencialismo den América latina, atendiendo
al fortalecimiento Democrático que hemos
evidenciado en los últimos tiempos.
Resultados
1.Presidencialismo colombiano y
gobernabilidad
El enorme poder del presidente en Colombia
se explica en la revisión de su evolución histórica. Desde la perspectiva constitucional,
nos encontramos en un régimen presidencial
con prerrogativas delimitadas para el poder
ejecutivo. El presidente es electo directamente por la ciudadanía para un periodo de
cuatro años con posibilidad de reelección a
partir de 2005 y no se encuentra sujeto al
voto de confianza del Congreso para conservar su mandato.
El régimen Presidencial tiene importantes
ventajas por tener como base de origen la
separación de poderes, su independencia
relativa y la inherente autonomía de los congresistas, el sistema de controles mutuos y
de equilibrios institucionales que conecta las
estructuras de partido, generan balance en el
proceso de gobierno. Constitucionalmente
se privilegia las articulaciones que ponen en
juego el sistema de frenos y contra pesos con
autoridad expresamente limitada y autorización política repartida.
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Sonia Patricia Cortés Zambrano
El relativo equilibrio e independencia entre
las dos ramas del poder público Ejecutiva y
Legislativa, se traduce en distinta conformación, desde el punto de vista político, de una
u otra institución. El ejecutivo y su gabinete
pueden pertenecer a un partido diferente al
que tiene las mayorías en el órgano legislativo
y tanto el uno como el otro derivan su legitimidad de la elección popular. (Echeverri,
2002).
En la forma de gobierno presidencial el
presidente es a su vez jefe de estado y jefe
de gobierno y ejerce efectivamente sus
poderes, los ministros no tiene autoridad
política propia, la decisión solo le pertenece
al presidente. Este jefe único del Estado es
elegido por la nación, por medio del sufragio
universal directo, elección que lo coloca a
la misma altura del parlamento, ya que uno
y otro emanan de la soberanía popular. El
presidente y el Congreso son independientes
el uno del otro en forma rigurosa y los elementos de ésta división son:
• El Congreso no puede derribar al gobierno
presidencial con un voto de desconfianza
como ocurre en el régimen parlamentario
• El presidente no puede disolver el Congreso, deben convivir juntos sin poderse
separar, lo cual le concede al gobierno estabilidad, aún cuando el sistema de partidos
no permita reunir una mayoría.
La responsabilidad política del ejecutivo ante
el legislativo tiene un doble sentido, permite
al legislativo presionar sobre el gobierno,
pero también al gobierno sobre el congreso.
El ejecutivo tiene otros medios de acción
sobre el congreso, especialmente a través del
partido político del que sea líder, más aún
cuando el partido es mayoritario, pero si el
partido del presidente no es mayoritario o
se desentiende de la disciplina de voto, este
medio de presión se debilita. El presidente
es libre de actuar en el marco de sus poderes
gubernamentales y administrativos, pero su
limitación se da a través de la Constitución,
las leyes y el presupuesto.
A continuación se esbozan las principales
características del presidencialismo en
Colombia y se establecen algunas condiciones que permiten evidenciar el predominio
del poder del Gobierno frente al poder del
Congreso en unas relaciones que pretenden
respetar la disposición constitucional de
equilibrio del poder.
1.1 Régimen Presidencial en Colombia
En este apartado se presenta un análisis de
cómo ha evolucionado las características
de la forma de gobierno presidencial en el
constitucionalismo colombiano, desde los
inicios de la República hasta lo consagrado
en la Constitución de 1991, que procuró en
su redacción, a través de los debates de la
Asamblea Nacional Constituyente, limitar los
poderes excesivos del Ejecutivo, en procura
de la reivindicación del principio de equilibrio del poder.
La Forma de Gobierno, se entiende como el
equivalente a la noción de régimen político
(finalidad del carácter general y a los presupuestos ideológicos que caracterizan todo el
ordenamiento estatal) o sistema de gobierno
(entendido como el conjunto de todos los
sujetos e instituciones que participan de
distinta manera en el proceso de toma de
decisiones que se imponen a la sociedad).
(Estrada, 2003, p. 32).
La Forma de Gobierno Presidencial constituye la primera aplicación sistemática de
las ideas expuestas en la Ilustración por
los filósofos que configuraron la teoría de
Separación de Poderes. Es un régimen que
debe su especialidad a una reflexión sobre
el problema del poder, que se impone en el
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185
Gobernabilidad y constitucionalismo: presidencialismo colombiano
constitucionalismo moderno, que impone
que las constituciones dediquen en su articulado, parte fundamental a los poderes
diferenciados por la teoría constitucional.
En el régimen presidencial el poder ejecutivo se encuentra en manos del presidente,
cuya legitimidad y justificación radica en su
carácter representativo. A continuación se
presenta una síntesis de las características
más relevantes de las Constituciones de
Colombia, referentes al régimen presidencial.
A partir de la Constitución de 1821, las constituciones colombianas han mantenido el
régimen presidencial cuyas únicas variaciones
tienen que ver con la extensión de facultades del Presidente. (Restrepo, 1998). De la
Constitución de 1821 a la de 1853 el régimen
presidencial se combina con el centralismo,
marcando una preeminencia de la figura
del Presidente dentro de la organización del
Estado, al ser las autoridades locales agentes
del poder ejecutivo central. Posteriormente
en la Constitución de 1853, adoptándose el
federalismo, disminuyen las prerrogativas del
nivel central lo cual acarrea debilitamiento
en las facultades presidenciales, suponiendo
una mayor participación del Congreso en la
formación de la fuerza política. Históricamente fue la Constitución de 1863, la que se
caracterizó por contener un riguroso conjunto de disposiciones para ejercer el control
a las facultades presidenciales. Por último la
Constitución de 1886, implementa la combinación centralismo y régimen presidencial,
acompañado de un notable incremento de
atribuciones en cabeza del Jefe de Estado,
reforzadas por las sucesivas reformas del
siglo XX.
1.1.1 El Frente Nacional
Caracterizado por la alternancia del poder
en la presidencia y la repartición burocrática,
186
el Bipartidismo, existencia de dos partidos
políticos sin identidad ideológica clara, en
donde prima la capacidad negociadora de los
cargos públicos y negociada para menguar
el fenómeno de la violencia bipartidista del
momento, crisis permanente de legitimidad
del sistema político e inexistencia de control
político.
• Alberto Lleras Camargo (Liberal 19581962): Un gobierno caracterizado por
el surgimiento de la Reforma Agraria,
Reafirmación del Bipartidismo y una crisis
constante de Gobernabilidad.
• Guillermo León Valencia (Conservador
1962-1966): Un gobierno caracterizado por
la inestabilidad Política y el surgimiento de
las Organizaciones Guerrilleras.
• Carlos Lleras Restrepo (Liberal 1966-1970):
Un gobierno que logró superar la Crisis de
Gobernabilidad, en donde el Congreso se
preocupó de fortalecer, conservar y aumentar su poder político, y donde el Presidente
monopolizaba casi la totalidad de la facultad o poder legislativo.
• Misael Pastrana Borrero (Conservador 1970
-1974) El gobierno de Pastrana Borrero
estuvo orientado básicamente hacia las
reformas sociales y se desarrolló bajo el
lema del ‘Frente Social’. Pastrana estableció
un plan de desarrollo denominado Las
cuatro estrategias. Entre ellas figuró el
estímulo al desarrollo de la construcción, a
través de las Unidades de Poder Adquisitivo
Constante, U.P.A.C. Este sistema gubernamental, creado en 1972, se convirtió más
tarde en una de las causas que condujeron a
elevar la inflación nacional.
Las estructuras políticas del Frente Nacional
fueron concebidas inicialmente para ejercer
durante 16 años, las cuales correspondían
por partido, a dos periodos presidenciales,
pero en 1968 se estipuló que el sistema no
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Sonia Patricia Cortés Zambrano
sería cortado radicalmente, sino que paulatinamente sería eliminado. La competencia
electoral libre se volvería a restablecer en
1974, y el requerimiento de compartir los
puestos públicos de ejecutivo terminaría en
1978. Sin embargo, la reforma estipulaba, que
el partido ganador debía ceder cierto grado de
poder, al partido perdedor. Como resultado
esta fórmula de coalición se prolongó hasta
1986, cuando el presidente liberal Virgilio
Barco después de ofrecer una participación
demasiado insignificante para el partido
opositor, regresó a la administración unipartídista. (Ibañez, 2008).
Con la Constitución de 1886, el régimen
jurídico del Estado fue definitivamente centralista, mitigado por la descentralización
administrativa con libertades limitadas. Se
implantaba una sólida estructura constitucional edificada sobre la base del primado del
poder presidencial. El presidente a partir de
allí será el centro de la acción gubernamental,
el conductor de su partido, el director de
la hacienda pública y el comandante de la
fuerza armada. Un Presidente con facultades
políticas, administrativas, internacionales,
y económicas que opacaron la acción de los
otros poderes. El presidente en Colombia es
casi la totalidad del Estado.
La presidencia es el más elevado cargo, su
facultad decisoria es casi absoluta, sus puntos
de vista se convierten en actos de gobierno,
sin contar con sus atribuciones excepcionales.
El problema colombiano del poder presidencial se deriva de la jefatura de modulaciones
imperiales (Vázquez 1979), tinte que le dio
Simón Bolívar. En las Décadas posteriores a
la disolución de la Gran Colombia se plantearon fórmulas diversas de equilibrio de los
poderes públicos sin resultado positivo.
El poder presidencial absorbe buena parte
de las facultades del Congreso con el
consentimiento de éste, aumentando las
atribuciones del presidente en materia económica, y financiera. La constitución de 1886
dispone un equilibrio entre quien ejecuta
las leyes y quienes las dictan en nombre del
pueblo, lo cual es apenas un postulado abstracto ajeno a la realidad, lo cual se constata
en la presencia de una “dictadura constitucional”. (Vásquez, 1979, p.15).
Las constituciones colombianas anteriores al
proceso constitucional que originó la Constitución de 1991, (dentro de lo que podríamos
llamar tipología de la Constitución (Uprimny,
2007), han sido documentos políticos, sin
fuerza normativa, es decir sin poder vinculante, documentos procedimental que
establecía valores y un marco de actuación
de los poderes públicos y de los particulares,
constituciones límite o marco. El derecho
constitucional no constituía un instrumento
para pensar el Estado, el Congreso, Las leyes y
corrientes de opinión, constituían una estrategia política fácilmente maleable de acuerdo
a los intereses de quienes detentan el poder.
Por ahora el repaso histórico arroja como
resultado dos centros de crisis: la situación
de los partidos tradicionales: burocratización,
acuerdos de alternancia del poder, la crisis
ideológica partidista, carencia de alternativas de programas en el poder, que suponen
afección a la actividad del Congreso y los
nuevos rumbos del orden económico dirigido
por las disposiciones gubernamentales, que
generaron prácticas de monopolio del poder
en el ejecutivo, separando de la realidad las
disposiciones constitucionales relativas al
equilibrio del poder.
Se perciben hasta ahora las siguientes tendencias que deforman el Estado democrático
en el sistema presidencial colombiano:
• Excesivo poder presidencial: Por las facultades otorgadas por la constitución y la ley
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Gobernabilidad y constitucionalismo: presidencialismo colombiano
así como las delegaciones que le permiten
absorber facultades de los otros poderes.
• Debilidad institucional del Congreso: al
dejar de ejercer la tarea fiscalizadora del
ejecutivo, limitada por las coaliciones y
negociaciones propias del acuerdo de alternancia partidista del poder en el Frente
nacional y sus rezagos y la expectativa
de sus integrantes frente a su aspiración
de ingresar al gobierno central o a las
gobernaciones.
• Estado de sitio permanente: La militarización de la justicia es la mentalidad de
los partidos tradicionales, a los cuales no
les preocupa la sustitución de los poderes
normales del estado por otros de tipo
excepcional.
Colombia se ancla en el hiperpresidencialismo desde sus orígenes como República,
la hipertrofia de facultades que rodean al
primer mandatario, hacen de él, el único
poder efectivo del Estado. El poder legislativo
ha perdido paulatinamente su importancia
como foro de grandes debates ideológicos.
El Frente Nacional, igualó los programas de
los partidos tradicionales, generando la desaparición del bipartidismo, los fundió, en una
misma plataforma de centro, que no ofrece
perspectivas de cambio sustanciales en la
estructura económica y social del país, los dos
partidos coadministran un mismo sistema
capitalista y se hallan influenciados por los
mismos grupos financieros para adelantar su
actividad electoral.
En Colombia, el exceso de poder presidencial, permite poner en evidencia el juego de
balanza entre ejecutivo y legislativo que se
encuentra descompensado por definición en
un sistema presidencial a favor del primero, la
función de control por parte del Congreso es
limitada y esta limitación al control político
188
se acentuó y asentó en el Congreso desde los
pactos del Frente Nacional que eliminaron la
oposición. El resultado es la decadencia de la
rama legislativa y el aumento desmedido de
poder en cabeza del ejecutivo, para planear
y ejecutar políticas económicas y sociales de
ésta forma se verifica la nueva dimensión del
poder en el orden público económico.
