EXTRANJEROS PRIVADOS DE LIBERTAD Por: Cristina Roca Carpio

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EXTRANJEROS PRIVADOS DE LIBERTAD
Por: Cristina Roca Carpio
Desde hace años España se ha convertido en un país receptor de
inmigrantes. El aumento del número de reclusos extranjeros ha sido constante en los
últimos años. Actualmente el 28,5% de los reclusos son extranjeros, tal y como
señaló el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en el acto de inauguración del
curso, mientras que en el año 2000 esa tasa era del 18%, el aumento ha sido por
tanto de 10´5 puntos porcentuales y todos los indicios apuntan a que esta ratio
seguirá aumentando, ya que la situación intramuros es fiel reflejo de la sociedad,
aunque con particularidades concretas.
El aumento de esta población dentro del ámbito penitenciario, supone la
necesidad de profundizar en su conocimiento, características y necesidades
específicas por parte de la Administración, pues se trata de un fenómeno complejo y
actual, tal y como señaló desde una interesante perspectiva criminológica Ester
Montero Pérez de Tudela1 en su ponencia “La extranjería en el ámbito penitenciario.
Criminología y extranjería”.
Como hemos visto a lo largo del curso, se trata de una población muy
heterogénea y considerablemente variada, que da lugar a distintas situaciones
administrativas, convivenciales, culturales, etc…. dentro de prisión. Fenómenos que
afectan tanto a nivel regimental como tratamental dentro de un contexto de
privación de libertad.
Dentro del ámbito penitenciario nos encontramos con un amplio abanico de
culturas que lejos de convertirse en un fenómeno enriquecedor, la mayoría de veces
es fuente de problemas y afectan al mantenimiento del orden, pero que es
necesario y primordial abordar desde la esfera tratamental. Encontramos pues,
actitudes de intolerancia o xenofobia en las que están presentes tópicos,
estereotipos y perjuicios que existen en nuestra sociedad con respecto a otras
1
Subdirectora de Tratamiento del Centro Penitenciario de Huelva
culturas y sociedades. Con frecuencia mantenemos estereotipos positivos sobre
sociedades que consideramos parecidas y/o mejores a la nuestra, y estereotipos y
perjuicios negativos sobre sociedades que consideramos inferiores. El rechazo por
esta supuesta “inferioridad” de la diferencia, unido a la inseguridad que nos produce
aquello que no conocemos, es la base de la reacción social negativa que se expresa
mediante la discriminación, la xenofobia, y en último extremo el racismo.
La mejor manera de conocer una realidad es vivirla, por ello se constata la
necesidad de crear un marco intercultural que ofrezca la posibilidad de vivir esta
realidad en particular y de este modo conocer las diferentes culturas que se
encuentran dentro del centro penitenciario, fomentando así los valores y principios
democráticos de respeto, libertad, igualdad y tolerancia, para reducir el conflicto
multicultural y lograr una mejor convivencia dentro de prisión.
Ante esta situación, la Dirección General de Instituciones Penitenciaria,
elaboró el PLAN MARCO DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA CON INTERNOS
EXTRANJEROS, que se ampara en una serie de normativas y que varios centros
penitenciarios han adaptado a sus peculiaridades concretas a través de programas,
como por ejemplo en Monterroso tal y como señaló Elvira Paloma Fernández
Domínguez2 en su ponencia “Interveción penitenciaria y extranjería. La integración
social: Plan Marco de Intervención Educativa”.
Como se ha venido demostrando hasta ahora, este tipo de programas
influyen de manera positiva en el desarrollo de la convivencia penitenciaria y en el
logro de un clima social pacífico, propicio para la reinserción y la resocialización de
los/as interno/as, pero sería interesante que pudieran complementarse con los
programas de resolución de conflictos dentro del contexto penitenciario, es decir,
que la gestión del conflicto intercultural estuviera contemplada de manera específica
dentro del programa marco de RESOLUCIÓN DIALOGADA DE CONFLICTOS, que
los centros penitenciarios están implantando desde 2005 y adaptando a sus
circunstancias propias.
