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Energy Technology
Perspectives 2016
Towards Sustainable Urban Energy Systems
Resumen
Ejecutivo
Spanish translation
Secure
Sustainable
Together
Energy Technology
Perspectives 2016
Towards Sustainable Urban Energy Systems
Resumen
Ejecutivo
Spanish translation
AGENCIA INTERNACIONAL DE ENERGÍA
La Agencia Internacional de Energía (AIE) es un organismo autónomo, creado en noviembre de 1974. Su
mandato original tenía, y sigue teniendo, una doble vertiente: promover la seguridad energética entre sus
países miembros mediante una respuesta colectiva a las interrupciones materiales del suministro de petróleo,
e investigar y analizar fiablemente las posibilidades de garantizar una energía segura, asequible y limpia a sus
28 países miembros y a terceros. La AIE ha instaurado un programa integral de cooperación energética entre sus
países miembros, cada uno de los cuales está obligado a mantener reservas de petróleo equivalentes a 90 días de sus
importaciones netas. Entre las metas de la Agencia, cabe destacar los siguientes objetivos:
n Asegurar el acceso de sus países miembros a una oferta abundante y confiable de todos los tipos de energía; en
especial, al mantener capacidades eficaces para responder en situaciones de emergencia en caso de interrupciones
en el suministro de petróleo.
n Promover políticas energéticas sustentables que estimulen el crecimiento económico y la protección ambiental
en un contexto mundial; sobre todo, en cuanto a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que
contribuyen al cambio climático.
n Aumentar la transparencia de los mercados internacionales mediante la recopilación y el análisis de datos
sobre energía.
n Apoyar la colaboración mundial en tecnología energética para asegurar el suministro futuro de energía
y moderar sus efectos sobre el medio ambiente; por ejemplo, mediante una mejor eficiencia
energética y el desarrollo y utilización de tecnologías con baja emisión de carbono.
n Hallar soluciones para los desafíos a que en materia de energía se enfrenta el planeta,
a través de la participación y el diálogo con países no miembros, la industria, los
organismos internacionales y otros interesados directos.
Países miembros de la AIE:
Alemania
Australia
Austria
Bélgica
Canadá
Corea
Dinamarca
España
Estados Unidos
Estonia
Secure
Finlandia
Sustainable
Together
Francia
Grecia
Hungría
Irlanda
Italia
Japón
Luxemburgo
Noruega
Nueva Zelanda
Países Bajos
Polonia
Portugal
© OCDE/AIE, 2016
Reino Unido
International Energy Agency
República Checa
9 rue de la Fédération
75739 Paris Cedex 15, France
República Eslovaca
Suecia
Suiza
Por favor, tome debida nota de que
Turquía
esta publicación está sujeta a restricciones
específicas que limitan su uso y distribución.
Los términos y condiciones están disponibles
en Internet en: www.iea.org/t&c/
La Comisión Europea
también participa
en el trabajo de la AIE.
Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
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Resumen Ejecutivo
El acuerdo alcanzado en la 21ª Conferencia de las Partes (COP21), celebrada
en París, podría resultar ser un punto de inflexión histórico para invertir
las tendencias actualmente insostenibles del sistema energético mundial,
siempre y cuando esta ambición acrecentada de reducir las emisiones
de carbono se traduzca en una acción política rápida, radical y eficaz.
Incluso en el contexto de precios bajos de los combustibles fósiles, el
apoyo político a las tecnologías de bajas emisiones debería movilizar
todas las opciones disponibles para acelerar la investigación, desarrollo,
demostración y difusión (I+D+D+D) con el objetivo de hacer de la reducción
de las emisiones de carbono la vía de desarrollo predilecta. Entre tales
palancas destaca el apoyo de los gobiernos a las transiciones energéticas
urbanas, una conclusión respaldada por el análisis de Energy Technology
Perspectives (ETP 2016 – Perspectivas sobre tecnología energética), que
muestra las numerosas y amplias oportunidades energéticas sostenibles
rentables que existen en las ciudades. Hacer realidad este potencial y los
múltiples beneficios no climáticos que entraña, requerirá que los gobiernos
nacionales y locales trabajen juntos de manera eficaz.
La COP21 intensificó el impulso
para acelerar la implementación de
tecnologías de bajas emisiones de
carbono, pero estas ambiciones deberán
ir acompañadas de acciones concretas
2015 puede resultar un año decisivo para la mitigación del cambio climático
ya que, por primera vez en la historia, todas las naciones del mundo
acordaron por consenso implementar acciones destinadas a la reducción
drástica de emisiones de carbono bajo un marco jurídicamente vinculante.
El Acuerdo de París podría resultar ser un hito histórico para el sector energético mundial,
al enviar una señal clara a través de su objetivo de alcanzar lo antes posible un pico de
emisiones mundiales y descender al nivel de cero emisiones netas en la segunda mitad de
este siglo, así como de mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de los
2 ºC y proseguir con los esfuerzos para limitarlo a 1,5 ºC.
© OECD/IEA, 2016.
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Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
El acuerdo de París fue un hito en materia de implementación. Por primera vez, se
invitó a actores no estatales a formar parte intrínseca del proceso. No solo se incluyeron
a actores energéticos públicos, sino también a organizaciones no gubernamentales (ONG),
al sector privado y a entidades locales y regionales. Las ciudades ocuparon un lugar
preeminente, con su destacado papel en la preparación de la COP21 a través del Plan
de Acción Lima-París (Lima-Paris Action Agenda) y su apoyo al Compromiso de Acción
de París (Paris Pledge for Action). La necesidad de acelerar la innovación en materia de
tecnologías de bajas emisiones de carbono también ha sido objeto de mucha atención en
foros internacionales; las recientemente creadas Mission Innovation y Breakthrough Energy
Coalition aspiran a catalizar inversiones en tecnologías transformacionales para acelerar la
reducción de las emisiones de carbono drásticamente.
