Guerreros Zorn 5 - Acuarelas Literarias

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Laurann Dohner
Serie Guerreros Zorn 5
La Cautiva de
Coto
(Zorn Warriors 5 - Coto’s Captive)
Staff
Traducción y Corrección
Diseño
Argumento
Lynn está realizando un seguimiento de un peligroso animal herido, que
resulta ser un enorme alienígena sexy en su lugar. Y él es el hombre más
caliente que ha conocido.
El viaje de Coto a la Tierra toma un giro peligroso. Coto es atacado y
herido. El único punto alto es la valiente mujer que atiende sus heridas. Coto
la desea y nunca va a dejarla marchar.
Este relato se incluyó en la Antología ALIEN
Portada Original
Capitulo Uno
Lynn quería simplemente disparar al cabrón que estaba de pie cerca de
cinco pasos a su izquierda. Jimmy Morgan era una absoluta escoria, en su
opinión. Resistió el impulso. No podía permitirse el lujo de perder su trabajo
o ser arrestada cuando su tío se enterase de lo que había hecho.
Lynn tuvo que tomar una respiración profunda para calmar su
temperamento hirviente mientras se agachaba junto a los restos de lo que
solían ser cuatro perros. Miró a Jimmy, negándose a mirar a otro lado.
"Vamos a cortar las gilipolleces, imbécil. Sabes que tu tío el alcalde no va
a permitir que nadie te arreste tu estúpido culo así que puede ser que también
quieras simplemente decirme la verdad. ¿Qué es lo que le hizo esto a tus
perros aquí?"
"Te lo diría si lo supiera." soltó entre dientes.
Lynn se irguió sobre sus pies y deseó darle una patada directa en sus
'nueces'.
"Volviste agresivos a estos pobres perros y los dejaste sueltos en tu
propiedad para proteger tus plantas de marihuana, esas que todo el mundo
aparenta que no están creciendo. ¿Qué más llegaste a hacer para ayudar a
proteger tus cultivos? Algo mató a cuatro de tus mejores perros guardianes,
Jimmy. Está fuera de control, ¿no es así? ¿Es por eso que me llamaste para
limpiar tu desastre? Soy de control de animales, pero esto..."
Hizo un gesto hacia los cuatro perros despedazados.
"Esto fue hecho por un animal grande. ¿Es un oso? ¿Un león? ¿Qué
trajiste aquí?"
"¡No lo hice!" Gritó. "Acabo de traer a estos perros. No tengo ni idea de
lo que hizo esto. ¿Crees que te llamaría si fuera mío? No quiero a nadie
husmeando por mi casa. Podrían querer robarme mi plantas."
-La estupidez de este hombre me asombra.1
"Plantar esto es ilegal. Por supuesto, probablemente podrías afirmar que
asesinaste a alguien y tu tío no permitiría que nadie arrestara tu culo sin valor.
¿Ahora quieres que localice a cualquier que hizo esto y cuidar de este
problema para ti?" levantó la mano y le mostró el dedo medio. "No estás de
suerte."
Se dio la vuelta y se alejó.
"Maldita sea, Lynn. No puedes hacer esto. ¿Y si esto me mata a mí o
alguno de mis amigos? ¿Cómo te sentirás entonces?"
Hizo una pausa junto a su SUV2 para encararse con él y le sostuvo la
mirada con una sonrisa fría.
1
Pensamiento, no expresado en voz alta.
2
SUV, siglas de 'Sport Utility Vehicle', vehículo todoterreno.
"Um... vamos a ver. Tú eres el tipo que toma lindos cachorros y los
convierte en asesinos viciosos por el simple hecho de proteger tu operación
ilegal de drogas. No derramaré ni una lágrima, Jimmy. Ni una sola. Sí, esa es
la manera de llegar a mí. Hazme reflexionar sobre el concepto de unos pocos
capullos menos en el mundo." resopló ruidosamente. "Me voy de aquí."
"Voy a llamar a mi tío." amenazó el imbécil. "Si te marchas le pediré que
te despida, incluso antes de llegar a la ciudad. Necesitas rastrear lo que hizo
esto y matarlo."
La frustración se agitó a través de ella. Sabía que lo haría y que su tío iba
a tirar de todos los hilos para conseguir su despido. Tenía el pago de la
hipoteca de su casa y los empleos eran casi imposibles de encontrar a menos
de cien kilómetros de Green Bend. Eso es lo que consiguió por crecer en un
pequeño pueblo en medio de una zona boscosa, tratar con gilipollas y un
pésimo mercado laboral.
"¡Fuera de mi vista! Y dile a tus dos amigos perdedores que se
mantengan fuera de mi camino también."
"No es problema. Nos iremos a fumar algunos porros y ver porno."
"Pervertido enfermo." murmuró.
Abrió la parte trasera de su vehículo y sacó su pistola de tranquilizantes,
agarrando también la bolsa de dardos sedantes.
No estaba por la matanza de animales, esperando lanzarles un dardo, en
lugar de eso, y reubicarlos donde estuvieran a salvo. Siempre era preferible
llevarlos más adentro del bosque donde podrían prosperar.
Lo que había matado a estos perros, probablemente había sido
arrinconado y luchó su camino para ser libre.
Tiró de su chaqueta cruzándosela, estudió el cielo, y tomó nota de que
sólo restaban unas horas antes de la puesta de sol. Su padre la había criado
solo y le había enseñado a ser una excelente rastreadora. La había arrastrado
hacia el bosque cada fin de semana para cazar algo, dependiendo de la
temporada.
A los dieciséis años por fin se había opuesto firmemente. Odiaba matar
animales, en vez de eso había deseado protegerlos y salvarlos.
Lynn regresó a la escena del crimen, ampliando cuidadosamente la
búsqueda de pistas de aquello que había matado a los perros. Sus gargantas
habían sido cortadas, dejando crueles heridas profundas. Eso llegó como un
shock cuando localizó un nuevo conjunto de huellas.
No eran de un animal, sino más bien adivinó que eran de una bota
alrededor de talla dieciséis3. Por el tamaño de las botas, asumió que tenía que
ser un hombre enorme. Los surcos eran profundos en la tierra blanda,
haciéndole saber que aquella persona pesaba más de noventa kilos. Esto puso
un nuevo giro en la situación.
"¡Maldición!"
Pensó en volver al SUV, pero la sangre en el suelo parecía fresca. Supuso
que esto había pasado menos de una hora antes.
3
La talla estadounidense 16 de calzado se corresponde aproximadamente
con la talla europea del numero 50
Una exploración más visual de la zona reveló una gran huella de mano
con sangre en el tronco de un árbol a unos tres metros de distancia. Lo que
había matado a los perros parecía haber sido un animal con dientes afilados,
pero las pistas no estaban sumando nada más. Había pasado de rastrear algo
con cuatro patas a algo sobre dos.
Los agentes de la DEA4 podrían querer ver esto, si los rumores sobre
Jimmy eran ciertos. Ese concepto la dejó con una fría sensación.
Tal vez uno de ellos había llegado a las tierras de Jimmy para echar un
vistazo. Tenía mucho sentido. Un residente local sabría evitar la propiedad de
Jimmy. Tendría que ser un extraño, alguien que no tenía conocimiento de
cómo de loco podría estar Jimmy, o del peligro de ser desgarrado en pedazos
por sus feroces perros guardianes.
Aceleró su ritmo, con ganas de encontrar rápidamente a esa persona.
Necesitaría atención médica y ayudarle a escapar de la zona. Jimmy era tan
estúpido como para matar a un agente para evadir el arresto, ya que su tío no
podía controlar a la DEA. Perdió el rastro de la sangre cuando llegó a un
pesado arbusto, pero vio una gota de algo rojo en la dirección del río. Podía
oír el agua corriendo y calculó que simplemente sería lógico para una persona
herida dejarse caer allí.
La valla de Jimmy bloqueó su camino hacia el agua. La estudió.
4
DEA, siglas de 'Drug Enforcement Administration', división de la policía para
casos de lucha contra drogas.
La sangre manchaba la rama baja del árbol a ese lado de la barrera
metálica y no había más en aquellos otros árboles que se extendían más allá,
lo que indicaba cómo había salido de la propiedad aquel hombre.
Se subió al árbol también, y se dejó caer aquel metro y medio hasta el
suelo, hasta que dejó la valla atrás. Las huellas de botas estaban sólo a pocos
centímetros de las suyas propias, donde aterrizó. Avery Johnson era ciego y
era más viejo que la propia tierra. No dispararía contra los intrusos. Eso
significaba que no tenía que preocuparse por notificarle que había tenido que
hacer una entrada inesperada en sus tierras.
La persona a la que rastreaba había seguido hacia el río. Una
exploración visual del otro lado de la orilla le reveló por dónde había salido.
Algunos de los arbustos tenían sus ramas quebradas. Eso significaba que
tendría que cruzar para poder seguirle.
Quedaba menos de una hora de luz por delante. Él podría morir durante
la noche si no conseguía atención médica. Sacó una gran bolsa de plástico
para pruebas5 de su cinturón de herramientas, y empujó sus zapatos,
calcetines y cinturón dentro.
Lynn se despojó de su sujetador y bragas, rodó su ropa en una bola
apretada, las comprimió en la bolsa, y la selló herméticamente. No deseaba
sufrir las molestias de la ropa empapada por la noche.
5
Bolsa de pruebas, bolsa de plástico hermética con cierre de zip para
preservar las pruebas en investigación policial o similar, también usada para
conservación de alimentos o cualquier elemento.
Una cadena de maldiciones silbó entre sus labios cuando el agua helada
golpeó su carne desnuda. La persona a la que rastreaba sería mejor que
estuviese muy herido y fuese de la DEA. De lo contrario estaría cabreadísima
por pasar por todos estos problemas.
Caminó más profundamente entre la rápida corriente y sostuvo la pistola
tranquilizante sobre su cabeza en una mano y la bolsa con la otra.
La corriente desgarró su cuerpo, sacándola fuera de sus pies. Nadó y se
las arregló para mantener un apretón de muerte en la pistola y la flotante
bolsa sellada. Pasó a través del río, pero jadeó sin aliento mientras obligaba a
sus miembros cansados a arrastrarse por el terraplén sobre el espeso musgo
entre dos grandes arbustos.
Se dejó caer sobre su trasero y jadeó, tratando de recobrar el aliento
mientras desenrollaba la correa de su muñeca. Sacudió la inútil pistola
tranquilizante a unos pocos palmos de distancia para vaciar el cañón de agua
aprovechando la inclinación del terraplén.
Lynn se estremeció con fuerza, abrazó su cuerpo, e ignoró la forma en
que sus dientes castañeteaban. Finalmente se recuperó lo suficiente para
ponerse de pie y agacharse para recoger su ropa del interior de la bolsa para
pruebas. Parecían secas. El cierre hermético se había mantenido.
Un gruñido bajo sonó detrás de ella mientras se encaraba al río. El miedo
la sacudió. Un perro feroz acababa de gruñir, si sus oídos no la engañaban.
Estaba muy cerca. También supuso que era un perro grande.
Su cinturón de herramientas y sus armas estaban enterrados en el fondo
de la bolsa donde su mano se apoyaba.
De ninguna manera podía agarrar el Taser6 o incluso el aerosol Mace7 a
tiempo si fuese atacada. Sus ropas se interpondrían en su camino.
-Simplemente, hoy no es mi día.
Jimmy obviamente tenía más de cuatro perros y uno había escapado de
su propiedad para perseguir a quien ella había atacado antes. Su mirada se
alzó hacia el agua en movimiento. Podía sumergirse en el agua y rezar que el
malvado chucho no viniera tras ella, pero dudaba que ese plan fuera a
funcionar. Ya había nadado a través del rio antes.
"Esto es jodido." murmuró en voz baja, manteniéndose muy quieta.
Otro gruñido salió de detrás de ella. Estaba más cerca. Sabía que
simplemente iba a lanzarse y morder su culo en cualquier segundo. Su única
opción era tratar de asustar a aquella cosa. Podría confundirle el tiempo
suficiente para poder agarrar un arma. Examinó el suelo a derecha e
izquierda, localizando la pistola tranquilizante. Podía utilizarla como un bate
de beisbol, si lograba llegar a cogerla a tiempo.
Se giró y se irguió en toda su estatura. El grito brotó de su garganta más
fuerte de lo que ella imaginaba que podría. Salió más como un alarido.
6
7
Taser, pistola eléctrica.
Chemical Mace es la marca comercial de un tipo de aerosol de defensa
personal. Se trata de una lata pequeña de aerosol conteniendo gas lacrimógeno
que puede utilizarse como elemento de disuasión incapacitante en casi cualquier
entorno (especialmente cuando es rociado en la cara). Su popularidad hizo que se
use Mace como nombre para todos los sprays de defensa (con independencia de
su composición).
Lanzó la bolsa hacia la primera cosa que enfocó su mirada. Una
conmoción la atravesó cuando la bolsa consiguió acertar a un hombre enorme
en el área de la ingle. Él gruñó fuerte mientras se doblaba en dos y
simplemente cayó al suelo sobre sus manos y rodillas.
Lynn se quedó allí mirándole fijamente, congelada, con la mirada
clavada en aquel hombre caído. Notó una gran cantidad de dorada piel
desnuda. Tenía los hombros anchos y brazos muy musculosos reforzando su
torso. Largo pelo rubio plateado estaba derramado por sus brazos todo el
camino hasta sus manos. La sangre manchaba un brazo y notó más lesiones
cuando fue capaz de dar un paso vacilante hacia delante para tener una mejor
vista de él.
Había sido atacado por perros. Era fácil identificar las mordeduras a
simple vista y tenía más de unas cuantas. Un brazo estaba rasgado por debajo
de su codo, otro mordisco en su otro brazo por la zona de su muñeca. Esa
mano estaba cubierta de sangre. Vio más lesiones en sus piernas. Fue un
milagro que hubiera podido llegar tan lejos sin desmayarse.
"¡Oh, Dios mío!" jadeó, corriendo hacia él sin pensarlo. "Estás
gravemente herido."
Él alzó la cabeza lentamente, con la barbilla levantada, pero la mayoría
de sus rasgos estaban cubiertos por su larga cabellera. Un ojo se asomó hacia
ella a través del pelo. Sus rodillas se sintieron débiles cuando se detuvo,
mirándole fijamente. Era el más llamativo, el más bonito ojo que había visto
nunca. El azul era casi de neón y remolinos de plata corrían a través del iris
como pequeñas vetas de relámpagos.
Él gruñó suavemente. El extraño sonido la sobresaltó, pero luego se dio
cuenta de la cantidad de dolor que debía tener. El hecho de que le había
acertado fuerte con su bolsa debió haber dolido también, ya que le hizo caer
de rodillas. Ella se acercó más.
"Está bien."
Suavizó su tono, como si fuera un gatito asustadizo, algo con lo que
tenía mucha experiencia, dada su línea de trabajo.
"Estoy con el control de animales y voy a ayudarte."
La cantidad de sangre en el suelo la alarmó. Lentamente, bajó y se
arrodilló delante de él. Sus lesiones parecían malas y sangraba activamente.
"Mi nombre es Lynn. No tengo un botiquín de primeros auxilios, pero
puedo romper mi camisa para hacer vendajes. Tenemos que detener la
hemorragia de inmediato."
Él la miró con aquel hermoso ojo. Su cabello llegaba cerca del suelo,
estaba mojado de haber estado en el agua, pero tenía gruesas y hermosas
trenzas. Su suposición de que él era de la DEA se fortaleció. Había oído decir
que algunos de ellos dejaron crecer sus cabellos para encajar mejor con los
delincuentes que tenían que tratar. Este tipo debe haber estado yendo por el
aspecto heavy-metal y eso encajaba con el gusto de Jimmy en amigos.
Se retorció un poco para coger su bolsa.
"Voy a curarte un poco e ir en busca de ayuda. No hay señal de móvil
tan lejos. Estoy seguro de que eres consciente de eso ahora."
Solamente tendría sentido que él que intentaría llamar al 911.8
"Hay una cabaña unas pocas millas de aquí. Avery tiene un teléfono fijo.
Voy a ir allí y guiaré a los paramédicos de nuevo hasta ti. Pareces demasiado
herido para hacerlo por tu cuenta propia y ningún vehículo puede conducir
tan cerca del río. Hay demasiados árboles y el terreno es duro. Vamos a tener
que llevarte en una camilla."
Desparramó el contenido de su bolso. Sus manos temblaban mientras
abría su navaja multiusos y comenzó el proceso de cortar su camiseta en tiras.
Él no habló en absoluto y eso la preocupaba. Había tratado con un montón de
animales heridos, pero era diferente mirar carne humana destrozada.
La vista la hizo sentir un poco mareada. Envolvió su muñeca primero,
atando los extremos de la tira de tela firmemente para aplicar un poco de
presión a la sangrante herida. Él lo permitió, sin inmutarse alejándose ni
tratando de detenerla.
"Va a estar bien." le aseguró. "Necesito acceso a todas las mordeduras.
¿Puedes inclinarte hacia atrás un poco y tal vez tirar de tu cabello fuera del
camino?"
Vaciló, pero luego cambió de su posición agachada para caer sobre su
culo, volviendo la cara mientras se extendía sobre su espalda. Lynn se tragó
un jadeo. Vestía una muy pequeña ropa interior, diferente a todo lo que había
visto nunca. El cuero cubría su ingle.
8
911, teléfono de emergencias.
No había ni una bragueta ni botones en la parte delantera, apenas una
correa casi invisible en el lateral. Cambió su mirada lejos para mirar hacia la
parte superior de su cuerpo. Estaba en tan buena forma que podía ver cada
músculo impresionante exhibido por encima de su estómago. Levantó un
brazo y puso su mano en su rostro. Probablemente era para ahogar los
gemidos de dolor.
-Está bien, así que el chico lleva Speedos9 de cuero. No es gran cosa.
Se concentró en sus muslos. Tenía dos marcas más de mordeduras, una
en la parte exterior de su pierna izquierda, justo encima de la rodilla y la otra
en la parte interna de su muslo derecho, en lo más alto. Ella hizo una mueca,
reconociendo que fue una suerte el chico no llevara calzoncillos boxers10. Esa
mordedura estaba tan cerca de sus provocativos calzoncillos que el perro
pudo haber mordido sus 'nueces' si hubieran estado colgando un poco en algún
material más flexible.
"¿Cómo te llamas?"
Utilizó más tiras de la camisa restante para envolverlas alrededor de su
muslo por su rodilla. Él movió la pierna, levantándola para facilitar que ella
deslizara sus manos debajo de él para atar el material.
"¿Te sientes bien?"
Su piel estaba caliente al tacto.
9
Speedos, tipo de calzoncillos muy ceñidos.
10
Boxers, calzoncillos holgados, por tanto con menos sujeción de sus partes
intimas.
"Creo que te está subiendo la fiebre."
Él no dijo nada. Su mirada se alzó hasta ese enorme pecho voluminoso
para observarlo subir y bajar lentamente mientras respiraba. Su mirada se
detuvo allí antes de que se obligara a apartar la vista, sintiéndose un poco
pervertida ante los pensamientos inapropiados que pasaron por su mente.
El tipo era un cachas total.
Ella estaba haciendo sus cálculos y estaba bastante segura de que no era
un drogadicto. Tenía que estar en la mejor forma que jamás había visto. Un
tipo prácticamente tendría que vivir en un gimnasio para conseguir la masa
muscular que éste había obtenido.
-Definitivamente DEA.
"¿Has entendido esa parte de mí estando con el control de animales?
Alguien debería haberos advertido, chicos, acerca de los perros guardianes de
Jimmy, si ibais a hacer averiguaciones en sus tierras. Estoy muy contenta de
que estéis tratando de limpiar ese lío pero siento mucho que fueras herido."
Hizo una pausa, dándose cuenta de que él no se movía.
-¿Se habrá desmayado?
"¿Señor?"
Ella miró fijamente a su cara, pero no pudo ver gran parte de ella. Su
pelo todavía cubría la mayor parte de sus rasgos y lo que su pelo largo no
ocultaba, la muñeca vendada lo hacía. Estudió la última de sus heridas,
aquella sangrienta en el interior de la parte superior de su muslo. Vaciló y se
acercó más, inclinándose para verlo mejor. Hizo una mueca.
Necesitaría puntos de sutura en aquella, seguro. Se dio la vuelta,
mirando a su bolso. No había nada allí para utilizar en esa herida. Tenía
muslos musculosos y eran grandes en diámetro. Una mirada hacia abajo y
supo lo que iba a funcionar. Se quitó rápidamente el sujetador mojado y se
puso su ligera chaqueta para cubrir sus pechos. El tipo parecía ignorar que
ella acaba de mostrarse ante él. Trabó dos botones para mantener cerrada la
chaqueta.
"Alza la pierna un poco para que pueda enrollar esto alrededor de tu
muslo."
Él siguió sus instrucciones y ella utilizó los últimos restos de su camisa
de trabajo destruida para hacer una almohadilla, luego ató los tirantes de su
sujetador juntos para mantenerlo en su lugar. Le miró de arriba a abajo,
asegurándose de que había hecho todo lo posible para detener el sangrado y
hacer que se sintiera cómodo.
"Voy a dejarte para ir en busca de ayuda. Podría estar fuera durante una
hora, pero no debería ser más que eso."
Ella levantó la mirada hacia el cielo, haciendo una mueca. La oscuridad
caería antes de que los paramédicos pudieran caminar a por él.
"Te voy a dejar mi linterna y mi pistola Taser. Estás herido y sangrando.
Tenemos algunos animales peligrosos en esta área que pueden oler la sangre.
Suelen quedarse cerca del agua. Asumo que sabes cómo usar una pistola
Taser, ¿no? Te dejo mi aerosol Mace también. Debes estar bien. Eso sí, no te
muevas. Conseguí detener la hemorragia. Vuelvo antes de puedas darte
cuenta. Voy a ponerme mis pantalones y botas, entonces me iré."
Se movió de repente, sentándose más rápido de lo que pensaba que
pudiera hacer un hombre herido. Un gruñido salió de sus labios entreabiertos.
Echó hacia atrás la cabeza, su pelo largo ya no estaba cubriendo su rostro. La
vista impactó lo suficiente como para que ella se derrumbase sobre su culo.
Utilizó su mano sana para agarrarla por su muñeca, conteniéndola de
revolverse lejos de él. Y quería hacerlo.
Su estructura ósea era muy resistente, con pómulos pronunciados. Su
nariz era más ancha y más plana que cualquier otra que hubiera visto nunca.
Sus carnosos labios estaban entreabiertos y revelaron el hecho de que tenía
dientes de vampiro. Esos dos colmillos eran largos y de aspecto afilado.
Parecía casi humano, pero ella no se dejó engañar.
-¿Qué diablos es?
Su cerebro se tambaleó con las posibilidades. ¿Era una especie de
monstruo humano de la naturaleza? Tal vez era un drogadicto después de
todo, y con serio fetiche de vampiro. Algunos locos mutilaban sus cuerpos
con dientes falsos e implantes faciales. Un buen cirujano plástico podría
modificar su nariz hasta una forma diferente y ampliar sus pómulos. O podría
ser un hombre lobo.
-¿Acaso existen?
Su mirada bajó a su pecho. Solo tenía un poco de pelo allí. ¿No serían
más peludos los hombres lobo?
-¡Basta! No existen. ¿O sí?
Lynn trató de zafarse de él pero tenía un férreo control sobre su muñeca.
No le dolía, pero no podía liberarse.
"Por favor, déjame ir."
Se alegraba de haber encontrado su voz. Él gruñó y sacudió su cabeza.
El corazón le latía con fuerza, su terror iba en aumento. No era de la
DEA. Era algo más, algo peligroso. Se puso de pie lentamente, balanceándose
un poco en sus pies. El agarre en su brazo no se alivió. Tironeó, tratando de
conseguir que ella también se pusiera en pie. Sus piernas se negaron a trabajar
cuando se dio cuenta de que tenía que ser de un metro noventa de altura. Se
inclinó hacia ella para mantener el agarre de su muñeca y su pelo cayó hacia
adelante, las sedosas hebras rozando húmedas contra su brazo.
Él tiró con más fuerza y la obligó a moverse. Se levantó con las piernas
temblorosas, incapaz de hacer otra cosa. Estar en estado de shock en realidad
ayudó, su cuerpo parecía ir en piloto automático. Retrocedió, obligándola a
seguirle hacia la línea espesa de los árboles.
"Déjame ir. Por favor. No me hagas daño."
Él negó con la cabeza. No estaba segura de si eso significaba que no iba a
dejarla marchar o que no le haría daño. De cualquier manera, él retrocedió,
obligándola a seguirle.
"Déjame al menos agarrar mis pantalones y zapatos." suplicó.
La chaqueta caía más baja que sus bragas, pero no por mucho. La mayor
parte de sus piernas estaban expuestas. Él sacudió la cabeza negando.
-Esto no es bueno.
Capitulo dos
El aterrador hombre condujo a Lynn unos seis metros entre los árboles.