El régimen presidencial absorbe la totalidad
de las energías del Estado, concentra en forma
excesiva en el gobierno decisiones fundamentales y hace un tanto inútiles las instituciones
complementarias o descentralizadas, pues
todas ellas dependen de aquel.
El tema que queda pendiente se centra en la
recuperación democrática del Congreso, los
partidos y la oposición.
1.1.2Régimen Presidencial en la
Constitución Política de Colombia
de 1991
En el año de 1991, una Asamblea Nacional
Constituyente, redacta y ratifica una nueva
Constitución para Colombia, la cual pretendía remediar el desequilibrio latente entre
un presidente excesivamente poderoso y un
Congreso que parecía incapaz de llevar a
cabo las agendas políticas que respaldan los
partidos que lo integran.
Nuevamente en virtud al tema de tipología
de la constitución (Uprimny, 2007), la Constitución de 1991 es un documento político,
valorativo, procedimental y normativo,
originado en el ejercicio de la soberanía
popular, estableciendo la voluntad social,
estableciendo marco de funciones a los
órganos del poder que unifican el poder del
Estado, consagrando un sistema de valores de
obligatorio cumplimiento y consagrando los
mecanismos para garantizar sus postulados.
Previa reflexión nos detenemos en revisar los
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Sonia Patricia Cortés Zambrano
elementos del presidencialismo consagrados
en la Constitución así como el tema de límite
funcional y equilibrio del poder, para poder a
partir de ellos revisar las relaciones GobiernoCongreso en Colombia.
Dentro de los elementos del presidencialismo,
a punto de lo dispuesto en la Constitución de
1991 tenemos: la autoridad del presidente,
el poder ejecutivo se encuentra centrado en
cabeza del presidente cuya legitimidad radica
en su carácter representativo, los ministros
no forman un gobierno, es decir un órgano
con tareas y responsabilidades propias;
relación independiente entre gobierno y
congreso, la rama ejecutiva, el presidente y
sus ministros dispone del poder ejecutivo
y la rama legislativa, es decir el Congreso
dispone del poder legislativo, cada uno por la
duración de sus mandatos, sistema de frenos y
contrapesos: cada órgano tiene la posibilidad
de condicionar y controlar a los otros en el
ejercicio de sus respectivas funciones, del
sistema de pesos y contrapesos, se deduce
que la orientación política corresponde a un
acuerdo entre el Congreso y el Presidente,
previo proceso de concertación y negociación
entre los dos poderes. (Estrada, 2003).
La democracia en el sistema presidencial
debe procurar: celebrar elecciones abiertas
y competitivas que determinen el encargado
de establecer las políticas públicas, lo cual
significa que los resultados de las elecciones
no pueden ser determinados por medio del
fraude o la coerción, las elecciones deben
contemplar la posibilidad de alternancia en
el poder, y la existencia de garantías para los
derechos civiles: libertad de palabra, de organización, y del debido proceso. La democracia
en el sistema presidencial plasma la elección
popular del jefe del ejecutivo y el carácter
fijo de los periodos de mandato. Los rasgos
fundamentales del sistema presidencial son
la elección popular separada de ejecutivo y
legislativo, y su separada actuación en mandatos fijos. (Ronald y Matthew, 2002).
La constitución de 1991 y la ley han
concedido al Presidente unas facultades
determinantes en el ejercicio del poder de
manera preponderante:
Dirección de las Relaciones Internacionales:
Nombrando agentes diplomáticos y consulares, celebrar tratados o convenios de carácter
internacional en el marco del derecho Internacional Público. Implica la representación
de la Nación en el Exterior sin excepción en
cabeza del Presidente.
Poder de Nominación: El presidente designa
y remueve libremente a los ministros, funcionarios de nivel medio y superior del poder
ejecutivo, embajadores, directores de las
instituciones descentralizadas del Estado, y
directores de entidades financieras intervenidas y controladas por el Estado.
La importancia de la facultad nominadora
del Presidente, se evidencia por la discrecionalidad con la cual provee no solo los
cargos más importantes de la administración
nacional, sino también su poder interventor
en la integración de importantes órganos de
rango constitucional, lo cual permite comprobar que ésta es una de sus facultades cuyo
ejercicio permite la interacción con las demás
ramas del poder, evidenciando la importante
magnitud de su poder de negociación.
Poder Legislativo: se divide en poder reactivo y proactivo, dentro del poder reactivo
encontramos el Veto, figura en la que la
Constitución de 1991 redujo el poder presidencial, antes el veto cuando procedía sobre
legislación determinada (códigos legales,
reglas orgánicas para el presupuesto nacional,
cambios en las subdivisiones territoriales
y el plan de desarrollo nacional), solo podía
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Gobernabilidad y constitucionalismo: presidencialismo colombiano
ser superado con dos tercios de los votos en
ambas cámaras del Congreso, los vetos sobre
los demás tipos de leyes podían anularse
por una mayoría de los miembros de cada
cámara, así el poder del veto es relativamente
débil, atendiendo incluso a la débil asistencia
que afecta al Congreso. El poder de veto parcial otorga al presidente una influencia algo
mayor en sus relaciones con el Congreso.
Ronald, P., & Matthew, S. (2002).
que se traduce en el poder de dictar normas
jurídicas, reglamentos, y actos administrativos
de carácter general, impersonal y abstracto,
cuya finalidad es dar cumplida ejecución a las
leyes, es por excelencia la potestad administrativa del Presidente, la cual es inalienable,
intransferible, inagotable (no tiene plazo y
puede ser ejercida en cualquier tiempo), irrenunciable y de carácter permanente. Corte
Constitucional (Sentencia C-306 de 1999).
Tanto la constitución de 1886 como la de
1991, otorgan al presidente, la autoridad
exclusiva para iniciar legislación en ciertas
áreas de políticas y el veto que es un poder
eminentemente reactivo, ya que permite al
presidente impedir que el Congreso transforme el statu quo, a menos que él mismo
envíe una propuesta para modificarlo.
Poderes proactivos: En ésta materia el presidencialismo colombiano destaca el papel
del ejecutivo de legislador, dirigiendo su
fuerza para modificar el statu quo, no solo
para preservarlo. Los poderes de decreto del
presidente son extensos, más si se incluyen
los poderes de emergencia. Los poderes
presidenciales de decreto, existen desde la
constitución de 1886, aunque con el tiempo
se han redefinido.
Lo más importante de la Constitución de
1991 es que los poderes del presidente, para
dar forma a las leyes, quedaron reducidos en
dos sentidos, primero en áreas tales como
las reglas orgánicas para el presupuesto y las
obras públicas, que ya no son de iniciativa
exclusiva presidencial, y segundo, el poder del
veto es débil ya que al presentar un proyecto
al Congreso, éste es libre de modificarlo y una
mayoría decidida puede prevalecer.
El Presidente cuenta por atribución constitucional de la facultad de solicitar el trámite
de urgencia de cualquier proyecto de ley,
lo que reduce los tiempos de deliberación
por parte de las cámaras, y puede objetar o
sancionar la ley. La Objeción Presidencial
puede presentarse por inconveniencia o
inconstitucionalidad.
El presidente cuenta con la potestad
reglamentaria (artículo 189 C.P.), la cual
ejerce mediante la expedición de Decretos,
Resoluciones, y Órdenes necesarias para el
cumplimiento de las leyes, y éste en sí, constituye el atributo sin duda más importante, ya
190
Poderes Fiscales y de Planificación: se deriva
del poder extensivo que tiene el ejecutivo
sobre el presupuesto nacional y sobre las
numerosas instituciones estatales de planificación. Estos poderes han sido enormemente
expandidos por las reformas constitucionales
de 1968 (Vidal Perdomo y Vásquez Carrizosa), los poderes ordinarios del gobierno
ofrecían, junto con la planificación, instrumentos ágiles y casi discrecionales para
manejar cualquier situación imaginable en
política económica, social y administrativa.
Bajo los términos de la Constitución de 1991,
el Congreso recuperó un considerable control
sobre la intervención presidencial.
El numeral 21 del artículo 189 de la Constitución, establece una serie de atribuciones
presidenciales que genéricamente se denominan de inspección Vigilancia y Control
(facultades de policía administrativa). El
poder Ejecutivo puede fiscalizar los más
importantes sectores de la vida económica del
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Sonia Patricia Cortés Zambrano
país y controlar la prestación de importantes
servicios públicos, lo que guarda estricta consonancia con el principio de Estado Social de
Derecho y con las facultades de Intervención
estatal en la economía, consagrados en la
Constitución de 1991. (Estrada, 2003).
Poderes de Emergencia: autoridad legislativa
proactiva: Es una facultad extraordinaria,
usada en casos extraordinarios, raramente
se incluye en ella la facultad de revocar leyes
o promulgar nuevas leyes. En Colombia, los
poderes supuestamente extraordinarios son
usados como autoridad legislativa proactiva
de facto, y se presenta en los llamados Estados de Excepción. (Estrada, 2003).
Director de la fuerza pública y supremo
comandante de las fuerzas armadas de la
República: La fuerza pública se encuentra
conformada por la Policía Nacional y las
Fuerzas Militares, la primera de carácter civil
y la segunda de carácter militar, reunidas en
el ministerio de defensa.
El Presidente no pueden decretar cualquier
política de su preferencia, el Congreso sigue
constituyendo un límite, pero mediante
el uso de decretos, los presidentes pueden
impulsar las políticas más allá de lo que puede
el Congreso, las impulsaría por sí mismo.
En Colombia, es un factor que impulsa esta
tendencia la mediación del clientelismo tradicional, fuerte en las elecciones legislativas.
Los presidentes colombianos anteriores a
1991, tenían poder de veto, lo cual implicaría
que podían conseguir la política de su interés.
Sin embargo, es el Congreso quien determina
que se convierte y que no en Ley, por tanto,
los decretos son un instrumento importante
de política, que forman parte de las complejas
negociaciones con los lideres partidistas que
controlan los votos en un congreso, que debe
en última instancia decidir si los decretos
sobreviven como leyes permanentes.
El poder que ostenta la Presidencia en
Colombia, está atada sin duda a los intereses
clientelitas representados en el Congreso,
el poderío presidencial en Colombia entre
los años 1968 y 1991, fue más potencial que
real Ronald, P., & Matthew, S. (2002), en la
medida que el Congreso, logró impedir a sus
presidentes el uso efectivo de sus poderes para
avanzar más allá de lo permitido por líderes
políticos de menor categoría, pese a ello, la
forma en que son elegidos los congresistas y
los procesos clientelitas, liberan al congresista
de una rendición de cuentas por la formulación de políticas nacionales, y otorgan esta
carga al ejecutivo en cabeza del presidente, su
principal ocupación será recompensar a sus
partidarios. En esta medida encontramos uno
de los factores que amplían las facultades del
presidente, y sin duda es éste quien decide
invertir tiempo y esfuerzo en la construcción
y mantenimiento de coaliciones para sostener y hacer viables sus políticas de gobierno.
El presidente es el único poder efectivo del
Estado.
Sin embargo Ronald, P., & Matthew, S. (2002),
afirman que no se han evaluado los límites
reales de los poderes del Ejecutivo en Colombia. Esta tesis advierte que los poderes del
ejecutivo en Colombia han disminuido desde
mediados de los años setenta como resultado
de la creciente competencia intrapartidaria,
lo cual deja como resultado la dependencia
de los presidentes de tratos con los intermediarios de poder, que exigen prebendas
a cambio para apoyar las políticas gubernamentales. Se tienen entonces que establecer,
los intereses del Congreso y cómo ellos son
modelados por las instituciones políticas
formales colombianas. Es decir, que de la
relación entre Gobierno y Congreso se extrae
la real situación de posición dominante en
el poder que afecta el equilibrio de poderes,
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191
Gobernabilidad y constitucionalismo: presidencialismo colombiano
en mi concepto esto no es así, lo sería si nos
encontráramos frente a un sistema consolidado de partidos políticos y se ejerciera una
oposición coherente y un ejercicio de las bancadas parlamentarias sujeto a los propósitos
de su ley creadora.
1.2 La Reelección Presidencial
Se justifica el análisis de la reelección presidencial, en virtud de que en sí mismo
constituye un fenómeno que necesariamente
impacta el tema de equilibrio de poderes y la
forma de afectación se explica en la siguiente
exposición:
inmediato. No podrá ser elegido Presidente
de la República ni designado el ciudadano
que a cualquier título hubiere ejercido la
presidencia dentro del mismo año inmediatamente anterior a la elección”. La anterior
norma seguiría como artículo 129 hasta la
expedición de la Constitución de 1991.
En el debate constituyente de 1991 no se
presentaron proyectos que permitieran la
reelección inmediata, por tanto el debate se
dio alrededor de la propuesta de preservarla
con un periodo de intervalo o impedirla de
manera definitiva. Comisión tercera de la
constituyente (1991)2.
“En Colombia la Constitución de 1886
prohibió la reelección inmediata del Presidente de la República en su artículo 127 que
disponía: El ciudadano que haya sido elegido
Presidente de la República no podrá ser reelegido para un periodo inmediato, si hubiere
ejercido la presidencia dentro de los diez y
ocho meses inmediatamente precedentes a
la nueva elección. El ciudadano que hubiere
sido llamado a ejercer la Presidencia y la
hubiere ejercido dentro de los seis últimos
meses precedentes al día de la elección del
nuevo Presidente, tampoco podrá ser elegido para éste empleo”.
