Muertos vivos. El sitio Web de Don Bosco-Itatí estima que el 10% de los chicos entre 10 y 13 años de Itatí tiene algún problema de drogadicción. ¿Qué es lo primero que piensas cuando dices que Villa Itatí es un lugar de dolor, sacrificio y exclusión? Cecilia: - Pienso en la realidad de los chicos. Los chicos en las esquinas de algunos lugares están desfilando como agonizando. Están a la vista de todo el mundo. Al entrar en Villa Itatí, están por todos los lugares. Esquinas, pasillos, veredas… Muchas veces los chicos están delante de ti como diciendo: ‘socórreme, auxilio’. Me da rabia, me indigna la ausencia de quienes tienen responsabilidades en el control y en hacer algo por su vida. Cuando pienso en la Villa, pienso al mismo tiempo en una construcción de vida, en el sacrificio y en la resistencia. Es decir, evidente- “ En Villa Itatí se siente evangelizado porque la iglesia es de los pobres. “Uno siente que está pisando tierra santa y que hay que descalzarse ante los pobres, que tienen esta fuerza de vivir y de hacer fiesta” ... la Asociación es como “una parábola”. “Hoy Jesús dice: el reino de los cielos se parece a un grupo de hombres que en 2001 se organizó la asociación vive por lo solidaria que es”. Hay, entre ellos, muchos compañeros que salieron de la cárcel y “se han reciclado”. Se recicla la vida.” Cartoneros argentinos procesando plásticos mente hay un proyecto de muerte; quieren eliminar la vida de estos chicos, porque “sobran.”, están de más. Muchos chicos dejan la escuela o nunca ingresan en ella, y transitan la adolescencia en la calle, “entregados a la droga, a los ilícitos, al embarazo adolescente, a abusos…Es un tiempo libre que resulta destructivo y los violenta”. Sintetiza el sitio Web de Don Bosco-Itatí. Para subsistir, chicos y grandes ‘cirujean’ 2 en Quilmes y los contornos porteños, o combinan ‘cartoneo’ y ‘changas’ 3. En 2001 un grupo de carreros formó una asociación para trabajar cooperativamente; paradójicamente, ocurrió en La Cava, la zona más baja y oscura adonde desembocan los residuos líquidos de toda la villa. El atraso escolar por repetición o abandono es lo que se destaca en el Censo Social 2010 de Quilmes. A los 13 años los chicos pobres del municipio empiezan a desaparecer de la escuela y entre los 15 y los 18, un tercio de ellos queda fuera. “Por la preocupación de buscar algo para comer, los chicos de Itatí abandonan o permanecen como ‘retenidos escolares’ más que como alumnos”, analiza la web de Don Bosco-Itati. “Ser alumnos -plantean- es un desafió demasiado grande para ellos, que a veces dudan de su propia capacidad de aprendizaje y se convierten en problemáticos e indisciplinados, incapaces de adaptarse a rutinas”. Desde el Centro Educativo Popular Eduardo Mignona, la Asociación de Cartoneros intenta contener a los chicos en riesgo social con actividades, tales como alfabetización, apoyo escolar y capacitación laboral (en herrería, jardinería, carpintería y triturado de plástico). Además, articulan con centros de formación para capacitarlos en computación, administración contable, y como operadores comunitarios. Julio - Agosto 2012 25 plásticos, tiene 24 años y tres hijos, y la fama de ser el ‘parrillero’ oficial de la Asociación, porque cuando hay unos pesos y llega un cumpleaños, comparten entre todos un modesto asadito… Cecilia Lee fmm en el galpón de cartoneros con uno de los trabajadores El Evangelio según ‘Coco’ “¿Dónde construir una iglesia sino allí?”, se pregunta Daniel Romanin “Coco”, un hermano salesiano que está desde hace ocho años en la parroquia San Juan Bosco, de la diócesis de Quilmes. En Villa Itatí se siente evangelizado porque la iglesia es de los pobres. “Uno siente que está pisando tierra santa y que hay que descalzarse ante los pobres, que tienen esta fuerza de vivir y de hacer fiesta” “Se nota la unión” Javier, a quien todos conocen como ‘Cacho’, tiene 22 años y un hijo, y hace poco se incorporó a trabajar en la cooperativa. Toda la vida ‘cirujeó’. Cuando tenía 14 años, vio como se gestaba la Asociación a la que luego pudo incorporarse. Allí se capacitó durante dos años en herrería y