Un pequeño claro reveló su ropa desechada y una bolsa similar a una
mochila. Se tambaleó un par de veces, pero nunca rompió su agarre en su
muñeca. Se inclinó, profundizando su mano libre en el bolso negro abierto.
"Por favor déjame ir. Te conseguiré ayuda. Necesitas puntos de sutura y
asistencia médica."
Ella trató de mantener la calma, pero era difícil hacerlo. Él no hablaba,
sólo iba haciendo suaves gemidos y ruidos de gruñidos. Debía tener un
montón de dolor, pero eso sólo estaba asustándola aún más.
Levantó una cuerda negra corta de la bolsa. Era aproximadamente sólo
de medio metro de largo. Se volvió hacia ella y se quedó mirando a aquellos
ojos inusualmente brillantes.
Tenía casi treinta centímetros de altura sobre ella, pero estaba débil.
Podría atacarle, aunque sabía que ya había matado a cuatro feroces perros
guardianes. Ahora estaba claro cómo lo había hecho. Tenía una boca letal.
Miró hacia abajo y ella siguió su mirada.
La cuerda que sostenía tocó su muñeca y se quedó sin aliento cuando
aquella cosa pareció moverse por su cuenta, recordándole a una serpiente. Se
envolvió alrededor de su piel, apretando justo debajo de donde él la agarraba
con los dedos. Ella estaba demasiado aturdida para hacer nada más que ver
como él utilizaba el otro extremo de la misma para pulsar contra su muñeca.
Esta cosa se envolvió alrededor de su piel también, enlazándolos como si
estuvieran esposados. Él le soltó la muñeca.
"¿Qué es eso?"
Se tambaleó sobre sus pies y se inclinó de nuevo, metiendo la mano en la
bolsa por segunda vez. Sacó una caja del tamaño de la palma de su mano y
una luz emanó de aquello. Gruñó una serie de sonidos en un largo patrón
quebrado. Ella trató de identificar lo que sostenía, pero no era como nada que
jamás hubiera visto.
En cierto modo le recordaba a un teléfono móvil, pero no tenía una
pantalla iluminada. Esto sólo mostró luces alrededor de las juntas laterales del
delgado dispositivo. Se tambaleó de nuevo y miró a su cara. Su tono de piel
antes dorado había palidecido considerablemente. Sus ojos rodaron hacia
arriba y él se derrumbó.
Lynn gritó cuando se lanzó hacia los lados. Lo que asemejaban sogas,
conectándolos no se rompió. Ella fue sacudida hacia adelante, cayó encima
de su costado y yació tendida allí. Le miró a la cara. Tenía los ojos cerrados y
parecía estar fuera de combate. Se retorció, rodó fuera de su enorme cuerpo y
se agachó a su lado, estudiando la vinculación entre sus muñecas.
Se sentía como de algún extraño metal ligero. No había ninguna
cerradura en cualquier lugar que pudiera encontrar y no se estaba moviendo
más. Intentó arrancarla, pero esto no liberaría su muñeca. Se dio por vencida
y se centró en el hombre caído. Su pecho subía y bajaba, asegurándole que
vivía.
"¿Qué eres y quién eres tú?"
Le fascinaba. Lynn llegó hasta ahuecar su rostro, pero su pesado brazo
mantuvo uno de los de ella hacia abajo. Empujó contra él hasta que se tumbó
y levantó su brazo para posarlo sobre su pecho. La liberó lo suficiente como
para ahuecar suavemente su rostro y poder estudiarle cuidadosamente.
Era atractivo de una manera extraña. Se concentró en su boca. Tenía
labios plenos, lujuriosos, estaban entreabiertos, con esos dos largos colmillos
abollando su labio inferior. No tardó mucho en inclinar su cabeza lo
suficiente para conseguir su mandíbula más abierta.
El resto de sus dientes parecía casi normal. Eran blancos y rectos. Corrió
la almohadilla de la yema de su dedo a través de su lengua. Era rosa, igual
que la de una persona normal, excepto un poco más ancha, y señaló ese
punto. La textura no era tan suave como debería haber sido. Era un poco
áspera, pero no de calidad de lija. Sacó su dedo de su boca y bajó la mirada.
Realmente estaba en gran forma. Y era enorme. Sus hombros eran
anchos, sus bíceps densamente musculosos y bien definidos. Miró más abajo,
admirando su abdomen. A pesar de que estaba inconsciente y completamente
relajado, podía distinguir cada arista de los músculos que ondeaban hacia
abajo hasta la cinturilla de su extraña ropa interior de cuero.
Tenía que pesar alrededor de ciento diez kilos y no pudo detectar un
solo toque de flacidez.
Ella se levantó para admirar su elección única de Speedo de cuero, pero
rápidamente se dio cuenta del rojo brillante que se había filtrado a través del
vendaje que le había puesto sobre la cara interna de su muslo. Estaba
sangrando de nuevo. Se movió por su cuerpo, arrastrando el brazo para poder
atender aquella herida. Fue una lucha desatar su sujetador y conseguir una
ojeada.
Necesitaba puntos de sutura y un médico. Era obvio que el perro le había
mordido profundamente, simplemente arrancando la carne para eliminarla.
Se retorció, estirando su mano para enganchar su mochila, con la esperanza
de que tuviera un botiquín de primeros auxilios, pero todo lo que encontró allí
fueron algunas prendas de ropa. Agarró lo que parecía ser una camisa gris
plegada y la utilizó para presionar contra la herida, poniendo la parte superior
de su cuerpo con fuerza sobre la zona. Él moriría si ella no conseguía que se
detuviera el sangrado.
"¿Hola? ¡Por favor, despierta!"
Lo miró a la cara, pero él no se inmutó, ni se movió, ni reaccionó de
ninguna manera.
"Tienes que conseguir esta cosa fuera de mi muñeca. Necesito
conseguirte ayuda. ¡Despierta!"
Él no se movió. Levantó la barbilla para mirar al cielo que se oscurecía a
través de las ramas de los árboles por encima de ellos. El sol iba a bajar y
ambos estarían en un mundo de mierda.
Ella no sería capaz de encontrar la cabaña sin algo de luz. La tierra de
Avery no era exactamente un lugar que había visitado a menudo. Tenía que
poseer unos pocos cientos de acres.
Los animales podrían ser atraídos por el río y el olor de la sangre. Una
lista de depredadores se colaba por su mente. Había coyotes, serpientes,
jabalíes, algunos linces, el ocasional león de montaña, y había tenido que
atrapar algunos mapaches y zarigüeyas despiadados en su tiempo.
No suelen atacar seres humanos, pero incluso las criaturas normalmente
tímidas podrían venir tras él, sobre todo si estaban hambrientos, heridos o
enfermos. El hombre frente a ella parecería una comida fácil, algo demasiado
tentador para resistirse. Sus armas estaban demasiado lejos como para
arrastrarlo de nuevo al borde del río.
Incluso si la vida silvestre no era un problema, necesitaba atención
médica. La infección ya parecía haberse arraigado en él. Su piel se sentía
febrilmente caliente, y había perdido sangre, en lo alto de esto. Luchó contra
aquel grillete parecido a sogas otra vez, sin suerte.
"¡Hijo de puta!"
Golpeó las palmas abiertas hacia abajo contra su pecho en señal de
frustración.
Él se sacudió debajo de ella y sus ojos se abrieron. Le tomó un segundo
para concentrarse en ella mientras avanzaba lentamente arriba sobre su
cuerpo, devolviéndole la mirada. Él gruñó bajo, un sonido animal.
"¡Tienes que dejarme ir en busca de ayuda!"
Levantó su brazo lo suficiente para sacudirse donde estaban conectados.
"Consigue esto fuera de mí."
Él sacudió la cabeza. Eso la cabreó.
"¿Cuál es tu nombre?"
Él gruñó.
"Deja de hacer eso. Sólo dime tu nombre. Sé que estás con dolor, pero
este no es el momento de actuar como un idiota."
Él gruñó. Se dio cuenta de que nunca había dicho una sola palabra.
"¿Puedes hablar?"
Él vaciló y luego negó con la cabeza. Eso llegó como un shock. No
estaba simplemente jugando con ella. El tipo sólo hacía esos sonidos. Tuvo
que tomar una respiración profunda y tranquila.
"¿Tu puedes entenderme?"
Él asintió con la cabeza.
-Eso es algo.
"Bueno. Escúchame. Estás realmente herido. Estamos cerca de un gran
terreno de abrevadero para los animales. Esta es la tierra de Avery Johnson.
Es un hombre viejo y no pone trampas ni caza nada. Su propiedad está
vallada para mantener a todos fuera. ¿Sabes lo que eso significa?"
Sacudió la cabeza.
"Tenemos temporadas de caza por una razón, en esta parte del país. No
es sólo para matar cosas y tomar fotos para publicar en Internet. Es debido a
que la población animal puede crecer fuera de control. Estamos actualmente
en más de doscientos acres de vida salvaje que ha crecido sin control. ¿Eso es
lo suficientemente claro para ti? Sé que hay un montón de coyotes porque el
año pasado Avery me habló de escucharlos. Me ofrecí a salir y ver lo mal que
se había puesto, pero se negó a dejarme. Podría haber decenas de ellos." hizo
una pausa. "Más aun. Cuanto mayor sea la manada, más intrépidos son. La
rabia también es una preocupación. Uno nunca quiere encontrarse con un
animal rabioso sin un arma. Una vez vi a un mapache ir contra un toro.
Estaba enfermo y como loco. Esa es una enfermedad que puede transmitirse
de una alimentación animal o atacando a otro."
Miró a su alrededor.
"Necesitas dejar que me vaya para que pueda llegar a la cabaña. Avery
tiene un teléfono. Puedo ayudarte a subir a ese árbol allí mismo. Voy a buscar
mis cosas antes de salir para que tengas una manera de protegerte a ti mismo
hasta que yo vuelva."
Levantó su muñeca de nuevo para recordarle sobre la cuerda uniéndolos
juntos.
"Déjame ir, así nos puedo salvar a ambos. La mayoría de las cosas aquí
que nos pueden hacer daño son cazadores nocturnos. Significa que salen por
la noche."
Apuntó con un dedo hacia arriba.
"¿Ves el cielo? ¿Necesito decir más?"
Un aullido rasgó por el bosque y Lynn saltó, girando la cabeza en la
dirección de donde había venido. Otro coyote se unió, luego otro. No detectó
a ninguno de ellos, pero no estaban lejos.
"Mierda. ¿Escuchas eso? Coyotes." lo miró. "Estás sangrando. Van a
investigar eso."
Sacudió su cabeza.
"Estaremos en un mundo de problemas. Van a verte como alimento.
¿Entiendes? Ya te enfrentaste a cuatro canes y mira lo que te hicieron.
Imagina una docena o dos de ellos."
No se sentía culpable por tratar de asustarlo. No era exactamente una
mentira. Podrían atacar si estaban con suficiente hambre, enfermos, o se
sentían audaces por ser numerosos.
Se incorporó y se puso en pie. Lynn también se apresuró a levantarse. Él
enganchó su bolsa y la empujó hacia el árbol más cercano. Llegaron a la base
del mismo y él levantó la bolsa, atascándola en la parte superior de una rama
de alrededor de dos metros de alto. Entonces se volvió hacia ella y apretó la
cuerda en el centro. Esto vibró por un segundo y luego se abrió, dejándola ir.
Lynn trató de retroceder, pero aquel hombre alto se movía más rápido.
Se giró, deslizando un brazo alrededor de su cintura. Todo lo que Lynn pudo
hacer fue boquear sorprendida cuando la levantó hacia arriba hasta la rama
más baja. No necesitaba entenderle, para saber que quería que agarrara la
rama. Lo hizo y le soltó la cintura. Agarró sus dos muslos para darle un
impulso hacia arriba. Se arrastró rápidamente para darle espacio para
seguirla.
Él estaba detrás de ella mientras subía más alto en el árbol. A
continuación, vio movimiento cerca del borde del claro mientras se sentaba a
horcajadas sobre una rama. Dos coyotes se arrastraron hacia delante,
gruñendo. Fueron al lugar donde el desconocido había sangrado y olfatearon
el suelo.
"Podrían largarse." susurró. "Silencio."
Se agachó, cogió su mochila y tiró de ella más alto en el árbol. Metió la
mano y tiró un disco redondo que le recordaba a un delgado Frisbee11. Esto
golpeó la tierra y los dos coyotes gruñeron, pero no huyeron. La cosa tipo
disco empezó a brillar más blanca, consiguiendo ser más brillante. Lynn lo
miró fijamente. Era una fuente de luz. Los coyotes se quedaron unos pocos
pasos atrás, pero mantuvieron su posición cerca de la sangre.
El hombre encajó su mochila para que no se cayera y se subió más alto,
aliviando la rama detrás de ella. Volvió la cabeza, mirándole apoyarse en el
espeso tronco del árbol. La agarró por las caderas y la atrajo hacia él.
Lynn estuvo tentada de luchar, pero el movimiento desde abajo le llamó
la atención. Nueve coyotes más habían entrado en el claro. En cuestión de
segundos, ese número aumentó a más de veinte. Dos de ellos se detuvieron
justo debajo de la rama en la que ella estaba encaramaba, alzaron sus cabezas
y la miraron fijamente. Ambos gruñeron.
"¡Marchaos!" Gritó, esperando que su voz los hiciera huir.
Más coyotes se reunieron en la base del tronco del árbol, su enfoque
fijado en ella y en el hombre detrás de ella. Gruñeron, mostrando los dientes.
Era evidente que la manada no tenía miedo de la gente y no tenía intención
de ir a ninguna parte. Ella y aquel hombre estaban encaramados al árbol y
atrapados.
11
Frisbee, juguete en forma de plato o disco volador.
Desde atrás, él dio un tirón acercándola más a él y envolvió su
musculoso brazo alrededor de su cintura.
Su pecho estaba caliente contra su espalda. Lynn no luchó, demasiado
asustada de que podrían caerse de aquella rama. Los coyotes observaban
desde abajo, probablemente con la esperanza de que eso mismo sucediera.
Podrían atacar. Habían crecido en ser demasiado audaces, viviendo en tales
grandes números.
"Moriremos aquí arriba."
Él puso su otro brazo alrededor de su cuerpo y ella miró por encima del
hombro hacia su cara. La mayor parte estaba entre las sombras pero sus
bonitos ojos estaban lo suficientemente claros como para poder verlos. Él
negó con la cabeza, luego gruñó bajo.
"No te entiendo. Estás herido." señaló hacia abajo. "Nos quieren comer.
Estoy bastante segura de que algunos de ellos tienen la rabia, a juzgar por lo
agresivos que son. ¿Pillas eso? Sólo Dios sabe cuánto tiempo pasará antes de
que ese idiota de Jimmy decida llamar a alguien, si no está demasiado
drogado como para notar que mi SUV sigue estacionado en su propiedad.
Podrían ser días, o nunca. Puede que sólo mienta totalmente y diga que me
fui, con el fin de mantener a la policía fuera de su propiedad. Eso significa
que no habrá grupo de búsqueda. Esos coyotes podían esperar por nosotros
hasta que estemos demasiado deshidratados para mantenernos aquí."
Él sacudió la cabeza de nuevo.
Lynn estaba irritada cuando él cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia
atrás, obviamente pensando en volver a dormir. Acomodó su peso contra él
para ayudar a mantenerlo clavado en su lugar.
Cuando miró hacia abajo, más coyotes se habían unido al grupo. Uno de
los más descarados levantó y plantó sus patas en el tronco, como si eso
pudiera ayudarle a alcanzarlos.
-No puedes escalar, cara hocico.
Estaba en un infernal desastre. Podría ser peor. Sólo llevaba su chaqueta
y las bragas. El tipo detrás de ella llevaba esos pequeños Speedos de cuero,
pero era verano, o sea que no se congelarían durante la noche.
No podía decidir lo que sería peor, el grupo de búsqueda encontrándoles
vistiendo tan poco y tener que explicarlo, o los titulares sensacionalistas que
se levantarían si sus cuerpos fueran recuperados así. De cualquier manera,
ella sería la cosa más comentada en Green Bend.
"Maldita sea."
La oscuridad cayó pero la luz por debajo se mantuvo brillante. Aquella
cosa iluminaba sobre un área circular de veinte metros. Algunos de los
coyotes aumentaron el valor suficiente para acercarse a aquello y uno puso su
nariz en su contra para olfatearlo.
Un fuerte sonido estridente perforó la noche. Lynn se sobresaltó ante la
fuerte ráfaga de ruido. Los coyotes se dispersaron, corriendo en diferentes
direcciones.
"¿Qué fue eso?"
Volvió la cabeza para mirar al hombre detrás de ella. Sus ojos
permanecían cerrados, pero podía sentir su pecho subir y caer contra su
columna vertebral. Se retorció lo suficiente como para sentir su pulso en el
cuello. Era difícil de encontrar. Estaba desvaneciéndose rápidamente,
probablemente moriría a causa de la pérdida de sangre y la infección.
"¡Hey!" le frotó la mejilla. "Mírame."
Él no se movió. Lynn miró al suelo. Los coyotes no habían regresado.
Ese sonido la había asustado infernalmente y probablemente había actuado
peor con la manada. Tenía que llegar a la cabaña de Avery y pedir ayuda. No
había mucho para discutir. Algunos de los coyotes se habían retirado hacia el
río, por lo que ir tras sus cosas no era una opción. Bajó su brazo alrededor de
su cintura y agarró una rama por encima de su cabeza. Trepó más alto,
tratando de detectar cualquier fuente de luz en la zona.
Lynn encontró lo que estaba buscando. Avery podría estar ciego pero
dejaba encendidas sus luces del porche para mantener a las criaturas lejos.
Divisó su cabaña. No estaba tan lejos como había pensado que estaría. Era
posible que pudiera lograr llegar a pie y sin armas. Se tomó su tiempo
bajando, observando y escuchando cualquier señal de que los coyotes
estuvieran regresando. Revisó al hombre una vez más. Estaba inconsciente.
Otras dos ramas junto a aquella en la que estaba sentado lo mantendrían en
posición vertical si se inclinaba hacia un lado. Eso no significaba que no
pudiera caerse.
"No hay otra opción." murmuró.
Necesitaba un hospital. De otra manera puede que no sobreviviera hasta
la mañana siguiente. Eso significaba que tendría que correr por el oscuro
bosque. Miró a su extraña fuente de luz, preguntándose qué había pasado
para que la alarma se apagase. Era tentador llevársela con ella, pero dejarla
allí la ayudaría a encontrarle una vez que consiguiera un equipo de rescate
desde la cabaña de Avery.
No sería fácil llegar al suelo. Iba descalza. Llegó hasta la rama más baja,
después se balanceó y cayó al suelo en cuclillas. Nada vino hacia ella desde la
oscuridad. Se enderezó y echó a correr hacia la cabaña. Era difícil ver sin una
linterna pero estaba motivada.
Hizo una corta distancia antes de que un aullido la llevara a hacer una
parada. La última cosa que necesitaba sería correr en medio de aquella
manada. Buscó árboles cercanos a ella que pudieran ser escalados fácilmente,
pero la mayor parte de las ramas estaban fuera de su alcance. Otro aullido
vino de atrás y supo que estaba en mierda hasta el cuello. Estaban cazándola.
Se dio la vuelta, vio movimiento en la oscuridad.
"No me jodas." dijo entre dientes y corrió hacia adelante.
Un gruñido sonó a su izquierda, diciéndole al instante que era tan malo
como se había temido. Estaban intentando rodearla.
Lynn miró frenéticamente hacia arriba buscando una rama lo
suficientemente baja como para agarrarla mientras corría por su vida. Vio uno
delante y escuchó algo chocar entre la maleza detrás de ella. Dio un salto,
agarrando una rama.
La dura corteza rascó sus palmas, pero cogió la rama, se balanceó y tiró
de sus piernas. Su pie golpeó el tronco y el tacón se enganchó en algo. Le
dolió, pero se las arregló para utilizar ese punto de apoyo para lanzar la otra
pierna arriba, entonces se aferró enganchando su pantorrilla sobre la rama.
Utilizó toda su fuerza para alzarse, su pecho golpeando contra ello también.
Esto hizo más fácil levantar la otra pierna y engancharla en esa rama.
Un grito brotó de su garganta cuando algo rozó su espalda. Giró la
cabeza y vió la sombra de un coyote debajo de ella. Brincó y logró enganchar
parte de su chaqueta entre sus mandíbulas. El material se rasgó y Lynn casi se
soltó de la rama.
Volvió a gritar, soltando la rama con una mano para conectar un brazo
sobre ella, luego el otro brazo, aferrándose con fuerza. La adrenalina y el
pánico eran grandes motivadores.
El coyote saltó de nuevo, pero esa vez falló. Estuvo cerca, sin embargo.
Podía oír su respiración entrecortada. Cerró los ojos y empezó a rezar. No
había manera de que pudiera cambiar de posiciones para estar sobre la rama,
en vez de colgar de la parte inferior de la misma.
Podía escuchar más coyotes y supo cuando otro se abalanzó, tratando de
arrancarla de su precaria posición. Falló y cayó al suelo con fuerza. Iban a
arrancarla del árbol, desgarrarla en mil pedazos y comérsela como si fuera un
cadáver de venado. Lágrimas calientes llenaron sus ojos.
-Soy de control de animales, maldita sea. Controlo a esos hijos de puta.
Su mente se quedó en blanco sobre la manera de salvarse a sí misma.
Estaba demasiado asustada para pensar con claridad y empezaba a cansarse.
Sus brazos y piernas estaban rasguñados y le dolían por agarrarse a la
áspera corteza y por estar sosteniendo su cuerpo con fuerza a la rama.
Algo la golpeó de nuevo donde su chaqueta ya se había desgarrado. Era
húmedo y frío, cuando le rozó la piel expuesta. El animal cayó al suelo,
aplastando hojas secas bajo sus patas. Un gemido se abrió paso entre sus
labios fuertemente comprimidos. Un buen tirón y sería derribada al suelo.
Sabía que estarían sobre ella en cuestión de segundos, atacándola en masa.
Un rugido ensordecedor sonó.
-¡Oh dios, justo lo que necesito! ¿Un león de montaña además de esto? ¿Me
están tomando el pelo?
En ese momento estaba bastante segura de que alguien a cargo del
destino la odiaba. Si había una cosa como el karma, eso estaba a punto de
hacer con ella un aperitivo nocturno, de un modo u otro, por algo malo que
hubiera hecho alguna vez.
Los coyotes gemían ruidosamente. Oyó hojas crujiendo como si algo
estuviera corriendo hacia ellos, por lo que volvió la cabeza y abrió los ojos. La
manada huyó en la dirección opuesta. Miró detrás de ellos, conmocionada de
que estuvieran despegando, pero luego se dio cuenta de que estaban huyendo
lejos del león de montaña.
La brillante luz la hizo azotar su cabeza en la otra dirección y
abiertamente miró boquiabierta a los cuatro inmensos hombres que acudieron
ante ella. Eran altos, todos vestidos de cuero negro.
Eran sus rostros los que más la alarmaron. Se veían muy parecidos al
tipo que había dejado en el árbol. Tenían la misma nariz ancha y más plana,
uno de ellos tenía la boca abierta. Podía divisar sus colmillos.
Caminaron más cerca y Lynn se abrazó a la rama más fuerte. Ella no se
sintió salvada. El líder levantó una mano y se detuvieron a unos cinco palmos
de distancia. Uno de ellos tenía un disco redondo como el que había visto
antes. Esto proporcionó mucha luz. Los hombres eran aterradores, un
cuarteto de terror con su ropa de cuero y cuerpos inmensos.
Uno se acercó y gruñó, levantando un dispositivo plano pequeño como
el que había visto antes, ese que le recordaba a un teléfono móvil. Estaba
iluminado a lo largo de las juntas, como había estado el otro. Él gruñó. Una
voz fría, computerizada siguió un segundo más tarde.
"¿Dónde está Coto, mujer?"
Lynn miró aquella cosa, luego a la cara del tipo. Él gruñó de nuevo.
"Soy Holion. Estás a salvo, mujer."
La caja habló con una voz masculina mecánica mientras él hacía esos
sonidos inhumanos.
"No te haremos daño así que puedes descender. Hemos perseguido a la
fauna local lejos."
Lynn vaciló y luego desenvolvió sus piernas mientras disminuyó su
agarre en la rama. El dolor se disparó sus brazos mientras se dejaba caer sin
gracia al suelo. Se estremeció un poco cuando sus pies tocaron la dura tierra
apisonada.
Se tambaleó, en estado de shock, mirando a los grandes hombres
vestidos de cuero. Tragó saliva, estupefacta, sin saber qué decir. Tenía miedo
y las ganas de huir por su vida arañaban sus entrañas, pero no gritó ni corrió.
No eran hombres normales, eso era seguro. Los hombres miraron
abiertamente a sus piernas, haciéndola ser consciente de su falta de ropa. Se
agachó y tironeó de la chaqueta más abajo, sosteniendo los bordes para que
no vislumbraran que sólo llevaba sus bragas debajo de ella. Holion se acercó
más.