Una perspectiva de precios bajos de los combustibles fósiles plantea tanto
oportunidades únicas, como amenazas de cara a la implementación de
tecnologías de bajas emisiones. Si bien los bajos precios de los combustibles fósiles
podrían desacelerar la implementación de tecnologías energéticas limpias, éstos ofrecen
también la oportunidad de alinear mejor las políticas con los objetivos de reducción de
emisiones de carbono, por ejemplo, acelerando la puesta en marcha de mecanismos
de tarificación de las emisiones de carbono y desmantelando costosos programas de
subvenciones de los combustibles fósiles. Tanto los países exportadores como importadores
de petróleo se aprovecharon del colapso de los precios del petróleo a mediados de 2014
para eliminar costosos programas de subvenciones. Los bajos precios del carbón ofrecen
una oportunidad similar de reducir las subvenciones sobre el precio del combustible y de
la electricidad, pero esta oportunidad debe explotarse rápidamente, ya que las actuales
condiciones favorables tal vez no perduren mucho tiempo.
La transición requiere cambios masivos en el sistema energético y el Escenario
2 °C (2DS) pone de relieve las medidas específicas necesarias para desarrollar
tecnologías de bajas emisiones de carbono con el fin de lograr una transición
rentable. Con las políticas adecuadas, semejante transformación a gran escala es
realista y puede reducir drásticamente tanto la intensidad energética como la intensidad
de las emisiones de carbono de la economía mundial. Comparado con un escenario en
el que la implementación de tecnologías es impulsada solo por las políticas que están
actualmente en marcha (el Escenario 6 °C [6DS]), en el 2DS, mediante el apoyo adecuado
a las tecnologías de bajas emisiones de carbono en procesos de conversión y usos finales,
la demanda de energía primaria puede reducirse en un 30% y las emisiones de carbono
en el sistema energético en un 70% (y a la mitad con respecto a los niveles actuales)
de aquí a 2050. Las dos principales contribuciones a las reducciones acumuladas de
emisiones en el 2DS durante el período 2013-50 provendrían de la eficiencia del uso
final de los combustibles y la electricidad (38%) y de las renovables (32%). La captura y
el almacenamiento de emisiones de carbono (CAC) vendrían en tercer lugar con un 12%,
seguida de la energía nuclear con un 7%.
Los costes de inversión del 2DS en el sector eléctrico y en los tres sectores de
uso final (edificios, industria y transporte) no requerirían esfuerzos financieros
adicionales descabellados por parte de la economía mundial. La reducción drástica
de emisiones de carbono en el sector eléctrico en el 2DS costaría unos 9 billones USD entre
2016 y 2050 (lo que equivaldría al 0,1% del producto interior bruto mundial [PIB] acumulado
durante el mismo período). Lograr los potenciales de ahorro energético del 2DS en los
sectores de edificios, industria y transporte entrañaría una inversión adicional total de 3
billones USD entre 2016 y 2050. Concretamente, si se tiene en cuenta el potencial total de
una menor demanda de vehículos e infraestructuras de carreteras y parkings asociado a
las opciones de “evitar” y “cambiar” en los sistemas de transporte, el 2DS en el sector del
transporte se podría lograr con menores costes de inversión que el 6DS.
© OECD/IEA, 2016.
Energy Technology Perspectives 2016
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Resumen Ejecutivo
Las ciudades son fundamentales en los
esfuerzos para reducir drásticamente las
emisiones de carbono
Las ciudades dan forma al paisaje energético. Con más de la mitad de la población
de todo el planeta y en torno al 80% del PIB mundial en 2013, las ciudades representan en
torno a dos tercios de la demanda de energía primaria y el 70% de las emisiones totales
de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía. La huella de energía y carbono
de las áreas urbanas aumentará con la urbanización y la creciente actividad económica
de los ciudadanos urbanos. Para 2050, la población urbana aumentará hasta abarcar los
dos tercios de la población mundial y la cuota urbana del PIB mundial girará en torno al
85%. La continuación de las tendencias actuales del sistema energético, impulsadas por
políticas existentes como las del 6DS, incrementará la demanda urbana de energía primaria
en un 70%, desde los niveles de 2013, hasta unos 620 exajulios (EJ) en 2050, año en que
dicha demanda representará un 66% del total (Gráfica I.1). Asimismo, las emisiones de
carbono derivadas del uso de la energía en las ciudades (incluidas las emisiones indirectas
relacionadas con la generación de electricidad y calor) aumentarían un 50%. Por tanto, los
esfuerzos destinados a impulsar vías energéticas urbanas sostenibles son cruciales para
alcanzar las ambiciones nacionales y mundiales de bajas emisiones de carbono.
EJ
Gráfica I.1
Demanda urbana de energía primaria en los escenarios ETP, 2013-50
800
80%
600
70%
Industria
400
60%
Transporte
200
50%
0
40%
Agricultura
Edificios
2013
2050
2050
2050
6DS
4DS
2DS
Proporción países
no OCDE
Nota: 4DS = Escenario 4°C
Punto clave:
En el 2DS, el crecimiento del uso de energía primaria atribuible a las áreas urbanas
puede reducirse considerablemente.
Las ciudades deberían ocupar el centro de la transición energética sostenible.
El 2DS presenta una estrategia para satisfacer la demanda de servicios energéticos de uso
final en las ciudades, acompañado de una reducción considerable del consumo de energía
primaria y de sus impactos medioambientales. De hecho, las ciudades no solo impulsan la
demanda energética y sus impactos medioambientales; también pueden ofrecer grandes
oportunidades para orientar el sistema energético mundial hacia una mayor sostenibilidad.
El hecho de acelerar la implementación de tecnologías energéticas limpias en el entorno
urbano y de promover cambios de comportamiento entre sus ciudadanos puede disociar
notablemente el crecimiento del consumo urbano de energía primaria y de las emisiones de
© OECD/IEA, 2016.
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Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
carbono, del aumento del PIB y de la población, garantizando al mismo tiempo un acceso
continuo a los servicios de uso final. Por ejemplo, en el 2DS, la demanda urbana de energía
primaria puede limitarse mundialmente a 430 EJ de aquí a 2050 (el 65% de la demanda de
energía primaria total), lo cual representa un aumento inferior al 20% desde 2013, mientras
que durante el mismo período, se espera que la población urbana aumente un 67% y el
PIB un 230%. Respecto a los niveles en el 6DS, las emisiones de carbono derivadas del
consumo energético urbano podrían reducirse un 75% para 2050. En general, el potencial
de reducción de emisiones relacionado con el consumo energético urbano de aquí a 2050
en el 2DS asciende a 27 gigatoneladas (Gt), lo cual equivale al 70% de las reducciones de
emisiones totales en el 2DS (Gráfico 1.2), y no sería posible sin la transformación de los
sistemas energéticos urbanos.
