La parábola del castor "emprendedor"

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Un día más, en Fábulas de Hoy, obsequiamos a los
más pequeños con una inteligente charada de la que
-si saben o quieren- podrán deducir sabias enseñanzas.
hoy en
,
Fáabulas de Hoy
Por la Dra. Schmidt & Ricardo Egoscozábal
La parábola del castor
“emprendedor”
L
as cosas andaban revueltas en la comarca
de Somerset. El otoño había traído algo así como
lluvias tropicales (?) y los diques del bosque no daban
abasto. Los castores-jefe estaban de lo más
soliviantados con la nueva situación climática y no
paraban de exigir renovados esfuerzos a la manada
de castores-operarios que protegía el bosque de la
inundación. Uno de los castores-peón del dique de
Somerset, el pequeño Bombo, tenía muchas
cualidades que le hacían destacar por encima de la
media. Una formación muy sólida en varios idiomas,
unos padres muy bien relacionados y lo que entre
los habitantes del bosque se conocía como charming
del bosque. Harto de las presiones de sus SuperjefesCastor, Bombo comenzó a reunirse en secreto con
otros castores-peón a la salida del dique. Por ser el
más despabilado pronto lideró a los demás para que
juntaran las fuerzas y los maderos suficientes para
construir un dique alternativo. Dio la casualidad, si
es que ésta existe, amiguitos, de que este nuevo
dique presentaba un development diferente gracias
al cual los castorcitos comenzaron novedosas researchs
que les hicieron posicionarse frente a la tromba de
agua con mucha más solidez y garantía que los
diques anteriores, obsoletos ya en su técnica y en
sus resources.
El dique de Bombo fue pronto conocido en toda la
comarca, no sólo por la eficacia en la consecución de
sus targets sino por la 'alternativa' organización
interna que Bombo había dispensado a su Dique.
Otro dique era posible. Pero, claro, no se harían
esperar las peticiones de otras muchas comarcas
necesitadas de diques, por lo que las labores de
Bombo debieron diversificarse rápidamente.
Comenzó a delegar, a viajar y descubrió que al
recortar la calidad de las materias primas y los
salarios de sus hasta ahora “camaradas de dique”,
el margen de beneficio era muy superior al obtenido
en la experiencia piloto de su comarca natal. Sin
dormirse en los laureles, consiguió engrandecer su
proyecto esclavizando a la práctica totalidad de la
comunidad de los castores de Europa, abrir más de
20.000 delegaciones en menos de dos años y a viajar
en Diente Aéreo Privado casi la totalidad del tiempo.
Sus draconianas políticas laborales se recordarán
en los Anales del Cástor durante siglos. Murió poco
después de salir en bolsa parte de las acciones de
NewCastor's y sufrir un estrepitoso fracaso
financiero.
Unos dicen que lo mató un ataque al corazón
provocado por una inesperada visita de su mejor
amigo de allá de los tiempos de la Comarca; otros
un cocktail de barbitúricos como para matar a un
castor y otros una ola traicionera e irónica que se lo
tragó a la salida de una cala en Formentera.
Yo y mis amigas jugando
Irina Padilla, Getafe, 8 años.
María Antonia Sanz, Sestao, 4 años.
Piensa y reflexiona.
¿Qué crees que mató al castor: un exceso de ambición en
su personal cuento de la lechera o el error trágico de
dedicarse a empresario creativo en vez de ofrecer un
potencial terriblemente atractivo a las primeras empresas
que trabajaban en los diques de Somerset y que le hubieran
ahorrado un montón de dilemas morales y de tonterías?
Razona tu respuesta e imagina al servicio de quién te
gustaría poner tus recursos en el futuro.
Jennifer Fernández, Badajoz, 9 años.
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