Dentro de las razones presentadas por los
opositores de la reelección, se señalaba la
posibilidad del gobernante a formar clientela
que asegurase su reelección, de esta forma el
presidente candidato puede dedicarse más a
planificar su reelección que a gobernar. A su
vez la prohibición rompía con la concentración del poder político, más aún frente a la
crisis institucional de un Congreso y de los
partidos, existe la posibilidad de que el primer
mandatario organice la actividad política,
direccionando los partidos políticos, obstaculizando que las figuras nuevas asciendan en
su estructura interna3.
Las razones se fundaban en la experiencia
que mostraba lo que los líderes con poderes
tan vastos como los de un Presidente en un
sistema presidencial, podía ejercer, el jefe
de gobierno tiene bajo su mando la fuerza
pública, el manejo de la planta de empleados administrativos, medios de influencia
y de presión, que sin más garantizarían la
reelección inmediata, lo cual no significa
la verdadera opinión y confianza de los
electores, sino en los casos más graves, intimidación y corrupción del Estado (Samper,
1951). El acto legislativo Nº 3 de 1910
señala: “El Presidente de la República no es
reelegible en ningún caso para el periodo
La no reelección se dirigía entonces, entre
otras cosas a oxigenar y renovar permanentemente los partidos políticos, contribuyendo
al fortalecimiento de la Democracia, al
favorecer la rotación de más personas en el
192
2
3
Sesiónes del 18 y 22 de abril de 1991. Informe
– ponencia para el primer debate en plenaria:
elección del Presidente por el sistema de la doble
vuelta, periodo, calidades, posesión y no reelección.
Ponente Carlos Lleras de la Fuente. Gaceta
Constitucional Nº 73, 14 de mayo de 1991).
Caso del partido político de la U, que congregó
políticos de distintos idearios políticos, bajo la
imagen del presidente Álvaro Uribe, poderosa y
respaldada por una aparente mayoría en las urnas.
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Sonia Patricia Cortés Zambrano
poder generando amplitud en los espacios de
participación.
destructoras de la democracia como lo es el
fenómeno del caudillismo5.
El Artículo 197 de la Constitución Política de
Colombia de 1991 establecía “No podrá ser
reelegido presidente de la república, el ciudadano que a cualquier título hubiere ejercido
la presidencia”.
Se trató de una decisión legitimada por la
democracia en todo caso, respaldada por una
mayoría, los instrumentos políticos y jurídicos indispensables para el funcionamiento de
la democracia son el sufragio popular, el estatuto constitucional, el equilibrio de poderes,
y la adopción y vigencia de principios fundamentales establecidos en la constitución.
El ordenamiento constitucional colombiano
y su desarrollo normativo, ha dirigido sus
pasos en busca de una verdadera democracia
política, con miras a lograr una estabilidad
al interior del país, sin embargo, es latente
la crisis política existente, reflejada en la
situación que afronta el Estado Colombiano:
la violencia, el desplazamiento forzado, el
secuestro, la actividad desplegada por los
partidos políticos, la crisis institucional de los
partidos y del Congreso, la inclinación de las
decisiones político económicas al favorecimiento de los grupos económicos y abandono
significativo del interés social del Estado.
En ejercicio del principio democrático, se instauró la Reelección Presidencial en Colombia,
con la idea de combatir, a través de la consecutividad de políticas gubernamentales, la
crisis política e institucional en Colombia,
bajo el precepto de continuidad con base en
la rendición de cuentas4.
La reforma según el Congreso y la Corte
Constitucional, estuvo sujeta a los mandatos
constitucionales, aunque algunos sugieren
que se ignoró el carácter propio de rigidez
de la Constitución, que garantiza que las
mayorías no deben ser guiadas por eventos
temporales derivados del calor político,
favoreciendo actuaciones a todas luces
4
Gobernabilidad por resultados, las políticas
gubernamentales apoyadas en negociación con el
Congreso, permite demostrar un amplio margen
de gobernabilidad y eficiencia del Gobierno, lo cual
constituye un paso significativo hacia la reelección.
En el año 2004, el Congreso de Colombia
decide modificar la Constitución, eliminando
la prohibición de la reelección presidencial
y dispone que el Presidente de la República
pueda ejercer el cargo hasta por dos periodos
consecutivos de cuatro años.
1.2.1 La Reelección y la Democracia
Se piensa que la reelección constituye un
beneficio para la democracia, ya que precisamente brinda al electorado la posibilidad de
recibir cuentas sobre el trabajo desplegado
por el gobierno y pueda decidir a conformidad en las siguientes elecciones, aprobando
la continuidad de un programa de gobierno
óptimo. Esta es una de las ventajas que se le
reconocen al sistema presidencial, la identificación plena del mandatario electo y las
facilidades para exigir responsabilidad electoral o rendición de cuentas, lo que permite
facilidad al ciudadano a la hora de juzgar al
mandatario en el momento en que éste se
presenta para su reelección.
5
Fenómeno político y social en donde un líder
carismático accede al poder bajo mecanismos que
permiten el reconocimiento de liderazgo por parte
de las multitudes, que depositan en el los intereses
“del pueblo” y la confianza en su capacidad para
resolver problemas comunes. En algunos casos
en la historia republicana de América Latina,
desembocó en fuertes dictaduras, represiones a la
oposición y retraso político y económico, pero en
otros fortaleció las democracias. (Cotes, 2009).
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193
Gobernabilidad y constitucionalismo: presidencialismo colombiano
Respecto a la igualdad electoral, la reforma
constitucional dispuso la creación de una
ley estatutaria que regula las condiciones de
igualdad electoral entre los candidatos de
la presidencia, que reglamenta entre otras
cosas: la garantía a la oposición, participación en política de los servidores públicos,
derecho al acceso equitativo a los medios de
comunicación, financiación de las campañas
preponderantemente estatal, derecho de
réplica en condiciones de equidad, y normas
sobre inhabilidades para los cargos a la
Presidencia de la República. El proyecto fue
aprobado en el Congreso.
En mi concepto no cabe duda de la desproporción en los recursos políticos6 que puede
emplear un presidente en ejercicio en contraposición a los recursos políticos que podría
utilizar un candidato ciudadano, rompiendo
el principio de competitividad, desfigurando
la democracia y desconociendo la igualdad.
2.La gobernabilidad democrática
en Colombia
La gobernabilidad7 en un Estado Unitario
descentralizado requiere de una institución
legislativa fuerte que opere en calidad de inte6
7
Recursos que influyen directa e indirectamente
en la conducta de las personas: Fuerza f ísica,
armamento, dinero, ingresos, estatus, honor,
respeto afecto, carisma, prestigio, información, conocimiento, educación, medios de comunicación y
otros. (Dahl, 1999, p.199)
Para el trabajo se entiende la acoge el concepto
de gobernabilidad democrática, entendida como
la capacidad del sistema político para ejecutar
políticas públicas, dirigidas a la realización de
proyectos que permitan: la satisfacción de necesidades fundamentales de la mayoría de la población, asegure la estabilidad de un orden político
democrático, facilite la comunicación ética ente
gobernante y comunidad y permita una acción
eficiente y eficaz.
194
grador que sea la voz de las circunscripciones
descentralizadas en el Congreso un órgano de
control fortalecido, limitando las atribuciones
discrecionales del poder ejecutivo, un órgano
de revisión y supervisión de las políticas de
descentralización y desarrollo regional, de
seguridad y relaciones exteriores, de fiscalización de la administración, transparencia y
anticorrupción. (Roa, 2011)
Una reforma al Presidencialismo colombiano
para garantizar una gobernabilidad democrática y no autoritaria, implicaría:
i) Racionalización del régimen presidencial: Apropiada distribución territorial
del poder (descentralización y regionalización).
ii) Institucionalización de la presidencia de
la república: sometimiento de los actos
y decisiones del Presidente sometido al
concejo de ministros.
iii) Eliminación del absolutismo presidencial:
Eliminar la segunda vuelta electoral,
eliminar la inviolabilidad del presidente y
determinación precisa de las responsabilidades jurídicas y políticas derivadas del
ejercicio de la función presidencial.
iv)Creación de causes institucionales para
la concertación y búsqueda de consensos
políticos y sociales a fin de asegurar la
gobernabilidad del sistema.
v) Reforma del Régimen del sistema para
asegurar un formato racional de partidos
que asegure la gobernabilidad.
Perfeccionamiento de los mecanismos de
control y de fiscalización y contrapesos
vigentes.
Las anteriores recomendaciones darían
mayor eficacia y reducirían las áreas de conflicto que ahora impiden un equilibrado y
racional ejercicio del poder político.
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Sonia Patricia Cortés Zambrano
CONCLUSIONES
Colombia se ancla en el hiper presidencialismo desde sus orígenes como República,
la hipertrofia de facultades que rodean al
primer mandatario, hacen de él, el único
poder efectivo del Estado. El poder legislativo
ha perdido paulatinamente su importancia
como foro de grandes debates ideológicos. El
régimen presidencial absorbe la totalidad de
las energías del Estado, concentra en forma
excesiva en el gobierno decisiones fundamentales y hace un tanto inútiles las instituciones
complementarias o descentralizadas, pues
todas ellas dependen de aquel.
La Constitución de 1991, intenta reducir
de manera significativa el poder presidencial, y para ello adoptó medidas como: la
descentralización (pérdida de la facultad de
nombrar gobernadores), creación de organismos autónomos (Comisiones de regulación
de los servicios públicos, Comisión nacional
de televisión, Consejo Superior de la Judicatura, Fiscalía genera de la Nación, en parte;
comisión autónoma de la Junta del Banco de
la República), aumento de las facultades de
los organismos de control, incremento de los
poderes de la Rama Judicial, fortalecimiento
del Congreso de la República, tanto en su
facultad legislativa como de Control, todo
ello, a fin de lograr un mayor equilibrio institucional. (Asamblea Nacional Constituyente
1991).
Enmendar los problemas derivados de la
deformación del régimen presidencial en
Colombia es una tarea difícil pero inaplazable, el problema radica en que la solución
descansa en manos de la voluntad y capacidad de los actores políticos que en el diseño
institucional. Es decir de la voluntad de fortalecer las instituciones facilitando consensos
para el logro de sus fines.
El presidencialismo debe garantizar la
continuidad y estabilidad de las políticas
impulsando la eficacia de la acción del
gobierno, mediante la concertación y consenso propio de procesos de gobernabilidad
democrática.
LISTA DE REFERENCIAS
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ciudadanos. Madrid: Tauros.
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Ciencia Política. Bogotá: Temis.
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del Poder Público en la Constitución colombiana
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debate. Bogotá: Ibañez.
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desaprovechado del predominio presidencial en
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América latina. Buenos Aires: Paidos.
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Colombia. Bogota: Javeriana.
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economistas. Bogota: UNAL.
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Cirly Uribe Ochoa
La participación política electoral femenina
en Santander durante el Frente Nacional*
Female political electoral participation in Santander
during the National Front or Alternation
of Political Parties in Colombia
Cirly Uribe Ochoa**
Universidad Surcolombiana
RESUMEN
El presente artículo analiza la participación política de las mujeres en Santander durante el
Frente Nacional, en dos cuerpos legislativos de carácter local y departamental: el Concejo
Municipal de Bucaramanga y la Asamblea Departamental. Para comprender la importancia de
esta participación es importante mencionar que el Frente Nacional fue el periodo de 16 años
en los que los partidos políticos Liberal y Conservador establecieron un pacto de alternancia
política, como fórmula expedita para terminar con más de dos décadas de violencia partidista
y en el cual las mujeres iniciaron su vida política como ciudadanas con derecho a elegir y ser
elegidas, después de un proceso de incidencia política iniciado en los años 30 y que culminó
en 1954 con el otorgamiento del derecho al voto por parte de la Comisión de Estudios Constitucionales durante la presidencia del General Rojas Pinilla. Pero el alborozo con el que las
mujeres Santandereanas participaron tanto en el plebiscito de 1957, que refrendó el Frente
Nacional y su derecho a la ciudadanía, como en las primeras elecciones de 1958 en las que
participaron por primera vez como candidatas, se fue esfumando durante los 16 años, dejándoles un sabor agridulce pues las expectativas de igualdad no se cumplieron aunque sí una
inclusión minoritaria en los espacios de decisión política en representación de los intereses de
los partidos políticos con los cuales tenían membresía por sus vínculos familiares o sindicales
principalmente.
Palabras claves: Mujeres, ciudadanía, representación política e intereses de género.
Fecha de Recepción: noviembre 1 de 2013
Fecha de Aprobación: diciembre 20 de 2013
* Este artículo es parte de la investigación realizada para la tesis de Maestría en Historia de la Universidad
Industrial de Santander, Colombia, titulada: “Presencia Femenina en dos cuerpos colegiados legislativos de
Santander durante el Frente Nacional”.
