ANALISIS DE LA OBRA « LÁZARO » DEL GRUPO MASNÀDA DE LUGANO(TICINO) EN EL ENCuENTrO Bajo los efectos de la magia y el candor. “Llegamos hasta aquí, eludimos a la muerte, batimos al diablo en duelocon una sotana, dialo gamos con nuestros ancestros en las fantasíasmás ludicas sin llegar nunca a un acuerdo, y to davía es como que no haynada aquí dentro.” (Escudero, ¡lazaro!). PoR FELix AUGUSTo QUADRoS Nos sentimos un poco como esos cuenteros de antaño, buscando el continente perdido y encontrando seres mitológicos. Porque el paraíso ya no vive del todo en este mundo imaginario, y los reinos de leyenda nos habitan en su medida un poco más grotesca y cotidiana. Gog y Magog es ya un indulto en las grandes capitales. El ciclope amanece acostado en las veredas sin reposo. Un fraile que busca la respuesta de todas las respuestas lo puede mirar a uno de rojo y pedirle, “pa un pan”. Y uno se cree un poco más iluso, en el ilusorio encuentro de la vida, que nos reunió a todos en Bogotá, y luego por Colombia durante dos largos e intensos meses. Porque en La Candelaria, Bogotá, la vida y la calle parecen buscarse en un abrazo sin pecho y como hueco. La devoción anda impregnada en esa mirada voraz de la gente, un ademán, un saludo acá y allá, una monedita, y el que cobra por minutos de celular pareciera asistirle al pasante de una cotidianeidad que para el que no anda habituado se le pasa como el aire entre los dedos. Vivir la vida es más un arrebato de insistencias, para muchos, que el preciado bien de la existencia más simple. Page 12 “Los elementos de nuestras diversasexperiencias, nuestras sensaciones yemociones, todo lo que hemos tocado,saboreadoo y visto alguna vez, quedairremediablemente grabado en nues tra memoriay en nuestro cuerpo. Lecoq” Embargo, las raíces del arte se encuentran en su antigua función ritual y mágica. A través de ¡Lázaro!, ustedes logran transmitir este lenguaje artístico arcaico. Tienen sus raíces más allá de sus tierras y genes suizos y latinoamericanos, más allá de su educación, su cultura, sus conocimientos y capacidades. ¡Lázaro! fue la aventura de un viaje hacia los paisajes de la memoria, la búsqueda de las llaves perdidas de la unidad entre el cuerpo, la palabra y su encuentro. “¿Qué es la metafísica sobre el escenario? Es el intento del actor, de la Persona, de sobrepasar los límites de su cuerpo (…). Yo trabajo con el cuerpo, no con ideas. Desde el principio, rompo con el texto, para poder crear un vértigo de alta temperatura. Un cuarto de éxtasis. Cuando uno existe únicamente en la mente y sólo recita el texto, entonces se queda en una sola esfera, la esfera de las ideas”. Como Theodoros Terzopoulos, ustedes rompen con el texto, sobrepasan los límites de sus cuerpos y dejan su público pasmado y sin aliento. Su teatro no se limita a un estilo, un tiempo, un lenguaje o una región, es un teatro orgánico, muy de ustedes, sí, pero al mismo tiempo muy de todos y por supuesto muy pero muy mío. Page 13 FASOLI La pared no se vende “La pared no se vende”, se leía como manifiesto, en un cuadrado blanco sucedáneo de un bastidor de buenas dimensiones dentro del marco de un muro en un profundo azul, que le hacía de fondo a una silueta, ahora media silueta. Franco Fasoli, conocido muralista como Jaz, preparaba su pintura negra y rodillo para cubrir esta misma pared y pintar el mural de ¡Lázaro! Parece que había alguno, conocido por todos ya, que cubría los murales con fibra de vidrio, los cincelaba hasta extraerlos como una tela, y los vendía por buena suma en galerías reconocidas. Este pedazo, pintado por él, me dice Jaz por completo despreocupado, lo vendió por veintemil pesos. Hay códigos, aún en la intemperie callejera, que corresponden a una cierta civilidad artística. La pared no es anónima. En la habitud de la dedicación, aguerrida sin falta, Buenos Aires está cubierta con un afianzado movimiento muralista, del cual Jaz es ciertamente protagonista. Sus murales, en la sorpresa de una esquina, nunca nos dejan indiferentes. Yo lo conocí a través de una publicación sobre grafiteros porteños. Un año después estabamos charlando en su estudio sobre la posibilidad de una colaboración. Fue lo más simple del mundo, un grato encuentro que nunca se retractó y que culminó no solo con la manifestación de su mural, sino