Circular Nº 05 del año 2009. Departamento Legal

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San Genaro, 13 de Julio de 2009
CIRCULAR Nº 05/2009
Departamento Legal
Señor Presidente:
Cooperativa Telefónica
S
/
D
Ref.: Concurso de abonado deudor de factura/s telefónica/s –
Normas legales vigentes
De nuestra mayor consideración:
Tenemos el agrado de dirigirnos a Ud. con el objeto
de hacerle llegar, por medio de la presente, información suministrada por el Dr. Carlos
A. Vesco a cargo del Departamento Legal de esta federación, respecto al tema de
referencia.
CONCURSO DEL USUARIO DE SERVICIOS TELEFONICOS - EFECTOS.Antes de entrar a analizar los efectos del pedido de
concurso solicitado por un abonado, deudor de servicio telefónico, conviene precisar
mínimamente el concepto de telefonía como servicio público.
Sobre el particular conforme lo expuesto por el Dr.
Roberto Dromi, en su Derecho Telefónico (Editorial Ciudad Argentina, Bs. As 1998,
pag. 142/3), “....reconocemos al servicio telefónico como un servicio público”.
“....Nuestros tribunales consideran al servicio telefónico como un servicio público:
“Frente al derecho subjetivo de exigir la prestación del servicio por parte del usuario,
existe la obligación jurídica del Estado, o del particular autorizado (concesionario) que
lo tiene a su cargo, en su caso, de prestarlo conforme a la necesidad de uno y a la
propia naturaleza implícita en todo servicio público” (C. Nac Fed Civ Com., Sala 3,
16/12/94, “Biestro de Bover, Amelia T. c/ Telefónica de Argentina SA”). La
Constitución (art. 42), al imponer a las autoridades el deber de proveer al control de
calidad y eficiencia de los servicios públicos, está reconociendo el derecho de los
usuarios a un nivel de prestación adecuado, al mejoramiento de las condiciones de
vida. Y así lo ha admitido la jurisprudencia: “Frente al derecho que tiene el usuario a
que se le preste el servicio con calidad y eficiencia (art. 42 CN) , la empresa prestadora
no se puede desobligar sobre la base de la genérica invocación de razones fundadas en
el estado y condiciones de la red telefónica transferida” (C. Nac Fed Civ Com, Sala 1,
11-7-95, Goyena, Raúl H. C/ Telecom Argentina Stet France)...... Ya hemos dicho que
el bien común impera como causa orientadora de la existencia estatal, en las palabras
del preámbulo cuando dice “promover el bienestar general”. Hoy la cuestión se centra
en la regulación y el control que debe ejercer el Estado sobre las actividades
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privatizadas en relación con la calidad en la gestión y en la prestación del
servicio;........... Al Estado le interesa garantizar el bienestar general, que es el interés
público comprometido y debe aportar la visión de conjunto en orden a la satisfacción
de múltiples finalidades....... En el caso del prestador, especialmente si se trata de una
empresa comercial privada, su prioridad es asegurar la mejor rentabilidad....
Finalmente, para el usuario, interesa que la prestación sea eficiente, de calidad, y al
menor precio posible.... En el servicio telefónico se dan caracteres que objetivamente
permiten definirlo, en general, como un servicio público, al margen de que su
prestación se encuentre en manos del Estado o de los particulares”.
Luego, en su “Derecho Telefónico” y al analizar los
caracteres del servicio público, Dromi afirma que “....el servicio telefónico es un
servicio público. Como tal, participa de los mismos caracteres que lo individualizan:
continuidad, regularidad, uniformidad, generalidad, obligatoriedad y calidad y
eficiencia”. Acerca de su regulación jurídica, Dromi nos dice: “.... existe un mandato
constitucional para que la regulación de estos temas se concrete por ley en sentido
formal, es decir, dictada por el Congreso. Que ese criterio se ha visto confirmado por
la mentada reforma constitucional, ya que el art. 42 del nuevo texto, en la parte
pertinente de su tercer párrafo, dispone que “la legislación establecerá.... los marcos
regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, y la legislación a la
cual se refiere no puede ser otra que la emanada del Congreso de la Nación en
ejercicio de los poderes implícitos conferidos por el art. 75, inc. 32 de la Carta Magna”
( CSJN, 28/4/98, Telefónica de Argentina SA s/ accion de inconstitucionalidad ley
2813”, G. 150-XXXI, ver en igual sentido CSJN, 7/5/98, “Prodelco c/ PEN s/ amparo”,
voto de los señores Ministros Dres. Belluscio y Bossert).
Por su parte, el art. 43 CN, habilita la acción
expedita y rápida de amparo en lo relativo a la protección de los derechos de los
usuarios y consumidores, posibilitando la interposición de la acción al afectado, al
defensor del pueblo y a las asociaciones autorizadas”.
El propio Bielsa sostuvo que “... el teléfono, como el
telégrafo según hemos dicho son un servicio público cuya utilización es de interés
general” (Der. Adm., pags. 526/7).
Si bien se acepta que el servicio básico de telefonía es
un servicio público, es necesario señalar que no hay acuerdo sobre los restantes
servicios telefónicos, siendo mayoritarias las opiniones que sostienen se trata de una
actividad privada, calificándola algunos como actividad social, en ambos casos de
“interés general”.