** Licenciada en Ciencias Sociales: Universidad de Pamplona. Docente Facultad de Trabajo Social, Corporación
Universitaria Republicana. Email: [email protected], [email protected]
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197
La participación política electoral femenina en Santander durante el Frente Nacional
ABSTRACT
This article analyzes the political participation of women in Santander for the National Front
in two legislative bodies at local and departmental: Bucaramanga City Council and the Departmental Assembly. To understand the importance of this participation is important to mention
that the National Front was the 16-year period in which the Liberal and Conservative parties
formed a pact of political change as expeditiously formula to end more than two decades of
partisan violence in which the women started his political life as citizens with the right to elect
and be elected, after an advocacy process started in the 30s and culminated in 1954 with the
granting of voting rights by the Study Commission constitutional during the presidency of
General Rojas Pinilla. But the joy with which Santanderean women participated both in the
1957 plebiscite which approved the National Front and the right to citizenship, as in the first
elections of 1958 in which participated for the first time as candidates, petered out during the
16 years, leaving a bittersweet taste for equality expectations were not met although minority
inclusion in political decision-making on behalf of the interests of the political parties which
had membership for their family ties, mostly union.
Keywords: Women, citizenship, political representation and gender interests.
INTRODUCCIÓN
El presente artículo, el cual hace parte de un
trabajo más amplio, se enmarca en los esfuerzos que desde diversos campos disciplinares
se realizan para desentrañar y comprender las
relaciones de género, sus causas y consecuencias para los seres humanos en sus distintas
edades y opciones de vida y que tienen como
horizonte aportar en la construcción de sociedades equitativas, con parámetros sociales y
culturales que equilibren la realidad y el deber
ser de las relaciones entre los seres humanos,
sin más cortapisas que el reconocimiento de
la dignidad y la valía por solo hecho de ser,
humanos.
En este sentido, este trabajo se suma a los
esfuerzos que un variado grupo de mujeres
académicas e historiadoras1 de orden internacional, nacional y local vienen desarrollando
1
Entre las que figuran a nivel internacional Chantall
Mouffe, Celia Amorós, Nancy Fraser, Joan Scott,
Amelia Valcárcel, Lola G. Luna; a nivel nacional
Magdala Velásquez, María Emma Wills, Angélica
198
sobre las relaciones de género en la política,
que posibilitan la comprensión sobre los procesos realizados por las mujeres para lograr su
inclusión y la representación de sus intereses,
en un mundo dominado históricamente por
los varones, pero cuyas determinaciones
afectan y determinan la vida de todo el
conglomerado humano, razón por la cual
además de las mujeres otros grupos excluidos,
también han luchado para hacer parte de la
comunidad política en cada vez más países.
En el caso concreto de las mujeres colombianas se han realizado investigaciones como las
de María Emma Wills (2007) que dan cuenta
de los procesos de inclusión y representación
política de las mujeres a nivel nacional, que
a pesar de sus resultados, como ella misma
afirma “para desentrañar las claves completas de estos resultados son necesarias
más investigaciones que aborden el arribo
de las mujeres y los feminismos de manera
Bernal Olarte; Doris Lamus Canavate, Piedad
Otero Uribe entre otras.
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Cirly Uribe Ochoa
más descentralizada y en filigrana” (p. 28),
mandato que pretende abordar este trabajo
al indagar por la participación, inclusión y
representación política de las mujeres en dos
instancias pública del orden local: Asamblea
Departamental de Santander y Concejo
Municipal de Bucaramanga durante un
periodo de gran relevancia histórica y política
para el país en general y para las mujeres en
particular, como fue el Frente Nacional (1958
– 1972).
Para el país, porque el Frente Nacional se
presentó como una propuesta de paz para
superar la violencia partidista de las décadas inmediatamente anteriores, pero con
raíces en el siglo XIX; y para las mujeres,
porque después de 28 años de arduo trabajo
realizado por un grupo poco numeroso de
ellas, habían logrado se reconociera a las
mujeres su derecho a la ciudadanía, que
con justificado alborozo y esperanzas se
aprestaron a ejercer, sobre todo por parte de
las feministas que creían que esta inclusión,
sería suficiente para lograr los cambios en
los imaginarios culturales, que durante siglos
habían configurado y justificado la marginalización femenina de la comunidad política,
asignándoles roles solo en el ámbito privado
y sometiéndolas a una subordinación masculina, todo lo cual instituyó un orden en el que
se les cercenó múltiples derechos y estableó
un destino manifiesto de esposa y madre.
Por ello este trabajo pretende ser un aporte
a la historiografía regional, dado que a
nivel local persiste una escasez de trabajos
investigativos sobre la participación política
electoral de las mujeres en Santander2, lo
2
Solo se halló una tesis reciente elaborada por Piedad
Lucía Otero Uribe para optar al título de Magister
en Historia (2011), denominada La participación femenina liberal en la esfera pública de Bucaramanga
1957- 1962 a través de Vanguardia Liberal.
cual redunda en un desconocimiento sobre
estos procesos y el papel que han jugado las
mujeres en ellos, así como sus aportes a la
democratización de la sociedad.
Además porque hoy cada vez más, se reconoce que no hay temas más interesantes que
otros para la historiografía y que por lo tanto,
cada tema investigado por la historiografía
aporta a la comprensión de los procesos
históricos de las comunidades, grupos y tal
vez de la sociedad como ese todo imaginado,
al allanar como dice el historiador Le Goff
(2010) esos “olvidos, vacíos, espacios en
blanco” que ha dejado la ciencia histórica al
decidir arbitraria y unilateralmente la importancia de unos temas respecto a otros, lo cual
pone al científico de la historia en un papel de
juez que no le corresponde, máxime cuando
la contribución que debe hacer la historia
es precisamente, parafraseando a José Darío
Herrera, desnaturalizar esos olvidos y someterlos a crítica.
Por ello se abordaron varias fuentes primarias
y secundarias, como prensa, archivos de actas
y libros; se recurrió a la memoria histórica de
un grupo de mujeres y hombres protagonistas o participantes de la política en Santander
durante el Frente Nacional, para obtener una
información verosímil sobre el ejercicio político de las mujeres durante los dieciséis años
que abarcaron el Frente Nacional.
Con base en lo anterior, este documento se
divide en tres partes. Una primera, en la que
se realiza una contextualización histórica
sobre el proceso realizado por las mujeres a
nivel internacional y nacional para lograr su
reconocimiento como ciudadanas con derecho a elegir y ser elegidas, una segunda en la
que se plantea una representación histórica
de la participación política desarrollada por
las mujeres tanto en la Asamblea Departamental de Santander, como en el Concejo
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La participación política electoral femenina en Santander durante el Frente Nacional
Municipal de Bucaramanga durante el Frente
Nacional y una tercera parte en la que se
realizan unas consideraciones finales como
balance de dicha participación.
Resultados
1. Breve recorrido histórico
del voto femenino
El mayor porcentaje de las actividades
humanas, se desarrollan a través de múltiples
relaciones y éstas son por definición de unos
con otros y la política no es la excepción, es
más, la política solo es posible realizarla como
afirma Hannah Arendt (1997) en un “ estar
juntos y los unos con los otros de los diversos” (p. 156), pero esa diversidad es necesario
entenderla, además de todas las que el ser
humano ha configurado desde construcciones sociales, culturales e históricas, en la
condición humana de ser sujetos además de
necesidades, de deseos todo lo cual configura
los intereses. La política es entonces, más
que espacios, relaciones transversadas por
múltiples formas de poder3; en ella los seres
humanos, proponen e imponen sus intereses
individuales o colectivos, los cuales están
además, cruzados o determinados por ideologías, imaginarios o formas de concebir el
mundo, de explicar la realidad.
Participar en la política tiene como intencionalidad fundamental, gobernar, dirigir
el estado o incluir en la agenda pública del
gobierno, es decir en los asuntos priorizados
por este para darles solución, los temas o
problemáticas que atañe a los intereses de un
grupo determinado o a la sociedad en general.
3
Entendido este en política, como capacidad o potencia de un individuo, grupo o institución, para
lograr la aceptación u obediencia de normas, leyes,
ideologías o verdades, que influyen o determinan la
conducta humana individual y colectiva.
200
Esta intencionalidad ha hecho que, a través
de la historia diversos grupos hayan llevado
a cabo diferentes estrategias de presión
para lograr su reconocimiento e inclusión
en los espacios de decisión, en los cuales
solo participa un grupo reducido de varones
con ciertas características relacionadas con
linaje, ilustración y fortuna. En el caso de las
mujeres, a partir del proceso liderado por
algunas mujeres durante la Revolución Francesas en cuyos espacios como la asamblea
constituyente, exigieron se les reconociera
como ciudadanas y pese a las consecuencias
afrontadas por ellas a quienes persiguieron,
encarcelaron y algunas fueron guillotinadas
como Olimpia de Gouges, las ideas de igualdad política promovidas por ellas, originaron
el surgimiento de un movimiento que a la
postre se le denominaría Feminismo, conformado inicialmente por un grupo de mujeres
que provenían de la burguesía, quienes exigían se les reconociera como ciudadanas
con derecho a elegir y ser elegidas, al cual se
les fue sumando mujeres de distintas condiciones socio económicas y además, otras
reivindicaciones distintas al sufragio como el
derecho al trabajo, a la educación y al manejo
de sus bienes.
Este movimiento que surgió en Inglaterra
tuvo su desarrollo durante todo el siglo
XIX, extendiéndose por Europa, Estados
Unidos hasta llegar a América Latina y demás
continente. Los resultados de las acciones
reivindicativas del feminismo sufragista
empezaron a verse a finales del siglo XIX
cuando en Nueva Zelanda le es concedido
el derecho al voto a las mujeres en el año
de 1893, ejemplo que en delante de manera
paulatina durante el siglo XX seguirían las
demás naciones, quedando todavía hoy como
rezago de exclusión femenina Arabia Saudí y
los Emiratos Árabes. En América Latina, el
primer país en conceder el derecho al voto a
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las mujeres fue Uruguay en 1927, seguido por
Ecuador en 1929.
En Colombia, la lucha organizada e intencionada por los derechos de las mujeres se
remonta a los años 304 con el ascenso del
partido liberal al gobierno, después de 44
años de hegemonía conservadora. Durante
los 16 años que duró la hegemonía liberal,
un grupo de mujeres5 fundamentalmente de
la clase media - alta, quienes en su mayoría
pertenecían a familias vinculadas a la actividad política, económica o intelectual de la
época, promovieron la aprobación de leyes
que garantizaran a las mujeres la autonomía
económica, el acceso a la educación secundaria, universitaria y a cargos públicos, así como
también al ejercicio de la ciudadanía, proceso
que logró en 1954 en el marco de la Comisión
para Estudios Constitucionales de la Asamblea Nacional Constituyente convocada por
el General Rojas Pinilla, que a las mujeres les
fuera reconocido el derecho al voto.
Sin embargo hay que decir que, antes de
1954 las mujeres de todas las clases sociales
4
5
Aunque, algunos autores como Mario Aguilera
Peña referencia como hito histórico del voto
femenino, la experiencia en la Provincia de Vélez
(Santander) en donde en 1853 se le otorgó el
derecho al voto a las mujeres sin que se encuentre
información sobre los posibles desarrollos que hubiese podido tener, en este texto se quiere recalcar
el factor de organización e intención por parte de
las mujeres en los años 30 que lo diferencia con el
hito de 1.853 en el que quedó contemplado en la
constitución, pero sin que aparentemente hubiese
habido gestión de las mujeres.
Fueron muchas las mujeres que participaron en
este proceso reivindicativo en todo el país, pero las
que mayor visibilización tuvieron fueron: Ofelia
Uribe de Acosta, Mercedes Abadía, Matilde González, Ilda Carriazo, Rosa María Moreno, Rosita
Turizo, Teresita Santamaría, Inés Gómez de Rojas,
Lucila Rubio de Laverde, Georgina Fletcher, Josefina Canal, Bertha Hernánez de Ospina, Esmeralda
Arboleda, Josefina Valencia, entre otras.
participaban en las campañas electorales,
fundamentalmente como apoyo logístico
porque no podían elegir ni proponerse para
ser elegidas. Su vínculo con los partidos
políticos de la época (Liberal, Conservador y
de izquierda) era esencialmente por su pertenencia familiar o gremial.
La señora Santos Vanegas, mi abuela, mi
tía, ellas le hacían campaña a los políticos
al doctor Olaya herrera, al doctor Gaitán, al
doctor Arango Vélez, toda esa gente, ellas
los acompañaban hacían manifestaciones,
gritaban, hacían bailes, época de pachanga y
todo eso, ayudaban a recoger la gente para
votar, les compraban cotizas, les compraban
camisas, les llevaban de todo para traerlos
a votar, pero ellas no votaban porque no
tenían cédula”6.
En la campaña electoral para presidencia
de 1.949, en la que el partido Liberal retiró
su candidato aduciendo falta de garantías,
dado el clima de violencia extrema que se
vivía en el país, las mujeres conservadoras
de Santander realizaban diversas actividades
proselitistas para visibilizar al candidato
Laureano Gómez, quien ganó las elecciones
para el periodo presidencial 1950 – 1954, así
lo registraba el periódico El Frente (1949), en
una nota en la cual se leía: “Legiones azules
femeninas se movilizan para el gran bazar”
(p. 1), para el cual “Son muchas las encantadoras damitas conservadoras las que se
están movilizando para darse cita en la fiesta
goda de mañana” (p. 1). Pero además, no solo
participaban con su presencia en este tipo de
eventos, sino que las “…legiones azules de
6
Elibeth Ospino Centeno. Líder social y comunitaria de Barrancabermeja, participó en diversas
campañas electorales durante el Frente Nacional,
como apoyo logístico de diferentes campañas electorales. Entrevista realizada el 20 julio de 2012 en
Barrancabermeja.