"Estamos buscando a Coto. Llamó y dijo que estaba con una mujer.
Debes ser ella. ¿Dónde está él?"
Él gruñó y la caja lo tradujo en palabras. Esto estaba volviéndola loca.
Le recordaba a una de esas películas extranjeras que a veces observaba a altas
horas de la noche. Su movimiento de los labios no concordaba con lo que
estaba oyendo. Sólo que no hablaba ningún idioma conocido del que ella
tuviera conocimiento. Su supuesto agente de la DEA había gruñido también.
Él tipo gruñó de nuevo.
"Habla ahora." exigió la caja.
"Um... Lo dejé en un árbol, donde estaría a salvo. Está herido."
Algo hizo un ruido chocando detrás de ella y se giró, esperando un
coyote o un león de montaña llegando hacia ella. En cambio, era el hombre
que había dejado en el árbol. Tenía un nombre.
Coto.
Tropezó, empuñando el mango de un cuchillo dentado en una mano. Se
adelantó, algo inestable sobre sus pies.
Ya no llevaba puesto sólo el Speedo. Se había puesto los pantalones de
cuero y unas botas. Emitió una serie de sonidos guturales.
"Me encontraste." tradujo la caja.
"Sí, Coto. Conseguimos tu mensaje y nos reunimos para buscarte."
"¿Encontrasteis a Vhon?"
Coto se acercó más, su mirada se arrastró por el cuerpo de Lynn, y luego
volvió a mirar a los cuatro hombres.
"Informadme."
Uno de los otros hombres se adelantó.
"Aún no. Nos detuvimos para buscarte a ti." miró a Lynn. "Afirmaste
que fuiste lesionado."
"¿Acaso esta mujer te hizo eso?"
Un pelirrojo de pelo largo se adelantó y reveló sus colmillos afilados
cuando gruñó a Lynn. Ella realmente se echó hacia atrás y chocó contra
Coto. Enganchó un brazo alrededor de su cintura.
"No. Fueron cuatro animales los que me mordieron. Fui atacado
después de recoger el rastro de Vhon."
Coto volvió su mirada azul brillante de nuevo hacia Lynn.
"¿Me dejaste para obtener ayuda?"
Lynn todavía tenía dificultades para hablar así que solo asintió
secamente. Coto frunció el ceño, quizás sin creerla. Apartó la vista para mirar
a Holion.
"Vamos a establecer un campamento."
"Hay un lugar habitado muy cerca. Sería más seguro viajar más lejos."
Coto gruñó.
"No. Ella dijo que él es ciego. No nos va a ver. Es seguro para nosotros
acampar aquí. Tengo que ser tratado. Vamos a reanudar la búsqueda con las
primeras luces. Más de esas criaturas que muerden están por la zona."
Holion no parecía contento con esa orden. Miró a Lynn, gruñendo.
"¿Y qué pasa con ella? Es un peligro."
"Dile por qué estamos aquí."
Coto señaló con la daga al pelirrojo.
"Hazlo tu, Gar. Muéstrale la prueba. Ella debe pensar que somos
extraños."
El pelirrojo metió la mano en el bolsillo y sacó un papel doblado pero
laminado. Tenía unos brillantes ojos verdes de los que Lynn no podía apartar
la vista, mientras lentamente se acercaba a ella.
"Somos los Leprechauns12 de Irlanda. ¿Ves? Es por ello que podrías
pensar que somos diferentes a ti. Hemos viajado aquí para acampar y
encontrar a nuestro amigo. Se ha perdido en el bosque."
Le tendió el papel. Lynn tuvo que bloquear las rodillas.
-¿Están bromeando? ¿Leprechauns?
12
Leprechauns, duendes tradicionales de la cultura popular irlandesa. Suelen
adoptar la forma de hombres menudos, de metro y medio de altura, con pelo rojo
y ropajes verdes que disfrutan realizando travesuras. Se dice que son muy ricos y
que custodian muchos calderos de barro enterradas llenas de tesoros.
Su mente estaba luchando para darle sentido. Miró fijamente al hombre
y se quedó totalmente muda. Uno de los tipos le frunció el ceño, cada vez
más cerca de Holion.
"No parece convencida."
"Aquí." dijo Gar empujando el papel hacia ella.
Lynn miró hacia abajo. Era un anuncio que había visto publicado en la
ciudad unos meses antes. Fue puesto por un pub irlandés que celebraba el día
de Saint Patrick13.
Probablemente había sido arrancado y el viento lo había llevado al
bosque. Una imagen de un personaje de dibujos animados le sonrió desde el
centro de todo, y eso afirmaba que los Leprechauns habían venido todo el
trayecto desde Irlanda.
El duende en el anuncio tenía el pelo largo de color rojo, lucía un traje
verde, y sostenía una pinta de cerveza. Ella levantó la barbilla, mirando a Gar
en shock total. Él se tocó el pelo rojo.
"¿Ves? Es una mala imagen, pero eso es lo que somos. Irlanda está lejos.
No estamos usando nuestras prendas nativas dado que estamos de
vacaciones. Esa debe ser la razón de tu confusión."
-Piensan que soy idiota. Esperan que crea esa mentira de mierda.
Finalmente todo se hundió en ella.
-Son aliens. Tienen que serlo.
13
Saint Patrick, o San Patricio, es el santo patrón de Irlanda. Se celebra el día
17 de Marzo.
Eso explicaría sus rostros ligeramente extraños, la forma en que
gruñían/hablaban sus palabras, y su traductor era algo más bien sacado de
una película de ciencia-ficción.
-Aliens. Oh Dios.
"Nos gusta la cerveza y traer buena suerte."
Gar señaló hacia unas pocas líneas en la parte inferior del anuncio.
"Aquí se afirma eso. Leprechauns. Di algo, mujer."
Tragó saliva, aterrorizada. Obviamente no querían que ella supiera la
verdad. Podrían matarla si no jugaba bien.
"Eres mucho más alto y más grande de lo que imaginaba."
"Lo somos." dijo Coto, atrayendo su atención.
La abrazó contra su cuerpo y Lynn estaba demasiado aterrorizada como
para alejarse.
"Nunca he conocido a tu clase en persona antes. Así que, estáis aquí para
acampar, ¿eh?"
Coto bajó la barbilla, mirándola fijamente a través de sus espesas
pestañas con esos hermosos ojos azules suyos completamente brillantes.
"Sí y perdimos a nuestro amigo. Podría no estar solo. ¿Has visto a otros
como nosotros?"
-¿Hay más de ellos en el bosque? ¿Qué es esto?, ¿una convención alien en el
condado de Hicksville?
Lynn sacudió su cabeza.
"Sinceramente, puedo decir que sois los únicos que he visto."
"Tenemos que hacer frente a esta situación." habló finalmente el rubio.
Lynn recibió al instante su significado cuando le sorprendió mirándola.
No parecía feliz. ¿Iban a matarla porque los había visto?
-Son malditos aliens.
Estaba segura de eso. Era tentador huir y salir corriendo, pero ellos
estaban en forma y Coto todavía la sostenía. Correrían tras ella, derribándola
en muy poco tiempo, incluso si se las arreglaba para liberarse de su agarre
alrededor de su cintura. Tenía que hacerse de utilidad el tiempo suficiente
para encontrar una manera de escapar.
"Conozco estos bosques muy bien. Dijiste que estás aquí para acampar y
buscar a tu amigo. Podría ser tu guía turístico. Soy una gran rastreadora."
miró hacia Coto. "Así es como te encontré."
"Bien." Miró a los otros aliens. "Ella está bajo mi protección. Establecer
un campamento aquí. Buscaremos a Vhon con la primera luz."
"No la necesitamos." dijo Gar con voz áspera.
"Estás a mis órdenes." gruñó Coto. "Nadie toca a esta mujer."
Señaló al pelirrojo con la punta de su cuchillo.
"Ella me ayudó cuando me lesioné. Nosotros somos hombres con honor.
No olvides eso, a pesar de dónde nos encontramos."
"Sí, Coto." Gar retrocedió. "Vamos a establecer un campamento."
Coto la estaba protegiendo. Lynn estaba lo suficientemente agradecida al
mirarle. Él encontró su mirada.
"No te haremos daño. No tienes nada que temer. Eres una mujer sola y
sin protección, pero nosotros somos civilizados."
"Está bien." soltó ella.
Tenía la sensación de que esa iba a ser una expresión que utilizaría a
menudo en torno a estos individuos, puesto que no tenía idea de qué más
podía decir. Él asintió con un cabezazo seco.
"Nadie va a llevarte a la cama."
Sus ojos se abrieron y sabía que su boca se abrió por la sorpresa.
"¿Perdón?"
Él frunció el ceño.
"No vamos a despojarte de tu ropa, desnudándote para hacer uso de tu
cuerpo. Eso debe ser una de tus preocupaciones puesto que eres una mujer
sola con muchos hombres."
Él la soltó y dio un paso atrás.
-¡Mierda!
"Ese concepto nunca pasó por mi mente."
No lo había hecho. Todavía estaba tratando de envolver su cabeza
alrededor de ellos siendo aliens y con la esperanza de que no iban a matarla.
Su atención se redujo a la parte delantera de sus pantalones y luego miró a sus
ojos de nuevo.
-¿Era eso posible?
Parecían humanoides, sorprendentemente así, a pesar de que existían
diferencias obvias en sus características. Eran también más grandes que los
hombres promedio, todos ellos altos y musculosos.
"Cuando esto suceda, no tengas miedo. No voy a permitir que nadie te
haga daño."
Sus fosas nasales se ensancharon mientras inhalaba y un salió suave
gruñido de su garganta que la caja ya sea no recogió o no pudo traducir.
"Eres muy tentadora, pero en este momento nuestra misión es encontrar
a nuestro amigo."
Capítulo Tres
Coto había olfateado hacia ella. Lynn vaciló y le olfateó de vuelta.
-Tal vez es una cosa cultural con estos aliens.
Ella inhaló el aroma de algo almizclado y agradable. Él respondió
haciendo otro suave gruñido. Se acercó más de nuevo.
La mirada en sus ojos la hizo sentir un poco débil en las rodillas. No
necesitaba una caja para traducir la lujuria. Era un desconocido para ella,
pero era masculino y atractivo. Si fuera humano ella probablemente estaría
jadeando detrás de un tipo construido como él. Y le encantaba el pelo largo.
El hecho de que fuera tan alto era un añadido también, ya que la mayoría de
los hombres que conocía eran más bajos.
Seguro que ella no consiguió 'bollitos-cachas' de primera calidad en Green
Bend. Consiguió solo idiotas como Jimmy Morgan y sus colegas de la droga,
perezosos y en baja forma, o tipos mayores como el alcalde Morgan para
elegir como candidatos potenciales de citas. Cualquier otro tipo
medianamente decente había sido atrapado en la escuela secundaria y
permanecía tomado por alguna mujer.
Coto extendió la mano y rozó un dedo a lo largo de su barbilla, luego se
inclinó. Inhaló, haciendo un ruido bajo que no era del todo un gruñido, sino
más bien un rumor.
"¿Qué estás haciendo?"
Su voz era apenas un susurro.
"Estás captando mi olor."
"Tú me olfateaste y yo lo hice de vuelta."
Dejó caer la mano lejos.
"¿No estás iniciando contacto sexual conmigo?"
"Whoa, muchacho."
Estaba aturdida.
"¿Es eso lo que los... ah... Leprechauns hacen para golpear unos sobre
otros?14 ¿El olfateo está considerado como juego previo?"
Coto frunció el ceño.
"Yo nunca te golpearía. Lanzaste tu mochila hacia mí y yo no me
defendí en contra de tu ataque."
La caja tradujo las palabras en un aburrido tono sin emoción pero Coto
sonaba furioso y su expresión reflejaba eso. Ella le había insultado o
simplemente le cabreó por lo que había dicho.
14
En el original usa el verbo "hit on", que significa 'coquetear'. La confusión
de Coto es porque "hit" también significa golpear. No hay equivalencia en
español con este doble sentido, por ello empleamos 'golpear sobre' para no perder
el sentido del resto del dialogo.
"Golpearse sobre otros no significa eso. Significa coquetear o iniciar
relaciones sexuales. Es una frase hecha."
Sus facciones se relajaron.
"Nuestro traductor no sabe eso. Necesitamos hablar con claridad y sin
tus frases hechas para que no haya problemas de comunicación."
"Nuestro ordenador fue dañado."
Holion cambió su posición, capturando su atención.
"Tenemos un traductor más pequeño si deseas permitirnos ponerlo
dentro de tu oído, así no tenemos que usar esta unidad portátil de nuestra
nav... cosa. Este es de una tecnología anticuada."
Una expresión molesta cruzó sus rasgos.
"Con nuestro ordenador sin funcionar, tuvimos que sacar estas unidades
para comunicarnos, por si nos quedamos en tu pueblo."
Su mirada se dirigió a Coto. Él asintió con la cabeza.
"Es seguro."
"Me puedes dar esa cosita auricular." Dijo encogiéndose de hombros.
Se acercaron sosteniendo una caja hacia ella mientras hablaban.
Obviamente, iba a pasar por lo menos un poco de tiempo con ellos hasta que
pudiera escapar o la dejaran ir.
No se le había escapado el desliz de Holion. Estaba bastante segura de
que casi había dicho nave.
-Los aliens venían con naves.
"Supongo que eso estaría bien."
El pelirrojo, Gar, levantó la bolsa que sostenía, pasó una mano por
dentro, y luego asintió con la cabeza a Coto antes de tirar hacia él un pequeño
bulto del tamaño de una cajita de anillo. Los reflejos de Coto eran
impresionantes para ser un hombre con heridas graves cuando la cogió y sacó
un objeto pequeño desde el interior.
"Gírate e inclina la cabeza. Por favor, aparta tu pelo fuera del camino."
Lynn dudó, pero luego hizo lo que le pidió. Empujó su pelo rubio hacia
atrás y volvió la cabeza, observando con recelo a Coto mientras daba un paso
hacia adelante, con su mirada dirigiéndose a su oreja expuesta. Su pulgar
rozó la parte inferior del lóbulo de su oreja mientras presionaba lo que sintió
como una bolita fría en su canal auditivo.
Se quedó sin aliento, disparando su mano para cubrirse la oreja un
segundo después. Fuera lo que fuese, se movió, como si hiciera un túnel hacia
dentro, hacia su cerebro. El dolor golpeó lo siguiente y casi la llevó a caer de
rodillas. Se habría derrumbado si Coto no se hubiera abalanzado sobre ella,
envolviendo sus dos brazos alrededor de su cintura para mantenerla en
posición vertical. Un gruñido escapó de sus labios entreabiertos.
"Esto le duele. ¿Por qué?"
El malestar era malo y las lágrimas llenaron sus ojos. Ella gimió en
agonía mientras algo como una aguja afilada atacó su tímpano. Abrió su
boca, pero el dolor era demasiado malo para ella, incluso para llorar.
"Nadie me dijo que esto le haría daño o nunca lo habría permitido."
La voz de Coto era profunda y no mecánica.
"Haz que se detenga ahora, Gar. Ayúdala."
"Son sólo unos segundos de dolor. Ya pasará. El implante se está
afianzando y se está integrando en su sistema."
Coto ajustó su agarre sobre ella y se inclinó. Él la tomó en sus brazos,
acunándola contra su pecho. Se acercó a un árbol caído y se sentó con ella en
su regazo. El dolor agudo en el interior de su oreja se detuvo tan
repentinamente como había comenzado.
"Si permites que ella sea dañada de nuevo voy a hacerte daño, Gar."
advirtió Coto.
Ella lo miró mientras bajaba su barbilla. Realmente parecía furioso,
mientras se miraban uno al otro.
"Es lo mejor."
"Lamento que te duela. Nunca lo hubiera permitido si hubiera sabido
que te dañaría de cualquier manera."
Su boca se movió y había palabras reales. El traductor no sólo
funcionaba sino que estaba traduciendo la emoción y le dio al alien una voz
única. No hubo tiempo de retardo tampoco. El movimiento de los labios al
sonar estaba un poco apagado, asegurándole que probablemente todavía
estaba gruñendo pero podía entenderlo como si realmente estuviera hablando
inglés.
"¿Estás bien ahora?"
Coto cambió su agarre sobre ella, todavía acunándola entre sus brazos,
pero liberando una mano para alcanzar y suavemente ahuecar su cara.
Bajó la cabeza, por lo que quedaron a un soplo de estar boca a boca, sus
ojos tan cerca que podía ver las motas de plata con una claridad asombrosa,
incluso en la luz azul de la tierra.
"Nadie te hará daño de nuevo o les dañaré mucho peor."
"Tu voz. Puedo escucharla."
Él respiró hondo, haciéndola notar que estaba presionada contra su
amplio pecho desnudo. Era una posición íntima, con sus brazos alrededor de
ella, su culo en su regazo.
"Tenemos la tecnología para traducir nuestro lenguaje."
"Eso es..." luchó para encontrar palabras. "Guay. Realmente avanzado."
Su cuerpo se tensó.
"Venimos de muy lejos, donde las cosas son diferentes de lo que son
aquí."
Ella asintió con la cabeza.
"Puedo creer eso totalmente."
"Te dije que ella iba a estar bien." Gar sonaba irritado. "Me amenazaste
sin motivo."
Lynn volvió la cabeza para mirar al alien pelirrojo. Se dio la vuelta y
notó la mochila que llevaba cuando caminó hacia el centro del pequeño claro.
Se la quitó y la arrojó hacia abajo. Comenzaron a establecer un campamento.
Coto la levantó suavemente de su regazo, pero la colocó junto a él en el árbol
caído.
Ella no se movió, demasiado asustada por si uno de los otros hombres
podría decidir ignorar lo que Coto había ordenado. Él era el único que
parecía querer mantenerla con vida.
Tenían todo tipo de cosas que nunca había visto antes. Mientras, uno de
ellos dejó caer una bolsa tipo mochila en el suelo y se inclinó para presionar
su dedo en un agujero en el lateral de la misma.
En cuestión de segundos un silbido sonó y toda la cosa empezó a
inflarse. Observó con fascinación asombrada mientras siguió aumentando en
tamaño, tomando la forma de una gran cúpula. En el momento en que se
detuvo tenía al menos tres metros y medio de altura en el centro y unos seis
metros de diámetro. Parecía más como un iglú oscuro (creado a partir de un
tejido extraño) de lo que hizo cualquier tienda de campaña que hubiera visto
nunca.
Gar abrió su mochila y repartió paquetes de color marrón oscuro. Dio
dos de ellos a Coto, que vaciló antes de colocar uno en su muslo, agarrando el
otro con ambas manos.
"¿Tienes hambre, Lynn?"
"Te acordaste de mi nombre."
Él asintió con la cabeza.
"Yo era capaz de comprenderte plenamente. Ya tengo un implante que
traduce a tu idioma."
"¿No te hizo daño?"
"No. Estoy acostumbrado al dolor."
Dejó eso que se fuera, decidiendo regresar a su pregunta inicial.
"Me muero de hambre. No he comido nada desde el almuerzo." echó un
vistazo a lo que tenía en sus manos. "¿Eso es comida?"
"Sí."
Arrancó la costura lateral de la bolsa y apoyó las manos debajo de ella.
Lynn casi se cayó del tronco cuando la bolsa prácticamente explotó, pasando
de ser casi plana a convertirse en algo con forma de globo.
La rapidez de reflejos de Coto detuvo su caída. Su mano salió disparada
para agarrar su muslo, empujando hacia abajo para inmovilizarla donde
estaba sentada. La diversión hizo sus ojos chispear cuando él le sonrió.
"Lo siento por considerar esto humorístico, pero… ¿tienes miedo de los
alimentos? Puedes morderlos, no te van a morder."
"La cosa justo explotó como un pez globo. No esperaba eso."
Se rió de nuevo, soltó su muslo, y giró la bolsa para mostrarle el lado
abierto.
"Activado por oxígeno."
"Eso es..."
El olor de algo maravilloso tentó su nariz. Ella olfateó y trató de
alcanzarlo.
"Eso huele muy bien."
"¿Tu comes carne?"
Él la miró inquisitivamente a los ojos.
"Sí." Le respondió Lynn.
Se lo pasó y ella se quedó estupefacta ante la calidez procedente de la
bolsa. Él se rió de su jadeo.
"Esto calienta la comida y la expande cuando el oxígeno se introduce,
después de que el sello está roto. No tenemos que cocinar nuestras comidas y
son más fáciles de llevar comprimidos mientras... vamos de vacaciones."
Ella aceptó la bolsa caliente, mirando a hurtadillas en su interior para ver
lo que parecían ser tiras de carne, y luego le devolvió la mirada.
"Esto es increíble."
Se encogió de hombros y se volvió un poco más lejos de ella, mirando
hacia abajo para abrir su propia comida. Esta vez, ella esperaba que la bolsa
se expandiera rápidamente. Coto metió su mano, con el índice y el pulgar
extrajo un trozo de carne oscura, y se lo llevó a la boca. Lynn observó sus
generosos labios separarse, aquellos afilados colmillos suyos parpadearon en
la luz azul por un segundo antes de que la carne desapareciera dentro de su
boca, cuando cerró los labios alrededor de sus dedos, chupándoselos. Sus ojos
se cerraron y una expresión de puro placer se apoderó de sus rasgos mientras
un suave gemido salió de él.
Había algo muy sexy en aquel tipo mientras masticaba su comida, con
sus ojos cerrados, mientras disfrutaba cada segundo del sabor hasta que tragó.
Sus ojos increíblemente azules se abrieron lentamente y sus miradas se
encontraron. Él le devolvió la mirada hasta que Lynn se dio cuenta de lo que
estaba haciendo. Apartó su atención hacia la bolsa de comida que sostenía en
su palma, girándose un poco lejos de Coto.
Ella metió la mano, con la punta del dedo probó la textura de la carne
que estaba tibia, no caliente. Olía apetecible y era similar a la carne. Sacó una
tira y la miró antes de levantarla lentamente hasta su boca.
Olisqueó de nuevo, decidiendo que eso incluso olía como su comida
favorita, y luego tímidamente abrió la boca. Apenas lo tocó con su lengua en
primer lugar, tomando una pequeña muestra, y luego dando un pequeño
bocado.
El sabor explotó en su boca, un rico y maravilloso sabor muy parecido a
filet mignon15. Ella gimió y le dio un mordisco más grande. Terminó esa tira y
cogió otra.
"¿Lo disfrutas?"
La voz de Coto era ronca y, cuando volvió la cabeza para mirarlo, casi
gimió cuando él se estiró hacia su rostro. Ese tono de su voz hizo algo con
ella. Era sexy como el infierno, del tipo rudo y profundo, pero suave al mismo
tiempo. Su pulgar rozó justo debajo de su labio, la yema ligeramente rugosa
de él trazando desde la parte baja de la barbilla a su labio inferior, dándole
escalofríos, pero de los buenos. Su mirada siguió su pulgar hasta que se
detuvo en sus labios, antes de apartarse.
"El jugo goteaba."
"Gracias." soltó desde el nudo que se formó en su garganta.
Lynn sabía que estaban mirándose fijamente el uno al otro de nuevo.
Podía oír ruidos sucediendo a su alrededor mientras sus amigos aliens
instalaban un campamento. Pero solo tenía ojos para él. Coto estaba más
cerca, desde que se inclinó hacia ella un poco y su ritmo cardíaco se aceleró.
15
Filet mignon, es un término francés usado para referirse a diferentes cortes
de carne provenientes del cerdo, la ternera o el buey, también llamado solomillo.
Había algo atrayente acerca de él, desde sus hermosos ojos hasta sus
rasgos fuertes y masculinos. Y ese pelo largo plateado era tentador para tocar,
sólo para ver si se sentía tan sedoso como parecía.
Él levantó su pulgar y lamió el jugo obtenido de ella. Todavía la miraba
embelesado. Los recuerdos de tocar esa lengua rasposa suya fueron
instantáneos y se preguntó cómo se sentiría contra la suya propia. Él avanzó
hacia adelante, doblándose un poco para que sus rostros se acercaran.
¿Iba a besarla?
Su lengua salió para humedecer sus labios, atrayendo su atención
mientras su enfoque bajaba hacia su boca. La atracción entre ellos fue
repentina, caliente, y Lynn dio un suspiro tembloroso. Una parte de ella
realmente quería saber lo que sentiría si él tocase su boca con la de ella, cómo
podría saber y si él besaba del mismo modo que lo hacía ella. Un suave
gruñido salió de su garganta y el sonido hizo que Lynn tirase hacia atrás,
dándose cuenta en realidad de lo cerca que estaba de averiguar si Coto podría
cerrar labios con ella.
"¿Qué pasa contigo?" le preguntó.
Se quedó paralizado.
"No entiendo la pregunta."
Ella retrocedió de nuevo, poniendo un poco más de espacio entre ellos.
"Hueles muy bien y dejo de pensar racionalmente cada vez que me miras
y me tocas."
Ella comenzó a sospechar.
"¿Es alguna cosa hormonal extraña? Ya sabes, ¿es que desprendes un
cierto aroma para hacer que una mujer tenga pensamientos locos saltando
sobre ti?"