jardinería. Esa formación le permitiría buscar trabajo en otro sitio, pero no quiere. “Más allá de que no hay patrón y se trabaja distinto, estás trabajando con tus vecinos, que se criaron contigo. Hay compañerismo –argumenta-. En otros trabajos esperas a que llegue el viernes, acá no”. “Trabajar vas a trabajar siempre, pero ¡te ríes a carcajadas!” Para él, la Asociación es como “una parábola”. “Hoy Jesús dice: el reino de los cielos se parece a un grupo de hombres que en 2001 se organizó la asociación vive por lo solidaria que es”. Hay, entre ellos, muchos compañeros que salieron de la cárcel y “se han reciclado”. Se recicla la vida. “Sin patrón”. El trabajo cooperativo en serio es lo que más celebra Rubén, “en otros depósitos trabajé de sol a sol para un hombre que quería ganar su plata, y sus hijos tienen un BMW y una camioneta último modelo, mientras nosotros un coche viejo y una bici”, compáralo. “La Asociación no tiene patrón. Cada uno sabe lo que tiene que hacer. Es todo por igual, y se divide todo entre todos”. Se capacitó en triturado de 1 ‘Paqueándose’: consumiendo “paco”, droga similar al crack que los destruye en pocos meses y es de gran poder adictivo. 2 ‘Cirujear’, recolectar papel, vidrio, cartón, plásticos, y otros elementos reciclables, de entre la basura (a menudo sin clasificar) de distintos sectores de la ciudad y los alrededores.. 3 ‘Changa’ trabajo por un tiempo breve. 26 FMM Lugar de Encuentro VII/52 También cuando alguien muere, ahí está la Asociación de Cartoneros para acompañar. Es una economía no prevista, es el Evangelio” dice ‘Coco’capaz de ‘zurcir cielo y tierra’ en pocos conceptos. (De la Revista ‘La Pulseada’ La Plata) Francia Escuela en el Hospital escuela, de la sociedad, de la multitud, de los contactos humanos, a los gritos, al ruido. Jóvenes que no se encuentran a sí mismas, rebotadas de uno a otro de sus padres divorciados. Otras, en rebelión contra su madrastra, su familia recompuesta o asfixiadas por una madre soltera que se ha juntado a otro. A menudo, a través de mis clases de biología, las estudiantes balbucean sus problemas que luego compartimos en el equipo ya que trabajamos en relación con el equipo sanitario del Hospital. A través de los cursos individuales, lo más importante no es tanto prepararles a examinar su estado, como el ayudarles a descubrir sus oportunidades, sus riquezas, y felicitarles por el menor esfuerzo que hagan, alentándoles por cada resultado para que poco a poco recuperen la confianza en sí mismas. La Escuela del Hospital fue fundada hace 83 años para ayudar a jóvenes hospitalizadas de 6 a 20 años de edad. Como es una sucursal de la educación pública, la escuela es laica y aconfesional. Después de haber estado en la educación toda mi vida, y haber alcanzado la edad de la jubilación, mi misión actual es ser voluntaria en esta asociación. La directora del establecimiento me preguntó si aceptaba ser insertada en la estructura de “Los Adolescentes de 15 a 20 años en psiquiatría”. Salté de alegría y aproveché la petición para aclarar mi identidad en este ambiente secular. Señalé: “Soy una religiosa franciscana y para san Francisco la prioridad debe darse a los más pobres de la sociedad. Para mí, estas jóvenes con graves problemas que paralizan su desarrollo y su futuro, se encuentran entre los más pobres.” Al no poderles hablar acerca de Jesucristo como me gustaría, me preocupo en primer lugar de ser su testigo. Como Jesús que oraba largamente antes de expulsar a los demonios y hacer los milagros, me preparo en la oración antes de abordar cada tarde a estas jóvenes. Y deseo que brille a través de mí la luz de Dios y su inmensa compasión: “Que el Señor ilumine su rostro sobre ti.” (Nm 6,25) Este es mi deseo para cada uno. Françoise le Roy, fmm - París Y aquí estoy comprometida en el sistema: un maestro para cada estudiante (siendo su nivel y sus conocimientos únicos en cada uno). Tengo una decena de estudiantes. Los casos son difíciles y variados: muchas anoréxicas se niegan a crecer por temor a su futuro, las fobias son de varias causas: fobia de la Julio - Agosto 2012 27 P O L o N i a En