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La participación política electoral femenina en Santander durante el Frente Nacional
damas bumanguesas, sin distingos de clases
sociales” recorrían “el comercio con rifas y
boletas para almuerzos”(p. 1).
También en ese año, las mujeres crearon
organizaciones de apoyo como el Comando
Femenino Conservador, integrado por Luisa
Emma Romero de Mantilla, Isabel Ardila,
Beatriz Gómez de Acevedo Díaz, Luisa
Serrano, Leonor Espinosa e Isabel Ardila,
damas distinguidísimas de nuestro mundo
social” (El Frente, 1949), a través del cual,
así como de otros “núcleos femeninos” ellas
realizaban una “abnegada actividad” a favor
del conservatismo “en la ciudad y en los
demás municipios de Santander” (p. 5). Esta
membresía con los partidos políticos, podría
ayudar a explicar porque no se concretó la
propuesta hecha por algunas mujeres del
movimiento sufragista de crear un partido
de las mujeres, en cambio de ello las principales líderes del movimiento, retornaron a
sus partidos de origen y desde allí realizaron
acciones durante el interregno comprendido
entre 1954 y 1957 para la masificación del
voto femenino realizando programas de
radio, dando conferencias, charlas, fundando
periódicos como “semanario La Verdad,
Nuestras Mujeres, Mundo Femenino”, (Luna
y Villarreal, p. 229) desde los cuales conjuntamente con las revistas que desde años atrás
venían publicando, promovieron la participación política femenina.
Esta participación política y el entusiasmo
que despertó en las mujeres se hizo evidente
en 1.954, un día después de aprobado el
voto femenino al presentarse una mujer en
la Oficina de la Cedulación, requiriendo ser
cedulada, hecho resaltado por la prensa local
al afirmar que con ello se ponía “de manifiesto, el enorme interés que [tenía] la mujer
santandereana de intervenir en la vida política nacional”, (Vanguardia Liberal, 1957, p.
202
5) reportándolo como el primer caso que se
presentaba en Colombia. De hecho, algunas
mujeres pertenecientes a familias vinculadas
con la actividad política en la ciudad de Bucaramanga o en el departamento, aprovecharon
este nuevo contexto y se visibilizaron como
verdaderos actores políticos al conformar
grupos y delegaciones que apoyaron posturas
y candidaturas realizando acciones como la
delegación santandereana conformada por
“(…) las señoras Carmen Ortíz González de
Gómez Mejía, Blanca Vargas de Ordóñez,
María Cristina Serrano de Vesga Sorzano,
Nelly Díaz de Borras, Teresita Ortiz de Mejía
y Luisa Emma Mantilla de Romero”, que viajó
hasta Bogotá en 1957 para respaldar las aspiraciones de reelección del presidente Rojas
Pinilla a quien le entregaron un pergamino
que decía:
La mujer santandereana ha recibido con
inmenso jubilo el testimonio de adhesión
que las Fuerzas Armadas han tributado al
Excelentísimo Señor General Jefe Supremo
Gustavo Rojas Pinilla, y su decisión de
pedir al Jefe del Estado su permanencia en
la Presidencia de la República durante el
próximo periodo de 1958 a 1962, se suma al
movimiento nacional de respaldo al Primer
Mandatario; de su gobierno y su imperecedero reconocimiento. (Frente, 1957, p. 1).
Ese mismo año por acción de múltiples
actores a nivel nacional (partidos políticos,
gremios, organizaciones sociales, entre
otros), el general Rojas Pinilla es obligado
a dejar el poder el cual entregó a una Junta
Militar que convocó al pueblo a un plebiscito
que se realizó el 1º de diciembre de 1.957 y
en el cual se le consultó al pueblo fundamentalmente la aplicación de la fórmula de
paridad política entre liberales y conservadores, conocida como Frente Nacional como
remedio a la violencia partidista que durante
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varias décadas había azotado al país y se
refrendó también el voto femenino otorgado
años atrás con una participación significativa
que en Santander fue de 126.240 sufragantes
y 1.835.255 a nivel nacional según datos de
la Registradora del Estado Civil, iniciándose
así la vida política como electoras y elegibles
de las mujeres y en todo el país el Frente
Nacional. Con este pacto los dos partidos
tradicionales buscaron por un lado, retomar
el poder después del derrocamiento del
General Rojas Pinillas y por otro, ponerle
fin a la violencia partidista desatada tras el
asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en 1948 la
cual, si bien había amainado durante el mandato de Rojas Pinilla con las negociaciones
que éste hizo con las guerrillas liberales, esta
no había desaparecido del todo y la asunción
del poder por uno u otro partido sin pacto
que la mediara, podía haberla arreciado
nuevamente.
2.Participación femenina
Santandereana en los ocho
periodos legislativos del
Frente Nacional
2.1 Campañas electorales
Durante los 16 años que van desde 1958
a 1974, se realizaron ocho (8) campañas
electorales en las que entre otros cargos, se
eligieron los diputados y concejales en cada
uno de los departamentos y municipios del
país. Estas campañas estuvieron cruzadas por
dos contextos, uno internacional marcado
por la Guerra Fría7 y el otro nacional determi7
Estado de polarización entre las dos potencias
mundiales, configuradas como resultado de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos y la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas, las cuales se
disputaron el control del mundo, configurando bloques ideológicos (capitalismo vs comunismo) que
alinderaron a cada lado no solo países, sino también
nado por las dinámicas del Frente Nacional,
ambos se imbricaron dándole una connotación diferente a la dialéctica política tanto a
nivel local, como nacional. Con respecto a
la Guerra Fría, la confrontación ideológica y
política internacional entre Estados Unidos
y la Unión Soviética, se hizo presente en
América Latina fundamentalmente con el
triunfo de la revolución cubana en 1959 y la
crisis de los misiles en 1962 producida por el
descubrimiento hecho por Estados Unidos de
la existencia de misiles nucleares en territorio
cubano, hechos que prendieron las alarmas
en todo el territorio americano y Colombia
no fue la excepción, cuya dirigencia política
y religiosa asumió el rechazo al comunismo
como caballo de batalla en todas las campañas electorales, nota predominante en los
discursos pronunciados tanto por liberales,
como conservadores durante las campañas
electorales y el argumento reiterativo para
convocar a todos los ciudadanos y especialmente a las mujeres a votar, esto implicaba
superar el fenómeno del abstencionismo que
con pocas excepciones predominó durante
este periodo pues de lo contrario, “el comunismo [encontraría] una votación masculina
muy fraccionada y dividida y las puertas
abiertas para penetrar fácilmente al país”, por
lo cual eran ellas, las únicas que podrían con
sus votos, “detener las corrientes marxistas”
que amenazaban con “adueñarse de la comunidad cristiana” (El Frente, 1962, p. 2).
Advertencia refrendada por el Cardenal Luis
Concha Córdoba, quien en un mensaje al
pueblo católico afirmaba que “Faltaría ante
poderosas instituciones económicas y religiosas,
constituyendo además una lógica relacional de
amigo o enemigo construida a través de múltiples
dispositivos entre los cuales estuvieron la prensa
hablada y escrita, la literatura, el cine, los discursos
políticos, económicos y religiosos, entre otros.
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La participación política electoral femenina en Santander durante el Frente Nacional
Dios y la Patria quien se abstuviera de votar”
(Vanguardia Liberal, 1962, p.2), y señalaba,
los peligros de votar por candidatos de
“tendencia comunista o íntimamente ligado
a esta ideología” (p. 2); advertencia que por
supuesto, calaba en la conciencia de las
mujeres, dado que sobre ellas, independientemente del partido al que perteneciera, la
iglesia católica ejercía una mayor incidencia.
El Frente Nacional como pacto de paridad
política, refrendado por el Acto Legislativo
No 1 de 1959 del Congreso de la República,
no logró frenar la violencia partidista como
se proponía, puesto que esta se siguió
presentando en diversos municipios y
departamentos en el país, lo cual llevó al
gobierno a declarar en varias oportunidades
el estado de sitio, de hecho con éste se abrió
y cerró el Frente Nacional. En Santander
fueron frecuentes, sobre todo en épocas de
campañas electorales los hechos de violencia
entre liberales y conservadores e incluso
entre los partidos y sus disidencias debido
a que si bien hubo “(…) un entendimiento
por lo alto, pero a nivel de base se siguió
manifestando muchísimo la violencia”
(Jiménez, 2012) manifestada en Santander,
con casas de dirigentes políticos incendiadas, asaltos a puestos de policía y otros
hechos que la prensa conservadora regional
adjudicaba a los liberales; así lo demuestra
una publicación en la cual se informaba
del descubrimiento en Piedecuesta de “un
arsenal de bombas de dinamita de gran
poder explosivo, almacenadas en una casa
de esta población y que según confesó quien
las guardaba, habían sido enviadas por los
jefes liberales de la fracción de “Sevilla” para
atacar el destacamento de policía y asaltar
las residencias de los más prestantes elementos del conservatismo piedecuestano”
(El Frente, 1958, p. 1).
204
Colateral a la violencia de tinte partidista,
en 1966 empieza a manifestarse con mayor
fuerza en el país otro tipo de violencia,
la resultante del enfrentamiento entre el
Estado y grupos insurgentes que desde 1.965
habían hecho su aparición en el escenario
político y social del país, con el surgimiento
en Santander del ELN y de las FARC en el
departamento del Huila. Esa nueva forma de
violencia de la que se empezó a hablar en ese
entonces, era el inicio del conflicto armado
que enfrentaría a las fuerzas militares con
grupos insurgentes de izquierda, durante
más de cuatro décadas, incluido todo el
período del Frente Nacional.
Así mismo esta fórmula política dejó descontentos a más de un dirigente político que
no dudaron en conformar grupos disidentes
entre los que figuraron principalmente el
Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) y
la Alianza Nacional Popular (Anapo); el primero liderado por Alfonso López Michelsen
y el segundo por el General Gustavo Rojas
Pinilla. Junto a estas disidencias de mayor
calado, se configuraron unas más pequeñas,
con denominaciones como “valencistas”,
“ospino-alzatismo”, “leyvistas”, “lauranistas”,
“lleristas”, “rojaspinillismo”, entre otros, configurando todas, una expresión de oposición
al Frente Nacional.
Las primeras elecciones de este periodo
fueron convocadas en marzo de 1.958 y en
ellas se eligieron a nivel local diputados y
concejales. En Santander, esta convocatoria
estuvo de “acuerdo con el censo de mayo 9
de 1.951”, por lo cual el Concejo Municipal
de Bucaramanga estaba conformado por 16
curules y la Asamblea Departamental por
20 diputados8 dado que según este censo
8
Registraduría Nacional del Estado Civil.
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Santander contaba con 747.706 habitantes y
Bucaramanga con 112.252.
La participación de las mujeres, en las listas
de candidatos para la Asamblea Departamental y el Concejo Municipal de Bucaramanga,
fue mayoritariamente en las listas configuradas por los partidos Liberal y Conservador y
en las de sus disidencias. Sin embargo, esta
participación como candidatas en promedio
en las ocho campañas electorales, no superó
el 13 %, solo en 1.958 (quizás por novedad) el
porcentaje de la participación femenina en la
campaña fue del 19% en adelante, el descenso
fue la constante con algunas excepciones. En
total participaron en las ocho campañas 200
mujeres como candidatas para la Asamblea
y el Concejo Municipal de Bucaramanga. La
estructuración de las listas para las distintas
corporaciones, las realizaba el directorio del
partido político o en su defecto el jefe político
de cada disidencia, ya fuese a nivel local o
nacional y como estas instancias y liderazgo
era de predominio masculino, ello se veía
reflejado en la distribución por género que
tenían las listas en las cuales por lo general
eran encabezada por los hombres, salvo pocas
excepciones en las que mujeres que lograron
realce político como Luisa Emma Mantilla
de Romero y Cecilia Morantes de Gavassa,
encabezaron listas y por lo general iban en la
posición de principales.
Así mismo, dentro de las lógicas y prácticas
políticas se concebía como normal que los y
las dirigentes locales estuviesen bajo la autoridad y protección de un dirigente de mayor
jerarquía o padrino político, era un liderazgo
piramidal que iba del nivel nacional, al
departamental y de éste al local, estructura
y lógica de la cual hicieron parte las mujeres
generalmente en la base, algunas de ellas lo
recuerdan así: “fui una persona en la política
muy afortunada, afortunada porque encontré
a Hugo Serrano Gómez que me dio toda la
mano, él me tuvo de concejal acá [en Bucaramanga] y después me llevó como asistente
para el senado de la república” (Ferreira,
2012) y esto era así “porque el padrino era
quien llevaba la batuta en la política a nivel
departamental, entonces eran ellos los que
escogían a las personas que de verdad tenían
la vocación y la verraquera de hacer las cosas
como eran” (Porras, 2012).