Los sistemas energéticos urbanos ofrecen grandes oportunidades para
proporcionar servicios en transporte y edificios con una mayor eficiencia. En
el 2DS, la demanda energética final en los sectores de los edificios y el transporte urbanos
en 2050 se reduce en un 60% (unos 80 EJ) con respecto al 6DS. Estos ahorros energéticos
pueden hacerse realidad evitando la “necesidad” de una serie de servicios energéticos de
uso final (p. ej., reduciendo la longitud y frecuencia de los trayectos en ciudades compactas)
y con más opciones de eficiencia energética para satisfacer el mismo nivel de demanda
de servicios, como el cambio del modo de transporte reemplazando el coche personal por
el transporte público, caminar e ir en bicicleta. Los ahorros energéticos y los combustibles
de bajas emisiones de carbono en edificios y transporte urbanos pueden entrañar una
reducción directa e indirecta (i.e., generación evitada de electricidad y calor) de las
emisiones de unas 8 Gt de aquí a 2050 en el 2DS (con respecto al nivel logrado en el 6DS),
lo cual equivale a casi dos tercios de la reducción total de emisiones de estos dos sectores
y a cerca del 40% de la de todos los sectores de uso final. La clave de una parte importante
de este potencial de energía sostenible en sistemas urbanos radica en una mayor
electrificación de los usos finales (la electricidad es el mayor vector energético urbano en el
2DS para 2050), por ejemplo, mediante bombas de calor y vehículos eléctricos, acompañada
de un sector eléctrico con drásticas reducciones de emisiones de carbono.
Reducciones de las emisiones de carbono en los sectores de los
edificios y el transporte, 2013-50
Gráfica I.2
60
50
No-urbano
Gt CO2
40
30
No-urbano
20
Urbano
No-urbano
Urbano
10
Urbano
0
Emisiones mundiales
de CO2
Emisiones de CO2
6DS
2013
Edificios
Punto clave:
Reducciones de CO2
no urbano
Reducciones de
CO2 urbano
Emisiones de CO2
2DS
2050
Industria
Tranporte
Agricultura
Electricidad y calor
Las áreas urbanas son clave para reducir drásticamente las emisiones de carbono de
los sectores de edificios y transporte.
© OECD/IEA, 2016.
Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
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La manera en la que las nuevas ciudades se van a construir en las economías
emergentes es crucial para hacer realidad el 2DS. En las economías emergentes,
la urbanización puede aumentar el acceso a los servicios energéticos modernos y
mejorar potencialmente el nivel de vida. En el 6DS, alrededor del 90% del crecimiento
de la demanda urbana de energía primaria (256 EJ) entre 2013 y 2050 se registrará en
ciudades de economías no pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE), siendo aún más elevada esta tasa en los escenarios 4DS
y 2DS. Paralelamente, las emisiones de CO2 derivadas del consumo energético urbano
prácticamente se duplicarían. Sin embargo, las ciudades de las economías emergentes
pueden evitar quedar confinadas en un diseño urbano intensivo en carbono característico
de muchos centros urbanos de uso exclusivo y de baja densidad de los países de la OCDE,
proporcionando al mismo tiempo a sus ciudadanos, acceso a servicios energéticos modernos
y a una amplia gama de beneficios derivados de la sostenibilidad. En el 2DS, la demanda
urbana de energía primaria de los países no pertenecientes a la OCDE aumenta en torno a
un 40% entre 2013 y 2050, sin embargo la intensidad de carbono de sus ciudades se reduce
considerablemente mientras que sus economías urbanas crecen más de cuatro veces.
Aunque no existe una solución única para asegurar la sostenibilidad energética
urbana, un desarrollo urbano compacto y denso es un requisito previo
estructural para muchas de las opciones específicas de cada sector de cara
a la reducción de las emisiones de carbono. El entorno construido puede bloquear
durante décadas el sistema energético de una ciudad en cuanto a pautas de consumo ya
sean ineficientes o sostenibles. Por ejemplo, la forma y la densidad urbanas sientan las
bases para una menor demanda de movilidad y una mayor eficiencia del uso de la energía
en los edificios, incluida la oportunidad de integrar redes urbanas de calor y frío bajas en
emisiones, con calor generado mediante combustibles de bajas emisiones o calor residual
industrial. Una forma urbana que incorpore, por ejemplo, un desarrollo orientado hacia
uso de edificios para actividades diversas y el transporte público, así como el tamaño, la
densidad, la madurez, la economía y la capacidad de formulación de políticas locales de
las áreas urbanas, determinarán en gran manera la elección apropiada de las políticas y
tecnologías necesarias para alcanzar los objetivos del 2DS, sin embargo existen vías para
lograr transiciones energéticas sostenibles en entornos urbanos en cualquier circunstancia.
© OECD/IEA, 2016.
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Cuadro I.1
Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
Caso de estudio ETP 2016: El papel de las ciudades en la
transición energética sostenible en México
Con el objetivo oficial de reducir las emisiones
de carbono en 2050 un 50% por debajo de los
niveles de 2000, México se ha embarcado en una
transición energética sostenible muy ambiciosa,
que requiere una implementación acelerada
de soluciones de bajas emisiones en todos los
sectores. El 2DS en el caso de México muestra que
esta vía es posible con tecnologías existentes o
casi comerciales, y que puede generar beneficios
adicionales importantes, tales como una reducción
de la contaminación ambiental y la congestión
del tráfico. El rápido desarrollo de un conjunto
de soluciones tecnológicas ayudará a reducir las
emisiones de CO2 en el 2DS en más de la mitad de
aquí a 2050, con respecto al 6DS.
