El Padrenuestro – Parte I (domingo 11 de abril)

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El Padrenuestro – Parte I (domingo 11 de abril)
Intro
 Este pasado mes hemos visto al menos 3 casos lamentables de niños que han muerto aparentemente bajo la mano
o la negligencia de sus padres inmediatos:
o 2 en Puerto Rico (Lorenzo y Emily Michelle)
o 1 en Méjico (Paulette)
 Es un instinto básico de los hijos, el buscar y recibir ayuda y protección de sus padres en medio de su necesidad.
 Asimismo es un instinto de los padres, dar protección y provisión a sus hijos para su seguridad y bienestar
La necesidad de un Padre celestial
 No se si fue esa relación de intimidad padre-hijo que los discípulos desearon cuando vieron a Cristo orando y le
pidieron que les enseñara a hacer los mismo. Veamos:
o “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le
dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.” (Lucas 11:1)
 Este pasaje nos muestra algo extremadamente importante:
o Que para entablar una relación con Dios significativa, necesitamos ser enseñados
 Presume que nosotros no sabemos como acercarnos a Dios correctamente
o Dios esta en total disposición de enseñarnos
 La respuesta de Cristo no se hizo esperar:
o “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre.” (Mateo 6:9)
 Este prefacio a la oración de Jesús nos muestra varios asuntos significativos:
o La oración comienza (y termina) con adoración
o Nos ubica en la perspectiva correcta en relación a Dios:
 Dios es nuestro Padre (intimidad)
 Dios está en el cielo (trascendencia)
 Hoy vamos a tratar el tema de la intimidad
Padre Nuestro
 “Padre”
o
o
o
 “Nuestro”
o
o
o
o
o
La gente opina que “todos somos hijos de Dios”:
 Esto es correcto desde la perspectiva amplia de la creación de Dios
 Somos sus “criaturas”
Sin embargo, la paternidad de Dios es algo que recibimos por medio de creer en el sacrificio de
Cristo en la cruz del Calvario:
 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de
ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12)
A esto la Biblia llama el regalo de la adopción; somos hecho parte de la familia de Dios:
 “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y
miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19)
Es notable que la oración individual (la del cuarto secreto) se hace desde una perspectiva de grupo,
esto es, el Cuerpo de Cristo
Dios nos ha salvado y ha hecho pacto con cada uno dentro del marco del Cuerpo de Cristo, la
Iglesia
Tenemos un pacto y le hacemos promesas a Dios y tenemos un pacto y le hacemos promesas a los
miembros del Cuerpo
Por lo tanto, en este asunto de la vida cristiana no somos individuos, sino miembros de una sola
familia
Si somos familia, y Dios es nuestro Padre, entonces nos acercamos a él con confianza en su
cuidado y protección
 Dios no es:
• Una fuerza impersonal

• Ángeles o santos
• Madre
Aunque la imagen del padre terrenal esté maltrecha por causa del pecado, Dios no es
igual a ellos
• Nuestra concepción de Dios no puede basarse en lo que hemos visto en la tierra
Conclusión - ¿Qué significa esto para mí?
 Nos acercamos a Dios conscientes del regalo de la adopción
o “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Juan
3:1)
o Esto debe producir en nosotros maravilla y agradecimiento
 Un cristiano que no adora, no ha entendido lo que ha recibido
 “Como oramos, así vivimos” – Terry Jonson
 Nos acercamos a Dios confiando en su compasión a nuestra condición, debilidad y necesidad
o “Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Porque
él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.” (Salmo 103:13-14)
 Nos acercamos confiando en su protección
o “En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.” (Proverbios
14:26)
o “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto,
no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar;
aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.” (Salmos
46:1-3)
o “No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en
oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu
diestra; mas a ti no llegará.” (Salmos 91:5-7)
 Nos acercamos confiando en su provisión
o “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide
un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas
a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los
que le pidan?” (Mateo 7:9-11)
o “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:7)
El Padre Nuestro – Parte II (domingo 25 abril)
I.
II.
III.
Intro
a. La semana pasada vimos nuestra necesidad de ser enseñados a orar y el anhelo de Dios de enseñarnos a
orar
b. El “Padrenuestro” es la oración modelo que nos enseña la manera correcta de acercarnos a nuestro
Dios:
i. Prefacio – Una adoración inicial que nos contesta las siguientes preguntas: ¿A quién nos
dirigimos? ¿Cuál es la manera correcta de acercarnos a él?
ii. Cuerpo de peticiones – Primero las del Reino de Dios y luego las nuestras
iii. Bendición final – Una adoración que exalta al Dios nuestro
c. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.”