Sus cejas se levantaron y pareció confundido.
"No lo entiendo."
"Eres diferente."
Trató de encontrar palabras que él pudiera comprender.
"Tú y yo no somos iguales. No te conozco, pero me siento atraída por ti
cuando te pones muy cerca de mí. ¿Desprendes locas feromonas que atraen a
una mujer hacia ti? Soy funcionario de control de animales y los estudio en
mi tiempo libre, así que sé que algunos pueden llamar al sexo opuesto con su
olor."
Hizo una pausa.
"Tú tienes rasgos de origen animal como los dientes y los gruñidos, por
lo que me pregunto si tienes otros rasgos que no son visibles."
Él no dijo nada durante largos segundos.
"¿Crees que mi aroma te excita?"
"¡Whoa!"
Ella retrocedió más lejos a lo largo del tronco lejos de él.
"Yo no he dicho nada acerca de estar excitada por ti. Dije atraída, lo cual
no es lo mismo."
Sus fosas nasales se ensancharon.
"Tú también hueles muy bien para mí."
"No has contestado a mi pregunta."
"Que yo sepa, mi olor no tiene ningún efecto en las mujeres."
Ella le estudió con cuidado, sin ver el engaño allí. No podía estar cien
por cien segura, pero estaba dispuesta a creerle.
-Genial, estoy perdiendo la cabeza. Me estoy poniendo toda caliente y mojada
sobre un alien.
Miró hacia otro lado para centrarse en su comida... deliberadamente sin
mirar hacia él. Las tiras de carne estaban deliciosamente buenas y ella estaba
muriéndose de hambre. Se comió cada pieza que estaba dentro de la bolsa y
luego volvió la cabeza para mirar a Coto. Él observaba a sus amigos. Lynn
respiró hondo.
"Realmente debería irme. Hay una cabaña no lejos de aquí. Mi gente me
buscará por la mañana, si no regreso."
Ella encontró y sostuvo su mirada cuando se volvió para mirar hacia
ella.
"Y no voy a mencionar verte, si eso es lo que te preocupa. Puedes confiar
en mí. No quiero que ningún daño venga contra ti o tus amigos. Ellos me
salvaron de los coyotes. Se lo debo."
Su expresión de descontento fue instantánea.
"Es peligroso aquí y estás sola sin la protección de un macho. No voy a
permitir que te vayas de mi lado o que pudieras resultar perjudicada. Estás a
salvo conmigo y los otros machos no te tocarán."
-Allí estaba esa cosa de la protección de nuevo.
"¿De dónde vienes los hombres protegen a las mujeres? Ya sabes,
¿custodiándolas o algo así?"
Él asintió con la cabeza.
"Sí. Necesitan protección. Las llevamos a nuestros hogares para cuidar
de ellas."
El shock rodó a través de ella.
-¿De qué clase de mundo bárbaro venía él?
Jugó con la bolsa de comida vacía en su mano mientras trataba de dar
sentido a sus palabras. Ellos estaban, obviamente, más tecnológicamente
avanzados que los humanos. Viajaban en el espacio, podían visitar otros
planetas, y hacer esa sorprendente comida instantánea en una bolsa que no
sólo lograba que fuera fácil de llevar, sino que la calentaba simplemente
abriendo aquella cosa.
"¿Los hombres y las mujeres no son iguales?"
Su expresión era casi cómica, y se sintió insultada por la pura diversión
que desplegó. De hecho tuvo las pelotas de reírse.
"No. Los hombres son mucho más fuertes que las mujeres."
Lynn se sintió tentada de llamarle cerdo machista pero entonces su
mirada se desvió sobre sus anchos hombros, esas inmensas armas que tenía
como bíceps, y captó su enorme tamaño general. Los hombres
definitivamente tienen una gran ventaja física si las mujeres de su especie eran
de su talla.
Volvió la cabeza para mirar a los otros aliens. Todos eran tipos grandes y
musculosos, en el rango de casi dos metros de estatura. Volvió a mirar a Coto
y vio que su diversión había muerto. La estudiaba con atención, su expresión
ahora era seria, y estaba claro que las ruedas de su mente estaban girando.
"¿Te he insultado de alguna manera?"
Su voz se suavizó.
"Soy consciente de que las mujeres aquí, como tú, piensan que son
iguales. Vuestros hombres son más débiles que yo. Esa no era mi intención.
De donde yo vengo, nuestros hombres son muy agresivos y una mujer sin
protección estaría en peligro."
"¿Estoy en peligro?"
Sacudió la cabeza.
"Podría luchar contra ellos si alguno tratara de tocarte y aunque estoy
lesionado, ganaría."
"¿Luchar? ¿Como en golpear seriamente unos a otros?"
Estaba aturdida y un poco horrorizada.
-¿En serio? ¿Luchaban sobre las mujeres? Maldita sea, de algún modo eso es
excitante, pero inquietante al mismo tiempo.
Ningún hombre se había metido nunca en una pelea por ella. Él esbozó
una sonrisa.
"¿Vuestros hombres no pelean por las mujeres que desean reclamar?"
Una imagen de Coto sujetándola hacia abajo y enjaulándola dentro de
sus brazos brilló en su mente y sus pezones se apretaron mientras su estómago
se estremecía.
¿Era posible para ellos incluso tener sexo?
Se preguntó qué se escondía bajo esos provocativos Speedos de cuero que
llevaba. La idea de averiguarlo se volvió un poco tentadora. Él era el único
hombre que había visto en su vida que se veía sexy vistiendo esas cosas.
Una rama crujió, haciéndola saltar mientras sacudió la cabeza en la
dirección de aquel sonido. Holion se situó en pie ante ellos, mirándoles con
una expresión enfadada.
"Coto." casi gruñó su nombre "Gar limpiará y vendará tus heridas mejor,
ahora que hemos instalado el campamento. He asignado a Kollen el deber de
protegernos mientras descansamos hasta que llegue la luz de la mañana.
Luego iremos a la caza de Vhon y los Collis."
Coto se levantó lentamente, su cuerpo tenso.
"Yo soy quien da las órdenes."
El otro hombre bajó su mirada furiosa mientras su cabeza se hundió.
"Estabas ocupado hablando con la terrícola, así que me hice cargo."
-Terrícola. Ajá.
A Holion se le había escapado esa única palabra. Ninguno de los dos
pareció darse cuenta de la palabra que había dejado caer por accidente
mientras Holion levantó la cabeza y ellos bloquearon miradas. Coto gruñó,
un sonido sordo profundo que sólo la sobresaltó un poco. Era un ruido medio
cruel para el que el traductor no le dio palabras.
Observó con curiosidad absorta mientras Holion retrocedía, la cabeza
cayó de nuevo y puso las manos entrelazadas detrás de la espalda. Era un
gesto de sumisión que Lynn no pudo dejar de notar. Su mirada se sacudió
hacia Coto y su expresión de cabreo mientras miraba al otro hombre.
-Whoa, muchacho. Coto es el perro alfa en esta manada.
Con su trabajo, sabía lo que eran los 'alfas', y estaba muy claro de quién
se trataba con estos hombres.
Coto tomó una respiración profunda y luego, lentamente, la expulsó.
Tomó otra más, su expresión severa fue suavizándose un poco.
"No tomes la autoridad de nuevo, pero tus órdenes pueden permanecer.
Asegúrate de que Kollen está protegiendo el terreno. Dudo que estén
esperando que nosotros hayamos sobrevivido pero podrían estar cazándonos.
No quiero que la mujer sea puesta en peligro, si nos atacan."
La rabia era una emoción fácil de leer en el rostro de Holion mientras
levantaba la cabeza y lanzaba una mirada desagradable a Lynn antes de
encontrar la mirada de Coto.
"Nuestra misión consiste en recuperar a Argis Vhon, no en proteger a
una mujer. ¿Seguro que no te lesionaste la cabeza cuando te atacaron? Me
cuestiono tus prioridades y tu capacidad para pensar con claridad."
En un abrir y cerrar de ojos Coto se movió, clavando un directo a Holion
en el pecho. El otro hombre gruñó ruidosamente por el impacto de las manos
en puños de Coto cuando fue echado hacia atrás desde la pura fuerza del
golpe. Voló un par de metros y cayó de espaldas.
Coto gruñó, dando dos pasos antes de detenerse, sus ojos azules estaban
parpadeando por la cruda emoción. Sus labios se abrieron y sus afilados
dientes se mostraron claramente cuando miró al hombre caído.
Lynn quedó sorprendida hasta su núcleo por la repentina violencia. No
podía moverse y ni siquiera estaba segura de que respiraba, mientras
observaba la lucha de Holion por sentarse. Él se apartó de la tierra,
poniéndose rápidamente de pie. Abrió la boca, gruñendo ferozmente. Sus
manos se cerraron en puños.
"¿Crees que puedes vencerme?"
Coto se movió a la derecha, interponiendo su cuerpo en medio, de modo
que Lynn ya no pudo ver a Holion.
"Inténtalo. La última cosa que necesitamos es que puedas resultar
lesionado, ya que podemos enfrentar a un enemigo cuando encontremos a
Vhon, pero si quieres hacer esto… lucharemos."
Lynn se inclinó de lado lo suficiente para obtener una vista de Holion.
Por mucho que agradecía que Coto pusiera su cuerpo entre ella y el alien
enfadado, quería ver lo que estaba pasando.
Era fascinante y horrible al mismo tiempo.
Le sorprendió que fueran una raza tan avanzada si utilizaban la violencia
para resolver las diferencias. Se preguntó brevemente si Coto se había
trasladado para protegerla o si no quería que ella viera la mayor parte de lo
que estaba pasando entre él y el otro tipo.
"No estás actuando racionalmente, Coto. Deberías estar discutiendo la
estrategia con nosotros para encontrar a Argis Vhon, pero en su lugar estás
alimentando y mimando a esta mujer."
"Está oscuro y no podemos cazar hasta que su sol se levante." gruñó
Coto. "Lo que hago no es para tu juicio. ¿Estás clamando por Vhon? Él es un
hermano de mi corazón y su vida es todo para mí. ¿Cuestionas esto?"
Holion negó con la cabeza, su mirada cayendo a la tierra entre ellos.
"Mis disculpas, Vartas Coto. Estoy estresado y enfadado. Nuestra nave
está dañada, estamos atrapados aquí, y el enemigo podría tener a Argis Vhon.
Su nave cayó cerca de la nuestra. Todas nuestras vidas se perderán cuando
Hyvin Berrr descubra que permitimos que su hijo fuese tomado por nuestro
enemigo."
Coto relajó sus hombros rígidos y suspiró ruidosamente.
"Todos estamos bajo estrés y te he ordenado que no uses mi título,
amigo. Los otros vendrán, cuando se den cuenta de que no pueden ponerse en
contacto con nosotros. Encontraremos a Vhon. Los Collis no pueden salir de
aquí tampoco, con el daño que les infligimos, y Vhon es demasiado valioso
para que tomen su vida si lo encuentran en primer lugar. Kollen guardará
nuestro campamento, nos relajaremos esta noche, y mañana vamos a tenerlo
de vuelta con nosotros."
Holion asintió, con pesar sobre sus rasgos.
"Mis disculpas de nuevo, amigo mío. Nunca quisiera pelear contigo. Ha
sido un mal día."
"Sí." concordó Coto "Lo ha sido."
Entonces se volvió, fijando su exótica mirada en Lynn antes de acercarse
a ella.
Lynn no se perdió el temor que vio en su rostro. Ella había escuchado
mucho en este intercambio, ahora intentaba hacer los cálculos sobre todo ello.
Quienquiera que fuera este tal Vhon, estaba en peligro. Sonaba como que dos
naves habían luchado y ambas se habían estrellado. Los hombres de Coto y
cualquier cosa que fueran los Collis, eran enemigos. El padre de Vhon tenía
que ser el jefe de Coto. Ese tipo no iba a estar feliz, de una manera asesina, si
algo malo le pasaba a su hijo.
"No hay razón para tener miedo."
Lynn se encogió de hombros.
"La mierda sucede. Me alegro de que ambos no vayáis a llegar a las
manos. Se podrían abrir tus heridas."
Su mirada chasqueó sobre su muñeca vendada y gimió ante la vista de
rojo en su mano. Ella se puso en pie.
"¡Se abrieron! Déjame ver."
Extendió el brazo mientras ella tomó su caliente mano, una sacudida
pasó a través de ella mientras sus dedos se curvaron alrededor de los suyos,
largos y fuertes. Mantuvo su atención en su muñeca donde el vendaje
mostraba sangre fresca. Lynn levantó la mirada, tuvo que inclinar la barbilla
para sostener su estrecha mirada, y frunció el ceño.
"Necesitas a tu médico para atender esto."
"Yavil no es médico, pero está médicamente entrenado para
emergencias. Vamos adentro y él me atenderá."
Un movimiento en la esquina de su visión la hizo volver la cabeza.
-Hablando del diablo.- pensó, mirando al tipo alto y rubio con ojos
oscuros acercarse cauteloso a ellos con su bolsa de primeros auxilios en la
mano.
Él encontró su curiosa mirada por un segundo, pero luego volvió su
atención hacia Coto.
"Estoy listo."
Coto asintió, sus dedos agarrando firmemente a Lynn cuando se volvió,
sosteniéndola y guiándola hacia la tienda tipo iglú. Ella entró dócilmente
detrás de él mientras abría la solapa de aquella cosa.
La luz interior no era azul, en su lugar una luz blanca regular provenía
de un disco redondo que podría haber sido la más pequeña y más genial
lámpara que jamás había visto. Era del tamaño de una tapa de olla, pero la
luz que extendía era tremenda, haciendo que la habitación brillara como la
propia luz del día, pero no de modo deslumbrante. Alguien había establecido
sacos de dormir en el suelo, separados por unos pocos palmos de distancia.
Coto se mantenía agarrándola mientras cruzaba la habitación, caminando
entre dos sacos de dormir hasta el otro lado. La soltó y señaló hacia uno.
"Por favor, siéntate."
Coto se dobló y se quitó las botas. Eran cosas grandes, de alta
resistencia, como del tipo militar. Le hizo preguntarse si estaban en una
especie de ejército alienígena. Esperaba que no estuvieran allí para comprobar
la Tierra para una posible invasión. Ese concepto la dejó una sensación de
frío. Pero si eran asesinos despiadados, no eran muy buenos en eso puesto
que la habían salvado. Coto también había sido muy amable con ella. Confió
en sus instintos y creyó eso que le habían dicho sobre su razón de estar en la
Tierra. Algo de su tensión disminuyó.
El saco de dormir era una cómoda colchoneta gruesa cuando se instaló,
sentada con las piernas cruzadas. A continuación miró hacia arriba. Su
mandíbula cayó cuando Coto se recostó completamente en su saco de dormir,
ambas manos yendo a la parte delantera de sus pantalones, los empujó hacia
abajo por sus piernas y los eliminó totalmente. Ella contempló sus pervertidos
calzoncillos de nuevo, esas largas y musculosas piernas, y forzó a sus labios a
permanecer firmemente juntos.
-No mires boquiabierta.- se ordenó, forzando la mirada hacia Yavil. -Por
supuesto, Coto tiene que quitarse los pantalones. El otro hombre necesita limpiar
sus heridas y volver a envolverlas antes de que levanten el campamento.
Eso tenía sentido para ella. Yavil cogió la muñeca sangrante de Coto en
primer lugar y quitó el vendaje.
"¿Que hizo esto?"
Yavil alcanzó una botella.
"Eran feroces criaturas con dientes afilados."
"Perros." ofreció Lynn en voz baja. "Son parecidos a los que
ahuyentasteis cuando me encontrasteis."
El rubio la miró con sus ojos oscuros y extraños y asintió. Se puso a
trabajar en la limpieza de la herida y luego puso algún tipo de crema pegajosa
que era de color amarillento. Vendó la muñeca, hizo girarse a Coto, y luego
hizo lo mismo con el otro brazo.
Lynn observó en silencio, asombrada de lo eficiente que era el otro
hombre y de cómo Coto ni siquiera se inmutó. Lynn estaba bastante segura
de que ella hubiera llorado y gemido si tuviera aquellas lesiones. Yavil
remendó todas sus heridas excepto la de la parte alta en el muslo de Coto.
Frunció el entrecejo.
"Ojalá hubieras traído un ayudante personal para atenderte." Yavil miró
a Lynn. "¿Qué hay de ella? Bien podría hacer esto."
"Lo haces tú." Coto ni siquiera miró hacia Lynn. "No sería una buena
idea tenerla atendiéndome."
Yavil resopló.
"Esto podría causarte un nuevo dolor."
"Sí." estuvo de acuerdo Coto. "Yo lo haré, si no te sientes cómodo."
"Gracias." Yavil se levantó. "Sólo límpialo bien, pones la crema para
sellar la herida y un vendaje nuevo. Voy a estar fuera. Todavía tengo que
comer."
Lynn miró al otro hombre huyendo de la tienda. Volvió la cabeza y vio a
Coto sentarse, extendió sus piernas, y miró con fijeza hacia el vendaje de la
parte alta en el interior de su muslo. Se movió, tratando de obtener una mejor
visión de aquella zona.
"¿No va a atender esa herida?"
Coto finalmente encontró su mirada.
"A menos que sea de vida o muerte, los hombres no se sienten cómodos
tratando con heridas en esa zona. La mayoría de nuestros curanderos son
mujeres que atienden a nuestros heridos. No estoy desangrándome
activamente y mi vida está segura, así que no hay razón para hacerle sentir
incómodo por tener que atenderme de esta manera. "
"¿Estás bromeando?" gimió.
"No."
"Por favor, toda esa mierda homofóbica."
Ella rodó los ojos, poniéndose de rodillas.
"Recuéstate, yo lo haré. No soy enfermera, pero he atendido suficientes
animales heridos como para poder hacer algo tan simple."
Se arrastró hacia él, con cuidado de evitar las cosas en el suelo que Yavil
había dejado atrás. Los bonitos ojos de Coto se abrieron y luego sacudió la
cabeza.
"No."
Ella estaba sobre sus manos y rodillas cerca de él, sus miradas se
encontraron.
"¿No?"
Él parpadeó una vez. Dos veces. Por tercera vez.
"No sería prudente en este momento que hicieras esto."
"¿Por qué?"
Su vacilación antes de responder duró varios segundos.
"Me siento atraído por ti."
Eso fue contundente.
"He sido alimentado y he descansado de mi batalla con esas criaturas de
afilados dientes que me atacaron bien."
"Bueno. Eran perros, no criaturas. ¿Cuál es tu punto?"
"Puedo hacer esto por mí mismo."
Ella ladeó la cabeza, mirándole fijamente, y luego sonrió.
"¿Tienes miedo que te vas a poner duro o algo así?"
El ceño fruncido fue instantáneo.
"No lo entiendo."
Echó un vistazo a sus Speedos de cuero y luego levantó su mirada para
reunirla con la suya.
"¿Tienes miedo de que podrás excitarte?"
Había utilizado esa palabra antes, por lo que pensó que podría
entenderla.
"Sí. No quiero asustarte."
"¿Haces girar tu cabeza o algo así? ¿Vomitarás materia asquerosa verde y
cantarás en el lenguaje del demonio?"
Sabía que estaba siendo una listilla y probablemente no lo entendería,
pero él estaba siendo igual de ridículo.
"No."
"¿Tal vez te conviertes en una calabaza?"
Su ceño se profundizó.
"No estoy seguro de lo que quieres decir, pero mi reacción sería obvia."
Hizo una pausa. "Mi cuerpo iba a reaccionar a tu tacto."
"No voy a mirar para ver cómo reaccionas. Sólo recuéstate y déjame
hacer esto. No discutas."
Poco a poco, se recostó.
"No voy a atacarte ni obligarte así que no hay razón para temerme."
"Eso es bueno saberlo."
Estudió el material presentado en el suelo. Lo alcanzó todo y esperaba
que sus manos no estuvieran frías cuando sus dedos rozaron su cara interna
del muslo mientras retiraba cuidadosamente el vendaje. La herida no parecía
tan mala como lo había sido.
"Realmente sanas rápido."
Se quedó mirando la piel dañada, viendo que estaba roja y con costra en
la herida, que había empezado a cerrar sin necesidad de suturas.
"Eso va a picar. Me caí el año pasado y se formaron costras bastante
majas en mis rodillas. Eso me volvía loca mientras sanaba. Por supuesto, a mi
me llevaría semanas recuperarme de esto." estudió la mordedura. "Realmente
te mordieron bien."
"Fui sorprendido por los perros."
Él la miró de cerca, su rostro cuidadosamente enmascarado de cualquier
expresión. Le hizo gracia que se esforzara por no reaccionar ante ella. Giró la
cabeza para ocultar su sonrisa y cogió la botella que había visto usar a Yavil.
Agarró una de las pequeñas cosas tipo toallita de mano y comenzó a inundar
suavemente la piel mientras limpiaba la herida.
"¿Esto cuidará de la infección?"
"Sí. Esto acelerará la curación también. Por lo general, no utilizamos
esta crema, pero estamos lejos de casa. Es normal sufrir lesiones, pero esto es
lo que llamarías una emergencia."
Su voz sonaba más profunda. Ella levantó la vista y vio que sus ojos
ahora estaban cerrados. Su mirada viajó por su cuerpo musculoso y se detuvo
sobre sus calzoncillos. Se quedó inmóvil, quedándose totalmente quieta,
incluso conteniendo la respiración hasta que el aire se escapó de sus labios
como una sola palabra fuera.
"¡Mierda!"
Él saltó al oírla maldiciendo y apenas apartó su mirada justo a tiempo
mientras sus ojos se abrieron de golpe para trabarse con los de ella.
"¿Qué?"
"Nada." mintió. "Es sólo que es una mala herida."
El tipo estaba bien excitado. La vista era algo que no podía evitar ya que
el cuero no estaba exactamente suelto alrededor de su cuerpo. Estaba
seriamente excitado, a juzgar por el bulto al que ella había mirado
boquiabierta. Estaba difícilmente contenido en esa cosa de cuero y no parecía
cómodo.
"Relájate." mantuvo su voz neutral.
Inclinó la cabeza más, así no miraba sobre su regazo, su pelo cayendo de
una manera que ayudaba a crear una cortina sobre aquella visión. No podía
estar segura de si los aliens tenían las mismas partes masculinas que los
humanos, pero ese bulto parecía de la forma correcta, simplemente no era del
tamaño adecuado, a menos que el tipo quisiera un trabajo en la industria del
porno. Algunos productores de películas obscenas morirían por tener en sus
manos a alguien que pudiera llenar cuero de modo tan impresionante.
Lynn se volvió, cogió el material cremoso de color amarillo y usó sus
dedos para extenderlo sobre su lesión. Después se lo vendó, consiguiendo
algunas miradas rápidas a su regazo.
-Nope. Realmente es así de grande.
Ella se movió hacia el otro mordisco y rápidamente se lo limpió, lo untó
con la crema y lo vendó. Entonces retrocedió y luego se volvió, dándole la
espalda mientras se arrastraba sobre su ropa de cama.
"Todo listo."
En el momento en que se sentó y se volvió hacia él, ya se había movido y
atraído parte de su ropa de cama sobre su regazo. Era casi divertido que él
estuviera escondiendo su erección de ella.
Esto demostró una vez más que tenía que ser un alien. Un individuo
humano típico habría hecho alarde lo más posible de ese 'chico-malo',
pensando que iba a hacerla desear saltar sobre sus huesos.
Él le dio un guiño tenso y dijo:
"Gracias."
Su voz se había convertido en súper profunda, áspera y dura. Las cejas
de Lynn se levantaron.
-Oh diablos. Tengo que saberlo.
"¿Por qué es tu voz de esa manera?"
Se aclaró la garganta.
"¿Como qué?"
"Es notablemente más profunda. ¿Por qué?"
"Estoy excitado y he estado sin una mujer durante algún tiempo,
mientras viajaba. Me hace más agresivo y mi voz se profundiza. Estoy
agradecido de que no estoy gruñendo ahora. Debemos dormir. La mañana
vendrá pronto y tu sol saldrá. Hay mucho que hacer."
Se volvió entonces, presentando su espalda. Ella le observó, su cuerpo
obviamente tenso. El tipo necesitaba echar un polvo. Diablos, ella necesitaba
echar un polvo.
Había pasado casi un año desde que se había enganchado con su
fracasado ex novio. Por supuesto, las 'cosechas' eran escasas en Green Bend.
Su nuevo 'novio' era una almohada de cuerpo que había apodado 'oso de
peluche' y un vibrador de tamaño bala que estaba actualmente sin pilas, ya que
la tienda local no las tenía en stock.
Se acostó y se tendió sobre su estómago. Ella no lo hacía con aliens.
Volvió la cabeza para dejar que su mirada derivase sobre su ancha espalda. Ni
siquiera con los de pelo largo, calientes y atractivos, con una mirada que
parecía llegar directa a su alma y una voz que hacía cosas divertidas correr
por su estómago.
-Nope.