El 2DS mexicano solo es viable si los responsables
políticos locales pueden intensificar sus esfuerzos
para lograr una mayor sostenibilidad, entre ellos el
de invertir las pautas de desarrollo urbano que han
conducido a una notable expansión desordenada.
En 2013, alrededor del 50% de la demanda
energética final de todo el transporte nacional
y del 75% de la de edificios provinieron de las
ciudades. Naturalmente, esta demanda crecería
con los motores demográficos y económicos,
llegando casi a duplicarse en el 6DS entre 2013
y 2050. Si no se controlan, las emisiones directas
de CO2 procedentes de edificios y transporte
urbanos crecerán paralelamente y aumentarán un
80% entre 2013 y 2050, siendo el transporte el
principal responsable de dicho aumento. Abordar
el crecimiento de la actividad del transporte
individual con combustibles de bajas emisiones
de carbono es crucial para la viabilidad del
2DS mexicano. La reducción de la demanda de
movilidad urbana, un cambio hacia el transporte
público y la utilización de vehículos de bajas
emisiones en las ciudades contribuirían a más del
60% de la reducción de emisiones del transporte
en México en el 2DS, con respecto a los niveles del
6DS, de aquí a 2050.
Una acción política eficaz que aprovechara el
potencial urbano de reducción de emisiones de CO2
permitiría a México encauzar su infraestructura
urbana por vías más sostenibles, que conducirían
a un consumo energético más eficiente durante
décadas. Por ejemplo, las áreas metropolitanas
en climas cálidos que serán objeto de una gran
demanda de viviendas de protección oficial podrían
servir de referencia mediante la aplicación de
programas de viviendas sociales sostenibles, con
edificios multi-residenciales altamente eficientes.
Esta estrategia permitiría suministrar un mayor
confort térmico limitando los costes energéticos
asociados. Además, los gobiernos federal y estatal
deberían fomentar una mayor coordinación
con los municipios para así invertir tendencias
insostenibles como la expansión urbana
desordenada.
Las ciudades pueden permitir opciones y
sinergias únicas y rentables para acelerar
la reducción drástica de las emisiones de
carbono del sector de edificios
Los edificios urbanos representan actualmente en torno a dos tercios del
consumo energético final del sector de edificios. Bajo el 6DS, el consumo
energético de los edificios urbanos crecerá hasta un 70% por encima de los niveles
de 2013. Si el potencial de las opciones de eficiencia energética en edificios llega a
materializarse de acuerdo con las previsiones del 2DS, el consumo energético final en
edificios urbanos podría reducirse en más de un 30% de aquí a 2050 con respecto al
6DS. Al mismo tiempo, las emisiones directas anuales de CO2 del sector de edificios
se reducirían en más de un 50% con respecto a los niveles del 6DS. Las palancas más
© OECD/IEA, 2016.
Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
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importantes para lograr este potencial son la construcción de edificios nuevos altamente
eficientes, la renovación energética profunda de los edificios ya existentes y el despliegue
de tecnologías de producción de calor y frío energéticamente eficientes.
La demanda de calor y frío en las ciudades constituye la principal demanda
energética en edificios, pero una difusión acelerada de tecnologías de bajas
emisiones de carbono ayudaría a satisfacer, e incluso mejorar, la demanda de
confort térmico, reduciendo al mismo tiempo los impactos medioambientales
negativos. Con un consumo energético mundial que gira en torno al 40%, la producción
de calor y frío sigue siendo un área clave que requiere toma de medidas en el sector
edificios, sobre todo en las ciudades. Concretamente, la demanda de frío aumentará
considerablemente en las economías emergentes; en el 6DS, para 2050, la demanda de
energía para la producción de frío se quintuplica en las áreas urbanas de las economías
no pertenecientes a la OCDE, con tasas de crecimiento todavía más elevadas en ciertos
países, concretamente en la India, donde dicha demanda se multiplica por 25.
Las ciudades poseen varias características clave que ofrecen opciones
adicionales para reducir el consumo energético en los edificios. Una mayor
concentración potencial de hogares en edificios altos puede permitir un consumo
energético más bajo que satisfaga el mismo nivel de servicios de uso final. Además, la
posibilidad de conectarse a redes energéticas urbanas puede suministrar a los hogares
urbanos sistemas de calor y frío más rentables y menos intensivos en carbono que los
sistemas individuales de producción de calor. Las ciudades también ofrecen la posibilidad
de desarrollar conocimientos técnicos locales para suministrar tecnologías eficientes para
edificios, así como beneficiarse de las economías de escala debido a la concentración de la
demanda. Los proveedores de tecnología pueden tener acceso a una gran base de clientes
y las comunidades urbanas pueden difundir más rápidamente las mejores prácticas y la
información al cliente, acelerando así la difusión de dicha tecnología.
Los responsables políticos locales poseen las palancas necesarias para
modelar o remodelar radicalmente el entorno construido. Las autoridades locales
pueden impulsar la reducción drástica de emisiones de carbono del sector de los edificios
urbanos mediante funciones reguladoras de planificación del uso del suelo, aplicando
códigos de construcción, y mediante la planificación de redes energéticas urbanas
eficientes, de cero o bajas emisiones de carbono. Las políticas nacionales pueden reforzar
y completar las políticas urbanas de edificios de bajas emisiones de muchas maneras,
por ejemplo, mediante mecanismos que afectan al sector de edificios en su conjunto
(estándares de rendimiento mínimo, políticas fiscales, etc.) o, en el caso de los edificios
urbanos, introduciendo marcos sostenibles de planificación del uso del suelo urbano, junto
con iniciativas de fomento de capacidades para los planificadores locales.
Recopilar información también es esencial para priorizar los ámbitos de
toma de medidas con el fin de obtener la mayor rentabilidad posible. Un
requisito previo para que la planificación local logre una mayor sostenibilidad del consumo
energético en edificios es entender las soluciones de compromiso entre las distintas
soluciones energéticas limpias, saber si es más rentable extender una red urbana de
producción de calor ya existente u optar por una modernización profunda de los sistemas
energéticos de los edificios. Por ejemplo, puesto que los planificadores locales evalúan
los paquetes de renovaciones del parque inmobiliario existente y determinan hasta qué
punto es rentable o no una renovación profunda, esta información ayudará a guiar la
eficacia de los objetivos políticos en materia de edificios. La capacidad para recopilar
datos y analizarlos es, por ende, fundamental a la hora de garantizar que las decisiones se
toman con tras el análisis más exhaustivo posible de las oportunidades, los desafíos y las
soluciones de compromiso entre las distintas alternativas posibles.
