ABIGAEL BOHÓRQUEZ “El primer gran poeta que da el norte de

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Escrito por CRONISTA
Martes 22 de Abril de 2008 07:14
ABIGAEL BOHÓRQUEZ
“El primer gran poeta que da el norte de México”. Carlos Pellicer. 1995 marca la aparición de quien ha sido el poeta contemporáneo más conocido, el detenido
más fusión, promoción y discusión en el ambiente literario de México: agrega el Bojórquez.
Crece año público: ensayos poéticos, que es ser propiamente el arranque de su diversa y vasta
producción. Lo hacen abortar el 12 de marzo de 1937.
En la zona más allá del desierto nació el poeta-dijo en 1956 Cecile G. de Guilarte-; con la voz
como un grito, taladrando estados de ánimo, convocadas primaveras que no soportan el peso
de su lavar ambiente. Al mismo tiempo que Sonora daba grito de su feliz alumbramiento y
hacía su aurora el perfil definitivo. Sólo el verso con su ritmo podía conjurar y enardecer el
canto. Vengo aquí de anotar caminos de nostalgia, desbloquear astilleros, erosionar crepúsculos con
llanto. Vengo aquí, a despertar quimeras de imaginar tristezas conquistar. Y luego más
adelante.
Cogí
el primer poema, celebro disfruta tu grandeza salta la integración como una liebre.
Ya en la otra punta del parámetro, 25 años más tarde, es decir en 1980, en una confirmación
conciliatoria diría los.
Vuelvo a mirar el resplandor físico, que las laderas ofrecida el agua, desierto natal, el sitio
claro, el horizonte de arrasadas costas, el puerto de pasar ticos a dioses de los inocentes que
quería y desnuda; la combustión tres índices y espumas, el fulgor azafrán de la sequía, en la L
de médanos y llama, el zarpazo de sol que arde ínsula, la térmica inminencia de la Sierra diva
de calidad su cima escueta; los íntimos oficios o escorpiones, los baluartes corales en
Sahuayo, los olores del oxígeno y sus giras, y la desoladora transparencia, la piel ni lumbre, yo
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recién llegado, y, alucinante: el infinito a solas.
Chamaco aún, no tiene todavía en los 15 años cuando un guiado, estimulado por la maestra
Esther Soto, no inicia en la composición y en los versos y triunfa en algunos certámenes interés
escolares de narrativa. Luego en 1951 abandona cabo acapara ubicarse en San Luis río
Colorado, donde se diploma como dibujante comercial y publicitario.
También estudió en la Gadsen Gramar School, en la población y solvencia del mismo nombre.
En el vientre 5255 se actúa como secretario aquí mecanografiar Real Academia Pitman, para
luego ser escribiente de la oficina del registro civil, ahí mismo que San Luis. Realiza su primer
viaje la Ciudad de México para estudiar arte dramático en la escuela de arte teatral del instituto
nacional de bellas artes y el instituto cinematográfico de radiotelevisión de la asociación
nacional de actores. Estrenar sus primeros pequeños dramas y sainetes con un grupo de
compañeros de la ANDA.
Ya para entonces tienen su inicial plaquette, con la que ofrece de su primera lectura en la
capilla del Asunción (Belisario Domínguez) invitado por el círculo literario Vórtice. Y el pecado
por la universidad de Sonora y el gobierno de su estado. Casi de pronto, como una esfera de
sonidos atrapado en el ángulo barrido de los rincones, claxón repentino de os con brío puso en
marcha la juerga de los otros.
En 1957 es el año esencial para Bohórquez es entonces cuando levantará eficazmente su
acta de bautismo. Triunfa en el concurso el libro sonorense, con sus trabajos de poesía y
teatro, inmediatamente después, es el de abril, recibe medalla de oro en los primeros juegos
florales nacionales, celebrados con motivo del primer centenario de la invasión filibustero
norteamericana de 1957 a Caborca: la parte la hora de saber ya solas con su iglesia mundo y
conforme se quedó el poblado. La hora de saber que dentro de le expira el trigo inmoviliza su destino de semen y veterano
para cantarte, ahorca viejo, de las sombras viejas, tras viejas sombras. Participa en otros
elementos en la semana sonorense en el ateneo español de la Ciudad de México. Regresa
Sonora y ofrecen varios lugares de la entidad lecturas de sus poemas. El 1958. Al año
siguiente llamado por el licenciado Luis encinas, rector de la universidad Sonora, por conducto
el jefe de extensión universitaria, licenciado Arístides Prats, para que colabore en la institución
como secretario del mencionado departamento.
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En 1960, bajo el sello de B. Costa Amic, México, D.F., aparece su libro anteriormente
premiado. La primera parte está conformada por 29 poemas los cuales uno continúa
sorprendentemente vigente: "llanto por la muerte de un carro".
Casi la totalidad están dedicados; la mayoría lleva epígrafes de García Lorca, uno de Mosén
Francisco de Ávila y uno de Porfirio Barba Jacob. Ahí, en estar triste tristeza y tiene una forma
la muerte de mi perro sin palabras, me duele más que la del perro se habla, distorsiona, y
discrimina, y burla; mi perro era corriente, pero dejaba un corazón por huella; no tenía Goya ni
sonaja, pero sus ojos eran todos banqueros; no tenía listón en el pescuezo, pero tenía un
girasol por cólera y a la fase sus orejas largas dos lenguas de diamantes.
Cuando Bohórquez escribe este poema tiene 19 años. Dice del Carlos Eduardo Turón: este
poema puede pasar por una protesta, por una declaración amorosa como una elegía pagana.
Está completo. Es antológico.
La segunda parte de libro está formado por tres órbitas de teatro: la estirpe, la vocación del
orgullo, y comprenden higueras. Carlos Moncada ha señalado: "muy buena la primera parte, la
segunda menos". Es verdad, la poesía ahí avasalla. En la universidad Sonora Bojórquez dio
además clases en la Academia de Arte Dramático, luego fue director del teatro preparatoriano
decidido forma los grupos: Ulyses y Dinamo. Antes, en San Luis Río Colorado y caótico
también sembró y dejó los grupos experimentales. Aquí estrenó una obra distinta a sus
anteriores, el fuerte calibre: el aguijón de la Vega.
