2014, 2 Busca el Reino de Dios

Anuncio
Oración 27 de Febrero de 2014
“Busca el Reino de Dios”
1. MONICIÓN DE ENTRADA.
En nuestra oración, la petición, la alabanza y la acción de gracias deberían darse unidas, incluso cuando
parece que Dios no responda a nuestras esperanzas concretas. El abandonarse en el amor de Dios, que
nos precede y nos acompaña siempre, es una de las actitudes fundamentales en nuestro diálogo con
Dios. La oración apoyada en la acción de gracias, nos revela cómo pedir: antes de que lo pedido sea
otorgado, Jesús se adhiere a Aquél que da y que se da en sus dones. El Dador es más precioso que el
don otorgado, es el -tesoro-, y en Él está el corazón de su Hijo; el don se otorga como -por añadidura". También para nosotros, más allá de lo que Dios nos da cuando le invocamos, el don más grande que
nos puede dar es su amistad, su presencia, su amor. Él es el tesoro precioso que hay que pedir y
custodiar siempre. (Benedicto XVI, 14 de diciembre de 2011).
CANTO: 136.- ABBA, PADRE
Una vez más, me acerco a Ti,
con libertad, en adoración.
Tú eres mi Dios, tu hijo soy,
mi comunión contigo,
es una dulce bendición.
Abba, Padre, Abba, Padre,
estar contigo es una dulce bendición.
Abba, Padre, te amo Señor,
quiero estar en comunión,
quiero estar contigo. (Bis)
2. SALMO 61 (Recitar todos juntos)
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de Él viene mi salvación;
sólo Él es mi roca y mi salvación;
mi alcázar: no vacilaré.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque Él es mi esperanza;
sólo Él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
Él es mi roca firme, Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en Él,
desahogad ante Él vuestro corazón.
Meditación sobre el SALMO 61
¿Me he encontrado con personas, acontecimientos o situaciones que me han hecho perder la paz en
Dios?
“Sólo en Dios descansa mi alma”… , es una oración confiada al Señor.
Quizá han sido muchas las experiencias que hemos tenido este día: unas pacificadoras y otras no tanto.
Toda oración, en concreto la de esta noche, nos invita a serenarnos, a recobrar nuestra paz, a
entregarnos a Dios.
Lo vamos a proclamar: "Sólo en Dios descansa mi alma… él es mi roca… mi salvación… mi esperanza…"
"… desahogad ante él vuestro corazón…"
No importa que nos hayamos encontrado con personas, acontecimientos, situaciones que han intentado
turbarnos, hacernos perder la paz. Dios, nos estaba esperando al llegar esta noche… en estos
momentos de oración… para decirnos cariñosamente: ánimo… serénate… recupera tu paz… yo soy la
paz… déjame adentrarme en tu intimidad…
Que la proclamación de este salmo, nos facilite el encuentro sincero con nosotros mismos, con nuestra
situación presente y con el Dios que nos espera.
Digámosle con verdad, desde dentro… "solo en ti descansa mi alma… tú eres mi esperanza… mi roca…
mi alcázar…". Y nos sentiremos trasformados en lo profundo de nuestro ser. Y tendremos un descanso
sereno, para que podamos comenzar un nuevo día, con la alegría y el optimismo, de quien todo lo ve
con ojos nuevos.
3. ORACIÓN “TÚ ERES MI DESCANSO”. (Recitar todos juntos):
Señor, eres lo que necesito al terminar este día.
Después de tantas experiencias acumuladas
durante esta jornada que voy a concluir,
estos momentos contigo, de tú a tú,
me traen lo que estoy necesitando.
Tú eres mi descanso, mi seguridad, mi roca firme.
Contigo, nada tengo que temer.
Tú me llenas de esa paz que yo necesito. Gracias, Padre.
CANTO: 978.- NADA TE TURBE
Nada te turbe, nada te espante,
quien a Dios tiene nada le falta.
Nada te turbe, nada te espante,
sólo Dios basta.
4. LECTURA DE LA PALABRA:
Del Evangelio según San Mateo (Mt 6,24-34):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a
uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué
os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del
cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No
valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe,
añadir un solo codo a la medida de su vida?» Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios
del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se
vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la
viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados
diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas
cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os
preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio
mal».
Palabra del Señor.
Reflexión sobre la Palabra:
«Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura»
Hoy el Evangelio habla claramente de vivir el “momento presente”: no darle vueltas al pasado, sino
abandonarse en Dios y su misericordia. No atormentarse por el mañana, sino confiarlo a su providencia.
«No os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su
propio mal» (Mt 6,34). ¿Qué quiere decir esto? Hoy, busca vivir de manera justa, según la lógica del
Reino, en la confianza, la sencillez, la búsqueda de Dios, el abandono. Y Dios se ocupará del resto…
Lo que nos agota a menudo son todas esas vueltas al pasado y el miedo al futuro; mientras que cuando
vivimos en el momento presente, de manera misteriosa, encontramos la fuerza. Lo que tengo que vivir
hoy, tengo la gracia para vivirlo. Si mañana debo hacer frente a situaciones más difíciles, Dios
incrementará su gracia. La gracia de Dios se da al momento, día a día.
Jesús contrapone la actitud de quien se afana por el dinero y las cosas de aquí abajo, con la de quien
vive desprendido y confiado en la providencia de Dios. Seguir el consejo de Jesús no es fácil, pero
reporta tranquilidad, paz y verdadera alegría interior. Saberse en las manos de un Padre bondadoso que
nos invita a no preocuparnos de las cosas de este mundo, es una seguridad mejor fundada que las
mejores predicciones de negocios. Esto no significa que debemos negar el valor a las cosas de este
mundo, pues a todos nos son necesarias. Sin embargo, podemos discernir, con ayuda de Dios, dónde,
cuándo y cómo poner los cauces a todo ello. Si lo primero en nuestra vida son las cosas de Dios,
seguimos viviendo en el mundo, pero todo lo que hagamos será con la intención de construir el Reino,
de ayudar a los hermanos y de ganarlos para Cristo con nuestro testimonio, y no por afanes o lucros
personales. Además, según la misma promesa, todos los demás bienes se nos darán por añadidura. Lo
ha prometido el Señor.