Cerró los ojos. Además, el tipo era jodidamente enorme. Si no la
aplastara con su gran cuerpo, o la rompiera con sus grandes manos fuertes,
tenía ese alarmante serio 'tronco' que había estado luciendo. Cruzó los tobillos
y dio un suspiro tembloroso.
-Más grande no es mejor. Más grande significa dolor. Sí, sigue pensando eso.se instó a sí misma.
Capítulo Cuatro
Lynn consiguió un brusco despertar cuando un rugido rasgó a través de
la tienda de campaña. Se sacudió a una posición de sentada, aun confusa, y
su corazón latió con fuerza mientras miraba frenéticamente a su alrededor.
Estaba sola en la tienda. Oyó un gruñido y luego algo golpeó el lateral de la
tienda de campaña junto a la puerta, haciendo que se abollara el material
hacia el interior antes de que el objeto se hubiera ido y la barrera saltara de
vuelta.
"¿Qué en el mundo…?"
Se quedó sin aliento, casi con miedo a moverse, y mucho menos caminar
por ahí para ver lo que estaba pasando. Se empujó fuera del saco de dormir
por la parte superior y cogió sus zapatos. Estos individuos argumentaban
mucho, evaluó, mientras se los puso rápidamente y se levantó. Se acercó a la
puerta.
La puerta fue abierta de un golpazo en cuestión de segundos y Coto se
metió dentro. Lynn le miró fijamente, con el corazón acelerado, y sus miradas
se encontraron. Se veía extremadamente lívido, con una expresión dura. Se
detuvo en la puerta, respiró hondo, y luego exhaló lentamente.
"No tienes ninguna razón para temerme."
Coto dio un paso más dentro de la tienda, dejando caer la solapa
desplegable detrás de él, encerrándoles en su interior.
"Se han ido. Nos dejaron aquí."
Dejó eso se hundiera en ella. Holion había desafiado las órdenes de
Coto.
"Lo siento."
"Voy a molerle a palos por esta insubordinación."
"Para ser razonables, estás muy herido."
Se agachó y, para su sorpresa, comenzó a despojarse de sus botas y sus
pantalones. Se irguió frente a ella y se arrancó todos los vendajes. Tenía un
cuerpo increíble. Su ropa interior de cuero acentuaba su piel dorada, pero
luego miró más abajo.
"¡Guau!"
"Te dije que la crema nos cura rápidamente. Holion lo sabía. Él nos dejó
aquí para ganarse la gratitud de Hyvin Berrr."
"Podemos embalar el campamento y rastrearles."
Su mirada se detuvo sobre sus gruesos bíceps y su amplio torso. Su
silencio finalmente la hizo mirarle a la cara. Inclinó la cabeza un poco
mientras la miraba con esos ojos exóticos.
"Me siento atraído por ti y tú estás interesada en mí. Lo veo en tus ojos."
Ella no podía negarlo exactamente. Dejó escapar lo primero que le vino
a la mente.
"Somos muy diferentes."
Un destello de humor le golpeó.
"Quiero decir, eres un Leprechaun y todo eso."
Él frunció el ceño.
"Eres inteligente. Pude ver que no creíste eso. Ya sabes lo que soy, ¿no?"
No temía a Coto.
"Los Leprechauns no son reales. Son hombres míticos que,
probablemente, se destacan de ti en varios palmos de altura. Ese anuncio era
una especie de broma del propietario del bar que debió haber pensado que era
bonito. No eres de por aquí, pero mi conjetura es que ni siquiera eres de este
planeta."
"Se llama Zorn. Mi planeta."
"¿Por qué estás realmente aquí? No estás planeando en atacar la Tierra,
¿verdad?"
Esperaba que dijera que no. Su ceño se profundizó.
"Nunca. No queremos la guerra. Los Collis son otra raza alienígena que
secuestraron algunas de vuestras mujeres, llevándolas a mi planeta para
vendérnoslas. Hyvin Berrr, nuestro líder, nos envió aquí para asegurarse de
que eso no vuelva a ocurrir. Llegamos y nos encontramos con su nave. Se
produjo una batalla. Estábamos tratando de proteger a vuestras mujeres de ser
secuestradas y vendidas."
Eso hizo que le gustara aún más.
"¿Por qué preocuparse por nosotros?"
"Tú no eres mi enemiga y soy un protector de las mujeres."
Lynn se quedó sin habla. Eso era un hecho poco habitual para ella, pero
de vez en cuando sucedía, aunque con Coto esto parecía ser algo común.
Finalmente encontró las palabras.
"¿Quién es Vhon?"
Él dio un paso hacia adelante, pero luego se detuvo, manteniendo unos
pies entre ellos.
"Es una persona de gran importancia. No puedo explicarte más que eso,
pero tenemos que encontrarlo y liberarlo de los Collis, si lo tienen."
"Entonces, ¿Collis no es una persona sino más de uno?"
Su boca se torció en una dura inclinación hacia abajo.
"Son más de uno. Estamos inseguros de sus números, pero la nave donde
se encontraban en general lleva seis tripulantes."
Su mente trabajaba, juntando lo que había oído.
"¿Estás varado aquí ahora, en busca de tu amigo? ¿Se estrelló tu nave?"
"Sí. Ambas naves se estrellaron."
"Así que, ¿estos Collis están varados aquí también?"
Él asintió con la cabeza.
"Tu pueblo vendrá a buscarte, ¿verdad?"
Él asintió con la cabeza de nuevo.
"¿También estará su gente viniendo a buscarles?"
Vaciló, pero luego se encogió de hombros.
"Sería lo más lógico, a menos que sean delincuentes sin tener amigos que
vayan a buscarles."
"Que desastre."
Se dio cuenta de que había dicho eso en voz alta en lugar de sólo
pensarlo cuando Coto asintió.
"Es desafortunado, si."
Alzó la mano lentamente y sus dedos rozaron su mandíbula con un
toque como de suaves plumas, acariciándola.
"Estaba rastreando al grupo de Collis que creo que tiene a Vhon cuando
los perros me atacaron. ¿Has visto a otros similares a mí? Son ligeramente
más pequeños de lo que somos nosotros por varios centímetros y tienen
dientes amarillos y el pelo en mal estado."
Su toque le hizo sentirse muy consciente de él como hombre.
"Te lo diría si los hubiera visto. El dueño de los perros que tuviste que
matar me llamó para salir y encontrar lo que les hizo eso, pero tú eres el único
que encontré."
"¿Tú vives en la zona?"
"Sí."
"¿Conoces todas las áreas de escondite? Buscarán terreno elevado, agua,
y una especie de refugio sobre sus cabezas. ¿Sabes de un lugar así?"
"Um, hay un lugar como ese cerca de aquí. Está en la propiedad más allá
de aquella en la que fuiste atacado. Está abandonado. La pareja que vivía allí
se retiró a Florida y nadie compró el lugar. Es algo así como ruinoso, pero
habitable si alguien está desesperado"
"¿Me ayudarás? Te ofreciste a ser nuestro guía y necesitamos uno. No
estamos familiarizados con tu..." Hizo una pausa. "…con ésta área."
-Este planeta.- pensó Lynn, terminando lo que habría dicho si no se
hubiera detenido para cambiarlo.
Mirando en esas increíbles profundidades azules, se encontró asintiendo.
Quería ayudarle. Coto deslizó sus dedos por la mejilla y por su pelo
desordenado. Bajó su rostro, mirando profundamente a los ojos.
"Podría asustarte si te dijera lo que quiero hacer contigo."
-Tiene la voz más sexy de la historia.- decidió Lynn.
Eso la afectaba de maneras extrañas, pero maravillosas.
"¿Qué quieres hacer conmigo?"
Su mano bajó hasta su hombro. Deslizó suavemente su mano sobre el
mismo y por su brazo hasta el codo, y luego por su espalda. Sus dedos
rozaron su piel desnuda, donde el coyote había desgarrado su chaqueta en la
espalda. Era una sensación erótica, sintiendo las yemas ásperas de sus dedos
cepillar suavemente a través de su columna vertebral y seguir hacia abajo,
hasta llegar al borde de sus bragas.
"¿Confiarías en que no voy a hacerte daño si intento algo?"
"No estoy segura." dijo con sinceridad. "¿Qué quieres hacer?"
Él la acercó más contra su cuerpo hasta que solo los separaron escasos
centímetros. Se inclinó, su rostro bajando, pero sin ir hacia su boca. En
cambio, su cálido aliento abanicó un lado de su cuello. Su mano en la espalda
bajó mas, agarrando con firmeza la mejilla derecha de su culo.
"Un experimento." casi gimió. "No te voy a hacer daño, pero quiero ver
si respondes a mí."
-Ya lo hago.
Se negaba a admitir eso en voz alta. Su amplia mano caliente
agarrándola firmemente era algo por lo que debería haberle abofeteado de
vuelta, pero en lugar de eso se quedó allí permitiéndole jugar a 'agarra-culos'
con ella. Lynn le miró fijamente. Sabía que debía protestar o saltar lejos, pero
en lugar de eso se lo permitió.
"¿Qué quieres probar?"
De repente, Coto le acarició el cuello con la nariz.
"Tócame."
-Estoy en problemas.
Ella levantó sus manos para presionarlas completamente contra sus
costillas. Estaba muy caliente y su piel era sedosa, pero firme al tacto.
Exploró hacia arriba, rozando ligeramente sus dedos sobre sus pezones. Se
endurecieron al instante y él gruñó. Se quedó paralizada.
"Me gusta eso."
"Esta es una mala idea." susurró.
"Lo sé. Debería estar buscando a Vhon pero lo único que puedo pensar
es en querer tocarte."
"Probablemente ni siquiera somos compatibles."
"Algunos de los machos de mi mundo se han casado con mujeres de tu
planeta. Nosotros encajamos bien y compartimos mucho placer."
Eso la sorprendió.
"¿Se casaron con aliens?"
"Sí. Hyvin Berrr está casado con una mujer de la Tierra. Tres de mis
hermanos del corazón también han tomado mujeres de la Tierra como sus
vinculadas."
"¿Qué es un vinculado?"
"Un vínculo. Casados."
"¿Viven aquí?"
"No. Están en Zorn. Mi pueblo es tolerante con gentes de otras razas de
diferentes planetas. Todas las mujeres de vuestro mundo han declarado que
ese no sería el caso aquí. Es por eso que no podemos permitir que nadie
averigüe que estamos aquí. Nos podrían atacar."
No podía discutir con eso. Una docena de películas brillaron en su mente
exactamente con ese escenario.
"Probablemente estarían aterrados y lanzarían misiles contra vosotros o
algo."
"Somos conscientes."
Él masajeó su culo con su enorme mano. Es estaba distrayendo a Lynn
del tema de conversación, desde que había movido sus dedos cerca de su
coño. Lo miró a los ojos. Eran una preciosidad y él era sumamente guapo, a
pesar de ser de otro mundo. Era el hombre más tentador que había conocido.
Encontraría a Vhon y se marcharía de vuelta a casa. Nunca volvería a verlo.
"El sexo funciona entre nuestras razas, ¿verdad?"
"Sí. Pregunté muchas cuestiones y sé cómo complacerte."
Lynn tomó una respiración profunda y exhaló. Siempre había soñado
con conocer a un hombre que la levantara en brazos.
Coto le había hecho eso cuando había estado sufriendo por el implante
de oído. Era fuerte, parecía honorable, y ella siempre había querido tener
algún tipo de aventura.
La vida en Green Bend siempre había sido sumamente aburrida. Coto le
había prometido protegerla e incluso luchar para mantenerla a salvo. Creía
que realmente lo haría y eso era más de lo que cualquier otro tipo se había
ofrecido nunca a hacer por ella.
"A la mierda." murmuró, y extendió la mano, agarrando su cara con las
dos manos. "Sólo se vive una vez, ¿no? Vayamos a por ello."
Sus ojos se abrieron, su sorpresa era clara.
Ella cerró los ojos y tiró de su cara más abajo hasta que sus labios
rozaron los suyos. Él gimió y aplastó su boca sobre la de ella. Se derritió
cuando él comenzó a besarla en serio. Parecía saber cómo hacerlo
perfectamente, mientras su lengua dominó la de ella.
Lynn no protestó cuando él la levantó del suelo y la elevó hasta su
pecho. Abrió las piernas y las envolvió alrededor de su cintura. Coto soltó su
culo y enganchó su antebrazo a través de su parte inferior. Lynn gimió
cuando la ajustó sólo lo suficiente para que su sensible clítoris y su rígida
polla quedaran alineados uno contra el otro.
Lentamente sacudió sus caderas, frotándose allí con movimientos firmes.
Nunca antes había imitado los movimientos de estar follando mientras aun
estaba totalmente vestida, jamás entendió el punto de eso… hasta este
momento. Se sentía increíble y apretó sus piernas más ajustadas alrededor de
sus caderas.
Fue Coto quien rompió el beso. Enterró la cara contra su garganta y la
mordió ligeramente. El profundo gruñido que retumbó desde él era sexy,
mostrando lo muy excitado que estaba también.
"Te deseo tanto." dijo con voz áspera.
"No dejes de hacer eso." jadeó. "Se siente muy bien."
Él la escuchó, sin dejar de moler su polla contra la costura de su coño.
Lynn gimió, soltó su rostro, y se aferró a sus musculosos bíceps. La tela de su
chaqueta, atrapada entre ellos, era algo rugosa contra sus pezones
endurecidos pero eso incluso reforzaba lo que él estaba haciéndola sentir.
"Sí." gimió ella.
Se movió un poco más rápido, casi tan frenéticamente como ella se
sentía. Contuvo el aliento en una aguda respiración y el clímax golpeó con
fuerza, arrancando a través de ella. Gritó su nombre y luego jadeó cuando él
se dejó caer de rodillas de repente.
Fue arrojada de nuevo al suave saco de dormir. Él se levantó para poner
espacio entre sus cuerpos y ella contempló su cara. Él apartó la mirada de la
de ella para mirar entre ellos mientras meneaba sus caderas, dejando claro
que ella necesitaba aliviar el agarre de sus piernas alrededor de él. Así lo hizo.
Alcanzó entre ellos y comenzó a empujar sus bragas por sus piernas.
Lynn plegó las piernas contra su pecho para ayudar, hasta que las pudo
liberar de sus tobillos. Las dejó caer en el suelo y ella abrió las piernas,
envolviéndolas alrededor de sus caderas. Deslizó la otra mano por debajo de
su culo y buscó a tientas por el costado de sus Speedos de cuero. La correa
cedió y se los arrancó fuera para liberar su polla.
Miró hacia abajo y abiertamente se quedó boquiabierta. Coto era grande
en todo, el eje era grueso, pero la corona de su polla con forma de seta se
engrosaba más.
Él no perdió el tiempo en facilitar su avance hasta que la punta de su
polla frotó contra su sensible clítoris. Ella arqueó la espalda y disfrutó de la
forma en que jugó con ella. Provocó aquel bulto sensible de nervios con la
corona de su polla una y otra vez hasta que apenas pudo soportarlo más. Ella
arqueó sus caderas, arañando sus brazos.
"¿Por favor? ¡Ahora!"
Él gruñó bajo.
"Quiero que me desees tanto como yo te deseo."
"¡Lo hago!"
Estaba dispuesta a alcanzar entre ellos para agarrar su eje y guiarlo
exactamente donde ella quería que fuera. Sintió un vacío interior, doliendo
por tenerle follándola.
Por fin pareció convencido de que ella estaba lista cuando deslizó la
punta más abajo, directo a la apertura de su coño. Empujó hacia adelante,
entrando en ella. Lynn ajustó sus piernas un poco más arriba, agarrando su
cintura en lugar de sus caderas, mientras él se inclinaba hacia adelante,
descendiendo sobre ella. Coto la inmovilizó y la penetró aún más
profundamente, haciéndola tomar todo de él.
Ella gimió más fuerte, disfrutando de la forma en que encajaban entre sí.
Su polla estaba increíblemente dura, estirando sus paredes vaginales de tal
manera que envió disparos de placer atravesándola.
Se retiró y ella gimió más fuerte. Se sentía mucho mejor. Hizo una
pausa, y luego empujó. Lynn se aferró a sus brazos y se mordió el labio en un
intento de amortiguar algunos de los sonidos que querían salir de ella, por si
él los confundiera con dolor.
Coto se movió más rápido, conduciéndose dentro y fuera de ella. Él
ahuecó sus caderas, manteniéndola en su lugar mientras la martilleaba. Los
sonidos de su respiración pesada y sus gruñidos llenaron sus oídos. Hundió
las manos debajo de su culo y levantó sus caderas ligeramente.
El placer aumentó hasta que ella se tensó... casi dolía. Inesperadamente,
el segundo clímax la estrelló y Lynn gritó su nombre.
Coto gruñó y de pronto sacó su polla fuera de ella. Giró sus caderas y su
eje rígido se frotó contra la parte posterior de su muslo, propagando una
cálida humedad a través de su piel. Coto prácticamente se derrumbó encima
de ella, pero se recuperó rápido y se alzó unos centímetros.
Lynn dejó que sus piernas se relajasen y las deslizó de su cintura para
abrazar los costados de sus caderas y sus muslos, cuando él se levantó para
arrodillarse en el suelo. Abrió los ojos, mirándole mientras se recuperaba. Sus
miradas se encontraron.
Él la miró de una manera que ningún otro hombre había hecho jamás.
Había una enorme y profunda emoción revelada, como si ella fuera la cosa
más importante en el mundo para él. Le soltó el brazo y tocó su mejilla,
acariciándolo. Deseó que él realmente se sintiera de esa manera.
"Eres muy hermosa, Lynn."
Ella realmente creía que lo decía en serio.
"Como lo eres tú."
Él se rió entre dientes.
"Creo que algo se perdió en la traducción, pero creo que me encuentras
irresistible también."
"Nunca antes he saltado simplemente a la cama con un hombre, así que
diría que sí."
Él se puso serio, algo del brillo en sus ojos decayó.
"No te arrepientes de esto, ¿verdad?"
Ella sacudió su cabeza.
"No."
"Quería tomarme más tiempo contigo, pero mi necesidad era demasiado
grande."
Le podía entender totalmente. Ese había sido el mejor polvo rápido que
había tenido nunca. Coto era demasiado caliente y sexy para resistir.
"No tengo ninguna queja."
"Quería que te vincularas a mí, pero me salí. Fue una de las cosas más
difíciles que he hecho. Me gustaría reclamarte, si tú me lo permites."
Recordó lo que había dicho que era un vínculo.
"¿Qué tiene eso que ver con no correrte dentro de mí? Eso es de lo que
estamos hablando, ¿verdad?"
"Es la forma en que nos casamos. Damos nuestra semilla a la mujer con
quien deseamos tener hijos. Quiero que lo consideres, Lynn. Creo que te
gustaría Zorn. Me encantaría contarte todo acerca de mi planeta. Otras
mujeres de la Tierra han llegado a llamarlo su hogar y no se arrepienten de
haber ido allí."
Estaba aturdida, sin palabras.
"Sé que esto está sucediendo muy rápido, pero considéralo. Te haría
feliz. Soy consciente de algunas de las cuestiones que nuestras dos razas han
enfrentado. Permíteme explicarte algunas de ellas y aliviar tu preocupación.
Serías la única mujer que yo tocaría ni permitiría que me toque. Lucharía
hasta la muerte para mantenerte a salvo. Tomaré otro trabajo que me
mantenga en Zorn en todo momento. Nunca te dejaría en el planeta sola
mientras me marcho al espacio. Hay otras mujeres de tu planeta y puedes
verlas a menudo. Se convertirán en tus amigas. Están vinculadas a los
hermanos de mi corazón."
"¿Qué es un hermano del corazón?"
Se sentía segura preguntando eso, no estaba dispuesta a hacer frente a
todo el asunto 'cásate-conmigo-y-ven-a-vivir-en-mi-mundo-conmigo'.
"Mis padres murieron cuando yo era joven. Hyvin Berrr me permitió
mudarme a su casa y me crió con sus hijos. Su vinculada se negó a permitirle
aceptarme como un hijo completo. Soy hijo del corazón de Hyvin Berrr y sus
hijos son mis hermanos de mi corazón. Ellos sienten lo mismo hacia mí."
"¿Por qué no iba a permitir que él te adoptase?"
Parecía confundido.
"¿Adoptar?"
"Tratarte como si fueras un hijo completo, supongo."
"Sentía que no era digno de ello porque no tenemos ninguna relación de
sangre. Las líneas de sangre eran importantes para ella y pensó que era un
insulto incluso el que yo fuera a ser criado con sus hijos, y mucho menos
tener su misma posición en la sociedad. Pero Berrr se negó a enviarme lejos.
Él era amigo de mi padre. Quería mantenerme cerca y dame las mejores
oportunidades para convertirme en un guerrero fuerte y honorable. Él me dice
que a menudo le he hecho sentir orgulloso. Eso significa mucho para mí.
Respeto y admiro a Berrr."
Lynn jugaba con su cabello. Le gustaba que él pudiera ser tan abierto
acerca de su vida. Él podría ser de otro planeta, pero le parecía que su pueblo
y el de ella probablemente tenían mucho en común.
"¿Es atemorizante dejar tu mundo para ir a otros?"
Él sonrió.
"A veces, pero ahora mismo estoy agradecido por visitar la Tierra."
Cambió su agarre sobre ella y usó sus dedos para extender su pelo fuera
de la almohadilla suave del saco de dormir, pareciendo admirarlo.
"Me encantaría llevarte a casa conmigo, Lynn."
Se inclinó más cerca, sosteniendo su mirada.
"Puede ser aterrador para ti, pero me gustaría mantenerte a salvo y feliz.
Me gustaría que fueras mi vinculada. Di que sí."
Él no iba a dejarlo ir.
"Apenas nos conocemos el uno al otro."
"Necesitas más tiempo."
"Sí."
"Entiendo."
Echó un vistazo a su boca y la besó tiernamente. Se echó hacia atrás.
"Debemos salir de aquí y rastrear a mi tripulación. Se fueron al menos
una hora antes de que nos despertáramos."
Recordó lo que Holion había dicho.
"¿Por qué no nos olvidamos de ellos y encontramos a tu Vhon por
nuestra cuenta? Conozco éste área muy bien. Ellos probablemente están
vagando ciegamente alrededor. ¿No dijiste que pensabas que estabas
rastreando a Vhon cuando te atacaron?"
"Sí."
Coto se apartó lentamente y agarró su brazo, ayudándola a sentarse. Se
puso de pie, eliminando completamente sus Speedos de cuero. Le tendió la
mano a la vez.
"Vamos a limpiarnos primero."
"El río está demasiado lejos."
Él sonrió.
"Tecnología Zorn. Confía en mí."
Él la llevó a uno de los packs negros, la soltó y metió la mano para sacar
un paquetito.
"Toallita. Creo que es el término correcto que entenderías. Las
vinculadas humanas en Zorn trabajan con nuestros programadores para hacer
las comunicaciones más cómodas."
Lo abrió y le entregó un pedazo caliente de material húmedo. Lo
estudió. Era muy suave.
"Pásalo sobre tu piel para limpiarte." Se inclinó y sacó una segunda
toallita.
Tuvo que admirar la forma en que él parecía muy cómodo con su
desnudez. La hacía sentir un poco tímida cuando se quitó la chaqueta,
haciendo lo mismo que hacía él. Comenzó por su rostro, siguió lentamente
hacia abajo por sus hombros, luego el pecho hasta su estómago. Se dio cuenta
rápidamente de que la tela permaneció húmeda y parecía absorberlo todo.
Coto evitó mirar fijamente a Lynn. Parecía incómoda con desnudar su
cuerpo frente a él. Le resultaba entrañable. Las mujeres de la Tierra eran
tímidas sobre la desnudez. Con el tiempo, él rompería eso de Lynn, hasta que
ella prefiriese estar desnuda en su presencia.
Algo de su diversión se desvaneció. No había acordado volver a Zorn
con él como su vinculada. Aunque se acababan de encontrar y no se conocían
bien el uno al otro, Coto quería quedarse con ella. Había visto a Rever
cometer un error por vincularse con la mujer equivocada. El error quedó
corregido cuando había conocido a su Brenda, pero la lección estaba
aprendida. Coto se negaba a creer que Lynn escondía un oscuro corazón
engañoso. Ella era dulce, inteligente, y era todo lo que podría desear en una
mujer a la que quería tener en su cama y con quien quería pasar el resto de su
vida.
Ella deseaba tiempo para llegar a conocerlo mejor. Él tendría poco
tiempo para eso. Había enviado una señal de socorro a Zorn cuando se
habían involucrado en la batalla con el Collis. Las naves que utilizaban para
evitar ser detectados por la Tierra no tenían muchas armas.
Calculaba que tenía dos días antes de que la ayuda los alcanzara, si se
había recibido la señal. De lo contrario, podría pasar una semana antes de que
enviaran a alguien para investigar por qué no se habían reportado.
Terminó la limpieza y sacó una camiseta de su mochila, desdoblándola.
"Aquí, Lynn, usa esto."