Teniéndose en cuenta que, el referente único
de hacer política que tenían las mujeres era
el de los varones, sus actividades proselitistas
no se diferenciaron esencialmente de éste “En
aquel entonces, nosotras no teníamos experiencia en la política, los hombres si tenían
mucha experiencia, ellos fueron los que nos
enseñaron a nosotras como se llevaba la
política y como se hacía”. (Porras, 2012). Las
candidatas realizaban durante las campañas
electorales, una serie de actividades de plaza
y salón principalmente con el electorado
femenino en las que, las primeras les permitía
plantear sus propuestas y promover los espacios o instituciones creadas por ellas, como
una forma de evidenciar el servicio social
que desarrollaban, caso Cecilia Morantes de
Gavassa quien en sus discursos promocionaba los “programas de servicio social para
ayudar a la capacitación de las mujeres de
escasos recursos” en los que se ofrecían
“clases de modistería, culinaria y de labores
propias para el sexo femenino” (El Frente,
1966, p. 1); las segundas, entre las cuales
estuvieron reuniones y conferencias, las que
en algunas ocasiones fueron acompañadas
por “prestantes dirigentes de la Capital de la
República [como] María Mercedes Araujo
de Cuéllar y Bertha Salazar de Jaramillo”
(Vanguardia Liberal, 1966, p.1) en algunas
de las cuales participaron delegadas de las
distintas provincias del departamento, en las
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La participación política electoral femenina en Santander durante el Frente Nacional
que hubo “muy pocas caras nuevas” (Vanguardia Liberal, 1966, p.1), una constante
también si se tiene en cuenta que, el grupo de
mujeres dirigentes políticas, en los municipios y en el departamento era relativamente
pequeño; mayoritariamente y en esencia, las
mujeres siguieron siendo apoyo logístico en
las campañas y para los candidatos, debido
fundamentalmente a la permanencia de las
representaciones sociales en ellas, los partidos
y la sociedad sobre el rol predominantemente
maternal de las mujeres.
Un factor que contribuyó probablemente, al
escaso número de dirigentes políticas, además
claro está del imaginario cultural y la escasa
formación política de las mujeres era que, en
esa época según la Constitución de 1.886 en
el marco de la cual estaba la actuación política de los ciudadanos, se podía ser diputado
o concejal a la vez, en diferentes departamentos y municipios e incluso ocupando curul
en una u otra instancia, podía desempeñar
cargos públicos, así lo constata casos como
el de Luisa Emma Mantilla de Romero E
Irene Ferreira de Ramírez; la primera fue
concejal al mismo tiempo en los concejos de
Bucaramanga, Piedecuesta y Floridablanca
e igualmente diputada y Secretaria de Educación del departamento de Santander; la
segunda, ocupó curul durante el mismo
periodo en Rio Negro y Bucaramanga9. Esta
9
Esta información fue confirmada en las entrevistas
que se les hizo, en las que Luisa Emma Mantilla de
Romero afirmó que “Mira yo fui concejal de florida,
Bucaramanga, Piedecuesta, en todo caso pude hacer mucha labor, y al mismo tiempo fui diputada,
entonces con eso pude hacer muchas labores y
fundar colegios en todos los pueblos” (Entrevista,
23 abril de 20129. En cuanto a Irene Ferreira, ella
planteó que “(…) cuando eso se podía ser concejal
en varias partes, entonces era concejal aquí en
Bucaramanga y también en Rio negro” (Entrevista,
16 de julio del 2012).
206
facultad se mantuvo hasta 1986 y se revocó
en virtud del Acto legislativo número 1 el
cual en su artículo número 3 dispuso que
“Nadie podrá ser elegido simultáneamente
Alcalde y Congresista, Diputado, Consejero
Intendencial o Comisarial o Concejal”.
2.1Mujeres en los cuerpos colegiados
locales… una representación
postergada
De las 200 mujeres que se candidatizaron
durante las campañas electorales del Frente
Nacional, solo 28 ocuparon curules en la
Asamblea Departamental (13 principales y 15
suplentes) y 23 en el Concejo Municipal de
Bucaramanga (13 principales y 10 suplentes),
quienes en su mayoría participaron por un
periodo legislativo, salvo excepciones como
las de Luisa Emma Mantilla de Romero, Cecilia Morantes de Gavassa, Mercedes García
de Márquez, Emilda Cruz de Mejía y Matilde
Estévez de Osorio, cuya presencia en ambas
instancias tuvo mayor permanencia durante
el Frente Nacional, algunas veces como principales y otras como suplentes.
La inclusión del mayor número de mujeres
en las listas fue de hecho como suplentes, “
yo fui suplente de Arias Carrizosa y también
fui suplente de Rodolfo Gonzales y la última
suplencia que hice fue con German Villalba
yo fui suplente de todos ellos” (Ferreira,
2012), y esto era así porque “las mujeres aceptaban cómodamente donde las pusieran y se
sentían felices y trabajaban como si fueran
para principales” (Morales Ballesteros, 2012),
cosa que servía a la supremacía masculina,
pues ellas no les disputaba ninguna posición
importante, es decir no representaban ningún
riesgo y en cambio sí beneficios por el trabajo
de barrio que desarrollaban y el cual se traducía en voto para quienes figuraban como
principales en las listas de candidatos.
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El lugar de suplentes estuvo relacionado con
una serie de factores entre los que destacaron
la inexperiencia política como diputadas o
concejales de las mujeres, inexistencia de
organizaciones femeninas de carácter político, independientes de los partidos políticos
que reivindicara los derechos de las mujeres;
los liderazgos masculinos ya consolidados
que no cedieron espacios a las recién llegadas
y a la percepción que sobre el rol femenino
en la política tenían algunos dirigentes políticos, pues pensaban que ellas eran “buenas
lideres políticas [porque] ayudaban a todo,
a organizar mítines, a organizar bazares,
a organizar todas esas cosas” (Morales
Ballesteros, 2012) es decir apoyo logístico,
porque además, consideraban que ellas no se
preparaban para asumir el rol de dirigentes
políticas “no estudiaban, no controvertían, no
discutían un proyecto, sino como dicen, para
donde va Vicente, para dónde va la gente. No
había una preparación específica en materia
administrativa ni política” (Morales Ballesteros, 2012), esfuerzo que no hizo ninguno
de los partidos los cuales se limitaron a ver
con agrado y “simpatía” la presencia de las
mujeres en los espacios políticos, pero sin
brindarle algún tipo de formación política o
administrativa que las cualificara, máxime si
se tiene en cuenta que ellos tenían ventajas
comparativas por razones culturales al ser
la política un mundo históricamente de
dominio masculino y por lo tanto tenían un
acumulado de experiencia del que carecían
las mujeres. Para otros dirigentes las limitantes estuvieron en la existencia de unos
“partidos políticos clientelizados y además
de clientelizados con unos dirigentes que
eran los que manejaban esa clientela y en
esa clientela no estaban las mujeres sino en
mínima participación” (Olarte Peralta, 2012)
o porque la conformación de listas de los
candidatos las hacían los jefes políticos, todos
varones asignándole a las mujeres “renglones
de relleno, pero no elegibles” (Villarreal,
2012); “Los jefes políticos de cada partido
organizaban todo en los municipios. Escogían
a dedo. El directorio departamental iba a
cada municipio averiguaba quienes eran los
hombres políticos y que mujeres le gustaba la
política” (Porras L. A., 2012).
Frente a lo que fue la participación de las
mujeres en el lugar de las suplencias, es
necesario destacar que, quienes las ocupaban
raras veces tenían la posibilidad de actuar
de hecho, para varios dirigentes políticos el
otorgamiento del voto a las mujeres fue “una
galantería” masculina hacia ellas y su presencia en las corporaciones la veían como algo
“novedoso”. por ello al precisar el número de
principales y suplentes en ambas instancias
se puede deducir que la participación de las
mujeres se reduce a poco menos de la mitad
por cuanto de 51 mujeres que ocuparon curules, solo 23 hicieron parte sustancialmente de
estos cuerpos colegiados, lo cual implicó una
inclusión femenina minoritaria.
La inclusión de mujeres como suplentes se
incrementaba en las listas para otras instancias de mayor jerarquía como la Cámara
de Representantes o Senado, incluso para
aquellas mujeres que fueron principales en la
Asamblea Departamental o el Concejo Municipal, configurando lo que algunas autoras
feministas denominan el “techo de cristal”, es
decir aquella barrera invisible que les impide
ascender a cargos de mayor responsabilidad
y estatus, la cual está sustentada en normas
consuetudinarias o representaciones mentales construidas por la cultura y por lo mismo
difícil de derrumbar con marcos jurídicos
establecidos o nuevas prácticas como en este
caso la participación política que para el contexto era reciente. Este techo de cristal explica
también por qué la mayoría de las mujeres
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La participación política electoral femenina en Santander durante el Frente Nacional
se “jubilan” más pronto en la política que
sus pares varones, un ejemplo de ello puede
hallarse en Santander con las mujeres que
fueron dirigentes durante el Frente Nacional,
las que aún viven están retiradas de la vida
política, no así los varones, la mayoría de ellos
todavía siguen activos en la vida pública y
política a nivel local y departamental.
Ahora bien, uno de los factores que también
dificultaba el ascenso político de las mujeres
y no era precisamente invisible, era la familia
y más que la familia per se, era ésta como
el lugar por excelencia en donde según la
cultura debía estar la mujer, por eso ellas
según, algunos hombres y mujeres dirigentes
políticos preferían el quehacer político local
y máximo el departamental, pero no el nivel
nacional que les exigía ausentarse por semanas o meses del hogar.
“Eso se buscaban, por eso le digo eran escasas, porque todas querían estar era en su
hogar, bueno yo participo pero eso a mí no
me pongan en ninguna lista no, no quiero,
para que una mujer se fuera para Bogotá y
dejara su hogar en Bucaramanga, eso para
ellas era mortal, decían por ahí una semanita
voy, por ahí en una ñapita, pero no querían
dejar, por eso hubo más participación aquí
a nivel local en la Asamblea y Concejo, pero
pensar de que se fueran no, porque la mujer
ha sido tradicionalmente y sobretodo la Santandereana muy hogareña muy de su casa,
muy de acá”.
Otro elemento que aparece como una constante en las mujeres que participaron en la
política durante el Frente Nacional y que tiene
que ver con la inclusión femenina, es que la
mayoría de las mujeres que para entonces
eran profesionales, no hicieron carrera política propiamente dicha, llegaron al Concejo
Municipal o a la Asamblea Departamental
por uno o máximo dos periodos, después
208
de los cuales no retornaban, se dedicaban a
ejercer su profesión en la empresa privada
o como funcionarias públicas porque como
afirma un dirigente político “ya empezaba a
decirse que el que hiciera política ya era una
persona corrupta, dañada que quería aprovecharse de los demás” (Morales Ballesteros,
2012), lo cual para algunas mujeres era así
y por ello rehusaron seguir en la política:
“no quise seguir la carrera política, porque
o estuviera corrompida o estuviera en el
cementerio (…) las necesidades del pueblo
no deben tener color político, y los políticos
no han servido para solucionar los problemas
de nuestro pueblo, por eso no quise seguir
la política” (Morales de Ríos, 2012). Sin
embargo, es necesario precisar que, la mayoría de las mujeres, independientemente de
su nivel académico que participaron en la
política, lo hicieron por uno o dos periodos,
ya fuese como candidatas u ocupando alguna
curul, solo que la referencia a las profesionales se hace porque uno de los factores que se
reconoce como fuente de la inclusión política
de las mujeres, es precisamente la educación:
“Otro factor que jugó a favor del reconocimiento político, fue la inclusión también de
la mujer en la universidad” (Gutiérrez Rivero,
2012).
De otra parte, los cargos políticos a los que
las mujeres accedieron tanto en la Asamblea
como en el Concejo de Bucaramanga y tanto a
nivel departamental como municipal, fueron
por lo general como vicepresidentes en las
juntas directivas o como secretarias de educación, que si bien per sé esto no es negativo
si puede reflejar las concepciones que sobre
los roles y lugares debían ocupar las mujeres
por el hecho de serlo.
“La participación de la mujer en el ejecutivo, era más producto de un gesto
de cortesía del mandatario, que de una
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Cirly Uribe Ochoa
verdadera representación política, claro
que tenía que tener representación política, porque tenía que tener un padrino
político, pero nunca le dieron la secretaría
de gobierno que era la que manejaba toda
la política en el departamento, porque en
ese entonces los alcaldes eran por nombramiento, las inspecciones de policía eran
por nombramiento y los promotores de la
acción comunal, en estos cargos siempre
eran hombres; el manejo de las finanzas la
secretaría de hacienda, siempre la ocupaban
eran varones, ellas generalmente se les daba
la secretaría de educación y ahí fue donde
tuvieron la poca participación que tuvieron;
en los organismo de control, nunca se eligió
en las contralorías una mujer, siempre eran
varones, de manera que ante la falta de
democracia interna en los partidos pues eso
se reflejaba en que las mujeres que apenas
arrancaban en la vida política, pudieran
ejercer un papel más descollantes”. (Olarte
Peralta, 2012).
La representación política como representación de intereses, se identifica también con
la gestión que en las instancias de decisión
realicen los y las representantes, es decir con
los temas agenciados por éstos, en tal sentido,
las diputadas y las concejales en su mayoría
agenciaron temas relacionados con lo que
se consideraba eran temas para el desarrollo
económico y social del departamento y el
municipio como infraestructura, agricultura,
impuestos, educación y salud esencialmente y
en términos poblacionales generales.