Asegurarse que 1980 nací aparece una nueva generación de poetas y escritores sonorenses,
abanderada por Abigael. Tiene en la preocupación, las reunidas labores, la DEA Carlos
firmemente para dar el escritor. A través de la colaboración directa con las revistas
universitarias y hoja de cultura, en La Opinión, se logra conjuntar elementos, como algunos de
los ya rseñados y los jóvenes que llegan. Pronto se tiene también afluencia en las páginas
literarias que aparecen en el Regional, en Hermosillo, y el Diario del Yaqui, en Ciudad
Obregón. Mosén Francisco de Ávila abre entonces juegos de ser locales con media plana
Acción.
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Pronto se forma una central desde todos los confines, la rendija toma de pronto proporciones
que fuera tan seria abierta. Inicia, o mejor, reiniciar la denodada lucha en contra de la
incomprensión, la falta de estímulos, del aislamiento. El mismo Bojórquez señala dos. Lidia
Espinosa Acuña, Juan Manuel Corrales, Carlos Moncada, Alonso Vidal, Abel Pino y yo mismo,
no hemos traído la voz de nuestra Alma Mater. Nosotros llegamos apurados en la íntima
preocupación rutinaria, en los contactos riquísimos inconscientes con las realidades cotidianas
y domésticas. Nosotros por buena cuenta no nos quisimos del pupitre, sino de sufrir diario, en
el Serra no desgaste, en el hambre, en el desenvolvimiento precoz de la infancia a manazos.
A ese grupo de inquietudes deben de agregar Serra Sergio Calderón Valdés, de Navojoa y
universitario, así como Juan de un bloqueo Guerra, sinaloense, pero por entonces afincado en
ciudad Obregón. También a Homero Estavillo, que tomó rumbo por la reseña y el ensayo. B
ojórquez en estos años se auto inicia como un poeta desafiante. Está dispuesto a romper las
lámparas para que se derrame la alumbrada. Que lo aquí quiero llegar al vértice logrado del
cerro del crepúsculo.
Quiero aspirar las rosas de los sexos abierta al Ecuador de los resquicios liquidar todo el
lastre de la pena, el ácido color de la tristeza. Por todo lo que comprende y lo que abarca los
secretos de tu olvido, te olvido.
Mí aquí,
acuchillado, o, Dios, en la metáfora.
Y llama el rumbo de aprender, de saber afilar el estilete. Le preocupa su vida, las vidas, la
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tierra, el amor dos.
Libertaron ángeles de espuma y olivos con la sorpresa y las mareas; me libertaron ángeles de
humo y olivos con las obreras y el cigarro, pero no me enseñaron que había si yo niño y si
Abigael púber y ardiente, porque todas las noches costaba a clientes con el miedo y con la
soledad, con los alacranes de las vidas y las hormigas del doloroso despertar.
El propio poeta asegurarse usando, empieza darse cuenta que la vida es otra, que no es
posible aconsejarla como lo había a la vez soñado o vivido a ciegas, es decir ignorando la dos.
Porque en mi casa las ventanas eran pesadamente abiertas, y sólo había luz cuando velaran al
recuerdo y al otro, el de los clavos.
Luego me depusieron repentinamente, y no sabían de las avenidas, ni de los niños, ni de las
campanas, porque en mi casa las ventanas estuvieron cerradas 20 años, y sólo me decían que
la lluvia el agua porque no debería escribiendo la malo y se llevaba a los que se asomaban
cambiarlo. De pronto Bojórquez está ahí, sobre todo, destruyendo un pasado a través de los
signos propiciatorios, de los únicos posibles a los que pueda así se para conocerse dos.
Sello debe buscar los rastros hitos huecos con mi quebrado acento de escalera para alcanzar
tus lágrimas mordidas.
Y enfilado el poeta empieza soltar las amarras, sus amarras: la parte porque yo quiero
enmendarte de furias aprendidas el estonio rito de los astros para que no me olvides ni
olvidarte. Te dejaré tomar mi mediodía para dejar un cauce iluminado. Crece con mis
heridas frescas, para tener herida como siempre y para siempre amor, como un horario.
Sino nuevo espanto los palabras, van construyendo la escalera seguido rápidamente de
escalón en escalón darse a la cúspide curvatura del parámetro de seguido los de lograr más
tarde. El contra.com tiene cuando llega la madurez ese nivel, cuando la distancia y el exilio le
dan la señal y la puntería exacta.
Detectives vivos en este instante. Se ahonda en las señales espaciosas mi corazón. Y así,
frente a la pompa solar y la hoja exigua, y la mezquina sabia y la canícula, nunca tuvo la luzcan
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tanta blancura; se fue sem. foramen y, ya cierto de mí, presencia desasida y el poema, en la
traído ámbito traslúmrome.
Llegar a la inicial furia del muchacho que David del empieza a tomar un ritmo
desacostumbrado para nuestras candidez es pequeño burgués es. Sabe perfectamente que se
debe aflorar y para eso está el dolor del mundo. Precoz y lecturas le hacen ponerse en guardia.
Leer a Nicolás Guillén y a Pablo Neruda. El blanco lo da cuando conoce a Herminio
Ahumada. Por el sabe que Langostón Huguers y lo que sucede en el sur de Norteamérica: Ay,
Langostón Fugues, porque ya no soportan su opulencia ni su esquizofrenia, porque ya no
hayan quehacer con su edificio del Rockefeller Center, sus Naciones Unidas y su cerro
magnate Montt Rumore en Dakota del Sur, porque ya no hayan quehacer con ellos mismos.
Lástima grande, que años después el propio poeta rompa con el equilibrio original para
reformarle, por supuesto, en demérito seguido porque ahí está la voz auténtica de la protesta,
ahí está el poeta de garra que es en otros poemas, por ejemplo: la parte mientras no tenga el
lápiz sonidos de martillos levantando edificios, cantos y obrero en marcha, ímpetu de escalón,
disco y máquina de coser; mientras no vendrá mi lápiz Alexis las verdades de sudor, el carrete
del hambre; mientras venga decirme solamente de un agónico tacto, no me sirve. De este poema ha dicho turón: la parte porque es el de los poetas desbordantes. No rechazan
y buscar las resonancias quieras ofrecer rotas ofrecidas; se abandona al a la riqueza,
generosidad y dispendio, ya la reiteración evitan los aritméticos y los alquimistas. Por fortuna,
su "manifiesto poético" no llegó hacer fórmula o receta posteriores. A pesar de todo Abigael insiste. Sabe que en sus manos tiene una bomba de tiempo ya que
soltarla. A cuánto asciende el costo de preguntar, de pedir, de renunciar, cuánto de balas
cuesta preguntar medio siglo de preguntar?
