boletin artistico abril 2013 ulasalle

Anuncio
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
En esta edición celebramos el Día del
Libro (23 de abril) analizando cómo la
realidad es el punto de partida en las
ficciones de nuestro mejor novelista:
Judas y Vargas Llosa. Previamente,
entrevistamos al periodista y escritor
Pedro Salinas e invitamos a explorar la
filmografía del cineasta inglés Alfred
Hitchcock, el maestro del suspense.
ÍNDICE
Entrevista a Pedro Salinas
Por: Orlando Mazeyra Guillén
p.02
El cine según Hitchcock
Por: François Truffaut
p.07
Judas y Vargas Llosa
Por: Orlando Mazeyra Guillén
p.08
Editor
Orlando Mazeyra Guillén
[email protected]
Orlando Mazeyra Guillén
Sección A
ENTREVISTA AL PERIODISTA
PEDRO SALINAS
El conocido articulista y escritor
nos confiesa que gracias a los
cómics se introdujo con suma
facilidad en la lectura de libros.
Sección B
EL CINE SEGÚN HITCHCOCK
El cineasta francés François
Truffaut analiza la obra del
maestro del suspenso.
Sección C
JUDAS Y VARGAS LLOSA
¿Cómo la realidad se convierte
en materia prima de las obras
de
Mario
Vargas
Llosa?
Tomando como referencia Los
cachorros, intentaré dar cuenta
de esos demonios que han sido
el punto de partida de sus
ficciones.
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
Pedro Salinas (Lima, 1963) es periodista y escritor. Ha dirigido
diversos programas de radio y televisión. En 1994 obtuvo, con César
Lévano, el Premio Nacional de Periodismo y Derechos Humanos,
otorgado por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Es
autor de novelas como Mateo Diez y Álbum de fotos, y de ensayos
periodísticos como Rajes del oficio.
«GRACIAS A LA LECTURA DE
LOS CÓMICS, SE ME HIZO MÁS
FÁCIL LEER LIBROS.»
Entrevista de Orlando Mazeyra
¿Qué libro está leyendo ahora?
—Acabo de terminar Danza
de Dragones, de George R. R.
Martin, el quinto libro de una saga
monumental que ‘coctelea’ la
literatura fantástica con el género
épico y los sazona con intrigas y
juegos por la captura del poder.
Debo reconocer que me he
enganchado como un adicto. Su
estilo folletinesco es sumamente
efectivo. Y el autor ha demostrado
no tener ningún empacho ni apego
en deshacerse de personajes que
han cautivado al lector. Ya no veo
la hora de tener en mis manos el
siguiente libro, Vientos de
invierno, que es el penúltimo.
Pero, supuestamente, recién debe
estar listo para el 2014. Ahora,
para variar un poco, acabo de
tomar entre mis manos La tumba
de Lenin, del periodista David
Remnick, que aborda la caída y
declive de la Unión Soviética. Es
una magnífica crónica.
¿Qué libro le recomendaría leer a
Alberto Fujimori?
—La democracia en América, de
Alexis de Tocqueville. Pero no sé si
lo entienda.
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
¿Cuál fue la última película que lo
hizo llorar?
—Hace poco volví a ver Big fish (El
gran pez), del genial Tim Burton.
No hay manera de escapar de las
lágrimas. Se trata de un relato
maravilloso y conmovedor y
estimulante. Si te gusta escribir o
contar historias no puedes dejar de
ver esta película.
primera vez que fui al Colca, en los
ochentas, había un camino distinto
al actual, que pasaba por detrás del
Misti. En ese recorrido nos
detuvimos para mirarlo con calma,
de abajo hacia arriba, desde otra
perspectiva totalmente distinta a la
que se le conoce cuando se le
observa desde la ciudad. Era como
estar parado sobre la uña del pie
de un coloso. Te sentías como una
hormiga al lado de un elefante. O
una jirafa. O algo así. La sensación
era acojonante.
¿Era parte de la bohemia en la
Ciudad Blanca?