Así mismo, proyectos de ordenanzas y acuerdos municipales, cuyos contenidos estuvieron
relacionados con las problemáticas de poblaciones consideradas hoy como vulnerables:
pobres, discapacitados, niñez abandonada
y ancianos, los cuales en su mayoría estuvieron enmarcados en consideraciones de
asistencia social, más que en la superación
de las condiciones de vulnerabilidad; además,
porque este tipo de agenciamiento correspondía por un lado al rol de cuidado que
según el imaginario cultural predominante
en la época, debían desempeñar las mujeres
y por otro, al predominio de una cultura política basada en la transa electoral, dentro de la
cual el derecho político a elegir se concebía
como un favor que el electorado hacía a quien
elegía y por el cual toda acción que realizaba
quien era electo/a, se comprendía tanto por
éste/ésta y por quien votaba como el pago
de un favor o un regalo. De esta manera se
construía generalmente, los vínculos que
configuraban la cauda electoral que respaldaba a un dirigente político y que se tejían
con los y las líderes barriales o veredales “por
mi parte en la zona mía, tenía a la gente mía
bien, a una señora le ayude a que la niña no le
quedara tullida (…) yo le conseguí las terapias
(…) las becas para estudiar y todo eso pues
siempre, esa beca, ese formulario del Icetex
que venía era ayuda” (Ferreira, 2012), es a este
tipo de prácticas e intercambios al que María
Emma Wills (2002) denomina como política
profana, es decir todas.
“Aquellas actividades diarias de intercambio, negociación y cabildeo, pero también
aquellas realizadas en torno a campañas y
elecciones, todas conducentes a mantener
las redes políticas vivas, a las bases conectadas con caciques, manzanillos y jefes de
partido. Su sello distintivo es su naturaleza
multiclasista, y el hecho de que se realiza
en las calles, las tiendas de la esquina, los
salones comunales, la escuela local o la plaza
pública, todos lugares de acceso abierto.
A pesar de que parecería que esta política
sólo está relacionada con el intercambio
de bienes por votos, a través de ella también se ponen a circular ideas, programas,
propaganda, símbolos, emblemas, cartillas
cívicas, que van creando un sentimiento de
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La participación política electoral femenina en Santander durante el Frente Nacional
pertenencia no sólo a la red política concreta
sino también a una “comunidad imaginada”
de copartidarios”. (p. 46)
Otra forma que tenían las dirigentes
políticas de la época de hacer política, no
necesariamente clientelista aunque para
algunos dirigentes políticos fuese así y para
otros era más bien una forma de visibilizarse,
fue la creación, dirección o apadrinamiento
de organizaciones o fundaciones sociales para
beneficiar a niños – niñas, ancianos - ancianas, discapacitados/as y jóvenes en abandono
o en condiciones de pobreza como el Refugio
social creado y dirigido por Esperanza Roa de
Martínez “para recoger a los niños abandonados”; la Escuela taller para ciegos, creado
por la señora Cecilia Morantes de Gavassa
quien además “dirigía el asilo de San Rafael” o
Afelsa en la que se brindaba educación formal
y artesanal a mujeres jóvenes sin recursos de
la ciudad de Bucaramanga, la cual fue creada
y dirigida por Lucreacia Suaréz de Cornejo.
Fue a través de estas prácticas que el conglomerado de mujeres, sobre todo las de los
sectores populares, estuvieron incluidas en la
comunidad política, en unas relaciones por lo
demás asimétricas y que son contrarias a los
intereses de género, entendidos estos como
temas y acciones que contribuyen a la igualdad entre los géneros. Sin embargo, aunque el
predominio fue de estas acciones o agenciamiento, una referencia sustancial que podría
identificarse con los intereses de género, fue
la realizada por la dirigente política Luisa
Emma Mantilla de Romero, pero en calidad
de secretaria de educación del departamento,
fue la ordenanza que creó la universidad
femenina y otras más relacionadas con el
acceso a la educación secundaria y técnica
para las mujeres, no solamente gestionada
por ella, sino también por otras diputadas e
incluso diputados.
210
Ahora bien, la representación de intereses
implica dos condiciones sine qua non, i) el
reconocimiento, identidad y compromiso
con un ideal, un deber ser social, económico,
político y/o cultural en el que debiera estar
el grupo, comunidad u organización que se
representa; y ii) el reconocimiento de una
situación o condición real que dista del ideal
propuesto. En tal sentido, el reconocimiento,
identidad y compromiso que expresaron la
mayoría de las dirigentes políticas de ambas
instancias fue claramente de dos tipos i) con
el ideal femenino predominante en esa época:
mujer–madre, cuidadora y ii) con los partidos
políticos a los cuales estaban vinculadas y por
lo que se reconocían y las reconocían como
liberales, conservadoras, anapistas o de otro
partido.
Sin embargo, es necesario acotar también
que un elemento que contribuye a que haya
algún tipo de representación de los interes
de un grupo particular, es cuando menos la
existencia de comunicación entre éste y el
o la representante, de lo cual en el caso de
las concejales y diputadas con las mujeres
u organizaciones femeninas, solo se daba
durante las campañas electorales, en las que
las candidatas realizaban acciones proselitista
de masa, pues no se halla evidencia alguna
en las actas tanto de la Asambla como del
Concejo de Bucaramanga de comunicación
alguna o solicitud a éstas por parte de algún
grupo femenino.
CONCLUSIONES
Las expectativas de igualdad con las que las
mujeres abordaron inicialmente la participación política, no se cumplieron porque
su inclusión en las listas fue minoritario y
muchas de ellas en los lugares de suplencia
que aunque salieran electas, la asunción de
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la curul estaba supeditada a la voluntad de
quien figuraba como principal o a las contingencias que a éste se le presentara. Además, la
inclusión en las listas como suplentes, reforzaba en el imaginario cultural de la época, la
condición de subordinación de las mujeres
restándoles credibilidad como dirigentes
políticas.
Pero no era solo la inclusión en las suplencias,
era también la valoración de las mujeres por
parte de los dirigentes políticos como apoyo
logístico por su trabajo social y barrial, su
exclusión de cargos que estaban relacionados con el manejo de las finanzas y el poder
político reflejaba que se les percibía en sus
roles tradicionales los cuales eran concebidos
socialmente como normales y deber ser femenino, que si bien pueden hallarse algunas
críticas esporádicas realizados por un grupo
reducido de mujeres, éstas estaban dirigidas
más que a los roles hegemónicos de género que
se aceptaban, a la reducción de la actuación
femenina a éstos, sin darles la oportunidad de
demostrar que podían asumir otras responsabilidades adscritas a los varones. Esta realidad
configuraba una ambivalencia discursiva en
algunas líderes políticas al expresar en ciertos
momentos, como en campañas electorales
o debates en las instancias de decisión, un
discurso de reivindicación de derechos con
cierto tinte feminista y otro, reivindicador del
rol tradicional de las mujeres-madres, ambos
servían como estrategia electoral, pero también mostraban los puentes que se tienden
para comprender nuevas lógicas y realidades
que fracturan los paradigmas existentes,
como estrategia de adaptación a los cambios
por venir.
Además, el predominio de una cultura
política afianzada en la creencia de que la
representación política realizada a través de
los partidos políticos, era la representación
de los intereses comunes del pueblo o nación
y por ende cobijaba y garantizaba la vivencia de los derechos de todas las personas
por igual, traslapó la existencia de diversos
grupos sociales que por disímiles prejuicios
relacionados con sus características de sexo,
etnia, cultura o procedencia eran discriminados y marginados del acceso y disfrute
de las riquezas producidas por la sociedad
entendidas éstas como status, bienes y servicios que son en última instancias en los que
se expresa la igualdad real porque garantizan
además de condiciones de bienestar, el reconocimiento de la valía de cada persona más
allá de cualquier diferencia, haciendo posible
la inclusión de facto en la comunidad política
y nacional del país al que se pertenece, lo
que al final debería configurar el fin último
de la participación política como elegible o
elector/a y agenciar las agendas que posibilite
los cambios para lograr dicha inclusión, lo
cual no ocurrió con la participación política
de las mujeres durante el Frente Nacional
en Santander, puesto que no hubo agendas,
ni representación política que promoviera
de manera sistemática la igualdad de las
mujeres de hecho las agendas promovidas
por diputadas y concejales, respondieron
por un lado a la idea de desarrollo como
progreso social que predominaba entonces
y en la cual las obras de infraestructura,
vías, vivienda, servicios públicos, educación
y salud constituían teóricamente, el énfasis
de la inversión presupuestal de municipios y
departamentos. Pero además, respondieron
a la concepción de beneficencia relacionada
con el papel tradicional de las mujeres, quienes desde su rol de diputadas y concejales
apoyaron obras a favor de los pobres, los
discapacitados, la infancia y la vejez desamparada primordialmente, población en la
cual y por la cual algunas de ellas obtenían su
cauda electoral.
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La participación política electoral femenina en Santander durante el Frente Nacional
En tal sentido, la representación sustantiva,
es decir la actuación del o la representante “en
interés de los representados, de una manera
sensible ante ellos” (Fenichel, 1985, p. 233)
por parte de las diputadas y concejales, esta
fue de los intereses de sus respectivos partidos (liberal y conservador principalmente),
porque respondían a su plataforma política,
asumían las orientaciones de sus líderes y
rendían cuenta de su actuar ante el directorio; igual ocurría con las mujeres de los otros
partidos y disidencias quienes en esencia
tenían la misma estructura jerárquica de los
partidos tradicionales: un líder, un directorio, un andamiaje de cuadros o líderes
políticos barriales o de organizaciones sociales y una masa de votantes. En ocasiones
esporádicas algunas diputadas afirmaron
representar a las provincias o municipios de
su procedencia y proponer proyectos a favor
de estos.
Lo anterior, aunado a la creencia por parte
de las mujeres, de los dirigentes políticos
varones y de la sociedad en general que el
conocimiento y la experticia sobre las formas
de hacer política era solo la construida por
los hombres, contribuyó para que ellas se
plegaran a la cultura política existente, a sus
normas consuetudinarias que determinaban
las lógicas y significados de las prácticas y
las relaciones que configuraban el quehacer
político entre la dirigencia política y de esta
con las bases sociales, generó una especie
de inercia política que no permitió ni el
cuestionamiento de la cultura política, ni la
resignificación del quehacer político, cual
quiere decir que no fue la participación
política de las mujeres durante esta época
como tal, la que generó los avances que
en la actualidad se perciben respecto a la
inclusión política femenina, sino más bien el
análisis que de esas realidades se hicieron a
212
posteriori10y desde los cuales se identificaron
que este tipo de participación política per sé
no era depositaria ni promovía la igualdad
entre los géneros, que para ello se requería
entre otras de acciones enmarcadas en lo
que en la actualidad se conoce como discriminaciones positivas o acciones afirmativas
(Barrere, 2013), cuyo origen se remonta a los
años 30 en Estados Unidos con una ley que
pretendía, como respuesta a las protestas
de grupos afroamericanos, implementar
medidas orientadas a integrar las minorías
considerando ilegal su discriminación. Luego
hacia 1967 se extiende estas medidas a la
discriminación sexual.
En las últimas décadas y por la acción de movimientos feministas, organizaciones como
la OEA y la ONU han emitido una serie de
directrices a sus estados partes, consignadas
en Convenciones como la Convención Belém
Do Pará y la Cedaw orientadas a erradicar
todas las formas de violencia y discriminación
contra las mujeres, en el marco de las cuales
también diversos estados incluido Colombia,
han implementado medidas de acción afirmativa como la Ley de cuotas.
Ahora bien, es justo reconocer el aporte de
quienes fueron pioneras en la política al abrir
camino y mantener abiertos esos espacios a
la presencia femenina que, sumados a diferentes esfuerzos realizados por las mujeres
en los últimos 40 años han contribuido cada
10
Fundamentalmente desde los aportes hecho por los
Estudios de Género como campo de investigación y
producción teórica que surge en los años 50 y cuyo
impulso y desarrollo se da a partir de los años 60
y 70 con el resurgir del movimiento feminista, los
cuales han creado un marco teórico y conceptual
desde el cual se analiza y explica la construcción
social, histórica y cultural de los géneros y sus implicaciones respecto a los roles y status designados
en cada cultura como deber ser para hombres y
mujeres.
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Cirly Uribe Ochoa
vez más, a un mayor posicionamiento de las
mujeres como actoras políticas y al derrumbamiento de prejuicios que hará realidad una
de las promesas de la modernidad: la igualdad.
LISTA DE REFERENCIAS
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Verba Iuris 30 • p. 197-213 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
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Cirly Uribe Ochoa
Reseñas
Review
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Reseñas
Reseña del libro
Justicia correctiva y
responsabilidad extracontractual
Autor: Jules Coleman
Universidad Libre
Jorge Andrés Mora Méndez
A lo largo de esta interesante obra, el lector
podrá conocer una propuesta del profesor
Jules Coleman entorno a su teoría de justicia
correctiva y responsabilidad extracontractual, en la que busca devolver a la víctima de
un daño al lugar en el que estaba antes de
sufrir el mismo, denotando la realidad sobre
la teoría. El texto está dividido en tres partes;
en primer lugar, el autor busca desarrollar la
idea de la responsabilidad extracontractual.