© OECD/IEA, 2016.
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Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
Los sistemas de transporte urbano
pueden liderar la transición hacia bajos
niveles de emisiones de carbono en
materia de movilidad
Las ciudades son los principales motores de la demanda de movilidad mundial,
como resultado de la actividad directa del transporte de pasajeros dentro de
las zonas urbanas y entre ellas, e indirectamente, a través de la actividad del
transporte de las mercancías necesarias para satisfacer la demanda de bienes
de los residentes urbanos. La actividad del transporte urbano representó en torno al
40% del consumo energético total del transporte y de las emisiones totales de gases de
efecto invernadero “del pozo a la rueda” en 2013. Además, una parte importante de la
actividad del transporte no urbano proviene de la demanda de productos y materiales por
parte de negocios y hogares urbanos. Distintos patrones regionales de movilidad urbana
determinarán, a su vez, la gama de opciones disponibles para aumentar la sostenibilidad
energética del transporte urbano. Por ejemplo, en los países de la OCDE, la mayor parte
de la movilidad urbana tiene lugar con vehículos personales ligeros, de modo que es
esencial pasar del transporte personal al transporte público, al desplazamiento a pie y a la
bicicleta para alcanzar las metas del 2DS en materia de transporte. El papel del transporte
público es igual de relevante en las economías no pertenecientes a la OCDE para evitar la
expansión urbana desordenada y la consecuente elevada proporción de transporte personal,
característicos de algunas ciudades del mundo desarrollado.
Existen muchas oportunidades en las ciudades para frenar las emisiones
de carbono relacionadas con el transporte, reduciendo los trayectos y las
distancias de los mismos, orientándose hacia el transporte público y adoptando
paulatinamente vehículos más eficientes de bajas emisiones de carbono. En
el 2DS, las áreas urbanas pueden contribuir directamente a casi la mitad de los ahorros
energéticos y a dos quintos de la reducción de emisiones del sector transporte con respecto
al 6DS, de aquí a 2050. Los vehículos más eficientes y los combustibles de bajas emisiones
son pilares necesarios para reducir drásticamente las emisiones de carbono del transporte
urbano; juntos, constituyen dos tercios del potencial de reducción de emisiones. Las
opciones “evitar” y “cambiar” en las áreas urbanas contribuirían en un 36-39% a la reducción
de emisiones del transporte urbano (y en aproximadamente un 15-16% a la del transporte
total), lo cual subraya la importancia estratégica de las políticas de planificación urbana y de
la gestión de la demanda del transporte (GDT) urbano para el 2DS.
Los beneficios de una movilidad urbana menos intensiva en energía y carbono
van más allá de la reducción de emisiones que puede lograrse en las ciudades.
La movilidad de bajas emisiones de carbono puede generar beneficios de sostenibilidad
adicionales como una menor contaminación ambiental, una menor congestión del tráfico
y una mayor seguridad. Las ciudades son también bancos de pruebas importantes para
la introducción de tecnologías de transporte avanzadas, como “Mobility as a Service”, un
concepto de movilidad nuevo, o la incorporación de las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) en el transporte urbano (p. ej., como un medio para integrar servicios de
transporte público, o incluso con la posible llegada de los vehículos autónomos). Además,
la conducción urbana se ajusta bien a la difusión de vehículos eléctricos de batería (VEB),
a través de modelos de propiedad convencionales, o programas de vehículo o trayecto
compartido. El entorno urbano puede constituir un nicho adecuado para los VEB debido a las
menores exigencias de autonomía y a la posible disponibilidad de una concentrada red de
puntos de carga públicos.
© OECD/IEA, 2016.
Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
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Los responsables políticos locales disponen de muchas palancas para
incrementar la sostenibilidad del transporte urbano con el entorno propicio.
Las autoridades locales deberían implementar medidas GDT que apoyen la adopción de
transporte no motorizado (bicicleta, marcha a pie) y público paralelamente a la difusión
acelerada de vehículos eléctricos –incluidos vehículos de dos ruedas, taxis públicos y
flotas de autobuses– y vehículos comerciales ligeros (para la entrega de mercancías y
otros servicios municipales, como la recogida de basuras y los servicios postales). Las
políticas de tarificación (p. ej., tarifas de congestión, peajes zonales y peajes), las políticas
regulatorias (p. ej., restricciones de acceso y matriculación vehicular) y las inversiones y
subvenciones en materia de transporte público y movilidad no motorizada, son tres ejemplos
de medidas municipales que es preciso aplicar activamente para alcanzar las metas del
2DS en transporte urbano. El potencial de las políticas locales para reducir drásticamente
las emisiones de carbono en el transporte público dependerá de la capacidad para impulsar
medidas nacionales que proporcionen las señales de precios adecuadas –sobre todo,
fuertes regímenes de impuestos sobre los vehículos personales y los combustibles–, así
como marcos nacionales que permitan la planificación de un transporte sostenible (y,
concretamente, un transporte integrado con el uso del suelo).
Las redes de suministro energético
urbano de bajas emisiones de carbono y
las redes energéticas urbanas inteligentes
ofrecen muchos beneficios potenciales
tanto a escala local como nacional
Las fuentes de energía renovable situadas en las áreas urbanas pueden
contribuir en gran manera a satisfacer las necesidades energéticas de las
ciudades, aumentando al mismo tiempo la resiliencia energética urbana y
reteniendo el valor económico dentro de las comunidades urbanas. Entre las
fuentes de energía renovable que pueden desarrollarse en las áreas urbanas, la solar
fotovoltaica (FV) en tejados, los residuos sólidos urbanos (RSU) y el gas proveniente de las
aguas negras y residuales todavía son rentables actualmente, y pueden desempeñar un
papel relevante a la hora de satisfacer las necesidades urbanas de electricidad, calor y frío.