que en su generosidad hacer de la residencia de Jacob Logos en Buenos Aires: algo puntual en el encuentro entre dos artistas. Para Jaz, los personajes en la obra estaban muertos, y se enfrentaban constantemente al espejo de sus sombras. ¡Lazaro!, personaje omnipresente, sería aquel que les daría la llave para volver a la vida. Grabado en el frente de Fitz Roy y Loyola en Palermo viejo, ya casi Chacarita, en la Ciudad de Buenos Aires, fue Jaz quien por fin le dio a ¡Lazaro! su lugar en la calle dura y fría. Masnada tv Vimeo Link: http://vimeo.Com/20524264 Page 15 Espíritus Creativos Espiritus felinos, calles y dibujos PoR JAcoB LoGoS El estudio en la calle Lemos 55, en Chacarita, que pronto será un espacio de arte, teatro y encuentros internacionales, me recordaba a una vieja casa de campaña. Limpié un patio interno que proveía la mejor luz si desplazaba los caballetes durante el día, y la luz de la construcción (de lo que será probablemente la mejor area del café del futuro teatro), podía ahogarse con un Sonic Youth atado a mis orejas lo suficientemente fuerte. En las semanas que estuve allí, entre visitas y numerosos vagabundeos por las calles de Buenos Aires, tuve tiempo de dedicarme, experimentar y practicar técnicas texturales que para mi sostiene el tema de sujeto y dictamina la composición. Por ejemplo, las paredes y los colores de los edificios de Colonia y Carmelo en Uruguay, son excactamente el tipo de superficie desarticulada que me esmero en crear como base para mis pinturas. En Buenos Aires, junto Jazz y los muchachos de la actual corriente muralista, tuve la oportunidad de pintar directamente sobre este tipo de superficies en algunos de los muchos asignados espacios para murales que la ciudad tiene para ofrecer, un concepto que mi ciudad natal en South Australia haría bien en seguir. En su defecto, continuaré en la practica de tranplantar esa sutil belleza de las paredes en mis telas. Masnada tv Vimeo Link:http://vimeo.Com/20532692 SONOrIDADES, GOLPES, PIruETAS PoR MATHiAS BRiToS Hablo en música Cada uno de los sentidos puede ser refinado a través del ejercicio de los estímulos. Al inicio del proceso de la mis-en-scene del espectáculo, en Londres, mi trabajo era el de músico en escena. Es decir, sonorizar las acciones que se jugaban durante ciertos momentos de espectáculo. La cosa era bastante inmediata y eficaz. Luego de esta primera etapa, ya con el espectáculo desarrollado y escrito para dos actores y al re-encontrarnos con la necesidad de sonorizar, casi por magia recibimos la colaboración fundamental y preciosísima de dos grandes amigos: Robinson Chaparro y Ricardo Torres. Su intervencion en el ámbito musical de los storytellings abrió nuevas e inesperadas fronteras perimiténdonos, como actores, sentirnos mucho más libres en nuestras acciones sobre el escenario. Por ejemplo, percibir, a través de una explosión y el sonido de un proyectil en cámara lenta, un retroceso fisico con el escalofrío de la piel que se precipita en una larga onda a través de todo el cuerpo. Algo similar ocurrió en Colombia, mientras trabajabamos con Efren Ramirez Bello como músico en escena. Nos encontramos en Guasca, un caserío a mas de 3000 metros de altura sobre el nivel del mar, en plana campiña, para concentrarnos y trabajar con el nuevo team. En el haber de instrumentos de todo tipo, tambores, maracas, uñas de cabra, claves, cajón, pitos, y muchos otros. Durante los ensayos nos dimos cuenta cuánto nos faltaba el bajo eléctrico y toda la parte de sonidos electrónicos a los cuales estabamos tan habituados durante nuestras presentaciones en Suiza al momento del debut. Buscabamos soluciones para llenar tal vacío. Luego de diversos argumentos sobre tener o no tener un nuevo bajista, nos convencimos que debíamos someternos al rigor de proponer todo en tono acústico. Esto nos proponía en una dirección que buscamos desde el inicio, es decir, no depender de nada más que de nuestras fuerzas. Hacer del espectáculo tan autónomo de fuentes externas hasta poder presentarlo donde sea, incluso en la misma calle. Como en Suiza, Colombia nos daba nuevas soluciones, necesarias, inevitables, fortificantes. Iniciaba así un interesante trabajo, uno de reproducir sonidos que antes estaban grabados de sonidos reales con un simple instrumento