(Mateo 6:9)
i. Dios es “nuestro Padre” (intimidad)
1. Somos hechos parte de una familia de pacto, la Iglesia, por causa del sacrificio de
Jesucristo en la cruz
2. Recibimos del Padre: adopción, compasión, protección, y provisión
ii. Dios “está en el cielo” (trascendencia)
d. Hoy vamos a tratar el tema de la trascendencia
“Que estás en los cielos”
a. Esta expresión nos provee mayor perspectiva de cual es la manera correcta de orar y vivir:
i. Nuestra adopción nos da la confianza y seguridad de poder acercarnos a nuestro Padre para
recibir su bondad y misericordia
ii. Su lugar en los “cielos” no hace entender que este “Padre” es supremamente digno y
poderoso. El Padre:
1. Trasciende todo
2. Es sobre todas las cosas
3. Ha hecho todas las cosas
4. Es la fuente de todas las cosas
iii. “Los cielos” son mencionados porque el trono de Dios (desde donde él reina) está ubicado
allí:
1. “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos.”
(Salmos 103:19)
2. “Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde
está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?” (Isaías
66:1)
3. “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es
el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde
de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el
corazón de los quebrantados.” (Isaías 57:15)
iv. Por lo tanto, me acercaré a Dios con la confianza y la expectativa de un niño, pero con el tono
correcto de reverencia y respeto
¿Qué significa esto para mí?
a. Oramos con gran respeto a la dignidad de nuestro Padre celestial
i. Nosotros “adoramos” y “respetamos” a los buenos padres, pero:
1. Solo “adoramos” a los consentidores
2. Solo “tememos” a los abusadores
ii. “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi
honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh
sacerdotes, que menospreciáis mi nombre.” (Malaquías 1:6)
iii. Esto requiere que busquemos el balance correcto entre los dos pensamientos de este prefacio
(A.W. Pink):
1. “Padre nuestro” – nos habla de su bondad y gracia
2. “Que estás en los cielos” – nos habla de su grandeza y majestuosidad
3. Por lo tanto:
a. La primera sin la segunda nos trae una “familiaridad sacrílega”
4.
IV.
b. La segunda sin la primera nos trae “frialdad y sequía”
“Familiaridad sacrílega”
a. “The Man upstairs”, “The Big Guy”, “Papito Dios”, “Diosito”, “Mi novio
Jesús”, “Papi mio que estas en los super cielos… eres hypercool…en el
nombre del Papi, del Junior, Palomita Buena Onda” (El Padre Nuestro Pija),
etc.
Conclusión
a. Por lo tanto, debemos orar con “temor reverencial” y “confianza total” en el poder de nuestro Padre:
i. Temor reverencial - No es miedo ni terror, pero si temor a no fallar y molestar/contristar a
Dios:
1. “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la
obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación”
(1 Pedro 1:17)
2. “Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el
cuerpo, sea bueno o sea malo.” (2 Corintios 5:9-10)
3. “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo,
no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a
ser eliminado.” (1 Corintios 9:26-27)
ii. Confianza total – Siendo un Padre trascendente, él tiene el poder y el deseo de bendecirme y
ayudarme cuando vengo a él:
1. “¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder,
y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti!” (Jeremias 32:17)
2. “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según
su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay
quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Daniel 4:35)
3. “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a
Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7:25)
b. Nuestra audacia y motivación cristiana es atemperada por el respeto y temor a Dios: “Así que,
recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios
agradándole con temor y reverencia” (Hebreos 12:28)
El Padre Nuestro – Parte III (domingo 1 mayo)
I.
II.
III.
Intro
a.
b.
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos…” (Mateo 6:9)
¿Cómo impacta esto nuestra oración?
i. Venimos a Dios en confianza por su bondad paternal
1. “Venimos a ti Padre como hijos salvos por gracia, adoptados en Cristo en la
familia de Dios, miembros de tu casa, con los privilegios de tus hijos. Somos tu
Iglesia, tu templo, tu Cuerpo, tu gente, tu novia, a quien amas, cuidas, y
sostienes. Somos tu familia y venimos a ti como hermanos de Cristo. Gracias
por amarnos, y compadecerte de nosotros. Confiamos en tu segura proteccion.
Tu eres nuestro refugio y nadie nos arrebatara de tus manos. Eres nuestro Padre
y conoces nuestra necesidad desde antes que la pidamos. Venimos confiados a
ti por el camino abierto por medio de la sangre de Cristo. Sabemos que por tu
bondad y cuidado, todas las cosas obran para bien para nosotros.”
ii. Venimos a Dios en reverencia y temor
1. “Padre, venimos a ti a darte el honor que te mereces. Eres alto y exaltado. El
cielo es tu trono, la tierra el estrado de tus pies. Tu gobiernas todo la creación y
nada es difícil o imposible para ti. Haces como te place y nadie puede
cuestionarte. Habitas en lugar altísimo y santo, y también con el contrito y
humillado. Levantamos nuestros ojos a ti, tu Dios que estas entronado en el
cielo. Miranos desde alla y se propicio a nosotros.”