—De la bohemia arequipeña de los
ochentas, definitivamente no. Del
establishment católico, sí. Yo vivía
en una comunidad religiosa del
Sodalitium Christianae Vitae (SCV)
cuando estuve en Arequipa.
Nuestra Señora de Chapi, se
llamaba la casa donde vivía y
quedaba en Vallecito.
¿A qué profesores de la UNSA
recuerda?
¿Cuál es la primera imagen que se
le viene de la época en que vivió
en Arequipa?
—El Misti. Me parece un volcán
imponente. Recuerdo que, la
—No recuerdo a ninguno por sus
nombres, la verdad. Ya han pasado
demasiados años desde que estudié
ahí, en la facultad de Psicología,
que quedaba a unos metros de la
plaza de armas. Lo que recuerdo
nítidamente es que en todas las
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
clases, incluyendo en las que
estudiábamos sobre las sinapsis o
sobre la médula espinal o sobre los
pliegues del cerebro y sobre las
funciones del cerebelo, siempre
había referencias recurrentes al
materialismo dialéctico. O al
histórico. O a Marx. O a Engels. En
serio. Era así. Era alucinante el
nivel de ideologización que había
en esa universidad. Y claro. Uno
que no era de izquierdas, se sentía
en minoría. Como era mi caso,
obvio.
También
era
impresionante
cuando entraban a clase los
encapuchados de Pukallacta a
hacer proselitismo, y los profesores,
bien gracias. Y era divertido que,
cuando uno quería conversar con
algún profesor sobre un tema de
notas o de trabajos, o lo que sea, a
veces había que buscarlo en la
mismísima plaza de armas, que era
el epicentro de las revueltas, y
donde siempre estaban presentes
nuestros profesores protestando
contra
algo,
o
estaban
encadenados a una banca, o
estaban recibiendo chorros de
agua o palazos de la policía. Me
pasó en más de una oportunidad
que la policía pensó que yo también
era un manifestante.
Si pudiera conocer a un escritor
muerto, ¿a cuál escogería?
—Se me ocurren varios. Pero si
tengo que elegir a uno, supongo
que a Mark Twain. Junto a Verne y
Salgari, Twain es uno de los que leí
desde temprana edad. Y es uno de
los que he vuelto a leer de adulto,
ya no en su faceta de escritor de
aventuras e historias fantásticas,
sino como escritor satírico en
materia religiosa. Era un tipo muy
agudo y perspicaz. Y muy valiente.
El mejor lugar para escribir es…
—… en mi casa y al final de las
tardes. Vivo solo (soy separado),
por lo que puedo concentrarme y
enfocarme en el tema que captura
mi atención. Sin embargo, no dejo
de extrañar la bulla que hacían mis
hijos, cuando vivía con ellos.
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
¿Está escribiendo
novela?
una
nueva
—No. Me encantaría decir que sí,
que estoy en algo así, pero no.
¿Qué personaje de ficción marcó
su vida para siempre?
—Supongo que Spiderman. Un
personaje de los cómics. Gracias a
las lecturas de los cómics se me
hizo más fácil leer libros. Y los
libros te abren la mente y te
cambian la vida.
—No sé si es el mejor, pero «Los
Gallinazos sin plumas» es el que
más recuerdo, y es el que, cuando lo
leí por primera vez, podía
visualizar nítidamente en mi
imaginación. A los dos hermanos.
Al abuelo explotador. Y al chancho.
¿Qué es lo que más le molesta del
Perú?
—La
indiferencia
ante
la
corrupción. La convivencia pacífica
con el chanchullo. La tolerancia y
excesiva permisividad hacia la
pendejada criolla.
¿Tiene alguna fobia?
—A las alturas. Cosa curiosa.
Porque esto viene desde hace pocos
años atrás. Nunca antes había
sentido los vértigos que siento
ahora.
¿Cuál es el mejor cuento de Julio
Ramón Ribeyro?
En la película Tinta Roja, un
personaje afirma: «El periodismo
como la prostitución se aprende
en la calle». ¿Dónde cree usted que
se aprende?
—El personaje de Tinta Roja tiene
razón.