Le molestaba que los otros hombres pudieran ver mucho de ella,
llevando solo esa chaqueta rasgada suya. La tripulación había estado sin
mujeres desde que habían dejado Zorn y Lynn tenía un hermoso cuerpo.
Mataría a cualquiera que tratara de tomar lo que era suyo, y eso era ella.
Ella aceptó la camiseta.
"Gracias."
Localizó pantalones cortos para dormir y se los ofreció también.
"Van a ser grandes para ti, pero cubrirán más."
Él se acercó a una de las mantas para dormir y utilizó su shara16 para
cortar una tira larga. Volviendo a ella y cayendo de rodillas, la usó para hacer
un cinturón para sostener los pantalones cortos sueltos. Le gustaba tener una
razón para tocarla y ella lo permitió. Miró hacia sus pies.
"Deberíamos volver al río para cubrir tus pies."
"Tengo un plan."
Él la miró, resistiendo la tentación de tirar de ella en sus brazos. Nada
disfrutaría más que despojarla hasta estar desnuda y llevarla de vuelta a la
estera para dormir. Se resistió.
16
Shara, se entiende que se trata de algún tipo de cuchillo.
Le había demostrado que eran sexualmente compatibles, pero había
aprendido lo suficiente acerca de las mujeres de la Tierra para saber que
querían de un hombre algo más que el sexo.
"¿Qué?"
"Vamos a casa de Avery. Su hija y yo somos amigas. Ella guarda ropa y
cosas allí para cuando le visita cada Navidad. Somos aproximadamente del
mismo tamaño. También voy a pedirle prestado un arma. No quiero correr de
nuevo entre esos coyotes sin tener una."
"Puedo protegerte."
Ella sonrió.
"Lo sé, pero me gusta protegerme a mí misma. Bienvenido a la Tierra.
Yo soy tu igual aquí. Lidia con eso."
Él se rió entre dientes. Ella era muy pequeña pero no quiso señalárselo.
La mujer de Berrr era feroz. Coto no iba a subestimar a Lynn. Le había
rastreado y lo encontró en el bosque cuando había estado herido. Era una
habilidad que admiraba.
"Bien. ¿Dijiste que él es ciego?"
"Sí. No voy a mencionar nada de ti. Sólo quédate fuera mientras entro y
no sabrá nada. Voy a decirle que perdí mis cosas en el río y hablarle de los
coyotes agresivos en su propiedad. Me va prestar ropa y un arma. Es un buen
hombre."
"Vámonos."
Miró a su alrededor dentro de la tienda.
"¿Hay que desarmar el campamento?"
"No. Esta es nuestra base. Podríamos estar aquí durante días. Debería
ser seguro."
Coto se puso de pie, odiando poner distancia entre ellos. Se vistió con su
uniforme y preparó sus armas, simplemente embaló suficiente comida para
ellos dos para aquel día. Le ofreció una barra de desayuno.
"Come mientras caminamos. ¿Sabes dónde está la casa de ese tal
Avery?"
"Sí."
"Lidera y te seguiré." Él miró hacia abajo a sus pies. "¿Debo cargarte?"
Ella sonrió.
"Estoy bien. El terreno es bastante suave, pero te daré un grito si eso
cambia."
No quería obligarla a abandonar su planeta con él, pero haría todo lo
posible para convencerla de que volviera a casa con él. Estaba totalmente
decidido a mantener a su Lynn.
Capítulo Cinco
Lynn levantó la mano y se situó detrás de un árbol. Algo estaba mal. La
puerta de la cabaña estaba cerrada, las cortinas corridas. Nada parecía fuera
de lugar, sin embargo. Lo examinó todo, tratando de poner el dedo en lo que
estaba mal. Coto presionó contra su espalda, una de sus manos enguantadas
curvándose alrededor de su cadera.
"¿Qué pasa?" habló en voz baja.
Entonces lo captó.
"No hay humo saliendo de la chimenea y las luces del porche están
encendidas."
"No es una mañana fría. ¿Por qué iba a encender un fuego, si no fuera
por el calor?"
"Es Avery. Él siempre tiene un fuego encendido. Le gusta el sonido y el
olor de la madera quemándose. Incluso mantiene uno activo por la noche
cuando duerme. Es un tipo raro. De la vieja escuela y fijo en sus costumbres.
También es ahorrador. No habría dejado esas luces encendidas sin ser de
noche. Se habría figurado que eso iría en su factura de la luz."
"¿Crees que los coyotes lo atacaron mientras estaba fuera?"
Ella hizo una mueca.
"Espero que no. Voy a ir hasta la puerta. Tú quédate atrás. Averiguaré lo
que está pasando."
Él apretó su agarre.
"No. Podría ser peligroso."
"La puerta está cerrada. Los animales no pueden entrar. Sólo quédate
atrás. Voy a echarle un vistazo."
"No me gusta esto."
A ella tampoco le gustaba, pero despegó sus dedos de su cadera y salió
de detrás del árbol. Se acercó a la parte delantera de la cabaña y odió la forma
en los escalones del porche crujieron cuando puso su peso sobre ellos. La
cabaña estaba tranquila. Escuchó antes de levantar el puño y golpear la
puerta.
"¿Avery? Soy Lynn Reynolds."
No había ningún sonido y la puerta no se abrió. Ella agarró la manija y
la retorció, no se sorprendió de encontrarla desbloqueada. Por el contrario, se
habría sorprendido si lo hubiera estado. Abrió la puerta. Las luces estaban
encendidas en el salón principal. Dejó la puerta abierta después de entrar.
"¿Avery? Soy Lynn Reynolds." llamó más fuerte. "¿Estás bien?"
Descubrió cristales rotos cerca de la mesa de la cocina. Supuso que solía
ser una taza de café. Se deslizó hacia delante y se quedó inmóvil. El miedo
golpeó cuando vio un par de botas asomando desde la vuelta de la esquina.
"¡COTO!"
No tuvo reparos en gritar llamándole. Corrió hacia adelante, bajando la
mirada hacia a Avery. No necesitaba tocarlo para saber que estaba muerto.
Estaba boca arriba y sangre seca se había reunido en el duro suelo de madera
al lado de su garganta. Miró más allá. Tenía los ojos abiertos y su garganta
había sido acuchillada.
Coto entró corriendo en la casa y ella le miró. Tenía sus armas en la
mano, dándole un aspecto feroz. Las lágrimas llenaron sus ojos, pero las
parpadeó para alejarlas.
"Ha sido asesinado."
Coto irrumpió hacia adelante y asumió la escena.
"Ningún perro hizo esto."
"Lo sé."
Ella se negó a mirar a Avery de nuevo. Esto iba a devastar a su hija al
enterarse de la muerte de su padre.
"¿Podría Vhon haber hecho esto?"
Envainó uno de sus cuchillos y se acercó rápidamente al pasillo que
conducía hasta las dos pequeñas habitaciones y un baño, en la parte trasera de
la cabaña.
"No hay honor en matar a un inofensivo hombre ciego. Esto es obra de
los Collis. Algunos de ellos sobrevivieron."
Él desapareció por el pasillo. Lynn miró el teléfono en la pared, tentada
de llamar para pedir ayuda. Coto regresó.
"No están aquí, pero todas las puertas están abiertas, como si hubieran
estado buscando a Vhon."
"¿Cómo sabes que esto fue obra de los Collis?"
Quería creer en él, pero era posible que sus amigos hubieran asesinado a
Avery. Coto se acercó al cuerpo y se aclaró la garganta.
"Mira."
No quería mirar.
"¿Lynn? ¿Quieres pruebas? ¿Recuerdas lo que te dije acerca de los Collis?
¿Los dientes amarillos y el mal pelo? Ellos escupen líquido amarillo. Eso tiñe
sus dientes. Mira lo que está al lado de la víctima."
Obligó a su cabeza a girar, siguiendo hacia donde él señalaba con el
dedo. Vio su prueba justo al lado de la piscina de la sangre, y quedó
totalmente asqueada.
"Está bien."
Desvió la mirada, no quería mirar a Avery de nuevo.
"Tengo que llamar para esto."
"No puedes. Eso traerá más humanos."
Estaba en lo cierto.
"Esos Collis están asesinando personas."
"Tenemos que encontrarlos y detenerlos. Traer más humanos sólo les
daría más víctimas para matar. Tienen armas que tus fuerzas del orden no
esperarían."
La ira superó su dolor. La policía no podía ayudar.
"Estilo Vigilante17. Lo tengo. Espera."
17
Un Vigilante (en español en el original) es un civil o una organización
actuando con la capacidad de hacer cumplir la ley (o en la búsqueda de la justicia
Corrió por el pasillo hacia la antigua habitación de la hija de Avery. Los
armarios estaban abiertos y entendió por qué Coto había adivinado que los
aliens habían registrado la casa. El largo arcón de cedro a lo largo de las
ventanas había sido desgarrado, además la tapa estaba dividida como si
hubiera sido rota en un arranque de ira.
Descubrió lo que estaba buscando y se probó un par de calzado. Eran un
poco demasiado grandes, pero unos calcetines gruesos ayudaron para
ajustarse las botas. También tomó prestada una chaqueta de camuflaje.
Regresó a la sala principal, arrancó la escopeta de la repisa de la
chimenea, y agarró una caja de proyectiles para embutírselos en el bolsillo de
la chaqueta prestada. Se dio la vuelta, mirando hacia Coto.
Estaba utilizando una manta tomada del sofá para cubrir a Avery.
Agradeció ese detalle. Él le sostuvo la mirada, con aspecto sombrío.
"Vámonos."
Miró hacia abajo, asegurándose de que la escopeta estaba cargada. Lo
estaba, tal como sospechaba.
"¿Cuál es el significado de la palabra que usaste? ¿No entiendo?"
Ella luchó para recordar lo que había dicho y luego eso llegó a ella.
"¿Vigilante? Significa que habitualmente no cazo para matar. Hoy eso
cambia. Sígueme. No vi ninguna huella en la parte frontal para indicar que
vinieron de esa zona. Hay una puerta de atrás, saliendo desde el baño. Creo
auto-percibida) pero sin autoridad legal. Con ese mismo nombre, existe un
videojuego de lucha donde el protagonista principal es un solitario que decide
hacer justicia por su propia mano combatiendo a un grupo de delincuentes.
que se colaron por allí sobre él. Esto sucedió anoche. Probablemente ni
siquiera pudo oírlos hasta que estuvieron dentro de su cocina"
Se concentró en la ira, en lugar de la pena que quería elevarse. Le había
caído bien Avery.
"Vamos a asegurarnos de que no matan a nadie más."
"Estás muy atractiva en este momento."
Lynn miró la chaqueta de gran tamaño, sus ropas prestadas por él, y las
fornidas botas. Le miró, escéptica.
"Lo estás." se acercó a ella. "Tú eres el rastreador. Tengo tu espalda.
Vamos, Lynn."
Salió, llevándolo por el pasillo hasta el baño. Avery también lo utilizaba
como un cuartito de entrada. Abrió la puerta y se quedó inmóvil, mirando a
los tres escalones que conducían hasta el terreno. Uno de ellos estaba roto.
"Justo como pensé. Bastardos pesados, ¿no es así? Uno de ellos fue a
través del tablero de madera."
Mantuvo un férreo control sobre la escopeta, esquivando alrededor del
peldaño roto, y encontró las huellas en la tierra blanda del terreno, cerca de la
parte inferior de los escalones.
"Hay dos de ellos. Salieron de la misma forma en que llegaron."
Ella se movió hacia adelante, viendo más señales de los dos hombres.
"Por aquí. La buena noticia es que no han encontrado a tu Vhon. Por lo
menos no estos dos."
"¿Cómo lo sabes?"
"Me imagino que tu amigo podría no estar yendo voluntariamente con
ninguno de ellos. Sus huellas estarían juntas si utilizaran las esposas y no hay
ningún emborronamiento en las impresiones para indicar que uno de ellos
estuviera siendo forzado a caminar."
"Me impresionas."
"Dime eso después de que los encuentre y estén muertos."
Coto gruñó. Ella se detuvo y lo miró. Identificó aquella mirada.
"¿Esto te excita?"
"Más de lo que imaginas. Eres extraordinaria."
"Estoy cabreada, Coto. Avery no merecía morir así."
"Eres perfecta para mí."
Lynn miró hacia delante y se concentró en localizar más huellas para
seguir. Los dos hombres no estaban ocultando sus pistas. Dejaron un camino
de destrucción rompiendo ramitas, quebrando ramas y desplazando rocas.
Coto también estaba en lo cierto sobre sus hábitos de escupir. Lo hicieron con
frecuencia, las manchas amarillas en el terreno eran fáciles de detectar.
No le llevó mucho tiempo para encontrarse con el lugar donde habían
acampado. No habían construido un fuego, pero el musgo aplanado mostró
que habían conseguido dormir un poco. Se agachó, examinando la zona.
Colocó la palma de su mano donde uno de ellos había puesto la suya.
"Están muy cerca." susurró.
Coto se puso en cuclillas junto a ella, su mirada siempre escaneando
constantemente la zona.
"¿Cómo lo sabes?"
"El terreno está todavía caliente, aunque está en la sombra. Ellos no
estaban usando colchonetas como las que tú tienes. Uno se tumbó
directamente aquí."
Coto se quitó el guante y puso su mano junto a la de ella, y luego en otro
lugar.
"Siento la diferencia de temperatura. Esto es increíble."
Ella capturó algunos mechones de cabello del musgo.
"Éste es un rubio sucio." se sacudió los dedos. "Se dirigen hacia el río."
"¿Cómo lo sabes?"
Ella sacudió la cabeza en la dirección de una masa de rocas.
"Uno de ellos escupió en la parte superior. ¿Ves la mancha amarilla?
Subieron hasta allí y el río está aproximadamente a un par de kilómetros de
esa zona. ¿Pueden nadar estos cabrones?"
"No estoy seguro. ¿Por qué?"
"El río forma atascos en una serie de corrientes poco profundas por esta
zona, entonces se abre por donde cruzamos. Están bordeando las partes más
profundas. Esa es mi suposición. Tendría que dar marcha atrás para saberlo
con certeza, pero no hay un camino más rápido si su intención es cruzar el
río."
"Espero que los perros les ataquen."
"Mataste a los perros de Jimmy. No hay ninguno más de esos y, de todos
modos, esa ruta dejará a un lado la tierra de Jimmy. Se dirigen directamente
hacia la propiedad abandonada que te mencioné. Está elevado y fácil de
identificar en esa área. Tu amigo podría haber ido allí."
"Vamos."
Coto se puso en pie, volviendo a ponerse su guante.
"Tenemos que detenerlos antes de que encuentren a Vhon."
Ella también se levantó y agarró su muñeca, deteniéndole. Él la miró.
Lynn se aclaró la garganta.
"Para ser claros, ¿estás pensando en capturarlos o matarlos?"
"Son nuestros enemigos. No tienen honor."
Ella bajó su agarre y asintió.
"Es sólo que no quiero que estés enfadado conmigo si les disparo. Voy a
mostrarles la misma misericordia que le dieron a Avery. Ninguna. No odio a
los aliens. Sólo odio a esos otros."
Él sonrió.
"Usa tu arma. Ellos te matarían si les dieras la oportunidad."
Sus rasgos se oscurecieron de pronto, la más pura rabia chispeando en
sus ojos.
"Ellos te harían daño primero. No dudes en matarlos, Lynn. ¿Lo
entiendes?"
"No lo haré. Estos tipos son animales rabiosos en mi mente. Tienen que
ser sacrificados. Vámonos."
Ella tomó la delantera y tuvo que escalar la loma con una sola mano ya
que la escopeta no contaba con una correa. Se detuvo en la parte superior,
levantando la cabeza para mirar hacia el valle. Coto hizo lo mismo,
pegándose a su costado. Exploró y vio movimiento en la distancia, cerca de
los arroyos.
"Allí." señaló.
"Los veo. Quédate aquí. Caeré sobre ellos."
Sonaba sombrío.
"Hay dos de ellos."
Frunció el ceño.
"Soy un excelente luchador."
"Está bien. Ve a por ellos. Ten cuidado."
Habían malgastado tiempo discutiendo. Ella quería que aquellos dos
aliens pagaran por lo que habían hecho.
Coto subió unos pocos centímetros y encabezó las rocas. Permaneció
cerca de la tierra mientras descendía. Lynn mantuvo su enfoque en los dos
hombres en la distancia. No intentaron mirar hacia atrás ni parecieron ver a
Coto. Alcanzó el terreno llano y corrió a toda velocidad hacia adelante. Lynn
vaciló, levantó la escopeta, y apuntó.
"Maldita sea."
Una escopeta era inútil en esa distancia. Se mordió el labio y siguió a
Coto, manteniéndose baja en caso de que aquellos Collis volvieran la vista
atrás y la detectaran. Ella llegó al terreno plano y corrió detrás de Coto,
utilizando los árboles para protegerla lo máximo posible.
Un fuerte rugido atravesó el bosque. Lo había oído antes. Coto se había
encontrado con su enemigo. Dejó de esconderse detrás de los árboles y
simplemente corrió hacia los arroyos. No le llevó mucho tiempo para detectar
a los tres hombres. Habían llegado a la primera corriente y estaban metidos en
el agua hasta medio-muslo.
Coto tenía sus dos cuchillos fuera. Los dos hombres se separaron,
tratando de mantenerle entre ellos. Uno le atacó desde el frente, mientras el
otro sacaba un puñal. Ella gritó una advertencia, pero Coto esquivó ser
apuñalado por la espalda retorciendo su cuerpo. Disparó una pierna hacia
fuera, para acertar en la rodilla al hombre que tenía detrás de él. El individuo
cayó en el agua.
Lynn estaba jadeando con fuerza en el momento en que los alcanzó.
Levantó la escopeta, sacudiéndola un poco mientras Coto luchaba contra uno
de los Collis. El segundo surgió fuera del agua, tosiendo y escupiendo. Sin
embargo, se recuperó rápidamente y se lanzó hacia adelante, de nuevo
planeando enterrar su cuchillo en Coto.
Lynn calculó rápidamente el margen de seguridad para el rango y la
propagación de los perdigones. A esa distancia habría muy poco margen. El
Collis estaba lo suficientemente lejos de Coto como para permitirle un
ajustado tiro limpio.
-Espero tener razón.
Ella apretó el gatillo, pero falló en acertar de pleno al alien atacante en el
pecho. Había recibido algunos perdigones en el hombro, sin embargo. El
impacto le giró y volvió a caer en el agua, otra vez.
Ajustó su agarre en la escopeta, mejor preparada para el retroceso si
tenía que disparar de nuevo. El alien encontró su equilibrio y gritó,
tropezando hacia ella con su afilado cuchillo empuñado en su mano.
Lynn apuntó y le acertó de nuevo. Esta vez acertó el blanco, clavándole
en el centro del pecho.
Fue echado hacia atrás y se hundió en el agua. Un momento después,
flotó, inmóvil y boca abajo. Un charco rojo manchó el agua a su alrededor y
las rocas atraparon uno de sus miembros, evitando que la corriente pudiera
llevárselo. Mantuvo el cañón apuntándole por si no estuviera muerto. No
sabía cómo eran los aliens de resistentes y no estaba dispuesta a correr el
riesgo de que estuviera haciéndose el muerto.
El agua chapoteó sobre sus botas y se giró un poco, apuntando el arma
hacia cualquiera que se acercase a ella. Arrancó su dedo fuera del gatillo,
bajando inmediatamente la escopeta. Coto caminó penosamente fuera del
agua y vio que el segundo hombre estaba abajo y sin moverse en el otro lado
del arroyo. La sangre manchaba la parte delantera de su cuerpo. Coto pasó a
su lado y se dirigió hacia el que ella había disparado. Se agachó, agarró al
hombre por su bota, y lo arrastró hasta la orilla del río. Comprobó el pulso y
luego se levantó, frente a ella.
"Le has matado. Buen trabajo."
La situación la golpeó. Realmente acababa de matar a un hombre. Era
un alien, un asesino, pero realmente le había disparado. No una vez, sino dos
veces. Estuvo a punto de dejar caer la escopeta y tropezó en sus botas
prestadas. Coto se lanzó hacia adelante y agarró el arma, rasgándola fuera de
sus manos. Estaba mojado de cintura para abajo cuando la apretó contra él.
"Respira." exigió. "No te desmayes."
Ella aspiró unas profundas respiraciones y se agarró con fuerza a su
camiseta.
"Está bien."
Agachó la barbilla hasta la parte superior de su cabeza, con un brazo
enganchado alrededor de su cintura, casi en un abrazo de oso.
"Te habría matado. Fuiste valiente y honorable, Lynn. Te habría quitado
la vida."
Ella asintió con la cabeza, recordándose que aquellos dos eran los
asesinos que había rastreado desde la cabaña de Avery. Habían matado a su
amigo. Él no había tenido nada en sus manos, excepto una taza que había
caído cuando había sido atacado. No había tenido ninguna oportunidad
contra los Collis. Habían tomado la vida de un indefenso hombre ciego.
"Está todo bien." canturreó Coto. "Me ayudaste a luchar contra el
enemigo. No son dignos de cualquier culpa o remordimiento. No sientas
ninguna de esas cosas."
"Estoy bien."
No estaba segura de que eso fuera verdad. Reforzó sus piernas hasta que
sintió que no caería de culo y disminuyó su apretón mortal en su camiseta.
"No me voy a desmayar."
Le soltó la cintura y dio un paso atrás. Lynn levantó la barbilla para
sostener su mirada. Parecía preocupado por ella. Él le ofreció la escopeta. Ella
la miró, pero se negó a tomarla. Se las arregló para negar con la cabeza. Coto
se inclinó y la apoyó en el suelo.
"Tengo que atender los cuerpos. No podemos tener a alguien
tropezándose con ellos. Los llevaremos lejos cuando otra nave venga a
recuperarnos."
En otras palabras, no habría ninguna prueba de que ella había matado a
alguien. Ni siquiera estaba segura de si podría ser arrestada por dispararle a
un alien. Probablemente se consideraría legítima defensa, pero no quería
comprobarlo.
"Siéntate." la instó Coto. "Aparta. Me ocuparé de esto. Descansa.
Todavía debemos encontrar a Vhon."
Tomó su consejo, se acercó a un árbol caído y se sentó en el tronco, con
la espalda hacia el arroyo. Se estremeció un par de veces cuando ciertos
ruidos le hicieron imaginar lo peor. No tenía idea de cuál era la versión de lo
que significaba para Coto 'atender' un cuerpo y no quería saberlo.
Coto utilizó arbustos y grandes rocas para cubrir los cuerpos y dio un
paso atrás, asegurándose de que estaban bien escondidos junto a un grupo de
árboles. Retiró uno de los comunicadores que había empujado dentro de un
bolsillo de su pantalón y lo bloqueó en el lugar para marcarlo para más tarde.
También abrió un canal, en busca de su tripulación.
"Contéstame." exigió.
Holion habló.
"Sé que estás enfadado, pero hice lo que era lo mejor."
"¿Has encontrado a Vhon?"
"No. No me dejaste otra opción que tomar el mando en la búsqueda de
Argis Vhon. La inútil hembra te ha distraído y te hizo ineficaz."
Coto reprimió un gruñido. Holion siempre había estado impulsado por la
ambición y estaba resentido por la estrecha asociación de Coto con Hyvin
Berrr.
No le sorprendió que el hombre hubiera tomado la primera oportunidad
de intentar demostrarlo. Enfrió su temperamento. Él y ese macho tendrían
que sacar esto fuera más tarde, después de que Vhon estuviera a salvo y ellos
estuvieran en su camino de regreso a Zorn. Fue gratificante exponer las
siguientes palabras.
"Esa mujer inútil, como tú la llamaste, me ayudó a realizar el
seguimiento de dos Collis. Sus restos están esperando para recogerlos cuando
lleguen los refuerzos. Enviaremos sus cuerpos a su planeta como un mensaje
de que se mantengan alejados de la Tierra en el futuro. Argis Vhon no estaba
con ellos, pero Lynn cree saber dónde puede estar. Fija mi comunicador y
únete a nosotros. En tu viaje, te recomiendo encarecidamente que encuentres
tu humildad. Espero una disculpa y una humillación."
Terminó la transmisión y deslizó el dispositivo en su bolsillo. Se limpió
las manos en el agua y regresó con Lynn. Sus hombros se mostraban
derrotados y sus rasgos estaban más pálidos que de costumbre. Él se sentó a
horcajadas sobre el tronco donde ella estaba sentada y extendió la mano,
frotando su espalda.
"Lo hiciste bien, Lynn."
Ella lo miró. No había lágrimas en sus ojos. Estaba agradecido por ello.
Lynn no era una guerrera, pero tenía coraje cuando era necesario. Pensó en
su primer asesinato. Había tenido un ejército de hombres a su alrededor, que
también había tenido que derrotar a sus enemigos, y se había regocijado. Pero
él había sido criado con el conocimiento de que tomar una vida significaba la
supervivencia. Sería mejor distraerla y mantener su mente ocupada.
"Te necesito para ver si puedes encontrar a Vhon para mí."
Sus hombros se enderezaron y se puso de pie.