Aunque el potencial de los RSU y del gas de las aguas negras y residuales no es vasto en
términos absolutos (p. ej., equivalente a menos del 4% de las necesidades eléctricas urbanas
en 2050 en el 2DS), estos recursos energéticos pueden entrañar ahorros notables para los
servicios de tratamiento de desechos y aguas residuales proporcionados por las ciudades.
La energía solar FV en tejados puede contribuir en gran manera a satisfacer
la demanda de electricidad en las ciudades. El potencial técnico para la solar FV en
tejados podría suministrar hasta un 32% de la demanda eléctrica urbana y el 17% de la
demanda de electricidad total mundial en el 2DS de aquí a 2050. Teniendo en cuenta la
competencia con opciones de generación alternativas, en torno a un 5% de las necesidades
eléctricas urbanas se cubriría de manera rentable mediante tejados solares fotovoltaicos
en el 2DS en 2050. El potencial de la energía solar FV en tejados es mayor en pequeñas
ciudades debido a la menor densidad. Estas ciudades pequeñas, sin embargo, suelen estar
peor preparadas para materializar este potencial. Los gobiernos nacionales y regionales
pueden prestar una ayuda clave a las ciudades abordando la falta de datos y los limitados
recursos financieros y conocimientos técnicos, así como la capacidad de gobernanza.
© OECD/IEA, 2016.
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Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
Las ciudades pueden reducir la huella de carbono de su demanda térmica
reutilizando el excedente de calor procedente de plantas industriales ubicadas
en las proximidades de las áreas urbanas. La rentabilidad de utilizar el calor industrial
sobrante (CIS) en las ciudades depende de condiciones locales tales como la existencia de
redes de distribución térmica y la calidad de la fuente de calor, entre otras. El potencial
técnico global del CIS de temperatura alta y media que podría recuperarse en industrias
intensivas energéticamente sería equivalente al 2% del actual consumo energético final
de la industria, o al 3% del consumo energético de edificios urbanos en 2050 en el 2DS.
A escala regional, las ciudades de los países en desarrollo cuentan con una oportunidad
importante, ya que el 80% del potencial identificado del CIS reside en las economías de
los países no pertenecientes a la OCDE. Para aumentar la recuperación del CIS, los marcos
políticos deben fomentar técnicas de integración energética en los procesos de plantas
industriales, así como la elaboración de mapas situando los recursos energéticos locales y
las demandas urbanas.
La integración de los sistemas de los servicios de energía distribuida en las
ciudades puede acelerar la penetración de fuentes de energía distribuida y
fuentes renovables periurbanas, aumentando la resiliencia y la seguridad de los
sistemas energéticos urbano y nacional. En un escenario mundial caracterizado por un
gran aumento de renovables variables y de generación distribuida (GD), una infraestructura
energética urbana más inteligente es un requisito previo importante para lograr el 2DS, el
cual ofrece a su vez ventajas no climáticas adicionales a escala nacional (Cuadro I.2). El
potencial de seguimiento y control de las TIC deberá incorporarse en la planificación de
redes urbanas. En áreas con elevada demanda de calor y donde queda por construir mucha
infraestructura urbana (p. ej., China), las redes urbanas de calor de baja temperatura pueden
proporcionar una mayor flexibilidad del sistema de redes nacionales.
Se necesitan modelos de negocio nuevos e innovadores para una integración
de sistemas efectiva a escala urbana. Algunos ejemplos de modelos de negocio
innovadores son las “micro-redes como un servicio” o los distintos modelos existentes
que convierten a los consumidores en productores o “usuarios avanzados” y ofrecen una
amplia gama de beneficios a escala local, entre ellos: menores impactos medioambientales,
menores costes energéticos para las comunidades urbanas, mayor acceso a la energía
y mayor seguridad del suministro. Los responsables políticos nacionales y locales deben
trabajar juntos para permitir estas sinergias y sacar provecho de los beneficios de redes
energéticas urbanas más inteligentes, tanto a escala local como nacional (Cuadro I.2).
© OECD/IEA, 2016.
Energy Technology Perspectives 2016
Cuadro I.2
Resumen Ejecutivo
15
Beneficios de las redes energéticas urbanas inteligentes para los
sistemas energéticos nacionales
Las redes energéticas urbanas inteligentes
pueden aprovechar el potencial combinado de las
redes energéticas urbanas integradas y de la GD
para ofrecer una mayor flexibilidad a los sistemas
energéticos nacionales.
Los recursos energéticos distribuidos basados en
las TIC e inteligentes (incluido el almacenamiento
de energía), dentro de redes energéticas urbanas
inteligentes, pueden proporcionar un amplio
abanico de servicios técnicos que permiten a los
operadores de redes planificar y operar mejor los
sistemas nacionales eléctricos, y aumentar la
capacidad de absorción de tecnologías energéticas
renovables y descentralizadas a menor coste.
Los beneficios de volver más inteligentes las redes
energéticas urbanas no se limitan a los sistemas
eléctricos: integrar las redes de electricidad, calor
y combustibles puede aumentar la utilización del
sistema, reducir los costes totales y ofrecer una
mayor flexibilidad al sistema eléctrico nacional.
Por ejemplo, una red de calefacción urbana puede
conectar localmente la producción y el consumo
de calor y electricidad, ofreciendo flexibilidad
operativa para ajustar en la red nacional la
variabilidad de períodos de excesiva o escasa
generación a partir de energías renovables. En
general, la mayor flexibilidad proporcionada por
tales sistemas urbanos de electricidad y calor
puede no solo equilibrar la variabilidad de la
generación a partir de fuentes renovables en
el sistema nacional, sino además ofrecer un
equilibrio local y otros servicios sistémicos para
apoyar la integración de las fuentes de energía
distribuida.
Haciendo posible un sistema más distribuido en el
que la energía se produce y consume localmente,
las redes energéticas urbanas integradas, más
inteligentes, pueden reducir la necesidad de
inversión en la infraestructura energética
nacional (incluidos los requisitos menos estrictos
sobre capacidad de reserva o infraestructura
de transmisión). Más genéricamente, también
pueden realzar la seguridad energética mediante
una mayor redundancia y resiliencia ante choques
externos.