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
Para usted, ¿qué personaje de la
obra de Vargas Llosa es el más
perdurable?
Si estuviera preso, ¿a qué
compañero elegiría para estar en
la celda: a Marco Aurelio Denegri
o a Martha Hildebrandt?
—Si vamos a compartir baño en la
celda, entonces que sea con
Denegri y no con Martha
Hildebrandt. Por razones obvias,
¿no? Y si ya está ahí Marco Aurelio
en la misma jaula, le pediría que
me hable sobre gallos de pelea y
criollismo y Vallejo y todo lo que
quiera. Es muy entretenido.
—Supongo que, para mí, el más
perdurable siempre será el Jaguar.
Quizás porque La ciudad y los
perros fue no solo la primera
novela que leí de Mario Vargas
Llosa, sino la que más he releído. Y
el Jaguar es realmente un
personaje enigmático y muy bien
construido. Recuerdo una frase que
dice uno de los personajes del
Leoncio Prado (que creo que fue el
Poeta) sobre él. «Si el diablo se
parece a alguien debe parecerse al
Jaguar».
¿Qué opinión tiene de los plagios
de Bryce?
—Me da mucha pena lo ocurrido
con Bryce.
¿Cuál sería la primera pregunta
que le haría a Abimael Guzmán?
—¿De qué se arrepiente y de qué
no?
¿Cuáles son
favoritos?
sus
periodistas
—Pues varios de los que entrevisté
en mis libros Rajes del oficio 1 y 2. Y
otros que no están. Ricardo Uceda,
Rafo León, Guido Lombardi, César
Lévano, entre otros. Y otras. ‡
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
EL CINE SEGÚN HITCHCOCK
(fragmento)
Por François Truffaut *
Louis-Ferdinand Céline dividía a
los hombres en dos categorías, los
exhibicionistas y los mirones y es
evidente que Alfred Hitchcock
pertenece a la segunda categoría.
Hitchcock no participa en la vida,
la mira. Cuando Howard Hawks
rodó Hatari satisfizo su doble
pasión por la caza y por el cine;
Alfred Hitchcock sólo vibra con el
cine y expresa muy bien esta
pasión cuando responde así a un
ataque moralista contra Rear
Window (La ventana indiscreta):
«Nada hubiese podido impedirme
rodar esta película, pues mi amor
al cine es más fuerte que cualquier
moral.»
El cine de Alfred Hitchcock no
siempre exalta pero
siempre
enriquece, aunque sólo sea por la
temible lucidez con que denuncia
las ofensas que los hombres hacen
a la belleza y la pureza.
Si se quiere aceptar la idea, en la
época de Ingmar Bergman, de que
el cine no es inferior a la
literatura, yo creo que habría que
clasificar a Hitchcock —aunque, a
fin de cuentas, ¿para qué
clasificarle?— en la categoría de
los artistas inquietos como Kafka,
Dostoievsky, Poe.
Estos artistas de la ansiedad no
pueden ayudarnos a vivir, pues su
vida es ya de por sí difícil, pero su
misión consiste en obligarnos a
compartir sus obsesiones. Con
ello, incluso y eventualmente sin
pretenderlo, nos ayudan a
conocernos
mejor,
lo
que
constituye
un
objetivo
fundamental de toda obra de
arte.‡
Director, crítico y actor francés (19321984) Fue uno de los iniciadores de la
Nouvelle vague.
*
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
JUDAS Y VARGAS LLOSA:
¿CÓMO SE ESCRIBEN
FICCIONES?
luego asumirlas», afirma
escritor turco Orhan Pamuk.
el
Orhan Pamuk, Premio Nobel de Literatura
2006
¿Cómo la realidad se convierte
en materia prima de las obras
de
Mario
Vargas
Llosa?
Tomando como referencia Los
cachorros, intentaré dar cuenta
de esos demonios que han sido
el punto de partida de sus
ficciones. Este artículo es un
homenaje
al
autor
de
Conversación en La Catedral por
sus 77 años.