Polonia durante la Segunda Guerra Mundial Polonia, es sin duda, uno de los países de Europa y del mundo que más ha sufrido durante la Segunda Guerra Mundial, atenazado por Alemania y Rusia. Al igual que el pueblo, las FMM sufrieron profundamente el peso de los nuevos gobernantes y se solidarizaron con sus compatriotas. Antes de mostrar lo que ellas vivieron, no estará de más, describir brevemente la situación de este país entre 1939 y 1945.En los años 30, nació el nazismo alemán con el propósito de vengarse por la derrota humillante que sufrió en el 1918. El 1º de septiembre de 1939, las fuerzas militares, invaden y ocupan Polonia originando un ambiente de terror y de crímenes contra la población civil. La parte occidental del país, es simplemente añadida a Alemania, y la parte oriental permanece autónoma bajo el gobierno general alemán. La perspectiva de Hitler es ‘germanizar’ Polonia, sus líderes políticos y los grandes propietarios. El clero diocesano y los religiosos y religiosas son deportados a 300 prisiones, campos de concentración y centros de trabajos forzados, donde mueren 2700 miembros del clero diocesano y de la vida religiosa. A mediados de septiembre de 1939 los soviéticos, de acuerdo con los alemanes, con la excusa de protegerles, invaden las provincias del Este que limitan con Rusia: Lituania, Bielorrusia, Ucrania. Un millón y medio de polacos que viven en estas provincias serán deportados a Siberia. Evidentemente, se crea una alta resistencia interna en todo el país, y los obispos son los primeros en apoyarla para colaborar a la conspiración política y mili28 FMM Lugar de Encuentro VII/52 tar contra el dominador, organizando la acogida de aquellos cuyos bienes están confiscados en occidente, y también a los políticos perseguidos por la policía alemana, ayudando a salvar a los judíos condenados al exterminio. El 1 de agosto de 1914, la AK (Armia Krajowa, del Ejército Nacional) desencadena la sublevación de Varsovia que en nueve semanas es dominada por las tropas alemanas con un saldo muy doloroso: 250.000 víctimas de polacos y la ciudad arrasada. Al final de esta guerra, Polonia, la mártir, pierde su autonomía interna y durante 45 años se verá sometida a un régimen de estilo soviético, detrás de “la Cortina de Hierro”. Al empezar la guerra, había cinco comunidades FMM en Polonia: Labunie y Zamoṡƈ, al suroeste cerca de la frontera con Rusia (hoy Ucrania); en Varsovia en Michalin, cerca de la frontera con la Baja Silesia, entonces alemana, y en Smorgonie, Bielorrusia, a 80 km de Vilna (Lituania); estas dos últimas casas fueron fundadas en 1939, cuando apenas habían comenzado sus actividades pastorales y sociales. Y por otra parte, la comunidad de Katscher (ahora Kiertz), fundada en 1928 en la baja Silesia, que en aquel tiempo era alemana. Desde el comienzo de la invasión nazi, los conventos de Labunie y Zamoṡƈ sufren los bombardeos, pero afortunadamente quedan a salvo los edificios que les permite acoger a la multitud de refugiados que van llegando: 100 estudiantes de la escuela de aviación con sus instructores, los Padres Redentoristas, los Franciscanos, los seminaristas de Cracovia con su rector, los sacerdotes de Gniezno y muchos soldados y civiles heridos… Todos están albergados en los locales del internado de los niños, pero las hermanas están preocupadas pensando si habrá suficiente pan para todos. “… La superiora, M. Clera de Jesús, sorLabunie prendida de que la despensera ya no le hablara del pan, viendo que sigue distribuyéndolo a cada uno que llega, le pregunta: “¿Cómo se arregla con el pan?. Me dijo que ya no había más, y veo que sigue distribuyéndolo a cada uno que llega” – ‘Realmente no lo sé, madre. Tomo la harina y hago el pan, la hermana lo corta y lo distribuye a lo largo del día, y aún hoy seguimos teniendo tanta harina en el cajón como hace tres días’ 1 En torno a ellas hay muchas víctimas; el sacerdote y su vicario han sido encarcelados y transportados a otro lugar; los cañones alemanes, instalados en las cornisas del edificio, disparan sobre los polacos escondidos en el bosque cercano que a su vez responden a los