CANTO: CON MIS MANOS Y MI VOZ
Yo con mis manos y mi voz, cantaré que Tú eres Dios,
Un Dios poderoso, mi rey y mi todo.
Sí, por Ti quiero yo vivir, mi confianza está en Ti,
Señor te alabo, oh cuánto te amo.
Rey de reyes, Señor de señores, Principio y Fin,
Amor eterno, Señor del Cielo,
por siempre en mi vida, Tú reinarás, Tú reinarás.
5. PETICIONES.
A cada invocación, responder: “Padre guíanos hasta tu Reino”
1. Por toda la Iglesia de Jesús para que asuma con valentía y decisión la búsqueda del reino de Dios.
Roguemos al Señor. Todos: “Padre Guíanos hasta tu Reino”.
2. Por todos aquellos que se han convertido en discípulos de Jesús para que puedan vivir confiadamente
en la misericordia de Dios. Roguemos al Señor.
3. Por los jóvenes de nuestras comunidades y parroquia, especialmente por los que se van a confirmar
este sábado, para que, descubran su vocación y puedan seguir a Cristo en la vida religiosa y sacerdotal.
Roguemos al Señor.
4. Por todos nosotros, para que la oración aumente en nuestros corazones la confianza en la providencia
amorosa de Dios Padre. Roguemos al Señor.
6. ¿TENGO CONFIANZA EN DIOS?
En este momento y en silencio analiza las dificultades que hay en tu vida y ponlas en manos de Dios.
Vamos a reflexionar sobre qué lugar ocupa el Señor en mi vida. Para ello, cierra los ojos mientras
piensas las respuestas a estas preguntas, respira, relájate y analiza con sinceridad, cómo vives tu fe.
- ¿Busco tener al Señor como centro de mi vida o queda siempre en un segundo lugar?
- ¿Cómo afecta en mi vida la "sociedad de consumo"? ¿Estoy pendiente de las "marcas" de los objetos?
- ¿Estoy preso de la "moda" del momento?
- ¿De qué cosas no hay que preocuparse en la vida cotidiana?
- ¿Confío realmente en Dios?
- ¿Experimento cómo Dios es un Padre Bueno que siempre y en todas las circunstancias cuida y protege
a sus hijos dándole todo lo que necesite?
- ¿Me dejo guiar por Dios en mi vida? ¿Confío en la Divina Providencia?
Mira las frases que hay junto al altar, medítalas, interiorízalas y aplícalas a tu vida. Son frases que
estamos recitando en esta oración. Al final de la meditación, dejaremos un momento con música de
fondo, para que, quien quiera, diga en voz alta la frase que más le haya ayudado o la que más le haya
abierto los ojos.
Dios te estaba esperando al llegar esta noche. ¿Te das cuenta de lo hermoso que es esto? Aprovecha
este momento para abandonarte a Él, para entregarle tus miedos, tus dificultades, contarle tus
cosas,…en estos momentos de oración…Déjale entrar en tu corazón.
“QUÉDATE” EN VERSIÓN DUETO (FRAY NACHO)
7. QUIERO CONFIAR EN TI (Leer todos juntos).
Señor Jesús,
ponemos en tus manos nuestra vida,
queremos confiar en tu Divina Providencia,
para ser humildes y sencillos,
para escuchar y obedecer tu Palabra,
para tenerte como centro de la vida,
dejando en segundo lugar las riquezas
y posesiones de este mundo.
Queremos amarte y serte profundamente fieles.
Jesús, Dios Padre providente, que alimentas las aves del cielo
y vistes de vivo color y limpia hermosura las flores del campo,
enséñanos a poner nuestra confianza en ti que eres nuestro Padre,
nos quieres con ternura y conoces nuestras necesidades.
Señor, danos hoy nuestro pan de cada día,
Y líbranos de la angustia obsesiva del día de mañana,
Para que, asimilando los criterios de Jesús, vivamos libres
de la fiebre del tener y consumir, del poseer y acaparar,
Y seamos capaces de compartir lo nuestro con los hermanos.
Haz, señor que busquemos sobre todo tu Reino y tu Justicia,
Seguros de que Tú nos darás lo demás por añadidura. Amén.
8. PADRE NUESTRO, AVE MARÍA, GLORIA AL PADRE.
9. MONICIÓN FINAL.
Padre providente, tu mensaje es sencillo y claro, concreto y amoroso, no vale la pena desgastarse
inútilmente por lo pasajero de este mundo, cuando hay un Reino que puedo empezar a gozar desde
ahora. Las cosas no cambian por más que uno se preocupe por ellas, llénanos, Señor, de tu Gracia para
vivir abandonado a tu Providencia, poniendo todos los medios a mi alcance para extender tu Reino. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
CANTO: MARÍA MÍRAME
María mírame, María mírame
Si tú me miras, El también me mirará
Madre mía mírame, de la mano llévame
Muy cerca de El,
Que ahí me quiero quedar. (bis)
María, cúbreme con tu manto
que tengo miedo no se rezar.
Que con tus ojos misericordiosos,
tendré la fuerza tendré la paz.
Madre, consuélame de mis penas,
es que no quiero, ofenderte más.
Que con tus ojos misericordiosos,
quiero ir al cielo y verlos ya.
Descargar