Mario Vargas Llosa no sólo es un
experto en escudriñar sus heridas
secretas, sino que no le interesa en
lo absoluto la sanación, pues
utiliza un lanzallamas simbólico
—la literatura es fuego, dejó dicho
en sus años de ira creativa infinita,
y un escritor que se precie de
serlo debe inmolarse por ella—
para que las llagas sigan abiertas,
incordiando:
los
recuerdos
horribles
son
los
más
estimulantes, los traumas y
fracasos siempre serán el mejor
antídoto contra la página en
blanco.
«Ser un escritor significa observar
con atención las heridas que
llevamos dentro, sobre todo las
heridas secretas de las que no
sabemos nada o casi nada,
descubrirlas
con
paciencia,
estudiarlas y sacarlas a la luz para
En el prólogo de Los cachorros, el
escritor cuenta que la historia le
rondaba la cabeza desde que leyó
en un diario que un can había
emasculado a un recién nacido en
un pueblecito andino: «soñaba con
un relato sobre esa curiosa herida
Por Orlando Mazeyra Guillén
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
que, a diferencia de las otras, el
tiempo iría abriendo en vez de
cerrar»[1].
La verdad de las mentiras que
descubre cualquier lector atento
de su obra nos permite vislumbrar
que la herida más grande y dañina
—«su sombra me acompañará sin
duda hasta la tumba», reconoce en
sus memorias— es la que le
ocasiona el padre al irrumpir en
su vida. Pues con Ernesto Vargas
recortando abruptamente sus
libertades y engreimientos, el niño
Marito, confiesa, en El pez en el
agua, que «a la distancia, incluso
los
malos
recuerdos
de
Cochabamba parecen buenos.
Fueron dos: la operación de
amígdalas y el perro danés del
garaje de un alemán, el señor
Beckmann (...) me fascinaba y
aterraba. Lo tenían amarrado y
sus ladridos atronaban mis
pesadillas. En una época, Jorge,
el menor de mis tíos, guardaba
su auto en las noches en ese
garaje y yo lo acompañaba,
paladeando la idea de lo que
ocurriría si el gran danés del
señor Beckmann se soltaba. Una
noche se abalanzó sobre
nosotros. Nos echamos a correr.
El animal nos persiguió, nos
alcanzó ya en la calle y a mí me
desgarró
el
fondillo
del
pantalón. La mordedura fue
superficial, pero la excitación y
las versiones dramáticas que de
ella di a los compañeros de
colegio duraron semanas».
En Los cachorros, Vargas Llosa
vuelca quizá el peor recuerdo de
su niñez cochabambina (y por ello
tan
estimulante
para
su
masoquismo creativo): un perro
que bien pudo manducarle el pene
como le sucedió al malhadado
Cuéllar. El elemento añadido es,
sin duda, determinante (exagerar
la realidad, hacerla más truculenta
en este caso) para, a su vez, hablar
de una herida del espíritu: un
padre castrador que temía que su
hijo
terminara
siendo
un
maricueca.
El afán de contradicción es
tan intenso en el novelista
arequipeño que, en primer lugar
—venganza señera—, hizo que su
padre ficticio (don Fermín
Zavala)fuera sodomizado por su
propio chofer, Ambrosio, un
zambo con el que Zavalita (álter
ego de Vargas Llosa) se
reencontró en el bar La Catedral.
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
¿Así que no quieres que yo sea
homosexual? Pues, primero, tú lo
serás —Efraín Kristal, un crítico
tan perspicaz que, en palabras del
premio Nobel, le ha bajado los
pantalones, afirma que el autor de
La Casa Verde jamás contará
algunas cosas de su vida— y luego
yo mismo lo seré gracias a la
ficción: Alejandro Mayta, los
encuentros homoeróticos de Paul
Gauguin y hasta sus obras
teatrales Ojos bonitos, cuadros
feos(el temor a salir del clóset) y
Al pie del Támesis (en donde el
personaje se encuentra en
Londres con un amigo de la
infancia convertido en mujer). ¿A
dónde queremos llegar? Si Ernesto
Vargas le hubiera prohibido a su
hijo ser marino, entonces la obra
de Vargas Llosa tendría más mar
que la narrativa de Joseph
Conrad[2], Herman Melville o
Ernest Hemingway.