2
Subdirectora de Tratamiento del Centro Penitenciario de Monterroso.
Por otra parte, a la hora intervenir durante la ejecución penal a través de los
mecanismos dirigidos a la reinserción social de los/as penados/as, que ofrece la
legislación penitenciaria, como puedan ser la obtención de determinados beneficios
y recompensas, contempladas en la Ley Orgánica General Penitenciaria, el
Reglamento Penitenciario, el Código Penal, así como en algunas Circulares e
Instrucciones del Centro Directivo, en el caso de personas extranjeras, nos
encontramos con dos objetivos enfrentados, como apuntaba Javier Nistral Burón3 en
su ponencia “La condición de extranjero en la ejecución penal. La necesaria
armonización de la política de extranjería con los fin de de la actividad
penitenciaria”. De un lado la actual Ley de Extranjería4 que favorece o impulsa la
expulsión, a través del artículo 57 y por otro lado las políticas penitenciarias que
abogan por la integración y reinserción de las personas extranjeras, pues se trata de
internos/as con necesidades tratamentales concretas.
Por lo tanto en el momento de valorar el acceso a determinados beneficios,
como puedan ser permisos de salida, salidas programadas, etc… de personas
extranjeras, los Equipos Técnicos y las Juntas de Tratamiento de los distintos centros
penitenciarios se encuentran con un amplio abanico de situaciones administrativas,
conocidas o desconocidas, ya que existen expedientes en las Oficinas de Régimen
en los que no constan ningún tipo de documentación, y a pesar del esfuerzo que
puedan llevar a cabo el Departamento de Trabajo Social y/o los/as Juristas de los
centros penitenciarios no se logra obtener ninguna información o documentación
que aclare la situación de la persona extranjera privada de libertad. Sin embargo,
cuando sí que conocemos la situación, puede que ésta se torne compleja y a la hora
de valorar las circunstancias surjan dudas dependiendo de si tiene orden de
expulsión o no, si la ha recurrido, si es firme, si tiene arraigo, si el arraigo es familiar y
social, o solo familiar, o solo social, si el permiso de residencia es temporal o de
larga duración, si lo tiene caducado, si le caducó a lo largo de la condena o antes, si
3
Subdirector General de Tratamiento y Gestión Penitenciaria.
4
Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social.
se han podido iniciar los trámites para la renovación, si tiene caducado el
pasaporte.… en definitiva, cada interno/a extranjero/a tiene una circunstancia
específica que es necesario valorar en su contexto, tal y como señaló Manuel
Sánchez Jiménez5 en su ponencia “Intervención penitenciaria y extranjería. La
condición de extranjero en relación con los permisos de salida, la clasificación y la
libertad condicional. Prestaciones asistenciales sanitaria y religiosa” donde realizó
una extensa y esclarecedora exposición a cerca de las circunstancias a valorar a la
hora de realizar una propuesta de permiso ordinario de salida a una persona
extranjera, así como el acceso al tercer grado, la libertad condicional, la expulsión en
sus distintas fórmulas y el traslado de personas condenadas.
En conclusión a la hora de afrontar las circunstancias de las personas
extranjeras privadas de libertad, por una parte, en mi opinión a nivel general, se
debe continuar trabajando por su integración dentro del contexto penitenciario a
través de programas específicos y transversales desde una óptica intercultural de
respeto a la diferencia y por otra, a nivel individual, se deben atender las
circunstancias particulares de cada interno/a, que como hemos visto son muy
diversas y variadas, para ofrecerle un programa y unas alternativas adecuadas a su
situación, a sus carencias y necesidades, a su desarrollo y a su futuro.
Finalmente y a modo de propuesta sería interesante realizar
estudios e
investigaciones a cerca de la reinserción social tras la excarcelación de personas
extranjeras en las sociedades en las que se vayan a integrar, ya que esto,
indirectamente señalaría aspectos que sería necesario modificar durante la ejecución
penal para favorecer dicha reinserción.
En Valencia, a 28 de Julio, de 2014
Cristina Roca Carpio
5
Subdirector de Tratamiento del Centro Penitenciario de Algeciras.
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