ataques… Y tan pronto como los alemanes se retiran, llegan los rusos ensañándose contra las familias aristócratas, los grandes terratenientes y contra el clero. Las religiosas de Labunie y de Zamoṡƈ son informadas de las crueldades que está ocasionando la guerra en todas partes, y sufren también por sus familias y su contacto con ellos: “Hemos oído hablar de personas muy buenas y conocidas, que han sido asesinadas de una manera horrible, o les han encarcelado para ser transportadas después al campamento y ser martirizadas y quemadas en el crematorio… han empezado a sacar gente para llevarles a trabajar a Alemania: hombres, mujeres, niños, niñas, ¡lo que sea!” 2 Los bombardeos no cesan, sobre todo en el centro del país, en Varsovia. Desde que empezó la guerra, han bombardeado la capital por lo menos catorce veces al día: “A su llegada, cuenta la superiora de la casa M. Jozaphata: los aviones vuelan por encima de nuestra casa, estamos en el oeste de la ciudad – el fuego de la artillería pasa constantemente por encima de nuestras cabezas. Tal vez, gracias a esto al principio, nuestro distrito fue relativamente poco perjudicado… Por la noche, bajábamos al sótano preparado como refugio. Allí, sentadas en sillitas de niños, recitábamos el rosario y dormíamos un poco todas juntas con los refugiados: hombres, mujeres y niños, cuyo número en breve aumentó a 80.3 Durante el día se acoge a los pobres - hasta 180 – para recibir la sopa en las escaleras de la portería y a los vecinos, para sacar el agua del pozo porque no hay electricidad ni agua corriente. Antes de la rendición de Varsovia, el 27 de septiembre de 1939, algunos días fueron terribles, los alemanes atacaron el barrio (Mokotow), donde viven las Franciscanas, y durante dos días estuvieron bombardeando y disparando de día y de noche. Después, volLabunie vió de nuevo la calma, las hermanas pueden reanudar vida normal, sus ocupaciones y el trabajo en la guardería con más 100 niños. Pero en 1944, durante la sublevación de Varsovia (1 de agosto – 27 septiembre), los combates hacen estragos en la capital. 34.000 soldados del Ejército Nacional están en peligro, y los alemanes contraatacan utilizando carros de combate, artillería pesada y aviones de combate. El convento de las FMM se convierte en un refugio para soldados y civiles, con capacidad para acoger de 60 a 350 personas. Religiosas, refugiados y heridos se esconden en el sótano donde ha sido transportado el Santísimo Sacramento. Un grupo de hombres organiza la guardia y garantiza la seguridad del convento…La electricidad está cortada, faltan agua y alimentos. Las religiosas cocinan en un pequeño hornillo y se abastecen del agua del patio como todos los del barrio, pero es muy peligroso a causa de los disparos, los bombardeos y los cañonazos. No hay un lugar donde poder asearse, todo el mundo duerme vestido. El 29 de agosto, el hospital de las Hermanas de Santa Isabel es destruido, los pacientes que han sobrevivido, son trasladados a casa de las FMM, los refugiados huyen y las hermanas se quedan con los niños y los ancianos. “Tenemos que cocinar y lavar Julio - Agosto 2012 29 la ropa de los heridos y la del hospital de enfrente, escribe M. Jozaphata. En total son 300 personas. Dos hermanas tienen que hacer la guardia por la noche porque todas las puertas y accesos han sido destruidos. La única puerta que ha quedado en buenas condiciones, permanece abierta para transportar a los heridos y para que pasen los médicos que circulan ente el convento y el hospital. El pan se divide en porciones, la sopa del mediodía es cada vez más ligera, ¡las hermanas están agotadas!”4 Pero las hermanas sienten que la Providencia les ayuda de una manera especial. El 27 de septiembre es la rendición de Varsovia. Los alemanes dan la orden de abandonar la ciudad; las hermanas ayudan a marcharse a los heridos, y luego se van ellas. Unas setenta personas llegan a la estación, y de allí en vagones de ganado son trasladadas a una prisión temporal, y cuando llegan se enteran Radecznica que están libres. Toman un tren con Radecznica dirección a Czestochowa, pero el tren se detiene en