Las peticiones
a. Habiéndonos colocado en la perspectiva correcta con Dios, ahora podemos entrar en el cuerpo de
peticiones, tres (3) referentes a Dios y tres (3) referentes a nosotros.
b. Comenzamos con las que se refieren a los asuntos de Dios (Mateo 6:9-10):
i. “Santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad”
1. El cristiano vive bajo este lema: “Dios primero, yo después”
a. Esto trabaja con nuestro inherente problema de estar permanentemente
centrados en nosotros mismos
b. “Si nos dejan, toda oración hecha por nosotros comenzaría y terminaría
con nosotros” – J.I. Packer
c. “Nuestra teología de la oración es nuestra teología de vida Cristiana”,
“Como oramos, así vivimos” – Terry Johnson
2. Las grandes oraciones registradas en la Palabra siguen este patrón (ej. David
dedicando los materiales del templo, rey Ezequías, Jeremías)
ii. Terminan con la frase “como en el cielo, así también en la tierra”
1. Deseamos ver la consumación del plan de Dios, con el regreso de Cristo a la
tierra
“Santificado sea tu nombre”
a. “Santificado” – Tratar con reverencia, como algo santo, separado; ser conocido, reconocido y
honrado como santo
b. “Nombre” - Denomina la persona y las cualidades de esa persona
c. “Por lo tanto, orar para que “su nombre sea santificado” significa orar para que Dios reciba el
honor, respeto, la reverencia, el temor y la gloria que él se merece” – Terry Johnson
d. ¿Cómo esto puede ocurrir?
i. En dos etapas:
1. Cuando Cristo regrese él mostrará toda la gloria de Dios y su Reino
2. En el interim, este Reino es implantado progresivamente en cada corazón que se
vuelve a Dios a través de Jesús
ii. Esta oración expresa nuestro deseo de ver lo que la Palabra predice acerca del
conocimiento de Dios:
1. “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo
es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Fil.2:10-11)
2.
IV.
“Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las
aguas cubren el mar.” (Habacuc 2:14)
3. “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo:
Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos
hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me
acordaré más de su pecado” (Jer.31:34)
iii. Esta oración expresa nuestra angustia cuando vemos el nombre de Dios deshonrado y
blasfemado entre los hombres:
1. “no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.” (1 Cor.13:6)
2. “Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos,
soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto
natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo
bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de
Dios” (2 Timoteo 3:2-4)
3. “Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora
lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será
perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su verg:uenza; que sólo
piensan en lo terrenal.” (Fil. 3:18-19)
4. “El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque
los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a
espada a tus profetas” (1 Reyes 19:10)
5. “Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la
ciudad entregada a la idolatría.” (Hechos 17:16)
Conclusión - ¿Cuál debe ser mi respuesta?
a. Formar una vida de adoración privada, familiar y pública; ¡mi tarea y mi deleite!
i. Este es el primer testimonio que damos a los de afuera, para que deseen conocer al Dios
que nosotros confesamos, y el nombre de Dios sea exaltado
b. Asegurar que mi adoración es reverente y genuina; ¡mi tarea y mi deleite!
i. Dios no es un amigo casual o sirviente; “es mi Padre que está en los cielos”
ii. La actitud correcta de adoración es tipificada por la “inclinación”:
1. “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra” (Filipenses 2:10)
2. “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo”
(Efesios 3:14)
3. “Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al
que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los
veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y
adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del
trono” (Apocalipsis 4:9-11)
El Padre Nuestro – Parte IV (domingo 10 mayo)
I.
II.