En
Los
cachorros
está
didácticamente,
redivivo
e
inmortalizado por la ficción, el
gran perro danés de su infancia,
aquel que con sus ladridos
atronaba sus pesadillas: «en su
jaula Judas se volvía loco, guau,
paraba el rabo, guau guau, les
mostraba los colmillos, guau guau
guau, tiraba saltos mortales, guau
guau guau guau, sacudía los
alambres. Pucha diablo si se
escapa un día, decía Chingolo, y
Mañuco si se escapa hay que
quedarse quietos, los daneses sólo
mordían cuando olían que les
tienes miedo». Sin la mascota del
señor Beckmann, la novela corta
de Vargas Llosa no hubiera
existido.
A la experiencia como punto
de partida se deben añadir otros
dos componentes: la disciplina
(alguien que se cuadra antes de
escribir, como bromeaba Bryce;
García Márquez decía que el
arequipeño tocaba una corneta) y
el fanatismo heredados de
Flaubert[3].
«A la disciplina debo todo
lo que soy», dice el dictador
dominicano en la novela La fiesta
del Chivo: «y la disciplina, norte
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
de su vida, se la debía a los
marines. Cerró los ojos. Las
pruebas, en San Pedro de
Macorís, para ser admitido a la
Policía Nacional Dominicana
que los yanquis decidieron
crear al tercer año de
ocupación, fueron durísimas.
Las pasó sin dificultad. En el
entrenamiento, la mitad de los
aspirantes
quedaron
eliminados. Él gozó con cada
ejercicio de agilidad, arrojo,
audacia o resistencia, aun en
aquéllos, feroces, para probar la
voluntad y la obediencia al
superior,
zambullirse
en
lodazales con el equipo de
campaña». El escritor, al ponerse
en la piel del abyecto tirano —
para familiarizarle con él y, así,
dotarlo de humanidad y no hacer
una mera caricatura—, evoca su
estadía en el colegio militar
Leoncio Prado tan bien retratada
en La ciudad y los perros: «como
en las campañas, cuando lanza a
su compañía entre el fango y la
hace rampar sobre la hierba o los
pedruscos
con
un
simple
movimiento de la mano o un
pitazo cortante: los cadetes a sus
órdenes se enorgullecen al ver la
exasperación de los oficiales y
cadetes de las otras compañías,
que siempre terminan cercados,
emboscados, pulverizados».
El fanatismo se expresa
cabalmente en Pantaleón Pantoja,
tan obsesivo y maniático que, a
pesar de los traspiés e injusticias
de la vida militar, era capaz de
levantarse a las cinco de la
mañana y someterse al frío de
Pomata, para ver los desayunos de
los soldados.
Escribiendo,
en
1980,
acerca de un autor tan decisivo en
su obra como William Faulkner,
Vargas
Llosa
asegura
que
«Mosquitos es también un libro
esclarecedor en otro sentido,
gracias a sus deficiencias. Resulta
apenas creíble que el autor de este
trabajo mamarracho y el que
inventó la saga de los Compson y
de los Snops, a la tragedia de Joe
Christmas, sean la misma persona.
Que lo sean es aleccionador sobre
la forja del genio, esa facultad de
crear una obra imperecedera en la
que reconocemos algo que
simultáneamente nos expresa en
nuestra verdad más secreta y nos
trasciende, tendiendo un vínculo
misterioso e irrompible, con los
hombres del pasado y venideros.
Hay algo turbador, desconcertante
y hasta temible en quienes son
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
capaces de producir aquello que,
según Cyril Connolly, debía ser la
obsesión del artista: la obra
maestra. Cuando uno lee La
guerra y la paz, Moby Dick, El
Quijote o Hamlet tiene, junto con el
deslumbramiento, la deprimente
sensación del accidente o el
milagro, es decir de algo
inhumano».