De cuál color la crisis la financiada
historia y la hora del machista en cada silla presidencial?
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Está Bojórquez todavía en Sonora. Decía aquí irradia su talento y lo hace por los cuatro
confines. Los premios llegan. Tiene quince primeros lugares nacionales después el porque
seguido en Saltillo, el Mazatlán, en Aguascalientes, Sahuayo, entre otros. También en el primer
concurso latinoamericano XEW de decía, el México distrito federal seguido luego de ganar una
marcha en Campeche, el 1982, se barre Ricardo Ciudad de México.
Dato curioso, singular y cultural: en aquel puerto del golfo de México es lado Carlos Pellicer.
Abigael, asombrado y reverbera ante forma dura adolescencia le escribe un poema. Ese en
alguna de sus partes los.
Poeta, la única
verdad era tu concordancia con el trópico. Los bien que te quedaba el mar de fondo.
Aquello de que se lo parecía estaba hecho para ti. Por tus ojos llegaba una sola palabra
solitaria, perfectamente acorde con tubos: ¡¡¡sólo!!!
El tabasqueño sin amilanar se le contesta los.
Los malos siempre pones su paso y ahí están las palabras fabricantes: ponerse que no se ven
como otras atacantes de seguido formular las quejas al acaso.
Ese hombre de palabra el quieto lado invisible y gentil, con grandes a las sombraría una
mortalidad.
Estoy atento a la que tú señales. Puede estar el jardín sin ser tocado sionista ante la Belleza
instalas. Por amistades y creyentes en su teléfono Abigael logra que, por recomendación
fidedigna, el secretario de ocasión, poete también, y que vino a Sonora y a recibir el Honoris
Causa de la universidad de Sonora, Jaime Torres Bodet, leyes tales como secretario en el
Departamento de Difusión el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Allí les abre su campo de acción y lo derrama: un grupo experimental de teatro, una revista
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mimeografiada de poesía y literatura: Estos. Condiciones femorales coordinan los ciclos de
poesía nueva de México y poesía mexicana contemporánea en el Ateneo Español es y estrena
cuatro piezas breves de teatro. Su poema dramático en un acto: la madrugada del centauro,
este enviado de segundo concurso de creación de obras en un acto convocado por la UNAM y
es publicada. De recitales de sus poemas en varias instituciones de cultura, clubes y salas de
arte de la Ciudad de México. Colabora en periódicos de revistas. Tiene más premios.
Dice Carlos Eduardo Turón: Para Abigael Bohórquez resultan importantes los jurados y las
opiniones. Bajar la fiebre de lo incierto que es el carácter más angustioso de la profecía. Sabe
dónde vive: un lugar que sólo reconoce y premia pathos y filiaciones equivalentes.
Hay en él la malicia del pueblo y el agradecimiento hacia los jueces que deciden si un poema
contiene o no poesía. Pero el dios lo impulsar con espadas de fuego: un anhelo de oficio de
libertad y temporales, un aquí no pasadas, aquí nomás de contenerte y previsión arte porque
seguido a través de poemas cuyas dura o contenido antes era "aprobados" llegar, menudo,
dejar correr lo íntegros dictó o ininteligible para los jóvenes viejos jueces.
Bohórquez, 1965, jefe del departamento de Literatura del Organismo de Promoción
Internacional de Cultura, dependiente de la Secretaría de Relaciones Exteriores; director de la
sala de arte OPIC, de la revistas Parva y la Gaceta OPIC, así como responsable coordinador
de un grupo de poesía coral y teatro. El 1976 publiqué: Acta de Confirmación, bajo el sello de
Alejandro Finisterre, revistas de Poesía Universal Ecuador. Éste mismo poemario reaparece en
1989, en segunda edición, por Arana Editores.
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Está dedicado a Miguel Guardia y a Juan Bañuelos. Ahí aparece aquello de c. Sala las calles
a gritar correcto, John que ya la conoces mejor muerte de hambre que te mueran las bocas
matriz idas, nueve mejor de ser en cada bazo decía dando el hijo agua de escombros, mejor
muerte estéril, con sexo tapiado, que tu oficio es azahar y es terciopelo y te apuñalamos.
Pone enseguida a las puertas del alma la rojinegra tela, arriba, sin quedar, madre, A LA
HUELGA!
(Del oficio de Madre)
En 1966 aparece: Canción de amor y muerte por Rubén Jaramillo y otros poemas civiles, en la
colección parva, OPIC.
Está dedicado a margarita paz Paredes. Por defender la luz que ya no existe para los
desgarrados, negros, bellísimos mendigos de la negada tierra; allí está tu mujer, deteniendo en
su cuarto ametrallado la inocente semilla; allí están ustedes hijos, reventados sobre su propia
voz purísima esperanza; y sobre todo, o retirado, el hombre, nuevamente Zapata masacrado,
fatalmente, otra vez, crucificado y ahí está, peor aún, México muerto, y tu asesino, vivo, de
edificar.
Luego en 1969, en ediciones Pájaro Cascabel, colección Estuario, se ganaron Eduardo
nombre en edita:
Las Amarras Terrestres. El libro está dedicado a Paula y Allende de Carlos Saavedra. De él ha
dicho Turón:
Largos poemas, como casi todos los suyos. Construidos al vez
ese renglón en trece noches de insomnio, tal vez en un año de vigilia. De palabras sencillas
para los que hacen de él un poeta proletario; palabras de consulta para los que saben que no
existen poetas proletarios. (Porque el primer poema de un proletario desproletariza y hace
nacer al hombre solo).
En Las Canciones para Laura la puntuación se ordena y se cultivan los nombres cultos bajo la
lluvia. A la sombra de amor no podía cantar a la Ciudad sin estar sumergido, friolentamente,
en la tormenta:
Llueve incansablemente. El
Correo Mayor
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Está a punto de zarpar. Lo abraza
Un resquemor distante de gaviotas en ningún,
y el silbato lejano de las fábricas y lo hace temblar de velas y de peces,
de cartas hacia el golfo y de carteros
con timones de ráfagas navales.
También en ese poemario aparecen dos trabajos importantes: “Canciones de soledad para no
estar tan solo”, y “Las canciones por Alexis” –sobre la égloga segunda de Virgilio-. En ellos
Abigaeles se desata para siempre. Asevera Turón que este libro es de salvación total.