acústico. Sonidos como el de una bomba, disparos, automóviles que pasaban a gran velocidad, jingles, etc. El ritmo es también melódico, sobre todo si se reproduce con los más variados intrumentos como cacerolas, bandejas, campanas y una batería hecha enteramente de material reciclado. La necesidad de rendirlo todo acústico nos aguizaba el ingenio y mutaba nuestras acciones en escena que ahora debían redescubrir el punto de encuentro con la armonía de la música. Edgar Villamizar, encargado entre otras cosas de los efectos especiales, comenzaba a participar de los efectos sonoros desde detrás de los telones escénicos, provocando en el espectador una percepción al sonido como si viniera de un Dolby surround, pero acústico. La soledad de los dos personajes en escena era ahora circundada por sonidos y murmullos que llegaban desde todas las direcciones, provocando en nostros, los actores, nuevas y orgánicas reacciones. En Buenos Aires y Montevideo trabajamos con Jorge Platero, un maestro del Candome del Uruguay. Crecido en Montevideo, hijo de arte, Emigrado a Brasil en la búsqueda del Africa de sus raíces, ha condensado en un único músico todo aquello que habíamos aprendido hasta el momento, sumándolo a su precíosisimo bagaje musical. Trabajar con él ha sido, como siempre, una experiencia marcada de innumerables repeticiones y el encuentro de soluciones. Tambien aquí todo el arsenal de instrumentos debía ser nuevamente armado con las posibilidades a la mano. El problema principal, esta vez, eran los soportes. La técnica para transmitir aquello necesario a un nivel sonoro había indudablemente mejorado, ya sabíamos como reproducir ciertos sonidos y que soluciones eran mejor que otras. Platero, en su elaboración de la tantísima información recibida reaccionaba con calma y reflección. Aún si se trataba de una explosión, por necesidad un sonido violento, en la coreografía de los golpes del momento era para él dificil pegarle al tambor, y usaba un alambre destartalado para hacer sonar un platillo que casi no se sentía. El ritmo era perfecto pero sutil y dulce. Jorge, que desde hace varios años trabaja en el campo de la musico-terapia, actuaba sobre nosotros sutilmente haciendo pesar su propia necesidad en encontrar un equilibrio entre la música y la acción. Nosotros, entre la desesperación y la frustración de no tener esa percución furiosa en los momentos que necesitabamos, nos entregabamos en nuestra esperanza a las manos de su buen sentido. Todo lo que era el elemento Tierra, iba a la izquierda, y aquello que era Aire, a la derecha. Jorge introducía los elementos en el espacio musical, llevando con ellos una energía sutil que impregnaba los sonidos por él reproducidos influenciando nuestras acciones para siempre y maravillando al público. Devueltos a Suiza con 24 presentaciones en el haber, entre Suiza, Colombia, Argentina y Uruguay, nos sentíamos físicamente prontos, tranquilos y capaces de proporcionarle al nuevo músico en escena, Stephan Selhorst, la información del grandísimo trabajo que requieren los storytellings con consolidada claridad. En Lugano la cuestión instrumental no ha sido un problema pues la actividad musical mantenida durante todo el año se abría en una sala de ensayos semejante a un pequeño museo de tambores, instrumentos varios, todos prontos a hacer su parte. Stephan ha actuado con una eficacia extraordinaria, digna de un grande. En cuatro días, record absoluto, estabamos en escena delante de un espeso público en el teatro il Foce de Lugano. La música perfecta, el público estupefacto. Para concluir, retomo las palabras del inicio: cada sentido puede ser refinado a través del ejercicio de los estímulos. Nada es más cierto, cada sentido puede ser cultivado y de este trabajo se puede descubrir que aquello que antes era líneal existe a su vez formado por una cantidad de dimensiones impresionantes, de tonos, niveles, intenciones, sonidos, volumenes, colores, elementos, acentos, etc… El sonido está compuesto de una miríada de variables que en el conjunto pueden transmitir un estímulo y que, acompañado de una acción, dan forma a un universo complejo e impregnado de sensaciones. Junto a Felix, Robinson, Ricardo, Efren, Edgar, Jorge y Stephan cada particular sonido en ¡Lazaro! encierra el empeño y el trabajo de todos.