Movilizar el potencial energético
sostenible urbano exige un gran apoyo
por parte de los gobiernos nacionales y
de los responsables políticos locales
Una gran parte de los potenciales ahorros energéticos y reducción de
las emisiones de carbono relacionados con las ciudades quedarán sin
explotar, a menos que se intensifique la acción política. Se requieren acciones
tempranas, coordinadas y eficaces para evitar “quedarse confinados” en sistemas
energéticos ineficientes; una vez construidos, los edificios, las calzadas y los sistemas de
transporte público estarán ahí por muchos años. El enfoque tradicional de las políticas
energéticas urbanas de satisfacer la demanda de servicios energéticos de los habitantes
urbanos y reducir al mismo tiempo los impactos medioambientales se ha expandido
considerablemente durante los últimos años. Muchas ciudades han aceptado un desafío
energético sostenible más amplio. Durante los últimos 25 años, estas ciudades han
desempeñado un destacado papel como líderes y pioneras para abordar cuestiones de
sostenibilidad energética nuevas, como la mitigación del cambio climático y la resiliencia
al mismo.
© OECD/IEA, 2016.
16
Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
La capacidad de las ciudades para abordar eficazmente las cuestiones de
sostenibilidad energética local puede traducirse en mayores oportunidades
para alcanzar los objetivos políticos energéticos nacionales. La capacidad de
las ciudades para reducir la demanda de uso final y su huella de emisiones de carbono,
así como para fomentar el suministro energético urbano, es un facilitador estratégico de
las políticas nacionales. En primer lugar, las redes energéticas urbanas más inteligentes
pueden aportar una mayor flexibilidad al sistema energético más amplio, lo cual es, de por
sí, un pilar fundamental para la seguridad y asequibilidad energéticas. En segundo lugar,
la reducción de la contaminación ambiental y de la congestión del tráfico se traduce en
menores costes para los sistemas nacionales de salud y en una mayor productividad para
las economías nacionales. En tercer lugar, una mayor resiliencia energética urbana ante
choques externos tales como eventos climáticos extremos es también un requisito previo
para reforzar la seguridad energética del sistema nacional.
Las ciudades son también laboratorios de pruebas estratégicos para
tecnologías energéticas y modelos de negocio innovadores, pero el
compromiso de los responsables políticos locales y nacionales es crucial para
generar marcos favorables correctos que apoyen la “mina de innovación”
urbana. Los sistemas energéticos urbanos pueden proporcionar los nichos ideales
para que las tecnologías energéticas innovadoras (como los vehículos eléctricos o la FV
integrada en edificios) avancen desde la fase de pruebas, y a través de la implementación,
hasta la madurez comercial. La difusión acelerada de la tecnología ofrece, además,
nuevas oportunidades y necesidades de modelos de negocio nuevos. Las políticas locales
y nacionales poseen muchas opciones para respaldar los cambios incentivados por
tecnologías y modelos de negocio innovadores, pero el ritmo rápido de tales cambios exige
un alto grado de flexibilidad y reactividad.
Los gobiernos locales tienen a su disposición varios mecanismos políticos que
persiguen la sostenibilidad energética urbana de manera efectiva. Algunas de
esas palancas políticas pueden abordar la sostenibilidad energética local desde un punto
de vista más holístico. Por ejemplo, la capacidad de reforzar el papel que un entorno
urbano compacto puede desempeñar en la transición sostenible mundial dependerá en
gran parte de la capacidad necesaria para implementar una planificación integrada del
transporte y del uso del suelo. Además, en miles de ciudades de todo el mundo se están
adoptando ampliamente planes energéticos urbanos sostenibles. Mecanismos innovadores
de financiación (como el mecanismo Property Assessed Clean Energy) y enfoques de
gobernanza (como el modelo Sustainable Energy Utility) han dejado ya patente su
capacidad para superar muchas barreras a la hora de aprovechar el potencial energético
sostenible local. Sin embargo, la ambición y la eficacia de estos enfoques políticos
dependen de la capacidad humana, legislativa y financiera de la administración municipal,
que a menudo carece de tal capacidad incluso en áreas que tradicionalmente han sido
competencia suya, como la planificación del uso del suelo y del transporte.
Los gobiernos nacionales pueden liderar con éxito transiciones energéticas
locales mediante una combinación de marcos y enfoques regulatorios
propicios. Los responsables políticos nacionales pueden permitir a las ciudades proseguir
con sus ambiciones de sostenibilidad energética local de muchas maneras, por ejemplo:
instaurando programas de fomento de capacidades para los planificadores locales;
ampliando los poderes legislativos para cuestiones de fiscalidad local, planificación del uso
del suelo y transporte; y haciendo disponibles esquemas de financiación específicos para
inversiones en infraestructuras urbanas. Los responsables políticos nacionales también
pueden aplicar requisitos obligatorios de modo que las ciudades introduzcan planes
de sostenibilidad urbana y estándares eficiencia mínima energética para los edificios
© OECD/IEA, 2016.
Energy Technology Perspectives 2016
Resumen Ejecutivo
17
municipales y las flotas de transporte público. Además, en muchos países, la legislación
fiscal nacional puede frenar la expansión urbana mediante disposiciones específicas sobre
ordenación del territorio local y cuotas de usuario, así como impuestos de propiedad, que
ofrecen grandes incentivos financieros para un desarrollo denso y compacto.
No existe un modelo único; los responsables políticos tienen que elegir la
combinación apropiada de estrategias y soluciones óptimas en función de las
particularidades de sus ciudades y países. En las economías no pertenecientes a
la OCDE, en las que aún quedan por construir muchas infraestructuras urbanas, existen
amplias oportunidades de confinamiento “positivo” (de bajas emisiones). El fomento del
desarrollo de capacidades y la asistencia financiera son cruciales para las ciudades de
economías emergentes, y los gobiernos nacionales, bancos de desarrollo multilaterales,
ONG y organizaciones internacionales tienen un papel estratégico que desempeñar
a la hora de apoyar a las ciudades que aún deben construir grandes infraestructuras
energéticas nuevas. Los países de la OCDE, por su parte, deben centrarse en la reducción
de la huella de carbono de las infraestructuras ya existentes – por ejemplo, modernizando
edificios comerciales y residenciales, y reservando carriles para sistemas de autobuses de
tránsito rápido–. Por último, otro papel importante para los países de la OCDE consiste en
explorar y pilotar nuevos mecanismos financieros y enfoques de gobernanza que puedan
generar ejemplos de mejores prácticas para las economías emergentes.