Wolbrom. Algunas, se quedan allí alojadas en la casa parroquial, otras, irán a Pilica, y lo mismo que las anteriores se quedarán en la casa parroquial. En Ibramowice les acogen las religiosas Norbertinas. Al final de la guerra – en 1945 – podrán regresar a Varsovia. En 1945, mientras los rusos avanzan hacia Alemania, sus aviones bombardean la pequeña ciudad de Katscher (Kietrz), dejan la ciudad en llamas y a sus habitantes huyendo. Aquellos que no pueden huir se refugian en casa de las hermanas. ¡Son 300 o 400 per30 FMM Lugar de Encuentro VII/52 sonas para alimentar! Hna. Bernadette, agregada, tiene el valor de recorrer las fincas abandonadas para recoger los huevos y las gallinas. La última semana de marzo – Semana Santa – es una verdadera semana de Pasión; las bombas han derribado una parte de la casa, sólo les queda el refectorio como refugio para la comunidad, pero los rusos fuerzan la puerta. Uno de ellos, trata de agarrar a Hna. Aloysia, joven agregada, las hermanas la rodean y la retienen. Entonces, M. Gabrielis, sale del grupo, y agarra al soldado por el brazo, que borracho y enojado le da un golpe tan violento en la cabeza, que se desploma inconsciente, y nunca más se recuperó. Hermana Bernadette va en busca del sacerdote a la otra esquina del refugio para que le dé la extremaunción. Los soldados, intentan entrar de nuevo, pero al ver a las hermanas junto al cuerpo sin vida de M. Gabrielis, se retiran no sin emoción. Al día siguiente, las FMM reciben la orden de vaciar la casa. En la historia de este éxodo, con Hna. Arcaida paralizada en una silla de ruedas, es de admirar la valentía de esta comunidad y de esta hermana anciana, que vivió las últimas semanas de su existencia sin una palabra de queja. Cuarenta días después de Pascua, algunas pueden regresar a Katscher, encuentran la casa completamente saqueada, medio demolida, y empiezan a prepararla para cuando el grupo vuelva a la comunidad. En todas partes, las hijas de María de la Pasión tienen que abandonar sus casas, y cuando no, son expulsadas por las autoridades del momento. El 7 de junio de 1941, se presenta la Gestapo en Labunie: “dentro de dos días la casa tiene que estar vacía. Las hermanas pueden llevar sus efectos personales, víveres, camas… pero tienen que dejar el ganado.” “Era difícil ordenar las ideas y hacer una cosa semejante. La emoción era demasiado grande. A continuación, los visitantes añaden tímidamente: ‘¿Qué van a hacer con los niños?’ – ‘¡Con los niños! – Los niños irán con nosotras en el primer coche’ – ‘¿Van a llevar a los niños?, entonces también pueden llevar con ustedes algunos cerdos y vacas, para que los niños tengan leche y carne.” Todos son transportados a 40 km de allí a Radecznica Radecznica, a un Colegio seráfico de Franciscanos Bernardinos cuyos alumnos habían sido enviados a sus casas. Los Padres les acogen muy bien, preparan una pequeña capilla y les instalan en la casa durante 3 años, con los 200 niños. Las hermanas tienen que cocinar también para las familias que han sido expropiadas (unas 200 comidas diarias), trabajan en el pequeño dispensario, aseguran el mantenimiento de la Iglesia de los OFM y la animación de las 4 clases de primaria y de la Guardería. “Los Padres les han dado unas parcelas de tierra para plantar patatas y verduras, que con la ayuda de las hermanas y las chicas mayores cultivan en la huerta… Y en medio de tantas ocupaciones, la vida religiosa transcurre normalmente”5 . En 1944, se acerca el frente ruso, “el enemigo abre fuego contra el convento… tiran bombas incendiarias… las hermanas acuden con cubos y recipientes de agua que se pasan de mano en mano, desde el pozo hasta la casa principal cuyo techo está en llamas… sólo la granja queda destruida por el incendio ”6. FMM, permanecieron en el campamento hasta que se cerró. Las Franciscanas de Michalin, son encarceladas el 16 de junio de 1942 y trasladadas al campo de concentración de Bajanowo, donde había 537 monjas encerradas durante la guerra. Ahí, residen el director, y las hermanas – vestidas de civil – organizan la vida del campo. Están divididas en grupos de trabajo: cocina, lavandería, costura, tejidos, granja; a las más ancianas les asignan cortar las plumas, y las más jóvenes y fuertes, trabajan en los campos. Ellas tienen la posibilidad de rezar por la mañana, y de asistir a la misa antes de las 7h, hora en que comienza el trabajo. A pesar de la prohibición, rezan en voz alta durante el trabajo y cantan himnos, sabedoras de que recibirán reprimendas desagradables. Si llegan a ser liberadas, saben que no se les permite volver a su comunidad. Seis FMM han experimentado los horrores de este campo. Las FMM en el campo de concentración en Zamość: (de izquierda a derecha: Sor Wawrzyna, Sor M. Teresa – Racibora, Madre M. Aleksandra, Sor M. Bozywoja) Sin embargo, cuatro hermanas regresan a Labunie y se instalan en un pequeño apartamento, para recoger la cosecha de los campos y así pueden abastecer a Radecznica. En diciembre de 1942, son arrestadas y transportadas al campo de concentración de Zamoṡƈ para servir a los deportados, cuidar a los enfermos, distribuir los alimentos, y para servicio de la barraca donde estaban encerrados los judíos destinados al crematorio. El comandante encarga a Hna. Christina, la responsabilidad de recoger a los recién nacidos en el campamento. En este campamento reina el hambre y los insectos, se contagian las enfermedades y las condiciones de higiene son terribles. Las religiosas Las FMM en el campo de concentración en Zamość: participan de la misma condición de los prisio- (de negro, a la izquierda: Sor. M. Bozywoja, Sor M. Teresa neros. Hermana Teresa, es arrestada y torturada – Racibora, Madre M. Aleksandra y la primera a derecha como ellos, porque se atrevió a pasar de conSor Wawrzyna) trabando: cartas, medicamentos, comida para los presos políticos que estaban confinados en el cuartel nº 13, e incluso los curó después de ser tor- Por fin, en 1940 comienza la deportación organizada turados. Sobrevive, ¡gracias a Dios! Estas valerosas por los rusos para la población polaca, que vive en la Julio - Agosto 2012 31 Radecznica orilla derecha del rio Bug, en Bielorrusia. Las 4 hermanas de Smorgonie, son deportadas a Jaje, en Siberia, donde les someten a la ardua labor de limpiar los bosques y a trabajos físicos muy penosos. Pasan casi dos años en aquel lugar, y son liberadas gracias a una amnistía, pero no consiguen regresar a Polonia. Al principio, encuentran trabajo en una oficina postal de otra ciudad, con un salario insuficiente, y vuelven al trabajo más rentable de desbrozar los bosques, o cultivan la tierra. En 1945-1946 regresarán a Polonia, después de un mes de viaje, gracias a las gestiones realizadas por las Hermanas de Varsovia. Labunie Aunque fue muy difícil para la provincial, M.M.Melanie-Rose y para la superiora de Varsovia, M.M. Jozaphata, enviar correspondencia a Roma, algunas cartas llegan a M.M.Marguerite du S.C., que hablan de la fe y el valor con el que vivieron en estos años terribles: “Nuestra vida es un verdadero calvario, pero la Divina Providencia nos ha protegido y sostenido, como siempre lo hace con las hijas de Mamá Pasión. Hemos estado muchas veces a las puertas de la eternidad, pero gracias a Dios, todas estamos sanas y salvas… En mi país, sufren terriblemente a causa de infinidad de males que puede imaginarse… Ha sido para nosotras una alegría profunda e íntima, vivir la pobreza en toda su realidad …”7 ¡Con cuánta entrega a Dios, olvido de sí y generosidad, acogieron nuestras hermanas esta situación y la compartieron con todos los que les rodeaban! Nosotras, sólo podemos inclinarnos con admiración y reconocimiento, y dar gracias al Señor que ha sido su fuerza, e hizo de ellas mujeres de paz, en todas partes donde se han encontrado. Catherine Bazin, fmm 32 FMM Lugar de Encuentro VII/52 1 Carta a M. Clera de Jesús, 30.01.1964, escrita desde Loughlynn a M. Antoinette, archivista general 2 Idem 3 Agfr, serie 13, nº 4/39, relato del bombardeo de Varsovia por M. Jozaphat. 4 Idem pp. 20-22 5 Agfr, serie 13, nº 4/39, relato del bombardeo de Varsovia por M. Jozaphat. 6 Idem pp. 20-22 7 Cartas de M.M. Mélanie-Rose, 31 octubre 1939; julio 1940, de M.M. Jozaphata, 4 octubre 1939.