"Correcto. Hagámoslo."
Sintió orgullo cuando ella se dirigió hacia el arma de la Tierra descartada
y la recogió. Se puso de pie y le impidió vadear dentro de la corriente. Él ya
estaba mojado, pero eso no significaba que ella también tuviera que estarlo.
Su cuerpo no era tan robusto como el suyo. La tomó en sus brazos.
"Te llevaré a través del agua."
Ella no protestó, en cambio sólo enganchó un brazo alrededor de su
cuello y agarró el arma con el otro.
"Gracias."
"El agua está fría y mi uniforme seca rápido."
Ella sacudió la cabeza.
"Ese camino. ¿Ves esa gran colina? Ahí es donde queremos ir. Hay vallas
que separan la propiedad, pero podemos pasar por encima de ellas."
Capítulo Seis
Lynn encontró huellas en el camino hasta la colina y se acuclilló.
"Un conjunto de botas. Estas son del mismo tipo que tu llevas."
"¿Cómo lo sabes?"
"¿Ves el patrón?" señaló. "Estoy conjeturando que éste es tu chico y se
dirige hacia la casa."
Ella levantó la mirada, la vieja casa del rancho estaba a la vista, en la
parte superior.
"Lo habría visto desde varios kilómetros de distancia, desde la dirección
en la que él llega por ese lado de la colina. Significa que tenías razón. La
tierra de Jimmy está por allí. Debió haber evitado de alguna manera a los
perros que tu encontraste."
"Estamos aquí."
Lynn retorció la cabeza y se puso de pie, mirando a los otros hombres
Zorn salir de la densa vegetación. Holion los guiaba. Era quien había
hablado. Coto se trasladó para interponerse entre ellos y Lynn.
"Lynn ha encontrado huellas de Vhon. Acerté. Vhon se dirigiría hacia
terreno elevado en lugar de la vegetación más espesa."
"¿Cómo os separasteis de todos modos?"
Lynn tenía curiosidad.
"Deja tus preguntas, mujer." espetó Holion. "Gánate tu sustento y
encuentra a Argis Vhon."
Coto gruñó y se abalanzó, dándole un puñetazo en la cara. El golpe
noqueó a Holion. Cayó de culo, aterrizando con un gruñido. Coto se puso
sobre él, pareciendo listo para golpearlo de nuevo.
"Nunca hables con ella de ese modo. Mi paciencia llega a su fin contigo.
Aprende, o tu cadáver será almacenado en el transporte a casa, con los restos
de los Collis."
Lynn ya no se sorprendió por su inclinación por la violencia. En realidad
estaba empezando a apreciar la belleza de un puñetazo bien colocado, sobre
todo si se estrellaba contra la bocaza de Holion.
-Ese alien es un imbécil.
Holion escupió un poco de sangre.
"Pido disculpas."
Coto retrocedió pero se mantuvo cerca de Lynn, su postura protectora.
"Cuando estábamos bajo ataque, enviamos primero a Vhon hacia la
superficie en una cápsula de escape. Era imperativo que él sobreviviera." siseó
Holion, poniéndose de pie. "Los Leprechauns volamos en aviones y
contamos con vainas de escape, estoy seguro de que estás familiarizada con
eso."
Lynn hizo rodar sus ojos y se volvió. Holion no estaba dispuesto a dejar
esa excusa ir. Pero tenía su respuesta.
"Está bien. Bueno, esa es una casa abandonada en la cima y ahí es donde
se dirigen sus huellas."
"Muéstranos el camino, Lynn." Coto bajó la voz. "Lamento que sea tan
grosero contigo."
"¿Son así todos los hombres en vuestro planeta hacia las mujeres?"
"Algunos lo son." se acercó y estrechó su mano. "Yo no lo soy."
"Va a darte problemas por verte sosteniendo mi mano."
"No me importa. Voy a golpearle hasta dejarlo sin sentido si te falta el
respeto de nuevo."
Dijo eso lo suficientemente alto como para llevarle a Holion su amenaza.
A Lynn le gustó eso de que Coto no tuviera ninguna reserva acerca de
demostrar que ella le importaba.
La colina aumentó de inclinación y estaba muy agradecida de que se
aferrara a ella, aún sosteniendo la escopeta, mientras luchaba para
mantenerse al ritmo con sus zancadas más largas. No se atrevía a quejarse,
adivinando que Holion lo aprovecharía para iniciar más mierda sobre eso.
Llegaron a la cima y Lynn notó de inmediato que alguien había dado
una patada a la puerta principal. Tomó la escopeta de nuevo, lista para ir en
primer lugar, pero Coto negó con la cabeza, dando un paso delante de ella.
"Quédate aquí."
Hizo un gesto a sus hombres y todos se lanzaron hacia adelante,
flanqueándole. Ella abrió la boca para protestar, pero él ya estaba en el porche
delantero. Él y sus hombres entraron rápidamente en la casa.
Un movimiento en la esquina de su visión le llamó la atención y se giró.
Un alien alto estaba parado cerca, mirándola fijamente. Había salido de la
puerta lateral del garaje. Tenía el pelo negro largo, desgreñado, brillantes ojos
azules y llevaba unos vaqueros desteñidos con una camiseta sin mangas
negra, revelando musculosos brazos bronceados. Frunció el ceño y dio unos
pasos hacia adelante, extendiendo ambas manos a un lado para demostrarle
que no tenía un arma. Ella miró hacia abajo a sus pies, viendo el mismo tipo
de botas que llevaban Coto y sus hombres.
"¿Vhon?"
Se quedó paralizado, la sorpresa era evidente en sus rasgos.
"Sí. No me dispares." dijo Vhon con voz áspera.
"¡Coto!" Gritó. "Vhon está aquí."
Lynn bajó el arma, apuntando al suelo.
"Gracias."
Vhon bajó las manos.
"Yo nunca haría daño a una mujer hermosa. Soy un amante, no un
luchador"
Se quedó boquiabierta ante él hasta que Coto salió corriendo de la casa.
Divisó a Vhon y salió disparado hacia él, lanzando los brazos alrededor del
chico en un abrazo de oso.
"Es muy bueno encontrarte a salvo."
Vhon le devolvió el abrazo.
"Estoy muy contento de verte. No estaba seguro de si alguien más
sobrevivió."
Coto lo soltó y pareció darse cuenta de su ropa.
"¿Dónde está tu uniforme?"
"Enterrado. Quería encajar." Agitó los brazos por su cuerpo. "¿Qué
piensas? Estoy totalmente seguro de que podría parecer un ser humano, ¿no?
Los jeans son cómodos. Hubiera intercambiado mis zapatos también, pero no
pude encontrar ninguno que se ajustara a mis pies. Quien vivía aquí los tenía
más pequeños."
Holion se aclaró la garganta.
"Por supuesto que somos humanos. Somos Leprechauns."
Vhon lanzó una mirada horrorizada a Holion.
"¿Esa es vuestra historia de cobertura?"
"Sí. Gar tiene pruebas de lo que somos y se las mostró a la mujer."
De repente Vhon se echó a reír y miró a Lynn.
"¿Le dijiste lo que son? Lo sé. Aprendí todo lo posible acerca de la
cultura de la Tierra. Es fascinante."
Ella sacudió su cabeza.
"Sólo digo mucho 'está bien'." admitió.
Él se rió entre dientes.
"Pido disculpas por eso."
"¿Que sucede? ¿Qué es tan entretenido?"
Holion sonaba enfadado.
"Los Leprechauns no son formas de vida reales." le informó Vhon. "Son
historias contadas a los niños que involucran cuentos de ollas de oro para
hacer ricos y poderosos a los seres humanos."
"Te equivocas. Tenemos pruebas." protestó Holion. "Muéstraselo, Gar."
Gar sacó el anuncio y se lo pasó a Vhon. Lo estudió y se rió
disimuladamente.
"Esto es una historieta. Es un dibujo para divertir a los niños. Está claro
que esta taberna quería atraer a los padres para llevar a sus jóvenes a este
evento."
Lynn sofocó una sonrisa. Algunos hombres se comportan como niños.
Ella no iba a aclararles que se trataba de un bar que sirve bebidas para
adultos.
"¡Basta!" ordenó Coto. "No importa. Lynn sabe la verdad. Se lo conté
todo."
"¿Vas a llevarla a Zorn con nosotros?" soltó Holion con una mueca.
"¿La has reclamado?" Vhon habló al mismo tiempo. "¡Menudo
pastelito!18 Se llevará muy bien con las otras mujeres de nuestra familia."
"Deja de decir tonterías." gruñó Holion. "¿Por qué estás hablando de
alimentos? El problema real es que Coto se preocupaba más por la mujer de lo
que lo hizo sobre encontrarte a ti. Su necesidad de reclamar una mujer de la
Tierra anuló su sentido del deber."
18
En el original usa la expresión 'Cool beans', frase hecha que significa 'Que
guay' o 'que chévere'. Usamos la variación 'Menudo pastelito' para justificar la
confusión de Holion preguntando por el uso de alimentos en la frase, ya que él no
capta el sentido coloquial de la frase sino el literal.
Coto gruñó y dio un paso amenazador hacia adelante. Vhon reaccionó
más rápido. Su actitud tolerante cambió rápidamente. Atacó a Holion,
agarrándolo por la parte delantera de su uniforme y acercándolo a su rostro.
"Deja de ser un besa-culos total." advirtió Vhon con voz áspera. "Eso es
argot de la Tierra, lo que significa que ya sé que eso no es cierto y tu quieres
que yo esté enfadado con Coto para que pueda pedir a mi padre que le
degrade y darte a ti su posición dentro de nuestra familia. Eso nunca va a
suceder. La mujer es muy atractiva. Coto puede cortejar a una mujer y
buscarme al mismo tiempo. Yo haría lo mismo. Ahora cierra la boca si eres
inteligente, antes de que él te aporree como a una piñata19. Eso es argot de la
Tierra para decir que va a patearte el culo tan fuerte que será misericordioso si
sobrevives."
Le empujó y dio un paso atrás, mirando a Coto.
"¡Que estúpido!"20
"No sé lo que eso significa, pero si es un insulto estoy de acuerdo."
Coto retrocedió y dio un paso al lado de Lynn. Vhon se dirigió a Coto.
"Lo es. Te enseñaré la jerga de la Tierra para que puedas comunicarte
mejor con tu mujer."
19
Piñata, en español en el original. Es un elemento usado en fiestas, hecho
de cartón y relleno con regalos, se debe golpear a palos hasta romperlo para
obtener los regalos que contiene.
20
En el original usa la expresión 'What a tool', que en argot significa 'Que
estúpido', pero crea confusión por el término 'tool', que literalmente significa
'herramienta'.
"Ella no ha accedido a volver a casa con nosotros todavía." Coto la miró.
"Me gustaría que acepte. Estoy dándole tiempo para llegar a conocerme
mejor"
"Él es un gran tipo." Vhon hizo un guiño a Lynn. "Es un buen luchador,
también es un excelente proveedor, y sería fiel a ti como el día es largo.
Somos mucho mejores que los hombres de la Tierra. Ellos pueden engañar y
mentir. Coto tiene honor y siempre cumple su palabra."
"Basta." refunfuñó Coto.
"Le estoy hablando bien de ti a ella. Pórtate bien." Vhon sonrió a Lynn.
"Sin duda le diría que sí a él si yo fuera una chica. Ha conseguido un montón
de músculos y todos nuestros guerreros tienen grandes 'espadas'." meneó
cómicamente sus cejas. "Y sabemos cómo usarlas. Tenemos aguante también.
Un montón de eso."
Lynn no pudo evitar echarse a reír. Vhon no era lo que ella esperaba y
tenía un buen sentido del humor.
"¡Basta!" repitió Coto.
Vhon respiró hondo y lanzó una mirada irritada a Coto.
"Bien. Estoy tratando de ayudarte." llamó la atención de Lynn. "Vas a
disfrutar nuestra comida. Tengo tres cuñadas y una abuelastra de la Tierra.
Les encanta Zorn y están encantadas de vivir allí. Vas a tener una familia de
la Tierra incorporada. Ahora ya he terminado."
Un débil zumbido sonó, Coto se agachó y sacó uno de esos dispositivos
comunicadores de su bolsillo.
"Debe ser una de nuestras naves."
Apretó un botón, haciendo que los lados del chisme se iluminaran.
"Soy Coto."
"Es bueno que estés vivo. ¿Cuál es el estado de Argis Vhon?"
El hombre tenía una voz ronca.
"Todos sobrevivieron al accidente. No hay nadie gravemente herido.
Nuestra nave fue destruida. ¿Cuánto tiempo falta hasta que puedas llegar a
nosotros?"
"Dieciocho horas."
"Vamos a estar listos. Hay limpieza por hacer."
"Entendido. Finalización la transmisión."
Coto lo apagó y lo devolvió a su bolsillo. Él sostuvo la mirada de Lynn.
"Nuestro tiempo es más corto de lo que yo estimaba."
Se marchaba por la mañana. Lynn no estaba segura de cómo sentirse
acerca de eso. No era como si estuviera mudándose a otra ciudad o incluso a
otro estado. Sería imposible para ella visitarlo. Levantó la mirada hacia el
cielo azul, luego a él. Su pecho se apretó y resultaba difícil respirar.
"¿Por qué no vamos todos dentro?"
Vhon hizo una seña a los otros hombres.
"Debemos regresar a nuestro campamento." argumentó Holion.
"Caray, eres obtuso." suspiró Vhon. "Ven dentro y dales un poco de
intimidad."
Se giró, caminando hacia la puerta rota.
"Sígueme. Es una orden como tu Argis. Tú no, Coto."
Lynn esperó a que estuvieran solos y tragó saliva. Coto se acercó y le
apartó el pelo de su mejilla. Simplemente se miraron el uno al otro hasta que
finalmente ya no pudo soportar el silencio.
"¿Vas a volver pronto a la Tierra?"
"Es improbable. Berrr no estará contento de que fuimos atacados. Podría
emplazar una nave de guerra para proteger el planeta de los Collis. Esto
significaría que tendrían que permanecer lo suficientemente lejos para evitar
que la tecnología terrestre nos detectara. También estará preocupado de que
no hayamos sido capaces de ocultar nuestra visita y podría prohibir a
cualquiera volver aquí por un largo tiempo. No queremos asustar a los
humanos."
"Oh."
"Es posible que no sea capaz de volver durante muchos años, si es que
alguna vez puedo."
Ese dolor en el pecho aumentó.
"¿Has pensado en venir conmigo?"
Una parte de ella estuvo tentada de decir que sí. Era un concepto
aterrador, sin embargo. Tendría que dejar atrás a todos y todo lo que conocía
y enfrentarse a tantas incertidumbres que tuvo un momento difícil tratando de
imaginarlas. Tenía un trabajo, un pago de hipoteca, y… ¿cómo podía
renunciar a una vida por otra?
"¿Puedes quedarte aquí conmigo? Quiero decir, siempre puedes ponerte
en contacto con Zorn si quisieras regresar a casa más tarde."
"No puedo hacer eso, Lynn."
Envolvió sus dedos alrededor de la parte trasera de su cuello,
ahuecándolos suavemente allí.
"Podría ser imposible que yo encajara en tu sociedad."
Ella estudió sus rasgos, a sabiendas de que decía la verdad.
"Somos conscientes de la clase de recepción que los terrícolas podrían
darle a un alien. Hemos estado estudiando tu sociedad. Me temerían, me
examinarían, y no viviría mucho tiempo en cautiverio. No iban a permitirme
estar conmigo. Me enfrentaría a una muerte segura."
Estaba en lo cierto. Ella lo sabía. Probablemente le diseccionarían una
semana después de su descubrimiento. Eso sería lo de menos, si los militares
querían torturarlo para aprender todo lo posible sobre su pueblo y su
tecnología.
Coto se esforzó por pensar en qué podría decir para convencer a Lynn de
que regresara a Zorn con él.
"Haría cualquier cosa para hacerte feliz. Sé que reaccionaste mal cuando
te dije que las mujeres y los hombres no son iguales en mi planeta. Soy más
grande y más fuerte físicamente, pero yo te veo como mi igual. Podríamos
casarnos."
No estaba seguro de si sería una buena cosa o no señalarlo, pero ella era
una mujer.
"Podemos tener hijos. Ya se ha hecho. Nuestras razas son compatibles."
"¿Quieres tener hijos?"
No podía determinar a partir de su expresión o por el tono de voz, cómo
esperaba ella que él respondiera. Decidió ser sincero.
"Querría tenerlos contigo. Sería un honor para mí que seas la madre de
mis hijos e hijas."
"Tengo amigos y familia..."
"Entiendo eso. Sería difícil para ti, pero me tendrías a mí. Nos
tendríamos el uno al otro. Allí tendrías una familia de tu corazón. Ellos te
aceptarán con alegría. Tendrás otras mujeres terrestres para hablar y pasar el
tiempo. Estoy seguro de que pronto serás muy cercana con ellas y sus
vinculados."
"No sé. Esto es demasiado rápido."
Estaba perdiéndola. Una sensación de pánico le golpeó. No quería
dejarla atrás y no verla nunca de nuevo. Argernon acababa de tomar a su
Casey. Era tentador arrojar a Lynn por encima del hombro y negarse a dejarla
ir. Casey había perdonado a su vinculado. Ambos eran felices. Sin embargo,
era posible que Lynn pudiera odiarle por hacer eso. No podría soportarlo si la
lastimaba y le causaba dolor.
-La elección debe ser suya.
"Quédate conmigo hasta que nuestra nave llegue. Eso nos dará más
tiempo."
"Tú encontraste a Vhon y yo tengo que volver a mi vida. También voy a
necesitar informar de la muerte de Avery." hizo una mueca. "Eso va a ser una
pesadilla. Buscarán un sospechoso de asesinato. Esperaré hasta mañana por
la tarde para hacerlo y entonces encontraré una excusa para ir a su cabaña,
después de que te hayas ido. Mentiré y diré que simplemente lo encontré así."
"Quédate conmigo esta noche."
"El terreno de Jimmy está cerca y ahí es donde dejé mi SUV. Realmente
necesito volver. Sería malo si enviaran un grupo de búsqueda para mí y os
encontrasen a ti y a tus hombres. Necesitáis tiempo para limpiar. Escuché que
dijiste eso."
Se inclinó y simplemente tomó su boca, besándola. Puso sus emociones
en aquel beso. Lynn respondió y él envolvió los brazos alrededor de ella. Dejó
caer la escopeta y se aferró a él. Se resistió a la tentación de llevarla al suelo.
Cualquiera podía salir de la vivienda humana. Ella finalmente sacó su boca
de la suya y se quedó mirándole fijamente a los ojos.
"No me hagas decirte adiós."
Las lágrimas llenaron sus ojos, pero parpadeó para contenerlas.
"No me hagas esto más difícil. Nunca voy a olvidarte, pero no puedo
alejarme de toda mi vida. Mi gente podría preocuparse por mí. No puedo
hacer eso a mi familia y amigos. No es como si pudiera llamar por teléfono
desde tu planeta, ¿verdad?"
"No puedes."
"Lo supuse. Ponme abajo, Coto"
No quería dejarla ir pero la bajó sobre sus pies y dio un paso atrás,
rompiendo su conexión. Lynn se inclinó y cogió la escopeta.
"Nunca voy a olvidarte. Nunca. Me tengo que ir." Su voz se quebró.
"Ten mucho cuidado de ti mismo y no te metas en ninguna batalla espacial
más con los Collis."
Lynn se apartó y se marchó bajando la colina. Se puso tenso, las ganas
de ir tras ella eran casi imposibles de resistir.
Apretó los puños, forzando su cuerpo a permanecer rígido e inmóvil.
Ella le odiaría si la obligaba a dejar su planeta con él. Sencillamente no le
haría daño de esa manera, aunque verla desaparecer por la colina hizo que su
pecho doliera.
Oyó unos pasos detrás de él y arrancó su mirada de Lynn retirándose.
Vhon habló en primer lugar.
"¿No va a venir contigo?"
"Es muy doloroso para ella dejar su mundo."
"Lo siento, hombre."
Vhon se quedó allí, mirándolo con tristeza.
"Podríamos secuestrarla. Nuestro hermano se salió con la suya.
Funcionó para él y Casey. Voy a decirle a nuestro padre que tuvimos que
hacerlo para garantizar que ella no le hable a nadie acerca de nuestra visita."
"Ella no va a hacer eso. Confío en Lynn. Prefiero perderla que hacerle
sufrir la pérdida de todo lo que ama."
Vhon extendió la mano y agarró su hombro.
"Eres un guerrero bueno y honorable."
"Duele." admitió. "Nunca creí que podía llegar a estar tan
profundamente unido a una hembra tan rápido."
"Amor a primera vista. Creo en eso. Anhelo eso."
Holion salió de la casa.
"¿Dónde está la mujer?"
"Se fue." respondió Vhon.
Holion gruñó.
"Le hablará a los humanos sobre nosotros y vendrán a atacarnos antes de
que abandonemos la superficie del planeta. ¿Por dónde se fue? Voy a hacerla
callar."
Vhon dejó caer la mano del hombro de Coto.
"Patea su culo. Te hará sentir mejor."
Coto no necesitó ningún otro estímulo. Holion era una amenaza para
Lynn. Él gruñó y siguió a aquel macho.
Capítulo Siete
Lynn escondió la escopeta de Avery dentro de su SUV y apenas tuvo
tiempo de cerrar la parte de atrás cuando oyó pasos y se volvió. Jimmy
caminaba penosamente hacia ella.
"¿Encontraste esa bestia y acabaste con ella?"
"Encontré lo que mató a tus perros. Problema resuelto."
"Te tomó bastante tiempo."
Entonces pareció darse cuenta de lo que llevaba puesto.
"¿Qué demonios te ha pasado?"
Su pregunta provocó recuerdos de Coto fluyendo a través de su mente.
"Es una historia muy larga y no es una que piense compartir contigo. Me
voy a mi casa."
Trató de desplazarse a su alrededor para llegar a la parte delantera de su
vehículo, feliz de mantener un conjunto de llaves escondidas en la guantera,
ya que había perdido las suyas. Jimmy la agarró del brazo.
"¿Qué era?"
-Un hombre alien realmente increíble.
"Un lince con la rabia."
"Mierda. Sigo diciendo que Avery tiene que pagar a alguien para
comprobar su propiedad. Esto significa que se extenderá. Tendré mapaches y
ardillas locas viniendo a mi propiedad"
"Hablaré con él sobre eso mañana."
Eso le daría una excusa válida para visitar la cabaña y 'descubrir' el
cuerpo.
"En este momento quiero tomar una ducha y dormir en una cama de
verdad."
"Puedes usar la mía. Incluso lavaré tu espalda o cualquier otra cosa que
quieras."
Jimmy miró de reojo a sus pechos.
"En tus sueños, tío guarro."
Se sacudió de su agarre. Abrió la puerta del conductor y se metió dentro,
pero Jimmy agarró el borde de la misma, sin permitirle cerrarla.
"Puede que no fueras tan perra si consigues ser despedida. Acéptalo,
Lynn, probablemente soy el mejor del grupo. Tim es mejor parecido, pero es
un cabrón borracho. Craig no puede mantener un trabajo, por lo que tendrías
que mantener su culo, y todos sabemos que está clavándosela a la mujer de
Miller en cada oportunidad que puede. Todo el mundo es demasiado viejo o
demasiado joven, a menos que empieces a engancharlos nada más salir de la
escuela secundaria. Además, puedo conseguirle ascender de forma gratuita.
Vamos a mi casa."
"Fuera de mi camino."
Se negó a dejar ir la puerta cuando ella trató de cerrarla. De hecho dio un
paso adelante, poniendo su cuerpo en la trayectoria de la misma.
"Sabes qué me deseas. Simplemente hazlo. Házmelo."
Se lamió los labios.
"Vamos, nena."
Su temperamento estalló. Estaba harta.
"¿Quieres que te toque?"
"Sí." le sonrió.
"Está bien."
Se retorció en el asiento y lanzó el pie, clavándolo en su entrepierna. Él
gritó y se dobló, tropezando hacia atrás mientras agarraba la parte delantera
de sus pantalones. Lynn se asomó, agarró la manija, retorció las piernas hacia
dentro, y cerró la puerta. La bloqueó y se inclinó sobre la consola, abrió la
guantera y sacó sus llaves de repuesto.
"¡Perra!"
Jimmy golpeó la ventana.
"Conseguiré tenerte, incluso a pesar de ti misma."
Metió la llave en el contacto y encendió el motor. Se volteó y se puso el
cinturón de seguridad.
"Haré que te despidan."
Jimmy trató de abrir la puerta, pero no se movió. Ella se imaginó que iba
a llamar a su tío para esa pequeña jugarreta, pero estaba harta de sus
amenazas. Quizás las maneras de Zorn se le hubieran contagiado, porque no
sintió ni una pizca de culpa. Se sentía bien tras golpear a aquel imbécil.
Se concentró en conducir el SUV y empujó el acelerador a fondo con el
pie, despegando.