En nuestro derecho positivo encontramos normas que
regulan la materia, en especial:
a) Ley nacional Nº 19.798.- De su texto surge que los servicios de
telecomunicaciones son servicios públicos;
b) Decreto nac. 62/90.- Si bien en él no se realizaron expresas distinciones sobre el
particular, debe concluirse sosteniendo que “....todos los servicios de
telecomunicaciones serían categorizados como servicios públicos” (conforme se
sostiene en “Telecomunicaciones – marco regulatorio”, de Schifer & Porto,
Editorial El Derecho, Bs. As. 2002);
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c) Decreto nac. 764/00, si bien no se definen los servicios de telecomunicaciones
como servicios públicos, se hacen algunas referencias interesantes y a favor de
su calificación como “servicio público”, a saber: “....Que la Ley de Reforma del
Estado y Emergencia Administrativa, calificada por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación como el “estatuto para la privatización”, en su artículo
10, dispuso la exclusión de todos los privilegios y/o cláusulas monopólicas y/o
prohibiciones discriminatorias, aunque derivaren de normas legales, cuyo
mantenimiento obste a los objetivos de la privatización o que impida la
desmonopolización o desregulación de los servicios públicos” (Considerandos
del decreto 764/00);
d) Decreto nac. 843/00, el P.E.N.- Dispuso que “se considerarán servicios
esenciales en sentido estricto, únicamente las actividades siguientes: a) los
servicios sanitarios y hospitalarios; b) la producción y distribución de agua
potable y energía eléctrica; c) los servicios telefónicos; d) el control del tráfico
aéreo.....”.
A modo de conclusión podemos decir que se sigue
manteniendo, como posición mayoritaria, que los servicios de telecomunicaciones son
servicios públicos. No obstante ello, se observa una fuerte tendencia orientada a
calificar dichos servicios como una actividad privada sujeta a reglamentación estatal.
En tal sentido es conveniente recordar lo señalado por la UIT: “Las jurisdicciones del
derecho romano, en particular los países de América Latina con enfoques
administrativos profundamente arraigados en los principios jurídicos europeos,
postulan la noción similar de que los servicios de comunicaciones propiamente dichos
pueden ser servicios públicos, y que el público tiene derecho a esperar que el gobierno
los garantice. En tales países, en general, las licencias han adoptado la forma de
contratos de concesión detallados, en virtud de los cuales los derechos y obligaciones
inherentes a la prestación de tales servicios públicos están distribuidos entre el
gobierno y la empresa privada seleccionada. Los servicios de telecomunicaciones que
no son servicios públicos normalmente no están garantizados por el gobierno, pueden
estar sujetos a una concesión administrativa menos formal y rigurosa de la autoridad, o
pueden directamente estar exentas de todo proceso de licencia.... Las distinciones entre
servicios públicos y privados que se presentan en los países latinoamericanos, basadas
en el derecho romano, también están siendo cuestionadas. Por ejemplo, en México la
prestación de un servicio de telecomunicaciones (telefonía o datos), incluso a un
tercero único, se considera servicio público, que necesita una concesión. Sólo las redes
que son realmente internas de las empresas pueden considerarse privadas...... En
cambio, en virtud del marco regulatorio más complejo del Brasil, se consideran
públicas sólo las operaciones de las antigüas compañías estatales privatizadas. Todos
los demás servicios están reglamentados de forma más ligera, en virtud de un régimen
privado” (UIT, “Tendencias en las Reformas de Telecomunicaciones”, 1999)
Efectuadas estas aclaraciones previas, podemos
entrar a analizar la regulación jurídica vigente acerca de los efectos que se generan
como consecuencia del pedido de concurso solicitado por una persona (física o ideal)
deudora de servicios telefónicos.
Sobre el particular la ley 24.522 de concursos y
quiebras, en su artículo 20 dispone: “…Servicios Públicos: No pueden suspenderse
los servicios públicos que se presten al deudor por deudas con origen en fecha
anterior a la presentación del concurso. Los servicios prestados con posterioridad a la
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apertura del concurso deben abonarse a sus respectivos vencimientos y pueden
suspenderse en caso de incumplimiento mediante el procedimiento previsto en las
normas que rigen sus respectivas prestaciones.
En caso de liquidación en la quiebra, los créditos
que se generen por las prestaciones mencionadas en el párrafo anterior gozan de la
preferencia establecida por el artículo 240”.
Las deudas por la prestación de servicios públicos,
anteriores a la fecha de la presentación deben ser verificadas, en tal sentido dispone el
art. 32 de la ley 24.522: “Solicitud de verificación: Todos los acreedores por causa o
título anterior a la presentación y sus garantes, deben formular al síndico el pedido de
verificación de sus créditos, indicando monto, causa y privilegio. La petición debe
hacerse por escrito, en duplicado, acompañando los títulos justificativos con dos
copias firmadas y deben expresar el domicilio que constituya a todos los efectos del
juicio. El síndico devuelve los títulos originales, dejando en ellos constancia del
pedido de verificación y su fecha. Puede requerir la presentación de los originales,
cuando lo estime conveniente. La omisión de la presentación obsta a la verificación.
Efectos: El pedido de verificación produce los efectos de la demanda judicial,
interrumpe la prescripción e impide la caducidad del derecho y de la instancia.
Arancel: Por cada solicitud de verificación de crédito que se presente, el acreedor
pagará al síndico un arancel de cincuenta pesos ($50) que se sumará a dicho crédito.
El síndico afectará la suma referida a los gastos que le demande el proceso de
verificación y confección de los informes, con cargo de oportuna rendición de
cuentas al juzgado, quedando el remanente como suma a cuenta de honorarios a
regular pos su actuación. Exclúyase del arancel a los créditos de causa laboral, y a
los menores de mil pesos ($ 1.000), sin necesidad de declaración judicial”.
Quedando a vuestra disposición
ampliaciones y/o aclaraciones que estime necesarias, le saluda atte.-
para
DR. CARLOS A. VESCO
DEPARTAMENTO LEGAL
FECOTEL
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