En segundo lugar, el autor tratará la idea
de la justicia correctiva y la forma como su
visión del derecho puede ayudar a entender
el problema de la responsabilidad extracontractual. Finalmente, en tercer lugar,
el profesor Coleman expondrá cómo la
teoría del derecho de la responsabilidad
extracontractual puede ayudar a un país
como Colombia y al mundo entero, destacando la noción de responsabilidad
individual y responsabilidad colectiva.
El texto tiene un especial interés por responder a la siguiente pregunta: ¿cómo se debe
compensar a las víctimas de la violencia?
Dicha pregunta tiene dos aproximaciones
que se explican, la primera, denominada
clásica aproximación estadounidense de la
responsabilidad personal, y la segunda, recomendada por el profesor, que tiene como fin
enunciar algunas circunstancias específicas
de ciertos daños, que permiten pensar que
ciertos problemas deben ser asumidos por
todos, siendo este el gran aporte de justicia
correctiva.
Verba Iuris 30 • p. 217-219 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
217
Reseñas
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Los autores (Torregrosa, 2014), desarrollan de
manera clara y precisa una guía que se ocupa
de “Los Pasos Básicos para producir artículos
científicos”, como respuesta al habitual interrogante que enfrentan los investigadores o
quienes inician su actividad en la investigación de cómo construir y escribir un trabajo
resultado de sus investigaciones de manera
estructurada, actividad que se inspira en la
frase de Pericles según la cual: “El que sabe
pensar pero no sabe expresar lo que piensa
está en el mismo nivel del que no sabe pensar.”
El propósito de la guía pretende aclarar básicamente ¿Qué es un artículo científico? Para
cuya respuesta acude a citas apropiadas, así
como los diferentes tipos de artículos científicos y académicos, cuales son las “Partes
*
Candidato a doctor del Doctorado en Derecho.
Universidad Libre. Magister en Derecho Penal.
Coordinador de la Maestría en derecho penal y de
la Especialización en derecho penal y criminología de la Universidad Libre.
218
Luis Gonzalo Lozano Pacheco*
del artículo científico”, destacando sus principales funciones y características, analiza
la autoría, estructura y requisitos de los
Artículos Académicos, desde el Título con
sus características y elementos, pasando por
el Resumen y su Clasificación1 resaltando los
errores frecuentes en la redacción y finalidad
del resumen, para explicar en forma precisa
qué es la introducción2, continuando con
el Material y Los Métodos3 para llegar a los
resultados y la Discusión; lo anterior apoyado
en el adecuado manejo y significado de la
bibliografía y en especial, en la necesidad de
conocer las Normas APA para presentar en
forma adecuada las Citas y los Estilos Básicos
para Citar.
En complemento la Guía enriquece su contenido con unos anexos selectos, entre los cuales
podemos mencionar las Recomendaciones
1
2
3
(Descriptivo, informativo y estructurado)
La introducción responde a la pregunta ¿Por qué se
ha hecho este trabajo?
Debe responder a la pregunta ¿Cómo se hizo?
Verba Iuris 30 • p. 217-219 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
Reseñas
Metodológicas para hacer una Tesis o un
Estudio de Caso, donde se recomienda la
herramienta de una lista de chequeo (como
instrumento de la Guía); Cómo estructurar
la redacción de un artículo; Cómo escribir
un artículo de revisión; Normas ICONTEC;
la Ley 1520 del 13 de abril de 2012, sobre la
Protección del derecho del autor sobre las
obras literarias, destacando la Responsabilidad civil una infracción al derecho de autor
o a los derechos conexos; reforzando el tema
4
con importantes notas como el “Yo plagio, tú
plagias, nosotros plagiamos... “de Fernando
Laverde y El Peligro del Plagio en la Redacción
de Textos; Ejemplos de notas al pie y referencia y Normas APA para Normas Jurídicas
(Sexta Edición)4.
Es un documento fundado que bien vale la
pena consultar, por quienes pretenden la
producción de artículos científicos conforme
a la metodología aceptada sobre el tema.
Walter Cadena Afanador. W. NORMAS APA, SEXTA EDICIÓN. Working paper, marzo de 2011.
Verba Iuris 30 • p. 217-219 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
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Índice histórico
Índice histórico
En esta sección se encuentran los títulos de los artículos con su respectivo autor o autores que
se han publicado en la revista Verba Iuris en los números 27, 28 y 29
Revista 27
Informes de Investigación
El contrato de prestación de servicios un medio
para evadir las contribuciones parafiscales a
favor del servicio nacional de aprendizaje, SENA
Nubia González Cerón
Restitución de tierras, en el marco del conflicto
armado en Colombia: propuesta legislativa de
reparación para las víctimas
Omar Huertas Díaz
Elementos de la teoría de los Campos de Pierre
Bourdieu para una aproximación al derecho en
América Latina: consideraciones previas
Mónica Patricia Fortich Navarro, Álvaro
Moreno Durán
Alcance de la inhabilidad sobreviniente del
numeral 2 del Artículo 38 de la Ley 734 de 2002
Fernando Moreno González / Luz Mary Rincón
Romero
Espacios políticos institucionales para tramitar
o resolver conflictos en la globalización
Jorge Carvajal
Los Mecanismos Alternativos de Solución de
Conflictos: Caminos para la Paz 89
Norhys Torregrosa Jiménez
La capacidad jurídica de consorcios y uniones
temporales en el marco de la contratación estatal
Andrea Álvarez Acevedo
Enfoque Cluster: Una Herramienta de Emergencia y Vínculo para el Desarrollo
Paula Jimena Blanco Alvarado
Perspectiva crítica trialista de la teoría de la responsabilidad extracontractual de las personas
jurídicas y del Estado
Giovanni Yair Gutiérrez Gómez
Arquetipos de pluralismo jurídico. Análisis de
sus visiones
Carlos Arturo Hernández
¿El derecho tiene algún sentido? Reconstrucción y proyección de la tradición jurídica como
elemento del proceso civilizatorio occidental
Orlando Meneses Quintana
Reseña
Representaciones sociales de los conciliadores y
las conciliadoras en equidad de las unidades de
mediación y conciliación de Bogotá, en torno al
concepto de equidad y justicia
Autor: Norhys Esther Torregrosa Jiménez
Por Omar Huertas Díaz
El principio de jurisdicción o justicia universal.
Instrumento jurídico para combatir la impunidad de delitos de Extrema Gravedad en el
ámbito Internacional.
Autores: Omar Huertas Díaz y Henry Torres
Vásquez
Por Norhys Torregrosa Jiménez
Revista 28
Informes de Investigación
El concepto y la validez del derecho en la teoría
jurídica y el neo- (o nuevo) constitucionalismo
Yezid Carrillo De La Rosa
Competencia “ratione temporis” para el ejercicio de la cláusula de caducidad en contratos
estatales
Daniel Montero Betancur
The chilean electricity market: an overview and
the incentives for renewable energy
Alfredo Silva Prieto
El sistema mixto del contencioso administrativo y su componente tecnológico: análisis
comparado
Corina Duque Ayala
Verba Iuris 30 • p. 221-222 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
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Índice histórico
El derecho a la calidad de la educación. ¿Del
Estado educador liberal de derecho al Estado
educador constitucional, social y democrático
de derecho?
Julián Osorio Valencia
La seguridad jurídica como presupuesto en el
regionalismo abierto: una mirada a la CAN
Jorge Ricardo Palomares García
La sujeción al principio de legalidad procesal y
la reglamentación de las causales del principio
de oportunidad
Alfonso Daza González
Mobbing: acoso moral o psicológico en el
trabajo
Billy Escobar Pérez / Mónica L. Fernández M.
El control constitucional de los tratados internacionales. El caso del derecho comunitario
europeo. La doctrina del tribunal constitucional español al respecto
Cayetano Núñez Rivero
Nuevas dogmáticas en el derecho privado
entorno al patrimonio autónomo fiduciario. Un
debate en Colombia
Carlos Andrés González Leóncontenido
Reseña
Teoría del Derecho: Fundamentos de Teoría
Comunicacional del Derecho. Autor: Don Gregorio Robles
Andrés Felipe Pareja Vélez
La carga de la prueba frente al principio de presunción de inocencia en el estado colombiano
Néstor Raúl Caro Espitia
El discurso neoliberal y sus relaciones con el
campo jurídico
Mónica Patricia Fortich Navarro
Regulación de las empresas de producción
social en el marco del ordenamiento jurídico
venezolano
Nohelia Y. Alfonzo V.
Individualidad sublimada: Lugares comunes en
la violencia de género
César Oliveros Aya
Violence and Colombian Politics
Rodolfo Torregrosa Jiménez / Nhorys Torregrosa
Jiménez
El tema de la responsabilidad social de la
empresa colombiana
Wilson Iván Morgestein Sánchez
Del gobierno y las reformas en la Argentina
Patricia Britos
Niños, niñas y adolescentes en el conflicto
armado en Colombia
Misael Tirado Acero
La participación del garante en el procedimiento
sancionatorio contractual y en las declaratorias
de incumplimiento: una obligación incoherente
Sandra Patricia Sotelo Rojas
Justicia transicional Paz vs Justicia: El dilema
en Colombia. Autores: Rodolfo Torregrosa
Jiménez y Norhys Torregrosa Jiménez
Jorge Andrés Mora Méndez
Reseñas
Revista 29
Reseña del libro Justicia indígena, plurinacionalidad e interculturalidad en Ecuador
Por: Edwin Cruz Rodríguez
Informes de Investigación
Aportes a la reflexión sobre la producción de
conocimiento en el campo del derecho. Argentina y el caso de la Universidad Nacional de La
Plata
José Orler
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Reseña del artículo de Hans Kelsen titulado
“¿Qué es la justicia?
Por: Pablo Elías González Monguí
Verba Iuris 30 • p. 221-222 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
Cirly Uribe Ochoa
Universidad Libre Sede Principal
Instituto de Posgrados
Revista Verba Iuris
Requisitos para presentación de artículos
Presentamos a consideración de la comunidad académica, centros de investigación e investigadores en el campo jurídico y socio jurídico los criterios y requisitos para la respectiva
postulación de artículos para su publicación en la Revista Verba Iuris del Instituto de Posgrados
de la Universidad Libre, Sede principal.
Con el propósito de garantizar calidad y pertinencia de los productos publicados, el comité
editorial definió criterios y requisitos que solicitamos sean tenidos en cuenta por los docentes
e investigadores interesados en visibilizar su producción a través de esta publicación.
1. Los artículos deben ser producto de proyectos de investigación terminados en el campo
jurídico y socio jurídico; inédito y atender una mínima estructura formal que contenga los
siguientes elementos:
1. Resumen en español
2. Palabras clave
3. Abstract
4. Key words
5. Introducción
6. Problema de investigación
7. Hipótesis de trabajo
8. Estrategia metodológica
9. Resultados: organizado en capítulos y subcapítulos
10.Conclusiones
11. Fuentes y/o referencias bibliográficas
2. Para su recepción, evaluación y publicación se consideraran artículos de investigación
científica o tecnológica, artículos de reflexión y artículos de revisión según tipología que
establece Colciencias en el Documento Guía del Servicio Permanente de Indexación de
Revistas de Ciencia, Tecnología e Innovación Colombianas.
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA (Documento que presenta de manera
detallada los resultados originales de proyectos de investigación. Contiene introducción,
metodología, Hipótesis, Problema jurídico, resultados y conclusiones).
Verba Iuris 30 • p. 197-213 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
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La participación política electoral femenina en Santander durante el Frente Nacional
ARTÍCULO DE REFLEXIÓN (Documento que presenta resultados de investigación desde
una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del autor, sobre un tema específico, recurriendo a fuentes originales).
ARTÍCULO DE REVISIÓN (Documento resultado de una investigación donde se analizan,
sistematizan e integran los resultados de investigaciones publicadas o no publicadas, con el
fin de dar cuenta de los avances y las tendencias de desarrollo. Cuenta con una cuidadosa
revisión bibliográfica de por lo menos 50 referencias).
En ese marco los artículos, como producto de proyectos de investigación, deberán tener un
suficiente sustento carácter teórico y/o empírico según el caso y la respectiva fundamentación de carácter bibliográfico. Las citas bibliográficas tienen que hacerse de acuerdo con las
normas nacionales e internacionales vigentes (APA).
3. Se deberá acreditar el nombre del proyecto del cual es producto el artículo, grupo de investigación e institución que lo avala y financia; los investigadores responsables del artículo
con su formación académica y tipo de vinculación institucional. Dicha información se
consignará en la primera página a pie de página.
4. Extensión máxima de 20 a 30 páginas, presentación en Word, papel carta, letra Arial 12 a
espacio y medio.
5. Evaluación y Arbitraje externo: se publicaran los artículos que reúnan requisitos académicos
establecidos, que tengan concepto favorable concepto favorable del Árbitro o Par Evaluador
externo y del Editor. Una vez se apruebe la publicación del artículo el autor deberá remitir
carta a la dirección de la Revista autorizando su publicación.
6. Los artículos podrán ser remitidos a los siguientes correos electrónicos:
[email protected]; [email protected]; mariateresaboterogomez@
yahoo.es; [email protected]
Información: Centro de Investigaciones Socio Jurídicas, Universidad Libre, Sede principal
(Calle 8° No 5-80. Teléfono 382 10 40).
Editores
224
Verba Iuris 30 • p. 197-213 • Julio - diciembre 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474
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