Intro
a. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu
reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:9-10)
b. Primero Dios, después yo; primeros los asuntos del Reino, luego los míos
c. “Santificado sea tu nombre”
i. Que Dios reciba el honor, respeto, la reverencia, el temor y la gloria que merece
ii. ¿Cómo ocurre esto? Que en la tierra ocurra lo que ocurre en el cielo hoy:
1. “Venga tu reino”
2. “Hágase tu voluntad”
“Venga tu reino”
a. El reino de los cielos significa simplemente el señorío de Dios; es dondequiera que Cristo es creído y
obedecido
i. “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los
cielos se ha acercado.” (Mateo 4:17)
ii. “…porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros” (Lucas 17:21)
b. El reino de los cielos “ya ha llegado” a todos aquellos que han creído y obedecen a Jesús
c. El reino de los cielos “está cerca” porqué solo espera por la consumación final, física, visible, del
reinado de Cristo sobre las naciones de la tierra:
i. “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero
cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio,
toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus
enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.” (1
Corintios 15:22-26)
d. Por lo tanto, ¿qué estamos orando?:
i. Que el señorío de Cristo en los corazones de los hombres sea extendido mas y mas hoy (esto
es una petición evangelística, misionera y discipular)
1. Que Dios someta y conquiste los corazones de nuestros vecinos, amigos, familiares y
nación:
a. “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora
manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por
cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por
aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los
muertos.” (Hechos 17:30-31)
2. Que los hombres se sometan a la demanda y exigencia de Dios, en toda esfera de la
vida:
a. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el
cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo
28:18-20)
ii. Que el regreso de Cristo ocurra pronto para que su reinado sea total y final
1. “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, !cómo no debéis vosotros andar
en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día
de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos,
siendo quemados, se fundirán!” (2 Pedro 3:12)
2. “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían:
Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará
por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15)
El Padre Nuestro – Parte V (domingo 16 mayo)
I.
II.
III.
Intro
a. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu
reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:9-10)
b. Luego de la adoración inicial, ya ubicado en el lugar correcto con respecto a Dios, entonces procedo
con las peticiones:
i. Primero Dios, después yo; primeros los asuntos del Reino, luego los míos
c. “Santificado sea tu nombre”
i. Que Dios reciba el honor, respeto, la reverencia, el temor y la gloria que merece
ii. ¿Cómo ocurre esto? Que en la tierra ocurra lo que ocurre en el cielo hoy:
1. “Venga tu reino”
2. “Hágase tu voluntad”
d. “Venga tu reino”
i. El reino de los cielos significa simplemente el señorío de Dios; es dondequiera que Cristo es
creído y obedecido
ii. Que el señorío de Cristo en los corazones de los hombres sea extendido mas y mas hoy,
comenzando por mi
iii. Que el regreso de Cristo ocurra pronto para que su reinado sea total y final
“Hágase tu voluntad”
a. Ejemplo actual: Pastor Delgado en Enlace la semana pasada, hablando del poder de la palabra:
i. “Si decimos que aceptamos la voluntad de Dios, es que estamos inseguros, porque nosotros
tenemos que decir las cosas con la seguridad de lo que queremos. Tenemos el poder para
cancelar la voluntad de Dios”
b. La confusión actual es tal que decimos “no ores por la voluntad de Dios, eso es falta de fe, sino dile a
Dios lo que tiene que hacer”
i. “Aquí más que en ningún otro lugar, el propósito de la oración queda patente: no tratar de
hacer que Dios haga mi voluntad (lo que es igual a practicar hechicería), sino someter mi
voluntad en línea con la de Dios” – J.I Packer
c. ¿Qué significa “la voluntad de Dios”?
i. Sus preceptos – Lo que Dios nos manda a hacer, sus requisitos, sus deseos
1. “Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi
hermano, y hermana, y madre.” (Mateo 12:50)
ii. Sus decretos – Lo que Dios ha planificado, decretado y determinado que va a suceder
1. “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su
voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien
detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Daniel 4:35)
iii. Su voluntad “permisiva” – Muchos viven en “parálisis por análisis”, esperando que Dios les
diga exactamente qué tienen que hacer en cada particular decisión. Esto no es bíblico.
1. Siempre que sigamos sus preceptos, y que la decisión no está sujeta a su decreto,
existe la libertad cristiana.
2. Dios espera que sigamos sus preceptos y tomemos la mejor decisión (1ra Corintios
7:20-40, ejemplo de casamientos, solteros, etc.)
d. Por lo tanto, estamos orando para que:
i. Los preceptos de Dios sean cumplidos:
1. Que en mi vida, casa, matrimonio, hijos, trabajo, iglesia y ciudad, yo haga la
voluntad de Dios, cumpla sus mandatos y obedezca su Ley
2. ¡Que lo mismo ocurra con los demás!
ii. Que podamos aceptar lo que Dios hace (sus decretos), aunque no nos guste, y confiar en que
Su plan es perfecto, sabiendo que “todo obra para bien” para los llamados
1. Que mi corazón se someta al embargo de Dios, al plan de Dios, y que pueda
aprender a confiar en los resultados que van a llegar (ej. tragedias, adversidades, etc.)
Conclusión
a. Pedir por los asuntos de Dios primero, hace que someta mi vida al mandato total de Cristo,
cumpliéndose en mi primeramente la petición “que sea hecha tu voluntad en la tierra”
b.
c.