Sin Las amarras terrestres y su declaración de placer, Bohórquez se hubiera situado en un
lugar estrechamente (limitadamente) revolucionarios. Hubiera tenido una cierta comodidad,
pero no la grandeza de su ansia precoz y obsesiva de consagración. Ninguna, astrología podrá
eludirlo sin pecar, esté o no esté de moda, pertenezca o no pertenezca a un grupo, bajo uno u
otro régimen, sea amigo o enemigo.. Y es curioso. Han aparecido cuatro antologías
importantes y en tres de ellas se le ignora. Sólo aparece en la realizada por Thelma Nava, en el
Pájaro Cascabel, en 1965.
De las opiniones que han sucedido a los poemas de Abigael Bohórquez –recalca Carlos
Eduardo Turón- dos me han interesado: Jesús Arellano, con rudeza, se preguntó si Bohórquez
estaba bajo el signo de Apolo y, luego hubo de confesar que sí; Juan Bañuelos, sin preguntas,
dio en un blanco singular, con el asentamiento de tres preferencias significativas de gran
intuición al unir, paradójicamente, a Marco Antonio Montes de Oca, a Bohórquez y a José
Emilio Pacheco. Efraín Huerta, en un poema que sirvió de prólogo para Las amarras, dice: A Abigael Bohórquez le duele es el esqueleto cuando escribe, cuando protesta y el poema
echa humo,
Cuando los versos, los malditos versos inaplazables
Brotan del asfalto de la vieja ciudad, y el joven iracundo del norte del país busca el desquite y
se estrangula a sí mismo.
(Poeta al fin)
Turón –otra vez- reflexiona y señala esto:
Sin embargo, no podemos ser simplemente poetas. Las circunstancias que son el aliento de la
poesía también le impiden. Son armas de dos filos. Los poetas son
torres de Dios
, pero no habitan en torres. Tienen que comer y vivir y, por ello, sueñan, deshilvanadamente.
Nerval se suicida; Raimbaud huye; Lautréamont es “nadie”; Poe y Wilde "avergüenzan";
Mallarmé se esconde en la nigromancia.
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Bohórquez por su parte el 1970 abandona la gran ciudad que le tiene harto y se larga a
seguir respirando, poetizando, a la Villa de Milpa Alta. Entre otras cosas trabaja en actividades
artísticas en el Instituto Mexicano del Seguro Social. En 1975, la Federación Editorial
Mexicana, en la colección Palabra Viva, pública Memoria en la alta Milpa, con ilustraciones de
Leopoldo Estrada. Reaparece allí como prólogo el poema de Efraín Huerta. El poemario
contiene doce poemas. Es un libro desigual. En el Bohórquez vuelve a ser de las suyas, toma
el látigo, irónico, fustiga pero de pronto el amor aparecen lo salva. Policía que no panfletaria,
que no proletaria.
Un día, el pequeñito
relojes se detiene, la cajita de música se calla entonces: ahí, Juan cómo reportan tres distante,
y pequeñas bajo la tierra protesta que protesta, protestando, el juez Hernando T., sintiendo
como caliente sol aquella sangre, los escombros terrestres, la policía, la muerte de todo terreno
recomenzando.
(Día
franco).
Dionisio morales dicen que éste libro sorprende por el humor, por la pasión y la cólera
secreta que contiene; por eso deja de zarpar entre conque nos lleva de la mano de un tópico
otro, y por el desenfado del que hace alarde para, con una o militante -- él lo pagano,
comunicar los sentimientos recónditos que algunos poetas "consagrados" no se atreverían a
publicar los puntos y aparte aunque lacónico, va de la ternura a la estridencia, del gozo puro a
la burla del sarcasmo. Contra las barreras policíacas y psicoanalítica es, el amor-dulce
claramente griego, como es el amor que lo rechaza el elector-se cumple. Del PRI anoche se
cree, tuvo que amaneces grave de luz, ardiente mañanura, junto con el hombre, tersa galanura,
bienhadado del sur donde floreces.
Ser vivida pues, la descordura; de lo que fui sólo se dé docencia, tu primer anatema, la
pertenencia donde tuvo tu cuerpo su apertura.
Del PRI anoche se dé. Y, envejecido, despoblado del PRI, desatendido, laborioso de muerte,
oscurecido, seré desalmamiento trascendido. De ti anocheceré y, anochecido, se dé
escombros de amor desconocido.
(Daudade,
II).
Por allá
en 1960 escribió Mosén Francisco de Ávila de Abigael 2.0 para la inspiración en él se produce
a borbotones, como arteria abierta. Su talento, incuestionablemente, es fecundo. Tantas
maravillas espanta. Da pavor....
El 1980 aparece
Desierto mayor,
en el que agrupa días poemas. Es virtualmente una reconciliación con su tierra de origen, de la
que no ha podido ni podrá desprenderse nunca. Es aquí donde el parámetro va cercando su
curvatura: La vida sigue así, sencillamente; tenerse amor, sembrar, transparentarse en tierra y el sudor
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y perpetuar sea agua encendida y calida simiente; pensar que el sol en cumbre lentamente sus
oficios de octubre; comprobarse que se esté derrotado y continuase de sí mismo asimismo,
ardientemente. Dejar que mis palabras rezumando la voz gozosa, la acuciante estrella,
queden en estos versos, cintilando; que, hasta de luz, y limitada y bella, honda y florida miel,
dulcemanando, va LA POESÍA en prenda. Voy por ella.
En 1981 hace unas
elecciones policía de 1956 a 1978. Se publica con el nombre de edad, con una portada de
armando fuga el extenso prólogo de Carlos Eduardo Turón.
Conserva inéditos: salmo y blasfemia por José Clemente Orozco y nuevos poemas civiles;
podrido fuego (poemas, 1981).
También otro de teatro breve (recopilación de piezas cortas, 1900 64-1978). Trabaja en: no se
cumplan a bien de vivida, novelón, como el mismo afirma. Alguna vez Carlos Pellicer dijo,
refiriéndose a su amigo Abigael: "el primer gran poeta que da el norte de México...", así como
Jesús Arellano protestaba: "... injustamente se le condena al silencio, a pesar de ser
Bohórquez una de las voces más ásperamente representativas del actual poesía mexicana...".
A pesar de ello desde silencio y que se le tiene relegado, Abigael Bohórquez es uno de los
poetas mexicanos de más encendida y auténtica palabra el versos más audaces aportaciones
de la lírica hispanoamericana contemporánea. Y ello es cierto.