Esto viene a cuento porque,
durante una entrevista, César
Hildebrandt me dijo que Vargas
Llosa prevalecerá por lo que hizo,
no por el Perú, sino por la
literatura. Para él, las tres
primeras novelas de Vargas Llosa
son universales y son de una
calidad extraordinaria: «y además
es más extraordinario si uno
piensa que Mario era un escritor
muy mediano cuando empezó, o
sea, los Los Jefes es horrible, ¡un
libro horrible! Es decir, si uno lee
Los Jefes no puede asociar Los
Jefes con La ciudad y los perros. Es
imposible: parecen dos personas
distintas, dos estilos distintos. A
Mario le ha costado una
enormidad aprender a escribir».
—Es un obrero, ¿verdad? —
indagué.
—Sí, pero es un obrero que
se convierte en el arquitecto de
Brasilia, es increíble, ¿no?, o sea,
¡es el albañil más esforzado del
mundo!
Si algunos escritores al
releer La ciudad y los perros, La
Casa Verde o Conversación en La
Catedral sentimos la deprimente
sensación del accidente o el
milagro. Está bien que así sea. La
obra del Premio Nobel de
Literatura 2010 tiene cotas que
nos pueden resultar inhumanas,
pues para ser un escritor de
verdad hay que tener (aparte de
talento, disciplina y fanatismo)
muchos Judas y escorias —
demonios— alrededor como, qué
duda cabe, los tuvo Vargas Llosa.
¿Un consejo final a manera de
celebración del escritor que nunca
dejó (ni dejará) de ser escritor?
Por supuesto: «yo creo que un
escritor deja de ser escritor no
cuando se le acaba el tema sino
cuando resuelve su problema», le
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
confesó a César Hildebrandt en
una entrevista publicada en 1972
en la revista Caretas, que, sin
duda, es un pequeño manual sobre
cómo escribir ficciones.
NOTAS
[1] En el Diccionario del amante de
América Latina (2006), Vargas Llosa nos
cuenta que este relato nace de un
«pequeño demonio» con el que entró
«en contacto en un colectivo, yendo de
Miraflores a Lima, a través de un
periódico [...] En realidad los terribles
efectos en el destino de ese niño sólo
iban a aparecer más tarde cuando él
dejara de ser niño y fuera adolescente,
un hombre».
[2] «[si la literatura no existiese sobre la
faz de la tierra] pues sería un hombre de
acción, no un científico, no un hombre
de gabinete, sino alguien volcado hacia
afuera, si hubiera vivido en el siglo XIX
me hubiera gustado tener la vida que
tuvo Conrad antes de ser escritor, un
aventurero, un explorador, tengo una
nostalgia de la que no me he librado
nunca, quizá cierta frustración de ese
tipo es la que hace que para mí la acción
sea tan importante en lo que escribo,
tan fundamental, eso es lo que me
hubiera gustado ser, sí», le responde el
autor de La civilización del espectáculo a
César Hildebrandt.
[3] «Lo que hago hoy, lo haré mañana y
lo hice ayer. He sido el mismo hombre
hace diez años. Ha resultado que mi
organización es un sistema; todo sin
idea preconcebida de uno mismo, por la
inclinación de las cosas, que hace que el
oso blanco viva en los hielos y que el
camello camine sobre la arena. Soy un
hombre-pluma. Siento por ella, a causa
de ella, con relación a ella y mucho más
con ella. A partir del invierno próximo,
verás un cambio aparente. Pasaré tres
inviernos
desgastando
algunos
escarpines. Después volveré a mi cubil,
donde reventaré oscuro o famoso,
manuscrito o impreso. Sin embargo, hay
algo en el fondo que me atormenta, es el
desconocimiento de mi medida. Este
hombre que se dice tan tranquilo está
lleno de dudas sobre sí mismo. Querría
saber hasta qué nivel puede subir, y la
potencia exacta de sus músculos. Pero
pedir eso es muy ambicioso, pues el
conocimiento preciso de la propia
fuerza no es quizá sino el genio»,
confiesa Flaubert en una carta a Louise
Colet, fechada el 1 de febrero de 1852.