Dios, en su diseño perfecto, ha determinado que nuestra oración por su voluntad sea utilizada para
agilizar su plan sobre la tierra
Por eso oramos como nos dice la confesión de Westminster:
i. “Oramos para que el reino de Satán sea destruido; que el reino de los cielos avance, que
nosotros y otros seamos entrados y guardados en él; que el reino de gloria avance a ser
implantado en la tierra”
ii. “Oramos para que Dios, por su gracia, nos haga comprender, obedecer y someternos a su
voluntad en todas las cosas, como lo hacen los ángeles en el cielo”
El Padre Nuestro – Parte VI (domingo 23 mayo)
I.
II.
III.
Intro
a. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu
reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:9-10)
i. Nos ubicamos en la posición correcta con respecto al Padre y Dios nuestro
ii. Pedimos primero por los asuntos de Dios:
1. Que el nombre de Dios sea honrado a través del establecimiento y expansión de su
Reino en la tierra, en donde todos hacen la voluntad de Dios
b. Ahora vamos a estudiar las peticiones nuestras hacia Dios:
1. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como
también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas
líbranos del mal…” (Mateo 6:11-13)
Peticiones personales (temporales, de esta tierra)
a. Tenemos el gran privilegio de pedir en confianza por nuestras necesidades personales
b. Pero al “pedir” no podemos perder la perspectiva del Reino:
i. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” (1
Corintios 10:31)
c. Por lo tanto, debemos aprender a pedir de “acuerdo a su voluntad”, o sea, cosas que redunden en la
gloria de Dios:
i. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos
que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan 5:14-15)
d. O sea, no “obtenemos lo que queremos” por meramente “pedir”:
i. “Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis,
pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para
gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es
enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye
enemigo de Dios.” (Santiago 4:2-4)
e. Dios nunca nos dará cosas que no estén conforme a Su propósito.
i. No podemos “torcer el brazo a Dios”; su voluntad no puede ser doblegada
ii. El puritano Thomas Watson lo dice de la siguiente manera:
1. “Un hombre enfermo pide salud para poder irse de juerga con sus amigos y
concubinas; otro pide por una hacienda, para tener su barriga llena, sus establos
llenos, para ser rico y que su nombre sea conocido, su poder sea multiplicado, de tal
manera que pueda obtener venganza de sus enemigos. Esto es impiedad acoplada a
la imprudencia: pedirle a Dios que nos de cosas temporales para que estemos mejor
preparados para servir al diablo”
¿Qué significa “el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mateo 6:11)?
a. Buscamos de la mano de Dios nuestras necesidades de vida física o temporal
i. “Pan” se refiere a las necesidades para nuestra vida física: comida, salud corporal, buen
tiempo, casa, esposo (a), hijos, buen gobierno, paz en la nación
ii. Somos conscientes de que Dios es el que suple todas nuestras necesidades físicas
1. “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma.” (3 Juan 2)
2. “Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste,
¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?” (1Cor.4:7)
3. “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a
fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.” (Deut.8:18)
iii. Fallar en esta oración significa que:
1. Creemos que somos autosuficientes en los asuntos temporales ó,
2. Creemos que Dios no se ocupa de nuestras necesidades terrenales
b. Buscamos de la mano de Dios nuestras necesidades de vida espiritual
i. “Pan” también se refiere a nuestra necesidad espiritual (nuestra “comida”): ser convencidos
de pecado para confesión, ser santificados en nuestro andar, ser transformados a la imagen de
Cristo, ser llenos de los dones y el fruto del Espíritu
1.
c.
IV.
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el
que en mí cree, no tendrá sed jamás.” (Juan 6:35)
2. “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá
para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del
mundo.” (Juan 6:51)
ii. Fallar en esta oración significa que:
1. Nos creemos auto-suficientes espiritualmente
2. Tenemos demasiada confianza en que podemos resolver nuestros problemas
mediante nuestra propia fuerza
Buscamos de la mano de Dios estas cosas “diariamente”
i. Jesús nos está enseñando el patrón para relacionarnos con Dios
ii. “De cada día, dánoslo hoy” (Mateo 6:11), implica una relación diaria
1. Tanto en privado como en congregación, necesitamos allegarnos a nuestro Dios
diariamente para recibir su provisión
2. Una comida semanal no nos puede mantener vivos; asimismo la búsqueda de Dios va
más allá de lo que recibimos en la congregación durante la semana
3. ¿Por qué esto es así? Porque nuestra debilidad y carnalidad nos exigen una
dependencia continua de Dios para no caer en pecado ni corrupción
iii. “De cada día, dánoslo hoy” implica vivir “un día a la vez” delante de Dios:
1. Aunque debemos planificar, trabajar y guardar para el futuro, Dios desea que
aprendamos a confiar en Él:
a. “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana
traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mateo 6:34)
2. Dios desea que mantengamos una dependencia continua, diaria con Él por causa de
nuestra rebeldía constante y ateísmo práctico, que nos hace creer que no lo
necesitamos:
a. “no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y
tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y
todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides
de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre”
(Deuteronomio. 8:12-14)
3. Pedimos lo necesario para que nuestro corazón se mantenga en línea con el cielo, y
aprendamos a estar contentos con lo que tenemos:
a. “No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; No sea que
me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte,
y blasfeme el nombre de mi Dios” (Prov.30:8-9)
b. “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas
codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y
perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos
dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia,
la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.” (1 Tim.6:9-11)
c. “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme,
cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener
abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como
para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.”