“El primer gran poeta queda el norte de México”.
Carlos Pellicer
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1995 marca la aparición de quien ha sido el poeta contemporáneo más conocido, el detenido
más fusión, promoción y discusión en el ambiente literario de México: agrega el Bojórquez.
Crece año público: ensayos poéticos, que es ser propiamente el arranque de su diversa y vasta
producción. Lo hacen abortar el 12 de marzo de 1937.
En la zona más allá del desierto nació el poeta-dijo en 1956 Cecile G. de Guilarte-; con la voz
como un grito, taladrando estados de ánimo, convocadas primaveras que no soportan el peso
de su lavar ambiente. Al mismo tiempo que Sonora daba grito de su feliz alumbramiento y
hacía su aurora el perfil definitivo. Sólo el verso con su ritmo podía conjurar y enardecer el
canto. Vengo aquí de anotar caminos de nostalgia, desbloquear astilleros, erosionar
crepúsculos con llanto.
Vengo aquí, a despertar quimeras de imaginar tristezas
conquistar.
Y luego más adelante. Cogí el primer poema, celebro disfruta tu grandeza salta la
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integración como una liebre.
Ya en la otra punta del parámetro, 25
años más tarde, es decir en 1980, en una confirmación conciliatoria diría los.
Vuelvo a mirar el resplandor físico, que las laderas ofrecida el agua, desierto natal, el sitio
claro, el horizonte de arrasadas costas, el puerto de pasar ticos a dioses de los inocentes que
quería y desnuda; la combustión tres índices y espumas, el fulgor azafrán de la sequía, en la L
de médanos y llama, el zarpazo de sol que arde ínsula, la térmica inminencia de la Sierra diva
de calidad su cima escueta; los íntimos oficios o escorpiones, los baluartes corales en
Sahuayo, los olores del oxígeno y sus giras, y la desoladora transparencia, la piel ni lumbre, yo
recién llegado, y, alucinante: el infinito a solas.
Chamaco aún, no tiene todavía en los 15 años cuando un guiado, estimulado por la maestra
Esther Soto, no inicia en la composición y en los versos y triunfa en algunos certámenes interés
escolares de narrativa. Luego en 1951 abandona cabo acapara ubicarse en San Luis río
Colorado, donde se diploma como dibujante comercial y publicitario. También estudió en la
Gadsen Gramar School, en la población y solvencia del mismo nombre. En el vientre 5255 se
actúa como secretario aquí mecanografiar Real Academia Pitman, para luego ser escribiente
de la oficina del registro civil, ahí mismo que San Luis. Realiza su primer viaje la Ciudad de
México para estudiar arte dramático en la escuela de arte teatral del instituto nacional de bellas
artes y el instituto cinematográfico de radiotelevisión de la asociación nacional de actores.
Estrenar sus primeros pequeños dramas y sainetes con un grupo de compañeros de la ANDA.
Ya para entonces tienen su inicial plaquette, con la que ofrece de su primera lectura en la
capilla del Asunción (Belisario Domínguez) invitado por el círculo literario Vórtice. Y el pecado
por la universidad de Sonora y el gobierno de su estado. Casi de pronto, como una esfera
de sonidos atrapado en el ángulo barrido de los rincones, claxón repentino de os con brío puso
en marcha la juerga de los otros.
En 1957 es el año esencial para Bohórquez es entonces cuando levantará eficazmente su
acta de bautismo. Triunfa en el concurso el libro sonorense, con sus trabajos de poesía y
teatro, inmediatamente después, es el de abril, recibe medalla de oro en los primeros juegos
florales nacionales, celebrados con motivo del primer centenario de la invasión filibustero
norteamericana de 1957 a Caborca: la parte la hora de saber ya solas con su iglesia mundo y
conforme se quedó el poblado. La hora de saber que dentro de le expira el trigo inmoviliza su destino de semen y veterano
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para cantarte, ahorca viejo, de las sombras viejas, tras viejas sombras. Participa en otros
elementos en la semana sonorense en el ateneo español de la Ciudad de México. Regresa
Sonora y ofrecen varios lugares de la entidad lecturas de sus poemas. El 1958. Al año
siguiente llamado por el licenciado Luis encinas, rector de la universidad Sonora, por conducto
el jefe de extensión universitaria, licenciado Arístides Prats, para que colabore en la institución
como secretario del mencionado departamento.
En 1960, bajo el sello de B. Costa Amic, México, D.F., aparece su libro anteriormente
premiado. La primera parte está conformada por 29 poemas los cuales uno continúa
sorprendentemente vigente: "llanto por la muerte de un carro". Casi la totalidad están
dedicados; la mayoría lleva epígrafes de García Lorca, uno de Mosén Francisco de Ávila y uno
de Porfirio Barba Jacob.
Ahí, en estar triste tristeza y tiene una forma la muerte de mi perro sin palabras, me duele más
que la del perro se habla, distorsiona, y discrimina, y burla; mi perro era corriente, pero dejaba
un corazón por huella; no tenía Goya ni sonaja, pero sus ojos eran todos banqueros; no tenía
listón en el pescuezo, pero tenía un girasol por cólera y a la fase sus orejas largas dos lenguas
de diamantes.
Cuando Bohórquez escribe este poema tiene 19 años. Dice del Carlos Eduardo Turón: este
poema puede pasar por una protesta, por una declaración amorosa como una elegía pagana.
Está completo. Es antológico.
La segunda parte de libro está formado por tres órbitas de teatro: la estirpe, la vocación del
orgullo, y comprenden higueras. Carlos Moncada ha señalado: "muy buena la primera parte, la
segunda menos". Es verdad, la poesía ahí avasalla. En la universidad Sonora Bojórquez dio
además clases en la Academia de Arte Dramático, luego fue director del teatro preparatoriano
decidido forma los grupos: Ulyses y Dinamo. Antes, en San Luis Río Colorado y caótico
también sembró y dejó los grupos experimentales. Aquí estrenó una obra distinta a sus
anteriores, el fuerte calibre: el aguijón de la Vega.