¿Hombre-pluma, un solitario oso blanco
o, acaso, un dios? Quizá las tres cosas a
la vez. En una carta escrita el 26 de
diciembre de 1858 (dirigida a Mlle.
Leroyer de Chantepie), cuenta lo
siguiente: «Mi madre se fue a París y
desde
hace
un
mes
estoy
completamente solo. Empiezo el tercer
capítulo, ¡el libro tendrá doce! He
arrojado al fuego el prefacio en el que
había estado trabajando durante dos
meses este verano. Por fin empiezo a
divertirme con mi obra. Todos los días
me levanto a las doce y me acuesto a las
cuatro de la madrugada. Un oso blanco
no es más solitario y un dios no tiene
mayor serenidad». ‡
Arequipa, 28 de marzo de 2013.
BOLETÍN ARTÍSTICO LITERARIO
Año 2, Nº 3, abril 2013
V CONCURSO NACIONAL DE
PINTURA 2013
fases, los candidatos deberán presentar, en una
primera etapa, la siguiente documentación:
Ficha de inscripción.
Hoja de vida con fotografía reciente del artista.
Copia fotostática del documento de identidad.
Por lo menos una fotografía a color (tamaño
aproximado de 10 x 15 cm) de ocho obras
realizadas, indicando en la parte posterior de
cada foto el nombre del artista, título de la obra,
técnica utilizada, fecha de ejecución, lugar donde
se encuentra (en caso sea Museo o colección) y
medidas de la obra.
Difundimos la quinta versión del Concurso
Nacional de Pintura organizado por el Banco
Central de Reserva del Perú (BCRP). A todos los
lasallistas interesados en participar les
alcanzamos las bases.
PARTICIPACIÓN
Las dimensiones de la obra pictórica se
ajustarán a: Máximo: 1.70 x 1.70 m. Mínimo:
1.20 x 0.75 m.
Estas dimensiones se refieren a la obra y NO
incluyen el marco o paspartú por lo que en
ningún caso la obra podrá medir más de 1.90 m
por lado. La obra pictórica deberá presentarse
firmada y en el reverso llevará el nombre del
autor, el título de la obra y el año de ejecución.
La obra pictórica deberá presentarse
debidamente enmarcada o en condiciones que
permitan su inmediata exhibición (armellas u
otro elemento de sujeción).
La obra pictórica que se presente debe ser
inédita por lo que no podrá haber sido difundida
ni participado en algún concurso o exhibición
anterior. Podrán participar artistas peruanos
mayores de edad o artistas nacidos en el
extranjero que cuentan con la nacionalidad
peruana y con residencia permanente en el país.
INSCRIPCIÓN
Ya que el V Concurso Nacional de Pintura del
Banco Central de Reserva del Perú tiene dos
Carta de autorización al BCRP para el uso libre
de imágenes (en página web www.bcrp.gob.pe o
del Museo) tanto de las obras incluidas en las
fotos que adjunta, como de las obras que pueda
presentar a la segunda etapa del concurso. Se
precisa que el BCRP podrá usar las imágenes de
las obras de los pintores que califiquen a la
etapa final, para los fines de la difusión del
concurso y de la exposición al público inherente
a éste.
Las personas que no califiquen para la siguiente
etapa podrán recabar la documentación
presentada entre el 26 de junio y el 19 de julio
de 2013 en el mismo lugar en donde realizaron
su inscripción. El Banco Central de Reserva del
Perú no se responsabiliza por el material que no
sea recogido en ese período y no habrá lugar a
reclamo posterior. La documentación que
presenten los concursantes que pasen a la etapa
final integrarán los archivos del BCRP y no serán
devueltos.
INSCRIPCIONES
Para la primera fase de este V Concurso
Nacional de Pintura del Banco Central de
Reserva, las inscripciones podrán presentarse
entre el 6 de mayo hasta las 13:00 horas del día
24 de mayo de 2013.
Más información:
Banco Central de Reserva en Arequipa (Calle La
Merced 201) o en el siguiente enlace:
http://www.bcrp.gob.pe/proyeccioninstitucional/concursos/v-concursonacional-de-pintura.html
Descargar