COMPLEJO DE TOPÓGRAFOS

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COMPLEJO DE TOPÓGRAFO
Pedro Arenas
Observatorio de cultivos y cultivadores INDEPAZ
Es popular el dicho de que a Colombia la gobiernan políticos-topógrafos, puesto que
a cada problema se responde con el anuncio de que “se tomarán medidas”. En
cuanto a los cultivos de uso ilícito hay “complejo de topógrafo” ya que se ha querido
dar respuesta tomando medidas y describiendo la formación de áreas desde
operaciones matemáticas, sin tener en cuenta aspectos de economía política,
agronómicos, culturales, históricos e institucionales, entre otros aspectos.
Experta en mediciones, la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional dijo que
los cultivos de coca acaban 111 hectáreas de bosque al día 1, 40.500 hectáreas al
año y en 15 años (1998-2012) más de 608.000 hectáreas. La producción de dióxido
de carbono (CO2) por la quema de árboles talados, la contaminación de aguas por
vertimientos de químicos usados en “laboratorios”, la amenaza a especies de
mamíferos y la pérdida de la flora al quedar expuesta a plagas, son los perjuicios
principales, añade el estudio.
Estos cultivos se ampliaron hasta 163.289 hectáreas en el año 2000, después se
registró un descenso a 47.790 hectáreas en 2012, es decir una caída del 70,7%.
Pero en dicho informe no se menciona nada sobre las implicaciones de la aspersión
de glifosato desde aviones sobre la Amazonía o el Pacífico en la deforestación,
contaminación, praderización2 y ganaderización extensiva, la pobreza y el
desplazamiento por seguridad alimentaria. La fumigación ha servido también para
aburrir a los colonos y sacarlos corriendo de sus fundos, luego de lo cual ingresan
compañías privadas a extraer recursos naturales o establecer proyectos
agroindustriales.
Fumigar todos los años, hasta cuatro veces al año, por 21 años, llegando a casi dos
millones de hectáreas ha servido para trastear la huella de dichos cultivos por todo
el país ocasionando mayores daños ambientales a los originales. Hay evidencia de
que una familia campesina en los años 80s con una pequeña chagra se podía
sostener hasta por 4 años sin tener que talar bosque en ese periodo, lo que no
sucede con la ganadería en suelos amazónicos, ya que ésta demanda constante de
tierras y pastos nuevos requiere tumbar selva cada año.
1
El Informe de la Policía fue elaborado con el apoyo del Centro Internacional de Estudios
Estratégicos contra el Narcotráfico (Ciena). En él se habla de pastizales, desertización, uso excesivo
del suelo en actividades ganaderas y frentes de colonización activa. http://portal.policia.gov.co/esco/Noticias/Lists/Noticias2014II/Mostrar.aspx?ID=2204&ContentTypeId=0x0104004A237B0E3D7E
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2 Según el Instituto SINCHI en el norte del Guaviare se presenta la más alta tasa de concentración
de tierras de la Amazonía y hace tres décadas era tierra de colonos. Caquetá es el segundo territorio
más deforestado de Suramérica después de los bosques del chaco en Paraguay.
Al debate sobre medidas, entraron hace dos décadas el Departamento de Estado
de los Estados Unidos, la CIA y la DEA, también expertas en mediciones. Acaba de
salir, con bastante atraso, el reporte de 2013, de los esfuerzos de más de 100 países
que “luchan contra el narcotráfico”. Según esta medición Colombia tiene más de 80
mil hectáreas!!! Y en los países andinos se registra este escenario:
La gráfica es tomada del Informe Internacional de Estrategias de Control de Drogas
(INCSR)3 que fue publicado el pasado 20 de Marzo, pero a pesar de que son datos
oficiales de EEUU, existe una enorme diferencia (más de 32.000 hectáreas) con los
datos del reporte anual del SIMCI de la UNODC. En ese reporte se estima que en
2012 existían 78,000 hectáreas y que en 2013 hubo un incremento de 3% en
Colombia. El INCSR calcula 83,000 en 2011, mientras que la UNODC dice que en
los últimos tres años Colombia no ha superado las 50.000 hectáreas. Y esto es sin
medir marihuana y amapola!!
No hubo reacción en Colombia ante este informe, lo que hace suponer que las
autoridades colombianas desechan la importancia del reporte norteamericano, pero
a su vez muestra que cada quien usa las cifras según sus propios intereses. A
mediados de los años 90s la cantidad sembrada sirvió a los Estados Unidos para
presionar la masificación de las campañas de fumigación aérea con los
agroquímicos de Monsanto. Y las cifras de reducción sirven a los gobiernos para
anunciar que “estamos triunfando”, mientras el volumen de drogas exportables se
mantiene intacto en la región andina.
Expertos en todas las formas de erradicación forzada (aérea, manual o de impuesta
sustitución de cultivos) olvidan que este país también ha sido campeón de la
resiembra, que el “efecto globo” ha sido real aquí y entre los países andinos, que la
responsabilidad en la deforestación es también por falta de serias políticas agrarias
en zonas de frontera agrícola, que el “efecto mercurio” se desperdigó por zonas que
antes eran ajenas al cultivo, a lo que se suma la inundación del mercado interno de
drogas de diseño y que los indicadores de productividad han mejorado a tales
niveles que ya debieran dejar de medir sus “éxitos” en meros números de hectáreas.
3
http://www.state.gov/r/pa/prs/ps/2015/03/239484.htm Kathryn Ledebur de Bolivia sigue este reporte
y publica anualmente sus propias conclusiones en @AndeanInfoNet.
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