(Fil.4:11-12)
Conclusión
a. Por lo tanto, oraremos dando gracias por lo que tenemos y lo que no tenemos, pidiendo por nuestras
necesidades físicas (comida, salud, techo, etc.) y necesidades espirituales (iglesia, pastores, enseñanza,
etc.)
b.
Reconoceremos que no somos los dueños y señores de nuestro destino, sino que todo lo que tenemos y
somos, y todo lo que tendremos y seremos, se lo debemos a Él
El Padre Nuestro – Parte VII (domingo 30 mayo)
I.
II.
Intro
a. Estamos estudiando las peticiones nuestras delante de Dios, luego de haber pedido por las peticiones
del Reino
b. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”
i. Buscamos de la mano de Dios nuestras necesidades de vida física y espiritual
ii. Establece un patrón de búsqueda diaria para que nuestro corazón no se enorgullezca y aparte
c. Hoy veremos la segunda petición, a saber:
i. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”
(Mateo 6:12)
La oración confesional
a. Nuestra práctica vs. El modelo bíblico
i. ¿Cuáles son las peticiones más comunes que escuchamos en los servicios de oración? Las de
necesidades físicas
ii. ¿Cuál es la prioridad de la oración de Cristo? El Reino de los cielos y su implantación en
nuestras vidas; esto incluye nuestra pureza y santificación
b. Jesús nos enseña a orar diariamente por el perdón de nuestros pecados:
i. La Biblia nos muestra que aún cuando hemos sido salvados, estamos en el proceso de la
santificación, y todavía somos propensos a transgredir (fallar) la ley de Dios (pecado)
1. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad
no está en nosotros.” (1 Juan 1:8)
2. Este ha sido el error del movimiento de santidad (“Holiness”)
ii. Para esto necesitamos una continua confesión personal e intervención de Cristo ante el Padre
como nuestro mediador:
1. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9)
2. “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” (1 Juan 2:1)
iii. ¿Por qué esto es necesario?
1. El pecado sin confesar es dañino a nuestras vidas
a. Dios se separa de nosotros y “esconde su rostro” (no hay presencia,
bendición ni oraciones contestadas, tanto a nivel personal, congregacional
y/o nacional)
i. “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni
se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han
hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados
han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” (Isaías 59:1-2)
ii. Esto a diferencia de su bendición, que en la Palabra se expresa
como “el rostro de Jehová resplandeciendo” sobre su pueblo:
1. “Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus
hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel,
diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga
resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y
pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los
bendeciré.” (Números 6:22-27)
b. Hay consecuencia negativas a nivel físico y emocional
i. “Mientras callé, se envejecieron mis huesos. En mi gemir todo el
día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se
volvió mi verdor en sequedades de verano.” (Salmos 32:3-4)
ii. “Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni hay paz en mis
huesos, a causa de mi pecado. Porque mis iniquidades se han
agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada se han agravado
sobre mí.” (Salmos 38:3-4)
2. Solo la confesión sincera y completa nos permite restaurar nuestra relación con Dios
a.
b.
I.
“Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis
transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Por esto
orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente en
la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.” (Salmos 32:5-6)
“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho
comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré
más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los
huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis
maldades.” (Salmos 51:6-9)
Conclusión: ¿Cómo es la verdadera oración del penitente?
a. En contrición, dolor y humillación, viendo al pecado como Dios lo ve (con odio)
i. “Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos”(Sal.51:4)
ii. ‘Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.
Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión…” (Daniel 9:3-4)
iii. “Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y
me senté angustiado en extremo… Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi
aflicción, y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis
manos a Jehová mi Dios, y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh
Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra
cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.” (Esdras 9:3, 5-6)
iv. “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de
doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se
convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.”
