Un corazón invencible

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Un corazón invencible
Por Daiki Oikawa
Ciudad de Tome, prefectura de Miyagi, Japón
El 11 de marzo, cuando ocurrió el Gran
Terremoto del Este del Japón, yo estaba
escribiendo un artículo para el periódico
de mi colegio. Al sentir la fuerte
sacudida, me introduje inmediatamente
bajo el escritorio. Momentos después
corrí a la playa de estacionamiento
ubicada detrás de la escuela. Mi madre
y mi hermano menor corrieron al
mismo lugar. Cuando apenas habían
llegado, las primeras olas alcanzaron el
patio del colegio. Parecía un lago.
Pronto, se escuchó un sonido fuerte y brusco. El tsunami llegaba por todas las calles. Un
maestro gritó “¡Corran todos!” y los niños corrimos hacia la montaña trasera. Mientras
escalábamos el maestro nos decía “¡Más arriba, más arriba!”. Subimos tanto que sólo se
veían las montañas. Luego, comenzó a nevar a grandes copos y nos refugiamos en una
guardería infantil cercana. Temblé de frío toda la noche. Al día siguiente, empezaron a
llegar cuantiosos refugiados. Todo tipo de gente iba y venía, una tras otra. Algunos
pudieron rencontrarse con sus familiares, otros buscaban a los desaparecidos.
Al día siguiente, mi madre me entregó
un reloj de pulsera. Era el que usaba mi
abuelo. Al ver el reloj comprendí que
mi abuelo no lo había logrado. ¿Por
qué? ¿Cómo? Fue tanta la tristeza que
lloré.
Habían encontrado a mi abuelo ese día, tal cual estaba el día del terremoto. Su reloj no
se había parado. Era como si estuviera diciendo, “No te detengas, sigue avanzando”.
Inicié mis clases en otra escuela en abril y mi madre volvió al trabajo. Pude volver a
jugar el béisbol que tanto me gusta. El lema de mi familia es “seguir avanzando”.
Estoy seguro de que mi abuelo está observándome y que desea que yo sea un niño capaz
de superar cualquier cosa, suceda lo que suceda, sin quejarme. Por eso no me daré por
vencido.
Los que sobrevivimos estamos avanzando enérgicamente, luchando con todas nuestras
fuerzas todos los días. Creo que esto es lo mejor que puedo hacer por mi abuelo. Por eso
seguiré avanzando firmemente con un corazón invencible.
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