Asegurarse que 1980 nací aparece una nueva generación de poetas y escritores sonorenses,
abanderada por Abigael. Tiene en la preocupación, las reunidas labores, la DEA Carlos
firmemente para dar el escritor. A través de la colaboración directa con las revistas
universitarias y hoja de cultura, en La Opinión, se logra conjuntar elementos, como algunos de
los ya rseñados y los jóvenes que llegan. Pronto se tiene también afluencia en las páginas
literarias que aparecen en el Regional, en Hermosillo, y el Diario del Yaqui, en Ciudad
Obregón. Mosén Francisco de Ávila abre entonces juegos de ser locales con media plana
Acción. Pronto se forma una central desde todos los confines, la rendija toma de pronto
proporciones que fuera tan seria abierta. Inicia, o mejor, reiniciar la denodada lucha en contra
de la incomprensión, la falta de estímulos, del aislamiento. El mismo Bojórquez señala dos.
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Lidia Espinosa Acuña, Juan Manuel Corrales, Carlos Moncada, Alonso Vidal, Abel Pino y yo
mismo, no hemos traído la voz de nuestra Alma Mater. Nosotros llegamos apurados en la
íntima preocupación rutinaria, en los contactos riquísimos inconscientes con las realidades
cotidianas y domésticas. Nosotros por buena cuenta no nos quisimos del pupitre, sino de sufrir
diario, en el Serra no desgaste, en el hambre, en el desenvolvimiento precoz de la infancia a
manazos. A ese grupo de inquietudes deben de agregar Serra Sergio Calderón Valdés, de
Navojoa y universitario, así como Juan de un bloqueo Guerra, sinaloense, pero por entonces
afincado en ciudad Obregón. También a Homero Estavillo, que tomó rumbo por la reseña y el
ensayo.
Bojórquez en estos años se auto inicia como un poeta desafiante. Está
dispuesto a romper las lámparas para que se derrame la alumbrada. Que lo aquí quiero llegar
al vértice logrado del cerro del crepúsculo.
Quiero aspirar las rosas de los sexos abierta al Ecuador de los resquicios liquidar todo el lastre
de la pena, el ácido color de la tristeza. Por todo lo que comprende y lo que abarca los
secretos de tu olvido, te olvido.
Mí aquí, acuchillado,
o, Dios, en la metáfora.
Y llama el rumbo de aprender, de saber afilar el estilete. Le preocupa su vida, las vidas, la
tierra, el amor dos.
Libertaron ángeles de espuma y olivos con la sorpresa y las mareas; me libertaron ángeles de
humo y olivos con las obreras y el cigarro, pero no me enseñaron que había si yo niño y si
Abigael púber y ardiente, porque todas las noches costaba a clientes con el miedo y con la
soledad, con los alacranes de las vidas y las hormigas del doloroso despertar.
El propio poeta asegurarse usando, empieza darse cuenta que la vida es otra, que no es
posible aconsejarla como lo había a la vez soñado o vivido a ciegas, es decir ignorando la dos.
Porque en mi casa las ventanas eran pesadamente abiertas, y sólo había luz cuando velaran al
recuerdo y al otro, el de los clavos.
Luego me depusieron repentinamente, y no sabían de las avenidas, ni de los niños, ni de las
campanas, porque en mi casa las ventanas estuvieron cerradas 20 años, y sólo me decían que
la lluvia el agua porque no debería escribiendo la malo y se llevaba a los que se asomaban
cambiarlo.
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De pronto Bojórquez está ahí, sobre todo, destruyendo un pasado a través de los signos
propiciatorios, de los únicos posibles a los que pueda así se para conocerse dos. Sello debe
buscar los rastros hitos huecos con mi quebrado acento de escalera para alcanzar tus lágrimas
mordidas.
Y enfilado el poeta empieza soltar las amarras, sus amarras: la parte porque yo quiero
enmendarte de furias aprendidas el estonio rito de los astros para que no me olvides ni
olvidarte.
Te dejaré tomar mi mediodía para dejar un cauce iluminado. Crece con mis heridas frescas,
para tener herida como siempre y para siempre amor, como un horario.
Sino nuevo espanto los palabras, van construyendo la escalera seguido rápidamente de
escalón en escalón darse a la cúspide curvatura del parámetro de seguido los de lograr más
tarde. El contra.com tiene cuando llega la madurez ese nivel, cuando la distancia y el exilio le
dan la señal y la puntería exacta.
Detectives vivos en este instante. Se ahonda en las señales espaciosas mi corazón. Y así,
frente a la pompa solar y la hoja exigua, y la mezquina sabia y la canícula, nunca tuvo la luzcan
tanta blancura; se fue sem. foramen y, ya cierto de mí, presencia desasida y el poema, en la
traído ámbito traslúmrome.
Llegar a la inicial furia del muchacho que David del empieza a tomar un ritmo
desacostumbrado para nuestras candidez es pequeño burgués es. Sabe perfectamente que se
debe aflorar y para eso está el dolor del mundo. Precoz y lecturas le hacen ponerse en guardia.
Leer a Nicolás Guillén y a Pablo Neruda. El blanco lo da cuando conoce a Herminio
Ahumada. Por el sabe que Langostón Huguers y lo que sucede en el sur de Norteamérica: Ay,
Langostón Fugues, porque ya no soportan su opulencia ni su esquizofrenia, porque ya no
hayan quehacer con su edificio del Rockefeller Center, sus Naciones Unidas y su cerro
magnate Montt Rumore en Dakota del Sur, porque ya no hayan quehacer con ellos mismos.
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Lástima grande, que años después el propio poeta rompa con el equilibrio original para
reformarle, por supuesto, en demérito seguido porque ahí está la voz auténtica de la protesta,
ahí está el poeta de garra que es en otros poemas, por ejemplo: la parte mientras no tenga el
lápiz sonidos de martillos levantando edificios, cantos y obrero en marcha, ímpetu de escalón,
disco y máquina de coser; mientras no vendrá mi lápiz Alexis las verdades de sudor, el carrete
del hambre; mientras venga decirme solamente de un agónico tacto, no me sirve. De este poema ha dicho turón: la parte porque es el de los poetas desbordantes. No rechazan
y buscar las resonancias quieras ofrecer rotas ofrecidas; se abandona al a la riqueza,
generosidad y dispendio, ya la reiteración evitan los aritméticos y los alquimistas. Por fortuna,
su "manifiesto poético" no llegó hacer fórmula o receta posteriores. A pesar de todo Abigael
insiste. Sabe que en sus manos tiene una bomba de tiempo ya que soltarla.
A cuánto asciende el costo de preguntar, de pedir, de renunciar, cuánto de balas cuesta
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preguntar medio siglo de preguntar?