Se había olvidado de la puerta de metal al final del largo camino de
entrada. Jimmy probablemente no aparecería para desbloquearla y dejarla
salir así que se limitó a embestirla. La delgada cadena se resistió, pero se
rompió el eslabón de la cadena y la puerta se abrió. Condujo fuera,
emergiendo a la carretera de doble carril que conducía hasta la ciudad.
Su pequeña casa era una vista agradable mientras aparcaba delante del
garaje y encerraba el SUV. Tuvo que usar la llave de repuesto que había
dejado escondida bajo la jardinera. Después de cerrar la puerta detrás de ella,
Lynn se detuvo, el silencio absoluto golpeándola mientras estudiaba sus
destartalados muebles prefabricados y algunas piezas que se había arreglado
para comprar por su cuenta.
"Maldita sea."
Dejó las llaves en la mesa y revisó el contestador. No había mensajes.
Entró en la cocina y abrió la nevera, mirando los escasos contenidos. Agarró
una lata de refresco, la abrió y tomó un sorbo.
"Mi vida es una mierda." murmuró.
Entró en su dormitorio, descansó la lata de soda en su tocador, y
comenzó a desnudarse. Una ducha la haría sentirse mejor. Entró en el
pequeño cuarto de baño y abrió el agua, teniendo tiempo para cepillarse los
dientes mientras esperaba que el viejo calentador de agua entrara en juego.
Unos minutos más tarde puso a prueba la temperatura y maldijo. Estaba
apenas tibia.
"Fantástico. Está estropeado de nuevo."
Apretó los dientes y se metió bajo el chorro de agua. La piel de gallina se
levantó a lo largo de su cuerpo, pero sufrió a través de eso, mientras se
fregaba el pelo y se enjabonaba. Se enjuagó y salió de la ducha. Se secó y se
puso una bata, volviendo a su habitación. Cogió el teléfono y marcó el
número de su padre. Contestó al tercer timbrazo.
"Hola papá."
"Hola, cariño."
"Simplemente estaba pensando en ti."
"Eso es muy dulce, cielo. Realmente no puedo hablar ahora. Mis amigos
y yo estamos a punto de irnos a pescar. Kip compró un barco nuevo.
Realmente deberías tomarte un tiempo libre y venir a Florida a visitarme.
Retirarse aquí fue la mejor decisión que jamás he tomado."
Ella podría no tener un trabajo. Eso podría liberar su horario.
"Me gustaría eso. No nos hemos visto en dos años."
"Guau. ¿Ha pasado tanto tiempo?"
"Sí. El tiempo vuela cuando te estás divirtiendo."
"Estoy seguro. Eso sí, no vengas el próximo mes. Me voy a ese crucero
de lujo para senior."
Él se rió entre dientes.
"Tampoco el mes después de ese. Es entonces cuando nos vamos a
México."
Siempre estaba ocupado. No le culpaba. No había mucho que hacer en
Green Bend. Se había trasladado a una comunidad de retiro, allí hizo un
montón de amigos a quienes les gustaba viajar.
"Me tengo que ir. Te amo, cariño."
"Yo también te quiero. Pasa un buen rato."
Él se rió entre dientes.
"Siempre."
Colgó y se sentó en su cama. Marcó el número de su mejor amiga y
consiguió el contestador.
"Hola, Michelle. Soy Lynn. Estaba revisando…"
"Me has pillado a tiempo." cortó su amiga jadeando. "Mi marido y los
niños están en la minivan esperando por mí, pero me olvidé mis gafas de sol.
¿Has llamado para desearnos un buen vuelo?"
Lynn recordó entonces.
"Te vas en tus vacaciones largas."
"No puedo esperar a salir de aquí por dos semanas. Te llamaré cuando
lleguemos a casa y puedes venir a ver todas las fotos que tomemos. No puedo
creer que por fin esté yendo a ver Hawái. Esto es un sueño hecho realidad."
"Estoy muy feliz por ti."
"En realidad, será mejor una semana después de que volvamos. Los
padres de Mitch están llegando a la ciudad para ver a los niños. Esto va a
estar bastante agitado, con ellos por aquí. Espera. Tal vez la semana después
de esa. Se supone que debemos ir a Indianápolis para ese fin de semana."
"Cuando sea. Pásalo bien."
"Gracias. Me tengo que ir. Mitch acaba de tocar el claxon. No queremos
perder nuestro vuelo. ¡Te quiero mucho!" colgó.
Lynn reemplazó el teléfono sobre el soporte y se sentó allí mirándolo. No
tenía nadie más a quien llamar. Todo el mundo tenía una vida, excepto ella.
Se dejó caer sobre su espalda, estudiando el techo manchado de agua de una
gotera en el tejado que había tenido que parchear el año anterior. El silencio
llegó hasta ella y comenzó a pensar en Coto, reviviendo cada momento que
habían compartido. El teléfono sonó un par de horas más tarde y se sentó,
agarrándolo.
"¿Hola?"
"¿La señorita Reynolds? Soy la secretaria de Hilton Morgan, Millie."
Ella hizo una mueca.
"¿Sí?"
"A él le gustaría verte en su despacho mañana a las dos."
"¿Por qué?"
La mujer vaciló, luego bajó la voz.
"Está enfadado. Sé que recibió una llamada de su sobrino, luego hizo un
par de llamadas y me pidió que concertara esta cita."
Allí estaba. Jimmy había delatado su salida de tono y esas llamadas
habían sido probablemente a su jefe.
"Le veré entonces." colgó el teléfono.
Sonó un par de minutos más tarde y ella contestó.
"¿Hola?"
"¿Que sucede?"
"¿Quién es?"
"Richard, desde el trabajo. Sólo llamaba para pedirte que me cubras
durante las próximas semanas. No puedo trabajar los fines de semana. Mi
esposa está enfadada. ¡Tendrás que encargarte incluso si estás enferma!"
"Creo que estoy despedida."
"Oh."
"Lo lamento."
Ella le colgó.
"Mi vida es una mierda." murmuró, derrumbándose sobre su espalda de
nuevo.
Rodó a su costado, mirando el espacio vacío en la cama junto a ella.
Deseaba que Coto estuviera allí.
La luz se desvaneció en su habitación cuando se puso el sol. Se quedó
allí, pensando en Coto y su vida. Siempre había querido encontrar un hombre
que pudiera hacerla sentir sexy… hacerla sentir como si fuera la cosa más
importante para él. Conoció eso con Coto, durante su limitado tiempo juntos.
Los pros y los contras de un futuro sin él emprendieron la guerra dentro de su
mente mientras las horas pasaban. Finalmente se quedó dormida.
Lynn se despertó en su oscuro cuarto y se levantó, mirando el reloj. Eran
las siete de la mañana. Había soñado sobre Coto. Habían estado riendo
juntos, sentados en un sofá en una habitación que no conocía. Él la había
besado y algo había tirado de su camiseta. Se había apartado de él y un niño
pequeño estaba junto a su pierna. Tenía que tener cerca de dos años de edad y
era evidente que Coto era su padre, por lo similares que parecían. El niño
había sonreído y se subió a su regazo. Había sabido que él también era su
hijo.
"¿Qué he hecho?"
Se quitó las mantas que debió haber tirado sobre sí misma durante la
noche, saltó de la cama y corrió al cuarto de baño. Se cepilló los dientes, se
echó agua en la cara, y abrió de un tirón el armario debajo del fregadero para
coger una bolsa de viaje. No quería perder a Coto. Le daba un miedo insano
dejar todo atrás, pero sería mucho peor vivir con el arrepentimiento.
"Sólo espero que no sea demasiado tarde."
Empaquetó artículos de primera necesidad y corrió a su habitación,
excavando por la maleta desde el fondo del armario. Se quedó inmóvil,
preguntándose qué llevar a otro planeta. ¿Hacía frío allí? ¿Calor? No tenía ni
idea.
"Hijo de puta."
Ella abrió la maleta, lanzando dentro algunas de sus ropas favoritas.
Tenía que encontrarse con él y esperaba que no hubiera sido recogido ya.
El campamento tendría que ser desmontado. Podría encontrarlo allí.
Podrían estar en la vieja casa de campo o incluso donde su nave se había
estrellado.
La desesperación azotó cuando encontró unos cuantos álbumes de fotos
familiares y recuerdos preciosos que no quería dejar atrás. Una maleta se
convirtió en dos, además de una bolsa de lona. Lynn no dejaba de mirar el
reloj. Cada minuto parecía acelerar mientras corría alrededor de su casa.
Finalmente tomó un marcador permanente y se detuvo frente a su nevera,
vacilando después de arrancarle la tapa.
"¿Cómo se dice adiós a todos los que amas? Les llamaría, pero no están
en casa."
Finalmente comenzó a escribir. Nadie sería capaz de dejar de verlo una
vez que llegaran a su casa, cuando alguien investigase por qué se había ido.
"Esto va a ser una putada, si resulta que Coto ya se ha ido y tengo que
tratar de borrarlo después."
Se hizo evidente que había empacado demasiado cuando arrastró la
primera maleta hasta su SUV y regresó a por la segunda. La levantó y la llevó
fuera de la puerta principal abierta, todavía tratando de decidir dónde buscar
a Coto primero. Se estrelló contra algo sólido y soltó la maleta.
Coto agarró sus caderas para sostenerla.
"¿Estás herida?"
Lynn se recuperó rápidamente. Coto estaba en su porche.
"¡Coto!"
"Deslicé mi comunicador dentro de tu bolsillo cuando te besé en la
despedida. He venido a pedirte una vez más que vengas conmigo." admitió.
"No pude dormir. Todo lo que podía hacer era pensar en ti. Seguí la señal con
la primera luz. Por favor, ven conmigo."
Ella asintió.
"Iba a buscarte. Es una locura, pero sí."
Él sonrió.
"¿Sí?"
"¡Sí!"
Estaba tan aliviada de que estuvieran juntos de nuevo que se alzó de
puntillas y le echó los brazos al cuello. La boca de Coto aplastó la de ella,
besándola. Gimió contra su lengua. Él la hizo retroceder hacia el interior,
hasta que se tropezaron con su sofá. Él apartó la boca.
"Te deseo."
"Te deseo también."
Ella le dejó ir, buscando salir de su ropa.
"Voy a cerrar la puerta."
"No te molestes. Nadie viene por aquí. La casa no se puede ver desde la
carretera. Desnúdate."
Coto no dudó. Le encantaba eso de él. Estuvo a punto de tropezar
arrancándose sus botas. Terminó de desnudarse antes que él y le hizo señas
para que la siguiera por el pasillo hacia su dormitorio. Coto echó la parte
superior del uniforme en el suelo, abriéndose el frente de sus pantalones
mientras iba tras ella.
"Te extrañé ayer por la noche." Se lamentó Coto.
Cayó sobre la cama y se volcó sobre su espalda en el centro.
"Estoy aquí." Le respondió Lynn.
Empujó sus pantalones más abajo.
"Nunca vas a dormir sin mí a tu lado otra vez."
Él la sorprendió cuando se puso de rodillas, la agarró por los tobillos y
tiró de ella hacia abajo de la cama.
"Nunca he hecho esto antes, pero me dieron instrucciones de lo que
debería hacer, por si alguna vez me vinculaba a una humana."
"Tuvimos sexo fantástico." le recordó.
"Estamos a punto de tenerlo mejor."
Extendió las manos abiertas en sus muslos, empujándolos más separados
y levantándola.
"Voy a dominar el sexo oral."
Lynn le miró.
"Nunca he estado tan entusiasmada antes de decir 'está bien'."
Coto se inclinó hacia adelante, acariciando su rostro contra su coño.
"Hazme saber si hago esto correcto."
Ella se aferró a su ropa de cama.
"Justo ahí. Ese es el punto mágico."
Coto hizo una pausa.
"¿Mágico?"
"Se supone que eres un Leprechaun21. Me siento afortunada. Olvídalo.
Mal momento para una broma. No pares."
Reanudó su labor lamiendo y succionando su clítoris. Esto la llevó a
perder la cabeza. Podría ser su primera vez, pero parecía decidido a hacerlo
bien. Ella jadeó por el estímulo.
"Oh, sí. Así. Un poco más fuerte."
Coto tomaba órdenes increíblemente bien, continuando con el dulce
tormento hasta que ella gritó su nombre, culminando con fuerza. Aflojó su
agarre en sus muslos y se encaramó hasta la parte superior de su cuerpo. Lynn
le sostuvo la mirada y sonrió.
"Eres una joya."
Él ahuecó sus caderas, deslizando su culo hasta el borde de la cama.
"Acepta ser mi vinculada."
"Me casaré contigo."
Frotó la corona de su polla contra la hendidura de su coño y la penetró
suavemente.
"Te estoy reclamando ahora mismo."
Ella asintió. Envolvió sus piernas alrededor de sus caderas mientras
bajaba sobre ella, su pecho cerniéndose sobre el suyo.
"Dame todo lo que tengas."
Lynn acunó su cara, tirando de él para darle un beso. Coto se condujo
dentro y fuera de ella, aumentando el ritmo.
21
Se refiere a que los Leprechauns son criaturas mágicas de la buena suerte.
Le encantaba la sensación de él y lo increíble que era tenerlo dentro de
ella. La corona de su polla en forma de hongo bateó justo su punto G. Ella
arañó sus bíceps y tuvo que romper el beso, temerosa de que podría morderle.
"¡Coto!"
Enterró la cara en su cuello, mordisqueando ligeramente su piel.
"Eres mía. Siempre. Nunca te dejaré ir."
Lynn culminó por segunda vez. Coto gruñó su nombre, encontrando su
propia liberación. Esta vez no salió fuera de ella. Se derramó en su interior. Se
sostuvieron el uno al otro mientras se recuperaban. Lynn pasó los dedos por
su espalda, sabiendo que nunca se cansaría de tocarlo.
"Tenemos que irnos." se quejó finalmente. "No quiero moverme, pero
tenemos que hacerlo."
"Lo sé."
A regañadientes, desenredaron sus cuerpos y se vistieron. Lynn tomó
una mirada más alrededor de su casa, sabiendo que sería la última. Coto se
dirigió a la puerta, esperando por ella.
"Tengo una maleta más para agarrar. Espero que tres bultos no sea
demasiado. No sabía lo que meter en las maletas."
"No te arrepentirás de esto."
"Lo sé."
La realidad de eso la impactó.
"Para ti el matrimonio es para siempre, ¿no? Sería una putada ir allí y
divorciarnos en un año."
Él la atrajo hacia sí.
"Para siempre. Nunca te dejaré ir."
"Bien. Estoy dando todo por ti."
"Soy consciente de eso. Seremos felices."
"Tengo fe. No quiero volver a perderte."
"¿Dónde está el resto de tus cosas? ¿Puedes llevarnos allí con tu vehículo?
Sería más rápido que caminar."
"Claro."
Él la soltó y corrió hacia el interior de su dormitorio. Coto la siguió,
pareciendo asumir realmente su entorno por primera vez.
"Tu casa es pequeña. Nuestra casa de Zorn es mayor. Te gustará."
Los nervios atacaron.
"Eso espero."
Tomó la bolsa de lona de ella y ambos salieron por la puerta principal.
La cerró, pero no se molestó en girar la cerradura. Tenía todo lo que quería.
Coto cargó sus cosas en la parte de atrás del SUV y Lynn subió al asiento del
conductor. Coto llenó el lado del pasajero con su alta figura.
"¿A dónde vamos?"
"A donde establecimos el campamento. Ha sido desmantelado, pero es
un buen lugar para que puedan recogernos."
Sacó el dispositivo de comunicaciones de su bolsillo.
"Recuperé esto desde tu casa. No quiero que nadie lo encuentre. Voy a
informarles que estamos en camino."
"No van a marcharse sin nosotros, ¿verdad?"
"Tenemos un montón de tiempo."
Lynn encendió el motor y salió de su camino de entrada.
"Este planeta tuyo..."
Decenas de preguntas llenaron su mente. Coto se acercó y la tomó de la
mano una vez que estaba en el camino.
"Te va a encantar, Lynn."
"Podré respirar allí, ¿verdad?"
Se echó a reír.
"Sí. La Tierra se parece mucho a Zorn. Los colores son diferentes."
"¿En serio?"
La estaba intrigando.
"Es hermoso. Tengo muchas ganas de mostrártelo."
Ella estaba emocionada.
"Esto va a ser una aventura."
"Lo será."
Ella sonrió, dejando algo de la preocupación aliviarse fuera. Coto estaba
a su lado, aferrándose a ella.
-Va a estar todo bien.
Tuvo que estacionar su camioneta junto a la cabaña, donde terminaba el
camino de tierra. Coto tomó las dos bolsas más pesadas y ella empujó la
correa de la bolsa de lona sobre su hombro. Caminaron juntos por el bosque.
Realmente esperaba que no tuvieran que escapar de cualquier animal
silvestre. El primer vistazo de la nave hizo que su corazón se acelerase.
"¿Estás seguro de que todos vamos a caber en eso? Es aproximadamente
del tamaño de una autocaravana. En cierto modo se parece a una también,
excepto las ruedas y las ventanas."
Coto asintió.
"No sé lo que es una autocaravana, pero esto es un pequeño transporte
que nos hará volar al espacio, donde espera una nave más grande."
"Está bien."
Él se rió entre dientes.
"No tengas miedo, Lynn. Siempre voy a mantenerte a salvo."
"¿Qué hicisteis con la otra nave? ¿Fuisteis capaces de arreglarla o algo
así?"
"No. Este transbordador aterrizó mientras todavía estaba oscuro.
Llegaron antes del amanecer. Al caer la noche vamos a despegar y
cargaremos lo que queda de nuestra otra nave con nosotros. Se puede acoplar
a la parte inferior del casco. Será desechada en el espacio profundo, donde
nadie de vuestro planeta pueda encontrarse con ella jamás."
"¿Por qué no salimos ahora mismo?"
"Los humanos nos verían, si observaran el cielo. Seremos un objeto más
grande con el transbordador transportando la nave dañada."
"Oh."
Se sentía algo tonta por preguntar. Todo tenía sentido, ahora que sabía la
respuesta.
"Por supuesto. ¿Esta cosa puede soportar ese tipo de peso extra? ¿Os
preocupáis sobre la detección del radar? Tenemos eso."
"Sí, puede soportar el peso. Somos conscientes de cómo realizáis
seguimientos de objetos en vuestro cielo, pero los transbordadores están
diseñados para deformar las señales de la mayor parte de los radares
existentes alrededor, de modo que no seremos rastreables por ellos."
Dos aliens les dieron la bienvenida. Ella no los había conocido antes.
Coto entregó sus maletas a uno de ellos.
"Pertenencias de mi mujer. Lynn viene con nosotros."
"Por supuesto."
Lynn sintió la calidez. Ella era la mujer de Coto. Él era su hombre alien.
Él tomó su bolsa de lona y se la pasó al segundo hombre. Llevaron sus cosas
dentro de la lanzadera y se mordió el labio inferior.
"Tranquila." dijo Coto con voz ronca, tirando de ella en sus brazos. "Te
sostendré."
"Tengo la sensación de que vas a estar haciendo eso mucho. No soy fan
de las alturas." miró hacia el cielo azul. "Y vamos muy alto esta noche."
"Todo va a estar bien." prometió.
Ella miró fijamente a sus hermosos ojos.
"Confío en ti."
Realmente lo hacía.
"Eres parte de mi corazón, Lynn. Yo cuidaré de ti y serás feliz"
"Lo sé. Creo eso."
Epílogo
Exactamente un año después
Lynn gimió, alcanzando hacia abajo para trazar el sedoso cabello de
Coto. Él gruñó contra su clítoris, las vibraciones sumándose a su placer.
Tenía las piernas abiertas inmovilizadas con sus brazos, sus manos
ahuecando firmemente su culo. Utilizaba la parte plana de la lengua para
atormentarla.
"Vas a matarme si consigues ser mejor en esto."
Se puso más agresivo con su boca hasta que Lynn estuvo gritando,
corriéndose con fuerza. Coto levantó la cabeza, con una sonrisa de
satisfacción curvando sus labios.
"¿Eso es una queja? Estaba decidido a aprender. Es nuestro primer
aniversario de cuando te hice mi vinculada. Te estoy mostrando mi
agradecimiento."
Ella soltó el pelo y acarició sus dedos sobre su mejilla.
"Es la mejor decisión que he tomado jamás. Te amo."
Aflojó su agarre en su culo y desprendió sus piernas, subiendo por su
cuerpo y estableciendo sus caderas entre sus muslos todavía extendidos.
"Cada día siento gratitud de que tomaras esta oportunidad. Siento ese
mismo amor. Es tan fuerte que resulta casi doloroso."
"Sé lo que quieres decir. Nunca pensé que podía sentir esto tan
fuertemente sobre alguien antes."
Él rozó sus labios sobre los de ella.
"¿Algún arrepentimiento?"
"Me siento culpable por mi padre y algunos de mis amigos." admitió.
"Ellos tenían sus propias vidas completas, sin embargo. Les dejé esa nota en
mi nevera, jurando que estaba viva y bien, solo que marchándome con el
hombre del que me enamoré, alguien que necesita mantenerse fuera de la red.
Probablemente piensan que me uní a alguna secta."
"¿Qué es eso?"
Ella sonrió. Todavía estaban resolviendo algunas palabras con el
traductor, pero dudaba que Zorn tuviera una definición en su idioma que se
ajustara.
"Un criminal." improvisó, divertida.
"Yo puedo ser muy malo." bromeó. "Me dices eso todo el tiempo."
"En el mejor de los sentidos."
Se levantó un poco y miró hacia abajo entre sus cuerpos, ajustando sus
caderas. Lynn gimió cuando su dura polla empujó su coño y lentamente la
invadió. Envolvió sus piernas alrededor de su cintura y se agarró a sus
hombros.
"Con frecuencia dices que esto se siente tan bien que debería ser ilegal."
"Eso es muy cierto."
Llamaron a la puerta y Coto gimió.
"Lárgate."
Otro golpe sonó. Se retorció, agarrándose de las mantas y las sacudió
sobre la parte inferior de sus cuerpos. Sacó su polla de Lynn y se incorporó un
poco.
"Maldita sea. Adelante."
Lynn se sentó también, agarrando la sabana contra sus pechos.
"Tanto para dormir un poco."
La puerta se abrió y una anciana de pelo blanco se asomó.
"Siento interrumpir vuestro momento de amor, pero alguien tiene
hambre."
Entonces entró, sosteniendo un paquete envuelto. Lynn sonrió.
"No hay descanso para los malvados."22
Coto se rió entre dientes, abriendo los brazos.
"Sé lo que eso significa. Dámelo a mí, segunda madre."
La mujer mayor se acercó a la cama y le entregó a su hijo.
"Voy a preparar un festín de todas vuestras comidas favoritas. Sé que hoy
es un día importante." dijo, entonces huyó.
22
'No rest for the wicked', se usa para referirse a que siempre hay algo que
hacer o siempre trabajan los mismos, en un sentido coloquial.
Lynn se apoyó en Coto, mirando a la réplica en miniatura del hombre
que amaba.
"Es igual que tú."
"Tiene tu color de pelo."
"Quise decir sobre tener siempre apetito."
Echó un vistazo a sus pechos.
"Siempre."
"Quiere leche. Sé lo que quieres tu y no es leche." bromeó. "Me alegro de
que tengamos a Arnia para ayudarnos. Tu abuela es un salvavidas."
"No en este momento."
Lynn se rió y tomó al bebé.
"Voy a darle de comer, entonces se lo llevaremos de vuelta. La mañana
aún no ha terminado."
Coto sonrió.
"No, claro que no. Tengo un montón de cosas que hoy planeaba hacerte
a ti."
"¿Quieres decir conmigo?"
Sacudió la cabeza, la diversión brillando en sus hermosos ojos.
"No. A ti."
"Realmente te amo."
"Realmente voy a amarte. Éste chico necesita un hermano o hermana."
Lynn giró su cuerpo presionando la espalda contra el pecho de Coto y él
se acurrucó cerca.
"Por lo menos nuestro segundo hijo será concebido en Zorn."
"Conseguí distraerte de tu miedo a las alturas y viajar a través del espacio
en una nave."
"Ciertamente lo hiciste. Gracias."
"¿Por qué?"
Volvió la cabeza, sosteniendo su mirada.
"Por capturarme en esa orilla del río y mantenerme contigo."
"Te escapaste mientras estaba durmiendo."
"Pero me encontraste y más tarde me convenciste de tomar la mejor
decisión que he tomado jamás."
"Estaba dispuesto a lanzarte por encima de mi hombro y llevarte de
vuelta a nuestro campamento, si hubieras dicho que no. No podía dejarte ir.
Eso habría destruido mi corazón."
"El mío también." admitió.
"Ahora los dos estamos enteros y felices."
"Sí, lo estamos."
Su hijo eligió ese momento para dejar salir un pequeño rugido. Lynn se
rió.
"Es igual que tú cuando se siente frustrado, sólo que no tan fuerte."
"Dale de comer, así podremos regresarle con mi segunda madre.
Tenemos planes."
"Sí, los tenemos."
Fin
Hot Passion Books
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