(Santiago 4:8-10)
b. Mencionando los pecados comprensiva y específicamente (no en generalidad)
i. “Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.” (Sal.51:3)
ii. “Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes,
y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.” (Daniel 9:5)
iii. “¿Hemos de volver a infringir tus mandamientos, y a emparentar con pueblos que cometen
estas abominaciones? ¿No te indignarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara
remanente ni quien escape?” (Esdras 9:14)
c. En confianza de que Dios perdona y limpia nuestro pecado, y remueve la culpa
i. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9)
d. ¡La confesión de pecados es la fuente de vitalidad y energía espiritual para una vida en crecimiento y
bendición!
i. La causa de mucho malestar espiritual, depresión entre cristianos, vidas en derrota, etc. Es
sencillamente falta de confesión y arrepentimiento de pecados
El Padre Nuestro – Parte VIII (domingo 6 junio)
I.
II.
Intro
a. Estamos estudiando las peticiones nuestras delante de Dios, luego de haber pedido por las peticiones
del Reino:
i. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro
de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos
a nuestros deudores.” (Mateo 6:9-12)
ii. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”
1. Podemos buscar de la mano de Dios nuestras necesidades de vida física y espiritual
2. Establece un patrón de búsqueda diaria de la provisión de Dios
iii. “Y perdónanos nuestras deudas”
1. Reconozco la realidad de mi condición continua de rebeldía y pecado
2. Me pesa, duele, entristece, mi pecado sin confesar
3. Conozco la gracia disponible para mí cuando confieso mis pecados y me arrepiento
de mi iniquidad:
a. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9)
4. Por lo tanto, si soy un verdadero cristiano, confieso y me arrepiento diariamente de
todo pecado porque no deseo volver a ese lugar de rebelión que aleja el rostro de
Dios de mi vida
a. “Aborreced lo malo, seguid lo bueno.” (Romanos 12:9)
b. La próxima petición está íntimamente relacionada a la anterior:
i. “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” (Mateo 6:13)
ii. ¿Qué significa?
“No nos dejes caer en tentación”
a. Reconocemos nuestra entera dependencia de Dios
i. J.I Packer nos dice: “La vida es un campo minado espiritual; por lo tanto, no nos atrevamos a
confiar en nosotros mismos”
ii. Los cristianos estamos sujetos a tentación: Incredulidad, cinismo, desánimo, ansiedad, lujuria,
avaricia, envidia, etc.
1. “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los
deseos carnales que batallan contra el alma” (1 Pedro 2:11)
iii. Por nuestra gran debilidad espiritual, somos incapaces de mantenernos alejados de la
tentación si Dios no nos está asistiendo:
1. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:5)
iv. Por lo tanto, es necesario recibir cada día la gracia constante de Dios y la llenura completa de
su Espíritu para poder vencer en contra de la tentación, y crecer en santidad.
1. “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto,
pero la carne es débil.” (Mateo 26:41)
b. Reconocemos que Dios es el soberano sobre todo lo que ocurre en nuestra vida
i. Reconocemos que Él permite que nuestra fe sea probada a través de pruebas y tentaciones,
teniendo como resultado nuestro fortalecimiento espiritual:
1. “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su
obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
(Santiago 1:2-4)
2. O sea, la prueba nos hace “perfectos y cabales”. Sin embargo ¡no “buscamos” ser
tentados!:
a. J.I Packer nos dice: “La tentación y la prueba puede ser nuestra ocupación
en este peregrinar, pero solo un tonto haría de esto su preferencia”
c. Por lo tanto, oramos para que Dios “no nos meta en tentación”, sino que nos libre de la oportunidad de
pecar:
III.
IV.
i. Lugares que no debemos frecuentar (una barra para el exborracho, las tiendas del “mall” para
los avaros y lujuriosos, los spas/gimnasios para los ex adúlteros, etc.)
ii. Personas con quiénes no debemos relacionarnos más: (1) gente que me tienta a pecar con mi
boca con mala palabrería, chismes, etc., (2) gente adúltera que me tienta a serle infiel a mi
pareja matrimonial, (3) gente avara que me tienta a desear más de lo que puedo tener, etc.
iii. Cosas que me llevan a pecar: (1) comida que nos lleva a la glotonería, (2) la televisión y el
Internet que nos quitan el tiempo de servirle a Él, (3) las posesiones que se convierten en los
ídolos de nuestro corazón
“Mas líbranos del mal”
a. Reconocemos que Dios puede intervenir en nuestro momento de debilidad y tentación para guardarnos
de caer:
i. “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su
gloria con gran alegría…” (Judas 1:24)
b. Por lo tanto, si estamos pasando una tentación, debemos orar para que Dios “nos libre del mal”:
i. Como amo a Dios y no quiero fallarle, ¡doy este grito para ser rescatado!
ii. ¿Cómo nos libra Dios?