Cuadro I.3
Recomendaciones a los responsables políticos nacionales
Si bien cada capítulo de ETP 2016 recomienda
acciones a los responsables políticos en distintos
ámbitos, como gobierno o industria, y a
distintas escalas (nacional, local), las siguientes
recomendaciones de alto nivel pretenden resumir
los principales “puntos de partida” para que
los responsables políticos nacionales aspiren a
impulsar el potencial energético sostenible de las
ciudades:
■■ Alinear
mejor los marcos reguladores con las
innovaciones tecnológicas fomentará la adopción
de tecnologías nuevas y modelos de negocio
innovadores en los sistemas energéticos urbanos.
Debe reforzarse la capacidad de los gobiernos
locales para implementar políticas energéticas
sostenibles eficaces, incluyendo la ampliación del
poder legislativo de los municipios si procede.
■■ Ampliar
la capacidad de las ciudades para
generar ingresos y acceder a la financiación a
© OECD/IEA, 2016.
un coste menor fomentará los esfuerzos de las
mismas para emprender programas energéticos y
proyectos de infraestructura sostenibles.
■■ La
capacidad de los funcionarios locales para
implementar una planificación integrada del uso
del suelo y del transporte, y una planificación
energética sostenible debe apoyarse mediante
programas de fomento de capacidades
financiados a nivel nacional, que, a su vez,
pueden beneficiarse en gran manera de la
experiencia de organizaciones internacionales.
■■ Instaurar
“cámaras de compensación” allá donde
todavía no existan, facilitará el diálogo y la
comunicación entre los gobiernos nacional y
local, y otros actores energéticos, en cuestiones
tales como la identificación de desafíos para
acelerar las transiciones energéticas urbanas y el
debate sobre soluciones innovadoras.
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Energy Technology Perspectives 2016
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The IEA is expanding the availability of data used to create the Energy Technology Perspectives publication. Interactive
data visualisations are available on the IEA website for free. After buying the book, extensive additional data, interactive
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25-04-2016 14:41:02
This publication reflects the views of the International Energy Agency (IEA) Secretariat but does not
necessarily reflect those of individual IEA member countries. The IEA makes no representation
or warranty, express or implied, in respect to the publication’s contents (including its completeness
or accuracy) and shall not be responsible for any use of, or reliance on, the publication.
This document and any map included herein are without prejudice to the status of or sovereignty
over any territory, to the delimitation of international frontiers and boundaries and to the name
of any territory, city or area.
El presente documento fue publicado originalmente en inglés.
Aunque la AIE no ha escatimado esfuerzos para asegurar que su traducción al español
constituya un reflejo fiel del texto original, se pueden encontrar ligeras diferencias.
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IEA PUBLICATIONS, 9 rue de la Fédération, 75739 PARIS CEDEX 15
Typeset and printed in France by IEA, May 2016
Photo credits: Flickr.com - Umberto Salvagnin
The paper used for this document has received certification from the Programme
for the Endorsement of Forest Certification (PEFC) for being produced respecting PEFC’s ecological,
social and ethical standards. PEFC is an international non-profit, non-governmental organization dedicated to promoting
Sustainable Forest Management (SFM) through independent third-party certification.
The paper used has been produced respecting PEFC’s ecological,
social and ethical standards
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IEA PUBLICATIONS,
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CORLET, May
May 2014
2014
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(612014011P1) ISBN:
ISBN: 9789264208001
9789264208001
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Obsession
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ETP 2016_001-416.indb 416
4/25/2016 9:28:57 PM
Energy Technology Perspectives 2016
Towards Sustainable Urban Energy Systems
Las ciudades impulsan el crecimiento económico, pero también pueden impulsar
el cambio sostenible. A medida que aumenta la proporción de población mundial
que vive en las ciudades, la toma de acciones de calado en las áreas urbanas
puede resultar decisiva para lograr la sostenibilidad del sistema energético
mundial a largo plazo, incluyendo las reducciones de emisiones de CO2
necesarias para alcanzar los objetivos climáticos fijados en la COP21 en París.
El apoyo de los gobiernos nacionales es un prerrequisito estratégico a la hora de
aprovechar el potencial que las tecnologías energéticas sostenibles y las políticas
pueden ofrecer en las ciudades, el cual demasiado a menudo, queda sin explotar.
Ante la perspectiva de una demanda energética mundial todavía mayor
durante las próximas décadas, Energy Technology Perspectives 2016 (ETP
2016 – Perspectivas sobre tecnología energética) examina las oportunidades
tecnológicas y políticas disponibles para acelerar la transición hacia sistemas
energéticos urbanos sostenibles. Este potencial podría ser la clave para dirigir
con éxito una transición energética que muchos creen todavía imposible, siempre
y cuando las acciones a nivel local y nacional puedan alinearse para lograr los
objetivos de sostenibilidad a ambos niveles. Sin embargo, las políticas tienen
todavía un largo camino por recorrer en este ámbito: ETP 2016 presenta el
informe anual Tracking Clean Energy Progress de la AIE, el cual revela una vez más
que, pese a algunos avances notables, el ritmo de transformación del sector
energético es mucho más lento que el necesario para alcanzar los objetivos de
sostenibilidad a largo plazo.
Proponiendo opciones hacia una transición energética sostenible que incorporan
un análisis cuantitativo detallado y transparente, así como una interpretación
exhaustiva, ETP 2016 y la serie de publicaciones relacionadas, son de lectura
obligada para expertos del ámbito energético, responsables políticos y jefes de
gobierno, así como para líderes industriales e inversores.
La compra de ETP 2016 incluye datos, gráficos y visualizaciones extensos
disponibles para descarga. Para más información, visite www.iea.org/etp2016
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