De cuál color la crisis la financiada historia y la hora del machista en cada silla presidencial? Está Bojórquez todavía en Sonora. Decía aquí irradia su talento y lo hace por los cuatro
confines. Los premios llegan. Tiene quince primeros lugares nacionales después el porque
seguido en Saltillo, el Mazatlán, en Aguascalientes, Sahuayo, entre otros. También en el primer
concurso latinoamericano XEW de decía, el México distrito federal seguido luego de ganar una
marcha en Campeche, el 1982, se barre Ricardo Ciudad de México.
Dato curioso, singular y cultural: en aquel puerto del golfo de México es lado Carlos Pellicer.
Abigael, asombrado y reverbera ante forma dura adolescencia le escribe un poema. Ese en
alguna de sus partes los.
Poeta, la única
verdad era tu concordancia con el trópico. Los bien que te quedaba el mar de fondo.
Aquello de que se lo parecía estaba hecho para ti. Por tus ojos llegaba una sola palabra
solitaria, perfectamente acorde con tubos: ¡¡¡sólo!!! El tabasqueño sin amilanar se le
contesta los.
Los malos siempre pones
su paso y ahí están las palabras fabricantes: ponerse que no se ven como otras atacantes de
seguido formular las quejas al acaso.
Ese hombre de palabra el quieto lado invisible y gentil, con grandes a las sombraría una
mortalidad.
Estoy atento a la que tú señales. Puede estar el jardín sin ser tocado sionista ante la Belleza
instalas. Por amistades y creyentes en su teléfono Abigael logra que, por recomendación
fidedigna, el secretario de ocasión, poete también, y que vino a Sonora y a recibir el Honoris
Causa de la universidad de Sonora, Jaime Torres Bodet, leyes tales como secretario en el
Departamento de Difusión el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Allí les abre su campo de acción y lo derrama: un grupo experimental de teatro, una revista
mimeografiada de poesía y literatura: Estos. Condiciones femorales coordinan los ciclos de
poesía nueva de México y poesía mexicana contemporánea en el Ateneo Español es y estrena
cuatro piezas breves de teatro.
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Su poema dramático en un acto: la madrugada del centauro, este enviado de segundo
concurso de creación de obras en un acto convocado por la UNAM y es publicada. De recitales
de sus poemas en varias instituciones de cultura, clubes y salas de arte de la Ciudad de
México. Colabora en periódicos de revistas. Tiene más premios. Dice Carlos Eduardo Turón: Para Abigael Bohórquez resultan importantes los jurados y las opiniones. Bajar la fiebre de lo
incierto que es el carácter más angustioso de la profecía. Sabe dónde vive: un lugar que sólo
reconoce y premia pathos y filiaciones equivalentes.
Hay en él la malicia del pueblo y el agradecimiento hacia los jueces que deciden si un poema
contiene o no poesía. Pero el dios lo impulsar con espadas de fuego: un anhelo de oficio de
libertad y temporales, un aquí no pasadas, aquí nomás de contenerte y previsión arte porque
seguido a través de poemas cuyas dura o contenido antes era "aprobados" llegar, menudo,
dejar correr lo íntegros dictó o ininteligible para los jóvenes viejos jueces. Bohórquez, 1965,
jefe del departamento de Literatura del Organismo de Promoción Internacional de Cultura,
dependiente de la Secretaría de Relaciones Exteriores; director de la sala de arte OPIC, de la
revistas Parva y la Gaceta OPIC, así como responsable coordinador de un grupo de poesía
coral y teatro.
El
1976 publiqué: Acta de Confirmación, bajo el sello de Alejandro Finisterre, revistas de Poesía
Universal Ecuador.
Éste mismo poemario reaparece en 1989, en segunda edición, por Arana Editores. Está
dedicado a Miguel Guardia y a Juan Bañuelos. Ahí aparece aquello de c. Sala las calles a gritar
correcto, John que ya la conoces mejor muerte de hambre que te mueran las bocas matriz
idas, nueve mejor de ser en cada bazo decía dando el hijo agua de escombros, mejor muerte
estéril, con sexo tapiado, que tu oficio es azahar y es terciopelo y te apuñalamos.
Pone enseguida a las puertas del alma la rojinegra tela, arriba, sin quedar, madre, A LA
HUELGA!
(Del oficio de Madre)
En 1966 aparece: Canción de amor y muerte por Rubén Jaramillo y otros poemas civiles, en la
colección parva, OPIC.
Está dedicado a margarita paz Paredes. Por defender la luz que ya no existe para los
desgarrados, negros, bellísimos mendigos de la negada tierra; allí está tu mujer, deteniendo en
su cuarto ametrallado la inocente semilla; allí están ustedes hijos, reventados sobre su propia
voz purísima esperanza; y sobre todo, o retirado, el hombre, nuevamente Zapata masacrado,
fatalmente, otra vez, crucificado y ahí está, peor aún, México muerto, y tu asesino, vivo, de
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edificar.
Luego en 1969, en ediciones Pájaro
Cascabel, colección Estuario, se ganaron
E
duardo nombre en edita:
Las Amarras Terrestres. El libro está dedicado a Paula y Allende de Carlos Saavedra. De él ha
dicho Turón:
Largos poemas, como casi todos los suyos.
Construidos al vez ese renglón en trece noches de insomnio, tal vez en un año de vigilia. De
palabras sencillas para los que hacen de él un poeta proletario; palabras de consulta para los
que saben que no existen poetas proletarios. (Porque el primer poema de un proletario
desproletariza y hace nacer al hombre solo). En Las Canciones para Laura la puntuación se
ordena y se cultivan los nombres cultos bajo la lluvia. A la sombra de amor no podía cantar
a la Ciudad sin estar sumergido, friolentamente, en la tormenta:
Llueve incansablemente.
El Correo MayorEstá a punto de zarpar. Lo abrazaUn resquemor distante de gaviotas en
ningún,
y el silbato lejano de las fábricas y
lo hace temblar de velas y de peces,
de cartas hacia el golfo y de carteros
con timones de ráfagas navales.
También en ese poemario aparecen dos trabajos importantes: “Canciones de soledad para no
estar tan solo”, y “Las canciones por Alexis” –sobre la égloga segunda de Virgilio-. En ellos
Abigaeles se desata para siempre. Asevera Turón que este libro es de salvación total.