1. Dándonos la fuerza para sobrepasar la tentación
2. Removiendo la tentación de nosotros
3. Removiéndonos a nosotros de la tentación
Conclusión
a. Cristo nos enseña a pedirle a nuestro Padre celestial por la provisión para no fallarle, porque le
amamos y queremos guardar sus mandamientos:
i. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os
dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la
tentación la salida, para que podáis soportar.” (1 Corintios 10:13)
ii. “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros,
que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4)
iii. “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea
gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (2 Timoteo 4:18)
El Padre Nuestro – Parte IX (domingo 13 junio)
I.
II.
III.
Intro
a.
Hemos estudiando las peticiones nuestras delante de Dios, luego de haber pedido por las
peticiones del Reino (Mateo 6:11-13):
i. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”
ii. “Y perdónanos nuestras deudas”
iii. “No nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal”
b. Hoy estudiamos la conclusión del Padre Nuestro (Mateo 6:13)
i. “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.”
“Porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria”
a. Una expresión de imploración y súplica
i. Cuando vamos a pedir algo a una autoridad superior, presentamos nuestro caso con
argumentos convincentes
1. “¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría
mi causa delante de él, y llenaría mi boca de argumentos.” (Job 23:4)
ii. En el texto, la palabra “Porque” implica que lo siguiente es la razón por la cual Dios nos
debe escuchar:
1. Dice: “Escúchame y atiéndeme, porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria”
2. Provee los argumentos para pedirle a Dios que nos dé lo que pedimos
b. ¿Cuáles son esas razones o argumentos que puedo usar? (ver Isaac Watts en “Guide to Prayer”)
i. Nuestra necesidad es grande (somos pobres y destituidos frente a Dios)
ii. Las perfecciones de Dios (porque Él es todopoderoso)
iii. La relación de Dios con nosotros (Él es nuestro Padre, Hacedor y Rey)
iv. Las promesas de Dios (por su pacto con nosotros)
v. El nombre y honor de Dios (el testimonio a los incrédulos)
vi. Los testimonios de otros
vii. La obra de Jesús en mi favor
c. Dos ejemplos bíblicos:
i. Abraham y el juicio a Sodoma (Génesis 18:23-32)
1. Abrahám apela a la justicia de Dios
2. Lo hace con una actitud humilde, pero persistente
ii. Moisés y el juicio al pueblo de Israel por su rebeldía (Exodo 32:1-14)
1. Moisés apela al honor de Dios en los pueblos de la tierra, y a sus
promesas/pactos con Abrahám
2. ¡Su oración tuvo efecto!
d. Matthew Henry nos dice: “Es nuestra obligación orar con súplicas, llenando nuestras bocas con
argumentos no para mover a Dios, pero para afectarnos a nosotros mismos; para alentar nuestra fe
y aumentar nuestro fervor.”
i. Por lo tanto, oramos con súplica para edificar nuestra fe y confianza en Dios, pues la
oración de fe es la única que Dios escucha y contesta
e. ¿Qué nos enseña esto?
i. Todo lo que pedimos debe ser de interés para Dios; para Su gloria
1. “Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, y tu Reino se beneficiará de lo que
estoy pidiendo”
2. O sea, oramos según Su voluntad, y sabemos que Él nos escucha
a. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en
cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que
le hayamos hecho.” (1 Juan 5:14-15)
ii. Él tiene todo el poder y la autoridad para contestar
“Por todos los siglos, Amén”
a.
IV.
Una expresión de esperanza
i. Su reino, poder y gloria son para siempre; oramos en confianza de que estamos del lado
correcto de la historia
ii. Es nuestra confianza de que seremos escuchados hoy y cada día de nuestras vidas
b. Somos los “realistas positivos” en este mundo (vs. la teología de prosperidad)
i. Sabemos que hay pruebas, tribulaciones, etc. (enfermedad, muerte, angustia)
ii. Sabemos que Cristo ya venció al mundo y nos prometió una victoria final
1. “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis
aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)
iii. Este balance nos permite tener una mirada positiva de la vida en medio de lo negativo:
1. Terry Johnson nos dice: “Nuestra mirada del futuro afecta profundamente
nuestro presente. La esperanza transforma la desesperación en gozo”
a. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior
se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada
vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las
cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son
temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Corintios 4:16-18)
b. “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son
comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de
manifestarse.” (Romanos 8:18)
Conclusión
a. Concluimos el Padre nuestro como lo comenzamos: con adoración
i. Martin Lloyd Jones nos dice: “Al considerar nuestra necesidad, nuestra dependencia de
Él, nuestra relación con Él, no podemos menos que terminar como comenzamos,
adorándole”
ii. Martin Lloyd Jones nos dice: ”La medida de nuestra espiritualidad es la cantidad de
adoración y acción de gracias en nuestras oraciones”
b. Si estamos comprometidos con Jesús y hemos rendido nuestra voluntad a él, entonces ésta será
nuestra manera de orar y vivir: para la gloria de Dios.
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