Sin Las amarras terrestres y su declaración de placer, Bohórquez se hubiera situado en un
lugar estrechamente (limitadamente) revolucionarios.
Hubiera tenido una cierta comodidad, pero no la grandeza de su ansia precoz y obsesiva de
consagración. Ninguna, astrología podrá eludirlo sin pecar, esté o no esté de moda, pertenezca
o no pertenezca a un grupo, bajo uno u otro régimen, sea amigo o enemigo.. Y es curioso.
Han aparecido cuatro antologías importantes y en tres de ellas se le ignora. Sólo aparece en la
realizada por Thelma Nava, en el Pájaro Cascabel, en 1965.
De las opiniones que han sucedido a los poemas de Abigael Bohórquez –recalca Carlos
Eduardo Turón- dos me han interesado: Jesús Arellano, con rudeza, se preguntó si Bohórquez
estaba bajo el signo de Apolo y, luego hubo de confesar que sí; Juan Bañuelos, sin preguntas,
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dio en un blanco singular, con el asentamiento de tres preferencias significativas de gran
intuición al unir, paradójicamente, a Marco Antonio Montes de Oca, a Bohórquez y a José
Emilio Pacheco.
Efraín Huerta, en un poema que sirvió de prólogo para Las amarras, dice: A Abigael
Bohórquez le duele es el esqueleto cuando escribe, cuando protesta y el poema echa humo,
Cuando los versos, los malditos versos inaplazables
Brotan del asfalto de la vieja ciudad, y el joven iracundo del norte del país busca el desquite y
se estrangula a sí mismo.
(Poeta al fin)
Turón –otra vez- reflexiona y señala esto:
Sin embargo, no podemos ser simplemente poetas. Las circunstancias que son el aliento de la
poesía también le impiden. Son armas de dos filos. Los poetas son
torres de Dios
, pero no habitan en torres. Tienen que comer y vivir y, por ello, sueñan, deshilvanadamente.
Nerval se suicida; Raimbaud huye; Lautréamont es “nadie”; Poe y Wilde "avergüenzan";
Mallarmé se esconde en la nigromancia.
Bohórquez por su parte el 1970 abandona la gran ciudad que le tiene harto y se larga a
seguir respirando, poetizando, a la Villa de Milpa Alta. Entre otras cosas trabaja en actividades
artísticas en el Instituto Mexicano del Seguro Social. En 1975, la Federación Editorial
Mexicana, en la colección Palabra Viva, pública Memoria en la alta Milpa, con ilustraciones de
Leopoldo Estrada. Reaparece allí como prólogo el poema de Efraín Huerta. El poemario
contiene doce poemas. Es un libro desigual. En el Bohórquez vuelve a ser de las suyas, toma
el látigo, irónico, fustiga pero de pronto el amor aparecen lo salva. Policía que no panfletaria,
que no proletaria.
Un día, el pequeñito relojes se detiene, la cajita de música se calla entonces: ahí, Juan cómo
reportan tres distante, y pequeñas bajo la tierra protesta que protesta, protestando, el juez
Hernando T., sintiendo como caliente sol aquella sangre, los escombros terrestres, la policía, la
muerte de todo terreno recomenzando. (Día franco). Dionisio morales dicen que éste libro
sorprende por el humor, por la pasión y la cólera secreta que contiene; por eso deja de zarpar
entre conque nos lleva de la mano de un tópico otro, y por el desenfado del que hace alarde
para, con una o militante -- él lo pagano, comunicar los sentimientos recónditos que algunos
poetas "consagrados" no se atreverían a publicar los puntos y aparte aunque lacónico, va de la
ternura a la estridencia, del gozo puro a la burla del sarcasmo. Contra las barreras policíacas y
psicoanalítica es, el amor-dulce claramente griego, como es el amor que lo rechaza el
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elector-se cumple.
Del PRI anoche se cree, tuvo que amaneces grave de luz, ardiente mañanura, junto con el
hombre, tersa galanura, bienhadado del sur donde floreces. Ser vivida pues, la descordura;
de lo que fui sólo se dé docencia, tu primer anatema, la pertenencia donde tuvo tu cuerpo su
apertura.
Del PRI anoche se dé.
Y, envejecido, despoblado del PRI, desatendido, laborioso de muerte, oscurecido, seré
desalmamiento trascendido.
De ti anocheceré y, anochecido, se dé escombros de amor desconocido.
(Daudade, II).
Por allá en 1960 escribió Mosén Francisco de Ávila de Abigael 2.0 para la inspiración en él se
produce a borbotones, como arteria abierta. Su talento, incuestionablemente, es fecundo.
Tantas maravillas espanta.
Da pavor.... El 1980 aparece Desierto mayor, en el que agrupa días poemas. Es virtualmente
una reconciliación con su tierra de origen, de la que no ha podido ni podrá desprenderse
nunca. Es aquí donde el parámetro va cercando su curvatura:
La vida sigue así, sencillamente; tenerse amor, sembrar, transparentarse en tierra y el sudor y
perpetuar sea agua encendida y calida simiente; pensar que el sol en cumbre lentamente sus
oficios de octubre; comprobarse que se esté derrotado y continuase de sí mismo asimismo,
ardientemente.
Dejar que mis palabras rezumando la voz gozosa, la acuciante estrella, queden en estos
versos, cintilando; que, hasta de luz, y limitada y bella, honda y florida miel, dulcemanando, va
LA POESÍA en prenda.
Voy por ella. En 1981 hace unas elecciones policía de 1956 a 1978. Se publica con el nombre
de edad, con una portada de armando fuga el extenso prólogo de Carlos Eduardo Turón.
Conserva inéditos: salmo y blasfemia por José Clemente Orozco y nuevos poemas civiles;
podrido fuego (poemas, 1981). También otro de teatro breve (recopilación de piezas cortas,
1900 64-1978). Trabaja en: no se cumplan a bien de vivida, novelón, como el mismo afirma.
Alguna vez Carlos Pellicer dijo, refiriéndose a su amigo Abigael: "el primer gran poeta que da el
norte de México...", así como Jesús Arellano protestaba: "... injustamente se le condena al
silencio, a pesar de ser Bohórquez una de las voces más ásperamente representativas del
actual poesía mexicana...".
A pesar de ello desde silencio y que se le tiene relegado, Abigael Bohórquez es uno de los
poetas mexicanos de más encendida y auténtica palabra el versos más audaces aportaciones
de la lírica hispanoamericana contemporánea. Y ello es cierto.
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